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PIURA - PERÚ
I. INTRODUCCIÓN
Un huevo está formado, básicamente, por una yema central (31%) rodeada por el albumen o
clara (58%) y todo ello envuelto por una cáscara externa (11%). El huevo tiene unos contenidos
moderados en calorías y ácidos grasos (AG) saturados. Ofrece una proteína con un perfil en
aminoácidos ideal para las necesidades del organismo, una alta proporción de AG insaturados,
todas las vitaminas excepto la vitamina C y minerales esenciales de forma concentrada. Estos
macro y micronutrientes están conservados y protegidos por la cáscara. La cáscara es una
estructura muy compleja que contribuye al sistema de defensa frente a la contaminación
microbiana del huevo y es un excelente envoltorio natural que preserva el valor nutricional del
huevo entero. Todo ello no es sorprendente si recordamos que, el huevo forma parte del sistema
de reproducción del ave y contiene todos los compuestos, nutrientes y no, necesarios para el
desarrollo del embrión.
Las proteínas del huevo son de las de mayor calidad entre los alimentos de origen animal. Son
todas aprovechables por el organismo, que evita su almacenamiento en forma de grasas. Estas
proteínas se concentran principalmente en la clara, ya que la yema no posee apenas, aunque sí
contiene vitaminas y la ventaja de ser uno de los pocos alimentos que contienen vitamina D.
Las proteínas del huevo cuentan con un alto grado energético y tienen propiedades saludables
para el organismo. Contienen un buen número de aminoácidos esenciales difícilmente
encontrables en un solo alimento e incluso incluyen todos los aminoácidos necesarios para el
funcionamiento óptimo de nuestro cuerpo.
Fuente: Las proteínas del huevo y sus excelentes propiedades, Juan José Sánchez Ortiz | Last
updated Jul, 03 2013
II. OBJETIVOS
La estructura del huevo está diseñada por la naturaleza para dar protección y mantener al
embrión del que surgiría el pollito después de la eclosión. Su contenido es de enorme valor
nutritivo, capaz por sí mismo de dar origen a un nuevo ser vivo. Por esta razón, el huevo se
encuentra protegido de la contaminación exterior por la barrera física que le proporcionan su
cáscara y membranas y por la barrera química que le proporcionan los componentes
antibacterianos presentes en su contenido.
El corte transversal de un huevo permite diferenciar nítidamente sus partes: la cáscara, la clara o
albumen y la yema, separadas entre sí por medio de membranas que mantienen su integridad. Es
importante tener en cuenta la estructura del huevo para comprender cómo debe ser manipulado
con el fin de garantizar la máxima calidad y seguridad de este alimento.
El peso medio de un huevo está en torno a los 60 g, de los cuales aproximadamente la clara
representa el 60%, la yema el 30% y la cáscara, junto a las membranas, el 10% del total.
Se define como alimento funcional, aquel cuyo consumo contribuye a aportar beneficios sobre
la salud, por encima del aporte estrictamente nutricional. Es decir que presenta compuestos que
han sido identificados como fisiológicamente activos y con demostrados efectos positivos para
mantener y potenciar la salud, así como prevenir la aparición de determinadas patologías.
Existen evidencias científicas de que el huevo contiene numerosos compuestos con actividad
biológica que pueden tener un papel en la terapia y prevención de enfermedades crónicas e
infecciosas. Se han descrito la presencia de compuestos con actividades antimicrobianas,
inmunomoduladores, propiedades antioxidantes, anticancerígenas y antihipertensivas, entre
otras (Huopalahti et al., 2007; Kovac-Nolan et al., 2005). De hecho, algunas de estas sustancias
ya se aíslan y producen a escala industrial como la lisozima y avidina de la clara o
inmunoglobulinas (IgY) y fosfolípidos como la lecitina de la yema.
