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Conquista de Mallorca por Jaime I

Conquista de Mallorca

Reconquista

Fecha 1229-1231

Lugar Mallorca

Resultado Conquista de Mallorca por la Corona de


Aragón, vasallaje de Menorca y creación
del Reino de Mallorca

Beligerantes

Corona de Territorio almohadede Mallorca


Aragón
Marsella
Narbona
República de
Génova

Orden del
Temple

Orden del
Hospital de San Juan
Comandantes

Rey Jaime I de Aragón Abú Yahya


Alférez real Pedro Cornel Abu-l-Ulà Idrís al-
III Mamun
Guillermo II de Bearne Fat Allâh (in Fautil·la)
Berenguer de Palou Abu Hafs ibn Sayrî
Nuño Sánchez Xuiap de Xivert
Pedro I de Urgel
Hugo IV de Ampurias
Bernardo de Santa Eugenia

Fuerzas en combate

Ejército aragonés 1000 caballeros


500 caballeros 18 000 peones.1
15 000 peones
Almogáraves
25 naves
12 galeras
Armada aragonesa
18 táridas
100 embarcaciones

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 v

 d

 e
Conquista de Mallorca por Jaime I
1228-1231

 Santa Ponsa

 Portopí

 Madîna Mayûrqa

 Artá (ca)

 Alaró

 Pollensa (ca)

La conquista para los reinos cristianos de la isla de Mallorca fue lograda


definitivamente por el rey Jaime I de Aragón entre 1229 y 1231. La ciudad de Madîna
Mayûrqa (actual Palma de Mallorca) cayó en diciembre del primer año, pero la
resistencia musulmana en las montañas duró tres más.
El desembarco de las tropas cristianas había sido pactado con un cacique local en la bahía
de Pollensa, pero los fuertes vientos de mistral obligaron a Jaime I a desviarse hacia la
parte sur de la isla, por lo que finalmente se llevó a cabo durante la medianoche del 10 de
septiembre de 1229, en la costa de la actual localidad turística de Santa Ponsa, núcleo de
población del término municipal de Calviá.2
Tras la conquista, el rey Jaime I repartió el territorio entre los nobles que le acompañaron
en la campaña, tal y como se dispone en el Llibre del Repartiment.3 Posteriormente,
adjudicó también la conquista de Ibiza, la cual finalizó en 1235, mientras que Menorca le
rendía vasallaje desde 1231.4
Estando el monarca ya asentado en la isla creó el Reino de Mallorca, el cual pasó a ser
independiente de la Corona de Aragónpor las disposiciones de su testamento,5 hasta la
posterior conquista por parte de Pedro IV, junto al paréntesis de dominio aragonés durante
el reinado de Jaime II de Mallorca.
La ratificación del pacto entre pares e iguales, concluido entre Jaime I y los eclesiásticos
y seglares para llevar a cabo la invasión, se realizó en Tarragona, el 28 de agosto de 1229.
Estuvo abierto en condiciones de paridad a cuantos quisiesen participar. Su lema, en latín,
fue el siguiente: omnes homines de terra nostra et aliunde venientes qui hoc jurare
voluerint et venire nobiscum in viaticum supradictum -ad insulas Baleares.6
La situación geográfica de la isla le permitió un intenso comercio a gran escala,
convirtiéndose en punto de encuentro de mercaderes procedentes de varias zonas
costeras del Mediterráneo: Perpiñán, Magreb, Génova, Granada, Cataluña y Valencia,
donde un conglomerado formado por judíos, cristianos y musulmanes transportaban y
vendían toda clase de mercancías.7
La primera repoblación de Mallorca consistió fundamentalmente en colonos catalanes,
pero en una segunda oleada que se produjo a mitad de siglo, además de catalanes
acudieron italianos, occitanos, algunos aragoneses y navarros, todos ellos mediante un
estatuto jurídico que les permitía permanecer con los bienes explotados mediante la
recaudación de un impuesto anual de capitación.8 La convivencia se llevó a cabo con una
numerosa población mudéjar y judía, estos últimos bajo un estatuto oficial que los protegía
para que llevasen a cabo sus actividades con total libertad, además de la concesión de
autonomía fiscal.8
Por su situación, Mallorca siempre funcionó como un centro de distribución entre los
límites de la cristiandad y del islam en la encrucijada entre España, el sur
de Francia, Italia y el norte de África.9 Más que por sus propias mercancías, la isla era
valorada como punto de tránsito hacia el mundo musulmán, tierra de oportunidades para
los mercaderes, por lo que comercialmente nunca pudo ser realmente independiente, ya
que su economía estaba fuertemente vinculada al tráfico internacional.9 En la lonja llegó a
realizarse un activo mercado de contratación vigilado por el Consulado del Mar, que velaba
por el respeto a la legalidad vigente en todas las transacciones comerciales.

Índice
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 1Antecedentes
o 1.1Conquista de la isla por Ramón Berenguer III
o 1.2Imperio almorávide y almohade
o 1.3Situación de la Corona de Aragón
 2Preparativos
o 2.1Asamblea en las cortes catalanas
o 2.2Sufragio y apoyo de la nobleza
o 2.3Participantes
o 2.4Bula papal y últimos detalles
 3Ejércitos combatientes
o 3.1Ejército cristiano
o 3.2Ejército musulmán
 4La conquista
o 4.1La travesía y el desembarco de las tropas
o 4.2La batalla de Portopí
o 4.3El asedio a Madina Mayurqa y la pacificación de la isla
o 4.4Toma de Madina Mayurqa
o 4.5Desavenencias por el reparto del botín
o 4.6Resistencia musulmana
 5La visión de la conquista de Ibn Amira Al-Mahzumi
 6La repartición
o 6.1Medieta regis y magnatis
 7Procedencia de los conquistadores
 8Menorca e Ibiza
 9Consecuencias
 10Mitología
 11Eventos
 12Arte
 13Véase también
 14Notas
 15Referencias
 16Bibliografía
 17Enlaces externos

Antecedentes[editar]
Artículo principal: Historia de Mallorca

Mapa de Berbería hecho en 1630por Gerardus Mercator.

Mapa que muestra la división territorial del archipiélago balear durante el período conocido
como islas orientales de al-Ándalus.

Pese a que en 707 Mallorca ya había sufrido un primer desembarco y saqueo por parte del
hijo mayor de Musa ibn Nusair, gobernador del Califato Omeya en el norte de África, no
fue hasta 903 cuando fue conquistada por Issam al-Khawlaní, gobernante del mismo
califato que aprovechó la desestabilización de la población isleña provocada por las
incursiones normandas que se habían llevado a cabo con anterioridad.1011 Tras esta
conquista, la ciudad de Palma, por entonces todavía con vestigios del paso del Imperio
romano, pasó a depender del emirato de Córdoba en al-Ándalus. Este último gobernador,
la reconstruyó y bautizó como Madîna Mayûrqa.1213 Desde entonces, Mallorca experimentó
un notable crecimiento que propició que las Baleares musulmanas se convirtieran en un
refugio para los piratas sarracenos, además de servir de punto de apoyo para
los berberiscos que solían atacar a los barcos cristianos del Mediterráneo occidental,
dificultando los intercambios comerciales entre los distintos centros de comercio de la
zona: Pisa, Génova, Barcelona o Marsella.14 Las principales fuentes de financiación de los
isleños se basaba en los botines obtenidos por las razias contra los territorios cristianos, el
control del comercio naval y los tributos que las comunidades agrícolas de Mallorca
pagaban al emir.
Conquista de la isla por Ramón Berenguer III[editar]
Artículo principal: Conquista de Mallorca por Ramón Berenguer III

Ramón Berenguer III clavando la enseña de Barcelona en el castillo de Fos (Fos-sur-


Mer, Provenza), de Mariano Fortuny (1856 o 1857), Real Academia Catalana de Bellas Artes de San
Jorge (en depósito en el Palacio de la Generalidad de Cataluña).

Dentro de este contexto de comercio y piratería, el conde de Barcelona Ramón


Berenguer junto a otros nobles, como el vizconde de Narbona y el conde de Montpellier,
organizó en 1114 una expedición de represalia contra la isla, junto a nobles pisanos y de
otras ciudades provenzales e italianas.1516 El objetivo de esta misión consistía en
arrebatarles Mallorca a los musulmanes e impedir el ataque y entorpecimiento a
los convoyes y naves de los comerciantes cristianos.1615
Sin embargo, tras un largo asedio que duró ocho meses, Berenguer tuvo que partir hacia
sus tierras debido a que una ofensiva almorávide amenazaba Barcelona, dejando así al
mando a los genoveses, quienes terminaron cediéndola a los musulmanes y huyendo con
todo el botín capturado.171819
A pesar de todo, esta expedición sirvió para sentar las bases del futuro poderío naval
catalán y para fortalecer los contactos comerciales en el Mediterráneo.20
En Pisa todavía se conservan algunos restos que se transportaron desde Mayurqa.
También se conserva una narración de la expedición en un documento pisano
llamado Liber maiolichinus, en el que se llama a Ramón Berenguer III con los apelativos
«Dux Catalensis» o «Catalanensis» y «catalanicus heros», mientras que sus súbditos son
denominados «Christicolas Catalanensis», por lo que se considera la referencia
documental más antigua a Cataluña, identificada con los dominios del conde de
Barcelona.21
La destrucción de las islas provocó que el califa almorávide enviara a un pariente suyo a
gobernarlas. Este nuevo gobernador dio origen a una dinastía; los Banu Ganiya,22 que
desde su capital en Madina Mayurqa intentaron reconquistar el imperio almorávide.23
El rey Alfonso II, con ayuda de naves sicilianas, organizó una nueva expedición y volvió a
intentar la conquista de la isla, pero no tuvo éxito.24
Imperio almorávide y almohade[editar]
Artículo principal: Taifa de Mallorca

Mapamundi del geógrafo Al-Idrisi(1100-1162), que nació y se educó en al-Ándalus durante el


periodo almorávide para trasladarse, a mediados del siglo, a la corte normandade Rogelio II de
Sicilia.

Tras la retirada de las tropas del Conde de Barcelona, Mallorca quedó de nuevo en poder
musulmán bajo el control de la familia almorávideBanû Gâniya, quienes debido a la
reunificación almohade y al avance cristiano crearon un nuevo estado independiente en las
Baleares.25 Posteriormente, continuó el comercio entre los distintos enclaves del
Mediterráneo, pero los ataques musulmanes contra las naves comerciales no cesaron. No
obstante, en 1148, Muhamad ben Ganiya firmó en Génova y Pisa un tratado de no
agresión, y además lo revalidó en 1177 y en años posteriores.25 Este gobernador era uno
de los hijos del sultán almorávide Alí ibn Yúsuf, por lo que su reino contaba con
cierta legitimidad dinástica, de modo que en 1146 proclamó su independencia.2627
Cuando los Ganiya se asentaron en Mallorca, ya existían en la medina templos, posadas y
baños que había construido el anterior valí, al-Khawlaní, por lo que la ciudad contaba con
toda una serie de lugares de encuentro social y diversas comodidades, así como tres
recintos amurallados y alrededor de unas 48 mezquitas repartidas entre todo el territorio
insular.28 Antes de la conquista cristiana los isleños conocían los ingenios de las fuerzas
tradicionales, pues por todo el territorio insular se localizaban molinos de viento e
hidráulicos que eran utilizados para moler harina y extraer agua del subsuelo.29 La
producción que se llevaba a cabo en las tierras mallorquinas se basaba en cultivos
de regadío y secano: aceite, sal, mulos y leña; productos bien considerados en
la intendencia militar de la época.28
Durante este periodo se desarrolló una rica agricultura de regadío; se construyeron
fuentes, acequias y canales. Las tierras estaban divididas en alquerías y explotadas por
clanes familiares de forma colectiva. En la medina se concentraban las clases dirigentes,
la administración y todo tipo de artesanos y comerciantes; propiciando el florecimiento de
una vida cultural y artística, favoreciendo con todo ello que la ciudad se convirtiese en un
centro de intercambio entre oriente y occidente.10
A pesar de que los almorávides predicaban un cumplimiento más ortodoxo del islam
en Berbería, Mallorca recibió la influencia cultural andalusí, por lo que sus preceptos
religiosos se fueron relajando. Sin embargo, la presión que llevaba a cabo el rey Alfonso
I y el nuevo poder emergente almohade, condujo a la administración almorávide a una
crisis que luego de la caída de Marrakech en 1147, acabó sucumbiendo ante este nuevo
imperio.30
Finalmente, en 1203, una flota almohade que partió de Denia abatió tras una dura lucha a
los Ganiya,31 el último bastión almorávide del período de al-Ándalus, incorporando a
Mallorca a sus dominios.32 Desde entonces, estuvo gobernada por distintos valíes que
eran designados desde Marrakech, hasta que en 1208 se designó a Abû Yahya como
gobernador de ella,33 quien creó un principado semiindependiente, con solo una sumisión
formal al emir almohade.
Situación de la Corona de Aragón[editar]
Artículo principal: Corona de Aragón

Escudo de armas de la Corona de Aragón.

