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INTRODUCCION

Dentro de nuestra sociedad distintos factores o circunstancias corrompen los derechos


de los seres humanos, siendo los niños quienes presentan más violaciones a sus
derechos. En este caso, entendemos que los niños son de gran importancia dentro de la
humanidad, porque representan una mejor visión para el futuro.

Por esta razón, es importante hablar de los derechos de los niños, porque son una parte
fundamental de la comunidad en la que nos encontramos, por lo que debemos respetarlos
y darles a conocer un instrumento que los proteja de cualquier peligro que atente contra
su integridad.

Es así como surge la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en el año 1989
por la Asamblea General de Naciones Unidas, convirtiéndose en el tratado de mayor
aceptación internacional, significando un importante avance en el reconocimiento de los
derechos de la infancia y una garantía a su pleno respeto y cumplimiento. El contenido
de la Convención facilita su entendimiento, ya que, utiliza un lenguaje directo, claro y
sencillo, al dirigirse no sólo a expertos en el tema, sino esencialmente a todas las
personas interesadas en el ámbito de la infancia y sus derechos.

El interés de los niños, radica en tomar conciencia de las atrocidades a las que se ven
expuestos los menores que viven en la extrema pobreza, o habitan zonas de guerra, o a
cualquier tipo de maltrato. Es por esto que debemos comprender que los niños son los
seres más vulnerables dentro de la sociedad, por lo que debemos contribuir a su
desarrollo humano, estableciendo una mejor calidad de vida, para que puedan habitar en
ambientes ajenos a la violencia.

En esta investigación abordaremos La Convención sobre los derechos del niño como el
tratado más importante a nivel mundial relativo a la protección sobre los derechos de la
niñez. En el capítulo primero, el concepto de niño desde distintos puntos de vista, y por
supuesto el dado por la Convención en su artículo primero.
Además se explicará el por qué los niños deben ser partícipes de los derechos humanos,
entendiendo desde cuándo los niños empiezan a generar preocupación para crear unos
derechos que sean aplicables únicamente a ellos.

Continuando con la temática, se intentará explicar detalladamente el tratado, su


contenido, sus características, los principios que ésta establece, poniendo énfasis en los
derechos contenidos en ella.

También se mencionará en el último capítulo de ésta tesis, el Comité sobre los derechos
del niño, el fue creado para verificar la correcta aplicación de la Convención, siendo
necesario hablar también de los Protocolos facultativos.

Es posible lograr una mayor difusión de los derechos y valores de los niños si nos lo
proponemos y nos encargamos de que se promueva la verificación del buen
funcionamiento de este tratado, el que sin duda alguna nació con el objetivo de crear
conciencia universal para respetar la dignidad de los menores.
GENERALIDADES : ¿QUE SE ENTIENDE POR NIÑO?.

Intentar dar un concepto concreto acerca de esta palabra ha sido una disyuntiva a lo
largo de la historia. Este concepto engloba características y factores que se
determinan desde el ámbito en el cual quiera aplicarse la definición. Es por esta razón,
que la definición de niño puede ser analizada desde distintos puntos de vista, como
por ejemplo el jurídico, psicológico, pedagógico, entre otros, pero aunque se tomen
en cuenta características diferentes para estudiar esta definición, siempre se tendrá
un objetivo común.
En reiteradas ocasiones han sido considerados como seres olvidados olvidado por la
sociedad, incluso por sus propios padres. Desde un punto de vista sociológico el niño
es considerado una persona inmadura, o sea, aquél que aún no crea conciencia
respecto de ciertos aspectos de la vida, esta etapa puede extenderse desde el
nacimiento hasta la adolescencia.1 A pesar de ello, no es posible referirnos en
términos generales a lo significa no crear conciencia, ello porque son los padres los
responsables de la educación de sus hijos, y por lo tanto, ayudarlos a crear
conciencia.
La Convención sobre los derechos del niño define expresamente lo que significa niño,
señalando en su artículo primero que “niño es toda persona menor de 18 años, con
excepción de aquellos casos en que las leyes de un país concreto establezcan antes
la mayoría de edad”8. Esta definición es para todos aquellos seres humanos que se
encuentran dentro de este período de vida, por lo tanto, según esta definición se pasa
de ser un niño a ser un adulto, sin ser adolescente, o sea, cumpliendo la mayoría de
edad los niños se vuelven adultos (el motivo de la creación de la Convención sobre
los derechos del niño es brindar protección a aquellos niños que se encuentren sin
apoyo de sus familias).
Es importante destacar que el niño es un ser humano, que como toda persona es sin
duda una de las bases fundamentales de nuestra sociedad, necesitando una atención
dedicada que sustente su desarrollo para un proceso de vida digno. Existen múltiples
formas de intervenir en el proceso de formación de la infancia, por lo tanto, la
importancia de la infancia es necesaria para poder crear un proyecto de vida en el
cual se trabaje para que las nuevas generaciones no encuentren un mundo tan
violento y se logre un respeto absoluto por nuestros niños.
MARCO TEORICO: LA CONVENCION SOBRE DERECHOS
DEL NIÑO.

