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yi MAQUIAVELO: LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN


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M aquiavelo era un hom] ) 1T ck acción política más que de reflexión.
Los 14 ali.os (1498-1512) que sirvió al gobierno de la República de
Florencia seguramente se habrían prolongado mucho más, tal vez
hasta el mismo término de sus días, si no hubiera sido por su mala for�
tuna y poi los trastornos 1.1picos de los Estados italianos del siglo XVL
Como es bien sabido, sus grandes obras políticas no sólo se·escri­
11;:
�·•·. · .1:1r bieron una vez que había perdido su empleo corno secretario de
la República, sino que la más conocida, El príncijJe, se escribió con
..� ,1 JmJI;,
�� el propósito específico de hacer méritos para ser readmitido en el
;.: . servicio público, es decir, muy prnbablemente ese libro no existi1 Íd si
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1 Maquiavelo no hubiera caído en desgracia.
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'V' Sin embargo, más allá de las circunstancias fortuitas que propi­

/:' .� ciaron las reflexiones y escritos políticos de Maquiavelo, bien vale la


:1¡J : pena detenerse pan1 :111alizar no sólo las circunstancias personales
ti que vivió y que determinaron en más de un sentido sus conclusio­
nes Leóricas, sino que 1.1111bién es 1iccesario poner atención " sc1
t entorno político, social y cultural, a su momento histórico, sin lo
�r·�:t r� · cual se pierde una gran parte del sentido y significación de su obra.
! i( Así, aunque se han escrito ya amplias y concienzudas biografías
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del secretario flore11tino -comenzando por los trabajos semina­
¡��;�_'-� ·ar les de Pasquale Villari, Niccoló Machiavelli e i suoi temj1i ( 1877), y
\ de Oreste Tommasini, La vita e gli scritti di Niccoló Maclúavelli nella
ti
loro 1elazione col 'm.adliavellismo ( 1883), y considerando tarn bién los
'�;i-!ti más recientes, como el de Roberto Ridolfi, Vita di Niccoló Machia­
�¡rij ,,, velli (1954), Maurizio Viroli, Tl sorriso di Niccoló. Storia di Machiavelli
¡,,
¡1 i 11· ( 1998), y el de Nicro/o Capponi, An Unlikely Princ(!. The Lije and Times
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165

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ROBERTO GARCÍA JURADO MAQUIAVELO: LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE UN HUMANISTA

aj Macchiavelli (2 010), que destacan por su meticulosidad u origina­ Giovanni Villani, el gran cronista de Florencia, cuenta cómo los
lidad para tratar los aspectos biográficos del secretario florentino-, Maquiavelo destacaban entre las principales familias güelfas, partida­
es necesario establecer un lazo más estrecho y un vínc1lo analítico rias del papa, que tras la derrota de 1260 tuvieron que abandonar la
entre los hechos mismos de su vida y las ideas políticas que expresó ciudad, a la que no volverían sino varios años después. Ya en el siglo
en sus obras. Éste es precisamente el propósito de este capítulo, que ;.�i xv hay ciertos indicios que dan cuenta de su medianía económica,
centra su atención en dos grandes eLapas de la vida de Maquiavelo, if'. como el catasta de 1427, una especie de padrón fiscal, en el que se
la de su infancia y juventud, de 1469 a 1498, y la de su periodo como '�� tasaban las propiedades ::lel abuelo de Maquiavelo, que por su cuantía
servidor de la República, de 1498 a 1512. lo colocaban entre las 200 familias más ricas de la zona. Aun cuando
la familia sufrió en el transcurso del siglo un descenso de su posición
económica, el catasta de 1498 muestra que si bien la fortuna familiar se
LA VIDA DE UN HUMANISTA EN EL RENACIMIENTO había visto notablemente mermada, el padre de Maquiavelo conser­
vaba algunas propiedades que le permitían cierto alivio económico.3
Nicolás Maquiavelo pertenecía a una a11 Ligua familia Lo:;cana asenLa­ Como puede verse, algunos personajes de la familia habían goza­
da en Montespertoli, en la zona del Oltrarno (más allá é_el río Amo), do de renombre, al grado de haber ocupado varias veces los cargos
muy cerca de Florencia. Era una fami\i;1 medianamente ;Komodada, públicos más importantes de la ciudad. Incluso en fechas no tan
que gozaba de cierto bienestar económico, debido sobre todo a que remotas como 1459, un Maquiavelo, Girolamo, había destacado por
percibía algunas rentas provenientes del sector agrícola. También oponerse abiertamente al gobierno oligárquico de Cosme el Viejo, el
disfrutaba de cierto nivel educativo y cul t1 iral, así como del reconoci­ gobierno de los ottirnati, por lo cual fue exiliado, luego recapturado
miento en su comunidad, al grado de que 12rniembro:'. ele la familia y finalmente recluido en un calabozo, en donde moriría después.4
·habían ya ocupado el cargo de gonfaloniero de la ciudad, nombre El padre de Nicolás, Bernardo Maquiavelo, fue doctor en leyes y
que se le daba en Florencia a quien fungía c�mo alcalde, y 54 habían ocupó por algún tiempo el modesto cargo de tesorero de la Marca,
sido priores, nombre que recibían los miembros de ia Señoría, el sin poder aspirar a escalar en el servicio público debido muy proba­
principal concejo del gobierno municipal.1 blemente a su origen ilegítimo. En vida, debió gozar de algún pres··
El abolengo de Ja familia se acreditaba fácilmente por la posesión tigio y reconocimiento público, al grado de que Bartolomeo Scala,
de un escudo de armas propio, íntimamente asociadc con el signi­ otrojurisconsulto reconocido de Ja época, que incluso fue secretario
ficado de su nombre, pues consistía en una cruz azul que repos<1 h<1 de la República de 1464 a 1497, lo hace protagonizar un diálogo
sobre un fondo plateado en cuyos cuatro extremos tenía lfs cabezas que compuso en 1483, en el cual se diserta doctamente acerca de la
de los clavos asociados al martirio de Cristo, o sea, un::>s rnali clavelli filosofía del derecho.
(malos clavos), de donde deriva el nombre de los Mach:;avelli, que en Los pocos datos que existen de la infancia de Nicolás provienen
italiano es un plural, por lo que la traducción del noml:re de nuestro justamente del Libro di ricordi que llevaba su padre, en el que anotó
autor al español muy bien podía haberse hecho como "\Ticolás de los cómo inició su educación a los siete años, cuando fue enviado a un
Maquiavelos, aunque por alguna razón, perdida en la h[storia, se hizo maestro particular para que le enseñara el donatello, o sea, los rudi­
en singula r como se usa ahora Fn este senticln, tambi�n vale la pena
, mentos del latín; conti:mó a los 10 años con estudios de aritmética,
comentar que fue bautizado como Niccolóy no como �:.cola, afirman� cuando fue enviado con otro maestro particular para que le enseña­
do así el particularismo florentino, que prefería cl?..r este giro al nom­ ra el ábaco; a lo que siguieron clases avanzadas de gramática latina
bre de Nicola, forma de este apelativo usada en el resto de Italia.2 cuando tenía ya 12 años.5

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MAQUIAVELO:
HUl\·IANISTA
LA EDUC1\ClÓN Y FORM
ROBERTO JURADO
ACIÓN
GAR°cíA

tas y dignidades ele cier ta cons1-


poseído dc�dc tic mpos antiguos ren
El padre de Nicolás no se limitó a enviarlo a las lecciones de latín, ando con el tiempo por
habían venido merm
deración, las cuales se os repartos
sino que además, gracias a la pequeña pero bien escogida biblioteca
de l<ls nia les c·ra el de los sucesiv
que tenía, Nicolás pudo adentrarse en la lectura de los clásicos lati­ distinl<l'i rnoLivos, uno
cual, tanto su padre
er<.teiones, a pesar de lo
nos y de algunos contemporáneos. En este mismo entre las diferentes gen n
Libro di ricordi su poner de una porció
avelo alcanzaron a dis
como el mismo Maqui
padre anotó los libros que prestaba, le prestaban o compraba, entre u.(. lugar, evidencia el eno
rme recono cim iento y
los que destacan autores como Tito Livio, Plinio, Macrobio, Ptolo­ de ellas; en segundo
endo aun su padre en
le confería, pues vivi
respeto que su familia
meo, Justiniano, Aristóteles y, sobre todo, Cicerón. Como puede . ar de su relativa
1497, quien era un co n n o tad
o doctor en leyes, y a pes
1

endarle una respon sab


verse, Maquiavelo recibió una educación típica de la clase educada i­
ncia, se decidió encom
juventud e inexperie
o escribir una c¡:arta a
del Renacimiento, y aunque seguramente no fue la educación más si
un cardenal, máxime
esmerada y costosa que por entonces podía adquirirse, sin duda fue lidad tan delicada com ri-
te importante del pat
servación de üna par
la suficiente para colocarlo dentro de la élite cultural de la época de ella dependía la con

que no sólo sabía leer y escribir, sino que además conocía el latín, monio farniliar.8 a herramienta indis-
n era ciertamente un
: 11. El aprendizaje del latí
vehículo indispensable para acceder a la vasta cultura de la literatu­ autores clásicos latinos
y
lt r a los textos de los
pensable para accede ope as
ra clásica. Además, el latín también resultaba imprescindible para '>\lt
-1�·,. pales cortes eur
icación con las princi
para establecer comun
comunicarse con la élite culta europea, que entonces lo utilizaba i't'
: nto , sin emb arg o , no era el único
me dio de educación y
del mo me ­
como lengua franca. El latín era también en la época un instrumento en la cual la comunica
teneció a una época
laboral valiosísimo, porque la mayor parte de los gobiernos euro­ cultura. Maquiavelo per de sus
e, de· ahí que dos
lugar muy important
peos lo utilizaban como lengua oficial, al menos en lo referente a las 't} ción oral ocupaba un
obras más significativa
s, Jos Discursos sobre la
primera década de Tito Livio
comunicaciones escritas que se intercambiaban; incluso era útil en el ación con esta forma
rden una estrecha rel
medio comercial, pues las múltiples redes y canales de comercio que
ya fluían necesitaban un lenguaje común, el cual también éste pro­
1,
d�.
y Del arte de la guerra, gua
de transmisión del con
ocimiento; el prime
ro consigna en su mi
a exposición oral de
smo
ideas y
títu lo la ide a de un texto disnll'sivo, un
o, un
veía. Como se abordará más en detalle después, el conocimiento del una forma de diálog
undo está escrito en
pensamientos; el seg los
latín fue el atributo que le permitió a Maquiavelo incorporarse como 1¡;¡ ma, que llegó hasta
.t o la cult11ra clásica mis
'l estilo tan antiguo com smos
segundo secretario de la República, ya que una de las funciones más
I} ontaneidad. Los mi
nidad cou \ igor y esp
inicios de la moder u s i la
comunes del cargo era precisamente la de escribir cartas en latín.6
1% producto ele las ani
madas tertulias que
a pic aba
Maquiavelo comenzó a prestar sus servicios a la República de �ll{ Dis cur sos son
nes a las que acu día un
familia Rucellai en
los Urli Oricellari, rcmiio
tas interesados en int

Florencia en 1 498, contando ya con 29 años. De los pocos registros ercambiar ideas y op
de jóv ene s hu ma nis
históricos que se tienen sobre su vida antes de esa fecha, destaca una grupo 7y 1519, a quien
s, en las cuales panicip
ó Maquiavelo entre 151
ll nio ne ces ya
carta que escribió el 2 de diciembre de 1 497 dirigida al cardenal de dado que para enton
: nción esos jóvenes,
Perugia, Giovanni Lopez, en la cual le pedía que los beneficios pro­ escuchaban con ate
de Estado.9
erano de los asuntos
era un respetable veL ca
ducidos por la parroquia Santa Maria di Fagna, que ancestralmente a escrita en esta épo
a acceder a la cultur
habían venido perteneciendo a la familia Maquiavelo, fueran respe­ Las dificultades par acc e­
sino al propio
de la lengua latina,
110 se limitaban al dominio ente un
un obj e t o que ent
tadós y no entregados a la familia de los Pazzi, una de las familias más onces era prácticam
1! prominentes de Florencia, a la cual parecía estar favoreciendo en so físico a los librm, ya est aba aba­
la imprenta
tonces, aun cuando
producto de lujo.1º En
ese momento el gobierno de la ciudad.7 Así, pues, esta carta permite seguía recurriéndose
....'· Ja producción de libros,
inferir claramente dos cosas: en primer lugar, que la familia había ratando y masificando

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ROBERTO GARCiA jUll.AJ,lQ MAQUIAVELO: LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN DE UN HUMANISTA

al costoso método de la copia manuscrita para producir un libro; a nítido, el Renacimiento se comprende mejor si se le observa como
tal grado estaba presente dicha práctica, que era común referir la un punto de encrucijada, como un lugar y un momento en donde se
' f: cruzan, traslapan y funden las i deas, hábitos y prácticas del mundo
anécdota de que Federico de Montefeltro, el duque de Urbino, un
mecenas y humanista renombrado de la época, tenía contratados medieval con el naciente mundo moderno. De esta gran encrucijada
entre 30 y 40. copistas p ara mantener actualizada su biblioteca.º que representó el Renacimiento, o de esta serie de encrucijadas, bien
Incluso hay ciertos indicios que sugieren que el mismo Maquia­ vale la pena identificar cinco que determinaron en gran medida el
velo copió algunos libros.12 En su Libro di ricordi el padre de Maquiavelo ambiente que se vivía en la época de Maquiavelo y que de una u otra
refiere cómo algunos de los libros que poseí:1 estaban escritos sobre manera dejaron huella en sus pensamientos e ideas.
papiro o cuero, y contaba cómo algunos de ellos los había adquirido La p rimer_a de ellas está representada por el encuentro o choque
primero como manuscritos y luego los había mandado encuadernar, ¡� entre el humanismo y la teología, es decir, entre la inspiración huma­
eludiendo así los altos costos de una edición original. Más aún, tam­ nista orientada al estudio de los clásicos latinos y griegos, y la tradi­
bién refiere la manera en que adquirió un ejemplar del libro Décadas :t
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ción medieval orientada al estudio .de las escrituras y el predominio
de Tito Livio, lo cual ocurrió cuando el editor le pidió que elaborara de la escolástica. A pesar de que el rasgo más distintivo del Renaci­
ifi'
el índice geográfico del volumen, dándole a cambio un c;jemplar miento sea esta recuperación de los autores latinos y del conjunto de
del mismo. Seguramente ese ej emplar fue el que Maquiavelo leyó y la cultura clásica en general, esta tendencia no fue genérica ni unifor­
releyó cautivado por las instituciones y la vida política de la Repúbli­ lt
·. ' l! t:
me, y mucho menos saludada con beneplácito colectivo, pues provo­
ili'1
ca romana, a partir de lo cual no sólo saboreó la gloria y el prestigio có serias fricciones u objeciones en diferentes sectores, sobre todo en
de la antigua ciudad, sino también comenzó a extraer una serie de la Iglesia, que condenó la recuperación de estos autores en denuedo
enseñanzas y experiencias que creyó podían aplicarse directamente de la teología y su pretensión abarcadora de las preguntas e interro­
a la vida contemporánea de su natal Florencia.13 ¡¡,, .
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gantes sobre la naturaleza humana. Clérigos y no pocos laicos conde­
.
11\;' !'1 naron enfáticamente esa retrospectiva, y sentenciaron como impío
y herético el regreso de lo que llamaban el paganismo. Este choque
CONTINUIDADES Y RUPTURAS DEL RENACIMIENTO no estaba exento de paradoj as y contradicciones, pues tenía también

· 1' �;
algo de entrecruzamiento, ya que tanto el catolicismo como el llama­
:(
Esta reverberación de la literatura latina y en general de la cultura do paganismo tenían en común el latín. El latín no sólo era la lengua
� .J

clásica no fue en modo alguno un movimiento c11ltural masivo o del humanismo, también lo era del cristianismo, al menos del cristia­

:1t
extenso, a partir del cüal se alterara profundamente la sensibilidad nismo occidental; ambos paradigmas se valían de la misma lengua.
y percepción del conjunto social. De cierto modo, el Renacimiento :..' 1 Pero a pesar de que el latín era la lengua preferida del humanis­
t mo, desde mediados del siglo xv el griego comenzó a difundirse y
'

fue un movimiento elitista, un movimiento hasta un cierto grado


restringido a un pequeño grupo erl11cado rle b sociedad. Cierta­ convertirse en una lengua alternativa y complementaria del humanis­
n1en te emergieron de él personajes y ul1ras que serían un punto de mo. En Florencia, la Academia platónica que fundó Marsilio Ficino
referencia fundamental p ara la modernidad, como Miguel Ángel, "I! patrocinada por los Medid con tribuyó de manera notable en la difu­
:1'·"
Leonardo, Ficino, Mirandola, Erasmo, Ariosto o el mismo Maquia­ sión de los autores griegos.
velo. Sin embargo, esto no significa que esos personajes y la cultura Como puede verse, en Florencia el auge del estudio de los autores
renacentista en general no estuvieran llenos de contrasentidos, ambi­ grecolatinos fue particularmente vigoroso, así como vigorosa fue la
güedades y entrecruzamientos, es decir, más que u n modelo claro y respuesta y el repudio de la Iglesia católica, que en voz de Girolamo

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MAQUJ..\\'l�L(l: l.:\ r:nucAC:lÓN y FORl'\'tACIÓN DE UN, MUM1\N1ST/\
ROBERTO GARCÍA JURADO

que muy frecuentemente se


expandía
Savonarola, tan influyente en la ciudad entre 1492 y 1498, condenó jardines o su mobiliario, sino
piándose de una calle, una
plaza o 1.111
reiteradamente desde el púlpito esas lecturas, y llevó a la hoguera de hacia el espacio público, apro
n
las vanidades que realizó en 1497 y 1498 no sólo los afeites y artículos barrio de la ciudad. f.ntre 1250
y1282 el gobierno municipal recié
a la
, ..,'t er límites estricto s
para establec
de lujo que a su juicio eran superfluos para la vida cristiana, sino los cons1iniido acumuló fuerza
lico; hasta ese momento había
libros de estos autores que el mundo clásico había consagrad o.14
Maquiavelo es un claro ejemplo de este encuentro, pues desde lo
1
· 1)· 1�. �
l· í apropiación privada del cs¡Jacio púb
espacios o zonas de la ciuclad
que parecían ser del dorninio ele
un

cía en el
más profundo de su conciencia no puede observar a la religión sino �- potentado y de su familia, dado
el enorme infü�jo que ejer

de la ciudad organizó una redi


·<'I/ strib ució n
como un medio a disposición del Estado para alcanzar los objetivos lugar. Ante ello, el gobier11(1
es
o autoridades o representant

--
necesarios para la concordia civil. Esta concepción se aprecia dara­ del territorio urbano, estableciend o­
así Ja pers
secciones, contrarrestando
mente en los capítulos 11-15 de los Discursos, donde plantea cómo los elegidos por cada una de sus
::B espario público. Además, proh
ibió (\lt('
romanos no consideraban a la religión de otro modo, y explica por 'í.
nalización o privatización del
de la ciu­
"!,'• n torres cerca de los muros
qué los cristianos tampoco debían hacerlo.15 las familias nobles construyera
la altu ra que podían
ndoles asimismo
La segunda encrucijada viene dada por el enfrentamiento entre la dad o de sus puentes, imponié
rivalizar o
ninguna torre priva da pud
o
vida pública y la vida ascética. El Renacimiento se caracterizó no sólo alcanzar. Desde entonces.
la del Palacio de la S eí'i. or ía , el Prt!.n:
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1n<ije�111. ,,j(\�td Lk
por sus logros en las humanidades y en las artes, sino sobre todo por el dc:sc1C1;11 \.i.
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Vecchio, como después fue llamado
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disfrute público de éstas, es decir, no sólo los motivos que inspiraron a


expe-
l nsa y vigorosa vida pública que
arquitectos, escultores y pintores emanaban del mundo antiguo, sino Como puede versé', a inte
ente
que también evocaban y exaltaban el ambiente colectivo de la Roma rimentaron mud1;1., ciULbcle
s del Renacimiento, particularm
unal o repu­
na forma de gobierno com
republicana, exaltando la vida pública y los valores de civilidad y con­ las .que atravesaron por algu
va significación del espa cio público,
fraternidad. Por el contrario, la tradición medieval venía exaltando el Micailo, propiciaron cina nue
o (k1 i11dividuo con su cornuni
dad, con
) un rnayor illlulun;1111it:nt

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ascetismo y el retiro ele los asuntos mundanos como m2.xima expre­
colectiva poco
sión de la realización humana, como el más alto nivel de per fección ¡� sus poderes municipales:
una convivencia abierta y
, ya fuese ésta
,'1 ' tramiento de Ja v i da priv ada
con1patible con el enclaus
i
al alcance del ser humano.10 La gran cantidad de conventos y monas­ , ,

terios que existían en Florencia daban cuenta ele esta inclinación a la monacal o p alacie ga .
fulm inante:
este asu nto una opinión
vida monástica y conventual . Para finales del siglo xv se contaban en Maquiavelo vertió sobre
los
debe, en consecuencia, abrir
la ciudad más de 100 conventos y monasterios, separados casi simétri­ "\Tn;i república bien orcknada
p r los pro ce­
caminos, como be dicho,
o
a los que buscan reputación
camente por sexos: la mitad para mltjeres y la mitad para varones. Era
privada .1 9
s"
s a los que la buscan por vías
dimientos públicos y cerrarlo
muy común que se recluyera en ellos a viudas, doncellas y solteronas,
e que tuvieron las artes, la
filosofia y Ja
muchas de las cuales habían ido a parar ahí por la insolvencia de En t•crcer lugar, el gran aug
s acti vidades se
quienes se dedicaban a esta
sus familias para cubrir la dote que iba aparejada necesariamente al literatura propiciaron que
d, 11aciendo
ganaran el re spe t o y admirac
ión por parte de la socieda
matrimonio. Incluso muchos varones decidían ir a pasar sus últimos buena
de ello un oficio honrado)'
decoroso. Curiosamente, en una
días en un monasterio o, incluso, desde su juventud, queriendo huir cie­
ales y f i nan
\I! ana las actividades comerci
así de un fracaso, una persecución o ele la pura melancolía.17 parte de la península itali o
propici and
'.li un vertiginoso desarrollo,
Además, el ímpetu y vigor de la vida pública renacentista también ras también experimentaron
se enfrentaron con la privacidad reclamada por las grandes familias
1,
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así el mismo efecto, es dec
ir, que quienes se dedicab
an a éstas obtu­

nto de su socied.acl. Las activ


idades
nobles, una privacidad que no se limitaba a sus habitaciones, sus vieran el respeto y reconocimie

