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16 de junio de 2017
INTRODUCCIÓN
El conflicto actual en Yemen, que algunos medios y especialistas callifican como un enfrentamiento
indirecto entre Arabia Saudita e Irán por el control político de la región, estalló formalmente cuando la
organización rebelde chií conocida como los houtíes, tomó el poder de la capital, Saná, en septiembre
de 2014 con el apoyo político y militar de los partidarios del ex-presidente Alí Abdullah Saleh -
derribado a raíz de las revueltas populares de 2011- forzando la renuncia del entonces presidente Abd
Mansur al Hadi.
En marzo de 2015, en respuesta a la sospecha del apoyo de Irán a los houties, Arabia Saudita
inició una campaña militar en contra de los rebeldes y en apoyo al presidente Hadi -quien en febrero de
2015 desdijo su renuncia e instauró su gobierno en el puerto sureño de Adén-. Desde entonces el
conflicto se ha intensificado significativamente, siendo calificado por la ONU como una de las más
graves crisis humanitarias de los últimos años. Las cifras que se manejan para finales del 2016 son de
alrededor de 10,000 muertos y millones de desplazados internos, además de que más de 80% de la
población ha pasado a depender del suministro externo de recursos básicos como alimentos y
medicinas; aprovisionamiento que se ve continuamente frenado por las acciones militares saudíes. El
conflicto ha provocado una situación de gran inestabilidad y tensión, amenazando con prolongarse
indefinidamente debido a los diversos intereses que están en juego.
Aunque formalmente las agresiones empezaron en septiembre de 2014 y con mayor magnitud
en marzo de 2015, este conflicto no se puede entender si no se toma como lo que es, una situación de
inestabilidad política y enfrentamiento entre facciones que tuvo como punto de partida las revueltas de
2011, las cuales se caracterizaron por la rápida fragmentación de la clase política que hasta entonces se
había podido mantener estable y por las intervenciones extranjeras tanto de la ONU y E.U. como de
Arabia Saudita, los mayores interesados en lo que ocurre en la zona.
La idea general de este trabajo es que la situación actual en Yemen muestra que las revueltas de
2011 no fueron un fenómeno regional homogéneo. Las diferencias en cada país fueron significativas y
por lo tanto no se pueden entender satisfactoriamente si solamente se toma en cuenta su carácter de
“despertar democrático” espontáneo y masivo, sino que es necesario realizar un análisis país por país
tomando en cuenta las características particulares de cada uno, tanto para comprender las razones de su
desencadenamiento como el posterior desarrollo de los acontecimientos.
En el caso de Yemen las revueltas se deben de enmarcar en un proceso más complejo, por un
lado de desgaste del sistema político tradicional y de luchas de poder entre sectores del régimen, y por
otro de una situación de crisis del sistema capitalista global y de emergencia de un nuevo sistema
multipolar; factores ambos en los que los re-acomodos a nivel territorial y la importancia del control de
regiones o puntos estratégicos condicionan, determinan o directamente provocan los conflictos que se
expresan a nivel local, regional e internacional.
En este trabajo me propongo analizar el conflicto actual de Yemen en sus diferentes niveles,
local, regional e internacional, con el objetivo de dilucidar sus claves más importantes y de brindar una
comprensión más amplia de las revueltas “revolucionarias” de 2011, entendiéndolas, a ellas y al
conflicto actual, como un mismo proceso político en el que confluyen diferentes factores.
Mi hipótesis principal es que las revueltas de 2011 pero también los acontecimientos posteriores
deben de ser explicados teniendo en cuenta tres factores fundamentales: 1) La crisis de legitimidad del
régimen que se venía gestando desde por lo menos la década de los 90 y la cual se agravó debido a los
contactos de Saleh con Al-Qaeda, a la precarización de la vida a raíz de la crisis económica global, y a
la falta de oportunidades políticas de las nuevas generaciones; 2) Las luchas de poder constantes entre
las tribus y los partidos a lo largo de todo el territorio y 3) La vulnerabilidad de Yemen a ser
intervenida por potencias extranjeras debido a su importancia geoestratégica; factor que cobra especial
importancia teniendo en cuenta el crecimiento de las tensiones entre Arabia Saudita e Irán a raíz del
acercamiento de la administración de Obama con éste último.
