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INSTITUTO POLITÉCNICO NACIONAL

CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE CIENCIAS DE LA SALUD


UNIDAD SANTO TOMAS

Licenciatura en Psicología

PRÁCTICA N° 2

“Evaluación de grupo bajo el enfoque psicodinámico”

Profesor:
Vasquez Alvarez Ricardo Benjamin

Alumnos:
Avila Romero Luis Alejandro
Espinosa Vazquez Iñaqui Argayle
Gutierrez Alvarado Jose Luis
Minor Cantú Dasly
Osorio Palomares Nallely
Padilla Trueba Laura Ximena
Sánchez Muñoz Leo David
Sepúlveda Vázquez Alondra
Villalobos Barrientos Karla

Grupo:
1PV51

Fecha de entrega:
24 de octubre del 2017.
INTRODUCCIÓN.
La terapia de grupo es uno de los tratamientos psicológicos más efectivos, ha
demostrado grandes mejoras dentro en el tratamiento psicológico que en muchas
ocasiones resulta difícil equiparar a los avances en la terapia individual,
especialmente la terapia grupal resulta excelente opción para trastornos adictivos,
depresiones, fobia social, trastornos alimentarios, el trastorno bipolar, el trastorno
límite de la personalidad, problemas de pareja y problemas de ansiedad (ataques
de pánico, TOC, fobias de impulsión, trastornos por estrés post traumático)
Veamos más a fondo en qué consiste la terapia de grupo

En el presente trabajo se expondrán los conceptos básicos del enfoque


psicodinámico en la evaluación de grupos.

MARCO TEÓRICO

● Modelo psicodinámico
Sigmund Freud abrió el camino al psicoanálisis basado en sus teorías y técnicas
encaminadas a encontrar y solucionar problemas mentales de sus pacientes,
entonces hay una relación entre mente activa y una inconsciente donde se
convirtió en uno de los temas más importantes para cualquier rama de la
psicología, ya que se suponía una lucha entre dos tipos de mentalidades, dentro
de una sola mente humana.

Freud estaba tan familiarizado con estos eventos que se apoyó en ellas para
impulsar sus teorías iniciales acerca del inconsciente, la conversación como cura,
la catarsis, la ansiedad moral, y el inicio del método de asociación libre (esto es,
que los pacientes hablasen de cualquier cosa y de cualquier tema que se les
ocurriera).

Freud supuso que cada persona tenía instintos o impulsos innatos, que constituían
un sistema de tensión creado por los órganos del cuerpo. Cuando estas fuentes se
activan, pueden manifestarse de muchas maneras. Postuló dos impulsos básicos,
uno relacionado con el auto preservación al que llamó Eros, y otro, al contrario del
primero, al que llamó Tánatos, conocido también como el impulso de la muerte.
Eros es el impulso relacionado con los deseos sexuales y la preservación de la
especie. (Ruiz Sanchez & Cano Sánchez, 1999, pág. 2)

Para Freud, los primeros cuatro o cinco años de vida, son los más importantes
para la formación de la personalidad ya que presupone que viven en un periodo de
desarrollo sexual pregenital. Freud dividió el periodo infantil en tres fases, en
función de la zona erógena que experimente el mayor desarrollo.
La fase oral es la primera, seguida de la fase anal y la fase fálica. En la etapa
oral, primer año de vida, la boca es la fuente principal de placer. Además, las
satisfacciones eróticas derivadas de las actividades orales simbolizan el tipo de
relación de objeto que el bebé establece con el mundo exterior, casi
exclusivamente con la madre. El modo de relación es dependiente-protector, uno
del par es débil y necesitado, el otro par

es fuerte y protector. En la vida adulta hay personas que se vinculan


preferentemente desde esta dependencia, con todas las connotaciones
particulares que conlleva: necesidad de gratificaciones, sumisión, dependencia,
placeres orales, vinculación funcional, etc.(Feist & Feist, 2007)

Terapia psicodinámica.

● Rol del terapeuta:


El terapeuta grupal está expuesto a una gran diversidad de estímulos que reducen
su habilidad para observar las dinámicas individuales, reacciones transferenciales
y contratransferenciales, sus propios actings y los de los miembros. Necesito
observar y tolerar los intensos intercambios emocionales que se producen durante
las relaciones interpersonales en el aquí y el ahora del grupo, que incluye los
sentimientos de cada miembro hacia él y hacia los demás así como su propia
contratransferencia hacia cada miembro y hacia el grupo como un todo. Además
está menos protegido de la mirada de los pacientes que en la terapia individual. El
impacto acumulativo de esta gran cantidad de estimulación pone seriamente a
prueba su capacidad para registrar todos estos fenómenos y para actuar en forma
terapéutica.

El terapeuta es el principal actor en este proceso. El cliente transfiere su mundo


afectivo e íntimo hacia el exterior, siendo el terapeuta el único presente, por tanto,
el único con la capacidad de procesar e interpretar correctamente la problemática
principal y, mediante esta identificación, buscar la solución adecuada.

El terapeuta debe estar dispuesto para la escucha analítica del grupo que consiste
en considerar el discurso y la acción manifiestos del grupo como la expresión y a
la vez oculta-miento de su discurso latente. Se debe de cifrar el discurso latente
para restaurar la especificidad grupal de su sentido y si es adecuado para
interpretarlo. En el intervalo entre discurso manifiesto y latente se deben reconocer
los efectos del inconsciente que se expresan a través del juego de los
mecanismos de defensa que lo caracterizan. Estos mecanismos, síntomas de los
conflictos defensivos se elaboran en resistencias que se actualizan en la
transferencia como las formas específicas que asumen ambas en los grupos.
Las características del terapeuta (carácter, actitud, objetividad, honestidad,
espontaneidad, responsabilidad, serenidad, sensibilidad) tienen al menos tanta
importancia como lo que hace. Los pacientes tienden a imitarlo y adoptar sus
actitudes y valores en el proceso de fortalecimiento de yo y de reajuste del
superyó

Un terapeuta empeñado en ser siempre la figura central, priva a sus pacientes de


la oportunidad de superar su desconfianza pregenital en favor de una agresividad
responsable. Debe reconocer que no puede pretender captar siempre, con
exactitud, la dama completa de las experiencias emocionales que se presentan en
el grupo.

