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Clasificación De Valores Propios De La Cultura Guatemalteca

Guatemala posee una gran riqueza cultural, porque está formado por distintas culturas
y cada uno tiene sus propios valores, principios y elementos que practican
de diferentes formas.
Pero en la actualidad poco a poco se están debilitando a la pérdida de algunos valores
quizá por la falta de sensibilización a la práctica de las mismas.
VALORES DE LA FILOSOFÍA MAYA:
El concepto de Valor se expresa como: El Corazón y energía del pensamiento y la
Sabiduría, que es el conjunto de valores que fundamentan la identidad de la persona en su
convivencia social y su relación con la naturaleza, sustentan la vida de la familia y la
comunidad, motivan la actitud para crear, construir y resolver; manifiestan la
espiritualidad.
Los valores se aprenden y se intercambien entre comunidades porque se considera que
tienen relación directa con la libertad y dignidad de las personas.
Los valores son fundamentales en la vivencia de la paz y justicia, en el sostenimiento del
trabajo creativo y productivo, en el desarrollo del arte, de la ciencia y del
pensamiento. Es decir, que los valores, en el marco de esta cultura sustentan la
dignidad y libertad del pueblo maya.
Los Valores mayas se dividen en dos partes. En la primera parte están los valores sobre la
Naturaleza y son los siguientes:
El carácter sagrado de la Naturaleza: Este valor consiste en el concepto de que todo es
sagrado, porque tiene vida y cada elemento tiene sus funciones y propósitos que cumplir
por lo que es necesaria la protección y el respeto a la misma tal como fue creada, por eso
cuando se toma un elemento de la naturaleza se pide permiso y se da agradecimiento
mediante ceremonia especial, este valor se manifiesta mediante expresiones como:
el maíz sagrado, la madre tierra, corazón del cielo, corazón del aire, y otras.
El carácter sagrado del universo: Este valor se expresa en el reconocimiento de la
existencia del corazón del cielo, que es el centro y la energía del universo. Del
universo nos viene la fuerza de nuestra existencia y somos parte de él juntamente con la
naturaleza. El universo indica lo inmenso y lo ordenado de su existencia, por eso los
animales y los seres humanos platicamos y aprendemos del universo.
La segunda parte lo conforman los valores sobre la vida y son los siguientes:
Nuestra estrella, nuestra misión: El ser humano desde su fecundación trae una misió que
cumplir y un destino guiado por el nivel de energía de acuerdo al día de su fecundación
y nacimiento, así también permite el desarrollo y reconocimiento de la dignidad de toda
persona durante su vida, es decir, que el día de su concepción y nacimiento define su
desenvolvimiento en el mundo y su destino. En otras palabras la vida es regida por la ayuda
sobrenatural divina del Ajaw.
El valor de la gratitud y el agradecimiento: La gratitud y el agradecimiento es un valor central
e importante en nuestra vida que consiste en reconocer que todo lo que tenemos
es por la ayuda de alguien y se maneja en ambas culturas. La diferencia es que nuestros
antepasados decían, hay que sentir gratitud y agradecer al Ajaw mediante
ceremonias, dirige agradecimiento al corazón de todo el universo por los elementos que
nos da cada día, tales como: el sol, la lluvia, la tarde, la noche, etc., y a nuestro prójimo por
consejos, saludos, reuniones familiares y de grupo, por todo, porque todo influye en
nuestra vida, si uno no hubiera, pues no estaríamos completos.
El alcance de la plenitud, el cumplimiento de los trabajos y compromisos: Es un valor que
expresa y motiva permanentemente en las personas y las comunidades el alcance de la
plenitud, el cumplimiento de lo9s trabajos, los compromisos y las aspiraciones.
Tomo consejo, tomar consejo: El valor de aconsejarse y de recibir consejo, también quiere
decir, dar consejo o guiar a otra persona. La vivencia del valor se sustenta en los siguientes
principios de la comunidad que son: a) cada palabra que exponemos, tiene su origen y
contiene su importancia, b) cada concepto que presentamos tiene su significado y deviene
en consecuencia, c) cada exposición que compartimos tiene su contexto y manifiesta una
aspiración. d) Cada persona que hace consulta y celebra consejo. Es decir que cada
persona que participa tiene su dignidad y su valor en la construcción de la vida y la vivencia
social.
