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Urología

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Urología

ÓN
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La Habana, 2012
Catalogación Editorial Ciencias Médicas

Urología / Jorge Luis Sagué Larrea y colectivo de


autores.—— La Habana: Ecimed, 2012.
396 p.: il., tab.
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Urología, Enfermedades Urológicas, Infecciones
Urinarias, Sistema Urinario
Trastornos Urinarios

WJ 140

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Edición: Lic. María Emilia Remedios Hernández
OD
Cubierta: Yisleidy Real Llufrío
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Diseño interior: Ac.Luciano Ortelio Sánchez Núñez


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Ilustraciones: DI. José Manuel Oubiña González


Emplane: Xiomara Segura Suárez
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OH

© Colectivo de autores, 2012


PR

© Sobre la presente edición:


Editorial Ciencias Médicas, 2012

ISBN 978-959-212-728-9

Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas


Editorial Ciencias Médicas
Calle 23 No. 654 entre D y E, El Vedado, La Habana,
CP: 10400, Cuba
Teléfono: 836 1893 833 0314
E-mail: ecimed@infomed.sld.cu
www.sld.cu/sitios/ecimed/
AUTOR PRINCIPAL

Dr. Jorge Luis Sagué Larrea


Especialista de II Grado en Urología. Profesor Titular en Urología. Profesor
Consultante. Profesor Principal de la Cátedra de Urología de la provincia de
Holguín. Asistente Extranjero en la Universidad “René Descartes” (París).
Miembro de la Sociedad Cubana de Urología. Miembro de la Sociedad
Internacional de Urología.

AUTORES

ÓN
Dr. Eduardo Ferrer Casero

CI
Especialista de I Grado en Histoembriología. Especialista de II Grado en

UC
Embriología. Profesor Auxiliar. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales
Coello”, Holguín.
OD
PR

Dr. Ángel Abelardo Arias Lorente


Profesor Auxiliar en Urología. Profesor Consultante. Hospital Pediátrico
RE

Docente, Santiago de Cuba.


SU

Dr. Antonio Rivero Alvisa


DA

Especialista de II Grado en Urología. Profesor Auxiliar. Centro de Investigaciones


BI

Médico-Quirúrgicas (CIMEQ). La Habana.


I
OH

Dr. Rafael Pinilla González


PR

Especialista de II Grado en Cirugía. Profesor Auxiliar. Hospital Clinicoquirúrgico


“Joaquín Albarrán”, Ciudad de La Habana.

Dr. Víctor Llaudy Gómez


Especialista de I Grado en Cirugía. Miembro del Grupo Web de Expertos en
Cirugía. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”, Holguín.

Dr. Fernando Rabionet Carballo


Especialista de II Grado en Urología. Profesor Auxiliar. Profesor Consultante.
Hospital Provincial Clinicoquirúrgico “Saturnino Lora”, Santiago de Cuba.

Dr. René Salas Cabrera


Especialista de II Grado en Urología. Asistente en Urología. Hospital Provincial
Docente “Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Carlos de la Paz Estrada


Especialista de II Grado en Anestesiología y Reanimación. Hospital “Doctor
Guillermo Luis Fernández Hernández-Baquero”, Moa.
Dra. Xiomara Casteló Villalón
Especialista de I Grado en Nefrología. Especialista de I Grado en Medicina
General Integral. Instructora de Laboratorio Clínico. Hospital Provincial Docente
“Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Dámaso Alberto Maresma Salomón


Especialista de I Grado en Nefrología. Especialista de I Grado en Medicina
General Integral. Instructor de Laboratorio Clínico. Hospital Provincial Docente
“Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Pedro Llerena Almiral


Especialista de II Grado en Urología. Asistente en Urología. Jefe del Grupo
Provincial de Urología. Jefe de la Cátedra de Urología. Facultad de Ciencias
Médicas “Ernesto Guevara de la Serna ”. Hospital Provincial Docente “León
Cuervo Rubio”, Pinar del Río.

Dr. Luis Leandro Borrero Barriento


Especialista de I Grado en Urología. Profesor Auxiliar. Hospital Clinicoquirúrgico
“Hermanos Ameijeiras”, La Habana.

Dr. José Alberto Álvarez Cuesta

ÓN
Especialista de II Grado en Radiología. Profesor Auxiliar. Hospital Universitario

CI
“Lucía Íñiguez Landín”, Holguín.

UC
Dr. Jorge Daniel Andrés Corona OD
Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado
en Radiología. Hospital Provincial Docente “Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.
PR
RE

Dr. Ronald Odiaga Gutiérrez


Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado
SU

en Radiología. Hospital Provincial Docente “Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.


DA
BI

Dr. Ignacio Mulet Ochoa


I

Especialista de II Grado en Urología. Profesor Consultante. Profesor Auxiliar.


OH

Hospital Pediátrico “Octavio de la Concepción y de la Pedraja ”, Holguín.


PR

Dr. Fidel Presmanes Fernández †


Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Urología. Profesor
Titular. Profesor Consultante. Facultad de Ciencias Médicas “Dr. Salvador
Allende”. Jefe del Servicio de Urología. Hospital Pediátrico del Cerro, La
Habana.

Dra. Martha Rodríguez Pérez


Especialista de II Grado en Urología. Profesora Auxiliar en Urología. Facultad
de Ciencias Médicas “Dr. Salvador Allende”. Hospital Pediátrico del Cerro, La
Habana.

Dr. Francisco Alonso Domínguez †


Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Urología. Profesor
Consultante. Profesor Titular. Hospital Docente “Comandante Manuel Fajardo”,
La Habana.
Dra. Esperanza Guilling Martínez
Especialista de II Grado en Laboratorio Clínico y Administración de Salud.
Profesora Auxiliar. Máster en Medicina Natural y Tradicional. Homeópata.
Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”, Holguín.

Dra. Zulma Doimeadiós Rodríguez


Máster en Longevidad Satisfactoria. Especialista de I Grado en Otorrino-
laringología. Diplomada en Bioética y en Homeopatía y Medicina Tradicional.
Asistente. Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”. Hospital
Provincial Docente “Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Ariel Laurencio Mena


Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado en
Oncología. Hospital Provincial Docente “Vladimir Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Miguel de la Cruz Sánchez †


Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Urología. Profesor
Titular. Profesor Consultante. Facultad de Ciencias Médicas “General Calixto
García”, La Habana.

Dr. Pedro Molina Boronat

ÓN
Especialista de I Grado en Urología. Hospital Provincial Docente “Celia Sánchez

CI
Manduley”. Manzanillo, Granma.

UC
Dr. José Antonio Espinosa Mayo
OD
Especialista de I Grado en Urología. Instructor en Urología. Hospital Militar,
Holguín.
PR
RE

Dr. Joel Irons Pérez


Especialista de I Grado en Urología. Hospital Docente “Dr. Guillermo Luis
SU

Fernández Hernández-Baquero”, Holguín.


DA

Dr. Ramiro Fragas Valdés


BI

Especialista de II Grado en Urología. Asistente. Máster en Sexualidad . Facultad de


I

Ciencias Médicas “Comandante Manuel Fajardo”, La Habana.


OH
PR

Dr. Julio César Morales Concepción


Especialista de II Grado en Urología. Doctor en Ciencias Médicas. Profesor
Consultante. Profesor Titular. Hospital Docente “Comandante Manuel Fajardo”,
La Habana.

Dr. Mauro Cuba de la Cruz


Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Especialista de I Grado
en Nefrología. Hospital Provincial Docente “Lucía Iñiguez Landín”, Holguín.

Dr. Luis H. Candebat Montero


Especialista de I Grado en Urología. Instructor. Hospital Provincial Clinicoquirúr-
gico Docente “Saturnino Lora”, Santiago de Cuba.

Dra. Isabel Caravia Pubillones


Especialista de II Grado en Urología. Profesora Titular. Máster en Educación
Médica Superior. Facultad de Ciencias Médicas “Enrique Cabrera”. Instituto
Superior de Ciencias Médicas, La Habana.
Dra. Itsel Vela Caravia
Especialista de I Grado en Urología. Hospital “William Soler”, La Habana.

Dra. Bárbara Mora Casacó


Especialista de I Grado en Urología. Asistente. Hospital Pediátrico de Centro
Habana, La Habana.

Dr. Jorge Luis Díaz Gómez


Especialista de II Grado en Nefrología. M.Sc. en Urgencia Médica de la Atención
Primaria de Salud. Asistente. Facultad de Ciencias Médicas “Profesor Zoilo
Marinello Vidaurreta”, Las Tunas.

Dra. Alibeth Ramírez Fernández


Especialista de I Grado en Nefrología. Hospital General Docente “Dr. Ernesto
Guevara de la Serna”, Las Tunas.

Dr. Ángel Manuel Tundidor Bermúdez


Especialista de II Grado en Urología. Hospital General Docente “Guillermo
Domínguez López”, Las Tunas.

ÓN
Dr. Arnaldo Jerez Santiesteban
Especialista de II Grado en Urología. Hospital General Docente “Guillermo

CI
Domínguez López”, Las Tunas.

UC
Dr. Fernando Díaz García
OD
Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Urología. Profesor
PR

Titular. Hospital Provincial Docente “Saturnino Lora”, Santiago de Cuba.


RE

Dr. René Gómez Areces


SU

Especialista de II Grado en Urología. Profesor Titular. Profesor Consultante.


Facultad de Ciencias Médicas “Finlay-Albarrán”. Jefe del Servicio de Urología.
DA

Hospital Clinicoquirúrgico “Joaquín Albarrán”, La Habana.


BI
I
OH

Dr. Alfredo Gómez Sampera †


Doctor en Ciencias Médicas. Especialista de II Grado en Urología. Profesor
PR

Titular. Profesor Consultante. Hospital Clinicoquirúrgico “Hermanos Ameijeiras”,


La Habana.

Dr. Luis de Armas Martínez


Especialista de I Grado en Urología. Instructor. Hospital Docente “Vladimir
Ilich Lenin”, Holguín.

Dr. Roberto Cruz Mayo


Especialista de I Grado en Urología. Instructor. Hospital Docente “Vladimir
Ilich Lenin”, Holguín.
A nuestros familiares, que soportaron el hurto de horas dedicadas a

esta labor.

A la Lic. Isabel Medina de la Rosa, cuya contribución personal ha sido

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de inestimable valor.

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Prólogo

La solicitud de confeccionar el prólogo del libro Urología, escrito por un colectivo


de autores cubanos y encabezado por el profesor Jorge Luis Sagué Larrea, me
obliga a reflejar en este espacio el sentir de varias generaciones de urólogos
formados en Cuba.

Se ha conseguido cumplir con el reclamo de los que, desde hace ya 5 décadas,


hemos formado cientos de urólogos cubanos y de otros países, para atender a
enfermos del aparato urogenital, con el estilo de una medicina cubana, socialista

ÓN
e internacionalista, que tiene tradición de escuela propia la Escuela Cubana de

CI
Urología.

UC
El texto se basa, como así lo requiere, en los conocimientos nacionales y
OD
extranjeros, con una bibliografía extensa que agrupa a los autores cubanos con
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los más prestigiosos autores foráneos, y citas tan recientes como lo permitió el
tiempo en que se elabora un libro.
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El profesor Sagué Larrea tuvo el cuidado de escoger a prestigiosos colegas que


se han distinguido en su quehacer diario dentro del tema asignado y estos, a su
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vez, además de ordenar, explicar, resumir y exponer claramente cada capítulo,


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de manera consciente nos dejan el sello de la escuela cubana.


I
OH

El intento de contar con este libro comenzó hace muchos años. Sus autores y
PR

nosotros, hemos iniciado la labor en reiteradas ocasiones, pero, además de las


dificultades económicas y de bloqueo del país, la concepción de hacerlo de
forma colegiada, en extremo, conspiró con la culminación de la idea varias
veces.

Sería injusto pasar por alto los esfuerzos de los profesores Ricardo Portilla
Sánchez, Mariano Valverde Medel, Enrique Pernas Echemendía, Fidel
Presmanes Fernández, Alfredo Gómez Sampera, Miguel de la Cruz Sánchez y
Francisco Alonso Domínguez. Otros, que aún nos acompañan, como los
profesores Orlando Bravo Pardo, Julio César Morales Concepción, Ángel Arias
Lorente y Vicente Osorio Acosta, han aportado sus conocimientos a este libro.

Nuestra especialidad se ha extendido por todo el país y tuvo la oportunidad de


hacerlo de manera bastante ordenada, con la ayuda de los urólogos convertidos
en profesores en todas partes; esta realidad hace de la urología cubana una
verdadera escuela con sus matices lógicos, provocados, a veces, por las
dificultades de cada región y otras, por su idiosincrasia.
El desarrollo de subespecialidades que, sin abandonar la urología como tal, se
caracterizan por convertirse en prácticas muy especializadas, que requieren de esfuerzo
propio, también han sido expuestas en el texto. La urología siempre ha mantenido la
comunicación imprescindible con otras especialidades, en estos tiempos la formación
de grupos interdisciplinarios especializados en el estudio y tratamiento de determinadas
afecciones ha reforzado estas comunicaciones.

Durante la formación de especialistas y residentes se sabe que un texto de determinada


fecha, trata de exponer lo que se conoce como ciencia constituida y cuenta con una
bibliografía lo más cercana posible a su publicación. También el especialista debe
contar con un texto básico, pero en su formación se preocupará por la actualización de
cada tema, a partir de la bibliografía de que dispone.

Urología servirá a todos para conocer más de cerca la especialidad, al estilo cubano,
con el enriquecimiento de la bibliografía internacional, y será la base de estudio para
continuar con la actualización constante y el perfeccionamiento del propio libro en
próximas ediciones.

Antonio Rivero Alvisa

ÓN
Profesor Consultante de Urología

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PR
Prefacio
Este libro es el resultado de la labor mancomunada de un grupo de profesores con intereses
comunes: brindar sus conocimientos actualizados y experiencias personales a la formación
del especialista en urología. Como toda obra científica, su espíritu dialéctico le impondrá
cambios positivos que serán asimilados en futuras ediciones.

El esfuerzo de los autores en una empresa de este tipo marca su éxito. En este sentido no
me siento desilusionado, si afirmo que a todos a quienes en un principio me acerqué,
aceptaron este reto. He intentado evitar las reiteraciones en cada tema, pero no he
excluido breves referencias acerca de las enfermedades en un contexto especial, porque
ya existan explicaciones más definidas en otro lugar, ejemplo, enfermedad de Peyronie y

ÓN
radiografía.

CI
UC
Los diferentes criterios de los autores conducen al lector a saber dónde se halla el problema,
sobre la base de sus conocimientos y habilidades. Un mérito importante lo constituye que
OD
por primera vez en Cuba, un grupo de autores de una especialidad logra un material que
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sirva de soporte al residente en los temas exigidos oficialmente para su especialidad.


RE

Esta obra contiene los conocimientos esenciales exigidos en el plan de estudio de la


SU

residencia en urología; consta de 15 capítulos, enriquecidos con numerosas ilustraciones,


tablas y cuadros.
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El colectivo de autores está formado por 41 especialistas de todo el país, que pertenecen
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a 6 provincias, 19 hospitales y 9 facultades de Ciencias Médicas.


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PR

Prof. Jorge Luis Sagué Larrea


Contenido
Capítulo 1. Generalidades/ 1
Morfofisiología del sistema urinario/ 1
Desarrollo del sistema urinario/ 1
Regulación geneticomolecular del desarrollo renal/ 6
Posición del riñón/ 8
Malformaciones congénitas de los riñones y uréteres/ 8
Anatomía funcional de los riñones y las vías urinarias/ 11
Desarrollo de la vejiga y la uretra/ 20
Malformaciones congénitas de la vejiga urinaria y la uretra/ 21

ÓN
Semiología urogenital/ 27
Dolor lumbar/ 27

CI
Alteraciones de la diuresis/ 28

UC
Alteraciones de la micción/ 28
Alteraciones del chorro de orina/ 28
OD
Retención urinaria/ 29
PR

Incontinencia urinaria/ 29
RE

Pujo y tenesmo vesical/ 30


Secreción uretral/ 30
SU

Alteraciones macroscópicas de la orina/ 30


Síntomas dependientes del escroto, los testículos y el epidídimo/ 31
DA

Síntomas dependientes del pene/ 31


BI

Síntomas relacionados con la actividad sexual/ 32


I
OH

Instrumentación. Maniobras diagnósticas y terapéuticas/ 32


Estudios endoscópicos/ 35
PR

Cicatrización de las heridas/ 36


Actividad biológica de algunas citocinas que intervienen en la cicatrización/ 39
Tipos de cicatrización/ 41
Shock/ 42
Mecanismos de producción del shock/ 43
Fases del shock/ 44
Alteraciones orgánicas/ 45
Monitorización hemodinámica y metabólica/ 48
Homeostasis en el paciente quirúrgico/ 52
Medio interno/ 53
Sangre y hemoderivados/ 63
Otras consideraciones/ 64
Bibliografía/ 66

Capítulo 2. Urgencias urológicas/ 69


Lesiones traumáticas/ 69
Trauma renal/ 70
Lesiones traumáticas del uréter/ 72
Lesiones traumáticas de la vejiga/ 73
Trauma uretral/ 75
Lesiones traumáticas del pene/ 76
Lesiones traumáticas del escroto/ 76
Lesiones traumáticas de los testículos/ 77
Lesiones no traumáticas/ 77
Cólico nefrítico/ 78
Absceso perinefrítico/ 80
Embolia de la arteria renal/ 81
Trombosis de la vena renal/ 81
Retención aguda de orina/ 81
Cistitis aguda/ 82
Ruptura o perforación espontánea de la vejiga/ 82
Escroto-testículo y periné/ 82
Fimosis (complicada)/ 85
Parafimosis/ 86
Priapismo/ 86
Uretritis aguda/ 88
Balanopostitis/ 88

ÓN
Anuria/ 88

CI
Hematuria/ 89
Bibliografía/ 89

UC
Capítulo 3. Infecciones de las vías urinarias/ 92
OD
Terminología y formas clínicas/ 92
PR

Cistitis/ 97
RE

Prostatitis/ 98
Pielonefritis/ 99
SU

Pionefrosis/ 106
Tuberculosis del riñón y de las vías urinarias/ 106
DA

Esquistosomiasis/ 107
BI

Enfermedades de transmisión sexual/ 111


I
OH

Uretritis y cervicitis/ 111


Epididimitis/ 112
PR

Infección por virus del herpes simple genital/ 112


Herpes genital recurrente/ 113
Infección por virus del papiloma humano / 113
Sífilis/ 114
Chancroide/ 115
Linfogranuloma venéreo/ 115
Granuloma inguinal/ 116
Infección por virus de inmunodeficiencia humana/ 116
Antimicrobianos/ 117
Profilaxis antimicrobiana en procedimientos urológicos/ 122
Infección intrahospitalaria/ 123
Bibliografía/ 123

Capítulo 4. Estudios radiográficos del sistema genitourinario/ 127


Estudios del sistema renal/ 127
Ecografía renal/ 128
Tracto urinario simple/ 128
Urograma descendente/ 129
Urograma convencional/ 130
Urograma por infusión, venoclisis o goteo/ 130
Urograma intravenoso con grandes dosis de contraste, en paciente normalmente hidratado/ 130
Urograma con empleo de vasodilatadores renales/ 130
Aspecto radiográfico del urograma normal/ 131
Tomografía axial computadorizada/ 131
Anomalías congénitas y variantes anatómicas/ 133
Agenesia renal/ 133
Riñón hipoplásico/ 133
Rotación anormal/ 133
Lobulación/ 133
Giba esplénica/ 134
Visualización de las columnas de Bertini/ 134
Riñón ectópico/ 134
Riñón cruzado ectópico o fusionado/ 134
Riñón “en herradura”/ 134
Fibrolipomatosis. Lipomatosis renal/ 135
Pelvis extrarrenal/ 135
Duplicidad del sistema colector/ 136

ÓN
Megacálices congénitos. Megauréter/ 136

CI
Hidronefrosis o hidrouréter/ 137
Nefropatía de reflujo/ 137

UC
Necrosis papilar/ 138
Enfermedad renal litiásica/ 138
OD
Enfermedad quística renal/ 138
PR

Enfermedad quística adquirida/ 139


RE

Enfermedad quística unilateral/ 139


Enfermedad displásica multiquística o displasia renal multiquística/ 140
SU

Enfermedad poliquística infantil/ 140


Enfermedad poliquística renal del adulto/ 140
DA

Neoplasias benignas/ 141


BI

Angiomiolipoma/ 141
I
OH

Oncocitoma/ 141
Nefroma mesoblástico/ 142
PR

Nefroma quístico multilocular/ 142


Neoplasias malignas/ 142
Carcinoma renal de células claras/ 142
Hipernefroma (variedad de células granulares)/ 143
Carcinoma de células renales (variedad papilar o cromofílica)/ 143
Carcinoma de células claras (variedad cromofóbica)/ 144
Carcinoma de células renales de los conductos de Bellini/ 144
Carcinoma renal (variedad sarcomatoide)/ 144
Tumor de Wilms/ 145
Linfoma / 145
Leucemia/ 146
Sarcoma renal/ 146
Carcinoma de células transicionales de la pelvis o del uréter/ 146
Metástasis al riñón/ 146
Procesos infecciosos/ 147
Pionefrosis y piohidronefrosis/ 147
Infección parenquimatosa renal aguda/ 147
Absceso renal/ 147
Abscesos perirrenal y pararrenal/ 148
Otras lesiones inflamatorias/ 148
Trauma renal/ 148
Lesiones vasculares/ 149
Calcificación vascular/ 149
Estenosis de la arteria renal/ 149
Oclusión de la arteria renal/ 150
Aneurismas de la arteria renal/ 150
Síndrome hemolítico urémico/ 150
Malformación arteriovenosa/ 150
Trombosis de la vena renal/ 150
Riñón trasplantado/ 151
Diagnóstico ultrasonográfico en próstata, vejiga y vesículas seminales/ 153
Bibliografía/ 160

Capítulo 5. Uropediatría/ 161


Válvulas de uretra posterior/ 161
Reflujo vesicouretral/ 163
Síndromes intersexuales/ 167

ÓN
Disgenesia ovárica/ 170

CI
Disgenesia del tubo seminífero/ 171
Diferenciación gonadal asimétrica/ 172

UC
Seudohermafrodismo/ 174
OD
Síndrome de insensibilidad a los andrógenos/ 177
Defectos de la esteroidogénesis de la testosterona/ 177
PR

Déficit en la regresión de derivados mullerianos/ 178


RE

Tumores gonadales en intersexuales/ 179


Ética ante el diagnóstico y tratamiento de genitales ambiguos/ 180
SU

Bibliografía/ 180
DA

Capítulo 6. Medicina natural y tradicional en urología/ 183


BI

Historia y elementos generales/ 183


I
OH

Elementos de terapéutica homeopática/ 184


Homeopatía en el tratamiento del cáncer/ 192
PR

Bibliografía/ 193

Capítulo 7. Tumores genitourinarios/ 194


Carcinoma renal/ 194
Tumores de la pelvis y del uréter/ 198
Cáncer de próstata/ 200
Anatomía quirúrgica/ 200
Cáncer vesical/ 212
Cáncer de testículos/ 216
Tumores del epidídimo/ 226
Tumores del pene/ 226
Lesiones benignas/ 226
Lesiones premalignas/ 226
Cáncer de pene/ 227
Tumores benignos/ 232
Hiperplasia prostática benigna/ 232
Ptosis renal/ 243
Hidrocele/ 247
Varicocele/ 249
Quistes renales/ 251
Quistes renales simples, solitarios o múltiples/ 252
Enfermedad renal poliquística/ 254
Riñón multiquístico unilateral/ 256
Enfermedad quística renal adquirida/ 256
Bibliografía/ 256

Capítulo 8. Uroandrología/ 265


Disfunción eréctil/ 265
Disfunción eréctil y envejecimiento/ 267
Sexualidad y diabetes mellitus/ 267
Enfermedad de Peyronie y sexualidad/ 272
Infertilidad masculina/ 273
Varicocele/ 275
Bibliografía/ 277

Capítulo 9. Litiasis urinaria/ 279


Enfermedad litiásica urinaria/ 279

ÓN
Tratamiento quirúrgico de la litiasis/ 286

CI
Otros procedimientos de sostén/ 286
Bibliografía/ 291

UC
Capítulo 10. Laparoscopia en urología/ 293
OD
Evolución histórica y aplicación en la actualidad/ 293
PR

Instrumental general laparoscópico/ 294


RE

Preparativos para la cirugía/ 300


Procedimientos específicos/ 302
SU

Aplicaciones futuras de la cirugía laparoscópica/ 305


Complicaciones de la cirugía laparoscópica urológica/ 305
DA

Bibliografía/ 306
BI
I
OH

Capítulo 11. Urología urodinámica y neurológica/ 307


Urodinamia/ 307
PR

Enfermedad neuromuscular/ 312


Disfunción neuropática de la vejiga urinaria/ 312
Enuresis/ 317
Bibliografía/ 320

Capítulo 12. Derivaciones e intestino en urología/ 322


Enterocistoplastias continentes/ 322
Urostomía continente mediante reservorios intestinales (derivación)/ 322
Sustitución vesical/ 325
Sustitución ureteral y cistoplastia de aumento/ 327
Ureterosigmoidostomía y vejiga rectal/ 329
Otras derivaciones urinarias/ 329
Bibliografía/ 331

Capítulo 13. Uronefrología/ 332


Insuficiencia renal aguda/ 332
Uropatía obstructiva/ 338
Insuficiencia renal crónica/ 342
Métodos depuradores/ 344
Obstrucción urinaria/ 345
Bibliografía/ 349

Capítulo 14. Uroginecología/ 351


Incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer/ 351
Afecciones uretrales/ 361
Estenosis uretrales/ 361
Uretritis senil/ 362
Carúncula uretral/ 362
Trombosis de la vena uretral/ 363
Prolapso de la uretra/ 363
Divertículo de la uretra/ 363
Quistes de los conductos de Skene/ 365
Fístula vesicovaginal/ 366
Bibliografía/ 368

Capítulo 15. Otras afecciones urológicas/ 371


Alteraciones del urotelio/ 371

ÓN
Urotelio/ 372

CI
Metaplasia escamosa vesical/ 373
Nidos de Von Brunn/ 373

UC
Cistitis/ 373
Cistopatías/ 373
OD
Cistopatía quística/ 374
PR

Cistopatía folicular/ 374


RE

Cistopatía glandular/ 374


Epitelio vaginal del trígono/ 375
SU

Malacoplasia/ 375
Amiloidosis vesical/ 375
DA

Trigonitis/ 375
BI

Endometriosis vesical/ 376


I
OH

Cistitis eosinofílica y granuloma eosinófilo/ 376


Cistitis papilomatosa/ 376
PR

Cistitis intersticial/ 377


Hipertensión arterial vasculorrenal/ 378
Estrechez uretral/ 383
Estrechez uretral en la mujer/ 387
Trasplante renal/ 387
Trabajo de cirugía de banco/ 388
Trasplante/ 388
Estenosis ureteral/ 390
Litiasis/ 390
Reflujo vesicoureteral/ 391
Braquiterapia/ 391
Localizaciones de aplicación principal en urología/ 392
Generalidades 1

Capítulo 1

Eduardo Ferrer Casero

El sistema urogenital se puede dividir en 2 componentes morfofisiológicos


diferentes: sistema excretor urinario y sistema genital; ambos, en su desarrollo

ÓN
evolutivo, constituyen una integración filogenética y ontogenética, regulada por la

CI
expresión del gen WT-1 (gen supresor del tumor de Wilms). Se originan básica-

UC
mente a partir del mesodermo intermedio, en relación con la pared posterior de la
cavidad celómica primitiva (Fig. 1.1).
OD
Desde el inicio de su
PR

embriogénesis, los conductos


RE

excretores principales des-


embocan en una dilatación
SU

endodérmica del extremo


terminal del intestino primitivo
DA

posterior, que constituye la


BI

cloaca.
I
OH

Algunas estructuras
embrionarias del sistema
PR

urinario (Fig. 1.2) contribu- Fig. 1.1. Mesodermo intermedio.


yen al desarrollo ulterior del
sistema genital, por ejemplo, en el varón el conducto mesonéfrico o de Wolff, o
conducto excretor urinario principal, se transformará en el conducto genital, sin
embargo, en la hembra el conducto mesonéfrico o de Wolff involuciona y regresa,
pero el conducto paramesonéfrico o de Müller se transformará en las trompas
uterinas y el útero, y contribuye a la formación de la vagina.
La fisiología urogenital posee una integración importante en el hombre, ya que la
porción inferior de la uretra prostática y la uretra peneana sirve, en común, para la
función de excreción urinaria y del semen, así como el pene constituye el órgano
copulador.

Desarrollo del sistema urinario


Las bases de regulación molecular del desarrollo inicial del sistema renal se rela-
cionan con la expresión de los genes homeodominantes, Lim-1 y Pax-2. El mesodermo
intermedio se segmenta en la región cervical y torácica superior, no así en el resto de
2 Urología

néfrico, tampoco se formarán el mesonefros y el


metanefros.
Los primeros indicios en la formación del
pronefros se observan al final de la tercera semana del
desarrollo, cuando de manera progresiva (en sentido
cráneo-caudal) el mesodermo intermedio, en la futura
región cervical embrionaria, se separa del mesodermo
paraxil o somítico y forma cúmulos celulares macizos
con disposición segmentaria, denominados nefrotomos,
que no constituyen verdaderos túbulos excretores proné-
fricos, ni desarrollan glomérulos externos e internos
como en especies de animales inferiores.
Cada nefrotomo crece en sentido lateral, se alar-
ga hacia afuera e incurva hacia abajo, para unirse su-
cesivamente con los nefrotomos subyacentes que de
manera progresiva se van desarrollando y asociando
entre sí, para formar un conducto colector longitudinal
continuo, denominado conducto pronéfrico, que pro-
gresa caudalmente por crecimiento autónomo, hasta
Fig. 1.2. Relación del mesodermo intermedio de los sistemas abrirse en una dilatación endodérmica distal o terminal

ÓN
pronéfrico, mesonéfrico y metanéfrico. del intestino primitivo posterior, que se continúa con el

CI
alantoides y conforma la cloaca.

UC
las regiones torácica, lumbar y sacra, donde forma una
OD
masa longitudinal maciza continua, denominada cor- Mesonefros humano
dón nefrógeno, responsable de la diferenciación de las
PR

unidades excretorias urinarias. El mesonefros es un órgano embrionario de ca-


RE

La embriogénesis de las unidades tubulares y los rácter transitorio. Se desarrolla entre el final de la cuarta
conductos primitivos caracterizan el desarrollo del semana y el cuarto mes, a partir de la diferenciación
SU

pronefros y mesonefros mediante la formación de del cordón nefrógeno o nefrogénico, comprendido en-
tre los 2 primeros segmentos torácicos y los segundos
DA

túbulos excretores, a partir de nefrotomas que originan


a terceros segmentos lumbares; alcanza su mayor vo-
BI

vesículas nefrotomiales que se alargan, experimentan


lumen durante la segunda mitad del segundo mes del
I

dilatación en su extremo medial, donde se forma la


OH

cápsula glomerular, que recibe un asa arterial (en for- desarrollo prenatal; constituye, entonces, un órgano
ma de ovillo vascular arterial), que constituye el ovoide que hace prominencia en la cavidad celómica,
PR

glomérulo, mientras su extremo lateral externo se co- a cada lado de la línea media.
necta con el conducto o tubo colector. La histogénesis del mesonefros humano tiene
como objetivo formar unidades tubulares excretoras
urinarias, establecer el primordio o esbozo gonadal indi-
Pronefros humano ferente y, en el sexo masculino, garantizar la forma ción
de las estructuras de la vía de excreción genital
En la especie humana el pronefros constituye un (Figs. 1.3 y 1.4).
sistema urinario excretor transitorio no funcional, que Las unidades excretoras urinarias mesonéfricas
regresa e involuciona sin dejar vestigios estructurales están constituidas por las nefronas tubulares mesoné-
embrionarios, aunque aporta su relación inductora con fricas, que inician su diferenciación a partir de los seg-
el cordón nefrógeno subyacente y la formación del tubo mentos localizados inmediatamente por debajo de la
colector o conducto pronéfrico que participan en el porción extrema inferior del pronefros. Progresivamen-
desarrollo ulterior del mesonefros y el metanefros. te se forman masas celulares, como resultado de la
Durante su descenso progresivo hacia la cloaca, diferenciación craneocaudal del mesénquima
el conducto pronéfrico induce la activación nefrogénica mesonefrógeno del cordón nefrógeno, que originan
del mesodermo intermedio para la diferenciación de nefrotomos típicos.
las estructuras embrionarias mesonéfricas y meta- Posteriormente estos nefrotomos se canalizan y
néfricas, por lo cual, si no se forma el conducto meso- forman vesículas piriformes alargadas, que por rápido
Generalidades 3
tinuidad con los vasos endoteliales procedentes de la
aorta abdominal (proceso de glomerulogénesis), que
forma rápidamente un sistema portal; el flujo sanguí-
neo de la arteria eferente pasa a un capilar venoso que
drena el sistema de la vena cardinal posterior, mientras
la aferente drena del sistema de la vena subcardinal
del sistema mesonéfrico; se constituye entonces el
corpúsculo mesonéfrico.
Durante su desarrollo ulterior, las unidades
tubulares excretoras del mesonefros no forman el asa
de Henle, aunque histológicamente se pueden distin-
guir una porción intermedia engrosada, equivalente al
tubo contorneado proximal y otra distal, equivalente al
tubo contorneado distal.
En resumen, durante el desarrollo del mesonefros
el mesodermo intermedio experimenta un proceso de
Fig. 1.3. Túbulos excretores de los sistemas pronéfrico y tubulogénesis y glomerulogénesis, a partir de nefrotomas
mesonéfrico en un embrión de 5 semanas. mesonéfricas, para originar unidades excretoras uri-
narias que se conectan con el conducto mesonéfrico o

ÓN
de Wolff y conforman un sistema renal transitorio en

CI
los mamíferos, que es sustituido por el metanefros o
riñón definitivo.

UC
OD Regresión del mesonefros. El mesonefros hu-
mano posee actividad funcional como órgano excretor
urinario durante el segundo mes de vida prenatal y prin-
PR

cipios del tercero, al cese de la cual sigue su regresión


RE

progresiva, para ser sustituido por la actividad funcio-


nal del metanefros o riñón definitivo, aunque algunas
SU

de las estructuras embrionarias mesonéfricas persis-


DA

ten en el sexo masculino, para contribuir al desarrollo


BI

del sistema genital.


I

Una significación especial se le atribuye al con-


OH

junto de túbulos mesonéfricos, situados en la región


adyacente a la cara interna del esbozo testicular en
PR

desarrollo, porque constituyen 2 grupos tubulares que


no regresan completamente, al formar un grupo cra-
Fig. 1.4. Gónadas indiferentes con cordones sexuales. neal epigenital constituido por un número variable de
túbulos: de 8 a 15 (Arey) y de 5 a 12 (Hamilton); ex-
cluyendo los 2 primeros, se mantienen unidos al con-
crecimiento longitudinal adoptan una forma tortuosa y ducto mesonéfrico y contactan con la red testicular
configuran un asa en forma de S itálica, con una por- para formar los conductillos eferentes del testículo.
ción lateral externa estrecha que se une al conducto En la hembra quedan como vestigios estructura-
colector pronéfrico, el cual es retenido como canal les en la rete ovárica, mientras el otro grupo de túbulos
excretor urinario y a partir de ese momento se deno- mesonéfricos en regresión, más caudales, adyacentes
mina conducto mesonéfrico o de Wolff, mientras su a la cara interna del esbozo gonadal, se separan del
extremo lateral interno se dilata en forma de una cam- conducto mesonéfrico y forman el grupo paragenital,
pana de doble pared, que constituye la cápsula glome- que en el varón origina el paradídimo y en la hembra
rular o de Bowman. quedan sus vestigios estructurales y constituyen el
Esta cápsula es invaginada en su concavidad por paraóforo.
capilares sanguíneos originados in situ, para confor- Inicialmente el sistema mesonéfrico se mantiene
mar el glomérulo; ulteriormente este establece su con- unido a la pared abdominal posterior por un repliegue
4 Urología

ancho, a modo de mesenterio, denominado mesenterio mientras el blastema metanéfrico constituye la prolon-
urogenital, que compromete y expresa la íntima rela- gación caudal del cordón nefrógeno, que origina las
ción anatómica existente entre el mesonefros y el es- nefronas o unidades excretorias, pero no explicaban
bozo de las gónadas que se originan en su porción acertadamente las interacciones inductivas existentes
anterointerna; ambas estructuras embrionarias, consi- entre el blastema metanéfrico y el brote o yema
deradas en su conjunto, conforman el pliegue o cresta ureteral.
urogenital. De acuerdo con la teoría de Osathanondh y
De esta manera, el meso urogenital primitivo for- Potter, la morfogénesis del metanefros se divide en
ma conjuntamente con el mesonefros en regresión, un 4 periodos, en los que se consideran esencialmente la
pliegue ventrolateral que contiene los conductos morfogénesis del divertículo o yema o brote ureteral
mesonéfricos o de Wolff y el conducto paramesonéfrico en interacción inductiva recíproca con la histogénesis
o de Müller, y una porción ventromedial donde están mesenquimática epitelial de las nefronas.
situados los túbulos mesonéfricos en regresión. Du- 1. Primer periodo: se extiende desde la quinta hasta
rante el tercer mes, el meso urogenital primitivo origi- la decimocuarta semanas y constituye el periodo
na el meso gonadal que formará el mesoovario y el decisivo para la morfogénesis del metanefros por-
mesorquio. que se origina el divertículo o brote ureteral en la
A finales del segundo mes, la regresión progresi- quinta semana del desarrollo, que crece longitudinal
va de los túbulos mesonéfricos más craneales forma en dirección dorsocraneal y origina una marcada
una banda que constituye el ligamento diafragmático dilatación o ampolla en su extremo craneal o distal

ÓN
del mesonefros, el cual se convierte ulteriormente en que hace contacto con el blastema metanéfrico,

CI
el ligamento suspensorio de la gónada. porción extrema caudal del cordón nefrógeno, don-
de ulteriormente se introduce y sumerge, en la me-

UC
OD dida que se continúa dilatando por crecimiento
Metanefros humano activo y su crecimiento dorsocraneal se desplaza
en sentido caudocefálico al blastema metanéfrico,
PR

Los estudios del desarrollo embriofetal humano que ya desde final de la quinta y principio de la
RE

del metanefros o riñón definitivo, realizados por Osatha- sexta semanas se va orientando hacia una posi-
nondh y Potter en la década de los años 60 y 70 del ción retroperitoneal; ulteriormente origina series
SU

siglo pasado, aportaron la interpretación integral del sucesivas de divisiones dicotómicas de diferentes
DA

desarrollo morfofuncional del metanefros, sobre la base órdenes con dilataciones ampulares en sus extre-
BI

de las interacciones inductivas recíprocas que se pro- mos distales (Fig. 1.5).
I

ducen entre el proceso de crecimiento y las divisiones


OH

progresivas del divertículo o yema ureteral y el blastema


metanéfrico, lo que explica la base embriopatogénica
PR

de las principales disgenesias renales, a partir de las


cadenas de inducciones recíprocas que se establecen
entre la estructura epitelial de la yema o brote ureteral
y sus ramificaciones con el esbozo blastemal meta-
néfrico.
En estudios de embriología moderna, relaciona-
dos con el desarrollo del metanefros, precedentes a Fig. 1.5. Desarrollo de una unidad excretora metanéfrica. La
Osathanondh y Potter, se ha descrito, acertadamente, flecha indica el sitio de comunicación entre la unidad excretora
su origen embriológico con carácter dual, a partir del y el sistema colector.
divertículo, yema o brote ureteral y el blastema metané-
frico, y se ha demostrado que el sistema colector del Cada dilatación ampular origina ramas cefálicas
riñón definitivo deriva del divertículo o yema ureteral, largas, dirigidas hacia la región polar del metane-
originado como una evaginación dorsomedial de la ex- fros, y otras ramas cortas, dirigidas hacia la re-
tremidad inferior del conducto mesonéfrico o de Wolff, gión interpolar.
muy próximo a su desembocadura en la cloaca, del La formación de la pelvis renal puede ser obser-
cual derivan en su desarrollo ulterior los túbulos colec- vada en la región ampular dilatada del brote ure-
tores, las papilas, los cálices, la pelvis y los uréteres, teral desde la quinta semana del desarrollo, pero
Generalidades 5
se amplía durante la sexta y séptima semanas forma el asa de Henle, constituida por una rama
del desarrollo, producto de la incorporación de descendente gruesa, producto de la continuación
las 5 primeras generaciones de ramas en la región del tubo contorneado proximal; un segmento del-
polar y de la contribución de las 3 o 4 primeras gado intermedio y uno grueso ascendente, que se
generaciones de divisiones de ramas en las regio- extiende hasta el tubo contorneado distal.
nes interpolares. Así, en este periodo inicial de la histogénesis re-
Seguidamente, durante las 13 o 14 semanas, las nal, las dilataciones ampulares del divertículo o
divisiones subsecuentes se dilatan menos y son yema ureteral se ramifican e inducen la forma-
absorbidas para formar, de la tercera a la sexta ción de la primera serie de nefronas (Fig. 1.6).
generación de divisiones, los cálices menores, y Las vesículas metanéfricas pueden fallar en su
de la séptima a la oncena generación, los tubos unión con los tubos colectores y regresar o for-
colectores medulares. Según las descripciones de mar orina, además de originar quistes renales. Se
Osathanondh y Potter, durante la séptima semana considera que al final de este periodo 20 % de las
en el desarrollo del metanefros es posible diferen- nefronas formadas ya están aptas, desde el punto
ciar la región medular de la cortical. de vista morfológico, para producir orin a.
A partir de la séptima semana, en asociación con
la sexta generación de divisiones del brote o yema
ureteral, por influencia de sucesivas divisiones
ampulares de los conductos colectores, se frag-

ÓN
menta el tejido metanefrogénico para crear ma-
sas celulares aisladas y casquetes blastemales que

CI
forman vesículas nefrogénicas, originadas por la

UC
interacción epitelio-mesénquima, que induce la
histogénesis del blastema metanéfrico, con el ob-
OD
jetivo de formar las primeras nefronas en la re-
PR
gión yuxtamedular. A partir de este estadio, cada
vez que una dilatación ampular es dividida, 1 de
RE

las 2 nuevas divisiones retiene un casquete de


SU

blastema metanéfrico, mientras la otra división


neoformada induce la fragmentación del tejido
DA

metanefrogénico que se une igualmente a la dila-


BI

tación ampular y forma nuevos casquetes blaste-


I

males, que sucesivamente se dividen con la mis-


OH

ma finalidad.
PR

Las fragmentaciones de tejido metanéfrico blaste-


mal, que no se unen a las dilataciones ampulares
para formar casquetes blastemales en cada serie Fig. 1.6. Unidad excretora metanéfrica.
de división de conductos colectores, producen la
nefrogénesis, que consiste esencialmente en la
transformación epitelial del mesénquima blastemal 2. Segundo periodo: se extiende desde la decimocuar-
metanéfrico, a partir de pequeñas formaciones ta hasta la vigesimosegunda semanas aproxima-
celulares, esferoidales, que crecen, se alargan y damente. Se caracteriza por la continuación de la
simultáneamente se canalizan, de esta manera, ori- nefrogénesis yuxtamedular o la formación de ar-
ginan vesículas metanéfricas piriformes alargadas, cadas de nefronas para poblar la región interna de
que en su crecimiento longitudinal adoptan una la zona cortical. Se inicia cuando cada ampolla
forma tortuosa. deja de dividirse y en el desarrollo subsiguiente la
Se diferencia entonces el corpúsculo renal y no se inducción ampular origina arcadas de nefrones,
forma el sistema venoso portal porque la nefrogé- unidos al tubo conector o de unión del primer nefrón,
nesis tubular metanéfrica origina el tubo contor- inducido a partir del blastema metanéfrico en lu-
neado proximal, que se continúa con una porción gar de quedar unido al tubo colector, que continúa
intermedia; esta se alarga considerablemente, para creciendo hacia el extremo cortical del riñón en
extenderse hacia la médula renal en desarrollo, y desarrollo.
6 Urología

En cada arcada de nefronas se presentan de 4 a sultado del aumento de volumen y de longitud de


7 unidas entre sí, por medio del tubo colector, con las asas de Henle, los tubos contorneados proxima-
el nefrón más joven siempre unido directamente les y distales. Externamente el riñón presenta nu-
a la ampolla. En la vigésima semana del desarro- merosos surcos que corresponden a la lobulación
llo el número de nefronas por riñón se ha calcula- interna; estos desaparecen durante la vida pos-
do en aproximadamente 350 000, de las cuales natal, como resultado de la fusión de los lóbulos.
30 % se encuentran relativamente maduras para
producir orina. En conclusión, el desarrollo renal presenta 4 pe-
3. Tercer periodo: se caracteriza por la nefrogénesis riodos básicos, regidos por la morfogénesis del
cortical. Se extiende desde la vigésima hasta la divertículo, brote o yema ureteral.
trigesimosexta semanas del desarrollo prenatal.
Los extremos de las ampollas avanzan en su cre-
cimiento hasta los extremos más distales de la re- Regulación geneticomolecular
gión cortical del riñón en desarrollo. Cada nefrona del desarrollo renal
nueva se conecta directamente a la región ampular
del tubo colector (Fig. 1.7), que continúa crecien- En la morfogénesis renal se resumen 3 procesos
do, y se incorporan sucesivamente otras nefronas básicos:
nuevas, hasta que cesa su actividad ampular al 1. Establecimiento del blastema metanéfrico.
perder su capacidad de inducción. 2. Origen, crecimiento y divisiones del brote o yema

ÓN
ureteral.

CI
3. Transformaciones de las células mesenquimáticas

UC
del blastema metanéfrico en células epiteliales
OD polarizadas (nefrogénesis).
PR
La regulación geneticomolecular en el desarrollo
del metanefros o riñón definitivo ha constituido un ob-
RE

jeto de estudio para la biología molecular, con el em-


SU

pleo de animales fetales en modelos experimentales


de investigación, que han incluido cultivos celulares y
DA

ratones deficitarios para determinados genes, denomi-


BI

nados animales knock-out; así, en los últimos 20 años


I

se han realizado aportes que han enriquecido los tra-


OH

bajos morfogenéticos de Osathanondh y Potter.


PR

En el desarrollo inicial del metanefros (a principios


de la quinta semana) desempeñan una función determi-
nante los factores moleculares: factor neurotrófico deri-
vado de las glías (GDNF) y factor de crecimiento de
hepatocitos (HGF). El GDNF es un factor de creci-
miento producido en el mesénquima indiferenciado de la
Fig. 1.7. Arterias polares e interpolares del riñón. porción caudal del cordón nefrógeno, que estimula los
receptores CRET del conducto mesonéfrico o de Wolff.
Todas las estructuras del corpúsculo renal for-
4. Cuarto periodo: corresponde al último mes de ges- man el aparato yuxtaglomerular (Figs. 1.8 y 1.9).
tación y se reconoce porque desaparecen las am- En el polo urinario se encuentra la cápsula
pollas y con ello la formación de nefronas. Ya se glomerular, que está constituida por 2 membranas:
calcula que se han formado aproximadamente 1. Membrana externa.
820 000 nefronas en cada riñón. Se caracteriza 2. Membrana interna: está íntimamente adherida a
por el crecimiento intersticial del riñón, como re- la pared del capilar por podocito s (Fig. 1.10).
Generalidades 7

Fig. 1.8. Corpúsculo renal.

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 1.10. Barrera de filtración.


Fig. 1.9. Corpúsculo renal y aparato yuxtaglomerular.
8 Urología

Apoptosis durante la nefrogénesis Malformaciones congénitas


Durante la morfogénesis metanéfrica normal son
de los riñones y uréteres
muy importantes los fenómenos de muerte celular pro- Los defectos congénitos de los riñones y uréteres
gramada, que tienen como objetivo esencial mantener
se presentan con relativa frecuencia en la práctica
el balance entre el crecimiento y la muerte celular pro-
médica y forman parte de una gran variabilidad de ex-
gramada, para asegurar la morfogénesis con la elimi-
presión clínica y patológica, en su mayoría factibles de
nación de las células y los tejidos embrionarios
diagnóstico ecográfico prenatal y posnatal, que inclu-
metanéfricos que no participan en la formación de las
yen desde entidades poco frecuentes, incompatibles
estructuras derivadas de la yema o brote ureteral, sus
divisiones y/o la nefrogénesis, asegurando y remodelan- con la vida posnatal, como las agenesias renales comple-
do la disposición de los tejidos vascular, linfático y tas o bilateral, aunque Potter la reportó en 1 de cada
conectivo intersticial. 4 800 nacimientos y Campbell, en 1 de cada 2 500 autop-
sias, con predominio del sexo masculino (3 a 1).
La agenesia renal incompleta o parcial es compa-
Posición del riñón tible con la vida posnatal; se observa con mayor
frecuencia en nuestro medio y se presenta en 1 de
El metanefros se origina profundamente en la ca- cada 1 000 nacimientos y en 1 de cada 1 500 urografías
vidad pelviana, al nivel de los segmentos sacros supe- intravenosas, también con predominio del sexo mascu-

ÓN
riores, donde recibe irrigación de las ramas laterales lino (2 a 1). Siempre se presenta con hipertrofia com-

CI
sacras de la aorta. Durante su desarrollo ulterior expe- pensadora del riñón solitario, contralateral, que debe
rimenta un cambio de su primitiva posición original, que

UC
ser vigilada para prevenir la insuficiencia renal, secun-
esencialmente consiste en un ascenso caudocraneal o OD daria a glomeruloesclerosis progresiva.
traslado hacia la región toracolumbar de la cavidad ab- Las anomalías que se originan por defectos de
dominal, como consecuencia del rápido crecimiento
PR
posición del riñón, debido a fallas en la migración o
longitudinal de la región lumbosacra y la disminución ascenso del metanefros, constituyen las ectopias rena-
RE

de la flexión lumbar durante el periodo final del de- les, donde pueden ocurrir fenómenos tales como que
sarrollo embrionario y el periodo fetal temprano.
SU

uno de los riñones no ascienda por encima de la arteria


Como resultado, los riñones definitivos constitu- iliaca común y permanezca al nivel de la pelvis, de-
DA

yen estructuras retroperitoneales, que se sitúan por


nominado riñón pélvico congénito, hasta los casos me-
BI

detrás del peritoneo, entre la decimosegunda vértebra


nos frecuentes, en que ambos riñones fusionados por
I

torácica y las 2 primeras vértebras lumbares; su polo


su polo inferior no pueden continuar su ascenso por
OH

superior contacta con la glándula suprarrenal. Durante


encima del origen de la arteria mesentérica inferior, y
su ascenso, que no es una migración, el metanefros o
PR

se origina el riñón “en herradura”, situado al nivel de


riñón definitivo experimenta un desplazamiento lateral
las vértebras lumbares inferiores, donde los uréteres
y una rotación de 90 o, de forma que el hilio y la pelvis
nacen de la cara anterior de cada riñón.
renal, situados originalmente en posición ventral, se si-
Entre las ectopias renales es de gran interés rea-
túan hacia la porción medial de cada riñón.
lizar el diagnóstico diferencial con la ptosis renal, don-
Durante su ascenso, el riñón es irrigado, en for-
ma transitoria, por ramas laterales de la aorta, a nive- de el descenso renal se produce después del nacimiento,
les cada vez más elevados; finalmente, estas ramas por laxitud de su medio de fijación y longitud de su
arteriales primitivas regresan y degeneran, hasta al- pedículo. Curiosamente, en necropsias de fetos polimal-
canzar y mantener la arteria renal definitiva al nivel de formados o incluso de adultos fallecidos por causas no
la segunda vértebra lumbar, no obstante, en el adulto renales, se ha observado la existencia de ambos riño-
sano los riñones no se encuentran a la misma altura, ya nes fusionados en un solo lado de la línea media, for-
que el riñón derecho está situado ligeramente un poco mando una gran masa renal única irregular, que
más bajo que el riñón izquierdo, por término medio de constituye un tipo singular de ectopia renal cruzada,
1 a 1,5 cm, además, el riñón derecho está en contacto donde el uréter del riñón ectópico cruza la línea media
con la vena cava inferior, en estrecha relación con el y desemboca en el hemitrígono vesical correspondien te.
hígado, mientras que el riñón izquierdo, en contacto Con respecto a las malformaciones congénitas
con la aorta, se relaciona con el bazo. de los riñones son de consideración especial las ano-
Generalidades 9
malías o defectos de la histogénesis en la diferencia- Su embriopatogénesis se relaciona con la inhibi-
ción metanéfrica, que conforman las displasias renales ción del desarrollo de las porciones ampollares en las
(estas pueden afectar un área o zona determinada de divisiones y el crecimiento de las ramas del brote o
un riñón), y constituyen una displasia focal, o más fre- yema ureteral en el primer periodo de la embriogénesis
cuentemente pueden afectar todo el riñón o ambos ri- metanéfrica, comprendida entre la quinta y duodécima
ñones. semanas del desarrollo prenatal, condición necesaria y
En los casos de displasia renal focal existen áreas esencial para la histogénesis del blastema metanéfrico
o zonas de histogénesis metanéfrica normal, con fun- en la formación nefrogénica; derivado de ello se pro-
ción renal normal, que en algunas ocasiones pueden duce la formación progresiva de quistes asociados a
afectar la histogénesis de todo o casi todo el riñón, se un incremento del tejido conectivo. Ambos riñones pue-
trata de la disgenesia multiquística renal, que en su den estar casi simétricamente afectados o, en la ma-
variedad bilateral constituye un riesgo para la vida del yoría de los casos, presentar diferencias serias en el
paciente, porque ambos riñones pueden presentar quis- grado de afectación, con características morfológicas
tes múltiples (enfermedad poliquística renal). disímiles que permiten incluir 2 subtipos o variedades:
Potter ha contribuido acertadamente a la inter- II-A y II-B.
pretación de la embriopatogénesis quística renal, me- Subtipo II-A. El riñón está aumentado de volu-
diante una teoría acerca de la poliquistosis renal, que men y presenta una superficie irregular, por la presen-
resume el cuadro clínico-patológico y el pronóstico cia de múltiples quistes redondeados (grandes y
de esta entidad sindrómica, lo que permite establecer medianos), de consistencia friable, que contienen en

ÓN
con facilidad su diagnóstico específico , en función de su interior un líquido claro. Al corte longitudinal se ob-

CI
4 tipos. serva la sustitución de la arquitectura anatómica renal
Tipo I. Riñón poliquístico infantil. Se conoce

UC
por tejido fibroso y abundantes quistes redondos, que
como enfermedad poliquística renal autosómica rece-
OD producen irregularidad en la configuración de la pelvis
siva infantil. Su embriopatogénesis quística se relacio- y los cálices renales, con presencia o ausencia de uréter.
na con el crecimiento longitudinal excesivo y la dilatación Al estudio histológico se observa, por lo regular,
PR

uniforme de los conductos colectores durante la activi- una gran cantidad de tejido fibroso, que rodea y
RE

dad ampular del brote o yema ureteral. Ambos riñones encapsula las pocas nefronas existentes y el sistema
están simétricamente aumentados de volumen y en su de tubos colectores; los corpúsculos renales están dis-
SU

superficie presentan numerosos quistes de variados minuidos en número y presentan diferentes grados de
DA

tamaños (oscilan entre 2 a 3 mm de diámetro) y se desarrollo quístico, con glomérulos pequeños de forma
BI

pueden comprobar al corte por simple inspección, que irregular y presencia de abundante infiltración
I

afectan la corteza y la médula renal. linfocitaria.


OH

Al microscopio se observan enormes dilatacio- Subtipo II-B. Es característica la disminución del


nes en los túbulos colectores y reducción de los túbulos volumen renal, con presencia de pequeñas formacio-
PR

contorneados con pocos glomérulos normales presen- nes quísticas en su superficie externa (al corte longi-
tes en la zona subcapsular. Se suelen presentar aso- tudinal se pueden observar pequeñas), así como
ciados a hiperplasia de los conductos biliares y quistes formaciones nodulares de color blanquecino, que com-
hepáticos. Con el desarrollo del niño se presenta un prometen la arquitectura renal normal, con uréter pre-
deterioro progresivo de la función renal, que se agrava sente o ausente. En el estudio histológico se comprueba
por la repercusión de la hipertensión arterial. la sustitución del parénquima renal por tejido fibro-
Los cuidados deben ir dirigidos a la prevención so o cartilaginoso, que rodea y encapsula los pocos
de los efectos metabólicos de la insuficiencia renal cró- corpúsculos renales dilatados existentes, y abundante
nica y su preparación para el trasplante renal. infiltración linfocitaria.
Tipo II. Riñón poliquístico del recién naci- Casi siempre se presentan asociados a otras mal-
do. Clásicamente se describe por la presencia de múl- formaciones congénitas viscerales que pueden compro-
tiples quistes renales de configuración variable, meter el encéfalo (anencefalia, cebocefalia, aneurismas
presentes al momento del nacimiento. Esta variedad cerebrales, etc.).
clínico-patológica de riñones poliquísticos se diagnosti- Tipo III. Riñón poliquístico del adulto. Cons-
ca por ecografía prenatal desde las 14 semanas de tituye la entidad clínico-patológica de presentación en
gestación, aunque con mayor frecuencia su diagnósti- el adulto. En su forma asimétrica, los riñones pueden
co se realiza entre las 16 y 21 semanas. estar muy aumentados de volumen y peso, afectados
10 Urología

por múltiples y variables quistes de diferentes tama- En Cuba, su incidencia anual es de 16 a 20 casos
ños, fácilmente demostrables al examen microscópico en niños menores de 15 años, lo que representa una
y macroscópico en su superficie externa, con pérdida tasa de 0,7 por 100 000 habitantes; su incidencia es
de la delimitación corticomedular; se puede observar similar en uno y otro sexos, y ocurre con mayor fre-
deformación calicial y de la pelvis en secciones cuencia durante la edad preescolar, especialmente a la
longitudinales del riñón a diferentes niveles. edad media de 3,5 años. Estas neoplasias renales no
La afectación quística puede provocar dolor, así son frecuentes en los adultos y los lactantes meno-
como comprometer seriamente la función renal y dar res de 6 meses, aunque se han reportado hallazgos en
lugar a hematurias, infecciones a repetición e insufi- personas jóvenes.
ciencia renal. Su repercusión sistémica conduce inexo- En la mayoría de los casos no se demuestran for-
rablemente a la hipertensión arterial y la anemia, a partir mas de transmisión hereditaria, aunque se ha reporta-
de la tercera década de la vida, aunque se intensifica do transmisión familiar hereditaria con carácter
después de los 40 años. dominante o recesivo, a partir de mutaciones gaméticas,
Su embriopatogénesis se relaciona con la falta de que afectan el gen supresor del tumor de Wilms (WT1),
unión entre las nefronas originadas del blastema
en la banda 13 del cromosoma 11 (11p13) y más rara-
metanéfrico con los tubos colectores derivados de la
mente en la banda 15 del cromosoma 11 (11p15), o por
yema o brote ureteral, además, se le atribuye impor-
afectación del segundo loci, denominado WT2, con
tancia a una falta de involución de nefrones primitivos
la expresión fenotípica del síndrome de Beck with-
vestigiales con terminación ciega, que normalmente

ÓN
-Wiedeman, caracterizado por gigantismo, macroglosia,
deben involucionar y regresar, y ulteriormente se acti-

CI
van, sin continuidad con los túbulos colectores, formando hernia umbilical, hiperplasia renal y pancreática, con o
sin diabetes mellitus.

UC
quistes por dilatación en varios niveles de la longitud
de las nefronas y/o en los corpúsculos renales. OD Se asocian con otras malformaciones congénitas
Se han observado quistes hepáticos y pancreáticos del riñón y las vías urinarias, por ejemplo, riñón “en
herradura” y ureterohidronefrosis contralateral por es-
PR
en el bazo, la tiroides y los ovarios, asociados a la
disgenesia renal poliquística, así como también aneu- tenosis ureterovesical congénita, y con mayor frecuen-
RE

rismas de las arterias cerebrales y fibrosis hepática cia a criptorquidia, hipospadia, seudohermafroditismo,
disgenesia gonadal y otros defectos congénitos viscera-
SU

con hipertensión portal.


Tipo IV. Displasia quística cortical. Se carac- les. Por lo general presentan un cariotipo normal, aun-
DA

teriza por pequeños quistes ovales subcapsulares, pre- que cuando se asocian a aniridia existe deleción de un
BI

sentes al nacimiento, con mayor o menor grado de fragmento del brazo corto en el cromosoma 11 (11p13).
I

evolución durante la infancia, originados en uno o am- La embriopatogénesis del tumor de Wilms se de-
OH

bos riñones, secundariamente a fenómenos de dilata- termina por la persistencia del blastema metanéfrico
PR

ción durante la vida fetal en los espacios de Bowman, indiferenciado durante la infancia, que se origina por
de nefronas normalmente diferenciadas durante la histo- un fallo en la diferenciación embriológica de zonas o
génesis del blastema metanéfrico. áreas focales blastemales, debido a un error en el con-
Su patogenia es el resultado de defectos obstruc- trol geneticomolecular de la expresión del gen supre-
tivos del flujo urinario al nivel de la uretra, las válvulas sor del tumor de Wilms, responsable de la regulación
uretrales, el uréter, algunas porciones del sistema co- geneticomolecular del desarrollo nefrogénico.
lector urinario, o en la unión de la cápsula de Bowman Las características anatomopatológicas esenciales
con los túbulos. El oligohidramnios se puede presentar del tumor de Wilms están dadas por 3 componentes histo-
como un factor importante asociado a la gestación. lógicos distintivos: blastemal, epitelial y mesenquimal.
Blastemal. Está constituido por células pequeñas,
Nefroblastoma o tumor de Wilms indiferenciadas, que contienen escaso citoplasma; nú-
cleos hipercromáticos que presentan múltiples imáge-
Por su carácter neoplásico y elevado grado po- nes mitóticas y forman pequeños islotes y/o cordones,
tencial de invasión metastásica extrarrenal precoz, se conformadas por estructuras celulares epiteliales tubu-
considera uno de los tumores de mayor malignidad en lares, con ausencia de glomérulos y/o presencia de
pediatría, aunque su pronóstico es bueno después del glomérulos mal definidos morfológicamente, distribui-
tratamiento. dos por el estroma renal.
Generalidades 11
Epitelial. Forma estructuras tubulares y glomeru- mos polares inferiores están a 5 o 6 cm. Su cara o su-
lares con aspecto primitivo (embrionario). perficie anterior está orientada en posición anterolateral,
Mesenquimal. Su aspecto es fibroblástico, mientras la cara o superficie posterior está orientada
mixoide o fibromixoide; es menos común la diferencia- posteromedial, por lo cual no posee un perfecto aplana-
ción a músculo esquelético, músculo liso, hueso, cartí- miento anteroposterior.
lago, tejido adiposo o tejido neuroglial (elementos En el hombre adulto cada riñón sano pesa entre
heterólogos). 140 y 150 g; en la mujer es ligeramente menor y alcan-
La estadificación del tumor de Wilms es de gran za por lo regular alrededor de 125 g. Generalmente
importancia diagnóstica, pronó stica y terapéutica. miden entre 10 y 12 cm de longitud, 6 cm de ancho y 3 o
4 cm de espesor.
Envolturas y fijación. Cada riñón está rodeado
Anatomía funcional de los riñones por una cápsula delgada o envoltura fibrosa, constitui-
y las vías urinarias da básicamente por 3 capas o estratos, firmemente
unidos, que le permiten adaptarse a determinadas fun-
El aparato urinario está constituido por los riño- ciones mecánicas de fijación, protección y facilitar la
nes, que tienen la función de secretar la orina; los con- filtración con su actividad contráctil.
ductos excretores (cálices, pelvis renal y uréteres), que El estrato más externo es fibroso, mientras el es-
poseen la función de conducir la orina desde los riño- trato medio es muscular y está constituido por fibras
musculares lisas; el estrato o capa interna está adheri-

ÓN
nes hasta un reservorio dilatado (la vejiga) donde se
almacena la orina entre las micciones, para ulterior- do firmemente al parénquima renal, aunque en el riñón

CI
mente ser evacuada por la uretra hacia el exterior. sano normalmente la cápsula fibrosa puede ser despe-

UC
gada con facilidad. Inmediatamente, por fuera de esta
OD cápsula fibrosa existe una capa de tejido adiposo laxo,
Riñones denominada cápsula adiposa del riñón, de gran interés
PR
clínico como medio de fijación, en relación con la ptosis
Situación. Los riñones están situados en la pa- renal en sujetos extremadamente delgados.
RE

red posterior del abdomen, en posición retroperitoneal, Normalmente la cápsula adiposa del riñón pre-
SU

a cada lado de la última vértebra torácica y de las 2 pri- senta variaciones en su espesor, en relación con la edad
meras lumbares. Normalmente, el riñón derecho está y el grado de nutrición de los individuos.
DA

situado algo más bajo que el izquierdo. Inmediatamente por fuera de la cápsula adiposa
BI

Forma, color, consistencia, dimensiones, del riñón y en íntima unión con ella, existe una envoltu-
I

peso, orientación y configuración externa. Cada ra fibrosa perirrenal, denominada fascia renal o fascia
OH

riñón tiene forma de haba o de habichuela alargada, perirrenal, que conjuntamente con la cápsula adiposa
PR

parecido a un frijol. Poseen una superficie lisa, son de contribuye a mantener los riñones en su situación y
color rojo oscuro y presentan 2 extremidades: superior orientación normales. La envoltura fibrosa perirrenal o
e inferior, denominadas también polos renales, además, fascia renal posee 2 características significativas: en
primer lugar, es una dependencia de la fascia subpe-
1 región interpolar, 2 caras o superficies convexas y
ritoneal, constituida por tejido conjuntivo, que refuerza
2 bordes bien manifiestos. El borde convexo se orien-
el peritoneo y contribuye a la fijación y protección del
ta hacia su porción lateral, mientras el cóncavo, orien-
riñón, para lo cual, a lo largo de su borde lateral, se
tado medialmente, está escotado en su porción media, divide en 2 hojas o fascias: una ventral y otra dorsal,
donde presenta el hilio renal, punto de entrada de la que se extienden sobre las caras o superficies ventral
arteria renal y nervios, y salida de la vena, los vasos y dorsal del riñón, hasta los extremos superior e infe-
linfáticos y el uréter. rior de los polos renales. En segundo lugar, la hoja o
El eje mayor de cada riñón posee una ligera orien- fascia que pasa por delante del riñón se denomina fascia
tación oblicua, de tal manera que existen diferencias prerrenal y la que pasa por detrás, fascia retrorrenal.
topográficas ostensibles entre los bordes mediales de Ambas se unen entre sí, al nivel del hilio, con los ele-
los extremos polares; así, el borde medial, correspon- mentos del pedículo renal.
diente al extremo po lar superior de cada riñón La fascia renal entre el riñón y la glándula
contralateral, se halla a 3 o 4 cm de distancia de la línea suprarrenal origina una expansión fibrosa, denominada
media, mientras que los bordes mediales de los extre- lámina intersuprarrenorrenal, que separa la cápsula
12 Urología

adiposa del riñón de la cápsula adiposa de la glándula Durante el desarrollo renal, parte del tejido cortical
suprarrenal y mantiene al riñón fuertemente fijado a la se extiende hacia los espacios entre las bases de las
glándula suprarrenal, limitando su movilidad, y confor- pirámides renales adyacentes y forma las columnas
ma una envoltura que encapsula por completo a este renales de Bertini, mientras la médula crece hacia la
órgano, en asociación con la glándula suprarrenal. corteza por medio de rayos finos que forman los rayos
La fascia retrorrenal contribuye a la fijación del medulares.
riñón, ya que en su región superior está firmemente Cada pirámide renal, con su corteza suprayacente,
unida al diafragma, y en su región media y caudal, por conforma un lóbulo renal, que en el adulto presenta
medio del grueso cuerpo adiposo pararrenal, a la fascia una superficie lisa y carece exteriormente de límites
del músculo cuadrado lumbar. precisos, a diferencia del periodo fetal y de lactancia
La existencia de grandes vasos, arterias y venas, en que existe una superficie renal irregular, dada por la
saliendo y penetrando en dirección transversal por el presencia de surcos que corresponden internamente
hilio renal, desde la aorta y la vena cava inferior, tam- con los límites de los lóbulos renales, expresión de la
bién proporcionan fijación y protección a los riñones, multilobularidad característica del riñón multipiramidal
en relación con los cambios de presión intraabdominal, de la especie humana.
producto de la contracción de la prensa abdominal. Un lobulillo renal constituye una unidad funcional
Así, la fijación de los riñones, en su situación y menor, que comprende un rayo medular (cortical); las
orientación normal, es asegurada fundamentalmente unidades renales o nefronas, que drenan en él, y la
por la fascia renal, la cápsula adiposa, los vasos rena- continuidad del rayo en una pirámide medular. En la

ÓN
les y el lecho muscular. corteza, los lobulillos están limitados por vasos sanguí-

CI
Configuración interna. En un corte sagital del neos interlobulillares, orientados en sentido radial.

UC
riñón (Fig. 1.11) se pueden describir 2 zonas perfecta- La estructura histológica del riñón está constitui-
mente diferenciadas: la más externa es la corteza, de
OD da por un parénquima y un estroma. El estroma renal
color rojo oscuro y aspecto granuloso, situada por de- está formado por tejido conjuntivo laxo, rico en células
PR
bajo de la cápsula y la más interna, la médula, de color y fibras reticulares, y el parénquima, por las nefronas,
más claro. La médula renal se divide en 8 a 12 masas que constituyen la unidad estructural y funcional del
RE

de tejido, de forma cónica, denominadas pirámides re- riñón.


SU

nales. La base de cada pirámide se localiza en el límite Las nefronas tienen una estructura epitelial, con
entre la corteza y la médula renal, mientras el vértice o una configuración tubular alargada y tortuosa, que co-
DA

ápice termina en las papilas renales que penetran li- mienza en una dilatación ciega (la cápsula glomerular),
BI

bremente en los cálices renales. en forma de receptáculo o copa de doble pared, que en
I

su concavidad contiene una red capilar (el glomérulo);


OH

se continúa con un túbulo no ramificado, que termina


PR

distalmente y se une a un conducto colector. La longi-


tud de los túbulos de cada nefrona oscila entre 18 y
50 mm, mientras la longitud de todas las nefronas se
calcula en cerca de 100 km.
Los conductos colectores se inician en la corteza
renal, donde conforman los rayos medulares; luego
pasan a la médula y al nivel del ápice de las pirámides
desembocan en el conducto papilar.
En la estructura morfofuncional de la nefrona se
distinguen 4 porciones principales: el corpúsculo renal,
la porción proximal o túbulo contorneado proximal, el
asa de Henle, con las porciones descendente y ascen-
dente, y la porción distal o túbulo contorneado distal.
La disposición del túbulo contorneado distal adyacente
al tallo glomerular le concierne una especial significa-
ción fisiológica, ya que en este punto la superficie
Fig. 1.11. Forma del riñón. tubular conforma la mácula densa, región adyacente y
Generalidades 13
en contacto íntimo con las arteriolas glomerulares hacia atrás. Guyton-Hall y colaboradores han calcula-
aferentes y eferentes, que en conjunto constituyen el do que en un varón normal de 70 kg, el riego sanguíneo
aparato yuxtaglomerular en el hilio del glomérulo. de ambos riñones es de unos 1 200 mL/min, lo que
El aparato yuxtaglomerular participa en la regu- representa 21 % del gasto cardiaco.
lación (absorción y excreción) del sodio, producción La arteria renal derecha posee una longitud de
de renina, modificaciones en la zona glomerular de la 3 a 5 cm, se origina en la superficie derecha de la
corteza suprarrenal, producción de aldosterona y en aorta, al nivel de la primera vértebra lumbar, mientras
los estadios hipertensivos. que en el lado izquierdo posee menor longitud, e igual-
Cada riñón está constituido aproximadamente por mente se origina de la superficie izquierda de la aorta.
un millón de nefronas, de las cuales 80 % se encuentra Las arterias renales proporcionan pequeñas ra-
situado casi por completo en la corteza renal, denomi- mas arteriales, dirigidas a la cápsula adiposa del riñón.
nadas nefronas corticales, mientras 20 % restante po- Ulteriormente la arteria renal, antes de penetrar por el
see los corpúsculos renales. Las porciones proximales hilio renal, unida al uréter y la vena homónima, se pue-
y distales se localizan en el límite entre la médula y la de dividir, en forma variable, en 2, 3 o 4 ramas termina-
corteza renal, por ello se denominan nefronas yuxta- les que se introducen en el seno renal, sin formar
medulares. anastomosis.
En general, la corteza y la médula renal contie- Con mayor frecuencia, en cada riñón se loca-
nen diferentes porciones de las nefronas. La médula lizan 3 ramas: 2 tienen relación ventral y 1, dorsal, con
respecto a la pelvis renal, arterias prepiélicas y

ÓN
renal está constituida por los corpúsculos renales y las
retropiélica, que constituyen arterias segmentarias que

CI
porciones distales y proximales de las nefronas, mien-
irrigan sus polos (arterias polares superior e inferior);
tras la médula consta de las partes descendentes y

UC
la otra rama irriga su porción central y se denomina
ascendentes del asa de Henle, así como de las porcio-
OD arteria interpolar (Fig. 1.7).
nes terminales de los tubos colectores y los conductos
En las arterias renales se suelen presentar ano-
papilares.
PR
malías, dadas por la existencia de arterias renales ac-
Tubo urinífero. Cada tubo urinífero está consti-
cesorias que nacen directamente de la aorta; en la
RE

tuido por 2 estructuras morfológicas básicas: la nefrona


variación más frecuente se dirigen a la porción inferior
y el tubo colector. Desde el punto de vista morfofun-
SU

del hilio y otras veces, al polo inferior del riñón, para


cional ambas constituyen una unidad tubular continua, constituir la arteria polar inferior extrahiliar. General-
DA

donde la nefrona asegura la secreción urinaria y el tubo mente cruzan por delante del uréter y provocan su com-
BI

colector conduce la orina hacia la pelvis renal. presión e hidronefrosis secundaria.


I

Riego sanguíneo. La circulación sanguínea del En el parénquima renal cada arteria segmentaria
OH

riñón posee gran importancia clínico-patológica para polar se divide en ramas, para irrigar 3 o 4 pirámides
PR

asegurar la homeostasis hidromineral del organismo, renales y las regiones corticales correspondientes (zona
ya que sus alteraciones pueden repercutir directamen- de irrigación denominada rénula); así, se forman las
te sobre la filtración glomerular y la presión arterial, arterias interlobares, interlobulares o radiales, que se
razón por la cual, producto de su intensa circulación dirigen por las columnas renales de Bertini, hasta la
sanguínea y gran vascularidad, suelen presentar fácil- región de unión corticomedular, en la base de las pirá-
mente lesiones hemorrágicas ante procesos inflama- mides renales; se dividen en arcos arteriales, que cons-
torios infecciosos o no, de carácter severo, así como tituyen las arterias arcuatas o arciformes, las cuales,
también ante traumatismos locales directos o indirec- desde su segmento primitivo original continúan en án-
tos, que se suelen manifestar externamente por la pre- gulo casi recto, paralelas a la superficie renal, sin for-
sencia de sangre en la orina (hematuria), lo cual puede mar anastomosis; se dirigen en forma radiada hacia la
ser un signo de orientación gnoseológica para el médi- periferia cortical, para formar un arco sobre las bases
co y de mucha preocupación para los pacientes. de las pirámides renales, de ahí su nombre de arterias
Cada riñón es irrigado por la arteria renal, rama arcuatas, arqueadas o arciformes. Como no estable-
visceral par de la aorta abdominal, que conduce gran cen conexiones anastomóticas entre sí, al ser ocluida
volumen sanguíneo por minuto a alta presión, a través una arteria interlobar por un trombo, la zona de irriga-
de un diámetro no menor de 6 a 7 mm, con una dispo- ción afectada puede provocar necrosis y originar in-
sición transversal, ligeramente oblicua hacia abajo y farto limitado a un segmento renal en forma triangular.
14 Urología

Desde las arterias arcuatas, arqueadas o arcifor- drena la sangre hacia la vena cava inferior, saliendo
mes se originan ramas laterales, que penetran en la por el hilio renal al lado de la arteria renal y el uréter.
sustancia cortical y forman las arterias intralobulillares; En el sistema yuxtamedular de la circulación
estas adquieren mucha importancia porque se ramifi- sanguínea renal no existen diferencias sustanciales
can en arteriolas glomerulares aferentes de los cor- entre los diámetros de las arteriolas glomerulares
púsculos renales, que se dividen y anastomosan entre aferentes y eferentes, los cuales son casi idénticos,
sí, y forman ovillos o redes capilares glomerulares, que por ello, la presión sanguínea en los capilares de estos
al confluir distalmente conforman las arteriolas glomeru- glomérulos no supera los 40 mm Hg, además, existe
lares eferentes, las cuales presentan características una característica diferencial esencial en la ci rcula-
morfológicas y fisiológicas diferentes a las arteriolas ción posglomerular de las arterias glomerulares eferentes
glomerulares aferentes. Las terminaciones distales de yuxtamedulares, con respecto a sus homónimas cortica-
las arterias intralobulillares irrigan la red capilar de la les, ya que a este nivel dichas arterias no se dividen,
cápsula renal. ramifican y separan inmediatamente después de su
En el sistema cortical de la circulación sanguí- emergencia del ovillo glomerular, sino luego de un ma-
nea, las arteriolas glomerulares eferentes son aproxi- yor trayecto descendente; siguen, entonces, un curso
madamente 2 veces menores por el diámetro, que las recto centrípeto, penetran en la médula radialmente y
arteriolas glomerulares aferentes, lo cual repercute en conforman una curva en asa u horquilla, que regresa a
la circulación sanguínea de los capilares de las nefronas la corteza interna para drenar en las venas arqueadas.
corticales y provoca niveles elevados de presión san- Con ello se facilita la irrigación de las regiones parame-

ÓN
guínea (de 70 a 90 mm Hg). dular y medular del riñón.

CI
Las arteriolas glomerulares aferentes superiores Es muy importante tener presente que se dividen
y ramifican repetidas veces, y originan en la región de

UC
irrigan las nefronas corticales, mientras que las
arteriolas glomerulares aferentes inferiores irrigan las
OD la corteza interna y la médula externa, un retículo de
nefronas yuxtamedulares, de esta manera, en los riño- capilares peritubulares que forman anastomosis arterio-
nes se destacan las circulaciones sanguíneas cortical y venosas peritubulares al nivel de la corteza interna y la
PR

yuxtamedular, relacionadas con la irrigación zonal de médula externa.


RE

nefronas corticales y yuxtamedulares respectivamen- En su trayecto ulterior las arterias glomerulares


te, por ello, se establecen diferencias fisiológicas sus- eferentes yuxtamedulares se continúan hacia la médu-
SU

tanciales en la regulación de la excreción urinaria, la la renal, originan las arteriolas rectas falsas o vasos
DA

presión hidrostática y la uropoyesis entre la región rectos falsos que descienden a distancias variables
BI

cortical y yuxtamedular. dentro de las pirámides, y constituyen largas asas


I

Asimismo, existen características morfológicas y vasculares, que se continúan nuevamente en forma


OH

fisiológicas diferenciales, en relación con la circula- ascendente para formar las venas rectas.
ción posglomerular de los capilares originados de las Las ramas laterales de las arteriolas rectas fal-
PR

arteriolas glomerulares eferentes en ambas regiones, sas forman un retículo de anastomosis arteriovenular,
por ejemplo, el diámetro de las arteriolas glomerulares a partir de capilares peritubulares al nivel de la médula
eferentes de las nefronas corticales es menor que el externa para complementar la irrigación de las nefronas
diámetro de las arteriolas eferentes glomerulares yuxtamedulares y distalmente formar anastomosis arte-
yuxtamedulares. riovenosas, por donde la sangre, ulteriormente, drena
Por otra parte, las arteriolas glomerulares eferentes hacia las venas.
en la región cortical, se dividen, ramifican y separan La microscopia electrónica de la médula externa
inmediatamente después de su emergencia del ovillo revela que los vasos arteriales descendentes o arteriolas
glomerular y originan una segunda amplia red capilar, rectas falsas poseen un endotelio más grueso que los
formada por los capilares peritubulares, que rodean las vasos ascendentes o venas rectas, así como también
nefronas corticales y los rayos medulares cercanos, y que ambos vasos poseen una disposición regular en
constituyen el retículo o red peritubular cortical, carac- estrecha aproximación, lo que facilita el intercambio
terizado por un flujo sanguíneo rápido. de sustancias entre los compartimientos intra y extra-
La red peritubular cortical continúa en los vasos vasculares, y constituye un sistema de rete mirabile
del sistema venoso; estos se organizan paralelamente conjugatum, función que a su vez es facilitada por la
a los vasos arteriolares, y de manera progresiva drenan existencia de fenestraciones endoteliales en los vasos
las venas interlobulillar, arcuata, interlobar y renal, que rectos ascendentes venosos, que permiten un intercambio
Generalidades 15
rápido de sustancias difusibles entre ambas ramas, por extiende a lo largo del borde lateral del riñón, entre las
un sistema de intercambio en contracorriente. arterias suprarrenales y la rama testicular u ovárica.
Así, el aporte de oxígeno de la médula se origina En el drenaje venoso de la cápsula adiposa se
de los glomérulos de las nefronas yuxtamedulares, aun- distingue un arco venoso exorrenal, homónimo al
que la velocidad del flujo sanguíneo de las largas asas arterial, formado a partir de una red venosa perirrenal
de los vasos rectos es mucho menor que la del retículo que drena en las venas vecinas: renal, suprarrenales,
cortical, como resultado de ello, el flujo sanguíneo a cólicas, ureterales, frénicas inferiores y en las vénulas
este nivel es muy reducido y la médula interna posee estrelladas (Fig. 1.12).
un escaso aporte de oxígeno, que fisiológicamente se
relaciona con el hecho de que la mayor parte de la
energía producida en la médula interna se realiza, al
parecer, por glucólisis anaerobia.
Existen evidencias experimentales de que en de-
terminadas condiciones de estrés se puede provocar
una resistencia aumentada en los vasos corticales, que
conduce a la reducción del flujo por zonas o a la aboli-
ción total de la irrigación del flujo sanguíneo, mientras,
por el contrario, en la región medular persiste la circu-
lación sanguínea, relativamente constante.

ÓN
El drenaje venoso tiene una disposición similar al

CI
arterial, con excepción del ovillo glomerular y sus
arteriolas aferentes y eferentes, donde no existen com-

UC
ponentes venosos homónimos. En la corteza, los capi-
OD
lares se reúnen en pequeñas vénulas, las venas estrelladas,
que luego se unen para drenar en las ve nas inter-
PR

lobulillares; estas drenan hacia la médula, reciben


RE

tributarias de todos los niveles de la corteza y se unen


para formar las venas arqueadas o arciformes que tam-
SU

bién reciben vasos rectos que ascienden desde las pi-


DA

rámides medulares. Las venas arqueadas drenan en


BI

las venas interlobulares que se dirigen hacia el hilio


I

renal y finalmente forman la vena renal.


OH

A diferencia de las arterias, las venas en su tra-


yecto intrasinusal presentan numerosas anastomosis.
PR

La vena renal derecha, al salir del hilio, se en-


cuentra situada en posición prearterial y transversal;
mide de 3 a 4 cm de longitud y termina en el lado dere- Fig. 1.12. Arco vascular exorrenal.
cho de la vena cava inferior, mientras que la vena re-
nal izquierda es más larga, debido a que debe cruzar la Drenaje linfático. El drenaje linfático tiene gran
línea media, pasando por delante de la aorta, debajo de importancia morfofisiológica y clínico-patológica, por-
la arteria mesentérica superior, para terminar en el lado que en los riñones la circulación sanguínea y linfática
izquierdo de la vena cava inferior. Es importante re- posee un carácter funcional más que nutricia, dirigida
cordar que recibe las venas ováricas en el sexo feme- básicamente al filtrado glomerular, que pasa hacia la luz
nino, o testicular en el sexo masculino; finalmente de la nefrona para, gracias al elevado contenido de
termina en la vena cava inferior. coloides existente en este, ser reabsorbido nuevamen-
La cápsula adiposa del riñón recibe la irrigación te y regresar, en parte, a los capilares sanguíneos y
de ramas arteriales que se anastomosan entre sí, pro- linfáticos, así, en el parénquima renal los capilares no
cedentes de la arteria renal; la arteria suprarrenal, de producen líquido intersticial, sino que solamente lo ab-
la testicular u ovárica, las arterias cólicas derecha e sorben sobre la base de su elevada actividad resortiva
izquierda, las lumbares y a veces de la misma aorta, tisular, razón por la cual no se observan vasos linfáticos
que forman un arco vascular arterial exorrenal, que se en los glomérulos ni en el interior de los lobulillos renales,
16 Urología

no así en los lugares donde existen formaciones consi- todas las ramificaciones arteriales, de las cuales reci-
derables de tejido conectivo, especialmente en asocia- ben a su vez soporte y comparten su distribución.
ción con los vasos sanguíneos. Básicamente participa el plexo solar, a través o
En el riñón, los vasos linfáticos se dividen en su- por intermedio de los ganglios aorticorrenales y el ner-
perficiales y profundos, derivados de la existencia de vio esplácnico menor, así como de sus ramas viscerales
una red de capilares linfáticos, originada en la cápsula y vasculares, que siguen a cada lado el trayecto de la
renal, y otra en asociación con los vasos renales ma- arteria renal y constituyen a su alrededor un plexo se-
yores, originada en el parénquima renal. Los linfáticos cundario, denominado plexo renal. La inervación sim-
superficiales proceden de las envolturas capsulares pática procede del plexo renal, por medio de nervios
renales y el peritoneo, mientras que los profundos se que cursan con las arterias, provenientes de los ganglios
extienden a través de los espacios interlobulillares. del plexo celiaco, el esplácnico menor y el esplácnico
mayor.
Ambas redes linfáticas se comunican por conductos
Los túbulos renales se inervan por los sistemas
linfáticos anastomóticos, donde los plexos periarteriales
simpático y parasimpático, aunque existen terminacio-
son más ricos en linfáticos que los plexos perivenosos.
nes polivalentes, donde un ramito del nervio termina en
Estos 2 sistemas de vasos linfáticos confluyen,
un túbulo renal y el otro, en el pilar. Existen considera-
en su mayor parte, hacia el seno renal; ulteriormente ciones acerca de que la inervación simpática compro-
siguen el trayecto de los vasos sanguíneos renales; el mete todos los vasos sanguíneos del riñón, incluyendo
drenaje eferente del riñón se produce por el hilio hacia los glomérulos y las arteriolas glomerulares aferente y
los nódulos linfáticos regionales, de forma distinta en el

ÓN
eferente, razón por la cual estímulos simpáticos poten-
riñón derecho que en el izquierdo.