Pero además de las posibilidades de los ovoproductos, es importante conocer el papel del huevo
entero como alimento funcional, ya que es el ingrediente habitual de nuestra dieta. Los
compuestos presentes en el huevo entero con demostrado y aceptado valor funcional son colina,
luteina y zeaxantina. Además, también podemos considerar la vitamina E y los AG
poliinsaturados (AGPI) omega-3, que solo están presentes en cantidades importantes en huevos
enriquecidos. Pero más allá del concepto “funcional”, el huevo aporta algunos nutrientes que
benefician el estado de salud y bienestar de las personas (Applegate, 2000; Meister et al., 2002).
Densidad Nutritiva.
Destaca su moderado contenido energético, 85 kcal en un huevo de 60g, que corresponde a 150
kcal /100g de huevo comestible. En paralelo, presenta una alta densidad nutritiva, es decir que
aporta una alta proporción de las necesidades diarias de una persona en nutrientes esenciales
acompañado de una baja proporción de sus necesidades en calorías. Así, la densidad nutricional
del huevo (g, mg ó μg de nutriente/1000 kcal alimento) es muy favorable en relación a otros
alimentos proteicos como la carne, sobre todo en referencia a los AGPI y a micronutrientes
como el hierro y las vitaminas B2, B12, A, E y folato (Codony, 2002) Por ello, el consumo de
huevos es especialmente adecuado en personas que ingieren una limitada cantidad de alimento
y/o energía pero que necesitan asegurar la ingestión de nutrientes esenciales (personas de edad
avanzada, niños, dietas de adelgazamiento, etc.)
Proteína y aminoácidos.
Por otro lado, los resultados de algunos trabajos indican que el consumo de alimentos de alto
valor proteico, como el huevo, pueden ayudar a controlar el apetito y a mantener el estado (masa
y resistencia) de la musculatura (Layman, 2004; Vander Wal et al, 2005).
En concreto, se ha descrito el importante papel de la leucina en el control de la síntesis de tejido
muscular y en el control de la saciedad (Layman y Walker, 2006), el huevo es una fuente
concentrada de este nutriente.
Los huevos no aportan purinas (que se transforman en ácido úrico en el organismo) y son
especialmente interesantes en la alimentación de personas que padecen gota
(Ortega, 2002).
Lípidos.
Está bien establecido que la modificación del perfil en AG del pienso permite cambiar la
composición en AG de la yema. Este cambio se basa, fundamentalmente, en la variación inversa
ente las fracciones de AGPI y AGMI, mientras que los AGS permanecen prácticamente
constantes. En este sentido, en la actualidad encontramos en el mercado huevos en cáscara
enriquecidos en AGPI omega-3, esto es posible gracias a la incorporación de aceite de linaza o
pescado en la ración de las gallinas. Esto permite aumentar los niveles de AG eicosapentaenoico
(EPA) y docosahexaenoico (DHA), que son AGPI omega-3 de cadena muy larga cuyo consumo
ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y mejorar las funciones
visuales y mentales (Baucells et al., 2000). Un huevo enriquecido, aunque existe una gran
variabilidad de contenido y proporción de linolénico /EPA/DHA,) puede llegar a cubrir
prácticamente el 100% de la ingesta diaria recomendada (CDR).
En cuanto al colesterol, el contenido medio es de 385 mg por 100 g de huevo entero (210 mg en
un huevo de unos 60g) y está depositado en la yema. Esta cantidad contribuye de manera
importante a la ingesta diaria de este compuesto. Está demostrado que existe una relación entre
el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la presencia de altos niveles de colesterol en la
circulación sanguínea, especialmente colesterol integrado en lipoproteínas de baja densidad
(LDL). Pero el colesterol de la dieta no es el principal responsable de los niveles de colesterol
circulantes. De hecho se señala que la cantidad y el tipo de grasa ingerida, es muy responsable
incluso más que el colesterol, aumentando los niveles de colesterol LDL en paralelo con el
incremento del consumo de AGS (American Heart Association AHA, 2000).
