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AGROLOGÍA
AUTORES:
MATERIAL EN REVISIÓN
PREFACIO
El curso de Edafología Aplicada II a cargo de la Cátedra de Agrología, se dicta anualmente en la
Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela desde 1977, con un promedio anual
de 130-160 estudiantes del octavo semestre de la carrera de Agronomía.
Por su contenido es una asignatura de fuerte perfil profesional, que sintetiza aspectos fundamentales
de la Ciencia del Suelo, con los requerimientos del uso agronómico de la tierra, dentro de un
enfoque ecológicamente sustentable y ampliamente interdisciplinario.
En el dictado de la asignatura Edafología Aplicada II en la Facultad de Agronomía de la Universidad
Central de Venezuela, participa un equipo de profesores investigadores, especialistas con alto nivel
de preparación y de larga experiencia que, en conjunto, han publicado numerosos trabajos
científicos dentro de la disciplina. Con frecuencia, los diferentes temas del curso son desarrollados
con variados ejemplos nacionales, que resultan del conocimiento que estos especialistas tienen de la
problemática edafológica. Este equipo, ha elaborado materiales de estudio de los fundamentos
teóricos y de apoyo a las actividades prácticas, organizado en diversas módulos de trabajo, donde los
expertos vuelcan sus experiencias a través de ejemplos referentes a la realidad del país. Hasta hace
pocos años el material ha sido editado por medio de los procedimientos tradicionales a través de
multígrafo u offset. En diversas oportunidades, cuando el equipo lo ha considerado conveniente, el
material completo o con mayor frecuencia, ciertos capítulos, han sido revisados o re-elaborados
parcial o integralmente.
Esta tarea, realizada hasta el presente por los mecanismos tradicionales, resulta complicada, lenta y
demanda un esfuerzo considerable. Además, los costos se pueden ver incrementados, porque los
materiales no distribuidos de las ediciones obsoletas deben ser desechados, resultando una pérdida
que debe ser contemplada al momento de decidir una revisión.
Por otra parte, los integrantes más experimentados del equipo, están llegando a la finalización de su
actividad docente. Es oportuno, entonces, volcar esa experticia en un sistema pedagógico que
aproveche las facilidades proporcionadas por los avances de la informática, específicamente basado
en técnicas de hipertexto y multimedia.
El contenido programático de la asignatura Edafología Aplicada II, se apoya en tres módulos
sucesivos, cuya concatenación proporciona la integralidad que se imprime a la materia.
El primer módulo hace énfasis en los aspectos fundamentales del suelo como cuerpo natural
integrante del ecosistema. Considera la génesis del suelo como conocimiento fundamental para
comprender su papel dentro del sistema. Se discuten así los atributos del suelo como resultado de los
procesos formadores desencadenados por la interacción de un conjunto de factores. A continuación
se presentan los fundamentos de la taxonomía utilizada en el país para clasificar este cuerpo natural,
proporcionando al estudiante los elementos para deducir las potencialidades y las limitaciones de un
suelo a partir de su denominación taxonómica. Finalmente, este módulo culmina con los
fundamentos necesarios para la lectura de mapas de suelo.
El segundo módulo es esencial en el curso y desarrolla los conceptos básicos relacionados con la
evaluación de tierras, considerando al suelo como un recurso para la producción de alimentos y otros
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productos agropecuarios. Allí se proporcionan las bases necesarias para aplicar los lineamientos de
evaluación de tierras propuestos por la F.A.O., complementados por un conjunto de métodos de
evaluación de tierras ampliamente aplicados en el país tales como Capacidad de Uso, Riego,
Fertilidad.
En este módulo se confrontan las potencialidades y limitaciones de los suelos, con los
requerimientos de los cultivos, en el marco físico constituido por los factores climáticos y contextos
socioeconómicos específicos, a los efectos de proponer alternativas de uso sustentable. Debido a lo
expuesto, este módulo es el que más desarrolla el carácter interdisciplinario de la materia.
El tercer módulo presenta una síntesis de la oferta de tierras del país (potencialidades y limitaciones)
e informa sobre las fuentes a las que el interesado debe recurrir para acceder al acervo edafológico
de la Nación. También proporciona elementos metodológicos para comprobar la verosimilitud y
exactitud de la información accesada y para obtener rápida y eficientemente la mínima información
necesaria para emitir un juicio interpretativo sobre las principales potencialidades y limitaciones de
una tierra, cuando dicha información no existe, no es disponible en el momento o no es suficiente.
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TABLA DE CONTENIDO
ETAPA I
TEMA 1: CONCEPTO DE SUELO
- OBJETIVOS
- DEFINICIÓN DE SUELOS
- EL SUELO COMO SISTEMA ABIERTO TRANSFORMADOR
DEL PAISAJE
- EL PEDON
- EL POLIPEDON Y EL SUELO INDIVIDUAL
OBJETIVOS
ALGUNOS CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE GENESIS DE SUELOS.
Tomado de Boul, Hole y McCraken (1.991)
FACTORES FORMADORES DE SUELO
MATERIAL PARENTAL
CLIMA
RELIEVE
TIEMPO
ORGANISMOS O BIOTA
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2.1 - ANALISIS BREVE DE LOS FACTORES FORMADORES DE SUELOS EN VENEZUELA.
INTEMPERIZACION GEOQUIMICA
OXIDACION REDUCCION
HIDRATACIÓN
HIDRÓLISIS
DISOLUCIÓN
INTEMPERIZACION EDAFOQUIMICA
CICLOS DE OXIDACION REDUCCION
RESUMEN
BIBLIOGRAFIA
OBJETIVOS
INTRODUCCION
3.1 - TAXONOMIA DE SUELOS
HORIZONTES DIAGNÓSTICO
EPIPEDÓN
ENDOPEDON
EPIPEDONES MÁS COMUNES
OBJETIVOS
INTRODUCCIÓN
EL PAISAJE
EL CUATERNARIO EN LA ESCALA GEOLÓGICA (Tomado de Vivas, 1984)
Los límites entre el Plioceno y el Pleistoceno
Procesos Eólicos
Procesos Litorales
Procesos Coluviales
Procesos Bioantropogénicos
CONDICIONES AMBIENTALES INTERTROPICALES EN EL PLEISTOCENO TARDÍO
PLEOFORMAS CAUTERNARIAS
Paleoformas Aluviales
Las Terrazas
4.2 - Los Deltas
Abanicos Aluviales
Los Glacis35
4.3 - Paleoformas Coluviales
Deslizamientos
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Procesos Morfogenéticos
Factores Formadores
SUELOS DE VENEZUELA (Mogollón y Comerma,1994)
Suelos del Delta del Río Orinoco
Suelos de Montaña
BIBLIOGRAFIA
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ETAPA 1 - TEMA 1
CONCEPTO DE SUELO
OBJETIVOS
Al finalizar el tema, el estudiante estará en capacidad de comprender el concepto de suelo que
corrientemente clasificamos y representamos cartográficamente en los estudios agrológicos.
Conocerá la evolución histórica del concepto y de la ciencia del suelo como campo de conocimiento.
DEFINICIÓN DE SUELO
El suelo es un cuerpo natural que se encuentra en la superficie de la Tierra, en la interfase donde
interactúan la Litosfera con la Hidrosfera, la Atmósfera y la Biosfera. Limita por su parte superior
con la Atmósfera y la Biosfera. Su límite inferior es transición hacia capas más profundas de la
Litosfera (sedimentos, rocas y materiales alterados). Lateralmente, los cuerpos de suelo limitan con
otros suelos, o con cuerpos que no son suelos (rocas, sedimentos, cuerpos de agua o construcciones
humanas). Está compuesto de materiales inorgánicos (minerales, agua, aire) y orgánicos (materia
orgánica humificada o no). Los componentes sólidos, se agrupan formando agregados que se
yuxtaponen, dejando entre ellos poros que contienen a los componentes líquidos (agua) y gaseosos
(aire). En general, los componentes tienden a ordenarse en capas más o menos paralelas a la
superficie, que constituyen "horizontes".
El suelo tiene la capacidad para proveer de nutrientes, aire y agua, así como soporte mecánico, a la
vida vegetal. Es el teatro de un conjunto de procesos denominados pedogenéticos, que producen su
formación y evolución ; por lo tanto, es una entidad dinámica que se forma, se desarrolla y se
destruye o pierde sus atributos y capacidades.
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Figura 1.1 - Representación esquemática del suelo (solum) como un sistema abierto que
intercambia materia y energía con su ambiente: 1 y 2 - ganancia y pérdida de agua; 3 - ganancia de
sedimentos; 4 - pérdida por erosión; 5 - intercambio de gases con la atmósfera; 6 - translocaciones
de materia entre horizontes; 7 y 8 - ganancia y pérdida de energía; 9 - ingreso de materia desde los
materiales parentales; 10 - pérdidas de agua y solutos; 11 - transformaciones en el interior del
suelo.
vertical, juegan papeles diferentes debido a su ubicación respecto a la estructura del ecosistema del
que forman parte y al ambiente de éste. Mientras algunos suelos y horizontes se enriquecen en
ciertas sustancias a consecuencia de los procesos pedogenéticos, otros se empobrecen. Por ejemplo,
en los Llanos Centrales de Venezuela, el horizonte mineral superficial (horizonte A) de un suelo
bajo bosque semidecíduo, con el tiempo se enriquece en bases debido al aporte continuo de la
hojarasca, mientras que el subsuelo (horizonte B) se empobrece relativamente a causa de la
persistente extracción de nutrientes que ejercen las raíces. De la misma forma, en un suelo de
sabanas poco fértiles, es probable que los procesos predominantes involucren la lixiviación de las
bases retenidas en los coloides (orgánicos e inorgánicos) de los horizontes superiores y el transporte
de las partículas de arcillas insaturadas hacia horizontes más profundos.
Además del flujo vertical, existe también un intercambio lateral de material entre cuerpos de suelos
adyacentes, principalmente debido a la acción del agua y los organismos, en condiciones de relieve
inclinado. Los suelos que ocupan una depresión en el paisaje cumplen el papel de receptáculos de
agua, solutos y coloides en suspensión, y aún del material de suelo más grueso, erosionado de
muchos otros cuerpos de suelos ubicados en posiciones más altas en el mismo paisaje; de esa forma
los suelos de la depresiones tienden a evolucionar mediante procesos dominados por las ganancias
de materiales. Otros, que son los que aportan los materiales tomados por la erosión, evolucionan por
procesos dominados por las pérdidas de materiales. Ya sea en uno u otro caso, un cuerpo de suelo (o
incluso un conjunto de cuerpos de suelos asociados geográficamente y constituyendo una
comunidad) se comporta como una entidad y persiste conservando los atributos que lo caracterizan,
siempre y cuando se cumplan una de las dos condiciones siguientes: a) ocurra una cubierta
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protectora en forma de vegetación, una camada superficial de piedras y cantos o una capa superficial
cementada, que impida su eliminación por erosión. b) se haya establecido un equilibrio dinámico
entre los procesos de pérdidas y de ganancias. Por ello, tan pronto como dichas causas desaparecen,
el suelo se destruye o se transforma.
Por lo expresado anteriormente, se deduce que el manto continuo de suelos se subdivide en cuerpos
de suelos delimitados y se constata que cada cuerpo constituye un sistema abierto que tiene un
presupuesto de entradas y salidas, resultantes de procesos complejos y perpetuamente dinámicos que
incluyen:
1. Intercambio entre el suelo y el medio de materia sólida, gases (tales como oxígeno y bióxido
de carbono) y líquidos (agua y solutos), e intercambio de materiales dentro del suelo, como
el intercambio de gases, o el transporte de agua, solutos y coloides (materia orgánica
humificada y arcillas) desde los horizontes superiores a los inferiores. Todos esos
intercambios constituyen trabajos desde el punto de vista físico, y su ocurrencia debe ser
sostenida por un consumo de energía, proporcionada ya sea por el sistema suelo, por el
medio o, en procesos complejos, por ambos.
2. Respuestas de control automático como, por ejemplo, la expansión y la contracción de masas
de arcilla de un suelo ante los cambios de humedad o el reordenamineto de los componentes
sólidos en nuevas unidades estructurales, al formarse los agregados de suelo.
3. Producción, transformación y consumo de nuevos materiales orgánicos y minerales.
Mientras el sistema suelo produce e introduce en el ciclo nuevas formas de materiales
orgánicos y minerales, otra parte de esa materia está siendo gastada en el mismo suelo como
fuente de energía y de materia para los procesos, o es eliminada del sistema hacia el medio.
Debe destacarse que estos tres grandes tipos de procesos complejos se comprenden adecuadamente
cuando se conciben como fenómenos que ocurren en una interfase llamada suelo, donde interactúan
los sistemas litosfera, hidrosfera, atmósfera y biosfera.
El hombre considera al suelo como un recurso útil para sus propósitos, por ello trata
permanentemente de forzarlo para introducirlo en una comunidad simbiótica, en la que los seres
humanos, las plantas y los animales, se provean de sus necesidades mutuas pero siempre en
beneficio del ser humano. Lo expuesto explica por qué interviene sobre ecosistemas que están más o
menos en equilibrio con su ambiente, produciendo un impacto casi siempre negativo. Por ejemplo,
en Venezuela es frecuente que las planicies aluviales subactuales, boscosas, asiento de una variada
fauna de mamíferos y aves, sean deforestadas, el bosque sea sustituido por pastos de aptitud
forrajera y se introduzca en ellas ganado vacuno como componente esencial de la fauna; y por otro
lado, se destinen algunos sectores para la siembra de cereales, como sorgo y maíz, en la época de
lluvia, seguido de ajonjolí hacia el comienzo de la época seca, terminando el sistema sin vegetación
hacia el final de esta época. Es evidente que las acciones mencionadas producen una transformación
radical del ecosistema original, que generalmente conduce hacia su degradación y colapso.
Parte de la ciencia del suelo intenta comprender el impacto que esta intervención humana tiene
sobre el ecosistema como un todo, y sobre el suelo como un componente específico del ecosistema,
en particular.
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Los suelos son sistemas abiertos y complejos que aún no han estado sujetos a experimentos
controlados para conocer los mecanismos por los cuales se forma y evoluciona, porque los procesos
ocurren a una velocidad muy lenta como para que sus efectos sean visibles o medibles en lapsos
humanamente razonables. En Estados Unidos, el climatrón en los Shaw Gardens de San Luis, ha
logrado reproducir una gran variedad de condiciones climáticas tropicales y subtropicales dentro de
un solo espacio grande. Pero aún allí, los experimentos controlados en el desarrollo del suelo son
difíciles de establecer. El suelo se perturba al ser introducido en el lugar de estudio; el contraste de
los factores de formación del suelo es insuficiente de un lugar a otro dentro del ambiente controlado
como para dar lugar a respuestas medibles y el tiempo transcurrido desde la construcción del
climatrón es demasiado corto para producir perfiles de suelos reconocibles. Es concebible que
experimentos de laboratorio con columnas de suelos podrían extenderse a paisajes en miniatura,
bajo condiciones artificialmente controladas; pero no se conocen ejemplos de tales experimentos. En
la Facultad de Agronomía de la UCV, se han desarrollado varios estudios de los procesos de óxido -
reducción que afectan a los suelos inundados, utilizando para ellos columnas de suelos inalterados
que fueron sometidas a procesos de saturación, inundación o drenaje. Los cambios químicos fueron
medidos por medio de diferentes electrodos específicos (Rivillo, 1986, Rivillo y Adams, 1990).
Figura 1.2 - Esquema de los flujos de energía del sistema suelo: 1 - ingreso de energía radiante; 2 -
pérdida de energía por radiación; 3 y 4 - ganancia y pérdida de energía por sedimentación y
erosión; 5 - intercambio de energía con el medio a través de organismos; 6 - transformaciones de
energía dentro del suelo y translocaciones entre horizontes; 7 - ganancia de energía térmica por
ingreso de agua más caliente que el suelo; 8 - pérdida de energía por evaporación o ingreso de
agua más fría que el suelo; 9 - ingreso de energía desde el interior de la Tierra; 10 - pérdida de
energía por conducción y convección; 11 - acción de la energía gravitatoria sobre el suelo.
A pesar de que en el pasado se consideró al suelo y al paisaje como entidades estables que se
mantenían inalteradas a los ojos humanos, actualmente es un hecho comprobado y aceptado que
ambos cambian continuamente, desde el punto de vista físico, químico y biológico. Esos cambios se
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producen porque los suelos y sus cubiertas vegetales actúan como transformadores, receptores y
transmisores de la energía radiante del Sol, la gravitacional y, eventualmente, de la calórica que
emana del interior de la Tierra. El calor y la luz son transformados cuando intervienen en los
procesos de fotosíntesis, evapotranspiración, descomposición, hidratación y secado, calentamiento y
enfriamiento, lixiviación e intemperización, erosión (incluyendo las disoluciones) y deposición de
material (véase fig. 1.2). En el balance energético del sistema suelo es importante la fotosíntesis
producida por la flora y microflora asentada en el suelo. En tanto que la intemperización se
desarrolla predominantemente por medio de reacciones exotérmicas, el crecimiento de los
organismos se fundamenta en las reacciones endotérmicas, porque necesitan un aporte externo de
energía para mantener baja la entropía del sistema vivo. Los intercambios o las transacciones de
materia y energía se verifican entre las plantas y los suelos, así como entre éstos y el agua que
circula a través de ellos.
En el suelo, los organismos y minerales compiten por los materiales móviles y lábiles, de fácil
reactividad: gases, soluciones, coloides en suspensión y compuestos orgánicos derivados de la
actividad biológica.
El concepto de perfil de suelo difiere del de una muestra corriente de suelo, en que el perfil incluye
más de una capa de suelo, mientras que la muestra, en general, corresponde solamente a una de las
capas u horizontes (superficial o del subsuelo). Frecuentemente para representar un perfil de suelo se
necesitan varias muestras correspondientes cada una a una capa u horizonte del perfil.
Figura 1.3 Un suelo individual o polipedón es una unidad en el terreno que se caracteriza por la
posición en el espacio, el tamaño y la inclinación o pendiente de su superficie. El pedón es una
porción representativa del polipedón. El perfil es un corte vertical que permite reconocer las capas
u horizontes del pedón.
No obstante, se han dado varias definiciones (arbitrarias) de este límite (Soil Survey Staff, 1962). En
muchos casos, la diferencia primordial entre suelo y ciertos tipos de materiales geológicos
(sedimentos y regolitos), es la presencia en el suelo de raíces de plantas y depósitos de materiales
orgánicos y minerales provenientes de la pedogénesis. Las plantas actúan como bomba aspirante -
impelentes, por medio de las cuales los iones son tomados por las raíces, transportados a las partes
aéreas de las plantas donde son incorporados a su materia viva y, luego, depositados en la superficie
del suelo al caer las hojas y demás restos de las plantas. Estos materiales vegetales depositados son
tomados (consumidos, atacados, digeridos) por la fauna y la microflora que reside sobre el suelo y
en sus porciones superiores y transformados en productos paulatinamente más simples, que son
reincorporados al suelo donde nuevamente quedan al alcance de las raíces. Por consiguiente, puede
pensarse que cualquier porción de la corteza terrestre alcanzada por las raíces de las plantas, está
siendo transformada de material geológico, biológico o hidrológico, en suelo. Lo anterior significa
que un cuerpo natural sólido, que contenga raíces activas de plantas, aunque no tenga color de suelo,
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ni agregados de suelo ni horizontes, es un suelo en proceso de formación.
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SECCIÓN CONTROL
Algunos suelos son tan profundos o tienen límites inferiores tan sutiles que, en la práctica, el suelo
se clasifica y se cartografía sin un conocimiento del solum completo. A los efectos de establecer una
referencia que permita comparar las descripciones de diferentes tipos de suelos, se define
frecuentemente una "sección control" que es una porción del perfil del suelo delimitada en función
de una profundidad arbitraria o una gama de profundidades, en centímetros, que se utiliza para
medir o describir atributos característicos y representativos del suelo. En el trabajo de
reconocimiento de suelos, la capa del suelo y/o material matricial comprendida entre las
profundidades de 25 a 100 cm, se considera como la sección control en suelos sin horizontes B
texturales ( o sea sin horizontes argílicos). Cuando está presente un horizonte argílico, se toma como
sección control a los 50 cm superiores de ese horizonte argílico. En regiones donde se practica el
riego o donde hay que utilizar drenajes, 1 metro no es profundidad suficiente para describir
adecuadamente el suelo y, en consecuencia, debe utilizarse una sección de control más profunda. No
obstante, donde estas prácticas no son comunes, se pierde tiempo en describir un suelo a una
profundidad mayor de 1 metro, cuando sólo deben hacerse interpretaciones prácticas de
reconocimiento.
EL PEDÓN.
El cuerpo de suelo individual está limitado lateralmente por otros cuerpos de suelos o por materiales
que no son suelos. Los cuerpos de suelos adyacentes pueden diferenciarse entre sí sobre la base de
los atributos del solum ( color, textura, estructura, espesor, etc.). Por ejemplo, si el suelo individual
A puede reconocerse porque tiene un solum dentro de una gama de profundidades de 60 a 100 cm a
lo largo del eje "y", tácitamente se admite que existen otras dos clases de suelos individuales
asociados con el primero: uno con un solum de más de 1 metro de espesor y el otro con un solum
con menos de 60 cm de espesor. Si bien el suelo puede describirse en un perfil (sección vertical
bidimensional que contiene los ejes coordenados "x"-"y" o "z"-"y" de la figura 1.3), su naturaleza
tridimensional corresponde a la de un cuerpo o volumen que se extiende en las direcciones x-y-z. El
volumen más pequeño de suelo que puede reconocerse como suelo individual se denomina "pedón"
(Soil Survey Staff, 1960). El pedón representa el volumen de suelo mínimo necesario y suficiente
para describir y hacer un muestreo de la cobertura pedológica de un sitio dado.
Un pedón es el volumen más pequeño que puede ser reconocido como un tipo específico de suelo.
Su límite inferior es el límite vago y algo arbitrario entre suelo y "no suelo". Las dimensiones
laterales son lo suficientemente grandes como para permitir el estudio de la naturaleza de
cualesquiera de los horizontes presentes, pues un horizonte puede ser variable en espesor o aun
discontinuo, por lo tanto, la extensión del pedón debe permitir captar esas variaciones. Su área, por
lo general, va de 1 a 10 m2, pero en casos especiales puede ser necesario definir pedones de
dimensiones mayores, lo que depende de la variabilidad en los horizontes. Cuando éstos son
intermitentes o cíclicos y se repiten a intervalos lineales, el pedón incluye una mitad del ciclo. Así
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cada pedón incluye la gama de variabilidad de horizontes que existe dentro de estas áreas pequeñas.
Cuando el ciclo es menor de 2 metros o cuando todos los horizontes son continuos y de espesor
uniforme, el pedón tiene un área de 1 m2. Por otra parte, dentro de estos límites, cada pedón incluye
la gama de variabilidad de horizontes asociados con esa área pequeña. Esta definición implica que
un pedón es el volumen mínimo de suelo que debe estudiarse, describirse y muestrearse, en
representación de un suelo.
Así, el concepto de pedón se superpone al de perfil de suelo, al incluir tanto la dimensión lateral
como la vertical de un suelo, pero considera además, la tercera dimensión y pone límite al volumen
que se va a examinar. Por ello, para describir adecuadamente un suelo individual, se recurre al
pedón como unidad de observación y muestreo. En la práctica, la descripción y muestreo de un
pedón se realiza excavando calicatas, las cuales, si bien normalmente no permiten estudiar realmente
el volumen integro del pedón, exponen para la descripción hasta cuatro perfiles (las paredes de la
excavación).
Un cuerpo de suelo individual que consta de más de un pedón se denomina "polipedón". El concepto
de polipedón proporciona el enlace esencial entre las entidades básicas de muestreo de suelos (los
pedones) y los suelos individuales, que forman unidades naturales físicas y las unidades
conceptuales en el sistema taxonómico. El polipedón se define como un conjunto de pedones
contiguos cuyos atributos se encuentran dentro de la gama definida para una sola serie de suelos. Es
un cuerpo de suelos real, físico, limitado por "no suelo" o por polipedones de carácter diferente
respecto de los criterios aceptados y utilizados para definir series. Su tamaño mínimo es el mismo
del pedón, pero no tiene área máxima prescrita. Sus límites con otros polipedones se determinan más
o menos exactamente por definición de los atributos correspondientes.
Estos conceptos permiten dividir el continuo del suelo en suelos individuales o unidades
individuales, que, de acuerdo a sus atributos clasificar de acuerdo a diversos sistemas taxonómicos.
