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INSTITUTO SUPERIOR DE CIENCIAS MÉDICAS

“CARLOS J. FINLAY”
CAMAGÜEY

ALUMNO:
FREDY G. GUTIÉRREZ MUÑOZ *

* Estudiante de 5to Año de Medicina.

Curso 2002-2003
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La medicina del trabajo y de la seguridad social son 2 vertientes que a largo del
desarrollo del hombre se han ido desarrollando tratando de buscar condiciones óptimas de
trabajo, donde el hombre tenga condiciones de trabajo dignas y confortables que no
pongan en peligro su salud y su vida, además de garantizar su protección y la de su
familia.
La medicina del trabajo tiene como fin primordial lograr la seguridad de los trabajadores
desde el punto de vista médico, lo que pretende obtener por las medidas siguientes:
1. Vigilancia y protección de la salud.
1. Prevención de las enfermedades profesionales y accidentes del trabajo.
2. Mejoramiento de las condiciones de vida, en sus aspectos higiénicos, fisiológicas y
psicológicos.
3. Orientación profesional o determinación de las aptitudes.
4. Adaptación de las herramientas y la regulación del trabajo para disminuir el riesgo y
eliminar la fatiga.
Todas estas medidas suponen una serie de leyes y reglamentos dictados por el Estado, que
garantizan o exigen su cumplimiento, y de aquí surge, cuando se aplican e interpretan
leyes y reglamentaciones en relación con problemas médicos, el estudio medicolegal. Por
tanto en esta revisión bibliográfica, se estudiarán los problemas que plantea a la medicina
legal esa otra rama de las ciencias médicas que es la medicina del trabajo y de la
seguridad social.
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Seguridad social
La Constitución de la República de Cuba en su artículo 45 plantea: el trabajo en nuestra
sociedad es un derecho y un motivo de honor para cada ciudadano.
Mediante el sistema de seguridad social el Estado garantiza la protección
adecuada a todo trabajador impedido por su edad, invalidez o enfermedad, y en caso de
fallecimiento del trabajador garantiza similar protección a su familia (artículo 47).
Respaldada por lo anterior, la Asamblea Nacional del Poder Popular dictó la Ley
No. 24 de Seguridad Social, la que comenzó a regir el 1ro. de enero de 1980, y la que
plantea que el sistema de seguridad social comprende: el régimen de seguridad social y el
de asistencia social.

Régimen de seguridad social. Ofrece protección al trabajador en los casos de


enfermedad y accidente de origen común o profesional, maternidad, invalidez y vejez y,
en caso de muerte del trabajador, protege a su familia (artículo 2).
Régimen de asistencia social. Protege especialmente a los ancianos; a las
personas no aptas para trabajar; y en general, a todas aquéllas personas cuyas necesidades
esenciales no estén aseguradas o que, por sus condiciones de vida o salud, requieran
protección y no puedan solucionar dificultades sin ayuda de la sociedad (artículo 3). Por
no guardar relación directa con los trabajadores y por tanto, con la salud ocupacional;
este régimen no será motivo de posterior mención en este texto.

Régimen de seguridad social


El régimen de seguridad social brinda al trabajador las prestaciones, que son los
beneficios a que tiene derecho tanto él como su familia, y estas prestaciones se clasifican
en: de servicios, en especie y monetarias. Tanto las de servicio como en especie se
ofrecen gratuitamente.

Prestaciones de servicios
1. La asistencia médica y estomatológica, preventiva y curativa, hospitalaria general y
especializada.
2. La rehabilitación física, psíquica y laboral.

Prestaciones en especie
1. Los medicamentos y la alimentación adecuados mientras el paciente se encuentre
hospitalizado.
2. Los aparatos de ortopedia y las prótesis necesarias en los casos de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales.
3. Los medicamentos en los casos de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales que no requieran hospitalización.
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Prestaciones monetarias
1. El subsidio por enfermedad o accidente.
2. La pensión por invalidez total o parcial.
3. La pensión por edad.
4. La pensión originada por la muerte del trabajador, del pensionado o de otra persona
de las protegidas por la ley.

