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A Se ISAAC G. EDUARDO | a a nae, I —- HIMNOS ¥ QUEJAS = w porsiag, gpl. fO- 2- PZ. POR Gd ait ISAAC G. soimaeo iy | gna 2% HIMNOS Y QUEJAS ogi, 8 POESIAS BIBLIOTECA DE ISAAG G, EDUARDO 3 Dv vs a r i: oe MUON un ef LA PAZ Impre, enta « “Liberal” 1888. GUARDA TU FE [A MI HERMANO.- Guarda tu fe, que ella tu amparo sea En el viaje penoso de la vida; Ella es Ja luz que al corazon recrea Y es para e] alma protectora egida. Guarda tu fe, que el hombre en su impaci No aleanza la verdad, que el cielo oculta, 4 la ciencia, Y por hallar la luz llama Que en un caos de sombras lo sepulta. encia a abrumadora duda, sin calma, aruda alma. En una eter Se agita su razon, sin paz, ¥ cuando brama la torment No encuentra donde refugiar su _No sabes qué es dudar; tu alma de nine No abe cuanto el corazon solloza c uando entre suenos de color de armino, Se busca Ja verdad con alma ansiosa. Yo también en Ja aurora de mi Vida, Era eval ti sencillo y candoroso; Y hoy dia por m1 senda oscurecida Mareho agitado y sin hallar reposo. -Ay! yo tambicn senti dentro del alma, \aduda germinar con impaciencia, Y por hallar de la verdad la palma, Me engolfé en los problemas de la Cienciy Lei, lei y en mi delirio ardiente sintiendo de dolor mi alma abrumada, Laneé un grito de edlera estridente ‘Al sentirme sin fe, sin luz, sin neda.._. Pobre de mi! que cuando sufro y Noro Herido por los dardos de la vida, A nadie doy mi queja, 4 nadie imploro; Por que sé que no hay balsamo 4 mi herid,, Es pobre la razon, pobre es la ciencia, Para volver al corazén la calma; -Qué no hiciera por dar 4 mi existencia, La dulee paz que me arranqué del alma! Arrojado 4 este piélago insondable, En este fango de eternal miseria, Yo no sé sid mi cuerpo despreciable EF] alma le da vida, 6 la materia. No sé si tras la muerte misteriosa Existe un nuevo edén, un nuevo mundo, Ni si el hombre al perderse entre 1a fo: Vuelve 4 ser lodo miserable, inmundo. No se si el hombre que en la tierra vive. Rindiendo culto 4 la virtud sagrada, Un premio en recompensa alla recibe, 0 si el bien ante el crimen se anonada. Yo nada sé; que oscura es mi conciencia, Y es oscura y fatidica mi suerte 4 Donde hallaré la luz de una creenc Solo en el seno horrible de la muerte. Alli esta la verdad, en esa oscura Mansion de que el mortal no sabe nada En esa pobre, humilde sepultura, En esa caja tétrica, enlutada. .-- Alli la busearé; si el alu-a humana A traves del NO SER sigue su _viaje, Ta luz de Dios me alumbrara manana Al arrojar mi terrenal ropaje. Y si todo termina con Ja muerte Y e] alma es ilusi6n del pensamiento, Podré en mi tumba reposar inerte. 4Qué importa al polvo que lo barra el viento. Mas tu, sencilla flor, alma creyente, Que entre tu pecho la virtud cobijas, Que buscas los laureles de tu frente En el Edén donde tu vista fijas. Sigue adelante, con resuelto paso Por Ja senda del bien y la bonanza, Sin desatar el inseguro lazo Que encadena Ja fe con la esperanza. Sigue adelante, tu virtud sencilla —4— No trueques, no, por la implacable duda; Que es ella de los males la semilla, El germen cruel de la desgracia ruda. jAy! nunca intente conocer lo cierto De ese misterio, tu anhelar constante, Y & vivir, siendo sabio, de lo incierto, Prefiere tener fe, siendo ignorante. SOLEDAD. —DE LAMARTINE— Al pid del viejo roble, Al declinar el dia, Me siento muchas veces De Ja montafa en la elevada cima; Y, triste y silencioso, Paseo la mirada Por la feraz llanura Que desarrolla al pié su panorama. Aqui, murmura el rio Formando blanca espuma, Y marcha serpenteando Hasta perderse en las lejanas_brumas; Alld, el inmovil lago : Estiende sus cristales Hasta el confin remoto Donde se alza la estrella de la tarde. En este altivo monte, Coronado de musgos, —b6+ Despide tristemente Sus ditimos destellos el crepy La reina de Ja noche, Wseulg, En su brillante carro, Asciende en estas horas Y blanquea 10s bordes del espacig, De la gética torre Se escapa una plegaria Que lena Jos espacios, Y la santa orac! On cierne sus iilas. Detiénese el viajero, ‘Al oir la voz vibrante, ¥ une su voz al ruido De los ultimos ecos de la tarde. Mas mi alma indiferente Ante el] estenso Ilano, No goza, ni se encanta, Ni se conmueve al contemplar sus cuadros, Como una sombra muda La tierra yo comtemplo: Es que el sol de los vivos No anima los despojos de los inuertos. De colina en colina Deje vagar mis ojos ¥ recorro el espacio Buscando en vano la ventura ansiose: Y al ver que todo calla Ante mi opaca vista, Me digo: no me espera En ningun sitio la anhelada dicha. §Qué me importan log valles Los bosques, las cabaiias? Vanos, mudos objetos De los que huyé el placer para mi alia Rios, rocas, florestas, Soledades queridas,— Un solo ser os falta Y estais tristes, desiertas y marchitas. Que el sol siga su curso Q interrumpa su brillo, Con indolentes ojos Yo eternamente su carrera sigo; Que él se acueste 6 levante En un hermoso cielo, {Qué importa 4 mi existencia? Jel dia que él alumbra nada espero. Cuando puedo seguirlo En su basta carrera, Mis ojos solo encuentran El vacio, el desierto y la tristeza. Yo no ambiciono nada De lo que el sol anima, — Yo nada pido al mundo, Ni al inmenso oceano de la vida. Mas sé que alla, en el limite De su remota esfera, Existen otros mundos Donde otro gol mas puro reverbera, Cuande deje en el suelo Mis pdlidos despojos, Lo que he sofiado tanto Yo sé que ha de brillar ante mis ojos. Me embriagaré en la fuente Que tanto mi alma ansia, ¥ hallaré la esperanza Y el amor ideal que el hombre aspira. ;Ab! que no pueda ahora, Sobre el carro del alba oR a Llevarm e hasta ese cielo, De los rayos de luz sobre las ‘las! Sobre este triste valle De proseripcién amarga— -Por qué el destino adverso Detiene adn mi perezosa marcha? ,De qué sirvo en la tierra? ,Cual la misién que Nevo? Entre mi alma y el mundo ; No hay nada de comin, Sov forastero, Cuando caen las hojas Que visten la pradera, El viento de la tarde Se alza del bosque y las arrastra y lleva. Yo soy en este mundo Cual la hoja marchitada; Lievadme'como 4 ella, Tempestuogo aquildn, en vuestras dlas! EN UN ALBUM. Como es ini lira tan torpe y no tiene la cadencia que a tus trovadores piden : tu hermosura y tu belleza, permiteme que tan solo te refiera aqui una escena que he contemplado entusiasta no hace mucho en Ja pradera. Era una tarde. La brisa con suave somnolencia inecia sobre sus tallos la rosa y la verbena; el sol de palidos rayos, como candida doncella que oculta entre blancas gasas su pudor y su inocencia, medio escondido en las nubes que el cielo azulado pueblan, parecia detenerse ante esa calma_suprema: Ti por medio de las flores que al cielo gy ar pasabas en ese j con tal gracia Jy tal con tal sonrisg en Ios Y tal aire de inocencia, que senti dentro del alma no sé qué ansiedad Secreta.__ Al verte, las florecillas i se levantaron enhiestas, para hacerse mag notables ante ti que eres sy Teina; mas tu orgullosa cruzaste, despreciéndolas, sin verlas, nténces las Pobres flores consoldndose en sy pena, €n sus didlogos Sencillos hablaron de este Manera: —Mi color tiene en sus labios, dijo el cLaver; ¥ entre ellas salté la edndida Rosa, Y con voz sencilla, ingenua, respondié a] clavél:—E] mio en sus mejillas lo lleva. —Lo tiene ¢] mnio en sus anos, interpuso la AZUCENA; Y todas lag bellas flores que vestian la Pradera, Isputaban orgullosas, comparando su belleza as las Derfecciones Magen se contemplan. ante necortado al no podep encontgeUEtA, nada que se 1 ¥ Como la de, SUS altivas e¢ reclin6 sobre Spr —JjJil— pensativa, la cabeza; ¥ & poco tiempo se vid toda en padazos deshecha Y en jugueta convertida del viento de la pradera...... iPobres flores! ;pobre flores! me dije entonces al verlas, como igularse pretenden ala escultural Fidelia? No saben las pobrecillas que-son palidas ante ella. MIEDO ETERNO, _Tuve miedo al mirarte, por que mi 4 Sintié algo que auguraba una pasion, Y en tus ojos lei como en un libro , Los misterios secretos del amor. Tuve miedo al sentir por vez primera Ese horrible presagio de un afan, Y quise abandonarte, y tuve miedo De hallar léjos de ti la soledad. Te amaba ya, y el cielo de mi vida Brillaba mas espléndidv y azul; Tus palabras ofa como uD hisuno Y hallaba, amante, en tus pupilas luz Alrevelarte mi pasién vehemente Tuve miedo, sombrio, aterrador, Pengando que con fria indiferencia De mi alma oyeras la angustiada voz. Mas me brindaste esa sonrisa dulce —- BH Que es eonsuelo, esperanza, dicha afan; Y¥ tuve miedo al encontrarme solo De la dudaen la densa oscuridad . ¥ atin dudando esperé; por que quien duda En la esperanza guarda su ilucion, Y vive del maiana sobre un mundo De locas ambiciones y temor. ¥ era feliz por que esperaba ansioso El eden de tu seno virginal, Cuando vi disiparse las tinieblas De esa noche sin astros de mi afan. Y vi venir al desengaiio horrible A_posarse rugiendo entre mi ser; Me estremeci al sentirlo y tuve miedo De ser presa de un mostruoso tan cruel. Hoy tengo miedo que el pesar me deje, Tengo miedo volver 4 la ilusién, Tengo miedo olvidarte con la dicha.— Con e’ dolor no te he olvidado, no. DEJEMOSLA, SE HA DORMIp Mlbg (ANTE EL CADAVER DE LA SENORITA | GUAS.) AL La palida beldad, la virgen pura De tez morena y labios de corales, La reina sin rival de la hermosura Que inspir6 mil ensuefios celestiales, Y que en lecho de flores remecida Se hallaba por las auras juveniles,— Cual blanco.cisne se qued6 dormida. No! no la desperteis; guardad su sueno, eCual le guardan hoy dia los querubes Desde el trono risueho Formado por el tu! de blancas nubes. Tiene el alma letargos pasageros, Como el cuerpo— rendido : Por las luchas del mundo—su descan* En el eterno suefio de la nada; 25 =. Mas el alma, titan nunca vencido, Renace en otros mundos A seguir de la vida la jornada. Por eso, los afectos, las pasiones, La f6, la inspiracién, son eternales. Si habeis amado al alma que atin se agita De la que duerme Ya, sois inmortales Por que atu en ella vuestro amor palpita. Mas no la desperteis! Su helado pecho No volveré 4 lanzar, tierno, un latido. Ni de su boca fria y sin aroma Se escapara un gemido; Por mas que alli, sobre el mortuorio lecho, Cierna el alma sus alas de paloma. Mas ay! en eal Busca un consuelo en su fatal ausencia, Puede el ave seguir en su jornada La carrera inmortal de la existencia. Mas Qué han de hacer iDios santo! Sus pobres compaiieras de la selva, Si vuela & otras regiones la paloma Que fué todo su encanto? jAy! Qué ha de hacer la selva entristecida Sind llorar y maldecir la vida? {Oh santa Providencia! Puedes en tus designios ser muy justa Las leyes al regir de la existencia; Pero en tu crueldad, eres injusta.... Hay en los golpes que tu mano asesta encono tenaz del asesino, Cuando, oculta la mano del destino, etrds de los alahagos de la vida, Nos espia y nos hiere ual cobarde homicida. — 16 g nace en el jardi . ué nace en I jardin Jp , iA te ‘al hombre candidos a Poy Que inst mas el alma siente y gor i, ¥ ona rar sus VIVIdOS Colores opl jnvierno i o del i Oil a E 20 Toy Ja marchita aja al posque en un dolor eterna y sThombre en soledad triste, infinity : is vs por ventura el viaje de la vida t Me cruel de una vengaza 6 eagobia nuestros pobres corazonegs i venganza 4por que? {80M08 culpa. as, cemos al mundo con pasiones, - Npabites, miserables, desgraciados? | bi a .Débiles, wiser gracia jes e] hombre un gusano 4 quién se lana, S Alos mundanos mare! his Para que luche alli con los designios Del alto cielo, que sembr6 en el mundo Fl gérmen del dolor y los pesares? jPor qué si ha de morir el caminante Que marcha en pos de un venturoso suefy, Antes de que refleje en su semblante La luz de un sol mas puro y mas risuefo,— jPor qué ;oh Dios! si morir es su destino, No muere en el umbral de su camino? 