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VII Congreso SEAE Zaragoza 2006 Nº 101

ESTUDIO COMPARATIVO DEL CONTENIDO EN MACRO Y


MICRONUTRIENTES EN HORTÍCOLAS CULTIVADAS EN INVERNADERO
CON NUTRICIÓN ORGÁNICA VERSUS MINERAL

J.F. Herencia, J.C. Ruiz, C. Maqueda*, S. Melero, P.A. García Galavís, S. Naranjo
Juan Francisco Herencia Galán; Sebastiana Melero Sánchez; Pedro Alfonso García
Galavís; Silvia Naranjo Durán; Celia Maqueda Porras; Juan Carlos Ruiz Porras

C.I.F.A. “Las Torres-Tomejil”, IFAPA, Área de Recursos Naturales y Producción


Ecológica, CICE, Junta de Andalucía. Apdo. Oficial, 41200 Alcalá del Río (Sevilla).
Teléfono: 955 045500; Fax: 955 0456; E-mail: juanf.herencia@juntadeandalucia.es
* Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Sevilla (I.R.N.A.S.), CSIC.

RESUMEN
La agricultura ecológica tiene como uno de sus objetivos más importantes el obtener
alimentos de alta calidad nutricional. En un experimento iniciado en 1995 y llevado a
cabo en la finca del C.I.F.A Las Torres y Tomejil, de suelo franco, en el término
municipal de Alcalá del Río (Sevilla), se han estudiado los contenidos en macro y
micronutrientes de diferentes productos hortícolas cultivados en invernadero en
parcelas nutridas orgánicamente en comparación con parcelas con nutrición mineral.
El estudio se ha centrado en el periodo 2001-2005, una vez sobrepasado el periodo de
reconversión.
Los resultados revelan contenidos variables para cada elemento entre cultivos y dentro
de cada cultivo en diferentes ciclos. Respecto al contenido en macroelementos, el N,
Ca y Mg no muestran claras tendencias respecto al sistema de fertilización. Sin
embargo, aunque los resultados no son concluyentes, los datos parecen indicar un
mayor contenido de P y K en los cultivos fertilizados orgánicamente mientras que, en
el caso del Na, aparece una tendencia a un mayor contenido en los cultivos fertilizados
mineralmente, si bien en la mayoría de los casos las diferencias no son significativas.

Palabras clave: Calidad, macroelementos, invernadero.

INTRODUCCIÓN
La agricultura ecológica ha crecido rápidamente por su potencial para producir
alimentos sanos y para reducir los riesgos medioambientales inherentes a la
agricultura convencional. Muchos autores han examinado diferentes parámetros de
calidad en los cultivos producidos ecológica y convencionalmente (Schupman, 1974;
Warman y Havard, 1997, 1998; Woese et al., 1997).

Algunos autores han encontrado que los cultivos orgánicos contienen más minerales y
vitaminas que los convencionales (Lairon, 1982; Worthington, 1998; Magkos et al.,
2003). Sin embargo otros encuentran que la aplicación de compost incrementa los
contenidos de nutrientes en suelo pero no siempre implica un incremento de la
concentración de estos nutrientes en la planta (Roe, 1998). Algunos estudios
presentan diferentes tendencias en contenido de nutrientes en diferentes cultivos tales
como zanahorias, judías y tomates (Eggert, 1983), y lechugas (Blanc et al., 1984). En
resumen, parece depender del nutriente y el cultivo.

Además en revisiones realizadas por otros autores se concluye que en la composición


nutricional de productos orgánicos y convencionales muy pocas diferencias han sido
encontradas; sin embargo si aparece una clara tendencia a un mayor contenido de
nitratos y menor contenido de vitamina C en los productos vegetales convencionales

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(Brandt y Molgaard, 2001; Bourn y Prescoot, 2002; Williams, 2002). De estos estudios
se deduce que son necesarias investigaciones de mayor calidad ya que muchas
comparaciones no son experimentalmente validas debido a la gran variación en el
manejo, condiciones experimentales, variedades de cultivo o manejo postcosecha
(Warman y Havard, 1997; Woese et al., 1997), obteniéndose resultados variables que
imposibilitan conclusiones definitivas.

