Revista Cinstinto n3 Enero 2018

Nº 3.
Enero 2018
Ruth Morales
Cambio de Realidad
Por Ruth Morales
Nº 3. Enero 2018. España
© Ruth Morales
contacto@cambioderealidad.com
Esta revista está preparada para ser imprimida,

por si te es más fácil su lectura en papel.
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Ruth Morales
www.cambioderealidad.com
Ruth Morales es la creadora de Cambio

de Realidad, una forma singular, rompe-
dora y visionaria de ver la vida, desde una
perspectiva sin igual.
Desde 2011, transmite esta percepción de la
realidad por medio de múltiple y variado
material en el que trata temas del dinero,
de la no pareja, de la realidad misma sin
dejar ningún ingrediente en el tintero y lo
Ruth Morales
que la diferencia, sin duda alguna, su com-
prensión de nuestra realidad por encima
del paradigma científico, conocida como
“Percepción y No Tiempo”, que merece un trato aparte.
Ha participado en eventos varios, invitada siempre por su “particular en-
foque, más allá de lo que todos conocemos como normal y corriente”.
También ha sido entrevistada en la radio, en televisión y en otros medios
de comunicación.
Ruth Morales ha escrito 8 libros y ha llegado a todos por medio de semina-
rios y conferencias tanto presenciales como online.
Su bagaje amplio y diverso más su experiencia personal, la llevan a ser una
gran comunicadora, tanto en la comunicación oral como en la escrita y esa
es la razón por la que nace esta revista, con el fin de llegar a todas las per-
sonas de todas partes del mundo.
Te presentamos, por tanto, C~instinto. ¡Disfruta de su lectura!
El equipo de C~instinto
3 © 2017 Ruth Morales

Ruth Morales
CONTENIDO
(Haz clic en el título de cada artículo para ir directamente a este)
Unas notas para esta 3ª revista .................................................................. 6
Dinero
El dinero no tiene camino .......................................................................... 9
¿Salud o dinero? ......................................................................................... 16
Al dinero le gusta gustar ............................................................................ 22
La Era de los Idiotas

La Era de los Idiotas ................................................................................... 30
La era del sentido común ........................................................................... 33
Autobiografía de Zweistein ........................................................................ 34
Ser una lechuga .......................................................................................... 39
Tendencias
Proyecto de las personas del siglo XXI ...................................................... 43
Hacer los deberes con tus hijos .................................................................. 47
Sobre los buenismos .................................................................................. 52
Comunicación desde el instinto

La educación se enseña en casa ................................................................. 58
Audio sobre educación ............................................................................... 59
Conversación entre mujeres....................................................................... 60
Pistas/frases ............................................................................................... 63
El alfabeto a gritos. El libro ........................................................................ 65
Cualquier empresa puede generar dinero .................................................. 78
Los hombres merecen un capítulo aparte .................................................. 81

Ruth Morales
Excelencia
Algo sobre las relaciones y comunicación .................................................. 84
Lengua española......................................................................................... 89
Urbanidad .................................................................................................. 96
Alicia y su libreta de conflictos

El súper máster que me hará rica ............................................................ 102
De lo bueno, lo mejor
¿Por qué escogemos de lo corriente, lo peor? .......................................... 113
Educando a nuestros hijos en “De lo Bueno, lo Mejor” ........................... 118
Historias
El niño que preguntó. El espejo ............................................................... 124

Ruth Morales
Unas notas para esta 3ª revista

En este tercer ejemplar de esta revista, quiero darte las gracias, lector
por seguir interesado en ella y sobre todo, por disfrutar de lo que en estas
páginas puedes obtener.
Trato de llegar a todos aunque sé que la información a veces no es para
todos. Esta nueva comunicación nace de algo que está más allá de lo
aprendido y por tanto, la llamo instintiva, ese lugar en donde todos nos
entendemos, unos mejor que otros, pues la realidad misma, en el paso del
tiempo, ha corrido demasiado para poner capas de conocimiento basados
en la experiencia y en la investigación que, si bien nos dan respuestas a
problemas, también nos los han causado.
Allí abajo o allá atrás, en el tiempo, es donde reside el instinto, a lo que
hoy podríamos llamar sentido común y a lo que yo llamo excelencia, que
es estar por encima de toda cuestión, incluso de aquella cuestión que
mueva acaso al mundo entero.
Gracias por tu interés y sobre todo, por disfrutar de esta revista, en la
que iré incluyendo cada vez más artículos de la vida cotidiana que sean
de tu interés y que te ayuden a disfrutar, incluso en aquellos momentos no
gratos pero sí disfrutables, como todo en la vida.
Gracias siempre.
Ruth Morales, enero 2018.
Queda un mes para que la siguiente revista esté lista.

Lee esta a tu ritmo, disfrutando de su lectura.

Ruth Morales
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Dinero

Dinero
Ruth Morales
PP
El dinero no tiene un camino
Con este título quiero remarcar que el dinero no tiene una manera de
ganarse. No hay normas, no hay métodos ni rituales firmes que aseguren el
flujo constante de dinero en la vida de una persona.
Sin embargo, todos los individuos del mundo entero y de cualquier época
histórica han pensado lo contrario, a pesar de que la realidad les está mos-
trando la verdadera cara del dinero: que no existe la manera segura de ga-
narlo.
Es cierto que si te dedicas, por ejemplo, a la activi-

¡El conocimiento,
dad inmobiliaria, hay una serie de pasos y guías
en este caso, no nos
que debes saber para poder comprar a un precio y aseguraría la ga-
vender más caro, así como llegar al cliente de ma- nancia de dinero!
nera más fácil que si tuvieras que estar buscándolo
para luego convencerlo.
Pero estos pasos y guías no te aseguran que siempre funcionen, correspon-

derían a saber las operaciones básicas de aritmética para quien quiere es-
tudiar una carrera de Ciencias.
Es una base desde la que partes, pero no significa que el flujo constante de
dinero esté asegurado.
El mismo ejemplo de la actividad inmobiliaria es aplicable a cualquier otra

actividad laboral y comercial.
© 2017 Ruth Morales

9 www.cambioderealidad.com
Dinero
Ruth Morales
¿Qué ciencia?
Los porqués que nunca serán

respondidos por la ciencia.
¿Por qué hay promotores inmobiliarios que se hacen millonarios y siguen

siendo millonarios mientras otros ganan para luego perderlo todo?
¿Por qué hay promotores inmobiliarios que no llegan a generar dinero,

pues todo son dificultades desde un principio?
¿Por qué hay abogados que ganan mucho dinero mientras otros casi no lle-
gan a final de mes? ¿Por qué hay electricistas ricos y otros que son pobres?

Dinero
Ruth Morales
¿Por qué hay empleados de cualquier actividad laboral que generan más
dinero que sus compañeros, sea dedicándose a otra actividad fuera de su
jornada laboral o bien, invirtiendo su dinero en La Bolsa, por ejemplo?
¿Por qué hay personas que ganan en las inversiones, haciéndose ricas
mientras otros solo se llevan migajas cuando siguen “el mismo sistema”?
¿Por qué hay personas que se mantienen en un flujo de dinero constante

sin grandes variaciones (picos) de ganancias y de pérdidas, mientras otros
ganan mucho para caer en picado a una velocidad enorme perdiéndolo to-
do?
¿Siguen estos porqués una secuencia

de causa-efecto que la ciencia pueda
demostrar?
Aquellos lectores identificados con la pre-

misa de que todo es efecto de una causa
tangible, seguirán buscando para encon-
trar esa respuesta en lo demostrable y en
lo tangible.
¿Por qué hay personas que generan mucho dinero de-

No hay nor-
dicándose a su actividad mientras otras personas, ha-
mas, no hay
métodos ni ri-
ciendo lo mismo, no ganan tanto?
tuales firmes ¿Por qué hay personas que generan mucho dinero de-
que aseguren el
dicando muy pocas horas a su actividad?
flujo constante
de dinero en la ¿Por qué, haciendo lo mismo, unos tienen mucho y
vida de una
otros tan poco o más bien, se enriquecen para luego
persona.
perderlo todo?

Dinero
Ruth Morales
Ahora mismo el lector podría estar pensando en que el que pierde ha hecho
algo mal porque es lo único que nos cabe en la cabeza como solución a este
acertijo. Así pensaba yo antes, hasta que salí a la calle a fijarme por encima
de mis pensamientos en esos porqués y buscar una causa. Y al final, he da-
do con la clave.
Esa causa no existe.
No todo en esta realidad responde a la premisa de CAUSA-EFECTO

conocida. Lo que pasa es que nosotros necesitamos de una causa para
justificar el efecto y así poder crear una “supuesta coherencia” en la
realidad. Las religiones, filosofías y la ciencia son un ejemplo de ello.
No hay una manera ni método para ganar dinero aunque haya universida-
des y múltiples enseñanzas regladas, no regladas, osadas y fuera del siste-
ma preestablecido que así nos lo digan.
¿Alguien que haya ido a un evento en el que se te dan pautas para hacerte
millonario se ha convertido en millonario?
Que levante la mano el primero.
Nadie.
Es al revés, en muchos casos estas personas pierden mucho dinero en lugar

de ganarlo.
Y estas, en lugar de pararse a ver dónde está la clave, siguen estudiando, a

ver dónde está la trampa, adquiriendo conocimiento, como si en el cono-
cimiento estuviera la clave.
Algunos se culpan a sí mismos por no haber hecho las cosas bien y se sien-
ten frustrados por no haber logrado convertirse en millonario. Mienten a
las personas de su entorno, porque lo que más nos avergüenza a los seres

Dinero
Ruth Morales
humanos es reconocer que hemos perdido dinero cuando habíamos apos-

tado a ganar. La autoestima está, finalmente, por los suelos.
O, tristemente, abandonan toda lucha con el fracaso en las

entrañas, con la convicción de que……
“ tener dinero no es para mí ”.
@Ruth Morales wwww.cambioderealidad.com
¡Y bien cierto que es eso!
El dinero va al dinero, es como un imán muy potente, por eso, el que lo

tiene, tiende a tener más y el que no tiene, tiende a perderlo, no por gastar
más este último ni porque el otro invierta lo que tiene, no.
Es una cuestión mucho más sencilla que esto.
Imaginemos que el dinero fuera como el agua de un río. Esta agua no tiene
vía libre para expresarse, sino que sigue un cauce, el del río. Además, se
encuentra con obstáculos tales como piedras, unas más grandes que otras,

Dinero
Ruth Morales
corrientes fuertes frente a la quietud, lo que hace que el movimiento que

necesita el agua decrezca. También se encuentra con vegetación que le im-
pide ir por donde quiere, así como con ramas de árboles y demás elemen-
tos naturales que encuentra a su paso
Sin embargo, el agua del río sigue corriendo y manando, siempre que haya
movimiento, a pesar de tantos obstáculos. Se mueve, rodeando los obstácu-
los, atravesándolos a veces con tal de seguir el movimiento que necesita
para ser agua.
El dinero es movimiento y en esta realidad, este movimiento se traduce en

ACTITUD.
El movimiento es para el
agua lo que para nosotros es
la actitud.
Sin actitud no hay nada, pues no hay

movimiento, aunque este sea a nivel
emocional, es decir, tener coraje y
sentimiento de merecimiento para
hacer algo, tener coraje para saber
leer entre líneas y no quedarte en la
superficie de las palabras de lo que
otros te cuentan, por muy sabios, fa-
mosos, premiados y titulados que
sean.
Ese es el movimiento del agua.
Esa es la actitud que el dinero necesita para que te llegue.

Dinero
Ruth Morales
El que genera dinero lo sabe aunque sea de manera instintiva. En cambio,

quien no lo sabe irá a muchos cursos, estudiará carreras universitarias, se
formará todo lo posible y leerá muchos libros, mientras se está arriesgando
a alejarse de la actitud que necesita el dinero para que le llegue.
Siempre he dicho y seguiré diciendo que el secreto mejor guardado es el

que está a la vista.
Ahora mismo podría gritar, a los cuatro vientos, lo que acabo de escribir
aquí en todos los idiomas del mundo y a través de un megáfono, que nadie
atendería a la información que le estoy dando.
No es que no se entienda, es que no se tiene la actitud de entender.
Y la actitud, ¿cómo se consigue? Yo siempre respondo:
“Teniendo actitud”.
Lo que está a la vista, no se ve

Dinero
Ruth Morales
LA PREGUNTA MÁS SIMPLE
Salud
o
Dinero

Dinero
Ruth Morales
¿SALUD O DINERO?
El ser humano ha ido desarrollándose a lo largo de la historia con un

concepto erróneo, el cual ha dado lugar a esta sociedad de consumo, evolu-
cionada para algunos y para otros, totalmente distorsionada.
Uno de los orígenes de los problemas que aquejan a casi todos los seres
humanos es la creencia en que hay que elegir entre dos cosas o entre varias
elecciones.
Como estamos hablando del ámbito del dinero, centrémonos en él.
La pregunta es la siguiente.
Si pudieras elegir, ¿qué elegirías? ¿Tener salud o tener mucho dinero?
El problema no radica en la pregunta sino en la obligación de contestar a
esta nimiedad, por absurda que es.
La respuesta mayoritaria y por tanto, corriente, es: prefiero salud.
La respuesta de una persona que ve lo evidente sería: las dos cosas.
He presenciado discusiones dignas de mentes maravillosas alegando cada
uno el porqué de su respuesta:
¿Te has preguntado alguna

vez el por qué tienes que ele-
gir entre dos cosas cuando
podrías tener las dos? ¿Te has
parado a pensar en lo que
queda registrado en ti cuando
reflexionas sobre cuál de las
dos cosas elegirías?

Dinero
Ruth Morales
Quien ha contestado que prefiere salud, cree tener sus razones y, por tanto,
las defiende, a pesar de que jamás se ha parado a pensar el porqué de este
tipo de preguntas tan absurdas que te animan a quedarte donde estás
mientras te preparas y trabajas mucho para ser alguien o votas al partido
político que crees que defiende tus derechos.
Y lo mismo se aplica al que responde que prefiere el dinero, pues ninguno
de los dos ha visto lo evidente: que no hay que elegir.
Quien se da cuenta de esto y carece de escrúpulos, maneja el mundo ha-
ciendo que te preguntes esto y que respondas desde el miedo para que
siempre tengas que depender de otra cosa externa a ti para poder vivir.
Este tipo de preguntas que hacen que elijas, tan aprobadas en nuestra so-
ciedad, tales como cuál es tu animal favorito, tu número o color preferidos,
te limitan, en lugar de hacer que tu mente se expanda.
El hecho de plantearte responder a esa pregunta, hace que quede un

registro en ti que ordena que NO puedes tener las dos cosas. De ahí
que el dinero siempre se vea como algo que excluye otras cosas, como
la bondad, tener principios o el amor, en el mejor de los casos, por no
hablar de la salud.
En realidad, el dinero es inclusivo. Te permite ser generoso,

desprender amor y ser buena persona, además de alejarte
de esos entornos en los que tus principios podrían ser más
susceptibles de ser vulnerados.
En realidad, el
dinero es inclu- Casi todo es siempre al revés de lo que hemos aprendido.
sivo. Te permite

Dinero
Ruth Morales

Dinero
Ruth Morales
A decir verdad, quien no tiene preocupaciones con el dinero, tiene mejor

salud, por lógica pura. Y no me refiero porque pueda ir a los mejores médi-
cos o porque se haga hacer revisiones preventivas. No es por ahí por donde
voy.
Precisamente es porque no tiene preocupaciones

con el dinero y si dedica su tiempo al bienestar y
disfrute que le da el dinero, entonces gozará de
mejor salud que el que está preocupado por el
dinero, por el futuro, por cómo se pasa el tiempo,
por la prejubilación para ser feliz, por no tener
tiempo para estar en familia o en libertad y vivir
soñando en lo que haría si tuviera la vida resuel-
ta.
Pongamos que la vida fuera un campo de batalla, el primero ha salido bien

equipado y casi con el premio en la mano, mientras que el segundo luchará
por ganar, pero sin herramientas para ello.
La actitud de la que hablo no es la lucha ni el esfuerzo, por si el lector estu-
viera pensando en esa línea.
Tomo la actitud, más bien, como la comprensión que no está en las pala-
bras, ni en estas ni en ninguna, sino en el sentido común.
Si tuvieras que elegir entre salud o dinero, ¿qué elegirías?
Siempre las dos cosas y si hay algo mejor, elígelo también.
Así se rompe con la cadena de estas preguntas tan simples y no observadas
que mantienen a la humanidad en el estado de carencia e ignorancia en el
que siempre ha estado.
Volvemos a lo mismo, lo más evidente no se ve, a pesar de ser seres

inteligentes.