4Es la muerte un castigo de los cielos? jEs un premio de la vida? jPor qué enténevs nos roban de la tierra ee serés mas buenos, mas queridos, ase: he eu la guerra 3 La esperanza de] ole en Dn len apetecidat ;Por qua ‘4 misera existencia— 4 los aarés ey reba el eielo iPor qué ae amamos con vehemencia? arranea de su lado, ae Nos deja el pensamiento Que vive en el recuerdo aprisionado? Y si a vivir estamos condenados— Por qué no nos arranca el sentimiento? silencio! silencio! Del cadaver No turbe el sueno la blasfemia ruda; Que ante el horrible aspecto de la muerte La vida calla, la conciencia duda. jSilencio! ni una voz robe la calma De la palida virgen adormida. ..... Ella fué buena en su terrena vida; No temais por el viaje de su alma. AL PARTIR [EN UN ALBUM. | «des y sabiendo, amiga. 3 me pides y Sa : ae gees torpe foi laid, pobres sus note, Qu ndad pretendes impulsarlo, " bol : Syria darme de tu album una hoja. y-es inutil tu empefio: no el rocio Queriega los yergeles en la aurora, Dara vida 4 la flor ya marchitada, Ni volvera el perfume 4 sus corolas. Y6 ya no sé cantar; el alma mia Ha enmudecido al contemplar tus gracias. Como al mirar del sol los resplandores Se ofusca el hombre y admirado calla. Y c6mo no! si en tu graciosa imagen Hay algo de divino que embeles a; ‘Quien contempla tu faz se vuelve loco Y quien tus ojos ve de amores ciega.” — iW Fuente de amor, de luz y de armonia, E] sol en tt su resplandor encuentra; De ti aspiran las flores su perfume, Y la brisa al pasar tus ldbios besa. Todo es hermoso en ti: es de la luna La nivea palidez de tu semblante; El negro de tus ojos, el del ébano; El timbre de tu voz, el de las aves. Mag. ..-.-siento ya que el hado inexorable Me arranca de tu tierra tan querida, Sin poder expresarte mi ternura Arrobado en Ja luz de tus pupilas! ;Adios! ;Adios! Te dejo en estos versos Una muestra de tierna simpatia; Y un suspiro, un recuerdo, una plegaria Solo te pide el ave fugitiva. DUELO y AMOR. ‘Aun vagaba por Jos air el suspiro ostrimero ; que exhald el nino en la cuna, antes de ir al cielo. eS nifo dormido . de los muertos, los azahares ban su lecho. Estaba el con el sueiio en medio de que perfuma Y cuan cerca de la tumba, ligados por amor tierno, gozdbamos delirantes — de ese bien dulce y supremo. = Ya reclinada en mis brazos, ya recostada en mi pecho, prorumpia ella en promesas que ne olvida e] pensamiento. slnsultabamos la muerte? iAy! es el amor tan ciego ae levanta sus altares sobre el polvo de los muertos. © — 1 Il. Bendito el nihu que al partir al cielo ‘Tus amantes promesas escuchd, Bendito elangel que al alzar el’ vuelo Cobij6 con sus dlas nuestro amor. TIL. Ay! triste debe ser dejar el mundo Sin sentir las fruiciones del amor, De aquel amor purisimo y profundo Del que ansiosos gozébamos los dos. O, niiio, si al volar hacia tu cielo Cerniste el ala en el espacio azul, Celoso de mi dicha, vuelve al suelo Do encontrards un angel como ti. Mas si en la gloria es la afeccién tan pura, Reflejo fiel de la que viste aqui, Vuela angel, vuela Ala celeste altura % Do puedes igual dicha conseguir. Op En-tanto yo refundiré tu vida XK. ‘ En la mia, sedienta de placer, Y oe Para ofrecerla 4 la mujer querida, - % Para quien corta mi existencia es. Para vivir como en aquel momento, Por lo que tt debieras de vivir, Junto & 1a virgen que con suave aliento ‘Te alitié la senda que conduce allt. Nino feliz que al ascender al cielo “y oe Sorprend iste el secreto de mi ana - * Oh! Neva alli mis ansias y mi a Si, Névalas y las bendiga Dios. & (A MOISES “°° sTRIMONIO. LLEVALA s ASCARRUNZ CON Moriya, Moises, 4 tu regazo amante 1 de virtud y de candor, que revela en su semblan;, ades del amor. Lleva, A ese ange: A ose angel que | Los tintes sonros Los tintes, si, de la pasién primera Que vinieron su seno 4 despertar, Como 4 la flor que duerme en la praden, El primer rayo de la luz solar. Llévala, amigo, & tu feliz regazo Sonriendo de emocion y de placer, Para robarla en el primer abrazo Los tesoros de su alma de mujer. Llévala, si; que es gloria y es ventura Despertar de una virgen la ilusidn. ves Drimera esencia de cernura erla en el sediento corazon. Llé lévala, Yhallavas en el aliento — 23 De su boca, perfumes y calor; En todas sus sonrisas, sentimiento; En todas sus miradas, luz y amor. ; Que ella en sus fibras que al amor agitan Te consagra un tesoro virginal, Y son tuyos los besos que palpitan En sus labios de grana y de coral. Y son tuyos los suefios de su mente, Tuyas las ansias de su vida son, Son tuyos su pasado, su presente, Su porvenir, su gloria, su ambicion. Que es ella una beldad en cuyo seno No ha dejado sus huellas otro amor, Ni han probado sus labios el veneno Que dan el desengaio y el dolor. Ella es cual la paloma que en su yuelo Llev6 del aRca la sefial de paz; Y cuya vista iluminé en el cielo E] iris, que es alivio y es solaz. Unela 4 ti con los sagrados lazos De ese amor que hard dulce tu existir, Y tendras un refugio entre sus brazos Si acaso se te anubla el porvenir. Mas no; que de risuefos embelesos. Scerubrado tu camino encontraras, Y al arrullo suave de sus besos Por su senda triunfante marchards. Algo hay en mi, no sd que voz secreta Que me augura la dicha de los dos: jPermitidme que sea yo el profeta Que os tiaiga aqui la bendicién de Dios! A BOLIVIA, EN EL ANIVERSA RIO DE SU INDEPEN), Desde la playa remota Donde el mar estremecido Viene 4 quedarse dormido Cual fatigada gaviota,— Tu bardo, la dulce nota De su admiracién te envia; Pues nace en el alma hoy dia Al recuerdo de tu historia:— La idea, que es Juz y gloria, Y¥ el amor, que es armonia. Ved cuan grande se levanta La noble hija del guerrero Que con el brillante acero Que 4 los tiranos espanta, Supo hundir bajo su planta Las furias del despotismo, Y del fondo de un abismo De esclavitud y abyeccién Levantar una nacion, Al calor del heroismo. AF» LS. — 23 Miradla! Sobre su frente Brilla un iris de esperanza En el que a leer se aleanza La aspiracion noble, ardiente, Que es del progreso la fuente ¥ del patriotismo enseia; Pues quien en su anhelo sueha Con la libertad amada, Es que la senda sagrada De su porvenir disena. jBolivia! patria querida. Faro de ese porvenir, Si en tu seno ha de latir Por siempre un gérmen de vida, | Por el mundo Dendeeida Sera tu brillante gloria,— De Bolivar Ja memoria Pregonada eternamente; Pues 4 Ja hija de un valiente Rinde homenaje la historia. Ya el estruendo de la guerra La voz de la industria acalla: E] fragor de la batalla Ya no ensordece Ja tierra; Ya en Bolivia ne se aferra De la discordia la mano, Y ya el mundo americano Mira con los ojos fijos Seguir 4 sus nobles hijos La luz del progreso humano. Ya eres, Bolivia, la nave De los mares del progreso; Ya del infortunio el peso Vencer tu grandeza sabe. — 26 si te elevas Como el aye aaa gloria, hasta la Cumbre, Habra un dia en que deslum yy, \ la Europa tu arrogancia, Cual otro tiempo la Frane}, Sirvid 4 la tierra de lumbre. De tu nombre y bizarrig Sigue orgullosa y ufana, Siempre al lado de la hermana Con quien nacieras un dia; Vivan en dulce armonia Del Inca las dos naciones, Y latan sus corazones Al unisono en el_pecho, Formando vinculo estrecho Sus inmortales pendones. Te ofrezca el Pertti su aliento De progreso y venturanza, Y dale ttt la pujanza, Del valor y el pensamiento; los mares e] acento 0s arrulle con sus notas, cual dos blancag gaviotas 'n la misma ola mecidas, Pesuid para siempre unidas Buscando playas remotas. Lima, agosto 6 —18X6 CONTEMPLACION. Desde que el sol vertia sus destellos Hasta que en Jas montaias Escondia sus tibios resplandores, — Con qué ansiedad extraiia, Pasaba yo las horas, contemplando La choza de mi amada, Que en Ja desierta roca se veia Como el nido del aguila. ;Ayj; entdnces la noche tenebrosa Con sus fimebres alas Escondia 4 mis ojos, en la cumbre, ica morada, Y sin poderla ver, bajo los tilos Cuan triste sollozaba Sumido en la amargura mas profunda Que atormentara el alma. Si supiera la noche, ine decia, E] dolor que me causa Cuando envuelve en su manto funerario E] nido de mi amada, ‘Talvez no legaria; ni el sol claro Se escondiera detras de la montana. PAISAGES, I. Llegué al fin 4 la cum bre Sigantezcg De do se aleanza 4 dominar e] lano, De do se estiende la mirada altiva Y abarea la estension jQué hermoso Chad Ks la aurora, ¥ un cielo diamantino Cubre la intensa y floreciente selva, En la que se alza la plateada mole Que su blanco Topage nos ensefia. Es el Ande! Ja novia engalanada Que vela su rubor con nubes de oro, Y al despertay de su 4MOroso suenho “l velo Tasga en Voluptuoso insomnio. — {Qué Cuadro! Los arbustos del arroyo Sobre lag ondas sy Matiz reflejan . Y bulle alborozado UN regimicnte © mil flores aladas—as é Pa) Alli baja rugiendo la cascada Que en un lecho de arena se recuesta; Por aqui la colina que se estiende Matizada de rosas y violetas. Mas alla el labrador con fuerte m ane Abre resuelto el anchuroso surco, En tanto que una madre carifiosa Aduerme 4 un nifio palido y desnudo. El sol ardiente en el espacio brilla Y nubes de vapor se alzan del bosque; Las muchachas conducen su rebafio, Coronadas de espigas y de flores. E] buey sumiso al labrador, cansade Del yugo al peso la cabeza dobla, De blanca espuma Jos ijares Menos, Richinando los piés sobre la roca. El agudo aguijén le presta brio: Cruge el arado al entreabrir la brecha, ¥ el noble buey, con sofocado aliento, Va removiendo el pelvo de su senda. Por en medio del Andes majestuoso Llega el condor, el rey de Ja montana, Con raudo vuelo, con semblante adusto, Rasgando el aire sus ingentes alas. iQué paisage! Qué euadro! Por el ciclo Se estiende audaz cl pensamiento altivo, ¥ la mente que sucha y se embriaga Kleva ansiosa & su Creador un himno. - 80 — Todo es hermoso aqui! pad Mas, un instany, fijémos en e! alma: bién un cuadro nos present, Ja luz de la esperanza. La mirada Que ella tam Formado por Ella tiene su cielo en sus delirios, Sus antorchas de luz en suS almores, Y su noche terrifica y callada En sus dudas y horribles descepciones..._.. jCudnta esperanza en ella! Todo es suyo: suyos el porvenir, la gloria, el génio; No hay nubes en su cielo de esmeralda; Todo es amor, inspiracién, anhelos. Es suyo el porvenir, su PDE; I p , suyo es el orbe; - ella el bien y Ja virtud imperan; eed de gloria y la ambici6n la abrasaa; “8 ancho el honrizonte de su senda... .--.