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Serie 18
Gaceta Judicial 13 de 21-jun.-2013
Estado: Vigente
NULIDAD DE PARTICION
La demandada interpone recurso de casación de la sentencia expedida por la Segunda Sala de lo
Civil y Mercantil de la Corte Provincial de Pichincha en el juicio ordinario de nulidad de partición
seguida en su contra. El fallo recurrido, confirma el fallo de primer nivel, acepta la demanda y declara
la nulidad absoluta del acto o contrato de partición. La Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte
Nacional de Justicia, en conocimiento de la causa, no casa el fallo recurrido, toda vez que no existe
violación en el fallo recurrido. Del análisis del recurso interpuesto, no se advierte que tengan
fundamento las alegaciones planteadas.
Gaceta Judicial. Año CXIII. Serie XVIII, No. 13. Página 5057.
(Quito, 21 de Junio del 2013)
Juicio ordinario por nulidad de partición hereditaria propuesto por Luis Arturo Iza y Rosa María
Ramírez contra Hipatia Eugenia Altuna Villamarín.
PRIMERA INSTANCIA
VISTOS: LUIS ARTURO IZA y ROSA MARIA RAMIREZ, comparecen de fs. 32 a 37 de los autos, y
después de exponer sus generales de ley, dicen: Que mediante escritura de compraventa de
derechos y acciones otorgada por María Trinidad Alomoto Caiza a favor de los comparecientes, el 11
de diciembre de 1992, ante el Dr. Homero Noboa González a cargo de la Notaría Décimo Cuarta del
cantón Quito, han adquirido el 45% de derechos y acciones fincados en el inmueble situado en el
barrio la Armenia, parroquia Conocoto, cantón Quito, provincia de Pichincha, según se desprende de
la escritura pública y certificado otorgado por el señor Registrador de la Propiedad del cantón Quito,
el 12 de octubre del 2004. Que María Trinidad Alomoto Caiza, adquirido el inmueble por herencia de
José Alejandro Alomoto y María Natividad Caiza, según sentencia de posesión efectiva dictada por el
Juez Octavo de lo Civil de Pichincha el 4 de noviembre de 1990 e inscrita el 24 de noviembre del
mismo año, habiendo José Alejandro Alomoto adquirido por adjudicación mediante sentencia de los
huasipungueros de la hacienda Armenia, aprobada el 10 de enero de 1962 y la transacción
celebrada por los huasipungueros ante el Comisario Segundo del Trabajo en la misma fecha y
protocolizados ante el Notario doctor Olmedo del Pozo el 7 de febrero de 1962 e inscrita el 20 de
febrero del mismo año. Que por consiguiente se le ha adjudicado el terreno a José Alomoto, con el
nro. 20 con una superficie de 5.600 m2 por si 11.200,00, sucres, dentro de los siguientes linderos:
norte, camino público; sur. lote nro. 19 que se adjudica a Toribio Lema; este, camino público; y,
oeste, camino de acceso al lote. Que de las partidas de defunción adjuntas aparece que José
Alejandro Alomoto Paucar, ha fallecido el 10 de noviembre de 1967, y la señora Natividad Caiza
Concanguilla ha fallecido el 20 de octubre de 1990, dejando como sus únicas y universales
herederas a MARIA ROSA, MARIA TRANSITO y MARIA TRINIDAD ALOMOTO CAIZA, las dos
primeras han conseguido la posesión efectiva por su cuenta; y María Trinidad Alomoto Caiza
obtenido la posesión efectiva proindiviso de los bienes hereditarios de los causantes José Alejandro
Alomoto y Natividad Caiza Cocanguilla, mediante sentencia dictada el 4 de noviembre de 1992, por
el señor Juez Octavo de lo Civil de Pichincha e inscrita el 24 de noviembre de 1992, conforme
aparece del documento que dicen adjunta. Que a pesar de la fecha de celebración del instrumento
público, escritura de compraventa de derechos y acciones del 45% otorgada por María Trinidad
SEGUNDA INSTANCIA
VISTOS: Avocan conocimiento de la presente causa los doctores Lida Pazmiño Mena llamada a
integrar la Sala mediante acción de personal nro. 951JDP-DPP de 30 de abril del 20, Cario Carranza
Barona llamado a integrar la Sala mediante acción de personal nro. 3484-DP.DPP de 03 de agosto
de 2012. Luis Arturo Iza y Rosa María Ramírez comparecen ante el señor juez de instancia y
manifiestan: que mediante escritura otorgada el 11 de diciembre de 1992 en la Notaría Décima
Cuarta del cantón Quito debidamente inscrita en el Registro de la Propiedad, adquirieron por compra
a María Trinidad Alomoto Caiza el 45% de derechos y acciones fincados en el inmueble situado en el