CI
tes pueden producir vasoconstricción de las arteriolas
En la corteza renal existe una red de capilares renales.

UC
linfáticos que rodea los túbulos y corpúsculos renales, En su trayecto, el plexo renal presenta abundan-
desde donde la linfa drena hacia los capilares linfáticos
OD tes fibras y filetes nerviosos, y en forma variable, pe-
que rodean las arterias y venas interlobulillares. El dre- queños ganglios nerviosos, de los cuales el más
PR

naje linfático progresa desde los linfáticos de primer constante es el ganglio renal posterior, situado detrás
RE

orden, hacia los linfáticos colectores mayores, de se- de la arteria renal.


gundo, tercer y cuarto órdenes; así, la linfa drena hacia Función. En general, la función renal regula el
SU

los capilares linfáticos que rodean las arterias y venas volumen y la composición de los líquidos corporales,
arqueadas, las que a su vez continúan drenando hacia ya que el plasma de la sangre es filtrado y procesado
DA

los capilares linfáticos de la médula renal que rodean 60 veces cada día. El líquido filtrado por los capilares
BI

las arterias y venas rectas. glomerulares no posee proteína ni elementos glomeru-


I

lares, razón por la cual la presencia de elementos celu-


OH

Los linfáticos de cuarto orden desembocan en los


senos interlobares del riñón, se agrupan a la derecha e lares en la orina se debe considerar patológica y, por
PR

izquierda, y forman los colectores linfáticos anteriores, tanto, conducirá al médico a la búsqueda de su causa.
medios y posteriores. La vías anteriores, en situación Por otro lado, los riñones regulan la homeostasis
prevenosa, y las vías linfáticas medias, situadas entre mediante la eliminación de los catabolitos de desechos
que son productos del metabolismo de las sustancias
las arterias y las venas, drenan hacia los nódulos
ingeridas, lo cual se logra por el filtrado del plasma
linfáticos lateroaórticos, mientras las vías posteriores,
sanguíneo y la excreción de productos potencialmente
situadas en posición retropiélica y retroarteriales, drenan
tóxicos al organismo, por ejemplo, la urea, la creatinina
a los ganglios linfáticos retrocavos en el lado derecho y el ácido úrico, derivados del metabolismo de las pro-
y a los ganglios linfáticos lateroaórticos en el lado iz- teínas; la bilirrubina, derivada del metabolismo de la
quierdo. hemoglobina y los metabolitos de algunas hormonas,
Inervación. La inervación renal, en sentido ge- fármacos, etcétera.
neral, responde a su intenso grado de actividad circu- Paralelamente a estas funciones básicas, los ri-
latoria sanguínea y su gran vascularización, razón por ñones participan en la regulación de los equilibrios
la cual posee una compleja regulación nerviosa me- hídrico y electrolítico, de la presión arterial, del equili-
diante los nervios eferentes simpáticos, parasimpáticos brio ácido-base, de la formación de eritrocitos, en la
y fibras nerviosas posterorradiculares aferentes, que síntesis de glucosa e intervienen en la homeostasis de
se disponen en plexos alrededor de la arteria renal, con la gluconeogénesis y en la regulación de la formación
la cual penetran en el hilio renal y cursan el trayecto de de 1-25 dihidroxivitamina D3.
Generalidades 17
Por estas razones, en la insuficiencia renal agu- ¿Qué tipo de sustancias se deben tener pre-
da, cuando los riñones dejan de funcionar de manera sentes durante la formación de la orina? Durante
brusca, o en la insuficiencia renal crónica, cuando se la formación de la orina se deben tener presente 4 ti-
produce la pérdida progresiva y global de las funciones pos de sustancias: en primer lugar, las sustancias de
renales, los riñones pierden la capacidad de mantener fácil filtración por los capilares glomerulares, pero que
la homeostasis del organismo, al perder la posibilidad no se reabsorben por los túbulos renales, por ejemplo,
de realizar un filtrado efectivo del plasma sanguíneo, creatinina, urea y ácido úrico, derivadas del metabolis-
con la pérdida del control de la excreción de los pro- mo de las proteínas. Normalmente estas sustancias se
ductos catabólicos del metabolismo. excretan en grandes cantidades por la orina, razón por
Se producen, entonces, elevadas concentracio- la cual se debe controlar su ingestión durante la insufi-
nes de urea, creatinina y ácido úrico en sangre, ciencia renal.
hipertensión arterial, edema generalizado, alteraciones En segundo lugar, las sustancias de fácil filtra-
del equilibrio ácido-base y anemia. ción, pero que se reabsorben parcialmente, en mayor o
¿Cómo se forma la orina? La orina se forma menor grado en los túbulos renales, y regresan por
por medio de la filtración del plasma sanguíneo en los reabsorción a la sangre, por lo cual su excreción urina-
glomérulos, seguido de la reabsorción y la secreción ria es inferior a la filtración glomerular; entre estas se
tubular. encuentran algunos electrólitos del cuerpo. De esta for-
En un adulto normal el filtrado glomerular prome- ma, los iones de sodio, cloro y bicarbonato se reabsorben
dio es de 125 mL/min, equivalente a 180 L/día, lo cual en los túbulos renales y solamente aparecen en la ori-

ÓN
constituye 20 % del flujo plasmático renal. El líquido se na (en pequeñas cantidades).

CI
filtra en los capilares glomerulares, como respuesta a En tercer lugar, las sustancias de fácil filtración

UC
la elevada presión hidrostática que presenta la red ca- por los capilares glomerulares, pero que no se excretan
pilar glomerular. Los solutos filtrados dependen de su
OD por la orina, porque toda su concentración filtrada se
peso molecular, diámetro y carga bioeléctrica. reabsorbe en los túbulos renales y regresa a la sangre,
por ejemplo, aminoácidos y glucosa.
PR
El filtrado glomerular discurre al interior de la cáp-
sula de Bowman, túbulo contorneado proximal, desde En cuarto lugar, un grupo especial de sustancias
RE

donde circula hacia el asa de Henle, que desciende de fácil filtración glomerular, pero que no se reabsorben
o se reabsorben mal, y se incrementan por nuevas can-
SU

hacia la médula renal por sus ramas descendente y


ascendente, mientras el líquido filtrado circula por los tidades que circulan en la sangre por los capilares peritu-
DA

túbulos. Progresivamente su composición se va modi- bulares, para pasar entonces de la sangre a los túbulos.
BI

ficando, debido a la reabsorción de agua y de determi- Poseen tasas elevadas de excreción urinaria; se acla-
I

nados solutos que se van reintegrando a la sangre, o ran rápidamente de la sangre y se excretan por la ori-
OH

bien por la secreción de otras sustancias que pasan na; entre estas se encuentran las sustancias tóxicas
(venenos), consideradas extrañas, y agentes químicos,
PR

desde los capilares peritubulares hasta el interior de


los túbulos renales. por ejemplo, plaguicidas, en los casos de intoxicación
La porción distal de la rama ascendente es más accidental o intencional.
La reabsorción tubular es cuantitativamente más
gruesa, por ello se denomina porción gruesa de la rama
importante que la secreción tubular dentro del proceso
ascendente del asa de Henle, y se continúa en la cor-
de formación de orina, pero la secreción desempeña
teza renal con un segmento corto que constituye la
una función importante en la regulación de las cantida-
mácula densa, la cual tiene una función específica en
des de iones de potasio y de hidrógeno que se excretan
la regulación de la actividad funcional de las neuronas; por esta vía.
posteriormente el líquido fluye y circula hacia el túbulo La filtración glomerular, la reabsorción y la se-
contorneado distal, que se continúa con el túbulo de creción tubular se regulan de acuerdo con las necesi-
conexión del túbulo colector cortical. Entre 8 y 10 con- dades del organismo para asegurar la homeostasis, así,
ductos colectores corticales unidos forman un tubo por ejemplo, cuando aumenta el sodio en el cuerpo,
colector mayor que continúa hacia la médula renal y incrementa su filtración glomerular, disminuye su
se transforma en el tubo colector medular. Los con- reabsorción y, por lo tanto, disminuye su excreción en
ductos colectores confluyen para formar conductos la orina.
colectores mayores que finalmente drenan en la pelvis ¿Cómo varía la capacidad de filtración
renal por intermedio de las papilas renales. glomerular de los solutos durante la formación de
18 Urología

la orina? La capacidad de filtración varía en depen- En el proceso de filtración glomerular influye, ade-
dencia de la integridad de la barrera de filtración, su más, de manera importante, el equilibrio de las fuerzas
peso molecular, diámetro y carga bioeléctrica. La ba- hidrostáticas y coloidosmóticas, así como también el
rrera de filtración está constituida por un endotelio c a- coeficiente de filtración capilar (Kf), que se determi-
pilar fenestrado, rodeado por una membrana basal, que na, en última instancia, por la permeabilidad de las su-
presenta una red de fibras y fibrillas colágenas que se perficies de filtración de los capilares.
organizan entre grandes espacios de las fenestraciones La hipertensión arterial crónica no tratada y la
endoteliales, a través de las cuales se filtra el plasma diabetes mellitus pueden disminuir la Kf, ya sea redu-
con los solutos pequeños, lo que impide la filtración de ciendo el número de capilares funcionantes o aumen-
las proteínas plasmáticas, en parte, por las fuertes car- tando el grosor de la membrana capilar glomerular, y
gas eléctricas negativas que generan los proteoglicanos, como consecuencia disminuyen su conductividad hi-
por lo cual la membrana basal es el obstáculo principal dráulica y provocan, de manera g radual, insuficiencia
al paso a la filtración de las proteínas plasmáticas. renal.
La superficie externa de la barrera de filtración En los procesos obstructivos de las vías urinarias
es de naturaleza epitelial. Básicamente está constitui- suele aumentar la presión hidrostática en la cápsula de
da por células que poseen grandes expansiones Bowman, lo cual dificulta intensamente el filtrado
protoplasmáticas, parecidas a un pie, denominadas glomerular, que ulteriormente puede disminuir de ma-
podocitos, que permiten mantener la separación exis- nera gradual, a menos que no se resuelva la obstruc-
tente entre los poros o fenestraciones de rendija para ción, y suele conducir a insuficiencia renal.

ÓN
facilitar el paso del filtrado glomerular. Una capacidad

CI
de filtración de uno indica que esa sustancia se filtra
con la misma facilidad que el agua y constituiría la ca- Vías urinarias y conductos excretores

UC
pacidad máxima de filtración; toda fracción inferior a
OD
uno dará el tanto por ciento de filtración con respecto Las vías urinarias comienzan en el seno renal, a
al agua, así, algunos electrólitos y moléculas orgánicas partir de la formación de los cálices renales, y conti-
PR

pequeñas se filtran con gran velocidad, por ejemplo, el núan con la pelvis, los uréteres, la vejiga y la uretra
RE

sodio y la glucosa. (Fig. 1.13). En general constituyen un sistema de con-


Cuando el peso molecular se aproxima al de la al- ductos o vías excretoras urinarias, con la característi-
SU

búmina, la capacidad de filtración disminuye progresi- ca de que sus paredes tienden a engrosarse desde los
vamente, hasta que se acerca a cero. Las grandes cálices menores hacia la vejiga. Internamente están
DA

moléculas con carga eléctrica negativa se filtran con revestidos por una membrana mucosa, poseen una capa
BI

menos facilidad que las moléculas de igual tamaño, car- media muscular y se rodean de una capa adventicia.
I

gadas positivamente, por ejemplo, el diámetro molecular


OH

de la albúmina plasmática es de 6 nm (nanómetro), mien-


PR

tras que los poros de la barrera de filtración glomerular


se han calculado en 8 nm, sin embargo, la filtración de
la albúmina se restringe como resultado de la repulsión
electrostática que experimenta por las cargas negati-
vas de los proteoglicanos de la membrana basal.
Normalmente, las proteínas plasmáticas poseen
una carga negativa, por lo cual la membrana basal de
la barrera de filtración restringe su filtración molecular.
Por otro lado, las sustancias de bajo peso molecular,
como el calcio y los ácidos grasos, no experimentan
una filtración glomerular fácil, porque casi la mitad de
estos se encuentra unida a proteínas plasmáticas.
Durante las nefropatías de cambios mínimos, don-
de las cargas negativas de la membrana basal de la
barrera de filtración se pierden, las proteínas de bajo
peso molecular, como la albúmina, se filtran por los
glomérulos y se detectan en la orina al producir
albuminuria. Fig. 1.13. Constitución de las vías urinarias.
Generalidades 19
La mucosa descansa directamente sobre la capa ción de la parte superior del uréter, que en su base
muscular, sin interposición de la submucosa y hasta el mide entre 20 a 25 mm de altura. Presenta 2 caras o
nivel de la uretra prostática; en toda su extensión po- superficies: anterior y posterior; 2 bordes: uno
see epitelio de transición que descansa sobre la lámina superomedial convexo y otro inferior ligeramente cón-
propia. La porción superior de la vejiga está cubierta cavo; una base, que abarca la porción superior y late-
por una capa serosa peritoneal y las paredes de los ral del seno renal; finalmente presenta un vértice
cálices, la pelvis y los uréteres poseen elementos inferior, que se continúa con el uréter.
contráctiles que facilitan la expulsión de la orina hacia Uréteres. Constituyen un par de conductos, que
la vejiga. en el adulto joven miden entre 25 a 30 cm de longitud,
Seno renal. En la anatomía de la configuración con un diámetro de 4 a 7 mm. Se extienden desde la
interna del riñón tiene gran importancia topográfica el pelvis renal hasta la vejiga urinaria, donde se acumula
seno renal, cavidad por donde discurren los elementos la orina, y descienden en forma casi vertical directa-
del pedículo renal. En cortes transversales de la zona mente sobre la pared abdominal posterior, donde conti-
interpolar, el seno renal conforma una profunda depre- núan caudalmente aplicados a la pared pelviana, hasta
sión cavitaria que contiene: tejido celular y adiposo, su desembocadura en la cavidad vesical. En su tra-
ramificaciones de los vasos renales, nervios, cálices y yecto medial descendente llevan una dirección oblicua
la pelvis renal, limitada por las paredes y el hilio renal. hacia adentro, de manera tal que están separados de 7 a
En un corte sagital del riñón, después de la exéresis 8 cm uno del otro en su origen, mientras que en su
de su contenido, se describe en sus paredes una super- terminación distal solo los separan 2 cm. En su trayec-

ÓN
ficie irregular, dada por las proyecciones de 4 a 10 mm to descendente poseen diferentes porciones:

CI
de altura que presentan las convexidades de las papilas  Abdominal: recorre la cavidad abdominal.

UC
renales, que alternan con depresiones existentes entre  Pélvica: recorre la cavidad pélvica.
estas. Se observan papilas renales simples, caracteri-
OD  Intramural: porción uretral que queda incluida den-
zadas por su tamaño pequeño, y las papilas renales tro de la pared de la vejiga.
PR
compuestas, caracterizadas por su superficie volumi-
nosa y presencia de surcos longitudinales con variable
RE

Cuando los uréteres están vacíos, se aplanan en


profundidad, dados por la fusión de 2 o 3 papilas sim-
sentido anteroposterior, aunque la luz ureteral varía en
SU

ples. El vértice de cada papila se caracteriza por pre-


su trayecto longitudinal porque presenta 4 estre-
sentar el área cribosa, dada por la existencia de 10 a
chamientos, estos se localizan en la porción inicial del
DA

25 orificios, visibles mediante una lupa, que se corres-


uréter, en su continuación desde la pelvis renal, cuando
BI

ponden con la desembocadura de los tubos colectores.


se continúa en el límite entre la porción abdominal y la
I

Cálices renales y pelvis. Los cálices renales


OH

pelviana (pelvis menor), en el trayecto de la porción


son subdivisiones de la pelvis renal. Los cálices meno-
pelviana y cerca de la pared de la vejiga urinaria. En la
PR

res constituyen de 8 a 12 prolongaciones conductales


mujer el uréter es de 2 a 3 cm más corto y la relación
digitiformes, a manera de receptáculos pequeños que
miden aproximadamente 1 cm de longitud; estos se con su porción inferior varía en uno y otro sexos.
insertan, por su extremo proximal más dilatado, a la La pared del uréter está constituida por 3 capas:
base de una papila renal; gracias a esta disposición se 1. Membrana mucosa.
encuentra el aparato del fórnix, el cual presenta 2 músculos: 2. Capa muscular.
uno con fibras en disposición longitudinal y otro en for- 3. Capa adventicia fibroelástica.
ma circular, que participan activamente en la regula-
ción del flujo de la orina, por lo cual no drena a manera Membrana mucosa. Posee un revestimiento
de flujo continuo, sino más bien en forma de sístole y epitelial y una lámina propia. El revestimiento epitelial
diástole alternas, mientras que por su extremo distal se es de tipo transicional, con un espesor de 4 a 5 células,
abren en un cáliz mayor. Por confluencia y fusión distal excepto en la pelvis que es más delgado.
de 2 a 4 cálices menores, se forman entre 2 y 5 cálices Capa muscular. Posee características peculia-
renales mayores, que habitualmente se disponen y con- res porque en los 2/3 superiores está formada por 2 ca-
forman 3 denominaciones: cáliz superior, medio e infe- pas: una capa interna de fibras lisas longitudinales y
rior, los cuales se abren en la base de la pelvis renal. otra capa externa de fibras circulares, mientras el ter-
La pelvis renal es un espacio que conforma una cio inferior posee una tercera capa de fibras muscula-
gran dilatación embuliforme, a manera de prolonga- res, dispuesta longitudinalmente.
20 Urología

Capa adventicia fibroelástica. Constituye la núcleo perineal primitivo, mientras la membrana cloacal
capa más externa del uréter; básicamente está con- se divide en membrana urogenital, situada centralmen-
formada por tejido conectivo fibroelástico. te, y la membrana anal, en situación dorsal.
Los uréteres son inervados por el simpático y en Según Hamilton y Mossman, el seno urogenital
su segmento inferior participa, además, la inervación primitivo está conformado básicamente por 2 porcio-
parasimpática. nes principales, con respecto a la desembocadura de
los conductos mesonéfricos.
Porción superior o cefálica. La porción supe-
Desarrollo de la vejiga y la uretra rior o cefálica, denominada canal vesicouretral, origina
la vejiga urinaria y la uretra primaria. Inicialmente es
El origen embriológico de la vejiga y la mayor
la más voluminosa; se continúa en su extremo superior
parte de la uretra se relaciona con la evolución
con el alantoides, que progresivamente disminuye de
filogenética de la cloaca, que primitivamente, durante
tamaño y regresa por obliteración, formando un cor-
la cuarta semana del desarrollo prenatal humano, cons-
dón fibroso, denominado uraco, que une el vértice de
tituye una cámara endodérmica común, separada del
la vejiga al ombligo y en el adulto constituye el liga-
exterior por la membrana cloacal, que descansa en una
depresión externa denominada proctodeo; internamente mento umbilical medio (Fig. 1.14). En el sexo femeni-
está conformada por la porción terminal dilatada del no la uretra primaria origina la uretra definitiva, mientras
intestino primitivo posterior, que recibe o se continúa en el sexo masculino, la porción superior de la uretra

ÓN
con el alantoides. prostática.
Formación del trígono vesical. Durante la divi-

CI
Primitivamente recibe productos fecales, urina-
rios y reproductores, desde donde son expulsados al sión de la cloaca se producen cambios anatómicos

UC
exterior. Durante el final de la cuarta semana del de- esenciales en las relaciones de desembocadura de los
OD
sarrollo prenatal humano y hasta mediado y final de la conductos mesonéfricos y los primordios ureterales en
séptima, la cloaca se divide en una porción dorsal, de- proceso de desarrollo. Inicialmente los brotes o diver-
PR

nominada conducto anorrectal, y una porción ventral, tículos ureterales surgen como resultado de una
RE

denominada seno urogenital primitivo, por la forma- evaginación dorsal de la porción caudal del conducto
ción de una cresta o tabique mes odérmico transver- mesonéfrico, próximo a su desembocadura en el seno
SU

sal, denominado tabique urorrectal, que crece hacia la urogenital primitivo, por lo cual la porción más caudal e
DA

membrana cloacal. En el sitio de fusión se forma el inferior de cada conducto mesonéfrico, por debajo del
BI
I
OH
PR

Fig. 1.14. Evolución del seno urogenital según sexo.


Generalidades 21
nivel de la desembocadura de los brotes o divertículos vestimiento vesical definitivo de toda la vejiga urinaria
ureterales en los primitivos conductos mesonéfricos, es de origen endodérmico.
se denomina conducto excretor común. Finalmente, el trígono vesical conforma un trián-
El conducto excretor común de cada lado es ab- gulo equilátero, comprendido en el área entre los orifi-
sorbido de manera progresiva por el rápido crecimien- cios uretrales y el orificio uretral interno; posee un origen
to del canal vesicouretral, hasta que finalmente es embriológico diferente al canal vesicouretral, aunque
incorporado en la pared de la vejiga urinaria primitiva su epitelio endodérmico se origina del endodermo del
en desarrollo, de tal manera los extremos inferiores de primitivo canal vesicouretral.
los primordios ureterales desembocan independiente- A la cistoscopia, tanto en el niño como en el adul-
mente en la vejiga; por último, después del tabicamiento to, el trígono es más vascular, internamente una vaina
de la cloaca se puede observar que los conductos muscular especial, que se continúa con la musculatura
mesonéfricos y los uréteres desembocan por separa- ureteral.
dos (Fig. 1.15). Porciones media y caudal del seno urogenital
primitivo. Son de gran interés para el desarrollo de la
uretra masculina y el desarrollo genital; conforman, en
su conjunto, el seno urogenital definitivo o seno
urogenital propiamente dicho. En su desarrollo embrio-
lógico, la porción media del seno urogenital definitivo
está constituida inicialmente por un conducto angosto,

ÓN
denominado porción pelviana del seno urogenital defi-

CI
nitivo, que en el varón origina la porción inferior de la

UC
uretra prostática y toda la uretra membranosa.
OD Inicialmente, la porción inferior del seno urogenital
definitivo es aplanada en sentido lateral y se separa del
PR
exterior por la membrana urogenital; se denomina por-
ción fálica, en el varón origina la uretra peneana y en
RE

la hembra, el vestíbulo de la vagina.


SU

Malformaciones congénitas
DA
BI

de la vejiga urinaria y la uretra


I

Fig. 1.15. Relación de uréteres y conductos mesonéfricos


OH

en la vejiga. Atresia uretral. Suele producir, en grado varia-


PR

ble, presión urinaria retrógrada, con dilatación vesical,


En el desarrollo ulterior se producen cambios en ureteral e hidronefrosis congénita. En su origen suelen
las relaciones de desembocadura de los uréteres y los incidir efectos secundarios, con mayor frecuencia por
conductos mesonéfricos que determinan la formación la hipertrofia del verumontanum o debido a estructuras
de un área triangular, denominada trígono vesical pri- membranosas que hipertrofian las valvas uretrales.
mitivo; para ello los uréteres se desplazan en dirección El desarrollo de la uretra masculina está estre-
craneal y lateral, mientras los conductos mesonéfricos chamente relacionado con la regulación endocrina de
se desplazan en dirección caudal y medial, acercándo- los genitales externos por los andrógenos testiculares
se a la desembocadura de la porción superior del orifi- fetales, donde los complejos dihidrotestosterona, con
cio uretral interno. su receptor, modulan la diferenciación de los genitales
Dado que los conductos mesonéfricos y los externos masculinos al interactuar con el ADN para
uréteres son de origen mesodérmico, la mucosa de controlar la virilización del seno urogenital definitivo,
la vejiga en la región del trígono vesical primitivo  por lo cual es necesaria la participación de la enzi-
es de origen mesodérmico, mientras la región restante, ma 5 alfa reductasa en la transformación bioquímica o
derivada del canal vesicouretral, es de origen endodér- conversión de testosterona a dihidrotestosterona para
mico, aunque con el desarrollo ulterior el revestimiento asegurar, en la formación y modelación del pene, el
mesodérmico del trígono vesical definitivo es sustitui- alargamiento del falo, así como que este tire hacia de-
do por el epitelio endodérmico, de manera que el re- lante los pliegues uretrales, para formar el surco uretral
22 Urología

de revestimiento endodérmico que formará la lámina mando la fístula uracal, donde se puede observar la
uretral, y su ulterior cierre o fusión ventral de los plie- presencia de orina por el ombligo.
gues uretrales sobre la lámina uretral, para formar la La retención de parte de la permeabilidad de la
uretra peneana, además, asegura la formación y pos- luz del alantoides determina la existencia del quiste
terior canalización de la placa o cordón epitelial uracal, mientras la persistencia de la luz de la porción
ectodérmico de la uretra en la porción más distal del superior del alantoides, en continuidad con la vejiga,
falo, que originará la uretra balánica y el meato uretral origina el seno uracal.
externo.
La comprensión de la regulación de la influencia
endocrinomolecular de la testosterona fetal permite Vejiga
interpretar la embriopatogénesis de malformaciones
congénitas uretrales, por ejemplo, las hipospadias, donde Presenta características anatómicas típicas dife-
se produce la fusión incompleta de los pliegues uretrales rentes en el recién nacido, la mujer, el hombre y, ade-
en la cara inferior del pene, con aberturas anormales más, con respecto a sus relaciones anatómicas cuando
de la uretra al exterior, así como también defectos con- está vacía, llena o distendida.
génitos mayores donde puede faltar, en mayor o me- Desde el periodo fetal tardío y los primeros me-
ses de lactancia, la configuración externa de la vejiga
nor grado de dimensión, la fusión de los pliegues
urinaria es periforme porque se presenta en forma alar-
uretrales, hasta conformar una hendidura ventral
gada y dilatada transversalmente en su extremo infe-
peneana escrotal, que ha sido causa de grandes con-

ÓN
rior, situada mayormente hacia el abdomen. Con la
flictos en la historia de la sexología para asignar el sexo
obliteración del uraco después del nacimiento, la vejiga

CI
macrosómico de algunos a varones afectos, que han
urinaria se alarga progresivamente y se va profundi-

UC
dado como hembra a la hora del nacimiento, porque en
zando gradualmente en la cavidad pélvica.
estos casos los pliegues escrotales, por su aumento de
OD En el adulto, cuando la vejiga urinaria está vacía,
volumen fisiológico producto del edema congestivo se encuentra contenida por entero en la cavidad
neonatal, se asemejan mucho a los labios mayores de
PR
pelviana, detrás de la sínfisis del pubis. Es aplanada de
una niña recién nacida, lo que recuerda la existencia arriba a abajo y de adelante para atrás; presenta 1 cara
RE

de un vestíbulo genital femenino normal. superior, 1 anteroinferior, 1 posteroinferior o base, 2 bor-


En los casos de epispadia el fenómeno es menos
SU

des laterales, 1 borde posterior y 3 ángulos.


frecuente y brinda menos conflictos a la sexología, Cuando la vejiga urinaria está distendida, penetra
DA

aunque son de gran interés para la cirugía urológica en grado variable en el abdomen. En general, constitu-
BI

porque se suelen asociar a extrofia vesical; en estos ye un receptáculo biológico para acumular la orina, con
I

casos la desembocadura de la uretra se encuentra en una capacidad permisible (sin causar dolor) entre 500 y
OH

el dorso del pene. En las epispadias el defecto congé- 700 mL. Anatómicamente, en los hombres se sitúa por
nito primario obedece a la posición primitivamente anor-
PR

encima del suelo pelviano y de la próstata, por delante


mal de la formación del tubérculo genital, que originará y encima del recto y de la vesícula seminal, mientras
ulteriormente el falo, al formarse al nivel de la región en la mujer se ubica también por encima del suelo
del tabique urorrectal, por lo cual, una parte de la mem- pelviano, pero por delante del útero y la vagina.
brana cloacal ocupa una situación craneal anormal con La pared vesical está constituida por 3 capas o
respecto al tubérculo genital y cuando esta membrana estratos:
se rompe, la desembocadura del seno urogenital se si- 1. Membrana mucosa.
túa en la porción craneal del pene. 2. Capa muscular.
La extrofia vesical es un defecto congénito en el 3. Capa adventicia fibroelástica.
que la pared posterior de la vejiga queda expuesta al
exterior. Ello es producido embriológicamente por la Membrana mucosa. Es mucho más gruesa que
falta de migración de las células de la línea primitiva la del uréter; su epitelio de transición posee un espesor
alrededor de la membrana cloacal, para realizar ade- de 5 a 6 células en la vejiga vacía, pero solo de 2 o 3 cé-
cuadamente el cierre muscular de la región infraum- lulas cuando está distendida. En la práctica urológica
bilical de la pared abdominal. es importante tener presente que su membrana muco-
Las principales malformaciones congénitas del sa forma pliegues cuando se mantiene vacía, así como
uraco se relacionan con la retención en la permeabili- que en su porción inferior se destaca internamente la
dad de la luz del alantoides en toda su extensión, for- presencia del orificio uretral interno que conduce a la
Generalidades 23
uretra; por detrás de este se encuentra una zona lisa jido conectivo, caracterizada por su fibrolaxitud, dada
de forma triangular, denominada trígono vesical, que por la presencia de abundantes fibras elásticas, en el
en sus ángulos laterales o de base presenta los orifi- seno de una rica red vascular.
cios de desembocadura de los uréteres. El epitelio de la mucosa uretral forma evagina-
Mediante la cistoscopia se realiza el examen ciones seudoglandulares que suelen contener células
vesical directo, de esta manera, con el citoscopio intro- mucosas, aunque existen abundantes glándulas mucosas
ducido a través de la uretra, normalmente se puede uretrales verdaderas, que se abren a través de peque-
observar la mucosa vesical de color rosado, con abun- ños y finos conductos en la luz uretral (glándulas de
dantes vasos sanguíneos en forma de red; también se Littré).
observan pliegues de la mucosa, excepto en el trígono La musculatura está constituida por fibras lisas
vesical donde esta asienta en forma lisa. La lámina longitudinales internas y fibras musculares circulares
propia es de tipo colágeno y posee unas pocas fibras externas, que se continúan con las correspondientes
elásticas. capas musculares al nivel del cuello vesical, donde se
Capa muscular. Está formada por 3 capas, difí- condensan y conjuntamente con las fibras musculares
ciles de identificar al corte. Su capa media es la más estriadas, pertenecientes al músculo constrictor uretral,
manifiesta y se dispone en forma circular. situadas externamente, forman el esfínter vesical.
Capa adventicia fibroelástica. Es de tipo fibro- Capa muscular. Consta de 2 estratos: interno
elástico y la parte superior está cubierta por el pe- longitudinal y externo circular. El estrato externo cir-
ritoneo. cular, al nivel del orificio de salida vesical, está muy

ÓN
Las paredes de la vejiga se irrigan por la arteria engrosado y constituye el esfínter interno de la vejiga.
vesical inferior, rama de la arteria iliaca interna, y por Uretra masculina. La uretra masculina es un

CI
la arteria vesical superior, rama de la primitiva arteria conducto con funciones urinaria y genital, porque en el

UC
umbilical; también contribuyen en su irrigación la arte- hombre constituye, además, la vía de excreción genital
ria renal media y otras arterias contiguas. El drenaje
OD que conduce el semen al exterior durante la eyacula-
venoso se origina en el plexo venoso vesical y drena ción; mide entre 18 y 20 cm de longitud y se extiende
PR
hacia las venas iliacas internas. El drenaje linfático tie- desde la vejiga hasta el extremo distal del glande, en el
ne lugar en los nódulos linfáticos iliacos internos. pene, donde se delimitan básicamente 3 porciones:
RE

La inervación de la vejiga se realiza por el plexo 1. Uretra prostática, que mide 4 cm de longitud.
SU

vesical superior, que contiene nervios simpáticos y 2. Uretra membranosa, que mide 1 cm de longitud.
parasimpáticos. 3. Uretra esponjosa o cavernosa, que mide 15 cm de
DA

longitud.
BI
I

Uretra Uretra prostática. Constituye la porción más an-


OH

cha y distensible de toda la uretra; se continúa inme-


Constituye un conducto fibromuscular que se ori-
PR

diatamente después de la vejiga y mantiene su


gina en la vejiga mediante el orificio uretral interno y característico epitelio transicional o seudoestratificado.
en su extremo distal termina en el orificio uretral ex- Su lámina propia, con características de tejido eréctil,
terno, que permite el vaciamiento de la vejiga durante está muy vascularizada, principalmente por la presen-
la micción. Posee una luz, que conjuntamente con sus cia de muchas vénulas y tejido conectivo fibroelástico.
paredes se caracteriza por su gran distensión, lo cual Todo el conducto uretral fibroelástico prostático está
facilita la dilatación del conducto al paso de la sonda, contenido en el seno de la glándula prostática y consti-
cuando existe retención urinaria en la vejiga. tuye la porción más ancha y distensible de la uretra.
Básicamente sus paredes están constituidas por En cortes transversales de la porción prostática
2 capas o estratos: de la uretra se ha comprobado que en la pared dorsal
1. Membrana mucosa. existe una elevación cónica de aproximadamente 1,5 cm
2. Capa muscular. de longitud, que se proyecta como una evaginación, en
forma de V, hacia la luz uretral, denominada colículo
La capa adventicia es vestigial. seminal o verumontanum. En el vértice del colículo seminal
Membrana mucosa. Está bien definida; en la desemboca el utrículo prostático o útero masculino, mien-
mayor parte de su extensión posee epitelio estratificado tras que a los lados presenta 2 pequeños orificios, por
o seudoestratificado; cerca del orificio interno vesical, donde se vierte el semen a través de los conductos
por debajo del epitelio, posee una lámina propia de te- eyaculadores, mediante la eyaculación (Fig. 1.16).
24 Urología

tado por la dilatación bulbouretral, mientras su extre-


mo distal lo constituye el orificio uretral externo del
glande.
En el glande se observa otra dilatación uretral de
1 cm de longitud, denominada fosa terminal o navicular;
entre las dilataciones bulbouretral y la fosa navicular el
calibre del conducto uretral es uniforme. Al nivel de la
uretra cavernosa o esponjosa se reduce una de las capas
propias uretrales, al perderse la capa de músculo liso,
que desaparece en forma característica, y es sustitui-
do por el músculo liso del tejido eréctil.
En casi toda la uretra cavernosa o esponjosa el
epitelio de revestimiento es cilíndrico estratificado; es
posible encontrar epitelio cilíndrico simple en las cres-
tas de los pliegues de las mucosas, aunque se pueden
hallar áreas o zonas de epitelio plano estratificado con
algunas células calciformes en la fosa navicular, que
se extienden distalmente en el orificio urinario externo, al
nivel del glande, con un epitelio plano estratificado y

ÓN
queratinizado, que se continúa con el epitelio de la piel

CI
que recubre al glande. El orificio externo de la uretra

UC
Fig. 1.16. Utrículo prostático. es poco distensible, por ello es necesario lubricar bien la
OD sonda desde el inicio de su maniobra de introducción.
El calibre de la luz uretral es variable porque po-
Uretra membranosa. Constituye la porción más see zonas estrechas y dilatadas en su trayecto, según
PR

corta, estrecha y menos distensible de toda la uretra; las mediciones de la luz uretral con moldes metálicos:
RE

está comprendida entre el segmento uretral, que se el mayor calibre está al nivel de la dilatación bulbar,
extiende desde el vértice de la próstata, hasta el bulbo con un diámetro de 16,8 mm; le siguen en orden de-
SU

del pene. Se sitúa por detrás y por debajo del ligamen- creciente el punto medio de la porción prostática, con
DA

to arqueado del pubis, atravesando en su trayecto el 11,3 mm; el orificio uretral externo, 5,7 mm, y el sitio de
BI

diafragma urogenital con sus fascias superior e infe- unión de la porción esponjosa con la membranosa, que
I

rior. Durante su trayecto a través del diafragma uro- presenta el menor calibre, 4,5 mm de diámetro, sin
OH

genital, a la capa muscular lisa se añaden fibras embargo, por las características de distensibilidad del
musculares estriadas que forman el esfínter externo conducto uretral se recomienda usar sondas vesicales
PR

voluntario de la vejiga o esfínter muscular de la uretra. hasta de un diámetro máximo de 10 mm en el adulto.


Su mucosa está revestida por el epitelio cilíndrico Uretra femenina. Es un conducto fibromuscular
alto estratificado; posee un corión muy desarrollado, de 4 a 5 cm de longitud, de ligera convexidad dorsal,
constituido por fibras colágenas y abundantes fibras que rodea por abajo y desde atrás el borde inferior de
elásticas, con intensa infiltración leucocitaria y la sínfisis del pubis. Al corte transversal presenta una
linfocitaria que forman folículos solitarios. luz semilunar, revestida por una mucosa que en la ma-
En relación con la superficie inferior de la uretra yor parte de su extensión posee un epitelio estratificado,
membranosa y próximas a la línea media, se encuen- próximo al orificio uretral externo, y seudoestratificado
tran las glándulas bulbouretrales o de Cowper, de tipo o de transición, próximo al orificio uretral interno.
tubuloalveolar con células secretorias, principalmente La mucosa forma pliegues longitudinales carac-
mucosas, que en la fase de estimulación erótica desem- terísticos; posee una lámina propia de tejido conectivo,
peñan una función fundamental, al producir y verter su engrosada en la región más profunda, donde se delimi-
secreción al conducto uretral. ta una submucosa rica en fibras elásticas y plexos
La porción cavernosa o esponjosa de la ure- venosos, que dan aspecto a la configuración del tejido
tra, por ser la más larga, se extiende a lo largo d el eréctil. El epitelio de la mucosa forma evaginaciones
pene (Fig. 1.17), envuelta por el tejido del cuerpo es- seudoglandulares que suelen contener células mucosas;
ponjoso o cavernoso. Su extremo proximal está delimi- también presentan glándulas mucosas.
Generalidades 25

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA

Fig. 1.17. Porción cavernosa y esponjosa de la uretra.


BI
I
OH
PR

Sus paredes se caracterizan por su capacidad de terismo y el manejo de las sondas vesicales, porque
distensibilidad, por lo cual se pueden dilatar entre 7 y constituye la porción más estrecha de la uretra feme-
8 mm de diámetro. Normalmente, en los periodos inter- nina y se abre al exterior por encima del orificio de la
micción las paredes anterior y posterior están adosadas vagina.
entre sí. La pared posterior de la uretra femenina se
relaciona con la pared anterior de la vagina.
La capa o estrato muscular liso presenta las mis- Próstata
mas características propias de la uretra, ya que posee
La próstata es una glándula exocrina tubulo-
una capa interna de músculo liso longitudinal y otra capa
alveolar, que rodea la porción inicial de la uretra mas-
circular externa, que aumenta de grosor en el orificio
culina; presenta interrelaciones endocrinas, testiculares
de salida vesical y constituye el esfínter interno de la e hipotalámicas, y un grado elevado de potencialidad
vejiga. La uretra, en su extensión inferior, al salir de la oncogénica. Su configuración externa es irregularmente
pelvis cruza el diafragma urogenital con sus fascias y globular o cónica. En el hombre adulto posee su diá-
es rodeada por las fibras musculares estriadas, perte- metro mayor transversal, dirigida hacia la vejiga uri-
necientes al músculo constrictor uretral, que forman el naria, región que constituye la base prostática; mide
esfínter externo de la uretra. alrededor de 3,5 cm; su diámetro anteroposterior tie-
El orificio uretral externo tiene gran importancia ne un valor aproximado de 2 cm, en la porción supe-
en la práctica médica y de enfermería para el ca te- rior de la glándula, y su eje vertical es de 3 cm.
26 Urología

La porción inferior es la más estrecha y constitu- y originará los componentes del estroma glandular
ye el vértice o ápice, que está dirigido hacia el diafragma prostático.
urogenital. La superficie ventral o anterior de la glán- Desde el inicio de su desarrollo en el esbozo prostá-
dula es convexa, está dirigida hacia la sínfisis del pubis tico, en su crecimiento externo establece 2 zonas bási-
y constituye su cara anterior, mientras la superficie o cas diferenciales, una interna y otra externa. En la zona
cara posterior o dorsal de la glándula está aplicada a la interna se diferencian las glándulas mucosas y sub-
superficie anterior del recto, separada de esta por la mucosas, mientras en la externa, las glándulas pros-
delgada fascia pelviana del septo rectovesical. táticas propiamente dichas. Así mismo, desde su
Su superficie o cara posterior o dorsal es atrave- desarrollo precoz las evaginaciones epiteliales van for-
sada en dirección caudomedial por los conductos mando progresivamente agrupaciones entre el mesén-
eyaculadores, para abrirse en la cara posterior de la quima, para delimitar los lóbulos característicos de la
uretra, delimitando internamente una zona triangular, próstata en el adulto.
que constituye el segmento medio o istmo de la prósta- El lóbulo medio entre los conductos mesonéfricos
ta; la porción restante, mucho más voluminosa, con- que se diferencian en conductos eyaculadores, es el
forma los lóbulos derecho e izquierdo. primero en distinguirse, y progresivamente se desarro-
El utrículo prostático, vestigio embrionario poten- llan las agrupaciones epiteliales que originarán el lóbu-
cialmente oncogenético del extremo inferior de los con- lo anterior, el lóbulo posterior y los 2 lóbulos laterales.
ductos paramesonéfricos o de Müller fusionados, forma Así, al final del cuarto mes de la vida fetal, la glándula
una pequeña dilatación sacular en la pared dorsal de la posee sus características morfológicas básicas y está

ÓN
uretra, para abrirse en el colículo seminal. constituida por más de 50 evaginaciones independien-

CI
La glándula prostática está protegida por las ho- tes (Lowsley, 1912, citado por Patten), sin embargo,

UC
jas de la fascia pelviana, pero más internamente, con hasta el final del tercer trimestre del desarrollo fetal,
respecto a la fascia pelviana, está rodeada por su cáp-
OD gracias al desarrollo de los tabiques fibromusculares
sula propia, constituida por tejido fibroelástico y fibras del estroma, la delimitación de los lóbulos prostáticos
musculares lisas. El tejido fibromuscular de la cápsula no es más precisa.
PR

prostática penetra entre los lóbulos y forma el estroma Al momento del nacimiento, la próstata constitu-
RE

glandular, donde se destaca la presencia de fibras mus- ye una masa globular de casi 1 cm de diámetro, donde
culares lisas; a su vez, penetran en la sustancia glan- predomina el tejido fibromuscular parenquimatoso so-
SU

dular parenquimatosa para dividirla en lobulillos bre el tejido glandular, pero durante la ontogénesis
DA

glandulares prostáticos, formados entre 20 y 30 unida- posnatal sus características morfofisiológicas varían
BI

des secretorias tubuloalveolares, adaptadas para las ostensiblemente, en dependencia de la edad que regu-
I

funciones de almacenamiento y secreción, para drenar la significativamente la correlación entre el parénquima


OH

su secreción hacia los conductos prostáticos que se glandular, los componentes fibromusculares del estroma
abren en la pared posterior de la uretra prostática, al y la producción de testosterona. Así, durante la infan-
PR

nivel del verumontanum, a los lados del colículo seminal. cia el epitelio glandular está constituido por 2 tipos de
Ontogénesis. La próstata inicia su desarrollo a células cilíndricas bajas o cúbicas, sin signos de activi-
fines del tercer mes de la vida prenatal, justamente dad secretoria, mientras el estroma está muy engrosado.
después del inicio de la producción de testosterona, la Durante la pubertad, el epitelio glandular aumen-
diferenciación de los cordones testiculares y las célu- ta progresivamente en altura y presenta actividad
las intersticiales de Leydig. El primer signo de desa- secretoria, hasta llegar al acmé de su maduración (en-
rrollo prostático está dado por la formación de varias tre los 20 y 35 años de edad), periodo de máxima acti-
evaginaciones o brotes epiteliales endodérmicos, origi- vidad funcional en la próstata, donde los elementos
nados por crecimiento externo del revestimiento del glandulares del parénquima prevalecen sobre los ele-
primordio de la futura uretra prostática, al nivel de la mentos fibromusculares del estroma. Se observa que
desembocadura de los conductos mesonéfricos o de las glándulas alveolares y los conductos presentan epi-
Wolff, que originarán los conductos eyaculadores. telio cilíndrico alto, con redes de Golgi bien desarrolla-
Estos brotes epiteliales endodérmicos crecen al- das en las unidades secretorias, de manera que la
rededor de la uretra, por encima y por debajo de esta próstata adquiere su desarrollo completo después de la
zona de transición epitelial, y se dirigen externamente, pubertad.
en forma periférica, hacia el mesénquima circundante A partir de los 40 años de edad comienza progre-
que lo rodea, que se diferenciará en tejido fibromuscular sivamente el proceso de regresión de la actividad
Generalidades 27
prostática, donde los elementos glandulares del parén- que contiene una determinada cantidad de enzima fos-
quima experimentan, lentamente, procesos regresivos tatasa ácida. El líquido prostático f luidifica el semen,
que conducen finalmente, en la edad senil, a la atrofia, neutraliza la acidez del fluido vaginal y estimula la
así, a partir de los 60 años, en la luz del epitelio glandu- motilidad del espermatozoide.
lar aparecen, de manera progresiva, numerosas célu- La próstata adquiere su desarrollo vascular com-
las bajas y se acumulan las concreciones prostáticas, pleto después de la pubertad, cuando es irrigada por
redondas, ovales o angulosas que pueden estar calcifica- ramas arteriales procedentes de las arterias vesicales
inferiores y las rectales medias.
das y suelen producir distensión de la glándu la; asocia-
El drenaje venoso se realiza a través del plexo
do a ello, los elementos fibromusculares del estroma vesical y prostático, de donde drena hacia las venas
proliferan y se tornan cada vez más compactos. vesicales inferiores. Los linfáticos drenan en los ganglios
La secreción prostática es un líquido de aspecto situados en la parte anterior de la cavidad pelviana.
lechoso, ligeramente alcalino, con olor característico, Los nervios proceden del plexo hipogástrico inferior.

Ángel Abelardo Arias Lorente

ÓN
CI
UC
La semiología permite conocer los síntomas y sig-
OD
nos de una disciplina dada, así como plasmar en las
historias clínicas, de manera científica, lo expresado
PR

por los pacientes en su lenguaje habitual. En urología


RE

se consideran síntomas generales la fiebre, el malestar


general y la pérdida de peso, así, por ejemplo, la fiebre
SU

está presente en las pielonefritis y prostatitis, pero no


DA

en las cistitis agudas, pues aquí no existe parénquima.


A continuación se describen los síntomas más frecuen-
BI
I

tes del tracto urogenital, comenzando de arriba a abajo.


OH
PR

Dolor lumbar
El dolor lumbar provoca una sensación molesta
en dicha región; su intensidad es variable: desde el do-
lor sordo hasta la nefralgia intensa. Se localiza en la
región costomuscular y puede irradiar hacia el
hemiabdomen correspondiente. Cuando es de origen
renal, se puede deber a:
 Dilatación de las cavidades pielocaliciales de causa
obstructiva, como se observa en la litiasis pieloure-
teral (Fig. 1.18).
 Hiperemia y edema inflamatorio de las propias ca-
vidades, como se observa en las infecciones de es- Fig. 1.18. Dilatación de las cavidades pielocaliciales.
tas estructuras (Fig. 1.19).
 Distensión de la cápsula renal por edema o colec-
ciones infecciosas o hemáticas, por ejemplo, en la Tanto en un caso como en los otros, el espasmo
pielonefritis aguda, el ántrax renal y el hematoma del uréter y la pelvis desempeña una función importan-
subcapsular traumático. te en la patogenia del dolor. El dolor agudo se conoce
28 Urología

como cólico nefrítico, pero algunos prefieren denomi- derar la densidad de la orina, pues al estar muy con-
narlo dolor ureteropiélico; es un dolor muy fuerte, que centrada se orina menos.
se produce al enclavarse un cálculo en el uréter, y pro- Cuando es provocada por enfermedad, para su me-
voca una dilatación de las cavidades pielocaliciales de jor comprensión se puede dividir en:
una manera brusca.  Prerrenal (hemodinámica): se observa en la des-

hidratación y la insuficiencia circulatoria.


 Renal (parenquimatosa): necrosis tubular y glome-

rulonefritis aguda.
 Posrenal: obstrucciones del tracto urinario.

 Anuria: ausencia de diuresis en la vejiga vacía. Des-


de el punto de vista clínico se manifiesta como
oligoanuria; también puede ser prerrenal, renal y
posrenal. En las de causa obstructiva se presenta
anuria total, pues generalmente lo que se observa es
oligoanuria, cuando la diuresis es igual o inferior a
150 mL en 24 h.

Alteraciones de la micción

ÓN
Las alteraciones de la micción se conocen como

CI
disuria, que significa dificultad para orinar; sus causas
Fig. 1.19. Congestión medular.

UC
más frecuentes son la infección y la obstrucción.
OD  Polaquiuria: la diuresis en cantidades normales se
El cólico nefrítico es uno de los dolores más in- realiza en micciones más frecuentes, lo que resulta
PR
tensos que puede sufrir una persona, comparado por muy molesto para el paciente, ya que tiene que con-
algunos con el dolor que se produce por el infarto agu- currir con más frecuencia a vaciar su vejiga. Puede
RE

do del miocardio; se irradia hacia el flanco, la fosa iliaca ser:


SU

y los testículos (en el hombre) y al labio mayor (en la  Obstructiva.

mujer).  Inflamatoria.
DA

 Litiásica.
BI

 Neoplásica.
Alteraciones de la diuresis
I

 Compresiva.
OH

 Psicogénica.
La diuresis normal oscila entre 800 y 1 500 mL Asimismo, puede ser diurna y nocturna. Clínica-
PR

diarios, pero se puede alterar por causas fisiológicas o mente, la diurna se manifiesta en el estrés psíquico
enfermedades: y la litiasis vesical. La nocturna se observa en el
 Poliuria: emisión de un volumen de orina superior a adenoma y adenocarcinoma de próstata.
lo normal (puede llegar a varios litros); se presenta  Micción prolongada: es una micción lenta, con poca
de manera fisiológica cuando se ingieren grandes fuerza. Se observa en los procesos obstructivos.
cantidades de líquido, por ejemplo, en los tomadores  Micción demorada: se presenta cuando existe cier-
de cerveza. Se observa en determinadas enferme- ta vacilación para comenzar la micción. Puede ser
causada por inhibición psíquica o enfermedad obs-
dades:
tructiva, por ejemplo, en la hiperplasia benigna de
 Diabetes mellitus, debido al efecto osmótico de la
la próstata o el adenocarcinoma correspondiente
glucosa que se pierde por la orina.
a este órgano.
 Insuficiencia renal, por la pérdida de concentra-

ción de orina.
 Diabetes insípida, por la falta de producción de la Alteraciones del chorro de orina
hormona antidiurética.
 Oliguria: disminución de la diuresis por encima de El chorro de orina es una observación que siem-
los límites normales inferiores. Es necesario consi- pre se ha tenido en cuenta para valorar la obstrucción
Generalidades 29
del tracto urinario inferior. Cuando se altera, se obser- Retención crónica de orina. Se instala progre-
va fino, bífido, múltiple, así como en forma de sable o sivamente; puede ser completa cuando el enfermo no
tirabuzón. La estrechez uretral es la causa más fre- orina nada o incompleta cuando orina algo.
cuente. En los niños puede deberse a la valva de ure-
tra posterior.
En la litiasis vesical el chorro de orina se puede
Incontinencia urinaria
interrumpir de forma brusca, al ocluir el cuello vesical.
La incontinencia urinaria se manifiesta por la sa-
lida involuntaria de la orina, ya sea por la uretra o el
Retención urinaria orificio patológico.
Salida por la uretra:
La retención urinaria se caracteriza por la impo-  Lesión traumática del esfínter vesical.
sibilidad de vaciar la vejiga voluntariamente; puede ser  Lesión medular congénita.
aguda y crónica, y esta última, a su vez, completa e
incompleta (Fig. 1.20). Se origina de manera brusca, Salida por fuera de la uretra:
por ejemplo, cuando un cálculo ocluye el cuello vesical,  Fístula vesicovaginal (Fig. 1.21).
o en la ruptura total y completa de la uretra posterior.  Desembocadura ectópica del uréter en la vagina.

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 1.21. Urograma descendente. Fístula vesicovaginal.


Fig. 1.20. Urograma descendente. Retención crónica de
orina.
En estos ejemplos la salida de orina es perma-
nente y constante.
Retención aguda de orina. Se puede presentar La salida involuntaria de la orina puede ser por
en aquellos pacientes con adenoma de próstata com- esfuerzo, micción imperiosa y enuresis.
pensado, cuando hacen un largo viaje (sentados) o por Incontinencia por esfuerzo. Se manifiesta prin-
exceso alcohólico o sexual. También puede ocurrir lue- cipalmente en mujeres multíparas, que presentan defi-
go de una exploración instrumental en la uretra o la ciencia en el suelo perineal; a ello se agregan la obesidad
vejiga. y la infección uretrovesical. En estos casos, cuando se
30 Urología

hace un pequeño esfuerzo como toser, reír, correr, etc., debe diferenciar de la que ocurre en los pacientes con
se produce el escape de orina por la uretra. Esta salida sondas permanentes, que fluye de la sonda y el borde
involuntaria se observa también en la vejiga neuro- del meato, y la que se presenta en los paciente fimóticos
génica. cuando el esmegma se infecta, la cual sale por los bor-
Micción imperiosa. Se presenta cuando no se des del orificio prepucial.
pueden aguantar los deseos de orinar; el paciente, si Su origen puede ser bacteriano (gonococo), pa-
no orina, se orina, por un reflejo exagerado de la mic- rasitario (trichomonas) y micótico (monilias), y con
ción. Se observa en la cistitis aguda, por ejemplo, cuando menor frecuencia, viral o químico. La más florida es la
las mujeres comienzan las relaciones sexuales, y en uretritis gonocócica, enfermedad milenaria que aún es
las obstrucciones urinarias crónicas que concomitan frecuente en las enfermedades de transmisión sexual
con una infección. y, a pesar de los adelantos en los tratamientos, no ha
Enuresis. Se define como la persistencia de sido posible erradicarla.
micciones incontroladas, más allá de la edad en la que
se alcanza el control vesical. Actualmente se conside-
ra normal que un niño se orine en la cama (durante el Alteraciones macroscópicas
sueño) hasta los 5 años. Se tendrán en cuenta los fac- de la orina
tores de maduración uretrovesical y las anomalías con-
génitas, además, es muy importante el ambiente familiar. La orina normal es un líquido amarillo, transpa-
En los niños sanos el tratamiento psicológico cura la rente y brillante; en condiciones anormales se puede
enfermedad.

ÓN
presentar en 2 tonalidades principales: turbia, de as-
Incontinencia por rebosamiento o paradóji- pecto blanquecino o sucio, y rojiza. A continuación se

CI
ca. Es una forma de incontinencia que se observa en describen sus manifestaciones.

UC
los que presentan obstrucción crónica; se caracteriza Orinas turbias:
por un goteo constante de orina, debido al vencimiento
OD  Piuria: la orina contiene piocitos que pueden alterar
esfinteriano. El ejemplo del barril lleno de agua, al cual su aspecto. En ocasiones es tenue, como en las
PR
se le agrega un cubo más, es muy evidente. pielonefritis o cistitis, o pueden ser francamente
Ardor y dolor al orinar. Durante un proceso purulentas, como en una pionefrosis. En este caso
RE

infeccioso se puede presentar ardor al orinar. Cuando su olor puede variar desde el amoniacal hasta la fe-
SU

este se exacerba, se puede convertir en dolor, como se tidez franca.


observa en la cistitis tuberculo sa y el cáncer vesical.  Fosfaturia: expulsión de fosfato por la orina. Su tur-
DA

bidez se aclara con la adición de ácido acético o vi-


BI

nagre. La fosfaturia puede estar relacionada con


Pujo y tenesmo vesical
I

tubulopatías congénitas (síndrome de Fanconi), o bien


OH

deberse a un trastorno metabólico general por alte-


Cuando se presenta un obstáculo a la salida de la ración de los centros superiores diencefálicos neuro-
PR

orina, durante el acto de la micción, el enfermo puja y vegetativos.


contrae los músculos abdominales (músculos estriados En ocasiones se puede presentar con una gran se-
voluntarios), con la finalidad de contraer los músculos miología neurovegetativa (dolores, astenia, mareos,
vesicales (músculos lisos) y de esta manera impulsar cefalea, hipocondria, irritabilidad vasomotora, neu-
el chorro de orina. rosis sexual).
El tenesmo vesical es una contracción involuntaria  Quiluria: expulsión de linfa o quilo por la orina. Se
de la vejiga, que se produce, incluso, cuando está va- presenta con muy poca frecuencia y se debe, por lo
cía. En este caso, el enfermo contrae la vejiga, tratan- general, a una obstrucción de las vías linfáticas, ya
do de expulsar algo que no tiene. Se presenta en la sea por una fístula que comunica con las vías urina-
cistitis, carcinomas, litiasis, heridas quirúrgicas y son- rias o por un proceso tumoral maligno que la obstruye.
das permanentes. Es una sensación totalmente des-  Albuminuria: pérdida de proteína por la orina. Se ma-
agradable. nifiesta en la glomerulonefritis difusa aguda, la
pielonefritis y el síndrome nefrótico.
 Orina con filamentos: se observa en los procesos in-
Secreción uretral fecciosos mediante filamentos finos en las ureteritis
y filamentos gruesos en las prostatitis. En la era
La secreción uretral se manifiesta por la expul- preantibiótica constituyó un signo de gran valor
sión de secreciones purulentas por el meato uretral; se semiológico.
Generalidades 31
Orinas rojizas: Tumores del testículo: seminoma, carcinoma em-

 Hematuria: expulsión de sangre, mezclada con la brionario, coriocarcinoma, teratoma y teratorcar-


orina, en el acto de la micción. Este signo llama mu- cinoma, tumor de células de Leydig, etcétera.
cho la atención del paciente, pues siempre que se  Sífilis del testículo.
orina con sangre, se piensa en un cáncer urinario.  Tuberculosis del testículo.
Puede ser:  Fungosis del testículo.
 Inicial: cuando se produce al inicio de la micción,  Dependiente del epidídimo:
casi siempre se debe a un proceso de uretra pos-  Epididimitis aguda y crónica.
terior o cuello vesical.  Nódulo del epidídimo.
 Terminal: cuando se produce al final de la mic-  Tuberculosis del epidídimo.
ción; casi siempre es causada por un proceso  Cáncer del epidídimo.
vesical; si hay orina terminal con refuerzo, el diag-
 Dependiente del cordón espermático:
nóstico de cáncer de vejiga está hecho.
 Funiculitis.
 Total: se observa en los procesos altos, de riñón o
 Varicocele.
uréter, y es frecuente en los tumores, litiasis, in-
 Quiste del cordón espermático.
fecciones, etcétera.
 Espermatocele.
 Uretrorragia: salida de sangre por el meato uretral,
independientemente de la micción. Un ejemplo típi-  Dependiente de las paredes del escroto:
 Cirsocele.
co es la salida de sangre por la ruptura de la uretra
 Edema crónico por obstrucción linfática, casi siem-
posterior.

ÓN
 Sangre menstrual: salida de sangre de los genitales; pre causada por una filaria.

CI
es necesario un examen físico cuidadoso para  Tumores del escroto.

 Acceso del escroto.

UC
detectarla.
 Quistes sebáceos del escroto.
OD
Existen otras causas de orina rojiza, por ejemplo,
la hemoglobinuria, la coluria y las provocadas por me- Disminución del volumen del escroto. Pue-
PR

dicamentos y alimentos. de deberse a:


RE

 Hipoplasia o atrofia testicular.


 Testículo retráctil de localización subinguinal.
SU

Síntomas dependientes del escroto,


DA

los testículos y el epidídimo Escroto vacío. Entre sus causas se encuentran:


BI

 Criptorquidia.
I

Dolor. Es una sensación de malestar, que puede  Ectopia testicular.


OH

ser soportable, por ejemplo, en el dolor que provoca el  Agenesia testicular.


varicocele o la hernia inguinoescrotal, o muy molesto 
PR

Orquiectomía.
en la torsión del cordón espermático o la orquiepidi-
dimitis aguda.
Rubor y calor. Se observan en los procesos Síntomas dependientes del pene
inflamatorios que afectan el escroto y su contenido.
Aumento del volumen del escroto. Para es- Dificultad para descubrir el glande. Constitu-
tudiarlo de una forma más didáctica, se divide de la ye uno de los síntomas más importantes. A continua-
manera siguiente: ción se describen sus manifestaciones:
 Independiente del testículo, epidídimo y cordón  Fimosis congénita: se refiere al orificio prepucial
espermático: estrecho, de bordes suaves, que dificulta retraer el
 Hernia inguinoescrotal. prepucio para descubrir el glande. Casi siempre se
 Hidrocele de la vagina del testículo. puede realizar una reducción manual para practicar
 Hidrocele comunicante. una higiene genital adecuada. En algunos casos hay
 Hematocele. que realizar la circuncisión.
 Piocele.  Fimosis adquirida: orificio prepucial estrecho, de
 Dependiente del testículo y/o sus hidátides: bordes rugosos o esclerosos, con cambios en el co-
 Torsión de testículo y/o sus hidátides. lor de la piel, que no permite retraer el prepucio y
 Orquiepididimitis. siempre es tributario de la circuncisión.
32 Urología

 Prepucio redundante: cubre el glande, pero permite atribuía a trastornos psíquicos, pero hoy día se le ha
retraer el prepucio para descubrirlo y hacer una hi- dado mucha importancia a los trastornos de origen
giene genital adecuada. En caso de no ser posible, vascular y existen muchos medicamentos y procedi-
se puede realizar la circuncisión, aunque prepucio mientos quirúrgicos para tratar esta afección.
redundante no es sinónimo de circuncisión. Eyaculación precoz. Es un síntoma muy moles-
 Incurvación: el pene se puede incurvar en la hipos- to, ya que al eyacular sin que la pareja se sienta satis-
padia, ya que la cuerda fibrosa que sustituye la ure- fecha, trae trastornos en las relaciones sexuales. Se
tra y que no son más que restos del cuerpo esponjoso, han invocado enfermedades psíquicas o alteraciones
provocan la incurvación. al nivel de la próstata o un prepucio redundante.
Ausencia de eyaculación. Se relaciona con la
Pueden existir otras alteraciones dorsales, ingestión de algunos medicamentos, hipotensores o
ventrales y laterales. En la induración plástica del pene psicofármacos. En las adenomectomías, que se traba-
ja sobre el cuello vesical, la eyaculación puede ser re-
o enfermedad de Peyronie, que no es más que la fibrosis
trógrada.
de la envoltura de los cuerpos cavernosos, se presenta
Hemospermia. Eyaculación sanguinolenta, que
incurvación, la cual se manifiesta con mayor intensi-
se observa en los excesos sexuales y en los procesos
dad durante la erección. malignos de las glándulas seminales.
Infertilidad. Por definición, una pareja es estéril
Síntomas relacionados cuando, luego de tener relaciones sexuales normales
durante 2 años, no logra la concepción.

ÓN
con la actividad sexual En la infertilidad masculina las causas más fre-

CI
cuentes son:

UC
Priapismo. Término proveniente de Príapo, dios  Orquitis por parotiditis.
de la erección y la fecundación. Se trata de la erección
OD  Criptorquidia.
mantenida del pene, independiente de toda actividad  Traumatismo.
 Exposición a radiaciones.
PR
sexual y con flacidez del cuerpo esponjoso y el glande.
Entre sus causas más frecuentes se encuentran la  Exposición a radiaciones y diversos productos quí-
RE

leucemia, anemia drepanocítica, enfermedades neuroló- micos.


 Síndrome de Klinefelter, etcétera.
SU

gicas y psíquicas.
Dificultad para la erección. Es un síntoma fre-  Hipospadia marcada.
DA

cuente, sobre todo con el avance de la edad. Antes se  Anticuerpos contra los espermatozoides.
BI
I
OH
PR

Antonio Rivero Alvisa

El empleo de instrumentos para explorar y reali- sideraciones. A continuación se brinda una definición
zar procedimientos terapéuticos en el tracto urinario de los instrumentos uretrovesicales.
es muy distintivo, de tal forma que estos le imprimieron Sondas. Instrumentos largos y delgados por lo
común, que se introducen en un conducto o cavidad
una personalidad propia a quienes los practicaron y
con fines de exploración y evacuación especialmente.
dieron lugar a la urología, derivada entonces de la ciru-
Catéter. Instrumento tubular quirúrgico para el
gía y adornada con estas prácticas instrumentales. desagüe de líquidos de una cavidad del cuerpo o para
La consulta de los textos clásicos y la experien- distender un paso o conducto. La definición lleva im-
cia de las últimas décadas, unidas a las posibilidades plícito que el instrumento tiene luz para poder evacuar
actuales de dicha instrumentación, marcan estas con- contenidos líquidos.
Generalidades 33
Bujía o candelilla. Instrumento cilíndrico que se por la sonda y después se puede inflar el balón, si se
introduce en la uretra como medio explorador. trata de una sonda de Foley.
Candelilla dilatadora. Se emplea para dilatar
las estrecheces uretrales.
Cateterismo. Empleo o paso de un catéter por ¿Qué sondas se pueden utilizar?
un conducto o cavidad; exploración de un conducto
por medio de un instrumento, de forma y dimensiones Sonda de Nelaton (de goma o plástica). Tiene
adecuadas. el extremo sólido y un orificio lateral (Fig. 1.22); si se
Cateterismo uretrovesical. El paso de un ca- trata de un cateterismo por una sola vez, para un estu-
téter a la vejiga, a través de la uretra, puede ser nece- dio radiográfico, medir el residuo vesical, hacer una
sario como un procedimiento diagnóstico: exploración instilación vesical de alguna sustancia terapéutica, va-
uretral, medición del volumen de orina residual, estu- ciar la vejiga en un acto quirúrgico y tomar una mues-
dios radiográficos contrastados de vejiga y de uretra, tra de orina.
estudios urodinámicos, toma de muestra de orina, me di- Sonda de Foley. Tiene un balón inflable en su
da de diuresis horaria y en periodos más prolongados. extremo distal, que le sirve de mecanismo de conten-
Como procedimiento terapéutico se indica en la ción, de forma tal que no se pueda salir de la cavidad
retención completa de orina, cirugía de próstata y de vesical, hasta tanto no se desinfle dicho balón (Fig. 1.23).
vejiga, sangrados vesicales con obstrucción por coá- Puede ser de 2 vías: una para evacuar la orina y otra
gulos, transoperatorio y posoperatorio de cirugías con para inflar y desinflar el balón, o de 3 vías, si además

ÓN
anestesia espinal, shock de cualquier causa, estado de tiene otra vía para hacer llegar al interior de la vejiga

CI
coma, encamamiento con pérdida del control volunta- alguna solución de forma continua, a manera de baño
(cistoclisis). Se usa siempre que se quiere dejar la son-

UC
rio de la micción y trastornos neurógenos con pérdida
da de forma permanente por varias horas o días.
involuntaria de orina. OD Sondas acodadas. Como su nombre lo indica,
Técnica: el cateterismo uretrovesical es una téc-
tienen el extremo distal acodado en ángulo de 30 a 45º,
PR
nica propia del personal de enfermería, siempre que
con orificio lateral (Fig. 1.24). La sonda de Tieman,
RE

sea un procedimiento normal, sin afección urológica


además de ser acodada, tiene el extremo distal más
asociada. Tanto en el hombre como en la mujer se
fino. En los pacientes con afecciones de la próstata, el
SU

realizará aseo genital con agua y jabón, y posterior-


borde posterior del cuello vesical está levantado y las
mente la asepsia de la región con solución no alcohóli ca.
DA

sondas rectas como la de Nelaton y la de Foley no


La enfermera deberá lavarse las manos y usar
BI

logran llegar a la vejiga en ocasiones.


guantes estériles. En el caso del hombre, en posición
I

Las sondas acodadas pueden vencer este obs-


de decúbito supino, con su mano izquierda tomará el
OH

táculo y alcanzar la cavidad vesical. Las sondas de


pene y lo alzará perpendicularmente; sin apretar la ure-
Tieman, al tener el extremo afinado, pueden vencer las
PR

tra, entreabrirá el meato uretral con los dedos índice y


estrecheces uretrales. También se cuenta con sondas
pulgar y con su mano derecha hará penetrar la sonda
acodadas con el mecanismo de Foley, lo que facilita su
estéril, lubricada con jalea estéril e hidrosoluble, a tra-
permanencia en la vejiga.
vés del meato, proyectándola hacia la uretra progre-
Sondas de Pezzer y Malecot. Se diseñaron con
sivamente; vencerá un ligero obstáculo al nivel del
el extremo distal abultado, pero distensible, con el fin
esfínter externo y alcanzará finalmente la vejiga, de tal
de que pudieran pasarse por la uretra femenina, esti-
manera que podrá comprobar la salida de orina por el
rándolas sobre una guía metálica, y quedaran fijas en
catéter.
Solo después de observar la salida de la orina,
podrá suponer que ha alcanzado la cavidad vesical y, si
se trata de una sonda de Foley, podrá entonces inflar el
Fig. 1.22. Sonda de Nelaton.
balón. En el caso de la mujer, en posición ginecológica
o de litotomía, con la mano izquierda se separarán los
labios mayores y menores, dejando expuesto el meato
uretral, y con la mano derecha se proyectará la sonda
estéril, lubricada, a través del meato uretral en unos
pocos centímetros. Se comprueba la salida de orina Fig. 1.23. Sonda de Foley.
34 Urología

la vejiga sin necesidad de otro mecanismo de conten- Los beniqués rectos son útiles en las estenosis
ción (Figs. 1.25 y 1.26). Por otra parte su retirada solo del meato uretral y de la uretra peneana en el hombre
necesita de una ligera tracción. Hoy día, con la exis- y en los casos de estenosis de la uretra femenina. Los
tencia de las sondas de Foley, han quedado relegadas curvos se emplean en las estenosis de la uretra bulbar
para drenar cavidades (cistostomía, nefrostomía) por masculina y del cuello vesical.
su buen sistema de drenaje y su fácil mecanismo de La técnica para su empleo constituye un arte que
fijación y de extracción. la práctica enriquece y su aprendizaje exige la dedica-
Sondas filiformes y de Phillips. En los pacien- ción y asimilación de las experiencias del personal de
tes con estrechez uretral no es posible llegar a la vejiga enfermería.
con las sondas descritas. La luz uretral en estos casos Sondas dilatadoras hidráulicas. Se trata de son-
es muy estrecha e irregular, de manera tal que se hace das de material plástico, con un sistema de balón inflable
necesario llegar a la vejiga con las sondas filiformes, de distintas longitudes; una vez que se logra colocar la
conocidas también como latiguillos, que son de calibre sonda en posición adecuada, se procede a inflar el ba-
muy fino y no tienen luz. lón que alcanza varias atmósferas de presión y es ca-
Pueden ser rectas o tener su extremo distal aco- paz de dilatar la zona estrecha hasta un calibre
dado o en espiral. Su extremo proximal tiene un tornillo predeterminado.
(hembra o macho) que enrosca con la sonda evacua-
dora (Phillips). El procedimiento en estos casos nece-
sita de experiencia y paciencia. La luz uretral estrecha

ÓN
e irregular solo se logra vencer cuando se van obstru-

CI
Fig. 1.24. Sonda acodada.
yendo con latiguillos los escollos no útiles.

UC
A veces es necesario colocar varios latiguillos,
que se detienen en falsas posiciones, para lograr queOD
otro latiguillo alcance la verdadera luz uretral y se lle-
PR

gue a la vejiga. Una vez que el latiguillo llegue a la


Fig. 1.25. Sonda de Pezzer.
RE

vejiga, se enroscará la sonda evacuadora Phillips, que


es de material plástico y semirrígido. Se escogerá un
SU

calibre apropiado y se lubricará adecuadamente para


hacerla avanzar a través de la uretra hasta la vejiga.
DA

Esta maniobra permite, además de evacuar la ve-


BI

jiga, dilatar la estrechez, pues es posible retirar la son- Fig. 1.26. Sonda de Malecot.
I
OH

da sin extraer el latiguillo y colocar una nueva sonda


de mayor calibre, que se hará llegar de nuevo a la ve-
PR

jiga. Dicha acción se puede repetir progresivamente


hasta alcanzar un calibre apropiado. Este sistema de
dilatación, basado en sondas semirrígidas, se puede Fig. 1.27. Bujía dilatadora.
realizar de la misma forma que las sondas Phillips y
también con sondas dilatadoras sin luz (bujías),
atornillables a los latiguillos.
Bujías dilatadoras. Como su nombre lo indica,
se trata de sondas macizas, semirrígidas, con posibili-
dad de enroscar en latiguillos o no, que solo tienen el Fig. 1.28. Beniqué recto.
propósito de dilatar de forma progresiva las estreche-
ces (Fig. 1.27). Las que no son atornillables terminan
en una punta roma, pero más fina que el resto de la
bujía.
Beniqués rectos y curvos. Son instrumentos
rígidos, metálicos, que se emplean con la finalidad de
dilatar zonas estrechas de la uretra o el cuello vesical,
de forma progresiva (Figs. 1.28 y 1.29). Fig. 1.29. Beniqué curvo.
Generalidades 35
Calibración de las sondas Estudios endoscópicos
e instrumentos
Uretrocistoscopia
Se acepta de forma universal la calibración en la
escala Charriere o francesa, en la que cada número Los estudios endoscópicos de la uretra y la vejiga
equivale a 0,33 mm, o sea, que una sonda 30 F tiene un se iniciaron en el siglo XIX. La cistoscopia se desarrolló
diámetro externo de 10 mm. Estas cifras se refieren al de manera eficiente después de la incorporación de la
diámetro externo, lo cual no se corresponde con la luz luz por bombilla incandescente. En 1897, Albarrán aña-
de manera uniforme, pues esto depende del material dió la uña que permite el manejo de catéteres y de
instrumentos flexibles en el interior de la vejiga.
de la sonda y de las luces accesorias para balones y
El advenimiento de la transmisión de la luz por
vías extras que tenga la sonda en cuestión. Es útil co-
fibra óptica y de los sistemas de televisión cerrada, ha
nocer que la escala Beniqué es el doble de la Charriere, permitido que la uretrocistoscopia se convierta en un
de forma tal que un beniqué calibre 40 equivale a una examen diagnóstico y con posibilidades terapéuticas
sonda 20 F. Los instrumentos endoscópicos, tanto rígi- de uso frecuente en la especialidad.
dos como flexibles, se calibran por la escala Charriere. Los endoscopios actuales, por su diseño y la po-
sibilidad de intercambiar los telescopios de distintos án-
gulos de visión, permiten realizar el examen endoscópico
Esterilización de las sondas de la uretra y la vejiga sin cambiar de instrumento.

ÓN
Con una lente de 0 a 5 o se puede examinar la uretra, a

CI
Los instrumentos metálicos (beniqués) se esteri- medida que se introduce el uretrocistoscopio hasta la
lizan por medios convencionales: ebullición o autocla- vejiga.

UC
ve. Las sondas de material de goma se esterilizan y Si se decide introducir el instrumento a ciegas
OD
utilizan una sola vez; en caso de reutilizarlas, se esteri- hasta la vejiga, se hará de manera gentil, con lubrica-
lizarán por autoclave o por gas (óxido de acetileno) en ción suficiente, venciendo la curvatura perineal de la
PR

el caso de las sondas de goma. uretra masculina y el esfínter externo. Esta maniobra
RE

Las sondas semirrígidas y en especial los latiguillos se puede hacer bajo anestesia general o espinal, y tam-
y las sondas de Phillips no pueden ser esterilizados por bién con anestesia local por instilación uretral, que se
SU

autoclave; solo aceptan el óxido de acetileno y la este- puede lograr con solución de lidocaína al 2 %, instilada
DA

rilización con soluciones químicas. en la uretra y mantenida con pinza peneana entre
10 y 15 min. Existen varios esquemas de soluciones
BI

En urología se han utilizado, de forma sistemáti-


anestésicas para lograr una analgesia local que facilite
I

ca, soluciones de formaldehído, cetavlón y otras.


OH

la realización de estos procedimientos endoscópicos.


La metódica de este examen contempla la visión
PR

Calibración uretral de la uretra, su calibre, la presencia de lesiones, tumo-


res o cuerpos extraños, el veromontanum, la uretra pos-
En general, los calibres de las sondas que se uti- terior y sus deformaciones por tumoraciones prostáticas,
lizan en los adultos deben estar entre 16 y 20 F, tanto el borde posterior del cuello vesical y el contorno del
en el hombre como en la mujer. En los niños, depen- cuello vesical, hasta penetrar en la vejiga.
diendo de la edad, pueden ser calibres tan finos como Cuando el aparato alcanza la vejiga, es de interés
8 F, hasta el 10-12 F. observar la orina evacuada: su volumen, coloración y
Como principio general, el calibre de la sonda aspecto (hematuria, piuria), la presencia de coágulos o
siempre deberá permitir que haya un drenaje adecua- de esfacelos. Con la ayuda del líquido que se utilice
do de las secreciones entre la sonda y la pared uretral. para distender la vejiga, preferiblemente una solución
El meato uretral puede ser calibrado con instru- no electrolítica y que sea isotónica con el plasma san-
mento (meatótomo) o probando con las sondas y guíneo, se procederá a lavar la cavidad vesical, hasta
beniqués rectos que se van a utilizar. La dilatación gentil que el líquido de vaciado salga limpio.
y progresiva con beniqués rectos del meato uretral El examen se inicia con el reconocimiento del
puede evitar retracciones cicatrizales, por el paso f or- cuello vesical, sus bordes posterior, laterales y anterior,
zado de algún instrumento. e inmediatamente se reconoce el trígono vesical. Es
36 Urología

muy importante el reconocimiento del trígono centran- presiones intravesicales, con doble circulación del lí-
do la atención en los meatos uretrales: su aspecto, po- quido perfusor, visión en vivo en monitor de televisión
sición y características de la eyaculación de orina por y aparatos de electrocirugía, capaces de controlar por
cada uno de ellos. computarización la intensidad del corte y de la coagu-
A partir del trígono se examinarán el bajo fondo lación necesarias.
vesical y las paredes laterales derecha e izquierda; La RTU es el tratamiento quirúrgico por exce-
posteriormente, la cúpula vesical, donde se localiza la lencia de la hiperplasia prostática benigna, en especial
burbuja de aire que se produce por la entrada del apa- cuando predomina el lóbulo medio prostático. De igual
rato; se reconoce la cara anterior de la vejiga hasta el forma el tratamiento de elección en los tumores de
borde anterior del cuello, maniobra que necesita de dis- vejiga superficiales.
creta presión del bajo vientre, con la mano izquierda
del endoscopista.
La uretra prostática se puede examinar con un Ureteroscopia
telescopio de 0 a 5 o, de forma tal que permita observar
el contorno del cuello vesical, su deformidad y la En 1980, Pérez Castro inició la exploración
protrusión de los lóbulos laterales prostáticos en la ure- endoscópica del uréter y las cavidades renales de for-
tra posterior, así como el aspecto del veromontanum. ma retrógrada con el ureteroscopio rígido. Esta técni-
Este examen endoscópico puede permitir la rea- ca diagnóstica se convirtió muy rápido en terapéutica,
lización de cateterismo ureteral para tomas de mues- inicialmente en la litiasis y después en la aplicación de

ÓN
tra de orina por separado de cada riñón, exámenes todos los procedimientos conocidos en la endoscopia

CI
radiológicos (pielografías ascendentes) o toma de vesical, trasladándolas a las vías excretoras altas:

UC
biopsias por ponches, con pinzas para estos efectos, y electrofulguración, electrorresección, laserterapia,
procedimientos terapéuticos diversos (electroful- OD litotricia electrohidráulica y ultrasónica, etcétera.
guración, fotocoagulación con láser, inyección de sus-
PR
tancias en la pared vesical, litotricia por ondas
electrohidráulicas o ultrasónicas y extracción de cuer-
Nefroscopia percutánea
RE

pos extraños).
Una vez desarrollada la técnica de la nefrostomía
SU

Actualmente existen aparatos flexibles que per-


percutánea se produjo la posibilidad de dilatar el tra-
miten estos exámenes y procedimientos terapéuticos,
DA

yecto de comunicación hasta las cavidades renales y


sin que se hayan sustituido los tradicionales.
se inició la nefroscopia percutánea.
BI

Este procedimiento, que tiene su técnica bien de-


I
OH

Resección transuretral finida con la ayuda de la radiografía, permite realizar


exámenes diagnósticos y tratamientos al nivel de las
PR

La resección transuretral (RTU) es un procedi- cavidades renales, así como tener acceso a las vías
miento terapéutico basado en la resección eléctrica de excretoras altas.
tejido bajo visión. Se practica desde 1940 y se ha veni- En todas las instrumentaciones se editará por to-
do mejorando progresivamente en su técnica hasta el dos los medios la infección urinaria y en muchos casos
presente, en que es posible realizarla bajo control de se utilizará antibioticoterapia profiláctica.

Rafael Pinilla González

Es evidente que la cirugía es posible porque las res resultados han sido preocupaciones médicas cons-
heridas cicatrizan; las peculiaridades de este proceso tantes.
han sido tema de investigación permanente. El cuida- La cicatrización es un proceso complejo de acon-
do de las heridas y los métodos para obtener los mejo- tecimientos celulares, humorales y bioquímicos, que co-
Generalidades 37
mienzan con una reacción inflamatoria de carácter Los neutrófilos son la primera línea celular, pre-
agudo y culminan con la síntesis y formación de fibras dominante en las primeras 24 a 48 h, realizándose la
colágenas, producidas por células especializadas, los limpieza y protección a posibles infecciones de la
fibroblastos, que colonizan la propia herida y sus alre- herida, removiendo el coágulo, las bacterias y el tejido
dedores, mediante los cuales se logra la regeneración lesionado.
de una disrupción en la anatomía normal de un tejido, La presencia de neutrófilos en el sitio de la herida
causado por una injuria de carácter intencional o acci- se facilita por el complemento y los leucotrienos, que
dental. El inicio de la cicatrización es bastante brusco; promueven la quimioatracción. Los monocitos y las
los acontecimientos se suceden y superponen con gran células endoteliales producen las citicinas interleuquina
rapidez, y la duración de todo el proceso se prolonga 1 (IL-1) y el factor de necrosis tumoral (FNT). Los
durante varios meses. primeros son atraídos y adheridos, y por diapédesis lle-
Estos mecanismos interactivos ocurren desde que gan al área inflamatoria del intersticio desde el endotelio,
se origina la lesión hasta la regeneración total y para lo cual es facilitado por la permeabilidad capilar incre-
su mejor comprensión se dividen en 3 fases: mentada; allí toman la forma de la célula más impor-
1. Fase inflamatoria.
tante de esta fase, el macrófago. Los macrófagos
2. Fase proliferativa.
fagocitan cualquier sustancia, bacteria o tejido residual,
3. Fase de remodelación.
y sintetizan óxido nítrico, sustancia con una función
antimicrobiana importante.
Fase inflamatoria y/o exudativa. Puede tener
La aparición de los macrófagos es más lenta que

ÓN
una duración de 4 a 5 días en una herida simple o pro-
longarse en aquellas cuyo cierre no es primario o exis- la de los neutrófilos. Los linfocitos son atraídos y acti-

CI
te un estímulo que induce lesión constante y prolongada. vados por los macrófagos en el área lesionada, libe-

UC
El aforismo “no inflamación, no reparación”, define la rando citoquinas como las IL e interferones (IFN), y
importancia de esta fase. OD una vez activados actúan de vuelta sobre los
La respuesta inicial tiene como objetivo mante- macrófagos e inducen la liberación de IL-1 y FNT.
PR
ner la hemostasia en el sitio de la lesión, por la Las interleuquinas que actúan en la cicatrización,
vasoconstricción durante un periodo corto, seguida de además de su efecto sobre las células, provocan la
RE

la vasodilatación por la acción de sustancias producción de fibroblastos y regulan la formación de


SU

vasoactivas que incrementan la coagulación sanguí- fibronectina y de ácido hialurónico; estimulan la res-
nea y el metabolismo en la zona. Al dilatarse las puesta inmune y facilitan la citotoxicidad mediada por
DA

arteriolas y capilares y enlentecerse la circulación, au- células.