Enfermedad profesional
Se entiende por enfermedad profesional a la alteración de la salud, patológicamente
definida, generada por razón de la actividad laboral, en trabajadores que en forma
habitual se exponen a factores que producen enfermedades y que están presentes en el
medio laboral o en determinadas profesiones u ocupaciones. Conceptuada así, por la Ley
No. 13 de Protección e Higiene del Trabajo en su artículo 9.

Trípode diagnóstico de las enfermedades profesionales


Todo diagnóstico de enfermedad profesional requiere un trípode formado por:
1ro. Un cuadro clínico que fundamente el diagnóstico de la enfermedad que se presume.
2do. Análisis de laboratorio o exámenes complementarios que confirmen el diagnóstico
clínico.
3ro. Exposición cierta al agente tóxico o infeccioso en el centro de trabajo.

Enfermedades profesionales más frecuentes


Una enfermedad para poder ser declarada como profesional tiene que estar recogida en la
lista o relación de enfermedades profesionales (Resolución conjunta No. 2 del Ministerio
del Trabajo y Seguridad Social y Ministerio de Salud Pública. En esta Resolución se
establece las siguientes enfermedades, que constituyen las más frecuentes:

Enfermedades producidas por agentes químicos


Metales pesados (como el plomo, arsénico, etc.).
Sustancias cáusticas y corrosivas (hidróxido de sodio, hidróxido de potasio,
etcétera).
Enfermedades producidas por agentes físicos
Ruido.
Vibraciones.
Temperatura.
Radiaciones y otras.
Enfermedades producidas por agentes vivos
Son solamente seis las que aparecen en el listado y las relacionamos a continuación
Carbuncosis.
Brucelosis.
Leptospirosis.
Histoplasmosis.
Hepatitis B
SIDA.
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DIAGNÓSTICO MEDICOLEGAL DEL SATURNISMO


El saturnismo es una enfermedad profesional producida por el plomo, generalmente
en forma de compuestos inorgánicos.
Los trabajos con riesgo de producir esta enfermedad profesional, en los que es
obligatorio el aseguramiento y la aplicación de las normas preventivas, los
reconocimientos periódicos de los trabajadores, etc., son los siguientes:
1. Extracción, tratamiento, metalurgia, refinado, fundición, laminado y vaciado del
plomo, de sus aleaciones y de metales plumbíferos.
2. Fabricación y reparación de acumuladores de plomo.
3. Fabricación y aplicación de esmaltes, en metal o cerámica, que contengan plomo.
4. Trabajos en alfarerías.
5. Fabricación y aplicación de pinturas, lacas, barnices o tintas a base de compuestos de
plomo.
6. Fabricación de municiones y artículos pirotécnicos.
7. Fabricación, soldadura, rebajado y pulido de objetos de plomo o de sus aleaciones.
8. Soldadura y estañado con ayuda de aleaciones de plomo.
9. Composición de vidrios al plomo.
10. Ciertos trabajos de imprenta.
11. Recuperación de plomo viejo y de metales plumbíferos.
12. Fabricación de zinc; fusión de zinc viejo y de plomo en lingotes.
13. Trabajos de fontanería.
14. Talla de diamantes donde se usen gotas de plomo.
15. Cromolitografía efectuada con polvos plumbíferos.
16. Utilización de compuestos orgánicos de plomo en la fabricación de materias plásticas
(estearato de plomo, utilizado como estabilizador del cloruro de polivinilo, etcétera).
17. Trabajos con soplete en materias recubiertas con pinturas plúmbicas.
18. Temple en baño de plomo y trefilado de los aceros templados en el baño de plomo.
19. Revestimiento de metales por pulverización de plomo o el llenado de vacíos.
20. Fabricación y manipulación de derivados alcoilados del plomo (plomo tetrametilo,
plomo tetraetilo): preparación de las gasolinas que lo contengan y limpieza de los
tanques.
21. Vidriado y decoración de productos cerámicos por compuestos de plomo.
22. Preparación y empleo de insecticidas con arseniato de plomo.