En concreto, diferentes estudios realizados han demostrado que no existe una asociación entre el
consumo de huevos y la aparición y desarrollo de enfermedades cardiovasculares (Hu et al.,
1999; Kritchevsky, 2004; McNamara, 2002; Nakamura et al., 2006; Natoli et al., 2007; Qureshi
et al., 2007). Las recomendaciones nutricionales de la AHA mantienen el máximo de 300 mg de
colesterol por persona y día pero han rectificado y no limitan el consumo de huevos. Es
importante destacar que otros compuestos del huevo como los AGPI, antioxidantes
(carotenoides, vit. E, selenio), fosfolípidos (lecitina y esfingomielina), vitaminas del grupo B y
folato pueden contribuir a contrarrestar el posible efecto negativo del consumo de colesterol.
El consumo de huevos en España (35 g/día, equivalente a unos 4 huevos medianos a la semana)
supone un 2,8% de la ingesta total de grasa, 2,7% de AGS y 27,1% de colesterol (Carbajal,
2005).
También se ha demostrado que la luteína ejerce una acción antiinflamatoria con un importante
papel en la prevención de enfermedades coronarias y desarrollo de algunos tipos de cáncer
(Dwyer y col., 2004; Ribaya-Mercado y Blumberg, 2004).
El huevo es el único alimento de origen animal que aporta luteína y zeaxantina, y aunque su
contenido es inferior al de algunas fuentes de origen vegetal, la biodisponibilidad es superior
(Chung y col., 2004; Handelman et al., 1999). Se ha descrito que 100g de yema contiene 1723
μg de luteína y 1257 μg de zeaxantina, además su contenido aumenta de forma directamente
proporcional a su concentración en el pienso de las gallinas.
Vitaminas.
El huevo contiene todas las vitaminas con excepción de la vitamina C. Las vitaminas
liposolubles (A, E, D y K), ellos se encuentran exclusivamente en la yema. El resto de las
vitaminas hidrosolubles se encuentran en yema y albumen. La biotina, ácidos pantoténicos, B1,
B6, ácido fólico y la B12 se concentran mayoritariamente en la yema mientras que el 50% de la
B2 está depositado en el albumen. Un huevo satisface entre el 10-15 % de las necesidades
diarias de vitaminas A, D, B2, niacina, B12 (68%), ác, pantoténico y biotina, para las restantes
vitaminas su contribución es menor (3-5% del total necesario) (Tortuero, 2002).
Destacar, que el huevo es uno de los pocos alimentos que aporta cantidades apreciables no solo
de vitamina D o colecalciferol, sino también del metabolito 25-(OH) colecalciferol, de mayor
actividad biológica (Carbajal, 2005). El consumo de huevo constituye un 15 % de la ingesta
total de este nutriente y puede ser importante en personas que tienen limitado el acceso a la luz
natural.
Minerales.
Tanto la clara como la yema del huevo contienen una amplia variedad de minerales, destacando
la contribución a la ingesta diaria recomendada de zinc (4,7 %), selenio
(9,7), hierro (10,5 %) y calcio (3,9 %). Es remarcable que el zinc aportado por el huevo se
absorbe mejor que el de los alimentos de origen vegetal (Sandstrom y col., 1987).
También es destacable la riqueza en selenio, ya que está bien establecido su papel frente al
estrés oxidativo.
Está claramente demostrado que la composición del huevo puede variar debido a distintos
factores como la alimentación, la genética y la edad de las gallinas. Sin embargo, cambios
importantes con repercusión práctica a nivel nutricional, únicamente se han descrito en los
lípidos (por ejemplo, ácidos grasos omega-3, CLA), las vitaminas liposolubles, como la E, y
algunos minerales (yodo, cromo y selenio) lo que permite la producción de huevos enriquecidos
en diferentes componentes de interés nutricional y/o funcional.
IV. MATERIALES Y METODOS
Materiales
Desarrollo Experimental
Factor Dilución
¿Qué ha sucedido?
