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BIBLIOTECA DE HISTORIA NACIONAL
VOLUMEN CLX
La búsqueda
del equilibrio
Los Uwa y la defensa de su territorio
sagrado en tiempos coloniales
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A la memoria de Ann Osborn
A la gente Uwa
A Helena Pradilla y María Stella González por su cuidadosa lectura del texto
final y sus valiosos comentarios. A Héctor Llanos, Yvonne Hatty y Luisa
Fernanda Herrera, por su constante estímulo y sus variadas sugerencias
sobre el manuscrito. A Melba de León por su paciencia y cuidado en la
elaboración de los mapas. A Mauricio Tovar, Carlos Puentes y todo el
personal de la sala de lectura del Archivo General de la Nación de Bogotá
quienes me brindaron su constante colaboración. A Clara Inés Casilimas por
sus primeros comentarios sobre el texto en lengua uwa hallado en un
documento del siglo XVIII. A J. Alberto Motta Marroquín, Jorge Enrique
Sáenz, Marianne Cardale, la Fundación Ann Osborn y el Museo del Oro de
Bogotá, por facilitarme fotografías esenciales para este trabajo. A Linda
Mowat por su cuidadosa traducción del texto correspondiente al resumen en
inglés.
5
6
Al sonido del caracol, todos acuden al baile del Aya, el de la creación del
mundo.
El caracol estudió con los caciques mayores, estudiaban para saber dónde
iban a nacer los Uwa, en la misma esquina sagrada.
6
CONTENIDO
Página
PRÓLOGO
En América se pensaba distinto 9
INTRODUCCIÓN
Los uwa o tunebos, la gente de la Sierra Nevada del Cocuy 17
CAPÍTULO 1
LA GENTE EN EL ESPACIO: TERRITORIO, COSMOLOGÍA Y SOCIEDAD 21
TERRITORIO Y SOCIEDAD 22
INTERCAMBIO Y EQUILIBRIO 36
RITUAL Y SUPERVIVENCIA 41
LA MOVILIDAD DE LOS UWA EN LA ÉPOCA COLONIAL 53
CAPÍTULO 2
EL CACIQUE TOROÁ Y EL TERRITORIO ANCESTRAL DE LOS UWA 57
CAPÍTULO 3
EL LEGENDARIO CAPITÁN BERRÍO Y LA HISTORIA 127
COLONIAL DE LOS UWA
CAPÍTULO 4
LA GESTA DEL CAPITÁN BERRÍO
La distribución de tierras a los uwa según el relato mítico
del cacique Toroá (1784) 163
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NOTAS FINALES
LA BÚSQUEDA DEL EQUILIBRIO 207
EPÍLOGO 221
BIBLIOGRAFÍA 237
APÉNDICE DOCUMENTAL
DOCUMENTO 1
Descripción realizada por el capitán de conquistas José Miguel Vásquez sobre
las tierras, riquezas y “naciones” de la región sin descubrir en la Sierra Nevada
del Cocuy y zonas vecinas (1770) 245
DOCUMENTO 2
- Informe de José Miguel Vásquez sobre la pacificación y reducción de los 248
“tunebos infieles” en el pantano de Güicán (1772)
- Comentarios al mensaje en lengua uwa del capitán José Miguel Vásquez.
Por: Clara Inés Casilimas 257
DOCUMENTO 3
Carta al virrey escrita a nombre de Pedro Guerra Toroá, en protesta por el
arrebato de sus tierras por parte de vecinos españoles, y porque varios líderes
uwa se hallan presos en Santafé (1794) 260
DOCUMENTO 4
Comunicación dirigida al fiscal protector, escrita a nombre de Pantaleón
Chapetón, sobre la invasión de las tierras de los uwa por parte de vecinos
españoles e indios ladinos (1797) 262
DOCUMENTO 5
En carta que escribe al virrey, Pantaleón Chapetón describe y reclama las
tierras que desde tiempos antiguos pertenecían a los uwa, y que les han sido
arrebatadas por vecinos blancos (1801) 264
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PRÓLOGO
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La palabra del chamán expresa la “palabra de los ancestros” y se
organiza según un sistema de pensamiento coherente y un contenido teórico
tradicional propio de su cultura particular que es aprendido durante muchos
años de estudio. El conocimiento chamánico se expresa entonces en los mitos
y cantos sagrados que periódicamente se celebran en los rituales y cuyo
contenido, estilo y estructura varían de una cultura a otra. Los mitos
constituyen el centro de la práctica chamánica y su aplicación en todos los
aspectos de la vida de la gente. Los ciclos de la naturaleza y el cosmos, que
conforman la ley natural y ancestral, se organizan en un calendario
ceremonial que articula todas las actividades rituales, sociales, políticas y
económicas de la gente a lo largo del año, en un ordenamiento cíclico que
garantiza la conservación del balance; la responsabilidad de la gente es
actuar para mantener el equilibrio del mundo, mediante la realización de
rituales y la observancia de normas de conducta guiadas por la ley
ancestral. Aunque en cada sociedad indígena los mitos tienen características
definidas en su contenido y estructura, los chamanes pueden introducir su
interpretación de los mitos según su propia experiencia y en el contexto de
un mundo cambiante, en constante transformación, para regir los destinos de
la comunidades, dirimir conflictos y restablecer el equilibro donde éste se
haya perdido.
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es el principal titular de una carta en la cual se combinan el conocimiento de
este cacique sobre el pensamiento ancestral de los uwa con el conocimiento
de los dirigentes uwa de Güicán sobre las creencias cristianas y la lengua
castellana.
El relato mítico del cacique Toroá 2 que aquí denomino la “gesta del
capitán Berrío”, recuerda los lineamientos de ciertos mitos de los uwa que
relatan la creación del mundo, el poblamiento del territorio y la distribución
de tierras a los indios por parte de las deidades, mitos que los grupos uwa
más tradicionales han conservado hasta la época contemporánea. Sin
embargo, el personaje mítico que distribuye el territorio a los indios en el
relato del siglo XVIII, se relaciona con un capitán y encomendero español -
Martín de Mendoza de la Hoz y Berrío - quien, más un siglo antes, había
protegido a los uwa contra los abusos de los vecinos no indígenas y los había
amparado en sus tierras del occidente. El capitán Berrío entró a la mitología
indígena de la época y tal vez, como veremos, perduró de manera
transformada en algunos mitos de los uwa contemporáneos. En su esencia, el
relato sigue el lenguaje mítico y la gesta del capitán Berrío se equipara al
viaje iniciático y en trance de los chamanes, pero al mismo tiempo, introduce
episodios con elementos tomados de la cultura española que nos hacen
pensar en las gestas de los caballeros de las épicas europeas.
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vida. Sin territorio se rompe la armonía del cosmos. Sin la correcta
articulación de las actividades humanas, sin la reciprocidad entre la gente y
sin el respeto a la tierra, se rompe el equilibrio. Sin equilibrio no hay vida.
La visión indígena se enfrenta además con la idea del español sobre la tierra
como bien material y era diferente el concepto indígena de “riqueza”,
íntimamente ligado a la fertilidad como fuente de vida y al conocimiento, la
fuente del poder sagrado que dirige el orden del mundo.
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Foto 2. Mujer uwa del grupo Cobaría (Fotografía de Ann Osborn, 1971).
16
INTRODUCCIÓN
Uwa, 3
la autodenominación del grupo indígena que ha vivido desde
tiempos antiguos en la zona de la Sierra Nevada del Cocuy, significa “la
gente” y, más específicamente, “la gente que piensa” o “la gente inteligente
que sabe hablar”4. Esto hace referencia a la importancia del pensamiento y de
la palabra en la cultura tradicional de los uwa, como expresión, a través de la
tradición oral, del conocimiento heredado de sus antepasados, la base de su
“ley ancestral”.
Los uwa también son conocidos como tunebos, un apelativo que fue
utilizado desde tiempos coloniales 5. Sobre el origen de este nombre,
disponemos de las interpretaciones de Ann Osborn (1985: 23-25) según una
de las cuales, “tunebo”, haría referencia a las celebraciones tradicionales que
los uwa realizan en su mayoría por la noche; los uwa o tunebos son “los que
vuelan [cantan y bailan] [y alumbran] por la noche como los tunába o
cocuyos” (Pyrophorus). Este apelativo pudo originarse en el papel
fundamental de los tunebos en la vida ceremonial de la Sierra Nevada del
3
En los trabajos de Ann Osborn y en algunos de otros autores, uwa aparece escrito con apóstrofo (u´wa).
Actualmente, los lingüistas coinciden en que es correcto escribirlo sin el apóstrofo. Eliminamos este signo
por recomendación de Jon Landaburu y de Clara Inés Casilimas (Centro Colombiano de Estudios en Lenguas
Aborígenes, Bogotá- CCELA).
4
Cobaría U. 2000: 183. Rochereau 1959. Osborn 1985: 24.
5
En fuentes documentales del siglo XVII, es usual que estos indígenas sean designados como tunebas,
mientras que en documentos correspondientes al siglo XVIII, aparecen generalmente como tunebos.
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18
Los chamanes de los uwa han sido famosos a través de la historia y, como
veremos, fueron perseguidos durante la época colonial por “adivinos y
hechiceros”.
[...] dicen que habiendo Dios criado el mundo y repartido sus dones á
todas las gentes, les dio [...] á los Tunebos entendimiento [...] Tienen
uno ó dos de los principales entre ellos [...] á quienes miran como
oráculos y archivos de sabiduría8.
6
Sira (Thira) es Luz y Pensamiento; cuando actúa en el mundo del medio - el mundo de los uwa - se designa
con el nombre de Rukwa o Padre-Luz-Sol, que incluye otras manifestaciones de Thira: Padre o teta, genitor
primordial del universo y Ratha, el sol visible, fuente de luz del universo (Osborn 1995: 65; 79).
7
Cantos uwa. Osborn 1995: 161; 169.
8
Rivero [1739] 1956: 57.
9
1754. AGN. Ca In : 58 : 234r.
18
De esta manera, “tunebo”, tendría relación con la importancia que estos
indios han tenido, a través de la historia, en la vida ceremonial y en las
relaciones de intercambio en la Sierra Nevada del Cocuy y zonas vecinas.
19
El análisis de fuentes documentales de la Colonia muestra que los
“tunebos” son los uwa, quienes fueron distinguidos claramente de grupos
indígenas vecinos por los españoles. En estas fuentes, no aparecen
identificados como “uwa” ni aún en los documentos escritos por los mismos
indígenas, porque en la época colonial, los uwa adoptaron para nombrarse a sí
mismos el término “tunebo”, sobrenombre con el cual los identificaban los
españoles. Solamente en la segunda mitad del siglo XX, cuando los uwa
profundizaron un proceso de recuperación y consolidación de su identidad
como pueblo indígena, rescataron su nombre original y autóctono 10. Por lo
tanto, en este trabajo me refiero siempre a “los uwa”, mientras que el
apelativo “tunebo” aparece solamente en las citas de fuentes documentales
donde está generalizado.
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20
CAPÍTULO 1
Nadie podría evitar impresionarse con los u´wa, sus cantares y rituales
durante toda la noche, la forma como planean cuidadosamente cuanto
hacen, su constante trabajo según horarios y pautas, sus continuos cambios
de residencia subiendo y bajando por las laderas, y su preocupación por la
conservación de sus tierras y costumbres. Rápidamente me di cuenta que
estaba viviendo en una sociedad acostumbrada al estudio, cuyos chamanes
eran destacados maestros.
21
22
TERRITORIO Y SOCIEDAD
22
Foto 3. Poblado uwa en las tierras medias del nor-oriente de la Sierra Nevada del
Cocuy (Fotografía de Ann Osborn tomada en la década de los setenta).
23
24
mujer en cada laguna. Los mitos uwa, con su particular lenguaje simbólico y
metafórico, relatan cómo las deidades, después de crear las lagunas - los
úteros de la Madre Tierra donde nacerá la vida - “siembran” en ellas las
“semillas” o las “flores” de los ancestros de los uwa; las mujeres son semillas
o flores de totumo, y los hombres de calabazo:
Baukara, del mundo húmedo de los lagos de las tierras altas, está
pensando […]
¿Cómo hará para ubicar el mundo del agua, el mundo abuelo?
Lo va a hacer; pondrá los lagos, pondrá el alma, para que así haya
nacimiento en el mundo del medio12.
12
Mito cantado del Aya. Canto 4. En: Osborn 1995: 163.
13
Canto correspondiente a la ceremonia de imposición del nombre al niño recién nacido. En: Márquez 1981:
54.
14
Ver Pradilla 1983: 80.
15
Ver Osborn 1985: 61.
24
Foto 4. Menhir prehispánico en Chiscas, Boyacá
25
26
16
Osborn 1988: 25-26.
17
Osborn 1973.
18
En el tramo comprendido entre los ríos Cobaría y Bojabá, el río Arauca recibe también el nombre de
Sarare. No debe confundirse con el río Sarare que fluye más al norte, en territorio venezolano.
19
El origen del río Bojabá está formado por el río que aparece en la cartografía moderna con los nombres de
Rudiván y Cubujón (o Cubugón), el cual nace en la Laguna Grande de los Verdes. Esta vía fluvial no debe
confundirse con el río Cubugón, ubicado más al norte, al cual me referiré frecuentemente, dada la relación de
esta zona con el grupo uwa liderado, hacia finales del siglo XVIII, por el cacique Francisco Toroá. El río
Bojabá toma este nombre en la zona baja, antes de desembocar en el Arauca.
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Cuadro 1
Los clanes a través de la historia, según la tradición de los uwa contemporáneos22
28
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Foto 8. Las tierras altas del occidente de la Sierra Nevada del Cocuy. Zona de
Güicán (Fotografía de Ana María Falchetti)
30
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Tradicionalmente, cada clan uwa tenía una sede principal que actuaba
como centro ceremonial, ya fuera en tierras altas de clima frío (por encima de
los 2.400 m.s.n.m.), en tierras medias (entre 1.500 y 2.200 m.s.n.m.
aproximadamente) o en tierras bajas de clima cálido, por los 500- 800
m.s.n.m. Esta clasificación en clanes de tierras altas, medias o bajas,
reproduce conceptos fundamentales de la cosmología uwa. Según su
mitología, el mundo del medio - el mundo de los uwa - fue creado mediante el
encuentro de los seres inmortales de los mundos de arriba y de abajo; el
mundo del medio se formó entonces gracias a la combinación de las
propiedades opuestas y complementarias de los otros mundos23. Cada piso
térmico de la sierra nevada se asocia con un mundo en particular y con sus
propiedades básicas. Así, las tierras altas se relacionan con el mundo de arriba
y sus cualidades masculinas, como la longevidad, el conocimiento y la
purificación; las tierras bajas se asocian con el mundo femenino y fértil de
abajo donde está el lago rojo, “el lago de la sangre de los humanos”; las
tierras medias representan, al igual que el mundo del medio, la unión y el
equilibrio de las propiedades de los otros mundos. Los clanes pertenecientes a
cada piso térmico se vinculaban con las cualidades del mundo
correspondiente; por esto, las actividades sociales y rituales de los uwa se
encaminaban a equilibrar la “mezcla” de las propiedades de los distintos
clanes. Esta dicotomía entre principios opuestos y complementarios y la
necesidad de equilibrar sus cualidades están en el centro de la concepción
uwa del universo.
31
32
En distintas épocas del año, todos los integrantes del clan se movían, y
algunos aún lo hacen, a sus asentamientos ubicados en alturas particulares
dentro de su territorio. Los movimientos estacionales están guiados por el
calendario ceremonial. En el territorio uwa se proyecta la imagen de su
universo y la manera como lo socializan; por esto, los mitos cantados - que
encierran toda su tradición - deben celebrarse en distintos niveles en las
cuatro estaciones del año regidas por los cambios climáticos y por las épocas
de solsticios y equinoccios: las estaciones de la Cosecha, las Semillas, la
Siembra y la Florescencia - documentadas y analizadas extensamente por Ann
Osborn (1982. 1995) - involucran múltiples actividades de reciprocidad que
aseguran el equilibrio y la continuidad del universo y de la sociedad. Cada
estación se asocia con rituales particulares que deben ser realizados en un piso
térmico determinado, con actividades sociales y económicas específicas y con
una etapa particular del ciclo vital de los seres humanos.
Ann Osborn (1995: 43-45; 53) afirma que los movimientos periódicos
montaña arriba y montaña abajo y la residencia temporal de cada clan uwa en
distintas zonas altitudinales no han sido determinados primordialmente por
razones económicas sino ideológicas y religiosas, y que el sistema tradicional
de siembra y cosecha, organizado según el calendario ceremonial, no busca
especialmente la productividad; las siembras deben hacerse de tal manera que
32
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34
se puedan cosechar los productos para los rituales realizados en las distintas
estaciones del año. Los movimientos estacionales sí inciden en la vida
económica de las comunidades y en la protección de la tierra para evitar su
agotamiento, pero es esencial su articulación con actividades sociales y
rituales guiadas por esquemas cosmológicos, y fundamentadas en la voluntad
básica de mantener el equilibrio en las interrelaciones entre los seres humanos
y la naturaleza. El calendario ceremonial establece también normas respecto a
los alimentos que pueden ser consumidos en cada estación y sobre actividades
de caza y pesca, que en conjunto forman una secuencia equilibrada a lo largo
del año; de esta manera, la mitología, interpretada por los chamanes y
expresada en la actividad ceremonial, es también un mecanismo efectivo de
adaptación ecológica que conserva el equilibrio entre las actividades de la
gente y su medio ambiente.
En el pasado, dos clanes uwa que tenían sus territorios en dos vías
fluviales contiguas estaban en relación de pareja, es decir, que entre ellos
existían alianzas matrimoniales además de vínculos políticos y ceremoniales
cercanos; dicen que estos dos clanes estaban “enganchados” o apareados
(uwbohiná) y que compartían ancestros míticos25. Esta organización tiene su
justificación en los mitos de origen de los uwa, cuando los ancestros de cada
clan salieron de lagunas particulares y luego se organizaron en pares, de
acuerdo con las alianzas matrimoniales que deberían realizarse entre ellos26.
Cada clan formaba parejas en dos direcciones y por esto las alianzas formales
involucraban a tres grupos contiguos que formaban una “federación” y se
movilizaban simultáneamente, de manera que se encontraban en la misma
época en una zona altitudinal específica donde compartían tierras de cultivo y
realizaban rituales comunes en sitios de encuentro ceremonial.
34
indígenas vecinos culturalmente relacionados con los uwa27. Así, por ejemplo,
sabemos que en el pasado, los pedrazas o betoyes (Bethuwa) de tierras bajas -
un antiguo grupo uwa de frontera - formaban pareja, por un lado, con el clan
uwa Agua Blanca (Rikuwa) y por otro con los barinaos (Karoúwa), grupo
étnico relacionado con los uwa que vivía en las zonas bajas aledañas a la
Cordillera de Mérida venezolana28. Se formaba así un delicado y frágil
balance en las relaciones inter-étnicas, en las cuales se manifiesta la
contradicción permanente entre armonía y antagonismo. Para los uwa, las
alianzas y la conciencia de identidad estaban estrictamente relacionadas con
la distancia entre grupos; es así como los barinaos, quienes aparecen como
“relacionados con los uwa” en la tradición del clan Cobaría, podían ser
considerados como uwa por los clanes más cercanos, como era el caso de los
betoyes o pedrazas.
35
36
la tradición de los uwa y fue advertida por los españoles en la época colonial,
ya que éstos distinguieron a la “nación de los tunebos” de los grupos
indígenas relacionados con ellos pero pertenecientes a otras “naciones”, como
los que aparecen en crónicas y fuentes documentales con los nombres de
muiscas, laches, chitareros y guanes (Ver Mapa 2). En el pasado, los clanes
uwa de los extremos se mezclaban o fusionaban con las comunidades vecinas
más cercanas pertenecientes a otros grupos étnicos, y se conformaba así una
zona “fronteriza” difusa y gradual, sin límites rígidos, caracterizada por
múltiples mezclas culturales y étnicas.
INTERCAMBIO Y EQUILIBRIO
36
quien retribuye con ofrendas; por esta razón, “objeto de intercambio”,
“regalo” y “ofrenda” son equiparables en ciertos contextos. En los mitos, las
deidades siembran en el mundo la “semilla de la riqueza para intercambio”:
[Las deidades] traen todas las semillas necesarias [...] Siembran las
semillas de la riqueza para intercambio. Comienzan en la base de las
montañas, debajo de ellas [...] y regresan al mundo de arriba30.
37
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38
mitos; acercándose a sus fronteras se inicia un territorio menos organizado y
comprendido, poblado por “extranjeros” o por seres sobrenaturales sin
normas sociales34. La diferencia entre adentro y afuera, entre lo nuestro y lo
foráneo, entre lo humano y lo sobrenatural, se refleja en el carácter misterioso
y peligroso de los grupos situados más allá del territorio
Foto 10. Mujer uwa del grupo Cobaría con su collar elaborado de caracoles (Fotografía de
Alvaro Cháves, tomada en la década de los sesenta).
34
Ver Eliade 1959.
39
40
40
intercambio con los guahibos y los uwa mismos recogen los caracoles para
fabricarlos.
RITUAL Y SUPERVIVENCIA
La celebración reiterada por parte de la gente de los mitos cantados es, entre
otras cosas, lo que mantiene a las deidades en los lugares que les corresponde
y las obliga a llevar a cabo las labores que deben ejecutar. Mediante estas
celebraciones se mantienen todas las cosas en su ubicación adecuada,
preservando así - en principio - un universo armónico. La celebración del
mito cantado une el pasado con el presente y el futuro. Si los mitos cantados
no se celebrasen, es concebible que las cosas se salieran de su lugar39.
41
42
Los uwa celebran sus rituales por la noche y actúan cuando piensan que
la continuidad del ciclo corre mayor riesgo, desde el anochecer hasta el
amanecer. En el ritual se trasciende el tiempo cotidiano y se entra al del mito;
es un tiempo primordial, anterior al “amanecer en el mundo”. Por demás, los
uwa dicen que al anochecer y al amanecer todas las puertas que conectan los
distintos mundos son abiertas brevemente por las deidades, momentos que el
chamán aprovecha para viajar en trance a otras dimensiones.
40
Ver Osborn 1995: 77.
41
Ver Osborn 1995: 126.
42
del desorden para contrarrestarlas. Por esto, la primera etapa del aprendizaje
del chamán incluye el de las técnicas para acceder a esa “otra realidad
Foto 11. Chamán uwa del grupo Cobaría (Fotografía de Ann Osborn, tomada
en la década de los setenta)
43
44
44
En actividades ceremoniales, los chamanes uwa también utilizan el yopo
(akwa)48 asociado principalmente con su capacidad “adivinatoria”, y también
mascan tabaco; dicen que estas sustancias fortalecen el “alma” (aka-kambra),
la fuerza espiritual del chamán49. El yopo y la otoba se unen en la compleja
preparación a que es sometido el primero antes de ser utilizado; entre los
elementos que los uwa mezclan al polvo de yopo, está precisamente un
pedazo de semilla de otoba, elemento masculino que comunica al yopo su
“alma-aliento” relacionada con el mundo de arriba50.
45
46
54
Ver Osborn 1995. Aguablanca 1993. Pradilla 1983.
55
Ver Osborn 1985: 81. Pradilla 1983.
46
Foto 12. Ritual uwa en Cobaría (Fotografía de Ann Osborn, 1971)
47
48
Foto 14. Ceremonia de iniciación femenina. La joven lleva su cabeza cubierta con un gran
gorro de hojas y un textil, símbolos de protección contra los peligros que pueden amenazar
su vida fértil (fotografía de Ann Osborn, 1971).
