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LECTORES COMPETENTES
Asesora:
Clemencia del Pilar Vélez Zapata
Psicóloga- Máster en Educación
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Estudiante de Psicología; X semestre; Universidad Católica de Pereira.
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Clemencia Del Pilar Vélez zapata, Psicóloga, Magister en educación, docente del programa
de psicología.
ENSEÑANZA DE ESTRATEGIAS METACOGNITIVAS Y EL DESARROLLO DE
LECTORES COMPETENTES
Resumen
Este artículo toma como referencia los aportes teóricos e investigativos de autores como
Barriga F., Mateos M., Solé, entre otros, y algunos documentos del MEN (Ministerio de
Educación Nacional de Colombia), para identificar cuáles son las estrategias de enseñanza
utilizadas por los docentes durante la escuela primaria para el desarrollo de la lectura
comprensiva. Toda esta conceptualización se hará desde la perspectiva del desarrollo
cognitivo y la metacognición.
Sin embargo, cabe agregar, que para abordar la temática de estrategias docentes frente a la
lectura compresiva, también se evidenciarán muchas de las fallas que surgen en la manera
como se están formando a los estudiantes de primaría como “lectores competentes”.
Finalmente, todo lo anterior posibilitará plantear una serie de condiciones necesarias para que
la enseñanza de estrategias, permitan el desarrollo de lectores competentes y por lo tanto de
niños que logren aprender de los textos.
Abstract
This article takes with referent the theoretical and research of authors like Barriga F., Mateos
M., Solé, inter alia, and some articles of MEN (National Ministry of Education to Colombia),
to identify what are the teaching strategies used by teachers during the primary school to
1
Estudiante de Psicología; X semestre; Universidad Católica de Pereira.
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Clemencia Del Pilar Vélez zapata, Psicóloga, Magister en educación, docente del programa
de psicología.
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develop reading comprehension. All this conceptualization is done from the perspective of
cognitive development and metacognition.
It should be added that to address the issue of teaching strategies against compressive reading
also become apparent many of the flaws that currently exist in the way they are training
elementary students as "proficient readers." And Finally, enable the above raise a number of
conditions for teaching strategies, allow the development of competent readers and therefore
children achieve learning of texts.
INTRODUCCIÓN
Sin embargo, para lograr encaminar a los estudiantes más jóvenes como lectores activos y
autónomos se debe velar porque logren ser constructores de significado, en lugar de lectores
pasivos de textos, que transfieren únicamente la información explícita, por tanto es necesario
evaluar la didáctica y las estrategias pedagógicas que están empleando los docentes para el
desarrollo y dominio de las prácticas de comprensión lectora por parte de sus estudiantes.
Debido a que muchos sistemas pedagógicos actuales parecen haber asumido que la
enseñanza de la lectoescritura implica toda una serie de problemas y tópicos pero la
comprensión no está entre ellos, sino que se produce o se desprende implícitamente como
efecto secundario de la alfabetización y que no es necesario incentivar o centrarse en este
momento. Estos problemas han hecho que se piense en desarrollar modelos y estrategias para
la instrucción específica de la comprensión lectora.
Para ello, es necesario que los estudiantes comprendan y usen las estrategias enseñadas, ya
que el objetivo es que el niño logre dominar con autonomía los contenidos y saberes que
llegan a él. Es decir, formar estudiantes autónomos representa también formar lectores capaces
de aprender de los textos, para ello se introduce el concepto de metacognición, como un
componente fundamental, en tanto que permite conocer el propio funcionamiento cognitivo,
ya sea, en la organización de la información, en el reconocimiento de que son y como se
aplican los proceso de supervisión y la regulación en la acción lectora, el establecimiento de
objetivos según los diferentes textos, las diferentes demandas de la tarea. etc.
“No es suficiente con enseñar a decodificar, sino que es necesario enseñar a controlar la
propia comprensión, a regular la propia actuación según las condiciones de cada tarea para
interpretar de manera adecuada lo que estamos leyendo”. (Monereo, 2006, p.191).
