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BIOÉTICA HERMENÉUTICA

Raúl Villarroel
Facultad de Filosofía y Humanidades
Universidad de Chile

Correspondencia: Prof. Raúl Villarroel. Ignacio Carrera Pinto 1025, Ñuñoa.


E-mail: rvillarr@uchile.cl
Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1

BIOÉTICA HERMENÉUTICA

Raúl Villarroel

Resumen Resumo
Intentando sortear las dificultades que en Tentando apreender as dificuldades que
la reflexión filosófica se plantean a la a reflexão filosófica apresenta à revitalização
revitalización de un proyecto que busque ha- de um projeto que busque compatibilizar as
cer converger la ostensible diversidad de cri- expressivas diversidades de critérios morais
terios morales característica de la época ac- característicos de nossa época, apresenta-se
tual, se aborda una particular comprensión de uma nova compreensão da bioética à partir
la bioética a partir de claves hermenéuticas. de instrumentos da hermenêutica. Desse
De este modo se pretende exceder legítima- modo pretende-se ultrapassar as dificuldades
mente el conjunto de dificultades ocasiona- geradas pela tensão e descontinuidade que
das por la tensión y la discontinuidad que se foram produzidas pelo desenvolvimento
ha producido entre el desarrollo cognoscitivo cognoscitivo e moral da humanidade nos
y el desarrollo moral de la humanidad en dos âmbitos da saúde e do meio ambiente. Para
ámbitos significativos: el de la salud y el del tanto busca-se transitar desde os limites do
medio ambiente. Para ello se busca transitar sistema acabado do reducionismo científico
desde el sistema acabado y definitivo del até as fronteiras da interpretação diferencial,
reduccionismo cientificista al borde diferen- onde ambas as dimensões são avaliadas
cial interpretativo, donde ambas dimensiones através de uma condição intrinsicamente
enunciadas son atestiguadas, más bien, desde problematizada, conjectural e imprevisível,
una condición intrínsecamente problemática, sempre questionando qualquer tipo de
conjetural e imprevisible, siempre reticente a limitação interpretativa.
cualquier encapsulamiento univocista.
PALABRAS CLAVE: Bioética, Herme-
néutica, Interpretación, Eticismo, Salud,
Medio ambiente, Texto, Ética, Tecnociencia.

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Bioética Hermenéutica - R. Villarroel

Abstract Résumé
Trying to overcome difficulties posed by Dans le texte que suit nous tâchons
philosophical reflection to the revitalization d’aborder la bioéthique dans une particulière
of a project for achieving convergence compréhension grâce à des clés
among the diversity of moral criteria — herméneutiques; tout en essayant d’esquiver
typical of our epoch— a peculiar les difficultés que posse, dans le cadre d’une
understanding of Bioethics, based on réflexion philosophique, la mise au jour d’un
hermeneutical clues, is proposed. By so projet qui doit permettre la convergence des
doing, we pretend to surpass in a legitimate diversités de jugements moraux,
way the totality of difficulties caused by the caractéristique de notre temps. En agissant
tension and discontinuity between cognitive ainsi on prétend dépasser de façon légitime
and moral developments in two significant les difficulttés provoquées par la tension et
areas: health and environment. For achieving la discontinuité qui s’est produit entre le
this aim we propose to pass along from the devélopement cognitif et le devélopement
complete and definitive system of moral de l’humanité dans deux sujets
scientificistic reduccionism to the significatifs: celui de la santé et celui de
differencial interpretative border, where both l’environnement. Pour y arriver on tente de
dimensions are visualized rather from an passer du système achevé et définitif du
intrinsically problematic condition, reductionnisme scientifique au domaine de
conjectural and unforeseeable, permanently l’interprétation où les deux dimensions
reticent to whatever interpretative restriction. ennoncées sont explicitées dans leur
KEY-WORDS: Bioethics; Hermeneutics; condition intrinsèquement problématique,
Interpretation; Ethicism; Health; conjecturale et imprevisible, toujours réticent
Environment; Text; Ethics; Technoscience. à n’importe quel enfermenent univoque.
MOTS CLÉS: Éthique; Bioétique;
Hermenéutique; Interprétation; Éthicisme;
Santé; Environnement; Texte; Technoscience.

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Introducción tros días —conjuntamente con sus logros in-


negables— sus extremos y sus excesos.
“Si en otros tiempos la medicina mono-
polizó las ciencias de la vida, hoy no es así, Desde aquí ya se puede asumir que la
y por tanto sería un error reducir el ámbito bioética se localiza en la encrucijada contem-
de la bioética al de la ética médica, o con- poránea donde convergen y se problematizan
vertirla en mera deontología profesional. dificultades de índole moral derivadas de la
intervención técnica sobre la vida (en sus
Se trata, a mi parecer, de mucho más, de
múltiples expresiones) y el medio ambiente
la ética civil propia de las sociedades occi-
que de manera global la sustenta. Como se
dentales en estas tortuosas postrimerías del
sabe, hoy en día es posible constatar una pro-
segundo milenio.”
funda crisis planetaria de dimensiones políti-
“Fundamentos de Bioética”. cas, económicas y espirituales, que afecta en
Diego Gracia. su totalidad a la vida de las personas. De he-
cho, la salud, el entorno, nuestra relación con
La idea central del texto que a continua- los semejantes, son asuntos sobre los que la
ción se presenta tiene que ver con una re- crisis repercute de manera más incisiva, al
flexión que intenta explicar y comprender fi- punto de convertirse en la peor amenaza que
losóficamente el discurso bioético. Busca con la humanidad haya debido enfrentar. Incluso,
ello proyectar la posición que más propia- ni siquiera considerando el inminente peligro
mente le correspondería ocupar en el con- de un desastre nuclear, el solo riesgo de ca-
texto de una sociedad secularizada como la tástrofe para el ecosistema global y la subse-
presente; así llamada “moderna” y organi- cuente evolución de la vida en el planeta es
zada en torno al predominio de una cosmo- en sí un fenómeno aterrador.
visión tecnocientífica característica y Pensando en estos hechos —y en su fi-
definitoria de su identidad. Aunque acá será liación teórica interdisciplinaria— se piensa
reconocida en función de los parámetros teó- que la bioética puede, por una parte, realizar
ricos que enuncian y describen su crisis fun- un aporte decisivo en cuanto a la necesidad
damental, la del quiebre de las estructuras de hacer surgir un nuevo modo de aproxi-
matrices que le dieron sustento filosófico y mación a los problemas fundamentales de
la de la deslegitimación creciente del con- nuestro tiempo, y contribuir, por otra, tanto
junto de prácticas heterogéneas que la han en la búsqueda de criterios de solución para
venido caracterizando desde hace siglos. ellos como en la preparación de un nuevo
En virtud de lo anterior, esta reflexión se arraigo para lo humano en los tiempos veni-
sitúa en la dimensión de los problemas referi- deros. Se trata así de proponer delimitacio-
dos a la fundamentación bioética, según la nes conceptuales desde las cuales la bioética
modalidad que se ha hecho habitual hasta pueda configurarse como una perspectiva de
nuestros días para clasificar sus ámbitos de articulación coherente y sistemática entre la
pertinencia. Lo que se pretende abordar son comprensión técnica del mundo contempo-
los conceptos y perspectivas filosóficas que ráneo y la particular comprensión ética que
puedan intervenir a modo de referencias de- puede hacerse presente tras la constatación
cisivas para la expectativa de legitimidad que de la crisis disolutiva de los referentes filo-
tiene la reflexión bioética actual. Sobre todo sóficos fundamentales de la modernidad.
respecto de aquellas referencias teóricas que Esta reflexión intenta proponer una orien-
convergen en la meditación acerca de nuestro tación de tipo hermenéutico para el análisis
tiempo, como un tiempo signado por el desa- de los problemas y discursos particulares que
rrollo de un proyecto que ha mostrado en nues- convergen en ella, y concebir a la interpreta-