48
Las autoridades tradicionales de los uwa (wedhaiyas), seguidos en
importancia por las mujeres “cacicas” (Ver Foto 35) y los cantores que
ofician en los rituales, han mantenido su papel central hasta la época
contemporánea.
[…] la sabiduría encabezada con los Werjayás, que son los sabios, son
las guías, son nuestros orientadores, son aquellos quienes se comunican
con las deidades, para después decirnos a nosotros cómo es que nosotros
tenemos que comportarnos con nuestra madre tierra. Los siguen las
Baukarbitas o las mujeres cacicas, porque allá las mujeres también
tienen la misma capacidad de un hombre de sabias, de orientadoras hacia
el pueblo. Después están los cantores56 […]
49
50
60
Osborn 1990: 16-17. 1995: 89.
61
Osborn 1995: 65.
62
Ver Osborn 1995: 159.
50
Foto 15. Centro ceremonial prehispánico con menhires alineados. Chita. Boyacá
(Fotografía de Marianne Cardale)
51
52
52
orígenes de los grupos asegurando su cohesión y supervivencia. Los menhires
alineados dejaron de ser utilizados en una época imprecisa, y las casas
ceremoniales sobrevivieron como centro de la actividad ritual de los uwa.
53
54
grupos uwa de las zonas altas del occidente (Güicán y Chiscas) para
establecerse allí temporalmente durante actividades rituales y de intercambio:
[...] dijo que varias veces ha tratado con los indios de tierra adentro
comprándoles cacao, cera y otoba, que [e]stos son los géneros que
sacan a vender, y que cotidianamente salen muchos indios por estos
parajes69 en particular por los tiempos de verano70.
[...] y es de entender que muchos de ellos71 [...] salen a tierra fría a los
pueblos de los chiscas, porque allá hay también indios poblados y
tributarios de la misma nación tuneba72.
54
sociedad y del universo. Esta visión riñe con la organización en poblaciones
nucleadas permanentes, las únicas que aceptaban los españoles:
55
56
56
CAPÍTULO 2
¿Cuál otro Dios de blancos puso esto para hoy en día estar nosotros
menospreciados de los señores corregidores y de los demás blancos?
Nosotros no fuimos conquistados, sino fuimos libres y amparados,
que nos dejó nuestro abuelo hasta el fin del mundo.
57
58
(Mapa 3. Ver Mapa 1). En esta zona existen los vestigios de un centro
ceremonial prehispánico señalado por menhires alineados, la mayoría de los
cuales ha sido movida de su emplazamiento original; el sitio está localizado
arriba de la población actual de Las Mercedes, se extiende por la curva de
nivel de los 2.800 m.s.n.m., y está delimitado por los ríos Pajarito y Casiano,
afluentes del Chiscano; está formado por una serie de terrazas naturales
reforzadas por muros de contención, posiblemente antiguos (Foto. 16). El
centro del sitio se encuentra debajo de una loma denominada El Salado,
donde existió una fuente salina, y es en este sector donde está la mayoría de
los vestigios de sitios de habitación y entierros antiguos, con gran cantidad de
materiales cerámicos y huesos de animales que evidencian una intensa
actividad. Según la tradición uwa, este centro ceremonial era la sede principal
del antiguo clan denominado Betabuwa78.
[...] que entre los chiscas hay indios tunebas de esta encomienda, que los
ha contado [...] y que los diez dellos son buenos indios ladinos cristianos
que tienen asiento en sus casas y labranzas, y sus mujeres e hijos juntos
con los chiscas80.
78
Ver Osborn 1985: 107-117.
79
Dada la posición fronteriza de Chiscas, los indios “ladinos” concentrados en el pueblo podían corresponder
a grupos muiscas, chitareros o laches. Esta situación de confluencia de distintos grupos étnicos que
seguramente existió desde tiempos antiguos, fue acentuada por los españoles. Durante el primer siglo de
colonización y, especialmente, desde la fundación de Pamplona en 1549, los españoles trasladaron
comunidades indígenas desde sus asentamientos originales hacia los territorios más importantes para la
producción colonial, como fueron los distritos mineros de las tierras altas de Pamplona, del río Suratá y del
Río de Oro. Subsecuentemente promovieron la congregación y reducción de la población indígena,
contribuyendo al despoblamiento de los asentamientos originales y a la conformación de pueblos
multiétnicos (Ver: Martínez Garnica 1993: 59-60).
80
1635. Información de la visita de Juan de Valcárcel al pueblo de Chiscas y Tunebas. AGN. Vis Boy : 9 :
689r.
58
El área donde se encontraba el pueblo de indios de Chiscas abarcaba
además una serie de asentamientos de los uwa o tunebos donde estas
comunidades siempre intentaron mantener su autonomía. En un mapa
elaborado en 1590, consignado en el Archivo de Indias de Sevilla, se señala
un asentamiento de “tunebos” cerca al pueblo de Chiscas 81. En 1635, durante
la visita del oidor español Juan de Valcárcel, cuando era encomendero de
Chiscas el capitán Berrío de quien hablaremos extensamente más adelante, se
especifica que cerca al pueblo de Chiscas había dos sectores donde se
ubicaban los uwa, que fueron registrados como “la parte de arriba” y la “parte
de abajo” (respecto a la situación del pueblo de indios de Chiscas) 82.
81
1590. Archivo General de Indias, Sevilla. Mapas de Panamá, 24. En: Tovar 1988.
82
1635. AGN. Vis Boy : 9 : 660r-663r.
59
60
[...] Don Miguel Casiana, capitán del pueblo de Suriga, todos poblados
en los asientos viejos del pueblo llamado los Chiscas84.
Sabe y le consta de ciencia cierta que los sitios nombrados de Suriga y
Taucasí han sido resguardo del pueblo de Chiscas y que estos dichos
sitios los poseía don Diego Casiano con los indios tunebos de su
parcialidad; como que él era el capitán o cacique de todos ellos; y que
conoció a dicho Casiano hará el espacio de setenta y más años [sic] y
que cuando lo conoció tendría dicho indio sobre cuarenta años y que en
Suriga fue en donde tenía su casa de vivienda85.
83
Ver Osborn 1985: 104.
84
1683. Resg Boy : 1 : 785r.
85
1797. Testimonio de los indios viejos de Chiscas. AGN. Resg Boy : 3 : 164r.
60
61
62
Diego Casiano fue perseguido toda su vida por los españoles por ser un
“hechicero” cuya fama trascendía fronteras culturales y étnicas, y sobre quien
circulaban numerosos relatos; este cacique se retiró finalmente a un lugar
desértico en la zona de Chiscas:
62
de las mismas facciones que Casiano le había pintado y la misma cara
que de la moya sacó89.
El dicho don Diego Casiano en ningún tiempo se ha sujetado a la ley de
Dios y doctrina cristiana [...] Y que también ha oido decir que el modo
de su pasar es adivinando y haciendo curas contra hechizos, y que no
vive ni ha vivido jamás en el pueblo90.
63
64
64
[...] desde la quebrada de Guaravitebas corriendo hacia los chiscas,
hasta una quebradita o arroyo llamada Aguablanca y por otro nombre
Zesguibera, y corriendo quebrada arriba a dar a Litargón y de ahí
cruzando a dar a los palos colorados [...] con que cae encima del sitio
de Betabeba95.
La más noticia que tiene de los indios de nación tunebas que llaman
litargones de la encomienda de Sebastián de Cifuentes Monsalve, que
éstos están entre los guaravitebas y Chiscas en una hoyada donde tienen
sus tierras y labranzas [...] Son inclinados a mascar hayo96 y yopa, y no
son inclinados a las cosas de la doctrina, y muchos de ellos son infieles
y tienen consigo indias con quienes están amancebados, y hay muchas
criaturas por bautizar [...] Persuaden a los tunebas que son cristianos
que no obedezcan a los españoles y que se retiren la tierra adentro; y
éstos allí van y vienen, entran y salen97 [...]
65
66
Otro sector importante del territorio ancestral de los uwa en las zonas
altas occidentales de la Sierra Nevada del Cocuy, lo constituyen las tierras de
Güicán, que se extienden al sur-oriente de Chiscas, en el actual departamento
de Boyacá (Mapa 4. Ver Mapa 1).
99
1772. Comunicación de Enrique Cartagena, cacique de los uwa de Litargón. AGN. Resg Boy : 3 : 168r.
100
Ver Faust 1990: 58.
101
En su curso alto, el río El Mosco (o Tunebo) recibe el nombre de Cardenillo.
66
67
68
68
españoles en el siglo XVIII para concentrar a los uwa de la zona. El sector
mencionado tiene la posición estratégica de los centros ceremoniales
antiguos, ya que está encerrado por la curva de nivel de los 3.000 m.s.n.m. y
se ubica cerca de la confluencia de dos vías fluviales importantes, como son
los ríos El Mosco o Tunebo y Cóncavo. Por demás, este sector está delimitado
por los “zanjones” El Cariocho y Los Chorritos, vías acuáticas estacionales
por las cuales corren las aguas de quebradas en temporadas de lluvias, y que
han sido importantes para el asentamiento humano en las tierras altas
caracterizadas por un clima relativamente seco. Como veremos, otros sitios de
los uwa en las tierras altas occidentales también se encontraban en cercanías
de “zanjones”. El territorio del antiguo clan Ruba se extendía también a las
tierras de clima medio de la cuenca del río Nevado.
Los dichos indios tunebas viven y asisten poco menos de legua y media
de aquí 108 los que están de asiento y allí tienen sus labranzas y buhíos
en que viven en el sitio nombrado Güicana109.
[...] que los indios de la parcialidad tunebos de Güicana sean poblados y
reducidos con sus familias y hagan sus casas y buhíos en que vivan y
asistan, en una meseta [...] y la cerca por una parte el dicho río de
Panqueba110 y por otra una cañada honda que está en medio del pueblo
del dicho sitio111.
[...] de los aposentos de Panqueba por el camino que dellos va a el baño
de agua caliente 112 que está en una vega y llano, y se bajó y atravesó el
río que baja de las sierras nevadas y se fue por el dicho llano del baño y
se llegó a las juntas de las dos quebradas, que las llaman la una que
baja de los tunebas, y la otra la dicha que la llaman de Panqueba que
baja de las sierras nevadas [...] y se fue caminando por un camino hasta
llegar a una puerta por donde se entró, y se fue continuando por él
108
El pueblo de Panqueba.
109
1635. Documentación de la visita de Juan de Valcárcel a Panqueba y zonas aledañas. AGN. Vis Boy : 12 :
40v.
110
Río Nevado.
111
Se refiere al asentamiento de Güicana. 1635. AGN. Vis Boy : 12 : 104v-105r.
112
Se trata de las fuentes de aguas termales de El Baño.
69
70
pasando por unas laderas arriba y tierra que llaman de los indios
tunebas de Guaicana113.
En las riberas del río Nevado, los uwa de tiempos coloniales tenían otros
asentamientos que estaban asociados con los sitios sagrados. En 1602, cuando
el visitador Luis Enríquez recorrió la zona, existía un asentamiento uwa
designado como la “parcialidad de Juan Lengua”, según el nombre de su
cacique; también se mencionan indios “tunebos” cerca de Guitarrilla116
quienes podían ubicarse en la margen norte del río Nevado donde aún existe
un sitio con el nombre de Guitarrillas (Ver Mapa 3). Durante la visita de Juan
de Valcárcel en 1635, la “parcialidad de Juan Lengua” se designó como la
“parcialidad del capitán Cabayuma”, y se reseñó además la “parcialidad del
capitán Cunaguara”:
113
1635. AGN. Vis Boy : 12 : 241v-242r.
114
1635. AGN. Vis Boy : 12 : 106r.
115
Rika, deidad de las fuentes de aguas termales, aparece en la mitología uwa como sobrina de Yagshowa,
deidad encargada de colocar el agua en el mundo (Osborn 1985: 94).
116
AGN. Vis Sant : 10 : 915v ; 930v.
70
Foto 17. Güicana y el pantano de Güicán. Sitio arqueológico de Tres Esquinas en la vereda
El Jordán (Güicán) (Fotografía de Ana María Falchetti).
Los antiguos caciques mayores del clan Ruba serían quienes dirigían la
actividad ceremonial en la zona de Güicán, la cual cumplía además un papel
esencial en el intercambio de todos los grupos uwa ya que en esta región
desemboca una antigua ruta ceremonial que procede de la vertiente nor-
oriental de la sierra nevada119.
71
72
Todos los tunebo usan la ruana. Šibianá, propio tunebo, hacía ruanas.
El [era] dueño de oveja[s] y tenía telar. Ese murió. El enseñó a los
colonos que lo cogieron y se quedaron con él. Šibianá era cacique de
Ruba, los de Güicán122.
[...] porque la ruana es de cuenta de Chíuiana, que era propio Uua,
dueño de la ruana, dueño de las ovejas y tenía telar; pero ya se murió
[...] Chíuina era cacique de Ruwa [sic] la gente de Güicán y tenía
bastantes ovejas. Un Uua le llevaba una mochila suicara, grande como
un costal, de esas que ya no hace la gente, o le llevaban una úcua o una
ucusasa que es más chiquita y por eso todos los Uua iban a cambiarle a
él a Chíuina123.
Los uwa aún obtienen las ruanas en el occidente, aunque hoy deben
comprarlas en los pueblos de la región.
72
uwa, pertenecen al mundo de arriba y, por consiguiente, a las tierras altas; por
esto, los integrantes de todos los grupos uwa iban a las tierras altas de Güicán
a buscar estas plumas. Desde tiempos antiguos, “tunebos infieles”
procedentes de distintas partes de la sierra nevada viajaban en época de
verano a la zona de Güicán:
Los dichos indios de nación tunebas [...] que hoy están de asiento en el
sitio de Güicana, como los que entran y salen de los llanos
pertenecientes al dicho sitio127.
[...] y se fue por el dicho llano del baño [...] pasando por unas laderas
arriba y tierra que llaman de los indios tunebas de Guaicana128.
Es el sitio del pa[n]tano, un lugar dentro del pueblo de la misión de
Güicán, tan inmediato [a] aquella iglesia que está a son de campana;
en este sitio se hallan muchos indios infieles desde tiempos
inmemorables y cada día se aumentan más y más como también sus
abusos, supersticiones, hechicerías, adivinaciones [...] Se originan
varios y gravísimos daños en que perecen muchas almas, siendo el
primero la infidelidad de los hijos de muchos indios cristianos que allí
viven [...] El segundo escollo es la idolatría, hechicería, adivinaciones
y otras especies de nigromancia de que usan; me aseguran que mi
antecesor, señor don Ignacio Navarro, trabajó mucho para quitar en
algún modo la adoración que le daban a una peña que llaman los
indios el Chuchagra [...] Apóstatas del pantano, ni dejan las mochilitas
de yerbas que con el pretexto o solapa del hayo cargan para mascar y
125
Güicán.
126
1769. AGN. Resg Boy : 3 : 269v- 270r.
127
1635. AGN. Vis Boy : 12 : 105r.
128
1635. AGN. Vis Boy : 12 : 241v-242r.
73
74
Los puntos específicos donde existían sitios sagrados, como las aguas
termales, eran lugares de encuentro comunales que congregaban a gente de
distintos clanes uwa y también de comunidades no uwa. Así, por ejemplo,
veremos cómo en la zona del río Nevado, Güicana y el pantano de Güicán
estaban muy cercanos a los asentamientos del grupo indígena señalado en las
fuentes documentales como los laches, y cómo a esa zona llegaban en verano
integrantes de otros grupos étnicos, como eran los ipuyes, habitantes de la
cuenca del Casanare.
74
Cocuy, y en las zonas de clima medio de Panqueba, Guacamayas y El Espino.
Más al sur, los laches habitaron en la cuenca del río Chitano donde estaban
sus asentamientos de Chita, Urá, Cheva y Ogamora. También ocuparon la
cuenca alta del río Casanare - zona que, como veremos, posee importantes
fuentes salinas - ubicada en la vertiente oriental de la sierra nevada (Ver
Mapas 2 y 3).
[...] ha oido decir que en tiempos antes que los españoles viniesen a esta
tierra134 sucedían en los cacicazgos los sobrinos de los caciques, hijos
de hermanas y a falta los hermanos y esta costumbre se guarda ahora
entre los laches135.
Estos indios de los Pueblos de la Sal y de Chitá [sic] son una nación que
llaman laches136.
Veremos más adelante cómo, durante la época colonial, los uwa y los
laches tenían asentamientos muy cercanos pero diferentes, y cómo los uwa se
resistieron siempre a poblarse con los laches según las órdenes de los
españoles e intentaron mantener sus asentamientos independientes.
En la margen norte del río Nevado, los laches habitaban desde el río
Chiscano al occidente, hasta las cercanías del río El Mosco o Tunebo, por el
oriente; en la margen sur del río Nevado, los asentamientos de los laches
ocupaban desde la zona de Guacamayas al oeste, hasta el río Pantano Grande
donde, el cerro hoy denominado Loma Redonda, los separaba de los terrenos
133
Osborn 1985: 82.
134
Se refiere específicamente a la zona del río Nevado, donde estaba el pueblo de Panqueba.
135
1602. Visita de Luis Enríquez a Panqueba. AGN. Vis Sant : 10 : 944v.
136
Cey [1553] 1995: 90.
75
76
76
Foto 18. Paredes rocosas en las zonas altas de El Cocuy (Fotografía de Jorge Enrique
Sáenz)
[...] río de las Nieves abajo en cuyas vegas de una y otra banda parecía
y se vio de vista de ojos muchos bohíos y casas de labranzas de
140
Río Chiscano.
141
1635. AGN. Vis Boy : 12 : 204v.
142
Silva Celis 1945: 375; 383.
143
AGN. Vis Sant : 10 : 963r-968v.
144
AGN. Vis Sant : 10 : 921v- 932r.
77
78
Foto 19. Sitio arqueológico de El Upal, en cercanías del río Pantano Grande, El Cocuy.
78
algodonales y maíz que dijo el padre Diego Velásquez, clérigo, ser de
los indios de Panqueva145.
Es muy posible que las tierras de los laches en la cuenca del río Nevado
conformaran el territorio, en distintos pisos térmicos, de un mismo grupo
lache cuyos integrantes se movían a distintos asentamientos en épocas
particulares. Así, por ejemplo, las fuentes documentales señalan cómo la
gente de El Cocuy y de Panqueba compartía tierras de cultivo cercanas al río
Las Nieves146 en clima templado, y también en tierras frías cercanas al
páramo147.
Se llegó a una huerta donde estaban unas hogueras y dijo el dicho padre
doctrinero ser aquel sitio de Guitarrilla donde había labranzas de indios
del Cocuy y de Panqueba148.
79
80
Visto un sitio y llano que está donde se juntan los dos ríos de
Panqueva151 y el Cocuy 152 y que más de los indios vienen en que se
pueblen en él por estar en el comedio y cercanías y labranzas de los
unos y los otros tienen en las vegas del dicho río que llaman de las
Nieves153.
150
AGN. Vis Boy : 12 : 32.
151
Río Nevado.
152
Río Pantano Grande.
153
1602. AGN. Vis Sant : 10 : 961r.
154
Aguado [1581] 1956: I, 333. Teniendo en cuenta el sistema de poblamiento móvil y estacional de los
indios de la zona y la importancia de El Cocuy que señalaremos más adelante, es posible que esta
concentración de población registrada por los cronistas no fuera permanente; podría tratarse de indios de
distintas procedencias que en épocas determinadas se congregaban en El Cocuy.
80
[...] ha oído decir a los indios viejos que antes que los cristianos
entrasen en este reino, los indios de este pueblo [Panqueba] reconocían
al cacique del Cocuy y le obedecían y le daban oro y mantas y hacían
sus labranzas155.
[...] antes que los cristianos entrasen a esta tierra los indios deste dicho
repartimiento [Chita] eran sujetos y servían al Cucuy, que aquel era
cacique grande e que le daban mantas y carne e sal porque era
valiente156.
81
82
Este fue también el caso de los uwa de Güicana adscritos por los
españoles a la encomienda de Panqueba y, como veremos, de algunos uwa de
Chiscas que fueron anexados al pueblo lache de Guacamayas.
La relación entre los laches y los uwa no debe ser interpretada como una
de dominación, sino como una de complementariedad, tendiente a lograr el
equilibrio en las relaciones sociales, religiosas y políticas en la extensa región
que circunda la Sierra Nevada del Cocuy, el centro del mundo de los uwa. El
territorio del antiguo clan Ruba de los uwa tenía importancia ceremonial, y
tanto éste como el del Cocuy de los laches se hallaban en tierras altas que los
uwa asocian con las cualidades del mundo de arriba, una de las cuales es el
conocimiento centralizado por los caciques mayores. Los laches y los uwa
pudieron compartir una actividad ceremonial basada en un sistema de
creencias relacionado que tal vez se remonte a tiempos muy antiguos. Así, los
centros ceremoniales prehispánicos marcados por menhires alineados
perduraron en la tradición uwa como sitios de sus ancestros, y los cronistas
españoles, al referirse a los laches, afirman que adoraban grandes piedras
porque éstas habían sido hombres 161. Los asentamientos de los laches y de los
uwa eran muy cercanos en la cuenca del río Nevado y todos ellos estaban
asociados a los sitios sagrados de las zonas altas.
Las granjerías que tienen los indios de Panqueba son: [...] hilan y tejen
mantas de algodón de vestir pardas, blancas y coloradas [...]
160
Se refiere a la encomienda de Panqueba. 1602. AGN. Vis Sant : 10 : 941v.
161
Piedrahita [1666] 1973: I, 56.
82
[...] hilan y tejen mantas de algodón de vestir y coloradas y blancas de
lana162 [...]
[...] se ha de tener grandísima consideración y advertencia a la calidad
de las mantas de Chita163 [...]
Según Ann Osborn (1995: 59), los grupos Agua Blanca y Tegría
conformaron antiguamente un mismo clan. La información que proporcionan
la tradición uwa y los datos históricos nos permite sugerir que ese “clan
ancestral” pudo incluir también a los unkasías, y que su territorio abarcaba la
cuenca del río Margua y algunas zonas vecinas, como las cuencas de los ríos
Valegra y Cubugón. El río Margua constituye la parte alta y el origen del río
Arauca, junto con sus tributarios, como son los ríos Chitagá, Valegra y
Culagá (Mapa 5). Desde la época de la conquista española hasta tiempos
contemporáneos, la presión de la colonización ocasionó continuos
fraccionamientos de estos grupos uwa, migraciones de comunidades y
reagrupamientos en distintas zonas de la Sierra Nevada del Cocuy.
83
84
84
(Unkasía y Agua Blanca) Chucarima (Kut´arina) aparece como un
importante sitio de poblamiento antiguo de esta gente167. (Ver Mapas 5 y 2).
Las comunidades indígenas que habitaban el valle de Ima en la época de la
conquista fueron afectadas desde un primer momento por expediciones
españolas, como la de Pedro de Orsúa realizada en 1549, y caracterizada por
las masacres, el infanticidio, el traslado de mujeres a Pamplona, la
desintegración de comunidades y la migración de muchos individuos. Esta
situación fue empeorada por la epidemia de viruela ocurrida en 1559-60 y por
el traslado de indígenas al laboreo de las minas de Pamplona 168.
