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Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos.

Buenos
Aires

(11)…es un libro que expone públicamente la inquietud de poner en común experiencias, preocupación es teóricas y la
voluntad de experimentar nuevas formas de investigación. Detrás de él hay discusiones y largos diálogos en estos años de
trabajo, que a su vez se enriquecieron con las clases y las lecturas, las conversaciones informales con periodistas y colegas,
y el proyecto de la investigación. Algunos de nuestros anclajes laborales tuvieron que ver con la idea. Un trabajo piloto
encargado a los alumnos de la cátedra Teorías sobre el Periodismo, cuyo titular es Aníbal Ford, alumnos del seminario
Periodismo y Política aportaron también la necesidad de ubicar otra mirada sobre la noticia y sus productores y la relación
que ambos establecen con la sociedad. (…)

(13) … es un libro sobre las relaciones que existen en el ámbito del mundo social muy particular como el de la producción
de la información de interés público que se difunde a través de los gran des medios masivos de comunicación, relaciones
que involucran a periodistas, medios, sociedad, Estado, instituciones y sistema político en este momento y en nuestro país
(…)

(15) Pensado como un aporte a la actualización de la teoría sobre la noticia y sobre el periodismo en nuestro medio, este
trabajo se sustenta en la investigación realizada sobre las mismas prácticas, observadas en algunos medios nacionales y
analizadas desde las entrevistas a un grupo considerable de periodistas (…) Las fuentes son un grupo de periodistas y sus
espacios laborales que comunican o, lo que es lo mismo, construyen el sentido del trabajo y, por la especificidad del
mismo, construyen a la vez un sentido de la sociedad y del poder.

(17) CAPITULO 1: LA PROFESIÓN DE PERIODISTA

“Todo periodista es un moralista. Es absolutamente inevitable. Un periodista es alguien que mira el


mundo, su funcionamiento, que lo vigila cada día desde muy cerca, que lo ofrece para que se vea, que
ofrece, para que se vuelva a ver; el mundo, el acontecimiento” (Marguerite Duras, Prólogo a Outsider)

Periodista: “un moralista” y “un ojo que vigila”, dice Duras desde la literatura. Porque vigila, moraliza. La mirada se hace
extensión tecnológica, más que la tradicional máquina de escribir, ahora la computadora. Como la cámara que sale a
exteriores. Es una mirada preparada para la función que construye las otras miradas, ingenuas, en sabias: su mirada es
necesaria para que “el mundo vea”. Cuando lo expone frente a los otros, el mundo se hace visible (de una visibilidad
determinada), se ordena. Por eso el periodista es un “moralista”. No es la mirada (moral) desinteresada la que organiza
su práctica, porque ese tipo de mirada no existe. Si el aporte es abrir los ojos de los otros y hacer visibles los
acontecimientos, su función tiene (y esto no es retórica) algo de demiurgo. Desde ahí se podría leer el capital simbólico
de su tarea. El trabajo es sobre el orden social-institucional. Es un periodista. Y su mirada está sola y está condicionada: el
mundo es visible desde los medios masivos de comunicación.

(18)…la práctica periodística es una actividad ante todo política: la producción de la noticia, marcada por la temporalidad,
implica fijar la mirada (la moral), aportar al control (organización social), negociar (consensuar) y dialogar (con el poder y
con la ciudadanía en general)

(20) Desde una concepción racionalista, la necesidad de “entender, comprender y hacer saber la verdad” nos remite a la
matriz iluminista propia de la prensa escrita desde sus inicios modernos en el siglo XIX (el lugar autorizado de la prensa
gráfica, que reivindica para sí el periodismo que lo ejerce, es un constante en las entrevistas) Buscar, investigar, conocer
y hacer conocer se sustentan en la idea de la comunicación entendida como un circuito de relaciones entre el periodista,
las instituciones, los sistemas político y económico y la sociedad, y de la información como anclaje de un espacio común.
Y aunque los dos términos tienen definiciones diferentes, es habitual encontrar información y comunicación casi como
sinónimos1, “comunicación” agrega el orden de la “honestidad” y del compromiso con los otros. Con estas

1
La comunicación es construcción de sentido (sobre la realidad, la experiencia, etc) e implica un circuito de interrelaciones,
subjetividades, sentidos que se construyen, se negocian y se disputan. La información que maneja el periodista son datos, sucesos y
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representaciones, el periodismo se reviste de la función de servicio público, traducido en ser puerta (y portero,
gatekeeper) de acceso al conocimiento, motor de un cambio o un mejoramiento de las condiciones de vida. La mediación
exige la indagación especializada.

Otra conclusión de estas declaraciones: el trabajo no puede consistir en reflejar lo que sucede. Descubrir e interpretar lo
oculto incluye la acción y la intención personales, la noticia es producto de una actividad subjetiva. (…) La noticia es…la
construcción de un suceso de la realidad que se presenta como un interrogante (…)

(21) (el periodista) su tarea, reunir un punto, el del enunciador con otro, el del enunciatario, y permitir a la sociedad el
pasaje del no saber al saber: en esta idea radica su cualidad de voz autorizada.

(…) Si hay convicciones (siempre las hay) el lugar del observador se emplaza desde ellas: por eso el periodista no hace un
trabajo objetivo. (…)

(22) ¿Hasta qué punto es posible para un periodista mantener una posición contraria o diferente de la oficial, cuando los
medios de comunicación para los que trabaja son constructores de hegemonía? Porque la función más común, ante
requerimientos de este u otro tipo, similares, es declarar una postura “políticamente correcta” y usarla como marco
(liviano y estereotipado) de la producción. ¿Cuál es el valor de que se carga una noticia así producida? Usualmente, se
verifica solo la manifestación de intenciones.

(27) El papel del periodista ha ido cambiando según la historia, las estructuras sociales, las agendas públicas, la tecnología
y las necesidades de los medios lo marcaron. Mucho se ha escrito y discutido acerca de la función de “cuarto poder” que
se adjudicara al periodismo, función incorrecta en todo sentido. Pero, y a partir de la falta de confianza en instituciones y
sistema político que ubica a los medios en un espacio público resignificado, en todo Occidente hace su irrupción la
tendencia a la denominada “videopolítica” (…)

Los profesionales de la prensa se convierten pues, en primera instancia, en los mediadores entre la ciudadanía y el poder
y, más tarde, en los propios sujetos de la enunciación de la información. Finalmente, en un último estadio se transforman
en actores fundamentales de la noticia. El lugar de la opinión pública resulta menos interesante: solo se le permite
convalidar –a través de las urnas- lo que difunden los medios como únicas opciones (…)

(28) Para muchos periodistas, sus colegas se constituyen en la primera fuente de información. En un circuito permanente,
los diarios nutren la primera información de la mañana en radio y televisión y todas las redacciones tienen a esta última
como fuente de sucesos de “último momento”. Las fuentes de información oficiales se vuelven más opacas y para
conservar su espacio en la sociedad los medios recurren a lo que Roman Jackobson (1984) denomina la “función fática”
de la comunicación en la medida en que el contenido se vuelve secundario al mero hecho comunicacional.

