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Iduán Armando Garcia Vega

Bacon y la filosofía Natural: el método inductivo como vehículo de la Nueva


Ciencia

El esfuerzo de Bacon, su gran restauración, Se suma al proyecto enciclopédico


científico que trata de hacer una gran enciclopedia del saber que reúna en la
mayor medida posible el conocimiento de carácter científico y ponga orden a tal
disciplina. En otras palabras, que el saber científico quede consolidado como
saber ultimo de la naturaleza, para representar eso, el saber científico estaba
adquiriendo formas distintas, y en ese transcurrir del desarrollo científico, Bacon
contribuyó con sus aportaciones, que tal vez no siendo estrictamente científicas,
sin duda influyeron de manera importante en el movimiento.

Su aportación hacia la revolución del estudio de la ciencia de la filosofía natural,


radica en la nueva metodología para abordar los problemas de la naturaleza, se
trata de una reformulación de la inducción como método para entender la
naturaleza. Este método surge como critica hacia el aristotelismo y la tradición
escolástica, en sus concepciones sobre física y metafísica, y sobre todo, en la
lógica silogística como método para la ciencia.

En este trabajo intentaré exponer la concepción de la filosofía natural de Francis


Bacon siguiendo su trabajo en la obra Novum Organum, asimismo, mostrar los
alcances del proyecto del nuevo método científico que a grandes rasgos se
traduce en aprovechar la naturaleza en función del beneficio del hombre.

Paréceme que los hombres no conocen bien sus recursos y sus fuerzas; sino
que estiman a aquellos en más de lo debido y a éstas en menos. Y así sucede
que bien estimando las artes recibidas en un precio excesivo no buscan más, o
bien despreciándose a sí mismos más de lo justo, consumen sus fuerzas en
cosas muy ligeras y no las prueban en aquello que interesa a lo esencial del
asunto. Por lo cual, aun sus remedios son fatales, en cierto modo, a las
ciencias, ya que los hombre no son incitados en sus deseos ni en sus
esperanzas de penetrar más allá.1

Así comienza Francisco Verulamio su prefacio a la obra de Bacon, haciendo


énfasis en la falta de interés y empobrecimiento del espíritu que presentaban los
filósofos actuales ante la filosofía de la naturaleza, repitiendo y hablando siempre
sobre lo mismo, sin un espíritu de penetrar más allá en los asuntos de la
naturaleza.

Si bien la importancia que el renacimiento mostraba en la filosofía natural, como


un nuevo despertar en el pensamiento sobre la naturaleza, tenia por propósito una
reformulación de los postulados físicos y lógicos de la tradición Aristotélica, en una
época en que los cambios en la vida del hombre iban poco a poco modificando el
pensamiento, Bacon aparece con un proyecto de gran ambición. Esfuerzo que se
reconoce no sólo por su interés en la filosofía natural, sino en el enfoque tan
novedoso que utilizó. Se trata de una restitución de la ciencia natural. De una
invitación a crear, y no solo a cultivar, “Haya un método para cultivar las ciencias
y otro para crearlo2 afirma Bacon en el prefacio.

Estancada tanto tiempo en la lógica aristotélica, con razonamientos netamente


inductivos, indicaban para Bacon, señales alarmantes de que había algo mal en la
producción científica, la cual había sufrido un gran estancamiento. Si bien hoy en
día el método inductivo de Bacon no es utilizado en la producción científica, sí que
aporta una riqueza al pensamiento de la modernidad, de la filosofía natural, y de
la ciencia natural.

A pesar de que la producción de Bacon fue basta, en este texto me dedicare


únicamente a hablar sobre la ciencia de la filosofía natural, la cual se describe a
detalle en el primer libro del Novum Organum. Asimismo, hablaré de las nociones

1 Instauratio Magna de Francisco de Verulamio, Prefacio, p, 43. Bacon, Novum Organum,


(2003)Biblioteca de Obras Maestras del Pensamiento. Editorial Losada, Buenos Aires.
2 Prefacio, p,70.
de ciencia y poder, y del conocimiento científico y le dedicare una sección a hablar
sobre los falsos ídolos.