BI

menta la permeabilidad vascular y se presenta acidosis El FNT actúa sobre las distintas líneas celulares,
I

local, por lesión de los vasos locales, exponiendo el provoca liberación de neutrófilos en la médula ósea e
OH

colágeno subendotelial a las plaquetas, que activan la inicia su marginación, transporte endotelial y activa-
PR

vía intrínseca de la coagulación; producen la aglome- ción; también desempeña una función importante en la
ración de estas e inducen la formación del coágulo, formación y remodelación de la cicatriz, aumenta la
que sirve, además de controlar la hemostasia, como actividad procoagulante endotelial y la permeabilidad
matriz de regeneración en el sitio de la lesión y reservorio vascular; estimula la angiogénesis microvascular y la
de sustancias reguladoras de la cicatrización. proliferación de fibroblastos.
Subsecuentemente, al dilatarse los pequeños va- Esta fase se puede afectar por todos los factores
sos, la permeabilidad capilar aumenta y con ella la exu- que modifican la respuesta inflamatoria; la herida se
dación del plasma al intersticio. Una vez que se asegura caracteriza por los signos descritos por Celso:
la hemostasia, hay un flujo de neutrófilos, monocitos y  Calor y rubor, por vasodilatación e hipermetabolismo
linfocitos al sitio de la herida, mediados por factores de del área.
crecimiento que provienen tanto de la degranulación  Dolor, por quedar las terminaciones nerviosas al
de las plaquetas (FCDP) como de la de los neutrófilos descubierto y ser irritadas por la inflamación y los
(FCDN); factores quimiotácticos, derivados del com- mediadores producidos por esta.
plemento, y la cascada de la coagulación, además de  Tumor, por aumentar la exudación y trasudación lí-
péptidos derivados de proteínas bacterianas y de la quida al intersticio.
proteólisis de la fibrina, entre otras proteínas estructu-
rales, que incrementan la presión oncótica en el in- A estos signos Galeno añadió la impotencia fun-
tersticio de la zona. cional en zonas de movimiento articular.
38 Urología

Fase proliferativa. Comienza pasadas 24 h de ción que puede formarse y estructurarse de 2 formas
la lesión y se prolonga aproximadamente 3 semanas, posibles:
con independencia del tipo de cierre que se presente; 1. Tejido de granulación útil, eficaz o productivo, que
se caracteriza por 3 procesos diferentes y fuertemen- es el deseable y favorable. Consiste en una espe-
te interrelacionados: granulación, epitelización y con- cie de membrana delgada, con gránulos finos, rojo
tracción. brillantes, que no sangran con facilidad; no tiene
Granulación. Se produce por la acción de los fetidez, trasuda poco, no se acompaña de tejidos
fibroblastos procedentes de la adventicia vascular y vecinos irritados y el epitelio suele crecer sobre
las células mesenquimatosas, encargados de sintetizar sus bordes.
el colágeno (fibroplasia). El tejido de granulación llena 2. Tejido de granulación no útil, patológico, perjudi-
el espacio de la lesión y los nuevos capilares que se cial e indeseable, que contiene gránulos pálidos o
producen (neoangiogénesis) tienen una permeabilidad cianóticos, húmedos, blandos, edematosos, friables,
más elevada que los capilares normales, lo que favore- que sangran fácilmente; exuda mucho, con feti-
ce el edema. dez, mayor grosor de sus granulaciones, y la piel
En la superficie lesional se visualizan pequeños circundante suele estar irritada, por ello este teji-
gránulos rosáceos y a cada uno corresponde un arbo- do debe ser eliminado, ya que resulta un obstáculo
lillo vascular, con cuantiosos nudos capilares, sobre los para la reparación hística normal.
que se asienta el nuevo tejido, que con el paso del tiempo
aumentan en número y tamaño, y forman una superfi- Epitelización. También se inicia el primer día de

ÓN
cie húmeda y brillante, de color rojo asalmonado. la lesión; está mediada por los queratinocitos que se

CI
La acción moduladora de los macrófagos sobre encuentran en la membrana basal y en niveles más
los fibroblastos depende de las citoquinas, cuya acción superficiales; su función es regenerar una barrera con-

UC
inicial es atraer los fibroblastos a la herida, estimular
OD tra la infección y la pérdida electrolítica.
su proliferación e inducir la producción de colágeno, El factor de crecimiento epidérmico (FCE) indu-
proteína estructural, fundamental en el cuerpo huma- ce tanto la proliferación de los queratinocitos como su
PR

no. Esta formación de colágeno comienza a los 2 días migración a través de los bordes no epitelizados de la
RE

posteriores a la lesión, con un pico entre 5 y 7 días, de herida. La humedad de la herida es otro factor que
modo que a las 3 semanas se alcanza la masa máxima estimula la cicatrización. Para la migración de los
SU

de colágena en la herida, y desaparece a los 60 días. queratinocitos a través de la herida se requiere la pre-
DA

En la constitución progresiva de colágena se va sencia de plasmina, que degrada la fibrina en el espa-


BI

degradando el retículo de fibrina; los vasos creados se cio de la herida y deriva del plasminógeno del coágulo
I

recanalizan nuevamente, proceso controlado por la de fibrina.


OH

enzima plasmina, denominado fibrinólisis, que coadyuva La migración de los queratinocitos se lleva a cabo
al edema, al aumentar la presión oncótica intersticial mediante la formación de seudópodos y la acción del
PR

con la degradación y fragmentación de la fibrina. complejo actinomiosina; finalmente la epitelización se


Con la finalidad de que no haya un exceso de detiene por factores mecánicos al contactar con otras
colágena, la colagenólisis efectuada por la enzima células del borde opuesto.
colagenasa regula el proceso. Este periodo, vulnerable Contracción. Está mediada por la diferenciación
a la dehiscencia los 7 primeros días, alcanza su máxi- de los fibroblastos a mioblastos después de la primera
ma fortaleza en la tercera semana, justo cuando dismi- semana, mediante la activación de los fibroblastos
nuye el número de fibroblastos presentes. mediados por el FNT. Estas células tienen una capaci-
Al tiempo que se induce la proliferación de dad contráctil importante, que permite que los bordes
fibroblastos y consecuentemente de colágena, se lleva de la herida se aproximen más rápidamente (encogién-
a cabo la angiogénesis, mediada por las células dose), gracias a la fuerza centrípeta que ejercen di-
endoteliales que acompañan este proceso de granula- chas células, y resulta de gran importancia en la
ción. El factor de crecimiento de los fibroblastos (FCF) cicatrización por segunda intención.
y el FNT, que estimulan el crecimiento de las células La apariencia de la herida después de esta fase
musculares lisas y del endotelio e inducen la prolifera- es mucho menos inflamatoria y con una fuerza ténsil
ción de células epiteliales y fibroblastos, se hallan uni- que alcanza 30 % de la fuerza ténsil definitiva.
dos a la matriz extracelular y se liberan al romperse las Fase de remodelación. Tiene una duración
células; de esta manera concluye el tejido de granula- aproximada de 3 semanas a 2 años y se caracteriza
Generalidades 39
por el depósito de colágena en la herida. De la calidad, marginación, transporte endotelial y activación; tam-
cantidad y buena organización del colágeno va a de- bién facilita la acción de los monocitos contra los
pender la fuerza ténsil de la herida, así, cuando aumen- virus y parásitos. Desempeña una función importan-
ta mucho la cantidad de colágeno, aparecen las te en la formación y remodelación de la cicatriz, au-
cicatrices hipertróficas y los queloides. menta la actividad procoagulante de la superficie de
En la fase inicial de la cicatrización, las proteínas la célula endotelial y la permeabilidad vascular; cons-
estructurales predominantes son la fibrina y la fibro- tituye, de por sí, un factor de crecimiento y tiene la
nectina; estas son reemplazadas por proteoglicanos y capacidad de estimular la angiogénesis microvascular
glucosaminoglicanos, los que constituyen el soporte de y la proliferación de fibroblastos.
la cicatriz final, cuya proteína estructural fundamental  Interleuquina 1: posee un potente efecto mielopoyé-
será el colágeno; entonces, se reduce la presencia de tico, induce la liberación rápida de granulocitos de
agua y vasos en el tejido de granulación, que gana en la medula ósea y promueve su migración hacia los
consistencia y se transforma en tejido cicatrizal. sitios de inflamación. La interleuquina 1 facilita la
Una de las diferencias entre la cicatriz y la piel migración, al aumentar la permeabilidad de las cé-
sana radica en la organización del colágeno; en la piel lulas endoteliales a los leucocitos y estimula, ade-
sana está organizado en forma de mallas, con fuertes más, la proliferación de linfocitos T. Al igual que el
uniones intermoleculares y fuerza ténsil importante; en FNT, influye de manera importante en el proceso
la piel lesionada el colágeno está organizado en finos de cicatrización, al facilitar muchos de sus aspec-
filamentos, paralelos a la piel, que se van engrosando al tos, encaminados a conseguir una cicatriz óptima,

ÓN
estimula la actividad de la colagenasa y la degrada-
nivel de los puntos de tensión de la herida, lo que la hace

CI
ción de los proteoglicanos en el tejido conectivo,
adquirir una fuerza ténsil definitiva, de aproximadamente
aspecto de gran importancia para su remodelación

UC
80 % de la de la piel sana. Al final de esta fase la cicatriz
durante la fase inflamatoria.
será plana, no eritematosa y muy resistente. OD  Interleuquina 2: conocida también como factor de
crecimiento de los linfocitos T, actúa como estimu-
PR

Actividad biológica de algunas lante de la respuesta inmune induciendo la prolife-


RE

ración de linfocitos T y facilitando la citotoxicidad


citocinas que intervienen mediada por células y aumentando la permeabili-
SU

en la cicatrización dad vascular.


 Interleuquina 6 o interferón alfa 2: entre sus princi-
DA

Los pacientes con lesiones e infecciones presen- pales funciones se encuentran la inmunoestimulación
BI

tan respuestas hemodinámicas, metabólicas e inmunoló- (linfocitos B e inmunoglobulinas) y la estimulación


I
OH

gicas que dependen de mediadores humorales de de la síntesis de proteínas reactantes de la fase agu-
respuesta, como las catecolaminas, serotonina, da, detectándose un incremento en heridas en vías
PR

histamina y glucocorticoides; estos son producidos por de cicatrización y alrededor de tejidos lesionados.
tejidos especializados y actúan a través de mecanis-  Interferón gamma o factor estimulador de macró-
mos endógenos. fagos: protege contra los virus, bacterias y parásitos,
Existen mediadores proteicos que se forman tan- con gran actividad en el tracto respiratorio y aumen-
to en el sitio de la lesión como en diferentes células to de actividad asesina en los monocitos circulantes,
inmunes y participan en dicha respuesta; estas peque- macrófagos tisulares, alveolares, peritoneales y cé-
ñas y disímiles proteínas se denominan citocinas o lulas de Kupffer.
citoquinas, e incluyen el FNT, las interleuquinas, los
interferones y los factores estimulantes de las colo- La vida media de estas citocinas en la circulación
nias, de cierta manera tratadas en la descripción del es muy corta (del orden de los minutos) y son muy
proceso de cicatrización. sensibles a la temperatura, que les hace perder activi-
En la respuesta al daño y el proceso de cicatriza- dad biológica. Existen mecanismos endógenos que eli-
ción, el número de citocinas es elevado; las más im- minan estos mediadores de la circulación, con el objetivo
portantes se analizan a continuación: de proteger al huésped de una producción excesiva,
 Factor de necrosis tumoral: actúa sobre los neutrófilos, además de constituir estímulos potentes para la libera-
monocitos, linfocitos y eosinófilos; provoca la libera- ción del glucagón, cortisol, epinefrina y prostaglandinas,
ción de neutrófilos de la médula ósea e inicia su entre otros.
40 Urología

Factores asociados a la cicatrización  Uso prolongado de esteroides y otros antiin-


flamatorios.
La cicatrización involucra la interacción de múlti-  Obesidad.
ples sistemas del organismo y depende del buen fun-  Quimioterapia antineoplásica.
cionamiento de estos; se puede asegurar que es un
reflejo del estado de salud de cada individuo. Para lo- Existen factores locales (de la herida) y sistémicos
grar una cicatriz adecuada deben existir condiciones (del paciente) que pueden modificar la cicatrización;
óptimas y la no aparición de complicaciones, lo que son necesarios el adecuado aporte de oxígeno al tejido,
depende, en gran medida, de las acciones que brinda el presencia de nutrientes, ausencia de bacterias, tejido
médico al paciente y su herida. isquémico o lesionado y presencia de un adecuado fun-
Los factores que pueden retardar o impedir la cionamiento del sistema inmunológico en el sitio de la
cicatrización de las heridas son los siguientes: herida, para lograr el éxito del proceso cicatrizal y aque-
 Locales: llos factores que lo modifican tienen un sitio de acción
 Presencia de tejidos desvitalizados o necróticos en en alguno de los aspectos señalados.
el área que ha de cicatrizar. Clínicamente, es importante clasificar estos fac-
 Cuerpos extraños. tores en modificables y no modificables.
 Contaminación bacteriana. Factores modificables. Son aquellos que pue-
 Irrigación sanguínea deficiente. den ser manipulados en el momento de producirse la
 Edema y obstrucción linfática que disminuye el herida o durante las fases de la cicatrización; cualquie-

ÓN
tenor de oxígeno y acidifica el área afectada. ra que sea su causa, pueden corregirse rápidamente y

CI
 Afrontamiento deficiente de las superficies a ci- favorecer el proceso de cicatrización.
catrizar y presencia de espacios muertos, o ten- La malnutrición, con su déficit de nutrientes como

UC
sión en la línea de sutura. sustrato y afectaciones subsecuentes del sistema
 Hemorragias, hematomas y seromas.
OD inmunológico, es una de las que mayor importancia e
 Tejidos irradiados. influencia tiene; intervienen el déficit de proteínas,
PR

 Denervación regional: aumenta la actividad de la aminoácidos, vitaminas A y C, tiamina, riboflavina,


RE

colagenasa de la herida e influye en la lisis nicotinamida y zinc.


remodelante del colágeno. Las proteínas y aminoácidos ejercen su función
SU

 Deficiente inmovilización de la región lesionada. sobre la inmunidad humoral y celular (fagocitosis) y en


DA

 Empleo de materiales y productos irritantes, los componentes del tejido de granulación. La vitamina
C es fundamental para la síntesis del procolágeno y
BI

taponamientos innecesarios, presión exagerada de


puede alterar la función inmunológica de los neutrófilos
I

los vendajes y drenajes prolongados innecesaria-


OH

mente. y macrófagos, así como la producción de inmuno-


 Generales: globulinas.
PR

 Aporte deficiente de sangre a los tejidos por ane- La vitamina A es fundamental para el manteni-
mia, insuficiencia circulatoria central o periférica miento de la epidermis y su déficit altera el proceso de
o disminución del volumen sanguíneo. epitelización. El zinc favorece la proliferación celular
 Deficiencias nutricionales que determinan hipo- relacionada con la síntesis de ADN y ARN polimerasa,
proteinemia y sus consecuencias. y su función sobre el aspecto estructural y funcional
 Desequilibrios hidrominerales y ácido-base. de las membranas celulares es significativa.
 Déficit de oligoelementos: zinc, cobre y hierro Muchos pacientes, aun normalmente alimentados,
 Hipovitaminosis A, del complejo B, C, D y K. pasan a un estado de hipercatabolia con balance nega-
 Temperatura corporal anormal por exceso o por tivo de nitrógeno, potasio, azufre y fosfatos, incremen-
defecto, que interfiera con el metabolismo celular to de la gluconeogénesis, trastornos en la utilización de
de manera prolongada. los carbohidratos y aumento de los ácidos grasos libres
 Diabetes mellitus con marcada influencia de la en el suero, con aparición de cetosis y acidosis.
hiperglicemia y la microangiopatía. La anemia, la hipoxia y el aporte local de oxígeno
 Arterioesclerosis que reduce el aporte sanguíneo, al tejido lesionado son aspectos que se deben tener en
por obliteración de la luz vascular. cuenta. Al afrontar los bordes de la herida se debe
 Mixedema y sus consecuencias en el metabolis- asegurar una buena vascularización y con esta, la per-
mo celular. fusión y el adecuado aporte de oxígeno.
Generalidades 41
Los pacientes con procesos cardiopulmonares o nes, y las consecuentes alteraciones inmunológicas, re-
de otro tipo, hipóxicos, deben ser compensados y se ducción de la neovascularización, alteraciones
les brindará un suplemento de oxígeno, pues esta si- fibroblásticas y reducción de la epitelización e hipoxia
tuación obstaculiza la fagocitosis y favorece la sepsis. consecutiva, presentan dificultades en su manejo y más
Cuando existe anemia aguda, se indica la transfusión aún en el resultado final del proceso.
sanguínea; en la anemia crónica se debe analizar acu-
ciosamente la indicación, pues también las transfusio-
nes múltiples alteran el estado inmunológico. Tipos de cicatrización
La presencia de cuerpos extraños, tejido necrótico
y hematomas, predispone significativamente a la in- Cierre primario o por primera intención. Es
fección y se acompaña de la pérdida de continuidad aquel donde los bordes de la herida se afrontan al ter-
del tejido capaz de cicatrizar; en el mejor de los casos minar el acto quirúrgico o producirse la lesión prima-
retarda el proceso, por ello, son pocas las medidas que ria. En caso de que la pérdida de tejido no permita el
se tomen para evitarlos, ya que también dificultan la afrontamiento y la herida se cierre con injerto o colga-
limpieza de la herida, el depósito de colágeno y la colo- jo de piel, también se considera cierre primario. L a
nización bacteriana. epitelización y la contracción tienen poca importancia,
Se debe evitar la contaminación bacteriana me- aunque la primera ocurre en las primeras 24 h, sellan-
diante una adecuada asepsia y antisepsia, además del do la herida para evitar la contaminación.
uso profiláctico de antibióticos, teniendo en cuenta el Cierre secundario, por segunda intención o

ÓN
tipo de herida, las suturas a utilizar y los demás aspec- espontáneo. Es aquel en el que se deja la herida abier-

CI
tos mencionados, y si fuera factible, realizar un estudio ta, generalmente grandes heridas con destrucción de
bacteriológico cuantitativo y conseguir la presencia de piel y tejidos blandos o alta potencialidad séptica. Se

UC
bacterias inferior a 100 000 colonias/g de tejido, para acompaña de una fase inflamatoria más prolongada y
valorar su cierre. Estos factores se deben tener en
OD los procesos de contracción y epitelización de la fase
cuenta, pues la infección es la complicación más fre- proliferativa de la cicatrización son fundamentales para
PR

cuente y un indicador de calidad del servicio quirúrgi- generar un nuevo tejido. Este cierre es prolongado y
RE

co prestado. su duración depende del tipo de herida, grado de con-


Los factores potencialmente modificables son
taminación y manejo de esta, donde priman los proce-
SU

aquellos que afectan el proceso de cicatrización y cons-


sos biológicos naturales y no hay intervención quirúrgica.
tituyen un estado patológico que no es susceptible de
DA

Cierre terciario, por tercera intención o tar-


corregirse con prontitud, o si lo es, pueden existir otros
BI

dío. Consiste en el desbridamiento del tejido de granu-


factores asociados que no lo permiten, pero son sus-
I

ceptibles de modificarse en beneficio del paciente y su lación de una herida con cierre secundario, para realizar
OH

herida. Generalmente se trata de estados infecciosos el afrontamiento de sus bordes y el cierre de esta me-
diante el estímulo quirúrgico. Es una buena opción en
PR

y metabólicos alterados, por ejemplo, hiperglicemia del


diabético; insuficiencia renal, hepática e inmunosupre- las heridas que, por su elevada probabilidad de infec-
sión, que alteran el proceso inmunológico de la cicatri- ción, se dejan en cierre secundario, pero entre 3 y 7 días
zación y disminuyen la fuerza ténsil de los tejidos, por no presentan signos de infección y ya tienen algo de
incremento de la colagenólisis; disminución del creci- tejido de granulación.
miento de los fibroblastos e incremento de la posibili- Se realiza la aceleración del cierre con resulta-
dad de infección. dos estéticos favorables, al disminuir el defecto; tam-
Factores no modificables. No son susceptibles bién se conoce como cierre primario diferido, el cual
de manipularse de manera aguda y su efecto deletéreo comenzó a utilizarse por los franceses en la Prime-
siempre estará presente. Antes de llevar a cabo un ra Guerra Mundial; con ello se logra que una herida
procedimiento quirúrgico electivo, se puede planear la predestinada a supurar, cicatrice por tercera intención
corrección de alguno de estos factores y así disminuir adecuadamente, al reducir el número de microorga-
los factores de riesgo en el proceso de cicatrización, nismos bacterianos locales y eliminar los factores que
sin embargo, el hecho de estar siempre presentes, obli- debilitan la resistencia del huésped. Es importante rea-
ga a trabajar mayormente sobre los primeros, para lizar el desbridamiento del tejido para permitir el co-
mejorar el resultado final. mienzo de una nueva fase inflamatoria. Se pueden
Los pacientes dependientes de esteroides o so- considerar también los injertos de piel y algunas técni-
metidos a quimioterapia o inmunosupresión, radiacio- cas de colgajos cutáneos.
42 Urología

Rafael Pinilla González

El término shock lo utilizó por primera vez el mé- de la economía, una vez comprobado que la disponibi-
dico francés Henry Francois Le Dran (1740) en Trite lidad de oxígeno es limitada y depende del gasto
sur les playes d’ armes a feu , para definir un estado cardiaco, la saturación arterial de oxígeno y la concen-
patológico asociado a múltiples y variados procesos, tración de hemoglobina. Si cualquiera de estas 3 varia-
que tienen en común la existencia de hipoperfusión e bles disminuye, también disminuye paralelamente la
hipoxia tisular en diferentes órganos y sistemas, que disponibilidad de oxígeno.
de no corregirse a tiempo provoca lesiones celulares El primer proceso ocurre en aquellos tipos de
irreversibles y fallo multiorgánico. Tanto los mecanis- shock en los que una hipoperfusión celular global, con-
mos fisiopatológicos que lo producen, como sus mani- secutiva a una disminución del gasto cardiaco, conlle-
festaciones y tratamiento, difieren en cada caso, en va un importante descenso del transporte y el consumo
dependencia de la causa y el tipo de shock, del mo- es dependiente del O2 suministrado. En otros tipos, como
mento evolutivo, del tratamiento aplicado y de la situa- el shock séptico, a pesar de un elevado transporte,

ÓN
ción previa del paciente. existe un defecto en la distribución y utilización del O 2,
lo que se traduce en una extracción tisular inapropia-

CI
Fisiopatología. La integridad y el desarrollo nor-
mal de las diferentes funciones celulares, de órganos y damente baja para la demanda metabólica aumentada,

UC
sistemas del organismo humano, dependen de su ca- con la existencia de un desequilibrio entre la utilización
pacidad de generar energía, fundamentalmente con la
OD y las necesidades sistémicas de O 2, que no es conse-
glucólisis en presencia de oxígeno (metabolismo cuencia de su transporte insuficiente. Dos mecanis-
PR

aerobio), con generación de acetyl CoA, que entra en mos explican dicho fenómeno:
RE

el ciclo de Krebs, produce CO 2 y agua, y libera 36 moles 1. Alteraciones de la microcirculación.


de ATP por cada mol de glucosa. En ausencia de oxí- 2. Anomalías del mecanismo oxidativo celular.
SU

geno (metabolismo anaerobio), se genera ácido láctico


con liberación de 2 moles de ATP por uno de glucosa, El mantenimiento de una presión arterial adecua-
DA

de aquí la importancia del oxígeno para el adecuado da es imprescindible para que exista un flujo sanguíneo
BI

funcionamiento celular. adecuado a través del sistema circulatorio, por lo que


I
OH

En el shock existe una relación importante en la cualquier enfermedad o alteración que produzca un
saturación de oxígeno, concentración de hemoglobina descenso significativo de esta, compromete la perfu-
PR

y gasto cardiaco. El problema central es el trastorno y sión de órganos vitales.


finalmente la insuficiencia de la oxigenación celular que La presión sanguínea depende de 2 factores: gasto
en el hipovolémico y cardiogénico, la lesión celular de- cardiaco y resistencia vascular periférica. El primero
pende del desarrollo de un deficiente débito de oxígeno es producto de la frecuencia cardiaca por el volumen
en los tejidos, como consecuencia del riego sanguíneo de eyección del ventrículo izquierdo, y la resistencia
insuficiente. vascular periférica está determinada fundamentalmente
En contraste, en el shock dependiente de un por el tono de la circulación arterial sistémica.
defecto celular, como se observa en los pacientes sépti - El descenso de cualquiera de estos 2 factores pro-
cos, se produce un defecto celular primario, caracteri- voca una caída de la presión, que se intenta compen-
zado por poca utilización del oxígeno. La circulación sar con el incremento de otro factor, para que la presión
hiperdinámica observada en muchos de estos casos sanguínea se mantenga dentro de valores normales.
viene a ser entonces un mecanismo compensador. El inicio del shock es consecuencia de una in-
Se necesita cierto gradiente de presión parcial adecuada perfusión hística, por ello se deben conocer
para transferir oxígeno del capilar al tejido; el valor los factores que la determinan.
crítico de este puede variar según el tejido, el pH y la Factores cardiacos:
temperatura; también existe una diferencia en la cap-  Gasto cardiaco: producto de la frecuencia cardiaca
tación de oxígeno y sus necesidades, según los tejidos por el volumen sistólico o de eyección del ventrículo
Generalidades 43
izquierdo. El volumen sistólico depende de 3 facto- ción, oclusión microvascular, activación del sistema de
res: precarga, contractilidad y poscarga. coagulación, con depósitos de fibrina, y acumulación
 Precarga: longitud inicial del músculo antes de la de microtrombos, lo que contribuye también a la oclu-
contracción; es determinada por el volumen sión microvascular. El flujo en la microcirculación de-
telediastólico ventricular. pende del equilibrio entre las presiones coloidosmótica
 Contractilidad: capacidad intrínseca de la fibra e hidrostática del capilar, lo que determina el balance
miocárdica para contraerse y ejercer el corazón entre los líquidos intravascular y extravascular.
su función de bomba expelente. La estimulación simpática contrae el esfínter
 Poscarga: es la presión o fuerza ventricular re- precapilar, decrece la presión hidrostática y favorece
querida para vencer la resistencia a la eyección, el paso del líquido extravascular al intravascular, pero
determinada por la presión diastólica aórtica y la también se contrae el esfínter poscapilar; la hipoxia y
resistencia vascular periférica. En el ventrículo la acidosis se añaden, lo que trae como consecuencia
derecho depende de la presión diastólica de la ar- una caída de la respuesta arteriolar vasoconstrictora
teria pulmonar y de la resistencia vascular mediada por el simpático, pero persiste la contracción
pulmonar. del esfínter poscapilar y se extravasa el fluido en el
 Frecuencia cardiaca: ritmicidad intrínseca del nodo intersticio.
sinoauricular, que dispara de forma coordinada y con- Además, las toxinas circulantes y los leucocitos
ducida hacia el ventrículo. activados incrementan la permeabilidad capilar y au-
mentan el edema. Este proceso se puede exacerbar

ÓN
Factores vasculares. La distribución del flujo por la pérdida de proteínas plasmáticas en el intersti-

CI
sanguíneo depende de la regulación intrínseca de sus cio, y ocurrir reducción de la presión coloidosmótica,
resistencias y del control neurohumoral extrínseco. La del volumen intravascular y la perfusión de los tejidos.

UC
resistencia al flujo es proporcional a la longitud del vaso
OD Factores humorales. La liberación de media-
y a la viscosidad e inversamente proporcional al radio dores renina, vasopresina, prostaglandina, citoquinas
del vaso, por lo tanto, el área transversal del vaso es la (IL-1 y FNT), factor atrial natriurético, catecolaminas,
PR

determinante de la resistencia al flujo. efectos celulares de la isquemia, toxinas y mecanis-


RE

El tono arteriolar se regula por factores extrínse- mos inmunológicos, tiene una función importante en la
cos (regulación neurohumoral) y factores intrínsecos homeostasis cardiovascular.
SU

(respuesta miogénica, autorregulación metabólica y re-


DA

gulación mediada del endotelio). Las arteriolas de re-


Mecanismos de producción
BI

sistencia reciben estímulos vasoconstrictores desde el


I

sistema nervioso simpático, el cual es regulado por los del shock


OH

barorreceptores.
Respuesta miogénica. Los vasos se pueden con-
PR

Conocidos los factores determinantes de la pre-


traer o relajar por cambios de la presión transmural, y sión de perfusión sanguínea, procede analizar cómo la
mantener flujo constante, con cambios de presión de alteración de cada uno de ellos puede producir o con-
perfusión. tribuir al desarrollo del shock.
Autorregulación metabólica. Liberación de Descenso de la precarga. La causa más fre-
vasodilatadores (adenosina y prostaglandina vasodilata- cuente es la disminución del volumen intravascular por
dora) que incrementan el flujo sanguíneo, como res- pérdida de sangre (hemorragia) o de otros fluidos
puesta al aumento de la actividad metabólica. (poliuria inapropiada, diarrea, tercer espacio, etc.). Otra
Modulación endotelial del tono vascular. Se causa es la pérdida del tono vasomotor del sistema
liberan mediadores con acción local importante, que venoso (venodilatación), que se traduce en un descen-
incluyen el factor de relajación del endotelio vascular so del volumen intravascular efectivo. Este último me-
(óxido nítrico), los eucosanoides, el péptido vasocons- canismo es de gran importancia en la patogenia del
trictor de la endotelina-1, angiotensina II y los radica- shock anafiláctico y neurogénico, además de su fun-
les libres de oxígeno. ción en el shock de origen séptico.
Factores de la microcirculación. El fallo en la En otras ocasiones, el retorno venoso y por lo
microcirculación es el aspecto crítico en la patogénesis tanto la precarga se afectan adversamente por el au-
del shock. La adhesión de leucocitos, plaquetas y las mento de la presión intratorácica, como ocurre en el
células endoteliales dañadas pueden causar aglutina- neumotórax a tensión, la ventilación con presión posi tiva
44 Urología

intermitente y la presión positiva al final de la espi ra- inotropismo cardiaco y, por lo tanto, de la presión arterial
ción (PEEP). El retorno venoso también se dificulta media (PAM) y el gasto cardiaco.
por el aumento de la presión intrapericárdica (tapona- La venoconstricción tiene lugar fundamentalmen-
miento cardiaco y pericarditis constrictiva), y altera- te en el territorio esplácnico y provoca el aumento del
ción de la distensibilidad miocárdica. retorno venoso y del llenado ventricular. La va-
Por último, aunque la taquicardia es un mecanis- soconstricción arterial en órganos no vitales (piel, teji-
mo compensador, cuando la frecuencia cardiaca es ex- do muscular y vísceras abdominales) desvía el flujo de
cesivamente rápida, la diástole puede acortarse lo sangre y preserva la circulación cerebral y coronaria;
suficiente como para dificultar el llenado ventricular y al aumentar las RVP, mejora también la presión san-
disminuir el gasto cardiaco. guínea. Clínicamente se traduce en frialdad y palidez
Aumento de la poscarga. Cuando la poscarga cutánea, debilidad muscular, oliguria y disfunción
aumenta, disminuyen la velocidad y el volumen de gastrointestinal. Como consecuencia directa del cierre
eyección ventricular. Este mecanismo es el responsa- arteriolar (precapilar), la presión hidrostática en el le-
ble de la disminución del gasto cardiaco en la estenosis cho capilar disminuye y se favorece la entrada del lí-
aórtica severa. En el TEP también se produce un au- quido intersticial en el espacio intravascular, de esta
mento de la poscarga del ventrículo derecho, directa- manera aumentan el retorno venoso y la precarga, y
mente por la obstrucción que supone el propio émbolo por tanto el gasto cardiaco.
y por la vasoconstricción pulmonar inducida por la li- La salida de líquido del espacio intersticial se ma-
beración de mediadores (tromboxano A2 y serotonina, nifiesta por la sequedad de la piel y las mucosas, y

ÓN
entre otros). contribuye a conformar la facies hipocrática. La renina

CI
Disfunción cardiaca. Ocurre como consecuen- actúa enzimáticamente sobre su sustrato y se genera
la angiotensina I (A I), que es convertida por acción de

UC
cia de una función ventricular sumamente deteriorada,
por la disminución de la contractilidad miocárdica (in- la enzima convertidora de la angiotensina en
OD angiotensina II (A II). Esta incrementa el tono vaso-
farto miocárdico, miocarditis, arritmias, taponamiento
motor arteriolar y también, aunque de forma menos
PR
cardiaco, neumotórax a tensión, etc.).
importante, estimula la liberación adrenal de
Descenso de la resistencia vascular periféri-
RE

catecolaminas y aumenta la contractilidad miocárdica.


ca (RVP). Este descenso provoca una caída de la pre-
La A II induce la liberación de aldosterona por la
SU

sión sanguínea, que puede comprometer la perfusión


corteza suprarrenal, que ocasiona la retención tubular
tisular. La vasodilatación se produce por la liberación
de sodio y agua, aunque esta acción es un mecanismo
DA

de mediadores, como sucede en la sepsis y la anafi-


compensador poco relevante en el shock. La vaso-
BI

laxia, o por la pérdida del estímulo simpático tras una


presina aumenta la RVP en el territorio esplácnico y
I

lesión medular.
OH

otros lechos vasculares.


En esta fase precoz del shock la presión sanguí-
PR

Fases del shock nea puede estar en un rango normal, pero la presencia
de acidosis metabólica inducida por el metabolismo
A medida que el shock evoluciona se producen anaerobio de zonas no vitales hipoperfundidas y la de-
alteraciones fisiopatológicas que son similares en los dis- tección de los signos clínicos antes mencionados,
tintos tipos de shock, excepto en aquellos que evolucio- alertarán sobre la existencia de shock.
nan con descenso de la RVP. Fase de shock descompensado. Cuando se so-
Fase de shock compensado. En una etapa pre- brepasan los mecanismos de compensación, se entra
coz estos cambios actúan como mecanismos compen- en una segunda fase, en la que ya se aprecia la dismi-
sadores, que intentan preservar la función de órganos nución del flujo a órganos vitales e hipotensión, que
vitales, de tal forma que al corregirse la causa clínicamente se traduce en el deterioro del estado
desencadenante, se produce una recuperación total con neurológico, pulsos periféricos débiles o ausentes y
escasa morbilidad. La primera respuesta es consecuen- ocasionalmente pueden aparecer arritmias y cambios
cia de la activación de los sistemas simpático y renina- isquémicos en el ECG.
angiotensina-aldosterona, y de la liberación de En esta fase los signos de hipoperfusión periférica
vasopresina y otras hormonas. La acción de las son más evidentes; la diuresis disminuye aún más y la
catecolaminas provoca la vasoconstricción venosa y acidosis metabólica progresa. En modelos experimen-
arterial, aumentos de la frecuencia cardiaca y del tales de shock hemorrágico se ha relacionado el inicio
Generalidades 45
de la irreversibilidad con la relajación de los esfínteres Además, como consecuencia de la vasocons-
precapilares. tricción esplácnica se produce una disminución de la
Como el tono del esfínter poscapilar se mantiene motilidad gastrointestinal e íleo paralítico, ulceración
inicialmente, la presión hidrostática aumenta en el ca- de la mucosa y malabsorción de nutrientes. También
pilar y se extravasa líquido al espacio intersticial, lo se ha demostrado que el páncreas y el intestino
que agrava el déficit de volumen circulante. Esta pér- isquémico producen un factor depresor miocárdico.
dida del tono precapilar se ha relacionado con la libe-
ración de prostaglandinas y endorfinas, mayor
producción de óxido nítrico y alteración en el metabo- Hígado
lismo de las catecolaminas, entre otros.
A medida que el shock progresa, se liberan, ade- El metabolismo hidrocarbonado se altera en la fase
más, mediadores que aumentan la permeabilidad capi- inicial, en la que existe un aumento de la glucogenólisis
lar, como la histamina, bradiquinina, factor activador y la gluconeogénesis, con elevación de la glicemia, pero
plaquetario y citoquinas, y se produce también daño en una fase tardía los depósitos de carbohidratos se
capilar directo por radicales libres generados por agotan, la gluconeogénesis disminuye y aparece la
leucocitos polimorfonucleares, que favorecen la hipoglucemia. La capacidad hepática para metabolizar
extravasación de líquido al espacio intersticial. el ácido láctico disminuye, circunstancia que contribu-
Otros mecanismos que contribuyen al fallo de la ye a empeorar la acidosis metabólica.
microcirculación son la formación de agregados Por otra parte, se produce hiperbilirrubinemia y

ÓN
intravasculares de neutrófilos y el desarrollo de la coa- la isquemia provoca una necrosis centrolobulillar, con

CI
gulación intravascular diseminada, con formación de elevación de las transaminasas hepáticas. También se
trombos intravasculares, entre otros.

UC
deteriora la capacidad de aclaramiento de las células
Fase de shock irreversible. Si el shock no se
OD de Kupffer y se acentúan los efectos de la traslocación
corrige, las posibilidades de supervivencia del paciente bacteriana intestinal.
se reducen drásticamente y se entra en la fase irre-
PR

versible, donde la resucitación es difícil y, aunque ini-


RE

cialmente se consiga, el paciente desarrollará un fallo Músculo esquelético


multisistémico y fallecerá.
SU

Durante el shock se produce un catabolismo de


DA

las proteínas musculares, que son utilizadas como


Alteraciones orgánicas
BI

sustrato energético, además, el músculo isquémico es


I

una fuente importante de ácido láctico. Como conse-


El flujo sanguíneo no es homogéneo en los dife-
OH

cuencia de estas alteraciones metabólicas y de la


rentes órganos ni dentro de un mismo órgano y esta
isquemia, existe una debilidad muscular importante que
PR

característica se acentúa en el shock, de manera que


en determinadas zonas de la economía el flujo se pre- favorece el fallo ventilatorio.
serva, mientras que en otras es francamente deficien-
te, lo que da lugar a respuestas diferentes en cada uno
de los órganos y sistemas. El cerebro y el corazón son Riñón
los órganos que el organismo trata de preservar a ex-
pensas de los demás. Durante la hipotensión moderada los mecanismos
de autorregulación mantienen la perfusión renal y la
filtración glomerular, al acentuarse, da lugar a la dismi-
Tracto gastrointestinal nución de la filtración glomerular.
Como consecuencia de la acción de la hormona
Mientras el descenso del flujo sanguíneo regional antidiurética (ADH) y la aldosterona, inicialmente hay
no excede 50 %, se mantiene el aporte de O 2 a la un aumento de la absorción tubular de agua y sodio, y
pared intestinal, pero un flujo más reducido resulta en el riñón produce una pequeña cantidad de orina con-
una ruptura de la barrera intestinal con traslocación de centrada que es pobre en sodio (insuficiencia prerrenal).
bacterias y sus toxinas a la circulación sistémica, cir- La persistencia del insulto isquémico da lugar a la
cunstancia que se ha relacionado con el desarrollo de necrosis tubular aguda (NTA) con insuficiencia renal,
fallo multisistémico. que es de carácter transitorio. En los casos más gra ves
46 Urología

se puede producir necrosis cortical y fallo renal per- en el endocardio que en el epicardio, por tanto, existe
manente. el riesgo de necrosis subendocárdica. En una fase más
tardía el deterioro del flujo coronario y la liberación de
factores depresores miocárdicos condicionan la apari-
Aparato respiratorio ción de insuficiencia cardiaca.

La taquipnea que se observa inicialmente en los


pacientes en shock tiene un origen multifactorial (libe- Sistema nervioso central
ración de catecolaminas, acidosis metabólica e hiper-
catabolismo). Por otra parte, en el shock hipodinámico Como consecuencia de la liberación de cate-
existe un aumento del número de alvéolos ventilados y colaminas, inicialmente existe cierta excitación del sis-
no perfundidos (aumento del espacio muerto), que em- tema nervioso central, que se traduce en nerviosismo
peora el intercambio gaseoso. y agitación. El flujo sanguíneo cerebral se preserva y,
Como consecuencia de todas estas alteraciones, por tanto, un buen nivel de conciencia se mantiene hasta
fases tardías, por lo que el deterioro precoz de la con-
la debilitada musculatura respiratoria se somete a un
ciencia obliga a descartar la coexistencia de un proble-
trabajo extremadamente elevado y claudica, de modo
ma neurológico. El reconocimiento del estado de shock
que la taquipnea es progresivamente más superficial,
es el primer paso en su manejo.
con disminución de la ventilación alveolar, deterioro de Signos y manifestaciones clínicas:
la oxigenación y retención de CO 2. La liberación de

ÓN
 Palidez y frialdad cutánea, particularmente aparen-
mediadores inflamatorios que se produce en el shock,

CI
tes en los pies y las manos.
da lugar, en algunos casos, a difi cultad respiratoria.  Palidez cutánea bajo presión digital, demostrable en

UC
el pulpejo de los dedos de las manos y los pies o en
OD el lecho de las uñas, que tarda en recuperarse o
Coagulación
bien no se recupera.
PR

 Colapso de las venas subcutáneas por vasocons-


Con frecuencia el shock séptico se acompaña
RE

de coagulación intravascular diseminada (CID), con tricción adrenérgica, lo cual dificulta la canulación
venosa y la toma de muestras de sangre.
SU

activación de los mecanismos de la coagulación y


 Hipotensión arterial, con descenso de la presión
fibrinólisis, entre otros. Analíticamente este trastorno
DA

sistólica y conservación de la diastólica (disminu-


se manifiesta por descenso del fibrinógeno, prolonga-
BI

ción de la presión diferencial).


ción del tiempo de trombina y del tiempo de trombo-
 Taquicardia, entre otras causas, un fenómeno
I

plastina parcial activada (TTPA), trombopenia y niveles


OH

adrenérgico.
elevados de dímero-D y productos de degradación de
 Angustia, aprehensión y obnubilación mental, que
PR

la fibrina (PDF).
se deben, en gran parte, a la disminución del flujo
Clínicamente se puede manifestar por fenóme nos
cerebral.
hemorrágicos y/o por la formación de trombos intra-
 Oliguria, con volúmenes urinarios bajos, como con-
vasculares que contribuyen al deterioro de la micro-
secuencia de la disminución de la perfusión renal.
circulación. Este fenómeno no es común en otros tipos
 Signos electrocardiográficos de isquemia, secunda-
de shock, aunque en estos sí pueden producirse alte-
rios a insuficiente flujo coronario.
raciones de la coagulación por hemodilución e hi-
potermia.
La hipotensión es una manifestación principal, a
la cual se le presta mayor atención, pero a veces, erró-
Corazón neamente, como la única señal del estado de shock.
Se considera que existe hipotensión cuando el valor de
En el shock hemorrágico se produce una la presión arterial sistólica desciende de su nivel nor-
vasodilatación coronaria que mantiene inicialmente el mal. En una persona hipertensa se presenta hipotensión
flujo sanguíneo. En esta fase, el miocardio todavía cuando la presión sistólica desciende del valor usual,
preservado responde a la estimulación simpática, con aun manteniendo valores por encima de 120 mm Hg.
aumento de la fuerza y frecuencia de la contracción Valores inferiores a 90 mm Hg se consideran in-
ventricular. Este mecanismo protector se agota antes dicativos de estado de shock o shock inminente. Los
Generalidades 47
fenómenos compensatorios pueden mantener niveles sión cardiaca (compresivo), que algunos clasifi-
normales de presión arterial, por lo cual se puede lle- can como otro tipo de shock, se refiere al efecto
gar a la pérdida de hasta 30 % del volumen circulato- cardiocirculatorio que produce la compresión del
rio, antes de que se produzca hipotensión clínica: los miocardio y los grandes vasos, por condiciones
signos precoces, la taquicardia y la palidez, permiten anormales como taponamiento cardiaco, ventila-
su reconocimiento. ción mecánica de presión positiva y neumotórax a
En el shock séptico el cuadro clínico inicialmente tensión, entre otros, se incluye en esta categoría
es de vasodilatación periférica, aumento del gasto de cardiogénico.
cardiaco y eretismo cardiovascular, una condición El signo clínico característico es la distensión de
hiperdinámica que se manifiesta por la piel caliente y las venas del cuello, el signo de Kussmaul (dismi-
roja, y se denomina shock caliente. nución de la presión arterial con la inspiración pro-
Clasificación. El shock se clasifica en 4 tipos: funda) y el pulso paradójico (el pulso se debilita
1. Shock hipovolémico: se caracteriza por la dismi- durante la inspiración). Aunque la administración
nución efectiva del volumen circulante intra- de líquidos puede provocar alguna mejoría, este
vascular, relacionado con la pérdida de sangre, es un fenómeno de carácter mecánico y el trata-
plasma y/o líquido y electrólitos; estos fenómenos miento definitivo es la corrección de la alteración
conducen a la hipotensión arterial y la disminución primaria que lo ha causado.
del volumen diastólico de llenado. 3. Shock por distribución anormal (distributivo): las
El organismo se defiende con la vasoconstricción diversas causas mencionadas llevan por diferen-

ÓN
para mantener la presión arterial temporalmente, tes mecanismos fisiopatológicos a la disminución

CI
sin embargo, si no se reemplaza el volumen perdi- de la resistencia vascular sistémica con la

UC
do, la hipotensión se acentúa, al igual que la resis- hipotensión correspondiente.
tencia arterial y venosa periférica, lo que provoca
OD El shock neurogénico se produce por la pérdida
un colapso al nivel de la microcirculación, con la del tono simpático; el cuadro característico se ob-
PR

consiguiente hipoxia progresiva, y se produce un serva en el paciente con lesión raquimedular. El


trauma craneoencefálico no provoca shock neuro-
RE

desbalance entre el aporte y la necesidad de oxí-


geno en los tejidos; de mantenerse esta alteración, génico, de manera que si un paciente con trauma
SU

lleva a la isquemia celular y la muerte. de cabeza lo presenta, es necesario bus car una
Su causa más frecuente es la hemorragia aguda. causa diferente.
DA

La hemorragia puede ser exógena, como ocurre La anestesia regional y la administración de agen-
BI

en los sangrados por una herida o gastrointestinal, tes bloqueadores del sistema autonómico también
I

son causas de este tipo de shock, que viene a ser


OH

y endógena, cuando se presentan pérdidas confi-


nadas al interior del cuerpo, como en el hemato- un estado de distribución anormal del volumen cir-
PR

ma retroperitoneal, o cuando existe secuestro de culatorio, derivado de la disminución de la resis-


líquido en un tercer espacio. tencia vascular.
El descenso en el valor del hematócrito es un En este tipo de shock, que realmente correspon-
parámetro de cuantificación y seguimiento de la de a una hipovolemia relativa (el volumen circula-
hemorragia. torio distribuido en una red vascular distendida), el
2. Shock cardiogénico: se relaciona directamente con paciente está hipotenso, pero la piel se mantiene
el fallo de la bomba cardiaca, con alteración de la caliente y roja en el área denervada. Es la única
contractibilidad miocárdica funcional o estructu- clase de shock en la que se indican los agentes
ral. Implica, por lo menos, de 30 a 40 % de pérdi- vasoconstrictores; en las otras clases dichos agen-
da del miocardio funcional. El infarto miocárdico tes elevan la presión arterial, pero empeoran la
agudo, que se acompaña con shock entre mode- hipoperfusión de los tejidos. Otras causas de
rado y severo, tiene una mortalidad asociada de vasodilatación pueden dar lugar al shock de dis-
80 a 90 %. tribución anormal, como sucede con el shock
Aproximadamente 10 % de los pacientes con in- anafiláctico.
farto miocárdico agudo presenta shock cardio- 4. Shock séptico: el síndrome es producido por la
génico, este se desarrolla dentro de las primeras acción directa de microorganismos que ingresan
24 h en 50 % de los casos. El s hock por compre- al torrente circulatorio o de sus toxinas, además
48 Urología

de sumarse la respuesta inflamatoria del pacien-  Su causa.


te. La superinfección provoca una liberación exa-  Momento evolutivo.
gerada de mediadores, que rápidamente condu-  Aparición o no de complicaciones.
cen al shock.  Terapéutica empleada anteriormente.
 Estado de salud previo.
Los microorganismos que se involucran con ma-
yor frecuencia son los gramnegativos, entre los más Diagnóstico. El diagnóstico del shock se basa
comunes se encuentran: Escherichia coli, Klebsiella, en la anamnesis, donde se destacan los antecedentes
Proteus y Pseudomonas; igualmente los cocos gram- del paciente, el cuadro clínico, síntomas y signos de
negativos: estafilococo y estreptococo. Del grupo de hipoperfusión periférica, como taquicardia; hipotensión
los anaerobios, el que con mayor frecuencia origina (PAM < 70 mm Hg), polipnea, alteración del nivel de
shock séptico es Bacteroides fragilis. conciencia, oliguria, frialdad, sudación y cianosis distal,
Existen condiciones predisponentes para el desa- además de los exámenes complementarios que confir-
rrollo de sepsis y shock séptico: trauma, diabetes, men su etiología y complicaciones.
La valoración clínica del gasto cardiaco permite
leucemias y enfermedades linfoproliferativas, granuloci-
clasificarlo en 2 grupos: con gasto cardiaco bajo (hipodi-
topenia, inmunodepresión por agentes antineoplásicos
námico) y con gasto cardiaco elevado (hiperdinámico).
o corticosteroides, radioterapia, desnutrición, enferme-
Si el gasto cardiaco está elevado, el pulso es amplio,
dades del tracto gastrointestinal; también los procedi- con presión diastólica baja, extremidades calientes, re-

ÓN
mientos intervencionistas invasores sobre los tractos lleno capilar rápido e hipertermia, lo que sugiere la exis-

CI
biliar, urinario o ginecológico. tencia de un proceso séptico, como consecuencia de la
Desde el punto de vista clínico, shock es hipoten-

UC
respuesta inflamatoria del huésped a los microorga-
sión; desde el punto de vista fisiológico, shock es nismos.
hipoperfusión; desde el punto de vista hemodinámico,
OD Si, por el contrario, es bajo, caracterizado por un
shock es hipovolemia, bajo gasto cardiaco y aumento pulso débil, filiforme, palidez, frialdad cutánea, cianosis
PR

de la resistencia vascular periférica; desde el punto de distal, relleno capilar lento e hipotermia, se debe com-
RE

vista metabólico, shock es déficit de oxígeno y un ci- probar cómo están la volemia y la suficiencia cardiovas-
clo metabólico intracelular ineficaz. cular. Si existen signos de insuficiencia, se debe pensar
SU

Clasificación etiológica: en un origen cardiaco, de lo contrario, se debe buscar


DA

 Shock cardiogénico: por anamnesis y exploración clínica, pérdidas sanguí-


BI

 Infarto agudo del miocardio. neas o de líquidos, lo cual sería consecuente con la
I

 Miocardiopatía dilatada. hipovolemia.


OH

 Aneurisma ventricular.
PR

 Obstrucción a la salida del ventrículo izquierdo (es-

tenosis aórtica y cardiomiopatía hipertrófica).


Monitorización hemodinámica
 Arritmias.
y metabólica
 Taponamiento cardiaco.

 Embolismo pulmonar (masivo).


La monitorización de determinados parámetros
 Neumotórax a tensión.
hemodinámicos y metabólicos permitirá un manejo te-
rapéutico adecuado, así como detectar y tratar pre-
 Shock hipovolémico:
cozmente las complicaciones evolutivas.
 Hemorragia.
Los controles de la presión arterial y la frecuen-
 Depleción de fluidos.
cia cardiaca se deben hacer mediante la monitorización
 Shock séptico. continua. La presión arterial se debe monitorizar de
 Shock distributivo: manera invasiva con un catéter arterial, ya que los
 Productos tóxicos (sobredosis de drogas).
métodos manuales y mecánicos son menos fiables en
 Anafilaxia. los pacientes con inestabilidad hemodinámica y vaso-
 Shock neurogénico. constricción periférica, método que facilitará, además,
la detección de arritmias.
Manifestaciones clínicas. Dependen, en gran Para la evaluación y la toma de decisiones tera-
medida, de: péuticas se debe utilizar la PAM como valor de refe-
Generalidades 49
rencia, pues a diferencia de la PAS, es la misma en La resucitación precoz de los pacientes en shock
todo el árbol arterial, se afecta menos por artefactos es fundamental, dado que el retraso en su corrección
de medición y es necesaria para determinar las RVP. disminuye las posibilidades de recuperación y favore-
La presión venosa central (PVC) se mide con un ce el fallo multiorgánico. Existen determinadas situa-
catéter situado en la vena cava superior y permite una ciones que requieren un tratamiento específico urgente,
valoración aproximada del estado de volemia eficaz; sin el que es imposible revertir el shock, por ejemplo,
cuando es baja sugiere que el gasto cardiaco bajo se taponamiento cardiaco, neumotórax a tensión o TEP
debe a la hipovolemia; se correlaciona con la presión masivo, entre otros.
de la aurícula derecha y la presión telediastólica del Soporte respiratorio. Al igual que en otras si-
ventrículo derecho; cuando está elevada, orienta a un tuaciones críticas, la prioridad inicial en el shock es
fallo ventricular derecho o sobrecarga del volumen asegurar una función respiratoria correcta, lo que in-
intravascular; indirectamente es un indicador de efi- cluye mantener la permeabilidad de la vía aérea y una
ciencia del ventrículo izquierdo. ventilación y oxigenación adecuadas.
La cateterización de la arteria pulmonar (Swan- La hipoxemia significativa (SaO 2 < 90 %), al igual
Ganz) permite diferenciar el edema pulmonar cardio- que el fallo ventilatorio (PaCO 2 > 60 mm Hg), indican
génico del no cardiogénico y establecer el diagnóstico el empleo de ventilación mecánica (VM). La VM pre-
hemodinámico de embolismo pulmonar masivo, tapona- coz, la sedación y la relajación, disminuyen el consumo
miento cardiaco, pericarditis constrictiva, CIV y fallo muscular de O 2 y, por tanto, permiten que gran parte
del ventrículo derecho (VD), entre otros. Actualmente del flujo sanguíneo se derive hacia órganos vitales.

ÓN
Si se prevé la necesidad de intubación y VM, es-
se dispone de catéteres sofisticados con los que se pue-

CI
tas deben preceder a otros procedimientos más com-
de medir, además, el gasto cardiaco (de forma intermi-

UC
plicados, como la cateterización venosa central o
tente o continua), la fracción de eyección del VD y la
exploraciones que requieran el traslado del paciente,
saturación de O 2 de sangre venosa mixta (SvO 2) de
OD dado que durante su realización no es posible una
forma continua.
vigilancia adecuada.
PR

La colocación de un catéter de Foley es esencial


La VM con presión positiva disminuye el retorno
RE

en el manejo de los pacientes con shock. Diuresis in- venoso y puede agravar la hipotensión en aquellos ti-
feriores a 0,5 mL/kg/h alertarán sobre una perfusión pos de shock en los que existe una hipovolemia abso-
SU

renal inadecuada, aunque cifras superiores no asegu- luta o relativa. En estas circunstancias es recomendable
ran que esta sea normal.
DA

utilizar un volumen corriente bajo y evitar, en lo posi-


La pulsioximetría es un método útil para la
BI

ble, la utilización de la PEEP.


monitorización de la saturación arterial de O 2 (SaO2),
I

Soporte circulatorio. Una vez asegurada la fun-


OH

sin embargo, cuando la presión del pulso es excesiva- ción respiratoria, hay que establecer un acceso venoso
mente baja, este método no resulta eficaz. para la administración de fluidos y fármacos. Los
PR

La concentración plasmática de ácido láctico se catéteres de calibre grueso (14 o 16 G), colocados en
ha utilizado como marcador de hipoxia global e indica- una vena periférica, son más adecuados para la repo-
dor de la presencia de metabolismo anaerobio; los ni- sición rápida de la volemia. Si se administran fármacos
veles plasmáticos de ácido láctico son un buen indicador vasoconstrictores, es preciso utilizar siempre una vía
pronóstico y se utilizan para evaluar la respuesta al central, para facilitar su manejo y evitar las complica-
tratamiento. ciones locales.
La tonometría gástrica es una técnica poco Reposición de la volemia. Independientemente
invasiva, que se utiliza para determinar el pH de la de la causa del shock, y si no existen signos de sobre-
mucosa gástrica (pHi). Cuando este es bajo, indica que carga de volumen, como puede ocurrir en el shock
existe acidosis local, secundaria al metabolismo cardiogénico, es imprescindible restaurar el volumen
anaerobio por un aporte inadecuado de O 2. circulante. Para conseguir una resucitación efectiva
Tratamiento. Por ser el shock un proceso críti- con soluciones cristaloides, se requiere una canti-
co que amenaza la vida del paciente, la actuación tera- dad 3 o 4 veces superior al déficit de volemia.
péutica debe ser inmediata, lo que supone, en la mayoría Cuando se emplean soluciones coloides, una ma-
de las ocasiones, iniciar un tratamiento empírico, tras yor proporción del fluido aportado permanece en el
formular una hipótesis etiológica inicial y mientras se espacio intravascular y, por tanto, se requiere un volu-
continúa el proceso diagnóstico. men menor para conseguir una resucitación adecua da.
50 Urología

Se ha postulado que las complicaciones respira- beta y por encima de 10 µg/kg/min tiene un predo-
torias son más frecuentes en pacientes tratados con minio alfa.
cristaloides, así como que se produce mayor edema  Dobutamina: es una catecolamina sintética que ac-
intersticial que dificultaría la oxigenación tisular y la túa sobre los receptores beta-1 y beta-2, aumenta la
cicatrización. contractilidad miocárdica y por su efecto beta-2 dis-
Soluciones cristaloides: se emplean habitualmen- minuye ligeramente la RV pulmonar; los efectos
te la solución salina fisiológica (ClNa 0,9 %) y el ringer sobre la presión arterial son mínimos (lo primero es
lactato. tratar la causa).
Soluciones coloides (dextranos). Son polisacáridos
de elevado peso molecular, formados por polímeros de A continuación se describe el tratamiento especí-
glucosa. fico en los diferentes tipos de shock.
La acción expansora del dextrano-40 es mayor Shock séptico:
que la del dextrano-70, sin embargo, la duración de su  Resucitación inicial: como se ha descrito, la hipovo-
efecto es mucho menor, ya que a las 6 h se elimina 60 %, lemia es un hecho constante en el shock séptico y
si la función renal es normal. se debe corregir antes de utilizar fármacos vasoac-
Fármacos cardiovasculares. En la actualidad tivos. Los cristaloides (solución salina fisiológica al
son los más empleados en el tratamiento del shock. Se 0,9 % o ringer lactato) son los fluidos de elección
dividen en 2 grupos: aquellos que actúan de manera para la resucitación inicial, puesto que a pesar de
preferente sobre el inotropismo cardiaco y aquellos que se distribuyen rápidamente al espacio extra-

ÓN
cuyo efecto predominante tiene lugar sobre las resis- vascular, consiguen una expansión adecuada de la

CI
tencias vasculares. La mayoría tiene ambos efectos, volemia.

UC
en dependencia de la dosis empleada, y todos se admi- Si la situación hemodinámica no mejora tras la ad-
nistran en perfusión continua. OD ministración líquida, se iniciará la administración de
 Catecolaminas: son las más empleadas y actúan fármacos vasopresores. Los más utilizados habitual-
PR

sobre los receptores adrenérgicos, distribuidos en mente son la dopamina, la noradrenalina y la


RE

los vasos sanguíneos y el miocardio. Los principales adrenalina.


compuestos empleados en el shock tienen acciones Se puede comenzar con la dopamina en dosis bajas
SU

mixtas alfa y beta-adrenérgicas, con predominio e incrementar, según la respuesta, a dosis máximas
variable de una de estas. (20 µg/kg/min). Si no se obtiene una PAM superior
DA

 Adrenalina: es una catecolamina natural, que actúa a 70 mm Hg, se empleará la noradrenalina en dosis
BI

sobre los receptores adrenérgicos alfa-1 y alfa-2 y crecientes, comenzando con 0,05 µg/kg/min, hasta
I
OH

beta-1 y beta-2. Su acción es dosis dependiente; por conseguir una respuesta adecuada (la dosis máxi-
debajo de 0,02 µg/kg/min tiene un efecto predomi- ma recomendada es 0,6 µg/kg/min).
PR

nantemente beta, produce vasodilatación sistémica También se puede utilizar la noradrenalina desde el
y aumenta la frecuencia y el gasto cardiacos, con inicio. Recientemente se ha postulado que esta es
poco efecto sobre la presión arterial; en dosis supe- superior a la dopamina en el tratamiento del shock
riores tiene un efecto predominantemente alfa y pro- séptico.
duce una vasoconstricción importante.  Antibioticoterapia: el pronóstico de los pacientes en
 Noradrenalina: al igual que la adrenalina tiene efec- shock séptico mejora si el tratamiento antibiótico se
to beta-1 en dosis bajas, pero en las dosis emplea- inicia precozmente, además, siempre que sea posi-
das habitualmente tiene un potente efecto alfa-1, que ble, el drenaje del foco infeccioso no debe demorar;
provoca vasoconstricción, la cual es muy útil para se deben emplear preparados parenterales. Se co-
elevar la PA en situaciones de shock que evolucio- menzará con un régimen antibiótico empírico, que
nan con vasoplejía. se reevaluará posteriormente, cuando se disponga
 Dopamina: es un precursor de la noradrenalina, que de los resultados microbiológicos y según la respues-
también tiene acción mixta y es dosis dependiente: ta clínica.
por debajo de 4 µg/kg/min tiene efecto sobre los re-  Otros: a pesar de que en los últimos años se han
ceptores dopaminérgicos, lo que favorece la perfu- logrado muchos avances en el conocimiento de la
sión renal, esplácnica, coronaria y cerebral; entre fisiopatología del shock séptico, la mortalidad por
4 y 10 µg/kg/min su acción es predominantemente esta causa continúa siendo muy elevada.
Generalidades 51
En el campo de la inmunoterapia también se ha Por otra parte, la normalización de la presión
trabajado intensamente, pero no existen evidencias suf i- arterial y la diuresis no excluye necesariamente la pre-
cientes para utilizarla en el tratamiento del shock sencia de hipoperfusión. La monitorización de los
séptico. parámetros metabólicos puede ser de gran utilidad para
Shock hipovolémico no hemorrágico: detectar la presencia de hipoxia tisular.
 Resucitación inicial: la corrección rápida de la volemia En las hemorragias agudas el hematócrito no es
en el shock hipovolémico permite, en la mayoría de un parámetro adecuado para indicar la transfusión de
los casos, restablecer la perfusión tisular, no obstan- sangre, dado que desciende lentamente; solo cuando
te, si el tratamiento de la causa se retrasa, las proba- se produce la hemodilución es confiable.
bilidades de que el paciente sea resucitado con éxito
se reducen drásticamente. Shock cardiogénico:
 Elevación de las extremidades inferiores: esta medi-
 Resucitación inicial: al igual que en otros tipos de
da se debe aplicar inicialmente para aumentar el re-
shock, se deben emprender de manera simultánea
torno venoso. No existe una pauta de reposición uná-
las medidas diagnósticas y terapéuticas. La causa
nimemente aceptada y el tipo de fluido que se debe
administrar continúa siendo un tema de debate. Se más frecuente de shock cardiogénico es el IMA, si
puede comenzar con 1 o 2 L de cristaloides rápida- existe evidencia suficiente de que la cardiopatía
mente y evaluar con frecuencia la situación clínica isquémica aguda es la causa del shock.
del paciente. El tratamiento y la monitorización se deben iniciar
 No se deben emplear fármacos vasoactivos hasta en el medio extrahospitalario y, si es posible, se ad-

ÓN
que la volemia sea la adecuada. ministrará el tratamiento trombolítico inmediato. Con

CI
este se persigue reducir al máximo el tamaño del

UC
Shock hemorrágico: infarto, principal determinante de la función ven-
 Resucitación inicial: la localización precoz del foco
OD tricular, de la que depende, a su vez, el pronóstico
de sangrado y su control son pilares fundamentales inicial y a largo plazo de los pacientes.
de la actuación inicial en el shock hemorrágico. La  Ecocardiografía: es imprescindible para el diagnós-
PR

hemorragia severa provoca un deterioro grave de la tico de otras causas de shock cardiogénico, así como
RE

perfusión tisular, incluso en ausencia de hipotensión, para descartar aquellos procesos que tienen una pre-
por ello se debe corregir precozmente para evitar el sentación clínica similar, como el TEP, la disección
SU

desarrollo de fallo multiorgánico. aórtica o el taponamiento cardiaco. Las alteracio-


DA

nes hidroelectrolíticas, del equilibrio ácido-base y del


Según la clasificación de Advanced Trauma Life
BI

ritmo cardiaco empeoran la función cardiaca y se


Support Course (ATLS), las hemorragias grados III y
I

deben corregir inmediatamente.


OH

IV, con pérdidas de 30 a 40 % y más de 40 % de la


volemia respectivamente, evolucionan, desde el punto
PR

Si no se presenta congestión pulmonar, sobre todo


de vista clínico, con signos de hipoperfusión y shock.
si previamente se han empleado diuréticos y vasodilata-
De acuerdo con la ATLS, una vez valorada la
gravedad de las lesiones y monitorizadas las constan- dores venosos, es posible que exista hipovolemia, la
tes vitales, se deben colocar, al menos, 2 catéteres cual se debe corregir con la administración de fluidos,
venosos de calibre grueso (14 o 16 G) e infundir rápi- indudablemente con gran cautela y vigilando de mane-
damente solución salina o ringer lactato. Si pese a es- ra continua la respuesta clínica. Se puede comenzar
tas medidas, la inestabilidad hemodinámica y los signos con 250 mL de ringer lactato en 20 min y si la PA
de hipoper-fusión persisten, no se debe retrasar la ad- mejora y no aparecen signos de sobrecarga de volu-
ministración de sangre. men, se debe repetir la misma pauta, hasta conseguir
Es preferible la utilización de concentrados de una adecuada reposición de la volemia.
hematíes, previa realización de pruebas cruzadas. No Una vez optimizada la precarga o si existen sig-
se puede olvidar que la hemorragia no solo provoca la nos de sobrecarga de volumen, como ocurre general-
pérdida de hematíes, sino también de factores de la mente, el tratamiento se debe iniciar con fármacos
coagulación y plaquetas, por lo tanto, en hemorragias inotrópicos. La dobutamina es el fármaco de elección;
graves es aconsejable transfundir 1 U de plasma fres- se comenzará con una dosis de 5 µg/kg/min, la cual se
co congelado por cada 5 U de concentrados de hematíes aumentará gradualmente hasta que los signos d e
y administrar 1 U de concentrado de plaquetas por hipoperfusión mejoren o se alcance una dosis de 15 a
cada 10 kg de peso, cuando el sangrado es cuantioso. 20 µg/kg/min. Si la hipotensión inicial es grave, se pue de
52 Urología

administrar dopamina, de comienzo, o asociada a la Otros: el objetivo primordial en el tratamiento de


dobutamina. los pacientes con shock cardiogénico, secundario a
Soporte avanzado: la monitorización hemodiná- IAM, es limitar el tamaño del infarto, fundamental-
mica con el catéter de Swan-Ganz permite optimizar mente mediante el restablecimiento precoz de la per-
el tratamiento y ratificar el diagnóstico. Si persiste el
fusión coronaria.
shock puede ser necesario el uso de noradrenalina o
adrenalina. Estudios recientes sugieren que la reperfusión me-
Soporte mecánico circulatorio, principalmente con cánica mediante angioplastia o la cirugía de revasculari-
balón de contrapulsación: se debe realizar cuando no zación, si aquella no es posible, mejoran el pronóstico
se ha conseguido la estabilización hemodinámica con cuando esta se realiza dentro de las primeras 6 h des-
tratamiento farmacológico. de el inicio del dolor.

Victor F. Llaudy Gómez

ÓN
CI
UC
En urología, el enfermo quirúrgico no escapa a adaptarse a las situaciones anormales a las que se en-
las reacciones generales de los individuos vivos OD frenta.
filogénica y ontogénicamente desarrollados, por tanto, Esta secuencia de fenómenos se caracteriza por
PR

requiere de todos los mecanismos de homeostasis para el aumento del tono simpático y la descarga de cateco-
laminas (vía rápida), donde, si persiste el estrés, el indi-
RE

la conservación de su integridad. El término estrés


adquiere su verdadero significado cuando se emplea viduo fallece. No sucede así si da tiempo a la respuesta
SU

para expresar tensión o llamado de atención a todos de descarga de hormonas hipofisarias (ACTH, somato-
los mecanismos nerviosos, humorales, endocrinos y trofina, etc.) y la corteza suprarrenal (hidrocortisona,
DA

psíquicos, que permitan al individuo prepararse para cortisol, aldosterona, etc.), las que por su efecto per-
BI

enfrentar cualquier agresión. misivo sobre las catecolaminas ayudan a mantener las
I

La persistencia del estrés llevará a lo que Selye funciones orgánicas, es decir, la homeostasis.
OH

describió como síndrome general de adaptación ; se Esta segunda fase se denomina respuesta lenta.
PR

entiende por este el conjunto de síntomas y signos to- Clínicamente, la consecuencia de la interacción de
talmente inespecíficos que se suman a la sintomatología ambas respuestas, rápida y lenta, es la retención de
sodio y agua para mantener la volemia; disminución
y signología específica de cada enfermedad. La
del riego sanguíneo en todos los territorios que no con-
inespecificidad de este síndrome se observa en dife-
curren a la defensa del organismo (aparato digestivo y
rentes gradaciones en cada individuo e incluso puede
genital), pero el fallo en el riego renal también expone
enmascarar los componentes específicos.
a alteraciones funcionales, con disminución de la filtra-
Ya en 1915, Walter Cannon había descrito esta ción y acumulación de metabolitos.
“constelación” de fenómenos y empleó el término La adaptación se logra mediante el traspaso del
homeostasis para sintetizar lo que desde Claude agua de las células al intersticio y de aquí al espacio
Bernard se venía estudiando con los conceptos del vascular, con la finalidad de mantener el volumen san-
medio interno. De esta manera, homeostasis significa guíneo. Los gastos de energía se logran a partir del
la constancia y las desviaciones que se suceden en las glucógeno hepático que genera glucosa y al agotarse
reacciones dentro de ese medio. este, se logra por neoglucogénesis desde las proteínas
La homeostasis se refiere a la función del siste- y las grasas. Este proceso lleva a la lisis proteica, con
ma neurovegetativo y las glándulas suprarrenales en la destrucción celular y pérdida de potasio, ion fundamen-
preparación del organismo para las respuestas defen- tal intracelular. Las 3 etapas del síndrome general de
sivas y, a su vez, el organismo responde tratando de adaptación son las siguientes:
Generalidades 53
1. Alarma, con sus fases de shock y contrashock. Todos los líquidos corporales son soluciones dilui-
2. Resistencia, donde se desempeña más la respuesta das, compuestas básicamente por agua y electrólitos.
lenta y se pueden establecer lesiones renales, El mantenimiento del volumen y las características
arteriales y cardiacas. adecuadas en cada compartimiento es de importancia
3. Agotamiento, donde la exposición continua al vital. Las actividades enzimáticas y electrofisiológicas
estrés o el surgimiento de nuevos estrés asocia- complejas necesitan una regulación estricta de las con-
dos, así como la intensidad de estos pueden llevar centraciones iónicas del medio interno.
a la muerte. Así, el sodio desempeña una función básica en
los estados de la osmolalidad y de hidratación; el potasio,
Las etapas más importantes son las de alarma y el calcio y el magnesio, son indispensables en la fisiolo-
resistencia. La primera es provocada por la descarga gía hormonal y neuromuscular. La concentración de
rápida simpaticoadrenal, que se corresponde con las hidrogeniones es protagónica en actividades enzimáticas,
fases operatoria y posoperatoria inicial, donde los estí- etc. Los riñones y los pulmones desempeñan acciones
mulos son fundamentalmente nerviosos. Así, en una fundamentales en la regulación de la composición y el
operación corriente es posible observar cómo se suce- volumen de los líquidos corporales.
den la taquicardia, fiebre ligera, aumento de sodio, dis- Las alteraciones hidroelectrolíticas comprenden,
minución de potasio, íleo intestinal, oliguria inicial, por tanto, las alteraciones de osmorregulación y distri-
etcétera. bución de líquidos corporales (metabolismo
Estos síntomas deben desaparecer en 2 o 3 días, hidromineral), en la concentración de otros iones como
el potasio y el calcio, así como del equilibrio ácido-

ÓN
pero si en una operación surgen nuevos estrés, por
base.

CI
ejemplo, una infección, todos estos cambios se mantie-
nen y la reacción se fija en sentido simpático-adrenal,

UC
lo que provoca el paso a la etapa de contrashock. En Propiedades de los compartimentos
este momento el organismo necesita un aumento de
OD
corticoides circulantes y la resistencia específica; si Agua corporal. En una persona adulta, el agua
PR

supera esta fase, sobrevive. Las reacciones defensi- de su cuerpo constituye alrededor de 60 % de su peso
RE

vas prolongadas provocan las enfermedades de adap- corporal: es algo menor en las mujeres y disminuye a
tación (nefropatías, artritis, cáncer, hipertensión arterial, 50 % en los mayores de 60 años. En niños menores de
SU

alergias, etc.). 18 meses es mayor, puede alcanzar entre 65 y 75 % de


DA

su peso. La mayor parte se encuentra dentro de las


BI

Medio interno células (espacio intracelular), con 40 %, y el resto (2 0 %)


I

en el espacio extracelular: 15 % del espacio intersticial


OH

En los organismos multicelulares tuvieron que de- y 5 %, intravascular.


En el espacio extracelular existe un pequeño lu-
PR

sarrollarse sistemas intercelulares, constituidos por agua


y electrólitos, para posibilitar el metabolismo, es decir, gar, denominado transcelular, que contiene alrede-
obtener oxígeno y eliminar CO 2. A medida que el dor de 1 % del agua total; en él se incluyen pequeños
desarrollo orgánico se fue haciendo más completo y compartimentos, separados por una capa de epitelio.
complejo, ese medio hidrosalino adquirió nuevas ca- Cuando aumenta patológicamente, se denomina ter-
racterísticas, sobre todo por la presencia de las proteí nas. cer espacio; aquí, el intercambio de líquidos se dificul-
En los animales superiores, las funciones de los ta mucho.
diferentes órganos, aparatos y sistemas llevaron a la Composición. Los solutos, en los espacios, son
unidad de un todo y dieron lugar a los espacios muy similares, pero cambian mucho sus concentracio-
intracelular y extracelular, compuesto este último por nes. Intracelularmente existen concentraciones eleva-
2 subespacios: intersticial y vascular, cada uno con sus das de potasio, su catión fundamental, fosfato, magnesio
funciones específicas. y proteínas. En el espacio extracelular el sodio es el
La finalidad de esta compartimentación es man- catión fundamental, además, el cloro, el calcio y el bi-
tener la vida y conservar el medio interno, constituido carbonato equilibran.
por el balance de agua, electrólitos y proteínas dentro La distribución de iones entre los espacios celu-
de límites permisibles, sin que se experimenten desvia- lar y extracelular se debe a su traslado activo y pasivo
ciones importantes para que su estabilidad y fijeza no a través de las membranas celulares. La bomba
sean alteradas, de manera fatal, por el medio externo. Na+K+ATPasa, que mantiene elevada la concentra ción
54 Urología

de potasio en la célula y el sodio bajo, es el sistema na sustancia osmóticamente activa, que no esté inclui-
más importante para ese intercambio. Las membranas da en los cálculos habituales, cuando se presentan ci-
celulares no permiten el traslado pasivo de electró litos fras mayores de 10 mOsm/L.
al espacio extracelular, por el contrario, los espacios En los compartimentos vascular e intersticial la
vascular e intersticial posibilitan el paso de muchos transferencia de líquidos ocurre en los capilares y
electrólitos pasivamente. linfáticos, por gradiente de presiones hidrostática y
La mayoría de las membranas celulares son osmótica, denominadas fuerzas de Starling, y la ma-
permeables al agua, lo que permite que la distribución yoría de los líquidos que salen de los capilares retornan
de partículas osmóticas no iónicas, como la glucosa, se en su parte más distal, por existir aquí mayor presión
transporten a través de las membranas y de su meta- osmótica; el resto lo hace por los linfáticos.
bolismo celular. La urea pasa casi libremente por las
membranas celulares y alcanza concentraciones simi-
Balance hidrosalino
lares en todos los espacios.
Las proteínas intravasculares no pasan la pared Normalmente, el organismo tiende a mantener,
vascular y crean, de esta manera, una presión oncótica
de manera constante, el volumen y la composición de
que hace retener el agua en ese espacio, así, su trasla-
sus líquidos; ello sucede a pesar de las grandes varia-
do tiene lugar gracias a la diferencia de concentracio- ciones que pueden ocurrir por la ingestión. Cualquier
nes de solutos osmóticamente activos a cada lado de soluto que se añada con dicha ingesta o por produc-
las membranas celulares.

ÓN
ción endógena, se equilibra por eliminación renal o uso
La medida del número total de solutos en una so- endógeno de una cantidad similar.

CI
lución se conoce como osmolalidad; esta se relaciona El balance de agua se equilibra con las variacio-

UC
directamente con la concentración molar de los solutos nes de la ingestión controlada por la sed y la excreción
y el número de partículas que se disocian en esa solu-
OD renal. El filtrado glomerular renal, la reabsorción tubular
ción. Los determinantes de la osmolalidad del plasma y la reabsorción activa del sodio y el cloro en el asa de
PR
son el sodio, con sus aniones acompañantes, la glucosa Henle se encargan de este proceso, bajo la influencia
y la urea. de la ADH (hormona antidiurética). Esta hormona, al
RE

Cuando la osmolalidad de un espacio baja, el agua igual que la sensación de sed, está sujeta a las varia-
SU

pasa al espacio de mayor concentración, con la finali- ciones de la osmolalidad del plasma.
dad de equilibrar sus diferencias. La osmolalidad sérica La hiperosmolalidad estimula la sed y la secre-
DA

oscila entre 290 y 310 mOsm/L; para obtener su cifra ción de ADH, mientras que la hiposmolalidad provoca
BI

en un caso determinado, se puede emplear la fórmula: lo contrario. Existen otros estímulos no osmóticos que
I

provocan la sed y la secreción de ADH, por ejemplo,


OH

2(Na + K) + glucemia (mOsm/L) + urea = mOsm/L la hipertensión arterial, disminución del volumen circu-
PR

lante, dolor, ansiedad, hormonas del sistema renina-


Cuando las cifras son menores de 290, se consi- angiotensina y algunos fármacos.
dera que existe hiposmolalidad, y en cifras mayores de La regulación del volumen extracelular la realiza
310, hiperosmolalidad sérica. el riñón mediante el control de sodio a través de sus
En ausencia de hiperglicemia o insuficiencia re- nefronas. La expansión del volumen extracelular per-
nal la osmolalidad del líquido extracelular se relaciona mite que se elimine sodio y su contracción provoca
directamente con la concentración plasmática de sodio que aumenten la reabsorción y retención. Este proce-
y sus aniones acompañantes; en la práctica, se consi- so se logra por el balance glomérulo-tubular , que es
dera el doble de la concentración plasmática del sodio. la relación entre el filtrado glomerular y la reabsorción
Ocasionalmente, otros solutos pueden contribuir tubular de sodio. Entre los factores principales que in-
a la osmolalidad del plasma, como en los casos de in- fluyen en dicho balance se encuentran:
gestión de etanol y etilenglicol o por el empleo de  Fuerzas de Starling: oncosis y osmosis + presión
manitol, todos de bajo peso molecular; de esta manera hidrostática.
se puede crear el hiato osmolal, que es la diferencia  Sistema adrenérgico: las catecolaminas provocan
entre la osmolalidad brindada por el laboratorio y la vasoconstricción renal y retienen el sodio.
calculada (valores normales < 10 mOsm).  Aldosterona: estimula la reabsorción de sodio.
El conocimiento de estos asp ectos es útil para  Angiotensina II: estimula la producción de aldos-
diagnosticar la posible presencia en el plasma de algu- terona.
Generalidades 55
 Prostaglandinas renales: se oponen a los mecanis- medio extracelular. El término deshidratación se refie-
mos de reabsorción de sodio y a la vasoconstricción re a la pérdida de agua aisladamente y, como conse-
renal. cuencia, hipernatremia secundaria. En esta situación
 Hormonas natriuréticas, como el factor natriurético se presentan los signos de hipernatremia, con signos
auricular, que es un péptido de producción auricular, mínimos de hipovolemia, debido a que la pérdida de
invocado por expansión aguda del volumen o aporte agua es compartida entre los espacios intracelular y
exagerado de sodio: también son vasodilatadoras y extracelular.
reducen los niveles de aldosterona, renina y ADH. Por el contrario, la reducción del volumen
intravascular ocurre cuando se presenta pérdida de
El conocimiento del intercambio normal de líqui- sangre o de sodio con agua del espacio extracelular.
dos y electrólitos en el paciente quirúrgico es vital para Como el volumen de este espacio depende de su con-
poder aplicar las medidas necesarias que conduzcan a tenido sódico, es invariable que se presente hipona-
su evolución satisfactoria, ya que los cambios hidro- tremia. Sus manifestaciones clínicas son las propias
electrolíticos suceden de una forma que supera los del shock hipovolémico en sus diferentes gradaciones.
parámetros habituales. El tratamiento de la causa y del shock son, en sí,
Un adulto necesita, como promedio, de 2 000 a las medidas que se deben adoptar. Por otra parte, casi
2 500 mL de líquidos en 24 h (Tabla 1.1). También se siempre los estados de sobrehidratación con edemas
pueden calcular por la fórmula de 35 a 40 mL/kg de son de origen renal, por retención anormal de sodio y

ÓN
peso corporal. A una ingestión normal de 1 500 mL agua, pero se deben tener en cuenta las causas iatrogé-

CI
aproximadamente, corresponde una pérdida similar que nicas por exceso de aporte de soluciones inadecuadas
se distribuye de la manera siguiente: y/o a una velocidad de infusión muy elevada.

UC
 Diuresis: de 800 a 1 500 mL. La terapéutica se basa en el tratamiento causal y
 Perspiración: de 600 a 900 mL.
OD el apoyo hemodinámico. El sodio total del organismo
 Heces fecales: 200 mL. de un adulto es aproximadamente de 60 mEq/kg, loca-
PR

lizado fundamentalmente extracelular, y su concentra-


RE

Tabla 1.1. Pérdidas más frecuentes ción en plasma es entre 135 y 145 mEq/L.
SU

Pérdidas más Aunque se acostumbra a identificar la hiponatre-


frecuentes mia como sinónimo de depleción sódica, no siempre es
DA

(mEq/L) Na Cl K Ca CO 3H así, ya que puede ser causada por disolución, teniendo


BI

el organismo una cantidad total de sodio normal o ele-


I

Orina 75 100 50 15 -
vada. Por concentración también se puede observar
OH

Heces fecales 20 15 10 - -
Sudor 60 55 25 - - natremia normal en alguien con depleción del sodio to-
PR

Saliva 33 34 19 3 15 tal. Las depleciones de sodio pueden ocurrir como con-


Aspiración gástrica 75 110 12 3,5 7
Aspiración intestinal 115 100 12 4 32
secuencia del déficit de aportes, transpiración muy
Fístulas biliares 145 90 5 3 40 profusa, pérdidas gastrointestinales y renales, y enfer-
Ileostomía 110 105 20 - - medad de Addison.
Cecostomía 60 60 50 - - En la depleción sódica la sed es escasa; entre sus
Diarreas líquidas 60 50 10 - -
primeros síntomas se presentan cansancio, indiferen-
Fuente: Bibliografía internacional. cia, laxitud, apatía y anorexia. Si el déficit aumenta, se
presentan calambres musculares con hipotensión
Un individuo privado de agua debe excretar, como postural, debido al descenso de la tensión arterial, que
mínimo, de 500 a 800 mL de orina en 24 h, para elimi- puede llegar al síncope. En el hemograma se observa
nar los productos del catabolismo; se incluyen, ade- hemoconcentración, con proteínas totales elevadas.
más, las pérdidas por la piel y los pulmones. Estas Es notable que los enfermos tengan una pérdida
aumentan en el hipermetabolismo, estados febriles, de peso rápida. Para calcular el sodio que se necesita
hiperventilación, traqueostomizados y ambientes calu- para reponer su déficit, además de la clínica, se debe
rosos. medir la natremia (por un ionograma) y restar la cifra
Las alteraciones del volumen pueden ocurrir por a la natremia deseada o normal. Luego se calcula el
defecto o exceso y en estos casos solo se refieren al agua total del organismo y se multiplica ese resultado
56 Urología

por la cifra deficitaria hallada. El agua total representa tubulopatías renales del tipo del síndrome de Fanconi
alrededor de 60 a 70 % de su peso, por ejemplo: y las acidosis tubulares, hipomagnesemia, hipercalce-
 Sodio normal: 145 mEq/L. mia, poliuria, empleo de diuréticos, etc., y con
 Sodio hallado: 112 mEq/L. hipertensión arterial, que casi siempre se deben a
 Déficit: 13 mEq/L. síndrome de Cushing, estenosis de la arteria renal,
 Peso del paciente: 55 kg. hiperaldosteronismo, deficiencias de hidroxilasas
 60 % de agua: 33 L. (17alfa y 11beta) y empleo de algunos antibióticos
(rifampicina, carbenicilina, ampicilina, penicilina,
Por tanto, 13 · 33 = 429 mEq de déficit. anfotericina B, etc.).

En casos quirúrgicos, el exceso de sodio (hiperna- Por aumento de captación de potasio intracelular
tremia) en el organismo es consecuencia de aportes se encuentran en las alcalosis, administración de bi-
exagerados de soluciones que lo contengan, como la carbonato de sodio, alimentación parenteral, uso de
solución salina al 0,9 %. Sus síntomas frecuentes son: agonistas beta-2, leucemia mielógena, anemia megalo-
disnea de esfuerzo, aumento de peso, disfonía, ingurgi- blástica, ingestión de cloruro de bario, en la parálisis
tación venosa, pulso lleno, hipertensión arterial, edemas, periódica hipokalémica, etcétera.
vómitos y diarreas. También se describen orina con Manifestaciones clínicas. Casi siempre son
sodio elevado o normal, hemograma con hemodilución cardiacas, con contracturas prematuras aurículo-
y proteinemia. Para tratarlo se debe suprimir al aporte ventriculares, taquicardia supraventricular o bradicardia

ÓN
de sodio, aplicar diuréticos y administrar sol uciones de con bloqueos auriculoventriculares. También se pre-

CI
dextrosa al 5 %. sentan debilidades musculares, distensión abdominal por
íleo, retención urinaria, calambres, parestesias, letargo

UC
y confusión mental. Cuando se asocia con hipocalcemia,
Trastornos del metabolismo OD signos de Chvostek y Trosseau, poliuria y polidipsia,
del potasio por defecto de capacidad de concentración urinaria.
PR

Electrocardiograma e ionograma: cuando el


RE

Los trastornos del metabolismo del potasio se ma- potasio sérico se encuentra entre 2,5 y 3,0 mmol/L:
nifiestan fundamentalmente por alteraciones de la con- aplanamiento de onda T, con depresión de segmento
SU

centración extracelular, sobre todo en el plasma, que ST y presencia de ondas U; si es inferior a 2,5 mmol/L:
provocan cuadros de hipokalemia e hiperkalemia.
DA

onda P alta, depresión de T, prominencia de U con


La hipokalemia se define como la concentración
BI

prolongación de intervalos PR y QU, y ensanchamien-


baja del potasio sérico, con cifras inferiores a 3,5 mEq/L
I

to del complejo QRS.