(60) La división entre Buenos Aires y las provincias puede leerse del siguiente modo: por un lado, en la ciudad capital se
encuentran los grupos mediáticos concentrados con mayor posibilidad de influencia y negociación en el seno del poder.
Por otro, si bien pueden detectarse sus presencias en las provincias, allí se expresan las fallas que se producen en el control
de las líneas editoriales y las grietas que surgen en los discursos de muchos de los profesionales entrevistados se hacen
más frecuentes. (…)

(61) Si bien es cierto que la posibilidad de instalar “otras voces” por fuera de las que circulan por los medios tradicionales
y más poderosos es una de las mayores restricciones que se producen a la libertad de expresión, no lo es menos que la
complejidad sobre quién informa qué cosa no se limita a la posesión de los medios (…)

Algunos profesionales creen que los resultados inciden directamente en aquello que pueden publicar. La adecuación a las
necesidades de las audiencias condiciona los trabajos y la valoración que el periodista puede hacer de sus publicaciones.

sus circuitos suelen coincidir expresamente con los estamentos más altos del poder. La información se incluye en el campo mayor de
la comunicación.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
Aires
Además, la operación de autocensura se relaciona con la relevancia de los temas, la jerarquía de las fuentes y el posible
impacto en el público.

(62)

Otros creen que los medios masivos establecen limitaciones inherentes a sus propias líneas editoriales (visiones del
mundo) (…) La línea editorial es la traducción de la categoría de contrato de lectura (Veron, 1983)

Obviamente, cuando el objetivo máximo es la ubicación en el mercado, los intereses de la corporación profesional podrían
quedar afuera.

CAPÍTULO 2: MAPAS, TERRITORIOS Y RUTINAS DEL TRABAJO PERIODÍSTICO

(63) La responsabilidad de la producción de información pública es directamente proporcional a la importancia que las
noticias tienen y se les atribuye: aportan a la formación de la opinión pública, consolidan los imaginarios sociales,
“construyen una parte de la realidad social, y (…) posibilitan a los individuos el conocimiento del mundo al que no pueden
acceder de manera inmediata” (Martini, 200, 15) (…)

(64) Los medios no son un conjunto uniforme, ni como ámbitos de las prácticas periodísticas ni por sus relaciones con el
poder.

El género informativo, cuya especificidad radica en el interés sobre la cosa pública (la res pública), existe porque la
sociedad necesita de esa información y porque hay quienes trabajan para buscarla y construir una versión de ella.
Intervienen también estatutos del sistema social, el derecho a tener derechos, la igualdad en las prácticas y el derecho a
la información. La información periodística se mueve en arenas político-ideológicas (muy poderosas) y debería incluir por
igual como actores a la ciudadanía y al poder político. Pero ninguno de estos actores son colectivos homogéneos ni con
igual derecho efectivo en el ejercicio de sus prácticas. Partimos pues del reconocimiento de que la relación entre la
ciudadanía, la información periodística y el poder es asimétrica y es lugar de continuas contradicciones y negociaciones.

(…) La distinción entre formatos –como la noticia y la columna, el editorial o el programa de opinión– y entre soportes –
radiofónico, televisivo, gráfico- es una. Pero hay otras distinciones que definen las prácticas. Existe una organización del
trabajo que tiene que ver con las jerarquías en el ámbito laboral: movileros y redactores, colaboradores y asistentes de
producción, jefes y editores, secretarios y columnistas; unos son empleados, otros, empresarios. Y también una
estratificación que deriva (65) de la jerarquía, pero se relaciona con el medio en que se trabaja, el soporte y el prestigio
instalado. Tales órdenes marcarían, según algunas declaraciones, casi un sistema de “clases”. La medida es el valor
simbólico y el valor material (sueldos, acceso a lugares de poder)

(…) la gráfica moderna, que nace con el proyecto de la Ilustración, porta el estandarte de ser el ámbito ideal para la
difusión de la información y la opinión (la inclusión de suplementos diversos no la alejaría de su misión primera);
mientras que la radio y la televisión surgen como medios para el entretenimiento, por lo que la función de informar se
subordina, en principio, a su propósito original. La distinción de los soportes se sustenta en las posibilidades técnicas que
hacen a la percepción y las formas de conocimiento, y a las formas de producción (…)

(67) Sobre rutinas productivas

La comunicación por los medios responde a lógicas complejas y a una determinada visión de la realidad, pero también
organiza, como toda práctica, rutinas para sistematizar la producción. Las rutinas productivas responden a las
características tecnológicas y cognitivas de cada tipo de medio. La rutinización del trabajo permite la organización y la
eficacia de una tarea que está “perseguida por los tiempos” y por la compleja relación con las fuentes de información y
el interés público.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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(…) La teoría reconoce que las rutinas productivas derivan de las valoraciones que se otorgan a un acontecimiento para
ser público y que indican cuáles han de ser los ingredientes básicos de toda noticia (Gans, 1979). El valor se relaciona con
los intereses políticos y económicos de la empresa y de las instituciones y con la necesidad de atraer a la audiencia. Hablar
de las rutinas productivas es hacer “la descripción del contexto práctico-operativo en el que los valores-noticia adquieren
significado-“(Wolf, 1991, 248).

La construcción de la noticia se basa en el respeto al derecho que tiene la sociedad a estar informada y responde a una
rutina que se resume en la selección de un acontecimiento, su valorización como ruptura de la cotidianidad, la
interpretación y finalmente la construcción de la versión que se hace pública.

Contextos y condiciones de producción.

(67) Las rutinas laborales del periodista se insertan en territorios concretos, en las agendas de los medios y en su sistema
de clasificaciones. Pero también en las condiciones de producción y en el propósito de las empresas.

(68) Hecho de relaciones objetivas estructurales, económicas, ideológicas, políticas, y también por los efectos diversos del
desarrollo tecnológico, el contexto laboral define el valor otorgado a la información, reconocido en el momento de la
producción.

El valor de la información se interpreta en relación directa con la tarea de producción y el acceso a las fuentes (…)

(69) La presión empresarial, que se deriva de la mercantilización de la noticia, se verifica en los efectos referidos al diseño
y las modalidades discursivas, a los modos de producción y a las negociaciones con las diferentes formas de poder. (…) La
noticia concebida como una mercancía circula por el mercado de la pauta publicitaria, de la opinión pública, y de las
instituciones del poder, sus grandes clientes.

(73) La mercantilización de la información pública en los medios exige también del periodismo modalidades
espectaculares, que bordean peligrosamente el espacio de la retórica sensacionalista (…)

(78) A pesar de los números de los diarios nacionales, lo cierto es que su consumo por fuera de los ámbitos de Buenos
Aires y el Gran Buenos Aires es mínimo. Los diarios locales conservan en las provincias la vigencia de una prensa gráfica
local. Muchos de los diarios son centenarios y resulta difícil agotar un listado de los periódicos que se editan en el país
(…) Existe una prensa (una voz) propia en las provincias (aun cuando gran parte de su información provenga de las
agencias porteñas), lo que habla de la aludida tradición de país lector.

(88) Los lugares de trabajo y las rutinas productivas

(…) los espacios de la producción son algo más que la geografía material desde donde se hace la noticia. Cada soporte
tiene espacios singulares. Sus rutinas productivas, la “cocina” de las noticias; las diferencias por la (89) dimensión en el
espacio público, los tiempos y las características técnicas de cada uno de ellos hace que se posicionen ante la opinión
pública de modo particular.

(92) La prensa gráfica: territorios de la producción de lectura

Los lugares físicos de trabajo y las rutinas tienen que ver con la modalidad característica del soporte y de los relojes que
lo gobiernan, con el tipo de medio y la sección o especialización. El trabajo en un diario responde a las exigencias de la
hora de cierre.

