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Adoración conforme a las Escrituras

1. Introducción
2. Adoración espiritual y verdadera
3. Palabras del Nuevo Testamento para adoración
4. La naturaleza de la adoración
5. La iglesia y la función del pastor en la adoración
6. Principios para la adoración correcta
7. Conclusión
8. Tabla de referencia

Introducción
"Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es
el primero y grande mandamiento" (RV60, Mateo 22:37, 38)
Uno de los temas controversiales que la iglesia del Señor enfrenta hoy, es aquello que ocupa a la iglesia cada
vez que se reúne como una familia unida en el día del Señor; la adoración. Lo que más se discute es sobre el
estilo de adoración. Pero, se deja de lado, el asunto más importante: la enseñanza bíblica de la adoración.
Porque, en el afán de "adorar" a Dios creo que la iglesia ha caído en un ritualismo, formalismo, fanatismo y
activismo vacío de significado y valor delante de Dios. La iglesia, al momento de adorar debía plantearse
preguntas como: ¿Qué es más importante al momento de adorar a Dios? ¿Qué dicen las Escrituras acerca de
la adoración? ¿De qué tipo de adoración se agrada Dios?
Según MacArthur, A. W. Tozer llamó a la adoración "la joya perdida de la iglesia" Muchas iglesias creo que
hace mucho han perdido la joya de la adoración, pero lo más grave es que no están buscando aquella joya
extraviada. ¿Cuánta adoración verdadera tiene lugar en la vida de la iglesia del Señor?
Por tanto, el presente ensayo tiene la intención de describir las características de aquella joya extraviada y
mostrar cómo debe llevarse a cabo la adoración espiritual y verdadera en la vida del ministro y en la vida de la
iglesia como comunidad. La falta de comprensión del tema de la adoración puede debilitar al cuerpo de Cristo
haciéndole perder su sentido de misión en el mundo. Además, cuando la iglesia fracasa en adorar
apropiadamente, fracasa en cualquier otra área.
Adoración espiritual y verdadera
"Más la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad;
porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren" (RV60, Juan 4:23, 24).
La iglesia contemporánea se ha desviado de lo que es una verdadera adoración. La gran mayoría del pueblo
evangélico piensa en la adoración como algo externo; algo ritual, como una actuación, como una actividad
que tiene lugar en un tiempo y lugar prescritos, siguiendo determinadas formas. Pero en absoluto es eso el
espíritu de la verdadera adoración. ¿Dónde está el desvío? El desvío está en hacer de la adoración un mero
formalismo religioso externo, egoísta, carnal, hipócrita y sin sentido ni propósito. Según MacArthur: "Es
imposible aislar o relegar la adoración a un lugar, tiempo o segmento de la vida. Agradecer y alabar a Dios
verbalmente en tanto que se vive una vida egoísta y carnal es una perversión" (p. 297). Bien dijo Jesús
citando al profeta Isaías de los que vivían una vida de pura apariencia, "este pueblo de labios me honra; más
su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrina mandamientos de hombres"
(RVA60, Mateo 15:8,9). Una adoración divorciada de una vida de integridad y piedad genuina es vana delante
de Dios. Es puro ruido, y no una verdadera expresión de amor a Dios (1 Co.13:1).
En muchas iglesias los que supuestamente adoran a Dios son: "…hombres amadores de sí mismos, avaros,
vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin afecto natural,
implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios,…" (2 Ti. 3:2-4). El punto es, que no se adora a Dios
como se debe y mucho menos con la actitud correcta. Para adorar de una manera agradable a Dios es
preciso considerar lo que la Biblia enseña sobre la naturaleza de la verdadera adoración. Empecemos
definiendo lo que es adoración.
Palabras del Nuevo Testamento para adoración
El Nuevo Testamento cuenta con una palabra básica para adoración, proskyneo, que tiene como significado
"postrarse en adoración de alguien o algo" y originalmente podría significar "besar a una deidad", "besar la
mano" (lo cual requería postrarse o inclinarse ante el ídolo). Este tipo de adoración humilde y reverente sólo
debe ser ofrecida a Dios y de ninguna manera a seres humanos, ídolos, demonios, o al mismo Satanás. En el
Nuevo Testamento esta palabra es usada como 60 veces. Por ejemplo: "Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró"
(Juan 9:38). Sólo aquellos que han creído en Jesucristo como único medio de salvación tienen el deseo
genuino de postrarse ante Dios en adoración con una actitud humilde, reverente y reconociendo la majestad
de Dios.
Una segunda palabra usada 21 veces es latreuo significa "rendir honor" o "dar homenaje" y
denota servicio orientado a lo religioso, sea de Dios o los ídolos. Algunos ejemplos: "…después de esto
saldrán y me servirán en este lugar", "y aún aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a