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ción como la operación de sentido que puede ciencia ética referida a los problemas
dar más propiamente cuenta en el presente de medioambientales, demográficos, etc.; con-
los complejos problemas relativos a la expe- siderando, además, que este tipo de proble-
riencia humana en el contexto de la sociedad mas constituyen sólo la parte visible de una
actual. De esta manera, se intenta adherir a dificultad más profunda relativa a las mane-
aquella definición de la bioética que la mues- ras de vivir y de ser-en-sociedad en este pla-
tra como un principio regulador y guía para neta. En efecto, en tal sentido se entenderá
la deliberación y la acción en nuestro tiempo, que la bioética puede contribuir decisivamen-
concibiéndola como una perspectiva carente te en la búsqueda de respuestas generales y/
de pretensiones de hegemonía fundamenta- o específicas para un amplio haz de situa-
lista en el plano moral, al tiempo que abierta ciones conflictivas ocasionadas por el pro-
a un diálogo interepistémico amplio, capaz de pio despliegue técnico —en relación con mu-
diseñar y orientar, tanto la investigación como chos aspectos inmediatos, concretos o con-
el conjunto de prácticas tecnocientíficas a la tingentes que las actuales coordenadas so-
luz del consenso plural de todos los actores y ciales, políticas y económicas del mundo
discursos involucrados. establecen—, si es capaz de promover en
Así se quiere pensar, entonces, que la todos los ámbitos posibles de la interacción
bioética puede llegar a constituirse en una humana —particularmente en aquellos en
apertura auspiciosa para el próximo siglo en que se concentran decisiones fundamenta-
el plano de la explicación y la comprensión les— una especial sensibilidad moral que
de los problemas fundamentales que aque- haga posible la contención de sus efectos y
jan a la humanidad finisecular, en la medida consecuencias devastadoras. Esto, natural-
que, por su propia e inédita modalidad de mente, precisará del desarrollo de una ma-
aproximación a los hechos, representa un nera de abordar los problemas que, no es-
punto de flexión hasta ahora desconocido en tando transida por el mero cálculo técnico,
el pensamiento. Una posibilidad de esta na- prescinda de ciertas posiciones dominantes
turaleza sólo puede resultar factible a partir de la subjetividad que han caracterizado al
del reconocimiento del conjunto de transfor- pensamiento moderno.
maciones a que ha dado lugar la, así llama- En esta perspectiva, la interpretación —
da, “disposición técnica del mundo” en to- como se ha señalado— emerge entendida en
dos los ámbitos de la experiencia. Ello im- cuanto evento de naturaleza dialógica, que
plica, necesariamente, llevar a cabo un in- permite a los diversos interlocutores poner-
tento de ampliar el alcance de las preocupa- se en juego en condiciones de igualdad y
ciones bioéticas más allá de las estrictas fron- comprenderse en la medida en que son com-
teras de las ciencias biomédicas, en lo refe- prendidos en un horizonte ontológico no me-
rente al ámbito sanitario en general y a la tafísico, del que en verdad no “disponen”,
relación médico-paciente en particular —las sino que, más bien, los dispone a ellos como
que, aun ocupando un lugar de importancia tales. Por eso se propondrá que la posibili-
en la problemática, no agotan el espectro de dad de articulación coherente de un pensa-
hechos conflictivos que pueden ser aborda- miento bioético pueda ser remitida a una di-
dos con identidad de método y propósito—, mensión de orden retórico, de ajuste de las
hasta dar cuenta de otras esferas problemá- diversidades, de reconstrucción de la discon-
ticas en que se hacen manifiestas dificulta- tinuidad y la dispersión entre los diferentes
des semejantes, como son, por ejemplo, las actores, como reunión de una multiplicidad
relaciones entre la especie humana y el resto de discursos (científicos, filosóficos, políti-
de las especies naturales, o las problemáti- cos, económicos, religiosos, etc.) y que to-
cas pretensiones de articulación de una con- das estas formas simbólicas puedan consi-