Los sistemas orgánicos son sistemas complejos con gran variedad de factores
frecuentemente difícil de controlar. Vogtmann (1983) señala que son necesarios varios
años para detectar la influencia de la fertilización orgánica en los cultivos auque se
hayan producido previamente cambios en la disponibilidad de nutrientes.
Recientemente señalan que los cultivos orgánicos pueden ser mas beneficiosos para
la salud que los cultivos convencionales (Brandt y Molgaard, 2001); sin embargo
muchos estudios se han realizado a muy corto plazo y además no comparan idénticos
cultivares en suelos de similares características y con practicas de manejo dispares.
El objetivo de este trabajo es determinar la influencia de la fertilización orgánica frente
a la mineral en el contenido de nutrientes en diferentes cultivos hortícolas.

MATERIALES Y METODOS
2.1. Diseño de campo del experimento
Un estudio de campo fue llevado a cabo en un suelo franco clasificado como
Xerofluvent (Soil Survey Staff, 1996) localizado en el valle del Guadalquivir en el CIFA
las Torres-Tomejil (Sevilla). Las características texturales y químicas, al comienzo del
experimento se muestran en el cuadro1.
Un sistema de rotaciones bajo manejo orgánico y convencional fue llevado a cabo
desde 1996 en un invernadero.

El invernadero, con un tamaño de 25m x 14 m y orientación este-oeste, se dividió en


cuatro sectores alternados: dos para cultivos con nutrición orgánica y otros dos con
fertilización mineral. De esta manera tenemos un sector mineral y otro orgánico con
idéntica exposición a la radiación solar. Cada sector se dividió en tres parcelas con
cultivos simultáneos y así poder contar con biodiversidad, huyendo de este modo del
monocultivo en el interior del sistema. Se establecieron dos ciclos de cultivo al año;
algunos cultivos abarcan más de un ciclo. La parte orgánica recibió una aportación en
superficie de compost procedente de residuos vegetales (cuadro 2) de acuerdo con la
disponibilidad o necesidades de fertilización del momento. Dado el carácter
eminentemente práctico de este estudio, basado fundamentalmente en el
mantenimiento de un nivel adecuado de MO en el suelo, en determinados ciclos de
cultivo se optó aportar exclusivamente los residuos de cosecha sin adición de compost
en base a los niveles de MO existentes del suelo. La dosis de compost y la rotación
efectuada en el periodo de estudio se muestran en el cuadro 3.

Las parcelas minerales estuvieron sometidas a fertirrigación con fórmulas de abonado


para cada cultivo (Maroto, 1995) y las orgánicas sólo recibieron agua a través del
sistema de riego, riego localizado.

Las parcelas orgánicas fueron manejadas mediante técnicas de agricultura ecológica,


según el reglamento 2091/92 y tanto en uno como en otro sistema de cultivo se
hicieron rotaciones, no repitiéndose especies de la misma familia botánica hasta el
cuarto ciclo al menos.

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Cuadro 1. Características físico-químicas de los Cuadro 2. Características del compost vegetal


