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Desde el año 2007 el gasto social ha sido uno de los principales fundamentos de la nueva era de
gobierno, implementada por el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, sustentado en el Plan
Nacional de Desarrollo Humano, el cual tiene como objetivo la esquematización de un sistema económico
más equitativo, y fortalecer los sectores más vulnerables de la economía, con gasto dirigido a fomentar
programas y proyectos sociales que coadyuven tanto al desarrollo económico como social del país,
confinados en tres aristas, la erradicación de la pobreza y la reducción de los índices de extrema pobreza
y analfabetismo así mismo como la generación de empleo y moción del emprendedurismo desde las
micro pequeñas y medianas empresas, fortaleciendo las pequeñas economías desde el hogar.
En los años 1993 y 1998 el porcentaje de población por debajo de la línea de pobreza urbana
oscilaba en cifras muy altas pasando de 31.9 por ciento en 1993 a 30.5 por ciento en 1998, en tanto la
cifra de pobreza rural era aún más alarmante, con cifras que excedían el cincuenta por ciento de la
población en condiciones precarias, 76.1 por ciento en 1993 reduciéndose a 68.5 por ciento en 1998, en
tanto la esperanza de vida paso de 58 años en 1977 a 66 años en 1992, como efecto compensatorio, los
niveles de mortalidad infantil redujeron niveles alarmantes de 90 por ciento en 1977 a menos de 50 por
ciento en 1992, niveles que si bien es cierto no eran satisfactorios, no eran tan alarmantes como los que
se registraban en periodos de guerra y conflictos armamentistas, por otro lado el índice de matrícula de
educación primaria paso de caso cero por ciento en 1977 a 79 por ciento en 1992, todo ello gracias a la
gran cruzada nacional de alfabetización.
El gasto social hoy en día es un tema de gran disputa entre los economistas domésticos, los cuales
aducen que éste, debería priorizarse por encima de los subsidios y exoneraciones fiscales que solo
benefician a las grandes empresas, e incitan a las demás pertenecientes al núcleo económico a evadir los
cargos fiscales, generando una situación de insostenibilidad fiscal por parte del gobierno.
La composición del gasto social ha sido altamente ponderada en relación al gasto total, desde el
año 2007 este ha superado el 50 por ciento del total de gasto de gobierno, destinando recursos
principalmente a sectores primordiales como: salud, educación, administración gubernamental, defensa
y servicios sociales, así como recursos destinados directamente a programas de desarrollo económico y
social comunitario y asociativo.
En el año 2007 se creó el programa del Bono Productivo Alimentario, un programa integrado y
dirigido a reducir la pobreza de los hogares nicaragüenses, el cual dió resultados muy positivos en muchas
de las localidades de nuestro país, pero que por falta de fiscalización en algunas zonas no se generaron
los resultados que se preveían, este es otro manifiesto de la persistencia de la política dirigida al gasto
social por parte de las autoridades fiscales que dejan como reflejo la búsqueda incansable y con
vehemencia el bienestar social y la paz. Los niveles de crecimiento económico han sido los indicadores
que han ido de la mano con la variación del gasto social, debido a que este estimula la demanda agregada
generando consigo tasas de crecimiento elevada y esta es la evidencia que se ha venido presentando
durante los últimos años en nuestro país.
Gasto Social
(Millones de Córdobas)
18,000.00 17,188.51
16,000.00
14,000.00 13,061.80
12,000.00
10,000.00 9,091.40
8,000.00 7,842.14
6,000.00 6,450.87
4,000.00
1,970.63
2,000.00
702.81
0.00
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