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DEPARTAMENTO DE CIENCIAS DE LA ENERGÍA Y

MECÁNICA

CARRERA DE INGENIERÍA MECÁNICA

TECNOLOGÍA DE LOS MATERIALES

ING. GABRIEL OROZCO

Tratamientos térmicos en el acero y bronce

Autor/res:
Andrés Mora
David Ordoñez
Carlos Quishpe
Kevin Jaramillo
NRC: 1356

Sangolquí, 6 de noviembre del 2017


Tratamientos térmicos en el Aluminio

Se va a explicar los fundamentos de los tratamientos térmicos de bonificado, encaminados a


aumentar la resistencia y obtener caracterı́sticas mecánicas determi- nadas, y a los
tratamientos de recocido, cuyos objetivos pueden ser los de destruir total o parcialmente un
estado de acritud, homogenizar el material, hacer desaparecer tensiones internas, conseguir
una estructura estable, etc. El tratamiento térmico de bonificado está fundamentado en la
variación de solubilidad en el aluminio de los elementos de aleación, en función de la
temperatura. Las aleaciones comerciales se pueden considerar divididas en dos grandes grupos:
Aleaciones bonificables, aquellas en las que el tratamiento de bonificado se traduce en un
incremento notable de sus características de resistencia Aleaciones no bonificables, aquellas
en que la mejora conseguida en el bonificado es tan pequeña que, prácticamente, el único
método de aumentar su resistencia es proporcionarles acritud, es decir, someterlas a un proceso
de deformación plástica en frı́o.

1.1. Tratamiento térmico de bonificado

Consta esencialmente de tres etapas perfectamente definidas: solubilización, temple y


maduración. En primer lugar se ha de calentar la aleación a temperatura y tiempo determinados,
seguido de un enfriamiento brusco. El tratamiento de precipitación posterior puede realizarse a
temperaturas próximas a la ambiente (madu- ración natural) o calentarse a temperaturas
moderadas, entre 100 y 250 C (madu- ración artificial).

El aluminio puede formar soluciones sólidas con la mayorı́a de los metales considerados como
elementos de aleación. Las modificaciones de las propiedades, logradas por el tratamiento
térmico de bonificado de las aleaciones de aluminio, son debidas a reacciones de solución y
precipitación de ciertos constituyentes en función de la temperatura.

La variación de solubilidad sólida de los elementos de aleación con la temperatura es la


causa fundamental de los efectos del tratamiento térmico sobre las propiedades de la aleación.
Esta variación de solubilidad está reflejada en los diagramas de equilibrio.

Como ejemplo representativo se muestra el diagrama parcial aluminio-cobre y


consideremos por ejemplo una aleación que contenga un 4 % de cobre, el tratamiento térmico
de solubilización consistirá en calentar a una temperatura comprendida en- tre 500 C y 580
C, con lo cual se habrá conseguido que todo el cobre quede disuelto en el aluminio, sin que
se haya llegado al principio de fusión del material.
Figura 1.1: tratamiento térmico de bonificado en las aleaciones de aluminio

Si una vez lograda la solubilización se enfriase lentamente la aleación, todo el cobre


disuelto durante el calentamiento anterior volvería a precipitar en forma de Al2Cu. Pero si
se enfria rápidamente hasta la temperatura ambiente, retendremos el cobre en solución sólida
sobresaturada.

Figura 1.2: Diagrama parcial de equilibrio Al-Cu

Esta solución sólida sobresaturada es indispensable para que se produzcan posteriormente


las reacciones de precipitación, conocidas con el nombre de maduración.
El endurecimiento observado a la temperatura ambiente se atribuye a la con- centración
localizada de átomos de cobre formando las zonas de Guinier-Preston, designadas por GP.
Consisten en regiones ricas en cobre, de dos dimensiones y de forma parecida a un disco,
orientadas paralelamente a los planos de la base de la red CCC de la matriz. El diámetro de
estas zonas se considera del orden de 30 a 50 Å y no sufren modificaciones con el tiempo de
maduración a la temperatura ambiente. Sin embargo su numero se incrementa con el tiempo,
hasta lograr una distancia me- dia entre las zonas de aproximadamente 100 Å, cuando se
consigue la maduración completa.
Figura 1.3: Efecto de la velocidad de enfriamiento sobre la microestructura de la aleación
aluminio-cobre.