Dinero
Ruth Morales
Aunque parezca una osadía, hay personas que están

bien ganando tal vez poco dinero. ¿Por qué sacarlas de
su mundo porque tú acabes de leer un gran libro en el
que se exalta el concepto de ser millonario?
Cuando veas este tipo de anuncios, siéntate y reflexio-

na si tú estás en la línea de ir a por el millón, lo cual no
quiere decir que no lo quieras, solo piensa si lucharías o
cambiarías tu vida por ir tras una meta que te promete
hacerte millonario.
Si las personas fuéramos honestas, la mayoría respon-

dería NO. El caso es que la respuesta que subyace en la
mente colectiva es SÍ, claro que sí y entonces respon-
demos una contestación tópica que aparentemente no
te causa conflicto, porque los demás habrían respondi-
do lo mismo que tú.
Pero el conflicto ya está en ti, aunque no lo veas ni lo

sientas todavía.

Dinero
Ruth Morales
Al dinero le gusta gustar
El dinero tiene su propio lenguaje, pero no hace falta aprenderlo para

atraerlo, sino lo que hace falta es entender que el dinero está por todos los
lados, que es de lo que más hay en la vida y que es muy soberbio, pues le
gusta gustar.
El dinero no entiende de lo que hagas para ganarlo. Lo único que quiere es
gustarte.
El dinero no está relacionado con la abundancia, tal cual la conocemos.
Podemos disfrutar de abundancia teniendo poco dinero y podemos tener
escasez de abundancia, poseyendo mucho dinero.
El dinero tiene su propio lenguaje y no puedes relacionarte con él mientras
intentas entender su lenguaje (consumiendo cursos que hablen de esto) o
mientras tus parámetros inconscientes de vida sean el del bien y el del
mal con respecto al dinero.

Dinero
Ruth Morales
Soy consciente de que esos parámetros son los de todos y cada uno de no-
sotros. Pero más bien me refiero a que apliques ese criterio al dinero.
El dinero está fuera de esos parámetros, pues no entiende ni de
bien ni de mal.
Repito, el dinero tiene su propio lenguaje, por lo tanto, no se mueve en la
línea del bien y del mal, de la que tanto hablo yo en Cambio de Realidad.
(Puedes ampliar esta información sobre el bien y el mal con el material que
encontrarás en dicha página, desde escritos hasta vídeos grabados).
No entremos en el juego de que el dinero es el causante de nuestros males.
Si el dinero es la moneda de cambio en nuestra realidad, ¿por qué recha-
zarlo?
Esto es un juego y se necesitan fichas para jugar en él.
Esto es una obra de teatro. Dar importancia a la obra es seguir sufriendo.
Yo trato de explicar que todo es una obra de teatro. Da igual que estés en
contra de ella o a favor de ella o que intentes mejorarla.
Cualquier acción de esas te mantiene en el sueño, en la obra, lu-

chando contra ella y/o intentando comprenderla.
¡Quienes están en contra del dinero o del sistema, realmente están dema-
siado sujetos a la línea del bien y del mal, amparándose en el bien, fortale-
cida dicha creencia por el miedo!
El sistema y nosotros somos LA MISMA COSA. El sistema no es una EN-
TIDAD fuera de nosotros: todos estamos implicados en él, incluso siendo
víctimas de él.
¡De lo que se trata es de ir COMPRENDIENDO la realidad por encima de
ella mientras disfrutamos de la vida………!
Esa es la clave.
Hay muchas personas que le tienen miedo al dinero. No quieren
tocarlo, no quieren nombrarlo. Es cuando buscamos eufemismos para las
palabras que lo definen, tales como: el dinero mismo, precio, pagar, etc. y

Dinero
Ruth Morales
las sustituimos por: inscripción, voluntad, aportación, etc. Ese idilio que
tienes con él hará que te alejes de él.
El dinero aparece y desaparece. Lo que le gusta es el movimiento. El dinero
es emocional, es decir, es una idea, un concepto, como todo en esta reali-
dad.
Si ponemos juicio sobre el dinero, ya estamos poniendo limitaciones. Si
queremos dinero o más dinero en nuestra vida, fijémonos en quienes tie-
nen más dinero que nosotros, enfoquemos nuestra emoción hacia las cosas
“buenas” de la vida y no cerquemos nuestra valla enfocando nuestra visión
en la miseria.
Si te fijas en la miseria o si te enfocas en que no tienes dinero,
este no vendrá a ti, porque a él le gusta gustar. O vendrá a ti pero
la miseria vendrá a tu realidad en OTRA FORMA.
Es cierto que el dinero aporta seguridad, estabilidad y que a partir de estar
en esa situación podemos empezar a disfrutar de nosotros mismos y de la
vida misma con mayor temple.
En otros casos, también puedes disfrutar de ti mismo sin tener la seguridad
que el dinero da.
Sencillamente, esto se hace sabiendo que tienes todos los dere-
chos del mundo por vivir y por disfrutar de todo lo que te ape-
tezca. Pero te lo tienes que permitir. La pared siempre está en uno mismo
y nunca en el sistema exterior, sea el que sea. De hecho, en todos los sitios
conviven ricos y pobres, en países ricos y en pobres nos encontramos con
las dos cosas.
Hay claves evidentes de nuestra relación con el dinero y hasta que no
aprendamos a verlas en nosotros mismos, no lo entenderemos. Ejemplos
de estas claves son estas acciones, entre otras:
 No pides a otros dormir en su casa cuando viajas a su lugar
de residencia porque no te puedas pagar un hotel. Sencilla-
mente, como no te quieres permitir el hotel o porque piensas que eso
es un derroche, no tienes el dinero para quedarte en él. A veces ocu-
rre que nos encanta ser acogidos por otros en sus casas para sentir-
nos queridos y por tanto, no generamos el dinero para no po-

Dinero
Ruth Morales
der pagarnos el hotel. E intentamos convencernos a nosotros

mismos de que una cosa no tiene que ver con la otra y de que esta-
mos eligiendo. En cambio, una cosa está ligada a la otra. No
tendrás dinero para pagarte un hotel nunca. Reflexiona so-
bre ello.
 No haces auto-stop porque no tengas dinero para tomar un

tren o avión o conducir tu propio coche (cualquier medio
de transporte mucho más cómodo que el auto-stop o cual-
quier cosa parecida). Realmente no tendrás dinero para esos me-
dios de transporte si sigues pensando en que hacer auto-stop u otro
medio parecido es una buena manera de viajar, a la que le sumas que
encima, conoces gente. En muchas ocasiones, nos encanta ser escu-
chados, conocer gente diferente constantemente para contarles nues-
tra vida y no repetir nuestra historia siempre con los mismos. ¿Qué
mejor que el auto-stop u otros medios parecidos? Entonces, no ten-
drás dinero nunca para permitirte otro medio de transpor-
te más cómodo en el que las personas que se sienten cerca de ti no
se prestan a escuchar al otro. Una cosa va ligada a la otra.
 No haces el viaje de tus sueños porque no tengas dinero. No

generas ese dinero porque ese viaje no es el de tus sueños o porque te
parece demasiado para ti. El mundo se te presenta enorme. Además,
nos encanta hablar de ese viaje como si algún día lo fuéramos a reali-
zar por tener un tema del que hablar y darnos importancia. Decir
que aún no tienes dinero para realizarlo, te da motivos pa-
ra no estar abierto a ese dinero y encima, queda bien en el
oído del otro.
 Dejar de hacer algo AHORA porque tienes que pagar algo al

cabo de un mes. Realmente, se puede hacer ese ALGO AHORA y ya
se pagará lo que se tenga que pagar. Eso es estar en la línea de la
abundancia y no el ser precavido, ahorrador, etc. Sé que esto va en
contra de lo que siempre hemos visto y de lo que nos han contado.
Pero es que lo que se transmite en Cambio de Realidad es que todo es
al revés pero solo para el que se atreve a verlo así. Para el resto, esto
es una locura.

Dinero
Ruth Morales
 Pensar en que, como venimos de una familia pobre, noso-

tros también lo seremos. Realmente, no hay causa ni efecto.
¿Eres pobre porque tu familia es pobre o tu familia es pobre porque
tú tienes que ser pobre?
 Hablar de tu falta de dinero con cierto orgullo (humildad pa-

ra la mayoría). Hay algo impreso en nuestro ADN, que es pensar que
hablar de la miseria propia, dignifica. Puede ser, pero serán otros mi-
serables quienes te dignifiquen. El resto no querrá oírte. Recuerda
que al dinero le gusta gustar. Quien es miserable con el dinero,
lo es con todo. Y a quien le gusta el dinero, no le gusta la
gente a la que no le gusta el dinero.
 Hablar de la abundancia que te acompaña. Es lo mismo que

hablar de la escasez. La abundancia es un estado emocional, el cual
nunca se transmite hablando. Ahora está de moda hablar de la abun-
dancia por doquier pero por ahí no es. Cuando pillas los parámetros
de la abundancia, no hablas de ella: eres ella, por lo tanto, hasta te
olvidas de mentarla.
 Y más cosas, tantas, que se podría escribir una enciclopedia sobre es-
to.
¡Míralo todo al revés, tal cual te invito a hacer con estas claves y verás
algo de luz donde antes había oscuridad! Me valgo de estos detalles como
comentarios como ejemplos…
Sobra decir que estos ejemplos son válidos siempre y cuando se alarguen
en el tiempo y sean características nuestras y no circunstancias temporales
a las que nos vemos sujetos por no tener dinero en un momento dado.
Siempre podemos vernos obligados a hacer algo que no nos gusta precisa-
mente porque no tenemos dinero para ello. Eso es otra cosa.
A las personas a las que les ocurre esto último, enseguida vuel-
ven a estar donde estaban.
Es decir, vuelven a posicionarse en el lugar del que partieron, como míni-
mo. Así que, si esto te está ocurriendo ahora de manera circunstancial, no

Dinero
Ruth Morales
te preocupes, porque la vida funciona como un resorte. Volverás a tu punto

de abundancia o de tu coqueteo con el dinero.
Con las anteriores claves me refiero a quienes siempre han vivido de esa
manera y/o a quienes hacen esfuerzos por ganarlo, quejándose del sistema
y de cómo viven los ricos. ¿? Ellos se han marcado su techo con el
dinero y no lo sobrepasan porque ya se lo marcaron. Coherente,
¿no?
¿No nos suena esto a familiar? ¿Quién no tiene cerca a alguien que se ajus-
ta a esos ejemplos? ¿Somos nosotros mismos los que cabemos en ellos?
El caso es que muchas veces nos quejamos de que el dinero siempre lo tie-
nen los mismos, mientras hacemos acciones que dan la espalda al dinero.
Y no te das cuenta que esa queja, esa continua crítica hace que
los ricos sean más ricos y que tú sigas donde estás.
Estos son conflictos que tenemos con nosotros mismos porque son conflic-
tos universales y por tanto, nos son cercanos.
Estos son ejemplos de que, si nos viéramos desde una cámara, como si de
una película se tratase, veríamos cómo todo en esta realidad es casi perfec-
to, solo y cuando atendemos a la CAUSA y EFECTO, pues siempre funcio-
na, como las matemáticas.
Gracias y disfruta siempre.
Ruth M.
(Artículo publicado en www.cambioderealidad.com en el 2014)

Dinero
Ruth Morales
Seminario online “El dinero emocional”
Referencia. Seminario online “El dinero emocional” impartido por Ruth Morales.
Más información…


Ruth Morales
LA ERA DE LOS IDIOTAS

Como todos sabemos, la era de la información duró muchos años, era en la
que casi nadie era analfabeto y en la que todos pudimos acceder a ser más
cultos e inteligentes. Fue la era de la mente, la de poner en práctica todo lo
dicho por filósofos, eruditos y científicos, dando lugar a disciplinas varias y
extensas que apuntaban todas a una sola cosa: la evolución humana.
¡Por fin!
El crecimiento personal, el
poder mental, la autoestima,
el mundo de la psicología, el Hoy eso está obsoleto.
bienestar, la higiene y salud,
la espiritualidad, la cultura
general, los avances tecnoló-
gicos y el conocimiento.
¿Obsoleto?
¿Cómo puede estar todo lo anterior citado obsoleto si aún estamos en el

desarrollo de lo anterior citado?
En realidad, no estamos en el desarrollo de lo anterior citado sino en la

inercia. ¿Qué pasa cuando pedaleamos más de lo que necesitamos para
mantener la velocidad?
¡Que podemos mantener una velocidad durante un tiempo sin necesidad

de pedalear! A eso se le llama la inercia del anterior movimiento.
30

Ruth Morales
Y eso es lo que está ocurriendo ahora: lo que vivimos como algo bueno y
nuevo no es sino una inercia de la anterior era, la de la información.
Sin embargo, a pesar de haber dejado ya esa era, aún no sabemos mucho.
Cierto es que no sabemos casi nada pero lo cierto es que la información ha

sido tan fuerte y ha ido a una velocidad tan rápida, que el ser humano no
pudo digerirla en su totalidad y es por ello que esa era se desvaneció, casi
de repente, sin dar lugar al individuo a acostumbrarse o a que naciera una
generación, como mínimo, de trasvase, para acostumbrarnos a ese final
que dio lugar a otra era, la nuestra, en la que nuestro más reputado genio,
Zweistein, ha llamado La Era de los Idiotas, declaración que lo ha llevado a
ser la persona más escuchada y seguida de todos los tiempos.
Foto de archivo de Zweistein mientras salu-

daba a Su Alteza Real, el Rey de Suecia, se-
gundos después de serle concedido el Pre-
mio Nobel por el mayor descubrimiento que
ningún ser humano anteriormente haya
realizado y cuya repercusión veremos en
otros tiempos.
El inicio de una nueva era, la de los Idiotas.
Ningún científico ni ningún maestro espiri-
tual ha llegado hasta donde Zweistein ha
llegado sin ningún método ni conocimiento,
tan solo, desde el sentido común.
@Zweistein
Según Zweistein, la era de la información creció, extendiéndose hasta hoy y

dando lugar a una nueva era, la que estamos viviendo, en la que los valores,
los códigos de comportamiento, la sociedad, economía, la educación y polí-
31

Ruth Morales
tica son diferentes. Él defiende que tanta información fue dañina para la
mente humana y, dado que no se pudo asimilar nada, ha nacido esta era,
La Era de los Idiotas, puesto que no se aprendió nada en la anterior, la era
de la información, de ahí su nombre.
@Zweistein www.cambioderealidad.com
Primera declaración de Zweistein ante la prensa internacional tras recoger su premio

Nobel.
32

Ruth Morales
La era del
sentido
común
Sin embargo, Zweistein ha descubierto que la Era de los Idiotas será una
era fértil para desarrollar el sentido común pero solo para aquellos que es-
tén preparados para ello, es decir, según sus palabras, que estén menos in-
formados o intoxicados de la era anterior. Serán las personas que gozarán
de mayor felicidad, pues el sentido común hará que sean sabios y que dis-
fruten de todo, dado que el resto seguirá informándose y buscando verda-
des en la inercia de la velocidad ralentizada que nos dejó la anterior era, la
de la información.
Zweistein asegura que este es el paraíso del que han hablado siempre los
espirituales y los filósofos, además de todas las religiones del mundo, que
el paraíso ha venido en forma de era, en forma de tecnología y disfrazado
de creencia en que lo sabemos
todo o que estamos en el mo-
“Por lo tanto, es el momento de
mento de la información verda-
disfrutar desaprendiendo lo
dera del origen de la vida, más
aprendido para que el sentido
allá de los tiempos.
común nos guíe!”, según Zweis-
¡Sigue a Zweistein en este viaje tein, nuestro más adorable ge-
ameno, diverso, instintivo y so- nio.
bre todo, placentero!
33

Ruth Morales
Autobiografía
de
Zweistein
Soy Zweistein y gracias a estas gafas de culo de botella, las cuales marcaron
parte de mi infancia, veo mejor y más allá que el resto de la gente, puesto
que así me entrené, para poder ver lo que otros no veían por culpa de tener
una vista perfecta. Esta paradoja me quitaba el sueño hasta que un día, di
con la clave y dije: ¡Eureka!
Comprendí lo que estas gafas de culo de botella estaban haciendo por mí. Y
desde ese entonces, mi autoestima creció. Me vino un subidón y me vine
arriba, como se dice vulgarmente.
Me abrí una cuenta en el Facebook, otra en Twitter y otra en Instagram, en

donde, además de fotos mías, expresé, de la manera que mejor pude, todo
lo que podía ver gracias a mi falta de vista.
Hoy, los creadores de FB y Google me han reconocido como el perfil que

más seguidores mueve, con lo que me he convertido en mega conocido y
por ello, rico. ¡Gracias a todos vosotros!
34

Ruth Morales
Lo más curioso de esta historia mía tiene que ver con la historia de mi pa-
dre, licenciado en Ciencias Exactas (matemáticas) y profesor de un institu-
to de la mediana ciudad en donde crecí. Mi padre no paró de trabajar en la
búsqueda del origen del universo. Fue un gran matemático y un gran pro-
fesor, pobre, pero matemático y el recuerdo que tengo de él puede reducir-
se a esta imagen, diseñada por mi mano derecha, mi secretaria y mejor
amiga, la que contesta a todos los correos que recibo y quien mantiene mis
perfiles en las redes sociales con vida, contestando en mi nombre.
@Zweistein www.cambioderealidad.com
La vida dispuso que yo me desarrollara en esta era y que pudiera

describirla sin necesidad de estudios ni de fórmulas. ¿Cómo lo llevo a
cabo?
Gracias a mi casi ceguera.
35

