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Una de las intervenciones más exitosas para el tratamiento de hábitos nerviosos y tics es
el entrenamiento en reversión de hábito (ERH) de Azrin y Nunn. Inicialmente eran
tratados por mediante práctica masiva (repetir la conducta hasta producir fatiga o
inhibición reactiva), pero sus resultados no era buenos y actualmente se utiliza el ERH.
Los elementos clave del ERH son: Revisión de la inconveniencia del hábito (identificar
de qué forma interfiere el hábito en su vida y las consecuencias), Entrenamiento en
conciencia del hábito (consciencia de la cadena de respuestas que conlleva el hábito),
Entrenamiento en una respuesta que compita con el hábito (desarrollo de una o dos
conductas incompatibles con el hábito), Apoyo social (ayuda con el desarrollo de la
respuesta incompatible) y Generalización del procedimiento.
El ERH puede utilizarse de forma abreviada con los elementos dos, tres y cuatro. Los
elementos críticos de la técnica son la conciencia del hábito y el entrenamiento en
respuesta incompatible.
Con estos postulados, el procedimiento que sea eficaz en la conducta manifiesta será
también efectivo en la encubierta, siendo aplicados en imaginación.
Las técnicas encubiertas son esencialmente iguales a los métodos no encubiertos con la
diferencia de que utilizan la imaginación del sujeto para la representación de estímulos,
respuestas y consecuencias.
Las técnicas de condicionamiento encubierto diseñadas y/o recogidas por Cautela son:
Sensibilización encubierta
En cada sesión se repiten 20 escenas (10 descritas por el terapeuta y 10 imaginadas por
el cliente). Se suele indicar que si en la vida real aparece el estímulo, se intente imaginar
inmediatamente las imágenes repugnantes asociadas.
Modelado encubierto
Esta técnica utiliza la imaginación para presentar al sujeto un modelo seguro, hábil y
capaz, que realiza la conducta objetivo de la intervención. Una variante del modelado
encubierto es la técnica de la autoimagen idealizada. En este caso no se usa la
imaginación de un modelo, sino que se imagina a sí mismo llevando a cabo el
comportamiento objetivo.
Actualmente se aplica a niños, adolescentes, adultos y ancianos. Los datos sugieren una
gran eficacia en desviaciones sexuales (incluidas dentro de otros programas), en el
campo infantil, el deporte y el control del dolor. No ha mostrado buenos resultados en la
obesidad o las adicciones.