Por lo tanto, desde la educación se debe incentivar a quien lee para que logre interrogarse
acerca de su propia comprensión, establezca relaciones entre lo que lee y lo que forma parte de
sus conocimientos previos y cuestione su conocimiento, para modificarlo o no, todo esto,
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guiado por los procesos de autorregulación consciente y por la forma de instrucción inicial que
efectúa el docente para que se logre este cometido.
En el mismo sentido, Morles (1993) menciona que difícilmente podría concebirse una
actividad académica de aprendizaje en la cual no haya que valerse de la lectura en algún
momento de su conducción. Por supuesto, para que la lectura cumpla su función en ese
sentido, se requiere que el lector posea un grado suficiente de habilidades para comprender lo
que lee, condición necesaria porque la comprensión constituye la base de dicho aprendizaje.
Otra investigación que demuestra el estado del problema en nuestro país es la realizada
por Cisneros (2010) llamada “la inferencia en la comprension lectora: de la teoría a la práctica
en la eduación superior”, desarrollada con estudiantes de primeros semestres de la Universidad
Tecnológica de Pereira; mostrando como resultados que los estudiantes universitarios tienen
dificultades en el manejo del razonamiento inferencial como estrategia de comprensión
lectora, lo cual constituye un obstáculo para que el estudiante logre aprender a partir de los
textos escritos.
Por consiguiente, se cuestiona por como la mayoría de los estudiantes llegan a un nivel
superior de educación con pocas habilidades lectoras, ¿Cuál es el origen de estas deficiencias
en la comprensión lectora?. Éste es el eje por el cual se moviliza el presente artículo, debido a
que se tiene la hipótesis que actualmente en Colombia una de las fallas en el proceso de
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enseñanza, está en la forma como se orienta a los niños en el desarrollo de competencias para
leer comprensivamente.
Se ha encontrado que el modo en que la lectura suele ser presentada en los primeros años
de escolaridad corresponde a un mero ejercicio de decodificación, incidiendo en que los niños
construyan un concepto equivocado de lo que es leer; puesto que acaban percibiendo a la
lectura como solo la actividad de poner en sonidos (representaciones fonéticas) los signos
gráficos que aparecen en las páginas de un texto y no creen que leer es en esencia comprender
un mensaje escrito. (Vera, 1999).
La comprensión lectora demanda que el sujeto abstraiga del texto las ideas principales,
encadene y relacione los contenidos nuevos con los previos y finalmente pueda tomar una
posición crítica ante lo que expresa el autor. Esto indica que es necesario trascender la idea
del texto solo como un conjunto aleatorio de oraciones, frases o palabras, que suman varios
significados, sino que comprender es un proceso cognoscitivo en donde el niño (en este caso)
logra construir en su mente la información trasmitida por el autor y dar un sentido global al
texto escrito.
Por tanto es crucial para la explicación de los problemas que plantea la comprensión
lectora, entender que la idea de modelo mental no es una representación del texto en sí mismo,
sino una representación de la situación que el texto referencia; esto quiere decir que no es un
objeto lingüístico sino una representación del contexto y los propios conocimientos, en la que
el sujeto es capaz de captar la situación real. Por tanto si la persona cuenta con suficiente
información previa sobre el texto que va a leer, no necesitará detenerse en cada palabra o
párrafo, solo bastará con que haga uso de sus experiencias y conocimientos previos para
comprender el texto. (Madruga, 1999).
“El hombre se sabe sujeto comprendedor de textos, pero desconoce la mayoría de los
procesos específicos que permiten alcanzar la comprensión” (Cisneros, 2010, pág. 13). En
otras palabras, aunque se crea tener una comprensión de textos, esto no quiere decir que se
esté haciendo un proceso reflexivo y consciente sobre ello, o que se esté preparado para
efectuar procesos como la supervisión y evaluación durante el ejercicio lector.
Los lectores deben hacer uso de las inferencias para representar mentalmente los objetos
descritos por el texto; implica manipular la información del texto y combinarla con lo que ya
se sabe para sacar conclusiones. Cuando el joven lector logra hacer inferencias, puede ir más
allá de lo expresado en la información escrita, porque logra abstraer los elementos que están
implícitos en el texto; para más adelante lograr emitir un juicio crítico valorativo o expresar su
postura personal acerca de lo que se lee convirtiéndolo en un lector competente.
