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Sociedad 37 | año37
23| |año 23 | 1º semestre
1º semestre 20149–40
2014 | págs. 9
Alvaro P. Pires
Universidad de Ottawa, Cánada.
alpires@uottawa.ca
Christian Debuyst
Universidad Católica de Lovain, Bélgica.
christian.debuyst@uclouvain.be
Françoise Digneffe
Universidad Católica de Lovaina, Bélgica.
francoise.digneffe@uclouvain.be
Resumen Abstract
En este artículo sostenemos que la teoría In this essay we affirm that Sutherland’s
del delito de Sutherland presenta una crime theory presents an “internal concep-
“concepción interna” completamente difer- tion” completely different from all past and
ente a todas las teorías del delito anteriores future crime theories. This originality is not
o subsiguientes. Esta originalidad no es fácil easy to demonstrate. First, it is the most
de expresar. En primer lugar, constituye developed theory that approach the processes
el apogeo de las teorías que apuntan a los that drive to crime, the only general theory
procesos conducentes al delito, la única of the “processes” that sociology and crim-
teoría general de los “procesos” que han inology have ever had and the only capa-
conocido la sociología y la criminología, ble of integrating social, psycho-social and
y la única capaz de integrar a la vez los psychological processes. Second, is the only
procesos sociales, psicosociales y psicológi- sociological theory that do no reproduced
cos. En segundo lugar, es la única teoría explicitly or implicitly the framework of an
sociológica que no reproduce ni explícita ni “stratified society”. Third, in the methodo-
implícitamente el marco de análisis de una logical level is the only general theory that
“sociedad estratificada”. En tercer lugar, en is not embedded in a notion of “frequency”
el plano metodológico, es la única teoría (of crime) or in objective factors or condi-
1. Traducción del francés por parte de Elena Uria y Nacional del Comahue en el marco del desenvolvimiento
Augusto Montero (Universidad Nacional del Litoral). de la Maestría en Criminología de la Universidad Nacional
Para la realización de la misma se contó con el apoyo de la del Litoral en dicha sede en el periodo 2011/2012.
facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
10 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
general que no está anclada sobre la noción tions. For thin theory, only communication
de “frecuencia” (de la delincuencia) o sobre could be criminogenic: no state or element
factores o condiciones objetivas. Para esta beyond communication (wealth, poverty,
teoría, solamente la comunicación puede ser dissociated family, high crime area of resi-
criminógena: ningún estado o elemento “no dence, etc) could “produce the idea” of a
comunicacional” (riqueza, pobreza, familia crime, if we understand for crime not only a
desmembrada, habitar en un área con altas behavior but a form of adjudication of mean-
tasas de delitos, etc.) puede “suscitar la ing and communication. Since it doesn`t rest
idea” de un delito, si entendemos por delito upon the notion of frequency that makes the
no solamente un comportamiento, sino una observer to highlight one dimension upon
forma cualquiera de atribución de sentido y others, the theory of Sutherland is also the
de comunicación. Como no se apoya sobre only “completely general” theory of crime
la noción de frecuencia, que lleva lógica y presented during this period
necesariamente al observador a privilegiar
una faceta de la frecuencia en detrimento
de otra, la teoría de Sutherland es también,
propiamente hablando, la única teoría
“plenamente general” del delito presentada
durante este período. cos importantes.
Palabras clave: Sutherland, teoría, general, Keywords: Sutherland, theory, general, crime,
delito, comunicación. communication.
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Introducción
2. Este artículo, aunque se inscribe en una investigación y Pires, 2008: 371-406) es también un resumen de un
histórica colectiva de sus tres autores publicada desarrollo más extenso hecho por uno de nosotros (A.
originalmente en Brúcelas por Lacier (Debuyst, Digneffe Pires) que aparecerá como una obra independiente.
12 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
Estaba también plenamente consciente, por todo frente a la pregunta de qué hacía esta
sus propias investigaciones empíricas (“El teoría distinta de las demás.
ladrón profesional” y “El delito de cuello Sin embargo, estamos convencidos de
blanco”), que los comportamientos crimi- que incluso habiéndonos planteando estas
nales eran heterogéneos y que no podían preguntas, no habríamos llegado al resul-
ser explicados, como se venía haciendo, por tado que creemos haber alcanzado sin haber
factores biológicos, psicológicos y sociales conocido las herramientas conceptuales de la
(“situational elements”) o por una combi- teoría de los sistemas de Niklas Luhmann5.
nación de varios de estos factores (“causali- En efecto, el descubrimiento del procedi-
dad múltiple”). Él escribió claramente: “He miento adoptado por Sutherland no habría
llegado a la conclusión general de que una sido posible sin ese otro hecho contingente
condición concreta no puede ser causa del que influyó en nuestra reconstrucción de la
delito”3 (Sutherland, 1942: 19). teoría. Entre el primer texto escrito sobre
Además de lo anterior, Pires percibió que Sutherland y la relectura de su obra, Pires
Sutherland se quejaba de la pobreza concep- había comenzado a estudiar con mucha más
tual de la sociología de su época para efec- profundidad la teoría de Luhmann. Esta teoría
tos de la elaboración de su teoría: “por el hace una clara distinción entre los procesos
momento los conceptos de las ciencias socia- que se operan en la consciencia de los indi-
les carecen de precisión”, escribó Suther- viduos y los procesos que se operan en el
land (1932: 112). Él creía también que esto plano de la comunicación social. Además, la
no podía ser remediado con el simple hecho teoría de Luhmann se presenta como episte-
de reflexionar sobre los conceptos existen- mológicamente constructivista, aun cuando
tes4. Pese a esto, Sutherland no abandonó se refiera a un constructivismo sui gene-
su proyecto de elaborar una teoría general ris (esta teoría acepta pronunciarse sobre la
del crimen y, aún más, estaba convencido realidad, pero al mismo tiempo afirma que
de haber logrado su objetivo. La pregunta esa realidad permanece desconocida fuera
para nosotros devino entonces: si él tomó de las observaciones y verificaciones de los
en cuenta esas dificultades, como parece observadores). Esta relectura de la obra de
haberlo hecho, ¿cómo logró entonces cons- Sutherland fue entonces hecha con herra-
truir una teoría que parecía (y todavía mientas conceptuales que no estaban dispo-
parece) imposible? ¿Qué tiene esta teoría nibles para Sutherland en el momento en que
de distinto de todas las otras para superar escribió su teoría. Esas herramientas hicieron
todas a esas dificultades? Estas preguntas posible una nueva comprensión y reconstruc-
estimulaban una lectura algo distinta. Parti- ción de la teoría, respetando las intuiciones
mos entonces de la hipótesis que Sutherland y construcciones fundamentales de Suther-
había encontrado una manera original de land. Los resultados de esta relectura han
elaborar su teoría. Esta manera era al menos sido apenas esbozados en el presente texto.
parcialmente obscura en la literatura, sobre Hoy creemos que es la única teoría general
3. En original: “I reached the general conclusion that 4. “Concepts in the social sciences are lacking in precision
a concrete condition cannot be a cause of crime...” at present” y “This inadequacy cannot be remedied merely
(Sutherland, 1932: 112). by reflecting about concepts” (ibidem).
5. El lector no necesitará de ningún conocimiento de la
teoría de Luhmann para comprender este trabajo.
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del crimen que merece ese título, así como o elemento “no comunicacional” (riqueza,
la única teoría que responde adecuadamente pobreza, familia desmembrada, habitar en
a la crítica que el interaccionismo simbólico un área con altas tasas de delitos, etc.) puede
hizo de las teorías etiológicas precedentes. “suscitar la idea” de un delito, si entendemos
Ella abre un camino nuevo para la elabora- por delito no solamente un comportamiento
ción de teorías comportamentales. físico sino una forma cualquiera de atribu-
La originalidad de la teoría de Sutherland ción de sentido y de comunicación. Como
no es fácil de expresar. En primer lugar, cons- no se apoya sobre la noción de frecuencia,
tituye el apogeo de las teorías que apuntan a que lleva lógica y necesariamente al obser-
los procesos conducentes al delito, la única vador a privilegiar una faceta de la frecuen-
teoría general de los “procesos” que han cia en detrimento de otra, la teoría de Suther-
conocido la sociología y la criminología, y la land es también, propiamente hablando,
única capaz de integrar a la vez los procesos la única teoría “plenamente general” del
sociales, psicosociales y psicológicos. En delito presentada durante este período: una
segundo lugar, es la única teoría sociológica teoría general del delito en el sentido pleno y
que no reproduce ni explícita ni implícita- completo de la palabra.
mente el marco de análisis de una “sociedad En las líneas que siguen presentare-
estratificada”. En tercer lugar, en el plano mos algunos comentarios sobre los lazos
metodológico, es la única teoría general que de Sutherland con la Escuela de Chicago.
no está anclada sobre la noción de “frecuen- Reconsideraremos también, en forma sinté-
cia” (de la delincuencia) o sobre facto- tica, los principales elementos de su teoría
res o condiciones objetivas (“materiales”). del delito, así como presentaremos su
No ignora esos factores, pero no los utiliza concepción de la criminología y de la inter-
directamente como “factores explicativos”6. disciplinariedad. Finalmente, describiremos
Para esta teoría, solamente la comunicación una de sus investigaciones empíricas relativa
social puede ser criminógena: ningún estado al orden de los ladrones profesionales.
