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Síntesis de las trayectorias racionalistas y empiristas en el desarrollo del conocimiento

Por: Alex Márquez Rodríguez


Para poder entender la teoría del conocimiento desde una perspectiva filosófica tenemos que revisar
las corrientes de pensamiento racionalistas y empiristas aparecidas en lo que los historiadores
llamaron la Edad Moderna. El conocimiento humano ha venido teniendo una evolución paulatina a
través del cual el ser humano posibilita más sus capacidades para entender su propia sociedad y las
demás sociedades que componen este complejo sistema-mundo. Para que eso haya sido establecido,
el conocimiento se ha diversificado en diferentes vertientes enriquecedoras de la visión de nuestras
realidades. Con el racionalismo y el empirismo se abre un debate intenso, cuya luz se refleja hasta
nuestros días, por ser dos posturas muy influyentes en el pensamiento construido a posteriori en la
rica teoría del conocimiento. Las visiones absolutistas dieron paso a estructuras de pensamiento más
elaboradas, donde el principal ejecutor es el ser humano, capaz de crear sus propias realidades, sea
con la razón o a través de la experiencia. Esto rompió con la tradicional postura teocrática medieval,
que fijaba el conocimiento en una sola vía sin la posibilidad de refutación, sin querer decir con ello
que la llamada Edad Media fue una época oscura donde no hubo aportes al conocimiento.

Dicho lo anterior, la expresión de Descartes “Cogito ergo sum” se considera la representación de la


duda como motor del pensamiento humano. Aquí, el racionalismo toma fuerza, por ser la razón el eje
conductor del ser humano para comprenderse así mismo y a su entorno. Aquel que argumentó sobre
la duda metódica, es refutado por esa misma vía, y los empiristas ingleses aparecen para oponerse al
racionalismo, utilizando la experiencia como la base de su teoría. Francis Bacon basado en las
contingencias se opuso al racionalismo; David Hume se basó en las impresiones e ideas originadas
por los sentidos, para darle sustento a su aporte.

En Kant encontramos una síntesis de racionalismo con empirismo, es decir, el ser humano, según
Kant, posee elementos a priori con los que construye su propia realidad. La realidad es posible a
través de las categorías o lo que es lo mismo, la conceptualización de la realidad.

El constructivismo contemporáneo se introduce en la discusión con autores como Gastón Bachelard


que apoya su visión epistemológica en el psicoanálisis. Según él, debe hacerse una revisión mental
para saber cuáles son los obstáculos que impiden la evolución del pensamiento. El conocimiento
según Bachelard es construido histórica y culturalmente. También tiene unos ciclos que van de lo
simple a lo complejo (De la doxa a la episteme). Por otra parte, Jean Piaget hace su aporte a la
discusión introduciendo el enfoque lingüístico (sin lenguaje no hay pensamiento). Barry Barnes
apunta su mirada desde la perspectiva sociológica y plantea que se llega al conocimiento a través de
la socialización.

La pregunta por el ser y el conocer se ha hecho desde diferentes puntos de vista. Algunas teorías
circunscriben el sentido del conocimiento en la subjetividad que radica en la razón; la objetividad que
se encuentra en la experiencia; el escepticismo (no hay verdades objetivas solo opiniones; no hay un
sujeto que aprehenda al objeto del todo); El idealismo (las cosas existen porque la mente les da
sentido); el realismo (las cosas son independientes al observador); desde la psicología, la sociología,
la lingüística, la interdisciplinariedad del constructivismo epistemológico (no se consigue llegar a la
verdad sino que solo se da una aproximación a ella), la intersubjetividad etc.
Por muy variopintas que sean sus posiciones epistemológicas, también se le puede apreciar un punto
en común a las corrientes filosóficas: confluyen en la búsqueda de encontrarle sentido a la existencia
humana.
Cualquiera que sea la epistemología que se utilice, todas tienen un grado de subjetividad y de
objetividad a la vez. El racionalismo y el empirismo fueron dos tendencias epistemológicas que
prendieron la llama por la búsqueda del sentido de la existencia, e indudablemente sirvieron para
darle luz a nuestras propias corrientes de pensamiento hoy en día.

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