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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

I.U.P. SANTIAGO MARIÑO

EXTENSIÓN COL

Integrantes:

Eliana Martínez C.I.18.342.454

Nathalie Castillo C.I.21.044.326

Douglas Rincón C.I.16.469.201

Dirimo Villalobos C.I.17.335.624

Sección: A

QUIMICA ORGANICA I
CABIMAS, Julio De 2012

ESQUEMA

INTRODUCCION

1. CARBON MINERAL

2. Propiedades

3. Origen
4. FORMAS DE EXTRACCIÓN

5. APLICACIONES

6. RANGO DE LOS CARBONES MINERALES

7. PRINCIPALES USOS DE LOS CARBONES MINERALES

8. Contaminación

CONCLUSION

BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCION
1. CARBON MINERAL

El carbón o carbón mineral es una roca sedimentaria de color negro, muy rica en
carbono, utilizada como combustible fósil. La mayor parte del carbón se formó durante
el período Carbonífero (hace 359 a 299 millones de años). No es un recurso renovable.

Es una mezcla sólida principalmente de carbono, oxígeno, hidrógeno y nitrógeno;


suele tener cantidades variables de carbonatos, óxidos de hierro y materiales
arcillosos. Son rocas sedimentarias generalmente de color negro.

2. Propiedades

El carbón se evalúa de acuerdo con ciertas propiedades. Las más importantes son:

 Potencia calorífica: Es la más importante, ya que el calor potencial es la


mercancía objeto de compraventa. Depende de la cantidad de humedad y de
cenizas, así como de la composición de la materia orgánica.

 Humedad: Componente no combustible que aumenta el peso muerto del carbón,


consume calor de la parte combustible y debilita su estructura física.

 Ceniza: Materia mineral inorgánica que queda como residuo de la combustión.


En la mayoría de las minas de carbón funcionan plantas de lavado para la
separación de la materia inútil.

 Azufre: Impureza inorgánica del carbón. Es perjudicial ya que en la combustión


se forman ácidos corrosivos.

 Temperatura de fusión de las cenizas: Los carbones pobres producen cenizas


fundidas que ocasionan graves averías al obstruir los pasos de aire de las
parrillas.
 Tamaño: Determinado por el grado de rotura que sufre en la manipulación,
pero regulado por la trituración que se realiza durante el proceso.

 Triturabilidad: Propiedad de interés principal para la fabricación de cemento y


de las instalaciones que utilicen carbón en polvo. Los carbones se diferencian
en su dureza, pero la pizarra o pirita (minerales duros), aumenta la dificultad
de trituración.

 Desmenuzamiento: Propiedad parecida a la triturabilidad, pero perjudicial


para los carbones destinados a usos domésticos.

 Características de coquificación: Es muy significativa en la clasificación del


carbón destinado a los hornos de coque y a la predicción de la eficacia en las
parrillas.

 Tendencia a formar escorias: Función derivada de la composición de las


cenizas y de las condiciones de manipulación. Para la fácil extracción de las
cenizas, éstas deben ser granuladas.

 Grado de Ignición: Depende de las propiedades del carbón e influye en la


velocidad de combustión.

 Uniformidad de calidad: Un carbón de calidad pobre pero uniforme puede ser


preferible a otro de calidad más elevada pero variable.

3. Clasificación

La carbonificación es el proceso geológico de formación de materiales con


contenido creciente en carbono (turbas y carbones minerales) a partir de materiales
orgánicos que se encuentran en la corteza terrestre por transformación gradual a
temperaturas moderadas (alrededor de 250 ºC) y a alta presión.

Existen diferentes tipos de carbones minerales en función del grado de


carbonificación que haya experimentado la materia vegetal que originó el carbón.
Estos van desde la turba, que es el menos evolucionado y en que la materia vegetal
muestra poca alteración, hasta la antracita que es el carbón mineral con una mayor
evolución. Esta evolución depende de la edad del carbón, así como de la profundidad y
condiciones de presión, temperatura, entorno, etc., en las que la materia vegetal
evolucionó hasta formar el carbón mineral.