todos los que invocan tu nombre" (Hch. 7:7; 9:14). Según MacArthur esta palabra "…habla del tipo de
veneración reverente reservado únicamente a Dios" (p. 298). Por tanto, la adoración es ofrecer algo a Dios, es
atribuir a Dios el valor supremo que sólo a él le corresponde dar. Pero, "el cristianismo moderno parece estar
comprometido con la idea de que es Dios quien debería darnos a nosotros" (MacArthur, p. 298).
Desde la perspectiva bíblica la adoración debe dirigirse sólo al Dios trino, se prohíbe y condena la adoración a
falsos dioses. (Ex. 20:2-5) La adoración es exclusiva para el único Dios verdadero y el no tolera la adoración a
otro (Is. 48:11; Éx. 34:14). Pero, la tendencia natural de todo ser humano pecador es adorar falsos dioses y
seguir la falsa adoración (Ro. 1:21, 23). Debe quedar claro que "…la adoración es honor y alabanza dirigida a
Dios" (MacArthur, p. 298). Jesús declaró enfáticamente la exclusividad de la adoración cristiana: "Al Señor tu
Dios adorarás, y a él sólo servirás" (Mt. 4:10).
La naturaleza de la adoración
Todo ser humano adora, incluso la persona atea. Los ateos se adoran a sí mismos. Cuando el
hombre rechaza a Dios, siempre adora a dioses falsos de su propia elección" (MacArthur)
La verdadera naturaleza de la adoración se describe mejor en la conversación que sostuvo Jesús con la
mujer samaritana: "Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en
espíritu y en verdad; porque el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le
adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren". (Jn. 4:22, 23) Este es un llamado para todo
adorador humano, quien debe hacerlo con sinceridad y con la actitud correcta. "La iglesia no tiene un formato
prescrito ni tiempo o lugar santo, ni sistema de sacrificios, ni sacerdocio" (Montoya, p. 97). Pero, la
celebración de Dios en su grandeza suprema implica una entrega total de parte del adorador (Ro. 12:2). La
iglesia es espiritualmente un templo y es un sacerdocio que ofrece sacrificios espirituales por medio de sus
actos y actitudes (Ro. 12:1; Heb. 13:16; 1 P. 2:5).
La adoración es un estilo de vida que involucra todo que hacer. Toda la vida cristiana debe ser un acto de
adoración. Es una obviedad que los creyentes se reunían para exaltar a Dios (Hch. 2:42, 4:31, 12:5; 1 Co.
12:14). Tenían como propósito principal y último adorar a Dios. El mayor mandamiento es amar a Dios con
todo el corazón y este amor se expresa mejor a través de una adoración obediente (Mt. 22:36-40). Por tanto,
la adoración debe ser el eje central de la vida de la iglesia (ef. 1:4-6; 1 P. 2:4-9). Dice Montoya: "El llamado
más sublime de la iglesia es exaltar al Señor, magnificar su carácter y glorificarle antes que a toda la creación"
(p. 96). Es decir, la iglesia fue redimida y apartada para adorar a Dios a través de Cristo. Por consiguiente, la
prioridad absoluta de toda iglesia debe ser la adoración. La adoración debe ser la actividad central y todo lo
demás secundario (Is. 6:1-3). Según MacArthur, "…el orden de prioridad comienza con la adoración, no con el
ministerio" (p. 303)
La iglesia y la función del pastor en la adoración
La pregunta es. ¿Qué le ocupa más a la iglesia contemporánea? ¿Cómo lo está haciendo en el asunto de la
adoración? ¿Está presente el elemento de adoración en toda su actividad? ¿Por qué las iglesias se ocupan
más de aspectos secundarios y no de lo principal? Para que la iglesia cumpla con el propósito principal de la
adoración el rol pastoral es fundamental. Él debe ser guía y modelo de adoración. El apóstol Pablo
escribiendo a Tito dice: "Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza
mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no
tenga nada malo que decir de vosotros" (Ti. 2:6-8). El pastor esta para hacer la voluntad de Dios y llevar a
cabo los planes y propósitos de Dios para su iglesia. Si una iglesia tiene mucha actividad y poca adoración,
grandeza en el ministerio y pequeñez en la adoración o son fatalmente pragmáticos; gran parte ésa realidad
está directamente relacionada con la responsabilidad pastoral. Porque muchos, sólo quieren saber acerca de
lo que funciona y se empeñan en buscar nuevas fórmulas y trucos; dejando de lado la verdadera razón de su
llamado, "…apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre" (Hch. 20:28). Y se olvidan del
ser por estar tan involucrados en el hacer. Están informados, programados, planificados y ocupados; pero no
tienen tiempo para Dios ni son ejemplos de una vida de adoración. Entonces, ¿qué trato recibe Dios de su
propio mensajero? ¿Es acaso esto lo que Dios espera de sus siervos?
Hoy, es común ver ministros ocupados en funciones, promociones, objetivos, deseo de éxito, números,
esfuerzos tradicionalistas, caprichos y ajenos de una experiencia de adoración espiritual y verdadera. La
pregunta es: ¿Cuándo entrarán en razón para empezar a buscar el tesoro perdido de la adoración? Deben
entender que la adoración es la base para su conducta y ministerio. Como bien dice MacArthur: "…no es el
