Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Conquista de Mallorca
Reconquista
Fecha 1229-1231
Lugar Mallorca
Beligerantes
Orden del
Temple
Orden del
Hospital de San Juan
Comandantes
Fuerzas en combate
[ocultar]
v
d
e
Conquista de Mallorca por Jaime I
1228-1231
Santa Ponsa
Portopí
Madîna Mayûrqa
Artá (ca)
Alaró
Pollensa (ca)
Índice
[ocultar]
1Antecedentes
o 1.1Conquista de la isla por Ramón Berenguer III
o 1.2Imperio almorávide y almohade
o 1.3Situación de la Corona de Aragón
2Preparativos
o 2.1Asamblea en las cortes catalanas
o 2.2Sufragio y apoyo de la nobleza
o 2.3Participantes
o 2.4Bula papal y últimos detalles
3Ejércitos combatientes
o 3.1Ejército cristiano
o 3.2Ejército musulmán
4La conquista
o 4.1La travesía y el desembarco de las tropas
o 4.2La batalla de Portopí
o 4.3El asedio a Madina Mayurqa y la pacificación de la isla
o 4.4Toma de Madina Mayurqa
o 4.5Desavenencias por el reparto del botín
o 4.6Resistencia musulmana
5La visión de la conquista de Ibn Amira Al-Mahzumi
6La repartición
o 6.1Medieta regis y magnatis
7Procedencia de los conquistadores
8Menorca e Ibiza
9Consecuencias
10Mitología
11Eventos
12Arte
13Véase también
14Notas
15Referencias
16Bibliografía
17Enlaces externos
Antecedentes[editar]
Artículo principal: Historia de Mallorca
Mapa que muestra la división territorial del archipiélago balear durante el período conocido
como islas orientales de al-Ándalus.
Pese a que en 707 Mallorca ya había sufrido un primer desembarco y saqueo por parte del
hijo mayor de Musa ibn Nusair, gobernador del Califato Omeya en el norte de África, no
fue hasta 903 cuando fue conquistada por Issam al-Khawlaní, gobernante del mismo
califato que aprovechó la desestabilización de la población isleña provocada por las
incursiones normandas que se habían llevado a cabo con anterioridad.1011 Tras esta
conquista, la ciudad de Palma, por entonces todavía con vestigios del paso del Imperio
romano, pasó a depender del emirato de Córdoba en al-Ándalus. Este último gobernador,
la reconstruyó y bautizó como Madîna Mayûrqa.1213 Desde entonces, Mallorca experimentó
un notable crecimiento que propició que las Baleares musulmanas se convirtieran en un
refugio para los piratas sarracenos, además de servir de punto de apoyo para
los berberiscos que solían atacar a los barcos cristianos del Mediterráneo occidental,
dificultando los intercambios comerciales entre los distintos centros de comercio de la
zona: Pisa, Génova, Barcelona o Marsella.14 Las principales fuentes de financiación de los
isleños se basaba en los botines obtenidos por las razias contra los territorios cristianos, el
control del comercio naval y los tributos que las comunidades agrícolas de Mallorca
pagaban al emir.
Conquista de la isla por Ramón Berenguer III[editar]
Artículo principal: Conquista de Mallorca por Ramón Berenguer III
Tras la retirada de las tropas del Conde de Barcelona, Mallorca quedó de nuevo en poder
musulmán bajo el control de la familia almorávideBanû Gâniya, quienes debido a la
reunificación almohade y al avance cristiano crearon un nuevo estado independiente en las
Baleares.25 Posteriormente, continuó el comercio entre los distintos enclaves del
Mediterráneo, pero los ataques musulmanes contra las naves comerciales no cesaron. No
obstante, en 1148, Muhamad ben Ganiya firmó en Génova y Pisa un tratado de no
agresión, y además lo revalidó en 1177 y en años posteriores.25 Este gobernador era uno
de los hijos del sultán almorávide Alí ibn Yúsuf, por lo que su reino contaba con
cierta legitimidad dinástica, de modo que en 1146 proclamó su independencia.2627
Cuando los Ganiya se asentaron en Mallorca, ya existían en la medina templos, posadas y
baños que había construido el anterior valí, al-Khawlaní, por lo que la ciudad contaba con
toda una serie de lugares de encuentro social y diversas comodidades, así como tres
recintos amurallados y alrededor de unas 48 mezquitas repartidas entre todo el territorio
insular.28 Antes de la conquista cristiana los isleños conocían los ingenios de las fuerzas
tradicionales, pues por todo el territorio insular se localizaban molinos de viento e
hidráulicos que eran utilizados para moler harina y extraer agua del subsuelo.29 La
producción que se llevaba a cabo en las tierras mallorquinas se basaba en cultivos
de regadío y secano: aceite, sal, mulos y leña; productos bien considerados en
la intendencia militar de la época.28
Durante este periodo se desarrolló una rica agricultura de regadío; se construyeron
fuentes, acequias y canales. Las tierras estaban divididas en alquerías y explotadas por
clanes familiares de forma colectiva. En la medina se concentraban las clases dirigentes,
la administración y todo tipo de artesanos y comerciantes; propiciando el florecimiento de
una vida cultural y artística, favoreciendo con todo ello que la ciudad se convirtiese en un
centro de intercambio entre oriente y occidente.10
A pesar de que los almorávides predicaban un cumplimiento más ortodoxo del islam
en Berbería, Mallorca recibió la influencia cultural andalusí, por lo que sus preceptos
religiosos se fueron relajando. Sin embargo, la presión que llevaba a cabo el rey Alfonso
I y el nuevo poder emergente almohade, condujo a la administración almorávide a una
crisis que luego de la caída de Marrakech en 1147, acabó sucumbiendo ante este nuevo
imperio.30
Finalmente, en 1203, una flota almohade que partió de Denia abatió tras una dura lucha a
los Ganiya,31 el último bastión almorávide del período de al-Ándalus, incorporando a
Mallorca a sus dominios.32 Desde entonces, estuvo gobernada por distintos valíes que
eran designados desde Marrakech, hasta que en 1208 se designó a Abû Yahya como
gobernador de ella,33 quien creó un principado semiindependiente, con solo una sumisión
formal al emir almohade.