La función interpretante del terapeuta es lo que lo distingue inicialmente de los


otros miembros, a los que se asemeja en su implicación personal en el proceso.
Para encontrar el sentido de la situación grupal, el terapeuta debe tener libre
acceso a sus sentimientos. Si al señalar los afectos que surgen en los miembros,
o al comunicar los propios asume la posición de un superyó sádico, traumatiza y
culpabiliza a los participantes sin hacer avanzar el trabajo de interpretación. Por el
contrario, sí comparte el malestar de grupo vive de una manera aún confusa y
describe lo que él siente, puede facilitar a los miembros la verbalización de ese
malestar y a preparar la toma de consciencia del tipo de angustia (persecutoria,
depresiva, de castración)

● Transferencia
Freud advirtió a partir de 1901 los resultados impredecibles del método catártico
debido a la presencia del fenómeno transferencial. Desde 1935, continúa
ocupándose del tema, concediéndole un valor tal, que estableció una formulación
vigente en la actualidad para muchos terapeutas “sólo merece el nombre de
psicoanálisis la terapia que utiliza la intensidad de la transferencia para vencer las
resistencias, cuidando que ni el amor ni el odio alcanzan intensidades extremas”

Para encontrar el sentido de pensamientos y conducta es necesario comprender la


transferencia, pero las interacciones no sólo provienen de ella; también les genera
el comportamiento real de los otros. Las técnicas de grupos se diferencian según
el grado de atención que dan al trabajo sobre la transferencia, comparado con el
que dedican a otros factores terapéuticos como el aprendizaje interpersonal, y por
tanto, no todos los terapeutas grupales interpretan o confieren importancia a la
transferencia.

Transferencia central: se ha planteado que las transferencias en el grupo sigue en


el patrón de desarrollo de la familia. Así, el terapeuta representa el padre, los
miembros del grupo a los hermanos el grupo en su conjunto a la madre. El
paciente necesita confiar en la capacidad del terapeuta para resolver sus
dificultades, de lo contrario no recurriría a la terapia

El grupo reactiva tempranos procesos de identificación que unen a los miembros


en una fantasía compartida en busca de atención y apoyo por parte de un líder-
padre magico; dependencia que excluye casi por completo la expresión de
impulsos sexuales o agresivos y el interés hacia los demás miembros.

La transferencia se define como "Término psicoanalítico que se refiere al


desplazamiento del afecto de una persona a otra. Los patrones de sentimiento y
comportamiento que originalmente se experimentaron con las figuras importantes
en la niñez se desplazan o vinculan a los individuos en relaciones actuales de la
persona (por ejemplo, un psicoterapeuta). (La persona reacciona como si fuera un
ser importante del pasado quien responde). Las reacciones de transferencia
pueden ser positivas o negativas". La transferencia positiva es delimitada como
"Transferencia de los sentimientos positivos sobre otras relaciones anteriores a la
relación entre el paciente con el terapeuta". Mientras que la transferencia negativa
se denomina como "Sentimientos de hostilidad que un paciente transfiere de
relaciones anteriores a su relación con el terapeuta". Por último, Sarandon define
la contratransferencia como "Término psicoanalítico que se refiere a las
reacciones emotivas del terapeuta hacia el paciente".

Transferencia del mundo exterior: Cuando el desarrollo del afecto principal


coincide con el desarrollo de la transferencia, es màs fàci determinarlo, pero hay
veces que la mayor parte de los afectos ocurren en condiciones extra
transferenciales o en el mundo externo del paciente. Tal predominancia de
afectos en el mundo externo del paciente, por supuesto, siempre tiene sus
implicaciones en la transferencia.

Transferencias laterales: las transferencias laterales o al grupo es profundamente


ambivalente y se da partir de la identificación entre los miembros del grupo

Transferencia central: Va dirigido al coordinador o al terapeuta. Èsta es promovida


por los miembros del grupo en sì y se da por la identificaciòn de uno con òtro, en
tanto, todos son seres en falta y buscan completarse, primero con el coordinador y
luego, cuando èste no responde a dicha demanda, intenta hacerlo con otros.

● Contratransferencia.
La contratransferencia es una acción irracional de parte del terapeuta frente a las
emociones y hechos relatados por el paciente durante el proceso. es algo difícil
para el terapeuta que antiguas experiencias propias del terapeuta,
enfrentamientos y demás reacciones pueden causar tanto efectos positivos como
contraproducentes en el tratamiento.
La contratransferencia se puede analizar desde dos conceptos, el primero que
està restringido debido a que está considerado como producida por conflictos
neuróticos del analista que estropean o turban el proceso terapéutico. El otro juicio
abarca un concepto amplio que sustenta que se debe considerar
contratransferencia al conjunto de estados emocionales que tiene el analista
dentro del tratamiento. Pero aquí es donde se necesita comprender y diferenciar
cuánto de lo que le sucede al analista dentro del tratamiento depende del
paciente, del analista mismo y finalmente de la relación de ambos.

● Estructura y dinamica de grupo en la terapia psicodinámica


Aunque los terapeutas grupales poseen ciertos criterios de selección y
agrupabilidad, sus respectivas indicaciones varían dentro de muy amplios
márgenes lo que depende de su orientación teórica y de las metas que pretenden
alcanzar.

El proceso diagnóstico en terapia grupal constituye el proceso de selección.


Incluye la evaluación de la referencia del paciente a un determinado grupo
terapéutico lo que implica el diagnóstico consideración de su agrupabilidad.

Los terapeutas grupales trabajan en un ámbito permeado por la diversidad


entrenamientos, orientaciones teóricas, praxis profesional y estructura;
procedimientos y metas del grupo al que se refiere al paciente; factores que
condicionan variaciones en el diagnóstico que van, el estricto apego al DSM en
cualquiera de sus versiones, hasta una terminología ambigua ampliamente
descriptiva que dificulta establecer un consenso entre diagnósticos tan diversos
como: personalidad psicótica, psicópatas, personalidad egocaótica, iletrados
emocionales, monopolizadores, dependientes, etc.

Además, según el interés de los terapeutas y la institución en la que se inscribe su


práctica, instrumentan dispositivos grupales que varían de grupo homogéneo,
cerrado, a tiempo limitado y objetivos focalizados, al grupo abierto sin límite de
tiempo, que explora ampliamente la vida psíquica de sus integrantes. Siendo por
tanto muy distintas las exigencias de un diagnóstico acucioso para cada uno de
ellos.

La valoración de los pacientes se basan los postulados analíticos clásicos.


