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Texao Editores

Investigación
Historia de las
fiestas del
Carnaval en Arequipa
Hélard Fuentes
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA
Derechos Reservados de esta EDICIÓN-2016
© Hélard André Fuentes Pastor

Texao Editores
Calle 27 de noviembre 502 La Libertad, Cerro Colorado Arequipa-Perú
Telf. 958240729
ciudadanocarlosrivera@hotmail.com

Cubierta y diagramación:
José Flores Elguera
Corrección:
Carlos Valenzuela
Ilustraciones de capítulos:
Goyo Menaut

ntegridad Global SAC


Para su sello editorial, Texao Editores
RUC: 20455279489
texao_editores@hotmail.com
Calle José Olaya N.° 113 Urb.
La Libertad, Cerro Colorado Arequipa - Perú
Tiraje: 500 ejemplares

Hecho el Depósito Legal


En la Biblioteca Nacional del Perú N.º 2015-04223
ISBN: 978-612-46845-1-7

Queda prohibida, sin autorización de los titulares del Copyright, bajo las sanciones
establecidas en las leyes, la reproducción total y o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento.

Impreso en Perú / Printed in Peru


Agradecimientos

A Helard Fuentes Rueda, Antonieta Pastor Muñoz, Carlos Meneses Cornejo,


Eusebio Quiroz Paz Soldán, Juan Guillermo Carpio Muñoz, Justo Germán Rodríguez
Salas, Jorge Bedregal La Vera, Alejandro Málaga Núñez-Zeballos, Carlos Buller, José
de la Puente Brunke, Alonso Ruíz Rosas, Teresa Arrieta de Guzmán, Luis Pareja Rivero,
Abel Rubio, Héctor Ballón Lozada, Goyo Menaut Yáñez, Xavier Bacacorzo, Luz
Vilca, Luzgardo Medina (+), Patricia Roberts, María del Rosario Pérez Torres, María
Antonieta Tejada Delgado, Gloria Mendoza Borda, César Coloma Porcari,Carlos
Rivera, Noemí Pastor Muñoz, Omar Suri, PercyEguiluz Menéndez, Percy Prado
Salazar, Juliet Guzmán y, a todos los amigos y familiares que me acompañan en mis
proyectos de investigación.
ÍNDICE

HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL


CARNAVAL EN AREQUIPA

PRESENTACIÓN
Jorge Bedregal La Vera

PRÓLOGO
Eusebio Quiroz Paz Soldán

INTRODUCCIÓN
Hélard Fuentes Pastor

CAPÍTULO I

UNA MIRADA HISTÓRICA DEL CARNAVAL


EN EL PERÚ Y EL MUNDO

El carnaval: tradición e identidad cultural............................................................. 37


Los carnavales en el Perú....................................................................................... 48

CAPÍTULO II

PROCESO HISTÓRICO DE LAS FIESTAS


DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Proceso Histórico de las fiestas del carnaval.......................................................... 58


El Antiguo Carnaval en Arequipa.......................................................................... 60
El Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa......................................................... 82
El Carnaval Contemporáneo en Arequipa............................................................. 98

CAPÍTULO III

HISTORIA DEL MODERNO O


NUEVO CARNAVAL EN AREQUIPA

Surgimiento del Carnaval (1923-1930)............................................................... 108


Redescubrimiento del Carnaval (1931-1940)...................................................... 123
Fortalecimiento del Carnaval (1941-1950).......................................................... 138
Declive del Carnaval (1951-1960)....................................................................... 148
CAPÍTULO IV

ANÁLISIS SOCIOCULTURAL DE LAS


FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa.............................. 170


Según la influencia cultural.................................................................................. 170
Expresiones indígenas en el carnaval................................................................... 172
Música e instrumentos indígenas......................................................................... 174
Danzas, máscaras y ritualidad andina................................................................. 176
Expresiones occidentales en el carnaval............................................................... 179
Costumbres carnavalescas................................................................................... 179
Reinados del carnaval......................................................................................... 181
Corso de flores.................................................................................................... 223
Bailes de fantasía o disfraces............................................................................... 226
Según el entorno sociocultural del carnaval......................................................... 228
Carnaval rural..................................................................................................... 229
Carnaval urbano................................................................................................. 230
Según el espacio donde se desarrollan las fiestas.................................................. 231
Perfil social: de expresión popular al glamur y reconocimiento nacional....................... 233

CONCLUSIONES............................................................................................. 235

ANEXOS
Poemas al carnaval
Letra del Carnaval Arequipeño

BIBLIOGRAFÍA

RESEÑAS Y COMENTARIOS ACERCA DE LA OBRA


HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

PRESENTACIÓN

La frase, conocida y repetida por todos los historiadores del orbe: «Nada de lo
humano me es ajeno», es una suerte de ideario y declaratoria de principios de todos
aquellos que hemos elegido a la Historia como nuestra profesión y pasión.

Sin embargo, este principio no siempre guió la actividad investigativa de los his-
toriadores. Presos por un positivismo denso y universalizante, los historiadores, es-
pecialmente aquellos tocados por la influencia marxista, se constriñeron a un campo
específico de investigación, a un cúmulo determinado de fuentes y con una retórica
definida por la ideología marxista.

Así, los historiadores hurgaron en el pasado que había dejado documentos es-
critos, investigando los recovecos de las relaciones económicas de los seres humanos
y proponiendo una especie de base para una revolución que, indefectiblemente, tenía
que llegar.

El positivismo alcanzó con su fuerza también a aquellos historiadores que po-


dríamos clasificar groseramente, como «oficialistas»; es decir, aquellos que durante
prácticamente todo el siglo XIX y parte del XX se dedicaron a establecer «la narra-
ción de la nación». Estos historiadores se dedicaron con prolijidad a destacar hechos
y personas gravitantes en la conformación de la nación peruana. En muchos casos, la
visión conservadora y limitada a los documentos existentes en archivos, nos entregó
un pasado plagado de silencios y ausencias, diseñado específicamente desde una vi-
sión urbana, costeña y limeñocentrista.

Los historiadores, en aras de la erudición y un trabajo limitado a la existen-


cia de fuentes oficiales escritas, descartaron o menospreciaron muchos lugares que
contenían una cantidad gigantesca de información y una riqueza de posibilidades
impresionante. Para estos investigadores, las fuentes periodísticas, orales o literarias
no merecían mayor atención que simples menciones o eran sencillamente ignoradas.

Igualmente, la construcción de cronologías heroicas y de relatos épicos de la


construcción de la nación, le dio mucha mayor importancia a los sucesos políticos,
económicos y bélicos.

A partir de los años sesenta del siglo pasado aparecieron investigadores que poco a
poco se fueron percatando de la gran cantera de información que no se había tocado y
que estaba prácticamente esperando que los especialistas se animen a tomarlas en serio.

XV
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

La problemática también se complejizó y empezó a abarcar áreas y momentos que


antes no fueron tocados. Así, descubrimos que los músicos que componían sus obras,
los escultores y los pintores, los escritores y redactores de noticias y que plasmaban sus
universos personales a través del arte, imprimían en sus creaciones los sentidos comunes
de sus épocas, sus miedos y sus esperanzas, sus sueños y sus pesadillas.

Igualmente, descubrieron que la Historia no solo se gestaba en los salones pala-


ciegos o en los campos de batalla, sino que se nutría de los movimientos sociales que
no aparecían en las fuentes escritas oficiales. Así, fuimos descubriendo un Perú dife-
rente, mucho más rico y diverso. Empezamos a entender que no todo se cuajaba en
Lima, que no todo era la cultura señorial y «oficial», sino que la realidad y la impre-
sionante diversidad nos mostraba un país de una riqueza fascinante, de abigarrado
colorido y con muchos problemas, pero también con sus posibilidades.

Por otro lado, Arequipa es, indudablemente, una parte importante de ese con-
cierto nacional. Su Historia también ha pasado por esos avatares de la Historiografía
nacional y hubo quien cantó pasados gloriosos y presentes casi separatistas. Arequipa
se dibujó como un lugar lejos de la lógica nacional, más bien como un producto legí-
timo e hidalgo de una conquista heroica. Una ciudad enmarcada en un paisaje esplén-
dido, en un valle fértil; poblado de gentes de bien, civilizados, autocontrolados, fieles
católicos, blancos, cultos, respetuosos de las leyes, decentes y honrados. Esta pintura
se refleja en la famosa frase de Víctor Andrés Belaúnde: «En Arequipa todos somos
hidalgos como el rey... Dineros menos».

Felizmente, los nuevos y buenos vientos soplaron en la historiografía arequipeña y


descubrimos una región amplia y diversa, con un pasado rico y milenario, además de una
historia reciente muy sugerente y pletórica de cultura. Así como descubrimos nuevas ve-
tas de información, nos reencontramos con la prensa y las publicaciones periódicas, con
relatos orales y testimonios de parte, con bailes, juegos, cuentos y leyendas.

Hélard Fuentes es un historiador cuya juventud y la expresión de asombro de


su rostro nos engaña. En realidad, es un prolijo y acucioso investigador que hurga
en las fuentes con maestría y profesionalidad, pero también con pasión. Gracias a su
investigación acerca de los medios de prensa en la ciudad o del emblemático Colegio
de la Independencia, hemos tenido una aproximación más fresca y directa con varios
procesos claves en la historia de Arequipa.

Ahora convoca su interés una parte muchas veces obviada por nuestra tradición
historiográfica mistiana: los carnavales. Fuentes toma esta parte de nuestra realidad
cotidiana desde el pasado y no solo se detiene en los aspectos tradicionales o en los

XVI
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

lugares comunes de estas prácticas sociales lúdicas, sino que la encuadra en una His-
toria Cultural de ágil lectura y apasionante despliegue de información.

La obra de Hélard enriquece la vasta producción histórica reciente de Arequipa,


y lo hace con solvencia y destreza.

Arequipa, mayo 7 de 2015

Jorge Bedregal La Vera


Historiador

XVII
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

EL CARNAVAL EN AREQUIPA: CANTEMOS, BAILEMOS…

Las coplas del carnaval que compiló Benigno Ballón Farfán identifican con su alegre
melodía la fiesta del Rey Momo en Arequipa. No olvidemos que el genial músico recogió
la tradición del baile con aire de pampeña, que no es el huayño andino, sino la danza de
los indígenas de La Pampa o Miraflores y que tiene un carácter mestizo, pues son occi-
dentales los instrumentos y las formas de las coplas, el contenido, es local indígena.

Hélard André Fuentes Pastor ha escrito un libro que presenta la historia de las fiestas
del Carnaval en Arequipa, y redacto estas páginas para que las incluya como un Prólogo en
su publicación, con la satisfacción que siente un antiguo profesor de Historia en la Univer-
sidad Nacional de San Agustín, al leer lo que un exalumno de esa Escuela ha investigado.

Por la experiencia en la lectura de libros de historiografía, examino primero


la Introducción que precede a un trabajo de investigación histórica. En esa parte
inicial, que no es Prólogo ni Presentación, sino Introducción, seguimos las pautas
establecidas en el clásico manual de C. F. S. Cardoso (Cardoso, 1981: 164). No se
trata de aplicar al pie de la letra un esquema, sino de buscar la lógica que orienta al
Proyecto de Investigación que se convierte en libro cuando se publica.

Así, el tema del Carnaval es relevante porque encontramos al interior de la fiesta


una forma social, y toda historia es social. Más allá de lo superficial descriptivo, el
tema es original en la medida que no se ha investigado ampliamente en Arequipa,
salvo por los artículos publicados por el doctor Francisco Mostajo y que compilamos
con Álvaro Espinoza (Quiroz y Espinoza, 2002: 225).

Se ha esforzado el autor en la parte teórica que da forma al proyecto de investi-


gación y que intenta responder a la pregunta obvia: ¿Qué es el carnaval? La respuesta
no es simple, pues el origen del mismo tiene relación con las diversiones públicas en
Grecia en honor de Dionisos o Baco; en Roma, las llamadas Saturnales; y más tarde,
en Venecia con el «Carnaval de los animales».

En todo caso, la fiesta de Carnaval con su aire de libertad absoluta y sus disfraces
que ocultan a las personas de los excesos que cometen, han llegado a América, al terri-
torio andino y a Arequipa como un elemento cultural occidental que se unió con las
expresiones de los pueblos del antiguo Perú.

La teoría cumple así una gran función en este trabajo, ya que tanto la historia
cultural como la antropología aportan conceptos e ideas que permiten establecer la
respuesta a la gran cuestión: ¿Qué es el carnaval?

XIX
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Otro aspecto fundamental es el de las fuentes históricas de este libro. Repito siempre
a H. I. Marrou cuando afirma que «no hay historia sin documentos»(Marrou, 1968:
53); entiende por ello testimonios, vestigios, del pasado de los que el historiador obtiene
información. A partir del enfoque teórico, tengo la impresión que la fuente principal
consultada por el autor son los diarios arequipeños: Noticias, El Pueblo, El Deber; sobre
todo el primero, que le permite reconstruir cronológicamente los programas municipales
del Carnaval, desde 1923 en que se estableció como una diversión pública, organizada
y reglamentada por el Concejo Provincial de Arequipa, a través de una Comisión, cuyos
criterios para cumplir su cometido son dignos de considerar.

Con el debido respeto, expresé al autor que estaban ausentes en sus fuentes: Flo-
ra Tristán, quien visitó Arequipa en 1835 y expresó su testimonio en su libro clásico:
Peregrinaciones de una paria (Tristán, 2005: 165), así como el sacerdote católico José
María Blanco, secretario del presidente Orbegoso, en su viaje al sur del Perú en 1835
y cuyo documento está en el Fondo Denegri del Instituto Riva Agüero en Lima. La
parte del Carnaval la publiqué en 1980 (Quiroz, 1988: 83).

Lo importante no son solo las referencias a las antiguas fuentes, sino la de in-
formarse en su contenido de las costumbres en las fiestas de Carnaval. Hubiera sido
útil buscar información acerca de costumbres relacionadas con el Carnaval que han
subsistido hasta la actualidad; por ejemplo, la de convidar a los vecinos sendas jarras
de chica «dulce» o de frutas. También se solía preparar platos típicos de la gastrono-
mía arequipeña, que servidos en la mesa familiar eran compartidos libremente por
quienes visitaban la casa para jugar con agua, hasta el mediodía o por la tarde. Los
visitantes, generalmente amigos de la casa, eran agasajados con almuerzo o con me-
rienda, luego del juego del Carnaval.

Para un análisis histórico es útil recordar que la casa, símbolo de privacidad fa-
miliar, era abierta en los días de Carnaval, tanto de día para el juego, como de noche
para el baile con disfraces, en cuyo caso el representante de un grupo de disfrazados
se descubría el rostro y garantizaba el buen comportamiento de los agrupados en su
comparsa o «pandilla», lo que alude a grupo. Es importante anotar que el disfraz es
de origen occidental y europeo, siendo más conocidos los de Pierrot y Colombina.

Con el paso del tiempo se comenzó una suerte de concurso de pandillas, que, para
identificarse, usaban el mismo disfraz. Bien recuerdo que el señor Enrique Mejía Beja-
rano dirigió una comparsa del Club Internacional, con singular éxito por su convocato-
ria. En los distritos rurales de Arequipa, el corso con carros alegóricos y disfraces eran
fiestas generalizadas, en algunos distritos se distinguía a una persona por su esmerado
afán de disfrazarse y participar en el desfile de carros alegóricos, tal es el caso de don

XX
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Enrique Guillén, en la Punta de Bombón, animador infatigable del Carnaval en ese pue-
blo costeño. Cerca, en los pueblos de Catas y Bombón, adquirió renombre la celebra-
ción de la Amargura, fin del Carnaval, celebrado con misa y degustación de picantes.

Hélard Fuentes se ha esmerado en dotar a este libro de un examen teórico necesario


acerca de lo que es el Carnaval como fiesta o diversión pública; en la que el disfraz y el
juego hacen desaparecer momentáneamente las diferencias sociales, en tal magnitud que
puede hablarse, con cuidado, de una fiesta democrática, en la que ricos y pobres, esclavos
y amos comparten espacio público y acceden a rociar con agua de color a las damas; eso
se desprende de los testimonios producidos en Arequipa hacia 1835.

Ese carácter social confiere, sin duda, una de sus características al Carnaval;
pero en la época que la fiesta del Carnaval es organizada por el Concejo Provincial,
se observa que los reinados de la ciudad y los de los distritos populares y del campo
o del mercado de San Camilo, hacen ostensibles las diferencias sociales y económicas,
como puede apreciarse desde 1923 en Arequipa, así lo informa el autor.

En el fondo, el Carnaval es inseparable del contexto social en que se produce la


fiesta con su dinámica y sus bailes, unos de fantasía, como menciona el autor, y otros,
en las plazas de Arequipa.

Por encima del juego con agua, que a veces resulta brusco o violento por el uso
de sustancias gruesas para pintar a quienes juegan, está el otro juego con serpentinas
que llevan mensajes impresos y chisguetes con éter, antifaces, mistura de papel, co-
lonia y polvos de talco que configuran una modalidad de juego más delicado y en la
que participan las mujeres como adversarios; alude así nuestro autor a la «batalla de
flores» y confites que resulta diferente a la de agua colorada, cascarones de huevo, ha-
rina y fruta malograda, aceite y betún, que forma el arsenal del juego popular. Parece
adecuado señalar, en un necesario análisis histórico-social, las modalidades del juego.

Otro factor social que participa del carnaval es el de carácter religioso católico
que se relaciona con la Cuaresma y la Semana Santa, y después de la fiesta con el
Miércoles de Ceniza y la Amargura, que en el sentido católico es el pesar por los
excesos del carnaval que, al fin y al cabo, es fiesta de la carne y no del espíritu, en el
más real sentido de la palabra.

Un aspecto principal en este libro es la periodización propuesta por el autor para


los grandes momentos del carnaval en sentido del tiempo: un Carnaval Antiguo, un
Carnaval Nuevo y un Carnaval Contemporáneo. Con la licencia de mi amistad con
Hélard Fuentes Pastor, me permito plantear que el Carnaval en Arequipa tiene una

XXI
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

caracterización mestiza, en la medida que es resultado del contacto cultural entre lo


occidental y lo andino; así, el «cantemos, bailemos…»resulta una copla mestiza en su
contenido, aunque tiene forma castellana en la lengua que la expresa.

Desde 1990 sostengo la teoría que la identidad cultural de Arequipa es mestiza


(Quiroz, 1990), dentro de ella analizo los elementos de la misma: arquitectura, gastro-
nomía, música y danza, habla popular y religiosidad popular católica. No cabe duda
que Arequipa es la cuna del mestizaje musical del Perú —como dice Sánchez Málaga—
(Sánchez Málaga, 1956: 6), y la música, danza y coplas del carnaval son mestizas. Un
análisis del contenido de las coplas populares revela su índole mestiza: «Las indias
pampeñas, montadas en burro, con las piernas ccalas, enseñando el mundo».

El «pujllay» o «apujllay» que se repite como estribillo, es totalmente mestizo, y


la melodía carnavalesca lo es también. Sobre este tema he expresado mi opinión al
autor y aunque no espero que corrija su texto, por lo menos que sepa que lo he leído
con seriedad y que no dejo de aplaudir su trabajo pero tampoco de señalar lo que
pienso de sus afirmaciones. No en vano he sido docente en la Universidad Nacional
de San Agustín cerca de cuarenta años.

También es cierto que este libro sobre el Carnaval en Arequipa es pionero y que Hélard
Fuentes Pastor, estoy seguro, profundizará y ampliará su investigación, así como las cuestio-
nes teóricas, sociales, antropológicas y culturales que merecen contextualizar al Carnaval,
y darle la perspectiva de un análisis histórico como plantea Marc Bloch (Bloch, 1987), de
modo que se supere la descripción y la documentolatría; pues bien, quienes trabajamos con
fuentes históricas sabemos que estas deben ser sometidas a crítica para establecer la natura-
leza de su testimonio y la intención con que fueron producidas. No olvide el joven autor que
el lenguaje de las noticias periodísticas tiene una connotación que lo obliga a decodificar,
como cuando aluden a un «baile de fantasía» o qué significa esa expresión.

El esfuerzo principal del autor está en la reunión pormenorizada de información


sobre la fiesta de Carnaval en Arequipa, a partir de 1923 hasta el presente, y en ello anota
el cambio socialmente apreciable de la naturaleza del juego que ha devenido en violencia,
agresividad y actos equívocos que revelan una intención hiriente en las costumbres. Esta
es una observación objetiva, no un discurso moralizador ni crítico del autor.

No es el historiador un nostálgico memorioso que piensa que «todo tiempo pa-


sado fue mejor»; yo, al menos, no lo creo así, ya que la naturaleza humana y social
no ha variado en su esencia, lo que sí cambian son las pautas de conducta socialmente
aceptables y que, sin duda, se han liberalizado en lo que va del siglo XXI, debido a la
globalización y al uso intenso de medios tecnológicos que nos acercan directamente

XXII
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

a los hechos. Por lo demás, todos somos «hijos de nuestro tiempo». Su periodización
del carnaval en: Antiguo, Nuevo y Contemporáneo, creo, merece mayor explicación,
pero resulta válida cronológicamente.

Las diversiones públicas como las «verbenas» también revelan cambios, en la


misma medida que la participación popular y los fuegos artificiales; así como el con-
sumo de bebidas calientes,«ponches y dianas», que se ha transformado en consumo
de bebidas alcohólicas. Afirma nuestro autor que la «época de oro» del Carnaval
corresponde desde el año de 1923 hasta 1930, que ha denominado como «Carnaval
Nuevo» para diferenciarlo del Antiguo, desde 1541 hasta 1923.

Ha seguido con paciente labor la información del diario Noticias, de grato recuerdo
en Arequipa, al lado de El Pueblo y El Deber. Es obvio que esta fuente proporciona datos
sobre actividades del programa oficial del Municipio local sobre el carnaval. Allí se en-
cuentra la versión estandarizada sobre las fiestas con sus reinados, recorridos del corso,
comisión municipal organizadora, descripción de los carros alegóricos y nombre de las
autoridades, a la par no se percibe en la fuente periodística el alcance y la magnitud de la
participación popular, ni las costumbres, tradiciones, coplas, entradas del Ño Carnava-
lón, y entierros del mismo que no contienen menciones a apellidos de la élite arequipeña;
el pueblo, asimismo, hace suya la fiesta del Carnaval, sobre todo en Miraflores, de mane-
ra que requiere mayor información sobre el Carnaval y sus incidencias en distritos y en
el campo. He escuchado hablar de un carnaval «loncco», que complementaría la versión
urbana del carnaval «ccala» si es que tal taxonomía tiene validez argumental.

El trabajo de Hélard Fuentes se esmera en el Capítulo III: «Historia del Moderno o


Nuevo Carnaval en Arequipa». Hacia 1930, la autoridad prohibió el uso de cohetillos
de Napoleón y cohetillos de garbanzo que, recuerdo, se continuaban produciendo y
usando por lo menos hasta 1950; conocí un taller artesanal en la calle Grande de Mi-
raflores, donde toda una familia los confeccionaba; ciertamente, eran peligrosos pues
arrojados contra las personas podía herir órganos delicados como los ojos.

Afirmo que la riqueza más significativa del Carnaval como tema es su análisis
histórico: cambios y permanencia, uso de los espacios públicos, naturaleza de las
diversiones programadas y organizadas, monto de los presupuestos municipales des-
tinados a la fiesta, etc. Ello permitirá al autor desarrollar más y mejor aún este trabajo
inicial siguiendo un Proyecto de Investigación Histórica y tal vez algún modelo ya
publicado (Muñoz, 2001: 182).

Cuando este libro era solamente un proyecto, escribí unas palabras que pre-
tendían ser prólogo al trabajo acerca de un tema histórico y social que no debe ser

XXIII
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

considerado únicamente como costumbre o folklore sin mayor trascendencia. Así lo


expresé entonces, y el autor aceptó mi sugerencia y amplió el trabajo de investigación
con un capítulo de análisis histórico del carnaval en Arequipa, lo que nos complace,
pues exige que vayamos hacia lo profundo del tema y no quedemos en lo superficial,
ni en la descripción, ni en la anécdota. Al fin y al cabo, explicar y comprender forma
parte de la tarea del historiador, como lo afirma Lucien Febvre.

Vale el esfuerzo de buscar lo esencial del análisis realizado por el autor, y tratar de
reconocer que es fundamental apreciar que el carnaval es una fiesta de magnitud o escala
social amplia y que no se trata de una celebración religiosa católica. Si vale el sustantivo,
es una fiesta pagana y harto liberal en cuanto a sus expresiones; no en vano, se dice en
los Andes que a los nueve meses del Carnaval nacen los «hijos de la fiesta», lo que nos da
una idea del ambiente descontrolado que originan los días de celebración del Carnaval.

Creo haber planteado, y lo confirmo, que en el Carnaval se produce también


un hecho de aculturación que he dado en llamar «mestizaje cultural», aceptando el
concepto propuesto por el historiador José Antonio del Busto.

No se equivoca Fuentes en reconocer la presencia de elementos culturales occi-


dentales y andinos en la celebración del Carnaval, tal vez no se pueden aislar para un
análisis histórico pero es evidente que el Carnaval resultó yuxtaponiéndose a las ce-
lebraciones festivas andinas, cuyas expresiones son harto conocidas por su contenido
agrícola y su manifestación en cánticos y danzas.

Lo anterior no nos lleva a individualizar un Carnaval andino como la representación


fiel de esta festividad, pero en Arequipa hay síntesis cultural, desde la «entrada del Ño
Carnavalón» por la Pampa de Miraflores, lugar indígena por excelencia, hasta el «entie-
rro del Rey Momo», también en el mismo distrito, no en el Centro Histórico de la ciudad.

La fiesta de Carnaval con sus comparsas y «mojigangas», su ingreso a la ciudad,


su juego con agua colorada, cascarones, que «iguala» a los indios mestizos y blancos,
es una buena demostración que el Carnaval funciona durante los días de fiesta como
un factor de nivelación social, que es uno de los aspectos más singulares del análisis
que propone nuestro autor, quien, por supuesto, lo pone en práctica estableciendo
ciertas categorías según el espacio donde se realiza la fiesta y según el momento en
la taxonomía que plantea como línea de tiempo para establecer la evolución del car-
naval del pasado al presente como suele hacerse en la investigación historiográfica.

La observación o la reflexión acerca de los elementos sociales que se ponen en


contacto en la fiesta del Carnaval nos llevan a apreciar cambios y permanencias en

XXIV
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

su celebración y que van desde lo espontáneo del juego popular, hasta el Corso de
Flores organizado por el Municipio, con su imitación cortesana con reina, damas de
honor y bailes en espacios sociales exclusivos o abiertos en forma de festejo público.

Por ello, resulta tan interesante el tema del Carnaval, pues permite penetrar
más allá de la descripción de las actividades y analizar los factores relacionados a
través de la festividad, cuyo entorno y contorno alcanzaron una magnitud social
amplia; en eso reside la riqueza del análisis que puede hacerse desde la perspectiva
historiográfica, y que no se reduce a determinar la autenticidad y veracidad de las
fuentes, sino que a partir de la información que nos brindan, configuran un cono-
cimiento que nos facilita explicar y comprender los hechos dentro de un contexto
social global que involucra diversos aspectos. Una acequia no solo es un curso
de agua para regadío, sino que es parte de una propiedad y suele dar lugar a una
servidumbre, a mita de agua y a veces hasta pleitos judiciales; por eso el tema del
Carnaval no solo es pintoresco y folclórico por sus coplas y danzas, es un hecho
social complejo que merece reflexión y análisis.

Nuestro autor, joven aún, pero con afán de investigador ya probado, ofrece aquí
ese análisis histórico que se inscribe en un marco teórico: el Carnaval en Arequipa es
una fiesta mestiza según la teoría que elaboré en 1990 y que se encuentra en mi libro:
Arequipa. Pasado y presente. Aquí lo reitero y lo confirmo como parte de la identidad
cultural que caracteriza a Arequipa y que contribuye a dar una fisonomía singular a
nuestra querida tierra con la que nos identificamos.

Confío en la capacidad de trabajo de Hélard Fuentes Pastor, ya que no es su primer


libro publicado, de modo que espero otros trabajos fruto de su empeño y contracción a
la investigación histórica. Lo felicito por este trabajo y espero que estas líneas iniciales
lo alienten a perseverar en la tarea, y a discutir sus temas con la confianza y libertad que
siempre le he brindado, y que él, con su juvenil dinamismo, estoy seguro, continuará.

Mis comentarios, observaciones y puntos de vista quieren ayudar al autor a mejo-


rar su trabajo y a que se sienta motivado a continuar. Un profesor universitario espera
que los alumnos avancen más y que superen lo hecho. En estas páginas, deseo que Hé-
lard André Fuentes Pastor recuerde que leí junto a él su manuscrito y le expresé direc-
tamente lo que pensaba. Aquí me ratifico de lo comentado y le expreso mi felicitación.

Arequipa, otoño de 2015

Eusebio Quiroz Paz Soldán


Historiador

XXV
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

XXVI
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

INTRODUCCIÓN

«Febrero, mes desigual, cuando todos


celebramos las fiestas de carnaval»1.

El espíritu del hombre arequipeño, modelado por el arte, la intelectualidad y


religiosidad, ha dado lugar a singulares títulos que han caracterizado a la Ciudad
Blanca a lo largo de su historia. Aquellas generaciones han forjado, con su trabajo y
dedicación, la personalidad de Arequipa, llegando a desempeñar un rol importante
en la vida cultural, política e intelectual del país; lo cual se ve consolidado, con las
diferentes investigaciones que han arribado a profundas interpretaciones de dicho
proceso histórico. Sin embargo, aún nuestra historia presenta grandes vacíos, que
al historiador le compete irrecusablemente investigar y a las instituciones públicas y
privadas, de forma permanente, apoyar su divulgación.

Son escasos e insuficientes los estudios que se han realizado respecto a nuestro
folklore local y/o cultura popular, donde considero que podrían afianzarse sólidas
caracterizaciones que tengan como protagonista a este pueblo, que durante años se
ha distinguido con el perfil contestatario, mostrando las altas virtudes de claridad,
idealismo social y libertad. Arequipa, no solo debe ostentar la merecida denomina-
ción de Ciudad Caudillo o León del Sur, bajo la nota lírica y romántica del pueblo,
con el alma altiva, turbulenta y rebelde que encarnan Benito Bonifáz, Juan Gualberto
Valdivia y Francisco Mostajo Miranda; sino, también debe reconocerse la arraigada
tradición de entusiasmo por las fiestas, como el carnaval, que no ha sido jamás des-
mentida, pese a los tropiezos y dificultades de diferentes épocas.

Este libro tiene una importancia histórica por ser la primera en realizarse en base
a documentación periodística sobre el carnaval, y porque describe aspectos del carna-
val local, analiza los comportamientos festivos ysustenta el entusiasmo de la pobla-
ción arequipeña por las tradiciones. Como su nombre lo indica, permite determinar
los cambios y permanencias en las fiestas del Nuevo Carnaval de Arequipa, el cual
está enmarcado en los estudios del folklore social, ya que obedece al análisis de las
estructuras del carnaval en el marco del sincretismo cultural. Ciertamente, el carnaval
como tradición cultural es un trabajo apto para ser estudiado por los sociólogos y an-

1 DÍEZ PASCUAL, José Luis. «La meteorología en el refranero». En: Revista de Folklore Nº 285. Obra Social y Cultu-
ral de Caja España. Imprenta Casares S. A. España, 2004. P. 106.

XXVII
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

tropólogos; sin embargo, el historiador no queda exento de poder realizar, en primer


orden, el acopio de la información, y, posteriormente, el análisis y/o interpretación
que un serio proceso de investigación requiere; como menciona el connotado histo-
riador Raúl Rivera Serna:«no se trata solo de narrar los hechos, sino de analizarlos e
interpretarlos en función de otros factores, que como los de índole social, económico
y cultural forman parte de la coyuntura histórica»2. El trabajo del historiador es de
largo aliento y requiere de la búsqueda minuciosa de la información, a fin de que el
estudio pueda ser más crítico y, en tal sentido, las conclusiones sostenibles.

Tomar conciencia de la historia, como manifiesta el reconocido historiador nacio-


nal Jorge Basadre Grohman, «es hacer del pasado eso: pasado. Ello lleva a aceptarlo
como carga de gloria y remordimientos, pero implica, además percibir que lo muerto,
por el hecho de haber vivido en forma irrevocable, ya dejó de ser y hay que asimilar-
lo al patrimonio del presente…»3. Y la cultura, que como indica Juan M. Ossio, «es
creación, y por lo tanto, la mejor expresión de la libertad de los hombres. Además, es
comunicación y, como tal, el medio más eficaz a través del cual un grupo alcanza su
integración»4, se alimenta de la historia y vive de la tradición. Por lo que un pueblo
que no quiera su cultura, y sobre todo, no conozca su historia, citando a la escritora
Hortensia Málaga de Cornejo Bouroncle, «no tiene vida y nunca podrá tener alma que
aliente con sus virtudes y heroísmos al tropel incesante de sus generaciones»5.

El nivel de investigación es descriptivo y a su vez explicativo, lo que nos permite


responder a las interrogantes: ¿cómo es el proceso histórico de las fiestas del carnaval
en Arequipa?, ¿cuáles son los cambios y permanencias que se han producido en las
fiestas del Nuevo carnaval en Arequipa?, ¿cuál es el significado histórico-social de las
fiestas del carnaval en Arequipa? y ¿qué características definen al Nuevo Carnaval are-
quipeño?, que concede indagar históricamente las prácticas culturales de una tradición
fuertemente arraigada en las colectividades latinoamericanas y, por tanto, del Perú.
Ofrecer respuestas razonables depende mucho de la información que presentamos en
este trabajo. Sin embargo, de ninguna manera, se pretende sostener un aporte con va-
lidez absoluta sobre el tema; por el contrario, se entrega a consulta de otros estudiosos
de las ciencias sociales para que puedan arribar a sus propias interpretaciones.

Los objetivos que nos planteamos al materializar el tema de investigación, es

2 RIVERA SERNA, Raúl. «Historia de la Historia». En: Historia del Perú. Tomo X. Procesos e instituciones. Ed. Juan
Mejia Baca. P. 285.
3 BASADRE, Jorge. Historia de la República. Lima. 1962.
4 OSSIO, Juan M. «Diagnóstico sobre la situación del Patrimonio Cultural del Perú». En: Patrimonio Cultural del
Perú. Balance y Perspectivas. FOMCIENCIAS. Lima, 1986. P. 17.
5 «Prólogo» de Hortensia Málaga de Cornejo Bouroncle. En: Santiago Martínez. Prefectos de Arequipa 1825-1943
(con retratos). Tipografía Valverde. Arequipa, 1943.

XXVIII
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

describir y analizar el proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa que
nos lleva a plantear una periodización que permita reconocer las diferentes modalida-
des del juego libre en las calles, determinar los cambios y permanencias en las fiestas
del Nuevo Carnaval de Arequipa, y conocer el significado y las características de
las fiestas del carnaval arequipeño en el ámbito de la inclusión social, reconociendo
la importancia de la cultura e identidad de los pueblos. Esta investigación permite
entender que cada generación, con sus ideales, sus creencias, sus manifestaciones, res-
ponde a determinado espacio y tiempo, es decir, a un contexto que está acorde con el
avance tecnológico e industrial. Se trata fundamentalmente de ofrecer explicaciones,
teniendo como base y punto de partida, la investigación histórica y causal.

A menudo, los investigadores recurrimos al análisis de las fuentes. El acercamiento


a los documentos cumple la función de orientar y generar bases teóricas respecto al
tema, y sostiene un marco de referencia en la investigación. Como menciona Hugo
Cerda, «es imposible concebir una investigación científica sin la presencia de un marco
teórico». El marco teórico entonces, vendría a ser una revisión de quienes han investi-
gado el tema, que nos aproxime, sin lugar a duda, a los planteamientos de estos autores
y los principales aspectos que han sido contemplados por ellos. El «carnaval» como
fiesta universal ha sido teorizado por dos grandes investigadores y metodólogos, Um-
berto Eco y Mijail Bajtín, lo cual nos permite la construcción de un marco filosófico-an-
tropológico. Considero que los aportes de Eco son fundamentales para el tratamiento
de tema, sobre todo por analizar el aspecto cómico en función a la transgresión auto-
rizada. Otros investigadores han aportado también a la conceptualización del tema,
tales como Peter Burke, José Antonio Flores Martos, Javier Marcos Arévalo y Raquel
Brailowsky, en quienes hemos apoyado nuestras apreciaciones.

En el Perú, son pocos o escasos los trabajos que se han realizado al respecto,
es por ello que carecemos propiamente de un modelo teórico; si bien existe la tesis
de Angelita Balcázar presentada para optar el grado de licenciado en la Facultad de
Ciencias y Artes de la Comunicación de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
su estudio no contempla una profundo análisis de carácter histórico, vuelca su interés
al análisis del factor comercial en el carnaval cajamarquino. Por otra parte, contamos
con el trabajo de Rolando Rojas Rojas, que resulta ser pertinente en la medida que
nos ofrece una perspectiva de la fiesta en su dimensión popular y cultural. No puedo
dejar de mencionar a Manuel Atanasio Fuentes, José Carlos Mariátegui, Juan Ma-
nuel Ugarte Eléspuru, Augusto Ruíz Zevallos, entre otros, quienes se han aproximado
al proceso histórico del carnaval; como bien lo ha hecho Mariátegui, esbozando una
interpretación de las fiestas limeñas, o el análisis de las mentalidades colectivas en
Ruíz Zevallos. Sin embargo, es la apreciación de Nicomedes Santa Cruz la que nos
permite plantear periodos en el proceso de las fiestas a nivel nacional.

XXIX
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Respecto a los estudios sobre los carnavales en Arequipa, no contamos con libros
que traten específicamente el tema; pero existe una serie de apartados en algunos tex-
tos y artículos publicados por diferentes especialistas de las ciencias sociales, que nos
ofrecen algunas referencias. Francisco Mostajo ha sido su máximo exponente, cuyo
análisis recae fundamentalmente en el contenido de los arequipeñismos en la fiesta, lo
cual merece un acercamiento histórico, ya que resalta la participación popular. El poe-
ta y estudioso costumbrista Manuel Gallegos Sanz ha escrito una serie innumerable de
coplas del carnaval. Por otra parte, es significativo el testimonio del sacerdote católico
José María Blanco, secretario del presidente Orbegoso (en su viaje al sur del Perú en
1835), cuya parte del carnaval ha sido publicada por don Eusebio Quiroz Paz Soldán,
en su libro En torno a mi ciudad (1988); y el testimonio de Flora Tristán (visitó Arequi-
pa en 1835) en su novela Peregrinaciones de una paria (2005).

Juan Guillermo Carpio Muñoz, en su libro Arequipa. Sus fiestas y comidas típicas
(2005), brinda excelente información sobre la vida cotidiana de los pueblos y, por tan-
to, las costumbres y fiestas populares en relación a la gastronomía que nos es tan par-
ticular, así las fiestas de pascua, carnavales, semana santa, etc., se caracterizaban por la
preparación de potajes y bebidas especiales para dichas fechas. Preciso es también citar
a los hermanos Montoya Rojas, quienes han dedicado algunas páginas de sus obras al
análisis de las formas de la fiesta prehispánica local y andina. Finalmente, reconocemos
los aportes de Eleazar Bustamante, Gastón Aguirre Morales, Ángel Valdivia Rodríguez,
Héctor Noé Ballón Lozada, Luis Eduardo Podestá Núñez, Carlos Vivanco, Antonio
Ramírez y de todos los estudiosos, escritores, comentaristas, periodistas y reporteros.

La principal fuente de información contemplada en nuestro trabajo, son los pe-


riódicos, suplementos y revistas de diferentes épocas, tales como: La Bolsa, Noticias,
El Pueblo, El Deber, Arequipa al Día, El Comercio, Correo, La Crónica, La Prensa,
La Lagartija, etc. También nos ha sido de gran utilidad la Memoria de los Alcaldes de
Arequipa, y la fuente documental de las secciones «Escribanos», «Notarios» y «Judi-
cial», que se resguarda en el Archivo Regional de Arequipa, sobre todo para abordar
las fiestas del carnaval Antiguo en la localidad.

En tal medida, nos ocupamos de investigar y describir el proceso histórico de


las fiestas del carnaval, donde se pueden establecer tres periodos: Antiguo Carnaval
(desde la colonia hasta inicios del S. XX), Moderno o Nuevo Carnaval (desde 1923
hasta la década del sesenta) y Carnaval Contemporáneo (desde la década del sesenta
hasta la actualidad). Las fiestas del Nuevo Carnaval se han caracterizado por los
Reinados y los Corsos de Flores. Siendo cambiantes las modalidades del juego, hay
un indicador de permanencia en las fiestas, el cual es el juego libre en las calles. El
carnaval como fiesta popular, entre fines del siglo XIX e inicios del XX, corresponde

XXX
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

a la refundación y rescate de la tradición en Latinoamérica, y por tanto en el Perú y


Arequipa, donde la festividad adquiere una connotación y valoración artística y es
institucionalizada por los concejos municipales o gobiernos locales.

La justificación teórica de nuestra investigación está orientada a enriquecer el


conocimiento existente del carnaval arequipeño. Dicha tradición adquiere relevancia
en Arequipa, ya que ha alcanzado inusitado interés para la población mistiana por lo
menos en gran parte del siglo XX, ofreciendo extraordinarios programas de activida-
des muy dignos de su propia euforia que daban a conocer el prestigio de un pueblo
que sabe gozar y reír, como tributo de su fuerza, reconocida por la historia.

Nuestro tema «Análisis histórico-social de las fiestas del carnaval en Arequipa


durante el siglo XX: 1923 – 1960»se encuentra dividido en cuatro capítulos. En el
primer capítulo desarrollamos una conceptualización del carnaval, precisando un
marco conceptual que permita valuar la importancia del tema a nivel local, nacional
y universal, pues las fiestas del carnaval vendrían a ser una celebración de carácter
popular que se efectúa en los días precedentes al Miércoles de Ceniza, donde —como
afirma Umberto Eco—, se «destacó siempre lo cómico». Se sugiere que como evento
total, según la investigadora Raquel Brailowsky (1993), pueda integrar «todos los
comportamientos festivos posibles». Indudablemente, se trata de un tema amplio, el
cual puede ser analizado desde diversos enfoques, tal y como menciona uno de sus
principales estudiosos, Juan Antonio Flores Martos (2001): el carnaval como libe-
ración disminuye las diferencias culturales y sociales; como fiesta pagana o religión
popular, cuya perspectiva crítica del paganismo es defendida por Julio Caro Baroja;
como un tratamiento transcultural de la fiesta, es decir, una fiesta universal en cuyo
festejo hay presencia y vigencia de las costumbres de todas las sociedades del mundo;
y, como fiesta popular de diferentes localidades con protagonismo exclusivamente
del pueblo. Asimismo, realizamos una breve reseña de las fiestas del carnaval en dife-
rentes regiones del país, para entender los comportamientos festivos de la localidad.

Tomando en consideración aquellas aproximaciones, nuestra atención se dirigirá


principalmente al carnaval arequipeño como una fiesta popular. En un segundo ca-
pítulo esbozamos una periodización que permita delimitar cronológicamente nuestro
estudio, pudiendo identificar y plantear en el proceso: un Antiguo Carnaval (desde la
colonia hasta inicios del S. XX); un Moderno o Nuevo Carnaval (desde 1923 hasta la
década del sesenta); y un carnaval contemporáneo (desde la década del sesenta hasta la
actualidad). Una característica presente durante los días de celebración en dichos perio-
dos es la prohibición del juego en las calles, restricción que resulta ser recia durante el
Carnaval Contemporáneo. En este apartado nos permitimos analizar las características
que definen al carnaval arequipeño, los cambios y permanencias en la festividad.

XXXI
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

El Moderno o Nuevo carnaval, comprendido entre 1923 y 1960, está contextuali-


zado en dos gobiernos presidenciales, respectivamente. Si bien, Augusto B. Leguía, que
simpatizaba con las grandes fiestas, reformuló a su estilo las actividades del carnaval a
inicios del siglo XX, incluyendo la elección de reinas y los rimbombantes Corsos y Bata-
llas de Flores en las calles céntricas y plazas principales de la ciudad, aplicado en diferen-
tes ciudades del país; Manuel Prado a fines de la década del cincuenta, dado el contenido
violento que se acentuó en los juegos de carnestolendas(que sirvieron en muchos casos de
excusa para la delincuencia) y con el afán de aprovechar los feriados del carnaval como
laborables, se ve en la necesidad de prohibir las fiestas irremediablemente.

Bajo esas consideraciones, en el tercer capítulo, desarrollamos el Moderno o Nue-


vo Carnaval en Arequipa, cuyo punto de partida es el escenario de 1923, con la elección
de la Primera Reina del Carnaval, Doris Iriberry Gibson, hasta 1960 donde este periodo
ve su punto culminante en un proceso lento, iniciándose una etapa de transición entre
el Nuevo Carnaval y el Carnaval Contemporáneo. Se puede entonces afirmar que las
fiestas del carnaval en Arequipa se han caracterizado siempre por formas violentas de
diversión pública, dado que la esencia del carnaval es justamente el desborde popular.

Por ello consideramos un cuarto capítulo, donde se analiza el aspecto sociocultu-


ral de las fiestas del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa. No cabe duda, que aun
siendo cambiantes sus actividades, las fiestas tienen un indicador como permanencia,
el cual es: el juego libre en las calles, con los diferentes artículos u objetos recreativos,
que han sufrido modificaciones según el tiempo y/o periodo. El olvido de algunas
actividades, y la incorporación de otras, significa que el carnaval sufre constantes
variaciones, lo que hace de esta manifestación una tradición.

Finalmente, hablar de la fiesta de carnaval en Arequipa es evocarnos a la cons-


trucción de la historia social y cultural mediante las representaciones populares y los
elementos que integran e interrelacionan a nuestra sociedad, con el país y el mundo.
Bajo dicha apreciación, con el propósito de fortalecer el proceso de cambio cultu-
ral, y, al mismo tiempo, estrechando los lazos de unidad en la población mistiana,
buscamos reafirmar el concepto de cultura como vehículo de rehabilitación de las
comunidades, cuyo medio de expresión es la música, la danza, el teatro, entre otras
manifestaciones artísticas.

Arequipa, marzo 3 de 2014

Hélard Fuentes Pastor

XXXII
Capítulo I
Una mirada histórica del carnaval
en el Perú y el mundo
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

1. EL CARNAVAL: TRADICIÓN E IDENTIDAD CULTURAL

Los pioneros y portavoces de la Nueva Historia, Lucien Febvre y Marc Bloch,


fundadores de la escuela de los Anales, reflexionan frente al estudio del hombre y su ac-
tividad en el grupo social, en tal sentido —como menciona Pierre Vilar—, se estructura
una «historia de la sociedad en movimiento»6. La expresión nueva historia resulta ser
más conocida en Francia que en cualquier otra parte del mundo; ello se debe quizá, a la
importancia que alcanza el estudio de las representaciones populares; analizando la his-
toria desde abajo, como menciona Peter Burke «con las opiniones de la gente corriente
y su experiencia en el cambio social»7. Bajo dicho contexto, se encuentran las manifes-
taciones culturales, que como representaciones colectivas, revelan la cotidianidad de la
vida de los pueblos y permiten conocer la trascendencia de sus pensamientos, creencias
e ideales. Son aquellos elementos —costumbres y/o tradiciones—, que además de dis-
tinguir a las comunidades entre sí, marcan un proceso cognitivo-acumulativo, ya que se
trata de un conocimiento estructural que se hereda de una generación a otra de modo
enriquecido. Sus representaciones pueden ser invariables, sin embargo, con el correr del
tiempo, también están sujetas a modificaciones.

En aquel marco global, podemos distinguir innumerables manifestaciones popula-


res, de las cuales cobra inusitada relevancia el carnaval, cuya historicidad nos remonta
a la época del Renacimiento en Europa, donde bailes con disfraces fueron introducidos
por el papa Paulo II durante el siglo XV, llevándose a cabo los más famosos en Francia e
Italia (Venecia).8 Sin embargo, aún se discuten sus orígenes. Según el periodista uruguayo
Gustavo Diverso, el carnaval ya se había manifestado en las saturnales romanas; otros
investigadores sostienen como precedente ciertas festividades paganas, precristianas, muy
antiguas, que los griegos celebraban en el año 1100 a.C.9 Sin duda, es en la Edad Media
donde aquella festividad comienza a adoptar ciertas particularidades, evolucionando a
una fiesta pagana donde las clases dominadas se permitían satirizar a las autoridades
religiosas y se cuestionaba la jerarquía social existente. Aquellas características tomaron
otra dimensión en el Renacimiento, donde se absorberían y legitimarían las formas car-
navalescas; el cristianismo «debió modificar las antiguas estructuras de los rituales de
inversión celebrados en la antigüedad clásica (dionisias griegas, saturnales, lupercales y
bacanales romanas)»10. Dicha concepción nos permite considerar al carnaval como una
festividad primero cristiana, y después católica.

6 CARDOSO, Ciro y PÉREZ BRIGNOLI, Héctor. Los Métodos de la Historia. 1976, Pp. 289-290.
7 BURKE, Peter. «Obertura: la nueva historia, su pasado y su futuro». En: Peter Burke (Ed.). Formas de hacer Histo-
ria. 1996, P. 14.
8 FLORES MARTOS, Juan Antonio. Un continente de Carnaval: Etnografía Crítica de Carnavales Americanos. P. 29.
9 HERNÁNDEZ, Yamila y otros. Balance Social del Museo del Carnaval. 2011, P. 15.
10 ARÉVALO, Javier Marcos. «Los carnavales como bienes culturales intangibles. Espacio y Tiempo para el Ritual».
P. 3. En: Gaceta de Antropología. Universidad de Extremadura. España, 2009. www.gazeta-antropologia.es
[Consultado 15-04-2013].

37
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ Málaga Grenet así vio


el carnaval (R. Variedades,
1981).

El vocablo carnaval se toma del concepto cristiano de la fiesta, validez de la


carne ante la Cuaresma. Partiendo de una idea semejante se forman dos grupos: las
Carnestolendas tiempo de privación de carne y la obligación de ayuno; y Entroido
(entrada) como tiempo previo a la Cuaresma y, por lo tanto, de permitido consumo
carnal.11 En Cataluña la palabra derivó en carnestoldes; posteriormente en el siglo
XIV se usa el término carnal, que origina a lo largo del XVI el término carnaval, de
clara procedencia italiana: carnevale (haplología del antiguo carnelevare), que signi-
fica la época durante la cual se podía comer carne.12 También se cree que la palabra
carnaval viene del latín medieval carnelevarium, que presenta dos elementos super-
vivientes de fiestas antiguas, tales como: «la fiesta de invierno (Saturnalia) y algunas
celebraciones griegas y romanas»13. No obstante, el antecedente remoto del carnaval
son las saturnales romanas, las bacanales (fiestas en honor de Baco) y lupercales (en
honor al dios Pan), que se difundieron tanto en la antigua Grecia como en la época
tradicional de Roma.

El milenario origen del carnaval, perdido en la noche del tiempo,


se remonta a grandes bacanales y saturnales que celebraban los

11 MARTÍN SERNA, Emilio. «Apuntes sobre el origen y significado del carnaval». P.28. En: Carnaval del Toro 2006.
Ciudad Rodrigo. www.iestierra.com/ACTIVIDADES/REVISTA/45/28-31.pdf [Consultado 16-04-2013].
12 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Uso de la fiesta popular como medio de comunicación comercial: el caso
del Carnaval de Cajamarca. Tesis para optar el título de Licenciada en Publicidad. Pontificia Universidad Católica
del Perú. Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación. Lima, 2012. P. 15.
13 Loc. Cit.

38
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

griegos y romanos desde 600 años antes de Cristo. Eran fabulosas


orgías paganas en las que reinaba el desorden y al final degenera-
ban en un absoluto desenfreno moral. Los romanos rendían honor
a Baco –el Dios del vino, hijo de Júpiter y Sémele– y los griegos a
Dionisio, que era para ellos lo que Baco para los romanos14.

La celebración del carnaval, conocido también como carnevale o carnestolen-


das, ofrecía una visión del mundo, del hombre y las relaciones humanas en la Edad
Media y el Renacimiento, para luego evolucionar con otras estructuras y formas.
Esta festividad llegó a fijarse definitivamente en los días precedentes al Miércoles de
Ceniza, que marca el principio de los ayunos cuaresmales; de acuerdo al calendario
cristiano, el carnaval es el domingo de quincuagésima; pero por costumbre se le
agrega el lunes y el martes, completando así los tres días clásicos de fiesta.

El carnaval europeo, durante la edad media, desarrollaba una composición esté-


tica y cultural que destacaba como actividades principales: los combates de confeti,
carros alegóricos, carreras de caballos y jorobados, entre otras actividades similares a
las que se realizan en la actualidad en los pueblos latinoamericanos, como es el caso
del Caribe, Brasil, Colombia, etc. Sin embargo, las tradiciones públicas del carnaval
no fueron estrictamente actividades realizadas por el pueblo. Prueba de ello resultan
ser las fiestas que se daban en las islas caribeñas hispánicas, donde se desarrollaron
dos componentes a través de los siglos XVI al XIX; por un lado, se mencionan acti-
vidades pertenecientes a la población europea y blanca de clase alta (fiestas de dis-
fraces, competencias a caballo, etc.), y por otro lado, la naturaleza popular, es decir,
festejos patrocinados por los mulatos, negros libertos y esclavos (organizaban masca-
radas, comparsas, cantos y danzas callejeras en medio de llamativas alegorías).15 Lo
cierto es que en el carnaval se destacó siempre lo cómico. Umberto Eco sostiene que
es una festividad donde:

[…] hasta los reyes se comportan como el pueblo. La conducta


cómica, antes objeto de juicio de superioridad de nuestra parte, se
convierte, en este caso, en nuestra propia regla. El mundo al revés
se convierte en la norma. El carnaval es la revolución (o la revo-
lución es carnaval): se decapita a los reyes (es decir, se les rebaja,
se les hace inferiores) y se corona a la multitud16.

14 GARAY, Martín. «Carnavales». En: Revista 7 Días del Perú y el Mundo. Año XX, Nº 659. Lima, 19 de febrero de
1971. P. 50.
15 BRAILOWSKY, Raquel. «El carnaval en las sociedades hispánicas del Caribe». En: Revista de la Universidad del
Norte. Nº 39. Barranquilla, 1993. P. 17.
16 ECO, Umberto. «Los Marcos de la “Libertad” Cómica». En: ECO, Umberto, IVANOV, V. V., RECTOR, Mónica.
Carnival!.Editadopor Thomas A. Sebeok. Mount Publishers. Alemania-Berlín, 1984.P. 11.

39
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

Por este motivo, la significación social y simbólica de los rituales festivos del car-
naval ha generado gran interés de estudio por parte de los etnógrafos, antropólogos,
historiadores y la mayoría de especialistas de las ciencias sociales; como menciona
Joan Prat, «la última década se ha caracterizado por un interés creciente hacia el
mundo de las fiestas y dentro de éstas, el Carnaval ha ocupado un papel central y
privilegiado»17. Despertando la búsqueda del significado cultural del carnaval que
lleva a profundizar en el subconsciente colectivo de las sociedades humanas de siglos
anteriores, recordemos que se trata de un proceso cognitivo-acumulativo, por lo que
dichas festividades se fueron repitiendo periódicamente hasta la actualidad. Uno de
sus principales estudiosos ha sido el investigador MijailBajtín, quien menciona que
las festividades «siempre han tenido un contenido esencial, un sentido profundo,
han expresado siempre una concepción del mundo»18, encerrando al carnaval en la
categoría de las formas y rituales del espectáculo. Tratándose de un valor cultural,
bajo la perspectiva del antropólogo Juan Antonio Flores Martos, el carnaval puede
ser analizado desde un carácter estrictamente popular, que vendría a ser: «la creación
festiva y con protagonismo exclusivamente del pueblo»19.

La investigadora Raquel Brailowsky considera que se puede plantear un es-


tudio del carnaval a partir de diferentes apreciaciones, ya sea como «una válvula
de escape para las tensiones sociales, o individuales; como un sistema de regresio-
nes rituales; como un proceso de resistencia a las clases dominantes imperantes,
o como un proceso de revitalización social y cultural»20. Pues bien, siguiendo el
objetivo de destacar una festividad de gran trascendencia histórica en Arequipa,
conviene realizar un estudio enmarcado en el proceso de revitalización, dando
valor a su evolución histórica, y rescatando nuestras costumbres y tradiciones; lo
cual nos sitúa —tomando en consideración el estudio realizado por el investiga-
dor Flores Martos para el caso latinoamericano en general—, «frente a un objeto
de estudio multiforme, fascinante en su complejidad, y que resulta estratégico en
la indagación, en el fenómeno de la identidad y la teoría social, para explicar los
procesos de creación y composición estética y cultural desde lo local»21.

Pero ¿qué es lo que hace al carnaval un objeto de estudio multiforme? El carna-


val como manifestación cultural es «un evento total que integra todos los compor-
tamientos festivos posibles»22; entiéndase por comportamientos festivos, una serie

17 PRATI CARÓS, Joan. «El Carnaval y sus rituales: Algunas lecturas antropológicas». Institut Català d’ Antropología.
P. 278. En: www.antropologiaaragonesa.org/pdf/temas/4.14_El_carnaval.pdf [Consultado: 14-04-2013].
18 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 18.
19 FLORES MARTOS, Juan Antonio. Op. Cit. P. 39.
20 BRAILOWSKY, Raquel. Op. Cit. P. 13.
21 FLORES MARTOS, Juan Antonio. Op. Cit. P. 29.
22 BRAILOWSKY, Raquel. Op. Cit. P. 13.

40
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ La caricatura de
El Murciélago de
Manuel Atanasio
Fuentes tiene un aire
carnavalesco. (R.
“Variedades”, 1981).

innumerable de costumbres y tradiciones que refuerzan la festividad, ya sean recitales


poéticos, juegos florales, danzas, música, reinados, corsos, etc., donde se demuestra
la importancia de la risa, lo cómico, el placer, lo grotesco, caricaturesco, e incluso,
lo erótico. Es multiforme, en la medida que el objeto de estudio evoluciona cons-
tantemente, ello nos lleva a las apreciaciones metodológicas de Peter Burke, quien
menciona que «el carnaval debe ser visto como una representación gigantesca en la
cual la ciudad se convierte en un teatro sin paredes y sus habitantes se transforman
en actores y espectadores»23, y lo denomina:«el tiempo del derroche». Brailowsky
agrega que el carnaval no se puede reducir a la intimidad de los hogares, al atrio de
la iglesia, al centro comunal o las sedes de los clubes; definitivamente se trata de un
evento de carácter público, que se lleva a cabo en las calles y plazas.

Peter Burke determinó ciertos elementos eje del carnaval, destacando fundamen-
talmente la ingestión masiva de carnes y otros alimentos. Es lógico que un evento
que conglomera a la mayor parte de población, permita la articulación de ciertos
productos, generando una especie de feria o mercado de carácter espontaneo. Luego,
menciona la abundante toma de bebidas, y finalmente, la reinversión de roles, la cual
no se limita únicamente a la simulación paródica mediante el disfraz y la máscara,
sino también iba acompañada por la imitación gestual de ciertos comportamientos.24
Elementos que —según refiere Ricardo Falcón—, correspondían al mundo de lo in-
formal; sin embargo, también aparecen otras celebraciones más formales, en las que
se diferencia a los actores de los espectadores.

Burke sustenta otros tres elementos característicos; primero, el desfile de carro-

23 BURKE, Peter. «Popular Culture in Early Modern Europe. New York. Harper and Row» .S. e. España, 1983.P. 182.
24 FALCÓN, Ricardo. «Rituales, fiestas y poder (Una aproximación historiográfica a un debate sobre su pasado y
presente)». En: Estudios Sociales. Revista Universitaria Semestral. Año X, Nº 18. Argentina, 2000. Pp. 93-94.

41
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ Cita cachinera y amorosa alrededor de


un sauce grande y grueso, adornado de
cadenetas y banderines de papel, al cual
todos golpean al son de música alegre.
Dibujo del artista Víctor Pacheco.

zas llenas de gente disfrazada; segundo, la existencia de algún tipo de competición


(carreras, justas o torneos), y tercero, la representación de una obra teatral (general-
mente se trataba de una farsa). Asimismo, se agrega otros elementos que se distinguen
en la festividad, los cuales forman parte de las batallas simbólicas en el carnaval,
representado muchas veces por un hombre gordo, al estilo del rey Momo o del Mardi
Gras francés, y la Cuaresma, imaginada como una mujer vieja, delgada y vestida de
negro.25 En consecuencia, esta festividad ha sido relacionada, desde siempre, a distin-
tas divinidades, como las mencionadas en párrafos anteriores.

Aquel sincretismo cultural, coloca al carnaval como «un tiempo profano de libe-
ración del cuerpo, de la risa, antes del corregimiento, de los sacrificios, penitencias y
abstinencias cuaresmales»26; y la Cuaresma, que proviene del latín quadragesima, cuyo
significado es cuarenta, sugiere según la tradición bíblica, el tiempo de penitencia, es
decir, el periodo sagrado de preparación a la Pascua.27 Aquello se encuentra reafirmado
en el Diccionario de la Real Academia Española, donde se define al carnaval como una
«fiesta popular que se celebra en los tres días que preceden al comienzo de la Cuaresma,
y consiste en mascaradas, comparsas, bailes y otros regocijos bulliciosos»28. Tal y como
coincide Brailowsky, Cuaresma es una época de sacrificios y abstinencias:

[…] la cadena llamada carnaval está comprendida en un franja


de tiempo definido de antemano, más o menos largo o corto se-
gún sea el caso, generalmente empieza antes de la cuaresma… el
carnaval rompe la secuencia temporal del trabajo, toda vez que
determina un número de días de olvido total29.

25 Loc. Cit.
26 MUÑOZ CORDERO, Lidia. «Carnaval andino de negros y blancos de San Juan de Pastor o la cultura de contem-
plación». En: El Hombre y la Máquina. 2003. P. 87.
27 Loc. Cit.
28 Real Academia de la Lengua Española.
29 BRAILOWSKY, Raquel. Op. Cit. P. 14.

42
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

La importancia y el valor que posee la diversidad cultural en el mundo del car-


naval, es que asigna a la colectividad a un papel protagónico, donde existe la inte-
racción armónica de diferentes culturas, buscando siempre la necesidad de construir
una sociedad más equitativa y plural, ya que «posibilita la transformación vía el
travestismo, el revestimiento o la inversión simbólica, ritual, de la realidad. El disfraz
y la máscara borran fugazmente las diferencias sociales, de jerarquía, etc. se establece,
durante estos días, un igualitarismo social ritual»30.

Aquel entorno propicia el trato horizontal entre las personas de diferentes secto-
res, y a su vez, permite reafirmar los valores culturales de diferentes costumbres y/o
tradiciones, rescatando también la propia simbología del folklore citadino. Examinar
la historia del carnaval en conformidad con los aspectos metodológicos y las pers-
pectivas del trabajo, nos permite considerar a esta festividad como una tradición. El
carnaval es un nexo de continuidad entre el pasado y el presente; y como tradición,
se actualiza y transforma continuamente, no es inalterable e inmóvil, sino dinámica,
cambiante y adaptativa. La tradición viva de los carnavales es fuente esencial de
identidad para cada grupo social o comunidad cultural, resultando ser significativa
en la forma de vida de la gente y generando un valor de uso31, un valor formal32 y un
valor simbólico o significativo33, tres categorías fuertemente vinculadas a la noción
de patrimonio cultural inmaterial.