barrio La Armenia, parroquia Conocoto del cantón Quito, provincia de Pichincha, inmueble que fue
adquirido por la vendedora por herencia de José Alejandro Alomoto Ciza y María Natividad Caiza
según aparece de la sentencia de posesión efectiva, que el lote adjudicado al padre de la vendedora
fue signado con el número 20 con una superficie de 5.600 m2 dentro de los linderos que determina;
que a la muerte de los progenitores de la vendedora quedaron como únicos y universales herederos:
María Rosa, María Tránsito y María Trinidad Alomoto Caiza; que a pesar de la fecha de la escritura
de compra de los derechos y acciones del año 1992, se encuentra en posesión del inmueble de 450
m2 desde el 10 de septiembre de 1986, inmueble que está comprendido dentro de los linderos que
señalan; que mediante escritura pública de 7 de diciembre de 1981 ante el Notario Miguel Angel
Altamirano, debidamente inscrita, Segundo Manuel Oña y Mariana Canchigña de Oña han comprado
el 50% de los derechos y acciones correspondientes a María Natividad Caiza V. de Alomoto, y luego
han adquirido las dos terceras partes del 50% de los derechos y acciones de María Tránsito y María
Rosa Alomoto Caiza, según escritura celebrada el 11 de agosto de 1982 y 15 de noviembre de 1990,
legalmente inscritas; que con tales antecedentes, Hipatia Eugenia Altuna Villamarín por una parte y
Segundo Manuel Oña y Mariana Canchigña de Oña por otra, el 28 de junio de 1991 en la Notaría
Décima Séptima del cantón Quito otorgan escritura pública de partición y adjudicación
correspondiéndole a la primera de las nombradas el lote nro. 2 con una superficie de 508 m2 y a los
cónyuges Oña Canchigña el lote nro. 1 con una superficie de 508 m2. Lotes comprendido dentro de
los linderos que precisan; que teniendo como antecedente la partición indicada, Hipatia Eugenia
Altuna Villamarín inicia en el Juzgado Séptimo de lo Civil de Pichincha un juicio por despojo violento
el que concluye acogiendo la demanda, sin embargo de lo cual continúan en posesión del terreno
que adquirieron a María Trinidad Alomoto Caiza; que Hipatia Eugenia Altuna Villamarín, el 27 de
agosto de 2002, inicia el juicio reivindicatorio nro. 579-2002- en el Juzgado Tercero de lo Civil de
Pichincha; que la escritura de partición del inmueble antes indicado, se realiza sin contar con María
Trinidad Alomoto Caiza, ni con los otros copropietarios que responden a los nombres de: Pedro
Lugmaña Juna, Juan Imbaquingo Chicaiza, Luis Arturo Iza, Segundo Manuel Oña Logacho e Hipatia
Eugenia Altuna, cada uno de ellos con títulos de propiedad por haber adquirido derechos y acciones;
que la dicha escritura de partición a más de incompleta, es perjudicial para los recurrentes, pues a la
fecha Con las acciones propuestas por Hipatia Eugenia Altuna pretende que le entreguen el terreno
que son posesiónanos desde 1986; que pese a las ventas realizadas continúan en posesión de una
parte del terreno materia de la partición las herederas María Rosa, María Tránsito y María Trinidad
Alomoto Caiza, por lo que se debería contar con estas personas para que justifiquen sus derechos
de permanencia en el inmueble; que en virtud de lo expuesto y con fundamento en los artículos
f) Drs. Lida Pazmiño Mena, Presidente Subrogante. Dr. Cario Carranza Barona,
ACLARACION/AMPLIACION
VISTOS: Para resolver la solicitud de la demandada Hipatia Eugenia Altuna Villamarín de aclaración
de la sentencia pronunciada por el Tribunal, una vez que se ha dado cumplimiento con el traslado de
ley, se considera: 1. De conformidad con lo dispuesto por el art. 282 del Código de Procedimiento
Civil: la aclaración tendrá lugar si la sentencia fuere obscura; y la ampliación, cuando no se hubiere
resuelto alguno de los puntos controvertidos, o se hubiere omitido decidir sobre frutos, intereses o
costas; 2. La obscuridad a la que se refiere la disposición citada, implica que la sentencia se
ininteligible y por lo mismo inentendible. En la especie, la sentencia dictada por el Tribunal es
perfectamente clara, inteligible, debidamente fundamentada y por lo mismo entendible. En
consecuencia no procede la predicha solicitud, tanto más que la misma tiende a que la Sala
modifique los términos de su pronunciamiento lo cual está expresamente prohibido por la ley (Art.