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comerciales habían sido obstinadamente despreciadas y vilipendia­ El mismo Maquiavelo dio cuenta en varias ocasiones de la di ersi­
das por la aristocracia medieval por siglos y siglos. Una suerte similar dad de los modos de vida que coexistían en la Florencia de su poca t4
corrieron las actividades financieras, agravadas por la condena que la y de la aceptación que recibían, como en una carta muy conocida del
Iglesia católica dirigió a la usura y los usureros, un modo de vida que 9 de abril de 151 3 dirigida a su amigo Francesco VettorL en la que le
declaró incompatible con el cristianismo.20 comenta: "La fortuna ha hecho que, como no sé discurrir ni del arte
De este modo se prod1-tjo una curiosa paradoja, pues a pesar de de la seda ni del arte de la lana, ni de las ganancias ni de las pérdidas,
que estos dos modelos de vida �el de las artes y humanidades por me toca razonar del Estado''.22
t¡.n lado, y el de las finanzas y el comercio por el otro- parecían En cuarto lugar, la tradicional vocación guerrera de la aristocracia
cúmpletamente disímiles y contrapuestos, al grado de que podían medieval también colisionó con el apetito de acumulación de rique­
imaginarse incompatibles la vida del hombre de letras con la '�da del
hombre de cuentas, la sociedad renacentista supo albergar e incor­
'!·,: ..
_ ;
t
za que ya caracterizaba a la naciente sociedad burguesa. Así, dado
que uno de los rasgos más notorios de la aristocracia medieval era su
porar a ambos. ánimo belicoso y su profesión militar, el héroe prototípico, el mode­
A propósito de esto, el mismo Lilno di rfrordi del padre de Maquia­ lo cultural por excelencia, era el del caballero armado que poseía
velo es un ejemplo palmario de tal amalgama, pues como ya se ha un código ético estricto e intransigente, que no reparaba en costos
dicho, no sólo da cuenta de la educación humanista que éste recibió económicos para hacer respetar su honor y el. de su amada, para
y de las lecturas clásicas del padre, y probablemente también del hijo, defender a sus protegidos y para hacer valer la voluntad divina ahí
¿r;
sino que además da abundantes detalles de las actividades y contabili­ donde estuvie::-a en entredicho. Nada de esto se asemejaba al nuevo
dad financiera que llevaba de sus empleados, socios y comerciantes.21
Más aun, no sólo había tolerancia y coexistencia entre estos modos
1� código ético de la sociedad burguesa, que desplazó rápidamente ese
modelo de condutta y valores caballeresc.os para sustituirlos por uno
de vida tan disímiles, sino que en realidad había vínculos de comple­ nuevo, por el de la acumulación de dinero y riqueza, que si bien fue
mentariedad, pues es del dominio públiro que este auge de las artes despreciado en un primer momento, pronto impuso sus imperativos
y las letras se debió en buena medida al apu)O y aliento que recibió al conjunto social.23
del mecenazgo y patronazgo e:jercido por los grandes comerciantes, Maquiavelo, que si bien adoptaba una postura crítica general
banqueros y empresarios, quienes desde el siglo XII comenzaron a frente a la aristocracia, en este aspecto específico se lamentaba de
expandir su actividad y alcance al grado de que para el siglo xv ya que en Florencia la disposición y práctica de las artes militares prac­
habían acumulado una fortuna consiclnahle, lo que les permitió ticadas por la aristocracia desaparecieran en la medida en que ésta
desempeúar esa labor imprescindible. Así, la mayor parte de los había venido decayendo.24
creadores más prestigiados del periodo vieron asociado su nombre Finalmente, en quinto lugar, la sociedad renacentista también se
vio polarizada por el conflicto social y político entre la vieja aristocra­
:
al de alguna familia acaudalada de la época, debido a lo cual cam­
cia medieval y el pueblo llano. La aparición y desarrollo de una serie
.'

bién muchas de las obras más significativas se debieron a este tipo de


asociación. Más paradójico puede parecer el l:i echo de que una gran de gobiernos comunales en muchas ciudades italianas durante los
xm, xrv xv .t'

cantidad de los máximos jerarcas de la Iglesia católica se cuentan siglos y no se debió sencillamente a una mera reorgani­
1
también entre estos generosos mecenas, incluidos los propios papas, zación administrativa o institucional, sino a la presencia cada vez más
quienes se vieron en la incórnod<l situación de comprar o ünar_ciar numerosa y potente del pueblo en la esfera pública, cuya incursión
;' ;:
obras de arte cuyos motivos o inspiración se nutrían de fue1�tes paga­ detonó inevitablemente un conflicto con la antigua aristocracia, el
nas, que recuperaban héroes, mitos y hazaúas de la Roma clásica. cual llegó incluso a verdaderos estallidos políticos y revoluciones.

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Esta mayor presencia del pueblo en las instituciones públicas o op or tun ida d de
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no sólo fue una cuestión numérica o de grado, sino que llegó a conservó po r 30 añ os, tie la misma facción oli
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de su fam ilia y el de
imponer una disyuntiva ineludible: organizar al gobierno como una tar su do mi nio , el
" cimen , a difere nc ia de
undado y apoyado . Pie ro a
república aristocrática o como una república democrática, es decir, gárqu i ct qu e lo ha bia sec e duró en el po der,
en , y en los cinco aú os qu
darle preeminencia al pojJOlo grasso o al popolo minuto, en el lenguaje ':lil1 jov
ota), sup o ganars e la est im
su pa dr e, mu rió aci ón y
sus ma les fís ico s (te nía g
característico de la época. De este modo, la competencia política pe sar de do s jóven es hü os
no s . Al mo rir , dej ó a sus
desatada entre uno y o tro sector social condLtjo a una disputa por :!A �
\ID.,, aprecio de sus conciudada e inm ediato , el
po nsa bil ida d de suc ed erl o, Lo ren zo y Ju lia no . D
establecer las instituciones de gobierno que mejor favorecieran los fY� la res qu e ap oy ab a a los
de la fac ció n oli gá rqu ica
intereses propios, provocando así una inestabilidad y recomposición
¡,
primero recibió el a pu yo rca da po r su gobie rn o pe
rso -
u n a ép oc a ma
gubernamental que muy frecuentemente abrió el paso a gobiernos Mc dici y se i n i ció así tod a 2 3 añ os, ha sta
o el de su ab ue lo; un a ép oca que se ex ten dió
dictatoriales o tiránicos, que aprovecharon el impasse generado por na l, com o Lo ren zo se ga nó el mo
te d e
su mu ert e en 149
2 . Durante este tiemp rm itió
el enfrentamiento entre ambos sectores para introducir principios e , lo qu e le pe
el Magnífico po r sus gra
ndes do tes co mo estadista se en
instituciones monárquicas. ve rtir
r est abl e la vid a int ern a de la ciudad e incluso con
No obstante esta tensión, Maquiavelo tuvo la agudeza de seüalar ma nte ne Italia.27
•• z y tranquilidad de tod a
que se trataba de dos clases sociales que más que suprimirse mutua­ ! un fac t o r garante de la pa nueve aflos des-
nte cirn i c n to s se reg istr ó
mente, debían aspirar a coexistir; más aún, planteó esta coexistencia El seg un do ele ( :; 1 o s a co ón en la ciudad
só una en orm e co nm oci
como condición de la misma libertad política: "En toda república hay 1I pués, en 147 8, el cu al cau
la reb eli ón de los Pazzi. En ese añ
o , alg un os
y fue co no cid o corn o a­
dos espíritus contrapuestos: el de los grandes y el del pueblo y todas
l ) r::i r1 a fam ilia flor
en tin a de los Pa zzi org
las leyes que se hacen en pro de la libertad nacen de la desunión entre ..� mi em br os de fa e n n 1 1 1 1 ren zo y Ju lia no ,
i��

n un com plo t en co ntr a de los he rm an os Lo to


ambos, como se puede ver fácilmente por lo ocurrido en Roma".25 niz aro pta ció n y res pe
!íl ' de cie rto ma rge n de ace
' quien es a pe sar de gozar y en em ista de s diver­
no e s t aban ex en ws
el e re11 co res , intrigas
,,i.'� pú bli co su co ntr a. En tre
zzi co nv oc aro n y lan zaron en
LA CIUDAD Y LA PERCEPCIÓN DE LA POLÍTICA sas , mi sm as qu e los Pa o ele Pis a,
ad es, los Pa zzi log rar on involucrar al arzobisp
estas en em ist s sob rin os cle l p:1 p:1
un o de los má s qu eri do
Además de los múltiples entrecruzamientos que podrían identificar­ Fra nc csc o Salvia ti, y a en te el co no ci­
IV, Gi rol am o Ri ari o, lo qu e ev ide nc iab a cla ram
1It·�+ se en la época de Maquiavelo y que forman en última in stancia una Sixto
del papa en la co nsp ira
ció n.2 8
sola gran encrucijada social, política y cultural, esencia misma del mi en to y p : 11 tic i pa ció n asesin ar aJ uli an o
�. éxito , y au n q u e se log ró
Renacimiento, su infancia y juventud se vieron marcadas también La co nspiración no tuvo ers e y rea cci onar de
.,.
'-·
lev em en te a Lo ren zo, ést e pu do sob rep on
y he rir bie rto s,
1'Í ; , por una serie de acontecimientos y hechos significativos acaecidos en
ma yo r pa rte de los co nsp ira do res fueron de scu
ma ne ra que la
su natal Florencia, varios de los cuales dejaron honda huella en sus el propio arzobispo
ese mismo día , inclui do
concepciones y pensamientos, al grado de constituir todo un reper­ pe rseguidos y eje cutados la co nsp ira ció n en
La co nm oc ión y sac udimiento que produjo
Salvia ti. iegue de
torio de recuerdos y experiencias que se verán claramente reflejados
me mo rab le, sob re tod o porque hu bo tal de spl
después en sus diferentes escritos.26 la ciudad fue on ta do lor osa y trá­
ciudad guarcló un a im pr
En primer lugar, es necesario comenzar en 1 469, el año de su vio len cia y fuerza qu e la ada y de la reac­
rad ój ica m.e ntc , a raí z de l« co nsp iración fracas
nacimiento, cuando sólo unos meses después de su alumbramien­ gica. Pa sobre la ciudad
renzo, su con trol y dominio
�· - to moría Piero de Medici, quien había sucedido a su padre Cosme ción pu pular en apoyo a Lo

1 77
1 76

,a'

\�l'
ROBERTO GARCÍA JURADO MAQUIJ.-..I ELO: LA E D U C A C 1 Ó N Y FORMACIÓN DE. UN HUMANISTA

se fortaleció. No obstante, ese fortaleCÍmiento en el plano interno no conmoc iones y cambios en toda Italia debido a la invasión militar del
tuvo su correlato en el externo, en donde ocurrió precisamente lo con­ . rey francés Carlos VIII, quien animado por el duque de Milán, Ludo­
trario, ya que la ejecución del arzobispo pro\'(.KÓ la ira del papa, al gra­ vico el Moro, encabe zó una expedic ión militar con el fin de reclam ar
do de declararle la guerra, invocando el apoyo del Reino de Nápoles, lo '.:i1'·t\I sus supuestos derech os dinástic os al trono de Nápole s, para lo cual
que colocó a Florencia en un balance de fuerzas regional muy precario.
, ·

debía atravesar no sólo el extenso territorio francés , sino los indó­


Por fortuna, Lorenzo también supo resolver ese difícil conflicto mitos Alpes y una buena parte del territorio italiano, que incluía los
regional, lo que ayudó a que su prestigio y renombre trascendieran territorios de Floren cia y Roma, dos estacio nes difíciles y riesgos
as.
el ámbito local y alcanzara confines peninsulares y europeos. A su paso por Florenc ia, Carlos VIII exigió la colaboración de la
El tercer y cuarto acontecimientos locales que tuvieron una fuerte ciudad; pedía que tanto él como su ej ército fueran acogidos
en su
inciden cia en la vida de Maquiavelo se dieron en 1 492 . El primero d e 1\ tránsito por ella y les fuera franqu eado el paso por el territorio tosca­
ellos fue precisamente la muerte d e Lorenzo e l Magnífico y l a as'.Hl­ no en su camino ha.da Roma. En un primer mome nto Piero no
sabía
ción d e s u hijo Piero. A diferencia de su padre, de su abuelo y de su qué hacer ante la llegada del rey francés y su deman da, por
lo que
bisabuelo, Piero era conocido por su inmadurez, su frivolidad y su des- estaba lleno de dudas y vacilac iones; sin embar go, en cuanto
fue a su
·

interés en los asuntos de Es tado. Ese carácter fue el que fi n almente encuentro no sólo le ofreció sli colaboración , sino que práctic amen­
determinó su corta estadía en el gobierno de la ciudad, que duró te le entreg ó la Ciudad , provoc ando el enfure cimien to de sus
habi­
apenas dos aí'i.os, hasta 1 494, cuando sucumbió ante una rebelión tantes, quiene s se alzaron en una rebelió n instantánea ante la
·1;,
cual
in terna provocada por la incursión de Carlos \ 'lll en la península.29 Piero no vio otra alte:-nativa que huir. Esta huida sentó las bases
para
El cuarto acontecimiento no tuvo lugar en Florencia, sino en la formación de un verdad ero gobierno republ icano, sin príncip
Roma, y si se ha considerado aquí e s pnr su fuerte impacto no sólo
.,: ;!�·• ni familias gobermJ.i. tes, el mismo gobier no que cuatro años despué
es
s
en los asuntos locales de la ciudad, sino Lalll bién en tocio e l país y en contrataría a Maqt:.iavelo para encabezar su segund a secretaría.31
el resto de Europa. Se trata nada menos que de la llegada al trono No puede pasarse por alto que desde los primer os mome ntos
de
pontificio de Rodrigo Borgia, el papa Alejandro VI, quien prot<igo­ este gobier no ej erció una influen cia decisiva un popula r fraile
domi­
·"
nizó uno de los papados más controvertidos y paradigmáticos del nico de origen fer::.a.ré s, Girolamo Savona rola, quien muy pronto
se
Renacimiento , en el cual la corrupción, la perversidad, la avaricia y la convirtió en guía y fulcro del gobier no, funció n que desem peñarí
a
crueldad desbordaron todo límite. Además, más allá de convertirse hasta muy poco antes de su muerte , acaecid a el 23 mayo de 1 498,
en un papa tan polémi c o , Al C"jan d ro VI fue padre de César Borgía, cuando fue ej ecutado por el mismo gobiern o del que había sido
fac­
a quien nombró primero cardenal en 1 493 y luego , tras renunciar a tótum y guía espiri:ual, lo que abrió el paso a nuevos integrantes
del
los hábitos, capitán general de los ejércitos pontificios, haciéndolo su gobierno republic;mo, entre ellos Maquiavelo, quien fue elegido
tan
brazo militar para someter a los Estados de la Romaí'i.a, y abriéndole sólo cinco días despué s, el 28 de mayo.3 2
así una ruta de engrandecimiento e i n f ü i c n cia que 1o ll evó a c onver­
tirse en un factor de poder determinante en Italia e n los primeros
aí'i.os del siglo xvr, cuan d o Maquiavelo lo conoció y se convirtió para EL MAGISTERIO DEL SERVIC IO PÚBLIC O
él en un personaj e de e n orme relevancia, tanto en su experie::icia
personal como en su imaginación política.30 Como se ha dicho ya, se sabe muy poco ele la vida de Maquiavelo
Finalmente, el quinto de estos acontu i mie n tos tuvo lug;:ir apenas antes de que comenzara a trabajar para el gobierno de Florenci a en
dos años después, en 1 494, cuando se desató todo un torbellino de 1 '±98, por lo que la:; ideas sobre su infancia y juventud se basan sobre

ns 1 79
RODERTO GA RCÍA JURADO MAQU IA\'ELO : L1\ EDlJ C: A C ! Ó N Y FOH}.·f,\CJ ÓN DE UN HlJl'..,[AN IST/\

suce sos familiar es, Maq uiavelo


todo en coajeturas. Disponemos de mayor información sobre su vida A pesa r de esto s desafortu nado s
des de su ap r e n d i zaj e como secre
­
durante los 14 años que prestó sus servicios a la República, los cuales debe afro n tar los retos y dific ulta
fueron, además, de una gran intensidad en cuanto a experiencia y tario de la Rep úbli ca, lo cual no e.m'
t exento de compleji dQ.de >: y
desafío s . No obstan ll q m: la rnay
or pa rte ele sus biógrafo s y an alist as
aprendizaj e .
com o
gran dese mpe ño de Maq uiav elo
han destacad o y reco noci do el
sus
S i n embargo, b i e n podrían distinguirse ·tres etapas de este largo
en que es muy prob able que en
periodo que tienen una significación y relevancia particular: en pri­ secre tario , poco se ha reparado
para
a com plet ame nte calificad o
mer lugar pued e identificarse el periodo que va de 1498 a 1502, pues prim eros mom ento s n o estuvier
a apre nd ido latín , es prob able que
son cuatro años que tienen mucha importancia en su vida personal y el1 u . Por principio , au 1 1 q u e y a habí
s
· .· f1)7' s u dom inio n o fuera d e l rnás al to nive l , a l grado d e que hay c ierto
en su involucramiento y entrenamiento corno segundo secretario de e ccio nó,
indi cios de que fuer a allí, en la
s ecre taria , en don de lo perf
la República; la segunda e tapa c o m p re n d e los años de L IJ02 a 1506,
r a l c o r n o lo p lan tea Paol o Giovi o, qu[e n sugi ere qu e n o sólo s u nom­
cuando vive imp o rta n t es experiencias diplomáticas, alcanza una
ida a Mar cello Virg ilio Adriani,
el
bram iento lo debi ó en buen a med
madurez política notable y se convierte en uno de los hombres clave el e
r s e cre tario apen as en febr ero
cual habí a sido no rnb r;it lo p rime
d e l a administración encabezada por el recién nombrado gonfalo­ ense ñánd ole los refin amie ntos
1498, sino que fue é l guie n continuó
niero vitalicio Paolo Soderini; la tercera de ellas va de 1506 a 1512, el a ele secr etario habí a sido ocu­
de l a leng ua latin a.:1:1 Acle ni ;\ s ,
c rgo

seis años en los que no sólo consolidó su posición corno hombre de otad os d octo r e s e n l ey e s y hum
pado trad icion alme nte p o r conn
confianza del gonfaloniero , sino q u e lleg a a tan privilegiada posición e sale n nombres com o el el e Colu ccio
n i s ta s , de e ntr e los q u e �uh1
gio Brac cioli ni, tres de l o s gr
que puede proponer y ej e cu tar proyectos de gobierno originados en an d es
SalU Lati, Leo nard o Bnmi y Pog
lo cual evid enci a el nive l ele pre
sus propias ideas y convicciones, aunque por otro lado también es s tig i o y
humanistas del Ren acim ient o,
q o rn ­
una época en l a que sufre ya los costos políticos de la vida pública, al cargo . Así, au n ue M a quia velo
p r e p ar ac ió n que a c o m p aú. ab a
1 muchos de ellos derivadc)s ele su pr o x im i d ad al gonfaloniero.
pab a la segu nda secr e Laría , de
men or rang o que la p r i m e r
enci as simi lare s, com o el cono
a , ello no
­
qu i t�\ qt1e estuviera al mar gen d e exig
istra tivos
r oce d i m i e n t os j u rídic o-ad min
cim ient o de las leye s y los p
alm ente
Nace un secretario: carg o lo d e s e rn p e ú a ban norm

:lt
1 4 98- 1 502 de la Rep úbli ca, ya que este
arte s en
ene cien tes al cole gio de las
}¡� doc tore s en leye s y nota rios , pert
! id o d es d e su
e , a pesa r el e hab er ap r end
��

Los cuatro años que van ele 1 498 a 1 5 0 2 representan una e tapa dra­ ·� \ dere c h o . Com o pu e d e vers
doc tor en l e ye s y tení a por
lo tan­
mática e n l a vida pers onal de Maguiavelo . Por principio, en 1500 niñe z el latín y de que su pad re fue
, Maq uiavelo
to una p e queñ a bibl i o te c a
muere su padre y una d e sus dos hermanas, lo cual lo sumerge y aho­ que estuvo a su disp osic ión
1 1 1 u c l L 1S , , , 0:1 s
1 . 1 1·io de Lt R e p úb l i c a con
ga en una serie de problemas fa m i l i ar es y p atrimoniales. Estas pér d i ­ en tr ó com o seg111HI ( ) s c cT l
das se magnifican por l a decisión de Totto, su único hermano varón , p o r es tu di a r y apre nde r.
can cille ría se ocu pab a d e l o
s asm1 t.os
d e tomar l o s hábitos sacerdotales, lo cual implicaba en realidad un For malmen te , la segu n d a
la <l d min i s trac i ó n inte rna
ele la ciud ad
abandono de los asuntos terrenales para ocuparse únicamente de los rel acio nad os con la gue rra y
men te de
la p r i m e ra se o c u p aba sola
espirituales. Estas d o s p é r did as , o tres, si puede considerarse la terce­ y sus clo rn i nios , mi e n u as que cion es
obst an t e , en la r eal i d a d sus fun
'.if� los asun tos dipl omá tico s; no
,

� !j(
ra como tal, son compensadas de alguna manera por su matrimonio re n c i �1
se con fu ndía n y 1rash p :1han
A p l°'s;i 1 · de ello , hab ía una dife
con Marietta en 1501, lo cu al le otorga una estabilidad duradera, que
'�+ n cuan to a
r y el s e gun do s e cretario e
a pesar de algunos deslices y devaneos, conservaría por toda su vida. t imp orta nte e ntre el p ri m e
�-
'!f:�j) -

181
180
i!
ROBERTO GARCÍA J URADO MAQUlAVELO: LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN D E UN H U MANISTA

1¡ ' ·
ingreso y status: mien tras el p rimero recibía un salario anual de 330 �: instancias burocráticas, al frente de las cuales se encontraban las dos
florines, el segundo recibía tan sólo 1 9 2 , para no hablar del mayor secretarías, un enorme margen de maniobra e influencia, dado que
prestigio que disfrutaba el primero. eran la única institución con cierta durabilidad y estabilidad dentro
Maquiavelo ejerció sus fúnciones como senc l.ari o c 11 una época del gobierno .
en la que esta institución estaba recobrando la im:.J ortancia que A esta estructura gubernamental fue a l a que se incorporó Maquia­
había tenido en el pasado. Tie mpo au·;is, duran te e� sigl o XTV, los
1: velo el 28 de mayo de 1 498 como segundo secretario, encontrándose
cancilleres habían desern peiia do un papel muv importante pan:i el de pronto al frente de un órgano que le confería amplias facultades
funcionamiento del gobierno comunal ilorentino. Tc davía a princi­ y mayores responsabilidades, mismas que se incrementaron tan sólo
pios del siglo xv la cancillería conservaba mucho de su esple n cl n r : 5in mes y medio después, cuando fue designado también secretario de
embargo, a partir de que Cosme de Medici se convirtifLl <'n el gober­ los Diez, un concejo del gobierno que tenía como atribución espe­
nante de Jacto de la República en 1 434, iniciando toda una dinastía, cífica los as untos relacionados con la guerra, y que tenía además
la estru c tura del gobierno comunal se vi o seriamente dañada, e ins­ problemas muy similares a los de la Se1i.oría, pues sus integrant�s
ilí
' •

ti tuciones como la cancillería se vieron sub o rc:�madas a la voluntad duraban en su cargo tan sólo seis meses .
�··;
particular de una familia.34 Esta elevada rotación del personal político se veía acompañada y
La cancillería ele la República no volvi ó a recuperar su relevancia era en buena medida un efecto de la inclinación democrática de la
sino hasta finales del siglo xv, una vez que en 1 494 los M e dici fueron República, la que permitió y favoreció durante esos años un alza galo­ • · ,..
·_

. rn·,
desplazados del gobierno y expulsados de la ciudad, circunstancias . ., pante de los impuestos, determinada no sólo por el gasto corriente > .

