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  2012 

Las primeras batallas del


Islam  
      
 
 
 
 
 
 
 

Autor: Gonzalo Lorén Garay 
Impreso: 
21/03/2012 
INTRODUCCION

El título de mi trabajo es “Las Primeras Batallas del Islam”. Cronológicamente


he comenzado con las emboscadas a caravanas en el 623, en vida de Mohamed 1, y he
terminado con el fin de los califas rashidun en el 661. En este ensayo he procurado
mostrar algunos aspectos de la historia del islam en el lapso de tiempo mencionado.
Dado que la historia puede centrarse a su vez en determinados campos especializados
(como son: el arte, la religión, las formas políticas...) yo he escogido la vertiente
puramente militar, entendiendo ésta como una parte más de la historia y en el marco que
nos ocupa de cierta importancia, ya que independientemente de que influyeran otros
factores, la expansión inicial islámica fue pareja a sus éxitos militares. El islam no incita
a la guerra, pero cuando esta se produce, el propio Corán dota al combatiente de una
justificación moral que le impulsa a la valentía y al sacrificio, primera causa ésta de sus
victorias. La segunda causa, también de suma importancia, fue que al igual que hiciera
con el arte, el islam asimiló también los conocimientos bélicos de sus vecinos,
adoptando, sin avergonzarse, aquellos que le eran más útiles, flexibilizándolos a la
situación estratégica con gran sentido común. Las disposiciones tácticas bizantinas y
sasánidas fueron incorporadas a sus conocimientos de guerreros nómadas, dando como
resultado un ejército muy preparado y sobre todo adaptable a cualquier circunstancia,
dotado de unos cuadros de mando que ocupaban su posición por su valía más que por su
procedencia.

LAS PRIMERAS BATALLAS DEL ISLAM

En los comienzos de la predicación del profeta del islam, Mohamed, no se


estableció una postura ante el uso de la fuerza. Tras reaccionar ante la violencia con
evasiones y ya instalado en Yatrib 2 reveló finalmente Mohamed que sí que era lícito el
uso de la fuerza para la consecución de los objetivos de la Umma (comunidad). Así
comenzaron pequeñas emboscadas a las caravanas mecanas que “pasaban por su puerta”
con el fin principal de obtener botín (allá por el 623 d.C.). Los comerciantes mecanos
encabezados por el clan quraisí decidieron no tolerar más los golpes de los seguidores
de Mohamed y decidieron reforzar las escoltas de las caravanas. Una de estas caravanas
con una escolta al mando del quraish Abi Sufian ibn Harb 3 esquivó los primeros
ataques desviando su ruta. Al mismo tiempo solicitó refuerzos a la Meca, ya que él
contaba con menos de un centenar de hombres. Los musulmanes (en número algo
superior a 300 combatientes) se encontraban apostados en los pozos del Badr (a unos
150 Km. al suroeste de Yatrib). Los espías de los quraish determinaron la situación y
está fue tal que podían haber regresado a la meca sin problemas (estaban realizando el
camino de vuelta) ya que habían superado el punto de la emboscada y los refuerzos

1
para denominar al profeta del Islam prefiero usar el original, Mohamed, en lugar de Mahoma, ya que
Mahoma pudiera tener connotaciones despectivas para los musulmanes, porque en realidad fue un
derivado del apodo “Maozim” que se puso al profeta. El tal Maozim es un personaje extrabíblico
precursor del anticristo, identificado con la cuarta bestia del sueño del profeta Daniel. En la rebelión de
cristianos cordobeses de mediados del siglo IX encabezada por los sacerdotes Eulogio y Álvaro
(martirizados y llevados posteriormente a los altares) se usó por vez primera este apelativo despectivo
(probablemente por el segundo). Por respeto también a los musulmanes léase también, tras cada nombre
de Mohamed, “la paz y las bendiciones de Alá sean con él” (s.a.s.), aunque no voy a escribirlo cada vez
en este ensayo.
2
en un futuro Madinat al Nabi, o simplificadamente Medina, la ciudad del profeta
3
el padre del futuro califa omeya “Muauia” o Muwawiya I

1
mecanos se encontraban en disposición de proteger la caravana. Estos refuerzos
andarían cercanos al millar de soldados y estaban encabezados por Amr ibn Hisam (más
conocido como Abu Yahl), enemigo declarado de Mohamed. Corría el mes de marzo
del 624, correspondiente al ramadán del año 2 de la jíyira. La opción del regreso a la
Meca sin lucha fue descartada por el propio Abu Yahl y otros que como él vieron una
ocasión inmejorable para acabar definitivamente con su enemigo. Así pues el viernes 17
por la mañana se encontraron frente a frente los dos ejércitos. Hay que tener en cuenta
que los musulmanes controlaban los pozos y que los que caían fuera de su zona los
habían desecado. También se construyó una pequeña fortificación para proteger al
profeta en caso necesario. Hay que mencionar aquí que si bien la postura de Mohamed
era la de la victoria por intercesión divina, tomaba por otro lado las acciones tácticas
correspondientes con inteligencia y astucia. Esto se refleja en nuestro castizo refrán “a
Dios rogando pero con el mazo dando”, es decir, a partir de aquel momento el planear y
adaptarse al “arte de la guerra” no fue tenido como contradicción con la postura de la
creencia en la ayuda divina. Psicológicamente los musulmanes creían de antemano en la
victoria por intercesión de Allah pero por otro lado asimilarían sus derrotas con
estoicismo y sin perder su fe en su Dios y en una próxima victoria. Mohamed dictaría
unas normas (que serían reflejadas en el futuro Corán) acerca de la guerra. En la sura II
encontramos mención a la guerra en aleyas 186, 187, 212, 214... En la Sura IV, en aleya
73, incluso se indican disposiciones tácticas para la guerra. En la sura IX aleya 29 se
habla de hacer la guerra a los no creyentes (esta sería la guerra ofensiva proselitista) y
en la aleya 92 se determina que los débiles y enfermos están eximidos de ir a la guerra
(el caso de la mujer no es ni planteado pero se sobreentiende, aunque recordemos que
Aisha combatió en la batalla del camello que mencionaré al final). En otras aleyas se
determina el trato a prisioneros, reglamentos en las treguas y otros detalles. Para
algunos la guerra es el sexto Pilar del Islam y es llamada Yihad (esfuerzo).

Tras estos comentarios volvamos a la batalla del Badr. Comenzó la lucha con un
triple combate individual. Según las costumbres tribales era una fase previa a la lucha
colectiva por si alguno de los bandos cambiaba de opinión y podía ahorrarse un
derramamiento de sangre mayor. Se dio la circunstancia que vencieron los tres
representantes de las tropas musulmanas pero a pesar de esto la batalla se llevó a cabo.
Los musulmanes, aunque menores en número, vencieron. Probablemente debido a su
entrenamiento y disciplina de combate, riguroso orden en sus formaciones, a su moral
superior que derivaba de la creencia en la legitimidad de su causa bendecida por Dios,
además de estar dirigidos por buenos estrategas. Hamza ibn ‘Abd al-Muttalib era el jefe
militar de Mohamed uno de los que participó en el combate individual previo y el
encargado de supervisar el entrenamiento militar de las tropas. Tras la derrota de los
mecanos las bajas musulmanas fueron poco más de la docena mientras que los muertos,
heridos y prisioneros contrarios superaron el centenar. Los prisioneros no fueron
ejecutados, según la costumbre tribal, por orden expresa de Mohamed, no obstante Abu
Yahl murió en la lucha. La batalla del Badr como primera victoria militar es todo un
símbolo para la milicia musulmana hasta nuestros tiempos.

