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DIPLOMADO EN PSICOTERAPIAS BASADAS EN

EVIDENCIA Y PSICOTERAPIA COGNITIVO


CONDUCTUAL.

MODULO 2.

CONTROL DE LECTURA.
Guía de práctica clínica de prevención y tratamiento de la
conducta suicida.

ALUMNO:
Oscar Eduardo Areyano Fernández.
GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA DE PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA
CONDUCTA SUICIDA.
RESUMEN.
El aumento en la tasa de suicidios es alarmante a nivel mundial, al parecer la
población en general puede estar encontrándose con altos índices de desesperanza y con
severidad en la capacidad de afrontamiento de conflictos, así se convierte al suicidio en una
de las alternativas de “solución” que los lleva a dejar grandes huecos y difíciles duelos en las
familias, además de la propensión a comportamientos imitativos cuando no se recibe la
atención debida. A través del presente, se revisan algunas de las consideraciones más
relevantes en torno a la prevención y tratamiento de la conducta suicida, además de
comprender algunos conceptos y aclarar algunos patrones de la conducta suicida, analizando
sobre todo el papel del profesional de la salud mental en la prevención y atención de las
manifestaciones que conducen a un individuo a atentar contra sí mismo.
Si se considera que el aumento de suicidio a nivel mundial está repercutiendo en
afectaciones no solo de salud, sino de impacto social, económico e incluso político, pues cada
vez más países están integrando en sus planes y programas de salud, estrategias de prevención
y atención al suicido, procurando disminuir su incidencia; en datos generales de México,
hasta el año 2015, se registraron 6285 suicidios, esto representa 5.2 fallecidos por cada 100
mil habitantes, siendo de un 8.5 por cada 100 mil hombres y de 2.0 por cada 100 mil mujeres,
según datos del INEGI, y las entidades federativas con mayores tasas de suicidio fueron
Chihuahua, Aguascalientes, Campeche y Quintana Roo con 11.4, 9.9, 9.1 y 9.1 por cada 100
mil habitantes respectivamente, sin embargo, y de acuerdo a los registros por edad y otras
variables, existen estados de la república donde la tasa de jóvenes entre 15 y 29 años es más
elevada (4 de cada 10 suicidios son en jóvenes entre los 15 y 29 años) como el caso de
Guanajuato específicamente, donde la tasa es de 15.9 por cada 100 mil habitantes, INEGI
(2017). Llegan a ser alarmantes las cifras y eso es lo que invita a los profesionales de la salud
mental a estar cada vez más preparados en prevención y tratamiento del suicidio.

EVALUACIÓN Y DETERMINACIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA.


El suicidio se ha considerado como una situación de atención debido a todas las variables
que le rodean, además de poseer como manifestación de la conducta humana, determinantes
muy específicos en cada caso y a su vez, variables muy similares lo cual hace posible su
detección, prevención y tratamiento; actualmente los entornos sociales presentan mayores
recursos que hace unas décadas, sin embargo, a la par del progreso tecnológico, subyace un
alejamiento social y personal que repercute en la manifestación y aumento de conductas
desesperadas, pareciera que la paciencia y la capacidad de visión se han disminuido o han
entrado en los aparatos tecnológicos, dejando al contacto humano de lado y a la posibilidad
de solicitar ayuda en segundo plano, hay aumento de las preocupaciones y dificultades y
también de la capacidad de afrontamiento de las crisis, y es esa situación una de las muchas
que podemos considerar como fuentes generadoras de desesperanza y angustia que pueden
conducir al suicidio y a la propensión de atentados contra sí mismo.
Para considerar la atención ante la conducta suicida es necesario comenzar por
identificar las formas para evaluar el riesgo o presencia de esta conducta, en la guía que se
está analizando se considera que existen factores de riesgo pueden clasificarse en
modificables e inmodificables. Los primeros se relacionan con factores sociales, psicológicos
y psicopatológicos y que pueden modificarse clínicamente. Los factores inmodificables son
asociados al propio sujeto o al grupo social al que pertenece y se caracterizan por su
mantenimiento en el tiempo y porque su cambio es ajeno a la determinación clínica, es decir
los modificables incluyen la presencia de condiciones clínicas como su asociación con algún
otro trastorno ya sean trastornos afectivos como la depresión, esquizofrenia, abuso de
sustancias, trastornos de ansiedad, de personalidad, dificultades de salud como enfermedades
crónicas, degenerativas (Cáncer, Diabetes, etc.), dimensiones psicológicas como la presencia
de estados psicóticos o problemas de afrontamiento, en resumen aspectos que con
tratamientos adecuados, disminuyen e incluso pueden contribuir a desaparecer la conducta
suicida.

