ALICIA TIENE UN SECRETO

Érase una vez una niña que se llamaba Alicia, estaba en el campo de su

abuela y estaban celebrando la nochebuena con toda su familia, que por

cierto era muy grande.

Ella tenía 11 años y bueno después de una noche muy divertida

cantando villancicos se fue a dormir porque estaba muy cansada. El campo

estaba en lo alto de la montaña y aunque fuera hacía mucho frío la

habitación estaba caliente porque habían puesto la chimenea ¡ah y por

cierto! Ella había ayudado a coger los palos con su abuelo Francisco en el

bosque.

En la media noche no paraba de moverse porque no podía dormir. Se

levantó para ir al baño y cuando se asomó a la puerta del salón vio a Papá

Noel colocando los regalos.

Fue a llamar a sus abuelos y les dijo que había visto a Papá Noel pero

ellos no la creyeron. Al día siguiente cuando sus primos fueron a recoger los

regalos ella también abrió los suyos. Le regalaron una Nancy, una Barbie y

unos patines, y se fue a jugar con sus primos y ya de paso se lo contó a su

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prima, pero tampoco se lo creyó dijo que era todo mentira y que ella se lo

había inventado.

Alicia se lo contó incluso al perro pero cómo nadie la creía empezó a

buscar pruebas por toda la casa. Comenzó por debajo de los sofás, continuó

por las botas incluso por detrás de los cuadros, y al final encontró tres

pruebas en distintos sitios de la casa.

La primera prueba fue en las galletas porque cuando fue a recoger el

cuento lleno de galletas y leche para Papá Noel y los renos ya no había nada,

solo un trozo de galleta que estaba mordida por arriba, entonces empezó a

preguntar a toda su familia.

- ¿mamá, te has comido las galletas? Y su madre le contestó que NO

- ¿Jesús, te has comido las galletas? Y la respuesta fue la misma que

NO

- ¿Tita, te has comido las galletas? Igual que antes, NO.

Entonces ella ya tenía una prueba ¡Que Papá Noel se había comido las

galletas!

Alicia tenía que seguir encontrando pruebas por toda la casa. Por lo

que empezó a buscar por todos los rincones. Y es que la segunda prueba

estaba en el tejado.

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Ella había seguido las huellas que habían quedado en el jardín hasta que

llegó al tejado. Ahí vió las huellas del trineo, y ya tenía la segunda prueba.

Alicia estaba cada vez más cerca de demostrar que Papá Noel había estado

en casa.

Por la tarde, ella iba paseando por el jardín con su tío Manolo, entonces vio

a lo lejos una cosa roja y le pareció raro entonces fue a ver lo que era

cuando lo cogió se encontró con un gorro rojo oscuro con un pompón blanco

entonces fue corriendo a su casa a preguntar a toda su familia.

Empezó por el garaje ahí, estaba su tío Luis se acercó a él y le dijo:

-¿es tuyo este gorro? Él le contestó que no

Después fue a la planta de arriba y ahí estaba su prima mayor y le volvió a

preguntar a ella también:

-¿este gorro es tuyo? Ella le contestó que no.

Después de estar toda la mañana preguntando, ella estaba muy cansada y se

fue a tumbarse al sofá y como estaba su abuela detrás se lo preguntó

también a ella.

-abuela, ¿este gorro se te ha caído? No hija ¿por qué?

-Por nada, por nada.

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Entonces ya tenía otra prueba más: el gorro era de Papá Noel.

Después de conseguir todas las pruebas estaba muy alegre y entonces

reunió a toda su familia para contárselo. Los reunió en el salón por la tarde

para contárselo. Cuando se lo dijo ya si se lo creyeron y ella se sentía más

aliviada por a ver se lo contado. Ellos se lo creyeron y estaban orgullosos de

ella por no haberse rendido.

Después de varios años Alicia se seguía levantando para repartir los regalos

a los niños. Aunque ella no le volvió a ver, su primo pequeño llamado Mario

aunque todos le llamábamos Nene le vio un día porque se levantó al baño y

fue al salón para ver los regalos, y se encontró a Papá Noel, en ese momento

fue corriendo a la habitación de Alicia y le dijo:

-¡Alicia levanta!, ¡he visto a Papá Noel, como tú de pequeña!

- ¡ah! ¿Qué hora es?

-¡corre Alicia que se va a ir! ¡Vamos date prisa levanta!

- vale, voy

Y Alicia con los ojos medio dormidos e hinchados se levantó para ver a Papá

Noel. Pero cuando llegó no había nadie, Nene empezó decir:

-Yo le he visto, yo le he visto.

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Alicia dijo:

-No te preocupes, a mí me pasó lo mismo y empecé a buscar pruebas y al

final cuando les conté todas las pruebas me creyeron.

-Ya pero es que nadie me va a creer.

-No digas eso seguro que al final todos te creen como a mí me pasó.

Aunque al principio todos dudaron de si estaba contando la verdad pero al

final todos le creyeron porque había pasado lo mismo que con Alicia. Nene se

sintió mejor porque su prima le había ayudado y le había dado ánimos.

Después de todo lo que había pasado Alicia se dio cuenta de que lo mejor de

la navidad no son los regalos que traiga Papá Noel si no es que la pasamos

con la familia disfrutando de su compañía y la comida.

Tras varios años Alicia creía que no iba a volver a verle, pero una noche se

levantó a comer una galleta y ¡se lo volvió a encontrar! Y él le guiñó el ojo y

le dijo:

-¡OH OH OH! ¡FELIZ NAVIDAD!

Alicia no sabía si de verdad lo había visto o lo había soñado pero lo que sí

era cierto es que no te debes rendir porque hay muchas oportunidades para

todos.

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