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Después de permanecer dos días en San Miguel la 1era División recibió las
ordenes de avanzar el día 12 hasta la Hacienda Capellanía, lugar situado al S.O.
de San Pablo y a dos leguas de distancia donde debía reunirse con los refuerzos
que llegaban de Cajamarca, estando en aquel lugar recibió el aviso que desde
Chumbil le enviaba el Comandante General de la 2da División Coronel Callirgos
Quiroga, comunicándole su llegada y sus órdenes para proceder al ataque, es así
que el día 13 de Julio a las 4:30 am, dejaron sus posiciones y marcharon sobre
San Pablo, el enemigo que se encontraba en San pablo abandonó este lugar en la
misma madrugada del 13, noticiado, sin duda del movimiento de avance efectuado
por la 1era División y se posicionó en el Panteón y Chácara del Batan lugares
altos y que dominaban “La Laguna”, dividiendo sus fuerzas en cuatro partes; tres
de estas formaban su línea de batalla, y la cuarta su reserva.
El avance del ejército peruano se hizo con las debidas precauciones hasta la
mitad de la altura que ocupaban las fuerzas chilenas, cuando se presentó un
hombre del pueblo manifestando que el enemigo se encontraba parapetado en los
lugares ya indicados: estos datos sirvieron para proceder con mejor acierto en el
plan de ataque. Dos compañías del “Callao” formaban la derecha, las otras dos el
centro, y la columna “Libres de Trujillo”, “Hualgayoc” y “Bambamarca” las reservas
de aquellas. La columna de Honor y los 30 hombres del “Trujillo” N°1, al mando
del Coronel Eudocio Rabines, después de haber practicado un reconocimiento al
cerro de la “Copa” situado a la derecha de nuestras líneas y que dominaba el
camino a San Luis, se ordenó formarse nuestra izquierda, a fin de hacer frente a la
derecha del enemigo, llevando como reserva a las columnas “Chota” “San Miguel”
y “Llapa”. En esta disposición y en el momento más inesperado rompió fuego el
enemigo tomando por blanco principal a la columna de Honor, casi diezmándolos
pero los pocos que quedaban ebrios de coraje y simultáneamente con las
compañías del “Callao” que tenían a su derecha, se lanzaron sobre las posiciones
enemigas, cuando se ordena el repliegue de nuestras tropas lo que aprovechó el
enemigo para el repase mutilando y asesinando a los indefensos heridos
peruanos, en esta circunstancia corono el cerro “El Cardón” el Coronel Callirgos
Quiroga encontrando a un grupo de pobladores escondidos a quienes les pidió
que formasen en línea a lado de su tropa a fin de presentar a simple vista del
enemigo un mayor número de efectivos, mientras se armaban las baterías que
eran dos piezas de artillería las mismas que iniciaron los disparos que cayeron en
el centro de las posiciones chilenas, emprendiendo el ataque inmediatamente con
valerosa decisión las mencionadas guerrillas descendieron por derecha y centro
del enemigo, recibiendo los chilenos certero fuego de artillería. Se debe resaltar el
entusiasmo de las tropas, el abnegado comportamiento y resuelta actitud del
Coronel Nieto que a pesar de sus limitaciones y pocas piezas de artillería no
desmayó ni dejó en ningún momento de hacer fuego, el hecho ejemplar del
Coronel Arturo Fuentes, 2do jefe de Artillería no obstante que se encontraba
postrado por una grave enfermedad siguio ordenado y disponiendo se bombarde
al enemigo, haciéndolos retroceder una vez ocupada la plaza por nuestras fuerzas
la infantería enemiga empezó una desordenada retirada hacia el camino de San
Luis, mientras que su caballería al verse acorralada por nuestras tropas
abandonaron sus caballos y sables en la misma confusión. Es en este momento
que la derrota se hizo general en las fuerzas chilenas que procuraban ponerse a
buen recaudo frente a la avanzada peruana, es a las 10:30 am cuando la victoria
sonreía a las armas peruanas ese día se cubrieron de gloria gloriosos soldados
que lucharon hasta el final, los chilenos perdieron todas sus cabalgaduras y sables
que abandonaron en su presipitada y desordenada fuga cayeron en nuestro poder
todo su parque de municiones y una ambulancia. Los muertos por ambas partes
quedaron a veces a distancia de un rifle unos de otros.
Si bien es cierto que participaron en la Batalla de San Pablo los niños héroes
Gregorio Pita, José Manuel Quiroz y Enrique Villanueva, estudiantes del
prestigioso Colegio Nacional San Ramón su famosa proclama “Viva El Perú,
muera Chile” el grito de los escolares cajamarquinos que lucharon contra los
invasores chilenos, han escrito Jorge Basadre, Mario H Urteaga y el Oficial
peruano Cesar A, Bazo sobreviviente de la columna de honor. Estos niños han
recibido reconocimiento y sus monumentos tienen un sitial en la ciudad de
Cajamarca.
En San Pablo perdió la vida este niño. Su cadáver, según se dijo, quedo en pie,
apoyado en un rifle. Fue sepultado en la Capilla de San Pablo por orden del
General Miguel Iglesias.
DR. ENRRIQUE ALVA ANDUAGA