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VIA CRUCIS 2018

JESÚS EN CASA DE CAIFÁS

Sacerdote 1: (Dirigiéndose a los soldados que traen a Jesús) ¿Quién es este mendigo que
nos traen encadenado como un condenado?

Soldado 1: Es Jesús, el agitador nazareno (Jala de la cuerda con que trae amarrado a Jesús)

Sacerdote 1: (A Jesús) ¿Eres tú Jesús de Nazaret? Dicen que eres un rey

Caifás: ¿Dónde está ese reino tuyo? ¿De que linaje de reyes desciendes tú?

Sacerdote 1: ¡Habla!

Caifás: Tú no eres más que el hijo de un vulgar carpintero, ¿no?

Sacerdote 1: Algunos dicen que eres Elías ¡Pero él fue llevado al cielo en una carroza!

Caifás: ¿Por qué no dices algo? ¡Te han traído aquí por blasfemo! ¿Qué dices a eso?

Sacerdote 1: Defiéndete

Jesús: Yo he hablado abiertamente a todo el mundo. He enseñado en el templo donde todos


nos reunimos. Pregunta a los que han oído mis palabras.

Soldado 1: ¿Así es cómo te diriges al sumo sacerdote? ¿Con arrogancia? (le da una fuerte
bofetada que tira a Jesús)

Jesús: (mientras se levanta) Si he hablado mal, dime en qué he hablado mal. Pero si no, ¿Por
qué me golpeas?

Sacerdote 1: Sí, escucharemos a los que han oído tus blasfemias (Se sienta)

Sacerdote 1: ¡Bien! Escuchémoslos

Testigo 1: ¡Sana a los enfermos con magia! ¡Con la ayuda de los demonios! Yo lo he visto
expulsa a los demonios con ayuda de demonios, y ¡se autoproclama rey de los judíos!

Testigo 2: ¡No, se autoproclama hijo de Dios! ¡Dijo que destruiría el templo y que lo
reconstruiría en tres días! ¡Peor aún! ¡Pretende ser el pan de vida! Y que, si no comemos su
carne o bebemos su sangre, no heredaremos la vida eterna.

(Se alborota la gente)

Caifás: (Ordena a todos que se callen) ¡Silencio!


Caifás: (Se pone de pie) Están todos bajo el hechizo de este hombre ¡O dan pruebas de su
delito, o cállense!

Sacerdote 2: Todo este juicio es un ultraje. ¡Todo lo que he oído de estos testigos no es más
que absurda contradicción! ¿Quién convocó esta reunión, de todos modos? ¿Y a esta hora de
la noche? ¿Dónde están los demás miembros del consejo?

Caifás: (Ordenando que saquen al sacerdote 2) ¡Llévenselo de aquí!

(Lo sacan a empujones mientras todos le gritan: ¡Fuera!)

(El sacerdote 2 se retira gritando)

Sacerdote 2: ¡Una farsa! Eso es lo que es, una brutal farsa.

Caifás: (A Jesús) ¿No tienes nada que decir? ¿Ninguna respuesta a estas acusaciones? Yo te
pregunto ahora, Jesús de Nazaret. Dinos, ¿eres tú el Mesías, el hijo de Dios vivo?

Jesús: YO SOY… y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder y venir sobre
las nubes del cielo.

Caifás: (Se indigna profundamente) ¡Blasfemia! (Rasga su túnica) Le han oído. No hay
necesidad de testigos. (Pregunta a la gente) ¿Cuál es su veredicto?

Gente: ¡Muerte! ¡Muerte!

(Los sacerdotes se retiran al tiempo que cada uno golpea y escupe a Jesús)

NEGACIÓN DE PEDRO

(Pedro, que está entre la gente, trata de huir, pero es reconocido)

Mujer 1: ¿No te he visto yo en compañía del Galileo? (lo toma del cuello mientras Pedro
trata de escapar) ¡Sí, tú eras uno de sus discípulos!

Pedro: (Se suelta) ¡Cállense! Nunca he conocido a ese hombre. No lo conozco.

Mujer 2: ¡Tú eres Pedro! Uno de los discípulos de Jesús.

Pedro: ¡No conozco a ese hombre! ¡Están equivocados!

Mujer 3: (Mientras forcejea con Pedro) ¡Espera! ¡Yo te he visto antes! ¡Detente! ¡Es uno de
ellos!

