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JUSTIFICACIÓN

POR FE

MICHAEL FAJARDO VARAS


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Dedicado a mi madre, y abuela,
mis dos grandes lumbreras de mi vida
que me llevaron a los pies del Maestro, Jesús.

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"y ser hallado en él (en Cristo), no teniendo
mi propia justicia, que es por la ley,
sino la que es por la fe de Cristo,
la justicia que es de Dios por la fe;"
Filipenses3:9

3
JUSTIFICACION

Dios tiene solo una manera para salvarnos de la muerte. Esa


manera es legal, judicial. No tiene otro método para salvar a la
humanidad caída, degradada y degenerada por su propia naturaleza.
Esta se realiza por medio de la obra de su hijo, por su obediencia
perfecta que realizó Jesús mientras vivió en esta tierra. A esa vida de
obediencia hasta la muerte y muerte en la Cruz e imputada a todo
aquel que cree, llamamos Justificación por la fe. A esa vida perfecta
que Cristo vivió para ti y para mi, para imputarnos, a todo aquel que
cree en El. Solo Dios puede otorgarte el perdón, y cambiar tu vida, y
darte un status de Hijo adoptivo. Es así que si tu crees en tu corazón
que Jesús vivió, murió y resucito para ti y por ti, obtendrás una
declaración Judicial ante la Corte Suprema Divina favorable a tu vida y
todo lo bueno que fue Jesús, se te cuenta a ti, como si tu lo hubieses
hecho, así apareces escondido entre la buena vida de obediencia de

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Jesucristo para salvación a todo aquel que cree, ya Dios no te mira a ti,
sino que mira a Jesús para tu salvación, adopción y restauración al
favor divino. Si aceptamos a su hijo Jesucristo por medio de la fe, es
imputada la vida de obediencia de Cristo, a nuestra cuenta, en términos
tales, que se sustituyen las personas tanto del Hijo Jesucristo como del
creyente. Dios ya no mira al pecador impío que cree, sino que mira a
Cristo para el castigo, y el que cree está oculto en Cristo para salvación,
vida, y recibe en esta vida y en la próxima, todos los beneficios de la
Cruz. Recibes el perdón de tus pecados, pasados, presentes, y futuros,
obtienes un nuevo status legal ante Dios, y se resuelve a tu favor una
declaración judicial de una vez y para siempre en la que Dios mismo te
declara Justo aquí y ahora, y Dios no cambiara su veredicto, su
sentencia es completa o no lo es en absoluto, es realizada una vez,
firme y ejecutoriada, para todos los efectos legales, tanto es así, que de
esclavo del pecado, pasas a ser hijo adoptivo de Dios ante el Universo
inteligente.

Por eso hay una labor importante que hacer para que todos
conozcan lo que Jesús hizo por ellos, para darles vida, y en abundancia
y que obtengan los beneficios de la Cruz, y que podamos ser salvos de
la muerte, y vivir en un nuevo cuerpo incorruptible e inmortal.

Predica el evangelio fueron las últimas palabras del Jesús


resucitado. De hecho, Apocalipsis 14 dice que en los tiempos finales
debemos predicar el evangelio eterno a todo el mundo, a toda nación,
pueblo, tribu, lengua, en cualquier lugar donde te encuentres, allí
predica al Cristo Crucificado y resucitado por ti y por mí. Este
evangelio son las buenas nuevas, las buenas noticias que debemos
darle al mundo. Es la historia de la Vida, muerte, y Resurrección de

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Jesús como el salvador del mundo, y de nuestro sustituto legal, a favor
nuestro. Hoy más que nunca faltan sermones Cristo-céntricos. Jesús
dijo: “Si yo fuera levantado a todos atraeré a mí mismo”. Algo así como
la fuerza de un gran Huracán, quiere Dios atraer a todos a esta buena
noticia. Algunos tienen temor a no ser salvos hoy y ahora. Algunos no
están seguros de su salvación. Otros ni siquiera quieren que se
predique este mensaje. Pero el apóstol Pablo nos insta a predicar a
Cristo y a este Crucificado, para ser salvos y salvar al mundo que
perece en sus errores, engaños, y desilusiones.