El valor del trabajo en nuestra vida: La organización social, familiar y la base moral maya
se sustenta principalmente en el respeto a los mayores, la solidaridad entre las personas,
el sentido de interrelación con la naturaleza, y el valor del trabajo diligente y responsable.
Este último concepto tiene relación con el valor de la misión o de las misiones que toda
persona debe cumplir en la vida.
El valor de proteger todo, porque tiene vida: Las enseñanzas sobre la protección de todo lo
que tiene vida que dan los ancianos a las familias en las comunidades se agrupan en las
siguientes recomendaciones: a) Debes proteger y cuidar tu vida y tu persona. b) Debemos
protegernos y tenernos consideración entre nosotros los seres humanos. c) Debes proteger
y considerar a tu prójimo. d) Debemos proteger y cuidar todo lo existe sobre la faz de la
tierra. e) Debes cuidar y conservar tus instrumentos de trabajo. f) Debes proteger las cosas
que te sirven a ti y a tu comunidad.
El respeto de la palabra de nuestros padres y abuelos: Es un valor que fundamenta la vida
familiar y comunitaria maya, sustenta la dignidad de la persona. Una persona es mayor
porque sabe trabajar, sirve a su familia y a su comunidad, también es capaz de tomar
iniciativas o cooperar en la solución de problemas.
La palabra verdadera en todas nuestras palabras: La palabra es un instrumento de
interrelación e identidad de las personas, donde existe la verdad y permanecer en ella, un
ejemplo es cuando alguien presta un dinero, cumplirá en pagarlo el día en que se
compromete pagar, es decir que lo que se dice, es lo que vale y es lo que se cumple, no
hay necesidad de algún documento que lo ampara. Ayudarse mutuamente;
cooperar con el prójimo y la comunidad: En la cultura maya la ayuda y cooperación es una
base de organización en las comunidades, que consiste en la comunión de las personas
para su desarrollo personal y comunal. Este valor mantiene la unión de los pobladores. Se
manifiesta mediante actividades de una familia como: construcciones, siembra, cosechas y
otras, donde toda la comunidad ayuda para hacer el trabajo, luego en común hacer el
trabajo de otra familia y así sucesivamente. Un ejemplo claro y actual es cuando alguien
fallece en una familia, todos los comunitarios llagan al velorio y cada uno lleva productos
que servirán para alimentación, las mujeres llegan a cocinar, los hombres a rajar leña, en
fin, todos llegan para hacer algo.
La belleza y limpieza en nuestra vida: Una de las producciones más elaboradas de la cultura
Maya es el arte del tejido para la belleza y la limpieza se refleja en el orden y la estética en
la colocación y distribución de los útiles y bienes de la casa. Alrededor de la casa se
abundan plantas del huerto familiar
DENTIFICACION DE LOS VALORES QUE SUSTENTA ACCIONES DE
UN SUJETO AUTONOMA Y RESPONSABLE
El presente trabajo tiene como finalidad sustentar epistemológicamente al sujeto
(aprendiente) autónomo en el aprendizaje de lenguas extranjeras, a partir de las posiciones:
hermenéutica
(Berger y Luckman), fenomenológica (Schutz, Husserl,), hermenéutica crítico-social
(Habermas) y postmodernista (Lyotard). En la vida cotidiana utilizamos infinidad de
términos sin detenernos a reflexionar sobre su significado o las implicaciones a las que nos
llevan. Tal es el caso de las “ciencias sociales”. El cuestionarse si son realmente una
“ciencia”, aun cuando no compartan las características de las “ciencias naturales”, como su
“objeto de estudio” y
“método de investigación”, nos hace incursionar necesariamente en el ámbito filosófico
para intentar darle explicación a esta situación que ha prevalecido durante siglos como el
debate epistemológico de las ciencias sociales y ha dado origen a diversas corrientes de
pensamiento de las cuales abordaremos en este ensayo algunas de ellas. Las ciencias
sociales todavía no han llegado a obtener un consenso acerca de su fundamentación
científica. En el debate predominan dos posturas (Mardones y Ursua, 2003:32): la que
pretende seguir el modelo de las ciencias naturales (positivismo) la que propone un modelo
diferente por la peculiaridad
sociohistórica, psicológica y el proceso de acercamiento a su objeto (hermenéutica). El
origen de la disputa provocó la conformación de dos tradiciones la galileana (explicación
causal) y la aristotélica (busca que los fenómenos sean inteligibles teleológicamente) que
caracterizan el panorama histórico-científico en Occidente (Mardones y Ursua, 2003:32).