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derarse como lugares pertinentes para una Asimismo, se puede reconocer que el pen-
posible experiencia moral. samiento hermenéutico contribuye de mane-
En lo sucesivo, se tendrá en cuenta la pre- ra importante en esa suerte de revitalización
sencia persistente y constatable de la herme- de la moral (“rehabilitación de la filosofía
néutica en la cultura actual, la que, inspirada práctica”, tal vez) que aparece como una de
originalmente en filósofos como las características más sobresalientes de las
Schleiermacher y Dilthey, se desarrolla hoy en últimas décadas en el mundo y que le aporta
diversas direcciones, abarcando o influyendo al encuadre bioético una condición propicia
en sentido amplio a muchas posiciones filo- para su desarrollo, en cuanto se llega a en-
sóficas, hasta llegar a constituir por lo tanto un tender que puede representar un recurso va-
marco de fundamentación filosófica amplio que liosísimo para encontrar un fundamento dis-
se considera, en este caso, pertinente para la tinto de la fuerza a la resolución de las con-
definición de bioética que acá se propone. No troversias y el disenso. Habría que convenir
obstante, se comprende que su patente actuali- en este sentido que quien quiera resolver con-
dad entraña también riesgos teóricos de impor- frontaciones morales sin recurrir a dispositi-
tancia y plantea problemas y exigencias al pen- vos estratégicos o coactivos, con autoridad
samiento actual —y también a esta reflexión— de base, tendrá que admitir el acuerdo entre
que son relativos, por una parte, a evitar que las partes, la legitimidad del otro o la vali-
una bioética inspirada en estas propuestas se dez de todo interlocutor, y, en definitiva, el
convierta en una simple apología de la multi- abandono de toda pretensión de hegemonía
plicidad irreductible de los universos cultura- con respecto a la categoría de la verdad o de
les que se abren en nuestra época y, por otra, a una concepción concreta y particular acerca
evitar que pueda llegar a recaer en una suerte de la vida buena, como los medios exclusi-
de nueva proposición metafísica de vos para alcanzar la resolución de las dispu-
reconfiguración de viejos esquemas; es decir, tas entre “extraños morales”. De tal manera,
en una simple ideología de recambio, en un un reconocimiento del carácter irrebasable
proyecto moral meramente cosmético, coinci- o insuperable de la argumentación parece ser
dente con una suerte de lugar común de la difícil de evitar, al menos si lo que se preten-
moralidad en nuestro tiempo. de es avanzar responsablemente hacia una
condición diversa de vida para el hombre.
El horizonte teórico en el que esta re-
flexión busca situarse resulta estar orienta- En este sentido, una nueva comprensión
do éticamente por cuanto reivindica el alcan- del conjunto de problemas asociados a la sa-
ce de legitimidad de ámbitos que son lud y al medio ambiente deberá basarse en
irreductibles a la competencia del método la comprensión de las relaciones y depen-
científico-positivo, y se dirige preferente- dencias recíprocas y esenciales de todos los
mente hacia un intento de esclarecimiento fenómenos. Una visión semejante —como
de lo que se podría entender como una re- la que la bioética puede llegar a encarnar hoy
composición de la subjetividad tanto indivi- en día— trasciende los límites disciplinarios
dual como colectiva acontecida en el marco y las rígidas categorías conceptuales de los
de un entrecruzamiento de prácticas innova- saberes establecidos. Actualmente no hay, al
doras referidas al modus vivendi del presen- parecer, estructura conceptual o institucio-
te. Y en ese sentido, se configura como una nal alguna que esté firmemente arraigada
instancia que asume los aspectos centrales como para penetrar con profundidad las nue-
de la tradición crítica de una metafísica que vas condiciones paradigmáticas de la reali-
se representa en nuestro tiempo por el dad. Una disposición muy diferente a la co-
cientificismo y la categoría particular de lo nocida está emergiendo en medio de estos
que se ha dado en llamar el “saber-poder”. tiempos turbulentos y buscando gradualmen-

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te alcanzar diferentes modos de pensar y or- nes y todas ellas no surgen sino de una
ganizar los hechos de la existencia. Aunque complejísima interacción de los múltiples
no sea posible determinar para ninguna de aspectos físicos, psicológicos y sociales de
ellos una condición de privilegio o suprema- la naturaleza humana, podemos llegar a con-
cía en cuanto a sus diversas aproximaciones venir en que la concentración habitual de la
al tejido polinivelado y recíprocamente re- práctica sanitaria desarrollada hasta la fecha
lacionado de la realidad.i sobre fragmentos cada vez más diminutos del
Es claro que la problemática general de organismo tiende inevitablemente a perder
la salud, por ejemplo, en la era de la ciencia de vista la humanidad integral del paciente,
y de la técnica, reviste un extraordinario in- con lo que la salud queda de inmediato re-
terés en este sentido (otro tanto ocurre con ducida a una mera función mecánica. El
los fenómenos medioambientales), porque modelo biomédico reduccionista, todavía
no existe otro terreno en el cual los progre- predominante en la comprensión del hecho
sos de la investigación moderna avancen tan- de la salud, por su profunda inspiración
to hacia el campo de tensiones de las políti- cartesianaii, ha conminado a los médicos a
cas sociales como en éste; los dominios de centrarse en esta supuesta “máquina” del
la ciencia siempre se proyectan sobre la vida cuerpo y a olvidar los aspectos psicológicos
cotidiana y cuando de lo que se trata es de la y socioambientales de la enfermedad. De
aplicación del conocimiento científico a aquí se desprende la necesidad de reformular
nuestra salud y a todos los aspectos vincula- —mejor si es hermenéuticamente— un pen-
dos con ella debemos necesariamente con- samiento que contribuya a desvincular la ta-
venir en que tales circunstancias problemá- rea médica del perfil manipulador que le con-
ticas pueden ser abordadas desde muy diver- fiere su exclusiva reducción a práctica me-
sos puntos de vista y enfoques considerando cánica correctora de disfunciones orgánicas
su comprensión integral, y no exclusiva o específicas. Se necesita, de hecho, una con-
excluyentemente desde la perspectiva cien- cepción de salud mucho más extensa, que
tífico-positiva —sustentada en el paradigma incluya sus ámbitos individuales, sociales y
cartesiano del conocimiento—, que es la que ecológicos; que tenga una visión integral de
parece ser, de modo habitual, más decisiva. los seres vivientes y, por ende, una visión
integral de éstos con su entorno.
En cuanto a esto mismo, dado que, evi-
dentemente, la salud tiene varias dimensio- El “cientificismo” médico ha sumido en el
olvido, prácticamente, al “arte de curar”, que
i
Incluso en el propio corazón de la ciencia contem- es un aspecto esencial de la medicina, porque
poránea, el denominado enfoque “bootstrap” de contribuye a desencadenar la respuesta coor-
la física, propuesto a comienzos de la década de dinada del organismo a las tensiones ambien-
los 60 por Geoffrey Chew, marca una orientación
a la misma necesidad de rebajar la validez de cier-
tales que lo influyen. Esta manera de compren-
tos conceptos privilegiados que tradicionalmente der el fenómeno de la curación involucra toda
han mantenido un dominio de la experiencia cien- una conceptualización que escapa a la posibi-
tífica. Según se conoce, la física siempre buscó
encontrar los constituyentes últimos de la mate-
ii
ria. El principio filosófico del bootstrap rechaza Durante el desarrollo histórico de la ciencia en Oc-
la concepción física tradicional de los bloques de cidente se puede constatar un marcado paralelismo
materia fundamentales y tampoco acepta ningún entre la biología y la medicina. Por ello, resulta com-
tipo de entidades básicas; es decir, no acepta cons- pletamente comprensible que una visión mecanicista
tantes o ecuaciones fundamentales. Concibe al uni- de la vida, originalmente surgida en el campo de la
verso como una red dinámica de fenómenos rela- biología, haya dado fisonomía a la actitud médica
cionados entre sí y cree que la naturaleza debe ante la salud y la enfermedad. El paradigma carte-
concebirse, en estos términos, sólo en virtud de su siano que influyó al pensamiento médico dio, final-
autoconsistencia. mente, con el así denominado “modelo biomédico”.