sitio ni las formas externas de adoración lo que realmente importa, sino la actitud del corazón del adorador
para con Dios. Comienza con la entrega de nosotros mismos, y luego de nuestras actitudes, después de
nuestras posesiones, hasta que la adoración sea nuestro estilo de vida" (p. 298). El apóstol Pablo recomienda
a su fiel servidor con estas palabras: "…Ejercítate para la piedad; porque el ejercicio corporal para poco es
provechoso, pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente y de la venidera"
(1 Ti. 3:7, 8).
El ministro debe tener un corazón ardiente por Dios. Todo lo que hace apropiadamente en su ministerio debe
ser lo que rebosa de una vida de adoración. Ya que sólo Dios el corazón con la verdad, la justicia y el amor; el
ministro debe estar permanente conectado a esa fuente a través de la oración y la devoción diaria. De ser
capaz de decir como el salmista: "Rebosa mi corazón palabra buena; dirijo al rey mi canto" (Sal. 45:1). Para
dar cada día, debe recibir cada día. Según MacArthur: "Una profunda adoración se produce cuando el
corazón del adorador se hace más honesto y cuando la verdad consume la mente del adorador. Toda
adoración que no se ofrece en espíritu y en verdad es completamente inaceptable para Dios, no importa cuán
bellas puedan ser las formas externas" (MacArthur, 2009, p. 288). De los ministros del evangelio Dios no
aceptará una adoración que no sea ofrecida con honestidad y con la actitud correcta. Para ello, el ministro
debe ocuparse principalmente de las cosas esenciales.
Principios para la adoración correcta
La adoración debe ser algo natural para todo aquel que conoce a Dios. El punto es, ¿cómo lo están haciendo?
¿En qué están puestos sus corazones? El no estar familiarizados con lo que la Biblia dice al respecto puede
llevar a las personas a una adoración equivocada. Considera los siguientes principios: 1) está prohibido
adorar a Dios sin su aprobación y fuera de sus términos (Gn. 4.2-5), 2) solamente el Dios verdadero debe ser
adorado (Éx. 20:1, 2), 3) no se puede adorar a Dios a la manera de uno sino sólo como él lo ha ordenado (Éx.
25:40; 31:2-11; 1 Cr. 28:11), 4) no se puede dejar de lado lo que Dios ha ordenado y seguir un rito diligente de
algo que no fue ordenado por Dios (Mr. 7:6-9), 5) se debe adorar a Dios de la manera que él lo ordena, "en
espíritu y en verdad" (Jn. 4:22-26) y 6) no hay lugar para la innovaciones puramente humanas (Mt. 28:18-20).
Ahora bien, como Dios no tiene forma alguna ni cuerpo alguno al reducir a Dios a unas imágenes se corrompe
la adoración y el verdadero concepto de Dios (Jn. 4:25; Ex. 32:7-9). ¿Por qué no hubo una representación
tangible de Dios? Sencillamente porque no desea ser reducido a una imagen (Dt. 4:19-19). Sólo la
encarnación de Cristo fue adecuado para revelar a Dios de una forma tangible (Jn 1.18; 1 Jn. 1:1-3).
MacArthur dice al respecto: "Solamente la persona viva de Cristo puede revelar a Dios en una forma visible y
tangible. Intentar expresar a Dios en una imagen menos es idolatría" (p. 294) ¿Cuál es el pensamiento que la
gente tiene sobre Dios? La manera de pensar es determinante a la hora de adorar a Dios, porque se termina
haciendo lo que se piensa. Es decir, "la idolatría no comienza con el martillo de un escultor; comienza en la
mente" (p. 294). Pero debe quedar claro que a Dios no se puede visualizar de ninguna manera. Porque no
hay nada que represente a Dios gloriosa y adecuadamente. Hacerlo prácticamente es una abominación.
Porque todo lo que la Biblia no manda expresamente está prohibido (Dt. 4:2; 12:32). La adoración a
nivel personal y comunitaria debe ser hecha como la Escritura lo manda expresamente.
Conclusión
¿Cuál debe ser la actitud frente a la adoración? ¿Tiene uno la libertad de hacerlo como le place, formar su
propio estilo de adoración? Hoy la iglesia por estar plagada de tanta innovación contemporánea a la hora de
adorar se va alejando cada vez más de las Escrituras y de la verdadera adoración. A muchas iglesias, le
vendría bien considerar con seriedad la siguiente advertencia: "Mirad que no desechéis al que habla. Porque
si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si
desecháremos al que amonesta desde los cielos. …Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible,
tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios
es fuego consumidor" (Heb. 12:25, 28-29). La iglesia no tiene lugar para inventarse su propia manera de
adorar a Dios. Tiene que hacerlo a la manera de Dios. La adoración que el Señor mandó estará vigente hasta
que él vuelva. La adoración a Dios nunca será aceptable si la actitud del corazón no es correcta (Lc. 10:27).
Es todo lo que requiere la verdadera adoración. Se debe dar lo mejor de lo que uno tiene (Pr. 3:9). Adorar a
Dios con la actitud incorrecta y alejada de lo que la Escritura manda expresamente es una adoración vana e
hipócrita (Am. 5:21-24, Os. 6:4-6).