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Sin embargo, la cantidad de inferencias que realiza un lector está relacionada con la
extensión de su mundo de referencia o saberes previos, la cantidad de saberes no garantizará
la realización de las inferencias necesarias para comprender un texto, en este sentido “la
validez de la inferencia no depende entonces de los conocimientos del lector sino de la forma
como se relacionan con el contexto” (Cisneros, 2010, pág. 15).
Adicional a esto, la autora reconoce que la causa por la que los estudiantes llegan a un
nivel universitario con dificultades en la capacidad de razonamiento inferencial se debe a la
falta de entrenamiento permanente desde la escolaridad, específicamente a la carencia de
conocimientos prácticos sobre lo que significa comprender un texto escrito.
Para lograr estos conocimientos (declarativo y procedimental) sobre los procesos lectores,
de acuerdo con Flavell citado por Barriga (1998), se requiere de la metacognición, que a su
vez se subdivide en dos esferas de conocimiento:
1. El conocimiento metacognitivo
2. la autorregulación
Por último la variable estrategia tiene que ver con el conocimiento de la efectividad
relativa a los procedimientos alternativos para abordar la tarea. Y la posterior supervisión del
progreso (estrategia metacognitiva).
En relación a esto, Myers y París, citados por Mateos (2001) realizaron una investigación
que describe la evolución del conocimiento metacognitivo y los componentes involucrados
(variable tarea, persona y estrategia) durante el proceso de desarrollo de la comprensión
lectora en niños entre los 5 y 12 años. Mostrando que:
En relación a la variable persona se encontró que los niños entre los 5 y 6 años tienden a
sobrevalorar sus capacidades y su rendimiento, mientras que los niños en edades de 9 a 11
años logran reconocer y evaluar con mayor veracidad la efectividad y alcance de sus
capacidades, al igual que compararse con otros sujetos con mejor o peor rendimiento en la
tarea.
rápida, es evidente que las estrategias que se empleen para efectuarla van a estar determinadas
por este objetivo.
Sin embargo, se encuentra que en niños mayores, entre los 10 y 12 años
aproximadamente, logran reconocer otro tipo de estrategias que potencian su rendimiento en la
tarea lectora, como el reconocimiento de la estructura del texto, palabras o frases importantes,
entre otros. Es decir, hacer uso de las inferencias para representar, manipular y combinar la
información de un texto para lograr una comprensión global del mismo.
En las respuestas de los niños se evidencia una marcada diferencia evolutiva en cuanto al
conocimiento de las estrategias lectoras, por ejemplo “los niños de 8 años en general conocen
menos estrategias para encontrar el significado de una palabra nueva que los niños de 12 años”
(Mateos, 2001, pág. 59). Pero en los niños mayores predominan estrategias como el uso del
diccionario o la relectura, mientras que los niños más pequeños prefieren buscar la ayuda del
profesor u otra persona.
Sin embargo no se quiere decir con lo anterior que hay unas etapas fijas para el desarrollo
metacognitivo, puesto que esto también dependerá de las oportunidades que tenga el niño de
interactuar con tareas que representen un esfuerzo para su nivel cognitivo y también de la
forma como se le presentan las situaciones de enseñanza- aprendizaje, puesto que por ejemplo
un niño de 6 años es capaz de determinar las partes importantes de un texto, pero por medio de
un material verbal más sencillo e incluso grafico (dibujos e imágenes). Entonces se puede
decir, que estas diferencias de edades responden es al tipo de dominio y al grado de
experiencia en dicho dominio que tiene el sujeto.
Por último la evaluación se realiza con el fin de conocer o mirar los resultados de las
acciones estratégicas en criterios de efectividad y eficiencia. Se efectúan durante y después de
la acción de la tarea cognitiva para reconocer los cambios, avances o dificultades, realizando
los ajustes pertinentes para una posterior ejecución.
Cabe agregar que este último aspecto es necesario tenerlo en cuenta para los apartados que
se desarrollarán seguidamente; puesto que puede ser posible que muchas de las fallas en el
sistema de enseñanza- aprendizaje de la lectura estén dejando de lado este factor motivacional
y su relación al momento de interactuar con los otros componentes cognitivos (proceso
inferencial, la metacognición, la autorregulación, etc).
