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¿Qué es lo poscolonial?

Las aproximaciones poscoloniales constituyen un área de estudio relativamente reciente que centra
su interés principalmente en las culturas y pueblos afectados por el dominio colonial desde el mismo
momento de su colonización hasta nuestros días. Puede decirse que el poscolonialismo, es un
posicionamiento teórico multidisciplinar que desde diversos ámbitos intenta subvertir la
perspectiva colonizadora y generadora de estereotipos de los occidentales mediante la revisión y el
análisis crítico de la formación de conocimiento sobre las colonias y las interpretaciones de la
relación colonial.

Desde el punto de vista de su recepción académica, el término poscolonialismo fue utilizado de tres
formas diferentes, aunque estrechamente relacionadas, durante las últimas dos décadas del siglo
XX.

 En su acepción temporal, el poscolonialismo aparece como un periodo histórico iniciado en


1947 (con la independencia de India), una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuando
se quebrantaron los fundamentos geopolíticos del orden colonialista establecidos por
Europa desde el siglo XVI (P. Williams, L. Chrisman).
a) características del periodo poscolonial
 Los procesos emancipatorios en Asia y en África
 La aparición de los nacionalismos del Tercer Mundo y su inscripción ambigua en las
zonas de influencia definidas por la Guerra Fría
 Exodo masivo de inmigrantes hacia los países industrializados
(F. Jameson).
 En su acepción discursiva, el poscolonialismo hace referencia a las literaturas producidas en
los territorios ocupados durante todo el periodo colonial (B. Ashcroft), o bien a las prácticas
discursivas contra hegemónicas que lograron quebrantar o desplazar los saberes utilizados
por Europa para legitimar su dominio (E. Shoat, M. L. Pratt).
 La acepción epistémica del poscolonialismo tiene que ver con las llamadas “teorías
poscoloniales" surgidas durante los años ochenta en Inglaterra y los Estados Unidos. Las
pautas centrales de estas teorías fueron definidas por el palestinense Edward Said, quien
en su libro Orientalismo (1978) inició una genealogía de los saberes europeos sobre el
“otro”, mostrando los vínculos entre ciencias humanas e imperialismo.

Un concepto que se debe tener en cuenta antes de comenzar a estudiar la teoría poscolonial el
concepto del “otro”, debemos, antes de estudiar los textos de poscolonialistas, saber a qué se
refieren estos al referirse al “otro”.

Lacan, por su parte, realizará una clara distinción entre el «otro» –en minúsculas– y el «Otro» –en
mayúsculas–, lo cual aunque parezca confuso es muy útil desde un punto de vista poscolonial. En la
teoría poscolonial, el «otro» en minúsculas hace referencia a los colonizados que el discurso colonial
excluye, identificados por sus diferencias con el centro y, por tanto, convertidos en el principal foco
de dominio previsto por el «yo» imperial (Ashcroft, Griffiths y Tiffin 2007, 155). El «Otro» se vincula
con la alteridad radical; es un interlocutor no real que adquiere para el «yo» una clara dimensión
representativa. Es un «Otro» simbólico el cual hallamos en nuestro inconsciente, en nuestra manera
de percibir la realidad, por lo que se nos revela fundamental a la hora de construir la propia
identidad. En fin, no es erróneo afirmar que el sujeto colonizado ha sido caracterizado
discursivamente desde Occidente como un «Otro» inferior y primitivo que era necesiario civilizar.
Este binarismo entre colonizadores y colonizados conlleva intrínseca, como sabemos, la creencia de
la primacía de la cultura europea y su visión del mundo. La otredad es, por tanto, parte constitutiva
de la identidad. Construimos nuestra identidad al mismo tiempo que construimos la otredad de los
sujetos con los que no nos identificamos.

Finalmente antes de hablar sobre uno de los precursores del poscolonialismo (Edward Said) y su
libro el Orientalismo debemos tener claro que es aquello que consideramos oriental y occidental.

Diferencia entre oriente y occidente

• Origen de Occidente

Las culturas occidentales tienen su origen en las primeras civilizaciones del Mediterráneo,
principalmente la Antigua Grecia, es decir entre los siglos VIII y V antes de Cristo. Las sociedades
europeas tuvieron intenso contacto durante la Antigüedad y la Edad Media, formando en culturas
diferenciadas pero con puntos en común. En la Edad Moderna esos puntos en común se trasladaron
a sus colonias.