http://www.monografias.com/trabajos99/adoracion-conforme-escrituras/adoracion-conforme-escrituras.shtml

Adoración (heb., shahah, inclinarse, postrarse; gr., proskyneo, postrarse,


Reverenciar).

“La perfección se logra con práctica”. En la actualidad hay que decir que
es la práctica perfecta lo que hace lo perfecto. ¿Quiere Usted reflexionar
en este antiguo refrán mientras la invito para que juntos exploraremos la
naturaleza de la adoración?
El Salmo 95 exalta a Dios como la razón suprema para la adoración. Es
una invitación al pueblo de Dios a cantar gozosamente alabanzas en su
honor. La congregación es invitada a venir a su presencia con acción de
gracias y confesión. El salmista sabe de la naturaleza de la adoración
cuando pronuncia estas conocidas palabras:
Venid, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová
nuestro Hacedor. Porque él es nuestro Dios, nosotros el pueblo de su
prado, y ovejas de su mano (Salmo 95:6, 7).
Salmo 95
1 Vengan, cantemos con júbilo al SEÑOR; aclamemos a la *roca de
nuestra *salvación.
2 Lleguemos ante él con acción de gracias, aclamémoslo con cánticos.
3 Porque el SEÑOR es el gran Dios, el gran Rey sobre todos los dioses.
4 En sus manos están los abismos de la tierra; suyas son las cumbres de
los montes.
5 Suyo es el mar, porque él lo hizo; con sus manos formó la tierra firme.
6 Vengan, postrémonos reverentes, doblemos la rodilla ante
el SEÑOR nuestro Hacedor.
7 Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado;
¡somos un rebaño bajo su cuidado!

¿Cómo podría uno describir la adoración? A pesar de ser altamente


subjetiva, se la define de varias maneras. Pero se necesita un
entendimiento fundamental de la naturaleza de la experiencia de adorar
como base para desarrollar un conocimiento de la terminología
relacionada con la adoración.

