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Muchas veces los principios de legalidad y justicia no coinciden, porque hay situaciones
legales, perfectamente legales y que, sin embargo, pueden ser injustas. Es decir, no
siempre la injusticia de una resolución implique que ésta sea ilegal.
Básicamente los medios de impugnación contienen a los recursos, que son aquellos
reglamentados en un sistema procesal, que tienen vida dentro del mismo, por ejemplo,
los recursos reglamentados por el Código Procesal Civil para el estado de Morelos son,
la apelación, la revocación, la reposición y la queja. Son recursos porque son medios de
impugnación intraprocesales.
Hay actos jurídicos válidos y actos jurídicos que están viciados o que tienen algún
defecto o algún grado de invalidez. En materia de impugnación de actos jurídicos, no de
resoluciones, jamás se pueden intentar al mismo tiempo una acción de rescisión y una
acción de nulidad de un acto, porque serían contradictorias. Si se está empleando la
nulidad, se está sosteniendo que el acto tiene algún grado de ineficiencia, de invalidez,
que tiene alguna nulidad o alguna inexistencia. Por el contrario, si se pide la rescisión de
un acto, el mismo, en principio tiene que ser plenamente válido, pues no se puede pedir
la rescisión de un acto que esté afectado de nulidad.
Algo similar sucede en el campo del proceso. La nulidad de los actos procesales tiene,
en general, rasgos similares a los de la nulidad de los actos jurídicos. Y los recursos se
enderezan contra resoluciones válidas.
Ahora, ¿Qué debe entenderse o en qué consiste que una sentencia cause
ejecutoria? No debe confundirse el hecho de que una sentencia cause ejecutoria
con el hecho diverso de que una sentencia sea ejecutable o se ejecute; son dos
cosas distintas y que, además, no siempre tienen relación una con la otra.
Artículo 518. De los recursos que se admiten. Para impugnar las resoluciones
judiciales se conceden los siguientes recursos:
I. Revocación y Reposición;
II. Revisión;
III. Apelación; y
IV. Queja
Artículo 519. Cómputo de los plazos para interponer los recursos. Los plazos
establecidos por este Código para interponer recursos, tendrán el carácter de
perentorios y deben computarse desde el día siguiente a la notificación de la
resolución que se impugne, salvo los caos en que la Ley disponga otra cosa.
Artículo 524. Personas facultadas para interponer los recursos. Sólo las partes y
las personas a quienes la Ley conceda esta facultad pueden hacer valer los recursos
o medios de impugnación que establece este Código debiendo en todo caso
seguirse las reglas procedentes.
Estos dos recursos, son medios para impugnar las resoluciones que, en concepto
del que impugna, pueden estar mal dictadas, ser erróneas o estar apartadas o
alejadas del derecho.
El agraviado deberá interponerla ante el propio Juez Menor, por escrito en el que
expresará los motivos de inconformidad, dentro de los tres días siguientes a la
notificación de la resolución, quedando en suspenso la ejecución de esta, la cual se
reservará hasta que los autos sean devueltos por la autoridad revisora.
Artículo 528. Trámite de la revisión. El Juez menor, tan luego como reciba la
impugnación, remitirá el expediente al Tribunal Superior de Justicia y éste, dentro de
los tres días siguientes al en que lo reciba, resolverá si fue o no interpuesta en tiempo
y forma.
Artículo 531. Quiénes pueden apelar. El que haya sido parte o tercerista en
un juicio y conserve este carácter, puede apelar de las resoluciones por las
que se considere agraviado. Y los demás interesados a quienes perjudique la
resolución judicial, salvo aquellas contra las que la Ley no concede este
recurso.
No puede apelar el que obtuvo todo lo que pidió; a menos de que se trate de
la apelación adhesiva; si el vencedor no obtuvo la restitución de frutos e
intereses, la indemnización por daños y perjuicios o el pago de costas, puede
apelar en lo que a estos puntos de la resolución se refiere.
La apelación adhesiva, consiste en la posibilidad de que el ganador, no
obstante la regla de que el que obtuvo todo lo que pidió no puede apelar, sí
puede adherirse a un trámite de apelación que haya interpuesto su contrario
con objeto de que se mejoren los argumentos de la sentencia, porque aunque
el juez le haya concedido todo, encuentra que la sentencia en sus
razonamientos (consideraciones) esta falla o es endeble.
