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AUTONOMA DE BAJA
CALIFORNIA
FACULTAD DE DERECHO
CAMPUS TIJUANA
MATRICULA: 1219127
El presente trabajo tiene por objeto general, definir el concepto constitucional del derecho de
petición y cómo dicho derecho puede ser tutelado por la procedencia de un juicio de garantías
cuando existe negativa ficta, desde una óptica hermenéutica que se fundamenta en las
interpretaciones que realiza el poder judicial, por conducto de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación.
Para abordar de una manera adecuada el tema que hoy nos ocupa, es menester precisar,
concretar o definir los conceptos que son materia de la presente tesina. El primero de los
conceptos a puntualizar será aquel que tiene el derecho de petición.
El derecho de petición es aquel que tiene toda persona física o jurídica, grupo, organización o
asociación para pedir, solicitar o reclamar algo ante las autoridades competentes (normalmente
a los gobiernos o entidades públicas en cualquiera de sus tres niveles o poderes) por motivos de
interés público ya sea individual, general o colectivo.
El derecho de petición en México está consagrado en los artículos 8º, 9º párrafo segundo y 35
fracción V de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; el más importante de los
numerales es el 8º, que establece lo siguiente:
“Artículo 8o1. Los funcionarios y empleados públicos respetarán el ejercicio del derecho
de petición, siempre que ésta se formule por escrito, de manera pacífica y respetuosa; pero en
materia política sólo podrán hacer uso de ese derecho los ciudadanos de la República.
A toda petición deberá recaer un acuerdo escrito de la autoridad a quien se haya dirigido, la cual
tiene obligación de hacerlo conocer en breve término al peticionario.”
“Artículo 9o2. ...No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión
que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad,
si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla
u obligarla a resolver en el sentido que se desee.”
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Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
2
Ídem
3
Ídem
V.- Ejercer en toda clase de negocios el derecho de petición...”
De dichos preceptos se desprende que en el estado mexicano existen dos figuras jurídicas
distintas que están reguladas por el artículo 8º constitucional: el derecho de los habitantes de la
República Mexicana a hacer una petición a las autoridades y el derecho de los mismos a obtener
una respuesta.
1. La petición, debe formularse por escrito, esto es con el uso de la lengua española
mediante el uso de la escritura, cuando anotamos en un documento aquello que
pretendemos solicitar de la autoridad, y que esto se plasme ya sea en cualquier papel
manuscrito, impreso o escrito a máquina. Esto con el fin de precisar los términos, alcances
y limitantes de la petición, así como dar certeza y seguridad jurídica.
2. De manera pacífica y respetuosa, dirigirse a una autoridad sea cual fuere el ámbito de
sus competencias debe de hacerse en los términos que lo expresa el texto constitucional
mexicano, puesto que la autoridad en sí misma, posee una jerarquía, una dignidad,
decoro y mérito del servicio público, por ello se entiende que de manera pacífica y
respetuosa no debe de alterar el orden o tranquilidad y por supuesto no ofender a nadie,
lo anterior se ve reforzado por lo que dice el texto del artículo noveno constitucional en
su análisis a contrario sensu, cuando es considerado legal el derecho de petición. Y
además de lo anterior, debe recabarse la constancia de que fue entregada la petición, es
decir, nuestro acuse de recibo sellado por la autoridad; además de que el peticionario ha
de proporcionar el domicilio o medio para recibir la respuesta, puesto que hoy en día
podemos ejercer el derecho de petición por medio de los portales en línea de las diversas
autoridades y recibir respuesta de manera electrónica.
3. La respuesta, la autoridad debe emitir un acuerdo en breve término, entendiéndose por
éste el que racionalmente se requiera para estudiar la petición y acordarla, que tendrá
que ser congruente con la petición y la autoridad debe notificar el acuerdo recaído a la
petición en forma personal al gobernado en el domicilio que señaló para tales efectos, sin
que exista obligación de resolver en determinado sentido.