a partir de las cuales la Señoría recuperó cierto grado de indepen­ del gobierno, sino por la campaña militar contra Pisa. Guicciardini,
t
dencia y autonomía. No obstante, la pe rmanente injerencia que los que evidencia sin embozo su desagrado por el gobierno popular,
Medici ej ercían en el gobierno de la República fue :remplazad a ele refiere cómo durante esos años los pobres votaron a favor de impues­
algún modo por la fuerte influencia en éste del fraile Girolamo Savo­ tos excesivos confiados en la certeza de que la mayoría de ellos recae­
n 3 rola, quien entre 1 494 y 1 498 se convirtió fácticam�nte e n el guía rían en lapoblación más rica, a la cual no sólo se le aplicó un diezmo
espiritual de la ciudad y de su gobierno. De este modo, no fue sino escalado, es decir, un impuesto progresivo, sino que se le exigió una
hasta mayo de 1 498, cuando Savonarola fuc ejecu tado, que la Señoría serie de empréstitos forzosos. Además, en consonancia con el espí­
recuperó por completo su soberanía, el mismo mes en que Maquia­ ritu democrático imperante, se acordó que el requisito que debía
velo comenzó a servir con10 su segundo secretario. quien trató de cumplirse dentro del Gran Concejo para autorizar el aumento de
contribuir a que la maquinaria de la adminis tración pública que por impuestos fuese de 50 votos más uno, es decir, una mayoría absoluta,
tanto tiempo se había visto distorsionada operara adecuadamente.35 y no la mayoría calificada de dos tercios que se exigía antes, lo que
Uno ele los problemas más graves del gobierno al que comenzó
a servir Maquiavelo fue la acelerada rotación del gonfal o niero y los
•-li
'f.
colocaba a las minorías en una posición de mayor debilídad.36
No obstante, el repudio de la población general ante los nuevos y
priores de la Sei'íoría, que no duraban en su cargo Eino dos meses, elevados impuestos llegó a tales niveles que desde mediados de 1 499 y
lo que no sólo era un tiempo claramente insuficiente para adquirir hasta avanzado el año 1 5 00 no se pudo instituir el Concejo de los Diez,
cualquier aprendizaj e o experiencia política, sino que además h acía del cual era secretario Maquiavelo, ya que la población se resistía a
necesario contar con un elevadísimo número de ciudadanos dispues­ integrarlo, culpándolo del excesivo gasto público, por lo cual se les lle­
tos a servir a la República en éste y los otros concej o� que tenía. Por gó a apodar los "Diez gastadores" .37 Además, el desprestigio de la con­
otro lado, esta elevada rotación de los cargos políticos transfería a sus ducción militar se acrecentó con la ejecución del capitán mercenario

182 1 83

.,./'
RoB �RTO GARCÍA .JURADO Y FORM AC\Ó N 0\-". U N HUM i\N \ST,\
EDUC ACIÓ N
"".'-AAQ U1AVELO: L/\

p
Paolo Vitelli en el otoii.o de 1 499, quien estaba a cargo ele la cam ; �ndes cl.ebü\c\ade s·. en primer lug
ar, observó \os defe ctos
de sn
1nte gnnt
de Pisa y fue culpado ele traición por la Seúoría, cuya culpabilicl'' erach\ rota óón ele sus
iseño i.nst1rn c 1 ( 1 \ l·,\\ , Y"' que \a ace\
\os D\e?. y de\ mismo
real resultaba hasta Cierto grado intrascendente para los florentin es, s o\) r e todo de \os ?r\ores de \a Señ:oría, c\e
que en uno y otro caso veían di lapidados sus recursos. Para colmo, . do y conúnui.clacl a la
gonfalonier o , 1n1pe clí:<i. prácücamente clar senti
los problemas
en el verano siguiente se sublevaron los soldados suizos y gascones , · políti ca de\ Estac\o; en segundo lugar, se p ercató de
s merc enarias extranjera s, lo
eman ados de b depe nden cia de tropa
participantes en la campai"i a militar, motín que presenció el mismo y
ejérci to confi able y d i sp on ib l e en
Maquiavelo que se encontraba por esos días en el campo de batalla, cual no sólo imped ía valers e de un
"4 s gastos a la Repú blica
acontecimiento que no hizo sino acrecentar el malestar social y forta­ todo mom ento , sino tambi én impo nía fuerte
stos para la pobla ción .
lecer la convicción del secretario sobre la gravedad de este problema. que se traducían en elevad os y odiad os i mpue
A pesar de este complej o panorama insti tucional, Maquiavelo ·�ti Es decir, desde sus prime ras exper iencias
políticas Maqu iavelo se per­
ales que más tarde reflej aría
pudo adaptarse rápidam e n te a sus funciones como secretario y cató ele estos dos probl emas funda ment
desempeñar tareas ele gran delicadeza. De entre las tareas que se le en sus escri tos .
encomen d aron en este p e riodo sobresalen tres misiones diplomá­
ticas: la primera ante Jacoppo D 'Appiano, seúor de Piombino; la
segunda fren te a Catalina Sforza, seúora de !mola y Forli, y la ter­ De secretario a primer minis tro: 1 5 02- 1 5 06
¡ 'it
111!<
cera nada m enos que frente a Luis XII, el rey de Francia. No puede ·. 1i

·· .
41¡ a oficia lmen te prim er minis­
pasar desapercibido que estas tres misiones diplomáticas tuvieran en No, Maqu iavelo no fue nomb rado nunc
. tro, no existí a tal figura en Fl orencia,
y en el resto de Euro pa ape­

I
común dos cosas: primera, que parecían más bien funciones de la
. alizar las funci ones de los
primera secre taría que de la segunda, y segunda, que las tres trataban nas se estaban come nzan do a instit ucion
!
el mism o nomb ramie nto d e
del mismo asun to, de las tropas mercenarias y extranj e ras a las que minis tros del rey. Él siemp re conservó
esos años y p o r e l resto ele Lt
debía recurrir Florencia para cumplir sus fines militares.38 segun do secre tario, sin em bargo , para
anci a muy bien podí an
La primera de estas misiones se realizó en marzo de 1 194, cuando admi rnstra ci o n Sode rini, su posic ión y relev
tuvie ron los prim eros m i n istros
Maquiavel o fue enviado anteJacoppo D 'Appiano con el fin de nego­ �1! habe rse equiparado a la qne despu és
ciar su salario como capitán del ej ército que mantenía Florencia en de Jos grand es mon arcas e 1 1 1 o peos.
ios a una repú blica que
su campaña militar para tratar de recuperar Pisa, la cual s e había Maqu iavelo come nzó a prestar sus servic
ndam e n te divid ida. En p rime r
perdido en 1 494, cuando Carlos VIII ocupó la ciudad y le o torgó su se enco ntrab a desg arrad a y profu
tes y enc onad as f'u e J a
independencia. Unos cuantos meses después, en julio , fue enviado Ju gar, u n a de las divis ione s más pola rizan
naro la s e conv irtió e n guía y
ante Catalina Sforza con el fin de negociar con ella el salario de su que se prodttj o en 1 494, cuan do Savo
prop ició que la pobl ación s e
hijo O ttaviano Riario, que también servía al ejército de Florencia. \I·· patro no del n u evo gobie rno, lo que
y quien es n o , dos facci ones que
Finalmente, el año siguiente, enjulio de 1 500, fue enviado ante una divid iera entre quien es lo apoyaban
de las cortes europeas más importantes y p o derosas del momento, pron to agud izaro n sus difer encia s al
g rad o de ser recon ocido s públ i­
a quien es se les l lamó jJiagn oni
la del rey francés Luis XII, con quien debía tratar d e n e gociar una came nte como dos grup os defin idos,
ctivam en te. El mism o Savo­
reducción en e l pago de las tropas que había prestado a la República (ll oron es) y arrabbiati ( enqj ados) , respe
el púlpi to esta divisi ón, como
j 1 para la misma infausta campaúa de Pisa.39 narol a se encargaba de atizar desde
Como puede verse, desde los primeros aúos en que Maquiavelo lo descr ibe claram ente Maqu iavelo en una
c ar ta que le escrib ió a
!. .1
1: 1 498, tres meses an tes d e
i:
e n tró a prestar sus servicios a la República se p ercató de dos de sus su ami go Ricard o Becch i el 9 de marzo de
l, . ,

� ·¡
�1r 184 1 85

]I�'1�'
�H
'1

'1 Ron E RTO GARCÍA J 1.:1u D O MAQUIA VELO: LA EDUCAC I Ó N Y FORlvI A


C I Ó N DE UN HUMANI STA

ti
;:_ entrar al gobierno, en l a que, al parecer a petición de éste, le cuen­ cual si bien no acum ulaba much o pode
t. r en sí mism o, al meno s tenía
ta cómo acudió a un s e rmón ofrecido por el fraile en el que , en tre un encargo vitali cio.41
otras cosas, decía que sólo, había dos tipos de hombres, los bue n os y No obsta nte, para finale s de 1 502 y luego
de ocho años de expe ri­
los perversos, siendo los primeros los que le seguían y los segundos mentar y sufrir con este diseñ o const
itucio nal, se decid ió realizar un
quienes se le oponían. Seguramente estas palabras pronunciadas por cambio fund amen tal , que era el nom
bram iento de un gonf aloni ero
el fraile no fueron bien recibidas por Maquiavelo, pues apenas el mes vitali cio, esper ando cons eguir así la
es tabili dad y longe vidad que
anterior, febrero, había sido propuesto para ocupar la segunda secre­ tenía la· Serenísima, claro , sin la conc
ienci a de que esta apac ibilid ad
taría, pero obtuvo resultados negativos, ya que la designación había no se debí a exclusivamente al cargo
vitali cio del dogo , el cual era en
ido a parar a un recon o cido miembro de los piagnoni, marginando a el fond o efect o y no causa . No era la
prim era ocasi ón que en Flore n­
i
I',

Maquiavelo, a quien seguramente se consideró p oco devoto del fraile cia se habl aba de un gonfalon iero
vitali cio, inclu so desd e la époc a
r o incluso un franco o p ositor.40 de Lore nzo el Magnífico (m. 1 492)
se llegó a cons iderar e s ta idea ,
En segundo lugar, el desplazamiento que sufrieron los Medici en aunque nunc a pros peró , ya que se
impo nían dos cons idera cione s:
í: .
�I· 1 494 también agravó la separación y desavenencia entre la oligarquía en prim er términ o , pare cía supe rflua
una mod ifica ción cons titucio­
�:
!\
y el pueblo. No sólo se comenzaron a e nfren tar más enconadamente nal de este tipo dado el pred omin io
de la familia Medi ci, cuyo j efe
t·.: por los cargos públicos y por los montos y dcsünatatios fina l es de los cumplía en los hech os esa func ión
sin nece sidad de form alism os;
impuestos, sino que en líneas generales también reaccionaron a la divi­ segun do, la creac ión de un gonf aloni
ero vitali cio abría la posib ilidad
sión propiciada por Savonarola, por lo cual la oligarquía se ali'n eó prefe­ de un gobi erno desp ótico y tirán ico,
ti; dada s las posib ilida des de forta-
y.,., rentemente del lado de los arrabbiati y el pueblo llano con los piagnoni. lecim iento de que disp o n e un gobe
¡¡ '.
rnan te con semejante h o rizon te,

ti No era fácil resolver los problemas constitucionales del gobierno lo cual hací a teme r no sólo al pueb
lo flore ntino , sino a la mism a
florenti n o , sobre todo p orque c u alqu i e r modifi c a c i ón impl i c aba oligarquía, pues si bien el dom inio
k i med iceo se asem ejaba muc ho a
un gobi erno mon árquic o , nunc a
L uno u otro inconveniente . En 1 494 se refundó la República tra L<1ndo llegó a vérse le com o una tiranía.
de seguir el modelo republicano de Ven e cia, sin embargo, su orien­ Una situa ción similar se prodl.tj o

!�:
\
a partir de 1 494, pues aunque ya
tación oligárquica no terminaba de agradar a todos en Florencia, se había depu esto y expu lsado a
�-
los Med ici, su lugar fue o cupa do
mucho menos a Savonarola, quien deseaba una orientación más · en cierta medi da por Savo naro la,
.�:
de quie n depe ndía la orien tació n
democrática. De este m o do, aunque se creó en 1 494 un Gran Conce­ gene ral que debí a segu ir el gobi
t
;'
erno . Por esa razó n, no fue sino
jo similar al veneciano, no se le i mpusieron los límites y restricciones hasta la mue rte del frail e en 1 498 que
las instit ucion es repu blicanas
que éste tenía, por lo que se le concedieron faculta des que poco asum ieron el control polít ico real,
y se enco ntraron con las fallas
agradaron a la oligarquía; asimismo, de manera inversa, aunque estructurales de su diseñ o cons tituc
iona l.42
se creó el Concej o d e los Ochen ta, tratando d e e m ular al concejo De este mod o, en 1 502, y lueg o de
cuatr o años de expe rime ntar
veneciano de los Pregadi, que hacía las veces de cm Senado, no se le con las i nstitu cione s polít icas estab
le cidas , se decid ió final men te
d o tó de las amplias facultades que tenía aquél. Para comple tar el instituir un gonfalon iero vitali cio. No
obs tante , a pesa r de la ausen­
esquema, aunque se c onservó y en cumbró la figura del gonfaloniero cia de los Medi d y de la desap arició
n de Savon arola , no estaban
como máxima concentración y persunaliz<1 c\ón del porkT clel Estado, ausentes los temo res a la tiranía,
por lo que para neutraliza r los
se neutralizó toda su capacidad al asignarle la misma brevedad en 1 ,posibles exces os del gonfa lonie ro se
le impu siero n una serie· de res­
el cargo que tenían los priores c\e la Señoría -dos meses-, lo que ·' triccio nes: por princ ipio,
debía ser mayor de 50 años , con lo
cual se
separaba abismalmente esta figura con respecto al dogo ele Venecia, � árantizaba que su p erma nenc ia en el cargo
no fuese excesivam ente

\1,
1 86 187

R O IJ ERTO GARCíA j LJ R A O O MAQtJL\\I F.LO : L.-\ E D U C A C I Ó N \' FORM A C I Ó N DE UN H U rvlANISTA

prolon gada; además , se establec ía claram ente la prohib


ición de que Así, apenas un mes después de la llegada de Soderini fü e envi ado
ningún miemb ro de su familia ocupara un cargo público
relevante ni ante César Borgia, el hijo del papa Al <:;j andro VI . No era la primera
se dedicara al comerci o , con lo cual se cerraba el ocasión que se presentaba ante el Duque Valentino, como popu­
paso al encum bra­
miento familia r y al estable cimien to de una dinastí
a.43 ,
r larmente se le conocía; ya a n te s , en j unio de ese mismo año, había
No obstan te estas restricc iones, el impuls o popula r
que prevalecía '��·. acompañ ado a Francesc o Soderini, obispo de Vol terra y hermano de
m .1 s 1. crn t.e e' l , au nque en esa ocasi. on
en Floren cia desde hacía algunos años había supera
do las resisten­ !>
1 p·iero s oc.l enrn,. a una
. , an , '
l.1 ab rn
cias oligár quicas tanto en lo refere nte al proced
imient o de la elec­ tenido una corta e s tancia, sólo cinco días, mientras que e n e s ta
ción como a la p e rson a elegida. La oligarqu ía no pudo
impedir que segunda no sólo fue el enviado responsable, sino que permane ci ó
la facultad de elegir al gonfalo niero fuera a parar varios meses, desde octubre de ese ali.o hasta enero de 1 5 0 3 . Y
no
al Gran Concejo,
el cual no gozaba de su beneplá cito, ya que era una era para m enos, en ese m o m e n to el duque se encontra ba re a l i za n do
instanc ia con
�( una fuerte presenc ia popular, de amplia represe ntación
, pues llegó una campaúa militar en la Romaña c o n el supuesto fin d e recupera
r
a albergar a casi m iembros , debido a que desde su fundació n
3 000 los dominio s pertenec ientes a la Iglesia, aunque en realidad es taba
.
�1•
se relajaron n o tableme nte las restricci ones insacula torias. Los
vene­ tratando de construir un Estado para la familia Borgia, cuyos apetitos
quis-
cianos nunca relaj aron tanto las res triccione s sobre el suyo,
al cual ji, apuntab an al territorio mismo de Florenci a. César ya h abía con
mucho tiempo atrás también le habían privado de una interven tado Imola en diciembr e de 1 499 y Cesena y Forli a principio s de
ción
efectiva en este proces o , para reservár sela a los patricios del Conce
jo
1� ·

1500, por lo que ya estaba probada su p e ligrosidad , máxime cuando


en junio rl f' 1 502 se re be la ron Arezzo y l os pue blos de Val dichiana
d e los Pregadi. ,

A consecu encia de ello, la elección favoreci ó a Piero Soderin
i, pertenec ientes al dominio florentin o, en cuya rebelión se sospech
hermano del obispo de Vol terra, quien ya había ocupado el de Arezzo había sido
cargo ba la mano oculta del duque� pues la rebelión
poco más de un aúo an tes y era p oco grato a la oligarquí a, pues :!I! instigada por Vitellozz o Vi tell i, uno de sus capitane s.
durante esa gestión había prescindi do de la prattica, un mecanism .�J11 ' No obstante , de manera dramáti ca, ese mismo año de 1 5 0 3 moría
o
Pío
de consulta muy u tifüado en la época de los Medid, por medio
del
,[1¡ en Roma el papa Alejand ro VI y era elegido en su l ugar el papa
III, quien murió muy poco lic rn p o despl1 é s , en octubre
cual el gonfaloni ero ll amaba a un selecto número de ciudadano , surnien clo
s
para escuchar sus opinione s sobre los temas de gobierno más deli­ así enla incertid umbre e indefini ción a Roma, los Estados P o n tificios
cados, lo cual l es daba el privilegio de que su voz fuera escuchad a al y en gc 1 1 cr al a toda I tal i a . D a cla la s i tu ación tan compl ej a y d elicada
más alto nive l . -14 que signi fi c :'lha h elecci ón del nu evo papa, Florenc ia deci
d i ó enviar
Maquiave lo era am igo de l a familia Soderini de tiempo atrás, y a un represe ntante de p rimera mano la i nfo r rn ación
que ub 1 1 1 1 i c:ra
:.1·
desde un principio estableció una excelente relación con el gonfalo­ sobre el desarro llo de los a c n i 1 1 eci miento s , encom endand o la misión
niero, quien cada vez fue recurriend o más a él hasta convertirlo en a Maquiavel o , cru ien ate n t < l l ll L' l l Le obse
rvó y reseúó la u n c i ó n d e julio
su hombre de mayor confianz a. II y el hundim iento d e César Borgia.
El año siguien te ( 1 504) fue enviado de nuevo a la c o r t
e frances a,
Como se ha dicho ya, Maquiave lo había desempeñ ado importan­ 111
las tropas frances as
tes funciones desde antes de la llegada del gonfalonie ro Soderini en .11'J para tratar el problen 1a pere n n e del p ago de
eran de vital
septiem bre de 1 502, no obstante, a partir de e n tonces, su presencia prestad as a Florenc ia. Ademá s de estas misione s que
en el gobierno y la importanc ia de sus misiones diplomátic as aumen­ ia, Maquia velo fue enviado a muchas otras,
importa ncia para Florenc
Estados más pegueñ os,
taron al grado d e convertirl o en la figura más sobresalie nte de la que si bien parecían men ores por tratarse de
adminis tración. 45 no care cían de relevancia , pues se relacionab an con su p osición
¡:
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1 88 1 89
H
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J URADO
MAQUIAVELO: LA EDUCACIÓN Y FORMACIÓN O F. UN HUMANISTA

.� �ll.
ROBERTO.GARCÍA
:K

desem peñó en Siena 1:::-· una caballería ligera que apoyara a la milicia de infantería, base del
regio nal en la península, como la misió n que ·: ·'I.W('
ioni y en Mantua ante L ejército. De este modo, Maquiavelo pasó todo el fin de ese año y
ante Pandolfo Petru cci, en Perugia ante Bagl
el principio de 1 5 1 1 recorriendo el dominio florentino, comenzando
Fran cesco Gonz aga.4 6
tos polít icos breves, por Valdichiana, cün el fin de reclutar a los caballeros que servirían
De esa époc a data n cuat ro impo rtantes escri
que trazan los rasgos de las ideas polüicas fund
amentales que serían . 1,. en esta rama del ejército .
de kls cuales fueron ;�,)' �,-.. Paralelamente a esta actividad, M aquiavelo siguió desempeñando
desar rolladas desp ués, en sus obras mayo res, tres '

ión de cómo pro­ importantes funciones diplomáticas, de entre las que sobresalen la
reda ctados en 1 503 y el cuart o en 1 504: "Des cripc ·l
cedió el duque Valen tino p ara matar a Vitellozo
Vitel li, Oliverotto da legación ante el rey francés y el emperador Maximiliano, las cuales

Ferm o, Paolo Orsin i y al duqu e de Gravina Orsin


i'', "Disc urso sobre -�lf¡, dieron origen a dos informes diplomáticos muy interesantes, verda­
icació n", "Cómo deros ejemplos de análisis cultural y político.49 Tal vez de la misma
la provi sión de dinero, con un breve proem io y JUStif

11)·.
al" .'17 importancia que estas tareas fue la misión que se le encomendó para
tratar a los rebel des de Valdi chiana" y "Prim er decen iq
·k
!];,_" dirigirse en septiembre de 1 5 1 1 a interceptar a los cardenales cismá­
.•

· k�· '.:> ticos azuzados y manipulados por el rey francés que habían convoca­
do a un concilio en Pisa, con el fin desafian te y expreso de deponer
El arte de la organización militar. 1 5 06- 1 5 1 2
, -·� �
'

lf.•'
')111 :il papaJulio II y entronar a un papa más afín a su patrocinador, alen­

En 1 506 Maquiavel o pudo llevar a cabo uno


el e los proyectos más
ito prop io para Floren­
·1'·\¡ tando un conflicto que traería trágicas consecuencias a Florencia.50
No obstante, los problemas internos no cesaban )' se profundiza­
impo rtantes de su vida: la creac ión de un ejérc �;.
.