La apelación que sólo afecte parte de la resolución de que se trate, no impide que
ésta quede firme y se ejecute en lo que no fue materia del recurso.
III. Dentro de los sesenta días siguientes a aquél en que legalmente haya quedado
notificada la sentencia, cuando el emplazamiento se hubiere hecho por medio de
edictos y el juicio se hubiere seguido en rebeldía; o en cualquier otro caso en que
la sentencia se notifique por edictos.
Artículo 535. Forma de interposición de la apelación. El recurso de apelación debe
interponerse ante el Juez que pronunció la sentencia:
I. Por escrito, o
El auto que niega la admisión del recurso de apelación es impugnable mediante queja.
Artículo 536. Continuación del trámite ante el Juez. Mientras el auto de admisión, el
Juez hará saber a las partes que dentro de los diez días siguientes deberán
comparecer ante el Tribunal Superior de Justicia, el recurrente con la expresión por
escrito de sus agravios, y dará vista a la contraparte para que defienda sus derechos.
Asimismo, la obligación que tienen designar abogado y domicilio para oír
notificaciones en el lugar del Tribunal con el apercibimiento de que mientras no
cumplan con dicho requisito, aun las personales, se les harán por cédula. El auto a
que se refiere este artículo se notificará personalmente a ambas partes.
Artículo 537. De los agravios. La expresión de agravios deberá contener una relación
clara y precisa de los puntos de la resolución impugnada que el apelante considere le
lesionen; los conceptos por los que a su juicio se hayan cometido; y, las leyes,
interpretación jurídica o principios generales de Derecho que estime han sido violados,
o por inexacta aplicación o falta de aplicación.
TESIS: 1a./J. 57/2012 PRIMERA SALA SCJN REGISTRO 2001169
II. Respecto de sentencias que se dicten en juicios que versen sobre divorcio o nulidad
de matrimonio, y demás cuestiones de familia o estado civil de las personas, salvo
disposición en contrario;
IV. Con relación a autos que paralicen o pongan fin al juicio, por imposibilitar su
continuación.
IX.- Una vez recibidas y desahogadas las pruebas, si las hubiere, las partes podrán
alegar verbalmente en la audiencia respectiva, y una vez concluida, se les citará para
oír sentencia. Tendrán aplicación en lo conducente en esta audiencia, las reglas
establecidas en el artículo 500 de este Ordenamiento.
II.- Se recibirán aquellas pruebas que hayan sido desechadas en primera instancia,
siempre y cuando se hubiere apelado preventivamente y se declare procedente la
apelación;
III.- Cuando se tramiten apelaciones contra sentencias definitivas, sólo podrán admitirse al
vencido nuevas pretensiones o defensas, cuando se reclamen intereses o prestaciones
futuras devengadas con posterioridad a la sentencia de primera instancia, daños y
perjuicios supervenientes o el cambio de prestación reclamada porque la cosa objeto del
litigio haya sido destruida, u otra causa similar imposibilite el cumplimiento de la obligación
original.
IV.- Desde la notificación del auto que decide sobre su admisión, hasta la celebración de la
audiencia de recepción y desahogo de pruebas e informe en estrados, podrá admitirse la
petición de los litigantes de que la parte contraria rinda confesión judicial, con tal de que
recaiga sobre hechos que, relacionados con los puntos controvertidos, no fueron objeto
de posiciones en la primera instancia; y,
V.- Podrá aceptarse la prueba documental, pública, privada o científica, que sea de fecha
posterior; o si fuere anterior, si bajo protesta de decir verdad se declare no haber tenido
antes conocimiento de su existencia, o que no les fue posible adquirirlas en otra
oportunidad por causas que no les sean imputables, todo lo cual será apreciado
prudencialmente por el Tribunal.