Se trata de una fiesta considerada como bien cultural intangible, tal y como afirma
Javier Marcos Arévalo, porque está relacionada con la memoria colectiva, la tradición,
los mecanismos de enculturación-socialización, la transmisión de valores culturales in-
tangibles, la capacidad simbólica de representar la identidad social, la capacidad para
generar autoestima, afectos y sentimientos compartidos, y la creatividad estética y artes
populares ya sean rítmicas, plásticas, escénicas, kinésicas.34 El carnaval en lamemoria
colectiva, significa la recreación de las formas de vida y sus valores, que de una forma
u otra permiten la expresión de una cosmovisión de creencias. Es tradición por el sen-
timiento de continuidad que preserva dicho patrimonio intangible; representa la iden-
tidad, porque supone formas de identificación entre los actores y/o protagonistas de la
festividad con el pasado histórico; genera una serie de sensaciones compartidas a través
de la transmisión intergeneracional de los valores latentes; y es una fiesta creativa, en la
medida que suscita escenarios públicos de ritualidad. Dichas apreciaciones nos permi-

30 ARÉVALO, Javier Marcos. Op. Cit. P. 5.


31 Cuando satisface una necesidad material o de conocimiento o un deseo, es decir, en el sentido de pura utilidad.
32 Cuando determinados objetos o manifestaciones son apreciados por la atracción que despiertan los sentidos, por el
placer que proporcionan, por razón de la forma y por otras cualidades sensibles, y por el mérito que representan.
33 Cuando hacen de nexo entre las personas separadas por el tiempo, por lo que son testimonio de ideas, hechos
y situaciones del pasado.
34 Ibidem. Pp. 2-3.

43
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ El carnaval en
Jauja, donde una
joven se dispone
a dar un hachazo
tratando de tumbar
el “monte”, mientras
tanto las parejas
continúan bailando
(D. La Prensa, 1973).

ten establecer una serie de fundamentos que hacen del carnaval un bien cultural donde
se valora la significación por encima de la cosificación y fetichización del objeto; pues
se trata de la herencia intangible«que caracteriza esencialmente las manifestaciones
culturales vivas, tales como los rituales y las fiestas; o sea, la cultura inmaterial como
depositaria de la memoria colectiva de los pueblos»35.

De ello, se desprende que la cultura, como medio transmisor indispensable de


conocimiento, mediante la enseñanza, constituye indudablemente, educación. Y se
sirve del lenguaje, como elemento dinamizador en dicho proceso. Bajo la percepción
de Fernando Silva Santisteban, «la cultura tiene dos aspectos, uno subjetivo y el otro
objetivado. El aspecto subjetivo de la cultura, que se transmite de generación en gene-
ración, es la tradición, en tanto que el aspecto objetivado, externo, es la costumbre»36.
El carnaval posee ambos aspectos, ya que manifiesta un modo de pensar y sentir, es
la entrega del pasado, y posee un valor para las personas que lo reciben y transmiten.
El carnaval es una tradición cultural que se manifiesta en cada pueblo y/o comunidad
con una matriz propia según las particularidades del lugar, que si bien pueden ser
similares, se distinguen por la peculiaridad de sus costumbres; tal es el caso, por ejem-
plo, de la utilización del lenguaje durante la fiesta, de la particularidad de las danzas,
etc., que son diferentes en cada pueblo.

El carnaval es un fenómeno folklórico por excelencia. Siguiendo las definiciones del


estudioso peruano de la cultura popular, José María Arguedas, el folklore37 es «el saber

35 Ibidem. P. 1.
36 SILVA SANTISTEBAN, Fernando. «Sociedad y Cultura». En: Revista «Cultura y pueblo». Año I. Nº 4. Lima, octu-
bre-diciembre, 1964. P. 3.
37 Folklore: del inglés folk, «pueblo» y lore, «acervo», «conocimiento», «saber» por vía oral (cuentos, historias,

44
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

tradicional de las clases populares en las naciones civilizadas»38. La doctora Mildred Me-
rino define al folklore como «aquella parte artístico-tradicional de la cultura que expresa
los sentimientos, ideas y comportamiento del Hombre; es decir, su cultura espiritual, por
medio de la literatura oral, música y danzas»39. En consecuencia, el folklore es «una fuente
de datos para los patrones culturales arcaicos»40, pues permite el conocimiento, la sabiduría
de nuestra cultura ancestral y el análisis de los procesos culturales propios de una localidad.

Vista la fiesta de carnestolendas desde la antigüedad, sus manifestaciones po-


seían fuertes contenidos religiosos, ideológicos y espirituales. Pues con el advenimien-
to del disfraz y el uso de la máscara (costumbre que se prolonga hasta la actualidad),
«la gente se disfrazaba y cubría sus rostros con máscaras o antifaces, en el deseo de
preservarse de los malos espíritus y, paradójicamente, conservar su amistad»41. Con-
tinuamente, las diversas creencias populares inspiraron otros roles a la festividad,
transformándola en actividades y ceremonias de ritualidad. Por ejemplo, en algunos
lugares del mundo, surgió la costumbre de encender hogueras, en las que se coloca-
ban monigotes o algún gato vivo, con los cuales se simbolizaba a un supuesto brujo
o a un espíritu maléfico. Era la creencia popular de que el fuego y el humo tenían
el poder de beneficiar los campos y librar a los hombres de las maledicencias de un
espíritu negativo.

Esas costumbres dieron origen (en Francia, España e Italia) a que las fiestas
carnestolendas terminaran con el entierro del carnaval, el día Miércoles de Ceniza.
Dicha ceremonia consistía en sepultar, quemar o sumergir en agua a un monigote que
representaba la fiesta, después de haberlo exhibido en la ciudad, bajo un ambiente de
gran bullicio y desorden. Esta actividad, como parte del folklore de los pueblos, ha
pervivido hasta la época actual, con la denominación de Entierro del ÑoCarnavalón.

Por otra parte, la expansión del carnaval es un hecho inevitable en el proceso de


interculturalidad. Resulta interesante analizar las características que distinguen un
carnaval de otro, y el contenido que permite asemejar los festejos. En lugares como
Niza, Turín y Florencia, los carnavales tenían un criterio comercial, ya que buscaban
atraer el mayor número de turistas. En Roma, se producían las batallas de flores y
confeti, y se podía disfrutar de las carreras de caballos y las cabalgatas. El caso de

cantos, músicas, danzas y creencias) o por el ejemplo (ritos, saberes, técnicas).


38 ARGUEDAS, José María. «¿Qué es el folklore?». En: Revista «Cultura y pueblo». Año I. Nº 2. Lima, abril - junio,
1964. P. 10.
39 MERINO DE ZELA, Mildred. «El folklore como técnica educativa». Resumen de la cátedra en los cursos vacacio-
nales de Perfeccionamiento Magisterial, especialidad «Folklore y Educación» que desde 1968 se viene impar-
tiendo en el Instituto Riva-Agüero de la Pontificia Universidad Católica del Perú (Lima). Cuadernillos sueltos.
40 PRAT FERRER, Juan José. «El Mito de la Magna Dea en la cultura contemporánea». En: Revista de Folklore Nº
285. Obra Social y Cultural de Caja España. Imprenta Casares, S. A. España, 2004. P. 80.
41 GARAY, Martín. Op. Cit. P. 51.

45
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ El cortejo fúnebre
del conocido “Ño
Carnavalón” (R.
Variedades, 1981).

París, presenta un ambiente más lujoso, por sus bailes y romances durante las danzas.
España introdujo en sus teatros, fastuosos bailes de máscaras, carrozas decoradas
que desfilaban con hermosas jóvenes y las batallas de flores, que dividían a bandos de
hombres y mujeres. Todas estas manifestaciones han sido modificadas por costum-
bres locales en otras ciudades del mundo, sobretodo en el típico carnaval rural. Sus
características principales son las siguientes:

1. Damas simbolizan la muerte del invierno y la resurrección de


la vida en primavera.
2. Costumbres y ritos para la fertilidad y la abundancia del
hombre y la naturaleza.
3. Buena comida, bebida y algarabía.
4. Disfraces, música, danzas y dramas populares simbolizando
eventos carnavalescos.
5. La suspensión temporal o inversión de roles sociales, rango
y señorío.42

Pues bien, ese dinamismo cultural se ve representado, fundamentalmente, en la


música y las danzas, que para el caso arequipeño encarnan la comparsa debifalas y
ayarachis, entre otras agrupaciones indígenas que tienen participación en la festivi-
dad. Tradicionalmente, las bifalas, antes de comenzar a recitar sus coplas, gritaban el
término ¡apujllai!, que deriva del quechua «pukllay» (jugar, por extensión, carnava-
les)43, equivalente a un registro de corte indígena y propiamente folklórico de nuestro
país, que toma sus adaptaciones y formas singulares, en cada región, al igual que la
música y las danzas. Cabe, entonces, resaltar que:

42 Ibidem. P. 52.
43 GUARDA MAYORGA, César. Diccionario kechwa-castellano. Castellano-kechwa. Tercera edición corregida y
aumentada. Ediciones Los Andes. Lima, 1967. P. 112.

46
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

El folklore musical en cualquier lugar de la tierra se presenta como


un distintivo característico de los rasgos propios y de las cualidades
psicológicas inherentes a cada tipo de raza y a su ubicación geográfi-
ca. En el recorrer de los siglos, las canciones o danzas que perduran,
forman el sedimento que se infiltra en el alma de los pueblos, y son
expresiones anímicas, espontáneas e incontrolables»44.

Esto nos lleva a las percepciones de Augusto Vera, cuando indica que «la zona
sur-peruana, en todo el ámbito geográfico caracterizado por la meseta del Kollao,
muestra una concepción de esta fiesta cuya manifestación principal es la danza»45, y
dicho sea de paso, la música y otras expresiones folklóricas. Finalmente, una historia
que demanda el análisis de las estructuras del carnaval en Arequipa, por tanto del
folklore, llevan necesariamente a la tipología que propone Héctor Ballón Lozada,
frente a los estudios de dicho carácter: el folklore denominado espiritual, que com-
prende el lenguaje popular o los arequipeñismos, la música, las fiestas; el folklore
denominado material, sobretodo en cuanto a la alimentación y la medicina popular;
y el folklore social, cuando se ocupa de los usos y costumbres, transmisión cultural,
tipos humanos y relaciones populares arequipeñas.46 En tal sentido, nuestro trabajo,
que evoca a la historia popular en Arequipa, se encuentra enmarcado en los estudios
del folklore social, ya que obedece al análisis de las estructuras del carnaval en el
marco del sincretismo cultural.

El estudio y la ilustración de la vida cotidiana y del folklore del


pueblo arequipeño, deben convertirse en la tarea inmediata de los
sociólogos, historiadores y antropólogos, o por lo menos hay que
orientarlos hacia ese tipo de trabajo, por medio de la organiza-
ción y programación de tales estudios47.

44 SÁNCHEZ MÁLAGA, Carlos. «La música de la costa». En: Revista FANAL Vol. XII, N° 47, Lima, 1956. P. 6.
45 VERA BEJAR, Augusto. «Carnaval del Lago». En: Revista SUCESO. Arequipa, 20 de febrero de 1977. P. 9.
46 BALLÓN LOZADA, Héctor. «Mostajo y el Folklore Arequipeño». Ediciones Jhaider. Arequipa, 1999. P. 37.
47 Ibidem. P. 38.

47
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

2. LOS CARNAVALES EN EL PERÚ

Comprender al Perú nos debe llevar, necesariamente, a evaluar su diversidad cultural,


riqueza histórica y la vitalidad de su identidad. La cultura peruana se caracteriza por una
mezcla compleja de los componentes de distintas etnias (principalmente aborigen y occiden-
tal); y como una expresión de libertad del hombre es el «medio más eficaz a través del cual
un grupo alcanza su integración»48. La propia naturaleza de nuestro territorio ha propiciado
el desarrollo de diferentes manifestaciones culturales donde las comunidades y los grupos
sociales hacen pleno uso de la libertad para su desarrollo, transformación y enriquecimiento
cultural, en un ambiente intelectual, y propiamente comunicativo.49 Ello permite caracterizar
a nuestro país como uno de los principales escenarios turísticos, fundamentalmente porque
su historia se arraiga en bienes patrimoniales, grandes tesoros naturales, hábitos cotidianos
que destacan nuestras costumbres y tradiciones, además de ser cuna de muchos personajes
que han contribuido intelectual y artísticamente con la cultura. Como indica CarstenKorch
(2008), mostrar el Perú es dar a conocer una tierra generosa, única y maravillosa.

Aquella pluralidad —que nos hace una de las culturas más complejas, y a su vez
exótica—, ha enriquecido y fortalecido, incalculablemente, nuestra imagen ante el mun-
do. Dicha multiplicidad cultural se ve manifiesta en una de las festividades populares
más importantes, como es el carnaval, que «siendo un evento total integra todos los
comportamientos festivos posibles […]es diversa por su naturaleza y sus diferencias
regionales»50. Todas aquellas singularidades, mediadas por el sincretismo cultural, per-
miten distinguir en las fiestas del carnaval peruano«muchas peculiaridades que se deben
a la enorme creatividad, sentido estético y condición de espacio simbólico y ritual que
poseen los actores de la fiesta»51.

Los carnavales en el Perú se realizan entre la segunda quincena de febrero y la


primera semana de marzo, aquel tiempo está determinado por la fecha del Domingo
de Pascua mediante un proceso complejo que se basa en el calendario lunar52. Dicha
festividad, está «marcada por el carácter festivo de las zonas andinas, que cíclicamen-
te rompen con toda solemnidad»53. Aquella, mantiene ciertas peculiaridades en cada
región, el carnaval de la costa del Perú es distinto al de la sierra; sin embargo, existen

48 OSSIO, Juan M. «Diagnóstico sobre la situación del Patrimonio Cultural del Perú». En: Autores varios. Patrimonio
Cultural del Perú. Balance y perspectivas. FOMCIENCIAS. Lima, 1986. P.
49 MIRELES CÁRDENAS, Cecilia; FIGUEROA, Laura y SORIA, Verónica. «La cultura de la diversidad: su protección y
difusión en la formación de los profesionales de la información». En: Rescate y difusión de la diversidad cultural
en el mundo global. P. 136.
50 BRAILOWSKY, Raquel. Op. Cit. P. 13.
51 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 17.
52 El Miércoles de Ceniza es el día de comienzo de la Cuaresma, y es cuarenta días antes que el Domingo de Ramos,
que es el domingo anterior al Domingo de Resurrección. La Semana Santa cae en la primera luna llena del otoño (en
el hemisferio sur). Por eso solo puede ubicarse entre el 21-22 de marzo o el 20 y 21 de abril de cada año.
53 PROMPERÚ. «Guía Especializada del Viajero. Fiestas, Música y Arte Popular en el Perú». P. 5.

48
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ En la sierra se practica el ritual de la


“yunza”, que es conocida en la selva como
“umisha” y en la costa como “cortamonte”.
Dibujo de Sánchez (R. Variedades, 1986).

características comunes, por ejemplo, en la sierra se practica el ritual de la yunza, que


es conocida en la selva como umisha y en la costa como cortamonte. De todas las
festividades carnavalescas a nivel nacional, PROMPERÚ distingue por su algarabía y
organización, las actividades cajamarquinas y puneñas.

Siguiendo la visión del carnaval que ofrece Peter Burke, sindicando a la festivi-
dad como parte de la cultura tradicional europea, en que la gente dejaba de trabajar
«para comer, beber y agotarse hasta donde le permitieran sus fuerzas»54; posiblemen-
te, se trata de una tradición que llegó a América con los españoles, sin embargo se
asume que su surgimiento —como una práctica oficializada por las autoridades edi-
les—, fue entre fines del siglo XIX e inicios del siglo XX, por lo menos, en la mayoría
de poblados y comunidades del Perú.

[…] nos llegó el espíritu carnavalesco al Perú, de la mano de los


conquistadores españoles, quienes, según se dice, dedicaban en
tiempos del virreinato, 40 días completos a la alegría, la fantasía

54 FALCÓN, Ricardo. Op. Cit. P. 93.

49
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

y las pasiones desenfrenadas. Así mismo, se extendió por todo el


otrora Tahuantinsuyo, en cuyos distintos rincones fue adquirien-
do distintas características, según la geografía, el clima y las ideas
de los lugareños55.

Es indudable que una de las consecuencias visibles de esta festividad sea provechosa,
en la medida que propicia el intercambio y aprendizaje cultural derivado de una rela-
ción respetuosa, cordial, comunicativa y tolerante; pero a su vez, como tradición de un
grupo social en interacción con su espacio geográfico, se produce una exaltación de las
características que le son propias en desmedro de las actividades de otras comunidades
que le son ajenas, se produce un rechazo de lo que es distinto. En este proceso cultural de
constante enriquecimiento, es importante reconocernos diferentes y diversos, pero para
respetarnos y convivir con la voluntad de ejercer la solidaridad, la fraternidad y el com-
promiso; principalmente se trata de establecer positivas relaciones interculturales.

Pese a ello, existen festividades que se distinguen por la pureza de sus costum-
bres; el carnaval de Taquile (Puno)56, por ejemplo, es uno de los ritos ancestrales de
una comunidad «que se resiste a mezclar su sangre con la de los foráneos»57. Con sus
excepciones, una gran particularidad de los carnavales que se realizan en Perú es la
fuerte permanencia de costumbres ancestrales incas con la fusión de elementos occi-
dentales, como es evidente en la realización de los festivales carnavalescos de Tikipa-
llana en la provincia de Cotabambas(Andahuaylas), que llega a convocar centenares
de delegaciones procedentes de otras regiones del Perú y países hermanos.

Uno de los destinos dinamizadores de esta festividad es el departamento de Ca-


jamarca, en cuya fiesta se venera al rey burlesco denominado ÑoCarnavalón, quien
tiene una consorte. Allí, se observan elementos heterogéneos y diversos, sin disgrega-
ciones o exclusiones; hay juegos, danzas, ritos, música, dentro de una misma celebra-
ción fuertemente institucionalizada.58 Para ellos el carnaval es humedad en el cuerpo,
fiesta del agua, donde solía ofrecerse —según las crónicas— la lectura del testamento
del Carnavalón, documento satírico donde se critica la gestión de las autoridades y la
conducta de las personas notables del pueblo y que el día de entierro se difunde por
los parlantes del barrio, por la radio y televisión.

55 Anónimo. «Las fiestas de los carnavales». En: Jorge Valdivia Olaechea (Ed.) «Vida Fantástica». Año 1. Nº 35. Del
diario Arequipa al Día. Arequipa, 8 de marzo del 2000. P. 13.
56 Consiste en contemplar sus cultivos en plena floración. Se caracteriza por preparar hermosas comparsas, acompa-
ñando a las danzas, el sonido de las quenas, pinquillos (flautas), tarkas (quenas grandes), cuernos, tambores, etc.
57 «La papa. Tesoro de los andes». P. 94. En: Carnaval en el lago. Http: cipotato.org/publications/books/papa_teso-
ro_andes_online/094-107_carnaval_lago.pdf
58 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 18.

50
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ Pintorescas y alegres son las fiestas del


carnaval en ciudades como Puno o Huancayo.
En unos, elegantemente se baila, mientras que
en otros, el “cortamonte” es una tradición
profundamente arraigada. Dibujo de Sánchez
(R. Variedades, 1986).

Sin lugar a dudas, Cajamarca es la capital del carnaval peruano (surgido en


1930).59 Sus actividades llenas de color, coplas y contrapuntos han adquirido carac-
terísticas propias donde sus habitantes celebran y preparan la fiesta con gran dedi-
cación y tiempo anticipado, es quizá una de las razones por las cuales la fiesta del
carnaval cajamarquino destaca en el Perú, así lo manifiesta Rodolfo Pereida en el
fragmento de la siguiente crónica:

El carnaval de Cajamarca representa una de las expresiones funda-


mentales de lo que podríamos llamar la cultura popular norteña.
Su carácter colectivo y participante, la supervivencia de algunas
costumbres ancestrales mezcladas con los signos de los tiempos ac-
tuales, al lado de una riquísima producción literaria y musical es-
pontánea y anónima, convierten anualmente a Cajamarca no sólo
en la auténtica “capital del carnaval peruano”; también lo trans-
forman en pueblo enmascarado, fiesta de agua, rito de alegrías60.

Según el sociólogo Fredy Bravo, en la ciudad de Lima los carnavales se han festejado
desde los años veinte en muchos distritos como Barranco, desarrollando diversas acti-
vidades: la práctica de juegos de agua y los ataques con pintura de colores, batallas de
flores y papel picado. Se usaban chisguetes de éter, serpentina, antifaces y el advenimiento

59 Revista «Generación. Nº 146». Cajamarca, 2010. P 38.


60 PEREIRA T., Rodolfo. «Carnaval Cajamarquino». En: Suplemento Dominical de «El Diario de Marka». «El Caballo
Rojo». Año II, Nº 92. Lima, 14 de febrero de 1982. P. 12.

51
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

de la matachola en los años treinta, con que se golpeaba la gente sin piedad.61 En otro
aspecto, el carnaval desarrollado a partir de 1922, presentaba la mezcla de los elementos
de distintas culturas, contenidos que se integraron a la vida social contemporánea. El
carnaval limeño de gran parte del siglo XX se caracterizó por los bailes en Barranco, en
su tradicional plaza vecina al Puente de los Suspiros, reuniendo a cantidad de ciudada-
nos, estas actividades se remontan a 1913.62 El Teatro Municipal se vestía de gala, donde
podía observarse el desfile de los más sofisticados disfraces. Y en La Punta y Chorrillos se
llevaba a cabo —el Miércoles de Ceniza— la quema del Rey Momo o ÑoCarnavalón.63

La fiesta de carnestolendas, en el Callao, se desarrollaba en solares y callejones,


en algunos otros barrios solían cerrarse las calles, que eran adornadas por guirnal-
das64y las famosas palmeras. También se da cuenta de una serie de fiestas chalacas,
incluyendo la quema del Ño Carnavalón con lectura de un testamento, y los llantos,
lamentos y quejidos de la Viuda, que normalmente era un hombre disfrazado de
mujer con ademanes graciosos, irónicos y llenos de humor. Luego de la incineración,
las comparsas de los diferentes barrios se dirigían a los salones de baile, donde la
primera nota musical que solía escucharse era «El Gato Montés» o «Silverio Pérez».65
Considerando que se trata de una colectividad predominantemente jaranera y salse-
ra, no faltaban los discos de Dámaso Pérez Prado, la Sonora Matancera, Bienvenido
Granda, Miguelito Valdés y Celia Cruz. Una vez prohibidos los carnavales, durante el
gobierno de Manuel Prado, Víctor Morón menciona que «las fábricas de chisguetes
de éter que habían en el Callao cerraron sus puertas, la primera fue la de Chichito, y
la otra en el Barrio de las Chacaritas, porque se incendió»66.

El fabuloso carnaval de Apurímaclogra notoriedad en la provincia de Abancay,


entre canciones interpretadas con quenas y festejos bullangueros, es otra de las fiestas
más conocidas en el país. Durante el carnaval se recorren las calles, jugando con pol-
vos o pinturas; o se realizan luchas de mozo como el Seqollo, desafío con el zurriago;
el Paki, desafío con el puño cerrado golpeando contra el antebrazo, etc.67 Asimismo,
como menciona, el periodista y folklorista Carlos Vivanco Flores, bajo el término
quechua pukllay, cuyo significado es juego, tiene lugar el Carnaval de Andahuaylas,
otra provincia de Apurímac.

61 BRAVO ESPINOZA, Freddy. «Historia de los Carnavales del Distrito de Barranco (Lima, Perú)». En: www.margen-
cero.com/articulos/articulos3/carnaval/carnaval_repor.htm [Consultado 25-04-2013].
62 Anónimo. «Carnavales de Antaño». En: La Imagen (Dominical del diario La Prensa). Lima, 1 de febrero de 1981. P. 7.
63 Anónimo. «Pierrot y Colombina con el carnaval de antaño». En: Revista «Variedades». Lima, 17 de febrero de
1980. P. 11.
64 También conocidas como «Quirasueños».
65 MORÓN DÍAZ, Víctor. «¡A puro chalaquismo! “Carnavales chalacos los de mi tiempo”». En: diario El Callao. Http://
diarioelcallao.wordpress.com/tag/carnavales-chalacos-los-de-mi-tiempo/. [Consultado: 11-08-2013].
66 Loc. Cit.
67 «Reportaje al Perú» del diario La Prensa. Tomo I, «Los Departamentos». Lima, s. f. P. 62.

52
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

❚❚ Carnaval en
Sicuani 1914
(Archivo Regional de
Arequipa).

La festividad en Ayacucho se inicia con la entrada del Ño Carnavalón a la plaza


principal de la ciudad; acompañan innumerables comparsas urbanas, con bailes y
cantos, se practican yunzas con árboles cargados de regalos, así como ritos antiguos
en homenaje a la vida, también denominados pukllay. El carnaval ayacuchano guar-
da costumbres ancestrales a ritmo de típicos cantos andinos, sus adornos constituyen
un verdadero tributo a nuestros antepasados, cintas multicolores, espejos y pieles de
venado, pumas y aves de la sierra, son elementos fundamentales para esta fiesta.68

Huamanga (Ayacucho) es el gigantesco escenario de una fiesta multitudinaria,


en aquella zona se baila el carnaval hasta la madrugada, acompañado de los artículos
de juego: pica-pica y talco. Tradicionalmente, las fiestas del carnaval huamanguino
duraban tres días, desde el desfile del Ño Carnavalón hasta la entrega de su testa-
mento; pero desde los años en que arreció la violencia en el departamento69, los fes-
tejos extraoficiales comenzaron a durar varias semanas.70 Asimismo, en el carnaval
ayacuchano se puede destacar la participación de comparsas de comuneros como
Vilcashuamán, Huanta, Vischongo, Huamanguilla, Cangallo y otros lugares; y las
fiestas en las casas o en peñas, donde las bandas musicales interpretan sus huaynos
tradicionales. Una característica fundamental de este carnaval es la lectura de un
manifiesto del Ño Carnavalón:

68 QUISPE, Emerson. «En carnaval consiguen pareja». En diario Ojo. Lima, 25 de febrero de 2001. P. 8.
69 Conflicto Armado Interno, época del terrorismo en el Perú.
70 OCHOA B., Roberto. «Fiesta de los Andes. El carnaval ayacuchano: un desborde sin precedentes». En diario La
República. Lima, 20 de febrero de 1994. P. 17.

53
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

¡Atención! ¡Atención! Pueblo ayacuchano/ sufrida sede de región


sin solución/ frente de nutrida inspiración/ a partir de hoy y durante
los veintiquince/ días restantes de febrero, se declararan días no la-
borables/ pueden ahora todos dedicarse/ a derribar molles, euca-
liptos y/ especialmente palmeras a punta de hacha o motosierra/ a
recorrer las calles con bombos, tinyas y platillos/ avanzar a golpe
de globos, polvos y serpentinas/ cuando no den como resultado/
detenciones ni desapariciones/ toda acción de reproducción /debe
ser con mucha precaución/ suscríbase este edicto/ publíquese y co-
muníquese/ a grito pelado en calles y plazas […]71.

En Jauja, provincia de Junín, tiene lugar otro de los carnavales más grandiosos
del país. Hacia mediados del siglo XX, se anota que la fiesta duraba todo el mes de
febrero, prolongándose hasta fines de marzo. Se afirma que en los años setenta eran
diez los barrios que celebraban el clásico carnaval jaujino (Huarancayo, La Libertad,
Cruz de Espinas, Wajlas, Samaritana, La Salud, Yauyos, Ricardo Palma, Chinchán y el
mismo centro de Jauja). Este carnaval da comienzo con un acto denominado jilowan-
tuy (es decir, la traída del monte), y se nombra a un padrino que encabeza la fiesta.
Al compás de wajlas (cornetas de cacho) y tinyas (tambores pequeños), los varones
salen en busca del monte (un árbol que dos días después será cortado a hachazos por
quienes danzan a su alrededor). Una vez que regresan con el árbol, las mujeres dan la
bienvenida bailando, a ello se denomina talipay. Luego de este encuentro se da inicio
al festejo con harina, cerveza y ortiga. El día central de esta fiesta jaujina inicia con la
misa en la iglesia principal y luego una procesión hacia la capilla del barrio; después,
las parejas de bailarines se reúnen en casa de los padrinos y parten bailando en su
recorrido por las calles; a eso de las tres de la tarde, comienza el cortamonte.72

César Lequerica, hablando del carnaval loretano, indicaba que el juego se pro-
ducía en los barrios con todo el ímpetu de su algarabía hosca. Se narra carreras,
empellones, jalones y zancadillas, donde con puñado de barro, latazo de agua sucia,
mazacote de almidón con sal, hollín, achiote y hasta desperdicio iban embadurnan-
do caras, cabelleras y cuerpos. Aquellos rostros perdían su natural expresión «y las
ropas empapadas traslucen bustos, muslos, caderas y lúbricas».73Muchos otros car-
navales en el país se van a distinguir por sus comparsas, danzas, música y todas las
costumbres que caracterizan al departamento. Resultado de la polifonía y ambivalen-
cia que identifica las fiestas carnestolendas, fundamentada por Eco y otros investiga-

71 Ibídem. P. 16.
72 VÁSQUEZ ALIAGA, José. «Carnaval en Jauja». En: Suplemento Dominical del diario La Prensa. Lima, 25 de febre-
ro de 1973. P. 18.
73 MIRO, César. «Carnaval, fiesta y combate». En: Revista «Variedades». Lima, 1 de marzo de 1981. P. 7.

54
Una mirada histórica del carnaval en el Perú y el Mundo en el Perú y el mundo

dores, el carnaval, como ritual público, debe alentar a los grupos sociales y mantener
la cohesión de la comunidad.74Este debe ser el concepto ecuánime de la festividad,
pese a considerarse al carnaval como un periodo de liberación, los estándares de la
actividad deben propender a un respeto mutuo entre todos los participantes. Si bien
en el Perú los festejos adquieren diferentes matices, uno es el significado —cómo
considera Javier Marcos Arévalo—se trata de un tiempo de inversión simbólica de la
realidad social.

De tal modo que mientras en Cajamarca tienen lugar todas las


actividades que han hecho de ella la capital de esta fiesta, Hua-
manga, Parinacochas y Vilcasahuamán, en Ayacucho; el distrito
de Marco, en Junín; Cerro de Pasco, en Pasco; Abancay en Apu-
rímac y Pucalllpa, en Ucayali, también tienen lo suyo. Y ni que
decir de los pueblos rurales del Colca, en Arequipa, donde los
quechuahablantes han bautizado estos días como “Pukllay”, voz
que en castellano quiere decir juego75.

74 ARÉVALO, Javier Marcos. Op. Cit. P. 4.


75 Anónimo. «Las fiestas de los carnavales». En: Jorge Valdivia Olaechea (Ed.) Vida Fantástica. Año 1. Nº 35. Del
diario Arequipa al Día. Arequipa, 8 de marzo del 2000. P. 13.

55
Capítulo II
Proceso histórico de las fiestas
del carnaval en Arequipa
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

1. PROCESO HISTÓRICO DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL

La historia es una ciencia social que tiene como objeto de estudio al hombre en
determinado tiempo y espacio, razón que explica la importancia de establecer una cro-
nología e incluso el manejo de mapas históricos. En tal sentido, proponer una perio-
dización histórica de las fiestas del carnaval en Arequipa es una manera de organizar
los hechos históricos y procesos sociales, a fin de comprender los comportamientos
festivos, y determinar los cambios y las permanencias que se han producido en el pro-
ceso histórico del carnaval. Cada periodo debe establecerse por las características que
se mantuvieron constantes en dicho lapso de tiempo.

El carnaval, por ser una tradición, cada cierto tiempo presenta cambios, según
el contexto sociocultural de cada generación, que como bien sabemos, piensa y ac-
túa diferente a otra. Asimismo, para estructurar dicha periodización, es importante
hacerlo en base a un eje cronológico, recogiendo como datos los acontecimientos so-
ciales más importantes que tuvieron efecto en la sociedad; tanto de índole local como
nacional e internacional. Es necesario tener en cuenta dichas coyunturas que puedan
explicar, dar razón, de esos cambios producidos en la historia del carnaval. Por ello,
es necesario partir de la presencia española en Arequipa, que según Rafael Hurtado,
escribano del siglo XVIII, se remontaría a la escritura más antigua, que data del 4 de
junio de 1539; el historiador Helard Fuentes Rueda, manifiesta que «hemos estable-
cido como fecha de la llegada de los españoles “pizarristas” al valle de Arequipa, el 4
de junio de 1539 (la referencia más antigua fue del 28 del mismo mes)»76.

A lo largo de este proceso muchas coyunturas políticas y culturales han interve-


nido, tal es el caso de la aplicación de las reformas borbónicas en América, el esta-
blecimiento de la intendencia que sustituía a los corregimientos, la independencia y
la Guerra con Chile, durante el periodo del Antiguo Carnaval; y el segundo gobierno
de Augusto B. Leguía, y de Manuel Prado Ugarteche, en el periodo del Moderno o
Nuevo Carnaval; asimismo la primera y segunda Guerra Mundial, que si bien no
afectaron modo directo, tuvieron un efecto en la población mundial. He aquí la línea
de tiempo:

76 FUENTES RUEDA, Helard. «La expedición española que fundó Arequipa, llegó el 4 de junio de 1539». En diario El
Pueblo. Arequipa, 4 de junio de 1989. Pág. 13.

58
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

59
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

1.1. EL ANTIGUO CARNAVAL EN AREQUIPA

Esbozar una delimitación cronológica para el periodo del Antiguo Carnaval en


Arequipa, es una tarea que resulta complicada, por lo cual, podemos sugerir como
punto de partida, el año de 154177, durante la época colonial, que —bajo nuestro
análisis y la perspectiva histórica—, debido a sus características principales, se pro-
longa hasta la última década del siglo XIX. Teniendo en cuenta el perfil social del
carnaval, puede considerarse a los comportamientos festivos como un carnaval rural,
dado que sus actividades no obedecían a una programación oficial impuesta por las
autoridades ediles. Este tipo de carnaval se caracteriza por la espontaneidad, que es
vigente aún en algunas regiones andinas.

En nuestras pequeñas poblaciones andinas, los carnavales se rea-


lizan en forma uniforme, como en las ciudades. Por consiguiente
no se preocupan en erigir reinados fugaces, ni tampoco se afanan
en preparar corsos, ni menos formar comparsas, ni mucho menos
en realizar bailes de fantasía. Estos pueblos tienen sus costumbres
propias y tradicionales para festejar los carnavales. Se puede de-
cir que en este sentido son conservadores78.

El carnaval ha ido transmitiéndose como tradición, de pueblo en pueblo y de con-


tinente en continente. Emilio Quiñe nos dice que el carnaval lo trasladaron los españo-
les al Perú, casi al promediar el siglo XVI.79 Asumiendo que el carnaval llegó al Perú con
los conquistadores, podemos indicar que con el establecimiento de la Villa Hermosa
del Valle de Arequipa, el 15 de agosto de 1540, por García Manuel de Carvajal y otros
fundadores, debió tener iniciación el carnaval, «que había de alcanzar fama por sus ca-
racterísticas tradicionales. El primero que se jugó tuvo que ser, pues, en febrero, marzo
o abril de 1541»80, un año después de la fundación hispana de Arequipa. Una referencia
al respecto es la utilización del término carnestolendas en la documentación de inicios
de la colonia que prueba el conocimiento de la tradición en los pobladores. Asimismo,
se tiene conocimiento de la adquisición de máscaras en cantidades numerosas, segura-
mente para diferentes fiestas; por ejemplo, el 26 de mayo de 1567 encontramos una
Obligación de mercaderías, de Diego de la Bandera a Diego Rodríguez Solís, Francisco
Fajardo y Gaspar de Solís por 3001 pesos entre ellas 27 máscaras.

77 Puede que el primer juego de carnavales de los españoles se haya producido en el año de 1540, cuando estos
se encontraban en la Villa Hermosa de Camaná, ya que la primera escritura se remonta al 4 de junio de 1539,
según afirmaba Rafael Hurtado, notario del siglo XVIII. Sin embargo, también es posible que hayan estado más
pendientes del lugar propicio para la fundación de esta ciudad.
78 EHNOFRE G., Ricardo. «Carnavales Andinos». En: diario Noticias. Diario Noticias. Arequipa, 13 de febrero de
1956. P. 3.
79 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «La fiesta del Rey Momo». En: Revista «Variedades». Lima, 6 de febrero de 1983. P. 8.
80 MOSTAJO, Francisco. «El carnaval en Arequipa». En: La Crónica. Lima, 24 de febrero de 1952. P. 13.

60
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Bajo otros enfoques, el antropólogo Luis Montoya Rojas menciona que antes
de la llegada de los españoles se representaba fiestas de carnaval en el altiplano del
Perú y Bolivia, y en el norte argentino. Dicha hipótesis deriva de las celebraciones
religiosas de los quechuas y aimaras, quienes refrescaban sus cuerpos con las aguas
del ande, bailaban a la vez al compás quejumbroso de sus cajas, charangos y bombos,
adornados con trajes de vivos colores; este tipo de festejo subsiste, y se celebra des-
pués de la fiesta de la Virgen de la Candelaria.81

El periodista Juan Miranda considera que actualmente se conservan formas de


carnaval82 en Arequipa, en zonas como Caylloma, y sobre todo en el distrito de Callalli,
información que se puede cotejar con las prácticas populares y la tradición oral.83 La
fuente que puede aproximarnos a dichas manifestaciones es la pervivencia de la ritua-
lidad, la que podría recogerse mediante la tradición oral. Tal y como han realizado los
poetas Luz Vilca y Luzgardo Medina Egoavil, compilando una serie de testimonios de
los carnavales tradicionales de Cayma.

Cobra especial relevancia dicho análisis, sin embargo, aquellas expresiones cul-
turales, no obedecían a un carnaval, sino a rituales ancestrales en América, por ejem-
plo, la máxima representación de culto que rendían en el incanato los regnícolas
—mediante la danza, música y vestimentas coloridas— era el día de la Pacha Mama,
que era una fiesta muy colorida y llena de ritmo, que además estuvo referida al pro-
ceso productivo de la tierra.84 De un modo u otro, con la llegada de los españoles,
estas prácticas culturales buscaron refugio en los andes, y su pervivencia se evidenció
en festividades como el carnaval, ya que esta tradición lo permitía.

De esta manera, se puede afirmar que algunos comportamientos festivos ya exis-


tían antes de la llegada de los españoles, teniendo en consideración la aplicación de
un vocablo quechua, como es pukllay(juego), que como referente nos evoca a las
distintas épocas de nuestra historia.85 No podemos dejar de mencionar las ritualida-
des prehispánicas frente al estudio del carnaval, más aún, teniendo en cuenta que la
fiestade carnestolendas obedece a un sincretismo cultural. Sin embargo, el carnaval
como tal, adquiere distinta connotación con la presencia hispana, y por tanto, de los
negros en América, quienes trajeron otra serie de motivaciones folklóricas.

81 OLIVARI, Eduardo. «El reinado clandestino de Momo». En: Revista Suceso (Correo). Año IV, No. 187. Arequipa 21
de febrero de 1971.
82 El periodista Juan Miranda afirma que se trata de un «carnaval prehispánico»; sin embargo, no se puede considerar
las manifestaciones prehispánicas como un carnaval, debido a que «carnaval» como término surgió en Europa.
83 MIRANDA SÁNCHEZ, Juan. «De la tradición del carnaval al baldazo inoportuno». En: diario Correo. Arequipa, 25
de febrero de 1995. P. 11.
84 GALLEGOS SANZ, Manuel. «La Omnipotencia de Momo en las Carnestolendas. El Carnaval en la Historia
Peruana». En diario El Pueblo. Arequipa, 1 de marzo de 1987. P. 9.
85 MIRANDA SÁNCHEZ, Juan. Op. Cit. P. 11.

61
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Una manifestación cultural de la raza negra es la danza «Son de los Diablos» o


contrapunto de zapateo, a fin de recolectar dinero para comprar licor. Para ello, se
vestían de diablos y estaban comandados por el más corpulento, a quien llamaban
Diablo Mayor, y pudo encajar de modo exitoso en el carnaval.86 Entonces, producto
de aquel sincretismo cultural aparecen a lo largo del país variadas manifestaciones
de las fiestas carnestolendas, pero que tienen como característica principal, la mú-
sica y la danza. Lo que demuestra que las fiestas que se producen en el Perú tienen
influencia occidental, si se quiere un origen hispano, pero también con expresiones
culturales autóctonas, ello quiere decir que el carnaval es mestizo.

El carnaval, durante mucho tiempo, fue el juego preferido de los conquistadores y


mestizos. Ellos implantaron el uso de agua, perfumes y talcos. Pero también propicia-
ron la violencia y desenfrenoen mayor magnitud.87 A medida que se fueron asentando
los nuevos regímenes de gobierno y se establecía la organización inicial de la adminis-
tración española y de las instituciones trasvasadas de España, y las obras públicas que
se emprendieron durante el siglo XVI, debió incrementarse la fiesta pagana, tanto en el
pueblo —que la popularizó—, como en la sociedad goda, que le conservó distinción.88

El carnaval, herencia de los conquistadores europeos,


evolucionó aquí, se modificó y adaptó al carácter de
lo peruano para convertirse en algo propio y original.
Los que saben, dicen que ningún carnaval es igual al anterior. Y
que cada vez, la gente le imprime un sello personal y autóctono.
Si no que lo digan en Puno, Cusco, Cajamarca, Arequipa y cien-
tos de ciudades grandes y pequeñas89.

Teniendo en cuenta que las instituciones como la Alcaldía Mayor, el Cabildo y el


Corregimiento, tuvieron sus orígenes en la Época del Medioevo. Aquellas mentes planifi-
cadoras de la colonización trasladaron dicho modelo hacia las nuevas tierras americanas,
generando que nuestras entidades estén fuertemente enraizadas en la idiosincrasia del
occidental.90 Puede que el cabildo tomara parte de la festividad, pero resulta complicado
que encabezara los festejos de carnestolendas por los menos en los primeros siglos de
presencia hispana. Francisco Mostajo señala que existen varias cuentas de los gastos, cosa

86 Loc. Cit.
87 Loc. Cit.
88 GALDOS RODRÍGUEZ, Guillermo. Una ciudad para la historia, una historia para la ciudad. Arequipa en el siglo
XVI. 1ª Ed. EDIUNSA. Arequipa, 1996. P. 10.
89 PODESTÁ NÚÑEZ, Eduardo. «Carnaval, alegría sin igual. Un común sentimiento de fiesta recorre el espinazo
andino del Perú». En: Podestá Prensa. Dirección Web: Http://www.podestaprensa.com/2012/02/carnaval-ale-
gria-sin-igual.html?m=1. [Consultado: 11-08-2013].
90 FUENTES RUEDA, Helard. «El Alcalde Mayor, el Teniente de Gobernador y los Alcaldes Ordinarios del Cabildo, en
1539-1540». En: diario El Pueblo. Arequipa, 1 de enero de 1984. P. 18.

62
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ En el grabado
de Rugendas
se representa el
carnaval carioca en
1812.

que no se ha podido demostrar.91 De lo que sí hay cuenta, es de los diferentes conflictos


que había durante el siglo XVIII, justamente por los carnavales, incluso Sarah Chambers,
afirma que «las autoridades arequipeñas, por lo general, toleraban el “inevitable” consu-
mo de alcohol y los desórdenes que acompañaban las fiestas»92. Ello no quiere decir que
las reglas fueran abandonadas, pero es posible que se hayan aflojado un poco.

Monótona era la vida de Arequipa en la Colonia, sin otras fiestas


que las de la Iglesia. Las de Momo debieron serle, pues como un des-
ahogo, descargándose por ellas toda la contención beata del año93.

Guillermo Zegarra Meneses considera que «las celebraciones de determinadas


fechas o acontecimientos tenían por objeto, en la Arequipa colonial, honrar a la Co-
rona o la Iglesia»94. Sin embargo, el carnaval era una fiesta anual por excelencia, una
celebración que duraba varios días y se extendía del calor de los hogares a la crudeza
de las calles. Además, muchas de las actividades que se celebraban con motivo de la
llegada de los virreyes, gobernadores y obispos, como las corridas y peleas de toros,
carreras de caballos, representaciones teatrales95, etc., también tomaron parte en los
números del regocijo popular del carnaval.

91 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 13.


92 CHAMBERS, Sarah C. De súbditos a ciudadanos: honor, género y política en Arequipa 1780-1854. Red para el
desarrollo de las Ciencias Sociales en el Perú. PUCP. IEP. Universidad del Pacífico. Lima, 2003. P. 136.
93 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 13.
94 ZEGARRA MENESES, Guillermo. Arequipa, en el paso de la colonia a la república Visita de Bolívar. 2ª Ed. Cuzzi y
Cía S.A. Arequipa, 1973. P. 81.
95 «Apasionados como eran los españoles por el teatro parece que lo cultivaron desde los albores de Arequipa, ya que
en el siglo XVII llegaron a constituir formalmente varias asociaciones de actores, entre las que se cuentan las que
se contienen en las escrituras de 4 de Junio de 1621 y 16 de junio de 1636, otorgadas: la primera por Manuel de
Rivera… y la segunda, por Juan Bautista Villalobos». En: ZEGARRA MENESES, Guillermo. Op. Cit. P. 83.

63
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Mediante el análisis realizado por el historiador y paleógrafo Helard Fuentes


Rueda, sobre la actividad teatral en Arequipa Colonial, encontramos que «el teatro
tuvo su campo fértil y su propagación en la iglesia y días festivos de carnestolen-
das»96. Ciertamente, con la Primera Compañía Teatral, de Manuel de Ribera (autor
de comedias), que se remonta a 1621, se estableció una sociedad que entre sus térmi-
nos y condiciones, fijó su duración a largo plazo: «20 meses, es decir, hasta las car-
nestolendas de 1623»97. En la escritura pública, parecen dilucidar algunas referencias
respecto a las actividades festivas que pudieron darse en el carnaval:

Y usando de ella todos juntos los susodichos de mancomún y por


lo que a cada uno de nosotros toca, otorgamos e conocemos por
esta presente carta que hazemosconpañía indivisible y que no [Fs.
846 v.] se pueda dividir por ninguno de nossotros, si no es por
muerte, enfermedad graue [grave] e cazo fortuyto e ynopinado
e por lo que adelante en esta escritura se declara para repres-
sentar todos untos en esta ciudad de Ariquipa [Arequipa], la de
Chucuyto, la Paz, Oruro, Potosí y Chuquisaca y todas las demás
prouinçias [provincias], villa y lugares de este reyno: comedias,
vayles, farças [farsas] y entremesses, en teatros públicos y cazas
particulares y en las demás partes que se ofreçieren como lo tene-
mos de usso y costunbre, desde veinte días de este pressente mes
de junio de myll y seysçientos y veinte y un años hasta el día de
carnestolendas [carnaval] del año de myll y seysçientos y veinte
y tres [Fs. 847]98.

En el año de 1791, también hallamos otras noticias respecto al carnaval de los


judíos, bajo el nombre de Fiesta de Mardochêo, la referencia proviene del Mercurio
Peruano.99 En aquella época no se desarrollaba ningún programa; parece definirse un
intenso juego libre en las calles entre las clases populares y clases de élite, es decir,
amigos, familiares y vecinos que jugaban entre sí con agua y cascarones; y la realiza-
ción de algunas que otras procesiones festivas con bifalas.

Francisco Mostajo indica que el cabildo reglaba el juego; es probable en la me-


dida que aquellas fechas generaban numerosos conflictos socioculturales (de los que
da cuenta Sarah Chambers en su estudio), y alguien debía resguardar las calles; sin

96 FUENTES RUEDA, Helard. «El Teatro en Arequipa del siglo XVII». En: Revista Germinal. Instituto Nacional de
Cultura Departamental de Arequipa. Año I. Noviembre-Diciembre. 1988. N° 3. P. 32-33.
97 Ibidem. P. 32-33.
98 Escritura de compañía. Manuel de Ribera y otros comediantes. Arequipa, 4 de junio de 1621. Archivo Regional de
Arequipa (ARA). Pedro Ybáñez de Yruegas. N° 134. Fs. 845-853.
99 El Mercurio Peruano. N°4. Lima, 13 de enero de 1791. P. 26.

64
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

embargo, no fue de modo rígido. Mostajo indica que la fiesta era presidida por dos
maceros, que eran hombres que llevaban la maza100 delante de los cuerpos o personas
autorizadas usando dicha señal de dignidad, pero tampoco hay registro de desfiles
o circuitos carnavalescos; y en cuanto a la participación indígena, debió ser más
marcado; incluso los esclavos tomaban parte del carnaval, de ello sí hay registro, por
ejemplo Juana Flores, permitió a su esclavo unirse al festejo.101

Por otra parte, el carnaval de los esclavos se caracterizaba por un juego aislado,
se divertían a su modo lanzándose harina. En otros casos, aquellos negros o mulatos,
cruzaban desnudos las calles, y no solamente llevaban latas de agua y otros instru-
mentos de juego, sino que a las mozas que se les cruzaban, las cogían por la cintura,
y se las llevaban a los famosos zaguanes, dando rienda suelta a sus bajos instintos.102
La policía no existía, solo la gendarmería, que no era muy estricta; y pese a las orde-
nanzas que se dictaban, se ocasionaban algunos desórdenes y conflictos.

Tomaban parte de la fiesta las expresiones culturales locales, en algunos casos


se indica que se abría con la procesión de la Virgen de Copacabana que salía de
San Agustín, presidiéndola bailes de indígenas disfrazados. Incluso, Mostajo ha
logrado rescatar algunas coplas de carnaval, que se cantaban en dichas fechas de
gran regocijo:

Mañana Cuaresma,
día de ayunar,
¡Que ayunen lo santos,
que son de papel!
¡Yo que soy de carne
tengo que comer!103.

Estos y otros cantares devienen desde la Colonia, se trata de los orígenes más
remotos de la música del Carnaval Arequipeño. Cuya tonada debió surgir con el
yaraví de Mariano Melgar.104 Su vibración entusiasmaba a todo el pueblo, quien
se divertía entreverado con los jugadores a baldazo limpio. Y el agua de estos re-
cipientes solía ser coloreada con airampo. El airampo o ayrampu, se llama en el
Perú y Bolivia —tal y como indica Ángel Maldonado—, a una cactácea del género
Opuntia. La describe así:

100 Insignia que llevan los maceros delante de ciertas autoridades.


101 Citado por CHAMBERS, Sarah C. Op. Cit. P. 136.
102 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «El carnaval nació en Roma». En: Revista Variedades No. 1651, del diario La Crónica.
Lima, 7 de febrero de 1982. P. 4.
103 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 13.
104 BALLÓN LOZADA, Héctor. Op. Cit. P. 35.

65
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ La planta de Airampo por Juan M. Cuadros.

Es una planta pequeña, su tallo es carnoso y compuesto de ar-


tículos en forma de raqueta, provista de espinitas en hacecillos.
Sus flores son amarillas y rojas. Su fruto es una baya globosa
de tamaño mediano: las semillas en época de madurez tienen
un color rojo – carmín; estas son pequeñas, poco pesadas; se
dividen con facilidad; su superficie es rugosa, presentando a ve-
ces estrías; son adherentes unas a otras, de sabor dulzaino y
ligeramente ácido, de olor muy suave. El grosor oscila entre dos
y cinco milímetros, algunas son redondas y algo achatadas en
un solo sentido; otras son ligeramente alargadas, anchas por
un lado y terminan en punta, a veces aguda por el otro; en ge-
neral en casi todas ellas se notan achatamientos en diferentes
sentidos; parecen debidos al apretamiento sufrido entre ellas
durante el crecimiento105.

Se puede decir que en aquella época, los únicos productores de este colorante, eran
el Perú y Bolivia, de donde es definitivamente oriunda, ya que tiene predilección por
las punas y las más agrestes serranías. Aquella planta, logró aclimatarse en los Valles
de Vítor, también se le encuentra en los cerros de la provincia de La Unión. En los días
del carnaval, los indígenas empleaban esta semilla como colorante; y, en el Dicciona-
rio Real Academia Española (DRAE), se indica que el término proviene de una voz
quechua.106 El agua colorada de un tono rosa, era perfumada con almizcle, o con una
simple rama de cedrón, y se arrojaba a baldazo limpio en las calles y las casas.

Asimismo, existían en el Perú, varias formas de jugar el carnaval. Una de las


más conocidas era la catarata, que consistía en un común baldazo de agua arrojada
desde el balcón hacia el viandante; y el jeringatorio, que era el sistema utilizado por
los varones que salían a las calles provistos de grandes jeringas de lata, con las que
arrojaban agua a los balcones.107 Otra de las formas de juego que se utilizaban eran

105 MOSTAJO, Francisco. «Arequipeñismos de carnaval». En: diario Noticias. Arequipa, 2 de marzo de 1935. P. 6.
106 Loc. Cit.
107 GARAY, Martín. Op. Cit. P. 55.

66
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ LA “CATARATA”. ❚❚ JINETES LANZA HUEVOS.

Modalidades del
juego según Manuel
Atanasio Fuentes

❚❚ EL “JERINGATORIO”.

67
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

los cascarones de huevo o cera, rellenos con aguas de colores o con harina; dando
origen, incluso, a toda una industria.108 Manuel Atanasio Fuentes relataba respecto a
los carnavales limeños de 1840, que el juego era, sencillamente, un salvajismo.109 Por
1860, consideraba bárbara la costumbre de vestirse con harapos y lanzar cascarones
de huevos a las ventanas.110

Gran verdad había en ello, pues ciertamente, los carnavales eran motivo de que-
jas y problemas entre los pobladores, más aún si se trataba de un juego que no estaba
reglamentado propiamente por las autoridades, sino que obedecía principalmente a
las leyes de la calle, que vendría a ser el espacio donde en términos de la vida cotidia-
na, los pobladores se permitían y permiten la sociabilización a través de distintas ma-
nifestaciones políticas, religiosas, festivas, sociales, entre otras, sobre todo en la parte
céntrica de la ciudad. El centro«se presenta como la esfera central que concentra los
principales espacios relacionales para los habitantes de la ciudad en su conjunto»111,
permitiendo el encuentro de los habitantes pertenecientes a distintos barrios. Allí
fluye la vida social de las ciudades.

Como menciona don Guillermo Galdos Rodríguez, los carnavales eran una re-
creación en la que por igual participaban las clases privilegiadas y desfavorecidas de
la fortuna, es decir, una clase popular y una clase de élite, que en muchos casos rom-
pían diferencias sociales. Los desbordes a que da lugar el carnaval están revelados
en cantares populares, que eran la práctica recurrente de los arequipeños.112 Afirma
que las indias pampeñas montaban en mulo para enseñar las piernas ccalas, dando la
premonición de lo que podía pasar después:

«El año pasado, «Estos carnavales,


con tanta guaragua ¿qué nos podrán dar?.
y el presente año, A los nueve meses
con tamaña guagua». “huahua” que criar
Apucllay!»113.

108 En las panaderías y pastelerías se vaciaba el contenido de los huevos con un arte especial, a fin de conservar
entera la cáscara; para luego llenarlos con agua de lavanda, de florida, Kananga o airampo.
109 El siglo XX de El Comercio 1900-1909. Plaza Janés. Editora El Comercio. Lima, 2000. Tomo I. P. 122.
110 MIRO, César. Op. Cit. P. 7.
111 VEGA CENTENO, Pablo. «El Espacio Público. La Movilidad y la Revaloración de la Ciudad». Cuadernos. Arquitec-
tura y Ciudad. Nº 3. Pontificia Universidad Católica del Perú. Lima, diciembre del 2006.
112 GALDOS RODRÍGUEZ, Guillermo. «Circunstancias que dieron lugar a la creación de la Academia Lauretana de
Ciencias y Artes». En: BALLÓN LOZADA, Héctor; GALDOS RODRÍGUEZ, Guillermo y QUIROZ PAZ SOLDÁN,
Eusebio. Academia Lauretana de Ciencias y Artes de Arequipa. Colegio de Abogados de Arequipa. Primera
Edición. Arequipa, 1999. P. 99.
113 CUADROS, Juan Manuel. «El cultivo del Maíz en Arequipa». En diario El Pueblo. Arequipa, 1 de enero de 1950. P.5.

68
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Cabalgata
carnavalesca en
1864. De Colligni.

Ello muestra la diversión desenfrenada en las fiestas carnestolendas, los pobres


tenían guaguas, los afortunados nenes, y las esclavas sandungueaban de lo lindo,
quizá esperando que saliera el hijo del patrón.114 También se realizaban cabalgatas
carnavalescas, cuya práctica deviene desde la época colonial.

En tiempo de la Colonia, los mozos arequipeños –hijos de es-


pañoles– sobre briosos caballos y armados de cascarones, en
capachos especiales, formando escuadrones arremetían contra
azoteas, balcones o ventanas donde damas de alcurnia bien per-
trechadas de jarrones, valdes [sic.] y cubos de agua perfumada de
airampo, se armaba la de San Quintín, de cuyas consecuencias
resultaban ojos “koyos”, chichones en la cabeza, y varones y da-
miselas hechos muñecones empapados y tiritando de frío115.

Hacia el año de 1824, hay referenciasen una solicitud ante el Alcalde Constitu-
cional de Primera denominación.116 Micaela Bellido, vecina, esposa de Faustino Sala-
zar, ausente, se querella civil y criminalmente contra Diego de Tal y su mujer Josefa
de Tal, chichera, y el marido de oficio sastre. Los motivos de esta querella pueden
haber sido ajenos al mismo festejo, sin embargo, el carnaval era una festividad que
propiciaba estos escándalos, pues tal y como afirma Micaela, el hecho se produjo la
noche del martes del carnaval:

114 GALDOS RODRÍGUEZ, Guillermo. Op. Cit. P. 100.


115 GALLEGOS SANZ, Manuel. Op. Cit. P. 9.
116 Ello permite determinar también, que las fiestas de carnestolendas de aquel año se realizaron en el mes de
marzo, dada la fecha del documento.

69
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ AYARACHI
(Dibujo anónimo).

[…] por las graves y atroces injurias reales y verbales con que han
vulnerado mi honor, estado y persona. Ante vuestra merced con
arreglo a derecho, digo: que en la noche del martes de Carnabal
(sic), que contamos dos del corriente, a horas como de las ocho
de la noche, habiendo mi desgracia conducidome (sic) a la casa
de éstos, sita en el Barrio que llaman de la Ranchería, casa tambo
de la Contreras…117.

En Arequipa, los carnavales no solo propiciaban el tiempo en que las calles ser-
vían de escenario para el juego con agua y cascarones de huevo, sino también, ofrecía
con la natural algarabía de la fiesta, un motivo de reunión y agasajo entre las familias
y los vecinos. Había la costumbre de preparar apetecibles chichas, degustación de
diversos potajes y, sobre todo, la fabricación casera de los confites, blancos y rosados.
Ciertamente, como menciona Alonso Ruíz, todo:

117 Archivo Regional de Arequipa (ARA). Judicial. Pedimento. (1824). 2 fs. Arequipa, 9 de marzo de 1824.

70
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

[…] el acervo gastronómico de Arequipa estará entrelazado con la


intensa vida festiva de la ciudad y sus pueblos aledaños que corres-
pondía a los ciclos naturales y resultaba de los conocidos procesos
de sincretismo, superposición o implantación de cultos religiosos
y cívicos, algunos todavía vigentes, otros en plena mutación y mu-
chos ya extinguidos118.

Es sabida la tradición de preparar chicha de frutas para los festejos del carnaval,
cuya receta ha sido publicada por el escritor Alonso Ruiz Rosas. Pues bien, en el año
de 1863, doña Carmen Ugarte de Gamio, vda. del Dr. Pedro Gamio, arrendó a Don
Melchor Núñez una hacienda en el valle de Vítor, con sus tierras blancas y demás ac-
cesorias, sita en el pago nombrado el Pueblo Viejo, por un tiempo de 5 años, en precio
de 1,800 pesos al año; que entre sus condiciones especificaba lo siguiente:

Tercera, que está obligado el arrendatario a mandarme todos los


años en las festividades del Carnaval y Pascua de Resurrección,
una carga de fruta compuesta de melones, sandías y de lo que
produce la huerta y doce canastas de uva, que las remitirá reuni-
das o como pueda119.

Es complicado tener conocimiento de los platos o potajes que solían preparar-


se para aquellas fechas festivas. No obstante, es posible reconstruir ello, con las cos-
tumbres y tradiciones de las generaciones que fueron protagonistas del Nuevo Car-
naval arequipeño. Según Juan Guillermo Carpio Muñoz, el domingo de carnaval
era costumbre almorzar «…un exuberante puchero con carnes de pecho de vaca,
cordero, lonja de chancho, cecina, papas, camote, choclo en rodajas, chuño blanco,
ocas, peras, manzanas y hasta duraznos, por supuesto que con abundante repollo
y llatan, para los grandes, y ocopa para los chicos»120. En el folklore, encontramos
la presencia de las bifalas y ayarachis. Aun cuando la participación indígena en las
festividades durante la época colonial permaneció anodina para las instituciones
públicas de Arequipa.

Llegada la fiesta del Momo, en las aldeas de los aledaños de la


ciudad de Arequipa salen “comparsas” y “huifalas” ebrias de ale-
gría de chicha y de buen humor. Danzan estas últimas en rueda,

118 RUÍZ ROSAS, Alonso. La gran cocina mestiza de Arequipa. Gobierno Regional de Arequipa, Cuzzi Editores.
Segunda Edición. Arequipa, 2012. P. 123.
119 Archivo Regional de Arequipa (ARA). Notarial. AB. N° 492. (1863): 265. Arequipa, 11 de junio de 1863.
120 CARPIO MUÑOZ, Juan G. Arequipa. Sus fiestas y comidas típicas. Club de Leones de Yanahuara – Umacollo.
Arequipa, 2005. P. 50.

71
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

portando cañas de maíz con sus choclos y entonando con la gui-


tarra plañidera identificada con las almas de estas gentes sencillas
el cantar que sigue:

¡Cantemos, bailemos
sobre esta granada,
hasta que reviente
agua colorada!121

Las bifalas, de la forma quechua huifala, era un grupo de bailarines que reco-
rrían las calles danzando huaynos y cantando coplas carnavalescas, al son de quena y
charango, o en otros casos, vihuela y tamboril. Generalmente iban a medio disfrazar,
a veces con careta o sin ella; y llevando cañas de maíz en la mano. El día de las bifalas
era el martes de carnaval, cuyas coplas entronizaban no solo sátira lugareña, sino
personal, contra políticos no queridos por el pueblo, y otros simplemente festivos.

122 123 124


SÁTIRA LUGAREÑA SÁTIRA PERSONAL SÁTIRA FESTIVA

«Las de Yanahuara, «Rodríguez del Riego «Estos Carnavales


zapatos mojados; no juega casino, quién inventaría:
las de Miraflores, porque tiene cara algún cholo loco
zapatos bordados». de ser asesino»122. como yo sería».

«Pasan la Pampeñas «Estos Carnavales


montadas a burro, quién inventaría:
con las patas ccalas algún vicho alegre
y enseñando el… mundo». comoyo sería»123.