1.2. Solubilización

La temperatura de solubilización, para un tiempo determinado, conviene sea la más


elevada posible, ya que al aumentar dicha temperatura aumenta el porcentaje de
constituyentes endurecedores disueltos y, en su consecuencia, la posibilidad de elevar las
caracterı́sticas mecánicas. Sin embargo existe un lı́mite superior, que es la temperatura de
comienzo de fusión de la aleación empleada, y que en el caso general de aleaciones comerciales
vendrá regida por la eutéctica que posea más bajo punto de fusión. Excedida ligeramente esta
temperatura, la aleación empieza a ”quemarse”, ya que se funden todas aquellas zonas en
donde existe la eutéctica. Esto trae consigo la caı́da de caracterı́sticas mecánicas y tiene el
inconveniente de que la aleación no se puede, en general, regenerar por nuevo tratamiento
térmico.
La presencia de eutécticas fundidas en los limites de grano y las grietas producidas como
consecuencia del temple, dará lugar a un acusado descenso de las caracterı́sticas de
resistencia y ductilidad. Las eutécticas globulares, mas o menos esféricas, tienen un efecto
menor tanto sobre las grietas de temple como sobre las propiedades mecánicas de la aleación
bonificada.
Fijada la temperatura correspondiente al tratamiento de solubilización, es nece- sario
determinar el tiempo durante el cual debe estar el material a dicha temperatura. Dicho tiempo
es función, evidentemente, del tipo de producto, aleación, moldeo o procedimiento de
fabricación usado y del espesor. Estos factores establecen las condiciones en que el material
se encuentra antes del tratamiento, es decir las pro- porciones en que el soluto está en
solución y el tamaño y distribución de las fases precipitadas.
Figura 1.5: Influencia de la temperatura de solubilización sobre las caracterı́sticas mecánicas

Figura 1.6: Influencia de la temperatura de la temperatura de solubilización sobre las


caracterı́sticas mecánicas

1.3. Temple
Posteriormente al tratamiento térmico de solubilización, la aleación debe ser en- friada
enérgicamente para que la solución sólida quede sobresaturada a la temperatura ambiente. Esta
operación denominada temple, reviste gran importancia ya que debe proporcionar las
condiciones óptimas para el tratamiento de maduración posterior. En efecto, para que
después de la maduración las caracterı́sticas mecánicas sean máximas, es preciso que la
concentración de la solución sólida inmediatamente de- spués del temple sea sensiblemente la
misma que a la temperatura de solubilización, lo cual se consigue mediante un enfriamiento
rápido de la aleación, por inmersión en fluido apropiado que nos proporcione la velocidad
critica de temple necesaria. Se desprende que en esta operación son varios los factores a
considerar para obtener la velocidad de enfriamiento adecuada, entre los que figuran como
principales la naturaleza (calor especı́fico) y temperatura del fluido utilizado, que definen
su potencial refrigerante, la repartición de masas en el material a enfriar, que viene
definida por la relación superficie volumen de las piezas tratadas por ultimo, el
tiempo transcurrido desde que el material pasa de la temperatura inicial a la fi- nal
dependiente del grado de mecanización de la operación de temple.