1. HISTORICIDAD DE LA CONVENCION INTERNACIONAL SOBRE LOS


DERECHOS DEL NIÑO.

La Convención sobre los derechos del niño “es el primer instrumento jurídico
específico en tratar los problemas de la infancia, en el que niños y niñas comienzan
a ser tratados como sujetos de derecho”23. A pesar de que se ha recorrido un largo
camino en donde han existido distintas acciones unidas todas por un mismo objetivo,
el de promover y defender los derechos de todos los niños, pero aún así no ha sido
suficiente.
Es por esto, que resulta importante hacer referencia a los hechos más relevantes en
esta materia. Una de las primeras publicaciones a favor de la niñez fue la de Ellen
Key con su obra “El siglo de los niños”, la cual alcanzó gran difusión en el mundo,
siendo traducida en varios idiomas. María Montesori, Paul Robin y Sebastien Faure
también fueron grandes exponentes quienes no solo concibieron el respeto a la niñez
desde un punto de vista literario, sino que la aplicaron en instituciones en las cuales
ellos mismos eran administradores.
En 1919, con la creación del Comité de Protección de la Infancia por la Sociedad de
las Naciones “los Estados dejaron de ser los únicos soberanos en materia de
infancia”24. “Durante ese período, es necesario destacar la labor de Eglantyne Jebb,
fundadora de “ Save The Children Fund” (Londres, 1919), quien fue una de las
primeras personas en identificar a los niños y niñas como sujetos de derechos.”25
En el año 1923, la fundación Save The Children junto con la Unión Internacional de
Auxilio al niño, formulan la declaración de los Derechos del Niño, conocida también
como Declaración de Ginebra, la cual se compone de cinco principios que buscan
asegurar a todo niño las condiciones esenciales para su pleno desarrollo. “El 26 de
septiembre de 1924, la Sociedad de las Naciones (SDN) adoptó dicha declaración sin
realizar ninguna modificación al texto original.

En ella se conceptualiza por primera vez a la niñez en su conjunto como un grupo que
debe ser objeto de medidas especiales de protección para garantizar su normal
desarrollo material y espiritual”.
Dicha declaración surge a raíz de una grave trasgresión a los Derechos Humanos,
producto de la Primera Guerra Mundial, es por esto que crece la preocupación hacia
los niños maltratados, heridos y huérfanos por causa de la guerra.
En el año 1927 se crea el Instituto Interamericano de la infancia, cuyo fundador y
primer director fue el Profesor Doctor Luis Morquio. Varios países de América
suscribieron su acta de fundación, entre ellos, Argentina, Bolivia, Brasil, Cuba, Chile,
Ecuador, Estados Unidos, Perú, Uruguay y Venezuela.
La proclamación de la Declaración de los Derechos del Hombre por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 es un precedente de la
convención, incluyendo implícitamente los derechos y libertades de los niños.
En 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó por unanimidad la
Declaración de los Derechos del Niño, compuesta por 10 grandes principios. En su
preámbulo se insta a los gobiernos para que reconozcan esos derechos y para que
se tomen medidas legislativas al respecto.
La Asamblea General de Naciones Unidas, en el año 1979 proclama el “año
internacional del niño”, comenzando así a considerarse la propuestas del Gobierno
Polaco de elaborar una Convención referida exclusivamente a los derechos del niño.
Comenzando así, un arduo trabajo en la elaboración de dicho instrumento.
“El núcleo básico del grupo de redacción estuvo compuesto de delegados de
gobiernos, pero también tomaron parte en las deliberaciones representantes de
órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas, así como varias
organizaciones no gubernamentales”
Se realizaron una serie de enmiendas al proyecto original presentado por el Gobierno
Polaco, casi diez años después, luego de un riguroso estudio y negociaciones se
logró el texto definitivo. El largo proceso de elaboración se debió, en parte, a las
diferencias sociales y legales existentes entre los distintos países.
Se debe destacar la importante labor realizada por Adam Lopatka, representante del
gobierno polaco frente a la Comisión de Derechos de Hombre. Entre 1979 y 1989 fue
quien presidió el Grupo de trabajo de elaboración de la Convención sobre los
Derechos del Niño, siendo recordado por muchos como el Padre de la Convención
por su incansable trabajo.
La Convención se transforma así, en un hito en la historia de la humanidad, ya que
abre las puertas para un nuevo derecho, para una nueva reformulación del pacto
social, en donde todos los niños, niñas y adolescentes sean sujetos activos de este
nuevo pacto, además transforma necesidades en derechos colocando en primer
plano el problema de la exigibilidad, no sólo jurídica sino también político- social . La
misma tiene en cuenta las diferentes realidades culturales, sociales, económicas y
políticas de cada Estado, de forma tal que cada país escoja sus propios medios para
aplicar los derechos comunes a todos.
Su aprobación por unanimidad en la Asamblea General, fue el primer paso, ya que el
siguiente sería la ratificación por los Estados.