Investigan:

● Estructura de personalidad
● Relaciones de objeto
● Factores externos
● Factores contratransferenciales
● Factores del grupo
Selección en grupo.

Grupo de admisión es un ejemplo típico de un grupo abierto puro. El modelo


institucional dominante y en especial en la consulta privada ese grupo abierto-
lento dónde y recambio de pacientes es muy espaciado de manera que durante
grandes periodos funcionan prácticamente como un grupo cerrado. Algunas
ventajas son:

● Para los pacientes: atención rápida y continente eficaz que permite encarar
las urgencias iniciales. La reducción en el tiempo de espera de la atención
tiene una acción preventiva porque evita que los padecimientos se
agudicen o cronifiquen
● Para los terapeutas: reducción del tiempo de trabajo y observación en
condiciones realistas y preparatorias para una terapia ulterior lo cual
favorece una selección más eficaz y una derivación más precisa
● Para la institución: mejor utilización de sus recursos humanos
establecimiento de puentes terapéuticos en forma de terapia breve o de
grupos de espera. El grupo de admisión es un espacio de docencia
investigación; facilita la integración de equipos interdisciplinarios; preserva
el grupo terapéutica al disminuir la deserción inicial e instaura el vínculo
entre la institución y el paciente a través de un acto clínico y no de uno
burocrático administrativo
Indicaciones

La selección carece relativamente de complicaciones cuando se trata de grupos


con metas específicas. En ellos y criterios de selección puede ser simplemente la
existencia de un síntoma focal. Los ámbitos hospitalarios con frecuencia se envía
a todos los pacientes a grupos terapéuticos al azar en forma totalmente
burocrática. La selección se complica cuando se trata de grupos en terapia
intensiva, dinámica, para pacientes externos.

Incluir a un paciente en un grupo requiere de mayor motivación para el trabajo


terapéutico que cuando se tratan de referencias a terapia individual. Es
conveniente que candidato a terapia grupal presenté una necesidad personal
significativa y consideré que grupo puede satisfacerla. Debe haber un grado
razonable de incomodidad para proporcionar la motivación requerida para el
cambio. Demasiada incomodidad, unidad a una modesta cantidad de curiosidad
sobre los grupos o sobre sí mismo indican pobre motivación. Los miembros que no
pueden hacer introspección, autodescubrirse, cuidar a los demás o manifestar sus
sentimientos, obtienen poca gratificación de su participación en las actividades de
grupo. Esto incluye la personalidad esquizoide, los pacientes con problemas de
intimidad, los negadores, somatizadores y retrasados mentales.
Contraindicaciones.

Las contraindicaciones para la terapia grupal dependen de las variables


exigencias de los distintos terapeutas. Hay pocas exclusiones para las que no se
encuentran opiniones totalmente opuestas. Sin embargo Existe mayor consenso
en cuanto a los criterios de exclusión que con respecto a las indicaciones

● Fases en los inicios del grupo terapéutico

DESCRIPCIÓN FENOMENOLÓGICA

Primera sesión 10 de octubre del 2017, cinco horas pm.

La sesión se llevó a cabo en el aula número 23 del edificio D de psicología, dentro


del CICS UST, del IPN. El grupo se dividió en dos, el primero (grupo interno)
formado por 11 integrantes, y el segundo (grupo exterior) formado por el resto del
grupo.

Al iniciar la sesión el grupo exterior se sentó en círculo a manera de” proteger” al


grupo interno que estaba sentado también en círculo, junto con el terapeuta.

De inicio el grupo exterior se mostró expectante, callado y en todo momento


respetuoso, intentando cuidar de los vicios del ambiente la dinámica interior, cabe
mencionar que varios miembros del grupo exterior mostraban posturas corporales
rígidas, brazos cruzados, piernas cruzadas.

El ambiente dentro de los miembros del grupo interno fue de nerviosismo, varios
de ellos se notaban pasmados, inquietos, con posturas corporales rígidas,
inclinados hacia atrás, con gestos faciales de angustia y preocupación, la mayoría
daba la impresión de no querer moverse.

El terapeuta en todo momento se vio relajado, atento a la dinámica de su grupo y


respetuoso, otorgó el uso de la palabra a quien así lo quiso. Comenzó por explicar
la dinámica y retomando las indicaciones previas, la pregunta inicial fue lanzada al
aire y el primer participante habló, dejando de manifiesto su necesidad de ser
escuchado, con su intervención, los miembros del grupo interno se comenzaron a
mostrar sorprendidos y un tanto más inquietos que al principio, el nerviosismo de
igual modo se mostró en aumento, movimientos de los pies, cambio de postura y
hasta en cierto momento evade lo que sucedía dentro del grupo. Afuera, en el
grupo exterior, la mayoría se mostraba atento y a la vez un poco consternado. El
participante 1, tuvo cambios de voz mientras hablaba, va de los altos a los
demasiado bajos, callo varias cosas qué el terapeta preguntó, tuvo quiebres de
voz en distintos momentos y su lenguaje corporal ansiedad y en momentos se
abrazaba a sí mismo, al comenzar mantenía los pies cruzados, sin embargo
conforme fue hablando los abrió.

Con la primera intervención también se mostraron mayores ganas de participar, el


participante 2, desde que comenzó hablo con metáforas, evadía respuestas y se
tocaba constantemente el cabello, también los brazos, en momentos ladeaba la
cabeza, al continuar con su relato comenzó a llorar y con un miembro del grupo
interno, el terapeuta inclinó su postura hacia él, para ese momento dentro del
grupo se sentia dolor, angustia e incluso intimidados, sus posturas corporales se
inclinaron hacia atrás, la mayoría no podía dejar el jugueteo con las manos y en
ocasiones dirigían la vista al piso. Dentro del grupo exterior, de igual forma, se
mostraban consternados, nerviosos y compasivos, algunos con intenciones de
llorar, las posturas corporales fueron diversas para ese momento, unos tomaban
agua, otros cruzaron pies y manos, mientras que unos más evadían lo sucedido
con la mirada.