Ruth Morales
Eso hizo que desarrollara otros sentidos, pues aquello que no veía bien,
tenía que imaginármelo. Esa imaginación se desarrolló fuertemente y me
abrió un mundo más amplio que el que hubiese tenido si mis ojos hubieran
visto bien.
De hecho, hasta algunas mujeres me piropean

por la calle y yo, en lugar de pensar que me
han reconocido, pienso que es por mi belleza o
por mi singularidad.
En mi casa se estudió mucho, tanto mi padre e incluso mi madre

estudiaban mucho. Mi madre leía todo tipo de libros que pagaba en
cómodos plazos, los cuales nos vendían los vendedores a domicilio, quienes
siempre tocaban a la puerta a la hora de la comida.
Aunque siempre tuvimos problemas económicos, mi madre siempre los

solventaba haciendo cualquier trabajo que se le presentara y ahorrando
como podía. Mientras tanto, nos alentaba a mis hermanos y a mí a que
estudiáramos. Conmigo no era tan dura, dada mi incapacidad visual, pero
sí que lo fue con mis hermanos. Ellos estudiaban mucho, tanto que se
olvidaban de su niñez o adolescencia, mientras veían cómo mi padre
estudiaba y estudiaba mientras cada día era más pobre.
Eso también me ayudó a comprender que tanta información no tenía

porqué llevarte a la felicidad ni a la riqueza. Pero no sabía qué era la
felicidad y cómo conseguir estar en ese estado continuo de alegría.
Y tuve la suerte de vivir en esta época, pues ninguna información anterior

nos sirve ahora, por eso la llamo “La Era de los idiotas” porque esta
definicion corresponde a quien tropieza varias veces con la misma piedra.
Seguimos informándonos cuando ya estamos viviendo otra etapa histórica

en la que la información anterior está por inercia pero no por necesidad.
36

Ruth Morales
De hecho, incluso la información es contradictoria por naturaleza pero

como la mayoría tiene buena vista, nadie lo ve.
Hoy doy las gracias a mi minusvalía, por la que cobro una ayuda del Estado
y gracias a la cual, he llegado al éxito.
Mi padre tenía una inclinación espiritual, la cual solía negar aduciendo que
él era un científico y que la ciencia daría respuestas a todo. Y así falleció,
viendo cómo las fórmulas eran infinitas y las que no lo eran, le daban la
razón.
¿Cómo no iban a dársela si las matemáticas son una ciencia exacta?
Siempre lo vi como una persona más o menos inteligente, no tanto como

mi madre, pero sí algo de inteligente, hasta que me di cuenta de que mi
padre era un ser corriente que, si viviera ahora, habría sido él mismo.
Leía filosofía y espiritualidad y recuerdo que solía decir, las pocas veces
que pronunciaba palabras, que afortunadamente habíamos dejado atrás la
era de la ignorancia, en la que la religión nos decía que éramos los hijos de
Dios y nos limitaba la inteligencia.
—No hay mayor ciego que el que no quiere ver —añadía siempre, antes de
pedirme perdón al darse cuenta de que ese comentario podía ofenderme.
Y continuaba diciendo.
—Cuando no se puede comprobar algo, lo dejamos en el aire y hacemos

religión de eso. ¿Quién es Dios? ¿Acaso existe? ¿Dónde está la fórmula que
defina a Dios?
—Afortunadamente, ahora tenemos las herramientas en la mano. La clave

está en las matemáticas—. Finalizaba siempre su discurso con estas
palabras.
37

Ruth Morales
Era en ese momento cuando todos nosotros nos mirábamos, cómplices de

nuestro silencio, mientras mi madre seguramente o bien trabajaba en casa
o bien estaba leyendo algún libro para ahuyentar las ideas de mi padre.
—Nos dicen que somos hijos de Dios. ¿Quién ha dicho eso? ¿Quién lo ha
comprobado? —continuaba justo cuando todos creíamos que ya no
hablaría más.
Y había un largo silencio después del cual y de rascarse varias veces la

cabeza, añadía.
—¡Ahora se está descubriendo que la mente es poderosa y lo fantástico de

esto es que la ciencia lo ha visto! —gritaba—. Esto quiere decir que somos
lo que pensamos. Grandes científicos con Premio Nobel incluido, así lo han
demostrado.
Y sonreía para sus adentros, con la mirada perdida o quizá, mirando a un

público imaginario que siempre quiso tener ante él.
Entonces, era cuando reparaba en nuestra presencia, nos miraba y nos

decía, mientras levantaba el dedo:
—¡Así que cuidado con lo que pensáis, sí, vosotros! El pensamiento es el

dueño de la realidad, el poder de los números hechos ideas.
En ese momento, mis hermanos temblaban de terror, sobre todo mi

hermano mayor, que ya andaba en la adolescencia y a saber qué
pensamientos ocuparían su cabeza en esos momentos.
Y el pequeño lloraba, pensando en que papá había leído sus pensamientos,

los cuales eran de temor a la vida, de no ser como él, mi padre, de rabia por
no ser el mejor en matemáticas y ni siquiera, en deportes.
Y yo, yo miraba por encima de las palabras de mi papá, porque

normalmente tenía que quitarme las gafas totalmente empañadas, ya que,
en aquel entonces, no existían las gafas antivaho de hoy.
38

Ruth Morales
SER UNA LECHUGA
Hoy, ciertas ramas de la ciencia alegan que somos aquello que

comemos.
La ciencia se ramificó tanto en la anterior era que hoy, en la Era de los
Idiotas, no vemos el tronco, además de no saber que esas ramas son
ciencia.
Si mi padre lo viera, volvía a morirse, dado que su plato favorito eran las
lentejas y de vez en cuando, un asado de cerdo.
Él, que tanto negó y criticó la religión así como la cultura pagana, no ha
podido ver cómo muchos defienden, bajo el nombre de la ciencia, que
somos aquello que comemos.
Lo que significa que “aquellos que no comen nada, no son nada”.
Si papá se enterara de eso.
39

Ruth Morales
¡Bienvenido a la Era de los Idiotas!
40

El Secreto a Voces
La Simpleza del ser humano es lo que mueve el mundo
Por Ruth Morales
«Todo es al revés de lo que crees porque el

mundo nunca se ha movido por la inteligen-
cia sino por la simpleza humana. Este libro
rompe con todo lo conocido hasta ahora so-
bre la realidad cotidiana, desde los descubri-
mientos científicos hasta la historia de la
Humanidad, pasando por temas como el de
la salud, dinero, conceptos de Dios, del amor,
de la conciencia, del crecimiento personal, de
la situación global del mundo, etc. pues no se
basa en ningún conocimiento sino en la lógi-
ca.
¿Nunca has pensado el por qué no se cumple

lo que quieres? ¿Por qué a veces los malvados obtienen resultados buenos y
a las buenas personas les pasan cosas malas? ¿Crees realmente que tú creas
tu realidad?
Este libro te dará esas respuestas desde una lógica sencillez y por tanto, va
dirigido a todos los públicos. »
Ruth Morales.
Disponible en www.cambioderealidad.com en los formatos físico y

digital.
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Tendencias

Tendencias
Ruth Morales
Proyecto de las personas del siglo XXI
Es curioso ver cómo el mundo cambia y poderlo

comprobar en la propia piel. En la mayoría de las
L ocasiones, estos cambios van de peor a mejor, como es el
o caso de la tecnología, siempre de acuerdo a lo que, como
s colectivo, tengamos como concepto de lo que es bueno o
malo, claro está.
Sin embargo, hay cambios en la vida que no sabemos si
h son buenos o malos, sencillamente, son cambios
i drásticos que a unos les suponen una alegría mientras
que para otros, son una causa de continua ansiedad y de
j mal vivir.
o Y en esta línea se me ocurre hablar del concepto “hijos”,
s el cual, como todos los conceptos de la vida, cambia,
transmuta y se disfraza para convertirse en otro
concepto, con sus características inherentes.

Tendencias
Ruth Morales
Pongamos como punto de referencia a todos los nacidos en la segunda

mitad del siglo XX. Por escoger una fecha y valerme de un ejemplo, la
mayoría de las personas que tuvieron hijos entre 1950 y 1980, más o
menos, (muchos de nosotros somos esos hijos, ya adultos) tenían un
proyecto de vida, que era la familia, dado que esta es el núcleo de toda
sociedad y por tanto, de nuestra vida.
Sin embargo, el concepto o sentimientos hacia ese proyecto de vida, la

familia, era el de mantenerla como eje de una relación para toda la vida,
pareja, padres e hijos y por tanto, esto significaba que cada miembro tenía
que hacer lo correspondiente, con tal de que dicho eje se mantuviera
generación tras generación, tal cual nuestros padres habían sido educados.
Nuestros padres se ocupaban de

nosotros, unos mejor que otros.
Para hacerme entender, el
Sin embargo, no dedicaban todo su objeto del proyecto de vida
tiempo a nosotros. era la familia en su totalidad
Los hijos jugábamos aparte, mientras que cada miembro
hacíamos los deberes o no, hacía lo que tenía que hacer
jugábamos en la calle y nos como individuo.
relacionábamos con otros niños del
entorno, con quienes crecimos. Ya
mayores, lo común o normal era trabajar fuera de casa y emparejarnos.
Muchos hijos, una vez tenían su primer trabajo, ayudaban a sus padres
económicamente. Todo funcionaba así, en la mayoría de los casos,
repitiendo ese patrón que íbamos heredando de generaciones anteriores.
Sin embargo, ha habido una ruptura brusca, un no sé qué ha pasado que

ha hecho que haya un antes y un después con respecto a la familia.
De repente, todos esos niños nacidos después de los 80 (mas o menos),

resultan que se han convertido en el proyecto de sus padres.

Tendencias
Ruth Morales
Para explicarme mejor, es como si hoy el padre/madre hubiera nacido

con el único propósito de ser el padre/madre del hijo.
¿Te suena exagerado? ¡Observa tu entorno!
Es decir, estos seres humanos, una vez fueron padres, se olvidaron de ellos
mismos, de su familia entera, de la vida fuera de su casa y convirtieron a
sus hijos en su porqué vivir.
Por lo tanto, el proyecto de vida ha cambiado y se ha enfocado en los hijos.
Y por eso ahora hay tantos padres estresados, porque no solo tienen que
atenderse a ellos mismos, a sus trabajos, dinero y demás cuestiones sino
que lo más importante es atender a sus hijos, aunque estos ya hayan
crecido y sean mujeres y hombres, lejos de esos bebés que les ocupaban el
cien por cien de su tiempo.
Los padres del siglo XXI no pueden ver que sus hijos han crecido, pues su
foco de atención es y será siempre su hijo. Algunos sueñan con que, una
vez sus hijos tengan ese trabajo deseado o encuentren pareja, ellos podrán
disfrutar. El hecho es que se equivocan, pues ignoran que sus hijos serán
siempre el proyecto de sus vidas.
Esto es una tendencia de hoy que mañana será un hecho firme pero, ¿es
esto malo?
No es ni malo ni bueno.

Tendencias
Ruth Morales
Hay personas que se sienten totalmente identificadas con su papel

como padres, por lo tanto, están haciendo lo que deben hacer y el
siglo XXI es el mejor marco temporal para ello.
Sin embargo, muchas personas tienen como proyecto de vida sus hijos por
pura imitación. Me refiero a que estas personas pueden encontrarse mal en
un momento dado, puesto que están haciendo el papel tendencia pero que
no es su papel.
Quieren poder vivir su tiempo libre de manera independiente, disfrutar de

la vida, no tener que ocuparse de sus hijos. Pero, como siguen ese patrón
aprendido que hoy está en boga, están confundidos y entran en conflicto.
En el Espacio C~instinto que se inaugurará en febrero, se darán pautas para vivir por
encima de la imitación, de la tendencia y de la experiencia. Desde la excelencia y el
instinto (sentido común). Más información al respecto en la página 130.

Tendencias
Ruth Morales
¿Haces los deberes

con
tus hijos?
@Ruth Morales www.cambioderealidad.com
Ahora hay que hacer los deberes con tu hijo, como si este no
pudiera hacerlos solo.
Si un niño de 8 años está en el curso escolar correspondiente a su edad,
esto significa que todo aquello que esté aprendiendo está de acuerdo a us
capacidad de poder hacerlo y si no lo está, para eso están las horas lectivas,
los profesores y el tiempo que el niño permanece en el recinto escolar.
Hoy, tanto profesores como padres están convencidos de que el niño tiene
que ser ayudado por los adultos que lo cuidan aunque no tenga ninguna
dificultad de aprendizaje.
Esto forma parte del mismo sistema de vida, circular, en donde todos
estamos implicados.
Los padres de ahora que no tienen tiempo para ello, se sienten mal y
generan un problema o frustración dentro de sí mismos, problema que

Tendencias
Ruth Morales
nuestros padres no tuvieron nunca, afortunadamente. Algunos compensan

este malestar no educando a sus hijos, para redimir su sentimiento de
culpa.
Esta no educación revierte en la

sociedad entera pues todos la Algunos compensan este ma-
formamos y somos víctimas de una lestar NO educando a sus hijos
idea que te dice que tienes que con el fin de redimir su senti-
hacer los deberes con tu hijo y que miento de culpa.
le tienes que dedicar todo tu
tiempo.
Es decir, de una idea “falsa” se pasa a un hecho real que todos sufrimos.
¿Es este hecho parte de una

posible evolución?
¿Qué es lo que pensamos al respecto y cómo actuamos en consecuencia?
¿Somos mejores padres si hacemos los deberes con nuestros hijos?
¿Es eso bueno para ellos? ¿En qué medida hablamos de lo que es bueno o
no? La pregunta sería, más bien, ¿es esto bueno para los adultos, para los
padres?
Está claro que es el papel de los padres de estos primeros años del siglo
XXI, quienes son los protagonistas de lo que yo llamo Proyecto de vida:
tus hijos, de este nuevo orden de vida.

Tendencias
Ruth Morales
La tortilla se ha dado la vuelta y ahora ese es el enfoque que predomina en

la realidad de nuestra sociedad occidental.
Al final, todo tiene que ver con todo, con lo que llamamos de manera
bastante desacertada, evolución, pues ahora vivimos más, lo que significa
que un adulto de 25 años sea un niño en este siglo, cuando antes, ese
mismo adulto, ya había fundado una familia y si podía, se ocupaba de sus
padres.
Hoy es un ser que vive con sus padres, quienes están al tanto de su
formación universitaria, de sus actividades extrauniversitarias y de sus
vacaciones.
Y por eso, ya es normal ver personas con 40 años que aún se están
pensando en si tener hijos o no. Es a esa edad cuando uno se siente que
quiere ser padre, edad en la que nuestros padres/abuelos fueron abuelos.
¿Es esto bueno o malo?
Ni una cosa ni otra.
El problema radica en los extremos sin cuestionar. No es natural que un

adolescente sea cuidado como si fuera un bebé (otra cosa es ser vigilado) o
que los padres sepan más de las calificaciones, leyes y actualidad sobre la
formación universitaria que sus propios hijos.
No es natural que un padre/madre no pueda dedicar su tiempo libre a lo

que desee porque tenga que llevar o recoger a su hijo de algún lugar donde
fue a divertirse o bien que, llegado el momento de ser mayores, hagan su
agenda de acuerdo al tiempo de sus hijos.
¿Es esto natural?

Tendencias
Ruth Morales
¿Qué es natural frente a

lo que es normal?
Yo diferencio lo natural de lo normal. Lo normal es discutible, da lugar a

opiniones sobre lo que nos gusta o no nos gusta. Tiene que ver con lo
corriente, lo que está de moda o lo que estemos acostumbrados a ver o
vivir.
Sin embargo, lo natural es sentido común, es decir, da lugar a menos

opiniones o discusiones, pues se acerca más a una sola cosa, a la que llamo
instinto.
Para hacerme entender, pongo un ejemplo con un bebé.
Digamos que es natural que un bebé llore y se queje y que no es natural

que el bebé hable con 6 meses.
En cambio, podría ser normal que el bebé no llorara ni se quejara .

Tendencias
Ruth Morales
Eso es lo que marca la diferencia
En cambio, no es natural que un bebé de 6 meses hable perfectamente o

que camine como su padre.
“Me encantará tomar un café contigo pero espera que mi hijo acabe sus
exámenes, para finales de mes”. Palabras de una madre.
Puede que el lector vea esto normal pero, ¿lo ve natural?
La comunicación desde el instinto es una comunicación

que no se basa en la experiencia, por lo tanto, no atiende a
la ciencia pues tiende a lo natural.