La cuenca del río Valegra formó parte del antiguo territorio de los uwa
del grupo Unkasía. Dos asentamientos indígenas que aparecen reseñados en
los títulos de encomiendas de 1550-52 en la cuenca alta de este río, tenían los
nombres de “Tututa” y “Suta”169; estos apelativos nos hacen pensar en el sitio
de Thu´tata, que la mitología uwa ubica en el antiguo territorio de los
unkasías y que relaciona con Thu´tahtuwa, el nombre de este clan en lengua
uwa170. En este sector también estaban en el siglo XVI el asentamiento de
Labatoca y los pueblos de Cirivita (o Serevita) y Balegra - los cuales al
parecer formaban una unidad política - donde los españoles establecieron la
encomienda de “Balegra y Tunebas”171; a mediados del siglo XVII, se
mencionan también en esta zona el sitio de Tecurí y la encomienda de
“Balegra, Tecurí y Tunebas”.
85
86
Según datos recogidos por Ann Osborn (1973: 17; 20) entre los uwa, los
integrantes de los grupos Agua Blanca y Tegría consideraban también como
“territorio de origen” a la región ubicada entre el río Chitagá y el Lebrija o
Río de Oro (Bucaramanga) (Ver Mapa 2). No podemos determinar si se trata
de un territorio antiguo de habitación, o si la tradición uwa hace referencia a
una fuerte relación social, religiosa y política con los antiguos habitantes de
aquella extensa región que coincide, por demás, con la ubicación de las minas
del Río del Oro y del páramo entre esta zona y la de Pamplona, cuya
explotación fue el principal interés de los españoles entre 1549 y 1559. Es
interesante señalar la presencia, a mediados del siglo XVI, de un pueblo
indígena en la zona del Río de Oro denominado Rasgón176 - reseñado en la
visita de Cristóbal Bueno en 1559 - ubicado sobre una quebrada que hoy
conserva este nombre. Como vimos, Rasgón era también el nombre de un
asentamiento de los uwa en la zona de Chiscas, registrado en fuentes
documentales del siglo XVII.
Las minas de oro mencionadas pudieron ser sitios sagrados que atraían a
indígenas de distintas procedencias y grupos étnicos. En las minas del
páramo, los españoles descubrieron una colina cubierta de muchas “puntas”,
174
Rika, es el nombre de esta deidad en su estado de adulta y Kokora, es el nombre tanto de esta deidad como
de las niñas uwa en su estado de pubertad.
175
Ver Márquez 1981. Comité Colombia es U´wa 1997. Villate 1992.
176
Colmenares 1969: 34. Tovar y otros 1998.
86
término empleado por algunos cronistas para designar al oro de mina que
aparece superficialmente, y que los muiscas, antiguos vecinos sureños de los
uwa, utilizaban como ofrenda177. Por demás, en la colina del páramo había
una “piedra grande” que llamó la atención de los españoles178, lo que nos
recuerda los sitios tradicionales de intercambio de los uwa, señalados con un
menhir179.
La tradición de los uwa señala que las regiones ubicadas al oriente del
río Margua también formaron parte de su territorio ancestral. Allí habitaban
los integrantes del grupo uwa de tierras bajas conocido con los nombres de
pedrazas o betoyes (Bethuwa), extintos a mediados del siglo XX180. En las
descripciones del capitán José Miguel Vásquez y del padre Rivero en la
segunda mitad del siglo XVIII, aparecen los pedrazas, quienes tenían
asentamientos en las estribaciones cordilleranas y en las tierras de los llanos
donde estaban “las islas de los pantanos” y el “pueblo de las lagunas”181. En
el pasado, los betoyes o pedrazas tenían relaciones cercanas con los grupos
Agua Blanca y Unkasía, y marcaban la transición entre los uwa y otros
pueblos indígenas ubicados más al norte que se extendían en las tierras bajas
aledañas a la Cordillera Oriental colombiana y la Cordillera de Mérida
venezolana. Los betoyes también se movían hacia el sur, a las riberas del río
Arauca, especialmente a la Isla del Charo, importante sitio de encuentro
ceremonial entre éste y otros grupos uwa 182 (Ver Mapa 7). Los pedrazas o
betoyes también tenían vínculos con los uwa de Chiscas, una relación
señalada en fuentes documentales de la Colonia:
[...] una nación de indios que se han poblado en un sitio que se llama
Litargón, los cuales tienen comunicación con los pedrasas184.
177
Piedrahita [1666] 1973: 1, 64.
178
Piedrahita [1666] 1973: 2, 661.
179
En otras regiones, también existen evidencias de intercambio multiétnico en sitios marcados por una gran
piedra de carácter sagrado. Los cronistas españoles hablan del famoso mercado de Sorocotá que tenía lugar en
un cerro donde había una piedra grande, ubicado hacia el nor-occidente del territorio de los muiscas, en zona
de confluencia de distintos grupos étnicos. En Sorocotá se reunían periódicamente grupos muiscas, guanes,
“chipatáes, agatáes y saboyáes” (Simón [1625] 1981: 3, 404).
180
Osborn 1985. El territorio que ocupaban los betoyes, corresponde hoy al departamento de Norte de
Santander y al estado Táchira de Venezuela.
181
Rivero [1739]1956: 352, 359. Apéndice Documental, Documento 1: 223v.
182
Osborn 1985: 44; 142.
183
Ver Apéndice Documental, Documento 5: 855r.
87
88
88
En efecto, al sur del río Pamplonita estaba el pueblo de Cirivita el cual,
en el siglo XVI, era un importante centro ceremonial que los cronistas
españoles atribuyen a los chitareros, y que llamaron Fontibón, dada la
similitud que tenía con un pueblo de los muiscas que llevaba este nombre:
[…] santeros o mohanes que hablan con el demonio, el cual les hace
entender que él hace llover, entre los cuales hay uno que es principal, y
este es un capitán del pueblo llamado Cirivita, que los españoles
llamaron Fontibón, por la similitud que tiene a un pueblo de indios
moscas190.
190
Aguado [1581] 1956: 1, 466.
191
Ver Tovar y otros 1998: Mapa No. 4.
192
1571. AGN. Vis Boy : 2 : 22r.
193
Ver Rochereau 1959: 16. Osborn 1995: 34. 1985: 82.
89
90
Según Rochereau (1914-18: 524. 1961: 45) los unkasías y los pedrazas
tenían diferencias étnicas con los grupos uwa ubicados tradicionalmente más
al sur; esto tendría que ver con su relación ancestral hacia el norte y con su
ubicación en cercanías del territorio de otros grupos étnicos. Según las
normas tradicionales en el intercambio matrimonial de los uwa que señalamos
en páginas anteriores, los clanes que se encontraban en la “frontera” con
grupos étnicos vecinos cuya cultura se relacionaba con la de los uwa, podían
establecer alianzas matrimoniales con ellos aunque éstas fueran prohibidas
por las normas que regulaban las alianzas ideales. Este sería el caso de los
unkasías y los betoyes en el pasado, lo cual también explicaría sus diferencias
étnicas con los uwa pertenecientes a clanes más alejados de la “frontera”.
Antiguamente, los barí eran los vecinos por el norte de los chitareros y
su territorio abarcaba una extensa región delimitada por la Cordillera de
Mérida al oriente y la Sierra de Perijá al occidente, centrándose en la cuenca
de los ríos Catatumbo y Zulia 197. En el pasado, las relaciones de los uwa con
los “motilones” eran belicosas198 y debían ser equilibradas a través de los
194
Osborn 1985: 52.
195
Ver Reichel-Dolmatoff 1960. Alcácer 1964.
196
La Sierra de Perijá es el territorio tradicional de los yuko o yupa - muchas veces designados también como
“motilones” - cuya lengua pertenece a la familia Karib (Ver Alcácer 1964).
197
Ver Alcácer 1964.
198
Osborn 1985: 140.
90
encuentros ceremoniales y el intercambio. En estas relaciones tuvo una
posición destacada la zona de Chiscas, cuyos caciques mayores eran famosos
en las extensas regiones del norte mencionadas anteriormente. Indígenas de
distintas procedencias viajaban a Chiscas y, a su vez, los caciques uwa de esta
zona iban a sitios de encuentro ceremonial ubicados en el territorio de otros
grupos.
91
92
92
[...] en un pozo que se llama Chiscama sale una mujer con Ucowa que
es un hombre. Antes allá vivían Uua pero ahora solo quedan colonos.
Los Uua de allá hace tiempo que están en Tegría204.
Los tegrías tal vez tuvieron que ver en el pasado con el antiguo clan de
Chiscas (Betabuwa). Es interesante señalar que dentro de los resguardos de
los uwa de Chiscas en tiempos coloniales, había una quebrada reseñada, en
fuentes documentales, con el nombre de “Tebría”205; en la documentación
sobre el territorio tradicional consignada en la mitología uwa, aparece una
quebrada en la zona de Chiscas denominada Tembría, identificada
tentativamente por Ann Osborn (1985:134) con el río Casiano; por demás, en
el censo del pueblo de Chiscas y Tunebas realizado por Juan de Valcárcel en
1635, aparece un indio de apellido206 “Tagriuna”207 (Tagrinua?) lo que nos
recuerda el nombre, en lengua uwa, del clan Tegría: Tagrinuwa.
93
94
[…] hasta llegar al valle de los Cercados que es lo que agora se dice
valle de Tequia. Gente así mismo diferente en lengua y traje de los
laches. Llamaron a este valle de los Cercados porque en él tenían los
indios principales sus casas cercadas de grandes cercados de palos o
cañas, alcarrizos, y otras ramas de árboles, todo muy tejido y tupido211.
94
cual es mencionado en documentos del siglo XVII,212 y que podría
corresponder al territorio de los grupos uwa reseñados en 1772 por el capitán
José Miguel Vásquez como “los lunas” y “los caralunas”213 ubicados en la
zona de Tierradentro que analizaremos más adelante.
95
96
que representa para los uwa una puerta hacia la mitad de abajo del universo218
(Ver Mapa 2).
96
formaciones rocosas en cercanías de Güicán recuerdan la forma de una
“casa”, como las rocas de La Petaquera (Ver Mapas 3 y 4) en la banda
occidental del río El Mosco o Tunebo:
la sierra nevada, atravesada por el río Cubugón que fluye en la zona limítrofe
entre los actuales departamentos de Boyacá y Norte de Santander, el río
Cobaría ubicado en territorio boyacense y el río Bojabá en el límite entre los
departamentos de Boyacá y Arauca (Mapa 6. Ver Mapa 1).
224
1755. AGN. Resg Boy : 3 : 217r.
97
98
225
1770. Comunicación del capitán José Miguel Vásquez. AGN. Ca In : 50 : 338r.
98
99
100
Foto 22. Grupos Uwa en La Sierra Nevada del Cocuy en la Sierra Nevada del Cocuy y el
Casanare. 1798. AGN. Mapoteca 4. No. 132 A (VC 314)
100
Los cobarías dicen que han habitado “desde siempre” su territorio
tradicional en las tierras medias de la vertiente nor-oriental de la Sierra
Nevada del Cocuy; esta ocupación puede remontarse a un lejano pasado dado
que, a unos ciento cincuenta metros abajo del actual pueblo de Cobaría, al
borde de una planada que desciende abruptamente hacia el río, se encuentran
los vestigios de un antiguo centro ceremonial con menhires alineados,
posiblemente prehispánico. Originalmente había dos hileras paralelas de
menhires orientadas de sur a norte; hacia 1960, todavía existían doce
menhires, unos en su sitio y otros derribados, mientras que una década
después sólo permanecían dos de ellos226 (Foto 23).
Creemos que Cobaría, la sede principal del clan del mismo nombre, ha
sido un centro ceremonial importante desde tiempos antiguos hasta la
actualidad. Los uwa contemporáneos aprecian la sabiduría de los cobarías, ya
que este grupo se ha conservado como el más tradicional, en parte porque a
través de la historia su territorio estuvo más protegido de las sucesivas
oleadas colonizadoras de gente foránea. Siguiendo la orientación del
pensamiento uwa según la cual cada clan se atribuye a sí mismo una posición
central en el universo, los cobarías consideran que ellos ocupan ese lugar
central frente a otros clanes, y que esto les da un poder especial ante a las
deidades227. Por demás, los cobarías, cuyo nombre ceremonial es Rukwa, se
consideran descendientes de Sira (o Rukwa), deidad suprema del mundode
arriba.
226
Cháves 1964. Rochereau 1974: 69.Osborn 1985: 61.
227
Ver Osborn 1995: 94.
101
102
102
En el pasado, el territorio de este clan se extendía a ambos lados del río
Cobaría (Foto 24) desde su nacimiento en la laguna El Duende hasta las
tierras bajas contiguas a los llanos orientales 228, un punto geográfico central
donde confluyen tres vías fluviales fundamentales en la vida y cosmología de
los uwa: los ríos Cobaría, Cubugón y Margua; en este sector se encuentran
actualmente el caserío de Gibraltar y la población de Cubará, fundada en
1961.
Los uwa de Cobaría han tenido una relación particular con la zona de
Güicán. En fuentes documentales de la Colonia, se refiere cómo los cobarías
llegaban al pantano de Güicán, sitio de congregación de numerosos “tunebos
infieles”. En otra ocasión advertimos cómo el cacique de Cobaría tenía una
casa en el pantano de Güicán; en el censo de los uwa del pantano realizado en
1772 por el capitán Vásquez, se registraron dos mujeres, quienes eran hijas
del “teniente” y del cacique de Cubaría:
103
104
104
tierras de los uwa y a sus dirigentes que se hallaban presos en Santafé, había
nacido en Güicán, aunque debía estar emparentado con los caciques de
Cubugón que llevaban el mencionado apellido237.
En el relato del cacique Toroá escrito hacia finales del siglo XVIII,
analizado más adelante, aparecen el sitio sagrado de Tina y la zona de
Segovia donde se ubica una laguna sagrada. Como veremos, los relatos
míticos contemporáneos del grupo uwa Agua Blanca nos permiten establecer
paralelos con el antiguo relato, y creemos que desde tiempos antiguos, la
zona de Cubugón fue influenciada por la gente de este clan, donde
permaneció, junto con los unkasías, hasta la época contemporánea.
105
106
era utilizada en el intercambio por la gente de este grupo y por los unkasías,
quienes debían tener “derechos” sobre este producto y centralizar su
intercambio.
La cuenca del río Cubugón está enfrentada y comunicada con las tierras
de Chiscas, a través de una divisoria de aguas donde nacen el río Pajarito que
desciende hacia Chiscas y pasa cerca del centro ceremonial prehispánico, y el
río Orozco que fluye hacia el nor-oriente para formar el río Cubugón (Ver
Mapa 1). Los uwa de Cubugón y los de Chiscas tenían una fuerte relación que
se mantuvo durante la época colonial. Las fuentes documentales del siglo
XVII relatan cómo el movimiento de indios uwa entre esas dos regiones era
permanente:
106
permanecieron hasta la actualidad244. Por su lado, comunidades de los grupos
Agua Blanca y Unkasía se concentrarían en los afluentes del río Cubugón, un
territorio ancestral importante donde, en el curso del siglo XX, fueron creadas
las poblaciones de Santa Librada, Segovia y Samoré, en el departamento de
Norte de Santander.
En la primera mitad del siglo XX, integrantes del grupo Agua Blanca
todavía habitaban en ambas márgenes del río Mojicones; por esto eran
conocidos también como “los mojicones”245. Ellos cumplían un papel
importante como intermediarios en el intercambio entre los grupos de ambas
vertientes de la sierra nevada:
Los [uwa] que están más retirados emplean para cubrirse el cuerpo
mantas o ruanas que consiguen por medio de los Mojicones [...] que son, en
comercio, a manera de intermediarios para cambiar la otoba, la caraña246 y
demás productos que casi todos laboran, por ropas, sal, tabaco, caliche y toda
clase de baratijas247.
Desde mediados del siglo XX, comunidades del grupo Agua Blanca
fueron desplazadas por la construcción de la carretera Pamplona-Arauca, por
la colonización y el establecimiento de misiones. Muchos de ellos fueron
absorbidos por la población campesina, otros se desplazaron a la margen sur
del río Cubugón - Tauretes, Támara, Agua Blanca - y mantuvieron elementos
de su cultura tradicional.
244
También son conocidos como Barauwa, y como Chuscales y Tablones según los nombres de dos lugares
de residencia de los tegrías en la vertiente nor-oriental (Osborn 1973: 20).
245
Osborn 1985: 45; 47.
246
Caraña (Bursera graveolens). Arbol que produce una resina medicinal (Rochereau 1961: 101. Pradilla
1983: 50; 71).
247
Gómez Picón 1938: 104.
248
Ver: Osborn 1973.1985. Pradilla 1983. Rochereau 1961.
107
108
Foto 25. Hombre uwa del grupo Bókota (Fotografía de Alvaro Cháves, tomada en la
década de los sesenta).
108
El poblado de Tamarana estuvo ubicado en una hondonada en cuyas
inmediaciones había “una piedra o laja grande”249 que nos hace pensar en los
menhires referenciados en los mitos uwa que documentan el territorio de este
clan250. Hacia 1960, los unkasías habitaban este sector que llegaba por el norte
hasta la región de Santa Librada, región que por la misma época estaba
ocupada por integrantes del grupo Agua Blanca donde también eran
conocidos como “tamaranes” o “tamorana”251. Esto señala la mezcla de los
grupos Agua Blanca y Unkasía en la zona del Cubugón, lo que no sorprende
dado que, como vimos, es muy factible que estos dos grupos formaran
antiguamente un mismo clan.
109
110
110
colonización blanca y epidemias, y algunas comunidades se dispersaron hacia
los llanos o se integraron a la población campesina.
111
112
[...] los indios del pueblo de Macaguane pretenden no se les exijan los
tributos devengados, por la guerra y hostilidades que les han
declarado y reciben de los indios tunapes, de nación tuneba, sus
convecinos268.
263
Ver Osborn 1995: 64.
264
“Pozo” o laguna.
265
Relato de un chamán del clan Bókota. En: Salazar y Sarmiento 1985: 291. Los uwa designan al río Tame
con el nombre de Tambría (Osborn 1985: 133).
266
Ver Márquez 1981: 38. Rochereau 1961: 43. Pradilla 1983: Apéndice 1: 3. Osborn 1995: 64; 178; 211.
267
Ver Stoddart 1959.
268
1756. AGN. Trib : 13 : 532v-533r.
112
113
114
[...] cerca del río Tame, á la parte que cae al norte, hay una sabana
grande, que está hacia la mitad de la distancia que media entre el sitio
de los Tunebos270 y el pueblo de Tame, y es á manera de una mesa esta
sabana, en medio de la cuay [sic] hay una laguna cuyas aguas sirven
de cátedra a satanás. Aparece allí aquella serpiente antigua, en forma
de una gran culebra, que los españoles llaman güío, y habita de
ordinario en las lagunas y ciénagas. A ella solían ir los indios Tunebos
á consultar sus dudas y negocios, haciéndole á la culebra sus
preguntas, y oían sus respuestas y consejos con grande acatamiento y
reverencia [...]
Otro adoratorio hay, según la voz común, en una alta sierra que cae a
la otra banda del Macaguane; á su cumbre suben los Tunebos, y allí
ofrecen al demonio oro y algunas cosas según su posibilidad, para
tenerlo grato en sus necesidades y aprietos271.
El curso alto del río Casanare, desde sus fuentes a 3.500-4.000 m.s.n.m.
hasta Sabanalarga por los 800 m.s.n.m. - incluido actualmente en el
departamento de Casanare en zona limítrofe con Boyacá y Arauca - estaba
habitado en la época de la conquista española por los indios laches. El
territorio lache del alto Casanare pertenecía a la gente mencionada en la
269
Ver Osborn 1973: 21.
270
Se trata del pueblo de misiones de Patute.
271
Rivero [1739] 1956: 58. La sabana que albergaba la laguna sagrada, ubicada al norte del río Tame a mitad
de camino entre el “pueblo de los tunebos” (la misión de Patute) y la fundación española de Tame situada en
tierras bajas, podría ser la sabana de Mararabe.
272
Rivero [1739] 1956: 121.
114
tradición uwa con el nombre de Shitauwa, cuya sede principal era Thacama
(Sácama)273; incluía las fuentes salinas, ubicadas a orillas del Casanare y de
su afluente por el norte, el río Chinivaque:
Estos indios de los Pueblos de la Sal y de Chitá [sic] son una nación que
llaman laches274.
[...] sus salinas, que tienen tres ojos a la orilla de un río y las llaman
Gacha, Chinibaque y Salina Grande275.
Otros sitios sagrados del alto Casanare eran las lagunas que se
constituyen en fuentes de esta vía fluvial, como las de Eucas 277, Ocubí Chicas
y Ocubí Grande; estas lagunas eran sitios de peregrinación para grupos
indígenas de distintas partes de la sierra nevada:
[...] iban en romería en cierto tiempo del año á una laguna grande que
está en el páramo o serranía, de la cual nace el río Casanare, y en ella
ofrecían sacrificios al demonio, arrojando cerca de la laguna cosas de
precio y estima, según la devoción de cada uno278.
115
116
[...] en cierta provincia de indios llamados Laches, había una casa que
por ser tan abundante de riquezas de oro, era llamada la Casa del Sol.
[...] la casa del Sol, en el paraje de los pueblos del Cocuy, tras una
cordillera alta y de grandes páramos que allí se hacía a las vertientes
de los llanos279.
279
Aguado [1581]1956: I, 334; 317-318. Piedrahita [1666]1973: 2, 499.
280
1625. Archivo Parroquial de Chita. En: Amaya Roldán 1930: 27.
281
Relato de un chamán del clan Bókota. En: Salazar y Sarmiento 1985: 296.
116
En 1603, Jerónimo Holguín, comisionado por el visitador Luis Enríquez,
recogió información sobre los asentamientos indígenas en la cuenca del
Casanare. En el sector denominado Susbaque282 y en la “parcialidad de
Chinavita” habitaban los ipuyes, quienes se dedicaban a la producción e
intercambio de elementos propios de tierras bajas. El cacique principal
habitaba en el pueblo de Susbaque y tenía gran ascendencia sobre los indios
de la zona quienes le llevaban tributos y le hacían sus labranzas, tanto los
mismos ipuyes como algunos de los uwa de la región.
[...] que las tierras que tienen los indios de Susbaque y Chinavita son
muchas y muy buenas y fértiles en que se da muy bien el maíz dos veces
al año, y yuca y batata y hayo y algodonales y yopa y totumas y
pescado en el río de Casanare [...] y tienen cueros de animales que
matan y rescatan de otros indios, como son de tigres, lobos y venados y
papagayos y guacamayas y miel que pueden coger mucha, y cera
negra283 [...]
Por su lado, los uwa de la zona del Casanare eran, en ese entonces, todos
“infieles” y tenían sus asentamientos dispersos en la cordillera:
[...] y que los indios tunevas que son seis capitanes con su gente, están
divididos; que sus poblazones a media legua, y a una legua, y a dos y a
tres leguas y lo más lejos de seis leguas que son dos días de camino;
porque los dichos tunevas siempre se han criado por los arcabucos285
[...] parcialidad de los indios tunevas de Tacoragua que es capitanía de
282
Susbaque, nos recuerda que el padre Rivero (1739/ 1956: 57) se refiere a un idioma de los uwa “muy
difícil” y que todos comprendían, y a otra lengua menos general llamada Subasque, que no entendían los uwa
de Tierradentro.
283
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1133v-1134r; 1135v.
284
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1139v-1140r.
285
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1133v.
117
118
por sí, sin sujeción a otro. Ycar, indio infiel, capitán de los tunevas de
Tacoragua [...]