Situación de la Corona de Aragón[editar]
Artículo principal: Corona de Aragón
Preparativos[editar]
Jaime I tenía en mente la conquista de Valencia y de las Baleares, pero las razones para
invadir uno u otro territorio obedecían a objetivos y razones distintas. Valencia era una
tierra rica que podía servir para que la población del Reino de Aragón y
de Cataluña encontrase nuevas tierras y para que la nobleza obtuviese nuevos feudos, por
lo que era la opción preferida por los aragoneses. Además, el rey de Castilla, Fernando III,
había intentado la toma de zonas de Valencia que, en principio, estaban reservadas para
el rey aragonés. Sin embargo, la opción de la conquista de las Baleares era la preferida
por los comerciantes catalanes y provenzales, ya que los mercaderes mallorquines
competían con aquellos, además de que por entonces, las islas eran refugio de piratas y
punto de apoyo a los corsarios berberiscos que dificultaban el comercio con el norte de
África y con el resto del Mediterráneo.46 La toma de las Baleares no representaba solo un
ataque de represalia por los perjuicios causados a los mercaderes, sino que representaba
el inicio de una expansión planeada para obtener el monopolio comercial
con Siria y Alejandría y potenciar así los intercambios comerciales con Italia y con el resto
del Mediterráneo. Fue tras el éxito obtenido en Mallorca cuando Jaime decidió que estaba
listo para conquistar el reino de Valencia, el cual capituló tras la batalla del Puig en 1237.47
Fernando II de Aragón en su trono enmarcado por dos escudos con el emblema del señal real.
Frontis de una edición de 1495 de las Constituciones catalanas.48
Las cortes de Barcelona en diciembre de 1228, asamblea en la que se discutieron los pormenores
sobre la campaña militar para la isla de Mallorca.
Durante esta época, existía un grupo de familias de la alta burguesía que configuraron la
minoría rectora de la ciudad.50 Aunque dichas familias habían adquirido su poderío y
riquezas a finales del siglo anterior, fueron también los dirigentes del gobierno ciudadano.50
Sus intereses estaban concentrados tanto en los privilegios fundacionales de los
municipios como en las futuras conquistas del monarca, por lo que para incrementar la
rentabilidad de sus inversiones exigieron más y mayor rigor en sus derechos señoriales o
dominicales.50 Entre los intereses de estas oligarquías y los ciudadanos se gestó el sentido
de colectividad con personalidad propia, actuando en defensa de los intereses comunes
contra las injerencias y pretensiones de determinados señores, cuyas pretensiones iban
encaminadas a gravar con abuso el comercio barcelonés.50 De este modo, Pere Grony, el
representante de la ciudad de Barcelona, le ofreció al rey en las cortes la ayuda de la
ciudad para su expedición.50 A aquella primera asamblea le siguieron otras, hasta que
finalmente, el rey se decantó por la opción mallorquina.
El ataque a las tierras mallorquinas estaba ya fomentado por los comerciantes y hombres
de negocios, por lo que quedaba pendiente el apoyo de los nobles; imprescindibles para
llevar a cabo la hazaña. Según el mismo Jaime I, fue el experto navegante catalán Pedro
Martellquien le animó a embarcarse en aquella empresa durante el banquete de cena que
este último organizó en Tarragona a finales de 1228.5152
Tanto el programa político de la empresa como el religioso quedaron claramente definidos
en los discursos de las cortes. La apertura la inició Jaime I pronunciando un versículo
en latín cuyo origen está sin clarificar: «Illumina cor meum, Domine, et verba mea de
Spiritu Sancto», pero que solía usarse en la época medieval para solicitar la inspiración
divina del resto del sermón, donde Jaime hizo alusión a que la misión consistiría en una
«buena obra».53 La iglesia y la influencia del hecho religioso en el reinado de Jaime I es
múltiple, variada y de gran profundidad, destacando en su vida y obra la importancia de
san Raimundo de Peñafort, con los dominicos y san Pedro Nolasco, con la fundación de
la orden de la Merced.54
Según el filólogo Rafael Alarcón Herrera, desde el inicio de la aventura se encuentran
presentes los valores espirituales de los templarios, pues dicha orden, había incluido ya en
1129 a las Baleares en su lista de territorios a conquistar un año antes de su
reconocimiento, en el concilio de Troyes, por lo que durante la cena, al parecer, aludieron
al monarca que la invasión era «voluntad de Dios»; hecho que pudo haber animado al
joven rey, dada la relación con su nacimiento y educación en dicha casa.55 De hecho,
buena parte de la conquista fue planeada y ejecutada por los templarios, prueba de ello
son la donación del castillo, el barrio judío, más de la tercera parte de la ciudad y la
concesión de un puerto exclusivo en la misma para la orden.56 No obstante, cabe destacar
que, lejos de ser mero instrumento de los nobles, la autoridad del joven rey supo
sobreimponerse a algunas directrices que sirvieron para compensar ciertos agravios
nobiliarios.32
Aunque no es posible afirmar que las razones de la casa del temple para colaborar en la
invasión obedecían a causas ajenas a la expansión de la corona de Aragón, se puede
afirmar que dicha orden era la mejor tropa que Jaime I poseía en todo su reino.57
Según narra el propio Jaime I en el Llibre dels fets, la conquista de la isla de Mallorca fue
presentada al monarca aragonés por los mercaderes durante una cena dada por el navegante Pere
Martell en Tarragona.