suelos al comienzo de la experiencia (suelo (peso seco)a
original) Característica Media±SD
Propiedad Media±SD Humedad (g kg-1) 260±11.6
-1
Granulometría (g kg ) pH 7.6±0.21
Arena 307±33.7 CEb(dS m-1) 2.56±1.13
limo 431±38 COc (g kg-1) 183.2±25.3
Arcilla 262±38.8 Kjeldahl N (g kg-1) 9.2±1.3
pHw (1:5) 8.06±0.11 C/N 19.9
a
CE (dS/m) 0.32±0.05 P total (g kg-1) 5.8±0.9
-1
CEC (mmolc kg ) 16.1±3.71 K total (g kg-1) 3.7±1.4
-1
CaCO3 (g kg ) 195±9.7 Ca total (g kg-1) 117±11.7
-1 b
CO (g kg ) 6.30±0.26 Mg total (g kg-1) 5.5±1.1
Kjeldahl N (g kg-1) 0.94±0.15 -1
Na total (g kg ) 1.0±0.3
P olsen (mg kg-1) 26.0±1.90 Fe total (g kg-1) 8.4±0.9
-1
K disponible (mg kg ) 247±18.92 Mn total (mg kg1) 217±24
a b -1
CE: Conductividad eléctrica; CO: Carbono Cu total (mg kg ) 15.7±2.6
orgánico. -1
Zn total (mg kg ) 45.5±5.6
a
Datos son la media de 10 muestras
b c
CE: Conductividad eléctrica; CO: Carbono
orgánico.

Cuadro 3. Rotación de cultivos en las parcelas del invernadero y dosis de compost (kg m-2)a en el
periodo de estudio (2001-2005)
Ciclo Parcela 1 Parcela 2 Parcela 3
O-01 Acelga (R.A.) Tomate (5) Judía (5)
b
P-01 No Cultivo
O-02 Calabacín (R.A.) Judía (R.A.) Tomate (R.A.)
P-03 Tomate (R.A.) Remolacha-mesa (R.A.) Pimiento (R.A.)
b
O-03 No Cultivo
P-04 Judía (R.A.) Tomate (5) Calabacín (5)
c
O-04 Acelga (5) Judía (R.A.) Tomate (R.A.)
P-05 Calabacín (R.A.) Acelga (R.A.) Judía (5)
c
O-05 Tomate (R.A.) Remolacha-mesa (5) Calabacín (R.A.)
Ciclo cultivo: O: otoño P=primavera
a
R.A.: Fertilización mediante residuos cosecha ciclo previo (no adición de compost)
b
En primavera 2001 y Otoño de 2003 continuaban los cultivos ciclo anterior
c
Pérdida de cultivo

2.2 Toma de muestras


Al cosechar se tomaron cuatro repeticiones por parcela, al azar, de tejido vegetal.
Teniendo en cuenta que el invernadero dispone de dos sectores orgánicos y dos
minerales, y que cada sector alberga una parcela por cultivo resulta un total de ocho
muestras por sistema de manejo.
Dado que el objetivo final será comparar la calidad del producto, la toma ha consistido
en la parte comestible que en unos casos será fruto y en otros tubérculo, raíz u hoja.

2.3 Análisis
La muestra, una vez lavada con agua destilada y secada al aire, se trocea e
inmediatamente se seca a 65ºC hasta peso constante. Tras la determinación de la
materia seca, la muestra se muele para su análisis.
El N Kjeldahl fue analizado por digestión ácida y posterior determinación en un
autoanalizador (BRAN+LUEBBE método G-188-97). Para el análisis de los
macronutrientes P, K, Na, Ca y Mg; y los micronutrientes Cu, Mn, Fe y Zn se siguió la

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metodología de digestión ácida de la AOAC (Método 975.03). La determinación de los


elementos se hace por ICP.

En el análisis estadístico se comparan las medias muestrales de los dos tratamientos


diferenciados para ver su repercusión en los parámetros estudiados, aplicando la t de
Student. Valores de p<0,05 fueron considerados estadísticamente significativos.

RESULTADOS Y DISCUSION
Como punto de partida hemos de señalar que queremos estudiar el efecto de la
fertilización orgánica frente a la fertilización mineral en el producto final, es decir ver la
influencia en la calidad nutricional del producto comestible, del producto que llega al
consumidor.

El cuadro 4 muestra los resultados de los contenidos de macro y microelementos en


los cultivos estudiados.