(93) Los redactores están a sus órdenes (del editor), como también los colaboradores permanentes o eventuales del
medio. En la organización de la agenda hay temas del día, otros de suma importancia y los que impone el diario.

(94) La selección y la jerarquización de las noticias son siempre objeto de discusión y negociaciones: cada jefe de sección
defiende su campo. Las decisiones son (…) tomadas por consenso.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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(95) La tapa se decide, por lo general, a último momento, sobre el cierre.

(…) El trabajo no está exento de la competencia de cualquier ámbito laboral; quizá la producción de la noticia, atravesada
por la inmediatez, duplique la apuesta.

(96) La prensa gráfica suele correr con ventajas en el plano de la legitimidad y se lee como el lugar para el conocimiento
más profundo y menos espectacular de la realidad (…) El trabajo se defiende desde la tradición de la lectura.

(107) CAPÍTULO 3. NOTICIA Y AGENDA: PERIODISMO EN ACCIÓN

Noticia: definición y criterios valorativos

La noticia, producto del trabajo periodístico y razón de ser de los medios informativos, es la meta, el lugar de llegada del
ciclo de trabajo. Se conjugan para su publicación las tareas de investigación y rastreo en archivos, selección y aplicación
de criterios de Noticiabilidad, búsqueda y chequeo de fuentes, verificación de datos y armado del contexto, modalidades
discursivas, procedimientos de clasificación y definición de su lugar en la sección o bloque y en agenda general. Su valor
se mide en términos de primicia y de espectacularidad, de centimetraje y de espacio en el aire, por ser tapa y tener una
imagen de fuerte impacto y por la repercusión en el espacio público, sociedad y poder incluidos.

Para que “salga” una noticia se requiere el trabajo en conjunto de editores y jefes de sección, secretarios y redactores,
periodistas de investigación y archivistas, movileros, enviados especiales, fotógrafos, camarógrafos y técnicos varios.
Luego lectores, oyentes, audiencias. Todo ese ajustado mecanismo está regido por el tiempo: la noticia es lo que pasó y
lo que está pasando ahora. Después ya no interesa, no vende, es casi historia.

(108) La noticia es un término cargado de significados y de incumbencias que exceden su propia definición: hay un mundo
de la noticia y un panorama de noticias, agendas y agencias de noticias, hacedores y buscadores de noticias, lectores y
analistas de noticias. En torno al término se reúnen prácticas, espacios y metáforas relativas a la producción, el consumo
y las teorías del periodismo.

(…) La condición primera que la define es la novedad, que está en la etimología misma del término. Y es novedad asociada
a una ruptura en “la rutina”, en la cotidianidad. En esta afirmación hay una identificación entre noticia y episodio novedoso
(…)

La acción de construir la noticia (noticia= construcción “de un dato, de un hecho”) (109) señala la mediación que se opera
a partir del trabajo productivo y la interpretación del acontecimiento. Introduce la subjetividad (que en la noticia es tanto
la del redactor como la del medio y la de la propia cultura que la atraviesan)

(…) La noticia valoriza hechos relevantes, por eso el periodista tiene que “trabajar” sobre el diacrítico “destacado”. Pero
la relevancia no está solo en el hecho, sino que el trabajo periodístico debe transportar la relevancia a la noticia. En el
armado final del diario o del informativo, la noticia desplaza el hecho y ocupa desde su propia relevancia –lograda por el
trabajo de construcción (newsmaking)- el espacio mediático. El trabajo depende del tipo de suceso, es decir, hay
modalidades que se aplican habitualmente para los temas y las series de acontecimientos, para la nota que sale en un
bloque o una sección determinados. La relevancia de un acontecimiento es “el término clave para evaluar la calidad de la
selección de las noticias. Es un criterio que puede aplicarse en niveles diferentes del contenido mediático (…) lo que
dificulta en extremo el criterio de relevancia es el problema de establecer la “significación” de los temas o sucesos
periodísticos…en la práctica, los medios informativos formulan juicios sobre la relevancia cotidianamente, sin una
introspección atormentada, conforme a la rutina y las convenciones establecidas, y en respuesta a variadas presiones e
indicaciones” (McQuail, 2000, 292)

(110) (…) la noticia es un relato desde la subjetividad, que determina qué es “lo imprevisto”.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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Los acontecimientos que se hacen públicos tienen el carácter de imprevistos y excepcionales. Esto es, la noticia es el relato
de la excepción, de un acontecimiento “fuera de serie”, que desarma la repetición cotidiana de la vida en una sociedad,
del mundo, y lo lleva a las tapas de los diarios, a la pantalla televisiva, al aire de la radio.

(…) La excepcionalidad se encuadra en la rutina de las prácticas periodísticas. La rutinización de lo excepcional es la marca
distintiva de la profesión, porque desde esa lógica operatoria se hace la noticia. De modo que el trabajo del periodista es
encontrar la excepción o tener el saber para la selección del hecho excepcional y la competencia y las herramientas para
hacerlo noticia.

(…) La información periodística organiza en cierta forma la vida cotidiana: a través de relatos, imágenes, opiniones, énfasis
en ciertas agendas, serialización de un tema, (111) clasificaciones y estereotipos permitiría a individuos y a colectivos
pensar un sentido de la realidad, un qué y un cómo de lo que es relevante en un momento determinado. También resulta
el soporte de políticas y de intereses diversos, por eso su manejo otorga poder y construye la imagen del periodista como
referente, consultor y hasta profeta obligado que mencionan algunos entrevistados. Demuestra a los individuos comunes
que la vida cotidiana sufre alteraciones y cambios (rupturas), les insiste en que no todo responde a lo previsible. Pero, en
la serialización de un tema (…) establece que las rupturas también siguen un modelo, se encuadran en el orden del
desorden o de la excepcionalidad. La serie funciona como un modelo: esquematiza, organiza, simplifica y clasifica. Desecha
la necesidad de muchos contextos y da por supuesto un reconocimiento a partir de títulos como “No se detiene la ola de
inseguridad” o “Un nuevo caso de corrupción”, por ejemplo.

(…) La noticia como relato de la realidad siempre se inscribe en un marco (explicatorio)

(112) El “dogma” se entiende como el conjunto de criterios incorporados a la rutina diaria. Desde un discurso del orden
del sentido común de la práctica se describen las tareas de gatekeeping (selección) y newsmaking (construcción de la
noticia) como fáciles de consensuar y decididas en función del trabajo. Las rutinas ordenan el trabajo que se afirma en la
seguridad del sentido que se comparte con el equipo del medio.

La ruptura que provoca la noticia en el gran relato de lo que sucede cotidianamente es cualidad de su materia prima, los
hechos. “El acontecimiento significa una ruptura en cualquier ámbito, privado o público, que se destaca sobre un fondo
uniforme y constituye una diferencia, y se define por los efectos en el tiempo y en el espacio en los que ocurre (Martini,
2000, 30)

En una síntesis de las declaraciones anotadas hasta ahora: la noticia es el relato de un hecho que implica una ruptura en
el devenir cotidiano, la “inercia”, del mundo, por eso en su selección y construcción operan los criterios de novedad,
imprevisibilidad, excepcionalidad y relevancia, y los tiempos cortos, el compromiso del periodista con la sociedad y la
capacidad para trabajarla en un proceso rutinario (eficaz)

(113) El interés que un acontecimiento despierte en la mayoría de la sociedad no desplaza la subjetividad del periodista
(la selección no puede ser objetiva, porque la práctica no lo es) y confirma como criterio enfatizado la función pública de
los medios. El éxito de público depende de que la información sea interesante para grandes grupos de personas.