Sello de los Caballeros Templarios, con su conocida imagen de dos caballeros subidos en un
caballo, símbolo de su inicial pobreza. El texto está escrito en caracteres griegos y latinos Sigillum
Militum Xpisti: que significa "El sello de los soldados de Cristo".
En la intensificación de los preparativos y amparado por la bula papal que en 1095 había
concedido el papa Urbano II al abuelo de Jaime, Pedro I de Aragón, el papa Gregorio
IX despachó el 13 de febrero de 1229 dos documentos en los cuales facultaba su legado
para expedir indulgencias en las tierras aragonesas a los que
organizasen mesnadas hostiles contra los musulmanes, al tiempo que recordaba a las
localidades costeras de Génova, Pisa y Marsella que, se había impuesto un veto comercial
de materiales estratégicos con los infieles mallorquines.2581
En agosto de 1229, el arzobispo de Tarragona donó 600 cuarteras de cebada y un día
después, el rey, se reafirmó en las promesas de repartición de tierras,
instituyó procuradores y recibió el juramento de varios caballeros.25
La negativa aragonesa produjo gran disgusto al «Conquistador», pero al llegar a
Barcelona, comprobó con júbilo que se había preparado una poderosa armada que,
además de unas 100 embarcaciones pequeñas, contaba con 25 naves de combate,
12 galeras y 18 táridaspara transportar caballos y máquinas de asedio.8283
A pesar de que la armada de flota naval catalana existía desde el siglo IX, antes incluso
que la castellana, fue Jaime I quien durante su reinado la llevó a manifestar su poderío al
esplendor.84
Llegado el día de Santa María de agosto, acudieron junto al rey todos los barones y
caballeros de Cataluña a Tarragona y Salou llevando consigo todos los aparejos: armas,
velas, jarcias, naves y táridas que fueron cargadas de leños, harina, cebada, carne,
quesos, vino, agua y biscuit; un tipo de pan que se retostaba para que se endureciese y
conservase mejor. Antes de partir, el rey, junto a los nobles y su comitiva, asistieron a una
misa dada por Berenguer de Palou en la catedral de Tarragona en la que también
recibieron la comunión, mientras que el ejército, comulgó en una capilla que se había
levantado en el puerto a tal efecto.85 A la partida de la flota habían acudido la mayoría de
ciudadanos de Tarragona a disfrutar del grandioso espectáculo, formando una imponente
masa que a la altura del precipicio rocoso que se alza sobre el mar, bendecían a dios. La
nave en la que iba Guillermo de Moncada, capitaneada por Nicolás Bonet,86 recibió la
orden de situarse en la vanguardia, así como la del capitán Carroz a la retaguardia,
mientras que las galeras fueron colocadas en círculo rodeando las naves de transporte
para salvaguardarlas.85 La última en hacerse a la mar fue una galera de Montpellier que
había sido destinada al rey y sus caballeros debido a que en el último instante, aparecieron
una multitud de voluntarios que tuvieron que ser embarcados.85
Ejércitos combatientes[editar]
Ejército cristiano[editar]
Una primera estimación del ejército cristiano, formado por huestes nobiliarias, daría la cifra
de 1500 caballeros y 15 000 peones, divididos entre los siguientes:
La conquista[editar]
La travesía y el desembarco de las tropas[editar]
Bahía de Santa Ponsa con el monte Puch de Galatzó al fondo. La foto fue tomada desde el lugar del
desembarco.
Monumento en el lugar donde murieron en combate Guillermo y Ramón Moncada, parte hoy día del
entramado del Paseo Calviá, cerca de la actual localidad turística de Palmanova.