La necesidad de una nueva forma de investigar la naturaleza

Hasta el punto de que muchas veces no solo la afirmación ha quedado


afirmación, sino que la cuestión queda cuestión, sin que se resuelva con esas
descripciones, sino que se fije y mantenga, y que toda la tradición y transmisión
de las disciplinas represente y ostente la persona de maestro y oyente y no la
de inventor y la de quien añada algo extraordinario a lo inventado.3

La necesidad de una nueva forma de estudiar la naturaleza, surge en principio, por


la escases nuevas aportaciones a la ciencia natural, sin embargo, ante este hecho
ocurre paralelamente un cambio en la concepción de la naturaleza y la necesidad
de nuevos métodos para analizarla. Bacon, ante tal horizonte, hace una
significativa aportación para el entendimiento de la naturaleza.

La concepción de naturaleza en Bacon es reflejo claro de su obra, y es que, la


naturaleza es el centro y eje principal en el que Bacon apoya su método. El
método surge como un deseo de interpretación fiel de la naturaleza que sirva para
la gestación de una reforma de las ciencia y resultados. Con esto quiero decir que
las nociones de Naturaleza y Ciencia mantienen una hermandad característica,
siendo la Naturaleza al servicio de la ciencia y del hombre, y la ciencia nada más
que la naturaleza interpretada y humanizada.

El hombre servidor e interprete de la naturaleza hace y entiende tanto cuanto ha


podido escrutar del orden de la naturaleza por la observación o por la reflexión;
ni sabe ni puede más.4

El anterior fragmento corresponde al primer aforismo con el que Bacon inaugura


su obra, comienza con una importante distinción entre el hombre y la naturaleza.
El lugar que ocupa el hombre es como interprete y servidor de la naturaleza, la

3 Instauratio Magna de Francisco de Verulamio, Prefacio, p, 44.


4 Novum Organum, p, 73.
ciencia, como herramienta del hombre, tiene la función de explicar la naturaleza, y
sólo al hacerla explicita es como en verdad la conocemos. Una vez conociendo a
la naturaleza, lo único que queda es obedecerla o dominarla. Pues el hombre
adquiere cierta independencia ante la naturaleza, por un lado, al reconocer su
propia limitación ante ella, pero al mismo tiempo que se sabe limitado, sabe que
los limites pueden ser flexibles. Y que si bien no es posible dominarla en su
totalidad, sí que es posible utilizarla a su favor en algunas ocasiones.

Ciencia y poder humanos coinciden en una misma cosa, puesto que la


ignorancia de la causa defrauda al efecto. A la naturaleza no se la vence sino
obedeciéndola y lo que en la observación es como causa, en como regla en la
practica.

Es en ese sentido que se dice que la tradición filosófica se ha estancado en la


producción de conocimiento, no por que su estructura carezca de rigor lógico, sino
que, la propia estructura carece de una utilidad practica, en el sentido de progreso
y de producción de nuevas técnicas para el desarrollo humano. Es en esta
problemática donde Bacon asienta su propuesta.

En el aforismo (98) Bacon habla sobre el dominio de la naturaleza por parte del
hombre. El conocimiento de la naturaleza posiciona al hombre en una relación de
poder, en la cual el hombre busca los medios para imponer su voluntad sobre el
mundo, lo que desencadena en una serie de reacciones por parte del mundo, que
a su vez funcionan como retroalimentación, es en esta lógica de prueba y error,
que se asienta el conocimiento de la naturaleza, el cual repercute directamente en
su dominio. Es decir, el conocimiento para la vida practica, para el progreso, y
para la técnica. A propósito del fragmento, dice Farrignton:
“No se revelan los mecanismos secretos de la naturaleza a alguien que se limita
a contemplar el fluir natural de los acontecimientos. Sólo cuando el hombre
interfiere en la naturaleza, maltrata a la naturaleza, trata de que ésta haga lo
que él quiere, no lo que ella quiere, empieza a comprender como actúa ésta y
puede tener esperanzas de aprender a controlarla.”5

5Farringotn, Benjamin, (1971) Francis Bacon, filósofo de la revolución industrial . Traducción de


Rafael Ruiz de la Cuesta. Editorial Ayuso. Madrid, España. p,112-113.
“Esas limitaciones son tres. La primera, que no situemos nuestra felicidad en el
conocimiento hasta el punto de olvidar nuestra mortalidad. La segunda, que
apliquemos nuestro conocimiento a darnos reposo y contento, y no inquietud o
insatisfacción. La tercera, que no presumamos alcanzar a los misterios de Dios
mediante la contemplación de la naturaleza.”6
Sobre el método inductivo

Las grandes características del método inductivo son que procede en grados de
certidumbre, y opera bajo la experimentación. La experimentación se refiere, en su
sentido más general, y sin la sofisticación que adquiere el termino hoy día, en un
conjunto de inferencias que se obtiene por medio de los sentidos. Inferencias que
hablan sobre característica de la naturaleza. Y tiene procede en grados de
certidumbre, en la medida en que comparando dichas inferencias y apoyándose
unas de otras se avanza en las profundidades de la naturaleza y en el
conocimiento de la misma.