Tendencias
Ruth Morales
SOBRE LOS BUENISMOS
Mientras las calles se llenan de panfletos, las redes

sociales comparten la información de la actualidad, los
asociaciones de vecinos y ayuntamientos nos instan a
unirnos a un solo pensamiento en contra de la
desigualdad entre los hombres y mujeres, en contra de la
violencia “machista” , todos contra el bullying,
instándonos a denunciar cualquier acto violento o fuera
de toda moral, los vecinos no se miran a la cara cuando
se encuentran en la escalera.
¡Eso es también la realidad!
Solo tienes que unirte a una causa que ayude a un desconocido, solo
tienes que ser voluntario de cualquier causa, solo tienes que dar tu ropa y
lo que no necesitas a una asociación, incluso ya puedes crear tu propia
ONG, firmar por internet o por las redes sociales desde el móvil, copiar y
pegar un manifiesto y enviarlo por whatsApp a todo el mundo, incluidos a
los que no les interesa.
¿Cómo no ser solidario hoy si lo tenemos tan fácil? Incluso, gratis.
HOY ES MUY FÁCIL SER SOLIDARIO

Tendencias
Ruth Morales
PERO, ¡ATENCIÓN A LO SIGUIENTE!
 No te metas en cosas de pareja cuando tienen un problema gordo

porque no es tu problema.
 No eduques a tus hijos en el respeto a los demás porque eso no está

de moda y además, son hijos del universo y llevan su propio proceso.
¿Para qué ponerle obstáculos al universo?
 Conduce como si estuvieras solo. ¡Qué más da preocuparse por los

demás! Que se aguanten.
 Aparca en medio de la calle y ocasiona un atasco. Que se fastidien los

otros porque tú tienes tus asuntos y los demás tienen que esperar.
 Lleva a tus hijos a entornos de mayores (hoteles con cierta clase,

restaurantes) para que molesten a los demás porque así es la vida.
 No mires a nadie cuando camines por la calle y menos a tus vecinos.
 Sal corriendo cuando un amigo tiene problemas, ya que tú tienes los

tuyos y no puedes ocuparte de más.
 No preguntes a tus amigos o familiares si necesitan algo de ti, no

vayan a decirte que sí.
 No ayudes a quien está en un conflicto, no vayas a equivocarte y

salgas mal parado.
 Camina libremente por la calle, ya que es tuya solamente.

Tendencias
Ruth Morales
 No contestes a los mensajes. ¿Para qué? Si ya han visto que los he

leído.
 Haz que ayudas a tus amigos haciéndolo por encima y así quedas
bien, no vayan a complicarte la vida.
 Sé impuntual, tú estás ocupadísimo, que los demás esperen.
 Pregunta por su situación por quedar bien pero no con el fin de

echarles una mano, tú no estás para eso.
 Eso sí, cuéntales a todos tus problemas y tu día a día. Tú eres lo más
importante. No te cortes, hablar y expresarse es importante.
 Habla por el teléfono móvil a gritos cuando estás en el tren o

autobús, incluso en un sitio público. ¡Que los demás se fastidien!
 Ponte los tacones por casa y date un paseo por el pasillo. Ni se te

ocurra pensar que puede haber alguien durmiendo en el piso de
abajo.
 Rueda las sillas haciendo el mayor ruido posible. En fin, estás en tu

casa.
 Deja la caca de tus perros en los parterres, parques, césped y aceras.

¡Qué más da! Para eso pago mis impuestos.
 Llega tarde a tus citas en el médico, peluquería, salones de belleza. Ni

se te ocurra pensar que has originado una cadena de esperas y de
impuntualidad.
 Y, por último, sigue leyendo información sobre desarrollo personal y

emocional y sigue acudiendo a esos seminarios en donde te dicen lo
bueno que eres y el propósito que tienes en la vida: servir.

Tendencias
Ruth Morales
POR ESO ERES SOLIDARIO. HOY ES MUY FÁCIL
¿Te apuntas a ser solidario?
Da un “me gusta” y firma.
Redacción: Investigación a ojo sale a la calle.

Comunicación
desde el instinto
Las otras respuestas que necesitamos

Comunicación desde el instinto
Ruth Morales
“Comunicación desde el instinto” es una manera de vivir desde el sentido

común sin atender a la experiencia, la cual crea acción más reacción, tal
cual siempre ha sido.
El instinto es parte de un diseño con menor carga de experiencia, el cual

nos guía con flexibilidad, sin conflictos con el entorno y con excelencia, la
inteligencia del futuro.
Por lo tanto, esta comunicación no está dentro del ámbito de la ciencia

sino del individuo y fuera de ella, pues en el instinto no hay observación
ni tampoco experiencia.
Ruth Morales, enero 2018

Comunicación desde el instinto. La nueva respuesta

Comunicación desde el instinto. Educación
Ruth Morales
Tenemos que entender que la educación se

enseña en casa.
Al colegio, los niños van a aprender distintas

asignaturas.
La vida humana se mantiene con una jerarquía, siempre ha sido así y

siempre será así. Esto no significa que uno sea mejor que el otro, significa
que si una persona tiene conocimientos de cómo funciona una máquina y
la otra no, está claro que la primera tendrá que decir qué hacer con la má-
quina.
Es tan de sentido común que no podemos verlo y es en lo simple donde es-

tán las claves que buscas.
En esta sociedad occidental, es decir, moderna, cuyo núcleo es la familia,

son los padres y nunca los hijos, quienes tienen que decidir cómo se vive.
El error de hacerlo al revés es lo que quita poder a los padres.
En el colegio, quienes tienen que decidir qué se hace, son los profesores.
Quien no entienda esto, no entiende normalmente nada de la vida.

Comunicación desde el instinto. Educación/Formación
Ruth Morales
LA EDUCACIÓN/FORMACIÓN HOY.
El colegio de la nueva era.
La educación tradicional está ya en desuso, si bien se mantendrá durante

un tiempo hasta que “no se sabe qué formación” vendrá a sustituirla.
Me he permitido grabar un audio desde mi cuenta ivoox Ruth Morales en

donde explico a los lectores de esta revista, mi visión sobre la nueva educa-
ción/formación que en muchos países comienza a tomar forma y poder.
Pincha en el reproductor para oírla.

Comunicación desde el instinto. Comunicación
Ruth Morales
Ejemplo de una comunicación corriente, de

todos los días en cualquier lugar.
Las tres amigas.
Redacción “Investigación a ojo”.
Conversación entre tres amigas
A B C

Ruth Morales
A. ¿Qué tal estás, C? ¿Estuviste en la playa? Me contaron que algo te ocu-

rrió.
C. Sí, estuve en la playa X, en el sur. Resulta que…
B. Ah, esa playa es preciosa. Fue donde conocí a P, por eso guardo un buen
recuerdo. Era la primera vez que iba.
A. Pero, ¿no habías veraneado antes ahí, B? A mí me suena que me dijiste

que de niña solías ir allí con tu familia.
B. No, iba a la playa Y, una muy cerca.
C. Sí, la Y está mejor, es más segura porque lo que me ocurrió ya viene pa-
sando hace tiempo en la playa X.
B. ¿Qué te pasó?
C. Que después de haber estado tomando el sol un rato, me quedé dormida.
A. Vaya, eso no lo puedes hacer. ¡Con lo fuerte que está el sol últimamente!
B. Es verdad, mi prima L tuvo un problema en la piel por tomar el sol du-

rante horas. Es que ella es como un lagarto.
A. Yo me pongo factor de protección total. Aunque parezca una momia.
Jajaja. Risas de todas.
B. Bueno, cuenta lo que te ocurrió, C.
C. Pues que, cuando me desperté, vi que se habían llevado el bolso.
A. ¿Cuál? ¿El de Gucci tan mono que te compraste en Nueva York?
B. No, ese se lo compró en Madrid. ¿No recuerdas? El día que estuvimos

comiendo en el restaurante de tu amigo.

Ruth Morales
A. ¡Ah, sí! ¡Qué bien lo pasamos ese día! Jajaja.
C. No, ese bolso de Gucci del que habláis me lo regaló mi hermana. El que
me robaron en la playa era un bolso de playa pero resulta que dentro te-
nía…
B. No, tú te compraste conmigo un bolso de Gucci en Madrid. ¿Recuerdas?

Monísimo.
C. Sí, me compré uno contigo pero no fue el de Gucci. Bueno, no es impor-

tante. Estaba diciendo que…
B. ¡Ay, espera C, que tengo que llamar a D! Se me había olvidado. Quería

quedar con nosotras.
B saca el dispositivo móvil y habla con D.
B. Ya viene para acá. Le he dicho que vamos a tomar algo en el bar de la

esquina. ¿Vamos caminando para allá?
A. Sí, yo estoy ya cansada con estos tacones y no me apetecía ir muy lejos.

Además, ese bar está muy bien.
B. Está fenomenal. C y yo ya hemos estado allí, ¿verdad?
C dijo un sí con una sonrisa medio simulada.
Entraron en el bar, pidieron sus bebidas y llegó D. La conversación se

tornó a otra no comunicación.
Eso sí, lo pasaron en grande. ¡Inolvidable día!
“Investigación a ojo”, siempre en la vida de la gente.
La realidad supera la ficción.

Comunicación desde el instinto. Desde el instinto
Ruth Morales
PISTAS
COMUNICARTE DESDE EL INSTINTO ES COMUNI-
CARTE CON SENTIDO COMÚN Y CON EXCELENCIA.
No interrumpamos nunca cuando alguien esté hablando.
Interrumpamos solamente cuando quien habla, no cuenta

con los demás y no sabe parar.
En ese caso, es casi mejor estar solo.

Comunicación desde el instinto. Desde el instinto
Ruth Morales

Comunicación desde el instinto. Mujer
Ruth Morales
El alfabeto a gritos. El libro

Redacción. Maquiavelo García. Redacción. Equipo Revista C~instinto
Solamente habían pasado siete días desde que el único ejemplar del libro
“El alfabeto a gritos” sobre el punto G o más bien, sobre el alfabeto sexual
femenino, había llegado a nuestra redacción y ya todos mirábamos con rece-
lo a nuestra virginal compañera María del Carmen, quizá con el deseo de ver
algún cambio en ella. Sin embargo, ninguno de nosotros pareció haber nota-
do nada o eso era lo que todos sospechábamos del otro, pues nadie pronun-
ció ningún comentario al respecto.
Aunque no percibimos nada extraño en ella, a partir de ahora, ella dejó de

ser invisible, preguntándonos cada uno en silencio, por qué letra iría.
María del Carmen parecía ser la misma de siempre. Llegaba antes de la hora
y se marchaba cinco minutos después de su hora, siempre con su bolsa de
plástico brillante en el hombro.
Fue Eustaquio quien, con su impulso de iniciar siempre un debate o conver-

sación, nos comentó que algo había notado en ella.
—¿Qué has notado? —le preguntamos todos casi al unísono, unos en alta
voz y otros en silencio.
Eustaquio sonreía para darse aires de importancia, mientras se metía las

manos en los bolsillos de su pantalón, como si algún documento con la prue-
ba documental de lo que acababa de anunciar, estuviese en ellos.

Ruth Morales
—Eso no se puede decir. Que cada uno saque sus conclusiones —contestó
sonriendo aún más, a la vez que sacaba sus manos vacías de los bolsillos.
Ninguno de nosotros le hizo el menor caso y todos seguimos con lo que es-
tábamos haciendo, acostumbrados a estos arranques de grandeza de nues-
tro compañero Eustaquio, hasta que Manuel rompió el silencio.
—Por cierto, Eustaquio —le dijo un poco en voz alta mientras dejaba de es-
cribir el artículo que tenía entre manos—. ¿Por qué te pusieron ese nombre?
Todos alzamos la vista para ver dónde se había metido Eustaquio pero nadie
vio cómo se había esfumado. Volvió en dos minutos con un papel en la
mano, sacado de la impresora, para leernos la nota de una periodista de un
canal de comunicación online que había estado en directo con la Dra. Lcda.
Dña. Alegría Descomunal, momentos después de recibir el premio.
—¡Atención todos! Voy a leeros el artículo que acaba de llegar a la Redac-

ción —exclamó, sin ánimo alguno de contestar la pregunta que Manuel le
había hecho.
Dos horas después de haber recogido el tan deseado premio en manos del
Rey de España, la ya famosa Dra. Lcda. Dña. Alegría Descomunal salía de las
puertas del hotel, donde había sido invitada a un cocktail real, tan real como
la vida misma.
Fue en ese momento cuando la pude abordar, un segundo antes de que se
introdujera en un coche negro y brillante, vestida ella de traje largo negro
que va igual de bien para este tipo de eventos como para un funeral de un
pariente lejano en un pueblo lejano o para el cotillón de fin de año.

Ruth Morales
—Sra. Descomunal. ¿Tiene un minuto? —la asaltó la periodista online quien,

en ese momento, estaba tan en directo que ni ella mismo se lo podía creer.
Dña. Alegría Descomunal García se paró en seco, mirando a ambos lados pa-
ra comprobar de dónde venía la pregunta, gesto seguramente copiado de
algún galardonado en el cine, a quien las cámaras fotográficas asedian cons-
tantemente.
Al ver a la periodista online, Dña. Alegría Descomunal dejó entrever un sabor

amargo en su sonrisa, pero enseguida disimuló sonriendo abiertamente,
como si le estuvieran haciendo cosquillas, pues acababa de hacerse un tra-
tamiento de blanqueamiento dental cara al evento real.
—¿Cómo se siente, Sra. Descomunal? —le interrogó la periodista de manera

abrupta, mientras le acercaba el súper micrófono a la boca, de manera que
casi le roza la dentadura recién blanqueada.
—Me siento muy cansada —respondió la escritora muy suavemente, como si

ya supiese la pregunta de antemano. Luego sonrió una vez más.
—Es que no he parado, tantas entrevistas, eventos y otros compromisos que

requieren de mi presencia, me tienen un poco agotada —exclamó un poco
en alta voz.
—Pues luce usted bien —contestó una osada y novel periodista online,
quien, tras su cumplido, añadió.
—Todossomosiguales es un canal online de comunicación que apuesta por la

libertad y sobre todo, por las mujeres. Es un honor para nosotros poder en-
trevistarla.

Ruth Morales
En ese momento, el súper micrófono lanzó un chirrido que llegó hasta la ca-
lle de enfrente, donde algunas personas se paraban al ver tanto jaleo, los co-
ches negros y a tanta gente vestida de gala salir del hotel.
La Dra. Lcda. Dña. Alegría Descomunal hizo una mueca de disgusto, haciendo
ver a la periodista su mal humor por ese sonido tan malsonante y tan poco
oportuno.
—La encontramos muy bien, Sra. Descomunal —continuó la osada y novel

periodista como si nada hubiese ocurrido—. Nos imaginamos que esa alegría
que destella es por la emoción de ese reconocimiento al recoger ese premio.
—No crea, Srta. Periodista —respondió la escritora mirándose los bajos del
vestido negro para comprobar que todo estaba en orden—. En realidad lo
que me ha hecho feliz es el cheque que me llevo encima, para qué nos va-
mos a engañar —contestó Dña. Alegría Descomunal sonriendo esta vez de
par en par, dándonos ejemplo, una vez más, de su sinceridad tan a flor de
piel.
La ya no tan osada pero sí novel periodista quedó boquiabierta ante una de-
claración tan clara y tan natural.
—¡Vaya! Esto sí que será un bombazo.
Estas fueron las últimas palabras que la periodista online enviada especial
del canal Todossomosiguales (el canal de la libertad) pudo pronunciar, por-
que en ese momento, la Dra. Licenciada Dña. Alegría Descomunal perdía el
equilibrio por culpa de sus tacones jamás calzados y se abalanzaba sobre el
cuerpo menudo, de un metro cincuenta centímetros de la osada periodista,
la cual cayó al suelo sin poderlo ni siquiera sentir, mientras el súper micró-
fono salía disparado chocando contra el casco de un motorista, quien se tiró

Ruth Morales
al suelo creyendo que de un asalto policial se trataba.
Ambas en el suelo, la una debajo de la otra.
Cinco minutos tardaron en levantar a la recién premiada de encima del

cuerpo de la novel periodista, quien tuvo que llevar muletas y collarín duran-
te tres meses, en los que no cobró ningún salario ni prima de seguro por ac-
cidente, dado que aún no había sido contratada o más bien, no había sido
dada de alta por Todossomosiguales, el canal de la libertad y que apuesta
por las mujeres.