De acuerdo con Solé (2002) entender el uso de una estrategia implica una toma de
decisiones orientadas a unos objetivos y una meta, que tienen una correspondencia con el
contexto particular en que se desenvuelven los sujetos que aprenden (estudiantes); requiriendo
de una planificación, regulación y constante evaluación del proceso de comprensión, para
evidenciar su eficacia. De modo que, al hablar de la enseñanza de estrategias de lectura se
alude a la posibilidad de enseñar a los estudiantes a tomar decisiones respecto a cuándo, cómo
y porque leer determinado texto.
De igual forma posibilita aprender a decidir cuándo es más adecuado implementar una u
otra estrategia para así cumplir con el propósito de la lectura. Si los estudiantes siempre leen
con objetivos parecidos, o son poco claros no pueden poner en marcha estrategias alternativas,
analizarlas y efectuar un proceso reflexivo. De igual forma cuando esta valoración del proceso
de lectura se hace colectivamente y de modo frecuente, posibilita que los estudiantes se
percaten de la eficacia o no de las estrategias que están usando para la comprensión.
En suma, es preciso mencionar que el interés por estudiar las diversas estrategias que se
enseñan frente a la lectura comprensiva, es el de indagar y analizar la existencia de una
formación continuada de las prácticas lectoras, o si aun se percibe como un ámbito exclusivo
de los primeros años de educación.
Debido a que por muchos años la lectura era entendida como una reproducción mecánica
de letras, silabas, y palabras contenidas en un texto y aunque esta concepción ha cambiado,
aun se observa en muchas escuelas que se continua privilegiando la codificación, y el error
radica en que una vez superada este etapa, cuando se cree que ya pueden comprender lo que
leen, se ubican a los niños en un “rol pasivo frente a los textos que se les presentan, se les
enseñan mecanismos para identificar información explícita, pero no estrategias para encontrar
significados más profundos, que se relacionen con sus experiencias y conocimientos previos.”
(Vera y colaboradores, 1999, p 80).
Borzone (1994) plantea que el niño en un primer momento de encuentro con la lectura
solo tomará la voz de quien lee (profesor - padre) para obtener la información del texto, y un
momento posterior intentará repetir y asociar las palabras ya escuchadas con los símbolos
escritos en el libro, y “hace como que lee”, esto posibilita que el niño empiece a monitorear y
modificar “sus propias estrategias de aprendizaje”; fomentando la confianza y el placer por la
lectura.
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Por ejemplo si por medio de los cuentos, (no de fantasía) se plantean preguntas de
resolución de situaciones, esto implicaría un esfuerzo cognitivo mayor, que se acercaría a
procesos inferenciales, o por ejemplo el uso de imágenes y ayudas visuales llamativas se
puede acompañar los relatos para que los niños logren interpretar componentes que no están
explícitos, y que representan una avance y un paso inicial para el desarrollo de un buen lector.
Adicional a esto, un paso fundamental para introducir los niños a la lectura es el uso de
contenidos significativos y representativos de la realidad del infante, puesto que esto aportará
al incremento de los niveles motivacionales frente a la lectura, mostrando una concepción de
lectura como herramienta para aprender y explorar el mundo y no solo como un requisito
curricular. O como lo describe Egan (1991), despertar en los niños una actitud curiosa, activa
y creativa hacia la lectura, supone como consecuencia mayor interés por ella y por ende
facilitación en los procesos de comprensión lectora.
En este sentido si la lectura es vista como una herramienta para aprender, deja de ser un
componente exclusivo de una asignatura curricular (Español o lenguaje) sino, que pasa a ser
un recurso que transversaliza todas las áreas de conocimiento y todos los niveles escolares,
puesto que es necesario que los estudiantes se enfrenten a varios tipos de textos (literarios,
expositivos, científicos, etc) para lograr aprender a hacer uso de los diferentes estrategias que
demanda cada tarea fortaleciendo capacidades como la supervisión y la evaluación de la
propios procesos de comprensión.
muchas otras que se encuentran actualmente) que encierra los requisitos necesarios para guiar
y potenciar adecuadamente el desarrollo de la comprensión lectora, teniendo como base los
procesos metacognitivos que se esperan de los estudiantes de primaria.