Después de haber pacificado sus territorios y haber normalizado la situación con la


recuperación económica sufrida por la sequía que había comenzado en 1212, la corona de
Aragón comenzó a pensar en una política expansiva que permitiese ampliar sus
dominios.34 Durante ese mismo año, los musulmanes resultaron vencidos en la batalla de
Las Navas de Tolosa, hecho que propició el consecuente declive almohade y permitió al
reino aragonés la creación de un programa para reafirmar su poderío.35 Sin embargo,
dicha expansión proyectada en un principio hacia el norte, fue truncada tan solo un año
después, durante los sucesos de la batalla de Muret, donde el padre de Jaime I, Pedro II
de Aragón falleció en combate, por lo que para poder ampliar sus dominios, mejorar las
posibilidades económicas y canalizar el empuje de la nobleza hacia el exterior, se proyectó
la expansión hacia el sur y hacia el Mediterráneo.3637 Por entonces, Jaime tenía tan solo
cinco años de edad y tras una serie de acontecimientos fue internado en el castillo
templario de Monzón, en la provincia de Huesca, bajo la tutela de Simón de Montfort,38
donde recibió una educación en un ambiente religioso y militar que le propició un carácter
enérgico y una personalidad guerrera.39
Durante 1221, se creó una nueva moneda llamada duplo que, circuló junto a
los morabetines y florines de oro de la época, pero lejos de servir a la función que prometía
su aplicación, se le atribuye la decadencia del comercio y la prosperidad general de la
corona, pues el cambio, generó una confusión que unida a su desproporción con las
monedas de plata y oro, más la falsificación a la que solía ser objeto por parte de los
nobles y potentados que la acuñaban, provocó una serie de conflictos que tuvieron
repercusiones sobre la ya precaria economía de la corona.40
Además, ya desde la derrota de Muret, la corona aragonesa venía sufriendo un paréntesis
de crisis económica que comenzó a reavivarse en 1225, pero la recuperación continuó
lentamente hasta el punto de que en 1227, al parecer, para asegurar que las naves
catalanas tuviesen la suficiente carga como para animarlas a realizar el viaje, se prohibió
cargar mercancías en embarcaciones extranjeras mientras hubiese en el puerto naves
catalanas,41 por lo que los intereses comerciales de Génova y Pisa se centraban más en
mantener sus rutas mediterráneas que en afrontar los riesgos de la expansión cristiana.32
Aunque la necesidad de emprender la conquista contra el islam de Mallorca se había
proclamado en las cortes de Tortosa de 1225, cuya iniciativa comenzó con el fracasado
asedio a Peñíscola42 al no contar con el apoyo aragonés, Jaime I tuvo que afrontar en
1227 una nueva revuelta que quedó sofocada gracias a la intervención de Poncio de
Torrella, por entonces obispo de la comarca de Tortosa.43 De todos modos, el retraso
hasta 1229 para comenzar la invasión no fue solo por los intereses de estas últimas
potencias, sino porque los verdaderos interesados carecían de las fuerzas necesarias para
llevarla a cabo y consolidarla.32
Si bien la empresa de conquistar la isla respondía a razones de políticas internas de
prestigio de la monarquía y de expansión territorial tras el declive almohade, el casus
belliempleado fue el saqueo y captura en Ibiza de dos naves catalanas que se dirigían a
comerciar con Ceuta y Bugía en noviembre de 1226.44 Cuando Jaime envío a un
representante a solicitar en su nombre que sus naves fuesen restituidas, el valí musulmán,
desdeñosamente y haciendo caso omiso a la reclamación, preguntó: «que quién era el rey
que las solicitaba», por lo que cuando el enviado volvió y relató lo sucedido, Jaime juró no
abandonar hasta conseguir «asir al moro por las barbas»,45 declaración que por la época
se consideraba muy humillante.

Preparativos[editar]
Jaime I tenía en mente la conquista de Valencia y de las Baleares, pero las razones para
invadir uno u otro territorio obedecían a objetivos y razones distintas. Valencia era una
tierra rica que podía servir para que la población del Reino de Aragón y
de Cataluña encontrase nuevas tierras y para que la nobleza obtuviese nuevos feudos, por
lo que era la opción preferida por los aragoneses. Además, el rey de Castilla, Fernando III,
había intentado la toma de zonas de Valencia que, en principio, estaban reservadas para
el rey aragonés. Sin embargo, la opción de la conquista de las Baleares era la preferida
por los comerciantes catalanes y provenzales, ya que los mercaderes mallorquines
competían con aquellos, además de que por entonces, las islas eran refugio de piratas y
punto de apoyo a los corsarios berberiscos que dificultaban el comercio con el norte de
África y con el resto del Mediterráneo.46 La toma de las Baleares no representaba solo un
ataque de represalia por los perjuicios causados a los mercaderes, sino que representaba
el inicio de una expansión planeada para obtener el monopolio comercial
con Siria y Alejandría y potenciar así los intercambios comerciales con Italia y con el resto
del Mediterráneo. Fue tras el éxito obtenido en Mallorca cuando Jaime decidió que estaba
listo para conquistar el reino de Valencia, el cual capituló tras la batalla del Puig en 1237.47
Fernando II de Aragón en su trono enmarcado por dos escudos con el emblema del señal real.
Frontis de una edición de 1495 de las Constituciones catalanas.48

Asamblea en las cortes catalanas[editar]


En las Cortes catalanas celebradas en diciembre de 1228 en Barcelona, en las que
tomaron parte los tres estamentos, se discutió sobre la conveniencia de llevar a cabo una
campaña militar contra las Baleares o contra Valencia, al tiempo que el rey, le aseguró la
concesión de las iglesias de las islas al obispo de Barcelona.49

Las cortes de Barcelona en diciembre de 1228, asamblea en la que se discutieron los pormenores
sobre la campaña militar para la isla de Mallorca.

Durante esta época, existía un grupo de familias de la alta burguesía que configuraron la
minoría rectora de la ciudad.50 Aunque dichas familias habían adquirido su poderío y
riquezas a finales del siglo anterior, fueron también los dirigentes del gobierno ciudadano.50
Sus intereses estaban concentrados tanto en los privilegios fundacionales de los
municipios como en las futuras conquistas del monarca, por lo que para incrementar la
rentabilidad de sus inversiones exigieron más y mayor rigor en sus derechos señoriales o
dominicales.50 Entre los intereses de estas oligarquías y los ciudadanos se gestó el sentido
de colectividad con personalidad propia, actuando en defensa de los intereses comunes
contra las injerencias y pretensiones de determinados señores, cuyas pretensiones iban
encaminadas a gravar con abuso el comercio barcelonés.50 De este modo, Pere Grony, el
representante de la ciudad de Barcelona, le ofreció al rey en las cortes la ayuda de la
ciudad para su expedición.50 A aquella primera asamblea le siguieron otras, hasta que
finalmente, el rey se decantó por la opción mallorquina.
El ataque a las tierras mallorquinas estaba ya fomentado por los comerciantes y hombres
de negocios, por lo que quedaba pendiente el apoyo de los nobles; imprescindibles para
llevar a cabo la hazaña. Según el mismo Jaime I, fue el experto navegante catalán Pedro
Martellquien le animó a embarcarse en aquella empresa durante el banquete de cena que
este último organizó en Tarragona a finales de 1228.5152
Tanto el programa político de la empresa como el religioso quedaron claramente definidos
en los discursos de las cortes. La apertura la inició Jaime I pronunciando un versículo
en latín cuyo origen está sin clarificar: «Illumina cor meum, Domine, et verba mea de
Spiritu Sancto», pero que solía usarse en la época medieval para solicitar la inspiración
divina del resto del sermón, donde Jaime hizo alusión a que la misión consistiría en una
«buena obra».53 La iglesia y la influencia del hecho religioso en el reinado de Jaime I es
múltiple, variada y de gran profundidad, destacando en su vida y obra la importancia de
san Raimundo de Peñafort, con los dominicos y san Pedro Nolasco, con la fundación de
la orden de la Merced.54
Según el filólogo Rafael Alarcón Herrera, desde el inicio de la aventura se encuentran
presentes los valores espirituales de los templarios, pues dicha orden, había incluido ya en
1129 a las Baleares en su lista de territorios a conquistar un año antes de su
reconocimiento, en el concilio de Troyes, por lo que durante la cena, al parecer, aludieron
al monarca que la invasión era «voluntad de Dios»; hecho que pudo haber animado al
joven rey, dada la relación con su nacimiento y educación en dicha casa.55 De hecho,
buena parte de la conquista fue planeada y ejecutada por los templarios, prueba de ello
son la donación del castillo, el barrio judío, más de la tercera parte de la ciudad y la
concesión de un puerto exclusivo en la misma para la orden.56 No obstante, cabe destacar
que, lejos de ser mero instrumento de los nobles, la autoridad del joven rey supo
sobreimponerse a algunas directrices que sirvieron para compensar ciertos agravios
nobiliarios.32
Aunque no es posible afirmar que las razones de la casa del temple para colaborar en la
invasión obedecían a causas ajenas a la expansión de la corona de Aragón, se puede
afirmar que dicha orden era la mejor tropa que Jaime I poseía en todo su reino.57

Según narra el propio Jaime I en el Llibre dels fets, la conquista de la isla de Mallorca fue
presentada al monarca aragonés por los mercaderes durante una cena dada por el navegante Pere
Martell en Tarragona.

Sufragio y apoyo de la nobleza[editar]


Es probable que aunque se diese la cena donde se establecieron las inversiones
necesarias para la expedición, el ataque a la isla estaba ya decidido. En aquella reunión,
los nobles catalanes le concedieron su apoyo al rey, así como ayuda económica y militar
mediante el aporte de un número determinado de caballeros y uno indeterminado
de peones.52 También se pactó el cobro del impuesto de bovaje en los dominios de la
corona para sufragar los gastos, así como la firma de un tratado de Paz y tregua en toda la
región de Cataluña.5859 A cambio, recibirían una parte de las tierras conquistadas
proporcional al apoyo prestado para la conquista, por lo que el rey se comprometió a
nombrar árbitros para el reparto de las tierras y del botín.60 Los hombres designados para
esta tarea fueron finalmente el maestre de la Orden del Temple, el obispo de
Barcelona Berenguer de Palou, el obispo de Gerona, el conde Nuño
Sánchez del Rosellón (quien después del rey era el magnate de mayor importancia en la
empresa),61 el conde Hugo IV de Ampurias,62 los caballeros catalanes Ramón Alamán y
Ramón Berenguer de Ager y los acaudalados señores de Aragón Jimeno de Urrea y Pedro
Cornel.
Asimismo, el rey solicitó a los mercaderes el préstamo de 60 000 libras aragonesas,
prometiéndoles que les serían devueltas cuando la ciudad de Mallorca fuese tomada,
aunque se desconoce si eran de oro o de plata.63 Referente a la ayuda que los ciudadanos
de su reino pudiesen aportar para la campaña, les comentó que no podría darles nada en
compensación, puesto que nada tenía, pero que de conseguir la victoria, entregaría en
propiedad toda la extensión de mar desde las playas barcelonesas hasta las de Mallorca,
por lo que hoy día, al fijar los límites de una propiedad colindante con una playa, en lugar
de señalar a la playa o al mar como límite, se sitúa como dominio de ese propietario la
porción de mar desde la playa de su finca hasta la de Mallorca.64
Participantes[editar]

Sello de los Caballeros Templarios, con su conocida imagen de dos caballeros subidos en un
caballo, símbolo de su inicial pobreza. El texto está escrito en caracteres griegos y latinos Sigillum
Militum Xpisti: que significa "El sello de los soldados de Cristo".