En 1990 se unificaron, bajo el mando de Ali Abdullah Saleh, las dos repúblicas yemeníes que
existieron durante la segunda mitad del siglo XX; la República Árabe de Yemen, también conocida
como Yemen del Norte, y la República Democrática Popular del Yemen o Yemen del Sur. Ambas
entidades tienen trayectorias históricas muy distintas y sus diferencias culturales y políticas son un
factor muy importante a tomar en cuenta en el conflicto actual; por lo tanto es necesario contar con un
panorama general de la historia y características de cada una, así como del proceso político que dio
paso a su unificación a finales de siglo.
Situación durante la segunda mitad del siglo XX
1 El zaydismo es una rama del chiísmo que surgió en Iraq en el año 740 y que llegó a Yemen en 893 de
la mano del Imán Hadi Yahya, quien fundó el imamato zaydí después de aliarse con varias tribus locales. El
zaydismo es la rama chií más parecida al sunnismo en cuanto a la concepción de la categoría religiosa del imán.
A diferencia de otras ramas chiíes como los duodecimanos (rama del chiísmo predominante en Irán) el zaydismo
cree que el imanato es un oficio político y que el imán no tiene un origen divino. Otras de sus características
particulares son el derecho a la rebelión en caso de abuso o ilegitimidad del gobernante, y la defensa de la
racionalidad y del esfuerzo individual de reflexión particularmente en temas jurídicos. En: Hamad Zahonero,
Leyla, La relación del Estado y las tribus en Yemen: entre la cooperación y la confrontación, Tesis de doctorado,
Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Departamento de Estudios Árabes e Islámicos, [s. f.], pp. 95-97.
2 Gutiérrez de Terán, Ignacio, “Yemen, la política estadounidense en Oriente Medio y el equilibrio
imposible”, en Vega Fernández (coord.), Yemen. Situación actual y perspectivas de futuro, Instituto
Universitario General Gutiérrez Mellado-UNED, Madrid, 2010, p. 205.
y estructural, así como políticas de erradicación del tribalismo y de la influencia del Islam en la vida
pública y privada.
A partir de la caída del imperio británico después de la segunda guerra mundial comenzaron a
emerger varios movimientos independentistas dentro de los sectores burgueses de Adén. El más
importante fue el Frente de Liberación Nacional, que después de algunas acciones bélicas contra los
británicos tomó el poder de la capital cuando los ingleses se retiraron en 1967.. 3 Se trataba de un
movimiento nacionalista y marxista que fundó la que fuera la única república comunista del mundo
árabe.
En la década de los setenta se empezaron a aplicar ciertas reformas socialistas como las
reformas agrarias y la nacionalización de los medios de producción, pero en cuanto a dinámica política
se trataba de un país con un partido único, el Partido Socialista de Yemen, que tenía todos los
sindicatos y organizaciones bajo su control y que trataba de eliminar las tradiciones tribales y religiosas,
consideradas como manifestaciones retrógradas por la élite política; a diferencia del régimen del
Yemen del Norte, que optó por la unificación tribal y religiosa como medio de mantener la estabilidad
Ambas repúblicas se vieron enfrentadas militarmente en seis ocasiones a lo largo de los 70´s y 80's.
Aunque se hablaba de una posible unificación, las diferencias en las experiencias políticas y el deseo de
los mandatarios de conservar el poder hicieron que aquella no se concretara hasta la caída de la Unión
Soviética y el descubrimiento de yacimientos de petróleo a ambos lados de la frontera. Estos dos
factores hacían poco factible el sostenimiento de un régimen socialista de poca envergadura como el
era el de Yemen del Sur. Sus necesidades económicas lo obligarían a apostar por un proyecto de
extracción del petróleo en conjunto con su vecino del norte, así como a una apertura al mercado
internacional en el nuevo régimen unipolar que recién surgía.4
Así, desde 1990 se instauró la República Árabe de Yemen con un sistema parlamentario. A
pesar de la voluntad unánime para la unificación las diferencias entre los partidos afloraron pronto y
desencadenaron en una guerra civil en 1994 entre los secesionistas del sur y el ejército del norte.
Después de la guerra el partido socialista perdió mucha influencia y participación política y Saleh y el
Lo más importante a tener en cuenta cuando se habla de política yemení es que es uno de los países en
los que la cultura tribal árabe está más arraigada. Incluso algunos estudiosos lo han llegado a calificar
no como una nación sino como un conglomerado de tribus, término que ha sido discutido por otros
autores. Sin embargo, sí es verdad que las relaciones políticas que mantienen la estabilidad del país han
sido las del gobierno central con las diferentes tribus, y que la principal oposición al mismo han sido
precisamente las tribus y los jefes tribales.7
Esta peculiaridad yemení es fundamental para entender la naturaleza de la configuración del
conflicto armado actual, en el cual se hallan enfrentados varios actores locales que no siempre actúan
de acuerdo a una agenda religiosa o política fija sino que muchas veces las alianzas o enemistades son
de naturaleza puramente táctica, incluyendo los lazos con organizaciones o gobiernos extranjeros,
como Irán, Arabia Saudita, Al-Qaeda o el Estado Islámico.
