Sei sulla pagina 1di 21

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS


DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
PSICOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

¿Qué es la Psicología Humanística?


Frank T. Severin,
traducido por el Licenciado Marco A. Carbonetti

¿Quién soy yo? Una de las preguntas más importantes que todo hombre puede
plantearse. Ello es así porque tanto la comprensión de la naturaleza básica del hombre, como la
de las propias características individuales, son factores claves para la integración de la
personalidad. De la misma manera que un viajero jamás puede alcanzar su destino si no
conoce primero a dónde quiere ir, tampoco le es posible a nadie llegar a ser persona
plenamente integrada a menos que sepa lo que significa un “ser verdaderamente humano”.

La Psicología también se debate a su manera frente a al pregunta “¿Qué es el


hombre?”. Todas las respuestas que se dan a esta pregunta están necesariamente coloreadas
por la cultura y reflejan una fase determinada del desarrollo de la Psicología como ciencia. Con
la finalidad de tener un marco de referencia sistemático para el estudio del hombre, los primeros
psicólogos entrevieron la disciplina como una especie de química mental. Su tarea, como ellos
la emprendieron, fue el explicar las complejas experiencias internas en términos de elementos
conscientes simples, tales como imágenes, sentimientos y tensión muscular. Sigmund Freud se
avocó a un problema diferente. Su trabajo clínico con pacientes neuróticos, lo llevó a describir al
ser humano como un campo de batalla, donde desarrollan una lucha interminable tres
tendencias internas en conflicto, el Ello, el Yo y el Súper yo. En una dirección totalmente
opuesta, John B. Watson, el pionero del “behaviorismo”, se interesó solamente por la conducta
externa observable. Es decir, se interesó en el sujeto estudiado simplemente desde el exterior,
como un organismo compuesto por un sistema Estímulo-Respuesta, ignorando o negando lo
que sucedía en el interior de los individuos.

Tales modelos o analogías son guías legítimas dentro de ciertas áreas de


investigación, en la medida que no se las considera como una descripción adecuada de los
seres humanos. Desgraciadamente, lograron ser elevados dogmas respecto a lo que
verdaderamente es la naturaleza humana, especialmente para aquellos que se dedicaban a la
investigación psicológica. En parte, debido a lo ya expuesto, es que cada vez mayor número de

1
psicólogos se va haciendo consciente de algunas de las graves deficiencias que se hallan en
las teorías behavioristas y psicoanalíticas, dos de las grandes fuerzas o influencias que lideran
la Psicología norteamericana. La Psicología Humanística surgió para llamar la atención sobre
estas deficiencias y para trabajar en su eliminación.

¿Cómo podemos caracterizar este movimiento? Uno de los objetivos de la Psicología


Humanística es presentar una imagen adecuada de la humanidad –imagen que no entre en
conflicto con la experiencia que tenemos de nosotros mismos y de los demás. La imagen que
proyecta, en general, la Psicología, a veces no concuerda en algunos aspectos con la que
nosotros hemos aprendido acerca de la humanidad a través de nuestra experiencia como seres
humanos. Si la Psicología reclama para sí el derecho de ser una Ciencia relevante, una de sus
primeras preocupaciones ha de ser la de proponer un modelo de vida que sea fidedigno y
auténtico.

Unidad de la persona

Los procesos que se suceden continuamente en el organismo humano son de una


increíble complejidad. A diferencia de una máquina, cuyas operaciones individuales se
relacionan entre sí en una forma fija y mecánica, los procesos psicofísicos del hombre
interactúan de una manera que desafían toda descripción posible. Ya sea una acción tan simple
como la de señalar hacia un pájaro y seguir su vuelo en el espacio, exige un mecanismo de
“feed-back” (retroalimentación) tan complejo en el sistema nervioso que recién ahora se ha
empezado a comprenderlo. El saludar a un amigo en la calle es un hecho tan trivial que jamás
volvemos a reflexionar en él; sin embargo, en tal hecho se hallan comprometidos una cantidad
de conductas que superan la simple utilización del aparato de fonación. Necesitamos ver a la
persona, reconocerla, hacer un chequeo de nuestras memorias para comprobar que nos
hallamos en buenas relaciones con ella, decidir qué palabras vamos a utilizar y luego decirlas.

Además, debemos considerar los efectos de las reacciones emocionales que todo lo
envuelven. Si un hombre se cruza con su más “amado” enemigo, y está afectado por una
úlcera, puede sentirse enfermo el resto del día. Es muy fácil probar, a través de los cambios en
la presión arterial, las respuestas galvánicas de la piel y de las alteraciones en su respiración,
que todo el funcionamiento de su cuerpo ha sido afectado. Pero si dicho hombre se encuentra

2
con su novia, sus reacciones orgánicas serán diferentes; sin embargo es la totalidad de su
persona la que se halla comprometida. Un psicólogo que quiera comprender la persona como
totalidad y no solamente como una secuencia rutinaria de acciones , encuentra mayores
dificultades que si simplemente controlase una respuesta aislada. Se puede observar bien
contados procesos al mismo tiempo.

Tradicionalmente, los psicólogos pedían prestados los procedimientos de las Ciencias


Naturales, lo cual llevaba fatalmente a fraccionar la totalidad de la persona humana en una
multitud de pequeños y aislados procesos, tales como el aprendizaje, la percepción, y la
motivación. Esa manera de obrar les permite estudiar cada uno de los procesos en profundidad,
pero a un precio muy alto. La completa coordinación y la mutua interacción de las actividades,
que las caracteriza como humanas, se escapan a través de la trama de la red científica, y lo que
generalmente queda tiene muy poca importancia en relación con los problemas de la vida real.

El análisis, o el reducir los objetos complejos a sus elementos constitutivos más simples,
es una poderosa herramienta de la ciencia, pero no es la única. Además de desarmar las cosas
para averiguar cómo funcionan, debemos ser capaces de recomponer las partes en un todo. Tal
procedimiento se llama síntesis. A menudo, las partes solamente pueden ser entendidas
comprendiendo su contribución al funcionamiento del todo. Una pieza pequeña y de forma
extraña que se suelta de una calculadora manual es un buen ejemplo. Como estudiar a la
persona humana como individuo singular a través de secciones más amplias, o mejor, al
hombre como totalidad en las circunstancias de la vida real como la penetración clínica debe
hacerlo, es un problema que acucia a los psicólogos humanistas. Algunas orientaciones
nuevas, de carácter exploratorio serán presentadas más adelante.