Foto 26. Las tierras del Casanare. 1793. AGN. Mapoteca 4. No. 131 A (VC 316)
Foto 27. El piedemonte oriental de la Sierra Nevada del Cocuy (Fotografía de J. Alberto
Motta Maroquín)
118
Parcialidad de la capitanía de los tunebas de Ancheriba de la gente de
Patibarra; capitán, Patibara, infiel [...]
Falta por venir, el capitán o cacique de los tunevas de Pinalay, que
dicen serán cinco indios varones sin sus familias [...]
Falta por venir, el capitán Ynay, de los tunevas de Yaorocotiva que
están en el río de Tame, que dicen serán siete indios varones sin sus
familias [...]
Falta por venir, el capitán Tanasir, de los tunevas de Sacayba, con su
gente, que dicen serán once indios varones con sus familias [...]
Falta por venir el capitán Agriscobe de los tunevas de Tacotariba [...]
Falta por venir, el capitán Paci, de los indios tunevas de Saravita286
286
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1123r; 1124r; 1125r.
287
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1120v, 1121r, 1122v.
288
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1125r; 1142v.
289
Apéndice Documental, Documento 1: 244r.
119
120
En la visita de 1603 se habla del sitio de Cuseriba, a dos leguas del río
Casanare, nombre que nos recuerda el de “Casirva” correspondiente a un
sector ubicado entre el Casanare y el río Tame. También, una quebrada
afluente del río Casanare por el sur lleva el nombre de Casirbita (Ver Mapa
7). En esta última zona, ubicada entre los ríos Casanare y Ariporo - hoy en el
departamento del Casanare - los misioneros establecieron, en el siglo XVIII,
la misión de Aguatiba o El Piñal para concentrar a los uwa dispersos en la
región. En esta zona, los uwa mantuvieron una organización tradicional hasta
la época contemporánea, en tres asentamientos principales - Barronegro, La
Casirva y El Palmar - cuya autoridad principal era el “capitán” de
Barronegro293.
290
Ver Osborn 1985: 133.
291
AGN. Ca In : 12 : 755r.
292
Ver Osborn 1973: 21. 1985: 141.
293
González 1928a: 204. En la banda del norte del Casanare, también existe un sitio con el nombre de
Barronegro. Esta duplicidad de nombres en ambas márgenes del río, que también ocurre con los de Casirba y
Casirbita, sugiere que podía tratarse de asentamientos tradicionales de comunidades uwa muy relacionadas
entre sí.
120
Es posible que los grupos uwa del Casanare tuvieran “derechos” sobre
la producción de algodón, ya que ésta involucraba a comunidades de distintos
grupos étnicos, relacionados culturalmente, establecidos en las estribaciones
orientales de la cordillera, como eran los uwa y los mencionados ipuyes del
Casanare, así como la gente de la zona de Támara y Tecasquirá en la cuenca
del río Pauto, ubicada más al sur, a cuyo territorio los uwa se trasladaban en el
pasado294 (Ver Mapa 8). Támara y Tecasquirá formaban la transición entre el
antiguo territorio uwa y el de los muiscas, al sur; Pisba, en territorio muisca,
actuaba como intermediario en la distribución del algodón 295 y al parecer
también, de las mantas tejidas en esta fibra llegadas de las tierras altas por
intercambio; en fuentes documentales, aparecen referencias a la calidad de las
mantas almacenadas en el cercado (del cacique?) de Pisba:
[...] dijo que los indios de Susbaque y Chinavita no saben tejer mantas,
pero que como cogen mucho algodón y lo venden a los indios del
rincón de Chita y Cocuy y Panqueba y el Pueblo de la Sal, a trueco de
mantas y sombreros y cuchillos y sal297.
Los antiguos grupos uwa de la cuenca del Casanare tuvieron relación con
esas etnías vecinas y podían haber compartido con ellos los derechos sobre la
fibra del algodón, su simbolismo y la centralización del intercambio de la
fibra.El río Casanare fue antiguamente una importante ruta ceremonial y de
intercambio por donde circulaban, según los cronistas europeos, algodón,
mantas, sal y oro.
121
122
y mantas que bajan del Reino, que les sirvieron de guías hasta dar en
las poblaciones de los Laches298.
[...] hasta que llegamos al pie de la montaña altísima, a ciertas
poblaciones de indios que llaman Pueblos de la Sal, porque la hacen
en cantidad [...] Con esta sal los indios se proveen de maíz, aunque
siembran también ellos, pero poco, y la venden a cambio de algodón
hilado o por hilar, y por oro299.
Los ipuyes y los uwa del Casanare intercambiaban con los laches y los
uwa del río Nevado (Panqueba y Güicán) y con los laches de la cuenca del río
Chitano (Chita); aquellos iban en verano a llevar pescado a “Panqueba” y, por
su lado, los laches viajaban al Casanare a buscar algodón, tabaco, coca y otros
productos:
[Los ipuyes] tienen con estas cosas sus granjerías con indios y con
españoles que vienen del rincón de Chita y de los laches a comprarles
algodón, tabaco que cogen y hayo y cueros y totumas y guacamayas, y
por estas cosas les pagan mantas de algodón y de lana y camisetas,
sombreros, machetes y cuchillos [...] y también venden pescado asado
en barbacoa y molido hecho harina a otros indios, y esto como dicho es
lo hacen los indios de Susbaque y Chinavita300.
298
Piedrahita [1666] 1973: 2, 639.
299
Cey [1553] 1995: 153.
300
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1140v- 1141r.
301
Ver Colmenares 1970: 16; 171.
302
AGN. Vis Boy : 9 : 652r-657r; 754r.
122
123
124
124
indígenas vecinos también se especializaban en la producción de estos
elementos. Podemos pensar que en las tierras bajas del oriente existía una
“franja” productora de yopo y algodón, que los uwa asocian con el mundo
femenino y fértil de abajo. Las comunidades productoras pertenecían a
distintos pueblos indígenas relacionados, entre los cuales también pudo existir
intercambio ceremonial en épocas determinadas. En estas actividades tendrían
un papel fundamental los centralizadores del intercambio de estos elementos,
como el asentamiento muisca de Pisba adonde, antiguamente, iban a buscar
algodón indios de distintos grupos étnicos, como los uwa305, los laches de la
región del río Chitano (Chita)306 y las comunidades muiscas establecidas en la
región del río Chicamocha, como Chusvita y Socotá307.
125
126
310
Chamán uwa. En: Osborn 1995: 26.
311
Comunicación de autoridades tradicionales de los uwa. Julio 31 de 2001. http:// www.lifeland.it/
viaggio_uwa/ uwa_decreto.htm
126
CAPITULO 3
[…] y que nadie tenía autoridad en ellos, que desde que el Sol nació en este
medio mundo los habían dejado libres, así a ellos como a las demás
naciones, sus parientes de tierra adentro.
José Miguel Vásquez (1772)
127
128
[...] pues cuando pasó la dicha visita315 no había tales indios tunevos por
no ser estos originarios desta tier[r]a, pues son advenedizos de la otra
banda de la cor[d]illera. Los agregaron sus amos en sus estancias y
tier[r]as que llaman de Litargón, con el pretexto de tenerlos para
aprovechamiento de sus sementeras de maíz y trigo, como hasta hoy lo
están316.
128
de resguardo por separado a los ladinos de Chiscas y a los uwa. Este visitador
ordenó también que los uwa de Litargón y Agua Blanca, así como unos pocos
que vivían en el pueblo de Chiscas, fueran concentrados en el sitio de
Guaravitebas; aunque los indios fueron trasladados, posteriormente volvieron
a sus asentamientos antiguos:
Desde ese entonces, los resguardos de los uwa en cercanías del pueblo
de Chiscas y en Guaravitebas, Litargón y Rasgón, fueron progresivamente
ocupados por españoles. Así, por ejemplo, un español de apellido Becerra fue
quien trasladó a muchos uwa al sitio de Guaravitebas para luego obtener una
merced de tierras y quedarse con una parte de los terrenos de los indios en la
zona de Rasgón318, y un sargento llamado Antonio Carreño obtuvo terrenos en
el sector de Litargón; cuando los uwa volvieron a sus antiguos asentamientos
éstos estaban ya en tierras ajenas, y los indios se establecieron en propiedades
de españoles; estos uwa fueron conocidos desde entonces como “los
carreños” y “los becerras”.
129
130
otra en el dicho pueblo de los chiscas, donde lo sean ellos y los tunebas
[...] En conformidad de su comisión, mandaba y mandó que los dichos
indios de los chiscas y tunebas [...] se pueblen y junten y agreguen en el
mismo pueblo de los chiscas, en contorno de la plaza e iglesia, donde
hagan sus casas y bohíos con sus calles limpias de seis varas de ancho, y
sus cuadras y solares en forma política con distinción de barrios [...]
Para cuyo efecto sean sacados de sus sitios y asientos viejos y labranzas
antiguas donde ahora están, y sean reducidos a la dicha nueva población
de los chiscas, donde estén unidos y juntos, y se les derriben y demuelan
sus casas y buhíos que en ellos tuvieren320.
[…] y digo que por el año pasado de ochenta y dos y ochenta y cuatro,
ocurrieron los indios guaravitebas, litargones y tunebas, chiscas,
aguablanca, y ganaron con siniestra relación Real Provisión de amparo
en las tierras y resguardos que les señaló el señor oidor visitador Luis
Enríquez, sin embargo de una agregación que hizo el señor don Juan de
Valcárcel, asimismo oidor visitador, sin embargo de cualesquier
mercedes hechas, y que fueran echados los que estuviesen entre los indios
[…] Poseo una estancia de ganado mayor en el sitio de Guaravitebas con
justo y derecho instrumento por venta real que le hizo el sargento Antonio
Carreño, dueño de mayor parte de tierras en aquellos valles 323 […]
El protector y administrador general de los naturales de este Reino, por
don Bartolomé, indio cacique del pueblo de Aguablanca en los chiscas,
don Joseph y don Miguel Casiana, capitán del pueblo de Suriga, todos
poblados en los asientos viejos del pueblo llamado Los Chiscas [...] Dice
320
1635. AGN. Vis Boy : 9 : 745r-745v.
321
Cerca de la actual población de Guacamayas existe un sitio con el nombre de Litargón. Posiblemente en
este sector se encontraba el lugar adonde fueron trasladados los tunebos según las órdenes del visitador
Valcárcel. Por demás, es interesante la presencia, en los alrededores de Guacamayas, de varios sitios que
llevan el sufijo “gón”, como Güiragón y Uragón.
322
1685. AGN. Resg Boy : 1 : 786r.
323
1685. Carta de Alonso Méndez de Sotomayor (Pleito de tierras contra los tunebos). AGN. Resg Boy : 1 :
786r.
130
le informan que por el mes de enero del año pasado de ochenta y dos,
compareció ante V. M. don Pedro Chebitique, cacique principal de los
guaravitebas y Litargón tunebos, que están poblados con éstos solo con
diferencia de un cuarto de legua, y representó [...] que en la visita que
hizo el señor licenciado don Juan de Valcárcel [...] los mandó a dichos
guarabitebas, litargones y tunebos, poblar y agregar al pueblo de los
guacamayas, y les adjudicó a algunos vecinos que pretendieron merced
en las tierras que dejaban, que no tuvo efecto. Y así con vista de lo que
representó el dicho cacique, se sirvió de mandar se le despachase Real
Provisión de amparo al dicho cacique y sus indios [...] sin embargo de
cualesquier mercedes que se hubiesen hecho a dichos vecinos en lo que
está señalado a estos indios324.
131
132
los uwa por parte de una serie de encomenderos, con el fin de forzarlos a vivir
en sus encomiendas o a trabajar en sus casas en la ciudad de Pamplona. En
1630, el capitán de infantería Andrés del Basto Garza, en ese entonces
encomendero de Tecurí, Sururá, Balegra y Tunebas, en la zona del río
Valegra, organizó una redada para apresar y llevar encadenados a muchos
uwa que halló en inmediaciones de Litargón y de Chiscas, alegando que
habían huído de su encomienda:
132
[...] fue al valle de los tunebas llamado Chapiri 332 distante desta poblazón
más de quince leguas [...] allí estaba su gobernador que era Francisco
Bisnoá [...] El dicho Francisco Bisnoá va llevando gente al dicho retiro
donde podrá infestar toda esta tierra [...] Dijo el dicho Francisco y su
hermano: mueran éstos, que aquí no conocemos a Dios ni al rey; y
conquístenos de nuevo! [...] [Bisnoá] anda convocando gente para
llevarlos a esta retirada donde tiene muchas indias y criaturas sin
bautismo ni reconocer cura ni iglesia, ni paga de demora333.
133
134
gobernador de los llanos, quien apresó a los líderes del motín y los condenó a
muerte; varios indios fueron ahorcados pero, ante la insistencia de un cura
doctrinero, el capitán Berrío indultó a los restantes 336.
336
Rivero [1739] 1956 : 79-82.
337
Rivero [1739] 1956: 82-83.
338
1631. AGN. Vis Boy : 9 : 649r.
134
Además del alcance que las acciones de Berrío representaron en la vida
cotidiana de los indios, también pudieron tener un contenido simbólico
particular según el sistema de pensamiento de los uwa. Como vimos, el
capitán Berrío ajustició a varios indios giraras pero indultó a otros y de esta
manera no los exterminó sino que permitió la continuidad de su existencia.
Esta interpretación se relaciona con la manera como los uwa se han referido a
personajes de la historia contemporánea de Colombia, como es el caso del
general Gustavo Rojas Pinilla, quien era considerado por los uwa como un
buen gobernante porque, “aunque había matado blancos, dejó muchos para
semilla”339. Esto expresa un concepto fundamental en el pensamiento uwa: en
cualquier circunstancia, la “semilla” debe ser preservada en todos los niveles
del universo, de la naturaleza y de la sociedad, para asegurar la continuidad de
la vida340. El capitán Berrío hizo un viaje a España y allí le fue entregado el
gobierno de Guayana donde fundó pueblos con indios convertidos; el
encomendero de los uwa también vivió en Chiscas donde fue enterrado:
Aunque con el paso del tiempo, los encomenderos que tuvieron los uwa
de Chiscas fueron considerados por ellos como los personajes que
los“ampararon” en sus tierras y que, como veremos, sus nombres se fueron
confundiendo en la memoria de los indios, fue el capitán Martín de Mendoza
de la Hoz y Berrío quien se convirtió en un símbolo al cual recurrieron los
uwa en las múltiples ocasiones en las cuales intentaron defender sus tierras y
sus costumbres. Después de la muerte del capitán Berrío, los uwa interponían
su nombre como justificación para mantener sus creencias tradicionales; así,
por ejemplo, un viejo cacique que no quería ser bautizado, afirmaba que
actuaba así según indicaciones del ya difunto capitán Berrío:
339
Ver Osborn 1995: 34-35.
340
Ver Falchetti 2001.
341
Ver Apéndice Documental, Documento 5: 857v.
135
136
136
población blanca y mestiza: la drástica extinción de pueblos de indios y la
agregación de los indios a un número reducido de asentamientos, así como la
redistribución de las tierras de resguardo con el remate y venta de éstas
cuando los indios eran trasladados. Con estas acciones, las tierras de
resguardo se convirtieron definitivamente en un bien comerciable y pasaron a
manos de vecinos blancos345. En este contexto, la orden del visitador
Campuzano, en 1777, de anexar los indios de Chiscas al pueblo de El Cocuy,
selló la expulsión de los uwa de sus antiguos resguardos. El visitador dio la
orden de demoler el pueblo de Chiscas y de vender las tierras de resguardo
que aún no estaban en poder de españoles:
137
138
presentadas por los caciques y también por algunos españoles, como fue el
cura de Chiscas, Francisco Hilario Morán Patiño, quien intentó interceder por
los uwa:
Los indios ladinos de Chiscas han quitado su suelo a los tunebos [...]
desterrándolos a las montañas y haciendo que de los corregidores no
sean amparados sino mal queridos; son perjudicados en sus personas,
suelo y labranzas (si las siembran), no dejando piedra por mover para
quedarse con sus tierras, de modo que aunque en tiempo estos tunebos
han sacado varias providencias y despachos del Superior Gobierno para
que no sean maltratados ni perjudicados por vecinos españoles, indios
ladinos, ni por otras personas, todo se ha vuelto ilusorio, quedarse los
comisionados con los despachos sin retornarlos a las partes, y éstas
quedarse en peor estado que antes [...] Por lo que hace de los litargones,
digo que de poco tiempo a esta parte que murió su capitán don Enrique
Cartagena, los corregidores han subyugado a esta parcialidad a la citada
de Chiscas a pesar de su antigua independencia; y lo que se sigue de esto
es que, displicentes los litargones, se derrotan y se ausentan350.
La posesión y amparo de su suelo destas parcialidades de indios es muy
antigua, pero estos indios de Litargón han perdido sus títulos y amparos,
por lo cual, y considerando Florencio Sánchez lo desapercibido[s] que
están estos indios de los títulos de sus resguardos, ha ganado un despacho
del Cabildo de la ciudad de Tunja para a [sic] posesionarse en dichas
tierras de Litargón351.
[…] el actual Correguidor [sic] de este Partido ha atropellado con todo, y
persigue con esfuerzo a los indios tunebos, queriendo hacer pesquisa de
su teniente para castigarlo y ponerlo preso, no por otro motivo a la
verdad sino porque este ha andado los pasos solicitando su amparo en ese
Superior Gobierno [...] Ha quitado las tierras a los tunevos y las ha
entregado al comando de los indios ladinos, y el principal asiento de las
tierras de estos citados tunevos lo ha arrendado a un vecino blanco,
Domingo Suescún, conocido enemigo de los tunevos [...] Con el paso del
tiempo, estos tunevos han perdido sus títulos y despachos de amparos,
pero el que en tiempo antiguo, es un memorial se han amparados [sic] en
este Chiscas, es constante por los libros viejos parroquiales de mi cargo a
los que en caso necesario me remito […] El citado Corregidor, no
estando al superior mandato, persiste que las dos parcialidades de
350
1797. Comunicación del cura de Chiscas. AGN. Resg Boy : 3 : 743r-743v.
351
1798. Comunicación del cura de Chiscas. AGN. Resg Boy : 3 : 174v.
138
tunevos de Litargón y Taucasí estén bajo el yugo de los indios ladinos de
Chiscas, no por otra cosa sino por llevar su tema adelante, viendo que los
ladinos son enemigos acérrimos de los tunevos y que contemporizan con
el Corregidor352.
Las tierras de Güicán también fueron perdidas por los uwa desde la
segunda mitad del siglo XVIII, como resultado de una serie de eventos que
había ocurrido desde el siglo anterior. En 1602, cuando el visitador Luis
Enríquez visitó la zona del río Nevado, los uwa estaban incluidos en la
encomienda de “Panqueba y Tunebas” junto con los indios laches de
Panqueba353. En 1635, el visitador Juan de Valcárcel ordenó que los uwa
fueran agregados al pueblo de El Cocuy y que su asentamiento de Güicana
fuera trasladado a un sitio más cercano a ese pueblo; los uwa no aceptaron ese
traslado:
[...] que este pueblo354 ha sido desde la conquista; y que siempre lo han
reconocido por suyo los tunebos sus antecesores; y dicen que sus padres y
abuelos les expresaban que el señor visitador don Juan de Valcárcel los
quiso agregar al pueblo del Cocuy, y que ellos nunca quisieron por no
desamparar del todo estas sus tierras355.
139
140
llegaban por temporadas. Verdugo ratificó los resguardos de los uwa y les
concedió tierras de potrero, colocando los nombres que los distintos sitios
tenían en ese momento, varios de los cuales subsisten en la actualidad.
140
subiendo a un cerrito que sale por [en]cima de la Petaquera361 como dos
cuadras distantes de dicha Petaquera; y se advierte que la Petaquera se
llama a una single de peña que sobre ella está una gran piedra a modo de
una casa que es a la que dan el nombre de Petaquera, y desde el referido
sitio del cerrito, que como dicho es está apartado de la Petaquera como
dos cuadras se baje [sic] toda la loma abajo a dar al río del Mosco o
Tunebo, y por dicho río arriba sobre mano izquierda hasta dar a una
quebrada que llaman de los Colorados362 la que divide el potrero del
Mosco, y por la dicha quebrada arriba hasta dar a una ensillada donde
hay unos cerros limpios que dijeron llamarse Chevara, y desde el más
alto siguiendo toda la cuchilla a dar al cerro, que dijeron llamarse de las
Hojas, primer lindero del potrero363.
El resguardo de los uwa de Güicán abarcaba las tierras ubicadas entre los
ríos El Mosco o Tunebo y Cóncavo, se extendía a la margen sur de este
último e incluía sus sitios sagrados: Techiquebo, O´shita, las termales de El
Baño y el sitio de Güicana; el visitador también otorgó a los indios guaicanes
tierras para potrero en la margen occidental del río El Mosco o Tunebo, zona
que colindaba con las tierras de Chiscas (Ver Mapas 3 y 4). De nada sirvió
que los uwa siguieran ocupando esos terrenos y que el visitador Verdugo y
Oquendo mandara anular los títulos de españoles, puesto que quedaron
finalmente en manos de los integrantes de una familia de apellido Herrera:
141
142
142
que, en épocas anteriores, ya habían hecho los jesuitas.
367
Los tunebos.
368
1772. Informe del capitán José Miguel Vásquez. AGN. Ca In : 50 : 186v- 187r.
143
144
Mucho se pudiera escribir de estos indios, así de los sin reducir como de
los que se dicen reducidos [...] dícense reducidos porque suelen tal vez
venir a misa, pero se ha de entender que ni a doctrina, ni ellos ni sus
hijos, viviendo en sus estancias como brutos369.
[...] reafirmar la agregación de los indios pantaneros al Güicán, aunque
mejor me parece fundarles pueblo en su misma situación, pues de lo
contrario no se sacará fruto370.
Por su lado, los uwa del Casanare y zonas vecinas, sufrieron durante
toda la época colonial las redadas que organizaban los españoles para
concentrarlos en pueblos de misiones. Las comunidades que habitaban en la
cuenca del Casanare y varios de sus afluentes, mencionadas en otra ocasión,
fueron incluidas en la encomienda de “Susbaque, Chinavita y Tunebas”. En
1603, el visitador Jerónimo Holguín ordenó que los uwa fueran concentrados,
junto con los indios ipuyes, en una nueva población que debía construirse en
el sitio llamado la Mesa de Susbaque:
[…] y que por contarme que ellos y los demás tunebas que no han
parecido a ser vistos y contados están divididos con su gente en sus
369
1772. AGN. Ca In : 50 : 214r.
370
1797. AGN. Ca In : 12 : 756r.
371
La documentación de esta visita está consignada en: AGN. Vis Boy : 10 : 197-287.
372
AGN. Resg Boy : 3 : 247v-248v.
144
Foto 28. Zona de Guicán y El Cocuy. 1807. AGN. Mapoteca 4. No. 93 A (VC 106)
373
1603. AGN. Vis Boy : 13 : 1142r- 1142v.
145
146
[...] pasado el río de Cravo al pie de las sierras nevadas y que sacó y
recogió a todos los indios de la nación tunebos que habitaban las
orillas de dicho río con sus familias en sus estancias de retiros y los
llevó al sitio y río de Tacoragua arriba [...] a las cabeceras del río de
Tame adonde sacó la gente que halló y la trajo al mismo sitio de
Tocoragua374.
374
1685. AGN. Ca In : 23 : 647v.
375
1665. Carta del padre Antonio de Monteverde. En: Sepúlveda 1988: 194.
376
1797. AGN. Ca In : 12 : 755r.
377
De la Torre y Miranda 1783. En: Velandia 1996: 139; 293.