La batalla de Portopí fue el principal enfrentamiento armado en terreno abierto entre las
tropas cristianas de Jaime I y las musulmanas de Abú Yahya en toda la conquista. Se llevó
a cabo el 12 de septiembre, en diversos puntos de la sierra de Na Burguesa (antiguamente
llamada sierra de Portopí), aproximadamente a mitad de camino entre Santa Ponsa y
la Ciudad de Mallorca, zona conocida localmente como el Coll de sa Batalla.126 Aunque los
cristianos resultaron vencedores, sufrieron bajas de importancia, como la de Guillermo II
de Bearne y el sobrino de este, Ramón, cuyo parentesco había sido confundido con
anterioridad creyendo que eran hermanos, por lo que son usualmente más conocidos
como «los hermanos Montcada».127
Antes de comenzar la escaramuza, el ejército musulmán se había desplegado por toda
la sierra de Portopí a sabiendas de que los cristianos tendrían que cruzar por estas
montañas en su camino hacia la medina. Por la otra parte, horas antes de comenzar el
enfrentamiento y conscientes del peligro que les acechaba, Guillermo de Moncada y Nuño
Sánchez discutieron por la decisión de encabezar la vanguardia de las tropas, la cual
terminó siendo dirigida por los Moncada. Sin embargo, estos se adentraron torpemente
entre los musulmanes, cayendo en una emboscada que los dejó completamente rodeados,
hasta que finalmente perdieron la vida combatiendo.120 Jaime I, que desconocía en ese
momento la muerte de aquellos hombres, siguió su mismo camino, avanzando con el resto
del ejército con intención de agruparse con ellos y participar juntos en la liza, hasta que
tomó contacto con el enemigo en la sierra. Los cuerpos de los Moncada fueron
encontrados desfigurados por las múltiples heridas que tenían y enviados a enterrar en
riquísimos ataúdes al monasterio de Santes Creus, en el actual municipio de Aiguamurcia,
de la provincia de Tarragona.128
Según la crónica del historiador Bernat Desclot, las fuerzas cristianas dejaron mucho que
desear, pues varias fueron las veces que tuvo que insistir el rey a sus hombres para que
entrasen en combate, llegando incluso a amonestarles hasta en dos ocasiones, en las que
exclamó la frase que posteriormente pasó a la historia mallorquina de forma popular;
«Vergüenza caballeros, vergüenza».129130 Finalmente, la superioridad militar de los
cristianos consiguió que los musulmanes se retirasen, pero al solicitar los caballeros de
Jaime I un alto para rendir homenaje a los nobles que habían fallecido, los dejaron huir
hacia la medina donde terminaron refugiándose. Desclot comenta en su crónica que solo
murieron catorce caballeros, probablemente deudos de los Moncada, de los cuales
nombra a Hugo Desfar y a Hugo de Mataplana, pero que gente de a pie murió poca.90
Al llegar la noche, el ejército de Jaime I se detuvo a descansar en la zona de la actual
localidad de Bendinat, donde según la leyenda, comieron unas sopas con ajos. La
tradición popular cuenta que, el rey, al terminar la cena, pronunció en catalán las palabras
«bé hem dinat» (bien hemos comido) pudiendo así haberle dado nombre al lugar.131 La
noticia de la muerte de los Moncada le fue dada a Jaime I por Berenguer de Palou y dos
días después, el 14 de septiembre, fueron enviados a enterrar entre escenas de dolor y
tristeza.
En el lugar donde fueron abatidos los Moncada, según cuenta la leyenda, se conservaba
hasta 1914 un pino conocido como «el pino de los Montcada».113132 En el siglo XIX, un
grupo de poetas catalanes y franceses, entre los que se encontraba Jacinto Verdaguer,
construyeron bajo el patrocinio del archiduque Luis Salvador un monumento en
conmemoración del acontecimiento en el lugar donde habían reposado sus cuerpos, el
cual forma parte del Paseo Calviá en su recorrido por la cercanía de la actual localidad
turística de Palmanova.133
Tras esta gran batalla campal el camino hacia la capital de la isla se presentó libre de
obstáculos para las tropas invasoras, momento en que se prepararon para dar
el asedio final a la ciudad.
El asedio a Madina Mayurqa y la pacificación de la isla[editar]
Artículo principal: Asedio de Madina Mayurqa
El asedio a Medina Mayurqa duró más de tres meses. En la imagen, asedio de Jerusalén en
la primera cruzada.
El dolor por la pérdida de los Moncada y la decisión del próximo emplazamiento del
campamento, mantuvo al rey y a sus tropas ocupado durante los siguientes ocho días. A
partir de ahí, avanzaron y acamparon al norte de la ciudad, entre la muralla y la zona
conocida hoy día como «La Real», ordenando Jaime I que se montasen dos trabuquetes,
una catapulta y un mangonel turco con los que posteriormente comenzaron a bombardear
la ciudad.134 El emplazamiento del campamento real fue escogido estratégicamente
basándose en la cercanía a la acequia de agua que abastecía a la ciudad, pero lo
suficientemente lejano de las ballestas y mangoneles musulmanes. Teniendo Jaime en
mente lo que le ocurrió a su padre en Muret y presintiendo que el asedio se iba a alargar
más de la cuenta, ordenó construir una empalizada alrededor del campamento que
garantizase la seguridad de sus tropas.135
Trabuquete, arma de asedio de la época medieval, que podía lanzar unos dos proyectiles por hora al
objetivo.