• Origen de Oriente

Las culturas orientales tienen orígenes diversos. En Lejano Oriente, las culturas más antiguas son la
china y la mongola, en la que pueden rastrearse reinados e imperios desde aproximadamente 6000
años. Las culturas japonesa y coreana fueron profundamente condicionadas por la influencia China,
por su cercanía geográfica y su intercambio tanto comercial como bélico.

Las naciones eslavas (rusos, ucranianos, bielorrusos) se unieron por primera vez en un Estado
unificado a fines del siglo IX, pero sus orígenes en común pueden observarse en su forma de
escritura y sus lenguas, muy similares entre sí.

Oriente Medio, por otro lado, tiene orígenes muy similares a los de Occidente, en las primeras
civilizaciones que se organizaron alrededor del Mediterráneo.

Las civilizaciones africanas tienen los orígenes más antiguos, ya que en África se originó la especie
humana, luego conquistando otros continentes. Sin embargo, África es un territorio muy extenso,
donde cada civilización encontró un desarrollo particular, algunas estableciendo grandes reinados,
como Egipto y Marruecos, mientras que otras formaban aldeas diseminadas sin un gobierno central,
siendo más vulnerables a la colonización y al saqueo.

Sin embargo, luego de la Segunda Guerra Mundial se puede apreciar mejor esta división entre lo
que podríamos considerar oriente y occidente, con el fin de la segunda guerra mundial el mundo se
dividió políticamente entre el Primer Mundo, asociado al capitalismo, y el Segundo Mundo, asociado
al comunismo. El Tercer Mundo, que actualmente se refiere a la falta de desarrollo económico, era
simplemente el conjunto de países no alineados con ninguna de las dos perspectivas.

En este sentido, la oposición entre Occidente y Oriente se reformuló como una oposición entre
capitalismo y comunismo, ya que en Oriente se encontraban las principales fuerzas comunistas: la
Unión Soviética (Rusia) y China.
 Conservación de las tradiciones

Oriente se distingue claramente de Occidente por la conservación de costumbres ancestrales,


algunas de las cuales existen desde hace miles de años. Esta diferencia se debe por un lado, a que
Occidente experimentó, a partir del siglo XV, la Modernidad, época en que se priorizó lo nuevo y se
intentó deliberadamente cortar con tradiciones anteriores.

Por otro lado, algunas corrientes de pensamiento occidental sostienen la idea de progreso, mientas
que el pensamiento oriental sostiene la idea de ciclo y repetición.

Inicios del poscolonialismo

Para cuando ocurrió la Primera Guerra Mundial, las potencias europeas controlaban y ocupaban
nueve décimas partes del globo. Sin que quedara espacio para la expansión territorial, las potencias
imperiales se volvieron sobre sí mismas y trataron de devorarse mutuamente. Después de la Gran
Guerra, Alemania se había quedado sin colonias y en poco tiempo trató de convertir la propia
Europa en su imperio colonial: fue el gran escritor y estadista Aimé Césaire quien por primera vez
señaló que el fascismo era simplemente el colonialismo traído a casa, a Europa. Para las potencias
coloniales como Gran Bretaña y Francia, el precio de la victoria sobre Alemania fue el
desmembramiento de sus respectivos imperios coloniales.

La descolonización se dio con relativa rapidez después de que la India consiguiera su independencia
en 1947. Pero tanto Europa como los países descolonizados todavía están tratando de comprender
la larga historia del colonialismo, que podría decirse comenzó hace quinientos seis años, en 1492:
una historia que incluye historias de esclavitud, de innumerables e innombrables muertes por
opresión o negligencia, de migración impuesta y diáspora de millones de personas, de la apropiación
de territorios y de tierra, de la institucionalización del racismo, de la destrucción de culturas y la
imposición de otras culturas. Lo que destaca de esta historia es que había algo de particular en el
colonialismo: no se trataba ya de una simple opresión como otras anteriores, como cualquier otra
serie de guerras.

El término Crítica Poscolonial describe la actividad general de la reconsideración de esta historia,


particularmente desde la perspectiva de los que sufrieron sus efectos. Los orígenes del estudio
poscolonial en su forma actual se pueden encontrar en la llegada a las universidades europeas y
norteamericanas de gente que había inmigrado o descendía de los que habían inmigrado desde los
márgenes coloniales, y que empezaron a hacer preguntas incómodas sobre la historia occidental y
las presunciones implícitas de los conocimientos occidentales.

