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“CARLOS J. FINLAY”
CAMAGÜEY
ALUMNO:
FREDY G. GUTIÉRREZ MUÑOZ *
Curso 2002-2003
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La medicina del trabajo y de la seguridad social son 2 vertientes que a largo del
desarrollo del hombre se han ido desarrollando tratando de buscar condiciones óptimas de
trabajo, donde el hombre tenga condiciones de trabajo dignas y confortables que no
pongan en peligro su salud y su vida, además de garantizar su protección y la de su
familia.
La medicina del trabajo tiene como fin primordial lograr la seguridad de los trabajadores
desde el punto de vista médico, lo que pretende obtener por las medidas siguientes:
1. Vigilancia y protección de la salud.
1. Prevención de las enfermedades profesionales y accidentes del trabajo.
2. Mejoramiento de las condiciones de vida, en sus aspectos higiénicos, fisiológicas y
psicológicos.
3. Orientación profesional o determinación de las aptitudes.
4. Adaptación de las herramientas y la regulación del trabajo para disminuir el riesgo y
eliminar la fatiga.
Todas estas medidas suponen una serie de leyes y reglamentos dictados por el Estado, que
garantizan o exigen su cumplimiento, y de aquí surge, cuando se aplican e interpretan
leyes y reglamentaciones en relación con problemas médicos, el estudio medicolegal. Por
tanto en esta revisión bibliográfica, se estudiarán los problemas que plantea a la medicina
legal esa otra rama de las ciencias médicas que es la medicina del trabajo y de la
seguridad social.
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Seguridad social
La Constitución de la República de Cuba en su artículo 45 plantea: el trabajo en nuestra
sociedad es un derecho y un motivo de honor para cada ciudadano.
Mediante el sistema de seguridad social el Estado garantiza la protección
adecuada a todo trabajador impedido por su edad, invalidez o enfermedad, y en caso de
fallecimiento del trabajador garantiza similar protección a su familia (artículo 47).
Respaldada por lo anterior, la Asamblea Nacional del Poder Popular dictó la Ley
No. 24 de Seguridad Social, la que comenzó a regir el 1ro. de enero de 1980, y la que
plantea que el sistema de seguridad social comprende: el régimen de seguridad social y el
de asistencia social.
Prestaciones de servicios
1. La asistencia médica y estomatológica, preventiva y curativa, hospitalaria general y
especializada.
2. La rehabilitación física, psíquica y laboral.
Prestaciones en especie
1. Los medicamentos y la alimentación adecuados mientras el paciente se encuentre
hospitalizado.
2. Los aparatos de ortopedia y las prótesis necesarias en los casos de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales.
3. Los medicamentos en los casos de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales que no requieran hospitalización.
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Prestaciones monetarias
1. El subsidio por enfermedad o accidente.
2. La pensión por invalidez total o parcial.
3. La pensión por edad.
4. La pensión originada por la muerte del trabajador, del pensionado o de otra persona
de las protegidas por la ley.
Enfermedad profesional
Se entiende por enfermedad profesional a la alteración de la salud, patológicamente
definida, generada por razón de la actividad laboral, en trabajadores que en forma
habitual se exponen a factores que producen enfermedades y que están presentes en el
medio laboral o en determinadas profesiones u ocupaciones. Conceptuada así, por la Ley
No. 13 de Protección e Higiene del Trabajo en su artículo 9.
En Cuba el mayor número de obreros afectados por esta intoxicación son los que
laboran en fábricas de acumuladores; la exposición al plomo y el peligro de contraer
enfermedades es muy pequeña en los obreros pintores y en los de imprentas.
Es necesario distinguir entre absorción e intoxicación plúmbicas, y saber también
que existen verdaderos casos de plumbofobia, muchas veces creados por diagnósticos
médicos erróneos y por información equivocada de que determinado tipo de trabajo
indefectiblemente lleva al saturnismo, así como que se trata de una enfermedad incurable.