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ETAPA 1 - TEMA 2
GÉNESIS DE SUELOS
OBJETIVOS
Al finalizar el tema, el estudiante estará en capacidad de comprender los principales procesos
pedogéneticos que alteran los materiales parentales, debido a la influencia del relieve, clima y biota,
en función del tiempo. En consecuencia, adquirirá un modelo conceptual que le permitirá analizar y
comprender la variabilidad de suelos en unidades de paisajes.
Buol y Col., (1991) afirman que la génesis de los suelos puede ser comprendida en función de
algunos principios o conceptos fundamentales, que se exponen a continuación.
Concepto 1: En el pasado, los procesos pedogenéticos actuaron en el espacio y en el tiempo, en
forma similar a lo que ocurre hoy en día en los diferentes ambientes que conocemos. Esta
afirmación se basa en el principio del uniformitarismo de Hutton, Playfair y Lyle, ampliamente
aplicado en Geología. Puede suponerse que, durante los períodos de la historia de la Tierra en que
no había vida, no existía suelo en el sentido que se le ha dado en el capítulo anterior, sino algo
semejante a lo que se encuentra actualmente en la superficie de la Luna. Se supone, entonces, que
las rocas estaban expuestas a los agentes de intemperización y erosión, sin la participación de
organismos. Pueden haber existido cuerpos superficiales formados por los productos de la
desintegración y descomposición geoquímica de las rocas, inclusive mostrando diferenciación entre
horizontes, a causa del transporte vertical de sólidos y solutos por acción del agua: los "protosuelos".
Recién desde la aparición de los organismos en la superficie terrestre, posiblemente a principios del
Devónico (hace 400 millones de años), se han formado diferentes clases de suelos similares a los
que conocemos actualmente, bajo el influjo de la flora y la fauna.
Este principio incluye la idea que los términos utilizados para designar los procesos de formación
del suelo que hoy reconocemos ("humificación","argilización","podzolización", "laterización", etc.)
son realmente conjuntos de procesos que en el pasado actuaron en forma similar a lo que lo hacen en
la actualidad, pero en diferentes proporciones e intensidades, en diferentes épocas y lugares
(Simonson, 1959).
Concepto 2: Diferentes combinaciones de procesos de formación o combinaciones de procesos
similares, pero actuando con diferentes intensidades, producen suelos distintos. El sentido inverso
también es verdadero en algunos casos. Hay ciertos ambientes que se caracterizan por un conjunto
de procesos pedogenéticos que son distintos de los que ocurren en otros ambientes, no sólo porque
difieren en proporciones e intensidades de aquellos procesos que les son comunes, sino también
porque incluyen procesos que son únicos. Por ejemplo, los suelos que se desarrollan en regiones de
la Tierra en que las temperaturas caen por debajo del punto de congelación (como en las grandes
alturas andinas de Venezuela) sufren acción del hielo, ausente en otras regiones, por ello presentan
características que les son comunes. Los períodos de glaciación e interglaciares, han afectado la
superficie de la Tierra en repetidas ocasiones. Por ejemplo, en Brasil, Paraguay, Argentina y
Uruguay, existieron glaciaciones en el período Carbonífero, hace 300 millones de años, así como en
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los Andes venezolanos están comprobadas glaciaciones ocurridas en el período Cuaternario, hasta
hace menos de 10.000 años. Sería de esperar que los suelos formados en cada uno de esos eventos
fueran similares respecto a aquellos derivados del congelamiento del suelo, porque los procesos
formadores han actuado sobre los materiales parentales del suelo de similar manera, ya que se
supone que los procesos desencadenados por los fenómenos de congelamiento han seguido siempre
las mismas leyes naturales que en la actualidad.
Concepto 3: El suelo y su cubierta vegetal modifican los procesos de degradación de la Tierra.
Mediante la concentración de nutrientes y tejidos orgánicos en la superficie del suelo, las plantas
contrarrestan los procesos de lixiviación y en un grado considerable protegen el suelo contra los
agentes de la erosión. La intemperización orgánica, a su vez, contribuye en forma determinante a la
descomposición de los minerales primarios y a la evolución del material edáfico, por medio de la
síntesis de minerales secundarios.
Algunos horizontes de suelos, conocidos como "panes", actúan como estratos resistentes y al
disminuir el efecto de la erosión allí donde están, su presencia puede expresarse por la configuración
del relieve.
Concepto 4: Los minerales arcillosos se producen en el suelo. Los suelos que contienen minerales
intemperizables a arcillas silicatadas, son cuerpos naturales en los que estos minerales pueden
formarse, son "fabricas de arcillas". La resistencia de los suelos a la erosión citada en el concepto 3,
da tiempo para que algunos minerales intemperizables del suelo se alteren a arcillas y para que las
arcillas se sinteticen a partir de los productos de intemperización. Es probable que las partículas de
arcilla que constituyen las lutitas de la columna sedimentaria sean, en gran parte, productos
formados en suelos en el pasado, que hayan sido liberados de éste por erosión y acumulados en los
depósitos sedimentarios arcillosos precursores de las lutitas. Por supuesto, ello no excluye que los
minerales arcillosos también se formen en otros ambientes diferentes al edáfico.
Concepto 5: En el suelo se producen complejos químico orgánicos y minerales. Durante los
procesos pedogenéticos los compuestos orgánicos forman complejos con la arcilla, los cuales
tienden a favorecer la formación de agregados o estructura de suelo. A las lombrices de tierra, que
actúan como promotores de este proceso, se les ha llamado "fabricas de suelos" (Jacks, 1963).
Concepto 6: Los suelos pueden ser el resultado del efecto acumulado de sucesivas etapas de
pedogénesis. Debido a ello, en ciertos casos pueden presentarse secuencias de suelos formados a
partir del mismo tipo de material parental, bajo condiciones de relieve, biota y clima similares, pero
que cada uno de los suelos que conforman la secuencia es diferente a los otros porque ha acumulado
diferente número de etapas de pedogénesis. Esa secuencia de suelo se denomina “crono secuencia”.
El concepto de ciclo edafológico incluye "suelos jóvenes", "suelos maduros" y "suelos seniles". Se
presentan sucesiones bio-pedogénicas y cata-pedogénicas. En el primer caso predomina una
sucesión vegetal: en el segundo, intemperización y "degradación" del suelo.
Concepto 7: En la génesis del suelo, la complejidad es más común que la simplicidad. Un suelo
simple es el formado bajo el influjo de un solo proceso dominante, como es el caso de un suelo
joven formado en dunas de arenas ácidas. La invasión del material mineral por materia orgánica,
bajo la forma de plantas "precursoras", es el proceso dominante. Los suelos simples son raros. Un
suelo complejo, caso común, es el formado bajo el influjo marcado de alto número de procesos que
se superponen.
Concepto 8: Muy poco del continuo del suelo que actualmente ocupa la superficie de la Tierra es
anterior al Terciario y, del resto, la mayor parte no es anterior al Pleistoceno. Esta situación es una
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medida de la estabilidad limitada de la superficie de la Tierra, pues los suelos antiguos tienden a
desaparecer por erosión o son sepultados por sedimentos o suelos más recientes.
Concepto 9: Para una compresión clara de los suelos es requisito imprescindible el conocimiento de
la climatología. Es fundamental el concepto zonal ruso climático - vegetativo de la génesis del suelo
desarrollado inicialmente por Dokuchaev, hace ya un siglo. Según esa concepción, el clima y los
organismos dejan su huella en el manto rocoso, bajo la forma de suelos.
Concepto 10: Para la comprensión de los suelos, es indispensable un conocimiento del Pleistoceno.
Los cambios de clima y de comunidades vegetales, la acción de diferentes agentes geológicos, los
cambios del nivel del mar, los ciclos de erosión y deposición ocurridos durante el Pleistoceno y que
aún continúan, han ejercido un influjo marcado en los materiales parentales del suelo y en los
procesos pedogenéticos.
Concepto 11: El influjo de los factores externos sobre las características del suelo no se ejerce
uniformemente a través de la totalidad del perfil ni sobre la totalidad de sus atributos y
componentes, sino que se concentra en una o más porciones del cuerpo de suelo afectado. La
identificación de esas partes susceptibles es importante para reconocer los cambios incipientes o más
sutiles.
Concepto 12: Para el manejo adecuado de los suelos, es básico el conocimiento de la génesis del
suelo. El influjo del hombre sobre los factores de formación del suelo puede controlarse y planearse
mejor en el futuro, a la luz de los descubrimientos de los genetistas de suelos.
Concepto 13: La Paleontología y la Arqueología son ramas del conocimiento que pueden tanto
aportar conceptos de importancia en la ciencia de la génesis del suelo, como recibir argumentos de
ésta para comprender mejor lo ocurrido en el pasado. Aunque la ciencia de la génesis del suelo está
primordialmente relacionada con los paisajes actuales, adquiere utilidad histórica por extrapolación
al pasado (ver Concepto 1).
CLIMA
El clima, como factor formador de suelos, es de gran importancia debido a su influencia marcada en
la tasa a que ocurre la meteorización, el lavado de elementos químicos y componentes solubles y la
tasa de incorporación y descomposición de la materia orgánica. Estos procesos avanzan a mayor
velocidad bajo condiciones húmedas y cálidas que bajo condiciones secas y frías (Robinson, 1972),
pero, para que su acción pueda alcanzar efectos visibles o medibles, debe transcurrir un tiempo
siempre considerable,
Así, si el tiempo ha sido suficientemente largo, se considera al clima como el factor más importante
en la formación del suelo. Afecta directamente el grado de meteorización, a través de la influencia
21
de la temperatura y del agua sobre la intensidad de los procesos físicos y químicos que intervienen
en la descomposición de los minerales. Además, es el principal agente que incide en la distribución
de la vegetación y, conjuntamente con el relieve, incide también en el tipo e intensidad de los
procesos geomorfológicos.
Se pueden observar las relaciones que existen entre el clima y el suelo, al comparar los mapas de
suelos de nuestro país con el mapa de precipitación y en menor grado con el de temperatura, y se
puede determinar que casi todos los órdenes y sub - órdenes de suelos están asociados con los
diferentes tipos de climas que existen en el país (húmedos o secos).
La precipitación y la temperatura son los dos factores del clima más directamente asociados con el
control de las propiedades del suelo. La precipitación es importante porque el agua está involucrada
en casi todos los procesos físicos, químicos y bioquímicos que tienen lugar en el suelo, y la cantidad
de humedad presente en la superficie y en el perfil de suelo, influencia de manera notable las
condiciones de meteorización y de lavado del mismo.
La precipitación juega un papel dominante en la pedogénesis, junto con la tasa de evaporación y las
características de drenaje del suelo. Un exceso de la precipitación sobre la evaporación, ocasiona un
movimiento descendente del agua en el perfil de suelo. La interrupción de este proceso por un
período o época seca, detiene temporalmente el lavado de solutos (Na+, K+, Ca++, Mg++, NO3-, SO4=,
HCO3-) que se produce hacia los horizontes B y C y en algunos casos, el material soluble retorna a
la superficie. Cuando domina el período seco en intervalos más largos de tiempo, los materiales
solubles son llevados hacia arriba por ascenso capilar y por la acción de la vegetación y si el nivel
freático está cerca de la superficie, puede suceder un enriquecimiento masivo del horizonte
superficial en sales solubles, determinando la aparición de suelos salinos y alcalinos (Etherinton,
1982).
Como el agua es el principal agente que canaliza el ingreso de la energía gravitatoria en el suelo,
participando así en numerosos procesos físicos, el clima tiene también una influencia determinante
no solo sobre la cantidad y clase de arcilla que se forma en el suelo, sino también sobre la saturación
de humedad del mismo y en la presencia o no y la profundidad a que se presentan los horizontes
argílico, sálico, gípsico o cálcico, ya que estos procesos dependen fundamentalmente de la
intensidad del lavado, por lo tanto, el factor decisivo es la precipitación efectiva de lavado. Los
suelos de zonas templadas son en general menos lavados y meteorizados que los suelos de los
trópicos y en ellos predominan las arcillas tipo 2:1, mientras que los últimos predominan las arcillas
tipo 1:1. A mayor lavado se puede decir que los suelos son más ácidos, sin embargo, obviamente
hay que tomar en cuenta otros los otros factores formadores, como el material parental, el relieve, el
tipo de vegetación y el tiempo, además de la temperatura.
En la figura 2.1, tomada de Mogollón y Comerma (1994), se observa la diversidad de suelos que se
presentan, en una transecta a lo largo del meridiano 64º 30’ de Venezuela, al cambiar los factores
enumerados (materiales parentales, relieve, clima, vegetación y tiempo). A medida que aumenta la
precipitación en el sentido Norte - Sur, bajo un clima cálido, hay cambios apreciables en la
vegetación y ocurre un mayor desarrollo en los perfiles de suelo, sucediéndose desde aridisoles
(Argids) al norte del estado Anzoátegui en ambiente cálido y seco, hasta oxisoles (Udox) en el
estado Amazonas en un ambiente cálido y muy húmedo.
En la figura 2.2, también tomada de Mogollón y Comerma, se muestra como cambian los horizontes
de los suelo y, por lo tanto, su clasificación taxonómica, cuando la precipitación aumenta de norte a
sur, a consecuencia de lo cual aumenta el espesor de los suelos, el endopedón se transforma de
22
cámbico a argílico y luego a óxico, incrementa la cantidad e intensidad del lavado de bases y sales,
aumenta la acidez y los minerales primarios se alteran más intensamente.
Figura 2.1. Factores ambientales en interacción en una transecta norte- sur a lo largo del
meridiano 64º 30’ en Venezuela. Este perfil transversal muestra cambios en las condiciones de
suelo, vegetación y clima. Nótese que cuando cambia el régimen de humedad de seco a húmedo,
ocurren también cambios notables en los suelos y en la vegetación. Tomado de Mogollón y
Comerma (1994).
Cámbico
Figura 2.2. Relaciones entre los principales órdenes de suelos y la precipitación en Venezuela. La
precipitación incrementa de norte a sur. Tomado de Mogollón y Comerma (1994).
23
La temperatura influye también de manera marcada sobre la formación del suelo. Debido a que las
solubilidades de la sílice y de las bases, se incrementan con la temperatura, los climas cálidos
favorecen la formación de arcillas 1:1 (con poca sílice y sin bases), lo cual es otra razón para la
abundancia de tales arcillas en los suelos tropicales.
La temperatura controla el ritmo de muchos otros procesos edáficos, ya que según la ley de Van
Hoff, por cada aumento de 10º C de temperatura, la intensidad de las reacciones químicas aumenta
dos veces. La temperatura incide también sobre la velocidad de los procesos bioquímicos y
biológicos que ocurren en el suelo. Jaimes y Elizalde (1990) encuentran una relación estrecha entre
la temperatura del aire, controlada por la altitud del sitio sobre el nivel del mar, y el contenido de
carbono orgánico de epipedones de suelos venezolanos. En la figura 2.3 se expone que este
contenido se incrementa con la altitud, al descender la temperatura del sitio. En la misma figura se
muestra, a la vez, la relación encontrada por Comerma, Sánchez y Soto (1978) entre la altitud sobre
el nivel del mar y la temperatura del suelo a 50 cm de profundidad. Como se observa en la citada
figura, en cada sitio, la temperatura del suelo a 50 cm de profundidad es aproximadamente 3,5
grados superior a la temperatura del aire.
Figura 2.3. Relaciones entre la altitud sobre el nivel del mar, representada en abscisas, y la
temperatura del aire en grados centígrados (curva identificada como 27,1), la temperatura del
suelo a 50 cm (curva 29,6) y el porcentaje de carbono orgánico, representado por la curva
identificada como 0. (Jaimes y Elizalde, 1990; Comerma et al 1978).
El clima, por lo expuesto, es un factor formador de suelo que tiene gran influencia en el contenido
de la materia orgánica, el pH, la saturación con bases y por lo tanto tiene un efecto sustancial sobre
el desarrollo del perfil y la fertilidad del suelo.
24
RELIEVE
El relieve canaliza los flujos de energía gravitatoria, facilitando o entorpeciendo su transformación
de energía potencial en energía cinética. De esta forma, la evolución de un suelo será dominada por
ganancias, pérdidas o transformaciones de la materia que lo compone, de acuerdo al balance de los
flujos de energía que alimenta los trabajos físicos involucrados en esos procesos. Por ello el espesor
del suelo está asociado al tipo de relieve: así, por ejemplo, los suelos en lugares de topografía plana
o con pendientes suaves dentro de una misma área climática, y a partir del mismo material parental,
tienen la tendencia a mostrar mayor espesor, pero a medida que aumenta la pendiente y se
incrementa el riesgo de erosión, se produce una mayor escorrentía y un incremento en el arrastre de
los materiales superficiales, dando como resultado que los perfiles de suelo sean por lo general más
delgados. (Fitz Patrick, 1974).
Como se describe a continuación, el relieve también afecta el tiempo de evolución y por ello
contribuye a controlar el grado de desarrollo o evolución de los suelos. Muchas veces la erosión del
suelo remueve material superficial del suelo, antes de que la pedogénesis se manifieste de manera
evidente, de modo que suelos ubicados en áreas de fuerte erosión generalmente son poco
evolucionados, delgados y pedregosos y no presentan evidencias de madurez en el perfil. Es
probable que en estas condiciones, parte del suelo de las zonas más altas se deposite o acumule en
las partes más bajas del paisaje, determinando en los suelos allí existentes, que los procesos
pedogenéticos que hubieran comenzado a producirse en los horizontes superficiales deban ser
reiniciados constantemente sobre los nuevos materiales acumulados sobre la superficie,
manteniendo así un estado permanente de "juventud". Es común también, que las pérdidas parciales
del horizonte superficial por erosión geológica o antrópica causen rejuvenecimiento del suelo, lo que
evita que el mismo "envejezca" y disminuya sensiblemente su fertilidad natural (Batten et al, 1977).
La topografía y el drenaje son dos factores que están también estrechamente unidos. Mientras la
pendiente sea más quebrada se acelera el drenaje externo o escorrentía, al igual que la erosión
hídrica. En zonas con pendiente suaves o moderadas, con suelos derivados del mismo material
parental y bajo las mismas condiciones ambientales, las características de los perfiles a lo largo de la
pendiente están en función de la topografía y el drenaje, y la secuencia que se consigue se denomina
“catena” (cadena) (Batten, et al, 1977). Cada individuo suelo de la "catena", representa un eslabón
en la cadena de varios suelos relacionados. La catena suministra un enfoque excelente para estudiar
los suelos en el campo, ya que permite ver las relaciones laterales de los suelos individuales y de
éstos con el relieve, el drenaje, el material parental y la vegetación, entre otros.
Otra forma en que actúa el relieve como factor formador de suelos, es su efecto sobre la radiación
solar que ingresa por incidencia directa. En las áreas montañosas, las laderas orientadas hacia el lado
del sol (hacia el sur en el hemisferio norte) reciben más insolación que las laderas opuestas por lo
cual tienden a ser más cálidas y más secos. De forma similar, las laderas que reciben vientos
frontales tienden a ser más húmedas que las otras. Ambos efectos pueden sumarse o contrarrestarse,
según cada situación especifica, influyendo de una u otra manera sobre la actividad biológica, y
obviamente, sobre los procesos pedogenéticos que determinan las características de los suelos.
Un factor del relieve, la altura sobre el nivel del mar, está estrechamente relacionado con la
temperatura, tal como se muestra en la figura 2.4 tomada de Jaimes y Elizalde (1990). En ese trabajo
los autores proponen que la temperatura media anual del aire, en grados centígrados (y), es función
de la altitud del sitio expresada en metros (x), a través de la ecuación de regresión siguiente válida
25
para Venezuela: y = 27,1 - 0,0059x. El coeficiente r2 = 0,997, indica la alta predicción de la
ecuación.
Como síntesis de todo lo expuesto, el relieve es uno de los factores que influyen en múltiples
propiedades de los suelos, tales como el espesor y composición de los horizontes, el contenido de
materia orgánica del horizonte "A", su color y el grado de diferenciación entre éste y los horizontes
subyacentes.
TIEMPO
Todos los factores de formación de suelo determinan la ocurrencia de un conjunto de procesos
cuyos efectos se expresan en un período de tiempo determinado, que generalmente se mide en
cientos o miles de años. Como resultado de esos procesos, el suelo tiende a manifestar diversos
estadios de evolución: juventud, madurez o vejez.
No todos los suelos envejecen a la misma velocidad. Como un período dado de tiempo puede
producir muchos cambios en un suelo y poco en otros, generalmente la madurez de un suelo se
determina más por el grado de desarrollo de los horizontes, que por el número de años transcurridos
desde el inicio de la evolución del mismo. En general la evolución del suelo es más acelerada en
climas cálidos como resultado de procesos más intensos, como se explicó anteriormente.
Generalmente no se puede hablar de que un número determinado de años es necesario para terminar
un ciclo de madurez, ya que el tiempo de desarrollo de un perfil es muy variable. De acuerdo a
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Hudson (1981) y Lal (1984), bajo clima húmedo y cálido, la formación de 1 cm de suelo nuevo a
partir de materiales consolidados y permeables requiere entre 100 y 500 años. Si las condiciones de
clima o de material parental no son tan favorables, el tiempo necesario se puede extender a varios
miles de años.
En Venezuela, Herrera y Tamers(1971) han determinado la edad de varios suelos, ubicados en los
estados Barinas, Aragua y Miranda.
En Barinas , las muestras corresponden a los 85 cm. superficiales de las series Boconó, Fanfurria y
Méndez. Estas series se han formado a partir de estratos sedimentarios fluviales acumulados en
varios episodios intermitentes. Por ello los horizontes que se encuentran entre 50 y 85 cm. de
profundidad tienen aproximadamente entre 2500 y 2700 años de edad, los horizontes que se
encuentran entre 25 y 50 cm. tienen entre 1000 y 1700 años y los horizontes superficiales de 0 a 15
cm. tienen alrededor de 100 años, mostrando 3 grandes pulsos sedimentarios separadas por etapas de
pedogénesis.
En Aragua los autores citados estudiaron muestras de la serie Maracay, ubicadas dentro del campo
Experimental de la Facultad de Agronomía. Los horizontes que se encuentran aproximadamente
entre 135 y 165 cm de profundidad presentaron una edad comprendida entre 1.290 y 1.680 años
(con un error de +- 70 años), mientras que los horizontes que se presentan entre 0 y 60 cm de
profundidad tienen una edad aproximada de 120 a 150 años.
El tercer sitio corresponde a una toposecuencia de suelos en los Altos de Pipe, en los predios del
Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC). Los autores presentan los datos de
cuatro perfiles que constituyen una toposecuencia entre 1450 y 1600 m.s.n.m. Todos los perfiles
muestran que la edad de los horizontes incrementa regularmente con la profundidad. Los horizontes
más recientes tienen edades entre 400 y 600 años y se encuentran entre 15 y 30 cm de profundidad
en los perfiles más bajos de la toposecuencia. En los perfiles más altos, a esa profundidad los
horizontes tienen edades comprendidas entre 2200 y 2800 años, mientras que los más profundos
alcanzan edades de 6000 a 7000 años. Ello parece indicar que los horizontes más recientes de los
perfiles más altos se ha perdido por erosión y no ocurre así en los perfiles inferiores.
Muchas veces se observa que, como los suelos evolucionan en largos períodos de tiempo, sus
atributos reflejan principalmente la influencia preponderante de climas anteriores más que del clima
actual. Por ejemplo, en muchas partes de Australia, los tipos de suelo que están presentes hoy en día
se comprenden mejor si se estudian los patrones de climas pasados (Pears, 1977). Una situación
parecida, ocurre en los suelos al oeste de Coro, que presentan un horizonte argílico bien
desarrollado, pero las condiciones actuales muy secas (semiáridas), no permiten explicar el
transporte de arcilla que ese horizonte implica, con lo cual se deduce que la translocación de arcillas
ocurrió en un clima anterior, más húmedo que el actual.
La comprensión cabal del tiempo como factor formador de suelo se basa fundamentalmente en datos
e inferencias aportadas tanto por la Pedología, como por varias ciencias auxiliares, tales como
Botánica, Zoología, Geología y Geomorfología.
Los suelos jóvenes generalmente tienen un perfil poco diferenciado y son, en su mayoría, suelos de
tipo AC o con un débil desarrollo del horizonte B. Los suelos jóvenes, bajo condiciones que
favorezcan la acidificación, tienden a ser menos ácidos que los suelos viejos provenientes de
materiales parentales similares, porque la evolución de los suelos, con frecuencia se manifiesta por
un lavado de las bases y el incremento de la acidez. De la misma manera, en el transcurso de la
27
evolución se van desarrollando paulatinamente el endopedón cámbico, previamente a la formación
de los endopedones argílico, kándico o espódico.