6. Sutherland adoptó también el procedimiento todo empleado para elaborar explicaciones procesales,
metodológico del “caso negativo”. Pese a que este fue específicas y circunscritas, de comportamientos.
empleado por diversos pensadores e implementado bajo 7. Ver, por ejemplo, Downes y Rock (2007: 61-62), Robert
distintas denominaciones (“procedimiento de la diferencia” (2005: 64), Chapoulie (2001: 256), Martucelli (1999: 630),
de Stuart Mill e “inducción analítica” de Znaniecki, entre Coulon (1992: 72-75), Gaylord y Galliher (1988), Pfohl
otras) la utilización que él hizo de este procedimiento (1985: 244), Laub (1983: 188-189), Snodgrass (1976),
fue completamente original. Al respecto, basta decir Mullins (1973: 44, 94).
que en ciencias sociales este procedimiento es sobre
14 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
afiliación teórica de (la teoría del delito de) dores bastante diversificados entre ellos, a
Sutherland, deriva tanto de la significación veces en desacuerdo y que han permanecido
que el observador otorgue a la expresión allí “físicamente” por períodos muy varia-
“Escuela de Chicago” como a la compren- bles10. En el caso de la Escuela de Frankfurt,
sión que tenga de su teoría. sabemos que está lejos de ser homogénea y
Obviamente, la expresión “Escuela de que lo que acerca a sus integrantes puede ser
Chicago” remite más bien a una diferencia- más que nada un debate para reexaminar y
ción determinada que ésta hubiese podido reorientar la teoría crítica y la sociedad capi-
producir en el plano teórico que a un lugar talista.
físico u organizacional de trabajo. En este Parece cierto que si asociamos la socio-
último nivel la trayectoria de Sutherland no logía de la Escuela de Chicago exclusiva-
aporta una respuesta categórica. Obtuvo su mente al tema de la ecología urbana o a la
doctorado en Chicago en 1913 y entre 1913 formación del interaccionismo simbólico,
y 1929 enseñó sucesivamente en Missouri los vínculos de Sutherland con esta escuela
(1913/19), en Illinois (1919/26) y en resultan mínimos o marginales. Por un lado,
Minnesota (1926/29). Vuelve a Chicago para no hizo contribuciones directas a la ecología
enseñar entre 1930/35, período durante el cual urbana11. Pero sí ha, por otro lado, contribuido
publica su primera versión, llamada “incons- a este debate proponiendo una interpreta-
ciente”, de su teoría del delito (Sutherland, ción para las tasas elevadas de delincuen-
1934: 51-53). En esta ocasión, Lindesmith cia en las áreas de inmigración de Chicago
se convierte en uno de sus estudiantes8. Sin (Sutherland, 1932)12. Por otra parte, su teoría
embargo, a partir de 1935 se instala definiti- del delito no es habitualmente descripta –y
vamente en la universidad de Indiana, donde con toda razón– como una teoría “interac-
permanece hasta su muerte (Vold, 1951). cionista”13. Pero Cressey (1962), quien da
Desde un punto de vista teórico uno puede nuevos impulsos a la teoría, pone el énfasis
preguntarse antes que nada, como lo han en sus aspectos interaccionistas, y la teoría
hecho Grafmeyer y Joseph9 (1979: 6), si de Becker (1953a; 1953b) sobre el uso de la
la Escuela de Chicago es verdaderamente marihuana, atribuida a la perspectiva inte-
una “escuela” o más bien en qué sentido raccionista, puede ser leída también como
conviene comprender esta expresión. Por un desarrollo particularizado de la teoría de
analogía, vamos a examinarla aquí un poco Sutherland. Además, la investigación de este
de la misma manera en que concebimos último sobre el “Ladrón profesional” (1937)
la expresión “Escuela de Frankfurt”. Esta está relacionada a los estudios de caso de
última, como sabemos, reagrupa investiga- Chicago, incluso a un cierto estilo de inves-
8. Ver Lindesmith (1951: 244). Donald Cressey, Albert referencia a él. Ver, por ejemplo, Gafmeyer y Joseph (1979).
Cohen y Lloyd Ohlin han sido también sus alumnos. 12. Ver también las observaciones de Lindesmith (1951:
9. “Chicago, ¿una escuela?”, se preguntan desde el 244) en el mismo sentido.
principio nuestros autores. La pregunta parece quedar sin 13. Lo que puede explicar el hecho que los autores que
respuesta. se concentran en una descripción del interaccionismo
10. Basta con pensar en autores como Adorno, Horkheimer, simbólico, aún hablando de Chicago, no hagan referencia
Fromm, Marcuse, Rusche, Kirchheimer, Habermas, etc. a Sutherland (por ejemplo, Meltzer, Petars y Reynolds,
11. Es sin dudas por esta razón que algunas obras que 1975).
enfocan a la Escuela de Chicago desde este ángulo no hacen
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tigación empírica valorizada por el interac- conflicto de cultura entendido como una
cionismo simbólico. Resulta difícil enton- diferencia ya sea entre sociedades tradicio-
ces ignorar completamente los vínculos de nales/modernas, entre inmigrantes/nativos o
Sutherland con Chicago. sea como la constatación de una ausencia de
Nuestro objetivo aquí no es caracterizar armonía o de coherencia en las comunicacio-
la Escuela de Chicago, sino indicar, mucho nes de la sociedad moderna; sentido/sinsen-
más modesta y someramente, que los víncu- tido de las explicaciones biológicas del
los de Sutherland con esta escuela parecen delito y de la desviación; reevaluación del
residir en las influencias que él ha recibido rol de los grupos primarios en la explicación
y en su participación en el marco concep- de los comportamientos individuales, etc. Es
tual de esta escuela y en los debates teóri- en relación a estas cuestiones e influencias,
cos que éste ha suscitado particularmente en reconsideradas por Sutherland, que nosotros
relación a la cuestión criminal. En efecto, vislumbramos sus vínculos con esta escuela.