En el primer convenio de las cortes la operación se presentó solo para súbditos de la


corona, pero al producirse la empresa como cruzada y estar amparada por una bula papal,
quedó posteriormente abierta para cuantos quisiesen participar, llegando incluso a
incorporarse colectivos particulares y judíos.65 Este último colectivo minoritario fueron
denominados chuetas y su importancia radicó cualitativamente, ya que consistieron en
parte de la actividad industrial, comercial y científica de la corona.6667 Desde su punto de
vista, Jaime I los consideraba incluso preferibles a los cristianos procedentes de la
nobleza, quienes podrían resultar rivales políticos, por lo que la estimulación de este grupo
de ciudadanos para que trasladasen sus hogares a los nuevos territorios conquistados
sirvió de piedra angular para su política; súbditos, cuya contribución en la economía y la
colonización de la isla fue sustancial.68 La simpatía del rey por el colectivo judío provenía
desde temprana edad, ya que desde que fue reconocido como rey en 1214, tuvo a su
disposición a un médico judío llamado Açac Abenvenist que, además de cuidar de su
salud, fue comisionado en una ocasión para pactar una tregua temporal con los
musulmanes.69
De entre los nobles y prelados que contribuyeron con bienes y tropas a la formación del
ejército, se puede citar a algunos nobles de la familia real, como el mismo Nuño Sánchez,
nieto de Ramón Berenguer IV, quien aportó 100 caballeros. También se encontraba el
conde Hugo IV de Ampurias, que junto a su hijo Ponce Hugo aportó 60.70 Entre los nobles
destacó el magnate más importante de Cataluña, Guillermo Ramón de Moncada quien
junto a su tío Ramón aportó 400 caballeros.71 Los miembros del clero también aportaron
sus hombres: Berenguer de Palou y el obispo de Gerona, Guillermo de Montgrí destinaron
cada uno 100 caballeros a la empresa.72 Igualmente participaron el arzobispo de
Tarragona, Aspàreg de la Barca y Ferrer de Pallarés, prelado de Tarragona, que
posteriormente se convertiría en obispo de Valencia y que proporcionó una galera y cuatro
caballeros, al tiempo que también llegó a formar parte del consejo de guerradel rey.73
No solo los nobles y prelados se comprometieron con la empresa, sino también hombres
libres y ciudades, y no solo catalanas,n. 1 dispusieron navíos y apoyo económico a la
causa. Barcelona, que junto a Tortosa y Tarragona eran las más perjudicadas por la
piratería, tuvieron un papel protagonista en las asambleas, lo que se demuestra por la
intervención de un número significativo de sus ciudadanos. Berenguer Gerard y Pedro
Grony participaron directamente en las conversaciones y Berenguer Durfort, miembro de
una poderosa familia de mercaderes, fue nombrado tras la conquista primer alcalde de la
Ciudad de Mallorca.74 La empresa se presentó como una cruzada contra los infieles, al
igual que la emprendida contra Peñíscola a raíz de otras Cortes celebradas
en Tortosa en 1225. El rey Jaime tomó la cruz en Lérida en abril de 1229.n. 2
Aunque la conquista fue preferentemente obra de catalanes, hubo colaboración de muchas
otras poblaciones y ciudades de la Provenza: Montpellier, Marsella y Narbona, o italianas,
como Génova.7576 Las ciudades de Tortosa, Tarragona y Barcelona, las más afectadas por
el pillaje de los piratas, fueron las que más navíos ofrecieron. Fue Ramón de Plegamans,
empresario rico al servicio del rey, quien se encargó de preparar la flota,n. 3 aunque
posteriormente no participó en la campaña.
A pesar de que las clases populares de las ciudades aragonesas renunciaron a colaborar,
en una reunión llevada a cabo en Lérida pocos días después de las citadas Cortes de
Barcelona, Jaime consiguió que un buen número de nobles aragoneses tomaran también
parte por su vínculo de vasallaje con el rey, y que los leridanos acabaran apoyando la
empresa, pese a que en un principio parecía que no iban a participar, puesto que junto a
los aragoneses, estaban más interesados en Valencia, hecho que aprovechó Jaime para
preparar la futura conquista de aquel reino musulmán.7760 Finalmente, unos 200 caballeros
de los que embarcaron en la expedición provenían de Aragón, entre los que se puede
nombrar a los 150 caballeros de Pedro Cornel y los 30 de Pedro de Lizana,n. 4
camarlengo del rey que finalmente fue nombrado gobernador general de la isla.78
Entre otros nobles aragoneses, especialmente caballeros que formaron parte del consejo
asesor del monarca, se encuentran, Atho de Foces,79 Gil de Alagón, Artal de Luna, Blasco
de Alagón y Rodrigo de Lizana. Aunque todos ellos siguieron al monarca en la conquista
de Valencia, muchos de sus mesnaderos se asentaron en la isla al recibir beneficios en el
reparto del botín, propiciando posteriores repoblaciones de aragoneses que llevaron a
cabo una amplia actividad económica y social.80
Bula papal y últimos detalles[editar]
Imagen de un manuscrito del papaGregorio IX.

En la intensificación de los preparativos y amparado por la bula papal que en 1095 había
concedido el papa Urbano II al abuelo de Jaime, Pedro I de Aragón, el papa Gregorio
IX despachó el 13 de febrero de 1229 dos documentos en los cuales facultaba su legado
para expedir indulgencias en las tierras aragonesas a los que
organizasen mesnadas hostiles contra los musulmanes, al tiempo que recordaba a las
localidades costeras de Génova, Pisa y Marsella que, se había impuesto un veto comercial
de materiales estratégicos con los infieles mallorquines.2581
En agosto de 1229, el arzobispo de Tarragona donó 600 cuarteras de cebada y un día
después, el rey, se reafirmó en las promesas de repartición de tierras,
instituyó procuradores y recibió el juramento de varios caballeros.25
La negativa aragonesa produjo gran disgusto al «Conquistador», pero al llegar a
Barcelona, comprobó con júbilo que se había preparado una poderosa armada que,
además de unas 100 embarcaciones pequeñas, contaba con 25 naves de combate,
12 galeras y 18 táridaspara transportar caballos y máquinas de asedio.8283
A pesar de que la armada de flota naval catalana existía desde el siglo IX, antes incluso
que la castellana, fue Jaime I quien durante su reinado la llevó a manifestar su poderío al
esplendor.84
Llegado el día de Santa María de agosto, acudieron junto al rey todos los barones y
caballeros de Cataluña a Tarragona y Salou llevando consigo todos los aparejos: armas,
velas, jarcias, naves y táridas que fueron cargadas de leños, harina, cebada, carne,
quesos, vino, agua y biscuit; un tipo de pan que se retostaba para que se endureciese y
conservase mejor. Antes de partir, el rey, junto a los nobles y su comitiva, asistieron a una
misa dada por Berenguer de Palou en la catedral de Tarragona en la que también
recibieron la comunión, mientras que el ejército, comulgó en una capilla que se había
levantado en el puerto a tal efecto.85 A la partida de la flota habían acudido la mayoría de
ciudadanos de Tarragona a disfrutar del grandioso espectáculo, formando una imponente
masa que a la altura del precipicio rocoso que se alza sobre el mar, bendecían a dios. La
nave en la que iba Guillermo de Moncada, capitaneada por Nicolás Bonet,86 recibió la
orden de situarse en la vanguardia, así como la del capitán Carroz a la retaguardia,
mientras que las galeras fueron colocadas en círculo rodeando las naves de transporte
para salvaguardarlas.85 La última en hacerse a la mar fue una galera de Montpellier que
había sido destinada al rey y sus caballeros debido a que en el último instante, aparecieron
una multitud de voluntarios que tuvieron que ser embarcados.85

Ejércitos combatientes[editar]
Ejército cristiano[editar]
Una primera estimación del ejército cristiano, formado por huestes nobiliarias, daría la cifra
de 1500 caballeros y 15 000 peones, divididos entre los siguientes:

 Hueste de la Casa de Aragón 150/200 caballeros.


 Hueste de Guillermo Aycard y Balduino Gemberto, 600 caballeros y varias naves.87
 Hueste de Nuño Sánchez I de Rosellón y Cerdaña,88 100 caballeros.89
 Hueste de Guillermo II de Bearne y Moncada,88 100 caballeros.89
 Hueste de Pedro Cornel, 150 combatientes.89
 Hueste de Ramón Alemany Cervelló de Querol, 30 caballeros.
 Hueste de Hugo V de Mataplana,90 50 caballeros.89
 Hueste de Berenguer de Palou, 100 caballeros.
 Hueste de Hugo IV de Ampurias,88 50 caballeros.89
 Hueste del obispo de Gerona, Guillermo de Montgrí,9192 100 caballeros.
 Hueste del Abad de San Feliu de Guíxols, Bernat Descoll.
 Hueste del preboste del arzobispo de Tarragona, Aspàreg de la Barca,93 100
caballeros y 1000 lanceros.
 Hueste de la Orden del Templo de Salomón.
 Hueste de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén.
 Hueste de Guillermo I de Cervelló, 100 caballeros.9489
 Hueste de Ferrer de San Martín,95 100 caballeros.89
 Hueste de Ramón II de Moncada, 25/50 caballeros.96
 Hueste de Ramón Berenguer de Áger, 50 caballeros.9689
 Hueste de Galçeran de Pinós, 50 caballeros.89
 Hueste de Bernardo de Santa Eugenia,88 30 caballeros.
 Hueste de Guillermo de Claramunt, 30 caballeros.89
 Hueste de Raimundo Alamán, 30 caballeros.89
 Hueste de Gilabert de Cruilles, 30 caballeros.89
Entre sus tropas, contaba Jaime I también con la presencia de almogávares,97 mercenarios
que vivían para la lucha y la guerra y que usualmente se vendían al mejor postor. El
cronista Bernat Desclot, en su crónica llamada Libro del Rey Pedro de Aragón y de sus
antecesores pasados:98 los describió así:
Estas gentes que se llaman Almogávares no viven más que para el oficio de las armas. No viven ni
las ciudades ni las villas, sino en las montañas y los bosques, y guerrean todos los días contra los
Sarracenos: y penetran en tierra de Sarracenos una jornada o dos, saqueando y tomando
Sarracenos cautivos; y de eso viven. Y soportan condiciones de existencia muy duras, que otros no
podrían soportar. Que bien pasarán dos días sin comer si es necesario, comerán hierbas de los
campos sin problema. Y los adalides que los guían conocen el país y los caminos. Y no llevan más
que una gonela o una camisa, sea verano o invierno, y en las piernas llevan unas calzas de cuero y
en los pies unas abarcas de cuero. Y traen buen cuchillo y buen correa y un eslabón 99 en el cinto. Y
trae cada uno una buena lanza y dos dardos, así como una panetera de cuero a la espalda, donde
portan sus viandas. Y son muy fuertes y muy rápidos, para huir y para perseguir; y son catalanes y
aragoneses y sarracenos.
Bernat Desclot, Libre del rei en Pere e dels seus antecessors passats, cap. LXXIX.