En la figura 2.5 aparece un esquema hipotético de los estadios en el desarrollo de un suelo del
piedemonte andino, en Venezuela, donde se observa el progresivo desarrollo del horizonte B a
través del tiempo, lo que da origen a los diferentes órdenes que se señalan.
Figura 2.5 Esquema hipotético de los pasos o estadios en el desarrollo de los suelos en la región de
piedemonte llanero occidental a través del tiempo.
ORGANISMOS O BIOTA
La actividad de los vegetales y animales tanto superiores como inferiores, tiene una gran influencia
sobre el desarrollo del suelo. Al inicio de la pedogénesis las raíces contribuyen a disgregar el manto
rocoso y penetran a través de los estratos compactos y, cuando el suelo está ya formado mejoran la
aireación, la estructura, la infiltración y la retención de agua del suelo todo lo cual, a su vez,
favorece la pedogénesis. Las raíces extraen bases de las zonas profundas, las incorporan a sus tejidos
y líquidos, y las devuelven a la superficie por medio de la descomposición de los tejidos vegetales
posterior a la muerte de la planta. Además de las raíces, los microorganismos del suelo son los
principales agentes de la desintegración de la materia orgánica, producen aumentos de nitrógenos en
el suelo y contribuyen a la estabilidad estructural del mismo. La cubierta vegetal permanente
también contribuye en gran proporción a brindar una protección eficaz contra la erosión hídrica o
cólica, además de influenciar la cantidad de agua que llega a la superficie del suelo, aumentando la
infiltración; también protege al suelo contra la radicación directa del sol, y por tal razón, evita que
alcance temperaturas excesivamente altas, favoreciendo la formación y acumulación de humus. Se
puede decir que la mayor influencia de la vegetación sobre el suelo vendría dada por los aportes de
los materiales de las plantas (hojas, raíces, etc.) que van a ser descompuestos por la actividad
microbiana. La vegetación también es determinante en la clase de humus que se forma. Muchas
coníferas producen un humus ácido que puede favorecer el proceso de podsolización mientras otras
especies de árboles producen un humus débilmente ácido capaz sólo de producir movilización de
28
hierro y otros métales polivalentes por quelatación. La distribución del humus en el perfil de suelo
también depende en gran parte de la vegetación. Las gramíneas poseen numerosas raíces, las cuales
al descomponerse enriquecen al suelo en humus hasta una profundidad considerable, en cambio, el
aporte proveniente de la parte aérea de la planta es relativamente menos importante. Contrariamente
las raíces de los árboles contribuyen poco a la presencia de humus subsuperficial y la mayoría de
humus que se acumula bajo una vegetación de bosque es superficial, porque se forma
fundamentalmente a expensas de la materia orgánica aportada por la hojarasca.
Los procesos de la descomposición de la materia orgánica también son fuente de ácidos orgánicos,
que disueltos en el agua del suelo le dan un carácter ácido y quelatante, aumentando así su poder de
meteorizar a los minerales.
Un suelo fértil tiene gran cantidad de microorganismos, que constituyen su microflora y
microfauna, formados por un gran número de bacterias, hongos, algas, protozoarios, a los cuales se
agregan las lombrices de tierra y los nematodos. Según Pears, 1977, el número de bacterias en 1
gramo de suelo varía de 1 millón a 4.000 millones; el número de hongos puede variar de 5.000 a 1
millón. La población de la microfauna puede llegar a 2 millones en 1 gr de suelo. A pesar de este
número tan elevado, la masa de esta micro fauna contribuye aproximadamente con sólo de un 2 a 3
% del total del material orgánico en una muestra de suelo (recuerde, que a su vez, el material
orgánico rara vez representa más del 5% de la masa sólida de los suelos tropicales).
Las lombrices, ácaros, arañas, etc., existen también en gran número. Algunos estudios realizados en
Rusia reportados por Buntings (1965) muestran las siguientes cantidades de lombrices de tierra
presente en diferentes ecosistemas:
• 2.94 millones/Ha. , en un bosque ruso de robles.
• 880.000 lombrices/Ha. , en un campo de trigo.
• 610.000 lombrices/Ha. , en un bosque de abetos.
La cantidad de suelo que pasa a través de los cuerpos de la población de lombrices, puede alcanzar
de 25 - 50 Tm/Año/Ha.
Hasta hace unos años se consideraba que los factores formadores de suelos actuaban como variables
independientes. Posteriormente, se reconoció la interrelación entre los mismos. Es conocida la
variación climática debido a cambios en el relieve. Así como las variaciones en la vegetación por
cambios en la condición climática. El tipo de relieve, a su vez podría estar condicionado por el tipo
de cobertura vegetal, material parental, etc. Sin embargo, a pesar de la interrelación de los factores,
es posible reconocer situaciones en el paisaje en las cuales algunos factores individuales tienen
mayor influencia en la diferenciación de los suelos. De esta manera se pueden establecer secuencias
de suelos cuyas diferencias están determinadas por la acción específica de un factor individual. Por
ejemplo, en las climosecuencias (S = f (CL, b, mp, r, t)), el factor clima en su conjunto, o alguno de
sus elementos particulares (precipitación, temperatura), predomina sobre el resto de factores al
propiciar los cambios en las características de los suelos presentes en un paisaje determinado.
Es posible reconocer varias secuencias de suelos con relación a la influencia de los factores
formadores:
S = f(CL, b, mp, r, t) Climosecuencia
En una de las prácticas del curso de agrología se analizan y se comparan tres perfiles que
constituyen una climosecuencia y cuyas diferencias se deben a que uno se encuentra en clima
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semiárido, con régimen de humedad arídico, otro pertenece a la zona de vida de bosque seco tropical
y tiene régimen de humedad ústico y el tercero se encuentra en una región de bosque húmedo
tropical y su régimen de humedad es údico,
S = f(B, cl, mp, r, t) Biosecuencia: conjunto de suelos cuyas diferencias se deben a que se
han desarrollado bajo la influencia de biotas diferentes y el resto de los factores formadores son
similares para todos ellos.
S = f(MP, cl, b, r, t) Litosecuencia: conjunto de suelos que son diferentes porque derivan de
distintos materiales parentales, siendo el resto de los factores formadores muy similares.
S = f(R, cl, b, mp, t) Toposecuencia o Clinosecuencia: conjunto de suelos que son diferentes
porque se han formado en situaciones de relieve distintas, pero el resto de los factores formadores
son similares para todos ellos. Es el caso de la secuencia de suelos estudiados por Herrera y Jaimes
(1971) en el IVIC, ya reseñado en páginas anteriores. Esos perfiles se han desarrollado a partir de
los regolitos provenientes de la formación Las Brisas, bajo condiciones de clima y biota similares,
pero los perfiles que se encuentran a mayor altura han sido más erosionados, por lo cual sus
horizontes profundos, con materia orgánica más vieja, se encuentran más cerca de la superficie, que
los horizontes equivalentes de los perfiles que se encuentran en posiciones topográficas más bajas.
S = f(T, cl, b, mp, r) Cronosecuencia: conjunto de perfiles que m a pesar de haberse formado
a partir de diferentes materiales parentales, relieve clima y biota similares, presentan diferentes
propiedades porque sus edades o tiempos de evolución son distintas.
Es importante reforzar el concepto que establece al suelo como resultado de la interacción de todos
sus factores formadores; sin embargo una secuencia es un conjunto de suelos cuyas diferencias son
atribuidas a que cada uno de ellos ha sido expuesto a diferentes grados de un determinado factor
(precipitación, temperatura, textura de materiales parentales, composición florística, densidad de
cobertura vegetal, etc.). Por lo tanto, una secuencia es una forma de reconocer la acción específica
del factor formador variable. Por ejemplo, en la estación experimental la Iguana, de la Universidad
Simón Rodríguez (Edo. Guárico), se estudió una secuencia de tres suelos, los cuales se formaron a
partir de los mismos sedimentos coluviales, en condiciones de clima idénticos (los tres suelos se
encuentran en un espacio de 3.000 m2) y durante intervalos de tiempo iguales. Pero debido a la
ubicación de cada uno respecto al relieve, el drenaje externo e interno de cada uno es diferente, de
tal manera que la clase de drenaje desmejora desde el que está en la posición más alta, hasta el que
se encuentra en la parte más baja. En este caso, la cobertura vegetal varia de un suelo a otro, pero
resulta evidente que es el relieve el factor formador que provoca o controla los cambios de algunos
atributos de los suelos y su vegetación; se trata, por lo tanto, de una toposecuencia.
30
2.1 - ANÁLISIS BREVE DE LOS FACTORES FORMADORES DE SUELOS EN VENEZUELA.
Tomado y modificado de Mogollón y Comerma (1.994)
Nuestro país posee una mayor variedad de suelos que otras regiones del mundo. Lo anterior es
consecuencia de la gran variabilidad, dentro del territorio, de los factores de formación de suelo
señalados anteriormente. Así, desde el punto de vista climático, en el país existen áreas
superhúmedas, con precipitaciones de más de 3.500 mm por año, como al sur del estado Amazonas
y del estado Bolívar y en la cuenca media del río Uribante (estado Táchira), hasta zonas muy áridas,
con menos de 350 mm/año como en la Guajira; zonas muy cálidas con temperaturas promedio
anuales superiores a los 28 º C, hasta zonas con promedios anuales de 5 ºC o menos. Respecto a los
materiales parentales, la variedad de rocas y sedimentos es también muy extensa, así tenemos una
amplia variedad de rocas sedimentarias (distintos tipos de areniscas, calizas, lutitas), gran cantidad
de rocas metamórficas (esquistos, gneises, anfibolitas), diferentes tipos de rocas ígneas, como
granitos, gabros, rocas ultrabásicas, etc. que, alterados bajo condiciones de clima y relieve diferentes
dan lugar a una amplia gama de materiales parentales distintos. Con relación al relieve es también
notoria nuestra variada topografía, desde montañas sumamente escarpadas e inestables, hasta
planicies prácticamente sin pendiente. Las variaciones en clima y en relieve condicionan a su vez
muy diferentes ambientes ecológicos, produciendo así muy diversos tipos y sub-tipos de vegetación
y de fauna del suelo que, a su vez, son otro factor de variabilidad al condicionar determinados
caracteres del suelo. El factor tiempo o período durante el cual han actuado los otros factores, es
también de extrema variación en el país; tenemos así zonas que han estado expuestas a un ambiente
escasamente cambiante desde hace millones de años, como las superficies estables del escudo de
Guayana, hasta zonas muy jóvenes en las que aún actualmente, se están sedimentando nuevas capas
o exponiendo al efecto del clima o de los organismos, nuevas superficies por erosión. El factor que
en los últimos años ha ganado importancia en producir nuevos caracteres en los suelos es el hombre,
el cual a través del riego, drenaje, deforestación, construcción de terrazas, fertilización, etc., produce
drásticas modificaciones del cuerpo suelo en corto tiempo y consecuentemente es un factor de
formación de suelo de gran relevancia cuyos efectos actúan para bien o para mal del propio hombre
(Comerma, 1988).
El resultado de lo explicado es que Venezuela posee una amplia variación de suelos, que abarca
desde clases con cualidades que favorecen su aptitud agrícola, hasta clases que exponen severas
restricciones para la agricultura. Esta extensa variabilidad condiciona que los ingenieros agrónomos
venezolano deban tener una sólida formación pedológica, por una parte, por ser los profesionales
que mayor uso hacen de este recurso natural, siendo responsables tanto de su aprovechamiento como
de su conservación. Por otra parte, es en el ámbito de esta profesión de donde serán extraídos la
mayor parte de los conocimientos requeridos para la producción de alimentos, la preservación del
medio ambiente, así como para incrementar el acervo de la nación referido a los conocimientos
sobre los potencialidades y limitaciones de este recurso.
Las adiciones o ganancias representan aquellos procesos que involucran ingreso de materia
proveniente del ambiente del sistema suelo: la masa del suelo incrementa como consecuencia del
proceso (Figura 2.6)
Las remociones o pérdidas, constituyen los procesos opuestos a las ganancias: la masa del sistema
suelo disminuye cuando el proceso ocurre, por lo tanto, la materia pasa del suelo a su ambiente.
Los transportes o translocaciones, son procesos que determinan movimiento de materia dentro de
los límites del sistema suelo; la materia sale de un sector y horizonte se acumula en otro, pero sin
salir del suelo.
La transformaciones son procesos generales que cambian ya sea la estructura del suelo (agregación,
horizonación, compactación) o su composición (humificación, alteración de minerales) sin cambiar
significativamente la masa del sistema suelo.
32
Figura 2.6: Esquema de los procesos generales que ocurren en el sistema suelo.
Los equilibrios dinámicos entre estos procesos diferencian un suelo de otro y cada suelo está
representado por un balance específico entre los procesos de ganancias, de pérdidas, de transporte y
de translocaciones. Los procesos específicos pueden pertenecer a una de las clases de procesos
generales, pero algunos se caracterizan por su complejidad, y su ocurrencia involucra
translocaciones, transformaciones, pérdidas y ganancias, actuando simultáneamente. Por ejemplo, la
alteración de minerales es esencialmente una descomposición de los minerales primarios, pero
también se caracteriza por procesos de transformación de un mineral secundario en otro y por la
pérdida de los iones liberados.
Las diferentes intensidades en los procesos indicados pueden conducir a diferentes productos finales
que resultan en una ganancia neta o una pérdida de materia, según cada caso específico. Buol et. al.
(1990) clasifica los procesos de formación de suelo usando el esquema general de Simonson
(Cuadro Nº 2.1).
33
CUADRO Nº 2.1.
CUADRO RESUMEN DE LOS PROCESOS DE FORMACIÓN DE SUELOS DE ACUERDO A BUOL, et. Al (1990)
Podzolización Translocación, transformación, Pérdidas Proceso complejo resultante de alteración intensa de los
minerales del suelo por acción de sustancias húmicas, que
incluyen la eluviación de los productos resultantes por
disolución y quelatación y su acumulación en horizontes
inferiores. Resulta una horizonación muy marcada del
suelo
34
TÉRMINO CAT. MAYOR DESCRIPCIÓN GENERAL
A partir de esta última ecuación y considerando que el Na2CO3 es más de 100 veces más solubles
que el carbonato de calcio o magnesio, se puede ver que gran parte del Ca++ y el Mg++ de la solución
puede precipitar antes que el Na+. Así, pues, la concentración de Na+ que queda en la solución para
reaccionar con los sitios de intercambio puede llegar a ser más alta que la de Ca++ y Mg++. La
precipitación del Ca++ y el Mg++ en forma de carbonatos se produce en gran medida al desecarse el
suelo. Entonces, el Na+, que permanece en solución, se liga a los sitios de intercambio de la arcilla.
Laterización. Se define de modo general en la tabla y se refiere a procesos que producen verdaderos
oxisoles (latosoles, suelos lateríticos). En comparación con las regiones de latitudes medias altas, las
zonas intertropicales incluyen zonas de altas temperaturas y lixiviación extrema, que favorecen la
alteración profunda e intensa de los silicatos y la eliminación rápida de todas las bases y del silicio y
la acumulación residual de hierro y aluminio, inmovilizados en las formas de óxidos e hidróxidos,
en condiciones oxidantes. Siever (1962) estimó el aumento de las solubilidades de la sílice amorfa y
del cuarzo, cuyo tamaño estaba comprendido entre 2 a 5 µ, con los aumentos de la temperatura; sus
37
resultados se muestran en el cuadro 2. 2. De es cuadro se pueden extraer varias conclusiones; por
una parte se observa que la sílice amorfa, que queda libre a causa de la descomposición de los
silicatos, es aproximadamente diez veces más soluble que el cuarzo. Por lo tanto, la alteración de
rocas básicas formadas por silicatos ( ferromagnesianos y feldespatos) pero sin cuarzo, librará mayor
proporción de sílice, por lo cual habrá una tendencia a dejar un residuo más rico en hierro y
aluminio. Por otra parte, en condiciones cálidas, ese proceso es mucho más intenso. Ambos aspectos
tienen como consecuencia que la formación de suelos lateríticos es más frecuente si los materiales
parentales son básicos y si el clima es cálido.
CUADRO 2.2.
Solubilidad
Temperatura Cuarzo (ppm) Sílice amorfa
(ppm)
(º C)
5 ≈6 60
25 ≈ 11 120 - 140
50 ≈ 25 - 30 200
75 ≈ 50 300
38
común), o por la transformación de compuestos orgánicos de color oscuro (melanizados) en
compuestos de color pálido (leucinización), o viceversa.
CUADRO 2.3.
ALGUNAS ETAPAS EN LA DESCOMPOSICIÓN DE MATERIAS ORGÁNICAS.
(Tomado de Buol, Hole y McCracken , 1983)
Almidón, celulosa
hemicelulosa, pectina Azúcares simples Humus Humus
ácido urónico
Paludización. Es la acumulación de una masa espesa de materiales orgánicos en un sitio con mal
drenaje, donde la preservación en condiciones anaerobias ha permitido una ganancia neta a través
del tiempo. Este proceso es geogénico, puesto que se trata de una acumulación de materiales
parentales de suelos orgánicos. Los cambios pedológicos químicos, físicos y biológicos que darán
lugar a los suelos orgánicos (histosoles) constituyen el proceso complejo llamado “maduración”.
La liberación de componentes minerales de materias orgánicas mediante la descomposición, es el
proceso complejo de la mineralización. Las grandes reservas de nutrientes que hay en los restos de
una cosecha, al pie de un ecosistema forestal y en la materia orgánica de los suelos en los
ecosistemas de pastizales, se encuentran fuera de la disposición de las plantas, excepto mediante la
mineralización por el fuego o la oxidación más lenta de los desechos descompuestos.
La tendencia general de enrojecimiento de los subsuelos de las tierras altas y bien drenadas a lo
largo de zonas que van de las regiones polares a las ecuatoriales, es una expresión de la oxidación
39
progresiva del hierro que se encuentra en el suelo. Hay tres procesos, denominados marronización,
rubefacción y ferruginación (desarrollo de colores café o marrón, castaño rojizo y rojo, en los
suelos) que indican con claridad el aspecto de los suelos. Aunque no comprendemos bien los
mecanismos exactos que participan en cada uno de ellos, los tres representan etapas de oxidación del
hierro y concentración de óxidos, hidróxidos y oxihidróxidos de hierro cada vez más intensas.
La gleización en los suelos con mal drenaje implica la reducción del hierro, su segregación en
concreciones o suelos abigarrados, o bien, su retiro por lixiviación. En esos suelos es común la
formación de sulfuro de hierro (FeS) y, mediante el drenaje, dichos suelos pueden volverse ácidos
por la formación de H2SO4, debido a la oxidación del sulfuro a sulfato y la precipitación del hierro
como compuesto férrico o su eliminación si la acidez es tan intensa que el ión Fe+3 se vuelve
soluble.
Entre otros elementos de los suelos, se encuentran el manganeso (más móvil que el Fe) y el titanio
(menos móvil que el hierro). El óxido de manganeso se encuentra comúnmente en la forma de
recubrimientos negros sobre las superficies de los agregados en el horizonte C, generalmente bajo el
horizonte B moteado de óxido de hierro. Los óxidos de titanio se encuentran con frecuencia
asociados íntimamente al oxido de hierro férrico.
41
CUADRO 2.4.
MODELO SIMPLIFICADO DE DESARROLLO DEL SOLUM, UTILIZANDO UN CÁLCULO
BASADO EN MINERALES INDICADORES
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11) (12) (13) (14)
Horizon Espesor Densidad Peso total MI Factor Arcilla Materiales Total Arcilla No Cambio Cambio Translo
te de una bruta presente peso MI actual no original original arcilloso de de cación
columna seco al peso seco arcilloso peso peso originales contenid contenid neta de
de 1 cm2 horno de 1 al horno presentes seco al seco al peso seco o en no o de arcilla
cm2 peso seco horno horno al horno arcilloso arcilla
al horno
(cm) (g/cc) (g) (g) (g) (g) (g) (g) (g) (g) (g) (g)
1. Adiciones o ganancias.
a.- De materia orgánica.
b.- De sedimentos.
c.- De sales.
2.- Transformaciones.
a.- Agregación y estructuración.
b.- Pedoturbación.
c.- De materia orgánica (humificación - mineralización)
d.- Descomposición y síntesis de minerales.
42
e.- Gleización.
3.- Translocaciones.
a.- De materia orgánica.
b.- De carbonatos.
c.- De arcillas.
d.- De sesquióxidos.
43
Lavado de bases (Remociones), En las regiones tropicales calientes y húmedas, tal como en el
estado Amazonas y gran parte del estado Bolívar, una tendencia normal en el desarrollo el perfil de
suelo es el desplazamiento del calcio, magnesio y potasio adsorbidos, debido a que son solubles y,
bajo las condiciones normales del suelo, pueden ser lavados y reemplazados por iones de hidrógeno
y aluminio, los cuales son añadidos al suelo por la lluvia o suministrados por ácidos producidos
biológicamente a partir de la materia orgánica en descomposición. Una vez desplazados el calcio y
el magnesio son generalmente lavados del suelo y el resultado es un aumento de la acidez del
mismo. El material remanente que queda está constituido por arcillas residuales, principalmente del
tipo de la caolinita y óxidos de hierro y aluminio, junto con minerales resistentes a la meteorización
tales como cuarzo. Una de las características frecuentes de estos suelos es su coloración rojiza, la
cual es derivada de la presencia de óxidos de hierro residuales insolubles. Este proceso de pérdida se
retarda si el material parental está constituido por calizas o rocas básicas (basaltos, anfibolita...) y si
la permeabilidad del suelo es lenta, lo que limita la pérdida de estos cationes.
La ocurrencia de este proceso es una señal de que ha sucedido previamente , un lavado o lixiviación
44
del suelo, una meteorización media y el tiempo de evolución ha sido de medio a alto han pasado
bastantes anos para que ocurra el mismo. Así, usualmente se requiere una translocación de los
carbonatos, previa a la de arcilla y es luego de esta última, que ocurren mas intensamente los
fenómenos de segregación de óxidos de hierro en el subsuelo y las intensas descomposiciones de los
minerales primarios y secundarios.
Se puede manifestar como pequeños moteados aislados, hasta una reducción total del perfil,
predominando los colores grises en toda la masa del suelo. Este proceso afecta a los suelos
localizados en las zonas mal drenadas de los Llanos Occidentales y Centrales, que se encuentran en
posiciones bajas de bajíos y esteros.
Transformaciones minerales. Se manifiestan en toda una gama de grados diferentes, desde las
transformaciones incipientes, hasta los casos más extremos. Los primeros reflejan que alguno o
varios de los factores formadores han limitado la profundidad del proceso, por ejemplo porque el
clima no es excesivamente húmedo, o no es suficientemente cálido o el tiempo de pedogénesis ha
sido corto. Los casos extremos de transformaciones minerales indican que ha existido una
combinación de factores formadores que condujo hasta el final el proceso: minerales primarios
alterables, clima agresivo (húmedo y cálido), buen drenaje, abundante actividad biológica, tiempo
considerable.
Transformaciones físicas. Ocurren donde predominan los cambios de volumen, en condiciones de
45
suelos con altos contenidos de arcillas expansibles y alternancia de períodos de lluvia - sequía.
Ocurre en extensas áreas de Guárico, Barinas, Cojedes y Apure, donde se alternan una estación
lluviosa de 6 a 8 meses con una estación seca de 4 a 6 meses y se forman grietas, estructuras como
cuñas y caras de deslizamiento.
Descomposición y síntesis (Transformación). Es un proceso de transformación físico - química, que
esta relacionado con la formación de nuevos orgánicos y minerales. En la mayoría de los suelos
viejos, gran parte de los minerales primarios (feldespatos, micas, etc.) han sufridouna destrucción
casi total , que han provocado la síntesis de minerales arcillosos secundarios del tipo 2:1, los cuales
a su vez, han sido alterados, produciendo nuevos materiales arcillosos del tipo 1:1 y óxidos,
hidróxidos de hierro y aluminio. El proceso descrito se sucede en los suelos de mayor edad
(Oxisoles). En los Ultisoles y algunos Inceptisoles, es común la presencia de arcillas del tipo 2:1,
junto con las arcillas 1 :1, que identifica una etapa evolutiva de menor antigüedad y de menor
intemperización. Junto con este tipo de arcilla, en estos suelos se pueden conseguir con regularidad
en las fracciones de arena y limo; minerales de cuarzo, óxidos de hierro y aluminio y algunos
feldespatos.
Respecto a la fracción orgánica, conduce a la desaparición de las fracciones más lábiles y de menor
peso molecular, lo cual conduce a la existencia en los suelos de cantidades bajas de materia orgánica
muy polimerizada.