El participante 3, comenzó y s u tono de voz fue alto, seguro, decidido, mantuvo la


mirada fija en casi todo momento, aunque hubo varios en los que bajo la mirada,
sin embargo a las preguntas del terapeuta le dio muchas vueltas, comenzó a
enredarse y a contestar cosas que no le había preguntado, echó su cuerpo hacia
adelante en cuanto comenzó su intervención, movía sus manos de manera
continua y en momentos se mostraba molesto al recordar sus vivencias, el
terapeuta fue claro con sus preguntas e indagó, respetando en todo momento los
silencios del participante, el cual en principio se resistió a responder varias cosas
pero al final lo hizo, con la última pregunta el participante echó su cuerpo para
atras y lloro, el tarapeuta le demostró confianza y empatía, una participante el
interior estuvo al borde del llanto, los demás se mostraron empáticos,
consternados, confusos y con posturas corporales menos rígidas. Al exterior
algunos miembros se seguían mostrando atentos con ceños fruncidos y con
jugueteo de manos, las posturas corporales de igual modo fueron menos rígidas.

La participante 4 comenzó muy segura, continuo así aunque lloro en algunos


momentos, su participación fue rápida, pero hubo quien lloró, los demás miembros
del grupo en ese momento se relajaron un poco, así mismo sus posturas
corporales y gestos faciales, al exterior el grupo también se relajó y se mostraron
atentos.

Participante 5 comenzó un poco inseguro de hacerlo, a pesar de que el ya había


tomado la decisión, al comenzar y durante toda su intervención mantuvo la mirada
en el piso, conforme relataba lloro y no paró hasta que su intervención terminó,
sus mano estaban abajo de la silla, de tal modo que no las podía ver el resto del
grupo, al interior hubo quienes lo acompañaron y comenzaron a llorar, se sentía
dolor, miedo y los participante se veían afligidos, algunos con ganas de salir de
ahí, al exterior todos se mostraban consternados y atentos, sin embargo sus
gestos faciales eran de angustia y tristeza, sus cuerpos se mostraban rígidos y
tensos. El terapeuta hizo contacto físico con el participante y le mostró su
compañía, lo enfrentó para que pudiera sostener la mirada y se mostró empático
con el en todo momento, además respeto lo que el participante se negó a hablar.

El terapeuta hizo uso de la palabra y dio retroalimentación a todos, hizo un breve


resumen de lo que habían hablado todos, pregunto si alguno más tenía algo qué
agregar (esto lo pregunto también en las intervenciones individuales) y cerró la
sesión, al pararse todos, algunos de los miembros del grupo interior comenzaron a
abrazarse entre ellos.

En esta primera sesión cabe mencionar que en todo momento hubo tensión a
pesar de que el algunos momentos parecía disiparse.

Las intervenciones del terapeuta en todo momento fueron respetuosos y dejando


ver su profesionalismo, tuvo escucha activa para todos y cada uno de los
participantes, respeto silencios y negaciones a hablar de temas, hizo preguntas
perfectamente formuladas, claras, directas y estuvo atento a cada uno de las
reacciones de los participantes. A pesar de que no hablo mas que par formular
preguntas, al inicio y al cierre, todos los participantes mostraron sentirse
acompañados por el.

Segunda sesión: 17 de octubre del 2017, cinco horas pm.

La sesión se llevó a cabo el aula 23 del edificio D de psicología dentro del CICS
UST, del IPN. Se llevó a cabo con las misma dinámica de la sesión pasada.

El terapeuta preguntó a los participantes cómo están, cómo se sienten, la mayoría


guardó silencio, uno de los participantes que no había hablado la sesión anterior
se animó a expresarse, sin embargo no continuó y cedió la palabra a pesar de que
desde la sesión anterior mostraba ganas de hablar, continuó el participante 1 de la
sesión pasada y después otro participante que no había hablado se animó a
contar sus experiencia, lo hizo utilizando muchas metáforas y nunca siendo ni
hablando del punto central, hablo de secretos y su lenguaje corporal era tenso,
jugaba con sus manos y agachaba la mirada, en momentos divagaba, su tono de
voz era suave y en momentos estuvo a punto de llorar, apretaba los labios antes
de hablar, el resto del grupo se mostró nervioso, tenso y atento, al exterior el
grupo estaba más tranquilo, atentos y con posturas corporales más relajadas. El
participante no quiso hablar más y cedió la palabra. Este participante se quedó
triste, pensativo, en estado de pasmo después de su intervención y hasta que la
sesión terminó, se mostraba con el rostro desencajado y con la mirada fuera del
grupo interior, en momentos la dirigía pero no fue constante.

Participante 2 de la segunda sesión, comenzó temerosa, nerviosa con quiebres en


la voz y al borde del llanto, su tono de voz fue bajo y su postura corporal estuvo
hacia delante en todo momento con los pies apoyados en la banca, continuó
hablando y comenzó a llorar, continuó así durante toda su intervención, se
muestro frustrada, el resto del grupo estuvo atento, reflexivo, comprensivo y
empático. Al exterior hubo atención, expectativa y mucha empatía, las posturas
corporales de la mayoría continuaban relajadas, pero los gestos faciales eran
ceños fruncidos.

Participante 3 de la segunda sesión, la participante llora inmediatamente cuando


empezó a hablar, refiere que se identificó mucho con la anterior, su tono de voz es
alto, hablo de manera fluida y en ocasiones dejó ver coraje, impotencia y
frustración, mantuvo la mirada fija en el terapeuta en todo momento, se expresa
con las manos y su postura es un poco rígida, el resto del grupo se ve cansado,
agotado pero atento y aún empático, al exterior el grupo se mostró atento, hubo
quien se salió y otros que tosieron, con la mirada fija en la participante y algunos
reflexivos.

Participante 2 de la sesión pasada, pidió la palabra, lloro con algunas cosas qué le
dijo el terapeuta, el terapeuta comenzó a hablar, hizo un breve resumen de lo
sucedido y dio por terminada la sesión.

La participación del terapeuta fue profesional, directa, con escucha activa en todo
momento, respetuoso de sus participantes y de lo que hablaron, se mostró
comprensivo y le dio la confianza al grupo para que se abriera.

ANÁLISIS Y DISCUSIÓN DE LA FENOMENOLOGÍA GRUPAL EMPLEANDO LA


PSICODINÁMICA DE GRUPOS.