281 del Código de Procedimiento Civil). En virtud de lo expuesto, se rechaza la petición de
aclaración de la sentencia formulada por la demandada. Actúe la doctora Ivonne Guamaní en calidad
de secretaria encargada mediante acción de personal nro. 3452-DP-DPP de 31 de julio del 2012.
Notifíquese.
f) Dr. Guido Mantilla Cardoso, Juez. Dra. Lida Pazmiño Mena, Jueza Encargada.
Dra. Nathalia Jaramillo del Pozo, Conjuez.
FALLO DE CASACION
ANTECEDENTES. En el juicio ordinario que por nulidad de escritura pública de partición siguen los
cónyuges Luis Aturo Iza y Rosa María Ramírez contra María Rosa Alomoto Caiza, María Tránsito
Alomoto Caiza, María Trinidad Alomoto Caiza, Hipatia Eugenia Altuna Villamarín, Mariana Cachigña
de Oña, Juan Imbaquingo Chicaiza, Pedro Lagmaña Juna y Segundo Manuel Oña Logacho; la
demandada Hipatia Eugenia Altuna Villamarín interpone recurso de casación contra la sentencia
dictada por la Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales de la Corte Provincial de
Justicia de Pichincha, el 22 de agosto del 2012, las 14h41, que ratifica la sentencia del juez de
primer nivel, que acepta la demanda. Los recurrentes determinan como infringidas las normas de
f) Dra. María Rosa Merchán Larrea, Jueza Nacional. Dr. Paúl Iñiguez Ríos, Juez Nacional (V.S.).
Dra. Paulina Aguirre Suárez, Jueza Nacional.
VOTO SALVADO
VISTOS. La señora Hipada Eugenia Altuna Villamarín interpone recurso de casación de la sentencia
expedida por la Segunda Sala de lo Civil y Mercantil de la Corte Provincial de Pichincha, en fecha
miércoles 22 de agosto de 2012, las 14h41, dentro del juicio ordinario de nulidad de partición seguida
por los cónyuges Luis Arturo Iza y Rosa María Ramírez, en contra de la casacionista y otros. El fallo
recurrido, confirmando el fallo de primer nivel, acepta la demanda y declara la nulidad absoluta del
acto o contrato de partición constante en la Escritura Pública celebrada el 28 de junio de 1991 ante
Notario Público doctor Nelson Galarza Paz. La Sala de Conjueces de lo Civil y Mercantil de la Corte
Nacional de Justicia, en conocimiento de la causa, aceptó al trámite el recurso de casación
propuesto, mediante auto de fecha 07 de diciembre de 2012, las 09h10. Encontrándose la
tramitación del recurso de casación en estado de resolver, para hacerlo se considera:
COMPETENCIA DEL TRIBUNAL. Nos corresponde el conocimiento de ésta causa al haber sido
nombrados y posesionados en forma constitucional como Jueces de la Corte Nacional de Justicia y
designados para actuar en la Sala, y, como Tribunal conformado en mérito al sorteo realizado de
conformidad a lo dispuesto en el penúltimo inciso del artículo 183 del Código Orgánico de la Función
Judicial, nosotros los doctores Paúl Iñiguez Ríos Ponente, María Rosa Merchán Larrea, y Paulina
Aguirre Suárez. FUNDAMENTACION DEL RECURSO. PRIMERO: Del escrito contentivo del recurso
de casación, se recoge que el recurrente señala como normas infringidas, los artículos: 1341, 1364,
1698, 1699, 1700, 13.68, 1708 del Código Civil y 297 del Código de Procedimiento Civil. SEGUNDO:
La casacionista señala las causales primera y tercera del artículo 3 de la Ley de Casación, como
sustento del recurso interpuesto. TERCERO: Los fundamentos en que sustenta la recurrente, son los
siguientes: A.- Refiriéndose a la causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación, ha sostenido
que, en el fallo recurrido no se considera que el 28 de junio de 1991, fecha de celebración de la
escritura de partición entre la compareciente y los cónyuges Segundo Manuel Oña y Mariana
Canchigña, los cónyuges demandantes Arturo Iza y Rosa Ramírez, eran lo que el artículo 1341 del
Código Civil denomina, extraños, pues la escritura pública mediante la que los cónyuges Iza -
Ramírez compran a María Trinidad Alomoto Caiza el 45% de las acciones y derechos hereditarios es
(1) Cfr. Derecho Procesal Civil, Editorial Tecnos-Madrid, Vol. 1, 3ra. Edición, 1978, pág. 262.