Es la Justificación por la fe efectuada por Cristo el tema central que


debiera de llevarnos a las calles a predicar, el amor de Dios por la
humanidad al dar a su hijo unigénito para la sustitución legal, salvación
de la raza humana. Dios en su infinita misericordia aplica los beneficios
de la cruz a todo aquel que cree, declarándolo inocente de toda culpa y
sanción legal, en base a la obra de vida, muerte, y resurrección de
Jesucristo, aceptada solo por fe, y que cuyas perniciosas consecuencias
por los actos cometidos fueron pagados por Cristo en la cruz, por eso
es tan importante la predicación de la Cruz, porque allí Jesús llevo
sobre si los pecados de la humanidad, y los expió, borrándolos para
siempre y reconciliándonos con Dios. Por eso nuestra base de
aceptación para con Dios no somos nosotros por si mismos, ni siquiera
nuestras buenas obras, ni nuestras mejores intenciones, sino que la
base de nuestra aceptación delante de Dios, es Cristo. Dios nos acepta
en Jesús, en absoluto en nadie más. Si nos presentáramos delante de
Dios, ¿Por qué el nos permitirá entrar a su reino?. Por Jesús!, nada
más!!.

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¿Porque hoy no se predica la Justificación por la Fe?, ¿Porque son
tan pocos los que pueden entenderla y darla a conocer?. Así la
Justificación por la fe es un concepto legal. John Stott señala que “la
justificación es un termino legal o forense, que pertenece a los
tribunales judiciales. Su opuesto es la condenación. En ambos casos se
trata del pronunciamiento de un Juez. En el contexto cristiano,
constituyen los veredictos escatológicos alternativos que Dios el Juez
puede declarar en el día del Juicio. De modo que cuando Dios justifica
a los pecadores hoy, anticipa su propio juicio final trayendo al presente
lo que estrictamente corresponde al último día” (Stott, Romanos, pag.
117). Es una terminología jurídica usada por los escritos bíblicos del
Nuevo Testamento para expresar la forma en que Dios nos salva. Es la
sentencia Judicial de Dios en que declara que la persona que acepta a
su hijo Jesucristo por fe le es imputada su justicia, en términos más
sencillos Dios ya no mira al pecador sino mira a Cristo, estamos ocultos
en Cristo para nuestra salvación, y no solo eso sino que también es el
perdón de los pecados pasados, presentes y futuros, es un nuevo status
legal ante Dios. Además de la restauración al favor divino. La vida que
Jesús llevo en esta tierra al vivir conforme a la ley moral y mosaica,
guardando todos y cada uno de los mandamientos de Dios, esa norma
moral y legal la cual cumplió intachablemente, esa vida de obediencia
que Cristo llevó como un Cordero sin mancha y macula satisfaciendo
los preceptos legales nos da el derecho y la causa pedir para que
seamos justificados y declarados justos delante de Dios. Cuando esos
pies caminaban por las polvorientas calles de Palestina, y donde esas
manos que curaban a ciegos, paralíticos, y que resucitaron estábamos
allí obedeciendo a Dios y haciendo su voluntad para nuestra justicia en
Jesús. Dios atribuye esa justicia a los que creen que su Hijo hizo todo

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esto por nosotros. Somos declarados Justos siendo impíos (por
naturaleza) y solo por su gracia, o sea, sin que nosotros lo
mereciéramos, Cristo se entrego por nosotros en la Cruz para obtener
eterna redención. Somos declarados justos en base a la Justicia de
Cristo. Dios ya no nos mira a nosotros, sino que mira a su hijo. La base
de nuestra aceptación delante de Dios es la perfecta Justicia y
observancia a la ley, siempre fue de este modo. Y solo una persona hizo
esto, Jesús. Solo él cumplió la ley perfectamente, como nunca nadie lo
hizo antes, desde Adán. Solo Cristo es la Justicia perfecta, porque él es
hijo del hombre e hijo de Dios. Solo Jesús es la Justicia atribuida a los
pecadores creyentes, nadie más, no hay otro mediador entre el Cielo y
la tierra. Sólo Cristo nos hace aceptables delante de Dios y de las
demás inteligencias celestiales. Gracias a que él vino a cumplir todas
las exigencias de la Ley, Dios puede actuar a favor de los pecadores. Si
tan solo una sola mancha en su registro moral tuviera antes de morir,
no habría resucitado. Pero el hecho que resucitara es prueba
innegable que cumplió las normas legales impuestas por Dios a los
hombres, y que Cristo dio cumplimiento a todas las exigencias y
demandas de la ley Divina para salvarnos y llevarnos a su Reino,
debemos recordar que no solo es el precepto por ejemplo “No
Matarás”, sino que este se extiende al “No maltratar de palabras a
nuestro prójimo”, porque la ley es espiritual. De este modo nuestra
naturaleza humana pecaminosa nos hace imposible alcanzar las
normas legales divinas como para poder alcanzar la salvación y
librarnos de la muerte por nosotros mismos, ya sea por nuestras obras,
o pensamientos ante la ley seguimos teniendo una naturaleza
corruptible, depravada y degradada por el pecado, y aun cuando
podamos cumplir con la exterioridad de la norma nuestros

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pensamientos nos traicionan, y más aun peor, nuestra propia
naturaleza es un hedor putrefacto y nauseabundo de contaminación y
violación constante a la voluntad de Dios. Pero ya que Cristo lo hizo
como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, por fe,
podemos nosotros recibir lo que Cristo debiera de recibir, y a él Dios lo
condenó a recibir lo que nosotros como pecadores merecíamos por
nuestros actos y hechos ilícitos él se entregó voluntariamente a recibir
el peor castigo delictual, la muerte, muerte espiritual, separado de
Dios.