7 Hamad Zahonero, Leyla e Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita, Conflicto militar y acciones
terroristas en Yemen, Instituto Español de Estudios Estratégicos, 2015, p. 3.
Houtíes o movimiento Ansar Allah (“Partidarios de Dios”)
Además de las tropas del ejército leales al presidente Hadi y a las fuerzas saudíes que de momento no
se encuentran en tierra sino que actúan por medio de una campaña de bombardeos, hay varios grupos
de muy diferente índole que han optado por declararse leales a las fuerzas de Hadi por ver a los houties
como una amenaza, ya sea por motivos religiosos o políticos.
Partido Al-Islah
También llamada Congregación Yemení para la Reforma, el partido Al-Islah fue fundado en 1990
como una coalición entre diferentes líderes tribales y religiosos y miembros de la organización de los
Hermanos Musulmanes. Muy pronto se estableció como la segunda fuerza política del país y el
principal partido de oposición. Se trata de un partido muy controvertido, con tres ramas principales que
están bastante diferenciadas por sus objetivos y sus seguidores. La rama más importante es la islamista,
con el clérigo Al-Zindani como su máximo representante. Zindani ha sido descrito por medios
estadounidenses como un “terrorista global”13, y para algunos de los líderes de las manifestaciones de
2011 representa la visión retrógrada del islam y el conservadurismo político y social. La segunda rama
es la tribal, con su líder Abdallah Al-Ahmar, jeque de la Confederación Tribal Hashidí, que durante las
revueltas de 2011 fue un detractor de Saleh y enfrentó a sus tropas con el ejército. La tercera rama es la
conocida como reformista, formada por comerciantes y tecnócratas.14 La conocida periodista Tawakul
Karmal, que jugó un papel importante en las manifestaciones de 2011 y a quien le fue otorgado el
premio nobel de la paz por su participación pertenece a esta rama del partido.15
Durante los últimos años el partido al-Islah fue una pieza clave en el sistema de alianzas del
régimen de Saleh, de hecho fue una ayuda importantísima en la marginación del Partido Socialista
Yemení. Durante las revueltas de 2011 tomaron la decisión, al ver que el régimen de Saleh no se veía
con buenas posibilidades de tomar las riendas de la situación, de ponerse de lado de los manifestantes.
19
AQPA
El tema de si las revueltas árabes de 2011 a lo largo de toda la región fueron un freno a la expansión de
Al-Qaeda o más bien fueron impulsadas por ésta y otros grupos terroristas, continúa siendo un tema de
debate importante. 20 Sin embargo en el caso de Yemen sí se puede decir que a partir del 2011 la
presencia del grupo terrorista, que ya llevaba por lo menos 10 años actuando en el país, vio una
oportunidad de expandir su dominio debido a los vacíos de poder en muchas zonas y al hecho de que
sirve como proveedor de “servicios militares” para las tribus locales. El discurso político de AQPA
19 Fuente: Bryan Dennison, Working Journalist Press. Mapa de Yemen actualizado el 16 de enero de
2016. En línea en: http://www.workingjournalistpress.com/context/World-Wide-World/ISIL-Regional-
Gamesmanship.php
20 Ver: De Currea Lugo, Victor, “Problemas de una lectura monocausal de las revueltas árabes”:
https://www.youtube.com/watch?v=ED61DaaXRcA
anima a los seguidores de algunas tribus a distanciarse de sus líderes, alegando que han sido cooptados
por los tentáculos del régimen corrupto, en este caso además dirigido por “herejes chiíes”.
En estos momentos Al-Qaeda actúa de polarizador de las tribus yemeníes, quienes en un
contexto de guerra abierta y de lucha de poder constante, no dudan en utilizar motivos religiosos o
sectarios que anteriormente no habían sido una razón de discordia importante entre la sociedad
yemení.21 A esto se le suma la constante campaña de ataques de drones y operaciones especiales por
parte de Estados Unidos a partir del 11-S debido a la sospecha de que Yemen se convirtiera en el centro
de operaciones de Osama Bin Laden.