Pedro: (Desesperado) ¡Se equivocan, maldita sea! Juro que no conozco a ese hombre. No lo
he visto en mi vida.
(Tiran a Jesús que cae a los pies de Pedro. Jesús ve a Pedro, pero éste no aguanta su mirada
y sale corriendo)

JUDAS REGRESA EL DINERO QUE LE DIERON POR JESÚS

(Se llevan los soldados a Jesús, aparecen nuevamente los Sacerdotes mientras están
hablando llega Judas corriendo)

Judas: ¡Suéltenlo! Tomen su dinero (saca de su bolsillo las monedas) He pecado, he


traicionado sangre inocente (llorando). Quédense con su dinero ¡No lo quiero!

Caifás: si piensas que has traicionado sangre inocente, allá tú. Coge tu dinero y márchate.
Ahora, ¡vete!

(Les lanza las monedas a los pies, mientras sale llorando desesperado a ahorcarse)

LLEVAN A JESÚS CON PILATO

Pilato: ¿Siempre castigan a sus prisioneros antes de juzgarlos? ¿Qué acusaciones traen contra
este hombre? (Pregunta a Caifás y a los sacerdotes)

Caifás: Bueno, si no fuera un criminal, no te lo habríamos traído.

Pilato: No es eso lo que he preguntado ¿Por qué no lo juzgan según sus leyes?

Caifás: Cónsul, sabes que no estamos autorizados para condenar a muerte a nadie.

Pilato: ¿A muerte? ¿Qué ha hecho este hombre para merecer la pena de muerte?

Caifás: Ha violado nuestro sábado, Cónsul. Ha seducido al pueblo, ha enseñado doctrinas


engañosas, repugnantes.

Pilato: ¿No es este el profeta que aclamaban en Jerusalén hace sólo cinco días? ¿Y ahora lo
quieren muerto? ¿Puede alguien explicarme esa locura?

Sacerdote 1: Excelencia, por favor. Hasta ahora el sumo sacerdote no te ha explicado el


mayor crimen de este hombre ¡Se ha convertido en el jefe de una secta numerosa y peligrosa
que lo proclama el hijo de David! Se proclama el Mesías. El rey prometido a los judíos.

Caifás: ¡Ha prohibido a sus seguidores pagar el tributo al César, Cónsul!

(Pilato ordena al centurión que le acerque e Jesús)

Centurión: (A los soldados que traen a Jesús) ¡Tráiganlo aquí!

Pilato: (A Jesús) ¿Eres tú el rey de los judíos?


Jesús: ¿Haces esa pregunta por ti mismo, o me la haces porque otros te han dicho que es eso
lo que soy?

Pilato: ¿Por qué preguntaría yo eso? ¿Acaso soy yo judío? Tus sumos sacerdotes, tu propio
pueblo te ha entregado a mí. Quieren que yo te ejecute. ¿Por qué? ¿Qué hiciese? ¿Eres rey?

Jesús: Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, ¿crees que mis seguidores habrían permitido
que me entregaran?

Pilato: Entonces, ¿eres rey?

Jesús: Para eso he nacido. Para dar testimonio de la verdad. Todo el que escucha la verdad,
escucha mi voz.

Pilato: ¡La verdad! ¿Qué es la verdad?

(Jesús no contesta y nuevamente lo llevan a donde están los sumos sacerdotes)

Pilato: (A los sacerdotes y a la gente) He interrogado al prisionero y no encuentro delito


alguno en él. Este hombre es galileo, ¿Verdad?

Caifás: Sí.

Pilato: Entonces es súbito del rey Herodes. Que lo juzgue Herodes.

LLEVAN A JESÚS ANTE HERODES

Herodes: (Pregunta a Jesús) ¿Es verdad que tú devuelves la vista a los ciegos, que resucitas
a los hombres de la muerte? ¿De dónde sacas tu poder? ¿Eres tú aquel cuyo nacimiento ha
sido predicho?

(Jesús no le responde nada)

Herodes: ¡Respóndeme! ¿Eres rey? ¿Y yo? ¿No harás un pequeño milagro para mí?

(Herodes espera alguna respuesta, pero Jesús nuevamente se queda callado)

Herodes: Quiten a este bobo estúpido de mi vista. No es culpable de ningún crimen. No es


más que un loco. Denle el homenaje de un bobo.

REGRESAN A JESÚS CON PILATO

Pilato: El rey Herodes no halló delito en este hombre. Yo tampoco.

(La gente se altera)


Caifás: (Dirigiéndose a la gente) ¡Silencio! ¿Es que no tienen respeto a nuestro procurador
romano?

Pilato: Como saben, todos los años libero a un criminal. Tenemos a un famoso asesino,
Barrabás.