--- Voy 4 ar, En based de plement tena a ms Tengo amor, juventyy eee was anor, juventi 1 ‘lg Yome alo Juventud, fuerz i ne uienta la luz de la espera iene Il. Curinte ‘into he tar vol ardadojoh Dj a é D; ire 5 ¢ nsadlo eo desta elovada cima eens apenas la mirada, wi de la colina. Es de ta, rde Al cient opaci et cambio en la natura! an egri denegridas nubes; as | = hice aia de nieve en vapor denso .a mont q he mbria avergonzada cubre. su faz 80) Se asemeja 4 la virgen solitaria ue el triste olvido de su amante Ilora y, abandonada y timida, se esconde Entre el velo enlutado de las sombras. Ya las aves recdjense 4 sus nidos, Y deja el labrador cerrado el surco; FI sol tras la colina se despide; La noche asoma con su faz de luto. ISADO Vuelve el condor, el rey de Ja montana, Con su pausado y perezoso vuelo, Y en las grietas profundas de las cumbrestg INVENTARIADOR of Corre 4 dormir su fatigado sueno. i i a) ‘Todo es fiinebre aqui! é 1. 4 . Mas un instante La mirada fijemos en el alma, Que ella también un cuadro nos presenta Formado por la dicha 6 la desgracia- ana tiene su cielo en sus delirios: You a ¥ chas de Juz en su aimores, En sug ihe terrifica y callada Sus dudas y horribles descepciones. . . . - . iQué horn} Cu mg getible lobreguéz! ;Cudnta amargura! O acalg ty eudinta esperanza muertas. Busea ag 5 ya el anima gastada 6 ballar su soledad eterna. a OF om Vencido su valor en cien combates, Perdidos sus ensuenos y esperanzas. silt iAy! por piedad! salgamos de este abisny. Que es un abismo impenetrable el alma, Salgamos por piedad!..... De la Iannra rs viento helado ya el verdor arrasa; 8s flores de sus tallos se desprenden, un hombre, y6, Solloza en 1a montana... DEDICATORIA, (BN LA PRIMERA PAGINA DE «RAFAEL.») Tu 4 quien adoro con ferviente anhelo ¥ eres el angel que mi afecto guarda, Lee 4 RAFAEL cuya pasion sincera Es la misma que mi alma te consagra. Es mi afecto el reflejo de ese afecto. Mis ensuenios los mismos que é] forjara, Y mi pasi6n la misma que angustiosa Ardié en su pecho con fulgente Nama. En mi existen los mismos sentimientos Que de RavakEt la vida alimentaran, ‘48 mismas inquietudes y alegrias, “I Misme frenesi, las mismas lagrimas ye antas veces por eso en mi ternura ‘Manto derramé sobre sus paginas; n ellas hallaras la huella ejado la esercia de mi alma. OY eso @} Que ha di — 34 Y si tu corazon me ha comprendidy Sé tt la Jura tierna, apasionada,—' Y yo RAFAEL, que si la vida adoro Es solo por la luz de tus miradas. Hay en nosotros la afeccién sincera De dos vidas en una amalgamadas, La ternura de PABLo y de VIRGINIA De Fausto y MarGarira la esperanza. Hay la inocencia y la pasién vehemeni< De GRACTELLA la pobre procitana, De Werther la locura delirante, Los ensuefios de LAURA y de] PETRARC!: Ruega al cielo que nunea nuestro afect? Con su aliento la muerte lo deshaga; Que 4 los dos en un soplo nos devore, Antes que separar nuestras dos almas. _ Como 4 PaBLo y VIRGINIA en una fost Guaérdenos otra tuinba funeraria. Y no nos deje en este mundo solos Como 4 RAFAEL, lHorando su desgracin. =" DE SOULARY. (TRADULCION LIBRE.) La bellota es el gérmen de Ja encina Que en el bosque se inclina Al.soplo récio del sanudo viento: La flor que nace de su tronco inerme Es el fruto que duerme. Mecido de la brisa al suave aliento. Y es fruto de la noche el claro dia, Tesoro de poesia Que todo el orbe con su luz jnunda. La vida es de Ja muerte eflorecencia, ¥ el paso a la existencia Es la simiente que el calor fecunda. El ser es la carrera al sufrimiento: Y¥ es el primer aliento De la existencia, el padecer profundo: Y nacer es morir, por que la vida ¥s la primera herida Que siente el alma al acercarse al mundo. — 36 — Oh amor! ;Sublime amor, tierno, inefy)j, ;A quién le fuera dable | Gozar sin padecer de tus fruicionest Tu naces de una noche de tormento, Y en tu postrer aliento Aun nos inspiras nuevas ilusiones. Mezcla del padecer y la alegria, Es tu voz la poesia Que alas alinas anima con su encanto. Tus besos son los besos de la aurora Que rie, y luego Ilora, Fecundando la tierra con su Ianto. Como 4 las flores que arrebata el viento Nos llevas con tu aliento De las tinieblas 4 la luz hermosa, Y, macerando el cuerpo palpitante, Tu aliento fecundante Hace al alina feliz, voluptuosa LOS NINOS Y EL JILGERO. (DEL FRANCES.) —jOh! hermoso pajarillo, Ya en nuestro empeno, Cortar hemos logrado Tu raudo vuelo; _ Turaudo vuelo Detuvo nuestra astucia,— Hoy eres nuestro. —Para surcar el mundo De polo 4 polo, Dios me puso en la tierra, Nifios hermosos; Nifios hermosos, La libertad volvedme, Volvedme pronto. —No llores, pajarillo, Tu lanto calma, Sofoca tus anhelos, Dobla tus alas; a Bo bla tus alas, na tendras Confites, que tr uutas, Migajas. uiero esos mabjares Ae os alucinan,— e tengo mas preciados % n Ja colina; Enlacolina Donde encuentro mil frutas Que me dan vida. _Te haremos un palacio Con hilos de oro, Do viviras contento Junto 4 nosotros; Junto 4 nosotros Que te amaremos tanto Como 4 un tesoro. —El nido mas hermoso, La mejor jaula. Jamas sera un palacio Para mi alma; Para mi alma Que solo anhela el aire De la montaia. ~Visiremos alegres - on tus plegarias, x elogiando tus himnos Siempre entusiastas; ~Cantaba y, oneayo en el bosque mM Crueles Nios, | ama et a ot lel ie ce Y 4la selva encantaban Mis dulces trinos; Mis dulces trinos Serdn solo lamentos Si soy cautivo.--.-------- —Pobre avecilla, vuela Vuela entusiasta, La libertad te damos Cierne tus Alas; Cierne tus alas Y torna 4 los jardines De tu montana. A MARIA. EN SU ALBUM. Todo es amor, es todo sentimient, Junto 4 la virgen de nevada ter, J unco 4 Ja virgen que en su dulee alicnty Brinda aromas al mirto y al clavel. Todo es amor! Todo & su lado canta, Y tudo late con vehemente afan, Y alli do posa su divina planta Nacen la rosa, el lirio, el azahar. Todo es amor! Sus ojos son 1a fuent D6 bebe el sol su refulgente luz, Y cuando brilla su pupila ardiente Canta en la rama la torcaZ azul. ;Ah! todo ante sus célicos boosie Goza y sonrie con intense amo ‘yin0s Y entre las ondas de sus neg AD. Se aprisiona sensible e] cora? —— 4 No sé qué encanto tiene su hermosura, No sé qué de sublime y celestial; En sus ojos retleja la ternura Y la bondad revélase en su faz. Por eso en ella nuestra mente inquieta Busca y encuentra tierna inspiracion; Ella es Ja fuente donde bebe el poeta Luz, sentimientos, ilusi6n, amor. 2Quién al mirarla no sintio la Nama, La Nama de un amor puro, ideal? iQuién al verla no siente que la ama Con la vehemencia de un intensovafant? Dichoso aquel que en su eternal ventur a Alcance una sonrisa de pasion; Dichoso aquel que beba en su ternura La esencia de su alma que es amor. Si fuera tan feliz. ... ;Perdén! ,Qué digot Quizé en mi anhelo Ja orendi,—perdén.- Ma4s ine queda una gloria: ser su amigo, Y esta es la gloria que decanto yo. = Be I viaje es un gy, cgemos. El via, ¢ dein, due la terrena realidad Aeortg I. sansado estoy del mundainay guisre aleanzar la dicha e] almaeth Por eso aqui, tan Iéjos de] Tuido, Busco la soledad que eg inj alegtig Aqui vivo feliz: mis compaiieras Son las aves que pueblan la Montag No hay mas bullicio aqui que Ja 4" 0 De la fuente que orea. mi Cabaiia, ha Aqui vivo feliz, nada me falta; Me convidan los Arboles sy Sombra; Las violetas me ofrecen SU perfume Y el verde eésped sirveme de alfombra, Si alguna vez me abruma la tristeza, Las golondrinas, con sas tiernog Cantos, Me devuelven Ja, paz que tanto adoro, me dé la montana sus encantos, I. Piad, pind, mis tiernas golondrinas, Dela tierra yo} cielo mensajeras; py ota soledad 8 vig iis hermanas, mi dolor verpetuas compaiieras. A ELVIRA. [LA DE LOS LENTES OPACOS.] Estoy impaciente, Elvira, y ya el deseo me inquieta de beber la luz radiante que en tus ojos centellea, Yo sé que tras las cortinas de los cristales que velan Jas dos nifas de tus ojos, hay fuego que abrasa y quema; mas ignoro si esa lumbre que hasta el corazén penctra, irradia de unas pupilas verdes, azules 6 negras. Son verdes? Ya me imagino de esmeralda rieas piedras, engastadas en el fondo de dos relucientes perlas, como el simbolo preeiado de quien amoroso espera. 4Son azules? ;Brilla en ellas el color de las violetas? iYa los comtemplo en mis suehos como emblema del Pocta, Juciendo tris las cortingg de unas pestanas de Seda! » jSon negros? ZEres acagy alguna huri del profeta que desde el cielo de Mahoma ha descendido 4 la tierrat Si, ya veo en el conjunto de tu escultural belleza, en ese rostro amasado con rosas, coral y perlas, sombreado por bucles de oro,— dos abismos, dos estrellas, Aparta de esos cristales, hermosa Elivira, la venda; que no por estar ocultos los astrus de brillar dejan, Muéstrame tu faz desnuda y sofoca la impaciencia. que por contemplar tus ojos siente el alma que te aprecia. Td sabes que & las pupilas ansiosa el alma se acerea; que alli amor y sentimiento claramente se reflejan. dulce eS Elvira, amorosa, "* angelical y tierna, seus ae a Opacos lentes 0 anhelo be €s prendas? dejar B}y 7 £808 solos; SiNO quiey es ices vea, an i Ansiedad in tmagine ue xf ld indisereta MO ‘ n 1030. + ostatua Sviega, fai, La, Vida, inocey © hag’ cia gis ( encia, Ue ores ue Sane i AWE eres Mala 6 anes bien mio, TRS... tuerta. PROMESAS. En el jardin las flores se agitaban Al beso amante de la blanda b isa, Y AJa luz temblorosa de los ast ros Ella su eterno amor-me promet fa ¥ al oirla, ferviente de ternura, La pregunté, temiendo por mi dicha: sPodra alguien; cuando pasen estas horas Hablarme de tu amor y tus sonrisas? Ella entdénces suspensa de mis labios. Ve, me dijo, esas flores que se agitan, Y¥ que son mis hermanas por lo amantes, Responderan de mi pasion purisima. Y despues, cuando asida de mi braze’ Vagaba por el bosque, ponsativa, Me preguntaba al fin: gQuién do tu afecto Me hablar cuando pasen estos dias? 2 Re Entonces v6, mirando 61 firmament, Mostrabale los astros que en el brillan, Diciéndole: Miéntras existan ellos Vivird la pasién que en mi palpita. Despues jay! ...muy despues. ..seccs los i Mustias las flores por doquier yacian...... Hoy en cambio, en el cielo, cudn brillantes Las estrellas purfsimas oscilan. PAGINAS INTIMAS. Tu has escrito en el libro de mi vida Las mas risuenas y brillantes paginas, Cual poemas de luz eseribe el cielo Sobre la tierra, cuando nace el alba. Como escribe en las ondas de la fuente Sus idilios de amor la luna pilida, Como escribe la noche en el espacio Con antorehas de fuego sus plegarias. Cada sonrisa de tus labios rojos Es para mi un poema de esperanzas, Y cual me alhaga el cadencioso ritmo De tus dulces, tus intituas palabras Yo Nevo en mi la historia de_esas horas Que en brazos del amor abandonada, Tus labios abrasados, delirantes, Mil amantes promesas me juraban. Tus caricias, tus besos perfumados Con el aroma que tu aliento emana. — 50 — Todo ocupa en el libro de mi vida Paginas tiernas que mi afecto guarda, Mas !oh dolor! no es solo la ventura Lo que escribe el amor dentro del alina, En medio de sus fibras mas sensibles También guarda mi ser huellas de lag Tus celos, tus desdenes, tus e nojos, Tu fria indiferencia y tu insconstancia, Heridas me han dejado que adormezco Con el rocio que el pesar me arranca. La vida del ay or tiene su hi: teria Oculta en lo mas fiitimo del alma, Por el buril del sentimiento impresa, Dictada por la dicha 6 la desgracia. Por eso cuando leo en mi pasado, Hoy que el calor de tu pasion me falta, Yo vuelvo a mis afectos carinosos Y siento que renace mi esperanza. A SOFIA. [EN SUS BODAS.] De entre las ondas de blanca gasa, Cual dela espuma que forma el mar, La hermosa novia surgir parece Como una tierna virgen de Ossian. Ornan su frente frescos