¿Cuál es el interés del público? Aquello que lo afecta, directa o indirectamente. Un criterio central en el trabajo
productivo, relacionado con el interés público, es que la noticia es más noticia cuando remite a la cercanía geográfica a
los que la consumen.

(…) en las rutinas la proximidad geográfica del hecho en relación con el público es determinante. El interés se refuerza
por aquellos acontecimientos que pueden afectar a la sociedad de manera inmediata y por el reconocimiento de los
lugares más cercanos.

(115) “Editorializar” aparece usado como sinónimo de “bajar línea”, es decir, informar desde una visión tan sesgada que
deforma el significado del acontecimiento y lo revierte. Las prácticas, tradicionales en los medios y que se asimilan a las
versiones populares de “la botella medio llena o medio vacía” como sinónimos del mismo fenómeno, son recurrentes.
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En la prensa gráfica se hacen quizás más evidentes en los títulos. Responden a propósitos definidos, relacionados con el
posicionamiento político del medio, con sus intereses en las arenas del poder y con la visión del mundo que sustenta la
publicación.

(116) Se piensa directamente en términos de “noticia”, objetivo del trabajo. Entonces la pregunta que se impone es dónde
están las noticias. La noticia se instituye como novedad desde el impacto y a partir del interés de la sociedad. Las
definiciones que los entrevistados dan de la noticia están atravesadas por los criterios que hacen a un acontecimiento
noticiable. Las rutinas de producción no pueden separar la definición de noticia de los valores que tiene que portar un
hecho para ser noticia, lo cual explica justamente el proceso de rutinización que organiza la tarea en un medio y las formas
en que se encara el trabajo de producción de la información. La articulación entre definición de la noticia y criterios de
Noticiabilidad muestra un ordenamiento teórico sustentado en la practicidad y que esos criterios son parte de lo que es
noticia (en realidad, la teoría establece formalmente una separación que, vista desde la práctica, resulta artificial)

(118)…todo relato es una construcción, y la noticia es un relato. La posibilidad de transmitir un hecho sin mediación alguna
nos llevaría a reflexionar tanto en el campo de la teoría de las mediaciones cuanto en el de los usos del lenguaje (verbal,
icónico, simbólico), por ejemplo.

La práctica de narrar y el producto narrado son artificios. Gérard Genette explica que el relato es “la representación de un
acontecimiento o una serie de acontecimientos”, que oculta las fronteras y los territorios que lo atraviesan (1979)

La artificialidad del relato noticioso se legitima y se vuelve “natural” en la justificación que brindan los criterios para decidir
qué es noticia. Y en esa decisión ponen en juego las jerarquías, caracterizaciones y representaciones de los periodistas
sobre los diferentes soportes.

(120) La construcción de rasgos diferenciales es lo que permite establecer contratos de lectura y, además, llegar a nichos
segmentados del mercado informacional (…) Es a través de la verificación con los otros medios como puede asegurarse
que se está en el camino indicado para la satisfacción de lo que le interesa a “la gente”.

Diarios, radio, televisión: agenda y modalidades de la noticia

Como en cualquier otro proceso de mercado, los canales a través de los cuales circula la información no se caracterizan,
salvo en ocasiones, por el tratamiento de noticias disitntas. Es el posicionamiento que logran dentro de los públicos a los
que apuntan y las modalidades de decir la información lo que permiten establecer, desarrollar y consolidar una política
editorial.

(…) Dentro de un mismo genérico, son en parte las “posturas” las que permiten instituir una diferencia. Si entendemos el
discurso como una práctica, para saber quién habla tenemos que identificar el lugar desde donde lo hace, puesto que el
lugar define el agente (Costa y Mozejko, 2001, 12) La ubicación en el campo establece la autoridad.

(121) El título permite la existencia de la noticia: es condición de relevancia. Esta afirmación agrega un criterio más entre
los que jerarquizan un hecho como noticiable. Si un hecho no se puede sintetizar en un título es porque no es novedad y
probablemente no interese. Si los títulos rigen la noticia es también en términos de circulación (exitosa) porque desde ese
lugar atrapan al lector. Queda a la vista que, en los momentos de reunir producción (concreta), rutinas del trabajo y
prestigio (hacer un buen diario que tenga muchos lectores), muchos de los principios declarados acerca de la defensa de
los valores de la democracia sean contexto. (…) La intencionalidad de los grandes medios (el negocio junto al servicio
público) y la presión a la que está sometida la gráfica, cuya circulación descendió en los últimos años, hacen que el éxito
sea la meta (…)

Los cambios sociales y culturales constituyen tema de reflexión cuando se habla de la construcción de la noticia y las tapas
en los diarios. (…) Las tapas son producto de un diseño, una línea editorial y de lo que la cultura social también produce.
Pero podemos poner en discusión si las agendas de “Policiales” o de “Información General” no responden a algo más que
el interés del público.
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(122) Si el contrato de lectura se verifica en la tapa de un diario (Verón, 1983), las de los diarios para lectorados populares
suelen demostrarlo con precisión.

(…) A pesar de todo esto, el circuito rutinario que finaliza en la publicación establece cuáles son los modos para llegar a
los lectores y a qué rasgos noticiosos y de la misma producción editorial se da prioridad para garantizarles satisfacción.

(125)…la dependencia (NdS: de la tele y radio hacia la gráfica) no tiene que ver solamente con los temas que se instalan
desde los diarios. Las fuentes que ellos ponen a circular son retomadas por el resto de los medios porque es material
accesible y porque, como sostienen tantos testimonios, las representaciones acerca de la credibilidad (seriedad) de los
diarios son más efectivas. Los relatos audiovisuales pueden reforzar la verosimilitud. Aunque estructuren sus agendas a
partir a los temarios de los diarios, la imagen y el testimonio de protagonistas o testigos de los hechos agregan fuerza de
verdad. De todos modos, la inclusión de la información gráfica debe ser pensada para despegarse, diferenciarse de lo que
ya se conoce. En la agenda de los diarios, se busca alguna diferenciación que justifique la salida al aire de testigos y
protagonistas. Lo grave es que –si no se consigue- el fin parece justificar cualquier medio (…)

(126) Muchos son los trabajos que analizan la influencia de los medios de acuerdo con sus características diferenciales de
soportes (Wolf, 1991, 167) Sin embargo, la puja que sostienen las empresas, los vehículos, los profesionales y los
dispositivos técnicos es por obtener la información más diferenciada que permita llegar a la mayor cantidad de audiencia
y, además, instalarse como líderes de la opinión pública a través de la publicación de temas que luego el resto de los
medios que compiten por esa información deberán retomar (…)

(127) La mercantilización de las noticias lleva a ofertar sobre demandas seguras. La agenda no solamente instala temas y
situaciones novedosas que afectan la vida cotidiana de los consumidores mediáticos y el pulso colectivo de la sociedad
sino, además, los jerarquiza y permite la construcción de otros subproductos periodísticos –o pseudoperiodísticos- en
torno de ellos. Estas decisiones se producen por dos razones: mantener audiencias y, por tanto, el lugar conseguido dentro
del mercado y, también, satisfacer consumidores para retroalimentar la cadena que comienza con la producción (…)

(128) Los contenidos que afectan a la mayor cantidad de gente tienen garantía de noticiablidad. Los índices de lecturas de
algunas secciones de los medios hacen pensar en un replanteamiento del mercado, los medios y la esfera pública.