Las cadenas de proteínas que hay en la clara de huevo se encuentran enrolladas adoptando una
forma esférica. Se denominan proteínas globulares. Al freír o en este caso cocer un huevo,
el calor hace que las cadenas de proteína se desenrollen y se formen enlaces que unen unas
cadenas con otras. Este cambio de estructura da a la clara de huevo la consistencia y color que
se observa en un huevo cocinado. Este proceso que se conoce con el nombre de
desnaturalización se puede producir de muy diversas maneras:
La yema es la porción amarilla del huevo, está recubierta por la membrana vitelina que la separa
de la clara y la protege de una posible rotura. El color está determinado principalmente por la
dieta de la gallina. Puede presentar una mancha rojiza, que corresponde al disco germinativo, a
partir de la cual se desarrollaría el pollo en caso de que el huevo hubiera sido fecundado. Es una
dispersión de diferentes tipos de partículas suspendidas en una solución proteica. La cantidad de
proteína sobre sustancia seca es de 31,1% y la de grasa del 65,8%, con gran cantidad de
lipoproteínas de baja densidad (LDL) ricas en colesterol. La fase continua (78%) está formada
por un extracto seco de proteínas globulares y LDL, mientras que la fase dispersa (20%) lo está
con proteínas globulares y lipoproteínas de baja densidad(HDL).
Cuando la temperatura es elevada aumenta la energía cinética de las moléculas, lo cual genera
una desorganización de la envoltura acuosa de las proteínas, dicha desorganización genera
finalmente la desnaturalización de proteínas. Asimismo, un aumento de la temperatura.
Destruye las interacciones débiles y desorganiza la estructura de la proteína, de forma que el
interior hidrófobo interacciona con el medio acuosa y se produce la agregación y precipitación
de la proteína desnaturalizada.
Cuando se diluye huevo con otros líquidos por regla general se aumenta la temperatura a la que
'cuaja' el huevo, la disolución hace que las distancias de las proteínas se encuentren con más
moléculas de agua y es necesario más temperatura para que las moléculas de proteína se
desnaturalicen (y por lo tanto, cuaje), el azúcar hace crecer la temperatura igualmente. Si
consideramos la mezcla de un vaso de leche, azúcar y un huevo al no mezclarse la temperatura
de cuajado es cercana a los 70 °C mientras que la mezcla rondará los 78 °C - 80 °C. Se suele
decir que la sal y los alimentos ácidos 'endurecen' las proteínas del huevo, esto es debido a que
reducen la temperatura de coagulación, pero producen al mismo tiempo una textura más tierna
(especialmente con la adición de ingredientes ácidos).
Ovoalbúmina: (Gil, 2010) Es la principal proteína de la clara del huevo (60-65% del peso de la
clara de huevo). Además de tener el mejor perfil proteico que se puede encontrar en un
alimento, la clara contiene vitaminas y minerales y aporta aproximadamente 17 calorías. Es una
proteína de referencia en bioquímica y es conocida en la industria alimentaria por sus
propiedades como transportadora, estabilizadora y formadora de emulsiones. Se desnaturaliza
fácilmente con el calor. Es la proteína de mayor valor biológico ya que tiene muchos de los
ocho aminoácidos esenciales. Es rica en cisteína y metionina y presenta grupos sulfhídrilos. La
presencia de estos grupos sulfhidrilos hacen una gran contribución aparte del sabor, textura y
aroma característicos del huevo. Sus propiedades es que son insoluble en agua, soluble en
soluciones alcalinas, resistente a tratamientos térmicos suaves (coagula a 80ºC) y rica en
cisteína y metionina. Se pueden aplicar en la medicina en los casos especiales de intoxicación
por metales pesados (tales como el hierro) se puede administrar unas dosis de ovoalbúmina. La
ovoalbúmina está relacionada con los metales pesados y su misión es la de atrapar los iones de
los metales pesados debido a la presencia de las uniones sulfhídricas de la proteína. Su
coagulación tras el proceso de absorción previene la absorción de metales en el tracto
gastrointestinal previniendo el envenenamiento. En algunos casos, es utilizada para aliviar
quemaduras o como regenerador de la piel.