La dificultad que entrañaba llevar a cabo un asedio a una ciudad amurallada solía convertir
la estrategia en el cerco y esperar a que sus defensores sufriesen las consecuencias de la
sed y el hambre, pero debido a las condiciones climatológicas de la isla durante esta
época del año y la baja moral y cansancio de las tropas de Jaime I, llevaron al rey a no
desistir en su empeño por derribar los muros y asaltar las torres para terminar cuanto
antes la empresa. Entre las distintas máquinas que solían usarse en la época se
encontraban los castillos de madera, los tejidos de zarzo, los bozones, las ballestas de
torno y los trabuquetes.107
Tras duros combates que se prolongaron durante meses de asedio, los cristianos fueron
abriendo brechas, derribando muros y torres de defensa.140 La dureza del asedio fue tal,
que cuando los cristianos abrían una brecha en una de las murallas, los musulmanes
levantaban otro muro de cal y de piedra detrás para taparla.139
Una de las principales estrategias del ataque cristiano consistió en llevar a cabo una pugna
subterránea a base de minas para socavar las murallas, pero el contraataque musulmán
respondía con contraminas.140 Por fin, el 31 de diciembre de 1229, Jaime I logró
tomar Madina Mayurqa.141140 El momento inicial ocurrió cuando una cuadrilla de seis
soldados consiguió colocar un pendón en lo alto de una de las torres de la ciudad y
comenzó a hacerle señas al resto del ejército para que los siguiesen, al tiempo que
gritaban: «adentro, adentro, que todo es nuestro!»142 El soldado que se adelantó al resto
de la tropa enarbolando el estandarte de la corona de Aragón sobre aquella torre y animó
a los otros cinco a seguirle, se llamaba Arnaldo Sorell, y fue posteriormente nombrado
caballero por Jaime I en recompensa por la valentía de su hazaña.143 El resto del ejército
cristiano entró en la ciudad al grito de: «Santa María, Santa María», evento que era típico
en la época medieval.
El cronista Pedro Marsilio, por orden del segundo hijo de Jaime I, el rey Jaime II y cuyo
manuscrito se encuentra en la catedral de Palma, relató en su crónica que, 50 caballeros
lanzaron sus caballos contra los sarracenos en nombre de Dios, mientras en voz alta
gritaban: «ayúdanos Santa María, madre de nuestro señor» y una vez más: «vergüenza
caballeros, vergüenza!», al tiempo que espoleaban sus caballos embistiendo y arrollando
con ímpetu a los sarracenos que habían quedado en la medina, mientras otros miles de
ellos huían por las puertas traseras de la ciudad.144
La entrada triunfal de Jaime se produjo por la puerta principal de la medina, denominada
en árabe «Bab al-Kofol» o «Bab al-Kahl» y localmente «Porta de la Conquesta», de
«Santa Margalida», del «Esvaïdor» o «Porta Pintada».145 De ella se conserva una placa
conmemorativa, pues fue demolida en 1912, años después de hacerlo también con la
muralla.145 En el museo diocesano de Mallorca, se aprecia una imagen medieval con una
escena de la lucha en el retablo de San Jorge elaborado por el pintor de estilo
flamenco Pedro Nisart.145
Cuentan que, una vez tomada la ciudad, los cristianos apresaron a Abú Yahya y lo
torturaron durante mes y medio para que les confesase dónde se encontraban los tesoros
acumulados de la piratería, llegando incluso a cortarle el cuello a su hijo de 16 años en su
presencia, mientras que su otro hijo se convirtió al cristianismo para salvar su vida.146
Finalmente, el valí fue torturado hasta que murió, aunque jamás reveló dónde escondía
sus riquezas.146 Al mismo tiempo, incendiaron la medina y pasaron a cuchillo a la
población que no había logrado huir por la puerta norte y había quedado rezagada entre
las casas, aunque algunos pocos se convirtieron al cristianismo para salvar sus vidas.147
La matanza fue tan grande que los miles de cadáveres no pudieron ser enterrados, por lo
que poco después las tropas cristianas resultaron diezmadas por una epidemia
de peste producida por la putrefacción de los cuerpos.148
Según la crónica de Jaime I, aunque al parecer es información literaria acorde al ambiente
épico de la campaña, resultaron muertos 20 000 musulmanes, mientras otros 30 000
abandonaron la ciudad sin ser advertidos. Por otro lado, en la sierra de Tramontana y en la
comarca de Artá, habían conseguido refugiarse unas 20 000 personas entre civiles y
hombres armados, aunque finalmente fueron capturados por los cristianos.149
Desavenencias por el reparto del botín[editar]
Nada más entrar en la medina, los conquistadores comenzaron a adueñarse de aquello
cuanto veían, por lo que pronto comenzó a surgir discordia entre las huestes.150 Ante la
situación, el rey sugirió ocuparse de los moros que habían huido a las montañas, a fin de
evitar un posible contraataque, pero la codicia por hacerse con los bienes de los vencidos