(Entra Barrabás)

Pilato: ¿Cuál de los dos hombres quieren que les suelte? ¿Al asesino Barrabás? ¿O a Jesús,
llamado el Mesías?

Caifás: ¡Ese no es el Mesías! ¡Es un impostor! ¡Un blasfemo! ¡Deja libre a Barrabás!

(Toda le gente empieza a gritar: ¡Libera a Barrabás!)

Pilato: Les pregunto de nuevo: ¿A cuál de estos dos hombres quieren que suelte?

Caifás: ¡Deja en libertad a Barrabás!

(La gente nuevamente empieza a gritar: ¡Barrabás!)

(Ante los gritos de la gente el centurión da la orden a los soldados de que suelten a Barrabás)

Pilato: ¿Qué quieren que haga con Jesús de Nazaret?

Caifás: ¡Crucifícalo!

(Toda la gente empieza a gritar: ¡Crucifícalo!)

Pilato: (A los sumos sacerdotes y a la gente) ¡No! Voy a castigarle, pero después lo dejaré
libre.

Pilato: (Al centurión) Asegúrate de que el castigo sea severo. Pero no dejes que lo maten.

JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS

(Los soldados se llevan a Jesús al lugar de la flagelación, al llegar los mismos soldados
empiezan a burlarse de él y a gritarle ofensas)

Jesús: (Antes de que empiecen a flagelarlo) Mi corazón está pronto, Padre, mi corazón está
pronto.

(Mientras lo azotan y cuentan los soldados los azotes, la Virgen con lágrimas mira desde
lejos, igualmente llorando la acompañan María Magdalena y Juan)

(Después de haberlo azotado fuertemente, y dejarlo casi muerto llega el centurión a


detenerlos)
Centurión: (A quienes están azotando a Jesús) ¡Alto! ¡Alto! ¡Basta! ¡Las órdenes eran
castigar a este hombre, no flagelarle hasta la muerte! Llévenselo ¡Muévanse!

(Sueltan los soldados a Jesús de donde lo tenían amarrado)

Centurión: ¡Sáquenlo de aquí!

(Los soldados se llevan a Jesús a otro lugar que será donde le coloquen el manto color
púrpura, una caña como cetro y una corona de espinas)

Soldado 1: (Mientras le pone la corona de espinas y en tono de burla le dice) ¡Majestad!


(Luego les dice a otros soldados) Encárguense ustedes.

(Otros dos soldados, con unas varas le hacen entrar la corona de espinas provocando que
se entierren las espinas en el cráneo)

Soldado 2: Un bello rosal (Mientras le entierra la corona de espinas con la vara)

Soldado 3: ¡Contémplenlo! ¡El rey de los gusanos! (Luego se inca ante Jesús y en tono de
burla le dice) ¡Salve! ¡Rey gusano!

(Mientras tanto otro soldado le coloca un manto color rojo)

Soldado 2: (Mientras le coloca el manto dice) ¡Un color digno de un rey!

(Después empiezan a burlarse de él, a escupirlo, a darle bofetadas y a golpearlo con unas
varas)

Soldado 1: (Haciendo ademán de reverencia se hinca y burlonamente le dice a Jesús) Hemos


venido a rendirte nuestro homenaje (luego todos se ríen)

VUELVE JESÚS CON PILATO Y ES CONDENADO A MUERTE

(Después de esto, todavía con el manto rojo, llevan a Jesús ante Pilato. Pilato toma a Jesús
y se los presenta a los sumos sacerdotes y a la gente)

Pilato: Aquí tienen al hombre

Caifás: (Gritando) ¡Crucifícalo!

(Toda la gente empieza a gritar: ¡Crucifícalo!)

Pilato: ¿Es que no es esto suficiente? ¡Mírenlo!

Caifás: ¡Crucifícalo!
(La gente grita más fuerte: ¡Crucifícalo!)

Pilato: ¿A vuestro rey voy a crucificar?

Caifás: ¡No tenemos más rey que el César!

Pilato: (Le dice a Jesús) Háblame. Tengo el poder para crucificarte o dejarte libre.

Jesús: No tienes más poder sobre mí que el que se te ha dado de lo alto. Por eso el que me
entregó a ti tiene mayor pecado.

Caifás: (Le dice a Pilato) Si lo liberas, gobernador, no eres amigo del César. ¡Debes
crucificarlo!