(…) La idea de “máquina de comunicación” pone en juego varios factores. La rutinización del proceso pensado como
industrial y, además, la posibilidad de ofrecer un producto diferenciado justamente a partir de la agenda requiere de una
reconceptualización de la noticia, la agenda y la práctica del periodismo.

(129)…la agenda de un medio es el conjunto de temas seleccionados y construidos como noticia pero, a la vez, es la
posibilidad para la audiencia de organizar su consumo. Es algo más que el sumario. En ella se incluyen las visiones, las
necesidades, los contratos de lectura y los pactos con las fuentes. De esta negociación, que ubica a las noticias en las
superficies discursivas –y a los temas en la opinión pública- surgen las valoraciones acerca de la relevancia para la
percepción y el conocimiento de la realidad.

(133) Hacer la noticia: las marcas de la retórica

El periodista circula entre hechos y relatos. Que en realidad son la noticia. Los manuales para periodistas coinciden con
que basta con despejarle a la audiencia apenas seis dudas: qué, quién, dónde, cómo, cuándo y por qué, para “hacer la
noticia”. Sobre tales rutinas hablan los relatos relevados. Para aproximarse a esta simplificación o normalización de los
procesos complejos de producción de la noticia se podrían aplicar los presupuestos de la etnometodología, cuyo objeto
de estudio lo constituyen el comportamiento y la explicación que los individuos dan de ellos, incluso en organizaciones
laborales. Los individuos explican sus acciones cotidianas y la mecánica de sus actividades laborales con expresiones que,
desde el sentido común, intentan racionalizar lo que constituye el objeto y el significado de su práctica. Para ello recurren
a formas de situar las acciones a través de deícticos y construcciones parciales, simplificadas, descripciones recortadas,
observaciones diversas, en fin, modos de traducir lo que en realidad todos saben y que por tanto no necesitaría otro tipo
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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de explicación. Pero esa manera de explicar es considerada la única posible para describir la actividad que se realiza (Wolf,
1991)

(134) La relación con el público exige la capacidad para entender de qué manera hablarle. Dada la masividad por la que
se caracterice el soporte, el margen para la expresión de la subjetividad, a través de consignas, códigos y formas propias
de sociolectos determinados, puede ser mayor o menor (…)

(135) La pasión en el hacer o en el decir produce distintos modos discursivos. Es desde las modalidades de los discursos
como se manifiestan (y se expresan como pautas de consumo) los estilos propios de cada soporte. (…En la gráfica, la
periodicidad de la publicación promueve distinciones en los registros y los relatos.

(136) La profundidad describe un estilo de la noticia. Pero también una forma de entender la noticia. En este caso,
definición de la noticia y estilo de la noticia se equiparan, porque la exigencia por “mayor profundidad” se reitera en varios
testimonios.

(…) El estilo es también cuestión de contrato de lectura de un medio determinado con su público y asunto de mercado. La
espectacularización de la noticia, que tiene en la televisión la escena ideal que proporcionan la imagen y el sonido, se ha
ido desplazando a los diarios y a las radios. Montar un espectáculo responde a una normativa precisa: entretener,
emocionar, causar impacto. La noticia se resiente en su carga informativa y argumentativa. Los periodistas se muestran
desde acostumbrados a este modo de hacer la realidad hasta indignados (…)

Si la noticia tiene que sorprender, las marcas de estilo van a ser la espectacularización y el sensacionalismo.

(137) Producir conmoción y piedad sería una de las funciones de la noticia, porque y todos se dolerían del sufrimiento
ajeno, especialmente si los protagonistas son los más débiles. La declaración, que de manera explícita dice sobre una
periodista que es sensible al padecimiento social, traduce, en un segundo nivel, formas del estilo (…) y pone en escena
una punta para un debate acerca de si la notica, al conmover, informa, y si lo hace, es porque el público necesita ser
sacudido y hasta “concientizado”. La declaración justifica la inclusión del padecimiento que, si apunta a la conmoción, va
a ser incluido de manera sensacionalista (…)

En el caso de los menores expuestos en los medios tiene allí y en las instituciones de la justicia la responsabilidad: muchas
coberturas de hechos exponen a los menores y la justicia no sanciona protegiendo sus derechos. La exposición de los
menores se sostiene en aquel principio pietista que se propone el acercamiento del hecho al público a través de la pena,
el impacto y hasta la “culpa social” con la justificación de “mostrar” los abusos. Los menores y todos los actores débiles
de la sociedad, mujeres, ancianos y pobres, son objeto de una construcción cargada de sensacionalismo. El
sensacionalismo no es simplemente la crónica “roja”. Y es mucho más que una retórica informativa. Se trata de una
explicitación de una visión del mundo, reducido al espectáculo lastimoso. Basado en formas tradicionales del relato
(periodístico y también literario), cuya intención es propiciar la identificación del interlocutor por el miedo, la sorpresa
que espanta, el sufrimiento extremo, la redención salvadora, está articulado también con matrices melodramáticas. Por
eso muchas de las noticia tanto policiales cuanto aquellas que miden el sufrimiento social, cierran en la necesidad de
“reformar” el sistema que produce tales hechos con un claro sentido moralista. Con este estilo, la información pública
pierde calidad argumentativa y sustancia política. No se puede desconocer que las noticias presentan los conflictos y
desigualdades inscriptos en el nivel de ausencia de políticas públicas sectoriales y generales o como efecto de la
corrupción, sin embargo, suelen acompañarse de “notas pintorescas” o anécdotas que relativizan el significado político al
enfatizar el caso que estremece. El sensacionalismo muestra una realidad donde no hay lugar más que para el Bien y el
Mal.

(138) Los estilos para decir la información pueden ser interpretados dese diferentes puntos de vista y diversas ideas sobre
el significado de la información pública. Y si la noticia es novedad e “ineditismo”, cuando un tema lleva varios días en
agenda, para que siga estando tienen que producirse algún cambio.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
Aires
Otras veces la noticia se refiere exclusivamente de manera sensacionalista, tal el caso de la agenda sobre inseguridad que,
aunque pueda incluir la reflexión sobre la articulación entre el delito y la corrupción policial, en la presentación sucesiva
de casos –en el diario, la televisión, la radio- instala la sensación de peligro y temor que es a su vez marco de interpretación
de otro tipo de agenda. Justamente, la agenda de la desocupación y el reclamo social se inscribe. Quizás a pesar de muchos
de los periodistas de nuestro medio, en el contexto de la inseguridad a la que aportarían las manifestaciones de reclamo
o la presencia de cartoneros o argentinos sin techo en las calles. Quizá la argumentación y la exposición política de estos
problemas agudos es posible en programas de televisión por cable, que cuentan con tiempos más generosos y con
menores presiones de rating, o en revistas periódicas y a veces en notas que son el resultado de trabajos de investigación
en los diarios.

