REMESAS Y CRECIMIENTO ECONÓMICO PARA COLOMBIA EN EL PERÍODO
(2000-2016)
SÍNTESIS
MACROECONOMÍA II
JENNIFER CELIS GUTIÉRREZ
CÓDIGO: 2161256
PRESENTADO A:
HECTOR LUIS ROMERO BALVUENA
PhD. en Economía
UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER
ESCUELA DE ECONOMÍA Y ADMINISTRACIÓN BUCARAMANGA 2018 Si bien los efectos de los flujos de remesas son considerados por la mayoría de colombianos un aporte útil al crecimiento económico, éstos han sido analizados desde diferentes ópticas, debido al sinfín de variables que intervienen y sus consecuencias a corto y largo plazo. Según lo dicho, están quienes afirman que las remesas provocan un efecto positivo en la economía en la medida en que incentivan el consumo y la inversión, a su vez, también hay posturas que argumentan que generan un contrapeso y mantienen un equilibrio económico y, en última instancia, se habla del efecto negativo que generan al disminuir la fuerza laboral del país. En este sentido, el trabajo titulado “Remesas y crecimiento económico para Colombia en el período (2000-2016)”, elaborado por Silvia Juliana Tarazona, Angela Patricia Cuadra, Héctor Romero y Eddy Johanna Fajardo, tiene como objetivo estudiar los efectos originados por los flujos de remesas en el crecimiento económico de Colombia en el lapso de 2000-2016, a través de un modelo de vectores autoregresivos, analizando así, la dinámica de todas las variables de estudio. En el texto, los autores presentan el estado del arte sobre el efecto de las remesas, seguidamente, hacen una descripción de la metodología implementada en la construcción del modelo y un análisis descriptivo en el que se examina el comportamiento de cada variable y el proceso evolutivo de las remesas en Colombia, junto a otros aspectos econométricos propios del modelo. Para finalizar, los autores concluyen según los resultados obtenidos y realizan algunas recomendaciones del estudio. Ahora bien, entre los antecedentes o el estado del arte mencionados por los autores, se encuentran las investigaciones que reflejan resultados positivos del flujo de remesas en el crecimiento económico, específicamente, las llevadas a cabo por Meyer y Shera (2016), Batu (2017), Condori (2014), Agudelo (2016), Bonilla (2016), Monroy (2010), Tamayo y Moore (2014) y Arango, Montenegro y Obando (2011). En sus análisis, los autores coinciden en que las remesas son significativas en la economía ya sea por variables como remesas de trabajadores, consumo de los hogares receptores, ahorro, inversión, tasas de desempleo, participación laboral, afiliaciones al sistema de salud, gasto público, educación, entre otros. Se ha podido observar que las remesas reflejan crecimientos relevantes representados en el PIB, sin embargo, la variable más significativa en el PIB es la población, junto al gasto público. Además, se observa que las remesas utilizadas para consumo incrementan el ingreso de los hogares receptores, originando mayor poder adquisitivo y, por ende, un aumento en la demanda interna, así que el efecto es un crecimiento en el corto plazo, de otra forma, si las remesas se destinan a inversión y ahorro el efecto es un incremento del crecimiento a largo plazo. Entre los aspectos a resaltar en Colombia, está el hecho de que el Valle del Cauca sea el departamento que recibe mayor porcentaje de remesas, y le siguen Antioquia y Cundinamarca, no obstante, al observar el PIB, las regiones que sobresalen son Risaralda y Quindío. Por el contrario, las investigaciones que evidencia efectos negativos de las remesas en la economía, son las realizadas por Catrinescu, Leon, Piracha y Quillin (2009), Moritz y Salazar (2001), Ambrosius y Cuecuecha (2016) y Lim y Simmons (2015). En sus estudios, algunos resaltan que no hay una relación significativa entre remesas y crecimiento económico, ni en el PIB real per cápita, con evidencia estadística. No obstante, hay otros que afirman que las remesas sí impactan en el corto y largo plazo en el crecimiento a través del consumo privado, pero tales efectos son contraproducentes por la migración, el poco desarrollo económico del país y el fin de los recursos, que en última instancia determina las consecuencias de las remesas en la economía del país. Hecha esta salvedad, también hay factores como la calidad de las políticas e instituciones gubernamentales, que controlan dicho flujo de remesas, por tal razón, para el caso de América Latina, los estudios mencionados anteriormente tienen resultados desfavorables. En cuanto al marco teórico, los autores enfatizan en las diferentes posiciones y discusiones que se han generado alrededor de este tema. En primer lugar, están quienes sostienen que las remesas tienen rentabilidad en la economía y son procíclicas, en la medida en que actúan como un sustituto de los créditos que ofrece el mercado financiero, y con costos más bajos de préstamo incentivan la creación de nuevas empresas, iniciando etapas productivas que estimulan el crecimiento económico, por lo tanto, se hace indispensable diseñar políticas económicas estratégicas que optimicen el uso del flujo de remesas en los países receptores, tales conclusiones son expuestas por Dorantes y Pozo (2004), Fayissa y Nsiah (2010), Giuliano y Ruiz- Arranz (2009) y Ratha (2005). En contraposición, otros autores