I.- Se limitará a estudiar y decidir sobre los agravios que haya expresado el apelante, sin
que pueda resolver cuestiones que no fueron materia de éstos o consentidos
expresamente por las partes;
II.- Si el agravio versa sobre una defensa dilatoria distinta de la declinatoria o de las
resueltas en la audiencia de conciliación o depuración, que haya sido declarada
procedente en primera instancia y la resolución fuere revocatoria, decidiendo que debe
entrarse a estudiar el fondo del negocio, la sentencia de segunda instancia resolverá de
oficio, en su integridad, la cuestión debatida, fallando sobre los puntos materia del litigio;
III.- En caso de que la sentencia de primera instancia apelada fuere absolutoria, por
haberse declarado procedente alguna contra pretensión perentoria, si la resolución fuere
revocatoria en este punto, decidirá también el fondo de la cuestión litigiosa en la forma en
que se indica en la fracción anterior;
IV.- Si hubiere recurso o incidente pendientes, salvo los que se refieren a ejecución o
rendición de cuentas, y la sentencia decidiere el fondo del asunto, mandará que éstos
queden sin materia y ordenará su archivo, una vez que la sentencia de segunda instancia
cause ejecutoria;
VI.- En todo lo demás serán aplicables a las sentencias de segunda instancia las reglas
establecidas en este Código para las de primer grado.
No se debe de confundir este recurso de queja con la queja que funciona como
denuncia. En ocasiones los códigos procesales confieren a las partes el derecho de
“quejarse”, ante un órgano superior jerárquico, de los actos que estimen ilegales del
inferior, con objeto de que aquél imponga a este una medida disciplinaria, sin que se
afecte para nada la validez y eficacia del acto de autoridad considerado ilegal. Quejas
administrativas.
La queja contra los jueces procede aun cuando se trate de juicios en los que por su
cuantía no se admite recurso de apelación.
ARTICULO 554.- Recurso de queja contra actos de secretarios y actuarios
judiciales. El recurso de queja contra actos de secretarios y actuarios podrá
interponerse, por:
I.- Actos ilegales o irregularidades cometidas al ejecutar las resoluciones del Juez; y,
La ejecución forzosa, forzada o procesal es, pues, el conjunto de actos procesales que
tienen por objeto la realización coactiva de la sentencia de condena, cuando la parte
vencida no la haya cumplido voluntariamente.
VÍA DE APREMIO
I.- Se llevará a efecto en forma adecuada para que tenga pronto y debido
cumplimiento;
II. Sentencias sin autoridad de cosa juzgada; pero respecto de las cuales procede la
ejecución provisional, conforme a este Ordenamiento;
VIII. De sentencias extranjeras cuya validez haya sido declarada por resolución
firme conforme a este Código.
Artículo 693. Órganos competentes para la ejecución forzosa. Serán órganos
competentes para llevar adelante la ejecución forzosa de las resoluciones judiciales los
siguientes:
I. El juzgado que haya conocido del negocio en primera instancia respecto de la ejecución
de sentencias que hayan causado ejecutoria, o las que lleven ejecución provisional;
II. El juzgado que conozca del negocio principal, respecto a la ejecución de sentencias
interlocutorias y autos firmes;
III. El juzgado que conozca del negocio en que tuvieren lugar, respecto a la ejecución de los
convenios aprobados judicialmente;
IV. La ejecución de los laudos arbitrales homologados se hará por el juzgado competente
designado por las partes, y, en su defecto, por el del lugar del juicio; y si hubiere varios, por
el que corresponda, según el turno;
VI. Cuando las transacciones o los convenios se celebraren en segunda instancia, serán
ejecutados por el juzgado que conoció en la primera, a cuyo efecto el tribunal devolverá los
autos al inferior, acompañándole testimonio del convenio; y,
II. Si el hecho fuere personal del obligado y no pudiere prestarse por otro,
cuando se hubieran elegido sus conocimientos especiales o sus
cualidades personales se le compelerá empleando los medios de apremio
más eficaces, sin perjuicios del derecho para exigirle la responsabilidad
civil;
III. Si el hecho pudiere prestarse por otro, el Juez nombrará persona que lo
ejecute, a costa del obligado, en el plazo que le fije;
IV. Si en el contrato se estableció alguna pena por el no cumplimiento,
podrá decretarse la ejecución por el importe de esta pena. Si no se
estableció, el importe de los daños y perjuicios será fijado por el ejecutante
cuando transcurrido el plazo para la prestación del hecho por el obligado
mismo, el demandante optare por el resarcimiento de daños y perjuicios, y
en este caso, el juzgador deberá moderar prudentemente la cantidad
señalada. Para la fijación de la cantidad líquida se seguirán las reglas
establecidas en el artículo anterior;
Artículo 624. Requisitos del juicio hipotecario. Para que proceda el juicio
hipotecario deberán reunirse estos requisitos:
III Que la escritura pública en que conste sea primer testimonio y esté
debidamente inscrita en el Registro Público de la Propiedad.