Tras el Badr los quraish prefirieron asegurarse y prepararon un ejército superior. Abu
Sufian de nuevo marchó a la cabeza de algo más de 3.000 hombres con apoyo de
caballería contra Medina. Como lugarteniente llevaba con él al gran estratega Jalid ibn
al Walid. Otro gran militar que acompañaba a Sufyan era Amr ibn al As (de ambos
hablaremos más adelante). El encuentro entre los dos ejércitos tuvo lugar cerca de

2
medina el 23 de marzo del 625 (3 de Shawal del año 3 H), cerca de Medina, en las
faldas de la pequeña colina de Uhud. Los musulmanes contaban con menos de 1.000
combatientes. En esta batalla, por las mismas causas que en Badr, comenzaron ganando
los musulmanes 4, pero cometieron el error de dejarse llevar por la emoción y romper la
alineación rigurosa que tan buen resultado les dio en Badr. Jalid ibn al Walid, al mando
de un centenar de jinetes envolvió a las tropas musulmanas e hizo que éstas perdieran la
batalla que habían comenzado ganando. Las bajas mecanas serían de medio centenar
mientras que los musulmanes perderían el doble. No obstante, bien por falta de fuerza,
bien por otras causas, los mecanos no aprovecharon su éxito, ni persiguiendo a los
derrotados ni atacando Yatrib. El campeón de Mohamed, Hamza, murió en esta batalla.
La enseñanza de esta lucha para los musulmanes fue que Ala castiga a los soberbios.

Dos años más tarde, en el 327, Abu Sufian vuelve a la carga con renovado ejército y de
nuevo acompañado por Jalid. Esta vez alineó un ejército de 10.000 combatientes y
cargó directamente contra Medina alcanzando los defensores la cifra de 3.000.
Incapaces de hacerle frente en campo abierto los musulmanes decidieron fortificar
Medina. Dado que la madera y la piedra eran relativamente escasas en la zona, la
fortificación consistió en una red de fosos o trincheras que dan nombre a este sitio: La
batalla de la Trinchera, en árabe Jandaq. La idea parece proceder de un persa musulmán
llamado Salman. Sobre esta batalla hay que reseñar que algunos judíos y otros pueblos
de Medina y de los alrededores rompieron definitivamente sus relaciones con la Umma
pasándose al bando invasor 5. Los dos puntos más ventajosos de los atacantes, el
número y la caballería fueron inútiles ante las trincheras. Tras perder varios centenares
de hombres los atacantes hubieron de regresar a la Meca. Tras esta batalla se firmó el
Tratado de Hudaybiya (en el 628) por el que se alcanzaba una tregua de diez años entre
los quraysh y los musulmanes. Tras el tratado, el valioso general Jalid ibn al-Walid
visitó a Mohamed en Medina, se disculpó y se unió a él convirtiéndose al Islam. La
misma acción fue llevada a cabo por otro valioso guerrero, Amr ibn al As. Muchas
tribus se unieron también a los musulmanes a partir de este tratado.

Una vez en paz con los mecanos los medinenses siguieron buscando apoyos y
conversiones en los pueblos cercanos. Al sur del mar muerto se encontraba la “tribu –
estado” pro bizantina de los ghasánidas. Mohamed envió un emisario para negociar con
ellos y éste y su séquito fueron atacados violando la inmunidad diplomática de todo
emisario según costumbre ancestral 6. Debido a esto Mohamed envió a la zona un
pequeño ejército de unos 3.000 hombres 7 para vengar esta afrenta. Corría el año 629, (8
de la H).

4
aquí ya no hubo combate individual previo, las viejas costumbres se iban perdiendo
5
al finalizar la batalla los hombres fueron ajusticiados y las mujeres y menores vendidos como esclavos.
El propio Mohamed tomó como concubina a Rayhana (perteneciente a la facción judía que le había
traicionado, (los Banu Quraiz). La batalla también se llamó por esto “... de las Tribus” (Ahzab).
6
esta versión no puede ser contrastada ya que sólo conocemos la versión musulmana no la ghasánida,
puede también que lo que atacaran los ghasánidas fuera una fuerza expedicionaria militar musulmana.
7
insisto en no emplear “efectivos” como sinónimo de soldados, hombres o combatientes ya que la
R.A.E. no admite este anglicismo (todavía...)

3
El mando de esta fuerza fue concedido por Mohamed a su hijo adoptivo y compañero
Zaid bin Harithah 8. Cerca de la actual localidad jordana de Karak (entonces cerca de las
poblaciones de Musharif y Mu´tah, esta última da nombre a la batalla) el ejército
Ghasánida se encontraba desplegado. El hecho importante es que no sólo ellos
formaban las fuerzas sino que como aliados bizantinos que eran el Basileus había
enviado una gran fuerza de combate. Sobre esta batalla la mayoría de las fuentes son
islámicas 9 por tanto ante la falta de contraste hay que tener en cuanta lo siguiente: Se
especula sobre que la fuerza bizantina la mandaba personalmente el emperador Heraclio
(puede que tan sólo su hermano Teodoro fuera el jefe militar). El jefe tribal ghasanida
era Shurahbil ibn Amr. Por otro lado el ejército combinado bizantino -ghasánida se
estima entre 100.000 y 200.000 combatientes 10. En un primer momento, como es lógico
debido a la diferencia de fuerzas los musulmanes llevaron la peor parte. Los jefes
mencionados fueron cayendo uno a uno pero cuando llegó al cuarto (Thabit ibn Arkan),
éste declinó la responsabilidad en Jalid ibn al Walid (sabedor de su valía). Se cuenta que
Jalid, por su fiereza en la lucha fue rompiendo y reemplazando espadas hasta un total de
nueve. En esta batalla ganó el apodo “la Espada de Allah” 11. Jalid, con gran sentido
común, ordenó una retirada ordenada y los días siguientes se dedicó a hostigar al
enemigo, especialmente con emboscadas nocturnas, empleando todo tipo de tretas y
demostrando su agudeza para la lucha. Finalmente la batalla podría declararse en tablas,
ya que los bizantinos volvieron a sus territorios, los musulmanes a Medina y en cuanto a
las bajas hay mucho que discutir (ver nota 10 de nuevo). No obstante, aun en el caso
más favorable a los musulmanes, hay que reconocer la valía de Jalid (a partir de aquí
general Jalid) ya que empatar una batalla perdida de antemano es un gran logro. Tras
esta batalla el prestigio de los musulmanes aumentó y las tribus vecinas se siguieron
uniendo a su causa.