Lo anterior encuentra sustento en la exegesis que se realiza del estudio de la jurisprudencia que
a continuación tenemos, en la misma tesis jurisprudencial se hace un desglose de los elementos
del derecho de petición, elementos que a su vez se desprenden del texto en nuestra carta magna,
pero que dichos elementos son estudiados por el máximo tribunal en la tesis con datos de rubro:
El denominado "derecho de petición", acorde con los criterios de los tribunales del Poder
Judicial de la Federación, es la garantía individual consagrada en el artículo 8o. de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos, en función de la cual cualquier gobernado que
presente una petición ante una autoridad, tiene derecho a recibir una respuesta. Así, su ejercicio
por el particular y la correlativa obligación de la autoridad de producir una respuesta, se
caracterizan por los elementos siguientes: A. La petición: debe formularse de manera pacífica y
respetuosa, dirigirse a una autoridad y recabarse la constancia de que fue entregada; además
de que el peticionario ha de proporcionar el domicilio para recibir la respuesta. B. La respuesta:
la autoridad debe emitir un acuerdo en breve término, entendiéndose por éste el que
racionalmente se requiera para estudiar la petición y acordarla, que tendrá que ser congruente
con la petición y la autoridad debe notificar el acuerdo recaído a la petición en forma personal al
gobernado en el domicilio que señaló para tales efectos, sin que exista obligación de resolver en
determinado sentido, esto es, el ejercicio del derecho de petición no constriñe a la autoridad ante
quien se formuló, a que provea de conformidad lo solicitado por el promovente, sino que está en
libertad de resolver de conformidad con los ordenamientos que resulten aplicables al caso, y la
respuesta o trámite que se dé a la petición debe ser comunicada precisamente por la autoridad
ante quien se ejercitó el derecho, y no por otra diversa.4
Dentro del derecho administrativo, existen las figuras jurídicas que se conocen comúnmente
como afirmativa o negativa ficta, es decir, que el silencio administrativo, la inactividad, inercia o
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Época: Novena Época Registro: 162603 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de
Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo XXXIII,
Marzo de 2011 Materia(s): Constitucional Tesis: XXI.1o.P.A. J/27 Página: 2167
pasividad de la administración frente a la solicitud de un particular, deba tenerse como resuelta
en sentido positivo o negativo, según sea el caso.
La doctrina como la jurisprudencia sostienen que para que se otorgue el mencionado efecto,
debe estar expresamente previsto en la ley aplicable al caso. Es decir, para que en una solicitud
o trámite presentado ante una autoridad y cuyo cumplimiento por parte de ésta, se realiza fuera
del plazo que determinan las leyes se pueda obtener una respuesta presunta, que en algunos
ordenamientos se establece en sentido negativo, y en otros en sentido positivo, todo esto con el
fin de superar el estado de incertidumbre que se produce por esa omisión de la autoridad,
requiere necesariamente encontrarse contemplada en la ley, de manera expresa o que se pueda
deducir de su interpretación jurídica, puesto que se trata de una presunción legal y no de una
presunción humana.
Al respecto el máximo tribunal nos brinda una división entre la figura de la negativa ficta y el
derecho de petición, pues este último no se considera violado por la negativa ficta, cuando
expresamente el ordenamiento legal establece el sentido del silencio administrativo que recae
sobre el gobernado, es entonces el derecho de respuesta el derecho que se vulnera ante la figura
de la negativa ficta, sin embargo, el principio de interdependencia de los derechos humanos, y
como lo hemos visto en líneas anteriores, vincula estrechamente el derecho de petición y
respuesta entre sí.
Para entrar en el estudio de la procedencia del juicio de amparo en la violación del derecho de
petición es importante conocer cómo es que puede lesionarse el derecho de petición, ahora que
hemos puntualizado los elementos que posee el derecho de petición y los elementos del derecho
administrativo respecto de la negativa ficta, es dable interpretar que el derecho de petición se
vulnera ante las acciones u omisiones de la autoridad.
El derecho de petición se vulnera ante la falta de resolución o la resolución tardía son formas de
violación del derecho de petición, no obstante, las consecuencias jurídicas del silencio
administrativo. Cuando, por acción u omisión de las autoridades o de los particulares que presten
un servicio público o actúen o deban actuar en desarrollo de funciones públicas, vulneren o
amenacen el derecho constitucional de petición, la persona afectada puede ejercer la acción de
tutela para reclamar ante los jueces la protección inmediata de su derecho.
Las variables de acción u omisión a que se alude pueden presentarse en varias hipótesis como
son, entre otras, las siguientes:
1.1.- Que exista una solicitud presentada ante la responsable con la oportunidad debida
y en la forma que prevé el artículo 8º constitucional, sin que ésta haya sido respondida por dicha
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Época: Novena Época Registro: 197538 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de
Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo VI, octubre
de 1997 Materia(s): Administrativa Tesis: I.1o.A. J/2 Página: 663
autoridad, situación en que el acto reclamado es en sí mismo inconstitucional y amerita la
concesión del amparo al momento de la celebración de la audiencia constitucional.
2.- Si el quejoso reclama que la respuesta emitida y notificada por la autoridad responsable a
una petición presentada en forma pacífica y respetuosa, es incongruente a lo realmente
peticionado, el acto reclamado será de naturaleza positiva, siendo la materia de litis en el juicio
de amparo el contenido propio del acto de autoridad, en cuyo caso el juzgador de amparo deberá
analizar y calificar la congruencia de la respuesta frente a lo solicitado por el quejoso, y en el
supuesto de concluir que no se respondió lo realmente pedido, el amparo deberá concederse
para el fin de que se responda congruentemente y se notifique la nueva contestación.
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Época: Décima Época Registro: 160206 Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Tipo de
Tesis: Jurisprudencia Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Libro VI, Marzo
de 2012, Tomo 2 Materia(s): Constitucional Tesis: VI.1o.A. J/54 (9a.) Página: 931
REFERENCIAS