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Análisis Nulidad y Anulabilidad

Todas las causales de nulidad como aquellas de anulabilidad se presentan siempre al momento de
celebración del negocio, es decir, al momento de su formación y por ello es que se habla de
ineficacia originaria.
- Las causales de nulidad al igual que las de anulabilidad suponen siempre un defecto en la
estructura negocial y se dice por ello que son supuestos de ineficacia estructural. Esto significa en
consecuencia que los negocios nulos, al igual que los anulables, son siempre negocios que tienen
una estructura defectuosa, es decir, negocios jurídicos mal conformados y por ende inválidos. Por
eso, en el caso de la rescisión, aun cuando la causal es también coetánea a la celebración del
negocio jurídico, no se trata de un supuesto de ineficacia estructural, por cuanto la causal no
supone un defecto en la estructura del negocio jurídico, sino que se trata de un defecto ajeno a la
conformación estructural del negocio jurídico. Los supuestos de invalidez suponen siempre, además
de una causal que se presenta al momento de la formación o celebración del negocio jurídico, un
defecto estructural y es por ello mismo que se habla de ineficacia estructural, por tratarse de
negocios jurídicos mal conformados, cosa que no sucede con ninguno de los supuestos de ineficacia
funcional, llamada también por ello mismo ineficacia por causa extrínseca.
- Tanto las causales de nulidad como las de anulabilidad son de carácter legal, es decir, establecidas
e impuestas por la ley, no pudiendo ser creadas por los particulares. Esta característica es muy
importante por cuanto existe en el Perú la mala costumbre de invocar sin fundamento alguno
causales de nulidad, tanto por abogados como por magistrados en general. Permanentemente
escuchamos y leemos que cuando un abogado o un litigante considera que un contrato o negocio
jurídico no le es conveniente, se invoca siempre que existe una causal de nulidad o una causal de
anulabilidad. Este proceder típico de nuestro medio es totalmente equivocado y lleva a gran
confusión, por ello todos los autores y todos los códigos civiles de los diferentes sistemas jurídicos
son unánimes en que las causales de nulidad y de anulabilidad son siempre legales, se fundamentan
siempre en el principio de legalidad. Esto significa, en consecuencia, que las causales de invalidez
no pueden ser pactadas o ser resultado de la voluntad de las partes o, lo que es lo mismo, no deben
sustentarse en el principio de la autonomía privada, sino exclusivamente en el principio de
legalidad. La invalidez, sea la nulidad o la anulabilidad, es una sanción que impone el ordenamiento
jurídico a los negocios jurídicos que no se ajustan a determinadas aspectos estructurales de orden
legal. Las causales de invalidez solamente pueden venir establecidas por ley. Cosa distinta es que
en materia de nulidad, las causales pueden considerarse tácita o implícitamente consideradas en
las normas jurídicas o en las bases del sistema jurídico en general, bien se trate del orden público
o de las buenas costumbres. Ni la doctrina ni la jurisprudencia, ni el juez, pueden crear causales
de invalidez. El juez solamente está facultado a declarar una nulidad de oficio cuando la misma
resulte manifiesta.

El acto jurídico anulable, o sea , el que padece de nulidad relativa, es aquel que reúne los
elementos esenciales o requisitos de validez, y , por tanto, es eficaz, pero, por adolecer de un
vicio, a pedido de una de las partes, puede devenir en nulo. No ofrece, al contrario de lo que
ocurre con el acto nulo, dificultades serias en su delimitación conceptual.

Para Betti[12] anulable es el negocio que, aun no careciendo de los elementos esenciales y hasta
originando la nueva situación jurídica puede, tras la reacción de la parte interesada, ser removido
con fuerza retroactiva y considerando como si nunca hubiera existido: la nulidad surge sólo por
efecto de sentencia cuando un interesado toma la iniciativa de hacerla pronunciar por el juez como
consecuencia de los vicios que afectan al negocio.

Asimismo, debemos mencionar que las causales genéricas de nulidad se encuentran reguladas en
el artículo 219, mientras que las causales genéricas de anulabilidad en el artículo 221 del Código
Civil.
Finalmente, debemos señalar que en el Código Civil peruano no se aplica el principio de la
imprescriptibilidad de la acción de nulidad, por cuanto la acción de nulidad prescribe a los diez
años, mientras que la acción de anulabilidad a los dos años.

diferencias entre nulidad y anulabilidad

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