8
el primer comandante fue efectivamente Zaid bin Harithah pero también mandaban Ja'far bin Abi Talib
y Abdullah bin Ruwahah (por ese orden de primacía). Anticipo que todos ellos murieron en la batalla (son
mártires del Islam de gran simbología). Como soldado llevaban con ellos al mencionado Jalid ibn al
Walid que había sido artífice de la derrota musulmana en Uhud. Ahora, en su mismo bando, demostraría
aquí que su rango debía ser superior al de simple soldado.
9
“Biografía de Mohamed” de Ibn Ishaq, y sobre todo: A.I. Akram, “The Sword of Allah: Khalid bin al-
Waleed, His Life and Campaigns” Lahore, 1969 Nat. Publishing. House. Este libro (edición en ingles) ha
sido la principal fuente para la elaboración de este ensayo, (desde Uhud hasta Yarmuk), lógicamente este
autor y general pakistaní bebe a su vez de otras fuentes precedentes.
10
personalmente pienso que es una exageración y que en estos cómputos muchas veces se contaba el
personal logístico de impedimenta que seguía la fuerza que solía ser bastante superior a los soldados
“efectivos” (aquí sí) para el combate. Por otro lado los 3.000 combatientes musulmanes podría ser más.
Las bajas finales de la batalla nos dan una idea de la poca fiabilidad de los datos: 20.000 muertos
bizantinos , contra 12 musulmanes (digo 12, no doce mil !!). Por teorizar diré, a modo de apuesta, que
Teodoro, el hermano de Heraclio, mandó (y de lejos) a 35.000 soldados en una lucha contra 6.000
musulmanes. Que de estos últimos perecieron unos 1.500 y unos 4.000 por el bando bizantino huyendo en
desbandada la mayoría de ellos. Puede que esta batalla fuera sólo un conjunto de escaramuzas de tropas
musulmanas en la zona y que sólo haya trascendido a la historia el encuentro más frontal de dichas
escaramuzas (más por la muerte de tres compañeros “de peso” del profeta que por otra cosa).
11
más concretamente “la Espada Exhausta de Allah”

4
En el Tratado de Hudaybiya (628) se habían acordado una serie de cuestiones de
no agresión. Pues bien, los Quraish12, o mejor dicho unos aliados suyos, atacaron a unos
aliados del Islam 13 por lo que esto fue motivo suficiente para declarar nulo el tratado de
paz que tenía que haber durado ocho años más. Desde su posición, ahora de fuerza,
Mohamed convocó a los guerreros de la Umma y se dirigió a la Meca. El 1 de enero del
630 llegaron las fuerzas musulmanas a la Meca en número de 10.000. Su disposición
táctica fue tal que se aproximaron en cuatro columnas rodeando la ciudad 14. Parece ser
que hubo conversaciones previas en las que negociaron Abu Abbas o Abu Sufian 15
pero finalmente la ciudad se rindió sin lucha. Mohamed entro en paz 16 y tan sólo
destruyó los ídolos de la Kaaba17.
Dos semanas después de la conquista de la Meca Mohamed advirtió que la
poderosa tribu beduina de los Hawazin se preparaba para hacerle la guerra 18 y se
apresuró a su encuentro con una tropa de 12.000 soldados. La batalla del río Hunain
tuvo lugar al finales de enero del 630. La victoria recayó sobre los musulmanes aunque
omito la descripción de la lucha por no verla verosímil y ser demasiado parcial. El caso
es que los Hawazin o bien fueron capturados o bien huyeron. De los Hawazin huidos en
Hunain, unos perecieron en la posterior batalla de Autas y otros se refugiaron en Ta´if,
ciudad que fue sitiada por los musulmanes. En el sitio de Taif (que ya fue en marzo)
participaron Jalid y el ya convertido Abu Sufian19. El sitio no fue todo lo exitoso que se
pudiera esperar pero finalmente triunfó la diplomacia sobre la milicia y gran parte de las
tribus díscolas se unieron a Mohamed 20.

A raíz de los últimos avances musulmanes del 630, el emperador Heraclio llego a la
conclusión de que había que acabar con los musulmanes antes de que se hicieran

12
al hablar de Quraish debo aclarar algo pues no lo he hecho antes. Las tribus se subdividían a su vez en
subtribus y así sucesivamente hasta que se llegaba a la familia. La tribu Quraish que era una de las más
importantes de la ciudad de la Meca se dividía a su vez en Banu Hasham (a los que pertenecían
Mohamed, Abu Talib..), Banu Umaya (los futuros Omeyas a los que pertenecía Abu Sufian y su hijo
Muwaviya, que eran los mejor situados y más influyentes dentro de los Quraish), Banu Abbas (el tío del
profeta Abu Al Abbas, y los futuros califas Abasíes)... por tanto si en un principio me refería (y me sigo
refiriendo) a los Quraish como los enemigos del Islam, léase “los Quraish que quedaban ocupando el
poder en la Meca” (ya que el propio Mohamed, técnicamente hablando, también era Quraish).
13
los Banu Bakr, aliados de los Quraish, atacaron a los Banu Khuza'a, aliados de Mohamed, causando
muertos en una pequeña refriega.
14
Jalid mandaba una de estas columnas. Los otros jefes eran Ali, Zubeir y Abu Ubeida. Mohamed se
encontraba con la columna principal que era la de este último.
15
recordemos que ambos fueron ancestros de las dos ramas principales de califas y que esta historia
escrita en tiempos abbasies bien puede tender a desprestigiar al Omeya Sufian así que no daré detalles de
estas conversaciones toda vez que el resultado último fue la rendición sin lucha de la ciudad.
16
apenas hubo menos de una docena de ejecuciones, Abu Sufian y su esposa salvaron sus vidas. No
obstante el propio Mohamed tuvo que refrenar la tendencia de sus tropas a la venganza tribal
(especialmente los que llevaban menos tiempo siendo musulmanes, como Jalid).
17
la mayoría de las estatuas y símbolos cristianos fueron indultados de la destrucción (aunque debieron
de permanecer fuera de la Kaaba).
18
dado que tenía simpatizantes y por ende, espías, dentro de esa tribu, cuyos campamentos principales se
encontraban a menos de un centenar de kilómetros al sureste de la Meca.
19
Abu Sufyan ibn Harb perdió un ojo en esta batalla, ojo famoso por decirle Mohamed: “¿que prefieres,
perder un ojo en el cielo o que yo rece a Ala para que te lo devuelva?” , a lo que Sufian le contestó que lo
primero (entonces no sabía que perdería el otro ojo en Yarmuk).
20
entendiendo algunas de ellas que era un pacto personal con él, lo que motivó que a su muerte
consideraran el pacto deshecho. Entretanto hubo alguna “batalla – escaramuza” como Dawmat al Jandal,
esta ya en el norte, casi en la latitud del golfo de Aqaba.

5
demasiado fuertes. Ese mismo año convocó un ejército bizantino con los elementos
Ghassanidas que le eran afines 21. En el noroeste de Arabia confrontaron las dos fuerzas
cerca de Tabuk, en el mes de octubre. Se sabe muy poco acerca de esta batalla y lo que
es más importante: No hay ni una sola fuente que no sea musulmana. El resultado final
(esto sí que es evidente) es que algunas tribus Ghassanidas que eran anteriormente pro
bizantinas se unieron al Islam o por lo menos se apartaron de la esfera de Bizancio. Las
fuentes musulmanas cuentan esta batalla como una victoria.