El rango de un carbón mineral se determina en función de criterios tales como su


contenido en materia volátil, contenido en carbono fijo, humedad, poder calorífico, etc.
Así, a mayor rango, mayor es el contenido en carbono fijo y mayor el poder calorífico,
mientras que disminuyen su humedad natural y la cantidad de materia volátil. Existen
varias clasificaciones de los carbones según su rango. Una de las más utilizadas divide
a los carbones de mayor a menor rango en:

 Antracita
 Bituminoso bajo en volátiles
 Bituminoso medio en volátiles
 Bituminoso alto en volátiles
 Sub-bituminoso
 Lignito
 Turba

Cuando se clasifica el carbón mineral según su contenido de


carbono, por el grado de transformación que han
experimentado en su proceso y por el uso al que se adapta,
se establecen cinco clases: antracita, hulla, turba, lignito y
coque.

Antracita: La antracita es el carbón mineral de más alto rango y el que presenta mayor
contenido en carbono, hasta un 95%. Es negro, brillante y muy duro, con irisaciones y
sonoro por percusión. Su densidad oscila entre 1,2 y 1,8 gr/cm3.

Debido a su bajo contenido en materia volátil, la antracita presenta una ignición


dificultosa. Arde dando una llama azul corta y sin apenas humos. Su poder calorífico
oscila entre 23 y 33 MJ/kg, ligeramente inferior al de los carbones bituminosos.

Procede de la transformación de la hulla y se formó hace unos 250 millones de años,


durante los períodos Carbonífero y Pérmico, en la era Primaria. Es por tanto el carbón
más antiguo y casi siempre está metamorfizado.
Los principales yacimientos de antracita se encuentran en China y Rusia.

Hulla: Combustible fósil con una riqueza entre 75 y 90 % de carbono y un contenido en


volátiles que oscila entre 20 y 35 %. Es dura y
quebradiza, estratificada, de color negro y brillo mate o
graso. Arde con dificultad con una llama amarillenta.
Se diferencia del lignito, por su mayor poder calorífico
(entre 30 y 36 MJ/Kg). Es el más común de los
carbones. Presenta mayor proporción de carbono,
menor porcentaje de humedad y mayor poder calorífico que el lignito. Se encuentra a
más profundidad que éste.

En la revolución industrial se le llamo carbón de piedra, se empleaba como


combustible y en la siderurgia. Ha sido sustituida por el petróleo y el gas natural.
Todavía persisten dos aplicaciones: (i) Combustible en centrales térmicas; y (ii) en la
Obtención de coque mediante calcinación en hornos cerrados

Turba: Material orgánico compacto, de color pardo amarillento a negro. Se produce


así una carbonificación lenta, en la que la turba es la primera etapa de la
transformación del tejido vegetal en carbón. El contenido en carbono aumenta del 40%
en el material vegetal original, al 60% en la turba. Tiene un poder calorífico inferior a
8.4 MJ/Kg.

La formación de una turbera es


relativamente lenta como
consecuencia de una escasa actividad
microbiana, debida a la acidez del
agua o la baja concentración de
oxígeno. El paso de los años va
produciendo una acumulación de turba que puede alcanzar varios metros de espesor, a
un ritmo de crecimiento que se calcula de entre medio y
diez centímetros cada cien años. Contiene 59% de
carbono; 6% de hidrogeno; 33% de oxigeno: 2% de
nitrógeno y 60% de materias volátiles.
Lignito: Variedad del carbón de calidad intermedia entre el carbón de turba y el
bituminoso. Suele tener color negro pardo y estructura fibrosa o leñosa. Tiene
capacidad calorífica inferior (17,200 KJ/Kg) a la del carbón común debido al
contenido en agua (43,4%) y bajo de carbono (37,8%). El alto contenido de materia
volátil (18,8%) provoca la desintegración del lignito expuesto al aire.