Cuando se rinde a Dios, la adoración implica un reconocimiento de las


perfecciones divinas. Puede expresarse en forma de discurso directo,
como en adoración, acción de gracias, o en servicio a Dios; puede ser
privada o pública.
http://fredy91306.tripod.com/id208.html
LA NATURALEZA DE LA
ADORACIÓN
SALMO 95:1-7
INTRODUCCIÓN:
* Este Salmo exalta a Dios como la razón suprema para la adoración.
* Es una invitación al pueblo de Dios a cantar gozosamente alabanzas en su honor.
Salmo 95:6, 7
Venid, adoremos y postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque él es
nuestro Dios, nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz.
* ¿Cómo podría uno describir la adoración? A pesar de ser altamente subjetiva, se la define de
varias maneras.
LA EXPERIENCIA DE LA ADORACIÓN:
* Adorar es una experiencia interior.
* Es la respuesta del ser humano a la revelación de Dios por Jesucristo.
Gaines S. Dobbins
“Enseñar y predicar puede ayudar a un conocimiento acerca de Dios, pero solo la adoración
hace posible conocer a Dios.”
Valores que logran aquellos que participan en la adoración.
* Hay en la especie humana una sed y hambre espirituales que nos empujan hacia Dios.
* “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios el alma mía”
(Salmo 42:1)
* La experiencia de adoración es aquella en que el que adora es consciente de la santidad y majestad
del Señor y responde a sus requerimientos en obediencia y amor.
1. La adoración crea una atmósfera de redención.
2. La adoración da perspectiva a la vida.
3. La adoración da ocasión al compañerismo.
4. La adoración educa.
5. La adoración da energía para el servicio.
TERMINOLOGÍA PARA LA ADORACIÓN:
* La adoración es una experiencia espiritual en la que el que adora entra en una comunicación
espiritual con el Dios tres veces Santo.
* Esa relación entre Dios y el humano hace que nuestro lenguaje resulte insuficiente para
expresarla.
* Ese es el punto de partida para desarrollar una compresión posterior de su naturaleza.
1. El origen de la palabra “adoración” proviene de la dignidad de Dios.
2. El significado bíblico de “adoración” implica nuestra sumisión total a Dios.
3. La experiencia de adoración nos confronta con la gloria de Dios.
4. La experiencia de adoración realza la importancia del servicio
5. La experiencia de adoración es el corazón del culto.
6. La experiencia de adoración es inseparable de la alabanza cristiana.
CONCLUSIÓN:
* No es suficiente perderse en la contemplación de Dios, acerca de lo que él es y de lo que ha hecho
por la humanidad a través de Cristo.
* La verdadera adoración nos motiva a la acción, la cual trasciende la contemplación.
* La hermosa experiencia de Isaías en el templo llegó a su clímax cuando él, en un deliberado acto
de respuesta exclamó: “Heme aquí, envíame a mí” (Isaías 6:8).
La experiencia de adoración alcanza su culminación en el acto de respuesta.
“Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma
cosa” (Filipenses 2:2).
“Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1)
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de
mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Enséñame, oh
Jehová, tu camino, y guíame por senda de rectitud a causa de mis enemigos (Salmo 27:4, 11).
“Dios es Espíritu; y los que le adoran, en
espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24).
“¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas
2:14).
“Toda la tierra está llena de su gloria” (Isaías 6:3).
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional (Romanos 12:1).
“Adorad a Jehová en la
hermosura de la santidad” (Salmo 29:2).

https://prezi.com/sxv9n5mma4cm/la-naturaleza-de-la-adoracion/

La Naturaleza de la Adoración
INTRODUCCIÓN:
1. Desde tiempos muy antiguos las generaciones han estado involucradas con algún tipo de
adoración. La adoración ha sido un misterio en todas las generaciones, a tal punto que algunos
han llegado al extremo de sacrificar vidas humanas.
2. En todas las iglesias y todos los idiomas se habla de la adoración, cada uno levanta su propia
bandera proclamando a los cuatro vientos que ellos tienen la verdadera adoración.
3. La adoración es uno de los grandes temas de la Biblia, tiene tal importancia que Jesús nos
enseñó que el Padre anda buscando a los verdaderos adoradores. Para entender la naturaleza
de la adoración debemos de plantearnos varias preguntas.
4. ¿Qué es realmente la adoración? ¿Cómo hay que adorar? ¿Quiénes pueden adorar? ¿Dónde
podemos aprender la verdadera adoración?

Ahora ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la
salvación proviene de los judíos. Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los
verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el
Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en
espíritu y en verdad. Juan 4:22-24.

I. LA ADORACIÓN:
1. Acto mediante el cual se expresa reverencia, respeto, honor, amor y obediencia a Dios. En
el Antiguo Testamente se utiliza la palabra SHACHAH para indicar esa actitud, con la
connotación de “postrarse”, “arrodillarse”, “inclinarse”. En el Nuevo Testamento el término es
PROSKUSNEO, que es reverenciar a una persona. Usualmente el adorante baja “la cabeza
hacia el suelo”
2. Jesús habló de adoración con una mujer samaritana, ella discutía el lugar donde debería
adorarse a Dios, pero el Señor en la respuesta que le da a la mujer samaritana nos dejó un
legado sobre la verdadera adoración.
3. Notemos que en estos versos de Juan, Jesús habla de una falsa adoración. Pero no era una
falsa adoración porque los que adoraban fueran falsos. Ellos estaban adorando lo que no
conocían.
4. En otras palabras su falsa adoración estaba determinada por su falta de conocimiento en las
escrituras auque eran sinceros. Su disposición de adorar verdaderamente a Dios los llevó a
encontrarse con la verdad de la adoración.
5. La naturaleza de la adoración a la cual se refirió el Señor Jesús tiene cuatro características, que
están contenidas en las palabras del Maestro.
6. Antes de ver las cuatro características veamos algunos mitos sobre la adoración que nos
pueden llevar a convertirnos en samaritanos para adorar.