azahares Que son el simbolo de su pudor; Por que son puros sus sentimientos, Puros los suenos de su ilusién. Mas jpor qué Nora? Qué estraio impulso Sus ojos garzos empaiia asi? Es que en el mundo lagrimas vierten El desgraciado y el que es feliz. Ela es dichosa sobre la tierra Y¥ emocionada, loca de amor, Lianto de fuego vierten sus ojos Y amante late su corazon. _s2uién no la admira? éQuién n, Virgen morena, casta beldaa, 20 lay Cuantos ensuenos, cuanta ternura Vas despertado por donde vas, : Si, yo te admiro por que comprendo Cus ilusiones y tu candor; iConozco tanto tus sentimientos, Conozco tanto tu corazén! Y atin mas te admiro, por que en tu sen Arde la llama de amor y fé, ¥ él forma el nido del alma tierna, Del compaiiero de mi nifiez. El 4 mi pecho brind6 el mas dulce De los afectos, con su amistad; Yo sus tristezas lloré angustiado: El mi agrio llanto supo enjujar. jAh! que la diosa de los amores Siempre os ofrezca dicha y calor, Y que Ja sombra' de la tristeza No ofusque el cielo de la ilusin, 2POR QUE LA QUISE.? jPor qué la quise yo. . -Nunca en sus labios Sorprendi cariiosa una sonrisa, Ni me dijo una frase que alentara Mi ternura, mi amor y mi alegria, ,Por qué la quise? jh! ,Por qué en mi pecho Aun arde esta pasion, que me arrebata? Si fué ella para mi la indiferencia, 4Per qué fui todo sentimiento y alma? Quiero olvidar y en vano el alma enferma Se entrega 4 los bullicios de la vida; Pues donde quiera que mis 0jos Nevo Sus huellas hallo que mi amor reaniman. ‘ Oh! suerte cruel que eternamente hieres “on el recuerdo al que olvidar anhela, Ou el fiero olvido al que en su pecho ere guardar de una pasién las huellas. i 6 acaricis del alma en lo mas fntimo ‘“gica fruicién de un sentimicnto, eae i — 54 ~ Y quise alimentarla eternamente, Miéntras latiera con vigor mi seno, Juré ante Dios, ante ella, ante mi ism jQué era el olvido ante el poder de mi alnys Perjuro soy. ...Del libro de mi vida Me robé el tiempo las mejores paginas. Pobre es el hombre, la ilusién es sueio Que el alma enferma en su ansiedad anima: Y es un abismo el corazén humano, Donde lucha el dolor con la alegria. Ay de aquel que entusiasta y delirante Halla en sus sentimientos un encanto; Evatt el tiempo con mano ensangrentada Tocaré su ilusién en desengafios. Noe caper a my ®l dolor herido + » Dl Sueho = any ¥ resignado mi pasion pts manana, Sin fo-en el porvenir nj en In Capone LESSEPS. jQuién es aquél trabajador constante, Apostol de la ciencia, cuya mano Pretende abrir los diques del oceaho Para unir el PaciFtco al ATLANTE? En su empeiio satanico, incesante ,Qué intenta? Del artista soberano fas obras corregir, rasgar su arcano, Y alzarse de su Dios rival triunfante _Mas no! que eri el vigor de su heroismo H mismo Dios omnipotente ha impreso Con destellos de luz, su aliento mismo. yJaleoto de dos mares: en un beso oe ondas 4 unir del hondo' abismo 0 el 6sculo ardiente del progreso. OFE URGER. mays DE M +) on TEM SOBRE (30 ANTILLA— _A VicTOR G. en el sediente lec}, arena De blanda aa linfa perfumada Las olas preludio cadencioso, r ‘an ee en la playa. Y 4 coger los helechos y los juneos Que en las orillas nacen, Huyendo del murmullo de la. aldea, Corren allilos timidos amantes. Y van alli la viuda desolada, La amorosa y romantica doncella, La alegre comitiva de los nifios, E] filésofo, el ateo y el poeta. Que donde muere cunvulsiva la ol! Encuentra realidades el fildsofo, ome el poeta, la inocencia arom los amanues ilusiones de ore. —ol— Alli también, confusa, abandonada La rubia Ofelia, al declinar la tarde, | Su desdehado amor cuenta x, las flores Y loca de pasion, lora por Hamlet. “Si 80y bella,” Tepite en su locara, «Par qué de su altivéz no he de ser digna?” i dudando después de su belleza ‘ Va 4 mirarse en las aguas de la linfa. Inclinase sobre el cristal luciente; Sus palidas mejillas se coloran; Brillan de amor sus vacilantes ojos, Y se extasia al encontrarse hermosa. De stibito apartando la mirada, Ve que una flor sonriendo la contempla; La nifia corre, la acaricia ansiosa Y Ja aprisiona entre sus rubias trenzas. De su sencillo adorno envanecida Torna 4 mirarse en las plateadas ondas, Y admirando sus pélidos perfiles, La sorprende la noche silenciosa. Enténces una estrella —flor celeste -- Tan rubia como Ofelia, Cirniéndos? sobre las claras ondas, Copia en ellas su fulgida silueta. Ofelia loca, al eontemplar el brillo De aquella flor del cielo Cuyos reflejos su mirada atraen, Lanzase ansiosa en el mivible espejo- -- - — 58 — Al despertar el sol, rasgado un Mhanty Se miraba ondear junto 4 la playa... gQué fué de Ofelia; Las traidoras ondas No devuelven las victimas que tragan. Su velo al borde de la opuesta orilla De las lejanas costas se vislumbra, Y se escucha el preludio cadencioso Que las aguas murmuran. Adin en las noches la brillante estrella Entre las nubes su pupila asoma, Y de una sombra al stibito recuerdo El lago de cristal huye sus ondas. DESALIENTO. —DE F. CopPpE— E] inmeuso fastidio, Hijo bastardo del dolor profundo, Se ha posado en sui pecho, Y en él impera cual monarca adusto. Mi coraz6n marchito, En el tiempo fugaz en que latiera, Ménos fuego ha sentido que el que guarda La espantosa vejez, triste y decrépita. Lo atestigun mis ojos apagades, Y este mi corazon sin alegrias, Sin amor, ilusiones ni deseos, En el que nada late, nise agita. Yo me asomo 4 las puertas del futuro : Vislumbro el porvenir como 4 un desierto D6 no nace una flor; en é] me abismo, Y en sus tinieblas finebres me pierdo. — 60— Y sin embargo ;00 Dios! cuando en él La primavera con sus flores brilla,"" Rafagas de entusiasmo juveniles Estremecen mi ser y lo acarician. Aspiro un aire puro; Contemplo un cielo azul y vespertino; Me agitan la ilusién y la ternura, Y siento y amv con amor divino. Pero jay! esta ilusién de mis ensuefos Ne es siquiera un presagio; Que la esperanza para el alma mia No es sind un ave que se agita al paso. Es como un ave que en su raudo vuelo Fatigada en mitad de su camino, Se posdra un instante en una tumba Para formar su nido........_:.. DESTIERRO. Yo entre delirios de amor pasé mis afios mas bellos, gozando de las fruiciones del paraiso de tu pecho. TU me diste sus latidos, me diste sus sentimientos y me hiciste poseedor de sus {ntimos secretos, en cambio de la te rnura que te brindaba mi anhelo. “Que nunca la horrible duda encuentre en tu ser un eco,” me repetian tus labios coma la rosa entreabiertos; “por que enténces, irritada la dinignidad de mi afecto, puede trocar mi cario en una espada de fuego que 4 tu corazén arroje dél paraiso de mi pecho.” jNunca! te decia entonces; jnunca! estrella de mi cielo. ....- mas jay! un dia, de mi alma or ee ae — 62 — cual maldicion del infierno i . 2 A vino la dicha 4 turbar la serpiente de 1os celos. Y dudé, perdon, hermosa, de tu inocencia y afecto. Vi enténces tu amor herido como una espada de fuego, que me arrojaba inhumana del paraiso de tu pecho, cual arrojo del Eden 4 Adan la ira de los cielos. Pero Adan hallé en su Ianto la piedad del Dios eterno, y alcanz6 un puerto de paz despues de su agrio destierro. Solo y6, virgen hermosa, que lloro, me desespero, y el aguijon me desgarra de este atroz remordimiento. —j4No volveré a penetrar al paraiso de tu pecho? ADIOS A MI MONTANA. Otra vez 4 luchar! En el combate Que eterno lidia el pensamento audaz, Una hoja de laurel para mi frente Quiero en mi loco empeiio conquistar. Adios mi nido, mi palacio de hojas, Asilo de la dich a y dela paz, Dé halld reposo el pensamiento mie, En dulee y apacible soledad. Adios mi edén de perfumadas flores D6 retozan la alondra y la torcaz, Brinddndonos aquella su perfume Y estas, trinos de amor y libertéd . Adios! edén donde sintié mi pecho Arrullos de pasién, suefios de paz, donde halld en mil flores perfumadas ‘onvertido el esfuerzo paternal. — 64 — Al dejaros, las lagrimas me ahogan Las siento de mis paérpados rodar,—’ Por que sé que otro mundo de bullicig, De hipécrita virtud, me aguarda all4 ° 4Por qué me alejo?. - . .Tnutil es mi em 4No tengo aqui delicias que gozar? 4No me ofrecen el] bosyue sus perfumes, Cantos el ave, el cielo inmensidad?...... 4 Voy 4 buscar de amor las emociones’ Son mentidos los goces de ese aff zEn busca de laureles? Son mas puros Los que nacen del bosque en e] ramal. Todo lo sé, mas el empefio loco pel que aspira cual yo, quiere luchat; 1 combate inces ante de la vida Es mi sola ambicion, mi solo afin. Voy a _ Que Le iEn el combate eterno Uua hoja deo 8°,2! Pensamiento audaz, Quiero eo it laure] para mi frente co empeno conquistar. DESESPERACION SONETO. No, ya no temo 4 la mundana guerra, Nial’ horrible dolor que al hombre abate En el eterno y barbaro combate Que sostienen las almas en la tierra. Si la desgracia contra mi se aferra Y me clava con furia su acicate, Y sin fuerzas al fin, cedo al embate Del sino adverso que al cobarde aterra, ‘Tengo @ mi frente.al inmortal modelo Del héroe altivo, del primer suicida; Que en su negro y profundo desconsuelo, Rival del mismo Dios, con su caida Nos demostrd que ni el poder del cielo Ata al hombre en el potro de la vida. T. C. Cansado ya de sollozar el pecho, Turbios é hinchados de llorar los ojos, Vengo tranquilo 4 visitar el lecho Donde duermen tus tltimos despojos. Gracias 4 Dios se ha disipado el duelo Que rugia en los antros de mi alma; Y descorriendo la oracién el velo Del acerbo dolor, didme la calma. Gracias 4 Dios! De mi oprimido seno No acuden los sollozos 4 mi boca, Ni 4 Ja justicia, de amargura leno, Mi Jabio impio sin temor provoca. La maldicion trocése en la armonta De la plegaria que el dolor consuela, Y en Alas de la fe mi fantasia Tr4s de tu sombra hasta el empireo vueli. Y #6 que eres feliz, pues fuiste bueno; Por que en el curso de tu amarga vida Siempre latio por la virtud tu seno, Siempre 4 la fe tuviste por egida. Mas ay! si vieras el desierto nido: Como sin tu caloa Nora angustiago, Por rudos aquilones impelido Y en el mar de la vida abandonado Sin un rayo de luz, sin un consuelo, Tu entristecido hogar muere de frio; Ay! si lo vieras en perpétuo duelo Y empapado del Hanto en el rocio. . - Es horrible ese cuadro! De mi pecho Sube otro vez el Ilanto hasta mis ojos, Y riego con mis lagrimas el lecho Donde duermen tus tltimos despojos . POR QUE CALLAR? . I. ;Callar cuando el laud tiene plegarias Y el corazon anhelos! ;Callar cuando la voz de Ja ternura Resuena en nuestro pecho! -Callar! ,Por qué callar, dulce amor mio! ,Por qué ahogar nuestro afecto? 