durante sus estudios de grado en Chicago, En cuanto a su teoría, algunos van a rela-
Sutherland tuvo intercambios estimulantes cionarla a Gabriel Tarde por la vía del
con W. I.Thomas, George Herbert Mead y concepto de imitación de este último y por
John Dewey, entre otros. Es de allí quizás la importancia que Tarde otorgó a la “domi-
que él adquirió, entre otras cosas, su interés nación del ejemplo”14. Nosotros no vamos a
por los procesos comunicacionales. Conoció discutir aquí la pertinencia de esta lectura de
también el behaviorismo del psicólogo John Tarde. Basta con señalar que tal lectura tiene
B. Watson, pero pronto lo rechazó a favor del el efecto de alejar a Sutherland de la Escuela
enfoque de Mead y de Dewey (Vold, 1951: de Chicago. Pero no vemos cómo establecer
3-4). Su teoría va a integrar el concepto- un lazo entre esta lectura de Tarde y Suther-
clave de “definición de la situación” land. Pues este último, a pesar de la ambigüe-
propuesto por Thomas, aún cuando Suther- dad de algunas de sus formulaciones, parte
land va a emplearlo para designar sobre todo más bien de constatar que, en las socieda-
las comunicaciones diferenciales (a favor/en des modernas, los ejemplos (o más bien las
contra de las leyes penales en tal o cual situa- influencias comunicacionales) no son cohe-
ción) en curso en la sociedad y el aprendizaje rentes y se presentan en forma diferencial, de
de esas maneras de ver por parte de los indi- manera que casi todos los individuos están
viduos. Participó y contribuyó también en sometidos, en esferas compartimentadas de
los grandes debates conceptuales impulsa- comunicaciones y acciones sociales, a las dos
dos por la escuela de Chicago: organización influencias (a favor/en contra de ese delito
(diferencial)/desorganización social; utilidad en esas condiciones). Insiste también sobre
o inutilidad de la distinción normal/ patoló- el hecho de que los procesos de aprendizaje
gico; teoría de las condiciones objetivas/ de no pasan exclusiva ni necesariamente por la
los procesos sociales; explicaciones causa- forma de observación directa (imitación) de
les centradas en el concepto de frecuencia/ un comportamiento, sino que comprenden
sobre la inducción analítica; explicación todas las modalidades de aprendizaje (Suther-
de la desviación/del delito; preferencia por land, 1942: 22). El hecho es que, aún cuando
el concepto de socialización/aprendizaje; no se relacione la teoría del delito de Suther-
su evolución, a medida que el pensamiento de tas antes de seleccionar una de ellas para
Sutherland se desarrolla, él toma conciencia comenzar a presentar la teoría, pero jamás
que su teoría tiene dos puertas de entrada, es logrará entrar en la teoría por las dos puer-
decir, dos maneras por las cuales se la puede tas al mismo tiempo. Esto no es en sí un
ver o presentar: la puerta (n° 1) de la organi- problema, salvo cuando se intenta resumir la
zación (social) de las comunicaciones dife- teoría en una sola idea o en una sola frase.
renciales referidas al delito y la puerta (n° 2) En este caso, uno esta obligado a seleccionar
de la asociación diferencial a esas comuni- una de las dos ideas directrices para repre-
caciones por parte de los sistemas psíquicos. sentar el conjunto de la teoría, con el riesgo
En los términos de Sutherland (1949: 255), de atribuirle una imagen unidireccional. Es
la primera puerta nos hace ver la teoría desde el riesgo que acepta correr Cressey (1962:
el punto de vista de la sociedad; la segunda, 444) cuando afirma que “la idea esencial
desde el punto de vista de los individuos. La en la teoría de Sutherland es que todas las
puerta más frecuentada es la n° 2, la que es conductas delictivas son aprendidas en un
estimulada retroactivamente por la perspectiva proceso de interacción social” o más aún que
del interaccionismo simbólico. Cressey (1960: la única manera de comprender bien la teoría
47) ha forjado una expresión a la vez muy de Sutherland es considerar ante todo esta
precisa y muy bella para indicar esta caracte- parte de la teoría que se vuelve el “centro
rística de la teoría: la presenta como una “two- de las atenciones y de la cual el propósito es
edged theory”, una teoría con dos orillas16. explicar la delincuencia individual” (Cres-
El observador que toma una cierta distan- sey, 1960: 458)17. El siguiente cuadro indica
cia y hace las distinciones necesarias puede las dos puertas y los conceptos claves que
mencionar la existencia de las dos puer- están asociados a ellas18.
16. No obstante, nosotros no tenemos la misma de la primera puerta; pero si adoptáramos la mirada de
comprensión con respecto a la manera de describir Cressey, él tendría razón: la primera puerta tal como él la
y presentar la primera puerta y estamos también en describe suscita una comprensión errónea de la teoría.
desacuerdo sobre la necesidad de poner el énfasis en la 18. La historia de las vacilaciones de Sutherland con
segunda cara para poder comprender la teoría. respecto a estos conceptos no serán tampoco retomadas
17. Nosotros estamos en desacuerdo con esta percepción aquí.
de Cressey porque tenemos una comprensión diferente
18 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
PUERTA 1 PUERTA 2
“Punto de vista de la “Punto de vista del
sociedad” individuo”
(Sistemas sociales) (Sistemas psíquicos)
Ahora, teniendo en cuenta estas dos caras convendría de ahora en más denominar a la
y (retroactivamente) los malentendidos de teoría del delito de Sutherland?
los cuales la teoría ha sido objeto ¿cómo
(es decir, el contacto con otros delincuentes). interesado por una teoría “de los procesos
Ahora bien, como lo dice claramente Cres- abstractos” (abstract processes). Por último,
sey (1960: 49) la teoría de Sutherland no es en la versión de la teoría de 1947, reafirma
una “bad companions’ theory of criminality que ha construido una teoría “en términos de
in our society”. Ella no explica la delincuen- los procesos que están en operación desde el
cia por nuestros lazos de amistad (y menos comienzo de la historia de este fenómeno”
aún por la frecuencia o la intensidad de nues- (Sutherland, 1947: 5). Opone entonces explí-
tros contactos) con delincuentes. Una inter- citamente su teoría de los procesos a toda
pretación tal rebaja la teoría al rango de una teoría de los factores y condiciones concre-
teoría factorial del comportamiento delic- tas u objetivas. La primera teoría sería histó-
tivo cuando en realidad ella es una “teoría de rica o genética; la segunda, “mecanicista”.
los procesos globales susceptibles de produ- Su teoría es histórica porque no permite
cir el pasaje al acto delictivo20”. Y, entre hacer predicciones empíricamente; y es
esos procesos (¡en plural!), hay un proceso genética porque describe los procesos nece-
de comunicación diferencial que se forma y sarios para el resultado diferencial (a favor/
se organiza en la sociedad (en los sistemas en contra del delito). Para ofrecer entonces
sociales) y que está disponible para los indi- una mejor resistencia a estos inconvenien-
viduos. Sutherland mismo (1942: 19) ha tes y a estos riesgos de comprensión errónea,
insistido en el hecho de que su teoría giraba nosotros proponemos rebautizar a su teoría:
en torno de tres procesos: comunicación, “Teoría de la comunicación-asociación dife-
interacción, aprendizaje, y que él estaba rencial” (en adelante también CAD).
El alcance de la teoría
20. Cressey (1962: 443) insiste también sobre este punto y Znaniecki de la diferencia entre las sociedades
cuando escribe que el objetivo de la teoría es “identificar tradicionales/modernas desde el punto de vista de las
el proceso general por el cual las personas se vuelven transformaciones normativas para los individuos. Ver al
delincuentes”. respecto una de las primeras intervenciones de Sutherland
21. Con respecto a este punto Sutherland parece seguir (1924b) en criminología.
a grandes rasgos la descripción que hicieron Thomas
20 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
leyes [penales] y tiene respeto por pocas de jas). Como ya hemos visto, y hablando para
ellas” (Sutherland, 1924: 56). Resumiendo, empezar por la negativa, general no quiere
la sociedad debe estar organizada de manera decir aplicable a todas las sociedades ni
diferencial para que la teoría pueda aplicarse. a todas las épocas. Además, no se trata
Una segunda condición para la aplica- tampoco de una teoría general de la socie-
ción de la teoría es evidentemente la exis- dad como el funcionalismo, el marxismo o
tencia de una legislación penal claramente la teoría de los sistemas sociales autopoiéti-
diferenciada de otras leyes y normas de cos. Pero entonces, positivamente hablando,
comportamiento coexistentes en la socie- ¿qué significa ese calificativo “general”?