Ruth Morales

Ruth Morales
EL ALFABETO A GRITOS
Por la Doctora Licenciada Doña Alegría Descomunal García
Creemos que la B representaría primero el Beso, símbolo universal y de

todos los tiempos del amor. Pero nos equivocamos, una vez más. Hay besos
apasionados, amorosos, secos, de Judas y de miles de colores. Pero el beso
no tiene por qué tener que ver con la sexualidad y en este libro en el que tra-
to el alfabeto de la sexualidad femenina, todavía podría no tener ninguna
cabida.
¿Qué quiero decir con esto? Se preguntará el lector y si no se lo pregunta,
aquí lo tiene.
Que puede haber sexo sin beso.
Hay mujeres así como hay hombres cuya práctica sexual no contiene el
beso como parte fundamental. Y si lo contiene, supondría más un saludo que
un acto sexual en sí.
El beso es más íntimo que hacer el amor aunque un buen beso, apasiona-
do y desgarrador nunca viene mal cuando apetece.
Ninguna mujer debe besar si no le sale de las entrañas y, para acabar con
el beso, hay actos sexuales dignos de Dioses en donde no hay besos y en los
que ves a Dios, por lo tanto, nadie debe dejar de tener un encuentro sexual
por culpa de no querer besar al otro o bien, ser besada.
Otra cosa es besar en cualquier parte del cuerpo que no sea la boca.
El cuerpo entero puede ser besado y debe serlo, según las intenciones de
este libro.

Ruth Morales
La B de Barbaridad tiene cabida aquí pues no hay barbaridad mayor que

no conocer el orgasmo, los orgasmos múltiples y demás placeres del cuerpo
tuyo, el de la mujer.
Eso sí que es una barbaridad, íntima pero bárbara.
No se puede permitir que haya mujeres que no sepan el placer que escon-
de su cuerpo. Debería ser obligatorio conocerlo, además de que sea un ser-
vicio social el hecho y el derecho de la mujer de ese autoconocimiento.
Es una barbaridad que en esta vida desaprovechemos tan grande placer
que abre las puertas al paraíso, quizá ese del que hablan las religiones, no
puede haber un paraíso mejor ni más allá. Lo tenemos aquí, en el más acá y
debería ser un pecado mortal no haberlo probado. Eso sí que no lo dicen las
religiones.
Sin embargo, he de tener en cuenta en este tratado sobre el alfabeto fe-
menino, que también es una barbaridad hacer el acto sexual cuando no se
tienen ganas, así como que también es una barbaridad no parar de hacerlo
por haberlo visto en películas de bajo coste.
¿Dónde radica el placer en ambos casos? Ninguna mujer tiene que sentir-
se obligada a mantener relaciones sexuales por agrado, por cortesía o por-
que la hayan tratado bien.
Es una barbaridad que una mujer no sepa diferenciar esto. Todo hombre
debe tratar muy bien a las mujeres, con respeto y con caballerosidad a la
que pueda llegar cada uno y la que estime la mujer que se merece, lo cual
merece un libro aparte, puesto que hay mujeres que no estiman merecer un
trato de caballero por parte del hombre.
Que un hombre te trate bien y con cariño o que te diga miles de piropos
no es una razón para que te acuestes con él si no te apetece.
El sexo es química pura, natural y emocional y jamás debe convertirse en
un acto de compromiso o en una devolución de un favor.

Ruth Morales
En cuanto a no parar de hacer el amor teniendo calambres en lugar de or-

gasmos en toda regla, diríamos que es una barbaridad para el cuerpo, sobre
todo para los genitales de la mujer. Es cierto que el cine popular y el cine
pornográfico nos han traído unas imágenes que jamás serán reales y cuanto
menos, deseadas, en donde la mujer cabalga y cabalga, como si eso fuera
placentero. Está bien cabalgar, pero hay trotes y trotes.
Aquella mujer que tenga agujetas o que no se pueda sentar después de un
trote, debe repasar si eso le dio el placer que esperaba o si tal vez, lo hace
por imitación, algo natural en el ser humano: actuar por imitación, sin cues-
tionar nada.
La B de las Bolas chinas simboliza realmente las dos bolas más el hilo que
une a ambas que la mujer puede utilizar en cualquier momento del día para
estimular el alfabeto que en su vagina habita. En realidad, no son tan nece-
sarias como nos venden aunque tienen un supuesto efecto terapéutico para
fortalecer la musculatura de la vagina y así tener orgasmos más duraderos y
fuertes.
Diríamos que la vagina no necesita ser estimulada por medio de unas bo-
las y cuanto menos, chinas. En cambio, si hay problemas o dificultades, ade-
lante con dichas bolas. ¿Por qué no?
Hay que prestar atención a la hora de llevarlas dentro, no vayamos a pasar
por un detector de metales de los que abundan en cualquier lugar por segu-
ridad y ponernos coloradas mientras alegamos no tener nada encima.
No lo tenemos encima, sino dentro, así que hay que prestar atención a
ello. Esto sería en el caso de unas bolas chinas de calidad, las de metal, frías
pero duras, suaves pero pesadas, de manera que a veces pueden salirse de
la vagina mientras estás en el supermercado agachándote a coger una bebi-
da isotónica, por ejemplo, pues algunas mujeres las usan en el día cotidiano
al carecer de tiempo para preámbulos una vez llegue la hora del retiro por la
noche con su amante, es decir, la persona que duerma con ella.
A otras mujeres no les hace falta este utensilio más bien aparatoso porque

Ruth Morales
el alfabeto que en sus vaginas habita está vivo y viviendo, deseando ser usa-
do constantemente, sin necesidad de ningún intruso.
La B de Bisexualidad siempre se le ha aplicado a la mujer. “Toda mujer es
bisexual” decía algún erudito y por tanto, como era erudito, nos lo creímos.
Está claro que la sexualidad es algo abierto y sobre todo, es de uno mismo.
Digamos que alguien va a darte un masaje sexual y te tapa los ojos. ¡Qué
más da si es hombre o mujer! Lo que importa es que lo haga bien.
Muchas mujeres que no son lesbianas, acaban siéndolo dado las malas ex-
periencias que han tenido con los hombres. He de decir y que este libro val-
ga de ejemplo y testigo, que una misma es la responsable de su sexualidad.
Una mujer que conoce su cuerpo y sus estímulos, recibirá gustosamente a
un hombre que también los conoce y no estará torpe en elegir a un despis-
tado. No es tarea del hombre conocer nuestra sexualidad, sino la nuestra.
Cabe decir que un hombre aprende con una mujer que conozca su sexua-
lidad y no leyendo una enciclopedia o mirando vídeos en internet (algunos
podrían ayudar pero otros despistan mucho y alejan al usuario de su foco).
La sexualidad de la mujer, al ser tan global, de ahí el alfabeto entero, es
más propicia a ser estimulada o ganada por medio de otros u otras que con
ella misma. Por lo tanto, una mujer relacionándose sexualmente con otra
mujer puede ser un acto sublime y de gran placer para ambas.
No obstante, como mentaba alguien, el morbo de lo opuesto es lo que ha-
ce que nos excitemos, sobre todo a los heterosexuales, claro está.
La B de Bondad es la gran B. No hay mayor placer en la cama que ver có-
mo se retuerce el otro de placer. Eso es la bondad, dar bien. Cierto es que
hay mito que delata que la mujer es poco activa en la cama: se tumba y que
sea el otro quien haga lo que tenga que hacer. Este mito lo hemos ido here-
dando de generación tras generación femenina y por eso nos encontramos,
en el siglo XXI, con mujeres que siguen tumbándose en la cama a ver qué pa-
sa.

Ruth Morales
Eso está bien pero también está bien el que sea el otro el que se tumbe y
poder dar con toda nuestra alma ese placer enorme que es la antesala del
orgasmo en forma de masaje sexual, por llamarlo de alguna manera y por
hacerme entender.
Cuando una mujer da a su amante placer de manera obligada o por com-
promiso (“ahora me toca a mí, ¡qué pocas ganas!”) resulta de esto un males-
tar para ambos, puesto que el hombre lo nota, aunque en ese momento le
dé totalmente igual. La sexualidad es un don preciado de nuestra naturaleza,
divino y es lo que más nos acerca al origen de la vida, por tanto, no se puede
desperdiciar ni malgastar con actos automáticos que encima nos hacen sen-
tir mal.
Jamás hagamos una acción sexual sin un fuego o llamada interior, como la
llamada que tienen los espirituales del más allá, en este caso, sería del más
acá y hacia dentro. Sería como pecar. Digamos que las personas cuidan su
físico, su aspecto exterior y su alimentación, con el fin de que su organismo
esté sano y así corresponderle para que nos dé una vida mejor.
Sin embargo, no cuidan este aspecto de su vida sexual todavía más impor-
tante que el propio organismo, el cual ya funciona bien sin que uno lo cuide,
y es el hacer actos sexuales con asco, por compromiso o por obligación.
Digamos que las enfermedades de transmisión sexual tienen su origen en
esta práctica que nos viene de antaño, de sentirnos obligados a lo que jamás
debió ser una obligación sino un deseo superior del alma, que pide a gritos
ser estimulada para que seamos felices, aunque sea por un segundo, ese se-
gundo en el que se para el tiempo, al que llamamos, orgasmo.
Cuando una mujer siente una necesidad extrema de dar placer a su aman-
te (este no tiene porqué ser la misma persona, pues “amante” significa, el
que ama y el que es amado, por lo tanto, aquella persona a la que se está
amando en ese momento, que está recibiendo nuestra ofrenda), significa que
conoce bien los entresijos de la sexualidad, que ha experimentado y, por
tanto, comprendido, que esa fuerza placentera que sale de sus entrañas al
ofrecerla, se multiplica, obteniendo así un orgasmo no físico, el cual existe

Ruth Morales
también, digno de un capítulo aparte.

Así que, tampoco hagamos esfuerzos para ser bondadosas si no lo hemos
sido hasta ahora, no vayamos a sentirnos culpables. Sin embargo, he de aña-
dir que, cuando una lo es consigo misma, acaba teniendo para dos y necesita
a gritos dar y ese dar es Bondad sexual, que, para entendernos, es ofrecer
placer al otro mientras disfrutamos de su disfrute.
La B de Bondage quizá sea una B un tanto oculta y escondida en el cajón
de las perversiones sexuales. Esta palabra tiene que ver con una práctica se-
xual, tremendamente erótica para muchas y rechazada por otras, en donde
se inmoviliza el cuerpo de la persona que va a recibir un acto sexual. Para
muchas es tremendamente placentera, hasta el punto de no practicar otras
formas de sexualidad por ser el Bondage su manera de estar en el paraíso.
Para ello, hay que tener confianza con quien va a practicarte el bondage y
sobra decir, una gran complicidad.
Cuando llegue a la C (estoy deseándolo), hablaré que el sexo es sobre todo
y ante todo, comunicación. Partiendo de una comunicación previa, el placer
ya está servido.
En esta práctica de atar a la otra persona, es conveniente que a todos los
implicados les debe gustar y excitar (pueden ser más de dos personas las im-
plicadas) y llegar a extremos insondables de placer. Puede ser una práctica
extremadamente erótica o extremadamente basta, dependiendo de los suje-
tos que la practiquen, como todo en la vida. Recordemos que el bondage,
por sí mismo, no tiene que ver con prácticas sadomasoquistas. Al contrario,
puede ser un acto demasiado tierno a la par que irresistiblemente gozoso.
Si a ti, mujer, esto te da morbo, no dudes en pedirle a tu amante que lo
practique contigo.
El mundo del sexo es infinito, como los números y el alfabeto a gritos.
Te dejo con la Belleza de tu cuerpo, pues el cuerpo femenino es la forma
que la belleza tomó para hacerse realidad. Nos vemos en la C.

Ruth Morales
La Belleza del Bondage
Continuará con la C…..

Comunicación desde el instinto. Empresa
Ruth Morales
Cualquier empresa puede generar dinero, no

importa la actividad a la que se dedique.
La empresa es una proyección de la/s persona/s
Digamos que podemos vender camisetas y tener que darnos de baja pues
no vendemos ninguna.
Al mismo tiempo, esas camisetas nos pueden hacer ricos.
¿Qué es lo que marca la diferencia? ¿Conocer el mercado, acaso? ¿Conocer
el negocio? ¿Saber vender y llegar al público final, el que te compra? ¿Ha-
cer las cosas de manera excelente?
Al final, es un resumen de todo lo anterior dicho y al mismo tiempo, no es
nada de eso. Digamos que nos encontramos con una paradoja.
Por un lado tengo que saber cómo llevar el negocio y por otro lado, si me
falta un detalle o no hago todo bien, estoy haciendo esfuerzos extras sin
llegar a lograr cubrir los objetivos.
¿Dónde está el error? ¿Dónde está la clave?
La clave tiene que ver con una sola cosa y es una corriente a favor del
dueño o creador de la empresa. A veces, ni siquiera es del creador de
la empresa sino de alguien cercano a este.
Esta corriente es estrictamente emocional, lo que viene a decir que es una

corriente favorable, en acción y con una dirección clara hacia el objetivo. Al
ser una corriente, nuestro trabajo comienza a ser más fácil y las oportuni-
dades nos vienen por sí solas. Hay un momento en el que, en un instante,
la vida da un vuelco a la empresa y nos hace generar más dinero del que
esperábamos.

Ruth Morales
Recuerda, estabas en una corriente.

¿Cómo provocarla?
Es complicado aprender a provocar algo cuando somos hijos del conoci-
miento y de la práctica de hacer las cosas de una manera que ya está prees-
tablecida en la sociedad.
Sobre todo, observo a personas que trabajan mucho, cansadas ya, pero si-
guen adelante para mantener su empresa, la cual les da dinero pero no el
que merecen con tantas horas puestas
en ella.
Observa a quienes llegan
En el fondo, estas personas “creen” al éxito empresarial: jus-
que eso es lo normal, pues se nos ha tamente no han seguido
dicho que todo cuesta mucho y que ningún curso ni han ido a
abrirse paso en el mercado es compli- la universidad a apren-
der a emprender. No
cado. atienden a los tópicos so-
Y eso es lo que nos ocurre, por lo tan- bre los negocios. Senci-
llamente, son observado-
to, lo vemos normal. res en la calle y de la ca-
lle.
Se trata de desaprender esos dogmas.
Se trata de saber hacer las cosas bien.
Quien es excelente en su tarea, esa misma tarea sale por sí sola con exce-
lencia.
Lo normal es que nadie lo sea y por eso, todas las empresas funcionan de
manera mediocre o bien, la mayoría de ellas.
Se trata de tener a las personas correctas en
Mezclar familia cada punto importante y estratégico de la em-
con empresa pue- presa y no tenerlas porque sean familiares tu-
de llevarte a mal yos o porque les debas un favor.
puerto.
Se trata de no forzar pero sí de creer en una
corriente favorable a tu actividad.
Se trata de no competir pero sí de diferenciarse.
¿Cómo?

Ruth Morales
No te diferencias por algo en concreto que hagas de manera diferente.

Te diferencias en la esencia, en lo que no es visible.
Recuerda, la corriente favorable dará dirección a la esencia no visible

para los otros.
Se trata de comprender que en el mundo todos cabemos y que hay para to-
dos y que tu cliente va a obtener lo mejor de lo mejor, aunque vendas cami-
setas.
No se trata de estar a la moda, de seguir tendencias petulantes para gene-
rar dinero hoy. Esto ocurre en cualquier actividad, desde dedicarse a la psi-
cología o terapias y médicos hasta la venta de artículos en tendencia, como
en la rama de la alimentación. También se ve en el ocio.
Eso es pan para hoy y hambre para mañana.
Se trata de que seas tú mismo el que cree la tendencia, sea cual sea y de que
te lo creas.
De hecho, ¿cómo ibas a crear una tendencia sin creértelo?
Eso sí, mantenerte es importante y nadie se mantiene sobre aguas de poco
caudal. Acabas arrastrado en la orilla. Para mantenerte a flote y que la co-
rriente te lleve, tienes que ser honesto y sobre todo, excelente.
Una cosa va con la otra.
Si quieres tener claves para que tu empresa se mantenga y/o gene-

re más dinero, rellena este formulario para información y precios.
Si haces las cosas tal cual se te dicen, generarás dinero.
Pincha aquí. Formulario información Empresas C~instinto

Ruth Morales
Los hombres del siglo XXI merecen un capítulo aparte

Su comunicación con el entorno como hombres es totalmente nueva.
¿Cómo comunicarme como hombre?

Me faltan puntos de referencia

Ruth Morales
En el Espacio C~instinto que se inaugurará en febrero, tendremos también nuestro

espacio para hombres. Más información al respecto en la página 130.

Excelencia

Excelencia
Ruth Morales
C~instinto y la excelencia
Mucho podría hablar de la excelencia al ser un estado emocional y por

tanto, de comunicación, al que puede alcanzar cualquier persona que vea
en esta información un puente para vivir la vida en su máxima expresión.
Quizá el lector esté pensando sencillamente en disfrutar, en vivir el mo-

mento presente, en la no preocupación, pero lo que la excelencia, según la
Comunicación desde el instinto, C~instinto, viene a decirnos, es un estado
emocional por encima de cualquier circunstancia, de hecho, la excelencia
está más allá de la educación corriente, conocida por cualquier persona
educada y más allá de cualquier protocolo que haya que observar.
La comunicación desde el instinto te da la solución a cualquier situación

por encima de la ciencia (ramas de psiquiatría, psicología y demás ámbitos
de la nueva medicina, la alternativa), la cual se basa en la experiencia para
corregir o reaccionar ante ella.
C~instinto es un acercamiento a un diseño instintivo en donde la experien-

cia aún no ha hecho mella y por tanto, esta comunicación es carente de
conflictos. Si gestionamos bien lo aprendido (experiencia) y el instinto, el
resultado es la excelencia.

