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SIRVIENDO AL SEÑOR

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas"
(Mateo 6:33)

Cuatro clases de amor

Hay cuatro palabras griegas para amor que es importante que los cristianos comprendan. Son agape,
fileo, storge, y eros. Tres de ellas aparecen en la Biblia. [1] Si vamos a comprender la Biblia y el
mundo bíblico, es importante que comprendamos lo que significan estas palabras y cómo difieren.

La palabra griega para amor sexual o amor apasionado es eros, de la cual obtenemos palabras tales
como “erótico.” Cuando eros era utilizado como nombre propio, se refería al dios griego del amor.
La palabra griega eros no aparece en el texto bíblico, así que no le dedicaremos tiempo en este
artículo, pero ha tenido tal impacto en el idioma español y en nuestro punto de vista del amor
sexual, que es importante mencionarla.

La palabra griega que se refiere al amor de Dios, una de las clases de amor que debemos tener hacia
las personas, es agape. Agape es la naturaleza misma de Dios, porque Dios es amor (1 Juan 4:7- 12,
16b). La gran clave para comprender agape es darse cuenta de que puede ser reconocido a partir
de la acción que inspira. De hecho, hablamos a veces del “modelo de acción” del amor agape. La
gente de hoy está acostumbrada a pensar del amor como un sentimiento, pero ése no es
necesariamente el caso con el amor agape. Agape es amor a causa de lo que hace, no debido a cómo
se siente.

Dios de tal manera “amó” (agape) que dio a Su Hijo. No se sintió bien Dios al hacer eso, pero fue lo
que por amor debía hacerse. Cristo de tal manera amó (agape) que dio su vida. Él no quería morir,
pero él amó, así que hizo lo que Dios requirió. Una madre que ama a su bebé enfermo permanecerá
despierta toda la noche cuidándolo, lo cual no es algo que ella desea hacer, pero es un acto
verdadero de amor agape.

El punto es que el amor agape no es simplemente un impulso generado por sensaciones. Más bien,
el amor agape es un ejercicio de la voluntad, una decisión deliberada. Esta es la razón por la cual
Dios puede ordenar que amemos a nuestros enemigos (Mateo 5:44; Ex. 23:1-5). Él no nos ordena
que “tengamos buenos sentimientos” para con nuestros enemigos, sino a tener una actitud
amorosa hacia ellos. El amor agape se relaciona con la obediencia y el compromiso, y no
necesariamente con el sentimiento y la emoción. “Amar” a alguien es obedecer a Dios en favor de
otra persona, buscando para él o ella, la bendición y beneficio a largo plazo.
La manera de saber que amamos (agape) a Dios es que obedezcamos Sus mandamientos. Jesús dijo:
“¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece”. (Juan 14:21) Hay
cristianos que dicen que aman a Dios, pero su forma de vida es contraria a la voluntad de Dios. Estas
personas confunden sus sentimientos de afecto por Dios y creen que ese es el verdadero amor
agape. Jesús hizo la siguiente aclaración: “El que no me ama, no obedece mis palabras” (Juan 14:24
a).

El amor es el carácter distintivo de la vida cristiana en lo referente a otros cristianos y a toda la


humanidad. Lo que “por amor” debe hacerse, puede no ser siempre fácil, y el amor verdadero no
es “sentimentalismo exagerado”. El amor genuino a menudo conlleva un costo. Por ejemplo,
castigar a los criminales para mantener a la sociedad segura, es amar, pero no fácil o agradable. Y
pedir que alguien deje tu reunión bíblica porque persiste en pecar flagrantemente, es amor, pero
nunca fácil (1Corintios 5:1-5). Esto no quiere decir que el amor agape no tenga sentimientos
asociados, y la situación ideal ocurre cuando lo que debe hacerse por amor, también es lo que
deseamos hacer. Los cristianos deben ser conocidos por su amor los unos a los otros (Juan 13:35).

La tercera palabra para “amor” que necesitamos examinar es fileo, que significa “tener un interés
especial en alguien o algo, con frecuencia enfocado en una asociación cercana; tener afecto por,
gustar, considerar a alguien un amigo.” [2] Sería probablemente provechoso si fileo nunca fuera
traducido “amor” en el Nuevo Testamento, porque se refiere a un fuerte agrado o a una fuerte
amistad. Por supuesto, vemos cómo a fileo se lo traduce “amor”, porque en la cultura moderna
decimos que “amamos” cosas que nos agradan mucho: “yo amo el helado”, “yo amo mi automóvil”,
“yo amo la manera en que tu cabello se ve”, etc. La palabra fileo implica una conexión emocional
fuerte, y por lo tanto se utiliza para “amor” o amistad profunda, entre amigos. Usted puede agape
a sus enemigos, pero usted no los puede fileo.