La indumentaria de las tropas cristianas consistía en un yelmo hemisférico reforzado por


un aro del cual podía pender una especie de protector para la nariz. Sus cascos estaban
fabricados con chapa de hierro batido que luego de un período de bruñido, solían pintar,
principalmente para mejorar su conservación, pero también como medida identificativa de
los guerreros que los portaban.100 Cabe también destacar la destreza de los caballeros
templarios, ya que contaban con granjas de monta y remonta de caballos, por lo que
poseían a los más veloces, lo que les permitía hacer una avanzada de reconocimiento sin
ser alcanzados por el enemigo.101 Algunos de sus caballos eran tan fuertes que, cuando
los usaban en la batalla cuerpo a cuerpo, solían derribar al caballo y jinete enemigo,
además de estar entrenados para morder y cocear cuando a través de las riendas su
caballero se lo ordenaba.101 Entre la artillería pesada del ejército cristiano se encontraban
los fundíbulos, ya que con ellos conseguían alcanzar mayores distancias que con hondas
de mano, además de los destrozos que ocasionaban en los edificios o ejércitos
enemigos.102 Otras máquinas de asedio usadas por Jaime I fueron las manganas,
similares a los fundíbulos y de fácil construcción y también las brigolas, que al ser
giratorias permitían cambiar la dirección del proyectil.102
Ejército musulmán[editar]
Según las distintas crónicas, el rey musulmán de la isla, Abú Yahya, disponía entre 18 000
y 42 000 hombres y entre 2000 y 5000 caballos103 Los principales comandantes del valí
eran: Abu-l-Ulà Idrís al-Mamun, Fat Allâh (in Fautil·la), Abu Hafs ibn Sayrî y Xuiap de
Xivert, un refugiado almohade natural de Xivert, que se le cree refugiado de la revuelta del
también valenciano Zaian contra los almohades; contaba con un ejército de 3000
guerreros, de 20 a 30 hombres a caballo y de un total de 15 000 civiles junto a mujeres e
infantes.104 El armamento de los musulmanes no difería demasiado del
cristiano; mallas, lanzas, mazas, flechas y escudo de piel resistente a los sables.105 Según
se desprende de un fresco conservado en el museo de arte catalán, una de las armas
musulmanas usadas ampliamente desde las murallas consistía en el fustíbalo, artilugio
similar a una honda, cuyos lazos iban atados a una vara de madera.106107 También
contaban los musulmanes con catapultas y máquinas de tiro rasante, llamadas por Jaime
I algarradas, muy ligeras, rápidas de manejar, y capaces de arrasar varias tiendas
enemigas.102

La conquista[editar]
La travesía y el desembarco de las tropas[editar]

Esquema de los primeros enfrentamientos en la isla

Panorámica de San Telmo, con la isla Dragonera al fondo y el islote Pantaleu en el


centro. Municipio de Andrach.

Bahía de Santa Ponsa con el monte Puch de Galatzó al fondo. La foto fue tomada desde el lugar del
desembarco.

El 5 de septiembre de 1229 la expedición partía rumbo a Mallorca,


desde Salou, Cambrils y Tarragona, con una flota formada por más de 150 naves, la
mayor parte de ellas catalanas.108 Las distintas fuentes hablan de un contingente armado
formado entre 800 y 1500 caballeros y unos 15 000 soldados.109108 El rey musulmán de la
isla, Abú Yahya, disponía entre 18 000 y 42 000 hombres y entre 2000 y 5000 caballos103
(según las distintas crónicas) y no obtuvo apoyo militar, ni de la península, ni del norte de
África, por lo que intentaron dificultar lo máximo posible el avance cristiano hacia la capital.
Algunas de las naves cristianas habían sido construidas a expensas de la corona, pero la
mayoría de ellas eran aportes particulares.110 Se designó como dirigente de la flota, por su
experiencia y conocimiento de las Baleares a Pedro Martell, mientras que Guillermo de
Moncada, que anteriormente, y debido al peligro que la empresa conllevaba había
solicitado al rey hacerse cargo de la misión, hacía las veces de lugarteniente; todos ellos
bajo el mando personificado de Jaime I, quien por su fogosidad no admitía imposiciones y
desechó la petición.110 La nave real, en cabeza de la flota, fue patroneada por Nicolás
Bonet, siguiéndola en orden las de Bearne, Martell y Carroz.110
El viaje hacia la isla estuvo dificultado por una fuerte tormenta que estuvo a punto de
provocar que el convoy retrocediese, pero finalmente, luego de tres días, entre el viernes 7
de septiembre y parte del sábado, la totalidad de la flota cristiana arribó al
islote Pantaleu,111 situado en la costa de la actual localidad de San Telmo, núcleo de
población perteneciente al actual municipio de Andrach. Las fuerzas de Jaime I no se
vieron dificultadas por la flota musulmana, en el caso de que hubiera existido, pero fue tal
la dureza del temporal que, el rey, durante la tormenta, le juró a Santa María que le
construiría una catedral para venerarla si les salvaba la vida.112 La tradición local cuenta
que, la primera misa real se llevó a cabo en este islote y que en él se conservaba una pila
de agua donde el rey abrevó su caballo, pero en 1868 fue destruida por unos
revolucionarios que pretendían acabar con los vestigios del pasado feudal.113
Mientras los cristianos se preparaban para comenzar el asalto, Abú Yahya acababa de
reprimir una revuelta que había sido provocada por su tío, Abu Has Ibn Sayri y como
reprimenda, se disponía a ejecutar a 50 de los alborotadores. No obstante, el valí los
indultó para que ayudasen en las labores de defensa. Sin embargo, una vez que los
indultados partieron de la medina hacia sus casas, algunos de ellos prefirieron ponerse de
parte de los cristianos; como fue el caso de «Alí del Pantaleu», conocido también por «Alí
de la Palomera» o el de Ben Abed, un musulmán que suministró provisiones a Jaime I
durante tres meses y medio.103
El domingo 9 de septiembre, mientras las tropas cristianas se encontraban descansando
fondeadas en la Dragonera, junto al Pantaleu, recibieron la visita de Alí de la Palomera,
que se acercó nadando hasta esta isla y les proporcionó noticias sobre Mallorca y la
situación en la que se encontraba.114115
La llegada de los cristianos no había tomado por sorpresa a los moros, ya que desde
las atalayas costeras habían divisado a la flota cristiana e informado al valí de la presencia
de las naves, el cual dispuso de un ejército de 5000 soldados y doscientos caballos que
acamparon frente a la costa de Andrach dispuestos a repeler el ataque.116 Debido a que
Jaime había sido informado por Alí de los pasos del valí y del contingente que le esperaba,
la temeridad de tentar la operación ante tantos enemigos le hizo convocar a los nobles,
resolviendo que, Nuño Sanz y Ramón de Moncada, cada uno con una galera, costeasen la
costa hasta que encontrasen un buen lugar para tomar tierra. Esta escuadra de
reconocimiento y exploración regresó con la noticia de haber encontrado un lugar llamado
Santa Ponsa, desde el cual había un montecillo que, con unos 500 hombres apostados en
él, podrían defender el desembarco de los soldados.117
Galera maltesa de la época, donde puede apreciarse la gran cantidad de esclavos remeros que
usaban para movilizarla.

Cruz conmemorativa en Santa Ponsa, en el lugar donde se produjo el desembarco. El monumento


forma parte del entramado del Paseo Calviá.

Una vez alcanzada la bahía de Santa Ponsa, al llegar la medianoche y en completo


silencio, tal y como Alí les había aconsejado, el rey ordenó que se levasen anclas y que la
señal de ataque se daría golpeando con un palo en la proa de las taridas y galeras.118 Por
el otro lado, parte del ejército musulmán había avanzado intentando averiguar el lugar del
desembarco, pero a pesar del silencio que mantenían los cristianos, los moros oyeron sus
remadas y comenzaron a gritar y a galopar hacia la playa, por lo que una vez los cristianos
en tierra, se produjo el primer enfrentamiento armado entre ambos ejércitos, el cual acabó
con una victoria fácil cristiana; alrededor de 1 500 bajas al ejército del valí, mientras que el
resto de sus fuerzas se desplegaron huyendo hacia las montañas de la zona.119 Durante
este primer combate, el rey, seguido por 24 caballeros aragoneses produjo una
escaramuza temeraria contra un gran grupo de enemigos que desagradó a los Moncada,
quienes le reprocharon su temeridad: ya que llevó a cabo la acción por su cuenta poniendo
en peligro su vida y la misión al no haber advertido de sus intenciones al resto del
ejército.120
La transcripción al castellano de la crónica del desembarco dice:
Encontramos un lugar que tenía por nombre Santa Ponsa y decidimos que era un buen sitio para
atracar. El domingo a mediodía un sarraceno llamado Alí, de La Palomera, vino nadando hasta
nosotros, y nos dio noticias de la isla, de la ciudad y del Rey. Yo ordené que cuando fuese media
noche, las galeras y las taridas levasen anclas...121

El martes, el rey descansó en el campamento provisional que habían instalado en la playa,


mientras parte de la armada, que ya había avanzado hasta la zona conocida actualmente
como la La Porrassa, se asentó esperando nuevas órdenes.122 Mientras tanto, el grueso
de las fuerzas del valí, que ya habían salido de la medina, avanzaban hacia Santa Ponsa
uniéndose a las divisiones moras que anteriormente se habían dispersado tras la
escaramuza inicial. Avisados los cristianos de los movimientos enemigos, el monarca
ordenó permanecer en alerta para poder repeler un hipotético ataque por sorpresa. Al día
siguiente, Berenguer de Palou, el obispo de Barcelona, celebró una misa sobre una roca
que se encuentra entre la actual urbanización Galatzó y la actual zona turística
de Palmanova, en acción de gracias por los recientes éxitos de la campaña.123 Sobre esta
roca, en 1929, se construyó un pequeño templo de estilo románico denominado capilla de
la piedra sagrada.123
Se cree que durante el recorrido hacia la medina, el primer objetivo militar de las tropas
cristianas fue el Puig de sa Morisca, ya que desde su montículo se controla una amplia
zona del lugar y porque en el mismo sitio, en 2008, un equipo de arqueólogos descubrió
dentro de un contexto del siglo XIII un pequeño escudo de metal con el blasón que se
estima de los caballeros Togores, junto a otros restos musulmanes.124
En la localidad de Santa Ponsa, se eleva hoy día una cruz conmemorativa del
acontecimiento en el lugar del desembarco, y durante las mismas fechas, se celebran las
fiestas del núcleo de población, con representaciones en la playa de la típica batalla de
«moros y cristianos».125
La batalla de Portopí[editar]

Batalla de Portopí. Fragmento de las pinturas murales de la conquista de Mallorca, procedentes


del Palacio Aguilar de Barcelona y conservadas en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.
Datadas: 1285-1290.

Tropas musulmanas y cristianasprestas para entrar en combate

Monumento en el lugar donde murieron en combate Guillermo y Ramón Moncada, parte hoy día del
entramado del Paseo Calviá, cerca de la actual localidad turística de Palmanova.