2. El CARACTER VINCULANTE DE LA CONVENCION.

Los acuerdos internacionales son una fuentes del Derecho a través de la cual se
crean derechos y obligaciones que constituyen el efecto jurídico general del tratado.
En esta materia, existe el principio Pacta Sunt Servanda y de la buena fe, cual es el
fundamento de la obligatoriedad de los tratados.
La Convención de Viena de 1969 en su artículo 26 señala: “Todo tratado en vigor
obliga a las partes y debe ser cumplido por ellas de buena fe” 31. “De aquí que los
tratados no sólo son obligatorios, sino que hay que cumplirlos de buena fe, esto es,
absteniéndose de realizar actos destinados a frustrar el objeto y fin del tratado y
haciendo uso de todos los mecanismos para lograr la plena ejecución del acuerdo”.
La Convención sobre los Derechos del Niño es un tratado internacional obligatorio
para los Estados que ratifiquen su contenido, así lo establece el artículo 2 de el
mencionado instrumento. A raíz de las innumerables discriminaciones, abusos, malos
tratos y abandonos, es que se hace necesario establecer un cuerpo que obligue a
adecuar toda normativa interna, propia de cada país, a este principio. Debiendo los
Estados procurar por la existencia de las condiciones necesarias que permitan a los
niños gozar de sus derechos.
El carácter vinculante surge para el Estado por su ratificación o adhesión voluntaria y
de buena fe, “la ratificación o adhesión representan el compromiso jurídicamente
vinculante, de acatar las disposiciones de la convención”. Luego de esta ratificación
“el Estado se obliga, no con otros Estados Partes, sino con el individuo que habita en
su jurisdicción, que en los términos del tratado sobre derechos humanos son
efectivamente los auténticos destinatarios”.
El Estado asume la obligación de respetar los derechos del niño, y la de garantizar el
ejercicio de los mismos.
Surge así, la obligación de los Estados de respetar los derechos humanos, y a la vez
una abstención de realizar cualquier acto, sea de naturaleza administrativa, legislativa
o judicial que amenace los derechos humanos consagrados en la Convención sobre
los Derechos del Niño.

“Esta obligación de garantizar el goce y pleno ejercicio de los derechos a todo menor
y a sus representantes legales sometidos a su jurisdicción, importa el deber del
Estado de organizar todo el aparato gubernamental y, en general, todas las
estructuras a través de las cuales se manifiesta el ejercicio del poder público, de
manera tal que sean capaces de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de
los derechos del niño. Como consecuencia de esta obligación, los Estados deben
prevenir, investigar y sancionar toda violación de los derechos reconocidos por la
Convención y procurar, además, el restablecimiento, si es posible, del derecho
transgredido y, en su caso, la reparación de los daños producidos por la violación de
los derechos del niño”.
La Convención es oponible jurídicamente a todos los Estados en materia de derechos
humanos, siempre que exista el marco convencional pertinente que prevea derechos
a los individuos y los mecanismos procesales necesarios para llevarlos a cabo.
Estos mecanismos de encargados de la supervisión de la Convención sobre los
Derechos del Niño obligan a cada Estado parte a “proporcionar información oportuna,
pertinente y veraz respecto de la situación general de los derechos humanos en su
jurisdicción, a fin de que el Comité sobre los Derechos del Niño pueda evaluar si dicho
Estado cumple o vulnera los derechos específicos de la infancia y, en su caso, dictar
la recomendación correspondiente”