«Al amor lo pintan «Cháncame, cháncame


en una sandilla cháncame los huevos,
pa las buenas mozas: si no me los chancas,
¡las de Sabandía!». quédate con ellos»124.

121 CUADROS, Juan Manuel. Op. Cit. P.5.


122 Copla a raíz del abaleamiento del 30 de enero de 1918.
123 Diario La Bolsa. Arequipa, 18 de febrero de 1871
124 AGUIRRE MORALES, Gastón. «Carnaval de la Arequipa que se fue». En: revista Suceso (Correo). Arequipa, 13 de
febrero de 1977.

72
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El disfraz fue uno


de los elementos
importantes, tanto en
el carnaval “antiguo”,
como en el “nuevo”
(R. Suceso, 1977).

Las bifalas coreaban cada estrofa con la exclamación quechua ¡apucllay!–125,


que significa juego; para Francisco Mostajo, debió ser el equivalente al ‘¡evohé!’ grie-
go. Luego, entre partidas, se agarraban a trompada limpia, y cuando eran advertidos
por la policía, la bifala, como si nada hubiera pasado, reanudaba su baile y cantos
siguiendo con el curso respectivo.126Normalmente, remataba la fiesta en el Cerro San
Vicente, por el lado de Yanahuara o en Miraflores.

Cuando se encontraban dos bífalas, la batalla era inevitable.


Principiaba por las sátiras, seguía con los insultos, se reñía con
las trompadas y terminaban con la trabajosa intervención de la
Policía que obligaba a seguir un camino contrario127.

En la ritualidad, la bifala es símbolo de homenaje a la PACHAMAMA (ma-


dre naturaleza), y en su seño fecundo arrulla a los amantes para la reproducción
de la especie, dándoles también subsistencia sempiterna.128 Otras de las compar-
sas conocidas, eran los ayarachis, de origen puneño, compuestas por ejecutantes
y mujeres que danzaban de modo religioso, debidamente orquestados. Lizandro
Luna, considera que ayarachi, es una «voz aymara, “aya”, “hara”, “hachi”: “Aya”
es el espíritu; “Hara”, la fuerza vital; “Hachi”, el llanto. Quiere decir que el
espíritu y la fuerza vital se han desatado en llanto»129.

125 Como indica don Carlos Vivanco, el término refiere al quechuismo «pukllay».
126 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 7.
127 Francisco Mostajo. «El carnaval en Arequipa». En: diario La crónica. Lima, 24 de febrero de 1952.
128 SIANCAS DELGADO, Augusto. Música, Músicos, Melgar y fuentes del arte tawantisuyano. Arequipa, 1987. P. 78.
129 LUNA, Lizandro. Máscaras. Editorial Samuel Frisa. Puno, 1985.

73
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Definitivamente, ellos eran los ayarachis, bailarines hombres y


mujeres que en grupos horas de horas, sin descanso danzaban
en el camino a las alturas de La Pampa… del toque de antaras,
quenas y golpes profundos del gigantesco bombo y aún más que
las multicolores polleras de las paisanas y los apretados calzones
de los paisanos con sus chullos en la cabeza, era el permanente
cimbrear del enorme látigo de quien vestido de diablo cuernos en
la cabeza y grueso rabo… “ya vienen los ayarachis”, se escucha-
ba decir en la calle y en el barrio […]130

En cuanto al juego, los cascarones de huevo fueron uno de los elementos que
caracterizaba al Carnaval Antiguo en Arequipa. Consistía en huevos de gallina, llenos
de agua clara o de airampo. Para ello, «se vaciaban huevos rellenos por medio de dos
huequitos»131, por uno se retiraba el contenido, mientras que, por el otro, se soplaba
permitiendo que clara y yema salieran del cascaron sin que éste sufriese rotura algu-
na.132 Al aproximarse el Carnaval, se daba inicio al llenado de los cascarones y se cerra-
ba el boquete con un retal de tela saturada de una sustancia pegajosa: la cera. Se trató
durante décadas de la principal artillería para los jugadores, que llevaban en canastos
los cascarones de huevo, y eran arrojados a fuerza de brazo, entronizándose feroces
batallas entre la gente; las señoritas se defendían de ellos con cortinas y sombrillas.133 Se
da cuenta que había personas dedicadas a elaborar los famosos cascarones de carnaval,
así lo narra Flora Tristán en su famosa obra Peregrinaciones de una paria:

Hay gentes que durante todo el año se ocupan en vaciar cáscaras


de huevo, para hacer negocio con ellas. Cuando llega el carnaval,
llenan esos cascarones con aguas de colores, rosa, azul, verde, y
después pegan la abertura con un ungüento hecho con cera134.

Flora Tristán también menciona con cierta repugnancia el contenido de


los cascarones de huevo, sobre todo en Arequipa: « para hacer el juego más
simpático, llenan a veces esos huevos con tinta, miel, aceite y hasta con cosas
más asquerosas»135. Para Lima, según revela una crónica escrita por Abelardo
Gamarra el 26 de febrero de 1906, desde 15 días antes del carnaval, la gente
comenzaba a elaborar los huevos de cera y en las tiendas se ofrecían las jeringas

130 ESCUDERO RAMOS, Carlos. La Arequipa que se fue. 1ª edición. Arequipa, 2011. P. 37-38.
131 MARTÍNEZ CASTRO, Pedro. «El viejo carnaval limeño». Entrevista a Juan Manuel Ugarte Eléspuru. En: Revista
Suceso del diario Correo. Lima, 5 de febrero de 1984. P. 5.
132 Anónimo. «Carnavales de Antaño». En: La Imagen (Dominical del diario La Prensa). Lima, 1 de febrero de 1981. P. 6.
133 MOSTAJO, Francisco. «Arequipeñismos de carnaval». En: diario Noticias. Arequipa, 2 de marzo de 1935. P. 7.
134 PARDO GÁMEZ, Adela. Arequipa, su pasado, presente y futuro. Imprenta Litográfica del Perú. Lima, 1964. P. 68.
135 QUIROZ CASTRO, Daniel. «“A la vecina”, en carnavales». En: diario Correo. Arequipa, 25 de febrero del 2001. P. 8.

74
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El Juego en la
Calles, caricatura
política de Gonzales
Gamarra, la cual
muestra uno de los
juegos característicos
del carnaval, los
globos (Arequipa,
1910).

de todo tamaño, las máscaras, pomos de olor, chisguetes, las colonias Cannanga
y agua de florida.136 Luego, aconteció la época de los carnavales de Leguía en los
años veinte. Las actividades del Antiguo Carnaval, como ya habíamos evaluado,
se prolongan hasta inicios del siglo XX. Arturo Villegas Romero señala que en el
año de 1831, aún se jugaban los carnavales con agua y cascarón, indicando que
los sectores donde el juego era más intenso, eran las calles Guañamarca (Rive-
ro)137 y la Alameda (Pardo).

Las calles de la población, y especialmente las de Guañamarca,


Mercaderes, la Merced y el puente que de ordinario eran intran-
sitables por la multitud de individuos y partidas que a pié y a
caballo entablan batalla campal contra las huestes atrincheradas
en las rejas y balcones de las casas, no han tenido este año ani-
mación alguna138.

136 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «La fiesta del Rey Momo». En: Revista Variedades. Lima, 6 de febrero de 1983. P. 9.
137 Huañamarca o Guañamarca, como aparece en los documentos, fue uno de los nombres nativos más antiguos
de las calles arequipeñas.
138 Diario El Deber. Arequipa, febrero 1871.

75
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Generalmente, las fiestas carnestolendas duraban tres días, durante los cuales,
por disposición de la Prefectura, no había tribunal ni labores en las oficinas, se de-
cretaba, a lo que Villegas denominó el regocijo general.139 Por los años de 1867, el
Carnaval Antiguodebió encontrar verdadero auge y el juego hubo de ser más vital.
En cuyas actividades, se destacaba el lanzamiento de monedas:«eran los tiempos en
que los jugadores de categoría arrojaban a la chiquillería amontonada a su rededor,
cartuchos de monedas de plata: reales y medios, acuñados en la casa de la Moneda
de Arequipa, los cuales llevaban en el centro la figura de un venadillo o vicuñita»140.
Asimismo, se han encontrado referencias respecto a la aplicación del término chanzas
o chasco al referirse al juego.

Muy sabio fue aquel que dijo que el año entero es carnaval y más
carnaval hay en la corte que en las demás clases de la sociedad:
y si el carnaval es para divertirnos hagámoslo pues, si no en los
365 días, al menos sea así en los tres y anteriores de obligación ó
ley. Vamos a las chanzas, a los juegos, a los chascos, a todo lo que
encierra el carnaval141.

Muy aparte del juego en las calles Guañamarca y Pardo, otra de las vías que se
caracterizaba por la intensidad de la recreación, era la calle La Merced. Por aquella
época, ya existía la proyección de centrar el juego en la plaza principal, y por tanto,
todas sus actividades, que desde luego, incluían:

Habrán carreras y bailes, chasqueadores y chasqueados, y cer-


veza, champagne, y más licores, y amistades, y peleas, y drogas
(no de botica), y cascarones y confite, más polvos y olores, como
también habrá el pucllai; en fin, todo habrá142.

Los días lunes y martes, muchas partidas de jugadores recorrían la ciudad ju-
gando carnavales, algunos disfrazados y otros con vestido uniforme, seguidos de un
tren de objetos «ad hoc» y bandas de música. Luego de los enfrentamientos, que eran
sumamente agresivos, sobrevenían los agasajos y bailes. El Entierro del Carnaval
también tenía su propia caracterización, por lo menos durante la época que corres-
ponde al año de 1800; el martes de carnaval popular se concretaba en el cerrito de
San Vicente, al extremo de Yanahuara. El miércoles era de Miraflores, pues ahí se

139 VILLEGAS ROMERO, Arturo. Un decenio de la Historia de Arequipa 1830-1840. Edición Fundación Gloria. Arequi-
pa, 1985. P. 466-467.
140 BALLÓN LOZADA, Héctor. Mostajo y el Folklore Arequipeño. Ediciones Jhaider. Arequipa, 1999. P. 35.
141 Diario La Bolsa. Arequipa, 18 de febrero de 1871.
142 Diario La Bolsa. Arequipa, 18 de febrero de 1871.

76
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

enterraba el carnaval, representado por un muñeco cargado de cantidad de adefesios,


que cabalgaba en un borrico de mala muerte.143 Estas actividades se realizaban en la
Pampa Quimsa-Mocco, que está ubicada en el actual Chapi Chico, por el mercado de
la Chabela (Miraflores).144 Francisco Mostajo considera, según un relato costumbris-
ta, que aquel paseo a Quimsa-Mocco se originó por aquellos años.

En una picantería de Miraflores, en la tarde el miércoles de ce-


niza, por más señas todavía hallabanse reunidos varios mozos
sujetos de jarana diaria y vihuela a toda hora. Y con este antojo
dicho que en la reunión había hembras como para un zandun-
ga. Aburridos de expansionarse en estrecho lugar, sin otra vista
que corralones y pircas de sillares, resolvieron alzar canastas y
trasladar manteles á la afueras do la libertad es más ancha y la
diversión más poética. Iniciador de tan feliz idea- que asi dice un
croniquero que me sé –fue Pedro Corrales, mozo que imagino
sería capaz de hallarle repique al doble y cuyo nieto ha servido
para mi de órgano de la tradición. Acampó la divertida caravana
en Quimsa-mocco, serie de colinitas que queda al norte y que es
humilde principio de las estribaciones del Misti145.

Para enterrar el carnaval también las cañas de maíz contribuían a hacerlo pinto-
resco; en Quimsa-mocco, sepultaban a un muñeco de trapo que es el del diablo de esas
fiestas; este era depositado en una cavidad no muy profunda hecha en la tierra, agitan-
do siempre las últimas hojas de la caña de maíz.146 Dichas actividades, para don Héctor
Ballón Lazada, pintan a una Arequipa y a un Miraflores que ya no son. Nos habla de
un distrito de población indígena que se distinguía por la preparación de la chicha y de
un plato de rocotos.147 Pues bien, esta tradición que construye uno de los periodos más
esenciales del carnaval en Arequipa, tuvo una prolongación de largo aliento, dado que
durante el Nuevo Carnaval, aquella jarana continuó sufriendo algunas modificaciones,
pero mantuvo esa jocosidad, por lo menos hasta mediados del siglo XX.

Los arequipeñismos, al igual que el modo loncco de habla characata, cumplen


un rol fundamental en la fiesta de los carnavales —sobretodo antiguo—, al igual
que las costumbres y tradiciones de la época. Nuestra habla, entendido como la len-
gua en uso, Francisco Mostajo indica respcto al habla local que «es una mezcla de

143 MOSTAJO, Francisco. «El carnaval en Arequipa». En: diario La crónica. Lima, 24 de febrero de 1952.
144 MOSTAJO, Francisco. «Quimsa-Mocco». En: BALLÓN LOZADA, Héctor (Comp.) Mostajo y el Folklore Arequipe-
ño. Ediciones Jhaider. Arequipa, 1999. P. 41.
145 Ibidem. P. 41.
146 CUADROS, Juan Manuel. Op. Cit. P.5.
147 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 40.

77
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

quechuismos, cholismos y arcaísmos»148, que tienen un fuerte acento campesino o


chacarero. Según refiere Guillermo Galdos Rodríguez, a lo largo del virreinato hubo
marcada oposición a la creación de una Universidad en Arequipa (a pesar de los
esfuerzos de las Órdenes Religiosas y de los Intendentes), enclaustrando a la ciudad
por varios siglos, y por ello una de sus características es la forma de hablar.149 Otras
fueron la conservación castiza de cierta fabla de la campiña tradicional, además de la
influencia de las lenguas mencionadas. Asimismo, las danzas típicas y nuestra gastro-
nomía, dinamizaron culturalmente la ciudad en aquel carnaval de antaño.

La primera década del siglo XX también corresponde al periodo del Antiguo


Carnaval. La referencia más evidente al respecto es un Sumario de Oficio150 contra
Narciso Paredes por lesiones a Mariano Ramos que data de marzo de 1903, donde
se indica que Paredes el «viernes víspera del Carnabal (sic)estuvo bebiendo licor con
Mariano Ramos en una tienda denominada Chuña», ello prueba incluso la fuerte
ingesta de bebidas alcohólicas en estos días que ocasionaban problemas entre los
ciudadanos y ciudadanas; pues se supo que Ramos se hallaba maltratado el Miérco-
les de Ceniza. Otra conducta festiva rural y popular se encuentra en la descripción
del afectado Ramos, de quien se indica: «se encontró al citado Ramos disfrazado de
mascarita y se pusieron a tomar licor, tocar quenas… poco después salieron a una
tienda que está más abajo y allí continuaron bebiendo, cantando y bailando». Esto
demuestra que los comportamientos festivos naturalmente ocasionaban problemas
entre pobladores.

A estas conductas se fueron sumando otros criterios más organizados y de conte-


nido urbano. Según algunos testimonios, el Carnavalón consistía en un desfile de ca-
rros alegóricos, que hasta 1914 se hacían en Coches «Victoria», carretas, carretones
y tranvías de sangre (todos tirados por mulos, caballos y bueyes). En aquel recorrido,
se jugaba con mixtura, flores y pequeños paquetes de confites, así como también se
da cuenta de cartuchos de argentinos medios (monedas de plata de cinco centavos).
Como costumbres, la noche del jueves de comadres salían a las calles varios grupos
de jóvenes disfrazados —a quienes se conocía como mascaritas— a recorrer los sa-
lones del señorío de Arequipa. Se dice que ingresaban a una casa donde permanecía
una hora, luego ingresaban a otra, y así sucesivamente hasta las cuatro de la mañana;
donde efectuaban el llamado remate que consistía en el último baile y se degustaba
exquisitas cenas. Aquellas pandillas iban acompañadas de una banda de ccaperos.

148 Patrimonio Cultural e Identidad. Revista del Colegio de Arquitectos del Perú – Regional Arequipa, setiembre del
2011. P. 6.
149 GALDOS RODRÍGUEZ, Guillermo. Una ciudad para la historia, una historia para la ciudad. Arequipa en el siglo
XVI. 1ª Ed. EDIUNSA. Arequipa, 1996. P. 380.
150 ARA. Corte Superior de Justicia. Causas Criminales. Oficio No. 51 del Subprefecto Rodríguez del R. al Juez del
Crimen, 5-3-1903.

78
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Nos encontramos ante personajes carnavalescos a los que se les denomina con el
nombre de máscaras o enmascarados, y en otros lugares del mundo como Guadala-
jara, se puede apreciar también estos comportamientos festivos, donde los mascaritas
cobran relevancia.151

Un cronista del diario El Pueblo en 1917, indicaba que: «Por las noches ha habido
poquísimos salones abiertos y en casi ninguno se han recibido “mascaritas”»152. Ello
es una prueba del decaimiento de la fiesta, por diversos motivos, quizá uno de ellos
es que la colectividad —sobre todo juvenil— que encandila el carnaval, es muy cam-
biante, y por lo tanto el juego, tiende a modificarse con cada generación. No obstante,
por aquel año, ya existiendo los globos, se jugaba mayormente con cascarones de
huevos (sobre todo lunes y martes); y luego de la batalla de aguas perfumadas y co-
loreadas con airampo, pasaban a degustar algunos potajes típicos y la chicha dulce
de carnaval, cuya receta ha sido recogida por el investigador Alonso Ruiz Rosas.
Por otra parte, se da cuenta que en 1919, se efectuó el Carnavalón, pero ya no con
carretas y caballos, sino con los entonces Ford y Overland, y camiones de hasta me-
dia tonelada.153 Estos acontecimientos son antecedentes de las actividades del Nuevo
Carnaval en Arequipa, incluso estamos ante una etapa de transición en el carnaval.

Este periodo transitivo, también se caracterizó por el personaje burlesco «Ño


Carnavalón». Según manifiesta Manuel Gallegos Sanz, el nacimiento de este mu-
ñeco representativo del carnaval arequipeño se produjo en los primeros años de la
época republicana en el país, y su incorporación a la fiesta se habría dado con las
pampeñas. Puede que su nacimiento se haya dado efectivamente en los primeros
años republicanos, considerando que enriquecía al carnaval en su dimensión joco-
sa y picaresca, que en principio era personificado por una serie de coplas y versos
recitados por las comparsas. Gallegos Sanz, argumentando el origen del muñeco,
alude a la siguiente efeméride:

La Manuela Berrocal, chola de siete polleras, bajada de La Pam-


pa con todo un cortejo o pandilla de hombres y mujeres, can-
tando “wifalas” llevando a cuestas un muñecón. Mientras que
en el Puente Viejo, doña Manuela Bellido “La Cabezona” en su
real casona ofrecía a sus allegados y vecinos del Barrio, una gran

151 LÓPEZ DE LOS MOZOS, José Ramón. «Notas descriptivas sobre la “Sampedrada” o “Sampedrá” de Budia
(Guadalajara)». En: Revista de Folklore Nº 282. Obra Social y Cultural de Caja España. Imprenta Casares, S. A.
España, 2004.
152 TRILLO D., Octavio. «¡El Carnaval que se fue…!». En: Primera Plana (Suplemento del diario El Pueblo). Arequipa,
25 de febrero de 1968.
153 Se narra que la Cervecería Alemana presentó a «BACO» sobre una Pipa Cervezeria, y los militares en
tanques de guerra.

79
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

pachamanca, estilo “Camacho” despidiendo a ÑoCarnavalón, el


que era enterrado en los arenales de La Pampa154.

Socialmente, el Antiguo Carnaval —como se desprende de las afirmaciones de


Manuel Cáceres—, era una manifestación muy agresiva, que reforzaba la esencia de
la festividad. Violento, en la medida que sus actividades eran sumamente peligrosas y
provocaban muchos accidentes, pero también entronizaban de alegría a la población
entera, y es que al parecer todo juego belicoso tiende a ser goce para espectador, e
incluso, los motiva a ser partícipes de dichos escenarios. Cáceres manifestó que:

Soy partidario rabioso del Carnaval, y del Carnaval netamente are-


quipeño, del Carnaval de los cascarones, baldes de agua colorada,
y de todo el juego que llaman viejo, brutal si se quiere, pero alegre.

El juego europeo con serpentinas y confeti no me gusta, no soy


adicto al corso, ni al nombramiento de reina, para mí lo único
que vale es el juego que deja huella155.

Ciertamente, dichos comentarios manifiestan la percepción de los actores, pu-


diendo inferir que la festividad transgredía contra todo tipo de orden social, aquel
que siempre esconde la hegemonía de un poder económico, político, social y cultural.
Transgredir, entonces, está asociado a la realización de un acto que puede ser consi-
derado como «anormal» u ofensivo frente al comportamiento regulado por una serie
de normas sociales y jurídicas. Esta definición se infiere a raíz de varias afirmaciones
donde se denomina a la tradición como los viejos carnavales en Arequipa:

Cuando se acerca esta época de carnestolendas, me dá el naipe


para añorar los viejos carnavales de la vieja Arequipa. Y recuerdo
el regocijado tumulto de otrora, las partidas de jugadores que
desfilaban por las calles de la ciudad, seguidos por una charan-
ga desorejada de “coperos” [sic]; recuerdo la belleza budal del
cascarón arequipeño, que, rápido como un proyectil, iba a soltar
su agua roja en el corpiño de la melindrosa señorita del balcón,
toda… “risas y desvíos” como la marquesa Eulalia de Rubén;
recuerdo el baldazo de agua teñida, definitivo y contundente.
Y también recuerdo las alegres mascaradas de otra época y los

154 GALLEGOS SANZ, Manuel. «La Omnipotencia de Momo en las Carnestolendas. El Carnaval en la Historia Perua-
na». En: diario El Pueblo. Arequipa, 1 de marzo de 1987. P. 9.
155 CÁCERES BEDOYA, Manuel. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 8 de febrero
de 1927. P. 4.

80
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

tradicionales remates de antaño, alegres y jocundos. Así era el


carnaval de esta tierra; así, salvaje y brutal, todo baldazos, casca-
rones, harina, mascaradas…156

Producto de la agresividad en la fiesta, hubo trágicas consecuencias, no solo


en Arequipa, sino en otros lugares del país y el mundo. Hacia 1911, por ejemplo,
en Lima se narran en una serie de reportajes de la revista Variedades, los diferentes
matices del desenfreno popular; para el extranjero, aquel mismo año, en un artículo
de la revista Caras y Caretas, se informa que en la capital argentina se produjo un
trágico asesinato cometido por el poeta Abel Gutiérrez, quien después de ser perse-
guido y acosado por una «patota» de palomillas, mató de un balazo a uno de ellos.157
Ello quiere decir que el juego del carnaval, en todas las ciudades del país y el mundo,
tiene un rasgo distintivo: siempre se produce la persecución entre una pandilla de
jugadores y la(s) víctima(as), pero también ante todo acto violento hay una respuesta
igual de violenta, puesto que el que fue atacado, responde airadamente. Arequipa no
fue impasible en esta categoría, tal y como entendió Flora Tristán, no encontrándole
mérito alguno a la fiesta, y el cronista José María Blanco, secretario del presidente
Orbegoso, quien «describió un ambiente lúdico y desenfadado de los pobladores
mistianos»158 durante los festejos y juegos de las primeras décadas del siglo XIX,
correspondiente al Antiguo Carnaval.

Para el lingüista Pedro Luis Gonzales Pastor, el carnaval es una fiesta muy bo-
cona y llena de percances.159 Y hasta 1900, se proyectaba como una recreación de
euforia y a su vez crudeza, donde se daban celebraciones de connotados actos, los
niños jugando con aguas en las acequias, la juventud formaba pandillas de mojigan-
gas (payasos)160 con variedad de disfraces y caretas, y destacaba como siempre, la
entrada del Ño Carnavalón. Este periodo del carnaval se caracterizó por cotas de
violencia, donde intervenía, muchas veces, la autoridad para establecer el orden; suele
ser observado —en comparación al siguiente periodo— como un completo desenfre-
no y salvajismo, debido a que carecía de dos grandes actividades que tuvo el Nuevo
Carnaval: los corsos y la elección de reinas, que para cualquier observador puede sig-
nificar el aminoramiento de actos agresivos, por tanto de la violencia, sin embargo,
no necesariamente es así.

156 SUÁREZ, Manuel. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 6 de febrero de 1927. P. 4.
157 Información tomada de la revista Variedades. Lima, 1 de marzo de 1981. P. 10.
158 Anónimo. «Carnavales de Antaño». En: La Imagen (Dominical del diario La Prensa). Lima, 1 de febrero de 1981. P. 6.
159 GONZÁLES PASTOR, Pedro Luis. Relatillos. Arequipa, 1982. P. 11.
160 Son la representación del hombre soltero, su danza es con garbo y con salero. Su traje se distingue por dos
colores intensos, con cascabeles en los pies, en las mangas y en el cuello, látigo o chicote, tongo en forma de
cono con globos que es de acuerdo al color del traje, máscara y chicote de cuero.

81
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

1.2. EL MODERNO O NUEVO CARNAVAL EN AREQUIPA

«Magdalena ya no hay pena


la alegría es general,
todo bulle, todo suena
todo ríe Magdalena,
ya ha empezado el Carnaval»161.
Leonidas Yerovi

En los albores del siglo XX, en pleno desarrollo de la era de la creatividad y del co-
nocimiento, Arequipa enfrentaba nuevos problemas, vinculados —como bien mencio-
na Héctor Ballón Lozada— con la informalidad y el aumento poblacional debido a las
constantes migraciones. Para el arquitecto Ramón Gutiérrez, se trata de una Arequipa
decidida a ingresar en la modernidad, uno de los temas capitales para el cambio era, sin
duda, aquel elemento de mayor prestigio de la ciudad, su plaza.162 Ciertamente, es una
época de renovación —en todos los sentidos—, y de expansión urbana.

Bajo el marco cultural y la evolución de la ideas en Arequipa, como atinadamente


menciona Rosa Núñez, al sostener que en nuestra ciudad se puede hablar de una intelli-
gentsia arequipeña163, se considera que esta arequipeñidad fue gestada principalmente
en las picanterías, durante el siglo XIX y a principios del XX. No cabe duda pues, y
sostengo que luego de la chichería (surgida en el siglo XVII) —que incluso llega a ser
un oficio que desde siempre estuvo a cargo del género femenino— surge la picantería,
cuya creación arequipeña se remonta a mediados del siglo XIX, antes de la aparición
del ferrocarril, a ello remiten los documentos históricos que se conservan en el Archivo
Regional de Arequipa. Uriel García sostuvo que estas eran las cavernas de la naciona-
lidad.164 Aquellos años no solo son importantes en el sentido social y cultural para la
vida local, sino nacional.

Las primeras décadas de dicho siglo parecen resistirse al cambio. En una vi-
sión retrospectiva, Manuel Zevallos Vera se refiere a los periodos del veinte y del

161 Anónimo. «Carnavales de Antaño». En: La Imagen (Dominical del diario La Prensa). Lima, 1 de febrero de 1981. P. 6.
162 GUTIÉRREZ, Ramón. Evolución histórica urbana de Arequipa 1950 – 1990. Universidad Nacional de Ingenierías.
Epígrafe Editores S. A. Lima, 1992. P. 185.
163 Rosa Núñez sostiene que Arequipa ha sido inventada por sus artistas e intelectuales, que han querido gestar
una arequipeñidad como rasgo distintivo de nuestra cultura, ya que las ciudades se parecen a sus creadores.
164 NÚÑEZ PACHECO, Rosa. «La Intelligentsia Arequipeña». En: Plumas de Búho, selección de ganadores del con-
curso «El Búho» 2007-2009. 1ª edición. Cascahuesos Editores. Empresa Editora Milenio. Arequipa, 2009. P. 83.

82
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

treinta en Arequipa como los años mozos que «aún discurrieron por calles terrosas,
empedradas y estrechas, por donde circulaban peatones y recuas de acémilas entre
la ciudad y el campo»165. En aquellas décadas aún logra percibirse los valores de la
Arequipa Clásica, donde la industrialización era cacera y artesanal, y «aquella vida
social alta y media la propiciaron los clubes Arequipa, Internacional y Jockey Club,
vigentes hasta hoy»166.

Por otra parte, para el periodismo, como bien menciona Raúl Rivera Escobar, se
trata del inicio de un nuevo proceso en la prensa escrita, dado con «la introducción del
fotograbado a comienzo del siglo, y más adelante, del sistema de tricromía, que abren
nuevos horizontes en el campo de la reproducción impresa»167. Consideramos que en
Arequipa también es un periodo clave para el desarrollo de la prensa, que cobra un
papel preponderante para la cultura y el folklore, en diarios como El Pueblo168, El
Deber169, Noticias170 y El Sur171, «dirigidos respectivamente por los señores Edilberto
Zegarra Ballón, el canónigo Juan Gualberto Guevara, Alberto Arispe y Miguel Ángel
Urquieta»172, se sostenían innumerables debates y se propiciaban espacios para el arte
y la cultura. En ese contexto, se gesta el Nuevo Carnaval en Arequipa; considerando
que «en el país, y en casi toda Latinoamérica, las fiestas del carnaval han tenido como
origen la fusión de las tradiciones nativas con las hispanas o lusitanas»173.

Popular, así denominó José Carlos Mariátegui en un artículo publicado en Mun-


dial (1928), a las fiestas del Carnaval Antiguo, que bajo su apreciación, tenía sus pro-
pias leyes biológicas, nutridas de alegría, pasión y el instinto del pueblo. Él señalaba
que la «fiesta se aburguesó a costa de su carácter…». Según Mariátegui, este carnaval
en Lima, «un poco brutal y grosero, pero espontaneo, instintivo, veraniego», fue
reemplazado por un carnaval extranjero, es decir el Nuevo Carnaval, sindicándolo
como «invernal, para gente acatarrada».174 Para el caso de Arequipa, si bien el Nuevo
Carnaval poseía características occidentales, también tenía elementos propios, por
lo cual era una mezcla de elementos culturales occidentales con los del mundo andi-
no; y se puede distinguir otra particularidad en su estudio: el Antiguo Carnaval no
obedecía a un programa municipal, y el Nuevo Carnaval era regido por una serie de

165 ZEVALLOS VERA, Manuel. Arequipa, historia de su modernidad. Universidad Alas Peruanas. Lima, 2002. P. 21.
166 Ibidem. P. 28.
167 RIVERA ESCOBAR, Raúl. Caricatura en el Perú. El periodo clásico (1904-1931). Universidad de San Martín de
Porres. Biblioteca del Perú. Fauno Editores. Arequipa, 2006. P. 14.
168 Fundado en el año de 1905.
169 Fundado el 31 de octubre de 1890.
170 Fundado en el año de 1927.
171 Fundado en el año de 1912.
172 ZEVALLOS VERA, Manuel. Op. Cit. P. 30.
173 MIRANDA SÁNCHEZ, Juan. Op. Cit. P. 11.
174 MARRUL, Eneas. «Carnaval Limeño: entre el instinto y el encaje». En: Revista Variedades. No. 1338. Lima, segun-
do domingo de febrero de 1976. P. 16.

83
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

actividades organizadas por el Concejo, a lo que en Lima, Mariátegui consideró que


la fiesta adquirió «cierta solemnidad municipal, cierto gesto cívico».175

Existe conocimiento de que el carnaval como festividad popular fue una práctica
europea ligada en un primer momento al cristianismo, y luego al catolicismo, que
saltó a las colonias americanas a partir del siglo XVI.176 En Arequipa, nos referimos
al Carnaval Antiguo. Sin embargo, como menciona Juan Antonio Flores Martos, es
recién en el siglo XIX, que la «celebración del carnaval empezó a mostrar un toque
artístico, caracterizado por bailes y desfile de carros alegóricos»177. Dicho periodo,
por decir así, está enmarcado entre fines del siglo XIX e inicios del XX, al cual po-
dríamos denominar como la refundación o reformulación del carnaval en el mundo.

Bajo este marco, en muchas ciudades del Perú surgió un carnaval caracterizado por
grandes corsos de carros alegóricos acompañados de hermosas reinas de belleza que pre-
sidían los festejos. Se trató de una tradición que obedecía a programas elaborados por
diferentes comisionados de los concejos municipales para los días festivos antes del Miér-
coles de Ceniza. Con el transcurrir de los años, el carnaval fue adquiriendo mayores ca-
racterísticas urbanas. En Arequipa se trató de una festividad que surgió con los elementos
antes mencionados en 1923, apuntando a una proyección de alcance nacional.

Por lo tanto, el Nuevo Carnaval arequipeño comprende desde el año de 1923


hasta la década del sesenta. Nos permitimos emprender dicha delimitación cronoló-
gica, teniendo en consideración las características y/o elementos del carnaval local
con funcionalidad al carnaval en el mundo y el contexto sociocultural en el Perú.
Precisamos aquel año, dado el primer reinado en Arequipa, y la fuerte intervención
del Concejo Provincial en las festividades, diseñando un programa al cual debieran
ajustarse las actividades. Agregado a ello, a partir de 1920 se introduce en el Perú, el
chisguete, la serpentina, etc.

El nuevo carnaval tuvo, durante el “oncenio” de Augusto B. Leguía,


su máximo esplendor. Las fiestas de carnaval realizadas en los clubes
de moda, así como en casas de los principales personajes de la época,
fueron un derroche de lujo y vistosidad. Reporteros de los medios de
aquella época así como curiosos se apostaban en lugares cercanos
para observar los atuendos de pierrots y colombinas famosos que
acudían a las fiestas en Lima, balnearios y el Callao178.

175 Loc. Cit.


176 FLORES MARTOS, Juan Antonio. Op. Cit. P. 31.
177 Ibídem. P. 30.
178 El siglo XX de El Comercio 1900-1909. Plaza Janés. Editora El Comercio. Lima, 2000. Tomo I. P. 123.

84
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El Presidente
Augusto B. Leguía,
insigne carnavalero
(R. 7 Días, 1971).

El estudioso Nicomedes Santa Cruz, considera que la época del presidente Au-
gusto B. Leguía (1908-1912; 1919-1930) fue para muchos la apoteosis del carnaval
limeño. Ciertamente, los periodos que comprenden dicho gobierno se caracterizaron
por el oncenio de centenarios y empréstitos; y la consolidación de la incipiente cla-
se media y la politización del pueblo con la creación de sindicatos. En su segundo
gobierno se oficializan una serie de carnavales en diferentes ciudades del Perú, con
corsos, bailes de fantasía y reinados de belleza.179 Indiscutiblemente, para el caso are-
quipeño, durante el Nuevo Carnaval, el airampo fue sustituido por anilina y no era
perfumada, como se hacía con el airampo.180 Y el sustituto de los cascarones fueron
los globos181, de los cuales ya se hablaba desde 1910, como reza la siguiente nota:

El entusiasmo del callejero ha sido formidable, continuado y


alegre. Los mercaderes de globos han agotado sus más antiguas
existencias, la harina blanca del mercado ha experimentado una
fuerte merma capaz de volver á encarecer el pan por vez vigési-
ma, y el oportuno vecindario ha lavado a baldazos las calzadas y
las aceras con todo celo […]182

En los primeros años del Nuevo Carnaval, muchos arequipeños se resistían a


las innovadoras actividades que propugnaba el Concejo Provincial (básicamente los

179 SANTA CRUZ, Nicomedes. «“R.I.P.” Al carnaval limeño». En: Semanario El Comercio. Lima, 15 de febrero de
1970. P. 24.
180 MOSTAJO, Francisco. Op. Cit. P. 6.
181 Durante mucho tiempo se conservó las costumbres de arrojar cascarones, hasta que esto resultó caro, y sobre
todo, los proyectiles arrojados ocasionaban daño físico, dando lugar a que se prohibiera este tipo de juego
peligroso y más adelante los cascarones fueron reemplazados por los globos de jebe que hasta la actualidad se
utilizan.
182 Botelino. «El Carnaval de Lima». En: Revista Variedades. Año VI. N° 102. Lima, 12 de febrero de 1910. P. 196.

85
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El Corso de Flores
en Lima (R. 7 Días,
1971).

reinados y los corsos). Y en medio de la añoranza de los «cascarones», se asumieron


posturas un tanto celosas de las nuevas prácticas que reemplazaron aquellos actos
propios de la antigua fiesta. Los críticos de este carnaval habían olvidado que la fiesta
carnestolendas es una tradición, justamente por su caracterización, se reactualiza y
transforma continuamente.

Bajo aquella definición, los valores del Nuevo Carnaval no solo incluían la idea
del libertinaje y el desborde, con el cual actuaron los antiguos protagonistas; sino asu-
mió —mediante una agenda municipal— todo un proceso de actividades que buscaban
resaltar los valores artísticos, literarios, musicales y culturales en general, siendo la
tradición un nexo de interculturalidad en la ciudad, que asumía también la libertad en
cuanto a la expresión de diferentes creencias y costumbres.

Fiesta hermosa es el carnaval a la moderna, que es fiesta de belle-


za, de arte, de gracia, en que se pone a competencia la atracción
y delicadeza femenina, en que se revive los sentimientos más de-
licados: el culto a la mujer, la exaltación de la gracia, el premio a
la virtud del trabajo, el aliento al esfuerzo183.

Sin embargo, lejos de debatir frente a la exaltación de un carnaval en desmedro del


otro, apunta Salvador Cornejo, «lo único a lo que debe tender los llamados a dirigir y

183 PIÉROLA, Manuel E. de. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: Diario Noticias. Arequipa, 17 de febrero de
1927. P. 3.
86
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

encauzar las expansiones populares en estos días, debe ser fomentar las fiestas; ya sean de
índole delicada, ya sea el juego que ha recibido el nombre de “brutal”»184. De esta mane-
ra, la tradición se mantiene como una manifestación de esparcimiento cultural; y cumple
con el proceso de retroalimentación, que ha caracterizado a la festividad en el mundo.

Creo en la teoría de la evolución y por ello considero que el car-


naval moderno no es otra cosa que el carnaval antiguo que ha
evolucionado con nosotros. Lo que antes eran cascarones, bal-
dazos de agua y polvos multicolores, se ha convertido en ser-
pentinas, chisguetes de éter y mistura. El fondo es el mismo. Ha
cambiado la forma… Como yo admiro en el carnaval de fondo y
no la forma variable185.

A lo largo de la investigación, nos compete historiar el Nuevo Carnaval, aplica-


do desde 1923 (con la coronación de la primera reina del carnaval), volviéndose eje
dinamizador de las expresiones artísticas y culturales en general. Las fiestas tenían
la duración de tres días, que como se había mencionado, preceden al Miércoles de
Ceniza, es decir: domingo, lunes y martes de carnaval, que eran feriados. Pues bien,
las fiestas del carnaval son una eventualidad donde:

Todas las ansias de nuestra juventud se apiñan en un deseo insó-


lito; todos nuestros afanes se concretan en un programa de fiestas
donde la Alegría y la Locura, cogidas de la mano, nos llevan ha-
cia un reinado efímero de ilusión186.

Asimismo, con aquellas nuevas políticas del carnaval, los teatros y cines en Are-
quipa van a cobrar relevancia frente a los festejos de carnestolendas, ya que en dichos
locales se dará inicio a los festejos con la coronación de las reinas, y durante carnava-
les, los bailes a los que la prensa denominó «de fantasía»; entre ellos podemos men-
cionar los teatros Municipal, Olimpo, Fénix, Real. También se realizaban bailes en
otros locales, como el Sindicato de Choferes187, El Rosedal188, Country Club189, Club

184 CORNEJO, Salvador. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1927. P. 5.
185 CARITG, Jaime. «¿Qué opinión le merece el carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1927. P. 5.
186 Diario Noticias. Arequipa, 10 de febrero de 1929. P. 4.
187 El día Miércoles de Ceniza, en la década del cincuenta, se realizaba el baile en el sindicato de choferes ubicado
en Vallecito con la animación de la orquesta de Esteban Yalán. Fuente: Anónimo. «Los Carnavales de antaño». En:
diario El Pueblo. Arequipa, 28 de febrero de 1995.
188 Sus matinales bailables en la década de los cincuenta se realizaban en un inmueble ubicado en la calle Rivero, con
la animación de la orquesta de Luis Corrales (El «chancho» Corrales) y sus vocalistas Hugo Flores «Charol» y Raúl
Gallardo. Fuente: Anónimo. «Los Carnavales de antaño». En: diario El Pueblo. Arequipa, 28 de febrero de 1995.
189 Por la década del cincuenta, en el Country Club se realizaban los bailes más notables. Los asistentes se daban
cita en la Avenida Jesús; y la fiesta contaba con la animación de la orquesta de Luis Corrales y su vocalista Raúl
Gallardo. Fuente: Anónimo. «Los Carnavales de antaño». En: diario El Pueblo. Arequipa, 28 de febrero de 1995.

87
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

Internacional, Club de Leones, Rotary Club, Bar Lucerna190, etc.; y en muchos casos
para presidir dichas actividades se elegía una Miss o Reina por cada local.

Se invitaba a toda una comitiva de personajes importantes de la


sociedad arequipeña, para realizar las fiestas del carnaval. El es-
pacio cine, era un espacio más complejo y más diversificado, era
un lugar principal para las actividades sociales de la población,
lo que se ha perdido en la actualidad, y solo es considerado como
un espacio de diversión y entretenimiento191.

Las celebraciones eran acompañadas por diferentes actividades que requerían


de ciertos instrumentos y materiales para el festejo, tales como los chisguetes, el
confite, la mixtura, serpentinas, banderines, etc. Y para el abastecimiento de aque-
llos artículos, las tiendas instaladas en ferias espontáneas (instaladas en diferentes
parques y plazas de la ciudad) y el mercado San Camilo, cumplían indispensable
función; eran núcleo de concentración de multitud de gente que adquiría los pro-
ductos, afín de pasar días de gran algarabía. En los kioscos y tiendas de la ciudad
se nota gran demanda por parte del público, por adquirir los artículos de Carna-
val, como por ejemplo mixturas, talcos, chisguetes, serpentinas, globos de jebe,
cotillones, etc.

En el mercado San Camilo como en años anteriores, ya se habían


instalado los kioskos de venta de artículos de Carnaval y muchos
puestos de venta del interior del mismo, se encuentran engalanados
ya, con serpentinas y banderines e colores; todo lo que anuncia el co-
razón de grandes y chicos que el Carnaval ya está tocando las puer-
tas y que promete ser uno de los más alegres de los últimos años192.

Los chisguetes de éter son un elemento característico del Nuevo Carnaval tan-
to para Arequipa como para muchas ciudades del Perú. Los había en dos marcas:
«Amor de Pierrot» y «Amor de Colombina», para muchos estudiosos «la época
de oro del uso de los chisguetes de carnaval fue hacia fines de la década del 20 y
principios de los años 30, en que se consumían más de 80 mil docenas… recordar
que en la década del 50 y hasta 1962, la venta descendió a las 20 mil docenas»193.

190 Durante la década del cincuenta aquellos bailables se realizaban con la animación de los Hermanos Contreras.
En: «Los Carnavales de antaño». En: diario El Pueblo. Arequipa, 28 de febrero de 1995.
191 AQUIMA MAMANI, Yaneth y HANCO ARMAS, Miguel Ángel. «El Cine en el Perú, 1890-2000». En: El nuevo rostro
de Arequipa. BENAVENTE VELIZ, Santos Cesario (Editor). Centro de Publicaciones e Impresiones de la Facultad
de Cs. Histórico Sociales (UNSA). Arequipa, 2006. P. 124.
192 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1955. P. 5.
193 Revista Variedades. Lima, 17 de febrero de 1980. P. 10.

88
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ La tradicional
Batalla de Flores
(R. 7 Días, 1971).

Aquellos se cargaban en las manos usando un pañuelo, previniendo que por el calor
exploten en las manos.194

Se sabe que muchos de ellos fueron fabricados en el Perú195; los materiales eran
importados de Alemania, y su manufactura en Lima comprometió a varias casas co-
merciales: «Ferrand hacía los envases de vidrio; la casa San Marti, las cajas de cartón,
las etiquetas; la casa SIAM, las llaves y collarines. Más adelante se fabricarían aquí,
también los protectores»196. Se realizaba también la producción del cloruro de etilo y
el perfume, que caracterizó al juego. La abolición de las fiestas del carnaval durante
tres días de gran algarabía, trajo consigo la muerte de la industria de los chisguetes
de éter, dado que su venta se redujo considerablemente.197

En cuanto a la serpentina, ha sido y es, un artículo de juego que enseñorea a las fiestas
del Rey Momo. Una de las firmas más importantes a nivel nacional en la fabricación de las
serpentinas y pica-pica fue Anzardo Pigati y Cía198. En aquellas cintas siempre hubo curio-
sas frases de amor y simpatía, y en otros casos de descontento por la falta de correspon-
dencia. Las famosas serpentinas con sugerentes inscripciones y pica-pica, han acompaña-
do varias tradiciones y/o festejos sociales. Si bien, su introducción se debe en gran medida
a la fiesta de carnaval, su connotación abrazó otros escenarios, tales como aniversarios de
los distritos y fiestas locales, conciertos, corsos populares, regocijos familiares, etc.

194 UGARTE, Claudia. «Entiendo los carnavales». En: Http://claudiaugarte.com/2013/03/04/entiendo-los-carnavales/.


[Consultado: 11-08-2013].
195 Juan Eduardo Miller fue uno de los pioneros de la fabricación de dichos chisguetes de carnaval en Lima por el año
de 1927.
196 Revista Variedades. Lima, 17 de febrero de 1980. P. 10.
197 Aquella medida fue más reacia en Lima que en otras provincias.
198 Fundado por Enrique PigatiBérminson y Adolfo Anzardo, inicialmente se llamó simplemente casa «Anzardo y
Pigati». Incursionó también en la fabricación de chisguetes bajo la etiqueta «Amor de Pierrot».

89
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Coplas y coplas,
motivos del carnaval
(R. Variedades, 2010).

Ciertamente, aún se caracteriza este carnaval por la costumbre de preparar chi-


cha dulce en los diferentes hogares; y había abundancia de frutas traídas de Vítor,
Camaná y otros valles, con las cuales jugaban los comensales.199 Esta modalidad de
juego constituye una de las más antiguas. Don Juan Guillermo Carpio Muñoz se-
ñala que «los pepinillos de papa, lanzados como perdigones, eran reminiscencias de
épocas prehispánicas en que los indios en determinadas épocas del año, solían jugar
a la “guerra” arrojándose y golpeándose con frutos y otros productos vegetales»200.
Asimismo, los confites también sirvieron de artillería de juego.

La entrada y, sobre todo, el entierro del Ño Carnavalón, mantienen las pecu-


liaridades del Carnaval Antiguo, que fue perdiendo sus valores originales a fines de
los años que alcanza la delimitación cronológica del «Nuevo» Carnaval. Siempre,
durante la realización de esta actividad, el clima lluvioso de Arequipa, entorpecía
los festejos; por ejemplo, en el año de 1927, se había programado el evento para un
sábado por la tarde, pero debido a la lluvia, se realizó al día siguiente. La entrada del
Ño Carnavalón iniciaba su marcha en el distrito de Miraflores, donde resucitaba de
sus cenizas, descendiendo triunfante a conquistar la ciudad, por las avenidas Goye-
neche, Siglo XX, y las calles San José, Guañamarca y Mercaderes, hasta la Plaza de
Armas frente al Municipio. Este recorrido obedecía al de años anteriores; y el enorme
muñecón montado sobre un automóvil era seguido por otros dos cabezones, en com-

199 VALDIVIA RODRÍGUEZ, Ángel Eduardo. Evocaciones de un cholo arequipeño. S. e. Lima, 1990. P. 9.
200 CARPIO MUÑOZ, Juan G. Op. Cit. P. 47.

90
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

pañía de una banda de músicos, comparsas, bandas populares como los Ccaperos y
centenares de cholas pampeñas. En el diario Noticias se anunciaba que:

El carnaval recorrerá las principales calles de la Ciudad, prece-


dido por la Banda de Música del Ejército y por bandas de músi-
cos populares como así también conjuntos de música vernacular,
“pandillas”, “ayarachys”, “huifalas”, etc201.

El año de 1931, la entrada del Ño Carnavalón se realizó con gran éxito, «bajaron
por la Avenida Goyeneche, Siglo XX, Colón, Mercaderes, Plaza, Merced, Salaverry,
San Juan de Dios, Morán y nuevamente Plaza de Armas, disolviéndose frente al local
del concejo»202. Este pequeño corso contó con una comparsa a burro, con charangos y
otros instrumentos indígenas, siendo seguido por el Ño Carnavalón (figurón grotesco).
Entre otros figurones se solía representar a diferentes figuras políticas, intelectuales,
artísticas de la época. En dicho año, ironizaron a Leguía, Salazar, Rada y Gamio, y
Fernández Oliva.

Algunas veces, un grupo de bailarines con plumas en la cabeza, los «ayarachis»,


daban la nota típica de los bailes aborígenes. Y, finalmente, otra partida de bailarines
cerraba el desfile. Aquellos recorridos aún se caracterizaban por la presencia de los
conjuntos artísticos (ayarachis y bifalas). En otros casos, este desfile culminaba en el
Mercado Central de San Camilo, como en el año de 1932; donde solía realizarse un
concurso de bailes populares con premios del Concejo.

Desde el fondo de la calle, varias cuadras, a lo lejos, llegaba la


música de las “guifalas” –sonar de quenas percusión monótona
de tambores de artesanía indígena, oquedades de bombo, choque
de platillos metálicos y triste desgranar de notas de charangos
con remedos de femeninas voces de cholitas en espera de amor.

Los chicos salían disparados de casa para atacar a la tropilla indígena


que avanza impertérrita recibiendo baldazos de agua, disparos de ha-
rina, desmayados abrazos de serpentinas multicolores y hasta patadas
de los más atrevidos, que se empeñaban en sacar su simple solemni-
dad imperturbable a aquella gente que chorreaba con agua con la
cara emblanquecida por los “polvos” apercollados por las serpentinas
y tocados con sombreros de ala mustia bajo el peso del remojón203.

201 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1955. P. 5.


202 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1931. P. 8.
203 AGUIRRE MORALES, Gastón. Op. Cit.

91
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

En el año de 1946, la entrada del ÑoCarnavalón se dio en un ambiente de gran


entusiasmo. Sin embargo, no partió como se acostumbraba, del distrito de Miraflo-
res, sino de la Plaza España, recorriendo las calles de San José, Moral, Santa Catalina,
Plaza de Armas, Merced, Salaverry, San Juan de Dios, General Morán y Plaza de
Armas, e incluyó en su programa la inauguración de los bailes populares en los Par-
ques Melgar, Plaza España y Deán Valdivia.204 Posteriormente, el carnaval de Cayma,
hacía su entrada comparsas.

A veces, con sus variados elementos, esta actividad incluía el corso de carros
alegóricos con la presencia de algunas reinas, como se manifiesta en el año de 1954,
donde figuró un muñeco que encarnaba la figura del dios Momo, acompañado de
comparsas y otros figurones de papel y de cartón. Aquel desfile partió de la Plaza
Mayta Cápac del distrito de Miraflores, pasando por la Avenida Goyeneche, Siglo
XX, San José, Santa Catalina, Plaza de Armas, La Merced, Parque Melgar, Avenida
Tacna y Arica, Salaverry, San Juan de Dios, General Morán y regresó a la Plaza de
Armas, donde terminó la cabalgata.205

El carro de la Reina se incorporó al desfile, luciendo dos grandes


leones, guardianes de la ciudad. El trono de S. M. tenía el Escudo
de la Ciudad. A sus pies iban las damas y pajes. Una escolta de
jinetes con capas negras daba mayor prestancia a la corte.

La caravana de vehículos recorrió algunas calles principales, vol-


viendo a la Plaza de Armas a las nueve de la noche. La Soberana
que muy aplaudida, correspondiendo las ovaciones con graciosos
saludados. El público en los portales y centro de la Plaza jugó con
mixtura y serpentinas206.

En el entierro del carnaval —después de los días de algarabía y festividad—, la


gente se reunía en diferentes lugares, como casas particulares o espacios apartados
de los distritos, y realizaban bailes tradicionales. En algunos lugares se realizaba la
lectura del testamento del ÑoCarnavalón, que se emparenta o asemeja a la que se rea-
liza en la Quema de Judas en día domingo de Pascua durante Semana Santa, ambas
bajo un mismo propósito, la burla y censura a personajes y autoridades.207 Siguiendo
la idea de los lugares apartados, se consideraban para la realización de los festejos,
las partes altas de Cerro Colorado y Miraflores. En el Carnaval Antiguo, el lugar de

204 Diario Noticias. Arequipa, 1 de marzo de 1946. P. 3.


205 Diario Noticias. Arequipa, 27 de febrero de 1954. P. 1.
206 Diario Noticias. Arequipa, 28 de febrero de 1954. P. 3.
207 Diario Noticias. Arequipa, 28 de febrero de 1954. P. 3.

92
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ La tradicional entrada del “Ño


Carnavalón”. (R. Variedades, 2010).

entierro del Ño Carnavalón eran las pampas de Quimsa-mocco; lo cual en el nuevo


carnaval, aún se mantuvo vigente.

Por ejemplo, en el año de 1930 se celebró en la localidad de Challapampa, even-


to que estaba organizado por la Junta de Regantes de Cayma y Cerro Colorado; en el
año de 1934, en Cerro Colorado, se cumplió con el programa preparado por el Club
Ostende con la cooperación y los auspicios del Concejo de Cayma, desarrollándose
variados números deportivos; y en Miraflores, se dio un concurso de bailes típicos,
viéndose llena la Pampa de Quimsa-Mocco.208 El entierro del Ño Carnavalón tenía
una fuerte actividad en Cerro Colorado y Miraflores.

Llegamos a la desoladora tristeza de Cuaresma. Sobre el diablo


de la Catedral se subirá todos los días un misionero que hablará
cosas terribles del diablo que pisotea y de los amigos del diablo.
Ha sonado la hora del arrepentimiento, la confesión y la peni-
tencia. Tristeza desoladora de la Cuaresma, que hace aún más
radiante la alegría del fenecido Carnaval209.

Si debiéramos referirnos a otros lugares donde se realizaba el entierro del carnaval,


podemos citar el año de 1935, que marcó la diferencia, ya que tuvo lugar en el Hipó-
dromo de Porongoche.210 Asimismo, este entierro tenía sus propias características, que,
sobretodo, ensalzan las costumbres tradicionales de los distritos, así se realizaban activi-
dades como la pelea de toros, carreras o exhibición de caballos, entre otras actividades.

208 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1934. P. 3.


209 BUSTAMANTE, Eleazar. «Pasó el amor del carnaval». En: diario Noticias. Arequipa, 19 de feb. de 1929. P. 8.
210 Diario Noticias. Arequipa, 7 de marzo de 1935. P. 4.

93
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

1. MATCH DE FOOTBALL, a la 1 p.m., entre los equipos de


los Club “Ostende” y “Sport Pacífico” de Cerro Colorado.

2. SIETE PELEAS DE TOROS, a las 2 pm., proporcionados por


los entusiastas aficionados, señores: Francisco Jiménez, Fer-
nando Camargo, Juan Núñez, Andrés Santillana, J. J. Mála-
ga, Francisco Gómez, Sixto Paredes y otros.

3. CARRERA DE AUTOMÓVILES, a las 3 p.m., sobre la pista


del ex-hipódromo, aplanada convenientemente. Premio: S/.
25 o un objeto de arte obsequiado por el señor Ballón García.

4. CARRERA DE CICLISTAS, en la misma pista. Premio: S/. 10


o un objeto de arte, obsequiado por Ballón García.

5. CARRERA PEDESTRE DE RESISTENCIA, en igual pista.


Premio: S/. 10.

6. CONCURSO DE BAILES POPULARES, para parejas con o


sin disfraz: marineras, huaiños, pampeñas. Premio: S/. 5.

7. CONCURSO DE “PASACALLES”, en cuartetos rimados,


pentasílabos. Estilo tosco y popular. Tema nacionalista: Las
irrigaciones. Premio S/. 10 o un objeto de arte. Los partici-
pantes enviarán sus trabajos hasta la víspera de la fiesta bajo
una careta o seudónimo.

8. APOTEOSIS Y ENTIERRO DEL ÑO CARNAVALÓN, con


arenga de Diego Indacochea, Marinera general211.

Por otra parte, la mayoría de versos o coplas escritos con motivo de las celebra-
ciones del carnaval, que se publicaban en los diarios, eran creación innata del poeta
caymeño Manuel Gallegos Sanz, que en muchos casos publicaba en Noticias, por
ejemplo, bajo el seudónimo de Ricardo Sakuntalá. Además, se daban cita en los cines
y teatros de la ciudad, diferentes artistas que cantaban o dirigían sus ofrendas líricas
a las reinas arequipeñas con motivo de su coronación.

Finalmente, este Nuevo Carnaval termina en la década del sesenta, básicamente por

211 Diario Noticias. Arequipa, 22 de febrero de 1930.

94
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Ayarachi, personaje típico de Puno y Cusco.


(R. Soc. y Cultura, 1961).

tres circunstancias: en primer orden, explicada desde el ámbito social en Arequipa, es


decir, con el movimiento popular de junio de 1950 en Arequipa, que significa el cierre de
la Arequipa Clásica o Tradicionalista; en segundo orden, debido a las catástrofes produ-
cidas en Arequipa, es decir, el terremoto de enero de 1958 y de 1960, que enlutaron a la
ciudad, así como también las lluvias torrenciales y la huelga de policías del año 1958; y
finalmente, desde el aspecto propio del carnaval, hacia los años sesenta, se comenzaron a
aprovechar como laborables los días lunes y martes de carnestolendas, decretándose que
el carnaval se festeje durante los cuatro domingos de febrero (en vez de domingo, lunes
y martes); según Nicomedes Santa Cruz, aquello fue la muerte del carnaval en el Perú.212

Ciertamente, en 1958 el presidente Manuel Prado (1939-1945; 1956-1962)213 co-


menzó a prohibir los juegos del carnaval en la vía pública y decretó como laborables los
días lunes y martes. La medida se oficializó el 21 de febrero de dicho año, mediante Decre-
to Supremo Nº 348, suprimiéndose, además, los corsos de carros alegóricos en Lima, sien-
do luego extendido a todo el país.214 De este modo, comenzaron rápidamente a reducirse

212 SANTA CRUZ, Nicomedes. Op. Cit. P. 24.


213 Manuel Prado y Ugarteche se opuso a la dictadura de Augusto B. Leguía, por lo cual estuvo exiliado en Europa
desde 1921 hasta 1932.
214 Revista 7 Días del Perú y el Mundo. Año XX, Nº 658. Lima, 12 de febrero de 1971. P. 10.

95
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Motivo carnavalesco, donde se puede


apreciar diferentes emociones de la fiesta. (R.
Suceso, 1984).

las diversiones carnestolendas a locales particulares y grupos cerrados, con previa autori-
zación. Pues bien, como sostiene Héctor Ballón Lozada, el carnaval que se jugó en Arequi-
pa hasta la década del cincuenta, dejó de ser. Ahora, lo que existe, es solo una imitación.

Fue el año de 1958 que el Presidente Manuel Prado Ugarteche


en su segundo gobierno que por resolución suprema anula los
carnavales y eso da motivo para que la misma gente juegue ya no
los tres días… sino todos los domingos, convirtiéndola más larga
y tediosa debido a que no solamente se juegan los domingos sino
todos los días del mes, que es una barbaridad. Los muchachos
salen a las calles premunidos de latas de agua y arrojan a diestra
y siniestra a cuanta persona se le cruza215.

Por otra parte, Norma Carpio afirma que aquellas prohibiciones se dieron con
mayor fuerza en el año de 1961. Argumentando que:

La drástica disposición gubernamental se amparó en las carac-


terísticas de vandalismo que adquirió el juego con agua en las
zonas populares del país. Se dijo, además, que representaba un
perjuicio para la actividad económica.

El Gobierno, al dictar la medida, se amparó en el criterio, según

215 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «El carnaval nació en Roma». En: revista Variedades No. 1651, del diario La Crónica.
Lima, 7 de febrero de 1982. P. 5.

96
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ A partir de la década del sesenta, el carnaval


en el Perú, tomó posturas violentas, por lo cual
comienza la represión contra el juego libre en
las calles (R. Suceso, 1984).

se entiende hoy, de que la barbarie carnavalesca era un síntoma


de incultura que no se debía fomentar216.

Lo cierto es que el desorden provocado por la fiesta de carnaval, ocasionó que


la vigilancia, en la posterioridad, fuera mayor. En la ciudad de Lima de 1971, llega a
hablarse de varios camiones de policía, a los cuales bautizaron como caimanes, quie-
nes recorrían las calles imponiendo el orden en los barrios populares de El Porvenir,
Rímac, Barrios Altos y La Victoria, donde el juego era más intenso.

[…] Después de aquella fecha viene la decadencia y la barbarie en


cuanto al juego con agua. Se prohíben los juegos callejeros y se
persiguen a los palomillas con los famosos “caimanes” (ómnibus
policiales) porque sacaban agua de las acequias y las arrojaban a
las personas de toda condición económica aunque estén enfermas
que causó indignación en el gobierno217.

La alegría era tal, que se perdía la compostura; doña Delia Segura Tudela, hija
del teniente Eusebio Segura Olañeta, combatiente en la Guerra con Chile, por ejem-
plo, asegura que en su juventud en Barranco (Lima), en plenos carnavales, sorprendió
al presidente Leguía, y dice: «[…] qué tenía que hacer yo, era día de carnavales, con
mi chisguete empapé al señor Presidente»218.

216 CARPIO F., NORMA. «Momo en el mundo». En: revista Suceso (Correo). Año VI, No. 287. Arequipa, 4 de
marzo de 1973.
217 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «La fiesta del Rey Momo». En: Revista Variedades. Lima, 6 de febrero de 1983. P. 9.
218 Diario La República. Lima, 18 de febrero de 1996. P. 19.

97
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

1.3. EL CARNAVAL CONTEMPORANEO EN AREQUIPA

El carnaval como tradición es una festividad de contenido ambivalente. Cierta-


mente, llena de transgresiones sociales, vendría a ser sinónimo de desborde, por aquella
cota de desenfreno y acentuada permisividad, que en muchos casos ha dejado como
saldo, trágicas consecuencias. Sin embargo, es aquel periodo de excesos y laxitud, en un
marco —según Umberto Eco—, de transgresión autorizada, la que nos demuestra que
sin una ley que se pueda romper es imposible el carnaval.

El carnaval puede existir sólo como una transgresión autorizada


(lo que, de hecho representa un caso patente de contradictio in
adjecto o de una feliz doble liga capaz de curar en lugar de pro-
ducir la neurosis). Si bien el carnaval antiguo religioso estaba
limitado en el tiempo, el carnaval moderno multitudinario está
limitado en el espacio: está reservado a ciertos lugares, ciertas
calles o enmarcado en la pantalla de la televisión.

En este sentido, la comedia y el carnaval no son instancias de


transgresiones reales: al contrario, representan claros ejemplos de
reforzamiento de la ley. Nos recuerdan la existencia de la regla219.

El Carnaval Contemporáneo en Arequipa, que parte de 1960 hasta la actualidad,


es un periodo que cambia la connotación social que caracterizó al «Nuevo» Carna-
val, es un periodo que se va a definir por las constantes prohibiciones, debido a que
la delincuencia y la violencia se van intensificando. Por lo tanto, como parte de aquel
dinámico proceso del carnaval urbano en Arequipa, el Perú y el mundo, es inevita-
ble dar cuenta de algunos accidentes causados por la conmoción que provoca dicha
festividad en los imaginarios sociales; pues, cierta liberación en el espacio público,
como esencia intangible de su estudio, permite asumir un escenario de alteración en
los colectivos.

