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Síndrome De Caídas En El Adulto Mayor

Sagrario Guerrero Santana, DIF Durango.

Según la organización de las naciones unidas se considera anciano a toda persona


mayor a 65 años para países desarrollados y de 60 en países en desarrollo.

En México se considera anciano a una persona mayor de 60 años. Se puede


observar que algunos autores comienzan a definir la vejez o tercera a partir de los
60-75años, dividiendo de la siguiente manera:

60 - 74: edad avanzada 75 – 90: personas viejas >90: personas


longevas.

Según la INEGI (2016), se contaron 119 millones 530mil 753 habitantes en México,
de los cuales el 7.2% son personas adultas mayores. La misma INEGI explica que
México está volviéndose un pías de personas mayores. Por efecto de que la
pirámide poblacional sigue una tendencia a reducir su base, mientras que continua
el crecimiento tanto en el centro como en la parte alta, informo el instituto nacional
de geografía y estadísticas en un comunicado.

Según la Conapo para 2050 habrá 150 millones 837, 517 mexicanos, por lo tanto,
se espera que para la mitad del siglo haya poco más de 36 millones de adultos
mayores, de los cuales más de la mitad tendrán más de 70 años.

El envejeciendo es un proceso que se vive desde el nacimiento a lo largo de la vida


y por el cual se debe pasar cambios físicos, fisiológicos, y metales (Daza, 2010), los
cambios fisiológicos que se van presentando, como consecuencia del proceso
natural del envejeciendo, juegan un papel muy importante en la condición general y
especifica de un individuo, cursa con cambios: cardiacos y circulatorios, musculo
esqueléticos, respiratorios, psicosociales, neurológicos y de los sentidos.

Se define caída a el desplazamiento del cuerpo de forma súbita e incontrolada de


la posición bípeda o sedente o decúbito hacia un nivel inferior debido a un
movimiento descontrolado del centro de gravedad bajo influencia de una fuerza
externa (d´Hver, 2014).

Entre los síndromes geriátricos, las caídas adquieren especial importancia por su
frecuencia y gravedad; su incidencia estimada se calcula hasta en un 50% (0.6-3.6
caídas/ paciente y año), según la OMS es definida como la consecuencia a cualquier
acontecimiento que propicie una persona al suelo en contra de su voluntad. De
estos pacientes entre un 10 y un 25% sufren serias consecuencias secundarias,
básicamente fracturas o heridas de importancia. Según la literatura, los factores de
riesgo asociados a la probabilidad de caídas incluyen: edad (> 65 años), ser mujer,
disminución de la movilidad o fragilidad, discapacidad funcional, limitación de
actividades diarias, alteración de la marcha y balance, bajo peso, enfermedad
crónica, antecedentes de caídas, y alcoholismo.

Puede ser considerada un tipo de accidente doméstico inesperado no intencional


en que el cuerpo del individuo pasa para un nivel más bajo en relación a la posición
original, con la incapacidad de corrección en tiempo hábil condicionada a factores
intrínsecos (inherentes al propio adulto mayor) y extrínsecos (relacionados al medio
ambiente); es la segunda causa de muerte por lesiones accidentales y no
accidentales.

La capacidad funcional es definida como la habilidad de mantener las actividades


físicas y mentales necesarias al adulto mayor, lo que significa poder vivir sin ayuda
para las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria. Si nos fijamos en las
personas que nos rodean, es muy diferente la forma de caminar de una de 30 años
a la de una de 50, y la de ésta con la de una de 70, y es que según avanza la edad
se modifican el centro de gravedad, la coordinación, los reflejos, el equilibrio, la
fuerza, la flexibilidad, etc. Las alteraciones de la marcha van a ocasionar aumento
de morbilidad, riesgo de caídas, limitación psicológica del anciano por miedo a caer,
y, en definitiva, son un factor de riesgo muy importante de institucionalización.

Los componentes básicos de la marcha son: flexión de cadera, flexión de rodilla,


interacción de rodilla y tobillo, rotación de la pelvis alrededor de un eje vertical y
báscula lateral de la pelvis, dichos mecanismos de van modificando a través de los
años y por consecuencia de las dicciones precedida de las actividades de la vida
diaria, estilo de vida, sexo, enfermedades asociadas y desgaste (psicológico, metal,
musculo esquelético, etc.)
Prevención y tratamiento de las caídas
Una de las grandes metas de la geriatría es conseguir un envejecimiento saludable
con el tiempo más corto posible de morbilidad, incapacidad y dependencia:
esperanza de vida libre de enfermedad. Posiblemente sea el síndrome geriátrico del
que más se conocen los factores de riesgo y, por tanto, donde más rentable resultan
las distintas estrategias preventivas.

Los objetivos de la prevención de caídas son conseguir la máxima movilidad del


anciano, reducir el riesgo de caídas y su morbimortalidad. Como en otros aspectos
de la geriatría, el abordaje debe ser interdisciplinar, coexistiendo actuaciones
médicas, rehabilitadoras, psicosociales y del entorno ambiental.

Prevención primaria: educación para la salud, se habla se todas las


actuaciones que tienen como objetivo promover un estado físico, mental y
social óptimo de la población, así como la prevención de enfermedades.
Prevención secundaria: Destinada a prevenir nuevas caídas, Valoración de
factores intrínsecos y extrínsecos relacionados y corrección de las causas.

Prevención tercera: Son todas aquellas actuaciones que tratan de disminuir


la incapacidad desencadenada por una caída. ()

Para la valoración del riesgo de caídas se cuenta con el Modelo Hendrich II, que es
de más rápida aplicación, y permite determinar el riesgo de caídas basándose en el
sexo, estado mental y emocional, síntomas de mareos, y categorías conocidas de
medicamentos que aumentan los riesgos. Esta herramienta detecta la prevención
primaria de caídas y es fundamental en la evaluación poscaída para la prevención
secundaria de caídas.

Bibliografía
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