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lidad de formulación exacta requerida por la En la actualidad suele pensarse que el des-
estructura de las ciencias médicas contempo- encanto o el marcado escepticismo que im-
ráneas. En ella concurren poderosamente cri- pide unificar criterios morales obedece a la
terios diversos, holísticos más bien, que abar- tensión y discontinuidad que se ha venido
can al cuerpo y la mente del paciente, a su pro- generando entre el desarrollo cognoscitivo
pia autoimagen tanto como a su dependencia y el desarrollo moral de la humanidad. Esta
del entorno físico y social; su relación con el tensión representa un desafío para el pensa-
cosmos, con sus divinidades; en fin, criterios miento actual pues induce a considerar que
nunca limitados de manera exclusiva a los fe- a estas alturas lo que está en juego es la defi-
nómenos físico-químicos como en el caso de nición y la preparación de un nuevo arraigo
la concepción biomédica. para lo humano, que pueda ofrecer contra-
Ahora, por último, considerando una con- peso a las dificultades derivadas del habitar
vicción de marcada presencia en el pensa- técnico moderno.
miento contemporáneo, según la cual los pro- Ahora bien, existen por lo menos dos
blemas bioéticos se plantean en los actuales grandes dificultades para acometer filosófi-
escenarios definidos por la fragmentación camente semejante tarea. Primero, porque el
moral acontecida como consecuencia de la di- pensar filosófico actualmente ya no puede
solución progresiva de la fe y de todos los cumplir con su antigua aspiración de ser el
cambios significativos que han tenido lugar instrumento apropiado de intervención o
en el espacio de las convicciones éticas y transformación de la realidad. Y, en segun-
ontológicas de Occidente, se aspira a la posi- do término, por la dificultad que existe para
bilidad de que la bioética, concebida desde validar un fundamento que sea capaz de so-
una apertura comprensiva de orientación her- breponerse a la impronta de la crítica al hu-
menéutica, implique como único imperativo manismo y a la ética desplegada por una cier-
el ejercicio de la interpretación (en este caso ta corriente de la reflexión contemporánea.
en el sentido de una “traducción”), para con- A pesar de ello, igualmente, hoy en día
ducir los discursos particulares o específicos, se levantan propuestas que lo intentan y que
las diversas esferas del interés y los ámbitos podrían ser consideradas como la expresión
de racionalidad autónomos y escindidos en- de una suerte de revitalización del pensa-
tre sí —los de la ética y la medicina, los de la miento ético en el mundo. Parece evidente
ética y la política, los de la ética y la econo- que un interés de este tipo gana espacios con
mía, por ejemplo—, a una relocalización en mucha rapidez en una multiplicidad de ám-
el contexto de una base común de valores que bitos de la acción humana. Al parecer, una
puedan ser efectivamente compartidos por una nueva utopía de la moral se estaría institu-
comunidad histórica viviente que se expresa yendo; en tanto el refuerzo del ideal de la
mediante su lengua y que reconoce en ésta un responsabilidad, que es el rasgo más visible
horizonte de referencia, como ideal regulati- de esta circunstancia, obedece o coincide con
vo de una comunidad de vida que está siem- el venir a menos de una particular represen-
pre en proyecto, en vías de realización. tación determinista del progreso y la felici-
dad, que no es sino aquella prometida por la
“Queda claro que existen dos medidas: ciencia y la técnica.
la una, en manos de la ciencia; En consecuencia, si resulta ser de interés
la otra, en el todo de nuestro estar-en el para nosotros el visualizar a la bioética como
mundo”. una de aquellas expresiones concretas del re-
nacer ético de nuestros días, con una supuesta
Hans-Georg Gadamer.
plena capacidad de hacerse cargo de las de-
El estado oculto de la salud.

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licadas cuestiones que surgen como produc- guras centrales: la de la deuda o el deber
to de la eclosión tecnológica en curso, habrá absoluto. Así se destacaron la obligación y
que reconocer que, primeramente, dicho re- los deberes, toda una normatividad discipli-
surgimiento de la ética en la actualidad se naria que conculcó el despliegue individual
identifica con una cierta peculiaridad de ca- en nombre de una cierta unidad moral que
rácter, que, en verdad, lo hace muy diferente se consideró necesaria para la cohesión so-
de todo lo conocido al respecto y, en segun- cial. Sin embargo, una lógica nueva vino a
do lugar, que es necesario explicitar los as- poner término a esta fase centrada en el de-
pectos centrales de dicha particularidad para ber incondicional. Así, todo indica que, des-
comprender las delimitaciones específicas de mediados del presente siglo, la humani-
dentro de las cuales la bioética tendría senti- dad ha entrado en una época distinta —
do y, a la vez, posibilidad de validarse como Lipovetsky la entiende como una época del
una suerte de paradigma de comprensión de posdeber (2)—. Ahora son los imperativos
la realidad actual, según lo ha señalado del bienestar subjetivo, expresados en mo-
Gilbert Hottois (1). En este caso, lo que debe dalidades de ética mínima, antes que los de
ser necesariamente reconocido antes que cualquier sacrificio, los que configuran la
todo es el hecho puntual de que la aparien- particular experiencia ética del presente. La
cia moral de la sociedad contemporánea tran- sociedad actual no consagra la grandeza
sita de forma contradictoria entre dos extre- moral a una renuncia al sí mismo. Esta nue-
mos muy diferentes: por un lado, hacia esta va ética de la responsabilidad —así la que-
reactivación innegable de la moral que avan- remos entender hoy en día— se plantea como
za sobre una multiplicidad de dominios de objetivo poner límites al incremento progre-
la vida humana y, por otro, hacia la crecien- sivo de una lógica individualista, mediante
te descomposición social que gangrena el or- la legitimación de nuevas obligaciones co-
den establecido y para la cual huelgan ma- lectivas, en particular, aquellas que buscan
yores descripciones en este momento. conciliar el futuro con el presente.
¿De qué se trata, entonces? Se trataría de El problema es que, en nuestra época,
reconocer que se ha abierto una nueva fase hacer retroceder al individualismo irrespon-
en la historia de la ética; que no marca ni sable es difícil pues ya no se cuenta con
define precisamente su “renacimiento”, sino modelo alguno al que se le pueda otorgar
más bien sólo una diferencia en cuanto a la total credibilidad. Así, entonces, es como la
modalidad con que los valores se inscriben ética llega a covertirse en un “peligroso re-
en el contexto social, o la entrada en un ám- medio clave”; dado que no quedan referen-
bito de moralidad donde los valores se en- tes ideológicos capaces de alentar una sali-
carnan de manera distinta. Por lo tanto, no da. De tal modo, el eticismo que caracteriza
hay vuelta alguna a etapas anteriores de la a las virtuosas proclamas del presente po-
cual se pueda dar testimonio en la actuali- dría constituir a la larga un recurso meramen-
dad. Esta nueva dimensión de la moral, a te cosmético, edulcorante, incapaz, en defi-
pesar de que, de hecho, sigue nutriéndose del nitiva, de modificar el amargo panorama del
ideario humanista, en realidad no adhiere a presente. ¿Quién asegura que la bioética no
ninguna moral específica anterior. Ni a las es una expresión más de esto mismo?
religiosas ni a las laicas, moderno-ilustradas. Cabría, en consecuencia, legítimamen-
La secularización ética que se había ve- te, dudar de la posibilidad de considerar con
nido cumpliendo desde el siglo XVII hasta seriedad a la bioética —que es nuestro ver-
la primera mitad del nuestro, a pesar de ha- dadero interés— como un paradigma apro-
ber buscado emanciparse del espíritu religio- piado para enfrentar la presente tensión en-
so, de todas formas conservó una de sus fi- tre ética y tecnociencia con una radicalidad