La tradición galileana se remonta a Pitágoras y Platón, aunque recibe su nombre de Galileo
Galilei. Se tomó a la ciencia como explicación causal (Erklären) y esto constituye la base
de la llamada “ciencia moderna” que se va fortaleciendo desde el siglo XIII al XVI. En 1638
Galileo cristaliza el nuevo método científico. El mundo es visto como una sucesión de
fenómenos que obedecen a leyes (modelo funcional y mecanicista) que hay que descubrir
para controlar (interés pragmático); la nueva concepción fue apoyada por los cambios que
genera el Renacimiento y el Capitalismo incipiente (gusto por una cultura más secular).
Propone un monismo metodológico, el cual supone que la realidad social es independiente
de la voluntad humana, se conoce a través de los sentidos, puede ser observada y
medida. Obedece a los principios Empiria + matematización y se plantea la pregunta
¿Cómo? Es entonces una búsqueda de la explicación que se formula en términos de
leyes generales que relacionan fenómenos determinados numéricamente. A este tipo
de ciencias Windelband les denomina nomotéticas. Dentro de esta tradición podemos
ubicar en el siglo XIX al positivismo de Comte, a Durkheim con sus precisiones
metodológicas; en la primera mitad del siglo XX al positivismo lógico o
Neopositivismo con Rusell, Wittgestein, el denominado Circulo de Viena, Carnap
y su búsqueda de un lenguaje científico universal para los postulados, a Popper y su
raciolismo crítico y en la segunda mitad del siglo XX a Hempel y Lyotard (por citar algunos
autores) neo- positivistas que siguen un modelo explicativo (nomológico-deductivo). La
tradición aristotélica se remonta a Aristóteles. Se ve la ciencia como una explicación
teleológica. Su procedimiento es inductivo para pasar de las observaciones a las
explicaciones y deductivo, en un segundo momento. Su pretensión es encontrar la causa
final de un fenómeno. El mundo se entiende como un conjunto de sustancias con
propiedades y poderes. Propone un dualismo metodológico según el cual las ciencias
sociales son capaces de diseñar e implementar un método propio que les permita rescatar
las especificidades propias de su objeto (lo social), lo que supone que la realidad social es
construida y real en tanto adquiere significado para sus actores. Se plantea las preguntas
¿por qué? y ¿para qué? Es entonces la búsqueda no sólo de la explicación (Erklären)
sino de la comprensión esto en palabras de Droysen. A lo que
Windelband denomina ciencias ideográficas, que buscan comprender hechos particulares
o propiedades únicas de cada objeto. A esta tradición pertenecen la hermenéutica del siglo
XIX con Wildenban, Droysen, Weber y su Sociología Comprensiva; en la primera mitad del
siglo XX la teoría crítica o escuela de Frankfurt con Adorno y Horkheimer; y en la segunda
mitad del siglo XX la fenomenología de Husserl y Schutz, y la hermeneútica critico-social
de Habermas.
Desde finales del siglo XIX, la tradición aristotélica se revela contra el
predominio del positivismo. Sin embargo actualmente se entiende que la explicación
científica no es, ni sólo
causalista, ni sólo hermenéutica, predominando los enfoques centrados en la
“complementariedad” (Mardones y Ursua, 2003:32). Para hacer ciencia hay que
escribir ciencia, el pensamiento se expresa a través del discurso plasmado en forma de
texto, cuando éste logra su autonomía e independencia propia decimos que ha
llegado a su máxima expresión. Iniciemos entonces con distinguir el discurso
científico del discurso filosófico:
El discurso científico aborda problemas sustantivos (particulares) de una ciencia. Se
pregunta. por los hechos, pero puede llegar a reflexionar sobre el uso de sus conceptos y
la generación de sus leyes (Issa, 1994:18-19)
El discurso filosófico aborda problemas estructurales (generales) de la ciencia. Se pregunta
por las características y condiciones del discurso científico, pero puede en momentos
ayudar a aclarar conceptos al científico (Issa, 1994: 18-19) Cabe señalar entonces
que lo que en ocasiones no tiene una explicación “científica” puede encontrarla en la
filosofía. Por ejemplo: el tema del sujeto autónomo en el aprendizaje de lenguas extranjeras
podría ser analizado desde la psicología, la biología o una combinación de ambas