Tiene la característica de no producir coque cuando se calcina en vasos cerrados. La


variedad negra y brillante se denomina azabache, que por ser dura se puede pulir y
tallar. Se emplea en joyería y objetos decorativos.

Coque: Tiene un color gris negruzco y un brillo metálico. Contiene, en su mayor parte
carbono (92%) y el resto ceniza (8%). Su valor calorífico es muy elevado.

El coque es un combustible obtenido de la


destilación de la hulla calentándola a
temperaturas muy altas en hornos cerrados
que la aíslen del aire, y sólo contiene una
pequeña fracción de las materias volátiles
que forman parte de la misma. Es producto
de la descomposición térmica de carbones
bituminosos en ausencia de aire. Cuando la
hulla se calienta desprende gases que son muy útiles industrialmente; entonces nos
queda el carbón de coque. Es liviano y poroso.

Durante la Revolución industrial sustituyó al carbón vegetal como reductor y fuente de


energía en los altos hornos. Facilitó el desarrollo de la industria siderúrgica que
dependía hasta entonces de un recurso muy limitado como es la leña.

El carbón de coque es muy importante para la fabricación del hierro y el acero; y su


utilización es muy práctica en hogares para calefacción pues su combustión no produce
humo y genera menos contaminación

En cuanto a los parámetros de rango estos también pueden variar de una


clasificación a otra, aunque unos valores promedio podrían ser los que figuran en la
siguiente Tabla.
Materia Poder
C fijo Humedad
RANGO Volátil calorífico
(%) ( %)
( %) (MJ/kg)

23 -
Antracita 86 - 98 <3 <5
33

Bituminoso
(Hulla)
10 - 24-
(bajo, medio 45 - 86 5 - 10
30 35
y alto en
volátiles)

Sub- 30 - 20-
35 - 45 15 - 30
bituminoso 40 21

40 - 10-
Lignito 25 - 42 40 - 60
50 20

Turba < 25

4. Origen

En eras geológicas remotas, en el periodo carbonífero, grandes extensiones del planeta


estaban cubiertas por una vegetación abundante que crecía en pantanos. Al morir las
plantas, quedaban sumergidas por el agua y se descomponían poco a poco. A medida
que se producía esa descomposición, la materia vegetal perdía átomos de oxígeno e
hidrógeno, con lo que quedaba un depósito con un elevado porcentaje de carbono. Así
se formaron las toberas. Con el paso del tiempo, la arena y el lodo se fueron
acumulando sobre alguna de esas toberas. La presión de las capas superiores, así como
los movimientos de la corteza terrestre, en ocasiones, el calor volcánico,
comprendieron y endurecieron los depósitos hasta formar carbón.

La carbonificación es un proceso de des hidrogenación incompleta, con una cinética


muchísimo más lenta que la de la carbonización (eliminación de los volátiles de la
materia orgánica por calentamiento en ausencia de aire). La carbonificación no es una
fosilización ya que en el caso de la fosilización la materia orgánica se sustituye
gradualmente por materia mineral mientras que en el caso de la carbonización el
carbón mineral resultante sigue siendo un compuesto orgánico.

En la carbonificación existen dos grandes etapas: la diagénesis, en la que tiene lugar


descomposición de la materia orgánica por las bacterias hasta formar la turba y el
metamorfismo en el que se continúa carbonificación por la acción del calor y la
presión.