Los días de carnaval tienen como resultado muchos heridos y suelen causar la
muerte de algunos transeúntes, sobre todo cuando se producen accidentes de trán-
sito. Pues bien, dichos incidentes vienen produciéndose desde las primeras décadas
del siglo XX, por ejemplo, cabe destacar que en los carnavales de 1928 en Lima, se
produjo una serie de accidentes automovilísticos, produciéndose choques y vuelcos
de vehículos —varios de ellos en Chorrillos— probablemente porque sus conductores

219 ECO, Umberto. Op. Cit. P. 17.

98
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Jugar la ‘chaya’. Las multitudes en época de


carnavales “echan la casa por la ventana”, las
casas quedan con montones de serpentina y
papel picado. (S. Primera Plana, 1970).

estaban en estado etílico.220 Por otra parte, en Arequipa, durante el carnaval de 1934,
la crónica policial de la época narra algunos accidentes y robos producidos en la ciu-
dad. Entre aquellos reportes tenemos los siguientes casos:

• Un menor fue atropellado por el Tranvía Eléctrico 103, cuan-


do iba en dirección a la Plaza de Armas. El accidente se pro-
dujo en la tercera cuadra del Puente Bolognesi, cuando el
niño —identificado como Carlos Gustavo Nieves—, se en-
contraba jugando en la calle con un amigo.

• Un hombre, identificado como Gerardo Gonzáles, quien se


encontraba bebiendo en las cantinas de las calles de Beaterio,
sufrió el robo de su reloj de bolsillo. Otro robo, sufrió Castor
Calderón Valdivia, quien estuvo bebiendo en una tienda, y
dos individuos al verlo mareado lo dirigieron a un poblado
alejado, apoderándose de 230 soles que llevaba en su atadito
y el caballo que cabalgaba.221

El carnaval se ha presentado siempre como una festividad donde se produce un


juego belicoso que fomentaba la delincuencia y accidentes. Pero es recién en los años
sesenta que el gobierno comienza a tomar medidas drásticas para evaluar su proble-
mática, a fin de evitar más desmanes y heridos a causa de la festividad. En el segundo

220 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1928. P. 1.


221 Diario Noticias. Arequipa, 2 de marzo de 1936. P. 10.

99
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El desaforado
juego con agua
en la vía pública,
que a pesar de
estar prohibido, se
mantenía con gran
furor. Foto de Félix
Nakamura. (Revista
7 Días, 1971).

gobierno de Manuel Prado se dictamina la prohibición determinante del carnaval, y


esas medidas comienzan a extenderse hasta nuestra época, pero con la particularidad
de que jamás se ha logrado reprimir con totalidad la violencia en el carnaval.

El Carnaval fue tornándose cada vez más violento por lo que surgie-
ron reglamentaciones. Pero tan sólo durante el último gobierno de
Manuel Prado, se tomó la radical determinación de cancelar los días
feriados en el almanaque y prohibir el juego con agua.
Sin embargo, los años pasados (1971), las prohibiciones mantie-
nen en vigencia, pero el Carnaval se resiste a morir del todo. Es
más, cada vez se torna más violento en la clandestinidad222.

Durante los primeros años de este periodo, las costumbres aún se resisten al ol-
vido; pese a ello, las decisiones municipales, por ejemplo, en los años setenta, frente
al tema de las verbenas, llevan a prohibir la instalación de toldos en la Plazoleta del
Mercado Central de San Camilo, donde por costumbre adquirida durante el nuevo
carnaval, se vendían artículos para las fiestas.223

Todavía se da cuenta de los reinados, sin embargo, pasa de tener un sentido pro-
piamente recreativo-cultural, a primar el sentido lucrativo, ya que busca generar fondos
con diferentes finalidades institucionales. En el año 1970, la Urbanización 15 de Agosto

222 OLIVARI, Eduardo. Op. Cit.


223 Diario El Pueblo. Arequipa, 28 de enero de 1970. P. 2.

100
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

organizó un carnaval con el objetivo de equipar el Colegio Nacional de Porongoche.224


Para los años noventa, ocasionalmente se realizaban corsos de carnaval en las calles
de Arequipa. En 1994, por ejemplo, el Concejo Provincial organizó el desfile con el
objetivo de revivir el carnaval de antaño, en los diarios se da cuenta que aproxima-
damente 50 agrupaciones, entre comparsas, grupos folklóricos, bandas de músicos,
reinas, waripoleras y diferentes empresas presentaron sus carros alegóricos, tales como:
CERVESUR, PEPSI y kepicería Durán, que transportaron a las reinas del carnaval de
Bolivia y Chile. Al término de este recorrido, se da cuenta de una verbena carnavalesca
que se realizó a un costado del Colegio Nacional de la Independencia Americana.225

Hacia el año 2001, se realizaron unas fiestas del carnaval organizadas por la
Municipalidad Provincial, la Municipalidad de Cayma y los vecinos de Carmen Alto,
preparando el ingreso del Ño Carnavalón, con una comparsa de bailarines y grupo de
músicos con instrumentos de cuerda que interpretaron canciones tradicionales.226 Si
bien el festejo tradicional no tuvo lustre, el juego tomó niveles drásticos, reportándose
una serie de accidentes. Muchos jóvenes tomaron la avenida Umacollo, ensañándose
contra los vehículos que circulaban, muchas veces recibían impactos de agua, patadas
y piedras. Esta situación se produjo en varios lugares de Arequipa, como Miraflores,
José Luis Bustamante y Rivero, Mariano Melgar y Alto Selva Alegre.

En cuanto al juego en las calles, estos siguen siendo intensos y, lógicamente, se


prolongan aún más, a pesar de las recomendaciones de SEDAPAR para que no se
desperdicie el agua.227 La diferencia —como menciona en una ocasión el caricatu-
rista arequipeño John Polar Castro—, es que el juego de agua se vuelve al ámbito
más pequeño familiar y vecinal.228 Jugar la Chaya, es decir, jugar los carnavales
en el Perú, se vuelve una práctica que va a recurrir sustancialmente a los globos,
y otros artículos como pica-pica, la crema de zapatos, los polvos y, finalmente, el
advenimiento de la matachola, que se había desarrollado en Lima desde los años
treinta, recrudeciendo aún más la fiesta.229 Lo cierto es que los carnavales mantu-
vieron siempre un carácter violento.

Es cierto que los “jeringatorios” (grandes jeringas de latón con


las que se mojaba a los transeúntes), así como los cascarones de
huevos llenos de agua coloreada o harina, habían sido reempla-

224 Diario El Pueblo. Arequipa, 3 de febrero de 1970. P. 7.


225 Diario El Pueblo. Arequipa, 13 de febrero de 1994.
226 SOTO, Juan Carlos. «Arequipa vivió un carnaval triste y con mucho frío». En: diario Arequipa al Día. Arequipa, 26
de febrero del 2001. P. 5.
227 Diario El Comercio. Lima, 11 de febrero de 1985. P. 1.
228 Revista Primera Plana (El Pueblo). Arequipa, 8 de febrero de 1970. P. 1.
229 LEÓN CAVAGNARO, Óscar. «Carnaval es olvidar las penas». En: Revista Primera Plana (Suplemento del diario El
Pueblo). Arequipa, 8 de febrero de 1970.

101
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

zados por métodos más expeditos y modernos como los globos y


los chisguetes, pero el resultado era el mismo230.

Se debe destacar que el juego libre en las calles, durante el periodo Contemporá-
neo, tomó niveles drásticos, por ejemplo, en Lima comenzaron a jugar por los años
ochenta, con bolsas de yeso (una media con yeso) a las cuales se les denominaba Tumba
Cholas231, ya que a las muchachas domésticas o «serranitas» se les arrojaba esta media,
causándoles estragos; no se descarta la posibilidad de que esta modalidad de juego se
haya producido en otras ciudades del país, como Arequipa, donde también, entre ban-
das de palomillas se arrojaban todo cuanto tenían a la mano, piedras, chavetas y armas
contundentes; es decir, se dio inicio a un carnaval de verdadera degeneración.

Ello no significa de ninguna manera, que el carnaval de otras épocas fue «tranquilo»
o relativamente menos violento. Durante el Carnaval Antiguo limeño, por ejemplo, se da
cuenta de una serie de multas de 0.05 Cts. ó 0.10 Cts. a las personas que arrojaban agua
en la calle, incluso había pena de arresto. En Arequipa, se producía lo mismo.232 Y por
otra parte, el uso de cohetillos de garbanzo y los cascarones de huevo, eran sumamente
peligrosos. En conclusión, debemos darnos cuenta de que no es únicamente el aumento
en las trasgresiones durante los días festivos lo que se produce (cada época se caracterizó
por una cota de violencia correspondiente a sus medios y contexto), sino se intensifican
las prohibiciones, ello produce degeneración en el juego. Ello nos lleva a citar a don César
Miro, quien en 1981 publicó en un artículo:

Decía yo en un crónica de hace algo así como veinte años que el


carnaval ha sido siempre, desde su imprecisa antigüedad, sinóni-
mo de relajamiento y de contienda. Relajamiento en el sentido de
aflojar las tensiones, de hacer menos rigurosas las disciplinas que
impone la sociedad; pero también de estragamiento, en cuanto
esto significa desarreglo y corrupción233.

Es lógico que veamos el Antiguo Carnaval como salvaje debido al juego libre
en las calles, ya que no había otro tipo de actividades que reluzcan la fiesta, salvo
algunos bailes tradicionales y disfraces; el «Nuevo» carnaval como más civilizado,
ello se debe a que las actividades fueron enriquecidas con el corso y la elección de
reinas, que daba otra connotación a la fiesta, eso no significa que el juego libre en

230 El siglo XX de El Comercio 1900-1909. Plaza Janés. Editora El Comercio. Lima, 2000. Tomo I. P. 122.
231 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «El carnaval nació en Roma». En: Revista Variedades. No. 1651, del diario La Crónica.
Lima, 7 de febrero de 1982. P. 5.
232 QUIÑE ROMERO, Emilio A. «La fiesta del Rey Momo». En: Revista Variedades. Lima, 6 de febrero de 1983. P. 9.
233 MIRO, César. Op. Cit. P. 6.

102
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Así reza el diario El Comercio frente a los carnavales de 1985: “Nadie se salvó de los palomillas”.

las calles haya sido exquisito y delicado, era igual de violento; y finalmente, el Car-
naval Contemporáneo, con la supresión del corso y elección de reinas, volvió a ser
entendido como el Antiguo, sencillamente un salvajismo, pero con el antecedente del
anterior periodo, se podría hablar de degeneración. Sencillamente, un análisis sobre
la violencia en las fiestas del carnaval, nos lleva indudablemente al terreno histórico,
pero más aún, a distinguir dos aspectos: las actividades culturales del carnaval y el
juego libre en las calles.

Repensar el carnaval es tener en consideración que algunos artículos de juego


han pervivido a los años y a las generaciones, como es el confeti, los chisguetes de
plástico, serpentinas, pica-pica, globos, polvos y antifaces; y que otros han desapa-
recido, como el airampo, cascarones de huevo, las jeringas, los chisguetes de éter,
cohetillos, etc., y no es de añorar uno u otro, o renegar de los artículos de carnaval
actuales, sino se trata de comprender que cada elemento correspondió a una época,
cada quien es dueño de su propio tiempo. Nuestro objetivo no debe estar en tratar de
crear —exactamente, tal y como fue— el carnaval de antaño, como en Lima, cuando
en el año de 1981, se intentó recrear el gran corso de carnaval de los años cincuenta;
más bien debe consistir en innovar actividades que obedezcan a nuestro tiempo y
sobre todo, estén orientadas sus actividades al goce artístico y cultural, sea con con-
cursos y/o recitales, festivales de música, etc.

103
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Juego con la ‘matachola’, representación de


John Polar Castro. (R. Primera Plana, 1970).

Cabe entonces mencionar los esfuerzos de la Municipalidad Provincial de Are-


quipa, frente a la organización del carnaval 2013, denominado Loncco Arequipeño,
cuyas actividades se iniciaron con la lectura de Bando y la coronación de la Reina
del Carnaval y de los distritos tradicionales. Asimismo, hubo un pasacalle, la en-
trada del ÑoCarnavalón, una estampa costumbrista del carnaval, fiesta de disfra-
ces, etc. No obstante, logra advertirse las prohibiciones en los festejos, incluso en el
contenido del documento de bando, que a pesar de su carácter subliminal, es claro
frente a dichos aspectos. En primer orden se convoca a la población arequipeña a
ser partícipe de las actividades: «toda institución, asociación, agrupación o persona
deberá participar de las festividades, con solo tener el deseo y dejare su pesimismo
y mal carácter en casa; se aceptan bullangeros, pero no cascarrabias», y hasta en
otros puntos se llega a indicar que «cualquier vecino asentado en esa Provincia de
Arequipa podrá denunciar a persona que no participe en los eventos programados,
debiendo la autoridad competente publicar en lista a ser leída el nombre y apellidos
del susodicho». En seguida, se lanza una serie de advertencias que deben ser tomadas
en cuenta por el participante:

[…] se solicita a toda persona a mostrar el debido respeto y nor-


mas de caballerosidad a los señores turistas, que nos visitan en
esta ocasión; se prohíbe mojar o echar mixtura a personas mo-
jigatas, cucufatas, etc.etc.etc. [sic]; cualquier acto reñido contra
la moral será severamente sancionado ipso facto, previa compro-

104
Proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa

bación; todos los ciudadanos deberán observar la debida com-


postura, normas de respecto y caballerosidad; prohibiéndose la
venta de bebidas, plantas no aptas para el consumo, rascabuches,
cuetes, cohetones, bajo pena de arresto; se prohíbe tocar cual-
quier parte oculta del cuerpo de personas de igual sexo, o come-
ter excesos o hechos vandálicos, debiendo ser reprimidos ipso
facto por autoridad competente234.

Ciertamente, los festejos de carnestolendas requieren de reglas para resaltar la


esencia de la fiesta, que es romperlas; si no las hubiera, perdería su esencia, por lo cual
durante toda época siempre hubo una reglamentación, o también, después del juego,
sanciones por el mal comportamiento. También se tiene en consideración que los car-
navales son un tipo de diversión pública que insta a la liberación y la violencia, y que
por tanto no puede ser regulada, ni ordenada, ni disciplinada. He aquí un contenido
ambivalente, pese a ello, consideramos que para que aquel desorden se produzca,
debe existir siempre una regla que romper.

❚❚ La alegría de las
comparsas contagia
al público (D. El
Pueblo, 1994).

234 Bando por festividades del Carnaval «Loncco Arequipeño» 2013.

105
Capítulo III
Historia del Moderno o
Nuevo Carnaval en Arequipa
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

1. SURGIMIENTO DEL CARNAVAL (1923-1930)

Con la elección de la primera Reina del Carnaval en 1923, se dio inicio a la


tradición del carnaval oficializada y previamente organizada por el Concejo Edil.
Este nuevo carnaval buscaba concentrar la mayor cantidad de población en sus acti-
vidades, por lo que sus festejos adquieren una connotación urbana frente al regocijo
popular de los pueblos circundantes a la ciudad. La preparación de la fiesta del car-
naval consideraba como principal escenario el área actualmente denominada como
Centro Histórico de Arequipa; en sus avenidas, calles, plazas y parques se realizaban
los festejos con gran algarabía.

Para augurar el éxito de las fiestas, era imprescindible que la Municipalidad pre-
sida los festejos mediante una comisión que preparaba la agenda para dichos días. En
los prolegómenos del carnaval, se realizaba la elección de las reinas, y la respectiva
visita para felicitar a la candidata triunfante, a fin de prepararla para la coronación.
En 1927, por ejemplo, una comisión municipal presidida por los concejales Alberto
Sánchez Moreno, José Antonio Docarmo y Luis Alfredo Gilardi, como primera tarea
en los preparativos del carnaval, visitaron a S. M. Elsa I, haciendo de su conocimiento
la oficial designación como reina.235

El programa del carnaval contemplaba nuevas y viejas actividades para el goce


del público; en algunas ocasiones preveían las desventuras que ocasionaban las llu-
vias de temporada. Su difusión se realizaba mediante los diarios que daban a conocer
la realización de un Corso de Flores, bailes de fantasía organizados por diferentes
cines, teatros e instituciones, y una serie de verbenas realizadas en parques, plazas o
calles aledañas al Centro de Abastos del Mercado de San Camilo.

El corso fue la segunda actividad más relevante del nuevo carnaval, la cual había
caracterizado a los festejos durante el siglo XX; esta actividad requería de la parti-
cipación de diferentes firmas comerciales, que ciertamente dieron una connotación
de marketing a las fiestas; pese a ello, también reunía al folklore local con la partici-
pación de comparsas. Para el corso se inscribían varios carros, que eran aprobados
previo modelo inscrito en la Oficina de la Policía del Concejo, aquellas medidas eran
un medio de regimentación de las fiestas. Aquellos vehículos concursaban por algu-
nos premios, lo que generaba actitud competitiva entre las firmas comerciales que
participaban.

Se calificaba en gran medida la creatividad del carro presentado, lógicamente su

235 Diario Noticias. Arequipa, 3 de febrero de 1927. Portada.

108
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

decoración significaba una gran inversión, contratando incluso a personas que tenían
este oficio. No todos podían presentar un carro ostentoso, sin embargo, jugaba en gran
medida la originalidad de su representación. Por ejemplo, en el año de 1927, el primer
premio lo obtuvo el carro de la Reina del Trabajo; el segundo fue un carro donde des-
tacaba a un elefante indio (se desconoce la empresa que representa); y el tercer premio
lo disputaron el molino holandés presentado por los trabajadores del Tranvía Eléctrico
y una canastilla de flores que llevaba un lazo amarillo. Resultó ganador el último vehí-
culo mencionado; estos premios oscilaban en las siguientes cantidades:

1er premio – Lp. 150.00

2do premio – Lp. 100.00

3er premio – Lp. 50.00 236

Dicho corso carnavales consiguió un determinado trayecto, el cual precisaba


las calles de La Merced, Teatro, Santo Domingo, Piérola, Guañamarca, Santa Marta,
Ugarte, San Francisco, Mercaderes, San Juan de Dios, Consuelo y Ejercicios; el corso,
luego, ingresaba al recinto de la Plaza de Armas. La Plaza, era el escenario principal
del Corso de Flores, los carros alegóricos se emplazan en dos sentidos, y se iniciaba
los enfrentamientos carnavalescos o la batalla de flores, entre las personas que esta-
ban embarcadas en los carros. Este juego transcendía al público expectante.

En el mayor orden, dividiéndose en dos nutridas hileras que giraban


en un sentido contrario a la otra, entablándose entonces la lucha
entre carro y carro, entre bromas finas, piropos ingeniosos y singular
algazara. Volaban de un lado a otro las serpentinas, los confetis, los
ramos de flores y los puñados de arroz, trigo, lentejas y confites237.

El desfile solía ser encabezado por el vehículo que llevaba a la Reina de la Ciu-
dad, siendo ella quien presidía las fiestas. En 1927, Elsa I, acompañada de sus damas
de honor, vestidas con trajes de la época del Rey Francés Luis VI (llevaban pelucas
blancas), iban sobre una plataforma; en la parte de adelante las escoltaban cuatro
caballeros. Según anotan los diarios, siguió el carro de la Reina S. M. Graciela I,
el cual fue obsequio de la Sociedad Peralta e Ibáñez (donde cada una de las damas
se hallaba dentro de una flor, y en la más grande y vistosa, la reina); de la Reina de
Miraflores, S. M. Carmen Rosa I, quien vestía un traje similar al de la reina escocesa

236 Diario Noticias. Arequipa, 12 de marzo de 1927. P. 4.


237 Diario Noticias. Arequipa, 3 de marzo de 1927. P. 3.

109
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ El brillante aspecto del Corso de Flores en la


Plaza de Armas (Arequipa, 1927).

❚❚ El carro que presento Noticias en Corso de


Flores (Arequipa, 1927).

María Estuardo; el carro de la Reina del Trabajo, donde S. M. María I, entre cuatro
columnas y un pequeño dosel redondo, resplandecía, teniendo a sus pies a su corte y
dos legionarios romanos de heraldos.238

Los vehículos que transportaban a las reinas se caracterizaban por decoraciones


clásicas y rimbombantes, que ostentaban un contenido monárquico europeo. Asi-
mismo, se da razón de vehículos particulares que destacaban por su ornamentación
comercial, como la Compañía «Casa de Belón», que presentó un vehículo formado
por dos bicicletas acopladas, con un globo en forma de dirigible; y el coche del dia-
rio Noticias, figuró una prensa imprimiendo un número diminuto con un homenaje
poético a Elsa I, escrito por Percy Gibson, Renato Morales de Rivera y José Medina.
Aquellos desfiles de vehículos eran acompañados por las interpretaciones musicales
de las bandas del ejército.

238 Diario Noticias. Arequipa, 3 de marzo de 1927. P. 3.

110
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

En los carros particulares pudo notarse también mucho buen gus-


to y lujo, destacándose sin embargo algunos por lo logrado del
arreglo. Así, por ejemplo el grupo de hindús, con cuatro señoritas
sobre un elefante; un junco chino, hechos de totora, de muy buen
efecto; una canastilla de flores, de asa cuádruple y un listón ama-
rillo arriba; un carro romano, con tipos muy bien caracterizados;
un jazz band, juvenil y exuberante de alegría; una glorieta china
llena de bulliciosos chiquillos; una bella plataforma inclinada,
toda de flores, entre las que sacaban apenas el busto numerosas
señoritas; un mah-jong[sic] de realización muy acertada; una ca-
seta de flores; una tienda gitana; un molino holandés, que obtuvo
mucho éxito y algún otro que, con justicia, llamó la atención239.

Se realizaba un corso infantil, el cual se puede considerar como una innovadora


idea durante el periodo del «Nuevo» Carnaval. El recorrido variaba según el reco-
rrido estipulado por la comisión de festejos del carnaval; en el año de 1927 precisó
la avenida Goyeneche, permitiendo que los niños huérfanos tomasen parte del corso.
La concurrencia era bastante numerosa en la Plaza de Armas; los presentes sostenían
alegres batallas de chisguetes. Asimismo, se realizaba el reparto de dulces y artículos
de carnaval en el atrio de la Catedral, que eran entregados por la Reina del Carnaval,
quien estaba acompañada por sus damas y el alcalde de la ciudad. Este tipo de activi-
dades, otorgaban a los festejos una connotación de apoyo comunitario, que permite
reafirmar la participación los ciudadanos de diferentes sectores sociales, pero a su
vez, se generaba «politización» en las actividades.

Naturalmente, solía presentarse dificultades en la organización de los festejos, sobre


todo cuando se trataba de la renuncia de una Reina, muchas veces por motivos familia-
res. Así podemos dar razón, de las fiestas del carnaval de 1928, cuyo comité organizador
—que estaba presidido por el Sr. Carlos García Ureta— tuvo que superar el impase de la
renuncia de dos Reinas de la ciudad, Antonieta López de Romaña y María Galdos.240 En
muchos casos, estos problemas significaban un contratiempo, pero la comisión de festejos
debía superar los impases, a fin de mantener el ánimo de jolgorio en la población.

Aquel año, lograron salvar los percances, y el día sábado 18 de febrero, se realizó
la coronación de las reinas elegidas: Carmen II de la Ciudad, Rosa II del Trabajo y Me-
rita I del Mercado.241 A este festejo, que daba mayor realce al carnaval, se sumaba en el
programa, el corso, que según los diarios, alcanzó gran lucimiento por el considerable

239 Diario Noticias. Arequipa, 3 de marzo de 1927. P. 3.


240 Diario Noticias. Arequipa, 7 de febrero de 1928.
241 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1928. P. 4.

111
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ La Reina del Mercado, S. M. María Cárdenas


en su carro alegórico (Arequipa, 1927).

❚❚ Propaganda carnavalesca del Estudio de


Guillermo Rodríguez Zaconet (Arequipa, 1928).

número de carros que participaron en el desfile. Era imprescindible la suscripción de


varias firmas comerciales, empresas y otras instituciones en el llamativo desfile.

En esta ocasión, el corso se inició en el bulevar Parra, ocupando aquel cortejo


carnavalesco el largo de dicho recorrido (desde la calle Washington, cerca del Puen-
te Fierro, hasta la última cuadra de la calle de La Merced); esta vez, el recorrido
incluyó las calles Santa Catalina, Ugarte, San Francisco, Mercaderes, Piérola y San-
to Domingo. Como era habitual, encabezaban el desfile automovilístico el alcalde
de la ciudad, señor Federico Emmel, con los miembros de la comisión de las fiestas
del Concejo, y el carro de la reina de la ciudad, Carmen II —que según se narra,
iba escoltada por los escuderos y pajes reales, montados a caballo—, como era de
esperarse, el carro ofreció un aspecto elegante: «una cúpula enorme sostenida por
cuatro columnas».

El coche de la Reina del Trabajo, de confección cuidadosa, tenía un motivo egip-


cio, ya que la base del trono ostentaba dos pirámides. En el carro de la Reina de
Miraflores figuraba una góndola cubierta completamente de flores; la Reina del
Mercado también impresionaba por un estilo imperial. Ello reafirma que los carros
de las reinas presentaban el más artístico y exquisito gusto de confección.

112
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro alegórico de una reina con su corte, durante el Corso de Flores del Carnaval de los años veinte.

Los carros de las reinas presentaban bello aspecto comenzando


el de la soberana de la Ciudad y siguiéndole con alguna que iba
llenada con carros particulares, los de la reina del Trabajo, el de
la reina del Mercado y el de la Soberana de Miraflores242.

Algunos vehículos solían llevar curiosas inscripciones donde se ironizaban diver-


sas escenas de la vida. Aquel año, el carro de la cervecería, presentó un aspecto muy
sugestivo, se distinguía por una serie de leyendas alusivas a una crítica respecto a las
murmuraciones de las viejas que viven del chisme, figuraron una serie de muchachas
cubiertas con mantas y faldas negras. También hubo otros coches particulares que
resaltaban por su sencillez, finura y suave elegancia.

Entre ellos se distinguieron podemos decir, en primer lugar una jaula,


un dromedario que simbolizaba una caravana del desierto, que estu-
vo ocupado por algunos miembros del ejército; un carro de hawaia-
nas, donde la belleza y alegría de distinguidas señoritas puso una de
las notas más simpáticas del Corso; un aeroplano, también tuvo una
marcada aceptación; otro carro muy elegante fue el que figuraba un
arcoíris; otro de marineros estuvo muy alegre y entusiasta; y también
se destacó uno con un grupo de muchachos con trajes de jazz243. La

242 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1928.


243 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1928.

113
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro de Guillermo I, en el Corso de Flores


de 1929.

verdadera algarabía de la fiesta se producía en la Plaza de Armas,


donde se entablaba una batalla con serpentinas y flores, y de costum-
bre una banda de músicos del ejército que se situaba en el local del
Municipio, animaba las fiestas; entrada la noche, se disolvía el cortejo
de carros. Después del corso del domingo, se realizaba al día siguiente
el acostumbrado corso infantil, que en algunos casos daba inició en
el bulevar Parra, siguiendo el mismo recorrido hasta llegar a la Plaza
de Armas. Marjory I —como Reina de los Niños 1928— presidía el
desfile.

Dicha actividad se caracterizaba por el agasajo que realizaba la comuna a los


niños pobres en el atrio de la Catedral, donde se colocaban varias mesas cubiertas de
gran cantidad de bizcochos y dulces. La Reina de la Ciudad y sus damas repartían
dulces a los niños pobres y huérfanos. Durante los festejos de 1928 también se reali-
zaron bailes de fantasía, los cuales estuvieron preparados por la Sociedad Patriótica
Tacna, Arica y Tarapacá (bajo la presidencia del Sr. César Bustamante), el Club Social
Miraflores, la Asociación Mixta de Comerciantes de San Camilo, el Club Alemán,
entre otras asociaciones y clubes.

Para el año de 1929, la comisión de festejos —que estuvo conformada por los
señores Héctor Rey de Castro, Augusto Soto y Otto Ackermann—, preparó el corso

114
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

con los elementos característicos del carnaval de años anteriores; en el diario Noti-
cias, se publicó una nota donde se convoca a las instituciones y a la población arequi-
peña en general, para que sean partícipes de los festejos de carnaval. Cabe destacar
que los medios de prensa escrita jugaban un rol importante en la difusión de las
actividades del carnaval, pero Noticias, fue el que alcanzó mayor significación en este
sentido, ya que fue un auspiciador permanente en los festejos, desde la publicación de
notas respecto a los reinados, hasta la evaluación del éxito en las fiestas.

CORSO DE FLORES

Para el corso de flores que la Comisión Municipal respectiva orga-


niza para el domingo 10 de febrero próximo, se invita al público en
general a contribuir a su mejor éxito, presentando carros alegóricos
y formando comparsas, en la forma que se estime más conveniente.

Para la inscripción de estos carros y comparsas, que se efectuará en la


oficina de Policía del Concejo, desde la fecha hasta el 5 de febrero, es
requisito indispensable presentar el modelo de carro que va a inscribir.

Se otorgará premios a los tres carros mejor presentados en el corso.

El recorrido será el siguiente: Boulevard Parra, Merced, Portal de


la Municipalidad, General Morán, Santo Domingo, Rivero, San-
ta Marta, Ugarte, San Francisco, Mercaderes, San Juan de Dios,
Consuelo, Ejercicios terminando en la Plaza de Armas.

Arequipa, Enero 24 de 1929.

El Secretario de la Comisión244.

El programa de dicho año obedeció como siempre a los números principales: la


noche del sábado la coronación de las soberanas en el salón principal de la Municipa-
lidad, con cuyo acto, se daba inicio a los festejos de carnestolendas, y el Corso de Flo-
res, que resaltaba por la participación de instituciones y firmas comerciales presen-
tando carros alegóricos. Siempre, esta agenda de festejo, concentraba actividades de
carácter público y privado, desde la concentración en las calles y plazas principales de
la ciudad, hasta los bailes privados en los cines, teatros, clubes e instituciones sociales.
Se trataba de una tradición que incluía en la programación cuatro días de festejo.

244 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1929. P. 2.

115
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

DÍA HORA ACTIVIDAD

10:30 p.m. Recepción a las sobernas de la Ciudad, del Trabajo y del Mercado.

Inauguración de las verbenas populares en la Plaza España con


SÁBADO 9

11:00 p.m. asistencia de la Reina del Mercado y la Comisión Municipal de


la Fiesta.
11:00 p.m. Baile en Círculo Deportivo.
Baile de honor de la Reina del Mercado, ofrecido por la Asocia-
11:00 p.m. ción Mixta de Comerciantes del Mercado San Camilo en el local
de la Pensión Bolívar – Plaza España.
10:00 a.m. Festival en el Mercado de San Camilo.
Corso de Flores en la Plaza de Armas y desfile de carros alegóri-
1:30 p.m.
DOMINGO 10

cos conforme al recorrido.


Funciones de Gala en los teatros Olimpo, Fénix y Variedades, y
6:30 p.m. cinemas Pathé y Universal.
10:00 p.m. Verbenas populares en la Plaza España.
10:30 p.m. Baile en la Sociedad Patriótica Tacna, Arica y Tarapacá.
10:30 p.m. Baile de máscara en la Pensión Bolívar.
9:30 a.m. Corso Infantil en la Plaza de Armas.
Reparto de dulces y pastas a los niños huérfanos y pobres en el
10:30 a.m. atrio de la Catedral.
Juego libre en la ciudad, permitiéndose el uso de cáscaras y
De 2 a 6 p.m.
LUNES 11

globos.
6:30 p.m. Funciones de gala en los teatros y cinemas locales.
Baile ofrecido por el Sr. Federico G. L. Emmel, alcalde de la ciu-
9:30 p.m. dad, en su residencia particular.
10:00 p.m. Verbenas populares en la Plaza España.
10:30 p.m. Baile de máscaras en la Pensión Bolívar.
10:00 a.m. Corso libre en el cuadrilátero de la Plaza de Armas.
Desfile de partidas de máscaras en la Plaza central frente al
11:00 a.m.
MARTES 12

Concejo.
Juego libre en la ciudad, permitiéndose el uso de cáscaras y
De 2 a 6 p.m. globos.
Gran Función de Gala, en honor a la Reina del Mercado y su
6:30 p.m. corte, en el Teatro Variedades.
10:30 p.m. Baile de máscaras en la Pensión Bolívar.

116
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro de Reina
de la Ciudad, en el
Corso de Flores de
1929.

Se preparaba un juego con cascarones y agua de color, que estaba permitido du-
rante los días lunes y martes, ello debido a que esta costumbre arraigada en Arequipa,
lograba revivir el ánimo bélico de la fiesta. A pesar de estos intentos, según las notas
periodísticas, los dos últimos días el juego no habían sido muy intensos. El Corso de
Flores no tuvo la acogida que habían tenido los desfiles en años pasados, pero cabe
destacar, como estímulo, que a pesar de que aquel año no hubo elecciones para la Rei-
na del Carnaval en algunos distritos, la entusiasta muchachada miraflorina, presentó
un carro en el Corso de Flores.245

Participaron en el desfile alrededor de cincuenta carros; el carro de la Reina de la


Ciudad presentó «un jardín sobre el cual descansaban en artísticos mármoles, la reina y
su corte». El carro de la Reina del Trabajo era de estilo egipcio, y la Reina del Mercado
se presentó en un carro con motivos incásicos: «gruesas columnas imitando enormes
piedras, como una especie de contrafuerte de la época histórica, sostenían el trono de la
soberana, el que estaba cubierto de telas de motivos indígenas, con fuertes colores y alu-
cinantes visos»246. La decoración de los carros alegóricos obedecía a una caracterización
social, cultural, comercial, etc., según los criterios de la institución que los presentaba.

Se distinguieron en el Corso: el carro que figuraba una pagoda


china, de artística y bien dirigida confección, ocupado por distin-
guidas señoritas y jóvenes de nuestra sociedad; un pescado, todo
hecho con flores y en cuyo centro iban fantásticos pescadores; una

245 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1929. P. 1.


246 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1929. P. 1.

117
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ La fábrica de
casimires Marangani,
se hizo presente el
Corso de Flores del
Carnaval de 1929.

tajada de sandía, original y llamativa, llevando en su centro a ma-


nera de pepas, a una compacta muchachada; una enorme crinoli-
na, de la cual salía una señorita rodeada de colombinas y pierrots;
uno que figuraba un compartimiento de la fábrica de Maranganí,
suntuoso y de grandes proporciones; un enorme zapato, hecho de
flores; una góndola veneciana; un buque de vela; una cuna mecida
por una gigantesca nurse; el de la Cervecería; una canoa monta-
ñosa con exploradores y salvajes; uno caprichoso y el más festivo
y de atracción popular titulado: “Visión Ultrafuturista del Imperio
Romano”, llevando como César a D. Diego Indacochea y muchos
más de confección, de buen gusto y arte distinguido247.

En cuanto a las fiestas particulares, siempre alcanzaban regular éxito, sobre todo
en aquellas instituciones que contaban con socios activos (como los clubes); por lo que
aquel año, este escenario tuvo mayor significación, y puede que a la alegría de la fiesta,
haya contribuido el corso infantil, cuyo juego en la Plaza de Armas fue relativamente
prolongado. Por consiguiente, en las fiestas del «Nuevo» Carnaval, se precisaban gran
cantidad de actividades, para todos los gustos y sectores sociales de la población.

El aporte central de la festividad de 1929, fue la elección de un «Rey Feo» que acom-
pañase en las actividades a la Reina de la Ciudad; en aquella ocasión, fue elegido don
Guillermo López de Romaña, quien mencionaba en una entrevista que le gustaba jugar el
carnaval «al estilo criollo, con cáscaras… no reformaría el Carnaval. Creo que el Carna-
val, así como se juega entre nosotros, tiene un encanto especial. Guarda su sabor propio

247 Diario Noticias. Arequipa, 14 de febrero de 1929. P. 1.

118
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

y es algo muy nuestro. Por lo mismo debemos conservarlo»248. El vehículo de este actor
principal de la fiesta, se caracterizaba por un fino humorismo, normalmente representaba
una gigantesca caricatura del rey de la fiesta, Dios Momo; es decir, estaba destinado a en-
carnar a la divinidad del carnaval, en dinamismo con la expresión cómica de la tradición.

Al igual que el año anterior, los carros fueron ubicados en la Plaza de Armas for-
mando dos círculos, para iniciar la batalla floral. Sin embargo, se afirma que una ligera
lluvia que cayó desde las 5 de la tarde, ocasionó que los carros fueran abandonando la
calzada, finalizando la fiesta. Otro de los eventos que contribuyó notablemente con la
tradición del Carnaval de 1929, fueron las verbenas, donde la gente solicitaba licencia
para la instalación de algunos kioscos o toldos (de calamina o madera), a fin de ex-
pender juguetes, viandas y licores, siempre y cuando guardasen orden y compostura.
Incluso el Concejo, mediante un aviso municipal, anunciaba que otorgaría un premio
al mejor kiosco o toldo, y la inscripción se realizaba también, en la oficina de la Policía
del Concejo. Dicho festejo se daba en la Plaza España (antes Santa Martha), a modo
de feria, en las noches de los días 10, 11 y 12 de febrero.249 Finalmente, se advirtió de
la peligrosidad de los chisguetes de éter para la salud, sin argüir mayor sustento que el
contenido químico del mismo, y el material de este instrumento de fiesta.

El Carnaval de 1930 tiene una caracterización muy importante en la historicidad


de los carnavales. En una sesión de Concejo celebrada en la municipalidad, la comi-
sión de festejos propuso que se suprimiera la elección de Reinas de la Ciudad, Traba-
jo y Mercado, dedicando esfuerzo a otras actividades, que según los organizadores
tenían mayor realce, tal como los premios al mejor carro presentado en el Corso de
Flores (domingo 2 de marzo). Dichos premios «consistían en Lp. 60, 50, 40, 30 y 20,
respectivamente, en total Lp. 200.0.00»250, acordando que los gastos sobrantes serían
destinados a la organización de las fiestas, o destinados a las instituciones de caridad
de Arequipa. De esta forma se agasajó a los niños del orfelinato Chávez de la Rosa, a
los pobres de la ciudad, presos de la Cárcel de varones, a las mujeres recluidas en el
Asilo de Santa Rosa de Viterbo y a los ancianos del Asilo Lira. En consecuencia, sus
actividades se centraron en la acción comunitaria.

Aquel año estuvieron prohibidos los juegos con cohetillos de Napoleón y/o Gar-
banzo, y se permitieron los juegos con agua de color, globos y cáscaras. Los artículos
del carnaval se vendían en la calle Mercaderes, pero no tuvieron la acogida de otras
épocas; ello se debe, quizá, a la situación económica de los pobladores, y al ánimo caído
por la falta de elección de reinas, que en otras épocas generaba entusiasmo y alegría.

248 Diario Noticias. Arequipa, 9 de febrero de 1929. P. 2.


249 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1929. P. 3.
250 Diario Noticias. Arequipa, 18 de febrero de 1930. P. 8

119
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Propaganda
carnavalesca de
Carlos Belón & Co.,
en las fiestas del
carnaval. Arequipa,
1935.

Otros años, los años buenos, muchos días antes las tiendas se
hinchaban de personas que buscaban todo lo que en Carnaval
había de cambiar su faz y vestido cotidiano. Hoy, “las crisis”,
impide la movilidad de las gentes, hasta el día de pago, o cuando
después de repasar el presupuesto, para apretarlo, obtienen un
saldo de pocos reales, para emplearlos en las futilezas de los tres
días locos251.

Se realizó el corso, y con la finalidad de conglomerar más gente, el recorrido de


aquel año fue prolongado. Pese a eso, si bien el número del corso, «ha tomado relieve,
imponiéndose en las nuevas costumbres de Carnaval, también ha sufrido considera-
ble merma, en su éxito»252. Según informa la prensa, durante el corso, se percibió la
falta de carruajes adornados, debido a que la comisión de festejos, no dio a conocer

251 Diario Noticias. Arequipa, 1 de marzo de 1930. P. 4.


252 Diario Noticias. Arequipa, 6 de marzo de 1930. P. 4.

120
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

el recorrido anticipadamente, esto ocasionó la baja expectativa en la población; ade-


más, los carruajes cambiaron la ruta acostumbrada reduciendo el radio de su reco-
rrido, por lo cual, la banda de músicos del ejército solo acompañó a los carros hasta
cierta parte del trayecto (calle San José). El recorrido fue el siguiente:

Los carruajes salieron del Boulevard Parra, subieron por la calle


de La Merced, Portal de San Agustín, primera cuadra de la calle
de Santa Catalina y doblando por la Calle Moral, siguiendo hasta
San José. De ahí siguió el cortejo por la primera cuadra de Peral y
entró a Mercaderes, para terminar en la Plaza de Armas. Algunos
carros se desprendieron del cordón general y se adelantaron por
otras calles para llegar a la Plaza, ya que las ventanas y balcones,
en su mayoría se presentaban cerrados haciendo que el ánimo de
los ocupantes de los carros, decayese253.

Los diarios narran que a la cabeza del desfile se colocó uno de los mejores carros
adornados, se trataba de una carroza de estilo español, porque en su frente se hallaba
una guitarra española, una pandereta, un sombrero cordobés y castañuelas con ban-
derillas de toros. En la parte alta servían de fondo, un enorme abanico abierto, que
sostenía en su complicado varillaje las manolas. La firma Beretta& Grossi y Víctor
lució en su coche un sombrero. Entre otros vistosos, se presentaron los siguientes:

Una alegría del infierno, con un diablo gigantesco, produjo un buen


efecto. Una góndola veneciana, toda hecha de flores naturales, fue
uno de los más artísticos y elegantes. Una carpa de gitanos, ocu-
pado por distinguidas señoritas, causó entusiasta impresión por su
buen gusto. Un trono egipcio, de regio estilo y sobria presentación,
daba buen golpe de vista. Uno de los más originales fue el de las
yolas, simulando una competencia de regatas. Gran atractivo tuvo
el sueco ocupado por señoritas. La casa Columbia presentó una
alegría muy vistosa y elegante con la reina de la música, 2 carros
infantiles que siguieron sobresalientes fueron, uno de pinochos y
otros en los que pequeños iban sobre las espaldas de un chino
gigantesco. Este último, imitación de un juguete muy conocido254.

Pese a no estar anunciado un corso infantil, esta actividad se realizó con natural
éxito en la Plaza de Armas, por la considerable concurrencia de niños disfrazados.

253 Diario Noticias. Arequipa, 6 de marzo de 1930. P. 4.


254 Diario Noticias. Arequipa, 6 de marzo de 1930. P. 4.

121
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Un extraordinario cochecitos con motivos de fiesta de los carnavales de los años ’20.

El éxito había sido parcial, y en cuanto al juego libre, fueron escasos los sitios donde
hubo partidas carnavalescas; y como era de esperarse, las verbenas —cuyos toldos
fueron levantados en las primeras cuadras de la calle Corbacho— también fracasa-
ron, debido a que la concurrencia de la población fue exigua.

En este periodo denominado Época de surgimiento del «Nuevo» Carnaval (1923-


1930) en Arequipa, logran configurarse innovadoras actividades que acompañaran al
juego libre en las calles durante las décadas siguientes. Lo que en principio —con la
organización de los reinados y el Corso de Flores—, tuvo una significación aburguesada
o elitista, ya que volvía a la clase popular en espectador de los festejos; luego, superó las
etiquetas y roles sociales, para alcanzar la participación de toda la población, debido a
que aquellas prácticas opulentas, también fueron ostentadas por colectivos de bajos re-
cursos en sus vecindades o barrios; comenzaron a elegirse varias reinas, cualquier espacio
podía ser escenario para los bailes de disfraces, las verbenas fueron parte fundamental de
la emancipación de los festejos, las acciones comunitarias en el atrio de la Catedral, etc.

El corso, como actividad, contribuyó a esa caracterización donde la clase obrera


era espectadora del festejo; sin embargo, el hecho de que la Municipalidad presida las
fiestas, la participación de distintas comparsas en el recorrido y, finalmente, la batalla
de flores y el juego libre que se originaba en la Plaza de Armas, consiguieron hacer al
público espectador un protagonista inmediato de la actividad. La alegría, la diversión,
se contagiaba en todos los espíritus citadinos, e incluso en los visitantes foráneos.

122
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

2. REDESCUBRIMIENTO DEL CARNAVAL (1931-1940)

Bajo la dinámica de las actividades de la primera década, la fiesta del carnaval,


entre 1931 y 1940, se configura con un carácter propiamente urbano, por el espacio o
área en que se desarrollaban los festejos y, fundamentalmente, por los comportamien-
tos festivos en la tradición. La frustración en la festividad del año de 1930 previno
a la comisión de los festejos de 1931, cuyo programa apuntó al redescubrimiento
de las actividades que enriquecían a la tradición, dicha iniciativa se puede apreciar
en el desarrollo en los preparativos de la entrada del Ño Carnavalón; sin embargo,
para los años posteriores se advierte un decaimiento de la fiesta del carnaval, debido
a la ausencia de los auspicios del Concejo Provincial, a la no elección de reinas que
presidan el carnaval, a la falta de carros alegóricos que expresen manifestaciones cul-
turales propias, las condiciones climáticas que advierten fuertes lluvias de temporada
y a la escasa participación del pueblo en el juego libre en las calles.255

El Corso de Flores de 1931 partió del mismo lugar de siempre: el Boulevard


Parra. También se realizaron verbenas con toldos abiertos al público en el Parque
Bolognesi (hoy Parque Duhamel), que tuvo una gran afluencia de gente; frente a los
bailes, tuvieron lugar en diferentes locales, como el Club Melgar, White Star; y se
realizó un corso infantil con el reparto de víveres, y el juego libre.256

Hacía el año de 1932, el Concejo Provincial, destinó S/. 2.500.00 para el auspi-
cio de las fiestas del carnaval (acordado bajo la presidencia del Alcalde Accidental, D.
Juan Vidaurrázaga); asimismo, las firmas comerciales Fernando Emmel S. A. Ltda. y
Jaime Caritg, donaron para las fiestas, la suma de S/. 700. Aquel entusiasmo estuvo
canalizado por una comisión de festejos, que se encargaba de evaluar las actividades,
siendo conformada por los concejales, doctores Abraham Campos B., José A. Portu-
gal y Carlos P. Martínez.257 El Corso de Flores se programó con la particularidad de
años pasados, iniciándose en el bulevar Parra, y para los mejores carros se otorgó la
siguiente premiación:
PRIMER PREMIO: 300 soles
SEGUNDO: 250
TERCERCO: 100
CUARTO: 100
QUINTO: 50

255 Esta situación se hace más notoria hasta el año de 1935; a partir de la fecha, las festividades tienden a mejorar
notablemente. Asimismo, por aquellas épocas, se comenzó a usar los globos de jebe americano como instru-
mento de juego.
256 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1931. P. 8.
257 Diario Noticias. Arequipa, 26 de enero de 1932. P. 4.

123
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Aquel corso, anota Noticias, se realizó con rotundo éxito, presentándose 19


carros particulares muy bien adornados. El recorrido del cortejo fue: bulevar Parra,
Merced, Portal de la Municipalidad, Morán, Santo Domingo, Piérola, Mercaderes,
San Francisco, Moral, Santa Catalina y remató en la Plaza de Armas, donde —
como en años anteriores—, se formó una doble hilera para realizar la batalla de
serpentinas, confeti, porotos, arroz y trigo. Entre los vehículos que resaltaron más,
tenemos: el carro de los canillitas (que llevaba un chiquillo pregonando y que bajo
el brazo derecho tenía un paquete de periódicos), el carro del «Caimán» (con su
comparsa de negros), el carro de la Reina del Trabajo, que ostentó un yunque y la
rueda (símbolo del trabajo), «La guitarra y sombrero españoles», en otros, figuraba
un molino holandés, los apaches y los marinos, los carros de la Cervecería «Sal-
vator», «Cemento León», etc.258 La premiación de aquel fue otorgada a los coches
auténticamente decorados:

PRIMER PREMIO Carro del Olimpia Athletic Club, que presentó un jazz band.

SEGUNDO PREMIO Carro «Caimán», presentado por Guillermo Bezold.

TERCER PREMIO Carro de «Cemento León», presentado por Gustavo Sardá Cornejo.

CUARTO PREMIO Carro incásico presentado por los Hermanos Gómez Cornejo

QUINTO PREMIO Carro de la Cervecería «Salvator», presentado por Ángel Echegaray.

Por otra parte, este carnaval presentó novísimas características, tal es el caso de
la elección de la Reina de los Barrios; y sumado a las iniciativas para lograr mayor
éxito en las festividades, el Círculo de la Prensa preparó una velada para el viernes
5 de febrero, organizando un concurso de música «Canción del carnaval», bailes
populares, etc., cuya inscripción era en el diario Noticias259. En aquella velada, los
concursantes a la «Canción del carnaval», fueron partícipes con sus composiciones y
se otorgó un premio municipal. El ganador fue Aurelio Díaz, cuya canción fue impre-
sa en el «Estudio artístico Rodríguez Zaconet», se desconoce la letra de este tema.260
Aquellos programas priorizaban la participación de los artistas, siendo espacios de
recreación y/o esparcimiento; el programa realizado aquella noche en el Teatro Olim-
po, obedeció al siguiente orden:

258 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1932. P. 2.


259 Diario Noticias. Arequipa, 24 de enero de 1932. P. 4.
260 Diario Noticias. Arequipa, 5 de febrero de 1932. P. 5.

124
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

1. Carnaval Arequipeño, orquesta.


PRIMERA

2. Alegría carnavalesca, bataclán.


PARTE

3. Canción de la Rosa, Hernán Caro.


4. Baile, por la precoz Laurita Concha G. – Una revelación.
5. Tangos, José Angulo.
6. «Arequipa en Carnaval», ejecución por la orquesta de la canción premiada en
el concurso, y entrega del premio al autor, de Aurelio Díaz.
SEGUNDA

7. «Ya llega la alegría», revista carnavalesca compuesta por D. Julio Díaz H.


PARTE

8. Blanco y negro, zapateo americano.


9. «Mi tierra»; tango, música y letra de Isaac Cárdenas.
10. Monólogo, por Hernán Hurtado Velásquez.
11. «Tiñamos el dolor», segunda composición premiada en el Concurso de la
Canción del Carnaval. Autor: Alberto Díaz Robles.
12. «Mi canción», dúo por la señorita Eva Miranda y Hernán Caro.
TERCERA
PARTE

13. Filosofías de Rufino Cuela, caracterización de Carlos Rodríguez.


14. Concurso de bailes populares.
15. «En las pampas», de Isaac Cárdenas, con guitarra Alfredo Begazo.
16. «Carnaval en la puna», interpretado por el concurso de Arte Incaico Nacional.
Estudiantina conformada por 15 personas.
En los intervalos la banda de músicos del Regimiento Nº 13, ejecutará algunas de sus composiciones.

Fue de gran ayuda en la organización del carnaval el apoyo que prestó el diario
Noticias, mediante su columna «Avanza el Carnaval», donde ofrecía al público infor-
mación sobre los preparativos de la fiesta, motivando a la colectividad para su parti-
cipación. Finalmente, se realizaron las verbenas en la cuadra de San Camilo fronteriza
al Mercado Central, y a un costado de aquel establecimiento, en la calle Perú.261 Al
igual que el Corso de Flores, el Corso Infantil se dio con gran algarabía, realizándose
también el concurso de disfraces. El significativo éxito de la festividad de este año, se
percibe a través de la siguiente nota: «La fiesta que ha predominado en el Carnaval ha
sido el baile. Se ha realizado bailes en los clubs Unión, Palestina, Melgar, White Star y
StrongBoys, en muchas casas particulares»262. No faltaron los juegos con cascarones y
combates de globos llenos de agua, sobre todo en los barrios alejados donde se jugó con
mayor intensidad. Para dicho año, el jefe segundo de la banda de músicos del Ejército,
Manuel Ulfe Rodríguez, también había compuesto una canción del carnaval. 263

261 Diario Noticias. Arequipa, 27 de enero de 1932. P. 1.


262 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1932. P. 3.
263 Diario Noticias. Arequipa, 26 de enero de 1932. P. 3.

125
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Al año siguiente (1933), las fiestas del carnaval se desarrollaron con relativo
entusiasmo debido a que el Concejo Provincial no auspició los festejos de ese año,
además de las recias disposiciones de la Sub-prefectura,que estaba a cargo del oficial
Mario A. Dávila, a fin de evitar desbordes populares y agresiones entre ciudadanos.
Se estipulaba que bajo la necesidad de otorgar garantías al público en general, queda-
ba «prohibido el jugar con las personas que no demuestren deseos de hacerlo y cami-
nen tranquilamente por las calles», sobre todo en las calles céntricas de la ciudad. El
juego estaba prohibido después de las seis de la tarde, y naturalmente, «las personas
que quieran usar disfraz, deberán recabar su respectiva licencia de la Caja de Depó-
sitos y Consignaciones, previo informe de la autoridad respectiva», a fin de evitar la
delincuencia, aquellos trajes no debían llevar caretas ni antifaces.En caso de no acatar
el reglamento, los contraventores de las disposiciones contenidas en el bando eran
«castigados con el arresto de 24 horas y la multa correspondiente».264

Pese a las disposiciones de la Subprefectura, el juego en las calles era intenso,


incluso uno de los lugares de enfrentamiento carnavalesco fue en los portales de la
Plaza de Armas. «Chisguetes de éter, serpentinas y confeti fueron los elementos del
juego entre las numerosas personas que acudieron a la plaza principal»265. Las tardes
del lunes y martes, numerosas partidas de jóvenes recorrieron las calles de la ciudad
lanzando cascarones de huevo.

Aquel año, la Compañía de Bomberos ofreció un atractivo baile, donde la con-


currencia se deleitó por la elección de las reinas: Esperanza Rivero, como la Reina de
la Bomba; Elsa Bazo, de la Farándula; y Delia Abril, de la Belleza. Entre los locales
donde hubo fiestas de fantasía, podemos mencionar a los Clubes White Star y Sparta.
Por otra parte, se realizaron funciones en los teatros Olimpo y Fénix, y en los Cines
Pathé, Universal, Arequipa y Miraflores, donde el juego era entusiasta.

La experiencia de la organización de anteriores carnavales en Arequipa dejaba una


clara lección.Para augurar el éxito de la festividad, era imprescindible que el Concejo
municipal participe en su organización y que haya una reina que presida los eventos. Para
el Carnaval de 1934, el Concejo Provincial dispuso una partida de S/. 2000, repartidos
a mitad con la organización de las fiestas y la donación a los pobres.266 Se dispuso que
aquellos mil soles destinados para actos de beneficencia sean divididos en bonos de dos
soles cincuenta centavos por cada beneficiario, siendo entregados en los locales de las
instituciones obreras.267 Dicha disposición fue entendida por la población y los medios

264 Diario Noticias. Arequipa, 26 de febrero de 1933. P. 8.


265 Diario Noticias. Arequipa, 2 de marzo de 1933. P. 4.
266 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1934. P. 2.
267 Diario Noticias. Arequipa, 9 de febrero de 1934. P. 11.

126
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Aviso Municipal,
donde se da a
conocer los premios
para diferentes
festividades con
motivo del Carnaval
de 1931.

de prensa, como una «pobre perspectiva para el carnaval». La siguiente nota muestra las
gestiones del Concejo para la distribución del dinero:

Se invita a los presidentes de las sociedades obreras a la reunión que


se realizará en el local del concejo el día sábado 27 de los cttes. A
las 5 de la tarde, para tratar sobre la mejor forma de repartir entre
la gente pobre la suma designada por el Municipio con este objeto.

Los señores presidentes que no pudieran concurrir a esta citación, se ser-


virán enviar un delegado debidamente acreditado ante la comisión268.

Se designó a los concejales Edilberto Zegarra Ballón Valdez, Óscar Herrera


Montoya y Florencio Pajuelo como miembros de la comisión del carnaval, actuando
como secretario el Jefe de Servicios, Guillermo Muñoz Nájar.269 Aquel año se sugirió
que la premiación de los carros participantes en el corso, debía ser concedida a las
personas que se encargaron de los diseños, tal y como reza la siguiente nota:

268 Diario Noticias. Arequipa, 27 de enero de 1934. P. 1.


269 Diario Noticias. Arequipa, 28 de enero de 1934. P. 11.

127
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Pero este punto nos parece que precisa una reforma: el premio,
desde luego, tiene que corresponder al carro que sea de las per-
sonas adineradas, que son las únicas que pueden gastar más o
menos regular suma en el arreglo del carro y su presentación ar-
tística y lujosa. Por eso combatimos la cuestión de los premios ya
que el que tiene dinero hace un buen carro y no va al corso por el
estímulo del premio, sino por el deseo de divertirse. Los premios
deben darse, en todo caso, a la persona que, solicitada por las
gentes de dinero, haga el mejor diseño y corra con el arreglo del
carro. Esa iniciativa y ese ingenio son los que merecen el premio
y no el dinero que todo lo consigue270.

Siguiendo los propósitos del corso, cuyo objetivo era rescatar los valores cul-
turales, folklóricos, sociales, costumbristas y turísticos; en un clima de cooperación,
amistad y solidaridad. La premiación debía darse a los diseñadores de los carros
alegóricos, quienes con su creatividad, lograban causar impacto y conquistar a los
espectadores. Toda sugerencia fue letra muerta, y el corso se inició en un clima de
relativo entusiasmo y armonía, siguiendo un recorrido similar al de años pasados
(partió del bulevar Parra, pasando por las calles de La Merced, Portal de la Munici-
palidad, General Morán y Santo Domingo, Perú, Mercaderes, San Francisco, Ugarte,
Santa Catalina y Plaza de Armas). En aquella época presidió el jurado para premiar
el mejor carro presentado en el corso, don Manuel Ugarteche.271

Entre los vehículos presentados podemos mencionar: un oso blanco, que llamó
la atención por la confección de Carlos Cornejo; un tanque de guerra, presentado
por los oficiales del Ejército; una bellota de algodón, manufactura de la fábrica de
Tejidos «La Industrial», en aquel carro figuraba la Reina del Carnaval del Huayco, S.
M. Graciela; un buque de vela; un buque japonés, ocupado por una alegre comparsa
de chiquillos; la «SIDSUR» presentó un pequeño molino; el carro de la Reina de la
Casa Rosada ostentaba motivos incaicos; los Jefes y oficiales de Policía, destacaron
un vehículo que llevaba a un muñeco en representación de un policía inglés; otro
mostraba una sombrilla de plaza, ocupado por señoritas y jovencitos; un kiosco ja-
ponés; y una caja de sombreros. Los vehículos, después del recorrido por las calles,
dieron vueltas al cuadrilátero, iniciándose la batalla de flores hasta las seis de la tar-
de.272 En cuanto a las licencias otorgadas para usar disfraz, se cobró S/. 0.50, siendo
otorgada en los cuarteles de policía, y a los menores no se les exigió pago alguno.273

270 Diario Noticias. Arequipa, 31 de enero de 1934. P. 8.


271 Diario Noticias. Arequipa, 9 de febrero de 1934. P. 11.
272 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1934. P. 3.
273 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1934.

128
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Aviso Municipal, donde se convoca a una


reunión para repartir la suma designada por
el Municipio para los pobres con motivo del
Carnaval de 1934.

El corso infantil tuvo lugar un lunes por la mañana en la Plaza de Armas, siendo
partícipes los niños del Orfelinato Chávez de la Rosa, a quienes el Concejo obsequia-
ba algunos artículos de juego. Muchos de los carros que habían figurado en el Corso
de Flores, reaparecieron en el desfile infantil. Por otra parte debemos destacar que el
programa del carnaval de 1934 se inició con la velada organizada por el Círculo de
Artistas, en el Teatro Ateneo, el cual no mostró la opulencia que tuvo el programa de
1932, las actividades obedecieron el siguiente orden:

1. «Carnaval», por la orquesta del maestro Víctor Díaz.

2. «Y decías que me amabas». Sainete de costumbres arequipeñas escri-


PRIMERA to por Carlos Manchego Rondón, con un reparto de lujo.
PARTE
3. Música y farándula.
4. «Ni contigo, ni sin ti», entremés cómico.

1. Sigue el Carnaval, por el maestro Víctor Díaz.

SEGUNDA 2. «¡Ya me la hizo!». Juguete jocoso de costumbres.


PARTE
3. Gran revista del carnaval. Los pijes – una pareja – el policía – los
indios y su comparsa. Coro final por todo el conjunto.

129
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Asimismo, se realizó la verbena popular en el Parque Bolognesi, espacio que


permitió una numerosa concurrencia. En cuanto al juego libre, fueron numerosas
las bandas de músicos y jugadores que recorrieron las principales vías de la ciudad;
como característica principal, predominó el uso de anilina, de cascarones y globos
(que en muchos casos eran llenados con diversas sustancias advirtiéndose hasta aceite
y tinta). Un hecho que se debe destacar durante las festividades de este año, es el esta-
do de conciencia que tomaron los gerentes de la Compañía Ferrocarrilera del Sur del
Perú, rebajando el costo de los pasajes, a fin de brindar la posibilidad a los pobladores
de visitar a sus familiares.

FERROCARRILES DEL SUR DEL PERÚ

Rebaja de Pasajes

Para dar facilidad a los que deseen gozar de un descanso o visitar


a sus familias durante los días feriados de:

CARNAVAL

La empresa concederá el 25% de rebaja en los pasajes de ida y


de regreso de cualquier estación a cualquier otra estación, cuya
distancia no sea menor a 100 kilómetros del punto de partida.

Los boletos de ida y de regreso estarán de venta en todas las esta-


ciones desde el martes 6 de febrero hasta el sábado 17 del mismo
mes inclusive. El boleto de regreso será válido para permitir al
pasajero llegar a su destino a más tardar el miércoles 21 de febre-
ro, no siendo admisible habitación por mayor tiempo.

En estos boletos se concederá equipaje libre hasta 50 kilos en 1a.


Clase y 25 kilos en 2a. clase.

Arequipa, 25 de enero de 1934.

La empresa274.

Hacia el año de 1935, la situación se torna igual de predictible; dos miembros de


la comisión de festejos nombrada por el alcalde Alberto Rey de Castro, renunciaron,

274 Diario Noticias. Arequipa, 27 de enero de 1934. P. 7.

130
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Propaganda carnavalesca de C. J. Belón y


Co. con motivo de los carnavales de 1936.

se trataba de Juan José Soto y Daniel Paz y Basurco275, quedando únicamente quien
presidía los festejos, don Roberto Llerena.276 Integrándose luego, Florencio Pajuelo.277
Aquel año, se dispuso la suma de S/. 3000.00 para los festejos del carnaval (siendo
destinados 1000 para actos benéficos), pese a la oposición de los concejales don Edil-
berto Zegarra Ballón y el Sr. Lozada Murillo.278

El Corso de Flores se distinguió por presentar varios vehículos adornados, desta-


caban entre ellos un barco pirata, un dragón en donde iba la Reina Infantil, un gorro
turco, un gran zapato y un paisaje cubano; también se dieron cita otros carros de
tipo comercial. Contribuyeron a dar animación a la fiesta: las comparsas de bifalas,
ayarachis, entre otros conjuntos folklóricos. Asimismo, contribuyó al entusiasmo, la
banda de música del Ejército y las numerosas personas que iban disfrazadas.279 Por
otra parte, se realizaron: la verbena en el Parque Bolognesi, el agasajo a los más nece-
sitados y los bailes de fantasía en diferentes clubes, instituciones y casas particulares.