Nitrógeno
De acuerdo con las tablas de composición consultadas los datos, salvo casos
puntuales, no se apartan de los valores reseñados como normales en dichas tablas.
Los resultados no demuestran diferencias significativas en el contenido de N en las
plantas procedentes de ambos sistemas de cultivo. Disponemos de un total de 19
cultivos y en la mayoría de ellos no se encontraron diferencias significativas. Solo en 5
casos las diferencias son significativas a favor de los cultivos minerales y en 3 a favor
de los cultivos orgánicos. A la vista del cuadro tampoco es posible observar una clara
tendencia por cultivo. Es decir, la nutrición orgánica al menos en nuestro caso no
parece producir deficiencias de fertilización de este elemento.

Kumpulainen (2001) encuentra que el contenido en proteínas, N total y aminoacidos es


mayor en cultivos convencionales. Otros autores encuentran resultados similares
Phillips et al. (2002) en judias, Clark et al. (1999) y Colla et al. (2002) en tomate. Muy
pocos estudios muestran contenidos de nitrógeno superiores en los cultivos orgánicos
(Schuphan, 1974). En otros casos no aparecen diferencias según el tipo de
fertilización (Lairon et al.,1984; Reinken, 1986).

La fertilización de los cultivos se basa con frecuencia en nutrir convenientemente en N


a los cultivos. Las fuentes de nutrición de los cultivos orgánicos contienen N
fundamentalmente en forma orgánica que necesita mineralizarse para poder estar a
disposición del cultivo. El N es absorbido por las plantas fundamentalmente como
nitrato y amonio y en la fertilización mineral éstos son inmediatamente disponibles
para la planta. Ello podría sugerir que con nutrición orgánica inicialmente el N es
menos disponible para la planta tal como señalan algunos autores (Vogtmann et al.
1993). A la vista de nuestros datos no se observan problemas de disponibilidad.
Posiblemente el hecho de que el suelo este bien equilibrado debido a que han pasado
cinco años desde el inicio de la reconversión posibilite una adecuada nutrición para el
cultivo. Sin embargo en el caso hipotético de que ello hubiera ocurrido, esto no sería
necesariamente negativo desde en punto de vista de la calidad pues alta asimilabilidad
puede producir altos contenidos de proteína cruda pero de peor calidad nutricional
(Magkos et al., 2003). Perez-llamas et al. (1996) encuentran que el contenido de
macronutrientes en los vegetales orgánicos y minerales fueron similares mientras que
los productos orgánicos presentan mayores contenidos de aminoácidos esenciales.
Warman y Havard (1997, 1998) compararon la producción y contenido mineral de
zanahorias, berzas, patatas y maíz durante tres años en tres parcelas diferentes. En

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zanahorias el N, Mn y Cu fueron mayores (p=0.11) en mineral pero las diferencias


fueron pequeñas.

Es importante señalar el trabajo de Matsumoto et al. (1999) que sugiere que la


absorción depende de las características del cultivo.

