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Lo que caracteriza a los bienes públicos es, por tanto, que su titularidad
corresponde a una Administración Pública. El criterio esencial para identificar
estos bienes es, pues, el criterio subjetivo de su pertenencia.
● Fuentes jurídicas
comunales,
– inspirándose en los principios de inalienabilidad, imprescriptibilidad
– la zona marítimo-terrestre,
– las playas,
– el mar territorial y
• la zona económica y •
la plataforma continental.
● Regulación en la LPAP:
Artículo 1. Objeto de la ley. Esta ley tiene por objeto establecer las bases del
régimen patrimonial de las Administraciones públicas, y regular, de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 132 de la Constitución, la administración, defensa y
conservación del Patrimonio del Estado.
Artículo 4. Clasificación. Por razón del régimen jurídico al que están sujetos, los
bienes y derechos que integran el patrimonio de las Administraciones públicas pueden
ser:
– de dominio público o demaniales y –
de dominio privado o patrimoniales.
Artículo 5. Bienes y derechos de dominio público o demaniales. 1. Son bienes y
derechos de dominio público los que, siendo de titularidad pública, se encuentren
afectados al uso general o al servicio público, así como aquellos a los que una ley
otorgue expresamente el carácter de demaniales.
2. Son bienes de dominio público estatal, en todo caso, los mencionados en el
artículo 132.2 de la Constitución.
3. Los inmuebles de titularidad de la Administración General del Estado o de los
organismos públicos vinculados a ella o dependientes de la misma en que se alojen
servicios, oficinas o dependencias de sus órganos o de los órganos constitucionales
del Estado se considerarán, en todo caso, bienes de dominio público.
4. Los bienes y derechos de dominio público se regirán:
– por las leyes y disposiciones especiales que les sean de aplicación y,
– a falta de normas especiales, por esta ley y las disposiciones que la
desarrollen o complementen.
– Las normas generales del derecho administrativo y,
– en su defecto, las normas del derecho privado, se aplicarán como
derecho supletorio.
complementen.
– Supletoriamente, se aplicarán las normas del derecho administrativo, en
régimen jurídico.
Artículo 1.
Artículo 3.
Artículo 4.
Comunidad Autónoma.
c) Los derechos reales que le pertenezcan, no afectos a un uso general o a un
servicio público.
d)Los derechos arrendaticios y demás de carácter personal de la Comunidad
Autónoma.
e) Los títulos representativos de capital y demás participaciones en sociedades
Artículo 7.
sus derechos.
Artículo 8.
1. Salvo que por ley se disponga expresamente otra cosa, el ejercicio de las
funciones dominicales sobre los bienes y derechos del patrimonio de la
Comunidad Autónoma, corresponde a la Consejería de Hacienda y
Administración Pública, sin perjuicio de las funciones y responsabilidades de
otras Consejerías, respecto de los bienes que tengan adscritos conforme a lo
dispuesto en esta Ley.
Artículo 10.
Si después de adjudicada una finca en venta se redujere el precio por rebaja de cargas,
la liquidación del premio de investigación se fijará sobre la cantidad liquidada que la
Comunidad Autónoma haya de percibir en la venta.
Transcurridos cinco años desde la conclusión del expediente de investigación, sin que
la finca sea vendida por la Comunidad Autónoma, el denunciante podrá reclamar, a
cambio del premio, el 10 por 100 del valor de tasación de la finca que conste en el
expediente.
Artículo 14.
Artículo 17.
2. Una vez que sea firme en vía administrativa el acuerdo de aprobación del
deslinde, se procederá al amojonamiento con intervención de los interesados.
Artículo 18.
Artículo 21.
A tal efecto, podrá solicitar el concurso y los servicios de las fuerzas de seguridad,
dirigiéndose para ello a la autoridad correspondiente.
El Código Civil tiene una regulación «de los bienes según las personas a que
pertenecen»:
Artículo 341. Los bienes de dominio público, cuando dejen de estar destinados al
uso general o a las necesidades de la defensa del territorio, pasan a formar parte de
los bienes de propiedad del Estado.
Artículo 342. Los bienes del Patrimonio Real se rigen por su ley especial; y, en lo
que en ella no se halle previsto, por las disposiciones generales que sobre la
propiedad particular se establecen en este Código.
