Sei sulla pagina 1di 8

RESEÑAS

Ofelia Becerril Quintana. ¡Soy un A nuestro entender, esta obra


tunante, cual loco caminante! Trans- sobre la migración temporal de jor-
migrantes mexicanos en Cana- naleras y jornaleros mexicanos a
dá contendiendo por el género, la Canadá presenta un triple interés.
sexualidad y la identidad. El Colegio En primer lugar, la investigadora
de Michoacán, 2011, 422pp. aborda una vertiente de la migra-
ción mexicana transnacional poco
tratada a partir de un trabajo de
campo en una pequeña localidad de
la provincia de Ontario. Otro pun-
to de interés es el desarrollo de una
Bruno Lutz1 perspectiva de análisis que asocia
género, trabajo y migración con el
Cada año son más. Cada año son propósito de explorar la multidi-
más, pero muy pocos saben de ellos. mensionalidad de la movilidad la-
Desde 1973, hombres y mujeres del boral femenina. Finalmente, la obra
medio rural viajan a Canadá para ¡Soy un tunante, cual loco caminante!
trabajar allí. Tienen su documen- es apenas el segundo libro publica-
tación migratoria en regla: el go- do en español sobre el Programa de
bierno de ambos países se encarga Trabajadores Agrícolas Temporales
de controlarlo todo y a todos. Ac- a Canadá (ptac), después de Rumbo
tualmente, son alrededor de 16 000 a Canadá, escrito en 2004 por inves-
connacionales los que abandonan tigadores de Puebla y Tlaxcala.
sus hogares para laborar en gran- Además, Ofelia Becerril desa-
jas foráneas por una duración de rrolla un enfoque integral sobre los
hasta ocho meses. Inspeccionados y migrantes legales a Canadá para
vigilados antes, durante y después inves­tigar cómo construyen su vida
de su estancia en Canadá, los jor- cotidiana a pesar de la precariedad
naleros mexicanos sólo buscan in- de sus contratos y de las discrimi-
gresos para su familia. Son la mano naciones institucionales, raciales y
de obra morena que tiñe el campo sexuales. Dice la autora: “Mi argu-
canadiense; mano de obra flexible, mento es que las y los trabajadores
barata y experta al servicio de la han desarrollado nuevas formas
economía de aquel país. de sexualidad y han transformado
sus identidades como resultado de
1
Profesor-investigador del Departamento su experiencia migratoria en Ca-
de Relaciones Sociales de la Universidad nadá. Esto ha sucedido a pesar de
Autónoma Metropolitana-Xochimilco.