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que conduzca, efectivamente, al centro de tos discursos alarmistas y catastrofistas re-


la cuestión referente a su sentido más ple- feridos a una supuesta “deshumanización”
no, cuando ella inevitablemente se sitúa en actualmente en marcha, y para la convicción
el marco de esta suerte de “reduccionismo analgésica de que un pasado histórico de
ético” característico de la actualidad que se prácticas paternalistas y abusivas se encuen-
presenta al estilo de una especie de pana- tra completamente superado mediante este
cea insuperable. Lo cierto es que tanto en- discurso supuestamente renovador.
tusiasmo ético como el que puede apreciar- Concluyentemente, entonces, la bioética
se en la actualidad, de ningún modo es si- requiere una comprensión diferente que la
nónimo de verdadera competencia moral que las precedentes aproximaciones pueden
para enfrentar los riesgos y abordar los pro- tener de ella. Eso es, precisamente, lo que
blemas teóricos y prácticos que experimenta mueve a esta investigación al atrevimiento
la época. Grandilocuentes declaraciones de sostener que resulta factible —como se
seguidas de acciones estériles sólo podrían intentará explicitar— concebir la bioética en
llegar a depararnos más frustración y, con- relación con una perspectiva de naturaleza
secuentemente, un creciente desaliento. No hermenéutica, avanzando en la dirección de
puede ser, por lo mismo, que una simple situar como eje central de la argumentación
apología del altruismo y la generosidad, respectiva, la noción de interpretación, que
como la que subyace al efecto ético del que se considerará en lo sucesivo desde la pers-
hemos venido haciendo mención, constitu- pectiva de su dialogicidad esencial, la que, a
ya el núcleo fundamental del agenciamiento su vez, se piensa que posibilita una experien-
requerido, porque, mientras el discurso cia moral de diferente filiación y proyección.
eticista se solaza en su retórica neoindivi-
Ahora bien, para comprender esta com-
dualista, los problemas permanecerán intac-
pleja proposición hay que señalar un ante-
tos y agobiando cada vez más a las genera-
cedente decisivo y que tiene que ver con el
ciones presentes y futuras.
hecho de que, en oposición al proyecto filo-
Ahora bien, tampoco se trata, como casi sófico prácticamente unánime de la
naturalmente puede entenderse, de la resti- fundamentación, el de la tradición histórica
tución de los imperativos maximalistas o de pensamiento metafísico —condición ori-
absolutistas del deber, de la ética categórica ginaria del cientificismo positivista moder-
—menos en un mundo donde la fragmenta- no, digamos—, desde las primeras décadas
ción de los referentes unitarios y la disolu- de nuestro siglo han venido apareciendo
ción de los sistemas valorativos son hechos planteamientos nuevos, que marcan un ver-
indesmentibles—, porque ello conduciría di- dadero cambio de paradigmas. Están, entre
rectamente a tratar de poner en relevancia otras, las obras de Heidegger, Gadamer o
máxima una especie de “virtuismo” extre- Ricoeur como ejemplo de la emergencia y
mo, fóbico con respecto a la ciencia; que, la vigencia del pensamiento hermenéutico en
como toda expresión fundamentalista, con- cuanto quiebre radical de dicha filosofía
denaría prejuiciosa e intransigentemente metafísica; y decimos radical porque no sólo
cualquier forma de desarrollo y experimen- se han limitado a discutir la validez de las
tación en el ámbito del saber. Ni una ni otra distintas soluciones propuestas anteriormente
perspectiva pueden dar suficiente legitimi- sino que, de manera frontal, discuten la legi-
dad ni coherencia al discurso bioético en el timidad misma del proyecto de búsqueda de
presente. Así entendidas las cosas, así vis- un fundamento último, operando, en defini-
lumbrada esta situación aporética, la bioética tiva, como instancia deconstructiva de la
no resulta ser más que un terreno fértil para autocomprensión objetivista de las ciencias.
la proliferación de la insensatez vacía de cier-

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Un lugar especial en este panorama tiene hermenéuticamente el discurso científico que


la obra de Paul Ricoeur, en la medida en que la fundamenta. En ella podría vislumbrarse,
en su paso de la fenomenología a la herme- probablemente, una disposición más bien
néutica, más que una simple negativa a la diversa a la habitual en relación con la com-
posibilidad de una fundamentación última en prensión del estatuto ontológico de la salud
la filosofía, se puede advertir una dimensión y la enfermedad. Según esto, entonces, la pre-
crítica —con la que cree superar las limita- suposición de una estructura de objetividad
ciones de la propuesta de Heidegger y en la cual el ser de la enfermedad se agota y
Gadamer—, articulada en lo que él denomi- la enunciación de una multiplicidad visible
na su “teoría del texto” (3) y que le permiti- de síntomas donde ésta adquiere sentido —
ría establecer una mediación entre la expli- que son recursos habituales sobre los que el
cación (científica) y la comprensión (herme- saber médico cobra cuerpo— no hacen sino
néutica). Esta teoría del texto se convierte extender un orden particular de verdad en el
finalmente para Ricoeur en un modelo ge- que se ha desplegado tautológicamente un
neral para el estudio de la acción humana en conjunto técnico y conceptual que se
cuanto acción significativa, porque ésta es autoasigna un valor fundamental al elaborar
concebida como una obra abierta, abierta a sobre el individuo un discurso de estructura
cualquiera que pueda leer, y por lo mismo, científica.
siempre dotada de un significado en suspen- Contrariamente, podríamos anticipar que
so y resistiendo a cualquier pretensión de la mirada hermenéutica es capaz de ver en la
encapsulamiento unívoco. Justamente, por enfermedad (o la salud) las condiciones de
abrir nuevas referencias, y recibir una nueva posibilidad que nos permiten practicar una
pertinencia de ellas, los hechos humanos es- aproximación a su sentido más esencial, en
tán siempre esperando nuevas interpretacio- términos de acción significativa. ¿Qué po-
nes que decidan su significado. “En la mis- dría significar esto? Por ahora, digamos sim-
ma forma en que un texto se desprende de plemente que su comprensión o importan-
su autor —además— una acción se despren- cia, por ejemplo, podrían ir más allá de la
de de su agente y desarrolla consecuencias sola pertinencia a la situación inicial esta-
que le son propias”. Una acción se constitu- blecida a partir de la puesta en visibilidad
ye en un fenómeno social porque nuestros del conjunto de síntomas por la que es abor-
hechos se nos escapan y ejercen efectos que dada, involucrando otras circunstancias que
no nos propusimos. Una acción significati- explicitaremos luego. O que su propia ma-
va es una acción cuya importancia va más nifestación abre todo un mundo que está alo-
allá de la pertinencia a su situación inicial. jado en su esencia y que resiste a ser objeto
Así, se puede llegar a vincular esta compren- exclusivo de la cuantificación matemática,
sión de la acción como texto con la situa- abriéndose mejor a la intuición de ciertos
ción particular de una práctica sanitaria que, remanentes de la significación que duermen
orientada por una vocación bioética, conci- en la palabra acotada del lenguaje de la cien-
ba hermenéuticamente el discurso científico cia. Su significado, entonces —como acción
que la fundamenta. Ello podría implicar una significativa—, estará siempre “en suspen-
diferente comprensión del estatuto ontoló- so”, abriendo nuevas referencias, esperando
gico de la salud y la enfermedad. nuevas interpretaciones que contribuyan al
Pues bien, sustentándonos en lo que aca- esclarecimiento de su sentido, en estado de
bamos de señalar, hagamos el intento de apertura a cualquiera que “pueda leer”, an-
analogar estas mismas nociones a la situa- tes que cerrado en torno al saber específico
ción particular de una práctica sanitaria que o a la interpretación privilegiada de una cien-
mediante una vocación bioética concibe cia positiva.