Justificación es contraria a la Condenación. Somos justificados para


presentarnos delante de Dios vestidos de la Justicia de Cristo. Cristo
fue hecho maldición por nosotros para llevarnos al cielo. Gálatas 5
dice: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la
gracia habéis caído”. 1ª Pedro 2:24: "quien llevó él mismo nuestros
pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando
muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis
sanados." 2ª Corintios 5:21: "Al que no conoció pecado, por nosotros lo
hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él."

El sacrificio de Cristo a favor nuestro. Solamente en Cristo. El


pecador no tiene ninguna Justicia que ofrecerle a Dios. Toda buena
obra de justicia humana para salvación es inmundicia delante de Dios.
El corazón orgulloso lucha por tratar de alcanzar la salvación por sus
propios medios, y también después de creer en Cristo para salvación,
lucha por sus medios para mantenerla por sí mismo, olvidándose que
nunca, absolutamente nunca su salvación depende del creyente, sino
de Dio, tanto al principio cuando cree como al final. Cree el ser
humano en Cristo al principio, para su salvación, pero luego quiere
continuar solo, olvidándose que los pámpanos no pueden permanecer
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si no están unidos a la vid. Dios declara que solo por la fe sola nos
declara Justos, y hasta ésa fe, no es contribución para su salvación,
porque proviene de Dios como el instrumento para asir la salvación.
No es el trabajo de toda una vida lo que nos hace Justos delante de Dios
ni el esfuerzo humano por llegar a Dios, sino que es la fe en su Hijo
Jesucristo la que nos hace aceptos ante Dios. Dios declara que el
pecador que cree es salvo, no mañana o en el futuro, hoy puedes
conocer que eres salvo. Hoy puedes saber que tienes la vida eterna.
Debes estar seguro de tu salvación, no dudarlo ni quererlo. Puedes
saber que eres salvo hoy cuando crees. Cristo vino a darnos vida y vida
eterna como el nuevo representante de la naturaleza humana. Cristo
tomó las riendas de toda la humanidad caída por causa de la
transgresión de Adán y se convirtió en el segundo representante ante
Dios de la raza humana y allí donde Adán no pudo, Cristo venció,
victorioso, adquiriendo todos los derechos para llevar a la humanidad
delante del trono de Dios en Apocalipsis 5.

En este mundo, Adán fue creado por Dios del polvo de la tierra y el
espíritu de Dios le dio vida, luego nosotros que nacimos de una mujer
llevamos con nosotros esa naturaleza pecaminosa, degradada y
depravada por el pecado desde Adán, pero Cristo en esa misión
imposible de rescatar a la humanidad caída, asumió la más importante
de todas las misiones del Universo, nacer del vientre inmaculado de
una mujer y de una concepción del Espíritu Santo para no ser partícipe
de la contaminación pecaminosa del ser humano y convertirse en el
segundo representante legal del hombre ante Dios, teniendo todas
nuestras debilidades, pero sin pecado. Triunfando allí, en donde Adán
cayó, haciendo la voluntad de Dios, satisfaciendo las demandas de la
ley. Triunfalmente lleva a la humanidad a la vida eterna, como Adán