OH

(mmol/L), aunque la concentración normal de potasio En las hipokalemias prolongadas se desarrolla un


varía ligeramente en diversas etapas de la vida. Se defecto de concentración urinaria, resistente a la
PR

debe recordar que los valores de potasio en el suero vasopresina. La depleción de potasio causa lesiones
son algo superiores a los del plasma (aproximada- vasculares en los túmulos proximal y distal del nefrón.
mente 0,2 mEq/L), con diferencias de hasta 0,9 mEq/ L. En la alcalosis metabólica, la salida de potasio de la
Causas de hipokalemia: célula para compensar la hipokalemia da lugar a la
 Ingreso insuficiente de potasio (menos de 30 mEq/ entrada de sodio e ion hidrógeno, lo que tiende a per-
m2/día). En la desnutrición crónica se presentan, ade- petuarse, debido a que la hipokalemia induce la
más, cuadros diarreicos que aumentan las pérdidas. reabsorción de bicarbonato en el túbulo proximal re nal.
 Pérdidas extrarrenales de potasio, provocadas por Tratamiento. Eliminar las causas, dentro de lo
diarreas agudas, vómitos, fístulas intestinales y/o posible, y aporte de potasio por vía oral o intravenosa,
biliares y el uso reiterado de resinas de intercambio según se requiera.
de cationes de sodio por potasio o de calcio por La evidencia de disfunción cardiaca indica que
potasio. se debe ser más enérgico en la administración de
 Pérdidas aumentadas por sudor. potasio, así como en los casos donde no se pueda utili-
 Diálisis peritoneal con soluciones de bajo contenido zar la vía intestinal. Las reglas para administrarlo acon-
de potasio. sejan preparar soluciones intravenosas, con una
 Pérdidas renales de potasio, que a su vez pueden concentración que no exceda 100 mEq/L y a una velo-
ocurrir con tensión arterial normal, como en las cidad de infusión que no pase de 40 mEq/h. El total en
Generalidades 57
24 h depende de la magnitud del déficit y las caracte- ciencia de músculos respiratorios, además, el aumento
rísticas de cada paciente. de la concentración de potasio en el líquido cefalorra-
La presentación habitual es en ampollas de 10 mL quídeo y el tejido cerebral causa espasmos de arteriolas
de cloruro de potasio, que contienen aproximadamente intracerebrales e isquemia periventricular (leucoma-
25 mEq de cloro y 25 mEq de potasio. También el lasia), sobre todo en niños pequeños.
gluconato de potasio, en ampollas de 20 mL, con Electrocardiograma e ionograma: cifras de
25 mEq de potasio. Estas se incorporan a las solucio- potasio sérico entre 5,5 y 6,0 mEq/L (mmol/L), mues-
nes elegidas por las otras necesidades de hidratación tran aumento simétrico de amplitud de onda T y depre-
del enfermo. sión ST. Cuando se encuentra entre 6,0 y 7,0 mEq/L,
Para administrar el potasio es indispensable co- alargamiento de intervalo PR y ensanchamiento del
nocer la diuresis del paciente y comprobar que no está complejo QRS, con elevación de onda T, lo que se hace
en anuria. Cuando se emplea la vía oral, se pueden
más evidente con una T picuda, según se acerc a a
utilizar alimentos ricos en potasio, como la carne, leche
8,0 mEq/L; cuando supera estas cifras desaparece la
y jugos de naranja, tomate, etc., así como las sales de
onda P; los complejos QRS se tornan anchos y forman
rehidratación oral. En estos casos se calcula una dosis
ondas amplias con la onda T, con posible fibrilación
de potasio superior a los 80 mEq/día, que son las nece-
sidades normales de un adulto. ventricular o asistolia. La acidosis, hiponatremia e
La hiperkalemia se define como la concentración hipocalcemia empeoran la repercusión cardiaca de la
de potasio sérico superior a 5,5 mEq/L (mmol/L). La hiperkalemia.

ÓN
concentración en suero es superior a la del plasma, El tratamiento se debe dirigir a suprimir, en lo po-

CI
con una diferencia que puede llegar a 0,9 mEq/L. Des- sible, las causas. En la hiperkalemia aguda, cuando el
potasio sérico pasa de 6,0 mEq/L, se emplean los me-

UC
cartando las falsas hiperkalemias, dadas por defectos
en la toma de muestras de sangre, hemólisis, dicamentos siguientes:
OD
trombocitosis y leucocitosis, así como en la seudohi-  Gluconato de calcio al 10 %: 0,5mL/kg de peso, i.v.,
perkalemia familiar, sus causas se deben fundamental- a pasar en 3 o 4 min.
PR

mente a:  Bicarbonato de sodio al 7,5 %: de 2 a 3 mEq/kg de


RE

 Ingreso exógeno excesivo (medicamentos, exangui- peso, i.v., a pasar en 4 min.


neotransfusión, bajo ingreso de sodio) o endógeno  Insulina cristalina más glucosa al 50 %: 0,5 U s.c. +
SU

(hemólisis, lesiones tisulares, hemorragias gastro- 1 mL/kg de peso de glucosa, i.v., a pasar en 1 h.
DA

intestinales, hipercatabolia, etc.).  Resinas de intercambio catiónico (Kayexalate):


 Retención exagerada (insuficiencia renal aguda y
BI

1 g/kg, v.o., o enema cada 6 h.


I

crónica, defecto de secreción tubular renal de potasio,  Furosemida: 1 mg/kg de peso, i.v.
OH

inhibición de secreción tubular por medicamentos o


tóxicos, por ejemplo, espironolactona, triamtereno y
PR

Se incluyen la diálisis peritoneal o hemodiálisis,


amiloride). en coordinación con nefrología.
 Alteraciones del eje renina-aldosterona (enferme- En las hiperkalemias prolongadas solo resta tra-
dad de Addison, hipoaldosteronismo, heparina, tar las causas y restringir los ingresos de potasio, su-
captopril, etc.). primir los medicamentos que puedan empeorar la
 Insensibilidad renal al natriurético auricular (síndro-
hiperkalemia y evitar la hipovolemia, con suficiente
me de Gordon).
agua y sodio.
 Paso de potasio del espacio intracelular al extrace-
lular (acidosis, falta de insulina, hipertonicidad, ejer-
cicio físico y parálisis periódica hiperkalémica). Calcio, magnesio y fosfatos
Medicamentos y drogas. Las manifestaciones En el organismo, la mayor parte del calcio se en-
clínicas de hiperkalemia se relacionan con la excitabi- cuentra en los huesos, en forma de fosfatos y carbo-
lidad eléctrica de las membranas celulares, lo que da natos; en el plasma existe en 3 formas distintas. Una
lugar a alteraciones cardiacas, con arritmias y trastor- gran parte del calcio circulante está unido a las proteí-
nos de conducción, bloqueo nodal auriculoventricular, nas (40 %) y el resto se encuentra en forma de iones
taquicardias supraventriculares, parestesias y debilida- libres (calcio iónico) o asociado a fosfatos y citratos.
des musculares, hiporreflexia osteotendinosa e insufi- Este calcio iónico es el único activo fisiopatológicamente,
58 Urología

aunque la mayoría de los laboratorios solo mide el cal- Sus causas más comunes son la pancreatitis aguda,
cio total. infecciones masivas de tejido muscular y/o adiposo,
El iónico puede variar independientemente del insuficiencias renales, fístulas intestinales o pancreá-
total, como sucede, por ejemplo, en las hipoalbumi- ticas e hipoparatiroidismo. Los niveles de calcio iónico
nemias, donde disminuye el total, pero el iónico se man- pueden descender en las alcalosis y las hipoproteine-
tiene normal y los pacientes no presentan síntomas, mias, así como en las depleciones importantes de
por el contrario, en las alcalosis aumenta la fijación de magnesio.
calcio iónico a las proteínas, baja la cifra de calcio libre Se presentan acroparestesias y signos neuromus-
circulante y se puede manifestar tetania. culares con reflejos hiperactivos evidentes con los sig-
El calcio se absorbe por el tubo digestivo bajo, nos de Chvostek y Trousseau; puede llegar a la tetania,
debido a la influencia de la vitamina D, que en el híga- con cólicos abdominales, espasmo carpopedal y con-
vulsiones. Para su tratamiento se tendrán en cuenta
do es hidroxilada, y se elimina por el riñón en un proce-
las causas y corregir las deficiencias del equilibrio áci-
so que es estimulado por la hormona paratiroidea y
do-base, aporte de proteínas con albúmina intravenosa
frenado por la hiperfosfatemia.
y la posible hipomagnesemia.
En la mayoría de los casos (80 %) la hipercalcemia La inyección de gluconato de calcio al 10 %, i.v.
se origina por neoplasias o hiperparatiroidismo. Entre lenta, aporta en sus ampollas de 10 mL unos 90 mEq.
las neoplasias, aparte de las paratiroideas, las hematoló- La dosis diaria será de 200 a 300 mg de calcio y se
gicas, como el mieloma y algunos linfomas, son sus debe evitar su mezcla con soluciones bicarbonatadas
causas más frecuentes.

ÓN
porque precipitan. En los casos crónicos se indicará
La cifra sérica normal de calcio es de 9 a vitamina D en uno de sus preparados, de acuerdo con

CI
11 mg/100 mL, en el ionograma unos 5 mEq/L; la la enfermedad de base y, además, aportar suplemento

UC
mitad, aproximadamente, corresponde al calcio unido cálcico por vía oral.
a proteínas y solo 45 %, al calcio iónico, que es el influ-
OD La distribución del magnesio en el organismo es
yente en la fisiopatología. La acidosis aumenta la frac- similar a la del potasio y alrededor de la mitad se en-
PR
ción ionizada, mientras la alcalosis hace lo contrario. cuentra en los huesos, muy difícil de intercambiar. En
Clínicamente, los síntomas de hipercalcemia son
RE

su mayor parte es un ion intracelular, con una concen-


vagos y se notan al nivel digestivo con anorexia, náu- tración plasmática de 1,5 a 2,5 mEq/L. Se elimina, so-
SU

seas o vómitos, que siguen a un estado de fatiga, debi- bre todo, a través de las heces fecales y la orina; el
lidad variable, cansancio y pérdida de peso. Si la cifra riñón posee una gran capacidad para ahorrar magnesio.
DA

de calcio se sigue incrementando, se pueden presentar


Sus funciones en los mecanismos enzimáticos son bá-
BI

manifestaciones serias como cefalea intensa, sonam-


sicas.
I

bulismo, estupor y coma.


Desde el punto de vista clínico la deficiencia de
OH

Estos síntomas se observan en el hiperpa-


magnesio es confundible con la hipocalcemia; su diag-
ratiroidismo severo y en mujeres con metástasis óseas
PR

nóstico, habitualmente, se hace al sospecharlo y su


por cáncer de mama, sometidas a terapia con
comprobación por el laboratorio no es completamente
estrógenos, y sucede cuando los niveles de calcio séri-
de fiar, pues puede haber hipomagnesemia no eviden-
co pasan de 16 mg/100 mL. El tratamiento fundamen-
tal consiste en la repleción rápida del volumen del ciable, al existir cifras de laboratorio normales, con un
espacio extracelular, mediante el empleo de solucio- magnesio ionizado disponible insuficiente.
nes salinas, en dosis de 3 a 4 L por 24 h, asociadas con La hipomagnesemia se trata con sulfato de
diuréticos del tipo furosemida, en dosis de 80 mg, i.v., magnesio intravenoso, teniendo en cuenta la suficien-
entre 6 y 8 h. cia renal que, de ser adecuada, se indicará a razón de
La calcitonina en dosis de 4 U/kg/12 h, i.v. o s.c., 2 mEq/kg de peso. La solución a 50 % contiene aproxi-
facilita la fijación ósea de calcio y sirve de ayuda. La madamente 4 mEq del ion por mililitro. Poniendo en
plicamicina es un antibiótico antitumoral, que puede una solución de dextrosa a 5 % (de 1 000 mL), el con-
suplir en su acción a la calcitonina y es bastante segu- tenido de una ampolla de 20 mL de sulfato de magnesio
ro en dosis de 4 g/kg de peso. En casos muy severos a 50 %, se aportarán unos 80 mEq, que deben ser pa-
se pueden añadir esteroides, sulfato de sodio y, quizás, sados en unas 4 h o más; se vigilarán la tensión arterial
acudir a la hemodiálisis. Tratar la causa es fundamen tal. y el ritmo cardiaco. Sus antídotos, en caso de intole-
Por su parte, la hipocalcemia se manifiesta cuando rancia, son el gluconato o el cloruro de calcio (intrave-
los niveles séricos de calcio son inferiores a 8 mg/100 mL. noso), además de retirar la solución con magnesio.
Generalidades 59
La hipermagnesemia no es frecuente y acompa- Aspectos prácticos de aplicación. Para el tra-
ña habitualmente las insuficiencias renales graves. Des- bajo diario con los pacientes existen diversas maneras
de el punto de vista clínico es muy similar a la de actuar, en dependencia de la experiencia y los gus-
hipercalcemia. Se trata en función de las causas, ade- tos de quienes lo hacen. Todos son válidos, siempre y
más de retirar los aportes de magnesio y aportar calcio cuando estén bien fundamentados y avalados por los
suplementario. buenos resultados. Se debe recordar que la vía oral o
Con respecto al fósforo, este se encuentra fijado entérica, siempre que sea utilizable, es la preferible para
en el organismo al oxígeno, es por ello que se habla de mantener o ayudar a corregir el balance hidromineral.
fosfatos (PO 42-), más que de fósforo; son muy impor- Cuando se requiera la vía intravenosa, la elec-
tantes en las funciones celulares y enzimáticas, al for- ción de las soluciones a perfundir se hará teniendo en
mar enlaces de elevado nivel energético. cuenta la osmolalidad del paciente, según la fórmula
El fosfato ingerido se absorbe por el yeyuno y el ya descrita, así como el balance del día anterior y el
duodeno, bajo la influencia de la hormona paratiroidea acumulado (Tabla 1.2). Si se presenta hiposmolalidad,
y la vitamina D; es regulado por el riñón y la causa se deben emplear soluciones algo hiperosmolares o so-
más frecuente de hiperfosfatemia es la insuficiencia lución salina a 0,9 %. Si por el contrario existe
renal; constituye un signo típico de hipoparatiroidismo. hiperosmolalidad, se deben utilizar soluciones algo
El aporte excesivo por laxantes y enemas puede pro- hiposmolares o dextrosa a 5 %. La fórmula que se
vocarla. utiliza con mayor frecuencia para calcular el total a
Clínicamente se presentan los síntomas de hipocal- pasar diariamente es de 25 a 35 mL/kg de peso (nece-

ÓN
cemia con tetania, hipotensión, insuficiencia renal y tras- sidades) + pérdidas asociadas + tener en cuenta los

CI
tornos cardiacos, por depósitos de fosfato cálcico en el balances acumulados y del día anterior = total mL/24 h.
Si inicialmente existe deshidratación, se calcula

UC
corazón. Sus cifras normales en sangre son entre 3,4
y 4 mg/100 mL; en el ionograma unos 3 mEq/L. Se OD un tratamiento hidratante de entrada, en correspon-
trata con aportes elevados de líquidos, teniendo en cuen- dencia con su intensidad, a razón de 1 500 mL/m 2 de
superficie corporal en la ligera; 2 400 mL, en la
PR
ta la suficiencia renal y cardiovascular (de 3 a 5 L en
24 h), asociados a acetazolamida como diurético, a moderada, y 3 000 mL, en la severa. Se tendrá en
RE

razón de 15 mg/kg cada 4 h, además de tratar las cuenta que en la ligera solo se presenta la sed; en la
moderada, sed fuerte, boca seca, oliguria y discreto
SU

causas.
Las hipofosfatemias ocurren habitualmente por signo de pliegue cutáneo, pero en la severa ya existen
DA

estados diarreicos crónicos, déficit de vitamina D y manifestaciones neurológicas, con mayor magnitud de
los síntomas y signos anteriores.
BI

empleo de alcalinos que contienen aluminio. Las pérdi-


En esta última se puede aplicar un esquema de
I

das exageradas renales son menos frecuentes, así como


OH

el síndrome de Fanconi, la alimentación parenteral mal velocidad de perfusión para pasar en las primeras ho-
ras: 360 mL/m 2, con goteo rápido; asimismo se llevará
PR

manejada, la cetoacidosis diabética y el alcoholismo.


Los síntomas se presentan cuando los niveles a cabo una evaluación cercana y frecuente del estado
séricos se encuentran por debajo de 1,8 mg/dL; estos cardiovascular y de hidratación del enfermo, con buen
se relacionan con dificultades de oxigenación tisular, control sobre la diuresis.
por dificultades de la liberación de oxígeno desde la Aproximadamente 20 % del total a pasar en la
hemoglobina; pueden causar miopatías con problemas severa debe ser de coloides, para lograr la oncosis. Si
respiratorios y rabdomiolisis, además, inducir hemólisis, existe algún estado de sobrehidratación, se deben apli-
disfunción plaquetaria y de los neu trófilos. Prolonga- car diuréticos (furosemida i.v., de 60 a 80 mg cada 6 a
damente provoca osteomalasia y encefal opatía meta- 8 h); con respecto a los líquidos elegidos, pasar sola-
bólica. mente de 10 a 20 mL/kg de peso corporal en 24 h.
Se trata preferiblemente con fosfatos, en do sis En todos los casos se tendrá presente que la
de 4 g cada 4 h, v.o., y se debe suspender cuando se osmolaridad de las soluciones sea la adecuada para
alcancen cifras de 2,5 mg/dL. Si la vía oral no es posi- cada enfermo en particular, así como monitorear
ble, se puede aplicar intravenoso, en dosis de 2 mg/ kg cercanamente los estados de función renal, suficiencia
cada 6 h, lo que solo se justifica en casos muy graves. cardiovascular y magnitudes de los disbalances posi-
En el tratamiento profiláctico relacionado con la ali- bles; también las reglas de seguridad para los diferen-
mentación parenteral se recomiendan 450 mg de tes electrólitos, sobre todo el potasio, con un goteo lo
fosfatos por cada 1 000 kcal perfundidas. más estable posible para evitar elevaciones bruscas en
60 Urología

Tabla 1.2. Soluciones electrolíticas

Soluciones Volumen (mL) Na (mEq) Cl K Ca Lactato CO 3

Salina a 0,9 % 1 000 155 155 - - - -


Glucofisiológica 1 000 155 155 - - - -
Dextro ringer 1 000 147 157 4 - - -
Ringer lactato 1 000 130 109 4 - 28 -
Dextrosa 5-10 % 1 000 0 0 - - - -
Plasma 250 38 25 1 - - -
Glóbulos rojos 250 5 13 20
Rheopoliglukin 400 56 56 - - - -
Dextrán 40-70 500 0 0 - - - -
Cloruro de sodio 20 75 75 - - - -
Cloruro de potasio 20 25 25 - - -
Cloruro de calcio 10 0 18 - 18 - -
Cloruro de amonio 20 0 83 - - - -
Gluconato de potasio 20 0 0 25 - - -
Gluconato de calcio 20 9,5 0 - - - 9,5
Bicarbonato de sodio a 4 % 50 44 0 - - - 44
Bicarbonato de sodio a 7,5 % 20 19 0 - - - 19
Bicarbonato de sodio a 8 % - - - - - - -
Lactato de sodio - - - - - - -

ÓN
CI
Fuente: Bibliografía internacional.

UC
sangre de los componentes transfundidos. Reiniciar la
OD ria y la regulación renal, son los 4 pilares del equilibrio
vía oral lo antes posible, brinda buenos resultados. ácido-base.
PR

Por la dilución se logra que las cargas de iones


RE

H+ se neutralicen primero en el espacio extracelular y


Equilibrio ácido-base luego, por su difusión, en el espacio intracelular. A
SU

posteriori son neutralizados en ambos compartimentos,


En la multitud de procesos metabólicos que tie- en un intercambio donde el H + acompañado del Cl - pe-
DA

nen lugar en el organismo, se generan productos áci- netra en las células y deja salir de ellas el Na + y el K+.
BI

dos, lo que es lo mismo que liberadores de iones H +, Una buena disponibilidad de líquidos es indispensable
I

por los principios de disociación de los electrólitos. Para para la función de este mecanismo.
OH

el mantenimiento de la vida y el funcionamiento nece- Las sustancias tampones o buffer-base son las
PR

sario para que exista una homeostasis adecuada, es amortiguadoras que impiden, en parte, las modificacio-
fundamental el equilibrio entre las sustancias liberadoras nes rápidas del equilibrio ácido-base, donde elemental-
de iones H +, es decir, ácidas, y las aceptadoras de es- mente se encuentran unidos un ácido débil, capaz de
tos iones, básicas o bases. donar iones H +, con su base conjugada capaz de acep-
tar iones H +. Los sistemas amortiguadores son 4 y es-
En los diferentes líquidos de los compartimentos
tán constituidos por:
es necesario que haya un estado de neutralidad rela-
1. Sistema ácido carbónico-bicarbonato.
tiva para que se puedan suceder correctamente los
2. Sistema proteínico-plasmático.
diferentes procesos metabólicos indispensables. A pe- 3. Sistema de la hemoglobina.
sar de las concentraciones mínimas de H + en los dis- 4. Sistema fosfato.
tintos compartimentos, las variaciones de esta relación
ácido-base determinan, aunque sean pequeñas, la po- Estas sustancias se encuentran tanto en el plas-
sibilidad de enfermedad y quizás hasta de muerte, de ma como en los glóbulos rojos.
ahí la importancia del conocimiento de estos asuntos El mecanismo de amortiguación respiratoria se
para un correcto trabajo médico. relaciona con el CO 2 que existe en forma de gas en el
El organismo dispone de mecanismos regulado- aire de los alvéolos pulmonares y desde este sitio pue-
res para lograr la neutralidad mencionada. La dilución, de difundir fácilmente; mientras más CO 2 se forme,
las sustancias amortiguadoras, la regulación respirato- así se eliminará con cada respiración.
Generalidades 61
El centro respiratorio es modificado en su fun- entre 95 y 100 mm Hg, en sangre arterial y capilar,
ción por los contenidos de CO 2 e iones H+ de la sangre presenta cifras de 28 a 40 mm Hg en sangre venosa.
y de esta manera se estimula, por ello, la elevada con- La elevación de PaO 2 no siempre determina un
centración de estos aumenta la frecuencia y profundi- aumento proporcional de la oxigenación de la hemog-
dad respiratorias, lo que se traduce en mayor eliminación lobina y puede haber disociación entre ambas cifras.
de CO2 con la respiración. En la hipoxemia severa, con cifras menores de 60 mm Hg,
Por su parte, el mecanismo renal permite elimi- se acentúa por la llamada curva de disociación de la
nar o retener iones H + o iones bicarbonato, de acuerdo hemoglobina.
con las necesidades del organismo. Los mecanismos La saturación de la hemoglobina ocurre por el
de la hemoglobina y los fosfatos se encuentran ligados proceso de la hematosis, que depende, en gran medi-
a los procesos en la sangre, los riñones y también en da, de la PaO 2, pero cuando por tejidos ricos en CO 2
los respiratorios. La cantidad de iones H + extracelular se facilita la liberación de O 2 de la hemoglobina oxige-
se expresa por pH, es decir, el logaritmo con signo nada, influye en una desproporción entre PO 2 y la sa-
cambiado, de la concentración de hidrogeniones, y su turación de la hemoglobina (HbO 2), conocida como
cifra normal es de 7,40. efecto Bohr.
De acuerdo con su localización, la sangre puede La HbO2 presenta cifras normales en capilares y
mostrar una cifra entre 7,35 y 7,45, según se trate de sangre arterial (de 97 a 100 %), pero en la parte venosa
sangre arterial o venosa. Los límites permisibles para es de 62 a 84 %. La hiposaturación de la hemoglobina
la vida se encuentran entre 6,8 y 7,8, de ahí lo delicado se considera moderada, con cifras menores a 85 %, y

ÓN
de este equilibrio. La hemogasometría es la medida de severa, por debajo de 75 % (Tabla 1.3).

CI
los diferentes factores que intervienen en estos meca-

UC
nismos, de manera directa o indirecta.
Según el método Astrup y los conocimientos
OD Tabla 1.3. Esquema de gasometría normal
fisiopatológicos, cuando la cifra de pH es menor que la
PR
normal de 7,35, existe acidosis o acidemia. Cuando, Indicador Sangre arterial Sangre capilar Sangre venosa
RE

por el contrario, se eleva por encima de la normal de


pH 7,35-7,45 7,35-7,45 7,28-7,35
7,45, existe alcalosis. Si los factores que provocan las PaCO2 (mm Hg) 35-45 35-45 45-53
SU

alteraciones se relacionan con el (CO 3H-), es decir, BS (mEq/L) 21-25 21-25 21-25
con la parte metabólica, se habla de alteración EB (mEq/L)  2,5  2,5  2,5
DA

metabólica. Si la alteración se relaciona con el PaO2 (mm Hg) 95 a 100 95 a 100 28 a 40


BI

(CO3H2), es decir, la parte respiratoria, se habla en- HbO2 (%) 97 a 100 97 a 100 62 a 84
I

tonces de alteración respiratoria. Si ambas causas


OH

están mezcladas, se habla de alteración mixta. Aspectos prácticos para el tratamiento


PR

La presión parcial de CO 2 (PaCO2), expresada de las alteraciones ácido-base


en milímetros de mercurio, presenta cifras normales
en sangre arterial y capilar de 35 a 45 mm Hg, mien- En las acidosis metabólicas, sus causas se pue-
tras que en la parte venosa es de 45 a 53 mm Hg. Su den demostrar por sustracción de bases, como en las
elevación por encima de lo normal se conoce como diarreas, íleo paralítico, fístulas de intestino, biliares o
hipercapnia o hipercarbia; si ha sido capaz de bajar el pancreáticas, etc., y también porque se añadan o re-
pH, existe acidosis respiratoria. Por otra parte, si dis- tengan ácidos, como en las intoxicaciones salicílica y
minuye por debajo de lo normal, se habla de hipocapnia barbitúrica, hiponatremias, transfusiones masivas,
o hipocarbia; si ha sido capaz de elevar el pH, se esta- cetoacidosis diabética, acidosis láctica, insuficiencia
blece la alcalosis respiratoria. hepática, etcétera.
El bicarbonato estándar (BS), cuyas cifras nor- Las causas también pueden ser mixtas. El trata-
males oscilan entre 21 y 25 mEq/L, así como el exceso miento fundamental radica en tratarlas, además, cuan-
de bases (EB), con valores entre 2,5 y 3,5 mEq/L, mi- do exista sustracción de bases, se empleará bicarbonato
den factores metabólicos por diferentes mecanismos; de sodio, teniendo en cuenta la clínica y los datos
cuando estos disminuyen el pH, se presenta la acidosis hemogasométricos.
metabólica y si lo elevan, alcalosis metabólica. La pre- Desde el punto de vista clínico predominarán los
sión parcial de oxígeno (PaO 2), con cifras normales signos de la enfermedad de base, acompañados de los
62 Urología

propios de la acidosis, como la polipnea, y en ocasio- tratamiento básico consiste en mejorar la respiración
nes arritmia respiratoria (Kussmaul), deshidratación del enfermo y tratar las causas de la hipercapnia.
o hipovolemia. La gasometría brinda cifras de pH Las alcalosis metabólicas se deben a la disminu-
menores a 7,35, con EB por debajo de -2,5 mEq/L; ción de iones H+, por la falta de ácidos no volátiles o
BS menor de 21; PCO 2 normal o baja; PO 2 normal elevación de bases fijas de diversas caus as. La sus-
o baja, según las causas, y HbO 2 normal o baja, en tracción de ácidos ocurre por vómitos pertinaces, empleo
dependencia de PO 2, pH y PCO 2. Es habitual un de diuréticos y esteroides, y síndrome de Cushing, entre
ionograma con sodio bajo y potasio elev ado. El bi- otras, así como por la elevación de contenido de bases
carbonato se pasará calculando el total de miliequiva- en el coma hepático, tratamientos con a lcalinos, etc.
lentes, según la fórmula: Las manifestaciones clínicas se deben a la enfer-
medad de base y las provocadas por el déficit de cloro
3  (EB)  peso en kilogramos del paciente = total mEq y de potasio, tales como astenia, apatía, debilidad mus-
cular, depresión mental, íleo paralítico, retención de
Es prudente pasar intravenosa lentamente, la mi- orina, hipotensión arterial, trastornos del ritmo cardiaco,
tad de lo calculado, revalorar la situación 40 min más bradipnea y tetania; la gasometría, con pH por encima
tarde y actuar en consecuencia, pues, como en el de 7,45 arterial y de 7,35 venoso; PCO 2 normal o un
potasio, el enfermo debe ser inducido a la normalidad, poco bajo, si hay algo mixto; BS mayor de 25 mEq/L;
pero nunca empujarlo bruscamente hacia lo que se su- EB mayor que +2,5 mEq/L, con PO 2 y HbO2 norma-
pone normal. En los casos con adición y retención de les. Es común que el cloro y el potasio se encuentren

ÓN
ácidos se puede utilizar el trihidroximetil-aminometano bajos, con el sodio algo elevado.

CI
(THAM); se pasará la tercera parte de lo calculado se- El tratamiento depende de las causas. Si no su-

UC
gún la fórmula: cede así o la descompensación es grande (con pH hasta
OD 7,56) se administrará potasio con hidratación hipertónica.
Peso/kg  (-EB) 0,3 = total, a pasar intravenoso, sin exce- Si es mayor (hasta 7,63), se indicará acetazolamida,
PR
der de 500 mL 500 mg i.v., cada 6 a 8 h. Si el pH se encuentra más
elevado, se utilizará cloruro de amonio, según cálculo,
RE

Es necesario vigilar la respiración, potasemia y por la fórmula:


SU

glicemia, que se pueden alterar, y en ese caso suspen-


der el fármaco. Algunos enfermos pueden necesitar Peso en kg  (+EB)  0,3 = mEq
DA

diálisis peritoneal o hemodiálisis para su compensación.


BI

Las acidosis respiratorias se producen por eleva- Se diluye la mitad del total en 500 mL de dextrosa
I

ciones de los H +, debido al aumento del CO 2 por dife- a 5 % (i.v. lento), con vigilancia estrecha de la tensión
OH

rentes causas respiratorias y, con menor frecuencia, arterial, que se puede elevar bruscamente, lo que indi-
PR

por causas periféricas y neurológicas: traumas y ciru- ca la suspensión del fármaco. Por sustracción de áci-
gía torácicos, afecciones parenquimatosas pulmonares, dos se puede administrar ácido clorhídrico normal,
trastornos del centro respiratorio en accidentes 100 mL disueltos en 900 mL de dextrosa al 5 % (i.v.
vasculares, edema cerebral, tumores, así como lesio-
lento). La alcalosis respiratoria se debe a la baja con-
nes neuromusculares, como en el Guilian-Barré, pará-
centración de iones H +, por baja presión parcial de CO 2,
lisis de músculos respiratorios, hipopotasemia severa,
debido a diversas causas.
etcétera.
Desde el punto de vista clínico predominarán los La polipnea sin lesiones orgánicas se manifiesta
signos de la enfermedad de base y la elevación del en la histeria de conversión, aire enrarecido, hiperventi-
CO2; si es mayor de 80 mm Hg, hipertensión arterial, lación por diversas causas, etc.; con lesiones orgáni-
arritmia cardiaca, contracciones musculares y evoluti- cas, en los traumas, encefalitis, peritonitis, sepsis con
vamente narcosis con estupor y coma, que puede lle- insuficiencia pulmonar progresiva, etc. Entre sus ma-
var a la muerte. nifestaciones clínicas se encuentran la disfunción ce-
La hemogasometría revela un pH bajo, con PCO 2 rebral, tetania, convulsiones, arritmias cardiacas,
elevado, en contraste con PO 2 normal o baja, según espasmo carpopedal, etcétera.
las causas, así como EB y BS normales o elevados por La gasometría revela un pH mayor de 7,45
compensación metabólica. Es habitual que el sodio y el (arterial y capilar) y de más de 7,35, venoso; PCO 2
potasio se encuentren elevados, con el cloro bajo. El baja, con PO 2 y HbO2 normales o algo bajas; SB y EB
Generalidades 63
normales o disminuidos, según la posible compensa ción el CO2 exhalado; sedación, si es necesario, con apoyo
metabólica existente. Es habitual que el sodio se en- emocional cercano. Si hiperventila por hipoxia, se ad-
cuentre bajo; el potasio, disminuido, y el cloro, elevado. ministrará oxígeno, y si existe dificultad con el riego
Para tratarlo, es preciso que el enfermo retenga algo cerebral, se utilizará la respiración controlada. Como
de CO2, haciendo que respire en una bolsa y reinhale en todos los casos, es fundamen tal tratar las causas.

Victor F. Llaudy Gómez

La transfusión de sangre o hemoderivados pre- Todos estos aspectos permiten que se obvie el
senta beneficios indudables, pero también conlleva ries- empleo de la transfusión mediante el diagnóstico exac-
gos serios, que implican un manejo cuidadoso y muy to, oxigenación adecuada y utilización de sustitutos del
profesional por parte del personal médico y paramédico, plasma (cristaloides y coloides), en conjunto con las

ÓN
encargado de aplicarlos a los pacientes. medidas quirúrgicas; no se excluyen, por supuesto, los
La posibilidad de transmisión de agentes infec-

CI
controles clásicos de grupo, factor, pruebas cruzadas,
ciosos, como el virus de inmunodeficiencia humana etcétera.

UC
(VIH), virus de la hepatitis, etc., así como problemas Actualmente, los neocitos (hematíes jóvenes < de
de inmunidad relacionados con la transfusión, entre
OD 30 días) se aplican a los que necesitan transfusiones
estos la hemólisis intravascular, además de la sobre-
repetidas, pues es mayor su vida útil y menor la
PR

carga circulatoria, implican tener cuidados personali-


hemocromatosis. La obtención de hematíes a partir de
RE

zados con cada paciente en particular.


Entre los lineamientos generales se encuentran células madre se ha practicado en algunos centros de
investigación, con buenos resultados.
SU

los siguientes:
 Reconocimiento de la necesidad de reducir la lista Elementos de cálculos a utilizar:
DA

de desórdenes en el empleo de la hemoterapia, que  Volumen globular total (VGT):


BI

 Hombres: m · 1 090 = mL.


2
pueden ser prevenidos mejorando la salud poblacio-
I

 Mujeres: m · 800 = mL.


2
nal, con adecuado abastecimiento de agua, elimina-
OH

ción de desechos y otras medidas higienicosanitarias,  Volumen plasmático total (VPT): peso en kg · 41 = mL.
 Volumen sanguíneo total (VST):
PR

así como tratar esos desórdenes, si ya están pre-


sentes, mediante la promoción de terapéuticas al-  Hombres: peso en kg · 77 = mL.

ternativas, por ejemplo, los antianémicos, una  Mujeres: peso en kg · 67 = mL.


adecuada nutrición y tratamiento causal, siempre que
se pueda, todo ello encaminado a evitar el uso de Una unidad de concentrado de hematíes eleva el
sangre y/o hemoderivados. hematócrito aproximadamente en 2,5 % (depende del
 Aplicación de medidas escritas en cada institución VST).
para el uso de sangre o derivados. Una unidad de concentrado de plaquetas por cada
 Fomentar el monitoreo cerrado y la revisión crítico-
10 kg de peso eleva en 50 000/mm 3 a las 3 h y hasta
educativa de la práctica de transfusiones, con la
las 20 h postransfusión (si inmunización antiplaquetaria,
creación de comités de transfusiones en cada cen-
gran baja del rendimiento).
tro asistencial donde se practiquen.
 La sangre debe provenir de donantes seguros, es
Fórmula para calcular los hematíes a transfundir:
decir, correctamente seleccionados y chequeados.
 La transfusión no debe ser la primera considera- (VST · Hto) + (volumen · Hto del continente) · 100
ción terapéutica en las hemorragias agudas, debido
a que la reposición inicial de volumen es más urgen- El resultado es VST · volumen de hematíes de la
te que la reposición de células. transfusión Hto a esperar.
64 Urología

Otras consideraciones tina es de 50 mL/kg/h, pero si existe buena diuresis


(más de 30 mL/h) se pueden dar hasta 5 L.
La sangre que se recobra intraoperatoriamente Valores de unidades más empleadas:
solo se debe obtener en salones de operación con con-  Unidad de concentrado de hematíes: de 200 a 250 mL,
diciones excelentes y por personal calificado y entre- con hematócrito de 70 a 80 %.
nado para ello. Se puede recolectar en las cavidades  Unidad de hematíes congelados: de 170 a 250 mL,
torácica y abdominal, cirugía vascular principal o heri- con hematócrito 90 %.
 Unidad de hematíes desleucocitados: de 100 a 200 mL.
das limpias; no se puede emplear si se contamina con
 Unidad de hematíes lavados: de 200 a 300 mL.
contenido intestinal, bilis, jugo pancreático, o ante la
 Unidad de plasma fresco congelado (PFC): 250 mL.
presencia de sepsis o tumores malignos.
 Albúmina 20 %: 20 g en 100 mL.
En situaciones extremas solo se puede utilizar pre-  Concentrado de plaquetas: de 20 a 50 mL.
via filtración estéril y mezclada con anticoagulantes  Concentrado de granulocitos: 50 mL.
como citrato o heparina. Nunca se recolectará si ha
permanecido más de 6 h en cavidad. La antibiotico- Indicaciones para transfundir hematíes. Los
terapia sistémica es necesaria en estos casos, así como hematíes se transfundirán siempre que el estado de
el muestreo para hemocultivos. La vitamina K se apli- hipoxia, por déficit de glóbulos rojos, exija su restable-
ca cuando se presenta íctero o hepatopatías. cimiento. Se basará en criterios clínicos, en cuanto a
En algunos casos con anemia crónica y fallo tolerancia del paciente frente a su anemia, y criterios
cardiaco se pueden utilizar hematíes, a razón de

ÓN
biológicos, dados por cifras de hemoglobina, hematócrito,
1 mL//kg/h, asociados con diuréticos. La solución sa- VST y VGT, aplicables en todos los casos.

CI
lina a 0,9 % y el ringer se utilizan teniendo en cuenta, En la anemia aguda (procesos hemorrágicos, etc.):

UC
para dar volumen, que solo se retiene en el espacio  Primera opción: hematíes + dextrán 40 o 70 o solu-
vascular 1/3 de lo administrado, ya que pasa rápido a
OD ción salina a 0,9 %.
la orina, por lo que la duración de su efecto depende de  Segunda opción: hematíes + dextroringer.
PR

la excreción urinaria. El edema intersticial transitorio  Tercera opción: hematíes + ringer lactato.
RE

puede ser aceptable, salvo en enfermos con proble-


mas cardiopulmonares o anemia severa. En las anemias subagudas o crónicas, solo si fra-
SU

Las soluciones coloidales dan presión oncótica casan las medidas distintas a la transfusión o por una
por el tamaño de sus moléculas, que retienen agua y situación emergente. La cantidad a administrar se de-
DA

dan volemia. Se diferencian de la albúmina por ser terminará en función del VGT del paciente y del valor
BI

esta un coloide monodispers o, responsable de 2/3 de la teórico que se desea alcanzar, comprobado por con-
I

troles biológicos de laboratorio.


OH

presión oncótica normal, mientras que las soluciones son


polidispersas y su peso molecular se obtiene por pro- Indicaciones para transfundir plaquetas. Las
PR

plaquetas se transfunden cuando se presentan trombo-


medio.
penias o trombopatías, asociadas fundamentalmente a
Las soluciones de gelatinas, la dextrana 70 y
problemas quirúrgicos, así como para prevenir las
el almidón hidroxietílico, son muy empleados como
hemorragias en estos casos; reanimación de politrau-
expansores del plasma, aunque no por la propia gelati-
matizados y en shock hipovolémico, que se hayan
na, que posee moléculas pequeñas en baja concentra- transfundido masivamente, sobre todo si existe trom-
ción; estas salen rápido de la circulación y actúan como bopenia.
diurético osmótico, por ello se deben asociar con solu- Indicaciones para transfundir granulocitos.
ciones cristaloides, siguiendo el control de la diuresis. Se tendrán en cuenta las siguientes:
La dextrana puede interferir en las funciones  Preventivas: si neutropenia de 500/mm 3 de corta du-
plaquetarias y del factor VIII, de esta manera, en el ración (posquimioterapia).
adulto no se deben utilizar más de 1 000 mL en 24 h; se  Curativas (?): infección grave con neutropenia de
contraindica en enfermos con trastornos de la hemos- 500/mm3 o menos y resistencia a antibióticos por
tasia. El almidón hidroxietílico también lo hace, pero en granulopatía.
menor grado.
La gelatina succinilada y la G con urea no inter- Estudios recientes indican que para obtener re-
fieren en la coagulación, por tanto, no se contraindican sultados clínicos positivos, se necesitan varias transfu-
en los que presentan estos trastornos. La dosis de ge la- siones y que es importante verificar la compatibilidad
Generalidades 65
HL-A, por ello no se aconseja el empleo de prepara- gre se debe hacer mediante la selección cuidadosa del
ciones amortiguadas de varios donantes. paciente, además de un meticuloso control y almace-
Indicaciones para transfundir plasma fresco namiento. Se pueden acopiar hasta 5 U, la última no
congelado: menos de 4 días antes de la operación.
 Shock hipovolémico externo (no como primera op- Se contraindica en las sepsis, cardiopatías, en-
ción). fermedad respiratoria obstructiva, enfermedad cere-
 Transfusión masiva. Exanguinotransfusión en adul- brovascular, embarazo y anemias hemolíticas.
tos. Su utilización en la hemodilución normovolémica
 Reanimación quirúrgica, como alternativa en algu- preoperatoria ha demostrado sus bondades.
nos casos. Entre sus aplicaciones se destacan:
 Trastornos de la coagulación por déficit de los fac-  Circulación extracorpórea (CEC).
tores V y VIII, en algunos casos.  Shock hipovolémico.
 Transfusión masiva.
En los adultos, cuando se presentan hipovolemia  Anemia + trombopenia con eventual granulopenia.
y hemorragias mayores, se recomiendan aproximada-  Hemorragia digestiva con o sin insuficiencia hepática.
mente 1 000 mL. Para tratar el trastorno de la coagu-  Coagulación intravascular diseminada.
lación, se transfunde en función del déficit del paciente,
sobre la base de la respuesta clínica y el coagulograma. Se recomienda:
El antiguo plasma liofilizado se encuentra en desuso.  Si CEC de corta duración, solo concentrados globu-
Indicaciones para el empleo de criopre-

ÓN
lares.
cipitados:  Concentrados globulares + PFC, finalizada la CEC.

CI
 En la hemofilia, coordinado con los hematólogos,  Plaquetas, si trombopenia.

UC
sobre todo en casos quirúrgicos.  Dextrán 40 o 70 + solución salina a 0,9 %; luego
 En pacientes con abdomen abierto, por su aporte de
OD glóbulos rojos, si es necesario.
opsoninas (fibronectinas).  Concentrados globulares + hemodilución.
 Cuando se quiere aportar fibrinógeno en algunos
PR

casos. Trastornos específicos de las alteraciones hemos-


RE

táticas:
Indicaciones para el empleo de albúmina hu-
SU

 Concentrados globulares.
mana:
 Concentrados de plaquetas.
 Restituir volumen en algunos casos de shock, sobre
DA

 Concentrados de granulocitos, si es necesario.


todo en los provocados por quemaduras, pancreatitis,
BI

peritonitis agudas, tóxico, traumático, hemorrágico


I

Tratamiento del shock:


OH

y en infecciones. Se administrarán de 65 a 150 mL


 Concentrado globular + tratamiento de las altera-
a 20 %, pasando 2 mL/min. Se tendrá presente que
PR

ciones de hemostasia.
20 mL de albúmina atraen unos 70 mL de líquido
adicional al espacio vascular en 15 min.
 Prevención y tratamiento del edema cerebral: am-
Tratamiento etiológico:
plía la posibilidad del tratamiento convencional, que  Concentrado de plaquetas.
implica la reducción del aporte de líquidos y deshi-  Heparina eventualmente.
dratación con soluciones hipertónicas.
 Quemados: por lo general, la reposición de volumen Algo para recordar:
es necesaria si la superficie dañada es de más de  Un adulto promedio tolera una pérdida aproximada
20 %. La albúmina y la fracción proteica del plas- de 20 % del VST sin transfusión.
ma (FPP) son preparaciones de opción en el agota-  El completamiento de volumen con sustitutos del
miento agudo de proteínas. Se puede utilizar plasma se requiere en una pérdida de más de 20 %
criosobrenadante o PFC si no existe otra disponibi- (hasta 30 %).
lidad.  La transfusión se necesita si la pérdida es de 35 %
o más, como en las hemorragias masivas (más de
Indicaciones para la transfusión autóloga. 50 % del VST en menos de 3 h).
Son similares a las de la homóloga, pero presentan la  El reemplazo inicial se puede hacer con solución
ventaja de ser propia del paciente, sin riesgo de conta- salina a 0,9 %, a razón de 50 mL/kg de peso o un
gios, a no ser por contaminación. La colección de san- volumen calculado de 3 veces la pérdida estimada.
66 Urología

 Las gelatinas se pueden utilizar en reposición geno y/o componentes celulares o plasmáticos del
volémica, a razón de 50 mL/kg de peso. La dextrana sistema de coagulación. No se emplean para mejo-
70 y el almidón hidroxietílico a 20 mL/kg de peso. rar la curación de heridas, estado nutricional del
 El plasma no es la primera opción en el tratamiento de la
paciente o prevenir sepsis, por lo que nunca se in-
hipovolemia y los hematíes no se utilizan para este fin.
 La transfusión se debe detener cuando exista esta- dican para mejorar el estado general del enfermo.
bilidad hemodinámica, aunque la anemia no haya  Se trata a los pacientes y no los resultados de labo-
sido corregida. ratorio. El juicio clínico es lo básico.
 La anemia preoperatoria electiva debe ser corregi-  Se debe transfundir la cantidad mínima necesaria
da hasta 80 y 100 g/L. para la mejoría clínica o corregir la coagulación,
 La anemia posoperatoria no se transfunde si la he- nunca para lograr cifras determinadas en análisis
moglobina es mayor que 80 g/L.
de laboratorio.
Tampoco se debe olvidar que:  Las transfusiones preoperatorias pueden favorecer
 El objetivo de las transfusiones y derivados es co- las infecciones y la reactivación de tumores, por
rregir deficiencias pasajeras de transporte de oxí- ser agresoras para el sistema inmunitario.

ÓN
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Urgencias urológicas 69

Capítulo 2

ÓN
Fernando Rabionet Carballo

CI
UC
OD
Los traumas urogenitales constituyen la segunda causa de atención por el servi-
PR

cio de urgencia de urología, si se tiene en cuenta que entre 4 y 10 % de los pacientes


RE

politraumatizados acuden a los hospitales. El riñón es el órgano que se lesiona con


mayor frecuencia; le siguen la vejiga, la uretra, el testículo y, por último, el uréter; como
SU

órgano aislado es, junto al bazo, la lesión visceral más común en traumatismos abdomi-
nales; se asocia con traumas graves a daño hepático, páncreas y marco duodenal.
DA

El servicio de urgencia nacional ha permitido, con su desarrollo, un cambio en el


BI

tratamiento de estas entidades. Tan pronto llega un politraumatizado al cuerpo de guar-


I
OH

dia, un equipo multidisciplinario se pone en acción para la evaluación inmediata de las


lesiones, su clasificación por especialidades, la realización de técn icas de diagnóstico
PR

por imagen y la analítica sanguínea.


La evaluación inicial debe incluir el control de la hemorragia y el shock, así como
la reanimación, de ser necesaria, con instalación de catéteres intravenosos y uretral.
En el hombre, antes de insertar el catéter, se debe examinar el meato uretral en busca
de sangre.
La historia clínica debe ser bien detallada: se incluirán todos los elementos del
trauma y se enfatizará en el examen físico de abdomen y genitales externos, en busca
de contusiones o hematomas subcutáneos, que indican lesiones más profundas en el
retroperitoneo y las estructuras pélvicas.
A menudo, las fracturas costales se asocian con lesiones renales y las pélvicas,
con lesiones de la vejiga y la uretra. La hipersensibilidad abdominal es compatible con
la perforación intestinal, sangre u orina intrape ritoneal libre o hematoma retroperitoneal.
La analítica sanguínea de urgencia le sigue en orden al examen físico: hemoglobi-
na, hematócrito, creatinina, grupo sanguíneo y factor Rh, son fundamentales. Se deben
realizar punciones abdominales (en los 4 cuadrantes) para el diagnóstico de una posible
hemorragia intraperitoneal. La instrumentación se debe aplicar de acuerdo con los
síntomas y las condiciones del paciente, teniendo en cuenta el posible diagnóstico.
70 Urología

La imagenología permite completar el pensamien-


to clínico, con técnicas como la ecografía diagnóstica,
radiografía simple de abdomen y pelvis ósea, y funda-
mentalmente el urograma descendente (UD) por
venoclisis. Igualmente, si se sospecha una lesión uretral,
se indicará la uretrografía.
Actualmente, en el diagnóstico de lesiones rena-
les se emplean cada vez más la tomografía axial
computadorizada (TAC) y la gammagrafía renal. La
arteriografía renal selectiva (Seldinger) se indica en
casos muy seleccionados. Si se tiene en cuenta que los
más proclives a padecer este tipo de lesiones son per-
sonas jóvenes, es comprensible la actitud precisa para
un diagnóstico acertado y un tratamiento de acuerdo
con este.
Fig. 2.1. Lesiones renales traumáticas.

Trauma renal
Desaceleración. Cuando es brusca (caídas des-

ÓN
El mecanismo de ruptura renal se explica por el de alturas), el riñón continúa su trayectoria y tracciona

CI
hecho de que los riñones contienen gran cantidad de el pedículo renal. La pared venosa es más delgada,
líquido (orina y sangre), y por la fuerza de un agente con una capa media muy pobre en fibras musculares y

UC
traumático. El líquido no comprime, pero sí deforma en elásticas, lo que hace que sufra frecuentemente estos
OD
virtud de la energía recibida, y de esta manera tracciona traumas, y las arterias, por desgarros de la túnica, crean
las estructuras tisulares que lo contienen, las que se una superficie cruenta, en la que ocurren fenómenos
PR

elongan y luego se desgarran, según la intensidad del trombóticos que llevan a la isquemia renal.
RE

trauma. Desde el punto de vista clínico:


Clasificación. Según el mecanismo de produc-  Grado I:
SU

ción:  Integridad de la cápsula renal, vía excretora y

 Abiertos (10 %): su mecanismo fisiopatológico se


DA

pedículo renal.
 Lesión parenquimatosa.
BI

determina por el agente causal y su trayectoria.


 Cerrados (90 %): los mecanismos responsables son  Grado II:
I
OH

 Lesión de la cápsula renal y del parénquima (fisu -


la contusión directa, el contragolpe y la desace-
leración. ra).
PR

 Integridad de la vía excretora y del pedículo renal.

 Integridad de la cápsula renal.


Contusión directa. El choque directo del agente
 Lesión parenquimatosa y de las vías excretoras
causal contra el flanco produce una lesión que se trans-
mite al riñón; asimismo los fragmentos óseos de apófi- intrarrenales (seno renal).
 Grado III:
sis transversas vertebrales o costales pueden impactar
 Lesión del parénquima y de la vía excretora
el riñón, que es un órgano macizo muy vascularizado.
intrarrenal.
La ruptura de la cápsula renal permite la salida
 Ruptura completa o incompleta de los polos supe-
de líquido al espacio perirrenal. Por fuera del riñón, la
rior o inferior o ambos.
fascia de Gerota constituye una estructura fibrosa e
 Fragmentación renal múltiple o pulpificación re-
inextensible, que actúa como un mecanismo de con- nal.
tención del extravasado líquido al espacio perirrenal  Lesión del pedículo vascular.
(Fig. 2.1).  Lesión de las vías excretoras extrarrenales (pel vis).
Contragolpe. La movilidad relativa del órgano
en su celda permite que después de la contusión, este Imagenológica (TAC):
sea proyectado contra estructuras vecinas (músculo  Lesiones grado I (leves):
psoas, vértebras lumbares).  Contusión renal.
Urgencias urológicas 71
Hematoma subcapsular y/o intraparenquimatoso.
Lesión calicial.
 Laceración cortical superficial.

 Lesiones grado II (gravedad media):


 Laceración profunda.

 Fractura renal (con o sin despla zamiento).

 Lesiones grado III:


 Fragmentación o estallido renal.

 Lesión del pedículo vascular.

 Rotura de las vías urinarias (Fig. 2.2).

Fig. 2.3. Estallido renal.

ÓN
presentar tipo cólico. En muchas ocasiones se acom-

CI
paña de rigidez muscular del flanco o abdomen en el
lado afecto. Los síntomas digestivos reflejos pueden

UC
indicar trauma al eje celiaco.
OD Aproximadamente 30 % de los casos de lesión
vascular renal no se asocian con hematuria y casi siem-
PR

pre se deben a accidentes por desaceleración rápida.


RE

Fig. 2.2. Rotura de pelvis renal. El grado de lesión renal no se corresponde con la in-
tensidad o grado de hematuria, puesto que la hematuria
SU

macroscópica se puede presentar en traumas mayo-


DA

Según la Sociedad Americana de Traumato- res y la hematuria microscópica, en menores.


logía (hallazgos del urograma descendente): Datos patológicos tardíos:
BI

 Grado I:  Urinoma: por laceraciones profundas no reconstrui-


I
OH

 Contusión renal. das.


 Hematoma subcapsular.  Hidronefrosis: por grandes hematomas retroperito-
PR

 Grado II: neales, que pueden causar fibrosis perirrenal y en-


 Ruptura parcial interna. carcelar la unión pieloureteral.
 Ruptura parcial externa.  Fístulas arteriovenosas: se deben a lesiones por pe-
 Grado III: netración.
 Lesión del pedículo renal.  Hipertensión vasculorrenal: en tejido no viable.
 Estallido renal (Fig. 2.3).  Traumas costales.
 Signos de abdomen agudo.
Cuadro clínico. Historia clínica cuidadosa. Se  Masa palpable que puede representar un gran he-
precisará anuria bilateral transitoria refleja o consecu- matoma retroperitoneal o bien extravasación urina-
tiva al shock. Si ocurre la ruptura de la cápsula renal, ria.
se produce hematoma perirrenal, y cuando se ha roto  Anuria u oligoanuria.
el peritoneo, se puede extender a la cavidad peritoneal.
Conjuntamente con la hematuria se presenta do- Estudios de laboratorio:
lor, cuya magnitud no guarda relación con la lesión. El  Análisis de orina: hematuria.
dolor inspiratorio es común y se refleja en el lado lesio-  Hematócrito y hemoglobina: al principio pueden ser
nado, abdomen, flanco o espalda. A la palpación suele normales y disminuir cuando se realicen estudios
ser más intenso en el ángulo costovertebral; se puede seriados.
72 Urología

Estudios imagenológicos:
 UD: se inicia tan pronto se coloca el catéter intrave-
noso y comienza la reanimación (de ser necesaria).
Establece la presencia o no de ambos riñones, mor-
fología, vaciamiento renal, etc. (Fig. 2.4).
Existen situaciones en las que no se visualizan las
lesiones: espasmo vascular, trombosis arterial, ausen-
cia renal (congénita o adquirida).
 USG: determina la integridad de la silueta renal, pre-
sencia de colección perirrenal, etcétera.
 TAC: método eficaz (no invasivo) en la determina-
ción del grado traumático; es preciso, proporciona
una excelente definición de las lesiones parenquima-
tosas, determina la extravasación con claridad, mues-
tra la amplitud del hematoma perirrenal, define el
tejido renal no viable y perfila los órganos vecinos
como el páncreas, hígado y vasos importantes.
 Arteriografía: define las lesiones, cuando otros estu-
dios no lo han logrado en su totalidad. La trombosis Fig. 2.4. Lesión renal derecha.

ÓN
arterial y la ruptura del pedículo renal se diagnosti-

CI
can mejor con estas técnicas.  Lesiones GIII-IV: tratamiento quirúrgico. Se tra-
 Gammagrafía renal: pueden aparecer diferentes ha-

UC
tará por todos los medios de conservar el riñón
llazgos: OD (rafia renal, amputación polar). En caso de no po-
 Tipo I: defecto ligero de captación del polo supe- der, se practicará la nefrectomía (se verificará el
rior y en su parte media externa, disminución del estado del riñón contralateral).
PR

tamaño y de la captación global, asimetría renal


RE

ligera y dilatación de grupos caliciales. El urinoma y el absceso perirrenal requieren tra -


 Tipo II: asimetría renal moderada o marcada, dis- tamiento quirúrgico. La hidronefrosis necesita obser-
SU

minución del tamaño renal e hipofijación en banda vación o nefrectomía y la hipertensión maligna, resta-
DA

de su polo inferior. blecimiento vascular o nefrectomía.


BI
I

Complicaciones:
Lesiones traumáticas
OH

 Tempranas: hemorrágicas, urinoma, absceso retro-


peritoneal y septicemia. del uréter
PR

 Tardías: hipertensión vasculorrenal, hidronefrosis,


fístula arteriovenosa, litiasis renal, pielonefritis y atro- Etiología:
fia renal.  Abiertas: son más frecuentes y se asocian a lesiones
de colon, recto y vejiga.
Tratamiento:  Cerradas: son menos frecuentes y se deben al
 Medidas de urgencia: tratamiento del shock y la he- aplastamiento de la vía excretora contra la colum-
morragia, así como descartar la invasión a otros ór- na vertebral, la duodécima costilla o la tercera apó-
ganos. fisis espinosa o por hiperextensión de la vía excretora.
 Medidas específicas:  Iatrogénicas.
 Lesiones GI-II: tratamiento conservador (reposo),  Endoscópicas (perforación del uréter).
signos vitales frecuentes, hidratación, antimicro-  Operatorias:
bianos (discutible), hemoglobina, hematócrito,  Primarias: ligadura total, sección, arrancamiento.
seriados y parcial de orina; ultrasonido, de acuer-  Secundarias: aplastamiento, acodadura, ligadura
do con la evolución; medición de la diuresis y re- parcial, fístulas por necrosis.
cogida de orina en frascos seriados. Genera lmen-  Terciarias: proximales (estenosis por necrosis par-
te estas lesiones mejoran; si no hay respuesta al cial) y alejadas (estenosis por englobamiento
tratamiento, se pueden convertir en quirúrgicas. conjunto).
Urgencias urológicas 73
Patogenia. El uréter se puede ligar o cortar, de tualmente se presentan en los pacientes politrauma-
manera inadvertida, durante una cirugía pélvica difícil, tizados.
lo que puede conllevar septicemia, daño renal grave, Epidemiología. Son más frecuentes en el hom-
extravasación urinaria, fístula ureterocutánea o bre que en la mujer, en una proporción de 3:1. En los
ureterovesical, fibrosis retroperitoneal o hidronefrosis. niños, la incidencia es mayor que en los adultos y se
Cuadro clínico. Se tendrán en cuenta los sínto- asocian a traumas renales. La causa más común son
mas y signos. los traumatismos abdominopelvianos cerrados (contu-
Síntomas: siones), entre estos sobresalen los traumas por acci-
 Dolor en el flanco afecto. dentes del tránsito; le siguen, en frecuencia, los acci-
 Fiebre elevada con escalofríos (si el uréter ha sido dentes laborales y por prácticas de deportes violentos.
ligado durante la cirugía). Aproximadamente 10 % corresponde a heridas pene-
 Náuseas y vómitos (asociados a íleo paralítico). trantes por armas de fuego y armas blancas. En 1,2 %
 Anuria posquirúrgica (si lesión bilateral), fístula cu- pueden ser de origen iatrogénico (cirugía ginecoobs-
tánea o ureterovaginal en los primeros 10 días del tétrica, de próstata y de vejiga).
posoperatorio. Etiopatogenia. La vejiga es un órgano muscu-
lar hueco, que se localiza en la pelvis anterior, salvo en
Signos:
el niño, que es abdominal; debido a su localización está
 Dolor intenso en flanco o difuso abdominal.
bien protegida por el esqueleto pelviano y almohadillada
 Náuseas y vómitos (si hidronefrosis aguda por uréter
por un rico tejido graso-conjuntivo laxo. Su base está

ÓN
ligado).
anclada al diafragma urogenital y fijada por los liga-

CI
 Signos y síntomas de peritonitis aguda, si extrava-
mentos pubovesicales; su cápsula es la parte más mó-
sación intraperitoneal.

UC
vil y débil.
 Salida de orina, por herida de arma blanca o de fue-
OD Patogenia. Cuando la pelvis se fractura, al sufrir
go, así como por la vagina.
traumas por contusión, los fragmentos óseos pueden
PR

Estudios de laboratorio: perforar la vejiga (ruptura extraperitoneal). Si la orina


RE

 Parcial de orina: hematuria microscópica. está infectada, pueden ocurrir abscesos pélvicos e in-
 Elevación de azoados, si lesión ureteral bilateral. flamación pelviana intensa. En caso de encontrarse la
SU

vejiga llena, cualquier golpe directo en la porción baja


del abdomen puede causar ruptura vesical (intraperi-
DA

Signos radiográficos:
 TUS: densidad aumentada en sitio de sección. toneal). Si no se establece el diagnóstico inmediato y la
BI

 UD: extravasación de líquido de contraste; hidrone- orina se encuentra estéril, no se observarán síntomas
I
OH

frosis por obstrucción parcial. en varios días. En caso de existir sepsis urinaria, lo
 Ultrasonografia: delimitará el hidrouréter o la extra- usual es la peritonitis y el abdomen agudo.
PR

vasación urinaria. Clasificación:


 TAC.  Abiertas: son aquellas en las que existe una vía o
 Ureteroscopia. vehículo de comunicación con el medio externo, lo
 Renograma isotópico. que presupone contaminación microbiológica:
 Heridas provocadas por proyectil, arma blanca o

Complicaciones: empalamiento.
 Estrechez ureteral.  Iatrogénicas: durante intervenciones quirúrgicas

 Pielonefritis. (colorrectal), ginecológicas, resecciones transure-


 Urinoma retroperitoneal. trales de vejiga.
 Cerradas: causadas por traumas abdominales direc-
tos o desaceleración brusca, que determinan un in-
Lesiones traumáticas cremento rápido e intenso de la presión abdominal,
de la vejiga la que se transmite al contenido vesical y provoca su
estallido.
Las lesiones traumáticas de la vejiga constituyen,
aproximadamente, 3 % de los traumas abdominales y El impacto puede causar rotura del anillo pélvico,
15 % cuando se asocian a fracturas pélvicas. Habi- con formación de espículas óseas que desgarran los
74 Urología

tejidos, entre estos la vejiga. La lesión ósea típica es la


fractura de las ramas del pubis ; en ocasiones existe la
simple disyunción de la sínfisis.
Clasificación anatomopatológica y sintoma-
tológica:
 Contusión vesical: hematoma intraparietal, por trau-
ma romo sobre el hipogastrio. Existe integridad de la
pared vesical y el síntoma predominante es la
hematuria ligera.
 Rotura extraperitoneal: es la más frecuente y se asocia
a fractura pélvica en 80 % de los casos. Las lesio-
nes se localizan en la parte anterior o anterolateral
de la vecindad del cuello vesical. La sangre u orina
vertida se acumula en el espacio prevesical; la orina
es escasa, con hematuria. El pase del catéter uretral
permite comprobar la hematuria. Al examen físico
Fig. 2.6. Trauma intravesical.
se palpa una tumoración suprapúbica dolorosa, em-
pastada, de tamaño variable (Fig. 2.5).
 Rotura intraperitoneal: se asocia a fracturas pélvicas.

ÓN
Se origina por la compresión vesical sobre su conte- La vejiga se llena con solución salina (300 mL);
nido, que al elevar la presión intraluminal rompe las

CI
si se extrae, hay que pensar en una ruptura extraperi-
paredes por la parte débil (cúpula). Cuando se inser- toneal y en caso contrario, intraperitoneal.

UC
ta el catéter, no hay orina en la vejiga; puede ocurrir Estudios imagenológicos:
peritonitis urinosa (Fig. 2.6). Los pacientes refieren  USG.
OD
dolor intenso en el hipogastrio.  Urograma descendente.
PR

 Rayos X de pelvis ósea.


Diagnóstico. Antecedentes de trauma en hipo-
RE

gastrio. La rotura vesical espontánea ocurre con muy poca


SU

Síntomas y signos: frecuencia. El primer caso fue descrito por Pierus, en


 Dolor en hipogastrio o mesogastrio.
1927. Mitchell, en 1971, al comunicar una rotura de
DA

 Hematuria.
divertículo vesical, encontró 200 casos al revisar la li-
BI

 Contractura abdominal.
teratura precedente. La mayoría ocurre en la cúpula
I

 Tacto rectal: limitará el hematoma pélvico .


OH

vesical, lo que se corresponde con el tipo intraperitoneal.


Su causa se atribuye a lesiones previas de la pa-
PR

red vesical o bien a cualquier afección obstructiva del


tracto urinario inferior, aunque a veces no existen cau-
sas aparentes (idiopáticas). Estas se dividen en:
 Lesiones inflamatorias de la pared vesical.
 Inflamación extravesical.
 Enfermedad maligna vesical.
 Obstrucción del cuello vesical (por crecimiento
prostático, litiasis, tumores uroteliales, de cuello y pro-
lapso del útero).
 Obstrucción ureteral (estenosis, litiasis y tumores).
 Drogas.
 Tensiones y forzamientos (defecación, trabajos y al-
coholismo).
 Idiopáticas.

Tratamiento. Su objetivo es controlar los sínto-


Fig. 2.5. Rotura extraperitoneal. mas, reparación del daño vesical y prevención de las
Urgencias urológicas 75
complicaciones; se practicará la cirugía, excepto en la la uretra membranosa y la rompe en su unión con la
contusión vesical; en los demás casos se procederá a: próstata. En la uretra anterior los traumas perineales
 Desviación adecuada de la orina (cistostomía supra- provocan un efecto de aplastamiento sobre los tejidos
púbica y sondaje uretral). uretrales. A menudo, el paciente ignora este trauma
 Drenaje del espacio perivesical. inicial y años después se manifiesta por estenosis
 Reparación de la pared vesical. uretral.
 Laparotomía exploradora. Cuadro clínico. El diagnóstico de lesión uretral
requiere un razonable índice de sospecha, cuando se
Complicaciones: producen fractura pélvica, cateterizaciones traumáticas
 Urinoma. y herida penetrante cerca del meato uretral. Los sínto-
 Peritonitis. mas incluyen hematuria, uretrorragia o retención uri-
 Incontinencia urinaria. naria. El examen físico puede revelar sangre en el
 Uropatía obstructiva bilateral (aguda y crónica). meato urinario o elevación de la próstata. La extravasa-
 Retención urinaria. ción a lo largo de los planos faciales del periné es otra
 Fístula urinaria a través de la herida quirúrgica o ha- indicación de trauma.
cia órganos genitales femeninos y el recto (en el hom - Estudios imagenológicos: la uretrografía
bre). retrógada es el estudio fundamental en su diagnóstico;
 Desplazamiento y deformidad vesical por retraccio- se realiza mediante la introducción de 20 a 30 mL de
nes y adherencias de los hematomas no bien contraste dentro de la uretra. La extravasación mos-

ÓN
drenados. trará el sitio de la lesión (Fig. 2.7).

CI
UC
Trauma uretral OD
Clasificación. Sobre la base del sitio anatómico
PR

del trauma se clasifica en 2 categorías:


RE

 Uretra posterior: comprende las uretras membranosa


y prostática.
SU

 Uretra anterior: incluye las uretras bulbar y peneana.


DA

Los traumas posteriores se relacionan frecuen-


BI

temente con la fractura de la pelvis (entre 5 y 10 %).


I

Los traumas anteriores se diagnostican menos por emer-


OH

gencia, lo que dificulta determinar su incidencia, sin


PR

embargo, muchos hombres con estrechez de uretra


bulbar refieren antecedentes de golpe perineal. Los
traumas penetrantes son menos comunes. Fig. 2.7. Trauma uretral.
Etiología. Puede ser abierto (penetrante) o ce-
rrado. En la uretra posterior, las lesiones cerradas se Tratamiento. Generalmente se presentan varias
relacionan casi siempre con desaceleración masiva,
lesiones (politraumatizados), por ello se requiere la
como se observa en accidentes de vehículos o caídas
coordinación con traumatólogos, cirujanos y orto-
de alguna distancia; a menudo la fractura ocurre en la
pédicos. Cuando ocurre una lesión de la uretra poste-
pelvis anterior. En la uretra anterior se relacionan con
golpes en el periné (uretra bulbar) y los de uretra rior, secundaria a fractura pélvica, se coloca un caté-
peneana ocurren en el sitio de la fractura peneana. ter suprapúbico para el drenaje vesical y se pospone la
Los traumas penetrantes incluyen las heridas por reparación definitiva, con la finalidad de evitar l a ma-
armas blancas; también ocurren por lesiones iatrogéni- nipulación uretral. Esta actitud permite que la re-
cas cuando se hace difícil la cateterización, con la con- paración se realice varias semanas después, bajo ci rugía
siguiente estenosis uretral. perfectamente controlada y resolución del hemato ma.
Fisiopatología. La uretra prostática está fijada El catéter suprapúbico puede ser controlado
al ápex, debido a los ligamentos puboprostáticos, por percutáneo (guiado por ultrasonido) o bien por cirugía
tanto, el desplazamiento de los huesos pélvicos tira de abierta. Otros cirujanos acostumbran a canalizar la
76 Urología

uretra y laparotomía exploradora en un tiempo quirúr- Cuadro clínico. Se presentan dolor agudo y
gico, lo cual ha mostrado buenos resultados. Las heri- chasquido, junto a la aparición inmediata de tumescencia
das penetrantes en la uretra anterior conllevan análisis peneana por el hematoma; uretrorragia; dificultad
del área; los tejidos desvitalizados se desbridarán cui- miccional o retención urinaria, si lesión uretral asocia-
dadosamente. da; dolor a la palpación en la zona de desgarro; desvia-
Los defectos de hasta 2 cm en la uretra bulbar y ción peneana hacia el lado contrario a la lesión, por el
de 1,5 en la peneana se pueden reparar primariamente hematoma local.
por anastomosis directa, sobre un catéter con sutura Diagnóstico. Se hará sobre la base de la clínica
absorbible fina. Los defectos mayores no se deben del paciente, el examen físico, la cavernosografía y la
reparar por emergencia. Durante este intervalo se prac- ecografía.
tica la derivación con catéter suprapúbico. Tratamiento:
 Médico-conservador: en contusiones pequeñas y
hematomas.
Lesiones traumáticas del pene  Quirúrgico: siempre que la albugínea peneana esté
rota, se drenará el hematoma y se suturará la bre-
Las lesiones traumáticas del pene se asocian a cha.
lesión uretral. Las más graves son las amputaciones
totales o parciales, secundarias, en su mayoría, a agre-
siones sexuales o accidentes laborales. Igualmente Lesiones traumáticas

ÓN
pueden ser provocadas por relaciones sexuales y del escroto

CI
angulaciones forzadas durante la erección.
Etiopatogenia:

UC
La mayoría de los desgarros múltiples se pueden
 Lesiones de los tegumentos: contusión simple, des- OD desbridar y cerrar por primera intención. Cuando se
garros, heridas y avulsiones parciales o totales.
produce una pérdida grave de la piel escrotal, como en
 Lesiones de los cuerpos cavernosos: rotura de la
PR
los traumatismos por arrancamiento, la reconstrucción
albugínea.
depende, necesariamente, del empleo de las áreas res-
RE

 Lesiones del cuerpo esponjoso.


tantes de piel viable.
SU

Con frecuencia se ignora o subestima el elevado


Clasificación:
poder de regeneración del escroto. Muchas veces es
DA

 Abiertas: por acción directa de un instrumento cor-


factible la reparación primaria, aunque puede ser ne-
BI

tante.
cesario el cierre del defecto bajo tensión. Si los tes-
 Cerradas: durante la erección, por el choque contra
I

tículos se han respetado y quedan descubiertos en su


OH

el periné o el arco púbico en el coito o bien por ma-


totalidad, se pueden colocar momentáneamente en
niobras violentas en la masturbación.
PR

bolsillos desarrollados en el muslo o la ingle; luego la


Por escala (Tabla 2.1). Cuando existen múlti ples herida se cubrirá con un injerto cutáneo de medio gro-
daños, el grado final se incrementa desde II hasta III. sor. En un segundo tiempo se construye el nuevo es-
croto a partir de esta piel, junto con otros colgajos
Tabla 2.1. Clasificación por escala obtenidos de la cara interna del muslo.
Cuando se produce la pérdida completa de los
Daño Extensión Grado testículos y del escroto, el defecto se puede cerrar
habitualmente de manera irregular, utilizando el tejido
Cutáneo Laceración o contusión I
que queda con los bordes de la herida y los colgajos.
Avulsión cutánea III
Cuerpos cavernosos Laceración de la fascia de Buck, La inflamación traumática o la perforación instrumen-
sin pérdida de tejido II tal del pene o de la uretra bulbar implican, por lo gene-
Defecto menor de 2 cm III ral, la rotura de la fascia peneana (de Buck), de mane-
Defecto mayor o igual a 2 cm IV
ra que la orina extravasada penetra inmediatamente
Uretral Laceración del meato uretral III
Defecto menor de 2 cm III en el compartimiento perineal superficial del escroto;
Defecto mayor o igual a 2 cm IV aquel está unido a la fascia de Colles, continuación de
Glande Laceración III la superficial del abdomen que se extiende sobre el
Penectomía Parcial IV pene y el escroto.
Urgencias urológicas 77
La de Colles está firmemente adherida a las ra- Clasificación. En la tabla 2.2 se describen los
mas púbica e isquiática, lo que evita que se extiendan a tipos de lesión, extensión y grado.
los muslos; se aproximan estrechamente al borde pos-
terior del diafragma urogenital, limitando la exten- Tabla 2.2. Tipos de lesión, extensión y grado
sión hacia atrás. Sin embargo, continúa con la fascia
Lesión Extensión Grado
de Escarpa del abdomen, lo que permite que la
extravasación se amplíe hasta arriba (sobre el pu- Contusión o hematoma I
bis), donde la resistencia es menor. La derivación Laceración de la túnica
urinaria mediante cistostomía suprapúbica es el pri- albugínea Subclínica II
Menor que 50 % pérdida
mer paso; luego se realiza el desbridamiento de todo parénquima III
el tejido necrótico y se establecen drenajes en las Mayor o igual que 50 %
áreas de extravasación. pérdida tejido IV
Avulsión V
Destrucción total V

Lesiones traumáticas
Cuando la piel no está lesionada, las heridas con
de los testículos aplastamiento o el estallido grave de los testículos pue-
den provocar hemorragia en el tejido subcutáneo laxo
En los testículos, los traumatismos se observan, del escroto y la túnica vaginal, con formación de un
por lo general, cuando se lesiona el escroto por heridas

ÓN
hematocele.
penetrantes, de esta manera, puede quedar destruida Rotura del testículo. Se realiza una incisión

CI
gran parte del órgano en uno o ambos lados. escrotal, que se profundiza hasta la túnica vaginalis;

UC
Los traumatismos pueden ocurrir por contusión los coágulos de sangre se retiran y se ligan los puntos
simple o rotura completa. La primera se trata con me-
OD sangrantes. Se debe salvar, en lo posible, todo el tejido
didas expectativas de reposo en cama y apoyo escrotal, testicular viable. También se ha practicado la reimplan-
PR

mientras que la rotura exige corrección quirúrgica in- tación después de accidentes y autotrasplantes me-
diante la aplicación de técnicas microvasculares.
RE

mediata.
SU
DA
BI
I
OH

René Salas Cabrera y Carlos de la Paz Estrada


PR

Las urgencias urológicas no traumáticas afectan  Escroto-testículo-periné:


el aparato genitourinario y requieren diagnóstico y tra- Torsión testicular.
tamiento inmediatos. Topográficamente se dividen en: Orquiepididimitis aguda.
 Gangrena de Fournier.
 Renoureterales:
 Cirsocele sangrante.
 Cólico nefrítico.
 Pene:
 Absceso perinefrítico.
 Fimosis-parafimosis.
 Embolia de la arterial renal.
 Priapismo.
 Trombosis de la vena renal.
 Uretritis aguda.
 Vejiga:  Balanopostitis.
 Retención aguda de orina.  Otras urgencias:
 Cistitis aguda.  Hematuria.
 Ruptura o perforación vesical espontánea.  Anuria (obstructiva).
78 Urología

Cólico nefrítico evolución, habitualmente paroxístico, agitante, de in-


tensidad creciente y carácter intermitente; comienza
El cólico nefrítico es una urgencia urológica fre- en la fosa lumbar o flanco correspondiente y se irradia
cuente y constituye una de las formas más angustiantes a la región inguinal homolateral: en el hombre, a los
de dolor en el ser humano; es causado por una obs- testículos, y en la mujer a los labios mayores.
trucción ureteral aguda, parcial o completa, que provo- Cuadro clínico. Casi siempre el paciente se irri-
ca distensión aguda del sistema colector. ta con el movimiento, de manera que rara vez encuen-
Durante la noche o en las primeras horas de la tra una posición cómoda; puede sentarse, ponerse de
mañana ocurre un episodio típico, de comienzo abrup- pie, caminar, reclinarse y moverse continuamente, en
to, que afecta por lo general al paciente mientras des- un intento de alejar la causa de las molestias; la fiebre
cansa o cuando se encuentra en posición sedentaria, no es muy común, a menos que exista infección.
aunque a veces se desencadena tras esfuerzos, ingesta El pulso puede estar acelerado por el dolor y la
alcohólica o comida copiosa. agitación, y la presión arterial, elevada. En general el
Como consecuencia de la obstrucción (Fig. 2.8) examen del abdomen revela hipersensibilidad a la pal-
se origina una ectasia urinaria en el territorio, por enci- pación profunda y más exquisita a la palpación y per-
ma del obstáculo, que provoca el aumento de la pre- cusión con el puño en el flanco afecto.
sión intraureteral y, sobre todo, intrapiélica, aunque se Otras manifestaciones:
han involucrado otros mecanismos (espasmo e hiper-  Hematuria: es un hallazgo que permite corroborar
peristalsis ureterales). el diagnóstico, aunque está ausente entre 9 y 33 %

ÓN
de los casos.

CI
 Leucocitos.
 Fiebre, en ocasiones (Fig. 2.11), lo que sugiere in-

UC
OD fección agregada.
 Náuseas y vómitos.
PR

Radiografía simple de abdomen. Permite visua-


RE

lizar los cálculos a partir de 2 mm (si son de calcio) y


de 3 a 4 mm si son de densidad más baja (estruvita o
SU

Fig. 2.8. Submucosa y lámina propia de la cápsula renal.


cistina).
DA

Este aumento de la presión intracavitaria provo- No detecta:


 Cálculos radiotransparentes (ácido úrico puro).
BI

ca la distensión del músculo liso pieloureteral y de la


 Litiasis menores de 2 mm o microlitiasis (arenilla).
I

cápsula renal, que estimula los receptores de tensión


OH

existentes en estas estructuras, las cuales, por vía sim-  Causa obstructiva cuando no es litiásica (hasta 10 %).
pática, son transmitidas al sistema nervioso central, lo
PR

que conduce al aumento de la síntesis y liberación de Urograma descendente. Permite visualizar la re-
prostaglandinas por el riñón (Fig. 2.9), que provocan: percusión sobre el TUS. Se debe realizar fuera del
 Aumento del flujo sanguíneo renal y de la presión periodo doloroso (Figs. 2.12 y 2.13).
ureteral. Otros exámenes:
 Disminución del flujo sanguíneo renal y aumento con-  Ecografía abdominal.
tinuo de la presión ureteral.  ETC helicoidal (sin contraste).
 Disminución del flujo sanguíneo renal y de la presión
ureteral. Diagnóstico diferencial:
 Aumento de la presión y del dolor, por un mecanis-  Renales: pielonefritis aguda y embolia-infarto renal.
mo doble: reducción de las resistencias vasculares y  Genitales: torsiones del cordón espermático y del
supresión del efecto de la hormona antidiurética. ovario, embarazo extrauterino y salpingitis.
 Obstrucción ureteral aguda por litiasis: 90 % (Fig. 2.10).  Digestivas: apendicitis aguda, oclusión intestinal,
 Alteraciones no litiásicas de las vías urinarias (de 5 a diverticulitis y pancreatitis aguda.
10 %).  Vasculares: disección o rotura de aneurisma de aor-
ta abdominal.
Diagnóstico. El síntoma fundamental es el do-  Neurológicas: lumbociatalgia, neuralgia lumboabdo-
lor, que puede ser muy diverso en su intensidad y minal o iliolumbar, tabes.
Urgencias urológicas 79

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI

Fig. 2.9. Interconexión plexo renal, celiaco y mesentérico. Interconexión de la inervación de N ilioinguinal, iliohipogástrico y
I

genitofemoral.
OH
PR

Fig. 2.11. Indicaciones de análisis sanguíneos.

 Establecer un buen control del dolor.


Fig. 2.10. Obstrucción ureteral aguda por litiasis.
 Conservar la función renal, suprimiendo o aliviando
los efectos de la obstrucción ureteral.
Tratamiento. Dos tercios de los pacientes ex-
pulsan el cálculo en las primeras 4 semanas, por lo que Se indican, además:
se considera que el tratamiento conservador es la pri-  Diuréticos y líquidos abundantes: teóricamente se
mera línea. Entre sus objetivos se encuentran: plantea que aumentan la presión hidrostática de las
80 Urología

vías excretoras. Estudios de metaanálisis no han po-  Hipnóticos.


dido establecer una evidencia científica en este tema;  Desmopresina: efecto antidiurético.
se añaden el riesgo potencial de rotura de la vía y el  Durante el embarazo:
fracaso renal. Opiáceos = paracetamol.
 Calor local: se ha demostrado su utilidad en los dolo-  Evitar AINES.

res de origen cardiaco y menstrual. Distorsiona los  Otros:


estímulos de los nociceptores periféricos y su proce-  Infiltración y bloqueo paravertebral.

samiento en la médula dorsal, además de reducir la  Litotricia extracorpórea por ondas de choque

actividad simpática provocada por el dolor. (LEOC).

Farmacológico:
 Anticolinérgicos: butilbromuro de hioscina (Buscapina).
 ¿Antimuscarínico = AINES - opioides? Absceso perinefrítico
 Antimuscarínico + AINES + opioide: no beneficio.
 Opiáceos: no actúan sobre el origen fisiopatológico El absceso perinefrítico es una de las complica-
del dolor. ciones más graves de la pielonefritis no tratada co-
 Opioides: se indican como tratamiento complementario rrectamente, por lo general asociada a litiasis renal,
de los AINES o ante la contraindicación de estos. que evoluciona a hidronefrosis, se infecta y se con-
 AINES: actúan directamente sobre la causa princi- vierte en pionefrosis, con pérdida de su parénquima

ÓN
pal del dolor. Disminuyen el FSR, la producción de funcionante.
Provoca dolor intenso en la región lumbar del lado

CI
orina y la PU. Cuando se requiera un bolo único de
analgesia en la fase aguda, un AINE sería el fárma- afecto, con signos flogísticos, fiebre y toma del estado

UC
co de elección, en lugar de un opiáceo (Fig. 2.14). general. El ultrasonido es muy importante, se observa
 Dipirona: analgesia efectiva para el tratamiento del
OD la dilatación calicial ecodensa, por el pus a ese nivel.
cólico renal agudo, en dosis única o como tratamien- Tratamiento:
PR

to complementario de AINES y opiáceos.  Drenaje del absceso por vía lumbar: dejar la sonda
 Paracetamol. de drenaje (nefrostomía).
RE

 Desmopresina intranasal.  Antibióticos de amplio espectro, hasta que las condi-


SU

 Inhibidores COX-2. ciones del paciente lo permitan, en ocasiones duran-


 Antieméticos. te varios meses, para realizar la nefrectomía total.
DA
BI
I
OH
PR

A B

Fig. 2.12. A y B. Urograma descendente: litiasis ureteral derecha.


Urgencias urológicas 81

ÓN
CI
A

UC
B
Fig. 2.13. A y B. Litiasis vesical (TUS) y en pelvis renal izquierda.
OD
Trombosis de la vena renal
PR
RE

La trombosis de la vena renal es secundaria a


SU

infecciones renales o perirrenales, trombosis de la vena


cava o por metástasis maligna; se presenta con dolor
DA

fuerte en el flanco y fiebre.


