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En relación al informe, para el año 2011, sobre desarrollo humano, del programa de las
Naciones unidas para el desarrollo, PNUD, en su numeral II, “El modelo de desarrollo
rural ensayado no ha contribuido al bienestar de la mayoría de los pobladores.”1], en el
cual se hace un enfoque, de cómo se ha venido entendiendo, hasta esa fecha, el
desarrollo rural, en el país; en el cual se establecen unas características del modelo
hasta ahora desarrollado, con una actitud negativa en todo momento y en el cual se hace
énfasis, en el cómo los últimos gobiernos, en dos décadas, “ han suscrito el mismo
camino para abordar la problemática rural”2], Quiero discernir, por medio de este ensayo,
con parte o la gran mayoría de los planteamientos, allí propuestos, sin perder la identidad,
tampoco con algunos de ellos, puntualmente la supresión o reestructuración de
instituciones reguladoras del desarrollo del sector, por mencionar, el fondo DRI, eL
INCORA Y EL IDEMA , este último regulador de los procesos de mercadeo y en
consideración causa de los índices de reducción de aseguramiento de la comercialización
y de siembra de ares de cultivos como Maíz, Arroz y especialmente algodón. Para este
logro, quiero presentar parte de las acciones y beneficios establecidos en la nueva ley en
curso, de desarrollo rural, del gobierno actual Y abanderada por el ministerio de
agricultura; sin desconocer la posibilidad que parte de lo propuesto en la norma haya sido
influenciado por el informe en mención.
Lo que sustenta la ley está en la relevancia que otorga a la comunidad rural, el control que
se espera tengan del territorio y los recursos, el cumplimiento de derechos fundamentales
en particular para las mujeres rurales y la población desplazada, la participación y la
planeación del desarrollo del sector. En materia de renovación para el campo, el
ministerio busca crear un Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria que contendrá
tres subsistemas: asistencia técnica, formación y capacitación agropecuaria y, por último,
investigación y desarrollo. de los propósitos de la ley, en este sentido, es poner en
marcha la creación de políticas públicas para fortalecer el acceso a la salud en el sector
rural, y también a la educación, la infraestructura productiva y la seguridad social.
Sus demandas no son nuevas. Las organizaciones campesinas han presentado múltiples
proyectos de desarrollo rural a consideración del legislativo. Desde los años treinta del
siglo pasado han demandado derechos, integración a los procesos productivos y más
democracia en lo relativo al acceso a los recursos y los derechos ciudadanos. En
realidad, en estos puntos está la base de sus proyectos alternativos frente a modelos que
al mismo tiempo los han integrado parcialmente y los han desvalorizado al negarles
derechos básicos que se otorgan al resto de la sociedad.
La ley refleja un cambio de rumbo, apreciable, frente a la que hizo pasar el anterior
gobierno en 2006,en la cual con gran diferencia y en relación a este proceso, no se
realizaron consultas con comunidades étnicas, indígenas y afrocolombianas, En la
iniciativa del ex ministro, Andres Felipe Arias Leiva, se extinguía el dominio sobre las
tierras, si no eran explotadas durante 3 años, algo que favorecía a los que habían
usurpado la propiedad de campesinos desplazados o a los que explotaran lotes
abandonados. Ahora se mira con cuidado que el derecho de propiedad sea legítimo y que
retorne a su anterior dueño cuando existan de por medio acciones violentas en el área así
delimitada.
Por último, Desde hace décadas los colombianos hemos escuchado y leído a diario
noticias sobre las expectativas del comercio, el aumento de la inversión extranjera, en la
explotación de recursos naturales y el diseño de políticas para el sector. Pero al mismo
tiempo, sobre masacres, desplazamientos, despojo de tierras, pagos de empresas a
actores ilegales y el incremento de las fortunas de gente de bien y de mal materializadas
en haciendas, plantaciones y subsidios millonarios. Todo esto ha ocurrido en una
Colombia olvidada, que hoy emerge con un proyecto de ley , que básicamente acude a
propuestas institucionales que redundan en lo ya puesto en práctica, que deja mucho que
desear sobre su capacidad para enfrentar los retos rurales. No hay una propuesta de
institucionalidad, bien definida, para lo territorial aduciendo a lo rural, más allá de múltiples
espacios de participación.
¡ Ojalá el gobierno y la sociedad colombiana vuelvan los ojos al campo, para su bien;
logrando un mundo rural sin conflictos, de manera que se logre revivir la paz en
Colombia, dándole prosperidad a nuestros productores agropecuarios y en especial
atención a nuestro campesino.!
BIBLIOGRAFIA