4Por qué hacer de los ojos y los labios La careta vulgar del sentimiento? -Ah! no, tui bien, no pueden los volcanes. Como no puede el seno Dejar de estremecerse, cuando abriga En sus entraas fuego. ,Por qué dudar, por qué en tus dulces cant® De inspiracion ejemplo, . Me extraias y repeles, por qué, dimes , El lazo esta de nuestro amor deshech"” - — 69 — si nace eD mi un amor que es tu alegria ywalma sientes palpitar de nuevo; si atin recuerdas la historia del pasado Con inmortal contento: ;Por qué, di, me repeles, por qué, hermosa, Me cierras el paraiso de tu pecho? jNo hay un cauce que lleva hasta al arroyo Que suspira de amor, 4 un solo centro? Las plantas pue se quieren se confunden ¥ los astros se funden en un beso, Y hasta 4 las flores entrelaza v une La cadena inmortal del seitimiento. Il. Yo te adoro; tu vives en las fibras Ocultas de mi seno, . ¥ tu nombre pronuncio entre suspiros Y en mis suefios te veo. Te adoro, si; y abrigo dentro mi alma Sentimientos eternos, “Y te amo, cual las almas inmortales Deben amar 4 Dios, alla en el cielo.” . Si un tiempo silencioso, indiferente, © Con paso al parecer firme y resuelto Pasaba junto 4 ti, sobre las huellas | De los pasados tiempos,— Es que mentia, es que el mirar tus ejos Vagando en otro cielo, Impuse con dolor 4 mi ternura Y & mis Ansias, silencio. = 80 &. N6, nunca mi pasiin se hubo estinguido; Es que al ver tu crueldad é injustos celox Dormia, como el pajaro en su nido. En los antros ocultos de mi pecho. Hoy despierta, y hoy’ siento que se agita: Siento mi pecho palpitar de nuevo; ’ No escuches mi plegaria, indiferente; Vuelve mi bien, prodigame tu atecro. Oye, yo tengo para ti plegarias Suspiros, dnsias, besos, Yo guardo para ti dulces sonrisas Y un tesoro inmortal de sentimientos, Eres mi inspiraci6n y mi poetisa; Yo escucho tus acentos; Con emocidn, te admiro en tus canciones E inepirado también sigo tu vuelo. Yo ansio para ti cuanto en el mundo Puede existir de bueno:— La ventura, la paz, la luz, la dicha La dulce inspiracion, la gloria, el genio. nadie como tu puede 4 mi vida Darle el placer supremo, Y 4 nadie puede idolatrar mi alma Como 4 ti, con pasion y ardiente fuego. Una alma virginal como la tuya i Busca mi amor en sus constantes oe Una alma cual tuya, que, deepen Sepa hablar el idioma de los cielos. OS, Idioma dulce, divinal idioma vai Cuyo timbre armonioso, cuyo — F— piene Ja vibracion del arpa eolia y el rumor voluptuoso de los besos. Idioma que en las almas virginales Encuentra siempre un eco Y hace entrever mil mundos de ternura, Y fe le inspira al coraz6n ates. Ateo en el amor. yo de tus labios Escuché un dia tu armonioso acento, ¥ hoy mirame, fanatico, entusiasta, A ese dios inmortal quemarle incienso. ORIGEN DE LAS PERLAS. Sentada en una roca Que el mar domina, Estaba la Inocencia Sola y tranquila; Suelto el cabello, Flotando con el soplo Suave del viento. De pronto de la espuma Que forma el agua, Nacié el amor, desnudo, Con rubias alas,— ¥ 4 Ja doncella Lanzéle entusiasmado Dardos y flechas. La virgen pudorosa Sintidése herida; Un invenable afecto Latié en sus fibras, Y de su seno Brot6 la ardiente llama De los deseos. \ Al verla enamorada, De emocion lena, Amor robo 4 la virgen. Paz 6 inocencia, Y hundidse luego En las ondas azules Del ancho espejo. Y solitaria entonces La virgen bella, Vertié abundantes lagrimas Lagrimas tiernas, Que el mar ansioso Recibié de la hermosa Como un tesoro. Desde enténees hay hombres Que al mar se lanzan Al través de las olas Que inquietas braman: ¥ en él penetran Por coger ese Hanto Cuajado en PERLAS. LA RUBIA Y LA MORENA. —IMITADA DE SOULARY.— Yo he visto en mi camino dos hermanas Esbeltas y lozanas, Escondidas de un bosque entre la hierba,— ‘A quienes el amor siempre goloso, Ardiente y silencioso, Con un dedo en los labios las observa. Ambas forman un cuadro que el poeta En su ansiedad inquieta No lo aleanza 4 sonar ;vana locura! D6 hay un pincel que delicado baste A copiar el contraste Que forman el orgullo y la ternura? En un busto de marmol la primera Representar pudiera jSublime libertad! tu alegoria: Con su lanza, triunfante y generosa Cual vos, soberbia diosa, | Nos mostrara el valor, la bizarria. id — TH — “pan bella Y arrogante es su figura! 4 Su mirada es tan pura que al tinte de los cielos se asemeja; Es tan blanca su tez como la nieve; Su aliento cs fresco y leve; por donde pasa su perfume deja. La otra en uy cuadro ingénuo copiaria A la melancolia, En un lecho de flores recostada, Los miosotis de Ofelia deshaciendo, Tranquila, sonriendo, ¥ en brazos del amor abandonada. Ni esta fuera mi hermana y la primera Mi amante companera, Mialma audaz, como el roble se alzavia: Cemo la flor de lis, dentro mi seno. De amor y dicha lleno, Mi corazon ardiente se abriria. Mi vida entonces como suave nota : Que de la lira brota, Se deslizara de ventura lena; Y joh rubia! con mis ojos en tus ojos ._, Amérate de hinojos..--.--- Y ini mano en las tuyas, mi morena! Ay de aque! que se aparte De ia infame algazara Le arrojaran el fango por la cara SOLEDAD. 4Por qué si es pura la pasion ardiente Que el pecho mio en su ternura guarda, Se levanta cual nube tempestuosa La vil calumnia & desgarrarme el alma? ;Por qué, bien mio, si en un mismo fuego Nuestras dos existencias se aialgaman . Y en aras del amor, juntos rendimos Culto a la fe y la virtud sagradas? ,Por qué la arena que la brisa mueve, Semejando graniticas 1a ontafas, Se opone A nuestro paso, Y 4 Ja dicha Que busca nuestro afan, sirve de yalla! Di qué intenta esa turba que 8° 2 gita Jiento que nos mata abejas venenosas, clava? y pour Respirando un a Y, cual grupo de El aguigon de su yencor nos Qué quieren ,por qué gritan - o- Vie con roned vou y gstiipida algazara? gan de apagar ‘a luz del sentimiento? ‘fan de abogar la ternura de mi alma? é Me privaran que tus encantos vea, ahogardn con sus voces mi plegaria: {fas no el amor que 4 tu beldad me liga, Niel dulce afecto que mi fe te guarda. ™ Ay! cuando el hombre 41a virtud un culte En medio al crimen ¢on fervor consagra ¥ proclama la fe del sentimiento, ¥ olvida la materia por el alma. La bumanidad debicra en su camino Galmar su vuelo, detener su marcha, Para darle valor; para impulsar’o, Prestarle aliento, alijerar sus Alas. jAb! cuando el ave que al salir del nido Por vez primera sus plegarias canta, Todo e] bosque despierta 4 sus canciones ¥ la brisa murmura entre las ramas. vuando al fin de las sombras de la noche Se aclaran las tinieblas con el alba, El universo su hermosura ostenta Y saluda la luz de Ja mafana. jAy! solo yo no he visto una sonrisa ‘Al aclarar la noche de mi alma, Y en mi primer aliento de ternura_ Solo he visto la sombra de la infamia; La sombra de la infamia que cobarde Me escupe al rostro y hiéreme en la espalda: La sombra que me roba tu earifo Y me deja sumido en la desgracia. Soy victima infeliz y hoy que traidora Me sensuraé alevosa la canalla, Que estoy‘solo en el mundo con mi pena, le abandonas también y me rechazas {Esta bien! jEst@ bien! si he de perderte Nunca un recuerdo me consagre tu alma. Une tu voz al coro maldiciente: No quiero tu piedad, mi fe me basta! NOTAS [NTIMAS. (4 Los ESposos NESTOR CUETO vy MERCEDES DEL Pozo") Sois felices gverdad?. .. Como no serlo Si la la palma aleanzasteis de Ja dicha, Si veis cumplida la ambicion mas grade Que abrigabais eterna en. vuestra vida. Como no serlo, si, cuando dos almas Palpitan de emocién entremecidas, Y en estrecho consorcio, suavemente Sienten correr los presurosos dias. 4Quién al miraros de placer henchidos. Siempre de amor gozando las delicias A vuestro lado indiferente, extrafo, Pasara sin sentir gozo y envidia? Yo os envidio, verdad, cuando os contemple Como 4 dos aves queen un sitio anidan. Como 4 dos flores en un mismo talle, Y en solo un pecho dos ardientes fibras. —79— Formais un cuadro interesante y bello. -Ah! si puediera de mi Pobre lira ‘srrancar un acento candencioso, f Qué dulce canto os ofreciera hoy dia Mercedes nueva Ofelia, atin mas hermos: Que la Ofelia de Hamlet, mas sencilla, Mas candorosa y tierna, es hoy la virgen Por sus suefhos de amor languidecida. Rubia como ella, sus sedosas trenzas Acarician su espalda alabastrina, Como rayos de sol, cuando se posan Sobre la nieve de las altas cimas. ‘Trasunto bello de una estatua griega, En sus contornos de plateada arcilla Nos muestra la esheltéz y la arrogancia Del busto de Psiché, la diosa artistica. El, entretanto amante como Werther Nuevo Efrain de la pasion, le brinda Asu dulce y amable compaiera, Los mas bellos ensuefios de su vida. Fué su pasado un permanente idilio De coloquios, suspiros y caricias; Su presente, un poemia de ternura, Y hay en su porvenir luz y sonrisas. Dichosog hoy, siempre el destino quiera Prolongar vuestras miituas alegrias, Y que en la Senda dé marchais unidos Sea el {mor vuestra constante egida. EL TOQUE DE SILENCIO. Cu4ntas veces oi, cuando extraviado Llegué del campamento 4 Ja murralla, Fl eco del clarin con que se acalla La voz del regimiento alborozade. Y despues cudntas veces he escuchado ¥en medio del fragor de la metralla, Ese eco resonar en la batalla Sobre el craneo partido del soldado. Asi de mi alma en el fatal embate, £n esa lid ensangrentada y fuerte De Jas pasiones que el hastio abate, Cay6 mi corazon, vencido, inerte, Al escuchar en medio del combate ¥) toque de silencio de la muerte. } f — | A J. V.OCHOA. CoN MOTIVO DE SU COMPOSICION POETICA. “OFRENDA FUNEBRE DE DIAs” Lloras y tu Hanto es justo: Cuando por la muerte herido Abandona nuestro nido El ser que nos supo amar. 3Qué hiciera el hombre en la tierra, Turbada la paz del alma, Si al fin no nos diera calma El consuelo de Morar? Qué hicieva el hombre en el mundo Sin el balsamo del Ianto, Cuando el frio desencanto Le destroza el corazon jAy! qué hicieramos {Dios mio! Cuando el pesar nos abate, Cuando el odio nos combate. Cuando muere la fltsién. ws Justo: Ja razon reprocha “9 dolor rudo y fuerte, ‘os roba la muerte C] ser que adoramos mas. — si no hay un cielo alhagiieno Despues de la humana guerra, A) ménos pajo la tierra Nos asistira la paz. Y aunque descansen dichosos Los serés que amamos tante, Fuerza es derramar el llanto, Fuerza es abogar Ja aflieciin. Que ellos tornen ala nada O gocen la paz de un cielo; MAS jAY! ESE NO ES CONSUEL) PARA NUESTRO CORAZON. Quisiéramos en el pecho Sentir todas las heridas Que 4 las personas queridas Les abre el destino audaz; Que Iloremos siellas gozan No importa! Cuando miramos Feliz al ser que adoramos, Aun podemos sufrir mas. -4 Lloremos pues, que Jas lagrimas Son un bélsamo al yuebranto: Talviz adormezea el Ianto De tu familia el pesar. Talvéz al hallar un eco En un corazon hermano, Ese dolor inhumano La deje de torturar. — 83 — Tu que sientes y que esperas Da a esas huérfanas consuelo, Dilas que alli existe un cielo No como el mundo, traidor; Dilas que alli mora en calma La madre que ayer perdieron, Que alli el vuelo detuvieron Las sombras de su dolor. 