Autonomía

Suponga que le piden que explique qué entiende usted por “Personalidad integrada”.
¿Cómo respondería? Tal vez lo haría diciendo que la persona totalmente integrada se
caracteriza por vivir con espontaneidad. A diferencia de la máquina que yace inerte hasta que
es puesta en movimiento por quien oprime un botón, el individuo humano es un instigador activo
de la conducta y no simplemente le ocurre al ser, tal como el crecimiento. Es, en gran medida,
un producto manufacturado por uno mismo, y configurado a base de los materiales recibidos

3
por herencia bajo la influencia de las experiencias prácticas de la vida, incluyendo las
elecciones significativas que uno mismo hace.

Esta visión presupone que el individuo humano es libre para elegir su propio curso de
acción. Su conducta no siempre está predeterminada por fuerzas que se hallan más allá de su
control. Por supuesto que no puede dar un salto de 45 metros o hablar un idioma que jamás
aprendió. Pero en situaciones que permiten una elección razonable, generalmente puede
decidir lo que va a hacer, y luego realizarlo. Admitiendo qué emociones conscientes o impulsos
inconscientes pueden inclinarlo hacia una dirección determinada más que otra, tales influencias
no llegan a ejercer un control definitivo de tal forma que su conducta normal quede
completamente inhibida. Ni la víctima de un hábil vendedor ambulante, ni la chica que se da
cuenta vagamente que se va a escapar para escapar a un hogar desdichado, llegan a perder
necesariamente toda libertad para elegir lo opuesto.

Puede sorprender al estudiante el saber que muchos psicólogos parten de la premisa de


que el hombre no es libre. Las razones aducidas se asemejan al alumno que queriendo resolver
un problema, primero mira a la respuesta dada en el libro y luego trata de adecuar su
procedimiento a la respuesta. Algunos psicólogos dicen que la verdadera ciencia no puede
cohonestarse con la libertad. Si se quiere tener una Psicología digna de tal hombre, dicen, cada
una de las acciones humanas deben seguir leyes naturales inexorables como las que hacen
con la combinación del hidrógeno con el oxígeno produzcan agua. Si el individuo pudiera tomar
decisiones por propia iniciativa, sería imposible establecer principios invariables de conducta.
Aquí concluye la argumentación, pero la implicación es que dado los psicólogos están decididos
a construir una ciencia natural del hombre a cualquier precio, el individuo humano debe ser
determinado pasivamente por fuerzas totalmente predecibles, al igual que cualquier otro ser de
la naturaleza.

Sin embargo es un imperativo que nosotros iniciemos el estudio del hombre tal cual es y
no como nosotros quisiéramos que fuera. Muchos de los métodos de investigación utilizados
por la Psicología están modelados a semejanza de los métodos físicos del S. XlX. Los
científicos que originaron estos métodos y otros similares, no se interesaron por la experiencia
consciente o por la auto determinación, porque simplemente trabajaban con la naturaleza
inanimada. Más adelante afirmaremos que una verdadera ciencia del hombre implica algo más
que la simple aplicación de los procedimientos mencionados, al estudio del hombre. Por lo tanto

4
se deben diseñar métodos de investigación que se adecuen a las características únicas del ser
humano.

¿Cómo afectarían al ser humano las premisas del determinismo? Tal problema es
discutido en detalles en otras publicaciones tales como las de Allport (1955), May (1965) y
Severin (1973).

Posiblemente, las siguientes cuestiones ayuden a repensar el problema.¿A qué se debe


que las personas que niegan el libre albedrío continúan examinando la realidad y tomando
decisiones en su vida diaria? ¿Están alentando conscientemente una ilusión? Si las acciones de
un científico están totalmente determinadas por factores que él no puede controlar, ¿cómo
puede realizar un experimento valedero? No solamente debe saber qué mediciones hacer, sino
que debe serle posible llevarlas a cabo de acuerdo a un plan y libre de interferencias de
cualquier naturaleza. Nadie puede ser juzgado responsable por algo que ha hecho y que no
podía evitar en absoluto. A menos que los seres humanos sean autónomos, ¿cómo pueden ser
juzgadas legal o éticamente responsables por sus conductas? Si el conductor no es más libre
que su propio automóvil que atropella a un peatón, tendría más sentido arrestar al coche, que a
su dueño.

Debe destacarse que la posición personal del científico respecto a la libertad o al


determinismo ha sido tomada mucho antes de ingresar al laboratorio. No está basada en datos
experimentales; la única evidencia empírica a favor o en contra de la libertad es la propia
experiencia de autodeterminación. El problema del determinismo cae, más bien, dentro de la
Filosofía, si bien ningún psicólogo pueda dilatar por mucho tiempo el tomar una posición
definitiva al respecto. En parte, la confusión surge del uso que se ha hecho de términos como
voluntad y libertad cuyos significados han sido oscurecidos por discusiones pasadas. Muchos
psicólogos que rechazan tales términos no pondrían objeciones si los mismos conceptos fueran
expresados con otras palabras. Pero cualquiera sean las palabras utilizadas, el problema debe
aparecer bien claro. Si el individuo humano puede ejercer una influencia en alguna de sus
actividades como resultado de una decisión de hacer tal cosa, hay que admitir que en tal
medida es capaz de autodeterminación.

5
Fines y valores humanos

Otra de las facetas de la Psicología Humanística es la imagen del hombre en su


incesante persecución de fines que él mismo se propone. Bühler (1959), Frankl (1966), Maslow
(¡970, Ch.3), May (1969 a), Rogers(1961) y muchos otros, han mostrado, al menos en forma
implícita, la falacia de tratar de explicar toda la motivación humana en términos de homeostasis.
A pesar de lo que dicen las teorías psicoanalíticas y behavioristas, la finalidad del hombre no es
alcanzar un estado de tranquilidad por la reducción de la tensión. Todo lo contrario: cuando el
stress psicológico se halla en límite mínimo, la persona se siente aburrida y desea lanzarse en
busca de excitación. Los estudios sobre deprivación sensorial han demostrado los efectos
debilitantes de un bajo nivel de estimulación. Frankl ha descrito en forma muy vívida un tipo de
neurosis que se caracteriza sobre todo por la apatía, el aburrimiento y depresión leve. Él
atribuye estos síntomas a lo que él llama “vacío existencial” o falta de sentido de la vida. Para
recobrar la persona su entusiasmo por la vida debe encontrar algún objetivo en su existencia,
algo digno a qué consagrarse. En lugar de reducir al mínimo su tensión psicológica, debe
llevarla a un nivel óptimo y aplicarla a la búsqueda de un valor significativo.