Artículo principal: Batalla de Portopí

La batalla de Portopí fue el principal enfrentamiento armado en terreno abierto entre las
tropas cristianas de Jaime I y las musulmanas de Abú Yahya en toda la conquista. Se llevó
a cabo el 12 de septiembre, en diversos puntos de la sierra de Na Burguesa (antiguamente
llamada sierra de Portopí), aproximadamente a mitad de camino entre Santa Ponsa y
la Ciudad de Mallorca, zona conocida localmente como el Coll de sa Batalla.126 Aunque los
cristianos resultaron vencedores, sufrieron bajas de importancia, como la de Guillermo II
de Bearne y el sobrino de este, Ramón, cuyo parentesco había sido confundido con
anterioridad creyendo que eran hermanos, por lo que son usualmente más conocidos
como «los hermanos Montcada».127
Antes de comenzar la escaramuza, el ejército musulmán se había desplegado por toda
la sierra de Portopí a sabiendas de que los cristianos tendrían que cruzar por estas
montañas en su camino hacia la medina. Por la otra parte, horas antes de comenzar el
enfrentamiento y conscientes del peligro que les acechaba, Guillermo de Moncada y Nuño
Sánchez discutieron por la decisión de encabezar la vanguardia de las tropas, la cual
terminó siendo dirigida por los Moncada. Sin embargo, estos se adentraron torpemente
entre los musulmanes, cayendo en una emboscada que los dejó completamente rodeados,
hasta que finalmente perdieron la vida combatiendo.120 Jaime I, que desconocía en ese
momento la muerte de aquellos hombres, siguió su mismo camino, avanzando con el resto
del ejército con intención de agruparse con ellos y participar juntos en la liza, hasta que
tomó contacto con el enemigo en la sierra. Los cuerpos de los Moncada fueron
encontrados desfigurados por las múltiples heridas que tenían y enviados a enterrar en
riquísimos ataúdes al monasterio de Santes Creus, en el actual municipio de Aiguamurcia,
de la provincia de Tarragona.128
Según la crónica del historiador Bernat Desclot, las fuerzas cristianas dejaron mucho que
desear, pues varias fueron las veces que tuvo que insistir el rey a sus hombres para que
entrasen en combate, llegando incluso a amonestarles hasta en dos ocasiones, en las que
exclamó la frase que posteriormente pasó a la historia mallorquina de forma popular;
«Vergüenza caballeros, vergüenza».129130 Finalmente, la superioridad militar de los
cristianos consiguió que los musulmanes se retirasen, pero al solicitar los caballeros de
Jaime I un alto para rendir homenaje a los nobles que habían fallecido, los dejaron huir
hacia la medina donde terminaron refugiándose. Desclot comenta en su crónica que solo
murieron catorce caballeros, probablemente deudos de los Moncada, de los cuales
nombra a Hugo Desfar y a Hugo de Mataplana, pero que gente de a pie murió poca.90
Al llegar la noche, el ejército de Jaime I se detuvo a descansar en la zona de la actual
localidad de Bendinat, donde según la leyenda, comieron unas sopas con ajos. La
tradición popular cuenta que, el rey, al terminar la cena, pronunció en catalán las palabras
«bé hem dinat» (bien hemos comido) pudiendo así haberle dado nombre al lugar.131 La
noticia de la muerte de los Moncada le fue dada a Jaime I por Berenguer de Palou y dos
días después, el 14 de septiembre, fueron enviados a enterrar entre escenas de dolor y
tristeza.
En el lugar donde fueron abatidos los Moncada, según cuenta la leyenda, se conservaba
hasta 1914 un pino conocido como «el pino de los Montcada».113132 En el siglo XIX, un
grupo de poetas catalanes y franceses, entre los que se encontraba Jacinto Verdaguer,
construyeron bajo el patrocinio del archiduque Luis Salvador un monumento en
conmemoración del acontecimiento en el lugar donde habían reposado sus cuerpos, el
cual forma parte del Paseo Calviá en su recorrido por la cercanía de la actual localidad
turística de Palmanova.133
Tras esta gran batalla campal el camino hacia la capital de la isla se presentó libre de
obstáculos para las tropas invasoras, momento en que se prepararon para dar
el asedio final a la ciudad.
El asedio a Madina Mayurqa y la pacificación de la isla[editar]
Artículo principal: Asedio de Madina Mayurqa
El asedio a Medina Mayurqa duró más de tres meses. En la imagen, asedio de Jerusalén en
la primera cruzada.

El dolor por la pérdida de los Moncada y la decisión del próximo emplazamiento del
campamento, mantuvo al rey y a sus tropas ocupado durante los siguientes ocho días. A
partir de ahí, avanzaron y acamparon al norte de la ciudad, entre la muralla y la zona
conocida hoy día como «La Real», ordenando Jaime I que se montasen dos trabuquetes,
una catapulta y un mangonel turco con los que posteriormente comenzaron a bombardear
la ciudad.134 El emplazamiento del campamento real fue escogido estratégicamente
basándose en la cercanía a la acequia de agua que abastecía a la ciudad, pero lo
suficientemente lejano de las ballestas y mangoneles musulmanes. Teniendo Jaime en
mente lo que le ocurrió a su padre en Muret y presintiendo que el asedio se iba a alargar
más de la cuenta, ordenó construir una empalizada alrededor del campamento que
garantizase la seguridad de sus tropas.135

Trabuquete, arma de asedio de la época medieval, que podía lanzar unos dos proyectiles por hora al
objetivo.

Estando el ejército cristiano acampado frente a la medina, recibió la visita de un


acaudalado y bien considerado musulmán llamado Ben Abed que, presentándose ante el
rey, le comunicó que se encontraba al mando de 800 aldeas musulmanas de los montes y
que deseaban ofrecerle todo tipo de ayuda y rehenes con tal de mantenerse en paz con él,
hecho que, junto a los consejos sobre las prácticas de los sitiados, supuso a los cristianos
un poderoso auxilio.85 Como primera prueba de sumisión, Abed le entregó a Jaime
veinte caballerías cargadas de avena, así como cabritos y gallinas, mientras que el rey, le
proporcionó uno de sus pendones, a efectos de que sus mensajeros pudiesen presentarse
ante las huestes cristianas sin ser atacados.85
La respuesta de los sitiados no se hizo esperar y respondieron con catorce algarradas y
dos trabuquetes, pero ante el imparable avance de las tropas del rey, los moros ataron a
varios prisioneros cristianos completamente desnudos en lo alto de las murallas para
impedir así que éste los bombardease, al tiempo que los mismos exhortaban gritando a
sus compatriotas que no cesasen de disparar.136 Escuchando Jaime I sus plegarias, en las
que decían que con su muerte alcanzarían la gloria, los encomendó a Dios y redobló las
descargas que, al pasar por encima de las cabezas de estos, provocó que los musulmanes
los devolviesen al calabozo viendo fallido el chantaje.136 Asimismo, en respuesta a la
estratagema musulmana, Jaime I les catapultó las cabezas de 400 infieles que habían
capturado en una escaramuza (comandada por el lugarteniente del Valí, Fati Allah),
intentando reabrir la fuente de agua de abastecimiento de la Medina que anteriormente
habían cegado los cristianos.137
Al verse los musulmanes perdidos, ofrecieron varias negociaciones para tratar la rendición
de Abú Yahya, a lo que Jaime I, a fin de cortar por lo sano, salvar vidas y recibir una
ciudad intacta, era partidario de llegar a un acuerdo, pero los parientes de los Moncada y
el obispo de Barcelona exigieron venganza y exterminio.138 Cuando Abú Yaha se retiró al
no aceptar Jaime las condiciones, el valí aseguró que desde ese momento cada sarraceno
valdría por dos.139 Ante semejante panorama, el rey se vio obligado a ceder a las
pretensiones de sus aliados y continuar con la campaña que culminó con la toma de
Palma de Mallorca.
Toma de Madina Mayurqa[editar]

Hugo IV de Ampurias y Pero Maça, señor de Sangarrén, durante la conquista de la isla.

La dificultad que entrañaba llevar a cabo un asedio a una ciudad amurallada solía convertir
la estrategia en el cerco y esperar a que sus defensores sufriesen las consecuencias de la
sed y el hambre, pero debido a las condiciones climatológicas de la isla durante esta
época del año y la baja moral y cansancio de las tropas de Jaime I, llevaron al rey a no
desistir en su empeño por derribar los muros y asaltar las torres para terminar cuanto
antes la empresa. Entre las distintas máquinas que solían usarse en la época se
encontraban los castillos de madera, los tejidos de zarzo, los bozones, las ballestas de
torno y los trabuquetes.107
Tras duros combates que se prolongaron durante meses de asedio, los cristianos fueron
abriendo brechas, derribando muros y torres de defensa.140 La dureza del asedio fue tal,
que cuando los cristianos abrían una brecha en una de las murallas, los musulmanes
levantaban otro muro de cal y de piedra detrás para taparla.139
Una de las principales estrategias del ataque cristiano consistió en llevar a cabo una pugna
subterránea a base de minas para socavar las murallas, pero el contraataque musulmán
respondía con contraminas.140 Por fin, el 31 de diciembre de 1229, Jaime I logró
tomar Madina Mayurqa.141140 El momento inicial ocurrió cuando una cuadrilla de seis
soldados consiguió colocar un pendón en lo alto de una de las torres de la ciudad y
comenzó a hacerle señas al resto del ejército para que los siguiesen, al tiempo que
gritaban: «adentro, adentro, que todo es nuestro!»142 El soldado que se adelantó al resto
de la tropa enarbolando el estandarte de la corona de Aragón sobre aquella torre y animó
a los otros cinco a seguirle, se llamaba Arnaldo Sorell, y fue posteriormente nombrado
caballero por Jaime I en recompensa por la valentía de su hazaña.143 El resto del ejército
cristiano entró en la ciudad al grito de: «Santa María, Santa María», evento que era típico
en la época medieval.
El cronista Pedro Marsilio, por orden del segundo hijo de Jaime I, el rey Jaime II y cuyo
manuscrito se encuentra en la catedral de Palma, relató en su crónica que, 50 caballeros
lanzaron sus caballos contra los sarracenos en nombre de Dios, mientras en voz alta
gritaban: «ayúdanos Santa María, madre de nuestro señor» y una vez más: «vergüenza
caballeros, vergüenza!», al tiempo que espoleaban sus caballos embistiendo y arrollando
con ímpetu a los sarracenos que habían quedado en la medina, mientras otros miles de
ellos huían por las puertas traseras de la ciudad.144
La entrada triunfal de Jaime se produjo por la puerta principal de la medina, denominada
en árabe «Bab al-Kofol» o «Bab al-Kahl» y localmente «Porta de la Conquesta», de
«Santa Margalida», del «Esvaïdor» o «Porta Pintada».145 De ella se conserva una placa
conmemorativa, pues fue demolida en 1912, años después de hacerlo también con la
muralla.145 En el museo diocesano de Mallorca, se aprecia una imagen medieval con una
escena de la lucha en el retablo de San Jorge elaborado por el pintor de estilo
flamenco Pedro Nisart.145
Cuentan que, una vez tomada la ciudad, los cristianos apresaron a Abú Yahya y lo
torturaron durante mes y medio para que les confesase dónde se encontraban los tesoros
acumulados de la piratería, llegando incluso a cortarle el cuello a su hijo de 16 años en su
presencia, mientras que su otro hijo se convirtió al cristianismo para salvar su vida.146
Finalmente, el valí fue torturado hasta que murió, aunque jamás reveló dónde escondía
sus riquezas.146 Al mismo tiempo, incendiaron la medina y pasaron a cuchillo a la
población que no había logrado huir por la puerta norte y había quedado rezagada entre
las casas, aunque algunos pocos se convirtieron al cristianismo para salvar sus vidas.147
La matanza fue tan grande que los miles de cadáveres no pudieron ser enterrados, por lo
que poco después las tropas cristianas resultaron diezmadas por una epidemia
de peste producida por la putrefacción de los cuerpos.148
Según la crónica de Jaime I, aunque al parecer es información literaria acorde al ambiente
épico de la campaña, resultaron muertos 20 000 musulmanes, mientras otros 30 000
abandonaron la ciudad sin ser advertidos. Por otro lado, en la sierra de Tramontana y en la
comarca de Artá, habían conseguido refugiarse unas 20 000 personas entre civiles y
hombres armados, aunque finalmente fueron capturados por los cristianos.149
Desavenencias por el reparto del botín[editar]
Nada más entrar en la medina, los conquistadores comenzaron a adueñarse de aquello
cuanto veían, por lo que pronto comenzó a surgir discordia entre las huestes.150 Ante la
situación, el rey sugirió ocuparse de los moros que habían huido a las montañas, a fin de
evitar un posible contraataque, pero la codicia por hacerse con los bienes de los vencidos
provocó que el obispo de Barcelona y Nuño Sánchez propusiesen que se hiciese pública
la almoneda.150 El botín recogido durante los primeros días fue abundante, unos y otros
tomaban cuanto les parecía, pero cuando se hizo público que había que pagar, se
desencadenó una revuelta en la que terminaron asaltando la casa donde se había
instalado el pavorde de Tarragona.150 Ante estos acontecimientos, Jaime ordenó llevar
todo lo que había conseguido al castillo donde se asentaban los templarios, para luego
comunicar a sus gentes que, la repartición se haría justamente, y que si continuaban
saqueando casas serían colgados.150 El saqueo de la ciudad duró hasta el 30 de
abril de 1230, pero un mes antes, llegó a la isla el maestre de la «casa de San Juan» con
algunos de sus caballeros solicitando que, además de las tierras, les fueran entregados un
edificio y algunos bienes muebles.151 Jaime cedió a sus peticiones y les entregó «la casa
del deracenal», más cuatro galeras que había apresado al valí de la isla.151 Otro de los
problemas a los que se enfrentó Jaime I fue el abandono de la capital por parte de sus
combatientes una vez conseguidos los objetivos militares, por lo que envió al caballero
Pedro Cornel a Barcelona a reclutar a 150 caballeros para terminar de conquistar el resto
de la isla.152
Resistencia musulmana[editar]