Excelencia
Ruth Morales
Nos relacionamos por niveles de comunicación y no por

afinidades.
¿Con quién te relacionas?

Excelencia
Ruth Morales
A lo mejor te gusta jugar al tenis, como a

tanta gente, pero no lo jugarías con quien
no te comunicas bien.
La afinidad es el tenis, la comunicación es

la relación, tu entorno.

Excelencia
Ruth Morales
La comunicación empieza por la palabra.

La excelencia es comunicación también.

Excelencia
Ruth Morales
Es importante relacionarte con personas que estén en tu

mismo nivel de comunicación. La vida te dará ocasiones
para tener que relacionarte con quienes no estén en tu
mismo nivel de comunicación, por lo tanto, no lo fuerces y
te irá mejor.

Excelencia
Ruth Morales
La base para estar educados lingüísticamente hablando
En el primer número de esta revista, en el mes de noviembre, escribí un

artículo haciendo referencia a los tres tipos de individuos que yo ideé con
respecto a lo que yo trato desde “Comunicación desde el instinto”.
C~instinto.
Mi intención nunca será la de etiquetar a nadie, pero el mundo está ba-

sado en las etiquetas y jamás en el individualismo. Es por ello que me veo
obligada en algunos casos como este, a tener que echar mano de lo que
funciona. Y lo que funciona es meter en cajones aquello que consideramos
único.
Estos tres tipos de personas con respecto a C~instinto, serían:
1. Los domesticados.
2. Los educados.
3. Los excelentes.
Con el uso de la lengua no hace falta llegar a ser excelente pero sí, como
mínimo, educados.
¿A qué me estoy refiriendo?
A que, como mínimo, hay que conocer y hacer uso de unas normas básicas
que están lejos de ser normas rigurosas que alguien inventara sino que son
parte inherente de la esencia humana. Eso es lo que no sabemos: el lengua-
je es estrictamente emocional, por lo tanto, es de sentido común y lógico.
Cualquier lengua del mundo atiende a una lógica, tan lógica como las ma-
temáticas.

Excelencia
Ruth Morales
Entonces, ahora podemos ir entendiendo porqué hay tantas personas que

no saben distinguir un verbo de un adjetivo. La causa no es la ignorancia ni
falta de conocimiento sino que la causa va más allá de lo que la ciencia nos
podría decir.
Tiene que ver con un “no prestar atención a nada” y “ser todo eso a lo que
te sientes empujado a ser”. Por eso el que no distingue un verbo de un adje-
tivo no es solamente por falta de conocimiento sino por experiencia, por
carencia de actitud y por falta de atención.
¿Cómo es posible que las

personas mezclen palabras
que nada tienen que ver ni
en la forma ni en su signifi-
cado?
A continuación veremos varios ejemplos de errores lingüísticos demasiado

populares en nuestra lengua, que tienen su origen en el desconocimiento
fundamental de las normas básicas en cualquier lengua, así como en las
matemáticas las operaciones aritméticas fundamentales son la suma, la
resta, la multiplicación y la división.
La excelencia tiene que ver con la atención y por tanto, con lo “fundamen-
tal y básico” en cada ámbito.

Excelencia
Ruth Morales
No se puede “hechar de menos” sino que “echas de

menos a alguien”.
Hay una tendencia extendida de escribir el verbo “echar” con H. Eso no

existe. Lo que existe es el participio pasado del verbo “hacer”, que es “he-
cho”.
Ejemplo: “Hemos hecho una tortilla de patatas”.
Esto es uno de los ejemplos más claros de lo que quiero decir en este ar-
tículo. ¿Cómo es posible que se confundan ambas palabras entre sí?
Cuando echas de menos a alguien, el verbo que usas es “echar” el cual tiene
otros significados, además de formar otros significados dependiendo de las
preposiciones que le acompañen, tales como:
Echar de menos algo o a alguien.

Echar en falta.
Echar en cara.
Echar a perder.
Echar algo a la basura.
Pero jamás debe confundirse con el verbo “hacer”.
Yo hago algo. Yo he hecho algo.

Excelencia
Ruth Morales
“Haber” es un verbo en infinitivo. “A ver” es otra cosa.
El caso más grave de este error fundamental es el uso tan extendido como
erróneo que parece no afectar a nadie, del verbo “haber” en su forma infini-
tiva en lugar del uso de la unión entre la preposición “a” más el verbo “ver”,
lo que hace “A ver”.
¿Qué tendrán que ver el uno con el otro?
“¡A ver qué pasa con las elecciones del próximo mes!” es como decir,
“¡Vamos a ver qué pasa con…!” o bien “Esperemos a ver…”
Jamás puedes usar el infinitivo del verbo “haber” en este caso. Y el caso es
que este error lo comenten personas que tienen carreras universitarias.
¡A ver! ¡Qué se le va a hacer!

Haber estudiado más.

Excelencia
Ruth Morales
“Haber” es un verbo auxiliar, lo cual significa que se usa para los tiempos
compuestos, como en los siguientes ejemplos:
1. El hecho de haber estudiado, hace que vayamos más seguros al examen.
2. El niño no ha comido nada.
3. Habríamos ido a la playa con mi coche, si hubiese hecho más calor.
4. Él se habrá ido pues su coche no está en el garaje.
Recuerda, el conocimiento
del uso de la lengua te da
poder y seguridad.

Excelencia
Ruth Morales
Las palabras monosílabas no llevan tilde en español
Ninguna palabra de una sola sílaba lleva tilde en nuestra lengua.

Solo la llevan aquellas palabras que, por pronunciarse igual, se escriben
igual y la tilde nos sirve para diferenciarlas. A esta tilde se la llama “diacrí-
tica”.
Ejemplos (tu, tú, el, él)
Frase 1. Tú eres mi amigo. (Artículo al que se le pone tilde para diferenciarlo

del demostrativo que se pronuncia igual)
Frase 2. Tu coche me gusta. (Pronombre demostrativo al que no se le pone til-
de).
Frase 1. Él es mi padre. (Artículo al que se le pone tilde para diferenciarlo del

demostrativo que se pronuncia igual)
Frase 2. El pastel es de fresa. (Pronombre demostrativo al que no se le pone
tilde).
Como vemos, en este caso, SOLO se les pone tilde a los artículos
y NUNCA a los pronombres demostrativos.

Excelencia
Ruth Morales
Por lo tanto, las formas verbales siguientes NO llevan tilde NUNCA:

 Vi el coche de policía
 Ella dio un portazo al marcharse
 Pedro se fue sin despedirse
 Me di cuenta tarde
No existe ninguna otra palabra que se pronuncie como estas, por lo tanto,
no llevan tilde porque son palabras monosílabas.
Este regalo es para ti. Es una

planta de té que sé que te gusta.

Excelencia
Ruth Morales
La tan añorada materia que se llama urbanidad
Yo no tuve la suerte de tener esta asignatura en mi vida escolar. Creo

que ya la habían retirado como materia obligatoria. Pero tuve la suerte de
que en mi familia, los mayores, sí la tuvieron y digo suerte porque el hecho
de “conocer buenos modales” me ha hecho comunicarme con personas con
buenos modales, aceptando a quienes no los tienen pero alejándome de
ellos. Así funciona la vida.
Hoy, a estos conceptos básicos de urbanidad, yo lo llamo casi excelencia.
Veamos dos sugerencias a modo de ejemplos
En los países en los que se conduce por la derecha, se camina por la

derecha.
Si caminas por tu izquierda y viene una persona hacia ti, debes retirarte a
tu derecha para que esa persona camine por su derecha.
Básico y útil.
¡Excelente!
Esta norma tan básica ha quedado en el olvido.

Excelencia
Ruth Morales
No te suenes la nariz ni es-

tornudes en la mesa cuan-
do estás comiendo con
otros. ¡Levántate y ve al
servicio o a otro lugar!
Hay personas que no solamente se contentan con sonarse la nariz o

estornudar cuando comen con otros sino que, además, depositan el
pañuelo encima de la mesa.
La excelencia es tratar de hacer todo siempre de la

mejor manera que sepamos y/o podamos.

Alicia
y
su libreta de conflictos

Ruth Morales
Hola, soy Alicia y como te prometí, voy a

compartir contigo lo vivido en esta pasada
Navidad, que parece que aún no ha acabado
pues en casa todavía no hemos quitado el ár-
bol de bolas, el que a mi madre le encanta
vestir cada año de color y diseño diferentes.
He podido ver a mis amigas de nuevo, todas ya con la carrera univer-
sitaria finalizada, pero cada una por su lado. Eso es lo bueno de las va-
caciones navideñas, que podemos juntarnos de nuevo. La ciudad estaba
abarrotada de gente, parecía que éramos más ricos que nunca o quizá,
más ignorantes, pues hasta mi padre comentó que nunca había visto
tanto consumo, como si el mundo fuera a acabarse, eso dijo.
Yo pude vivir las gracias y desgracias de estas fiestas en casa de mis
abuelos paternos y de mi abuela materna, primos, tíos y otros animales.
Me he reído mucho, pero también presencié tiras y aflojas entre fa-
miliares, algo que rompía el clima divertido que envuelve siempre una
fiesta en la que el consumo y las comidas son los protagonistas pero
que siempre hay alguien a quien se le ocurre hablar de enfermedades,
de que si tengo un dolor que me tira hasta el tobillo, que si en la última
analítica tenía el colesterol alto, que si tengo la tensión alta, que si soy
intolerante a esto y a aquello, que si tomo solamente alimentos ecoló-
gicos, que si no sé quién falleció y así todo el rato, con lo que siempre
sobraba comida, pues se hacían platos diferentes dependiendo del
diagnóstico de cada uno o incluso y para completar el cuadro, de las
creencias de otros, pues mi primo Alberto, por ejemplo, nos sorprendió
a todos anunciando que era vegano mientras mi otra tía buscaba en el

Ruth Morales
móvil qué significaba eso. Mi madre, experta en Nutrición, le ahorró el

tiempo y se lo contó.
Bueno, que al final, algo me dijo que el año que viene me iré a la pla-
ya, como hacen los padres de María desde hace años.
El caso es que ahora todos van al mismo sitio: o a la playa, a un safari
en África o a esquiar. Y, ¿adónde voy en donde no pueda ver a mis ve-
cinos?
¿Existe ese sitio? Lo buscaré o tal vez, se lo preguntaré a mi hermano
Miguel, que es un crack en la búsqueda en internet de cosas jamás bus-
cadas en Google.
Alicia, la coherente.

Ruth Morales

Ruth Morales
El súper máster que me hará rica
Hola.
Esta misma semana he comenzado mi master de postgrado. Es-

taba un poco nerviosa mientras bajaba las escaleras de nuestra ca-
sa-chalet adosada, en la que mis hermanos y yo hemos crecido, el
primer día en el que comenzaba mi primera clase. He estado varios
meses sin estudiar desde que en junio pasado me graduara en la
universidad en Administración de Empresa.
Escogí ese grado universitario porque no sabía qué hacer. Fue un

momento muy duro para mí porque sé que mis padres han trabaja-
do siempre y nos han dado de todo y yo siempre quise agradarles
siendo una buena alumna, si no la mejor, casi la mejor y resulta que
llegué al final de mis estudios de Bachillerato con el convencimien-
to de que la carrera me elegiría a mí en lugar de yo a ella. Y así fue.
Estaba desmotivada y mi futuro se presentaba incierto. A veces en-
vidio a mi hermano Miguel, quien está ahora en su último curso de
Bachillerato y su talante es otro, parece que se come el mundo. Mi-
guel es diferente y cuando se le pregunta qué va a estudiar, siempre
responde que va a estudiar para millonario.
Mi madre se enfada mucho cuando lo oye, no fuera eso a ser una

injuria a la vida, pero mi padre, a pesar de que se preocupa por
nuestro futuro, sonríe siempre para sus adentros pues, en parte, sa-
be que tiene razón.

Ruth Morales
Sin embargo, yo nunca sentí ninguna fuerza en mi interior que me

indicara qué debía hacer o para qué servía en esta vida. Por eso
siempre he envidiado a quienes lo tienen claro, como María, que
estudia Medicina, pues nació con ello en el ADN y ya desde niña
pedía muñecos para curarlos.
Lo que sí me dieron estos 4 años de universidad fue otra clase de

vida. Comencé a salir de fiesta, a ver la vida desde ese otro lado en
el que no eres un adulto como tus padres pero tampoco eres el ado-
lescente del instituto y eso me hizo sentir grande.
A pesar de que la carrera me eligió a mí, hizo bien, pues aprendí

muchas cosas. Se me abrió un campo de posibilidades que jamás
había contemplado antes y me sentía orgullosa de sacar tan buenas
notas. Mi padre estaba muy orgulloso de mí, pues era lo mismo que
él estudió, lo cual le sirvió para trabajar en esa gran empresa para la
que trabaja, además de dedicarse a sus inversiones, las cuales lo
traen un poco de cabeza, pues no logra avanzar mucho, como le di-
ce mi madre.
Durante el verano pasado estuve viajando con unos compañeros de

carrera. Fueron unos meses sabáticos, en los que me alejé también
de mi familia, lo cual me sentó muy bien.
Me sentí yo misma y libre.

Ruth Morales
Al volver, ya había comenzado el año escolar, con lo que me sentí

perdida. Mi hermano iba al instituto y mi hermana llevaba un año
viviendo fuera, trabajando en Londres, donde vive con su novio.
—¡Esta, desde que se enfade con su novio, la tenemos otra vez en

casa! —solía anunciar Miguel, siempre tan acertado como inopor-
tuno.
—¡Calla Miguel! —se enfadaba mi madre, a sabiendas que solía te-

ner más razón que un santo.
Mi hermana presumía de su estado de independencia, estado al que

denominaba así a pesar de que mis padres le enviaban dinero cada
mes para que pudiera vivir, pues lo que cobraba no le daba ni para
el autobús y a pesar de que su habitación con sus cosas se encon-
traban todavía en casa.
Todos esperábamos el día que volviera con la cara desencajada por

haberse enfadado con su novio. Mi hermana no soporta los contra-
tiempos y menos, que le lleven la contraria.
Desde el mes de octubre me dediqué entonces a sacarme el carné

de conducir, aunque no sabía qué coche conduciría, pero era hora
de hacerlo, mientras hacía trabajos de cuidar niños y de dar clases
particulares a otros para poder pagar la autoescuela y sobre todo,
para poder ahorrar para el máster que me esperaba en enero, ahora
mismo, máster magistral solo destinado a los mejores. Caro, muy
caro, por lo que mis padres tuvieron que sacar unos ahorros que
tenían para otros fines, con el fin de pagármelo.

Ruth Morales
—¿Voy bien? —le pregunté a mi padre mostrándole mi vestido

modesto para esa ocasión, al bajar la escalera.
—Vas perfecta —me contestó mi padre sonriéndome y animándo-

me con un gesto muy suyo—. Vamos, se nos hace tarde.
Yo me apresuré más nerviosa aún.
Mientras nos dirigíamos al lugar, mi padre me habló de lo contento

que se sentía por mí, que si él hubiese tenido esa oportunidad ha-
bría sido muy feliz pues era un máster nuevo, actualizado y dirigido
por grandes profesionales y avalado por empresas de prestigio in-
ternacional.
Cuando me bajé del coche, me sentía peor que mi primer día de

universidad, en el que fui excitada por la emoción de una nueva vi-
da añorada durante los dos anteriores años.
Una vez encontré el aula en la que nos reunieron para darnos la

bienvenida, me senté rápidamente en las últimas filas con la inten-
ción de pasar desapercibida. En realidad y en lo más profundo de
mi ser, me sentía como un pez en una pecera y tenía la sensación
de que eso no era para mí, de que yo no servía para los negocios,
para emprender ni para hacer dinero.
¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo he podido ser tan tonta?
Una especie de ansiedad comenzó a subirme desde el estómago

hasta el pecho y mi respiración se aceleró. Tuve la impresión de que
todos me miraban y de que estaba llamando la atención.