3. CARACTERISTICAS DE LA CONVENCION

La Convención sobre los derechos del niño es un tratado innovador, que llama la
atención en torno a la forma en la que ha sido escrita. Se trata de un consenso que
reúne opiniones internacionales de índole legal y político en lo concerniente a los
derechos de los niños, siendo un motivo de suma importancia para que cada país
tome la decisión de reconocer estos derechos de la niñez. Este instrumento ha sido
elaborado bajo el sistema de la ONU, por lo que es de carácter universal y particular
puesto que se refiere a los derechos de los niños.
La Convención se encuentra estructurada en tres partes, lo que hace un mayor
entendimiento de los compromisos que se encuentran ella. La primera parte abarca
de los artículos 1 al 41, en los cuales se menciona de diversas maneras las medidas
de desarrollo mental, social, político, económico, cultural, y familiar que deben tener
los niños. La segunda parte de este instrumento internacional se refiere a todo lo
relacionado con la protección de los niños, es por ello, que los artículos 42 al 45 se
establece que se designará un comité para verificar la correcta aplicación de la
Convención en cada Estado integrante. Cada país integrante, organizaciones no
gubernamentales y la prensa en general pueden enviar informes para verificar esta
actividad.
La tercera parte de la Convención, en la cual se encuentran los artículos 46 al 54 se
menciona que cualquier país puede adoptarla, por lo tanto cualquiera puede firmar su
aprobación. Este instrumento se encuentra sujeto a ratificación y los medios para
ratificarla se encuentran en un poder que tiene el Secretario General de la ONU. 54 Se
entiende que la ratificación es llevar a cabo las medidas o requisitos necesarios para
poder aplicar este tratado al país correspondiente. Estas medidas son dos, la primera
es que cada país acepte adoptar las obligaciones que establece la Convención, y la
segunda, que el Gobierno deposite un instrumento de ratificación en poder del
Secretario General de Naciones Unidas.

Es importante destacar que los países que han ratificado la Convención, tienen la
obligación de fomentar y aplicar todas las medidas existentes para llevar a cabo la
realización de estos derechos. Una de las principales acciones que deben realizar los
Estados partes es educar a los niños y a la sociedad en general para tener
conocimiento de estos derechos, así como todas sus formas de protección.
Sin duda, la Convención ha tenido una trascendencia histórica debido a que reconoce
la importancia de los derechos humanos de los niños y de las niñas. Este tratado
puede ser aplicado a cualquier Estado, como un instrumento superior a la ley, como
un Tratado de Derechos Humanos, porque no interfiere con su legislación interna.
El principal objetivo de este tratado es evitar la discriminación, beneficiar todas las
medidas que existen para proteger todos los servicios a que tienen derecho los niños
y niñas. Además tiene la función de verificar que los niños habiten en un ambiente
sano, que tengan derecho a la educación y un respeto por los seres humanos.
La Convención constituye un cambio universal para mejorar la vida de los niños,
entendiéndolos como sujetos de derecho. Este tratado es el instrumento de mayor
legalidad que se ha creado para contrarrestar el maltrato a los niños, además ha
llamado la atención en movimientos sociales y en las políticas públicas.
Es así como reconocemos que los niños merecen el respeto a sus derechos y
necesidades. Por lo tanto, para crear conciencia de la importancia que tiene la
Convención, su aplicación resulta y necesita ser comprendida como un instrumento
que sirve para llevar a cabo la práctica de los derechos de los niños. Actualmente se
ha incrementado la importancia que tienen los niños dentro de la sociedad, lo que ha
inducido a las reformas de las leyes que tienen relación con ellos, sin duda, aunque
las leyes han existido siempre, el formalismo y el interés para llevarlas a cabo ha sido
poco frecuente.