II. LOS MITOS DE LA ADORACIÓN:


1. Uno de los mitos más comunes en la adoración es creer que adoradores son aquellos que
participan del ministerio de alabanza. Este es un mito que nos desvía del conocimiento de la
adoración.
2. Si esto así fuera la adoración estaría limitada a una tradición, a la hora de un culto, y sería el
privilegio de unos cuantos, de aquellos que tienen algún don musical, sin importar como viven,
y que frutos están dando.
3. El segundo mito que nos aleja de conocer la verdadera naturaleza de la adoración, es pensar
que adorar es igual a cantar o expresar unas cuantas palabras en un culto o en un servicio de
la iglesia. Claro que esto es parte de adorar, pero es una mínima parte. Lo mismo pensaba la
mujer samaritana, que solo en un lugar se podía adorar a Dios.
4. El tercer mito que nos aleja de la naturaleza de la adoración es confundir la manifestación de
Dios con su omnipresencia. Es decir, los cristianos adoran cuando siente la manifestación de
Dios, pero cuando no hay una manifestación, los cristianos ya no adoran.
5. En otras palabras se cree que el tiempo de cantar y expresar nuestra gratitud esta determinado
por lo que sentimos y no por la fe en nuestro Señor.
6. Debemos de estar conscientes que hay otros mitos que nos desvían de conocer la naturaleza
de la adoración. Concentrémonos ahora en las cuatro características de la adoración

III. LA NATURALEZA DE LA ADORACIÓN:


1. Por qué llamarle a este tema la naturaleza de la adoración, bueno porque la palabra naturaleza
se define como la esencia y propiedad característica de cada ser. En otras palabras la
naturaleza de adoración es igual a las características que la Biblia enseña que debe de tener un
adorador.
2. La adoración en la verdad. La raíz griega de la palabra verdad es ALETHEIA, y esta es la
palabra que uso Jesús cuando dijo: Y conoceréis la verdad los hará libres. Esta es la primera
característica que Jesús menciono. Es decir, la adoración debe basarse en la verdad de las
escrituras. Adorar a Dios en verdad es igual a adorarlo con la Biblia.
3. La adoración es más que cantar, es respetar, obedecer, es servir, es amar y es reverenciar,
donde entra el acto de cantar y expresar lo que Dios es para nosotros.
4. Para poder obedecer, amar, servir y respetar a Dios necesitamos conocer la verdad de su
palabra, es decir, necesitamos conocerle a Él, si es que deseamos agradarlo
5. La adoración autentica. Esta es la segunda característica que Jesús mencionó. Él dijo es
necesario que los adoradores adoren en espíritu. No se estaba refiriendo al Espíritu Santo sino
al espíritu del hombre. Esto es igual a amar a Dios con todo nuestro ser, no solo de labios
también de corazón, con nuestro espíritu.
6. Es ser autentico, la adoración es la respuesta de nuestro espíritu al Espíritu Santo, recordemos
que Dios se comunica con nosotros a través de nuestro espíritu. Dios mira más que nuestras
palabras, Él ve la actitud del corazón. Al hablar del adorar con el espíritu se abarca los
pensamientos, los sentimientos y las emociones.
7. La adoración reflexiva. Esta es la tercera característica y la encontramos en el mandamiento
de amar a Dios con toda nuestra mente. A Dios no le agrada que cantemos u oremos con
apatía, sin entendimientos, solo de labios.
8. La Biblia nos enseña que cuando adoramos debemos de involucrar nuestra mente, ser
reflexivos, es decir, poner atención en lo que estamos cantando.
9. Nuestra adoración debe de brotar del amor hacia Dios, de la gratitud que tenemos por todo lo
que Él ha hecho por nosotros. Y por el gozo que viene de fruto del espíritu.
10. La adoración práctica. La cuarta característica de la adoración la encontramos en el texto que
dice: Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que
cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo,
santo y agradable a Dios. Romanos 12:1.
11. Este verso nos esta diciendo que para adorar hay que involucrar el cuerpo, para amar debemos
involucrar nuestro cuerpo, para servir hay que involucra el cuerpo, para cantar y alabar es vital
involucrar el cuerpo. A esto es lo que llamamos una adoración práctica.

