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A través de los años, se ha visto el sufrimiento de nuestro pueblo Colombiano,

donde ha experimentado ataques, corrupción, pobreza, desigualdad y otros


factores que han ido agravando la situación del país. Estos conflictos parecen no
tener fin y van dejando huella en miles de Colombianos; es por esto, que algunos
Presidentes de gobiernos pasados plantearon posibles soluciones con el objetivo
de concluir esta guerra, lastimosamente todos esos intentos fallaron; sin embargo,
durante los últimos cinco años el presidente Juan Manuel Santos logró llegar a
unos acuerdos con el grupo de la Guerrilla de las FARC, mediante un diálogo para
la paz del país y tratar de que se vieran beneficiados tanto el pueblo Colombiano
como los integrantes de las FARC. Se debe agregar que la opinión de la
ciudadanía sobre este tema es de suma importancia; por eso el gobierno los
convocó a participar en un mecanismo de refrendación mediante el plebiscito,
para aprobar o no los acuerdos firmados en la Habana Cuba.

Toda la población Colombiana, desde los que viven en la zona urbana hasta los
que hacen parte de la zona rural, se han visto afectados por este grupo debido a
que han violentado sus derechos como ciudadanos durante 52 años
aproximadamente; es por ello, que la delegación del gobierno y de las FARC se
reunieron para construir una serie de acuerdos donde aparentemente ganarían
ambas partes, ellos y el pueblo; dentro de esos acuerdos se discutieron cinco
puntos importantes los cuales se han considerado necesarios y fundamentales
para la solución del conflicto. El primer tema fue el agrario, donde uno de los
deseos era rescatar tierras, para la mejora de la agricultura, crear empresarios con
personas del campo y con esto pudiera mejorar la situación productiva y economía
del país. En segundo lugar, están las garantías para el ejercicio de la oposición
política y de la participación ciudadana; como tercer punto está el fin del conflicto
armado, el cual incluye dejar las armas y la reintegración de las FARC a la vida
civil; en el cuarto punto está algo muy importante, como lo es el narcotráfico que
tanto daño le ha hecho y le hace a nuestro país, llevando acabo la erradicación de
cultivos ilícitos y otras economías ilegales asociadas a este grupo donde se
implementaría el programa de restitución de tierras entregándole a los campesinos
las tierras para que las usaran con el fin de tener cultivos que están bajo el marco
legal y así poder generar empleo y como quinto y último, reparación a las víctimas
también llamado sistema integral de verdad, Justicia, reparación y no repetición . A
partir de estos acuerdos el pueblo podría elegir y responder mediante el plebiscito
si estaba de acuerdo o no con los acuerdos firmados.
Aunque muchos de nosotros no hemos sido víctimas directas del conflicto armado,
si buscamos la paz para nuestro país, pero el pasado 2 de octubre del 2016 en las
votaciones no se estaba preguntado si queríamos o no la paz, la pregunta era
precisa, “¿Apoya el acuerdo final para la terminación del conflicto y construcción
de una paz estable y duradera?”. Muchas personas apoyaban el Sí, mientras que
otras apoyaban el No, y es que de eso se trata el plebiscito, de participar
libremente y así poder expresar su opinión con el propósito de recopilar la
voluntad general y someter las propuestas recabadas a la aplicación de las
decisiones del gobierno; no solo para ser conocedor de las necesidades del
pueblo, sino también conocer las opiniones que se tienen acerca del gobierno y
así buscar mejoras, en este caso del acuerdo de paz. ¿Qué debíamos saber para
participar en las votaciones? Debíamos tener en claro cuáles eran los acuerdos
estipulados, no dejarnos llevar por los comentarios de los medios, amigos, hasta la
familia pues eso haría ver una perspectiva diferente de las cosas y hasta
posiblemente cambiar la decisión ya tomada; sin embargo, cada uno de los que
participaban debían de tener en claro que si o si, Colombia necesita un cambio.
Ahora bien, dando una opinión crítica, mi posición frente al tratado de paz era No,
la mayoría diría que no quiero ver crecer al país o que no quiero que vivamos en
paz; pero a mi parecer la forma en la que se estaba manejando la situación no era
la mejor ya que las cosas se hicieron al revés, pues solo se tuvo en cuenta el
querer y pensar del gobierno colombiano, si se hubiera dado a conocer bien a
fondo todos y cada uno los puntos del acuerdo, desde un principio contando con la
participación de cada uno de los estamentos públicos, gremiales , sindicatos en
fin, representación del pueblo colombiano, se habría obtenido una mejor
respuesta. El triunfo del No en el plebiscito, en cifras concretas, vislumbra un
panorama que ha de ser la ocasión para propiciar un pacto Nacional más
integrador, en comparación con el que ya se encuentra consolidado; de modo que
motive el apoyo de los ciudadanos que nos opusimos al acuerdo presente, pero
todavía mucho más justo, que estimule la confianza, y, por ende, la participación
de quienes ni siquiera se manifestaron en las urnas el pasado domingo, pues la
abstención resultó, sin exageraciones, dominante.

Además, debería ser claro que el No a lo acordado, no es sinónimo de un Sí a la


permanencia del conflicto armado, ni mucho menos sed de venganza, odio,
rencor, tampoco sinónimo de un No a la Paz. Más bien, parafraseando algunas
voces de quienes promovían la campaña ganadora, puede tratarse de algo como:
“A la Paz Sí, pero No así”.

En conclusión, el resultado del Plebiscito da la oportunidad para que se tenga en


cuenta a los grupos que votaron por el NO, se les oiga y entienda que nunca han
estado en contra de la PAZ, sino que buscan una PAZ ESTABLE Y DURADERA,
que haya una justicia equilibrada tanto para la guerrilla como para el pueblo
colombiano y fuerzas militares; que no se siga violando el derecho internacional
humanitario, se respete la niñez, y que nadie viva condicionado.

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