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no lo hizo, y nos lleva delante de Dios para presentarnos ante las
inteligencias celestiales, Serafines, querubines, ángeles y arcángeles.
En Adán toda la humanidad se perdió, por causa objetiva, como
nuestro representante ante Dios, pero en Cristo Jesús Salvador nuestro
obtenemos nuevamente esa posición perdida, como nuevo y mejor
representante podemos por fe, obtener la vida eterna, aquí, ahora y
para siempre y estar frente a Dios, por esto sea bendito el Señor que
ha provisto para sus escogidos en esta tierra, un sustituto legal, para
nuestra salvación eterna y no dejarnos perecer en nuestros pecados y
en este mundo que perece. Una persona que se siente salva,
justificada, solo quiere alabar a Dios por esto, contarle a todos lo que
Cristo hizo por ella, solo quiere glorificar a Dios en su cuerpo y
bendecir al cordero digno de abrir el libro y los sellos en el Apocalipsis
5. Al Cordero sea la gloria eterna, la honra por los siglos de los siglos
por dar su vida por la humanidad caída, y con muerte de Cruz, y
humillado, por ti y por mí. No había otra forma de salvar al ser
humano perdido. La ley exige Justicia perfecta. Esta Justicia Cristo la
cumplió. Y esa obediencia nos es atribuida a nosotros solo por fe en ese
acto redentor sobre la Cruz del Calvario, un acto histórico y objetivo
obrado hace 2.000 años atrás. La justicia por la fe es más que una
doctrina, es una persona, esa persona es Jesús, Dios y señor Nuestro, el
único salvador y mediador ante Dios. Quien actualmente está sentado a
la diestra de Dios intercediendo por nosotros, y que vendrá otra vez a
buscar a todos sus escogidos que creyeron en él, en una manifestación
gloriosa de nuestro Dios y Señor. Esta es la Justicia que Dios revela en
su evangelio en el libro de Romanos. Por eso el evangelio es poder de
Dios para salvación, ya que en el evangelio se revela la Justicia de Dios.
El mensaje del ángel en el libro de apocalipsis nos invita a predicar el

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evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo. ¿Qué esperas?.
Este evangelio eterno es la Justicia de Dios manifestada a los hombres
para salvación. Este es el último mensaje dado a los hombres en el
tiempo del fin, antes de la destrucción total de este mundo. El falso
profeta del apocalipsis junto con la mujer prostituta pervierten el
evangelio, persiguen a los santos, engañan al mundo entero con sus
enseñanzas falsas e imposiciones dogmaticas erradas de la biblia,
llevándolos a la Apostasía final. Pero los verdaderos seguidores de
Jesús, adoran a Dios creador de los cielos, la tierra, el mar, y las fuentes
de las aguas, adoran al dador de la vida, al cual dieron muerte por
causa de sus pecados.

La justificación es el perdón total y absoluto, una vez y para


siempre en el juicio de Dios, total y completa. No hay grados de
justificación. Cuando Dios Justifica, el hombre es perdonado
totalmente, eternamente. O crees para salvación cuando el evangelio
se despliega ante los pecadores o eres condenado por no creer. No
existen términos medios. No existe un campo de batalla intermedio. O
crees o no crees. O estas con Cristo o no lo estas. O eres salvo o estas
condenado. No puedes hacerte a un lado y observar desde una
perspectiva en esta batalla espiritual. Tienes que tomar una decisión,
cuando este evangelio se muestra ante ti. No se puede ser indiferente.
Todo lo que Dios tenía que hacer contigo como violador de la Ley, no lo
hace sino que Cristo lo cumple por ti, si crees efectivamente. Cristo los
quito definitivamente en la Cruz, por eso Cristo es nuestro sustituto
para salvación.

Actualmente en nuestros tribunales de justicia humanos existe la


posibilidad que una persona ajena a los litigantes pague la deuda

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pecuniaria del demandado en un juicio civil, el pago se acepta y el
deudor queda inmediatamente libre del Juicio. Pero el hecho de poder
cancelar una deuda penal en forma sustitutoria es judicialmente
inconcebible, de hecho parece ser contrario a toda analogía humana.
Así, el que una persona pueda ser acusada, arrestada, juzgada, y
condenada por una sentencia Judicial, firme y ejecutoriada, pero que
no reciba sanción penal, sino que otra persona se ofrezca a pagar en su
cuerpo las consecuencias del delito es inconcebible y por lo mismo
refleja la naturaleza divina. No existe ningún parangón, similitud, igual
en la tierra. Al menos las leyes penales de nuestro territorio no
permiten que una persona pueda ser sustituta de otra en la aplicación,
sanción, y condena por el delito cometido. En el caso de las deudas
económicas, existen escasos ejemplos, cuando un tercero ajeno al juicio
paga la deuda al acreedor liberando de esa deuda al insolvente, pero no
es la regla general. En nuestros sistemas penales no existen los
patrones bíblicos de sustitución penal, en la que un hombre pague, por
SUSTITUCION, por los delitos ocasionados por un
delincuente...ningún hombre penalmente asume la responsabilidad de
otro hombre, pero Dios Jesucristo asumió la responsabilidad legal del
hombre y pago por los delitos de la humanidad en la cruz, una vez y
para siempre y resucito para llevarnos consigo a morar eternamente
en su gloria.