Durante la diagénesis ocurren procesos de descomposición de la materia orgánica


debido al ataque de las bacterias aeróbicas, lo que sucede cuando los restos vegetales
están cubiertos parcialmente por agua o a poca profundidad donde aun hay oxígeno
para que puedan existir estas bacterias. Durante esta etapa se produce una reducción
de volumen de hasta un 50%. Una vez que las bacterias consumen todo el oxígeno esta
etapa finaliza y comienza la descomposición de la materia orgánica restante por las
bacterias anaeróbicas. En esta etapa continua la descomposición de la materia
orgánica produciéndose ácidos húmicos, los cuales van acidificando el medio hasta
llegar a un pH 4 en el cual mueren las bacterias anaeróbicas. De esta forma se forma
la turba sobre la cual se van depositando más restos vegetales que a su vez forman más
turba, lo que hace que la temperatura de las capas inferiores vaya aumentando
comenzando las transformaciones por metamorfismo cuando la temperatura alcanza
los 100 ºC. Con el transcurso de miles de años, más acumulaciones de turba y
sedimentos van enterrando cada vez más el carbón mineral que se está formando.
Debido al aumento de la temperatura y la presión el carbón mineral va evolucionando
desde el lignito hasta la antracita, liberándose gases, sustancias volátiles y aceites, y
enriqueciéndose cada vez más en carbono el carbón mineral formado.

La gran mayoría de los depósitos de carbón mineral se formaron durante el período


geológico del Carbonífero. Otros depósitos importantes se formaron durante el
Pérmico. Existen también depósitos, menos abundantes pero significantes, formados
durante el Triásico y el Jurásico y en menor cantidad en el Cretácico.

5. FORMAS DE EXTRACCIÓN
Para la extracción del mineral se utilizan dos tipos de minas: minas de cielo
abierto y laboreo subterráneo.

Mina a cielo abierto: Es en la que el carbón se encuentra cerca de la superficie y se


extrae mediante pozos descubiertos. Se necesita una elevada inversión en
maquinaria. Casi todas las minas se encuentran a pocos centímetros, algunas
alcanzan 25 metros.

Mina de carbón a cielo abierto en Garzweiler, Alemania.

Antes de explotar la mina, se hace un reconocimiento preliminar del terreno


para ver si el yacimiento tiene el grosor adecuado y si las capas justifican ese
tipo de mina. También se reconoce si hay carreteras, pozos petrolíferos, gas
natural... La extracción de muestras permite saber las características del
terreno y determinar la situación del sumidero (excavación practicada en el
fondo de la zona carbonera para recoger el agua de la mina). El sistema de vías
se debe colocar lo más cerca posible.

Si el terreno es grueso se extrae parte del terreno con una pala excavadora y se
hace un corte de 0,90 a 1,20 m. de anchura, hasta un punto determinado encima
del carbón. Después la pala carbonera excava una faja de carbón, dejando un
hueco en la parte superior para que la pala haga su viaje de regreso. La pala
deposita el escombro excavado y se continúa la operación hasta que se agote el
carbón. El equipo mecánico puede ser accionado por motores diesel o
eléctricos. Se utiliza una aplanadora en combinación con palas mayores para
mover la parte final del recubrimiento. Los pozos que quedan después del
laboreo a cielo abierto, suelen ser nivelados de forma que el terreno se utilice
para fines agrícolas.

Laboreo subterráneo: El trazado de una mina


subterránea bien explotada, con sus vías
principales y calles laterales, se asemeja al de
una ciudad moderna. Algunas de las mayores
minas de este tipo se extienden sobre una zona
de más de 15 Km en cuadro.

Una vez que se han colocado los filones de


carbón que van a ser explotados, se hacen
accesibles a las operaciones de laboreo, para lo
que se cavan galerías, taludes o pozos. Las
galerías son más económicas que los taludes o
pozos, por eso se trabaja normalmente con galerías. Tiene que haber, como
mínimo, dos aperturas conectadas con la mina con objeto de facilitar la
circulación del aire y establecer una segunda salida, en el caso de que la otra
esté taponada por un desprendimiento de tierra. Los pozos suelen ser de corte
transversal rectangular, aunque a veces son cilíndricos.