Figura 1.7: Influencia de la velocidad de temple sobre las caracterı́sticas mecánicas


de la aleación 7075

La velocidad de enfriamiento, además de afectar las caracterı́sticas mecánicas, tiene


una influencia significativa sobre la resistencia a la corrosión de la mayorı́a de
aleaciones de aluminio.
1.4. Maduración

La tercera etapa del tratamiento de bonificado consiste, como ya se indicó an-


teriormente, en una evolución estructural consecutiva al temple y que se denomina
maduración o envejecimiento, natural si se realiza en las proximidades de la temperatura
ambiente, caracterizada por la formación de aglomeraciones submicroscópicas de átomos
que dificultan las deformaciones plásticas y endurecen la aleación, y artificial cuando
se realiza un calentamiento voluntario, netamente superior a la tem peratura ambiente,
generalmente entre 1000 C y 2500 C, tratamiento que acentúa el fenómeno y hace
evolucionar las aglomeraciones de átomos hacia fases intermetálicas más voluminosas.
Figura 1.14: Diagrama de tensión residual para la la aleación 2014 templada en agua
fría desde 500 C

Maduración natural Durante la maduración natural, no se aprecian cambios


microestructurales, ya que los efectos endurecedores son atribuibles únicamente
a la aglomeración de átomos. Contrariamente a lo expuesto para la velocidad de
solubilización, la velocidad de maduración depende en grado elevado de la
temperatura. En algunas aleaciones, la velocidad de maduración se duplica
cada 50 C que se eleve la temperatura, dentro del margen -100 C a + 250 C.
Figura 1.15: Maduración a diversas temperaturas después del temple, aleación 2014-
T4
Maduración artificial La maduración artificial de una aleación de aluminio
consiste, en un tratamiento térmico voluntario después del temple y a
temperaturas netamente superiores a la ambiente. La maduración artificial
permite obtener una amplia variedad de caracterı́sticas mecánicas para cada
tipo de aleación, caracterı́sticas que san función de la temperatura y tiempo del
tratamiento. En general, aumenta la carga de rotura, limite elástico y dureza, y
disminuye él alargamiento, siendo caracterı́stico el hecho de que el incremento
del lı́mite elástico es más pronunciado que el aumento de la carga de rotura
correspondiente.

1.5. Tratamiento térmico de recocido

Recocidos de restauración y recristalización Este tipo de tratamiento se realiza,


sobre un metal o aleación con acritud, con el principal objeto de restituir total o
parcialmente sus posibilidades de deformación.

Cuando se calienta un material en estado de elevada acritud se obtiene después del


enfriamiento un nuevo estado estructural, que depende de la acritud inicial, de la
temperatura alcanzada y del tiempo a dicha temperatura. Al efectuar los
recocidos a temperaturas crecientes, para una acritud determinada y un tiempo
fijo, se presentan diversas etapas esquematizadas en la figura 17.

Disminuyen ligeramente la resistencia a la tracción, el lı́mite elástico y la dureza, y


simultáneamente se amortiguan las tensiones internas, aumentando el alargamiento. Esta
primera etapa se conoce con el nombre de restauración, y para las aleaciones de aluminio,
estas variaciones son ya apreciables por enci- ma de 100 C.
Figura 1.17: Representación esquemática del proceso de recocido, en un material
con acritude
b)A partir de cierta temperatura la variación de propiedades se hace más
acusada, disminuye sensiblemente la relación lı́mite elástico/carga rotura y se observa
la aparición de nuevos granos cristalinos, entrándose en la etapa clásica de
recristalización, que puede ser parcial o total.

c)A temperaturas superiores a la de recristalización total se produce un lento


crecimiento, de los granos cristalinos a expensas de sus vecinos, lo que conduce a una
disminución de las propiedades mecánicas, y en determinadas condiciones puede
producirse una recristalización secundaria, caracterizada por la formación de granos
gigantes.
Figura 1.18: Representación micrográfica esquemática del proceso de recocido en un
aluminio.

Recocido de las aleaciones bonificables Si se desea ablandar estas aleaciones


con objeto de hacer posibles operaciones de conformación en frı́o no muy severas,
es suficiente someterlas a un recocido a temperaturas próximas a 3500 C,
pudiendo enfriar posteriormente al aire. Este tipo de recocido es apropiado
especialmente cuando el endurecimiento de la aleación se debe a la acritud
provocada por previas conformaciones en frío.