Este tipo de proceso es típico de suelos con alto grado evolutivo, y explica la baja capacidad de
intercambio que poseen la mayoría de los suelos que se localizan en los Llanos Centrales y
Orientales y en los piedemontes llaneros y andinos, así como también al sur del país.
46
2.2 - PROCESOS DE METEORIZACIÓN
En la rama derecha, comenzando con el feldespato cálcico, hay una estabilidad creciente de las
plagioclasas a medida que se incrementa el contenido de Na y aumenta la relación Si/Al; en efecto,
el aluminio en los feldespatos cálcicos ocupa posición tetraédrica sustituyendo al Si, y por su
tamaño, distorsiona la estructura e incrementa su alterabilidad.
47
Figura 2.7: Comparación entre las serie de estabilidad de minerales de Goldich con otros
minerales del tamaño arcilla.
Nuestros objetivos en este capitulo son definir y describir esos procesos de intemperización,
describir la estabilidad relativa y la persistencia de los minerales comunes del suelo al efectuarse la
intemperización e indicar las condiciones generales para la síntesis de nuevos minerales del suelo, F
formados a partir de los desechos y los restos de los minerales intemperizados.
INTEMPERIZACIÓN GEOQUÍMICA
Las reacciones de intemperización que se producen como parte de la intemperización geoquímica
son la oxidación, la reducción, la combinación de ambas cosas en ciclos alternativos , la hidratación,
la disolución y la hidrólisis.
OXIDACIÓN
La oxidación es una reacción geoquímica importante que se produce en las rocas bien aireadas y los
materiales de suelos en los que el contenido de S oxigeno es alto y las demandas biológicas de ese
elemento bajas. La reacción especifica mas importante es la del ion ferroso al férrico:
49
REDUCCIÓN
La reducción se produce en el ambiente geoquímico cuando el material esta saturado en agua (por
ejemplo, bajo el nivel freático), la existencia de oxigeno es baja y la demanda biológica de este
elemento es elevada. de esto es la reducción del hierro a la forma ferrosa, muy móvil (Cate, 1964).
En esta forma se puede perder del sistema, si hay un movimiento ascendente o descendente neto del
agua freática. Si el hierro ferroso permanece en el sistema, reacciona para formar sulfuros y
compuestos relacionados, que imparten los colores verde y azul verdoso que caracterizan a muchos
materiales reducidos de los suelos. Si el hierro permanece como oxido ferroso hidratado
(lepidocrocito) en el material del suelo, se obtiene el moteado amarillo y anaranjado característico.
Este fenómeno se asocia a los contenidos relativamente altos de materias orgánicas (Bloomfield,
1952; Brown, 1953; Jeffery, 1960; Marel, 1951).
OXIDACIÓN REDUCCIÓN
Un rasgo muy común de los horizontes C y otros materiales iniciales del suelo es la fluctuación de
las condiciones de oxidación a las de reducción con frecuencia en forma cíclica, debido a las
variaciones climáticas que se producen durante el año. O bien, el material inicial del suelo puede
encontrase en un ambiente reductor durante la etapa de intemperización geoquímica, pasando a
continuación a un ambiente oxidante, al convertirse en material original inmediato para los suelos
(los horizontes C). Este cambio puede deberse al descenso de la superficie del terreno por la erosión,
la elevación de las zonas costeras, el descenso de las tablas freáticas regionales, debido a procesos
de fraccionamiento de tierras, cambios climáticos o el ascenso y el descenso de la tabla freática de
modo artificial, como en los cultivos de arroz. Para entender los cambios en el estado de oxidación y
las formas minerales consiguientes, y las fluctuaciones de las condiciones de oxidación a las de
reducción y viceversa, conviene consultar las gráficas preparadas recientemente con ese fin (Collins,
1968; Garrels y Christ, 1965). Al utilizar el ejemplo de la Figura 2.8, se observan el pH y el Eh
(potenciales de reducción y oxidación), para determinar las formas de Fe y Mn bajo una gran
variedad de condiciones. Este tipo de diagrama sirve como modelo geoquímico muy útil. Si no se
conoce el Eh, se puede calcular aproximadamente la intensidad de esas condiciones de reducción y
oxidación. A partir de esta gráfica se pueden hacer varias generalizaciones para ilustrar su utilidad.
Una de esas generalizaciones es la de que, al aumentar la acidez, el hierro ferroso se va haciendo
cada vez mas estable en las condiciones más oxidantes. Esto quiere decir que en los materiales muy
ácidos de los suelos, podemos esperar encontrar hierro ferroso, aun cuando el sistema esté entre
ligera y moderadamente oxidado. El manganeso sigue un patrón similar al del hierro; pero está en
forma reducida en condiciones más altas de reducción y oxidación que el hierro, a un pH dado. El
manganeso permanece en forma reducida a pH más altos que el hierro. (Este modelo explica las
existencias más profundas de manganeso que de hierro en los horizontes C de los suelos
norteamericanos que tienen un gradiente de reducción y oxidación, o sea, que se hacen más
oxidantes a medida que aumenta la profundidad.)
50
Figura 2.8 - Campos de estabilidad del Hierro y el Manganeso en
relación con el Eh y el pH, en soluciones de cloruro con 0.01N
(Según J.F. Collins)
HIDRATACIÓN
La hidratación se refiere a la asociación de moléculas de agua o grupos hidroxilo con minerales, por
lo común sin descomposición ni modificación real del mineral mismo. Se produce principalmente en
las superficies y los bordes de los granos minerales; pero en los casos de sales simples pueden
invadir toda la estructura, con algunos cambios de propiedades. Un buen ejemplo del ultimo caso es
el de la hidratación de la anhidrita para formar yeso:
El "ácido silícico" resultante no tiene verdadera importancia, porque su vida en el suelo es muy
breve, cuando se encuentra presente. En realidad, el silicio y el aluminio reaccionan con el oxígeno
y el hidroxilo para formar el alófano amorfo o la halosita cristalina:
Al2Si205(0H)4
Otro ejemplo de hidrólisis es el ataque del hidrógeno (en realidad hidronio) sobre las intercapas de
potasio de las micas, para producir illita, mineral arcilloso (mediante la eliminación parcial de K), o
vermiculita (mediante el retiro total del potasio). Este proceso se ilustra en diagramas y análisis
presentados en las obras de Rich (1964) y Rich y Black (1964), basados en estudios sobre la
eliminación de K de las capas intermedias.
En general, la hidrólisis es el proceso más importante de intemperización química y da como
resultado la desintegración completa o la modificación drástica de los minerales primarios
intemperizables.
DISOLUCIÓN
La disolución se refiere a la de sales simples, tales como carbonatos y cloruros, que se encuentran
presentes como granos minerales en algunos materiales iniciales de suelos. Un buen ejemplo es el de
la disolución de carbonato cálcico contenido en los depósitos de loess calcáreos glaciales:
INTEMPERIZACIÓN EDAFOQUÍMICA
Algunas reacciones de intemperización se llevan a cabo casi exclusivamente en el solum del suelo o
tienen en esa zona su mayor intensidad reactiva. Tales reacciones se incluyeron en el termino de
52
intemperización edafoquímica propuesto por Jackson y Sherman (1953). Se trata de reacciones que
quizá los edafólogos pretendan que les pertenecen; sin embargo, se producen también hasta cierto
punto en condiciones geoquímica en los materiales iniciales de los suelos. En esta sección vamos a
describir estas reacciones, tales como se producen en el solum del suelo.
53
fuentes biológicas y una fuente considerable de micas arcillosas procedentes del material original.
La eliminación de una cantidad moderada de potasio de las capas intermedias de la mica no provoca
una gran distorsión ni pérdida de alineación de las bolsas de silicio y aluminio. Debido a ello, el
potasio añadido al sistema puede verse atrapado en los "huecos" vaciados. La capacidad de
intercambio aumenta en cierto modo. Esto es característico del mineral que se conoce comúnmente
como illita. Sin embargo, al retirar mas de un 50 % del potasio de las capas intermedias, se pierde la
alineación de las laminas y se produce una fatiga y una distorsión de las estructuras. Por ende, el K
agregado no se capta ni fija con facilidad y el potasio restante de las capas intermedias queda mas
disponible (White, 1962; White, Anderson y Hensel, 1959). Mediante la eliminación completa del
potasio en los planos de las capas intermedias, se producen tipos de minerales arcillosos de
vermiculita y montmorillonita.
54
2.3. - ADICIÓN DE ALUMINIO A LAS CAPAS INTERMEDIAS DE MINERALES
ARCILLOSOS 2:1
La precipitación de "islas" de hidroxi-aluminio en los espacios de las capas intermedias de la
vermiculita y, en menor grado, las arcillas de montmorillonita, es una importante modificación
edafogénica de los minerales en los suelos ácidos. La arcilla con capas intermedias de Al se
denomina integrado 2: 1-2:2" . Esta modificación de intemperización es esencialmente peculiar a los
sola de los suelos. Como resultado de ella se bloquea y s neutraliza parcialmente la capacidad de
intercambio de cationes de la arcilla. Ese Al+++ de las capas intermedias contribuye a la acidez,
aunque solo se puede intercambiar con dificultad y en forma lenta y, por ende, resulta difícil de
evaluar su contribución a la acidez.
Una "Serie de estabilidad" propuesta por Goldich (1938) vista anteriormente, ilustra bien la
capacidad de intemperización de los minerales primarios más comunes de los suelos y, en general,
coincide con las observaciones empíricas sobre la estabilidad. La secuencia de Goldich en orden de
estabilidad creciente, desde la parte superior a la inferior, se muestra en la figura 1 del capítulo
anterior.
Los geoquímicos y geólogos han determinado que durante el enfriamiento de los magmas (cuando
se forman las rocas ígneas) la secuencia según la cual van cristalizando los minerales es la inversa
de la secuencia de alterabilidad encontrada por Goldich. Es decir, los minerales menos estables son
los que cristalizan a las temperaturas mas altas. Aparentemente, esta mayor inestabilidad se
relaciona con su mayor desequilibrio con el ambiente en la interfaz entre la litosfera y la atmósfera,
o sea, en la edafosfera.
55
En la figura 2.2.1 se presenta también una comparación gráfica de esta secuencia de intemperización
de los minerales del tamaños de la arcilla con la serie de estabilidad del limo arenoso. El cuarzo
cambia su posición de los tamaños más gruesos a los más finos, debido a la solubilidad muy
incrementada al aumentar la superficie especifica que se asocia al tamaño menor de las partículas.
La mica blanca es relativamente más estable en el tamaño de la arcilla, a causa del efecto
estabilizador de las capas de silicio y aluminio. En general, el concepto es el de que en cualquier
suelo se descubrirá que la arcilla contiene una distribución modal de dos o tres minerales adyacentes
en la secuencia de intemperización, lo que refleja el estado de intemperización del suelo en cuestión.
Con el tiempo, debido a los efectos de los factores climáticos, se supone que la fracción arcillosa del
suelo pasa por las diversas etapas de la secuencia. Como en la serie de estabilidad de Goldich para
partículas del tamaño del limo arenoso, podemos observar en este caso los efectos de la composición
química y la estructura mineral interna sobre la resistencia a la intemperización. Los minerales con
contenidos elevados de bases hidrolizables están altos en la secuencia (se intemperizan con
facilidad). Las capas de silicio y aluminio de los silicatos resistentes de las capas tienen un efecto
estabilizador debido a los enlaces tetraédricos del silicio. La estructura de capas 1:1 es mas resistente
que la de los minerales de capas 2:1, por la falta de bases hidrolizables en los primeros o hierro
oxidable que sustituya al Al. Los óxidos simples de Al y Fe hidratados son todavía mas estables,
debido a su más baja solubilidad y a los fuertes en laces de metal a hidroxilo o metal a oxigeno.
Al utilizar esta secuencia de intemperización como modelo, debemos estar conscientes de varios
inconvenientes. Uno de ellos es el efecto de i climas previos en los suelos poligenéticos o
paleosuelos. Otro es la contribución de la mineralogía del material inicial del suelo, puesto que un
suelo rico en caolinita puede haber heredado este mineral de su material original. Hay problemas
para la ubicación del integrado 2:1-2:2, porque la adición de aluminio a las capas intermedias
contribuye aparentemente a una mayor estabilidad. También debemos recordar que no hay ninguna
trayectoria simple o principal para la intemperización. Las precipitaciones pluviales de gran
intensidad con índices rápidos de eliminación de los productos intemperizados pueden producir
gibsita con mucha rapidez y facilidad, en contraste con los millones de años que se requieren para
ello en otras condiciones. La concentración de soluciones de suelos en un terreno, bajo un clima con
una temporada seca pronunciada, puede producir secuencias muy distintas de minerales arcillosos
que un suelo con la misma cantidad de lluvias, pero bien distribuidas a lo largo de todo el año.
56
sus reacciones de equilibrio en un volumen local del suelo lo que controlados tipos de minerales
formados, y no solo el clima externo o las condiciones ambientales. En un estudio detallado
efectuado en Virginia sobre minerales arcillosos formados cerca de diferentes minerales presentes en
las mismas rocas, se descubrió que la composición química del material intemperizado controlaba el
tipo de mineral arcilloso formado en esa zona local (Barnhisel y Rich, 1967).
Como se ha indicado ya, las condiciones de Eh y pH de un sistema de suelos controla los tipos de
minerales de hierro y manganeso que se forman. Por ejemplo, si el sistema del suelo es ácido y el Eh
bajo (potencial negativo de reducción y oxidación o ligeramente del lado positivo), se forman a
partir del hierro liberado en la intemperización lepidocrocitos, piritas de hierro y otros minerales de
hierro ferroso. De otro modo, si se mantiene una Eh positiva alta (condición fuerte de oxidación),
con el tiempo se forma goetita, que "envejece" para transformarse en hematita.
La solubilidad de los minerales intemperizados, la rapidez de envejecimiento de los gels para formar
minerales cristalinos de los suelos y el índice de eliminación de los productos de la intemperización,
tales como los óxidos silícicos y las bases, se relacionan con el tiempo necesario para formar nuevos
minerales y el tipo de minerales formados. Si se retiran con rapidez los productos de la
intemperización de los minerales locales y en proceso de intemperización, las reacciones químicas
progresan con rapidez hacia la formación de minerales asociados comúnmente a las etapas
avanzadas de intemperización, como la gibbsita.
Por otra parte, si no se eliminan los productos de la intemperización, debido al movimiento lento o
la falta de movimiento del agua en el suelo, las concentraciones ionicas de silicio y magnesio serán
tales que se formara montmorillonita.
Illita
Este mineral se forma cuando hay mica en el material inicial, en condiciones de concentraciones
bajas o moderadas de hidronio, necesarias para la eliminación parcial del potasio de las capas
intermedias. Para la estabilidad se requieren concentraciones moderadas a relativamente altas de Si y
Al. Las concentraciones moderadas a altas de hidronio provocan inestabilidad y la desaparición del
mineral, que se transforma en vermiculita.
Caolinita
Este mineral se sintetiza en condiciones de concentraciones aproximadamente iguales de Si y Al,
con una alta concentración de hidronio y una falta | esencial de Mg y otras bases. La formación se
estimula mediante la presencia de silicatos en capas como "plantillas" o patrones para la estructura
laminar 1:1.
Halosita
Este mineral se forma cuando la concentración de Al es aproximadamente igual a la de Si, como
resultado de la intemperización rápida de los feldespatos (o la organización de un silicato alumínico
amorfo, como el alófano, en una estructura mas cristalina, con el tiempo). Esto requiere una alta
concentración de hidronio y una concentración baja o nula de bases.
Goethita
Este mineral requiere una Eh relativamente alta (potencial positivo de reducción-oxidación) y una
concentración mediana de hidronio. Se forma a partir de la desintegración rápida de minerales
ferromagnésicos o se condensa a partir del gel amorfo hidratado, con el tiempo. Con la persistencia
de condiciones elevadas de oxidación (Eh mayor que + 100 MV) y pH moderado, pasa lentamente a
la formación de hematita.
Hematita
Este mineral se forma en condiciones de Eh alto y pH moderado a alto con una perdida creciente de
hidroxilos de la goetita mas hidratada, o se forma directamente a partir de la desintegración de
minerales ferromagnésicos, en condiciones de Eh-pH altos.
58
Gibbsita
Este mineral se forma y persiste en condiciones de baja concentración de Si y una alta concentración
de hidronio, con una concentración baja o nula de bases. Se puede formar mediante el
envejecimiento de gels o alófanos alumínicos.
AlófanoEste mineral amorfo se forma en condiciones de concentraciones medianas a altas de
hidronio en sistemas húmedos o muy mojados, mediante la intemperización rápida de cenizas
volcánicas no cristalinas o, hasta un punto limitado, por la intemperización rápida de los feldespatos.
RESUMEN
Excepto en el caso de las soluciones verdaderas y la eliminación del hierro, la intemperización para
los especialistas en suelos es un proceso que modifica los materiales del suelo y por debajo de el.
Los procesos químicos de la intemperización tienden a reducir el material inicial al nivel de energía
mas bajo que sea estable en las condiciones ambientales. Produce nuevos minerales en los
materiales iniciales del suelo.
BIBLIOGRAFÍA
BUOL, S; E, HOLE y R. McCRACKEN. 1.991. Génesis y Clasificación de Suelos. Ed. Trillas, S.A.
2da Edición. México. 417 p.
COMERMA, J. y C.J. SÁNCHEZ. 1980. Consideraciones sobre el régimen de temperatura del suelo
en Venezuela. VII Congreso Latinoamericano de la Ciencia del Suelo. San José de Costa Rica. 12
pp.
COMERMA, J., SÁNCHEZ,C.J. y E. SOTO. 1978. La temperatura del suelo como criterio
taxonómico de suelos de Venezuela. V Congreso Venezolano de la Ciencia del Suelo. Barquisimeto.
11 pp.
59
ETAPA 1 - TEMA 3
CLASIFICACIÓN DE SUELOS
OBJETIVOS
1. Conocer el concepto de clasificación y su aplicación a la Ciencia del Suelo.
1. Conocer la estructura y criterios fundamentales del sistema de clasificación de suelos más
usado en Venezuela (Taxonomía de Suelos).
2.1. Conocer los niveles categóricos de la taxonomía de Suelos: Orden, Suborden, Gran
grupo, Subgrupo, Familia, y Serie.
INTRODUCCION
Clasificar es una necesidad que se plantea una persona cuando tiene ante sí un gran número de
objetos diferentes. La clasificación permite establecer relaciones entre los objetos clasificados.
"La clasificación de los objetos naturales busca ordenar el conocimiento, de modo que las
propiedades y las relaciones de los objetos se puedan comprender y recordar más fácilmente para un
propósito específico y para mostrar como una parte está relacionada con el todo. Es decir que la
clasificación es un intento para introducir orden dentro de una situación caótica, dada la variedad
compleja e infinita de diferencias que ocurren en los objetos naturales en el tiempo y en el espacio.
Tal orden y simplificación son necesarios para comprender lo complejo. La clasificación viene a ser,
en el caso que nos ocupa, la creación de clases de suelos mediante la comparación de unas otras con
otras y el agrupamiento de suelos similares" (Mogollón y Comerma, 1994).
El proceso más lógico de clasificar objetos es hacerlo a partir de las características y propiedades de
los mismos. Sin embargo, no todas las características y/o propiedades tienen la misma importancia o
peso en el proceso de diferenciación. La importancia de los criterios o jerarquización de los mismos
está en función de los objetivos de la clasificación.
Clasificar implica la existencia de objetos que puedan ser definidos e individualizados, para así
agruparlos con otros objetos similares o de características comunes. El problema de la clasificación
de suelos radica en que éste es un continuo cuyas propiedades varían gradualmente en el espacio,
por lo que la mayoría de las veces, hay que subdividirlo artificialmente.
Al igual que en cualquier clasificación, la clasificación de suelos implica la creación de categorías y
clases a partir de un universo muy heterogéneo de individuos suelos. La mayoría de los esquemas
60
modernos intentan incluir un universo amplio, alcanzando ese objetivo en un grado variable.
El problema para seleccionar una base para clasificar los suelos es uno de los apectos más viejos de
la ciencia del suelo. Se han planteado diversos enfoques y cada uno ha resultado en clasificaciones
diferentes. El material parental o geológico ha sido el principio básico sobre el cual están
fundamentadas varias clasificaciones de suelo. Sin embargo, casi todas las modernas clasificaciones
empleadas en la actualidad, dan prioridad a las características del suelo más que a los materiales a
partir de los cuales se formó el mismo.
Según Buol et al., 1973 citado por Buol et al., 1991), nosotros clasificamos los fenómenos
para:
1. Organizar los conocimientos.
1. Revelar y comprender las relaciones entre individuos y clases de la población que se
clasifica.
1. Recordar las propiedades de los objetos clasificados.
1. Aprender nuevas relaciones y principios de la población que estamos clasificando.
1. Establecer grupos o subdivisiones (clases) de los objetos bajo estudio, de una manera que sea
útil y para propósitos de aplicación práctica en:
• Predecir el comportamiento.
• Estimar su productividad.
1. Debe servir para el mayor número posible de aplicaciones, aunque esta condición sea difícil
de cumplir.
1. Debe ser objetiva, basándose en características que no sean la causa de llegar a diferentes
interpretaciones.
1. Es conveniente que la clasificación sea natural (basándose en todas la propiedades del suelo).
"Casi todos los sistemas de clasificación de suelos son jerárquicos, con esquema parecido a un árbol
genealógico, en el cual las categorías de niveles sucesivos más bajos tienen más clase que las
61
categorías más altas. Estos sistemas jerárquicos, de esta manera, ayudan a retenerse en la memoria y
en la construcción de claves para la identificación como en los sistemas biológicos, pero tienen
limitaciones cuando se aplican al universo continuo de los suelos" (Clayden, 1982; citado por
Mogollón y Comerma, 1994).
"Las clasificaciones que se crean, utilizan como herramienta básica el tipo y número de horizontes
presentes en el perfil; por lo tanto, la identificación de los mismos es de suma importancia.
Generalmente, se presentan innumerables dificultades, ya que hasta ahora la identificación de los
horizontes ha sido más un arte basado en la experiencia, que en la ciencia fundamentada en algún
grupo de principios definidos". (FitzPatrick, 1984; citado por Mogolón y Comerma, 1994).
No hay un solo sistema de clasificación universalmente aceptado, aplicable a todos los suelos del
mundo; por lo tanto, muchos países (Francia, Canadá, Australia, Rusia, etc) tienen sistemas de
clasificación nacionales, los cuales han sido desarrollados para adaptarlos a sus necesidades
particulares. Estos sistemas, en su mayoría, son de corte genético, ya que la escogencia de las
características y sus niveles categóricos no se puede separar del estudio de los procesos y de las
condiciones ambientales.
Este número grande de sistemas diferentes se puede tomar como un indicativo de la dificultad de
aplicar unos procedimientos de clasificación a un universo complejo, el cual es continuamente
variable en el espacio y en el tiempo (Mogollón y Comerma,1994).
En Venezuela el sistema de clasificación más utilizado en el denominado Taxonomía de Suelos,
propuesto por el Servicio de Conservación de Suelos de los Estados Unidos.
62
3.1. - TAXONOMIA DE SUELOS
Las clases se definen como grupos de individuos integrados o relacionados por características
comunes, llamadas características de diferenciación (Cline, 1949; citado por Buol et al., 1991). El
núcleo central de cada clase corresponde al individuo modal.
Las categorías están conformadas por grupos de clases definidos aproximadamente al mismo nivel
de abstracción e incluyendo a toda la población (Cline, 1949; citado por Buol et al., 1991).
INDIVIDUO
POBLACIÓN Concepto Central CATEGORÍA
Figura 3.1 Concepto de Individuo, Población, Clase y Categoría dentro del sistema taxonómico
Norteamericano (Tomado de Malagón y Cortés, 1992).
63
ESCALA NIVEL DE DETALLE Y
HOMOGENEIDAD BAJO
PEQUEÑA (1:2.000.000)
ORDEN
Presencia o ausencia de
de horizontes diagnósticos
(11 CLASES)
SUBORDEN
parental
(289 CLASES)
SUBGRUPO
SERIE
Significado local, integra grupos de suelos con horizonte de similar distribución y características
Horizontes diagnósticos
Para comprender como se diferencian las clases de suelos, es necesario conocer los horizontes
diagnósticos. Los horizontes diagnósticos son definiciones nuevas y rigurosamente concebidas como
parte integral del sistema que tiene un grupo de propiedades definidas cuantitativamente y se utilizan
para identificar y separar unidades de suelo. A pesar de que las características de los horizontes del
suelo son producidas por procesos pedogenéticos, no se utilizan como criterio los procesos mismos,
sino sus efectos expresados cuantitativamente en término de sus propiedades morfológicas,
químicas, físicas, mineralógicas y biológicas. El sistema de clasificación se basa en princios
generales de génesis y se logra simultáneamente objetividad.