BI

En el examen físico se puede encontrar una gran


I

masa dolorosa en el flanco. En el estudio de la orina


OH

pueden aparecer hematuria y leucocitos. La urografía


Fig. 2.14. Analgésicos contra balanza riesgo-beneficio.
PR

intravenosa muestra aumento de volumen de la som-


bra renal y poca concentración y eliminación; la
arteriografía no es específica, pero la venografía renal
Embolia de la arteria renal confirma el diagnóstico. La heparinización sistémica,
correcta hidratación y administración de antibióticos,
Los émbolos, generalmente, provienen de la au- pueden ayudar a la destrucción del trombo y la recu-
rícula derecha y son causados por fibrilación auri cular. peración renal.
Cuadro clínico:
 Dolor fuerte en un flanco, con irradiación muy simi-
lar al cólico nefrítico. Retención aguda de orina
 Hematuria (ocasionalmente).
La retención aguda de orina se caracteriza por la
Diagnóstico. La mayoría de las veces es muy imposibilidad de vaciar voluntariamente la vejiga llena.
difícil y se confirma mediante arteriografía. Se presenta de manera brusca por obstrucción com-
Tratamiento: pleta al nivel del aparato urinario inferior. El enfermo
 Heparinización sistémica. siente deseos imperiosos de orinar, que son espasmódi-
 Estreptoquinasa intraarterial. cos y coinciden con las contracciones vesicales su-
 Embolectomía. cesivas.
82 Urología

Cuadro clínico: Ruptura o perforación


 Dolor en el hipogastrio.
 Sensación de plenitud en el periné.
espontánea de la vejiga
 Ansiedad.
La ruptura o perforación espontánea de la vejiga
 Sudación fría.
no es una afección frecuente. Por lo general, se trata
de una vejiga previamente enferma, donde la disten-
Se caracteriza por una tumoración redondeada,
sión y el gran esfuerzo acompañan el antecedente. La
lisa, renitente y muy dolorosa a la palpación (globo
ruptura asienta en las partes superior y posterior de la
vesical).
calota, por ser este el punto más débil, además de la
Etiología:
separación, a este nivel, de los haces musculares del
 Prevesical: lesiones medulares, concomitantes a ac-
músculo detrusor, y como aquí la serosa peritoneal es
tos quirúrgicos, principalmente de abdomen, ya sea
adherente, generalmente, entraña el desgarro de tipo
por lesión nerviosa o fármacos anestésicos.
intraperitoneal y puede llegar a una peritonitis genera-
 Endovesical: obstrucción del cuello vesical, tumores,
lizada o reacción peritoneal local, que se comporta como
coágulos grandes y litiasis.
un síndrome peritoneal muy grave, por la peritonitis
 Perivesical: tumores vecinos que levantan el suelo
química (urinosa) que provoca.
vesical y lo infiltran, o dificultan el movimiento de
El pronóstico depende del diagnóstico y las medi-
apertura del cuello vesical y desplazan la uretra pos-
das terapéuticas urgentes, lavado amplio de la cavidad
terior.

ÓN
peritoneal, corrección de la comunicación y un drenaje
 Uretral: afecciones que disminuyen el calibre uretral

CI
apropiado de la vejiga, además de antibióticos.
y pueden cerrarla completamente; esclerosis del cue-

UC
llo vesical, válvulas uretrales, hiperplasia prostática
benigna, cáncer de próstata, estenosis uretral, cálcu-
OD Escroto-testículo y periné
los enclavados, etcétera.
PR

Torsión testicular
Tratamiento. Su objetivo es eliminar la causa,
RE

pero el tratamiento paliativo o alternativo, mientras lle- La torsión testicular es un proceso agudo en el
SU

ga dicha intervención, es el cateterismo vesical, ya sea que se produce isquemia del testículo, por obliteración
mediante sondaje vesical o punción suprapúbica (con- de los vasos del cordón, al girar sobre su eje, por efec to
DA

sultar capítulo 1, tema de instrumentación). de una contracción violenta del cremáster. De acuer-
BI

do con la edad de presentación, se observa general-


I
OH

mente de forma bifásica, es decir, con 2 picos: uno en


Cistitis aguda los recién nacidos, hasta los primeros años de edad, y
PR

el otro en la adolescencia, entre los 13 y 15 años. Así


La cistitis aguda es un proceso inflamatorio de la
mismo, se han descrito torsiones intraútero. Puede ser
vejiga, de causa infecciosa o irritativa. Se presenta con
intravaginal o extravaginal (más frecuente) (Fig. 2.15).
mayor frecuencia en las mujeres en etapa sexual a ctiva.
Cuadro clínico:
 Ardor miccional intenso.
 Polaquiuria frecuente y micción imperiosa.
 Tenesmo vesical, que en ocasiones llega a la estran-
guria.

Tratamiento:
 Aumento de la diuresis.
 Antibióticos, si existe infección urinaria.
 Analgésicos.
 Medidas generales higienicodietéticas. Fig. 2.15. A. Torsión extravaginal. B. Torsión intravaginal.
Urgencias urológicas 83
Su incidencia es mayor en el lado izquierdo por- testículo contralateral sano, que apoya la teoría de
que, anatómicamente, el cordón es más largo. La afección bilateral.
bilateralidad del proceso no es frecuente, aunque se  Signo de Gouvernur: consiste en la ascensión y pro-
han descrito casos. Entre los factores que lo favore- yección hacia delante del bloque dídimo-epididimario
cen se destacan: afecto.
 Cavidad vaginal amplia.  Signo de Ger: tiene valor en las primeras horas, an-
 Cordón espermático demasiado largo. tes de la aparición del edema de la pared escrotal.
 Gobernaculum testi muy largo o inexistente. Consiste en una depresión u hoyuelo en la piel
 Mesocremáster muy desarrollado y poderoso en sus escrotal del lado afecto.
contracciones.  Signo de Prehn: la elevación manual del hemiescroto
 Pedículo vascular en el polo superior del testículo. y el testículo afecto origina un aumento del dolor
 Testículos crípticos y/o ectópicos. testicular. Es muy útil para poder diferenciar este
proceso de una orquiepididimitis, en la cual ocurre
El sentido o giro en el que se desarrolla la torsión lo contrario.
es diferente en cada lado. Por lo general, como el
músculo cremáster se inserta oblicuamente sobre el Diagnóstico. Se tendrán en cuenta los antece-
cordón, su contracción hace que el testículo izquierdo dentes infecciosos y urológicos (ausentes), así como el
gire en dirección antihorario, mientras que el derecho cuadro clínico descrito anteriormente; por lo general,
lo hace en dirección horaria, esto es teniendo en cuen- en los complementarios se encuentran leucocitosis y

ÓN
ta que el médico observe al enfermo desde los pies de orina normal. Hoy día se describen técnicas de diag-

CI
la cama. nóstico por imágenes que ayudan a completar el juicio

UC
Cuadro clínico. El dolor es el síntoma inicial y clínico; sus resultados serán fiables según la fase evo-
de mayor importancia. Por lo general es agudo, se ini-
OD lutiva en que se encuentre este tipo de afección.
cia al nivel abdominal o inguinal, para fijarse rápida- Estudios imagenológicos:
mente en el testículo. Muchas veces ocurre durante el  Ultrasonidos de partes blandas: el eco-Doppler a color
PR

sueño y el paciente se despierta por esta causa. permite visualizar de manera simultánea las estruc-
RE

Se puede acompañar de irritabilidad, vómitos, turas vasculares en movimiento con los colores rojo
náuseas, fiebre y sudación. No existen antecedentes y azul, además de la anatomía dídimo-epididimal.
SU

infecciosos neurológicos. Si la torsión es reciente, se  Gammagrafía: es muy sensible y específica para la


DA

puede apreciar el testículo ascendido y horizontalizado identificación precoz de la torsión.


 Resonancia magnética: brinda imágenes de alta re-
BI

en la bolsa, retraído hacia el pubis. A la palpación se


I

comprueban aumento regular de tamaño y tumefac- solución en el estudio de la afección escrotal aguda.
OH

ción supratesticular, que corresponde al anillo de tor-


sión, irregular y muy doloroso al tacto; por encima el Diagnóstico diferencial. Se deben descartar
PR

cordón está normal, con el deferente intacto. todas aquellas afecciones que provocan dolor testicular
Si transcurren unas pocas horas, se produce un agudo: orquiepididimitis, hernia inguinoescrotal atasca-
derrame intravaginal y los contornos testiculares apa- da y trauma testicular (hematocele).
recen borrados. Se mantiene un dolor selectivo en la Tratamiento. Independientemente de todos los
zona superior indurada y puede haber febrícula. Si se métodos diagnósticos que existen en la actualidad, hay
deja evolucionar y la observación es más tardía, apa- que tener presente que: “ante la duda, abrir y ver”.
rece el seudoflemón, con típico aspecto inflamatorio, Siempre debe ser precoz, ya que es la única forma de
pero sin signos generales. salvar el testículo y su funciones endo y exocrina.
En los días sucesivos este cuadro se va acen- Existen 3 modalidades:
tuando y, al mes, la tumefacción va disminuyendo de 1. Detorsión manual: se acepta como maniobra
manera progresiva; a los 3 meses, aproximadamente, temporal, previa a la cirugía definitiva. Se debe
se puede apreciar atrofia definitiva. En la literatura se recordar que el testículo derecho rota en sentido
describen signos, cuya importancia diagnóstica es va- horario y el izquierdo, en sentido antihorario. Esta
riable y depende del momento evolutivo en que se ex- maniobra se facilita con infiltración anestésica en
plore al paciente: el cordón espermático (Fig. 2.16).
 Signo de Angell: se explora al paciente de pie y, en 2. Detorsión quirúrgica y orquidopexia: una vez ex-
los casos de torsión, existe una horizontalización del puesto el testículo y destorsionado el cordón, por
84 Urología

vía inguinoescrotal, se aprecia progresivamente un Se puede presentar después de un golpe a este


retorno a la coloración normal; se recupera el lati- nivel o por un intenso esfuerzo físico, como el levanta-
do arterial y se comprueba la salida de sangre roja, miento de objetos pesados; se han descrito casos lue-
al incindir la albugínea para tomar biopsia del go de una excitación sexual considerable y anteceden-
parénquima y poder seguir la evolución; se debe tes de instrumentaciones urológicas (transuretrales).
fijar el escroto. Los gérmenes llegan por 3 vías:
La mayoría de los autores coincide en que se debe 1. Hemática.
hacer simultáneamente en ambos testículos, por 2. Linfática (menos frecuente).
la posible bilateralidad de la anomalía anatómica 3. Deferencial o canalicular (más frecuente).
que predispone a una torsión del contralateral.
3. Orquiectomía: es aconsejable, siempre y cuando Por lo general, su inicio es súbito, con dolor local
el epidídimo lesionado, después de ser distorsiona- que irradia a la región inguinal; fiebre y en ocasiones
do y esperar un tiempo prudencial (20 min), no
vómitos y alteración del estado general.
recupera su color y turgencia normal, a pesar de
Las bolsas se observan inflamadas, dolorosas, de
la aplicación continua de suero caliente y la infil-
color azul rojizo; pueden tener un aspecto brillante y,
tración del pedículo con sustancias que mejoren la
quizás, encierren contenido líq uido (hidrocele). El do-
circulación.
lor, por lo general, se alivia al elevar el testículo (signo
de Prehn), a diferencia de la torsión, donde sucede lo
Orquiepididimitis aguda

ÓN
contrario. La evolución, habitualmente, es hacia la re-
solución, pero en ocasiones se complica (el proceso se

CI
La orquiepididimitis aguda se caracteriza por la absceda) y puede haber amenaza de la espermato-

UC
inflamación del teste, del epidídimo o de su conjunto; génesis, si el proceso es bilateral.
puede ser unilateral o bilateral. OD Tratamiento:
Etiología:  Médico: medidas generales que incluyen reposo en
PR

 Traumática. cama, elevación del testículo y aplicación de bolsa


RE

 Infecciosa: de hielo, que proporciona un gran alivio al paciente.


 Específicas: sífilis y blenorragia. Se puede infiltrar el cordón espermático con lidocaína
SU

 Inespecíficas: bacterianas (colibacilos, estreptoco- al 2 %, inmediatamente arriba del testículo. Antiinfla-


cos, estafilococos) o virales (parotiditis). matorios y antibióticos de amplio espectro.
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 2.16. Detorsión testicular manual. A. En


la porción superior, los testículos torcidos
en sentido antihorario. En la porción infe-
rior, detorsión testicular en sentido
antihorario (el derecho) y horario (el izquier-
A C do). B. Escroto elevado. C. Escroto normal.
Urgencias urológicas 85
 Quirúrgico: en algunos casos, los abscesos se pue- Tratamiento. Se realiza compresión digital so-
den abrir espontáneamente a través del escroto o bre la várice escrotal rota, aproximadamente durante
pueden requerir drenaje quirúrgico. En otros casos 5 min, y en algunos casos es necesario utilizar algún
(por suerte en los menos), la destrucción es tal que punto hemostático. Si el sangrado ocurre en varias par-
se necesita realizar orquiectomía. tes del escroto, será necesari o realizar una plastia.

Gangrena de Fournier Fimosis (complicada)


La gangrena de Fournier es una fascitis necroti-
La fimosis ocurre por un estrechamiento del ori-
zante que afecta la piel de los genitales y del periné.
ficio prepucial, que no permite la retracción del prepu-
Generalmente se trata de una infección complicada de
cio por detrás del glande (Fig. 2.17).
la uretra, aunque puede asentar en el colon, recto o
ano, o en la piel de los genitales.
Se origina por la asociación de gérmenes muy
virulentos, los cuales, al unirse, aumentan su agresivi-
dad y provocan endarteritis obliterante, trombosis
vascular, hipoxia local y destrucción tisular, que se ex-
tiende con rapidez por los planos faciales, de ahí su
calificativo de “gérmenes comedores de carne”.

ÓN
Se asocia, por lo general, a otros factores de ries-

CI
go: diabetes, inmunodepresión, malnutrición, abscesos

UC
periuretrales, rectales o pararrectales, así como a in-
tervenciones recientes en el área genitoinguinal. Co-
OD
mienza con edema y eritema, que progresa con crepi-
PR
tación al tacto, necrosis de la piel y olor muy fétido,
acompañado de toma del estado general.
RE

Tratamiento. Se debe hacer un buen drenaje de


Fig. 2.17. Fimosis complicada.
SU

todas las zonas infectadas y la extirpación de las áreas


gangrenadas; muchas veces requiere una derivación
DA

urinaria (cistostomía) abierta o por punción; adminis- Fimosis puntiforme. Su orificio es tan estrecho,
BI

tración de antibióticos de amplio espectro y curas dia- que apenas permite la higiene a este nivel; en ocasio nes,
I

rias, las cuales, en ocasiones, se realizan en el quirófano. esta parte terminal del prepucio se puede comportar
OH

Hoy día se aplica oxígeno hiperbárico. Finalmen- como una microvejiga; debido al cúmulo de secreciones,
PR

te requiere la fase reconstructiva de todo el tejido per- no tarda en aparecer la infección (balanopostitis), que
dido. A pesar de los avances actuales, esta entidad se empeora la situación anterior y llega a provocar, inclu-
considera grave y, por tanto, una verdadera urgencia so, retención aguda de orina.
urológica. Por lo general, cuando se presenta fimosis ad-
quirida es conveniente realizar una glicemia, pues
muchas veces esta afección es el primer indicio que
Cirsocele sangrante
permite diagnosticar una diabetes mellitus, desconoci-
Se presenta cuando existen várices al nivel de los da por el paciente.
escrotos; en algunos casos se puede asociar al vari- En muchos casos habrá que descartar que la
cocele y en otros acompaña las várices de miembros fimosis oculte una neoplasia.
inferiores. Estas pequeñas venas se rompen al roce Si el paciente presenta síntomas de complicación
con el pantalón o calzoncillo, lo que hace que el pa- (sepsis), se deben mejorar las condiciones locales del
ciente acuda al cuerpo de guardia con cierto grado de proceso y realizar posteriormente una circuncisión, que
desesperación. consiste en cortar el prepucio mediante la anastomosis
El interrogatorio es importante; se buscarán an- de la mucosa, por debajo del surco balanoprepucial a
tecedentes de hipertensión arterial y traumatismo a ese la piel del pene, para dejar el glande permanentemente
nivel. descubierto.
86 Urología

Parafimosis
La parafimosis es un accidente agudo que ocurre
por la retracción forzada de un prepucio redundante
estenótico, por detrás del glande. Este estrangulamiento
produce rápidamente estasis venosa y linfática, con
edema del glande, que dificulta devolver el prepucio a
su posición primitiva; si no se atiende a tiempo, se pue-
de desarrollar una gangrena a este nivel.
Si la lesión es reciente, se puede intentar una re-
ducción manual (sin anestesia): el glande se exprime
durante 10 a 15 min para reducir el tamaño; luego se
empuja en dirección proximal, mientras que el prepu-
cio se inmoviliza distalmente. También se pueden ha-
cer punciones con aguja fina en el edema prepucial
atascado para reducir el rodete estrangulante (técnica
de Dundee).
Si la lesión es antigua (varios días de evolución),
o luego de una fallida reducción manual, el tratamiento

ÓN
será quirúrgico: se corta el anillo de estrangulación (in- Fig. 2.18. Priapismo.

CI
cisión dorsal) para resolver la urgencia y se realiza
posteriormente una circuncisión, cuand o las condicio-

UC
Tabla 2.3. Fisiopatología del priapismo
nes locales lo permitan. OD No isquémico Isquémico
PR

Priapismo pH > 7,25 < 7,25


RE

PO 2 > 30 < 30
Esta afección debe su origen a Príapo, dios de la PCO 2 < 60 > 60
SU

abundancia, la fertilidad y la sexualidad, hijo de Afrodita,


la diosa de la sexualidad. Se caracteriza por una erec-
DA

ción mantenida y dolorosa, que ocurre independiente- 2. De bajo flujo, isquémico o de estasis: la erección
BI

mente de la estimulación sexual y se prolonga entre 4 y se prolonga como consecuencia de una obstruc-
I
OH

6 h. Ocurre por un desequilibrio entre el flujo arterial y ción mecánica o funcional del flujo venoso y se
el drenaje venoso peneano (Fig. 2.18). produce estasis sanguíneo, con el consiguiente au-
PR

Fisiopatología. Se describen 2 tipos (Tabla 2.3): mento de la PCO 2, acidosis e hiperviscosidad de


1. De alto flujo o no isquémico : se produce por un la sangre en el cuerpo cavernoso.
flujo arterial aumentado, de manera persistente, Primeramente se produce un edema del tejido
debido a trastornos neuroarteriales, incluso, el flu- trabecular y más tarde un infiltrado leucocitario;
jo venoso es superior al normal, pero no lo sufi- entre las 12 y 24 h comienza un daño celular de
ciente para equilibrar el incremento del flujo las fibras musculares lisas y endoteliales; a partir
arterial. de las 48 h se forman coágulos en los espacios
Por suerte, las lesiones son menos severas y preci- cavernosos, desaparición del endotelio, infiltración
san mucho más tiempo para instaurarse; pueden inflamatoria masiva, necrosis del músculo liso, va-
ser reversibles, incluso con varios días de evolu- sos y nervios, organización de los trombos y
ción, por lo que tiene mejor pronóstico en la conser- fibrosos de las trabéculas; se produce la detumes-
vación posterior de la erección. cencia, pero las lesiones son irreversibles. La ex-
Clínicamente el dolor es menos intenso y a la ex- ploración física se caracteriza por una dureza ex-
ploración, la consistencia del pene es más elástica. traordinaria y dolor peneano.
Si se hace una gasometría de la sangre obtenida La gasometría en la sangre de la punción muestra
por punción del cuerpo cavernoso, se observará que hipoxia y acumulación de productos metabólicos
se trata de sangre arterial. ácidos.
Urgencias urológicas 87
Etiología: de, resecando una pastilla de albugínea. También se
 Idiopático: es más frecuente y afecta, por lo gene- puede realizar pinchando a través del glande, con
ral, a los hombres sexualmente activos. u n a trup cut de biopsia (Fig. 2.19).
a g u j a

 Secundario: es más frecuente en niños y ancianos.  Shunt cavernoesponjoso (El-Ghorab): comunicación


 Alteraciones hematológicas: anemia de células entre los cuerpos esponjoso y cavernoso al nivel
falciformes, leucemia, trombocitopenia y talasemia perineal (Fig. 2.20).
(por cúmulo de células anómalas).  Shunt safenocavernoso (Grayhack): comunicación
 Disfunciones neurológicas: esclerosis múltiple, her- con la safena.
nia discal y traumatismos cerebrales (por estimu-
lación del centro de la erección). Estas técnicas se realizarán en ese orden; solo
 Medicamentos y drogas: psicofármacos, alcohol, se aplicará la segunda, si fracasara la primera. En la
marihuana e inyecciones intracavernosas (papa- figura 2.21 se muestra el algoritmo para su tratamie nto.
verina).
 Causas locales: traumatismos y neoplasias que en
su propagación dificultan el retorno venoso.
 Enfermedades infecciosas: hidrofobia, parotiditis y
rickettsiosis.
 Trastornos metabólicos: enfermedad de Fabry (esfin-
golipoidosis), amiloidosis y diabetes juvenil.
 Inyecciones intracavernosas de drogas vasoactivas,

ÓN
prostaglandina E l, papaverina.

CI
UC
Diagnóstico:
 Historia clínica detallada, con énfasis en la duración
OD
del episodio, antecedentes previos de enfermeda des
asociadas, tratando de descubrir la posible causa.
PR

 Estudios eco-Doppler.
RE

 Gasometría de la sangre de la punción.


SU

Tratamiento. En algunos casos se resuelve es-


DA

pontáneamente, pero la orientación terapéutica se debe


hacer con carácter urgente. En primer lugar se deben
BI

Fig. 2.19. A y B. Técnica de Winter. Comunicación de cuer-


tratar las causas; en caso idiopático o que no exista
I

pos cavernosos y esponjoso.


OH

respuesta al tratamiento etiológico, se debe hacer so-


bre la base del diagnóstico fisiopatológico.
PR

Médico:
 Ejercicios: se sugiere la realización de carreras, con
el objetivo de estimular las catecolaminas.
 Sedantes.
 Drogas agonistas alfa-adrenérgicas: adrenalina, no-
radrenalina, efedrina, fenilefedrina y dopamina.
 Punción, aspiración y lavado de los cuerpos caver-
nosos (punción lateral o transbalánica, seguida de
aspiración y lavado de los cuerpos cavernosos, con
el objetivo de descomprimirlos).
 Bloqueo neurológico con raquianestesia.

Quirúrgico (técnicas de shunt). Se indica cuan-


do el priapismo se atiende tardíamente, o cuando han
fracasado todos los intentos para conseguir una detu-
mescencia con tratamiento médico:
 Shunt cavernobalánico (Winter): entre la parte distal
del cuerpo cavernoso con el tejido esponjoso del glan- Fig. 2.20. Técnica de El-Ghorab.
88 Urología

na, en ocasiones, por traumatismos locales, mala higie-


ne local o asociado a descompensación diabética.
Muchas veces constituye el inicio de esta enfermedad,
asociado a infección por monilias.
Tratamiento:
 Medidas para mejorar la higiene local.
 Cremas antibióticas.
 Antimicóticos.
 Antiinflamatorios.
 Circuncisión, cuando las condiciones locales lo per mi-
tan, para mantener el glande con menor humedad.

Anuria
El término anuria significa ausencia de produc-
ción de orina por el riñón, aunque no se suele observar
una falta completa de emisión de orina; se pueden con-
tabilizar unos mililitros: entre 0 y 100 indican anuria, y

ÓN
entre 100 y 400, oligoanunia.

CI
Fig. 2.21. Algoritmo para su tratamiento. Clasificación:

UC
 Prerrenal.
Uretritis aguda OD  Renal o parenquimatosa.
 Posrenal u obstructiva (de tramo común o de tramo
PR

La uretritis aguda ocurre por la inflamación de la superior).


RE

mucosa uretral, debido a numerosos gérmenes, entre


estos el más importante es el gonococo, que provoca Posrenal u obstructiva (de tramo común o de
SU

la gonorrea o blenorragia. En los hombres se mani- tramo superior). Existe una obstrucción de la vía uri-
fiesta por secreción uretral blanco-amarillenta o ver- naria en cualquiera de sus niveles y se comporta como
DA

dosa; en ocasiones se puede presentar una discreta una extrema urgencia, con graves consecuencias para
BI

molestia testicular. el aparato urinario y la vida del paciente.


I

Diagnóstico. Se tendrán en cuenta:


OH

Diagnóstico. Se debe confirmar mediante la


tinción de Gram; asimismo, se realizará la declaración  Anamnesis: buscar antecedentes de cirugías pelvia-
PR

obligatoria de enfermedades infecciosas nas, recidivas tumorales, radioterapia, enfermedad


Tratamiento. Penicilina rapilenta: 2,5 millones litiásica o antecedentes urológicos (nefrectomías y
de U en cada glúteo conjuntamente con probenecid: operaciones del tracto urinario inferior). Se tendrán
2 tabletas de 1 g, aunque las cefalosporinas de última en cuenta la evolución de la diuresis, tiempo de ins-
generación se utilizan con mayor frecuencia, por la tauración del cuadro y presencia de síntomas y sig-
resistencia a la penicilina. Junto a las medidas genera- nos causados por posibles afecciones asociadas.
les se indican:  Exploración: buscar la presencia de globo vesical,
 Ingestión excesiva de líquidos. realizar tacto rectal para valorar la existencia de
 No apretarse el pene. enfermedad prostática benigna o maligna, en los
 No ingestión de bebidas alcohólicas. hombres, y exploración rectal y vaginal en busca de
 Reposo sexual. afección tumoral ginecológica.
 Complementarios: el TUS brinda información acer-
ca del tamaño de las siluetas renales; imágenes su-
Balanopostitis gestivas de litiasis, sospechosas de metástasis;
calcificaciones abdominales, borramiento de la línea
La balanopostitis se caracteriza por un proceso del psoas, etc. La ecografía es la exploración de
inflamatorio del glande y el prepucio del pene; se origi- elección, pues permite comprobar el estado de di-
Urgencias urológicas 89
latación del tracto urinario superior y, en muchos  Falsas hematurias.
casos, detectar la causa.  Urológicas.

Conducta. Ante la caída de la diuresis, tras una Urológicas. En realidad, es la causa que intere-
sa en este caso (infecciosa, litiásica, tumoral y trau-
anamnesis correcta y exploración adecuada, se colo-
mática).
cará una sonda vesical para descartar la obstrucción
Existen varias clasificaciones:
del tramo urinario común. Si existe imposibilidad de  Inicial, terminal y total: de acuerdo con el momento
sondaje, con sospecha clara de retención aguda de ori- de aparición en la micción.
na, se debe realizar una derivación vesical (punción  Leve, moderada o intensa: de acuerdo con su inten-
suprapúbica o cirugía a cielo abierto). sidad.
Si persiste la diuresis escasa, descartar procesos
prerrenal y renal; realizar estudio ecográfico, en busca Conducta. Lo primero es demostrarla, corrobo-
de obstrucción del tramo superior, para confirmar la rar su intensidad y actuar de acuerdo con ella, además
dilatación y realizar posteriormente el tratamiento de determinar su posible causa.
desobstructivo de dicho tramo, ya sea temporal (para En caso de hematuria moderada o intensa, se debe
colocar una sonda uretrovesical, con el objetivo de
mejorar el estado general del paciente) o definitivo
mantener la vejiga en reposo y seguir evolutivamente
(para eliminar el factor causal). el sangrado.
La vena se debe canalizar profundamente para

ÓN
asegurar una correcta hidratación, volemia y mante-
Hematuria

CI
ner la hemoglobina en cifras normales.

UC
La anamnesis (antecedentes), cuadro clínico aso-
La hematuria es la presencia de sangre en la ori- OD ciado, examen físico y exámenes complementarios
na. Puede ser provocada por múltiples causas: (ecográficos y radiográficos) permiten realizar el diag-
 Renal. nóstico de la posible causa, que se tratará de manera
PR

 Glomerular. mediata o inmediata, de acuerdo con la intensidad de


RE

 Hematológica. la hematuria.
SU
DA
BI
I
OH
PR

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ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR
92 Urología

Capítulo 3

Xiomara Casteló Villalón y

ÓN
Dámaso Alberto Maresma Salomón

CI
UC
OD
El término infecciones de las vías urinarias se emplea para definir una infección
PR

del tracto urinario, desde la uretra hasta los riñones, por la colonización y multiplicación
RE

de cualquier microorganismo.
Las infecciones del tracto urinario (ITU) son las infecciones bacterianas más
SU

frecuentes en los hospitales y la comunidad, además de constituir la segunda causa de


enfermedad bacteriana en la práctica clínica; afectan a personas de uno y otro sexos
DA

(desde el nacimiento hasta la vejez) y su comportamiento desde los puntos de vista


BI

epidemiológico, clínico, terapéutico y pronóstico, presenta características diferentes,


I
OH

en dependencia de los grupos de edad, sexo y factores de riesgo asociados.


Su incidencia es mayor en el sexo femenino; se estima que entre 10 y 20 % de las
PR

mujeres sufre, al menos, un episodio a lo largo de su vida; la prevalencia pasa de 1 % en


la edad escolar a 5 % a los 20 años, lo que coincide con el inicio de las relaciones
sexuales y los embarazos. A partir de esta edad sigue en aumento, a razón de 1 a 2 %
por cada década de vida, de manera que a los 70 años, más de 10 % de las mujeres
presenta bacteriuria asintomática. En los hombres es poco frecuente, excepto en las
edades extremas de la vida, cuando existen malformaciones, como anomalías congéni-
tas de la uretra y obstrucción.
En el niño y el adulto joven, tanto la bacteriuria como la infección sintomática son
muy raras; a partir de los 50 años la prevalencia aumenta de forma progresiva, en
relación con enfermedades prostáticas o manipulaciones urológicas. En ancianos de
uno y otro sexos, afectos por una enfermedad debilitante crónica u hospitalizados, la
prevalencia de bacteriuria supera 25 % de la población. En el primer año de vida la
prevalencia es más elevada en los varones (1 %), pero a partir de entonces es consi-
derablemente mayor en las niñas y mujeres.
La prevalencia durante el embarazo es elevada, en algunas series ha resulta-
do 1 % del total y en el subgrupo de las mujeres embarazadas con bacteriuria, puede
alcanzar 40 %, con el consiguiente aumento de la morbilidad y la mortalidad maternofetal,
Infecciones de las vías urinarias 93
lo que justifica el tratamiento antibacteriano en estos Reinfección: 2 semanas después del tratamien-
casos. La importancia de las ITU no solo rad ica en su to, el germen o cepa aislado es diferente al inicial.
frecuencia, sino también en el riesgo de originar Superinfección: se aísla un microorganismo adi-
bacteriemia, recurrencias y lesión renal progresiva e cional durante el tratamiento.
irreversible. A continuación se describen sus términos. Cistouretritis bacteriana: se caracteriza por di-
Piuria: presencia de 4 o más leucocitos por cam- suria, polaquiuria y tenesmo vesical, con bacteriuria
po, con objetivo de 400 x y por encima de 20 000/mL entre 10 2 a 105 UFC/mL y piuria.
de orina en una cituria. Síndrome uretral: se presenta con un cuadro clíni-
Bacteriuria: presencia de bacterias en el tracto co similar; cultivo de orina negativo, con piuria, general-
urinario. mente por gérmenes de transmisión sexual: Chlamydia,
Gardnerella, Neisseria, Trichomonas, Ureaplasma,
Bacteriuria clínicamente significativa: cual-
herpes simple y raramente bacterias anaerobias.
quier bacteria aislada en una muestra de orina por pun-
Clasificación:
ción suprapúbica o mayor de 100 UFC/mL, en un cul-
 ITU no complicada: ocurre en personas que no pre-
tivo de orina fresca, obtenida del chorro medio, en un sentan alteraciones estructurales o funcionales del
paciente sintomático y con piuria. tracto urinario; generalmente afecta a las mujeres,
Bacteriuria asintomática o encubierta: mayor pero existe una respuesta mínima a la terapéutica.
de 100 000 UFC/mL de orina, encontrada en el segui-  ITU complicada: se presenta en personas con alte-
miento de una infección urinaria, fundamentalmente raciones estructurales y/o funcionales del tracto uri-

ÓN
en las infecciones recurrentes, tanto en las mujeres nario o factor obstructivo asociado; generalmente

CI
(embarazadas y no embarazadas), como en los hom- requiere evaluación urológica. Es más frecuente en
bres y pacientes con cateterización, en ausencia de los hombres.

UC
síntomas al tomar la muestra. OD  Infección urinaria recurrente: puede ocurrir en las
Cistitis bacteriana: síndrome caracterizado por no complicadas; se caracteriza por alternar perio-
disurias diurna y nocturna, polaquiuria y piuria; en oca- dos asintomáticos y sintomáticos, estos se repiten
PR

siones se acompaña de hematuria y bacteriuria mayor más de 3 veces en el año.


RE

de 100 UFC/mL.
Etiopatogenia. El tracto urinario normal se en-
SU

Uretritis, prostatitis y epididimitis: procesos in-


flamatorios localizados en estos tejidos, que pueden cuentra libre de microorganismos, excepto en el tercio
DA

tener una expresión aguda o crónica. distal de la uretra, el cual está colonizado por las floras
BI

Pielonefritis aguda: se caracteriza por dolor o cutánea y vaginal: Staphylococcus coagulasa nega-
I

malestar en flanco o región lumbar, fiebre, piuria, tivo, difteroides, estreptococos del grupo viridans,
OH

bacteriuria mayor de 100 UFC/mL (en la mayoría de Lactobacillus y microorganismos anaerobios; ocasio-
nalmente, de forma transitoria, se puede encontrar un
PR

los pacientes) y bacteriemia frecuente.


pequeño número de Escherichia coli u otros bacilos
Nefropatía de reflujo: pacientes con reflujo vesi-
gramnegativos.
coureteral, que evolucionan al daño parenquimatoso
En las infecciones extrahospitalarias, E. coli es
renal; el reflujo produce una regurgitación anormal de el microorganismo causal en más de 80 % de las I TU
la orina al riñón, con presión alta o baja, infectada o no, que se observan en pacientes sin afección urológica; le
para provocar daño renal. La regurgitación debe ser siguen por su frecuencia Klebsiella spp., otras
hasta el parénquima, es decir, reflujo intrarrenal, que enterobacterias y Proteus mirabilis (5 %), particular-
origina, como consecuencia, cicatrices renales, gene- mente comunes en niños no circuncidados, debido a que
ralmente con infección urinaria, y se desarrolla en ni- colonizan el saco prepucial, y S. saprophyticus (2 %).
ños menores de 5 años. Proteus spp., Corynebacterium urealyticum y
Persistencia: cuando no se alcanza la esteriliza- con menor frecuencia Klebsiella spp., S. aureus y
ción urinaria, después de un primer tratamiento anti- Ureaplasma urealyticum, provocan ureasas que des-
microbiano, y en el cultivo de orina se aísla el mismo componen la urea en amonio, lo que determina que la
germen. orina se alcalinice y disminuya la solubilidad de los
Recaída: una semana después del tratamiento fosfatos cálcicos y magnésicos; ambos pueden crista-
exitoso y esterilizada la orina, se aísla nuevamente el lizar y originar cálculos de fosfato c álcico (apatita) y
mismo germen. fosfato amónico-magnésico (estruvita).
94 Urología

S. saprophyticus es el segundo agente en orden el intestino, secundaria a neoplasia, diverticulitis o en-


de frecuencia, causante de ITU en mujeres con eda- fermedad de Crohn.
des entre 15 y 25 años, especialmente durante el vera- Las infecciones urinarias son el resultado de la
no, y los estreptococos del grupo B en mujeres emba- interacción de los microorganismos que colonizan el
razadas y recién nacidos. tracto urinario con las defensas del huésped; estos lle-
La infección por E. coagulasa y estreptococos gan al tracto urinario por las vías hematógena, ascen-
se asocia a un foco primario de infección, como dente y linfática.
osteomielitis, abscesos, etc. Las bacterias anaerobias La diseminación hematógena ocurre en 3 % y se
se asocian raramente con infección perirrenal; son considera que es la vía principal en los recién nacidos,
constituyentes normales de la flora uretral y se obser- pacientes con infecciones localizadas por Salmonella,
van en infecciones del tracto urinario inferior, como Mycobacterium tuberculosis, Schistosoma haemato-
abscesos periuretrales y prostatitis. Si se sospecha esta bium e Histoplasma duboisii. En ocasiones se puede
infección, se debe hacer un cultivo específico para este desarrollar como un fenómeno secundario en pacien-
tipo de germen. tes con candidemia o septicemia por enterobacteriá-
Los gérmenes como Klebsiella, enterobacterias, ceas y Staphylococcus aureus.
Serratia y Pseudomonas, provocan más comúnmen- La vía ascendente es la más frecuente; la mayo-
te infección intrahospitalaria, asociada a cateterización ría de los episodios son precedidos de la colonización
uretral y terapéutica antimicrobiana múltiple. En los periuretral significativa y persistente de microorga-
pacientes con problemas urológicos, a los que se les ha nismos. El mecanismo habitual es el ascenso de estos

ÓN
practicado instrumentación uretral reciente, con sonda microorganismos desde el meato urinario hasta la veji-

CI
vesical permanente, o que presentan cambios en la flora ga. La uretra femenina es corta y, consecuentemente,
colónica y/o vaginal, como consecuencia de la admi-

UC
el paso de microorganismos al interior de la vejiga es
nistración de antibióticos, aumenta la frecuencia de in-
OD un fenómeno frecuente en la mujer, en especial duran-
fección por bacilos gramnegativos diferentes de E. coli, te el coito.
por cepas de este microorganismo resistentes a los
PR
En cambio, la uretra del hombre es más larga y
antibióticos habituales, Enterococcus faecalis, S. au- contiene una sal de zinc, secretada por la próstata, que
RE

reus y S. epidermidis.
ejerce un efecto bactericida y evita el ascenso espon-
Con respecto a los virus, no es frecuente que
SU

táneo de microorganismos hacia la vejiga. En el varón,


causen cistitis; se puede observar viruria asintomática
la mayoría de las infecciones urinarias obedece a la
DA

en la evolución de muchas infecciones víricas. Algu-


manipulación instrumental de la uretra, prostatitis o
BI

nos serotipos de adenovirus se han implicado en casos


anomalías urológicas.
I

de cistitis hemorrágicas epidémicas en niños y el


En el hombre, la falta de circuncisión, el coito anal
OH

citomegalovirus puede producir cistitis en pacientes con


sida. y ocasionalmente el coito con una mujer colonizada
PR

La presencia de Candida spp. en la orina se pue- por una cepa de E. coli uropatógena, pueden originar
de producir por la colonización renal secundaria a una la colonización de la uretra distal y el desarrollo poste-
diseminación hematógena o deberse a una infección rior de una ITU.
ascendente, la cual se observa, sobre todo, en los dia- La velocidad de multiplicación de los microorga-
béticos; tratamiento con antibióticos de amplio espec- nismos en la orina depende, en gran medida, de su ca-
tro o cateterismo vesical permanente, y suele ser pacidad reproductiva intrínseca y, en menor grado, de
asintomática. las características fisicoquímicas de la orina. Las
Los hongos pueden provocar infección por dise- enterobacterias y en especial la E. coli tienen periodos
minación hematógena, por ejemplo, los criptococos, de duplicación inferiores a 1 h, en tanto que Lactoba-
Torulosis glabrata, coccidios y Aspergillus, en pa- cillus, microorganismos de la flora cutánea, S. pneu-
cientes con factores predisponentes como inmunosu- moniae, N. gonorrhoeae y estreptococos del grupo
presión y diabetes mellitus. A, entre otros, crecen mal en la orina y sus periodos de
La ITU es polimicrobiana en alrededor de 5 %. multiplicación son superiores a 1 h.
En estos casos existen antecedentes de manipulación El pH ácido de la orina, las variaciones extremas
de las vías urinarias, anomalías urológicas (litiasis, ve- de la osmolaridad y en menor grado el aumento de
jiga neurógena), presencia de sonda vesical permanente concentración de urea o de ácidos orgánicos y los
o de una fístula que comunica la vejiga con la vagina o niveles bajos de glucosa, a fectan negativamente la
Infecciones de las vías urinarias 95
velocidad de crecimiento bacteriano, sin embargo, el establezca la infección; la superficie luminal de la
efecto sobre el crecimiento de las enterobacterias es vejiga está cubierta por una capa de mucina glicopro-
escaso y raramente constituye la causa determinante teica, que al parecer desempeña una función
de la infección. antibacteriana. La disrupción de esta capa de mucina
El factor más eficaz para eliminar cualquier ger- permite que las bacterias colonicen la superficie
men y mantener la esterilidad de las vías urinarias es el uroepitelial; penetración del epitelio, con inicio de la
lavado que se produce por el paso de grandes volúme- respuesta inflamatoria y descamación de las células
nes de orina, lo cual permite la dilución de la población epiteliales de la superficie, lo cual contribuye a la
bacteriana por el efecto del flujo urinario y la eliminación sintomatología.
 Colonización del introito vaginal: precede a la
periódica de las bacterias con cada micción; cualquier
factor que altere este mecanismo predispone a la bacteriuria por E. coli; gérmenes con gran habili-
dad para adherirse al epitelio urinario, porque po-
bacteriuria vesical.
seen fimbrias o pilis que se unen a receptores
En condiciones normales, la vejiga se vacía vir-
glicolípidos o glicoproteínas de la membrana celular
tualmente de forma completa con cada micción y eli-
epitelial. Esta adherencia por las fimbrias parece ser
mina los microorganismos que han penetrado en su necesaria para que se produzca la colonización. El
interior; si, por el contrario, después de la micción que- factor más importante para la adherencia al uroepi-
da un residuo de orina, la presencia de microorganismos telio son las fimbrias P.
se autoperpetúa, el efecto dilucional disminuye y el  Presencia de antígenos K y O: estos intervienen en

ÓN
periodo de protección desaparece. la invasividad y la resistencia del germen a la
Los pacientes con sonda uretral sufren infeccio-

CI
fagocitosis; los antígenos K producen con mayor fre-
nes por gérmenes que colonizan el meato uretral, cuencia pielonefritis, porque inhiben la fagocitosis y

UC
S. epidermidis, enterococo y bacilos gramnegativos, la actividad bactericida, mediada por el complemen-
procedentes de la flora rectal o transportados por las
OD to. El antígeno O se asocia a mayor capacidad de
manos del personal sanitario que los atiende. La inci- adhesión, porque disminuye la motilidad del múscu-
PR

dencia de bacteriuria después de un sondaje vesical lo liso y favorece el ascenso de las bacterias.
RE

varía en relación con la edad, el sexo, el estado de Diferentes colonias de E coli, las de forma rugosa
salud previo, la presencia de anomalías urológicas y la que no contienen antígenos O, tienen menor viru-
SU

técnica con que se realiza el sondaje, entre otros lencia y no resistencia a la fagocitosis, son las que
factores. se encuentran en un elevado por ciento de las
DA

El porcentaje de contaminaciones oscila entre 1 % bacteriurias asintomáticas.


BI

en mujeres jóvenes y sanas y 20 % en gestantes, du-  Producción de colicina, hemolisina y ureasa: aumenta
I

la virulencia bacteriana; la ureasa desdobla la urea


OH

rante el último trimestre del embarazo. Si se utiliza una


urinaria, con formación de amoniaco que aumenta
sonda permanente, conectada a un sistema cerrado, la
PR

el pH, lo que favorece el crecimiento bacteriano.


incidencia de bacteriuria se incrementa en 5 % por día
La hemolisina es citotóxica para las células tubulares
de sondaje; después de 2 o 3 semanas de sondaje per-
renales y se invoca que la colicina codifica para un
manente, todos los pacientes presentan bacteriuria. La
sistema captador de hierro, que aumenta la supervi-
tercera vía es la linfática, con poca significación clíni- vencia y virulencia de las bacterias.
ca; se sustenta por la existencia de conexiones linfá-
ticas entre los uréteres y los riñones. Factores dependientes del huésped:
La ITU se originará en dependencia del equili-  pH ácido de la vagina: por los bacilos de Doderlein
brio que exista entre los factores predisponentes del y la actividad estrogénica; impide el crecimiento
huésped y de la bacteria. bacteriano, lo cual no ocurre en las niñas y mujeres
Factores dependientes del germen. La virulen- adultas con hipoestrogenismo; asimismo se invoca
cia bacteriana es la capacidad de las bacterias de pro- la secreción de IgA como factor que favorece la
vocar enfermedad; existen las bacterias uropatógenas, eliminación bacteriana.
por su capacidad de infectar el tracto urinario, deriva-  pH ácido de la orina: impide el crecimiento bacte-
das principalmente de la flora fecal y condicionadas riano; la osmolaridad alta o baja lo disminuye.
por las características siguientes:  Flujo urinario continuo e indemnidad de la válvula
 Habilidad de las bacterias para adherirse a la super- vesicoureteral: favorecen la eliminación de las bac-
ficie de la mucosa: este es un requisito para que se terias.
96 Urología

 Superficie vesical: está presente la mucina, que es Al examen físico se observan globo vesical, tu-
hidrofílica y forma una barrera que impide la adhe- mor en flanco con contacto lumbar y anomalías con-
rencia bacteriana y se secretan inmunoglobulinas con génitas, asociadas a defectos del tracto urinario, como
acción bactericida. Asimismo se produce una res- arteria umbilical única, orejas mal configuradas, de
puesta inflamatoria local para impedir el crecimiento implantación baja, musculatura abdominal pobre, ano-
bacteriano, con la consecuente liberación de citocinas, malías en genitales externos, rectales, espina bífida y
principalmente interleucinas 6 y 8; migra ción de cardiopatías congénitas como la CIV.
polimorfonucleares, si este mecanismo falla se des- Factores predisponentes en la infancia:
encadena la respuesta inmune celular y humoral  Estenosis del meato, valvas de uretra posterior (en
sistémica, encaminada a la destrucción bacteriana. los varones) y estenosis distal de la uretra (en las
 Susceptibilidad genética: participa en la defensa del hembras).
huésped; la presencia o ausencia de determinantes  Acodadura del uréter, vasos anómalos que compri-
específicos de los grupos sanguíneos en las células men el uréter.
uroepiteliales, están relacionados con la adherencia  Obstrucción adquirida por litiasis, nefrocalcinosis,
bacteriana. Se considera significativo, además, la bandas fibrosas y tumores.
mayor longitud de la uretra en el hombre y se sugie-  Factores neurológicos: meningocele, ausencia de
re en algunas investigaciones el efecto bactericida sacro, hidrocefalia, meningoencefalitis, poliomielitis
de las secreciones vaginales y prostáticas. y trauma medular.
 Anomalías renales: riñón poliquístico, displasia renal
y riñón en herradura.

ÓN
A continuación se describen los factores mecáni-
cos que predisponen a la bacteriuria vesical.  Déficits inmunológicos, de vitaminas K y A, infec-

CI
Factores que facilitan el ascenso de microor- ciones locales de la piel, enfermedad diarreica agu-

UC
ganismos por la uretra: da y enfermedad respiratoria aguda.
 Cateterización permanente. OD Formas clínicas atípicas:
 Cirugías uretral, vesical y prostática.
 Sepsis generalizada: es frecuente en el recién naci-
PR

 Relaciones sexuales.
do y el lactante pequeño, con manifestaciones sépti-
 Prolapso vaginal.
RE

cas que pueden incluir la ictericia.


 Gastroentérica: es propia del lactante; se manifiesta
SU

Factores que provocan la retención urinaria


con vómitos, anorexia y, en ocasiones, diarreas.
en la vejiga:
 Neurológica seudomeníngea: en el primer año de vida,
DA

 Periodo nocturno sin micciones.


con fiebre elevada (de 39 a 41 °C), irritabilidad y
BI

 Micciones infrecuentes durante el día.


convulsiones.
I

 Ingestión inadecuada de líquidos.


 Sintomatología urinaria baja: cistitis propia de la niña
OH

 Obstrucción por válvulas uretrales, estrechez uretral,


mayor con disuria, polaquiuria, micción imperiosa,
PR

hipertrofia prostática y litiasis. chorro fino (a goteo) y orinas turbias o hematúricas.


 Constipación.  Toxinfecciosa: manifestaciones graves de sepsis, tra-
 Reflujo vesicouretral. ducción de un absceso renal.
 Trastornos en el control neurológico de la vejiga.  Bacteriuria asintomática.
 Divertículos vesicales.  Recurrente o crónica, como nefritis perdedora de sal.
 Síndrome febril inespecífico y anemia.
Manifestaciones clínicas. En el niño menor de  Hipodesarrollo pondoestatural.
5 años no se presenta un cuadro clínico característico;
los síntomas pueden estar relacionados con las vías En los adultos, fundamentalmente en la mujer, el
urinarias o manifestarse, en ocasiones, por fiebre, sin cuadro se caracteriza por disuria, polaquiuria, escalo-
aparente localización, dolor abdominal, náuseas, vómi- fríos, fiebre, dolor lumbar o suprapúbico y en ocasio-
tos y retardo pondoestatural. nes hematuria.
En el niño mayor se puede presentar un cuadro Al examen físico se comprueba dolor a la palpa -
típico con escalofríos, fiebre elevada, dolor espontá- ción de los puntos pielorrenoureterales anteriores y
neo y provocado en el ángulo costovertebral o región posteriores, puñopercusión de las fosas lumbares do -
lumbar; en ocasiones, dolor abdominal, que semeja ab- lorosas; la presión en el ángulo costovertebral o la
domen quirúrgico; disuria, polaquiuria, manifestaciones palpación bimanual provocan dolor; en ocasiones los
digestivas, anorexia, adinamia y enuresis. riñones pueden ser palpables y peloteables.
Infecciones de las vías urinarias 97
Cistitis Si la muestra de orina se obtiene por punción
suprapúbica, cualquier recuento es indicativo de infec-
El mecanismo habitual de producción es el as- ción. En caso de que el paciente lleve una sonda vesical
censo de microorganismos desde el meato urinario hasta permanente, la muestra de orina ha de obtenerse por
punción de esta, utilizando material estéril; como la ori-
la vejiga; este fenómeno es más frecuente en la mujer,
na ha permanecido poco tiempo en la vejiga, se consi-
debido a que la uretra femenina es corta, lo que facilita
deran positivos los conteos de 10 3 UFC/mL.
el paso de microorganismos al interior de la vejiga, en Son tributarios de evaluación radiográfica todos
especial durante el coito. los hombres con ITU no atribuible a manipulación
Se caracteriza por la presencia del síndrome urológica, las niñas menores de 5 años y las mujeres
cistítico, con disuria, polaquiuria y micción urgente; son con infección recurrente o con sospecha de infección
menos frecuentes la incontinencia, tenesmo y dolor complicada. El reflujo moderado puede pasar desaper-
suprapúbico, que a veces aumenta con la micción (es- cibido en las placas posmiccionales de la urografía des-
tranguria). La fiebre y otras manifestaciones sistémicas cendente, por tanto, si se necesita estudiar con mayor
no son comunes; su aparición indica pielonefritis o precisión esta anomalía, se debe practicar una cisto-
prostatitis. En ocasiones puede haber hematuria ma- grafía retrógrada.
croscópica, es decir, cistitis hemorrágica; alrededor de Diagnóstico diferencial. En el hombre, el diag-
30 % de las pacientes presenta colonización o infec- nóstico diferencial debe incluir la uretritis y la prostatitis;
la presencia de descarga uretral sugiere el diagnóstico
ción silente del parénquima renal.

ÓN
de uretritis.
Anatomía patológica. Se observa inflamación

CI
En la mujer, la disuria indica realizar el diagnósti-
superficial de la pared vesical, que se caracteriza por co diferencial con uretritis, vulvovaginitis y cervicitis.

UC
la presencia de un infiltrado inflamatorio, edema e El diagnóstico de uretritis, si se trata de una paciente
hiperemia de la mucosa; si la infección progresa, pue-
OD joven, con disuria de aparición solapada o de más de
den aparecer hemorragias focales o difusas y exudado una semana de duración, si existe el antecedente de
PR

purulento. cambio reciente de pareja sexual. Si la infección cervi-


RE

Diagnóstico positivo. El diagnóstico de cistitis covaginal provoca flujo, dispareunia y escozor en los
se puede confirmar mediante pruebas para detectar la labios, y no se presenta piuria, se confirma mediante el
SU

existencia de leucocituria y con la práctica de un examen ginecológico.


urocultivo; ambas se deben realizar con la orina recién La disuria con piuria y urocultivo negativo se puede
DA

emitida. La presencia de cilindros leucocitarios en el deber a:


BI

sedimento de orina indica que la infección se localiza  Cistitis con conteos bajos de bacterias en el urocultivo
I

(entre 10 2 y 104 UFC/mL).


OH

en el parénquima renal.
La leucocituria no es específica de ITU. La nefro-  Uretritis por Chlamydia trachomatis , Neisseria
PR

patía intersticial, litiasis ureteral y tuberculosis renal gonorrhoeae, Ureaplasma urealyticum o virus del
pueden evolucionar con leucocituria, así mismo, la con- herpes simple.
taminación de la orina, con exudado procedente de una  Cistitis tuberculosa.
 Cistitis no bacteriana como la cistitis intersticial, por
vaginitis o balanitis, provoca un falso incremento del
radioterapia, litiasis, cuerpo extraño, carcinoma vesical
número de leucocitos.
o absceso pélvico adyacente a la pared vesical.
En la mujer asintomática, un recuento superior a
105 UFC/mL, corresponde en 80 % de los casos a una
Evolución y profilaxis. La mejoría clínica de un
bacteriuria significativa; un segundo cultivo positivo para
paciente con infección urinaria no siempre se acompa-
el mismo germen eleva a 95 % la probabilidad de
ña de la erradicación bacteriológica; la bacteriuria pue-
bacteriuria significativa. de persistir en ausencia de síntomas.
En el hombre asintomático, la obtención de la ori na La curación bacteriológica se puede confirmar
es menos susceptible de contaminación y un recuento mediante la práctica de un urocultivo entre 10 y 15 días
único de 104 UFC/mL se debe considerar significativo. después de finalizado el tratamiento. No es necesario
El aislamiento en un urocultivo de varios microor- realizar controles rutinarios después de un episodio de
ganismos, incluso en recuentos superiores a 10 5 UFC/mL, cistitis no complicada, si la evolución es favorable y el
suele indicar contaminación, en particular si el pacien- tratamiento antibiótico se ha mantenido, como mínimo,
te está asintomático y no lleva una sonda vesical. 3 días.
98 Urología

La recurrencia de una infección urinaria se pre-  No cambiar la sonda, excepto en caso de obstruc-
senta según 2 modelos de patogenia y pronósticos dis- ción.
tintos, conocidos como recidiva y reinfección. Las  Mantener una ingestión abundante de líquidos.
recidivas representan 20 % de las recurrencias, por lo
general, ocurren durante las 2 a 4 semanas siguientes En los pacientes con vaciamiento espontáneo de
a la aparente curación; se producen a partir de microor- la vejiga, es preferible sustituir la sonda por un colec tor.
ganismos que han persistido desde el primer episodio, La administración de un antibiótico con fines
bien porque el tratamiento antibiótico no fue adecuado profilácticos a pacientes con sonda vesical no evita la
o porque los gérmenes se alojaron en un lugar inacce- aparición de bacteriuria y solo se indica cuando se pro-
sible al antibiótico, por ejemplo, en la litiasis renal o cede a cambiar la sonda de un paciente con cate-
prostatitis crónica. terización permanente, y de manera eventual cuan do
En ocasiones ocurren recidivas sin causa apa- se prevé una cateterización breve de menos de 15 días,
rente, después de realizar un tratamiento correcto y a con riesgo de desarrollar una bacteriuria.
pesar de tener una urografía normal. En estos casos
se debe prolongar el tratamiento durante 2 a 4 sema-
nas, con dosis adecuadas de un antibiótico elegido de
Prostatitis
acuerdo con el antibiograma. En el hombre es preferi-
La inflamación de la glándula prostática o pros-
ble emplear antibióticos como el cotrimoxazol o las
tatitis se puede clasificar en 3 grandes grupos, de acuer-
fluoroquinolonas, que alcanzan concentraciones tera-

ÓN
do con la forma de presentación clínica y su origen:
péuticas eficaces en la secreción prostática.

CI
1. Prostatitis aguda bacteriana.
El resto de las recurrencias (80 %) se debe a
2. Prostatitis crónica bacteriana.

UC
reinfecciones provocadas por un nuevo germen; ocu- 3. Prostatitis crónica de causa desconocida: algunos
rren con mayor frecuencia en la mujer y son fáciles de
OD pacientes incluidos en este último grupo no pre-
reconocer cuando se originan por un germen distinto sentan signos de inflamación de la próstata, a pe-
PR

del inicial. En un pequeño porcentaje la reinfección se sar de la persistencia de las manifestaciones clíni-
RE

debe a vejiga neurógena, reflujo vesicoureteral, cas, esta situación se conoce con el término de
divertículo de gran tamaño o a algún grado de obstruc- prostatodinia.
SU

ción uretral.
El denominador común de estos procesos es la
DA

Etiopatogenia. La prostatitis bacteriana aguda


retención de orina posmiccional. Una cistografía con
BI

o crónica suele deberse a una infección por bacilos


placas posmiccionales permite detectar estas anoma-
I

gramnegativos, en particular por E. coli, seguida en


OH

lías; si la cistografía es normal, se le debe aconsejar a orden de frecuencia por otras enterobacterias, Kleb-
la paciente la ingesta abundante de líquidos, realizar siella spp., Proteus spp., Serratia spp., Pseudomo-
PR

micciones frecuentes y orinar después del coito. nas aeruginosa, enterococos y S. aureus, las cuales
Cuando el número de reinfecciones es inferior a provocan menos de 10 % de los casos; actualmente la
3 por año, cada una se puede tratar aisladamente; si se infección gonocócica es muy rara.
producen más de 3 recaídas sintomáticas en 1 año o Los microorganismos pueden alcanzar la prósta-
existe riesgo de infección grave o de lesión renal, es ta por 3 vías:
preferible realizar profilaxis antibiótica. 1. Retrógrada: por el ascenso a lo largo de la uretra
La profilaxis de la ITU en pacientes con sonda o reflujo de orina infectada a través de los con-
vesical permanente incluye: ductos prostáticos que desembocan en ella.
 Colocación de un equipo estéril, con la máxima asep- 2. Diseminación hematógena.
sia posible. 3. Propagación de la flora fecal: directamente o a
 Lavado de las manos cada vez que se manipule la través de los vasos linfáticos.
sonda.
 Mantener el drenaje cerrado y la sonda permeable. La causa de la prostatitis crónica no bacteriana
 Fijar el catéter para evitar traumatismos. es desconocida; se ha especulado la posibilidad de un
 Evitar las irrigaciones. proceso autoinmune o de una reacción inflamatoria,
 Mantener siempre la bolsa de drenaje por debajo del originada por alguna sustancia presente en la orina,
nivel de la vejiga. que refluye hacia la próstata, no obstante, existe una
Infecciones de las vías urinarias 99
evidencia creciente acerca de la posible participación las infecciones urinarias. Se define como los cambios
de microorganismos, entre estos Staphylococcus patológicos y fisiológicos que se producen como resul-
epidermidis y corinebacterias, antes considerados tado de un proceso infecciosos renal; requiere eviden-
como contaminantes y en menor medida de Chlamydia cia de enfermedad y de bacteriuria renal, con cambios
trachomatis, Ureaplasma urealyticum u otros mico- histopatológicos como infiltración de polimorfonu-
plasmas genitales; así mismo, es probable que S. epi- cleares, mononucleares, dilatación tubular y fibrosis
dermidis crezca formando biopelículas en la superfi cie periglomerular.
luminal de los conductillos prostáticos, sobre los cuer- Diagnóstico. El diagnóstico de pielonefritis agu-
pos amiláceos o la microlitiasis. da es clínico; se trata del síndrome que acompaña a la
Cuadro clínico. A continuación se describen sus respuesta inflamatoria ante una invasión bacteriana del
manifestaciones. parénquima renal.
Prostatitis aguda bacteriana: evoluciona con En la pielonefritis crónica es fundamentalmente
fiebre elevada, frecuentemente de comienzo súbito, radiográfico y se caracteriza por cicatrices renales y
escalofríos y toma del estado general; se puede acom- cambios destructivos en el sistema calicial. En sus eta-
pañar de disuria, polaquiuria, urgencia miccional, sínto- pas previas al desarrollo de insuficiencia renal pueden
mas de obstrucción uretral y dolor o molestias en la existir o no síntomas clínicos recurrentes y la bacteriuria
región perineal, que por lo general son discretos. Al no es un hallazgo universal.
tacto rectal la próstata está aumentada de tamaño y es Etiopatogenia. En las infecciones extrahos-
dolorosa a la palpación. Eventualmente puede ocurrir pitalarias, la Escherichia coli es responsable de 75 %
bacteriemia y shock séptico.

ÓN
o más de las infecciones urinarias; no existe un serotipo
Prostatitis crónica bacteriana: generalmente los

CI
nefritógeno, pero varias características de este micro or-
síntomas locales son escasos y la próstata es normal al ganismo se asocian a la invasión renal. Se ha com -

UC
tacto. Se manifiesta por infecciones recurrentes de las probado por medio de sondas génicas que los 12 serotipos
vías urinarias, como cistitis y/o pielonefritis. Entre los
OD de E. coli aislados en pacientes con pielonefritis con-
síntomas de infección urinaria se puede presentar tienen los genes de la proteína de adherencia.
bacteriuria asintomática.
PR

Otros bacilos gramnegativos también son respon-


La mayoría de los pacientes no presenta antece-
RE

sables (de 10 a 15 %): se incluyen Klebsiella y Proteus;


dentes de un episodio agudo; el síntoma inicial puede
Staphylococcus aureus puede causar entre 2 y 3 % de
estar relacionado con una manipulación urológica. El
SU

las infecciones, pero en general de manera secundaria


diagnóstico se debe sospechar en todo hombre de me-
a bacteriemia de origen extrarrenal.
DA

diana edad con historia de infección urinaria recidivante,


Las infecciones adquiridas en el hospital presen-
BI

sin otra anomalía urológica que la justifique.


tan un cuadro bacteriológico distinto. E. coli continúa
I

Prostatitis crónica no bacteriana: se caracte-


siendo la bacteria más frecuente, pero son cepas hos-
OH

riza por dolor o molestias en la región perineal, que


pitalarias con resistencias antibióticas múltiples. Se
ocasionalmente irradian hacia el sacro, el recto, la zona
PR

deben tener en cuenta otros microorganismos como


suprapúbica o los genitales externos. Los pacientes
pueden quejarse de grados variables de disuria, Pseudomonas aeruginosa y Serratia, que a veces
polaquiuria, urgencia miccional y disminución del flujo aparecen en brotes epidémicos hospitalarios; así mis-
urinario, en general discretos, de aparición intermiten- mo, se pueden encontrar Staphylococcus epidermidis
te; la próstata suele ser normal al tacto. y hongos del tipo Candida.
Diagnóstico positivo. El diagnóstico de la prosta-
titis aguda bacteriana no brinda dificultades si se practi-
ca un tacto prostático a todos los hombres con cuadro
Pielonefritis aguda
clínico de infección urinaria y fiebre. En el sedimento de
Cuadro clínico. Se caracteriza por la presencia
orina existe leucocituria y en la mayoría de los casos el
antígeno prostático específico (PAS) se eleva transito- de escalofríos y fiebre, dolor lumbar y síntomas de las
riamente. vías urinarias bajas. La fiebre es un síntoma de afec-
ción renal, útil en el diagnóstico diferencial entre la
pielonefritis subclínica y la cistitis. Se ha descrito un
Pielonefritis aumento de la interleucina 6 urinaria, lo que sugiere la
participación de este mediador en la generación de los
La pielonefritis es la infección del tracto urinario síntomas sistémicos, en particular la fiebre. El dolor se
superior, entidad diferenciada dentro del conjunto de puede irradiar al epigastrio o al abdomen inferior; su
100 Urología

irradiación a la región inguinal indica obstrucción hepatitis aguda, colecistitis, apendicitis, pancreatitis
ureteral. aguda, aneurisma aórtico e isquemia mesentérica.
En la minoría de los pacientes solo se presentan La inflamación pélvica aguda se excluye mediante
molestias vagas en la zona renal, dolor abdominal o un examen ginecológico. Se deben descartar enfer-
fiebre intermitente. medades renales como la trombosis venosa aguda, las
Los síntomas pueden tener una progresión rápida uropatías obstructivas y las glomerulonefritis agudas,
y muchos consultan al médico solo horas después del que pueden provocar un dolor semejante al de la
comienzo del cuadro; alrededor de 50 % de los pacien- pielonefritis.
tes tienen antecedentes de infecciones urinarias bajas Anatomía patológica. En los hallazgos histoló-
en los meses previos. gicos de pielonefritis aguda se incluyen la formación
Examen físico. La presión del ángulo costover-
de abscesos parenquimatosos y la acumulación
tebral o la palpación bimanual provocan dolor; 20 % de
intratubular y peritubular de leucocitos polimorfonu-
los casos originados por cálculos que dificulten el
drenaje urinario, pueden evolucionar a la sepsis gene- cleares. En general, los glomérulos tienden a ser res-
ralizada; este riesgo se incrementa en los pacientes petados, aunque pueden estar rodeados por focos
diabéticos. inflamatorios.
En ocasiones la infección se puede extender al Las áreas de infección tienen forma de cuña, con
sistema osteomioarticular, endocardio o sistema ner- el ápex en la médula, como resultado de esta configu-
vioso central. Puede existir un periodo prolongado ración. La afección tiende a ser mayor en la corteza,
sin embargo, la respuesta inflamatoria parece tener un

ÓN
entre la aparición de los síntomas urinarios y las mani-
festaciones propias del foco metastásico, lo que difi- mayor efecto en el funcionalismo medular.

CI
culta el diagnóstico. La distribución de estas áreas de supuración sue-

UC
Se ha reportado pielonefritis aguda con posterio- le ser focal y, en general, se delimita claramente con
ridad al tratamiento con litotricia extracorpórea, lo que
OD respecto al parénquima no afecto. Puede existir cierto
obliga a posponer este procedimiento si se sospecha grado de espasmo vascular, que también puede tener
PR
un proceso infeccioso. un papel en la génesis de las cicatrices pospielonefritis.
En los niños, las manifestaciones se comportan
RE

Evolución, prevención y pronóstico. El trata-


de manera diferente a las de los adultos, con mayor miento prescrito debe impedir el progreso hacia la
SU

incidencia de síntomas inespecíficos. La única mani- pielonefritis crónica y erradicar la colonización


festación de pielonefritis es la fiebre, sin que el pacien- microbiana en casos de afección renal crónica. Se de-
DA

te refiera clínica de afección renal. ben distinguir diversos grupos:


BI

En los diabéticos se puede manifestar simplemen-  Edad preescolar: el tratamiento antibiótico prolon-
I

te por un mal control de la glicemia y se debe prestar


OH

gado previene la aparición de lesión renal a largo


especial atención a la presencia de aire alrededor de
plazo; se incluyen sus formas leves, como disfuncio-
PR

las siluetas renales, por la mayor incidencia de


nes tubulares o disminución de la reserva renal.
pielonefritis enfisematosa.
 Edad escolar: es fundamental no solo identificar las
Diagnóstico positivo. Ninguna prueba permite
identificar con especificidad total si el tracto urinario causas anatómicas subyacentes, sino evitar el desa-
superior está involucrado en un cuadro infeccioso. Los rrollo de lesiones cicatrizales; se recomienda reali-
2 problemas diagnósticos principales siguen siendo de- zar un curso inicial de tratamiento parenteral.
tectar la presencia de pielonefritis en los cuadros de  Adultos: la bacteriuria persistente puede ser un
infección urinaria aparentemente banales e identificar hecho frecuente en su evolución; se sugiere la erra-
las lesiones crónicas. dicación de infecciones crónicas mediante el empleo
La valoración clínica constituye el elemento de de diferentes antibióticos (en forma rotatoria), du-
decisión principal, aunque existen pruebas que apoyan rante periodos prolongados, lo cual es útil cuando
el diagnóstico y es necesario resaltar la importancia de subyace un defecto estructural, por ejemplo, la exis-
emplear las pruebas complementarias, con atención a tencia de quistes renales.
su relación coste/eficacia.  Embarazo: si existen antecedentes de infecciones
Diagnóstico diferencial. Se debe hacer con urinarias previas, lesiones renales cicatrizales o re-
enfermedades que provocan dolor, tanto por encima flujo, el uso de quimioprofilaxis ha demostrado ser
como por debajo del diafragma, por ejemplo, neumo- eficaz; se indica el tratamiento antibacteriano en to-
nía, tromboembolismo pulmonar, infarto del miocardio, dos los casos de bacteriuria durant e el embarazo.
Infecciones de las vías urinarias 101
Pielonefritis crónica el estado de los glomérulos, ya que pueden encontrar-
se ovillos relativamente normales en zonas cicatrizales.
Cuadro clínico. Comprende 2 elementos princi- También puede haber hipertrofia glomerular compen-
pales: el proceso infeccioso crónico y la insuficiencia sadora y lesiones de hialinosis focal y segmentaria, que
renal; el proceso infeccioso puede ser silente y la clíni- se atribuyen al mecanismo de hiperfiltración; algunos
ca de la insuficiencia renal crónica no difiere de la que investigadores sostienen que para ello es indispensable
se origina por otras causas. la coexistencia de reflujo vesicoureteral.
En países con bajo desarrollo económico todavía En los estadios finales, la fibrosis periglomerular
es responsable de 8 a 10 % de las insuficiencias rena- y la esclerosis provocan obliteración masiva de los ca-
les crónicas terminales. El diagnóstico se realiza por pilares glomerulares. Las arterias y arteriolas dentro
anomalías analíticas asintomáticas, sintomatología de de las cicatrices pielonefríticas muestran campos
insuficiencia renal crónica o desarrollo de hipertensión hialinos mediales y proliferación de la íntima, mientras
arterial. que los vasos en las zonas no afectas pueden ser nor-
Evolucionan con mayor frecuencia a la insuficien- males.
cia renal crónica terminal los pacientes que presentan El diagnóstico diferencial entre pielonefritis y
enfermedad bilateral, proteinuria e hipertensión arterial.
nefropatía intersticial muy avanzada se puede apoyar
Esta progresión puede continuar a pesar de la pérdida
en que las lesiones en la pielonefritis son asimétricas,
de actividad del fenómeno que generó el proceso infla-
mientras que otras enfermedades que causan inflama-
matorio, en este caso la infección bacteriana. En ge-
ción intersticial suelen afectar ambos riñones por igual.

ÓN
neral se caracteriza por afección de los mecanismos
Diagnóstico positivo en las infecciones del

CI
medulares, con poliuria resistente a la hormona antidiu-
rética, pérdida de sodio y tendencia a la hiperpotasemia tracto urinario. Ninguna prueba permite identificar

UC
por hipoaldosteronismo hiporreninémico. con especificidad total si el tracto urinario superior está
OD
Diagnóstico positivo. Es fundamental la detec- involucrado en un cuadro infeccioso. La valoración clí-
ción de lesiones crónicas en cuadros de infección uri- nica sigue siendo el elemento de decisión principal,
PR

naria aparentemente banales y resaltar la importancia aunque existen pruebas que apoyan el diagnóstico y es
RE

del empleo de las pruebas complementarias. necesario resaltar la importancia de emplearlas, teniendo
Diagnóstico diferencial. El diagnóstico diferen- en cuenta su relación coste/eficacia.
SU

cial de la pielonefritis crónica se debe hacer con todas Parcial de orina. Piuria: la presencia de 10 o
las enfermedades que provocan disfunción renal. más leucocitos por campo, con objetivo de 400 x, en
DA

Anatomía patológica. Es una enfermedad del orina recién emitida.


BI

parénquima renal, con cambios en el sistema colector, Cituria. La presencia por encima de 20 000 leuco-
I

debido a inflamación y cicatrización. La fibrosis, con citos/mL de orina recién emitida.


OH

retracción del tejido renal adyacente, tiende a producir Conteo de Addis. Con frecuencia, la leucocituria
PR

una depresión poscicatrizal de la superficie renal. es superior a 70 %, se encuentran más de 2 000 leuco-
Las cicatrices tienen bordes abruptos y distribu- citos/min en orina recién emitida y centrifugada. La
ción focal, y se encuentran por encima de cálices dila- presencia de cilindros leucocitarios en el sedimento de
tados o amputados y deformados; la médula está distor- orina indica que la infección se localiza en el
sionada y la papila correspondiente a estas cicatrices parénquima renal.
suele estar retraída o aplanada. El tejido circundante Proteinuria de 24 h. Es poco frecuente una pro-
se hipertrofia y se mantiene una clara demarcación teinuria superior a 300 mg/24 h, tanto en las infeccio-
entre las áreas afectas y no afectas. nes agudas como en las crónicas; la aparición es im-
Microscópicamente se observa una inflamación portante en la valoración evolutiva, puede indicar la
renal intersticial, caracterizada por infiltración linfoci- presencia de lesiones esclerosantes focales secunda-
taria y de células plasmáticas; en ocasiones pueden rias a la reducción del número de nefronas. La exis-
encontrarse polimorfonucleares y eosinófilos. Los tencia de proteinuria es un dato de elevado valor pro-
túbulos pueden estar atróficos y/o dilatados, bordea- nóstico; una causa de aparición es el desarrollo de la
dos por un epitelio aplanado, y llenos de cilindros amiloidosis secundaria a la pielonefritis, como proceso
coloideos (tiroidización). inflamatorio crónico.
En fases muy avanzadas solo es posible diferen- Examen directo mediante tinción de Gram. En
ciar la pielonefritis de las glomerulopatías primarias por una muestra de orina sin centrifugar, permite determi nar
102 Urología

si el paciente tiene bacteriuria significativa y si el mi- S. saprophyticus, Acinetobacter, Candida spp. y al-
croorganismo es gramnegativo o positivo, información gunas Pseudomonas spp., reducen los nitratos urina-
útil para elegir el tratamiento antibiótico inicial. rios a nitritos. Un resultado positivo indica bacteriuria
Urocultivo. Permite identificar el microorganis- significativa en 90 % de los casos, pero es poco sensi-
mo causal y practicar un antibiograma; se realiza pre- ble, de modo que un resultado negativo es menos fia ble.
ferentemente con una muestra de orina de la primera Tiras reactivas. Detectan la presencia de este-
micción de la mañana o en su defecto con una muestra rasa leucocitaria; permiten identificar la leucocituria a
que haya permanecido en la vejiga un mínimo de 4 h; la cabecera del enfermo, de forma sencilla y rápida,
se desprecia la orina inicial que arrastra los gérmenes con una sensibilidad y especificidad aproximadamente
de la uretra y se recoge en un frasco estéril una mues- de 90 %.
tra de la mitad de la micción. Si no es posible realizar la Hemocultivos. Entre 10 y 25 % de los casos de
siembra en el curso de las 2 h siguientes a su obten- pielonefritis aguda pueden ser positivos y se acompa-
ción, debe mantenerse refrigerada a 4 ºC. ña de leucocitosis con desviación a la izquierda, de for-
El resultado se expresa en unidades formadoras ma prácticamente universal.
de colonias por mililitros de orina; cada colonia repre- Pruebas directas o específicas: biopsia con
senta, al menos, una bacteria en la orina original. Se cultivo. El examen histológico y el cultivo de los teji-
requieren entre 24 y 48 h más para identificar el ger- dos obtenidos de regiones visiblemente anormales del
men y conocer el antibiograma. riñón responden al criterio de 100 % de sensibilidad y
especificidad; casi siempre la biopsia percutánea ha
 Recuento de más de 100 000 UFC en orina, obteni-

ÓN
sido menos útil que la biopsia abierta, a menos que la
da en condiciones adecuadas: se ha convertido en el

CI
infección se generalice e invada todo el parénquima,
patrón que delimita la bacteriuria significativa, sin
sin embargo, técnicas más modernas, como el empleo

UC
embargo, este concepto, de extraordinaria utilidad clí-
de agujas delgadas, que permite n obtener varias
nica, no debe aplicarse dogmáticamente. OD muestras (con poco riesgo), y la gammagrama con
 Recuento superior a 10 5 UFC/mL: en 80 % se co-
radionúclidos para identificar zonas anormales, han dado
PR

rresponde con una bacteriuria significativa; un se-


mayor validez a la biopsia percutánea, no obstante, el
RE

gundo cultivo positivo para el mismo germen eleva a hecho de no encontrar la infección, no comprueba su
95 % la probabilidad de bacteriuria significativa. Un inexistencia.
SU

recuento inferior a 10 4 UFC/mL refleja contamina- Prueba de Stamey. El cultivo de orina obtenido
ción.
DA

mediante cateterismo ureteral está ampliamente acep-


 Recuento único de 10 4 UFC/mL: se debe considerar
BI

tado como el “patrón de oro” que sirve de norma para


significativo en el varón asintomático, pues en la ob-
I

otros métodos, pero, además, tiene la ventaja de indi-


OH

tención de orina es poco probable la contaminación. car si la infección es unilateral o bilateral.


Para realizar la prueba se procede a irrigar minu-
PR

El aislamiento en un urocultivo de varios microor- ciosamente la vejiga, a través del citoscopio, con el
ganismos, incluso en recuentos superiores a 10 5 UFC/mL, objetivo de disminuir el número de bacterias que po-
suele indicar contaminación, en particular si el pacien- drían pasar de los uréteres hacia arriba, entonces se
te está asintomático y no lleva una sonda vesical. Si la introducen 2 catéteres ureterales hasta la vejiga y se
muestra de orina se obtiene por punción suprapúbica, extrae el líquido residual por ambos catéteres para ha-
cualquier recuento es indicativo de infección; en caso cer el cultivo; se prosigue el cateterismo introduciendo
de que el paciente lleve una sonda vesical permanen- las sondas por los uréteres y se obtienen 4 muestras de
te, la muestra de orina ha de obtenerse por punción de cada lado para cultivo cuantitativo y otros estudios, si
esta, utilizando material estéril; como la orina ha per- están indicados.
manecido poco tiempo en la vejiga, se consideran po- Cuando esta prueba se efectúa correctamente,
sitivos conteos de 10 3 UFC/mL. es 100 % específica, a menos que el paciente sufra
Prueba de Griess. Está disponible en forma de una infección en la vejiga y flujo retrógrado vesico-
tiras reactivas y se realiza con la orina de la primera ureteral importante, además, permite detectar todas las
micción de la mañana. Es capaz de detectar la presen- infecciones renales, excepto aquellas que solo produ-
cia de nitritos en orina, producidos por la actividad cen siembra intermitente de microorganismos.
metabólica de las bacterias. La mayoría de los Los riesgos de instrumentación en presencia de
microorganismos, con excepción de enterococos, infección no tratada y la posibilidad de resultados
Infecciones de las vías urinarias 103
falsopositivos en caso de flujo retrógrado, hacen qu e la  Proteínas urinarias particulares, como los recepto-
prueba sea menos útil en los niños. Una variante es el res solubles de interleucina 6, factor de necrosis
cultivo de orina obtenida directamente de la pelvis re- tumoral, interleucina 8, 2-microglobulina, productos
nal, mediante punción percutánea con aguja muy del- de degradación de la fibrina o defensinas leucoci-
gada; es seguro, sencillo y rápido; solo requiere anes- tarias.
tesia local y un sedante; se emplea en niños y adultos.
Prueba de Fairley. Es una prueba de lavado de Estudios imagenológicos:
arrastre de la vejiga, que se utiliza como un patrón de  Ecografía: se puede emplear en la etapa inicial del
exactitud; su sensibilidad es de 90 % en los adultos y estudio, con la finalidad de descartar la presencia de
menos segura en los niños, sobre todo cuando el flujo litiasis o colecciones.
retrógrado es considerable; tampoco es muy confiable  Exploraciones radiográficas con contraste, urografía
en los que presentan vejiga neurógena. descendente y cistografía retrógrada y miccional:
Se inserta una sonda de Foley permanente y se permiten detectar la existencia de anomalías uroló-
obtiene una muestra de orina para coloración Gram y gicas, causantes de la infección, en especial la re-
cultivo; después se instilan en la vejiga 50 mL de solu- tención posmiccional y/o el reflujo vesicoureteral. Son
ción salina fisiológica (SSF) a 0,9 %, que contiene 2 tributarios de evaluación radiográfica todos los varo-
ámpulas de fibrinolisina y desoxirribonucleasa nes con ITU no atribuible a manipulación urológica,
(ELASE), además de un antibiótico escogido sobre la las niñas menores de 5 años y las mujeres con infec-
base de los resultados de la coloración de Gram, y se ción recurrente o sospecha de infección complicada.

ÓN
deja in situ durante 45 min para desprender los  Tomografía axial computadorizada: es un medio diag-

CI
microorganismos de la pared vesical e inhibir su multi- nóstico más sensible que la urografía intravenosa y
se ha comprobado una correlación notable entre la

UC
plicación; luego se procede a drenar y enjuagar la ve-
jiga con 1 o 2 L de agua estéril o SSF, en proporciones
OD extensión de las lesiones y la severidad del cuadro
de 540 a 100 mL; la última porción se deja unos minu- clínico. Las alteraciones corresponden a edema e
tos en la vejiga y al mismo tiempo se administran 10 mg infiltrado inflamatorio de distribución lobular; las áreas
PR

de furosemida intravenosa. afectas pueden ser isodensas con respecto al parén-


RE

El cultivo se hace con una muestra de esta última quima normal, antes de que se administre el medio
porción de enjuague (tiempo 0), entonces la sonda de de contraste. Si la pielonefritis evoluciona a la
SU

Foley se cierra con pinzas, abriéndola después, a fin de cronicidad, pueden aparecer zonas quísticas multi-
DA

obtener muestras para cultivo a los 10, 20, 30 y 60 min; focales, detectables por todas las técnicas.
 Gammagrafía con ácido dimercaptosuccínico
BI

se anotará el volumen de orina obtenido en cada


I

ocasión. Para confirmar el diagnóstico, el recuento de (DMSA) marcado con 99Tc: permite detectar las le-
OH

colonias en el tiempo 0 debe ser mayor de 1 % del siones cicatrizales pospielonefríticas, con mayor fre-
encontrado en las muestras testigo; en los recuentos cuencia que la urografía intravenosa y la ecografía,
PR

de las muestras siguientes, los aumentos deben ser ma- sobre todo en los niños.
yores de 10 %.  Resonancia magnética con inyección de gadolinio:
Métodos especiales. Existen otras medidas para puede proporcionar mejores resultados que la gam-
diferenciar las infecciones del tracto urinario superior magrafía con DMSA.
e inferior, que son poco empleadas en la práctica diaria  Estudios angiográficos: se han encontrado imágenes
o tienen un rendimiento insuficientemente comproba- de obliteración transitoria de las arterias interlobulares
do, por tratarse de marcadores de descripción muy corticales; estos hallazgos radiográficos suelen ser
reciente y de elevado costo: de corta duración.
 Anticuerpo anti-O circulante, que reacciona con un
antígeno lipopolisacárido de E. coli. Estudios urodinámicos. Se deben indicar en las
 Pruebas de aglutinación específicas para componen- mujeres que presentan síntomas y cultivos negativos.
tes de E. coli (fimbria P). Complicaciones:
 Defecto temporal de concentración urinaria.  Bacteriemia con shock séptico.
 Demostración en la orina de bacterias recubiertas  Diseminación bacteriana a esqueleto, endocardio, más
de anticuerpo. frecuente en edades extremas, como consecuencia
 Enzimas urinarias, como la n-acetil-beta-glucosami- de manipulaciones, en pacientes con diabetes mellitus
nidasa. e inmunosuprimidos.
104 Urología

 Disfunción renal en niños con asociación de reflujo, si existe un sustrato anatómico favorecedor de la in-
cálculos y anomalías congénitas. fección, se debe considerar prioritaria su resolución.
 Toxemia gravídica y prematuridad. Si se presenta bacteriuria asintomática en las
 Pielonefritis xantogranulomatosa. embarazadas, diabéticos y niños, se impondrá trata-
miento inmediato.
Tratamiento. A continuación se describen sus En la cateterización prolongada con bacteriuria
opciones. sintomática se indicará el tratamiento; si es asintomática,
Profiláctico.En el sexo femenino se deben apli- se indicará la terapéutica después de retirar el catéter,
car medidas para conservar el mucus protector de la pero en los pacientes inmunosuprimidos siempre se
uretra, evitando la colonización y adherencias de impondrá tratamiento.
enterobacterias de origen fecal en el introito vaginal: Si se presenta colonización bacteriana vesical, no
 Evitar los lavados repetidos posmicción.
se indicará quimioterapia. Se aplicarán medidas profi-
lácticas y quimioprofilaxis nocturna, en los casos que
 Aseo genital previo al anal, ambos por separado.
presenten colonización bacteriana en el introito vaginal
 Uso correcto de las almohadillas sanitarias.
y el periné, que producen infección recurrente.
 Evitar el coito rectovaginal.
Tratamiento con dosis única (monodosis). Se
 Cuidados con el uso del diafragma.
aplica fundamentalmente en la infección del tracto uri-
 Prevención y tratamiento adecuado de la inflama-
nario en la mujer y en las no complicadas. No se indica
ción pélvica aguda, vulvovaginitis y cervicitis. en las infecciones complicadas, casos febriles, niños
 Ingerir diariamente más de 3 L de líquidos.

ÓN
pequeños, embarazadas y pacientes cateterizados.
 Evacuación vesical frecuente antes de acostarse, y Una semana después de finalizado el tratamien-

CI
antes y después del coito. to, se realizará cultivo de orina; si no se ha eliminado el

UC
 Reducir al mínimo las instrumentaciones urológicas. germen, se aplicará un tratamiento más largo. Se des-
 El cateterismo vesical se debe realizar con asepsia
OD cartarán las alteraciones de las vías urinarias y, si se
estricta y se evitará que sea prolongado. presenta infección o recaída, cambio de antibiótico.
PR

Ventajas:
Medidas generales:  Se obtiene igual curación.
RE

 Pielonefritis aguda y septicemia posrenal: reposo en  No efectos colaterales.


SU

cama.  No efectos secundarios en la flora bacteriana intes-


 Dieta normal, con la administración de abundantes tinal.
DA

líquidos, excepto en la disfunción renal y uropatía  Generalmente no se produce resistencia bacteriana.


BI

obstructiva.  Fácil administración y bajo costo.