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Cuadro 4. Contenido en macro y micronutrientes (mg 100g-1 peso fresco) de cultivos con
fertilización mineral y orgánica en los diferentes ciclos y parcelas. Rotación 2001-2005. (*)
Asterisco indica diferencia estadística a p<0.05
Cc P Fert N P K Ca Mg Na Fe Cu Mn Zn
Acelga
Min 172,9 13,9 * 224,2 * 72,6 36,5 401,9 * 2,67* 0,12 1,33 0,20*
O01 G1
Org 180,8 15,0 * 307,7 * 67,1 34,1 305,9 * 2,08* 0,12 1,10 0,18*
Min 190,1 26,4 272,9 88,5* 88,6 298,3* 1,62 0,12 1,73 0,31
O04 G1
Org 265,8* 31,0* 371,4* 66,0* 64,8 360,9* 1,32 0,15 1,81 0,34
Min 345,7 36,3 264,0 147,1 134,1* 335,0 2,48* 0,15 2,89 0,32*
P05 G2
Org 333,5 43,6 295,4 142,1 114,0* 315,2 1,98* 0,15 2,50 0,67*
Tomate
Min 176,5 * 34,3 337,8 19,1 14,2 8,2 0,86* 0,08 0,13 0,21
O01 G2
Org 131,0 * 38,3 376,0 18,8 15,3 7,4 1,51* 0,08 0,13 0,21
Min 180,4 28,0 212,1 14,8 12,9 6,2 0,97* 0,10 0,11 0,16
O02 G3
Org 191,2 30,0 235,9 15,2 13,4 5,9 0,77* 0,09 0,11 0,18
Min 104,4 15,3 * 159,4 9,5 8,3 * 6,9 * 0,37 0,07 0,06 0,11
P03 G1
Org 102,6 17,5 * 168,2 9,17 9,4 * 6,0 * 0,47 0,05 0,06 0,11
Min 131,9 27,1 172,3 11,0 8,1 5,1 0,28* 0,07 0,07 0,13
P04 G2
Org 132,3 27,9 181,3 9,9 8,4 5,3 0,14* 0,07 0,07 0,13
Judía
Min 309,1 50,2 209,6 * 112,9 * 51,1 * 6,9 * 1,11 0,16 0,53* 0,51*
O01 G3
Org 313,1 48,3 241,9 * 94,1 * 46,7 * 3,9 * 1,11 0,14 0,47* 0,43*
Min 378,4 * 60,9 288,9 * 115,1 60,9 10,1 0,81 0,15 0,47 0,52*
O02 G2
Org 359,9 * 63,6 375,3 * 110,6 60,3 11,0 0,77 0,14 0,48 0,46*
Min 296,6 37,8 * 195,7 * 59,0 * 30,6 * 9,0 * 1,07 0,11 0,37* 0,32*
P04 G1
Org 305,0 49,1 * 282,0 * 78,7 * 36,4 * 7,4 * 0,96 0,12 0,55* 0,40*
Min 233,9 * 12,6 * 132,0 * 45,7* 20,8 4,8 0,66 0,06 0,45 0,24
O04 G2
Org 204,8 * 32,2 * 193,0 * 38,5 * 20,1 4,5 0,49 0,06 0,36 0,29
Min 304,4 50,0 244,4* 54,8 30,7 18,6* 0,58 0,11 0,20 0,36
P05 G3
Org 289,7 48,8 285,6* 49,6 29,0 10,6* 0,59 0,11 0,21 0,34
Calabacín
Min 94,4 35,9 281,7 60,0 29,0 4,6 0,49* 0,09* 0,11* 0,25
O02 G1
Org 101,4 31,9 253,5 44,5 25,7 4,4 0,33* 0,06* 0,07* 0,23
Min 203,7 * 49,4 * 254,8 * 20,1* 17,2 3,6 0,45 0,07 0,08 0,28
P04 G3
Org 127,5 * 37,0 * 206,3 * 30,0 * 15,9 3,8 0,28 0,06 0,08 0,34
Min 146,7 30,7* 208,8* 22,8 12,8* 4,3 0,35* 0,08 0,08 0,26
P05 G1
Org 155,7 38,0* 244,2* 23,8 17,0* 5,3 0,38* 0,08 0,09 0,29
Min 108,3 28,5* 155,7 46,4 3,6 1,4 0,59* 0,04 0,07 0,17*
O05 G3
Org 125,7 40,3* 161,4 38,4 3,8 1,1 0,76* 0,06 0,08 0,24*
Remolacha
Min 146,4 59,5* 298,1 17,6 34,7 99,4* 1,19* 0,08* 0,25 0,43
P03 G3
Org 205,9 93,01* 359,4 20,1 44,1 140,2* 0,73* 0,11* 0,34 0,50
Min 345,1 40,83* 276,4* 19,6 17,6 110,3* 0,78* 0,11 0,48* 0,37
O05 G2
Org 369,7 53,59* 319,4* 22,6 25,4 79,2* 1,35* 0,11 0,31* 0,36
Pimiento
Min 201,2 * 28,7 223,9 9,2 12,9 6,5 0,53 0,09* 0,09 0,18
P03 G2
Org 174,8* 28,9 219,6 8,4 12,3 5,6 0,46 0,18* 0,09 0,16
Cc: ciclo de cultivo; O: otoño, P: primavera P: parcela Fert: Fertilización; Min: mineral; Org: orgánica