¿Quién es como Dios? Nadie puede ser tan perfecto, como Dios es
perfecto, que aun ama a sus propios enemigos. Dios puede dar su vida
por aquellos que no le aman, por aquellos que son rebeldes, por los que
están en su contra, y que merecen el castigo por sus transgresiones,
esto es la muerte. Jesucristo dio su vida por los impíos. Entrego una
vida de obediencia para que alcanzaran la salvación en su nombre.

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Por eso los veinticuatro ancianos se postran ante el trono de Dios y del
Cordero diciendo: “porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has
redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has
hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la
tierra.” Todo gobierno a fin de sostenerse a si mismo necesita de leyes
para que todos sus ciudadanos puedan actuar conforme a ellas. Dios
también debe someterse a estas leyes. Dichas leyes no podían dejar de
aplicarse. El que transgredía estas normas jurídicas debía recibir lo que
la ley señala. El que comete delito debe pagar por su delito. Un
gobierno sin leyes es un gobierno en caos. En el huerto del Edén Adán
cometió delito cuando no cumplió la ley. A lo lejos se ve tan sencillo. No
debía de comer del árbol del bien y del mal, pero lo hizo. Su condena
era que debía de morir. Dios dijo que si cometía delito la condena era la
muerte. Si Dios los mataba inmediatamente irremisiblemente se iba a
demostrar ante todo el Universo que él no es un Dios de Amor. Si los
dejaba vivir se iba a crear un caos en el Universo ya que estaba
haciendo vista gorda ante la ley que señala que la condena era la
muerte. Si los perdonaba debía de perdonar al Diablo también. Pero ya
su naturaleza humana había cambiado y solo el perdón sin remisión
era imposible. Así en el plan eterno de Dios concebido antes de la
fundación del mundo les entrego la promesa de Jesucristo como su
sustituto legal redentivo, quienes creyeron por fe en El, en aquel
huerto. Todo aquel que cree que Jesucristo vino a este mundo en la
carne, es salvo. Salvo de la condenación. Salvo de la ira de Dios. Salvo
de la perdición. El adversario de Dios, el líder de este mundo del mal,
está obstinado en su persecución contra esta verdad. Esta en abierta
rebeldía en contra de Dios.

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Algunos autores señalan que es posible que la sustitución legal
esta debe estar establecida, desconocemos si es así en el caso Divino.
El profesor Louis Berkhof en su teología sistemática señala que exista
sustitución legal deben cumplirse ciertas condiciones, tales como: “1)
que la parte misma no esté en posibilidad de aguantar la pena desde el
principio hasta el fin, de modo que se presenta una relación de Justicia;
2) que la transferencia no usurpe los derechos y privilegios de terceras
partes inocentes, ni les cause penalidades y privaciones; 3) que la
persona que la sufra la pena no esté en deudas con la justicia, ni deba
absolutamente todos sus servicios al gobierno; 4) que la parte culpable
tenga conciencia de su culpa y del hecho de que el substituto está
sufriendo en su lugar”.

Cristo realizo todas y cada una de las situaciones


anteriormente descritas, sin comparación humana posible, no se
cometió ningún artilugio legal o tecnicismo jurídico para salvar al
hombre. Todo fue hecho por el hombre y para él. Para su salvación.
Dios tiene solo un método legal para salvar al hombre en su gobierno
Justo y Amoroso. Es el equilibrio entre la ley y el evangelio. Una
sentencia Judicial debe contener entre otras cosas una fundamentación
de las razones del porqué se llego a ese razonamiento jurídico, esto es
importante debido a “la legitimación con la sociedad y el escrutinio que
puede hacer cualquier ciudadano de lo expuesto por el Juez; esta es
una de las formas cómo el Poder Judicial se legitima día a día en sus
decisiones, se llega a la aplicación de los principios de transparencia y
publicidad (Corte Suprema, 14/04/2011, Rol 107-2006). Esto es
cierto, no solo entre los seres humanos, sino también debiera serlo
ante las inteligencias celestiales del universo creado por Dios. En el
tribunal divino Dios nos declara Justos, nos justifica, indicando que las