146
Foto 29. Salinas del alto río Casanare. 1806. AGN. Mapoteca 4. No. 130ª (VC 380)
147
148
[...] y poblados los dichos indios del Pueblo de La Sal en el de Chita [...]
les señalen tierras para sus labranzas en los términos del dicho pueblo de
Chita en aquello que estuviere vaco y baldío repartiéndoselas por sus
capitanías de forma que todos tengan las suficientes383.
148
de Campuzano, quien extinguió al Pueblo de la Sal como asentamiento
indígena. Sin embargo, los indios huyeron de Chita a los pocos meses,
volviendo a su territorio original; el sitio de las salinas ya estaba ocupado por
los españoles, y los indios se vieron forzados a establecerse en el sector de
Rudigoque384 hoy Rodrigoque, al sur del río Casanare.
Desde la primera mitad del siglo XVIII se intensificó la lucha de los uwa por
sus asentamientos tradicionales de Chiscas, Güicán, Casanare y Tame, así
como la defensa de su cultura y creencias. Los intentos de los indios por
legalizar su derecho a las antiguas tierras de resguardo y de continuar con sus
prácticas religiosas tradicionales fracasaban, al tiempo que sus líderes eran
perseguidos por las autoridades españolas y las comunidades eran desplazadas
de sus asentamientos. Fue así como se registró una batalla legal e ideológica
unida a continuas rebeliones de los uwa, lideradas inicialmente por caciques y
dirigentes de Chiscas y de Güicán. Según la información consignada en
fuentes documentales que presentaremos en las páginas siguientes, podemos
deducir que quien, a mediados del siglo XVIII, inició la resistencia
organizada de los uwa que otros continuarían hasta la época de la
Independencia, fue el famoso cacique mayor de Chiscas, Diego Casiano
quien, durante cincuenta años, mantuvo las creencias y rituales tradicionales
de los uwa. Sus hijos y nietos lo acompañaron en su cometido y, después de
su muerte, continuaron organizando esa resistencia:
149
150
Otros líderes de los uwa de Chiscas, quienes tenían lazos familiares con
los Casiano, aparecen en las fuentes documentales con los apellidos
“Español” y “Chapetón”387. Cuando aún vivía Diego Casiano, un cacique uwa
tradicional, tal vez los dirigentes designados como “chapetones” recibieron
este nombre por ser cristianos, por vestir como españoles y por hablar y
escribir en castellano.
[...] llegaron a este sitio del baño tres indios, dos infieles y un cristiano
muy ladino, de calzones colorados, muy apersonado; y los de la casa
dijeron lo llamaban el Chapetón388.
150
indígenas y españolas, puesto que utilizaba algún dinero y también
comerciaba con textiles españoles:
390
1772. Sumaria información con testigos, realizada por el capitán José Miguel Vásquez, para enjuiciar a los
líderes de los tunebos. AGN. Ca In : 50 : 230v; 232r.
391
1772. AGN. Ca In : 50 : 234r.
392
1772. AGN. Ca In : 50 : 206r.
151
152
[...] tomé por mejor acuerdo (respecto de haber oído y estar bastante
enterado que Antonio Munar era [el] que los capitaneaba para
cualesquier cosa), llamélo, con la seriedad que pedía el caso le puse en
mano el bastón de Gobernador de esta parcialidad 394 el cual lo juró y lo
aceptó [...]
[...] la nación pantanera, y que de ellos ha[n] resultado motines
temerarios [...] que según se ha visto siempre el principal motor de todo,
es Antonio Munar395 [...]
[...] arrastrando con muchos indios del Güicán, se han retirado allí
inmediato a un desierto que llaman la Mesa en resguardos del pueblo de
Chiscas, escogido al propósito para su intento: allí viven sumergidos en
la brutalidad, con la desgracia que no hay quien los exhorte y cuide de su
bien espiritual y demás a que están obligados [...] Pasé allí, junté a todos
los indios, y les pregunté la doctrina cristiana [...] los grandes habían
olvidado lo que les habían enseñado los anteriores curas; los chicos
absolutamente no la saben397 [...]
[...] la nación pantanera [...] en que han trabajado incansablemente los
misioneros y jamás de ellos se ha podido sacar fruto alguno; antes,
393
1769. Informe del Corregidor del Partido de Chita, Martín Maldonado. AGN. Resg Boy : 3 : 214r.
394
El pantano de Güicán.
395
1772. Comunicación del capitán José Miguel Vásquez. Apéndice Documental, Documento 2 : 190v; 193r.
396
Desconocemos la ubicación de esta meseta. Podría tratarse de “la loma de la Meseta”, zona ubicada en la
margen norte del río Chiscano, entre las quebradas Litergón y Chicurina (Ver Mapa 3).
397
1798. Comunicación del Corregidor del Partido de Chita. AGN. Resg Boy : 3 : 755v.
152
mientras más, más encenegados en sus errores, más metidos en sus
idolatrías, más rebeldes y más remisos al conocimiento de la luz de la fe;
de manera que ni son cristianos en la realidad, ni infieles perfectamente,
pues unos y otros viven mezclados y casados en la ley de el paganismo398.
[...] el auxilio que tienen los indios de este pueblo de Chiscas en
aquellos399 para las sublevaciones, motines y levantamientos contra los
curas, como se experimentó en los años pasados con mi antecesor,
saliendo los pantaneros cargados de flechas y otras armas,
determinadamente a matarlo, por influjo y vocación de algunos indios de
este pueblo de Chiscas, no por otro motivo que por libertarse éstos del
buen celo con que pretendía mi antecesor apartarlos de la comunicación
con aquellos400.
153
154
Joseph Casiano [...] su mujer Juana Cabrera; hijos, Joseph María y otro
infiel [...]
Nicolás Ritacuba, casado en su ley con María [...]
Francisco Chapetón, su mujer Manuela, sus hijos, Félix, Salvador, María
y María Juana; otro no cristiano [...]
Lorenzo Casiano, hijo del Chapetón401 [...]
154
ningún modo se puede tener por ilícito el deseo de la exterminación de
estos indios, pues con expelerlos no se les pone en peor estado de lo que
ahora están404.
Desde mediados del siglo XVIII, los uwa de Chiscas y Güicán apoyados
por los de Casanare y Tame, se unieron en una resistencia organizada contra
la invasión de sus tierras de resguardo y el dominio de las autoridades
españolas locales, tanto civiles como eclesiásticas. Sabemos que hacia 1772,
al lado de los líderes que desde tiempo atrás dirigían la resistencia de los uwa
de Chiscas y Güicán, como Francisco Chapetón, Antonio Munar y José
Casiano, estaban Pedro Javier y Lorenzo Caballero de Güicán, Andrés Salón
y Marcos Forero de la Boatiba (Casanare) y Blas Tigua de Patute (Tame):
[...] estar en una soledad, entre paganos e idólatras y con el riesgo tan
manifiesto de la vida, pues bien se hace constar los motines y
sublevaciones que han hecho405 hasta que se han salido en vivir como
quieren [...] [El pantano de Güicán] es la madriguera donde se van [a]
amparar todos los pícaros; los cabezuelas son cristianos, y de ellos
redundan todos los mayores daños [...] Para poder lograr el fruto de tanta
alma, es menester quitar, reparar las cabezuelas, pues así en éstos como
en las demás naciones de tierradentro, son los caciques cristianos que
han apostatado con fingimientos de que el Rey nuestro señor les ha dado
el cargo [...] aún esto mismo hacen los güicanes, boatiberos y patutes,
todos ellos de una misma nación con los de tierra adentro [...] Los
cabezuelas de éstos son los siguientes: de los pantaneros Antonio Munar,
Francisco Chapetón, Lorenzo Cavallero [...] y Pedro Xavier [...] de los
boatiberos, Andrés Salón y Marcos Forero; de los patutes, Blas Tigua406
[...]
155
156
156
criados en el centro del pueblo y bautizados desde su infancia; con todo,
hace el espacio de trece a catorce años que ni confiesan ni comulgan, ni
oyen misa, ni asisten a cosa alguna sagrada410.
El actual corregidor de este partido, ha atropellado con todo y persigue
con esfuerzo a los indios tunebos queriendo hacer pesquisa de su
teniente411 para castigarlo y ponerlo preso, no por otro motivo a la verdad
sino porque éste ha andado los pasos solicitando su amparo en ese
Superior Gobierno; por cuyo motivo este tunevo está lo más fuguitivo
[sic] por las montañas de Tierradentro412.
Esta desgracia consistió en que el indio ladino Josef Casiano, uno de los
que se finge tunebo haciéndose capitán de ellos, les hizo creer que no
debían confesarse, oír misa, ni rezar la doctrina cristiana; que no debían
pagar tributo a nuestro soberano y otros excesos [...] Estos desórdenes me
precisaron a seguirle sumario al dicho Josef Casiano y a su compañero
Lorenzo Ritacuva, y remitirlos a esa Superioridad [...] Sustanciada esta
causa en ese Superior Tribunal, se condenó a los tres referidos indios a
destierro diez leguas en contorno, cuya sentencia [...] no la han
obedecido, por lo que arrastrando con muchos indios del Güicán, se han
retirado allí inmediato a un desierto que llaman La Mesa, en resguardos
del pueblo de Chiscas, escogido al propósito para su intento; allí viven
sumergidos en la brutalidad413.
[...] a dar cuenta de nuestras tier[r]as que nos las quieren quitar los
blancos. ¡Hoy en día está el mundo lleno de blancos! [...] Nuestro
cacique don Joseph Casiano, por abogar por su gente y nuestro teniente
don Ramón Cavallero y don Francisco Chapetón, los tienen presos [...]
diciendo los blancos que su majestad los había mandado prender414.
410
1798. Comunicación del cura de Güicán, Joaquín Padilla. AGN. Resg Boy : 3 : 752r- 752v.
411
Pantaleón Chapetón.
412
1798. Informe del cura de Chiscas, Francisco H. Morán Patiño. AGN. Resg Boy : 3 : 173r.
413
1798. Comunicación del Corregidor de Chita, Gervasio José Caicedo. AGN. Resg Boy : 3 : 755r- 755v.
414
Ver Apéndice Documental, Documento 4.
157
158
[...] a todos los había arrastrado Pantaleón Chapetón del sitio del
pantano y pueblo de Güicán para el sitio de las chozas, resguardo de los
indios de Chiscas [...] Intenté subir a la Mesa, sin embargo de ser muy
fragoso el camino, aún para a pie415.
[...] unos de los indios tributarios se han quejado a mí417 como capitán,
cómo Juan Antonio Lozano a fuerza quiere quitarles el resguardo que
tienen dondonde [sic] trabajan para pagar sus tributos y mantenerse y
ayudar a mantener las tropas de su majestad; y éste, como sólo en la
patria está creyendo, no quiere sino incomodar a los que ayudan a los
realistas [...] El doctor Patiño nos quiere llevar a juro [...] a la
parroquia418 a que seamos sus vecinos, pero nosotros no queremos
porque esa es parroquia de patriotas y nosotros somos cristianos y
conocemos que hay Dios y Rey419.
Los uwa eran partidarios de la corona española, una tendencia que tal
vez se originó en una actitud hacia el rey de España que confirmaremos en el
caso de la carta del cacique Toroá: para los uwa, el rey de España era un ser
415
1798. Comunicación del Corregidor del Partido de Chita, Gervasio José Caicedo. AGN. Resg Boy : 3 :
182r.
416
1798. AGN. Resg Boy : 3 : 752v; 753r; 753v.
417
Pantaleón Chapetón.
418
San Antonio de Chiscas.
419
1801. Apéndice Documental, Documento 5: 857r- 857v.
158
lejano y bondadoso en quien cifraban todas sus esperanzas en la vida
cotidiana, y también solían compararlo con las deidades indígenas. Los uwa
cristianos y “ladinos” de Chiscas y Güicán, a finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX, también consideraban al rey como su lejano protector, y
su apoyo a los ejércitos realistas expresaba el sentimiento que, sin el apoyo de
la Corona, los uwa se verían sin protección alguna ante los abusos de vecinos
españoles y mestizos, y de los patriotas pertenecientes a una oligarquía criolla
que era también excluyente con los indios.
[...] también alegan420 estar yo en sus resguardos cosa que jamás han
tenido por no haber sido pueblo en forma jurídica como los demás que los
tienen, pues sólo están en tierras de sus amos titulados por mercedes que
les hicieron, y las tierras que yo poseo las compré jurídicamente421
159
160
En la primera mitad del siglo XIX, los uwa más tradicionales se retiraron
de la mayor parte de las tierras de Chiscas y Güicán y huyeron a Tierradentro;
en sus antiguas tierras del occidente permanecieron los uwa cristianos y
“ladinos” quienes se integrarían paulatinamente a la población mestiza de
esas regiones. La importancia de Chiscas y Güicán en términos sagrados y de
intercambio perduraron, y los uwa contemporáneos mantuvieron la costumbre
de viajar a las tierras altas del occidente a comerciar y visitar distintos sitios
que tradicionalmente han sido sagrados para ellos.
160
cascada de agua purificadora de la cueva de Cuchumba o de la virgen negra;
todos los años se realiza una peregrinación a esta cueva llevando la imagen de
la virgen, durante la romería más importante de la región 423.
[Los uwa están] en la hoyada que existe al norte del Ariporo y al occidente
de Ten, en los puntos denominados la Guativa; estos últimos tienen un
título real de donación de tierras que se extiende según parece desde el
Ariporo hasta el Casanare, formando la hoyada de que se habló arriba y
que limita por el oriente con el cerro denominado Barronegro.
Los cursos altos de los ríos Tame y Macaguane, formaron parte de las
tierras sobre las cuales los uwa recibieron mercedes de las autoridades
españolas; una gran parte de estos terrenos fue vendida por los uwa a
comienzos del siglo XX:
423
Faust 1990: 49.
424
Villate 1992: 14.
425
Brisson 1896: 63-64. Osborn 1973.
161
162
Desde muy antiguo [los uwa] poseían la gran porción de terreno que se
extiende por la banda derecha del río Casanare, desde más arriba de la
quebrada Casirvita hasta la denominada Macaguán, cuyos títulos de
propiedad decían poseer. Pues bien, esta propiedad que para ellos había
sido sagrada, acaban de venderla por cuatro baratijas, por una nonada 426.
426
Delgado 1909 : 36.
162
CAPÍTULO 4
Son numerosas las cartas que diferentes líderes de los uwa dirigieron a
las autoridades españolas con el fin de obtener protección en sus tierras y
comunidades. En el Archivo General de la Nación de Bogotá hemos
encontrado algunas escritas en el siglo XVII, pero la gran mayoría
corresponde al siglo XVIII y, en especial, a la segunda mitad de este siglo,
dado que la pérdida de tierras fue más dramática y que en ese entonces los
dirigentes de los uwa asumieron de manera más directa la defensa organizada
de sus tierras y costumbres.
163
164
164
respetaron la gramática original, así como las palabras y expresiones propias
de los uwa de la época.
165
166
Los uwa se angustian ante la ruptura de ese equilibrio, cada vez mayor
a través del tiempo. No comprenden por qué les quitan sus tierras para
anexarlos a otros pueblos mediante un sistema que por demás les quita su
libertad; no comprenden por qué los obligan a pagar tributo y servir a los
blancos: “somos gente libre y amparada” exclama el cacique Toroá,
resumiendo la posición que los uwa mantuvieron durante toda la época
colonial.
166
gente que siempre ha regido su vida por lo religioso y lo espiritual,
interpretaron las creencias de los españoles partiendo de su propio sistema de
creencias ancestral, acomodando los elementos cristianos en un relato regido
por el lenguaje simbólico y la estructura del mito.
167
168
168
método de enseñanza de sus tradiciones que los uwa mantuvieron a través de
la historia. Las traducciones lingüísticas y culturales del relato antiguo,
El tema central del relato del cacique Toroá es el viaje del capitán
Berrío, una verdadera “gesta” mítica que sigue los lineamientos básicos de
mitos que los clanes uwa más tradicionales conservaron hasta la época
contemporánea. En distintos episodios de estos mitos que relatan la creación
del mundo, las deidades “viajan” en trance chamánico antes del “amanecer en
el mundo” y van creando montañas, peñas, ríos, en una secuencia que cubre
todo el territorio ancestral de los uwa alrededor de la Sierra Nevada del
Cocuy; las deidades también distribuyen y delimitan el territorio de los
distintos clanes uwa, traen los alimentos al mundo, dan origen a la gente uwa
y, a través de la historia, estos mitos han añadido también el origen de los
“blancos”, así como de sus alimentos y herramientas particulares.
169
170
caballeros en los poemas épicos europeos. Así, por ejemplo, en el relato del
cacique Toroá, el capitán Berrío debe someterse a una serie de “pruebas” que
implican enfrentarse a otros personajes, episodios que son comunes en los
mitos indígenas que relatan las “gestas” chamánicas en otros mundos. Sin
embargo, en el antiguo relato, el capitán Berrío se ve involucrado en
competencias con espadas que hacen pensar en un duelo entre españoles.
170
AGN. Caciques e Indios. Tomo 56.
171
172
172
que si no tovaba453 [sic] por donde pasar, que disparara; y disparó por
donde él iba y no reventó boca de fuego; cuatro ocasiones se volvió otra
vez por donde él había ido y entonces sí reventó, y dijo que sacara y viera
en su libro; y así lo hizo, que abrió su libro y vido que ya estaba adonde su
tío le había mandado;y sacó su barra para abrir su camino. Y se vino a
dar a un sitio llamado Cuarri adonde
173
174
174
Escarda: llevar otoba; y por eso somos libres, amparados, porque llevó su
otoba y lo entregó a su tío Escarda; estuvo contento porque llegó sin faltar
nada; y la plata que llevó lo [sic] echaron a la caja y no llenó; le faltó esa
plata; fue que quedó para los ladinos, que pagaran demoras; y nosotros,
gente tuneba, ¿por qué hemos de pagar demoras? Nosotros no matamos a
Nuestro Señor, ni lo lanciamos [sic]. Y asimismo, primeramente después de
Dios y de María santísima, me pongo a sus pies de su Majestad para que
vea si será verdad lo que manda[n] Dios y nuestro rey, porque dicen los
blancos que nosotros, gente tuneba, no valemos nada, que así dizque
manda su Majestad; y asimesmo si nuestro Rey no no [sic] manda a su
Majestad, asina verá si somos libres y amparados; por eso venimos a
empedir [sic] nuestro sitio y nuestro lugar donde nacimos; ¡que no nos
quiten nuestras tier[r]as! ¡Por amor de Dios que nos dejen donde estamos!
941r / / Y asimesmo [sic] todo esto lo que dejó conta[d]o nuestro encomendero;
me rindo a sus pies de su Majestad, que nuestras tier[r]ras de Patute y
Piñal y Salina y Güicán y Chiscas, que nos las tienen quitado; [sic] por eso
me pongo adetante460 [sic] de su Majestad para que vea que si [es] verdad
tienen los blancos licencia de quitar nuestras tier[r]as de nosotros, gente
tuneba, siendo libres y amparados; nosotros tunevos no tenemos dos dioses
ni dos reyes, sino un solo dios y un solo rey; que mi Padre Eterno y su
madre santísima nos dejó [sic] libres y ampa[ra]dos, y nuestro rey
Escarda, Sumo Pontífes [sic] y después también nuestro encomendero nos
dejó ampa[ra]dos. Y asimesmo, aquí en nuestras tier[r]as, Güicán, otro no
nos hace mal si no es don Antonio de He[rre]ra, que nos tiene quitado [sic]
las tierras. Si sé que los [sic] tiene mercadas461 con nuestro rey; y
asimesmo vea su Majestad si es verdad; sabrá su Majestad si ha mercado,
y si es verdad ¿también entonces tendrá mercado [sic] su silla y su mesa de
nuestro rey? Y esto, si no es verdad que tiene mercados [sic] las tier[r]as,
que pague la multa. Y asimesmo vuelvo y me rindo a sus pies de su
Majestad, primeramente de Dios y de María santísima, que me de mis
tier[r]as también, asimismo Chiscas, habiendo dejado su cabeza en sitio de
Chiscas para que no se perdieran, su gente tuneva. Y por eso mismo digo a
su Majestad que el cura de Chiscas nos [es]tá quitando nuestras tier[r]as
de nosotros, gente tuneva, para vender a los blancos; que vea su Majestad
si los curas tienen licencia de vender tier[r]as de tunebos y si no es así,
que me de mis derechos de mis tier[r]as de Chiscas, que lo llamen
ar[r]iba. Y asimesmo [sic] los blancos nos han quitado nuestra hacienda,
460
Adelante.
461
Negociadas; comerciadas.
175
176
462
Engaño.
463
“Cuaio mudo”: cuaio, es una palabra en lengua uwa. En el diccionario de Headland (1997: 113,114)
aparecen los términos cuaya = bobo, y cuáyara = mudo (sentido principal); tonto, bobo. En el vocabulario de
Rochereau (1927: 144), se registra kuáyaro = pobre, bobo. En la zona de Tame (Angosturas), se utiliza el
término kuaja = manco. De estos calificativos, el más próximo al contenido del texto del documento, es
“mudo”, primero escrito en lengua uwa (cuaio) y luego en español, con el fin de señalar una característica del
cacique Andrés Munar. Las palabras mencionadas anteriormente varían en su terminación: -o, -a, -ara, -aro.
La variación de la “o”, en el término cuaio del documento, por las otras terminaciones citadas, se debe a que
en el primer caso puede tratarse de la forma familiar como se llama a un individuo, mientras que los demás
casos corresponden a la manera como se enuncia la palabra. (Comentario de Clara Inés Casilimas).
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UN ANÁLISIS DEL RELATO DESDE LA MITOLOGÍA UWA
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186
relata los episodios de la creación del mundo llevada a cabo por diversas
deidades quienes dependen del “padre” (o “abuelo”), la deidad máxima del
mundo de arriba, Sira (o Rukwa, la Luz), energía creadora por excelencia, y
quien dirige esa creación con su pensamiento. En el relato del cacique Toroá,
el Padre Eterno podría relacionarse con Sira, mientras que el “tío rey” sería el
enviado de la deidad superior para dirigir la distribución del territorio entre
los uwa que será llevada a cabo por el capitán Berrío.
El texto del cacique Toroá señala que el tío rey nació en Tina Subara, sitio
mítico cuya contraparte geográfica se encuentra en la región del río Tuna
afluente del Cubugón, una zona que fue ocupada en el pasado por los uwa de
los grupos Agua Blanca y Unkasía (Ver Mapas 1, 5 y 6). Como vimos, Tina o
Tiína aparece en la mitología uwa como un sitio con grandes rocas donde
existe una “puerta” de comunicación con otros mundos que corresponde
además con el sitio donde “se pone el sol” o la entrada del sol al mundo de
abajo. El cacique Toroá identifica este sitio como Tina Subara, lo que nos
hace pensar en los términos Sukabara o Suskabara con los cuales los uwa
parecen referirse tanto al río Cubugón como al río Margua en el cual
desemboca el Cubugón465. La asociación de Tina Subara con el lugar de
nacimiento del tío rey (Guavura), nos recuerda que en la mitología uwa las
peñas de Tina fueron creadas por Kanwara, deidad del mundo de abajo. Por
demás, el nacimiento de Kanwara se asocia con el “lago de sangre” del
mundo femenino de abajo, formado con la sangre de su madre, otra deidad de
ese mundo466.