,.:ii :'.;

e los prim eros mese s que desem peñó su .Jan las divisiones entre la población. La oligarquía no sólo continuó
cia. Com o se ha visto ya, desd
prob lemas más graves criticando y oponiéndose al gonfaloniero, sino que aumentó cada
cargo cómo secre tario perc ibió q u e uno de los
io , lo cual no sólo vez más su distanciamiento, al grado de que los enemigos y oposi­
de la República era la caren cia de un ejército prop
peor aún , la sumí a en tores crecieron aceleradamente en los últimos años del gobierno
le impo nía un. altísi mo costo econ ómic o, sino
nder de la existencia Soderini.
la incer tidum bre e indefinic ión al hace rla depe
ios; a veces escasos, Desde el principio de ese periodo, en 1 504, cuando Maquiave­
y dispo nibil idad de ejérc itos y capitanes mercenar lo escribió el "Primer decenal", se evidenció este distanciamiento.
nunca incon dicio nal­
frecu entem ente costo sos, siempre velei doso s y Maquiavelo le dediCó en ese texto algunas líneas muy halagadoras a
men te leale s o confi ables .48
proyecto perso nal y Ala�nno Salviati, quien en esa época destacaba como la figura más
De esta man era, Maq uiave lo convirtió en un
públ icas más sentidas. emblemática de los ottimati, invitándolo directamente a acercarse al
profe siona l lo que era una de las nece sidad es
confianza del gonfalo­ gobierno, del cual se había venido alejando no toria y virulentamen­
Para ese mom ento cont aba ya con la plen a
de ordenanza para te, al grado de convertirse prácticamente en su opositor. Sin emba1'­
niero , al grado de que le enco men dó el proy ecto go, la reacción de Salviati no fue nada esperanzadora y evidenció
rgé1c lo también el tra­
cons tituir la milic ia, lueg o del. cual le fü e enc3 muy claramente el abismo que ya había entre uno y otro bando.51
baj o de su reclu tami ento y organización .
a su milicia en la cam­ No sería este el único desaire que Maquiavelo sufriría de los otti­
Maquiavelo tuvo la suer te de ver en acció n
mpe1i.ó un pape l bastante< mati. Al año siguiente, en 1 5 0 7, cuando al emperador Maximiliano
p aña rein iciad a contra Pisa , en la cual clese i estaba pasándole por la cabeza bajar a Italia para ceñirse la vetusta y
os a todo s en la ciud ad.
dign o y sobr esaliente , que dejó satisfech

,''{�i
que en 1 5 1 0 le fue enco rnendada .: ¡ desusada corona del Sacro Imperio Romano Germánico y reanimar
A tal grado fue el éxito obtenido ' 'su incémoda alianza con Florencia, Ia República se apresuró a enviar
constituí:·
a, un proyecto que pretendía
la orde nanza de la caballerí

19()
191 1: 1 '_:1;j
· ··':1·.f· : .�¡�f
·�· ' !
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R o n rnTo GARCíA jURADO 1vlAQUlAVELO: L1\ 'EOUCAC\ÓN Y. l�ORMAC\ÓN U �\ llN H U !v\/\N\S'\'1\

eriencia política y de sus juicios com o


f,• ante él un embaj ador para disuadirlo de tal propósito. A Soderini son producto mismo de su exp
idor de una r epúbli ca ren ace
ntist <t.
:� se le vino inmediatamente a la mente el nombre de Maquiavelo, el ' hombre de gobierno, como
serv
es que se han hech o de Maqcú a­
,
hombre de su mayor confianza, a quien los ottimati dirigieron innu- . . U na gran parte de las interp retacion
es
fund ame n tal e s : u n a de ellas
merables obj eciones, q ue lograron que en su lugar fuese enviado velo han pasa do p or alto dos cosas
hom bre
un hombre de su tiem po, un
Francesco Vettori. Al final, Soderini se las arregló para enviar unos que, en efecto, Maquiavelo era
e s to sign ifique la pres e n cia u
cuantos meses después al primero en alcance del segundo. No del Rl: n acirn iento . P e ro lejos de que

obstante, todos estos acon tecimien tos había hecho ya evidente la observación de un ser hum ano
mod élico o estereotipado, la prim
de un
do de señalar cóm o se trataba
reticencia y desagrado de la aristocracia florentina con respecto al ra parte de este texto ha trata
enci as cult t1 ral c s ,
diversidad de influ
segundo secretario de la República. i ndividuo sometido a una gran
aci-
Esta disposición francamente negativa fue la que seguramente estu­
l Ren
rias entr e s í . El hom bre d e
m ucha s d e ellas contradicto

·¡.
vo detrás de la denuncia que se presentó en 1 509 en contra de Mc.quia­ � miento se halla precisamente
en med i o de la encrucijada por
la que

11�: dar paso al hombre mod erno , para


� velo, la cual pretendía i n habilitarlo como servidor de la República en transitó el hombre medieval para
abit ar
ente en la que habrían de coh
tanto que su padre había sido deudor del fisco, lo cual era ciertamen­ generar una con ciencia del pres
ico y el
del mundo grecolat ino clás
te una causal de inviabilidad para el ejercicio de cargos públicos.52 e integrarse la fuerte herencia
ianismo medieval.
En 1510 la conjura descubierta en contra de Soderini, que culpaba antecedente inmediato del crist
de Flo-
su actuación como secretario
E n segu ndo lugar, al observar
de u n a
directamente al cardenal Medici , no hizo sino dar cuenta de lo dete­
cia de que Maquiavelo dispuso
rioradas que estaban las relaciones entre una y otra facción, y de lo rencia se puede tener concien
acuerdo
ottimati. rvar y practicar l a política ele
débil que ya se encontraba el gobierno Soderini frente a los posición privilegiada para obse
cia de los
. No sólo adquirió con cien
lt · De este modo, para 1512 las dificultades internas y externas de la con los cáno nes del momento
s Estados
que enfrentaban los naciente
República se habían condensado de una manera explosiva. Así, problemas de gobiern o típicos
le perm itieron

.lt
sus tareas diplomá ticas
la chispa que detonó el estallido social, derrocamiento y expulsión modernos, sino que además
la fun­
"
e
obse rvaciones y nociones sobr
del gobierno republicano fue la campaña punitiva en contra de �( observar y llevar más allá sus
europeos
adquirir los nacientes Estados
Florencia, acordada en el congreso de Mantua e instrumentada por ción y estructura que debían
. Así , Maq uiavelo
do en transformación
los ejércitos imperiales, a cuyo frente se designó al virrey Cardona, para sobrevivir en ese mun
ento , por lo
hacía la política en ese mom
ante cuyo asedio sucumbió la República. Maquiavelo, que no dejó habla de la política como se
uye a sus
ia o hipocresía que s e les atrib
··1 1
de reprobar la perenne irresolución de Soderini, le fue leal hasta el que todo e l cinismo, indolenc
\. , 1 ·
,' ' l Jl'c
fiel reílcjo de la forma en que el hom
'1 juicios no son más que un
último momento, e incluso le ayudó a escapar cuando los ejércitos
idad polí tica.
do a enfrentar a su real
imperiales estaban a las puertas de Florencia, una clara muestra de renacen tista se estaba empezan
:; ¡

.!:lj'
su compromiso con el gobierno de la República, que n o alcanzó a * * *

imaginar lo caro que pagaría después.


Roberto García Jurado. Do ctor en ciencia política por la U n iversi­
dad Complutense ele Madrid, España. Actualmente se desempeña
!i,.

¡'il
como profesor-investigador d e ti e m p o comple to en el Departamento
CONCLUSIONES
de Política y C u ltu ra de la U nive rsidad Autónoma Metropolitana,
�! '

.l,J Como se ha visto ya, puede ganarse mucho en la interpretación de Unidad Xochimilco. Es miembro del Sistema Nacional de Investi­

la obra de Maquiavelo si se observa que muchos de sus postulados gadores de México . Su libro más reciente es La teoría de la dernocrada

192 ,..,.¡ · 193


."'1t' ;,. I'
. ,: ,' · .,!
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ROBERT O GARC Í A j U RA D O MAQUlAVELO: LA ED:JCAClÓN Y FORMACIÓN D E UN HUMANISTA . · ·' \•
::¡¡
Unidos. Almond, Lipset, Dahl, Huntington y Rawls /(�f
, ¡.
en Estados
(2009) . De Gilbert, Felix, Machiavelli and Guicciardini. Politics and History in Sixteenth
±::
igual modo, ha publica do múltiples capítulos y artícul os en Century Florence, Nueva York, Norton, 1 984.
obras , .r¡

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Wein stein , Dani el, Savonarola: The Rise and Fall florecimiento de las anes y de las cien cias, así como al i nterés por
aj a Renaissance Prophet, New
Haven , Yale Univ ersity Press , 201 1 . las lenguas latina y griega en esa época. Habría que esperar hasta
mediados d e l si glo XVI c u an d o este m ovimi en to cultural y espiri­
it&
r tual recibiera el n o m b re que p e rman e c e ría en el tiempo : rinascita,

lf
"reavivamiento", "resurgim i e n to" , " ren acim i ent o " . Se trata el e 11 n a

f' época "abierta", sin u n inicio claro y p reci so , sin u n final m ar cad o ;
tan es así, que la polémica en torno a sus d e l i mi ta ci on e s te .rn porales
; .!
1' sigue viva. Uno de los más célebres y polémicos personajes del Rena­
c i m i e n to es (así, e n p resente ) Niccoló Pietro Michele M a ch iavelli
:¡1 �
.¡ /

t ( 1 469-1 527) , 1 e spíri tu universal cuyos co n ce p to s y reflexio n es siguen


ocupando tanto a l os estudiosos de la ciencia de la p ol í ti c a como
tam bién a los políticos prácticos. D e hech o , es i m p osi b l e estu d i arl o
adecuadamente sin contemplar y v alorar s u contexto cultural , social
y políti co, y eso es p recisamen te lo que trat arem o s de hacer en estas
páginas, en las que ese . contexto será objeto de atención: primero
deja r em os claras las caracterís ticas esenc i a l e s del Renacirnien to y de

1 96 �- -

197
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·) 1�¡'-�

HERMINIO SÁNCHEZ DE LA' BARQUERA Y ARROYO ;1·


·t
; �-i
)

i '1:-
, EL. CONTEXTO SOCIOCL" :..TURAL DE NICOLÁS MAQUIAVELO

1!·
la situación política de Italia, para después estudiar las condiciones El siglo XIV ha sido sin duda uno de los más terribles para l a his­
en las que se desenvolvía la vida pol ítica en Fl orencia, patria de nues­ � ·t toria europea: hambrunas, p este, guerras y padecimientos sin fin
tro autor; esto nos permitirá, para terminar, acercarnos al humanis ta, marcaron muy p articularmeme a ese siglo. Sin embargo, a partir de
al escritor, al pensador, al p oeta. al pol ítico práctico, al consejero y al esa centuria comienza a vislumbrarse de manera paulatina una épo­
diplomático, que todo ello en uno fue Nicolás Maquiavelo. No tra­ ca nueva, a la que conocemos como Renacimiento . Los eruditos se
taremos, empero, de exponer y discutir sus ideas, sino de ahnnbrar apartan poco a poco del pensamiento medieval, descubren de nuevo
y explicar las condiciones contextuales en las que éstas surgieron y al mundo de la Antigüedad clásica y ru an su atención en la imagen
se desa rrollaron. Otros autores, en este libro, asumirán el trabajo de :1\'. y en la dignidad del hombre. Los artistas plásticos, ya en el siglo xv,
confron tarse con el pensamiento político rle tan ilustre flore n tino. "!I'; desarrollan la técnica de la perspectiva central, mientras diversos
,¡1 investigadores estudian la anatomía humana. Mercenarios se vuelven
príncipes y mecenas, en tanto que papas se convierten en guerreros
EL GRAN RENACIMIENTO y vividores. Este fenómeno histórico significa nada menos que la
irrupción de Europa en la modernidad. No obstante, el interés por
Magnum, o Asclepi, miraculum est horno.
la Antigüedad no era nuevo: en la Edad Media lo encontramos una
GrovANNI Pico DELLA MIRANDO l..11 , Oratio de hominis dignitate (1 486) y otra vez, como ya lo hemos señalado arriba, solamente que ahora,
en el Renacimiento, el interés es sumamente amplio y asume en la
El periodo en la historia de la cultura occidental cristiana conoci­ ·A vida cultural un papel más protagónico. El obj etivo es la resurrectio,
do como el Renacimiento es una de las épocas más ricas en lo que la resuscitatio, la reparatio, por l o que Guido de Pisa (fl. 1 327) , fraile
respecta a muchos campos del saber y del desarrollo humanos: en carmelita autor del primer comentario en latín sobre la Commedia,
l a filosofía y en el pensamiento político, en las ciencias mecánicas habla de la "resuscitata mortua poesis" ("la poesía muerta que resuci­
y en el arte de la guerra, en el espíritu de curiosidad científica y en ta") , mientras que Angelo Poliziano ( 1 454-1 494) , amigo de Sandro
las artes plásticas, .en la literatura y en la música. Algunos autores Botticelli, nombró a su traducción de la obra del historiador griego
p refieren hablar actualmente de un "gran" Renacim i ento, en un Herodiano (siglo m d.C.) Historiae renatae. Marsilio Ficino ( 1 433 -

intento por delimitarlo de otros movim i e ntos de renovación cultural 1499) , por su parte, consideró a su filosofía como un renacimiento

,l. . �l;·,
y artística que tuvieron lugar a lo largo de la Edad Media, como, por de Platón ( dum Plato quasi renasceretur' ) .3
"

ej emplo, el llamado Renacimiento carolingio de los siglos VIII y IX, ' °ID'' ¿Pero por qué el nombre Renacimiento?, ¿quién o qué renace? El
llamado también "la renovatio carolingia" .2 � . _'.i.
nombre de Renacimiento fue al parecer utilizado por vez primera ( al
f
' '· :.t'. i
''
El Gran Renacimiento es un fenómeno de origen italiano, pero menos por escrito) por el pintor y escritor Giorgio Vasari ( 1 5 1 1-1574)
al igual que otras épocas en la historia) resulta muy difícil delimitarlo en 15504 y se utiliza en el estudio de la historia de las artes a partir
claramente en el tiempo y en el esp.acio, pues tenemos para ell o que de más o menos 1 855-1 860, con los escritos de Jules Michelet ( 1 798-
considerar tanto el escenario físico como el campo ele las actividades 1874) , quien titula al volumen dedicado al siglo XVI de su Histoire de

. '·11. · ·
y disciplinas humanas de las que estemos hablando. A grandes rasgos, la France como "Renaissance", y de Jacob Burckhardt ( 1 8 1 8-1897) ,
sin embargo, podemos ftj ar este periodo entre los años 1 400 y 1 600, .

·
�.
para referirse a las artes particularmente italianas de los siglos xv y
es decir, abarca aproximadamente los siglos x v y xvi . Si bien, como , ,,: . ¡,
. :1.. .... . .
xvr. Sin embargo, la idea de un "renacimiento " data ya de principios
veremos más adelante, algunos lo sitúan entre 1 300 y 1 5 60-1 600, entre del siglo XIV; de hecho, algunos teóricos, ante el escenario de un
1 330 y 1 630, o bien, e ntre mediados del siglo XIV y finales del XVI. cambio paulatino de Edad Media a Renacimiento, prefieren hablar

198 199
AL DE NI C O L A S M1\QU IAVEL
O
EL CO NTEX TO S O C I O C U LTUR
1-I ER M I N I O S Á N C H E Z DE LA BARQUERA y ARROYO

rom pim iento con la tradición


de una "metamorfosis'', cosa que otros refutan.5 Renacimiento significa Esto s aire s nuevos de libertad y de 1),
a de Dan te Alighieri ( 1 2 65-1 32
también se hacen sen tir en la obr
Philippe d e Vitry ( 120 1-1 %1 ) ,
en este contexto un "volver a nacer" de la imagen del hombre en un llran­
encuentro consciente c on la Antigüedad, es decir, el hombre vuelve Giotto di Bon don e ( 1 266-1 327 ),
ni Boccaccio ( 1 3 1 3-13 75) . La pa11 -
cesco Petrarca (Hl H-1 374 ) 1 Ci ovan
ur
a ser "la medida de todas las cósas " , como dijera Protágoras (c. 480- trat ami ento
lati11a ado pció n de la leng
ua vernácula en la liter atura, el
4 1 0 a.C. ) . Sin perder la relación con Dios y con el cristianismo, el
frescos y un cier to espí ritu pop l a
informal de temas y figuras en los
e
. hombre ahora se orienta en sí mismo, nutriéndose el Renacimiento un
fi esto q u e se estaba con cret clo rn
con la idea del humanismo medieval, cuyas raíces se hunden en el en b inúsica pusi ero n de man i do a su
en la Eda d Med ia habían ll ga
abando no d e los crite1ios que
culmen en el gran si glo x m .
siglo XIII, en lo que Fleming llama "el humanitarismo franciscano":6
)
los franciscanos no repudiaron al mundo, sino a las empresas y el hom bre ren ac e n tisLa s e " ( 1 L
ambiciones mundanas, y vieron a las creaturas de la naturaleza como Pod emo s decir, por lo tanto, que a
, red escubrie ndo acto seg u i d o
la
"hermanas" del hombre : el hermano fuego, las hermanas estrellas, el desc ubr e" primero a sí mis mo
mp l ánd olos de o tra man era .
M i e n­
hermano lobo . El fundador de la orden, San Francisco de Asís (Gio­ natural eza y al rnu 1 1 do , c o xne nci a de
ieval se pe n s aba en la imp orta

, . vanni di Pietro Bernardone, 1 1 8 1 [82] - 1 2 26) , inició un movimiento


profundamente renovador y reformador caracterizado por una inte­
tras que en el mu n d o med
cada per son a fondar n c mal rnen
te en rela ción con su gru po
humanismo ren ace ntis ta con side
y con
ra
ligible y nueva relación entre el hombre y sus semej antes, el hombre el ord en general jerá rqLü co, el s m u cha s
ind ivid uale
j
a la real izac ión
de las cap ac idad es y o bjetivos
��.
�:.
y la naturaleza, el hombre y Dios. Hauser7 resalta la importancia de ion al .1º
rela ción con el ord en inst ituc
f vec es más importante que la
�;..
esta "movilidad espiritual" del periodo gótico, de este gran giro del del
tres grandes literatos de fina les
ir
,., espíritu occidental, basándose en unas palabras de Santo Tomás Dan te, Pe trarca y Boc cac cio, los anis mo ; no
s céle bre s autores del hum
�' Med ioev o, son , a la vez , los má
�jj¡
de Aquino ( 1 224-1 274) : "Dios se alegra de todas las cosas, porque ta Vir­
ero de ello s elig iera al poe
�� .
'i

todas y cada una están en armonía con su esencia". Esta cita deja ver ·./ es extraño, por end e, que el prim
gilio (Publius Vergilius Ma ro,
70 a . C.-1 9 d.C .) com o guía
en bue na
la que
un regreso desde el reino de Dios a la naturaleza, de los misterios losa men te en su Commedia, a
[; · escatológicos a los problemas más inmediatos de las criaturas; toda parte del viaje narrado maravil
r ·.
,
�'
. realidad, no importando qué tan efímera sea, tiene por lo tanto una
11;,
Boc cac cio posteri orm ent e cali
el nat ura
ficaría de " divi na" .
lismo gót ico pen etró e hiz o revi
vir el rea lism o
sigl o x m ,
¡
En Ital ia,
anismo ren acie nte des de el
..
relación inmediata con Dios, todas las cosas expresan lo divino a
ital ian o y, uni énd ose al hum
a buscar la bel leza [ ] ";
, ' ' i.
su manera. Aunque concuerdan en la reivindicación de lo terrenal

1-;
ó, se hiz o sabio y se apr estó
.

.[ ]
" [ . . se fren
-•r ,
. :•.¡ . ¡. al Renaci­
y natural como obras divinas, los franciscanos ven entre las cosas y de edu cad ora , enc auz and o
.

entre éstas y Dios una fraternidad; los tomistas ven una unidad en la Antigüedad hiz o las vec es abr a hu'm. o. 11 i 1 m o
1 1 Y es que si bien la pal
'

miento antes que cre ánd olo .


:.¡
la diversidad. Al estudiar las cosas nos volvemos a Dios: conocemos o XIX , en e l Ren acim ien to y
a e n c o n tra­
se con soli dó rec ién en e l sigl XIV, par a
, humanitatis en e l tardío sigl o
.,
a Dios en las cosas y desde las cosas. Este naturalismo, muy evidente
,¡ mos que se hab la de los studia se con oci ó
si lo comparamos con la esté tica del periodo románico, nos indica adas septem artes liberales. Así
que la naturaleza, lo terrenal y lo humano son absorbidos por lo refe rirs e al estu dio de las llam d i scip l inas
·.�··· o en el Me dio evo a l as s i e te
religioso.8 Hauser considera al naturalismo del siglo xv como una tanto en la Ro ma antigua com y dia léc­
drivium: gra má tica , retó rica
· upadas eri. el Trivium y el Qua
.:11
agr
, mú si ca , geo me tría y
continuación del naturalismo gótico, "en el que aflora ya claramente astr on om ía, por
tica, por un lad o, y ari tmé tica rim era
)' este pro gra ma de estu dio s -p
la concepción individual de las cosas individuales". El naturalismo
\1 el otr o. En el Ren acim ien to, ta- se
en sí no es, por lo tanto, lo nuevo del Renacimiento, sino el carácter _sa el pensam ien to . ren ace ntis
científico, metódico e integral que adquiere.9 colu mn a sobre ia que des can

201
200

Jll�
HERMINIO SÁNCHEZ DE LA BARQUF.. RA Y ARROYO EL CONTEXTO S O C I OCULTURAL D E NICOLAS MAQUIAVELO

amplió orientándolo filológica e históricamente: se trataba de un La mirada hacia la Antigüedad clásica provoca también que la
tiro de educación centrada en el estudio de los autores griegos y imagen del hombre y del mundo reciba un impulso renovador. El
romanos, con el objetivo de lograr un recte vivere, es decir, hacer del hombre renacentista trata de liberarse de la visión medieval en el
hombre un ser bien educado. 1 2 Se contraponía así, en su esquema más allá para ganar una orientación más terrenal, aunque sin perder
y estructura, a. la escolástica medieval, que privilegiaba la lógica, la la fe en Dios; su mirada se dirige al interior de la persona, recono­
philosophia naturalis y la m etafísica.13 ciendo su individualidad, preguntándos e por su identidad, su origen
La segunda columna sobre la que descansa el desarrollo del pen­ y destino, por su papel en el mundo y por la mortalidad o inmortali­
samiento renacentista en la reflexión filosófica es la mirada retrospec­ dad del alma, por lo que se vuelve más consciente de su potencial y
tiva hada el platonismo y el neoplatonismo, sobre todo de la mano de sus enormes capacidades creadoras, lo que lleva a Ficino a hablar,
de Ficino, lo que permitió una nueva visión acerca del hombre y éel en una carta a su amigo, el físico y astrónomo Paulus Middelburg,
mundo. Ya Pe trarca había preferido a Platón frente a la predilección de una "época de oro" que ha sido restaurada. Esto va aparej ado
medieval por Aristóteles. En ese sincretismo de ia doctrina cristiana con reflexiones sobre nuevas formas de vida y sobre la esencia de
.'.
1.::

con la filosofía y la antropología platónicas y neoplatónicas, Ficino la convivencia social.15 Pasamos entonces de la comunidad medieval
fundó un nuevo concepto del hombre. La característica esencial de a la sociedad renacentista, cuyas características son la movilidad, la .
�!·
esta nueva imagen es que la dignidad esencial del hombre ya no se competencia , la dinámica y el cálculo económicos , que se reflej an ,
desprende solamente de su origen divino, sino sobre todo de su espí­ por ej emplo , en la consolidació n de l a banca. L a comunidad política
ritu dado por Dios y de su p osición especial en el mundo. Cie�tamen­ (el Estado, diríamos hoy) dej a de verse como una imagen del orden
te encontramos estos criterios ya desde Santo Tomás de Aquino, sin divino, para ser visto como un artefacto o como una "obra de arte",
embargo, en el Renacimiento se les marca con mayor énfasis, a dife­ según Burckhardt, por lo que los pensadores políticos renacentistas
rencia de la Edad Media, que (aunque no siempre) subraya el peso consideran que su tarea estriba en la creación de un nuevo orden
del pecado original y de la imperfección física del cuerpo humano .14 político, partiendo de un razonamiento secular.16
Hacia el 1 500 ya se emplea el término humanistas, aplicándolo a No olvidemos que la llegada de los europeos a América y a otras

r,. ,
quienes -como Maquiavelo- cultivan las disciplinas arriba men­ partes hasta entonces desconocidas para ellos ocurre precisamen­
cionadas. Es menester anotar aquí que el humanismo renacentista te durante el Renacimient o. Además del impulso que cobran las
; i'� l�¡¡
sufrió algunas transfo rmaciones a lo largo del tiempo , volviéndose,
por ej emplo, más especializado; además, aprovechó a la naciente �'.{�/ ciencias experiment ales, Johannes Gutenberg (c. 1 398/ 1 400-1 468)
inventa la imprenta alrededor de 1 442. Estos acontecimien tos, entre