6. APLICACIONES

El carbón suministra el 25% de la energía primaria consumida en el mundo, sólo


por detrás del petróleo. Además es de las primeras fuentes de energía eléctrica, con
40% de la producción mundial (datos de 2006). Las aplicaciones principales del
carbón son:

 Generación de energía eléctrica. Las centrales térmicas de carbón pulverizado


constituyen la principal fuente mundial de energía eléctrica. En los últimos años se
han desarrollado otros tipos de centrales que tratan de aumentar el rendimiento y
reducir las emisiones contaminantes, entre ellas las centrales de lecho fluido a
presión. Otra tecnología en auge es la de los ciclos combinados que utilizan como
combustible gas de síntesis obtenido mediante la gasificación del carbón.
 Coque. El coque es el producto de la pirólisis del carbón en ausencia de aire. Es
utilizado como combustible y reductor en distintas industrias, principalmente en los
altos hornos (coque siderúrgico). Dos tercios del acero mundial se producen
utilizando coque de carbón, consumiendo en ello 12% de la producción mundial de
carbón (cifras de 2003).

 Siderurgia. Mezclando minerales de hierro con carbón se obtiene una aleación en


la que el hierro se enriquece en carbono, obteniendo mayor resistencia y
elasticidad. Dependiendo de la cantidad de carbono, se obtiene:

1.Hierro dulce: menos del 0,2 % de carbono.

2.Acero: entre 0,2% y 1,2% de carbono.

3.Fundición: más del 1,2% de carbono.

 Industrias varias. Se utiliza en las fábricas que necesitan mucha energía en sus
procesos, como las fábricas de cemento y de ladrillos.

 Uso doméstico. Históricamente el primer uso del carbón fue como combustible
doméstico. Aún hoy sigue siendo usado para calefacción, principalmente en los
países en vías de desarrollo, mientras que en los países desarrollados ha sido
desplazados por otras fuentes más limpias de calor (gas natural, propano, butano,
energía eléctrica) para rebajar el índice de contaminación.

 Carboquímica. La carboquímica es practicada principalmente en África del Sur y


China. Mediante el proceso de gasificación se obtiene del carbón un gas llamado
gas de síntesis, compuesto principalmente de hidrógeno y monóxido de carbono. El
gas de síntesis es una materia prima básica que puede transformarse en numerosos
productos químicos de interés como, por ejemplo:

1.Amoniaco

2.Metanol

3.Gasolina y gasoleo de automoción a través del proceso Fischer-Tropsch


(proceso químico para la producción de hidrocarburos líquidos a partir de gas de
síntesis, CO y H2)
 .Petróleo sintético. Mediante el proceso de licuefacción directa, el carbón puede
ser transformado en un crudo similar al petróleo. La licuefacción directa fue
practicada ampliamente en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial pero en
la actualidad no existe ninguna planta de escala industrial en el mundo.

Estas dos últimas aplicaciones antiguas son muy contaminantes y requieren mucha
energía, desperdiciando así un tercio del balance energético global. Debido a la crisis
del petróleo se han vuelto a utilizar.