2. Mostrar estrategias, lo que pretende es que el docente haga explícitos y precisos los
procesos de pensamiento que habitualmente se generan de forma encubierta durante la lectura,
con el fin de que los estudiantes lleguen a ser conscientes de ellos, es decir, reconozcan cual es
la estrategia que emplea y cómo se aplica en relación al tipo de texto que se está leyendo. Es
decir, el docente juega el papel de mediador en tanto que participa como facilitador en
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ofreciendo una serie de herramientas que permitirán que el sujeto avance en su conocimiento y
a su vez construya sus propias formar de aprender y comprender el mundo.
Un modo de emplear este componente es cuando el docente manifiesta en voz alta y hace
pública la estrategia o los procesos de pensamiento que está aplicando para resolver la tarea;
que usualmente es por medio de los ejemplos, y preguntas de verificación sobre el
entendimiento del proceso mostrado. Por lo que “el conocimiento de las estrategias de
comprensión puede incrementarse si se lleva a los estudiantes a reflexionar sobre la conducta
del modelo” (Mateos, 1991, p.92). Puesto que parte de un referente para aprender el modo de
ejecutar los contenidos ya aprendidos en la fase anterior de explicación.
3. Por último está la Práctica Supervisada esta es la fase de aplicación que recoge las
fases anteriores, puesto que es el momento donde el estudiante practica el proceso observado
del modelo; -pensando en voz alta- para que pueda ser guiado y corregido por el docente
(retroalimentación). “Se ha comprobado que ésta práctica es más efectiva cuando es
informativa, es decir, cuando se le retroalimenta sobre la correcta o incorrecta actuación, como
cuáles son las razones de su éxito o fracaso” (Mateos,(1991), p.93). En tanto es importante
centrarse no sólo en el “hacer” de la estrategia sino también en el razonamiento que se produce
durante su aplicación.
Y éste es el escenario que brinda las posibilidades para que la educación primaria
efectivamente lleve a plantear actividades que permitan al estudiante progresar en el dominio
de dicha competencia; para lo cual el docente debe ir retirando gradualmente el apoyo y
orientación que proporciona hasta dejar el completo control del proceso en el estudiante, y de
esta forma desarrollarán habilidades necesarias para ser un lector competente como lo es la
autorregulación y el uso adecuado del conocimiento metacognitivo.
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CONCLUSIONES
Con lo expuesto anteriormente se puede mencionar varios aspectos que deben tener en cuenta
los docentes en el momento de potenciar el desarrollo de estrategias de lectura en estudiantes
del nivel de básica primaria:
Otro aspecto a tener en cuenta es el nivel de desarrollo cognitivo del niño al momento
de enseñar las estrategias para la comprensión de lectura, puesto que al ser un proceso
complejo, no debe forzarse y precipitar su enseñanza a momentos cada vez más
tempranos como la etapa preescolar o primer grado de primaría, puesto que terminan
evaluándose aspectos formales como la entonación, la fluidez y las pausas al leer, que
aunque son necesarias desarrollarlas, no es el objetivo que debe guiar la lectura.
Muchas veces los docente por medio de sus didácticas están postulando actividades que
representan poco esfuerzo cognitivo, y que en la mayoría de los casos solo llegan a un
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nivel literal de la lectura, por lo que sobrevaloran las capacidades del estudiante, al no
presentar situaciones que representen un reto cognitivo para llegar al nivel superior de
dominio y formar un lector activo, que aprende de los textos.
Por último y no menos importante es necesario reconocer cual o cuales serian las
formas más idóneas para enseñar estrategias de comprensión lectura. En primer lugar es
claro que se requiere que se efectúe un proceso de formación continuado, durante toda la
escuela primaria, donde el papel del docente es fundamental, puesto que éste es el que
proporciona las herramientas y los modelos para que el niño desarrolle progresivamente
sus competencias bajo una supervisión guiada, que gradualmente será retirada a medida
que el estudiante obtenga mayor dominio. Esto finalmente se estaría continuando en el
nivel de secundaría, para lograr un lector competente y autónomo.
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BIBLIOGRAFÍA
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I. Silvia Gonzales, Escuchar, hablar, leer y escribir en la EGB (págs. 79-118). Buenos Aires:
Paidós.