Otras teorías de la “actualización del sí mismo” subrayan la aparente necesidad de que


toda persona bien integrada tiene que desarrollar sus propias potencialidades. Rogers, entre
otros, considera una vida óptima como un contínuo proceso de llegar a ser y no como un modo
estático de ser. El individuo que se abre progresivamente a la amplia escala de la experiencia
humana se convierte en un ser más creativo, con más confianza en sí mismo. En la medida que
las defensas van cayendo una a una, se siente finalmente a sí mismo como asomándose a la
vida como una persona que funciona en plenitud. Maslow (1970) le da el nombre de “necesidad
más intensa” (higher need) a la insistente urgencia que algunos individuos experimentan de
llegar a ser el mejor Yo posible. Esta necesidad permanece latente hasta tanto necesidades
básicas de orden inferior, como el amor, el status y la seguridad, han sido satisfechas. Ambos
tipos de necesidad se las considera innatas. Bühler (1959,1968) dedicó muchos años a la
investigación de los ideales de vida a los cuales las personas consagran su vida. Frankl (1967)
insiste que todos estamos dotados con una gran riqueza de potencialidades, pero no todas
tienen el mismo valor. Muchas de ellas no merecen ni el tiempo ni el esfuerzo para
desarrollarlas y no logran gratificar en profundidad al individuo. Teniendo en cuenta los límites y
las circunstancias de la propia existencia, cada individuo debe decidir en forma responsable
cuáles de sus capacidades latentes va a actualizar. Elecciones tales no deben hacerse en

6
términos de fugaces satisfacciones, sino en términos del sentido de la vida y los valores. En
este sentido, los ideales que trascienden el Yo se convierten en el fundamento de la motivación
humana.

La investigación en el campo de los valores ha sido dilatada por mucho tiempo, debido al
prejuicio de que la ciencia no tiene nada que ver con los juicios de valor. Ahora, que tal prejuicio
se va disipando con rapidez, gracias a las nuevas perspectivas que la teoría de la ciencia, es
posible esperar más abundantes estudios exploratorios en esta área tan importante. Sin un
conocimiento de los valores, de los ideales, de los propósitos, la conducta humana está
condenada a permanecer por siempre en un misterio. Muy a menudo es menos esclarecedor el
saber qué es lo que la persona hace, que el conocer por qué lo hace. Supongamos que un
alumno se retira del aula golpeando la puerta. ¿Se debe a que sentía que su sistema de valores
estaba siendo atacado? ¿O simplemente se acordó de un importante compromiso? Gran parte
de la conducta exterior es ambigua cuando se la aísla de los procesos que se dan al mismo
tiempo en el interior de la persona.

La unicidad del hombre

Otra duda acerca de la descripción de la humanidad, típica de los libros de texto, es


aquella que está basada preponderantemente en la experimentación animal. Si un investigador
inicia su investigación basada en la premisa de que el hombre no difiere esencialmente de los
animales en lugar de buscar con atención dichas diferencias, no hay por qué sorprenderse si
sus conclusiones revelan su prejuicio. Toda diferencia genuina que no existe habrá de ser
dejada de lado en el experimento como irrelevante o deberá ser clasificada como un “error de
variancia”. Algo Así parece haber sucedido en Psicología: el aprendizaje y la motivación son
definidos generalmente de tal forma que pueden aplicarse casi en forma idéntica tanto al
hombre como al animal. Experimentos en los cuales los animales responden de forma
diferencial a estímulos preceptúales (tales como triángulos de diversas formas o conjuntos con
diversos número de objetos) son a menudo interpretados en términos de experiencias humanas
y considerados como evidencias de formación de conceptos o cálculo. Una explicación más
simple y plausible es que el animal puede discriminarlos estímulos en base a reacción sensorial
concreta, dado que son diferentes en su forma y no porque los animales sepan el significado
abstracto de los símbolos. El hecho de que una rata pueda aprender que el giro correcto en un

7
laberinto es el marcado con un triángulo, no significa necesariamente que aprehende
conceptualmente lo que es un triángulo: más bien una forma perceptual concreta logra ser
asociada con la presencia de un “refuerzo” tal como la comida mientras otras formas
perceptuales no lo son. Tampoco demuestra que el animal asigna números a objetos en la
forma que nosotros lo hacemos al contar, el hecho de que emita una correcta respuesta motora
ante el estímulo de una carta que muestra un determinado número de puntos (Severin, 1973,
Ch.7). Es suficiente con que los conjuntos aparezcan como diferentes.

A pesar de todo, muchos psicólogos se resisten a aceptar al hombre como un especie


única. Hay dos razones para esta resistencia. La primera deriva de una especial versión de la
teoría de la Evolución. Es aceptado por la generalidad, que los cambios anatómicos progresivos
observados entre una especie inferior y la siguiente superior, consisten en pequeñas
modificaciones de especies existentes anteriormente. Muchos teóricos extienden este principio
de la continuidad no sólo a los cambios de la estructura sino a cada una de las habilidades. De
estar ellos en lo cierto, la diferencia entre animales inferiores y el hombre es simplemente una
diferencia de grado (o cantidad).

Teilhard de Chardin (1965) entre otros, no está de acuerdo con este punto de vista. En
primer lugar, él demuestra que la evolución puede ser explicada en forma más satisfactoria en
términos de progresiva aparición de la conciencia, que por un mero cambio en la anatomía. En
segundo lugar, explica que en determinados puntos críticos de la evolución se ha dado una
diferencia cualitativa entre las especies. En otras palabras, el nuevo organismo que apareció no
puede ser justificado en términos de las formas más primitivas que lo han precedido. Algo
nuevo debe haber sido añadido. Un ejemplo de semejante cambio interno en la materia es el
pasaje de la no vida a la vida. Aunque las plantas están compuestas por elementos químicos, el
crecimiento y la reproducción no pueden ser explicados simplemente por actividades químicas,
sino solamente por una nueva organización de la materia. Las leyes de la combinación química
se retienen, pero un nivel más alto de organización ha sido introducido (Polaby, 1962).

El clásico experimento de Gardner y Gardner (1960) acerca de la enseñanza de signos


lingüísticos a un chimpancé, ha despertado tremendo interés junto a muchas controversias. Los
Gardners no afirman que este tipo de comunicación sea lenguaje humano, a pesar de que el
animal utilizó un gran número de signos en forma espontánea y apropiada, relacionados con

8
conjuntos íntegros de objetos y frecuentemente, combinó dos o más signos. Los autores
aclararon que tal cuestión es ajena al espíritu de investigación.