Colabora con este sentido otro de los estilos más frecuentes de la información en los últimos tiempos: la fragmentación y
la discontinuidad de un tema en la agenda, si bien reconocidas como un problema por varios de los entrevistados,
propician la imagen de una realidad estallada en episodios diversos con el común denominador del sufrimiento, el
desorden y la amenaza (…)

Comúnmente se identifica sensacionalismo con amarillismo; en todo caso el amarillismo es una de las formas en que se
expresa el sensacionalismo. Porque la nota amarilla sería en realidad aquella que “chorrea sangre” (…)

(139) Las formas varias de la retórica alcanzan la dimensión filosófica y política y constituyen la expresión de un sentido
del mundo. Por eso, es posible afirmar que, aunque el contrato de lectura de un programa o de un medio es del orden del
discurso –es decir, se sostiene en las modalidades de expresión-, como todo discurso se inserta en una práctica y en una
concepción de la realidad. El contrato es sin lugar a dudas ideológico (…)

(140) El periodista de policiales hace un trabajo político. Las rutinas con que se manejan las fuentes exigen del cuidado, y
la verificación y la espectacularidad de un dato no tendrían que alentar al periodista a exponer lo que no puede comprobar.
El periodista se hace así honesto, cuidadoso de su imagen y de la imagen pública de los sospechosos, y por eso mismo,
creíble. Las retóricas propias de la noticia policial, suelen ser el blanco de las críticas al sensacionalismo (…)

(NdS: a partir de una respuesta que hay en el libro) vuelve a aparecer la marca de la práctica, dato que aporta una mirada
diferente –más integradora- y que se sustenta en la concepción de la práctica profesional como un conjunto de rutinas
que favorecen el cumplimiento de la tarea en los tiempos previstos. Fuentes confiables e intereses se articulan en
simultáneo: el estilo es también producto y efecto de los datos; el uso del condicional, por ejemplo, como presentación
de hipótesis pero a la vez como retórica del relato policial sustenta el enigma y permite la noticia (hay una novedad que
se agrega en el seguimiento de un caso) (…)

(142) Las decisiones acerca de la mayor o la menor exposición de la violencia en un diario no coinciden. El criterio que
opera en esta declaración traduce uno de los significados que implica el periodismo: lograr la mejor nota. El “testimonio
fuerte” no tiene una medida explícita, y su inclusión se justifica porque “no es un diario sensacionalista”, afirma el
entrevistado. La condición de suceso extraordinario determina la permeabilidad de las fronteras entre lo que es lícito o
ético publicar.

La apelación al sensacionalismo resulta, de los testimonios relevados, cuestión de honestidad hacia el público y es
producto de una actitud ética que marca los límites entre lo que es publicable y lo que no lo es. O, en otras palabras, entre
lo que es aceptable mostrar y lo que hace visible el horror que ofende la percepción. Pero también entra en juego la
utilización de los efectos de la violencia como “gancho” para el espectáculo que vende más. No aparece la cuestión de la
lente que opaca la posibilidad de conocer los hechos a través de datos que aporten a la discusión pública y a la práctica
ciudadana. Esto es, las formas de estilo o las retóricas de una noticia en términos de acceso al conocimiento no son motivo
de reflexión.

Resulta interesante verificar que, en los testimonios relevados, la cuestión del estilo esté ocupada por lo que el periodismo
serio considera el exceso y la desviación de la norma del buen periodista. Salvo en algunos pocos casos en que se acota
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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brevemente acerca de las modalidades estilísticas puntuales, el espacio está ocupado por la hipérbole que, a juicio de los
entrevistados, resume la práctica de la espectacularización y el sensacionalismo. La noticia honesta tiene un estilo que se
explica a través de la metonimia, como desplazamiento de las cualidades del buen periodismo (compromiso, credibilidad,
relación responsable con las fuentes, investigación, trabajo realizado a conciencia) hacia su producto.

(143) CAPÍTULO 4. LAS FUENTES DE INFROMACIÓN: BÚSQUEDAS Y NEGOCIACIONES

A la caza de la información

La idea de la información como bien de cambio no es nueva. Aunque en los últimos tiempos cobra mayor significado por
la concentración y la circulación de los datos y el conocimiento.

(…) En primera instancia, podemos pensar que las redes se constituyen con los informantes, que se acercan o son
interpelados por los periodistas para ofrecerles datos. A su vez, estos los verifican con otras fuentes y los entregan a sus
editores que, como responsables del gatekeeping de las empresas, los ponen –o no- a circular. Finalmente, las audiencias
consumen esa información y dan el crédito que crean conveniente a los medios de comunicación y sus periodistas quienes,
a partir de allí, siguen o discontinúan esos temas. Explica Mouchon:

(144) Las prácticas periodísticas son objeto de numerosas interrogaciones. Habiendo llegado a ser centrales en
el espacio público, esas prácticas definen en buena parte las modalidades de acceso al conocimiento de los
sucesos. No resulta pues sorprendente que se las juzgue según su credibilidad (Mouchon, 1999, 43)

Tanto teóricos como pragmáticos asignan a los informantes de la prensa un alto grado de intencionalidad. Es que la puesta
en público de hechos, opiniones e informes implica posicionamientos, agrupaciones, disociaciones y alineamientos en el
seno del poder.

Las discusiones acerca de las nuevas formas de dominación –sustentadas en la información- atravesaron los debates y
reflexiones de las décadas pasadas. Los bienes culturales que remiten al periodismo como práctica y a los periodistas como
actores fundamentales en la vida institucional dan cuenta de estos debates y producen virajes que cambian las opiniones
y representaciones de quienes consumen productos periodísticos. Es que la obtención u observación de datos, que se
constituyen en insumos informacionales, otorga a los periodistas –y a los medios para los que ellos trabajan- la posibilidad
de participar de una de las pulseadas más importantes de los últimos tiempos: aquella que da disputas directas en torno
de la hegemonía.

En esta construcción, los medios de comunicación tienen un rol fundamental en la medida en que generan, sostienen e
instalan consensos acerca de los lineamientos más importantes que surgen de las esferas (diversas) del poder. Sin
embargo, dentro de ellas se dan tensiones en relación con quién o quiénes encabezan los procesos que favorecen una
mayor concentración, exclusión y –además- el liderazgo de la fase histórica en la que las tecnologías informacionales
resultan imprescindibles para realizar negocios, operaciones financieras y construcciones discursivas que avalen tales
procesos. En este contexto, la acumulación informativa es fundamental para sostener la económica. El liderazgo sobre las
audiencias permite que los medios puedan dar pelea dentro del mercado mediático en particular y de la esfera pública en
general, en tanto constructores de ciudadanía. (…)

(145) Los medios necesitan de la información que brindan las fuentes. Datos de un sondeo que se hizo en 1997 entre un
grupo representativo de trabajadores de prensa de la Argentina señalan una coincidencia entre entrevistados: el 64,5 por
ciento de la información que utilizan es producto de investigaciones propias o de fuentes habituales y confiables (Fraga,
1997)

El acceso a las fuentes es uno de los temas más complejos en el material relevado en las entrevistas. La condición de
exclusividad que opera sobre la relación con las fuentes imprime a los testimonios de reticencias. Podemos pensar que no
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
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es demasiado conveniente revelar los entretelones de tales relaciones que constituyen, en sí mismas, todo un campo de
trabajo y de estudio (…)

(146) La connivencia con las fuentes puede acarrear una baja en las calidades informativas. Las relaciones entre los
periodistas, los medios y los informantes dejan fuera del circuito a las audiencias, cuya fidelización se logra con elementos
que no en todos los casos se sustentan en la información. La construcción de la confiabilidad de los medios y los periodistas
se apoya en un entramado relacional en el que el poder es un elemento esencial. En este punto (…) creemos importante
cuestionar cuál es el papel de los medios periodísticos en relación con la obtención de información y el trabajo periodístico.