En Cuba el mayor número de obreros afectados por esta intoxicación son los que
laboran en fábricas de acumuladores; la exposición al plomo y el peligro de contraer
enfermedades es muy pequeña en los obreros pintores y en los de imprentas.
Es necesario distinguir entre absorción e intoxicación plúmbicas, y saber también
que existen verdaderos casos de plumbofobia, muchas veces creados por diagnósticos
médicos erróneos y por información equivocada de que determinado tipo de trabajo
indefectiblemente lleva al saturnismo, así como que se trata de una enfermedad incurable.
Se ha demostrado que un signo de extraordinaria importancia para revelar los mas
discretos grados de exposición aumentada y de absorción de plomo es la comprobación
del incremento de la eliminación por la orina de la coproporfirina III de Walton. Es una
investigación de laboratorio sencilla, pero de no ser debidamente interpretada llevaría a
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diagnósticos completamente erróneos. Se utiliza en los estudios de grupos de obreros


para determinar indirectamente el grado de exposición del centro de trabajo; es decir,
tiene un valor en la apreciación de tas medidas preventivas o las condiciones de segundad
del local de trabajo.

Acción del plomo en el organismo


El plomo en el organismo actúa de la manera siguiente:
1. Interfiere en la formación de la nicotinamida.
2. Trastorna el metabolismo de las porfirinas: actúa a nivel de los eritroblastos, donde se
constituye el anillo porfirice. El plomo originaría coproporfirina III que es un
pigmento precursor de la protoporfirina, la que unida al hierro origina el Hem.
3. Produce punteado basófilo en los eritrocitos: ocho a quince gránulos de ribonucleina
o ácido pentosanucleico.
4. Vasoconstricción: por lesión primaria del endotelio o por influencia nerviosa puede
dar nefroesclerosis.

El diagnóstico del saturnismo profesional debe descansar sobre el trípode general


diagnóstico antes señalado, que en este caso particular se comprueba:

Cuadro clínico típico


Consiste en apreciar en el obrero la sintomatología propia del saturnismo, en
cualquiera de sus formas clínicas: digestiva, neuromuscular, encefálica o mixta. El
polimorfismo del saturnismo se explica precisamente por el hecho de adoptar varias
formas, pero ello no supone que cualquier signo o síntoma puede ser catalogado dentro
de un saturnismo.

Exámenes de laboratorio
No puede consistir en apreciar plomo en orina o en sangre, pues se ha establecido
perfectamente bien que el hombre en la vida civilizada tiene constantemente plomo en la
sangre y en la orina. Pero tampoco se puede deducir un diagnóstico de determinada cifra
de plomo, pues la alta absorción de plomo, lo que supone una cifra alta en sangre y una
cifra alta en orina, no supone un estado de enfermedad, ya que existen condiciones
individuales que determinan en unos casos una enfermedad frente a determinadas cifras,
y en otras no constituye alteración de la salud. Lo que sí constituye un elemento valioso
para considerar que las condiciones de trabajo no son buenas y que existe exposición
peligrosa es cuando se aprecian cifras más altas que las que se consideran como normales
en personas expuestas.
Se tiene como valores completamente normales en individuos no expuestos al
plomo, como oficinistas, abogados, carpinteros, etc., cantidades de plomo que pueden
llegar hasta 60 µg/100 g de sangre. Si se trata de obreros expuestos, como los que
trabajan en fábricas de acumuladores, imprentas, pintores, etc., esta cifra puede ser
mayor.
La cantidad de plomo en orina es muy variable, pero se debe recordar que por lo
general tiene una concentración que es la décima parte de la de la sangre, por lo que en
general la concentración se refiere al litro de orina, y sus cifras pueden ser comparadas
directamente con las del porcentaje en la sangre.
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Una investigación práctica y muy valiosa son los cambios en la cifra de


hemoglobina, el conteo de eritrocitos y la cantidad de eritrocitos con puntuación
basofílica, que si tienen determinado valor diagnóstico, si se eliminan las condiciones
patológicas que también pueden producir los cambios, la anemia y la disminución de la
hemoglobina. Como es lógico se investigará si existe parasitismo intestinal, hemorroides,
úlceras digestivas, trastornos alimenticios o cualquier otra condición capaz de producir
esos cambios. En cuanto a la puntuación basofílica, es de gran valor, pero se debe tener
en cuenta que es discreta en los estados de simple exposición y que por otra parte
desaparece o puede desaparecer después de establecido un saturnismo.