,,. f;c.
imprenta para llevar a cabo cuidadosísimas )' excelsas ediciones de otros -como la caída de Constantinop la en manos de los turcos, en
¡,
los autores an tiguos. Un ej emplo paradigmático es el de Aldus P�us , .,. ,, ,,, mayo de 1 453-, marcan en algunos aspectos de manera muy clara
Manutius (Teobaldo Mannucci o Manuzí o . l 449/50- 1 5 1 5) , huma­ el fin de la Edad Media.17 Sin embargo, el cambio del Medioevo al
nista y pintor, quien fu n d ó en Venecia, en 1 490, la famosa imprenta, Renacimiento no fue tan drástico en todas las áreas o disciplinas
la Bibliotheca Aldina, cuyo o bjetivo fundamental era la edición de los como muchos pensadores renacentistas quisieron ver, sino que fue
clásicos griegos, tarea que emprendió con ayuda ele algun os sabios en muchas ocasiones paulatino, de ahí el término "metamorfosis "
griegos, con quienes fundó una academia. En muchas ocasiones él que hemos mencionado arriba. Hay que resaltar también el hecho
era no sólo el impresor, sino también el editor. Logró publicar obras de que el Renacimiento descubrió a la Antigüedad a través de los
_
a precios muy accesibles y, sin embargo, de gran belleza y científica­ ojos de la Edad Media, p or lo que la ruptura al parecer no fue siem­
mente inobjetables. ,. pre tajante.18

202 203

.,,/
DE LA BARQUE RA
·l."t,.
MAQUIAVEl.. Cl
HERt-.·r l N I O Si\. N C H E Z
Y ARROYO E L C O NTEXTO S O C I O CULTURAL D E NICOLÁS

La nueva imagen del homb re propicia el nacim


iento de un nuevo ;� En la pintura se busca igualmente la naturalidad, se desarroll a l a
convierte e n ce n t ro d e l int eré s
tipo de artista, cuyos oríge nes se encuentran
en el siglo XIV: lo que ;i;� perspectiva científica y el hombre se
hoy llamamos "geni o", aunque amba
s palabras ( " genio " y "artista1' ) de la obra artística, como lo aLestig u an las obras de M l c h <"1angc l o ,
no se emp leaban ento nces , sino respe • Si
ctivamente las de homo univer ­ :t,'. Raffaello Sanzio (1 483-1520) , Leonardo d a Vinci ( 1452- 1 5 19) , Mat­
salis, es decir, una fuerza creadora que se desen
vuelv e en un ampl io thias G r ü n cwald ( 14 7 5 / 80-1 528/ 32) , Albrecht Dürer el joven (1471-
rf orden divin o, y artifex o artifex del disegn
ba su carácter artesanal y manual.
o, deno minación que acentua­ 1 528) , etcétera.
ti En la escultura, por vez primera desde la Antigüedad, aparece la
� El inter és por el estudio de la Antigüeda
d grieg a y romana ocupó figura completamente exenta, i n dependiente de la arqui.te cturn lo
�t�
,

en el Renacimiento un lugar central y cual vemos, por �j emp l o en obras de D o natello (Donato di Nú:r:oló
trajo consigo el nacimiento de
1
,

las llamadas academias, reuni ones a las


que acudían miem bros de la ·:¡ di Betto Bardi, 1 386- 1 466) y de A.nd 1 t:a del Ve rrocchio ( 1 435-1488) .
r Hay un gran interés en l a filosojia, Ja literatura y el estudio de las

1;
noble za y del alto clero interesados en · �
el humanismo y en el estudio � J
u y aplica ción de los conoc imien tos antigu lenguas de la Antigüedad, por lo que el Renacim iento c o m e n zó c o m o

i
os; muchas veces también
'.' �

·.·'
un movimiento e n gran parte académico en el siglo x r v . Este movi­
i:
asistían poeta s, músicos y clérigos. Las prime , ..

ras academias surgieron ' �


.. '¡
en la segunda mitad del siglo xv en Roma
1 , Flore ncia y Nápo les. Para
.
miento, llamado "humanista" , y que como vimos, hunde sus raíces
medi ados de la centuria siguiente eran e n el siglo XIII, ejerció considerable influencia en las ar te s plásticas,

1
ya alred edor de 200 en toda
&� Italia. Aquí hay que recalcar un punto : el
interés por estudiar la Anti­
musicales y literarias.21
� TI:·
f
güed ad no se reducía a acumular conoc En cuanto a la música, no se pueden encontrar elementos concre-
imientos o a reconstruir una
tos de orientación en la Anti güedad, dado que no s e cono cían m el o­
1�
historia, sino que buscaba descubrir el
significado actual de dichos
descu brim iento s, es decir, en la aplicación días u obras musicales de tan l ejanas épocas. Sin embargo , ciertos
!".! práctica de la Antigüedad
elemen tos abstractos ele ella le sirvieron de guía, tales corno Ja trans­
L e n el mundo conte mpor áneo , en el mund
o de los siglos xv y xvr. 1 9
1:
·� Sin emba rgo, al quere r regresar al arte parencia, la moderaci ón en la expres i ó n , a más de otras característi­
cas -como la ampliación del ámbito sonoro y la consolidación de l as
de la Antigüedad, a su filoso­ (111
l'
.i� fía y a sus formas de organización políti
ca con la idea de revivirlos,
altus, tenor y bassus-, que nos indican
r1 los resultados no fueron siemp re tan fieles cuatro voces superius o soprano,
q ue Lambién aquí estamos a n Le
al original como muchos
un fe nóm.eno nuevo , l la mado por
de los pensadores renace ntistas con singul
�' .
'- :
1
p o r lo que no podem os meno s que coinc
ar entusiasmo creyeron,
idir con las palabras de ..'¡l¡i algunos " humanización" de la música,�� pero en el que ah o ra no vie­
e 1 1 g e n e ral ele
ne a cuento profundizar. Las d f'más artes sí dis p on ían
Hellmut Diwal d, célebr e historiador alemá
n: "Las época s y los fenó­
de que se r v ían de guía
·1" algunos modelos provenientes la J.\ntigüedad
meno s históricos puede n revivirse con éxito
solam ente cuando uno ! r·
e inspiración, tal es como esculturas, m osaicos, restos arquitectónicos
los entien de errón eamen te".20 -r� r.
y pictóri cos, obras litcra ri:1s y fi losóficas, etcétera.
En la arquitectura encontramos una orientación :ti�
en la Antigüedad, El nuevo espíritu renacentista combinaba un en orme interés p or
con una nueva sencil le z de la línea, ele la forma
y ele las propo rcio� todo lo h umano con un entusiasmo por la filosofía, a rte y c u J cura de \ ; 1
nes, como nos lo muestra la obra de Leone . t-•- .

I' ·
Battista Alberti ( 1 404- Antigüedad clásica. E s e n parte por eso que l a actividad a r tís t i ca pasó

al p rimer plano ele los intereses s o ciale s y políticos, atrayen d o la aten"


1 472) , Bramante ( D onato di Pascuccio d'Ant onio, '
1 444-1 5 1 4) o
Miche lange lo Buonarroti ( 1 4 75-1 564) . El
sur italiano toma aquí el ; �t ción ele nobles y burgueses. Por su lado, los artistas en1pezaron a exigir
papel de guía, mientras en el norte de la penín
·
.

sula aún soplan añejos una mayor estima social de su profesión, queriendo alej arse de la
vient os del gótic o, incluso ya entrado
el siglo xvr.
JI! imagen del simple operario manual para recalcar que sus activi dad es

204
1· 1r
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205
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1-IERMINIO SÁNCHEZ DE LA BARQUERA Y ARROYO EL CONTEXTO S O C I O CULTURAL DE N I G OLAS MAQU lAVELO

l�I
los hacían dignos de ser considerados hombres de cien ci2.. Si bien este este sentido se ordenaron a partir del Concilio de Trento, que en tres
· ·. proceso fue lento y no concluiría sino hasta siglos más adelante, la lec- · 1!t'; •
grandes etapas se llevó a cabo de 1545 a 15 63.

\'
. tura ele los Diálogos de Platón sirvió para ver en la capacidad artística De acuerdo con lo anterior, podemos decir que el Renacimie nto
\ al� se carac:eriza por una nueva concienci a de la personalid ad propia,
un extraordinario don de Dios, por lo que su posición y prestigio socia­
les comenzaron a ascender, particularmente en Italia, pues en otros . incluso de la individualidad y del individualismo que se gana con el
países, como en Alemania, las cosas discurrieron con mayor lentitud,
como lo expresó crudamen te el propio Dürer: "Aquí [en Venecia] soy
l.
-. � , �'
· ·. ( .'
' l
pr e cio de la soledad, como lo ej emplifican estos nuevos grupos reli-
. giosos que se escinden de la Iglesia católica, así como nuevas maneras
un señor; en casa [en Alemania] , [soy] un parás i to " .23 1, de ver al mundo, que subrayan lo personal e individual en contra de
Un acontecimie n to de capital importancia tanto para el siglo XVI \�1· . antiguas visiones de la validez ele l a colectividad y de la comunid ad.24
con10 para los siglos posteriores es la irrupción de los complej os y ·. 111 En los reinos europeos que se mantuvie ron fieles a Roma, el siglo
· [1/,'1 xvr es una ele las épocas más creativas en el arte. Con la "profaniz
sangrientos conflictos religiosos, a raíz de los cuales la unidad espi­
1

ritual europea, la Universitas Christiana, hasta entonces más o menos ción" de la temática cristiana, el alto Renacimiento fue a la vez testigo
· ':,..
s ó lida, se rompe al p arecer ele manera definitiva. Aquí también y refltjo de la peor crisis de la cristiandad: la nueva arquitectura es
se reflej ó la nueva conciencia del hombre, provocando una enor­ muy parecida a los templos de la época clásica, las esculturas evo­
me cantidad de conflictos tan to dentro de la Iglesia católica como ·can antes a los dioses y héroes de la mitología griega que
a Cristo y
en Lre las diversas congregaciones cismáticas que resultaron. Movi­ a los mártires y santos, y en la pintura se consolid a la gran época de
mientos religiosos en desacuerdo con la gran corrupción, conducta los retratos y autorretratos, respondiendo a los deseos de una clien­
i ndigna y abusos de los papas renacentis tas y con la notoria pérdida tela enriquec ida que busca eternizar su imagen terrenal.25 Dentro de
de prestigio de la Iglesia surgen en casi todos los países europeos: esta ascenden te clientela rica y poderos a se contaban algunos gober­
Martin Luther ( 1 483-1546) en Alemania; Jean Cauvin ( 1 509-1 564) nantes que no pertenecían a la aristocracia; muchos de ellos eran
)' Huldrych Zwingli ( 1 484- 1 5 3 1) en Suiza, Francia y los Países Baj os, y antiguo� mercenar ios que también se transformaron, por lo general,
Enrique VIII ( 1 49 1 - 1 547) en Inglaterra ( aunque este último por en mecenas, tanto p or p ropio gusto como para rivalizar con otros
m o tivos un tanto fuera del ámbito de la religión) . A estos movimien­ señores y ciudades.
tos cismáticos, particularmente al de Lutero ( 1 5 1 7) se les h a dado en
llamar Reforma, nombre n o muy adecuado porque no reformaron
nada, sin'o que se separaron de la organización a la que criticaban, es LA SITCACIÓN POLÍTICA D E !TALIA 26
decir, de la Iglesia católica, para formar sus propias congregaciones
religiosas (a lo que técnicamente se le conoce como cisma) . A los Festina lente (Apresúrate lentamente)

lu teranos, calvinistas y partidarios de Zwingli se les aplicó el nombre Máxima de la Imprenta Aldina

de " protestantes", debido a que en 1529 protestaron contra ciertas


m edidas de la D i e ta de Speyer tomadas por la mayoría católica. A la Italia no era en ese entonces un país unificado políticamen te, sino
reacción de la Iglesia romana años después para poner orden, mej o­ que e�taba dividida en pequeñas unidades políticas, cuyos soberanos
rar y rescatar lo que aún era posible rescatar se le llama Contrarrefor­ rivalizaban entre sí en diversos campos: en el militar, en el económi­
rna, denominación igualm ente inexacta, p u es l o que hizo fue -ésta . co, en el comercial y en el del mecenazgo artístico y filosófico. De
sí- reformar a la Iglesia, aunque demasiado tarde para recuperar hecho, durante toda la Edad Media y el Renacimiento a esta falta
todo el terreno, los fieles y el prestigio perdidos. Los esfuerzos en de unidad política hay que añad.ir el hecho de que el país estuvo

-
206 20 7
H E H l'>·l l N J O S A N C:HEZ DE LA BARQU
EL CONTEXTO S O C I O C U LTURAL DE NICOLÁS MAQU IAVELO
"
ERA \' ARRO\' O

perm anen teme nte asedi ado por fuerz as extra


nj eras, pereg rinos y Ya Dante , en su tratado De Jvionarchia, libri tres, atribuía a la desu­
saque adore s de tesor os, lo que acentuó el sentim
iento italiano de nión política el impresionante desorden que se vivía en Italia, m ien­
que los habi tante s de allen de los Alpe s eran
unos "bárbaros" , como i11\
tras que el ernperacl or germano Carlos IV (coronado, dicho sea d e
lo expr esab a amargam ente Petrarca
. paso, e n Rorna, e n 1 3 '.l 'í ) ali rm;11 Ja e ¡ u e , en Italia, h asta sus propios
J1¡
"

Lo curio so y paradójic o, tanto en la Edad


Med ia como en el Rena­ funcionarios sól o estaban interesados en aument>Ll' CQ.d(l quiGJ'l rn
cimi ento , es que en Italia existía una situa
ción com ercial y financiera pod er p erso nal , rn n s ti-:·rn cl o nul o in te rés p or defender los d erechos
extraordinariamente efici ente y prós pera
que se contraponía de for­ imperiales.
ma tajante con un contexto político ele
naturaleza profundame nte A l<:L rivalidad política hay ql1 e a l 1 <i cl i r la com erci a l , de tal n1�lll cT,\
caót ica. Es prob able que el desa rroll o de
las artes y de la civilización que, a pesar de la amenaza extranj era, los italianos no ati naro n a
rena centistas en Italia haya sido prov ocad
o en buena parte tanto por unirse para defenderse y exp ulsar a l os intru s o s , ya fuese n éstos [ 1 ; 1 11 -
la riqueza prod ucid a por el come rcio como
por las divisiones y riva­ ceses, alemanes o españoles. A pesar de ello, el siglo xv rep o r tó una
lidad es polít icas, si bien las cond icion es
variaban much o de lugar en especie de " tregua" en lo que atañe a las invasiones a I talia, debido
lugar y de époc a en époc a, adem ás de que
resulta impo sible determi­ tanto a las debilidades m o m e n táneas de los alemanes corn o al hecho
nar hasta qué punto el amor por el arte y la
ingen te prod ucció n artís­ ele que los franceses es taLJ : 1 n muy ocupados en sus perman e n tes
tica hayan sido mo tivados por la acum ulaci
ón de riquezas en manos conflictos armados con Inglaterra. Sin embargo, esa pausa terminó
de mece nas o de com erciantes y por la com
pete ncia política, social con dos acontecimient os traurnáticos para los italianos: primero , la
y cultural entre las ciuda des y las regio nes.
Pode mos afirmar que invasión por d rey francés C 1 dos VIII ( 1 470-1498) en 1 494-H9 5 ,
debi do al caos polít ico en la que estaba sumi
da, la desu nida Italia no ·; s
que é l justificaba aduciendo derechos a la corona d e Nápoles, y que
dicta ba la polít ica euro pea de aquel enton ces;
empe ro, sí se impuso además consideraba como un prim e r paso para la realizaci ón de
con fuerza en el mundo cultural, particular
mente en el mun do del una gran cruzada contra los turcos . El segundo acontecimiento ,
arte . Esto se debe , segú n Isabe l Mateo Góm
ez, " [ . . ] al encauzamien­
.
quizá peor que el anterior, fue el saqueo de Roma por la soldadesca
to que se dio hacia el mun do clásic o, pero esta
inclin ación se justifica española y alemana, el llamado sacco di Roma (6 de mayo de 1 5 27) ,
porq ue fue el resultado de una sensi bilid
ad nostálgica subyacente baj o las órdenes del emperador Carlos V ( 1 500-1 558) , quien siempre
que reivin dicab a el esple ndor del antiguo
Imperio romano en un rechazó toda responsabilidad de lo acontecido . El saqueo duró ocho
mom ento e n que su unid ad no estaba cons t
eguida [sic] " .27 días, costó la vida de alrededor de 30 000 personas y muchas iglesias
Estas divisi ones y desór dene s políticos hund
ían sus raíces en la y palacios resultaron destruidos , de tal manera que significó el fin d e
evid ente falta de una autoridad política efecti
va y unificadora, pues­ una etapa de enorme productividad artística: el Alto Renacimiento .28
Polílicarnente, la primera mitad del siglo xv se caracterizó p o r h
to que si bien en e l pape l gran parte de Italia
,¡:_,
pertenecía al Sacro
Impe rio Románico Germ ánico , los italianos siemp
re les regatearon consolidación paulatina de las cinco po tencias italianas :29 a) Floren­
la obed ienci a empe cinad amen te a los seño
res germ anos ; esta postu­ cia, que dominaba una gran parte de la Toscana y que había acumu­
ra era marcada particularm ente en los papa s,
quien es no veían con lado grandes riquezas a partir de sus bancos, de la producción de
buen os ojos una prese ncia dema siado fuert e
del imperio alemán en paños y del comercio ultramarino; b) la República de Venecia, que
tierra itálic a. Com o el mism o Maquiavelo anota
ba, los papa s no eran comerciaba intensamente con el Oriente, cuyos p rodu c t o s l�jo�os
tan fuertes como para unificar ellos mismos al país,
pero, a la vez, no introduce en Europa y que es llamada, al parecer desde el siglo
eran tan débil es como para no pode r opera r con
éxito contra quien XVI , "la Reina del Adriático"; e) �l Ducado de Milán, que controlaba
quisi ese hacerlo (Discorsi sopra la prima deca
di Tito Livio, I, XII) . muchos de los estratégicos pasos a través de los Alpes y cuyo ejército

208 209
H t:: RMINIO SÁNCHEZ DE. LA BARQUERA y ARROYO EL CONTEXTO S O C I O CULTURAL DE NICOLÁS MAQUIAVELO

era quizá el más p oderoso de la península, gracias a sus enormes En general, los Estados renacentistas se empefiaron en maximizar
ingresos anuales, mayores que los de toda Inglaterra;30 d) los Estados sus recursos económicos y financieros; los ej ércitos crecieron y se
Pontificios, que controlaban el cen tro de Italia, en Latium, la Ro mag­ consolidaron como organizacion es permanentes con soldados mej o r
na, las Marcas (en italian o : Marche) : el rapa no solamente era cabeza preparado s , las labores administrativas d e l aparato público s e exten­
espiritual de la Iglesia católica, sino también un muy adinerado prín­ dieron y sus actividades se documentaron cada vez mej o r, y la cultura
cipe territorial, y e) el Reino de Nápoks, que controlaba todo el sur de la época le proporcionó a la vida cortesana, sea principesca o
de la península, de tal forma que es, por su superficie, el mayor de republicana, una excepcional aura de luj o , pompa y prestigio, por lo
los " Estados" italianos. que los gobernantes aparecían como generosos mecenas que echa­
Estas grandes p o tencias trataban constantemente de atraer a su ban mano del arte como instrumento de propaganda.33 Sin embargo,
zona de influencia a los gobernantes de las ciudades menores, o bien Law pone en duda que haya tenido lugar un cambio radical acerca de
-de ser posible- se deshacían de ellos. Pese al marcado despresügio la percepción de la cosa pública o de la "mentalidad" frente a lo polí­
de los papas en ese entonces -,-"con frecuencia indignos y libertinos", tico: el h echo de que dispongamos de mayor material documental
apunta Sabine-, éstos consiguieron hacer de los Estados Ponüficios en el Renacimiento que de la E d ad Media (merced al empleo de la
los más consolidados y estables de Italia. Los papas renacentistas imprenta y de los idiomas locales ) , no quiere decir que la eficiencia
abandonaron pragmáticamente la antigua ambición y l a vocación de
ser el mayor árbitro de las disputas en la cristiandad y resolvieron con­ ;��-1�·.� del aparato público haya aumentado o que la autoridad de los prín­
cipes haya crecido, o que el gobierno en el Renacimiento sea esen­
vertirse en un gobernante má5 -sumamen t e poderoso, por su puesto,
pues al liderazgo espiritual unían la fuerza económica, diplomática y
· 1:;" cialmente más "moderno" que en el Medioevo, siendo que muchos

' · 'i¡;
.: "'-
elementos conservadores y tradicionales en el pensamiento político
de los siglos xv y xvr han sido infravalorados . Así, la concepción del

1:·i
política-, conservando la soberanía y el control de la Italia central.
Al lado y entre las grandes cinco potencias italianas de la época hay Estado p osee un carácter doble : por un lado, como un fen ómeno
que considerar a muchos p e quefios y muy pequefios Estados, a veces t" geopolíti c o ; por el otro, como u n atributo personal del soberano o
sólo oficialmente autó.n omos. Entre estos pequefios cuerpos políticos '¡ �;:
�!·'
del gobernante, es decir, como posesión personal. La existencia del
1' !
·

estaban Ferrara, Mantua, Lucca y Siena, por ej emplo. Además, había típico "príncipe renacentista", sin embargo, n o se reduce a Italia,
algunas regiones y ciudades dominadas por las grandes potencias, como lo demuestra la conducta, por ej emplo, de los reyes Tudor

· 11.•
pero que en los hechos eran más o menos independientes; así, el '' Enrique VII ( 1457-1 509) y de su hijo Enrique VIII, quienes actuaban
duque de Urbino e ra vicario p ap al pero hacía alarcl f'. de su libertad, 't ¡:•
.: \ :.
,
muchas veces como duefios de Inglaterra. La diferencia estriba en
las comunas de Boloúa y Perugia -igualmente en los Estados papa­ que el siglo xvr fue para Italia, p olíticamente hablando, una época
.

les- actuaban muchas veces como repúblicas ir1dependientes, y el •1' ' catastrófica, mientras que para Espafia, Inglaterra, Portugal, Francia
rey de Nápoles prácticamente no tenía control sobre muchos de sus · I11�,,. o el Sacro Imperio, en general, fue lo contrario. Estas monarquías
barones, cluefios de enormes extensiones terri to ri ales.31
·,,lll
se consolidaron hacia adentro y hacia afuera, aunque parece que no
E n general, la tendencia que podemos observar en la época es la con tanta fuerza innovadora como algunos han sostenido.34
de la di s m inución paulati n a d e l os Est<td os ;1.11 t ó no�11 os, particul a l '­ Es m e nester resaltar que los príncipes i talianos d e. esa época
m e n te de los más pcqueúos. Por el con trari o , en el mapa político aprendier o n a desarrollar un complej o sistema diplomático de alian­
e uropeo, las monarquías fueron ganando influencia, peso y p oder, zas basado en una marcada y quizá civilizada aversión a las guerras
aco rralando a los m ás pe quefios y reduciéndolos a jugar el papel permane n tes y a gran escala (véase el capítulo III de Il príncipe) .
ele una especie d e "Estados clie n t.e l a r c 5 '' fr c u te a los grandes.32 De ahí el hecho de que Maquiavelo concibiera la idea de formar

210 211

/''
L nE N i c ot.As M A Q U I AV 1:'.l.O
s o c 1 o c lJLT U R :\
E L coN TF.XT O
1-l rnMrNro LA BARQUERA v ARROYO
t;
SÁNCHEz oE