Es necesario destacar que después de haber nacido la Convención, diversos países,


en especial, países latinoamericanos modifican sus legislaciones referentes a los
niños, un ejemplo de ello son Uruguay y Panamá que han promulgado reformas
jurídicas en el ámbito de la justicia juvenil. En estos países existía poca legislación
respecto de los derechos de la infancia, por lo que, con el motivo de no tener leyes
obsoletas comparadas con la Convención recurren a estas modificaciones.
La reforma que se ha generado con la creación de la Convención ha conducido a los
niños a un mejor desarrollo. La Convención hará que cada Estado disponga de todas
las medidas y recursos necesarios para facilitar y brindar una mejor vivencia para los
niños. De esta manera se están comprometiendo a generar una mejor calidad de vida
a favor de la infancia.
Existe la necesidad de tomar conciencia de éstas medidas para difundirlas en los
principales centros que ofrecen atención a los niños como son los colegios, en las
leyes de sus respectivos Estados, dentro de sus familias, en la sociedad en general.
Va a ser necesario un equilibrio arduo en respeto y un enorme trabajo para que la
personalidad y autonomía de los niños sean reconocidas y para que sus derechos no
sean abandonados.
Hoy en día es posible entender de la Convención sobre los Derechos de los Niños es
más que una Convención relativa a los derechos humanos, particularmente es un
producto de contexto político, en este caso el final de la Guerra Fría, esto significa
que representa un peso moral para el Estado que la adopte porque se basa en una
idea de apariencia universal que trasciende las culturas y valores de cada país.
4. PRINCIPIOS Y DERECHOS QUE ESTABLECE LA CONVENCION.
La Convención sobre los Derechos del Niño fue el primer instrumento que incorporó
toda la escala de derechos humanos internacionales, entre ellos los derechos civiles,
culturales, económicos, políticos y sociales, así como aspectos de la legislación
humanitaria.
Los artículos de la Convención pueden agruparse en cuatro categorías de derechos
y una serie de principios rectores. Al pulsar en cualquiera de las categorías que
aparecen más abajo es posible enlazar con una explicación sencilla sobre los
correspondientes artículos de la Convención. Otras provisiones de la Convención
(artículos 43 a 54) analizan la aplicación de medidas relacionadas con la Convención,
y explican la manera en que los gobiernos, y organizaciones internacionales como
UNICEF, colaboran para asegurar la protección de los derechos de la infancia. Al
pulsar en el enlace que aparece en el recuadro de la derecha es posible obtener el
texto completo de la Convención.
Principios rectores Los principios rectores de la Convención incluyen la no
discriminación; la adhesión al interés superior del niño; el derecho a la vida, la
supervivencia y desarrollo; y el derecho la participación. Estos principios son la base
para que todos y cada uno de los derechos se conviertan en realidad.
Derechos a la supervivencia y el desarrollo Estos son derechos a los recursos, las
aptitudes y las contribuciones necesarias para la supervivencia y el pleno desarrollo
del niño. Incluyen derechos a recibir una alimentación adecuada, vivienda, agua
potable, educación oficial, atención primaria de la salud, tiempo libre y recreación,
actividades culturales e información sobre los derechos. Estos derechos exigen no
solamente que existan los medios para lograr que se cumplan, sino también acceso
a ellos. Una serie de artículos específicos abordan las necesidades de los niños y
niñas refugiados, los niños y niñas con discapacidades y los niños y niñas de los
grupos minoritarios o indígenas.
Derechos a la protección Estos derechos incluyen la protección contra todo tipo de
malos tratos, abandono, explotación y crueldad, e incluso el derecho a una protección
especial en tiempos de guerra y protección contra los abusos del sistema de justicia
criminal.
Derechos a la participación Los niños y niñas tienen derecho a la libertad de
expresión y a expresar su opinión sobre cuestiones que afecten su vida social,
económica, religiosa, cultural y política. Los derechos a la participación incluyen el
derecho a emitir sus opiniones y a que se les escuche, el derecho a la información y
el derecho a la libertad de asociación. El disfrute de estos derechos en su proceso de
crecimiento ayuda a los niños y niñas a promover la realización de todos sus derechos
y les prepara para desempeñar una función activa en la sociedad.
La Convención señala la igualdad y la mutua relación que existe entre los derechos.
Además de las obligaciones de los gobiernos, los niños, las niñas y sus progenitores
tienen la responsabilidad de respetar los derechos de los demás, especialmente los
de cada uno de ellos. La comprensión que tengan los niños y niñas de los derechos
dependerá de su edad y los progenitores deben adaptar los temas que conversan con
ellos, de la misma manera en que responden a sus preguntas o emplean métodos de
disciplina adaptados a la edad y la madurez de cada niño.