7. PRINCIPALES USOS DE LOS CARBONES MINERALES

Algunos historiadores creen que el carbón comenzó a utilizarse comercialmente


en China. Hay indicios de una mina situada en el noroeste de China que suministraba
carbón para fundiciones de cobre y para la fabricación de monedas hacia el año 1000
AC. Una de las primeras referencias al carbón fue realizada por el filósofo griego
Aristóteles, que hacía referencia a una roca similar al carbón vegetal. Se han
encontrado restos de carbón entre las ruinas romanas en Inglaterra, lo que indica que
los romanos utilizaban la energía del carbón desde antes del 400 DC. En las crónicas
de la Edad Media se habla de la extracción de carbón en Europa, e incluso del
comercio internacional desde las costas inglesas hacia Bélgica. Fue durante la
revolución industrial en los siglos XVIII y XIX cuando aumentó la demanda de carbón.
Las mejoras en el motor de vapor de James Watt, patentado en 1769, fueron las
responsables principales del crecimiento del uso del carbón. La historia de la
extracción y el uso del carbón está totalmente vinculada a la de la revolución
industrial: la producción de acero, el ferrocarril y los barcos a vapor. El carbón
también se utilizó para producir gas para iluminar muchas ciudades, lo que se
denominó el “gas ciudad”. Este proceso de gasificación vio el crecimiento del uso de la
luz de gas en zonas metropolitanas a comienzos del siglo XIX, especialmente en
Londres. El uso del gas de carbón en la iluminación de las calles acabó siendo
sustituido tras la irrupción de la era industrial. Con el desarrollo de la energía
eléctrica en el siglo XIX, el futuro del carbón fue acercándose a la generación de
electricidad. La primera central eléctrica de combustión de carbón mineral,
desarrollada por Thomas Edison, entró en funcionamiento en Nueva York en 1882,
proporcionando electricidad a las luces domésticas.
La gran mayoría de los carbones minerales se destinan a la producción de
energía eléctrica en centrales térmicas. También se utiliza como combustible para la
producción de energía térmica en hornos, calefacciones, etc. Sin embargo este uso ha
venido perdiendo importancia debido a la utilización de otro tipo de combustibles,
como los derivados del petróleo o los derivados de la biomasa. Otro de los usos
mayoritarios de los carbones, especialmente de la hulla y carbones bituminosos
(carbones coquizables), es la producción de coque metalúrgico, usado para la
obtención de arrabio en el alto horno y en otras industrias metalúrgicas. Durante el
proceso de coquización también se obtiene, además del coque, la brea de alquitrán de
hulla. Una gran parte de las breas son utilizadas, junto con el coque de petróleo, en la
producción de electrodos para la industria del aluminio y electrodos para hornos de
arco eléctrico. Las breas de alquitrán de hulla también pueden ser usadas como
precursores del grafito sintético, fibras de carbono y materiales compuestos C/C.
Algunos productos químicos pueden producirse a partir de subproductos obtenidos
durante la coquización como la creosota, la naftalina, el fenol y el benceno. El gas de
amoníaco recuperado de los hornos de coque se utiliza para fabricar sales de
amoníaco, ácido nítrico y fertilizantes agrícolas. La gasificación de algunos carbones
minerales da lugar a la producción de distintos tipos de gases que pueden utilizarse
como combustible o en la fabricación de diversos compuestos químicos. En ciertos
países el carbón se convierte en combustibles líquidos, a este proceso se le denomina
licuefacción. El combustible líquido puede refinarse para producir combustible de
transporte y otros productos similares a los derivados del petróleo, como plásticos y
disolventes. Existen dos métodos principales de licuefacción: la licuefacción directa de
carbón, en la que el carbón se convierte en combustible líquido en un único proceso y
la licuefacción indirecta de carbón, en la que el carbón primero se gasifica y después
se convierte en líquido. Por otro lado, los carbones no coquizables (o los coquizables
cuando se les eliminan sus propiedades plásticas mediante un proceso de oxidación)
pueden someterse a procesos de carbonización/activación, obteniéndose carbón activo.
Aunque no de forma mayoritaria, el carbón mineral también puede usarse en muchas
otras aplicaciones, como por ejemplo la fabricación de espumas de carbono.

8. CONTAMINACIÓN

Ciertos productos de la combustión del carbón pueden tener efectos


perjudiciales sobre el medio ambiente. Al quemar carbón, se produce dióxido de
carbono entre otros compuestos. Debido al uso extendido del carbón, la cantidad de
CO2 en la atmósfera terrestre podría aumentar hasta el punto de provocar cambios en
el clima de la tierra. También, el azufre y nitrógeno del carbón forman óxidos durante
la combustión que pueden contribuir a la lluvia ácida. La minería subterránea puede
provocar silicosis en los mineros, hundimientos del suelo situado sobre las minas y
filtraciones de ácido a los acuíferos. La minería a cielo abierto exige una restauración
del entorno para que la tierra vuelva a ser productiva y el paisaje se recupere.