La comisión del carnaval de 1936 estaba advertida de las dificultades que se


habían presentado en años anteriores, dedicándose a preparar atrayentes actividades
que prevenían el éxito de las fiestas, a pesar de ese esfuerzo, todo intento fue vano,
ya que algunos titulares periodísticos dieron a conocer la marcada decadencia de la

275 Se desconocen los motivos de la renuncia.


276 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1935. P. 2.
277 Diario Noticias. Arequipa, 22 de febrero de 1935. P. 2.
278 Diario Noticias. Arequipa, 28 de febrero de 1935. P. 13.
279 Diario Noticias. Arequipa, 7 de marzo de 1935. P. 3.

131
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

festividad, como es el caso de Noticias y El Pueblo; ello se debió a la falta de concu-


rrencia del público en la Plaza de Armas. Aquella comisión de festejos, presidida por
don Gustavo Corso Masías, aprobaron el siguiente programa:

Matiné Infantil auspiciada por el Concejo con asistencia de la


3 p.m. Reina Infantil en el Teatro Olimpo.
6 p.m. Entrada del Ño Carnavalón.
SÁBADO 8 p.m. Cine popular en la Plaza de Armas.
22
Festival en la Plaza de Armas, juegos artificiales, y portada carna-
9 p.m. valesca.
Inauguración de las verbenas populares en los parques Bolognesi,
10 p.m. España y plazoleta del Parque Grau.
Concurso de disfraces infantiles en la Plaza de Armas. Premios de
11 a.m. la Comisión del Carnaval.
Corso de Flores comenzando en el Boulevard Parra y terminando
3 p.m.
DOMINGO en la Plaza Central. Batalla de flores.
23 6:30 p.m. Funciones de gala en los teatros locales.
9 p.m. Cinema popular en la Plaza de Armas.
10 p.m. Verbenas populares.
Concurso de música y bailes populares en el Balneario de
LUNES 10 a.m. Tingo. Premios pecuniarios entregados por el Concejo y la
24 Empresa de Tranvía.
10 p.m. Continuación de verbenas populares.
MARTES - Juego libre en la ciudad.
25
MIERCOLES - Entierro del Ño Carnavalón.
26

Días antes, la Subprefectura reglamentó el costo de las licencias para el uso de


disfraces. La solicitud debía dirigirse a la Subprefectura, la cual a su vez ordenaba
entregar el valor respectivo a la Caja de Depósitos. El costo del uso de las licencias fue
de un sol por cada día, sin que este precio pueda ser exonerado por alguna autoridad
o alterado en su defecto por algún servidor. Estaba absolutamente prohibido que las
autoridades releguen el pago de este derecho. Esta recaudación tenía fines comunita-
rios,«la suma que se recauda será abonada por la Caja de Depósitos y Consignacio-
nes a la cuenta denominada “Cuenta Colegio de Huérfanos de la Guardia Civil”»280.
También la Prefectura regimentó aquellos tres días de actividades del carnaval a fin
de evitar los desbordes populares, decretando lo siguiente:

280 Diario Noticias. Arequipa, 20 de febrero de 1936. P. 10.

132
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Art. 1º. Queda absolutamente prohibido el uso de cohetes llama-


dos Napoleón o el Garbanzo.

Art. 2º. Es, también, prohibido que se juegue con las personas que
transitan por las calles y no intervengan en el juego.

Art. 3º. A las personas que hagan uso de disfraz les es prohibido el
tránsito por las calles sin la respectiva licencia que expida la policía.

Art. 4º. Queda totalmente prohibido arrojar aguas descompues-


tas o de colores que dañen vestidos de los transeúntes.

Art. 5º. El juego con agua sólo se permitirá desde las 12 m. hasta
las 6 pm. siendo prohibido jugar en esta forma antes y después de
las horas indicadas, durante los días lunes y martes.

Los contraventores de estas disposiciones sufrirán un arresto


de 24 horas en el Cuartel de Policía y se harán acreedores a la
multa respectiva281.

En cuanto al recorrido del corso, partió del bulevar Parra, siguiendo por las
calles La Merced, Portal de la Municipalidad, Morán, Santo Domingo, Pizarro, Mer-
caderes y Plaza de Armas. Y frente a la premiación de los mejores carros arreglados,
se nombró como jurado al director del diario Noticias, Alberto Arispe, quien en vista
de que estaría ausente aquel día, declinó su nombramiento.282 El orden de premiación
fue el siguiente:
PRIMER PREMIO S/. 400.00
SEGUNDO PREMIO S/. 200.00
TERCER PREMIO S/. 150.00
CUARTO PREMIO S/. 50.00

Entre los carros adornados, podemos mencionar: un molino, un gato y los ratones,
una góndola que simbolizaba el verano, un hongo, una fantasía árabe que llevaba a la
Reina Infantil Graciela I, la puesta del sol, la cervecería con el reclame de la «Cerveza
Toro» y que iba arrastrado por bueyes, un helicóptero azul, etc.283 En lo que respecta a
la participación del público en el corso del domingo, según los medios de prensa escrita,

281 Diario Noticias. Arequipa, 22 de febrero de 1936. P. 4.


282 Diario Noticias. Arequipa, 27 de febrero de 1936. P. 3.
283 Diario Noticias. Arequipa, 27 de febrero de 1936. P. 3.

133
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

fue ausente, provocando que las fiestas tengan un marcado deslucimiento. Agregado a
ello, la incultura en el juego por parte de los asistentes —al hacer uso de artículos incon-
venientes para los juegos como porotos, pallares, etc.—, hizo deslucir aún más el corso.

Frente al concurso de disfraces que se realizó en el Teatro Olimpo con motivo de la


coronación de S. M. Graciela I, Reina Infantil de Arequipa, se obsequiaron los siguien-
tes premios: una ampliación fotográfica otorgada por el Estudio Vargas Hermanos; un
maletín, de la Casa Comercial N. K. Furuya; un juego donado por la Casa «Juan A. Bus-
tamante»; una polvera, de la Botica del señor Eduardo Lozada; una caja de pañuelos de
la Casa «Awuapara è hijos»; un tintero, de la Casa «Isaac David J.»; una pulsera, de la
Casa «Eduardo Vizcarra»; una caja de chocolates de la Firma «Carlos Lucioni V.»; una
linterna eléctrica de la Casa «Todo Eléctrico», del señor Óscar Caballero.284 Los premia-
dos fueron los siguientes niños:

Teresa de OlazábalBernales, primer premio, una ampliación foto-


gráfica del Estudio Vargas Hermanos. Segundo premio David Perea
– Tercer premio Nora Zegarra Ballón San Román – Cuarto Premio
Lucy Rodrigo. 5º. –Marta Vinatea Collins. 6º. –premio, hermanos
Villalonga. –séptimo premio, Nelly Diaz. 8º. –premio María Núñez
Sardá. -9º -Jorge Gonzáles. 10 premio, Luisa Talavera Doering285.

El jurado estuvo compuesto por las señoras Leonor de Zegarra Ballón, Angéli-
ca de Bolaños y Emilia Angulo de Villalonga, quienes fueron acompañadas por los
señores Bruno Isenrich y Trinidad Lozada Murillo (de la comisión municipal). Con-
cluyendo las actividades de 1936, la Reina Infantil, hizo entrega de pastas y confites a
los canillitas vendedores de los diarios y a numerosos niños pobres. Por otra parte, en
las verbenas populares realizadas en los parques públicos, hubo rifas y loterías de al-
gunos artículos, lo cual reunió a más población; destacó, sobre todo, la actividad que
se realizó en el Parque Bolognesi. En cuanto al juego libre, hubo interesantes partidas
con bandas de músicos y jóvenes en camiones que recorrieron la ciudad.

Las fiestas del carnaval de 1937, se dieron en medio de gran animación y entusias-
mo, así se desarrolló como número mayor del programa, el Corso de Flores, desfile donde
destacaron variados carros comerciales, como el de la Cervecería y de la Empresa de
Turismo.286 Se organizaron bailes en organizaciones obreras, como el que tuvo lugar en
Tranelec Club; las verbenas populares se realizaron en la Plaza España, debido al trasla-
do de los puestos del mercado San Camilo al Parque Bolognesi; también se organizaron

284 Diario Noticias. Arequipa, 22 de febrero de 1936. P. 3.


285 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1936. P. 15.
286 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1937. P. 3.

134
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Propaganda
carnavalesca
de Teatro Real,
donde presenta las
próximas actividades
a celebrarse con
motivo de los
carnavales de 1937.

bailes en los clubes «White Star», «Novel», «Bolívar» y «Cultural»; finalmente, el Muni-
cipio Provincial ofreció un almuerzo a los presos de la Cárcel Pública y se realizó un corso
infantil con la participación de los niños del orfelinato Chávez de la Rosa.

En medio de los ánimos en que se preparaba el carnaval de 1938, se consideró


permitir las modalidades de juego del Antiguo Carnaval, a fin de mantener aquel jocoso
entusiasmo en las fiestas y, sobretodo, vigente en la costumbre. Así lo mencionó el Dr.
José Bustamante Ordoñez, quien en ese entonces era presidente del Club Arequipa: «Los
pueblos deben conservar sus costumbres típicas, y el presente caso, soy de la opinión que
debe propiciarse el juego libre con agua, bombas y cascarones, es decir, con todo aquello
que ha dado justa nombradía y prestigio al carnaval de nuestras tierras»287.

En tanto, un miembro de la comisión del carnaval designado para dicho año, por
renuncia, era reemplazado por otro concejal (Alberto Belaúnde), presidiendo las activida-
des Carlos L. Bouroncle, y apoyando José A. Roberts con Óscar Herrera Montoya.288 El
Concejo Provincial dispuso para los festejos el monto de S/. 3.000; de dicha suma se acor-
dó que se otorgarían tres premios de 100 soles para los mejores carros presentados por
los distritos en el Corso de Flores.289 Pese a la buena organización por parte de la Comi-
sión de los Festejos, las fiestas se vieron perjudicadas debido a la fuerte lluvia, desluciendo
sobretodo el número principal, el corso. Sin embargo, a pesar de contemplarse desde un
principio la situación de las lluvias, la actividad no fue postergada para el día siguiente.

287 Diario Noticias. Arequipa, 3 de febrero de 1938. P. 9.


288 Diario Noticias. Arequipa, 10 de febrero de 1938. P. 2.
289 Diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1938. P. 14.

135
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Fiestas de
carnestolendas
realizadas en el
Estadio Melgar.

Minutos después de las tres fueron entrando a la plaza varios


de los carros carnavalescos, pero el juego entre los ocupantes
de dichos carros y el público no pudo producirse en ni ningún
momento. Las comparsas dieron muestra de gran animación, re-
sistiendo la lluvia, pero después de 30 minutos, ya nadie podía
mantenerse, terminando el paseo de los carros, que se hizo en
doble hilera alrededor de la Plaza de Armas.

Y eso fue el corso: un desfile bajo la lluvia, sin lucimiento y sin


alegría. El arreglo de los carros rápidamente fue desecho por
efecto del agua, rompiéndose sus decoraciones290.

Una de las gestiones más importantes de esta comisión fue invitar a los represen-
tantes de diferentes distritos a participar del corso, a fin de incluir a todos los pueblos
y sus comunidades en las fiestas del carnaval. Se presentó el vehículo de Yarabamba,
que llevaba a su reina acompañada de sus damas y rodeada de jinetes que lucían sus
ponchos campesinos; el pueblo de Quequeñatambién presentó su carro, y Cayma
también se dio cita se dio con un motivo de carácter histórico, los «Collaguas». En-
tre otros vehículos, hubo un rascacielos, una mariposa donde iba la Miss Arequipa
Infantil, Mary Vela; un buque de vela; un gran pez; la Pagoda China y una canastilla
de flores. Entre los carros de tipo comercial: la marca de radios TELEFUNKEN y la
Sociedad Eléctrica que presentó un enorme foco de luz.

Otra suerte correrían los festejos del carnaval de 1939. La comisión que estuvo

290 Diario Noticias. Arequipa, 2 de marzo de 1938. P. 3.

136
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

integrada por Florencio Pajuelo, Juan F. Franco y Carlos Bouroncle, previno la situa-
ción climática, preparando el Corso de Flores para las primeras horas de la mañana.
Encabezó aquel recorrido, la banda de músicos del Regimiento No. 13, siguiendo el
carro de la Miss Infantil (que representaba un patio versallesco), Miss Carnaval y su
corte honor, Miss Olimpo y sus damas (que se encontraban en un gran abanico), una
caravana árabe, un conjunto incaico de la Casa Rosada (con trajes típicos represen-
tando la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo), entre otros. Aquel año, también
donó la premiación, la firma Fernando Emmel: PRIMER PREMIO S/. 250, SEGUN-
DO PREMIO S/. 200, TERCER PREMIO S/. 150 y CUARTO PREMIO S/. 100.291
La agenda contempló bailes de fantasía en diferentes instituciones, concurso de ma-
rineras y pampeñas, un corso infantil, concurso de disfraces, entre otras actividades.

El año de 1940 marca un hito para la historia de Arequipa, pues


comenzaron a conmemorarse los aniversarios de fundación de
la ciudad, en dicho año se celebraba el IV Centenario de la fun-
dación española de Arequipa, y son muchas las actividades que
con ese motivo se organizaron, razones por las cuales todas las
energías se concentraron en ello desde principios de año. Bajo
ese contexto, se organizaron los números del carnaval, que preci-
saban una agenda rutinaria, realizándose un Corso de Flores, el
corso de los niños, bailes populares, etc.292

291 Diario Noticias. Arequipa, 722 de febrero de 1939. P. 3.


292 Diario Noticias. Arequipa, 7 de febrero de 1940. P. 3.

137
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

3. FORTALECIMIENTO DEL CARNAVAL (1941-1950)

En contexto con las tragedias internaciones, como la Segunda Guerra Mundial


(1939-1945) —que en aquella época situaban en crisis a los países americanos y
europeos—, la organización de las fiestas del carnaval debió significar una necesi-
dad para muchos colectivos en el mundo, a fin de buscar sosiego mediante el jue-
go. Más aún, tras la guerra, esa ansia de diversión (que escondía mucho deseo de
olvido) también alcanzó a Lima y a otras ciudades del país. Como bien menciona
Nicomedes Santa Cruz, «al promediarse la década del cuarenta —y hasta los años
cincuenta— revivió el carnaval»293. Luego, las prácticas artísticas-culturales carna-
valescas fueron a menos:

La cosa empezó a ir a menos y, en proporción directa, cuanto


más prohibitivos los precios de entrada y consumo en los salones
de baile (lucrativo negocio en los años cincuenta), mayor fue el
juego con agua en las calles, mayor el número de accidentes y los
visos de abierta barbarie […]294

Bajo ese contexto, en 1941 se nombró como comisión del carnaval a los conce-
jales Ernesto Cánepa Sardón, Héctor Bedoya Forga y Enrique Zimmermann Roma-
ña. Dicha comisión, replanteó el recorrido del Corso de Flores, considerando que la
actividad merecía un cambio en cuanto al recorrido. Se precisó el siguiente trayecto:
«Avenida Goyeneche, Siglo XX, San José, Santa Catalina, Portal de San Agustín, la
Merced, Boulevard Parra, Parque Melgar, Avenida Tacna y Arica, Salaverry, Avenida
Olímpica, Avenida Jorge Chávez y Avenida Goyeneche»295.

Ello permite inferir que no se realizó la efusiva batalla de flores en la Plaza de


Armas, pues se trató de un desfile seguido de principio a fin. Entre los carros ale-
góricos, acompañados por la banda de músicos del Ejército. Resaltaron un carro
gitano, las pirámides egipcias, un grupo de veraneantes, etc. y entre los vehículos
de las reinas, destacó el del Reinado de la Juventud (compuesto por una Lira que
simbolizaba el Arte y la Música), el de la Reina de la Simpatía (que simbolizaba
un abanico abierto), la Reina del Trabajo (donde se distinguía un yunque y una
gran rueda dentada), la Reina de la Radio (se presentó en un carro que llevaba
un aparato de radio marca «Philips» y remontándolo, el planeta Tierra), la Reina
Infantil (cuyas damitas jugaron con flores durante todo el trayecto), la Reina de
los Barrios (ocupaba un carro adornado con un gran rosa) y el Rey de los Solteros,

293 SANTA CRUZ, Nicomedes. Op. Cit. P. 24.


294 Loc. Cit.
295 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1941. P. 4.

138
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

que se encontraba en un carro donde figuraba la «Estatua de la Libertad» con las


siguientes inscripciones:

En la tierra de los solteros;

El fiero es Rey.

Abajo la bata y las Zapatillas.

¡Para qué me caso!,

Si me casan los testigos.

¡Que mueran las suegras!296

Ciertamente, los reinados con la inclusión de novísimos títulos como el Reinado


de la Juventud (compuesto por una pareja) o el Rey de los Solteros, la elección de
mises de los teatros Olimpo y Fénix, resultaron ser uno de los atractivos trascenden-
tales en las fiestas del carnaval de dicho año; ya que alcanzó lustre en la buena noche
carnavalesca y el Corso de Flores. Asimismo, debemos resaltar que entre las primeras
actividades que se desarrollaron en la víspera del carnaval, se organizó un concurso
de belleza infantil en el Teatro Fénix, para el cual se precisaron las siguientes bases:

1º. El concurso corresponderá dos categorías, que están señala-


das por sexo y edades. Varones de 3 a 6 años de edad y 7 a 12
años de edad, lo mismo que para mujeres.

2º. El concursante deberá ser peruano, o hijo de padres peruanos.

3º. Para participar en el concurso se requiere la inscripción pre-


via, que se hará en el Estudio de Arte Vargas Hermanos, en el
Portal de San Agustín, todos los días útiles de 9 a 12 m. y de 2 a
5 p.m. hasta el 20 de febrero, día en que se cerrará la inscripción.

4º. Dos jurados, formados por tres personas cada uno, de dis-
tinguidos de la sociedad, tendrá a su cargo la designación de los
premios, que se entregarán en número de dos para cada grupo,
osea un total de ocho.

296 Diario Noticias. Arequipa, 24 de febrero de 1943. P. 3.

139
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

5º. La entrega de los premios se hará en el mismo acto del Con-


curso, en el Teatro Fénix, la tarde del sábado 22 de febrero, vís-
pera del carnaval297.

Como en años anteriores, la Subprefectura, a cargo de Manuel Suárez, dictó


una resolución en la cual quedaba prohibido el juego con artículos que pudieran
causar daño, por lo que el uso de agua potable debía ser sin coloración. Finalmente,
se realizaron bailes, concursos de disfraces y las verbenas populares; este año quedó
suspendido el corso infantil debido a la falta de organización.

El carnaval de 1942 dio continuidad al realizado el año anterior, y bajo un gran


entusiasmo se inició los festejos con las votaciones para los reinados en Arequipa.298
Estas festividades estuvieron organizadas por la Comisión del Carnaval, integrada
por Alberto Vargas Ruiz de Somocurcio y Alberto Flores Barrón, quienes fijaron
como programa las siguientes actividades:

6:43 p.m. Proclamación de Miss Municipal en el Teatro del mismo nombre.


VIERNES 13

9:20 p.m. Proclamación de la Reina del Trabajo en el Teatro Fénix.

9:30 p.m. Proclamación de la Reina de la Radio en el Teatro Real.

3:30 p.m. Coronación de la Reina Infantil en el Teatro Fénix.


Coronación de la Pareja de la Juventud y la Alegría en el Teatro
4:30 p.m. Municipal.
7:00 p.m. Audición del concurso literario de la Radio Continental.
Coronación de las Reinas de la Ciudad y del Trabajo en el Teatro
10:00 p.m.
SÁBADO

Municipal.
14

11:00 pm. Inauguración de las verbenas populares.


11:00 pm. Iniciación de los bailes populares en el local del Ateneo.
11:00 pm. Baile de fantasía en el local de la Asociación Estrella Blanca.

11:00 pm. Baile de fantasía en el Club Internacional de Tiro al blanco.

11:20 p.m. Baile de etiqueta en el Club Arequipa.

297 Diario Noticias. Arequipa, 26 de enero de 1941. P. 3.


298 Diario El Pueblo. Arequipa, 29 de enero de 1942. P. 4.

140
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

6:00 p.m. Corso de Flores


Farándula carnavalesca en los teatros y cines locales, presididas por
DOMINGO

6:45 p.m. sus respectivas mises.


15

10:00 p.m. Continuación de las verbenas populares.


10:00 p.m. Baile en el local de Club Atlético Tigre F. B. C.
10:00 p.m. Baile en Club deportivo.
10:00 a.m. Corso Infantil
De 1:30 a 6 p.m. Juego libre en las calles de la ciudad.
LUNES

10:00 p.m. Continuación de las verbenas populares.


16

10:30 p.m. Baile popular en el Ateneo.


11:00 p.m. Baile de fantasía en el Club Deportivo Independencia.
11:00 p.m. Baile de fantasía en el Club Social de Tarapacá.
De 1:30 a 6 Juego libre en las calles de la ciudad.
p.m.
Farándula carnavalesca en los teatros y cines locales, presididas
4:45 p.m.
MARTES

por sus respectivas mises.


13

10:00 p.m. Continuación de las verbenas populares.


10:20 p.m. Baile de socios Juniors en el Club Internacional.
Baile de la Confederación de Trabajadores en el Ateneo Munici-
11:00 p.m. pal.
MES DE FEBRERO
La Comisión del Carnaval dispuso que el recorrido del Corso de Flores volviera
a partir del bulevar Parra, siguiendo por la calle La Merced, Portal de la Municipa-
lidad, General Morán, primera cuadra de San Juan de Dios, segunda de Mercaderes,
primera de Rivero, la primera de San José, y segunda de Moral, luego ingresar a Santa
Catalina para finalizar en la Plaza de Armas.299 Como jurado para los carros alegóri-
cos se designó a Edilberto Zegarra Ballón, y como vocales a los señores Carlos José
A. Ricketts y Carlos Vargas.

Los bailes populares fueron una de las actividades más atractivas del carnaval,
asimismo las verbenas que se realizaron en la calle Dos de Mayo con prolongación
Perú, instalándose varios kioscos y puestos de venta.300 Este año se caracterizó por la
organización de concursos literarios para la elaboración de las ofrendas líricas, por
ejemplo, para el reinado de la Juventud y Alegría, en cuyas bases se configuraba la
participación de personas mayores a 21 años, con composiciones en prosa (sin exce-
der las 60 líneas) o verso (sin exceder 100 versos). Los trabajos debían ser firmados

299 Diario El Pueblo. Arequipa, 11 de febrero de 1942. P. 3.


300 Diario El Pueblo. Arequipa, 7 de febrero de 1942. P. 3.

141
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Conjunto de baile
que se presentó en
el Teatro Municipal
con motivo de la
coronación de la
Reina Infantil 1947.

con seudónimo y enviados a Radio Continental; el trabajo ganador era leído en día
de la coronación.

La comisión nombrada por el alcalde Juan Luis Moscoso Melgar para los carna-
vales de 1943 estuvo formada por los concejales William Tuza, Andrés Agramonte y
Manuel A. de la Peña. A pesar de los esfuerzos, el carnaval de dicho año no adquirió
el brillo de otrora; los festejos en diferentes barrios se circunscribieron a su sector, tal
es el caso de Yanahuara, Antiquilla, Miraflores, etc.301

Al año siguiente, el alcalde accidental Federico M. Ugarte aprobó mediante un


decreto las festividades del carnaval, formando una comisión integrada por los con-
cejales Humberto Portillo, William Tuza y Alberto Flores Barrón. Dicha comisión,
con la participación de Juan Manuel Cuadros, planteó la necesidad de realizar unas
fiestas de carácter popular, a fin de que los elementos del pueblo pudieran tener ins-
tantes de expansión. Por tal razón, se realizó la concentración en el Estadio Melgar en
un número denominado festival carnavalesco, donde hubo concurso de bailes, de es-
tudiantinas, de cantos, de comparsas, etc. todos aquellos con premios otorgados por
el Concejo, y acompañando la banda de músicos del ejército y conjuntos musicales;
dicha actividad tuvo lugar un lunes de carnaval.302

La comisión de los festejos de carnaval de 1945, presidida por Víctor T. Vela, e inte-
grada por Luis Bedoya Mercado y Raúl Herrera Montoya, mostró el mismo propósito de
los concejales que planificaron los festejos del año anterior. Sugiriendo que las fiestas sean
del pueblo y para el pueblo; ello afianzado por la organización del festival carnavalesco en
el Estadio Melgar, el cual presidió la Reina del Trabajo. El desfile era presidido por el carro
alegórico de aquella reina y su corte de honor, partiendo del bulevar Parra, La Merced, San-

301 Diario Noticias. Arequipa, 16 de marzo de 1943. P. 3.


302 Diario Noticias. Arequipa, 20 de febrero de 1944. P. 3.

142
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

ta Catalina, Ugarte, San Francisco, Plaza de Armas, Mercaderes, San Juan de Dios, Avenida
Olímpica, rematando en el Estadio Melgar para la realización de dicho festival.303

A pesar de todos los preparativos, el carnaval no alcanzó el éxito, debido a que la


antigua tradición de dar vueltas al estadio después del desfile no se realizó; sin embargo,
logró esplendor el baile de los obreros y el concurso de disfraces, colocándose como la
atracción del programa carnavalesco de tal año. Para las fiestas del carnaval de 1946, se
nombró como comisión a J. Enrique Cárdenas y Luis Antonio Huaco.304 Esta comisión
consideró al Corso de Flores como un número de gran importancia; de modo tal, que
fue contemplando como la actividad de mayor alcance en el programa de festividades:

Matiné de Carnaval en el Teatro Municipal, en que serán corona-


2:20 p.m. das la Reina de la Simpatía y la Reina Infantil.
SABADO

9:00 p.m. Entrada del Ño Carnavalón.


2

10:00 p.m. Iniciación de los bailes democráticos.


11.30 p.m. Iniciación de los bailes en el Teatro Fénix.
Baile infantil en honor a la Reina Infantil y su corte de honor en el
11.00 a.m. Cine Paramount. Concurso de disfraces.
DOMINGO

2:00 p.m. Corso de Flores.


3

6.45 p.m. Funciones en los cinemas con asistencia de las mises y reinas.
8:00 p.m. Bailes populares y verbenas en diversos sectores.
11:30 p.m. Bailes en el Teatro Fénix.
Carnaval infantil en el Parque Grau. Concurso de disfraces, pre-
10:00 a.m. mios municipales.
LUNES
4

1:30 a 6:00 p.m. Juego libre.


11.30 p.m. Baile en el Teatro Fénix.
11:00 a.m. Festejos en el Teatro Fénix.
MARTES

1:30 a 6:00 p.m. Juego libre.


5

11.30 p.m. Baile en el Teatro Fénix.


MES DE MARZO

El recorrido del Corso de Flores, obedeció el siguiente trayecto: «Plazoleta del


Estadio, Avenida Olímpica, San Juan de Dios, Jerusalén, Puente Grau, Santa Catali-
na, Portal de San Agustín, La Merced, Consuelo, San Camilo, Perú, Santo Domingo,
General Morán, Portal de Flores y Plaza de Armas»305. De igual forma, se dispuso la
entrega de premios para los mejores carros alegóricos que participasen en el corso. El

303 Diario Noticias. Arequipa, 6 de febrero de 1945. P. 3.


304 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1946. P. 3.
305 Diario Noticias. Arequipa, 3 de marzo de 1946. P. 3.

143
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

primero precisaba la suma de S/. 600.00, el segundo S/. 400.00 y el tercero S/. 300.
Sin embargo, fueron pocos los carros que se presentaron para el desfile, dando realce
la presencia de comparsas de indígenas, el carro del Ño Carnavalón y la banda de
músicos del Ejército. Finalmente, se realizaron los bailes populares o los llamados
bailes democráticos y concursos de pandillas disfrazadas, en los Parques Melgar, Pla-
za España y Deán Valdivia, donde también se instalaban varios kioscos y/o tienditas,
que requirieron de la instalación de altoparlantes.306

En el año de 1947, la Comisión de Festejos, integrada por los concejales Eduar-


do Llosa García, Luis Bedoya Mercado y Edmundo Vizcarra, organizó una atractiva
farándula carnavalesca en el parque Selva Alegre, siendo uno de los principales núme-
ros de los carnavales.307 Aquella denominación se debe al escenario cómico de las fies-
tas, a la atmósfera jovial en dinamismo con el ánimo jocoso de los actores del festejo.
Ciertamente, aquel año, no se realizó el acostumbrado Corso de Flores, poniendo
mayor énfasis en la organización de esta fiesta popular, la cual no llegó a realizarse.

Momento a momento crece el entusiasmo entre los elementos


de la juventud por la fiesta del Carnaval. Ya está el ánimo el
ánimo del pueblo el propósito de divertirse y es de esperarse
que la fiesta que se ha preparado en Selva Alegre, proporcione
a los elementos del pueblo principalmente sana diversión y es-
parcimiento. Esta fiesta no sólo tiene significación en el sentido
espiritual, sino en el económico. Los que han preparado para
ejercitar pequeñas industrias ansían trabajar esos días en bene-
ficio de los que buscan regocijo308.

A dos días de la actividad, el Concejo tuvo la difícil tarea de dar a conocer que se
suspendía la farándula carnavalesca. Una vez cancelado el programa organizado por la
Comisión de Festejos, no se realizó la entrada del Ño Carnavalón y no hubo retreta en la
Plaza de Armas. Produciéndose únicamente la coronación de la Reina Infantil y la Reina
de la Juventud, en el Teatro Municipal, el concurso de disfraces infantiles y los bailes parti-
culares de diferentes instituciones y clubes.309 Pese a ello, en algunos distritos acontecieron
actividades por la semana de carnaval, como en Tiabaya, donde se coronó a su reina y
hubo un baile. Finalmente, en cuanto al juego de carnavales en las calles céntricas como
en los distritos no tuvo la emoción de otros años, así se manifiesta en el siguiente apunte:

306 Diario Noticias. Arequipa, 3 de marzo de 1946. P. 3.


307 Diario Noticias. Arequipa, 29 de enero de 1947. P. 3.
308 Diario Noticias. Arequipa, 10 de febrero de 1947. P. 6.
309 Diario Noticias. Arequipa, 14 de febrero de 1947. P. 2.

144
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Como dijéramos al iniciar la presente crónica, el juego de carna-


val por las calles, no estuvo a la altura de otros años. La ciudad
presentaba un espacio decaído. Las comparsas que tanto animan
en estos casos, no se hicieron presentes… los globos de agua no
se vieron por ninguna parte310.

Las actividades del carnaval de 1948, organizadas por el Concejo Provincial,


preparaban un atractivo programa en el Coliseo Municipal, «para el domingo de
carnaval se ha encargado un festival carnavalesco»311. Para su efecto, como en años
anteriores, se realizó el cobro respectivo por el uso de disfraces, emitiendo la Subpre-
fectura un comunicado donde daba a conocer que el importe para los permisos tenía
un costo de 20 centavos.

Se pone en conocimiento de las personas que deseen usar disfra-


ces durante los días sábado, domingo, lunes y martes de carnaval
que, deben recabar la respectiva licencia del local del Concejo
Provincial, debiendo abonar por concepto de tarjeta la suma de
20 centavos en dicha Oficina, por día y por persona, según Reso-
lución Ministerial del 2 de febrero de 1946312.

Al año siguiente, el alcalde la ciudad, Demetrio Velásquez, dio a conocer que el


Municipio no auspiciaría ningún festejo en las fiestas del carnaval de 1949, indican-
do que la mayor preocupación del Concejo estaba destinada a proporcionar mayor
alimento al pueblo. Ciertamente, se realizaron diferentes fiestas, pero todas tuvieron
carácter particular, tal es el caso de la matiné para los niños y jóvenes en el Teatro
Municipal, que fue uno de los números más atractivos, ya que estuvo presidido por
dos reinas, Reina Infantil y de la Juventud.

No habrá comisión del carnaval —dijo el miércoles el Alcalde—


manifestando con estas palabras que el Municipio no aspirará nin-
gún festejo público, no obstante de que en el Presupuesto Munici-
pal para 1949, figura una partida con una pequeña suma, que sería
suficiente para alentar la animación del pueblo en un solo día313.

La ausencia del Concejo no sólo auguraba unas malas fiestas, sino que también
perjudicaba a las pequeñas industrias que instaban sus kioscos durante la realización

310 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1947. P. 3.


311 Diario Noticias. Arequipa, 3 de febrero de 1948. P. 3.
312 Diario Noticias. Arequipa, 7 de febrero de 1948. P. 3.
313 Diario Noticias. Arequipa, 19 de febrero de 1949. P. 2.

145
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

de las verbenas populares, ya que sin ese apoyo no podían ofrecer sus productos.
Asimismo, el entusiasmo decayó, y las fiestas del carnaval se circunscribieron única-
mente a espacios cerrados, por lo cual, en contadas calles se produjo el juego libre.
Según los diarios, el carnaval tuvo un gran deslucimiento en 1949.

En el año de 1950, la comisión de festejos de la Municipalidad presidida por


Humberto Portillo e integrada por Enrique Ruiz G. y M. Ortiz, precisó como acti-
vidades: la fiesta infantil en el Coliseo Municipal, un desfile carnavalesco, cuya con-
centración fue la avenida Bolognesi, siguiendo como recorrido: Puente Grau, Santa
Catalina, Plaza de Armas, Merced, Salaverry, San Juan de Dios, avenida Olímpica,
Jorge Chávez, Siglo XX, Colón, Pizarro, Santo Domingo y Plaza de Armas; y, por la
tarde, se precisó una noche buena de carnaval, donde se realizaron bailes en el cua-
drilátero de la Plaza de Armas.314

Hubo funciones en diferentes teatros, cines, clubes, etc., entre ellos merece desta-
car las funciones del cine Victoria, porque ofreció un baile de disfraces, del cine Da-
nubio, ya que realizó un desfile artístico de estrellas del teatro y de la radio, y organi-
zó una rifa gratuita sorteando chisguetes de éter, y el baile organizado por la FECIA,
que estuvo amenizado por la orquesta argentina de Tita Duval. Por otra parte, los
establecimientos «América» Pedro P. Díaz S. A., pusieron a la venta la última nove-
dad americana para arreglos carnavalescos: los globos de jebe.315 Finalmente, hubo
verbenas populares en el mercado de San Camilo y bailes en la plaza Mayta Cápac.

❚❚ La Pelea de Toros,
actividades que
se realizaban en
algunos distritos,
como entierro del
“Ño Carnavalón”.
Dibujo de Rodríguez
Pantigoso.

314 Diario Noticias. Arequipa, 17 de febrero de 1950. P. 3.


315 Diario Noticias. Arequipa, 15 de febrero de 1950. P. 2.

146
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Dibujo hecho en los Talleres Gráficos de Adriazola.

Saludo por las fiestas del Carnaval de 1950, ❚❚ -Automotriz del Sur.
donde figuran las firmas comerciales: ❚❚ -Jabonería Peruana.
❚❚ -Curtiembre Ibáñez S.A ❚❚ -Arequipa Import-Export
❚❚ -Alfonso Martinetti & Co. S. A. ❚❚ -Cía. Importadora Vak. “Civak”.
❚❚ -Said e Hijos S. A. Ldta. ❚❚ -Industrias de Algodón San Antonio.
❚❚ -Mauricio Hockschild & Co. S. A. ❚❚ -Simoni y Rivera.
❚❚ -Corporación Comercial del Sur. ❚❚ -Richard O. Custe de Arequipa.
❚❚ -Mercantil Lomellini. ❚❚ -Cía. De Seguros “ATLAS”.
❚❚ - Seguros “La Nacional”. ❚❚ -Fábrica de bebidas gaseosas “La Preferida”.
❚❚ -Incamotors S. A. ❚❚ -Vidriería “La Nacional”.
❚❚ -Oscar Tapia R. V. ❚❚ -Emmel y Cía. S. A.
❚❚ -Arequipa Motors. ❚❚ -José Muñoz Nájar S. A.
❚❚ -Saiki Hermanos. ❚❚ -Rathjens S. A.
❚❚ -Popular y porvenir. ❚❚ -Barraca “Oriental”.
❚❚ -Reiser y curioni. ❚❚ -Botica “Bellido”.
❚❚ -Almacenes Clisa. ❚❚ -Salón “Astoria”.
❚❚ -Lucioni Hermanos. ❚❚ -Librería “El escritorio”, etc.

147
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

4. DECLIVE DEL CARNAVAL (1951-1960)

Este periodo se caracteriza por los cambios socioculturales en la ciudad mistiana.


Arequipa, que vino sufriendo desde 1940 transformaciones de corte político, social, ar-
quitectónico, etc., cambia su rostro en el año de 1960. Luego de los catastróficos terremo-
tos de 1958 y 1960, la población se duplicó impresionantemente, debido a la expansión
generada por la migración altiplánica, que va a sugerir el reacomodamiento del espacio
urbano.316 Ello también va a generar un cambio en los usos y costumbres arequipeñas.

Por otra parte, tiene gran significación social el incremento de la delincuencia


en Arequipa, que aprovecha los días festivos del carnaval para realizar fechorías; de
igual modo la cantidad de heridos, víctimas del juego libre en las calles se intensifica;
y finalmente, los terremotos de Arequipa, de 1958 y 1960, terminarían por acabar
con el significado artístico y cultural de «Nuevo» Carnaval para el mundo mistiano.
Además, durante el gobierno de Manuel Prado se comenzó la represión contra el
juego libre en las calles y el Corso de Flores.

En el año de 1951, la Comisión de Festejos integrada por los señores Jaime


Velarde, Enrique Ruiz Gómez y José Luis Velarde Soto, preparó como actividad prin-
cipal del carnaval, un Corso de Flores que concentró a los carros alegóricos en la
avenida Bolognesi, partiendo el recorrido de la calle Puente Grau, siguiendo por Jeru-
salén y San Juan de Dios, hasta la esquina de la calle Salaverry, luego por La Merced
para finalizar en la Plaza de Armas. Aquellos desfiles eran animados por las bandas
de música del Ejército y bandas populares.

Aquellos festejos parecen mostrar lucimiento por la presencia de más de cuarenta ca-
rros debidamente adornados durante el corso. Por citar algunos, los vehículos del Ejército
fueron: el Batallón de Infantería No. 12 (con su banda de música), el No. 3 de Zapadores
(presentó una galera griega) y el Grupo de Artillería No. 3 (un carro de piratas, donde fue
invitada la Reina de la Ciudad, Rosario I). Asimismo, participó Coca Cola, la Compañía
Cervecera del Sur (presentó a un hombre repartiendo cerveza), el carro del Barrio de la
Casa Rosada (donde figuraban antropófagos y dos exploradores atados a un árbol),
entre otros, que fueron presentados por diferentes distritos y urbanizaciones. También se
contempló en la agenda, los bailes de fantasía ofrecidos por diferentes cines y clubes. Y en
cuanto a la entrada del Ño Carnavalón, fue animada por diferentes pandillas, comparsas,
como las bifalas y ayarachis, entre otros danzantes o bailarines. Su recorrido tuvo gran
realce en las calles La Merced, Salaverry, San Juan de Dios y Palacio Viejo.317

316 GUTIÉRREZ, Ramón. Op. Cit. P. 231.


317 Diario Noticias. Arequipa, 4 de febrero de 1951. P. 5.

148
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Al año siguiente, la Comisión del Carnaval, presidida por don José García Cal-
derón, preparó una serie de festejos, que dieron inicio con la entrada del Ño Car-
navalón, el cual partió de la plaza Mayta Cápac del Barrio de Miraflores, siguiendo
por la avenida Goyeneche, Siglo XX, San José, Moral, Santa Catalina, rematando el
trayecto en la Plaza de Armas.318 Y en 1953, las fiestas del carnaval se presentaron
atractivas para toda la población, siendo preparadas por el Concejo Provincial y
contaron con el apoyo de Radio Arequipa. De esta forma, se realizaron los acostum-
brados reinados y coronaciones, hubo la participación de las bandas de músicos del
Ejército durante los festejos; se organizó el carnaval de papel, el cual consistía en pre-
sentar disfraces hechos de papel, ya sea con estampillas, etiquetas, etc. y las serenatas
a la Reina de la Radio y Farándula.

Para el año de 1954, se preparó un programa que tuvo como escenario princi-
pal el Estadio Melgar, incluyendo juegos y múltiples atracciones; con la asistencia
de las diferentes reinas y sus respectivas cortes, asimismo se levantó un estrado don-
de se presentaron conjuntos musicales (como Trovadores del Sur) y se preparó un
concurso de carritos engalanados, que consistía en que los niños presenten sus tri-
ciclos convenientemente arreglados, dicha actividad fue denominada «Petit-corso».
La Comisión de Festejos, que estuvo presidida por el señor Javier Pardo Belaúnde
e integrada por Gustavo Ruíz de Somocurcio y Urich Neisser Riess, organizó las
siguientes actividades:

Jueves 25 Coronación de la Reina de la Radio en el Teatro Fénix.


(9:30 de la noche)
Sábado 27 Gran función de matiné en el Teatro Municipal, para la coronación
(3:30 de la tarde) por el alcalde de la ciudad, de las reinas juvenil e infantil.
(5:30 de la tarde) Entrada del Ño Carnavalón.
Gran Festival en la Plaza de Armas, ese día ofrecerá una fiesta el
(9:30 de la noche) Jockey Club de Arequipa.
Domingo 28 Festival en el Estadio Melgar, con la coronación de la reina del
(10:30 de la mañana) deporte y muchas otras atracciones.
Gran festival y baile popular en la Plaza Mayta Cápac del distrito de
(9:00 de la noche) Miraflores.
(7:00 de la noche) Fiestas en el Club Internacional, «Baile de la Juventud».

En aquella época no se realizó el Corso de Flores, por la estrechez de tiempo en su


organización; sin embargo, uno de los números más resaltantes del carnaval fue el con-
curso carnaval de papel, que se realizó por segunda vez en Arequipa.Era una actividad

318 Diario Noticias. Arequipa, 22 de febrero de 1952. P. 3.

149
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ La Urbanización
IV Centenario,
presentó un carro
alegórico que
simbolizaba la
liberación de los
esclavos decretada
por el Mariscal
Castilla (Arequipa,
carnaval de 1955).

original y novedosa, que alcanza notable éxito porque permitía a las personas lucir con-
feccionados disfraces. En los clubes se realizaron bailes de carnaval, batallas de globos y
rifas (como en el Country Club Porongoche). De igual forma, se promovió una fiesta de
disfraces. Ciertamente, los bailes organizados por diversas instituciones sociales, concre-
tan la alegría y entusiasmo y congrega gran cantidad de público. Todas las festividades
eran transmitidas por Radio Arequipa, bajo la dirección del entusiasta locutor de radio
Tirso Borja Vizcarra, quien también «organizaba los bailes en el cine Fénix y es creador
de las Festidanzas para el Aniversario Arequipeño»319.

En muchas ocasiones la entrada a estas fiestas, por su popularidad, demandaba


altos costos de entrada, ocasionando que algunos sectores se priven de dichos festejos;
se producía, lo que señalaba el investigador Javier Marcos Arévalo, la limitación de
la festividad, pues «se observa que todos los años se elevan las cuotas de los bailes en
forma exagerada que atenta contra el entusiasmo colectivo», como los diarios ponde-
ran, la fiesta de la instituciones, eran actos que concentran el mayor interés público.320
Por tanto, las instituciones que cobraban por las tarjetas de entrada, debían aportar el
10% de gravamen municipal por concepto de licencia, que era Pro-fondos Educación
Nacional. Las liquidaciones debían realizarse un día después de efectuado el baile.321

319 PODESTÁ NÚÑEZ, Eduardo. «Carnaval, alegría sin igual. Un común sentimiento de fiesta recorre el espinazo
andino del Perú». En: Podestá Prensa. Dirección Web: Http://www.podestaprensa.com/2012/02/carnaval-ale-
gria-sin-igual.html?m=1. [Consultado: 11-08-2013].
320 Diario Noticias. Arequipa, 24 de febrero de 1954. P. 6.
321 «Nota del Concejo Provincial de Arequipa, Inspección de Espectáculos». En: diario Noticias. Arequipa, 26 de
febrero de 1954. P. 2.

150
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Jorge Ponce, diplomático; Alberto Morisaki,


guardia civil; Carlos Núñez Melgar, penado
14; Sonia y Elena Garcés Rivera, japonesitas;
María Lucy Ballón Rodríguez, marciano
y Rosa M. Bustamante Chávez, negrita.
Concurso de disfraces 1957.

Muy aparte de dichas disposiciones, hubo otras indicaciones de la Subprefectura


para que se realice de forma correcta el carnaval de 1954; donde quedaba «prohibido
el juego con agua de color (anilina), el arrojo de artículos comestibles (frijoles, maíz,
patatas, etc.) y de cohetes de garbanzo, explosivos, aserrín» u otros elementos que
puedan ocasionar daño a las personas. Pese a ello el juego siempre era intenso, inclu-
so en los bailes realizados en instituciones, clubes y cines, por lo que también quedaba
«prohibido en las funciones cinematográficas jugar con los artículos antes menciona-
dos». Otra gestión municipal para evitar los actos delincuenciales, fue la emisión de
licencias para el uso de disfraces, la cual era recabada en el Concejo Provincial. Como
última medida adoptada por la autoridad:

A partir de las 6 de la tarde de los días Domingo, Lunes y Martes,


queda totalmente prohibido, el juego en las calles, con agua, polvos y
objetos que pudieran hacer daño. Los contraventores de estas dispo-
siciones, sufrirán arresto de 24 horas y deberán pagar una multa322.

Hacia el año de 1955, se preparó otro escenario para los festejos del carnaval mis-
tiano, la comisión de organización estuvo presidida por Ulrich Neisser, e integrada por
Víctor Andrade y Luis Gonzáles Lobos. Entre las actividades, como en años anteriores,
se resolvió dar premios a los mejores carros alegóricos, conjuntos musicales, comparsas
y bailarines que participaron del evento, destacándose como primer premio 2.500, el
segundo 1.500 y el tercero 1.000 soles de oro (quedaban fuera del concurso los carros
presentados por la Comisión Organizadora).323 Asimismo, se realizó la festividad en
el Estadio Melgar. El programa oficial del carnaval contempló eventos que reunían a
la población proveniente de diferentes distritos, como el corso, agasajos, etc., también
bailes y fiestas que se desarrollaban en instituciones particulares.

322 «Disposiciones para la correcta celebración del Carnaval 1954». En: diario Noticias. Arequipa, 28 de febrero de
1954. P. 3.
323 Diario Noticias. Arequipa, 7 de febrero de 1955. P. 2.

151
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

Coronación de la Reina S. M. Hilda Bustinza Álva-


DÍA 15 9:45 p.m. rez (Miraflores) y de la Reina de la Urb. Mariano
Melgar.

Coronación de la reina del Club Deportivo Central


6:45 p.m. del Barrio de los Ejercicios en el Teatro Variedades.
DÍA 16
Coronación de la reina de la Radiotelefonía y de la
9:45 p.m.
Simpatía en el Teatro Municipal.

Coronación de la reina de la radio y la farándula en el


DÍA 17 9:45 p.m.
Teatro Municipal.

Gran función de Gala en el Teatro Municipal, preside


DÍA 18 9:45p.m. el alcalde de la ciudad, Eduardo Gutiérrez Ballón, y la
Reina del Trabajo Rose Mary I. Concurrirá la banda
del Ejército.

Agasajo a los asilados en el Instituto de niños ciegos;


10:00 a.m. a los ancianos del asilo Víctor Lira y a los enfermos
del Lazareto del Hospital Goyeneche.

Gran matiné en el Teatro Municipal donde será coro-


3:30 p.m. nada la Reina Infantil Jean I. En el programa artístico
se intercalará un gran concurso de disfraces.

5:00 p.m. Entrada del Ño Carnavalón.

7:30 p.m. Coronación de la Reina de Yanahuara en el Teatro


Municipal (plazoleta 28 de Febrero).

Coronación de la Reina del Deporte en el Estadio


8:00 p.m.
Melgar.
DÍA 19
Coronación de la Reina del Mercado en el Teatro
9:30 p.m. Municipal.

11:00 p.m. Baile de fantasía organizado por la FECIA en su local.

Baile de fantasía organizado por el Club Social Tara-


11:00 p.m.
pacá en su local.

11:00 p.m. Baile de fantasía del Jockey Club en su propio local.

11:30 p.m. Baile de fantasía ofrecido por el Círculo Mollendo.

11:30 p.m. Baile de Fantasía ofrecido por la Asociación White


Star.

11:30 p.m. Baile en el Cine Victoria (calle Mercaderes).

152
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

11:00 a.m. Matinal bailable en el Cine Victoria.

Corso de Carros Alegóricos. El desfile partirá del


parque Selva Alegre. Recorrido: Jerusalén, 2da y 3ra
2:00 p.m. cuadra de Mercaderes, Perú 1ra, 2da y 2ra cuadras,
San Camilo 2da y 1ra cuadra, San Juan de Dios 4ta
y 5ta cuadra, 28 de Julio y Merced hasta Plaza de
Armas.

Baile de fantasía en el local de la Asociación Provin-


DÍA 20 10:30 p.m.
cial de Maestro Primarios (Calle Tristán).

11:00 p.m. Baile de fantasía ofrecido por la Asociación Deportiva


Miraflores.

11:00 p.m. Baile de fantasía ofrecido por el Club Tarapacá.

11:00 p.m. Baile ofrecido por la FECIA.

11:00 p.m. Baile en cine Victoria.

11:00 a.m. Matinal bailable en cine Victoria.

9:30 a.m. Festival carnavalesco gratuito en el Estadio Melgar.

Juego libre en las calles con la participación de com-


DÍA 21 12 m. parsas de jugadores con «cascarones», etc.

11:00 p.m. Recepción y baile ofrecido por la Reina del Trabajo.

11:00 p.m. Baile de fantasía ofrecido por el Círculo Mollendo.

11:00 a.m. Matinal bailable en el Cine Victoria.

Juego libre en las calles y continuación del concurso


12 m.
de comparsa de los jugadores.
DÍA 22
2:00 p.m. Festival taurino en la Plaza de Yanahuara.

11:00 p.m. Baile de fantasía ofrecido por el Club Internacional de


Tiro al Blanco en su propio local.

Entierro del ÑoCarnavalón de Miraflores. Cerro


DÍA 23 2:00 p.m. Colorado.

En muchas ocasiones, el programa oficial era modificado por la Comisión Or-


ganizadora debido a los imprevistos que se presentaban. Eso ocurrió en el año de
1955, en que dadas a las lluvias torrenciales, el desfile de los carros alegóricos tuvo
que realizarse en la mañana. Tal y como se da a conocer en los diarios de la época:

A consecuencia de la lluvia que cayó ayer por la tarde fue suspen-


dida la entrada del Ño Carnavalón en la Ciudad, por tal motivo,

153
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

los conjuntos que iban a participar en él lo harán en el desfile de


carros alegóricos324.

Una de las gestiones que se debe destacar de esta Comisión de Festejos, fue en cuanto
a la preocupación por mantener el precio moderado de las entradas a los bailes de fanta-
sía y la adquisición de artículos del carnaval. El presidente de la Comisión, envió una nota
de prensa en la que convoca a las instituciones a realizar cobros razonables para evitar
que el público se vea impedido de participar en algunas actividades.

La Comisión del Carnaval hace un llamado a las Instituciones


organizadoras de bailes y en general a los comerciantes, músicos
y demás entidades y personas que desarrollan actividades relacio-
nadas con el Carnaval, a fin de que fijen precios moderados, dan-
do así oportunidad al público para que participe en estos festejos,
sin un mayor sacrificio económico325.

Entre los bailes de fantasía, es de mencionar el baile organizado por el Club Interna-
cional Arequipa, cuya entrada o ticket tenía un costo especial:

Baile infantil y concurso de dis-


Domingo de carnaval Cuota Juniors y Damas 5.00
fraces. Actuación de la Orq. Don
10:30 a.m. – Socios y No socios 10.00
Yalán.

El Baile de la Juventud con asisten- Damas: 25.00


Domingo de Carnaval cia de las reinas locales y en honor Damas de no socios: 35.00
a partir de las 6:30 de la Reina del Club Internacional. Socios: 40.00
p.m. a 12 p.m. Orq. Don Yalán. No Socios: 60.00

Damas: 40.00
Tradicional Baile de Máscaras.
Martes de Carnaval Damas de No Socios: 50.00
Orq. Ballón Vargas, concurso de
11:30 p.m. Socios: 60.00
comparsas con premios. No socios: 80.00
Diario Noticias. Arequipa, 6 de febrero de 1955.

Por otra parte, también se realizó el recordado Corso de Floresy el desfile de


carros alegóricos.

Es necesario recordar a las firmas comerciales que para con-


tribuir al mayor éxito de las celebraciones de nuestro carnaval,
deben procurar en lo posible asegurar la inscripción de Carros

324 Diario Noticias. Arequipa, 20 de febrero de 1955. P. 3.


325 Diario Noticias. Arequipa, 17 de febrero de 1955. P. 7.

154
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Desfile de los
carros alegóricos por
la Plaza de Armas.

Alegóricos, ya que de esta manera se logrará alcanzar el tradicio-


nal brillo de la fiesta del Dios Momo326.

A pesar de aquellos imprevistos ocasionados por la naturaleza, el Carnaval de 1955


fue uno de los mejores que se realizaron en Arequipa. Su éxito se debe a la organización
del corso, que desde hace algunos años atrás, no se venía realizando. Ciertamente se con-
gregó a gran multitud de personas en la Plaza de Armas y a lo largo del recorrido. Aquel
corso se dio inicio a las 11:45 de la mañana partiendo del parque Selva Alegre.

Desde tempranas horas el enorme gentío, ávido de presenciar un


corso de las Flores, que dicho sea de paso, no se veía muchos
años, ha. Arequipa entera se congregó en la Plaza de Armas y a
lo largo de las calles por donde debía pasar el desfile de los ca-
rros alegóricos, manteniendo fervoroso el entusiasmo que supo
despertar el anuncio oficial, de que éste se llevaría a cabo en las
horas de la mañana, y contando con el tiempo que se mostró
propicio, permitió que se demorara en su iniciación327.

Lo pomposo de dicha actividad se caracterizaba por el ingenio con el cual lo carros


fueron adornados. El vehículo presentado por la comisión del carnaval del Concejo
Provincial, portaba un muñeco de gran tamaño, rodeado de nueve cabezones que iban

326 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1955. P. 5.


327 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1955. P. 1.

155
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

bailando a su alrededor. Luego se situaba el carro presentado por la Urbanización de


IV Centenario, confeccionado por ElardZabalaga, el vehículo fue denominado: Ramón
Castilla y la libertad de los negros, que representaba la epopeya histórica de la libertad
de los esclavos y de los negros, algunos de los cuales iban halando el carro y otros den-
tro de él, con el libertador a la cabeza y con los símbolos patrios.

En seguida, estuvo situado el carro cuyo nombre era: «Los roncos del bisturí»,
creación artística de Aníbal Manrique y algunos estudiantes de Medicina. En el carro
figuraba un paciente amarrado con sogas, listo para ser operado; se notaba instru-
mentos de cirugía, serruchos, canillas, etc. Al personaje se le aplicaba la anestesia por
medio de un zapato, y los médicos operantes con su respectivo mandil blanco. Por
otra parte, portaba subliminales leyendas, cómicas a la vez, de las cuales se distinguía
frases como:

• «De aquí a su casa, de aquí al Cementerio».


• «Los árboles mueren de pie, pero Ud. Echado».
• «Famosos cirujanos de tránsito a Puno».
• «Se reencaucha lenguas, se cambian corazones en diez mi-
nutos, alquilamos sacatripas».
• «Con poco dinero, mandamos a la eternidad».
• «Se tramita defunciones gratis».
• «Enamorados y ex-decepcionados les cambiamos corazones»328.

De una forma u otra, las fiestas del carnaval obedecen a una alteración del orden
establecido socialmente. La representación del carro alegórico de los estudiantes de la
Facultad de Medicina cumple con una de las características que explica la investigadora
Silvia Pérez, cuando menciona al carnaval como paradigma de la transgresión. El dis-
curso contenido en aquellas hilarantes frases que encauzan la esencia de la festividad,
escenificaban la figuración de un hombre apunto de ser operado, y ello complace el
escenario de supresión de normas y tabúes.329

Se trató de un evento que buscaba conglomerar a todas las organizaciones e insti-


tuciones que fuera posible, y en aquel desfile de vehículos adornados, resaltaba el carro
alegórico del Servicio de la Tercera Región de Intendencia, que había sido confecciona-
do por el Mayor Ricardo Rubina. El vehículo fue denominado «Las Moscas», ya que
llevaba a muchas muchachas con el disfraz del insecto díptero. Otro vehículo represen-
tó a niñitos disfrazados de aves, denominándose «Jaula de los Canarios».

328 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1955.


329 PÉREZ SIMÓN, Silvia. «Desenmascarando el Carnaval». Asociación Profesional Extremeña de Antropología
(APEA). Consultar en: apea.ex@gmail.com.

156
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro alegórico
de la Reina de
la Ciudad 1957,
María Eugenia
Chirinos, por la calle
Mercaderes

La festividad del carnaval, como experiencia popular, concede entonces, espa-


cios en que se evidencia la cultura de la diversidad, más aun tratándose de un país
como el nuestro. Es una fuente de intercambio, creatividad y de identidad, que llega
a ser necesaria para la interacción social. De esta forma, los motivos que se repre-
sentaban en Arequipa, no eran restringidos según el orden cultural de nuestra his-
toria y sociedad, por el contrario, comenzaba admitir diferentes comportamientos
culturales, por decir así, foráneos, que enriquece una festividad multicultural —por
lo menos en América—, como es el carnaval. Por ejemplo, entre los carros alegó-
ricos de 1955, el Conjunto de Danzas y Música autóctona, Vilcanota, presentó un
carro alegórico en el que llevaba a la estudiantina y danzarines; tenía como símbolo
y reina a la Flor del «Nuccho»; otro vehículo representaba una balsa de Totora del
Lago Titicaca, que se denominaba «Los hijos del Sol» (presentado por Remigio
Salazar), en el cual iban indígenas caracterizados con trajes típicos del lugar y su
música auténtica.330

También se puede apreciar a grandes rasgos el sentido del marketing cultural de


la fiesta, que ciertamente mostraba vitalidad y vigencia, se podría entender —según
menciona Angelita Balcázar para el caso de Cajamarca— como «el proceso de mercan-
tilización de la cultura»331. Propicia entonces un escenario de propaganda comercial,
donde muchas firmas, empresas, ofrecen su producto al público; y políticamente, tam-
bién lo hacen las municipalidades y organizaciones sociales. En aquel Corso de Flores,

330 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1955.


331 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 38.

157
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro alegórico
‘Nido de Quesures’.

por citar algunos casos, se presentó la «Comercial S.A.» con un carro cuyo motivo
era la propaganda de los radios Phillips (portaba un gran muñeco y un amplificador
de música); sobresalía el carro de pisco «San Vicente» de la Sociedad Agrícola de San
Vicente; la firma CORSUR332 que presentó un carro con una refrigeradora; el carro del
Club River Chili, que simbolizaba una cancha de basquetbol (con jugadores y table-
ros); el carro de la fábrica de jabón «El Águila», que representaba a dicha ave; la firma
Coca-Cola, valga mencionar, el más largo y grande del corso (estuvo compuesto por
tres tráileres) presentado por Enrique Mejía, figuraba un colorido escenario de la vida
selvática, etc.333

También destacaban los carros de las reinas de diferentes distritos con sus res-
pectivas cortes: El carro de la reina de Sabandía, representaba dos cisnes y una lira,
acompañado de una escolta de heraldos a caballo con sus respectivas lanzas; el coche
de la Reina del Trabajo representaba el Cuerno de la Abundancia y la rueda simbólica
del trabajo, con un panal de miel y sus abejas (confeccionado por el artista Víctor To-
rres Cruz); por su parte, el carro de la Reina de Cayma, ostentaba un arco colonial del
distrito; el carro de la Reina de la Urbanización de Mariano Melgar, simbolizaba al
volcán Misti; el carro de la Reina del Deporte mostraba una gran bola de fútbol con
dibujos alusivos; la Reina Infantil se lució con un hermoso coche, donde se distinguía
una canastilla de flores, entre otros.

Durante el Corso de Flores, también destacaron los conjuntos musicales con sus
bandas típicas y parejas de baile; iban intercalados conjuntos vernaculares y com-

332 Corporación Comercial del Sur.


333 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1955.

158
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

parsas, entre los que anotamos: La comparsa del altiplano de la Casa Rosada, con
doce parejas de baile dirigidos por Fidel Mamani; la comparsa de SumaccTicac del
Barrio de Miraflores, con diez parejas de baile, presentada por Jorge Condori; otra
comparsa de la calle Víctor Lira, también con su banda y parejas de bailarines; y la
comparsa de tropicales del Barrio Betaerio, con sus bailarines chunchos, presentada
por Dionisio Arias.334

Frente al carnaval de 1956, la Comisión del Carnaval, conformada por los edi-
les: Alberto Mostajo Ackerman, César Carty Arredondo y Luis Gonzáles Lobos335,
acordó llevar a cabo el tradicional Corso de Flores, otorgando premios a los mejores
carros adornados y las mejores comparsas de bailarines, bajo el siguiente orden:

CARROS ALEGÓRICOS COMPARSAS DE BAILARINES

PRIMER PRIMER
S/. 2,000.00 S/. 500.00
PREMIO PREMIO

SEGUNDO SEGUNDO
S/. 1,000.00 S/. 250.00
PREMIO PREMIO

TERCER S/. 800.00 TERCER S/. 150.00


PREMIO PREMIO

El programa del carnaval de 1956, que presidía la Reina Infantil S. M. Ela I, obe-
deció a las siguientes actividades: La entrada del Ño Carnavalón, cuyo cortejo partió
de la plaza Mayta Cápac, marcha que era encabezada por un enorme muñeco monta-
do en burro, y siguió el recorrido por el actual Centro Histórico de Arequipa; los bai-
les sociales realizados por el Círculo Mollendo, Asociación White Star, Jockey Club
Arequipa, Círculo «Unión Miraflores», Radio Arequipa, cine Victoria, Club Aurora
F. C., FECIA, entre otras instituciones; asimismo, se realizó el Corso de Flores, que
partió del parque Selva Alegre, siguiendo por Jerusalén, Mercaderes, Perú, San Juan
de Dios, 28 de Julio y La Merced hasta la Plaza de Armas. Se tuvo en consideración el
corso infantil, con carritos engalanados, y concurso de disfraces denominado «Car-
naval de papel», en el Coliseo Municipal, así como también en la Plaza de Armas.336

El Corso de Flores, anota Noticias, no tuvo el mayor éxito debido a la falta de


cooperación del comercio y las instituciones sociales, otra causa fue el atraso del
desfile de los carros alegóricos, que estaba anunciado para las 10:30 de la mañana,
realizándose a las 12:10 del mediodía. La actividad no satisfizo las expectativas de

334 Diario Noticias. Arequipa, 21 de febrero de 1955.


335 Diario Noticias. Arequipa, 22 de enero de 1956. P. 3.
336 Diario Noticias. Arequipa, 11 de febrero de 1956. P. 3.

159
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

la población; pese a eso, desfilaron los siguientes carros: el de la Reina Infantil S.