Situación de los últimos focos de resistencia musulmana en Mallorca

Gracias a las disputas internas entre los conquistadores derivadas del reparto del botín, los
musulmanes que lograron huir pudieron organizarse en las montañas septentrionales de
Mallorca y resistir durante dos años, hasta mediados de 1232, cuando finalizó la conquista
total del territorio. Sin embargo, la mayoría de la población musulmana no ofreció
demasiada resistencia y permaneció desunida, facilitando la invasión.153
Para combatir los focos de resistencia que se habían organizado en las montañas se
organizaron varias cabalgadas, pero la primera de ellas, comandada por el mismo Jaime I
fracasó debido a que las tropas se encontraban con pocas fuerzas y en tiempo de
enfermedades.32 La segunda incursión se llevó a cabo en marzo, contra los que se habían
escondido en la sierra de Tramontana, donde encontraron a un grupo de rebeldes que
pactaron rendirse si no recibían ayuda de otros grupos moros que se encontraban en la
sierra.32 Así, mientras los cristianos cumplían el pacto, aprovecharon para explorar en
busca de nuevos refugiados, llegando un destacamento bajo el mando de Pedro Maza a
encontrar una cueva donde se había escondido una multitud de musulmanes que
terminaron por rendirse.32
Habiendo solucionado Jaime los principales problemas y deseoso por volver a sus
estados, decidió retornar a Barcelona, nombrando para ello como
su lugarteniente a Berenguer de Santa Eugenia, quedando el mismo como gobernador de
la isla y al cargo de aniquilar la resistencia musulmana en los castillos y montañas de
Mallorca.154 El viaje de regreso a Cataluña lo llevó Jaime a cabo en la galera del caballero
occitano Ramón Canet, al parecer, la mejor de la flota,155 el 28 de octubre de 1230, para
tres días después, ser recibido en Barcelona con innumerables festejos, pues habían
llegado hasta sus tierras las noticias de su triunfo y sus vasallos querían ensalzarlo como
al mayor monarca del siglo.154 No obstante, poco después, se corrió el rumor de que se
estaba formando una gran escuadra en Túnez para contraatacar y arrebatarle la isla, por lo
que volvió de nuevo a Mallorca y aprovechó para tomar los castillos donde se encontraba
parte de la resistencia musulmana; El castillo del Rey, en Pollensa, el
de Santueri en Felanich y el de Alaró, en la localidad homónima.154 El último reducto de las
fuerzas sarracenas se agrupó dentro del castillo del Rey, una fortaleza situada sobre un
promontorio de 492 m s. n. m.156 Una vez hubo tomado estas fortalezas y habiéndose
convencido de que no vendría ninguna armada desde África para hacerle frente, retornó
de nuevo a Cataluña.154
Durante el periodo del 31 de diciembre de 1229 al 30 de octubre de 1230 se tomaron las
poblaciones situadas en el Pla, Migjorn, Llevant y el nordeste de la isla. Finalmente, los
que no lograron huir al norte de África o a Menorca fueron reducidos y convertidos en
esclavos, aunque algunos pocos lograron mantenerse en sus tierras.
El último foco de resistencia, hizo que Jaime volviese de nuevo a la isla en mayo de 1232,
cuando unos 2000 sarracenos que se habían amparado en las montañas no permitieron
entregarse ni rendirse a otro que no fuera el mismo Jaime I.154

La visión de la conquista de Ibn Amira Al-Mahzumi[editar]


Uno de los principales historiadores y arqueólogos de Mallorca, Guillermo Rosselló
Bordoy, trabajó junto al filólogo Nicolau Roser Nebot en la traducción de la primera crónica
conocida de la conquista de Mallorca, Kitab ta’rih Mayurqa, descubierta por el profesor
Muhammad Ben Ma'mar.157 La obra, de la que se tenía conocimiento desde finales del
siglo XVI y se creía perdida,158 fue hallada dentro de un CD en una biblioteca de Tinduf,
debido a que bajo el auspicio de un mecenas estaban realizando un trabajo de
catalogación y digitalización de documentos árabes por todo el mundo.159 Con esta
aportación es la primera vez que se conocen detalles sobre el punto de vista de los
vencidos.
Su autor fue Ibn Amira Al-Mahzumi, un andalusí nacido en Alcira en 1184 que, consiguió
huir a África durante la contienda y quien se cree fallecido en Túnez entre 1251 y 1259.160
Su relato está considerado de importantísimo valor histórico y literario, ya que es el único
documento que narra la visión de la campaña por parte de los vencidos.160 En sus 26
páginas, se describen detalles desconocidos hasta la fecha, como por ejemplo el nombre
que tenía el lugar del desembarco; Sanat Busa, que en árabe significa lugar de juncos.160
Muhammad Ben Ma’Mar, profesor de la universidad de Orán llevó a cabo la primera
transcripción y anotación,161 hasta que finalmente Guillermo Rosselló Bordoy llevó a cabo
su traducción al catalán en 2009, donde desde su presentación se convirtió rápidamente
en un pequeño best seller en Baleares.162
Entre otras aportaciones, se confirma el número de 150 barcos para la escuadra cristiana,
así como su desvío por la costa de Tramuntana, ya que esta fue divisada por los vigías de
las atalayas costeras que informaron a Abú Yahya. No así sucede con el trato que se le dio
a la postre al gobernador musulmán de Mallorca, que parece que fue ajusticiado junto a su
familia sin cumplir las promesas hechas en el pacto de rendición que se mantienen según
las crónicas cristianas. Asimismo, coinciden también detalles como la captura de las naves
cristianas en Ibiza como excusa para la invasión, el lugar del desembarco, la batalla de
Portopí y un número de 24 000 bajas musulmanas.163
Según el relato de Amira muchas fueron las chapuzas cometidas por el bando musulmán.
En principio, una vez fue alertado el valí de los preparativos bélicos en la península para la
invasión, envió tres barcos espías: uno fue capturado, otro confirmó la inminente invasión y
el último fue arrastrado por los vientos hasta Cerdeña, donde capturaron a cinco cristianos
que informaron que el ataque había sido pospuesto hasta la primavera y Abú Yahya,
creyéndoles, desmontó su dispositivo de defensa.164 El destacamento enviado a la costa
de Andrach a repeler la invasión, consistía en un grupo almohade que había sido
expulsado de al-Ándalus y se había aliado a Abú Yahya, pero al parecer, se dedicaron a la
bebida y a la distracción, dando ventaja a los cristianos durante las maniobras de
desembarco.164 Durante la batalla de Portopí, cuando los musulmanes estaban venciendo,
el valí realizó una torpe maniobra que hizo creer a su ejército que debía retirarse, de modo
que sus tropas se precipitaron en una caótica huida hacia la ciudad.164
Según consta en las crónicas cristianas y musulmanas, la isla contaba aproximadamente
con una población de 50 000 habitantes, repartidos entre las doce alquerías que la
dividían. La mayoría consistían en mallorquines descendientes de los habitantes que la
poblaban antes de la conquista musulmana de 903.165

La repartición[editar]
Artículo principal: Llibre del Repartiment de Mallorca
Jaime I repartió la isla entre la casa real, la nobleza y la iglesia, según el Llibre del Repartiment.
Imagen de Jaime I en el ayuntamiento de Palma.

En esos momentos, Mallorca contaba con 816 explotaciones agrarias.72 El reparto de las
tierras y bienes de la isla fue total y se realizó según lo pactado con anterioridad en las
Cortes y de acuerdo con lo que se dispuso en el «Llibre del Repartiment».166 El rey Jaime I
dividió la isla en ocho partes, la mitad pasó a formar la medietas regis y la otra mitad
la medietas magnatis.167 Es decir, la mitad de la isla pasó a manos del rey y la otra mitad a
los nobles porcioneros o árbitros del reparto. Solo se conocen los bienes y tierras que
componían la medietas regis, que era la que aparecía en el Llibre del Repartiment, pero se
cree que la medietas magnatis era similar.n. 5 Los colectivos que tuvieron mayor
participación en la empresa fueron Barcelona y Marsella, la primera con un total de
877 caballerías y la segunda con 636, seguidas de la casa del Temple que obtuvo 525.168
169

El núcleo del sistema feudal isleño que instauró Jaime I estuvo compuesto por unidades
jurisdiccionales que se veían sometidas a la prestación de un determinado número de
caballeros armados para defender al reino, denominadas caballerías, aunque algunas de
ellas, por su relevancia, antigüedad o importancia del señor adjudiciario, pasaron a
denominarse baronías.170 Los caballeros contaban con una serie de privilegios que los
convertían en figuras honradas por el rey, principalmente por la nobleza de su linaje y por
su bondad.171 Entre algunos de sus derechos y costumbres cabe citar que no se sentaban
a comer con su escudero, sino con algún otro caballero u hombre que por su honra lo
mereciese.171 No obstante, el sistema legal permitía que las caballerías pudiesen ser
arrendadas o vendidas a terceros, aunque no fuesen caballeros, hecho que a cambio les
concedía baja jurisdicción civil y criminal, permiso para cobrar determinados derechos
señoriales y establecer una curia.170
Medieta regis y magnatis[editar]
La medietas regis comprendía unas 2113 casas, alrededor de 320 talleres urbanos y
47 000 ha divididas en 817 fincas.172 A su vez el monarca repartió esta parte entre las
órdenes militares que apoyaron la conquista, principalmente la Orden del Temple, los
infantes, los funcionarios y hombres a su cargo y los hombres libres y las ciudades y villas.
Así, la Orden del Temple recibió 22 000 ha, 393 casas, 54 tiendas y 525 caballerías. Los
hombres al servicio del monarcan. 6 65 000 ha. Las ciudadesn. 7 recibieron 50 000 ha y
finalmente, el infante Alfonso, su primogénito, recibió 14 500 ha.
La medietas magnatum se repartió entre los cuatro porcioneros, que a su vez debían
repartir las tierras entre sus hombres, hombres libres y comunidades religiosas. Los cuatro
porcioneros fueron Guillermo de Moncada, vizconde de Bearne,n. 8 Hugo de Ampurias,
Nuño Sánchez y el obispo de Barcelona.
Guillermo de Moncada recibió el juzn. 9 de Qanarûsha o de Canarosa, en el que se
encontraban, entre otras, las poblaciones de Costitx y Sancellas, y un tercio del de Sóller.
Nuño Sánchez recibió los ajzâ' de Valldemosa, Manacor, cabeza del distrito de Manaqur,
y Buñola.173 Fundó el hospital de Sant Andreu en 1233, uno de los primeros de la isla, bajo
el nombre original de Santa Eulalia, aunque posteriormente, bajo el reinado de Jaime
II pasó a ser de patrocinio real.174 Al morir sin descendencia, sus posesiones pasaron a
manos de la Corona.
Berenguer de Palou, que había contribuido a la causa con 100 caballeros y un séquito de
1000 sirvientes, recibió el término de Calviá, el cual originó disputas y tuvo que adoptar la
fórmula del pariaje, además de los términos de Andrach, Puigpuñent y la «Baronía de los
obispos de Barcelona», que se encontraba en la localidad de Marrachí.175 Asimismo, se
convirtió en el primer señor cristiano de los citados territorios, incluyendo a las localidades
de Estellenchs y Puigpuñent.176 Durante las operaciones de limpieza en la resistencia de la
ciudad, fue herido y mutilado de un pie.177
Hugo de Ampurias recibió los ajzâ' de Mûruh, integrado por los asentamientos
de Muro, María de la Salud, Santa Margarita,n. 10 y dos tercios del de Sóller y la mitad de
la albuferade Alcudia.
Finalmente, el territorio de Mallorca quedó distribuido en aproximadamente 66 000 ha de
terreno de señorío, 33 000 de realengo y 14 000 urbano. Pese a repartir las tierras entre
los nobles, ciudades y órdenes religiosas, Jaime se reservó el dominio sobre el terreno
haciendo que los propietarios fueran feudatarios suyos y que le debieran obediencia y
servicio. Esto acrecentó el poder del monarca que, junto al prestigio obtenido, pasó a
ocupar un lugar predominante y menos precario ante los nobles.

Estatua de Jaime I en la plaza de España de Palma de Mallorca.