Dependiendo de su ubicación en el perfil, los horizontes diagnósticos se clasifican en epipedones y
endopedones.
Epipedón (Gr. epi, sobre, y pedon, suelo) Un horizonte que se forme en superficie es considerado
un epipedón, siempre y cuando exista un oscurecimiento apreciable por presencia de materia
orgánica, o haya ocurrido eluviación, o como mínimo la estructura del material parental (roca o
sedimento) haya sido destruida.
Endopedón Horizonte subsuperficial que presenta evidencias de alteración en uno o varios de los
siguientes procesos:
- Agregación de partículas individuales, redistribución y remoción de carbonatos, formación de
arcillas a partir de minerales primarios, iluviación de arcillas o meteorización extrema.
- Puede aparecer en superficie cuando el epipedón ha sido erosionado.
- La denominación de los horizontes (O, A, E, B, C y R) representa lo que al agrólogo concibe
como las principales desviaciones del material padre.
- A continuación se dará una breve definición de ellos: hay dos clases principales de horizontes:
orgánicos y minerales (Figuras 3.3 y 3.4).
65
Figura 3.3. Perfil hipotético de suelo con todos los horizontes principales.
Un horizonte orgánico es aquel que posee material orgánico en descomposición y debe tener más de
20% de materia orgánica. Se designa con la letra O.
66
Un horizonte mineral tiene menor cantidad de materia orgánica y suprayace a la roca o a un material
consolidado o no consolidado. Los horizontes minerales son: A, E, B y C.
• Horizonte R. Roca consolidada (dura o muy dura) infrayacente a los demás horizontes
señalados.
Un horizonte de suelo se diferencia de los horizontes adyacentes por las características que pueden
ser vistas o medidas en el campo, tales como color, estructura, textura, consistencia y la presencia o
ausencia de carbonatos. En algunos casos, sin embargo, se requiere de análisis de laboratorio para
reforzar las observaciones de campo.
La sucesión de horizontes (horizonte O, A, E, B, C) constituye el perfil de suelo, el cual puede tener
uno o más horizontes (figura 3)." Tomado de Mogollón y Comerma (1994).
67
a.- La estructura lo suficientemente fuerte para que el horizonte no sea masivo y duro o muy
duro al secarse, y
b.- croma < 3.5 en húmedo (más oscuro)
value < 3.5 en húmedo (más oscuro)
value < 5.5 en seco (más oscuro), y
c.- porcentaje de saturación con bases mayor o igual a 50 % (método de acetato de amonio,
NH4OAc a pH 7.0), y
d.- contenido de carbono orgánico mayor o igual a 0,6 %, o contenido de materia orgánica
mayor o igual a 1,0 % en todo su espesor, y
e.- espesor mayor o igual a 10 cm si descansa sobre roca, mayor o igual a 18 cm (cuando
prof.del suelo < 75 cm) mayor a 25 cm (cuando prof.del suelo > 75 cm), y
f.- contenido de P2O5 (soluble en ácido cítrico al 1 %) menor a 250 ppm.
Observe que los numerales a, b, c, d, e, terminan con la conjunción "y", lo cual significa que el
horizonte debe cumplir con todos los requisitos para que se considere que es un epipedón
mólico.
En Venezuela ocurre con más frecuencia en algunos sectores del Estado Protuguesa, Valles de
Aragua y en las cordilleras de los Andes y de la Costa, en perfiles derivados de materiales
básicos(calizas, basaltos, sedimentos poco alterados).
Úmbrico (L. umbra, sombra)
Sus requerimientos son similares al mólico en cuanto a estructura, color, contenido de carbono
orgánico, profundidad y contenido de P2O5, pero su porcentaje de saturación con bases es menor de
50 %.
Se encuentra principalmente en algunas zonas montañosas de las cordilleras de la Costa y de los
Andes.
Ócrico (Gr. ochros, amarillo, rojo claro)
Epipedón duro y masivo cuando seco, o de colores claros. (value mayor a 3,5 en húmedo y mayor a
5,5 en seco; croma mayor a 3,5) o el contenido de Carbono Orgánico es menor de 0,6 %. Porcentaje
de Materia Orgánica menor a 1,0 % o es muy delgado para ser mólico o úmbrico. Es el epipedón
más frecuente en los suelos del país.
Ocurre en áreas depresionales de la Cordillera de los Andes y en las zonas de los tepuyes de la
68
Guayana venezolana, así como en el Delta del río Orinoco.
69
meteorización extrema, evidenciada por su baja capacidad de intercambio catiónico (menor o igual a
16 meq/100 gr de arcilla, NH4OAc), trazas de alumino-silicatos primarios como feldespatos y
micas, minerales ferromagnesianos y predominio de arcillas caoliníticas, óxido de hierro y aluminio
y cuarzo.
Los horizontes óxicos son típicos de suelos muy viejos y raras veces se encuentran fuera de las
zonas tropicales y subtropicales. Se localizan principalmente en la región de Guayana.
Kándico
Horizonte dominado por minerales del grupo de la caolinita, con cantidades menores de óxidos
hidratados de hierro y con una baja capacidad de intercambio de cationes. Su presencia indica un
alto grado de meteorización del material mineral del suelo, tal como sucede en los suelos de viejas
superficies donde ha ocurrido la meteorización bajo condiciones de un clima cálido y de moderadas
a altas precipitaciones. Se localiza en la Guayana venezolana.
Propiedades Diagnósticas
Las propiedades diagnósticas son aquellas características utilizadas para separar unidades de suelos
que no constituyen horizontes como tales. Algunas de las propiedades diagnósticas relevantes para
la taxonomía son la presencia de contacto lítico, grietas o plintita:
Contacto lítico: Presencia de un material subyacente al suelo que es coherente y continuo como una
roca. Es diagnóstico a nivel de subgrupo si se encuentra dentro de los 50 cm superficiales de un
suelo mineral.
Grietas: Presencia de arcillas expansibles. Cuando los primeros 50 cm tienen 30 % o más de arcilla,
se presentan grietas de por lo menos 1 cm de ancho, desde la superficie hasta los primeros 50 cm de
profundidad y se observan caras de fricción, este criterio de diagnóstico es utilizado para definir
suelos que pertenecen al orden Vertisol.
Plintita: (Gr. plinthos, ladrillo) es una mezcla de arcilla con cuarzo y otros diluyentes, rica en hierro
y pobre humus. Generalmente se observan moteados de color rojo oscuro y tiende a endurecerse
irreversiblemente cuando es sometida continuamente al humedecimiento y secado.
Otras propiedades diagnósticas son las ándicas, géricas (evolución avanzada), gleicas (de gley;
reducción de Fe, movilización y coloraciones grises) y estágnicas (reducción y saturación con agua),
ferrálicas (baja CIC), férricas (moteados, nódulos con cementación variable y colores rojizos),
flúvicas (sedimentos, fluviales, marinos, lacustres), níticas (suelos con más del 30% de arcillas,
estructuras de fuerte desarrollo y abundancia de Fe activo), sálicas, roca continua, materiales
calcáreos, yesíferos (gypsíferos), orgánicos, plintita, lustre, consistencia cerosa o untuosa, minerales
alterables, etc.
70
Régimen de temperatura del suelo.
"La temperatura es una de las propiedades más importantes en los procesos que ocurren en el suelo,
ya que controla dentro de ciertos límites el crecimiento de las plantas, y los procesos de
descomposición de la materia orgánica. Cada pedón tiene un régimen de temperatura del suelo, que
se puede identificar conociendo la media anual de la temperatura, y la diferencia en la media entre el
trimestre del año más frío y el más cálido dentro de la zona radicular.
La temperatura media anual del aire en regiones tropicales fluctúa muy poco a través del año (menos
de 5 ºC), pero se presentan grandes variaciones con la altitud. Debido a que la temperatura del suelo
es un reflejo de la temperatura del aire, en Venezuela existen distintos regímenes de temperatura del
suelo, ya que una gran superficie del territorio nacional esta cubierta por zonas montañosas
(Cordillera de la Costa, Cordillera de Los Andes, Macizo de Guayana) (Cuadro3.1).
CUADRO Nº 3.1
TEMPERATURA MEDIA ANUAL EN GRADOS CENTIGRADOS (ºC) EN FUNCION DE LA
ALTURA (M) (Fuente: Atlas de Venezuela (MARNR, 1980))
ALTITUD TEMP. MEDIA ALTITUD TEMP. MEDIA
EN M ºC EN M ºC
71
1300 19.1 3900 3.2
Y2 = Y1 + 2.5 + 0.0005x
donde,
Y2 = temperatura media anual del suelo (ºC).
Y1 = temperatura media anual del aire (ºC).
x = altura al nivel del mar (m).
Así Y2 podría usarse para determinar la clase de temperatura del suelo (sin recurrir a mediciones
directas) partiendo de datos climáticos de la región.
En el Cuadro Nº 3.2 se esquematizan los regímenes de temperatura del suelo que ocurren en
Venezuela. Aún cuando el régimen de temperatura isosupertérmico no existe realmente en la
Taxonomía de Suelos (SVCS, 1986), Mogollón y Comerma (1994) consideran que agrupar en una
sola clase (isohipertérmica) todos los suelos con temperaturas medias anuales superiores a 22 º C, no
permite diferenciar en base a su temperatura una gran cantidad de suelos en el país; por tal motivo,
incluyen la clase isosupertérmica o isomegatérmica la cual agruparía los suelos con temperaturas
superiores a 28 ºC y la isohipertérmica incluiría los suelos con temperaturas entre 22 y 28 º C.
72
Régimen de humedad del suelo.
Se refiere a la presencia o ausencia de una mesa de agua, o agua retenida a tensiones de humedad
bajas en el suelo, en la sección control de humedad, la cual varía en profundidad de acuerdo a la
textura de los suelo. La sección control de humedad en términos generales se encuentra entre 10 y
30 cm en suelos con clases de tamaño de partícula francosa fina, limosa gruesa, limosa fina o
arcillosa; se encuentra entre 20 y 60 cm en suelos franco gruesos y entre 30 y 90 cm si la clase es
arenosa. En suelos con esqueleto grueso estos límites tienden a estar a mayor profundidad.
En el Cuadro Nº. 3.3 aparecen los cinco regímenes de humedad, sus requerimientos y las principales
áreas de ocurrencia en el país. Su conocimiento práctico viene dado por la determinación de los días
consecutivos o acumulados a través del año, en los cuales, la sección control de humedad se
encuentra totalmente o parcialmente húmeda (Mogollón y Comerma, 1994).
CUADRO Nº 3.2
REGÍMENES DE TEMPERATURA DE SUELO PARA VENEZUELA
PERGÉLICO <0ºC
CRYICO 0º 8º
ISOMÉSICO 8º 15º
73
CUADRO Nº 3.3
REGÍMENES DE HUMEDAD DEL SUELO PARA VENEZUELA
AQUIC Saturado de agua, sin oxígeno durante al menos Sector inundable de los
parte del período de actividad biológica. llanos bajos de Barinas,
Portuguesa y Apure.
74
3.2. - NOMENCLATURA DE LA TAXONOMÍA DE SUELOS
La taxonomía de suelos ha desarrollado un sistema de nomenclatura de manera que pueda ser
entendido por todos los científicos de suelos del mundo. Se utilizan raíces griegas y latinas, tal como
en la nomenclatura zoológica y botánica. Los nombres fueron escogidos sobre la base de que fuesen
cortos, fáciles de pronunciar y lo más importante, que el mismo nombre indique las principales
características del taxón.
El nombre de los Grandes Grupos consiste del nombre del Suborden y un prefijo que define el
criterio utilizado a este nivel categórico. Por ejemplo, los Aquents de las regiones tropicales
(régimen de temperatura del suelo similar durante todo el año) se denomina Tropaquents (Trop de
los trópicos y Aquents el nombre del suborden). El Gran Grupo Paleargids, viene definido por el
prefijo "Paleo" que quiere decir antiguo, viejo y Argids, el nombre del Suborden de los Aridosoles
que posee un horizonte argílico (Cuadro Nº 3.5).
75
CUADRO Nº 3.4
ELEMENTOS FORMATIVOS QUE IDENTIFICAN A LOS ORDENES DE SUELO
1.Entisoles ent. Sílaba sin significación Suelos minerales con horiz. pedogenéticos
débiles o sin ellos, de muy baja evolución.
4.Alfisoles alf. Sílaba sin significación Suelos minerales con horiz. de iluviación
de arcillas y saturación relativamente alta
en profundidad, con humedad suficiente
para que puedan desarrollarse los cultivos.
76
CUADRO Nº 3. 4 (continuación)
ELEMENTOS FORMATIVOS QUE IDENTIFICANA LOS ORDENES DE SUELO
77
CUADRO Nº 3.5
ELEMENTOS FORMATIVOS EN LOS NOMBRES DE LOS GRANDES GRUPOS
78
ELEMENTO DERIVACION MNEMONICA CONNOTACION
79
Pell Gr.Pellus,oscuro Pelliza Color oscuro
80
El nombre de los Subgrupos consiste del nombre del Gran Grupo modificado por uno o más
adjetivos. El adjetivo Typic es usado para el subgrupo que representa el concepto central del Gran
Grupo, otros adjetivos señalan la transición o el inter grado hacia otros Grandes Grupos, Subordenes
u Ordenes. Por ejemplo, el concepto central del Gran Grupo Paleargids, se denomina Typic
Paleargids. Aquellos suelos agrupados en el Gran Grupo Tropaquepts con algunas características de
los Vertisoles se denominan Vertic Tropaquepts. Los pedones y polipedones en este taxón son
Inceptisoles, con un régimen de humedad áquico, un régimen de temperatura alta durante todo el
año y algunas características del Orden de los Vertisoles (algunas grietas no muy profundas).
El nombre de las Familas consiste del nombre del Subgrupo y algunos adjetivos generalmente tres o
más que indican la clase de tamaño de partículas, la mineralogía, el régimen de temperatura a una
profunidad de 50 cm, la acidez dentro de un metro de profundidad y otros adjetivos si son
necesarios. Por ejemplo, podríamos tener la siguiente Familia: Aquic Ustropepts, limosa fina, mixta,
isohipertérmica. Esto señala en primer lugar, que es un Inceptisol (ept), de las regiones tropicales
(trop), con un régimen de humedad Ustico (ust: que permanece húmedo por lo menos 90 días
consecutivos y seco por más de 90 días acumulativos en un año), algunas características
transicionales hacia un régimen de humedad áquico (en este caso evidenciado por algo de moteado
gris en el subsuelo), una distribución de tamaño de partículas con predominio de limo, una
mineralogía mixta donde no hay predominio de un mineral en especial (por esto es mixta) y un
régimen de temperatura del suelo típico de condiciones tropicales de baja altitud (muy cálido
durante todo el año). La categoría de la Familia de suelos se aplica a los minerales y a los orgánicos;
sus clases varían de acuerdo con esta consideración. En los suelos minerales las clases siguen el
siguiente orden: Clases por tamaño de partículas (distribución de partículas por tamaño, DPT),
mineralogía, clases calcáreas y por reacción, temperatura, profundidad, consistencia, recubrimientos
y grietas. En los suelos orgánicos (Histosoles) las clases siguen el siguiente orden: Tamaño de
partículas, mineralogía, incluyendo la naturaleza de los depósitos límnicos, reacción, temperatura y
profundidad.
Cuando la extensión de la serie proyectada o potencial es relativamente baja (menor a. 800 has.), se
considera que no debe establecerse como tal; En este caso se trata como una "variante" de la serie
establecida a la cual esté más estrechamente relacionada. El nombre de la serie tiene significancia
local, viene dado por el nombre del sitio donde se describió y reportó el suelo por primera vez y se
presenta en la forma más típica. El nombre puede ser el de un pueblo, un distrito, una localidad.
Ejemplo de estos tenemos en la conocida Serie Maracay, Serie Guataparo, Serie Valencia, Serie
Fanfurrias, Serie Barinas, etc.
Algunos nombres reflejan las propiedades más importantes de los suelos, por ejemplo:
81
1. Lithic Dystropept: tiene roca dura a escasa profundidad.
2. Sulfaquept: tiene materiales sulfúricos a escasa profundidad.
3. Vertisoles: tiene propiedades vérticas (se agrietan fuertemente cuando se secan y se
expanden al humedeserce).
En otros nombres, las propiedades pueden ser usadas para definir la categoría y así el nombre infiere
la propiedad, por ejemplo:
1. Oxisoles: tiene baja C.I.C.
2. Typic Acrorthox: tiene una carga neta positiva.
En algunos nombres una propiedad específica está incluída en la categoría, aunque no sea una
característica diagnóstica, y no es inferida del nombre, por ejemplo:
1. Torriorthents: tiene condiciones salinas.
2. Albaqualfs: tiene baja conductividad hidráulica.
82
experimenta déficit de humedad durante el año y puede tener una mesa de agua alta por cortos
períodos. Ambas son consideradas como limitaciones. El uso del suelo estará en función de la
duración de cualquiera de las dos condiciones (Cuadro 3.6) en la página siguiente.
83
CUADRO 3.6 CONDICIONES LIMITANTES DIRECTAS O
INFERIDAS DE LOS SUELOS
84
85
3.3. - CLAVES DE LA TAXONOMIA.RECONOCIMIENTO DE ÓRDENES DE SUELO
De acuerdo a la taxonomía de suelos, existen 11 órdenes que se denominan Histosoles,
Espodosoles, Andisoles, Oxisoles, Vertisoles, Aridisoles, Ultisoles, Molisoles, Alfisoles,
Inceptisoles y Entisoles.
Los Entisoles son suelos muy jóvenes, donde los factores y procesos formadores no han tenido
suficiente tiempo para crear horizontes genéticos, por lo que generalmente poseen un horizonte A,
descansando sobre un horizonte C o R. Los Inceptisoles son suelos con un desarrollo incipiente de
los horizontes genéticos, y por lo tanto, un poco más evolucionados que los Entisoles. Los
Aridisoles son los suelos dominantes en la regiones desérticas y los más abundantes del mundo; en
estas regiones los factores y procesos formadores de suelo son más lentos, hay relativamente poca
vegetación y poca incorporación de materia orgánica. Los Mollisoles son suelos de abundante
materia orgánica y alta saturación de bases; estos suelos tienen una alta fertilidad natural, por lo
que se les considera como los suelos agrícolas más productivos del mundo. Los Espodosoles son
suelos de clima húmedo, ácidos, de baja capacidad de intercambio de cationes y baja saturación
con bases, por lo cual su fertilidad natural es muy baja. Los Alfisoles se caracterizan por la
presencia de un endopedón argílico y baja saturación con bases. Los Ultisoles y Oxisoles son
suelos que evidencia la acción de una intensa meteorización, muy evolucionados, asociados a sitios
de abundante precipitación y altas temperaturas, de baja fertilidad natural, presencia de óxidos
hidratados de hierro y aluminio y predominio de arcillas 1:1. En los Ultisoles es típica la presencia
de un endopedón argílico, mientras que los Oxisoles se caracterizan por la presencia de un
endopedón óxico. Los Andisoles son suelos derivados de cenízas volcánicas, presentan minerales
amorfos y se caracterizan por una baja densidad aparente. Por último, los Histosoles son suelos
orgánicos, generalmente saturados por agua, al menos 30 días consecutivos al año (Casanova,
1994). En el Cuadro 3.7 se muestra la clave simplificada para reconocer los órdenes de suelo.
El Tiempo es un factor formador de suelos. De cierta manera, los órdenes descritos en la
taxonomía son una manifestación de tal afirmación y podríamos esquematizarlo de la siguiente
manera:
85
CUADRO Nº 3.7
CLAVE SIMPLIFICADA PARA RECONOCER ORDENES DE SUELO SEGUN LA TAXONOMIA
DE SUELOS DE ESTADOS UNIDOS (BASADO EN BUOL, HOLE Y Mc CRAKEN, 1980 Y VAN
WAMBEKE, 1992)
Si el suelo tiene:
1. Otros suelos con más de 30% de arcilla 2:1 en todos los VERTISOL
horizontes y grietas cuando seco, hasta 50 cm de profundidad
por lo menos.
1. Otros suelos que permanecen secos por más de nueve meses ARIDISOL
al año y tienen epipedón ócrico.
Esta secuencia podría o no presentarse en la naturaleza de manera completa, según las condiciones
ambientales a las cuales ha estado sometido un suelo. Observe que en el esquema se indica que un
epipedón mólico se forma a partir de un ócrico, pudiendo éste último aparecer nuevamente si la
interacción de los factores formadores así lo determinan, como resultado de la degradación (por
86
erosión, pérdida de materia orgánica, lixiviación) del epipedón molico.
La presencia o ausencia de horizontes diagnóstico se usa como criterio para clasificar los suelos en
base a su taxonomía; en el Cuadro 3.8 se muestra la ocurrencia de horizontes diagnóstico en los
distintos órdenes de suelo.
87
CUADRO 3.8
RESUMEN DE LOS HORIZONTES DIAGNOSTICOS DE LOS ORDENES DE SUELOS.
ORDENES OCRICO MOLICO UMBRICO HISTICO SIN ENDOP. CAMBICO ARGILICO OXICO
ENTISOL Fr X X X Ne X X X
INCEPTISOL Fr R Fr R X Ne X X
MOLISOL X Ne X R P P P X
ALFISOL Fr R R X X X Ne X
ESPODOSOL R R Fr Fr X X R X
ULTISOL P P P R X X NE X
OXISOL P X P P X X R Ne
HISTOSOL X X X Ne X R R R
VERTISOL Fr P P X X P X X
ARIDISOL Ne X X X P P P X
88
RECONOCIMIENTO DE SUBORDENES DE SUELO
Los criterios utilizados para clasificar los suelos en el nivel categórico de suborden son el régimen
de humedad y diferencias genéticas por el clima, la vegetación o material parental. A continuación
se presenta una clave para la determinación de los subórdenes solo para los suelos mas comúnes
del país:
ALFISOLES
Alfisoles que tienen un régimen de humedad áquico, o están artificialmente drenados, con
moteados o concreciones de hierro-manganeso mayores de 2 mm de diámetro, o cromas de 2 o
menos, inmediatamente debajo de cualquier horizonte A oscuro en el cual el Value en húmedo es
menor a 3,5 después de que el material ha sido amasado y una de las siguientes características:
1. En el horizonte argílico, recubrimientos en la superficie de los agregados con croma
dominante menor o igual a 2 y moteado dentro de los agregados, o croma
dominante menor o igual a 2 en la matriz del horizonte argílico y moteados de
croma superior.
2. 2. Si no existen moteados en el horizonte argílico, un croma dominante menor o
igual a 1.
AQUALFS
Otros Alfisoles que tienen una de las siguientes:
1. Un régimen de humedad ústico, o
2. Un epipedón que es tanto masivo y duro o muy duro cuando seco y un régimen de humedad
arídico tendiendo a ústico.
USTALFS
Otros Alfisoles que tienen un régimen de humedad údico.
UDALFS
ENTISOLES
Entisoles que:
1. Tienen materiales sulfurosos dentro de los 50 cm. desde la superficie del suelo mineral; o
1. Están permanentemente saturados con agua y tienen en todos los horizontes debajo de los
25 cm uno de los colores siguientes:
89
a. El hue dominante neutro o más azul que 10 Y; y
b. Colores que cambian cuando están expuestos al aire; o
3. Están saturados con agua en alguna época del año o artificialmente drenados y tienen dentro de
los cm. de la superficie, colores (húmedo) dominantes en la matriz como sigue:
a. En horizontes que tienen textura más fina que areno francosa fina en algunos o todos los
subhorizontes, u horizontes que tienen mayor de 35% (en volumen) de fragmentos de rocas
en algún subhorizonte:
b) En horizontes que tienen textura areno francosa mixta o más gruesa, en todos los
subhorizontes:
1. Si el hue es tan rojo o más rojo que 10 YR y si hay moteados, el croma es menor o
igual a 2; y si no hay moteados y el value es menor a 4, el croma es menor de 1; o si
el value es mayor o igual a 4, , el croma es menor a 1;
2. Si el hue está entre 10 YR y 10 Y y si hay moteados definidos o prominentes, el
croma es menor o igual a 3; si no hay moteados, el croma es menor o igual a 1;
3. Hue más azul que 10 Y; o
4. Cualquier color si éste se debe al color natural de granos de arena sin
recubrimientos.
AQUENTS
Otros Entisoles que tienen 3% o más, en volumen, de fragmentos de horizontes diagnóstico en uno
o más subhorizontes, entre 25 y 100 cm. debajo de la superficie del suelo y estos fragmantos no
están ordenados en forma discernible.
