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POLITICA Y PODER - GOBIERNO DE MENEN

A mediados de los ’80, la Argentina, bajo el gobierno radical de Raúl Alfonsín,


se encontraba sumida en un contexto de emergencia, marcado por:

- Imposibilidad de controlar variables económicas


- Altas tasas de inflación
- Déficit fiscal marcado
- Deterioro de la situación política- social

Dando lugar a nuevas formas de manifestación social, como son: las


barriadas, ollas populares y saqueos. Es ante esta situación que el entonces
presidente se ve obligado a adelantar las elecciones nacionales, y luego de
estas decide renunciar a su cargo.

Las elecciones se llevan a cabo en mayo de 1998, dando como resultado el


triunfo del PJ (quien había pasado por elecciones internas), cuya cabeza era
el riojano CARLOS SAÚL MENEN. Siguiendo las bases de su propio partido,
basa su campaña en la promesa de: “salariazo” y “revolución productiva” ,
estrategia para que el pueblo le dé su voto de confianza. Aunque no fue la
única.

La sociedad argentina para ese entonces, sumida en un marco de pérdida de


control político e inminente situación de caos, es decir una situación de
“Crisis galopante” (PALERMO Y NOVARO), converge ante la demanda de
CAMBIO, a cualquier costo.

Se trata de una sociedad, que tras el proceso de reorganización nacional, y la


transición democrática, se ve a si misma como victima, produciéndose un
divorcio del Estado, extrañándose del mismo como asi también de las
instituciones que tienen que ver con él.

Aquí entra en juego un actor novedoso, como lo son los MEDIOS DE


COMUNICACIÓN, principales vehículos para ese entonces de las expresiones
sociales, y quien influye de manera directa en la misma, moldeándola y
convirtiéndola en OPINION PUBLICA, conformando a la misma como actor
político de gran peso, y que van a servir al éxito del nuevo gobierno.
Asumiendo entonces en Junio de 1998, C.S. Menem, deja de lado las
promesas de campaña y da un giro de 180º en sus políticas. Pone en marcha
un POGRAMA DE REFORMAS ESTRUCTURALES, las reformas de estado y
emergencia económica. Las cuales tenían por objetivo resolver el problema
de gobernabilidad en el cual se encontraba sumergido el país, dándole al
nuevo gobierno, características propias que se iran dando progresivamente,
tales como:

- Poder personalista
- Politica delegativa de todos las instituciones al órgano ejecutivo
- Por ende, presidencialimo
- Y decisionismo

Con el fin de llevarlas a cabo recurre a una estrategia política, la de


mantener una relación estrecha con la opinión pública, convirtiéndose en
un líder de opinión, y un representante de la Sociedad ante el Estado y
viceversa.

También busca adaptar al PJ a las tareas que implican las reforma, de


gran peso para ello es la legitimidad que le da al entonces presidente su
elección, sumado a esto se afianza en el partido tras imponerse
totalmente dentro del mismo, desplazando a Caffiero.

Son esas estrategias políticas, las que logran que se dé una adhesión
activa y considerable de la opinión pública, más allá del carácter
neoliberal de las mismas. Como evidencia de esto es el hecho
denominado como “convocatoria del sí”, donde gobierno y op se unen
para convocar a la sociedad en búsqueda de apoyo para la reforma.

Todo esto es explicado por los autores con el concepto de: CONSENSO DE
FUAGA HACIA ADELANTE. El mismo se trata del apoyo o tolerancia por
parte de la sociedad a las estrategias y reformas que propone el
menemismo. En un contexto en donde reinaba el descontrol, la idea de
huir de un presente insoportable y no volver a situaciones extremas del
pasado se hacía hegemónica. Entonces es allí cuando la sociedad le da el
voto de confianza al menemismo y apoya sus reformas, inclinándose por
las de tipo rápido y radicales. Es una preferencia colectiva, y no
espontanea, sino que se ve formulada por el gobierno, quien presenta su
programa de reformas articulado con la estabilización deseada.
CONSENSO, porque es bregado por la sociedad toda, FUGA HACIA
ADELANTE, siempre el costo va a ser inferior al de retroceder. Cabe no
restarle crédito a la HIPERINLACION dominante del periodo, quien
prepara el terreno, eclipsa demandas y estructura la operación política.

Esto explica la adhesión una vez anunciadas las reformas, aunque se


trataba de un RESPALDO HETEROGENEO, ya que en el mismo confluían,
empresarios, opinión pública, fuerzas propias del partido, la oposición,
poniendo fichas al gobierno, y haciéndose evidente el tinte delegativo
que lo caracteriza, ya que es obligado a hacer.

La sociedad, entiende al sector empresarial como aquel que posee el


poder real, entonces valora su capacidad de ejercerlo y su derecho a
elegir la salida de la crisis, pero a la vez tiene temor a que este instaure un
poder corporativo que gobierne únicamente a favor de sus propios
intereses, aunque era un riego decidido a tomar.