Ruth Morales
Sin embargo, observé a mi alrededor y comprobé que el resto de

asistentes estaban todos firmes, fríos, como esperando una senten-
cia de muerte.
La puerta se abrió y por ella entró un hombre de mediana edad,

bien trajeado y con mucho brío, justo lo que nos faltaba a nosotros.
Se presentó. Su voz sonaba alta y segura. Sonreía con los ojos, pero
lo justo. Se trataba del creador del máster, el dueño de la empresa.
Yo comencé a entonarme, mi cuerpo y mi respiración volvieron a

ser los mismos pero todavía me sentía insegura y desconcertada.
Después de una charla de bienvenida, de los honores de estar en

esa Escuela de negocios de prestigio internacional y de nombrar al-
guna anécdota que seguramente se la sabía de memoria porque lo
hacía cada comienzo de curso, vino la pregunta:
—Bueno y dicho esto, me imagino que todos ustedes están aquí,

apostando por la mejor formación, para ser grandes empresarios,
¿no?
Y comenzó a caminar por el pasillo central mostrando una sonrisa

agradable pero aprendida.
—Usted —dijo mientras se paraba en seco ante un chico— ¿Por

qué quiere ser empresario?
— Yo, tal vez —titubeó el chico un poco mientras tomaba fuer-

zas—, quiero ser empresario para seguir con la tradición familiar y
poder llevar el negocio de mi padre el día de mañana.

Ruth Morales
El profesor no dijo nada, solo sonrió mientras continuaba

mirándonos buscando a la siguiente víctima. Yo bajé la cabeza
haciendo que encontraba una mancha en mi vestido.
—¿Y usted? —Esta vez le preguntó a una chica que estaba a su

izquierda—. ¿Por qué quiere emprender?
La chica mantuvo silencio durante unos segundos, luego contestó

muy segura.
—Tengo una idea fabulosa y estoy convencida de que puede

cambiar el mundo —dijo muy segura.
Nadie rio pues todos estábamos pendientes de no ser escogidos por

el profesor.
—Muy bien —respondió sin más el profesor mientras se movía

libremente por el aula.
Se paró ante una mujer que parecía estar deseando ser preguntada.
—Yo quiero emprender porque tengo un propósito grande. Creo

que con la empresa que tengo en mente podré dar mejor vida y
ejemplo a mis hijos, como lo hicieron mis padres. No es nada muy
ambicioso pero sé que emprendiendo estoy dando mucho a los
demás, además de cumplir mi sueño. Siempre lo soñé, desde niña
y…
—Perfecto —la interrumpió el profesor muy amablemente,

confirmando con este acto que, realmente, esa mujer tenía ganas de
hablar.

Ruth Morales
Al resto nos fastidió pues deseábamos que ella continuara con sus
ideas fabulosas y sus sueños y que así pasara el tiempo con el fin de
tener más posibilidades de que nunca llegara nuestro turno.
—¿Y usted? ¿Para qué quiere emprender? —preguntó a la siguiente

víctima, esta vez un chico con aspecto alegre.
—Pues a mí lo que me gustaría es ser dueño de mi tiempo y no

tener jefe —dijo tan convencido como adiestrado —. Por eso voy a
luchar por conseguirlo.
—Umm. Muy bien —exclamó el profesor mientras se frotaba las

manos un tanto contento.
De repente se dio la vuelta y se fue al frente de nosotros, quedó en

silencio durante unos segundos en los que nosotros prestamos una
máxima atención, para luego exclamar.
—¡Señores! A esta Escuela de Negocios y de Emprendedores del

futuro no se viene para nada de lo que acabamos de oír.
—Nos estamos equivocando. Todo lo que acabamos de oír todos

nosotros de boca de ustedes debe quedar siempre en segundo o
tercer puesto de importancia.
Se oyó un murmullo bajito pero general. Todos estábamos

boquiabiertos, unos desconcertados y otros desesperados por oír lo
que el profesor nos tenía que desvelar.
—El primer e imprescindible fin por el que un emprendedor monta

un negocio es el de ganar dinero.

Ruth Morales
El murmullo sonó esta vez altísimo, al tiempo que todos nos

mirábamos entre nosotros por primera vez y un tanto ya
descansados.
Y continuó diciendo mientras volvía a moverse por el aula,

haciendo el mismo recorrido que anteriormente había hecho,
mientras se acercaba a los que fueron preguntados, señalándoles
con el dedo.
—Si ese no es el fin de la empresa, usted no podrá continuar con el

negocio familiar, su propósito no podrá sustentarse y por lo tanto,
no podrá cumplir su sueño y usted no podrá disponer de su tiempo
aunque no tenga jefe pues tendrá que trabajar muchas horas para
generar ese dinero que debió ser el primer objetivo.
Volví a casa un tanto aliviada y en parte, contenta, aunque sentía

que tenía un futuro delante de mí un tanto inalcanzable así como
descomunal, pues no sabía cómo afrontar estos dos años de máster,
en el que parecía que ya tenía que tener todo claro antes de comen-
zar.
Llegué justo a la hora en la que todos comenzaban a comer, inclui-

do Miguel, quien le había tocado el turno de la mañana en el insti-
tuto. Mi padre ya comía siempre en casa porque se había acogido a

Ruth Morales
una reducción de jornada para poder dedicarse a sus inversiones

por la tarde.
Todos me preguntaron por mi primera impresión.
Me senté en la mesa, un poco entusiasmada por el entusiasmo de

mi familia de querer saber cómo me había ido.
Les conté todo lo sucedido, mi primera impresión y sobre todo, les

narré con pelos y señales las palabras y la enseñanza del profesor y
dueño de la empresa que nos dio la bienvenida y que nos había de-
jado a todos callados con esa declaración tan fuerte y rigurosa, que
nos movió las entrañas:
“La empresa se monta para ganar dinero”.
Mi padre escuchaba atentamente, como midiendo esas palabras pa-

ra poder opinar a continuación. Mi madre ni siquiera prestó mucha
atención pues se levantó en ese momento para sacar algo de la ne-
vera.
Y mi hermano Miguel, que en ese momento se metía unas cuantas

patatas en la boca, dio un salto, como sorprendido, mientras
sonreía con esa sonrisa irónica que le caracterizaba y que lo
convertía en un ser especial al que nadie podía odiar, a pesar de las
impertinencias que solía pronunciar.
—¿Eso dijo? —preguntó casi gritando mientras acababa de tragarse

las patatas y se movía en la silla.

Ruth Morales
—Entonces —continuó —¿Para qué haces el máster?
—No sé por qué preguntas eso —le contesté yo confusa.
—Esa Escuela de Negocios y Emprendedores, en donde te van a

enseñar cómo ser empresaria, pagando mucho dinero, lo primero
que te dicen es que la empresa se abre para ganar dinero, ¿no?
Yo asentí, un tanto aturdida.
—Pues ya está —exclamó Miguel—. Te lo han dicho todo. No hagas

el máster. ¡Emprende!
—¡Calla Miguel y come, ya que tienes que hacer un recado! —le

inquirió mi madre mientras se volvía a sentar a la mesa.
Nada más acabar de comer, subí corriendo a mi dormitorio a coger

mi libreta. Escribí lo que mi hermano había dicho. Las palabras me
salían solas, era como si alguien estuviese escribiendo por mí y en
ese momento me di cuenta de que, si quería ganar dinero con una
empresa, justamente no tenía que hacer ese máster, el cual
tendrían que pagar mis padres haciendo un sacrificio con sus
ahorros.
En cambio, hacía el máster porque no sabía qué hacer con mi vida y

con mis conocimientos como graduada en Administración de
empresas.
¡Qué conflicto y al mismo tiempo, qué coherencia!

De lo Bueno, lo Mejor

Ruth Morales
¿Por qué escogemos de lo corriente, lo peor?
Toda la vida he sido una observadora nata aunque eso no signifique que
todo lo sepa o más bien, y aquí es donde quiero llamar tu atención, que to-
do tenga una causa firme, lo cual convierte esa observación en un análisis
flexible, mientras tu campo de visión se amplía.
Ahora entenderás a qué me estoy refiriendo.
Ya comenté que este apartado “De lo Bueno, lo Mejor” no hacía referencia
solamente a la comida y a la bebida, como ejemplos de placeres en forma
de sensación corporal.
Y es en esa línea en la que hoy escribo para hacerte llegar mi percepción de
algo tan real como la vida misma, al mismo tiempo que tan incomprensi-
ble, como la vida misma.
Tiene que ver con el incremento de vida, justo de lo que hablé en el número
anterior de esta revista.

Ruth Morales
La vida tiende al incremento pero es el ser humano

quien lo frena.
En estos años comunicando desde Cambio de Realidad, trato este tema

desde diferentes prismas, con lo que ahora no voy a repetir lo dicho, sino
que me centraré en hablar de un tema singular que tiene que ver con el in-
cremento de vida.
Se trata de la tendencia en muchas personas a atraer situaciones y/o per-
sonas en la vida que, lejos de incrementar sus vidas, lo que hacen es per-
turbarlas, en algunos casos, de manera grave.
Esta revista es leída por hispanohablantes y por europeos no españoles pe-
ro que hablan bien esta lengua, así como por personas en los Estados Uni-
dos que hablan perfectamente el español. Por supuesto que estos datos que
manejo son de personas que me siguen desde hace tiempo. Del resto no
puedo dar constancia, pues son lectores anónimos, a quienes aprovecho
para darles la bienvenida.
Por ejemplo, a ti mujer, te pregunto qué

piensas sobre el incremento de vida.

Ruth Morales
Yo les pregunto a las mujeres, tomando como punto de referencia mujeres

heterosexuales, aunque esto vale para todas, no importe su sexualidad, sus
gustos y su forma de vida.
Pero permítanme que hable desde el ejemplo heterosexual para facilitarme
la comunicación y no por desprecio al resto. No es esa mi intención sino
más bien, lo es el crear un artículo cómodo en el que todos nos veamos re-
flejados. Donde diga “hombre”, la mujer homosexual puede colocar “mu-
jer”, así de fácil. Gracias por entenderlo.
Mujeres, ¿a ustedes les gusta un hombre que las trate como mujeres? Aho-
ra la pregunta sería, ¿qué es tratarte como mujer?
La posible respuesta me viene bien pues tiene que ver con el instinto, jus-
tamente con lo que yo transmito como Comunicación desde el instinto, un
lugar en donde el error se minimiza, dando lugar a placer y disfrute, de ahí
que estas palabras quepan en este apartado “De lo Bueno, lo Mejor”.
Tratarte como mujer es tratarte con el respeto hacia lo que una mujer re-
presenta: ser humano, persona, mujer, madre, etc. En ese orden, si es que
se necesita un orden.
Es tan sencillo como eso. Y ahora viene la pregunta a las mujeres.
¿Cómo entiendes tú que un hombre debe tratarte o verte? Las respuestas
serán múltiples, cada una válida para quien las pronuncie. Pero yo no voy a
hablar de ellas, pues yo no estoy en cada mujer. A esta pregunta habría que
darle la vuelta.
La siguiente pregunta.
¿Te sientes merecedora que un hombre obtenga placer al tratarte

como una mujer y con lo que tú consideres respeto y dignidad?
¿Sabrías definir con precisión cómo te gustaría ser tratada? ¿Tienes eso en
tu vida con los hombres de tu vida?

Ruth Morales
¿Te confunde la pregunta porque, al hacértela, te han venido otros pensa-

mientos cruzados basados en tu experiencia y en experiencias aprendidas
que impiden que pienses con claridad?
¿Te gusta que un hombre te “vea” como una mujer o piensas que te tiene
que ver sencillamente como un “ser humano”, sin más y en general?
Dejo estas preguntas en el aire, sobre las que hablaré en el marco del Espacio
C~instinto, el cual inauguro en el mes de febrero para quienes quieran participar de
él, mujeres y hombres.
Pero desde aquí y sin irme del objeto de este apartado, yo me hago una
pregunta.
¿Por qué hay mujeres que atraen y a quienes les gustan los hombres que las
tratan con desprecio, con vulgaridad?
Para hacer memoria, el incre-

¿Estar con ese hombre o esos hom- mento de vida es ir por la co-
bres te supone un incremento de rriente de la vida, no ponerle obs-
táculos y para entendernos, es
vida?
disfrutar de la vida intentando ir
siempre a mejor.
¿Qué significa “lo mejor” desde donde yo comunico? Con un ejemplo basta.
Si estás en un lugar donde huele mal, bastante mal y resulta que hay una
puerta abierta desde la cual, atravesándola, pasas a una estancia donde
percibirás el aroma que más te gusta y que te da paz, haciéndote sentir
bien. ¿Atravesarías la puerta? Yo creo que sí. El mal olor a veces se torna
insoportable, provocando incluso en algunas personas, mareos y vómi-
tos.
Entonces, habiendo explicado lo que yo entiendo como “ir a lo mejor” con
este ejemplo, te hago otra vez la pregunta.
¿Estar con ese hombre o esos hombres te supone un incremento de vida?
¿Estás mejor que si no estuvieras con ese hombre?

Ruth Morales
La clave estar en que cada persona debe tener claro qué es lo que NO
quiere, dado que podría ser que algunas personas soporten el mal olor del
ejemplo como un aprendizaje en la vida para hacerse más fuertes o tal
vez, para pagar una deuda con la vida que arrastran con culpa y sufri-
miento por algo mal hecho en el pasado. O tal vez, porque ese mal olor no
lo pueden oler pues nacieron sin esa capacidad de oler y la vida les ha ido
dando la razón, dándole experiencias malolientes que ellas no pueden
percibir.
Ahí está la clave.
El incremento de vida y para que esta te dé de lo Bueno, lo Mejor está en
entender que hay cosas mejores que las buenas y estas buenas son opuestas
a lo que te hace sentir mal o a lo que no deja que te muevas de donde estás,
permaneciendo durante años tras años en la misma situación, con los
mismos patrones de sufrimiento y aburrimiento, sin ganas de vivir y con
una apatía como envoltorio.
Para acabar, hay hombres excelentes, más de lo que nos imaginamos,
quienes solo pueden tratar con mujeres que vayan en pos de un incremento
de vida. Esa unión en compañía, sea amistad, laboral o de otra índole, es
perfecta, pues el placer es mutuo, convirtiendo este en una rueda que da
vueltas gracias al movimiento emocional del incremento de vida.
Es estar en la corriente del bienestar. Y por eso, tú tienes que escoger
siempre de lo bueno, lo mejor, incluso cuando se trate de hombres, es más,
precisamente cuando se trate de compañía.
Pero tú tienes que apreciar lo mejor de la vida y eso solo lo puedes hacer
con el conocimiento de que hay cosas buenas y que fueron creadas para
que las disfrutes y no para que las critiques, como si eso estuviese fuera de
tu escenario o no fuese real.
Es tan real como que tú estás leyendo esto ahora mismo.
Por supuesto que la misma premisa se aplica a los hombres. Dedicaré un
artículo a ellos, en el mes de febrero.
Gracias por tu disfrute y por tus ganas de incrementar tu vida.

Ruth Morales
Educando a nuestros hijos en “De lo Bueno, lo Mejor”
Las personas venimos al mundo creyendo que estamos ante un peligro

constante y es por eso por lo que enseñamos a nuestros hijos a contentarse
con lo vulgar o escaso, no vaya a ser que haya un cataclismo mundial y nos
quedemos sin nada y entonces, nuestros hijos no sobrevivan.
Este tipo de pensamientos es el que hace que vivamos una vida ya prepara-
da para servir y trabajar para otros, para quienes no piensan así y basada
en el miedo.
Si damos a nuestros hijos de lo bueno, lo mejor, les estaremos enseñando
la elegancia que la vida nos da camuflada en formas varias, con lo que
nuestros hijos estarán en la abundancia, lo que significa que atraerán
abundancia en su vida, en forma de amistades, dinero y otras situaciones.
Llama a esta elegancia Dios o llámala “ser mejor persona” porque una bue-
na persona quiere lo mejor para ella y para los suyos porque es conocedora
de que esto es contagioso, con lo que con ese sentimiento estará provocan-
do mejora en el mundo, al menos en su entorno.

Ruth Morales
Partimos de pensamientos erróneos.
He aquí algunos ejemplos.
Pensamiento de escasez que atrae escasez: “Enseño a mis hijos

a coser sus botones y a hacerse la comida porque, el día que se
vayan de casa, tendrán que valerse por sí mismos.”
Pensamiento de abundancia que atrae abundancia: “Enseño a

mis hijos a coser sus botones y a hacerse la comida para que
disfruten de sentirse útiles aunque nunca tengan que hacer
uso de ello.”

Ruth Morales
Anécdota personal. Un hecho real.

(Aplicando de lo Bueno, lo Mejor)
Un día, una amiga me comentó lo siguiente.

“De pequeña yo cocinaba en casa, me gustaba y además, aprendí a hacer
comida para todos, lo cual ha hecho que hoy ahorre dinero por esta ra-
zón. Como mis padres salían temprano a su empresa, la cual les quitaba
todo el tiempo del mundo, yo cuidaba de mis hermanos pequeños y supe
llevar una casa desde temprana edad.
Esto me sirvió para que, unos años más tarde, pudiera cuidar a mi abuela
anciana más sus dos hermanas, también mayores. Las atendí hasta que
fallecieron.
¡Menos mal que aprendí a llevar una casa desde pequeña porque si no, no
habría podido cuidarlas!”
Y yo le contesté lo siguiente:
“Pues imagínate lo bien que te habría venido si no hubieras sabido hacer
nada de eso”.
Ella se quedó callada y me dijo que acababa de tener una certeza.
“Mientras yo estuve esos años cuidando a mi abuela y a sus hermanas, mi
hermana viajaba por el mundo, justo la que no sabe hacer nada de la ca-
sa”.
Con este ejemplo, no quiero decir que “no haya que ayudar a los demás”.
Solo he querido decir que a esa persona le ocurrió eso porque partió de la
escasez, de lo corriente, lo peor. Si hubiera aprendido lo que aprendió para
darse cuenta de que la vida es disfrutable a todos los niveles, habría cuida-
do a su familia pero vigilando desde arriba cómo lo hacen otros, pues a esa
familia le sobra el dinero como para haber contratado enfermeros y demás
cuidados.