5. ORGANO DE CONTROL QUE ESTABLECE LA CONVENCION


I. COMITE DE LOS DERECHOS DEL NIÑO.
La Convención al igual que todos los tratados de derechos humanos cuenta con un
órgano de vigilancia encargado de supervisar su aplicación en cualquier Estado que
haya decidido adoptarla. Cada comité se crea independientemente de cada tratado y
no forma parte del sistema jerárquico de las Naciones Unidas, por lo que presenta un
reglamento interno, pero a la vez mantiene un vínculo con el Alto Comisionado de la
ONU, en atención a que debe vigilar el mencionado tratado.
El Comité de los Derechos del Niño es la autoridad más alta sobre la interpretación
de la Convención. Elegido por los Estados partes de la Convención, los miembros
que forman parte de este cuerpo, se reúnen tres veces por año en Ginebra. Los
Estados partes deben emitir un reporte inicial sobre los progresos de la
implementación de la Convención que se ratifica cada dos años; luego cada reporte
debe emitirse cada cinco años. Estos informes deben tomar en cuenta ciertas
directrices como las medidas generales para la mejor aplicación de los derechos de
los niños, tener conocimiento de los principios rectores, tomar las medidas especiales
de protección, teniendo en cuenta la salud básica y el bienestar de los niños.

El motivo de la conformación de este Comité es el de verificar la buena aplicación


de la Convención en los países en los cuales ha sido ratificada, así como llevar a
cabo actividades que se enfocan a la promoción de la cooperación internacional
entre los países que aportan sus donaciones, los países que están en desarrollo y
los organismos multilaterales.
Este organismo además se encarga de verificar la correcta aplicación de dos
protocolos facultativos; el relativo a la prostitución infantil y a la utilización de los niños
en la pornografía y el relativo a la venta de los niños y su participación en las guerras.
En la segunda parte de este tratado, específicamente en el artículo 43 inciso primero,
señala que para verificar las acciones realizadas por los Estados que adoptaron este
instrumento “ se establecerá un Comité de los Derechos del Niño” . Este Comité se
compondrá de 18 representantes de diversos países que tengan integridad moral y
que hayan sido muy competentes en sus anteriores cargos . Sus integrantes serán
elegidos por su mismo Estado y la presencia que tengan frente al Comité será
personal, por lo que no serán representantes de sus países, ni de ninguna
organización de la que formen parte.
Además de los informes que presenta cada país, este órgano también recibe
información de la situación de los derechos humanos de diversos organismos de las
Naciones Unidas, organizaciones no gubernamentales y asociaciones que se
encarguen de velar por los derechos humanos e información de la prensa. Luego se
procederá a analizar en presencia de los representantes del Estado la situación de su
país, teniendo presente toda la información que se haya obtenido por los diversos
organismos, incluyendo los informes enviados por el respectivo país. Este organismo
expresará sus recomendaciones y comentarios los cuales se harán públicos, también
son llamadas observaciones finales cuya finalidad es tener una mejor aplicación de la
Convención en cada país.

También existen comentarios que son llamados observaciones generales, los cuales
se refieren a las conclusiones que emite el Comité y que se refieren a la interpretación
de los derechos contenidos en este tratado. Debemos destacar que el Comité no
examina informes de las personas de manera particular, sino que estos informes se
remiten a asociaciones u organismos que se encargan de investigar denuncias de
parte de los particulares. Siendo el motivo por el cual se conduce al envío de estos
informes, el confirmar el cumplimiento que se le está dando a la Convención, así como
a sus respectivos Protocolos facultativos.
Si el Comité llegara a tener dudas respecto de la aplicación de este tratado, sin duda
que solicitará el apoyo de diversos gobiernos, así como también el apoyo del Fondo
de las Naciones Unidas para la infancia. Es por ello que se promueve cada vez más
que todas las organizaciones presenten informes relacionados con el maltrato en
contra de los niños.

II. PROTOCLOS FACULTATIVOS.


Tras la aprobación de un tratado de derechos humanos se suelen añadir protocolos
facultativos, es decir, mecanismos que complementan y añaden provisiones al
tratado. Un protocolo puede versar sobre un tema relacionado con el tratado original
y se utiliza para profundizarlo, abordar una preocupación nueva o añadir un
procedimiento para la aplicación y puesta en marcha del tratado, como por ejemplo,
incluir un procedimiento para la presentación individual de quejas. Los Protocolos
Facultativos a la Convención sobre los Derechos del Niño ofrecen más detalles y
amplían las obligaciones del original tratado.
Un Protocolo se entiende facultativo porque no vincula automáticamente a los
Estados que ya han ratificado el tratado original. Estas obligaciones en el protocolo
son adicionales y pueden ser más exigentes que las que aparecían en la Convención
original, por lo que los Estados deben de escoger de manera independiente si quieren
vincularse o no al protocolo. Por tanto, un protocolo facultativo dispone de sus propios
mecanismos de ratificación independientes del tratado que complementa.