ARENTS
Otros Entisoles que tienen, debajo de un horizonte Ap o debajo de los 25 cm. (El que sea más
profundo), menos de 35% (en volumen) de fragmentos de rocas y tienen una textura areno francosa
fina o en todos los subhorizontes hasta 1 metro o hasta un contacto lítico, paralítico o petroférrico,
lo que esté más superficial.
PSAMMENTS
90
Otros Entisoles que :
1) No tienen un contacto líticito o paralítico dentro de 25 cm. de la
superficie del suelo, y
2) Tienen pendientes menores de 25%, y
3) El contenido de carbono orgánico decrece irregularmente con la
profundidad o permanece sobre 0,2% a una profundidad de 1,25 m, y
4) La temperatura media anual del suelo es superior a 0ºC. (Los estratos arenosos o areno
francosos pueden tener menos carbono orgánico en caso que sedimentos más finos, a 1,25 m de
profundidad o debajo, tengan 0,2% o más de carbono orgánico.
FLUVENTS
Otros Entisoles
ORTHENTS
INCEPTISOLES
Inceptisoles que tienen un régimen de humedad áquico o están artificialmente drenados y tienen
una o más de las siguientes características:
1.- Un epipedón hístico;
2.- Un epipedón úmbrico o mólico, inmediatamente debajo del cual (o a una profundidad
inferior a 50 cm bajo la superficie del suelo) hay un horizonte con los siguientes colores
dominantes, en húmedo, sobre la cara de los agregados, o en la matriz, si estos no existen,
como sigue: a) Si hay moteados, croma menor o igual a 2. b) Si no hay moteados, croma menor
o igual a 1.
3.- Un epipedón ócrico bajo el cual se encuentra, a una profundidad menor de 50 cm desde la
superficie del suelo mineral un horizonte cámbico, teniendo ambos los siguientes colores en
húmedo, en la cara de los agregados, o si estos no existen, en la matriz: a) Si hay moteados,
croma menor o igual a 2. b) Si no hay moteados, croma menor o igual a 1.
AQUEPTS
91
Otros Inceptisoles que tienen un régimen de temperatura isomésico u otro iso más cálido.
TROPEPTS
MOLISOLES
Molisoles que tienen un régimen de humedad áquico o se encuentran artificialmente drenados y
tienen una o más de las siguientes características asociadas con exceso de humedad:
1.- Un epipedón hístico sobre el epipedón mólico.
2.- Una de las siguientes combinaciones de colores, en húmedo:
a) Si la parte inferior del epipedón mólico tiene cromas menores o iguales a 1, hay:
1. Moteados definidos y prominentes en la parte inferior del epipedón mólico;
o
2. Un value en húmedo mayor o igual a 4 debajo del epipedón mólico y uno
de los siguientes:
USTOLLS
Otros Molisoles.
UDOLLS
OXISOLES
Oxisoles que tienen una o ambas de las siguientes características:
1.- Plintita que constituyen una fase continua dentro de los 30 cm desde la superficie del suelo
mineral y el suelo se encuentra saturado con agua dentro de esta profundidad en alguna época
del año; o
2.- Un horizonte óxico, ya sea que esté saturado en alguna época del año o se encuentre
artificialmente drenado y que además tenga una (o ambas) de las siguientes características
asociadas con exceso de humedad:
a) Un epipedón hístico; o
b) Si no hay moteados, hay un croma dominante menor o igual a 2 inmediatamente debajo de
cualquier epipedón que tenga un value en húmedo, de menos de 3,5. Si hay moteados definidos
y prominentes dentro de los 50 cm desde la superficie del suelo, el croma dominante es menor
o igual a 3.
AQUOX
Otros Oxisoles que tienen un régimen de humedad ústico
USTOX
Otros Oxisoles que tienen un régimen de humedad perúdico
PEROX
Otros Oxisoles que tienen un régimen de humedad údico
UDOX
ULTISOLES
93
Ultisoles saturados con agua una parte del año o artificialmente drenados, que presentan
características asociadas a humedad, como moteados, concreciones de hierro-manganeso mayores
de 2 mm de diámetro, o en húmedo presentan cromas menores o iguales a 2 debajo de un Ap o de
horizonte A que tiene un value en húmedo menor de 3,5 amasado, y también una o más de las
siguientes características:
3.- Hue dominante de 2,5 Y o 5 Y en la matriz del horizonte argílico, moteados prominentes y
un régimen de humedad del suelo térmico, isotérmico o más cálido.
AQUULTS
Otros Ultisoles que tienen ambas o una sola de las siguientes características:
1.- Tienen 0,9 % o más de Carbono Orgánico en los 15 cm superiores del horizonte argílico.
2.- Tienen 12 Kg o más de Carbono Orgánico por m2 en el suelo hasta una profundidad de 1 m
debajo de la superficie de un suelo mineral, con exclusión de cualquier horizonte O que esté
presente.
HUMULTS
Otros Ultisoles que tienen un régimen de humedad údico.
UDULTS
Otros Ultisoles que tienen un régimen de humedad ústico.
USTULTS
VERTISOLES
Vertisoles que tienen en uno o más horizontes entre 40 y 50 cm desde la superficie del suelo,
condiciones de mal drenaje por algún tiempo en la mayoría de los años (o drenaje artificial)
AQUERTS
Vertisoles con grietas que se abren y se cierran más de una vez a lo largo del año, en la mayoría de
94
los años, pero no permanecen abiertas por un tiempo mayor a 90 días acumulativos.
UDERTS
Otros Vertisoles
USTERTS
ARIDISOLES
Arídisoles que tienen un horizonte argílico o nátrico.
ARGIDS
Otros Arídisoles
ORTHIDS
95
ELEMENTOS FORMATIVOS EN LOS NOMBRES DE LOS GRANDES GRUPOS
96
Hydr Gr.Ydor,agua Hidráulico Presencia de agua
97
Ust L.Ustus,quemado Clima seco parte del año
BIBLIOGRAFIA.
Buol, S.,F.D. Hole, McCraken. 1991. Génesis y Clasificación de Suelos. Ed. Trillas.
México,D.F. 415p.
98
ETAPA 1 - TEMA 4
RELACIÓN SUELO-PAISAJE
OBJETIVOS
1. Conocer el concepto de paisaje e identificar la influencia de los factores formadores en la
modelación del mismo.
2. Conocer las relaciones entre los paisajes y los suelos como componentes del mismo sistema.
3. Reconocer características de los suelos representativos de distintos paisajes.
INTRODUCCIÓN
Los factores formadores, material parental, clima, biota, topografía y tiempo, interactúan entre si y
generan una serie de procesos formadores (adiciones, pérdidas, transportes y transformaciones) que
dan origen a los suelos.
Los mismos factores formadores que dan origen a los suelos son responsables también de la
formación de los distintos paisajes que ocurren en la superficie de la corteza terrestre. De esta
manera, es razonable pensar que exista una relación estrecha entre los paisajes y los suelos que se
encuentran en ellos.
Esta relación suelo - paisaje es de gran ayuda para predecir los suelos que se pueden encontrar en
diferentes zonas. De esta manera, cuando se va a hacer un inventario de los tipos de suelos que se
encuentran en un área determinada, una de las primeras fases del inventario es dividir el área en los
distintos paisajes que existen. Como los paisajes son diferentes debido una acción diferencial de los
factores formadores, los suelos que se encuentran dentro de cada tipo de paisaje deben ser similares
entre si, mientras que suelos de paisajes distintos deben presentar diferencias.
El propósito de esta guía es dar un concepto de paisaje, describir los paisajes más frecuentes en
Venezuela y explicar la relación suelo - paisaje a través de varios ejemplos.
EL PAISAJE
El paisaje es un cuerpo tridimensional ubicado en la superficie de la tierra cuyos componentes son
las rocas, regolitos, sedimentos, suelos y agua. Presenta una estructura característica y limita por su
parte superior con la atmósfera y biosfera, lateralmente con otros paisajes y en su parte inferior el
límite se encuentra en el lugar donde la acción de los agentes exógenos (agua, aire) da paso a la
participación de los agentes endógenos (magma, temperaturas altas, grandes presiones). De acuerdo
a esta definición, el paisaje es parte del ecosistema.
99
Para estudiar los diferentes paisajes presentes en el globo terráqueo actualmente, es necesario hablar
del Cuaternario.
El Cuaternario es un período geológico durante el cual, a pesar de su relativa corta duración, han
ocurridos hechos de extraordinaria significación que revolucionaron por completo la historia de
nuestro planeta. En este periodo, además de la aparición del Homo sapiens, ocurrieron una serie de
eventos de significativa importancia en la configuración definitiva del paisaje terrestre,
particularmente en el desarrollo y repartición de muchos recursos naturales renovables y no
renovables (Vivas, 1984).
Lo corto del tiempo Cuaternario en relación con los otros períodos geológicos, en mucho explica
que no siempre haya habido acuerdo en cuanto a su status en la escala y en la taxonomía geológicas.
100
Figura 4.1. Escala Geológica
101
Algunos autores, como Flint(1971), le niegan el rango de período e incluso abogan porque el
término Cuaternario se elimine de la taxonomía estratigráfica y se englobe en la denominación
general de Cenozoico Tardío. En cambio otros, como Charlesworth (1957), se colocan en el extremo
contrario a Flint y opinan que por su extraordinaria importancia el Cuaternario debe ser considerado
como una Era, toda vez que la presencia del hombre y la ocurrencia de las glaciaciones bastarían
para adjudicarle ese status dentro de la escala geológica Nos parece que la mayor aceptación
existente en cuanto a su nomenclatura y status es la que se observa en la Fig. 1. Es decir,
considerarlo como un período de la Era Cenozoica conjuntamente con el Terciario y, a su vez,
formado de dos series o épocas: el Pleistoceno y el Holoceno.
• Holoceno
• Pleistoceno Superior
• Pleistoceno Medio
• Pleistoceno Inferior
El limite del Pleistoceno Inferior se colocó en esa oportunidad por debajo de la primera glaciación
Cuaternaria ( Gunz) del modelo alpino y el limite entre el Inferior y el Medio se colocó por debajo
de la segunda interglaciación, o sea la Mindel-Risas. Pero más tarde, el límite inferior del sistema
Cuaternario fue establecido por debajo de la segunda glaciación alpina es decir, la Mindel. En
consecuencia, esta primera subdivisión se correlacionó, como era la tradición, con las glaciaciones,
hasta el punto de que Pleistoceno para muchos es sinónimo de Edad del Hielo.
Si bien cronológicamente los limites de las divisiones varían bastante según diferentes autores y
disímiles realidades geográficas, la clasificación anterior es ampliamente usada en el mundo.
Entre las divisiones Cuaternarias más usadas y conocidas están las que se corresponden con los
diferentes modelos de glaciaciones establecidos en varias partes del mundo y que arrancan con el
trabajo pionero del modelo alpino europeo de Penck yBruckner.
102
Los límites entre el Plioceno y el Pleistoceno.
Por largo tiempo se ha buscado establecer con alguna precisión los límites entre el final del Terciario
y el comienzo del Cuaternario. O en otras palabras: entre el Plioceno y el Pleistoceno.
Difícil ha sido la tarea, abundantes las discrepancias y variados los criterios utilizados. Por ello, no
es posible afirmar que exista hoy absoluto consenso en cuanto a estos límites y los acuerdos
mayoritarios que a veces se notan, más bien dados de acuerdo a las particularidades de áreas
determinadas .
El problema, en todo caso, siempre es el mismo, y se resume en una doble pregunta ¿Qué evento
marca el comienzo del Pleistoceno y cuando ocurrió?. Para tratar de dar una respuesta se han
utilizado tradicionalmente argumentos paleontológicos y climáticos. Pero últimamente se ha usado
mucho el paleomagnético, es decir, la consideración de los cambios que ha sufrido el campo
magnético de la tierra : es posible medirlos en el tiempo por la relación Potasio-Argón (K/Ar)
contenidos en las lavas volcánicas ( Figura 4.2) .
Figura 4.2. Historia Magnética de la Tierra. Barras rayadas: Épocas y eventos de Polaridad Normal
Como vimos antes, los criterios paleontológicos y climáticos comenzaron a utilizarse para establecer
los límites en el siglo XIX con Lyell y Forbes. Entre ellos los más usados son Iniciación de la
103
primera glaciación, primera evidencia del hombre y/o sus artefactos, aparición de los bovinos, de los
verdaderos elefantes y de los caballos (Bos, Elephas y Equus), la aparición de especies
características de invertebrados de agua fría, etc. Sin embargo, el gran obstáculo de estas evidencias
para establecer la correlación mundial es que ninguna de ellas pareciera ser contemporánea en
cuanto a su aparición en todas partes del globo.
104
Los límites entre el Pleistoceno y el Holoceno.
Aunque aún está lejos de existir unanimidad, es posible decir que hay mucho más consenso en
cuanto al establecimiento de los límites entre el Pleistoceno y el Holoceno que entre el Plioceno y el
Pleistoceno. Pero se trata, asimismo, de un aspecto polémico como queda ilustrado al citar algunos
autores. El primero es West (1968), quien argumenta "El límite entre el Pleistoceno y el Holoceno
no difiere en carácter con los límites entre los glaciales e interglaciales precedentes, y el Holoceno
tendría que ser considerado como el piso o estadio más reciente del Pleistoceno y no como una serie
separada El término Holoceno debería entonces, ser descartado y reemplazado por el nombre de un
estadio o piso" (p. 225) que West propone se denomine Flandriense. El segundo autor es Flint
(1971), que está de acuerdo con West y además señala que el Holoceno o Reciente no puede ser
considerado como una unidad estratigráfica y debería usarse en áreas geográficas muy restringidas.
Flint le niega suficiente caracterización climática y estratigráfica en general al Holoceno y en este
sentido, afirma estar en desacuerdo con Neustadt, (1967), quien, refiriéndose a estos problemas
apunta "Nos parece que una de las razones para que existan discrepancias en cuanto al límite del
Holoceno Inferior es la insatisfactoria terminología que se utiliza particularmente los conceptos de
Período Post-Glacial, Período Glacial Tardío y Período Reciente. Estos términos deben ser
abandonados y reemplazados por uno solo: Holoceno, análogo al Mioceno, Plioceno o Pleistoceno".
Además, agrega "El Holoceno no es sinónimo de post-glacial y en nuestra opinión incluye tanto al
post-glacial como al verdadero final de la ultima glaciación, comenzando cronológicamente con el
Allerod. Holoceno no es un término ecológico o geomórfico sino cronológico" (p. 424).
Neustadt, en consecuencia, considera que la división Pleistoceno/Holoceno esta dada por el piso o
estadio Allerod, al cual le asigna una edad de 11.975 ± 370 años, obtenida por datación
radiocarbónica.
Vita-Finzi (1973), da una lista de los indicadores físicos que sirven para establecer los limites en
cuestión. Ellos son: las oscilaciones del nivel marino, las fluctuaciones de las márgenes de los
glaciares, la composición isotópica de los foraminíferos plantónicos, los depósitos lacustres
glaciales, la meteorización. el polen y otros restos de plantas, faunas terrestres y marinas, y
actividades humanas diversas. El autor considera que cualquiera de estos indicadores bien usados
como representativos y mediante aplicación de métodos de datación absoluta, pueden ser una buena
base para el establecimiento del límite Pleistoceno/Holoceno. En efecto. este ha sido el caso en
numerosísimas oportunidades y en diversas partes del mundo.
105
litoestratigráficos y geomórficos al respecto. Asimismo, ya es igualmente tradicional hacer coincidir
esa transición Pleistoceno/Holoceno con el aumento generalizado de los niveles marinos, es decir,
con la ocurrencia de la Transgresión Flandriense. Es también frecuente señalar ese límite
coincidiendo con la época de la mayor extinción de los grandes mamíferos pleistocenos, valga por
caso, el mamut o los rinocerontes lanudos.
Algunos autores, entre ellos Kaiser(1969), afirman que al lado de niveles morrénicos terminales y de
la extinción de muchos mamíferos, igualmente son buenos criterios de delimitación el paso del
Paleolítico al Mesolítico y la transición en Europa del Norte entre el piso Dryas Superior,
caracterizado por la tundra, y el piso Preboreal, por el bosque, En la mayoría determinante de los
casos en que se han utilizado los criterios anteriormente expuestos y se aplican técnicas de datación
absoluta, las edades que resultan en general fluctúan entre 9,000 y 12.000 años A P.; por lo cual, a
un gran número de cuaternaristas, a través de todo el mundo, les ha parecido razonable asignarle al
límite Pleistoceno/Holoceno una antigüedad de 10.000 años en relación con el presente.
106
4.1 - FORMAS DE RELIEVE CUATERNARIAS
En las tierras emergidas, el modelado del relieve está constituido por dos grandes conjuntos de
formas. De una parte, las morfoestructurales y, de la otra, las morfoclimáticas. Estas últimas a su
vez, comprenden las formas actuales, es decir, las originadas bajo condiciones ambientales presentes
y las que se modelaron en ambientes diferentes a los de hoy, o sea en medios morfogenéticos
antiguos. Estas son las llamadas paleoformas, que pueden ser del Cuaternario o de períodos
geológicos anteriores. Es a ellas, a las paleoformas cuaternarias, a las que nos vamos a referir.
Las paleoformas, formas reliquias o heredadas, como también se les denomina, existen en todas
partes de la superficie de los continentes, en proporciones variables de acuerdo a la mayor o menor
intensidad de los procesos que las originaron y de los mecanismos de destrucción de las mismas.
Debido a que el Cuaternario se caracteriza por los cambios sensibles de las condiciones ambientales,
por la cobertura mundial que ellos alcanzaron y por el relativo corto tiempo que hace ocurrieron, sus
paleoformas ocupan amplísima extensión. Para citar un ejemplo: solo las glaciaciones produjeron
formas de relieve características que cubren aproximadamente 1/3 de las tierras emergidas, lo cual
indica que la mayor parte del modelado terrestre es heredado y muy especialmente del Cuaternario.
La Meteorización y la Erosión.
Variaron en intensidad y en tipo de acuerdo a la latitud y según cuatro zonas morfoclimáticas claves:
tropical húmeda y templada húmeda en cuanto a meteorización química y tipo de erosión se refiere;
y subtropical árida y polar árida, en relación a la meteorización física y también a la erosión.
En términos generales puede afirmarse que en las tierras emergidas las intensidades de la
meteorización química y de la erosión durante los periodos fríos y secos del Cuaternario fueron
menores que durante los estadios interglaciales. En cambio, la meteorización física aumentó
considerablemente, en un todo de acuerdo con el conocido axioma de Erhart( 1956) de que las fases
menos húmedas permitieron menor vegetación y mayor erosión, en contraste con las húmedas que
provocaron mayor vegetación y pedogénesis. Es lo que este autor denominó rhexistasia y biostasia,
respectivamente, y que, a su vez, Rhodenburg (1970) llama actividad y estabilidad.
107
particularmente sensibles a las modificaciones de temperatura y de precipitación, por lo que
reflejaban muy bien las fluctuaciones climáticas cuaternarias. Debido a la repetición de períodos
fríos, al lapso que cubrieron y la cobertura geográfica que alcanzaron, la morfogénesis glacial y
periglacial cuaternaria es la más conspicua en la superficie terrestre.
Procesos Aluviales.
Se considera que durante los glaciales mundialmente predominaba la sedimentación aluvial a lo que
sucedía luego en proceso mayormente de incisión lineal o de erosión vertical durante los
interglaciales. No obstante, en algunas regiones la fusión muy rápida de los hielos producía acciones
erosivas catastróficas como avalanchas, en un proceso fluvioglacial que rellenó los valles. Es el caso
de algunas zonas mediterráneas y subtropicales , al igual que en altas montañas tropicales.
Procesos Eólicos
Muchos campos de dunas y de limos(loess) existentes en la actualidad son testigos de la presencia
del viento pleistoceno como un eficaz agente morfogenético en todo el mundo, principalmente
durante los períodos fríos. Ello es válido en los más variados paisajes y refleja la aridez y la
semiaridez que caracterizó la mayor parte del globo durante las glaciaciones y, sobre todo, en la
última.
Procesos Litorales
Las secuencias glaciales o interglaciales produjeron fluctuaciones del nivel marino a escala mundial
que originaron buena parte de las formas de relieve litorales. Así, la transgresión Flandriense
comenzó inmediatamente después de terminado el máximo glacial aproximadamente unos 17.000
años AP y alcanzó su nivel más alto 6.000 años AP. Después de esta fecha, el nivel promedio del
mar ha descendido en unos 3 m. Entre 18.000 AP y 6.000 AP la diferencia del nivel marino fue de
unos 130 m, lo que da una idea de la influencia notable que este hecho ha debido tener en el
modelado de las formas de relieve litorales.
Procesos Coluviales
Los procesos coluviales modeladores de vertientes variaron también en intensidad y en amplitud
durante las fluctuaciones climáticas cuaternarias. Con las excepciones del caso, podría generalizarse
diciendo que durante los periodos fríos esos procesos fueron más intensos que durante los más
cálidos, cuando existían condiciones favorables para alcanzar equilibrios dinámicos. Es decir,
cuando había mayor estabilidad de las vertientes, en el contexto del modelo de Erhart de la biostasia
y la rhexistasia.
Procesos Bioantropogénicos.
Los cambios climáticos determinaron modificaciones muy importantes de la biósfera en general y de
la forma de vida del hombre, en particular, condicionando muchos de los procesos geomórficos. Es
el caso de la presencia de mayor o menor cobertura vegetal y de animales según variaban las
condiciones climáticas en el tiempo y en el espacio.
Por su parte, el hombre como agente geomórfico participaba de manera diferente de acuerdo a los
108
sitios y a las condiciones climáticas prevalecientes. Por ejemplo, él comenzó a practicar la
agricultura al final de la última glaciación o comienzos del Holoceno, hace 10.000 años y a regar
hace 5.000 años AP; actividades estas que introducen sensibles modificaciones en el paisaje
terrestre.
TARDÍO.
Queremos hacer particular referencia, por lo que corresponde a nuestros países cálidos, a las
condiciones ambientales, principalmente climáticas, que prevalecieron en la zona intertropical
durante los períodos glaciales, especialmente en el máximo del último. Como dice Street ( 1981), las
investigaciones recientes han demostrado que no es cierta la vieja idea que se tenia de la existencia
de condiciones pluviales en el cinturón intertropical correlativas con los glaciales de las latitudes
elevadas. Por el contrario, la mayoría de las áreas situadas entre las latitudes 23.50 N y S eran
entonces más secas que en el presente. A estas conclusiones se ha llegado en base a una multitud de
evidencias paleoterrestres y paleomarinas que incluyen polen y plantas macrofósiles, fluctuaciones
de los niveles de los lagos del interior de los continentes, dunas fósiles, depósitos glaciales y
periglaciales de montaña, variaciones del contenido de detritos de origen continental en el fondo de
los océanos, depósitos aluviales y coluviales. Todos estos hechos tienen el sello de las sucesiones
ambientales durante el Cuaternario.
Se puede decir que el impacto ambiental de las fluctuaciones climáticas en el Pleistoceno Tardío y
en la transición Pleistoceno-Holoceno, fue en muchas regiones tropicales tan dramático como pudo
haberlo sido en las latitudes templadas. Esta afirmación la inferimos de las condiciones
morfogenéticas y de las formas de relieve que predominaron en los trópicos para esas épocas,
incluyendo de manera destacada a Sur América.
Sin embargo, se tiene como válido expresar que muchas regiones intertropicales que hoy son cálidas
y húmedas experimentaron un climax de sequía en los alrededores de 18.000 años AP, como lo
demuestran algunos campos de dunas reliquias que pueden allí observarse. Igualmente, las fases
expansivas de muchos desiertos tropicales actuales demuestran que el pico de la aridez mundial y
tropical ocurrió en el último pleriglacial. Por su parte, varios autores, como Bigarella y Andrade (
1965) y Van Der Hammen, han evidenciado que durante los periodos fríos cuaternarios, buena parte
de la selva y del bosque húmedos tropicales de Brasil y del norte de Sur América eran sabana o
incluso desiertos y semidesiertos donde predominaban los procesos morfogenéticos y las formas
correspondientes a esos ambientes: acción eólica como agente fundamental, campos de dunas,
transporte torrencial, abanicos aluviales, glacis, etc.