Historia laboral
Casi siempre es fácil de comprobar. El hecho de trabajar en una fábrica de
acumuladores, en una imprenta, etc., permite establecer este punto.

Resumiendo, es necesario repetir que debe distinguirse entre absorción


aumentada e intoxicación. Es conveniente el examen médico periódico de todo trabajador
expuesto al plomo, y debe consistir en examen clínico, conteo de hematíes,
determinación de hemoglobina, punteado basófilo y valoración, aunque sea por simple
apreciación por la intensidad de la fluorescencia, del aumento de la coproporfirinuria III.
Debe ser indispensable la implantación de medidas higiénicas en el centro de trabajo, y
para la prevención no se olvidará que siempre será mejor la protección colectiva que la
individual.

Las comisiones de peritaje médico-laboral


La limitación de la capacidad laboral por edad, invalidez, o enfermedad
constituyen una causa fundamental de protección a los trabajadores, que el Estado ofrece
a través de la seguridad social y la protección e higiene del trabajo, derechos recogidos en
los artículos 47 y 49 de la Constitución Socialista.
La garantía del derecho a la seguridad social, y a la protección e higiene del
trabajo de los trabajadores impedidos por causa de edad, invalidez o enfermedad exige la
determinación científica a través del peritaje medicolegal de la existencia de las dos
últimas causas y en ocasiones de la primera, así como del grado en que limiten la
capacidad para el trabajo.
El grado de complejidad de los servicios de peritaje medicolegal que se necesita
brindar a los trabajadores beneficiarios de la seguridad social y a otros que así lo
requieran, hace necesario la adopción de una reglamentación uniforme del
funcionamiento del peritaje, que al propio tiempo, establezca el procedimiento a seguir en
estos casos, así como las relaciones de las comisiones con las dependencias del
Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, la Central de Trabajadores de Cuba, los
órganos locales del Poder Popular y las administraciones de los órganos del Estado,
empresas, unidades presupuestadas y otras entidades económicas y sociales.
Por todo lo anterior, el Ministerio de Salud Pública dictó la Resolución No. 52 de
28 de marzo de 1994, con la cual modificó las normas metodológicas de los servicios de
peritaje medicolegal para los trabajadores y beneficiarios de la seguridad social. Todo lo
recogido en las actuales normas, será explicado de forma concreta a continuación.
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El sistema de peritaje medicolaboral se encuentra integrado por las comisiones de


peritaje médico que funcionan en los siguientes niveles: municipal, provincial y nacional.
Los facultativos que deben laborar en dichas comisiones son designados por los
directores de las unidades asistenciales escogidas, teniendo en cuenta para su designación
su nivel científico y demás condiciones de idoneidad.
Constituyen la Comisión de Peritaje Médico un presidente, un secretario y
distintos especialistas, debiendo estar representadas con carácter preferente, las
especialidades de Medicina Interna, Ortopedia, Psiquiatría, Cirugía, Salud Ocupacional y
Rehabilitación; participando, además, funcionarios de la Dirección de Trabajo del Poder
Popular que corresponda a fin de asesorarla de las implicaciones laborales que puedan
derivarse de los dictámenes periciales que se lleven a efecto, así como invitados, el Jefe
de Recursos Humanos, del órgano, empresa, unidad presupuestada o entidad en que
labore el trabajador peritado, y un dirigente del Buró Sindical de la Empresa o la Sección
Sindical a la que pertenezca el trabajador, a los fines indicados. La periodicidad de las
reuniones de las comisiones es una vez por semana, en día y hora fija, preferentemente
dentro de su horario de trabajo, para dictaminar los expedientes que ya tienen concluidas
las historias clínicas.
Las comisiones de peritaje médico tienen las funciones siguientes:
1. Practicar los peritajes de los trabajadores, debidamente remitidos, para determinar la
existencia o no de invalidez para el trabajo, contando para ello con un período no
mayor de 30 días.
2. Examinar a familiares de trabajadores o beneficiarios de la seguridad social con
derecho a solicitar pensiones por causa de muerte, que aleguen encontrarse
invalidados para el trabajo.
3. Practicar reexámenes a beneficiarios de la seguridad social, cuando proceda de
conformidad con lo establecido en la ley.
4. Practicar los exámenes periciales de los desvinculados del trabajo que aleguen
incapacidad para realizar actividades laborales.