Al aprobar la Convención, la comunidad internacional reconoció que, a diferencia de


los adultos, las personas menores de dieciocho años necesitan una atención y
protección especiales. Para contribuir a eliminar los abusos y la explotación cada vez
mayores de los niños en todo el mundo, la Asamblea General de Naciones Unidas
aprobó dos Protocolos Facultativos de la Convención que refuerzan la protección de
la infancia contra su participación en los conflictos armados y la explotación sexual.
El Protocolo relativo a la venta de los niños, la prostitución infantil y la utilización de
los niños en la pornografía, entrando en vigor el 18 de enero de 2002, el cual cuenta
con diecisiete artículos en donde se expresan el interés de adoptar y asegurar una
protección para cualquier niño que pueda ser utilizado para estos fines.
Este Protocolo surge por la necesidad de reconocer la existencia de este tipo de
problemas, así como establecer medidas de extrema precaución y sanción en contra
de cualquier actividad que incurra en estos tipos de delitos. Además, se reconoce
como necesaria la colaboración de internet para obtener mayor apoyo por diversos
ámbitos. El Fondo de las Naciones Unidas, se transforma en el primer organismo
promotor en aprobar la ratificación de este protocolo.
El 12 de febrero de 2002 entra en vigor el Protocolo Facultativo relativo a la
participación de los niños en conflictos armados, el cual cuenta con trece artículos.
Este Protocolo nace en atención a que existe una gran cantidad de niños alrededor
del mundo que se encuentran formando parte de conflictos armados en sus
respectivos países, es por esto que se establece este instrumento para que cada
Estado tome las medidas para velar directamente por la no participación de los niños
en este tipo de hostilidades. Teniendo en cuenta que una de las graves
consecuencias que puede dejar la participación de los menores en las guerras, son
los traumas ocasionados, además de pérdidas de alguna parte del cuerpo,
deformidades, etc.
Los Estados partes, después de ratificar el protocolo, se comprometen a realizar una
declaración en la cual se establece que la edad mínima para entrar a las fuerzas
armadas del respectivo país deber ser de dieciocho años de edad.

Es así como la creación de estos protocolos conduce a sancionar cualquier trato


inapropiado o maltrato que se dé a los niños. Pensar que estos instrumentos de
protección puedan generar interés o puedan generar índices menores respecto a
venta, explotación infantil, participación de los menores en conflictos armados, resulta
difícil. Es por ello que se necesita crear conciencia universal para que los países que
se han comprometido con la Convención y con los protocolos efectivamente den
cumplimiento a ellos y así poder proteger la dignidad de los menores.
CONCLUSIONES

La presente monografia ha intentado explicar la Convención sobre los Derechos del


Niño, el cual ha sido unos de los tratados con mayor aceptación mundial. Desde su
creación se ha impulsado a los países a participar adoptándolo, y así comprometerse
a la defensa de los niños ante cualquier ambiente agresivo que pretenda dañarlos.
La mencionada Convención surgió con el fin de proteger a los niños frente a cualquier
forma de maltrato a la que pudieran verse expuestos, torturas como las que se
presentan en ambientes de guerra, explotación sexual por la que pueden verse
afectados por la pobreza y miseria en la que viven. Es así como se comentó que los
niños son seres humanos, y como tales tienen derechos y merecen ser respetados,
entendiendo la Convención en su artículo primero, “todo ser humano menor de
dieciocho años”. El proceso de creación de este tratado vinculó las diferentes culturas,
políticas y formas de desarrollo, se hicieron investigaciones exhaustivas para tener
conocimientos precisos, por ello la creación de la Convención se debe a muchas
personas, quienes dedicaron tiempo y bastante esfuerzo por instaurar un tratado que
se desempeña como único, y que a su vez generará importancia por defender los
derechos de los niños.
En la actualidad, sus derechos son vistos como la etapa culminante de un largo
recorrido que evidencia la mayor preocupación y sensibilidad que ofrece nuestra
sociedad hacia la infancia. Lográndose un cambio importante en la mentalidad
humana al reconocer al niño como un ser vulnerable. Además, cada día existe más
interés en satisfacer sus necesidades materiales y espirituales viéndose reflejada esta
situación al priorizar el interés superior del niño por sobre cualquier otro.
No obstante lo anterior, es necesario que los Estados sigan impulsando el respeto y
cuidado de los niños, para que en un futuro no muy lejano, sea posible erradicar todo
tipo de maltrato y olvido hacia nuestros niños.
BIBLIOGRAFIA