I

 Vaciamiento frecuente de la vejiga por micción es-  Si remisión, no es necesario proseguir con estudios
OH

pontánea, en caso de reflujo realizarlo en 3 tiempos. radiográficos o cistoscópicos.


PR

 Analgésicos y antipiréticos.
 Polaquiuria y disuria: alcalinizar la orina. Otros:
 Amoxicilina: 3 g, v.o.
 Ampicilina: 3 g, v.o.
Quimioterapia. Entre sus objetivos se encuen-
 Cotrimoxazol: 4 tab., v.o.
tran:
 Sulfisoxazol: de 1 a 2 g, v.o.
 Erradicar la infección.
 Trimetoprim: 400 mg, v.o.
 Eliminar la sintomatología.
 Nitrofurantoína: 200 mg, v.o.
 Evitar las recurrencias y el daño renal.
 Cefalexina: 3 g, v.o.
 Utilizar agentes antimicrobianos bactericidas con
 Ciprofloxacina: 250 mg, v.o.
efectos secundarios mínimos, poco o no nefrotóxicos,  Ofloxacina: 200 mg, v.o.
de bajo costo, fácil administración y que se excreten  Kanamicina: 400 mg, i.m.
en concentraciones elevadas por el riñón.  Gentamicina: 80 mg, i.m.

Es fundamental la administración de antibióticos Tratamiento a corto plazo. Su duración es de


de eficacia comprobada, en concentración y pH ade- 3 días, o de 7 a 14 días; se indicará en las embaraza-
cuados, y durante el tiempo suficiente. Así mismo, es das, diabéticos, niños pequeños, pacientes cateterizados
esencial la realización de cultivos con antibiograma y, y con trasplante renal, fundamentalmente.
Infecciones de las vías urinarias 105
En las ITU recurrentes se sugiere de 7 a 10 días En caso de recaída en el periodo inmediato pos-
y continuar con la quimioprofilaxis; se investigará e l terior a la finalización del tratamiento o falta de res-
tracto urinario para eliminar la obstrucción (si existe). puesta clínica desde el principio, se deben considerar
En los hombres se descartarán la prostatitis y la 3 posibilidades: el antibiótico no ha sido el adecuado o
hipertrofia prostática; si se diagnostica la primera, se era necesario más de uno; no se han alcanzado con-
recomiendan 14 días de tratamiento, de preferencia centraciones suficientes en el sitio donde se encuen-
con sulfaprim. Otros fármacos son los siguientes: tran las bacterias, por inaccesibilidad, relacionada so-
 Ampicilina: 0,5 g cada 8 h, v.o. bre todo, con una obstrucción, litiasis renal o fallo del
 Cotrimoxazol: 2 tab. cada 12 h, v.o. mecanismo concentrador renal; el antibiótico no se ha
 Sulfisoxazol: 1 g cada 6 h, v.o. utilizado durante un periodo suficientemente prolongado.
 Trimetoprim: 100 mg cada 12 h, v.o. En cualquiera de estos casos y a la vista del nue-
 Nitrofurantoína: 100 mg cada 8 h, v.o. vo antibiograma, se debe tratar una vez más, por un
 Cefalexina: 0,5 g cada 6 h, v.o. periodo de 6 semanas y en dosis suficientes.
 Ciprofloxacina: 250 mg cada 12 h, v.o. El porcentaje de recaídas no sobrepasa de 10 a
 Ofloxacina: 400 mg/día, v.o. 15 % y el fallo primario del tratamiento suele cifrarse
 Norfloxacina: 400 mg cada 12 h en menos de 3 % de los casos.
 Ácido nalidíxico: 1 g cada 6 h, v.o. En las pielonefritis agudas no complicadas se re-
 Kanamicina: 15 mg/kg/día, i.m. comiendan sulfaprim, quinolonas y amoxicilina, por vía
 Gentamicina: de 3 a 5 mg/kg/día, i.m. oral, durante 14 días.

ÓN
 Amikacina: 15 mg/kg/día, i.m. En los casos severos, emplear antibióticos paren-

CI
terales, aminoglucósidos, cotrimoxazol, fluoroquinolo nas

UC
La vía de administración y la duración del trata- o ceftriaxona, durante 3 días, y continuar con cotri-
miento óptimas aún se discuten; parece indicado un
OD moxazol, amoxicilina o fluoroquinolonas, por 10 días.
ciclo inicial de 10 a 14 días con trimetoprim/sulfa- En la pielonefritis complicada se sugiere en los
PR
metoxazol. Una segunda opción puede ser el empleo casos ligeros cotrimoxazol o fluoroquinolonas durante
de un aminoglucósido, cefalosporinas o fluoroquinolonas 14 días o hasta 6 semanas por vía oral; en los severos,
RE

del tipo de la ciprofloxacina, norfloxacina o levofloxacina, aminoglucósidos con fluoroquinolonas o ampicilina, así
SU

como tratamiento primario. como ceftriaxona, aztreonam, timentin o imipenen, du-


Entre los fármacos orales, tanto la combinación rante 14 o 21 días, por vía intravenosa.
DA

de trimetoprim/sulfametoxazol, como las fluoroqui- En embarazadas con diagnóstico de pielonefritis


BI

nolonas, logran las concentraciones intrarrenales más aguda se indica ceftriaxona o sulfaprim intravenoso
I

elevadas; el uso de estas últimas se ha incrementado por 3 días, aztreonam o aminoglucósidos y se continúa
OH

en los años recientes, debido a su buena respuesta (más la terapéutica por 10 días, por vía oral, con amoxicilina,
PR

de 90 % de curaciones), facilidad de administración y cefalosporinas o sulfaprim.


escasos efectos colaterales. Se contraindica el ácido nalidíxico y no se utiliza-
La ampicilina no se recomienda como antibiótico rán sulfas y nitrofurantoína en el octavo mes, pues pro-
único en la terapia de primera línea; entre 20 y 30 % ducen kernicterus; el cotrimoxazol no se indicará en
de las infecciones por E. coli pueden ser resistentes a el primer trimestre.
este antibiótico, sin embargo, continúa siendo una bue- En niños menores de 18 meses o con compromi-
na alternativa, si se dispone de un estudio de sensibili- so del estado general, se recomienda una asociación
dad bacteriana. antibiótica, preferentemente una cefalosporina de ter-
Después de la administración parenteral de anti- cera generación y un aminoglucósido, ambos por vía
bióticos durante 2 a 4 días, se puede pasar a la tera- parenteral.
péutica oral, que se mante ndrá por espacio de 1 o En el paciente con trasplante renal se indicarán
2 semanas adicionales. sulfaprim, por las vías oral o intravenosa, o quinolonas,
El uso prolongado de antibióticos no es necesa- si se sospecha infección nosocomial.
rio, a menos que el paciente muestre signos de recaída Quimioprofilaxis. Se aplicará en el factor obs-
inmediatamente después de interrumpirlos; debe conti- tructivo no corregible por cirugía, reflujo, cateterismo
nuarse la vigilancia periódica con urocultivos, para des- vesical prolongado y en la prevención de infecciones
cartar una bacteriuria asintomática o recurrente. recurrentes; se iniciará después de esterilizada la orina
106 Urología

(durante 6 meses) y se prolongará hasta 2 años o más Se observa en el adulto, como consecuencia de
por vía oral, en dosis única nocturna diaria. la reactivación de uno de estos focos, a veces en rela-
Cotrimoxazol: ½ tableta. ción con procesos inmunodepresores como la diabetes
Trimetoprim: 100 mg. mellitus, el tratamiento con glucocorticoides o la edad
Nitrofurantoína: 50 mg. avanzada, entre otros.
La infección origina la destrucción gradual del
parénquima renal, con formación de caseum, y pro-
Pionefrosis gresa fundamentalmente hacia la médula renal, a tra-
vés de los túbulos o por simple contigüidad, favorecida
La pionefrosis se caracteriza por la dilatación por la escasa actividad de los macrófagos en el am-
purulenta de las cavidades pielocaliciales, con destruc- biente hipertónico y relativamente isquémico de las pi-
ción parenquimatosa. rámides renales.
Mecanismo de producción. Casi siempre se El tejido necrótico se abre y parte de su conteni-
debe a obstrucción, lo que facilita la infección secundaria. do se vacía a través de las papilas renales. Los bacilos
Cuadro clínico: que se eliminan a través de la orina pueden metastatizar
 Fiebre de intensidad variable. en cualquier nivel del uréter o la vejiga y con menor
 Dolor lumbar. frecuencia, por vía retrógrada, pueden alcanzar los epidí-
 Orinas turbias. dimos, la próstata, las vesículas seminales o los tes-
 Síntomas generales. tículos; es más probable que la afección de los genitales

ÓN
ocurra por diseminación hematógena.

CI
El examen físico puede mostrar puntos pieloure- La inflamación, ulceración y fibrosis posterior de
la mucosa distorsionan la morfología del uréter y pue-

UC
terales dolorosos, maniobra de Guyón positiva y sedi-
mento en la orina. den determinar la aparición de reflujo vesicoureteral o
OD el desarrollo de estenosis ureterales con hidronefrosis
Diagnóstico. Se realizará sobre la base del cua-
y la eventual pérdida de la función renal. Las lesiones
PR
dro clínico, antecedentes del paciente (litiasis), estu dios
del riñón y de las vías se pueden calcificar extensa-
imagenológicos, como el ultrasonido, que demuestren
RE

mente y brindan imágenes radiográficas característi cas.


dilatación pielocalicial y pérdida del parénquima renal;
La infección suele evolucionar durante largo tiem-
SU

urograma descendente, con pérdida de la función re-


po con escasa o nula sintomatología; es frecuente que
nal, y TAC. Los estudios hematológicos no son especí-
DA

las primeras manifestaciones se deban a complicacio-


ficos. nes urológicas, entre las que se incluyen la aparición
BI

Tratamiento: de un síndrome cistítico persistente, el dolor lumbar


I

 Mejoramiento de las condiciones generales del pa-


OH

por obstrucción ureteral, la hematuria y eventualmen-


ciente y evitar el shock séptico. te, en fases avanzadas, la pérdida de la función renal
PR

 Antibióticos. por destrucción del parénquima y/o hidronefrosis obs-


tructiva.
Quirúrgico (nefrostomía, nefrectomía, etc.), en La toma del estado general, la pérdida de peso y
dependencia de las condiciones del p aciente. la fiebre son poco frecuentes y en general solo se ob-
servan en estadios avanzados de la infección o cuando
esta coexiste con una tuberculosis pulmonar activa,
Tuberculosis del riñón asociación presente en menos de 40 % de los pacientes.
y de las vías urinarias El urocultivo en medios habituales es negativo
(piuria estéril), aunque las anomalías urológicas produ-
La tuberculosis renal, junto con la osteoarticular cidas pueden facilitar el desarrollo de sobreinfección
y la ganglionar, constituye una de las formas más fre- bacteriana.
cuentes de tuberculosis extrapulmonar. En el curso de En más de la mitad de los pacientes se presentan
la primoinfección tuberculosa se puede producir una cambios en la radiografía del tórax, compatibles con
diseminación hematógena de las micobacterias que tien- una tuberculosis pulmonar previa, aparentemente in-
den a anidar en órganos o tejidos bien perfundidos y activa y la reacción de Mantoux suele ser positiva. El
con elevada PO 2, como la corteza renal, la epífisis de cultivo de orina en medios para aislamiento de mico-
los huesos largos o las meninges. bacterias es positivo en cerca de 90 % de los casos, si
Infecciones de las vías urinarias 107
se estudian al menos 3 muestras de la primera orina ta de 6 meses: los 2 primeros con la asociación de 3 o
matinal, obtenida en días sucesivos. 4 fármacos: rifampicina, isoniacida y pirazinamida, con
Diagnóstico. Eventualmente se puede estable- o sin etambutol, y los 4 meses restantes con la asocia-
cer mediante el estudio histopatológico de una biopsia ción de rifampicina e isoniacida.
renal, obtenida por punción aspirativa y guiada por En caso de que exista afección ureteral, es acon-
ecografía, o de una biopsia de la mucosa vesical, obte- sejable repetir periódicamente el urograma descenden-
nida durante la cistoscopia.
te, con el objetivo de vigilar el posible desarrollo de una
Urografía intravenosa. Puede mostrar dilata-
estenosis ureteral obstructiva.
ción o distorsión de los cálices, imágenes de necrosis
papilar, aparición de cavidades en el parénquima renal Se ha propuesto la administración de corticoides
o de obstrucción a cualquier nivel de las vías urinarias. para prevenir la formación de cicatrices estenosantes,
Ecografía o TAC. Las imágenes obtenidas tam- pero no hay evidencia de su posible efecto benefic ioso.
bién pueden ser sugestivas de afección tuberculosa, La cirugía se indica cuando se presenta una com-
sobre todo cuando esta se halla en estadios avanza dos. plicación obstructiva o para extirpar un riñón no funcio-
Tratamiento. No difiere del que se indica en la nante que cause hematuria, dolor o infección bacteriana
tuberculosis pulmonar; se puede emplear una pauta cor- recurrente.

ÓN
CI
Pedro Llerena Almiral

UC
OD
PR
RE

El género Schistosoma abarca un grupo de pa- La esquistosomiasis intestinal causada por


rásitos con caracteres diferentes a los demás trema- S. mansoni prevalece en 52 estados miembros de la
SU

todos, ya que estos tienen sexo separados y solamente OMS, pertenecientes a África, región del Mediterrá-
DA

el macho presenta su cuerpo plano; la hembra es fili- neo Oriental, el Caribe (República Dominicana, Puer-
to Rico y Pequeñas Antillas) y América del Sur (Vene-
BI

forme. Este parásito es causante de la esquistosomiasis,


zuela, Brasil y Surinam). La esquistosomiasis urinaria
I

conocida también como bilharziosis; su origen es hídrico


OH

y tiene como hospederos intermediarios a caracoles causada por S. haematobium es endémica en 53 paí-
de agua dulce. ses miembros de la OMS, situados en África y la re-
PR

De las 16 especies conocidas, 6 parasitan al hom- gión del Mediterráneo Oriental.


bre: S. haematobium (Bilharz, 1852), S. mansoni Etiología. Los esquistosomas son trematodos
(Sambon, 1907), S. japonicum (Katsurada, 1904), dioicos; el macho de S. mansoni mide 1 cm de largo y
S. mekongi (Vic Dupont, 1957), S. intercalatum 0,11 de ancho; el cuerpo está enrollado sobre su cara
ventral y forma el canal ginecóforo, donde se aloja la
(Fisher, 1934) y S. mattheei (Veglia y Le Roux, 1929).
hembra; esta mide 1,4 por 0,016 cm. Los huevos pre-
Clasificación taxonómica:
sentan un espolón lateral de 20 µ y tienen una cubierta
1. Reino: Animalia.
transparente, el miracidio ya desarrollado.
2. Phyllum: Platyhelminthes .
El S. haematobium macho mide de 1 a 1,5 cm de
3. Clase: Digenea. largo por 1 mm de ancho; la hembra, de 1,2 a 2,6 cm
4. Orden: Strigeatida. por 0,2 mm; los huevos (de 74 a 100 µ) tienen un color
5. Suborden: Strigeata. amarillo claro y son esféricos; a un lado y cerca de uno
6. Superfamilia: Schistosomatoidea. de los extremos presentan un espolón atrofiado que
7. Familia: Schistosomatidae. parece un gancho pequeño.
8. Género: Schistosoma. Ciclo de vida. En las 3 especies los huevos lle-
9. Especies: haematobium, mansoni, japonicum, gan al agua; por un desgarro de la cáscara dejan salir
mekongi, intercalatum, mattheei. el miracidio que en un plazo no mayor de 16 h penetra
108 Urología

al caracol, el cual le sirve de hospedero intermediario, téricas superior e inferior y en los plexos hemorroi-
y dentro de este evoluciona a esporocito, esporocitos dales, y S. haematobium en los plexos venosos perive-
hijos y cercaria con cola bífida (en forma de tenedor), sicales y pélvicos.
por lo que se denominan furcocercarias. Los machos maduros vierten su esperma en el
Los moluscos parasitados eliminan furcocercarias canal ginecoforo de la hembra y dan lugar a la fecun-
durante 2 a 3 meses; estas permanecen con la cola dación; luego las hembras migran en contra de la co-
hacia arriba, en espera del hospedero definitivo; poste- rriente sanguínea hacia los vasos más pequeños para
riormente pierden la cola, atraviesan la piel y reciben oviponer y después regresan al sitio donde se encuen-
el nombre de esquistosómulos. En 24 h atraviesan la tra el macho.
red de capilares subcutáneos como acción de sus glán- Los huevos que permanecen en las paredes
dulas de penetración, las cuales segregan enzimas intestinales o vesicales pasan a las cavidades respecti-
proteolíticas; a continuación entran en la circulación vas y se eliminan por las heces o la orina. Nuevamen-
venosa y viajan hasta las cavidades derechas del cora- te, si las condiciones le son favorables y se encuentra
zón y a los pulmones (Fig. 3.1). en el agua el huevo, eclosiona y libera al miracidio, con
lo que cierra el ciclo biológico.
El hospedero definitivo de S. haematobium es el
hombre y los intermediarios, los caracoles de los géne-
ros Bulinus, Physopsis, Pyrogophya y Planorbis.
El hospedero definitivo de S. mansoni es el hom-

ÓN
bre, aunque en experimentación se ha logrado con el

CI
ratón y el hámster, y los intermediarios los caracoles de
los géneros Biomphalaria, en África, y Australorbis y

UC
Tropicorbis, en América. S. japonicum tiene varios
OD hospederos definitivos: el hombre, perro, gato, ratón,
ganados vacuno y equino, y los hospederos intermedia-
PR

rios son los caracoles anfibios, pertenecientes a los gé-


RE

neros Katayama y Oncomelania.


Patogenia y fisiopatología. La mayoría de los
SU

huevos de esquitosomas no se elimina al exterior; una


DA

parte de ellos se queda en el lugar de la puesta y, luego


de romper la pared del vaso, penetran en el tejido
BI

perivascular, mientras los restantes embolizan en el hí-


I
OH

gado (en caso de S. mansoni y S. japonicum) y en los


vasos pulmonares si se trata de S. haematobium.
PR

Los huevos liberan un alergeno que desencadena


una respuesta inmunitaria local, mediada por células y
caracterizada por una reacción inflamatoria intensa,
con infiltración de leucocitos y eosinófilos. En la mu-
Fig. 3.1. Ciclo de vida. cosa intestinal y vesical se pueden producir ulceraciones
y con el tiempo hiperplasias que en ocasiones progre-
Después del crecimiento y de un desarrollo esen- san hasta formar pólipos en el intestino delgado o un
cial se abren camino a través de los capilares pul- carcinoma (frecuente en S. mansoni).
monares y se transportan por mediación de la cavidad La reacción aguda inicial prosigue con la apari-
izquierda del corazón al interior de la circulación ción de granulomas que resultan de la reacción de hi-
sistémica. Los que alcanzan la circulación portal persensibilidad celular (células T del hospedero). En la
intrahepática a través de la arteria mesentérica y sus mayoría de los casos el granuloma se reabsorbe, pero a
capilares, se alimentan, crecen y migran hacia las veces la reunión de muchos huevos origina lesiones per-
vénulas mesentéricas superiores e inferiores y a tra- sistentes que evolucionan hacia la fibrosis irreversible.
vés del aparato circulatorio van a localizarse en sus Las manifestaciones clínicas más importantes de
sitios de elección, en donde se hacen adultos: en el esta enfermedad derivan de la reacción inflamatoria
caso de S. mansoni y S. japonicum, en las venas mesen- que se genera alrededor de los huevos depositados a
Infecciones de las vías urinarias 109
los niveles intestinal y hepático, es por ello que esta
parasitosis ha sido catalogada como una enfermedad
inmunológica.
La respuesta hacia otros estadios del parásito
reviste un carácter secundario, que conforma junto con
la respuesta hacia el huevo los 4 eventos inmopatoló-
gicos de las esquistosomiasis:
1. Dermatitis cercariana: es la manifestación más
temprana; se presenta como un rash papular y
pruriginoso en las áreas donde penetran las
cercarias y es de mayor intensidad en las perso-
nas reexpuestas a este estadio evolutivo.
2. Forma toxémica (fiebre de Katayama): en una
pequeña proporción de personas afectas, a partir
de las 2 o 3 semanas de la primoinfección se ob-
serva un síndrome conocido como esquistosomiasis Fig. 3.2. Granulomas.
aguda, que consiste en eosinofilia, esplenomegalia,
linfadenopatías y urticaria.
3. Nefropatía bilharziana: debido a que en la sangre

ÓN
del hospedero circulan productos de excreción-
secreción de los parásitos adultos, que forman Fase de penetración. En esta fase se produce

CI
complejos inmunológicos circulantes que se depo- una dermatitis cercariana de tipo urticariforme, que suele

UC
sitan en el glomérulo renal, ocurren alteraciones autolimitarse en 6 a 10 días. El diagnóstico diferencial
en la membrana basal y las áreas mesangiales,
OD se hace con otras infecciones como fiebre tifoidea,
expresadas patológicamente como glomerulonefri- leishmaniasis visceral, salmonelosis, estrongiloidiasis,
PR

tis y síndrome nefrótico. Está directamente rela- ancilostomidosis y paludismo agudo.


RE

cionada con la intensidad de la infección y la du- Fase aguda. Se presenta entre la cuarta y octa-
ración de la fibrosis hepática. va semanas posteriores a la infección y coincide con la
SU

4. Granuloma y fibrosis bilharziana (Fig. 3.2): ambos primera puesta de huevos; pueden ocurrir manifesta-
se originan como consecuencia de la respuesta ciones alérgicas (síndrome de Katayama). Los sínto-
DA

del hospedero a la presencia de los huevos al nivel


mas se caracterizan por fiebre, urticaria, tos irritativa,
BI

hístico y son los responsables principales de la


I

dolor abdominal, hepatoesplenomegalia y eosinofilia.


morbilidad en la esquitosomiasis. Cuatro días des-
OH

pués que los huevos se depositan en las vénulas Fase crónica. Se incluyen diversos tipos de
esquistosomiasis, estos se describen a continuación.
PR

mesentéricas o portales, comienza a producirse


un granuloma conformado por células epitelioides, Esquistosomiasis urinaria: clínicamente se carac-
eosinófilos, linfocitos, macrófagos y células gigan- teriza por un síndrome urinario bajo, molestias
tes, que se denomina granuloma bilharziano. hipogástricas, disuria y sobre todo hematurias termina-
Se considera que la fibrosis es consecuencia de la les en las infecciones repetidas graves; se afecta tam-
activación de los fibroblastos en forma directa por bién la mucosa del tracto ureteral inferior (Fig. 3.3).
los productos de secreción-excreción del huevo o En este periodo pueden confluir varios nódulos y
en forma indirecta por los linfocitos T y los dar una imagen cistoscópica de protuberancias
macrófagos. (bilharziomas) esta imagen ultrasonográficamente pue-
de dar una zona de ecogenicidad y defecto de lleno en
Manifestaciones clínicas. El cuadro clínico de
la urografía excretora. Más adelante el componente
la esquistosomiasis se divide en 3 etapas fundamenta-
les: de penetración, aguda y crónica, y está estrecha- del granuloma será fibroblástico y da una imagen
mente relacionado con la carga parasitaria y las cepas cistoscópica, denominada “en grano de arroz”.
del parásito; así mismo, en el proceso infeccioso es A largo plazo se producirán calcificaciones tota-
importante tener en cuenta 2 periodos que dan lugar al les en la vejiga y posible crecimiento de tumores
desarrollo futuro de la enfermedad: el periodo prepoten- vesicales. La uropatía obstructiva baja puede conducir
te y el periodo de incubación. a la hidronefrosis (Fig. 3.4).
110 Urología

Se debe señalar la correlación epidemiológica


entre esquistosomiasis urinaria y cáncer de vejiga en
las zonas hiperendémicas.
Esquistosomiasis renal: en zonas endémicas de
S. mansoni se halla hasta 25 % de lesiones renales
compatibles con glomerulonefritis, con depósitos de
inmunocomplejos específicos.
Esquistosomiasis digestiva: ocasiona afecciones
colónicas y hepáticas, provocadas por S. mansoni y
S. japonicum; pueden tener formas de hepatoesplénica
y colónica, según el predominio de la sintomatología.
Esquistosomiasis cardiopulmonar: es causada por
S. mansoni debido a arteritis; provoca hipertensión
pulmonar con hipertrofia de las cavidades cardiacas
derechas (tipo cor pulmonale).
Diagnóstico. Se sospecha por la localización
geográfica de endemismo y los síntomas del paciente,
Fig. 3.3. Lesiones ureterales inferiores.
aunque el diagnóstico definitivo se hace por la presen-
cia de huevos en las heces y orina.

ÓN
Epidemiología y prevención. La infección se

CI
mantiene por individuos que defecan u orinan en las

UC
corrientes de aguas o en sus cercanías; las aguas ne-
gras que se vierten a las corrientes de aguas en zonas
OD
afectadas incrementan esta infección. Se estima que
PR

en el mundo se infectan por esquistosomas de 200 a


RE

300 millones de personas. En África es la segunda en-


fermedad parasitaria después del paludismo.
SU

Mortalidad. Se considera que anualmente falle-


cen por esta causa 500 000 personas.
DA

Tratamiento. Actualmente, el tratamiento más


BI

eficaz y menos tóxico para la esquistosomiasis es el


I
OH

prazicuantel, que es una pyrazinoquinolona de ad-


ministración oral. Tanto en los adultos como en los
PR

niños se indican de 20 a 40 mg/kg, en un solo día,


divididos en 2 dosis. Se ha reportado entre 70 a 95 %
de curaciones. Sus efectos colaterales son ligeros y
casi siempre desaparecen en 48 h, entre estos se
reportan malestares abdominales, diarreas, mareos
Fig. 3.4. Lesiones perivesicales. y fiebre.
Infecciones de las vías urinarias 111

Jorge Sagué Larrea

A través de las relaciones sexuales se transmite  Cervicitis mucopurulenta.


un grupo de infecciones denominadas enfermedades  Epididimitis.
de transmisión sexual (ETS). Debido al sexo como ele-  Úlceras genitales (VHS).
mento importante en el mantenimiento de la especie se  Sífilis.
explica su frecuencia, pero también se pueden trans-  Chancroide.
mitir por el contacto de la sangre o de la madre infec-  Linfogranuloma venéreo.
tada a su hijo.  Granuloma inguinal.
Síntomas. Úlcera genital, secreciones uretral y  Infecciones por virus del papiloma humano (verru-
vaginal, molestias bajo vientre, aumento de volumen gas genitales):
escrotal, etcétera.  VPH genital subclínico.

Etiología:  Infección por VIH.

ÓN
 Bacterias: Neisseria gonorrohoeae , Treponema  Secreción vaginal:

CI
pallidum, Haemophilus ducreyi , Gardnerella  Tricomoniasis.
vaginalis, Calymmatobacterium granulomatis ,

UC
 Candidiasis vulvovaginal.
Chlamydia trachomatis .  Vaginosis bacteriana.
OD
 Hongos: Candida albicans; parásitos: Ptirium pu-  Enfermedad inflamatoria pélvica.
bis, Sarcoptes scabiei.  Infecciones por ectoparásitos:
PR

 Virus: VIH, VHB, VHS, VPH.  Pediculosis púbica.


RE

 Escabiosis.
Complicaciones. Las ETS contribuyen a la pro-  ETS prevenibles con vacunación:
SU

pagación del VIH/sida.  Hepatitis A y B.


DA

Las personas con gonorrea, clamidia, sífilis, chan-


 Abuso sexual y ETS.
BI

cro blando o chancroide, tricomoniasis y herpes sim-


I

ple, cuando se exponen al VIH tienen más probabili-


OH

dades de contagiarse con el virus y una vez que se Uretritis y cervicitis


infecten, también aumentan sus posibilidades de trans-
PR

mitirlas. Con frecuencia, la infección uretral se manifiesta


Entre las complicaciones se incluyen: dolor ab- por secreción uretral purulenta, que se acompaña de
dominal crónico e infecundidad, estenosis uretral, in- ardor miccional y/o dolor al orinar. Neisseria gono-
fertilidad masculina, enfermedad pélvica inflamatoria, rrhoeae y Chlamydia trachomatis son los gérmenes
aborto espontáneo, muerte por sepsis, embarazo más importantes. Las coinfecciones también son co-
ectópico y cáncer de cuello uterino, así como otras munes.
infecciones que pueden provocar ceguera o neumonía La uretritis no gonocócica se sospecha cuando
en recién nacidos e infecciones extragenitales genera- no se demuestran organismos intracelulares gramne-
lizadas. gativos en el examen microscópico; su causa más co-
A continuación se describen los trastornos más mún es la Chlamydia trachomatis, pero existen otros
frecuentes en urología, principalmente su diagnóstico microorganismos: Mycoplasma genitalium, Trichomo-
y tratamiento. nas vaginalis y VHS. Algunos pacientes presentan
Síndromes de enfermedad de transmisión sexual: síntomas en ausencia de inflamación.
 Uretritis y cervicitis: Diagnóstico:
 Uretritis no gonocócica.  Examen microscópico del frotis uretral, teñido con
 Infección gonocócica. Gram (en busca de diplococos intracelulares gramne-
 Infección por clamidia. gativos) y cultivo.
112 Urología

 Pruebas de amplificación del ácido nucleico en la Tratamiento:


primera orina.  Posible infección gonocócica o por clamidias:
 Ceftriaxona: 250 mg, i.m., dosis única, más
Tratamiento. Recibirán tratamiento con sus pa- doxiciclina: 100 mg, v.o., cada12 h (10 días).
rejas y se empleará uno de los medicamentos señala-  Posible infección entérica:
dos en cada entidad:  Ofloxacina: 300 mg, v.o., cada12 h (10 días).

 Gonorrea:  Levofloxacina: 500 mg, v.o., cada 24 h (10 días).

 Ciprofloxacina: 500 mg, dosis única, v.o.

 Ceftriaxona: 250 mg, dosis única, v.o.

 Cefixime: 400 mg, dosis única, v.o.


Infección por virus del herpes
 Levofloxacina: 200 mg, dosis única, v.o. simple genital
 Espectinomicina: 2 g, dosis única, i.m.

 Clamidia: La infección por virus del herpes simple (VHS)


 Azitromicina: 1 g, dosis única, v.o. genital se caracteriza por una lesión primaria localiza-
 Doxiciclina: 100 mg, v.o., cada 12 h (7 días). da, con periodo de latencia y una tendencia a reapare-
 Tetraciclina: 500 mg, v.o., cada 6 h (7 días). cer. Su agente causal es el herpes simple virus (HSV),
 Eritromicina: 500 mg, v.o., cada 6 h. perteneciente a la familia Herpesviridae, de la que
 Uretritis recurrente y persistente: también forman parte el Citomegalovirus (CMV), va-
 Metronidazol: 2 g, dosis única oral, más ricela zoster virus (VZV) y Epstein Barr Virus (EBV),

ÓN
eritromicina: 500 mg, v.o., cada 6 h (7 días). entre otros.

CI
 Etilsuccinato de eritromicina: 800 mg, v.o., Se conocen 2 tipos de VHS: 1 y 2; por lo general
cada 6 h (7 días). estos dan lugar a síndromes clínicos diferentes, según

UC
 Infecciones faríngeas no complicadas: la vía de entrada, aunque teniendo en cuenta los tipos
 Ceftriaxona: 125 mg, i.m., dosis única.
OD de prácticas sexuales, ambos pueden infectar el apa-
 Ciprofloxacina: 500 mg, v.o., dosis única. rato genital. La infección primaria por tipo 1 suele
PR

 Ofloxacina: 400 mg, v.o, dosis única, más azitro- ocurrir en la niñez temprana, y ser leve o no manifiesta.
RE

micina: 1 g, v.o, dosis única. La reactivación de una infección latente, gene-


 Doxiciclina: 100 mg, v.o.cada 12 h (7 días). ralmente desencadenada por traumatismos, fiebre o
SU

enfermedades intercurrentes, entre otras, suele oca-


En caso de alergia se indicarán eritromicina y sionar el herpes labial que se caracteriza por vesículas
DA

ofloxacina (7 días). claras y superficiales sobre una base eritematosa, que


BI

presentan una costra y cicatrizan en pocos días, por lo


I

general ubicadas en la cara y los labios. La infección


OH

Epididimitis por el tipo 2 suele causar el herpes genital, afectar


PR

principalmente a los adultos y se transmite por contac-


La epididimitis es causada por patógenos de trans- to sexual. Los pacientes con lesión genital primaria son
misión sexual o por organismos que provocan infec- infectantes por un periodo de 7 a 12 días.
ción de las vías urinarias. En el hombre sexualmente Cuadro clínico. La infección primaria puede ser
activo se asocia a Chlamydia trachomatis, Neisseria asintomática. El contagio ocurre casi siempre por con-
gonorrhoeae y uretritis. Cuando se practica el coito tacto directo con lesiones genitales u orales, durante
anal, es frecuente la infección por Escherichia coli. las relaciones sexuales sin protección. Cuando existen
La epididimitis con infección urinaria es común en hom- síntomas, estos pueden estar precedidos de mialgias,
bres con anomalías anatómicas o que sufrieron instru- aumento de la sensibilidad y ardor o prurito local. En el
mentación del tracto urinario. hombre las lesiones se localizan en el glande y el pre-
Examen físico. Dolor unilateral en el escroto e pucio; en la mujer, en los labios mayores y menores,
hipersensibilidad. Puede haber hidrocele inflamatorio, clítoris, vagina y cuello uterino.
así como inflamación palpable en el epidídimo. Inicialmente se observan pápulas eritematosas de
Diagnóstico: 2 a 3 mm, que más tarde se tornan en vesículas agru-
 Frotis con tinción de Gram. padas, con contenido cetrino; estas se rompen y dan
 Urocultivos. lugar a ulceraciones que posteriormente son recubiertas
 Serología. por costras serohemáticas. También se pueden pre-
 Prueba de VIH. sentar adenopatías inguinales dolorosas.
Infecciones de las vías urinarias 113
Las lesiones del cuello vesical se pueden asociar Enfermedad infecciosa de transmisión frecuen-
con flujo vaginal. En uno y otro sexos se pueden pre- temente sexual, causada por la infección de un virus
sentar síntomas generales como fiebre y malestar ge- del papiloma (VPH). De 80 genotipos conocidos, más
neral. En ocasiones, los casos graves requerirán hos- de 20 infectan el tracto genital. Se ha comprobado la
pitalización por complicaciones tales como: infección relación causal existente entre la infección por varios
diseminada, neumonitis, hepatitis, meningitis o encefa litis. tipos de VPH y displasia, neoplasia intraepitelial y car-
cinoma invasivo del aparato reproductor en uno y otro
sexos.
Herpes genital recurrente La mayoría de estas infecciones evoluciona asin-
tomáticamente. Las verrugas externas (Fig. 3.5) pue-
Después de una infección genital primaria por den ser dolorosas, friables y pruríticas, o presentar las
HSH 1 o 2, entre 60 y 90 % de los casos desarrollan 3 variantes. Las verrugas genitales más visibles son
nuevos síntomas en los primeros 12 meses por reacti- causadas por el VPH (tipos 6 u 11), que provoca un
vación del virus. La recurrencia se puede asociar a cuadro similar en el cérvix, vagina, uretra y ano.
fiebre, exposición a radiaciones ultravioletas, trauma-
tismos, menstruación, estrés físico o emocional, antibio-
ticoterapia prolongada o inmunodeficiencia.
Complementarios:
 Cultivos o pruebas de antígenos para VHS.

ÓN
 Examen en campo oscuro o prueba de inmunofluo-

CI
rescencia directa para Treponema pallidum.
 Pruebas de detección molecular.

UC
Tratamiento. No existe medicamento que pro-
OD
porcione la cura definitiva del herpes genital.
PR

 Analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor.


RE

 Cura local de las lesiones con solución salina fisiológi-


ca o agua boricada al 3 %.
SU

 Antibiótico local para prevenir la infección secundaria.


DA

Primer episodio:
BI

Aciclovir: 400 mg, v.o., cada 8 h (de 7 a 10 días). Fig. 3.5. Condilomas acuminados.
I

Aciclovir: 200 mg, v.o., 5 veces/día (de 7 a 10 días).


OH

Famciclovir: 250 mg, v.o., cada 8 h (de 7 a 10 días).


Valaciclovir: 1 g, v.o., cada 12 h (de 7 a 10 días).
PR

Los tipos de VPH 16, 18, 31, 33 y 35 son poco


Enfermedad grave:
comunes en verrugas genitales visibles, pero se aso-
Aciclovir: de 5 a 10 mg/kg ( i.v.) cada 8 h (de 2 a
7 días), hasta resolución clínica. cian con displasia cervical y carcinoma de células
Recurrencias episódicas: escamosas vaginal, anal y cervical. También se les
Aciclovir: 400 mg, v.o., cada 8 h (5 días). asocia a lesiones neoplásicas intraepiteliales genitales
Aciclovir: 200 mg, v.o., 5 veces por día (5 días). externas, incluidos carcinoma in situ, papulosis
Aciclovir: 800 mg, v.o., cada 12 h (5 días). lowenoide, eritroplasia de Queyrat y enfermedad de
Famciclovir: 125 mg, v.o., cada 12 h (5 días). Bowen.
Valaciclovir: 500 mg, v.o., cada 12 h (de 3 a 5 días). Diagnóstico. Se realiza por la clínica mediante
Valaciclovir: 1 g, v.o., cada 24 h (5 días). la identificación de las lesiones vegetantes típicas. La
biopsia se justifica en los casos siguientes:
 Diagnóstico incierto.
Infección por virus  Lesiones que no responden al tratamiento conven-
del papiloma humano cional.
 Si la enfermedad empeora durante el tratamiento.
Sinonimia: verrugas genitales, condiloma acumi-  Pacientes con inmunodeficiencia.
nado o cresta de gallo.  Verrugas pigmentadas, induradas, fijas o ulceradas.
114 Urología

Tratamiento. El uso del condón constituye la


única medida efectiva.
No quirúrgico:
 Podofilotoxina (Podofilox) antimicótico: solución
0,5 %, cada 12 h (3 días), seguido de 4 días sin trata-
miento. Repetir según necesidad por unos 4 ciclos.
Localmente provoca irritación y dolor.
 Imiquimod (intensificador inmune que estimula la
producción de citosina): crema 5 %: aplicar antes de
acostarse, 3 veces/semana (hasta 16 semanas); la-
var después de 6 a 10 h.
 Ácido tricloroacético o bicloroacético: aplicar una
pequeña cantidad (solo en las lesiones) y dejar secar
hasta que adquieran un color blanco. Si se presenta
mucho malestar, el ácido se puede neutralizar con
jabón o bicarbonato de sodio.
 Crioterapia con nitrógeno líquido. Repetir, según ne-
Fig. 3.6. Chancro sifilítico.
cesidad, cada 1 o 2 semanas.

ÓN
Quirúrgico: Sífilis primaria: se caracteriza por un chancro
duro o sifilítico, lesión generalmente única, rosada o

CI
 Múltiples verrugas.
 Gran volumen. ulcerada, poco dolorosa, con base endurecida, fondo

UC
 Diagnóstico incierto. liso, brillante y secreción serosa escasa. La lesión apa-
 No respuesta a otros tratamientos.
OD rece entre los 10 y 90 días (promedio 21) después del
contacto infectante; puede acompañarse de adenopatía
PR

Métodos: regional no supurativa, móvil, indolora y múltiple. En el


RE

 Tijeras tangenciales. hombre se localiza frecuentemente en el glande o el


 Escisión por rasurado. surco balanoprepucial. En la mujer es más común en
SU

 Curetaje. los labios menores, paredes vaginales o cuello uterino.


 Electrocirugía. Sífilis secundaria: se caracteriza por la presencia
DA

 Cirugía con láser. de lesiones cutáneo-mucosas, no ulceradas, que apa-


BI

recen entre 6 y 8 semanas después de iniciado el chan-


I

cro. Por lo general, estas lesiones se acompañan de


OH

Sífilis micropoliadenopatías generalizadas; ocasionalmente se


PR

manifiestan con artralgias, febrícula, cefaleas y males-


Infección crónica sistémica (Fig. 3.6) con diver- tar general.
sas manifestaciones clínicas. Treponema pallidum Son comunes:
(agente causal) es una espiroqueta de transmisión pre-  Manchas eritematosas (roséola sifilítica), de apari-
dominantemente sexual y maternofetal, y puede ser ción brusca, que pueden formar un exantema
transmitido por el contacto directo de lesiones morbiliforme.
infectantes y las membranas mucosas o piel no intacta  Pápulas de color rosado carmelitosas, lisas al princi-
del susceptible. pio, y posteriormente escamosas, conocidas como
Clasificación: sifílides papulosas.
 Sífilis adquirida temprana (con menos de 1 año de  Alopecia, más frecuente en el cuero cabelludo y la
evolución): primaria, secundaria y latente reciente. cola de las cejas.
 Sífilis adquirida tardía (con más de 1 año de evolu-  Lesiones en mucosas que pueden ser erosivas,
ción): latente tardía y terciaria. opalinas e hipertróficas (condilomas acuminados).
 Sífilis congénita temprana (casos diagnosticados an-
tes de los 2 años de edad). Sífilis terciaria: en este estadio la infección no es
 Sífilis congénita tardía (casos diagnosticados después transmisible a otras personas, pero las lesiones son
de los 2 años de edad). irreversibles. Los síntomas y signos ocurren generalmente
Infecciones de las vías urinarias 115
después de 3 a 12 años de adquirida la infección: les io-  Doxiciclina: 100 mg, v.o., cada 12 h (14 días) y
nes cutáneo-mucosas (tubérculos o goma sifilítico), por 4 semanas en latencia tardía o de duración
neurológicas (tabes dorsalis, demencia), cardiovasculares desconocida.
(aneurisma aórtico) y articulares (artropatías de
Charcot).
Sífilis latente: estado de la enfermedad donde no Chancroide
se manifiestan signos ni síntomas clínicos; su única evi-
dencia son las pruebas sexológicas con resultado Enfermedad ulcerativa aguda, asociada fre-
reactivo. cuentemente con adenopatía inguinal. Su agente cau-
Diagnóstico. El diagnóstico definitivo de la sífi- sal es el bacilo facultativo gramnegativo H. ducreyi;
lis temprana se hace mediante el examen en campo 10 % de los pacientes está coinfectado, ya sea con
oscuro o pruebas con inmunofluorescencia directa de T. pallidum o VHS. El diagnóstico definitivo de la bac-
anticuerpos del exudado de la lesión. El diagnóstico teria causal requiere de medios especializados de cul-
presuntivo depende de las pruebas serológicas: tivos que tienen 80 % de sensibilidad.
 No treponémicas:
 VDRL (Venereal Disease Research Labora- Diagnóstico práctico:
tory).  Combinación de úlcera genital indolora con adeno-
 RPR (reagina plasmática rápida).
patía inguinal indurada.
 Treponémicas:  Úlcera genital dolorosa; no se evidencia T. pallidum

ÓN
 FTA-ABS (absorción de anticuerpos treponémi-
en el examen en campo oscuro o por pruebas
cos fluorescentes).

CI
serológicas de sífilis, por lo menos 7 días antes de la
 MHA-TP (ensayo de microhemaglutinación para
salida de las úlceras; la prueba VHS es negativa y el

UC
anticuerpos contra Treponema pallidum).
OD aspecto clínico, característico.
 Combinación de úlcera genital dolorosa y adenopatía
La aplicación de un solo tipo de prueba serológica
inguinal supurativa.
PR

se considera insuficiente para el diagnóstico. Se pre-


RE

sentan pruebas no treponémicas falsopositivas en dis-


tintos padecimientos médicos. Tratamiento:
 Azitromicina: 1 g, v.o., dosis única.
SU

Tratamiento. Primaria y secundaria:


 Penicilina G benzatínica: 2,4 millones U, i.m./sema-  Ceftriaxona: 250 mg, i.m., dosis única.
DA

na/3 semanas.  Ciprofloxacina: 500 mg, v.o., cada 12 h (3 días).


BI

 Eritromicina: 500 mg, v.o., cada 6 h (7 días).


I

Neurosífilis:
OH

 Penicilina G cristalina acuosa: de 3 a 4 millones U, Los pacientes no circuncidados y los infectados por
PR

i.v., cada 4 h (de 10 a 14 días). el VIH responden mal al tratamiento. Se recomiendan


 Penicilina procaína: 2,4 millones U, i.m., cada 24 h las pruebas para VIH y sífilis en el momento del diagnós-
(de 10 a 14 días) más probenecid: 500 mg, v.o., cada tico y de nuevo 3 meses más tarde, si los resultados de la
6 h/24 h (de 10 a 14 días). prueba inicial para sífilis o VIH fueran negativos.
La valoración de seguimiento se recomienda des-
Sífilis latente: pués de 3 a 7 días. Si no se presenta mejoría clínica o
 Temprana: esta es mínima, se debe pensar en otros diagnósticos o
 Penicilina G benzatínica: 2,4 millones U, i.m., do- en la posibilidad de coinfección con otras ETS. Las
sis única. úlceras grandes o las linfadenopatías fluctuantes pue-
 Tardía o de duración desconocida: den tardar más de 2 semanas para su resolución. En
 Penicilina G benzatínica: 2,4 millones U, i.m., cada
ocasiones, es necesaria la incisión y drenaje o aspira-
semana/3 semanas. ción con aguja de los ganglios inguinales inflamados.
Si alergia a la penicilina (no gestantes):
 Tetraciclina: 500 mg cada 6 h (14 días) y por 4

semanas en latencia tardía o de duración desco- Linfogranuloma venéreo


nocida.
 Eritromicina: 500 mg cada 6 h (14 días) y por 4 sema- Enfermedad causada por serovariantes invaso-
nas en latencia tardía o de duración desconocida. ras de Chlamydia trachomatis (L1, L2 y L3). La
116 Urología

linfadenopatía inguinal o femoral indurada o ambas, con El síndrome retroviral agudo se presenta en mu-
frecuencia unilaterales, es la presentación clínica ca- chas personas poco después de la infección por VIH,
racterística en los hombres heterosexuales. Las muje- antes de que sean positivas las pruebas de anticuerpo.
res y los homosexuales pueden tener compromiso in- Se caracteriza por fiebre, malestar general, linfadeno-
flamatorio de los linfáticos perirrectales y perianales, patías y eritema cutáneo.
estenosis, fístulas o proctocolitis. El examen físico incluirá el examen pélvico en
Casi siempre el diagnóstico se hace mediante mujeres, con frotis de Papanicolaou y prueba para de-
pruebas sexológicas, más exclusión de otras causas de tectar gonococo e infección por clamidias.
adenopatía inguinal o úlceras genitales. Pruebas diagnósticas:
Tratamiento:  Anticuerpos contra VIH-1: detecta 95 % de las per-
 Doxiciclina: 100 mg, v.o., cada 12 h (21 días). sonas infectadas dentro de los 6 meses de infección.
 Medicamentos alternativos: eritromicina y azitro-  Anticuerpos contra VIH-2: no se utiliza de forma
micina. rutinaria, sino en las zonas donde el VIH es endémi-
co o en situaciones de VIH en ausencia de prueba
La adenopatía inguinal puede requerir aspiración de anticuerpos contra VIH-1 positivo.
con aguja a través de piel intacta o mediante incisión y
drenaje para evitar ulceraciones inguinales o femorales. Complementarios:
 Química sanguínea con recuento plaquetario.
 Prueba para anticuerpos antitoxoplasma.

ÓN
Granuloma inguinal  Recuento de linfocitos T CD4.

CI
 Prueba de tuberculina en piel.

UC
Enfermedad causada por Colymmatobacterium  Rayos X de tórax.
granulomatis, bacilo intracelular gramnegativo. OD
Cuadro clínico. Se presentan úlceras progresi- Desde 1987, la tuberculosis (TBC) extrapulmonar
PR

vas e indoloras. Las lesiones genitales son vasculares, se incluye en la definición de caso de sida. No obstan-
RE

de aspecto rojo. El organismo causal no se cultiva en te, la TBC genitourinaria es una ubicación rara de la
medios microbiológicos comunes. enfermedad. En su localización pulmonar puede ser la
SU

Diagnóstico. Visualización de cuerpos de Dono- primera manifestación clínica de la infección, sin em-
van con tinción oscura sobre preparaciones de tejido
DA

bargo, las localizaciones extrapulmonares son propias


macerado titulares o especímenes de biopsia.
BI

de un estadio evolutivo más avanzado.


Tratamiento:
I

La aparición del sida ha modificado la historia


 Trimetoprim-sulfametoxazol: 1 tab., v.o., cada 12 h/3
OH

natural de la tuberculosis, que se ha convertido en la


semanas. segunda infección más frecuentemente relacionada con
PR

 Doxiciclina: 100 mg, v.o., cada 12 h/3 semanas. la infección por el VIH. Normalmente la localización
 Fármacos alternativos: ciprofloxacina, eritromicina y urogenital de la infección tuberculosa es rara y la loca-
azitromicina. lización extrapulmonar, en general, está en relación con
la inmunodepresión severa.
Infección por virus El sida puede manifestarse por medio de una
orquitis tuberculosa cuya actitud terapéutica puede ser
de inmunodeficiencia humana la orquiectomía asociada a tratamiento tuberculostático.
Esta infección transcurre desde la forma asinto- Se ha observado la existencia de prostatitis crónica en
mática hasta el síndrome de inmunodeficiencia adqui- pacientes con sida. En algunos casos se trató de for-
rida (sida). El tiempo de progresión es muy variable mas bacterianas crónicas. En otros casos se trata de
entre un paciente y otro, pero, hasta el momento, 10 años infecciones micóticas y también virales (citomega-
es el promedio entre la infección y la aparición del sida. lovirus) encontrándose en algunos de ellos las inclusio-
Los factores primarios de riesgo para la infec- nes virales características intraprostáticas, con prácti-
ción por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) son camente ausencia de respuesta inflamatoria.
el contacto sexual con una persona infectada y com- Los tratamientos van dirigidos a la manifestación
partir jeringas para inyección de drogas. local en el aparato genitourinario y el sida.
Infecciones de las vías urinarias 117

Luis Leandro Borrero Barrientos

El empleo de antibióticos en urología es un tema Selección correcta del antibiótico. Es necesa-


muy mutante, que obedece a su desarrollo constante, ria la valoración nutricional del enfermo y la microbiota
por ello, para su mejor estudio se divide en las infec- circulante del medio. El objetivo de la terapia antimicro-
ciones urinarias propiamente dichas y como profilaxis biana es la eliminación del crecimiento y desar rollo
antimicrobiana en la cirugía urológica. El tratamiento bacteriano en su totalidad; no es aconsejable suprimir-
de la infección urinaria se rige por 3 pilares fundamen- la de manera parcial, pues se estará frente a una in-
tales: fección no resuelta y un tratamiento no eficaz, lo que
1. Hidratación correcta, con un adecuado balance ayuda a establecer el diagnóstico diferencial entre las
hidromineral. infecciones recurrentes y las no resueltas.
2. Drenaje apropiado de la vía urinaria. La concentración de antibióticos en la vía urina-
3. Selección específica del antibiótico a utilizar. ria es mucho más importante que la sérica; la mayoría

ÓN
de los antibióticos se excreta por el riñón y su concen-
Hidratación correcta. Depende del estado del

CI
tración en la orina suele ser mayor que en el suero u
paciente, enfermedades asociadas, morbilidad, hoja de
otros tejidos del organismo; una fracción de la dosis

UC
balance hidromineral y metros cuadrados de superfi-
sistémica es suficiente para producir niveles urinarios
cie corporal, entre otras. OD con efectos bactericidas.
Drenaje de la vía urinaria. Es necesario diag-
En la tabla 3.1 se muestran ejemplos de las dife-
PR

nosticar su grado de obstrucción mediante la ecografía


rencias entre las concentraciones séricas y urinarias
RE

transabdominal; si es unilateral o bilateral, superior e


inferior, su asociación con fiebre y el estado funcional de medicamentos de diferentes grupos farmacológicos,
SU

de cada riñón por separado. En dependencia de estos utilizados en infecciones del tracto urinario.
elementos se puede practicar la nefrostomía percutánea El cultivo de orina es un elemento esencial en la
DA

uni o bilateral, cateterismo retrógrado con catéter in- selección de la terapéutica, ya que identifica el germen
BI

terno-externo o doble jota en algunos casos, cistotomía específico, causante de la infeccion, la sensibilidad y
I

suprapúbica o sondaje ureterovesical. resistencia a este. A continuación se relacionan algu-


OH

Cualquiera de estas medidas constituye un pilar nos de los gérmenes frecuentemente aislados en la
PR

de vital importancia para el tratamiento de los proce- orina, y la acción antibiótica frente a estos.
sos infecciosos del tracto urinario; se incluye, además, Bacilos gramnegativos como Escherichia coli,
la toma de muestra para el cultivo de la orina obtenida. Enterobacter sp., Klebsiella sp., Proteus, Pseudomonas

Tabla 3.1. Antimicrobianos, diferencias entre las concentraciones séricas y en orina

Antibiótico Dosis en 24 h (mg) Concentración (mg/mL)


Máxima en sangre Promedio en orina

Trimetoprim-sulfametoxazol De 380 a 1 600 (2 sd) De 1,7 a 32 De 150 a 400


Ácido nalidíxico 4 000 (4 sd) De 34 a 75 75
Nitrofurantoína 400 (4 sd) 1,8 150
Ciprofloxacina 1 000 (2 sd) 2,3 200
Norfloxacina 800 (2 sd) 1,4 170
Gentamicina De 3 a 5 mg/kg (md) 4 125
Cefalexina 1 000 (4 sd) 9 800

sd: subdosis; md: monodosis.


118 Urología

aeruginosa y Serratia sp.: en el tratamiento oral se frascos de 200 mg/100 mL; su absorción se reduce
pueden utilizar el trimetoprim con sulfametoxazol, por la interacción con las sales de calcio, hierro sin
ciprofloxacina y nitrofurantoína; en Proteus, la ampici- antiácidos e incrementa el efecto anticoagulante como
lina, y en Pseudomonas y Serratia, la carbenicilina. la warfarina y de hipoglicemiantes orales como la
En el tratamiento parenteral se utiliza la gentamicina, glibenclamida, además, aumenta las concentraciones
asociada en Enterobacter y Pseudomonas aerugi- plasmáticas de la teofilina.
nosa con piperacilina; en Klebsiella, con cefalos- Posología: en las pielonefritis agudas: de 250 a
porinas, y en Serratia, con sulfametoxazol o amikacina. 750 mg cada 12 h, por 7 días y hasta 14 días en infec-
Cocos grampositivos como Staphylococcus ciones más graves; en las prostatitis agudas: 1 g diario,
aureus, epidermidis, saprofiticus: se puede utilizar en 2 dosis, durante 28 días; en cistitis agudas, 500 mg
la nitrofurantoína, ciprofloxacina y ampicilina por vía diarios, durante 3 días.
oral. La vía parenteral se reserva para la penicilina G La norfloxacina se presenta en tabletas de 250 mg
potásica y la vancomicina. Los cocos gramnegativos y se puede utilizar en infecciones del tracto urinario
como Neisseria gonorhoeae se tratan con cipro- (altas o bajas, agudas o crónicas), como pielonefritis,
floxacina más doxiciclina, por vía oral, y ceftriaxona, pielitis y ureteritis (400 mg/12 h durante 10 días); cistitis
por vía parenteral. (400 mg/12 h durante 3 días); prostatitis crónicas,
En resumen, el espectro de gérmenes que inva- 400 mg/12 h durante 28 días y uretritis gonocócica,
den el tracto urinario y provocan infecciones es muy 800 mg/dosis única.
amplio, de ello se deriva el uso de múltiples grupos Betalactámicos: comprenden las penicilinas,

ÓN
cefalosporinas y carbapenemes. En general, su poten-
farmacológicos en su terapéutica.

CI
cial nefrotóxico es bajo y significativamente inferior al
Quinolonas no fluoradas: se representan por
de los aminoglucósidos. Su mecanismo más frecuente

UC
el ácido nalidíxico, que se emplea en las infecciones
de afección renal es a través de una nefritis intersticial;
agudas y crónicas no complicadas del tracto urinario,OD es poco común la necrosis tubular aguda.
provocadas por bacterias gramnegativas como
Penicilinas: las de primera generación no ejercen
PR

Escherichia coli , Enterobacter sp., Klebsiella y


una efectividad suficiente contra los microorganismos
RE

Proteus; puede ser efectivo contra Shigella y Salmo- gramnegativos. Las aminopenicilinas como la ampicilina
nella en las infecciones del tracto digestivo, pero es y la amoxicilina se han utilizado en el tratamiento de
SU

más aceptado en la profilaxis de las infecciones estas infecciones con buenos resultados contra ente-
bacterianas recurrentes del tracto urinario. Se han des-
DA

rococos, estafilococos, E. coli y Proteus mirabilis,


crito reacciones adversas como hipertensión endocra- pero estos desarrollan resistencia, lo que ha sido re-
BI

neana y acidosis metabólica, entre otras. suelto con los inhibidores de la betalactamasa, como el
I

Se presenta en tabletas de 500 mg y suspensión


OH

ácido clavulínico; del tipo anti- Pseudomonas tienen


de 250 mg/5 mL. mayor protección contra microorganismos gramnega-
PR

Posología: adultos 4 g/día, repartidos en 4 subdosis; tivos y también son efectivas contra microorganismos
niños mayores de 3 meses: 50 mg/kg/día; si el trata- grampositivos; se utilizan en las infecciones noso-
miento es prolongado, reducir la dosis a 30 mg/kg/día. comiales.
Es muy útil como quimioprofilaxis nocturna en enfer- Las penicilinas requieren dosis muy elevadas para
mos con reflujo vesicoureteral y cateterismo perma- que aparezcan efectos tóxicos (superiores a 15 millo-
nente; se recomiendan monodosis de 1 g/día. nes U/día en la IRC). Con estos fármacos se debe
Fluorquinolonas: inhiben la ADN girasa bacte- alargar el intervalo posológico.
riana (enzima importante para la replicación del ADN); Los compuestos penicilínicos no tienen acción
su espectro es fundamentalmente contra los gérmenes nefrotóxica por citotoxicidad directa; la lesión renal se
gramnegativos, se incluyen cepas de Pseudomonas y produce exclusivamente por mecanismos de hipersen-
una actividad limitada contra las especies de estrep- sibilidad. Las alteraciones renales provocadas por la
tococos, y más específico para los estafilococos; no penicilina suelen ser consecuencia de reacciones
ejercen efecto contra las bacterias anaerobias, por lo anafilácticas, en particular si evolucionan con hipotensión.
que no interfieren con la flora fecal; producen daño al En ocasiones, se manifiesta una angitis junto a
cartílago en desarrollo, según estudios en animales, por lesiones glomerulares. Por el contrario, la meticilina,
lo que se contraindica en niños y mujeres grávidas, por en menor grado la ampicilina y solo de forma excep-
ejemplo: ciprofloxacina, tabletas de 250 y 500 mg, y cional la penicilina, provocan nefritis intersticial por hi-
Infecciones de las vías urinarias 119
persensibilidad. Al cabo de unos d ías de tratamiento se y se contraindican en pacientes con hipersensibilidad a
presentan hematuria, leucocituria, cilindruria y los betalactámicos. Puede ocasionar náuseas, vómi-
proteinuria. tos, dolor abdominal y cefalea; su dosis en adultos es
La insuficiencia renal se puede presentar con diu- de 1 a 1,5 g en 24 h; en niños, 25 mg/kg/día, distribuida
resis variables y no es infrecuente su asociación con en 4 subdosis. Así mismo, se utiliza como profilaxis de
exantema cutáneo, eosinofilia y presencia de eosinófilos la infección recurrente del tracto urinario en adultos,
en la orina; también es posible que se desarrolle una en dosis de 250 mg al acostarse.
acidosis tubular renal. En la fase aguda se puede indi- Cefazolina: cefalosporina de primera generación;
car una terapéutica con glucocorticoides e, incluso, la se presenta en bulbos de 500 mg o 1 g y se puede
administración de heparina, si se evidencia coagula- utilizar por vía intramuscular o intravenosa. Es útil en
ción intravascular. la profilaxis de la cirugía urológica convencional y
Las cefalosporinas constituyen un grupo de anti-
endoscópica.
bióticos de amplio espectro y estructura química simi-
Cefuroxima: cefalosporina de segunda genera-
lar a las penicilinas. Se eliminan fundamentalmente por
ción; se presenta en bulbos de 750 mg; su dosis en los
el riñón, a través de un mecanismo de filtración y de
adultos es de 750 mg/cada 6 a 8 h y en los niños, de 30 a
secreción tubular. La cefaloridina y la cefalotina son
las más nefrotóxicas del grupo, y las cefalosporinas 60 mg/kg/día. Se puede utilizar como profilaxis quirúr-
tipo cefuroxima, cefoxitina y ceftazidima, tienen un gica 1,5 g durante la inducción anestésica.
potencial nefrotóxico mínimo. Ceftriaxona: cefalosporina de tercera generación,
conocida también como rocephin; se presenta en bul-

ÓN
Su nefrotoxicidad aumenta con la edad avanza-
bos de 1 y 2 g; posología en adultos y niños mayores de

CI
da, insuficiencia renal previa, dosis excesivas, reac-
ción de hipersensibilidad cruzada con la penicilina y 50 kg de peso: se administra 1g diario, i.m. o i.v.; en

UC
asociación a aminoglucósidos y diuréticos potentes (áci- infecciones graves, de 2 a 4 g diarios; como profilaxis
OD
do etacrínico y furosemida). Habitualmente la nefro- quirúrgica se puede utilizar 1 g durante la inyección
toxicidad se manifiesta por proteinuria, cilindru ria e anestésica.
PR

insuficiencia renal, por lo común reversible, aunque pue- Ceftazidima: cefalosporina de tercera generación;
RE

de ser persistente si se mantienen niveles elevados del se presenta en bulbos de 1 g y es muy útil en infeccio-
antibiótico. nes provocadas por Pseudomonas aeruginosa en el
SU

Entre los carbapenemes, el antibiótico más utili- tracto urinario (posinstrumentación).


zado es el imipenem; la nefrotoxicidad inicial de este Posología: 1 g cada 8 h o 1 g cada 12 h, hasta llegar
DA

compuesto se ha eliminado al incorporarle la cilastatina, a 3 g en 24 h en infecciones severas, por vía i.m. o i.v.;
BI

que a su vez favorece su eliminación renal y la efecti- las mayores de 1 g deben ser por vía intravenosa. Es útil
I

vidad en las infecciones urinarias.


OH

en la profilaxis para la resección transuretral de prós-


Cefalosporinas: inhiben la síntesis de la pared tata: 1 g durante la inducción anestésica y 1 g al retirar
PR

bacteriana al actuar contra múltiples uropatógenos, mas la sonda uretrovesical.


existen diferencias en cuanto a sus generaciones. Al Aminoglucósidos: su mecanismo de acción con-
ser eliminadas en un gran porcentaje por vía renal, la siste en inhibir la síntesis proteica al inactivar los
vida media plasmática de estos medicamentos se pro- ribosomas bacterianos; son específicos contra los gér-
longa en la insuficiencia renal. No obstante, pocas ve- menes patógenos gramnegativos y todas las especies
ces las cefalosporinas causan toxicidad renal. de Pseudomonas. Cuando se combinan con la ampici-
Las de primera generación ejercen un buen efecto lina provocan un efecto sinérgico contra los ente-
contra los grampositivos y algunos gramnegativos como rococos; se pueden utilizar en combinación con betalac-
Escherichia coli, Proteus y Klebsiella. Las de se- támicos en infecciones graves por bacilos gramnega-
gunda generación actúan mayormente contra los anaero- tivos. Se excretan fundamentalmente por el riñón y no
bios y Haemophylus influenzae. se absorben por vía gastrointestinal, de esta manera,
Las cefalosporinas de tercera generación son muy su administración debe ser por vía parenteral en afec-
específicas para todos los gramnegativos, incluyendo ciones sistémicas; son muy nefrotóxicos y ototóxicos.
su acción contra Pseudomonas. Aproximadamente 20 % de los pacientes que re-
Cefalexina: cefalosporina de primera generación; ciben aminoglucósidos por vía parenteral desarrollan
se presenta en cápsulas de 500 mg y suspensión de algún grado de afección renal; esta incidencia aumen-
125 mg/5 mL; los antiácidos disminuyen su absorción ta con la duración del tratamiento. En conjunto, de 10 a
120 Urología

15 % de insuficiencia renal aguda (IRA) se origina por Gentamicina: se presenta en ampolletas de 10 y


estos antibióticos. En este grupo se incluyen: neomicina, 80 mg; es efectiva contra la mayoría de las cepas de
gentamicina, tobramicina, kanamicina, amikacina, Escherichia coli, Proteus sp, Klebsiella sp, Pseudo-
netilmicina y estreptomicina. monas aeruginosa, Citrobacter sp, Enterobacter sp,
Las primeras manifestaciones clínicas de nefro- entre otros.
toxicidad por aminoglucósidos son provocadas por la Posología: la dosis se calcula según el peso cor-
enzimuria tipo N-acetil-beta-glucosaminidasa (NAG) poral; se puede administrar por vías intramuscular e
o la proteinuria tubular tipo 2-microglobulinuria, que pue- intravenosa, en esta última con 2 modalidades: lenta
den aparecer a las 24 h de la administración del fárma- (administrar en no menos de 3 min) o en infusión (en
co; representan la expresión de la alteración estructu- una cantidad de fluido no mayor de 100 mL) a admi-
ral y funcional de la célula tubular renal, sobre todo nistrar en 20 min.
proximal. También se pueden detectar glucosuria r enal En los pacientes adultos se puede utilizar una do-
y aminoaciduria, semejante al síndrome de Fanconi. sis de carga de 2 mg/kg (independiente de la función
Los aminoglucósidos pueden provocar pérdidas renal) y se continúa con una dosis de 3 a 5 mg/kg/día
urinarias exageradas de potasio y de magnesio, inducto- en monodosis durante 7 a 10 días. En caso de infeccio-
ras de hipopotasemia e hipomagnesemia. La poliuria y nes graves que comprometan la vida , se puede calcu-
la diabetes insípida nefrogénica son expresiones de la lar una dosis de 5 mg/kg/día. En caso de insuficiencia
incapacidad renal para concentrar la orina. La IRA renal, la dosis se debe calcular de acuerdo con la de-
suele manifestarse entre 7 y 10 días de tratamiento puración de creatinina corregida (DCC).

ÓN
con aminoglucósidos y es frecuente que se acompañe Estimación de la DCC:

CI
de volúmenes urinarios normales (IRA con diuresis Sexo masculino:

UC
conservada). La suspensión de los aminoglucósidos DCC (mL/min) = (140 - edad) · peso en kg
suele mejorar total o parcialmente la función renal. OD
Determinados factores de riesgo potencian la 72 · creatinina
nefrotoxicidad de los aminoglucósidos; se destacan la
PR
Sexo femenino:
edad avanzada, insuficiencia renal previa, duración y DCC (mL/min) = (140 - edad) · peso en kg · 0,85
RE

dosis del tratamiento, administración simultánea de otros


fármacos nefrotóxicos, hipovolemia e hipopotasemia. 72 · creatinina
SU

Las lesiones histológicas incluyen desde borra-


DA

miento del borde en cepillo de las células tubulares y Amikacina sulfato: se presenta en bulbos de
BI

aumento del tamaño de los lisosomas con los denomi- 500 mg/2 mL. Es sensible a un amplio grupo de micro-
I

nados cuerpos mieloides, hasta una verdadera necrosis organismos gramnegativos: Escherichia coli, Proteus
OH

tubular. La asociación frecuente con furosemida, sp, Pseudomonas sp, Klebsiella sp, Enterobacter sp,
anfotericina o con contrastes radiológicos, potencia su Serratia sp, Providencia sp; asimismo pueden ser
PR

nefrotoxicidad. sensibles a la amikacina microorganismos resistentes


Comparativamente, la tobramicina es menos a la gentamicina y la tobramicina.
nefrotóxica que la gentamicina y, a su vez, la netilmicina Posología: se puede administrar por vía i.m. o i.v.
menos que las 2 anteriores. De manera experimental, lenta, o por infusión en pacientes con función renal
la amikacina es menos nefrotóxica. Dentro del grupo, normal; la dosis habitual es de 15 mg/kg/día en
la kanamicina presenta una nefrotoxicidad intermedia. monodosis; se puede administrar una dosis de carga
Si bien las preparaciones modernas de estreptomicina de 7,5 mg/kg, independiente de la función renal.
son muy poco nefrotóxicas, su uso limitado se determi- En infecciones graves la dosis se puede incre-
na tanto por razones bacteriológicas como por su ele- mentar hasta 22,5 mg/kg/día; no exceder 1,5 g/día. Las
vado potencial ototóxico, que obliga a efectuar una dosis en pacientes con insuficiencia renal se deben ajus-
cuidadosa dosificación en la insuficiencia renal. tar según la aclaración de creatinina.
Debido a su nefrotoxicidad y ototoxicidad eleva- ¿Es conveniente el uso de aminoglucósidos en
das, la neomicina no se administra por vía sistémica y dosis única?
solo se utiliza en forma tópica o por vía digestiva (míni- El empleo de los aminoglucósidos en dosis úni-
ma absorción intestinal); sin embargo, las dosis orales ca, tan discutido en los últimos años, se basa en qu e
elevadas o la instilación intraperitoneal pueden provo- son agentes cuya acción bactericida depende de la co n-
car absorción parcial e importantes efectos nefrotóxicos. centración plasmática que alcanzan, el efecto
Infecciones de las vías urinarias 121
posantibiótico (EPA) que poseen, la disminución de la genasa y sida; se contraindica en la insuficiencia hepá-
resistencia adaptable o inestable que se consigue, y la tica severa, insuficiencia renal y porfiria; puede tener
creencia de que existe un sistema de transporte, capaz efecto teratógeno en el primer trimestre del embarazo
de saturarse, que regula su entrada al interior de la célu- y en el tercero, riesgo de hemólisis neonatal y metahe-
la tubular renal y coclear. moglobinemia.
Tanto in vitro como en modelos animales y en se- Se ha demostrado la hipersensibilidad cruzada de
res humanos, se ha observado que cuando la relación este medicamento con furosemida, tiazidas, sulfoni-
concentración máxima plasmática (CMP) y concentra- lureas e inhibidores de la anhidrasa carbónica, que
ción mínima inhibitoria (CMI) de los aminoglucósidos incrementan las concentraciones en sangre de la
es mayor que 8-20 µg/mL, la acción bactericida es más warfarina, sulfonilureas, difenilhidantoína; su tiempo de
extensa y rápida e, incluso, se ha llegado a proponer vida media disminuye con el uso de la rifampicina.
como factor predicitivo de curación y de baja mortali- Presentación en tabletas de 400 mg de SMX y
dad. El EPA se asocia a la unión irreversible de los 80 mg de TMP; suspensión oral SMX 100 mg y TMP
aminoglucósidos a la subunidad de los ribosomas. 20 mg en 5 mL; ampolletas SMX 400 mg y TMP 80 mg
La duración varía con el tipo de microorganismo en 5 mL.
(< 2 h para los cocos grampositivos y de 2 a 4 h para Posología: adultos: 960 mg cada 12 h, durante 10 a
los bacilos gramnegativos), el inóculo bacteriano, el 14 días, v.o. o i.v.; niños: de 6 semanas a 5 meses,
antibiótico y su concentración. Con la dosis única se 120 mg cada 12 h; de 6 meses a 5 años: 240 mg cada
evita el efecto negativo de la resistencia adaptable 12 h; de 6 a 12 años: 36 mg/kg/día en 2 subdosis. La

ÓN
(descenso de la entrada del antibiótico a la bacteria dosis se debe ajustar según el aclaramiento de creatinina,

CI
mediante un transporte activo después de la primera por ejemplo: aclaramiento de creatinina mayor que
dosis). 30 mL/min: se debe administrar la dosis estándar; de

UC
La toxicidad, sobre todo renal y ótica, y el escaso
OD 15 a 30 mL/min se recomienda la mitad de la dosis
margen terapéutico, son los inconvenientes principales estándar; si el aclaramiento de creatinina es menor que
de los aminoglucósidos. 15 mL/min, no se recomienda el uso del fármaco.
PR

En modelos animales, la dosis única también se Nitrofurantoína: su mecanismo de acción se basa


RE

ha mostrado menos nefrotóxica y ototóxica que la en la inhibición de varias vías enzimáticas bacterianas,
multidosis. Este fenómeno se relaciona con la existen- de ahí su respuesta contra numerosos microorganismos
SU

cia de un sistema de transporte que se satura con una enterales gramnegativos, exceptuando Pseudomonas
DA

gran dosis, mientras que permanece activo cuando el y Proteus, además de su utilidad contra estafilococos
antibiótico se pauta convencionalmente, lo que permite
BI

y enterococos.
una mayor concentración intracelular.
I

Este fármaco se aclara muy rápido por los riño-


OH

No obstante, es difícil llegar a una conclusión nes y no alcanza nunca concentraciones séricas ele-
acerca de la situación real de este tema, ya que la vadas, por lo que no es aconsejable para el tratamiento
PR

definición de toxicidad no es uniforme en los trabajos y de infecciones renales parenquimatosas o complica-


todos los autores consideran al aminoglucósido como das. Es eficaz en profilaxis a largo plazo, por su poco
único elemento de riesgo, cuando verdaderamente el efecto fuera de la vía urinaria y la baja resistencia
daño renal es multifactorial. Los mecanismos de la bacteriana que posee; se contraindica en la insuficien-
ototoxicidad no se conocen bien y han sido menos es- cia renal, tercer trimestre de embarazo, niños menores
tudiados. de 3 meses, pacientes con déficit de glucosa 6 fosfato
Trimetoprim (TMP)-sulfametoxazol (SMX): su deshidrogenasa y porfiria. Su reacción adversa más
mecanismo de acción se basa en interferir el metabo- frecuente ocurre en el sistema digestivo: náuseas, vó-
lismo bacteriano de los folatos. mitos, anorexia, dispepsia y diarreas.
Actúa contra la mayoría de los gérmenes que ata- Presentación: tabletas de 50 y 100 mg y suspen-
can el tracto urinario: Escherichia coli, Klebsiella, sión de 1 g/100 mL.
enterobacter, Proteus mirabilis y vulgaris, pero no es Posología: adultos: 200 mg/día; como profilaxis:
efectivo contra enterococos y Pseudomonas. Es uno de 50 a 100 mg por las noches; niños: 3 mg/kg/día; se
de los fármacos más utilizados en el tratamiento de las reducirá si se presentan efectos indeseables; en niños
infecciones del tracto urinario, sin embargo, puede ex- mayores de 3 meses: 1 mg/kg/día en las noches. No se
perimentar toxicidad hemató gena en pacientes con debe asociar con el ácido nalidíxico, pues se reduce su
déficit de folatos, déficit de glucosa 6 fosfato deshidro- eficacia antiinfecciosa.
122 Urología

Profilaxis antimicrobiana  Su actividad frente a S. aureus es inferior.


 Su elevado consumo puede favorecer las coloniza-
en procedimientos urológicos ciones, sobreinfecciones y desarrollo de resistencias
Se deben tener en cuenta los aspectos siguientes: bacterianas.
 Características de la cirugía.  Administración intravenosa: es más eficaz cuando se
 Tipo de herida. inicia 1 h antes de la intervención quirúrgica. Tam-
 Diagnóstico del paciente. bién puede hacerse en el momento de la inducción
anestésica.
Clasificación de las heridas quirúrgicas:  Espectro antimicrobiano, farmacocinética, baja toxi-
 Limpias contaminadas: cidad y costo.
 Intervención sobre tejidos exentos de microorga-  Eficacia clínica y acción bactericida, así como ele-
nismos, pero traumática. vada capacidad de penetración.
 Entrada en cavidad con microorganismos o en  Ha de alcanzar concentraciones efectivas en san-
mucosas (excepto intestino grueso), pero con fuga gre y en el lugar probable de la infección posqui-
mínima y sin que existan signos inflamatorios. rúrgica.
 Contaminadas:  Se prefieren esquemas monodosis.
 Inflamación aguda sin pus.
 No deben ser antibióticos potentes, que favorezcan
 Derrame del contenido de una víscera.
la resistencia en la flora.

ÓN
 Heridas traumáticas con menos de 4 h de evolu-

CI
ción.
Recomendaciones. En la cirugía urológica, los gér-
 Sucias:

UC
menes probables implicados en la infección son los
 Presencia de pus.

 Apertura de cavidades colonizadas.


OD bacilos entéricos gramnegativos (E. coli), enterococos
 Heridas traumáticas de más de 4 h de evolución.
y Pseudomonas aeruginosa. En cirugía limpia, S. aureus
PR
y coliformes.
RE

Criterios para el empleo de profilaxis quirúrgica Indicaciones:


antimicrobiana:  Cirugía limpia: hidrocele, varicocele y orquiectomía
SU

 Procedimientos urológicos abiertos. no séptica: no precisan profilaxis, excepto en pacien-


 Procedimientos endourológicos, endoluminares y tes con factores de riesgo: inmunodeprimidos,
DA

percutáneos: se recomienda la erradicación de la in- valvulopatías y prótesis valvulares. En inmunode-


BI

fección urinaria antes de la intervención quirúrgica. primidos, diabetes descompensada, pacientes con
I

 Litotricia extracorpórea de cálculos renales de masa


OH

marcapasos, quimioterapia con leucopenia, trasplan-


compleja, en asociación con enfermedades crónicas te renal, insuficiencia renal, vejiga neurógena, sí se
PR

como diabetes mellitus y con necesidad de apoyo. hará profilaxis.


 Procedimientos lumbolaparoscópicos: la dosis se re-  Cirugía limpia-contaminada:
petirá a las 4 h de inicio de la intervención.  Cirugía endoscópica.

 Cualquier cirugía de la vía urinaria en pacientes


¿Qué antibiótico se tiene que emplear? Para la cateterizados.
elección del antibiótico adecuado se tendrán en cuenta  Biopsia transrectal de próstata.
las interrogantes siguientes:
 Nefrostomía percutánea y cateterismos ureterales.
¿Qué vía utilizar?
 Implantes de prótesis (pene).
¿Cuándo se debe iniciar?
 Nefrolitotomía percutánea.
¿Qué dosis?
¿Qué duración? En todos se requiere la profilaxis. En esta última
debe prolongarse por 7 días.
Cefazolina o cefuroxima: cefalosporinas de vida  Cirugía contaminada:
media prolongada, con buenas concentraciones plas-  Cirugía de cálculos coraliformes.

máticas y tisulares. Baja toxicidad y menor costo.  Derivaciones urinarias con uso de intestino.

Desventajas de las cefalosporinas de tercera ge-  Cirugía de incontinencia urinaria, vía vaginal.

neración:  Apertura accidental de la luz intestinal, sin prepa-


Infecciones de las vías urinarias 123
ración y con diseminación del contenido (agregar Infección intrahospitalaria
metronidazol). En ocasiones, la profilaxis se man-
tendrá más de 72 h. La ITU representa entre 23 y 30 % del total de
 Cirugía sucia: las infecciones adquiridas durant e el ingreso hospitala-
 Abscesos (perirrenal, del psoas, perivesical).
rio, con una prevalencia de 2 %. Aumenta la estancia
 Nefrectomía de riñón séptico, gangrena de Four- hospitalaria en una media d e 4 días. Entre otros
nier, fístulas urinarias. factores que influyen en la infección de la herida qui-
 Traumas abiertos con gran exposición de tejidos rúrgica se encuentran: la técnica quirúrgica utilizada,
y/o cuerpos extraños. Tratamiento antibiótico es - duración del acto quirúrgico, tipo de herida y no em-
pecífico. pleo de antibióticos profilácticos.

ÓN
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ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR
Estudios radiográficos del sistema urinario 127

Capítulo 4

José Alberto Álvarez Cuesta, Jorge

ÓN
Daniel Andrés Corona y Ronald Odiaga Gutiérrez

CI
UC
OD
Con el advenimiento de nuevas técnicas en el diagnóstico por imágenes y el desa-
PR

rrollo de la computación y su aplicación en esta rama, el estudio imagenológico del


RE

sistema renal ha cambiado: abarca desde lo más sencillo e inocuo, como el ultrasonido
(US), hasta la radiografía convencional, tanto del tracto urinario simple (TUS) como
SU

contrastada (instrumentada o no instrumentada).


Siguiendo con el principio de los rayos X, se cuenta con la tomografía axial
DA

computadorizada (TAC), que también puede ser un estudio simple o contrastado, y la


BI

arteriografía renal por sustracción digital, como medio de diagnóstico que le continúa
I

en complejidad y aporta datos de interés.


OH

De acuerdo con la composición histoquímica de los tejidos se cuenta con la reso-


PR

nancia magnética nuclear (RMN), la cual tiene como principio los campos electromag-
néticos, además, para el estudio del riñón también se emplea la gammagrafía.
Históricamente, los estudios imagenológicos se han caracterizado por el empleo
de diferentes tipos de contraste para definir mejor las estructuras determinadas de
cada órgano, con la finalidad de brindar un diagnóstico mucho más exacto. Teniendo
en cuenta lo anterior y de acuerdo con su utilización, estos se clasifican en:
1. No contrastados:
a) US.
b) TUS.
c) RMN.
d) Gammagrafía.
2. Contrastados:
a) No instrumentados:
Urograma descendente (UD).
Nefrotomografía.
TAC.
b) Instrumentados:
Pielografía ascendente.
128 Urología

Retroneumoperitoneo.  Fiebre de causa desconocida


Uretrocistografía:  Enfermedad parasitaria.
 Miccional.  Evaluación de un trasplante renal.
 Pasiva.

Arteriografía renal por sustracción digital. Se deben medir los diámetros, longitud (de 10 a
13 cm), ancho (de 4,9 a 6,4 cm) y anteroposterior (de
Los contrastes alternan de acuerdo con el tipo de 3,9 a 8,1 cm), así como el diámetro del parénquima en
estudio, la técnica a utilizar y la estructura que se quie- un punto medio promedio, y de este se calcula el índice
ra precisar, por ejemplo, en el neumoretroperitoneo se corticomedular, que no es más que la relación mate-
utiliza aire como medio de contraste, con la finalidad mática entre el parénquima renal y el diámetro
de dibujar el contorno del riñón y definir las caracterís- transverso del riñón (este es normal cuando se encuen-
ticas de diferentes tumores renales, incluidas las for- tra alrededor de 33 %), es decir, el parénquima renal
maciones quísticas, estudio que ha quedado en el olvi do debe ser aproximadamente igual a 1/3 del ancho del
tras el empleo del US. riñón.
Para el estudio de las vías excretoras del riñón se
utilizan los contrastes yodados. En Cuba, el más em-
pleado es la urografina, contraste de bajo peso Estudios radiográficos del riñón
molecular e hidrosoluble, que desempeña una función
primordial en el UD, tanto para observar la morfología Preparación:

ÓN
y el funcionamiento renal en las fases nefrográficas y  Eliminar los residuos del tracto digestivo.

CI
de eliminación renal, como para lograr el detalle anató-  Permanecer en ayuna.
mico de las vías urinarias. Este contraste se emplea  Toma de purgantes.

UC
también en las pielografías ascendentes, uretrocisto-  Enemas evacuantes.
grafías, arteriografía renal y TAC contrastada. En la
OD  Recomendar al paciente que permanezca de pie o
RMN se puede utilizar el gadolinio. sentado, recostado sobre el lado derecho para evitar
PR

distensión gaseosa del intestino.


RE

Ecografía renal
SU

Tracto urinario simple


Es un estudio inocuo, relativamente económico y
DA

dinámico, que se realiza en tiempo real; presenta la El TUS es la base de todo estudio radiográfico de
BI

ventaja de comparar las estructuras de forma bilate- los riñones y del resto del tracto urinario.
I

ral. No requiere preparación, al menos para la vi- Consiste en una placa de 14  por 17 pulgadas; el
OH

sualización de ambos riñones; en caso de que se paciente se pondrá en posición supina.


PR

pretenda estudiar la próstata y la vejiga, esta última Sistemática de la lectura:


debe estar llena. Se deb en emplear transductores  Forma, posición y tamaño de los riñones, y movili-
entre 3,5 y 5 Mhz. dad.
La técnica Doppler es muy útil, siempre que se  M.
sospeche una afección vascular y muy especialmente  Presencia de calcificaciones.
en los trasplantes renales, lo que debe incluir muestras  Preparación del paciente.
del espectro al nivel de la arteria renal principal, las  Partes blandas (hígado, bazo, glándulas suprarrenales,
ramas segmentarias, las arterias interlobulares y las asas intestinales).
arcuatas. Con esta técnica también se deben explorar  Partes óseas.
las venas renales y la vena cava inferior (VCI).  Visualización de la vejiga.
Indicaciones:
 Estudio del dolor renal o ureteral. Calcificaciones proyectadas en el tracto uri-
 Sospecha de una masa renal. nario. Si existen dudas, se indican vistas oblicuas o
 Riñón no funcionante en el UD. laterales para comprobar si las calcificaciones se ale-
 Hematuria. jan o se relacionan con el tracto urinario.
 Infección renal recurrente o trauma. Los riñones tienen la misma densidad que el teji-
 Sospecha de enfermedad poliquística familiar. do vecino, pero se delimitan por la cápsula grasa que
Estudios radiográficos del sistema urinario 129
los rodea, por lo que se pueden identificar el hilio y
parte del seno renal.
Los uréteres no son visibles en el TUS. Los riño-
nes se definen poco en pacientes delgados, niños o
ancianos con poca grasa.

Urograma descendente
Debe brindar una visualización precisa y comple-
ta del tracto urinario (Figs. 4.1 y 4.2), para lo cual debe
haber:
 Buena concentración del contraste.
 Repleción satisfactoria en las vías excretoras; se usa
para el estudio de la función renal, anatomía del ri-
ñón o ambos a la vez.