Primer sesión

En lo que respecta a la primer etapa de la sesión, en general se presentó una


fuerte tensión entre los miembros del grupo por el desconocimiento de la dinámica
pese a que estos asumen a voluntad propia ser participantes, otro de los motivos
posibles a la tensión presentada es la falta de acercamiento del terapeuta con
cada uno de los integrantes del grupo como señala la teoría, es decir, no se
realizaron entrevistas previas e individuales en las que se pudieran identificar las
estructuras de personalidad imperante en cada uno de los miembros así como
también una evaluación de las funciones yoicas y posibles motivos de consulta
para con ello trabajar con base a un objetivo terapéutico específico que permita al
grupo crecer y desarrollarse durante las sesiones (La falta de objetivo claro se va
a mantener durante las dos sesiones). Durante el desarrollo temprano de la sesión
y la primera ronda de preguntas desprendidas de la principal “¿Cuál sería tu
motivo de consulta?”, el grupo utiliza la intelectualización como mecanismo
defensivo, en general esta pregunta deja ver que será una sesión de exploración.
Es en el momento mismo que inicia la sesión que el terapeuta se apropia del
participante que tiene inmediatamente a su izquierda, participante femenino cabe
destacar, es decir, a pesar de los lugares asignados/ tomados individualmente por
cada uno de los participantes y a pesar de los criterios que tienen que ver con el
contacto y la disposición del espacio personal durante la terapia, el terapeuta se
expande con la ayuda de su cuerpo y descansa el brazo izquierdo sobre la paleta
de la banca de la participante de la izquierda, lo mismo hace con su pie que se
posa en la papelera de la misma banda, resta conducta no es repetida con el
participante que tiene inmediatamente a su derecha el terapeuta quien por cierto
es hombre, esta apropiación por parte del terapeuta va a mantenerse durante toda
la primera sesión, así como también durante la segunda, siendo este un acting in,
es decir, una manifestación inconsciente, en cuanto el terapeuta lleva a la
dimensión consciente la apropiación de la participante, se coloca en posición fetal
en su silla o bien aborda su taza constantemente (casi a un nivel compulsivo) que
convenientemente está dispuesta en su mano derecha y de la cual no se va a
apartar en ningún momento de la terapia, pudiendo interpretar por ello una
constante regresión a la fase oral, introyectando lo dicho por los participantes por
medio de la boca y de devorar lo que se está diciendo (interesante sería
cuestionar la acción misma dentro de un proceso terapéutico por ser el terapeuta
mismo el que reacciona de esta manera y no los participantes). La regresión oral
por parte del terapeuta va a estar presente y continuar sobre todo en los temas
“clima” de esta sesión, que se mantiene dentro de los conflictos edípicos y de
integración sexual, así como los problemas de identificación con la figura paterna,
es decir, al tocar estos temas e indagar al respecto, el terapeuta realiza pausas
constantes para tomar un sorbo de su taza, posiblemente por la ansiedad que le
genera el tema y la transferencia generada hasta ese momento.

Si bien se realiza un rapport se ejecuta de manera individual, no hay


intervenciones que vayan encaminadas de uno de los miembros del grupo hacia
otro, pareciera que el terapeuta limita las intervenciones por parte de los
integrantes y no se permiten hablar acerca de lo que están escuchando con
respecto a los otros. EL participante 1 inmediatamente arrebata la atención del
terapeuta, se mostraba ansioso desde que inició la sesión y en su discurso deja
ver conflictos de tipo sexual que tienen que ver con orientación sexual así como el
reconocimiento por parte del padre, es decir, conflictos edípicos por una mala
resolución, es decir una no correcta identificación del niño con la figura paterna y
lo que esta representa, a saber, un rol específico de género que incluye maneras
de ser y desenvolverse así como de erotismo con el otro. El terapeuta toma un rol
de escucha analítica ante el nivel de tensión de este participante y ante el
ambiente que se generó en el grupo, comienza a indagar mediante afirmativas e
identificó a través del discurso manifiesto del P 1 que tales conflictos edípicos le
han limitado el desempeño de su sexualidad, el terapueta hecha mano (no va a
ser la única ocasión) de técnicas humanistas más relacionadas con el psicodrama,
se coloca la máscara del padre en cuanto afloran los conflictos edípicos, es decir,
agrava su tono de voz, aumenta el tono y es más directo, esto va a suceder con
cada uno de los participantes al hablar de su padre, dicho sea de paso que
pareciera ser que el objetivo del terapeuta es indagar sobre la figura paterna más
que tomarla como referencia del conflicto edípico. El terapeuta identifica sus
cualidades y la “posición” (Melani Klein) que mantiene del yo pese a esta presión
familiar e interviene con preguntas proyectivas sobre su vida cotidiana en un antes
y con respuesta a un después. A su vez, al identificar la transferencia central en el
grupo evita generar una relación paternalista en los integrantes transformándola
en una transferencia lateral, haciendo énfasis en la familia para que el paciente
identifique conductas en este ambiente y por sí mismo reflexione sobre su
problema, sin embargo, si bien no se genera una relación de tipo paternalista entre
los integrantes del grupo, si se origina tal relación del terapeuta a los integrantes,
con ello se vuelven muy difusos los papeles o roles ocupados por cada uno de los
integrantes del grupo, se va perdiendo la posibilidad de liderazgo por parte de
alguno de los integrantes. Mientras va transcurriendo la sesión se aprecian las
manifestaciones de ansiedad tanto en el círculo interno como en el externo.

Después de terminada la participación del P1, el terapeuta pregunta si alguien


más quiere hablar (mas no intervenir, es necesario señalar esto debido al papel de
guía que debería llevar el terapeuta, el cuidado con el uso de las palabras es muy
importante según refiere Lacan, el haber enunciado “alguien más quiere hablar” en
lugar de “¿alguien desea intervenir o decirle algo a su compañero o bien, desean
hablar acerca de lo que se acaba de decir” da un giro rotundo a la manera en la
que se va a desarrollar la sesión, en cierta manera se pierde la grupalidad, al no
ser más que participaciones dirigidas al terapeuta y haber muy poco contacto
entre los miembros del grupo, inmediatamente después participa el P2 quien habla
acerca de la relación de crianza violenta que sufre con su madre, abuela y
hermanas, habla también acerca de su interés por llegar a lo “profundo” y señala
que lo más profundo que puede llegar es a su madre, además de mencionar la
carente presencia de una figura paterna consolidada, pues sus figuras de
autoridad eran femeninas en su gran mayoría, lo que puede hacernos pensar en
resistencias con respecto a figura paterna y conflictos en el proceso de
identificación, es cuando finaliza su participación que el P3 toma la palabra,
comienza hablando acerca de la empatía que siente con el grupo, sin embargo en
ningún momento hace contacto verdadero con lo vertido hasta ahora, cabe
resaltar que durante toda la sesión se ha sentado de manera seductora y en
cuanto comienza a hablar con el terapeuta, los contenidos latentes que van
saliendo tienen relación con un conflicto de identificación y falta de sentido,
argumenta con ayuda de una metáfora sentirse vacío (primera vez en que brota
esta metáfora) y al indagar más al respecto, el P3 seduce al terapeuta hablando
de sus intentos e ideas suicidas, sin embargo se evade el tema del vacío,
pareciera ser más bien una conversación cuya base es la necesidad de ser
atendido más que una catarsis (técnica que por cierto no se ha dejado ver más
que en un nivel muy mínimo durante la participación del P1. Mientras se desarrolla
la conversación con el P3, el terapeuta repite dos veces la pregunta “¿has sabido
llenar el vacío?”, a la que ya se había contestado con una negativa, mientras
sucede todo esto, por parte del terapeuta se manifiestan las conductas regresivas
de la taza y el P3 comienza a sudar y temblar, pareciera ser que evita el llanto, las
participación termina como las otras con la pregunta “¿Hay algo más que te
gustaría agregar?” de fondo y no se da el espacio por parte del terapeuta para que
los miembros del grupo intervengan con respecto a lo enunciado por sus
compañeros.