(148) (…) La puja entre quienes desean instalar los temas y quienes tienen posibilidad de difundirlos vuelve a la práctica
periodística un campo apropiado para disputar espacios en el seno del poder. Si a esto se le agrega que la autopercepción
de los profesionales de los medios refuerza sus sustentos históricos en la construcción mítica de la tarea basada en la idea
de la develación de lo opaco, lo desconocido, lo oculto, es evidente que la luz que intenta echarse sobre “los desconocido”
nunca revela aquello que pone a los medios en un lugar de fiscalización muy especial. Con sus denuncias, los medios logran
concentrar un poder político que no debe ser refrendado ni arriesgado, independientemente de las cualidades que
caractericen a la gestión de su política editorial.

(151) Intencionalidad, verificación y construcción de opinión pública

Las fuentes son primordiales en el proceso de construcción de la información. Su articulación con los profesionales, los
medios para los que ellos trabajan y las audiencias tienen efectos políticos sobre la ciudadanía y la construcción de la
opinión pública (Bourdieu, 1997, 111) Son varios los autores que dedican sus estudios a este punto. El acceso a las fuentes
y la comprobación de su confiabilidad se sitúan como dos de los aspectos básicos del trabajo periodístico (Martini, 2000,
47) Sin embargo, la mayor coincidencia que existe entre los teóricos es la asignación de intencionalidad a quienes integran
el proceso de producción de las noticias como proveedores de insumos informativos (Rodríguez, 1994, 67; Fontcuberta,
1993; Gomis, 1991, 63; Rodrigo Alsina, 1996, 116, entre otros) Las fuentes son interesadas y necesitan de los medios para
la publicidad de sus actos. Otras veces requieren de diferentes noticias (de las cuales también son fuentes) para desviar la
atención pública.

En la práctica cotidiana, los profesionales también reconocen la necesidad de verificación de lo que se les dice a partir de
las intenciones que leen en las fuentes que se les acercan. La tensión entre la posibilidad de mantener la fuente y la
fidelidad que les deben a las audiencias produce ciertos conflictos y dispara reflexiones que no pasan inadvertidas en las
redacciones (…)

El planteo acerca de las redes de relaciones que se establecen para la circulación pública de la información sintetiza las
prácticas negociadas que se generan entre los miembros del mismo circuito. “Fuentes, medios y público se necesitan y
cooperan, pero siempre con una cierta dosis de desconfianza en sus relaciones”, explica Gomis (1991, 64)

El criterio utilitario apunta a dos cuestiones que son centrales en la práctica del periodismo: la permanencia del contacto
con los informantes y, a su vez, la relación de confiabilidad con las audiencias que, en definitiva, son las que permiten
sostener el trabajo (y el negocio) (…)

La cuestión de la verdad y la construcción verosímil de los relatos informativos suele generar asperezas entre la práctica y
la academia (…) (152) El constructo informativo es relevante para las audiencias y supone efectos políticos concretos en
relación con la percepción que en ellas se genera sobre los temas de la agenda y su conexión con la construcción del
espacio público. Pero las relaciones que se establecen en torno a la construcción de los acontecimientos no solo establecen
conflictos entre periodistas, audiencias y fuentes. Dentro del ámbito cotidiano de las rutinas profesionales, también hay
preocupaciones por quién accede a los informantes y de qué modo ellos pueden condicionar el trabajo y las redes de
relaciones dentro de una redacción.

(…) La acción de las fuentes resulta fundamental para la comprensión de los hechos que signan la vida cotidiana.
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
Aires

(153) El trabajo del periodista en la adquisición de los datos imprime a la tarea una importancia vital. Las búsquedas y
consultas se sostienen en esa fuente que es:

Toda persona que de un modo voluntario y activo facilita algún tipo de información a un periodista. Para
tal consideración no tendrá importancia, más que a efectos de clasificación, que el trasvase de información
sea puntual o continuado en el tiempo y variado en los sujetos, que sea realizado de forma confidencial
(con datos no atribuibles al emisor) o que sea una persona privada o que represente a cualquier tipo de
colectivo o insdtitución. También consideraremos como fuente a todo depósito de información de
cualquier tipo que sea accesible y consultable por el periodista (prensa, libros, archivos diversos, etc)
(Rodríguez, 1994, 67)

Si bien en la definición de fuentes la relevancia que se otorga a los testimonios es muy importante, acordamos con
Fontcuberta en que “el terrenos de las declaraciones es tanto más resbaladizo cuanto más intereses entren en juego”
(1993, 61)

(154) (…) La tensión entre los tres vértices del triángulo periodistas-fuentes-opinión pública determina la circulación
informativa en la sociedad y, al mismo tiempo, la construcción de lo que es efectivamente de interés del público en
detrimento del interés público.

(159) La construcción de los contactos, la integración de espacios del poder y la elaboración de redes informacionales
hacen que las relaciones con las fuentes sean uno de los niveles más complicados de la rutina periodística. El producto de
este entramado también vuelve más complejos los productos que se publican. En este caso coincidimos en que “leer las
noticias con inteligencia es preguntarse quién ha contado el hecho y con qué interés” (Gomis, 1991, 63) No hacerlo
permite la construcción de temarios, agendas y poderes que exceden los intereses públicos y erosionan la condición de la
ciudadanía. El gatekeeping que se va ejerciendo a lo largo de toda la cadena informacional colisiona con el que, desde los
informantes, se realiza para poner en público una información interesada en provocar efectos políticos. Si, como ya
dijimos, el cronista puede escatimarle información a su editor –y en eso radican su libertad y su poder de selección-, los
agentes de prensa, o intermediarios entre las fuentes y los medios, ejercen los suyos entregando o negando contactos e
información.

(160) Las tensiones por la apropiación del campo simbólico

(…) La función de los medios como constructores de cohesión social se manifiesta en las acciones de los ciudadanos. Pero
la información periodística es cada vez más un insumo para la inserción en la socialización cotidiana que una herramienta
de construcción de ciudadanía comprometida con la democracia. Además, también funciona como elemento cohesivo de
la opinión pública a través de operaciones que implican el temor de no ser aceptados socialmente o rechazados por los
grupos de referencia y pertenencia (Noelle-Neuman, 1995, 81)

(161) (…) el acceso a una información más completa también es una cuenta pendiente en relación con las audiencias que
están incluidas. La cobertura de los hechos de manera descontextualizada genera una continuidad de datos sueltos, que
dan cuenta de procesos sencillos y comrpesnibles para las audiencias masivas, aunque permiten eludir el entramado
complejo que da origen a la situación en la que estos hechos se generan (Luchessi y Cetkovich, 2001) Las operaciones de
segmentación, fragmentación, dramatización, serialización y narración superficial de los hechos –que establecen el
basamento de la espectacularización informativa (González Requena, 1989)- contribuyen a la ampliación de los lectorados
pero inciden negativamente en la calidad informacional de aquello que se publica.

(167) La constante retroalimentación entre medios periodísticos y la homologación en el uso de las fuentes ponen en
público una información homogénea que deja a los consumidores de noticias desprovistos de elementos de juicios para
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
Aires
tomar decisiones relevantes en relación con la participación en el sistema democrático y, además, conocer otras visiones
que no sean las institucionalizadas por los medios.

(174) Operaciones de prensa o la realidad es teatro.