Así pues los estudios poscoloniales emergen en las universidades de Estados Unidos,
fundamentalmente, incentivados por intelectuales, profesores y teóricos indios, palestinos y
argelinos. Su principal característica era que venían de espacios geográficos que habían sido
colonizados por parte de diversos imperios europeos (Inglaterra y Francia, básicamente), y
encuentran en esas universidades los lugares para no sólo ejercer su práctica docente y de
investigación, sino también, para reivindicar su condición de otro.
Precursores de la teoría poscolonial.

 Edward Said.
Said nació en Jerusalén en 1935 en el seno de una familia próspera. Fue a un colegio inglés de
elite en El Cairo, al mismo que asistió Michael Shalboub, más conocido como Omar Sharif.
Terminó su educación escolar en un colegio privado de Massachussets, en la costa Este de
Estados Unidos, país al que se trasladó su padre luego de la segunda guerra mundial. Luego de
finalizar el colegio, estudió literatura comparada y sobre todo anglosajona en las dos más
prestigiosas universidades norteamericanas: en Princeton y en Harvard. En 1917 publica su obra
“Orientalismo” que lo consagraría como padre del poscolonialismo.

La obra Orientalismo de E. Said, trató de demostrar, tanto el modo en que Europa inventó la ficción
de Oriente y los orientales, como la forma en que esta representación fue utilizada como
instrumento para el ejercicio de control y de dominación que supuso el colonialismo.

A su vez, Said (1978) expuso la dinámica con que el imperialismo determinó el desarrollo tanto de
colonizadores como colonizados, y cómo los conceptos de Occidente y Oriente se construyeron por
oposición, estableciendo una visión simplista y generalizadora de la diversidad oriental, que se
amalgamó como opuesto casi absoluto a los caracteres con los que se quería definir Occidente:
racionalidad, modernidad, libertad, progreso, etc. Se justificaba así, por tanto, la benevolente
intervención colonialista de Occidente para ayudar a los orientales, indistintos unos de otros en su
primitivismo sociocultural.

Así Said subrayó que su obra no solo buscaba criticar la definición que de Oriente se había
construido en Occidente sino, sobre todo, criticar la propia esencia de la identidad occidental, como
un andamiaje colonial civilizador. Occidente no solo lee a Oriente desde una perspectiva colonial,
sino que se lee a sí mismo en los mismos términos. La cultura –la filosofía, la historia o la literatura–
había de entenderse y analizarse nuevamente como un elemento colonial, un instrumento que
Occidente construyó para enmascarar las estrategias de explotación y dominación que han
posibilitado su hegemonía a lo largo de la modernidad.

El texto de Edward Said Orientalismo, publicado en 1978, y donde el teórico palestino realiza un
minucioso análisis sobre las "formas" en que escritores, científicos, artistas, periodistas y políticos
occidentales representan (y han representado) a Oriente.

El libro de Said, desde que se publicó a fines de los años '70, recibió opiniones encontradas:
estuvieron, por un lado, los que plantearon que era una crítica antioccidental, mientras que, por
otro lado, se encontraban los que opinaban que las virtudes del libro estaba en que señalaba "los
maliciosos peligros de los orientalistas y que, en cierto modo, valoraba las auténticas raíces del
islam". Es decir, el libro no fue recibido en forma indiferente, sino que generó ásperos debates,
tomas de posición, lecturas cruzadas, interpretaciones antioccidentales (3), pero, también,
antiorientales.
 Gayatri Chakravorty Spivak
Gayatri Chakravorty Spivak (Calcuta, 24 de febrero de 1942) es una pensadora india, experta en
crítica literaria y en teoría de la literatura. Se graduó con mención especial en Inglés por la
Universidad de Calcuta en 1959, después de lo cual completó un Master en la Universidad de
Cornell. Acabó su tesis doctoral mientras ejercía de profesora en la Universidad de Iowa. En
1985 publica su obra ¿Puede el subalterno hablar?Es, además, el teórico más relevante del
grupo de los llamados subaltern studies, una corriente específicamente india que tiene como
objeto desarrollar una historia poscolonial “desde abajo”, desde lo marginal. En sus trabajos,
esta figura, el marginal de la historia, se define como el “subalterno”.