Del 630 al 632 se produce una época de relativa calma que los musulmanes
aprovechan para adherir más tribus a su causa y reorganizarse en todos los aspectos. En
el 632 muere el profeta. No había previsto nada para esta circunstancia así que la shura
(consejo) decidió nombrar un “seguidor o sucesor del mensajero de Dios” (Jalifa al
Rasul) y se eligió a Abu Bark para ello 22. Con la muerte de Mohamed algunas tribus
aliadas de la Umma rompieron su pacto (recordar nota 20) y realizaron “apostasía” de
su fe. Así pues, la primera misión del nuevo califa Abu Bark fue la de atraer de nuevo
(de buen grado o por la fuerza) a las tribus apóstatas. Estas luchas (que duraron
aproximadamente un año) fueron conocidas como la guerra de la Apostasía, en árabe:
“las Guerras de la Riddah”
Uno de los principales opositores fue Musaylima, de la tribu de los Banu Hanifa
que se proclamó a sí mismo profeta. Hubo rebeliones en el sur y en el este de la
península arábica, en Yemen, Mahra, Oman y Bahrain. Abu Bark dividió sus ejércitos y
los envío a las zonas díscolas, poniéndolos al mando de generales cualificados. El
principal foco de revuelta, el encabezado por Musaylima en la zona de Yamama (Nedj o
Nayad), fue combatido por las fuerzas del general Jalid. Aquí de nuevo nos
encontramos sólo con fuentes musulmanas, con el agravante de que los puntos de vista
chiíes y suníes difieren grandemente (los chiíes juzgan con dureza el ataque de Jalid).
En diciembre del 632 los ejércitos se vieron las caras en la planicie de Aqraba, en la
región de Yamama. El “falso profeta” Musaylima encabezaba a 40.000 rebeldes
mientras que “la espada de Ala” contaba con 13.000. Los rebeldes perdieron la mitad de
sus fuerzas mientras que los ejércitos de Abu Bark sólo el diez por ciento 23. Musaylima
fue muerto en combate individual por un guerrero musulmán 24. La matanza final de
7.000 rebeldes se realizó en una zona que se conoció después como “El Jardín de la
Muerte”. Otras batallas se dieron en las guerras de la Ridda pero resumiré diciendo que

21
entre 40.000 y 100.000 soldados con las ayudas Ghassanidas, tribus Lukham, Judham... Por su parte
Mohamed reunió unos 30.000 combatientes
22
Abu Bark había sido compañero de Mohamed casi desde el principio, además era uno de sus suegros
(pues Mohamed tenía varias esposas y, por ejemplo, Abu Sufyan también era su suegro)
23
como norma general el que cuenta la historia de cualquier batalla (que suele ser el vencedor final)
muestras sus fuerzas muy inferiores en número a las de su oponente (para demostrar que son más
valientes, exagerando el número enemigo y reduciendo el propio). Por supuesto el enemigo tiene una
cantidad abrumadora de bajas mientras que las bajas propias son mínimas. A veces, cuando hay
desertores que acaban en el bando de “los buenos”, éstos se computan como bajas enemigas, ya que al
final de la batalla no cuentan con esos hombres. Así mismo se descuentan de las bajas propias ya que las
bajas son las resta de los que había en principio menos los que quedan al final. Esta parcialidad en la
narración de batallas ha sido siempre habitual en la historia pero personalmente nunca la he visto tan
exagerada como en las guerras sobre las que versa este ensayo.
24
el guerrero era experto en lanzar jabalina con precisión, se llamaba Wahshy ibn Harb y provenía de
África. En el Badr, el musulmán Hamza ibn Abdul Mutlib (uno de los tíos del profeta) había matado en el
combate individual previo a la batalla al suegro de Abu Sufyan. Debido a esto, la esposa de Sufyan
contrato como mercenario al tal Wahshy ibn Harb con el único propósito de matar a Hamza y vengar así
la muerte de su padre. Este propósito lo consiguió en la batalla de Uhud. Lógicamente la conversión al
islam de Wahshy fue posterior aunque como se ve mantuvo sus habilidades guerreras.

6
finalmente Abu Bark controló la situación en la península arábiga a principios del 633 y
a partir de aquí se dedicó principalmente a combatir a sus vecinos sasánidas.

En abril del 633 se produjo la “Batalla de las Cadenas”. La lucha se desarrolló


cerca de la localidad de Kazima, en el actual país de Kuwait. Esta fue la primera batalla
de los musulmanes contra el imperio persa sasánida. En ella confrontaron entre 20.00 y
30.000 sasánidas (y tribus aliadas, principalmente lajmíes cristianos o paganos) contra
18.000 musulmanes al mando de Jalid. El emperador sasánida del momento era
Ardashir III (apenas un muchacho) pero el líder de sus tropas era el general Hormuz.
Los persas esperaban que Jalid llegara desde el sur, desde Yammama, pero vino desde
el oeste. De cualquier modo las fuerzas se encontraron en el lugar mencionado. Los
persas eran una formación muy pesada y lenta de mover (apenas presentaron caballería
mientras que los musulmanes la tenían en abundancia formada por caballos y camellos).
Además de esto, los persas decidieron atar con cadenas los hombres de filas centrales de
la formación, con esto ganaban cohesión y dificultaban la deserción, pero perdían
movilidad. En esta ocasión hubo de nuevo combate individual previo (como en el Badr).
Jalid venció a Hormuz 25 y en ese momento el miedo se apodero de la formación persa.
Jalid dio orden general de ataque, la caballería envolvió con facilidad la formación persa
mientras que la infantería atacaba por el frente. La desbandada persa fue generalizada,
con el agravante de que los “encadenados” no podían huir con facilidad. Así mismo
hubo otros soldados lajmíes que se pasaron al bando musulmán. En resumen, una
aplastante victoria musulmana que en este caso sí es creíble dadas las circunstancias y el
desarrollo de la batalla, que se llamó “de las Cadenas”. El ejército de Jalid siguió
avanzando con el objetivo de conquistar la capital de los lajmíes: Hira. Ese mismo mes
volvió a vencer en la batalla del río Maquil. Hay poca información sobre esta batalla y
no fue excesivamente definitoria.

En mayo se produjo otra batalla importante, la de Walaja. Los sasánidas


decidieron mandar contra Jalid a un militar experimentado, el general Andarzaghar, el
cual había mandado tropas en la provincia fronteriza del Jurasán. Andarzaghar
estableció su campamento cerca de Walaja, al suroeste del Eúfrates (a 20 Km. al sur de
la actual Ash Sinafiyah). El ejército de Jalid 26 avanzó hasta posiciones cercanas a los
persas. Tras divisar los espías el campamento sasánida dispusieron durante la noche a
toda la caballería tras una loma a espaldas de sus enemigos. Cuando la batalla comenzó
por la mañana la caballería siguió esperando la señal de Jalid. En medio del combate
Jalid hizo la señal convenida y los persas vieron con horror como eran atacados por la
espalda por dos formaciones de caballería (una a cada flanco). Andarzaghar que contaba
con unos 40.000 hombres perdió la mitad de ellos, la derrota persa fue total. Algunos
han querido comparar este “envolvimiento” de caballería con “Cannas”. Para obtener la
información sobre situación del campamento persa fueron de gran utilidad los
desertores lajmíes que se sentían más apegados a sus hermanos étnicos árabes que a los
sasánidas.

25
Hormuz era el gobernador persa del distrito de Dast Meisan.
26
que durante la campaña osciló entre 15 y 20.000 hombres con abundante caballería formada como ya
he dicho tanto por caballos como por camellos (más tarde se tendería a usar los camellos para el
transporte y los caballos para el combate).