Premack (1970 a, 1970 b) y sus colegas enseñaron a su chimpancé, Sarah, a usar 120
dibujos diferentes recortados en plástico que eran colocados en un pizarrón magnético de
lenguaje como signos concretos y su respectiva manipulación. Por lo tanto, cuando Sarah
coloca las piezas arregladas en la forma de “Mary da a Sarah banana” esperaba recibir tal clase
de fruta. Premack cree que Sarah ha adquirido un lenguaje conceptual. Sostiene que una teoría
psicológica del lenguaje debe enfatizar la función antes que la estructura, por lo cual empezó a
despojar el lenguaje de su forma exclusivamente humana. Por ejemplo, una de las formas
plásticas fue designada como “igual” y otra como “diferente” entre pares no idénticos. La
conclusión que Premack extrajo fue que el animal contestaba las preguntas que tenía en la
mente. “¿Cuál es la relación entre estos dos objetos, son iguales o diferentes?” Luego Premack
complicó en más el problema, introduciendo una forma plástica que llamó signo de interrogación
y otras llamadas “sí por lo tanto” que, confiadamente , creyó demostraban la habilidad del
animal para entender relaciones abstractas de la misma categoría que las del lenguaje humano.

Como ya traté el problema de la comunicación animal en forma extensa en otro lugar


(Severin 1973, Ch. 7), daré simplemente un breve resumen. English and English define el
término “aptitud concreta” como la “tendencia a reaccionar a un objeto o situación inmediata sin
considerar sus relaciones o su clasificación”. Por otro lado, una “aptitud abstracta” implica que
“...la persona reacciona a las cualidades abstractas de una situación dada antes que a las
impresiones sensoriales”. En otras palabras, el conocimiento abstracto consiste en la
comprensión de lo que hace que una cosa sea tal cosa, como por ejemplo una casa, sin
referencia a las características individuales de ninguna casa actualmente existente. La idea se
aplica exactamente de la misma manera a cualquier estructura que se considere una habitación
humana.

La forma concreta de conocer se basa en las cualidades sensoriales específicas


pertenecientes a un objeto individual. Va unido a la percepción, la imaginación y la
reorganización de las imágenes (sensoriales recordadas), en nuevos esquemas, que tal
persona o cosa en particular, o la combinación de sensaciones pasadas en una forma original
que no necesita corresponder a ninguna cosa existente en la actualidad. El chimpancé de
Köhler puede explicarse diciendo que resolvió el problema del “palo y la banana” a través de

9
semejante reorganización de la imaginación. Cuando Sultán empujó accidentalmente el extremo
de uno de los palos en el punto de unión del otro, fue capaz de imaginarse el palo y la banana
en una nueva relación concreta sin la experiencia del ¡Ah! De Arquímides otros seres humanos
que hubieran reconocido el principio involucrado.

Relaciones concretas están ciertamente involucradas en la percepción de una serie de


puntos dispuestos en forma de estrella; el giro correcto en un laboratorio puede estar dispuesto
a la derecha o a la izquierda del sujeto pero no es la relación en “cuanto relación” de lo que es
comprendido. En su lugar, ciertas cualidades sensoriales son asociadas con otras cualidades
sensoriales, o con características específicas del ambiente externo. Un chimpancé puede ser
amaestrado para encontrar comida escondida en una caja pintada de rojo mezclada en medio
de muchas otras. No hay necesidad de concluir que allí opera la generalización intelectual
abstracta. “Voy a encontrar siempre comida en la caja colorada”,que sería necesario comunicar
en forma humana. Todo lo que se requiere es que el animal asocie el color de la caja con la
comida. En otras palabras, opera en un nivel perceptual concreto y no en el nivel conceptual
abstracto.

Cassirer (1944, p.31-35) trata el mismo tópico desde un punto de vista ligeramente
diferente. Discrimina claramente entre signos o señales y símbolos. Una señal es parte del
mundo físico, tal como la campanilla de Pavlov en el condicionamiento del perro para salivar o
el ruido del plato con comida que hubiera logrado el mismo resultado. Las figuras plásticas de
Premack a las que llama “palabras”, pertenecen también al mundo físico. Son objetos
específicos y concretos que pueden ser asociados con específicas conductas utilizando una
técnica de condicionamiento. (...) Se da una gran flexibilidad en la conducta animal dado que
trata con la imaginación, con cualidades perceptuales o sensoriales que pueden ser
recombinadas en diferentes formas para resolver problemas prácticos.

Un símbolo pertenece al mundo de la significación. La idea de perro es un ejemplo. En


primer lugar, la noción ha sido despejada de todas las características sensoriales. No es ni un
San Bernardo ni un Chihuahua, no es joven ni viejo, marrón, negro o blanco. No queda ningún
elemento perceptual; solamente la comprensión abstracta de lo que hace que un perro sea
perro y no otra cosa. Podemos decir entonces, citando a Cassirer, “...el animal posee una
imaginación y una inteligencia práctica, y solamente el hombre ha desarrollado una nueva
forma: una imaginación y una inteligencia simbólicas”.

10
Cassirer refiere cómo Hellen Keller, una niña nacida ciega y sorda, respondió primero a
las palabras deletreadas en su mano a través de un alfabeto manual como si fueran señales
que se aplicase solamente a un objeto en particular, tal como la bomba de agua que ella tocaba
en ese momento. Una vez que cruzó las fronteras entre las palabras como señales y las
palabras como símbolos, de tal forma que comprendió que los nombres comunes se aplican de
la misma forma a cualquier miembro de dicha clase, fue como empezar a vivir en un mundo y
su educación avanzó rápidamente.

Lo ya dicho acerca de los experimentos de Premack y Gardner and Gardner se aplica


igualmente a un experimento más reciente en el cual se trata de enseñar a un chimpancé a
comunicarse apretando los botones en el panel de una computadora (Rumbaugh and
Glaserield, 1973). Complicando progresivamente las situaciones estímulos a las cuales el
chimpancé debe reaccionar, los psicólogos quieren probar los límites de su habilidad para
asociar señales sensoriales con determinadas conductas, pero aunque fuera capaz de
componer palabras humanas, se requería todavía mucho más para poseer el lenguaje.
Bronowsky y Bellugi (1970) analizaron los aspectos generales del lenguaje para determinar en
qué medida la comunicación por señales del chimpancé se aproxima al lenguaje humano.
Concluyeron que los chimpancés poseen algunos de los elementos en forma rudimentaria, pero
que les falta la capacidad lógica para entender su ambiente y para interactuar con él en forma
coherente. Un verdadero lenguaje exige del que lo posee, la capacidad de analizar su propia
experiencia en partes significativas que pueden ser manipuladas como objetos y reagrupadas
en un número ilimitado de distintas formas. Más digno de tenerse en cuenta es el fracaso de los
chimpancés para desarrollar un lenguaje en su hábitat natural. Si estos animales poseyeran
desarrollada la alta capacidad del lenguaje conceptual que algunos psicólogos les atribuyen, es
entonces muy extraño que después de millones de años no hayan sido capaces de desarrollar
un lenguaje primitivo o siquiera iniciar una cultura.