1883. OLVIDO. one el olvido; que es el tiempo EK] que domina al hombre y lo avasalla. E] que impera en sus fibras mas sensibles Y trueca en hielo la ardorosa llama. No se imp’ No se impone el olvido yPor qué entonces E] mundo airado con crueldad rechaza fe del sentimiento, Al que pierde la El fuego del amor, que es luz del alma! al aleve ‘Ab! no es el hombre el ‘crimin ada, Que al robar A otro ser su paz preci: En nombre del amor y el ternura, Sus juraméntos & cumplir no aleanza. A qué ley ovedecen lasi pasiones? ;Por qué herir al infiel? La endeble palma No es er minal cuando al impulso cede Del furioso aquilon que la arrebata. a ~~ i — ‘ uu audaz carrera aupad al tiempo que en § _ coupe abre'la flor como la arranca; a Fronto nos ofrece sus favores _ Como el hastio, el padecer, las lagrimas. Yo acaricié del seno en lo mas intimo Una pasion, con ardorosas ansias, Y quise alimentarla eternamente Como alimenta al hombre la esperanza. Fué esa pasion la savia de mis venas, Vivié en mi cuerpo y ensanchdé me el alma; Yo pensé que sin ella fuera estéril La misién que lenar debo en mi marcha. _Y olvidé. También ella; la que un dia Fidelidad eterna me juraba; La que tierna 4 mis quejas y mi llanto Me infundia valor con sus miradas. La que en su afan, estremecida y loea, Liena de sentimientos y esperanzas, —yNo dudas de mi amor? me repetia; Me impacientan tu paz, tu confianza.” Enténces yd, orgulloso con su afecto, —No, no puedo! en su oido murmuraba; Y6 no quiero dudar de tu inocencia; ‘Tu fe es tan pura como lo es tu alma Todo pas6; la amante fugitiva Hoy vive de otro amor en tierra extrana, Y entregada 4 otros brazos, ni un suspiro Al alma que fué suya le consagra. Yo n6, que al recorrer mi pensamiento Esa historia por ella ya olvidada, — 86 - Volviendo 4 mis afectos carinosos, Siento que ansioso el corazon la lama. Y¥ vivo del pasado, por que el mundo No me ofrece ilusiones ni me alahaga; En vano busco una sonrisa pura En el cielo anublado del manana. Ay! yo no quiero someterme nunca A esta espantosa soledad de] alma, A este negro y cruel escepticismo Que mi vigor y juventud desgarta. . ---- ;Dulces sonrisas, candidas fruiciones, Tiernos suspiros, pudorosas ansias, Noches de insomnio, abrasadores celox. Abrid mi corazon, volved 4 imi alma! Volved, volved 4 ini, dadme la vida: Que ya mi pecho en su ansiedad 0s ama: Quiero sonar, tornar 4 mi pasado, Sentir y renacer.... ;Alas, quiero alas’ DESPECHO: jAh! siempre ha sido el sentimiento ardiente El enemigo cruel de mi existencia; Siempre me ha conmovido la inocencia ¥ me ha hecho sollozar el indigente. ,Ah! nunca pude extrafio, indiferente Mirar 4 una muger, cuya presencia Hace bullir mi sangre con violencia, Y humillar 4 sus piés mi mustia frence. Ob cielo impio! yo del sentimiento No te he pedido el misero tesoro, Ese pobre caudal que es mi tormento, Pues solamente con afan te imploro Que en vez de la virtud y del talento, Para hacerme dichoso, me des oro. HOJAS AL VIENTO. Flores que aunque marchitas Formais la historia De los pasados goces De mi alma ansiosa, Volad al viento Como e] himno sagrado De mis recuerdos. A impulsos de la suerte Que cruel me hostiga, Del cofre perfumado Donde dormiais Vengo 4 arrojaros, A pesar de que 0s quiero Y os amo tanto. Vosotras mi tesoro Fuisteis un tiempo; Formabais el emblema De mis afectos, Dulces Jaureles Que conquisté en mil lucha* Para mi frente. — vw — En cada hoja marehita Guardé un poema Un idilio de amores, Una promesa; Hoy son joh cielo! Lavidas funerarias De mis anhelos, Poemas de ternura, Promesas falsas, Idilios, juramentos, Besos y lagrimas; Todos murieron Como las gayas flores De mis recuerdos. Violetas azules, Fragantes lirios, Pensamientos, acacias, Claveles, mirtos, Rosas y azahares, Volad entre las leves Ondas del aire. Volad dando 4 las brisas El suave aroma Que os prestaron dos labios Color de rosa, Ya que los besos Que guardabais un dia Murieron presto. Volad! ya que 4 mi vida Selo congojas Le inspiran los recuerdo s De vuestra historia; Ya que ni el Hanto — i — Puede curar la herida Del desengano. Envueltas en las ondas Del torbellino, Volad, dulces emblemas De mi carino; Volad al viento Como el himno sagrado De mis recuerdos. GOTAS DE HIEI. Aire, aire iPor Dios! que me sofoco. A PLAZA. Cuan pronto pierde la ilusion sus el corazon su Sentimiento ardiente, Cuan Pronto joh Dios! al aleanzar la dich a M\ desengaiio & envejecernos viene. Alas Adn caminando por Ja humana senda No hemes Negado 4 la primer jornada, Cuando sentimos en horrible hastio Sin luz la mente, sin vigor el alma. Ay! he luchado tanto, y en mis suenos Antes que ahogara mi razon la duda, Vi el amor como esencia de pureza Y ja gloria enal faro-de vencura. zPor qué sone? yPor qué en mi loco anhelo, Sin medir de mi espfritu la fuerza, bo Busqué la gloria, ambicioné mil laures, Sohé la dicha, me fingi poeta? -a los juveniles goces ys de anor y los deseos; con la calma del que vive poniendo al sentimiento, Pasaron. Los ensueii Y hoy vivo La razon 0) onto, pronto Hegaré 4 la cumbr. De la que el hombre 4 descender empieza En la que mueren el amor, los suefios, Y sé trueca en filésofo el poeta. Ya pr No canto ya al amor por que es mi pecho El nido donde nacen las congojas, Y es mi rostro careta de mi alma; Y él sonrie ;|Gran Dios! cuando ella llora. jOh! no digais que es mi cancion bastarda: Que son mis notas de dolor, mentidas; Sufren tanto las almas que en el mundo Llevan el sentimiento por egida------ Ya es bastante, Seior; esta existencia Sin luz, sin ilusién, me causa hastio; ‘Arrancame esta vida sino quieres Que maldiga tu nombre bendecido. ‘Te pedi amor en mi constante anhelo Greyendo que el ahogara mis tristezas, Y 6 fué tu maldicion, pues mi ternura Tanto como el dolor en mi alma pesi. Adoro como nadie adoraria, Con loco amer, con la pasién mas gral A una mujer de cuyo afecto dudo Y en cuyo seno el sentimiento no arde nde Tengo celos que me ahogan y me abrumitl! = Quiero Norar y el coraz6n marchito - — 93 — No tiene ya una lagrima que pueda Mitigar mi dolor rudo y sombrio. Y descreido, escéptico, orgulloso, Desprecio al mundo con sareasmo extrafo; Y provocando al odie y a la muerte Sin creer en nada mi existencia paso. Pienso llegado el término del viaje. En la loca ansiedad que da el hast io, Y paseo la vista en mi contorno somo Adan al dejar su paraiso. Mas al sentir que mi esperanza muere, Y al sentir el cadAver de mi anhelo, Se me revienta el corazon {Dios mio! Quiero Morar y 4 mi pesar no puedo. Y pienso con placer en el suicidio 4Y mi madre?.... jInfeliz! Qué fuera de ella? _Soy nuevo Prometeo encadenado A la roca fatal de la existencia A MI MADRE. (EN sus DIAS.) ’ En otro tiempo, madre adorada, Cuando los tintes de la alborada Me despertaban con su fulgor, Y, tras las rejas de mis cristales, Me hablaban, tiernos, de tus natales. Bebia en ellos la inspiracién. Y 4 cada rayo del nuevo dia Le demandaba tierna poesia Para ofrecerla ferviente 4 ti; Y Dios vertia sobre mi frente De mis anhelos la nota ardiente, Y abria flores en mf jardin. Hoy esa aurora llegé 4 mis rejas: Escucho mudo las tristes quejas Que exhala & solas mi corazon. Y al ver el tedio que me oprimia, Con lento paso penetré el dia, Y con sus brisas, asi me hablo: — 96 — sgraciado quien en su vida Ree tn madre querida toa Ja que alienta tu juventud; Quien tiene madre, tiene esperanzas, ‘Nene ilusiones y bienandanzas, ¥ es consolado cual lo eres tu. «pi, qué te importan los desenganos Que en tu existencia dejan los afios; Qué tus pesares y tu dolor? Hay una madre que, cuando lloras, Hace felices tus negras horas,— iY ain asi sufre tu corazén?” Asi en mi oido murmuré el dia, Ahogo mi triste melancolia Y de luz pura mi alma inundé. Verdad es, madre, lo que el me dijo, Si atn ti me alientas gpor qué me aflijo? Soy venturoso con tu afeccién. Y ya la aurora resplandeciente No vertié hoy dia su nota ardiente Entre las cuerdos de mi laud; Mas did 4 mi pecho ternura y calina; De bendiciones me llené el alma, Y en mi camino vertié su luz. La nota eterna de mis canciones Es hoy un himno de bendiciones Que te consagra mi corazén. jAh! que la aurora, mi confidente, Yambién derrame sobre ty frente La luz risuefia que en mi verti6. oa ceail ELLA. Ella, la que ha inspirado mis canciones, La que timido adoro y beso en suefios, La que puebla de ideas mi cabeza Y palpita en el ritmo de mis versos,— deal, un rostro palido, Tehido apenas por ul tinte grana,— Unos labios de rosa en. Jos que anidan Los besos, las sonrisas, las plegarias. iene un rostro i Voz melodiosa cuyo suave acento Imita Ja cadencia de Ja lira; Hay algo de las notas armoniosas De mil arpas celestes en su risa. Ojos rasgados que su luz destellan A través de dos arcos de pestahas,— ¥ en medio de los parpados de nieve, Dos cielos centellantes de esmeralda. En medio de esos cielos intranquilos, Como en mar de esperanzas lisonjeras. 4 — 9. — Dos puntos de azabache reluciente, Consorcio dé la luz y las tinieblas. Una frente espaciosa, sombreada Por bucles perfumados y ondulantes,— Y una cascada de eabellos rubios Que en los nevados de sus hombros eae. Un talle esbelto, un seno de alabastro, “Un cuelto altivo que al marfil supera, Unos brazos de nieve y, al extremo, Dos blancos ramilletes de azucenas. En el molde de Venus pudornsa Su escultural imagen fué formada, Y ella es la sola diosa que hoy ostenta La esplendidéz de la beldad pagana. OFRENDA FUNEBRE. —A LA MEMORIA DEL POETA BOLIVIANO ky. CARDO J. BUSTAMANTE.— 5 El poeta es un astro que vacila En el cielo inmortal del pensamiento, Como suele temblar en la pupila La lagrima que vierte el sentimiento. Y cual el astro que su luz derrama Enciende mundos y alimenta hogueras, Y envuelto en el sudario de su llama Asciende y se remonta 4 las esferas, Asi el poeta de mi patria hoy toma La senda misteriosa de otra vida, Y al mirarlo partir, el lanto asoma A-refrescar del corazén Ja herida. ¥ es envano el consuelo, si del alma Entre las fibras la esperanza no arde; — oo. No se busca en la sombra de lao hl alvido, retugio del cobarde ealma Se llora y se maldice, que e} Eten Al darle vida al hombre, de improvic, Le ha infundido una chispa del inferno Y un rayo de la luz del Paraiso, Mas calla joh lira! Calle el labio inio; Que de la muerte ante el Sagrado lecho Solo se vierte-e) virginal rocio Dela ternura, nunea del despecho. I. Es el poeta un ave pasajera Que un instante no mas cierne su vuelo, Para inundar de misica la esfera, De armonias los Ambitos del cielo. Su alma sensible dé el amor rebosa, Vierte la luz que irradia el infinito; Et junto al lecho del pesar solloza; ‘l conmueve los pechos de granito. El nos infunde fe, nos presta aliento Y su ternura es luz, y es venturanza; ¥ cada nota de su dulce acento Es virtud, eg valor, es esperanza... Mas siempre al huir el astro que vacilit. El cielo azul estromecido Hora, Como suele anublarse la pupil, 40 lagtima al verter, que se evapori..