YEMA o vitelo: La yema es la parte central y anaranjada del huevo. Está rodeada de la
membrana vitelina, que da la forma a la yema y permite que esta se mantenga separada de la
clara o albumen. Cuando se rompe esta membrana, la yema se desparrama y se mezcla con la
clara. En la yema se encuentran las principales vitaminas, lípidos y minerales del huevo y por
ello es la parte nutricionalmente más valiosa. Su contenido en agua es de aproximadamente el
50%. Los sólidos o materia seca se reparten equitativamente entre proteínas y lípidos, quedando
una fracción pequeña para vitaminas, minerales y carotenoides. Estos últimos son compuestos
de efecto antioxidante y los responsables del color amarillo, que varía en tono e intensidad en
función de la alimentación de la gallina. El color de la yema tiene interés comercial, por lo que
puede medirse con colorímetros (ver fotografía). En su interior se encuentra el disco germinal o
blastodisco, que es un pequeño disco claro en la superficie de la yema, lugar en el que se inicia
la división de las células embrionarias cuando el huevo está fecundado. Ocasionalmente pueden
encontrase huevos con dos yemas. Esto es debido a que la gallina produce en una misma
ovulación dos óvulos en lugar de uno, que es lo corriente. Este accidente fisiológico es más
común en las aves al principio del período de puesta. Las manchas de color rojizo o marrón que
a veces aparecen en el interior del huevo no deben confundirse con el desarrollo embrionario,
sino que son simplemente células epiteliales procedentes del oviducto que se han desprendido al
formarse el huevo y que no presentan problema alguno para su consumo. Pueden retirarse
fácilmente con la punta de un cuchillo limpio. Si en el proceso de clasificación las manchas se
ven al trasluz (al pasar el huevo por la cámara de miraje en el centro de embalaje) no se
considera el huevo como de categoría A. (HUEVO, 2009)
VI. CONCLUSIONES
Se pudo observar mediante varias reacciones que la clara del huevo tiene proteínas
que la conforman, esta proteína es la ovoalbúmina.
La mayoría de las proteínas pierden su función biológica cuando están
desnaturalizadas, por ejemplo, las enzimas pierden su actividad catalítica, porque
los sustratos no pueden unirse más al centro activo, y porque los residuos del
aminoácido implicados en la estabilización de los sustratos no están posicionados
para hacerlo.
Un aumento de temperatura provoca la energía cinética de las moléculas, lo cual
genera una desorganización de la envoltura acuosa de las proteínas, dicha
desorganización genera finalmente la desnaturalización de las proteínas.
Por otra parte, a temperaturas elevadas se destruye las interacciones débiles y
desorganiza la estructura de la proteína, de forma que el interior hidrófobo
interacciona con el medio acuoso y se produce la agregación y precipitación de la
proteína desnaturalizada.
VII. BIBLIOGRAFIA
Bibliografía
HUEVO, I. D. (2009). EL GRAN LIBRO DEL HUEVO . ESPAÑA : EVEREST S.A .
Las proteínas del huevo y sus excelentes propiedades, Juan José Sánchez Ortiz | Last
updated Jul, 03 2013.
http://avalon.cuautitlan2.unam.mx/pollos/m2_9.pdf
http://pendientedemigracion.ucm.es/info/analitic/Asociencia/DesnatProteinas.pdf
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cion+de+la+clara+de+huevo+pdf&hl=es-
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ge&q=desnaturalizacion%20de%20la%20clara%20de%20huevo%20pdf&f=false
http://www.aulavirtual-
exactas.dyndns.org/claroline/backends/download.php?url=L1RyYWJham9zX1By4WN
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https://www.ecured.cu/Huevo
Chttp://es.slideshare.net/tato762/obtencin-e-identificacin-de-protenas-encontradas-en-
la-leche-y-en-la-clara-de-huevo