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demandas de la ley han sido cumplidas respecto a una persona. Tal
cual como una sentencia Judicial este acto declarativo de Dios es
permanente, y dura para toda la vida del creyente. Dios se pronuncia
de una sola vez. Como acto de su libre gracia nos acepta como justos en
su presencia, pero no nos cambia en el interior. Esto lo hace la
santificación. Berkhof lo expresa de la siguiente manera: “La
justificación es un acto judicial de Dios en el cual El declara, sobre la
base de la justicia de Jesucristo que todas las demandas de la ley están
satisfechas con respecto al pecador”. Es una declaración respecto al
pecador que la norma de conducta que requiere para ser salvo está
cumplida en toda su extensión, es el perdón de sus pecados, es la
restauración al favor divino. Es un cambio en su condición ante Dios,
fuera del pecador en el tribunal de Dios. "al que no hace obras, pero
cree en aquel que justifica al impío, la fe es contada por justicia"
(Romanos 4:5). “Porque la justicia de Dios es por la fe de Cristo Jesús,
para todo aquel que cree en él; al cual Dios ha puesto en propiciación por
la fe en su sangre; para que él, que es el Justo, y conforme a su justicia,
justifique al que cree en Jesús” (Romanos 3 :22-26) . "Así que, concluimos
ser el hombre justificado por la fe, sin las obras de la Ley." (Vs. 28.) La
justicia es por medio de la fe 21 Pero ahora, aparte de la Ley, se ha
manifestado la justicia de Dios, testificada por la Ley y por los Profetas:
22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que
creen en él, porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron y
están destituidos de la gloria de Dios, 24 y son justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien
Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para
manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia,
los pecados pasados, 26 con miras a manifestar en este tiempo su

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justicia, a fin de que él sea el justo y el que justifica al que es de la fe de
Jesús. Gálatas 2:16: "sabiendo que el hombre no es justificado por las
obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos
creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las
obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado."
Gálatas 2:21: "No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la
justicia, entonces por demás murió Cristo."

Los cristianos no debieran de dudar de su salvación. Por ningún


motivo debieran de tener la incertidumbre que no han sido salvos, en
el aquí y ahora. No debieran de temer. Actualmente existen muchas
enseñanzas falsas respecto a la manera en que Dios nos salva. Muchas
personas desconocen el fundamento de su salvación. Cristo es nuestra
Justicia. El vivir y el morir de Cristo por nosotros es la única base de
nuestra aceptación para con Dios. Necesitan saber que son salvos hoy.
Jesús es nuestra Justificación. Jesús es el Perdón. 1 Juan 5:13 dice:
“Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el
nombre del Hijo de Dios”. Cuando crees Jesucristo te salva. La salvación
depende de Dios y no de ti. Y este es el testimonio:“que Dios nos ha
dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la
vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida” 1 Juan 5:12. Juan
3:14-19 “Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es
necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que todo aquel que
en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque de tal manera
amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel
que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios
a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él. El que en él cree, NO ES CONDENADO; pero el que no cree,

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YA HA SIDO CONDENADO, porque no ha creído en el nombre del
unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al
mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus
obras eran malas”. Juan 5:24 señala:“De cierto, de cierto os digo: El que
oye mi palabra, y cree al que me envió, TIENE VIDA ETERNA; y no
vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”. Eres salvo
aquí y ahora. Sin nada que tu hayas hecho para merecerlo, y debes
aceptarlo por fe como el mendigo que recibe la bondad inmerecida de
parte de su auxiliador. Dios te salva ahora, no mañana, no debes
esperar hasta la Segunda Venida de Cristo para saber que eres salvo,
tampoco debes esperar algún otro trámite previo o proceso previo
para saber que eres salvo. Lo dice Dios y así lo declara por fe en su hijo.
Esta es la Justificación por la fe. Este es el mensaje que debe ser dado
en este tiempo final al mundo. Este es el mensaje que predicaron los
apóstoles y que cambio la vida de los seguidores de Jesús en el primer
siglo. Dicha certeza de su salvación los llevo apasionadamente a dar su
vida por Jesucristo durante las persecuciones romanas. Dicha
seguridad de su salvación era encontrarse preparados para morir y
encontrarse con su maestro. Dicha confianza no los separo nunca más
de Cristo, Romanos 8:30-39 dice “Y a los que predestinó, a éstos también
llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a
éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por
nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él
todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que
justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el
que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo?

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¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro,
o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el
tiempo; somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo
cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni
principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”. Este es el mensaje que debe
ser dado en este tiempo final al mundo. El mensaje de Justificación por
la fe en Cristo Jesús. El mensaje del evangelio de la Salvación solo en
Jesús comenzó con privaciones, muertes y angustias y no se terminará
de otro modo. Tendremos que terminar nuestra estadía en este mundo
como al principio, pero cada uno de nosotros debe estar seguro de su
salvación, debemos aferrarnos a Cristo nuestro substituto. Debemos
predicar el evangelio de las buenas nuevas, predicar más a Jesús el
Mesías. Mateo 24:14 dice: “Y será predicado este evangelio del reino en
todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá
el fin”. La justificación es una declaración objetiva, pero es también un
acto trascendente, que pasa a la conciencia del creyente. La sentencia
divina de la liberación llega hasta el pecador y despierta en su alma
una conciencia de alegría por el perdón de los pecados y un sentido de
gratitud por la indulgencia que ha encontrado en Dios. Esta conciencia
del perdón, y de una renovada relación filial, con frecuencia se
oscurece y se altera por causa del pecado; esto requiere la confesión.
La confesión del corazón quebrantado restablece, restaura, la
comunión con Dios. La historia del pecador creyente termina en la
Cruz, porque sus pecados han sido expiados, han sido agotados por la
justicia de Cristo. Nadie absolutamente nadie puede quitarte la