í< o d e que la
vio len"
deb e ex trañ amos el h ech lo s
que no ente cuand o
i:, Es p or ello mano fácilm
'
ejércitos de ciudadanos, en contraposición a la costumbre, muy ech aba
"' se
urso del que an te n erlo o
cómoda pero harto arriesgada, de contratar ejércitos de mercena- ' 1: cia era un rec hacers e del po der. m
ntistas bus caban
rios, tan volubles, tan levantiscos y tan proclives a la traición, al p.>ncip<' renace
des- · . ·-.·{�; ¡ e lo p erd í an p or la fu erz
a.36 De aquí qu
e la
can d o des d e
�v ,,, . recup erarlo, y casi siemp r uy alta, ab ar
orden y al saqueo. Maquiavelo expuso sus innovadoras ideas acerca ''1� a s e si n a do s " ª rn co n tr a
can tid a d de
ern ant es
gob cia tam bién en
de la relación entre la táctica, la estrategia, la política y la milicia
1 �; ap lic á n d ose la violen .
hasta condo tti
eri, astf o o farn i1ia
en un interesantísimo tratado, que lleva por nombre Libro dell'arte papas c mb ros de la mi s ma din
rni d o i n clus o
súb di to s y de
de los p ropios gia han i nsp ira
della guerra ( publicado en 1 52 1 ) y que fu e considerado por su autor de los Sfo rza . o los Bor ne,
Historias como
las Italia n o tie
como su obra más importante. De cualquier modo, el terreno de la lm nen li, óp e ras y p el í culas .
\cna
os en .A n "1 I'>o
, novela s ,
obras de teatro
e s t o s c 1 s u s : p e n se m
política en la Italia renacentista es un ámbito sólo para osados y auda­
e l in o n o p u l i
u l- 1 1 D o n ize tti, o
en
e mp ero , roí n a d e
la trágica fre '""ª rn"
tü "e de s o no
ces, en donde el asesinato es un recurso frecuentemente utilizado . , 150 1-1 536 ) ,
,
(Anne B oleyn 542-1 5 6 7) , cuyo
Los cambios son tan rápidos e inesperados, que sólo políticos muy
M a áa fatu ardo
(Ma rv S ruart, 1 Fn ed n eh Seb
d \ er
r o, Lo pe d e Vega y
A esta situación caótica se debe en gran 1 e n pl
ad r o c o s tndi"

,
experimentados sobrevivían. a gmsa d e e
), f ron, drgam os hay en real i d
arie n cia s e n gañ an o
medida el proble ma: de la legitimidad que se respira en el ambiente las a p d i fer e n te a
mie nto fu e m uy
,
Sin emlw go aci
e e\ Ren gió n o
de muchos gobernantes, incluidos algunos papas, cuya mala fama gan pensar qu m o ral , la reli
cios que nos ha ra fre nte a la
;:. .;\1, . i'�-!.· a su po stu
pocos superaron: pensemos en la familia Borgia, en general, o en
la E dad M edi
a en cuan t o tu d a la gu err
a
· '

urr i d o c o n m ayor p r o n ti
que haya r e c o,
papas como Julio II ( 1 443-1 5 1 3, famoso por sus campañas militares der. De he ch
la vio len cia , o servar el p o
par a o h L c 1 1 cr o con gó
y a quien Martín Luther llamaba "bebedor de sangre " ) y León X bruta r enacen tis ta
lle
· o a la fu erza gún prín cipe
1\ señ ala Law,38 nin g­
l amada "afr
( 1 475- 1 5 2 1 ) en particular.35 O tros señores, como los Sforza en Milán, \ am ent e e n ta de Ana
como atinad a rab le a la l
atr o cid ad c o m
p fue
d e sde 1 2 9 4)
aunque e ran llamados "duques", no pertenecían a una familia noble
lf a c om ete r un a
ci o VIII ( 1 2 35-1 3 03, p apa n ces a
ni" , c uan do el p p
a a Ho nifa fra
( recibieron el título de manos de la ciudad de Milán, caso inusitado) , de la co ro na
ent e p or los agentes as
ado salvaj e m
urió a las p o c
golpeado y vej d e lo cual rn
sino que provenían de una familia de mercenarios que llegó al poder
·: lll) e, a resultas en el 799 ,
111 (c. 750-8 1 6 )
tal n o mbr
por turbios caminos, cosa que nadie olvidaba ni pretendía olvidar. en el p u eblo de p ap a L e ó n
La sociedad y la política i talianas de aquel entonces, según lo ¡
tfli. semanas, o al ate
n ta d o c ont ra el
los ojos y la
l en gua ,

·t1·
... ¡, trat aro n d e arr an c arl e
ositore s
, cuando sus op
interpretaba acertadamente el mismo Maquiavelo, poseían las carac­

s .39
c onc\ i c i on e
-�.: !' d e p l o r able s ítico ital i an o
en el
terísticas peculiares de un país rico en alto grado de decadencia ins­ d ej án dol o en nar q ue el ord e n p o l
m os a:firr E d ad
ode as h e re da d a s
\a
:\.. .,

de
titucional: una sociedad intelectualmente brillante y artísticamente � .··
En general, p ion es pul ftic
dic
e n jerárq uico ,
las tra por
se b asa en
rica y creadora, poseedora de un espíritu fríamente racional, prag­ Re nac i m i n 1 to n a p r e c i o por el ord
gra
que existe un
os­
M edi a, por lo te s , po r los
títnl o s y las c
mático y empírico, y más emancipada que cualquier otra sociedad
o n las cas;cs \'
�I: rei nan
la ce r c 1 1 1 í : i c
L111 1 ih as ado res
qu e lo s e m per
europea de cualquier autoridad; no obstante, estaba sumida en una cor te s a n a. Y au n
ivadas de la c ult ura
rol p ol ític o en
profunda corrupción política y en la más baja degradación moral, tumbre s der en te p r esu mir d e su co n t
m
alemanes 110
po dían pr eci
sa \ o s Go n Laga
cip e s c as co rno
a tal grado que Sabine no duda incluso en calificar duramente a la
ida r qu e d inastí as p dn p eó a\es y
Italia , no hay
que olv las visita s im
época como "de bastardos y aventureros". Por esto mismo, dicho re m ane ra co n
e m p e ra do r 'p
mab an so b odí a
e ntusias
)!1i y \os D' Este se anía con el
pe rial e n
autor ve en Maquiavelo, de manera muy marcada, al teórico político ue la c c: ic
res y títul os
influ e nci a im
q
con l os hono
del "hombre sin amo", que actúa sin más incentivos que los de su pes ar del ca os pol ític o, la
lo que , a
propio egoísmo y personal ambición. traerles, po r
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HERMINIO SÁNCHEZ DE LA BARQUERA y ARROYO E L CONTEXTO S C C I O CULTURAL D E NICOLÍ\S MAQUIAVELO

el terreno político y en el militar no era nada despreciable. Quizá lo señorío de los Medici se fundó la famosa academia platónic a encar­
más no table de la Italia del siglo XY sc;1, por una parte, el hecho de que gada a Ficino. La familia ce' Medici basó su poderío en los negocios
muchos gobernantes tuvieron una vida muy corta y/ o sumamente tur­ financieros y ya desde el temprano siglo xv se enseñoreaba sobre la
bulenta -pensemos en César Borgia ( 1 475-1 507) o en Gabrino Fon­ ciudad. Este predominio económico y político, que incluso logró que
dulo ( 1 370-1 425 ) , por ej emplo-, por lo que, según Law,40 es más fácil dos miembros de la familia llegasen al papado (León X, de 1 5 1 3 a
reflexionar sobre aspectos militares, políticos o diplomáticos que plan­ 1 5 2 1 , y Clemente VII, de �523 a 15 34) y que dos más se convirtiesen
tearse pregun tas sobre el gobierno y Ja administración; así que "lo úni­ en reinas de Francia ( Ca�erina de' Medici, 1 5 19-1 589, y María de'
co estable en este sistema es su inestabilidad", a decir de Rademacher. 'll Medici, 1575-1 642 ) , fue uno de los factores de poder, riqueza, pres­
El nuevo peso con el que se dotó a la figura del hombre se en­ tigio y mecenazgo más importantes de Florencia en p articular y de
c uen tra dentro de una tendencia general que se s e p a ra un tanto de Italia en general durante �os siglos xv y XVI; sufrió altas y bajas hasta
lo eclesiástico y se acerca a lo mundano. Los m onarcas y gobernan­ que la familia se extinguió en el siglo XIX. El apogeo ocurrió baj o
tes, particularmente en las ciudades-Estado del norte italiano,. eran . Lorenzo el Magnífico ( 1449- 1 492) , filósofo notable, político despia­
rnuchas veces personas sumarn e n Lc c ul tivadas, c omo la familia Medi­ dado y mecenas generoso. Las artes conocieron un impresionante
ci en Florencia, los Gonzaga en Mantua, los Montefeltro en Urbino progreso y el arte cristiano se revistió de formas laicas e incluso mun­
o los duques de Ferrara, pertenecientes a la ilustre y antigua familia danas, lo que provocó las críticas de espíritus brillantes como Erasmo
Este o D ' Este . El arte -corno ya lo hemos afirmado- era p ara estos de Rotterdam ( 1 466-1536) . El monje dominico Girolarno Savonarola
príncipes un recurso excelente de representación, por lo que acos­ ( 1 452-1 498) , quizá el más exaltado y acerbo crítico de las para él
tumbraban mostrar con opulencia su buen gusto y su poder político degradadas costumbres en la Florencia de la época, acabó por lo
por medio de la arquitectura, de la músi ca, del teatro, de la danza, mismo en la hoguera.42
de las artes plásticas, etc. La Roma de los papas y la Serenísima Vene­ Lorenzo sabe que debe basar su permanencia en el p oder en la
cia, potencia marítima y comercial, no se quedaba atrás en absoluto. diplomacia, pues Florencia es la más débil de las cinco p otencias
Fuera de I talia, monarcas como Enriqu e VIII ( 1 491-1547) y su hija italianas y se encuentra r·=ideada por tres de ellas: Milán, Venecia y
Isabel ( 1 533- 1 603) , en Inglaterra, así como Francisco I de Francia los Estados papales. Además, la competencia en materia de bancos
( 1 494-1 547) y Carlos el Temerario ( 1 433- 1 477) , duque de Borgoña, y de producción de pañcs, particularmente en Flandes, c omplican
fueron también célebres p or su firme política de apoyo a las artes. la vida de los florentinos: si en 1 420 existían alrededor de 70 bancos
en Florencia, para 1 470 quedaban menos de la mitad.43 La atinada
política exterior de la familia Medici tendrá como resultado lo que
FLORENCIA Maquiavelo llamará la Itaiia bilanciata: la Italia equilibrada, p ero tam­
bién, como en los negocios, la Italia "balanceada", pues la e conomía
Dum vigu i t e l o c¡ t 1 c u tia, viguit pictura (El arte y la política son aquí inseparables.44
puede tanto corno la literatura) . Los asuntos de gobierno en la ciudad-república sori complica­
AENEAS SYLVIUS PICCOLOMINI, dos en grado superlativo: hay más de 3 000 cargos públicos sujetos
Carta a Nicolas de Wyle (c. 1456) a elección, si bien casi todas las decisiones las toma un gremio de
nueve personas: la signaría, compuesta por la cabeza de este gremio
En Florencia, la ciudad junto al Arno y una de las más p L0 antes y y del Estado florentino, e� gonfaloniere di giustizia, y por ocho priores.
significativas para el movimiento renacentista, con la protección del Estos poderosos funcionarios están en el puesto, empero, nada más

214 215
..•'

LA BARQUERA Y ARROYO DE N 1 c o 1.As 'tvl A Q U l A\11".LO


·¡1l1 H ER M I N I O S;\ N C H E Z D E

�!
EL C O NTCXT O 'i O C J O CtJLTU llAL

. r•: .
evi.vi ó y desató una terrible
i
dos meses, por lo que muchas veces viven durante este tiempo en A dife renc ia de este último , Lorenzo sobr
¡jij�. . el Palazzo della Signoria. En teoría, se llega al cargo no por elección 1
· ¡ [.
. ,,�'
·' :,
venganza contra los co n spirad o re s , haci
endo col gar de las ventanas
incluy end o al ar10 bisp o Sal­
directa, sino por insaculación de las personas (hombres) "elegibles",
· �I
·'t.
del Palazzo della Signoria a varios de ellos ,
y como toda decisión se debe tomar por mayoría de dos terceras ás, prác ticam ente extin gu i ó
··¡e viati, lo que desató la ira del papa ; adem
sufr iero n la rui n a econ ómi ca,
a la fam ilia Pazzi, cuyos sobr cvivi e n les
partes, se hace imposible saber quiénes estarán gobernando dentro ·�·¡
s o á ll 1 ¡ lol ílica
de tres m eses o qué política aplicarán las dos terceras partes que ;·
¡-.
ganen. Afortunadamente para algunos , en la práctica las cosas son blica s d e c ome rcia nt e s ,
Com o en Génova y Ven ecia , las otras repú
más sencillas: casi todas las decisiones importan te s están en manos ill'
., ,\·
el el i xi r de l a vida e s el din ero Bajo
los Med ici, Flo renc i;1 c1es(l 1 To­

..�,,�· ¡�
i �'
de Lorenzo, dueño del poder informal.
No obstante, a pesar de su inmensa riqueza, la familia Medici nun­ ·11
]ilf
lla el arte y la cien cia, de tal form a que
la müs ica, el teatr o, las fiestas
como i n s trum e nto s de la pro­
y los torneos se utilizan amp liam ente
ca se atrevió a conquistar todo el poder, como sí lo hicieron con éxito
prtga nda polí tica: no sólo se gobiern
a por la gracia de D i o s , sino tam­
los Sforza en Milán, debido a que en Florencia había otras familias ro, "pod eros o caballero " .47
bién por el emp uje y el atractivo del dine
poderosas económica y políticamente -como los Pazzi-, además
de que los ideales de la República y de la autonomía de la ciudad
E L l ll ' [V[ AN I S TA
estaban sumamente enraizados en todos los grupos sociales, por lo
MAQUIAVELO ,
que un golpe de Estado "a la milanesa" era prácticamente impensa­
ble. Los Medici, empleando su dinero a raudales, basaron su poder que
Siem pre h e escuc hado q u e hay
en la compra de "clientes" , en una especie de "inversión política": a evitar a tres tipos de p e rsona
s:

a Jos an ciano s
mayor número de seguidores comprados, mayor era la probabilidad a los cant ante s,
y a los e n a mora dos.
de que salieran algunos de ellos sorteados en la insaculación.45 Una

NICOLÁS MAQUIAVELO, Clizi a


vez logrado esto, lo demás venía por ali.adidura: la Signoria determi­ ( 1 525)
naba quiénes eran elegibles y quiénes no , y las sesiones para ello eran
secretas. Desde las alturas del poder, los Medici podían lograr el exi­
el 3 de mayo de 1 469 , com o
lio de opositores o castigar a sus rivales con elevados impuestos o con Nicolás Maquiav elo, flore ntin o, naci ó
�111· olom ea de' Nell i.'18 Rec ibió
penas que iban desde el encarcelamiento hasta la tortura -como hijo de Bern ardo Maquiavelo y de Bart
)' studia humanitatis. S u carr era
una bue na form ació n guiada por los
·

pudo constatarlo Maquiavelo- o la muerte.


a la caíd a de Savo naro la, com
política comenzó en j u ni u de 1 498,
o
Para ilustrar l o anterior podemos recurrir al dramático caso del
de la Rep úbli ca de Flor enci a
atentado contra los Medici, en abril de 1478, que intentó terminar secr etario de la segu nda canc illería
cie de Mi niste rio de Gue rra y
¡! con el dominio (informal) de esta familia, quien había transformado, (segretario della Repubblica) , una espe
elleria se enco ntra ba baj o las
Rela cion es Exterior es. Esta secon da canc
\!
en los hechos, a la república florentina en una especie de "monar­
ci di pace e di liberta) , y de Ja cual
; 1
quía secreta", como apunta atinadamente Albig.46 Entre los conspi­ órde nes del Con sejo de los Diez (Die
mes sigu ient e. Se dcse mpe üó
if1 radores estaban integrantes de la poderosa familia Pazzi -también
banqueros como sus rivales-, el arzobispo de Pisa (Francesco Sal­
también se convirtió en secr e tario al
exitosamente com o funcionario, cons
ejero y dipl omá tico, cum plien­
if }• •> viati Riario , 1 443-1478) y algunos clérigos; el complo.t contaba con la do tareas tanto de política i n terio r com
o sobr e todo de polí tica exte­
ci a , cerca del rey Luis XII el e
¡11¡¡¡ bendición y el apoyo del papa Sixto IV ( 1 414-1 484) y buscaba asesi­ rior, algunas de ellas de suma i m p o rtan
a, en tre otros .
nar a Lorenzo y a su hermano Giuliano ( 1453-14 78) durante la misa. Fran cia, del papa julio II y d e Césa r B orgi
-
2 16 217
HERMINIO SÁNCI-IEZ DE LA BARQUERA y AH.ROYO EL CONTEXTO S O C I O CULTURAL D E NICOLÁS MAQUIAVELO

'�.,
¡
: :1
· de Canterbury-, en un escrito de 1 539, afirma que El príncipe fue
Sus contemporáneos lo tenían como un hábil diplomático y exce­ �; �-
. :• !...
lente es tratega político; muy solicitado como consc:;j ero, era ad emás .

.
escrito "por el dedo de Satanás" ( Satane dígito") , mien tras que el
"

un talentosísimo orador. Al regresar los Medie� al poder en 1 5 1 3,


'

escritor francés �y hugonote por más seó.as- Innocent Gentillet


Maquiavelo perdió su puesto, cayendo en desgracia y siendo someti­ 'JI ( 1 535-1588) publicó un Discours contre Machiavel, en el que atribuye
do a tortura, al creerse equivocadamente que est�ba coludido en una a las ideas del autor florentino, retomadas por los católicos, la masa­
conspiración. Al forzado exilio en su finca de Sant'Andrea, cerca de cre conocida como la noche de San Bartolomé ( 2 3-24 de agosto de
Florencia, debemos el que haya escri to muchos de sus más impor­ 1 572) contra los protestantes franceses.49 Esta obra, que alcanzó una
tan tes documentos históricos y políticos, así corno obras li terarias de co nsiderable difusió n en otros países y lenguas, contribuyó decisiva­
diverso tipo y de gran calidad. Todo lo anterior da testimonio de su mente a extender la mala fama del político italiano. El rey de Prusia
genio universal, tan propio de su é po c a y nos permite considerarlo
,
Federico el Grande ( 1 71 2-1 786) , desde el campo protestante y masón,
sin duda como uno de los represen tan tes más promi n e n tes dd Gran no se quedó atrás y también se tomó el tiempo de redactar un texto
Renacimiento. en contra de Maquiavel o; es muy probable que él sea el autor del tér­
Recuperando la confianza de los Me cl i ci , recibió de ellos el encar­ mino antirnaquiavelisrno. El documento , publicado nada menos qüe
go de escribir la historia de Florencia (Jstorie fiorentine, publicada en ti por Voltaire ( 1 694-1 778 ) , lleva por título Anti-Maquiavelo, o refutación
1 5 32 ) , si bien ya no volvió a ocupar cargos políticos de mayor res­ de El príncipe de Maquiavel'J ( 1 740 ) y en él tilda al florentino d e "bes­
,

ponsabilidad; tan sólo un año antes de su muerte, sin embargo, fue 9•·· tia'', de "inhumano ". Éstos son sólo algunos ej emplos.
políticamente " rehabilitado " : el gobierno de la ciudad le encargó
Pero Maquiavelo escri":::>ió más , mucho más, que escritos políticos
organizar los trabaj os p ar a reforzar las murallas de Florencia. Pero
o históricos: larga es la fü ta de sus obras y rica es la variedad de for­
ni así se libró de la maledicencia y de las envidias: se dij o que una
mas literarias que encontramos en su legado. Al principio y al final
" amiga" suya, célebre can tan te, había i n tercedido por él.
está la p oesía. Nuestro autor dominó gran cantidad de géneros de
Al caer de nuevo los M e dici, como consecuencia de la invasión de
la lírica italiana: el sonetto, la stanza ( estancia) , la canzone, el canto, el
Carlos V, Maquiavelo volvió a perder sn trabaj o: en medio de estre­
cápitolo, la serenata, el rnad.rigale, la pastorale, el strarnbotto y el ep igrarn­
checes económicas, políticamente olvidado, cansado y decepci:Jnadu ,
rna.
En su producción en prosa encontrarn os la Javola, la novella, el
murió en su ciudad natal ese mismo año ., < ' I 22 de junio de 1527.
aneddoto (la anécdota) , el aforisma, la epistolografía y la historiogra­
La obra que l o h a h e cho más cé lebre - y m ás odi ado-, Il
fía.50 Maquiavelo escribió obras sobre acon tecimien.tos históricos en
principe, fue publicada por vez primera, con licencia eclesiástica, en
verso y e n prosa, además de que tradujo a Terencio (Publius Teren­
Ei 32, pero en 1 559 apare ció en el índice de libros prohibidos por la
tius Afer, ?-1 5 9 a.C.?) . Escribió dos célebres comedias: Clizia, basada
Iglesia, lista de la que desaparecería en 1 890. La medida de colocar I�!.
a dicho l ibro en el Index librorurn prohibitornm, fue r ro rn ovi da por los
en una obra de Plauto (Titus Maccius Plautus, 254-184 a.C.), y La

j esuitas, quizá los primeros antimaquiavclistas de la historia. Las crí­ rnandragola , considerada esta última corno una de las más grandes
obras literarias del Renacimie nto. Compuesta seguramen te en 1 5 1 8,
ticas no sólo llovieron contra Maquiavelo d e s de el campo católico,
sino que se extendió a otros ámbitos-. así, William Sha e spe are (1564-
k al parecer se estrenó en ese mismo afio para celebrar el retorno de
Lorenzo II de ' Medici ( 1 492-1 5 1 9, nieto del Magnífico) y de Made-
1616) se refiere al p ensador D.orentino en varias de sus obras .:.on cali­
epígrafe inici�\i! Jeine de la Tour d 'Auve:gn e ( 1 498- 1 5 1 9 ) , quienes acababan de
ficaÚ\IO S poco halagadores , como podem os ver en e\
·

de este texto . 'También en \nglaterra, tiero


décadas atrás, e\ carden � ·:ontraer nupcias en Francia. Compuesta en cinco actos, es una obra
' � la que se mezclan la conquista amorosa, la estrategia p olítica, las
a\.c\ t> o\.e �\5QCl-\55<ti) -)?OT c'i.erto , e\. últim
o anobis\)Q cató\\

I'., .
�\": Re"?,'m
. \,
."�:t, ·.

�\'()
i�.;, :. . -"'
219
,..