Cuando se entable pleito entre los que contrataron la hipoteca procederá el
juicio hipotecario sin necesidad del requisito del registro, para exigir el pago o
la prelación de un crédito garantizado con hipoteca; siendo siempre condición
indispensable para inscribir la cédula, que esté registrado el bien a nombre del
demandado y que no haya inscripción de embargo o gravamen en favor de
tercero.
II. Orden de que a partir de la fecha en que se entregue al deudor la cédula hipotecaria, queda
la finca en depósito judicial, junto con todos sus frutos y todos los objetos que con arreglo a la
escritura, y conforme al Código Civil deben considerarse como inmovilizados y formando parte
de la misma finca, de los cuales se formará inventario para agregarlo a los autos, siempre que
lo pida el acreedor;
III. Orden para que en su caso el deudor contraiga la obligación de depositario judicial de la
finca hipotecada y de sus frutos, o para que, si lo permite la escritura de hipoteca, se haga el
nombramiento y designación de depositario en el acto de la diligencia;
IV. Orden de que se proceda al avalúo de la finca hipotecada, y en su caso, el Juez designe
perito valuador;
VI. Si en el título base de una pretensión hipotecaria se advierte que hay otros acreedores de
igual clase, en el mismo auto el Juez mandará notificarles la cédula hipotecaria para que usen
de sus derechos conforme a la Ley.
Artículo 627. Secuestro de la finca hipotecada y obligaciones del
depositario. El secuestro de la finca hipotecada se regirá por lo
dispuesto para la ejecución forzosa. Desde el día en que se fije la cédula
hipotecaria contrae el deudor la obligación de depositario judicial de la
finca hipotecada, de sus frutos y de todos los demás bienes que con
arreglo a la escritura y conforme al Código Civil deben considerarse como
inmovilizados y formando parte de la misma.
Si la finca no se halla en el lugar del juicio, se librará exhorto al juzgado de la ubicación para
que, por su conducto, se haga entrega y mande registrar la cédula hipotecaria, y en su caso,
para que se corra traslado, emplace al deudor y se proceda en la forma que indica este
artículo.
Se expedirá la cédula hipotecaria por cuadruplicado para el efecto de que se envíen dos
tantos al Registro Público de la Propiedad correspondiente para su inscripción, de los
cuales una copia quedará en dicha institución registral, y la otra, ya registrada, se
agregará a los autos. Un ejemplar de la cédula hipotecaria se entregará al actor y otro al
demandado, al ejecutarse el auto que dé entrada a la demanda en la vía hipotecaria.
Si fueren varias las fincas hipotecadas que sean materia de la pretensión, en el mismo
juicio, se expedirán cédulas hipotecarias de conformidad con el párrafo que antecede.
No son aplicables al juicio hipotecario las normas sobre declaración de rebeldía, excepto
cuando el emplazamiento se haya hecho por edictos; en este caso debe seguirse el
procedimiento contradictorio ordenado en el artículo anterior.
II. Se citará a los acreedores que aparezcan del certificado de gravámenes para que
intervengan en la subasta, si les conviniere;
a). A pedir al Juez nombre un perito común que intervenga en el avalúo cuando se
requiera de expertos;
b). Para intervenir en el acto del remate y hacer al Juez las observaciones que estimen
oportunas; y,
VI. Desde que se anuncie el remate y durante éste, se pondrán de manifiesto los
planos que hubieren y la demás documentación de que se disponga respecto de los
inmuebles materia de la subasta que quedarán a la vista de los interesados.