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Fósforo
De acuerdo con el cuadro 4 vemos que, contrariamente al N, sí se observa una clara
tendencia a mayores contenidos de P en los cultivos orgánicos. De los 19 casos, en 9
los contenidos de P fueron estadísticamente superiores en los cultivos orgánicos y
únicamente en un caso las diferencias fueron favorables a los cultivos minerales. En
otros 9 casos las diferencias no fueron significativas aunque la tendencia general es a
mayor contenido en los cultivos orgánicos.

Muchos estudios no demuestran diferencias significativas entre nutrientes entre los


que se encuentra el P (Svec et al., 1976; Lairon et al., 1984; Reinken, 1986; Phillips et
al., 2002). En una revisión bibliografica Woese et al. (1997) en patata solo en algunos
casos se encuentra más P y K en orgánicos, mientras que en el resto de productos
vegetales no se deducen diferencias significativas entre nutrientes.

Otros sin embargo sí observan más cantidad de P en cultivos orgánicos (Blanc et al.
1984; Smith, 1993; Minnaar, 1996; Colla et al., 2002; Wszelaki et al., 2005). Warman
(2005) por el contrario encuentra mayores contenidos de P en cultivos convencionales.

Potasio, Calcio, Magnesio y Sodio


El K al igual que el P muestra una clara tendencia a contenidos superiores en los
cultivos orgánicos. En 10 casos los contenidos de K son significativamente superiores
en los cultivos orgánicos, sólo en uno el contenido es superior en el cultivo fertilizado
mineralmente.

El Ca y el Mg no presentan grandes diferencias según el tipo de fertilización. En


ambos elementos solo en 5 de los 19 casos aparecen diferencias significativas y sin
tendencia definida.
Por el contrario, en el caso del Na, aparece una tendencia a un mayor contenido en los
cultivos fertilizados mineralmente, si bien en la mayoría de los casos las diferencias no
son significativas. En 6 casos las diferencias son favorables a los cultivos minerales y
en solo 2 casos a favor de los fertilizados orgánicamente
El K ha sido analizado en diversas experiencias donde no se nota tendencia
dominante para los contenidos en algunas hortalizas, según el tipo de fertilizante
aplicado. (Eggert ,1983, Reinken, 1986; Phillips et al., 2002). En otros casos diferentes
tendencias y resultados variables dependiendo del cultivo (Lairon et al. ,1982; Warman
2005).
Lairon et al. (1982) encuentra más Mg en cultivos ecológicos que en convencionales a
partir de muestras obtenidas de explotaciones agrícolas, sin embargo en ensayos de
campo muchos autores no han encontrado diferencias significativas en el magnesio
tras fertilización orgánica o mineral (Lairon et al. 1984; Blanc et al. 1984).
El Na ha sido poco estudiado, los pocos datos disponibles relativos a muestras de
hortalizas en explotaciones o durante experiencias (Blanc et al., 1984; Reinken, 1986;
Warman y Havard, 1998) tampoco han indicado diferencias notables de los contenidos
en este elemento. Únicamente podemos resaltar que en un ensayo de tres años Peavy
y Greig (1972) encuentran valores superiores en orgánicos mientras que Schupman
(1974) encuentra un 12% menos en cultivos orgánicos.
Svec et al. (1976) en un ensayo de dos ciclos de cultivo encuentran que el K muestra
contenidos superiores en cultivos orgánicos o minerales dependiendo del cultivo,
mientras que el Mg y Ca no muestran diferencias en ningún caso.
Hue et al. (1994) en un ensayo de maíz muestran que al incrementar las dosis de
compost incrementan el P y el resto de cationes disponibles en el suelo, sin embargo
en la planta sólo se incrementa el P mientras que Ca y K permanecen inalterados y el
Mg disminuye.