dad. Como su teoría es una teoría del delito En la obra de Sutherland, el término “gene-
y no una teoría de toda forma de trasgresión ral” se opone en primer lugar a “especí-
normativa (desviación), sólo puede aplicarse fica”, definida como reagrupando “sistemas
donde esta exigencia es institucionalmente de comportamiento22 [homogéneos]”. Una
cumplida. Efectivamente, Sutherland (1940; teoría específica del delito es una teoría que
1949) define al delito como una trasgresión a no se presenta a sí misma como teniendo un
las prohibiciones seleccionadas por la legis- alcance suficiente para aspirar a una expli-
lación penal. La manera jurídica de reaccio- cación científica del conjunto de la legis-
nar a esas prohibiciones es secundaria. Una lación penal. He aquí algunos ejemplos de
ley penal puede definir un comportamiento teorías específicas del delito: una teoría que
como delito y autorizar una reacción por el pretende explicar ciertas formas de asesi-
derecho civil o administrativo. Y el derecho nato (De Greeff, 1937), la falsificación inge-
penal puede definir un comportamiento como nua de cheques (Lemert, 1953), el hecho
delito y autorizar como pena solamente una de convertirse en un usuario de marihuana
compensación a la víctima. Pero para hablar (Becker, 1953a; 1953b), la trasgresión de la
de una teoría del delito, el comportamiento confianza financiera (“trust violators”) selec-
debe estar definido claramente como delito cionada por la legislación penal (Cressey,
en la legislación, es decir, debe formar parte 1953), la violencia policial, la corrupción
de una legislación que se autodefina como política, etc. Esta distinción no coloca, por sí
penal. Obviamente, nada impide a la ciencia misma, a las teorías en competencia unas con
estudiar otros comportamientos desviados, y las otras. Las teorías específicas no contradi-
también explorar sus lazos eventuales con la cen necesariamente una teoría general ni se
teoría, pero ésta sólo puede aplicarse cuando contradicen necesariamente entre ellas. La
existe una legislación que se autopresenta relación entre ellas puede ser, según el caso,
como penal. La simple atribución subjetiva mucho más compleja. Por ejemplo, como la
del investigador no es suficiente. teoría de Sutherland es una teoría general
Desde el punto de vista de su alcance, se de los procesos que conducen al delito, un
puede entonces decir que la teoría se presenta observador externo debe, en principio, estar
como una teoría general de los procesos que en posición de articular esta teoría con otras
conducen al delito (en las sociedades comple- teorías específicas basadas igualmente en los
22. El concepto de “sistemas de comportamientos” ha sido importancia sociológica que le ha acordado Sutherland,
ampliamente retomado y utilizado por Sutherland (1947: remite a un primer uso hecho por Jerome Hall (1935), con
218-230), pero Lemert (1953: 296), quien reconoce la quien Sutherland mantuvo intercambios intelectuales.
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procesos que conducen al delito. Entonces, una subcultura de clase, a las malas condi-
una teoría específica puede ayudar a desa- ciones de vivienda, a los sectores urbanos
rrollar (corrigiendo en ciertos aspectos) una deteriorados, a las familias pobres inadecua-
teoría general del mismo género, así como das o desmoralizadas, a la falta de recursos
también puede ayudar a desarrollar o a mejo- para ocupar el tiempo libre, al coeficiente
rar otra teoría específica también del mismo de inteligencia, a las malas compañías en la
género. Por lo tanto, las teorías específicas calle, etc., serían teorías estratificadas y no
de los procesos de De Greeff (1947), Cres- teorías generales. Una teoría general puede
sey (1953), Becker (1953a; 1953b) o Lemert muy bien tener en cuenta esos hechos empí-
(1953) pueden ser observadas como comple- ricos en tanto hechos empíricos, pero no está
jizando y desarrollando una dimensión fuera construida a partir de ellos o presuponién-
del alcance de la teoría general de Sutherland dolos (Sutherland, 1939: 3).
y esas teorías específicas pueden ser vistas Finalmente, el término “general” se opone
como paralelas entre ellas en el sentido de también a “sexuado”. Por un lado, una teoría
que no se presentan como alternativas una a sexuada es por definición una teoría especí-
la otra23. fica (y debe poder articularse con una teoría
El término “general”, para Sutherland, general del delito del mismo género) y, por
se opone también a “estratificado”. Una otro lado, una teoría general debe poder
teoría del delito estratificada es una teoría incluir explicaciones que den cuenta, por
que presupone una relación directa entre el ejemplo, del hecho de que, en una misma
pasaje al acto y la estructura de clases de la área de pobreza típica de las ciudades nortea-
sociedad, o que está construida a partir de mericanas, las tasas de delincuencia de las
elementos explicativos que se centran sobre mujeres sea mucho más baja que la de los
todo, incluso exclusivamente, en las tras- varones (Sutherland, 1947: 177).
gresiones cometidas por los individuos sali- En resumen, una teoría general del delito
dos de una clase social particular. Dicho debe poder articular, de alguna manera,
de otra manera: una teoría que está diri- “todas las informaciones factuales” conoci-
gida o hacia la delincuencia convencional o das por la ciencia en relación con el pasaje
hacia la delincuencia de cuello blanco. Así, al acto delictivo (Sutherland, 1942: 18).
las teorías que asocian la delincuencia a la Sin embargo, una teoría general jamás es
pobreza, a las “áreas de delincuencia” en el completa y menos aún exhaustiva. No puede
medio urbano, a la ausencia de medios legí- ser completa justamente porque no podría
timos o ilegítimos para cometer delitos24, a ser al mismo tiempo general y específica: si
23. Y eso, independientemente de la manera por la fácilmente con la condición de observar más atentamente
cual el autor ha considerado él mismo la relación de su ciertos enunciados de la teoría de la CAD (enunciado n°3
teoría con las otras. Esta percepción de incompatibilidad de 1947). Hay entonces un trabajo colectivo que puede
puede variar en el tiempo y según los esfuerzos que hacerse con la ayuda del tiempo.
otro observador externo haga para articular las teorías 24. Es difícil generalizar la tesis de Cloward y Ohlin
comparadas. Por ejemplo, Lemert ha visto una parte de (1960) a los actos de los miembros de las clases
su teoría (la que se refiere a la falsificación ingenua) como acomodadas y sostener que ellos no tienen acceso a los
presentando un límite al alcance de la teoría de la CAD “medios ilegítimos” para cometer una forma u otra de
de Sutherland. Sin embargo, revisando aquella propuesta delito a su alcance.
nosotros concebimos que ellas pueden complementarse
22 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
ha decidido ser general, deja necesariamente ciones que utiliza para observar. Una teoría
el espacio para teorías específicas compa- general del delito, para parafrasear a Bour-
tibles con ella. Y no es exhaustiva porque dieu, Chamboredon y Passeron (1973: 23),
ninguna teoría (incluso una específica) puede debe “renunciar a la ambición imposible
pretender decir todo sobre el fenómeno que […] de decir todo” sobre su tema “y en el
observa solamente con la ayuda de las distin- orden correcto”.
Entonces, ¿cómo va Sutherland a cons- Por ejemplo, sostiene que sólo una teoría
truir su teoría? Esta va a tomar la forma de de los procesos sociológicos y psicológicos
una serie de enunciados, a la vez negativos interpenetrados y acoplados puede explicar
y positivos, dirigidos a construir un cuadro el delito. Los primeros son, grosso modo, los
general para la explicación del delito. procesos sistémicos de formación, selección,
En cuanto a los enunciados negativos, la motivación y estabilización de las comu-
teoría dice “lo que el comportamiento delic- nicaciones favorables/desfavorables a las
tivo no es o incluso aquello que no puede leyes penales en la sociedad; los segundos,
explicar el delito”. Por ejemplo, el compor- los procesos internos de selección, motiva-
tamiento delictivo no es la expresión de una ción y aprendizaje de los sistemas psíqui-
patología social o individual. La teoría reco- cos. En otras palabras, la teoría sostiene que
noce que la biología puede explicar cier- los sistemas sociales no pueden determinar
tos comportamientos de los sistemas orgá- completamente los pensamientos del sistema
nicos, pero afirma categóricamente que no psíquico y que éste no puede movilizar pensa-
puede explicar el comportamiento delictivo. mientos independientemente de las comuni-
Este está fuera de su alcance, de la misma caciones disponibles en los sistemas socia-
manera que la explicación de la caída de les. Sería más exacto decir que los procesos
los cuerpos (comportamiento de los obje- de comunicaciones sociales y psicológi-
tos), de los comportamientos de los anima- cos se articulan para conducir al delito que
les llamados “sociales” (hormigas, abejas, hablar de psicología social para referirse a la
etc.) o de ciertos comportamientos huma- teoría. La teoría dice además que una expli-
nos (por ejemplo, los de las dos niñas lobo25) cación general de los comportamientos favo-
queda fuera del alcance de la sociología. La rables al delito debe ser también, en su faz
teoría afirma también, de manera mucho opuesta y no desarrollada, una explicación
más provocadora, que ningún rasgo psicoló- general de los comportamientos desfavora-
gico o ninguna condición social concreta (o bles al delito.
conjunto de rasgos) es una causa de delitos. Con respecto a esto, se preguntó a Suther-
En lo que hace a los enunciados positi- land sobre el significado del término “dife-
vos, la teoría afirma lo que a su criterio debe rencial” en su teoría y acerca de por qué él no
formar parte de una explicación general del hablaba simplemente de asociación (concreta
delito o indica el camino que se debe tomar con delincuentes). He aquí su respuesta:
para llegar a una teoría general del delito.