Una de las cuestiones más relevantes y controvertidas de este conflicto es el peso de los actores
regionales en el desarrollo de los acontecimientos. El tema del apoyo de Irán es controvertido y los
distintos medios de comunicación y los estudios de analistas serios que cuentan con un conocimiento
amplio del tema y con estancias en la región, proporcionan muchas veces noticias y declaraciones
contradictorias. Por un lado analistas como la citada Hamad Zahonero declaran que Irán apoya
decididamente a los houties y cita medios iraníes que hablan de una “nueva capital ganada para la
causa iraní”.23 Otros muchos medios afirman que ni los houties ni Irán aceptan que exista un verdadero
apoyo militar y de recursos, así como tampoco una relación tan estrecha como la hay con la
organización libanesa Hezbollah.24 Se habla incluso de que la participación de Irán en Yemen es una
25 Igualada Tolosa, Carlos, “Guerra civil en Yemen. Actores y crisis humanitaria”, Instituto Español de
Estudios Estratégicos, 13 de marzo de 2017.
26 http://www.abc.es/internacional/20150519/abci-iran-huties-guerra-yemen-201505181632.html
27
https://www.cidob.org/biografias_lideres_politicos/asia/yemen/quien_es_quien_en_el_conflicto_de_yem
en; https://fahimmahate.wordpress.com/2015/05/13/the-blend-of-petro-geopolitics/
La importancia del estrecho de Bab el-Mandeb no es nada más interés de Egipto, se trata tal vez
de una de las razones o la razón más importante de las intervenciones extranjeras en Yemen
actualmente. Toda la Liga Árabe apoya los bombardeos de Arabia Saudita, y Estados Unidos, además
de su tradicional apoyo a la casa de Saud, no ha ocultado su contribución de inteligencia y logística a
los partidarios de Hadi. Y es que a nivel geoestratégico, el estrecho es uno de los puntos de tránsito de
mercancías y recursos más importantes del mundo. Se trata de la zona de tránsito entre el Mar Rojo y el
Océano Índico; por él pasa alrededor del 30% del petróleo y gas del mundo, y es el estrecho por el que
pasa actualmente el gas que proviene del mayor yacimiento del mundo, South-Pars-North Dome,
ubicado en el estrecho de Ormuz, compartido a medias por Qatar e Irán.28
Prácticamente todo el comercio entre China, Japón y la India con la Unión Europea tiene que
pasar por el estrecho de Bab el-Mandeb para poder cruzar luego el Canal de Suez y de ahí repartirse
por el Mediterráneo. Europa depende casi completamente del petróleo del Golfo Pérsico y de otras
zonas de Medio Oriente, y actualmente es la ruta más corta para el suministro del mismo. Cualquiera
que controle la región controlará lo que pase a través de ella.29
La implicación de Estados Unidos en la guerra tiene que ver con el control de la zona y con
mantener la alianza con Arabia Saudita que desde hace décadas le sirve tanto de proveedor de petróleo,
como de baluarte, junto con Israel, de los intereses estadounidenses en la zona actuando tanto en
consonancia con los intereses de la potencia occidental, por ejemplo apoyando a los rebeldes en Siria, o
de forma indirecta ayudando a que se mantenga en la zona una situación de inestabilidad con las
acciones de grupos terroristas, lo cual justifica la intervención estadounidense directa en determinadas
zonas, entre ellas Yemen.30
CONCLUSIONES
A nivel nacional se puede concluir que el desarrollo de los hechos muestra que en Yemen la
“revolución” árabe modernizadora, si bien tuvo empuje y capacidad de acción en un principio, debido
sobretodo a la coyuntura económica, a la influencia de los movimientos en otros países, y a la crisis de
legitimidad del régimen, no tenía la suficiente fuerza, unidad ni coherencia en sus objetivos como para
significar un cambio de régimen ni mucho menos una ruptura importante en las mentalidades o en la
cultura política.
En este sentido se puede interpretar al movimiento de los houties como una reacción de un
amplio sector de la población que, después de 10 años de lucha, vio el momento propicio para tratar de
tomar el poder directamente, con la ayuda de las milicias aliadas a Saleh, cuyo apoyo al movimiento es
fundamentalmente una acción oportunista, al verse acorralado por los actores locales que años antes
formaban parte de su sistema de alianzas.
En resumen se pueden encontrar dos factores que, salvo en Siria, no se desarrollaron de la
misma manera en todos los demás países de la región después del derrocamiento de sus presidentes. El
primero es el hecho de que la situación de enfrentamiento constante entre los grupos de poder, debido
al gran arraigo de la cultura política tribal, hizo posible que los partidarios del presidente derrocado en
2011 sean ahora el grupo rebelde que resiste la intervención de las potencias extranjeras y los ataques
de los grupos terroristas, los cuales son vistos como la amenaza más importante. El segundo factor es
precisamente la importancia geoestratégica de Yemen y el interés de Arabia Saudita y E.U. de controlar
la región, en este caso fomentando la inestabilidad y la situación de crisis, y apoyando a un gobierno
aliado.