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Gomez et al. (1998) evaluaron la calidad nutritiva en un ensayo de tres años de


alcachofa y lechuga, durante el proceso de reconversión los productos orgánicos
presentan tendencias a niveles superiores de P y K mientras que materia seca, N, Ca
y Mg muestran escasas diferencias.
Premuzic et al. (1998) en experiencias en invernadero encontraron que los tomates
presentaban mas Ca y vit. C en los cultivos org, menor Fe mientras que K y P no
presentaban diferencias respecto al cultivo mineral (en este caso cultivo hidropónico).
Altos niveles de Ca en cultivos orgánicos se han asociado con bajos niveles de Na, Mg
y K, cationes estos más abundantes normalmente en las soluciones nutritivas.
Investigaciones recientes indican que la calidad del fruto no depende sólo de la
cantidad de N, P y K sino que depende también de un adecuado balance entre
nutrientes (Varis y George, 1985).
Benton Jones et al. (1991) indican que el potasio se muestra como el más activo de
estos tres cationes, de forma que presenta un carácter depresivo sobre el Ca y el Mg;
es decir, que un exceso de K puede producir un descenso de Mg y Ca en los cultivos.
En nuestro caso tenemos mayor K disponible en las parcelas orgánicas (datos no
mostrados) que se ha traducido en un mayor contenido de K en planta pero no
produce efecto depresión en la absorción de Ca y Mg. Posiblemente el suelo se
encuentre equilibrado con un adecuado balance de nutrientes.
Evidentemente se puede observar que además de la fertilización, existen otros
aspectos que influyen en los contenidos de nutrientes como pueden ser la fisiología
propia de la planta y la interacción de nutrientes o condiciones concretas
edafoclimáticas que pueden influir decisivamente en la composición de la planta. Si
observamos por ejemplo la judía e incluso la remolacha y acelga, en todos los casos el
K es superior con la fertilización orgánica mientras que ello no se observa con claridad
en tomate y calabacín. Aliyu (2000) Concluye que la concentración de cationes en los
tejidos de la planta, tales como hojas funcionalmente activas y en los frutos es
característico de cada cultivo y realmente independiente del suelo y de la fertilización.

Microelementos (Fe, Cu, Mn y Zn)


En general no se observan claras tendencias en el contenido de micronutrientes
respecto al tipo de fertilización. El Fe presenta contenidos superiores en los cultivos
minerales en 6 casos por 4 en cultivos orgánicos siendo en el resto de casos las
diferencias no significativas. En el resto de micronutrientes, el número de casos que
presentan diferencias significativas es aun menor y sin una clara tendencia según el
tipo de fertilización.
Algunos trabajos ya clásicos muestran contenidos superiores de Fe en cultivos
orgánicos (Peavy y Greig, 1972; Schuphan, 1974) y otros no encuentran diferencias
según la fertilización (Lairon et al. 1984). El hierro en semillas de judías fue superior en
ecológicas que en convencionales (Raigon et al., 2002). Warman y Havard (1997,
1998) comparan la producción y contenido mineral de zanahorias, berzas, patatas y
maiz durante tres años en tres parcelas diferentes. En zanahorias Mn y Cu fueron
mayores (p=0.11) en mineral pero pocas diferencias en general (el tercer año solo el
Fe mostró valores significativos a favor de minerales)
En resumen tanto la absorción de microelementos por las plantas como el transporte
a través de los órganos de la planta están gobernados por muchos factores; entre los
más importantes se encuentran textura, pH, MO, vida microbiana, concentración de Ca
y P y el radio entre micronutrientes; además la respuesta de plantas es altamente
variable entre diferentes especies así como según la parte de la misma analizada
(Kabata-Pendias y Pendias, 1992).
Si observamos los datos de algunos cultivos que se repiten en diferentes ciclos vemos
que, considerando condiciones similares de suelo y climatología pero con diferentes
estados de nutrición, varía el contenido de Fe de unas fechas a otras en el mismo