provocó que el obispo de Barcelona y Nuño Sánchez propusiesen que se hiciese pública
la almoneda.150 El botín recogido durante los primeros días fue abundante, unos y otros
tomaban cuanto les parecía, pero cuando se hizo público que había que pagar, se
desencadenó una revuelta en la que terminaron asaltando la casa donde se había
instalado el pavorde de Tarragona.150 Ante estos acontecimientos, Jaime ordenó llevar
todo lo que había conseguido al castillo donde se asentaban los templarios, para luego
comunicar a sus gentes que, la repartición se haría justamente, y que si continuaban
saqueando casas serían colgados.150 El saqueo de la ciudad duró hasta el 30 de
abril de 1230, pero un mes antes, llegó a la isla el maestre de la «casa de San Juan» con
algunos de sus caballeros solicitando que, además de las tierras, les fueran entregados un
edificio y algunos bienes muebles.151 Jaime cedió a sus peticiones y les entregó «la casa
del deracenal», más cuatro galeras que había apresado al valí de la isla.151 Otro de los
problemas a los que se enfrentó Jaime I fue el abandono de la capital por parte de sus
combatientes una vez conseguidos los objetivos militares, por lo que envió al caballero
Pedro Cornel a Barcelona a reclutar a 150 caballeros para terminar de conquistar el resto
de la isla.152
Resistencia musulmana[editar]
Gracias a las disputas internas entre los conquistadores derivadas del reparto del botín, los
musulmanes que lograron huir pudieron organizarse en las montañas septentrionales de
Mallorca y resistir durante dos años, hasta mediados de 1232, cuando finalizó la conquista
total del territorio. Sin embargo, la mayoría de la población musulmana no ofreció
demasiada resistencia y permaneció desunida, facilitando la invasión.153
Para combatir los focos de resistencia que se habían organizado en las montañas se
organizaron varias cabalgadas, pero la primera de ellas, comandada por el mismo Jaime I
fracasó debido a que las tropas se encontraban con pocas fuerzas y en tiempo de
enfermedades.32 La segunda incursión se llevó a cabo en marzo, contra los que se habían
escondido en la sierra de Tramontana, donde encontraron a un grupo de rebeldes que
pactaron rendirse si no recibían ayuda de otros grupos moros que se encontraban en la
sierra.32 Así, mientras los cristianos cumplían el pacto, aprovecharon para explorar en
busca de nuevos refugiados, llegando un destacamento bajo el mando de Pedro Maza a
encontrar una cueva donde se había escondido una multitud de musulmanes que
terminaron por rendirse.32
Habiendo solucionado Jaime los principales problemas y deseoso por volver a sus
estados, decidió retornar a Barcelona, nombrando para ello como
su lugarteniente a Berenguer de Santa Eugenia, quedando el mismo como gobernador de
la isla y al cargo de aniquilar la resistencia musulmana en los castillos y montañas de
Mallorca.154 El viaje de regreso a Cataluña lo llevó Jaime a cabo en la galera del caballero
occitano Ramón Canet, al parecer, la mejor de la flota,155 el 28 de octubre de 1230, para
tres días después, ser recibido en Barcelona con innumerables festejos, pues habían
llegado hasta sus tierras las noticias de su triunfo y sus vasallos querían ensalzarlo como
al mayor monarca del siglo.154 No obstante, poco después, se corrió el rumor de que se
estaba formando una gran escuadra en Túnez para contraatacar y arrebatarle la isla, por lo
que volvió de nuevo a Mallorca y aprovechó para tomar los castillos donde se encontraba
parte de la resistencia musulmana; El castillo del Rey, en Pollensa, el
de Santueri en Felanich y el de Alaró, en la localidad homónima.154 El último reducto de las
fuerzas sarracenas se agrupó dentro del castillo del Rey, una fortaleza situada sobre un
promontorio de 492 m s. n. m.156 Una vez hubo tomado estas fortalezas y habiéndose
convencido de que no vendría ninguna armada desde África para hacerle frente, retornó
de nuevo a Cataluña.154
Durante el periodo del 31 de diciembre de 1229 al 30 de octubre de 1230 se tomaron las
poblaciones situadas en el Pla, Migjorn, Llevant y el nordeste de la isla. Finalmente, los
que no lograron huir al norte de África o a Menorca fueron reducidos y convertidos en
esclavos, aunque algunos pocos lograron mantenerse en sus tierras.
El último foco de resistencia, hizo que Jaime volviese de nuevo a la isla en mayo de 1232,
cuando unos 2000 sarracenos que se habían amparado en las montañas no permitieron
entregarse ni rendirse a otro que no fuera el mismo Jaime I.154
La repartición[editar]
Artículo principal: Llibre del Repartiment de Mallorca
Jaime I repartió la isla entre la casa real, la nobleza y la iglesia, según el Llibre del Repartiment.
Imagen de Jaime I en el ayuntamiento de Palma.