7
Los supervivientes persas 27 de Walaja, sobre todo cristianos, huyeron a unos 15
kilómetros al norte de Walaja, cruzando el Eúfrates y el Jaseef (uno de sus afluentes). El
emperador había enviado en principio a dos grandes ejércitos para parar a los
musulmanes. El primero, al mando de Andarzaghar ya había sido diezmado en Walaja.
El segundo estaba al mando del general Bahman que intentaba reclutar personal para
añadirlo a sus fuerzas, además de recuperar a los huidos de Walaja. En esta situación
Bahman envío a su general Jaban con la parte adelantada a la zona de Ullais con las
órdenes de esperar al resto de los refuerzos y evitar el combate ya que el mismo Baham
debía ir a Ctesifonte a concretar detalles e informar al emperador.

Hay que mencionar que de nuevo los habitantes de Ullais, simpatizantes de los
musulmanes más que de los persas, cumplieron a la perfección su función de espías, de
modo que los persas estaban cegados y los musulmanes veían todos sus movimientos.
Así, Jalid decidió atacar antes de que los refuerzos llegarán a Jaban. Los dos ejércitos se
encontraron frente a frente (todavía corría el mes de mayo) pero justo a tiempo, la
mayoría de los refuerzos que esperaban los persas habían llegado (no así el general en
jefe Bahman que seguía en Ctesifonte). No obstante dado que presentaban un aspecto de
no estar organizados para el combate inmediato Jalid decidió que aquel momento era
tan bueno como cualquier otro para atacar. Sobre las fuerzas persas (para musulmanas
ver de nuevo nota 26) no hay acuerdo y pudieron oscilar entre 30 y 70.000 hombres 28.
No hay muchos datos sobre la táctica en esta batalla. Se sabe que el ejército imperial
persa formaba en el centro y las alas eran ocupadas por las tribus aliadas. De cualquier
modo los musulmanes volvieron a vencer a los persas por cuarta vez consecutiva. Los
musulmanes perdieron unos 2.000 hombres mientras que el ejército persa pereció en su
totalidad 29. Tras esta batalla se conquista Hira, Anbar y Ein-al-Tamr. Con esto, el sur
del actual Irak (y parte del centro) pasa a manos musulmanas.

En noviembre del mismo 633 se remata la conquista de Irak con la batalla de


Zumail. Tras las derrotas anteriores el general Bahman sigue formando ejércitos (y
cuatro, a falta de uno). Los soldados salen de todas partes, de alejadas guarniciones,
nuevos reclutas, supervivientes de Ullais ... 30 De nuevo Jalid deduce que es más fácil
tomar la iniciativa y atacar esos cuatro ejércitos uno por uno que esperar a que se junten
y ser atacado por todos a la vez. Pues bien, en Muzayyah derrota a uno de ellos, y a otro
en Saniyy (ambos de pequeño tamaño). Es finalmente en Zumail donde derrota a unas
fuerzas similares a las suyas formadas sobre todo por cristianos árabes y mandadas por
Rabi'a ibn Bujair. La táctica y las bajas no están muy claras así que no especularé. Tras
esta batalla es dueño de la mayor parte de Mesopotamia.

La última acción importante del general Jalid contra el imperio sasánida fue la batalla de
Firaz, en Mesopotamia, en enero del 634. En esta batalla, como novedad, los persas

27
digo siempre persas para incluir a todas las tropas del bando sasánida. Quiero referirme también cuando
empleo este término a los cristianos y paganos de las tribus aliadas (lajmíes en su mayoría) aunque étnica
y culturalmente no sean persas.
28
según Tabari vol. 2 serían 70.000. Según A.I. Akram (libro base de este trabajo según nota 9) serían
entre 30 y 50.000
29
se dice que Jalid prometió a Ala llenar el cauce del río con la sangre de sus enemigos, no obstante la
proporción “bajas propias y enemigas” debe ser siempre sometida a duda cuando sólo nos encontramos
fuentes de información procedentes de un bando.
30
¿no quedamos en que no había habido supervivientes en Ullais?

8
cuentan con un aliado inusual: Bizancio. Se quiere hacer creer 31 que las fuerzas perso-
bizantinas eran de hasta 150.000 hombres y que estaban al mando combinado de ambos
emperadores (pienso que ni lo uno ni lo otro). Lo cierto es que Firaz estaba justo en la
frontera de los dos imperios y que por ello era una zona con alta densidad de tropas.
Pudo ser que se produjera una alianza circunstancial (tal vez entre los respectivos
gobernadores locales sin ni siquiera saberlo los emperadores). Los hechos pudieron ser
(aquí sí me atrevo a especular) que los 15.000 soldados de Jalid en su empeño por
conquistar el norte de Mesopotamia tuvieran algún encontronazo por separado con las
guarniciones fronterizas de la zona llevándose, en general, los “no musulmanes” la peor
parte. Sí que es cierto que tras esta batalla (fuera como fuera) se completa la conquista
de Irak.

Pasamos ya al mes de junio del mismo año (634) y nos vamos a la zona Siria.
Abu Bark había concentrado sus tropas en Siria formando cuatro cuerpos de ejército
(´Arm ibn Al - ´As mandaba uno de ellos). Abu Bark había hecho volver de
Mesopotamia a Jalid para que dirigiera la guerra en Siria, ya que los bizantinos se
estaban concentrando en torno a Ajnadayn. Las ciudades de la zona fueron cayendo una
a una en poder musulmán. Los principados Ghassaníes no tenían capital fija pero Basra
32
era una de sus principales ciudades. En julio tras unas semanas de sitio cayó la ciudad
de Bosra con duras luchas. En ese mismo mes tuvo lugar una gran batalla cuando los
musulmanes presentaron lucha directa al ejército bizantino. La batalla de Ajnadayn se
produjo el 30 de julio del 634. El jefe del ejército bizantino era Vardan, el gobernador
de Emesa (actual Homs). Por la parte musulmana nuestros conocidos Jalid y ´Amr 33.
Los bizantinos contaban entre 80 y 90.000 hombres mientras que Jalid les hizo frente
con 32.000. Jalid, con buen criterio, había unido sus cuatro ejércitos y había atacado a
los bizantinos. La batalla duró dos días. Las pérdidas bizantinas fueron cuantiosas (la
mitad de sus fuerzas) mientras que los musulmanes sólo perdieron 450 hombres 34 (sin
comentarios).

Unos meses después, el califa Abu Bark cae enfermo y muere en dos semanas, el 23 de
agosto del 634. El nuevo califa será Omar Ibn al Jattab. Justo por entonces comenzaba
el sitio musulmán a la ciudad de Damasco, que capitulaba el 19 de septiembre del
mismo año a pesar de que el emperador Heraclio (que se encontraba en Antioquía)
envió refuerzos. El artífice de la toma de la ciudad fue de nuevo el general Jalid, esta
vez (para variar) sí reconocen los cronistas musulmanes su superioridad numérica 35. El
defensor de la ciudad era Tomás, cuñado de Heraclio. Tomás pereció y la hermana del
emperador fue hecha prisionera.
En enero del 635 se produjo otra batalla en la zona siria. En Fahl, en el valle del Jordán,
se enfrentan de nuevo bizantinos y árabes. De nuevo Jalid, apoyado por Shurahbil ibn
Hassana con 30.000 hombres, presentan batalla a 80.000 bizantinos al mando de Saqalar
(romanizado Sacellarius). De nuevo victoria musulmana que permite afianzar la

31
A.I. Akram, The Sword of Allah: Khalid bin al-Waleed, His Life and Campaigns Lahore, 1969 Nat.
Publishing. House, Rawalpindi (1970)
32
para evitar confusión haré una aclaración: hay dos ciudades con el mismo nombre una en Siria y otra
en Irak. A la siria la llamaré Bosra a partir de ahora (la iraquí es la actual Basora)
33
así como también Abu Ubaidah ibn al-Jarrah, Shurahbil ibn Hassana y Yazid ibn Abu Sufyan (hermano
del futuro califa Muwawiya)
34
fuentes de fuerzas y bajas: al Waquidi / Akram
35
como es normal en el atacante en cualquier batalla de sitio. No obstante las pérdidas Damascenas
fueron muy superiores a las musulmanas (por supuesto).Waquidi / Balazuri.