ÓN
CI
UC
Fig. 4.2. Tracto urinario simple. Zona renal y relación con el
OD psoas.
PR
RE

de por la caída de la presión sanguínea (más de


SU

70 mm Hg), la secreción urinaria cesa.


DA

Contraindicaciones:
 Mieloma múltiple: puede desencadenar infección re-
BI

nal aguda, pues en esta parte los túbulos están llenos


I
OH

de moldes hialinos que provocan obstrucción mecá-


nica y el contraste determina su precipitación.
PR

 Insuficiencia renal.
Fig. 4.1. Tracto urinario simple.
Indicaciones:
La evaluación de la función renal incluye la ca-  Dolor lumbar.
pacidad del riñón para excretar el contraste y la del  Litiasis.
tracto urinario para recibirlo y transportarlo, por lo que  Infección del tracto urinario (complicada).
el examen morfológico solo se puede hacer en un ri-  Malformaciones congénitas.
ñón que funcione.  Hidronefrosis.
Este contraste se excreta por:  Tumoraciones (renales, abdominales, ginecológicas,
 Filtración glomerular (tri Y). prostáticas y vesicales).
 Excreción tubular (bi Y).
Técnicas:
La cantidad filtrada es directamente proporcio-  Urograma convencional.
nal a la concentración del contraste en el plasma. La  Urograma intravenoso con grandes dosis de contras-
excreción del contraste también depende de la rela- te, en un sujeto normalmente hidratado.
ción entre la presión secretora del riñón y la presión  Urograma más infusión, venoclisis o goteo.
intrapélvica. Si la presión secretora del riñón descien-  Urograma con empleo de vasodilatadores rena les.
130 Urología

Urograma convencional Brinda información acerca de la dimensión de los


riñones y la anatomía de las vías excretoras, lo que
Es el más empleado; se debe opacificar todo el permite precisar el diagnóstico diferencial entre IRC,
sistema excretor. Consiste en la compresión abdomi- nefropatía médica o nefropatía obstructiva.
nal de los uréteres, para lo cual se debe aplicar sobre  Realización de nefrotomografía.
estos una presión de 90 a 100 mm Hg.  Traumas renales.
Contraindicaciones:
 Cólico nefrítico reciente.
 Trauma renal.
Urograma intravenoso
 Tratamiento quirúrgico reciente (6 meses). con grandes dosis
 Grandes tumoraciones abdominales. de contraste, en paciente
 Grandes hidronefrosis.
normalmente hidratado
Las primeras radiografías se realizan aproxima-
Es útil cuando el funcionamiento renal es pobre,
damente a los 5, 10 y 15 min, luego de administrar el
debido a que se obtiene una fase de nefrograma y vi-
contraste, y se visualizan los cálices y la pelvis. Poste-
sualización completa del sistema excretor. La dosis a
riormente se descomprime el abdomen y se realiza la
emplear es el doble o el triple de la que se utiliza en el
radiografía a los 15 y 25 min; al final se obtendrá vista
UD convencional; IV rápido, se compensa la dilución
de relleno y vaciamiento de la vejiga.

ÓN
que resulta de una hidratación normal con elevadas
En algunos casos hay que realizar vistas tardías

CI
dosis de contraste.
cada 1 h, a las 6 h y luego a las 12, 24 y 48 h. La

UC
eliminación del contraste debe ser simétrica y bilateral,
y a los 5 min se deben visualizar los cálices y la pelvis
OD Urograma con empleo
renal. de vasodilatadores renales
PR

Generalmente las vistas se realizan en decúbito


RE

supino, pero se pueden hacer: Indicaciones (se hace minutado):


 Vistas oblicuas.  Sospecha de HTA renovascular: diferencia en el ta-
SU

 De pie. maño longitudinal de los riñones: patológico, si el ri-


 Trendelemburg, sobre todo cuando no se puede rea-
DA

ñón derecho es mayor o igual al riñón izquierdo en


lizar la compresión abdominal. 1,5 cm, o si el riñón izquierdo es mayor que el riñón
BI

derecho en 2 cm.
I

 Diferencia no menor de 30 s en el tiempo de apari-


OH

Si existiera dilatación del uréter por detrás de la


vejiga, se debe realizar otra radiografía, luego del va- ción de contraste en los cálices.
PR

ciamiento vesical, para precisar la causa.  Diferencia subjetiva en la densidad del contraste: se
En el TUS se deben identificar las sombras rena- basa en que el riñón normal se agranda, como res-
les (tamaño y posición), los psoas, las estructuras óseas, puesta a la administración de un diurético más el efec-
las calcificaciones fisiológicas o patológicas, la pelvis to vasodilatador, o por un aumento de volumen
tubular; esto no ocurre en pacientes con estenosis
menor, el patrón gaseoso intestinal o cualquier otra
de la arteria renal.
anomalía.
Técnica:
 Se aplican 50 mL de contraste yodado (en menos de
Urograma por infusión, 30 s) y se obtienen vistas radiográficas en uno de los
venoclisis o goteo riñones a los 15 s, 1,5, 2, 2,5 y 3 min después de la
inyección.
Indicaciones:  A los 5 min se obtendrá una vista de todo el tracto
 Urograma convencional pobre y previo a pielografía urinario, seguida a los 10 min de una vista del seno
ascendente, sobre todo en las obstrucciones severas de los riñones.
de las vías excretoras.  Furosemida: 40 mg i.v. en 30 s; se esperan 10 min;
 Insuficiencia renal crónica (IRC), cuando no se ob- luego 50 mL de contraste y se obtiene una vista del
tienen datos radiográficos con las dosis habituales. cono de los riñones.
Estudios radiográficos del sistema urinario 131
Aspecto radiográfico Tomografía axial
del urograma normal computadorizada
En las primeras vistas se logra la fase nefrográfica, En la TAC simple los riñones aparecen ovalados
que consiste en la visualización del parénquima renal. en los polos y en media luna al nivel del hilio, con un
Debe ser cronológicamente simétrica para ambos riño- parénquima homogéneo y una densidad de 30 ± 10 UH.
nes, al igual que el comienzo de la fase excretora; de no En la TAC intravenosa (IV) se intensifica inicial-
ser así, se plantea una fase nefrográfica mantenida, la mente la cortical, con las pirámides hipotensas. Inme dia-
cual es un signo patológico; en esta se debe estudiar la tamente después todo el riñón toma la misma densi dad y
morfología del riñón y la velocidad de excreción depende se pueden identificar las pirámides como estructuras
de su estado funcional. triangulares.
La longitud del riñón adulto normal oscila entre
11 y 15 cm, pero siempre en relación con el tamaño del Anatomía de interés en la radiografía
paciente, es decir, individuos más altos tendrán riñones
más largos, generalmente equivalente a 3 o 4 vérte- Se distinguen:
bras lumbares.  Corteza renal: compuesta por los glomérulos y los
El riñón alcanza su máximo tamaño en la segun- túbulos contorneados; ocupa el tercio externo del
da década de la vida y comienza a decrecer a partir de parénquima y se proyecta entre las pirámides rena-
la sexta, de manera que la masa renal se llega a redu-

ÓN
les para formar las columnas de Bertini.
cir hasta en 20 % y la longitud de los riñones, 10 %. El  Médula renal: compuesta por los túbulos colectores

CI
riñón derecho suele ser 5 mm más corto que el izquier- y asas de Henle; abarca 2/3 internos del parénquima,

UC
do y se visualiza ordinariamente 1 o 2 cm más bajo que salvo el ocupado por las columnas de Bertini. El ri-
el izquierdo. OD ñón contiene más de 18 pirámides medulares.
El espesor del parénquima se observa bien en el  Seno del riñón o porción central: contiene grasa, es-
PR
urograma y el seno puede hacerse visible en una tructuras vasculares y el sistema pielocalicial.
nefrotomografía.
RE

Existen 2 medidas: Por lo general, solo existe una arteria renal que se
SU

1. Índice parenquimatoso (distancia que separa la divide en una rama ventral y otra dorsal, y en 5 ramas
extremidad de un cáliz de su contorno externo): segmentarias al nivel del hilio. A su vez, las arterias
DA

es de 30 mm para los polos y 25 mm para la parte segmentarias se dividen en arterias interlobulares que
BI

media del riñón. cursan por el parénquima, vecinas a las pirámides rena-
I

2. Trazado de línea interpapilar (Hodsan), según la les. De estas arterias se originan periféricamente las ar-
OH

cual se unen los fondos de los fórnices en condi- terias arcuatas, que cursan entre la médula y la corteza.
A partir de las arterias arcuatas e interlobulares
PR

ciones normales; la línea trazada así es paralela al


contorno externo del riñón. se originan las arterias interlobulillares que irrigan la
corteza. Existen ramas pequeñas que irrigan los
El parénquima renal normal puede presentar glomérulos y la médula. Las venas cursan paralelas a
abombamientos en algunas áreas de su contorno, por las arterias y por delante de estas (Fig. 4.3).
lo general en la cara lateral. Actualmente se cree que En la ecografía del recién nacido la corteza es
son dimorfismos lobares. más hiperecoica, con la misma ecogenicidad que el
La persistencia de lobulaciones fetales en el adulto hígado y el bazo. Las pirámides tienen forma triangu-
lar, son hipoecoicas y por tanto prominentes. Este pa-
no es infrecuente, sobre todo en el borde lateral del
trón puede permanecer hasta los 6 meses. El seno
riñón izquierdo.
renal es isoecoico con la cortical, por la escasez de grasa.
En el sistema excretor se visualizan los cálices
Tanto en la ecografía del niño como del adulto la
menores, habitualmente en 2 grupos: uno anterior y corteza aparece hipoecoica en relación con el hígado y
otro posterior, en forma de copas invertidas, donde se el bazo; es difícil visualizar las pirámides. La médula
ajusta la pirámide renal, con concavidad externa y solo se aprecia parcialmente, pese a que representa
ángulos agudos; estos drenan a 3 cálices mayores: su- 50 % del parénquima. El seno renal aparece hiperecoi-
perior, medio e inferior, y a su vez vierten a la pelvis co en relación con la corteza (Figs. 4.4 y 4.5). El híga-
renal, que generalmente es más o menos redondeada, do y el bazo se pueden emplear como ventanas acústi-
pero puede ser hasta casi cuadr ada. cas para la evaluación de los riñones.
132 Urología

Fig. 4.3. Aspecto normal.

ÓN
Se deben medir los diámetros, longitud (de 10 a

CI
13 cm), ancho (de 4,9 a 6,4 cm) y AP (de 3,9 a 8,1 cm)

UC
(Figs. 4.6 y 4.7).
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 4.4. Seno renal y corteza.

Fig. 4.6. Medición del diámetro longitudinal.


Fig. 4.5. Seno renal y corteza (aspecto normal).
Estudios radiográficos del sistema urinario 133

ÓN
CI
UC
OD
Fig. 4.7. Medición del espesor.
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Agenesia renal Rotación anormal


En la ecografía no se localiza uno de los riñones y En la rotación anormal, principalmente si existe
la celda renal opuesta está ocupada por asas que pue- dilatación de la pelvis, se puede observar una pelvis
den simular un riñón patológico. El riñón contralateral anterior. En la TAC, sobre todo IV, se puede identifi-
aparece agrandado. Es muy difícil diferenciarla de una car más fácilmente esta variante.
hipoplasia o atrofia renal severa (Figs. 4.8 y 4.9).
La TAC confirma la ausencia de riñón en la cel-
da renal o en localización ectópica. Lobulación
En la ecografía se presenta con indentaciones en
Riñón hipoplásico la superficie renal (lobulación fetal). Otras veces se
observa cómo la corteza se proyecta en el hilio, lo que
En la ecografía el riñón es pequeño (Fig. 4.10), no debe confundirse con una masa cortical o una cica-
pero de aspecto normal. Es muy difícil diferenciarlo triz pielonefrítica.
del riñón atrófico. En la TAC se observa pequeño, pero En la TAC, sobre todo IV, se observa una seudo-
simétrico. masa que se tiñe de manera similar al resto del riñón.
134 Urología

Fig. 4.8. Ausencia renal derecha.

ÓN
Fig. 4.10. Riñón hipoplásico.

CI
UC
veces pueden protruir en el seno renal y comportarse
OD como una masa o seudotumor. En la ecografía las co-
lumnas son isoecoicas con la corteza y en la TAC se
PR
observa una continuidad entre estas estructuras.
RE

Riñón ectópico
SU
DA

Por lo general la ectopia es baja y se asocia a


BI

malrotación renal. Otras veces los riñones se fusionan


I

en forma de una masa discoide o “riñón en torta”.


OH

En la ecografía (Fig. 4.13) se visualiza el riñón


fuera de la celda renal y frecuentemente malrotado.
PR

La TAC permite confirmar la situación de este órgano


Fig. 4.9. Riñón izquierdo. y el grado de malrotación o fusión.

Giba esplénica Riñón cruzado ectópico


o fusionado
Se trata de un aplanamiento del polo superior del
riñón izquierdo, provocado por el bazo normal, que puede Siempre existen 2 uréteres que terminan en la
confundirse con un tumor. La ecografía y sobre todo la vejiga. En la ecografía se pueden ver los 2 riñones del
TAC permiten aclarar el diagnóstico (Fig. 4.11). mismo lado o simplemente un riñón único grande, al
igual que en la TAC.
Visualización de las columnas
de Bertini Riñón “en herradura”
Las columnas de Bertini (Fig. 4.12) representan Los riñones aparecen unidos (en su polo inferior)
la corteza interpuesta entre las pirámides medulares; a por una banda fibrosa o por el parénquima renal, con
Estudios radiográficos del sistema urinario 135
sus polos superiores más laterales que los inferiores.
Por lo general existe cierto grado de ectopia y se aso-
cia frecuentemente con hidronefrosis y litiasis.

Fig. 4.13. Riñón ectópico.

ÓN
CI
UC
Fig. 4.11. Giba esplénica.
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH

Fig. 4.14. Riñón en herradura.


PR

Fibrolipomatosis. Lipomatosis
renal
Se trata de un cúmulo excesivo de grasa en el
seno renal. En la ecografía, la ecogenicidad del hilio
Fig. 4.12. Columnas de Bertini. aparece muy extensa. En la TAC se observa el gran
cúmulo de grasa en el hilio renal, que separa las es-
tructuras normales, sobre todo los cálices. En la TAC
IV la densidad varía con la cantidad relativa de tejido
En la ecografía (Figs. 4.14 y 4.15) se observa la fibrolipomatoso (< 100 hasta 20 UH).
alteración del eje longitudinal de los riñones, y su posi-
ción baja y el tejido renal parenquimatoso o fibroso que
los une, muchas veces con visualización de cálices di- Pelvis extrarrenal
latados que confirman la unión parenquimatosa. En la
TAC se puede observar bien el puente por delante de La pelvis se extiende desde el seno renal hacia la
los grandes vasos. grasa hiliar (Fig. 4.16); en la ecografía es la única que
136 Urología

Fig. 4.16. Pelvis extrarrenal.

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE

Fig. 4.15. Riñón en herradura (obsérvese el istmo).


SU

se encuentra dilatada. La TAC simple permite confir-


mar el diagnóstico.
DA
BI

Duplicidad del sistema


I
OH

colector
PR

Se puede tratar de un riñón incompleto (pelvis


bífida) o completo, que presenta doble sistema colec- Fig. 4.17. Doble sistema pielocalicial.
tor, con uréter bífido o doble. En la ecografía (Fig. 4.17)
se observa un riñón grande con 2 senos renales
ecogénicos, separados por tejido cortical. La TAC brin-
da poca información.

Megacálices congénitos.
Megauréter
Se trata de una dilatación no obstructiva de los
cálices, asociada frecuentemente a megauréter. En la
ecografía (Fig. 4.18) el patrón es similar a una hidrone-
frosis obstructiva o por reflujo. La forma de termina-
ción del uréter dilatado se puede estudiar con Doppler
a color. La TAC brinda poca información. Fig. 4.18. Megacálices congénitos.
Estudios radiográficos del sistema urinario 137
Hidronefrosis o hidrouréter
Se trata de una oclusión completa o incompleta
del sistema colector o del uréter con dilatación proximal.
Causas:
 Obstrucción de la unión pieloureteral.
 Valva de uretra posterior.
 Ureterocele.
 Hipoplasia ureteral.
 Atresia ureteral.
 Litiasis.
 Tumores del sistema excretor o vejiga.
 Otras: edema y estenosis ureteral, vejiga neurogénica,
obstrucción vesicouretral y de causa iatrogénica.

Dependiendo del sitio y el grado de dilatación, en


la ecografía se observa dilatación de los cálices, la pel-
vis y el uréter (Figs. 4.19 y 4.20). Este último no solo Fig. 4. 20. Hidronefrosis (obsérvese la dilatación de la pel-
vis renal).

ÓN
se dilata, sino que se hace tortuoso. La técnica Doppler
se ha utilizado para diferenciar la hidronefrosis

CI
obstructiva de la no obstructiva (IR < 0,70).

UC
OD Nefropatía de reflujo
Se debe a un orificio ureteral ectópico, con una
PR

porción intramural vesical anormal del uréter (Fig. 4.21).


RE

En la ecografía se puede observar:


 Dilatación del sistema colector y del uréter, que pue-
SU

de ser transitoria y no obstructiva.


 Cicatrices corticales focales debidas a reflujo e in-
DA
BI

fección. Para algunos constituye la etiopatogenia de


I

la pielonefritis crónica atrófica.


OH

 Cicatrices corticales difusas: acompañan a la ne-


fropatía de reflujo crónica.
PR

Fig. 4.19. Hidronefrosis.

En las embarazadas se puede observar una hidro-


nefrosis que aumenta con el periodo de gestación , pre-
domina en el lado derecho y se cree que es causada
por factores hormonales o la compresión extrínseca.
En la TAC el sistema colector se muestra dilata-
do (hipodenso), orientado hacia los cálices, y su aspec-
to varía con el grado y el tiempo de la obstrucción:
oscila desde un aplanamiento calicial hasta el aspecto
de una estructura quística. En los pacientes con obs-
trucción crónica se puede observar un riñón grande , con
un patrón de nefrograma obstructivo en el examen IV. Fig. 4.21. Nefropatía por reflujo.
138 Urología

La ecografía puede demostrar la dilatación del


sistema excretor y de los uréteres, así como las cica-
trices focales o difusas del riñón. Mediante la técnica
Doppler se puede observar el reflujo vesicoureteral.
La TAC es poco útil es estos casos.

Necrosis papilar
Se puede asociar a diabetes, ingestión de anal -
gésicos, uropatía obstructiva, sicklemia, pielo nefritis,
necrosis tubular aguda, trombosis de la vena renal,
deshidratación y alcoholismo crónico. Es una com-
plicación de los riñones trasplantados. En la ecogra -
fía simula una hidronefrosis, pero con ecos (por las
papilas necrosadas). Otras veces produce caliec -
tasia sin obstrucción. La TAC brinda poca informa -
ción.
Fig. 4.23. Litiasis renal en la pelvis.

ÓN
Enfermedad renal litiásica

CI
Enfermedad quística renal

UC
En la ecografía (Figs. 4.22 y 4.23) se pueden diag-
Quiste cortical simple. Se trata de una lesión
nosticar los cálculos radiopacos y radiotransparentes,
OD no neoplásica (Fig. 4.24); en la ecografía se aprecian
además de brindar el estado de repercusión sobre el
sus características típicas: puede ser único o múltiple,
PR

tracto urinario. El diagnóstico solo se hace difícil en los


de forma redondeada u oval, con reforzamiento poste-
RE

pacientes obesos, sobre todo cuando los cálculos se


rior del sonido, ausencia de ecos internos o delimita-
encuentran en la porción media del uréter, o en cálcu-
ción nítida de la pared posterior.
SU

los muy pequeños.


Quiste cortical complicado . Las característi-
En la ecografía se observa un foco ecogénico que
DA

cas de los quistes complicados se pueden deber a:


debe medirse; este produce una sombra acústica por de-  Tabiques finos.
BI

trás. En la TAC con cortes finos casi todos los cálculos  Quistes lobulados.
I

se pueden visualizar; estos aparecen como estructuras


OH

 Calcificación focal en la periferia del quiste, por in-


densas (de 200 a 500 UH). fección o hemorragia.
PR

 Ecos internos, que pueden ser difusos en las hemo-


rragias recientes o infección. Se pueden observar
niveles líquidos en el interior del quiste, de diferente
densidad.

En la TAC, los quistes simples muestran:


 Paredes finas y lisas, difíciles de visualizar.
 Densidad de agua (15 UH).
 No existe calcificación interna ni periférica.
 No se modifican con el contraste.

Por otra parte, los quistes complicados muestran


una densidad interna mayor, por tanto se puede dife-
renciar la naturaleza de su contenido.
Quistes extraparenquimatosos. Las formas no
complicadas se comportan como quistes simples o
hidronefrosis. A veces se complican con hemorragias
Fig. 4.22. Litiasis renal.
y se pueden confundir con un tumor sólido (Fig. 4. 25).
Estudios radiográficos del sistema urinario 139

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA

Fig. 4.25. Quiste extraparenquimatoso.


BI
I
OH
PR

Enfermedad quística adquirida


La enfermedad quística adquirida es frecuente
en los pacientes con insuficiencia renal crónica; se
puede complicar con una neoplasia (de 8 a 20 %), so-
B bre todo en los que se someten a diálisis crónica.
Fig. 4. 24. A y B. Quiste renal. En la ecografía los riñones se observan peque-
ños, con la cortical hiperecogénica; los quistes son pe-
queños.
Quistes parapélvicos. Se trata de quistes
parenquimatosos que crecen dentro del seno renal con
compresión del sistema excretor. Cuando son múlti- Enfermedad quística unilateral
ples simulan una hidronefrosis en la ecografía, pero no
se comunican con el sistema excretor. Se trata de múltiples quistes que interesan una
Quistes peripélvicos. Quistes de origen linfá- porción del riñón. No progresan, ni son familiares.
tico, que se localizan en el seno renal. Son indistinguibles En la ecografía se observan múltiples quistes sim-
de los quistes parapélvicos. ples, localizados en una porción del riñón.
140 Urología

Enfermedad displásica
multiquística o displasia renal
multiquística
Se comporta como una tumoración del recién
nacido, con atresia pieloinfundibular. Es frecuente la
asociación con obstrucción contralateral.
Ecografía:
 Quistes con interfases.
 No se localizan en la línea media.
 Ausencia del seno renal.
 Quistes ovalados o redondeados que no se comunican .
 Ausencia del parénquima renal.

TAC simple: se manifiestan como quistes múlti-


ples grandes, unilaterales; es frecuente la calcificación

ÓN
periférica.

CI
TAC IV: no se modifica. Fig. 4.26. Riñón poliquístico.

UC
Enfermedad poliquística OD
infantil
PR

Enfermedad poliquística renal


RE

Es una enfermedad autosómica recesiva (genéti-


del adulto
SU

camente adquirida), que provoca un agrandamiento


renal bilateral, ocupado por numerosos quistes peque-
DA

ños que se originan por los túbulos dilatados. En la Se presentan lesiones quísticas en la médula y la
BI

ecografía se observan los riñones agrandados bilate- cortical, de tamaño variable. Se asocia, con frecuen-
I

ralmente o como masas abdominales y uremia (Fig. 4.26). cia, a quistes hepáticos y más raramente esplénicos,
OH

En ocasiones se asocia con hepatoesplenomegalia, pancreáticos y pulmonares, así como con aneurismas
PR

hipertensión portal y fibrosis periportal. del polígono de Willis.


Ecografía: es muy sugestiva: Ecografía: al inicio, los riñones aparecen agran-
 Agrandamiento renal bilateral. dados y presentan múltiples quistes. En el periodo de
 Anillo periférico ecogénico de localización cortical, estado estos órganos se agrandan y contienen múlti-
por compresión de la cortical residual. ples quistes, con poco parénquima renal. Los quistes
 Aumento de la ecogenicidad renal, provocado por se pueden complicar por hemorragia y calcificaciones
los quistes pequeños. en las paredes.
 Hepatoesplenomegalia con hipertensión portal. TAC simple: los riñones aparecen agrandados, con
áreas hipodensas (quistes), salvo cuando se presentan
TAC simple: agrandamiento bilateral de los riño- hemorragias asociadas, lo que provoca el engrosamien-
nes, con pequeños quistes, que a veces son difíciles de to de las paredes y, a veces, calcificaciones pequeñas.
visualizar y provocan una ligera hipodensidad renal. TAC IV: se define claramente el parénquima re-
TAC IV: pobre definición corticomedular, con nal, el cual puede presentar una estructura hiperdensa
aspecto fino y radiado. residual o un patrón reticular.
Estudios radiográficos del sistema urinario 141

Angiomiolipoma En su crecimiento perirrenal, el contenido en grasa se


puede confundir con un liposarcoma, por ello es indis-
El angiomiolipoma es un tumor mesenquimal pensable el análisis de la fase nefrográfica en la TAC
(Fig. 4.27), constituido por vasos, músculo liso y gra- para demostrar su origen intrarrenal. También es útil
sa. Este tumor es producto de un crecimiento excesi- para el diagnóstico de la hemorragia perirrenal, que
vo de la grasa del tejido muscular liso y de las arterias frecuentemente lo complica.
que están presentes en el riñón normal. Casi siempre
son únicos y unilaterales, salvo los que se asocian
con la esclerosis tuberosa, que son bilaterales y múl-
Oncocitoma
tiples. Gran parte del tumor crece en el espacio El oncocitoma o adenoma es un tumor de células
perirrenal con un pequeño componente intrarrenal. epiteliales, con un citoplasma eosinofílico, granular, que
El contenido de músculo y grasa es muy variable. se origina del epitelio de los túbulos proximales. Su ta-
maño es muy variable; predomina entre la sexta y sép-

ÓN
tima décadas de la vida. La calcificación es muy poco

CI
frecuente.
Ecografía:

UC
OD  Se puede presentar como una masa sólida bien defi-
nida, con una cicatriz central.
 Patrón vascular en “rayos de rueda” (Fig. 4.28).
PR
RE

TAC: se presenta como una masa homogénea,


isodensa o ligeramente hipodensa con el riñón vecino;
SU

se puede identificar un área central estrellada, hipodensa,


que representa a la cicatriz central, parecida a lo que
DA

ocurre en algunos hipernefromas. La opacificación con


BI
I
OH
PR

Fig. 4. 27. Angiomiolipoma.

Aproximadamente 5 % tiene escaso contenido


de grasa y las arterias integrantes del tumor care-
cen de la membrana elástica, lo que pro voca la forma-
ción de pequeños aneurismas; las lesiones mayo res
de 4 cm tienden a complicarse con hemorragias.
Ecografía: se pueden observar masas sólidas
hiperecoicas, similar a la grasa perirrenal, bien defini-
das dentro del parénquima o en su periferia. A veces
muestran un patrón mixto o hipodenso, por la presen-
cia de hemorragia.
TAC simple: el diagnóstico se basa en la identifi-
cación de su contenido graso.
TAC IV: cuando predomina la vascularización,
aparecen hiperdensos, con formaciones aneurismáticas. Fig. 4.28. Oncocitoma.
142 Urología

el contraste es homogénea y ligeramente inferior al Nefroma quístico multilocular


parénquima renal vecino.
IRM: la cicatriz central, cuando está presente, El nefroma quístico multilocular también se deno-
puede ser hipo o hiperintensa. La ausencia de necrosis, mina nefroma quístico benigno multilocular, adenoma
hemorragia, adenopatías y trombosis tumoral, permi- quístico, etc. Se trata de un tumor bien encapsulado, con
ten diferenciarlo del hipernefroma. múltiples quistes que no se comunican entre sí, separa-
dos por tabiques. Predominan en la juventud y son fre-
cuentes los focos únicos o múltiples de nefroblasto -
Nefroma mesoblástico matosis.
Uno o varios de los quistes pueden crecer hacia
Se origina del blastema metanéfrico y constituye la pelvis renal, donde provocan obstrucción del siste-
una neoplasia renal sólida tanto en el recién nacido ma colector. Casi siempre existe una cápsula fibrosa
densa.
como en los neonatos. Por lo general aparece como
Ecografía: aparecen como una masa bien circuns-
una masa sin cápsula aparente que reemplaza al crita, multiloculada y tabicada.
parénquima renal. La necrosis y la hemorragia son poco TAC simple: se aprecian espacios quísticos bien
frecuentes. delimitados, grandes, con tabiques de grosor variable,
Ecografía: masa abdominal grande, de naturale- bordes bien delimitados del resto del tejido renal, que a
za sólida y aspecto multiloculado, con hemorragia, veces crecen en el seno renal.
TAC IV: los tabiques se intensifican y delimitan

ÓN
necrosis o degeneración quística, que aparecen como
áreas focales hipoecoicas dentro de una masa ecogé- los quistes vecinos, de manera que se identifica la pre-

CI
nica de gran tamaño; se pueden identificar algunos sencia de calcificación en los tabiques.

UC
cálices englobados por el tumor. Cuando se descubren IRM: el contenido de los quistes se muestra
OD hipointenso en T1 e hiperintenso en T2. Cuando se em-
en el útero, casi siempre se asocian con polihidramnios.
plea Gd, los tabiques se visualizan mejor.
TAC: se comporta como una masa grande y homo-
PR
Otros tumores benignos: reninoma (tumor yuxta-
génea que se modifica poco después del contraste. La glomerular):
RE

necrosis, la hemorragia y las calcificaciones son raras.  Tumores mesenquimales benignos: se incluyen los
IRM: se presenta como una gran masa reniforme fibromas, lipomas y angiomas. Por lo general son
SU

que se intensifica menos que el parénquima normal pequeños y provocan poca deformidad del riñón.
DA

vecino cuando se emplea el contraste.  Nefroadenoma.


BI
I
OH
PR

Sobre la base de sus características citohistomor- permeabilidad de la vena renal y estado de los ganglios
fológicas, citomorfológicas y citogenéticas, las neopla- regionales, todo lo cual influye en el pronóstico de es-
sias primarias del epitelio renal se dividen en los gru- tos pacientes.
pos siguientes: carcinoma renal de células claras, car-
cinoma renal de células granulares, carcinoma renal
de tipo papilar o cromofílico, carcinoma renal cromó- Carcinoma renal de células
fobo, oncocitoma, carcinoma de los conductos de Bellini
y carcinoma sarcomatoide.
claras
Un análisis cuidadoso de sus aspectos en la TAC
y la IRM permiten su caracterización preoperatoria, Es la forma histológica más común (70 %); casi
para lo cual es necesario analizar su tamaño, forma, siempre son solitarios y predominan en la corteza. Son
localización, número, patrón de intensificación con el multicéntricos en el mismo riñón (4 %); la bilateralidad
contraste, presencia y sitio de la hemorragia, necros is, ocurre entre 0,5 y 0,3 %.
Estudios radiográficos del sistema urinario 143
Tumor de células gigantes, predominante- tamaño, polilobulados; son solitarios, únicos, con pre-
mente sólido. Es la variedad más frecuente. dominio en el lado derecho (75 %) y el sexo masculi no.
Ecografía: la lesión puede ser iso, hipo, hiper o Ecografía: esta variedad se presenta con un as-
compleja. En las lesiones muy pequeñas son difíciles pecto completamente quístico, aunque no es raro que
de diferenciar del riñón vecino, sobre todo en los que se detecten ecos en su interior, engrosamiento difuso
tienen menos de 3 cm; se puede confundir con una de la pared o engrosamientos focales en forma de
hipertrofia de las columnas de Bertini, donde tiene un nódulos murales, que son más evidentes cerca de la
valor relativo el Doppler a color. base de implantación del quiste en el riñón.
Cuando la lesión es hiperecoica, hay que diferen- Cuando los tabiques son muy numerosos y grue-
ciarlo del angiomiolipoma, aunque en este último son sos, se conoce como variedad multiquística, y puede
muy raras las áreas de necrosis o hemorragia y en el simular un nefroma quístico multilocular benigno. Por
lo general este último se sitúa en el polo superior del
hipernefroma es frecuente la presencia de un halo
riñón y crece hacia el hilio. En el Doppler a color los
hipoecoico que rodea la lesión.
tabiques aparecen muy vascularizados, pero son
TAC simple: la lesión tiene una densidad varia- avasculares en el nefroma multilocular.
ble, por lo general heterogénea en las lesiones de TAC: la lesión es hipodensa; en la TAC IV se
gran tamaño; se pueden identificar las calcificacio- intensifican los tabiques de paredes gruesas con sus
nes (Fig. 4.29). nódulos murales. Se puede identificar una trombosis
de la vena renal en 10 % de los casos; igualmente, en

ÓN
10 % se identifican metástasis regionales.

CI
IRM: esta variedad de tumor de células claras

UC
aparece hipointensa en T1 y con áreas hiperintensas
OD en T2.
PR

Hipernefroma (variedad
RE

de células granulares)
SU

Es muy parecido a la variedad anterior, aunque la


DA

necrosis y la hemorragia son más frecuentes; por lo


BI

general se trata de una masa única, que predomina en


I

el sexo masculino.
OH

Ecografía: la lesión puede ser hiper, hipo o


isoecoica; en el Doppler se muestra hipervascularizada.
PR

TAC: la lesión es hipo o isodensa, a veces con


Fig. 4.29. Tumor renal derecho. calcificaciones.
TAC IV: la lesión puede ser hiper o hipovascular.
Es frecuente la necrosis intratumoral, que predomina
hacia la porción central del tumor. Si bien la trombosis
TAC IV: la mayoría son hipervascularizados, aun-
de la vena renal es poco común, no sucede lo mismo
que 20 % se muestran isodensos. Es fácil identificar la con las metástasis al sistema reticuloendotelial, que
necrosis que predomina en la periferia del tumor, así ocurren precozmente.
como la extensión dentro de la vena renal o la VCI.
IRM: la presencia de necrosis intratumoral mues-
tra la lesión hipointensa en T1 e hipointensa en T2. Si Carcinoma de células renales
se emplea contraste IV, se puede observar una tinción (variedad papilar
periférica del tumor, aún viable, que rodea un área o cromofílica)
necrótica o hemorrágica.
Carcinoma de células claras quístico y Constituyen aproximadamente entre 10 y 15 %
multiquístico. Cerca de 10 % de los carcinomas re- de los carcinomas renales; se distinguen 2 subgrupos:
nales tienen un aspecto quístico, por lo general de gran tipo A, que es mucho más común y agresivo, con pre-
144 Urología

sencia de una masa tumoral sólida o quística, en la cual TAC IV: aparecen bien delimitados y son hipo-
la necrosis y la hemorragia intratumoral son frecuen- vasculares. Son poco comunes la necrosis y la metás-
tes, así como la metástasis suprarrenal; es rara la inva- tasis, así como la invasión de la vena renal.
sión de la vena renal; tipo B, menos frecuente, que se IRM: lesiones isointensas en T1 e hipointensas
presenta como una lesión multicéntrica, a menudo bi- en T2; se comporta como una lesión hipovascular con
lateral, con una lesión quística predominante o quiste el contraste.
madre, rodeada de pequeñas lesiones quísticas, mu-
chas veces microscópicas.
Ecografía: en el US la variedad de carcinoma Carcinoma de células renales
papilar tipo 1 se muestra en una masa hipoe coica
(60 % de los casos); las calcificaciones son muy raras,
de los conductos de Bellini
la mayoría avascular en el Doppler a color. En la va-
riedad de carcinoma papilar tipo 2 la masa puede tener Es un carcinoma muy raro (1 %), que se origina
una ecogenicidad variable. Las calcificaciones son ra- en la médula, con distorsión del sistema colector, pero
ras y en la mayoría se pueden identificar vasos en el se conserva el aspecto reniforme del órgano. La
Doppler. necrosis, la hemorragia y la extensión en la vena renal
TAC: en la variedad de carcinoma papilar tipo 1 no son comunes.
todas las lesiones son isodensas en la TAC simple. Ecografía: tumor ligeramente hipoecoico, con
TAC IV: aparecen hipodensos en relación con la bordes mal delimitados y de localización central en el

ÓN
cortical; bordes bien delimitados, que recuerdan un riñón.

CI
quiste, aunque de densidad mayor. TAC: los tumores de los conductos de Bellini apa-
recen hipodensos o isodensos y se muestran hiper-

UC
En la variedad de carcinoma tipo B el diagnóstico
diferencial con un linfoma o metástasis es difícil; en la vasculares.
OD TAC IV: se puede identificar una porción central
variedad tipo A, la TAC simple los muestra iso o lige-
más hipodensa por fibrosis.
PR
ramente hipodensos, con calcificaciones puntiformes
y predominio periférico; en la TAC IV se hacen hipo-
RE

densos. Se pueden identificar metástasis a los ganglios


Carcinoma renal (variedad
SU

y la suprarrenal.
IRM: la porción sólida del tumor aparece hipo o sarcomatoide)
DA

isointensa en T1 e hipointensa en T2. En la IRM IV se


BI

comporta como una lesión hipovascular. La variedad Es una variedad pobremente diferenciada y muy
I

de carcinoma tipo A se comporta como hipointensa en anaplásica, que ocurre en 1 % de los casos; con fre-
OH

los estudios IV. cuencia se mezclan 2 componentes morfológicos:


PR

carcinomatosos y sarcomatosos, de ahí su denomina-


ción de carcinosarcoma. Predomina en los polos su-
Carcinoma de células claras periores, donde puede adquirir gran tamaño y su aspecto
varía de acuerdo con su composición, según predomi-
(variedad cromofóbica) ne el elemento sarcomatoso o carcinomatoso.
Ecografía: masa hiperecoica heterogénea, aun-
Es una variedad poco frecuente de carcinoma que puede ser iso o hipoecoica; las calcificaciones son
renal (5 %), que se origina, al parecer, de las células frecuentes.
intercaladas de los conductos colectores del riñón. Pre- TAC simple: aparecen iso o hipodensos y se ti-
dominan cerca del polo renal, donde pueden adquirir ñen de manera heterogénea en la fase arterial. Por lo
gran tamaño. Casi siempre son únicos y circunscritos; general la necrosis es difusa y puede alcanzar los bor-
la necrosis o la hemorragia no son frecuentes. des de la lesión; son tumores muy agresivos y provo-
Ecografía: los carcinomas cromofóbicos son iso can metástasis extensas, demostrables en esta prue ba.
o hipoecoicos, con un aspecto heterogéneo y pobre IRM: el componente sólido de la lesión aparece
vascularización en el Doppler. hipo o isointenso en T1 y es heterogéneo, predominan-
TAC: se presentan como una masa homogénea temente isointenso en T2. En la variedad donde predo-
isodensa, a veces con calcificaciones muy pequeñas mina el elemento sarcomatoide, la IRM con contraste
en la periferia del tumor. los muestra heterogéneos, hipo o hiperintensos.
Estudios radiográficos del sistema urinario 145
El carcinoma renal predomina en el hombre, en- toneo. En el momento del diagnóstico 10 % presen-
tre la quinta y sexta décadas de la vida. Se asocia fre- ta metástasis pulmonar y cerca de 10 % tiene afec-
cuentemente a la enfermedad de Von Hippel-Lindau y tos ambos riñones.
coexiste con el hemangioma cerebeloso, los quistes Ecografía:
renales y pancreáticos, y el feocromocitoma.  Masa sólida muy circunscrita y de ecogenicidad va-
Ecografía: riable.
 Masa iso, hipo o hiperecoica del parénquima renal,  Áreas focales de calcificación.
que deforma el contorno o el seno renal, y puede  Áreas quísticas, por necrosis, con tabiques gruesos
provocar hidronefrosis. y focos sólidos.
 Masa bien delimitada o de bordes irregulares.  Metástasis al hígado y otros órganos.
 Asociación frecuente (40 %) con hemorragia, necro-  Extensión a la vena renal o VCI, mejor detectada
sis y vascularización tumoral. A veces dan reforza- con la técnica Doppler.
miento posterior del sonido.
 Calcificaciones intratumorales. TAC simple:
 Invasión de la vena renal o de la VCI (en 24 %).  Masa de gran tamaño en la celda renal que desplaza
 Doppler: muestra un aumento de la velocidad pico- a los órganos vecinos.
sistólica de 2,5 Khz o mayor.  Densidad del tumor, que oscila entre 30 y 40 UH,
 Metástasis con predominio en el hígado, la suprarrenal casi siempre heterogénea por necrosis y degenera-
y los ganglios. ción quística que hace variar la densidad del tumor.

ÓN
 Pocas veces provocan un hematoma espontáneo sub-

CI
capsular o perirrenal. TAC IV: su aspecto varía por los diferentes teji-

UC
dos que lo constituyen:
TAC simple:  Se delimitan las áreas de degeneración quística o
OD
 Masa tumoral sólida más densa que el tejido renal necrosis.
vecino, que crece en la periferia o el seno renal.  El contraste delimita mejor el contorno del tumor.
PR

 Masa grande con zonas hipodensas, por necrosis, que


 Se pueden observar los signos de la toma venosa, así
RE

pueden provocar una transformación quística. como la presencia de circulación colateral.


 Presencia de calcificaciones amorfas en la porción
 Las metástasis ganglionares se delimitan mejor.
SU

central o en forma de anillo hacia la periferia.


 Se visualizan bien las metástasis vecinas.
 Presencia de hemorragia que puede provocar un
DA

aumento irregular de la densidad o un hematoma


BI

subcapsular. Linfoma
I
OH

TAC IV: La forma primaria no es común, por la ausencia


PR

 Masa tumoral bien definida o de contornos irregulares. de tejido linfático renal, no así la infiltración renal en el
 Tumor hipodenso, por lo general, o a veces hiperden- linfoma no hodgkiniano, casi siempre bilateral.
sos, donde se delimitan mejor las zonas necróticas. Ecografía:
 Si hay quistes, se muestran sus paredes irregulares.  Masas únicas o múltiples, hiperecoicas.
 Se puede evaluar la extensión tumoral a los vasos o  Agrandamiento renal difuso.
a otros órganos abdominales.  Masa hipoecoica perirrenal.
 Masa extendida al seno renal.
 Obstrucción ureteral por una masa retroperitoneal.
Tumor de Wilms  Adenopatías retroperitoneales o mesentéricas.
 Visualización de metástasis a otros órganos abdomi-
El tumor de Wilms, conocido también como nales.
nefroblastoma, es el tumor abdominal más común
en el niño, sobre todo después de los 5 años. C erca de TAC simple:
5 % se asocia a anomalías congénitas extrarrenales.  Masas nodulares múltiples que deforman el parén-
Las calcificaciones se presentan en 15 % y las me- quima (50 %).
tástasis más frecuentes ocurren en el hígado, hue-  Desplazamiento del riñón por masas ganglionares
sos, ganglios, sistema reticuloendotelial y retroperi - vecinas, con infiltración o no de este órgano (25 %).
146 Urología

 Infiltración difusa del espacio perirrenal. Ecografía: el examen puede ser negativo o bien
 Infiltración aislada del seno renal. se observan:
 Englobamiento proximal del uréter.  Masa central que separa los ecos del seno renal.
 Masa renal solitaria.  Masa pediculada.
 Calcificaciones no frecuentes.
TAC IV:  Hidronefrosis o hidrouréter, asociado a una masa
 Lesión hipodensa en relación con el riñón normal. intraluminal.
 Masa de contornos mal definidos.
 Patrón heterogéneo, ligeramente espiculado. TAC simple:
 Deformidad de los cálices o dilatación de la pelvis,
con ligero aumento de la densidad en relación con la
Leucemia orina.
 Densidad de la lesión muy evidente, en relación con
La infiltración de los riñones se ha observado en el parénquima, que a veces es marcada (por hemo-
50 % de las autopsias de los pacientes con leucemia. rragia).
Ecografía:  Calcificaciones difusas: no son comunes.
 Masa renal focal.  En ocasiones se presenta infiltración de la pelvis, del
 Agrandamiento renal difuso. parénquima o del seno renal.
 Hidronefrosis asociada.

ÓN
TAC IV:

CI
TAC simple: masa única o por lo general agran-  Masa de la pelvis: hipovascular.
damiento de ambos riñones, asociada o no a hidro-  En ocasiones se puede observar un defecto de lleno

UC
nefrosis. OD lobulado.
TAC IV: se aprecia generalmente un patrón que  Signos de obstrucción calicial, con aumento del con-
recuerda la enfermedad poliquística infantil.
PR
traste tardío del parénquima vecino y cúmulo de con-
traste.
RE

Sarcoma renal
SU

Incluye el liposarcoma, fibrosarcoma, leiomiosar-


Metástasis al riñón
DA

coma, rabdomiosarcoma, condrosarcoma e histiocitoma


BI

Es una afección común, demostrable en 12 % de


fibroso maligno.
I

las autopsias en pacientes con un tumor maligno. Las


Ecografía:
OH

localizaciones más frecuentes del tumor primario son:


 Masas sólidas. pulmón, TGI, linfomas y melanomas. La toma de am-
PR

 Calcificaciones (especialmente en el osteosarcoma). bos riñones se presenta en 50 %.


 Masa hiperecoica (frecuente en los liposarcomas). Ecografía: se observa una masa sólida, única o
múltiple, por lo general pequeña y múltiple en un enfer-
Carcinoma de células mo con metástasis en otros órganos.
TAC simple: se observa deformidad focal o difu-
transicionales de la pelvis sa de los contornos del parénquima.
o del uréter TAC IV:
 Se delimitan mejor las lesiones focales.
Constituye entre 5 y 10 % de los tumores prima-  La lesión es hipodensa en relación con el parénquima
rios malignos del riñón y se puede asociar con dilata- vecino normal.
ción del tracto urinario. Casi 80 % son carcinomas de  En la infiltración extensa se produce un patrón de
células transicionales, frecuentemente múltiples (25 %), intensificación reducido o un patrón no homogéneo,
asociados al carcinoma del uréter. en un riñón ligeramente agrandado.
Estudios radiográficos del sistema urinario 147

TAC simple: en el periodo inicial el parénquima


Pionefrosis y piohidronefrosis renal aparece engrosado, localizado o difuso, con la
cápsula mal definida, así como de la grasa perirrenal.
La piohidronefrosis se origina por la infección de
TAC IV: se observa un área hipodensa, de as-
la hidronefrosis.
pecto estriado. Debido al estasis tubular, en el examen
Ecografía:
tardío se observa un área localizada hiperdensa.
 Dilatación del sistema colector y del uréter.
 Presencia de ecos en la orina.
 Presencia de gas en forma de ecos brillantes. Nefritis difusa aguda bacteriana
 Engrosamiento de la mucosa.
 Masas en el sistema colector cuando se presenta La nefritis difusa aguda bacteriana es un proceso
infección por hongos. inflamatorio, que ocurre casi siempre por gérmenes
gramnegativos.

ÓN
TAC: se observa un riñón agrandado, con una Ecografía:
densidad no uniforme; se puede visualizar la dilatación  Agrandamiento renal.

CI
del sistema excretor, con su contenido de elevada den-  Desorganización del patrón normal del parénquima,

UC
sidad, así como la presencia de aire. con pérdida de la delimitación corticomedular y
OD ecogenicidad no homogénea.
 Alteración en el seno del riñón.
Infección parenquimatosa
PR
RE

TAC IV: la intensificación del contraste en las


renal aguda porciones medulares y corticales se neutraliza en la
SU

fase de bolo de contraste.


Pielonefritis aguda
DA
BI

La pielonefritis aguda (nefritis bacteriana aguda) Absceso renal


I

se caracteriza por un edema difuso.


OH

Ecografía: En el absceso renal el proceso inflamatorio pro-


PR

 Riñón de aspecto normal.


gresa a la liquefacción, necrosis y suma de microabs-
 Agrandamiento renal.
cesos, provocados, con frecuencia, por gérmenes
 Parénquima homogéneamente hipoecoico.
gramnegativos. Puede ser secundaria a un quiste, tu-
 Compresión del seno por edema.
mor o hematoma. El absceso se puede extender al sis-
tema colector o al espacio perirrenal.
Nefritis focal aguda bacteriana Ecografía:
 Masa parenquimatosa renal de bordes bastante bien
La nefritis focal aguda bacteriana (nefritis lobar) definidos.
es un proceso inflamatorio focal o multifocal del  Masa muy hipoecoica.
parénquima renal, sin liquefacción ni necrosis.  Intensificación del sonido por detrás de la lesión.
Ecografía:  El borde interno es irregular.
 Masa focal, mal delimitada, en forma de cuña, sin  La presencia de gas determina una masa hiperecoica.
paredes internas, hiperecoica, con niveles bajos de
eco. TAC simple: la zona del absceso aparece hipoden-
 Pobre delimitación corticomedular. sa y en dependencia de su extensión se presentará
 No se muestra intensificación acústica por detrás. como una masa renal, a veces con alteraciones peri-
148 Urología

rrenales. La densidad del absceso oscila entre 20 y 30 UH TAC simple: el riñón aparece ligera o moderada-
y la presencia de gas es patognomónica. mente agrandado y en ocasiones deformado, visualizán-
TAC IV: se delimita mejor el absceso, visuali- dose un cálculo en 80 % de los casos. En el parénquima
zándose posteriormente su pared en forma de anillo, renal se observan áreas hipodensas que recuerdan la
con toma, a veces, del espacio perirrenal. hidronefrosis. Cuando la lesión es focal, interesa un
polo o segmento del riñón. Puede haber toma del espa-
cio perirrenal, que aparece mal delimitado y engrosa-
Abscesos perirrenal do, con extensión al músculo psoas e incluso entre las
asas intestinales.
y pararrenal TAC IV: es mayor la distinción entre el área
hipodensa de la lesión y el parénquima sano vecino; se
Cuando la infección se extiende a la cápsula, ori- aprecia mejor la dilatación del sistema excretor.
gina un absceso perinefrítico, y cuando se extiende a
través de las fascias renales, provoca un absceso
pararrenal, anterior o posterior, que se puede extender Pielonefritis enfisematosa
por el músculo psoas.
Es más frecuente en los diabéticos y se beneficia
por la obstrucción del sistema excretor, debido a
Otras lesiones inflamatorias necrosis papilar, estrechamientos o cálculos, lo que fa-

ÓN
vorece la infección por un germen anaerobio. El gas

CI
Pielonefritis crónica atrófica se acumula cerca de las pirámides y se puede exten-
der al espacio perirrenal.

UC
Es más frecuente en los niños y puede ser el re- Ecografía: la presencia del gas puede determinar
OD
sultado de la mala evolución de un proceso infeccioso ecos brillantes; se pueden observar algunas de las le-
agudo. siones que favorecen esta infección.
PR

Ecografía: TAC simple: el gas se detecta fácilmente y se


RE

 Adelgazamiento focal del parénquima (cicatrices). pueden demostrar las causas obstructivas favorece-
 Adelgazamiento difuso con un riñón pequeño y doras.
SU

parénquima hiperecoico. TAC IV: el riñón agrandado muestra una pobre


DA

intensificación con el contraste y signos de obstruc-


BI

TAC: ción tardía.


 Pérdida de parénquima que varía desde el adelgaza-
I
OH

miento de la cortical hasta la atrofia del órgano.


 Cicatrices parenquimatosas vecinas a los cálices
Trauma renal
PR

afectados.
Entre las clasificaciones del trauma renal, una de
 Nódulos de regeneración.
las más empleadas es la siguiente:
 Categoría I (con tratamiento conservador):
Pielonefritis xantogranulomatosa  Contusión.

 Hematoma focal por laceración pequeña.

Es un proceso inflamatorio crónico, como secue-  Infarto parenquimatoso focal.

la de múltiples infecciones agudas o secundaria a la  Hematoma subcapsular.

obstrucción por un cálculo renal. Es más frecuente en  Categoría II (tratamiento médico o quirúrgico):
las mujeres diabéticas. La infección puede ser locali-  Laceración que interesa al sistema colector.

zada o difusa o extenderse al espacio perirrenal.  Laceración total, con separación de fragmentos.

Ecografía:  Hematoma perirrenal.

 Agrandamiento focal o difuso del parénquima, que  Categoría III (tratamiento quirúrgico):
no es homogéneo.  Riñón roto en múltiples pedazos.

 Masa en el parénquima abscedado.  Lesión del pedículo vascular.

 Cálculo coraliforme.  Laceración de la pelvis renal por herida incom-

 Hidronefrosis asociada. pleta.


Estudios radiográficos del sistema urinario 149
 Avulsión de la unión pieloureteral por herida com-  Trombosis arterial o venosa por transición.
pleta.  Hematoma perirrenal grande.

Ecografía: los hallazgos dependen de las catego- TAC: a continuación se describen los hallazgos
rías anatómicas y se manifiestan por 3 patrones: más frecuentes:
1. Patrón de masa:  Contusión: el contorno renal aparece mal definido o
a) Hematoma (hipoecoico reciente e hiperecoico deformado, cuando se acompaña de hematoma
tardío). perirrenal.
b) Masa de localización hiliar, sugestiva de lesión TAC IV: se observa una opacificación homogénea y
del pedículo vascular. se puede visualizar tardíamente un incremento del
c) Masa parenquimatosa, asociada con laceración. contraste. Las áreas de compromiso vascular se
d) Lesión perirrenal, asociada con laceración. pueden visualizar como áreas segmentarias de baja
e) Masa dentro de la pelvis, rodeada por líquido. densidad.
 Lesiones del pedículo renal: el aspecto puede variar
2. Patrón líquido (sangre u orina):
desde una obstrucción trombótica hasta el cese del
a) Colección de forma lenticulada subcapsular.
flujo arterial, muchas veces con hematoma retro-
b) Colección perirrenal, asociada con herida del
peritoneal.
sistema colector.
TAC simple: muestra el hematoma peri o retroperi-
c) Colección hiliar por posible herida de la pelvis,
toneal, que oblitera el seno renal.
de la unión pieloureteral o del pedículo vascular.

ÓN
TAC IV: se puede demostrar el déficit vascular, con
3. Patrón de anormalidad parenquimatosa focal: presencia de circulación colateral en las arterias

CI
a) Agrandamiento focal, por edema, contusión o perirrenales.

UC
hematoma.  Hematomas renales espontáneos: casi siempre tie-
b) Parénquima hipoecoico por edema, contusión o
OD nen una localización subcapsular, aunque frecuente-
hematoma. mente se extienden al espacio perirrenal.
PR
c) Parénquima hiperecoico por hematoma focal. TAC simple: los hematomas se pueden manifestar
d) Alteración del contorno del parénquima por por zonas hiperdensas, bien delimitadas por la cáp-
RE

laceración. sula, que aplanan al parénquima vecino. La densidad


SU

e) Defecto lineal hipoecoico por laceración. del hematoma depende de su tiempo de evolución y
del tipo: difuso o compacto. Los hematomas recien-
DA

El Doppler a color se indica en: tes y compactos se muestran hiperdensos durante


BI

 Infartos segmentarios: el parénquima puede ser nor- varios días. A medida que pasa el tiempo se hacen
I

mal o mostrar ausencia segmentaria de flujo. hipodensos y se pueden licuar, calcificar y reabsorber.
OH

 Lesiones del pedículo vascular: se observa una masa TAC IV: los hematomas no se intensifican con el
PR

hiliar por hematoma y colección líquida por sangre contraste y se presentan como áreas hipodensas, po-
fresca. bremente definidas.

Calcificación vascular TAC IV: se presentan disminución y retardo en


la opacificación del riñón afecto.
Puede ocurrir en los vasos del hilio o del parén-
quima y, en este último caso, en la ecografía se puede
confundir con una litiasis. Estenosis de la arteria renal
TAC simple: se observan las calcificaciones
vasculares, asociadas a un riñón disminuido y con au- En la ecografía, sobre todo en el Doppler a color,
mento de la grasa renal, sobre todo en la fase tardía. se describen:
150 Urología

 Espectro ancho e irregular.


 Aumento localizado de la frecuencia pico-sistólica
Malformación arteriovenosa
distal a la estenosis.
La malformación arteriovenosa (MAV) se puede
 Velocidad pico de 100 cm/s o más.
localizar en los vasos del hilio o en el parénquima.
 Ausencia de flujo durante la diástole.
Ecografía de las MAV hiliares:
 Ausencia de flujo por oclusión.
 Masa central seudoaneurismática.
 Turbulencia.
 Trombosis periférica.
 Estructuras tubulares múltiples en el seno.
TAC: se pueden identificar los efectos del infarto
 Agrandamiento de la arteria renal.
renal, sobre todo en la TAC IV, tomando un aspecto trian-
 Dilatación de la vena renal.
gular bien delimitado del parénquima vecino, sin llegar a la
 Doppler: turbulencia y espectro típico de una fístula.
cápsula por la presencia de circulación colateral. La in-
fección de un infarto puede provocar un absceso.
Ecografía de las MAV parenquimatosas:
 Masas seudoaneurismáticas.
 Flujo turbulento con disminución del IR en el Doppler.
Oclusión de la arteria renal
La TAC simple, sobre todo la IV, pueden confir-
En la ecografía (Doppler a color) se muestra la
mar este diagnóstico; se visualizan una arteria de grueso
ausencia de flujo, con presencia de circulación colate-

ÓN
calibre, los vasos de la fístula y un drenaje venoso
ral. En las obstrucciones crónicas el riñón es pequeño

CI
precoz.
e hiperecoico, mientras que en la oclusión aguda el

UC
riñón puede ser de tamaño normal o agrandado, a ve-
ces con áreas hipoecoicas. OD Trombosis de la vena renal
PR

El aspecto varía de acuerdo con la extensión del


Aneurismas de la arteria renal
RE

trombo.
Ecografía:
SU

No suelen observarse en la ecografía cuando son  Visualización directa del trombo en la vena renal o
pequeños. En el Doppler a color se observa una masa en la VCI.
DA

pulsátil, con flujo y un anillo periférico o trombo (masa  Dilatación de la vena renal distal a la oclusión.
BI

sólida).  Riñón grande en la fase aguda y pequeño en la fase


I

TAC simple e IV: permiten diagnosticarlo, sobre tardía.


OH

todo cuando están parcialmente calcificados.  Aumento de la ecogenicidad del riñón, con pérdida
PR

de la delimitación corticomedular.
 Ausencia de flujo en las venas.
Síndrome hemolítico urémico
TAC simple: luego de una obstrucción completa
Es muy frecuente en los niños que presentan IRA de las venas renales, se puede visualizar un cordón
y microangiopatía. sólido al nivel del hilio renal. El riñón se agranda y tiene
Ecografía: una densidad no homogénea.
 Ausencia o disminución del flujo en la sístole. TAC IV: se observan múltiples vasos colaterales
 Ausencia o disminución del flujo en la diástole. y llega a visualizarse el trombo en la v ena renal o en
 Flujo arterial invertido en la diástole. la VCI.
La ecografía de un riñón trasplantado tiene el
Estudios radiográficos del sistema urinario 151

mismo aspecto del riñón propio. En estos casos el ri- anastomosis ureterovesical, obstrucción intrínseca por
ñón trasplantado se sitúa en la fosa iliaca contralateral, coágulos o cálculos, estrechamiento y secuela de una
con anastomosis terminolateral de los vasos renales necrosis isquémica. La ecografía muestra una hidro-
con la arteria y la vena iliaca. El uréter se anastomosa nefrosis, que debe incluir la dilatación de los cálices;
a la vejiga y la estructura más anterior es la pelvis, el Doppler muestra un IR mayor de 0,70.
mientras la vena es la más posterior, con la arteria en  Toxicidad a la ciclosforina A: en la ecografía, inclu-
el plano medio. yendo el Doppler, el riñón trasplantado se muestra
El riñón trasplantado toma un aspecto elíptico, con normal.
conservación de la unión corticomedular; en las prime-  Necrosis tubular aguda: se trata de un daño tubular
ras semanas es frecuente una ligera dilatación del sis- que lleva a una IR y es casi la regla en los riñones
tema excretor, por edema de la anastomosis. trasplantados, procedentes de cadáveres. En la
Ecografía: sus indicaciones principales son: ecografía el riñón trasplantado puede ser normal o
 Complicaciones vasculares.

ÓN
edematoso y agrandado. En el Doppler se observa
 Insuficiencia renal (obstrucción, rechazo, necrosis

CI
un IR mayor de 0,75.
tubular aguda o toxicidad a la ciclosforina).
 Rechazo agudo: ocurre en las primeras semanas del

UC
 Infección.
trasplante. Existe una clasificación que lo divide en:
OD  Rechazo hiperagudo dentro de las 24 h.
Complicaciones más frecuentes:
 Rechazo agudo en las primeras semanas.
 Colección de líquido alrededor del riñón trasplanta-
PR

 Rechazo crónico o tardío.


do, que puede ser producida por:
RE

 Linfocele: colección líquida, lobulada, tabicada, bien


Desde el punto de vista histológico se clasifi-
SU

delimitada y con ecos internos, que se puede com-


plicar con hidronefrosis. can en:
DA

 Abscesos: son de aspecto lenticular y con ecos


 Intersticial o celular (el más frecuente).
BI

internos.  Mixto (intersticial y vascular).


I

 Urinomas: se deben a una lesión del sistema co-


 Vascular (menos frecuente).
OH

lector, por isquemia en el sitio de la anastomosis o


PR

infarto renal. Ecografía: en la tabla 4.1 se muestran sus hallazgos.


 Hematomas: son menos frecuentes como causa En los casos de rechazo agudo o necrosis tubular
de una colección líquida, de aspecto lenticular y se presenta una disminución progresiva del flujo
bien delimitados. diastólico o una inversión del flujo en la sístole, como
 Hidronefrosis: se puede deber a la compresión ex- expresión del aumento de la resistencia vascular
trínseca por una colección líquida, ruptura de la periférica. En el rechazo crónico, con fibrosis de los

Tabla 4.1. Hallazgos de la ecografía

Sitio anatómico Normal Rechazo

Grasa del hilio renal Hiperecoico Ausente


Tamaño DT > DAP DP  DAP
Relación corticomedular Médula < corteza Médula  corteza
Delimitación corticomedular Pirámide bien delimitada Pirámides mal definidas
Grosor de la pared pélvica Normal Pared engrosada
Alt. focales del parénquima Ausentes Presentes
152 Urología

vasos parenquimatosos pequeños, los criterios del  Mieloma múltiple.


Doppler no son específicos.  Necrosis tubular aguda.
Doppler:  Necrosis cortical aguda.
 IP > 1,8.  Leucemia.
 IR > 0,75.  Nefritis aguda intersticial.
 Nefropatía aguda por urato.
TAC: los riñones trasplantados pueden ser de ta-  Acromegalia.
maño normal o estar ligeramente agrandados. En la  Hemofilia.
fase de rechazo crónico hay retracción del órgano, a  Enfermedad de Fabry.
veces con calcificaciones. Algunas de sus complica-  Respuesta fisiológica a los contrastes o a los diuréti-
ciones como el hematoma, abscesos, etc., se pueden cos.
detectar con esta técnica. El examen IV puede ofre- Nota: se excluyen las lesiones tumorales.
cer un análisis cuantitativo del pase del contraste.
Diagnóstico diferencial. Se hará sobre la base Atrofia difusa unilateral:
de los aspectos que se describen a continuación.  Estenosis de la arteria renal.
Ausencia de visualización del riñón. Se debe  Infarto crónico.
insistir en su búsqueda. Se acompaña de hipertrofia  Nefritis posterior a radioterapia.
compensadora del otro riñón:  Hipoplasia congénita.
 Ectopia.  Atrofia posobstrucción.

ÓN
 Riñón único.  Atrofia posinflamatoria.

CI
 Atrofia renal.  Nefropatía de reflujo.

UC
Es difícil visualizarlo cuando mide menos de 2 cm Atrofia difusa bilateral:
de grosor y 4 cm de largo.
OD  Arterioesclerosis generalizada.
Agrandamiento renal unilateral con contor-  Nefroesclerosis.
PR

nos lisos:  Enfermedad ateroembólica renal.


RE

 Hipertrofia compensadora.  Glomerulonefritis crónica.


 Duplicidad del sistema excretor. 
SU

Necrosis papilar.
 Trombosis de la vena renal (fase aguda).
 Nefropatías hereditarias.
 Infarto arterial agudo.
DA

 Amiloidosis.
 Uropatía obstructiva.
BI

 Hipotensión arterial.
 Nefritis bacteriana aguda.
I
OH

Atrofia renal focal:


Agrandamiento renal bilateral:
 Nefropatía por reflujo.
PR

 Nefromegalia asociada con:


 Infarto global.
 Cirrosis.

 Hiperalimentación.
Clasificación del grado de ecogenicidad de la cor-
 Diabetes.

 Enfermedades proliferativas o necrotizantes:


teza:
 Grado 0: la ecogenicidad de la corteza es menor que
 Glomerulonefritis aguda.

 Poliarteritis nodosa.
la del hígado.
 Lupus eritematoso sistémico.
 Grado 1: la ecogenicidad es igual a la del hígado.
 Granulomatosis de Wegener.
 Grado 2: la ecogenicidad de la cortical es mayor que
 Angeitis alérgica.
la del hígado, pero menor que la del seno renal.
 Glomeruloesclerosis diabética.
 Grado 3: la ecogenicidad de la cortical es igual a la
 Síndrome de Good-Pasteure.
del seno renal.
 Púrpura de Schönlein-Henoch.

 Glomeruloesclerosis focal asociada con endocar- Los riñones entre los grados 0 y 3 pueden ser
ditis bacteriana aguda. pequeños, normales o grandes.
 Púrpura trombocitopénica trombótica. Ecografía: la mayoría de las enfermedades del
 Amiloidosis. parénquima renal se ubica en el grado 0.
Estudios radiográficos del sistema urinario 153
El aumento de la ecogenicidad se produce por los  Hipokalemia.
cambios en los glomérulos, túbulos e intersticio. No se  Enfermedad quística medular.
muestra un aspecto específico.  Proteinuria de Tamm-Horsfall.
Aumento de la ecogenicidad de la cortical:
 Glomerulonefritis aguda y crónica. Masa renal quística:
 Glomeruloesclerosis segmentaria focal.  Quistes únicos o múltiples, simples o complicados.
 Glomeruloesclerosis diabética.  Quiste hidatídico.
 Nefritis intersticial crónica.  Enfermedad poliquística.
 Amiloidosis.
 Necrosis tubular aguda. Masa renal con ecogenicidad normal o patológi ca:
 Hipernefroma.
 Necrosis aguda cortical.
 Abscesos.
 Leucemia y linfoma.
 Tumor de Wilms.
 Enfermedad poliquística infantil.
 Hematoma.
 Nefrocalcinosis cortical.
 Periodo final del riñón (de cualquier etiología).
Trauma renal:
 Fase aguda: área anecoica intra o perirrenal.
Aumento de ecogenicidad de la médula renal:  Fase crónica: patrón mixto.
 Nefrocalcinosis medular.
 Aumento de la absorción intestinal (sarcoidosis, sín-

ÓN
Masas retroperitoneales:
drome de leche-álcali, hipervitaminosis D).  Linfomas: área hipoecogénica alrededor de los gran-

CI
 Misceláneas: des vasos, a veces con desplazamiento renal.

UC
 Acidosis tubular renal.
 Absceso o hematoma del psoas: áreas anecoicas o
 Riñón esponjoso medular. OD mixtas. Se pueden observar áreas hiperecogénicas
 Hiperoxaluria. por calcificaciones o gas.
 Hiperuricemia.
PR

 Metástasis.
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Próstata. Se tendrán en cuenta: Técnicas del examen:


 Localización.  Vía abdominal suprapúbica.
 Tamaño y forma.  Vía transrectal.
 Aspecto ecográfico.
Vía abdominal suprapúbica:
Indicaciones del ultrasonido:  Examen con la vejiga llena (se evitará la sobredis-
 Dificultad para la micción (disuria). tensión vesical).
 Sepsis urinaria.  Utilizar transductores de 3,5 y 5 MHz.
 Retención urinaria.  Realizar cortes coronales, longitudinales y oblicuos.
 Hematuria.
 Dolor perineal. Corte longitudinal. La próstata está oculta par-
 Manifestaciones en otros órganos o sistémicas, que cialmente por la sínfisis del pubis y tiene forma de nuez.
hagan sospechar una neoplasia prostática. Corte coronal. Su forma es redondeada o cua-
 Despistaje del carcinoma prostático. drangular. Se debe realizar mediante la colocación del
154 Urología

transductor en un ángulo entre 15 y 30 o, en sentido  Forma nodular.


caudal.  Forma difusa.
Afecciones más frecuentes:  Estadio avanzado.
 Prostatitis:
 Aguda. Forma nodular:
 Crónica.  Pueden aparecer en cualquier sitio de la glándula,
 Hiperplasia. aunque predominan en el vértice (extremo caudal).
 Carcinoma.  De aspecto ecogénico o hipoecoico.

Prostatitis aguda: Forma difusa:


 Generalmente el aspecto de la glándula es normal.
 Falta de homogeneidad en la distribución acústica
 Puede aparecer ligeramente aumentada de volumen
(aspecto complejo), de límite mal definido que ocupa
y/o hipoecoica.
parcial o totalmente la glándula.
 El contorno prostático puede ser irregular o mal de-
Prostatitis crónica:
finido.
 Imagen ultrasonográfica no homogénea, predominan-
 La diferencia con la prostatitis crónica es difícil.
temente ecogénica, con o sin calcificaciones.
 Contorno bien definido, puede ser irregular (Fig. 4.30).
 El volumen de la glándula generalmente está aumen- Estadio avanzado:
 La imagen ultrasonográfica de la glándula es total-

ÓN
tado, aunque también puede aparecer disminuido.

CI
 Difícil de diferenciar del carcinoma difuso. mente compleja.
 No se definen los bordes.

UC
Hiperplasia:  Suelen aparecer metástasis a ganglios regionales e
 Aumento de volumen.
OD invasión del piso vesical.
 Contornos bien definidos, generalmente regulares.  Hidronefrosis uni o bilateral por toma del trígono
PR

 Textura homogénea. vesical.


RE

En la figura 4.31 se muestra una hiperplasia  Metástasis a distancia.


prostática (vía suprapúbica).
SU

Carcinoma: En la figura 4.32 se muestra el carcinoma (vía


 Estadio inicial.
DA

suprapúbica) y en la 4.33, por vía transrectal.


BI
I
OH
PR

Fig. 4.30. Prostatitis.


Estudios radiográficos del sistema urinario 155

Fig. 4.31. Hiperplasia prostática.

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH

Fig. 4.32. Carcinoma prostático.


PR

Fig. 4.33. Vesículas seminales normales.


156 Urología

Técnica del examen y anatomía utrasonográfica:


 Se realizan cortes coronales en la línea media abdo-
minal, al nivel infraumbilical, con angulación caudal
del transductor (de 15 a 20º); se localiza la próstata y
se realizan secciones a intervalos de 0,5 cm por en-
cima de su borde superior, hasta que aparezcan am-
bas vesículas.
 Generalmente simétricas e incurvadas.
 Forma variable: redondeadas, alargadas, frecuente-
mente rectangulares.
 Su diámetro mayor es el transverso.

Afecciones más frecuentes:


 Anomalías congénitas:
Agenesia.

 Hipoplasia.

 Quistes.
Fig. 4.34. Infiltración de vesícula seminal.
 Tumores.

Vía abdominal suprapúbica:

ÓN
En la figura 4.34 se muestra la infiltración de la
vesícula seminal y en la 4.35, la vejiga normal.  Repleción vesical (vías oral e intravenosa o por son-

CI
da vesical).

UC
Vejiga. El ultrasonido vesical se indica en:  Paciente acostado en decúbito supino.
 Hematuria. OD  Transductor de 3,5 MHz para adultos y de 5 MHz
 Sepsis urinaria a repetición. para niños y adultos muy delgados. Los transductores

PR
Dificultad para la micción (disuria). pueden ser lineales o sectoriales, preferiblemente los
 Incontinencia o retención urinaria. últimos, por su amplio radio de exploración.
RE

 Tumoración pélvica.  Se deben realizar cortes longitudinales, transversa-



SU

Traumatismo pélvico. les y oblicuos, desde la sínfisis del pubis hasta el


 Afecciones de las vías urinarias superiores, que pue- ombligo, y efectuar movimientos en diferentes dir ec-
DA

dan tener repercusión u origen en la vejiga. ciones para una exploración completa de las pare-
BI

des.
I

Técnicas del examen:  Inspección de las vías urinarias superiores.


OH

 Vía abdominal suprapúbica.


 Vía transrectal. Exploración en repleción, durante la micción
PR

 Vía intravesical. y posmiccional. En la fase posmiccional se evaluará

Fig. 4.35. Vejiga normal.


Estudios radiográficos del sistema urinario 157
la orina residual; se mide el volumen residual: mayor  Esclerosis del cuello vesical.
diámetro transversal, altura entre cuello y cúpula, y dis-  Enfermedades prostáticas.
tancia entre fondo y cúpula; al multiplicar estos  Neoplasia de vesículas seminales.

parámetros se obtiene un valor bastante aproximado  Estenosis uretrales congénitas o adquiridas.

del volumen residual.  Vejiga neurogénica.

Estudio funcional: 2. Localizada:


 Es útil para diagnosticar el reflujo vesicoureteral ac- a) Repleción incompleta: se observa la pared aparen-
tivo (en la fase miccional), en el estudio de la vejiga temente engrosada, de forma segmentaria por
neurogénica y en la obstrucción de la vía de salida. no existir distensión total.
 Permite esclarecer dudas diagnósticas con afeccio- b) Endometriosis: su aspecto es indiferenciable de
nes en órganos adyacentes, por ejemplo, quiste gi- una tumoración vesical (Fig. 4.37).
gante de ovario. c) Coágulos de sangre: pueden aparecer adheri-
dos a la pared y también son indiferenciables
Vejiga premicción y posmicción. Anatomía ul- de una lesión tumoral.
trasonográfica: la vejiga llena aparece como una for- d) Causa tumoral: puede tener un aspecto infil-
mación anecoica en hipogastrio, por encima de la sínfi- trante, con engrosamiento irregular, a expensas
sis del pubis, con paredes lisas y finas (< 3 mm). Su fundamentalmente de la mucosa. Pueden ser
piso se sitúa al nivel del borde superior del pubis. vegetantes (Fig. 4.38), hiperecoicas, con forma-
Por debajo del piso se proyectan las vesículas ciones polipoideas, pediculadas o sésiles
seminales y la próstata, en el hombre, y el útero y los (papiloma o carcinoma). También se puede tra-

ÓN
ovarios en la mujer. tar de infiltración por enfermedades malignas

CI
Corte coronal: en la línea media, por encima del de órganos adyacentes que invaden desde afue-

UC
pubis, realizar secciones hasta el ombligo. En esta ra la pared.
posición la vejiga brinda un aspecto cuadrangular o re-
OD
dondeado. Para explorar los contornos derecho e iz-
quierdo, se inclina el transductor ligeramente en esas
PR

direcciones.
RE

Corte longitudinal: en la línea media entre el om-


bligo y el pubis, con desplazamientos a la derecha e
SU

izquierda. En este corte, la vejiga tiene aspecto trian-


DA

gular en el hombre; la zona de mayor declive corres-


ponde al fondo. En la mujer la forma es más oval y
BI

desaparece el ángulo del fondo.


I
OH

Exploración:
 Valoración del volumen vesical.
PR

 Variaciones del grosor de la pared.


 Imágenes por adición.
 Masas sólidas o mixtas en la luz vesical. Fig. 4.36. Vejiga de lucha.
 Enfermedad en algún órgano adyacente o en la cavi-
dad pélvica, que pueda afectar este órgano.
 Formaciones quísticas en el interior de la vejiga.
 Repercusión en las vías urinarias superiores.
Variaciones del grosor de la pared:
1. Generalizadas:
a) Enfermedades inflamatorias crónicas: provocan
engrosamiento de la pared, reducción del volu-
men vesical y muchas veces hidronefrosis, por
ejemplo, tuberculosis, esquistosomiasis y radio-
terapia.
b) Vejiga de lucha (Fig. 4.36):
 Secundaria a obstrucción en el trayecto de sa-
lida. Puede deberse a:
 Fibrosis congénita del cuello vesical. Fig. 4.37. Endometriosis.
158 Urología

Fig. 4.38. Neoplasia vesical.


Fig. 4.39. Divertículo vesical.

Modificación del volumen vesical:


 Vejiga grande:
 Obstrucción en la salida.

ÓN
 Vejiga neurogénica.

CI
 Secundaria a cistocele.

 Vejiga pequeña:

UC
 Repleción incompleta, debe intentarse llenar la

vejiga y repetir el examen.


OD
 Cistitis recidivante, fundamentalmente tuberculosa.
PR

 Neoplasia infiltrante.
RE

 Radioterapia.

 Cirugía con resección parcial.


SU

 Cistitis radiógena.
DA

Fig. 4.40. Ureterocele.


Imágenes por adición:
BI

 Divertículos: pueden ser únicos o múltiples. Se aso- Masas sólidas y artefactos en el interior de la
I

vejiga:
OH

cian a la vejiga de lucha. Son formaciones anecoicas


saculares, unidas a la cavidad vesical por un cuello  Tumoraciones: los tumores se pueden presentar como
PR

generalmente estrecho. Pueden albergar cálculos. En masas sólidas libres. La falta de movilidad y la
ocasiones son asientos de neoplasia. En la figura 4.39 demostración de la dependencia de la pared hacen
pensar en el diagnóstico.
se muestra una vejiga con divertículo, por hiperplasia
 Coágulos: pueden aparecer libres, pero generalmen-
prostática.
te están adheridos a la pared vesical, son indistin-
 Fístulas: solo son visibles si el trayecto es amplio.
guibles de una masa tumoral, muchas veces tienen
Tienen origen congénito, posquirúrgico, secundario a gran ecorrefringencia y pueden semejar cálculos.
tumores e infecciones. Pueden ser, fundamentalmen-  Cálculos: pueden ser únicos o múltiples, con gran
te, a colon, pared abdominal o vagina. ecorrefringencia, proyectan sombra acústica. La li-
tiasis única tiene forma ovoidea cuando alcanza gran
Formaciones de aspecto quístico en el interior de volumen, se movilizan poco con los cambios de posi-
la vejiga: ción (Fig. 4.41). Los cálculos múltiples tienen forma
 Ureterocele: dilatación intravesical de la porción ter- hexagonal, son más pequeños y móviles. Pueden apa-
minal del uréter. Se acompaña de estenosis del mea- recer en el interior de divertículos o ureterocele.
to ureteral; asociado o no a doble sistema ureteropie-  Cuerpo extraño: pueden penetrar a través de la pa-
localicial (Fig. 4.40). Puede ser unilateral o bilateral, red abdominal (Fig. 4.42), desde órganos vecinos,
pero rara vez simétrico. Suele infectarse y contener como accidente quirúrgico y a través de la uretra en
cálculo. enfermos psiquiátricos.
Estudios radiográficos del sistema urinario 159

Fig. 4.43. Tumor de próstata que infiltra el suelo vesical.


Fig. 4.41. Cálculo vesical.
 Hematomas intrapélvicos: comprimen la pared ve-
sical.

ÓN
Repercusión en las vías urinarias superiores.

CI
La vejiga, al ocupar una posición intermedia en las vías

UC
urinarias, se afecta por las alteraciones que provocan
OD obstrucción a la salida de orina (desde ella hasta el
exterior) y a través de ella se afectan las vías urinarias
PR

superiores (Fig. 4.44).


RE

Las afecciones vesicales, en su mayoría, obstru-


yen en mayor o menor grado la desembocadura de los
SU

uréteres, a veces con reflujo vesicoureteral e hidrone-


frosis.
DA

Siempre que se diagnostique alteración vesical,


BI

se deben explorar ambos riñones, por ejemplo, en la


I
OH

Fig. 4.42. Cuerpo extraño. hidronefrosis y las lesiones traumáticas de la vejiga.


Se produce por un trauma directo sobre la vejiga
PR

distendida, en la fractura de la pelvis o por accidente


Repercusión en otros órganos intrapélvicos: en instrumentación vesical.
 Hiperplasia prostática: eleva el piso vesical y provo- La ruptura puede ser intra o retroperitoneal.
ca la vejiga de lucha. Intraperitoneal. Se puede observar líquido libre
 Miomas uterinos: producen compresión de la pared (orina) en la cavidad peritoneal, los espacios parietocó-
vesical. licos o en otros sitios de declive (Fig. 4.45).
 Tumores malignos de ovario, útero, próstata, vesícu- Extraperitoneal. El líquido decola el espacio pélvico
las seminales y recto: pueden comprimir o invadir la y desplaza la vejiga hacia arriba o hacia los lados.
vejiga (Fig. 4. 43). Lo más frecuente es que la vejiga esté vacía y no
 Adenomegalias inflamatorias, linfomatosas o metastá- se pueda lograr su repleción; se observa líquido libre
sicas: deforman el contorno vesical por compresión. en el espacio pélvico.
160 Urología

Fig. 4.44. Repercusión en el tracto urinario superior. Fig. 4.45. Ruptura vesical.

ÓN
CI
UC
OD
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Uropediatría 161

Capítulo 5

Ignacio Mulet Ochoa

ÓN
CI
UC
Los tipos más frecuentes de válvulas se encuentran en la parte posterior de la
OD
uretra. Se trata de membranas con una abertura excéntrica, generalmente posterior,
que nacen en el verumontanum y se extienden distalmente para adherirse a las pare-
PR

des anterolaterales de la uretra. Estas válvulas son estructuras congénitas anómalas,


RE

con un origen embriológico poco claro, que producen una obstrucción variable. La
uretra prostática se dilata, mientras el músculo detrusor y el cuello de la vejiga se
SU

hipertrofian. Puede existir reflujo vesicoureteral o una obstrucción ureteral distal, como
DA

consecuencia de la distensión crónica de la vejiga o de la hipertrofia del músculo


detrusor.
BI

Las alteraciones renales varían desde una hidronefrosis leve hasta una displasia
I
OH

severa; la gravedad depende, probablemente, de la intensidad de la obstrucción y del


momento en que se inician en la vida fetal. Como ocurre en otros casos de obstrucción
PR

o displasia renal, pueden existir oligohidramnios e hipoplasia pulmonar.


Las válvulas uretrales posteriores (Figs. 5.1 y 5.2) se diagnostican cada vez con
más frecuencia, en vida prenatal, al proceder a la ecografía del vientre materno; se
aprecian hidronefrosis bilateral, dilatación vesical y, si la obstrucción es grave,
oligohidramnios. Se han reportado casos de rupturas espontáneas de vejiga y de ascitis
con perinefritis neonatal.
La descompresión neonatal de la vejiga mediante un cortocircuito percutáneo
vesicoamniótico o cirugía fetal abierta constituye una posibilidad terapéutica. Sin em-
bargo, no existen pruebas experimentales ni clínicas que documenten los posibles be-
neficios de la intervención fetal que se hallan, todavía, en fase experimental.
Diagnóstico. Se establece mediante la cistouretrografía de micción. El reflujo
vesicoureteral ocurre en 2/3 de los casos y puede ser uni o bilateral. El pronóstico para
la función renal empeora en casos de reflujo, aunque a la curación vesical se asocia
también la mejoría del tracto urinario superior.
Se ha demostrado que, incluso en pacientes con reflujo severo, este se puede
resolver de forma espontánea, una vez estirpadas las válvulas y resuelta la obstruc-
ción vesical. Si este reflujo ha sido unilateral se puede resolver espontáneamente entre
25 y 30 % de los pacientes.
162 Urología

ÓN
CI
UC
Fig. 5.1. Valva de uretra posterior con hidronefrosis bi-
OD
lateral. Fig. 5.2. Valva de uretra posterior.
PR
RE
SU

Tratamiento. Una revisión reciente sugiere que Después del tratamiento de las válvulas uretrales
el tratamiento de las válvulas de uretra posterior, me dian- posteriores, hasta la mitad de los niños presenta cierto
DA

te la ablación sola (sin reimplantación o reconstruc- grado de incontinencia urinaria, si el esfínter no ha su-
BI

ción), es el único tratamiento necesario en la mayoría


I

frido ningún daño quirúrgico. Los factores principales


de los pacientes. De acuerdo con nuestra experiencia,
OH

que contribuyen a la incontinencia comprenden la dila-


el llenado y vaciado cíclico de la vejiga, después de la
tación de la uretra prostática, la escasa distensibilidad
PR

ablación de las válvulas de uretra posterior, permiten


una recuperación mucho mejor y más rápida, tanto de de la vejiga y la piuria secundaria al daño renal. La
la vejiga como del tracto urinario superi or. incontinencia urinaria suele mejorar con la edad, sobre
La mayoría de los niños que se presentan con todo después de la pubertad.
incontinencia pueden recibir tratamiento mediante abla- El pronóstico en el recién nacido depende del gra-
ción primaria de las válvulas. Si existe reflujo vesicoure- do de hipoplasia pulmonar y de la posible recuperación
teral, se recomienda el tratamiento expectante y la ad- de la función renal. Los lactantes más afectados sue-
ministración de dosis supresoras de antibacterianos, no len nacer muertos. Entre los que sobreviven en el pe-
obstante, si el reflujo persiste más de 1 año (después riodo neonatal, aproximadamente 1/3 conserva cierto
de eliminar las válvulas) y si la función del riñón afecto grado de insuficiencia renal y puede acabar precisan-
lo merece, se debe realizar una corrección qu irúrgica. do el trasplante renal.
Uropediatría 163

Fidel Presmanes Fernández † y Martha Rodríguez Pérez

El reflujo vesicoureteral consiste en el retorno pa- mecanismo activo intrínseco muscular que produciría
tológico de la orina vesical hacia el uréter y las cavida- estiramiento y oclusión del segmento submucoso.
des pielocaliciales; comúnmente se produce durante la Etiopatogenia:
micción o en cualquier circunstancia que aumente la  Reflujo primario: se debe a un retardo en la madura-
presión intravesical: toser, reír, etc., lo que constituye ción de las fibras musculares longitudinales del seg-
un factor predisponente para la infección urinaria. mento submucoso del uréter o un trastorno en su
El reflujo primario es la anomalía congénita uri- muscularización, lo que puede determinar cortedad
naria más frecuente; se presenta en 1 % de niños del túnel submucoso y cierto desplazamiento late-
asintomáticos, pero en casos con infección urinaria roexterno del meato ureteral. Constituye casi 80 %
ocurre entre 30 y 50 %; en niños con dilatación de todos los reflujos y tiende a desaparecer con el
pielocalicial, detectada por ultrasonografía prenatal, desarrollo muscular y el crecimiento del segmento

ÓN
aparece entre 10 y 15 %. submucoso en aproximadamente 2 o 3 años.

