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a) División social del trabajo en el contexto mundial (siglo XX-XXI)

División social del trabajo. Separación de distintos tipos de trabajo en la


sociedad de modo que los productores se concentran en determinadas ramas y
clases de producción.

El enorme crecimiento de la producción hizo surgir fábricas, obreros y


patrones, y determino que los países asumieran distintas funciones en la cadena
productiva. Los países industriales no podían producir la cantidad de materias
primas que necesitaban sus fábricas ni tenían combustible suficiente, tampoco
podían vender lo producido solo en sus países. Esto determino que algunas
regiones se especializaran en la producción industrial mientras que otras lo hacían
en la materia prima.

El mundo empezó a dividirse económicamente en dos clases de países. Por


un lado, los países que habían logrado industrializarse, cuya economía se basaba
en, lo que producían las fábricas y vendían a todas partes del mundo; estos países
tenían la experiencia, la tecnología y la cantidad de riqueza suficiente como para
dedicarse a este tipo de producción industrial. Por otro lado, estaban aquellos
países que no reunían las condiciones para industrializarse pero que tenían
importantes riquezas naturales y podían especializarse en la producción de
distintas materias primas, por ejemplo: carne, cuero, lana, algodón, café, madera,
hierro, petróleo, entre otras. Esta división no permitiría un intercambio igualitario,
debido a que los productos industriales tenían mayor valor que las materias primas
y eso generaba una distribución desigual de la riqueza.

La división del trabajo dentro de la manufactura y dentro de la sociedad


presupone dos cosas diferentes. Dentro de la manufactura, la división del trabajo
supone la existencia de un grupo de obreros contratados simultáneamente por el
capitalista; dentro de la sociedad, ratifica una determinada magnitud y densidad de
la población que en este ámbito sustituyen al conjunto de operarios que se
agolpan en una manufactura.
El régimen capitalista se sustenta en la producción y la circulación de
mercancías. A raíz de ello, la división del trabajo dentro de la manufactura necesita
imperiosamente cierto grado de madurez de la división del trabajo dentro de la
sociedad. A su vez, la división del trabajo dentro de la manufactura no sólo
repercute en la división del trabajo dentro de la sociedad, sino que también la
impulsa y multiplica. La diferenciación de los instrumentos de trabajo hace que se
distingan con mayor intensidad las industrias que los producen.

b) Rol de los países centrales y de los países periféricos en el proceso de


producción y distribución de bienes, consumo producción y
presentación de servicio

El capitalismo a nivel global no puede funcionar sin un sistema interestatal.


Este conjunto de Estados insertos en una única economía global capitalista,
pueden ser clasificados en tres grupos o zonas económicas en función del rol que
ocupan en la división internacional del trabajo: centro, periferia y semi-periferia.

Los países del centro son aquellos que dominan el sistema-mundo a nivel
político y económico, y en ellos los niveles de eficiencia en la producción
agroindustrial y de acumulación de capital son los más altos. De esta forma, los
Estados del “centro” están especializados en la producción de bienes fabricados
mediante altos niveles de tecnología y mecanización, y que, debido precisamente
a esto, tienen un mayor precio en los mercados internacionales. Europa
Occidental, Estados Unidos y Japón son las zonas económicas consideradas
“centrales”. En el otro extremo del sistema mundo se sitúan los países
“periféricos”. Están caracterizados por tener un sistema de producción menos
sofisticado y mecanizado que los países del “centro” y, por lo tanto, su producción,
basada fundamentalmente en la exportación de materias primas y productos
agrícolas, está menos valorada en los mercados internacionales. Buena parte de
los Estados de Asia, África y América Latina estarían incluidos en este grupo.
c) En la enajenación cultural de la historia de los pueblos

La enajenación cultural es el acto de copiar o adaptarse de una cultura


ajena a la propia, esto se puede apreciar más evidente en la forma de vestir,
música, actitudes, entre otras.

En Venezuela existe una fusión de muchas culturas que fueron enajenadas


durante, muchos años en el día a día de las personas hasta el sistema gobierno.
Venezuela, anteriormente, era habitada por indígenas, con la llegada de Colón
esto cambio, debido a que los indígenas fueron obligados a dejar sus costumbres
y hábitos. En la actualidad, existe menos de una tercera parte de la tribus
originarias de Venezuela, entre ellas podremos encontrar los Yanomamis, los
Motilones, los Yaris, entre otros.

d) En la enajenación en la ciencia y tecnología

A medida que pasa el tiempo los avances científicos y tecnológicos son más
factibles y con mejor capacidad. La humanidad se ha caracterizado por obtener los
mejores avances y conocimientos para un mejor desarrollo o estabilidad del
mismo, lo que conlleva, a auto-enajenar para el consumo propio.

En Venezuela, esta enajenación se produce a diario ya sea por un bien


común o por un mayor avance. La adquisición de diversos artefactos tecnológicos
(celulares, productos de líneas blancas, entre otros) y avances científicos
(experimentos medicinas, entre otros), han servido de ejemplo para demostrar de
que la enajenación es parte del vivir de cada individuo, relacionada en todos los
ámbitos, dejando de lado la naturaleza de cada persona en particular, la manera
de hacer las cosas y tener un mayor conocimiento, sea por la aparición de
maquinarias y artefactos tecnológicos.

Por otra parte, se podría decir, que ha ayudado en gran parte al desarrollo
de la humanidad, avanzando al hombre primitivo a un mundo futurista, facilitando
la manera de realizar diversas actividades de muchas maneras, el desarrollo
tecnológico y científico se ha auto-emancipado y parecen seguir sus propias leyes,
la sociedad es una sociedad enajenada y sus productos serán herramientas más
de esa enajenación.

e) Crisis estructural del capitalismo

La comprensión de la actual crisis del sistema capitalista mundial reviste una


gran complejidad analítica: concita siete explicaciones teóricas canalizadas por
tres vertientes paradigmáticas, expresa diez dimensiones críticas, afronta cuatro
paradojas sintomáticas y suscita seis respuestas políticamente diferenciadas.
Además de examinar el intrincado debate, este artículo analiza críticamente la
crisis como un problema de carácter estructural, sistémico y civilizatorio. En
primera instancia, esta es una crisis de valorización que entraña una espiral de
sobreacumulación, la caída de la tasa de ganancia y la ruptura de las dinámicas
de acumulación; pero en última instancia significa una crisis civilizatoria. La
acumulación mundial centralizada, comandada por el capital transnacional y
basada en la explotación del trabajo barato, devastación ambiental y financiera
muestra sus verdaderos límites. Empero, el gran capital pretende restaurar el
proceso de concentración de capital, poder, riqueza y conocimiento, sin importar
que la vida humana y el metabolismo social estén amenazados de múltiples
formas.

f) Supremacía de la economía irreal sobre la real

Debido a la creciente importancia del sector financiero en los tiempos


modernos, se emplea el término economía real por los analistas, así como los
políticos que califiquen así a la parte de la economía que se ocupa de los bienes y
servicios realmente producidos, en contraposición a los aspectos financieros de la
economía, que se ocupa de la compra y venta en los mercados financieros,
financiación, etc.

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