Recocido de homogeneización En la práctica industrial se opera siempre en


condiciones más o menos apartadas de las de equilibrio y, por tanto, el
resultado es una estructura segregada intergranularmente, que se manifiesta en una
solidificación dendrı́tica, algunas veces no uniforme en cuanto a tamaño de las
dendritas, y en una distribución, interdendrı́tica de las partı́culas de la segunda
fase a eutéctica. Por otra parte, las paredes del molde pueden originar en la
periferia del sólido otra zona de estructura dendrı́tica, como consecuencia de un
posible sobreenfriamiento.
Recocido de piezas moldeadas El recocido de piezas moldeadas tiene por
objeto, fundamentalmente, eliminar las tensiones residuales producidas durante
la solidificación y estabilizar tanto la estructura como las dimensiones de la
pieza. En general, este recocido no modifica sustancialmente las caracter´ısticas
mecánicas correspondientes al estado, bruto de colada, si bien puede disminuir
ligeramente la carga de rotura y aumentar algo la plasticidad.

1.6. Tratamientos termomecánicos


Las aleaciones de aluminio para uso comercial se especifican como productos
forjados y materiales fundidos. Los productos forjados incluyen estampaciones, ex-
trusiones, placa, chapa, banda, barra, alambre, tubo y papel (lámina), mientras que las
fundiciones pueden conseguirse en formas fundidas en arena, a presión y por gravedad.
Las aleaciones pueden clasificarse en las que se pueden tratar térmica- mente y las
que no; es decir, las que son susceptibles de endurecimiento por precipitación y las que
no. Los principales elementos de aleación añadidos al aluminio son cobre, magnesio,
manganeso, silicio, n´ıquel, hierro y titanio.

1.6.1. Conformación en frı́o y endurecimiento en frı́o


Una conformación en frı́o entre el enfriamiento y el almacenamiento en frı́o acel- era, en
general, el curso del endurecimiento, es decir, la resistencia a la tracción y el lı́mite
elástico 0.2más rápidamente que cuando el material no se ha deformado. Esto sucede
particularmente en el comienzo del almacenamiento en fr´ıo. Si el almace- namiento en frı́o
continúa, el efecto de la conformación en frı́o realizada previamente puede actuar de forma
retardada. En algunos materiales puede suceder, según el gra- do de conformación, que el
material conformado y a continuación endurecido en frı́o no alcance los valores de
resistencia a la tracción del material endurecido en frı́o y no conformado.

1.6.1. Conformación en frı́o y endurecimiento por precipitación

Cuando se realiza una conformación en frı́o después del enfriamiento, se consiguen los
valores máximos de la resistencia a la tracción y el lı́mite elástico mediante un
almacenamiento en frı́o durante menos tiempo que cuando se realiza éste sin una
conformación en frı́o previa. A causa de la compactación en frı́o, aumenta el número de
defectos reticulares. Con ello se facilita la formación de núcleos de las fases de pre-
cipitación. Exactamente como en el endurecimiento en frı́o, puede también en este
caso, impedir una conformación en frı́o para que no se alcancen los máximos valores de
resistencia del material no conformado y endurecido térmicamente. Los valores
máximos alcanzables de resistencia a la tracción y del limite elástico dependen, si la
temperatura de almacenamiento es constante, del grado de los conformación en frı́o
precedente, así como de una permanencia eventual a temperatura ambiente antes de la
conformación en frı́o. Ası́ pues, a veces puede ser conveniente, para elimi nar la
influencia desfavorable que produce el almacenaje a temperatura ambiente sobre el
almacenamiento térmico en chapas de 6061, que se empiece lo antes posi- ble con el
almacenamiento térmico después del enfriado, el cual debe interrumpirse para enderezar
las chapas a temperatura ambiente y a continuación terminar con el almacenamiento
térmico.

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