En cambio, si se habla de factores inmodificables, estarán en consideración, el sexo,


la edad, el estado civil, la situación laboral y económica, el sistema de creencias religiosas,
morales, sociales, el contar o no con apoyo familiar o social, las conductas suicidas previas
y la heredabilidad, o en su defecto el seguir o reproducir conductas suicidas; en conjunto lo
modificable y lo inmodificable deben ser considerados ampliamente para establecer una
evaluación completa y consciente de la presencia de conductas suicidas en un individuo,
auxiliándose de instrumentos que contribuyan a valorar el riesgo y a determinar su gravidez,
como el Inventario de Depresión, la escala de desesperanza y la escala de ideación suicida
de Beck, así como la entrevista profunda y algún otro instrumento que ayude a validar la
presencia de dicha conducta, porque basta con que el paciente mencione aunque sea
mínimamente la ocurrencia de alguna conducta suicida para considerar el riesgo, porque el
hacer caso omiso, puede costar la vida del propio paciente.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA CONDUCTA SUICIDA.

Desde el momento en que se lleva a cabo el acercamiento con un profesional de la salud, la


persona que presenta inclinación hacia conductas suicidas ha manifestado la presencia de
dicha conducta de alguna manera, según la guía el 75% de las personas han contactado con
su médico en el año anterior al episodio y el 45% en el mes anterior, mientras que solo uno
de cada tres lo han hecho con un servicio de salud mental en el año anterior y uno de cada
cinco en el mes anterior, Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la
conducta Suicida (2012). Clasificando a los pacientes en tres tipos:
1) aquellos que han sobrevivido a un intento de suicidio;
2) los que acuden a la consulta manifestando ideación suicida y
3) los que tienen ideación suicida pero aun no la han manifestado verbalmente.

Y se considera que la atención sanitaria proporcionada en atención primaria depende de


factores como el ámbito social ya sea rural o urbano, la experiencia y preparación de los de
los profesionales implicados y el conocimiento previo del propio paciente.
Entre las sugerencias para atender el riesgo de la presencia de conductas suicidas, se
considera mejorar las capacidades de atención de quienes estén en áreas de atención primaria,
a través de capacitación en abordaje diagnóstico y psicoterapéutico de la entrevista clínica,
para la adecuada detección, hablar de suicidio con los pacientes a los que se detecte o
expresen alguna ideación suicida, lo cual puede aliviar su ansiedad y contribuir a que se
sientan comprendidos, sin que ello aumente el riesgo de desencadenar una conducta suicida,
tomando en cuenta que el que un paciente hable sobre el suicidio no elimina la posibilidad
de que lo cometa.

A grandes rasgos se enlistan acciones que se consideran viables y otras que en absoluto
ayudan o contribuye a la disminución y evitación de la conducta suicida,

¿QUÉ HACER?
–– Escuchar, mostrar empatía y mantener la calma
–– Mostrar apoyo y preocupación
–– Tomar en serio la situación y evaluar el grado de riesgo
–– Preguntar acerca de los intentos previos
–– Explorar posibilidades diferentes al suicidio
–– Preguntar acerca del plan de suicidio
–– Ganar tiempo, pactar un “contrato de no suicidio”
–– Identificar otros apoyos
–– Restringir el acceso a medios letales
–– Comunicación entre profesionales
–– Si el riesgo es alto, permanecer con la persona.

¿QUÉ NO HACER?
–– Ignorar la situación
–– Mostrarse consternado
–– Decir que todo estará bien
–– Retar a la persona a seguir adelante
–– Hacer parecer el problema como algo trivial
–– Dar falsas garantías
–– Jurar guardar secreto
–– Dejar a la persona sola.