Se ha demostrado que un signo de extraordinaria importancia para revelar los mas
discretos grados de exposición aumentada y de absorción de plomo es la comprobación
del incremento de la eliminación por la orina de la coproporfirina III de Walton. Es una
investigación de laboratorio sencilla, pero de no ser debidamente interpretada llevaría a
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Exámenes de laboratorio
No puede consistir en apreciar plomo en orina o en sangre, pues se ha establecido
perfectamente bien que el hombre en la vida civilizada tiene constantemente plomo en la
sangre y en la orina. Pero tampoco se puede deducir un diagnóstico de determinada cifra
de plomo, pues la alta absorción de plomo, lo que supone una cifra alta en sangre y una
cifra alta en orina, no supone un estado de enfermedad, ya que existen condiciones
individuales que determinan en unos casos una enfermedad frente a determinadas cifras,
y en otras no constituye alteración de la salud. Lo que sí constituye un elemento valioso
para considerar que las condiciones de trabajo no son buenas y que existe exposición
peligrosa es cuando se aprecian cifras más altas que las que se consideran como normales
en personas expuestas.
Se tiene como valores completamente normales en individuos no expuestos al
plomo, como oficinistas, abogados, carpinteros, etc., cantidades de plomo que pueden
llegar hasta 60 µg/100 g de sangre. Si se trata de obreros expuestos, como los que
trabajan en fábricas de acumuladores, imprentas, pintores, etc., esta cifra puede ser
mayor.
La cantidad de plomo en orina es muy variable, pero se debe recordar que por lo
general tiene una concentración que es la décima parte de la de la sangre, por lo que en
general la concentración se refiere al litro de orina, y sus cifras pueden ser comparadas
directamente con las del porcentaje en la sangre.
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Historia laboral
Casi siempre es fácil de comprobar. El hecho de trabajar en una fábrica de
acumuladores, en una imprenta, etc., permite establecer este punto.
Para que un trabajador sea examinado por una Comisión de Peritaje Médico, el
médico de la familia, el del policlínico o el de Servicio Médico de Industria y Trabajo,
que diagnostique la enfermedad o el accidente, bien de forma primaria al examinar el
trabajador o, por habérselo solicitado la administración, certificará de inmediato su
criterio utilizando original y copia del Certificado médico, especificando en el espacio
destinado a observaciones, que se remite a la Comisión de Peritaje Médico para la cual
está destinada la copia. El original corresponde al centro de trabajo; también deberá
certificar si puede seguir trabajando o si está invalidado temporalmente para el trabajo,
señalando en este caso los días que está impedido de continuar trabajando.
El médico especialista, que tenga que remitir un trabajador a la Comisión de Peritaje
Médico, procederá de forma similar a lo antes explicado. La administración del centro de
trabajo actuará desacuerdo con lo establecido en la Resolución No. 52, utilizando el
modelo 87-10 del Ministerio de Salud Pública, para enviar al trabajador a dicha
Comisión.
Cuando el trabajador va a ser evaluado por la Comisión es examinado por un
especialista miembro de Ja misma, acorde con la patología que presenta, este es el
encargado de consignar, en el modelo de dictamen, los datos de la historia clínica que
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procedan, cuidando hacerlo a máquina o con tinta en escritura legible, en forma sintética
y sin dejar de consignar aquellos particulares esenciales que permitan llegar a un
diagnóstico correcto, orientar sobre la posible evolución del proceso, señalar la existencia
de alteraciones funcionales, así como las posibilidades de rehabilitación.
Cuando la existencia de distintas patologías dé lugar al establecimiento de varios
diagnósticos, procederá siempre relacionándolos en forma decreciente en cuanto a su
grado de incapacidad laboral permanente, o sea, destacando en primer lugar la afección o
lesión más incapacitante.
La precisión de este diagnóstico es importante, no solo para la evaluación del caso
sino, además, para los análisis estadísticos ulteriores. Deberá señalarse, siempre que sea
posible el grado de gravedad o complicaciones y la probable evolución, pero no deben
incluirse diagnósticos que carezcan de peso específico a los efectos de la invalidez. En la
historia clínica, el médico que haya examinado el caso podrá y deberá hacer todas las
sugerencias y observaciones que estime pertinentes. No obstante, el modelo de peritaje
médico solo incluirá la evaluación que haga la Comisión de Peritaje Médico, la que de
acuerdo con la edad, el sexo, el contenido de trabajo y la fisiopatología descrita, emitirá
un dictamen en el que conste si se trata de uno de los casos siguientes:
1. Invalidez total y permanente para todo tipo de trabajo.
2. Invalidez parcial permanente para el trabajo que realiza, señalando qué funciones no
puede ejecutar.