Sigue el P4 quien habla acerca de su vida actual y la inconformidad que tiene con
eso, se siente una mujer no realizada, presenta conflictos con el super yo, el deber
ser impuesto principalmente por sus padres, que le demandaba ser una mujer de
cualidades muy específicas, sin embargo ella dice rechazar este modelo y sentirse
como una mujer no productiva, estancada debido a que no ha alcanzado un
ingreso económico estable y satisfactorio con lo que pudiese independizarse del
yugo paterno, al final de su participación enuncia no reconocerse como la mujer
madura que es, resaltando su problema de integración sexual, así como el
asumirse como adulta, responder a sus responsabilidades y maneras de actuar.
Cabe señalar que es la única participante con quien el terapeuta ha hablado con
anterioridad fuera de las sesiones de grupo, o por lo menos así lo anunció el
mismo terapeuta antes de su participación, sin embargo el discurso de P4 está
lleno de intelectualización y racionalización, defiende su yo de esta manera
posiblemente también por la cantidad de líbido dispuesta en el círculo interior
debido a las participaciones anteriores y la falta de opinión por parte de los otros
miembros.

La última participación que tiene lugar es la del P5 quien comienza hablando


acerca de lo vertido por el P2, pareciera ser el único que hace empatía como tal,
habla de una historia similar con el P2 y también habla de profundidad
transportándose con ello a su etapa infantil, en la que según refiere vive en un
ambiente muy hostil y de violencia, su hermana mayor lo molestaba y es justo en
cuanto comienza a hablar acerca del tema que se muestra mucho más ansioso y
no parece encontrar acomodo en su lugar, después de ello se descubre un posible
abuso sexual por parte de la hermana, el terapeuta indaga un poco pero el P5
limita la información (cabe resaltar que toda la primera sesión así como la segunda
únicamente tienen fines académicos y de ejemplificación y es por eso que no es
pertinente sacar más información al respecto, sino más bien contener), al caer en
cuenta de ello, el terapeuta con la máscara del padre echa mano una vez más de
técnicas humanistas para la contención del P5 y acaba la sesión, en el momento
en que va acabando la sesión y con el P5 al borde del llanto, mostrando también
cierto grado de desestabilización y ansiedad, el terapeuta deja caer más que
colocar su brazo derecho sobre el hombro izquierdo del P5 que está
inmediatamente a su derecha, rompiendo con ello la regla fundamental de no
contacto en psicoanálisis o terapia psicodinámica de grupos (¿Que se generó con
ello?), no se sabe por la conclusión de la sesión pero el P5, se mostraba
fuertemente incómodo tanto con la intervención oral como física del terapeuta
después de destapar el abuso, si bien en la retroalimentación dice haberse sentido
aliviado con estos actos por parte del terapeuta, el verdadero contenido se ve
reflejado en la sesión 2 en la cual el P5 es el único que cambia de lugar,
alejándose considerablemente del terapeuta, tampoco va a participar en la
segunda sesión)

Si tomamos a la primera sesión como sesión de indagación podemos suponer la


tentativa de vacío (como metáfora) y de conflictos edípicos o de identificación con
las figuras paternas como tentativas para tratar en la segunda sesión.

Durante el transcurso de esta sesión el P8 se mostraba muy inquieto por hablar y


a pesar de que se le prometió la palabra, nunca se le concedió, es interesante
resaltar un punto en este apartado, la participante cuyo espacio estaba siendo
apropiado por el terapeuta tiene un relación de pareja fuera del grupo con el P8,
quien ha estado observando con ansiedad la apropiación por parte del terapeuta a
su pareja durante toda la sesión.

Segunda sesión

En esta segunda sesión hay un cambio de lugares, el P5 se desplaza tres lugares


hacia la derecha del terapeuta y la P4 falta a la sesión, por cierto no se hace
comentario alguno por parte del terapeuta con respecto a este hecho y tampoco
los miembros del grupo hablan acerca de ello durante la sesión. El terapeuta abre
la segunda sesión anunciando que esta será la sesión de cierre y arroja la
pregunta “¿con qué te quedaste de la sesión anterior?” Una vez lanzada esta
pregunta, el grupo va respondiendo de manera individual, ya con menos
resistencias que en la primera sesión, la primera participación significativa es del
P6 quien responde la pregunta lanzada por el terapeuta diciendo que todos tienen
algo reservado, comienza diciéndolo en tercera persona lo cual el terapeuta le
pide que lo haga en primera persona, con ello comienza a enunciar la frustración
que siente y los secretos que tiene ocultos pero no puede decir porque formarían
un caos, el terapeuta comienza a indagar en la historia del P6 y al ir presentando
resistencias, el terapeuta utiliza la asociación libre partiendo primero del color “si
esos secretos tuvieran un color, ¿cuál sería?, posteriormente le pregunta “si fuera
un animal ¿qué animal sería?” el P6 prosiguió a describir el lobo negro que había
formado metafóricamente proyectándose sobre este y así poder bajar las
resistencias que este presentaba. Al terminar su participación el terapeuta
comenta “¿Quién más? (una vez más el cuidado y selección de las palabras por
parte del terapeuta según Lacan, pareciera ser una pasarela más que
intervenciones, pudo haberse sustituido por “¿alguien más desea intervenir con
respecto a lo que dijo el P6?”)