9
conquista tras Ajnadayn y la toma de Damasco y ampliar territorio en esa zona 36. El
general Jalid, a pesar de sus victorias, fue perdiendo el favor del nuevo Califa Omar 37 y
en el 636 otorga el cargo de general en jefe de los ejércitos califales a Ubaidah ibn al
Jarrah, que a pesar de ser un hombre respetado no era tan competente como Jalid.

En el 638 se produjo la mayor batalla hasta el momento en la historia del islam:


la batalla de Yarmuk. Tal contienda nos otorga abundancia de información desde el
punto de vista de ambos bandos (musulmán y bizantino) y podría ser por sí misma
objeto de un trabajo monográfico. Por lo anterior, procuraré no extenderme demasiado.
La batalla se inició el 20 de agosto y duró seis días. El lugar fue cercano a los
actualmente llamados “Altos del Golán”, junto al río Yarmuk, un afluente del Jordán.
Como he dicho anteriormente el mando del ejército musulmán lo tenía Ubaidah ibn al
Jarrah, no obstante este general cedió para la ocasión la dirección de las operaciones a
Jalid (con gran sentido común). Las crónicas musulmanas nos presentan una alianza
enemiga formada por bizantinos, romanos, francos, griegos, rusos, eslavos, armenios,
georgianos y árabes cristianos. Evidentemente el único “estado” en lucha era Bizancio.
Bien es cierto que Bizancio en su ejército tenía mercenarios de muy diversas
procedencias pero estos participaban a nivel individual, no como nación; en cualquier
caso desde el punto de vista musulmán si que debió observarse una gran heterogeneidad
en sus adversarios pero de ningún modo eso correspondía a una alianza de naciones.
Los bizantinos estaban liderados por Heraclio y su hijo Constantino (futuro III aunque
no llegó a gobernar como emperador en la práctica). No era costumbre que el
emperador dirigiera personalmente, con sólo hacer acto de presencia la víspera de la
batalla y seguir la propia batalla a unos cuantos kilómetros era suficiente. Por tanto la
dirección real de las fuerzas bizantinas recayó en el cristiano armenio Vahan y en
Teodoro Trititrio 38.
Durante los días de la batalla se produjo una gran tormenta de arena y casi todos
los aliados ghasánidas (unos 12.000, que eran cristianos pero monofisitas) se pasaron al
bando musulmán. Los mencionados generales bizantinos murieron en la batalla. Los
musulmanes perdieron 4.000 hombres y los bizantinos diez veces más (ver de nuevo
nota 23). Así, el imperio bizantino que llevaba tres décadas de desgaste luchando contra
el enemigo persa, dobló su rodilla en esta batalla, no teniendo fuerza material ni moral
para preparar un contraataque que salvara la zona de la conquista y viendo además que
muchos de sus súbditos preferían ser miembros de la Umma que pertenecer al imperio.
Con esto se abandonaba la zona Siria y lo que es más grave, se perdía el enlace por
tierra con Egipto.
Ese mismo año el califa Omar envía un ejército para conquistar la totalidad del
imperio sasánida, esta vez al mando de Sad ibn Abi Waqqas (recordemos que Jalid,
aunque activo había descendido en el escalafón militar). El emperador sasánida (por
entonces Yazdgerd III), envío a sus ejércitos al mando de Rostam Farrokhzad. Este
encuentro daría lugar a la batalla de al-Qadisiyyah. Sobre esta batalla apenas se
encuentran fuentes no musulmanas 39. Además, la oscilación de fuerzas, bajas y

36
de nuevo posible exageración tanto en fuerzas enemigas como en bajas (10.000 muertos en el bando
bizantino y muy pocos en el musulmán). Fuente: Akram.
37
quizá precisamente por eso, ya que el exceso de popularidad de un subordinado pone en peligro la de su
natural superior.
38
el primero lideraba los cristianos armenios y ghasánidas y el segundo el resto. Cada uno de estos dos
grupos tendría entre 15 y 100.000 soldados. Los musulmanes contaban entre 10 y 40.000. Vemos que las
oscilaciones estimadas son grandes en ambos bandos pero en principio se ve de nuevo inferioridad
numérica musulmana.
39
al Tabari (Abi Ja'far Muhammad ibn Jarir al-Tabari)

10
datación hacen la información disponible poco fiable. Podríamos situarla temporalmente
entre el 634 y 640 aunque la fecha más probable sea el 636 (donde yo la he ubicado
según el orden cronológico de mi trabajo). El lugar donde se desarrolló sí parece más
fiable40. Tras la victoria musulmana (que requirió cuatro días, también con tormenta de
arena) se conquistó en un corto sitio la capital sasánida, Ctesifonte (de la que habían
sido evacuados los dirigentes principales, emperador incluido).

A finales del 636, tras la batalla de Yarmuk, se había puesto sitio a Jerusalén. En abril
del 637 la ciudad era tomada. El propio califa la visitaría al poco tiempo. Se dice que
rezó en el lugar de la actual “Cúpula de la Roca”, es por eso que también se la conoce
como “la Mezquita de Omar”.

En octubre del 637 iba a producirse la última gran batalla dirigida por Jalid ibn
al Walid. Esta batalla se conoció como la “Batalla del Puente de Hierro”. Tras la batalla
del río Yarmuk la iniciativa en la ofensiva con Bizancio es llevada por los musulmanes.
Hemos visto que paralelamente Omar mandaba sus ejércitos contra los sasánidas (p. e.
al-Qadisiyyah) El “imperio” de la Umma ya se permite el lujo de diversificar los
frentes. La victoria musulmana en la batalla del Puente de Hierro 41 significó la caída
inmediata de Antioquía a finales de ese mismo mes (octubre). Se consolida también el
norte de Siria y el sur de la actual Turquía. El general Jalid moriría en el 642.

Tras la expansión hacia el norte y hacia el este tocaba mirar a poniente. Egipto,
esa rica zona todavía bizantina pero sólo comunicada con el imperio por vía marítima
era una manzana a punto de caer. Los ejércitos musulmanes fueron encomendados para
la conquista del exarcado bizantino de África al general Amr ibn al-A'as 42. En julio del
640 se produce la batalla de Heliopolis (también conocida como Ayn Shams). Las
fuerzas bizantinas fueron dirigidas por Teodoro 43. Hay que tener en cuenta que en
Egipto abundaban los cristianos monofisitas y coptos, que esperaban de los musulmanes
más tolerancia que de los propios bizantinos, así que tanto en esta batalla en concreto
como en la conquista posterior es fácil que gran parte de la población africana se pasara
al invasor. A finales del año siguiente (641) caería la capital, Alejandría.