Los actuales intentos de enseñar el lenguaje a los animales revive la conmoción y el


dramatismo que crearon en los últimos años del siglo pasado las deslumbrantes
manifestaciones de inteligencia de un caballo llamado Cléber Hans. El animal, un caballo de
andar, entrenado cariñosamente por su dueño, un maestro de escuela alemán de nombre von
Osten, de acuerdo a todas las apariencias, entendía y utilizaba el lenguaje. No solamente
respondía a las órdenes impartidas verbalmente, sino que también contaba golpeando en el

11
suelo con su pezuña, resolvía problemas dearitmética, corregía sus propios errores,
seleccionaba una cinta del color pedido, reconocía personas por sus fotografías, decía la hora,
y movía su cabeza para indicar que una nota musical había sido mal ejecutada. La
interesantísima histeria acerca de cómo los psicólogos probaron que era el entrenador y no el
caballo el que inconscientemente pensaba, es relatada por Pfungst (1965). Inconscientes
señales del entrenador, tales como imperceptibles movimientos de la cabeza o la relajación de
la tensión facial dirigían las operaciones del animal.

Los errores en las investigaciones no se deben tanto a procedimientos inadecuados de


laboratorio, sino a una errónea interpretación de los datos. Las conductas observables pueden
ser explicadas en términos de percepción, imaginación y aprendizaje a nivel concreto. La
simbolización abstracta, base del lenguaje conceptual es fruto de un conjunto de capacidades
que son exclusivamente humanas.

El reduccionismo

Un método favorito de investigación en las ciencias naturales es el reduccionismo. De


acuerdo a este método, un objeto complejo o un proceso puede ser analizado en sus partes
más simples a través de los cuales se explica la actividad del todo. Muchos psicólogos que se
basan principalmente en este método sostienen que el hombre es “no único”, dado que tal
premisa encaja perfectamente en la teoría del reduccionismo. El behaviorismo clásico, por
ejemplo, ve todo el funcionamiento psicológico en términos de respuestas condicionadas. Y
aceptando que las respuestas condicionadas son casi idénticas en todas las especies, se llegó
a la conclusión de que podía descubrir los fundamentos de la conducta humana estudiando las
respuestas más simples de los animales. Por esta razón, la rata blanca llegó a ser el sustituto
primordial para estudiar la naturaleza humana.

Otro ejemplo del reduccionismo es el intento de explicar toda la motivación humana y


animal como una reducción del impulso. La teoría se aplicaría a un recién nacido de la siguiente
manera: siendo que el recién nacido actúa principalmentepara aliviar sus necesidades
corporales, es muy fácil comprender que la madre cobre importancia manteniéndolo bien
alimentado, limpio y confortable. Este amor fisiológico del niño por su madre es luego usado por
ella como palanca para modelarlo de acuerdo a la imagen cultural vigente. De acuerdo a esta

12
relación, la madre debe ser considerada un refuerzo secundario. Su respuesta que da o niega
aprobación, asociada con la satisfacción de necesidades, opera como un poderoso reforzador
en el adiestramiento ético y social. Algunos reduccionistas han considerado estos inicios como
los primeros eslabones de una larguísima cadena de respuestas condicionadas de orden
superior, que se extienden a través de toda la vida del individuo. Teóricamente, aún en el
adulto, todas las motivaciones por nobles y altruistas que sean, pueden ser relacionadas con la
primera y original motivación de aliviar el displacer físico. Esta teoría no requiere una diferencia
cualitativa entre las motivaciones humanas y las animales.

Si bien los estudios reduccionistas son muy útiles en algunas áreas de investigación, es
un error el querer universalizar su uso. Tal vez la principal contribución de la Psicología de la
Gestalt sea el haber mostrado que las totalidades contienen ciertas propiedades que están
ausentes en la mera suma de sus partes. Cuando cuatro varillas son dispuestas en forma de
cuadrado, surge algo nuevo. De la misma manera, todos los estudios hechos por el
reduccionismo tomados en su conjunto pueden dar una idea aceptable del ser humano, puesto
que los procesos estudiados aisladamente, sin tener en cuenta lo que sucede mientras tanto
dentro del individuo, son algo inferior a lo humano. Se debe hacer un esfuerzo para estudiar la
conducta en tramos más amplios, y si es posible en el individuo como totalidad.

En resumen, hemos visto que la mayoría de los psicólogos humanistas consideran a la


humanidad como una especie única capaz de tomar decisiones significativas que implican una
responsabilidad personal. El individuo humano es descrito de manera más adecuada cuando se
lo considera como un yo profundamente integrado y no como un agregado de procesos
psicológicos. Normalmente una persona se dirige conscientemente hacia el logro de objetivos,
incluyendo la actuación de capacidades, potencias personales que incluso pueden trascender el
propio yo. Para una ampliación de otras características de la imagen del hombre, propuesta por
la Psicología Humanística, el lector se puede referir al estudio de Hadley Cantril (1967), “A fresh
look at the Human design”.

La necesidad de una ciencia humana

Lo que el psicólogo cree acerca de la ciencia determinará en gran manera lo que piensa
acerca del hombre. A partir de John B. Watson, la tradición psicológica americana ha sido

13
preponderantemente behaviorista. Cansado de la excesiva dependencia de la introspección
predicada por Titchener y otros, Watson se propuso hacer de la Psicología una pura ciencia
natural basada en la física. Las teorías científicas dominantes de aquellos tiempos ya han sido
abandonadas por los físicos y los filósofos de la ciencia, pero recién en la actualidad los
psicólogos han comenzado a reflexionar acerca de cómo tal cambio de conceptos afecta la
perspectiva con la que el hombre debe ser estudiado.

Las ciencias físicas del S. XlX concebían a la ciencia como perfectamente objetiva. Se
estaba de acuerdo que no se debía tomar ninguna postura o extraer alguna conclusión que no
surgiese necesariamente de los datos que se tenían en la mano. El investigador se consideraba
a sí mismo como un simple observador del experimento, de tal forma que las observaciones
experimentales se auto-interpretaban o se auto-corregían en el caso de ser contradichas por los
resultados de posteriores experimentos.