Después de terminar su participación, comienza a hablar el P7 que no había


hablado en la sesión anterior, habla acerca de sus problemas también con el
superyó por la exigencia que tiene de sus padres, muy similar a la enunciada por
la P4 en la sesión anterior, habla de sentimientos de culpa y un posible complejo
de inferioridad en comparación a su padre, se siente también una persona no
productiva idea que también viene de parte de su padre, finaliza su participación.

El terapeuta al finalizar la participación del P7 menciona que no le gustaría acabar


la sesión sin que hablaran los que no han hablado, para esto sigue existiendo la
apropiación de la participante inmediatamente a su izquierda, pero además el
terapeuta se coloca en una posición que pareciera ser entre relajada o fastidiada,
tiende su cuerpo en la silla y la mayoría de la sesión parece escurrido en la misma
y no parece mostrar gran interés por la participación del grupo, sino más bien
cansado (actitud que le menciona el grupo al acabar la sesión, argumentando
como si el terapeuta pretendiera detener la sesión). Es en ese momento cuando
participa P9 que tampoco había hablado la sesión anterior, comienza con un
sentimiento empático hacia P7 por el conflicto con sus padres, lo cual se suma a
los conflictos con el superyó que también tiene P4; menciona la desvalorización
por parte de sus padres debido a la comparación con su hermana mayor; tiene
miedo y frustración por no tener el control. A la hora de su participación el grupo
cambia y se pone más atento y serio, pues muestran un interés por el relato. A
pesar de que existe aberración a la manera de ser del padre y dice vivir como la
sombra de éste, P9 enuncia una encrucijada representada por sus deseos de
alejarse de la figura paterna y lo que ésta representa, pero al mismo tiempo
encontrar satisfacción en aquellas actividades realizadas específicamente por su
padre y su hermana mayor, se describe como una persona contraria a él y sin
embargo busca la atención paterna, finaliza su participación.

El último en hablar durante la sesión es P3, quien vuelve a comentar la frustración


de la sesión inicial pero con palabras más concretas y sin dar tantos rodeos, busca
atención del grupo y la respuesta del terapeuta se ve similar a la primer sesión,
pues utiliza la misma técnica de comparación con los otros miembros del grupo.

Para el cierre de la sesión y actividad el terapeuta retoma el mismo discurso de la


primer sesión y agrega frases motivacionales más que terapéuticas o de
intervención, se concluye con la frase o palabra que se lleva cada miembro del
grupo durante la sesión y sin importar si fuera positiva o negativa el terapeuta da
la gracias y termina.

También en esta segunda sesión pudimos notar varias transferencias laterales


una de ellas cuando una de la paciente 2 comenzó ha hablar acerca de su
hermana y la participante 3 del grupo empezó a cambiar sus facciones faciales y
demostró una clara tristeza en su rostro al identificarse con este relato. hubo
varias Transferencias centrales una muy notoria cuando el paciente “a”
demostraba un claro enojo hacia el terpeuta por no haberle permitido hablar mas y
no indagar en el participante, de igual forma el terapeuta realizo aqui una
intervencion debido a que el paciente estaba racionalizando todo y no se habria a
expresar sus emocioneslo dejado hablar un poco más pero esta fue una clara
intervención debido a que el terapeuta noto que el participante estaba
racionalizando todo y no se prestaba a compartir lo que realmente sentía.
En esta sesión se mostraron señales de resistencia como la evasión de miradas
por parte de todos los integrantes del grupo, uno de los compañeros se mostró
rígido y con los brazos cruzados toda la sesión, ausencia de un participante del
grupo, silencios ante las preguntas del terapeuta.
Durante las sesiones se presentaron un gran número de señales de resistencia;
miradas al reloj, miradas al techo, evasión de miradas, silencio, ausencia de una
participante a la segunda sesión.
Fue mediante la observación y la escucha activa que el terapeuta pudo identificar
el significado oculto detrás de estas conductas, para así posteriormente poder
hacer un interrogatorio que permitiera verificar el sentido de las mismas.

CONCLUSIONES.

Barrios Ortiz Ana Karen: Estas dos sesiones que se tuvieron del modelo
psicodinámico pude observar muchas cosas en donde el terapeuta siendo el
profesor tiene que hacer una labor muy grande con las personas que tiene a su
cargo en cuestión emocionalmente ya que pude observar cómo el terapeuta en las
sesiones tiene que escuchar a los miembros del grupo y de ahí tener mucho
cuidado en cuestión de cómo realizar las preguntas y cómo abordarlas, se me
hizo sumamente interesante, los miembros del grupo el cómo empiezan la sesión
y el cómo la terminan, es algo complejo poder describirlo ya que algunos
miembros del grupo así como comenzaron la 1er sesion terminaron y me refiero a
que sus conductas no cambiaron, de los miembros que hablaron y pudieron decir
lo que querían se noto una gran diferencia, tanto en sus movimientos como en sus
conductas, el modelo psicodinámico se va a referir siempre a un conflicto dentro
de una persona por ejemplo en el grupo de sesión casino tenía su problema que
querían transmitir , algo que se me hizo interesante fueron los mecanismos de
defensa que surgieron en los miembros del grupo algunos tenían proyecciones,
negaciones, represiones entre otros. Me fue agradable estas sesiones porque
pude ver y aprender lo de la teoría.