3. Invalidez parcial temporal para el trabajo que realiza, por un periodo de hasta seis
meses y qué funciones no puede realizar.
4. Invalidez temporal para el trabajo que realiza por un período de hasta dos años.
5. No existencia de invalidez para su trabajo.
6. Caso especial.
También las direcciones municipales del Poder Popular pueden solicitar a las
comisiones de peritaje médico, que dictaminen sobre la invalidez para el trabajo alegada
por aquellos desvinculados laboralmente. Las comisiones de peritaje médico, actuarán
solo a instancias de órganos estatales, nunca a solicitud o requerimiento del propio
interesado.
El tiempo empleado por el trabajador en los trámites de peritaje, será acreditado por
el personal administrativo de la Comisión de Peritaje Médico.
Cuando un trabajador ha sido objeto de dictamen pericial y queda determinado que no
está invalidado para su trabajo, si de nuevo alegara no poder realizarlo, ya sea por la
misma afección, su agravamiento o por otra patología, la administración del centro donde
labora lo referirá al médico de la familia, al policlínico, o a! de Servicio Médico de
Industria y Trabajo para el examen correspondiente, acompañando a la solicitud una
copia del peritaje, por lo que el médico debe tener en cuenta este antecedente a los
efectos de evitar la práctica de un nuevo peritaje, si no han variado las circunstancias que
originaron el anterior.
Las comisiones de peritaje médico son órganos medicolegales y sus funciones en
ningún momento serán asistenciales, rehabilitadoras o preventivas; pero están en la
obligación de referir al trabajador al centro correspondiente, cuando requiera de estos
servicios.
1ro. Toda trabajadora gestante, cualquiera que sea la actividad que realice, estará en la
obligación de recesar en sus labores al cumplir las treinta y cuatro semanas de embarazo
(en el embarazo de un solo feto), o las treinta y dos semanas (si el embarazo es múltiple);
y tendrá derecho a disfrutar de una licencia por un término de dieciocho semanas, que
comprenderá las seis anteriores al parto y las doce posteriores a! mismo, siendo retribuida
esta licencia en la cuantía y forma que dispone la ley.
2do. La trabajadora tendrá garantizada una licencia posnatal de seis semanas necesarias
para su recuperación, aún cuando por circunstancias adversas de accidente o enfermedad
congénita o adquirida fallezca el hijo en el momento del parto o dentro de las cuatro
primeras semanas de nacido.
3ro. Si la trabajadora, por complicaciones del parto, tuviera necesidad de un mayor
término de descanso una vez transcurrida la licencia posnatal, tendrá derecho a acogerse
al subsidio por enfermedad establecido en la vigente Ley de Seguridad Social.
4to. Se considerarán accidentes del embarazo las complicaciones propias de ese estado o
enfermedades coincidentes con el mismo, que requieran reposo absoluto por prescripción
médica con o sin hospitalización.
Los llamados accidentes del embarazo que ocurran antes del cumplimiento de las treinta
y cuatro semanas darán derecho a la trabajadora grávida al subsidio por enfermedad
establecido en la Ley de Seguridad Social.
Durante el año 1991 se dictó una medida complementaria de la Ley 1263, que
establece la ampliación de la licencia posnatal hasta la fecha en que el recién nacido
cumpla seis meses de edad. La cuantía en que se retribuye este tiempo se precisa en la
propia medida complementaria.
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Bibliografía
1. Constitución de la República de Cuba. Edición única. Editorial Ciencias Sociales. La
Habana, 1981. Artículos 45, 47 y 49.
2. MINSAP: Curso de medicina del trabajo, pp. 12-14, Ciudad de La Habana, 1978.
3. LANCÍS Y SÁNCHEZ, F.: Lecciones de medicina legal, Imprenta Ministerio de
Educación Superior, Ciudad de La Habana, 1982.
4. Medicina Legal. Francisco Lañéis y Sánchez... [et al] - La Habana: Editorial Pueblo y
Educación; Ciencias Médicas, 1999.