Artículo 343. Los bienes de las provincias y de los pueblos se dividen en bienes de
uso público y bienes patrimoniales.
Artículo 344. Son bienes de uso público, en las provincias y los pueblos, los
caminos provinciales y los vecinales, las plazas, calles, fuentes y aguas públicas, los
paseos y obras públicas de servicio general, costeadas por los mismos pueblos o
provincias.
Todos los demás bienes que unos y otros posean son patrimoniales y se regirán
por las disposiciones de este Código, salvo lo dispuesto en leyes especiales.
Artículo 345. Son bienes de propiedad privada, además de los patrimoniales del
Estado, de la Provincia y del Municipio, los pertenecientes a particulares, individual o
colectivamente.
Las referencias al Estado hay que entenderlas hoy a las Administraciones Públicas,
comprensivas, lógicamente a las Comunidades Autónomas y Entes de Derecho Público,
vinculados o dependientes de aquéllas.
2. BIENES DEMANIALES DE LA COMUNIDAD
AUTÓNOMA: AFECTACIÓN, DESAFECTACIÓN
Y MUTACIÓN DE BIENES DEMANIALES.
Ya hemos visto como las Administraciones Públicas, como sujetos con personalidad
jurídica, pueden ser titulares de bienes y también de derechos. Esta titularidad pública
se distingue por tener un régimen jurídico específico diferente del régimen de la
propiedad del derecho privado. Los bienes de la Administración Pública se
clasifican en bienes de patrimoniales y demaniales, que están sometidos a un régimen
jurídico distinto, basado en su afectación.
Siguiendo con esta definición podemos afirmar que el dominio público está
constituido por aquellas propiedades administrativas afectadas a la utilidad pública
y que como consecuencia de esta afectación resultan sometidas a un régimen
especial de utilización y protección.
Los elementos que se extraen del análisis de esta definición son los siguientes:
que la separan de la propiedad común, pues son bienes cuyo titular es una
Administración Pública.
c) Se trata de bienes que están afectados a la utilidad pública. Es decir son
Artículo 22.
Artículo 23.
Por ley de la Asamblea Regional, que podrá referirse a uno o varios bienes o
1.
Artículo 24.
Autónoma,
– cuando los mismos se adscriban a distinta Consejería o Entidad de derecho
adscripción y
– promover, en su caso, la reincorporación de los mismos al patrimonio de la
Comunidad Autónoma.
Sin perjuicio de lo anterior, respecto de aquellos bienes o derechos que hayan sido
adquiridos mediante expropiación forzosa, el reconocimiento del derecho de
reversión llevará implícita la desafectación del bien o derecho a que se refiera.
Sección primera. Uso Artículo 31. Usos: común (general y especial) – privativo
3. El uso común tendrá carácter especial cuando por recaer sobre bienes
escasos o por su intensidad, multiplicidad o peligrosidad, se requiera autorización
o licencia, que será en todo caso temporal, y no excluirá el uso general.
Artículo 33.
2. Todo uso privado exige la previa concesión administrativa, salvo que sea en
favor de las Entidades públicas dependientes de la Comunidad Autónoma de Murcia
que tengan asignada la gestión, conservación, explotación o utilización para la
prestación de un servicio público.
1. La concesión demanial:
– es el título que otorga a una persona el uso y disfrute exclusivo y temporal de
Murcia,
– pudiendo llevar consigo la realización de obras de carácter permanente o
temporal.
Artículo 36.
Las concesiones de dominio público se regirán por las leyes específicas aplicables y,
en su defecto, por la presente Ley en sus normas y desarrollo.
Pliegos de condiciones: generales y particulares:
Artículo 37.
1. La competencia para otorgar las concesiones demaniales corresponderá a los
órganos a los que esté atribuida, por razón de la cuantía, la facultad de contratar en
la legislación regional.