Espinosa Vázquez Iñaqui Argayle: Conforme a lo trabajado en las sesiones de


grupo psicodinámico concluyo que si bien salieron a flote varios conflictos por
parte de los participantes del grupo, y eso ayudó a liberar la ansiedad en ellos
latente y guardada además de plantear la posibilidad de un proceso terapéutico
individual más riguroso, no por ese simple hecho se ha llevado una buena terapia
de grupo, si bien hizo falta bastante tiempo para realizar la terapia como se debe
(entrevistas previas y más sesiones) creo que se pudo haber realizado un mejor
trabajo o por lo menos más integral, me quedo con la sensación de haber estado
presenciando un desfile de máscaras o una terapia amorfa con tintes humanistas
más que una terapia de corte psicodinámico, me quedo con muchas dudas con
respecto a la práctica y el papel del terapeuta, si bien sirve como aprendizaje, es
bien cierto que mi conclusión con respecto al terapeuta es que no está preparado
o no tiene las habilidades requeridas para un trabajo de corte psicodinámico, lo
que claramente influyó en el comportamiento y desarrollo de las sesiones y
participaciones de los integrantes del grupo. Pareciera ser que no hubo nunca un
objetivo y tema a tratar sino más bien un círculo de expulsión/ excreción
regresando a estadíos anales. Por último considero que la psicoterapia grupal
psicodinámica es una buena herramienta para tratar problemas específicos pero
claramente esta práctica no me despeja de dudas ni me expone lo que sería la
terapia como tal. Mi conclusión final va en contra de un comentario de L. Bellack
quien menciona que cualquiera que esté preparado teóricamente puede realizar
una terapia de corte psicodinámico (más específicamente terapia breve y de
urgencia) a lo que yo pienso que no solo por leer ciertas técnicas quiere decir que
las puedas aplicar y ni cien años de preparación teórica te van a permitir
desempeñar un trabajo como se debe. Si no sabes, pregunta, pero no hagas
desastres a expensas de los demás intentando remendar los propios después.
Leo Muñoz: Con base a lo analizado durante las 2 sesiones además de los
problemas manifestados en los discursos de los integrantes en el grupo
terapéutico, concluyo que la terapia psicodinámica es difícil de llevar a cabo pues
como terapeuta es necesario asumir un rol claro ante sus pacientes. Además, se
presenta complicada por el hecho de que en las masas se presentan diferentes
manifestaciones del yo que no permiten rescatar un solo encuadre. Sin embargo
desde un punto fenomenológico se compone de herramientas útiles sobre las
conductas y proyecciones tomando en cuenta las funciones yoicas y sus efectos
para poder delimitar un ambiente en el grupo por cada entrevista entre los
participantes y que para el terapeuta por sí, le permite identificar la manera de
intervenir para generar una terapia colectiva en base también, en las
transferencias manifestadas entre participantes y no al terapeuta para que se
generen conductas hostiles.

Nallely Osorio: Mediante la realización de esta práctica se pudieron observar


ciertas caracteristicas tanto del terapeuta como de los pacientes de una forma más
cercana. Si bien es cierto que el terapeuta está menos protegido ya que tiene la
mirada de los pacientes y en este caso, de los demás observadores del grupo, la
manera en que supo controlar los diversos estímulos presentados por el ambiente
fue adecuada puesto que una de las principales características de este tipo de
terapia es una escucha activa ante sus pacientes y una buena observación.
También se pudo observar que es de gran importancia saber utilizar técnicas que
permitan a los participantes del grupo expresarse.

Sepùlveda Vàzquez Alondra: A travèz de esta pràctica pude identificar las


distintas caracterìsticas que emergen de la dinàmica de grupos como lo son: las
caracterìsticas de terapeuta, los acting in/out que surgen de los miembros, las
pregùntas que se plantean para poder indagar las cuestiones que los participantes
no verbalizan, la transferencias y contratransferencia, entre otras. Pude identificar
còmo estas llevarlas a un marco de evaluaciòn desde una perspectiva
psicodinàmica, de igual manera pude observar las cuestiones que debes
considerar como terapeuta para desenvolver tu papel de manera que beneficie al
grupo en general. Siento que como tal la pràctica dejò mucho conocimiento, sin
embargo pienso que se hubiese podido agrandar esa cuestiòn si no hubiese sido
por el tiempo y el nùmero de sesiones.

Dasly Minor: Pude observar el proceso terapéutico del enfoque psicodinámico en


el grupo, me llamó bastante la atención está práctica, pues no solo pude observar
los posibles comportamientos de los miembros de un grupo, sino que también
observe el rol del terapeuta, cómo puso en práctica todo lo que hemos visto en
clase y la manera de formular preguntas. Fue bueno eso de ver las cosas como
participante y como futura psicóloga. Considero que sin duda estas prácticas más
que formarnos nos llenan de experiencias y bases para poder realizar nuestro
trabajo el dia de mañana.

Ximena Padilla: Me parece una buena manera de aprender, ya que no solo


aprendemos lo teórico , ni lo observamos, sino que aprendemos de manera
práctica y completa, estar observando me permitió ver cómo se llevan a cabo cada
uno de los roles y los componentes de la terapia psicodinámica, cómo es la
interacción terapeuta-grupo y la manera cómo este se debe, manejar, siempre es
bueno aprender de los expertos y está ocasión no fue la excepción.

Avila Romero: esta práctica me pareció bastante completa y muy clara de cómo
se es llevado un grupo terapéutico, sin embargo creo que el tiempo que se tenía
para las sesiones o la cantidad de sesiones fueron muy reducidos, varios
participantes se quedaron con muchas cosas que decir, obviamente no se podía
hacer un trabajo terapéutico como tal debido a que es una práctica escolar, pero
gracias a la apertura de los participantes se logra observar muchísimos elementos
del enfoque psicodinámico. tambien me agrado mucho esta experiencia debido a
que apesar de no estar literalmente en el grupo terapéutico se sentían muchas
emociones al escuchar el grupo y analizarlo me parece que en verdad requiere de
un gran autocontrol, me parece bastante interesante como el terapeuta tiene que
buscar la forma de encontrar este estado al mismo tiempo que tiene que buscar
ser empático y atento con los demás participantes.

Villalobos Barrientos Karla: desde mi punto de vista la práctica realizada tuvo


muchos factores que impidieron que se desarrollara completamente; como lo son
el tiempo que se empleó para la práctica, que no se realizaron las entrevistas
iniciales, no se planteó un objetivo dentro del grupo terapéutico aunque conforme
iba avanzando la sesión fue surgiendo la idea de que todos los integrantes o la
mayoria tenia conflictos con la figura paterna; aunque fueron bastante marcados
los acting in y acting out, las relaciones transferenciales y contratransferenciales.
pienso que fue aunque era una actividad escolar se le debía dar un buen cierre a
cada sesión y el no dejar que cada integrante se fuera como si nada, en sí la
práctica fue buena aunque en general faltaban algunos puntos revisados en la
teoría

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

Diaz, P.I. (2000). Bases de la terapia de grupo. Capítulo 8: el terapeuta. Capítulo


9: transferencia; capítulo 10 contratransferencia. México : Pax

Diaz, P.I. (2000). Bases de la terapia de grupo. Capítulos 15. Selección de


pacientes, México: Pax.
SARASON, I. SARASON, B. 1996. Psicología anormal. El problema de la
conducta inadaptada. Prentice Hall, M

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