establece que es menester se estructure adecuadamente la alegación, para que conlleve al Tribunal
de Casación a determinar el acaecimiento del vicio alegado; en tal sentido, el casacionista tiene el
deber, por una parte, de enunciar los preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la prueba que
se estiman infringidos determinando si es por inaplicación, errónea interpretación o aplicación
indebida, y por otra parte, la enunciación de las normas de derecho que producto del primer
infringimiento, se aplicaron equivocadamente o se inaplicaron, la violación no se produce en forma
directa sino de manera indirecta o derivada. En la especie, la recurrente únicamente sostiene que
existe falta de aplicación del artículo 297 del Código de Procedimiento Civil, disposición que se
refiere a los efectos irrevocables que surte una sentencia ejecutoriada y a la imposibilidad de volver a
discutir en un procedimiento judicial un asunto que previamente ya fue resuelto, encontrándonos
frente a una sentencia en firme pasada por autoridad de cosa juzgada, la norma indicada por sí sola
no presta mérito para la procedencia de la causal alegada, ya que no se estructura adecuadamente
la casación por esta causal, tal es así, que se invoca la norma señalada sin precisar a consecuencia
de que precepto jurídico aplicable a la valoración de la prueba se produce la falta de aplicación del
artículo 297 del Código de Procedimiento Civil, en consecuencia la alegación por la causal tercera es
improcedente. Sobre esta cuestión, la jurisprudencia ecuatoriana señala: "...De acuerdo con esto,
cuando el recurrente invoca la causal tercera, para que proceda la alegación, está en la obligación
de presentar la concurrencia de las dos violaciones sucesivas previstas en esta causal; es decir,
primero la violación de los preceptos jurídicos sobre la valoración de la prueba; y, segundo, la
violación de normas de derecho producida como consecuencia de lo anterior, con la precisión en
cada caso, del precepto o norma infringido, lo que no ha sucedido en el presente caso..." (1)
TERCERO: La causal primera del artículo 3 de la Ley de Casación en la que también se sustentad
recurso interpuesto por Hipatia Eugenia Altuna Villamarín contempla tres modos de infracción de la
Ley: 1.- Aplicación indebida, que ocurre por uno de estos motivos: porque se aplica a un hecho
debidamente probado, cuestión que el tribunal reconoce y el recurrente no discute en ese cargo,
pero no regulado por esa norma; porque se aplica a un hecho probado y regulado por ella,
haciéndole producir los efectos contemplados en tal norma en su totalidad, cuando apenas era
pertinente su aplicación parcial; y, porque se aplica a un hecho probado y regulado por ella, pero
haciéndole producir efectos que en esa norma no se contemplan o deduciendo derechos u
obligaciones que no se consagran en
ella, sin exponer una errada interpretación del texto (pues de lo contrario se trataría del tercer modo
de violación directa)"; 2.- Falta de aplicación que consiste en que el Tribunal Ad quem debiendo
aplicar ciertas normas pertinentes para la resolución del caso concreto, ha dejado de aplicarlas; y, 3.-
Errónea interpretación, que consiste en el desacierto que incurre el Ad quem al otorgar a cierta
norma que ha aplicado en el caso, un alcance mayor, menor o distinto que el descrito por el
legislador, de normas de derecho, incluyendo los precedentes jurisprudenciales obligatorios, en la
sentencia o auto, que hayan sido determinantes de su parte dispositiva;". En el caso sub lite, el cargo
que hace la recurrente es el de falta de aplicación de las normas contenidas en los artículos 1341,
1364, 1368 y 1708 del Código Civil, es decir que el recurrente alega el hecho de que el Tribunal de
instancia, en palabras de Hernando Devis Echandía, ha "considerado inexistente una Ley que
literalmente existía" (Estudios de Derecho Procesal), ley cuyo texto se mantiene en vigor; en
concepto de Garzonet, citado por José Duque Sánchez, el hecho de que "se niega a la situación
jurídica que está bajo su alcance" (Manual de Casación Civil); y por último, en opinión de José Núñez
Aristimuño, que "la infracción por omisión conduce a la violación directa de la norma; esto es, que en
el caso, la situación de fondo debió ser decidida de acuerdo con el precepto que efectivamente
planteaba la solución y que el juez no aplicó" (Aspectos en la Técnica de la Formulación del Recurso
(2) Auto Nro. 67-2004. CSJ. TSCYM. Quito, 26 de marzo del 2004. VISTOS (40-2004): Recurso de
hecho, sentencia de la Primera Sala de la Corte Superior de Justicia de Quito. Se rechaza el recurso.