1-I ERM I N I O S,\ N C I I E Z DE LA BARQUERA y ARROYO Et CONTE:'\Tll S O C T O C U T .TUJL\T.. DF. N 1 C OL.\S 1V1AQUIAVELO

"" * *
artes de la persuasión y la conclusión, amarga, de que en la Italia
decadente del momento Ja inteligencia de poco vale.
Herminio Sánchez de la Barquera y Arroyo. D octor en ciencia p o l í­
Para apreciar en su justa dimensión la obra de Maquiavelo hay
tica por Ja U niversidad de Heidelberg, Alemania. En la actualidad es
que considerar, por. lo tanto, su p r odu c ci ó n e n p r o s a y e n verso, sin
Posgrados en Ciencias Sociales en la Universidad Popular
d i rec tor de
olvidar sus escritos político-administrativos. Como persona ilustrada
Autónoma de! Estado de Puebla (UPAEP) . Su libro más reci ente corno
que era, dominaba el ars dicendi, imprimiendo un sello característico
editor son los dos primeros tomos de A n t o logías j)(lra el es tu di o y la
..
- ¡"·
ense?ianza de la Ciencia Política. Volu men primero: Fundamentos, leo ría
a su identidad humanista. Conocedor a fondo de las disciplinas del
e
Trivium y del Quadrivium, es muy probable que haya incluso com­
ideas políticas (201'1) ; volumen segundo: Régimen político, sociedad civil
puesto obras de música, como lo apunta Hoeges.51
La época del exilio es rica particularmente en lo que atañe a la pro­
· r1r y política internacional ( 2 0 1 7 ) .

ducción poética y epistolar; en este último caso es relevante la corres­


pondencia con sus amigos y colegas florentinos Francesco Vettori
( 1 474-1539) y Francesco Guicciardini ( l 483"1 540) . El primero fue un �-·
lit· BIBLIOGRAFÍA

"
"Niccolo Ma ch i ave lli : Das Wesen der M a c h t", Ceo Epoche. Das
político, diplomático y escritor de fama, y el segundo destacó también
Albig,J o rg-Uwe ,
tJ
'1�
i. como político, además de ser filósofo e historiador notable. De esta
¡I' · Magazin Jür Geschichte, n ú m . 19 (2005 ) .
Álvare z Tabío, Pedro ( c cl . ) , Obras políticas. Nicolás Mru¡uiavelo, La H a b a n ;:,
época difícil es también la célebre parábola satírica en verso L'asino
; ¡.
1r¡
1
("El asno") , cuyo título está basado, como el lector ya habrá adivinado,
en El asno de oro de Apuleyo (Apuleius, c. 1 24- c. 1 70/1 80) y en Lucio o i·.I·
. 'i,.
:1
Instituto Cubano del Libro, L 9 7 1 .
Bozal, Valeriano, Historia del arte en Esp a?ia, vol . I: De los orígenes a la Ilustra­
� el asno de Luciano de Samósata ( 1 25-c. 1 80) , aunque el contenido des­
.1
il '•! ción, Madrid, Edici o n es Istmo, 1 97 3 .
cansa en obras de Plutarco (c. 45-c. 1 25) y de Plinio el Viejo (23/24-79 ) ,
} Burkc , h : L,:r, Die ew 11j!li 1 " i11' lleu. c.i.issarn:e, Múnich, C . H . Beck, 1 99 8 .
y se relaciona con personajes florentinos del momento. S e trata d e una
:i Ch as te l, An dré , "Der Kúnstler'', en Eugenio Garin ( e cl. ) , Der Mensch der
obra que deja ver totalmente la amplísima cultura, el humor fino y la
l. ;. R.enaissance, Fráudo r t del Meno-N 1 l l 'va York, Campus Verlag, 1 9 9 0 .
'

i versatilidad literaria de su autor. Para poder escenificar sus comedias, .


h Fleming, William, Arte, música e ideas, Ciudad ele Méxi c o , Nueva E d i to r i a l
�� entró en contacto con artistas muy connotados, como Andrea del Sar­
1 In teramericana, ] 984.
ta ( 1 486-1 530) y Bastiano da Sangallo ( 1 481-1551 ) .
Gari n , Eugenio (ed. ) , Der Mensch drr Renaissrmre, Fráncfort del M e n o-Nueva
I'

[ La última obra de Nicolás Maquiavelo fue un epigrama satírico


¡.
1
1
dirigido en 1 52 6 a Carlos V, el emperador, gran perturbador de la
vida italiana. La riqueza formal de la obra maquiaveliana obliga a e\�­
·:ll'
' 1
if ·
��·
York, Camp us Vcrlag, 1 9 9 0 .
, "Einführu ng: Der Mensch d e r R e n aissance'', e n Eugen i o Garin
( e d . ) , Der JVIensch der Renaissance, Fráncfort del M e n o-N u eva York, Cam­
___

! tar todo acercamiento unidimensional o sólo dirigida al estudio de su


·r

f
(

contenido. Poesía, prosa, pasado, presente, ironía, humor, ambición,
¡g¡ '
pus Ve rl ag, 1 990.

Hauser, Arn old, Historia social d e la literatura y del arte, vol . 1 , Barcelona, Gua­
destino, hombre y mundo son elementos que encontramos reunidos
li,1,
en la opera omnia de este pensador florentino, merced a su amplia darra l n :i /Punto Omega, l 978.
�: -fil� Hein, Till, "Leonardo c\a V i n c i : l m Di e n s t des schwarzen Fürste n " , Ceo EjJo­
cultura y al don de la aguda observación, valiéndose de un lenguaje
rico, pulido, complej o y culto, reflej o del humanismo de este célebre '
' ,1 .
', che. Das Magazin .fii·1 Geschich te, núm . 19 (2005 ) .
;1:: Hoeges, D i rk , "Auch ein Di c h te r '' , Damal�. Das Magazin fii:1· Geschú:hte und
hijo del Renacimiento . Su realismo, empero, hace que para algu­
nos este humanismo palidezca hasta aparecer un poco "salvaje".b2 Kult.ur, año 40, núm . 5, may o (2008 ) .
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GUERRA y POLÍTICA EN MA QUIAVELO ' 1. 1

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INTRODUCCIÓN

Tuve la oportunidad de ensei1ar teoría política clásica durante una


i
década en la licenciatura de ciencia política de la Universidad de la
:-.
.
República, en Montevideo, U ruguay. Con el paso del tiempo me fui !
convenciendo de que ninguna de las interpretaciones habituales 'l'
· ¡!
sobre Maquiavelo terminaba de ser, al menos desde mi punto de i
vista, suficientemente clara y convincente como para transmitirla a 1
i,

los estudiantes. Poco a poco, encontré una forma de presentar las . i

ideas de este autor de una manera que me conformaba un poco más.


,m¡
Resumiéndolo al máximo sostengo que si bien para Maquiavelo la
política es mucho más que la guerra, la lucha por el poder -que es
una parte fundamental de la política-, sigue reglas análogas a las de
la guerra. La virtu del príncipe, en esencia, no es distinta de las habi­
lidades y destrezas requeridas por un bue n jefe militar.

LAS EXPLICACIONES CONVENCIONALES Y SUS LÍMITES

.Es frecuente que los eruditos elaboren interpretaciones discre­


,_\ paates sobre autores clásicos. Sin embargo , según Isaiah Berlin,
las controversias sobre Maquiavelo constituyen un caso extremo e
intrigante.1 Buscando simplificar y poner orden en un universo tan
cli verso, Rafael del Águila Tejerina sostiene que existen tres grandes
"tipos" de interpretaciones sobre su pensamiento: Maquiavelo como
1,' �.\ cínico, Maquiavelo como patriota y Maquiavelo como científico de la--

225
..
·I

Gu1.rn.RA Y. ti0Lí.l1c� "llN N\A.QUL\VELO ;¡


i
ADOLFO GARCÉ

,,
,destila2am\en \\t \e\ " c\\os mortal"
•"'1

política. 2 La visión de Maquiavelo como cínico es la más antigua ,·,e Dios poi: e\ 'Estc'cc\o de l-lobbes) .
de
todas y la que ha dejado una huella más profund a. Fue acuñada � }
te - ,'Para Shel do n \\�olin, por ejt. mplo , en las conmov1c\as exyn· escones ck
xvn) , Maquiavelo sobre la unidad italiana hay "formas an te ri o r e s de emo­
pranam ente (siglos XVI y pero encontró su formulación más
acabada en el siglo xx en la obra de Leo Straus3. Para él,
·

Maquiavelo ción y de lenguaj e religiosos" que "han sido trasp uestos y sublimados
en las nuevas �mág :: n e s de lo nacional" .8
es un " maestro del mal que persigue l a total destrucción
de la moral
La ter c e r a interpre taci ón, la rnás p o p ul ar hoy por hoy entre los
cristian a".3 Los partidarios de este enfoqu e se apoyan
en todos los
estudiantes de ciencia política, entre otras razone s , graci a s a un
pasajes de l a obra de Maquiavelo en los que nuestro autor
propone
los argumentos más crudos y desagradables acerca de
los medios que texto muy conoci ( o ele Giovanni Sanori,9 e s la de M aqüiavelo corno
usan ( o deberían usar según él) los políticos para alcanza
r sus fines. científico o, mejor .dicbo, como uno de los principales precursores
Desde este punto de vista, Maquiavelo no es meram
ente un cínico, de u n enfo q u e cic rnífi c u < k l a poll Lica. Este e nfo q u e encuentra más
apenas un p ensador " inmoral". Es mucho más -'.mejor
dicho, mucho fácilmente respako en los textos del autor que los anteriores. Cual­
peor) que eso: "No es que el Secre tario florentino
pretend a una quiera que se asome a sus obras podrá comprobar rápidamente hasta
descripción avalorativa de lo que ve a su alrede dor, sino
que su obra qué punto es importante para él ofrecer una visión realista de la
política y sus restricciones. Según e s te enfoque no es que Maquiavelo
vendría a ejemplificar una especie de transvaloració
n de los valores,
esto es, la sustitución de una enseñanza normativa específi
ca, la cris­ sea inmoral o cínico. La tensión entre comportamientos políticos y
tiana, por otra, la maquiavélica". 4
moral privada que se registra claramente obedece a que la política es
una esfcLL ¿1 1 . t:cmc-rn ll , que tiene sus propias reglas, necesariamente
Una segund a interpr etación, la d e Maquia velo como
patriota
(promo tor de la unidad italiana ) , fue desplaz ando
a la anterior. distintas a las del ámbito privado. La política, como �scribió Emst
"Es esta altruista finalidad -�ice Del Águila Tejerina
- la que jus­ Cassirer desarrollando esta i nterpretació n, es un 'juego de aj edrez'' ,
una batalla por el poder que debe ser c o mpr e n d i d a a partir de sus
tificaría, al parecer, lo terrible de sus consejos. "5 Según
Juan Carlos
Portantiero, "el joven Hegel, el primer gran apologista
del p ensador propias reglas .
florentino, había visto en Maquiavelo ' una seria cabeza
política en el Las tres i �1 te rpre tacio n c s ti f' n e n l i m i ta c i o nes importan tes. L1
sentido más grande y más noble [ . . . ] ' capaz de plantear una
solución visión del Maq ui av e l o cíni c o , directamente, no se sostiene. Hay
al mismo problema de fragmentación que padecía
todavía enton­ muchos ejemplos d e su capacidad de discernimiento moral. Dice
ces Aleman ia".6 Para Hegel el gran mérito histórico de
Maquiavelo a propósito de Agatoclcs d e Siracusa en El príncip e: "No se llamará
radicó, precisamente, en haber concebido la idea de "sal
var a Italia virtud la matanza de sus conciudadanos, la traición de sus amigos, la
median te su unificación en un Estado" .7 Esta relectura
de Maquia� deslealtad; la falta absoluta de humanidad y la carencia de religión:
velo fue cobrando predica mento en Italia durante el
siglo XIX, a son éstos medios de adq u iri r el imperio, pero no la gloria" . ] º Y más
medida que el "proble ma" de la unidad italiana se tornaba
cada vez adelante, argumentando a partir del mismo ej emplo que hay "cruel­
más imperio so. Pero fue Antonio Gramsci el principal respons
able dades necesc.rias", agrega: "Se pueden llamar buenas crueldades (si
de su diseminación durante el siglo xx. Esta interpre tación
se apoya es lícito tildar de bien al m al) las que se ej ecutan de una vez por la
e n las re ferencias (ciertamente elocuen tes) a la "grandeza."
¡ ;tmr '
' y en la tantas veces comentada "exhortación a liberar Italia
de Roma necesidad de asegrn a r s c , )' q ue lue g o no se repiten y se convierten
de los en la mayor -..rtilidad i)osible de los gobernados; crueldades mal usa­
bárbaros" con la que se cierra El príncipe. Pero algunos estudios
os han das son aquellas que, aun siendo inici almente pocas, se multiplican
1
con el tiempo en v e z ele extinguirse " . 1 1 En o tros pasaje s de la misma
ido más lejos todavía, y han colocado e l nacionalismo de Maquia
velo
en el contexto de la secularización iniciada en el Renacimiento
y del obra, pretende "escribir cosas útiles" partiendo de. la "verdad efectiva

226 227

.�:.
':t�

;\ O O LF O (; ,. \ R C É
G U ERRA Y P O L Í T I C A EN r-.'f..\ Q U J AVELO

ele las cosas"; sostiene que un príncipe no debería temerle a "incu­ Maquiavelo confiaba en l a impor tancia de su
conoc imien to exper to y
rrir e n los vicios sin los que salvaría d ifíc ilrn c n te su Estado; porque una clara expresi ón de hasta dónde creía que podía llegar
la vanidad
p onde rándolo todo , hay cosas que parecen virtudes y causan la rui- y la ambició n de los "príncip es''.
11 ; 1 si se o bservan, y otras qu e pare c e rá n 1·i ci os , aunque, si las sigue, La tercera i n terpreta ción, la que presenta a Maquia
velo como
1?
supondr<ín su bienestar y seguriclacl " . N[ás específicamente, sostiene un precurs or de los estudio s científi cos de la política
, a pesar d e sus
que un p rín c i p e "no ha de temer, pi 1 f' s , la infamia de la crueldad insufici encias, es la más persuasiva. No cabe duda de que
Maquiavelo
para rna n te n e r a sus súb d i tos unidos y leales, porque con poquísi­ hace gala de un impact ante realism o . Tampo co cabe
duda de que
mos escarmientos severos será más misericordioso que los que con cualqui er enfoque científico procura , por definic ión,
no confun dir
c \ c csiva cle m e n cia dej an fo m en tar l m d esórdenes, acompaíl.ados de deseos con realida des. Sin embarg o, insistir en e l cientifi
cismo de
; 1sesinatos y rapiii.as " . 1 3 Maquiavelo tambié n puede termina r genera ndo confus
ión. En pri­
L a segunda i n terpretacj (i 1 1 , b d e Vfaqu i avelo como patriota, para mer lugar, apelan do a la viej a distinc ión de Max Weber
, cabe aseverar
mi g us to tie n e problemas m ás g 1 ; 1 1 r : c; to davía. Es cierto que u ucstro que nuestro autor tiene más vocación de polític o
que de científico
autor mi.oraba los tiempos de la República romana. Sin embargo, (si no llegó más lej os en lo que, hoy por hoy, llamar
ía su "carrer a
1.al c o 1 11 0 arg u m e n ta Rafae l del Aguila Tej c rina, dejó numerosos polític a" n o fue porqu e no quisier a, sino porqu
e la fortun a d ej ó de
testim o n i os de su esc e p ticismo respe c to a una t:ventual unidad . sonreírl e ) . Le emocio na la acción y no l a contem
plación . O, para
i taliana y p rofund o sentido de p ertenencia a Florencia. 1 1 El
de su d ecirlo en los términ os de Norbe rto Bobbi o, exhibe
mucho menos
c a p í tu l o XXVI ele El príncijJe, el argumen to c c ri l ral qu e esgrimen propen sión a dudar (el verbo favorit o del intelec
tual) que dispo­
quienes su b ray an el p a trio tismo (y el uacio nalis m o ) de Maquiavelo, sición a elegir (el imperativo del polític o ) . Por
cierto, l e intere sa el
parece mucho más un esfuerzo retórico, meramente instrume n tal, conoc imient o. Pero solame nte en la m e dida e
n que este saber pue­
ori e n ta d o a persuadir a Lorenzo de Medici (a quien d edicó esta de contrib uir a que se tomen mej ores decisio nes.
E n segund o lugar,
o1xa c o n l a esperanza explícita de congraciarse con él) de enca b ez ar como Sartor i advirti era al analiza r su con tribuc ión
a los "encue n tros
la guerra c ontra los "bárbaros'', que un ar g umento de orden m o ral 5¡, signifi cativos entre cienci a y p olítica ", en Maqui
I�:: avelo no hay un
r el evan te p a ra la compre nsión de l a relac i ( l n e 1 1 l 1 e ética y política en _¡:
. ,

métod o científico propia mente dicho . 1 º


1�.�
· �t!\';.
su au tor. La trascendencia del contenido ele la obra hace perder de
vista J a c: i rcunstancia específic;1 en que fue escrita. Cuando los Medici
regres a r o n al poder, Maquiavelo fue encarcelado acusado ele cons­ · ¡! \ t
LA LÓGIC A D E L A GUERRA EXTRA POLADA A L A POLÍT
ICA
p irar contra ellos. Se dispuso a poner n eg r o sobre blanco su aguda . . i :.
compre nsión ele los fenómenos políticos, como él mismo explicó en �· Las interp retacio nes más corrie ntes no funcio
nan bien. En prime r
el proernio de la obra, para recuperar la libertad y recomponer su lugar, aunqu e much os pasaj es d e sus obras
referi dos al confli cto
carrcn1 corno alto foncio nario. La p e ri p e cia vital de \ \ <1qui <1,·clo no entre políti ca y mora l sean realm ente impac
tante s, Maqu iavelo está
explica d hondo i mpacto que ha tenido El principe en la historia de la lej os de ser un cínico . En segun do lugar,
a pesar del derro che de
teoría política y su bi.en mereci.clo estatm de " clásico" . Pero sí ayuda talento realiza do por Gram sci, no parec e
sencil lo explic ar su obra
a en te n de r algunos ele sus pasajes más elocnente s , como el que sirvió dt::sde el enfoque del patrio tismo o nacio nalism
o. En tercer lugar, la
c\e base a la lectura " naci.ona\ista" . El capítul.o XXVl no es la clave de: . interp retaci ón que insiste en prese ntar a
Maqu iavelo como precur­
�: \ i (i w c\a c1.ne CX\)li.ca el p ens;:nni e n t o de Maqu1mre\rl Por el contrario ,
:..�or de
un enfoqu e científico de la polític a, a p esar sus
mérito s, tam­

l
es ltn p«\saje m
' strurn.ental que apenas clernue stra hasta qué punú; . \én genera confusión. Vale la p ena ensayar
un recorr ido distint o.

228 229
GARCÉ GUERRA y POLÍTICA EN MAQUIAVELO
. ¡'�: ADOLf.O

La biografía como contexto interpretativo clave la rnisma moneda. Me parece evidente que cuando se repara en este

.�� dato, su teoría p olítica se vuelve mucho más fácilmente inteligible .

No es éste el lugar para una discusión a fondo del viej o pleito meto­ A lo largo de su breve pero intensa actividad diplomática, Maquia­

dológico entre textualismo y contextualismo. Solamente diré que, velo tuvo la o portunidad de vivir en carne propia hasta qué punto

acompañando las sugerencias de Fernando Vallespín,16 me parece de política doméstica, relaciones i nternacionales y guerra estaban imbri­

la mayor importancia tomar en cuenta diversos contextos ( desde el


cadas. En 1 498 e s convocado a ocupar un puesto en el gobi erno de
Florencia. Se le designa en la segunda cancillería, cargo creado e n
histórico hasta el lingüístico, pasando por el político y cultural) a la
1 437 para atender la administración d e l o s territorios fl orentinos.
hora de tratar de entender lo que los autores, en cada momento, tra­
é,, . Cuando Maquiavelo asume este cargo , l a ciudad de Pisa ya llevaba
taron de comunicar en sus obras . Siguiendo esta pista, voy a proponer
e• ' iil : dos años luchando por su indep endencia de Florencia. El gobierno
que para entender la obra de Maquiavelo, en general, y El príncipe, en
fl orentino, a su vez, había pedido auxilio a los franceses p ara sofo­
particular, es de gran importancia tomar en cuenta su biografía.
Rafael del Águila Tej erina lo señaló con toda claridad: "Si siempre ·.�·
'A;_
,. �
·�
car el p ttjo independentista. Como la ayuda militar terminó en un
gran desastre, Maquiavel o f\.i e e nviado por el gobierno a la corte
es aconsej able contextualizar la obra de u;:i pensador p o lítico acu­
de Luis XII a ofrecer las explicaciones del c aso. Según Skinner, esta
diendo a una descripción de sus experiencias vitales y de los aconte­ ),, primera misión dej ó apre n d i z;:u es impo rtantes en Maquiavelo: "La
cimientos históricos que vivió , en el caso de Maquiavelo tal proceder
�-
primera lección que ap re ndió fue que [. . .] la maquinaria guber-
'

es indispensable" . 1 7 Completamente de acuerd o . Tomar en cuenta . namental de Florencia aparecía como absurdame n te vacilante y
su biografía permite, en primer lugar, reparar más fácilmente en
su formación humanista (típica del Renacimi ento ) , rasgo que , a su
.
·
1 1 L en de bl e . 18 Y agrega: "Maqu i avelo se tom ó muy a p echo la primera
''

·�· >
' 1
·

de estas lecciones. Sus escritos políticos de madurez están l lenos de


vez, ayuda a entender m ej o r su ad mira ci ó n por la historia y la " gran­ .-'ilJ. '
advertencias sobre h necedad de las dilaciones, el p eligro ele apare­
deza" de Roma y sus convicciones republicanas. En segundo lugar, ;j\i
i
cer como irresoluto, la necesidad de una acción decidida y rápida
esclarece el grado de autonomía que le asigna al liderazgo p olítico
tanto en !a guerra como en la política". 19
en la explicación de la dinámica de los regímenes políticos ("admito
Su segunda gran experiencia diplomática liegó también rápida­
que s e a verdad el que la fortuna rij a la mitad de nuestras acciones;
mente y dej ó una huella todavía más p rofunda en sus convi cciones.
César Borgia fue nombrado duque de R o m aña por su
sin embargo, nos dej a gobernar la mitad restante o buena parte de
En 1501
la misma") . En tercer lugar, permite comprender algunos pas�jes padre, el papa Alejandro Vl . D e inmediato lanzó una fulgurante
de sus obras que han disparado las más diversas especulaciones como seri e de ofensivas para ampliar su dominación. Borgia p rocuró una
el capítulo XXVI de El príncipe (se suelen encontrar principios, valo­ alianza militar con Florencia. Maquiavelo fue el hombre designado
res, incluso un desbordante y heurísticamente fundamental "amor a 11 por la ciudad para negociar con él. A u n q ue su opinión sobre César
la Patria" en líneas como ésas, escritas desde la más elemental, obvia
y explícita racionalidad instrumental) .
·Ú . Borgia füe cambiando, Maquiavelo dej ó numerosos testimonios de
hasta qu.§ punto le sorprendía su audacia, su capacidad de resolución
Todos estos rasgos de la biografía de Maquiavelo han sido suficien­
:·�I{,
J� y su "apl astante rapidez" a la hora de ej ecutar sus planes.20
temente subrayados por los especialistas. Pero hay otro aspecto de ¡�
Pero Maquiavelo no solamente aprendió de la guerra contra Pisa

./i,·l¡. !"
:,','." �
:} �
su biografía, y del contexto histórico en el que le tücó vivir, al que no o de las andanzas de César Borgia. Su actuación diplomática en Flo­
se suele prestar tanta importancia: Maquiavelo se dedicó a la diploma­ \•!;!t� rencia, los primeros años del siglo xvr, son también los de l as inten­
:, • '

cia en tiempos en los cuales política y guerra constituían dos caras de ,,fl� · sas campañas militares de Ju l i o II, el Papa Guerrero. Julio II luch ó ,
. �'f.1111 ·
..
230 231

1
_;¡·: �·�..·'
"
·,/

O
ADOLFO G ..\ R C É C u 1-: 1rn,\ \' 1•01.Í TICA Et\ [vf..\ Q U IAVEL

se refi ere a
de su obr a más rec ord ada
pri m e ro , p o r recuperar Perugia y Bolonia, e n tre otros territorios y pol ític a. En el cap ítul o XIV
que habían p e rtenecido a la Iglesia. Más tarde, se lanzó a una gran
esto con toda claridad;
cruzada para liberar a Italia de los "bárbaros". Maquiavelo asistió a Ja
ra
sam ien to ni a rte fue
te n e r o tro obj e to, pen
ú n i ca
i s m a , p o 1 c¡ 1 1 c es la
coronación de Julio II e inte n tó que Florencia no quedara atrapada Un p rín cip e n o d e b e
n y d i s c i pl i n :i de la m
por el c onflicto e n tre el papado ( un poder crecientemente amenaza­ d e b gu e rra y el o r d e
[ . . . ] La p r i m e­
e s p era de q u i e n ma n da.
p r e o c u p ació n q u e se �1si
dor y agresivo) y Francia (un viej o aliado de l a ciudad) .
dar al a rte gue rrer o,
a t a tu Esta do es des cui
En e s e contexto, que Rafael del Águila Tej erina define acertada­ ra razón qu e te a rr eb
s e r p e ri to e n él. l. .
: /j'

<Ldc¡ ui e ras c o 1 1 siste e n


�\, . . j l'm
c o rn o la que hac e que lo
e r c i c i o d e l a gu e rr:i ; en
mente como de "continuo estado de emergencia", Maquiavelo se
e l p e n s a m i e n to del
.tn} ej
­
p o c a de con ti e n das . Pue
familiarizó con los fundamen tos d e Ja estrategia militar. Desde el t· 1 1 • k , j amás d e b e apa rtar
asid uo en é l que en é
comienzo de s u actividad diplomática, al tomar n o ta del fracaso de la tJaz tien e qu e ser m ás
los soldados franceses en la guerra con tra Pisa, Maquiavelo se fue
[;il:• os : el u n o con obr as y
el o tr o con pen sam i e n tos.
d e hac erlo de dos m o d
\

[ . . ] En cuanto al cy: rci cio de


la men te, e l p n c i p e
rí deb e l e e r h is tori as
conve n ciendo de la necesidad de que Florencia tuviera "armas pro­ . : ver c ó m o s e con du­
tres
pias". Con el tiempo su punto de vista se impuso y Florencia logró hos de los var one s ilus
y me ditar en e l l as los hec as
sus vict o rias par a i mi tarl
recup � rar Pisa. En pal abras de Rafael del Águila Tej erina: exa m i nar las cau sas de
j ero n en las gue rras ,
'·"'' y de sus d e rro ta s para
no s ufri rl as [ . . . ] .