Al ser el poder un fenómeno relacional, no es menor el papel que ocupa


la oposición, representada por la UCR, quien para ese entonces se
caracterizaba por estar desprestigiada y desarticulada. Así hace que la
situación se ponga a favor del nuevo gobierno, y este tenga camino libre
para llevar a cabo las reformas, sin que esta pobre oposición pueda poner
obstáculos. Las críticas más fuertes van a venir por parte del ala dirigida
por Alfonsín pero no tenían peso dado su desprestigio, en tanto la otra
parte de la UCR encabezada por Angeloz, no ofrecía resistencia a la
estrategia.

Con este panorama, el presidente va acumulando en su figura un alto y


extraordinario grado de autoridad en el terreno administrativo. Y decide
para asegurar la sostenibilidad de su gobierno y de lo que pretende llevar
a cabo el mismo, recuperando:

- La autonomía estatal
- Penetrar en la esfera pública.

Para ello tiene que ajustar el rol del PJ y las instituciones Estatales.
Convirtiéndose en el líder del partido peronista, Menem, logra que
este de un vuelco y deje de lado su programa tradicional, gracias al
pragmatismo característico de la mayoría de quienes lo integran,
quienes ven a las reformas como un mal necesario, tras las cuales
después devendría la pronizacion. Menem aquí aplica la estrategia de
satisfacción partidaria, en donde el partido gana lugar y participación
en lo que concierne al gobierno, cumpliendo además la función de
canal de agregación y mecanismo de control.
Estas relaciones se ponen de manifiesto en la particular relación entre
EJECUTIVO Y PARLAMENTO:

A través del envío al congreso de leyes ómnibus, como lo son la de


REFORMA DEL ESTADO Y EMERGENCIA ECONÓMICA, y su aprobación
gracias a las bancas peronistas, caracterizadas por ser genéricas y
rápidas, ya que con un tratamiento caso por caso por parte del
congreso no se llegaría a un punto final, el EJECUTIVO VA A TOMAR
UN ROL DETERMINANTE, Y UNA DELEGACION DE AUTORIDAD DEL
PODER LEGISLATIVO AL EJECUTIVO. Para lograr ello recurre a:
DECRETOS DE NECESIDAD Y URGENCIA, COMO ASI TAMBIEN A UNA
GARANTIA CONSTITUCIONAL COMO LO ES EL VETO.

De esta forma el presidencialismo se hace presente, concentra


autoridad en el ejecutivo y gracias a las prerrogativas extraordinarias,
centraliza la CAPACIDAD DE DECISION en cuanto a las reformas, dando
lugar a un desplazamiento de las demás instituciones.

Otro hecho que demuestra que hace a la política durante el


menemismo, es la reforma de la constitución llevada a cabo en 1994,
en donde se evidencia el poder de Menem y su intención de prolongar
su estilo de gobierno. La misma se da tras la firma del pacto de olivos.
Pero además es en este período en donde se van gestando cambios
importantes que van a modificar el rumbo del país, tanto en la
dinámica de relaciones entre poderes como también en el seno del
partido peronista y sin ser menos en la oposición. Fijando los límites
de decisionismo y abriendo una segunda etapa en este gobierno.
Tras la reforma constitucional, que habilita la reelección presidencial,
Menem vuelve a ser electo por el pueblo, aunque su suerte no va a ser
la misma.
En 1995, se da en México, el denominado EFECTO TEQUILA, con el que
se desata y la crisis financiera y presión económica, que va a afectar al
gobierno.
Da lugar al agravamiento de dos problemas que nunca se ausentaron:

- Déficit institucional y calidad de políticas públicas.


- Cuestionamiento del líder del PJ, por parte de quienes aspiraban a
sucederlo.

La crisis era percibida por muchos, pero a diferencia de la anterior, era


vista como producto de un desajuste externo, lo cual no genera la
misma disposición a la adopción de reformas radicales o medidas
extremas. El abrupto ajuste y la fuga hacia adelante perdían su
eficacia, al gobierno le quedaba el recurso de endeudamiento o
mejorar la administración de gastos e ingresos.
Para ello 1995, lanza nuevos decretos. Ahora la JEFATURA DE
GABINETE, va a ejercer funciones de coordinación y control, y va a
cumplir un rol fundamental a la hora de lanzar la denominada
SEGUNDA REFORMA DE ESTADO, la misma concebida para reducir el
número de organismos y dependencias de la administración nacional,
como así también para llevar adelante políticas tendientes a la
racionalización del gasto.
La segunda reforma dependía de recursos tanto políticos como
financieros, condición que no se cumplió. Y generó tensión entre
provincias y nación.
La imagen pública de Menem comienza a caer, y se percibe una crítica
colectiva en torno a dos problemas decisivos:
- Lo social
- Abuso de poder
Además otro problema que se presentaba a fines de los 90 era el
conglomerado de interés que habían confluido en un todo en la
primera parte de la década, caracterizado por su solidez y poder, lo
que lo hacía impermeables a la iniciativa de nuevas reformas que
afectaran a sus intereses, pero que al mismo tiempo no era capaz de
actuar como motor de la economía como conjunto. La cual tras las
devaluaciones de Rusia y Brasil va a caer en un ciclo recesivo.
Ante esta situación tanto la opinión pública, como los medios de
comunicación, anteriores aliados del gobierno, sin quedar exentos los
empresarios van a contraer sentimientos de desconfianza.

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