Por el contrario, la actual orientación de la teoría de la ciencia es reconocer que ambos


métodos, el subjetivo y el objetivo (Uno que toma nota de lo que el individuo experimenta aquí y
ahora, y el otro que trata de estudiarlo desde afuera, en forma impersonal) no son más que los
dos extremos de un continuo. Inclusive, los físicos omiten juicios subjetivos en diseñar y realizar
un experimento y frecuentemente influyen en los resultados con sus intervenciones. Es más, los
datos recogidos no son significativos hasta que sus implicaciones no han sido correctamente
establecidas, y dos científicos con diferentes perspectivas pueden llegar a conclusiones
diversas a partir de las mismas observaciones.

En realidad, la principal diferencia entre las disciplinas científicas y no científicas se halla


en la forma en que son convalidadas las observaciones originales.

Toda la maquinaria de la metodología científica tiene un solo objetivo: garantizar la


precisión de los datos crudos en la medida que ellos lo hagan posible (Rogers, 1955). De aquí
en adelante el científico debe confiar en los métodos lógicos para explicar el significado de los
datos crudos, para elaborar las teorías y para diseñar hipótesis adicionales. Si bien hace uso de
los procedimientos matemáticos siempre que sea posible, esta parte de la investigación
científica no difiere sustancialmente del modo en que las disciplinas no científicas resuelven sus
problemas.

14
Thomas Khun (1970) ha demostrado desde una perspectiva histórica que la ciencia no
progresa por la simple acumulación de hechos sino que a menudo y en forma dramática lo hace
a través de cambios ocasionales en lo que él llama paradigma. Esto es un nombre para un
conglomerado de presupuestos, reglas y actitudes que reglan la práctica de la ciencia. Si bien
nunca han sido escritas, son bien conocidas por todo científico competente en su campo
determinado. Una investigación es evaluada como brillante o como defectuosa de acuerdo al
mencionado paradigma; un artículo es aceptado o rechazado para su publicación de acuerdo a
la misma perspectiva. Cada paradigma está basado en nuestro limitado conocimiento y por lo
tanto contiene muchos elementos arbitrarios que pueden pasar desapercibidos por el momento.
Cuando uno echa una mirada retrospectiva, por ejemplo, la concepción pre-copernicana del
universo, se pueden identificar con más facilidad tales elementos arbitrarios. Polanyi (1962) va
aún más allá diciendo que todo conocimiento contiene elementos implícitos que no pueden ser
especificados, por lo cual, aún en la teoría, el conocimiento totalmente objetivo es un ideal
inalcanzable.

Hechos públicos y privados

Debido a la influencia del behaviorismo que insistió en estudiar al hombre desde su


exterior como cualquier otro objeto de la naturaleza, muchos psicólogos no se atreven a
investigar la experiencia humana en su fuente original. Pareciera que un conjunto de datos
recogidos con la ayuda de sofisticados instrumentos tienen más aspecto científico aunque
muchas veces las conclusiones acaban por ser triviales y no tienen nada que ver con los
verdaderos e importantes problemas que aquejan a la gente. Lo que plantea este dilema es una
distinción exagerada entre hechos públicos y privados. Un hecho público es una respuesta que
es, potencialmente al menos, comprensible para un observador externo. El giro de una rata en
el laberinto, o el cambio de resistencia eléctrica en la piel de una persona, son hechos públicos
que pueden ser registrados objetivamente. Comprobar la confiabilidad de tales datos es muy
simple, puesto que el proceso íntegro puede ser repetido por cuantos observadores que así o
deseen. Por otro lado, los hechos privados son aquellos que, como el pensamiento, los
sentimientos y otros procesos de conciencia pueden ser verificados solamente por el que los
experimenta. A pesar de todo, tales hechos pueden ser hecho público de diversas maneras.
Descripciones subjetivas de experiencias perceptuales en investigaciones psicofísicas eran
aceptadas como datos valederos aún por los más clásicos behavioristas que les dieron el

15
nombre de informes verbales ya que podían ser registrados por escrito y procesados como
cualquier otro dato. “Mire aquel objeto en el cielo”, o cuando un experimentador le pregunta a su
sujeto, “¿Qué ve en la pantalla?”. Si la experiencia de ambos coincide, lo que era en principio
un hecho privado se convierte en un hecho público.

Utilizando métodos semejantes de verificación intersubjetiva es posible inferir con


razonable certeza lo que otra persona percibe en una situación dada. Las conclusiones por
inferencia son muy comunes en las ciencias naturales. La mayor parte de lo que conocemos
acerca de la física atómica ha sido inferido a través de huellas en películas fotográficas o por
difracción de rayos X. La teoría de la evolución está basada también en la inferencia.

Algunas limitaciones de la metodología objetiva

No hay por qué negar la tremenda ventaja de la observación directa sobre la inferencia,
especialmente sobre la inferencia de la experiencia humana, pero al mismo tiempo no debemos
pasar por alto las limitaciones de la metodología de las ciencias naturales cuando se la aplica al
estudio del hombre. Primeramente, habiendo sido diseñados tales procedimientos para el
estudio de la naturaleza inanimada, no se tuvo en cuenta para nada su aplicación a la
investigación de procesos de conciencia. Se enfatizaron los procedimientos experimentales y la
medición, no porque sean la mejor técnica en cualquier situación, sino simplemente por la
medición que se adecua a tal tipo de problemas (Girgi, 1966, 1970). Si lo que piensa y siente y
comprende una persona es importante, se deben, en consecuencia , introducir otros métodos
de investigaciones dentro del cuadro general de la Psicología.

Se mencionaron ya varias limitaciones de los métodos de las ciencias naturales,


aplicados al estudio del hombre. En primer lugar, centran la atención en los procesos
individuales con exclusión de todas las integraciones que tienen lugar dentro del organismo
como totalidad. La imagen que se logra, según la analogía de Maslow, es como un solo
fotograma de una película. El resultado final de tal procedimiento es que las conclusiones
extraídas tienden a ser triviales, son esencialmente generalizaciones abstractas e
interpretaciones que describen al individuo, no como realmente es, sino como aparece al
observador desde un punto aislado de observación. El tipo de datos que un experimentador
obtiene observando el interior del sujeto desde el exterior es muy diferente del que el sujeto

16
obtiene mirando hacia fuera desde el interior. Ambas clases de datos son válidas y necesarias
para una Psicología que quiere estudiar al hombre como persona y no al hombre como objeto.