R.O. No. 507 de 19/01/2005.
Tanto eran personas extrañas conforme a lo establecido en el artículo 1341 del Código Civil, el cual
expresamente establece: "Si un coasignatario vende o cede su cuota a un extraño, tendrá este igual
derecho que el vendedor o cedente, para pedir la partición o intervenir en ella", de esta disposición
se infiere, que la interpretación es equivocada por parte de la recurrente, que claramente garantiza el
derecho de los compradores de la cuota de un coasignatario sobre un bien común, a solicitar la
partición o intervenir en la misma; el Tribunal Ad quem, declara la nulidad de la partición,
considerando que se trata de una nulidad absoluta, conforme al artículo 1699 del Código Civil,
fundamento legal de la demanda, la misma que puede ser declarada de oficio o a petición de parte,
siempre y cuando aparezca de manifiesto objeto o causa ilícita, se omita algún requisito o formalidad
que las leyes prescriben para el valor de ciertos actos o contratos y en el que intervengan personas
absolutamente incapaces; en el presente caso al tratarse de una sucesión, mientras permanezca
indivisa, ninguno de los copartícipes puede pedir la división de uno o más de los bienes sucesorios, a
menos que exista el consentimiento de todos los herederos o condóminos, lo cual en la especie, más
bien con la escritura de partición se afecta gravemente por incluir y dejar de lado a otros
copartícipes, concretamente a los cónyuges Iza-Ramírez, nulidad que procede en virtud de lo
establecido en el artículo 1364 del Código Civil, que establece: "Las particiones se anulan o se
rescinden de la misma manera y según las mismas reglas que los contratos", -disposición alegada
como inaplicada-, ya que al no contarse con todos los herederos o condóminos se perjudicó a los
cónyuges Iza-Ramírez, estando su derecho acreditado con la escritura pública que obra de autos
mediante la cual adquieren, el cuarenta y cinco por ciento de los derechos y acciones sobre el
inmueble materia de la partición, (derechos y acciones singulares), sin que tenga importancia que la
compra sea posterior a la fecha de la partición; además la casacionista estaría enriqueciéndose
injustamente. En vista de lo expuesto, no tienen asidero la alegación de la impugnante Hipatia
Eugenia Altuna Villamarin de no aplicación de las normas contenidas en los artículos 1364 y 1700
del Código Civil, que refieren a la anulación y recisión de las particiones, como tampoco aplicación
indebida de los artículos 1698 y 1699 ibídem, que establecen cuando procede la nulidad absoluta, y
que la misma puede y debe ser declara por el juez aun sin petición de parte, disposiciones que por el
contrario han aplicado en debida forma los juzgadores. Respecto a la indebida aplicación del fallo
jurisprudencial constante en el considerando cuarto de la sentencia recurrida, por la falta de
consideración de la fecha en la que los cónyuges Iza-Ramírez adquirieron por compra a María
Trinidad Alomoto Caiza el cuarenta y cinco por ciento de los derechos y acciones posterior a la
celebración del acto partitorio, como ya se explicó anteriormente, no tratándose de la acción de
nulidad relativa o rescisión, sino de nulidad absoluta, que puede ser declarada de oficio o a petición
de parte de cualquier persona interesada, y el hecho de que la compra haya sido posterior a la fecha
de la partición, no quita el interés de los cónyuges Iza-Ramírez, por tratarse de sus bienes
patrimoniales, no siendo procedente la alegación de indebida aplicación del precedente
f) Dr. Paúl Iñiguez Ríos, Juez Nacional Ponente (Voto Salvado); Dra. María Rosa Merchán Larrea,
Jueza Nacional; Dra. Paulina Aguirre Suárez, Jueza Nacional..