Cuando e n 1 5 09 la ci udad cayó y e l Secretario entró en ella con su mili­


e u nidas . M aqui ave­
Vid a civil y vida m il i t:w
cia, buena parte del crédito ele esta victoria fue a parar a él. Acababa así estaban pro fun dam ent
t l11 rn en tre poi ític a y
gue rra eles ele el prin­
una guerra que había san gra d o durante quince al'ios a Florencia y en la lo resp iró esta verc h cl e 1 d s 1
reta rio. Tes tigo lúc ido
peñ o com o seg und o sec
cual se había recurrido a to do , dinero, soborn o , presiones internacio­ cip io al fin de. su cks em
te , se l as ing eni ó para
incluso la c o ntrata ció n ele L e o n ard o da Vinci como ingeniero de su tiem po, y esc rito r
bie n formado y pun zan
diversos pas ;1jes ele sus
nales e
e s con tod a cla ri dad en
militar. Pero la idea de Maquiavelo p are cía haber dado fruto allí do n d e reflejar sus apr e n d izaj s [ . . . ) han
todo lo demás había fracasado.2 1 obr as. En el Pro em io Del
arle de la guerra se nte nci ó: " Mu cho
entre sí y s e an má s
cos as que se aco mo den
opi nad o que no hay dos s
c ivil y la m i l i tar [ . . . ]
M as si n os pus iéra mo
En suma, e n apenas algo más de una década de servicio diplomáti­ dis c u rdantes q ue l a vi d a cos as má s
ontrar íam os
as ins titu cio nes , n o enc
co ( u n lapso brevísim o ) , Ma quiave l o apre n dió de primera mano que a con sid erar las ant igu o
s y que tan to se esti ma
sen mu tuame n te com
política doméstica, relaci ones i n ternacionales y guerra constituían uni das , más con for me
stit uían u n tod o ins epa
ra­
civ il y vida mil i tar con
un todo inextricable. Pisa en guerra estaba buscando independizarse esta s dos ( . . . ] " . Vid a zas
s y des tre qi.Je dis­
bl e . Corn o ver em os
a con Li nua ció n, los sab ere
se p r ec i s a n para s e r,
de Florencia. César Borgia lanzado a la ofensiva, amenazando y, al
tan to mil itar son las que
mismo tiempo, buscando alianzas con los florentinos. El papaJulio U ting uen a l prí nci pe en
la pol ític a cl om ést.i ca.
abocado a recuperar por la fuerza el m enguado poder del Vaticano: tam bié n, un prí nci pe
"vi rtu uso " en el ma nej o de
Es el contexto en el que Maquiavelo forma sus convicciones sobre la
política, que irá plasmando, primero, en las Legaciones y más tarde,
la guerra
una vez caído en desgracia, sistematizará en El príncipe. Vi r tu del príncipe y lógfra de
El contexto político es clave. Y este tramo específico de l a bio­ a
y des tre zas que d elJí
grafía del autor de El jJríncipe tam b i é n . Es obvio que, habiendo Cu and o Ma qui ave lo
se refe ría a las apt itu des
ion es usa ba una día da
a te ner éxi to en sus acc
atravesado estas experiencias, Maq uiavelo no podrá escindir guerra ten er un prí nci pe par

233
232

A
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ADOLFO GARGÉ GUERRA POLÍTICA EN M/\QUi t\VELO


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pre puede jugarle una mala pasada. Pero, según la célebre formula­
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conceptual con una larga tradición en el pensamiento clásico: fortu­
na y virtu. Nunca se detiene a definir estos conceptos. Sin embargo,
podemos asumir con Skinner que "trata el c.oncepto de virtü corno
;'{ ción, "la fortuna es muj e r y es necesario maltratarla y contrariarla para
mantenerla sumisa". La misma lógica opera en la guerra. Es imposible
: �¡F¡
. ...

t

el conjunto de cualidades capaces de hacer frente a los vaivenes de ganar una g-Jerra dudando. "Nada es más útil en la guerra que saber

la fortuna, atraer el favor de la diosa y remon tarse e n consecuencia ver la ocasión y aprovecharla", dice en D el arte de la guerra. La "impetuo­ \ · , i,

a las alturas de la fama principesca, logrando honor y gloria para sí sidad" y la "audacia" son un recurso clave en la guerra. Por ejemplo,
l'!I!�.' la "impe tuosidad" desconcierta al enemigo y evita que susj efes tengan
mismo y seguridad para su gobierno".22
. ,�,
Pero ¿ cuáles s o n en concreto esas cualidades que l e permiten tiempo de reflexionar (capítulo XLIV de los Discursos) .

" s e clr1 cir" a la fortuna? El príncipe clcbh s er capaz de ir


�¡ .
a la gLerra y En tercer luga1� y sin perjuicio de su elogio de la audacia y la deter­
·'.· :t "
"

'··-�-
saber cómo triunfar en ella. En la guerra y en la paz tenía que demos­ minación, Maquiavelo sostiene que el príncipe debe s e r capaz de
'
trar cono cimiento y decisión. El buen príncipe, en todo momento, 1 adaptar su accionar a cambios de los tiempos. Esta noción fundamen­
,11¡· tal, que ya estaba formulada en su carta a Soderini de 1 506,23 es recu­
tanto e n l a guerra como en la paz, debía sélher qué acciones eran
perada en el capítulo XXV de El príncipe: "Es dichoso, en mi creencia, y
necesarias para alcanzar sus fin e s (d efender su poder de sus e nemi­ ·L
gos den tro y fuera de la ciudad ) y e s t a r d is puesto a c j c c n tarlas sin aquél cuyo proceder se armoniza con la calidad de la época, y des­

vacilar, prescindiendo de ser necesari o ele las c o nsider< lt i l l nes mora­ dichado aquél cuya conducta desacuerda con los tiempos [ . . .] Con­

les y de los dictados de l a religión. cluyo, por tan to, que si varía la fortuna y los hombres permanecen
..\...
Para alcanzar s u s me tas el prín cipe debe, en primer lugar, saber 1¡ . obstinados e n su conducta natural, son felices mientras ésta y aquélla
qué hacer. El con ocimi e n to político es un sab e r especializado que
}fl'(� van de acuerdo; pero serán desdichados desde que desacuerden". En

requiere un aprendizaj e detallado y puntilloso. Se adquiere, soste­ ;!I' ia guerra, según el propio Maquiavelo, opera exactamente la misma
'li'
n ía Maquiavelo , p or la c o n templación el e l n c; h e chos del presente y 'lF lógica, como explica en el capítulo IX del libro III de los Discursos ("si

p o r las enseil.anz.as de la his toria. Dado que la n a turaleza humana se desea tener éxito, es menester mudar con los tiempos") .

es inmutable y que la histo ria tiende a rep etirse, s o lamente aquellos En cuarto lugar, como se ha dicho tantas veces, el príncipe debe

que se h ayan tomado el trabaj o ele i n c o rporar este saber especia­ est;;.r dispuesto a hacer todo l o necesario para alcanzar sus fines.

l i zado p od rán e n contrar las resp ues tas correctas a Lis preguntas Debe s e r capaz de ejercer la violencia (aunque, por supuesto, admi­
i m pues tas por la dinámica política del presente. El conocimiento nistrándola con inteligencia para que no termine siendo contrapro­
p o l ítico es equivalente al militar. También el conocimiento militar duc e n te ) , de mentir sin tapuj os, de engañar a propios y extraños,
·. ; •
es un saber especializado que requiere u n a acumulación importan­ ·r de traicionar, de "obrar contra la fe, la caridad, la humanidad y la

te . En la guerra n o se puede improvisar. La guerra, como la polí­ religión " .24 El príncipe, cuando verdaderamente está dispuesto a no

tica, requiere estudio, informació n , e strategia, planificación. Dice


Maquiavelo e n Del art e de la guerra: "Los h o mbres que quieren hac e r
_,�,.
:}1� ,
fracasar en sus obj e tivos, debe poder apartarse sin vacilar de l a moral
tradicional. Lo mismo que sostiene Maquiavelo para la política es

u n a cosa, antes ti enen que p repararse para saber hacerl a". Val e para 11 bien conocido y completamente obvio en tiempos de guerra. La gue­
•h
la g·uerra, vale para política. rra no solamente supone viol encia, sino -como le hubiera gustado

En segundo lugar, Maquiavelo insislc en que el príncipe debe ser a Maquiavelo- una administración racional, bien calculada, econó­

decidido e imp e tuoso. En la política no hay lugar para la vacilación. El mic a al decir de Wolin, de la violencia.25 No h ay guerra, por cierto,

príncipe debe ser capaz d e reconocer y aprovechar las oportunidades sin engaño, sin mentira, sin traición. Dice e n los Discursos: "En la vida

(las "ocasiones " ) que le ófrece la fortuna. Desde luego, b fortuna siem- ordinaria el uso del fraude es por demás detestable ; en cambio e n

,: :1 234 235
rf', ·
1
·
,.?

EN MAQ UI AVEL O
GuE RJu Y r o tí T t C A
Anoi.Fo GA R e (.:

la dirección de la guerra, resulta l audable y glorioso, y tan digno de Los 1 ím ites de la fusión en/re giwrra y po lítica
fama es e l que vence al enemigo con l a astucia como con l a fuerza"
, como tantos otr os a
lo lar go de la his tor ia, un
(libro III, capítulo XL) . En la guerra, desde luego, nadie espera que El de Ma qu iave lo fue a hu ella
, po r tan to, dej ó u n
la gu err a. La gne rra
operen los frenos de la moral. Según Maquiavelo, el hombre que se tiem po sign a d o por y del
lo tenía de la pol íti ca
y pro fun da en la visión qu e M aqui ave
dedica a la guerra no puede ser un hombre bueno: "En efecto; no mu
se puede considerar hombre bueno a quien se dedique a una profe­ "bu en" gob ernante. i ud aclc s-Es w c l o
perm a n e nte s. Las c
sión que exige, para serle constantemente útil, la rapiii.a, el fraude, la Los confli ctos arm adu s e ran en aza
tem e n te baj o la am
, estaban per ma nen
violencia y muchas condiciones que necesariamente le hacen malo" .26 ital ian as, e n par ticular
v la con qu ista . P o r
eso , los gob ern an tes cst ·: 1·
de la agr esió n arm ada os) 1 1 l·1
En quinto lugar, el príncipe que quiera conservar e incrementar se el e exp ert c
"il'
ban obligados a vol ver
se cxp e rLo s ( o a r·odear
s territorios. Las h a
,)
qu erían pro teg t�r s u
su poderío debe ser capaz de conseguir el apoyo de la ciudadanía. bil i d a des
"ar te" de la guerra si i l i tar ele
!fl' p e , en tanto jefe m
Para Maquiavelo, en verdad, esto no es tan difícil. La opinión pública
y des tre zas que le p c
n n i LÍ'.1 1 1 <I u n prí ac: i
puede ser manipulada. El príncipe puede manipularla inspirando �f' los en em igo s par a p ode r
r en la guerra sobre
temor ( " más vale ser temido que amado" ) . También puede conquis­ s u ciudad, pre val ece p e n sad or
a c i ón sob re sus gob
ernados. Par a el
ma rne n c r s11 dom i n
tar apoyo atendiendo, al menos parcialmente, las demandas popu­ d e l po de r exi gía n l
I· as
'I' flo ren tin o, e l lid era zgo político y el ej erc icio
1<
lares. Puede, asimismo, apelar -"como los romanos"- a la religión
1; ·

mis ma s destrezas y h abi


lidades q u e 1a gue rra .
j'..j
.

;¡:
y otras creencias populares. En todo caso, es un qesafío central para
a Nfa qui ave lo, era un a par
te de la po líti ca. Un a
Per o la guerra , par
el príncipe establecer las bases de su dominación política. Esto, que e . En
sol am en te u n a p art
rte fun da me nta l, des de lue go , pe ro
es de sentido común para la política, es seii.alado por Maquiavelo pa qu e l a
tambié n con sid era
Vir oli, "M aqu üw elo
también como un desafío militar. Una de las principales razones de p rim e r lugar, sugier e r ra -s e gú n d
"La gu e
guerra e s algo ho rrib
le, inh um a n o y cruel" .28
la superioridad de la milicia popular sobre el ejército de mercenarios enn ina­
a devastación int
un cru el martirio, un
es, según Maquiavelo, que "los ciudadanos o súbditos, al empuftar las anál i s i s de Viroli- es e los go ber nan ­
, un a rui na irr epa rab le." 29 Maquiavelo sostie ne qu
armas por virtud de las leyes y de la constitución, jamás causan daño, ble gu err a.
ado s par a ha cer l a
c i ón ,Je ( ' S Lar pre par
y siempre serán útiles, conservándose los Estados mayor tiempo con te s tie nen la obliga sin fue rza , las
de nu evo qu e ,
n 150 3: ''Y os rep i to
. . ] ya
aminan a su fin .
ejércitos de esta clase que sin ellos".27 De cía Maquiavelo e [
e n e n , sin o que se enc
por ene mi g os aq u e l
En suma, la virtit del príncipe coincide con las aptitudes exigidas a ciu dad es no se ma nti los que
o Estad o , deb e ten er
un buen jefe militar, que aspira a la victoria y a la "gloria". Tiene que que tod a ciu dad , tod los cu ale s no
pa rlo y de
eranza de poder ocu
saber qué es lo que quiere y cómo lograrlo. Debe ser audaz y valiente. pu eda n abr iga r la esp en t e :
30 Vir ol i expli
c :1 est e punto cla ra rn
Debe tomarse el trabajo de aprender de las experiencias del pasado puede defr n cl ers e" .

f:·
n a­
para anticiparse a los caprichos de la fortuna y tomar las m ejores hab i lida d y e l e ter mi
h ay q u e hac er la gue rra
, con vie ne luc har con
· :=t rtc de
ier no deb e i n clu i r
Si
el a rte d e l b u e n gob
decisiones. Debe tener la lucidez y el coraje de eludir las conside­ u 1 1

ció n L . . . ] . i\s i pu es,


tivc :q1 1 < i p i ac\am ent
raciones morales siempre que entren en colisión con sus objetivos. a ocu p a c i ón
la gue rra que se C\l l
e, s i n lleg ar a ser u n
,,,.'
Cassirer afirmó, en El mito del Estado, que Maquiavelo analiza la polí­
dad . Lo que Ma qui avc lo rec alc a
hab itan tes de la ciu
tica como si fuera un partido de aj edrez. Tiene razón. Pero le faltó per ma nen te de los e s de l u cha r
T esta r en c o n d i c i o n
a l ogr ar la
¡ un a c i uda d ha ele
decir algo muy importante : el ajedrez es, en esencia, una metáfora un a y otra vez <> S que
rtad y yu e hay que
hac er la gue rra par
i de la guerra. Para Maquiavelo la política, en tanto lucha por el poder, para pro teg er su libe 11
j. er la gu e rr a :
r go, no hay que arr iesg ar la paz por hac

1
paz. Sin em bar
opera con las reglas de la guerra.
-
237
236

\. ·.

"
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ADOLFO GARGÉ GUERRA y rotíTrGA EN MAQUJAVELO

�··

En segundo lugar, porque como argumenta claramente en Del "MILITARIZANDO" A MAQUIAVELO


arte de la guerra, ningún reino puede gue rre ar constantemente. Por
eso, conviene evitar que e l príncipe escuc he el consej o de aque­ Yíientras redactaba el primer borrador de este capítulo busqué con
llos que "no pueden vivir" sin la guerra: "los que le aconsej an teme­ ilusión, y sin mucho éxito, interpretaciones de Maquiavelo afin es a
rán que tenga a su lado q_u ien en tiempo de paz desee la guerra por la mía. Cuando estaba corrigiendo la versión final encontré, por fin,
n o poder vivir sin ella". 3 2 Por eso e l príncipe deberá organizar con un artículo académico que propone imbricar guerra y política. Para
1nn cho cuidado la infantería: contextualizar su punto de vista, Timothy Lukes35 sostiene que hay
dos grandes corrientes interpretativas respecto a la relación de gue­
El nervio de los ej ércitos es indudablemen te la i nfan tería, y si el rey n o la rra y política en Maquiavelo. La primera subraya la centralidad de la ·t
organiza de modo que e n tiempo ele paz vueh;:rn los soldados contentos
:'�
política y soslaya las referencias a la guerra; la segunda, al contrario,
a sus casas y a sus o rdinar i as o c upaciones, necesariarn.ente está p e r d i do , considera que p ara él la guerra es todavía más importante que la
pues l a infantería más peligrosa e s l a formada p o r gente cuyo oficio es política (la sociedad puede redimirse mediante la disciplina militar
l a guerra. Ella obliga a guerrear constante mente, o exige ser pagada en y la caballerosidad) . Lukes argumenta que ambas están equivoca­
todo ti empo, o exp one al que 1<1 tiene a p e rder el re i n o . Estar siem pre das. Según él, las cuestiones políticas y las militares tienen la misma
e n guerra no es posible, ni tampoco pagarla siempre. 33 importancia, y eEtán tan perfectamente integradas que se vuelven
. ,,
i
indistinguibles. 36 .,
·.�
: ;¡·
En tercer lugar, política y guerra son ac tividades distintas porque Creo imprescndible, como Lukes , imbricar guerra y política.
para Maquiavelo "la política sigue siendo el arte del bu en gobierno Pero por las razones que expuse en el apartado anterior, no me pare­ 1¡,
.¡¡.. 'l.i
de la ciudad".34 La guerra es una actividad esencial e inexorable . La ce adecuado fusionarlas completamente como él sugiere. Tampoco
lógica de la guerra, un imperativo fundam e n tal para el éxito del prín­
cipe. Pero la política trasciende la omnipresencia de la guerra y de
�t.·
·¡111
comparto el camino que elige para estudiar la conexión entre polí­
tica y guerra en Maquiavelo. Lo hace yendo a buscar e n el enfoque .·1�
,.,
l, i,
·''

su lógica. La política tiene que ver con o tros asuntos fundamentales sobre la guerra de Maquiavelo elementos de su visión acerca de la
largamente tratados por Maquiavelo en distintas obras. Cualqui era política. Según Lukes , cuando nuestro autor escribe s.obre la guerra i1
que l e a los Discursos podrá constatar que para Maquiavelo la política lo hace pensando en la supervivencia de la República. Por ejemplo, .�-¡:
comprende la guerra, pero refiere además a la libertad (la principal iJI� subraya el papel de la infantería en tanto representa al pueblo, y no
clave expl icativa de la añorada "grandeza de Roma" ) y al bienestar oculta su recelo respecto a la caballería que, a su vez, se apoya en sus
ele los ciudadanos, a la participación popu lar y las instituci ones que .i·�'l. sospechas sobre las conductas "mercenarias" de la aristocracia.
la hacen posible, a las virtudes cívicas y al clesario de cómo conservar­ '!Í:. Lukes toma e2 camino correcto cuando busca acercar guerra y
las ( evitando la corrupció n ) o recuperarlas , al pap e l que deberían política, pero lo h ace de un modo distinto al que yo hubiera pre­
dc::;cmpeúar la educación, la religión y las leyes en el ordenamiento ferido. De acuerdo con su argumento, la política explica más la
ele las ciudades. Para Maquiavelo, el aj etreado ''.juego" del poder, guerra que la guerra a la política, Parece anunciar, desde el título,
cuando se lo examina renunciando a las ilusiones y atendien d o a la 11',
¡,:- que hay que "miharizar" la visión ele la política de Maquiavelo, pero
"realidad efectiva de las cosas ", está condenado a obedecer reglas tan termina "politizando" su visión de la guerra. La "politización" de la
s everas y desagradables como las de Ja guerra. Pero , para él; como guerra lo lleva, naturalmente, a preguntarse si es correcto aplicar
para los clásicos, la política va mucho más allá de la disputa por el a Maquiavelo el conocido aforismo de Von Clausewitz ( "la guerra
poder y de sus reglas. es la continuación de la política por otros medios") . Su respuesta es

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A D O LFO C :\ R C É
C 1 T 1i !� \ ·, !'O! ÍT1f _.\ EN � l .\1./ l : t .\V !-:1.0

mu y p e rsuasiva y com pl e tam


ente com par tible : "Cla usew en Tomás Várnagy
itz's famous Hilb, Claudia, "Maquiavel o , la re p ública y la virtú" ,
aph oris m abo u t war as p
(coord . ) , Fortuna. J 11irtwl en la rejníblica democrática. Ensay os .10/J'l e Mru¡uin­
o li tics by o th e r m ean s is
insuffic ient to
illu min ate Mac hiav el l i 's mor
e tho rou gh i n tegr ati o n .
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Mac hiav elli, war and poli tics
are so inte rtwi ned that dist
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not be mad e"Y Lukes tien
e razó n en este
pun to aun que no lo desa rrol
Maqniavelo, Nicolás, Obras, Barcelona, Vergara ,
la. No es corr ecto deci r que '
1965.
la gue rra es ·'t
la con tinu ació n de la polí
, Del arte de la giie1'm., Ci u d ad de Méxi c o , Fon tamara, l 999.
tica por otros medios. Com o
argu men té más
G ra msc i , lector ele Maquiavel o " , en Tom ás Vár-
arri ba, el prín cipe que quie
__

ra alca nzar sus obj etivos deb


e apel ar a Port.an tiero , Juan Carlos,
Fortuna y virtud en la república clem.ocrátú:a. Ens ay os .1u/Jrc
los mis mos m e dios hab itua
"

nag·y (coon.l . J ,
lme nte con side rado s com o
válid os en ia
gue rra (la viol enci a, la men
tira, el eng ali. o ) . Com o sost iene
Luk es, Maquiavelo, Buenos Aires, Clacso, 2000.
las ciencias socia les, C i u d a d ele
hay que "mil itarizar" la lectu ra
Sartori, C i ov ann i , La jJoLítica. L rígiw y métod o
de Maq uiavelo, pero conv iene en
hace rlo
sigu iend o un send ero dife rent
México, Fondo de Cultura Eco n ómica,
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