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Para muchas personas, la frase “administre a su jefe” podría sonar inusual o sospechosa.
Debido al énfasis tradicional de arriba hacia abajo en la mayoría de las organizaciones, la
necesidad de gestionar las relaciones hacia arriba no es obvia; a menos, por supuesto,
que se haga por razones personales o políticas. Pero no nos referimos a las maniobras
políticas o a la adulación. Estamos usando el término para indicar el proceso de trabajar
conscientemente con su superior para obtener los mejores resultados posibles, tanto para
usted, para su jefe y para la empresa.
Los ejecutivos eficaces se toman el tiempo y el esfuerzo para administrar no sólo sus
relaciones con sus subordinados, sino también con sus jefes. Estos estudios también
muestran que este aspecto esencial de la gestión es a veces ignorado por ejecutivos que
en otros sentidos son talentosos y dinámicos.
En conclusión
Es importante dedicar tiempo y energía a gestionar sus relaciones con sus jefes. Los
autores no están hablando de echarles flores y adular a los jefes; en vez de ello, le piden
al lector entender que la relación entre ejecutivo y jefe es de dependencia mutua. Los
jefes necesitan que sus subordinados muestren cooperación, confiabilidad y honestidad.
Los ejecutivos, por su parte, cuentan con sus jefes para establecer lazos con el resto de la
organización, para fijar prioridades y para obtener recursos cruciales. Tiene sentido
intentar que esta relación opere más suavemente posible. Para gestionar de manera
exitosa la relación con su jefe, necesitará tener un buen entendimiento de las fortalezas,
debilidades y estilos de trabajo de su jefe y las suyas propias. Una vez que tenga
conciencia sobre lo que impide o facilita la comunicación entre ambos, puede tomar
medidas para mejorar la relación. Normalmente puede establecer una manera de trabajar
juntos que acomode a ambos, que se caracterice por expectativas mutuas que no son
ambiguas y que permite que ambos sean más productivos y eficaces. Sin duda, algunos
ejecutivos resentirán que, además de todos sus deberes, tengan que responsabilizarse
por su relación con sus jefes. Pero deben darse cuenta de que al hacerlo, en verdad
facilitarán su propio trabajo, mejorarán su productividad y eliminarán problemas
potencialmente severos.