Para que un trabajador sea examinado por una Comisión de Peritaje Médico, el
médico de la familia, el del policlínico o el de Servicio Médico de Industria y Trabajo,
que diagnostique la enfermedad o el accidente, bien de forma primaria al examinar el
trabajador o, por habérselo solicitado la administración, certificará de inmediato su
criterio utilizando original y copia del Certificado médico, especificando en el espacio
destinado a observaciones, que se remite a la Comisión de Peritaje Médico para la cual
está destinada la copia. El original corresponde al centro de trabajo; también deberá
certificar si puede seguir trabajando o si está invalidado temporalmente para el trabajo,
señalando en este caso los días que está impedido de continuar trabajando.
El médico especialista, que tenga que remitir un trabajador a la Comisión de Peritaje
Médico, procederá de forma similar a lo antes explicado. La administración del centro de
trabajo actuará desacuerdo con lo establecido en la Resolución No. 52, utilizando el
modelo 87-10 del Ministerio de Salud Pública, para enviar al trabajador a dicha
Comisión.
Cuando el trabajador va a ser evaluado por la Comisión es examinado por un
especialista miembro de Ja misma, acorde con la patología que presenta, este es el
encargado de consignar, en el modelo de dictamen, los datos de la historia clínica que
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procedan, cuidando hacerlo a máquina o con tinta en escritura legible, en forma sintética
y sin dejar de consignar aquellos particulares esenciales que permitan llegar a un
diagnóstico correcto, orientar sobre la posible evolución del proceso, señalar la existencia
de alteraciones funcionales, así como las posibilidades de rehabilitación.
Cuando la existencia de distintas patologías dé lugar al establecimiento de varios
diagnósticos, procederá siempre relacionándolos en forma decreciente en cuanto a su
grado de incapacidad laboral permanente, o sea, destacando en primer lugar la afección o
lesión más incapacitante.
La precisión de este diagnóstico es importante, no solo para la evaluación del caso
sino, además, para los análisis estadísticos ulteriores. Deberá señalarse, siempre que sea
posible el grado de gravedad o complicaciones y la probable evolución, pero no deben
incluirse diagnósticos que carezcan de peso específico a los efectos de la invalidez. En la
historia clínica, el médico que haya examinado el caso podrá y deberá hacer todas las
sugerencias y observaciones que estime pertinentes. No obstante, el modelo de peritaje
médico solo incluirá la evaluación que haga la Comisión de Peritaje Médico, la que de
acuerdo con la edad, el sexo, el contenido de trabajo y la fisiopatología descrita, emitirá
un dictamen en el que conste si se trata de uno de los casos siguientes:
1. Invalidez total y permanente para todo tipo de trabajo.
2. Invalidez parcial permanente para el trabajo que realiza, señalando qué funciones no
puede ejecutar.
3. Invalidez parcial temporal para el trabajo que realiza, por un periodo de hasta seis
meses y qué funciones no puede realizar.
4. Invalidez temporal para el trabajo que realiza por un período de hasta dos años.
5. No existencia de invalidez para su trabajo.
6. Caso especial.