“una tercera cuestión estuvo en relación con la nuestras experiencias que son neutras en cuanto al
significación de diferencial. Se me ha preguntado: delito” (Sutherland, 1942: 22).
‘¿Por qué no decir que el comportamiento delic-
tivo es debido a la asociación?’ La respuesta es que Volvamos sobre una observación hecha
algunas personas que tienen numerosos contactos al pasar. Lo que acabamos de decir permite
íntimos con los delincuentes se excluyen del delito comprender por qué la teoría de Sutherland
y que eso se debe probablemente a las influencias no está construida para ser empíricamente
ejercidas [y aceptadas] en sentido contrario (coun- predictiva: en efecto, ella no selecciona los
teracting influence) por las asociaciones [de esas factores o condiciones concretas para poner-
personas] con anti-comportamientos delictivos los en relación directa con los comportamien-
[con comunicaciones contra el delito]. La actuali- tos, mientras que toda predicción estadística
zación del comportamiento delictivo es el resultado exige tal selección y tal puesta en relación.
de dos tipos de asociación [y no exclusivamente de Ella sólo permite explicar el pasaje al acto
una], delictivas y anti-antidelictivas, o asociaciones indicando los procesos que tienen lugar y
dirigidas a favor del delito y asociaciones dirigidas lo hace de manera retroactiva (o histórica),
contra el delito. Eso elimina una gran parte de después del pasaje al acto.
más elevado que el beneficio del delito. El La certeza es definida o visualizada entonces
razonamiento en términos de riesgo consti- menos como una característica del mundo
tuye así, como lo dice Luhmann (1993), una social empírico que como una estimación-
“extensión controlada [por el decisor], de la convicción interna (de un sistema psíquico
acción racional” y “el cálculo de los placeres o social) de resultados externos (pasados,
y de los sufrimientos que no agota los recur- presentes y por venir); resumiendo, una esti-
sos de la acción racional”. mación de los resultados externos que ocurrie-
En segundo lugar, el esquema proceso/ ron (“era cierto que eso había ocurrido”), que
resultado no debe suponer (o limitarse a) ocurren (“es cierto que es de esta manera que
selecciones de comunicaciones donde la las cosas ocurren por el momento”) o que van
emoción o la irracionalidad no juegan un rol a ocurrir (“es cierto que la pena va a disuadir
en la selección de un comportamiento. Este a otras personas de delinquir”). En el esquema
esquema concibe a la emoción como algo proceso/resultado, la certeza es entonces rela-
que también se aprende y no lleva al obser- tivizada, temporalizada y localizada en el
vador a verla como conduciendo específica- plano de las percepciones, de las evaluacio-
mente a la selección de un delito. Para este nes y de las comunicaciones.
esquema, aún la elección puramente racional En cuarto lugar, el esquema elección
y utilitaria (costo/beneficio) es aprendida, y racional/comportamiento tiene el inconve-
no es visualizada como el único tipo de elec- niente de deslizarse frecuentemente hacia
ción cognitiva posible del sistema psíquico. un enfoque individualista y atomista que no
El esquema proceso/resultado es capaz de toma suficientemente en cuenta la dimensión
integrar incluso selecciones de comunicacio- comunicacional e interactiva del problema.
nes claramente irracionales, como aquellas Tiene también el inconveniente de no oponer
en las cuales el sistema psíquico aprende a suficientes resistencias a un desplazamiento
seleccionar empresas fanáticas (por ejemplo, hacia un proceso de atribución de responsa-
acciones políticas suicidas). bilidad moral de los individuos. En cambio,
Tercero, el esquema proceso/resultado tiene el esquema proceso/resultado está más en
la ventaja de eliminar, en el plano teórico y condiciones de articular el sistema psíquico a
empírico, la certeza como un dato factual las comunicaciones sociales y a los sistemas
del mundo social. El mundo social ya no es de interacción cara a cara y de no dirigirse
concebido como constituido por sucesos que tan fácilmente, y en un mismo movimiento,
pueden ser realmente ciertos. Así, ni el delito hacia una atribución de responsabilidad indi-
ni la pena son vistos como pudiendo ser cier- vidual. Esto puede hacerse, pero separada-
tos desde el punto de vista de un observador mente y por otros fines que la explicación
externo que observa a un sistema psíquico o del proceso.
social comunicarse. Desde luego, el ladrón Sutherland (1942: 19) ha seleccionado
profesional o un delincuente de cuello blanco tres términos-claves para caracterizar su
potencial puede ver al delito que planifica teoría: comunicación [diferencial], interac-
como un éxito seguro; el sistema de derecho ción [diferencial y cara a cara], aprendizaje
penal puede ver a su pena como una certeza [o no–aprendizaje]. La teoría de la CAD es
inquebrantable; la teoría de la CAD ve a una teoría comunicacional del delito o de los
esas dos certezas tomando distancia y con procesos que conducen eventualmente (si se
una sonrisa en los labios: no pueden comu- completan hasta el final) al delito. La pode-
nicarse entre sí ni convencerse una a la otra. mos resumir de la siguiente manera:
26 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
26. Para hacer la descripción en esos términos nos hemos 27. Esto es una paráfrasis del enunciado 1 de la teoría de la
servido de las observaciones de Luhmann (1996: 1-3) que CAD (Sutherland, 1947).
han sido adaptadas para nuestros propósitos.
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 27
elaboradas, es decir, a concebir ciertos actos delincuencia en las áreas urbanas, la rivali-
delictivos como aceptables en ciertas condi- dad interna en el delito organizado, etc. Para
ciones e inaceptables en otras, ciertos actos él, como veremos más adelante, la abruma-
como siempre aceptables y otros como siem- dora mayoría de los delitos era entonces siste-
pre inaceptables o más aún la prelación de mática. Si un mafioso o un hombre de nego-
ciertas comunicaciones sobre otras. Por ejem- cios es condenado solamente una vez en su
plo, puede aprender que la violencia física es vida por fraude fiscal, eso es para Sutherland
aceptable para hacer valer sus ideales políti- un delito sistemático, aún si un observador
cos o sus creencias religiosas, pero no simple- externo, observando su legajo criminal, no ve
mente para enriquecerse o por razones perso- más que un delincuente primario. Sutherland
nales. El aprendizaje de las comunicaciones (1942: 21) buscaba simplemente excluir con
es entonces una forma de autopersuasión, en ese término los comportamientos más “trivia-
el sentido de que el individuo se persuade o se les” o “fortuitos” (“very trivial criminal acts”,
deja persuadir por los motivos y las definicio- “adventitious crimes”). Su distinción era
nes de la situación que él escucha, las selec- sistemático/fortuito o accidental.
ciona y las reestabiliza habitualmente con la En relación con este primer hecho es nece-
ayuda de las interacciones con las personas sario ver también que en 1939, cuando el
con las que mantiene vínculos. término sistemático aparece en los enun-
Para terminar, presentamos en forma de un ciados de la teoría, tiene un rol simple-
cuadro sintético los enunciados sucesivos de mente instrumental y provisorio, en el
la teoría de la comunicación-asociación dife- sentido que está allí más para construir la
rencial tal como aparece en los enunciados teoría que para permanecer con ella una vez
de 1934, 1939 y 1947. Estos enunciados no construida. Sutherland (1939: 3-4) cree en
son necesariamente mutuamente excluyentes, efecto que, para comenzar a construir una
pero se imponen aquí algunas aclaraciones teoría del delito, la atención del sociólogo
sobre el término “sistemático” que aparece en debe concentrarse sobre los comportamien-
los enunciados de 1939 pues, desde su apari- tos sistemáticos, porque es más fácil en esos
ción, ha suscitado tantos malentendidos sobre casos (para la sociología) despejar los proce-
su razón de ser y sobre el alcance de la teoría sos sociales y psíquicos en curso en el pasaje
que Sutherland ha considerado preferible al acto que en los casos en que el sociólogo
eliminarlo en la versión de la teoría de 1947. observa un solo acto específico cometido por
Para comprender lo que ocurre aquí, es una persona específica. Sugiere entonces que
necesario tener en cuenta los dos hechos hagamos lo que él está haciendo: comenzar
siguientes. El primero es que las dos grandes por las carreras delictivas (ladrón profesio-
investigaciones empíricas de Sutherland que nal) y las prácticas delictivas organizadas
se basan en la teoría de la asociación diferen- (corrupción policial, política y dentro de los
cial han tratado lo que para él eran “compor- tribunales, delincuencia de las corporacio-
tamientos sistemáticos”: la del ladrón profe- nes, etc.). Entonces,
sional (que comprende la corrupción de la
policía, de los políticos y del personal de la a través de esta manera de formular el problema,
justicia) y la del los delitos de las corpora- puede ser posible descubrir los procesos que
ciones y de los profesionales (que incluye son generales y uniformes y arribar a una teoría
también a los médicos). Sutherland (1925; adecuada de esos comportamientos. Si se vuelve
1934; 1939) tenía también en mente a la posible desarrollar una teoría adecuada para
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 29
los comportamientos sistemáticos, será más fácil Remarca que algunos de sus amigos,
(entonces) explicar actos específicos considerán- particularmente Lindesmith, insistieron para
dolos en relación a este cuadro (Sutherland, 1939: 4). que readopte la distinción o una equivalente,
pero podemos constatar que él no lo hizo.