Algunas de las abstracciones más comunes utilizadas en la Psicología son de difícil


definición. Kagan (1967) comenta que lo que los psicólogos llaman refuerzo puede ser el golpe
de corriente eléctrica en la pata de un animal, un grito, una sonrisa, una píldora alimenticia, una
señal que indica relajación, o el ver como es aprehendido un asesino en una película de
Hitchcock, es decir, cualquier cosa que facilítale aprendizaje. Todas las cosas citadas tienen
algo de común, el nombre refuerzo. Además, la fuerza de un estímulo o refuerzo depende del
estado del organismo del sujeto y de las fluctuaciones de la atención. Lo que es un estímulo en
un momento dado, ya no lo es luego. Con frecuencia algo que está directamente frente a los
ojos es ignorado y se presta atención a un objeto en la lejanía.

Es un error considerar el estímulo o el refuerzo en forma mecánica, como si fueran una


cantidad fija. Jessor (1961) acota que la Psicología del estímulo y respuesta (E-R) podría
reconciliarse con corrientes más subjetivas si estímulo y respuesta fueran definidos en términos
más psicológicos y significativos y no en términos de cantidades físicas. A pesar de ser
imposible referirse a todos los problemas que aquejan a la experimentación y a la medición
psicológica, no podemos dejar de referirnos a uno en particular. Se presupone que el sujeto que
es colocado en la situación experimental no solamente cooperará voluntariamente sino que
también funcionará tan normalmente como si estuviese en un ambiente natural. Este
presupuesto puede ser muy controvertido a menudo. Además, los típicos sujetos de
experimentación, por lo general estudiantes de los primeros cursos de la universidad,
constituyen una clase selecta y no una muestra representativa de la población total. Muchas
veces estos sujetos se ofrecen “voluntariamente” en respuesta a una presión moral ejercida por
el investigador que necesita sujetos para experimentar. No sería raro que muchos de ellos
tuvieran actitudes negativas hacia la participación en la experimentación o sospechasen que
los están engañando respecto a la naturaleza de la investigación. Otros pueden mal interpretar
la naturaleza de la tarea experimental. Son pocos los experimentadores que se toman el trabajo
de constatar que sus presupuestos con respecto a los sujetos de su experimentación son
totalmente correctos.

17
La necesidad de métodos adicionales

La metodología objetiva es necesaria en Psicología, pero no es suficiente. Se ha escrito


más acerca de sus virtudes pero poco acerca de sus limitaciones. Ojalá que la presentación
hecha de sus aspectos negativos ponga en evidencia la necesidad de nuevas técnicas. El
desarrollo de corrientes y técnicas nuevas es trabajo del futuro. Mientras el método de las
ciencias naturales fue considerado como el único legítimo, poco esfuerzo se realizó para
avanzar en nuevas direcciones. En la actualidad han despuntados nuevos intentos en forma de
métodos fenomenológicos: cuestionarios Q, técnicas proyectivas, diferenciación semántica,
logro de motivación y técnicas para evaluar los avances del cliente en la psicoterapia. Giorgi
(1970, p.214) destaca que los científicos, actualmente, incluyendo a los behavioristas, están
haciendo uso de métodos de elaboración de datos que son más subjetivos que objetivos. Tales
científicos examinan los escritos de otros colegas, hacen una síntesis de sus afirmaciones
fundamentales, luego hacen un estudio a fondo de su significado hasta que todas las posibles
implicaciones han sido extraídas y ordenadas detalladamente. Tal procedimiento no difiere
radicalmente del método paleontológico utilizado para trazar el desarrollo evolutivo de los
animales a partir de indicios provistos por los fósiles, o del método histórico para determinar las
causas de la Primera Guerra Mundial. El formal reconocimiento de que tal método es en gran
medida experimental, sería un gran paso en la dirección adecuada.

Los objetivos de la Psicología Humanística

Luego de haber discutido varias dimensiones de la Psicología Humanística, debemos


exponer con claridad cuáles son sus preocupaciones primordiales. Antes de sintetizar tales
preocupaciones, debe aclararse que la Psicología Humanística es un movimiento nuevo y no
una escuela de pensamiento como el Estructuralismo o el Behaviorismo, o el Psicoanálisis. Es
una orientación psicológica, un modo de pensar acerca del hombre, y de la empresa científica
que modifica la imagen que tenemos de nosotros mismos como seres humanos, y libera a la
Psicología de algunas restricciones artificiales que le fueron impuestas por teorías que ahora
están pasados de moda. Los reales propulsores de la Psicología Humanísticas se muestran
activos en todos los aspectos de la Psicología, particularmente en las áreas de aplicación. No
hay una postura filosófica básica que sea común a todos, no obstante los psicólogos
humanistas miran con simpatía aspectos de la Psicología Gestálica, Adleriana, Neo-freudiana,

18
Junguiana, Fenomenología, Existencial y del Yo. Si bien no todos los psicólogos humanistas
están obligados a suscribir cada uno de los principios expuestos más abajo, existe sin embargo,
un acuerdo sustancial entre ellos.

1. La imagen del hombre que emerge exclusivamente de una corriente psicológica


behaviorista (E-R) no hace justicia a la persona humana. Nosotros nos experimentamos a
nosotros mismos y a los demás como personas espontáneas autodeterminadas, dirigidas
creativamente hacia la planificación del yo y otros objetivos, y no como organismos que
responden pasivamente y que están dominadas por fuerzas que no pueden controlar. Es
más, el hombre es la única especie que no puede ser totalmente explicada en términos
animales.
2. Si bien es más fácil y útil el estudio de los procesos humanos en forma independiente, tales
como el aprendizaje o la emoción, se debe prestar mayor atención a la investigación de las
mutuas interacciones de todas las actividades que se dan dentro del ser humano como
totalidad. Un énfasis en el concepto de sí-mismo ayudará a contrarrestar la tendencia a
fraccionar o reducir la persona a un conjunto de procesos separados.
3. La conciencia es el proceso más básico y fundamental del hombre y toda actividad de la
ciencia depende totalmente de ella. La realidad fundamental es la experiencia inmediata y
no las leyes y las generalizaciones que se derivan sistemáticamente de ella. Por esta razón
todo estudio objetivo debe iniciarse por la experiencia, y las conclusiones científicas deben
ser, a su voz, aplicables a la experiencia para probar su utilidad. De la misma forma, los
hechos privados y públicos deben ser considerados los extremos de un continuo y no dos
fuentes de información totalmente diferentes.
4. El concepto tradicional de investigación psicológica está basado en algunos postulados de
la física clásica que están ya pasados de moda. Nuevas luces en el campo de la naturaleza
de la ciencia ha concluido con la dicotomía entre metodología subjetiva y objetiva (Kuhn,
19670; Polayi, 1962, 1968). Las puertas deben quedar abiertas para el desarrollo de una
ciencia verdaderamente humana.
5. Por varias décadas la Psicología ha sido centrada en el método, más bien centrada en el
problema. Muy frecuentemente el criterio para elegir los temas de investigación no ha sido
su importancia para el individuo a la sociedad, sino consideraciones de carácter
metodológico: “Este problema se presta al uso de instrumentos automáticos de registros y
se adapta a un riguroso diseño experimental”.