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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1

Según Gadamer (4), la salud producida la ciencia y del profesional sanitario que no
por el médico como consecuencia de su arte, reconozca que, a pesar del aval de su saber
no constituye propiamente una obra como técnico, el único órgano develador de que
lo sería la resultante de la producción impli- dispone como lector para acceder a ese “tex-
cada en la habilidad representada por el sen- to” que constituye el paciente —si es que
tido de la techne griega. No se trataría de aceptamos la analogía planteada anterior-
algo nuevo, inexistente hasta la ocasión en mente— es su propia realidad personal; por
que interviene el médico. Se trata, en ver- lo cual no puede sino admitir que frente a la
dad, de la recuperación o del restablecimien- situación de su contraparte, el enfermo, no
to de algo que existe de antemano: la salud existe una interpretación única, mejor que
de quien se encuentra enfermo. las demás posibles: único es sólo el pacien-
Por ello, situada en el contexto de la no- te, cada uno en su total diversidad, la inter-
ción de naturaleza delimitada por las cien- pretación de sus circunstancias es siempre
cias naturales modernas, la praxis médica se múltiple. En suma, ya sea que se trate de res-
aleja del carácter de arte porque el tipo de tablecer la salud que ha dejado de existir, o
saber establecido por tales ciencias no se su- de cuidar la que ya existe, siempre estará en
bordina a lo propiamente natural, sino que, juego la interpretación abierta de las condi-
por el contrario, transforma o suplanta a la ciones, porque ellas, a su vez, siempre pue-
naturaleza en una construcción humana ra- den ser representadas en nuevos contextos.
cional (una “contrarrealidad artificial”). La De todo esto estamos hablando cuando in-
actividad médica, sentida en estos términos, tentamos homologar la teoría del texto a la
tiende a consistir en un puro dominio de ha- comprensión esencial del arte de curar. La cla-
bilidades, o en la mera construcción planifi- ve conceptual “El paciente como texto” enun-
cada de intervenciones exitosas en cuanto su cia una disposición peculiar del pensar en la
programación racional puede llegar a tornar que se busca transitar desde el sistema acaba-
cada vez más calculadamente dominables los do y definitivo del reduccionismo cientificista
fenómenos. Sin embargo, la medicina pue- que toca al ser del hombre como objeto de un
de diferir notablemente de otras ciencias en saber positivo o exacto, al borde diferencial
cuanto al carácter esencial que puede reco- hermenéutico —basado en el pensar
nocerse en el arte de curar cuando se define interpretativo— donde lo humano es atesti-
en relación con una concepción de la natu- guado desde su intrínseca condición proble-
raleza como constituida por una inefabilidad mática, inconclusa, conjetural e imprevisible,
esencial irreductible a cualquier cuantifica- reticente a cualquier cierre conceptual. Pues,
ción o problematización artificial. el hecho de que el paciente sea visto como un
Parece ser, más bien, que la ciencia y la texto es sinónimo de que en su ser de enfer-
práctica de este arte de curar que nos ocupa mo pueden emerger palabras que deben ser
se despliega y transcurre, mucho más que en extraídas del silencio, palabras cuyo decir es
la proliferación de las técnicas y los saberes siempre múltiple y están a la espera de nue-
específicos, en medio del estrecho corredor vas interpretaciones que decidan su signifi-
que deslinda el ámbito de este conocimiento cación, palabras que, además, estarán abier-
propio de las ciencias que avanza sobre la tas a los muchos que puedan leerlas, a todas
naturaleza para dominarla y el inefable mis- las instancias sociales que pueden proveer, en
terio de la realidad mental y espiritual de lo mayor o menor medida, salud.
humano que enfrenta la enfermedad; es de- De esta manera, la intervención médica
cir, aquel complejo espectro de asuntos in- se ajusta al espacio de reconocimiento de la
herentes a la experiencia humana, que resul- compleja multidimensionalidad de lo huma-
tan ser inabordables para las pretensiones de no, inaprehensible para cualquier esfuerzo

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Bioética Hermenéutica - R. Villarroel

explicativo que no contemple su vastedad y vos de la investigación y desarrollo científi-