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salvación. Nadie puede quitarte la seguridad de la salvación en
Jesucristo. “Si el tribunal más alto y la Corte Suprema en el Universo
entero nos Justificó, ¿Quién puede levantar solo un dedo para
declararnos culpables?. Es sumamente importante darse cuenta de
que la liberación de la condenación no se basa en lo más mínimo en
cualquier forma de perfección alcanzado por el creyente”. (Macarthur,
pagina 446, Romanos). El sacrificio de Cristo en la cruz es nuestra
salvación y nuestra Seguridad. En Cristo tenemos todo lo que
necesitamos para la vida presente y futura, El es más grande que
cualquiera que quiera arrebatarnos nuestra salvación. “Si nosotros
desde un principio no fuimos capaces de salvarnos mediante el uso de
nuestro poder y esfuerzo propios, ni de libertarnos del pecado, ni
acercarnos a Dios y hacernos hijos suyos por nosotros mismos, ¿Cómo
es posible que por nuestros propios esfuerzos logremos anular la obra
de gracia que Dios mismo ha realizado en nosotros?” (Macarthur,
pagina 562, Romanos). La declaración que Dios hace a favor del
creyente sobre la base de la obra externa realizada por Cristo en la
Cruz la aplica a todo aquel que cree. Esta es una realidad presente con
especial significado para el futuro. Los creyentes nunca más serán
condenados, nunca más tendrán que enfrentar una acusación en su
contra, no enfrentaran el juicio y su condena por sus pecados debido a
su vida de obediencia hasta la muerte por parte de Cristo, nuestro
sustituto penal, juzgado y condenado en nuestro lugar.
“Acerquémonos pues entonces confiadamente al trono de la gracia, para
alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”.
(Hebreos 4:16). "y ser hallado en él (en Cristol, no teniendo mi propia
justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que
es de Dios por la fe;" (Filipenses 3:9). Ser confrontados con el evangelio

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es un asunto tan solemne como estar delante de Dios en el día del
Juicio Final. De hecho, el juicio final sólo confirmará el veredicto
pasado sobre nosotros en este tiempo probatorio. El día final será una
revelación abierta de lo que el veredicto divino y nuestra conciencia ya
decidieron. Así es como el evangelio apostólico está ubicado en el
marco del juicio escatológico. Por esto es que el centro del Evangelio
de Pablo es la justificación por la fe en la sangre de Cristo. Pablo
presenta el juicio ante nosotros en forma tal que podamos ver nuestra
justificación como nuestra mayor y más urgente necesidad. Su mensaje
de justificación trata con las realidades más fundamentales del
Universo. Pero si se remueve el evangelio de este marco escatológico
o jurídico, entonces dejara de ser el evangelio apostólico. Nadie puede
conocer el evangelio apostólico, a menos que haya estado frente a Dios
en juicio y sepa que Dios ciertamente requiere de él una justicia que
soporte el escrutinio del Todopoderoso. Es ante el tribunal del juicio
Divino que un pecador queda justificado, cuando echa mano, por la fe,
de aquella justicia que no está contaminada por el hombre, una justicia
con la cual puede pararse confiadamente delante del rostro de Dios en
Juicio. Dios confiere al hombre un estado de aceptación para consigo
contándolo como un ser inocente y virtuoso, sin serlo. Esto es
acreditándole la bondad, virtud y obediencia de Cristo. Es la excelencia
moral de Cristo la que se atribuye, se imputa, se cuenta para justificar
al impío. Cristo obedeció la ley perfectamente por nosotros, solo es
ésta obediencia la que da plena satisfacción a la voluntad de Dios, y a
su ley divina, ante las demás inteligencias celestiales. El evangelio trae
la realidad del juicio en el presente, Cristo juzga a todos los hombres
por su evangelio. En el evangelio, el juicio final esta misteriosamente
presente (Juan 3:16-20; 5:24; 9:39; 12:31; 16:8-11, Apocalipsis 14:6-