E, inversamente, Sutherland no ha Creemos, como lo veremos en el punto sigu-
excluido jamás la posibilidad de modificar, iente, que tenía razón al no hacerlo.
de ser necesario, ese cuadro para aumentar el El segundo hecho es que Sutherland (1942:
alcance y la pertinencia empírica de la teoría. 18-19; 1944: 40-41) vuelve a su teoría cada
Vemos claramente que el término “sistemá- vez más abstracta, es decir, cada vez más
tico” es una especie de andamiaje para cons- independiente de una actualización o no
truir la teoría, pero que podemos prescindir del comportamiento delictivo. Tomemos,
de él una vez que la misma está construida. por ejemplo (y volveremos a él), el caso de
Poco después de la publicación de la obra un hombre que se asocia mentalmente a un
de 1937, Sutherland comprende que su distin- estándar de comportamiento (organización
ción sistemático/fortuito, que él había hecho social de la comunicación diferencial) según
“por razones prácticas más que lógicas, con el cual, en caso de traición amorosa, un
el fin de posponer la consideración de los marido debe matar a su mujer y a su amante.
actos delictivos más triviales” (Sutherland, Este hombre puede no matar a su mujer,
1942: 21, subrayado nuestro), es decir preci- porque ella no lo ha traicionado o porque él
samente el principio del andamiaje, ha dado no se ha enterado, y sin embargo la teoría se
lugar a “diferentes definiciones de la distin- aplica perfectamente a él. Es que la teoría va
ción” (ibídem) por parte de los observadores a dirigirse cada vez más (incluir) a la dimen-
externos. Sutherland hacía referencia a un sión virtual y no solamente al pasaje al acto
psiquiatra de la cárcel del Estado de Indiana efectivo. Esto vuelve completamente inútil
quien decía que el alcance de su teoría era la referencia al término “sistemático”, que se
muy restringido, puesto que no más de dos transforma entonces en una verdadera fuente
sobre dos mil prisioneros eran delincuentes de confusión para un observador externo.
sistemáticos. Ahora bien, agrega Sutherland, El problema que quedaba para resolver
“mi idea era que prácticamente todos los era entonces el del alcance de la teoría. Este
prisioneros eran delincuentes sistemáticos” problema parece inquietar a Lindesmith
(ibídem). Resumiendo, entonces, el término cuando recomienda a Sutherland que retome
“sistemático” tomaba sentidos muy diferen- la distinción sistemático/fortuito. Es decir,
tes de un observador a otro. Además, los la teoría debería encontrar una solución a la
alumnos de Sutherland habían encontrado pregunta siguiente: ¿abarca, sí o no, a todos
muy difícil determinar si un prisionero era los comportamientos delictivos? Suther-
un delincuente sistemático o fortuito según land parece haber optado por una “lógica
los criterios de la teoría. Concluye: popperiana” (el principio de la refutación
o el “falsacionismo”28) o centrada sobre la
puesto que la distinción había sido hecha con fines inducción analítica, pero de una manera que
prácticos pero no parecía tener una utilidad prác- sorprendía a Lindesmith, esto es, afirmar el
tica, la he abandonado y he construido la hipótesis alcance general y dejar a las investigaciones
de manera de aplicarla a todos los delitos (Suther- empíricas la tarea de mostrar aquello que no
land, 1942: 21- 22).
2. El comportamiento delictivo
sistemático está determinado por
2. El hecho de no adoptar un 2. El comportamiento delictivo es
un proceso de asociación con las
modelo prescripto de comporta- aprendido en interacción con otras
personas que cometen el delito de
miento es debido a las inconsisten- personas en un proceso de comuni-
la misma manera que el compor-
cias y a la falta de armonía en las cación. Esta comunicación es verbal
tamiento no delictivo sistemático
influencias que orientan al indivi- en diversos aspectos, pero incluye
está determinado por un proceso de
duo. también la comunicación por gestos.
asociación con las personas que son
respetuosas de las leyes penales.
3. El conflicto de cultura es 3. La parte más importante del
entonces el principio fundamental aprendizaje del comportamiento
en la explicación del delito. delictivo se realiza en el interior
Nota: léase “Conflicto de esque- 3. La asociación diferencial es de grupos de contacto directo de la
mas de vida” (Sutherland 1934: 52), el proceso causal específico en el persona. Por la negativa, eso signi-
“Conflicto de esquemas de educa- desarrollo del comportamiento fica que las agencias impersonales
ción” (Dewey, en Sutherland 1934: delictivo sistemático. de comunicación, como las pelícu-
64), “Conflicto de definiciones de la las y los periódicos, juegan un rol
situación” (p. 52) o “Conflictos de relativamente débil en la génesis del
esquemas de observación”. comportamiento delictivo.
29. Éste parece haber sido el caso de Lemert (1953; 1958), generalmente solos, no parecen adquirir y sostener su
quien distingue ingenuo y sistemático, y constata que la comportamiento “a través de las asociaciones [psíquicas
“socialización previa como delincuente es insuficiente y directas] con otros delincuentes” (1958: 147-148). Este
para explicar una gran proporción, incluso la mayoría problema es tanto más interesante dado que Lemert emplea
de los casos, de aquellos que han hecho circular ‘malos el concepto de socialización y Sutherland, de aprendizaje
cheques’”. Aún aquellos que los desarrollan como (de comunicaciones diferenciales, técnicas, etc.).
comportamiento sistemático, en la medida en que actúan
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 31
6. Un individuo se convierte en
delincuente cuando los puntos de
vista desfavorables a la ley prevale-
6. El conflicto de cultura es la cen sobre los puntos de vista favo-
causa subyacente de la asocia- rables a la misma. Este es el prin-
ción diferencial y, por lo tanto, del cipio de la asociación diferencial.
comportamiento delictivo sistemá- Se aplica tanto al aprendizaje del
tico. comportamiento delictivo como al
del comportamiento no delictivo e
indica la presencia de estímulos que
van en direcciones opuestas.
32 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
El ladrón profesional (de ahora en más nado Chic Conwell, que ha sido un ladrón
también LP) es una investigación empí- de este orden profesional secreto durante
rica realizada por Sutherland y publicada más de veinte años (“perspectiva del ladrón
en 1937. Su corpus empírico, que cubre el profesional”). La segunda parte nos brinda
período que va desde 1905 a 1925, es parti- las reflexiones teóricas de Sutherland como
cularmente válido para la primera mitad sociólogo (“perspectiva de la sociología”).
del siglo XX en los Estados Unidos. Diga- En efecto, Sutherland le pide a Conwell
mos para empezar que hace referencia, entre que escriba la primera parte. Obviamente,
otras cosas, y en su faceta más positiva- Sutherland participa en segundo plano en su
mente construida, en un orden (o “asocia- construcción pidiéndole al ladrón profesional
ción”) profesional informal y secreto (o no que escriba sobre su oficio a partir de algu-
público) que habría existido en esa época. nas preguntas y temas que él (Sutherland)
Este orden habría instituido el estatus de había seleccionado. Después los dos discu-
“ladrón profesional” y habría atribuido ese ten durante aproximadamente tres meses,
estatus a ciertos individuos ladrones después con un promedio de siete horas semanales,
de haberlos seleccionado y formado como sobre este primer texto de Conwell. Suther-
tales. Esto significa que no son todos los land toma nota de las conversaciones y
ladrones especializados en el robo quienes retoca el texto tratando de preservar el punto
tienen una “profesión” (status de profesio- de vista y la fraseología de Conwell. Éste
nal), sino solamente aquellos seleccionados relee el manuscrito, propone otras correccio-
por este orden. Saber si tal asociación profe- nes y Sutherland las acepta sin excepción.