En esos momentos, Mallorca contaba con 816 explotaciones agrarias.72 El reparto de las
tierras y bienes de la isla fue total y se realizó según lo pactado con anterioridad en las
Cortes y de acuerdo con lo que se dispuso en el «Llibre del Repartiment».166 El rey Jaime I
dividió la isla en ocho partes, la mitad pasó a formar la medietas regis y la otra mitad
la medietas magnatis.167 Es decir, la mitad de la isla pasó a manos del rey y la otra mitad a
los nobles porcioneros o árbitros del reparto. Solo se conocen los bienes y tierras que
componían la medietas regis, que era la que aparecía en el Llibre del Repartiment, pero se
cree que la medietas magnatis era similar.n. 5 Los colectivos que tuvieron mayor
participación en la empresa fueron Barcelona y Marsella, la primera con un total de
877 caballerías y la segunda con 636, seguidas de la casa del Temple que obtuvo 525.168
169
El núcleo del sistema feudal isleño que instauró Jaime I estuvo compuesto por unidades
jurisdiccionales que se veían sometidas a la prestación de un determinado número de
caballeros armados para defender al reino, denominadas caballerías, aunque algunas de
ellas, por su relevancia, antigüedad o importancia del señor adjudiciario, pasaron a
denominarse baronías.170 Los caballeros contaban con una serie de privilegios que los
convertían en figuras honradas por el rey, principalmente por la nobleza de su linaje y por
su bondad.171 Entre algunos de sus derechos y costumbres cabe citar que no se sentaban
a comer con su escudero, sino con algún otro caballero u hombre que por su honra lo
mereciese.171 No obstante, el sistema legal permitía que las caballerías pudiesen ser
arrendadas o vendidas a terceros, aunque no fuesen caballeros, hecho que a cambio les
concedía baja jurisdicción civil y criminal, permiso para cobrar determinados derechos
señoriales y establecer una curia.170
Medieta regis y magnatis[editar]
La medietas regis comprendía unas 2113 casas, alrededor de 320 talleres urbanos y
47 000 ha divididas en 817 fincas.172 A su vez el monarca repartió esta parte entre las
órdenes militares que apoyaron la conquista, principalmente la Orden del Temple, los
infantes, los funcionarios y hombres a su cargo y los hombres libres y las ciudades y villas.
Así, la Orden del Temple recibió 22 000 ha, 393 casas, 54 tiendas y 525 caballerías. Los
hombres al servicio del monarcan. 6 65 000 ha. Las ciudadesn. 7 recibieron 50 000 ha y
finalmente, el infante Alfonso, su primogénito, recibió 14 500 ha.
La medietas magnatum se repartió entre los cuatro porcioneros, que a su vez debían
repartir las tierras entre sus hombres, hombres libres y comunidades religiosas. Los cuatro
porcioneros fueron Guillermo de Moncada, vizconde de Bearne,n. 8 Hugo de Ampurias,
Nuño Sánchez y el obispo de Barcelona.
Guillermo de Moncada recibió el juzn. 9 de Qanarûsha o de Canarosa, en el que se
encontraban, entre otras, las poblaciones de Costitx y Sancellas, y un tercio del de Sóller.
Nuño Sánchez recibió los ajzâ' de Valldemosa, Manacor, cabeza del distrito de Manaqur,
y Buñola.173 Fundó el hospital de Sant Andreu en 1233, uno de los primeros de la isla, bajo
el nombre original de Santa Eulalia, aunque posteriormente, bajo el reinado de Jaime
II pasó a ser de patrocinio real.174 Al morir sin descendencia, sus posesiones pasaron a
manos de la Corona.
Berenguer de Palou, que había contribuido a la causa con 100 caballeros y un séquito de
1000 sirvientes, recibió el término de Calviá, el cual originó disputas y tuvo que adoptar la
fórmula del pariaje, además de los términos de Andrach, Puigpuñent y la «Baronía de los
obispos de Barcelona», que se encontraba en la localidad de Marrachí.175 Asimismo, se
convirtió en el primer señor cristiano de los citados territorios, incluyendo a las localidades
de Estellenchs y Puigpuñent.176 Durante las operaciones de limpieza en la resistencia de la
ciudad, fue herido y mutilado de un pie.177
Hugo de Ampurias recibió los ajzâ' de Mûruh, integrado por los asentamientos
de Muro, María de la Salud, Santa Margarita,n. 10 y dos tercios del de Sóller y la mitad de
la albuferade Alcudia.
Finalmente, el territorio de Mallorca quedó distribuido en aproximadamente 66 000 ha de
terreno de señorío, 33 000 de realengo y 14 000 urbano. Pese a repartir las tierras entre
los nobles, ciudades y órdenes religiosas, Jaime se reservó el dominio sobre el terreno
haciendo que los propietarios fueran feudatarios suyos y que le debieran obediencia y
servicio. Esto acrecentó el poder del monarca que, junto al prestigio obtenido, pasó a
ocupar un lugar predominante y menos precario ante los nobles.
Hubo muchos otros nobles que recibieron territorios en la isla, como Gilabert de
Cruïlles y Ramón Sa Clusa, quienes recibieron la baronía de Bañalbufar, que quedó
dividida en dos valles, cada uno bajo el dominio de su señor.178179 Las familias Montsó y
Nunis, que recibieron los territorios que formaban el distrito de Yartán, que integraba las
poblaciones de Artá, Capdepera y Son Servera. El conde Pedro I de Urgel, el abad de San
Feliu de Guíxols, que recibió la localidad de Castell de Llubí, (actual Llubí) que formaba
parte del distrito de Mûruh. Bernardo de Santa Eugenia, lugarteniente del monarca, o la
Orden de los caballeros Templarios, que recibió la mayor parte de los territorios
de Alcudia y Pollensa, los cuales posteriormente construyeron la basílica gótica de San
Francisco, en cuyo interior se encuentra la tumba del fraile franciscano Ramon Llull, así
como la iglesia de Santa Eulalia, donde se asentó la logia de sus constructores.180 Cabe
destacar, que desde 1229 existían en Mallorca súbditos franciscanos, pues dos frailes de
esta orden religiosa habían acompañado a Jaime desde el principio de la empresa.181 Por
último, también fue adquisitoria la Orden de los Caballeros de San Juan, de los cuales se
conoce la construcción de la iglesia de San Juan de Malta y que también recibieron la
población de Algaida, aunque primero había sido asignada a la parte real.