afirman que en el largo plazo las remesas no afectan de ninguna forma al crecimiento económico y sus efectos directos no son significativos y, en algunos casos, se comportan de forma compensatoria, puesto que los países receptores tienen un desempeño económico insuficiente. Además, hay quienes consideran que tienden a estar correlacionadas negativamente con el PIB, dado que no sirven como flujo de capital, por el contrario, reducen la mano de obra y la participación en el mercado de trabajo, entre esos están Rao y Hassan (2009), Chami, Fullenkamp y Jahjah (2005), Acosta, Lartey y Maldelman (2009), Ralph y Connel (2009) y Barajas, Chami, Fullenkamp, Gapen y Montiel (2009). En términos generales, manifiestan la inestabilidad de las remesas como capital y las contemplan como una señal negativa para la prosperidad de la economía, al aumentar los precios de los activos, aumentar la pobreza y desincentivar al gobierno de prestar mejores servicios y cobertura económica. Ahora bien, en cuanto a la metodología desarrollada por los autores del trabajo en mención, éstos realizan su análisis a través de un modelo econométrico que parte del uso de vectores autorregresivos, hacen un análisis estadístico descriptivo y estudian las variables mediante una prueba de raíz unitaria Dickey-Fuller, con el fin de comprender los efectos e impactos de los flujos de remesas en Colombia en el crecimiento económico del país, desde el año 2000 hasta el 2016. Según los resultados obtenidos, “Entre 2000 y 2003 se registró una alta variación del ingreso de las remesas en Colombia que fluctuó entre 21% y 28% explicado por la brecha que surgió del proceso de monetización de remesas ya que cada divisa que ingresa al país y se monetiza automáticamente se convierte en liquidez que aumenta la base monetaria de la economía, cuyos efectos son diferentes dependiendo de la coyuntura cambiaria de devaluación o revaluación” (Tarazona, S. & Cuadra, A. & Romero, H. & Fajardo, E., 2017, p. 11) Durante el 2004 y el 2005, dicha brecha se vio afectada por los procesos de devaluación enfrentados durante ese período, asimismo, entre el 2006 y el 2008, las burbujas económicas y la crisis que afectó especialmente a Estados Unidos, provocaron que para 2009 el flujo de remesas disminuyera significativamente. En cuanto al PIB de Colombia, entre el 2000 y el 2016 ha tenido un crecimiento mesurado, resaltando que a comienzos del siglo la economía del país se encontraba en un proceso de recuperación tras la crisis de 1999. Según los autores (2017), durante ese periodo dicho proceso fue lento y en algunas ocasiones rezagado, principalmente por los altos índices de desempleo, la poca sostenibilidad en el sector financiero y la insostenibilidad de la deuda pública (p. 12). Para el año 2006 y 2007 se presentó el máximo potencial de la economía para el período en cuestión, puesto que la economía crecía a tasas del 6,7 y 6,9%, efecto derivado del buen desempeño del sector industrial y del sector agrícola, abanderado por la cosecha cafetera, junto a otros factores externos e internos. Para el año 2008 y 2009, el PIB cayó considerablemente, debido a la incertidumbre que generó la crisis en el mercado hipotecario, en vista que Estados Unidos era el principal socio comercial de país, perjudicando las exportaciones y los ingresos fiscales. En los años posteriores, hasta el 2011, la economía recobra su dinamismo gracias a los países emergentes, y se recupera el producto al volver a tasas de 6,59%. Sin embargo, a partir del 2012 hasta el resto del periodo de análisis, hubo un proceso de desaceleración provocado por la caída en los precios del petróleo, la lenta recuperación de Estados Unidos y diversas crisis y fenómenos mundiales. En la interpretación del modelo y las situaciones descritas anteriormente, los autores (2017) señalan que las remesas presentan una disminución en el corto plazo cuando hay cambios en el PIB, no obstante, si se evalúa el largo plazo el efecto no es significativo, lo cual se puede explicar al examinar lo que sucede cuando aumenta el nivel de producción, y esto es una disminución en los flujos migratorios, pues las personas prefieren quedarse en su país de origen, lo cual provoca variaciones negativas en las remesas, de igual forma, se evidencia que aumentos en el flujo de remesas contraen los niveles de crecimiento a corto plazo (p. 20). De ahí los autores señalan que la evidencia empírica se comporta de acuerdo a la teoría expuesta por Rao y Hassan (2009), en la que expresan que a largo plazo el flujo de remesas no es significativo en el crecimiento económico y, a corto plazo, provocan una contracción del producto, principalmente porque los recursos se destinan al consumo. En conclusión, el estudio comprueba que no existe una relación entre remesas y crecimiento económico en Colombia a largo plazo, lo cual se debe al incremento en el consumo de las familias que reciben las remesas y la poca inversión en factores productivos que realizan, por tanto, no garantizan un aumento del producto. De esta forma, se hace indispensable la implementación de planes y programas que canalicen los flujos de remesas hacia la inversión, con el fin de aprovechar al máximo el potencial que las remesas tendrían en el crecimiento económico del país.