Recordemos, volviendo al este, que los sasánidas habían huido de Ctesifonte.


Los ejércitos musulmanes habían consolidado lo ganado y realizado la expansión
natural hacia el exterior de sus fronteras a medida que sus enemigos flaqueaban. Los
persas aún lanzaron un contraataque en el que fueron derrotados en la batalla de Jalula'
(como nota 43 más o menos). Pero tuvo más importancia el contraataque de la batalla de
Nehawand (cerca de Hamadan, en la actual Irán). El mando musulmán recayó esta vez
en el general Al-Nu'man ibn Muqarrin al-Muzani, mientras que los persas eran dirigidos

40
en el poblado de al-Qadisiyyah, cerca del río Eúfrates (lado occidental), (al suroeste de las ciudades de
Al-Hillah y Kufa en el actual Irak).
41
el puente estaba construido sobre el río Orontes, relativamente cerca de Antioquía, a 15 kilómetros de
la actual Mahruba, en Turquía. Tal puente parece que tenía gran parte de su estructura formada por
elementos metálicos, de ahí el nombre de la batalla.
42
viejo conocido nuestro participante en Uhud (contra los musulmanes), Ajnadayn, Yarmuk...
43
no voy a extenderme con la descripción de la batalla ya que el patrón se repite. Un ejército musulmán
de unos 15.000 hombres derrota a un enemigo superior (20 o 25.000) teniendo un número de bajas
relativamente pequeño frente a un número de bajas relativamente grande, la mayoría de las fuentes son
afines al bando vencedor.

11
por los generales Wahman Mardanshah y Pirouzan (que perecieron en la batalla) 44. En
la batalla de Nehawand, que tuvo lugar en el 642, la victoria musulmana le dio la
“puntilla” al imperio persa sasánida. Tras esto sólo quedaba la conquista y
aseguramiento de todo su territorio (lo que no ocasionó excesivos problemas).
En noviembre del 644 muere asesinado el califa Omar ibn al Jattab, siendo
elegido Uzman Ibn Affan (no sin cierta oposición de los partidarios de Ali Ibn Abu
Talib, que sería el siguiente califa). Uzman ejerció el califato hasta que fue asesinado en
su casa de Medina en el 656. En estos doce años las fuerzas del Islam se extendieron y
consolidaron lo conquistado. En lo tocante a este califa, y por la extensión del ensayo
trataré las conquistas de un modo más general, ya que las batallas se multiplican.
Bizancio intentó reconquistar Alejandría por mar pero el general Amr les plantó
cara en la batalla de Naqyus (cerca de Fustat, la ciudad fortaleza que él había fundado).
El resto del norte de África se declaró independiente de Bizancio, incluso Gregorio, se
autoproclamó rey con capital en Sbeitla (actual Túnez). Uzman mandó sus ejércitos que
tomaron Trípoli, Sbeitla y controlaron la zona tras la batalla de Sufetula. Se cuenta que
fue en época de Uzman cuando las primeras expediciones musulmanas alcanzaron la
península ibérica (Al Tabari), esto sería para apoyar como mercenarios a alguno de los
bandos en las luchas sucesorias de los reyes visigodos, en estos apoyos aprovecharían
los musulmanes para “ver el panorama”. En el 652 se organizó una expedición a Nubia
con resultado incierto.
Se achaca tradicionalmente al califa Muwawiya I la construcción y puesta en
servicio de la primera flota musulmana. Esto es una verdad a medias. Sí que fue esa
persona la que hizo tal cosa, pero no siendo califa, sino gobernador de Siria, y comenzó
a hacerlo cuando la jefatura del califato estaba todavía ocupada por Omar y prosiguió su
labor con Uzman. En el 649 esta flota toma Chipre sin dificultad (esta vez el enemigo
bizantino era poco numeroso, para variar). Poco más tarde le llegó el turno a Creta y a
Rodas. Entre el 652 y el 654 se toma parte de Sicilia (aunque se retiraron a la muerte de
Uzman en 656) 45. En el 655 la flota musulmana propinó una gran derrota a la bizantina
(en su primera victoria naval), se le llamó la “batalla de los mástiles” o batalla de Finike
46
. Los bizantinos perdieron 500 navíos y el emperador, Constante II, que mandaba
personalmente la flota, estuvo a punto de perder la vida.

Por tierra se aseguraron o reconquistaron zonas en el este como partes de


Armenia y Georgia. También en Fars, Sistan, Tabaristan, Jurasán, Transoxiana, Makran,
Baluchistan, Sind, Acerbayan y Dagestan 47.

La muerte de Uzman (656) trajo consigo la guerra civil entre musulmanes. Por
un lado se nombró califa a Ali Ibn Abu Talib pero por otro hubo fuerte oposición, ya
que Uzman era Omeya y había favorecido a sus allegados y estos favoritos se sentían
ahora desprotegidos ante Alí. Por otro lado la posible implicación de Ali en el asesinato
de su predecesor deja lugar a la duda, ya que aunque los asesinos eran soldados
descontentos provenientes de Fustat, algunos guardias de la casa de Uzman eran afines a

44
esta vez son 30.000 musulmanes contra el cuádruplo de persas de los cuales perece un tercio. Los
musulmanes tienen 4.000 bajas (sólo doy las cifras para hacernos una idea de la magnitud general de la
batalla pues ya he repetido que su exactitud no es muy fiable).
45
esta muerte, en general, provocó una retirada o estabilización en todos los frentes, dado lo conflictivo
de la sucesión que desembocó incluso en una guerra civil.
46
Finike (o Phoinike), al sur de la península de Teke, en Licia, en la actual Turquía.
47
las mencionadas se encuentran principalmente en los actuales Irán, Afganistán, Turkmenistán, Pakistán.
En muchas de estas zonas las conquistas se limitaron a incursiones sin trascendencia política inmediata y
palpable.

12
Ali y podían haber sido cómplices e incluso autores. Además los rebeldes proclamaron
califa al propio Alí y éste no condenó el asesinato y acepto el nombramiento (parece
que hubo que insistirle). Los omeyas buscaron apoyo en el también omeya Muwawiya
48
. Por otro lado otros miembros de la familia del profeta (como su esposa Aisha, Talha
o Zubair) contarios a Ali se aliaron en principio con los omeyas. Así se produjo la
primera guerra civil entre musulmanes o “Fitna” (confusión). Esta primera Fitna duró
cinco años (con sus treguas intermedias), los mismos que el califato de Alí. Durante este
tiempo no se ampliaron las conquistas pero las zonas sometidas tampoco mostraron un
excesivo interés en independizarse aprovechando la situación. Ali Ibn Abu Talib había
participado en muchas de las batallas tratadas en este trabajo, especialmente en las
acaecidas en vida de Mohamed, distinguiéndose por su gran valor pero sin ocupar
puestos de dirección estratégica sino más bien como simple soldado. En esta guerra se
posicionaron pues los simpatizantes de Alí, o pertenecientes al “partido” de Alí (Shiia)
49
frente a los contrarios a él. El mismo año del asesinato de Uzman (656) se produjo la
primera batalla de la fitna. La contienda se produjo cerca de la ciudad de Basora 50. Allí
se enfrentaron los ejércitos de Alí junto al cual estaban su hermano Mohamed y su hijo
Hassan (entre otros) contra una coalición encabezada por algunos compañeros del
profeta como Talha ibn Ubayd-Allah, su hijo Muhamad y Zubayr ibn al-Awwam.
También Marwan ibn al-Hakam 51 y una de las viudas del profeta, Aisha (hija del
primer califa Abu Bark). La dirección simbólica recayó en Aisha aunque más que dirigir
se limitó a presenciar la batalla a lomos de su camello. Aquí el punto de vista varía
según la perspectiva sea de la chía o de la suna 52. Los contendientes presentaron unos
10.000 combatientes por cada bando. Las bajas fueron cuantiosas entre ambas
facciones, ascendiendo al 50 %. 53. Finalmente vencieron los del “partido”. En la fase
final los chiítas se lanzaron a la captura de Aisha mientras que sus huestes la defendían
con empeño. Esta fase, por desarrollarse en torno a la montura de Aisha dio nombre a la
lucha que se conoció como “la batalla del Camello”. Finalmente Aisha fue capturada y
recluida en Medina donde no volvió a participar en la vida política 54.
Alí intentó afianzar su califato tras esta batalla pero los que habían alcanzado
una alta posición en tiempos de Uzman seguían sin estar conformes con su mandato.
Eran en su mayoría, al igual que el difunto Uzman, del linaje de los Omeyas.
Muwawiya, gobernador de Siria era primo de Uzman. A él envío la viuda del califa su
túnica ensangrentada clamando venganza, este fue el principal opositor a los chiítas. Así
pues, pese a los intentos de buscar una salida negociada a la crisis y viendo sus intentos
infructuosos, Alí encabeza un ejército de 90.000 hombres desde Irak hacia Siria al