(Después de estas palabras Pilato manda a llamar a un sirviente que llega a lavarle las
manos)

Pilato: (mientras se lava las manos) Son ustedes los que quieren crucificarlo, no yo. Háganlo
ustedes. Yo soy inocente de la sangre de este hombre.

Pilato: (Dirigiéndose al centurión) Haz lo que quieren.

JESUS CARGANDO CON LA CRUZ SE DIRIGE AL CALVARIO


(Toman a Jesús, le cargan la cruz y junto con el hacen caminar a dos ladrones hacia el lugar
donde los crucificaran)

Jesús: (Al recibir la cruz la abraza diciendo) Soy tu siervo, Padre. Tu siervo, el hijo de tu
sierva.

Ladrón malo: ¿Por qué abrazas tu cruz, necio?

Soldado: (Hace caminar a Jesús mientras en tono de burla le dice) Todo listo, Alteza, ¡en
macha!

(Con cada ladrón camina un soldado que los va golpeando, detrás de Jesús caminan dos,
que también con un látigo lo golpean. Entre la gente que lo sigue se encuentran María, María
Magdalena y Juan, también un poco más lejos, con un aire de triunfo observa todo Caifás)

(Al poco tiempo de ir cargando la cruz, Jesús no puede más y al empujarlo un soldado cae
por primera vez, la reacción de los soldados es empezar a azotarlo para que se pare)

(María se adelante en el camino para buscar un lugar donde pode encontrarse con su hijo.
Durante todo el camino los soldados no dejan de golpearlo y gritarle: ¡Salve! ¡Rey de los
judíos!)
(En un momento en que Jesús cae arrodillado ante el peso de la cruz, María, sin importarle
los soldados, corre a su encuentro y lo abraza)

María: (Llorando y al mismo tiempo desesperada le dice mirándolo a los ojos) Estoy aquí.

Jesús: (Mientras se pone de pie, ayudado por su madre, le toca el rostro y dice) ¿Ves, Madre?
Yo hago nuevas todas las cosas.

(María se queda de rodillas llorando mientras Jesús se pone de pie y empieza a caminar, a
los pocos instantes Juan y María Magdalena levantan a María y caminan con ella detrás de
Jesús)

(Jesús empieza a dar muestras de que cada vez va más cansado y la cruz le parece más
pesada, a su paso mucha gente llora y otra es empujada por los soldados para que no se
acerquen a él)

(Después de caminar un momento Jesús cae por segunda vez, esta ocasión los soldados
tratan de levantarlo a golpes, pero Jesús está tan cansado que ya no puede ponerse de pie,
en ese momento llega el general y les dice que lo ayuden)

Centurión: (Gritándoles y regañando a los soldados) ¿Están ciegos? ¿Es que no ven que ya
no puede seguir? ¡Ayúdenlo!

(Un soldado ve de pie observando a Simón de Cirene y le ordena que ayude a Jesús)

Soldado 1: (dirigiéndose al Cirineo) ¡Tú! ¡Sí, tú! ¡Ven acá!

Cirineo: ¿Qué quiere de mí?

Soldado: Este criminal ya no puede llevar su cruz él solo. ¡Tú le ayudarás! ¡En marcha!

Cirineo: No puedo, no es asunto mío. ¡Pídeselo a otro!

(La gente le empieza a decir: ¡Ayúdale! Es un hombre santo)

Soldado: ¡Obedece! ¡Muévete! ¡Vamos!

Cirineo: Está bien, pero recuerden que soy inocente, obligado a cargar la cruz de un
condenado.

(El Cirineo se acerca a Jesús, lo ayuda a ponerse de pie mientras toma la cruz para cargarla
él)

(A pesar de la ayuda del Cirineo el cansancio de Jesús es tanto que cae nuevamente al suelo,
en este momento la Verónica aprovecha para acercarse a Jesús, ofrecerle un poco de agua
y limpiar su rostro)
Verónica: (Mientras se quita el velo de su cabeza) Permíteme, mi Señor.

(Jesús lo toma, limpia su rostro y se lo regresa, después la Verónica quiere ofrecerle un vaso
de agua, pero un soldado se la aviente y tomándola le dice)

Soldado: ¿Quién te crees tú? Vete de aquí

(En ese momento se les sale de control la situación a los soldados, alguna gente se acerca a
Jesús para golpearlo, darle patadas, mientras un grupo de mujeres, llorando gritan: ¡Que
alguien pare esto!)

(El Cirineo viendo el trato que recibe a Jesús, deja la cruz y grita)

Cirineo: ¡Basta! ¡Basta! ¡Déjenlo en paz! (dirigiéndose a los soldados) Si no paran, no


cargaré la cruz ni un paso más. ¡Me importa un bledo lo que hagan conmigo!