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7). Aquellos que creen en el evangelio son declarados justos en el
juicio de Dios y se les otorga vida eterna. Ellos además están sellados
para el día de la redención por el Santo Espíritu (Efesios 1:13,14;
4:30). El que rechaza el evangelio es condenado a la muerte eterna
(Juan 3:36). Esta es la realidad presente del Juicio (Juan 3:19). Dios
está juzgando a los hombres por su evangelio. Así la Justificación por
la fe tiene un significado escatológico. Dios llama a lo que no es, como
si fuese, te declara Justo ahora, siendo impío. Y declarado Justo en su
Juicio el cual tomará lugar en su venida. Mateo 13:39,40, 42; 25:14-
33; Lucas 19:11-27; Romanos 2:13-16; 1 Corintios 3:11-13; 4: 4,5; 2
Corintios 5:10; 2 Tim 4:1; Hebreos 10:25, 30,37; 1 Pedro 4:5;
Apocalipsis 11:18, en la biblia la Justificación por la fe tiene un punto
de referencia histórico hacia la cruz, y hacia adelante, en el futuro,
hacia el día del Juicio, de la ira de Dios. Como podemos encontrar una
justicia que pueda sostenerse en el juicio de Dios?. La Justificación es
nuestra aceptación y declaración que como justos en el día del juicio de
Dios, somos aceptados en Jesús nuestro Salvador y Señor. ¿Quién
podrá permanecer en pie?, ¿Qué justicia podemos presentar ante el
esplendor de la ley de Dios?. Romanos 8:33, dice: ¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Por fe nosotros vivimos en el
otro lado del juicio y comenzamos a vivir aquí la vida de la edad
venidera. No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en un
momento, en un abrir y cerrar de ojos, los muertos serán resucitados
incorruptibles, y nosotros los vivos seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se
vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de
incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se
cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.

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¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya
que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Más
gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro
Señor Jesucristo. Así que, hermanos míos amados, estad firmes y
constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro
trabajo en el Señor no es en vano. 1 Corintios 15.

Quisiera terminar con las palabras de Charles Spurgeon en su


libro “Solamente por Gracia”: “Acude al Señor sin tardar. Acuérdate, de
que este asunto puede determinarse en este mismo momento. Acude al
Señor sin tardar. Acuérdate, de que en este momento puede
determinarse tu salvación o perdición, siendo hoy mismo tu ahora o
nunca. Realícese ahora, evitando el terrible nunca. ¡Adiós! Mas no para
siempre; te encargo:

¡Encuéntrame en el cielo!”
***

CITAS BIBLICAS DE SALVACIÓN

1 Juan 5:10-13

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no


cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el
testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el
testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su
Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de
Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis

23
en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y
para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

Juan 1:1

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era


Dios.

Juan 3:36

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en
el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Juan 5:24

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me


envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de
muerte a vida.

Juan 6:37

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo


fuera.

Juan 10:10

El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido


para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

Hechos 2:21

Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

Hechos 3:19

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros


pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de
refrigerio.

Hechos 4:12

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el


cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.

Hechos 10:43
24
De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él
creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

Hechos 16:30-31

Y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?
Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.

1 corintios 15:45

Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma
viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.

Efesios 2:8

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros,
pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2:1-3

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos


y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la
corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire,
el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los
cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de
nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos,
y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

2 corintios 5:17-20

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas
pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de
Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el
ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo
reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los
hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la
reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo,
como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de
Cristo: Reconciliaos con Dios.

25
2 corintios 6:2

Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he


socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de
salvación.

Romanos 3:23-24

Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de


Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la
redención que es en Cristo Jesús.

Romanos 4:5

Mas al que no hace obra, sino que cree en aquel que justifica al impío,
la fe le es contada por justicia.

Romanos 5:6,8

Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo,
pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros.

Romanos 5:12

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el


pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.

Romanos 6:23

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida


eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Romanos 8:32

El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos


nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

Romanos 10:9-10,13

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Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para
salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será
avergonzado.
Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es
Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo
aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.

1 Pedro 2:24

Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,


para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

1 Pedro 3:18

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la
carne, pero vivificado en espíritu;

2 Pedro 3:9

El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza,


sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

Lucas 19:10

Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había


perdido.

Isaías 53:5

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,


experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro,
fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras
rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue

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sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos
descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas
Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y
afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y
como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su
boca. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en
su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con
todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento.
Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje,
vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano
prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará
satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y
llevará las iniquidades de ellos.

Hebreos 7:25

Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se


acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

Colosenses 1:13

El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al


reino de su amado Hijo.

Juan 11:25

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque


esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá
eternamente. ¿Crees esto?.

Habacuc 2:4

El justo vivirá por la fé.

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