(psicología genética) y entonces tendríamos un discurso científico. Sin embargo el
objetivo de este ensayo es abordar al sujeto autónomo a partir de las posturas
fenomenológica, hermenéutica y postmodernista, lo cual hace que el discurso sea más bien
epistemológico. Entendiendo a la epistemología como el estudio sobre la genealogía y la
estructura de los distintos discursos de las ciencias y demás formas de aproximación a las
prácticas y conocimiento de lo humano (Jiménez, 1999:20). La ubicación del sujeto en el
debate epistemológico de las ciencias sociales según Jiménez (1999) se inscribe en el
marco de la subjetividad y busca encontrar los límites que permiten articular las condiciones
de producción y/o creación del sujeto. La discusión puede ubicarse como posmoderna
sólo si entendemos que esta es una condición actual de la sociedad caracterizada por el
debilitamiento del carácter absoluto de los fundamentos del pensamiento moderno, por lo
que éstos pueden ser puestos en tela de juicio y tematizados. La educación forma parte de
las
“ciencias sociales y humanas”, podríamos decir que constituye un objeto de estudio de las
mismas, puesto que la formación del sujeto ha sido, es y será de interés
para muchos pensadores e investigadores. Este trabajo aborda específicamente al
aprendiente de lenguas extranjeras como un sujeto autónomo, es decir un sujeto capaz de
responsabilizarse de su propio aprendizaje (Henri Holec 1979:33). Henri Holec plantea esta
definición a partir de B.
Schwartz (en su obra L’Education demain/ La educación mañana) quien define a la
autonomía
Como la capacidad de tomar a cargo la responsabilidad de sus propios actos. Desde hace
poco más de dos décadas (1980) esta discusión sobre la autonomía y aprendizaje de
lenguas extranjeras, ha estado vigente siendo precisamente Henri Holec el
principal pionero al respecto.
Sin embargo han habido diversas investigaciones desde diferentes ámbitos,
como el psicológico, pedagógico, intercultural, entre otros. Claudio Nodari plantea las
características del aprendiente autónomo como aquel que: Desarrolla bastas estrategias
cognitivas. Planea y distribuye sus propias metas de aprendizaje. Está interesado en
conocimiento nuevo para apropiarse de él e integrarlo en su proceso de formación.
Observa su propio proceso de comprensión. (conciente de su aprendizaje) Procura la
buena organización del conocimiento.
Comprende, reorganiza y reconstruye. Propone soluciones flexibles y reflexivas para
aplicarlas a las situaciones planteadas. Sabe trabajar en equipo. (con el maestro o con
otros en el grupo y en beneficio de cada uno). Es capaz de autoevaluarse.
Introducción
Los pueblos del mundo, desde su fundación, van desarrollando su cultura, la cual
se realiza en sus formas de vida, organización social, su filosofía y espiritualidad;
normatividad ética y jurídica; arte, ciencia y tecnología; economía y comercio;
educación; memoria histórica, lengua y literatura. El conjunto de estas disciplinas y
vivencias forman la identidad cultural de las identidades y que les provee los
instrumentos necesarios para su desarrollo en el marco de ese contexto. Una de las
formas que los pueblos dinamizan su cultura y mantienen su identidad es a través
del conocimiento y la práctica de sus mismos valores, los cuales se manifiestan en
las costumbres, en el arte y la espiritualidad; en sus sistemas políticos y jurídicos;
en la conceptualización de la persona human: su familia y comunidad y en
la conciencia que tienen sobre su relación con la naturaleza"
E-grafia
https://myslide.es/documents/clasificacion-de-valores-propios-de-la-cultura-
guatemalteca.html
Conclusión
Los guatemaltecos somos parte de una comunidad, de un barrio, de un grupo étnico,
lingüístico o cultural, de un país, y no somos solo personas individuales.
Consideramos que la libertad de las personas para elegir el tipo de vida plena que
desean es fundamental. Defendemos las libertades políticas e individuales básicas,
que para nosotros son irrenunciables. Nos oponemos firmemente al robo, la estafa,
el fraude y, en general, a la corrupción y al clientelismo.
COLEGIO PRIVADO MIXTO
LICEO MAZATECO
MAZATENANGO, SSUCHITEPEQUEZ

NOMBRE:

GRADO: 5TO. Diseño Grafico

CURSO: Moral y ética profesional

DOCENTE: Rene Santis

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