En el primer episodio de la gesta del capitán Berrío, éste busca “su libro”,
la guía para poder realizar su tarea. El libro, un elemento tomado de las
costumbres españolas, podría relacionarse en este contexto con la Biblia de
los cristianos donde está consignado el conocimiento sagrado. “El libro” sería
la contraparte de los mitos cantados de los indios que encierran el
conocimiento chamánico; esta relación es aparente en la manera como los
uwa solían referirse a la acción de leer como “cantar libro”467. Así, en el relato
del cacique Toroá, en el libro están el conocimiento y los elementos que
necesita el capitán Berrío, un español, para cumplir su tarea; en este contexto,
465
Ver Osborn 1985: 126. Pradilla 1983: 18. Bara, es el término con el cual los uwa designan a los solsticios
(Ver Osborn 1995: 84; 249).
466
Ver Osborn 1995: 204; 230.
467
Ver Rochereau 1932: 506.
186
el libro refuerza el poder de los elementos que, según las prácticas indígenas
tradicionales, ayudan a acceder al conocimiento: las plantas sagradas que
iluminan al chamán. En los mitos uwa, las deidades chamánicas realizan sus
acciones en trance y para ello utilizan distintas drogas, entre ellas el yopo, el
tabaco, la otoba o la coca, según el caso. Como veremos, en el relato del
cacique Toroá, Berrío también recibirá plantas chamánicas que van
apareciendo en otros mundos y que él “ve” gracias a “su libro”.
Para que el capitán Berrío pueda recibir su libro, el Padre Eterno (Sira?)
ordena crear otro mundo y esta tarea es iniciada por el tío rey, quien “abre la
puerta de Birguela” y luego otra puerta donde aparece el libro. Estas acciones,
interpretadas desde la mitología uwa, significarían la apertura de puertas de
comunicación entre distintos mundos, representadas por cuevas y sitios
rocosos. Como vimos, en los mitos de los uwa, las deidades abren
temporalmente esas puertas; por ellas se mueven las deidades y también los
chamanes cuando viajan en trance hacia otros lugares del universo en busca
del conocimiento para actuar en este mundo.
El tío rey obtiene el libro y, dice el relato, “sacó el peso y lo pesó”. Esto
es una clara referencia a la manera como los uwa pesan con balanzas ciertos
elementos de intercambio, como la cera y la caraña, sistema que tal vez fue
introducido después de la conquista española, pero cuya importancia aquí se
refiere al carácter sagrado del intercambio tradicional, el cual reproduce la
relación de los humanos con las deidades: éstas dan regalos a la gente
(elementos necesarios para su supervivencia) quien retribuye con ofrendas. La
acción de “pesar” los elementos de intercambio tenía un sentido simbólico
relacionado con la reciprocidad y el balance. En el relato, el tío rey “pesa” los
libros que serían para el capitán Berrío, pero este regalo no es entregado
puesto que “ni uno ni otro vino parejo”; esto señala el desbalance que
caracteriza aún a las acciones de Berrío, quien no está listo para cumplir su
tarea; no ha visitado aún a “su señora madre” lo cual se relaciona con el hecho
que, en la mitología uwa, toda actividad creadora requiere de la participación
complementaria de deidades masculinas y femeninas. Berrío se dirige
entonces al sitio donde vive su madre relacionado, en este mundo, con
Cubugón y con una “puerta” de comunicación con otros mundos.
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encontramos una clara alusión a las creencias cristianas, porque las
circunstancias de la “muerte” de Berrío se equiparan con la de Jesucristo y
con su resurrección y, al mismo tiempo, la mitología indígena está presente,
puesto que esa muerte aparece como una transformación chamánica. Berrío se
transforma en león (jaguar?) tal como ocurre, según los uwa, con sus
chamanes, quienes pueden transformarse en felinos después de su muerte y
también en vida cuando, en el curso del trance inducido por alucinógenos, su
espíritu “viaja” al mundo de abajo asociado con el mundo de los muertos; el
jaguar es además una manifestación de Sira (la Luz) correspondiente al
mundo de abajo470.
A su regreso, taita Berrío se encuentra con su tío rey quien, en esta parte
del relato, aparece con el sonoro nombre de “Santo don Francisco quinto de
Araque472 Equira”. La utilización simultánea de los apelativos “Santo”, “don”
470
Ver Márquez 1981: 90. Osborn 1995: 79; 218.
471
Taita viene del latín “tata”, voz infantil para padre. Padre, a su vez, viene del latín pater (padre). Estos
nombres se han usado en español tanto para designar al papá (padre) como a una persona con poder y
dignidad. No es raro entonces que “taita” se use con este sentido entre algunos grupos indígenas. Tal vez sea
un uso colonial, ya que en textos del XVIII y XIX se encuentra “taita cura” para designar al sacerdote
católico, y hasta hace poco se oía decir en el campo “amo cura” al sacerdote (María Stella González,
comunicación personal). Varios grupos uwa designan al “padre” como teta, apelativo utilizado también para
designar a ciertas deidades y a sus caciques-chamanes. Así, los uwa se refieren a la deidad suprema, Sira,
como Sira teta o “taita señor” (Ver González 1928: 208).
472
Desconozco el origen de este nombre.
189
190
Este episodio está separado del siguiente por un texto que cambia su
lenguaje y en el cual el cacique Toroá y sus compañeros elevan una protesta
ante el virrey por la manera como se realizó la conquista (f. 938v- 939r). Tal
vez su intención es mostrar el contraste entre las características de la
conquista en la vida cotidiana del indígena y las de la “conquista”, en un
contexto mítico, que estuvo llamado a hacer taita Berrío a su regreso de
España una vez iniciado como chamán. Esta “conquista” se equipara a un
“amparo” a los indios y a su protección por parte del encomendero; es una
protección de la libertad de los indios y del derecho a sus tierras emanada de
las órdenes de los dioses. Así, el cacique Toroá se pregunta: “¿Cuál otro dios
de blancos puso esto, para hoy en día estar nosotros menospreciados de los
señores corregidores y de los demás blancos? [...] Nosotros no fuimos
conquistados, sino fuimos libres y amparados; que nos dejó nuestro abuelo
hasta el fin del mundo.”
473
Apéndice Documental, Documento 5: 855v. El nombre del antiguo clan de Güicán, Ruba/Israiya, tiene
asociaciones con deidades de los uwa: Ruba, se relaciona con el origen del maíz y es “padre” de los uwa
(Márquez 1981: 31), mientras que Israiya, el “dueño del ganado”, aparece en la terminología cristiana como
“hermano de Jesucristo” (Headland 1997: 143).
190
Segundo episodio (f. 939r- 940v)
En Tina Subara está “mi agua bendita, mi uña y mi carne”, dice el tío rey,
lo cual parece hacer referencia, en primer lugar, a un “bautizo” simbólico o
ritual de purificación que debe recibir Berrío en Tina Subara. En esta ocasión,
el relato del cacique Toroá parece unir el simbolismo de rituales indígenas y
cristianos. Así, el agua del bautismo, bendecida por el Espíritu Santo,
encontraría un paralelo en el agua pura utilizada por los uwa en sus rituales
que proviene de manantiales asociados con Rika, la deidad del mundo de
arriba relacionada con la pureza y la longevidad. El ritual de purificación
forma parte de una iniciación chamánica que implica la muerte simbólica y un
“renacimiento” espiritual en estado de sabiduría, de “iluminación”; por su
lado, el bautismo cristiano hace participar al novato en la muerte y
resurrección de Cristo, iniciándolo a una vida nueva y a un renacimiento
espiritual; por demás, en el Evangelio, los bautizados son considerados como
“iluminados”.
191
192
por qué, en la época colonial, los uwa en general no oponían resistencia a ser
bautizados, sin que esto implicara un abandono de sus creencias tradicionales.
En la parte del relato del cacique Toroá que venimos analizando, parecen
estar presentes otros elementos cristianos como la celebración de la
Eucaristía, ya que el tío rey expresa que en Tina Subara está “su carne” de la
misma manera que Jesucristo da su carne y su sangre a sus discípulos al
establecer esa institución. Sin embargo, en el relato, el tío rey también da “su
uña”, un elemento ritual importante entre los uwa o tunebos, ya que es
símbolo de fuerza. Taita Berrío realiza así una unión simbólica con el tío rey,
que se relacionaría con la manera como la Eucaristía une con Jesucristo; la
Eucaristía y la celebración de la Misa - el ritual de los “blancos” - se vinculan
con aspectos del ritual indígena, cuando el chamán realiza una unión
espiritual con las deidades.
192
En este viaje a otros mundos, taita Berrío encuentra también “su palma
real” y la planta de “guacamaya” (kuakamaya). La palma es un elemento
Taita Berrío llega a una montaña donde dispara su “boca de fuego” - arma
de fuego -cuatro veces y consulta su libro para abrir su camino. Para los uwa,
el fuego puede producir enfermedades debido a su calor excesivo; el chamán
es capaz de dominar el fuego, de neutralizar su efecto nocivo. Aquí, como en
otras partes del relato, taita Berrío debe realizar una acción cuatro veces para
que sea efectiva, lo que nos recuerda que, entre los uwa, los procesos de
pensamiento y acción, tanto en la mitología como en todos los aspectos de la
476
Osborn 1995: 160-162.
477
Desconozco la ubicación de Tacuatarí y Rusguría. Tacuatarí, posiblemente es el mismo Tacotariba que,
como vimos, es mencionado en fuentes documentales de la Colonia.
193
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vida, se llevan a cabo en cuatro fases para que lleguen a término; esto se
relaciona con la manera como, para los uwa, las cosas se desarrollaron en el
Taita Berrío sigue su camino según las indicaciones de su tío rey y llega a
la casa de “su madre”, a quien debe explicar su tarea de amparar a los uwa en
sus tierras y donde debe conocer a su “hermano” Iroare.
Berrío abre entonces su libro y “ve” cómo obtener una serie de elementos
chamánicos que posteriormente deberá entregar a los caciques ancestrales de
los uwa. Encuentra en otros mundos las hojas de “cubarro” (Bactris cuvaro)
con las cuales elabora una corona, elemento chamánico esencial entre los
uwa, ya que se relaciona con la fuerza y la fertilidad masculinas recibidas del
sol479 (Fotos 30-31). Desconozco el simbolismo particular que el “cubarro”
(binará) tendría para los uwa del siglo XVIII, pero sabemos que ellos han
usado sus hojas, así como su madera oscura para fabricar bastones480. En el
relato antiguo, Taita Berrío también obtiene “la barra”, que posiblemente
representa un bastón ceremonial, elemento que para los uwa simboliza los
menhires que sostienen el universo y es un importante elemento de
comunicación; la forma del bastón ceremonial es similar a la de la barra o
macana utilizada para abrir camino en el monte.
194
Foto 30. Corona ceremonial (Fotografía de J. Alberto Motta
Marroquín)
Foto 31. Chamán uwa con corona ceremonial (Fotografía de Ann Osborn, 1971).
una bebida de tabaco con fines medicinales y adivinatorios 482. En una época
no determinada, el hábito de fumar o mascar tabacos (“chicotes”) también se
generalizó en la Sierra Nevada del Cocuy, y sobrevivió hasta nuestros días
como parte de actividades de curación entre los campesinos de Chiscas. Es
difícil determinar cuál es el significado de la pipa en el relato del cacique
482
Ver Osborn 1995: 97; 190.
195
196
Taita Berrío llega a Tina Subara, el sitio donde había nacido su tío rey.
Allí realiza varias competencias y, al ganarlas, confirma su derecho sobre
los uwa y puede continuar la distribución de su territorio y el
nombramiento de sus caciques.
En Tina Subara, Berrío tiene que pasar por varias pruebas, en realidad,
competencias contra su “primo”, un personaje identificado más adelante con
el nombre de Chintorobastoro. Antes de su encuentro, taita Berrío ve el
“humo” de Chintorobastoro y éste ve el “humo” del encomendero. En la
mitología uwa, el humo se asocia con los muertos y con el mundo de abajo; es
el “alimento” del espíritu de los difuntos cuando éstos “viajan” por otros
mundos. Esto sugiere que en esta parte del relato, el viaje de taita Berrío tiene
lugar en el mundo subterráneo de los muertos, cuya entrada es Tina Subara,
puerta de comunicación con ese mundo y lugar donde se pone el sol.
196
“vehículos mensajeros”, plantas sagradas que el chamán utiliza para
comunicarse con las deidades.
La primera prueba que debe realizar taita Berrío, según las órdenes de su
tío rey, es la de levantar una “pila” - posiblemente, como veremos, una pila
bautismal - y saltar cuatro veces sobre un pozo sin caer en él. Taita Berrío
logra realizar estas pruebas y de esta manera gana a su primo Chintorobastoro
quien falla en su cometido. Al ganar estas competencias, taita Berrío obtiene
su derecho sobre “la gente” (los uwa) y puede continuar su tarea de distribuir
la tierra entre los indios y nombrar sus caciques; recorre los sitios de Ricarí,
Camasirva, Cuaquasía y Curutí485. Los sitios de Ricarí y Cuaquasía,
corresponden a la región de Chiscas; los nombres de los caciques que, según
el relato del cacique Toroá, Berrío nombró en estos sitios, Ririno y Cacoa
Rubruna, aparecen también en una carta de Pantaleón Chapetón que
incluimos en el apéndice documental de este trabajo. Según este texto, el
cacique Ririno y su gente fueron amparados por el encomendero en el
asentamiento de Litargón, mientras que el cacique Cacoa Rubruna, lo fue en
los sitios de Agua Blanca y Tapias486; por su lado, el sitio de Camasirva
podría relacionarse con Casirva y Casirbita, nombres que sobreviven en la
cuenca del Casanare.
Llegando a la serranía, taita Berrío vuelve a sacar su libro y “ve” que ahí
también está “la plata” (el dinero). Decide buscar esa plata dos horas antes del
amanecer, lo cual nos recuerda la actividad ritual de los uwa, realizada
principalmente por la noche; en el ritual mayor del Aya el amanecer se asocia
con la llegada del sol ancestral y, en el relato del cacique Toroá, taita Berrío
está actuando justo antes del “amanecer en el mundo”.
485
Desconozco la ubicación de Curutí.
486
Apéndice Documental, Documento 5: 855r.
487
Cey [1553] 1995: 153.
197
198
Para alcanzar la “moya de plata”, taita Berrío abre una puerta (a otro
mundo) y pone “su escalera en el cincho”; esta acción nos recuerda que, entre
los uwa, el chamán en trance sube por una escalera para comunicarse con Sira
(o Rukwa, la Luz), la deidad máxima del mundo de arriba asociada con el
conocimiento488. Taita Berrío coloca la escalera en el “cincho”, lo cual
recuerda la importancia del cinturón en el mundo chamánico, elemento
colocado en el lugar de separación entre las secciones superior e inferior del
cuerpo humano, un sitio con asociaciones cosmológicas, ya que en el ritual el
chamán es el ser primordial que une y al mismo tiempo separa los mundos de
arriba y de abajo. Estas relaciones simbólicas se transportan además al ámbito
geográfico, ya que la Sierra Nevada del Cocuy es el centro del mundo uwa,
donde primero “el sol amaneció”, y que es también considerada como “la
cincha” del mundo:
En la parte del relato que estamos analizando, taita Berrío logra obtener la
moya de plata en otros mundos y encarga a sus “primos” de sacarla, aunque
éstos no lo consiguen. El tema de la plata será retomado más adelante pero
antes, taita Berrío debe enfrentarse de nuevo a su primo Chintorobastoro, esta
vez, al parecer, en el mundo de arriba. Este personaje reaparece para disputar
a taita Berrío su derecho sobre los tunebos. Llega armado de su espada para
esta nueva competencia. En cuatro ocasiones, mete la espada entre las piernas
de taita Berrío para intentar derribarlo sin lograrlo; al realizar la misma
acción, Berrío derriba a Chintorobastoro para luego pegarle por detrás con su
“candela”. Ganado este “duelo”, taita Berrío se encamina con su tío rey a
Chiscas, Güicán y La Salina (Casanare), donde entrega las tierras a los
tunebos y nombra a sus caciques.
198
En estos relatos aparece Bistoá, deidad creadora enviada por Sira para
organizar la tierra. Bistoá491 quien se asemeja al tío rey (Guavura) del relato
del siglo XVIII, envía a otro personaje, Bería, a “poner la tierra” para los
uwa. Para que Bería pueda realizar su tarea, Bistoá lo somete a una serie de
pruebas, en realidad competencias contra Sinturubástua, el “padre” o
“abuelo” de los blancos. Creemos que Sinturubástua es el mismo
Chintorobastoro del relato del siglo XVIII. De la misma manera que, en este
relato, taita Berrío debe competir y vencer a Chintorobastoro para convertirse
en cacique mítico y padre de los uwa y dar la tierra a los indios, en el relato de
los uwa contemporáneos Bería debe vencer a Sinturubástua, el abuelo de los
blancos, para que le sean entregados los uwa y pueda cumplir su tarea de
“poner” la tierra para ellos.
Ciertas pruebas a las cuales son sometidos taita Berrío y Bería en los dos
relatos míticos correspondientes son también muy similares. Taita Berrío, por
orden del tío rey, debe cargar una “pila” y saltar un pozo; en el relato
contemporáneo, Bería debe transportar “la piedra de Bistoá” desde Cubugón
hasta el otro lado del río. ¿Cuál sería la relación entre una “pila” y “la piedra”
de la deidad? Es posible que en el relato antiguo se haga referencia a una pila
bautismal de piedra, elemento que debió ser importante para los indios debido
a su carga simbólica que podía ser relacionada con las creencias indígenas. La
pila bautismal, colocada a la entrada de la iglesia, el espacio sagrado, es el
sitio mismo donde el novato renace espiritualmente a través del bautismo,
donde “muere” para después “renacer en Cristo”, convertirse en hijo de Dios
e iniciar el camino al paraíso. Por su lado, la “piedra de Bistoá” que aparece
en el relato contemporáneo, podría hacer referencia a la imagen en piedra de
esta deidad que, dicen los uwa, existe en el sitio de Tina Subara, la entrada al
mundo de abajo - el mundo de los muertos - adonde el chamán viaja en trance
durante su muerte simbólica para renacer en estado de conocimiento.
[Bistoá] Está sentado, y en las manos sostiene el plato del yopo y el tubito
por donde lo absorbe; está de ruana y mirando hacia el río. Está allí para
que todos los tunebo se acuerden de él, y le vayan contando a los que van
naciendo. Cuando los tunebo van a visitarlo, no le hablan porque él no
491
Es interesante señalar que a Bistoá se le atribuyen rasgos de “blanco”. Dicen los uwa que es “gringo,
mono y barbado” y que es “vecino del padre de los blancos”. En la terminología cristiana aparece como
“nuestro señor”. Bistoá nunca muere y vive con su madre, la Virgen María, quien es como “señorita pero
vieja” (Ver Pradilla 1983: 85)
199
200
contesta, pero sí piensan en él, y si están enfermos los cura, y los que están
aliviados piensan en él para no enfermarse492.
En el relato del cacique Toroá, taita Berrío logra pasar al otro lado del río y
alzar la pila, mientras que su rival, Chintorobastoro, falla en su cometido; una
situación similar se presenta en el relato contemporáneo, ya que Bería salta al
otro lado con la piedra, mientras que Sinturubástua no lo logra y cae al agua.
El primo Chintorobastoro y Sinturubástua, el “padre de los blancos”, fallan al
realizar la prueba, y es a través de esta victoria que taita Berrío y Bería logran
su derecho sobre los uwa; en los dos relatos, el personaje que se convierte en
padre de los uwa y quien les da las tierras vence a un personaje asociado con
los blancos. La correspondencia de personajes en los dos relatos mencionados
podría resumirse así:
Relato del cacique Toroá (siglo XVIII) Relatos uwa del clan Agua Blanca493
Padre Eterno Sira o Rukwa
“La Madre”; Guisa; Virgen María? Rithabara ?
Guavura ; “tío Rey”; “Sumo Pontífice” Bistoá o Bistowá
Sicaguba ; “taita Berrío” Bería
Chintorobastoro; “primo” Sinturubástua; “padre” o “abuelo”de los
blancos
Las “pruebas” a que son sometidos taita Berrío y Bería en los respectivos
relatos son similares y hacen pensar en las que debe enfrentar el chamán en su
viaje en trance a otros mundos. Sin embargo, advertimos que el relato
contemporáneo no incluye un “duelo” con espadas, el cual sí está presente en
el relato antiguo, intensificando el carácter épico de esta parte del texto.
492
Márquez 1981: 180.
493
Publicados por Márquez 1981.
200
El tercer episodio del relato del cacique Toroá concluye con un párrafo en
el cual el cacique justifica, por el relato mítico, la pertenencia de las tierras a
los uwa. Ellos son “libres y amparados” en sus tierras porque así lo determinó
Berrío según órdenes de su tío rey; éste también le ordenó llevar “su otoba”
después de cumplir su ciclo y llegar a Tina Subara, en Cubugón. El símbolo
de la otoba494 es fundamental, pues este elemento chamánico sella de manera
definitiva las acciones de las deidades; la otoba permite el “amanecer” en el
mundo y el nacimiento del sol ancestral, de la misma manera que, al guiar a
los chamanes en su comunicación con el mundo sobrenatural y ancestral,
favorece el nacimiento de su sabiduría.
En el relato, taita Berrío viaja con la otoba que encuentra en otros mundos
gracias a su libro y realiza así un viaje antes del amanecer en el mundo, el
cual se equipara al viaje en trance de los chamanes y tal vez también al mismo
curso cíclico del sol. Tal como lo hace el astro rey, taita Berrío viaja a los
mundos de arriba y de abajo a través de las puertas que los comunican,
llegando a Tina Subara, el lugar donde se pone el sol.
El tercer episodio del relato termina con una nueva referencia a “la plata”
(el dinero), ese elusivo material que en esta ocasión el cacique Toroá y sus
compañeros separan de los uwa. Taita Berrío llega contento donde su tío a
entregar la otoba porque no le faltó nada en su cometido; sólo falta la plata,
pues la echan dentro de la caja y ésta no se llena. Es aquí clara la alusión a
que la plata no es necesaria para los uwa; es para los ladinos, para que paguen
demoras a los españoles y no para los uwa, gente que reclama su libertad. El
pago de demoras se identifica como un castigo que debe ser asumido por los
indios ladinos quienes, en el relato, tienden a relacionarse con los judíos que
mataron a Cristo:
[...] le faltó esa plata; fue que quedó para los ladinos, que pagaran
demoras; y nosotros, gente tuneba, ¿por qué hemos de pagar demoras?
Nosotros no matamos a Nuestro Señor.
494
En los relatos míticos del clan Agua Blanca, Bería es la deidad que entrega la otoba a los uwa.
201
202
Los caciques piden al virrey que los defienda en sus tierras que han sido
ocupadas por vecinos blancos y que son vendidas por funcionarios y curas;
hacen especial referencia a los terrenos de Güicán que fueron ocupados por
Antonio de Herrera y su familia. El cacique Toroá y sus compañeros señalan
que Herrera tiene las tierras “mercadas” (negociadas) con el rey, expresando
muy a su manera su descontento con este personaje y en general, con la
obsesión de los “blancos” por comprar y negociar; si Herrera está
comerciando con las tierras del rey, también se propondrá hacerlo con la silla
y la mesa del rey:
202
la plata y herramientas distintas497.
203
204
Para potrero de los dichos indios chiscas y tunebas, les señala en común
para sus ejidos, pastos y potreros de sus ganados [...] el potrero que
llaman Daricaniga, desde la puerta que los indios tienen hasta los
alisales501 [...]