M. Ela I, presentaba un trono egipcio; «La Cigüeña y el Lobo», presentado por los
vecinos del barrio de Lambramani (autor Roberto Velarde); «El gato y los ratones»
(Mario Zolezzi); «Los chinos arroceros» (Enrique Mejía); «La Escuelita Nocturna»,
con alumnos y carpetas; el carro de propaganda de Coca Cola, entre otros.337

Cabe mencionar que en aquel año se marcó con intensidad el contenido violento
y desordenado de la fiesta, ya que bajo el pretexto de los juegos con harina y agua,
días antes de las fechas centrales, algunas personas fomentaron actos inmorales, robos
y hasta ocasionaron accidentes de tránsito. Ciertamente, se había malacostumbrado a
adelantar de ese modo las fechas festivas; ya desde enero, se comenzaron a jugar in-
moralmente las fiestas preparadas para la semana del 12 de febrero. En algunos otros
casos, provistos de harina, algunos muchachos con disimulo, lanzaban a los ojos de las
niñas, logrando cegarlas, y aprovechándose de ese estado, sustraían dinero u objetos
que pudieran llevar consigo.

En la antiguamente llamada calle de la Ranchería, en una de las


cuadras de Sucre, de Piérola, Pizarro, Ayacucho, Puente Bolog-
nesi y otras calles de nuestra ciudad, ahora y antes, ha habido y
existen aún los palomillas de barrio. Todo está con lo mismo de
antes, con la diferencia de que los de hoy, más pervertidos, más
precozmente inmorales y peligrosamente maliciosos, han busca-
do el juego que resulta extemporáneo para practicar determina-
dos hechos que atentan contra la moral, contra la salud338.

En 1957, la Comisión Municipal presidida por el Sr. Ampellio Grossi Pitera, preparó
un atractivo programa para la fiesta de carnestolendas, enviando anticipadamente oficios a
diversas instituciones para que pudieran participar en el Corso de Flores, programado para
el domingo 3 de marzo. El Concejo, cuya gestión recaía en Ulrich Neisser Riess, comenzó
a actuar con gran eficacia.339 Asimismo, este año se marcan algunas reformas, pues bien, el
alcalde Ulrich Neisser, tuvo como objetivo principal de su gestión, remover los mercadillos
y ferias populares de la parte céntrica de la ciudad, así reza un párrafo en sus memorias:

El problema mayor que confronta la Inspección de Policía a este


respecto, lo constituye la alarmante proliferación de vendedores
ambulantes, que prácticamente coparon todas las calles adyacen-
tes al Mercado Central de San Camilo, produciendo tremenda

337 Diario Noticias. Arequipa, 13 de febrero de 1956. P. 3.


338 Diario Noticias. Arequipa, 25 de enero de 1956. P. 5.
339 Diario Noticias. Arequipa, 23 de enero de 1957. P. 4.

160
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Los cabezudos en
la entrada del Ño
Carnavalón de 1957.

incomodidad a los transeúntes, a los comerciantes legalmente


establecidos en tiendas y almacenes y al tránsito de vehículos
motorizados de transporte de pasajeros y de carga. Esta proli-
feración de vendedores ambulantes en los últimos años, se debe
a la constante inmigración de familias indígenas procedentes de
las provincias y departamentos del interior de la región del sur,
acosadas por las consecuencias de la sequía340.

Por lo cual, durante sus periodos comprendidos entre 1956-1957 y 1964-1966,


trató de evitar la proliferación de los ambulantes, censurando en el año de 1957, «el
establecimiento de toldos en la Plazoleta del Mercado Central de San Camilo, en las
fiestas de Carnaval, 28 de Julio, Fiestas de la Ciudad, Conmemoración de Difuntos y
Navidad, empleando maderas, telas y calaminas»341. Frente a ello, se sugirió que los
puestos sean reubicados en lugares adecuados como la quinta cuadra de la calle Perú,
calle 2 de Mayo hasta la plazoleta del Asilo Lira; el parque Duhamel; las calzadas de
la plaza España; áreas a las que se comprometía fuerte iluminación.

De esta forma, el programa de actividades precisaba para este año: la coronación


de las reinas de los distritos (evento suspendido por las lluvias torrenciales), de la Ra-
diotelefonía (con concursos de Rock and Roll), de la Ciudad y del Trabajo, en el Teatro
Municipal; la entrada del Ño Carnavalón siguiendo el recorrido de años anteriores

340 NEISSER RIESS, Ulrich. «Memoria / 1964 – 1965 – 1966».Concejo Provincial de Arequipa. P. 146.
341 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1957. P. 1.

161
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

que remataba con un festival carnavalesco en la Plaza de Ar-


mas (deslucido por la fuerte lluvia); concursos infantiles en
la Plaza de Armas (Jurado compuesto por: Ampelio Grossi,
Carlos Vargas y Jorge Lozada); bailes de fantasía organizado
por el Club Internacional de Tiro al Blanco, la Asociación de
Maestros de Arequipa, FECIA, Jockey Club Arequipa, Radio
Arequipa, entre otras instituciones u organizaciones. Final-
mente, se llevó a cabo el juego libre en las calles donde se
utilizó serpentinas, chisguetes de éter, pistolas para agua y
mixtura; y no podía faltar el Corso de Flores.

Aquel corso se inició pasado el mediodía, teniendo


como punto de partida el parque Selva Alegre, se hicie-
ron presentes los carros alegóricos que transportaban a
las reinas; el de la Cervecería, muy bien decorado con un
hermoso vaso de Cerveza; un carro Bucanero, con piratas
caracterizados; entre otros que destacaron por su atractiva
ornamentación. Asimismo, las fiestas del carnaval dejaron
numerosos heridos, ascendiendo a una suma de 38 personas
atendidas en la Asistencia Pública.342

El panorama de 1958 presenta escenarios críticos para


la ciudad de Arequipa. El 15 de enero se produjo uno de
los terremotos más catastróficos de nuestra historia, aquel
sismo dejó como saldo la muerte de «20 personas, más de
80 quedaron heridas, el pueblo a los primeros remesones
salió a la calle dando gritos de pavor, mientras que de los
❚❚ Recorte del diario
“Noticias” frente a los
edificios caían las cornisas y se derrumbaban a trechos las
carnavales de 1958, paredes en plena ciudad, se cuartearon la mayoría de las ca-
que no se celebraron en sas e iglesias antiguas»343. La tristeza fue mayor cuando se
Arequipa. anunció que muchas familias quedarían sin vivienda, dado
que aproximadamente 322 casas iban a ser demolidas.344 A
ello se sumó en el mes de febrero, la huelga de los policías,
ocasionando un enfrentamiento entre los protestantes y el
Ejército que intentaba dispersarlos del Cuartel de Radio
Patrulla (luego se concentraron en el Convento de Santo

342 Diario Noticias. Arequipa, 5 de marzo de 1957. P. 5.


343 BARRIGA, Víctor M. «Largo historial de sismos en Arequipa». En: PARDO GÁMEZ, Adela. Arequipa, su pasado,
presente y futuro. Imprenta Litográfica del Perú. Lima, 1964. P. 73.
344 Diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1958. P. 1.

162
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Acompañantes del Ño Carnavalón. ❚❚ Carro alegórico de la Reina del Trabajo


1959 en la cuadra de Mercaderes.

Domingo); la tragedia que se produjo al repeler los protestantes, un tanque a pedra-


das, tuvo como saldo la pérdida de dos vidas humanas y varios heridos; por lo cual
se declaró a la ciudad en Estado de Sitio.

Por otra lado, a partir de dicho año, el gobierno de Manuel Prado comenzó a re-
primir fuertemente las fiestas del carnaval, pese a ello, en Lima, la Cámara de Diputados
rechazó el pedido para que se supriman los feriados de carnaval; sin embargo, no se pro-
dujeron programas oficiales, lo que de alguna forma desarticuló el programa de la festi-
vidad. Bajo dichas circunstancias, en 1958 no hubo fiestas del carnaval en Arequipa.345

Hacia el año de 1959, el gobierno insiste en la disposición de suprimir el núme-


ro de feriados, tal y como rezan las notas periodísticas, con la finalidad de «dedicar
un mayor tiempo al trabajo y por lo tanto a la producción y la industria»346. Pese a
las disposiciones, el concejo, mediante la Comisión de Festejos presidida por Ángel
Pacheco Tamayo, organizó las siguientes actividades: la entrada del Ño Carnavalón,
partiendo de la plaza Mayta Cápac, acompañando al cabezón las comparsas carna-
valescas («Altiplano», «Tahuantinsuyo», «Ancash», «Sur Andino», «Cuzco Inca»,
«Tarqueño», etc.); un baile popular en el Parque Grau, cuya entrada estaba valoriza-
da en S/. 10.00; el acostumbrado festival infantil en el Coliseo Arequipa; y el desfile
de carros alegóricos partiendo de los alrededores del Estadio Melgar, el cual precisó
el recorrido por la plazoleta Romaña, calles Perú, Peral, Melgar, Zela, Santa Catalina,
Moral, Sucre, Palacio Viejo, Merced, rematando en la Plaza de Armas.347

Entre los carros que destacaron en el corso podemos mencionar: el vehículo de Tex-
tiles San Antonio S. A., que presentaba en su alegoría una lanzadera de telar, con chi-

345 Diario Noticias. Arequipa, 10 de febrero de 1958. P. 2.


346 Diario Noticias. Arequipa, 26 de enero de 1959. P. 2.
347 Diario Noticias. Arequipa, 5 de febrero de 1959. P. 5.

163
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

menea y adornos propios de la fibra blanca; la Compañía Cervecera del Sur del Perú
presentó una bullanguera orquesta; la compañía folklórica Tahuantinsuyo, con su Reina
S. M. Hortensia I; entre otros carros que por su decoración llamaron la atención, fueron
el presentado por Leche Gloria, La Comercial S. A., los conjuntos «Picaflor Andino»,
«Vilcanota», «Sur Andino», con sus respectivas reinas. Y el juego en las calles cundió con
agua, pintura y polvos.348

Al año siguiente, a trece días del mes de enero de 1960, se produjo un segundo
sismo que dejó en peor estado a la ciudad de Arequipa. Aquel funesto movimiento
telúrico redujo a la ciudad en escombros, sobre todo en los distritos de Paucarpata,
Uchumayo, Sabandía, Polobaya, Miraflores y Characato; se asume que su intensidad
fue mayor al sismo del 1958. Estimándose que aproximadamente 50 mil familias
quedaron sin domicilio, e innumerables vidas se perdieron. Bajo estas condiciones
eran poco probables los festejos de carnestolendas, la ciudad se hallaba enlutada.
Cabe destacar que el parque Mayta Cápac, que era el lugar de donde partía el Ño
Carnavalón, se había vuelto refugio para los damnificados que se resguardaban en
carpas y toldos.

No llegaron a organizarse bailes en los clubes e instituciones sociales; el juego


en las calles, se circunscribió a las casas familiares y amigas, hubo escasez en la venta
de las globos de jebe, las cuales subieron de precio; lo normal era 144 globos a ocho
soles, luego del terremoto alcanzaron la suma de doce soles. Los chisguetes de éter
también alcanzaron elevadísimos precios, y únicamente estaba a la venta la marca
«Amor de Colombina», desapareciendo la marca que tuvo acogida en años anterio-
res, «Amor de Pierrot». Lógicamente, preponderó en los juegos, la matachola, que
consistía en medias de nylon, llenas de polvos en su extremo, con la cuales la gente se
golpeaba entre sí, y la mixtura.349 Aquella práctica ya se empleaba en Lima desde los
años veinte, tal y como menciona, Ernesto Barreda:

En los años 20, las bolsitas de harina, conocidas como “mata-


cholas”, irrumpieron en la fiebre nocturna junto con los costales
con latones que se lanzaban desde los techos contra los ingenuos
transeúntes350.

Pese a que el juego no tuvo la intensidad de otros años, se registró un terrible


accidente producto de los carnavales; se trataba de un joven de 15 años que, huyendo

348 Diario Noticias. Arequipa, 9 de febrero de 1959. P. 2.


349 Diario Noticias. Arequipa, 28 de febrero de 1960. P. 7.
350 BARREDA ARIAS, Ernesto. «Carnavales… los de mi tiempo»». En: Dominical de La Crónica. Lima, 9 de febrero de
1986. P. 5.

164
Historia del Moderno o Nuevo Carnaval en Arequipa

❚❚ Carro alegórico
del Rey de los Feos
1959.

de un baldazo de agua, se lanzó precipitadamente a la calle, dando contra las líneas


del tranvía en el preciso momento en que el vehículo de placa Nº 806 de la línea a
Paucarpata, circulaba velozmente. La víctima, reconocida como Timoteo Condori,
fue descuartizada.351

La experiencia del nuevo carnaval, aquel que está caracterizado por los corsos
de flores, reinados, bailes de fantasía, corsos infantiles, verbenas, concursos de disfra-
ces, etc., nos deja saber que su éxito depende de los auspicios, apoyo y organización
de los concejos municipales, así como también de los medios de prensa como nexos
comunicativos, que permiten estimular los ánimos populares. Asimismo, se ha po-
dido comprobar su éxito con la organización de tres actividades fundamentales: la
organización de los reinados, el corso de flores y los festivales en el Estadio Melgar;
su realización auguraba el éxito de las fiestas carnestolendas.

351 Diario Noticias. Arequipa, 29 de febrero de 1960. P. 1.

165
Capítulo IV
Análisis sociocultural de las fiestas
del carnaval en Arequipa
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

1. ANÁLISIS SOCIOCULTURAL DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN


AREQUIPA

El carnaval arequipeño históricamente es resultado de la mezcla entre dos culturas,


una influencia andina y otra hispana, que a su vez están compuestas de varias directri-
ces, tanto indígenas como occidentales, por lo que en un primer ítem de este apartado,
abordamos la influencia cultural en las fiestas del «Nuevo» Carnaval. En un segundo
punto, analizamos el entorno sociocultural de las fiestas, determinando algunos aspectos
que pueden diferenciar el carnaval rural del urbano, que permite afirmar que Arequipa,
ha gozado y goza de ambos comportamientos festivos. En un tercer punto, distinguimos
los espacios y el acceso a los festejos, para luego, finalizar analizando el perfil social del
carnaval: de expresión popular al glamur y reconocimiento nacional.

1.1 SEGÚN LA INFLUENCIA CULTURAL

El carnaval es una de las pocas tradiciones en que variedad de comportamien-


tos festivos y expresiones culturales logran confluir armónicamente. Las fiestas del
carnaval como tradición universal o global, adquieren un sentido particular según
el espacio geográfico y el contexto sociocultural en que se desarrollan los festejos.
Muchas tradiciones han llegado de España, donde confluyen una serie de costumbres
cristianas que han ido transformándose, modificándose en varios aspectos. Con el co-
rrer de los años, las costumbres foráneas con las autóctonas se han adaptado, dando
origen a una nueva manifestación cultural. La Navidad, por ejemplo, tratándose de
una tradición occidental, ha logrado una caracterización peculiar en cada región del
país y el mundo.

Lógicamente, se mantiene la esencia de la tradición, pero sus componentes festi-


vos y expresiones culturales tienden a cambiar. Prueba fehaciente de ello, es la antigua
costumbre occidental de los belenes, pesebres, nacimientos o el Misterio de la Navidad
armados en conventos, parroquias y residencias, ante los cuales se danza, cantando
coplas y villancicos.352 Los nacimientosresultan ser una expresión festiva de la tradición
de la Navidad, si bien guarda la esencia de la fiesta que radica en la celebración por
la llegada del niño Jesús, también adquiere una caracterización local en cada pueblo.

Es importante anotar los cambios que sufren muchas de las piezas del misterio
según la idiosincrasia de los pobladores. Quizá no se deja de representar a los tres le-

352 C. A. R. «La Navidad criolla y los nacimientos». En: Revista Fanal. Vol. XIII. N° 53. International Petroleum Com-
pany. Lima, 1957. Pp. 2-3.

170
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Las serpentinas esperan al público, quienes


se arrojan los rollos con la leyenda adecuada.

gendarios reyes magos; pero sí son concebidos y modelados de diferente manera. Los
artífices populares de la sierra peruana, ya no representarán a los reyes magos con
atuendos cristianos, montados a camello, sino que lo harán con ponchos y motivos
andinos, montados sobre alguna especie de camélido regional. Esta clase de imagi-
nería artesanal da vida a los elementos vernaculares y típicos de un lugar. De modo
similar a la Navidad, el carnaval se ha ido desarrollando en todo el mundo como una
tradición local, no se trata de un proceso de aculturación, ya deja de ser una fiesta
romana, italiana, francesa o hispana, pues logra alcanzar un contenido localista, con
modos auténticos, lo cual es trascendental, ya que permite la revaloración de todos
nuestros recursos culturales festivos. Imagínese que no existiera ninguna tradición,
no habría forma de poner en práctica las costumbres que caracterizaron desde siem-
pre a nuestro pueblo.

El carnaval arequipeño es resultado de la mezcla entre las manifestaciones cul-


turales autóctonas, es decir, la estampa andina, y las expresiones occidentales, cuya
presencia se ve afianzada con la influencia hispana en América. La muestra más clara,
vendría a ser nuestra música, que tal y como afirma Armando Sánchez, está compues-
ta de dos vertientes: «la andina de tradición milenaria, y la europea que llega con los
conquistadores españoles»353.

353 SÁNCHEZ MÁLAGA, Armando. La música en el Perú. Historia y Cultura del Perú. Museo de la Nación. Universidad
de Lima. Curátola, Marco Editores. Lima, 1994. P. 379.

171
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

1.1.1 EXPRESIONES INDÍGENAS EN EL CARNAVAL

Existen varias expresiones indígenas en el carnaval que ostentan una caracte-


rización autóctona; la mayoría de ellas son provenientes del ande, y ha permitido a
muchos estudiosos hablar de un «Carnaval Andino». Históricamente, los andes han
desempeñado un rol fundamental en el Perú, en sus cumbres fue fundado el Imperio
Incaico, y también fue conquistado en Cajamarca por los españoles. Geográficamen-
te, los andes son una cadena montañosa, y debe su nombre a los variados matices co-
brizos que en sus alturas presenta el horizonte vespertino. Emilio Romero considera
que los andes son «una inmensa meseta alta de promedio 3,500 m, ancha y socavada
con calles extensas, sobre cuyas planicies se elevan los más altos picos como acci-
dentes geográficos sobre una planicie habitada por el hombre»354. Humboldt había
estimado que la altura media de los andes es de 2,500 m.355

El Dr. Hans-Wilhelm Koepcke, basándose en la ecogeografía —estudio de las


relaciones ambientales de los organismos, teniendo como principal factor el clima—,
ha determinado que en el Perú se dan todos los climas y, por tanto, el territorio es más
rico en comunidades vitales. Hans-Wilhelm logra distinguir cuatro zonas andinas
para el Perú: la del bosque tropical o macrotermo, que sube hasta los 1,200 metros;
la del bosque subtropical o mesotermo, entre los 1,200 y 2,400 metros; la del bos-
que templado u oligotermo, principalmente entre 2,400 y 3,300; y la del bosque de
Polylepis o queñoal que se presenta normalmente entre los 3, 500 y 4,500 metros de
altura.356 Esta estimación nos permite entender que la altura promedio de los andes
puede llegar a sobrepasar los 4,500 metros, y que el principal punto de referencia,
vendría a ser la Cordillera Central de los Andes del Perú.

Bajo este criterio, la mayoría de departamentos se configuran geográficamente en


los andes (si no es todo el departamento, es parte de él), ya que existen cumbres que se
elevan sobre los 1,000 m.s.n.m. Sin embargo, lo fundamental es que podemos asegu-
rar que cada subregión presenta gran variedad de paisajes y condiciones ecológicas, y
sus expresiones culturales resultan ser prueba fehaciente de las marcadas diferencias
biogeográficas que hay en los andes del Perú, que para privilegio nuestro, es cuna de
grandes civilizaciones autóctonas. Comprender los andes del Perú nos debe llevar a
valorar sus expresiones culturales, como las diferentes lenguas (el quechua es una de
las más importantes), la música, las danzas, etc.

354 ROMERO, Emilio. «Geografía». En: «Reportaje al Perú» del diario La Prensa. Tomo I, «Los Departamentos». Lima,
s. f. P. 5.
355 TAURO DEL PINO, Alberto. Diccionario Enciclopédico del Perú. Tomo I. Editorial Juan Mejía Baca. Argentina,
1966. P. 90.
356 KOEPCKE, Hans-Wilhelm. «Vida y paisaje en el Perú. Una paraíso de los estudios bio-grográficos». En: Revista
Fanal. Vol. XX. Nº 73. International PetroleumCompany. Lima, 1965. P. 9-12.

172
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Por lo tanto, el carnaval andino está mayormente ligado a la particularidad de


la lengua, pero sobre todo, a la musicalidad armoniosa en sus rituales y creencias, y
sus danzas simétricas. Raúl Romero considera que las danzas y la música indígena
se asocian al ciclo vital (bautizos, matrimonios, funerales), al trabajo (marcación de
ganado, siembra y cosecha), y a las fiestas (carnaval y Navidad).357

La fuente de inspiración del hombre andino desde tiempos remotos ha estado


relacionada con el amor a la tierra, ello ha ido forjando una cosmovisión andina; y su
vida ha tenido lugar en condiciones geográficas muy complicadas, la difícil orografía
hace del hombre peruano un ser muy hazañoso, por lo tanto, sus manifestaciones cul-
turales resultan también ser muy características, y su contribución no es solo un acto
simbólico de figuras que obedecen a una ritualidad, sino también, los instrumentos
en su ejecución.

Pero ¿cómo es que muchas manifestaciones andinas se han podido injertar de


manera más o menos exitosa en varios lugares que no están comprendidos geográ-
ficamente en los andes? Una forma de explicar ello, puede ser la caracterización
biogeográfica de la mayoría de nuestras regiones, las cuales —desde todo punto de
vista—, presentan diferentes paisajes ecológicos y expresiones culturales que conflu-
yen en un mismo territorio. Ello también puede generar, culturalmente, el aislamiento
de algunos grupos o colectivos sociales.

La segunda razón se basa en el proceso inmigratorio, que se ha producido desde


siempre; pero a mediados del siglo XX, la población andina —de forma masiva—,
tiende a dejar su lugar de nacimiento en busca de mayores oportunidades. Este po-
blador se ve obligado a adaptarse a los nuevos estilos de vida, pero el auténtico
provinciano no renuncia a sus costumbres y las seguirá practicando con la enérgica
musicalidad del ande.

Finalmente, cabe mencionar que no toda la producción cultural autóctona pro-


viene irrestrictamente del ande, en muchos casos también el poblador de las zonas
costeras del país, contribuyó a las manifestaciones autóctonas que hoy en día, con
sus variantes, mantienen vigencia; otras tienden a desaparecer irremediablemente. Es
quizá, el motivo por el cual se reconoce con mayor preeminencia al legado andino; ya
que la modernidad ha destruido casi totalmente las costumbres auténticas de la costa,
y la esencia andina ha logrado subsistir refugiándose en el lecho de las montañas.

357 SÁNCHEZ MÁLAGA, Armando. Op. Cit. P. 382.

173
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

A) MÚSICA E INSTRUMENTOS AUTÓCTONOS

El patrimonio musical que hemos heredado de los pobladores indígenas que se


desarrollaron en el periodo prehispánico, aún es manifiesto en muchas festividades
que se dan a nivel nacional en diferentes épocas del año. En las crónicas, hay refe-
rencias en relación a la música del pueblo incaico; pero otra fuente de información
al respecto, es la tradición oral en los pueblos del ande, que como indica Marcela
Cornejo Díaz, «conserva en mayor o menor medida, las reminiscencias del canto
indígena originario»358, y por tanto cobra inusitada relevancia.

Varios instrumentos de viento o aerófonos (flautas y trompetas), membranófo-


nos (tambores) e idiófonos (cascabeles y sonajas), acompañaron a nuestras civiliza-
ciones antiguas en sus cantos líricos como en sus narraciones épicas. Los antiguos
mochicas, por ejemplo, utilizaron caramillos de cinco, seis y hasta siete tubos, ela-
borados con caña, carricillos, arcilla o plata; y según menciona Rafael Larco, «estos
instrumentos se conocen en el norte, con el nombre de andarillas, mientras que los
quechuas los llamaban antaras»359. Ciertamente, la antara, equivalente a la zampoña,
fue un instrumento de viento que alcanzó gran difusión en la cultura Nazca; y la al-
ternancia de sonidos ejecutados por dos instrumentalistas, tal y como indican Sonia
López y Joshio Cano, es similar a los sikus altiplánicos.360

Gracias a las investigaciones arqueológicas, se tiene conocimiento de varios ti-


pos de trompetas empleadas por los mochicas, aquellas estaban hechas con arcilla,
y en muchos casos imitaban las formas de los mariscos que abundan en la costa del
Perú. Otro instrumento de gran acogida en las culturas prehispánicas fue la quena,
una flauta hecha de huesos humanos, huesos de llamas o de alas de cóndores, cuyas
embocaduras son exactamente igual a las quenas que se utilizan en todo el Perú.361
También era de caña o arcilla, y como instrumento de viento, tuvo gran difusión en
las culturas de la costa y de la sierra, actualmente en las fiestas del carnaval andino,
alcanza importancia. Su procedencia es de los andes centrales.

Por otra parte, se habla de las tinyas actuales, que eran semejantes a los tambores
que tocaban los mochica y chimú; del huarajo huancavelicano, una trompetilla de ca-
labazo que se llamaba quepa; entre otros instrumentos musicales. Todas estas mani-

358 Cornejo Díaz, Marcela. «Cantos quechuas prehispánicos: aproximación desde la lingüística». Arequipa, 2008. En:
http://canteradesonidos.blogspot.com/2008/10/cantos-quechuas-prehispnicos.html (28 de octubre). [Consulta-
do: 19-11-13].
359 LARCO HOYLEE, Rafael. Los mochicas. T. II. Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera. Lima, 2002. Pp. 166-181.
360 LÓPEZ TRUJILLO, Sonia y CANO INUGAY, Yoshio. «La expresión musical nazca: muestra del mes». Boletín del
Museo de Arqueología y Antropología. N° 5. Lima, 1999.
361 LARCO HOYLEE, Rafael. Op. Cit. Pp. 166-181.

174
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Un cerro de
pica-pica listo para
ser empaquetado y
utilizado como otro
instrumento de juego
del carnaval de los
últimos tiempos.

festaciones demuestran que la sociedad inca tuvo una propia concepción del mundo
musical y artístico, sus instrumentos (como el pututo, quena, tarka, pinkullo, antara,
ayarichic, sikus, huankar–tambor gigante, tinya, ocarina, manguare, etc.) refuerzan la
concepción de que nuestros antepasados constituyeron una civilización avanzada, de
gran espiritualidad y caracterizada por la expresión de sus estados anímicos.

John Schechter señala que en el «ámbito musical incaico, el canto, a menudo


acompañado por la danza, tuvo un papel predominante en todas las festividades y
conmemoraciones»362. Y su permanencia se debe, fundamentalmente, a los instru-
mentos que se han utilizado, y en muchos casos siguen utilizándose, durante la parti-
cipación de las comparsas, sobre todo, en las regiones andinas donde aún permanece
en vigencia. Pese a que las manifestaciones autóctonas de América han encontrado
en las fiestas carnestolendas una forma de exteriorización y pervivencia, el carnaval
como tradición llegó con los conquistadores.

Las expresiones europeo-orientales introdujeron variedad de elementos e ins-


trumentos sonoros, especialmente, los de cuerda, viento y fuelle, como el discante,
vihuela, guitarra, arpa, bajón, trompeta de pistones, flauta, clavicordio, monocordio,
órgano, realejo, tambor, etc. Pese a que la cultura española siempre quiso sobrepo-
ner sus costumbres en desmedro de la cultura inca —tal es el caso de la extirpación
de idolatrías, que de un modo u otro, afectó la práctica musical de los peruanos—,

362 SCHECHTER, John. «El cantar histórico incaico». En: Revista Musical Chilena. Año XXXIV, N° 151. Santiago,
julio-setiembre, 1980. P. 38.

175
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

ambas lograrían evolucionar en función a la geografía del territorio americano y sus


costumbres, ambos conservaron rezagos de su propia cosmovisión, originando nue-
vos instrumentos, nuevos estilos musicales, etc. Helard Fuentes Rueda menciona que
«la música y la industria de los instrumentos musicales se fusionaron en el siglo XVI,
enlazando la tradición inkaika y la española»363.

La música es parte de una cosmovisión de la vida de los pueblos. En la época


prehispánica muchos sacerdotes con ricos atuendos, oficiaban ritos extraños; sexo y
muerte aparecen como temas obstinados.364 En la toma de Cajamarca (1532) hubo
hasta dos trompeteros conocidos (Juan de Segovia y Pedro de Alconchel), un pífano y
un tambor.365 Y Gonzalo Pizarro se hacía acompañar y mantuvo una banda de músicos
en la rebelión de los encomenderos.366 Ello prueba la importancia que tuvo la música
en todos nuestros procesos históricos, y más aún en nuestras tradiciones y costumbres.

B) DANZAS, MÁSCARAS Y RITUALIDAD ANDINA

Las danzas resultan ser la expresión viva de la ritualidad en las fiestas del carnaval,
donde confluye armónicamente, el disfraz, la máscara, la música y la cosmovisión andina.

Arturo Jiménez Borja publicó una extraordinaria investigación respecto a la más-


cara en el Perú prehispánico, donde muestra que en la pintura rupestre que corres-
ponde al paleolítico superior se han logrado distinguir hombres que llevan máscaras
de animales, por ejemplo, en las zonas arqueológicas de Toquepala (entre Moquegua
y Tacna) o Sumbay (Arequipa).367 Muchas de estas expresiones artístico-culturales,
representadas a través símbolos, líneas convexas y figuras sobre paredes de piedra,
también tuvieron lugar en las civilizaciones de la Alta Cultura Peruana, mantenién-
dose hasta el tiempo de los incas, cuyas prácticas sociales fueron plasmadas por los
cronistas de la época.

Rafael Larco ha encontrado similitudes entre las danzas guerreras mochicas y las
danzas guerreras de la actualidad. Asimismo, se afirma que muchas danzas de corte
religioso, que realizaban los mochicas con máscaras y atavíos adecuados, representa-
ban «al demonio vampiro, del demonio Strombo, del de las piedras y demás. Otros

363 FUENTES RUEDA, Helard. «Música y músicos en Arequipa colonial (Siglos XVI-XVII)». En: diario El Pueblo. Are-
quipa, 1 y 2 diciembre de 1989. P. 5.
364 SÁNCHEZ MÁLAGA, Armando. Op. Cit. P. 381.
365 BUSTO D., José Antonio del. El capitán, el Trompeta y otros Hombres de Caballería. Editorial Universitaria. Lima,
1969. Págs. 17 y ss.
366 FUENTES RUEDA, Helard. Op. Cit. P. 5.
367 JIMÉNEZ BORJA, Arturo. Máscaras Peruanas. Fundación del Banco Continental para el Fomento de la Educación
y la Cultura. Talleres AUSONIA S. A. Finlandia, 1996. Pp. 37-39.

176
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El ‘chisguete de
éter’, uno de los
instrumentos de
juego más utilizados
durante el nuevo
carnaval.

representaban a los pájaros, inseparables amigos de Aia Paec [divinidad humana]»368.

Larco menciona algo muy interesante al respecto, y es que la costumbre de utili-


zar máscaras ha perdurado a través de los siglos, con la diferencia de que la influencia
del cristianismo modificó el fondo o la esencia de su origen. La costumbre de cubrirse
el rostro con máscaras tiene un origen nativo; es, quizá, una de las expresiones más
auténticas de todos los tiempos; y ello permite afirmar que los occidentales no fueron
los únicos enmascarados.

A aquel grupo de danzarines disfrazados (muchas veces de diablos), les llama-


mos comparsas, las cuales en la actualidad cumplen un rol fundamental en las festi-
vidades andinas. Resulta significativo anotar que Larco había observado, por ejem-
plo, «que la vestimenta de los diablos de Cajabamba se asemeja mucho a la de los
danzarines que encontramos en las pictografías»369. El Inca Garcilaso de la Vega da a
conocer que algunos incas danzaban en la gran Plaza del Cuzco cubiertos con pieles
de puma y de cóndor, de modo que la cabeza de los animales cubría la cabeza de la
persona.370 De no tratarse de una máscara, como menciona Jiménez Borja, podemos
encontrar la transfiguración que es característica del disfraz. Si bien los fines eran
otros, y consistían en rendir culto a dichos animales o en otros casos ocultar el ver-

368 LARCO HOYLEE, Rafael. Op. Cit. Pp. 166-181.


369 Loc. Cit.
370 JIMÉNEZ BORJA, Arturo. Op. Cit. P. 44.

177
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

dadero rostro para mostrarlo en el templo ante la divinidad; lo importante de esta


ritualidad es identificar comportamientos similares en las festividades religiosas que
se realizan actualmente en los andes, en fiestas de Corpus Cristi, San Juan Bautista y
los Carnavales.

Esto ocurre en muchos otros lugares del país. Rafael Larco demuestra en
sus investigaciones lo mismo que afirmamos: parte del folklore peruano presen-
ta rezagos de las culturas prehispánicas que se han desarrollado en las regiones
del Perú, y a su vez, está desapareciendo en la actualidad de forma vertiginosa.
El legado del mundo indígena a las fiestas carnestolendas de diferentes regiones
del Perú, se puede apreciar en la celebración de las comparsas. Gran parte de ese
legado es muy latente en las zonas altoandinas; por ejemplo, en Apurímac o en
Ayacucho, encontramos la danza de las tijeras (actualmente no usan máscara);
en Áncash, se pueden apreciar las máscaras de auquis (espíritus de la montaña);
en Ayacucho, la danza corcovados, loros y vaca-vaca; en Cajamarca, la danza
shajsha (un guiador llamado negroes el único enmascarado); Cuzco también se
caracteriza por tener danzas enmascaradas, sobre todo en Paucartambo; en Huá-
nuco hay tres danzas enmascaradas, la cofradía de negritos, el turco, y la dama y
el enmascarado, etc. Las cuales, muchas veces, son presentadas en las actividades
del carnaval.

A orillas del río Huallaga, la ciudad de Yurimaguas conserva, de


viejas etnias que poblaron antaño aquel sitio, algunas máscaras
que se lucen en el Carnaval. El progreso ha hecho desaparecer
en unos casos los poblados nativos, y, en otros, aquellos se han
aculturado y las máscaras han desaparecido371.

Las danzas del Perú antiguo jamás se dieron en pareja. Si hoy en día se pue-
den apreciar ello, es debido a la influencia foránea; por otra parte, los varones
indígenas, danzaban normalmente con máscaras, y las mujeres lo hacían con el
rostro descubierto; se trata, quizá, de una de las observaciones más importantes
de Arturo Jiménez Borja. Ciertamente, en la mayoría de casos, no se puede con-
cebir en el mundo andino, una danza sin personas enmascaradas, ya que la fiesta
consiste no solamente en ser acompañada por el baile, la música, las bebidas y
las ceremonias, sino también, por un aire de misterio, por la misma necesidad del
ser humano en mantener de modo enigmático los aspectos de su intimidad. A este
contenido, contribuye la utilización de la máscara en las fiestas.

371 Ibídem. P. 81.

178
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

A nuestro juicio, ellas, las máscaras, dentro del conjunto de ele-


mentos que componen la fiesta, el acento más alto y poderoso.
Sin ellas, la fiesta es sólo un jolgorio. Con las máscaras, la fiesta
ingresa por un sendero, más allá de la realidad, cerca de las viejas
presencias, que conceden a la fiesta su inolvidable carácter de
haber estado próximo a lo trascendente372.

Las manifestaciones contemporáneas, similares a las formas prehispánicas locales,


reafirman la identidad cultural regional, y las máscaras, así como los instrumentos mu-
sicales, confirman la idea de que todo proceso histórico-social está fuertemente ligado
a los recursos que proporciona la geografía de cada pueblo. En Arequipa, durante los
dos primeros periodos del carnaval: Antiguo y Nuevo, se trató indudablemente de las
bifalas y los ayarachis, donde pervivía la imagen autóctona en la festividad.

Muestra evidente de toda esta riqueza cultural en Arequipa, son la actividades


que se realizan en diferentes distritos y poblados, como Cayma o Cerro Colorado,
donde aún hay fiesta con comparsas música y danzas, sobre todo en Acequia Alta,
cuyas referencias han sido publicadas por el Dr. Mario Rommel Arce Espinoza, quien
incluso afirma que «en los distritos aledaños a Arequipa, como Tingo, Sabandía,
Sachaca y Tiabaya, la fiesta del carnaval tenía otras características. Ese fue el caso de
Acequia Alta, La Tomilla y Carmen Alto, pueblos tradicionales de Cayma, donde el
carnaval se distinguía por el colorido de sus trajes y el ritmo de sus coplas»373. Las
formas del carnaval con influencias nativas también están presentes en los poblados
de Francisco Bolognesi, Buenos Aires y el pueblo tradicional de Cayma.

1.1.2. EXPRESIONES OCCIDENTALES EN EL CARNAVAL

Las expresiones del carnaval occidental no pueden tener irrestrictamente un ori-


gen español. Si bien los españoles nos dieron préstamo de algunas costumbres forá-
neas, muchas de ellas no son su creación. Tienen otros orígenes, que nos remontan
a la cultura romana, francesa, italiana e incluso judía. Por ello, considero que no
podemos hablar de una influencia puramente hispana, sino occidental.

A) COSTUMBRES CARNAVALESCAS

La costumbre más antigua eran las Cabalgatas Carnavalescas. El ingeniero agró-


nomo Carlos Luna de la Fuente señala que para estudiar el origen del caballo en el

372 Ibídem. P. 227.


373 ARCE ESPINOZA, Mario Rommel. Carnaval de Arequipa. En: diario El Pueblo. Arequipa, 28 de febrero del 2001.

179
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Perú, es necesario remontarnos a su antecesor, el caballo español, pues ciertamente


durante el siglo XV, existían en España tres tipos de caballos: el español, el andaluz
berberisco y de haca o hacanea.374

Sin duda, el caballo era el animal más importante de los países europeos; ya que
desempeñaba tareas de gran importancia. La fuerza de tracción animal, por ejemplo,
ejercida por el caballo en los molinos —a lo que se denominó Tahona—, permitió
molturar el grano y el zumaque; esta práctica ancestral, históricamente, se inicia en
Grecia Antigua, cuando la fuerza humana resultó ser insuficiente.375

Asimismo, el caballo en España tenía un tratamiento especial; este era adiestrado


por jinetes de las clases acomodadas, ya sea para el manejo de armas como para el
juego de cañas. En algunos otros países occidentales la cacería a caballo fue una téc-
nica muy empleada para atrapar aves migratorias en regiones boscosas o pantanosas.

La llegada del caballo al continente americano se produjo en el segundo viaje


de Cristóbal Colón en 1493. Trajo consigo a las Antillas y a la Isla de Santo Domin-
go 20 caballos y 5 yeguas, ello responde la gran pregunta de ¿cómo y cuándo llegó
la especie equina a América?376 El caballo, a partir de aquel entonces, desempeñó
un papel significativo en la conquista de los países de América y, particularmente,
del Perú. En un principio, cumplió con un rol militar, y cabe reconocerle hazañas
increíbles, pues encontrándose en climas diferentes al de su lugar de origen, logra-
ron adaptarse.

Los españoles en América supieron seguir estas costumbres. En la época colo-


nial, este animal fue un símbolo de ostentación. Según Carlos Luna, fue una época
extraordinaria y de gran apogeo para la crianza de caballos377, por lo tanto tuvo otras
tareas, sobre todo, como medio de trasporte para los ciudadanos. De esta forma se
gastaban cuantiosas sumas en carruajes para mulas y caballos, y era común que las
ruedas y las herraduras de las bestias fueran de plata o hierro.

Lo cierto es que la función principal del caballo durante todas las épocas ha
sido la cabalgata, es decir, la marcha realizada a caballo con fines militares o de re-
creación; durante los últimos siglos, tuvo mayor relevancia, la carrera de caballos o
cabalgatas deportivas, restando el fuerte contenido militar. Por lo tanto, una «cabal-

374 LUNA DE LA FUENTE, Carlos. El Caballo de paso. En: Revista Fanal. Vol. XV. Nº 57. International Petroleum Com-
pany. Lima, 1960. P. 16.
375 Revista de Folklore Nº 272. Obra Social y Cultural de Caja España. Imprenta Casares, S. A. España, 2003.
376 LUNA DE LA FUENTE, Carlos. Op. Cit. P. 16.
377 Loc. Cit.

180
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

gata carnavalesca», consiste en una actividad donde un grupo de jinetes montados


lanzaban cascarones de huevo durante el carnaval, ello se produce en el Carnaval
Antiguo de diferentes ciudades del país.

En la actualidad, en muchos lugares del mundo como en el Ayuntamiento de Huesca


(España) o en Córdova (Argentina) se hace referencia a cabalgatas carnavalescas, como
el desplazamiento de un conglomerado más o menos numeroso de personas, siguiendo
un recorrido establecido por la institución edil a modo de procesión o desfile (tanto de
personas como de carrozas adornadas). Bajo este significado, una cabalgata carnavalesca
actual sería equivalente al tradicional corso que se realiza en muchas ciudades del Perú.

Entre otras actividades, se realizaban las peleas de toros, cuyo tema ha sido
profundamente investigado por el Dr. Juan Guillermo Carpio Muñoz en Arequipa,
un admirador del legendario toro «Menelik» (Campeón 1946). Estas actividades es-
taban asociadas a costumbres religiosas y para conseguir auspicio para obras carita-
tivas. Se considera como la primera referencia de la Pelea de Toros, el 10 de agosto
de 1555, según un edicto del cabildo; en cuanto a las referencias periodísticas, la más
antigua es el 10 de mayo de 1881.378 Esta costumbre ha caracterizado innumerables
festividades locales que en muchos distritos tradicionales aún tiene vigencia. Entre
otras costumbres tenemos la pelea de gallos y corrida de caballos.

B) REINADOS DEL CARNAVAL

Los Reinados del carnaval nos permiten recordar que la fiesta europea «remi-
tía a eventos selectos reservados para el público en general, cuya única función era
alienarse en la calles para observar el desfile de los miembros del club, sus reinas, y
presenciar sus danzas»379, es decir, eventos de contenido propiamente aburguesado.
Pues, tal y como menciona Juan Flores Martos:

[…] los grandes carnavales fueron siempre los de los reyes y la


nobleza, y su papel como impulsores de dichas fiestas y bailes de
máscaras. También suele obviarse que la refundación y rescate
del Carnaval, fundamentalmente en el siglo XIX e inicios del si-
glo XX, en muchas de las ciudades multiétnicas y multiculturales
de América Latina no corre a cargo de las masas populares, sino
de clubes o sociedades de élite, que partiendo de sus privados
“bailes de máscaras”, “elecciones de reina y rey”, etc., consiguen

378 VILCA, Luz (Compiladora). Carnaval Loncco de Cayma. Municipalidad Distrital de la Villa Hermosa de Cayma. JAC
Impresiones. Arequipa, 2013. P. 63.
379 BRAILOWSKY, Raquel. Op. Cit. P. 16.

181
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

extenderlo y sacarlo a la calle, aunque luego, con el tiempo es


apropiado y reelaborado por el pueblo –que de invitado origina-
rio, pasa a convertirse en anfitrión y protagonista–380.

Dicha evolución es sugestiva, ya que elementos oficiales, que para Javier Marcos
Arévalo vendrían a ser la versión consciente del carnaval urbano, cuyo contenido está
presidido por altas cotas de institucionalización (pregones oficiales, elecciones de rei-
nas, reyes, celebración de bailes, etc.), son transformados en los colectivos de menores
recursos tomando un sentido informal, que resulta ser más espontaneo y callejero,
ello vuelve partícipe al observador. Ciertamente, aquellas dos variaciones, es decir, el
sentido oficial de la fiesta y el informal, muestran aspectos distintos del carnaval. Su
popularidad tiene varias dimensiones.

El carnaval es, por naturaleza, la fiesta de la alegría. Su influjo


trasciende desde las grandes urbes hasta los humildes villorrios,
desde las sociedades altamente desarrolladas hasta los grupos hu-
manos tradicionales381.

La elección de las reinas de los barrios y de la ciudad, así como también de dife-
rentes instituciones, ha cumplido un rol participativo en el carnaval —según Angelita
Balcázar—, «su belleza y gracia sirven de inspiración para crear nuevas coplas en el
barrio e hinchar el pecho frente a los contrincantes»382. Así como en Cajamarca, es
peculiar la competencia de las jovencitas por el cetro que tiene distintos títulos como:
fotogenia, simpatía, amistad, mejor sonrisa, rostro, etc.; en Arequipa se producía una
situación similar, muy aparte de la Reina de los Carnavales de la Ciudad, se escogían
Reinas Infantiles, del Instituto de Comercio, del Mercado e incluso de algunos diarios
como Noticias(que llegaban a presidir los festejos); también hubo una elección para
el acompañante masculino, al cual se denominaba Rey «Feo», o también el «Rey de
los Solteros», y cuando se trataba de parejas, «Reinado de la Juventud o de la Simpa-
tía». Sin embargo, el más predominante fue el reinado femenino:

Arequipa, que ve en ella a la representativa de su simpatía, por-


que encarga anhelos de la juventud y de toda la ciudad que bus-
caban una soberana que por su belleza y bondad, hicieran el sím-
bolo verdadero de la mujer arequipeña383. (Comentario frente al
reinado de S. M. Carmen II).

380 FLORES MARTOS, Juan Antonio. Op. Cit. P. 39-40.


381 VERA BEJAR, Augusto. Op. Cit. P. 9.
382 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 34-35.
383 Diario Noticias. Arequipa, 7 de febrero de 1928.

182
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Las reinas del carnaval, durante el corso, reciben el aplauso y los silbidos de
admiración del público que se encuentra apostado en las calles. Aquella dama es
quien preside la festividad, es decir, el corso y otras actividades. Sin embargo, muchos
como Manuel Cáceres Bedoya eran partidarios del «Carnaval netamente arequipe-
ño, del Carnaval de los cascarones, baldes de agua colorada, y de todo el juego que
llaman viejo, brutal si se quiere, pero alegre»384, interpretaciones que reprochan el
juego europeo, como reza el siguiente comentario:«(un carnaval) con serpentinas y
confeti no me gusta, no soy adicto al corso, ni al nombramiento de reina, para mí lo
único que vale es el juego que deja huella»385. Asimismo, desde otra perspectiva, se
consideraba que los reinados están «muy en su lugar en los días del carnaval, por la
sencilla razón de que vivimos en una era de democracia y de republicanismo»386. Es
decir, los reinados vendrían a ser un elemento que caracteriza al periodo del nuevo
carnaval en Arequipa.

La idea de la Reinas, es magnífica. De abolengo me viene el cari-


ño a la monarquía y si de belleza y gracia, con más entusiasmo.
Me rendiría galantemente ante cualquier Reina, con mayor razón
lo hago ante las reinas como la nuestra.

No se me pregunte más sobre esto último, porque llenaría el pe-


riódico. Una reina, entronizada por el voto popular o por desig-
nación del Municipio, “es una Reina” y “le rindo mi vasallaje”387.

Históricamente, los reinados y, por lo tanto, las Reinas del Carnaval, por lo
menos en Arequipa, han jugado un papel imprescindible, ya que hermosas damas, no
solo presidían los festejos de la ciudad, sino representaban la femineidad en la festi-
vidad, y carecer de ella, auguraba unas malas fiestas; en muchos casos, esta actividad
de glamur y elegancia, estaba en manos del Concejo Provincial; tal y como se percibe
de la siguiente nota:

Creemos que las fiestas del carnaval no alcancen el debido brillo


si falta ese aliciente. La belleza femenina es suficiente atractivo
para que todo resulte bien. Las mujeres tienen la magia de su
encanto y saben, con una sonrisa, desde el trono de su carro,
conquistar las simpatías del público y llevar su entusiasmo, en los

384 CÁCERES BEDOYA, Manuel. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 8 de febrero
de 1927. P. 4.
385 Loc. Cit.
386 CORNEJO, Salvador. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1927. P. 5.
387 PIÉROLA, Manuel E. de. «¿Qué opinión le merece el Carnaval?». En: diario Noticias. Arequipa, 17 de febrero de
1927. P. 3.

183
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

frágiles lazos de las serpentinas, hasta el alma misma del pueblo


que especta el paso del corso polícromo y bullanguero388.

Otra característica que debemos resaltar es que la mayoría de reinas provenían


de distinguidas familias de la época, tales como «las Llosa, las Barclay, las García
Bustamante, las Rivero, tantas muchachas cuyos rostros se desdibujan en el tiempo;
hicieron inolvidables los carnavales arequipeños»389. Sin embargo, merece mención
la participación de las damas de diferentes sectores sociales de Arequipa, como las
mujeres del mercado San Camilo y de diferentes centros de trabajo, que revelan un
claro y significativo rol de clases sociales. Todos podían tener reina, siempre y cuando
haya candidatas por las cuales votar y un ambiente donde coronarla.

Ahora bien, aquel proceso de elección, muchas veces se daba por cuatro medios: el
voto público de las candidatas propuestas por reinas anteriores o a inscripción abierta
con la participación de todos los ciudadanos; el voto cerrado, que obedecía únicamente
a la designación de una nueva reina por decisión de la anterior o del Municipio; me-
diante un jurado designado por la institución que organiza el reinado, generalmente
aplicado, para los clubes o cines/teatros; y por sorteo, aplicado mayormente para el
reinado infantil. Muchos de los diarios elaboraban minuciosas encuestas, donde daban
a conocer a los lectores el avance de la elección de las diferentes reinas, por supuesto,
cuando la votación era pública; ello muestra la importancia que tenía esta actividad en
la sociedad arequipeña, y durante el periodo del «Nuevo» Carnaval.

Cuando se realizaba la coronación de las reinas del carnaval, el programa era


encabezado por el alcalde de la ciudad, y sus actividades eran acompañadas con la
participación de algunos artistas locales y nacionales. Asimismo, se encargaba a al-
gún intelectual, artista o poeta, la ofrenda lírica, para declamar a la reina elegida.390
Una característica esencial en las reinas arequipeñas, según el Dr. Isaac Tapia, es la
utilización de la flor representativa de la ciudad mistiana, que es el «Texao»391, que
solían llevar muchas reinas en la oreja, durante los acostumbrados corsos de Carna-
val, en definitiva, aumentaba su belleza, por el colorido y la forma de la flor.392

388 Diario Noticias. Arequipa, 31 de enero de 1934. P. 8.


389 Diario Correo. Arequipa, enero de 1963. P. 4.
390 En el año de 1954, por ejemplo, se contó con la presencia del tenor Carlos Zavala, la soprano María Ortiz Peralta
y el barítono AlessandroTrotta. En: diario Noticias. Arequipa, 27 de febrero de 1954. Portada.
391 Tacón, Texao o Gallanita es el nombre con que se conoce a la flor representativa de Arequipa, la misma que tiene
como hoja un redondel y una flor de diferentes totalidades que van desde el rojo bermellón hasta el rojo amarillo.
El Texao hoy solo se le encuentra en las acequias de los distritos tradicionales como Sachaca, Tiabaya, Sabandía,
Yumina, Zamácola, Cerro Colorado, La Pampilla, La Joya, San Camilo, entre otros.
392 ESPINOZA, Cecilia. «Texao, la flor de la ciudad». En: Suplemento Especial por el 460º Aniversario de Arequipa.
Diario Correo. Arequipa, 15 de agosto del 2000. P. 2.

184
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Eventualmente, solía producirse la renuncia de algunas candidatas o reinas del


carnaval. Se desconocen las verdaderas razones por las cuales renunciaban al cargo,
en muchos casos se afirma que el papá enviaba la carta de renuncia, seguramente por
la propia idiosincrasia de la época, y por el afecto paternal, en este sentido, no era
dable exhibir y exponer a una dama ante la comunidad, sobre todo varonil. En otros
casos, la renuncia se realizaba debido a la ausencia de la candidata como en el Rei-
nado del Mercado San Camilo de 1927, el padre de la candidata Natividad Delgado,
dirige una carta al diario Noticias, desalentando su postulación al reinado. Alegaba
que la mencionada señorita se encontraba de viaje:

Ha llegado a mi conocimiento, que en el diario de su dirección, en


más de dos ocasiones, se ha consignado el nombre de mi señorita
hija, Natividad Delgado, como candidata a la elección del Mer-
cado. A fin de que los que tal distracción han discernido sobre
mi persona y de mi hija, no sufran decepción en sus proyectos y
queden frustradas sus aspiraciones, debo decirles, por intermedio
de su vocero, que es por donde se ha manifestado esta opinión,
que agradezco en lo que vale tal propósito y declino rotundamen-
te este favor, aun cuando recién esté en idea, pues la agraciada, se
encuentra en la actualidad ausente de esta localidad, circunstan-
cia por la cual todos los trabajos que en este sentido se hicieran,
serían inútiles por la razón apuntada393.

No fueron los únicos casos, aquel mismo año renunció a su postulación para el
Reinado del Trabajo, la señorita María Cárdenas; y en el año de 1928, se produjo
la renuncia de la Reina de la Ciudad, Antonieta López de Romaña y de la dama que
le seguía María Galdos Vargas. El caso más evidente de renunciación fue de la niña
Nancy Gylling, quien indica que «—No puedo ser reina —dijo— porque en mi co-
legio, los reglamentos prohíben que una alumna participe en esta clase de actuacio-
nes»394. Es decir, los reinados podrían haber sido mal vistos en algunos colectivos de
aquella época, que se caracterizaba por un profundo tradicionalismo; cosa que pare-
ce reafirmarse al pie de aquella nota periodística: «creemos que la medida se reconsi-
dere y de ese modo la Madres del Colegio Nacional de La Asunción, reconsideren su
actitud con los propósitos de la juventud que no son otros que los de encontrar sana
expansión en Carnaval»395.

Incluso, esta situación generó un malentendido, en el cual se manifestaba que la

393 «Carta de Manuel Delgado al Director del Diario Noticias». En: diario Noticias. Arequipa, 8 de febrero de 1927. P. 4.
394 Diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1955. P. 3.
395 Diario Noticias. Arequipa, 12 de febrero de 1955. P. 3.

185
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Comisión Organizadora del Carnaval presidida por Ulrich Neisser, realizó la gestión
oficial para que Nancy fuera reina; se dio a conocer un comunicado que corregía aque-
lla información, señalando que por tratarse de un reinado organizado por personas
particulares, no intervinieron en el problema que presentaba la coronación de Nancy I.

Bajo la importancia de la elección de las reinas para presidir las festividades del
carnaval, las personas comenzaban a inquietarse si notaban la dejadez del Concejo
en cuanto a las actividades festivas, más aun teniendo conocimiento que la ausencia
de una soberana, auguraba unas fiestas tristes. Pues, «los Reinados son el motivo
alucinante de la fiesta y esta modalidad, tan grata y halagüeña, es la nota que pone
el más vivo color al entusiasmo, porque tienen la virtud de crear ambiente y alma a
todas las reuniones, ya sea entre los niños o en la juventud, los dos mundos para los
que fue hecho el Carnaval»396.

El reinado fue, entonces, una actividad importante del periodo del «Nuevo» Car-
naval en Arequipa, el mismo que como en muchas notas se afirma era imprescindible
para las fiestas del carnaval, como reza la siguiente nota para el carnaval de 1928:

Verdaderamente en el presente año pesan múltiples obstáculos


sobre Arequipa para la realización de las fiestas del Carnaval.
Tanto en la ciudad, como en el distrito de Miraflores, la misma
circunstancia priva al pueblo de rendir su homenaje a la belleza;
y, es aún más lamentable que, debido a la falta de aceptación de
las soberanas, los festejos no adquieran el brillo y la magnitud
que los días tradicionales de la alegría reclaman397.

Enmarcándonos en el proceso histórico de los reinados del carnaval, en 1923,


fue elegida como la primera Reina de la Ciudad, la distinguida dama Doris Iriberry
Gibson.398 Dicha elección se produjo un año después de inaugurarse y elegirse la
primera Reina del Carnaval en la Ciudad de Lima (donde fue elegida la señorita
Lucrecia Vargas Buenaño).399 Doris da inicio a la larga lista de bellas mujeres que
presidieron los festejos en el carnaval de la ciudad mistiana, que a continuación pa-
samos a detallar:

396 Diario Noticias. Arequipa, 23 de febrero de 1949. P. 3.


397 Diario Noticias. Arequipa, 6 de febrero de 1928. P. 4.
398 PARDO GÁMEZ, Adela. Op. Cit. P. 255.
399 El siglo XX de El Comercio 1900-1909. Plaza Janés. Editora El Comercio. Lima, 2000. Tomo I. P. 123.

186
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

AÑO SÍNTESIS DE LOS REINADOS EN AREQUIPA*

Fue elegida como la primera Reina del Carnaval en Arequipa, la distinguida señorita Doris
1923 Iriberry Gibson, siendo sus pajes Eduardo Belaúnde H., Hernán Bedoya Forga y Manuel
Ugarteche.

1924 Fue elegida la señorita Carolina Bustamante.

1925 Se desconoce reinado en este año.

1926 Fue elegida la señorita Carmen García Bustamante.

Las celebraciones del carnaval, tuvieron como Reina de la Ciudad, a la señorita Elsa Lira
Gámez, quien había obtenido diez votos más sobre María Galdos Vargas. Entre otras can-
didatas al cetro real, destacaban: Beatriz ForgaSanmarti, Eloisa Rivera Delgado, Isabel Iri-
berry Gibson, Julia Velando Recabarren, Carmen Chávez Delgado, Emilia Angulo Salazar
y Adela Llosa Velando. Y siguiendo la costumbre de designar una corte de honor, S. M.
Elsa I, con aquel entusiasmo que solía despertar la preparación de las fiestas del Carnaval,
eligió a las señoritas: Julia Mercedes Velando, Blanca Rivero Delgado, Adela Llosa Velando,
Alice Barber, Laura Chabaneix, Blanca Tejada, Hilda Ackermann y Lily Campos, quienes la
1927 acompañaron durante la celebración.
La Sociedad Mixta de Comerciantes organizó el reinado del Mercado San Camilo; sin
embargo, antes de dar su veredicto, recibieron la carta de declinación del padre de una de
las candidatas favoritas, mencionando que su hija, la señorita Natividad Delgado, no se
encontraba en la ciudad. Fue elegida como Reina del Mercado, la señorita María Cárdenas.
No fue el único reinado en el cual se produjo «renuncia». En cuanto al reinado del Trabajo,
de entre las diez candidatas propuestas por la anterior soberana (1926), una renunció, la
señorita Laura Rivera Riega, pese a ser la más preferida. Resultando elegida la señorita
Graciela Carrillo Peralta.

Se colocó una nueva Reina del Carnaval de la Ciudad, la señorita Antonieta López de
Romaña, quien fue elegida por el voto popular para aquellas fiestas de carnestolendas, sin
embargo renunció al cetro. También presentó su renuncia al reinado, la señorita María Gal-
dos Vargas, por tanto, la reina aclamada y coronada fue la señorita Carmen Rivero Velando.
Por otra parte, la señorita Rosa Mac Dowall, también por voluntad popular, fue es-
cogida como Reina del Trabajo. Aquella consideraba que el carnaval era un día de gratos
e imborrables recuerdos. La Reina de Miraflores fue Irma Coloma Chávez, cuya elección
1928 marcó cierta peculiaridad en el proceso del carnaval del distrito, donde incluso los analfabe-
tos votaron por sus reinas. Pese al triunfo, la familia de la señorita Irmae negó a que la joven
sea reina del distrito debido a la mocedad de la dama, generando un grave percance en las
festividades del carnaval. La reina coronada fue la señorita Sara Ureta.
En cuanto al Reinado Infantil, de una figurada lista de niñitas, al practicarse el sorteo
fue coronada Marjary Stafford, siendo proclamada por el comité de señoras, quienes tam-
bién elaboraron la lista de candidatas, y estaba presidido por la señora Hildegard, esposa
del alcalde Federico Emmel.

187
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Este carnaval atrajo la atención del público, fue elegida como Reina de la Ciudad, la seño-
rita Blanca Tejada, proclamándola a nombre del Concejo, el alcalde Sr. Federico Emmel.
La corte de S. M. Blanca I, estuvo conformada por las damitas: Sofía Barclay, Elsa Costa,
Carmela Cáceres, Maruja Talavera, Elsa Puch, Ventura Bustamante y Gaby Campos. Como
heraldo, David Puch; como escoltas, Ernesto Tejada, Adolfo Wagner V., Carlos Wagner V,
Roque Puch R., Fernando Berrier y PercyRicketts. Para la Reina del Trabajo, la anterior
soberana Rosa Mac Dowall, propuso una lista de candidatas, de las cuales resultó elegida
por unanimidad en la votación, la señorita Mary Glave, del Banco del Perú y Londres. Mary
presentó una corte compuesta por once personas, actuando entre ellos, como su heraldo, su
hermano Carlos Augusto Glave. Y con 230 votos, la señorita Aurora Salas se coronó como
1929 Reina del Mercado de San Camilo; Aurora, eligió cuatro damas para su corte de honor,
entre las cuales figuraban: Julia Ortiz, Inés Begazo, Carmen Flores y Vilma Montoya. La
Reina Infantil del carnaval, fue la niñita Inés Harmsen Bradley.
Es significativo el Carnaval de 1929, en la medida que fue el primer año en que se
eligió a un «Rey Feo», con la finalidad de aumentar el entusiasmo de la fiesta y rodear
de mayor atractivo a los números del programa. Este reinado cumplía con la contrapar-
te de la belleza que otorgaban las soberanas a la festividad, a ello se debe la denomina-
ción. Aquel año fue elegido como Rey de los Feos, el Dr. Guillermo López de Romaña.
Esta actividad se dio debido a la iniciativa del diario «El Pueblo». Asimismo, dicho año,
no hubo soberana en Miraflores, ya que el Concejo no pudo auspiciar el evento por la
situación económica que atravesaba.

A diferencia de los demás carnavales, el que se realizó en el año de 1930, careció de Reina
de la Ciudad, Trabajo y Mercado, debido a un acuerdo estipulado en sesión del Concejo
Municipal. Sin embargo, el día viernes 28 de febrero, el «Círculo de la Prensa» ofreció una
función en el Teatro Olimpo, en homenaje a las señoritas que debieron ser reinas del car-
naval: María Talavera Doering, que alcanzó mayor votación a Reina de la Ciudad según la
1930
encuesta realizada por el diario El Pueblo; e Isela Volg, que también fue la mayor favorecida
para el Reinado del Trabajo. El Concejo solo patrocinó el Corso de Flores. Sin embargo,
en otros distritos sí se realizaron los reinados; en Paucarpata, fue elegida la señorita Aurora
Carpio Velásquez. Yura también se regocijó al nombrar una reina para los festejos, la cual
presidió el corso y los bailes de fantasía.

1931 Se desconoce si se produjo reinado.

Se produjo la elección de reinas de los Barrios, una excelente iniciativa que concentraba más
a la población. Además del Reinado del Trabajo, el cual presidió las fiestas del Momo, dicha
propuesta fue aprobada por la Comisión del Carnaval, quienes sesionaron con J. Enrique
Febres y Eleazar Bustamante, en representación del «Círculo de la Prensa». Asimismo, se
formuló una lista de señoritas que trabajaban en algunas oficinas comerciales. Fue procla-
1932
mada como Reina del Trabajo, la señorita Carmela Cáceres Ruiz de Somocurcio, actuando
bajo la denominación de «Reina de la fiesta municipal de Carnaval de 1932 y del Trabajo»,
como su corte, fueron designadas las damas: Sofía Barclay García, Victoria Méndez, Edith
Ackermann, Mary Gómez de la Torre y Lucy Smith. Como señorita de los Periodistas se eli-
gió a Eloisa I. Y como Reina del Club «Deportivo América», se designó a S. M. Luz Bisbal.