19
6. Ninguna ciencia, y menos a la Psicología, puede estar disociada del problema de los
valores. En lugar de ignorar problemas de elección o preferencia, se le debería dar un trato
especial a tópicos como la actualización del yo, la obligación, la responsabilidad y los
ideales de vida.
7. Los psicólogos se deberían preocupar mucho más por los problemas humanos, como por
ejemplo, las crisis en la sociedad, el crecimiento del individuo como persona, y las
implicaciones de la Psicología humanística a la educación. La responsabilidad profesional
nos exige que utilicemos nuestra preparación para ayudar a resolver estos espinosos
problemas.
8. La investigación de problemas que generalmente parecen alejados de la realidad no deben
ser dejados de lado. En cierta época la visión copernicana del mundo y el hecho de que las
enfermedades sean causadas por gérmenes microscópicos, parecían más improbables que
la parapsicología a temas semejantes del día de hoy.
9. Para permanecer fiel a sus otros objetivos, la psicología humanísticas se niega a colocar
como meta primaria los objetivos tradicionales de la predicción y el control. Trata más bien
de comprender la conducta con vista ayudar a la expansión de la autonomía individual.

En un a palabra, el empuje de la Psicología Humanística se dirige a ensanchar nuestra


visión acerca de qué es el que constituye una ciencia del hombre. Nos propone que echemos
una mirada fresca y desprejuiciada a ese organismo que es el hombre. Con una revolución en
marcha en el campo de la teoría de las ciencias naturales, el tiempo está maduro para que la
Psicología desarrolle métodos propios que tengan una relación más estrecha con su objetivo de
estudio.
El estudiante que deseara conocer algo más acerca de la Psicología Humanística,
puede consultar además de los libros ya mencionados, las publicaciones de Ansbacher (1971),
Bugental (1963, 1967), Bühler and Allen (1972), Chein (1972), Goble (1970), Hammes (¡971),
Jourard (1968), Maslow (1968, 1070), Matson (1973), May (1967) y Rogers (1969, 1970).

20
Bibliografía

ALLPORT, G. W.: Becoming: Basic considerations for a psychology of personality. Yale University
Press, 1955.
ANSBACHER, H. L.: “Alfred Adler and humanistic psychology” Journal of Humanistic Psychology
11 (19771) 53-63.
BRONOWSKI, J. And BELLUGI, U. :”Language name and concept” Science 16 (1970) 669-73.
BUGENTAL, J. F. T.: “The challenges of humanistic psychology”. Mc Graw Hill, 1967.
BUHLER, C.: “Theoritical observations about life´s basic tendencies”. American Journal of
Psychotherapy 13 (1959) 561- 81.
BUHLER, C. And MASSARIK,F.: (Eds) “The course of human life. Springer, 1968.
BUHLER, C. And ALLEN, M.: “Introduction to the humanistic psychology”. Brooks/Cole, 1972.
CANTRIL, H. :”a fresh look at the human design”. In J: F: T: Gugental (Ed) The challenges of
humanistic psychology. Mc Graw- Hill,1967.
CASSIRER, H. “An essay on man”. Yale University Press, 1944, 31-39.
CHEIN,I.:”The image of man”. Journal of Social Issues 13 (1962) 1-35.
FRANKL, V.:”Man´s search for meaning: An introduction to the logotherapy”. Beacon Press,1966.
FRANKL, V.: “Psychotherapy and existencialism: Selected papers oin logotherapy. Washington
Square Press, 1967, Ch.3.
GARDNER, R.S. and GARDNER, B. T.:”Teaching sign language to a chimpanzee” Science 1965,
664-72.
GIORGI, A. :”Phenomenology and experimental psychology” Review of Existential, Psychology
and Psychiatry 6. Winter 1966, 37-50.
GIORGI, A.: “Psychology as a human science: a phenomenologically based approach.”Harper
Roe, 1970.
GLOBE, F.:”The third force: The psychology in Abraham Maslow”. Grossman, 1970.
HAMMES, J. A.:”Humanistic psychology. A christian interpretation”. Grune Stratton, 1971.
JOURARD, S. A.: “Disclosing man to homself”. Van Nostrand, 1968.
KAGAN, J.:”On the need for relativism in psychology”. American Psychologist 22, 1967.
KUHN, T. S.: “The structure of scientific revolution” (rev,ed,) University of Chicago Press, 1970.
MASLOW, A. G.:”A philosophy of psychology: The need for a nature science of human nature”.
Main Currents in Modern Thought 13 (1957). 27-32.
MASLOW, A. G.: “Motivation and personality” (rev. Ed) Harper Row, 1970.
MATSON, F. W.: “Without / within: Behaviorism and Humanism”. Brooks / Cole, 1973.
MAY, R.:”Psychology and the human dilem”. Van Nostrand, 1967.
MAY, R.: (Ed.)” Existential psychology” (rev. ed) Randow Hoese, 1969 a.
MAY, R.:”Love and will” Norton, 1969 b.
PFUNGST, O.:”Clever Hans: The horse of Mr. Van Osten”. R. Rosenthal (Ed.) Helt, Rinehart and
Winsten, 1965.
POLANYI, M:”Personal knowledge”. (rev. ed) University of Chicago Press, 1962 (Also published
as a paperback bay Harper Row).
POLANYI, M.:”Logic and psychology”. American Psychologist 23, 1968, 27-42.
PREMACK, D.:”A functional analysis of language”. Journal of the Experimental Analysis of
Behavior 14 (1970 a) 107- 25.
PREMACK, D.:”The education of Srah: a chimp learns the language”. Psychology Today (1970 b.)
54-58.
ROGERS, C. R.:”Persons or science? A philosophical question”. American Psychologist 10, 1955.
267-70.
ROGERS, C. R.:”On the becoming a person”. Houghton Mifflin, 1961.
ROGERS, C. R.:”Freedom to learn”. Merril,1969.
ROGERS, C. R.:”carl Rogers on encounter groups”. Harper Row. 1970.
RUMBAUGH, D. M. and von GLASERFIELD, E. C.:”Reading and sentence completion by a
chimpanzee (Pan)” Science 183, 1973, 731-33.
SEVERIN, F.T.:”Discovering man in psychology: A Humanistic approach2. Mc Graw Hill,1973.
TEIHLAR DE CHARDIN, P.:”The phenomenon of man”. Harper Row, 1965.

21

Potrebbero piacerti anche