Soldado 1: Está bien, está bien, sigamos. No tenemos todo el día ¡Vámonos!

(Nuevamente el Cirineo toma la cruz y ayuda a ponerse de pie a Jesús y juntos empiezan a
caminar)

(Después de un largo tramo de caminar, ya casi llegando al Calvario, el Cirineo no puede


detener más a Jesús que se le cae sin poder ayudarlo)

Cirineo: (Tratando de ayudar a Jesús a levantarse) Ya falta poco. Ya casi llegamos.

(Con mucha dificultad logra Jesús ponerse de pie)

Cirineo: (Mirándolo a los ojos) Ya casi se acaba.

JESUS LLEGA AL CALVARIO DONDE ES CRUCIFICADO Y MUERE

(Con mucho esfuerzo, finalmente logran llegar al lugar donde será crucificado, ahí
nuevamente cae Jesús)

Soldado 1: (Le dice al Cirineo) Vete ya, puedes irte. ¡Vamos, vete! (A empujones lo corre)

Soldado 1: (Dirigiendo se a Jesús) ¡Ya puedes levantarte!

Soldado 2: Levántese, Su Majestad. ¿No te puedes levantar? No tenemos todo el día.

Soldado 1: ¡Vamos, muévete! Estamos listos.

Soldado 2: Levántese, Su Majestad.

(Jesús de lejos ve a su madre y a pesar de la debilidad logra ponerse de pie)


(Después Jesús es desnudado, despojado de sus vestiduras y obligado a arrastrarse hasta la
cruz)

(Los soldados primero lo amarran de brazos y pies y después es crucificado, colocan el


letrero sobre la cruz y posteriormente la levantan. Los mismo hacen con los ladrones que
crucifican a izquierda y derecha de Jesús. Al pie de la cruz permanecen María, María de
Magdalena y Juan)

Ladrón malo: (Dirigiéndose a Jesús) Si eres el Hijo de Dios, ¿por qué no te salvas a ti
mismo? Demuéstranos que eres quien dices.

(Mientras tanto, los soldados se burlan de él y le gritan: ¡Desciende!)

(Se acerca a la cruz Caifás que al ver a Jesús le dice)

Caifás: Dijiste que podrías destruir el templo y reconstruirlo en tres días y, sin embargo, no
puedes bajar de esa cruz. Si él es el Mesías yo digo que baje de la cruz para que podamos ver
y creer.

Jesús: (Mirando al cielo) Padre, perdónalos no saben lo que hacen.

Ladrón bueno: (Al pasar frente a él Caifás le dice) Escucha está rezando por ustedes.

Ladrón bueno: (Llorando se dirige a Jesús) Nosotros merecemos esto, Gestas, pero él no.
Yo he pecado y mi castigo es justo, serías justo si me condenaras. Sólo te pido, Señor, que te
acuerdes de mí, Señor cuando entres en tu reino.

Jesús: En verdad, te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso.

(Mientras esto sucede el Ladrón malo se burla)

(Los soldados al pie de la cruz juegan a los dados y se rifan las vestiduras de Jesús)

(La gente empieza a retirarse y solo se quedan con Jesús su Madre, María Magdalena y
Juan, que logran acercarse más a la cruz de Cristo)

Jesús: Tengo sed

(Un soldado clava una esponja mojada en su lanza y le da a beber vinagre, al probarlo Jesús
lo rechaza)

María: Carne de mi carne, corazón de mi corazón. (Llorando) Hijo mío, déjame morir
contigo.

Jesús: (Se dirige a María) Mujer ahí tienes a tu hijo. (Se dirige a Juan) Hijo, ahí tienes a tu
madre.
Ladrón malo: No queda nadie. ¡Nadie, Jesús!

Jesús: (Dando un grito) Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?

Jesús: (Inclinando la cabeza) Todo está cumplido

Jesús: (Mirando al cielo) Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu (Jesús muere)

(El Centurión ordena que les quiebren las rodillas a los ladrones y a Jesús, pero al llegar a
Jesús se dan cuenta que ya ha muerto, para asegurarse le clavan la lanza en el costado, de
donde manan sangre y agua)

Centurión: (Cae de rodillas ante la cruz) Verdaderamente éste era el Hijo de Dios

(El cuerpo de Jesús es bajado y colocado en los brazos de su madre que con amor y ternura
lo acaricia, luego es llevado y colocado en el sepulcro)

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