La diferencia entre agape y fileo queda muy clara en Juan 21:15ss, pero desafortunadamente se
obscurece en muchas traducciones. Después de ser levantado de los muertos, Jesús se encontró con
Pedro. Aquí está la versión corta de lo que se dijeron el uno al otro.

Jesús: Simón…¿tú me amas (agape) más que a éstos? [¿peces?].

Pedro: Sí, Señor; tú sabes que te amo (fileo).

Jesús: Simón…¿me …amas (agape)?

Pedro: Sí, Señor, tú sabes que te amo (fileo).

Jesús: Simón…¿tú me amas (fileo)?

Pedro: [afligido] Señor…tú sabes que te amo (fileo).


¿Por qué hay una diferencia en las palabras que se utilizan para “amor” en esta conversación? ¿Por
qué Jesús utilizó agape y Pedro utilizo fileo? Jesús le preguntaba a Pedro si él lo amaba con el amor
de Dios, un amor que puede requerir sacrificio. Después de todo, Jesús acababa de pasar por una
horrenda tortura por la salvación de Pedro (y la nuestra), algo que él no deseaba hacer pero que
hizo de todos modos debido a su amor agape. En cambio, Pedro evitó una posible tortura negando
a Jesús.

Jesús dos veces le preguntó a Pedro “¿tú me agape?” (Es decir ¿estás deseoso de hacer por mí
aquellas cosas que tú no deseas hacer?). Pedro, por otra parte, todavía se sentía atormentado por
haber negado a Jesús, y tenía esperanzas de que su amistad siguiera intacta. ¿Le recriminó Jesús a
Pedro que lo hubiera negado? ¿Lo seguiría tratando como a un socio y compañero cercano? Pedro
no estaba seguro dónde estaba parado en su relación con Jesús, así que intentaba hacerle saber a
Jesús que en él seguía teniendo a un amigo verdadero, y que tenía amor fileo por Jesús.

La tercera vez que Jesús le habló a Pedro, descendió al nivel de Pedro y le preguntó si Pedro era, de
hecho, un amigo verdadero (fileo), lo cual afligió a Pedro. Sin embargo, era importante porque Jesús
sabía lo que Pedro no sabia: que Jesús ascendería al cielo, y Pedro y los otros quedarían para realizar
su trabajo en la Tierra, lo cual requeriría que todos ellos fueran sus buenos amigos e hicieran su
voluntad aun cuando significase adversidad.

La cuarta palabra griega que necesitamos comprender es storge, que es el amor y el afecto que
ocurre naturalmente entre padres e hijos, que puede existir entre hermanos, y que existe entre
maridos y esposas en un buen matrimonio. Ocurre en Romanos 12:10 en la palabra filostorgos, que
es una palabra compuesta por filos (la forma sustantiva de fileo) y storge. Romanos 12:10 es un
versículo muy importante, que nos guía a ser muy cariñosos y amables unos con otros.

Romanos 12:10 (traducción expandida del autor)

En cuanto a su amor fraternal, que haya entre ustedes una profunda amistad y afecto familiar.

Si hemos de tener una vida cristiana maravillosa, obediente a la voz de Dios, y a tener una
enriquecedora comunión con otros cristianos, necesitaremos ejercitar todas estas tres clases de
amor. Necesitamos amor agape porque algunas de las cosas que Dios requiere de nosotros no son
ni divertidas ni fáciles, pero necesitan ser hechas. Necesitamos tener amor fileo porque necesitamos
amigos verdaderos que se mantengan a nuestro lado, gente que esté conectada emocionalmente
con nosotros y con quien podamos compartir nuestros pensamientos y sensaciones más íntimas.
Finalmente, los cristianos necesitamos brindarnos amor storge unos a otros, un afecto familiar
profundo que nos conforte y nos ayude a sentirnos conectados a toda nuestra familia espiritual.
Notas

1. Esto es un cambio con respecto a nuestras enseñanzas del pasado. Hemos enseñado que sólo
agape y fileo aparecen en la Biblia, pero storge sí aparece en una forma compuesta en Romanos
12:10.

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