sional de ladrones existe aún hoy y funciona Una vez terminada esta parte del manuscrito,
de la misma manera, es una cuestión empí- Sutherland lo somete a la lectura de otros
rica. Las investigaciones subsecuentes reali- cuatro ladrones profesionales y de dos ex
zadas en los Estados Unidos y en Canadá no detectives. Aparentemente, ellos no conocen
han probado la existencia de un orden seme- la historia personal de Conwell. Sus obser-
jante. Parece no existir más30. En su aspecto vaciones serán integradas a la primera parte
no formalmente construido, esta investiga- bajo la forma de notas al pie de página, para
ción vehiculiza también en una teoría gene- no alterar la perspectiva de Conwell. Suther-
ral de los procesos por los cuales un indi- land constata así que las divergencias son
viduo llega eventualmente a actualizar un menores y que se refieren a cuestiones de
comportamiento delictivo. poca importancia. En efecto, los seis lectores
En el libro, la presentación de los datos de Conwell están esencialmente de acuerdo
y las reflexiones teóricas van a tomar una con su descripción. Este recorrido fue reali-
forma particular. La primera parte del libro zado para consolidar la validez de las infor-
presenta, de manera indiferenciada, los datos maciones brindadas en esta parte empírica
empíricos y la mirada de un sujeto denomi- de la investigación.
30. Ver, por ejemplo, Eistadter (1969) y Letkemann término “profesional” en el sentido dado por Sutherland,
(1973). Sin embargo, con la excepción quizás de Eistadter, sino más bien en el sentido dado por Conwell, el
la literatura subsecuente no parece haber comprendido el informador de Sutherland. Ver también Lemert.
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 33
La primera parte del libro es, de lejos, la sociólogo (Sutherland). Esta última depende
más voluminosa (ciento noventa páginas) y evidentemente de los conocimientos desa-
no hace absolutamente en nada referencia rrollados por el ladrón, pero es diferente
explícita a la historia de vida de Conwell. e incluso inconciliable con la primera31.
Allí se exponen, a través de subtemas (“La Importa entonces, para la comprensión del
profesión”, “El ladrón y la ley”, “La vida texto, distinguir el relato del ladrón (Chic
social y personal del ladrón”, etc.) el punto Conwell) del relato del sociólogo (Suther-
de vista y los conocimientos prácticos que land). Pero eso no es todo. La perspectiva
Conwell ha aprendido y desarrollado en el del sociólogo se presenta ella misma en dos
marco de sus experiencias como miembro planos: el anverso y el reverso de la obra. En
de un orden (secreto e informal) de ladrones el anverso, las tesis explícitas de la investi-
profesionales. La segunda parte, la redac- gación, el sociólogo nos describe el orden de
tada por Sutherland, no tiene más que una los ladrones profesionales y su inscripción
treintena de páginas. De manera que este en la sociedad; en el reverso, es decir en fili-
libro no es tan fácil de leer como parece grana, él instala y comienza a construir (sin
porque comporta dos perspectivas diferen- mostrarlo explícitamente) su teoría de los
tes: una, interna, del orden de los ladrones procesos que conducen (o no) al comporta-
profesionales (Conwell) y otra, externa, del miento delictivo.
31. Esta incompatibilidad se cristaliza en varios puntos, inclu- 32. Schluesser (1973: 44) indica de todos modos ese punto
sive hasta en la construcción del concepto mismo de “ladrón de partida alrededor del año 1925.
profesional”. Este punto no podrá ser desarrollado aquí.
34 A. Pires, C. Debuyst y F. Digneffe | Elementos para una relectura de la teoría del delito...
cuente de cuello blanco utiliza su profesión tes, y otros más, plantean los términos del
para cometer delitos; el ladrón profesional es desafío que Sutherland quiere abordar: cons-
perseguido y castigado exclusivamente por truir una teoría (no estratificada) del proceso
la policía y los tribunales penales, mientras social global (Sutherland, 1934: 51) que con-
que el delincuente de cuello blanco es mucho duce al delito, una teoría que sea suscepti-
más tolerado y, cuando es perseguido y cas- ble de incluir, entre otras, las dos situaciones
tigado, lo es sobre todo por organizaciones límites, la del ladrón profesional en el bajo
administrativas y con sanciones no penales; mundo del hampa y la del delincuente de
el ladrón profesional construye su inmunidad cuello blanco en las elites. En síntesis, una
gracias a la delincuencia de la policía y de los teoría que tome seriamente en cuenta la pre-
delincuentes de cuello blanco (profesionales, sencia efectiva en la sociedad de “influencias
políticos y hombres de negocios) mientras conflictuales” (Sutherland, 1934: 49 y 52),
que el delincuente de cuello blanco construye o de “conflictos de estándares” (Sutherland,
la suya no solamente por ese medio sino tam- 1949: 255), es decir, de influencias a favor/
bién por su poder, su proximidad con quie- en contra del delito que se presentan en todos
nes toman decisiones y por el estado de las los casos concretos de pasaje al acto en las
costumbres en la sociedad. Estos contras- sociedades modernas y complejas.
El LP se relaciona de una manera general a pide a Chic Conwell que nos hable de su vida
una línea de investigación en la que el corpus personal, sino más bien de su iniciación en el
empírico está construido en torno al relato de robo. Surge entonces de su relato una cosa
un (solo) individuo (principal) o de una sola que recuerda la existencia de lo que Simmel
familia. Estas investigaciones se inscriben (1908) ha llamado una “sociedad secreta”
en una tradición metodológica más amplia (o un “orden secreto”), cuya la sustancia es
llamada “estudios de caso”. Antes de Suther- una comunicación-acción económica, que
land, otros investigadores de la Escuela de en un momento de su proceso (la adquisi-
Chicago habían realizado otros estudios de ción de bienes) se inscribe radicalmente en
caso. Vale la pena entonces comparar, en una estructura de acción que transgrede el
un solo punto, a LP con la investigación de programa del sistema económico: sustraer
Clifford R. Shaw, “The Jack-Roller”. La (sin intercambio) los bienes de los demás
diferencia que nos interesa aquí es visible a y, en ciertos casos (confidence games), trai-
través de una comparación de los dos índi- cionar su confianza en las comunicaciones-
ces, pero sólo es visible si el lector busca acciones económicas. El relato de Conwell
activamente esta diferencia. se basa entonces en este mismo orden y
En efecto, se volverá entonces visible también en sus “actividades secretas” que
que la investigación sobre el Jack-Roller están acopladas con las comunicaciones-
(cuyo nombre es Stanley) es una especie de acciones del sistema económico: activida-
biografía, de historia personal. Shaw trata des que permiten a los miembros del orden
aquí la “Stanley´s own story”, nos cuenta obtener dinero y bienes y autoincluirse en
la historia de la vida de Stanley. Por ejem- el sistema económico pero, por decirlo así,
plo, las condiciones sociales de su familia, de manera parasitaria. De ahí que, en este
su educación, etc. Sutherland, en cambio, no libro, la historia del ladrón profesional –o
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 35
contada por él- no es la historia personal de necesarios para una teoría factorial o estra-
Chic Conwell, sino la historia de este orden tificada (construida en función de las clases
y de sus prácticas. A decir verdad, no es en sí sociales) o para una teoría que quisiera ser
misma una historia de ninguna cosa: es una empíricamente predictiva; él necesita de
descripción de actividades construidas por otro tipo de información. Y justamente, la
este orden como si fueran prácticas profesio- información que Conwell le (nos) da: la que
nales33. Aún en el capítulo titulado “La vida muestra, entre otras cosas diversas, que el
social y personal de un ladrón”, no se encon- ladrón profesional tiene amigos que no son
trará nada directamente ligado a la vida de delincuentes y que el ladrón profesional está
Conwell. Éste nos habla del modo de vida de sometido, como todo individuo, a influen-
los miembros del orden del robo profesional. cias contradictorias, a las mismas influen-
Visto desde un cierto ángulo, esta inves- cias contradictorias que explican también
tigación radicaliza el enigma mencionado la delincuencia de los policías, de los políti-
arriba: no ha sido directa o explícitamente cos y de los profesionales del derecho (fisca-
desarrollada para construir y poner a prueba les, jueces y abogados) y el comportamiento
una teoría general de los procesos globa- favorable a la ley. Muestra también que, para
les que conducen (o no) al comportamiento estas formas observadas de adhesión a la
delictivo pero provee, al mismo tiempo, un ilegalidad, los sistemas de interacción y las
número clave de informaciones para permitir personas con las que se mantienen vínculos
a Sutherland construir y poner a prueba una directos son importantes para estabilizar esas
teoría de este tipo a partir de un caso extremo comunicaciones diferenciales favorables al
de delincuencia convencional (por oposición delito y para el aprendizaje de esas comuni-
a la delincuencia de cuello blanco): la de los caciones-acciones.