En este sentido, el hecho de que la intervención saudí haya sido de tal envergadura, refleja, en
mi opinión, dos realidades; la fuerza militar y moral del movimiento houthi, cuyo financiamiento y
relaciones con otros grupos o estados aún debería de investigarse a fondo; y el aumento de la tensión
entre Arabia Saudita e Irán en los últimos años, sobretodo a partir de la guerra de Siria y el crecimiento
de los grupos y las acciones terroristas, así como de la intervención extranjera directa, sobretodo en
zonas como Iraq o Siria. Por no hablar del reciente acercamiento de la administración de Obama con el
gobierno de Irán.
En una escala temporal y geográfica más amplia, se puede decir que la situación de crisis que
vive la región sobretodo a partir del 2001, responde al auge de nuevas potencias regionales e
internacionales, como son sobretodo Rusia, China e Irán, en un contexto de crisis económica mundial
y expansión de las actividades extractivas. De ahí proviene el creciente interés del control de territorios
en la zona más rica en hidrocarburos y que además es el puente entre Europa, uno de los mercados más
importantes del mundo, y las potencias emergentes, las cuales necesitan precisamente una salida para
su producción de manufacturas y materias primas.
Se podría decir que las alianzas y las acciones anteriores de Estados Unidos en la zona, no lo
obligan, todavía, a ejercer una política exterior de intervención directa, pero sin duda su interés en la
zona se encuentra en un punto álgido, y aunque la situación en Siria e Iraq acapare la atención de los
medios internacionales, Yemen está siendo uno de los escenarios en los que se expresan, si no las
rivalidades regionales directas, sí la preocupación de una potencia regional que teme por su estabilidad
y protagonismo en la región, a tal grado que es capaz de gastar miles de millones de dólares en una
operación militar que amenaza con prolongarse indefinidamente.
BIBLIOGRAFÍA
Igualada Tolosa, Carlos, “Guerra civil en Yemen. Actores y crisis humanitaria”, Instituto Español de Estudios
Estratégicos, 13 de marzo de 2017.
Ávila Ruíz, Ramiro Aldo, “El conflicto en Siria y la Primavera Árabe. Una crisis en la actualidad”, Revista
Vínculos, Centro de Estudios sobre el Cambio y las Instituciones. Departamento de Sociología, enero-diciembre
2015, Núm. 6, pp. 73-103.
Hamad Zahonero, Leyla, La relación del Estado y las tribus en Yemen: entre la cooperación y la confrontación,
Tesis de doctorado, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, Departamento de Estudios Árabes e Islámicos,
[s. f.], 476 p.
Hamad Zahonero, Leyla e Ignacio Gutiérrez de Terán Gómez-Benita, Conflicto militar y acciones terroristas en
Yemen, Instituto Español de Estuidos Estratégicos.
Vega Fernández (coord.), Yemen. Situación actual y perspectivas de futuro, Instituto Universitario General
Gutiérrez Mellado-UNED, Madrid, 2010,
“Cronología de las protestas en Yemen” en línea: http://www.rtve.es/noticias/20111123/cronologia-protestas-
yemen-duran-ya-mas-diez-meses/477431.shtml
Abdullah al-Faqih, “El levantamiento yemení: imperativos para el cambio y riesgos potenciales” en línea:
http://realinstitutoelcano.org/wps/portal/ut/p/a0/04_Sj9CPykssy0xPLMnMz0vMAfGjzOKNg318fEKcHX1NTZ
z9QgKNXI0NDSBAvyDbUREAbg0Kqw!!/WCM_GLOBAL_CONTEXT=/wps/wcm/connect/elcano/elcano_es
/zonas_es/ari58-2011
http://katehon.com/es/article/los-saudies-se-estan-colapsando-en-yemen-iran-esta-ganando
De Currea Lugo, Victor, “Problemas de una lectura monocausal de las revueltas árabes”:
https://www.youtube.com/watch?v=ED61DaaXRcA
Mahdi Darius Nazemroaya, “La geopolítica tras la guerra de Yemen. (I) El comienzo de un nuevo frente contra
Irán” en: https://paginatransversal.wordpress.com/2015/04/15/la-geopolitica-tras-la-guerra-en-yemen-i-el-
comienzo-de-un-nuevo-frente-contra-iran/