257
RESEÑAS

la aplicación cotidiana de técnicas Una ínfima minoría de los in-


disciplinarias, de políticas restricti- tegrantes del ptac son mujeres. La
vas laborales y de normas de con- mayoría de los patrones canadienses
trol del cuerpo y de la sexualidad opina que los hombres son capaces
instrumentadas en las empresas y de mayores esfuerzos físicos y de
las comunidades canadienses” (p. resistir a las jornadas de un trabajo
47). Plantea que los reclamos por el extenuante, no obstante asignan a
respeto de sus derechos humanos las jornaleras tareas especializadas
y laborales, junto con la libre ex- que requieren precisión y delica-
presión de sus sentimientos y pul- deza como la cosecha de las fresas,
siones amorosas, forman parte de por ejemplo. Esta división sexual del
una lucha cultural. En su trabajo trabajo responde a sesgos de géne-
de campo realizado en Leamington ro que vienen reforzando criterios
—ciudad fronteriza donde se con- empresariales de productividad.
centran los más grandes producto- Básicamente, las trabajadoras mexi-
res de tomates de Canadá y los más canas y jamaiquinas laboran en las
grandes invernaderos de América agroindustrias hortofrutícolas y de
del Norte—, entrevistó a mexica- flores de invernadero ubicadas en
nos y autóctonos, trabajadores, co- Ontario, Québec y Columbia Britá-
merciantes, activistas y responsables nica. Son circuitos bien definidos y
institucionales. El hecho de residir controlados “los cuales correspon-
en esa localidad durante un año le den a los tiempos, la cantidad y ca-
facilitó acumular una gran riqueza lidad de la mano de obra mexicana
de información que supo explotar que requieren los empleadores para
con talento. Esta obra permite com- la producción y cosecha de los cul-
prender mejor cómo la transnacio- tivos agrícolas” (p. 63). A lo largo
nalidad se ha convertido para las de numerosos cuadros, la autora
y los subalternos en una ubicuidad esboza el perfil sociodemográfico
laboral y cultural. Es la construcción de las y los jornaleros, sus lugares
de un puente arriba de las fronte- de origen y destino, el tipo de acti-
ras, los modos de vida y las razas. vidad agrícola, la duración prome-
Ser migrante transnacional suele dio de sus contratos, el número de
constituir un acto de resistencia a dependientes económicos, etcétera.
los nacionalismos excluyentes, una La cuantificación de la información
forma desafiante de ser-en-el-mun- oficial correspondiente a la primera
do para los trabajadores de ambos mitad de la década del 2000 permite
sexos. dimensionar diferentes aspectos del

258
RESEÑAS

trabajo agrícola mexicano en Cana- deletéreas sobre la organización la-


dá. Asimismo, Becerril nos enseña boral y el rendimiento laboral de los
que el perfil de la jornalera es ser novios. Validada por los gobiernos
jefa de hogar —separada o divorcia- de México y de Canadá, la estrate-
da en la gran mayoría de los casos—, gia de los agroempresarios consiste
tener entre 25 y 33 años, y poseer en fragilizar psicológicamente al tra-
7.7 años de estudios en promedio. bajador y la trabajadora. Tal como
Tal vez un análisis longitudinal de lo manifiestan los patrones, labor y
mayor alcance permitiría confirmar amor no van juntos. Éstos defienden
ciertas conclusiones, precisando el un individualismo de corte capitalis-
carácter étnico y de género de algu- ta enmarcado por la falta profesio-
nas labores. En todo caso, la separa- nal, por un lado, y la culpa moral,
ción de hombres y mujeres autoriza por el otro. De ahí el empeño de
los patrones para asignarles tareas los granjeros miembros de las orga-
específicas en el proceso productivo nizaciones farmers y fermers para,
de estas granjas altamente tecnifica- permanentemente, promover divi-
das. Esta separación se extiende a siones y competencias. Estas dos no-
los espacios de vida e incluso a las ciones son claves para conseguir un
actividades permitidas o no duran- aumento progresivo del rendimien-
te los descansos. Si bien existen di- to a la par de una creciente sumisión
ferentes grados de control de una entre los trabajadores. Esta insacia-
granja a la otra en función de su ble voluntad de hacer trabajar res-
tamaño y del “humanismo” del pa- tringe el ocio y condena el placer.
trón, esta vigilancia panóptica de Son muchas las divisiones crea-
los farmers busca controlar el tiem- das intencionalmente o no por los
po y las actividades de la mano de empleadores. Asimismo, existe una
obra extranjera. Para ese fin, éstos clara distinción de trato entre los tra-
suelen elaborar reglas tópicas para bajadores canadienses, mennonitas,
disciplinar aún más severamente a mexicanos, caribeños y guatemalte-
los trabajadores de ambos sexos y cos. La nacionalidad y la raza prede-
evitar noviazgos. La formación de terminan los puestos ocupados, y por
parejas no solamente fragiliza las ende el salario.2 El conocimiento del
tácticas institucionales que buscan
asegurar la vulnerabilidad de los 2
Al respecto, cabe señalar que no hay in-
jornaleros —condición sine qua none formación de las y los trabajadores en
de su disciplinamiento y sumisión—, cuanto a su pertenencia o no a una etnia,
sino que puede tener consecuencias ni si habla un idioma vernáculo además
del español. En todo caso, las autorida-