48
este era el gobernador de siria creador de la flota; hijo de Abu Sufyan el inicial enemigo de Mohamed
que luego se convirtió tras la toma de la Meca
49
Shia significa “partido” de ahí deriva Chiíta, o partidario (de Alí). Aquí nació la división de la Umma
que todavía perdura. Los opositores a Alí fueron englobados como los “tradicionalistas” o seguidores de
la “sunna” (o tradición).
50
prefiero usar la castellanizada “Basora” (en la actual Irak) antes que “Basra” para evitar la confusión
con otra Basra (en Siria).
51
futuro califa omeya iniciador de la rama Marwaní cuando finalizó la Sufyaní.
52
las fuentes para esta batalla han sido: William Muir (orientalista escocés del S. XVIII- “Annals of the
Early Caliphate”), como fuente occidental. Sayyid Murtada Askari “ The role of aisha in the history of
Islam” (punto de vista Chiita). Y al-Tabari (punto de vista sunní).
53
Alí ordenó que no se procediera a la habitual persecución por parte de la caballería de los que huían
derrotados del campo de batalla. Talha fue herido por una flecha en la batalla (se especula con que su
muerte fue ordenada por el propio Marwan ibn al-Hakam), muriendo a los pocos días. Zubayr ibn al-
Awwam también murió en esta batalla. Alí lamentó públicamente la muerte de estos dos compañeros del
profeta y la de los demás caídos.
54
Aisha, como todas las mujeres del profeta lleva el título de “Madre de los Creyentes”

13
mando de su hombre de confianza Malik al-Ashtar. Por su parte Muwawiya reunió una
cantidad incluso superior y fue auxiliado por el ya conocido general Amr. En julio del
657 se encontraron ambas fuerzas en la llanura de Siffin, cerca de la actual Raqqa, en
Siria, junto al Eúfrates medio. Según se cuenta, para evitar la batalla, Alí retó a combate
individual a Muwawiya y después a Amr, propuesta que fue rechazada por los sunís
indicando que querían venganza por el asesinato de Uzman 55. La batalla comenzó el 26
de julio de 657 y duró unos tres días. Al tercer día la situación parecía inclinarse del
lado de los Alidas 55 hasta que los de Muwawiya arrancaron hojas del Corán y las
pusieron en las puntas de sus lanzas, apelando a la legislación y el arbitraje y solicitando
una tregua 56. Algunos de los chiítas estuvieron de acuerdo con sus enemigos (entre
ellos el mismo general Malik al-Ashtar), mientras que Alí era partidario de continuar la
lucha. Finalmente dada la situación Alí aceptó el cese de la batalla. Por otro lado
algunos de sus hombres querían continuar apelando no al juicio de los hombres, sino al
de Ala (que otorgaría la victoria militar a quien tuviera la razón). Estos individuos no
estando conformes con el arbitraje humano y con el cese de la batalla se retiraron
enfadados de la misma. A estos “que se retiran” se les llamó los “salientes”, en árabe
jariyies 57 con lo que se formaría una tercera facción. Aunque esta batalla concluyó en
tablas forzadas por la tregua parece que efectivamente los sunís tuvieron pérdidas más
abundantes 58.

Al regresar a Kufa las tropas de Alí los jariyíes no conformes con la tregua se fueron
quedando rezagados en la marcha (he dicho antes que se retiraron durante la batalla,
puntualizó, fue durante el regreso). Así, unos 12.000 hombres de la columna quedaron
atrás decidiendo sobre que acciones debían tomar ante los acontecimientos y
acampando en una población llamada Harura. Los jariyíes llegaron a la conclusión de
que no debía haber ningún musulmán por encima de otro, ni Alí ni Muwawiya. De
nuevo Alí tuvo que negociar con un grupo disidente y de nuevo la negociación no
obtuvo frutos. Los Jariyíes se retiraron entonces a otro lugar para organizarse.
Concretamente a Nahrawan, a 15 kilómetros de la actual Bagdad (que entonces no era
sino una pequeña aldea sin importancia). Hubo incluso gentes de otros lugares (por
ejemplo de Basora) que se unieron a los rebeldes, incrementando con esto su número.
En julio del 658 se produjo la inevitable batalla que se lleva la palma en cuanto a
matanzas entre las descritas, en el sentido de que se cuenta que sólo sobrevivieron 9
personas en el bando jariyí. Recordemos que en esa fecha ya había nombrados dos
califas al mismo tiempo (Alí y Muwawiya I) aunque las fuentes (incluso las sunitas) no
indican la fecha nominal de inicio de la jefatura del califato de Muwawiya hasta que
muere Alí. Dos años después de la batalla de Nahrawan (o matanza de Nahrawan) los
jariyíes deciden enviar a tres asesinos para acabar con la vida de tres personajes: Alí,
Muwawiya y Amr. Sólo el primero de ellos consigue su objetivo terminando con la vida
de Alí mientras rezaba en la mezquita de Kuffa en febrero del 661 (Ramadán del año
40H.). Esta podría ser considerada como la fecha oficial del inicio del califato de
Muwawiya I, fin de los califas Rashidun y el inicio de la dinastía Omeya.

55
Fuentes chiítas.
56
recordemos que en el Corán además de preceptos religiosos se fijan cuestiones legales. En este caso los
sunitas apelaban al derecho a juzgar a los asesinos de Uzman, refugiados y acogidos entre el bando
contrario. Incluso algunas fuentes acusan de ordenar directamente el asesinato al propio Ali (p.e. en
Ladero Quesada “Historia de la Edad Media”). El juicio debía realizarlo un tribunal de arbitraje.
57
mejor dicho, el plural en árabe es jawarý pero en castellano hemos “pluralizado” jariyí como jariyies.
58
siendo las pérdidas totales en ambos bandos del 30 %, con lo que podríamos calificarla como una
batalla sangrienta

14

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