pluralidad. No hay, en consecuencia, alter- cos, como de los de la modalidad de produc-
nativa a la consideración hermenéutica de la ción de los bienes materiales e inmateriales
instancia médica; el verdadero arte de curar del presente. Resulta, entonces, de crucial
—reiteramos— entiende al paciente en su importancia visualizar ahora el modo como
condición de texto, de realidad abierta y se vivirá en lo sucesivo en el planeta, en me-
multívoca; así su práctica se enmarca en las dio de las transformaciones y aceleraciones
delimitaciones de la acción significativa — técnicas que afectan a la sociedad progresi-
cuya importancia no radica en el apego vamente y en circunstancias de un crecimiento
irrestricto a los marcos rígidos de la situa- demográfico que se vislumbra, de todas for-
ción original que le da forma; es decir a la mas, problemático.
voluntad reductivista tecnocientífica que Por tanto, meditar en función de una res-
pone a lo probable físicamente como lo úni- titución de la co-pertenencia originaria de
co relevante— y así escapa a los fantasmas hombre y naturaleza, más allá del imperati-
del paternalismo social y la violencia vo tecnocientífico de control y dominación
epistemológica. La pérdida de la salud no de las fuerzas naturales, es una decisiva ta-
constituye de ningún modo un acontecimien- rea del presente. Es preciso enfatizar una con-
to aislable dentro de variables únicamente creta vecindad de Hombre y Naturaleza. Ello
médico-biológicas; es, ante todo, un proce- implica el reconocimiento de que ambos
so que se da en medio del tejido histórico- existen en un frente-a-frente, que cada uno
vital del individuo y su entorno social. Todo concurre inevitablemente a la proximidad del
esto por una parte. otro, que el hombre “no es esencialmente
Por otra, habría que reconocer que existe ajeno al cosmos que lo rodea”, como dice
también otro aspecto importante de la bioética Hottois al explicitar su concepto de “solida-
que se puede mencionar. Aquél que busca ridad antropocósmica”.
poner de relevancia un vínculo esencial entre En efecto, nos interesa en este momento
el hombre y la naturaleza, aquél de las pre- dar con las luces que nos orienten hacia una
ocupaciones medioambientales, ecológicas — comprensión del entorno vital en sentido
o “ecosóficas”, como las denomina Guattari hermenéutico y poder formular algo así como
(5)—. Sobre todo ahora, que el planeta vive ciertas “condiciones de posibilidad” de una
un período de intensas mutaciones tecnocien- ética para tales circunstancias; vale decir, al-
tíficas, producto de las cuales se han venido gunas prescripciones fundamentales —aun-
produciendo inestabilidades ecológicas que que no de acción efectiva— que la validen
amenazan a muy corto plazo la vida sobre su como una propuesta bioética legítima y dis-
superficie. tinta de la alternativa ecológica propiamen-
Porque cada vez resulta más evidente que te tal, ya que deben reconocerse tanto su ori-
existe una total incapacidad en las esferas de gen distinto y su diversidad de intereses
decisión política y en las instancias ejecuti- como su condición paradigmática de com-
vas de primer nivel mundial para ofrecer otro prensión y acercamiento respecto de los
tipo de soluciones a los problemas del pre- múltiples problemas del presente. Intentare-
sente que no sean las que emanan de un crite- mos, por ello, elaborar una apología del me-
rio tecnocrático y economicista. Lo que lleva dio ambiente que se sustente en una lectura
a suponer que sólo entrecruzamientos ético- de la naturaleza como texto, asumiendo para
políticos o ético-económicos harían posible esto la proposición ricoeuriana según la cual
una clarificación conveniente para esta deli- “la noción de texto puede ser tomada en un
cada situación. Sin duda, ello atraviesa por sentido analógico [considerando que] la Edad
una radical reorientación tanto de los objeti- Media ya pudo hablar de una interpretatio

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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1

naturae, a favor de la metáfora del libro de que la centralidad de la hermenéutica dependa


la naturaleza” (6). Por lo cual, si la noción principalmente de su alejamiento del cierre
de texto puede ser ampliada, entonces, tam- característico del subjetivismo metafísico re-
bién puede serlo la hermenéutica misma, mo- presentado por el cientificismo, y, en nuestro
vilizando argumentos semejantes a los que caso, por su encarnación en la disposición téc-
empleamos con anterioridad, ahora, a la in- nica de la naturaleza. Cierre que se manifiesta
telección de este nuevo objeto del análisis. en su pretensión de que la experiencia acon-
Es claro que la “comprensión” técnico- tezca como reflejo de un sujeto que se quiere
científica moderna del medio ambiente, su transparente.
traducción en términos manipulables me- Una ética hermenéutica, luego, no corres-
diante la disposición de la naturaleza en ca- ponderá a ninguna descripción “neutral” de
lidad de “recursos” o stocks, así como el ca- objetividades sino más a bien a un evento
rácter excluyente de su actitud y el antropo- trans-apropiador en el que las partes (sujeto-
centrismo avasallador que se oculta detrás objeto, texto-lector, hombre-naturaleza, etc.)
de ella, corresponde en esta analogía texto- se ponen en juego por igual y del cual salen
naturaleza que pretendemos establecer, al modificadas y en el que se comprenden en
desconocimiento más absoluto y radical que cuanto son comprendidas dentro de un hori-
se pueda concebir de la emergencia de un zonte más amplio del que no disponen sino
sentido nuevo para el sujeto humano. La que las dispone. La actitud hermenéutica pro-
comprensión tecnocientífica rehúye atender picia una ética que trasciende la mera descrip-
al sentido y el mundo que la naturaleza des- ción y avanza hacia una particular modalidad
pliega a partir de sí y clausura, por tanto, la de prescripción, que no se inscribe ni en el
salida hacia el reconocimiento de la propia modelo de prescriptividad universalista de la
dependencia humana con respecto a lo otro ética tradicional “univocista” —oclusiva res-
que el medio ambiente representa. La pecto de la alteridad—, ni en la equivocidad
apercepción del hombre técnico transcurre absoluta, apologética de la fragmentación que,
al margen del reconocimiento de una rela- a su modo, también opera como un cierre para
ción que oscila entre el alejamiento y la la ética, sino en un tipo de prescriptividad más
proximidad con respecto a su medio natural. bien analógica, algo así como “de término
Por su carácter esencialmente subjetivo, el medio” y prudencial (7) en cuanto se orienta
mundo natural, el conjunto de los seres vi- por el reconocimiento y la consideración del
vientes no-humanos, asimismo como los se- otro que limita y determina el alcance de la
res inanimados, se le develan en una distan- prescripción misma. La hermenéutica es diá-
cia meramente “objetiva” que le impide com- logo, que debe ejercerse efectivamente más
prender comprendiéndose al interior de lo allá de posiciones puramente descriptivistas
comprendido, no logrando por eso una com- que soslayen el problema de la relación entre
prensión radical de ese texto-naturaleza que “observador” y “observado”.
lo determina y al cual se debe, ni una inter- Como la hermenéutica es diálogo, por
pretación de éste que sea, en rigor, una inter- tanto, conduce a una configuración dialógica
pretación lúcida de sí mismo. de la ética que apunta al logro de un referen-
Ahora, nos parece que se puede pensar que te que transite de la dimensión poética a la
una comprensión concebida en estos términos argumentativa, que se instale como un ter-
hermenéuticos puede llegar a propiciar una éti- cero, como un medium que alienta la posibi-
ca abierta de la experiencia humana, pero no lidad de comprensión y relación con el otro,
en una apertura que tiende a disolverse en una de identificación simpatética con la alteri-
simple apología de la diversidad irreductible dad, que avale, en definitiva, la consolida-
de las opciones morales. Es plausible suponer ción de una humanidad no más “sujeta”.