 Asamblea General de las Naciones Unidas, “Convención Internacional sobre


los derechos del niño” , Estados Unidos, New York,1989.
 Cancado Trincade Antonio, “El Derecho Internacional de los Derechos
Humanos en el Siglo XXI”, Segunda Edición, Editorial Jurídica de Chile,
Santiago de Chile, 2001.
 Carrillo Bascary Miguel, “Implicancia del concepto niño”, Publicaciones, http://
www.fder-constitucional.com.ar García San José Daniel, “Convención sobre
los derechos del niño: Soberanía y Derechos Humanos”, Publicaciones
Facultad de Derecho, Universidad de Sevilla, Sevilla. http:// www.saber.ula.ve
 O´Donnell Daniel, “La Convención sobre los derechos del niño”,
http://www.iin.oea.org
 Publicaciones IIN, Sistematización de la información sobre Derechos del Niño,
www.iin.oas.org
 Publicaciones UNICEF, Guía del Protocolo Facultativo sobre la participación
de niños y niñas en conflictos armados, Nueva York, Estados Unidos, 2004.
http:// www.unicef.org/ spanish
ANEXOS

Anulan la autorización
del trabajo infantil desde
los 10 años
Se trata de un artículo del Código Niño, Niña y Adolescente. Ese aspecto vulneraba
los derechos de los menores y normativa internacional. Bolivia era el único país que
bajaba la edad

Miles de menores de edad en el país dedican su tiempo a trabajar en las calles y


estudiar. (Imagen de archivo)

09/02/2018

El Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) declaró inconstitucional el


artículo 129 del nuevo Código Niña, Niño y Adolescente (CNNA), que
autorizó "excepcionalmente" el trabajo infantil por cuenta propia desde los 10
años y por cuenta ajena desde los 12 años.
Según la sentencia 0025/2017, emitida el 21 de julio de 2017 y que recién se
conoció de manera pública, la Sala Plena del TCP resolvió declarar la
inconstitucionalidad del mencionado artículo por ser "incompatible y
contradictorio" con la Constitución Política del Estado (CPE), la
Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) y el Convenio 138 de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Este fallo surgió gracias a una acción de inconstitucionalidad abstracta
presentada el 18 de diciembre de 2014 por Rolando Villena, quien entonces era
Defensor del Pueblo y consideró que se estaba vulnerando los tratados
internacionales y los propios derechos de la niñez al permitir que trabajen
desde los 10 años.
Tras conocer el fallo del TCP, Villena se mostró satisfecho y afirmó que pese a
la tardanza, "el Tribunal actuó en derecho porque la disminución de la edad
permitida para trabajar (de 14 a 10 años) estaba legalizando la explotación
infantil".
Remarcó que los legisladores, al aprobar el nuevo Código, actuaron de manera
irracional e ilegal, además, estaban convirtiendo a Bolivia en el único país del
mundo donde se iba permitir el trabajo infantil desde los 10 años.
De hecho, esa situación "condujo en los últimos años que varias instancias
internacionales emitieran censuras y críticas al Estado boliviano y también
a las ONGs (organizaciones no gubernamentales) que apoyaron en su
momento ese despropósito", señaló.
De acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Trabajo Infantil 2008 Magnitud y
características del trabajo infantil en Bolivia se estima que en el país existen 3
millones 37 mil (3.037.000) niños y adolescentes de entre 5 y 17 años en
situación de trabajo infantil.
Esta cifra representa más o menos el 30% de la población total, es decir, de
cada diez personas, tres se encuentran en condición de trabajo infantil -
adolescente.
Según datos recogidos por el Ministerio de Educación, a través del Registro
Único de Estudiantes (RUDE) y la Unión de Niños y Niñas Adolescentes
Trabajadores de Bolivia, en el país hay más de 34.000 menores que trabajan
y estudian al mismo tiempo.

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