individuos que viven del robo o que roban No podemos presentar aquí los temas
para incluirse en el sistema económico. claves de esta obra pero vale la pena
Pero ¿cómo llega esta investigación a forne- confrontar, en forma sintética, las tesis explí-
cer esas informaciones si no trata de la vida citas que se encuentran en la faceta anverso
personal y familiar de Conwell? La respuesta y en la faceta reverso, pues las primeras han
(corta) es la siguiente: para construir una sido frecuentemente mal comprendidas y las
teoría de los procesos globales que conducen segundas son un ejercicio de comprensión de
al acto delictivo, Sutherland no necesita este la teoría de la CAD.
tipo de datos (“vida personal”), que serían
Bosquejemos a grandes trazos las tesis • que existe durante la primer mitad del
que están en el anverso de esta investiga- siglo XX en los Estados Unidos, si observa-
ción. Para facilitar la comprensión, vamos mos desde el punto de vista de la sociedad
a presentarlas en fragmentos descriptivos (puerta nº 1) un orden (u organización) dife-
separados. Digamos entonces que esta obra rencial, informal y secreto de ladrones profe-
sostiene explícitamente lo siguiente: sionales;
34. En los términos de Simmel (1908: 65), este orden efectivamente ha desaparecido, en el estado actual de la
secreto sería probablemente un “estado intermedio” sociedad estadounidense.
para “fuerzas crecientes”, es decir, uno de esos diversos 35. Esto es diferente de lo que ocurre en la prostitución y
órdenes secretos que se forman en momentos de en la droga. En esos casos, es la ley lo que excluye como
modificaciones significativas en la estructura de la ilegal una modalidad de inclusión en la economía que
sociedad. Eso podría explicar su desaparición, si es que habría podido funcionar de manera convencional en el
programa de ese sistema.
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 37
• que este orden profesional secreto y a la teoría. El sentido del concepto perma-
completamente ilegal de ladrones no es –ni nece todavía parcialmente oscuro y, en cier-
puede ser– una forma cualquiera de patolo- tas ocasiones, parece querer referirse simple-
gía social pues es la “desorganización” de las mente al hecho que todo grupo se diferencia
comunicaciones (y definiciones de la situa- de los demás: “La asociación diferencial es
ción) en la sociedad moderna, que es un resul- una característica de los ladrones profesio-
tado de su creciente complejidad y de diversos nales, como de todos los demás grupos”
procesos sociales globales que allí se produ- (Sutherland, 1937: 206). Ahora bien, ¿cuál
cen, lo que hace a este orden ilegal posible y es la única característica que puede ser
hace también posible el delito en las organiza- encontrada en todos los grupos? ¿Sería la
ciones formales contra el delito (policía, etc.). frontera con su entorno? Cualquiera que sea,
El concepto de asociación diferencial, en en ese momento el concepto no se refiere aún
Sutherland, aparece por primera vez en esta a las tesis que se encuentran en el reverso
obra36, pero aún no se refiere directamente del texto.
El último párrafo con el cual Sutherland tanto como a los delitos de las clases inferiores
concluye su obra sobre la delincuencia de [clases superiores]. (Sutherland, 1949: 264).
cuello blanco se aplica perfectamente a la
manera por la cual él redacta también su Ahora bien ¿cómo puede aplicarse la
libro sobre el orden de los ladrones profesio- teoría de la comunicación-asociación dife-
nales. Hubiese podido terminar este último rencial al ladrón profesional? Recordemos
libro con el mismo párrafo, reemplazando que la investigación sobre el ladrón profe-
simplemente “delito de cuello blanco” por sional se apoya, como lo hemos visto, en
“ladrón profesional” y “clases inferiores” una situación extrema: la de los individuos
por “clases superiores”: cuyo modo de vida económico está inscripto
sistemáticamente en torno a comunicaciones
La explicación del comportamiento delictivo no ha no favorables a ciertas prohibiciones lega-
sido desarrollada en este libro de una manera posi- les (el robo). Las tesis relativas a la teoría de
tiva. Evidentemente, la hipótesis de que el delito se la CAD que se encuentran al reverso de esta
debe a patologías personales o sociales no se aplica investigación serían las siguientes:
a los delitos de cuello blanco [a los ladrones profe- • que las comunicaciones-acciones delic-
sionales], y si no se aplica a esos delitos, eso signi- tivas actualizadas por el ladrón profesio-
fica que tales patologías no son factores esenciales nal son aprendidas de manera muy visible
en los delitos en general. En contraste con esas (CAD, 1947: n° 1) y que esta experiencia
explicaciones, la hipótesis de la asociación diferen- muestra que una persona puede adoptar cual-
cial y de la desorganización social puede aplicarse quier modelo de conducta que sea capaz de
al delito de cuello blanco [al ladrón profesional] ejecutar, aún si le acarrea pérdidas y sacri-
ficios importantes, siempre que sea conven- como los puntos de vista desfavorables a las
cida de que eso es lo que se debe hacer leyes que prohíben el robo prevalezcan en él
(CAD, 1934: 1); sobre los puntos de vista favorables a esas
• que ellas son aprendidas “en interacción mismas leyes, incluso después del final de su
[cara a cara] con otras personas en un proceso vida profesional activa (CAD, 1947: n° 6);
de comunicación” (CAD, 1947: n° 2); • que las comunicaciones-asociaciones
• que la parte más importante del apren- diferenciales seleccionadas y sostenidas por
dizaje de las comunicaciones-acciones delic- el ladrón profesional son bastante frecuen-
tivas [para el robo profesional] “se realiza tes, duraderas, intensas y valorizadas por el
en el interior de grupos de contacto de la ladrón mismo (CAD, 1947: n° 7);
persona” (CAD, 1947: n° 3), es decir, de • que este proceso global de aprendizaje de
grupos con los cuales esta persona mantiene las comunicaciones-acciones delictivas por
vínculos afectivos y relaciones habituales autoidentificación con modelos delictivos
(en este caso, otros ladrones del orden de los pone en juego los mismos mecanismos que
ladrones); están implicados en todas las otras formas de
• que cuando una comunicación-acción aprendizaje (CAD, 1947: n° 8; CAD, 1939: 1);
delictiva tal es aprendida, “este aprendizaje • que a pesar del hecho de que esas comu-
comprende (a) las técnicas para cometer el nicaciones-acciones delictivas favorables al
delito (a veces muy complejas, otras veces robo (y a la estafa) sean la expresión de nece-
muy simples) y (b) la dirección específica de sidades (como la de tener dinero) y de valores
los motivos, los impulsos, las racionalizacio- y objetivos (como el de triunfar socialmente
nes y las actitudes” (CAD 1947: n° 4); en la vida), el robo no se puede explicar [en
• que la orientación específica de los moti- una relación de causa/efecto] por esas nece-
vos y las conductas en el caso del ladrón sidades, valores y objetivos puesto que las
profesional es aprendida en relación a defini- comunicaciones-acciones no delictivas son
ciones de la situación que son desfavorables la expresión de esas mismas necesidades,
a la prohibición legal del robo y favorables a valores, objetivos (CAD, 1947, n° 9).
la prohibición de delitos sexuales y pasiona-
les (CAD, 1947: n° 5); Como se puede observar, hay una adecua-
• que el ladrón profesional, en lo que ción virtual de la investigación sobre el LP a
le concierne específicamente, continuará las tesis de la CAD, y eso vale también para
siendo un ladrón profesional tanto tiempo el “Delito de cuello blanco”.
Delito y Sociedad 37 | año 23 | 1º semestre 2014 39
Bibliografía