Hubo muchos otros nobles que recibieron territorios en la isla, como Gilabert de
Cruïlles y Ramón Sa Clusa, quienes recibieron la baronía de Bañalbufar, que quedó
dividida en dos valles, cada uno bajo el dominio de su señor.178179 Las familias Montsó y
Nunis, que recibieron los territorios que formaban el distrito de Yartán, que integraba las
poblaciones de Artá, Capdepera y Son Servera. El conde Pedro I de Urgel, el abad de San
Feliu de Guíxols, que recibió la localidad de Castell de Llubí, (actual Llubí) que formaba
parte del distrito de Mûruh. Bernardo de Santa Eugenia, lugarteniente del monarca, o la
Orden de los caballeros Templarios, que recibió la mayor parte de los territorios
de Alcudia y Pollensa, los cuales posteriormente construyeron la basílica gótica de San
Francisco, en cuyo interior se encuentra la tumba del fraile franciscano Ramon Llull, así
como la iglesia de Santa Eulalia, donde se asentó la logia de sus constructores.180 Cabe
destacar, que desde 1229 existían en Mallorca súbditos franciscanos, pues dos frailes de
esta orden religiosa habían acompañado a Jaime desde el principio de la empresa.181 Por
último, también fue adquisitoria la Orden de los Caballeros de San Juan, de los cuales se
conoce la construcción de la iglesia de San Juan de Malta y que también recibieron la
población de Algaida, aunque primero había sido asignada a la parte real.
Entre las localidades que pertenecieron al rey se encontraba el distrito de Yiynau-Bitra con
las localidades de Sineu y Lloret de Vista Alegre, entre otras. Entre los otros beneficios que
otorgó el monarca destaca la carta de derechos de comercio con las islas que concedió a
los hombres de Barcelona, o las trescientas casas de Palma y la sexta parte de Inca que
obtuvo la ciudad de Marsella.
El colectivo judío recibió una serie de alquerías y rahales, principalmente en las comarcas
de Petra, Inca, Montuiri y Sineu, además de importantes concesiones como el estatuto
jurídico y la dotación de bienes inmobiliarios rústicos, principalmente por parte de Nuño
Sánchez, quien había sido acompañado a pactar con los musulmanes por un judío de
confianza de Jaime I llamado Bahiel.182
Sus aliados genoveses y pisanos también recibieron derechos, así como
los cónsules marselleses Guillermo Aycard y Balduino Gemberto, cuya participación fue
decisiva con el aporte de varias naves y más de seiscientos caballeros,87183 por lo que
recibieron 300 casas en Palma, 24 alquerías divididas entre Artá e Inca y una vigésima
parte de la albufera de Pollensa.87
En 2002, se descubrió que un aficionado suizo llamado Rupert Spilmann, había hallado un
importante tesoro en el castillo de Santueri, llegando durante dos años a expoliar más de
un millar de monedas que exportó ilegalmente a Suiza y a Alemania.184

Procedencia de los conquistadores[editar]


Los conquistadores procedían de diversos lugares y en diferentes proporciones, de modo
que algunos de los nombres de las actuales localidades los tomaron por parte de sus
señores, como lo fue la villa de Deyá, por parte de un conquistador que seguramente fue el
caballero principal de Nuño Sanz, ya que a los de esta clase se les entregaron las villas y
castillos.143 De este mismo modo, se crearon otros topónimos como Estellenchs, de los
caballeros Estélles y Santa Eugenia, de Bernardo de Santa Eugenia.143 Así, y según
el Llibre del Repartiment, las tierras conquistadas fueron repartidas entre gente
proveniente de Cataluña (39,71 %), de Occitania (24,26 %), Italia (16,19 %), Aragón
(7,35 %), Navarra (5,88 %), Francia (4,42 %), Castilla (1,47 %) y Flandes (0,73 %).75
Debido al exterminio o expulsión de la mayor parte de la población autóctona, no había
suficiente mano de obra para el cultivo del campo, por lo que en 1230 se dictó por primera
vez en la isla la carta de franquezas, privilegios que atrajeron a más repobladores para las
tareas de cultivo.185 La nueva población de Mallorca provenía esencialmente de Cataluña,
más específicamente del nordeste y dentro de este, del Ampurdán, aunque también quedó
algo de población mudéjar. Debido a ello, la lengua propia de Mallorca es un dialecto
oriental del catalán, (el cual era ya usado en los textos de la Cancillería Real del organismo
de la Corona de Aragón, entre cuyos escribanos se encontraba Bernat Metge, una de las
más importantes figuras de la literatura catalana)186 derivado a su vez del limosín,
denominado mallorquín.187
Muchos apellidos típicos mallorquines, tal y como se comenzó su uso hereditario en todas
las capas sociales de la isla en el siglo XIII, hacen referencia a las tierras originarias de los
primeros repobladores.188
El cuadro toponímico de la isla después de 1232 estuvo formado por diversos
mecanismos; antropónimos, denominativos, fitónimos y geográficos, aunque muchos otros
permanecen aún sin esclarecer debido a la permeabilidad a todo tipo de influencias ligadas
a la insularidad balear desde la antigüedad.189
Parece ser que, antes de la conquista, la población cristiana en la isla era escasa o quizás
inexistente, pues tuvo que acondicionarse una mezquita, conocida hoy día como iglesia de
Sant Miquel para dar la primera misa luego de la toma de la ciudad, lo que hace suponer
que el culto y clero cristiano era inexistente.52 Los historiadores mallorquines, opinan, que
durante el largo periodo de cautiverio musulmán la religión y el culto católico no llegó
completamente a extinguirse, habida cuenta de que la iglesia de Santa Eulalia, cuya
primitiva construcción es anterior a la invasión sarracena, jamás sirvió de mezquita,
aunque se ignora si las tropas de Jaime I encontraron a algunos cristianos mozárabes.190

Menorca e Ibiza[editar]
Artículo principal: Conquista de Menorca por Alfonso III

Artículo principal: Conquista aragonesa de Ibiza

Tras la toma de la isla y la anexión de la misma a la Corona de Aragón, Jaime I desestimó


un ataque a Menorca debido a las bajas sufridas durante la conquista de Mallorca y a que
las tropas eran necesarias para la conquista de Valencia. Llegados a este punto, pensaron
en una estrategia que les permitiese de algún modo hacerse con Menorca. Fray Ramón de
Serra, en calidad de comendador de la orden del temple,191 aconsejó al rey que enviase a
la isla vecina a un comité para intentar que los musulmanes que la ocupaban se
entregasen, por lo que él mismo se ofreció a la causa. El rey decidió que lo acompañasen
el maestre templario Bernardo de Santa Eugénia y el caballero templario Pedro Masa,83
cada uno con sus respectivas naves.192 Mientras la comitiva partía a tratar con los
musulmanes vecinos, en el lugar donde hoy se encuentra el castillo de Capdepera, mandó
Jaime I encender grandes hogueras que podían claramente vislumbrarse desde Menorca a
modo de hacerles creer a los moros de la isla vecina que había un gran ejército acampado
ahí para acudir a invadirlos, hecho que causó su efecto provocando la recapitulación de
Menorca y que se rubricase el Tratado de Capdepera.193 Tras la rendición, Menorca
continuó en poder musulmán, aunque tras la firma del tratado de vasallaje y el pago
de tributos en la «torre de Miquel Nunis» en la actual Capdepera, el 17 de junio de 1231,
pasó a ser tributaria al rey de Mallorca.194 La isla fue tomada finalmente
en 1287 por Alfonso III de Aragón.
La conquista de Ibiza fue asignada por Jaime I al arzobispo de Tarragona Guillermo de
Montgrí, su hermano Bernardo de Santa Eugenia, el conde del Rosellón, Nuño Sánchez, y
el conde de Urgel, Pedro I.195 Las islas fueron tomadas el 8 de agosto de 1235 e
incorporadas al Reino de Mallorca. La repoblación fue llevada a cabo por gentes
del Ampurdán.

Consecuencias[editar]
Artículo principal: Reino de Mallorca

Tras la conquista se construyó la catedral de Santa María sobre la antigua mezquita, como era
costumbre en la época.
El Palacio Real de La Almudaina, junto a la catedral, fue reconstruido seguiendo el estilo gótico de la
época.

Bandera del Reino de Mallorca.

En un primer momento, la nueva ciudad cristiana se dividió en dos parroquias; la de Santa


Eulalia y la de San Miguel, llegando estas a actuar como centros administrativos
y gremiales, además de centros espirituales. Esta última está considerada por los
historiadores mallorquines como el templo más antiguo de Palma, ya que su construcción
se llevó a cabo sobre una mezquita musulmana después de la invasión, aunque con
pequeñas modificaciones en la estructura original para adaptarla al culto cristiano.196
Posteriormente, Mallorca quedó constituida como territorio de la corona de Aragón, bajo el
nombre de «regnum Maioricarum et insulae adyacentes»197 En un principio, como ley en la
isla, se comenzó a usar el sistema conocido como usos o usatges catalanes y además se
estableció para la Ciudad de Mallorca el régimen llamado Universitat de la Ciutat i Regne
de Mallorca.n. 11 Madina Mayurqa pasó a llamarse Ciutat de Mallorca o
de Mallorques (Ciudad de Mallorca en catalán), ya que Jaime I la dotó de una
municipalidad que abarcaba toda la isla. Posteriormente, la ciudad vivió una época de
prosperidad económica por su privilegiada situación geográfica para comerciar con
el Magreb, Italia y con el resto del Mediterráneo.
El 29 de septiembre de 1231, contraviniendo el pacto con los nobles, permutó Jaime I el
reino de Mallorca por las tierras de Urgel a su tío el infante Pedro I de Portugal,198 reparto
que se ultimó el 9 de mayo de 1232, asignándole a este último 103 predios agrarios de la
porción real y quedando el infante como señor de la isla.199
El sistema de derecho penal comenzó a hacer uso de nuevas tácticas que paulatinamente
se fueron imponiendo. En la carta de repoblación se añadieron disposiciones arcaicas,
pues se admitieron modalidades de autotutela; los agresores que hubiesen sido injuriados
con el uso de la palabra «renegat» (renegado) o «cugut», (cornudo) contaban con
impunidad.200 Asimismo, se permitió que el autor y víctima de un delito pudiese pactar una
compensación económica para zanjar sus diferencias.200 Desde los primeros momentos,
gracias a la carta de repoblación existieron los notarios públicos, ya que se tiene
constancia de que uno de los primeros que llevó a cabo este oficio, con idénticas
características a las de Cataluña, fue Guillem Company, que aparece en un documento del
14 de agosto de 1231.201 Tanto Jaime I como el resto de señores jurisdiccionales, crearon
una escribanía que documentase los actos judiciales y patrimoniales de su competencia,
cuyo derecho tenía un cometido económico, pues las tasas que percibían por autorizar
escrituras correspondían a su titular.200
La cultura y religión musulmana después de la conquista recibió una fuerte opresión.202203
A pesar de que no todos los musulmanes permanecieron en cautividad, no se
proporcionaron mecanismos para su conversión al cristianismo, ni se les permitió el uso de
su religión de forma pública, aunque sí de forma privada.202 Los que colaboraron con la
invasión recibieron un trato especial, así como algunos que recapitularon conservaron su
condición de hombres libres y pudieron dedicarse a la artesanía o al comercio, mientras
que muchos otros fueron vendidos para ejercer de esclavos.202
Pronto, los beneficiarios supieron sacar provecho de las adquisiciones. Los caballeros del
temple fueron autorizados a poder asentar a 30 familias de sarracenos que participaban en
la recogida de aceituna, y al mismo tiempo, mediante un pacto con los judíos en el que les
garantizaban el aprovisionamiento de agua, aprendieron de estos últimos el arte de
confeccionar cartas náuticas.204
Debido a que la fiscalidad como mecanismo público de detracción se encontraba todavía
sin elaborar, la mayor fuente de ingresos del rey tenía un carácter más bien feudal que
como figura de autoridad política, sin embargo, otra fuente de ingresos, como los pagos de
las comunidades no cristianas en concepto de imposiciones comerciales, sí que se debían
al carácter político de su autoridad.205
La mezquita pasó a ser empleada como templo cristiano, hasta que alrededor de 1300
comenzó la construcción de la catedral de Santa María, reconocida por ser la única
catedral gótica del mundo que se encuentra edificada con mayor cercanía de la orilla del
mar, y también, por tener uno de los rosetones más grandes del mundo, el conocido
popularmente como El ojo del gótico.n. 12
El sistema de abastecimiento de agua de la medina, que se llevaba a cabo
mediante acequias que entraban por la puerta principal de la ciudad y llegaban hasta el
palacio real, quedó feudalizado y pasó a propiedad privada por concesión real, llevándose
a cabo su distribución por medio de cánones según la concesión a cada propietario.206
Tras el declive de la población por la epidemia de peste negra se potenciaron las
actividades pastoriles, hecho que proporcionó aprovisionamientos de bajo coste a la
industria textil de la población local y la posibilidad de vender los productos a ciudades
italianas, aunque no por ello perdió su función como centro de tránsito para la actividad de
navegación comercial con el norte de África.207
A pesar de que los romanos habían introducido el arte y oficio del cultivo de la vid para la
elaboración de vino, la dominación árabe limitó su consumo con las
prohibiciones coránicas, siendo reimplantado y fomentado de nuevo por las cortes
aragonesas mediante un régimen de licencias de plantación, hecho que le concedió un
periodo de relativa prosperidad.208
El proceso de ocupación del territorio fue lento, pues 15 años después de la conquista
existían porciones señoriales con únicamente una cuarta parte cultivada, mientras que la
mayoría de las gentes se asentaba en la capital y sus alrededores.209
En 1270, la población musulmana indígena que había sido sometida por los invasores se
encontraba extinguida, expulsada o sustituida por repobladores continentales o por
esclavos.210
Tras la muerte de Jaime I, el reino, junto con otras posesiones en el sur de Francia, fue
heredado por su hijo Jaime, quien pasó a ser el rey privativo de Mallorca, independiente de
la Corona de Aragón hasta la posterior reintegración a la corona.
Algunas calles de Palma rememoran con su nombre este capítulo de la isla, entre ellas,
cabe destacar la plaza de Abū Yahyā y la calle 31 de diciembre, cruce con esta última y
que hace referencia a la fecha de la entrada triunfal de las tropas cristianas en la ciudad.