A su vez, a la hora de intervenir en estos pacientes, será necesario:

- Prescribir envases con el menor número de comprimidos posible


- Pactar medidas de contención con el paciente y su familia:
- Explicar a los familiares la necesidad de control y administración de la medicación,
así como de su custodia.
- Acompañamiento constante por parte de familiares así como restricción de acceso a
métodos letales, en particular al que haya manifestado el paciente como método
ideado.
- Aceptación por parte del paciente y su familia del seguimiento y derivación a un
servicio de atención psiquiátrica o de salud mental.
Oscar Eduardo Areyano Fernández.
GLOSARIO DE TÉRMINOS

1. Alianza terapéutica: Establecimiento de una relación interpersonal entre el paciente


y el profesional caracterizada por la colaboración, el consenso y orientación a
resultados. Es un componente esencial en el proceso terapéutico, puesto que favorece
la comunicación, aumenta la confianza del paciente y la colaboración con el
tratamiento.
2. Amenaza suicida: acto interpersonal, verbal o no verbal, que podría predecir una
posible conducta suicida en el futuro cercano.
3. Comorbilidad: Situación clínica en la que se produce la coexistencia de dos o mas
enfermedades o condiciones, como por ejemplo, depresión y ansiedad.
4. Comunicación suicida: Acto interpersonal en el que se transmiten pensamientos,
deseos o intencionalidad de acabar con la propia vida, para los que existe evidencia
implícita o explicita de que este acto de comunicación no supone por sí mismo una
conducta suicida. Existen dos tipos de comunicación suicida: amenaza suicida y plan
suicida.
5. Conducta suicida: Conducta potencialmente lesiva y autoinflingida, en la que hay
evidencia de que: a) la persona desea utilizar la aparente intencionalidad de morir con
alguna finalidad, b) la persona presenta algún grado, determinado o no, de
intencionalidad suicida.
6. Derivación: Envío de un paciente de un servicio asistencial a otro, ya sea para
consulta o para atención, debido a que el servicio que deriva no está preparado o
cualificado para proporcionarlas. La prioridad de la derivación es establecida por el
medico prescriptor y dependerá del proceso que motiva la consulta, de la patología
y/o de la situación personal del paciente.
7. Desesperanza: Esquemas cognitivos que tienen en común expectativas negativas
acerca del futuro, sea este el futuro inmediato o el más remoto. La medición del
constructo desesperanza fue iniciada por Beck y sus colaboradores, con la elaboración
de la Escala de desesperanza de Beck (Beck Hopelessness Scale, BHS).
8. Ideación suicida: Pensamientos sobre el suicidio (cogniciones).
9. Intento de suicidios: Conducta potencialmente lesiva autoinflingida y sin resultado
fatal, para la que existe evidencia, implícita o explicita, de intencionalidad de
provocarse la muerte. Dicha conducta puede provocar o no lesiones,
independientemente de la letalidad del método.
10. Plan suicida: Propuesta de un método con el cual llevar a cabo una conducta suicida
potencial.
11. Suicidio: Muerte autoinflingida con evidencia implícita o explícita de que la persona
tenía intencionalidad de auto provocarse la muerte.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. ECHEBURÚA, Enrique. (2015). Las múltiples caras de suicidio en la clínica


psicológica. En Terapia Psicológica, Vol. 33, No. 2, pp. 117-126.

2. Grupo de trabajo de la Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la


Conducta Suicida. Guía de Práctica Clínica de Prevención y Tratamiento de la
Conducta Suicida. Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud del Ministerio
de Sanidad, Política Social e Igualdad. Agencia de Evaluación de Tecnologías
Sanitarias de Galicia (avalia-t); 2012. Guías de Práctica Clínica en el SNS: Avalia-t
2010/02.

3. Instituto Nacional de Estadística y Geografía. INEGI. (2017). Estadísticas a


propósito del día mundial para la prevención del suicidio. México, INEGI.
Recuperado el 10 de Febrero de 2018 de:
http://www.inegi.org.mx/saladeprensa/aproposito/2017/suicidios2017_Nal.pdf

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