259
RESEÑAS

inglés o del francés permite a algunos racterísticas” (p. 135). Esta sedimen-
pocos fungir como intermediarios y, tación de múltiples distinciones se
a veces, ascender como capataces. va actualizando de forma constante
Están también quienes son pagados merced al control sistemático de los
a destajo y quienes son pagados por tiempos y de la productividad. Es el
hora, quienes tienen un contrato de trabajo el que articula todas las dife-
ocho meses —los más afortunados— rencias.
y los que trabajan menos tiempo; los Sobre la racialización del traba-
“suertudos” que alcanzan a tener do- jo, los patrones canadienses miden
ble con­trato trabajando en una farma el desempeño promedio de los tra-
en la mañana y en otra en la tarde; bajadores según su nacionalidad, los
los nominales, nominales alternati- comparan, los hacen competir entre
vos, los seleccionados y los de reser- ellos y, sobre esta base, construyen
va. Al margen de los integrantes del estereotipos raciales. La investigado-
ptac está la mano de obra de los paí- ra entrevistó a un jornalero mexica-
ses del sur subcontratada localmente no quien le dijo: “El patrón nos dijo
para trabajar de manera ilegal. Hay que había contratado a trabajadores
los trabajadores que laboran a la in- jamaiquinos para ver quien es mejor
temperie y los que se desempeñan trabajador, pero nunca nos vamos a
en invernaderos, hay quienes reali- comparar los mexicanos con los ja-
zan tareas difíciles y peligrosas (ro- maiquinos. Los jamaiquinos nunca
ciar agroquímicos o cosechar justo serán mejores trabajando que no-
después de esta operación fitosanita- sotros” (p. 311). Este recelo se pue-
ria) y otros que trabajan con menos de manifestar en actitudes que van
incomodidades físicas. “La demanda desde la indiferencia hasta la franca
de fuerza de trabajo diferenciada hostilidad y el racismo —como el
por género, raza y estatus migrato- hecho de llamar despectivamente
rio es decidida bajo criterios arbitra- “menonas” a las trabajadoras men-
rios, por los granjeros que participan nonitas y “negros” a los caribeños—.
en el programa, quienes requieren a En cierto número de agroindustrias
un trabajador migrante con distintos el alojamiento de la mano de obra
tipos de habilidad, experiencias y ca- se divide en la casa de las mujeres,
la casa de los hombres y ésta incluso
des mexicanas, cumpliendo con una re- suele dividirse en una parte para los
comendación de farmers para evitar que mexicanos y otra para los jamaiqui-
los trabajadores se organicen, envían a nos. Aunque el idioma representa
distintas granjas a los miembros de una una barrera a la comunicación in-
misma familia, o de un mismo poblado.