A estos efectos, dicha cuantía vendrá determinada por el valor del precio de la
concesión, calculado por la mitad del plazo de su duración.
a)El ejercicio de las facultades dominicales sobre los bienes de dominio público
objeto de la concesión.
b)El ejercicio de las acciones de recuperación para recobrar el uso de los bienes
concesión.
c)Indemnizar al concesionario, si procede, en caso de rescate.
d)Cualesquiera otras establecidas en leyes especiales en sus disposiciones de
sí misma la plena disposición y uso del bien concedido, previa resolución del
organismo concedente, en la que se justifique la existencia de razones de
utilidad pública o interés social para ello.
c) Por la renuncia, de acuerdo con el Código Civil.
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1. Inalienabilidad:
Los bienes de dominio público no pueden ser objeto de enajenación por ningún
tipo de negocio jurídico, ya sea acto o contrato. Esta afirmación supone que
cualquier venta de estos bienes será nula de pleno derecho sin que pueda ser
subsanada o convalidada.
2. Imprescriptibilidad:
Así, frente al criterio expansivo que manejaba la anterior Ley de Patrimonio del
Estado en la que tanto bienes patrimoniales como demaniales gozaban de la nota
de la inembargabilidad, el art. 30 de la LPAP establece:
Este privilegio fue muy criticado por la doctrina, que lo consideraba contrario al
derecho a la tutela judicial efectiva del artículo 24 de la Constitución por impedir de
forma definitiva la ejecución de las sentencias judiciales sobre los bienes de la
Administración cuando ésta no hacía frente, o retrasaba sine die, el pago de las
condenas dinerarias (FONT Y LLOVET). No faltaban, por ello, autores que
postulaban la supresión del privilegio de la inembargabilidad para los bienes del
patrimonio privado y financiero de las Administraciones públicas e incluso para las
cuentas de las Administraciones en el Banco de España (GARCÍA DE ENTERRÍA).
A la vista de esta norma, puede decirse que en bien poco han quedado los
esfuerzos doctrinales y del Tribunal Constitucional para quebrar la regla de la
inembargabilidad de los bienes patrimoniales, en orden a permitir que el patrimonio
privado de los entes públicos, y sobre todos sus dineros, pudieran ser objeto de
embargo y ejecución para el pago de sus obligaciones en ejecución de sentencias.
2.1. LA AFECTACIÓN DEMANIAL. MODALIDADES
De lo hasta aquí expuesto podemos dar una primera definición del concepto de
afectación cómo aquél acto en virtud del cual los bienes son destinados al
cumplimiento de una función de utilidad pública, lo que supone un cambio en la
naturaleza del bien, de tal forma que mediante la afectación, los bienes pasan a ser de
dominio público.
En cuanto a las modalidades, por la forma en que se lleva a cabo la afectación cabe
hablar de afectaciones expresas, implícitas y presuntas o tácitas.
• En el demanio natural:
• En el demanio artificial:
En cuanto a las causas que determinan la desadscripción, hay que tener en cuenta
que estas giran siempre en torno al elemento esencial de esta figura, es decir, el
destino de los bienes a un fin determinado. Así, procederá la desascripción cuando los
bienes no se destinen efectivamente al fin para el que vienen adscritos, que se
incumplan las condiciones de la adscripción o por la falta de ejercicio del las
competencias sobre el bien, o por innecesariedad de los bienes para el organismo
Público que los tenía adscritos. Hay que destacar que la innecesariedad del bien para
el OP puede venir determinada por toda una serie de factores sobrevenidos, ya sea por
la modificación de las competencias atribuidas al Organismo, o bien porque ese bien
concreto ya no sirve a las necesidades del Organismo en cuestión.
3. BIENES PATRIMONIALES DE LA
COMUNIDAD AUTÓNOMA: ADQUISICIÓN
Desarrollamos la regulación de la LPCARM:
satisfecha.
c) Limitaciones del mercado inmobiliario de la localidad donde estén situados
1. Las adquisiciones a que se refieren los artículos anteriores, efectuadas por los
Organismos Públicos de la Comunidad Autónoma de Murcia, se realizarán
conforme a lo establecido en sus leyes de creación o en la legislación específica y,
en su defecto, por las disposiciones de esta ley, previo informe favorable de la
Consejería competente en materia de Hacienda cuando se trate de bienes inmuebles.
Se exceptúa de lo dispuesto en el apartado anterior las adquisiciones a que se refieren
los números 2 y 3 del artículo 49 de esta ley (vehículos automóviles y adquisición
centralizada).