Artículo 747. Normativa para el remate judicial de inmuebles. El remate judicial de
inmuebles será público y deberá celebrarse en el juzgado competente para la ejecución,
que estará determinada por esta preceptiva:
I. Será postura legal la que cubra las dos terceras partes del avalúo o del precio fijado a
la finca hipotecada o a los bienes que se rematen;
III. El postor no podrá rematar para un tercero sino con poder y cláusula especial.
Igualmente queda prohibido hacer postura, reservándose la facultad de declarar
después el nombre de la persona para quien se hizo;
IV. Para tomar parte en la subasta, deberán los postores previamente depositar o
consignar en la Tesorería General del Estado, o en su defecto en la oficina fiscal del
Estado del lugar, a disposición del juzgado, el veinte por ciento del valor que sirva de
base al remate de los bienes y presentarán al efecto al Juez aludido el certificado
respectivo, sin cuyo requisito no serán admitidos; deberá presentarse la postura
correspondiente, que deberá ser sobre la base que se haya fijado a la legal, por escrito
en sobre cerrado que se abrirá al momento en que deba procederse al remate. Estas
certificaciones se devolverán acto continuo del remate, excepto el que corresponda al
mejor postor, en quien se haya fincado el remate, el cual se conservará en depósito del
propio juzgado como garantía del cumplimiento de su obligación y, en su caso, como
parte del precio de la venta; y,
V. El ejecutante podrá tomar parte en la subasta, y mejorar las posturas que se hicieren,
sin necesidad de consignar el depósito prevenido en la fracción anterior. El mismo
derecho tendrán los acreedores hipotecarios y embargantes anteriores.
Artículo 748. Facultades judiciales para la celebración del remate. El Juez cuidará
que la diligencia de remate se lleve a cabo respetando estas disposiciones:
II. El día del remate, a la hora señalada, pasará el Juez o secretario lista de los postores
que se hubieren presentado, y concederá media hora para admitir a los demás que
ocurran, quienes serán tomados en cuenta siempre que el veinte por ciento de que
habla la fracción IV del artículo anterior sea exhibido en efectivo, el cual entregarán de
inmediato y en depósito al Juez; estos nuevos postores expresarán al tiempo de
constituir la garantía, cuál es su postura, de lo que se tomará nota;
III. Pasada la media hora, el Juez declarará que habrá de procederse al remate, y no
admitirá nuevos postores. En seguida revisará las ofertas presentadas, desechando
desde luego las que no tengan postura legal, y las que no estuvieren acompañadas de
la garantía a que se refiere el artículo precedente; cuando se requiera ésta conforme a
esta codificación;
IV. Calificadas de legales las posturas, el Juez las leerá en alta voz por sí mismo, o
mandará darles lectura por la secretaría, para que los postores presentes puedan
mejorarlas. Cuando hubiere varias posturas legales, el Juzgador decidirá cuál es la
preferente;
VI. Al declarar fincado el remate, el Juez, dentro de los tres días siguientes deberá
dictar auto en el que resuelva si procede o no aprobarlo. Si se aprobare el remate, en
el mismo auto se mandará otorgar la correspondiente escritura de adjudicación en
favor del comprador y la entrega de los bienes rematados. Una vez aprobado el
remate, el comprador deberá consignar el saldo de la parte de contado de su postura,
y si omitiere hacerlo, perderá el depósito a que se refiere la fracción IV del artículo
anterior, aplicándose el cincuenta por ciento a cada una de las partes por igual; y,
VII. No habiendo postor, quedará al arbitrio del ejecutante pedir que se le adjudiquen
los bienes por las dos terceras partes del precio que sirvió de base para el remate, o
que se saquen de nuevo a pública subasta, con rebaja del veinte por ciento.
Artículo 750. Segunda almoneda. La segunda almoneda se verificará de acuerdo
con las mismas reglas del artículo 747 de este ordenamiento; pero el precio que
servirá de base para el remate se rebajará en un veinte por ciento de la tasación. La
segunda subasta se anunciará y celebrará en igual forma que la anterior.