-- — 100 — Ay! pronto el mundo en su realis: Rodard. por la senda envilecida, itz, Sin que lo alumbre el sacrosanto fuegy ~ Que dé luz 4 Jas sombras de la vida. Y pronto el vate encontrara un calvari,,. Ronco el Jaud no exhalar4 una nota, . ¥ en el fondo verse de un osario Con el poeta muerto el arpa rota. jAy! quien enténees eantar4 inspirado Las glorias de la ciencia ¥ sus blasones? jQuién la voz ahdgar4 del desgraciado Dando aliento al mortal en sus canciones? Ill. Asi en el cielo de mi patria bella,— En ese cielo azul de la poesia, Se ha eclipsado de stibito una estrella Que un tiempo fué su sol y su alegria. Era el poeta que con plectro ardiente, Sus glorias y valor canté inspirado; Bendijo sus hazafias y, valiente, Reté al tirano y humillé al menguado. El 4 la juventud que el arte admira Le prest6 aliento, aligerd su vuelo; ~ Y Jas notas mas dulces de su lira Brotaron por su patria y por su cielo. --- _ Hoy muda el arpa esta. Talvéz inquiet Entre su seno duerme la poesia Y atin espera Ja mano del poeta Para brotar torrentes de armenia. — 101 — -yano empeiio! del arpa adormecida ah 4 brotar ni una plegaria; Yo yolvera ‘ Dp 8 2, Que el bardo ardiente que le diera vida Ya descausa en la tumba funeraria. -. . Descansa, si, sobre extranjero suelo, Léjos del nido donde ayer cantara, Dé ni una flor como senal de duelo Le ofrecera la patria que lo améara. ¥ acaso alli, sobre el mortuorio lecho, Aun se cierne su espiritu y solloza, Al no hallar un laurel sobre su pecho, Ni una inscripeién sdbre su helada loza. Bardo infeliz, si tu blaz6n salvaste Descansa en paz de la murdana guerra, Rey del mundo ideal donde triunfaste, No mendigues piedad sobre la tierra! A MI HERMANO. [EN sus DIAS.] Hay un afecto noble Que el alma Ilena Cuando ella es generosa Sensible y tierna: Es ese afecto Que tt, Daniel, lo sientes Y y6 lo siento. Es ese afecto noble Que en esta vida Trueca los sufrimientos En alegrias, Fruicién sagrada Que las almas reciben Del alma hermana. Hermanos! este nombre No solo levan Los que una misma sangre _ «.) oe. — Ws Latir aintioran; Ay! cudntos, cuinton que son down itrbol trate No son hermanos. Cudntos conoce ol munde Que en solo un Beno E] soplo de la vida Brotar siutioron; Y hoy, siendo Caines, Atin se nombran hermanos jBlasfomia horrible! Quo calle el mundo necio Si tal los Hama; Pues no es solo la sangre La que asi hermana. Es ose afecto Que tii, Danicl, lo siontes Y y6 lo siento. Es la dulce esperanza Que mi ser todo Conserva por hallarte Siempre dichoso; Es ese anhelo Que busca para tu alma Cuanto hay de bueno. Por eso si en tu frente Miro una sombra Que oscurece tus suefios Color de rosa, Verds, hermano, Pender de mis pupilas Gotas de llanto. — 104 — Yo gozo.si tu gozas; ‘si sufres, sufro,—— Y adoro lo que adoras, Con amor puro. También odiara Si los odios cupieran Dentro de tu alma. Por eso al verte hoy dia Con la aureola De la ilusién, anhelo Darte una nota; Darte una nota Que esprese los afectos De mi alma toda, Dichoso-el que en el mundo, Como ti, marcha Recojiendo los frutos t De la esperanza; Feliz mil veces Quien puede alzarse altive Como tu puedes. $6 feliz, buen hermano; Sigue tu marcha Por la senda florida De la esperanza, Siempre encontrando Sonrientes ilusiones, Dichas y encantos. EL CISNE, (DE 5. Pr UDHOME.) Con sus palmeados piés y, silencioso, Sobre el brillante espejo de las aguas, ul cisne se desliza suavemente Cual bajél con las velas desplegadas. 2 La pelusa de armiiio de sus flaucos Ne asemeja 4 la nieve de las cimas, Que cae en copos de la densa bruma Y con la Juz del sol refleja y brilla. Y, vigorusas y de un blanco mate, Vibrando con el ceétiro, lo arrastran Como 4 un lento navio sobre el lago, Sus Alas tembloresas Y agitadas. El dirige do quier su largo cuello, Como e] timdn de un bareo, sobre el agua; Lo pasea estendido, lo sumerge, ) eSconde el negro pico en Ja garganta. a — 105 — Ya con gracia de niha pudorosa Lo divige & través de los rosales, Ya cual perfil de acanto, sobre el echo Lo encorva megestoso y arrogante, Y bajo de los pinos gigantescos, Arrastrando tras si la espesa hierba, Como sueltos cabellos, se desliza Y con languido paso serpentea. Eladora la gruta del poeta, La fuente perfamada que suspira, ¥ vuela alli donde los sauces mustios Puedan besar.su espalda alabastrina. Ya se impele adelante, ya gobierna Del lado de la luz y estiende el ala, Por fescejar su blanco abrillantado Que él mismo admira y que el cristal retrata, ¥ despues, cuando el borde de los lagox No se distingue mas en esas horas En que al cielo oscurece un tinte rojo Y es un confuso espectro cada forma, Entonces, cuando el ave de la noche Con sordo ruido por el bosque vuela, Cuando ni un junco el cefirillo mueve Y luce temblorosa la lucerna,— Entre dos firmamentos azulados, Como un vaso de arcilla abrillantad’, Duerme el cisne tranqulio sobre el lage. Con la cabeza oculta entre las alas. EL GENIO, (A una POETISA,) L Al cruzar en su jornada Por la terrenal mansion, Cumple el genio una mision Por el cielo encomendada; Y es cantar con fe inspirada Las luchas de la conciencia, Huminar la existencia Con la luz del pensamiento ‘¥ hacer brotar 4 su aliento Con la poesia la ciencia, Quien al pasar por el mundo Nos muestra sobre su frente La aureola resplandeciente Del pensamiento fecundo, en el yuelo vagabundo Ss. 3 — 10k — aspi acion inquieta, nsias de poeta voces al cielo, nisero suelo Jigencia atleta. De la ins En sus & Roba sus Es en el m De Ja inte! ¥ no con ruda afliceion sobre la tierra Luchar en constante guerra La verdad y la ilusion. Una amarga descepcion Jamas a rendirle alcanza. Pues 6]. invencible, avanza Sin desmayar un momento, ‘A escalar el firmamento En alas de la esperanza. Y¥ aunque parece que’el cielo. ‘Al ensenarle el camino, Impusiera 4 8u destino El dolor y él desconsuelo, ¥ por impulsar el vuelo De su nuimen esplendente Cinera en torno 4 su frente Las espinas del tormenta; E] nos ofrece un acento Por cada herida que siente. IL. Ta, senora, de los dioses Recibiste ese don santo; Por eso en tu dulce canto Se oyen del cielo las voces, Y hacen del mundo los goce* Tus acentos, si suspira Tu siempre inspirada lira, _— 109 — teza; ‘pomplada por la tristeza; oid su mayor riqueza a que la angustia te inspira. En la fatigosa vida De la esperanza mundana, Por cada ilusion lozana Que entre tu mente se anida, Te ofvece morta] herida El hado 4 la dicha ageno; Por que al Probar e} veneno ad te ofrece, 48 Consuelo a] @ que canta ¥ siente U eMpeho agoniza ce, inspirada, emponzonada 2 que de su seno Exhala el agrio veneno Ue, traidor, nos anonada. Ti has sentido el aguijon Del infortunio cruento, We por robarte un acento Se clavé en tu corazon; Mas olvidas la mision on que a la tierr: viniste, ues cuando el dardo sentiste Del dolor yel desconsuelo, Como contrariando al cielo Silencio a tu arpa impusiste. ira ane’ Siubolizas > — lo — Callas en tu sin sabor Y ni un acento a la lira, Que la luz del genio inspira. Arraneas en tu dolor. No apages e esplendor De tu inspiracién ardiente. Y siempre audaz y valiente Combate al destino airado: Que al fin quedara eclipsade Por las luces de tu mente. Sigue en tus ausias divinas Recorriendo tu camino Y, sin temer al destino Que con tu audacia dominas, Ve dejando en sus espinas Las tlores de la esperanny Ya que al fin en Tontananaa Encuentra el genio tribute, Recojiendo el dulee frute De la eterna venturanga. YO QUIERO AMARLA Yo quiero amarla : ; co Quiero brindarle gratitude ciego. Y de su amor en el diving freee” su an fuego 2 7 6 Fundir mi corazén eo), Su alma tierna. jAy! yo no quiero a su Mirada ardiente Responderle con fria indiferencia: Quiero ofrecerle una pasién vehemente. Darle mi fe, mis dnsias, mi existencia. yPor qué 4 la virgen que amorosa me ama He de fingir hipécritas desvelos? ;Por qué ofrecerle una estinguida lama Y un corazén sin ansias, sin anhelos? iOh basta ya! la sed de la ternura, La sed de la ilusién que me sofoca, Quiero saciar en su mirada pura Yen el tibio perfume de su boca. — 1k ~ Yo sé que el corazon que inquieto me ; Late al compas del mio en su vehemengj, Siento de su ansiedad la ardiente Nama a Que es el rudo aguijon de mi concieneja, Cuando sus ojos de gacela amante , Fijanse en mi con laguida mirada,— Cuando su boca dulce y palpitante Posa en la mia, tierna, enamorada,— Cuando el dolor su coraz6n anega Y el raudal de sus lAgrimas desata, En su ternura 4 comprender no llega Que es nieve el corazon que la arrebata. Yo soy todo esperanza, todo anhelo: Mi mente loca en sus delirios suefia; De fuego quiero ser y soy de hielo, Aunque en amar mi corazon se empena. Si he de cruzar el mundo sin destino, Sin fe en el porvenir, sin fe en el alma, Deja joh Dios! que en mitad de mi camin” Venga la muerte 4 concederme calma. EN LA MUERTE. DE NIcor As S, Acosta, Yo te envidio «yz Late en tu eterna y dtles wake cuando eomprendo e] deseznso que reina tras de una lAnida. Yo oigo lamentos amarges eseapados de otras almas: segoistas! no comprenden que la dicha esti en la nada. Morir j6ven es vencer de las mundanas borrascas; es dominar el oceano Negando avante « la playa. jCuanto Nanto no vertido, cudintas heridas salvadas! jay! cudnto dolor se evita muriendo en edad temprana. Si cl hombre al morir el hombre solo en el muerto pensara, 81 No quedéramos solos *n la existencia mundana, — 1144 — cudntas sonrisas de gozo los que mueren no inspirdran cuanto alivio no sintiera : el que sepulta al que ama. Quien es cobarde, se aterra de} abismo de la nada: a la muerte solo es horrible por el misterio que entrana. Quién siente las descepciones de aqueste valle de lagrimas, © quién el descanso comprende de los que la muerte traga, quién no siendo un egoista lucha miéntras otros salvan, — on el borde de la tumba sonrie, no vierte lagrimas. Que llore el padre afligido con e] alma desgarrada, que llore el amigo tierno, nada importa! t41 descansas . Si yo envidio, caro amigo, tu dulee y eterna calma, es que comprendo la dicha que reina tris de una lapidas LA GLORIA Y EL POETA. qipRASIS DE UNA POSSIA DE LAMARTINE ) Hay dos sendas opuestas que el destino Para el mortalha abierto: Una de ellas conduce hasta la gloria Que es simbolo de Nanto y de combate, De esforzado valor y de vietoria,— Y Ja otra, al fatigado peregrino, De la dicha y la paz lo eva al puerto. Mortales! escoged vuestro camino. La suerte del poeta no es ajena Nunea a la ley humana, Sila musa le ofrece sus favores Y, cual amante hermana, Le presta auxilio en su inmortal faena Brindandole perfumes y colores, Es su vida tan solo una cadena De infortunio, de lucha y desencanto; Por eso arrancan sus canciones Hanto. — 16 — ;Ah! no envidieis di los dichosos Séres, Aquellos queen sa alma Llevan la muelle y perezosa calm, Seguid a aquel que lucha, A aquel en cuyas manos Vibra la lira que solloza yv canta Produciendo torrentes de armonia; Y d6 poseis la planta . Vuestra patria estara; y en tierra y mares A Vuestra nombre se alzaran altares, Ascended como el iguila soberbia Que audaz se precipita D6 mora la tormenta, Y se cierne en las nubes, cual diciendo Al hombre triste que la tierra habita:-~ “Mirad! naci en el suelo, — Y¥ hoy con mi esfuerzo me levanto al cielo,” La gloria nos espera; Mas sepamos Que es su precio el dolor, y el desengaiio Su eterna recompensa, - Y que su augusto tenplo esta guardado Del infortunio por la valla inmensa. Alli esti Homero a quien el mundo ha visto De mar en mar cantando su quebranto, E implorando favor de puerta en puerta Por aleanzar su pan banado en lanto; Ciego, desventurado, Sin temer de los hombres el desprecio, Por la sed, por el hambre devorado, J Tocurarse el sustento al duro precio De su ginio ioh dolor! creelmente hollade. Alli el Tasso i isiones : + spiando en sus prisiones Su amor x | : SUS pasiones, e una llaina fatal siempre inflamado; ,cnando eternamente entre su alma re conseguir la palma que fan solo al morir hubo aleanzado. poquier hay desgraciados, yictimas Y proscritos por la suerte; ae diria que el cielo despiadado 3e complace en herir tanto mag fuerte cuanto mas sentimiento tiene el pecho, cuanto mas de virtud esta colmadu. -Arriba pues! no importan los dolores, shoguemos los quejidos de la lira: Nuestra senda es de flores Yes tan solo el amor quien nos inspira. -Qué importa que mahana gp rincon ignorado y solitario 4bra el destino nuestra humilde tumba, sialli no ha muerto el existir precario? Mirad 4 Ovidio, en su dolor inerte, Levantando sus manos hacia el cielo, Cual queriendo luchar con los designios Del angel de Ja muerte, Dejar al fin, como inmortal memoria, Su cuerpo 4 la Sarmacia Y 4 los romanos su esplendente gloria. iAtriba pues! Subamos como el aguila Ve audaz se precipita " ee la tormenta ul ae én las nubes, cual diciendo ‘Nina re triste que la tierra habita: hoy b Naei en el suelo,— on miesfuerzo me levanto al cielo!”