260
RESEÑAS

terracial, Ofelia Becerril fue testigo “Los accidentes por atropellamiento


de marcas de simpatía entre trabaja- de los trabajadores mexicanos que
dores de diferentes nacionalidades recorren con su bicicleta varios kiló-
que se conocían y reconocían por metros de distancia de las granjas a
haber trabajado en la misma granja los centros urbanos, se han conver-
en temporadas anteriores. La con- tido en un problema social” (p. 146).
dición de explotados puede llegar a La ebriedad de los ciclistas —uno
conformar un común denominador fue encontrado zigzagueando en la
susceptible de solidaridad. autopista— es también una fuente
Interesante es leer en ¡Soy un de inquietud por parte de la pobla-
tunante, cual loco caminante! la im- ción local, la cual alimenta genero-
portancia de la bicicleta para los tra- samente su xenofobia. El racismo
bajadores agrícolas y la función social se manifiesta en el manejo agresivo
que adquirió este medio individual del automóvil cerca de los ciclistas de
de transporte. Las fotos del estacio- piel morena o negra, insultándolos,
namiento de la iglesia St Michael golpeándolos, robando su bicicleta
muestran centenares de bicicletas e incluso atropellándolos volunta-
paradas y diversas anécdotas narra- riamente. En esas zonas agrícolas de
das por la autora dan testimonio de Canadá la bicicleta traiciona la con-
su uso generalizado por parte de dición social y migratoria del usua-
los jornaleros. Las distancias de las rio. Símbolo de libertad para unos y
granjas al poblado más cerca van ge- estigma de su condición de jornalero
neralmente de 5 a 20 km —aunque de piel oscura para otros, la bicicleta
hay farmas alejadas hasta 150 km del es objeto de todas las convoitises.
primer pueblo—. En Leamington, Además de indagar las formas de
andar en bicicleta es sinónimo de li- racismo, la investigadora se interesa
bertad, descanso y convivialidad. Po- también en el sexismo que posicio-
cas mujeres las usan o bien porque na sistemáticamente a las jornaleras
prefieren quedarse a descansar en la extranjeras en un rango inferior. No
granja o bien porque las encuentran solamente los patrones asignan a las
incómodas e inconvenientes para su mujeres tareas desvalorizadas “con-
género. Cabe señalar también que la forme a su género y morfología” en
estrechez de los caminos rurales, la el marco de una explotación capita-
poca visibilidad de los ciclistas de no- lista de corte paternalista, sino que
che, la falta de casco de protección y entre los propios trabajadores exis-
la circulación de automovilistas em- te una marcada distinción sexual
briagados constituyen serios peligros. entre hombres y mujeres. La subre-

261
RESEÑAS

presentación del género femenino hombre trabaja temporalmente en


en el ptac, apenas 4% del total de la Canadá mientras que su esposa se
mano de obra migrante, explica el encarga de los hijos en México. A di-
cortejo/acoso al cual son sometidas ferencia de la autora, podemos afir-
permanentemente las trabajado- mar que las pulsiones sexuales de
ras. Algunas aceptan enamorarse las y los migrantes no lo es todo en
por afinidad y porque buscan a al- el proceso de refuncionalización de
guien que las pueda proteger de los su identidad sino que, más amplia-
demás hombres. Existe una amplia mente, los sentimientos de afecto y
gama de relaciones amorosas en es- amor constituyen una fuerza que los
tas zonas rurales donde conviven jornaleros de ambos sexos reapren-
muchas culturas. Los noviazgos son den a encauzar. Dibujos, poemas,
furtivos o declarados, estacionales o canciones, las ritualizadas llamadas
permanentes, entre parejas de cote- de teléfono a su casa, los bailes y
rráneos o entre hombres y mujeres los encuentros con mujeres de di-
de diferentes nacionalidades. Es de ferentes condiciones socioculturales
notar que la unión de hombres de son expresiones diversas del mismo
piel oscura con mujeres canadien- sentimiento de amor y añoranza. La
ses es muy mal vista por los autóc- vida íntima de las entrevistadas (que
tonos quienes, ciertamente, temen Ofelia Becerril no logró escrudiñar
perder la autoridad patriarcal que debido a la negación de las entrevis-
les confiere su sexo, como ver en el tadas) no es un elemento indispen-
mestizaje una degeneración de la sable para entender la búsqueda
raza. A pesar de la existencia no es- natural de un poco de calor huma-
crita de ese tabú racial, hay quienes no por quienes son explotados labo-
buscan casarse con una canadiense ralmente. La convivencia amorosa
y establecerse en ese país, después es tal vez la forma más elegante de
de haber sido abandonado por su resistencia de los subalternos.
esposa. Es que la vida conyugal de Hemos visto que los dominantes
una pareja separada por miles de —en el caso que nos concierne, los
kilómetros durante largos meses, patrones organizados y los gobier-
no es fácil. Numerosas son las ten- nos mexicano y canadiense— han
taciones y más aún las dudas sobre desarrollado estrategias de someti­
la fidelidad de uno y del otro. Es la miento de los trabajadores para op-
confianza cimentada en la relación timizar su rendimiento, al mismo
matrimonial estable la que pue- tiempo que aplacar anticipadamen-
de salvar a esas parejas donde el te sus veleidades de inconformidad.