Se considera caso especial: los trabajadores con capacidad disminuida que no


requieran cambio de trabajo y sí otras condiciones laborales, tales como reducción de la
jornada de trabajo, régimen de descanso especial, horario destinado a medidas de
rehabilitación o recalificación, cambio de centro de trabajo u otras condiciones.
Si la Comisión de Peritaje Médico, una vez evaluado un caso, estima que sería
recomendable en lugar de proceder a su jubilación o cambio de trabajo, aplicar al
trabajador peritado un horario reducido de trabajo o alguna otra consideración de carácter
especial de las contempladas anteriormente, deberá sugerirlo así a la Dirección Municipal
de Trabajo del Poder Popular, a fin de que sean analizadas las circunstancias y las
condiciones que concurren en el caso y, de proceder, dé su conformidad a la sugerencia
planteada. Las comisiones se abstendrán de emitir el dictamen definitivo, mientras no
posean tal conformidad.
La Comisión debe en todos los casos precisar con la mayor aproximación posible, la
fecha en que el trabajador hubo de adquirir la enfermedad o surgir la lesión sobre todo en
los casos en que se dude de la vinculación de estas con la actividad laboral.
La instancia correspondiente del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, adoptará
las medidas pertinentes, cuando los casos especiales le sean informados. Si la Comisión
recomienda cambio de puesto de trabajo el dictamen será lo más explícito posible, acerca
de las funciones que no puede realizar el trabajador, evitando las imprecisiones.
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El dictamen definitivo de la Comisión de Peritaje Médico se debe emitir dentro de los


treinta días hábiles siguientes a la presentación de las solicitudes, pudiéndose aplazar
hasta treinta días más en aquellos casos excepcionales en que no se pueda llegar a una
conclusión definitiva en los treinta primeros días. Igualmente cuando la Comisión
dictamina que no se ha estabilizado la naturaleza o el grado de la invalidez, deberá
informarlo así y, a la vez, señalar la oportunidad del nuevo examen pericial,
pronunciándose siempre por el régimen provisional de trabajo o reposo del trabajador,
según el caso, y señalando el término de esta medida provisional.
Cuando dos o más certificados o dictámenes resulten contradictorios entre sí, al
referirse a la misma dolencia o época de ésta, se seguirá el siguiente orden de
jerarquización:

1. El dictamen de la Comisión de Peritaje Médico, prevalecerá sobre la certificación


individual.
2. Los dictámenes de las instituciones asistenciafes especializadas de carácter nacional,
prevalecerán sobre cualquier otro.

También las direcciones municipales del Poder Popular pueden solicitar a las
comisiones de peritaje médico, que dictaminen sobre la invalidez para el trabajo alegada
por aquellos desvinculados laboralmente. Las comisiones de peritaje médico, actuarán
solo a instancias de órganos estatales, nunca a solicitud o requerimiento del propio
interesado.
El tiempo empleado por el trabajador en los trámites de peritaje, será acreditado por
el personal administrativo de la Comisión de Peritaje Médico.
Cuando un trabajador ha sido objeto de dictamen pericial y queda determinado que no
está invalidado para su trabajo, si de nuevo alegara no poder realizarlo, ya sea por la
misma afección, su agravamiento o por otra patología, la administración del centro donde
labora lo referirá al médico de la familia, al policlínico, o a! de Servicio Médico de
Industria y Trabajo para el examen correspondiente, acompañando a la solicitud una
copia del peritaje, por lo que el médico debe tener en cuenta este antecedente a los
efectos de evitar la práctica de un nuevo peritaje, si no han variado las circunstancias que
originaron el anterior.
Las comisiones de peritaje médico son órganos medicolegales y sus funciones en
ningún momento serán asistenciales, rehabilitadoras o preventivas; pero están en la
obligación de referir al trabajador al centro correspondiente, cuando requiera de estos
servicios.