Artículo 53.
Artículo 56.
Artículo 57.
CAPÍTULO II
ENAJENACIÓN Y OTRAS FORMAS DE DISPOSICIÓN DE LOS BIENES
2. Corresponderá a:
– la Consejería competente en materia de Hacienda acordar la enajenación
El llamado “lease–back” (la Administración vende un inmueble, pero a cambio del pago
de un canon, sigue ocupándolo durante un tiempo como arrendataria o inquilina del
nuevo propietario).
ánimo de lucro.
c) Las organizaciones sindicales, patronales y colegios profesionales.
caso.
Artículo 68.
Artículo 71.
Artículo 72.
Artículo 73.
Artículo 74.
Artículo 75.
De las adquisiciones por ley previstas en la LPAP (en la LPRM no se recoge ningún
supuesto), hay que citar en primer término la atribución al patrimonio de la
Administración General del Estado de los inmuebles que carezcan de dueño. Se
contiene su regulación en el artículo 17 de la LPAP, que es de aplicación general, y
que establece que “pertenecen a la Administración General del Estado los inmuebles
que carecieren de dueño”. Otro caso de adquisición de bienes y derechos al Estado
por ministerio de la Ley es el de los saldos y depósitos abandonados, que la LPAP (en
el artículo 18) reserva en exclusiva a la Administración General del Estado, y
conforme al cual “corresponden a la Administración General del Estado los valores,
dinero y demás bienes muebles depositados en la Caja General de Depósitos y en
entidades de crédito, sociedades o agencias de valores o cualesquiera otras entidades
financieras, así como los saldos de cuentas corrientes, libretas de ahorro u otros
instrumentos similares abiertos en estos establecimientos, respecto de los cuales no se
haya practicado gestión alguna por los interesados que implique el ejercicio de su
derecho de propiedad en el plazo de veinte años.”
De esta forma, han sido adquiridos por la CARM una parte importante de los bienes
inmuebles que integran hoy día el patrimonio de la misma, como por ejemplo, los
bienes incluidos en el Real Decreto 938/1999 , de 4 de junio, sobre traspaso de
funciones y servicios de la Administración del Estado a la Comunidad Autónoma de
la Región de Murcia en materia de enseñanza no universitaria o Real Decreto
1474/2001 , sobre traspaso a la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia de las
funciones y servicios del Instituto Nacional de Salud.
Al igual que ocurre con los particulares, la CARM puede adquirir bienes a través del
instituto de la usucapión, debiendo remitirnos a la legislación civil. Así lo recoge el
artículo 22 de la LPAP, al establecer que “Las Administraciones públicas podrán
adquirir bienes por prescripción con arreglo a lo establecido en el Código Civil y en
las leyes especiales”. Se trata de un precepto de aplicación general, de acuerdo con el
apartado 2 de la Disposición final segunda, que plasma lo que la normativa en materia
patrimonial de las distintas administraciones ya preveía, como, por ejemplo, el
artículo 45 de la LPRM.
3.3. OCUPACIÓN
Del mismo modo que ocurre con la prescripción adquisitiva, la LPAP remite,
mediante el artículo 23, de aplicación general, al Código Civil y a las leyes especiales
para regular la adquisición de bienes muebles mediante la ocupación por parte de las
Administraciones públicas.
3.4. ADJUDICACIÓN
Las adquisiciones de bienes muebles por su parte, son, casi sin excepción contratos
administrativos de suministro y, en consecuencia, el artículo 49 de la LPRM señala
que la adquisición a título oneroso de los bienes muebles necesarios para el
desenvolvimiento de los servicios públicos para el ornato y decoración de las
dependencias oficiales de la Comunidad Autónoma, se verificarán por la Consejería
que haya de utilizar dichos bienes y se someterá a las normas de contratación
administrativa vigentes. No obstante, cuando la adquisición tenga por objeto los
vehículos automóviles, corresponderá a la Consejería de Hacienda y Administración
Pública, a propuesta de aquélla a la que vayan destinados. Por último, resulta
necesario señalar que el Consejo de Gobierno podrá acordar la adquisición
centralizada de determinados bienes para todos los organismos y entidades de la
CARM.