En este año, fue elegida como reina para los festejos del carnaval, la señorita Doris Posti-
go, el evento de coronación se realizó en el Cine Miraflores, y contó con la animación del
1933
maestro Benigno Ballón Farfán, el Grupo Juvenil de Arte, y otros elementos artísticos. Cabe
resaltar que el Concejo Provincial no auspició las festividades de carnestolendas.

188
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Si bien no hubo una reina para las festividades de dicho año, en la famosa y no menos
recordada Casa Rosada, se realizó la coronación de la Reina del Sport, del Trabajo y de la
Casa Rosada, recibiendo dicha denominación, la señorita Aurelia Oporto. En aquella fiesta
se encontraban algunos miembros de la comisión del Concejo, tales como: Clemente Revilla
1934 López, Samuel Lozada Benavente, José Muñoz Nájar, y, Harold y Noel Gómez Cornejo,
este último se encargó de pronunciar el discurso. También, hicieron uso de la palabra, Car-
los Alfredo Villanueva como presidente del Club Piérola, y Edilberto Zegarra Ballón, como
presidente de la Comisión de Festejos del Carnaval de 1934. Finalmente, animaba como en
muchos festejos, la Banda de Músicos del Regimiento Nº 13.

Se produjo la coronación de la Reina Infantil,Rosa Delgado Calle, cuya gracia y simpatía


1935
conquistó a muchos.

Se coronó a otra Reina Infantil, S. M.Graciela Cabrera Ponce, cuyo evento se celebró en el
Teatro Olimpo, su corte de honor, estuvo conformada por: Luisa Delgado Calle, Antonieta
Rubatto, Irma Aranzäes, Olga Carpio, Teresa Balarezo, Nora Ávila, Olga Franco y Yolanda
1936
Vizcarra. Como heraldo actuaba René Lazarte, y como pajes: Héctor Neira, Alfredo Bernal,
Jorge Lizárraga y Alfredo Valdivia Morón. Asimismo, fue elegida como Reina del Teatro
Real, la señorita Blanca Rivero Delgado con 1237 votos.

Estas festividades fueron presididas por otra Reina Infantil, S. M.Hilda I, cuya corte estuvo
conformada por: Carmela Ruiz e Hilda Ricketts Pardo; damas, Marcela Martinetti, Irma
Benavente, Lourdes Cornejo, Lucha Morales, Rosina Sevilla, Hilda Cuadros; esclavas: Ali-
cia Bishop, Olga Alegre e Irma Ruiz H.; como pajes, Ignacio Carné y Carlos Martínez; y
1937 finalmente, como heraldos, José León Velarde, Manuel Sevilla, Carlos Santisteban y Enrique
Alcázar. También se eligió una Reina de los Deportes, coronándose Brunilda Franco del
«Maryland Club» con 3001 votos. Como Miss del Teatro Fénix, estuvo la señorita Teresa
Harmsen Portugal, acompañada de las damas Beatriz Campos Rey de Castro, Yolanda
GuinassiRomaña, Yolanda Krateil San Martín, Elsa Benavides Calle y Emilia Llosa García.

Una Reina Infantil vuelve a ser símbolo de regocijo del carnaval, bajo la denominación de
«Miss Arequipa Infantil». El concurso fue muy disputado, entre decenas de candidatas, y
los cupones de votación aparecieron en el diario Noticias, siendo remitidos al diario hasta el
día 21 de febrero de 1938. Fue designada para las festividades, la niñita Antonieta Lozada
Benavente, con 6.690 votos a favor, en segundo lugar quedó Hilda Cuadros Muñoz, quien
en un principio encabezaba la lista de favoritas. Como mises de los Teatros Fénix y Olimpo,
se coronaron, Irma Benavides P. y Nina Caballero Calle, respectivamente.
La señorita Benavides dio a conocer el nombre de las damas que la acompañaron en
el festejo: Beatriz Campos Rey de Castro, Luisa Barclay García, Maruja Marcó del Pont,
1938
Lucía García Fernández y Elsa Benavides. En cuanto a la señorita Miss Olimpo, sus damas
fueron: Isabel Blanco, Lucía Belaúnde Harmsen, Yolanda GuinassiRomaña, Lina Cavallero
Hoyos y Amanda B. Asimismo, se coronó como Reina de los Deportes a S. M. Maruja I,
quien presidió las funciones de la compañía teatral, «Chic-Mosaicos», en el Teatro Real.
Y como Reina del Cine Universal, la señorita Cristina Benavente. Dada la invitación a los
distritos para el Corso de Flores por parte de la comisión de festejos del Concejo Provincial,
muchos eligieron a sus reinas, entre ellas destacaba la bellísima Blanca Málaga, Reina de
Yarabamba. Como reina del distrito de Yura, la señorita Yolanda Mossuto; y el Dr. Ernesto
Davagnino, fue proclamado como Rey de los Feos.

Siguiendo la idea de una «Miss Arequipa Infantil» que presidiera los festejosfue elegida
1939 Carmela Chirinos Stein, quien se proclamó con una ofrenda lírica del reconocido poeta
Renato Morales de Rivera.

189
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Arequipa tuvo como Reina Infantil a Gabriela I, y como mises de los Teatros Olimpo y Fé-
nix, Elena Smith Jefferson y Yolanda Krateil San Martín, respectivamente. También se eligió
un Rey de los Feos, quien fue don Carlos Ruiz de Somocurcio, el cual estuvo acompañado
1940
por Manuel de Rivero, Roberto Olazabal, Alfredo Martínez y Carlos Polar. Como Reina
del Trabajo, actuó Laura Vega Seminario; y como Reina de la Ciudad, Teresa Harmsen
Portugal.

Trae consigo nobilísimos títulos, tal es el caso del Rey de los Solteros, siendo elegido el
doctor Luis de la Jara, con 7508 votos, entre los candidatos figuraban: Manuel Lucioni,
Jorge San Martín, Manuel Cáceres Bedoya, Roberto Ramírez Z. O., Roberto de Rivero, etc.
También, se eligió una Reina de la Radio, S. M. Olga Alegre; en el Reinado de la Juventud,
la pareja compuesta por Rosario Montesinos y don Angelo Cardenal; Rosario, denomina-
da también «Reina de la Ciudad». Y como Miss Olimpo y Miss Fénix, las señoritas Elena
Puch y Gladys Cayo Campos, respectivamente. Como Reina de la Simpatía, Gaby Cáceres,
y coronada como Reina Infantil, la niñita Elsa Vizcarra Nieto.
Entre otras reinas, destacó la Señorita de los Obreros, Doris Miranda; las votaciones
1941 para los reinados de este año, evidenciaron un mayor entusiasmo por las fiestas del carnaval.
Ciertamente, las candidatas tuvieron que regirse a las siguientes bases para poder concursar:
ser peruana, soltera y la prestación de servicios como obrera en cualquier fábrica, taller o
establecimiento público o privado, tener las complexiones estéticas; y se permitía que los
sindicatos obreros y centros de trabajo, de cualquier índole, tengan el derecho de designar
las candidatas que deseen. La inscripción era libre y se dio en el local de la Confederación de
Trabajadores (calle Moral 318), y sería elegida la señorita que tuviera mayor votación, y en
caso de empate, quedaba la decisión en manos del jurado, el mismo que estuvo compuesto
por un delegado de la Confederación, un delegado de la comisión del carnaval de la Mu-
nicipalidad, tres delegados de los periódicos locales, y un delegado de cada entidad obrera.

Las actividades del reinado del carnaval se presentan junto a otro evento paralelo, el cam-
peonato de básquetbol de la Liga Comercial de Deportes, que sugirió la designación de
madrinas para las distintas firmas comerciales de la ciudad, por lo cual los diarios colmaron
sus páginas de fotografías de las Reinas del Carnaval y Madrinas del Deporte. El evento
especial de dicho año, fue el «Miss Municipal», siendo elegida —bajo ese título—, por pri-
mera vez la señorita Hilda Llosa Jhonson.
El Carnaval de dicho año estuvo presidido por la Reina de la Ciudad, la señorita Yolan-
da Krateil San Martín, la cual fue elegida por el Concejo. Como Miss Fénix, fue coronada
la señorita Luz Bustamante Ramos, y como Miss Universal, Isolina Lozada García, ambas
presidieron las funciones del carnaval en los respectivos cines. Asimismo, como Reina de los
1942
Obreros, se proclamó a Silvia Rodríguez con 7632 votos. La Liga Comercial de Deportes
eligió como Reina del Deporte a la señorita Teresa Franco Ponce, empleada del Banco Inter-
nacional del Perú. Se dio el Reinado de la Juventud y la Alegría, cuya pareja triunfante fue:
Graciela Rodríguez Bouroncle y Segismundo Luza, con 6222 votos.
En cuanto al Reinado en el elemento obrero, bajo la misma modalidad del año anterior,
se inscribió como primera candidata a la señorita Naty Salcedo, que trabajó en la «Maison
Espinoza», sin embargo, la reina fue Silvia I. También se coronó a la Reina de la Radio,
resultando elegida Alma Américo Cornejo. Y la Reina Infantil fue la niñita Aurora Isenrich.
Finalmente, algunas firmas comerciales, como «Rivera Rodríguez», una fábrica de peines,
eligió como su Reina a Laura Bacigalupe.

Fue coronada como Reina Infantil, la niña Ella Meier Chávez en la matiné del Teatro Fénix,
1943
siendo ungida por la Miss de dicho teatro, la señorita Lucila La Rosa Llosa.

190
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Se eligió como Reyes de la Simpatía, a la pareja Lucy Rodrigo y Mario Zoledad. Se pro-
clamaron como princesas del Teatro Municipal, Teresa Chocano Marina y Magda García
1944
Fernández. Asimismo, fue elegida como Miss Fénix, la señorita Soledad Ríos, presidiendo
las funciones de vermouth de dicho teatro.

Las Reinas del Trabajo; yde los Empleados y de los Obreros, fueron las señoritas Guillermi-
na Córdova Fernández y Nadia Pinto, respectivamente. Fueron proclamados por el alcalde
de la ciudad, don Benjamín Benavente; la pareja de los Reyes de la Simpatía, Anita Portugal
1945
Nicholson y Roberto Campos Rey de Castro. La fórmula se completó con las princesitas
de los Teatros Municipal y Real, Socorro Chirinos Stein y Rosario Gómez de la Torre V.,
respectivamente.

Se eligió como Reyes de la Simpatía (equivalente al Reinado de la Juventud y la Alegría)


a la señorita Amparo Cayo y a Enrique I., ambos fueron coronados por la alcaldesa de la
1946 ciudad, Eva Morales. Como Reina Infantil actuó la niña Medalit Gal’Lino Rey de Castro,
quien ejecutó una danza española en el Teatro Municipal con motivo de su coronación. Con
el título de Miss Municipal, fue elegida la señorita Susana Crosby.

Se nombró como Reina Infantil a la niñita Susana Molina; y como Reina Juvenil, a la se-
ñorita Marcela de la Fuente Delgado, quienes fueron proclamadas en la matiné del Teatro
1947 Municipal. Los reyes de la simpatía en el Club Seniors fueron la dama Alicia Maldonado
y Fernando Ugarte Chamorro. En el distrito de Tiabaya, se eligió como reina a la señorita
Frida Corrales, quien presidió los bailes organizados por su Concejo.

Se escogieron como reinas, a la niñita Rosa Vargas Mata Lavagna y Yolanda Portillo Arau-
zo. La coronación se realizó en función de matiné en el Teatro Municipal, donde participó
una orquesta bajo la dirección de Manuel Castillo Chanove; y el Alcalde, Dr. Carlos A
Rickettes, quien se encargó de la coronación; Julio Lira, a cargo de la Ofrenda Lírica para
1948
las reinas; se contó con la interpretación musical de Dora Llerena, entre otros números.
Asimismo, se coronó como Reina de Juniors del Club Internacional a la señorita Frida Von
Massenback Valega, actuaron como reyes de la simpatía del mismo club, la señorita Enri-
queta Núñez Barclay y Gabriel Mendoza del Solar.

El Concejo Provincial no auspicio las actividades públicas del carnaval; pese a aquellas cir-
cunstancias se realizaron los Reinados Infantil y Juvenil en el Teatro Municipal, siendo así
1949
elegidas, la niñita Consuelo García Bustamante y la señorita Teresa Chocano Marina (actuó
como su paje un destacado personaje, Enrique Chirinos Soto).

La Reina del Carnaval fue la señorita Nora Zegarra Ballón San Román; la Soberana de la
Juventud, Eliana de Rivero V. T.; y la Reina Infantil, la niñita Paquita de Vinatea Collins.
Asimismo, el alcalde del Concejo invitó como Reina de la Belleza de Arequipa, para presidir
también las fiestas del Carnaval, a la señorita Teresa Olivares Ricketts, quien declinó en
1950
ocupar el honorable título. Dichas coronaciones se dieron en el Teatro Fénix y Municipal.
Finalmente, se eligió a un Rey de los Feos. Y como Reina de los Juniors del Club Internacio-
nal Arequipa de Tiro al Blanco, se eligió a la señorita Ventura L. de Romaña Bustamante;
y como Reina del Cine Universal de Antiquilla, actuó la señorita Bertha Chávez Bellido.

Se eligió a la señorita Rosario Gómez de la Torre; como Reina Juvenil, a la señorita Elba
Cano; como Reina de la Radio y la Farándula, la señorita Anita Dávila Núñez; como Reina
1951 Infantil, a la niña Marcia Benavides Cuadros; como Reina de los Juniors del Club Interna-
cional, a la señorita Roxana de Romaña. Aquel mismo año, se eligió como Reina Infantil
del Carnaval en Puno a la niñita Roxana Díaz Rubatto, según narran los diarios de la época.

191
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Tuvo como Reina Juvenil, a la señorita Marcela I, y como Reina Infantil, a Roxana I. Como
1952 Reina de los Barrios Altos, actuó la señorita Nelly Arévalo; y como Reina de los Juniors del
Club Internacional, la señorita Nelly Oliver Barber, cuya votación se dio mediante jurado.

Se coronó en el Teatro Municipal, como Reina de la Ciudad, a la señorita S. M. Rosa Lazo


Taboada del Solar, siendo ceñida con una corona en manos del alcalde Alberto de Ribero.
Asimismo, se dio lectura a la poesía «Dosel» de César Atahualpa Rodríguez, y fueron eje-
1953 cutados por la orquesta de Roberto Ballón Vargas, los temas «Quenas» de Dunker Lavalle
y «Melgar» de Benigno Ballón. En dicho teatro también fueron coronadas la Reina Juvenil,
Rosario Saravia Arévalo, y la Reina Infantil, Virginia Cano Bustamante Suárez. Se eligió
como Reina de la Radio y la Farándula, a la señorita Yolanda Vizarra.

Se dieron las elecciones para la Reina Infantil y Juvenil del carnaval, dichas actividades
tuvieron lugar en los cines Municipal, Victoria y Azul. Algunas de sus candidatas inscritas
para el reinado del carnaval, fueron: Aida Freyre, Cecilia Battle Chabaneix, Nancy Yribe-
rry, Carmen Barahona, Lourdes del Solar, Elvira Benavides, Nidia García, Isabel Núñez y
Teresa Portugal; y para el reinado infantil: Ana María Valera Cano, EthelArnillas, Adriana
Gutiérrez Escobar, Eliana Jerkeps, Enny Tapia, Carmen Pedraza Cornejo, Roxana Díaz R.
Dicha coronación se realizó el día 27 de febrero, en la función de matiné del Teatro Muni-
cipal, siendo designada como Reina del Carnaval, la señorita Lourdes del Solar, que estuvo
acompañada por distinguidas damas y pajes. Asimismo, otra de las damas que acompañó el
festejo fue la señorita, Reina Juvenil, Luisa Monje.
1954
La soberana de los niños fue la niñita Lourdes Velásquez Ureta. Aquel mismo año se
realizó también la elección del Reinado de la Radio y la Farándula, ocupando el trono la
señorita Hilda Villaseñor. Como Flor de la Alegría, la señorita Lily Flores Garcés ; como
Reina del Club Internacional de Tiro al Blanco, la señorita Eliana de Rivero; como Reina del
Deporte, Nivea Villanueva Delgado; como Reina de la Simpatía de Radio Landa, la señorita
Teresa Vera Valdivia; y como Reina del Club Social Senior, Nancy YrriberyMarger.
En 1954, hubo una Reina de los Carnavales en la Villa de Yanahuara, la señorita Juana
Huertas Flores, que presidía los bailes organizados por el alcalde Ernesto Noboa Doria; así
como también los desfiles de carros, en la plaza principal y las calles centrales de la villa. Se
realizaron juegos deportivos y verbenas populares.

192
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

No hubo reina del carnaval de la ciudad, siendo la festividad presidida por la Reina del
Trabajo. Fueron ocho las candidatas para dicho reinado, de entre las cuales, la Comisión
Organizadora del Carnaval, con comisiones del Centro Federado de Empleados Bancarios,
Federación de Comercio e Industria de Arequipa (FECIA), y del ferrocarril —a puerta cerra-
da— proclamaron como Reina del Trabajo a la señorita Rose Mary Guillén S.
Asimismo, hubo candidatas al Reinado Juvenil, entre las cuales destacaban Magda Flo-
rez, Nancy Gyiling Caro, Lourdes San Román Corrales, Lourdes Arenas Florez, Gaby Luna,
Marina Meneses y Marcela Arteta. Siendo elegida como reina, Nancy Gylling Caro, quien
declinó debido a ciertas prohibiciones de su colegio de procedencia.
En tanto que para el Reinado Infantil, las candidatas fueron: Yolanda Lozada, Eliana
Molina Mostajo, Charito Gaitán, Ingrid Todee, Eliana Mercado Velázquez, entre otras; re-
sultando triunfadora, la niñita Jean T. Benavides Calle. También se realizó el Reinado de
la Radiotelefonía, cuyas candidatas eran: Nelly Fernández, Judith Gilardi, Lila Martínez,
Gilda Llosa, Nelly Becerra, Hilda Arancibia, etc., siendo soberana la señorita Gilda Llosa
Torres. Y como Reina de la Radio y Farándula fue proclamada la señorita Antuca Vizcarra.
Reina de la Simpatía, la señorita Judith Gilardi. La Reina del Deporte fue LeilaDelgado;
Reina del WitheStar, Antonieta Bejarano; y como la Flor de Simpatía del Club, Frida Mon-
1955
toya. La Reina del Mercado fue escogida por el Sindicato Central de Trabajadores de los
Mercados, se trató de Blanca Luz Zegarra.
La Reina del Carnaval de Sabandía fue Tula Rivas Butrón. En el distrito de Yanahuara,
el Club Unión se encargó de la organización del programa para la celebración de las fiestas
carnestolendas, siendo su reina, la señorita Georgina Delgado. Miraflores fue uno de los dis-
tritos que destacó aquel año con la elección de su reina, realizando un desfile de candidatas en
función de vermouth en el cine Benique. La reina miraflorina, coronada, fue Hilda Bustinza.
La Reina del Carnaval del Barrio de Mariano Melgar fue Mary Rodríguez B. La Reina de Ce-
rro Colorado, Guillermina Zevallos Chávez, y la Reina Infantil, la niñita Aisa Bernal. Como
Reina del Barrio «Ejercicios», la señorita Marlene Zarauz Rivera, quien fue coronada en la
función vermouth del cine Variedades. La Reina de los Carnavales de la Villa de Yarabamaba
fue la señorita Olga Lira Linares. Asimismo, la Reina de los Barrios San Agustín, Del Solar y
Puente Bolognesi, tuvo como su reina a Dora Moscoso Gonzáles.
Aquel mismo año, una bella niñita, nieta del reconocido músico arequipeño Benigno
Ballón Farfán, se colocó como Reina Infantil de Radio Arequipa. Lucy Ballón Rodríguez,
con tan sólo 6 años de edad, fue coronada, y don Benigno Ballón, llegó incluso a componer
un vals titulado «Lucy I».

Otra niñita tomó el cetro del Reinado Infantil, se trataba de Ela Romero Guinassi, hija de
Carlos Romero y Julia Guinassi. Ela fue una de las primeras reinas en ser elegidas para las
fiestas de dicho año, siendo coronada en el Teatro Municipal. En el Teatro Victoria, fue
1956 coronada como Flor de la Alegría, la señorita Gaby Rodríguez; y como Reina de la Radio y
la Farándula, fue proclamada Deysi Gonzáles. En el Teatro Benique se coronó a la señorita
Gloria Escobedo Cáceres como Reina del Distrito de Miraflores. Y, finalmente, en el acos-
tumbrado Reinado del Club Seniors, tuvo el cetro, la señorita Elena Valdivia Vinelli.

193
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Como Reina de la Ciudad fue elegida la señorita María Eugenia Chirinos Pacheco; mien-
tras en Lima figuraba como reina, la señorita Giuliana D’Onofrio. Por otra parte, fueron
coronadas en Arequipa: Carmela Corbacho Llosa, como Reina del Trabajo; Elsita López
de Castilla Sprinckmöller, como Reina Infantil; Lili Cerpa Delgado, como Reina de la Ra-
diotelefonía; Lily Chávez, como Reina de los Carnavales en Cayma (cuya ofrenda la dirigió
el poeta Óscar Cano Flores); y como Flor de la Simpatía caymeña, se eligió a la señorita
1957
Toya Zevallos; como Reina de Miraflores, actuó la señorita Antuca Ballón Marroquín, y
como Reina Infantil miraflorina, la niña Percell Bedregal; Reina del Jockey Club, Amparo
Talavera Ballón; Reina de Quequeña, Edith Díaz Rodríguez. Y la señorita Hilda Llosa To-
rres, quien presidió el carro alegórico de la Cervecería. En cuanto al Reinado del Trabajo,
el Sindicato de Empleados de Hochschild, denunció ante la FECIA, graves irregularidades
en la elección.

No hubo elección de reinas debido a los trágicos estragos del terremoto del 15 de enero de
1958, a la huelga de los policías con el enfrentamiento contra el Ejército, y a las medidas
1958
tomadas por el gobierno de Manuel Prado, que impidieron la elaboración de programas
oficiales del carnaval.

Pese a las prohibiciones, se lanzaron las bases para el Reinado del Trabajo, que precisaba:
candidatas mayores de 18 años que estén prestando servicios en un centro de trabajo, y que
se comprometan a participar de las fiestas oficiales, finalmente, que sea presentada por un
grupo de empleados.
Figuró como Reina del Trabajo, la señorita Betty Vivanco Ortega, quien presidió las
fiestas del carnaval, quedando como Señorita Simpatía, Tula Galimidi. Entre otras reinas,
destacaron: como Reina de los Carnavales de 1959, la señorita Marlene Gamero Álvarez
(coronada en el cine Victoria); como Reina Infantil, la niña Silvia Cáceres Bellido; como
Reina de la USTA, Antonieta Valdivia; como Reina de Cerro Colorado, Elena Rodríguez
1959
Cárdenas; como Reina de Miraflores, Rosa María Rivera; como Reina Juvenil elegida por
los vendedores del centro principal de abastos de Arequipa, Mercado San Camilo, se eligió
a Yolanda Rondón, y como su Reina Infantil, la niña RosmeryJuarez.
Las fiestas alcanzaron mayor regocijo con la elección del Rey de los Feos, de cuya larga
lista de candidatos, donde figuraban: José Cantelli, Alfonso Jaramillo, Ignacio Cane, Mario
Gensolen, Carlos Arredondo, Víctor Huirse, Juan Arévalo, Carlos Morales, Rómulo Cruz,
Alberto Osorio, Isidro Fernández, Roberto Ballón Vargas, Tirso Borja Vizcarra, entre otros;
fue elegido el normalista, hombre de radio y de prensa, Walter Effio Riveros, con 15, 739
votos. Cantelli fue proclamado como «Caballero de la Simpatía».

No se realizó ningún reinado debido al segundo terremoto que azotó a la ciudad de Arequi-
1960
pa, producido en el mes de enero, apagando todas las fiestas del carnaval.

Ya de forma dispersa, algunos distritos eligieron a sus reinas como Selva Alegre, y para el caso
general se produjo la elección del Reinado Juvenil, teniendo como soberana a la señorita Ana
María Pletikosich, y como Reina Infantil, Giuliana Najarro. Como Reina del Carnaval de las
1961
Urbanizaciones «Alto Selva Alegre», «Barrio Obrero», «Gráficos» y «Apurímac», fue elegida
la señorita Elena Calsino; y finalmente, para las fiestas mollendinas, eligieron a Juana Villalobos
Gómez. Pese a ello, el Carnaval no tuvo el lustre de otros años.

1962
– en Se eligieron reinados eventuales, pero carecían del entusiasmo que caracterizó a otros años.
adelante

*Basado en los diarios Noticias, El Pueblo y El Deber, algunos artículos periodísticos en


semanarios y revistas locales.

194
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elsa Lira Gámez, Reina de la Ciudad en el ❚❚ Beatriz Forga Sanmarti, candidata al


Carnaval de 1927. Reinado del Carnaval en 1927.

❚❚ Graciela Carillo, Reina del Trabajo en el ❚❚ Rosa Mac Dowall, Reina del Trabajo en el
Carnaval de 1927. Carnaval de 1928.

195
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Antonieta L. de Romaña, Reina del Carnaval ❚❚ Carmen Rivero Velando, Reina del Carnaval
de 1928, que renunció a ocupar el cargo. de 1928.

❚❚ Blanca Tejada, Reina del Carnaval de 1929. ❚❚ Guillermo L. de Romaña, Rey de los Feos en
el Carnaval de 1929.

196
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ S. M. Blanca I y sus dos damas, en el carro ❚❚ Antonieta Lozada Benavente T. Miss


que presidió el Corso del Carnaval de 1929. Arequipa Infantil en el carnaval de 1938.

❚❚ Collage del Carnaval. DIARIO NOTICIAS ❚❚ S. M. Gabriela I, Reina Infantil del Carnaval
(Arequipa, febrero de 1929). de 1940.

197
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Rosario Montesinos, Reina de la Juventud ❚❚ Elsa Vizcarra, Reina Infantil en el Carnaval


en el Carnaval de 1941. de 1941.

❚❚ Dora Marroquín, candidato al Reinado ❚❚ S. M. Isabel I, Reina del Barrio “María


Infantil en el Carnaval de 1941. Isabel” en el Carnaval de 1941.

198
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elsa Rivera A. que en pareja con Ignacio ❚❚ Olga Paredes Salinas, candidata al Reinado
Cane, fue candidata a Reina de la Juventud en de los Obreros en el Carnaval de 1941.
el Carnaval de 1941.

❚❚ Yolanda Álvarez Cano, candidata a Reina de ❚❚ Doris Miranda, Reina de los Obreros en el
los Obreros en el Carnaval de 1941. Carnaval de 1941.

199
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elsa Corzo Corzo, candidata al Reinado ❚❚ Coronación de Olga Alegre, como Reina de
Infantil en el Carnaval de 1941. la Radio en el Carnaval de 1941.

❚❚ Mercedes Gómez, candidata al Reinado de ❚❚ Yolanda Krateil, Reina de la Ciudad en el


los Obreros en el Carnaval de 1942. Carnaval de 1942.

200
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elsa Lira Gámez, Reina del Carnaval de 1927. Siendo Alcalde del Concejo Municipal de Arequipa,
don Federico Emmel, y su Corte de Honor integrada por: Lili Campos, Adela Llosa, Blanca Tejada
Pacheco, Laura Chabaneix; y sus pajes, los niñitos: Emmel y Tomasio Muñiz Vargas.

❚❚ Olga Alegre, Reina de la Radio en el Carnaval de 1941 acompañada de su Corte de Honor. S.


M. Olga I, fue coronada en la función especial del Teatro Municipal. Estuvo a cargo de la ofrenda
lírica, don Carlos Núñez del Prado, con la participación del violinista Alberto Díaz.

201
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Graciela Rodríguez, Reina de la Juventud en ❚❚ Segismundo Luza, Rey de la Juventud en el


el Carnaval de 1942. Carnaval de 1942.

❚❚ Silvia Rodríguez, Reina de los Obreros en el ❚❚ Alma América Cornejo, Reina de la Radio
Carnaval de 1942. en el Carnaval de 1942.

202
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Luz Bustamante Ramos, “Miss Fénix” en el ❚❚ Teresa Franco, Reina del Deporte en el
Carnaval de 1942. Carnaval de 1942.

❚❚ Ella Meier Chávez, Reina Infantil en el ❚❚ Lucila La Rosa, “Miss Fénix” en el Carnaval
Carnaval de 1943. de 1943.

203
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Soledad Ríos, “Miss Fénix” en el Carnaval ❚❚ Guillermina Córdova, Reina del Trabajo en
de 1944. el Carnaval de 1945.

❚❚ Anita Portugal, Reina de la Simpatía en el ❚❚ Roberto Campos Rey de Castro, Rey de la


Carnaval de 1945. Simpatía en el Carnaval de 1945.

204
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Medalit Rey de Castro, Reina Infantil en el ❚❚ Susana Crosby, “Miss Municipal” en el


Carnaval de 1946. Carnaval de 1946.

❚❚ Marcela de la Fuente, Reina Juvenil en el ❚❚ Alicia Maldonado, Reina de la Simpatía del


Carnaval de 1947. Club Senior’s en el Carnaval de 1947.

205
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Yolanda Portillo, Reina Juvenil del Carnaval ❚❚ Enriqueta Núñez Barclay, Reina de la Simpatía
de 1948. del Club Senior’s en el Carnaval de 1948.

❚❚ Consuelo García Bustamante, Reina Infantil ❚❚ Teresa Chocano Marina, Reina Juvenil en el
en el Carnaval de 1949. Carnaval de 1949.

206
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Nora Zegarra Ballón, Reina de las Fiestas ❚❚ Ventura L. de Romaña, Reina de los Junior’s
del Carnaval en 1950. del Club Internacional en el Carnaval de 1949.

❚❚ Eliana de Rivero, Reina de la Juventud en el ❚❚ Paquita de Vinatea Collins, Reina Infantil en


Carnaval de 1950. el Carnaval de 1950.

207
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elba Cano, Reina Juvenil en el Carnaval de ❚❚ Rosario Gómez de la Torre, Reina de la


1951. Ciudad en el Carnaval de 1951.

❚❚ Anita Dávila, Reina de la Radio en el ❚❚ Marcia Benavides Cuadros, Reina Infantil


Carnaval de 1951. en el Carnaval de 1951.

208
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Roxana Díaz Rubatto, Reina Infantil de ❚❚ S. M. Roxana I, Reina de Infantil en el


Puno del Carnaval de 1951. Carnaval de 1952.

❚❚ S. M. Marcela I, Reina de la Juventud en el ❚❚ Nelly Oliver Barber, Reina de los Junior’s del
Carnaval de 1952. Club Internacional en el Carnaval de 1952.

209
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Rosa Lazo Taboada del Solar, Reina de la ❚❚ Lourdes del Solar, Reina de la Ciudad en el
Ciudad en el Carnaval de 1953. Carnaval de 1954.

❚❚ Lourdes Velásquez Ureta, Reina Infantil en ❚❚ Luisa Monje Febres, Reina Juvenil en el
el Carnaval de 1954. Carnaval de 1954.

210
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Eliana de Ribero, Reina del Club ❚❚ Nora Faux, candidata al Reinado del
Internacional en el Carnaval de 1954. Trabajo en el Carnaval de 1955.

❚❚ Juana Canepa, candidata al Reinado de la ❚❚ Haydee Linares, candidata al Reinado de


Radio en el Carnaval de 1955. Miraflores en el Carnaval de 1955.

211
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Gilda Llosa Torres, en el momento en que es coronada como Reina de la Radio de 1955.

❚❚ El Alcalde de la Ciudad, don Eduardo Gutiérrez Ballón, en el momento de ceñirle la corona a S.


M. Rose Mary, Reina del Trabajo en 1955.

212
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Las autoridades felicitan a Rosa Mary I, Reina del Carnaval de 1955.

❚❚ La Reina Infantil 1955, Jean Benavides, es coronada por el Alcalde, Eduardo Gutiérrez Ballón.

213
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Hilda San Román, candidata al Reinado del ❚❚ Olga Lira Linares, Reina de Yarabamba en
Trabajo en el Carnaval de 1955. el Carnaval de 1955.

❚❚ Georgina Delgado, Reina de Yanahuara en ❚❚ Dora Moscoso, Reina de los Barrios en el


el Carnaval de 1955. Carnaval de 1955.

214
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Marcela López, Reina de Cayma en el ❚❚ Blanca Luz Zegarra, Reina de los Mercados
Carnaval de 1955. en el Carnaval de 1955.

❚❚ Mary Vásquez, candidata al Reinado de ❚❚ Gloria Escobedo, Reina de Miraflores en el


Miraflores en el Carnaval de 1956. Carnaval de 1956.

215
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Elena Valdivia, Reina del Club Senior’s en el ❚❚ Ela Romero Guinassi, Reina Infantil en el
Carnaval de 1956. Carnaval de 1956.

❚❚ Lily Cerpa, Reina de la Radiotelefonía en el ❚❚ Elena Rodríguez, Reina de Cerro Colorado


Carnaval de 1957. en el Carnaval de 1959.

216
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ S. M. María Chirinos, Reina de la Ciudad y su corte en el Carnaval de 1957.

❚❚ Marlene Gamero, Reina de los Carnavales ❚❚ Rosa M. Rivera, Reina de Miraflores en el


de 1959. Carnaval de 1959.

217
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El Alcalde de Arequipa, José García Calderón B. coronó a la Reina del Trabajo 1959, S. M.
Betty I, en el Teatro Municipal.

❚❚ La Reina, S. M. Betty Vivanco Ortega, ❚❚ Carmen Torres, Reina Juvenil del Mercado
presidió las fiestas del carnaval de 1959. en el Carnaval de 1959.

218
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Escrutinio para la elección del Rey de los Feos 1959. Jurado: Luis Casas, Juan Alvarado, César
Zamora, Carlos Gandarillas y el escriba Marlon.

❚❚ Elena Rodríguez, Reina de Cerro Colorado ❚❚ Mario Gensolen, candidato al Rey de los
en el Carnaval de 1959. Feos 1959.

219
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ La Reina del Trabajo 1959, S. M. Betty I. ❚❚ Walter Effio Riveros, Rey de los Feos
1959, coronado en función de gala de Radio
Continental.

❚❚ La Reina de la Simpatía, Tula Galimidi, ❚❚ Fraternal abrazo entre dos reinas del
corona al Rey Feo de 1959, Walter Effio. carnaval de 1959.

220
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Vista del Teatro Municipal, en instantes de la coronación de la Reina del Trabajo y


proclamación de la Señorita Simpatía (Arequipa, 1959).

❚❚ Ángel Pacheco, corona a la Reina Infantil ❚❚ Rosmery Juarez, Reina Infantil del Mercado
1959, S. M. Silvia I. San Camilo 1959.

221
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Yolanda Rondón, Reina del Mercado en el ❚❚ Guiliana Najarro, Reina Infantil en el


Carnaval de 1959. Carnaval de 1961.

❚❚ Ana María Pletikosich, Reina Juvenil en el


Carnaval de 1961.

222
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

C) CORSO DE FLORES

Considerando que el espacio público es el medio en donde confluyen los pensa-


mientos e ideales de la colectividad, es decir, un lugar de convergencia y de constante
comunicación. Desde una perspectiva sociológica, profundamente analizada por el in-
vestigador chileno Guillermo Fernández Lores, quien menciona que«se le atribuye la
facultad de influir en una serie de aspectos de la vida urbana»400, se puede enfocar dicho
estudio desde la perspectiva tangible de los espacios (calles, plazas, parques) o desde el
espacio que permite el encuentro de ideas, emociones y sentimientos colectivos.

La Plaza de Armas de Arequipa, bajo un aspecto tangible y concreto del espa-


cio público, da cuenta de la evolución urbanística y arquitectónica de esta ciudad.
Es quizá, bajo este enfoque, que podemos plantear el estudio de esta plaza desde el
momento en que se gesta la fundación hispana de Arequipa, hasta el momento en
que, de ser el Mercado Central de Abastos de la población, pasa a ser un espacio de
recreación para la sociedad mistiana. Dando cuenta de una serie de valores artísticos,
cuyo análisis compete explícitamente al historiador del arte o al arquitecto.

Sin embargo, debemos pensar también que en esa plaza existe una dimensión in-
tangible de análisis e interpretación. Recordemos que, como indica Fernández Lores,
en ese espacio también se produce la lectura de las percepciones colectivas de dife-
rentes épocas. Su función primordial es satisfacer las necesidades urbanas, destacan-
do la recreación sociocultural. En aquel espacio se gestan diferentes eventualidades,
caravanas, festividades, desfiles, corsos, que bajo una tipología corresponden a dicha
recreación; sin embargo, esa plaza, ese parque, esas calles, también son escenario de
huelgas, protestas, marchas, teniendo un corte político-social; y finalmente, son los
espacios del transcurrir diario de nuestra gente, donde se puede llevar a cabo, una
lectura historiográfica.

Como habíamos indicado, la Plaza de Armas es uno de los principales escenarios de


nuestra historia, es el lugar donde se instalaron nuestras primeras instituciones públicas,
donde nuestra iglesia fundó una doctrina, y es donde se han gestado todas las revolucio-
nes que caracterizaron la Ciudad Caudillo o León del Sur; también es el lugar donde se
han centrado los festejos desde 1940 por nuestro aniversario, y donde han dirigido sus
discursos presidentes e intelectuales; es el espacio que congrega la mayor cantidad de
ciudadanos locales, nacionales y extranjeros; y como tal, también ha sido el espacio fun-
damental para el desarrollo de eventualidades como la fiesta de carnestolendas.

400 FERNÁNDEZ, Guillermo. «Espacio público, heterogeneidad de uso e inseguridad». En: Revista Persona y Socie-
dad Vol. XIX Nº1. Universidad Alberto Hurtado. Chile, 2005. P. 264.

223
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ Las reinas pasan


en sus vistosos
y engalanados
carros alegóricos.
Fotografía del
corso del carnaval
limeño en los años
veinte, actividades
caracterizadas por el
colorido y atractivo
de sus soberanas. (R.
“Variedades”, 1859).

El rol que jugaban las calles céntricas de la ciudad —tales como Guañamarca,
Mercaderes, La Merced, etc.—, era fundamentalmente, el espacio de la recreación
de los carnavales, allí se emprendían innumerables batallas de cascarones y agua
teñida con airampo, ello en el periodo del Antiguo Carnaval. La siguiente etapa, que
obedece al nuevo carnaval, y por tanto una reformulación lenta y complicada de las
festividades, va a dar otro uso a dichas calles —que en muchos casos cambiaron de
denominación—, y va agestar un escenario principal, como ya comenzaba a proyec-
tarse desde 1871. Por lo tanto, el eje dinamizador de las fiestas será la Plaza de Armas.

Luego del Antiguo Carnaval, se innovan nuevas prácticas en la fiesta, se trata de


los reinados en Arequipa, y que por tanto van a colocar a una dama, quien presidiará
los festejos por lo menos durante este periodo. Sugiriendo de esta forma, la prepara-
ción de un corso que obedece propiamente a las costumbres occidentales. La organi-
zación de un corso ha sido una de las actividades primordiales en las festividades de
América durante todas la épocas, tal es el caso de Buenos Aires en la colonia, «siendo
común que los esclavos y ex esclavos negros organizaran corsos y candombes»401.

Aquellos escenarios que eran requeridos para el corso del carnaval, merecen la
atinada denominación de «corsódromo» o «circuito carnavalesco», que es la traza
urbana que sigue el corso durante las festividades populares, es decir, es el espacio
demarcado por donde desfilarán diferentes delegaciones (ese es el uso que van a tener
las calles durante el nuevo carnaval, agregado a la práctica del juego libre). Pues bien,
corso, según el documento oficial de bases del concurso de carros alegóricos del año
2009 en Cajamarca, se llama:

401 Secuencia ¡Carnaval! Aquí y allá, ayer y hoy. Propuesta para 4º y 5º año. Material para el docente. Versión prelimi-
nar, Argentina, noviembre del 2009. P. 52.

224
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

❚❚ El “Corso de Flores” y los carros alegóricos,


características del nuevo carnaval en Arequipa.
(R. “La Ciudad”, 2003).

[…] al desfile de carros alegóricos con reinas, patrullas, com-


parsas, conjuntos y banda de músicos, que con el propósito de
rescatar valores culturales, folclóricos, sociales, costumbristas y
turísticos acontece en la ciudad de Cajamarca como parte de las
celebraciones carnavalescas402.

A partir de 1920, surge en diferentes lugares del Perú, el corso. Cuya práctica en
Lima, lo puso como uno de los espectáculos más clásicos y pintorescos: «los corsos
de carros alegóricos, adornados con flores y engalanados con la presencia de reinas
de belleza que desfilaban por las principales calles de la ciudad»403. La colonia ita-
liana en Lima, fue una de las primeras instituciones que introdujo esta costumbre, la
cual no tardó en expandirse y tener la acogida del público; comenzando a nombrarse
comisiones municipales encargadas de organizar los festejos del carnaval. Para el
caso limeño, en 1922, se nombró como presidente de la comisión al teniente alcalde
Andrés Dasso, quien eligió a la primera reina, Lucrecia Vargas; y ambos presidieron
el corso de la época.

El corso permitió la batalla de flores que se realizaba comúnmente en las pla-


zas o parques principales de las ciudades. En Arequipa, ese escenario se ve afian-
zado en la Plaza de Armas, en el año de 1923, que da lugar al inicio al «Nuevo»

402 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 36.


403 GARAY, Martín. Op. Cit. P. 56.

225
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Carnaval; cuyo auge, es definitivamente, la época de Leguía, y se prolonga hasta


1960, tiempo en que los corsos comenzaron a ser prohibidos por el presidente
Manuel Prado, y por otra parte el terremoto de dicho año en Arequipa impidió
que los festejos se den con normalidad; luego, el nuevo carnaval fue feneciendo,
quedando únicamente la elección de las reinas, y otro elemento que persistió has-
ta la actualidad: el juego en las calles.

D) BAILES DE FANTASÍA O DISFRACES

Los bailes siempre se han caracterizado por el derroche de jovialidad y esplen-


dor. Aquellos movimientos rítmicos, acompañados de las melodías resultantes de un
conjunto de instrumentos musicales, son el núcleo representativo de una festividad,
lo cual siempre ha caracterizado a todas las culturas y civilizaciones humanas. No
se puede concebir una fiesta, una celebración, sin baile, ya que guarda el significado
de reforzar de gozo. El baile es una de las expresiones artísticas más profundas, que
guarda en su esencia infinidad de emociones y sentimientos, pero que siempre denota
gracia y entusiasmo, sublimidad y pasión.

El baile ha formado parte de las grandes tradiciones, como el carnaval, que en


la antigua Venecia (Italia) era acompañado de música, comida, licor y sexo, for-
mando parte de las distintas materialidades expresivas del carnaval. Ciertamente,
fue una costumbre veneciana, realizar bailes en grandes salones y organizar desfiles
de comparsas por la ciudad.404 Sin embargo, es posible, que muchas actividades
públicas del carnaval, se dieran en un inicio en las calles, y luego, se trasladaran a la
intimidad del hogar o lugares privados, para que luego vuelvan a refundarse en las
calles con actividades innovadoras como los corsos y la elección de reinas y reyes
del carnaval.

Con la conquista española, ingresaron a nuestro continente varias costumbres y


tradiciones europeas, entre ellas, la utilización de instrumentos musicales y los bailes
con el carnaval, que influenciaron en algunas manifestaciones de nuestra cultura ori-
ginaria, madurando sus comportamientos según las características propias de cada
región. Algunos bailes tenían un fuerte contenido andino, pero su música era inter-
pretada con instrumentos de origen occidental, tales como la guitarra, el acordeón,
etc. Otros, ostentaban la pomposidad que se había manifestado en Europa.

Durante la colonia, los festejos del carnaval incluyeron dos espacios: la calle, y los
lugares privados; lógicamente, en ambos, el baile fue el ingrediente indispensable para

404 BALCÁZAR ROJAS, Angelita del Pilar. Op. Cit. P. 16.

226
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

los festejos. En el Perú, las comparsas han sido el eje dinámico de la fiesta en las calles,
algunas veces enmascarados o disfrazados, danzaban al ritmo del ande. Pero, también
hubo otro tipo de bailes, donde la clase de élite, luego del intenso juego libre en las calles,
se daba cita con sus iguales para continuar el festejo, pero en la intimidad de sus hogares.

En el siglo XIX, la celebración del carnaval mostraba actividades caracterizadas


por bailes y desfiles de carros alegóricos en Europa, esta idea no tardó en difundirse
en el mundo, y con el correr de los años, y el fortalecimiento de las empresas teatrales
en el Perú, este baile se extendió a los teatros y, posteriormente, a los clubes y cines.
A estas actividades, durante el «Nuevo» Carnaval en Arequipa se les conoció como
baile de fantasía o baile de disfraces. La gente solía concurrir disfrazado o con anti-
faces, y estos eventos se realizaban durante las tardes festivas de carnaval, quizá por
estas razones, se mereció la denominación de baile de fantasía.

Hacia el siglo XX en Arequipa, este tipo de bailes (tanto de adultos como de ni-
ños), evidenciaron un claro rol de género y de clase. Aquella diversión pública, reafir-
maba la división de clases sociales, es así que muchos ciudadanos componentes de clase
popular no podían acceder a aquellos festejos de carácter privado, que se realizaban
normalmente en los clubes, por varias razones, entre ellas el status social, el no perte-
necer a la institución que lo organiza y, fundamentalmente, el costo que demandaba
aquel tipo de diversión. El rol de género se mostraba en cuanto al cobro de los tickets de
entrada a las diversas instituciones sociales que organizaban el baile, ya que a las damas
solían cobrarles otra cantidad de dinero, o incluso, tenían el acceso gratuito.

Quizá esta sea la razón por la que surgen los famosos bailes sociales o bailes
democráticos, que se realizaban a mediados del siglo, en parques y plazas, a fin de
propiciar espacios de diversión pública para el común de gente, durante las tardes.
Aquellos festejos seguían la dinámica de los espectáculos privados, solían realizarse
concursos de disfraces, rifas y/o loterías de algunos artículos de carnaval, etc. Este
tipo de bailes fortalecieron la realización de las verbenas populares, que se dieron
inicio con el «Nuevo» Carnaval en Arequipa.

Las instituciones privadas que se caracterizaron por organizar estos bailes de fan-
tasía fueron los teatros Olimpo, Municipal, Fénix, Real, Benique, Variedades, etc.; los
cines Universal, Victoria, Azul, Pathé, Arequipa, Danubio, etc.; los clubes Arequipa, In-
ternacional, Jockey Club, Country Club, Club de Leones, Rotary Club, Club Ostende,
Club WitheStar, F. C. Melgar, Unión, Palestina, Nobel, Bolívar, Cultural, Atlético, etc.; y
entre otras instituciones, el Bar Lucerna, la Sociedad Patriótica Tacna, Arica y Tarapacá,
la Asociación Mixta de Comerciantes del Mercado San Camilo, FECIA, etc.

227
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

1.2 SEGÚN EL ENTORNO SOCIOCULTURAL DEL CARNAVAL

Las fiestas del carnaval se han caracterizado desde siempre por materializar
aquella necesidad humana de liberación. Tratándose de una fiesta transgresora por
excelencia, sus formas han sido de contenido popular, ya que en sus distintos compor-
tamientos festivos —de una u otra manera— ha participado determinada multitud,
lo cual merece ser destacado. La intervención pública en el carnaval justifica evaluar
el entorno sociocultural de las fiestas, donde puede distinguirse un carnaval rural y
urbano, cada uno con su propia definición y caracterización, que en algunos aspectos
puede ser similar entre sí o también puede mostrar rasgos diferenciantes.

Definir qué debe ser considerado como rural o urbano, sugiere criterios básicos
de análisis. En algunos aspectos, el indicativo fundamental para señalar a una pobla-
ción como rural, suele ser la localidad activamente agraria; es evidente, teniendo en
cuenta que «rural», nos remite —según el DRAE— a la «vida del campo y sus labo-
res». Una segunda definición que señala a lo rural como algo inculto, tosco, apegado
a las cosas lugareñas, parece ajustarse al contenido de la festividad. Si bien ambas
definiciones establecen analogía directa entre sí, sería limitado tener en consideración
—única y determinantemente— el criterio geográfico para lo rural. A ello, se suma lo
urbano, que vendría a ser lo antagónico de rural, por ello que su definición nos lleva
a pensar en lo perteneciente o relativo a la ciudad, es decir, a la gran urbe.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México,


se considera una población rural cuando tiene menos de 2,500 habitantes, y una po-
blación urbana cuando la población es mayor a dicha cifra. En Perú, según el estudio
sobre el crecimiento urbano del INEI, se muestra que recién en centros poblados de
5,000 personas se puede «apreciar una población con algún nivel de diversificación
de actividades y cierto desarrollo del comercio». Según Ricardo Vergara, «en centros
poblados por encima de 10,000 personas un centro poblado comienza a tener una
dinámica de atracción migracional y desarrollo de servicios más complejos»405. Ello
demuestra que la cantidad de población que tiene una localidad es uno de los crite-
rios básicos de evaluación, pero no determinante. De este modo, debemos agregar la
calidad de vida de los pobladores, es decir, con qué tipos de servicios cuentan aquellas
zonas, cómo es su desarrollo en cuanto al comercio y la industria.Se considera una
zona rural cuando conserva espacios sanos y la relación de los pobladores es íntima.

Asimismo, la ocupación laboral de los pobladores es otro criterio, es decir, a qué acti-

405 VERGARA, Ricardo. «Gobiernos locales en el medio rural». En: Socialismo y Participación. Nº 87. CEDEP. Lima,
mayo del 2000.

228
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

vidades se dedican. Naturalmente, en zonas rurales —por el contacto con la naturaleza—,


la mayoría se dedica al trabajo agrícola o a la silvicultura, ganadería, minería y, sobre
todo en la costa, a la pesca; en zonas urbanas, la población se dedica a la gran industria,
al comercio o a la prestación de servicios para el Estado. Al fin y al cabo, el perfil social de
los pobladores, determina las características de una festividad como el carnaval; y ese per-
fil tiene un basamento, que es la geografía, la actividad económica y el contexto cultural
de la zona o localidad. La permanencia de ambos festejosbusca integrar a los partícipes
en una fiesta total; y, la diferencia radica en que uno lo hace en mayor magnitud que otro.

1.2.1 CARNAVAL RURAL

Tomando en cuenta los tres criterios básicos de análisis que definen a lo rural, es
viable que las festividades locales en Arequipa, hayan tenido un sentido predominan-
temente rural, por lo menos hasta las últimas décadas del siglo XIX. Todavía existía
una extraordinaria campiña, y en las partes céntricas de la ciudad, se podía sentir el
calor familiar, además que aún no se había producido la intensa explosión demográ-
fica debido a las constantes inmigraciones. El carnaval tenía un sentido más rural que
urbano, una muestra de ello vendría a ser, respecto al juego libre en las calles, que
se limitaba en muchos casos al hogar, o del hogar a las calles aledañas, no era una
festividad pomposa de gran resonancia o magnitud que conglomeraba a la población
de varias zonas, tampoco obedecía a una programación con actividades, fechas y
horarios establecidos, se trataba de un festejo espontaneo.

Si analizamos los conflictos sociales de aquel periodo —entre amigos y familiares


durante la festividad—, comprenderemos que están vinculados a la vida en comuni-
dad y a la cultura. La gente, por ejemplo, se emborrachaba y terminaba peleándose
entre sí, y en aquellos problemas se apercibía aquel ambiente de vecindad; o en todo
caso afloraban las diferencias económicas y sociales entre los vecinos, propiciando
varias rencillas. A ello se suman las habladurías y los rumores entre la población, que
adquieren un carácter oficial cuando se exponen en las Causas Criminales.

Este carnaval guarda una esencia íntima, ambiente hogareño y familiar; sus ac-
tividades congregan a un número reducido de personas, es decir, únicamente, a la lo-
calidad; no busca grandes espectáculos, ya que actúa en base a los comportamientos
íntimos de las personas, a la exteriorización de sus emociones, ideas y creencias, sin
lograr protagonismos banales. Comparten un festejo sin restricciones, que suele ser
brusco, tosco, como el relato que narra el Dr. Pedro Luis Gonzales Pastor, respecto
al juego de carnavales en Camaná, donde los chiquillos se pegaban con la ortiga.406

406 GONZÁLES PASTOR, Pedro Luis. Relatillos. S. e. Arequipa, 1982.

229
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Las actividades de este carnaval son espontaneas, no se rigen a un plan o un pro-


grama con horarios y circuitos. En definitiva, no tener que cumplir o ceñirse a cierto
roles, convierte a la festividad en un evento llano y abierto, lo que sin duda alguna,
sugiere agregar a la festividad cotas de agresividad o violencia; a ello se debe muchos
comentarios que resaltan el Antiguo Carnaval en Arequipa, sencillamente porque se
trataba de fiesta rabiosa, donde los partícipes se permitían jugar inconteniblemente.

En cuando a sus comportamientos festivos, logra conservar en mayor medida,


los ritos, cantos, vestuarios, máscaras y costumbres autóctonas, por ejemplo, la utili-
zación de algunos instrumentos de origen andino, la ritualidad logra manifestarse en
las danzas de los pobladores, el vestuario es mayormente campestre debido al contac-
to con la tierra, lo que exige que las modalidades del juego también sean diferentes.

Finalmente, los recursos creativos de esta fiesta son menores, porque agrupaba
la menor cantidad de población, a fin de suscitar el calor familiar. Predomina el juego
libre, adquiriendo inusitada relevancia en la festividad.

1.2.2 CARNAVAL URBANO

En las últimas décadas del siglo XIX, muchas provincias del Perú —que en el
sentido de innovación— quedaron secundadas durante mucho tiempo; comenzaron a
modernizarse. Arequipa experimentó verdaderos cambios desde 1868, distinguiendo
evidentemente el sentido de la urbanidad. Sin embargo, es recién a inicios del siglo
XX, donde las festividades adquieren otro valor, logran tener una caracterización
urbana, que se produce con el carnaval en el año de 1923, cuando la Municipalidad
oficializó las fiestas, generando un programa de festejos. Este «Nuevo» Carnaval lo-
gra relevancia, sobre las actividades espontáneos que se habían realizado en otrora,
ello no quiere decir que pierde la característica rural, ya que en los distritos aún per-
manecen las formas de ese carnaval. En un sentido general, estaríamos hablando de
un carnaval con formas, tanto rurales como urbanas, que en algunos aspectos logra
ser intermedio.

La oficialización y, por lo tanto, regimentación de la festividad por medio de la


institución inmediata, como era la Municipalidad, permitió encajar muchas activida-
des en un programa de festejos, que era elaborado por una comisión designada por
el alcalde. Ese programa debe regirse al cumplimiento de horarios, circuitos en caso
del corso, e incluso actitudes y comportamientos festivos (se debe evitar el desorden
descomunal). Los programas eran difundidos por medio de la prensa escrita, como
Noticias, El Deber o El Pueblo.

230
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

En muchos casos, en el carnaval urbano, se evidencia mayor politización de la


fiesta, donde la ciudadanía —en diferentes representaciones— se permite satirizar
a las autoridades y notables personajes de la localidad. Esta atmósfera burlesca en
Arequipa presenta su principal antecedente en un programa satírico de 1842 que
se burlaba del general Manuel Ignacio de Vivanco; así refiere la historiadora Sa-
rah Chambers, siendo el único documento que certifica este comportamiento, por lo
menos durante el Carnaval Antiguo, que está marcado por las particularidades del
carnaval rural.407

Al haber un corso y un reinado que organizar, muchas sociedades y firmas co-


merciales van a jugar un papel importante. La Comisión de Festejos busca que la
fiesta sea impresionante, atractiva para el público, para lo cual solicita coorganizado-
res y auspiciadores; en muchos casos, las firmas comerciales Fernando Emmel S. A.
Ltda. y Jaime Caritg, etc. contribuían económicamente; y los diarios apoyaban con
la difusión de las actividades. Asimismo, para el Corso de Flores, muchas empresas
se inscribían para comercializar sus productos, y a su vez, sumar a la finalidad del
evento, que es lograr mayores espectacularidades, pues la consigna central, será con-
glomerar la mayor cantidad de personas (provenientes de diferentes distritos). Por lo
tanto, prepondera en mayor medida el sentido del negocio y mercantilización.

1.3. SEGÚN EL ESPACIO DONDE SE DESARROLLAN LOS FESTEJOS

El carnaval, una de las tradiciones más antiguas del mundo, se ha difundido


como una festividad popular y de carácter público. Se trata de una de las fiestas más
extendidas en el Perú, y por lo tanto sus festejos conglomeran a multitud de personas
en cada localidad, que de una forma u otra, terminan siendo partícipes íntegros de
varias actividades. Entonces, el rasgo que marca los carnavales es la diversión públi-
ca. Sin embargo, algunos eventos no han sido de acceso libre para toda la población,
sobre todo en el caso de los sectores sociales más limitados económicamente.

Antes de situarnos en los diferentes periodos del carnaval arequipeño, es necesa-


rio mencionar que el juego libre —que es permanente hasta la actualidad— permitió
que la fiesta se realice en los espacios abiertos, es decir, calles, plazas y alamedas, lo
que denominamos espacio público. El carnaval de antaño se caracterizó precisamente
por el juego libre en las calles, sin embargo, este mismo periodo sugiere festejos más
pequeños, debido a que sus actividades tienen un sentido más intrínseco. Por ejem-
plo, el juego libre es entre familias, logrando extenderse únicamente a las cuadras

407 CHAMBERS, Sarah C. Op. Cit. P. 134.

231
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

aledañas de la localidad o los vecindarios más cercanos, pero no conglomera a una


multitud más o menos numerosa, ya que no existe una organización oficial que pueda
reunir a toda la población.

En Lima, como en varias ciudades del país, logra afirmarse el concepto del jue-
go libre en las calles como una diversión pública, pero no multitudinaria; tal y como
puede apreciarse en la crónica del viajero alemán Friedrich Gerstaecker: «[…] en las
casas en que se va a jugar (como se llama burlonamente a este diluvio), son totalmente
evacuadas las habitaciones que dan a la calle. Se quitan los espejos y cuadros y hasta
los mismos muebles de calidad. Las damas se ponen trajes muy ligeros…»408. Otra ca-
racterística que demuestra el contenido íntimo de la fiesta, por lo menos en Arequipa,
es que luego de una aguerrida batalla de cascarones, las familias y vecinos se reunían en
una de las casas, para compartir algunos potajes y la apetecible chicha de fruta.

Los festejos del Carnaval Antiguono sólo se realizaban en calles y plazas, sino
también en espacios privados, como en algunos teatros. Gerstaecker da cuenta de bai-
les de máscaras en los teatros limeños: «[…] reinaba completa libertad de máscaras, y
es siempre bienvenido, el disfraz de hermoso español antiguo o de turco, previo pago
de su boleto de ingreso. Yo vivía justamente al frente del teatro, y la salvaje agitación
se desarrollaba toda la noche delante de mi ventana...»409.

Las actividades del Nuevo Carnaval sugieren un evento total que logre conglomerar la
mayor cantidad de población. Es así que el Concejo Municipal organizó el Corso de Flores,
un evento que aglomeró a los citadinos prevenientes de diferentes distritos, en las calles cén-
tricas de la ciudad. Pero no fue el único festejo de gran magnitud; hubo otros festejos, como
el Festival Carnavalesco que se realizaba en el Estado Melgar, y las actividades en la plaza
principal de la ciudad. Otra actividad de acceso libre, que se realizaba en el espacio público,
fueron las verbenas carnavalescas que tenían lugar en la plazoleta del Mercado Central de
San Camilo, en el Parque Bolognesi, en la Plaza España o el Parque Grau.

Aquellos fueron eventos totales, pero también hubo aquellos de acceso restringi-
do, ya sea por el impedimento económico u otro tipo de limitaciones. La coronación
de las reinas y los bailes de disfraces, tenían lugar en algunos teatros o cines princi-
pales de la ciudad, que a pesar de no definirse como un local de gran exclusividad,
obedece a un lugar cerrado. Hubo otros lugares de fiesta —como clubes e institu-
ciones privadas—, donde el acceso era limitado, debido al alto costo del boleto de
ingreso; pues no toda la población podía darse el lujo de gastar en una noche de baile.

408 GERSTAECKER, Friedrich. «Tres días de carnaval en Lima (1860)». En: Núñez, Estuardo. Cuatro viajes alemanes
en el Perú. Relaciones desconocidas. UNMSM. Lima, 1969. Pp. 277-192.
409 Loc. Cit.

232
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

Y, finalmente, había festejos en algunas casas particulares, donde los invitados eran
familiares o amistades cercanas al anfitrión.

En la actualidad, es decir, el Carnaval Contemporáneo, ya no se habla mucho de


bailes de disfraces o noches carnavalescas como en los periodos anteriores. La única
actividad que prima es el juego libre en las calles y las casas (permanencia en las fiestas
del carnaval), que pese a las restricciones ha pervivido; pero este juego no es el mismo
que el del carnaval de antaño (que se circunscribía a calles y vecindades aledañas); por lo
contrario, ahora logra expandirse por diferentes pueblos y distritos.La juventud, incon-
tenible, libra verdaderas batallas de pintura, betún, globos y baldes de agua, sin impor-
tar la distancia de sus hogares; otros recorren en diferentes vehículos, como camiones y
camionetas, distritos, vecindarios, barrios, centros poblados, mojando a quien esté en su
camino. A ello, se debe que la violencia es más notable que en el pasado.

1.4. PERFIL SOCIAL DEL CARNAVAL: DE EXPRESIÓN POPULAR AL


GLAMUR Y RECONOCIMIENTO NACIONAL

La fiesta del carnaval posee en el imaginario popular dos conductas fundamentales:


se trata de un tiempo de liberación, y a su vez, un medio que reduce las brechas culturales
y diferencias sociales en la población. Algunos trabajos se han encargado de analizar el
primer aspecto, donde se concluye que el carnaval permite generar espacios de recreación
o diversión pública, y también de crítica social, por ejemplo, parodiando a las autoridades
religiosas, gubernamentales y a personajes notables. El otro aspecto de estudio asume
que la festividad tiene un contenido dinámico en las clases sociales, ya que tanto el pobre
como el rico pueden generar espacios intermedios de diversión pública.