Spivak hace referencia en su obra al status del sujeto subalterno quien, si bien físicamente puede
hablar, no goza de una posibilidad de expresarse y ser escuchado. El término de subalterno se refiere
específicamente a los grupos oprimidos y sin voz; el proletariado, las mujeres, los campesinos,
aquellos que pertenecen a grupos tribales, haciendo énfasis en la condición de la mujer en la India.
Con la pregunta "¿Puede hablar el sujeto subalterno?", Spivak menciona dos dificultades: en primer
lugar, responde que el sujeto subalterno no puede hablar porque no tiene un lugar de enunciación
que lo permita. En segundo lugar, afirma que la mujer ocupa ese lugar radical por su doble condición
de mujer y de sujeto colonial. El discurso dominante hace que el colonizado o subalterno sea incapaz
de razonar por sí mismo, necesitando siempre de la mediación y la representación de lo que Spivak
llama “el intelectual del primer mundo”. Son nulas las posibilidades de que el subalterno aprenda
los lenguajes de occidente y a su vez se mantenga en su contexto nativo. O se es un intelectual del
primer mundo con plena capacidad de hablar, o se es un subalterno silenciado.

Para Spivak a barbarie, la irracionalidad, el atraso, la lujuría y la molicie son habitalmente atributos
identitarios del colonizado que encontramos en el discurso colonial, mientras que, por otro lado, la
civilización, el progreso, la bondad y la racionalidad son marcas propias del colonizador. Spivak, en
resumidas cuentas, expone en sus numerosos trabajos que la violencia epistémica es un producto
del proceso colonial en que Europa se establece como sujeto indeterminado que tiene el poder
explicativo mientras que los colonizados, a la espera de ser explicados, son el «Otro» que no tiene
ni voz ni poder.

 Fernando Coronil.
El texto del venezolano Fernando Coronil se titula "Del eurocentrismo al globocentrismo: La
naturaleza del poscolonialismo" y explora la relación cambiante del capitalismo con la
naturaleza, para ofrecer una mayor comprensión del papel que ésta ha jugado en el proceso de
formación de la riqueza en el mundo moderno y permitir ampliar la visión que se tiene de los
agentes del capitalismo en todo el mundo. Con su aporte, Fernando Coronil procura que la
naturaleza sea percibida en su materialidad socializada y no sólo en su existencia material
independiente; en consecuencia, el panorama que ofrece permite apreciar más cabalmente el
papel de la naturaleza (neo)colonial y del trabajo en la mutua formación transcultural de las
modernidades metropolitanas y subalternas, incluida la omnipresente dinámica
contemporánea de la globalización.
Análisis de una obra bajo la perspectiva colonial.

Análisis de Hija de la fortuna

Hija de La fortuna (1999) es una novela narrada en tres partes: la primera datada entre 1843 y 1848
está completamente ubicada en Chile y consta de la presentación de la protagonista, Eliza Sommers,
su relación con la familia adoptiva, la configuración del contexto político en Chile a este momento,
como el de la colonia inglesa establecida en Valparaíso. En el último capítulo de la primera parte la
protagonista adolescente se enamora de Joaquín Andieta, que contaminado por la “fiebre del oro”,
decide partir hacia California y dejará a la protagonista en Valparaíso. Eliza Sommers, entonces, viaja
a California durante el gold rush para reunirse otra vez con su amante y emprende una difícil travesía
desde Valparaíso hasta San Francisco. Esos son los motivos principales que inician la narración de la
segunda parte de la novela, fechada entre 1848 y 1849. A partir de ahí, la historia da un vuelco y
pasan a hacer parte de ella importantes personajes, como el oriental Tao Chi’en, compañero de Eliza
a lo largo del viaje y su futura pareja amorosa, además de evangelistas, comerciantes y argonautas
que se encontrarán otra vez en territorio californiano. Por fin, la tercera parte de la novela fechada
entre 1850 y 1853 está completamente ubicada en California y presenta para los lectores la gran
aventura de la protagonista y sus compañeros, los personajes que surgen en la miscelánea de
argonautas inmigrantes y los conflictos entre las razas: los estadounidenses, mexicanos, indígenas
y extranjeros. Además, se percibe que el hilo narrativo se bifurca, en parte para contar la aventura
de la protagonista y en parte se traslada a la formación de la nueva pareja, Eliza y Tao Chi’en, cuya
continuidad será el tema de otra novela de Allende, Retrato en sepia (2000).