[...] y se fue caminando por un camino hasta llegar a una puerta por
donde se entró y se fue continuando por él pasando por unas laderas
arriba y tierra que llaman de los indios tunebas de Guaicana502 [...]
204
que los uwa consideraban un importante mojón de los que demarcaban sus
resguardos:
[...] habiendo reconocido [...] los linderos del resguardo dado a estos
indios [tunebos de Guicán] por el señor oidor don Andrés de Berdugo, por
la parte de arriba llegamos a un sitio en donde está un cimiento de
piedra que se llama la Puerta de Thechiquebo, en donde les pregunté a
los indios si allí era su lindero que les señaló el dicho señor oidor con los
demás que habíamos reconocido por dicha parte de arriba, y dijeron que
sí503 [...]
Por eso vengo a entregar mis derechos, que es mi otoba, para que lo
reciba su majestad y dé cuenta a España, y a nuestro rey quinto [...] para
que vea si no amaneció por esta otoba.
503
1770. AGN. Resg Boy : 3 : 248r.
205
206
206
NOTAS FINALES
504
1797. Comunicación de Pantaleón Chapetón y los uwa de Güicán. AGN. Resg Boy : 3 : 750r.
207
208
la historia, como Simón Bolívar: “ahí vive Sicacúa, que los colonos llaman
Bolívar”505. Ciertos personajes españoles como los encomenderos, capitanes
de conquista y demás individuos importantes para los indios en tiempos
coloniales, serían reemplazados, en la época republicana, por los “colonos”,
habitantes no indígenas de la región de la sierra nevada, a quienes los uwa
también designan con el nombre genérico de “blancos” y a quienes atribuyen
sus propias deidades, como Busaná, el “papá señor de los colonos”.
En los relatos de los clanes uwa más tradicionales, es claro que ciertas
deidades “son de blancos” y que la relación entre deidades indígenas y
personajes de las creencias cristianas es más una de analogía que una de
asimilación real. Sin embargo, en el caso de grupos uwa que estuvieron en
contacto más cercano y desde tiempos más antiguos con las creencias
cristianas, es factible que se realizara una verdadera integración en el caso de
algunos personajes; así, por ejemplo, en los relatos míticos del clan Agua
Blanca, la deidad denominada Bistoá tiene, como vimos, muchos rasgos de
“blanco”. Algunos personajes españoles de tiempos pasados, tal vez sufrieron
transformaciones y se integraron realmente a la mitología bajo otros nombres,
aunque reconocibles por las acciones que se les atribuyen en los mitos. Así,
¿por qué no pensar que el apellido del capitán Berrío - que, con frecuencia,
los dirigentes uwa de la época colonial escribían “Berío” o “Verío” - tuvo
algo que ver con el de Bería, el personaje mítico que tánto se le parece y que
perduró en la mitología de los uwa contemporáneos? Aunque tal vez nunca
podremos afirmar con certeza esta correlación, las acciones mismas que en el
relato del cacique Toroá se atribuyen a taita Berrío perduraron, en la
mitología uwa, especialmente en los relatos sobre las acciones de Bería en el
mundo de los uwa.
208
¿cómo se mantendrá el equilibro del mundo, de la naturaleza y de la
humanidad?
209
210
Pantaleón Chapetón, por ejemplo, defendía las tierras de los uwa con base en
los “amparos” de tierras y los linderos de los antiguos resguardos y, en sus
cartas a las autoridades españolas, parecía aceptar la conversión de “tunebos
infieles” al cristianismo. Sin embargo, estas concesiones no implicaban que
los uwa renunciaran a sus tierras o a sus creencias tradicionales. Pantaleón
Chapetón daba prioridad al sistema de pensamiento tradicional y, aunque las
cartas que dirigió a los funcionarios españoles a finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX están escritas en el lenguaje racional de éstos, la
justificación mítica del derecho de los uwa a sus tierras está presente de
manera no explícita; este dirigente uwa reiteraba los amparos sobre las tierras
de resguardo que, en el pasado, habían recibido antiguos caciques cuyos
nombres se identifican con los de deidades chamánicas - Guavura, Iroare -
que aparecen en el relato del cacique Toroá analizado en este trabajo.
210
que huían de la violencia, y la migración continuó en la década siguiente
cuando la carretera de Pamplona llegó a la zona del río Cubugón. En la
década de los sesenta, la vida de la zona vería nuevas transformaciones con la
fundación de las poblaciones de Cubará (Boyacá) y Saravena (Arauca) y su
posterior unión por la mencionada carretera. Como consecuencia, los uwa
sufrieron la progresiva reducción de su territorio y sus comunidades se vieron
cercadas por las colonizaciones que siguieron aumentando en la década de los
setenta507.
507
Pradilla 1981. 1983. Márquez 1981. Villate 1992.
508
Pradilla 1981. 1983. Villate 1992.
211
212
Aunque una discusión sobre la situación actual de los uwa está más allá de
los objetivos de este trabajo, el estudio de documentación histórica y de la
rica información que nos ofrece la misma tradición de este pueblo indígena,
muestra cómo durante cuatrocientos años los uwa siempre han mantenido la
vigencia de una causa que hoy se ha internacionalizado. Esto se debe a la
fuerza de su herencia cultural, a su orgullo como pueblo indígena y a su
admirable capacidad para adaptar sus demandas y explicaciones a
circunstancias históricas y escenarios particulares, asumiendo siempre el
difícil reto de tender un puente entre culturas y pensamientos diferentes: “no
es tan fácil pasar una vivencia, algo que se está viviendo, a una parte
explicativa para los demás”509, y sin embargo, continúan haciéndolo:
212
Foto 32. Preparación para
la pesca. Cobaría.
213
214
214
una zona central del territorio uwa, y al Cubugón, zona de comunicación con
el mundo de abajo donde está el petróleo como parte integral de la “riqueza-
fertilidad” de la Madre Tierra, del mundo subterráneo del Padre Luna. Cerca
de Gibraltar se unen los ríos Cobaría, Margua y Cubugón en una zona de
contacto entre el territorio ancestral de varios clanes uwa, y donde sus
antepasados realizaban encuentros rituales que garantizaban el equilibrio de la
sociedad y de ésta con su medio ambiente. Cerca de allí están las tierras
sagradas de Tina Subara que, en el siglo XVIII, el cacique Toroá de Cubugón
destacó en su carta al virrey.
511
Tegría 2000: 188.Cobaría U. 2000: 187.
215
216
512
Cobaría U. 2000: 186.
513
FUNCOL-NATURA 1989. En: Villate 1992: 31-32.
216
Nos preguntamos entonces si será posible cumplir los propósitos que se
plantearon teóricamente en 1999 al constituir el Resguardo Unido Uwa, en el
sentido de “buscar el equilibrio entre el desarrollo y el mantenimiento y
sobrevivencia de las culturas y el medio ambiente”.
217
218
218
219
220
220
EPÍLOGO
Cantos uwa
221
222
ENGLISH SUMMARY
222
As a result, no division is made between people and the environment, and all
the elements of reality are intimately linked. For this reason they must be
explained and managed in an integral manner in order to reconcile their
contradictions. In this lies the basis of equilibrium. The very essence of
indigenous thought is the constant search for balance in man‟s relationship
with nature and the universe, and the people‟s reason for existence is
collectively to maintain this balance.
223
224
mythical accounts the “deities” and their various actions are mental creations
which express multiple facets of an absolute and indivisible reality and act as
vehicles for transmitting beliefs based on trance experiences. The events
related in the myths - the „heroic deeds‟ of the deities and mythical characters
- have their own coherent structure and logic, despite appearing “illogical”
from the point of view of the rational logic of the Western world. The logic of
the mythical account is found in its very nature. It is an expression of the way
in which the world is perceived in altered states of consciousness, in a
“spiritual illumination”.
The word of the shaman expresses the “word of the ancestors” and is
organized according to a coherent thought system with a traditional
theoretical content belonging to his particular culture and learned during
many years of study. Shamanic knowledge is expressed in the myths and
sacred chants which are performed periodically in ritual and whose content,
style and structure vary from one culture to another. The myths constitute the
centre of shamanic practice and its application in all aspects of the life of the
people. Natural and cosmic cycles, which conform to natural and ancestral
law, are organized in a ceremonial calendar which places all the ritual, social,
political and economic activities of the people throughout the year in a
cyclical order to ensure that balance is guaranteed. It is the people‟s
responsibility to maintain the equilibrium of the world through the
performance of rituals and the observation of codes of conduct in accordance
with ancestral law. Although the myths of each indigenous society have
defined characteristics regarding content and structure, the shamans may
introduce interpretations based on their own experience and in the context of
a constantly changing world, in order to guide the destinies of their
communities, settle conflicts and re-establish balance where this has been
lost.
224
ourselves and work towards supporting the indigenous populations of our
countries.
This book examines these processes in the case of the Uwa or Tunebo
during the colonial period. In the second half of the eighteenth century, these
Indians had been displaced from an extensive portion of their ancestral
territory located on the western slopes of the Sierra Nevada del Cocuy
(Chiscas and Güicán), and from the basin of the River Casanare and
neighbouring zones on the eastern slopes (see Map 1, Map 9). For some time,
the Uwa leaders in these areas, many of them Christians and ladinos, given
that they spoke and in some cases also wrote Spanish, had been spokesmen
for the Uwa in defense of their territory and traditional beliefs. These leaders
adopted Spanish customs, acted as a link between the Uwa and the colonial
government, and enjoyed prestige among the Indians as a result of their
knowledge of the habits and language of the dominant group, but never
abandoned their ethnic reality. They wrote petitions, travelled to the city of
Santafé to seek protection from the Spanish Supreme Government in defense
of their lands and communities, and also fought for the freedom of the Uwa
and the survival of their traditional beliefs. These Uwa leaders tried to adapt
the development of their communities in the context of a complex regional
situation, seeking an equilibrium that would ensure their survival. They
refused to allow the Uwa to lose their system of thought, but tried to make
this co-exist with that of the dominant group. They defended the ancestral
right of the Indians to the lands, but endeavoured to conciliate this with the
legal system of the Spaniards and the territorial control which they imposed.
In this way the Uwa leaders of the colonial period tried to seek a balance
between two ways of life which would allow their people to remain in part of
their ancestral territory and permit a coexistence based on respect and liberty:
“we are free and protected”, the chiefs repeated as a basic slogan of their
struggle. But this attempt could not crystallize within a colonial system
interested in destroying rather than respecting, much less strengthening, the
beliefs and organization of the Indians. Neither was such conciliation possible
with the Mestizos and patriotic Creoles at the time of Independence, given
their exclusive attitude towards the Indians. Therefore, along with the struggle
225
226
226
therefore seems unlikely that Chief Toroá wrote Spanish, but it is possible
that Andrés Munar, Antonio Munar or Juan Ramón Caballero, co-authors of
the letter analysed in this study, were able to do so, given that these leaders
were Christians and spoke the language. Furthermore, in the eighteenth
century various Uwa leaders learned to write Spanish in order to send letters
and petitions to the Spanish authorities with the purpose of defending their
lands and customs, a good number of which are to be found in the National
General Archive of Bogotá.
In their letter, addressed to the Spanish Viceroy, Chief Toroá and his
colleagues justify the right of the Uwa to their lands as expressed in their
mythology. They do so by means of a mythical account which they
themselves write in Spanish, undertaking a translation which is both linguistic
and cultural. The account is a good example of the adaptation of mythology to
changing historical situations, demonstrated by the way in which the leaders
mingle and try to balance indigenous and Christian beliefs.
The mythical account of Chief Toroá, which I refer to here as the “heroic
deed of Captain Berrío”, recalls the content of certain Uwa myths which
describe the creation of the world, the population of the territory and the
distribution of lands to the Indians by the deities, myths which the most
traditional Uwa groups have conserved to the present day. However, the
mythical character who distributes land to the Uwa in this eighteenth-century
account is associated with a Spanish captain and encomendero - Martín de
Mendoza y Berrío - who, more than a century before, had protected and
helped the Indians against the abuses of their White neighbours in their
western territories.
227
228
When Chief Toroá tries to explain to the highest Spanish authorities why
the Uwa have the right to their land, he does so from the point of view of the
myth. How can they take away these lands which have belonged to the Uwa
since the world “dawned”? How can the Indians lose their territory, when
encomendero Berrío travelled to other worlds where the deities gave him
tools and guided him in his shamanic task of distributing land to the Uwa?
How can the Viceroy refuse to defend the Uwa, if Chief Toroá stands before
him with his otoba, 517 the sacred substance used in the initiation of shamans,
the illuminating plant which allowed the world to dawn? How can he refuse,
when the world exists thanks to the Uwa?
517
A medicinal substance with hallucinogenic properties, extracted from the fruit of the otobo tree
(Dialyanthera otoba).
228
The letter of Chief Toroá and his colleagues constitutes an extraordinary
document, whose main themes follow the logic of the mythical account and
whose individual episodes mingle elements, symbols, names and characters in
a true syncretism of indigenous and Christian beliefs. The leaders frequently
combine symbolic elements taken from both belief systems, as in the case of
the purification ritual and baptism. These Uwa leaders, people whose lives
have always been governed by the religious and the spiritual, interpreted the
religion of the Spaniards starting from their own system of ancestral beliefs,
accommodating Christian elements into an account guided by the symbolic
language and structure of the myth.
This way of managing beliefs, and the awareness that it is only for the
Spaniards that the deities can be identified with the King of Spain or the
Supreme Pontiff, is reminiscent of the way in which the most traditional clans
of contemporary Uwa have referred to the identities of characters. A leading
Uwa shaman, for example, in order to refer to Yagshowa, the deity who
brought water to the world, would say, “the priests say that he is Noah”.
When speaking of Kanwara, deity of the lower world, he would state, “in
Spanish they say he is Our Lord”, 518 establishing moreover a fundamental
identity between language and the conceptual world. The Uwa call their own
518
See Pradilla 1983: 14–15.
229
230
tongue uw’aka, “the soul of the people”, a spiritual expression applied to the
language of the Uwa, “the intelligent people who know how to speak”519, and
opposed to Spanish, the tongue of the Whites, of “other people”. Chief Toroá
and his colleagues translate their beliefs and fit them into Spanish in spite of
the conceptual gap existing between the two languages as ways of expressing
different mentalities.
230
Chief Toroá and his colleagues use the content of the myth itself as a
teaching method to explain the concepts relating to the beliefs and traditions,
a method which was maintained by the Uwa throughout history. The
linguistic and cultural translations of the ancient account may perhaps imply a
wish to “manipulate” the mind of the Viceroy and try to interrupt his rational
scheme of thinking so that he may begin to appreciate the logic and concepts
of mythical thought. The account of Chief Toroá is therefore based on Uwa
mythology, the foundation of the Indians‟ sacred right to their lands and of
their own millenarian “legal system” based on ancestral law. The leaders also
try to connect their ancient land rights with the Spanish legal system, which
for the Uwa is based on the documents they had received from the Spanish
authorities “protecting” them with regard to the reservation of their ancient
lands: the protection granted by inspectors, the rulings and despatches of the
Supreme Government of Santafé and even the Royal Provisions for protection
of Indians. The Uwa interpret this “protection” as confirmation, on the part of
the Spanish authorities, of the Indians‟ ancestral right to their land. While for
the Uwa this ancient right - based on the power of an ancient cosmovision
which they refused to abandon - was the foundation of their defense, they
tried to balance two ways of thinking and two modes of living in their quest
for the free development of life for the Uwa people within the scope of a
changing regional history. Nevertheless, the reality of daily life was
dominated by the actions of Spaniards and Mestizos disputing the right of the
Uwa to their territory, and by the Spanish land distribution system.
231
232
eighteenth and beginning of the nineteenth century. In the end, the Uwa were
displaced from an extensive portion of their ancestral territory in the western
region of the Sierra Nevada del Cocuy. Many finally settled in the eastern
zone and others mingled with the Mestizo population in the regions of
Chiscas and Güicán, areas which the Uwa continued to visit into present day
due to the existence there of numerous sacred ancestral sites.
During the War of Independence, many Uwa migrated towards the central
part of the north-eastern Sierra Nevada, a region which, until the beginning of
the twentieth century, remained fairly free of colonization by non-Uwa.
In the 1970s, chiefs and leaders of the Uwa began to reclaim their
territory by means of various applications to the government. At this time,
part of Uwa territory (Cobaría, Bókota and Rinconada) was denominated a
Reservation where they maintained exclusive rights over the land, and an
adjacent Reserve was established (Aguablanca-Tauretes) accommodating
colonos as well as Uwa, where the latter did not have exclusive rights of
ownership. In the 1980s, State action was limited to cleansing of the
Reservation and the Reserve, land being purchased in response to pressure
from the Uwa. Since 1987, the Regional Indigenous Organization of Eastern
Colombia has succeeded in establishing local councils (cabildos) in the
communities and centralized activities related to the recuperation of lands,
with the goal of cleansing the reservations completely and extending them to
cover the lands of all Uwa communities, thereby forming a single territory in
terms of the new Colombian constitution 521. The Uwa continued their claims
with regard to their right to a true territory which implied the reunification of
521
Pradilla 1981, 1983. Villate 1992.
232
areas occupied by their communities. In the 1990s, they petitioned for the
integration of the lands of their communities into a single United Uwa
Reservation, which was granted in 1999 (see Map 9).
The Uwa have not interrupted their constant commitment to defend their
ancestral territory, their beliefs and customs, and the integrity of the rich
ecosystem which constitutes their sacred land. It is in this context that we
have to consider their opposition to the exploitation of oil in areas within or
close to their reservation, given that the oil situation arose when the Uwa
were deeply engaged in a process of recuperation and consolidation of their
identity, their culture and their social organization.
522
Cobaría, U. 2000: 186.
233
234
We the Uwa have a material and spiritual project throughout our lives:
to achieve that complex harmony between man and nature.
The problem is not only to do with the exploitation for oil. The
problem is with the whole of biodiversity, with the whole cultural
aspect, the environmental aspect, the social aspect, and it is not only
for our own defense, but for the defense, the protection and the
preservation of our planet earth; for everyone, for our common
experience523.
Throughout history, the Uwa have adjusted their claims to the situations
of particular periods and to the solution of problems which are universal. In
this way, in the face of the destructive effects of a long and erratic
colonization, the Uwa have presented continuous resistance to the massive
cutting down of forests, to the uncontrolled exploitation of wood and to
fishing with dynamite, making themselves the disregarded defenders of the
forests, rivers and highlands which form the remnants of an ecosystem of
enormous importance. A portion of the ancestral lands of the Uwa was
523
Tegría 2000: 188. Cobaría, U. 2000: 187.
234
included in the National Park of the Cocuy, set up by the Colombian
government in 1997 with an area of 306,000 hectares.
The reunification of Uwa territory and its cleansing are assisting the
recuperation of areas of native forest of great relevance to the
objectives of the National Park of the Cocuy. These factors need to be
defined and evaluated in greater depth with the aim of finding viable
alternatives to the management of the area and of solving the problem
of the occupation of large areas of the park by colonos and campesino
communities, whose practices unfortunately are detrimental to the
conservation of natural resources524.
235
236
way of life of the indigenous peoples, and seek more autochthonous and
balanced political and economic proposals to protect biodiversity and offer
real possibilities to communities and regions, within the remit of a
harmonization of diversity? It is this harmony that the Uwa have been trying
to achieve since ancient times: a harmony based on respect for difference and
freedom, and on the power and value of compromise.
236
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Año XLIX.
243
244
244
APÉNDICE DOCUMENTAL
Documento 1
245
246
3° punto. De temperamentos-
Goza de frío, templado y cálido, y todo ello según se ve, y la fisonomía de los
indios se conceptúa ser saludable.
246
según ha sido público y notorio, idolatran en un estribo y una espada de este
dicho, y le tienen
224v colocado sobre un poderoso tesoro en que [de] continuo / / tributan y ofrecen
el dinero que adquieren; de aquí nace que Francisco de el Fin sean [sic]
considerado ser descendiente de Berrío, y en esta inteligencia le han conocido,
y obedecieron y sirvieron mientras estuvo en estos países, por cuyo motivo se
considera que en la entrada que está meditada, se lleve consigo, aunque sea con
algún trabajo por ser anciano, y para esto es necesario superior orden para los
jueces de donde se halle dicho Fin=
[Siguen firmas]
527
Los uwa.
247
248
Documento 2
189r En la ciudad de Santafé, en tres días de el mes de abril de mil setecientos y setenta y
dos años yo, el capitán de reducciones don Joseph Miguel Vázquez, habiendo
venido a esta Capital en soli[ci]tud de socorros para proseguir en la reducción de
gentiles y pagar varias cantidades que tengo causadas sobre este fin, como
constos528 [sic] crecidos del viaje tan dilatado, en esta atención habiéndoseme
librado doscientos pesos que de ellos pagué el costo de escribanía, tengo a bien
partirme al cumplimiento de mi obligación, determinando asimismo pasar a la
pacificación de la nación pantanera inmediata al pueblo de Güicán, en que han
trabaj[ad]o incansablemente los misioneros y no se ha sacado fruto alguno; no
onstante [sic] puede que logre la victoria, pues la mejor vía para la reducción es
este lado de Tunja, por ser el paso para Cubaría y Cubugón y Luna; en esta
inteligencia sigo mi viaje llevando consigo a don Joseph Antonio Vázquez, hijo mío,
para que se vaya enseñando y críe amor a esta obra, y haiga [sic] quien la siga en
caso de mi fallecimiento; en cuya inteligencia lo firmamos.
[Firmas]:
Joseph Miguel Vázquez [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
En veinte y ocho días del mes de abril de dicho año, he llegado a este pueblo de
Chita, de [d]onde tengo a bien mandar algún socorro al nuevo [manchado] de S.
Joaquín de la Esperanza529 y partirme según lo determinado a Güicán.
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
248
esta misión, se redujeron y salían (aunque no todos) a misa530; pero en después
[sic]con el motín o sublevación que levantó Antonio Munar se alzaron todos; pero
que
189v nunca se ha veri[fi]cado perfecta reducci // ón de entregarse con mujeres e hijos y
sujetarse a Doctrina, de cuya causa se han originado varios motines en que se han
visto con riesgo los misioneros; y teniendo por bien mi venida, considerando puede
ser medio para el logro de estas almas, se ofreció en todo lo posible, en cuya
inteligencia lo firmó conmigo
[Firmas] :
Vázquez [rúbrica] Fr. Ignacio Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
En dicho pueblo, en cinco días de dicho mes y año, después de haber mandado se
aplicase la Misa a mi señora Santa Ana, encomendando la obra a la santa que
como abuela de Cristo facilite la reducción de éstos, y llevando consigo tres
hombres blancos que lo fueron Félix Báez, Diego Flórez y Nicolás Pabón, a
discurso de una hora poco más llegamos a las casas o ranchos de los indios 533 y
tratando se ajuntase [sic] toda la gente,lo que por diligencias que se hicieron no se
pudieron recoger más
530
Los uwa del pantano de Güicán.
531
Los jesuitas.
532
Los uwa.
533
Casas de los uwa en el pantano de Güicán.
249
250
190r / / de treinta y uno, dando por razón que estaban en sus labranzas y que el sábado,
que se contarán nueve, estarían todos juntos; en donde determiné gratificar los que
estaban con algunos chismes que para este fin llevaba, haciéndome ellos mucho
agasajo y cariño, nos volvimos al pueblo de Güicán a mantenernos interin; [sic] y
lo firmamos.