. SIEMPREVIVAS. EN UN ALBUM. Cuando en el bosque el aquilér furiose Con impetu voraz Ja flor arranca, El ave que modula sus canciones, En medio del dolor se abisma y calla. Cuando en el cielo azul, nido de estrellas, Un astro volador su vuelo para, Y los soles admiran su hermosura, Miéntras 61 con su luz los dora vy baia, Y huye despues, y en abrumante noche Queda el espacio sin su lumbre clara, Las estrellas que adornan nuestro cielo Parece que sus rayos ocultaran. Cuando el ave sacude su plumaje Y 4 otras regiones presurosa marcha, Todo el bosque se agita de tristeza Y la brisa suspira entre las ramay. aaa — ld— ygd8 cantar! 4Y de mi pobre lira y he; tu ausencia una plegaria, ele al huir la primavera, sus endechas Ja calandria? nica yrral come Se yooulat - ne de cantar, ¥ aeaso mis acentos y mucharas por sacudir tus alas, No Sr yar presurosa al dulce nido ‘por VO! ak Jas prendas de tu amor te aguardan. Si, Enriqueta, las notas de mi lira, plevando Ja ternura de mi alma £ implorado un recuerdo carifioso, fran tras ti con sus ligeras Alas. -Unrecuerdo!Y por qué?;Puede en el bosque La flor endeble que ignorada se alza Implorar un saludo de la aurora, Una sonrisa del raudal que pasa? -Oh recuerdo! vos sois en este mundo La sola aspiracién de nuestras almas; Dé impera vaestro nombre esta la dicha, Y dé impera el olvido—la desgracia . Todo pide un recuerdo: hasta la nave, Cuando deja la costa solitaria, En su estela y gimiendo de impaciencia V4 implorando un suspiro de la playa. Yo lo imploro, Enriqueta, porque ansioso, Si algo en el mundo el corazon reclama De un otro corazén que nos comprende, Es el recuerdo que al mortal alhaga. Yo lo imploro de ti por que te estimo, or que en la vida de miseria y lagrimas — Jzu — Fuera hallarte feliz toda mi dicha, Siempre al pesar yla amargura €Xtraiiy Es esa la afeccion que te Consagro; Son de ella las fruiciones que me alhagan, Bendicela, por que en aqueste mundo’ Es solo la amistad la que no engaha, Ella al que sufre, al que padece y llora Lo alienta en el dolor y la desgracia; Es ella la que brinda 1a ternura, La ternura que es balsamo del alma. No asi el amor—burlado, envilecido, Que nace siempre en medio de las lagrimas ¢Para qué? Para darnos la amargura Del meuatido placer bajo la mascara A-UN HOMBRE. A la que ayer ausiosa te queria Y tt adorabas con pasion ardiente, La vi cruzar imptidica, indijente La senda que tu planta recorria. En medic de] estrrep Los delirios ahogaba de su mente, Y vendiendo su amor, indiferente, Sus caricias y besos repartia, do de una orgia Tu loco frenesi, torpe y profundo Que en su arrebato el infortunio Neva, Lanzéla cruel, al lodazal inmundo Donde el placer en lagrimas abreva. ’S eres hombre, te saluda el mundo desprecia icobai rde! 4 la manceba. LA HIJA DEL BOSQUE. Un jour tu n’auras a cueillir De fleur éclose : Que dans Jes ‘champs du souvenir, MoRGER, Bova pequena, livios de rosa (ue siempre se abren a la cancion, Ojos azules, mirada inquieta Que en sus destellos habla de amor. ‘Tal es la nina de mis ensuenos, A quien amante contemplo yo, Cuando la aurora tras la colina Nace esparciendo rayos de sol. Entonces ella corre impaciente Buscando flores de suave olor, Para prenderlas en sus cabellos, Que hilos de oro radiantes son. Cuando traviesa torna la nina, Yo entusiasmado, loco de amor — 123 — sus trenzas Cojo las flores entre A ofrece con dulce voz. ree I a}1a me que | h infortunio! las flores bellas g manos NO Viven, 10; jnarchitan como los suenos Jelirios forjando voy- - - - Mas j® pnere mi se I pues : en mis ¢ que Qh! hermosa nina, que cual la abeja ras de las flores marchas veloz— qué haras manana cuando e] invierno \arehite e] bosque con su rigor? os ahogaran pronto Los dulces suenos que alientas hoy; que ellos son, nina, como el aroma, (omo Ia nube que dora el sol. Los desengaD Solo en el campo de los recuerdos Donde sus huellas deja el amor, Podras entonces, nia preciosa, Voger las flores de la ilusion. PASION, Es ella mi aw hieidn; por ella ansioso Mi pecho Antes tranquilo se estremece: Hay algo que electriza en su mirada, Algo que el alma resistir no puede. Yo la amo con pasién y en su presencia No acierto 4 pronunciar ni una palabra Y si acaso me roza su vestido De una dulce embriaguéz se inunda mi alia. Su nombre es el poema de mi vida: Si alguna vez lo escucho en mi camino, El trae 4 ini memoria mil recuerdos, Mil suspiros de amor y de carifio. Ella es esbelta, altiva, arrolladora, E impone de sus ojos con el fuego; Cuantas veces ;Gran Dios! Tlamé 4 su encone Y heri su dignidad en mi despecho. Duda ella de mi amor é indiferente Escucha mis palabras de ternura. !no sabe nis intimas congojas, No adivina Jas iinsias que me abruman. si yo uuviera el pecho trasparente como uD vaso de vidrio, y mis afectos jydieral palpitar ante sus ojos, tralveZ. hullaran en su ser un eco. Talvez ella, movida por mi Nanto, \fe diera una, sonrisa apasionada, pntonces YO & sus ples, cuanto desea como Huvia de flores derramara. basta ya, de mi pasion ardiente No mas escuchar” tristes plegarias, Vila angustiada voz de mi ternura Volver 4 herir las fibras de su alma. oh! Voy 4 partir, mi madre alla me espera (on los brazos abiertos 4 mi afecto: En ella cifraré toda mi dicha; Me dara ella dulcisimos consuelos. 1 jMadre mia! perdon, si un solo instante Soy fy deseuidé por otro culto, Salat atido esperé de un otro seno; U afecto es verdadero y puro. " RAFAGAS,: I. OFRENDA. [EN UN CUMPLEA Nos. | Para rendirlos 4 tus piés hoy dia, En prueba del amor que te he jurade. Mis ensuefios, mis Ansias y alegrias Tan solo en un suspiro he condensado. El encierra mi afan, mis esperanzas, Los preludiés de mi arpa estremecida Y al consagralo 4 ti, rindo 4 tus plantas Todo el dulce poema de mi vida. Il. ALIVIO. iAh! bendita la mano del olvido Que me arrancé del alma los afectos. Ya no ahogara mi pecho apasionado La tempestad rugiente de los celos. rane CONSTANCIA. (Imi rvctON DE UHLAND.) Le gustaba en otro tiempo Darme rosas perfumadas Que ella cogia en el bosque Con sus manetitas blancas. Aun esas flores sencillas Mi dulce amor me regala; Mas..-- brotan de su sepulorw Con el riego de mis lagrimas; Y y6 recojo en la tarde La flor que nace en el alba. IV * RIMAS. Yo aja orilla de un lago trasparente Lloré mi triste duelo, Y la fuente envurbiando sus criftales Jimié también brindandome consuelvs. Y el viento que al pasar vidme angustiade, Detuvo su carrera Y acaricié mi faz enardecida Por enjagar mi llanto de tristeza. “ las flores doblaron sus corolas <) Comprender mi sin igual quebranto. ° tu coraz6n fad 4 mis pesares Indiferente. .. .extraiio V. TRISTEZA. Cun honda pesadumbre mi espfritu doblega y arranea de mi pecho abrumadoras quejas. 4Por qué sufro? yqué tengo? 4qué falta 4 mi existencia?.___. : Mis padres amorosos adn viven en la tierra y entonan mis hermanos alogres cantinelas. Nada me falta, todo lo que mi pecho anhel: lo encuentro en mi camino, jOh! fiinebre tristeza gpor qué mi pecho hieres y mi vigor doblegas? No soy malo, de nada me acusa la conciencia; busco en mi mente en vano la causa de mis penas, y aunque jamis la encuentro © inelino la ¢aboza v siento que mis ligrimas por mis mejillas ruedan. VI. DESTINO, Oh cruel destino, ye te comprendo: No, no es del mundo la ansinda diehay Que ella on los suefos solo florece, intre los suefos do la poesia y2y De endntos goces Henas el alma cuando 1a engadas con tus sonrisas; SUS Suenos truecas en Ianto s cancinnes, tierno le inpi VI. CONSUELO. iAy! qué consuelo el que me dais,ingrata, Cual si en el pecho enfermo Por el amor exajerado y loco Pudiera la razén hallar un eco. Que soy joven, que el mundo en mi eamino Mil flores abrira llenas de aromas, Que hallaré otras mujeres a mi paso Mas sensibles y hermosas. Que soy joven y que otras ilusiones Floreceran en mi alma, Que la dicha hallaré porque no muere Nuestro vigor con la primer desgracia. jAb! no hableis, no, de la ilusion remota, No hableis del porvenir 4 quien ve mu Su esperanza de dicha. & quien ha herido Vuestra injusta y eruel indiferencia. No hableis ya del manana, no se alivia Al corazon que sin piedad se mata, Con lejanos augurios de ventura, Con frias y mentidas esperanzas. ,Al que pierde la fe, al que en el mundo von su primer dolor perdié la calm, R de otro amor le hableis, por que rine “moverle el pufal en las entraias EN SUS BODAS. Ayer no mas, inquieta y delirante Por mis locos caprichos dominada, Vivias como esclava, encadenada A mi suprema voluntad triunfante. Hoy dia, como Venus, arrogante, Erguido el cuello, altiva la mirada, Te abandonas, de azahares coronada, A las caricias de tu nuevo amante. _jAh! no mientas asi, no alces los ojos Si en cambio de su amor y su ternura Le das de tu belleza los despojos. Que hasta la indigna, la mujer impura Que vende su pudor, siente sonrojos Cuando su boea la inocencia Jura. EN LA PLAYA La nina de mi amor que, pudorosa, ‘Tiene en sus ojos el candor del niio, Desata en voluptuoso desaliio La saya que la oprime carifiosa- Su llanco pecho del corsé rebosa Deshaciendo los pliegues del corpiio, Como corolas de color de armino, Cuando se entreabre el broche de la rosa Desnuda esta. Sombrean su cintura Los bucles de su blonda cabellera, Y es de una arcilla alabastrina y pura La curva virginal de su cadera, Quien fuera el mar que copia st hermosur conmovido aprisionarla espera. REALIDAD ‘(A ROSENDO VILLALOBOS) Del tigrno amor de un matrimonio honrade Que Heva por escudo la _conciencia, Nace el ser que viniendo en la indlijencia Es por el mundo entero despreciado. En tanto el criminal, el potentado Que aleanza con bajezas su opulencia, Da a su prole bastarda como herencia Un caudal por el vicio atesorado. ;Petardistas, alzad la impura frente El nombre que dejais no esta maldito Con la estrella fatal del indijente. La honradez y el deber son un delito © Que purga § sobre el mundo el inocente, Y el premio a Jas virtudes es un mite. INDICE, Guarda tu fé siege = tHe arti) 9 1 Soledad... 2.222.220. 5 En un album... 9 Miedo eterno....2..22......- 12 Dejémosla,.se ha dormido. 14 Al partir. 2... 18 Duelo y amor... a -- 20 Liévala.. o.oo 22 A Bolivia. 2.0.20... 80..- 24 Contemplacién . : at Paisajes.. 22... + 28 Dedicatoria.. a De Soulary............. 4 Los nifios y el jilguero 0 A heat eee P En la montafia..- 45 Wira.. 2222... 47 Promesas......_. 49 Paginas intima: 51 ca ee ae 53 Lesseps..----- +--+ ++e++++- F Ofelia. - - a Desaliento 5 Destierro. ------ - 61 Adios 4 mi montafia..-.-.-.... 63 Desesperacion. - 65 T. CO... .cee eee 66 yPor qué callar?. 68 Origen de las perlas. +P} La rubia y la morena. 74 76 Notas intimas.. i. toque de silen 80 AJ. V. Ochoa. - 81 Olvido...-. 84 Despecho.. . 87 88 Hojas al viento. Gotas de hiel. . A mi madre 94 Ella...-.------ 96 Ofrenda finebre 98 A mi hermano. . 102 El-cisne. .. . 105 El génio......- 107 11 Yo quiero amarla.......:..... En la muerte de Nicolas S. Acosta. La gloria y el poeta... Siemprevivas. ... Aun hombre... : - 2 La hija del bosque..... tee 22 Pasion... 2... 2... . a2 Raéfagas..-.... 022... : 136 En.sus bodas as . En.Ja playa. Realidad. y

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