CONCLUSIONES:
1. En este estudio hemos visto la naturaleza de la adoración, la cual esta determinada por lo que
el Señor Jesús nos enseñó hablando con la mujer samaritana.
2. La adoración es la actitud de obedecer, respetar, reverencia, entregarse internamente y
corporalmente a nuestro Señor.
3. En este tema hemos visto tres mitos que nos alejan de llegar a tener una naturaleza de
adoración, el primero es creer que un adorador es aquel que esta sobre un pulpito interpretando
un instrumento o cantando, el segundo mito es creer que la adoración esta supeditada a estar
en un culto cantando o expresando nuestra gratitud, y el tercer mito es aquel que se desarrolla
alrededor de la manifestación del Señor, solo adoramos cuando lo sentimos, en otras palabras
esta determinado por nuestros sentimientos y por eso le llamamos mito.
4. La naturaleza de la adoración es aquella que esta fundamentada por la adoración en la verdad,
la adoración autentica, lo adoración reflexiva y a la adoración práctica.
http://www.ministerioshosanna.com/la-naturaleza-de-la-adoracion/

La Naturaleza de
la Adoración
“La perfección se logra con práctica”. En la actualidad hay que decir que
es la práctica perfecta lo que hace lo perfecto. ¿Quiere Usted reflexionar
en este antiguo refrán mientras lo invito a juntarse conmigo para explorar
la naturaleza de la adoración?

El Salmo 95 exalta a Dios como la razón suprema para la adoración. Es


una invitación al pueblo de Dios a cantar gozosamente alabanzas en su
honor. La congregación es invitada a venir a su presencia con acción de
gracias y confesión. El salmista sabe de la naturaleza de la adoración
cuando pronuncia estas conocidas palabras: Venid, adoremos y
postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor. Porque
él es nuestro Dios, nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano
(Salmo 95:6, 7).
¿Cómo podría uno describir la adoración? A pesar de ser altamente
subjetiva, se la define de varias maneras. Pero se necesita un
entendimiento fundamental de la naturaleza de la experiencia de adorar
como base para desarrollar un conocimiento de la terminología
relacionada con la adoración.

LA EXPERIENCIA DE ADORACIÓN

Adorar es, en primer lugar, una experiencia interior. Es la respuesta del


ser humano a la revelación de Dios por Jesucristo. Por eso, la adoración
privada o personal es natural y normal. Hay en la especie humana una sed
y hambre espirituales que nos empujan hacia Dios. El salmista expresó
poéticamente este pensamiento, “Como el ciervo brama por las corrientes
de las aguas, así clama por ti, oh Dios el alma mía” (Salmo 42:1).
La adoración cristiana glorifica a Dios en una relación directa entre los
adoradores y Dios, como es conocido por nosotros en y a través de
Jesucristo.

Como una oración es una relación viva de hombre a Dios, la adoración es


una experiencia directa e interna con Dios. Se la puede considerar como
una conversación entre el adorador y el Señor. Como Martín Buber ha
expresado, es una relación de “Tú y Yo” entre Dios y nosotros mismos
como sus humildes adoradores. El que adora debe reconocer la
magnificencia de Dios tanto como su presencia permanente, debe
reconocer la grandeza de Dios tanto como que él está a nuestro lado. La
experiencia de adoración es aquella en que el que adora siente la santidad
y majestad del Señor y responde a sus requerimientos en obediencia y
amor.

Si la afirmación de San Agustín es cierta, que el hombre es


incurablemente religioso, es porque el hombre fue creado a imagen y
semejanza del Todopoderoso Dios. Por eso, el fin principal del ser
humano es glorificar a Dios en adoración, servicio y en cada área de su
existencia (Efesios 1:6,12,14). En la experiencia de adorar, uno recibe
visión, inspiración, guía y fortaleza para vivir una vida centrada en Cristo.

La adoración es tanto individual como colectiva. El creyente que hace


su contribución personal al culto público recibe, en cambio, edificación y
fuerza de quienes adoran con él. Es mi convicción personal que el
ministerio primario de la iglesia es el culto público.