Mitología[editar]
En la literatura popular de los territorios cristianos existe amplia variedad de cuentos y
leyendas protagonizadas por Jaime I, como por ejemplo la que cuenta que el rey, durante
el banquete celebrado en casa de Pere Martell, estando a mitad del mismo, ordenó que se
guardase la comida y la bebida y que no se tocase nada hasta su victorioso regreso de la
isla.211
Respecto a las leyendas que hacen referencia al murciélago en el escudo de armas de
Mallorca, una de las más populares cuenta que, una noche, mientras las tropas cristianas
dormían, un murciélago chocó con un tambor, provocando con el ruido que se despertasen
las tropas de Jaime I antes de ser atacadas por las huestes árabes en una de las batallas,
por lo que los cristianos lograron salvar sus vidas.212
Según cuenta el mismo Jaime I en su autobiografía, los sarracenos ya vencidos le
contaron que primero vieron entrar en la ciudad a un caballero montado sobre un caballo
blanco, el cual el rey identifica como a San Jorge, cuya cruz, aparece en el tercer cuartel
del escudo de Aragón, junto a cuatro cabezas moras que representan la victoria de Pedro I
de Aragón en la batalla de Alcoraz.213
Fue tal la supremacía de Jaime I junto a sus almirantes y sus aliados almogávares en el
Mediterráneo que pasó a la historia una cita en la que se comentaba:
Ni galera ni otra armada alguna se atreviera a andar sobre la mar sin salvoconducto del Rey de
Aragón, y no solamente ni nave ni otro bajel, pero ni los peces osaban levantar cabeza en ella sin
llevar un escudo con las armas de Aragón.214

Por el lado musulmán, existe la leyenda numismática de la familia Ganiya, la cual emitió
un dinar con la misma frase usada en el dinar almohade; «Solo hay un Dios, Mahoma es el
enviado de Dios, la disposición toda es de Dios, el sublime y único», pretendiendo los
primeros usar la misma fuerza movilizadora de la cita que sus enemigos, en una clara
respuesta dirigida directamente al corazón de la ideología almohade.215
Una de las imágenes religiosas más veneradas de Palma consiste en la virgen que se
encuentra en la iglesia de San Miguel, conocida localmente como «La Mare de Déu de la
Salut» (La madre de dios de la salud). A pesar de que no existe documentación sobre su
origen medieval, la tradición y leyenda popular transmitida de padres a hijos, cuenta, que
esta estatua de mármol que representa a una virgen, presidió la misa que se celebró en
Salou el 5 de septiembre de 1229, antes de que la flota cristiana zarpase hacia Mallorca y
que Jaime I, debió encomendarse a ella y traerla consigo a bordo de la galera en la que
realizó el viaje.216

Eventos[editar]

Celebración de la batalla de moros y cristianos en la localidad turística de Santa Ponsa,


rememorando el desembarco efectuado en su bahía el 10 de septiembre de 1229.

En 2009, se inauguró un recorrido turístico con 19 paneles informativos en cuatro idiomas,


conocido como «Las rutas del desembarco», iniciativa que propone un paseo cultural por
los alrededores de la localidad de Santa Ponsa a lo largo de tres rutas distintas; cristiana,
musulmana y la de la batalla.217
El 9 de septiembre de 2010, durante la conmemoración de los 781 años del
desembarco, Carlos Delgado Truyols, el alcalde del municipio de Calviá, aprovechó la
ocasión para despedirse de la ciudadanía calvianera como edil. Tal como hizo en años
anteriores, volvió a sostener planteamientos históricos; «la conquista de Mallorca, desde el
punto de vista político, no fue una conquista catalana, sino que fue de carácter plural y de
cristiandad», reivindicando al mismo tiempo al dialecto mallorquín como lengua oficial de
Mallorca.218
En 2010, se encontraron en el término municipal de Artá los restos de una
mujer bereber de la época que, se había refugiado en una cueva con las llaves de su casa,
junto a dos decenas más de habitantes, quienes se estima que desconocían que la isla
había sido invadida tres meses atrás.219
La toma de la capital es conmemorada durante los días 30 y 31 de diciembre en la llamada
«Festa de l'Estendart», declarada como «Bien Cultural», ya que al datar del siglo XIII, está
considerada como una de las fiestas civiles más antiguas de Europa.220 Durante su
celebración, en la que suelen producirse altercados por parte de sectores nacionalistas, se
realiza un pregón y se lleva a cabo una ofrenda floral a la estatua de Jaime I situada en
la plaza de España de Palma.210 Se cree que su nombre, hace alusión a aquel soldado
que colocó el estandarte real en la torre y avisó al resto de las tropas cristianas que podían
asaltar la ciudad.221

Arte[editar]

Monumento dedicado a Jaime I en el puerto de Salou. Su construcción se inició en 1965 y muestra


una efigie del conquistador sobre un caballo de piedra en una galera.

Patio interior del Palacio Aguilar

A pesar de que en la baja edad media el estilo arquitectónico predominante de la clase


burguesa consistía en el gótico, tanto Jaime I como los monarcas que le sucedieron en el
trono de Mallorca se dedicaron a desarrollar políticas mercantiles e impulsar el comercio
marítimo.222 El carácter mercantil de esta política estuvo desarrollado por catalanes,
valencianos y mallorquines, mientras que el reino de Aragón se asimiló en parte a los
esquemas sociales y económicos de Castilla, dedicados a la agricultura, la ganadería y al
predominio de la nobleza.222 De la dedicación a la industria y al comercio, tanto de
catalanes como de mallorquines, aunque sujetos al rey de Aragón, surgió un enorme
desarrollo de gótico civil, abundante en esta zona; palacios, lonjas y diputaciones que los
ricos y poderosos burgueses construyeron en enfrentamiento con las pretensiones de los
monarcas aragonenes.222
Durante la ocupación cristiana se destruyeron prácticamente las obras arquitectónicas del
mundo musulmán en la isla, pudiendo solo rescatarse los baños árabes situados en el
huerto de la mansión palmesana de Can Fontirroig.223 Se les estima su fecha de
construcción en el siglo X y se cree que podían haber estado adosados a algún palacio
musulmán.224 Todavía son apreciables por su buen estado de conservación sus arcos, sus
12 columnas decoradas con capiteles de diseño desigual y una sala cuadrada rematada
en cúpula.224
Respecto a la pintura, muchas son las obras de arte que durante la historia de la isla se
han confeccionado. Entre 1285 y 1290, se pintó el salón de recepciones del Palacio Real
Mayor de Barcelona con imágenes de la conquista, donde se conservan tres lienzos en los
que aparecen la caballería, peones, lanceros y ballesteros, así como también existen
fragmentos en el Palacio Aguilar representando la reunión de las cortes de Barcelona de
1228.225
Con motivo de adornar sus salones, la sociedad cultural «círculo mallorquín» convocó en
1897 un concurso de pintura sobre acontecimientos ocurridos al aire libre durante la
conquista. Una de las dos obras ganadoras, bajo el título «Rendición del walí de Mallorca
al rey Jaime I» por el pintor Richard Anckermann, refleja sobre un enorme lienzo la triunfal
entrada a la ciudad de Jaime montado a caballo y en cota de malla, y por el otro, la
sumisión del valí.120
En la capilla de la Virgen de la Salud, situada en la mitad del lado derecho de
la epístola de la iglesia palmesana de Sant Miquel, se encuentra una talla de mármol de
estilo gótico que según cuenta la tradición acompañó a Jaime durante su expedición a la
isla, tal y como indican sendas pinturas en la parte superior de las paredes.52
Entre las cuatro grandes crónicas de la literatura catalana medieval, cuya importancia es
tanto histórica como lingüística, se encuentra el «Libro de los hechos de Jaime I», cuyos
textos fueron dictados por el rey y escritos por sus escribanos en primera persona, en un
estilo vivo y coloquial.186
En el centro de la plaza de España de Palma se encuentra un monumento dedicado a
Jaime I que consiste en una estatua ecuestre de bronce a cuyo pie figura un almogávar.
Fue realizada por el escultor Enric Clarasó e inaugurada en 1929, el séptimo centenario de
la conquista.52
Situado en la mitad del paseo de Jaume I, en la localidad barcelonesa de Salou, se
encuentra una de las principales referencias de la ciudad, el monumento erigido a Jaime I
por el arquitecto Salvador Ripoll y el escultor Lluís Maria Saumells, que muestra una efigie
del conquistador sobre un caballo de piedra cuya cabeza está revestida de pan de oro.226
Su inauguración tuvo lugar el 28 de diciembre de 1965 con una solemne misa de
campaña.
Una de las principales obras de arte que ha perdurado en la isla desde la llegada de los
conquistadores consiste en el canto de la Sibila, un drama litúrgico de melodía
gregorianaque se interpreta de forma tradicional en la misa de Gallo en las iglesias de
Mallorca, llegando el 16 de noviembre de 2010 a ser declarado por
la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.227
Uno de los elementos más característicos de las viviendas palmesanas con clara influencia
de la casa medieval catalana consiste en sus patios.228 Aunque para algunos se remontan
a la época romana, todos mantienen una estructura similar; entrada cubierta entre el portal
y el patio en cuyos laterales se encuentran puertas que conducen a dependencias
auxiliares, como despensas o establos, empedrado estrecho, espacio cubierto de arcos,
columnas y capiteles con escaleras que terminan en galerías.228 El escudo de armas de
los propietarios no suele estar situado sobre el portal de acceso, sino en el interior del
patio o del balcón, el suelo suele ser empedrado y con una ligera inclinación que recoge el
agua de lluvia en una cisterna que comunica con un pequeño jardín.228 Los balcones están
adornados por balaustradas y hierros forjados.228 En un documento extraído del archivo
municipal de Palma se recogen inscritos más de 500.228
El 1 de diciembre de 2010, de la mano del dibujante de cómics Oriol García i Quera y de la
editorial Casals, se publicó el tebeo Mallorca 1229: Jaume el conqueridor, presentación
que tuvo lugar en el Museo de Historia de Cataluña con la presencia de Agustín Alcoberro,
director del centro y con la del historiador Stefano María Cingolani.229

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