REFEXIONES ENTORNO AL CONFLICTO

La existencia de los conflictos datan desde la historia misma de la humanidad y ello

está dado porque cada ser humano es único e irrepetible, forma su criterio
atendiendo a sus convicciones y a su entorno, lo que conlleva a que cuando se
integra a la sociedad, ésta se torne heterogénea, diversa y pluralista.

Formar conciencia de ello resulta importante para pensar en el cómo se deben

abordar de forma racional los conflictos, puesto en ellos convergen diferentes tipos
de emociones dado que como se advierte todas las personas piensan y sienten de
forma diferente, pero ello no puede valorarse en términos de que la diferencia sea
buena o mala.

Las emociones en el marco de un conflicto pueden generar un impacto positivo o

negativo dependiendo del manejo que a éstas se les dé.

Nótese por ejemplo el impacto negativo que generó el manejo que le brindó el
Nacional Socialismo a las emociones de los habitantes de la Alemania Nazi durante
la segunda guerra mundial; existía un conflicto que estaba poniendo en riesgo la
existencia de toda la humanidad, todo por un manejo irracional de las emociones de
una Alemania herida en su orgullo por asumir el costo económico y político de la
primera guerra.

El ejemplo anteriormente citado, permite traer a colación el análisis que realiza el

autor en el libro “Efecto Lucifer” donde expone que el poder sutil pero permanente
de una multitud de variables situacionales, puede imponerse a la voluntad de
resistirse a ésta influencia; las fuerzas situacionales tienen más poder del que
pensamos para transformar nuestra conducta en muchos contextos.

La gran mayoría de las personas sucumben en ser crueles porque a veces la

conciencia invaden la cultura y la moral no importa, es posible inducir y seducir a
buenas personas para que acaben actuando con maldad, tal como lo hizo Hitler con
el pueblo Alemán que bajo el embrujo y efervescencia emocional legitimaba el
exterminio del pueblo judío sólo por el hecho de ser diferente.
Para mitigar el impacto negativo que genera el manejo inadecuado de las
emociones, resulta determinante sensibilizar sobre la apropiación de los valores en
las personas y de éstas en sociedad; se destacan los valores de respeto, tolerancia,
solidaridad, justicia, entre otros que si se ponen sobre la mesa frente a un conflicto
permiten la mediación para obtener una resolución del conflicto, con ello un impacto
positivo, porque los mismos manejados de forma adecuada apoyan la evolución de
la humanidad y el desarrollo sostenible.