Consiste pues, en tomar como verdadera tal inferencia y preocuparse por su


validez sólo al final del método. En ese sentido, funciona de manera inversa a la
lógica Aristotélica, pues, en una exposición semejante, primero se procura por
validar la primera inferencia, o premisa mayor, y una vez hecho la validez del
sistema entero se deduce de su verdad. En el método inductivo la inferencia se
toma como valida hasta el final del método, es decir, hasta que se demuestra
contundentemente su falsedad, con la validez de otra inferencia.

Haya un método para cultivar las ciencias y otro para crearlo7, afirma Bacon. La
continua separación entre el método antiguo y el nuevo método propuesto, es
suscitado, como ya se dijo, por una ruptura entre la concepción de la naturaleza.
De esta manera, la valoración de la ciencia se hace en función de lo que aporta al
conocimiento de la naturaleza. Si la ciencia opera bajo el método silogístico aporta

6 Bacon, Francis. “El avance del saber”, Pág. 24, Alianza Editorial.

7 Prefacio, p,70.
poco al conocimiento de la naturaleza en la medida en que la conclusión se
deduce de las premisas, por lo tanto, los principios del sistema son el fundamento
del mismo y no se puede avanzar sino hasta donde ellos lo permiten. En cambio,
el método inductivo propone tratar un particular el cual se puede poner como
principio de otros particulares sólo cumple con los requerimientos de la
observación y la reflexión
El método es un saber de carácter acumulativo, pues en su carácter sistemático,
en su tratamiento de los hechos resulta que hay hechos que pueden derivar en
otros hechos. Es en estos particulares que engendran a otro en lo que el carácter
progresivo de la acumulación del saber científico adquiere su formación. Y es que,
según Bacon una ciencia que no cumple con esta característica es inútil para el
progreso del saber.

El método es de carácter eliminativo, hay dos formas de proceder, un método para


buscar semejanzas entre las cosas, y otro para buscar diferencias.8

El primero es útil para ocuparse de las partículas de los cuerpos, es decir, de la


parte física más pequeña que se puede observar. 9 Y el segundo contempla la
estructura del cuerpo, más que en sus partes pequeñas. El primer método es útil
porque contempla las particularidades de la naturaleza, que es precisamente el
medio con el que se expresa. Pero pierde de vista la estructura, que es las
relaciones internas y externas con que se explica al hecho se elevan a un carácter
universal, no son rasgos particulares de un cuerpo, sino de varios tipos de
cuerpos, o incluso de todos los cuerpos. Para Bacon, la seguridad del
funcionamiento es la correcta adecuación de estos dos métodos, tanto la
observación de las características naturales, como su elevación de dicha
explicación a un carácter más general, y así sucesivamente hasta alcanzar cada
vez más grado de certidumbre.

8 Fragmento 55
9 Fragmento 57
Se dice entonces, que el método inductivo es un método de eliminación puesto
que se prueba la certidumbre de un hecho particular mediante la observación, y
para su elevación a estatus de general, se compara con otro hecho particular. La
comparación no radica en la experimentación de los hechos, sino en las relaciones
lógicas que operan como principio del hecho particular, dichas nociones se
adquieren de la observación y de los sentidos, pero adquieren otro estatus en el
momento en que se racionaliza como explicación del hecho en la naturaleza.
Ocurre entonces un proceso de búsqueda de diferencias, por las que, o el hecho
anterior se ve desplazado por los principios del nuevo descubrimiento, o el nuevo
descubrimiento se ve supeditado a los principios del hecho anterior.

La utilidad para la vida practica es el motor que brinda fuerza al nuevo método, sin
el ideal de construir una ciencia que apoye esta tarea, el método carece de
sentido.

Bibliografía
- Farringotn, Benjamin, (1971) Francis Bacon, filósofo de la revolución industrial . Traducción
de Rafael Ruiz de la Cuesta. Editorial Ayuso. Madrid, España.

- Bacon, Francis. “El avance del saber”, Alianza Editorial.

- Bacon, Francis. (2003), Novum Organum. Biblioteca de Obras Maestras del Pensamiento.
Editorial Losada, Buenos Aires.

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