Ruth Morales
Pero mi amiga no podía verlo, estaba programada para otra cosa y vio en
esa situación una señal para ella dar lo que tenía y lo que sabía y unió el
hilo conductor de su infancia con esa situación.
Sin embargo y esto es tan cierto como que ella misma puede contarlo, en
cuestión de seis meses, su actitud cambió y hoy vive buscando siempre el
disfrute porque tuvo la comprensión que se transmuta en valentía de dar la
vuelta a la vida y de no atender a lo que el resto de su entorno pensaba de
ella. Aguantó las críticas porque, en ese momento, ella ya se encontraba en
un estado por encima de ellas.
Esto es un hecho real.
Lo natural es que el ser humano tienda hacia el incremento de vida.

Lo común es que lo rechace por imitación generacional.
Cuando un ser humano va en contra del incremento de vida, es cuando
comienzan las distorsiones que se manifiestan en conflictos y en problemas
sociales y del entorno que hemos heredado y que dejamos en herencia, los
cuales todos pagamos en calidad de víctimas, a fin de cuentas.
Esto es lo que abunda en la realidad, el escoger de lo corriente, lo peor,
porque lo contrario, es pecado.

Ruth Morales

Historias
El niño que preguntó

Historias. El niño que preguntó
Ruth Morales
El niño que preguntó

El espejo
Ariel se despertó del sueño lentamente. Fue tan lentamente que en un

instante convivió en ambos escenarios, el del sueño y el del despertar. Hizo
esfuerzos estirando su cuerpo para poder recobrar la cordura y volver a la
realidad. En ese tiempo, se acordó de la pregunta que le hizo la señora y se
acordó de la respuesta, pero ambas se desvanecieron de su cabeza y ya no
las pudo recuperar.
Una vez despierto, pudo comprobar que se sentía muy bien y que había
recobrado el ánimo que siempre le había caracterizado. No le dolía nada, ni
siquiera el cuerpo, el cual había estado haciéndole temblar durante no sabe
cuántas horas, que le supieron a años, en las que seguramente deliró, como
le había pasado siempre cuando tenía fiebre alta.
En cambio, notó algo diferente. La sensación de su cuerpo era liviana, co-
mo si no pesara mucho y pensó que seguramente habría adelgazado y que a
él, siendo un chico delgado, se le notaría mucho.
Se incorporó con la intención de levantarse inmediatamente y descubrir
dónde estaba, cómo había llegado hasta ahí y sobre todo, si realmente esa
señora era la sabia anacoreta o si ella se estaba haciendo pasar por una sa-
bia anacoreta.
Anduvo unos pasos por el habitáculo en el que se encontraba, en busca de
la señora que lo rescató, así como en busca de un espejo para mirar su as-
pecto y fue en esa búsqueda en la que comprobó que estaba dentro de una
casa. Esta tenía paredes de piedra, pero también tenía paredes de madera,
justo como la casa que se estaban aún construyendo su madre y Luis, ya
que ellos vivían en una parte ya habitable de su vivienda, pero había otra
parte que estaba todavía en fase de construcción.
Pero esta casa, si eso fuera una casa, era diferente.
No olía a nada, no tenía ni frío ni calor y no se oía nada.

Ruth Morales
Ariel se acordó de que Luis, la pareja de su madre, le había comentado que

la piedra aísla del frío y del calor, de ahí las cuevas en donde se refugiaban
nuestros antepasados. Sin embargo, Ariel sintió una sensación nueva, dife-
rente, como que en ese lugar nunca había habido temperatura, algo absur-
do para él, que le hizo sonreír para sus adentros.
Recorrió la casa y vio una estancia que seguramente hacía de cocina con
todo lo necesario, aunque humilde, para hacer una buena comida. En lugar
de electricidad, había troncos de árboles que seguramente la señora los
usara para hacer fuego y calentar la comida.
Se dirigió al fregadero o a un hueco que hacía de fregadero y comprobó que
el grifo de agua no era un grifo sino un tubo que salía de entre las piedras
de la pared. Le vino a la memoria los caños que su madre había comprado
a unos lugareños del pueblo para poner en su casa en lugar de los grifos
convencionales. Pero ella no lo hacía por decorar la casa con diseño cam-
pestre, que era lo que era su actual hogar, sino porque solamente quería
usar objetos naturales, los que no son fabricados por las industrias.
“¿No será lo mismo? Eso que fue natural vino de algún sitio puesto que
antes, ni siquiera tendrían caños pues no había baños y seguro irían a un
arroyo o río a llenar cubos de agua o a lavarse la cara, como hice yo
mismo en el río”. Pensó Ariel en su cabeza.
“Así es Ariel”. Dijo una voz detrás de él.
Ariel se volvió de manera brusca y ahí estaba, en pie y tras él, la señora, le-
yendo sus pensamientos.
“¿A qué se refiere”. Dijo Ariel asombrado pero con una ausencia de miedo
que hasta miedo le dio.
Ella sonrió acercándose a él.
“A que lo que has pensado es lo más justo que se ajusta a la realidad. Tu
madre piensa que eso es un material natural, en tanto quienes los fabri-
caron antaño no lo vieron natural sino una necesidad que cubrir. Lo
mismo que ocurre ahora”.
Ariel se quedó inmóvil y pensativo.
“Entonces, ¿ese caño qué es? ¿No es de un material natural?”, preguntó.

Ruth Morales
“Tendríamos que ponernos de acuerdo tú y yo en qué es natural y qué no

lo es”.
Ariel frunció el ceño, tratando de entender, pero rechazando esa explica-
ción.
“Quiero decir que para tu madre, hoy ese material es natural porque lo
compara con los grifos modernos, hechos de una aleación de metales y
demás materiales. Para ella, eso está lejos de lo natural”.
Calló un momento para dar tiempo a Ariel a que pensara.
“Y para quienes hicieron ese caño hace muchos años, quizás sintieron que
estaban violando la naturaleza, por lo que el caño no era tampoco natu-
ral. Para ellos, lo natural era el río, como bien has pensado, o un salto de
agua que viniera de la montaña. Para tu madre no es el río, es el material
que sustituye al rechazar la aleación de metales de los grifos modernos”.
“Entonces, ¿quién tiene razón? Preguntó Ariel un tanto precipitado.
La mujer sonrió.
“No hay ninguna razón. Las dos cosas son razones. Esto quiere decir que
ninguna de las dos cosas es verdad”.
Antes de que Ariel fuera a replicar, la señora le preguntó si quería seguir
viendo la vivienda. Ariel asintió un tanto desconcertado.
La mujer le mostró todo y, aunque a la vista era una vivienda humilde, te-
nía lo necesario para vivir. A Ariel, lo que más le sorprendió fue la ausencia
de un baño.
Tenías que salir fuera a ducharte y a hacer las necesidades.
“¿Cómo es posible que no haya baño?”. Exclamó preguntando Ariel.
La señora siguió caminando para dirigirlo a algún lugar mientras le res-
pondía, al abrir una especie de puerta y salir al exterior, momento en el que
Ariel se dio cuenta de que no había salido fuera desde que llegó.
“¿Para qué tener un baño si es mejor que cada cosa vaya a su sitio?”.
Ya estaban fuera y lo que Ariel vio no lo pudo expresar en palabras.

Ruth Morales
Era como un paraíso verde y azul, árboles, luz, sonidos lejanos, paz, inti-
midad y, al mismo tiempo, se sintió acompañado por todo ese escenario.
De repente, se sintió acompañado por mucha gente pero no había nadie
alrededor.
“Tienes todo el sitio del mundo para hacer tus necesidades”. Le mostró la
mujer.
“Y, cuando haga frío, ¿también hay que salir fuera?”
“Aquí no hace ni frío ni calor”, contestó la señora.
“Entonces, si no hace ni frío ni calor y tampoco no hay nada natural ni
nada no natural, no hará falta hacer pis, jaja”. Rio Ariel asombrado ante
la vista que tenía ante sí.
La mujer sonrió en señal de asentimiento pero no pronunció palabra algu-
na.
Después de un silencio en el que ambos contemplaban el paraje, Ariel miró
a su alrededor, en señal de que buscaba algo.
“¿Y la ducha?”. Ariel miraba alrededor en busca de agua.
“Ven, acompáñame”. Dijo la señora.
A Ariel le encantaba el agua. Nunca reprochó las duchas, como otros niños
y siempre le gustó bañarse en el mar, piscinas e incluso ríos. Con tal de que
hubiera agua, ya valía la pena probarla y mojarse en ella.
Justo en un lateral de la casa, entre dos grandes rocas por donde entraba
un rayo de sol continuamente, caía un agua que no estaba ni fría ni calien-
te, un caudal de agua hermosa y cristalina, que hacía de espejo.
Ariel se acordó súbitamente del espejo.
“¿Y el espejo?”. Gritó, como si en ello se le fuera la vida.
“No tengo”. Contestó ella. “Cuando quieras verte, sal fuera y mira el agua.
Ahí te verás”.
Antes de que ella acabara su explicación, Ariel ya se miraba en el espejo del
agua cristalina que caía de manera fluida, rápida pero no brusca, en donde

Ruth Morales
se vio el semblante y pudo comprobar que no había adelgazado, que seguía

teniendo la misma cara, sin ningún rastro de heridas en ella.
A Ariel le quedaba un mes para cumplir los nueve años cuando supo que se
mudaría al campo. Sabía que sus padres estaban en trámites de separación,
ellos mismos se lo habían dicho. Pero ese día, mientras hacía la lista de los
amigos a quienes iba a invitar a su fiesta, oyó la conversación que sus pa-
dres mantenían en la cocina.
El corazón le dio un vuelco. Se levantó repentinamente y se dirigió a la co-
cina.
Sus padres se sorprendieron al verlo venir.
“No quiero irme a vivir al campo”. Les dijo.
Su madre se levantó y lo abrazó, mientras su padre se quedaba en pie, mi-
rando la escena y sin saber qué decir. Su madre miró a su padre y le hizo
una seña.
“Ven conmigo”. Y se lo llevó a su habitación.
Una vez allí, su madre le habló.
“Ariel, sabes que papá está enfermo y también sabes que ya nos habíamos
separado”. Tú no puedes quedarte con papá aquí, él no puede cuidarte.
Para ti, para Elena y Santiago será mejor el campo, donde tú, que eres el
mayor y ya te estás haciendo grande, puedas hacer lo que quieras.”
“Yo puedo quedarme con él mamá. Voy a cumplir nueve años y tú siempre
me has dicho que parezco mayor”. Gritó Ariel desesperado.
Su madre volvió a abrazarlo fuertemente mientras le acariciaba la cabeza.
“Algún día lo entenderás.”
En ese momento, Ariel vio a su padre en la puerta de su habitación. Los dos
se quedaron mirando el uno al otro pero su padre no habló. Ariel quiso de-
cirle algo pero las palabras no le salieron de su boca. Él quiso que su padre

Ruth Morales
lo defendiera, necesitaba que su padre le dijera a mamá que él podía hacer-

se cargo de Ariel pero ningún sonido salió de su boca.
Esa fue la última vez que vio a su padre pues, dos meses más tarde, ellos se
fueron al campo a vivir, recién estrenados los nueve años.
Un mes antes de la mudanza, justo el día antes de su cumpleaños, papá
moría sin haber pronunciado una palabra.
Ese silencio era lo que Ariel no soportaba, el mismo silencio que oía en la
casa de campo y que lo hacía despertar de noche, gritando.
“¿Cuántos años tienes?”. Le preguntó la mujer sacándolo del embrujo del

espejo del agua cristalina.
Ariel se volvió hacia ella.
“Diez”. Contestó.
Ella le tomó del brazo para llevarlo de vuelta a la vivienda.
“Entonces tienes muchas cosas que contarme”. Le comentó sonriendo.
“No. No tengo casi nada que contar”. Contestó Ariel muy seguro mientras
se adentraban en su habitación.
Se sentó en el camastro.
“¿Seguro?”
Ariel miró hacia abajo para luego elevar la cabeza y mirando a la señora, le
dijo.
“Seguro. Lo que tengo son muchas preguntas que hacerle, aunque no sé si
usted es en verdad la sabia anacoreta que tiene todas las respuestas a to-
das las preguntas”. Contestó Ariel con determinación.
La mujer volvió a sonreír.
“Y ¿qué importa eso? Si tú tienes preguntas, significa que buscas respues-
tas, con lo que cualquier respuesta será la correcta”.

Ruth Morales
A partir del próximo mes de febrero del 2018, se inaugura este espacio
en donde Ruth Morales ofrecerá emisiones así como eventos audiovi-
suales de manera periódica a todos aquellos interesados en esta nueva
mirada de la realidad: la comunicación desde el instinto.
Desde este espacio, su creadora dará a conocer lo que se viene a llamar

Práctica C~instinto, que da cabida a cualquier ámbito de la vida, desde
temas de la mujer, hombre, sexualidad, empresas, hijos, códigos de ex-
celencia, demás situaciones y cuestiones de la vida cotidiana en donde
el participante obtendrá claves para poder vivir esta vida por encima de
ella.
Como sabes, C~instinto no está en el ámbito de la ciencia y de ahí su

singularidad, lo cual no significa que sea nuevo pero sí novedoso.
Esta comunicación subyace en la realidad desde que el ser humano exis-

te pero ha sido tapada por las corrientes que se han ido sucediendo a
través del tiempo.
Gracias y esperamos verte con Ruth Morales en el Espacio C~instinto.
La información para ingresar en dicho espacio estará en breve publicada

tanto en www.cambioderealidad.com como en la cuenta de Facebook
de Cambio de Realidad.

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Actualmente, la revista se distribuye en to-

dos los países de habla hispana, llegando a
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Ruth Morales es la creadora de Cambio

3 © 2017 Ruth Morales

Unas notas para esta 3ª revista .................................................................. 6

La Era de los Idiotas

Comunicación desde el instinto

4 © 2017 Ruth Morales

Alicia y su libreta de conflictos

5 © 2017 Ruth Morales

Unas notas para esta 3ª revista

Ruth Morales, enero 2018.

Queda un mes para que la siguiente revista esté lista.

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8 © 2017 Ruth Morales

El dinero no tiene un camino

Es cierto que si te dedicas, por ejemplo, a la activi-

Pero estos pasos y guías no te aseguran que siempre funcionen, correspon-

El mismo ejemplo de la actividad inmobiliaria es aplicable a cualquier otra

© 2017 Ruth Morales

Los porqués que nunca serán

¿Por qué hay promotores inmobiliarios que se hacen millonarios y siguen

¿Por qué hay promotores inmobiliarios que no llegan a generar dinero,

© 2017 Ruth Morales

¿Por qué hay personas que se mantienen en un flujo de dinero constante

¿Siguen estos porqués una secuencia

Aquellos lectores identificados con la pre-

¿Por qué hay personas que generan mucho dinero de-

© 2017 Ruth Morales

Esa causa no existe.

No todo en esta realidad responde a la premisa de CAUSA-EFECTO

Que levante la mano el primero.

Es al revés, en muchos casos estas personas pierden mucho dinero en lugar

Y estas, en lugar de pararse a ver dónde está la clave, siguen estudiando, a

© 2017 Ruth Morales

humanos es reconocer que hemos perdido dinero cuando habíamos apos-

O, tristemente, abandonan toda lucha con el fracaso en las

@Ruth Morales wwww.cambioderealidad.com

¡Y bien cierto que es eso!

El dinero va al dinero, es como un imán muy potente, por eso, el que lo

Es una cuestión mucho más sencilla que esto.

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corrientes fuertes frente a la quietud, lo que hace que el movimiento que

El dinero es movimiento y en esta realidad, este movimiento se traduce en

Sin actitud no hay nada, pues no hay

Ese es el movimiento del agua.

Esa es la actitud que el dinero necesita para que te llegue.

© 2017 Ruth Morales

El que genera dinero lo sabe aunque sea de manera instintiva. En cambio,

Siempre he dicho y seguiré diciendo que el secreto mejor guardado es el

No es que no se entienda, es que no se tiene la actitud de entender.

Y la actitud, ¿cómo se consigue? Yo siempre respondo:

Lo que está a la vista, no se ve

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LA PREGUNTA MÁS SIMPLE

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El ser humano ha ido desarrollándose a lo largo de la historia con un

¿Te has preguntado alguna

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