PALEOFORMAS CUATERNARIAS
Tratamos acá las paleoformas cuaternarias más conspicuas que se observan en la superficie terrestre,
sobre todo en función de sus orígenes e independientemente del medio morfoclimático donde se
109
encuentren. Por ello las agrupamos así:
• Glaciales y Periglaciales
• Aluviales
• Glacis o Pediments
• Eólicas
• Litorales
• Coluviales
En esta guía solo se reseñarán las paleoformas Aluviales, Glacís y Coluviales, debido a que son las
más importantes en el país. Una detallada explicación de las paleoformas restantes (Glaciales y
Periglaciales, Eólicas y Litorales) se encuentra en el libro "El Cuaternario" (Vivas, 1984).
Paleoformas Aluviales.
Los cursos de agua, en su proceso alternado de acumulación y erosión de sus sedimentos, o bien de
deposición permanente, construyen diferentes formas de relieve, siendo las más destacadas las
terrazas, los deltas y los abanicos o conos fluviales.
Este modelado está presente en la mayoría de las superficies emergidas y es un testigo de excepción
de las vicisitudes y de los cambios operados en la tierra a lo largo del Cuaternario y particularmente
durante el Pleistoceno. En este orden de ideas, a las terrazas, deltas y abanicos los consideramos en
buena parte como paleoformas indicadoras de la estratigrafía cuaternaria y así las tratamos a
continuación.
Las Terrazas
Las terrazas aluviales o fluviales, si queremos ser más precisos, constituyen un tipo de relieve
comúnmente dispuesto a lo largo de los nos; es decir, paralelamente a sus perfiles longitudinales. Se
caracterizan por su diseño original, en especie de mesa o de amplios bancos alargados; de reverso
plano y frente de talud abrupto . En una sección transversal de valles amplios es frecuente encontrar
los niveles de terrazas a altitudes diferentes, en ambas márgenes del fondo, o bien en una sola de
ellas, estando ausentes en la otra En el primer caso se trata de valles simétricos y en el segundo de
asimétricos (Fig. 4.3 )
110
.
Tradicionalmente se han distinguido dos tipos de terrazas fluviales: las de erosión y las de
111
sedimentación. Las primeras son las originadas por la erosión de los ríos en las laderas que delimitan
el fondo del valle. Por consiguiente, se tratan fundamentalmente de bancos rocosos duros con
apenas una delgada cubierta de aluviones, o incluso sin ella. Las segundas, por el contrario, son
antiguos fondos de valles por lo que están constituidas casi enteramente por aluviones. Es a éstas
que en realidad queremos referirnos.
112
Figura 4.4 Procesos de ensanchamiento y formación de terrazas en un valle aluvial
(tomado de Zinck 1980 y Strahler 1963.
Se produce, entonces, un pico crítico de la curva erosiva relacionado con menor humedad que
representa, a su vez, el mínimo de cubierta vegetal. Es lo que podría asimilarse a la llamada Regla
de Langhein-Schumm. En régimen húmedo, por el contrario, hay mayor protección del suelo; los
ríos llevan menos carga sólida y tienden a cortar sus propios depósitos.
Visto en un contexto estratigráfico general, este modelo geográfico se relaciona con la sucesión de
los periodos fríos y cálidos cuaternarios. O en otras palabras, con la sucesión de las glaciaciones y
las interglaciaciones.
En este orden de ideas, el proceso de acumulación y de erosión de los cursos de agua pudo repetirse
mundialmente varias veces a lo largo del Pleistoceno. No obstante, a escalas más reducidas, y dentro
de una misma época glacial o interglacial, pudieron ocurrir esas situaciones alternas de acumulación
y entallo, para originar modelados de terrazas correspondientes a áreas particulares.
El deposito de terraza se distingue por la selección del tamaño de las partículas, conjuntamente con
la nitidez de la estratificación. Los estratos se desarrollan de forma alargada, se entrecruzan y se
orientan aguas abajo. La presencia de cuñas de partículas de tamaño diferente dentro de estratos con
elementos más grandes, es un rasgo común, al igual que la consolidación o estabilidad estructural
del depósito.
El grosor de los elementos es muy variable y va desde bloques hasta arcilla Con cierta frecuencia los
elementos más grandes constituyen la base del depósito y disminuyen en dimensión hacia el tope.
Igualmente, a lo largo del perfil longitudinal de un curso de agua las terrazas situadas más aguas
arriba usualmente tienen material de mayor tamaño y decrece aguas abajo. Por su parte, en un perfil
transversal, a medida que el depósito esta más cerca del lecho, son más gruesos sus constituyentes y
disminuyen cuando se alejan de éste. Tanto las partículas mayores, como las arenas, se caracterizan
por ser redondeadas, siendo ese rasgo más sobresaliente a medida que la distancia del transporte es
mayor.
El predominio granulométrico estará casi siempre en ese orden descendiente, a medida que se
progresa aguas abajo, siguiendo longitudinalmente los ejes principales del drenaje. Igualmente, el
tamaño predominante de las partículas de los depósitos descendientes en ese mismo orden según la
lejanía que en sentido transversal o perpendicular haya con respecto al cauce del río que dió origen a
la sedimentación (Figura 4.5). En consecuencia, el predominio granulométrico o textual del
depósito estará dado en función de su posición geomorfológíca así: arena para el dique aluvial, eje o
114
Fig. 4.5 Posiciones geomorfológicas y granulometrías predominantes en la sección transversal
de la sedimentacion de los ríos (tomado y adaptado de Vivas, 1984)
banco, limo para la napa o manto de desborde y arcilla para la cubeta de decantación.
Para el caso de Venezuela STAGNO (1971) define tres categorì as de posiciones geomorfológicas en
depósitos aluviales según sus características sedimentológicas .
115
1. Por exceso de carga y desborde.
Ocurren cuando el río pierde su competencia para transportar todo el material y deposita parte en su
propio lecho, colmatándolo poco a poco o también el depósito puede realizarse por desborde
generalizado.
Tenemos en esta categoría a los albardones de orilla y a los brazos deltaicos, tambien pertenecen a
esta dinámica los derrames arenosos, causados por ruptura de la orilla y los ejes de explayamientos.
a) Los albordones de orilla: son los diques naturales que acompañan los ríos en ambas
márgenes. Son alargados y estrechosa, generlamente del órden de uno o varios centenares de metros,
la anchura varía con la importancia del curso de agua. Su topografía es ligeramente convexa. Se
originan por el desborde generalizado de los ríos. Tienen una configuración ligeramente sinuosa. El
materiales por lo general a y aF, pero en ciertos casos se ha encontrado material hasta FA,
dependiendo ello del material que cede la cuenca de ablación y de la topografía del terreno antes de
realizarse la deposición.
116
Figura. 4.5.1
Figura. 4.5.2.
b) Albardón de difluentes: cuando un río por exceso de sedimentos levanta su lecho, pueden
ocurrir rupturas y parte del agua fluye por otra vía (la de más alta pendiente), originándose así
levantándose mediente el aporte de los sucesivos desbordamientos. Al comienzo, mientras la
pendiente de mantenga, los materiales son más arenosas que os del brazo que le dió origen. Sim
embargo los difluentes pueden evolucionar exactamente como el que les dió origen y así no cambia
realmente la posición geomorfológica.
117
En algunos casos, la pendiente del difluente se mantiene y entonces puede ocurrir la
colmatación con materiales más arenosos, constituyéndose una nueva posición geomorfológica.
c) Brazos deltaicos: son los diques que se fabrican en un sistema sedimentario fluvio-
deltáico.
El sistema fluvial está dividido en numerosos brazos que cambian constantemente de sitio. Debido a
las bajas pendientes que caracterizan a este sistema deposicional, los difluentes se vuelven
incompetentes y al depositar su carga, ciegan así el canal de escurrimiento y provocan desbordes y
rupturas con salida de nuevos difluentes.
Los brazos tienen una topografía ligeramente convexa y una configuración muy sinuosa, con
numerosas difluencias y afluencias. En cuanto a las texturas estas son muy variables, pero
generalmente predominan situaciones con mayor procentaje de arena, Se han reconocido brazos
deltaicos a, aF y Fa. En el estudio del sistema fluvio deltáico del río Zulia, se han determinado
brazos Fa, F y FA. Generalmente los Fa, son aquellos más jóvenes que todavía no han terminado de
construirse o también aquellos brazos viejos (colmatados) que han evolucionado en la línea de
mayor pendiente.
Las texturas F y FA, pertenecen a los brazos más viejos (colmatados) y frecuentemente ocurre que el
último canal de escurrimiento se ha rellenado con texturas más arenosas.
Es importante señalar que no todos los brazos tienen adosados napas de desborde y al carecer de
estas, comunican lateralmente con las cubetas.
118
Figura. 4.5.3 vista de brazos deltaicos
d) Los ejes de explayamiento: Es una forma que tiene cierta similitud con los albardones en
cuanto a su configuración alargada de brazos. Su topografía difiere algo porque los bancos son mas
bien planos y los materiales dominantes son los aF, Fa y FAa.
e) Napas de explayamiento: resultan del mismo proceso que los ejes de explayamiento, sólo
que se realizan en una anchura mucho mayor.
Se realizan con pendientes relativamente elevadas. Muchas veces las napas de explayamiento se
originan de la coalescencia de varios ejes de explayamiento.
Se construyen por desbordamiento generalizado a partir de los albardones de orilla y de los brazos
deltaicos. Se realiza una acumulación libre con una alta selección hacia las partículas limosas ( las
arenas se quedan en los albardones y las arcillas siguen hacia las cubetas).
Se encuentran en grandes sectores adyacentes a los albardones de orilla o a los brazos deltaicos.
Tienen topografía plana y pendiente uniforme.
Las texturas son generlamente F, FL, FA, y FAL. a veces se presentan estratificaciones más
pesadas, especialmente si se trata de sistemas deltaicos, En los sistemas pueden presentarse
encerrada entre diques circundantes, lo que hace que aumenten los porcentajes de arcilla, porque la
misma al no tener salida a las cubetas decanta en posición de napa. Muchas veces esta situación
constituye cubetas de desbordes.
c) Depresiones laterales:
Zinck las ha reconocido y establecido para sistemas de valles encajonados y la define como una
depresión alargada, abierta, sin estancamiento de agua y con textura AL y A friable.
120
3. Posición geomorfológica originada por decantación
Ocupan los extremos distales de los ejes de aporte de material, que corresponde a las zonas más
bajas de la acumulación.
a) Cubetas de decantación:
Tienen una topografía ligeramente cóncava o plana, las pendientes son muy bajas, la textura es
arcillosa, generalmente mayor de 60%. Frecuentemente retienen láminas de agua por muchos meses
al año. Pueden encontrarse en Sistemas Fluvio-Deltaicos y en sistemas de desborde.
121
4.2. - LOS DELTAS.
Muchos ríos en sus confluencias en lagos o en el mar, construyen un modelado característico llamado
delta, debido a su diseño parecido a la letra griega. (Fig. 4.6). Sin embargo, no todos los deltas
considerados geomorfológicamente como tales tienen esta forma original, pero normalmente esa es la
tendencia.
Los deltas se edifican por la constante sedimentación de limo, arcilla y en menor proporción de arena,
que los grandes ríos acarrean y que se ven forzados a depositar por la pérdida de su poder de
transporte. Esto ocurre por el freno que constituyen los espejos de agua en que desembocan. Cuando
el balance entre acumulación fluvial y remoción de los sedimentos por parte de las olas, mareas,
corrientes marinas o lacustres, es favorable a la primera los deltas se forman y el continente le gana
terreno al mar, de acuerdo al orden de magnitud de ese balance, del tamaño del curso de agua y del
volumen de sedimentos que arrastre. En razón de ello, los deltas varían considerablemente de tamaño,
por ejemplo: un área de 4.3126 Km. en el caso del Danubio; 26.260 Km2 para el río Mississippi y
30.000 Km. en el caso del Orinoco (Fig.4.6).
Algunos deltas tienen muy pocos o incluso un solo canal de desagüe; pero la característica general es
la presencia de un buen número de ellos. Se les denomina distributarios, pasos o bocas. En un
momento dado uno de ellos es la vía principal de escorrentía para luego ser reemplazado por otro
cuando se colmata enteramente y por el río se ve obligado a buscar una nueva salida Este proceso de
cambio continuo de vía principal de desagüe resulta en la construcción de nuevos sub-deltas. Por lo
tanto, muchas llanuras deltaicas son en verdad un conjunto de subdeltas coalescentes que se han ido
formando por el trabajo de los distributarios, como sucede en el caso del Mississippi (Thornbury,
1969). Como paleoformas los deltas se encuentran en diversas regiones costeras y en la plataforma
continental de todos los Continentes. Pueden estar en superficie o por debajo de las aguas marinas o
lacustres. En este último caso, se trata de formas construidas antes del Holoceno y que luego fueron
sepultados bajo las aguas de la transgresión Flandriense
122
Figura 4.6 - Deltas del río Nilo (Egipto) y del río Orinoco (Venezuela).
123
Los paleodeltas, por su significado ambiental, ilustran sobre la estratigrafía cuaternaria En efecto;
ellos, como los actuales, representan un equilibrio entre las tasas de sedimentación y las de erosión de
los materiales fluviales por los agentes litorales. Si el equilibrio se rompe el delta deja de formarse
porque el balance sedimentación/erosión es negativo, bien como consecuencia de un cambio total de
las condiciones ambientales de la cuenca de drenaje del río correspondiente, o por una modificación
debido a movimientos isostáticos y/o eustaticos. La ruptura de equilibrio es posible ubicarla en el
tiempo en que ocurrió, a través del estudio de los depósitos y de las propiedades de los sedimentos
deltaicos antiguos preservados.
Abanicos Aluviales.
W.B. Bull ( 1977), define el abanico aluvial como un depósito cuya superficie constituye un segmento
de un cono que irradia aguas abajo, a partir del sitio donde el curso de agua deja su área de
alimentación (Fig. 4.7). Por su parte, los llamados conos aluviales o conos de deyección tienen el
mismo significado genético y morfológico que el abanico, pero frecuentemente designan unidades
más pequeñas y más inclinadas edificadas por torrentes; es decir, por cursos de agua de corto
recorrido, perfil longitudinal muy sesgado y de escorrentía violenta. Por consiguiente, abanico aluvial
es la denominación genérica que puede perfectamente aplicarse a unos y otros, independientemente
de su dimensión e inclinación, teniendo en cuenta que varían mucho de tamaño, desde microformas
de apenas unos metros de longitud, hasta macroformas de más de 20 Km. de largo.
El modelado de los abanicos es conspicuo. Visto en plano tiene precisamente esa forma cónica de
abanico de donde deriva su denominación. Su perfil longitudinal o radial es cóncavo y su sección
transversal es convexa (Fig. 4.7 ). Individualmente considerados, los abanicos arrancan desde un
punto que se llama ápice, situado a la salida de una sección angosta encerrada por vertientes más
abruptas y se terminan en forma semicircular. La pendiente decrece desde el ápice hacia aguas abajo.
El valor del gradiente longitudinal es variable, pero muy rara vez sobrepasa 10º, incluso en segmentos
superiores de abanicos de frentes montañosos. El segmento intermedio fluctúa alrededor de 4º-5º y el
inferior puede llegar a una inclinación de 1.5º-lº (Figura 4.7). La mayor pendiente del cono
usualmente e relaciona con sedimentos gruesos producidos por flujos más torrenciales y viscosos que
los normales. Igualmente, su superficie es más irregular, topográficamente hablando, mientras mas
grandes y variables en grosor son las partículas de estos depósitos.
124
Figura 4.7 Abanico Aluvial visto en perspectiva y en perfil (Basado en Bull, 1977).
En un sistema formado por los procesos erosión-transporte-sedime ntación, los abanicos constituyen
la parte final de ese sistema, representando la fase de acumulación de los materiales provenientes
fundamentalmente de la cuenca de recepción y transportados a través del canal de escorentía El
sistema a pequeña escala puede ilustrarse mediante la cuenca de un torrente típico. (Figura. 4.8 ).
125
Fig.4.8 Gráfico de un torrente donde se muestran sus diferentes partes
La sedimentación que edifica el abanico no se produce, como tradicionalmente se afirma por un
cambio abrupto del gradiente del perfil longitudinal del curso de agua, pues la mayor parte de los
abanicos tienen en las áreas cercanas a sus vértices inclinaciones similares a las de la corriente que les
dio origen. La deposición se efectúa más bien debido a cambios en la geometría hidráulica del flujo,
después que la corriente deja de estar confinada a un canal más profundo y estrecho. El aumento de la
anchura del lecho y la consecuente disminución de profundidad y velocidad del flujo, determinan que
el curso de agua a la salida de su sección más angosta y abrupta, deposite sus sedimentos a manera de
explayamiento en abanico.
126
de elevado tamaño, pasando por mezclas en proporciones diferentes. Asimismo, esas dimensiones
varían en orden decreciente desde el ápice del abanico hacia su parte terminal. Por su parte, las formas
de las partículas pueden ser igualmente distintas, desde muy angulares a redondeadas, dependiendo
del mayor o menor desgaste que hayan sufrido por la longitud del transporte. La selección y
consecuente estratificación varían desde un depósito caótico a una buena escogencia La torrencialidad
mayor o menor del curso de agua determina que predomine una u otra organización en la
acumulación
Pero, a manera de generalización podría afirmarse que los depósitos de los abanicos son menos
seleccionados, estratificados y redondeados que los correspondientes a las terrazas aluviales.
Otro tipo de depósito que deseamos destacar, integrado al mismo mecanismo de los abanicos, es el
construido por los llamados flujos de detritos, "debris flows" de los autores norteamericanos, pero que
son inmediatamente remodelados por corrientes de agua (Ritter, 1981). Estas acumulaciones que
podríamos llamarlas abanicos de lavas torrenciales, se constituyen por un acarreo muy grande de
sedimentos, hasta el punto de que el flujo se comporta más como una masa plástica que como un
fluido, con una alta densidad y viscosidad. Por eso el depósito de lava torrencial es pobremente
seleccionado y tiene como aspecto resaltante una abundancia de bloques grandes, tanto en el perfil
como en superficie. Agua abundante producida por intensos y repetitivos aguaceros en cortos
períodos, fuertes pendientes, escasa cubierta vegetal y mucho material fino, son los factores
favorables para la producción de este mecanismo.
En cuencas con predominio de rocas arcillosas el flujo y la acumulación correspondiente puede
producirse a manera de colada de barro, constituyendo diseños también en forma de abanico. En estos
casos el material es predominantemente fino, es decir, limo y arcilla, con poca cantidad de arena En
ciertos abanicos aluviales de composición litológica heterogénea pero con abundancia de material
arcillo-limoso, se observan a veces en su parte terminal subabanicos más recientes que funcionan en
mecanismo de colada de barro.
Todas estas formas de relieve aluviales tienen un significativo valor estratigráfico. Como
paleomodelado, se consideran el producto de condiciones ambientales donde predominaron los
mecanismos erosivos y de transporte masivo, lo que a su vez, indica pobreza de cubierta vegetal,
aguaceros violentos e intensos. En otras palabras, condiciones climáticas de tendencia semi-árida.
Asimismo, de acuerdo con Bull (1977), se cree que esas formas, sobre todo las que se distinguen por
grandes volúmenes de sedimentos, están íntimamente relacionadas con incrementos de actividad
tectónica a partir de levantamientos orogénicos. Por ello, ese mismo autor piensa que las condiciones
óptimas para las acumulaciones mas abundantes "ocurren cuando las tasas de levantamiento superan
las del entallo de los cursos de agua en los frentes montañosos, en consecuencia la interpretación
orogénica de los depósitos de abanicos es útil para evaluar el espesor de las secuencias de estos
depósitos en cuanto al registro estratigráfico se refiere"
Los Glacis
Los glacis son formas de relieve dispuestas en planos ligeramente inclinados, delimitados en su parte
superior por vertientes abruptas y en su inferior por sectores planos (Figura 4.9). Originalmente
tienen superficies lisas, poca densidad de drenaje y se constituyen fundamentalmente por erosión del
127
material rocoso existente, ya sean de rocas duras, blandas o incluso, sedimentos aluviales.
Las formas a las que nos referimos se corresponden con la denominación precisa "glacis d'erosión' en
lengua francesa (Tricart, 1972), ya de uso internacional y al término inglés "pediment" (Twidale,
1968), también de uso internacional corriente.
Los glacis o pediments así concebidos, tienen otras características comunes que se pueden resumir,
así (Ritter, 1981):
• Sus formas tienden a semejarse a un abanico que se estrecha aguas arriba y se abre aguas
abajo. Sus perfiles transversales son rectilíneos, pero a veces pueden ser ligeramente cóncavos
o ligeramente convexos.
• Cuando jóvenes sus superficies son de topografía muy regularizada casi lisas y de baja
densidad de drenaje. En estadios avanzados son, sin embargo, irregulares, como consecuencia
de la disección que sufren a lo largo de sus perfiles longitudinales.
• Muchas veces se observan salientes rocosos abruptos muy característicos en sus superficies.
Son los denominados inselbergs. Se trata de formas encontradas particularmente en los
macizos antiguos de rocas cristalinas tipo granito.
128
• En ocasiones, la parte superior de los glacis contienen un fino manto de sedimentos aluviales,
aun cuando el substratum sea de roca in situ masiva Se consideran, en este caso, como
sedimentos en transito que en nada invalidan el origen eminentemente erosivo de la forma
• Los ángulos de contacto del glacis con las vertientes superiores son regularmente muy fuertes,
por lo que se marcan rupturas bruscas de pendientes entre el plano ligeramente inclinado y los
sectores localizados aguas arriba
• Como en el caso de los abanicos aluviales, frecuentemente los glacis se unen unos a otros
lateralmente. Al hacerse coalescentes constituyen las llamadas pedillanuras que se asimilan a
las bajadas formadas por la coalescencia de los abanicos aluviales. En ambos casos son
modelados característicos de valles intermontanos amplios y de áreas de piedemonte.
Zinck (1981) considera a los glacis como planos inclinados bastante uniformes que resultan de
acumulación o aplanamiento local, cualquiera que sea la naturaleza de las rocas truncadas. De
esta forma , además de los glacis de erosión, indica que existen otros dos tipos de glacis.
• Glacis Coluvial: glacis que se forma por escurrimiento difuso y por esta razón sus texturas son
esencialmente a, aF y Fa. Está dominado por formas más elevadas, de donde proviene el
material coluvial.
129
Esos mismos autores señalan que los glacis se relacionan con los períodos glaciales y la erosión
lineal con los interglaciales. Establecen igualmente que: " los depósitos correlativos de las diferentes
fases de la formación de los glacis nos permiten interpretar las condiciones ambientales y la
naturaleza de los procesos envueltos. La textura, composición mineral y estructuras primarias de los
sedimentos se explican por las condiciones semi-áridas, por el predominio de la desintegración
mecánica de las rocas, por la fuerte concentración de las lluvias y la consecuente ocurrencia de
escurrimiento laminar, por las inundaciones y otros procesos de denudación. Tales depósitos que
rellenan depresiones pre-existentes frecuentemente alcanzan gran espesor y pueden considerarse
verdaderos glacis detríticos" (pp. 444). Las afirmaciones de Bigarella son aplicables a muchas de las
regiones del mundo, especialmente a las tropicales húmedas y secas, como lo veremos más adelante
en el caso de Venezuela.
130
4.3. - Paleoformas Coluviales.
Las formas de relieve coluviales son las originadas por procesos morfogenéticos de vertientes
donde la gravedad juega el papel fundamental. Se entiende que esa gravedad actuara más
eficazmente a medida que concurre un mayor número de factores favorables. Por ejemplo, fuerte
inclinación de las vertientes, materiales no consolidados o friables, presencia de agua, de hielo y
menor cubierta vegetal.
La fuerza de gravedad de un objeto ( en este caso el material detrítico) situado en una vertiente se
expresa en términos del peso de ese objeto, resuelto en dos componentes (Carson y Kirby, 1972): a)
una fuerza ejercida hacia aguas abajo, es decir, en dirección de la pendiente, que tiende a mover el
objeto en esa dirección paralelamente a la superficie de la vertiente y b) una fuerza perpendicular a
la superficie que tiende a sostener el material en la vertiente. Por ello, la fuerza de gravedad es más
efectiva en las pendientes de ángulos más elevados, justamente donde el primer componente es más
grande. En consecuencia, es en esas superficies donde los procesos coluviales tienden a ser más
intensos y frecuentes. Por el contrario, en las vertientes donde las fuerzas que provocan el
movimiento de las partículas o de la masa están exactamente balanceadas con las fuerzas que
oponen resistencia al mismo, no se desarrollan mecanismos coluviales morfogenéticos. Se dice,
entonces, que se trata de sistemas de equilibrio, lo cual se expresa por un factor de seguridad (FS)
igual a 1.0. En cambio, cuando ese factor es menor que 1.0, la caída del material, o sea el
mecanismo coluvial es inminente. El mecanismo esquemáticamente se expresa así:
Los procesos de vertientes originadores de formas de relieve a los cuales nos queremos referir, son
los llamados movimientos en masa y, particularmente, los que se engloban en la denominación
genérica de deslizamientos según la clasificación de Hutchinson ( 1968). Otros dos grandes grupos
de movimientos en masa son la reptación y los mecanismos desarrollados en superficies heladas
(derrumbes, terracetas, solifluxión, etc.). Debido a su importancia relativa en Venezuela, a
continuación se presentan los conceptos de deslizamiento y reptación.