La maternidad y la mujer trabajadora


Es interés del Gobierno Revolucionario brindar especial atención a la madre
trabajadora que, a su elevada contribución a la sociedad por su participación en la
procreación y cuidado de los hijos, añade el cumplimiento del deber social de trabajar.
Para lograr esto, se dictó la Ley No. 1263 de 14 de enero de 1974, amparada por la
Constitución de la República y por la Ley de Seguridad Social, teniendo en cuenta que el
desarrollo feliz del embarazo, el parto y la salud futura del niño, requieren la adopción de
adecuadas medidas a observar por la gestante, como ineludible deber hacia su
descendencia y la sociedad.
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A los fines anteriores es necesario propiciar la atención médica y el descanso de la


trabajadora en el período de su embarazo; la lactancia del recién nacido durante los
primeros meses de vida, que lo protege de enfermedades y favorece el surgimiento de
óptimos lazos de unión emocional entre la madre y el hijo; y el reconocimiento periódico
del niño en las consultas de puericultura, durante su primer año.
Suscintamente lo recogido en la legislación, y que resulta de singular interés, es to
siguiente:

1ro. Toda trabajadora gestante, cualquiera que sea la actividad que realice, estará en la
obligación de recesar en sus labores al cumplir las treinta y cuatro semanas de embarazo
(en el embarazo de un solo feto), o las treinta y dos semanas (si el embarazo es múltiple);
y tendrá derecho a disfrutar de una licencia por un término de dieciocho semanas, que
comprenderá las seis anteriores al parto y las doce posteriores a! mismo, siendo retribuida
esta licencia en la cuantía y forma que dispone la ley.
2do. La trabajadora tendrá garantizada una licencia posnatal de seis semanas necesarias
para su recuperación, aún cuando por circunstancias adversas de accidente o enfermedad
congénita o adquirida fallezca el hijo en el momento del parto o dentro de las cuatro
primeras semanas de nacido.
3ro. Si la trabajadora, por complicaciones del parto, tuviera necesidad de un mayor
término de descanso una vez transcurrida la licencia posnatal, tendrá derecho a acogerse
al subsidio por enfermedad establecido en la vigente Ley de Seguridad Social.
4to. Se considerarán accidentes del embarazo las complicaciones propias de ese estado o
enfermedades coincidentes con el mismo, que requieran reposo absoluto por prescripción
médica con o sin hospitalización.
Los llamados accidentes del embarazo que ocurran antes del cumplimiento de las treinta
y cuatro semanas darán derecho a la trabajadora grávida al subsidio por enfermedad
establecido en la Ley de Seguridad Social.

Las licencias complementarias de la maternidad son:


1. Durante el embarazo y hasta las treinta y cuatro semanas del mismo, la trabajadora
tendrá derecho a disfrutar de seis días o doce medios días de licencia retribuida a los
fines de su atención médica y estomatológica anterior al parto.
2. Al efecto de garantizar el cuidado y tratamiento del hijo durante su primer año de
vida, se establece el derecho de la madre trabajadora a disfrutar de un día de licencia
retribuida durante cada mes para concurrir al centro asistencial pediátrico.
3. La madre trabajadora tiene el derecho al disfrute de una licencia no retribuida, en
razón del cuidado de los hijos, en los términos y condiciones que se señalen en el
Reglamento de la Ley 1263.

Durante el año 1991 se dictó una medida complementaria de la Ley 1263, que
establece la ampliación de la licencia posnatal hasta la fecha en que el recién nacido
cumpla seis meses de edad. La cuantía en que se retribuye este tiempo se precisa en la
propia medida complementaria.
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Bibliografía
1. Constitución de la República de Cuba. Edición única. Editorial Ciencias Sociales. La
Habana, 1981. Artículos 45, 47 y 49.
2. MINSAP: Curso de medicina del trabajo, pp. 12-14, Ciudad de La Habana, 1978.
3. LANCÍS Y SÁNCHEZ, F.: Lecciones de medicina legal, Imprenta Ministerio de
Educación Superior, Ciudad de La Habana, 1982.
4. Medicina Legal. Francisco Lañéis y Sánchez... [et al] - La Habana: Editorial Pueblo y
Educación; Ciencias Médicas, 1999.

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