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Bioética Hermenéutica - R. Villarroel

En una bioética hermenéutica, la quico del sujeto implicado en el cambio que


fundamentación de una instancia prescriptiva lo conduce de su concepción en cuanto lec-
en los términos que se ha señalado anterior- tor privilegiado o intérprete excluyente de
mente, capaz de constituirse en una orienta- la supuesta objetividad del “texto” natural, a
ción razonable y prudencial para el proceso la concepción hermenéutica de sujeto dis-
deliberativo y la acción referida a la crisis puesto a dejarse apropiar por el “mundo” del
medioambiental del presente, se debe apre- texto —al margen de explicaciones objeti-
ciar como una cuestión posible de acometer vas y localizaciones de superioridad—,
y sostener, si y sólo si, en una concepción de muestra que una ética medioambiental debe
realidad en la que estén incluidos como ser, más que una contabilidad de datos y pro-
interlocutores válidos o potenciales del hom- yecciones cuantitativas de “explotabilidad”
bre todos los posibles participantes de un diá- posible para no “agotar” las subsistencias,
logo moral en el que se ha dislocado la cen- la comprensión de esa íntima y polifónica
tralidad de lo humano, y aunque ello no ha relación de transferencia existencial que
quedado exactamente remitido a una perife- entrecruza los diversos sentidos y las múlti-
ria insignificante, tampoco permanece en el ples sensibilidades de lo vivo que no son
lugar de “señorío” en el que la tradición lo admitidas en el enunciado científico-técni-
ha puesto desde el relato bíblico del Génesis co. Porque la determinación de los focos de
hasta nuestros días, porque hay en el presen- vida parciales, de aquello que puede dar con-
te una evidente fractura de la racionalidad sistencia enunciativa o soporte de reconoci-
subjetivista, porque hay una insostenibilidad miento en calidad de existente a la multipli-
del paradigma del sujeto moderno y la razón cidad de lo viviente, no depende exclusiva-
monológica que lo impide. El fenómeno de mente de una pura descripción objetiva sino
la crisis del humanismo que fuera detectado de una suerte de narración cuya primera fun-
en nuestra época así lo indica y, al menos en ción no es engendrar una explicación racio-
algún sentido, implica esta pérdida de ran- nal sino una convergencia de acontecimien-
go, esta diseminación de la jerarquía tos; porque, además, debe entenderse que tras
antropocentrista; la misma que se puede con- la diversidad de los entes no está dado nin-
siderar responsable de las contingencias gún zócalo ontológico sino un plano
desesperanzadoras y riesgosas que se cier- reticulado de interfaces múltiples.
nen sobre el presente y la cotidianeidad, que Al mismo tiempo, en una bioética herme-
se han trasuntado en la vigencia del indivi- néutica la actitud adecuada en función del
dualismo irresponsable imperante y entorno no puede ser vista ni como un retiro
violentador, directamente e indirectamente, ni como una renuncia a salirle al encuentro
del planeta aquí y ahora. en una relación de cercanía. Porque éste no
Una bioética hermenéutica, entonces, no es percibido en el sentido de un “todo indife-
concebirá su tarea como un asunto de pres- renciado”, al estilo de una unidad mística ante
cripción normativa para la administración la cual sólo es válida la pretensión de la auto-
más racional y depurada de los “recursos”, realización en el sentido específico en que la
por ejemplo, porque ello dejaría todo donde ha entendido la ecología profunda; es decir,
mismo; ya que el sustrato de racionalidad como un holismo que termina siendo excesi-
tecnocientífica permanece intacto en una vo en la medida que no reconoce que las enti-
concepción de este tipo, pues así no deja de dades naturales no son exactamente lo mis-
seguir siendo instrumental y antropocéntrica mo y no pueden ser consideradas, tampoco,
y, por tanto, incapaz de impedir que el hom- exactamente de igual manera. Una muestra
bre continúe “pavoneándose” como Señor de de ello puede encontrarse fácilmente si, por
la tierra. Por el contrario, el reajuste jerár- ejemplo, pensamos en que a pesar del hecho

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Acta Bioethica 2000; año VI, nº 1

reconocido por la medicina de que somos Todos estos deslindes teóricos que ponen
simbióticamente habitados por organismos a nuestra propuesta más allá (aunque no en
residentes microscópicos —vale decir, como total oposición) de las éticas medioambienta-
si fuéramos una sola vida—, cada organismo les descritas con anterioridad, hacen que el
reconoce inconscientemente la diferencia fun- modelo hermenéutico de la comprensión
damental entre sí mismo y el otro y responde enmarque el desarrollo de una bioética referi-
inmunológicamente cuando su identidad da a la acción humana desplegada en el mun-
como individuo ha sido violada. Por ello, una do circundante, dentro de las exigencias for-
prescripción medioambiental hermenéutica males planteadas, que, creemos, contribuyen
instará al reconocimiento de la individualidad a darle la solidez y legitimidad que requiere
en la medida que ella se entienda en mutua para sostener su pretensión paradigmática y
solidaridad con otras formas vivientes a las su aspiración de ser expresión valedera de
que se vincula y de las que también depende comprensión de los problemas de nuestro
y que redefinen su propio estatuto vital a tra- tiempo y clave de aproximación y distancia-
vés de ese particular vínculo. miento hacia lo inefable, hacia lo irreductible
Por otra parte, tampoco a una bioética her- de la naturaleza que nos alberga.
menéutica se le puede concebir como aval de
una acción emancipante respecto de la supuesta Referencias
e idéntica desmedrada situación genérica de la
mujer y la naturaleza que el ecofeminismo quie- 1. Hottois G. El paradigma bioético. Barcelo-
na: Anthropos; 1991.
re enarbolar como estrategia político-concep-
tual, porque más bien la existencia virtual de 2. Lipovetsky G. El crepúsculo del deber. Bar-
celona: Anagrama; 1996.
dicha situación queda incluida como elemento
de una condición marginalizante, irrespetuosa 3. Ricoeur P. Hermenéutica y acción: de la her-
y avasalladora generalizada que acontece, in- menéutica del texto a la teoría de la acción.
Buenos Aires: Docencia; 1995.
cluso, intergenéricamente al interior de la mis-
ma realidad masculina, que no se desea bajo 4. Gadamer HG. El estado oculto de la salud.
Barcelona: Gedisa; 1996.
ninguna expresión, y que la aproximación her-
menéutica (de la analogía texto-naturaleza) 5. Guattari F. Las tres ecologías. Valencia. En
permite dejar atrás. Asimismo, su tarea se ale- prensa 1990.
ja de toda consideración ética que haga tabula 6. Beuchot M. Tratado de hermenéutica
rasa de la diversidad y la diferencia gradual de analógica. México: UNAM; 1997.
la sensibilidad que otorga un criterio de base 7. Vattimo G. Ética de la interpretación. Barce-
para ponderar sensatamente el estatuto moral lona: Paidós; 1991: 59-62
que pudiera tener cada individuo viviente.

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