La congregación de creyentes debe experimentar la adoración antes de la


predicación, para que ésta sea significativa y eficaz. Se necesita una
atmósfera de reverencia cúltica para que la Palabra de Dios pueda hacerse
carne en nuestros corazones. Como Gaines S. Dobbins lo expresa:
“Enseñar y predicar puede ayudar a un conocimiento acerca de Dios, pero
solo la adoración hace posible conocer a Dios.” No es exagerado decir que
la adoración es el corazón de la fe cristiana. Dobbins describe algunos
valores que logran aquellos que participan en la adoración. Basado en esa
afirmación encontramos:

1. La adoración crea una atmósfera de redención.


A pesar del pecado del ser humano, sobreabunda la santidad de Dios. El
pecado es una realidad; no es una invención de la mente humana. La
iglesia no salva, pero es a través de ella que la salvación por Cristo es
conocida y recibida. La adoración revela lo feo del pecado y la necesidad
de un Salvador. La experiencia de Isaías en el templo es un ejemplo del
perdón de Dios durante la experiencia de adorar.

2. La adoración destaca el valor del individuo y su


responsabilidad.

En el mundo de hoy es fácil para el individuo perderse entre la


muchedumbre. La gran congestión de las ciudades modernas puede hacer
que la persona sienta que no vale en la sociedad y que todo lo que haga
con su vida no tiene mayor trascendencia. No obstante la fructífera
experiencia de adoración destaca el sentido del valor y de la dignidad
personal. Como alma preciosa a los ojos del Señor, el que adora se siente
que está con él en los momentos de soledad de la vida.

3. La adoración da perspectiva a la vida.

El nuestro es un mundo de incertidumbre y parece que no tiene propósito.


La gente parece andar a tientas, buscando un sentido para sus vidas. La
vida se sale de foco como una cámara fotográfica defectuosa. Aun los
creyentes sienten confusión algunas veces. La adoración permite al
cristiano encontrar su destino y poder confiar su camino al cuidado de las
manos del Señor. Jesús responde a la ansiedad humana diciendo: Mas
buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día
de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal (Mateo 6:33,
34).

4. La adoración da ocasión al compañerismo.

Debido al instinto gregario por el cual tiende a juntarse con otros de su


especie, el ser humano siente gran necesidad de compañía. Así, el culto de
adoración le da la oportunidad de juntarse con otros, y cubre así esta
necesidad. Pablo estimula a la iglesia en Filipos a unirse en Cristo
diciendo: “Completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo
amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Filipenses 2:2).

5. La adoración educa.

Los discípulos reconocieron su necesidad de instrucción cuando fueron a


Jesús y le pidieron: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1). Adorar es una
expresión de aprendizaje y aprender es necesario para adorar
adecuadamente. La adoración, por lo tanto, resulta en aprendizaje y el
aprendizaje es necesario para adorar. También el salmista reconoce la
necesidad de ser enseñado por Dios que es el mejor maestro: Una cosa he
demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos
los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para
inquirir en su templo. Enséñame, oh Jehová, tu camino, y guíame por
senda de rectitud a causa de mis enemigos (Salmo 27:4, 11).

6. La adoración enriquece la personalidad y fortalece el


carácter.

El espíritu que Dios puso en el ser humano es lo que le distingue y le hace


único. Cuando Jesús habla de “vida”, la palabra que usa puede traducirse
como personalidad”. “…¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el
mundo y perdiere su alma?” (Mateo 16:26). Personalidad es la integración
de las cualidades físicas, mentales, sociales, morales y espirituales del ser
humano. Adorar estimula el desarrollo de nuestra personalidad y
fortalece nuestro carácter cristiano.

7. La adoración da energía para el servicio.

La iglesia se reúne para alabar en la casa de Dios; después se esparce por


el mundo para servir al Señor. Sin adoración habría poca inspiración para
el servicio; sin servicio la adoración tendría poco mérito. También uno
debe reconocer que la adoración es una forma de servicio y el servicio
rendido con la actitud apropiada es una forma de adoración.

8. La adoración sostiene la esperanza de paz en el mundo.

El nuestro es un mundo de incertidumbre política, de ideologías opuestas


entre las súper potencias y el tercer mundo. El relativismo religioso, la
decadencia moral, la explosión demográfica, los problemas económicos
mundiales por la inflación, hambre, pobreza; la lucha por los derechos
humanos y la lucha por la conquista de los recursos naturales, tienen a la
humanidad al borde de un conflicto mundial. Podemos estar agradecidos
de que la adoración tiene un efecto que calma los instintos y deseos del
alma humana. Ciertamente, la mayor empresa que tenemos en el mundo
es la de traer a todos a la verdadera adoración a Jesucristo, quien vino a
traer paz con Dios, paz con nosotros mismos y paz con todos los demás.

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