Así, el 15 de marzo de 1832, se presenta a la protagonista de la obra: Eliza Sommers es hija adoptiva
de una familia inglesa instalada en la ciudad desde hace un año y medio encabezando la
administración de la Compañía Británica de Importación y Exportación. Es común que en las obras
de Isabel Allende sean las mujeres el foco del texto y eso se ve desde el comienzo de su carrera. La
producción literaria de la autora consiste en obras feminocéntricas en que los personajes femeninos
ya no son el pretexto tradicional de la escritura hispanoamericana, sino que se convierten en centros
de energía propulsores del dinamismo narrativo (Rojas 919).

Eliza Sommers aparece enunciada desde un narrador retórico que introduce un importante diálogo
contrastivo entre la señora que decide adoptar a Eliza y la india – sirviente en la casa - pero que
coparticipa en el papel de madre de la niña. Tienes sangre inglesa, como nosotros – le aseguró Miss
Rose cuando ella [Eliza] tuvo edad para entender – Sólo a alguien de la colonia británica se le habría
ocurrido ponerte en una cesta en la puerta de la Compañía Británica de Importación y Exportación.
Seguro conocía el buen corazón de mi hermano Jeremy y adivinó que te recogería (Allende, Hija 12).
La descripción del acto de adopción de Eliza por parte de la familia Sommers realizado por una
incomparable señora inglesa se encuadra en el discurso colonial: “Dentro del discurso colonial…el
centro se autodefine por su carácter civilizado, hogareño, paterno o metropolitano” (Adriaensen
57) y esto puede ser verificado en la carga discursiva volcada en la expresión “sólo a alguien de la
colonia británica”, efectivamente con carácter superior, sería capaz de un gesto solidario como lo
descrito.

Se puede observar descripciones del Chile o de su cultura, como el contraste planteado por los
propios personajes de la colonia británica y de las diversas empresas evangelistas que se lanzaron
en territorio americano, aspecto analizado más adelante a partir de un diálogo entre algunos de
estos personajes, como Jeremy Sommers. Por su parte, ese personaje es estereotipado como un
inglés tradicionalista de orientación rígida, que vive en Chile pero no admite adecuarse a la
condición local, ni siquiera al clima del Sur: En la categorización redundante establecida por Allende,
el personaje encarna el mito de la cultura superior: “Éste es un país de ladrones, en ninguna parte
del mundo la oficina gasta tanto en asegurar la mercadería como aquí”. Este es un argumento que
el personaje repite constantemente durante la novela y, según la autora, siempre va emparejado
con su condición de administrador de la Compañía Británica de Importación y Exportación en Chile.
Por lo tanto, es Inglaterra la tierra civilizada y son los habitantes chilenos los que necesitan ser
civilizados.

Diferencia entre lo poscolonial y lo decolonial

Es muy frecuente confundir lo decolonial con los estudios poscoloniales, estos últimos son
desarrollados fundamentalmente por pensadores indios en universidades angloparlantes.

La diferencia obvia entre lo uno y lo otro es que parten de momentos y contextos históricos
distintos. Lo decolonial estudia el fenómeno de la herencia colonial como un elemento indisociable
de la formación del moderno sistema mundial capitalista; esto es lo que Aníbal Quijano llamó ‘el
patrón mundial de poder capitalista.'

En cambio los Estudios Poscoloniales surgen en otro contexto y otro momento, estudian el
fenómeno colonial a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando la India estuvo bajo el dominio
imperial británico.

Tanto en lo decolonial como en lo poscolonial, el objeto de crítica es el dominio colonial establecido


por los imperios, y el discurso que lo justifica; con la salvedad que emergen de contextos históricos
y condiciones diferentes, por ejemplo, en la colonia española en Abya Yala emergió un mestizaje
potente que buscó la emancipación, lo cual no se logró más que parcialmente, se pasó de la
dominación española y portuguesa a la hegemonía del Imperio Norteamericano, en estos largos
siglos de sufrimientos, los negros, las mujeres, los homosexuales, las lesbianas y los indígenas fueron
invisibilizados. En cambio, en la colonia británica en la India fue casi nulo el mestizaje, los propios
indios centraron su lucha contra los imperialistas británicos, en este sentido el sistema de castas no
fue la preocupación central. Es decir, son perspectivas que nacen de experiencias concretas.

Génesis
Gabriela
Alexis
Lorena

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