Deslizamientos.
Globalmente se llama así a los movimientos relativamente rápidos que afectan al regolito o a la roca
friable producidos en las pendientes moderadas a fuertemente inclinadas ( > 10º- 15º). Hutchinson (
1968 ). distingue cuatro grandes tipos de deslizamientos, a saber:
132
Figura. 4.10 Cinco tipos de movimientos en masa, según Marsh y Dozier, 1981 (de izquierda a
derecha y de arriba a abajo: 1 - derrumbe; 2 - desprendimiento; 3 - deslizamiento; 4 - colada
de barro; 5 - reptación.
acantilados. El mecanismo se produce por el trabajo erosivo de las olas y las mareas. En los sectores
deltaicos correspondientes a grandes ríos también se halla el mecanismo. En las orillas de los ríos
puede producirse igualmente este tipo de deslizamiento. Los movimientos en masa submarinos se
incluyen en este tipo de mecanismos.
Por otra parte, reptación es un movimiento de partículas muy superficial (algunos decímetros de
espesor) y muy lento, afectando el conjunto de una vertiente, a la cual se le confiere un perfil
convexo-cóncavo. El desplazamiento se hace partícula por partícula. Los agentes que intervienen en
133
este movimiento son varios: cambios del volumen el material por variaciones de temperatura o de
humedad, salpique pluvial, caída de los árboles, actividad de animales, laboreo del suelo. El
resultado de estos factores es un descenso lento de detrito a lo largo de las vertientes. La velocidad
de desplazamiento disminuye con la profundidad, lo que provoca una inflexión característica de los
troncos de los árboles.
Procesos Morfogenéticos:
Los procesos morfogenéticos (erosión - sedimentación) pueden ejercer una acción constructiva de
paisajes y suelos o, al contrario, una acción destructiva.
134
En los paisajes de montaña con altas pendientes, por ejemplo, predomina la acción destructiva. En
este caso la ablación del material es más importante que la acumulación. Esto tiene por efecto
adelgazar, truncar los suelos, y por ende inhibir hasta cierto punto la evolución pedogenética. En
estas condiciones, los suelos tienen tendencia a mantener un grado de evolución relativamente poco
avanzado. Todo esto naturalmente depende también de una serie de otros factores que intervienen en
la pedogénesis, como las condiciones climáticas, por ejemplo. Un suelo en posición de vertiente
bajo clima tropical húmedo muestra generalmente un grado de evolución mucho más avanzado que
un suelo en posición semejante bajo clima seco . Pero , en suma, lo que se quiere hacer resaltar es
que en condiciones de vertiente el, balance morfogénesis - pedogénesis está generalmente a favor
del primer término, la morfogénesis (Zinck, 1980). Sin embargo, en los paisajes montañosos
venezolanos, además de encontrar suelos delgados y poco evolucionados, también es frecuente
observar suelos más o menos profundos con cierto grado de evolución (Alfisoles y Ultisoles), lo que
indica que en esas condiciones de relieve es posible mantener una cierta estabilidad, que permite el
desarrollo pedogenético de los suelos. En el Anexo 1 se presenta la descripción de campo de un
perfil de suelos representativo de la selva nublada en la zona de montañas del Parque Nacional
"Henry Pittier", ubicado en la Cordillera de La Costa.
En las planicies, en cambio, predomina la acción constructiva. La acumulación de material es
superior a la ablación. En estas condiciones, una vez que la forma esté elaborada, el desarrollo
pedogenético puede procesarse sin impedimentos importantes. El balance morfogénesis -
pedogénesis está entonces a favor de la pedogénesis (Zinck, 1980). En el caso de los depósitos
aluviales la característica más importante es la ocurrencia de un proceso de selección granulométrica
espacial como se mencionó anteriormente. En las posiciones más cercanas a las vías de alimentación
(cauces) se depositan los sedimentos más gruesos y en las posiciones más alejadas, los sedimentos
más finos. De esta forma , se le denomina "eje" a la posición donde se han depositado los
sedimentos más gruesos, "napa" donde se han depositado los sedimentos intermedios y "cubeta"
donde se han depositado los sedimentos más finos. Haciendo una transecta desde el eje hasta la
cubeta, encontraremos las siguientes diferencias:
- El eje (Banco Alto) ocupa la posición relativa más alta, el perfil de su topografía es
ligeramente convexo y en él predominan las texturas a, aF, Fa y FAa. E1 drenaje es bueno y los
procesos de lixiviación predominantes.
- La napa (Banco Bajo) ocupa una posición relativa intermedia, el perfil de su topografía es
rectilineo con ligera pendiente y en ella predominan las texturas F, FL FA y FAL El drenaje es
moderado, al igual que los procesos de lixiviación.
-La cubeta (Bajío y Estero) ocupa la posición relativa más baja, el perfil de su topografía es
ligeramente cóncavo y las texturas predominantes son A y AL. El drenaje es deficiente y el
hidromorfismo predominante.
Los suelos presentes en el eje, napa y cubeta también dependen de la edad de los sedimentos. Por
ejemplo, en los Llanos Occidentales de Venezuela existe una gran diversidad de suelos. Sobre los
sedimentos del Pleistoceno (Q1 - Q2), próximos al piedemonte andino, se presentan Palesutalfs y
Paleusutults sobre los bancos; y Albaqualfs en los bajíos. Sobre aluviones de fines del Pleistoceno e
inicios del Holoceno (Qo - Q1) predominan Haplustalfs en los bancos, y Haplusterts en los bajíos.
135
Superficies más recientes (Qo) presentan Ustropepts y Haplustolls en los bancos y Tropaquepts en
los bajíos (Mogollón y Comerma, 1994).
Factores Formadores:
Los mismos factores formadores que dan origen a los suelos son responsables de la formación de los
paisajes; de esta manera, en distintos paisajes se encontraran diferencias en los factores formadores
que darán origen a diversos suelos.
El material parental varía de acuerdo al paisaje donde se encuentre. Por ejemplo, en paisajes de
montaña los materiales parentales son frecuentemente rocas cristalinas ígneas y metamórficas, que
pueden dar origen a suelos desarrollados in situ; mientras que el material parental presente en
planicies aluviales está constituido por sedimentos de distintas texturas, dando origen a la formación
de suelos "transportados".
La distribución de los suelos en el mundo, está fuertemente influenciada por la distribución de las
grandes zonas climáticas. E1 contexto edáfico de las áreas templadas húmedas es muy distinta al de
las áreas desérticas o tropicales o aún glaciales. En los países ubicados en zonas templadas bajo la
influencia de las cuatro estaciones del año, son frecuentes suelos con horizontes A bien
desarrollados y de alta fertilidad natural (Mollisoles); mientras que en zonas tropicales donde existen
altas temperaturas todo el año y precipitaciones de alta intensidad alternadas con períodos secos, son
frecuentes suelos más evolucionados con problemas de acidez y baja fertilidad (Ultisoles y
Oxisoles) (Van Wambeke, 1992).
La biota es otro factor determinante en la relación suelo - paisaje. En los suelos tropicales bajo
bosque, en lugares muy húmedos (Edo. Amazonas, por ejemplo), existe una alta incorporación de
materia orgánica en la superficie del suelo que permite generalmente el desarrollo de horizontes A
espesos con altos contenidos de carbono orgánico; sin embargo, las altas precipitaciones ha
provocado el lavado de las bases generando epipedones úmbricos. Por otra parte, en suelos
desarrollados bajo vegetación de sabana (Llanos Venezolanos, por ejemplo) existe frecuentemente
una baja incorporación de materia orgánica, la cual es oxidada rápidamente debido a las altas
temperaturas, generándose suelos con horizontes A delgados relacionados con el epipedón ócrico.
E1 relieve afecta también las características de los paisajes y suelos a través de los procesos
morfogenéticos (erosión - sedimentación), como se explicó anteriormente.
Por otra parte, ciertos procesos pedogenéticos necesitan lapsos de tiempo relativamente cortos para
dejar marcas evidentes de su actuación. Este es el caso, por ejemplo, de la formación de estructura o
de la descarbonatación. Otros, como la lixiviación de arcillas, tiene una actuación más lenta.
El paisaje más característico para comprender la influencia del factor tiempo sobre la
diferenciación genética de los suelos es el paisaje de valle con su sistema de terrazas. En este tipo de
paisaje es común encontrar grados de desarrollo diferentes en función de la edad de cada terraza. Por
ejemplo, en la terrazas más recientes ocurren casi siempre suelos poco desarrollados de tipo
Entisoles e Inceptisoles; y a medida que aumenta la antigüedad de las acumulaciones aparecen
136
sucesivamente Alfisoles, Ultisoles y Oxisoles. Este esquema hay que tomarlo naturalmente con
todas las reservas del caso, es un esquema común, pero no generalizable.
Vivas (1984) indica cuales son los suelos más comunes de acuerdo a la edad relativa de las terrazas,
frecuentemente encontrados en los perfiles transversales de numerosos valles de regiones
intertropicales:
A continuación se presentan dos ejemplos mas de relaciones suelo - paisaje tomados del Libro
"Suelos de Venezuela" (Mogollón y Comerma, 1994)
Las pendientes son muy bajas, menores a 0,5%. Las crecidas periódicas del río Orinoco, las
oscilaciones de la marea, los excesos de agua de lluvia y la topografía plana, determinan condiciones
de saturación hídrica total o parcial en casi toda la planicie.
Los suelos ubicados en las posiciones topográficas más bajas del paisaje (cubetas y napas bajas),
presentan una mesa de agua fluctuante, que da origen a fenómenos de óxido-reducción, reconocibles
en el campo por los moteados grises con manchas pardas y/o amarillentas presentes en los primeros
50 cm. del perfil. El contenido de carbono orgánico es generalmente superior a 0.2% a
profundidades menores de 1.25 m., dando origen a suelos del orden Entisol (Fluvaquents).
138
Si se presentan altos contenidos de material fibroso y pH generalmente ácidos (pH<4.5), los suelos
se clasifican en Tropofibrist. Con la presencia de agua marina o salobre se forman, cuando son
drenados, suelos de pH muy ácidos ( <3.5) y se clasifican en Sulfihemist.
En cuanto al potencial agrícola del delta, (suelos minerales) en general es bajo; ubicándose los
suelos con mayor vocación agrícola en el delta superior, donde ha predominado la sedimentación
fluvial. La planicie deltaica media y baja tiene en su mayoría un substrato de origen marino,
generalmente con altos contenidos de pirita; ésto quiere decir que son suelos potencialmente
sulfáticos ácidos. El problema se agrava a medida que dicho substrato está más cerca de la
superficie, y si las áreas se drenan con el fin de hacer un uso más intensivo de la tierra, se pueden
formar los suelos sulfato-ácidos. La falta de drenaje y las texturas son dos factores que contribuyen
también a empeorar el problema.
Los suelos orgánicos tienen bajo potencial agrícola debido al pH ácido de las turbas, y a los fuertes
problemas de drenaje y/o a los altos contenidos de pirita. (Coplanarh, 1976).
En la figura 4.11, se muestra un corte diagramático del delta del río Orinoco, donde aparece la
parte apical, el delta medio con un basamento de la formación Mesa y el delta inferior con un
material subyacente constituído por arcilla marina sulfurosa, donde se presentan los suelos sulfato
ácidos (cat clay) al drenarse el suelo. En la superficie de esta parte del delta se acumula la turba.
139
Figura 4.11. Corte diagramático del delta del Orinoco
140
Suelos de montaña.
Consideraciones Generales
Los suelos de las regiones montañosas son generalmente superficiales, ácidos, infértiles, rocosos y
con poco desarrollo pedogenético. Es común en esos ambientes encontrar suelos con diferentes
etapas en su desarrollo pero bajo una estrecha proximidad. Esta característica es diferente a la que se
observa en las planicies aluviales, donde existe una variabilidad natural escasa y hay grandes
unidades de suelos contiguas de naturaleza similar. La gran diversidad de los paisajes montañosos
crea un sin número de microambientes heterogéneos, que presentan condiciones particulares
contrastantes.
Los factores formadores de suelo están siempre interactuando unos a otros y el grado de intensidad y
la combinación como actúan, determinan el tipo de suelo que se forma en estos ambientes
accidentados.
El clima ejerce su principal acción sobre el desarrollo del suelo a través de la temperatura, la
precipitación y el viento. Así la temperatura es importante al controlar la tasa y tipo de
meteorización, la cual afecta la alteración de la roca; dominando la meteorización física en climas de
montaña fríos y la meteorización química en climas de montaña más cálidos. Igual situación ocurre
al disminuir la precipitación, lo que provoca una menor actividad biológica, menor acumulación de
materia orgánica y menor descomposición de la misma y entonces la meteorización física llega a ser
también más importante que la química
La topografía afecta la formación de suelo en las áreas montañosas de manera importante, ya que
controla la exposición al sol, al viento, el grado de inclinación de la pendiente y el drenaje.
141
lutitas y otras rocas arcillosas son de texturas pesadas, con buena retención de humedad y alta
saturación con bases.
En las montañas de los trópicos húmedos, también se observa que al disminuir la temperatura con la
altura hay una tendencia a retardarse la tasa de descomposición y de lavado, de modo que de manera
general se podía decir que a altas elevaciones se acumula más materia orgánica en la superficie del
suelo y se retienen mayor cantidad de nutrimentos en el suelo.
En líneas generales se puede decir, que en las áreas montañosas tropicales el lavado de nutrientes es
bajo y los nutrimentos se agotan más lentamente. Como una consecuencia, los suelos de estas
montañas tropicales tienen generalmente un status de nutrientes más altos que aquellos de las tierras
bajas. La materia orgánica acumulada suministra una fácil fuente de nutrientes especialmente de
fósforo y nitrógeno. Otra razón para que exista un contenido de nutrimentos mayores en los suelos
tropicales húmedos montañosos es que ellos han sido menos meteorizados que los suelos viejos de
las tierras bajas. Esto es debido a las tasas reducidas de meteorización que ocurre con la altura, así
como la relativa juventud de los paisajes montañosos
Finalmente, con el propósito de entender mejor la relación suelo paisaje, se recomienda leer el
capítulo V (Sobre el Cuaternario en Venezuela) del libro "El Cuaternario" (Vivas, 1984); y el
capítulo 9 (Los suelos en el paisaje venezolano) del libro Suelos de Venezuela (Mogollón y
Comerma, 1994).
BIBLIOGRAFÍA
MOGOLLON, L y J. COMERMA. 1994. Suelos de Venezuela. Editorial ExLibris, c.a. Caracas,
Venezuela. 313p.
SOCIEDAD VENEZOIANA DE LA CIENCIA DEL SUELO (SVCS). 1995. Giras de Campo. XIII
Congreso Venezolano de la Ciencia del Suelo. Maracay 15 al 20 de Octubre 1995. Editado por
FUNALSP. Maracay, Venezuela. 66p.
STAGNO, P. 1971. Algunos Métodos de fotointerpretación para levantamiento de suelos y nociones
básicas de geomorfología de las acumulaciones aluviales para edafólogos. Curso de
Fotointerpretación con Fines de Estudio de Suelo. SVCS-LUZ. Maracaibo 56p
VAN WAMBERKE, A. 1992. Soils of the tropics. McOraw-Hill, Inc. New York. 343p.
142
ANEXO 1
DESCRIPCIÓN DE PERFIL DE SUELO PARQUE "HENRY PITTIER"
1) Selva nublada de transición: entre 900 y 1200 a 1300 msnm, caracterizado por una vegetación de
bosque semidesiduo y siempre verde con tres estratos vegetales una precipitación de 1650 mm/año y
21° C de temperatura; el árbol característico es el cucharón (Gyranthera caribensis), en el estrato
medio abundan palmas.
2) Selva nublada propiamente dicha: entre 1000 y 1200 hasta 1600 msnm, caracterizado por una
vegetación de bosque de neblina, compuesto de dos estratos, una precipitación de 1850 mm/ano y
entre 10° C de temperatura; dominan las plantas como Ecclinusa sp. y palmas de raices adventicias
(Socratco sp. y Dictyocaryum sp.).
3) Selva nublada superior: entre 1500-1600 hasta 1800-2000 msnm, caracterizado por bosques de
porte bajo, una precipitación de 2000-2200 mm/ano y entre 15 y 16° C de temperatura; dominan las
plantas como Catoblastus prae-morsus, y palmas como la Ccroxylon klopstockia.
Todos los tipos de selva tienen presencia de nubosidad, y existen pocos meses deficitarios en agua
(febrero-marzo); la ETP promedio anual es de 900 a 1000 mm.
En la selva nublada se establece una íntima e importante relación entre la cobertura vegetal y los
suelos. Los suelos en este ambiente, debido a la fácil penetración de agua gracias a la vegetación,
evolucionan hacia una pedogénesis acelerada y por consiguiente un empobrecimiento edáfico.
Los suelos son desarrollados sobre gneisses y esquistos cuarzo micáceos con cuarcita provenientes
de la formación Las Brisas (Mesozoico medio a superior). Ellos no varían en función del tipo de
selva nublada, y tienen como características básicas:
- son bastantes profundos
143
- presentan fragmentos gruesos que ocupan entre el S y el 40% del volumen
En relación con los horizontes presentes el horizonte A es usualmente de tipo ócrico y raramente de
tipo úmbrico; el horizonte B cuando es arcilloso, corresponde a un argílico, y raras veces en
posiciones de crestas es de tipo cámbico. El horizonte C corresponde a la zona de alteración de la
roca madre.
Con respecto al drenaje, los suelos son bien drenados, con permeabilidad moderadamente rápida, su
régimen puede ser clasificado en periódico en la selva nublada propiamente dicha, y údico en las
otras.
El ambiente de la selva nublada de Rancho Grande es caracterizado por su alta fragilidad. Esta
fragilidad se debe una vez más, a la alta dependencia entre el suelo y la vegetación.
Físicamente la fragilidad del sistema se puede relacionar con:
Los límites de Atterberg varían ampliamente a lo largo de los perfiles, lo cual aumenta la
susceptibilidad a los movimientos solifluidiales; se crean así planos de debilidad debidos a las
discontinuidades mecánicas, que pueden fomentar la separación de los horizontes maestros y de la
cobertura edáfica, causando rupturas, deformación o cisallamientos, originando lupias de
solifluxión, coladas de barro y hasta deslizamientos en plancha y despegues ( a lo largo de los
planos de contacto entre el suelo y alterita o alterita y substrato). Actualmente existe un equilibrio
mantenido por la vegetación, y no se observan síntomas notables de erosión. Los mayores
problemas se presentan en la selva nublada propiamente dicha.
La protección del suelo es debida a la alta intercepción de la precipitación por la hojarasca y las
raíces de las plantas. Los horizontes orgánicos desarrollados en este ambiente retardan el
escurrimiento
Químicamente la fragilidad del sistema se puede relacionar con:
- los suelos son químicamente muy pobres, el lavado excede a los aportes, la riqueza mineral existe
en un alto e intenso tránsito en los elementos nutritivos.
- ausencia de un horizonte orgánico bien humificado. En este horizonte, la materia orgánica domina
los procesos de intercambio iónico. La extracción de nutrimentos opera en la materia orgánica es
vías de descomposición. Las plantas utilizan sofisticados mecanismos como la simbiosis con las
micorrizas para llevar a cabo la extracción y absorción de nutrimentos.
- hay alto contenido de Al, cuya hidró1isis produce la liberación de iones hidrógenos que causan la
acidez de esos suelos, por ende, las especies vegetales desarrolladas allí son de alta tolerancia a ese
elemento.
144
los movimientos en masa, indica el débil equilibrio que presenta la selva nublada de Rancho Grande.
Si la Intervención del hombre afecta a este ambiente, la regeneración del sistema será dificil y lenta.
La importancia de la selva nublada del Henry Pittier radicaría fundamentalmente en su desempeño
en el ciclo hidrológico y en el mantenimiento de las cuencas.
Typic Kanhaplohumults
Typic Hapludults
Typic Kanhapludults
Clasificación final:
Clima: Tropical de selva pluvial (Am (w’ ) g’ n). Período seco al comienzo del año. Uso del suelo:
vegetación de bosque poco intervenido de tipo hidrófilo.
145
Microrelieve: convexo tanto en su sección transversal como longitudinal
Pendiente: 35° ó 70 %
Dirección: hacia el sur
La superficie en el sitio del perfil es ondulada y los horizontes se mantienen aproximadamente
paralelos a ella; la amplitud de la onda es de 10 - 15 cm.. y la longitud de unos 50 cm... Se interpreta
que la ondulación es el resultado de la reptación de todo el suelo a velocidades y distancias distintas
de un punto a otro, debido a la pendiente; los árboles muestran la curvatura de sus troncos
característica de los ambientes de reptación.
Descripción en húmedo.
HORIZONTE A1:
0 a 6 cm.
Este horizonte es rico en mantillo, de color 5 YR 3/3, textura franca (20 % arcilla en campo),
estructura blocosa subangular, moderada y fina. Consistencia en húmedo friable, ligeramente
adhesiva y ligeramente plástica cuando mojado. Abundante actividad biológica, abundantes raíces,
límite neto y ondulado.
HORIZONTE A2:
6 a 24 cm.
Color SYR 4/6, textura franca, estructura blocosa subangular, moderada, mediana y fina.
Consistencia friable en húmedo, ligeramente adhesivo y ligeramente plástico en mojado.
Presenta inclusiones de fragmentos gruesos, actividad biológica abundante y raíces finas y medias
abundantes. Límite neto y ondulado. Presenta abundantes pedotubules que ocupan entre 15 y 20 %
de la superficie expuesta del horizonte; estos pedotubules tienen color 5 YR 3/3.
HORIZONTE Bt1:
24 a 42 cm.
5YR 4/6, textura franco-arcillosa (más de 35 % arcilla en campo), estructura blocosa
subangular moderada y mediana; consistencia en húmedo friable y en mojado es adhesiva y
ligeramente plástica. Hay películas de arcilla discontinuas en los poros. La actividad biológica es
moderada, las raíces son pocas y finas. El límite inferior es gradual y ondulado.
HORIZONTE Bt2:
42 a 78 cm.
5YR S/6, textura franco arcillosa (más de 35% arcilla en campo), estructura blocosa sub angular
moderada y mediana; consistencia en húmedo friable y en mojado es adhesiva y ligeramente
146
plástica. Hay películas de arcilla discontinuas en poros y agregados. Hay inclusiones de fragmentos
gruesos. La actividad biológica es moderada, las raíces son abundantes. El limite es neto.
HORIZONTE BC
78 a 138 cm.
5YR 5/6, textura arenosa, grano suelto, friable, no adhesiva y no plástica. La actividad biológica es
muy baja, las raíces son escasas. Presenta fragmentos de esqueleto grueso muy alterados al estado de
arena.
HORIZONTE C:
138 a 181 cm.
5YR S/6, textura franca. Estructura blocosa subangular débil y mediana a fina. La consistencia en
húmedo es friable y en mojado es ligeramente adhesiva y ligeramente plástica. La actividad
biológica es baja y las raíces son frecuentes. Es más rico en esqueleto grueso que los horizontes
superiores.
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ANALISIS DE ATRIBUTOS SELECCIONADOS
ANÁLISIS
TEXTURA----------------------------P O R C E N T A J E S --------------------------------
HORIZ ARC. LIMO ARE.T. ARE. MG. ARE.G. ARE.M. ARE F. AR.MF. TEXTURA
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EQUIV pH EN AGUA pH KCL
A1 10.5 0.56 10.88 59.0 0.00 4.21 5.39 5.11 5.40 0.313
A2 3.1 0.23 7.83 55.0 0.00 4.47 4.42 4.16 4.33 1.080
Bt1 1.83 0.10 10.12 70.0 0.00 4.18 4.30 3.89 4.11 0.580
Bt2 1.16 0.05 12.00 66.0 0.00 4.01 4.34 3.85 4.11 0.420
BC 0.43 0.02 12.75 25.0 0.00 3.86 4.36 3.62 3.92 0.380
C 0.43 0.00 29.76 37.0 0.00 3.76 4.31 3.53 3.83 0.310
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BC 9.7 0.9 0.5 0.13 0.01 1.52 1.90 16.7 3.42
C 17.2 12.7 2.5 0.07 0.12 3.36 4.62 89.6 7.98
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