262
RESEÑAS

Como bien lo escribe la investigado- trones), y requerir la asesoría de los


ra: “La experiencia de vivir en per- sindicatos y las organizaciones de
manente temor a ser repatriados o la sociedad civil. Al respecto, cabe
deportados, a no ser nombrados por mencionar el caso del South Essex
el empleador para la siguiente tem- Community Council financiado por
porada, o incluso, a ser expulsados el gobierno federal canadiense y la
del programa si expresan sus que- multinacional de tomates enlatados
jas debido a la sobreexplotación; la Heinz. Este Centro Comunitario
discriminación o los abusos de po- organiza torneos deportivos entre
der que viven los migrantes mexi- jornaleros y excursiones al Niágara.
canos en las granjas, son algunos de Precisamente, es “porque no impli-
los efectos perversos de las técnicas caba ningún tipo de organización
disciplinarias canadienses” (p.191). política ni informaba acerca de los
Aunque esta administración perfor- derechos laborales o la situación que
mativa del miedo sea uno de los ejes los migrantes vivían dentro de las
rectores del principio organizacional granjas o en la comunidad de resi-
de las granjas inscritas en el ptac, las dentes” que el Centro Comunitario
y los jornaleros tienen a su alcance recibió un financiamiento extra por
opciones para resistir. Una forma parte de la empresa mexicana trans-
común de resistencia oculta se da al nacional Corona Extra. Este pro-
inicio de la temporada cuando los yecto social con los migrantes es un
trabajadores nominales experimen- rizoma de las estrategias disciplina-
tados explican a los “nuevos” cómo rias empresariales. La filantropía es
una productividad más elevada de siempre el refugio de la culpa.
algunos de ellos puede perjudicar- De la secreta inconformidad a la
los a todos, cómo trabajar en equipo queja pública existe una frontera te-
para atenuar los efectos anómicos de nue que delinea permanentemente
la competencia laboral; en suma, les el riesgo de ser repatriado a México.
enseñan cómo trabajar para cumplir Asimismo, las formas de resistencia
con los estándares de productividad individual y colectiva dependen tanto
y calidad, sin excederse. También de la gravedad de lo que denuncian
los migrantes suelen hacer circular los trabajadores como de los riesgos
información sobre los patrones y las que esta inconformidad implica. En
granjas. Algunos se atreven a pedir México como en Canadá, cuando la
ayuda al Consulado de México en víctima es humilde le ponen la más-
Toronto (que se limita básicamente cara del victimario: los papeles son
a defender los intereses de los pa- invertidos oportunamente frente a

263
RESEÑAS

una justicia con los ojos vendados. que incluye una sólida bibliografía
Los enfermos y muertos repatriados en dos idiomas y no menos de cuatro
del ptac tienen la culpa por antono- índices, da cuenta de la labor inves-
masia. El derecho de decir lo que es, tigativa de Ofelia Becerril. Asimis-
amenaza siempre las palabras de los mo, estamos en derecho de esperar
poderosos. que esta descripción de la vida coti-
Finalmente, esta obra sobre los diana de los jornaleros en Leaming-
mexicanos y mexicanas que laboran ton pueda contribuir en mejorar la
como jornaleros agrícolas tempora- suerte de los hombres y sobre todo
les en las granjas canadienses es rica de las centenares de mexicanas que,
en información de primera mano y año con año, padecen en silencio el
también en referencias de fuentes oprobio de un régimen laboral pa-
secundarias. El rico aparato crítico triarcal y racista.

264

Potrebbero piacerti anche