En 1990, la preocupación del calentamiento de la tierra como resultado del


efecto invernadero, hizo que se tomaran medidas para reducir las emisiones de CO2
provocada por el carbón. La solución a estos problemas es costosa y esto hace que el
consumo de carbón crezca con lentitud.

La quema de carbón en las centrales térmicas produce cenizas con ciertos


niveles de radiación. Parte de ellas escapan al medio ambiente constituyendo un riesgo
para los que viven cerca.

En las últimas décadas se han realizado una serie de estudios sobre el


subproducto de la quema de carbón (las cenizas) y su radioactividad asociada. El
mineral que se quema en las centrales no es carbono puro, contiene impurezas. Algunas
de ellas no se queman, constituyendo las cenizas. Al parecer estas cenizas pueden
llegar a liberar al medio ambiente hasta 100 veces más residuos radiactivos que las
centrales nucleares.

De hecho el carbón contiene uranio y torio natural, que son elementos


radiactivos. Estos elementos sólo representan trazas en el mineral original, pero se
concentran hasta diez veces más cuando, una vez quemado todo el carbono, queda sólo
la ceniza. Lo peor es que parte de estas cenizas se escapan como partículas en
suspensión a la atmósfera, caen sobre la tierra y se filtran a los acuíferos cercanos a
las centrales térmicas. Afectan a los cultivos y llegan finalmente a la gente directa e
indirectamente. Las personas que viven a una distancia de 0,8 a 1,6 kilómetros de una
de estas centrales puede que estén ingiriendo pequeñas cantidades de elementos
radiactivos. Además, a veces, el grueso de las cenizas que no escapan no son
convenientemente tratadas o procesadas y se abandonan en determinados lugares,
constituyendo un peligro potencial para la gente que viva cerca.
Un estudio de finales de los 80 realizado por J. P. McBride, y publicado en
Science, comparaba los niveles radiación recibidos por personas que vivían cerca de
centrales térmicas de carbón y por las que vivían cerca de centrales nucleares,
llegando a la conclusión de que las primeras recibían más radiación. La radiación
recibida por los huesos era en ese caso de 18 milirems/año mientras que la gente que
vivía cerca de la central nuclear recibía sólo 6 milirems/año. El nivel de contaminación
radiactiva de los cultivos destinados al consumo humano era de un 50% a un 200%
superior en las áreas cercanas a centrales térmicas que en las cercanías de centrales
nucleares.

Se estimó que un individuo que vive cerca de una central térmica recibe 1,9
milirems de ceniza flotante al año .

Organizaciones ambientalistas internacionales han rechazado de manera


categórica y sostenida la explotación del carbón, alegando que es una práctica
obsoleta que crea grandes problemas de contaminación en su proceso de extracción y
en su procesamiento para generar energía.

Estos grupos aseguran que el carbón es la más sucia de las prácticas para
obtención de electricidad, pues es la que libera la mayor cantidad de dióxido de
carbono -principal causante del efecto invernadero- a la atmósfera. El antropólogo
Lusbi Portillo, director de la ONG Homo et Natura, que funciona en el estado Zulia,
región que cuenta con el 80% de las reservas de este mineral en Venezuela, afirma que
la explotación de este recurso se encuentra en declive desde finales de 1960, debido
principalmente a sus efectos negativos para el medio ambiente.

La utilización del carbón en la generación de energía también implica una gran


carga contaminante. Este mineral es quemado para generar calor o calentar agua, que
hacen funcionar unas turbinas generadoras de electricidad y puede liberar, según
señala Portillo- gases que colaboran con el calentamiento global y agrega que por esa
razón la explotación carbonífera ha descendido en los países desarrollados,
especialmente en Europa.

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