Rolando Rojas ha llegado a determinar dos caras en la fiesta de carnaval durante


la colonia. Por un lado, alude a un comportamiento festivo popular, es decir, del pueblo
o los plebeyos, quienes juegan con agua, jeringas y el lanzamiento de cascarones de hue-
vo. Y por otra parte, encuentra a la nobleza, con bailes de fantasía o de disfraces, y las
indispensables aguas perfumadas con que se rociaba a las damas. Asimismo, señala que
hubo lugares en los cuales las diferencias sociales se rompían para dar paso al romance
del carnaval o juego libre en las calles.410

Jamás un festejo como el carnaval había logrado aquellos espacios intermedios de


relación social, ello gracias al juego libre en las calles. En Arequipa, así como en mu-
chos lugares del país parece configurarse esta idea. Por ejemplo, Sarah Chambers, en su

410 MÉNDEZ, J. C. «Los carnavales. Gloria, pasión y suerte». En: Revista Caretas. Lima, 9 de febrero del 2006. P. 58.

233
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

obra De súbditos a ciudadanos, da cuenta de un caso en el año de 1836, donde doña


Juana Flores le dio permiso a su esclavo Alberto Flores, para que se divirtiera durante
las fiestas carnestolendas argumentando que se trataba de una costumbre inevitable.411

Tratándose de una costumbre inevitable, no sería estrambótico encontrar refe-


rencias respecto a la participación de distinguidas damas en los festejos de carnesto-
lendas, tal y como narra el sacerdote José María Blanco, cuando indica en su testimo-
nio, que «tomaban parte en una batalla burlesca de todos contra todos, aunque desde
la posición ventajosa de los balcones o techos»412. Una misma actitud se representa
en los dibujos hechos por Manuel Atanasio Fuentes, en donde describe las estrategias
del juego en Lima.

Aquella dinámica de roles y de clases sociales marcó el juego durante la colonia,


e incluso, la independencia, donde esta festividad no estaba oficializada, por ningu-
na institución gubernamental; por lo contrario, estuvo fuertemente reprimida, tal
y como afirma Rolando Rojas, en primer lugar, por las Reformas Borbónicas413que
buscaban el orden social mediante la represión (razón por la cual Teodoro de Croix
crea las intendencias y suprime los corregimientos), y luego los ideales de la inde-
pendencia, con los cuales se pretendía desterrar las costumbres impuestas por los
españoles durante la colonia, y el carnaval era una de ellas. Por ello, este periodo del
carnaval ha merecido los denominativos de «fiesta de la plebe imbécil, estupidizada
e incivilizada»(Felipe Pardo y Aliaga, Manuel Atanasio Fuentes) o carnaval popular,
carnaval salvaje, etc.

Pese a que se reafirmaba el concepto de cultura como medio dinamizador de


las clases sociales, se trató de reprimir la fiesta. En Arequipa, también se mostraba
preocupación por la conducta desordenada, la ebriedad, los crímenes, entre otros
conflictos sociales, que en muchos casos llegaban a reafirmar la diferencia de clases.
Luego de los festejos del carnaval, todo retornaba a la normalidad; la clase de élite
prefería socializar con sus pares, en fiestas privadas conocidas como tertulias, dejan-
do las calles a las clases populares.

Rolando Rojas manifiesta que luego de la Guerra con Chile414 surge una suer-
te de nacionalismo cultural, comienzan a desarrollarse corsos, pequeños desfiles de

411 CHAMBERS, Sarah C. Op. Cit. P. 133.


412 Ibídem. P. 133.
413 Se le conoce a las Reformas Borbónicas como la II Conquista de América, debido al aumento de la presión fiscal
sobre los ciudadanos americanos, desarrollado entre los años 1762 y 1787. Sus objetivos fueron: mejorar la orga-
nización interna del imperio, aumentar los ingresos de la corona y reforzar las defensas de todas las posesiones
españolas.
414 En primer momento comienza a culparse a los indígenas de la derrota, para luego achacar la responsabilidad a
la clase de élite.

234
Análisis sociocultural de las fiestas del carnaval en Arequipa

comparsas y muñecos gigantescos, consolidándose la idea de institucionalizar el car-


naval, es decir, progresivamente pasa de ser una expresión popular al reconocimiento
nacional. En 1922, la Municipalidad de Lima organizó el primer carnaval que fue
apoyado por el presidente Augusto B. Leguía; y como una onda cultural expansiva,
muchas otras ciudades comienzan a inaugurar sus nuevos carnavales, en Arequipa se
produce en 1923.

A partir de aquella fecha, los festejos tienden a marcar en sus actividades las
diferencias de las clases sociales, ya que no todos podían acceder a determinados fes-
tejos por el alto costo que demandaba; incluso en el Corso de Flores y los reinados,
que caracterizaron a este nuevo carnaval, se lograba diferenciar en forma clara, las
expresiones de la cultura popular y la cultura de élite.

235
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

CONCLUSIONES

PRIMERA

En el proceso histórico de las fiestas del carnaval en Arequipa, se pueden distinguir


tres periodos: un Antiguo Carnaval (de 1541 hasta inicios del siglo XX), un Nuevo
Carnaval (desde 1923 hasta 1960) y un Carnaval Contemporáneo (desde la década
del sesenta hasta la actualidad), que histórico-social y cronológicamente es válido.

SEGUNDA

Durante los tres periodos del carnaval, las fiestas siempre se han caracterizado por
la violencia. No obstante, podemos considerar que cada manifestación corresponde
a un propio tiempo y espacio, no se trata de señalar que el Nuevo Carnaval fue más
civilizado o calmoso. Sino de comprender que hubo otras actividades, sobre todo
durante este periodo, que disminuyeron de algún modo la percepción negativa de las
fiestas; pero ello no quiere decir que el carnaval de ese entonces no haya sido violento,
fue igual el desenfreno y obedecía a un espacio-tiempo como ahora. El carnaval tiene
un denominador común en el mundo: un estado donde el pueblo se libera de la rutina.

TERCERA

Estas fiestas tienen un denominador común que representa una «permanencia» en las fiestas.
Se trata del juego libre en las calles y, por lo tanto, la violencia, que incluye diversidad de actos,
como los «baldazos de agua», polvos, pinturas, misturas, serpentinas, betún, matachola,
entre otros elementos, vuelve a la fiesta popular en una «diversión pública» donde las
colectividades mistianas, durante varios años, han generado escenarios de expansión pública
en las principales plazas, parques y calles de la ciudad, y de varios distritos.

CUARTA

Las fiestas del Nuevo Carnaval en Arequipa tienen un perfil eminentemente urbano, y
es consecuencia del proceso de reestructuración de la sociedad. Ya que los festejos son
oficializados y, a su vez, regimentados, las actividades evidencian mayor politización
de la fiesta, y al lograr mayores espectacularidades, logra un sentido comercial.

QUINTA

El carnaval es una «tradición» que cambia constantemente. En Arequipa


es consecuencia del mestizaje, debido a que en esta tradición han confluido

235
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

armoniosamente las directrices de la cultura indígena y de la cultura occidental.

SEXTA

La modernidad ha modificado las modalidades y artículos de juego en la tradición


de los carnavales, que forma parte de los «cambios» en dicha festividad. En vez de
cascarones de huevo (Antiguo y Nuevo Carnaval), se comenzó a utilizar los globos
(Nuevo Carnaval y Carnaval Contemporáneo); las jeringas (Antiguo Carnaval) y
chisguetes de éter (Nuevo Carnaval), fueron reemplazadas por rifles y pistolas
de agua (Carnaval Contemporáneo); y en cuanto al agua colorada o de airampo
(Antiguo y Nuevo Carnaval), fue sustituida por las anilinas de diferentes colores
(Nuevo Carnaval y Carnaval Contemporáneo).

SÉTIMA

El carnaval es una reminiscencia de las fiestas de desenfreno y liberación, que adquiere


otra connotación en Latinoamérica, el Perú y sus regiones, entre fines del siglo XIX
e inicios del XX, ya que incluyó y reforzó actividades de corte artístico-culturales
(como los corsos y reinados, bailes populares, danzas, música, reinados, corsos, etc.);
sin embargo, siempre hubo el juego libre en las calles, debido a que es una de las
actividades que guarda la esencia del carnaval: el desborde popular; de suprimirse
dicho factor, ya no se trataría de «carnavales».

OCTAVA

Cabe destacar, que el Nuevo Carnaval (1923-1961) incluyó de forma oficial


actividades del tipo artístico-cultural. Dos elementos se consideraron indispensables
para la realización de las fiestas organizadas por el Concejo Provincial de Arequipa:
los reinados, que en el imaginario popular auguraban el éxito de las fiestas; y el Corso
de Flores, que se trataba de uno de los eventos más atractivos para la población
arequipeña. No obstante, ha contribuido también a la celebración: las verbenas
populares realizadas en muchos parques y plazas; los bailes populares o de «fantasía»
y concursos, realizados en diferentes asociaciones, clubes y cine-teatros; así como
también, los festivales carnavalescos realizados en el Estadio Melgar.

236
Anexos
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

PROCLAMA LÍRICA DE CARMEN II EN SU REINADO DE BE-


LLEZA Y ALEGRÍA
Diario Noticias. Arequipa, 19 de febrero de 1928

Yo, Majestad

CARMEN II
Reina, por la gracia jocunda
de vuestra soberana voluntad;
Reina de aquesta evocadora,
bellísima ciudad,
regalo azul
y milagroso de la naturaleza…

Yo, Majestad Carmen II


por la gracia jocunda y en virtud
del gay y la belleza:
a vosotros, mis súbditos:
Salud!

En el úkase amable de esta risueña hora,


no encontrareís, de juro,
la elegía que llora,
y sí, tal vez, la hispana
facundia cortesana
que es el timbre más puro
del alma castellana.

¡Vasallo! Os hablo en fuerte trovaje caballero,


no con aquel melifluo y lisonjero,
que es timbre de otras gestas, fabla de romancero;
sino en el apolíneo lenguaje que en Atenas
transfusionó a la ría de las venas helenas
el ritmo de la selvas y el concierto del Día.

Bebed en ese claro venero de alegría;


bebed en esa fuente pagana de energía
donde la sangre joven más roja se depura,
y amad la gracia y loca travesura,

239
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

de la línea mimosa
cuando, lánguidamente hermosa,
desfallece de amor y de locura.

Y vos, súbdita mía, bebed en cálices de rosas,


el vino azul de la alegría…
Que vuestras dos pupilas se oculten ruborosas
en su sedeño estuche de nácaras y rosas,
en tanto que dos rimas como dos mariposas
decantan el falerno de la roja locura
en vuestra boca roja, pagana y epicura.
Que os deparen los dioses
complejidades de Medusa
y orgullos de Minerva, y que seáis la musa
del galán que en lenguaje de anímicos arrullos
y con talante
de muy rendido caballero amante,
os haga el grato obsequio de todos sus orgullos.

Reíd amablemente,
con la sana
risa triunfal de la mañana;
reíd con el frondaje y el ambiente,
con la montaña y con el río;
reíd en tanto que abre, maravillosamente,
su abanico de luces el Estío.

Diga Pierrot a Colombina


la fina frase de sentido amor,
mientras la pérfida bambina
desafina el amante mentidero
y escucha al bueno de Pierrot
como quien oye el aguacero;
que el bien Pierrot, sin dama alguna
a quien decir su cuita, plañidero,
vaya a cantarle trovas a la luna.
Que en la locura de tres días
luzca Polichinela sus jorobas
rellenas con amenas picardías,
y que Arlequín, hambriento de camorra

240
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

y harto con el amor


de Colombina, corra
a disputar las trovas
y con ellas la luna al buen Pierrot.

Que mis gentiles damas y mis pajes


y el séquito de hidalgos caballeros,
con la cromática risa de sus trajes,
rivalicen en justas de alegría
y vuelvan por los fueros
de la galantería.

Que todo quien, sano u orate,


lleno de gracia repentina
y haciendo honor a Momo
y en él, al disparate,
ría con el confeti polícromo
y la espiral de la ágil serpentina.

Por tal,
y siendo Carnaval:
mi sonriente
graciosa Majestad, manda y ordena
a todo ser viviente
ya sea «polla» de melena
o «pollo» de meollo efervescente
al buen seño de calidad, al artesano,
al propietario, al dependiente,
al pueblerino y al villano,
a la dama de fuste
y al pelafustán,
al señor de copete
y a todo aquel que guste del embuste
carnavalero y que respete
la augusta seriedad del chiste;
al gracioso de raza, al letrado y al patán,
a todo quien que calza y viste
como al que se desviste o se disfraza;
en fin, a fuer de Majestad, conmino
a todo bicho

241
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

soltero o viudo por su suerte,


casado o divorciado por capricho,
para abrir un paréntesis divino
de alegría, si acaso le divierte
dar de revés a la fortuna
en su loco girar,
o destrozar el disco de la Luna
con taponazos de champán…

Tal es la soberana voluntad


ardiente, serenísima, profunda
de nuestra Majestad real,

242
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

PROCLAMA DE BLANCA I A SUS SÚBDITOS


Arequipa, 10 de febrero de 1929

YO, Blanca I,
Soberana en mi Reinado de Ilusión…
YO, por la gracia placentera
y franca
del Momo juguetón,
Reina de aquesta Blanca
Ciudad del cielo azul
y la perpetua Primavera…
YO, Majestad Blanca I,
a vosotros mis súbditos:
¡Salud!

Damas y caballeros,
mesnaderos, juglares y soldados,
infanzonas, infantes y troveros,
villanos y villanas;
a mis vasallos todos que, encantados
por el bélico estruendo de las dianas,
quieran entrar con ánima gozosa
en la fragosa sin igual demanda;
a todos, mi graciosa
y blanca Majestad ordena y manda:

Franquead aquel maravilloso


jardín de luces y colores
donde el confiado corazón se expande
y donde el generoso
y juvenil ardor hace más grande
el inmortal AMOR DE LOS AMORES…

Que el buen Pierrot y la coqueta y fina


Colombina
esgriman su inmortal beligerancia
mojada con champaña,
en algún tino madrigal de Francia
o en un clavel de España.

243
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Que, saltarín, el pícaro Arlequín,


por celebrar su pícara fortuna
con un mortal salto sin fin
vaya a romper el aro de la Luna;
mientras, taimado, el buen Polichinela
se da maña de eterno paga fiestas
y roba
en otras y estas,
y roba para pagar la francachela
con su escarcela y su joroba.

Que la graciosa Colombina


ría de la lobuna,
truhanería de Arlequín
y que su risa fina
glose la sinfortuna
del bueno de Pierrot en el jardín,
cuando, bajo la Luna
hace tañer su bandolín.
Que mis vasallos todos
hagan de risa su canción
y busque modos
de pasar lo mejor,
hallando traza o triza
de espantar con su risa
el cotidiano moscardón.

Que en la floral batalla


sea cordial y fina
vuestra alegría espiritual,
como el multicolor globo que estalla
o la espiral de ágil serpentina,
línea y color en que culmina
el polícromo Carnaval…
Que estalle la contienda en mil colores;
que a son de guzlas y panderos,
clarines y atambores,
mis bravos caballeros,
batan reductos y balcones;

244
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

que asalten plazas y conquisten fueros


y rindan femeniles corazones.

¡Hosannas y clarines!
Ya Momo con aviesos fines
desarticula sus absurdos gestos…
Ya tocan a rebato las campanas
y una fiebre de bélicos arrestos
discurre por la vías ciudadanas.

A fuer de Reina, en mi reinado


ordeno y mando al narigudo
como al desnarigado,
al bárbaro, al lampiño y al barbudo,
al incansable, al divorciado,
al corajudo ya casado
y al pobrecito recién viudo;
al pollo que obcecado
quiere tirarse al foso vicarial;
al pillo redomado
y al buen señor formal;
a todo quisque, ordeno y mando
que en esta fiesta azul del Carnaval
de su capa haga un sayo
y del sayo un disfraz primaveral,
para que luego haga el ensayo
de reírse, feroz… filosofal…

Que en la fragosa lisa


la damita de labio carmesino
agite a prisa, a prisa,
el cascabel divino y fino
de su risa.
Que la dama lozana
celebre el chiste espiritual
y grana,
lleno de esprit y sal,
con risa cantarina y matinal
que el bueno del palurdo
bañado en tina de color local

245
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

se eche a gozar el chiste burdo


con franciscana y zurda ingenuidad.

Que en la ciudad y la campiña


corra por cauce patriarcal
el rojo mosto de la roja viña,
poniendo a tono el Carnaval;
que le entusiasmo riña
a poder más y más
hasta (ilegible) la viña
en la campiña y la ciudad.

Y gloria a Momo,
que ríe triunfador
bajo el confeti polícromo;
gloria a Momo,
que ríe del dolor
con ceño capricorneo en gesto romo.
Gloria al divino triunfador…

Ya vienen todos los confines


las raudas mascaradas.
Asómate a la reja o al balcón,
niña que, entre claveles y jazmines,
esperas, preparada,
el combate, el asalto y la invasión.

En el fragor de una andanada,


algún fragante
gajo de mandarinas en flor,
certero cruza la calzada
y el parábola grácil y elegante
porta un mensaje de mentido amor.

Requiere tu ballesta, mesnadero,


que es la hora
en que el bélico ardor del mundo entero
hace magnífica la fiesta.
Procura tu alegría más sonora,
y tu risa más báquica procura,

246
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

que es ésta
la soberbia apoteosis triunfadora
de la Diosa Locura…

Y YO, la Blanca Soberana,


Reina de aquesta
hora carnavalesca y tarambana
que es en la noche de fiesta
y fiesta en la mañana…
Reina de andantes
caballeros de vírgenes tironas
y de villanos caminantes;
reina de infantas amazonas
y de infanzonas sin caballos…
YO, Blanca Soberana,
a vosotros mis líricos vasallos
en la alegría y el espirit:
¡Hosanna!

YO, la Reina de aquesta placentera


ciudad del cielo azul
y la perpetua primavera…
YO, majestad Blanca I,
a vosotros mis súbditos:
¡Salud!

247
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

EL CARNAVAL
José Santos Chocano
(Arequipa, 1930)

Siempre galante, impávido y risueño;


viejo raro que nunca se envejece,
solicita el amor que le enloquece
y que incita dislocado empeño.

Carnaval luce, con alegre ceño,


apurando la dicha que apetece,
algo así como un sol que se estremece
en los ojos azules del Ensueño.

Él, que es en la ciudad un estirado


bailarín, rompe aquí reglas tiranas,
danzando libre sobre el verde prado.

Ríndanse y duerme al fin; sin ganas,


despierta hecho un Don Juan desencajado,
de hondas ojeras y de verdes canas.

248
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

PARRANDA
Ernesto Mario Barreda
(Arequipa, 1930)

¡Oh!, ¡carnaval, carnaval!


Suena el aire rumoroso…
Danza el oso.
Y con su traje de raso,
Pasa luciendo el payaso
su nariz fenomenal.
¡Oh, carnaval!
Trémolo de campanillas
y brillar de lentejuelas,
y gárrulas maravillas
de locuelos y locuelas.
¡Qué zaragata!
Como nube de mosquitos,
nos llueven los papelitos,
por el cuello y la corbata.
¡Oh, carnaval!
Tú nos pones deliciosamente mal…
La muchacha,
Del brazo de su muchacho.
¡Linda chica vivaracha!
¡Qué suerte la del mamarracho!
(Una serpentina,
Detrás de tu cuerpo, se va hasta la esquina).
La música charanga
renueva su tole tole.
Cae una broma guaranga.
Suena un «¡bravo!» salta un «¡ole!»
Luces, ruidos,
nos ahogan por ojos y oídos.
¡Oh, carnaval, viejo zorro!
Ponte el gorro
de cocinero mayor.
Trae el vino que estimula,
y fríe para nuestra gula,
con salsas de besos, chuletas de amor…

249
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

PROGRAMA DE CARNAVAL
Salvador Alfredo Gómez
(Arequipa, 1930)

¡Carnaval…! por eso voy


a vagar a la ventura,
hecho una caricatura
de lo que en realidad soy.

Me vestiré de payaso,
y mi cara enharinada
ha de ser la mascarada
para estos días de paso.

Marcharé con desaliño,


y por curarme el esplín
haré cosas de Arlequín
que es hacer cosas de niño.

Bailaré con Colombina


las locuras del fox-trot
para que rabie Pierrot
y se agigante su inquina.

Para verla proletaria


invitaré a una marquesa
a beber de mi cerveza
que es bebida igualitaria.

Otro sí, siempre burlón


de su estirpe y de su rango,
bailaré con ella un tango
al compás del bandoneón.
Además, si me antoja,
para que triunfe mi acracia
bailará su aristocracia
conmigo en la cuerda floja.

Y la llevaré a un rincón,
donde, lejos del festín,

250
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

con frases de folletín,


le pintaré mi pasión.
Y si no lo toma a mal
y quiere amarme, colijo
que la amaré a plazo fijo:
mientras dure el carnaval.

251
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

A LA REINA DEL CARNAVAL


Para la Srta. Teresa Harmsen
Carlos Forga
(Arequipa, febrero 7 de 1937)

Reina te nombran de la tierra mía


Reina del fascinante Carnaval
que envolviendo todo en poesía
nos sumerge en delirios de ideal.

Si ahora y siempre la fragante rosa


es Reina de las Flores del pensil
¿por qué tú no has de ser reina gloriosa
del Carnaval entre bellezas mil?

Sé Reina, pues, como la rosa ufana


que, en medio de las flores del vergel,
entre ellas reina y… vez su hermana
con las glorias del (ilegible) y del laurel.

Reina como Reina de las Flores


que impera un día…; ¡un día nada más!,
y nunca por ello sufras sin sabores,
siempre de hoy con [ilegible] te acordarás.

Puesto que todo pasa en esta vida,


como el ave, las nubes y la flor,
cuando se eclipse tu ilusión querida,
lo mismo que hoy suspirarás de amor.

Ya que eres de hecho Reina de la Fiesta


y hermana de la luz crepuscular
y náyade gentil de la floresta,
¡ya, no tardes, hazte coronar!

Sube altiva a tu trono, decidida


a hacer endiademar tu noble cien;
después… sobre la farsa de la vida
como los sabios triunfarás también.

252
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Con corona en la frente, o bien sin ella,


joven Reina y hermosa emperatriz,
acoge suspirando mi querella
y al fulgor de tu [ilegible] sé feliz (…).

253
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

IDILIO DE CARNAVAL
Hermelinda Morante de Vera.
Arequipa, febrero de 1942

Te conocí una noche de carnaval


de bullicio y de alegría,
multicolor, embriagadora
Trasparente de musicalidad.

Tus palabras se deslizaban


suaves, bellas y atrayentes
como rítmica canción…
prendida a tu embeleso
cantaba mi emoción.
Al compás de la música
bailamos sin cesar;
te atraía el misterio
de mi incógnita,
y yo gozaba con la sinceridad
de tu ansiedad.
Pero, tuve miedo de engañarte
y sentí pena, mucha pena;
tus palabras me embriagaban
en un éxtasis sutil…
Tuve miedo de mí misma,
y hui lejos de ti,
hui de tus palabras,
hui de tus miradas,
hui de tu atracción singular
para perderme en aquel
bullicio sin fin…

Tus ojos me buscaron


Ansiosos, suplicantes.
Vagabas confundido
y azorado,
entre las parejas vacilantes:
«tu princesita ideal»
¿se te perdió? ¿Dónde estaba?...
Y al encontrarme de nuevo

254
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

junto a un alegre Pierrot,


y que sonriendo feliz
ya te había olvidado,
tu mirada fue dolorosa
de reproche y decepción,
y en un gesto de despecho
buscaste ufano otra pareja
cualquiera
entre las mil Colombinas
Gitanillas y Marquesas
que allí habían,
y te fuiste a bailar.
A pesar de tu abandono
tus ojos me seguían por doquier.
A través de tu alegría
comprendí tu honda tristeza.
Tus ojos me decían
lo que tu corazón sentía.

Y entonces tuve pena,


una pena incomprendida
me estrujaba el corazón.
Tuve pena de mi misma.
Tuve pena de tus ojos que perdía,
tuve pena de no escuchar ya
tus palabras que eran una melodía…
Pero, sé que te hice un bien.
Mas, nunca sabrás comprender
por qué hui de ti…
Y aunque entre tanto alborozo
yo también reía allí,
tú no sabes que a través del antifaz
que cubría mi agonía,
tuve angustia y miedo de mi alma,
de mi alma que gemía,
que gemía, no sé qué.

255
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

OFRENDA LÍRICA A MARCELA I


REINA DE LOS CARNAVALES DE CAYMA
Óscar Cano Torres
(Arequipa, febrero de 1955)

Canto al alba que amanece en tus días


repleto de luz bermeja y trinos aislados,
El sol, sus rubias barbas desparrama,
afeitándose en la fresca frente del rocío.

Hasta tu recinto llega la voz de las alondras


desde el silencio duerme con las sombras:
pero el júbilo que sabe del triunfo de las horas,
llega a saltos con una romántica historia.

Por eso es que te canto jubiloso y de pie,


bajo el telón del cielo que ocultan las montañas
para asomar la palabra que reviente en tus oídos
el orgullo del agua y las sílabas perdidas.

Amo lo bello que en lenta procesión baja


del cielo para esconderse en tus ojos azulinos,
el donaire de tu cuerpo donde los dioses dejaron,
la semilla de la gracia para erigirte bella.

Amo la blanca flor que ubican tus miradas,


porque ella descubre el encanto de la nubes,
las melodías del viento que vibran en el éter,
entre sistemas planetarios y luceros perdidos.

Amo el paisaje de la tierra que meció tu cuna,


pródiga madre, buena, cariñosa, tierna,
la cinta de plata que se enrosca en el Chili,
la roldana de nieve que corona el Misti.

Amo la alegría que eclosiona en tus huestes,


pues ella no llega a mi alama entristecida;
amo el perfume, la chispa, el verbo y el confeti,
para tus sienes, Majestad, luz encendida.

256
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Amo el cortejo que triunfal arribará, ceñido


de auroras al palacio donde baila la vida,
mientras que a tus plantas se postren humildes
los vasallos del ansioso corazón, tesoro escondido.

Yo sé que tu pueblo en cantos populares olvida


en estos días las penas que por penas tardías
se quedarán en el arco de las noches umbrías;
pero para consagrarte, Majestad, para rodearte.

Yo sé que ganas al tiempo con adentrada


fe y el fecundo esfuerzo del trabajo;
y en el árbol donde se mecen las pasiones,
qué sencilla y noble eres, qué humana.

Y sé también que dignificas a la mujer moderna,


por los caminos donde el alma deja su huella,
donde el espíritu vierte la idea que emociona,
y el brazo levanta la esperanza del futuro.

Por eso es que te canto con el alma arrodillada


en este Carnaval hasta quemarme las pestañas;
gentil Reina, símbolo de la lucha por la vida,
imagen de una Silvia eternamente dormida…

257
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

CARNAVAL
Andreina Rivera Dávila
( Arequipa, febrero, 1955)

Fiesta alegre, fiesta loca,


bullicioso carnaval,
rompe el hielo del silencio,
hazlo perfume y contento,
que tu fiesta en carcajada,
y debe ser bien festejada.

Llenemos de entusiasmo
el cascarón del esplín,
enlacemos serpentinas,
a la dicha de vivir,
que esta fiesta es mascarada,
y nos debe divertir.

Anhelemos nuestras dudas,


anhelemos nuestras penas,
y bebamos en copas llenas,
todas las delicias,
que trae a nuestras reinas.

Que se vistan de mixtura


los balcones y los valles,
encajes de agua,
cuelguen por los ventanales
al paso loco de los carnavales.

Preparad el antifaz,
que no falte a ninguno,
anteojos en «kukuxklán»,
a reír, a gozar,
a bailar, y a jugar,
que la alegría es poca,
en esta existencia loca
de los carnavales.

258
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Y al son de las orquestas,


del mambo y carnaval,
avivemos nuestra fiesta,
con la risa y el champán,
que en esta vida no hay otra,
como el carnaval.

259
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

CANTARES DE CARNAVAL
Manuel Gallegos Sanz
(Seudónimo: Ricardo Sakuntalá)

I
«¡Ay Carnavalito!
¡Ay Carnavalón!
Sacudes Polleras
y hasta el corazón.
¡Queremos verbenas
arroz y chuleta!
Guagua que no llora
no chupa la teta.

La prensa de Lima
nos mueve la cola;
dejen paisanitos
que ruede la bola.

Concejo flamante,
escobita nueva:
todos son afanes
nada se renueva.

Ciudad de montañas,
de quiebras y lava:
el hombre te admira
el bardo te alaba.

Kalita montañosa,
de senos frutales,
eres laberinto
de bienes y males.

Don Ramón Castilla,


el hombre del día:
Redimió a los negros
con su rebeldía.
Don Simón Rodríguez,
maestro sin par,

260
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

merece alabanzas,
mi mejor cantar.

Aquel padrecito
de San Juan de Dios,
vive de las almas,
por amor de Dios.

Arequipa lonka,
de puño y enjundia;
blanca es tu corteza,
tu raíz bien india.

El maistro Ciruelo
hizo de la radio,
campo de Agramante,
su corral y estadio.

Cerro Colorado
Quiere ser Distrito;
No tiene calzones,
Ni quien toque el pito.

Hongos y poetas
Los pare la tierra:
¡Adiós, Arequipa!
¡La chiva, la perra!

Campos de cultivo,
Vivienda y puchero:
Reclama Arequipa,
Lo exige el obrero.
Lluvia de los cielos
Aguacero ingrato:
Si no te retiras
Me quedo pal gato.

La paz en el Mundo,
Es una trastada:
Proyectos, acuerdos,

261
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Son una burrada.

Alto Selva Alegre,


Mansión de los justos:
Allí yace el hombre
De placas y arbustos.

¡Pobre Capdevila,
Lo atracan y violan!
¡Chicotes y gansos
Lo copian o embrollan!.

Cayma se derrumba,
Cayma se desgarra,
Mientras su comuna
No cesa en la farra.

Aquel Escribano
De San Juan de Dios,
vive del recurso,
muy lejos de Dios»
(Febrero de 1954)

II
Carnavales Trejos,
De la Blanca Ciudad
Este año reviento
Me tiro a la tranca.

Salgamos bailando
pero a todo trapo,
a ver si atrapamos
algún mozo guapo.

Vamos a la playa
a ver el marisco,
pero cuida mucho
de quedarte bizco.
Dicen que la Rufa,

262
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

prefiere al Alférez:
Dime con quién andas,
Y te diré quién eres.

Cuando duerma tu hija,


No olvidis poner,
Tranquera a la puerta,
Al fin es mujer.

Carnaval quisiste,
Toma carnavales,
A los nueve meses
A lavar pañales.

Palenque de «Noticias»,
de los buenos gallos;
chillar monicacos,
relinchen caballos.

Nadie hable de penas


en los Carnavales:
al Diablo el puchero,
olvidar los males.

Kalita mañosa,
de encantos radiales;
en calles y parques,
levantas terrales.

Entre los valientes,


¿quién es el más trejo?
sólo conozco uno,
El chino Bermejo.

Campesina fresca
de encantos frutales:
cuando estás de fiesta,
no existen los males.
Saucecito verde

263
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

de mis andurriales:
préstame tu sombra,
alivia estos males.
(Febrero de 1955)

III
¡Bailemos, cantemos,
masquiseya a gatas!
¡Que salgan los galgos
Y que huyan las ratas!

Este año es de lucha,


de grita mendaz:
el que menos chilla
bajo su antifaz.

No mires la charca,
Miremos al Cielo:
el que no protesta
se arrastra en el suelo.

Si triunfamos, güeno:
si perdemos, ¡huicha!
Luchando se alcanza,
dignidad, la dicha.

Aquellos revientan,
llenos de pesar;
estos sí que tienen
ganas de aguantar.

Se empinan los vivos,


los tacpis también;
los güenos sonríen
mascullando, amén.

Pidan harto y fuerte,


estiren la jeta:
guagua que no llora

264
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

no chupa la teta.

Vamos por los campos,


recogiendo flores:
vamos por la vida
cosechando amores.

Los atletas salgan,


todos a cantar;
el Mundo es anchito,
grandaza la Mar.

Huerto cercadito
de mi corazón:
troncharon tu anhelo,
toda tu ilusión.
Cuchi, pretencioso,
escritor de marras:
¿por qué me calumnias,
mientes y desbarras?

Narra currundanga,
combas de zapallo:
préstame tu jaba
para este mi gallo.
(Febrero de 1956).

IV
Arequipa linda,
tierra de primores:
eres Campo y Cielo,
Ciudad de las flores.

Echensé a las calles,


vayan por las plazas:
griten elecciones,
sino, ¡calabazas!.

Arequipa agreste,

265
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

señera y bullente;
en la paz activa,
en la lid ardiente.

-Misiá Margarita,
mirusté a la «bala».
-¡Jesús y María,
qué kala, qué kala!.

Zamba currutaca
vamos a carniar,
la vida es jeringa,
piedra de amolar.

Arequipa mía,
tierra de los machos,
donde son valientes
hasta los muchachos.

Kalita pecosa,
cintura de avispa,
por tu amor reviento,
me muero, ¡la chispa!

Pueblo de Arequipa,
Ciudad de leones:
todos somos uno,
fuera camarones.
(Febrero de 1956)

V
¡Ay mis tijeritas
de mis Carnavales!
Hagamos zarcillos
de mis Generales.

Marcial Churrundanga
rompió la tranquera,
rebuznó entre doctos,
se tira la pera.

266
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

¡Ay Carnavalito
del año del siete!
-¿Quién silva y empujo?
- El Chino metete.

Quien dijo valiente,


dijo arequipeños;
la Fama lo dice
y hasta los cuzqueños.

Gálvez el Poeta
vive como el árbol:
en la muerte existe,
vivirá en el mármol.

Fragua es la existencia
que templa al que es macho,
se rompen los tacpis
o se hacen cancacho.

Arequipa tuvo,
alcaldes ternejos,
-¿Y el zorrillo Neisser?
-¡Grande entre los trejos!.

Quienes venden carne,


la fruta y los chuños,
o bajan los precios,
o se alzan los puños.

Mi Ciudad rebelde,
la tierra mentada;
donde el hombre es macho,
y la hembra templada.

Con tu «no» apagaste


mi vela encendida,
-¿Me creíste tonta
o bala perdida?

267
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Democracia es campo,
de acciones fecundas;
jamás hervidero,
de tretas inmundas.
Reina del Obrero,
Carmela Primera;
eres rosa, estrella;
linda Primavera.

Arequipa sufre,
de hambre y temores;
se vienen la pulgas,
ratas y temblores.

El Poeta Gálvez,
cinceló en el verso,
la chispa limeña,
en el perverso.

Lecherita incauta,
de senos frutales;
cuídate del kala,
zurcidor de males.

Virgen Candelaria,
mamita del pobre,
de los seres tristes,
que no tienen cobre.

Entre las Revistas;


¿cuál es la mejor?
-¡«Characato», claro,
se lleva la flor!

Este año es tremendo,


de sangre y desfalcos;
la sequía, el robo,
alguien mira en palcos.

268
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

El Obrero es fuerza
que avanza y domina:
caerán Tiranos,
la guerra asesina.

Carnecita y migas
te gusta a mi gato,
-¿Cuántas uñas tiene?
-¡Calla, mentecato!
(Febrero de 1957)

VI
Carnaval de este año,
año del setenta:
escombros, reductos,
¡quién no se lamenta!

Nada de mansiones
ni Templos augustos:
Dios es de los pobres,
no quiere disgustos.

Belaúnde Terry,
el niño de la facha,
que de todo baila
hasta la guaracha.

Vaquita lechera,
porongo de Estado:
todo quieren teta,
menos el fregado.

Kala pretensioso,
líder del Cangallo:
poquito te falta
para ser caballo.

Carnaval traposo,
lleno de quebrantos:

269
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

todas son fatigas,


jeringas y llantos.

Calvo de Araujo,
es un Runa-Sacha;
sin pinta raja,
sin pincel ni hacha.

El actual Gobierno,
al Pueblo respeta:
el que no responda,
estira la jeta.

Augustazo Caro,
el hombre sin tacha;
de bigote zurdo
que nunca se agacha.

Kalita mañosa,
labios de turrón:
todos te codician,
hasta el «Maricón».

El Cielo se quema,
la Tierra se abrasa:
no truena, ni llueve,
ni tenemos casa.

Morronguita linda,
sonrisa de Cielo:
tú eres mi tormento,
mi angustioso anhelo.
(Febrero de 1960)

270
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

COPLAS DE CANCIONES DEL CARNAVAL


(Recopiladas por Juan Guillermo Carpio Muñoz)

Cantemos, bailemos, ¡apujllay!


sobre una granada,
hasta que reviente, ¡apujllay!
agua colorada.

Las cholas caymeñas, ¡apujllay!


montadas a burro
con las piernas ccalas, ¡apujllay!
enseñando el culo.

El año pasado, ¡apujllay!


con tanta guaragua
y este año que viene, ¡apujllay!
con tamaña guagua.

Estos carnavales, ¡apujllay!


¿Quién los inventaría?
la “Ccasa” Morales ¡apujllay!
de la Ranchería.

“Chancame”, “chancame”, ¡apujllay!


“chancame” lo “huevos”
y si no los chancas, ¡apujllay!
“quédate” con ellos.

Los indios pampeños, ¡apujllay!


con tamaña jeta
barriendo las calles ¡apujllay!
pa’ que pase Urquieta.

Ya viene risueño ¡apujllay!


No Carnavalón,
echando confites ¡apujllay!
polvo y cascarón.

Ha llegado un barco ¡apujllay!


en un “lacayote”

271
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

los que me aborrecen: ¡apujllay!


bésenme el “ocote”.

El día domingo ¡apujllay!


con sombrilla en mano,
llega el día lunes: ¡apujllay!
con su “quepe’guano”.

El cielo de Cayma ¡apujllay!


no quiere llover,
porque el “tata cura” ¡apujllay!
tiene su mujer.

Carnaval “cojuro” ¡apujllay!


muy pronto te vais,
dejando a los “lonccos” ¡apujllay!
“meyando” “p’atrás”.

Mañana cuaresma, ¡apujllay!


día de ayunar
¡Que ayunen los santos ¡apujllay!
son de papel!
¡Yo que soy de carne ¡apujllay!
tengo que comer!

A mi amor lo pintan ¡apujllay!


en una “sandilla”,
para buenasmozas ¡apujllay!
las de Antiquilla.

Las de Miraflores: ¡apujllay!


zapatos bordados,
Las de Yanahuara: ¡apujllay!
zapatos mojados.

Las de Yanahuara: ¡apujllay!


zapatos bordados,
Las de Miraflores: ¡apujllay!
zapatos mojados.

272
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Vota tu mistura ¡apujllay!


china de las monjas,
para las pampeñas ¡apujllay!
que son tus señoras.

Las indias pampeñas ¡apujllay!


gastan en piano,
por menear el mundo ¡apujllay!
como el aeroplano.

Linda lecherita ¡apujllay!


de firmes rodillas
¡qué rica es la leche ¡apujllay!
de tus cantarillas.

El año pasado: ¡apujllay!


chupando violetas
Y este año llorando, ¡apujllay!
lavando bayetas.

Allá va la bala ¡apujllay!


por los callejones,
arriba polleras, ¡apujllay!
abajo calzones.

Esas cuatro ccalas ¡apujllay!


Miran del balcón,
Y no se dan cuenta ¡apujllay!
Que están sin calzón.

Eso tú quisieras ¡apujllay!


Que yo te rogara,
Para que te tires ¡apujllay!
Como verdolaga.

Cantante y bailate ¡apujllay!


A’la’o de tus padres,
Aunque recibiendo ¡apujllay!
Malas voluntades.

273
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

La cinta morada ¡apujllay!


De siete colores,
Burros y caballos ¡apujllay!
Quieren ser doctores.

Este carnaval ¡apujllay!


Se llama Tomás:
Que me hace la guagua y ¡apujllay!
No se acuerda más.

Las de Miraflores: ¡apujllay!


Tienen mala fama,
Borracho que pescan ¡apujllay!
Lo echan en la cama.

Las de Paucarpata: ¡apujllay!


Son muy güenas mozas,
Lo malo que tienen ¡apujllay!
Que son muy piojosas.

Varilla, varilla ¡apujllay!


La cinta amarilla
Es malo meterse ¡apujllay!
Con hijo’e familia.

Muchachas solteras ¡apujllay!


Háganme pedazos,
Que ha llegado el tiempo ¡apujllay!
De los jeringazos.

Cuidado, cuidado, ¡apujllay!


Con la polvadera,
De que arriba viene ¡apujllay!
To’lacospeadera.

Las nubes del cielo ¡apujllay!


No quieren llover
Porque el Tatacura ¡apujllay!
Tiene su mujer.

274
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Las nubes de Cayma ¡apujllay!


No quieren llover
Porque el Tatacura ¡apujllay!
Tiene su mujer.

Los indios mugrientos, ¡apujllay!


Los encharolados,
Que tiran patadas, ¡apujllay!
Como machos bravos.

Aunque nos critiquen ¡apujllay!


Poco nos importa,
Que en el carnaval ¡apujllay!
Todo se soporta.

Estos carnavales ¡apujllay!


Qué ansiedad tenaz
¿por qué no se quedan ¡apujllay!
Ocho días más?

Ya se va el chivato ¡apujllay!
De los carnavales
Auguemos las penas, ¡apujllay!
Matemos los males.

Nadie hable de penas ¡apujllay!


En los carnavales,
Al cuerno suspiros, ¡apujllay!
Al diablo los males.

Duro Catalina, ¡apujllay!


Durito y parejo
Hasta que reviente ¡apujllay!
El ccala cangrejo.

Soy de Yanahuara, ¡apujllay!


Caliente cantor
Cantando me paso ¡apujllay!
Por el Mirador.

275
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Las indias caymeñas, ¡apujllay!


Les gusta el piano
Me mueven el rabo ¡apujllay!
Como el aeroplano.

Las de Cerro Viejo, ¡apujllay!


Son mote con queso
El mote al cogote ¡apujllay!
Y el queso al ocote.

Los de Carmen Alto, ¡apujllay!


Toman mucho vino
Por eso es que apestan ¡apujllay!
Todos a zorrino.

Las de Yarabamba, ¡apujllay!


No usan calzón
Cuando se lo ponen ¡apujllay!
Les da comezón.

Todo lo que brilla ¡apujllay!


No es oro ni plata,
Quien fía en bribones ¡apujllay!
Es tonto o kaguata.

Desde lejos vengo ¡apujllay!


A pata pelada,
Por ver mi Arequipa ¡apujllay!
La tierra mentada.

Gallito matrero ¡apujllay!


Rey del muladar
Tu garbo es de loncco, ¡apujllay!
Tu orgullo: cantar.

Guacochita linda ¡apujllay!


De los matorrales,
Tu canto es promesa ¡apujllay!
De nuevo trigales.

276
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Tierra de la Silvia, ¡apujllay!


Ciudad de Melgar
Aquí todo esplende: ¡apujllay!
Sillar y cantar.

Canta chollonquito, ¡apujllay!


Canta sin cesar
Hasta que revientes ¡apujllay!
De tanto cantar.

Tierra de mis viejos, ¡apujllay!


Tierra sacrosanta
Trampolín de vivos ¡apujllay!
Que todo lo aguanta.

Las de Miraflores: ¡apujllay!


Gallina, gallina;
Las de Yanahuara: ¡apujllay!
Chincule, chincule.

Chola car’e cuchi


Orejas de llama,
La cola te falta
Para ser caballo.

Te escondo, te escondo,
Lleno de vergüenza,
Si me quieres, quiero,
Y si no paciencia.

Estos carnavales
¿quién los inventaría?
Algún borrachito, palomitay
Con tremenda guagua.

El año pasado
Con tanta guaragua,
Ahora, este año, palomitay
Con tremenda guagua.

277
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

El año pasado
Con cara pintada,
Ahora, este año, palomitay
Vendiendo manzana.

El año pasado
Con la minifalda,
Ahora, este año, palomitay
Con la maxifalda.

Ha llegado un barco
Lleno de juguetes
Para regalarlos, palomitay
A los alcahuetes.

Bailando pareces
Trompito de aguante,
A la media noche, palomitay
Jarrita de leche.

Cantemos, bailemos ¡capujllay!


Sobre esta granada,
Hasta que reviente ¡apujllay!
Agua colorada.

Estos carnavales ¡capujllay!


¿quién los inventaría?
Algún borrachito ¡apujllay!
Como yo sería.

Oye Liberato ¡capujllay!


Toca tu aparato
Y si no lo tocas ¡apujllay!
Te doy con el plato.
Ha llegado un buque
Lleno de churlitos (¿?)
Para repartirlos
A los cachuditos.
Este jovencito
De buena corbata

278
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Meando bolsillos
No maneja plata.

Este jovencito
De cuello y corbata
Lo malo que tiene:
Que no tiene plata.
El año pasado
Con tanta guaragua
Ahora, este año
Con tremenda guagua.
(…)

279
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

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Comentarios acerca
de la obra
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Juan Guillermo Carpio Muñoz


Investigador arequipeño

En menos de lo que canta un gallo, Hélard André Fuentes Pastor, nos entrega su
segundo libro. Si primero se ocupó de la rebelión popular de 1950, ahora en la
“Historia de las Fiestas del Carnaval en Arequipa”, el joven historiador examina,
con talento y prolijidad, las facetas y evolución de lo que en uno de mis libros
denominé “la guerra divertida” del carnaval arequipeño. Además de dar “una mirada
histórica del carnaval en el Perú y el mundo”, Fuentes Pastor se ocupa de los cantares,
proclamas, reinados, comparsas y personajes del carnaval nuestro, examinándolos
en los periodos históricos que distingue. Este valioso estudio me hace presagiar que
Hélard André Fuentes Pastor tendrá una vida y obras fecundas, que enriquecerán el
conocimiento que tenemos sobre la historia de Arequipa y, por tanto, las saludo con
afectuoso entusiasmo.

A tono formidable con el cambio social que vive la ciudad de Arequipa en lo


que va del siglo XXI, propongo a la Municipalidad de Arequipa revitalizar la fiesta
del carnaval en nuestro medio, organizando anualmente el Carnaval Sur Peruano,
en que se presente en nuestra ciudad la música, danza y costumbres de los distintos
carnavales que los arequipeños de hoy conocemos por sus nuestros ancestros arequi-
peños, chuquibambinos, cotahuasinos, puneños, apurimeños, cuzqueños, moquegua-
nos, tacneños, etc. La ciudad de Arequipa, crisol del mestizaje sur peruano, se puede
y debe darse ese lujo, que integrará distintas vertientes del arequipeño del siglo XXI y
mostrará al mundo que la fragua de nuestro mestizaje sigue funcionando y procrean-
do frutos esplendentes.

Washington, julio 14 de 2013

Carlos Buller
Historiador y Diplomático

Este es un libro atrevido, que penetra en un terreno que resulta poco habitual para un
historiador. Sin embargo, gracias al impecable trabajo de su autor, cuya meticulosidad y
rigurosidad profesional palpamos en cada página del texto, obtenemos un resultado notable,
que desde mi punto de vista tiene un doble mérito. Por un lado, llena un vacío evidente,
y lo hace con solvencia, utilizando fuentes pertinentes y abundantes lo mismo que una

298
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

bibliografía apropiada. Por otro, nos sorprende con su singularidad temática, lo que en
términos historiográficos considero el aporte más importantes de este trabajo. Por lo general,
estamos acostumbrados a que otras disciplinas ingresen a los ámbitos de la historia, pero a no
a que un historiador incursione en sentido contrario. En este caso, vemos como sí es posible y
académicamente correcto utilizar el aparato conceptual y metodológico del historiador para
proponer alternativas de estudio en espacios poco convencionales. Siguiendo el ejemplo de
Hélard, los historiadores debiéramos hacerlo más a menudo.

Lima, febrero de 2015

José de la Puente Brunke


Historiador y Abogado
Catedrático de la Pontificia Universidad Católica del Perú

Este libro constituye una valiosa contribución al conocimiento de la historia de


Arequipa en una faceta que no ha sido muy tratada por los historiadores: la de las
fiestas, y en particular la del carnaval. Luego de reflexionar sobre ésta como “fiesta
universal”, Hélard Fuentes Pastor estudia el proceso histórico de las fiestas de carnaval
en Arequipa. El trabajo está muy bien estructurado, y muestra un adecuado análisis
de las fuentes. La más importante de ellas es la periodística: en efecto, el autor ha
aprovechado muy bien la información brindada por periódicos y revistas de diversas
épocas. Plantea de modo acertado un panorama sobre los cambios y permanencias en
el desarrollo histórico de las fiestas de carnaval en Arequipa, y presta especial atención
al estudio del “moderno o nuevo carnaval”, que se desarrolló entre la década de 1920
y 1960. En definitiva, este será un libro de imprescindible consulta para todo lector
interesado en la historia social y cultural de Arequipa.

Carlos Meneses Cornejo


Director del diario El Pueblo

Desde que hay presencia de españoles en Arequipa, dos han sido las costumbres
que distinguieron a la ciudad. La una es su acendrada devoción mariana, expresada
fundamentalmente alrededor de la Candelaria y de las peregrinaciones, generalmente
hechas a pie, a Chapi y las que recibe en las iglesias de Cayma y Characato.

299
HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

La otra, en evidente proceso decadente, es el juego de carnaval, que dio origen


a una canción popular solo comparable al entusiasmo que se siente al cantar, desde
1940, el himno del cuarto centenario o la “Marcha Arequipa”, que reactiva en su
gestión como rector, primero, y como alcalde después y, finalmente, como presidente
regional Juan Manuel Guillén Benavides.

La historia y la evolución del carnaval, igualó a todas las clases sociales o econó-
micas y en un momento fue desfile de bellezas y de expresión de riquezas.

Hélard André entrega esta historia del carnaval de Arequipa como una contri-
bución y también, parece ser un deseo, de devolver a los juegos, la belleza de otros
tiempos; admite que lo que determinó su cancelación como rojo del calendario, y
quizá su entierro definitivo, fue la violencia que impera hoy como expresión de abuso
y de machismo.

Teresa Arrieta de Guzmán


Filósofa y docente principal de la Universidad Nacional de San Agustín

Las fiestas del carnaval constituyen una de las manifestaciones lúdicas más extendidas
a través de la historia humana. Las tendencias humanas a la libertad, a romper el
orden establecido, a la diversión y a la descarga desenfrenada de energía vital, siempre
han estado presentes en múltiples culturas y diferentes espacios, adquiriendo en cada
caso características singulares que muestran el ethos idiosincrático de cada pueblo.
En Historia de las Fiestas del Carnaval de Arequipa, Hélard André Fuentes Pastor
ha querido mostrarnos esta faceta lúdica de nuestra tierra brindándonos un estudio
serio en cuanto a investigación se refiere, pero también divertido por las anécdotas,
las poesías y las imágenes que acompañan a la minuciosa recolección de datos y
rigurosa clasificación e interpretación de los mismos.

Obras como ésta nos acercan más a nuestros orígenes e impiden que se pierdan
definitivamente recuerdos importantes para nuestra memoria colectiva; e, igualmen-
te, nos permiten comprender las experiencias actuales, como producto de los inevita-
bles cambios que van dándose en la existencia de los pueblos. Sin menoscabo de un
sobresaliente profesionalismo en el tratamiento del tema, la alegría y el entusiasmo
juvenil del autor se translucen en su obra, despertando el deseo de devolver a los
Carnavales Arequipeños la importancia que tuvieron en otros tiempos. Felicidades
Hélard y que vengan muchas obras más.

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Alonso Ruiz Rosas


Poeta. Promotor Cultural.

Este trabajo aborda con amplitud y rigor una de las manifestaciones festivas más
características de la Arequipa republicana, cuyas raíces se remontan al origen mismo de
la ciudad y reciben también el influjo de algunas expresiones ancestrales: la celebración del
carnaval. La fiesta en honor a Baco, célebre por su desenfreno en la Roma pagana y tan
antigua al parecer como las primeras culturas del Mediterráneo, es antepuesta a los inicios de
la cuaresma cristiana y tolerada como una saludable válvula social en las diversas sociedades
bajo su influjo religioso. Tal el caso del carnaval en los Andes y en la propia Arequipa, cuya
evolución y características rastrea Hélard Fuentes Pastor, con lupa de investigador acucioso
que busca combinar la erudición con la descripción amena y los esfuerzos interpretativos.
Un trabajo puntual y documentado, que enriquece nuestra bibliografía histórica y permite
adentrarse desde un ángulo al que se le había prestado poca atención en las complejidades
de una sociedad signada por un continuo proceso de mestizaje.

Patricia Roberts Billig


Socióloga. Escritora. Poeta.

Saludamos efusivamente a Hélard André Fuentes Pastor por el minucioso y bien


documentado estudio del Carnaval de Arequipa. Es profundo, histórico y ameno.
También, un tema cuyo contenido habita en mi inconsciente desde niña, y más aún,
desde mis ancestros por las historias que me contó mi padre.

La palabra “Carnaval” hace surgir sentimientos arquetípicos en mí, me transporta a lectu-


ras de clásicos que escribieron sobre ello en la Europa Medioeval; luego, me hace aterrizar en el
Perú, en nuestra cultura andina donde el concepto del Carnaval está tan arraigado y es aparen-
temente tan distinto. El término “Carnaval” evoca en mí, un mosaico de contrastes y emociones.

Habría deseado tener más tiempo para leer con detenimiento este valioso texto antes
de enviar mi saludo y felicitación, pero su inminente publicación no lo permite. Le auguro a
Hélard un gran éxito. Él tiene mucho talento, es serio en sus investigaciones y ya he gozado
de su pluma en el artículo que escribió sobre mi vocación de tallar palabras en la poesía.

¡Que siga la fiesta!

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Luis Pareja Rivero


Periodista. Catedrático de la Universidad Católica de Santa María

Una de las manifestaciones más importantes de la vida cultural de Arequipa fueron


los carnavales. Esperado todo el año, esta expresión mestiza de nuestras costumbres,
servía para reafirmar los lazos vecinales y a la vez, se constituía, como una forma
de cuestionamiento social y desahogo a las tribulaciones diarias, en especial de los
sectores populares del campo y la ciudad.

Esta interacción, implicaba semanas de preparación en materia gastronómica,


recursos de juego, disfraces, música, danzas, coplas, etc., casi todo, con contenidos
irreverentes y que eran tolerados en nombre del pukllay (juego).

“Historia de la fiestas del carnaval en Arequipa”, como otros libros de Hélard


André –grata realidad de la investigación histórica de Arequipa– es el primero en reu-
nir ese acervo cultural inmaterial que nuestra ciudad ha perdido y seguirá perdiendo,
en éste y otros campos, a falta de políticas de protección y puesta en valor de nuestros
activos patrimoniales. En el fondo, la obra, es un claro llamado de atención que nos
lleva a la reflexión sobre el devenir histórico de Arequipa y la creciente pérdida de
esos elementos de anclaje de nuestra identidad; pero también lanza un desafío sobre
la necesidad de trabajar en la reconfiguración de nuestros atributos culturales que en
un futuro nos haga diferenciables del resto del país.

María Antonieta Tejada Delgado


Expresidenta del Centro de Escritoras Arequipa

En la actualidad, cuando se está tratando de revalorizar nuestra identidad arequipeña


partiendo de la relevancia de nuestras singularidades como son nuestra comida,
arquitectura, nuestro idioma loncco, nuestra música y cantares, creo que es totalmente
válido que un historiador arequipeño decida escribir sobre nuestras tradiciones y
dentro de ellas sobre el Carnaval Arequipeño por la importancia que fundamental
mente en el pasado tuvo esta fiesta porque conjugó muchos factores, desde su duración
(tres días), la participación social de la población, hasta los elementos propios como
el juego, bailes, música, bebida, comidas, etcétera.

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

Cada generación tiene sus propias manifestaciones culturales, gustos, ocupaciones


que van en marcha con su tiempo y posiblemente tratar de recuperar la vigencia del car-
naval de antaño no sea un objetivo viable, porque la vida actual con sus exigencias ya no
permitirían sino tal vez un remedo o adaptación muy distante del auge de aquella fiesta,
pero es muy importante dejar un testimonio de lo que conforma nuestro acervo cultural,
que nos distingue de otras regiones y ciudades y que podrían perderse en la bruma del
tiempo si es que no hubiera la preocupación por pasar estas tradiciones de la oralidad al
documento escrito que es el que lo perenniza a partir de sus fuentes.

Por ello es importante reconocer el valor del historiador Hélard André Fuentes
Pastor a quien felicito ya que a pesar de su juventud muestra una gran tenacidad en
el trabajo de investigación histórica, que le ha permitido escribir según entiendo, el
primer libro dedicado de manera específica a esta fiesta en Arequipa confiriéndole
con ello una importancia que su difusión y el tiempo remarcarán como un testimonio
de la vida en nuestra Arequipa.

Alejandro Málaga Núñez-Zeballos


Historiador y docente de la Universidad Nacional San Agustín

El Carnaval arequipeño es un componente de nuestra identidad regional, de raíz


mestiza y aportes propios del lugar, es una fiesta que todo arequipeño lleva en su
memoria según las etapas de su vida, recordando baldazos de agua, serpentinas,
picapica, globazos, matacholas, confites, máscaras, etcétera. El libro del amigo y
colega Hélard Fuentes Pastor, rescata el comportamiento de la sociedad, los festejos
organizados y desarrollados en la primera mitad del siglo XX, mostrándonos un
carnaval tradicional al cual poco a poco se le van incorporando algunos elementos
nuevos y va perdiendo otros similares. El lector tiene en sus manos, una obra bien
documentada cuya amena lectura lo transportará a disfrutar de los carnavales
arequipeños del siglo pasado.

María del Rosario Torres Pérez


Periodista, Poeta y Escritora

Me permito atribuir dos orígenes a esta fiesta, una en Moisés, 1152-1272 A.C. con la
adoración del Becerro de Oro, Carne a Baal -Reyes 18:26, 28,29, “…tomaron carne

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

de buey para el holocausto e invocaron el nombre de Baal”- el Dios cananeo. También


lo ostentan los antiguos teutones y pueblos del Mediterráneo, que en carro-naval,
transportaban carrozas floridas con bellas muchachas por ríos y lagos antes del Año
Nuevo, el 21 de Marzo en la tradición hindú y otras civilizaciones orientales. Igual en
occidente, se festeja antes de la Cuaresma para liberar la carne antes del ayuno que impone
la siguiente Semana Santa, como sostiene Fuentes Pastor en el primer capítulo de su obra.

Fuera de este alcance, en mi bagaje histórico latente está el recuerdo del carnaval
de 1955, cuando se eligió Reyna Infantil a la pequeña Lucía (5), nieta de Benigno
Ballón Farfán; damas y pajes fueron las hijas e hijos de los artistas del afamado Ju-
venil de Arte (1934-1940), dirigido por el destacado compositor en la parte musical
y el pintor y actor Guillermo Gonzales en la teatral. Muy festivo el Corso de Flores
por el centro de la ciudad; al filo del medio día llegó la Reyna y su séquito al Teatro
Municipal especialmente engalanado, retumbaba en la gran sala los acordes del Car-
naval Arequipeño magistralmente interpretado por la Orquesta del compositor. En
el escenario un imponente mural con volcanes y campiña de Guillermo Gonzales. Al
ser una de las damas testigo presencial fui del acontecimiento. El vestido de tul rosa
pálido sin mangas y falda de campos fruncidos, aún duerme en un baúl.

Es resaltante el trabajo de acopio de información y su estudio, que ejerce Hélard An-


dré para realizar esta soberbia investigación como lo hizo con las dos anteriores: La lu-
cha del Pueblo Arequipeño en junio de 1950. Personajes y Hechos (2013) y De Artistas
Dibujos y Pinturas (2014); obligados a reconocer en este valor arequipeño su amor por
la historia del terruño y su tesonera difusión que ha desencadenado en los arequipeños
una corriente de revaloración por la historia de las manifestaciones culturales de nuestra
ciudad. Bien por Hélard André y todos sus referentes familiares, académicos y amicales.

Héctor Ballón Lozada


Abogado, Sociólogo e Investigador

Efectivamente son escasos los trabajos realizados por los estudiosos arequipeños
acerca de las fiestas del Carnaval de Arequipa, y dentro de ellos se destacan los escritos
efectuados por el Dr. Francisco Mostajo. Por lo tanto, la investigación llevada a cabo
por Hélard André Fuentes Pastor, tiene su mérito al describir y realizar el proceso
histórico de las fiestas del Carnaval en Arequipa. Establece tres periodos: el antiguo,
el moderno o nuevo y el contemporáneo.

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

El texto en cuestión se divide en cuatro capítulos. En el primero desarrolla una


conceptualización del Carnaval. En el segundo se ocupa de un antiguo carnaval desde
la colonia hasta 1923. En el tercer capítulo reseña el nuevo carnaval en Arequipa des-
de 1923 hasta 1960. En el cuarto y último capítulo, analiza el aspecto sociocultural
de las fiestas del moderno o nuevo carnaval en Arequipa. El juego libre en las calles
estrechando los lazos de unidad en la población mistiana cuya expresión en la música
y el teatro entre otras manifestaciones artísticas.

Entonces, repito, la investigación efectuada por Hélard Fuentes tiene su mérito


que hay que resaltar y le expreso mi más sincera felicitación.

César Coloma Porcari


Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo

Ésta nueva obra de Hélard André Fuentes Pastor es resultado del minucioso trabajo de
investigación en fuentes primarias, en especial, en las colecciones de los diarios arequipeños
de la primera mitad del siglo XX, como “El Deber”, “El Pueblo” y “Noticias”.

El carnaval es una antigua festividad europea, traída al Perú por los españoles.
En nuestro país ha adquirido características propias e inclusive existieron marcadas
diferencias entre los Carnavales que se celebran en cada región del país.

El Carnaval de Arequipa fue muy importante hasta mediados del siglo XX. Tal
vez con la anulación de los feriados de Carnaval que decretó un gobierno, la fiesta se
fue apagando poco a poco hasta llegar, en la actualidad, a su casi completa extinción.

Gloria Mendoza Borda


Escritora, Poeta y Docente.
Escuela Nacional de Arte “Carlos Baca Flor”

Hélard Fuentes Pastor tiene la capacidad de mirar el mundo externo con la


magia del misterio, la sorpresa, el gozo desde sus orillas de río desbordante en la
literatura, pintura, historia, periodismo, fútbol, arqueología. Sin lugar a duda, este

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HISTORIA DE LAS FIESTAS DEL CARNAVAL EN AREQUIPA

libro contribuye a su afirmación como escritor atento a la realidad que nos alberga
cargado de variedad en las máscaras de los carnavales, amores geniales, corsos,
música, alegría exuberante, reinas de belleza. Nos muestra además una maravillosa
galería de fotos que rescata y que debelan nuestra multiciplidad de lectura. Investiga
los comportamientos festivos y nos entrega textos de la recordada y amada poeta
Andreina Rivera, en 1955 nos incita en proclama: “Preparad el antifaz, /que no falte
a ninguno, / anteojos en kukuxklán, / a reír, a gozar, / a bailar, y a jugar, / que la
alegría es poca, / en esta existencia loca / de los carnavales.” Y no se queda atrás el
poeta de Cayma Manuel Gallegos Sanz, tan añorado y vibrante, escribió: “Kalita
pecosa, / cintura de avispa, / por tu amor reviento, / me muero, ¡la chispa! / Pueblo
de Arequipa, / Ciudad de leones: /todos somos uno, / fuera camarones / (…) ¡Ay mis
tijeritas / de mis Carnavales! / Hagamos zarcillos /de mis Generales.” Esa memoria
de los carnavales es también nuestra, felicitaciones Hélard Fuentes Pastor por esa
plasticidad en todos los campos de la cultura.

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Historia de las
fiestas del
Carnaval en Arequipa
Hélard André Fuentes Pastor
Se terminó de imprimir en enero de 2016
En la imprenta Águila Real
Calle Nueva 327 / Galerías Santa Fe 2do Piso. Of 221
Arequipa-Cercado
Teléfono: 054 -215063
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