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cultivo véase por ejemplo tomate, o calabacín que muestran grandes oscilaciones en
este elemento en diferentes fechas. Este hecho también es notorio en el resto de
micronutrientes como por ejemplo con Mn y Zn en acelga y judía. Al observar los datos
de contenidos en planta vemos que no existe una tendencia clara en ningún sistema
apareciendo pocos cultivos con diferencias significativas y cuando ello ocurre es por
igual en ambos sistemas. La adición de MO incrementa los micronutrientes disponibles
para la planta en suelos como el nuestro que presentan una alta capacidad de
retención de los mismos, pero no se traduce en contenidos superiores en la planta.

Minnaar (1996) en un ensayo de dos años en zanahorias comparando granjas


convencionales y ecológicas observa que el contenido de metales pesados fue similar.
Como resumen final observamos que los datos no revelan especial incidencia de la
fertilización pues las diferencias en ambos sistemas no producen síntomas de
carencias o toxicidad.

Es importante reseñar una serie de consideraciones: En primer lugar muchos estudios


están realizados sobre la base de materia seca, Smith (1993) al comprobar en
productos de consumo sobre la base de materia fresca encuentra en general que los
resultados son muy superiores en los productos orgánicos, señalando que este puede
ser un motivo que explique la diferencia. Un segundo motivo podría ser que los
procedimientos orgánicos y convencionales pueden haber variado en los últimos años
y muchos de los resultados son algo antiguos. Un tercer motivo que el periodo de
almacenamiento puede haber creado diferencias entre cultivos.
Peavy y Greig (1972) encuentran dificultad en obtener conclusiones y señala que es
importante realizar los estudios a largo plazo y este hecho se produce en pocos casos,
normalmente los estudios no suelen sobre pasar los tres años de duración. Pocas
diferencias se encuentran en el contenido de macro y micronutrientes en estudios a
corto plazo (Warman y Havard, 1997,1998; Warman y Cooper, 2000).
Lairon et al. (1986) encuentra que los nutrientes de varios cultivos no muestran
diferencias cuando los compara en ensayos en contenedores mientras que al
comparar ensayos entre granjas observa contenidos superiores en P y Mg sugiriendo
así que factores distintos a la fertilización influyen en el contenido de nutrientes.

CONCLUSIONES
Respecto a la fertilización es muy complicado comparar diferentes estudios y alcanzar
resultados reproducibles. Unas revisión de los estudios científicos muestran diferentes
tipos y dosis de fertilizantes orgánicos, diferentes manejos, tipos de suelo, cultivos y
duración de las experiencias y por tanto, los resultados están afectados por gran
variedad de factores. Este trabajo es un esfuerzo por reducir el número de factores
potenciales que pueden afectar al sistema y por tanto al valor nutricional de los
productos. Este estudio tiene la ventaja de comparar la misma variedad, el mismo
manejo, suelo y condiciones climáticas; sin embargo, tiene la incertidumbre de la
extrapolación de estos resultados a otras condiciones.

Con respecto al efecto del tipo de fertilización en el contenido de nutrientes en los


cultivos, y de acuerdo a la mayoría de los estudios realizados, pocas diferencias se
han encontrado. Solo aparece una clara tendencia general en todos los cultivos
analizados a un mayor contenido de P y K en los cultivos orgánicos y una tendencia
menos acusada a contenido superiores de Na en los fertilizados mineralmente.
A pesar de fijar gran cantidad de factores se observa como existen variaciones en los
resultados de los mismos cultivos en diferentes años. Los sistemas orgánicos son
sistemas complejos con gran variedad de factores a veces difíciles de controlar. Ello
nos lleva a concluir que todos estos factores pueden ser más importantes que el tipo

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de fertilización, aun cuando ésta sea equilibrada y el sistema orgánico se encuentre en


condiciones óptimas desde el punto de vista físico, químico y biológico. Condiciones
éstas imprescindibles para poder establecer comparaciones

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