(175) (…) las empresas periodísticas, en tanto integrantes de la nueva hegemonía capitalista, se manejan con la misma
lógica que el resto de los líderes del proceso económico. Entonces, las negociaciones que entablan para posicionarse en
la esfera del poder ponen en juego una intencionalidad que debe establecerse a partir de los temas que intentan instalar.

(180) La posibilidad de comprensión, el juego de intereses, el escaso tiempo con el que se cuenta en el proceso de
construcción de información, los límites que ponen las empresas y los que por mecanismos de autocensura puede
imponerse el profesional, condicionan la calidad informativa, la circulación de noticias erróneas o intencionalmente
instaladas y, como consecuencia, la calidad del sistema institucional.

La relación compleja que se establece entre los medios y las fuentes y las fuentes de información, que se constituye con
los diferentes actores sociales pero que tiene en los más poderosos la posibilidad de un mejor y más rápido acceso, es (y
seguirá siendo) lugar de recelo, de deseo y de enigma. Porque es un juego que se desarrolla en la arena del poder.

CAPÍTULO 5. HABLANDO DE LOS OTROS: LA BÚSQUEDA DEL MÉTODO

(203) En un recorrido por los resultados de la investigación en los últimos años, encontramos una mayor y diversificada
producción que aporta a la teoría sobre la producción de la noticia y/o su análisis discursivo e ideológico, algunos incluyen
testimonios de periodistas, y trabajan desde una perspectiva cualitativa; o hacen la historia de un medio en particular,
también refieren la relación periodismo-medios-circuito económico; otros son el resultado de relevamientos de opinión
entre profesionales de prensa y diversos actores sociales; están los que toman el formato de transcripción de entrevistas-
conversaciones, desde diversas perspectivas (sociológica; literario-antropológica; periodística) y hay también ensayos de
periodistas que reflexionan sobre su propia tarea o sobre las dimensiones políticas de esta. En todo caso, los estudios
publicados no dicen de todos los alcances, características y problemas que incluye la práctica periodística en estos
momentos en la Argentina. La reformulación de los términos de los “contratos”, según la continua y acelerada
concentración empresaria (y también de su diversificación de intereses), obliga a una actualización permanente. La
investigación sobre el periodismo en nuestro medio no ha alcanzado, con todo, un espacio de jerarquía relevante en el
ámbito académico y tampoco en el de la práctica misma.

La teoría que la sustenta abreva en los planteos y modelos que se manejan en general en nuestro continente y en Europa.
El modelo de nuestra prensa es el de la prensa occidental, en sus variantes estadounidenses y francesa, especialmente.
Desde fines de los 60, el pasaje de una teoría sostenida en un modelo de comunicación lineal que indaga los efectos a
corto plazo sobre la sociedad o en el modelo marxista que sostiene la Escuela de Frankfurt, por ejemplo, a otra cuya mirada
está centrada en el estudio de los efectos a largo plazo que reconoce el lugar activo de la recepción (negociaciones y
posibilidades de construir un sentido negociado con el significado (204) dominante en el mensaje) y también incluye las
formas de la práctica profesional ha producido una renovación epistemológica y un abordaje sustancialmente diferente
del periodismo. Conceptos como lectores y audiencias activos, provenientes de los estudios sobre el consumo literario, y
que marcan los préstamos entre los campos teóricos; contrato de lectura, criterios de noticiabilidad, efectos de agenda,
rutinas productivas, entre otros, permiten abrir la investigación a la densidad de relaciones que se articulan en el mismo
ámbito periodístico y en su relación con la sociedad y el poder. Y son justamente el valor y la necesidad de la información
en las sociedades, la globalización de las comunicaciones, las consecuencias de las innovaciones tecnológicas y el poder e
la prensa los que movieron al cambio en la orientación teórica y la multiplicación de los estudios. La renovación en las
líneas de investigación no descarta sin embargo las premisas básicas que sustentara la Escuela de Frankfurt, los trabajos
sobre el papel y significado de las industrias culturales, la economía de los medios y las articulaciones con el poder político,
Luchessi, Lila; Martini, Stella (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Editorial Biblos. Buenos
Aires
que son indispensables a la hora de comprender el funcionamiento de los medios, la magnitud de la tarea periodística y
su relación y sus efectos sobre la opinión pública.

Tanto desde métodos cuantitativos, como desde los cualitativos que utilizan técnicas etnográficas, análisis discursivo e
interpretación de los significados, los campos de la comunicación, la lingüística, la sociología, los estudios en cultura, la
antropología, la economía política de la comunicación y la historia, ponen en circulación una vasta bibliografía que indaga
sobre las condiciones de producción, la selección (gatekeeping) y la construcción de la noticia (newsmaking), en
interacción con las políticas institucionales, los conflictos entre el gerenciamiento de los medios, la práctica concreta y las
nuevas estructuras sociales.

En una síntesis muy apretada, la teoría coincide, en los últimos treinta años aproximadamente, en reconocer un conjunto
de rutinas productivas que favorecerían la adecuación a tiempos cada vez más cortos y a nuevas posibilidades brindadas
por el desarrollo tecnológico, y a la puesta en marcha de criterios (de Noticiabilidad) y valores sustentados por los
profesionales en relación con los medios en que desempeñan su labor y según el soporte (gráfica, radio, televisión) La
participación del periodista en una sociedad y en una cultura determinadas, por tanto en sus estructuras ideológicas y
representacionales, atravesados por la historia y los sentidos atribuidos a su profesión, se articulan con lo que se denomina
formas de “desviación inconsciente” (Wolf, 1991) en la construcción de la noticia.

(205) Los relatos, las categorías y el otro relato

(206) Los relatos que van construyendo un sentido y una imagen del trabajo periodístico no pueden agotarse en varias
decenas de entrevistas y de observaciones, pero brindan una tendencia de opinión y de creencias acerca del propio trabajo
y, leídas en el marco de las preferencias del público y de los asentamientos en diferentes tipos de empresas, cobran un
sentido más consistente.

(207) Nuestros relatos tienen personajes protagónicos que son los narradores y a la vez los agentes y los testigos de las
prácticas de los otros (sus colegas), y que en el momento de la entrevista. Son el relator de la experiencia y de la teoría.

(209) Los relatos son espacio para dar cuenta de que la tarea periodística es también una performance, es decir, una
acción o ejecución porque tiene como rasgo diacrítico, por sobre las competencias exigidas para el trabajo profesional, la
cualidad de llevar a cabo una representación. El periodista dramatiza o pone en escena ciertos conjuntos de hechos que
tomamos por la realidad y se pone él mismo en escena para realizar su trabajo y para legitimarlo. El periodista es un actor
social en el sentido que la sociología otorga al término (…)

BIBLIOGRAFÍA

 Borrat, Héctor (1989) El periódico, actor político


 Bourdieu, Pierre (1997) Sobre la televisión
 Habermas, Jurgen (1999) Teoría de la acción comunicativa.
 Jackobson, Roman (1984) Lingüística y poética. En Ensayos de lingüística general.
 Luchessi, Lila y GabrielCetkovich Bakmas (1997) Manuales de periodismo. Tribunas de doctrina.
 McQuail, Denis (2000) Introducción a la teoría de la comunicación de masas.
 Mouchon, Jean (1999) Política y medios.
 Price, Vincent (1994) Opinión pública. Esfera pública y comunicación.
 Stevenson Nick (1998) Culturas mediáticas.
 Van Dijk (1997) Historias y racismo.
 Wolf, Mauro (1991) La investigación de la comunicación de masas.

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