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
En el sitio de el pantano, que puse de nombre Santa Ana de Santafé, en nueve días
de dicho mes y año, habiendo llegado según lo determinado treyendo [sic] consigo
a este fin (por noticias malas que recebí [sic] el día antes) al soldado de este dicho
pueblo y dichas justicias y seis hombres blancos con otros indios de los principales
y las indias principales que se agregaron, se trató de que se ajuntasen todos para
ver lo que determinaban; ajuntados que fueron cuarenta, poco más o menos, se
comenzó a tratar de la pacificación y reducción [repisado] y los topé tan otros al
respecto de lo antes, [sic] que todo era vocerías, sin dentrarles [sic] las suaves
palabras que para este fin convienen, proporcionándoles las mejores comodidades
espirituales y temporales que se les seguían si se reducían a conocer a Dios y
guardar su Santa Ley, la gloria que se les prevenía, y en lo temporal, conociendo a
nuestro católico monarca serían amparados y favorecidos, con las más expresiones
que mi rudeza pudo atraer; y luego comenzaron los indios con grandes
reconvenciones (entendiéndose las justicias del pueblo) en especial los dos
tenientes, don Salvador Ritacuba y don Jacinto Tocanquuba y dos mujeres de las
principales; y finalmente en cerca de tres horas de batalla no fue posible sacar
fruto alguno y aún las mujeres se iban pleiteando con las gentiles; de que
considerando podía encenderse más y resultar algun daño, determiné
190v volvernos / / mandándoles que al día siguiente concurriesen al pueblo, en especial
los principales, y dando a entender que su cabeza era Antonio Munar y lo que él
dijera sería; en esta inteligencia apacigüé, y partimos y lo firmamos.
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
En el pueblo de Güicán, en diez días de dicho mes y año, después de haber salido de
Misa, habiendo concurrido bastantes indios que no se contaron, de Santa Ana,
juntándonse [sic] al Altosano en donde se congregaron también los del pueblo y
justicias del, como el soldado y gente blanca que concurrió y el R.R.P.F. Ignacio
Salazar, cura misionero; en conjunta mía [sic] tratamos la pacificación haciendo
250
nuestro relato cada uno de por sí y luego las justicias e indios, dándoles a entender
todo el bien que resultaba en reducirse al conocimiento verdadero; y sus
respuestas, todo era repulsa y oposición, sin poderles entrar en manera alguna,
tanto que ya fatigados el padre como yo, no sabíamos por donde echar, hasta que
tomé por mejor acuerdo (respecto de haber oído y estar bastante enterado que
Antonio Munar era [el] que los capitaneaba para cualesquier cosa) llamélo con la
seriedad que pedía el caso, le puse en mano el bastón de Gobernador de esta
parcialidad, el cual lo juró y lo acectó [sic] y con efecto fue medio para sosegarse
todos y darse; en cuya inteligencia los llevé a mi posada, así unos como otros que
concurrieron, e hice general gratificación, así a los santa anas como los que hubo
de el pueblo, de rosarios y varios chismes, y se determinó para el día siguiente
pasar [a] hacer la lista; dando gracias a Dios de la bonanza, lo firmamos.
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
191r En once días de dicho / / mes y año, en el sitio de Santa Ana, habiendo llegado ya
únicamente con dicho mi hijo y dos hombres blancos que lo fueron Diego Flórez y
Nicolás Pabón, se trató de lo que habían determinado en conjunta de todos y
dijeron que se pusiese doctrina en este sitio y que los domingos concurrirían al
pueblo a Misa todos los grandes, y que según fueran reconociendo se resolverían a
salir a poblar, en cuya inteligencia me pareció muy bien porque el tiempo lo
compone todo; en esta atención, di principio a la lista, que es la que sigue:
Alcalde, Baltasar Casiano, casado en su ley con una infiel; se llama Josepha;
hijos, Francisco Santos y Joseph Rincón, su sobrino …….. 4
JuanaMaría ……………………………………………………................ 1
251
252
36
Salvador Patrizio, casado en su ley, y tiene tres mujeres: infieles las dos y la
una cristiana, Francisca, y tiene hijos: dos infieles, una niña y un niño; y la
otra infiel tiene tres hijos, una niña y dos varones, y la otra tiene 2 hijos 11
medianitos infieles
252
Joseph Casiano [tachado=casado en su ley, hijos] su mujer Juana Cabrera;
hijos: Joseph María y y [sic] otro infiel ………………………. 4
De la vuelta ……………………………………………………………………….. 36
253
254
192r / / Francisco Chapetón, su mujer Manuela, sus hijos: Félix, Salvador, María y
María Juana; otro no cristiano y otro, Chequiaro, no cristiano ………….. 8
María Nieves, su hija Juana y Juan Patricio …………………………………. 3
Pedro Juan Leal, su mujer; no casado ………………………………………… 2
Chequiaro, su mujer cristiana; casado en su ley ……………………………… 2
María Teresa, hija del Chapetón ……………………………………………….. 1
Lorenzo Casiano, hijo del Chapetón ………………………………………… 1
Prerierteba, infiel; su mujer infiel, su hijo Sibalcuba y otro, Joseph Torres,
cristiano; otro, Félix Niño [entre líneas=cristiano] otro, Rasquina [entre
líneas=infiel, y otro ?] Juan ……………………………………………………….. 7
Sibarguga [entre líneas= infiel] casado en su ley; su mujer María Teresa
Casiano [entre líneas= cristiana] hijos: dos no cristianos ………………… 4
Isabel María ………………………………………………………………………. 1
29
118
147
Después de hecha esta lista, hoy tuve noticia que hay muchos más infieles y
cristianos; para descubrirlos se necesita registrar estas frutas y tirando a cada
día [a] hacer cacería; en cuya conformidad, mandé se trajese la providencia
necesaria de camas y bastimentos para darle principio a la enseñanza de
Doctrina, y repartí en general a todos varias gratificaciones que quedaron muy
contentos y alegres, y me dieron un pajar (que dijeron ser del cacique de
Cubaría) para que me hospedase; lo firmamos.
[rúbrica]
En el sitio de Santa Ana de Santafé, en doce de dicho mes, martes, por cierto,
que así lo quiso mi Señora Santa Ana, dí principio, en que aunque no
concurrieron todos vino gran número de ellos, y rezaron la Doctrina y
Catecismo con gran gusto y yo mucho más de haber conseguido la victoria; lo
firmamos.
[Firma]:
Vázquez [rúbrica]
254
conocimiento de su Santa Ley; y lo firmamos.
[Firmas]:
Vázquez [rúbrica] Salazar [rúbrica] Joseph Antonio Vásquez [rúbrica]
193r / / Consulta
En el pueblo de Güicán, en seis días de el mes de mayo de mil setecientos y
setenta y dos años yo, el capitán de reducciones don Joseph Miguel Vázquez,
habiendo ocurrido a éste don Esteban Balbuena, alcalde partidario de la
parroquia del Cocui, hombre de edad, práctico e inteligente en los territorios
meditados de la conquista, tuve a bien, pareciéndome conveniente, en junta del
M.R.P.F. Ignacio Zalazar de la Seráfica Orden de S. Francisco y cura
misionero de este referido pueblo, tratar sobre la materia de la pacificación y
255
256
193v 3 punto. Que al mismo tiempo se ande la jornada por la / / vía de Casanare
para que no se puedan escapar los indios, pues como ellos tengan varias
rancherías y poblaciones, son de todas partes, y poblándose unos y otros se
sujetarán, porque dejándoles algu[na] madrig[u]era, tienen [d]onde
refugiarse y no se sacará fruto alguno, pues se tienen por gente libre de toda
ley.
4 punto. Que haciendo establecimientos de españoles o lugares servirá de
custodia, se enseñarán los indios y vendrán [a] arreglarse al conocimiento
verdadero, y servirá de limpiar los lugares de tanta inmundicia de delitos y
pobreza, origen de muchos daños.
Con lo que se concluyó esta consulta y se agregará a las diligencias para que
determine la superior justificación de Su Excelencia la que halle más útil y
sea de su superior agrado; y lo firmamos en dicho pueblo, dicho día, mes y
año.
[Firmas]:
Joseph Miguel Vázquez [rúbrica] Fr. Ignacio Salazar [rúbrica]
Esteban Balbuena
Testigo, Joseph Antonio Básquez [rúbrica]
256
Estando para seguir viaje, llegaron unos gentiles de Cubugón y tuve a bien
escribir la carta siguiente al cacique Asquubo asa don Sevastiá[n] Toroá
siguatengua ytayguacaygue asguacai ytayaguicaique basaro bacarro ytua
aqua bacarro ytua tetro anaba carro usara ytua asquubada siri urucay, siri
urbasiri, siri urbaque, siri uresi, siri utede, siri urquique ucaigue tiraygue
asteto ytaige unquiro chegaguitiro; besamano, bacaro asquubabitua asteto
Dirigida cubada. B. M. bacaro racara ria ria ura ytua quinbera ytua ragua tutetro. D.
por el Joseph Vázquez [rúbrica]
teniente Que en la sustancia se compone, que ya sabrá soy su tai [sic] taita, respecto
D.Pedro de haberle mandado mis cariños y que deseo el verlo que será [d]entro de
Xavier ocho lunas y que ahí le remito unos cariños con besamanos.
[rúbrica]
Lo que estas naciones defienden mucho es conocimiento de cura, diciendo
son gente libre y amparada y que desde que el sol amaneció los dejaron así.
[rúbrica]
El texto que aparece al final del documento anterior, fue escrito en lengua
uwa por el capitán Joseph Miguel Vásquez con la ayuda del “teniente” Pedro
Xavier, dirigente uwa de Güicán. Se trata, al parecer, de un mensaje dirigido a
un cacique de Cubugón. Algunos datos surgidos de un examen preliminar, y
la misma explicación que el capitán incluye en castellano después del texto en
lengua uwa, hacen pensar que el español envía sus “cariños” y “besamanos”
en un intento por atraer la confianza del cacique y poder encontrarse con él en
un futuro. Sin embargo, es necesario un estudio más profundo para
desentrañar un significado más completo del texto.
257
258
258
En el siguiente cuadro se muestran los términos utilizados para designar al
“padre” y al “hermano o hermana menor del mismo sexo” en diferentes
épocas y distintos lugares del territorio uwa.
El término del uwa para “padre”, teta, se registró en las zonas de Güicán y
Tame, y también entre los grupos Cobaría y Tegría, mientras que los grupos
ubicados tradicionalmente en la zona del río Margua y los límites con
Venezuela - Aguablanca, Unkasía, Pedraza - utilizan o utilizaban para
designar al padre daasa o ra?sa537. El término basaro, es identificado por
Rochereau (1927: 128) como propio del grupo Unkasía, y Márquez (1988:
231) lo reporta para el grupo Aguablanca.
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260
Documento 3
1794. Carta al virrey, escrita por iniciativa de Pedro Guerra Toroá, en protesta
por el arrebato de sus tierras por parte de vecinos españoles, y porque varios
líderes uwa se hallan presos en Santafé.
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amaneció, y cogió sus caciques; que no los tenga allá tanto, que los
suelten; que Antonio Casiano y don Antonio Munar, con toda su
gente, se rinden a sus pies de su Majestad con lágrimas de sus ojos,
pidiendo que le[s] suelten a sus caciques; y también su cacique de
tier[r]a dentro con toda su gente se rinden a sus pies de su
Majestad; que de por Dios y María santísima le suelten a nuestros
caciques que ya toda la gente dicen [sic] que si sus capitanes se
pierden, todos nos perderemos y nos iremos; que no es dable de
que su Majestad permita de que nos perdamos; que dicen los
blancos que es mandado de su Majestad; y asimismo nos hará [el]
favor de darnos carta para la gen[te], que no esté con tanto pesar;
y asimismo verá su Majestad si no amando [sic] esto, mandará juez
para los blancos; que [el] señor don Antonio tiene mucha cantidad
para quitarnos [las] nuestras; que su majestad tiene sus soldados;
inviará [sic] a llevar esto para que se mantengan, que la mitad
desta cantidad se va para la caja de España; que nosotros estamos
en nuestras tier[r]as que nos dejó Dios, que nosotros no nos
[o]ponemos con los blancos, ni con nuestro cura, ni con nuestro
cor[r]egidor, sino estamos sujetos a lo que nuestro cura nos manda
y nuestro cor[r]egidor; con que, ¿por qué nos quieren
334v despojar de nuestras tier[r]as los señores blancos? / / Y asimismo
su Majestad, como amparador que es, nos harrá [sic] el favor de
que no nos oculten nuestras palabras, que le dé cuenta a España,
que de fuerza ha de quebrar su corazón para con nosotros, gente
tuneba, que somos su uña y su carne; que porque hacemos falta un
domingo [ilegible] [a] la misa dicen los blan[cos] que somos
judíos; y asimesmo [sic] verá su Majestad esto; y asimesmo me
rindo yo a sus pies de su Majestad; que me suelte a mis capitanes
pido yo Pedro G[u]er[r]a Toroá, que yo tunevo no engaño a Dios
ni a su Majestad, sino digo lo que es verdad; y también pedimos
que nos [ilegible] nuestro encomendero don Fernando de Ogua,
por no perde[r] mi sangre; que nosotros no engañamos a Dios, ni a
su Majestad, ni a nuestro protector; que más bien los blanco[s] lo
perderán a su Majestad; y asimesmo meterá su mano en su pecho y
verá esto; si su Majestad nos nos [sic] recibe nuestras palabras,
m[e] iré a España a morir; que yo mismo me iré a entregar; que
[a] nosotros no será menester que nos lleven preso[s]; que
nosotros nos entregaremos con nu[e]stro capitán de plata; que yo
tunevo no tengo plata para caminar tanto; por eso venimos a llevar
261
262
Documento 4
262
separado su tierra para sus sementeras y demás menesteres
[d]entro de la demarcación asignada en las antiguas visitas, y al
mismo tiempo sus respectivos capitanes y justicias para manejarse
en su gobierno económico con independencia y separación de las
demás; pero de algún tiempo a esta parte han puesto su connato y
esmero los indios chiscas en perseguir, maltratar y destruir las
otras parcialidades; porque sugeridos y alentados de algunos
vecinos españoles, que olvidados de los sentimientos de la
humanidad y de la religión solamente les inspiran una sórdida
avaricia, con la que aspiran a exasperar y desterrar a los otros
indios para quedarse ellos solos con todos los resguardos.
Varios han sido los recursos hechos al Superior Gobierno para
atajar tan punibles y tamaños perjuicios; y aunque para el efecto se
han librado providencias, todavía ninguna ha merecido de los
jueces inferiores el más pequeño cumplimiento. Yo mismo
745v ocurrí a esta capital en el tiempo del excelentísimo señor / / don
José Ezpeleta, y el despacho que se me libró fue entregado a D.
Mariano de Vargas, Corregidor que entonces era de aquel partido;
pero no hizo diligencia alguna en su obedecimiento. Lejos de
sernos provechosos los viajes que he emprendido a solicitar el
debido remedio, como no se ha ejecutado por los comisionados
orden alguna, han servido de aliciente a los chiscas para con más
ardor perseguirnos.
Señor Protector, la suavidad y el cariño debía ser con la que se
tratara a los tunebos por ser todos tan principiantes en la religión
cristiana, como que comienza en ellos, para que no la abandonen y
vuelvan a la barbarie en que estaban; y para que los otros gentiles
con quienes diariamente se comunican no se retraigan de
convertirse si ven que a aquellos se les oprime y causan malos
tratamientos. Yo aseguro a la integridad de V.S. que viéndome
oprimido en el pueblo de Chiscas sin tener en donde poder hacer
una labranza para mantenerme, había restituídome a la montaña
en consorcio de otros tunebos, con ánimo de permanecer en
aquellas incultas cabañas, y de ellas no hubiéramos salido a no ser
por las persuaciones y prometimientos del actual cura D.D.
Francisco Hilario Patiño. No tenemos más arbitrio para vestirnos
que el incesante trabajo para adquirir en los montes algún poco de
cera, y nunca su producto nos rinde para más que para comprar
una ruana, que suele ser todo nuestro abrigo: si a esta constante
263
264
miseria se le[s] impiden por los ladinos los auxilios y favores que
las leyes les dispensan a los indios, y principalmente a los recién
convertidos, sin duda que la propensión o facilidad que había para
que se cristianaran los innumerables infieles que lindan con aquel
pueblo, se convertirá en dificultad.
Por estos motivos ocurro a la piedad de V.S., suplicándole a
nombre de aquellos mis compañeros, se digne impetrar la
correspondiente providencia para que el juez que
746r sea requerido reduz / / ca a cada parcialidad a que se mantenga
entre [sic] de los límites del resguardo que se les han [sic] asignado
y que los chiscas y vecinos españoles no molesten a los tunebos ni a
los litargones, dejándolos trabajar y sembrar sin perjudicarlos; y
que cada clase se maneje con la independencia que antiguamente
se han gobernado, que así parece arreglado a justicia la cual
mediante.
A V.S. suplico se digne atender mi sumisa representación, que
protesto no proceder de malicia indígena.
Documento 5
264
resguardo que me pertenece desde la antigüedad, que sus linderos
son éstos: en [e]l sitio de la Agua de Piojo amparó el encomendero
Hoz de Berrío de Ogua y Alantada [sic] al capitán taita Gubura543
y pasó al sitio de Litargón [tachado = y amparó al otro capitán
que era taita] y le pidió al dicho capitán Guabura 544 dueño de esta
comarcación [sic] de Chiscas, le die[ra] licencia para que la gente
de su compañ[í]a que era el capitán cacique Ririno, lo ampara[ra]
en el sitio de Litargón con toda su gente; y pasó al sitio de Agua
Blanca y Tapias y amparó aldicho
855v capitán Cacoa Rubruna con toda su gente y a los Pedrasas / /
llamado Ucuna y Questeva y le amparó con toda su gente, y pasó
al sitio de Suriga y amparó al capitán de Cubarí[a] llamado Susira
con su alcalde don Juan Iroare y con la gente de Sínsiga; y pasó
al sitio de Taucasí y mandó llamar al antiguo de Gicán y llamado
don Francisco Equira, y [lo] amparó con toda su gente, chico y
grande; y mandó que todos los capitanes hicieran su capilla entre
todos juntos, ayudándose de el uno al otro, y que su resguardo lo
gozara cada uno de por sí. En este tiempo no había indios ladinos
ni vecino ninguno, y [ah]ora estos indios que han venido de ayer
acá, y como par[c]hes pegados nos quieren despojar, y dicen que
ya no tenemos tierra ni [d]onde sembrar, y ya los indios no nos
[sic] han quitado Litargón, Tapias, Caja y Agua Blanca, Betabeba;
y con to[do] esto [tachado] no está[n] [c]ontentos estos ladinos y
vecinos sino que [ah]ora en un mero parchecito que nos ha
quedado también se quieren meter y desterrar, siendo así que
aunque nos tienen quitado lo más y mejor, la damos por bien, por
que paguen el tributo a nuestro rey y señor, porque el señor
encomendero les dejó lo suyo alinderado, con que a[h]í están sus
tierras que son el salado Tacursiniga, Tarasona 545, Sirmana,
Manuá546; y lo que es más, que las más son peñas y malezas, pero
ya nos damos por contentos como no nos estrechen [tachado]
nuestro pedacito de peñas, que sus linderitos son muy seguros. En
un tiempo vino un padre Navarro y entre él y dos indios ladinos
543
Guavura? (Ver nota siguiente).
544
Guavura es el nombre que, en el relato del cacique Toroá, corresponde al personaje mítico identificado
como “tío” de taita Berrío. En la carta de Pantaleón Chapetón se atribuye al antiguo cacique principal de
Chiscas, un personaje ancestral designado, al igual que otros individuos citados en esta carta, como “capitán”
y como “taita”. Para los uwa, sus autoridades tradicionales están investidas de un poder chamánico que sería
enfatizado por sus nombres que se identifican con los de las deidades.
545
Posiblemente cerca del alto de Tarasona.
546
Manuá: una quebrada con este nombre es afluente del río Pajarito.
265
266
266
mandar a éstos y citados que no nos inqui[e]ten ni maltraten a los
tunebos sino que los dejen sembrar y trabajar, porque ellos
también pagan diezmo y primicia y no van a la doctrina porque el
señor doctor Patiño no usa enseñarla.
En un tiempo, mandó el señor Virrey que los indios ladinos no
entraran en este cuarto, ni los tunebos nos metiéramos en sus
tierras, sino que este cuarto nos lo dejaran para que fuéramos
amoriscando [sic] a los tunebos de abajo de la montaña, dándoles
donde sembrar y donde vivir; pero como nada de esto ha habido, ni
ellos han obedecido, sino que siempre han estado inquietándonos y
da[m]nificándon[os] y anterrando548 [sic] a los tunebos, pues es
público que Reimundo Serinsa y García siempre han procurado
juntarse con los de la parroquia y desterrarme a mí y a mis
tunebos, porque éstos, por solo dar gusto a su codicia, no reparan
la pérdida de tantas almas que se pudieran lograr, porque aunque
ellos549 se quieren venir, de ver como nos estrechan a nosotros se
arrepienten.
Mi amo y señor Virrey, y y [sic] todos juntos, chicos, grandes y
todos nos quejamos contra Juan Josef Toscano, contra don Josef
Antonio Gallo, porque el toscano nos tiene quitado en Chicurina y
Gallo nos tiene quitado [tachado] y vendido un pedazo de
resguardo en Casiano, y otros vecinos otro pedazo en el de [sic]; de
lo que me hará su Alteza, que nos [tachado] desocupen y nos dejen
en paz; también me hará la limosna de mandar a don Juan Josef
Toscano que nos entregu[e] un título que le dio el padre Agapito y
él lo tiene y no lo quiere [tachado] dar.
857r / / Amo Virrey y señor: unos de los indios tributarios se han
quejado a mí como capitán, cómo Juan Antoni[o] Lozano a fuerza
quiere quitarles el resguardo que tienen dondonde [sic] trabajan
para pagar sus tributos y mantenerse y ayudar a mantener las
tropas de su majestad; y éste, como sólo en la patria está creyendo,
no quiere sino incomodar a los que ayudan a los realistas; por
donde le ruego que por Dios los ampare y mande que ningún
vecino blanco dentre [sic] en esta vereda que llaman La Caja; que
en Litargón, Tapias, Betabeba, arrienden o hagan potrero o como
quieran pero siempre que se impinda [sic] de pagar los tributos a
nuestro católico.
548
Desterrando (?)
549
Los “tunebos infieles”
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268
268
grandes y de todas calidades, que nos ampare y nos de un cura
bueno que sea manso, amoro[so], piadoso, caridoso [sic] que no
nos
858r maltrate, para que / / todos estos pueblos se vengan al gremio de la
santa iglesia. Señor, ocurrimos a Su Excelencia porque hemos
ocurrido al señor provisor por siete ocasiones y no nos ha querido
amparar, y hará [sic], clamamos a la piedad de Su Excelencia y
nos haga esta caridad, por ver si podemos lograr la salvación de
tantas almas.
Comunico a Su Excelencia cómo ya los tributos deste pueblo ya
están completos y ya no se debe nada; ya se entregaron al señor
Corregidor.
Pedimos los tunebos todos por junto, así infieles como cristianos, al
padre fray Roque Niño; éste sí conocemos que está buen [sic]
porque lo conocimos en [el] tiempo que estuvo en El Espino.
Ultimamente, se di[g]nará mandarnos un juez de conciencia que
nos entreg[u]e todo lo que hallare ser de justic[i]a, que será don
Josef María de León y Calderón. A las plantas de Su Execelencia
[sic] el Virrey mi amo
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