Entre las localidades que pertenecieron al rey se encontraba el distrito de Yiynau-Bitra con
las localidades de Sineu y Lloret de Vista Alegre, entre otras. Entre los otros beneficios que
otorgó el monarca destaca la carta de derechos de comercio con las islas que concedió a
los hombres de Barcelona, o las trescientas casas de Palma y la sexta parte de Inca que
obtuvo la ciudad de Marsella.
El colectivo judío recibió una serie de alquerías y rahales, principalmente en las comarcas
de Petra, Inca, Montuiri y Sineu, además de importantes concesiones como el estatuto
jurídico y la dotación de bienes inmobiliarios rústicos, principalmente por parte de Nuño
Sánchez, quien había sido acompañado a pactar con los musulmanes por un judío de
confianza de Jaime I llamado Bahiel.182
Sus aliados genoveses y pisanos también recibieron derechos, así como
los cónsules marselleses Guillermo Aycard y Balduino Gemberto, cuya participación fue
decisiva con el aporte de varias naves y más de seiscientos caballeros,87183 por lo que
recibieron 300 casas en Palma, 24 alquerías divididas entre Artá e Inca y una vigésima
parte de la albufera de Pollensa.87
En 2002, se descubrió que un aficionado suizo llamado Rupert Spilmann, había hallado un
importante tesoro en el castillo de Santueri, llegando durante dos años a expoliar más de
un millar de monedas que exportó ilegalmente a Suiza y a Alemania.184
Menorca e Ibiza[editar]
Artículo principal: Conquista de Menorca por Alfonso III
Consecuencias[editar]
Artículo principal: Reino de Mallorca
Tras la conquista se construyó la catedral de Santa María sobre la antigua mezquita, como era
costumbre en la época.
El Palacio Real de La Almudaina, junto a la catedral, fue reconstruido seguiendo el estilo gótico de la
época.
Mitología[editar]
En la literatura popular de los territorios cristianos existe amplia variedad de cuentos y
leyendas protagonizadas por Jaime I, como por ejemplo la que cuenta que el rey, durante
el banquete celebrado en casa de Pere Martell, estando a mitad del mismo, ordenó que se
guardase la comida y la bebida y que no se tocase nada hasta su victorioso regreso de la
isla.211
Respecto a las leyendas que hacen referencia al murciélago en el escudo de armas de
Mallorca, una de las más populares cuenta que, una noche, mientras las tropas cristianas
dormían, un murciélago chocó con un tambor, provocando con el ruido que se despertasen
las tropas de Jaime I antes de ser atacadas por las huestes árabes en una de las batallas,
por lo que los cristianos lograron salvar sus vidas.212
Según cuenta el mismo Jaime I en su autobiografía, los sarracenos ya vencidos le
contaron que primero vieron entrar en la ciudad a un caballero montado sobre un caballo
blanco, el cual el rey identifica como a San Jorge, cuya cruz, aparece en el tercer cuartel
del escudo de Aragón, junto a cuatro cabezas moras que representan la victoria de Pedro I
de Aragón en la batalla de Alcoraz.213
Fue tal la supremacía de Jaime I junto a sus almirantes y sus aliados almogávares en el
Mediterráneo que pasó a la historia una cita en la que se comentaba:
Ni galera ni otra armada alguna se atreviera a andar sobre la mar sin salvoconducto del Rey de
Aragón, y no solamente ni nave ni otro bajel, pero ni los peces osaban levantar cabeza en ella sin
llevar un escudo con las armas de Aragón.214
Por el lado musulmán, existe la leyenda numismática de la familia Ganiya, la cual emitió
un dinar con la misma frase usada en el dinar almohade; «Solo hay un Dios, Mahoma es el
enviado de Dios, la disposición toda es de Dios, el sublime y único», pretendiendo los
primeros usar la misma fuerza movilizadora de la cita que sus enemigos, en una clara
respuesta dirigida directamente al corazón de la ideología almohade.215
Una de las imágenes religiosas más veneradas de Palma consiste en la virgen que se
encuentra en la iglesia de San Miguel, conocida localmente como «La Mare de Déu de la
Salut» (La madre de dios de la salud). A pesar de que no existe documentación sobre su
origen medieval, la tradición y leyenda popular transmitida de padres a hijos, cuenta, que
esta estatua de mármol que representa a una virgen, presidió la misa que se celebró en
Salou el 5 de septiembre de 1229, antes de que la flota cristiana zarpase hacia Mallorca y
que Jaime I, debió encomendarse a ella y traerla consigo a bordo de la galera en la que
realizó el viaje.216
Eventos[editar]
Arte[editar]