Por último, se prevé que el ejercicio de los derechos de la CARM, como socio o
partícipe en empresas mercantiles, corresponda a la Consejería de Hacienda y
Administración Pública.
Por otro lado, el artículo 57 de la LPRM determina que la adquisición a título oneroso
de propiedades incorporales será acordada por la Consejería de Hacienda y
Administración Pública, siempre que el valor de las mismas no supere los 60 millones
de pesetas. Si el valor fuere superior a dicha cantidad, la adquisición deberá ser
realizada por el Consejo de Gobierno, a propuesta de esa misma Consejería.
Una vez analizadas las adquisiciones onerosas que tienen por título un negocio
jurídico hemos de analizar la otra modalidad existente de adquisiciones onerosas, que
son las derivadas del ejercicio de la potestad expropiatoria.
En esta materia es preciso partir del artículo 24 de la LPAP y, dentro de éste, hay que
destacar, sobre todo los apartados 1.º, 2.º y 3.º puesto que los mismos son normativa
básica aplicable a todas las Administraciones Públicas en virtud del artículo 149.1.18
C.
El apartado 1.º de este artículo 24 de la LPAP (al igual que el artículo 58 de la LPRM)
hace una remisión total y absoluta en esta materia de adquisiciones en ejercicio de la
potestad expropiatoria a lo dispuesto en la Ley de 16 de diciembre de 1954 de
Expropiación Forzosa y en la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y
Valoraciones u otras normas especiales.
El apartado 2.º de este artículo, en consonancia con lo dispuesto en el artículo 9 de la
LEF cuando señala que “Para proceder a la expropiación forzosa será indispensable la
previa declaración de utilidad pública o interés social del fin a que haya de afectarse
el objeto expropiado”, dice que la afectación del bien o derecho al uso general,
servicio público o a fines o funciones de carácter público, se entenderá implícita en la
expropiación. Este, el de la expropiación es uno de los pocos supuestos de afectación
implícita que se prevén en la LPRM y en la LPAP.
•En 2.º lugar tampoco hay derecho a reversión cuando la afectación al fin que
justificó la expropiación o a otro declarado de utilidad pública o interés social se
prolongue durante diez años desde la terminación de la obra o el establecimiento
del servicio.
Por último, debemos recordar que el artículo 28 de la LPRM determina que respecto
de aquellos bienes o derechos que hayan sido adquiridos mediante expropiación
forzosa, el reconocimiento del derecho de reversión llevará implícita la desafectación
del bien o derecho a que se refiera, siendo ésta la única excepción prevista a la regla
general de la desafectación expresa.
3.7. ARRENDAMIENTOS
Y no podemos terminar el tema de las adquisiciones por la CARM sin hacer una
brevísima referencia al procedimiento específico de incorporación al Patrimonio de la
ésta de bienes propios de los Organismos Públicos. Esta materia aparece regulada en
el artículo 50.2 de la LPRM. Así, se determina que los bienes y derechos propiedad
de los organismos públicos que resulten innecesarios para el cumplimiento de sus
fines, excepto los que hayan sido adquiridos para devolverlos al tráfico jurídico, que
podrán ser enajenados por aquéllos, se incorporarán al patrimonio de la
Administración General de la Comunidad Autónoma, previa desafectación, en su
caso, por el Consejo de Gobierno, conforme a lo dispuesto en el artículo 29.2.
Artículo 76.
1. Toda persona natural o jurídica que, por cualquier título, tenga a su cargo
bienes o derechos del patrimonio de la Comunidad Autónoma, está obligada a su
custodia, conservación y explotación racional, con la diligencia debida según los
casos, y responderá ante la Comunidad Autónoma de los daños y perjuicios causados
por su pérdida o deterioro.
2. Los usuarios del dominio público y de los servicios públicos, deberán utilizar
los bienes afectos a los mismos con la debida diligencia, de acuerdo con las
disposiciones que regulen su uso.
Artículo 77.
Artículo 78.
Artículo 79.
Cuando los hechos pudieran ser constitutivos de delito o falta, la Administración
suspenderá la tramitación de los procedimientos sancionadores dimanantes de los
mismos hasta tanto la autoridad judicial se haya pronunciado sobre ellos.»