Artículo 752. Resolución acerca del remate. Dentro de los tres días que sigan a la
fecha del remate, el Juez dictará auto resolviendo si es de aprobarse o no la almoneda.
Aprobado el remate, ordenará el otorgamiento de la escritura de adjudicación de los
bienes, y prevendrá al comprador que consigne ante el propio Juez el precio del remate.
Consignado el precio, se hará saber al deudor que dentro del tercer día otorgue la
escritura de venta a favor del comprador, apercibido de que de no hacerlo, el Juez lo hará
en su rebeldía, haciéndolo constar así.
Otorgada la escritura, se entregarán al comprador los títulos de propiedad, apremiando
en su caso al deudor para que los entregue y se pondrán los bienes a disposición del
mismo comprador, dándose para ello las órdenes necesarias, aun las de desocupación
de fincas habitadas por el deudor o terceros que no tuvieren contrato para acreditar su
uso en los términos que fija el Código Civil. Igualmente se dará a conocer como dueño
al comprador respecto de las personas que el mismo designe.
Artículo 754. Pago por el deudor hasta antes de otorgada la escritura de adjudicación.
Hasta antes de otorgada la escritura de adjudicación podrá el deudor librar sus bienes
pagando principal y costas, y además, los gastos de la almoneda. Después de
otorgada la escritura, la venta será irrevocable.
1a./J. 13/2016 PRIMERA SALA REGISTRO 2011474
REMATE. PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO INDIRECTO, LA
RESOLUCIÓN DEFINITIVA IMPUGNABLE, ES LA QUE INDISTINTAMENTE ORDENA OTORGAR LA
ESCRITURA DE ADJUDICACIÓN, O BIEN ENTREGAR LA POSESIÓN DE LOS BIENES INMUEBLES
REMATADOS (LEY DE AMPARO VIGENTE A PARTIR DEL 3 DE ABRIL DE 2013). De conformidad con el
artículo 107, fracción IV, párrafo tercero, de la Ley de Amparo, el juicio de amparo indirecto procede
tratándose de actos emitidos en el procedimiento de remate, contra la última resolución dictada, entendida
ésta como aquella que ordena otorgar la escritura de adjudicación y la entrega de los bienes rematados.
Disposición de la cual se advierte una problemática al incluir la conjunción copulativa "y" de la que se
puede interpretar que es necesario dictar ambas órdenes para actualizar la última resolución del remate, de
lo cual se advierte que, de ser así, dicha situación puede provocar un fenómeno contrario al derecho de
acceso a la tutela judicial, pues si bien quizá se ordene la escrituración del inmueble en el procedimiento de
remate, la autoridad responsable omita dictar la orden de entrega del bien adjudicado, lo que postergaría la
fase de ejecución del juicio, afectando el derecho a la tutela judicial efectiva al obstaculizar la ejecución de
una sentencia judicial y a su vez obstaculizando el acceso a la justicia constitucional. Es por ello que esta
Primera Sala sostiene que el juzgador federal debe interpretar la norma en el sentido de que el juicio de
amparo indirecto es procedente contra la última resolución del remate, la cual de forma indistinta la
constituye la orden de entrega o escrituración del bien inmueble rematado. Esto es, la disposición debe
leerse no con una conjunción copulativa que necesariamente obligue a considerar la emisión de ambas
órdenes para actualizar la última resolución del remate, sino con una conjunción disyuntiva equivalente, en
el sentido de que de forma indistinta ambas órdenes, escrituración y/o entrega del bien inmueble, son
consecuencias connaturales del acto de adjudicación y, por tanto, basta que se emita una sola de ellas
para considerar actualizada la última resolución del remate, pues así se satisface la razonabilidad
subyacente de la norma que es acorde con el derecho de tutela judicial efectiva reconocido en los artículos
17 de la Constitución Federal y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en tanto el
requisito establecido en el párrafo tercero, de la fracción IV, del artículo 107, de la Ley de Amparo, tiene
como objeto evitar que los actos emitidos para lograr la ejecución de sentencias de procedimientos
jurisdiccionales, sean obstaculizados indebidamente, en la lógica de que culminar la etapa de ejecución es
imprescindible para lograr el goce íntegro del derecho a la tutela judicial.