CI
El reflujo se observa mayormente en niños me-  Reflujo secundario: se produce por causas ajenas a
nores de 3 años, que consultan por infección urinaria.

UC
la muscularización del segmento submucoso, por
Afecta por igual a uno y otro sexos, pero los reflujos
OD ejemplo:
de alto grado se manifiestan predominantemente en
 Duplicidad ureteral completa: se observa con más
lactantes varones. A menudo es bilateral; cuando es
frecuencia el reflujo al uréter del sistema inferior,
PR

unilateral se presenta con mayor frecuencia en el lado


por tener el meato ureteral desplazado hacia fue-
RE

izquierdo.
Los niños de raza negra tienen mucha menor pro- ra y con el túnel submucoso algo más corto.
SU

 Desembocadura intra o paradiverticular del uréter.


pensión a presentar reflujo (de 10 a 20 por 1). Es co-
 Infecciones específicas (tuberculosis o bilhar-
mún su incidencia entre hermanos (de 25 a 30 %), con
DA

modo de transmisión hereditaria no bien definida, pero ziosis), que provocan inflamación y fibrosis de la
BI

probablemente de carácter poligénico y multifactorial. válvula.


I

Cuando el reflujo vesicoureteral se combina con  Iatrogenia quirúrgica (prostatectomía, cistectomía


OH

infección, presión vesical elevada o ambas, se asocia a parcial, etc.).


PR

daño renal, el cual, en forma aguda, se manifiesta como  Vejiga neuropática con alteración neurológica in-

pielonefritis y en forma crónica, como nefropatía de trínseca del mecanismo valvular, a lo que se aña-
reflujo. de hiperpresión intravesical.
Mecanismo valvular de la unión uretero-
vesical. La porción intravesical del uréter tiene 2 seg- Las infecciones urinarias inespecíficas y las obs-
mentos: el intramural, contenido en el espesor de la trucciones infravesicales difícilmente producirán reflujo,
pared muscular de la vejiga, y el submucoso, que trans- si la unión ureterotrigonal está bien constituida, sin
curre a manera de un túnel por debajo de la mucosa embargo, cuando la válvula es limítrofe o fronteriza, es
vesical; este último es comprimido por la orina contra decir, con una estructura muscular algo deficiente y la
la pared muscular, cuando la vejiga se va llenando, lo longitud del segmento submucoso más corta, esta pue-
que provoca la formación de un mecanismo valvular de hacerse incompetente por el efecto de una infec-
que impide el reflujo. Se ha establecido que la compe- ción u obstrucción. Por otra parte, sí es frecuente que
tencia de la válvula vesicoureteral es óptima cuando la un reflujo primario pueda ser perpetuado o agigantado
relación entre la longitud del túnel submucoso y su diá- por una obstrucción infravesical o hiperpresión intra-
metro es de 5 a 1. vesical.
Algunos autores han establecido que, aparte del Patogenia. La lesión renal más temida en el re-
mecanismo valvular pasivo antes descrito, existe un flujo es la cicatriz, que se origina como consecuencia
164 Urología

de la infección. Esta lesión se localiza más a menudo En la mayoría de los casos el uréter no se visualiza,
en los sitios donde ha habido reflujo intrarrenal, habi- por lo que solo es posible identificarlo en reflujos de
tualmente en ambos polos, y se acompaña de deformi- alto grado. Las características de la vejiga en cuanto a
dad y retracción de los cálices subyacentes, lo que tamaño, contornos y grosor de la pared, pueden alertar
determina irregularidades en la superficie de la corte- en relación con una vejiga neuropática o una obstruc-
za renal, todo lo cual constituye la nefropatía de reflujo ción infravesical que estén complicando el reflujo. En
adquirida. casos de reflujo de alto grado se detectará un residuo
La nefropatía puede ser congénita si un reflujo posmiccional importante.
intrauterino ha provocado alteración de la nefrogénesis Se debe enfatizar que una ultrasonografía urina-
(displasia renal), con disminución global del parénquima, ria normal no excluye la existencia de un reflujo de
lo que da lugar a un riñón pequeño congénito. En casos bajo grado, que constituye la gran mayoría de los ca sos.
Cistouretrografía miccional (CUGM). Consti-
de reflujo de alto grado, las cavidades pielocaliciales y
tuye, por excelencia, el estudio para hacer el diagnós-
el uréter se observan dilatados e hipotónicos, a lo cual
tico del reflujo vesicoureteral. Si se ha presentado in-
contribuye la infección crónica; el uréter puede llegar
fección, se debe realizar el estudio cuando se negativice
a ser marcadamente tortuoso.
el urocultivo y preferiblemente bajo quimioprofilaxis
El riñón de los niños menores de 1 año es particu- antibiótica.
larmente proclive a este tipo de lesión, por ser las papilas De acuerdo con la clasificación internacional, el
renales más vulnerables al reflujo intrarrenal, debido a reflujo se divide en los grados siguientes:
su falta de desarrollo.

ÓN
 Grado I: reflujo en un uréter no dilatado.
En el reflujo de alto grado se encontrará un resi-  Grado II: el reflujo llega a la pelvis y los cálices rena-

CI
duo vesical posmiccional importante, motivado por la les, pero sin dilatación.

UC
orina que refluye y luego retorna, lo que predispone a  Grado III: existe una dilatación marcada del uréter y
la infección. OD las cavidades pielocaliciales, con ligero borramiento
Cuadro clínico. Si no se presenta infección uri- de la imagen papilar.
PR

naria complicada, el reflujo puede ser asintomático; si  Grado IV: existe mayor dilatación, con ligera tortuo-
RE

aquella está presente, los síntomas dependerán de la sidad del uréter y los cuellos caliciales; las papilas se
edad del paciente, como ya se explicó en el capítulo 3 . En ven algo borradas, pero todavía es posible identificar
SU

los niños mayores puede haber dolor lumbar (uni o bi- la impresión papilar.
lateral) en el momento de la micción.  Grado V: hay una gruesa dilatación con marcada
DA

Comúnmente, en el reflujo primario el examen tortuosidad del uréter y borramiento completo de la


BI

físico es negativo; en el secundario se relaciona con impresión papilar (Fig. 5.3).


I
OH

los hallazgos clínicos de la enfermedad causal.


Diagnóstico. Lo más frecuente es que el reflujo
PR

vesicoureteral se manifieste en el estudio de una in-


fección urinaria o se descubra en el estudio posnatal
de una dilatación prenatalmente detectada por ultraso-
nografía rutinaria o bien durante un pesquisaje familiar
entre hermanos del paciente con reflujo, supuestamente
sanos.
El trípode imagenológico en que se apoya el estu-
dio es: ultrasonografía, cistouretrografía miccional y
gammagrafía DMSA.
Ultrasonografía. El examen ultrasonográfico del
tracto urinario puede evidenciar una dilatación pielocali- Fig. 5.3. Grados de reflujo.
cial de magnitud variable, con un parénquima que pue-
de estar globalmente afinado (nefropatía de reflujo La CUGM no solo indica el diagnóstico positivo
congénita) o reducido en espesor de modo focal del reflujo, sino que permite observar el tamaño y los
(nefropatía de reflujo adquirida posinfecciosa); tam- contornos de la vejiga (obstrucción infravesical,
bién es posible apreciar un aumento de la ecogenicidad disfunción neurógena), así como el grado de permeabi-
del parénquima renal por efecto de las cicatrices. lidad de la uretra (valva de uretra posterior); también
Uropediatría 165
puede aportar datos morfológicos sobre el riñón y de- Evolución, pronóstico y complicaciones. El
tectar el reflujo intrarrenal, cuando el contraste tiñe el reflujo primario tiene una evolución progresiva a la re-
interior de los tubos colectores. solución espontánea, si se controla la infección asocia-
Gammagrafía. La gammagrafía con radioisótopos, da y no están presentes los factores que lo perpetúen,
que supone la aplicación de 50 a 100 veces menos como la obstrucción y la hiperpresión. Por lo general,
radiaciones que la CUGM, es más fiel para detectar el el reflujo secundario no se resuelve espontáneamente,
reflujo, aunque presenta el inconveniente de que no de manera que su remisión se relaciona con la causa
permite determinar el grado de reflujo; es el método que lo provoca.
más recomendado para el seguimiento evolutivo des- El pronóstico del reflujo depende esencialmente
pués de realizado el diagnóstico positivo con la CUGM de la magnitud del daño renal existente, tanto congéni-
convencional. to como adquirido. La complicación más frecuente es
La gammagrafía Tc-DMSA permite detectar ci- la infección, que aumenta marcadamente la morbilidad
catrices relacionadas con las infecciones urinarias que del reflujo, y la más grave y temida es la formación de
complican el reflujo; se manifiestan por zonas frías o cicatrices uni o bilaterales, que años después se tradu-
de hipofijación del radiofármaco, que en la fase aguda cirán primero en proteinuria, luego en hipertensión
se interpretan como inflamatorias, pero en el estudio arterial y más tarde en casos bilaterales, en insuficien-
realizado 3 meses después de la última infección agu- cia renal crónica.
da, se interpretan como cicatrices. Esta situación es particularmente compleja en las
Se debe tener en cuenta que en un primer estudio

ÓN
niñas, teniendo en cuenta el futuro obstétrico, donde
es posible que la zona cicatrizal no se evidencie, la que

CI
una nefropatía de reflujo, aunque sea unilateral, es ca-
se pondrá de manifiesto varios meses después en
paz de producir hipertensión, preeclampsia, prematu-

UC
estudios de seguimiento. En la nefropatía de reflujo
ridad y muerte fetal. En general, la hipertensión se ha
congénita la hipofijación es global en un riñón más pe-
OD observado entre 10 y 15 % de niños con reflujo, lo que
queño. La gammagrafía Tc-DMSA también aporta
ocurre más a menudo cuando las cicatrices son bilate-
PR

datos con respecto al funcionamiento renal y permite


rales. La nefropatía de reflujo es responsable de 50 %
RE

precisar la función renal relativa.


de niños y 10 % de adultos con insuficiencia renal ter-
Urograma excretor. Aporta datos que pueden ser
SU

minal antes de los 30 años.


obtenidos por los estudios precedentes, por lo que hoy
Tratamiento. Se deben tener en cuenta: edad,
día se realiza con menor frecuencia; no obstante, pue-
DA

de ser útil especialmente cuando se contempla el tra- sexo, lateralidad, grado de reflujo, presencia de infec-
BI

tamiento quirúrgico. En general, en reflujos de bajo ción, reflujo intrarrenal, nefropatía de reflujo congénita
I

o adquirida, hiperpresión vesical, presencia de algún


OH

grado el urograma suele ser normal; en reflujos de alto


grado (IV y V) el tracto urinario superior aparecerá tipo de obstrucción infravesical que esté perpetuando
PR

dilatado, con irregularidad de los cálices y un parénqui- o exacerbando el reflujo primario y otras anomalías
ma disminuido, en dependencia de la magnitud de la asociadas.
nefropatía existente. La dilatación del tercio inferior El tratamiento del reflujo primario es eminente-
del uréter en placas de vaciamiento suele ser un indi- mente conservador y se basa en medidas terapéuticas:
cio de reflujo.  Quimioprofilaxis antibiótica por tiempo prolongado.
El urograma excretor, como los estudios morfoló-  Higiene perineal en las niñas y del saco prepucial en
gicos precedentes, puede evidenciar algún estado pa toló- el varón.
gico causal del reflujo como vejiga neuropática, diver-  Evitar o erradicar la constipación intestinal, que pue-
tículo vesical congénito, duplicidad ureteral, etcéte ra. de alterar el vaciado vesical.
Cistoscopia. Hoy día se realiza en casos muy  Aporte hídrico suficiente.
contados, ya que sus resultados, a menudo, son con-  Disminución de la presión intravesical en casos de
tradictorios. Su indicación se basa en la localización y reflujo de alto grado o con alta presión.
el aspecto del meato ureteral y en la medida del seg-  Medidas que mejoren el vaciado vesical en ausencia
mento intravesical, sobre todo con fines pronósticos. de obstrucción.
El estudio urodinámico se indica cuando se sospecha  Desobstrucción infravesical (de ser necesaria) o vesi-
clínicamente que la permanencia del reflujo se relacio- costomía temporal en casos excepcionales (trata-
na con hiperpresión vesical. miento quirúrgico conservador).
166 Urología

La quimioprofilaxis antibiótica por tiempo prolon- este último su causa debe ser diagnosticada y elimina-
gado será a base de drogas que tengan las caracterís- da, de ser posible.
ticas siguientes: En caso de coexistir con el reflujo primario algún
 Buena concentración hística y urinaria. tipo de obstrucción infravesical (valva de uretra poste-
 Poca toxicidad. rior), que esté perpetuando o agravando el reflujo, esta
 Escaso efecto sobre la flora bacteriana intestinal y debe ser eliminada lo antes posible.
vaginal. De existir reflujo intrarrenal, con grave peligro de
 Poco costosas: las drogas más empleadas son la com- daño parenquimatoso irreversible (cicatrices), se de ben
binación de sulfametoxazol-trimetoprim; trimetoprim agotar todas las opciones disponibles, con el objetivo
solo y nitrofurantoína. de hacerlo desaparecer: cateterismo limpio intermiten-
te, anticolinérgicos y, en casos extremos con infección
En neonatos y lactantes menores de 2 meses se grave asociada, vesicostomía temporal, después de lo
puede utilizar la cefalexina o la amoxicilina (sin ácido cual se continuará el esquema terapéutico antes des-
clavulánico). La dosis quimioprofiláctica será la terce- crito para el reflujo extraparenquimatoso.
ra parte de la dosis terapéutica total diaria, en una sola Tratamiento quirúrgico radical: se indica en las
administración nocturna, aunque en lactantes y niños circunstancias siguientes:
pequeños con frecuente vaciado vesical es recomen-  Infección urinaria no controlada.
dable dividirla en 2, es decir, una sexta parte en la  Dificultad para realizar el tratamiento quimiopro-
mañana y otra sexta parte en la noche. Últimamente filáctico.

ÓN
algunos autores recomiendan el uso combinado de 2 de  Reflujo asociado a otras anomalías de la unión

CI
estas drogas, por ejemplo, sulfametoxazol-trimetoprim ureterovesical, que exijan tratamiento quirúrgico.

UC
en la mañana y nitrofurantoína en la noche.  Reflujo que persista en niñas cercanas a la pubertad,
El tiempo de duración de la quimioprofilaxis va-
OD por posible complicación durante un eventual emba-
riará de acuerdo con las características evolutivas del
razo.
niño; durante el primer año de vida la quimioprofilaxis
PR

será obligada, teniendo en cuenta que en esta etapa el


RE

En relación con esta última indicación quirúrgica,


riñón está más desprotegido, pues las papilas están
es bueno recordar que en esos casos existen diversos
menos desarrolladas, lo que permite el reflujo intrarrenal
SU

grados de riesgo:
a más baja presión, aparte de la inmunodepresión y la
 Paciente con reflujo, sin nefropatía de reflujo: riesgo
DA

deficiencia neuromuscular propias de esta edad.


menor.
BI

De prolongarse el reflujo después de 2 o 3 años


 Paciente sin reflujo, pero con nefropatía de reflujo:
I

de tratamiento quimioprofiláctico, este debe suspen-


OH

derse y comprobarse la ausencia de infección, una vez riesgo mayor.


superada la fase de mayor vulnerabilidad del riñón. Se  Paciente con reflujo y nefropatía de reflujo: riesgo
PR

debe tener presente que un reflujo sin infección y sin máximo, sobre todo si es bilateral.
hiperpresión, en un niño asintomático y preferiblemen-
te varón, puede evolucionar de manera expectante sin En cuanto a la indicación quirúrgica en casos de
riesgo de complicaciones. reflujo de alto grado (IV y V), preconizada por algu-
Es importante tener en cuenta el vaciado vesical nos, no estamos de acuerdo con ello, pues, en particu-
adecuado, por lo que en reflujos de alto grado será de lar, en los neonatos y lactantes varones con grueso
utilidad la micción en 2 y 3 tiempos, cuando la edad del reflujo se pueden observar regresiones espectacula-
niño lo permita, invitándolo una vez terminada la mic- res, sobre todo en casos unilaterales, por lo que siem-
ción inicial a repetirla nuevamente, 2 o 3 min más tar- pre se debe intentar el tratamiento conservador.
de. El cateterismo limpio intermitente premiccional El tratamiento quirúrgico radical consiste en mo-
puede ser útil en algunos casos de reflujo grueso, no dificar la unión ureterovesical, con el fin de lograr un
solo para garantizar el vaciado vesical, sino también mecanismo valvular competente, lo que se consigue
para evitar el propio reflujo. por cirugía abierta (reimplante ureteral o plastia de la
La administración de drogas anticolinérgicas unión ureterovesical), como es el caso de las técnicas
(propantelina, oxibutinina, tolterodina, etc.) puede ate- intravesicales de Politano-Leadbetter, transtrigonal de
nuar la presión de reflujos de alto grado o de cualquier Cohen, trigonoplastia de Gil-Vernet, entre otras, y las
tipo de reflujo asociado a vejigas de alta presión; en extravesicales de Lich-Gregoir o de Woodruf.
Uropediatría 167
También se han utilizado técnicas endoscópicas  No presente reflujo vesicoureteral (CUGM normal).
mediante la inyección de diversas sustancias como  No presente infección (urocultivo, cituria negativa).
colágeno, cartílago, etc., que modifican la unión
ureterotrigonal. Últimamente se están desarrollando Puede ocurrir que haya quedado algún reflujo de
técnicas laparoscópicas, con las cuales se han obteni- bajo grado, de carácter benigno (sin infección y sin
do resultados muy exitosos. hiperpresión), pero sin cicatrices renales, en cuyo caso
El tratamiento del reflujo secundario se puede
el resultado se cataloga de satisfactorio, especialmen-
orientar siguiendo en general los mismos parámetros
te si es varón. A la inversa, si queda sin reflujo o con
del reflujo primario, y se enmarcará en función de la
causa que lo produce. algún reflujo de bajo grado, pero con cicatrices rena-
Criterios de durabilidad. Un niño con reflujo les, el resultado es malo, sobre todo si la nefropatía de
vesicoureteral se puede catalogar con resultados tera- reflujo es bilateral, por la posibilidad de presentar en el
péuticos óptimos cuando al arribar a los 6 años: futuro un mayor peligro de hipertensión arterial y de
 No presente cicatrices renales (DMSA normal). insuficiencia renal.

ÓN
Francisco J. Alonso Domínguez †

CI
UC
OD
Los cromosomas de células en metafase se pre-
PR
Se conocen como síndromes intersexuales aque-
llos trastornos de la diferenciación sexual, en los que sentan como una letra X, cuya parte central, denomi-
RE

no coinciden los distintos factores determinantes del nada centrómero, representa el huso acromático cuan-
do se produce la división celular. De acuerdo con la
SU

sexo, que no constituyen un elemento aislado, sino la


resultante de distintos criterios que van a determinar la posición del centrómero, los cromosomas se clasifican
DA

sexualidad: en metacéntricos (el centrómero está en el centro) y


BI

 Las gónadas que presente: sexo gonadal. dan 2 brazos casi iguales.
I

 La persistencia de conductos: sexo ductal. Los cromosomas 1-3 (A) y 19-20 (F) son meta-
OH

 La constitución cromosómica: sexo cromosómico. céntricos; submetacéntricos, cuando existen 2 brazos


asimétricos, uno más largo que el otro. Los cromosomas
PR

 El predominio hormonal: sexo hormonal.


 El estado de los genitales: sexo genital.
4-5 (B), 6-12 X (C) y 16-18 (E) son submetacéntricos;
por último, cuando el centrómero está situado hacia el
 El sexo que se asigna a un neonato: sexo asignado.
extremo del cromosoma, dando 2 brazos muy desigua-
 El sexo en que es criado: sexo de crianza o social.
les, con un brazo muy corto, se denominan cromosomas
 El sexo que el individuo se atribuye: sexo genérico.
acrocéntricos.
Los cromosomas 13-15 (D), 21-22-Y (G) son
Cuando no coinciden todos estos criterios, se está acrocéntricos. Estos, a menudo, poseen satélites, que
ante un síndrome intersexual. son cúmulos de cromatina que salen del brazo corto, al
Citogenética. Desde mediados del siglo pasado que están unidos por un delgado filamento.
se conoce que la dotación cromosómica de los seres Actualmente, por técnicas de tinción que crean
humanos está dada por 22 pares de cromosomas una serie de bandas o franjas en los cromosomas, se
somáticos o autosomas y un par de cromosomas sexua- ha logrado identificar todos los cromosomas con exac-
les o gonosomas. La hembra es homogamética, ya que titud. Las bandas, que se conocen de acuerdo con la
el par gonosómico es homogéneo: 2 cromosomas X. El sustancia empleada en la tinción, se denominan ban-
varón, cuyos cromosomas sexuales no son idénticos, das G si la coloración empleada es el Giemsa, y ban-
es por lo tanto heterogamético: un cromosoma X y un das Q si se emplea la quinacrina, sustancia que tiene la
cromosoma Y. propiedad de ser fluorescente.
168 Urología

En las células en interfase se distingue un cor- Embriología. Es necesario conocer los meca-
púsculo aplicado a la membrana nuclear, la cromatina nismos que inducen la diferenciación de las gónadas;
nuclear, en un tiempo conocido como cromatina sexual, conductos y genitales para comprender los cambios
ya que solamente está presente en los individuos hem- que provocan las distintas alteraciones de la diferen-
bras o que poseen 2 cromosomas X. El varón no posee ciación sexual.
esta masa cromática, pero en la coloración con quina- Diferenciación gonadal. En el embrión de 5 se-
crina se opacifica una masa más pequeña, el cromo- manas (10 mm), aparece en el epitelio celómico medial
soma Y. al conducto mesonéfrico (de Wolff) una proliferación
La masa de cromatina nuclear representa el celular que se proyecta hacia la cavidad celómica, la
cromosoma X, que genéticamente es inactivo. En el cresta genital, en la que se formarán los cordones
varón, mediante el empleo de tinción fluorescente se genitales que invadirán rápidamente el mesénquima
puede identificar el corpúsculo Y, no así la cromatina subyacente y, de acuerdo con la constitución cromo-
nuclear, ya que se necesitan 2 cromosomas X para sómica del embrión, se producirá un testículo u ovario
visualizarla. Si la constitución es 47,XXY se verían a cada lado de la línea media.
ambas estructuras, ya que el corpúsculo de cromatina A partir de la sexta semana (12 mm) no es posi-
nuclear representa el número de cromosomas X me- ble diferenciar las gónadas que van a ser testículos, de
nos uno. Por medio de las bandas, los cromosomas se las que están predestinadas a ser ovarios. Las células
identifican individualmente y los genes que los integran germinales primarias o gonocitos, procedentes del in-
en cualquiera de los brazos. Los cambios estructura- testino posterior, reconocibles por su afinidad con la

ÓN
les: deleción, translocación, inversión, etc., se identifi- fosfatasa ácida, colonizan los esbozos gonadales y son
can con precisión mediante estas técnicas. las precursoras de los ogonias o espermatogonias. Sin

CI
En ocasiones, se puede demostrar, sobre todo su presencia es imposible que haya diferenciación

UC
cuando se hace el análisis en más de un tejido, la exis- gonadal.
tencia de más de una estructura celular en un indivi-OD Entre los 43 y 50 días, bajo la influencia de la
duo, lo que da lugar al fenómeno conocido como S:R:Y: y otros genes que codifican la determinación
PR

mosaicismo celular. En algunos síndromes intersexuales sexual masculina, comienza la diferenciación testicular
RE

y tumores gonadales se demuestra con frecuencia la y aparece la membrana basal, que separa el epitelio
existencia de mosaicismo. germinativo del mesénquima, la cual aumenta de volu-
SU

Los brazos se designan con las letras p o q, si se men, se vasculariza y forma la túnica albugínea.
trata del brazo corto o largo, respectivamente. Así, una Las células de Leydig aparecen cerca de los
DA

translocación del brazo corto del cromosoma 5 al bra- 60 días y la diferenciación genital es evidente entre
BI

zo largo del cromosoma 15 se designaría 46,XY t (p5, los 65 y 77 días. Los cordones medulares 7 proliferan
I

q15); una deleción del brazo largo del cromosoma 5 se y rodean los gonocitos, los que posteriormente origina-
OH

representaría 46,XX del (q5). rán las espermatogonias.


PR

Los isocromosomas se designan con la letra i, Hacia la parte interna de la gónada, los cordones
seguida del número del cromosoma y el brazo que lo medulares establecen conexiones entre sí y forman la
forma (p o q), según se trate 46, X, i (Xq). El mosaicismo rete testis, que se une a los tubos mesonéfricos una
celular se designa con las formas celulares presentes, vez que los glomérulos primitivos han degenerado, co-
separadas entre sí por una franja diagonal ( back slash), municando los tubos seminíferos con el conducto meso-
por ejemplo, 45,X/46,XY; 46,XX/46,XY, etcétera. néfrico.
En la porción terminal de los brazos corto y largo La diferenciación del ovario se produce más tar-
del cromosoma X existe una zona que escapa a la díamente, de manera que la gónada permanece más
inactivación, que se homologa con un segmento análo- tiempo en estadio indiferente y alrededor de la octava
go en el brazo corto del cromosoma Y, se trata de la semana los cordones medulares comienzan a involu-
región seudoautosómica. Estas 2 regiones son las que cionar, predomina el desarrollo de la porción cortical
se asocian en la meiosis, lo que permite el intercambio de la gónada, con la formación de cordones corticales,
del ADN entre estas zonas de los gonosomas. que se transformarán en ovarios, si la constitución
Empleando varones XX, con translocaciones muy cromosómica es 46,XX. No se forma una túnica
pequeñas del X al Y, se localizó un gen en la porción albugínea. Las células de los cordones corticales ro-
proximal más cercana al límite seudoautosómico. Este dean los gonocitos para formar lo que en un futuro
gen se ha clonado, expresado, y se conoce como re gión serán los folículos, mientras que las células mesenqui-
determinante sexual Y (SRY, de sus siglas en inglés). matosas originarán las células tecales.
Uropediatría 169
Cuando faltan o sobran cromosomas X no se for- en el lado donde no hay testículo, lo que puede originar
mará el ovario, sino una gónada acintada, constituida un útero unicornio o hipoplásico. En presencia de
por un estroma de tejido conectivo arremolinado, des- testículo fetal funcionante persistirán los conductos
provisto de folículos; se trata de la gónada acintada o mesonéfricos, que dan origen al epidídimo, conducto
streak gonad, característica de la disgenesia ovárica deferente, vesícula seminal, que aparece como una
(Fig. 5.4). evaginación del deferente, y conducto eyaculador.
Diferenciación genital. El desarrollo de los
genitales externos, al igual que las gónadas y los con-
ductos genitales, también pasa por un estadio indife-
rente en el que el esbozo de los genitales es igual en
uno y otro sexos. El esbozo genital consta del tubérculo
genital, que es el precursor del pene o clítoris; en su
parte ventral existe una hendidura que comunica el seno
urogenital con el exterior; a ambos lados e xisten
2 repliegues mucosos: los pliegues labioure trales y,
lateralmente a estas estructuras, las eminencias labioes-
crotales a ambos lados del TG, que originarán los la-
bios mayores, y situados en la línea media los pliegues
labiouretrales, que darán origen a los labios menores y

ÓN
el vestíbulo de la vulva.

CI
Fig. 5.4. Gónada acintada o streak gonad. En el varón, la existencia de un testículo funcio-

UC
nante provocará el desarrollo del tubérculo genital, que
OD originará el pene; los pliegues labiouretrales se fusio-
Diferenciación ductal. En los embriones de uno narán en sentido distal y darán origen a la casi totali dad
PR

y otro sexos existen los esbozos de lo que serán los de la uretra anterior; la porción balánica se constituirá
gracias a una evaginación del ectodermo del glande,
RE

conductos genitales, representados por los conductos


mesonéfricos y paramesonéfricos, de Wolff y Müller que se canaliza y comunica con el resto de la uretra,
SU

respectivamente. dejando el rafe medio uretral, que es la prolongación


El conducto mesonéfrico precede a la diferen- del rafe medio escrotal, como señal de la fusión. Las
DA

ciación gonadal; el conducto paramesonéfrico se for- eminencias labioescrotales migran caudalmente y se


BI

ma a mediados de la quinta semana, como una fusionan en la línea media, por detrás del pene.
I

Estos cambios ocurren gracias a la acción de la


OH

invaginación del epitelio celómico hacia la extremidad


cefálica del conducto mesonéfrico y lateral a este. dihidrotestosterona segregada por las células de Leydig
PR

Desde aquí progresa en sentido caudal, cruzando por del testículo fetal, pero sustancias esteroideas bien
delante del conducto mesonéfrico para fusionarse en exógenas, administradas con fines terapéuticos, o
la línea media con el del lado opuesto, antes de termi- andrógenos segregados por un tumor virilizante mater-
nar en la cloaca, donde forma una condensación epitelial, no o la adrenal fetal, son capaces de virilizar un feto
el tubérculo de Müller. del sexo femenino. La virilización será mayor de acuerdo
El conducto paramesonéfrico persistirá en la hem- con la precocidad en que se provoque el estímulo an-
bra y originará el útero, las trompas y los 3/4 superio- drogénico.
res de la vagina. Las células de Sertoli del testículo Pasado un tiempo, cuando ya la evolución se ha
fetal, por medio de la hormona antimulleriana (HAM), completado, generalmente en la duodécima semana,
provocan la involución de los conductos de Müller, pero los genitales no se virilizan.
persisten sus extremos cefálico y caudal, que origina- Descenso gonadal. Las gónadas así diferencia-
rán la hidátide testicular y el utrículo prostático, res- das se encuentran situadas originalmente en la proxi-
pectivamente. midad del polo inferior del riñón definitivo. Durante el
Esta acción de la HAM se ejerce unilateralmente, proceso embriológico descienden hasta su ubicación
de manera que en los individuos que posean un solo tes- definitiva: en la bolsa escrotal (en los varones) o en la
tículo, únicamente los conductos homolaterales pelvis (en la hembra). A este proceso se le denomina
involucionarán y persistirán los conductos de Müller descenso gonadal y está influido por diversos factores.
170 Urología

En una primera etapa, caudalmente, en el meso- A continuación se describe la empleada por Wilkins en
nefros se desarrolla un espesamiento del peritoneo, su obra clásica, con algunas modificaciones adaptadas
conocido como plica gubernaculi, que une el polo a los conocimientos actuales. En esta se considera la
caudal del mesonefros con la parte ventrolateral de la disgenesia gonadal en su sentido más amplio, incluyen-
pared abdominal del embrión (futura región inguinal). do el hermafrodismo y la disgenesia gonadal mixta,
Este repliegue se une después a la gónada para formar como parte de ella, por tener un origen semejante, ade-
el gubernaculum testis del varón o el ligamento re- más de los seudohermafrodismos masculino y femeni no:
dondo de la hembra, al cual se la ha atribuido una gran 1. Con anomalías asociadas (síndrome de Turner):
importancia en la migración gonadal hasta su ubica- a) Disgenesia ovárica.
ción definitiva, pero estudios relativamente recientes 2. Sin anomalías asociadas:
han demostrado la migración hasta la bolsa escrotal de a) Disgenesia gonadal.
pellets de parafina, después de la administración de b) Disgenesia del tubo seminífero.
testosterona, por lo que se supone que los andrógenos c) Disgenesia gonadal mixta.
fetales (gonadales o adrenales) constituyen el estímulo d) Diferenciación gonadal asimétrica.
más potente para la migración testicular, y el e) Hermafrodismo verdadero.
gubernaculum queda solamente como guía para el f) Hiperplasia adrenal congénita y sus variantes.
descenso. Por otra parte, este descenso es relativo, ya 3. Seudohermafrodismo inducido.
que también tiene lugar gracias al desarrollo del embrión 4. Seudohermafrodismo femenino:
en sentido caudal. a) Malformativo.

ÓN
Descenso del ovario. El ovario desciende a la b) Idiopático.

CI
pelvis conjuntamente con la trompa uterina hacia el c) Síndrome de insensibilidad androgénica.

UC
octavo mes, mientras el gubernaculum da origen al li- d) Esteroidogénesis testicular defectuosa (HAC ti-
gamento inguinal (ligamento redondo) que, partiendo OD pos IV, V, y VI).
de la unión de la trompa con el cuerpo uterino, atravie- 5. Seudohermafrodismo masculino:
sa el conducto inguinal para fijarse en el labio mayor.
PR
a) Fallo en el metabolismo.
Descenso testicular. Después del sexto mes, en b) Testosterona.
RE

el varón el gubernaculum se espesa y va adquiriendo c) Conversión de testosterona a DHT.


una consistencia gelatinosa, dilata las estructuras veci-
SU

d) Déficit en la regresión de estructuras mulle-


nas y crea un trayecto de descenso desde el abdomen rianas.
DA

hasta la pelvis. En el séptimo mes el testículo atraviesa


BI

las estructuras de la región inguinal y llega al escroto al Disgenesia gonadal. Se conoce por este térmi-
I

final del octavo; sin embargo, en muchos niños el des- no una gonadogénesis defectuosa, originada por una
OH

censo testicular ocurre después del nacimiento; duran- anomalía cromosómica. A continuación se tratarán la
te el primer año en niños a término y un poco más
PR

disgenesia ovárica, disgenesia del tubo seminífero y


tarde en prematuros. diferenciación gonadal asimétrica.
Conducta psicosexual. A partir del nacimiento
comienza el periodo del papel genérico, en el que des-
de la asignación sexual, reforzada por el nombre, jue- Disgenesia ovárica
gos, hábitos, vestimenta, identificación con su sexo y
comparación con sus homólogos, se alienta el compor- Síndrome caracterizado por infantilismo sexual,
tamiento sexual. fenotipo femenino y gónadas vestigiales. Se recono-
Las influencias hormonales de la pubertad y la cen 2 formas clínicas: disgenesia ovárica asociada a
necesidad de pareja erótica consolidan la identifica- anomalías y disgenesia ovárica no asociada a anomalías.
ción sexual. Se considera que antes de los 18 meses es
posible un cambio de sexo, ya que todavía la identifica-
ción sexual no está arraigada. Más allá de los 2 años Disgenesia ovárica asociada
de edad cualquier cambio de sexo, por conveniente a anomalías (síndrome de Turner)
que sea, debe ser evaluado por un equipo de psicólo-
gos, psicometristas, psiquiatras, etcétera. Descrita desde 1938, tiene como característica
Clasificación. Existen diversas clasificaciones común presentar una monosomía del cromosoma X,
complejas, complicadas, exhaustivas y poco prácticas. que ocurre en 1 de cada 5 000 nacidos vivos. Se ca lcula
Uropediatría 171
que 99 % de los fetos con cariotipo 45,X no sobreviven Para el aumento de la talla se emplea la hormona de
a la semana 28. En 15 % de los abortos del primer crecimiento recombinante, en dosis de 0,375 mg/kg/se-
trimestre se presenta el cariotipo 45,X. mana; combinados o no con oxandrolona, en dosis de
Cuadro clínico. En esta variante coexisten di- 0,0625 mg/kg/día, se puede lograr un aumento de la talla
versas anomalías: de 8 a 10 cm, en un periodo de 3 a 7 años. Recientemen-
 Cúbito valgo, cuello corto o palmeado y talla corta, te, mediante técnicas de reproducción asistida se han
presentes en la primera descripción del síndrome. logrado embarazos y partos normales con ovarios do-
 Implantación baja del pelo en la nuca. nados.
 Orejas de implantación baja y malformadas.
 Hipertelorismo.
 Epicanto.
Disgenesia ovárica no asociada
 Teletelia. a anomalías
 Pectus carinatus.
 Renales: riñones “en herradura”, pelvis bífida, uréter Conocida también como disgenesia gonadal pura,
retrocavo, etcétera. esta variante se caracteriza por infantilismo sexual y
 Cardiovasculares: coartación aórtica, sigmoidea gónadas vestigiales, pero la talla es normal o elevada y
aórtica bicúspide, etcétera. las proporciones son, a menudo, eunucoides. Puede
 Esqueléticas: disminución del ángulo del carpo, hun- existir hipertrofia del clítoris; en la etapa puberal, po-
dimiento del platillo tibial interno, cortedad anormal cas veces se presenta desarrollo mamario espontáneo

ÓN
del IV metacarpiano o metatarsiano, etcétera. y escaso crecimiento de vello sexual.

CI
Patogenia. La disgenesia gonadal se explica por

UC
Patogenia. La ausencia de cromosoma Y deter- un mecanismo similar al síndrome precedente. Las pro-
mina la diferenciación ductal y genital en sentido fe-
OD porciones eunucoides responden a la no inhibición
menino y la no diferenciación de testículo ni ovarios. hipotálamo-hipofisaria, debido a la insuficiente produc-
PR
La talla corta no se debe a la insuficiencia de la hor- ción hormonal de las gónadas, no existiendo la retroa-
mona de crecimiento, factor de crecimiento semejante limentación habitual.
RE

a insulina ni sexoesteroides. Parece ser que la falta de Estudios de laboratorio. Al igual que en la
SU

un fragmento del brazo corto del cromosoma X es res- variedad precedente, los títulos de gonadotropinas
ponsable de la baja talla, presente en todos los indivi- hipofisarias se encuentran elevados. El frotis vaginal
DA

duos que tienen una línea 45,X en su constitución es atrófico. Los estrógenos urinarios están disminuidos.
BI

cromosómica. Citogenética. El frotis de la mucosa oral puede


I

Citogenética. La anomalía fundamental es la ser negativo o positivo. El cariotipo puede ser masculi-
OH

descrita. Se han definido diferentes mosaicos celula- no o femenino (normales). También se pueden ver di-
PR

res: 46,XX/54,X; 46, XX, 47/XXY, 45,X, etc., con dis- versos mosaicos.
tintas anomalías asociadas. La más frecuente es la ta- Anatomía patológica. Es idéntica a la anterior
lla corta, que se asocia a la deleción del brazo corto del en el aspecto macroscópico. Histológicamente se pue-
cromosoma X. den observar células hiliares y tubos mesonéfricos
Anatomía patológica. Siempre existe un útero abortivos en el interior de la cintilla.
con 2 trompas, aunque este, la mayoría de las veces, Tratamiento. La degeneración neoplásica de las
es infantil. En el ligamento ancho, en la posición nor- cintillas es infrecuente en ausencia de cromosoma Y.
malmente ocupada por los ovarios, se encuentran 2 for- Si existe una paciente con cariotipo XY se deben extir-
maciones alargadas, blanquecinas, nacaradas, que par las cintillas. Si se presenta hipertrofia del clítoris,
histológicamente están constituidas por un estroma de se puede realizar clitoroplastia.
tejido conectivo laxo, dispuesto en espirales, semejan-
tes al estroma ovario, pero desprovistas de folículos.
Tratamiento. El tratamiento está encaminado a Disgenesia del tubo seminífero
lograr una pubertad inducida y aumentar la talla. Los
estrógenos administrados prepuberalmente pueden lo- Conocido desde 1942, este síndrome clínico se
grar el desarrollo mamario y los ciclos menstruales, caracteriza por la presencia de testículos pequeños, de
combinados con progestágenos. consistencia aumentada; proporciones eunucoides con
172 Urología

predominio del segmento inferior, ginecomastia y dis- en 1964, fue categorizada por Sohval, quien empleó el
tintas manifestaciones de hipoandrogenismo. término disgenesia gonadal mixta, que se caracteriza
Patogenia. La más común de las anomalías del por presentar ambigüedad genital; presencia de deri-
cariotipo en este síndrome (47,XXY) se atribuye a una vados mullerianos, un testículo y, a menudo, anomalías
edad materna avanzada, que provoca la no disyunción turnerianas en individuos mayoritariamente cromatín
meiótica. Ambos cromosomas X son de origen mater- negativos, que en ocasiones se complican con degene-
no. La lesión testicular en la etapa prepuberal es se- ración neoplásica del testículo. En 1967 se describió
mejante a la criptorquidia. un síndrome de tumor de Wilms, seudohermafrodismo
Al influjo gonadotrópico exagerado, por no inhibi- e insuficiencia renal, que con frecuencia se puede aso-
ción hipotálamo-hipofisaria, el exceso de gonadotropinas ciar a DGM y otros síndromes intersexuales.
provoca las lesiones de esclerosis tubular. Patogenia. La insuficiencia de las células de
Estudios de laboratorio. Las gonadotropinas Sertoli del testículo fetal provoca la disminución o au-
hipofisarias están elevadas. Se presentan valores ba- sencia de la hormona antimulleriana, lo que impide la
jos de testosterona plasmática y estradiol. Los índices inhibición de los conductos de Müller, con la consiguien-
metabólicos de diferenciación de testosterona son ba- te presencia de útero, el que, a su vez, como obstáculo
jos. El espermiograma muestra azoospermia, con vo- mecánico se opone al descenso testicular. La insufi-
lumen seminal normal. ciente producción androgénica viriliza incompletamente
Citogenética. La cromatina sexual es positiva y
los genitales.
el cariotipo muestra un patrón celular 47,XXY.
Cuadro clínico. Corta estatura y genitales que

ÓN
Anatomía patológica. Los testículos, pequeños
van desde femenino normal hasta masculino normal,
y fibrosos, están constituidos por tubos seminíferos

CI
aunque casi siempre se presenta ambigüedad genital.
hialinizados o en vías de hialinizacion, con presencia de

UC
Con frecuencia existe un seno urogenital que, en oca-
“tubos fantasmas”. Los tubos seminíferos no hialini-
siones, remeda una vagina. Usualmente se observan
zados están constituidos por células de Sertoli sola-
OD anomalías turnerianas: riñones “en herradura”, pelvis
mente, que casi siempre están próximos a las células
bífida, cuello corto o palmeado, cúbito valgo, orejas
PR

de Leydig. Se presenta hiperplasia relativa de las célu-


malformadas, etcétera.
RE

las intersticiales, las cuales desde el punto de vista


histoquímico son anormales. Hay ausencia de fibras El gonadoblastoma es el tumor más frecuente-
mente encontrado, aunque se pueden observar semino-
SU

elásticas en la pared tubular.


Tratamiento. No existe tratamiento en estos mas, carcinomas embrionarios, disgerminomas, etc. La
DA

casos. Si la insuficiencia androgénica es marcada, se feminización puberal es un indicador de neoplasia. Des-


BI

puede administrar enantato de testosterona. Las técni- de hace algunos años se han encontrado también le-
I

cas de reproducción asistida que se pudieran emplear siones de carcinoma in situ.


OH

tienen limitaciones éticas para su empleo. En la etapa prepuberal no ocurren alteraciones


hormonales. Después del desarrollo se presentan ci-
PR

fras bajas de testosterona y estradiol. Las gonado-


Diferenciación gonadal tropinas urinarias se elevan.
Anatomía patológica. Siempre se presentan
asimétrica derivados mullerianos en la forma de útero infantil o
En la diferenciación gonadal asimétrica (DGA) unicorne. Cuando persisten restos wolfianos, estos se
las 2 gónadas son diferentes y siempre hay tejido colocan por debajo de las trompas, transcurren parale-
testicular. Persisten elementos mullerianos y gónadas los a ellas y descienden a lo largo del útero para des-
acintadas u ovarios del lado opuesto al testículo. Mayo- embocar en la parte superior de la vagina. El testículo
ritariamente se presenta ambigüedad genital. Existen es semejante al no descendido, casi siempre se de-
2 formas clínico-patológicas: disgenesia gonadal mixta muestra aplasia germinal.
y hermafrodismo verdadero. En los adultos se pueden observar lesiones de
esclerosis de tubos seminíferos. El testículo, que está
próximo a una trompa, presenta la probabilidad de de-
Disgenesia gonadal mixta sarrollar neoplasia. Del lado opuesto al testículo existe
una cintilla gonadal, aunque puede haber ausencia de
En 1962, Bergadá y colaboradores la describie- gónada. La cintilla gonadal es semejante a la de la
ron como disgenesia gonadal atípica; posteriormente, disgenesia ovárica, aunque con frecuencia se pueden
Uropediatría 173
observar formaciones tubulares, semejantes a tubos social adecuados, lo que se logra con un diagnóstico
mesonéfricos, células hiliares, etcétera. precoz y una asignación consecuente.
La cintilla también puede ser asiento de neoplasia, La disgenesia gonadal mixta ha evolucionado des-
por ello se indica su extirpación; así, cuando se presenta de las primeras descripciones. Algunos autores inclu-
neoplasia en una cintilla, el testículo contralateral también yen variedades con 2 testículos y otros, como Grumbach,
degenera. Los testículos que degeneran casi siempre se llegan a negarla; sin embargo, Griffin y Wilson la con-
encuentran en la ingle o el abdomen. Los testículos sideran la forma más frecuente de intersexualidad, si
escrotales pocas veces degeneran. Solamente se han in- se excluye el seudohermafrodismo femenino por hiper-
formado 3 casos de neoplasias en testículos escrotales. plasia suprarrenal congénita, y los informes que conti-
Citogenética. La fórmula cromosómica 45,X/ nuamente aparecen en la literatura así lo aseguran.
/46,XY se observa en la mayoría de las pacientes, aun-
que se han descrito casos con cariotipo 45,X, 46,XY,
otros mosaicos más complejos y hasta mosaico 46,XX/ Hermafrodismo verdadero
/46,XY.
Estudios imagenológicos. Las anomalías re- Conocido desde la antigüedad, los primeros ca-
nales se pueden demostrar a través de la urografía sos con criterio científico de estudio histológico gonadal
intravenosa (UIV) o el ultrasonido abdominal, donde se diagnosticaron a finales del siglo XIX en estudios
también se puede apreciar compresión de la vejiga por necrópsicos. Ya en el siglo XX aparecieron los primeros
el útero. Los derivados mullerianos se pueden opacificar informes de casos diagnosticados en vida con biopsia
de gónadas y las terapéuticas empleadas, a la vez que

ÓN
en una cistografía miccional o pelvineumo.
se utilizó la clasificación de los hermafroditas, la cual

CI
Actualmente la tomografía axial computadorizada
perdura hasta nuestros días. Esta es la manifestación
y la resonancia magnética nuclear ocupan un lugar pre-

UC
de intersexualidad más frecuente en el continente afri-
ferente en el estudio de los síndromes intersexuales en
OD cano, especialmente en la raza bantú.
centros donde se dispone de estos recursos, pero las
Patogenia. La mayoría de los hermafroditas ver-
imágenes de los métodos tradicionales todavía son de
PR
daderos presenta un patrón cromosómico 46,XX que
gran ayuda en el diagnóstico.
no justificaría la presencia de testículo en ausencia de
RE

Tratamiento. Se debe hacer el tratamiento que


cromosoma Y. Se ha invocado la translocación autosó-
se decida en la infancia para reforzar el papel genérico
SU

mica al Y, mosaicismo gonosómico o quimerismo.


del sexo que resulte más conveniente. Hasta la última La frecuencia del factor determinante Y (SRY)
DA

década del siglo pasado, la tendencia general entre en estos casos con patrón 46,XX es solamente de 3 3 %,
pediatras, urólogos y todos los especialistas que parti-
BI

lo que explica la patogenia genética común en aquellos


cipan en la terapéutica de estos casos, era adoptar el
I

casos SRY negativos, por mutación de un gen o genes


OH

sexo femenino, ya que las plastias feminizantes son autosómicos, o inactivación anormal de locus ligados
más fáciles, necesitan menos tiempos quirúrgicos y se al Y en la cascada de los que participan en la determi-
PR

pueden complementar con tratamientos hormonales en nación testicular, mutación, deleción y duplicación.
la pubertad, para el desarrollo de los caracteres sexua- Cuadro clínico. Al igual que en la DGM, el as-
les secundarios, además de extirpar el testículo, que pecto genital varía desde femenino normal hasta mas-
puede ser asiento de neoplasia, como se apuntó ante- culino con gónadas escrotales y uretra fálica, aunque
riormente. es más frecuente la ambigüedad genital. En la infancia
Cuando exista un testículo escrotal o viable en pueden pasar inadvertidos y diagnosticarse como hipos-
cualquier localización, este se puede conservar lleván- padias, criptorquidia, etc. (Fig. 5.5).
dolo a las bolsas escrotales y realizando las plastias Puede existir normalidad genital, con testículos u
virilizantes que hay que complementar en ocasiones ovotestes escrotales bilateralmente, y uretra fálica que
con la histerectomía y hasta la vaginectomía, pues la solo por determinación de la cromatina nuclear podría
vagina puede causar infecciones urinarias. hacer sospechar el diagnóstico. Al llegar a la pubertad,
La necesidad del consentimiento informado y las la ginecomastia o la hematuria tienden a ser cíclicas,
asociaciones de intersexuales han planteado aspectos cuestiones estas que preocupan al paciente criado como
éticos en el manejo de estos pacientes, a quienes hay varón y por ello acude a la consulta. Las hembras con-
que decir la verdad, toda la verdad y nada más que la sultan por clitoromegalia o hirsutismo y crecimiento de
verdad, pero se debe valorar la conveniencia de adop- vello facial, es decir, cuando la producción hormonal
tar el sexo que sea mejor para un desempeño sexual y es contradictoria con el sexo asignado.
174 Urología

gónadas. La tomografía axial computadorizada y la


resonancia magnética nuclear pueden brindar los mis-
mos hallazgos, pero la opacificación del seno urogenital
brinda una información valiosa, que solamente la
pelvineumo puede superar y muchas veces la radiolo-
gía convencional logra dar una ubicación anatómica de
gran ayuda para la cirugía. El eco-Doppler a color se
ha empleado con éxito en casos seleccionados.
Tratamiento. Su objetivo es reforzar la función
genérica del individuo mediante la cirugía plástica de
los genitales, conjuntamente con la extirpación de las
estructuras contradictorias. Se preconiza un diagnósti-
co precoz para hacer una asignación sexual adecuada.
El sexo femenino, por la facilidad de la cirugía y las
posibilidades de lograr un individuo potente y fértil, si-
gue siendo el preferido cuando los familiares están de
acuerdo.

ÓN
Seudohermafrodismo

CI
Fig. 5.5. Hermafrodita verdadero con pliegues en labios Contrariamente a los casos anteriores, en los

UC
escrotales vacíos.
OD seudohermafroditas el aspecto genital puede inclinar a
pensar en el sexo opuesto al sexo gonadal, que es el
que determina la asignación sexual, ya que muchos
PR
Citogenética. La mayoría de los pacientes es
pueden ser hasta fértiles si se realiza un diagnóstico
RE

cromatín-positivo y el cariotipo, 46,XX (60 %). No se


explica este hallazgo, pues muchos pacientes dan ne- precoz y un tratamiento oportuno. Existen 2 variantes
clínicas: seudohermafrodismo femenino y seudoherma-
SU

gativo al SRY, por lo que se plantea la posibilidad de


transmisión de genes del Y a los autosomas, aunque no frodismo masculino.
DA

se ha demostrado la formación de testículo en ausen-


BI

cia del cromosoma Y y SRY. En los casos en que se


Seudohermafrodismo femenino
I

examinan diversos tejidos, se observa con relativa fre-


OH

cuencia la fórmula 46,XX/46,XY. Se puede manifestar


La forma más común de intersexualidad en el
PR

un patrón cromosómico masculino, aunque con muy


poca frecuencia, al igual que el mosaico 45,X/46,XY. Hemisferio Occidental, el seudohermafrodismo feme-
Anatomía patológica. Siempre se encuentran nino (Figs. 5.6 y 5.7), se caracteriza por la virilización
tejidos ovárico y testicular. De acuerdo con la disposi- más o menos marcada de los genitales, en individuos
ción de estos, los hermafroditas se clasifican en: con útero y ovarios normales. Se subdivide en síndro-
 Lateral: existe un testículo de un lado, con un ovario. me adrenogenital por hiperplasia suprarrenal congénita
 Contralateral. y seuhermafrodismo inducid o, malformativo e idio-
 Unilateral: existe un ovotestis de un lado, con un ova- pático.
rio o testículo del lado opuesto.
 Bilateral: se encuentran ovotestis en ambos lados.
Funcionalmente, el ovario está más conservado que Seudohermafrodismo femenino
el testículo, como lo prueban sus efectos hormona- por hiperplasia adrenal congénita
les. Todos los hermafroditas se feminizan en la eta-
pa puberal. Se caracteriza por la virilización marcada y pro-
gresiva, con aumento de la talla, aumento de la edad
Estudios imagenológicos. El ultrasonido pue- ósea y desarrollo muscular provocado por distintas
de mostrar el estado de los derivados mullerianos; si deficiencias enzimáticas en la síntesis del cortisol. Se
existe útero y si este es uni o bicorne, y la presencia de conocen 6 defectos enzimáticos, de los cuales los 3
Uropediatría 175
Patogenia. La falta de hidroxilación en el C-21
impide la síntesis del cortisol, a partir de la alfa-hidroxi-
progesterona, lo que provoca una respuesta exagera-
da de la hipófisis y produce hormona corticotrópica e n
exceso, de ahí que se origine una hiperplasia de las
suprarrenales, especialmente en la zona fasciculata,
con secreción exagerada de metabolitos androgénicos,
lo que se traduce por una virilización excesiva.
Cuadro clínico. Se caracteriza por la virilización
progresiva de los genitales, unida al aumento de la edad
ósea y aceleración del crecimiento. De no diagnosti-
carse y tratarse, al llegar a la pubertad se pueden pre-
sentar disminución de la talla, acné, calvicie, ameno-
rrea, etcétera.
Citogenética. La cromatina nuclear es positiva
y el cariotipo, femenino normal.
Fig. 5.6. Seudohermafrodismo femenino con testículos Laboratorio. Se incrementa la producción de
escrotales. ACTH de la 17 alfa-hidroxiprogesterona. Los 17-cetos-
teroides y el pregnantriol aumentan exageradamente

ÓN
con la administración de ACTC y disminuyen al admi-

CI
nistrar corticoides (prueba dinámica). La excreción de
aldosterona es normal.

UC
OD Radiografía. Existe un aumento de la edad ósea
y se puede demostrar la presencia de seno urogenital.
Los riñones se observan desplazados hacia abajo, por
PR

el gran tamaño de las suprarrenales.


RE

Diagnóstico. Se basa en la evaluación clínica,


comprobación de las alteraciones hormonales y frena-
SU

do con la administración de corticoides.


DA

Tratamiento. Tiene como objetivo disminuir la


BI

excreción de metabolitos androgénicos con la adminis-


I

tración de corticoides: dexametasona, de 0,5 a 15 mg,


OH

a las 11:00 p.m., para bloquear la adrenal en el horario


de mayor actividad. Se pueden lograr embarazos y
PR

partos, si el diagnóstico se realiza en edades tempra nas.


Tipo II. Déficit de la 21 hidroxilasa, con afecta-
ción de la hidroxilación en las zonas fasciculata y
glomerulosa (virilización con pérdidas salinas). Déficit
más severo que el anterior, que interesa las zonas
fasciculata y glomerulosa con afectación en la secre-
Fig. 5.7. Genitografía: seudohermafrodismo. ción de cortisol (fasciculata) y aldosterona (glome-
rulosa).
Patogenia. Déficit enzimático más severo que
primeros provocan virilización en la hembra, mientras el precedente, además de la virilización por hiperse-
que los 3 restantes feminizan al feto varón. creción de la zona fasciculata, con la hiperproducción
Tipo I. Déficit de la 21 hidroxilasa, que afecta la de metabolitos androgénicos, también en la zona
hidroxilación del C-21 en la zona fasciculata (virilización glomerulosa, con déficit en la secreción de aldosterona,
simple). Se transmite con carácter autosómico recesivo, lo que ocasiona pérdidas salinas a partir del quinto día
con una incidencia entre 1:5 000 y 1:14 000 nacidos de nacido.
vivos. Se supone que el gen que lo provoca se localiza Cuadro clínico. La virilización es más intensa
en el brazo corto del cromosoma 6 genital. que en la forma precedente, con fusión labioescrotal
176 Urología

total, lo que provoca a menudo una asignación sexual siva, presentan hipertensión, debido al incremento de
masculina. la secreción de 11-desoxicorticosterona. Al igual que
Las pérdidas salinas se manifiestan a partir del en otras HAC, formas ligeras de esta deficiencia pue-
quinto día de nacido, con hiponatremia, hiperkalemia, den no manifestarse clínicamente hasta la adolescen-
acidosis, deshidratación y colapso vascular, lo que lle- cia o la adultez.
ga a poner en peligro la vida del niño. Laboratorio. Aumento de 11-desoxicortisol y 11-
Laboratorio. Se detectan hiponatremia, hiper- -desoxicorticosterona en sangre y sus metabolitos en
kalemia, pH disminuido, aumento de la 17-hidroxi- la orina, principalmente tetrahidro 11-desoxicortisol.
progesterona, disminución de la aldosterona en el plas- Diagnóstico. Se basa en la sospecha clínica y
ma y la orina, y aumento de la actividad de renina los cambios de laboratorio.
plasmática. Tratamiento. Está encaminado a bloquear la pro-
Diagnóstico. Se basa en los hallazgos clínicos y ducción de metabolitos androgénicos mediante el su-
de laboratorio. Ante un neonato con pérdidas salinas y ministro de glucocorticoides, con controles metabólicos
desarrollo fálico, se deben extremar las medidas para periódicos. De acuerdo con el grado de virilización
evitar un desenlace fatal. existente y el sexo asignado, se pueden realizar las
Tratamiento. Se desarrolla en 2 fases: aguda y plastias genitales.
crónica. En la fase aguda se debe administrar dextro-
sa al 5 % + solución salina en la primera hora. Si el
paciente está en shock, se administrará solución sali- Seudohermafrodismo femenino inducido

ÓN
na: 20 mL/kg de peso corporal. En lo adelante se debe
realizar balance hidromineral. Se administrará succinato

CI
Esta forma no progresiva de virilización es pro-
de hidrocortisona: 50 mg en bolo y se agregarán de 50 a vocada por el pase de sustancias de acción androgénica,

UC
100 mg/m2 a la hidratación. Si existe hiponatremia y/o a través de la placenta, durante el primer trimestre del
hiperkalemia se debe administrar DOC A, a razón de OD embarazo; dichas sustancias pueden ser administra-
1 a 2 mg, IM, cada 12 a 24 h. das con intención terapéutica o provenir de un tumor
PR

Las dosis de DOCA y la concentración y dosis virilizante materno, ovárico o adrenal. De acuerdo con
RE

de electrólitos se deben calcular teniendo en cuenta el momento del embarazo en que se produzca, la
dosificaciones frecuentes, grado de deshidratación y virilización será más compleja.
SU

toma frecuente de la tensión arterial. Una vez estabili-


Un ejemplo poco frecuente de seudohermafro-
zado y diagnosticado, se deben administrar dosis de
DA

dismo inducido es el que se origina por el déficit de la


mantenimiento de glucocorticoides (hidrocortisona:
aromatasa, en el que, además de la virilización mater-
BI

18 mg/m2 de superficie corporal) en 3 dosis diarias.


I

na, se produce virilización del feto, donde se observa la


El tratamiento se debe suplementar con minera-
OH

locorticoides (fludrocortisona, 0,5 mg/día) y aumento presencia de múltiples quistes en ambos ovarios. Des-
pués de la decimosegunda semana solamente se pro-
PR

de la ingesta salina. Se debe realizar la plastia genital


antes del año; se prefiere adoptar el sexo femenino. ducirá clitoromegalia.
Son aconsejables la relocación y clitoroplastia a la Diagnóstico. El diagnóstico se realiza por la his-
amputación. Se debe comunicar dejando separadas la toria de la ingestión medicamentosa o el cuadro de
vagina y la uretra. virilización materna. Desde el punto de vista terapéuti-
Tipo III. Déficit de 11-hidroxilasa (virilización e co se indica solamente la plastia genital, si la virilización
hipertensión). Constituye de 5 a 8 % de los casos de es excesiva.
hiperplasia adrenal congénita. Tiene una incid encia Finalmente existen otras formas de virilización,
de 1:100 000 nacidos vivos; provoca la hipersecreción asociadas a anomalías del intestino terminal o el tramo
de 11-desoxicorticosterona y 11-desoxicortisol, además urinario inferior o sin anomalías asociadas.
de andrógenos adrenales. Este déficit de la 11-hidroxi- Pronóstico. El pronóstico de seudohermafro-
lación se origina en la zona fasciculata. dismo femenino ha mejorado, gracias al diagnóstico
Patogenia. Existe déficit de la hidroxilación en precoz y el tratamiento adecuado. Esta era reputada
el carbono 11, que produce la hipersecreción de 11-desoxi- como la única intersexualidad potencialmente fértil y
corticosterona y 11-desoxicortisol, lo que provoca, ade- existían informes esporádicos de embarazos y partos
más de la virilización, hipertensión arterial. exitosos en estos pacientes.
Cuadro clínico. Estos pacientes, además de la A fines del siglo pasado se llevó a cabo un estu-
virilización propia de la producción androgénica exce- dio retrospectivo en 80 pacientes con diagnóstico de
Uropediatría 177
síndrome adrenogenital por déficit de la 21-hidroxilasa forma de insensibilidad parcial o incompleta, en la que
(40 casos de virilización simple y 40 de la variedad se pueden presentar manifestaciones androgénicas
perdedora de sal), junto a controles normales en cuan- (presencia de vello, clitoromegalia, etc.) y estrogénicas.
to a embarazos, parto, hábitos sexuales, etc. Analizan do Estudios de laboratorio. Los 17-cetosteroides
los datos recogidos, se pudo comp robar que la varie- pueden estar normales o elevados, existe una pobre
dad perdedora de sal presentaba índices de embarazos supresión a la administración de corticoides y caída
y partos inferiores a la variedad con virilización simple
marcada después de la castración.
y los controles normales. También el comportamiento
Los estrógenos están por debajo de las cifras pre-
sexual era menos activo entre el gru po de perdedores
de sal, con mayor número de individuos solteros y ho- sentes en mujeres ovulantes. Tras la castración caen
mosexuales y bisexuales. grandemente, con síntomas menopáusicos. La testoste-
rona plasmática se encuentra en los límites inferiores
de los varones normales. En la etapa puberal se pre-
Seudohermafrodismo masculino senta un aumento de gonadotropinas hipofisarias. La
administración de ACTH en sujetos castrados provo-
El seudohermafrodismo masculino fue dominado ca la secreción de testosterona y estradiol.
desde principios del siglo pasado; en 1953 se categorizó Anatomía patológica. Las gónadas difieren en-
como una de las formas más conocidas de este síndro- tre sí, de acuerdo con la variedad clínica de que se
me, denominada feminización testicular, que había
trate. La falta de respuesta completa tiene un patrón
sido descrito previamente. Siempre se comprueba n

ÓN
testículos bilateralmente y los genitales cubren todo el histológico característico, con nidos de células intersti-

CI
espectro, desde femenino normal hasta totalmente ciales inmaduras, que rodean íntimamente los tubos

UC
virilizado, no siempre con las bolsas desocupadas. Es pequeños, como un manguito.
de carácter familiar, ligado al crom osoma X. OD El contenido tubular en esta variedad es de célu-
las de Sertoli indiferenciadas. La pared tubular no está
PR
engrosada. Por el contrario, en la forma incompleta las
Síndrome de insensibilidad células de Leydig maduras se sitúan en el espacio trian-
RE

a los andrógenos gular que queda entre los túbulos, cuyas dimensiones
SU

son mayores, con una pared tubular esclerohialinizada


Se caracteriza por la presencia de testículos en y un contenido consistente en células de Sertoli madu-
DA

individuos con fenotipo femenino. Son frecuentes las ras y elementos germinativos degenerados.
BI

hernias y gónadas palpables en regiones inguinales y Tratamiento. Como existe la tendencia a la de-
I

hasta en los pliegues labioescrotales.


OH

generación neoplásica, algunos autores han preconiza-


Patogenia. Los testículos son normales o casi do la castración inmediata, pero se ha observado que
PR

normales en su producción hormonal. Las células de


los operados antes de los 30 años presentan, general-
Sertoli del testículo fetal son capaces de inhibir los de-
mente, el adenoma tubular de Pick, que es un tumor
rivados mullerianos, pero aunque la secreción de
testosterona y dihidrotestosterona es satisfactoria, los benigno, así como que la feminización es satisfactoria,
genitales no se virilizan. El organismo no reacciona a por lo que no es descabellado realizar la castración
los andrógenos naturales ni terapéuticos. una vez que se haya logrado el desarrollo de caracte-
Cuadro clínico. No existen dudas de feminidad, res sexuales secundarios, complementado por sustitu-
hasta que por un atascamiento herniario, amenorrea ción estrogénica para evitar los síntomas menopáusicos.
primaria o dificultades en las relaciones sexuales, se
descubren testículos en el abdomen, regiones inguinales
o labioescrotales. Casi siempre son mujeres atracti- Defectos de la esteroidogénesis
vas, a veces con un desarrollo mamario exagerado, de la testosterona
pero con pezones hipodesarrollados. Característicamen-
te los vellos sexual y axilar son escasos o están ausen- Los defectos de la esteroidogénesis de la testos-
tes. No existe el vello facial ni entradas frontoparietales. terona se pueden originar en la suprarrenal o al nivel
La vagina es corta, pero permite, a menudo, rela- gonadal. Entre sus fallos principales se mencionan:
ciones sexuales satisfactorias. Esta es la forma de  Deficiencia de la cadena lateral:
insensibilidad total a los andrógenos, pero existe otra  Hiperplasia adrenal tipo VI.
178 Urología

 Hiperplasia lipoide (seudohermafrodismo, infanti- Déficit en la regresión


lismo e insuficiencia suprarrenal), de observación
infrecuente y pronóstico sombrío.
de derivados mullerianos
 Deficiencia de 3 beta-hidroxiesteroide deshidroge-
nasa:
Síndrome de persistencia
 Hiperplasia adrenal tipo IV (seudohermafrodismo
de conductos mullerianos
masculino o femenino e insuficiencia adrenal).
 Deficiencia de la 17 alfa-hidroxilasa: El síndrome de persistencia de conductos mulle-
rianos se conoce desde el primer tercio del siglo pasa-
 Hiperplasia adrenal tipo V (seudohermafrodismo
do y fue descrito inicialmente como hernia uteri
masculino, infantilismo sexual, hipertensión y
inguinalis. El útero siempre se encuentra en el inte-
alcalosis hipopotasémica). rior de un saco herniario, en individuos fenotípicamente
masculinos con uretra fálica. Se han descrito casos
Así mismo, entre los errores que afectan la biosín- familiares, ectopia testicular virilización; si se excluye
tesis de testosterona y estrona, principalmente al nivel el mal descenso testicular, es normal.
gonadal, se encuentran: A menudo se presenta hernia inguinal, en cuyo inte-
 Deficiencia de la liasa 17-20 y 5. rior se encuentran el útero, las trompas y los testículos.
 Deficiencia de la 17 beta-hidroxiesteroide re- Existen también derivados wolffianos (epidídimos, de-
ductasa. ferentes, etc.). Si los testículos no se pueden fijar, es

ÓN
aconsejable su remoción, ya que existe el riesgo de
degeneración neoplásica.

CI
Deficiencia de la 5 alfa-reductasa Anatomía patológica. Histológicamente el úte-

UC
ro es normal. Los testículos no muestran alteraciones
La deficiencia en la transformación de la testoste-
OD morfológicas prepuberalmente . Después de la puber-
rona en los tejidos periféricos da lugar a la deficiencia tad se producen lesiones de esclerohialino sis tubular.
PR

de la 5 alfa-reductasa, que es la enzima que provoca el


RE

cambio de testosterona a dihidrotestosterona. Se ca- Seudohermafrodismo masculino


racteriza por ambigüedad genital en el nacimiento, que
SU

se manifiesta por hipospadias con cuerda fibrosa, es-


disgenético
DA

croto bífido, bolso vaginal ciego (con testículos inguinales


En este síndrome se aúnan la insuficiencia andro-
BI

o labiales), ausencia de estructuras mullerianas y dife- génica de las células intersticiales y la inhibición in-
I

renciación de derivados wolffianos. completa de los derivados mullerianos.


OH

Es característica la virilización puberal; la voz se Patogenia. La insuficiencia androgénica testicu-


hace grave y se incrementa la masa muscular; el falo lar se manifiesta por ambigüedad genital y secreción
PR

aumenta de 4 a 8 cm de longitud. El escroto bífido se insuficiente de la hormona antimulleriana; en esta últi-


torna rugoso, se pigmenta y los testículos descienden, ma, su falta de respuesta provoca la persistencia de
útero en individuos con cromatina negativa y cariotipo
a la vez que maduran, y se establece la esperma-
masculino normal o mosaicismo 45,X/46,XY (estos son
togénesis. los casos de DGM con testículos bilateralmente, re-
Notablemente no se presentan ginecomastia ni portados en algunas ocasiones).
manifestaciones androgénicas (acné, entradas o Existen 4 síndromes de fallo de regresión de con-
hirsutismo). Se ha observado el cambio de papel gené- ductos mullerianos:
rico en comunidades rurales de República Dominica- 1. Disgenesia gonadal pura: el útero es normal y las
na. En la etapa pospuberal se presentan aumento de gónadas son acintadas, constituidas por tejido fi-
testosterona, LH y disminución de la relación testos- broso sin folículos.
2. Disgenesia gonadal mixta: el útero es hipoplásico
terona/dihidrotestosterona.
y las gónadas son asimétricas: un testículo y una
Tratamiento. A los pacientes criados como va- gónada acintada.
rones se les debe realizar plastias virilizantes. Si se 3. Seudohermafrodismo masculino disgenético: las
identifican en la infancia, a los individuos inequívoca- gónadas son 2 testículos disgenéticos, pero tam-
mente femeninos se les debe realizar orquiectomía bién existen derivados wolffianos que pueden lle-
profiláctica y tratamiento estrogénico su stitutivo. gar a abrirse en la vagina.
Uropediatría 179
4. Síndrome de persistencia de conductos mullerianos: han demostrado la propensión a la degeneración
tanto el útero como los testículos son normales. neoplásica del testículo retenido (6,6 %) frente a la
incidencia de criptorquidia en la población general
Se ha planteado que la gónada acintada puede (0,25 %). El riesgo es mayor si el testículo se encuen-
ser la precursora del testículo disgenético, ya que di- tra en el abdomen que en la región inguinal. En el sín-
fiere de la del síndrome de Turner y está expuesta a la drome de insensibilidad androgénica total, el tumor
degeneración neoplásica. testicular más frecuente es el adenoma de Pick, cuyo
Cuadro clínico. La ambigüedad genital preside carácter neoplásico no se ha reconocido.
las manifestaciones clínicas. El falo casi siempre es En la etapa pospuberal se han diagnosticado todo
insuficiente para el desempeño como varón. Por lo tipo de tumores testiculares, desde el carcinoma in situ
general existe la vagina como parte de un seno urogenital hasta el seminoma, y otros tipos histológicos. El sín-
y habitualmente no existen anomalías asociadas. drome adrenogenital y, por ende, el seudohermafro-
Tratamiento. Como la virilización es insuficien- dismo femenino no presentan degeneración neoplásica,
te y los testículos conllevan el riesgo neoplásico, se les pero en la disgenesia gonadal mixta es frecuente la
debe explicar a familiares y pacientes acerca de estas degeneración de los testículos abdominales o inguinales,
posibilidades, para decidir el cambio de sexo en caso por lo que es aconsejable su remoción si el testículo no
de que se haya adoptado el sexo masculino. presenta un aspecto normal o no puede ser llevado a la
bolsa escrotal.
Aunque se han reportado seminomas, carcinomas
Tumores gonadales

ÓN
embrionarios y otros tumores, el gonadoblastoma se
en intersexuales observa con mayor frecuencia. Finalmente, desde que

CI
en 1967 Denys informó un síndrome de seudoherma-

UC
La primera descripción de degeneración neoplá- frodismo, nefropatía parenquimatosa y tumor de Wilms,
sica gonadal en un intersexual se le atribuye a Gruber, OD ya se han reportado más de 100 casos.
de San Petersburgo (1989). En 1908, Neugebauer ha- Se atribuye la coincidencia de la lesión gonadal y
PR

lló el reporte de 12 casos (entre 1859 y 1907). Gilbert, el tumor renal a la proximidad de ambas estructuras en
la vida fetal. El pronóstico es la extracción de sangre
RE

en 1942, encontró 60 casos que ya habían sido infor-


mados y agregó uno propio. Melicow y Uson, en 1959, para el cariotipo en el recién nacido. Se debe obtener
SU

encontraron 140 casos en la literatura, pero aparente- una muestra de orina para comprobar si existen célu-
mente no consideraron la superposición de las distintas las vaginales y realizar un cultivo de fibroblastos en la
DA

series encontradas en su revisión. piel genital para detectar receptores androgénicos.


BI

Muchos de los casos publicados no resisten un Si la cromatina es positiva, se deben realizar de-
I

análisis crítico exigente, ya que en ocasiones el tumor terminaciones hormonales para descartar un síndrome
OH

ha sustituido todo el tejido gonadal, fundamentalmente adrenogenital, lo cual también se comprueba si existe
PR

si es maligno y bilateral o si es unilateral y la gónada una gónada palpable. Cuando se presenta simetría, es
opuesta no existe o es disgenética. decir, ambas gónadas tienen el mismo aspecto y situa-
Es conocida la frecuencia con que el testículo ción con respecto al anillo inguinal superficial, se trata
retenido sufre la degeneración neoplásica, lo que no de un seudohermafrodismo femenino. Si, por el con-
ocurre con los ovarios. Se han reportado tumores trario, las gónadas son asimétricas, debe tratarse de un
gonadales en intersexuales entre 5 años y medio hasta hermafrodismo verdadero.
81 años. No se han reportado tumores malignos por En caso de que la cromatina sea negativa, se debe
debajo de los 14 años. Según aumenta la edad, se realizar una genitografía para precisar la existencia de
incrementa la incidencia de degeneración neoplásica. seno urogenital. Una vez demostrado este, se debe
En hermafroditas verdaderos se han repor tado precisar endoscópicamente la posición de la inserción
2 s e m i ovotestis, 2 cistoadenomas mucinosos
n o m a s e n
vaginal, si está por debajo o por encima del esfínter, lo
y 1 tumor de Brenner en el ovario. En los hermafroditas que es de utilidad para la terapéutica futura. La
es difícil determinar el sexo gonadal. Si existe un tu- pelvineumo puede demostrar la existencia de sombras
mor que no ha sido encontrado en los testículos y la uterinas y gonadales. El ultrasonido abdominal tiene
gónada contralateral es un testículo, se puede inferir una utilidad relativa en estos casos.
que se trata de un hermafrodita. La tomografía axial computadorizada, resonan-
Los seudohermafroditas masculinos, en su ma- cia magnética nuclear y otros métodos son de utilidad
yoría, tienen testículos no descendidos. Varios estudios cuando se dispone de ellos.
180 Urología

Tratamiento. De acuerdo con el sexo asignado municación entre pacientes intersexuales a través de
se realizarán plastias virilizantes; si se decide el sexo Internet los llevó a considerar que habían sido tratados
masculino, se debe acompañar de la histerectomía y la de forma poco ética por prestigiosos cirujanos, clíni-
orquidopexia, si el testículo parece viable. cos, endocrinos y otros. Dreger compiló las interro-
Las plastias feminizantes conllevan la relocación y gantes planteadas hasta la fecha, en una publicación
reducción del clítoris y las zonas labioescrotales, la plastia emblemática en la que se considera que ocultar la ver-
vaginal; si la vagina es infraesfinteriana, se pueden hacer
dad y las mentiras, por piadosas que sean, no son con-
simultáneas antes de los 6 meses. Si la desembocadura
es supraesfinteriana, se debe diferir h asta los 2 años. ductas éticas.
Las plastias se pueden combinar con la orquiectomía. En estos casos no se divulgaba la existencia de
Se debe medir el falo en todo recién nacido con grupos de apoyo, lo que se considera perjudicial; se
genitales ambiguos, con el pene estirado desde el pubis ocultaba el diagnóstico y, por ende, se negaba la op-
hasta la punta del glande. En el recién nacido a término, ción de investigar las posibilidades terapéuticas. Las
las dimensiones promedio son 3,5 cm ± 0,4 cm; en el operaciones realizadas sin consentimiento informado,
prematuro de 34 semanas, 3 cm ± 0,4 y si tiene 30 sema- que a veces son cosméticas o innecesarias, no están
nas, 2,5 cm ± 0,4. El diámetro peneano promedio es de exentas de riesgo.
1 a 1,5 cm. Un falo delgado de menos de 1,5 cm de
Hoy día, la fotografía de pacientes se conside-
longitud debe obligar a aconsejar el sexo femenino con la
ra semejante a una intervención quirúrgica, en cuan-
orquiectomía y plastias feminizantes complementa rias.
to al daño al paciente y la necesidad de información

ÓN
plena y consentimiento informado. Las posibilida-

CI
Ética ante el diagnóstico des terapéuticas de éxito deben ser evaluadas, no

UC
solo por el equipo médico, sino también por los pa-
y tratamiento de genitales OD cientes y sus familiares. Este movimiento comenzó
ambiguos a fines del siglo pasado y va cobrando adeptos se-
PR
gún se van divulgando sus logros y la obra de los
RE

Hace algunos años, existía poca preocupación en grupos de apoyo. Confiemos en que el futuro sea
lo tocante a la ética en estos procedimientos. La co- mejor en la era de la ética.
SU
DA
BI
I
OH
PR

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Wallace, T.M. y H.S. Levin (1990): Mixed gonadal dysgenesis. A
Illinois, pp. 729-43. review of 15 patients reporting single cases of malignant
PR

Manuel, M., K.P. Katayama y H.W. Jones Jr. (1976): The age of intratubular germ cell neoplasia of the testis, erndometrial carci-
RE

occurrence of gonadal tumors in intersex patients with a Y noma and a complex vascular anomaly. Arch. Path. Lab. Med.,
chromosome. Amer. J. Obstet. Gynecol., 124:293. 114:679.
SU
DA
BI
I
OH
PR
Medicina natural y tradicional en urología 183

Capítulo 6

Esperanza Gilling Martínez y Zulma Doimeadiós Rodríguez

ÓN
CI
UC
La medicina natural y tradicional abarca un conjunto de prácticas que tienen
OD
como finalidad prevenir, diagnosticar y eliminar los desequilibrios físicos y mentales.
PR
Se basa en las experiencias y observaciones transmitidas sucesivamente de una gene-
ración a otra, ya sea por vía oral o escrita. Permite conservar y restablecer la salud del
RE

individuo a través de procedimientos tradicionales y naturales.


SU

En Cuba, la medicina natural y tradicional se comenzó a aplicar en la década del


80. En esencia, se basa en la medicina tradicional asiática que comprende 2 grandes
DA

campos terapéuticos:
BI

1. Medicina externa:
I

a) Acupuntura.
OH

b) Digitopuntura.
c) Masaje.
PR

d) Sangría.
e) Ventosa.
f) Moxibustión.
2. Medicina interna:
a) Trofoterapia.
b) Formulación de medicamentos, que pueden ser de origen mineral, vegetal o
animal.

Las primeras referencias acerca de la acupuntura señalan que este método tera-
péutico se practicaba en algunos pueblos del Oriente Antiguo, hace aproximadamente
5 000 años, como Corea, China y Viet Nam, y se extendió a otros pueblos de esta
región durante la Edad Media, pero no fue hasta mediados del siglo XX que se conoció
en el continente americano.
Sobre la base de los principios de la acupuntura, existen otros métodos terapéu-
ticos tradicionales que varían según el tipo de estimulación en que se apliquen, por
ejemplo, digitopuntura, termopuntura, moxibustión, masaje y ventosa. Hoy día se apli-
can la electropuntura, fármacopuntura, fonopuntura y láserpuntura, entre otros.
184 Urología

En las comunidades antiguas, la utilización de que para seleccionar el tratamiento más adecuado se
estas plantas quedaba en manos de los hechiceros o requiere:
brujos (el behique en Cuba), quienes las empleaban  Investigar la causalidad.
unidas a sus prácticas mágicas.  Tomar en cuenta solamente los síntomas que apare-
En muchos países desarrollados la medicina na- cen con la enfermedad aguda, los síntomas crónicos
tural se ha fomentado y extendido. Para la aplicación modificados.
de los tratamientos tradicionales se deben tener en  Al jerarquizar, el diagnóstico clínico (patológico) se
cuenta las teorías asiáticas, que le aportan un basa- convierte en primordial.
mento científico. Entre estas se encuentran:
 Yin yang o teoría de las fuerzas opuestas. Con respecto al fracaso en estos tratamientos, el
 Cinco elementos (U-Tsin). doctor Eizayaga distingue las razones siguientes:
 Teoría de los órganos principales (Zang Fu).  No discernir entre síntomas agudos y crónicos.
 Teoría de los componentes básicos (sangre, energía  No valorar los síntomas patológicos orgánicos.
 Emplear el orden jerárquico del caso crónico.
y líquidos corporales).
 Brindar más importancia a los síntomas psíquicos
 Teoría de los meridianos (Tsin-Lo).
agudos que a los orgánicos.
 No formular el diagnóstico patológico.
En español, la palabra acupuntura es el nombre
 Prescribir remedios de fondo en casos agudos.
dado al procedimiento terapéutico asiático Shen-Ziu,  Valorar signos etiológicos, por ejemplo, en los casos
que consiste en aplicar agujas muy finas en distintas crónicos.

ÓN
partes del cuerpo.

CI
Se plantea que los puntos de acupuntura son pun- También es oportuno revisar algunos elementos
tos biológicamente activos, situados en la superficie

UC
relacionados con el medicamento homeopático.
del cuerpo, que presentan baja resistencia a la corrien-
OD Habnemann, por ejemplo, lo definió como toda sustan-
te eléctrica. cia con facultad de provocar síntomas patológicos en
La acción de la acupuntura radica en su efecto el hombre sano y, como remedio, toda sustancia capaz
PR

analgésico, regulación de la excitación de los nervios, de curar esos síntomas.


RE

excreción de la orina, además, influye en los movimien- Los medicamentos homeopáticos se extraen de
tos peristálticos, la sangre, las funciones cardiacas y los 3 grandes reinos de la naturaleza, a continuación se
SU

respiratorias, y actúa sobre el sistema inmunológico. citan algunos ejemplos.


DA

Otra de las modalidades más empleadas en Cuba Reino vegetal:


 Productos fisiológicos (Sarcodes):
BI

es la peloidoterapia, que consiste en el tratamiento con


 Aconitum napellus.
I

fangos mineromedicinales; es una terapéutica muy


OH

antigua, pero efectiva, por las propiedades minerales y  Belladona.

orgánicas que posee el lodo.  Chelidonium majus.


PR

La hidroterapia es otro método efectivo en el tra-  Productos patológicos (Nosodes):


 Secale cornutum.
tamiento tradicional mediante el empleo de agua, hielo
 Ustilado maidis.
o vapor, temperaturas frías y calientes para mantener
y restaurar la salud. Los tratamientos incluyen:
 Inmersión total del cuerpo.
Reino animal:
 Animales enteros:
 Baños de vapor.
 Apis.
 Saunas.
 Spongia.
 Baños de asiento.
 Productos fisiológicos (Sarcodes):
 Irrigación colónica.
 Lachesis.
 Aplicación de compresas calientes y frías.
 Sepia.

 Bufo.

 Productos patológicos (Nosodes):


Elementos de terapéutica  Medorrhinum.
homeopática  Psorinum.

 Carcinosinun.
Una vez conformada la imagen del enfermo, se  Autosonodes:
impone la prescripción del remedio. Se tendrá en cuenta  Sangre.
Medicina natural y tradicional en urología 185
 Pus. fesional para la evaluación de cada paciente en parti-
 Orina. cular, y se relaciona con la entidad nosológica y sus
 Organoterápicos: síntomas.
 Thyroidinum.
Esta última brinda la posibilidad de conocer la
 Preparaciones homeopáticas:
evolución del enfermo y permite apreciar el efecto o
 Pyrogenium.
los efectos que provoca el remedio, de esta manera,
Reino mineral: con el objetivo de facilitar la evaluación, se ha prees-
 Naturales: metales y sus ácidos: tablecido un grupo de criterios que se describen a con-
 Mercurius vivus. tinuación:
 Phosphorus.  Curado: desaparición total de los síntomas. Aquí se
 Nitricum acidum. manifiesta la importancia de un buen diagnóstico clí-
 Sales. nico, pues, al apreciar la evolución, se conoce qué
 Preparaciones homeopáticas: conducta se seguirá para evitar la recidiva. Esta puede
 Hepar sulphur.
comprender un tratamiento estomatológico conven-
 Causticum.
cional, como el pulporradicular en un diente con pul-
 Mercurius solubilis.
pa necrótica, o el tratamiento homeopático con
Una vez seleccionado el medicamento, se impo- similimun en la gingivitis aftosa recurrente.
ne la determinación de la dosis. En homeopatía lo más  Mejorado: recuperación parcial del cuadro, debido a

ÓN
importante es la potencia del medicamento y la repeti - la mejoría ligera de síntomas y modalidades; en es-

CI
ción de las dosis, porque solo las muy bajas potencias tos casos se aumenta la potencia del remedio, pero

UC
como 1 D a 3 D, o la 4 C, conservan, además de su si han ocurrido cambios en los síntomas, se indica
efecto por similitud, una acción por su masa (Fig. 6.1).
OD otro remedio.
 Indiferente: la ausencia de cambios sintomáticos in-
PR

dica que el cuadro no fue bien apreciado, ya sea por-


RE

que no se interpretan bien sus síntomas o porque el


enfermo no los expresó de manera adecuada. En
SU

estos casos hay que cambiar el remedio. También


puede ocurrir que durante la revisión surja el mismo
DA

remedio, entonces hay que valorar las posibles ba-


BI

rreras al tratamiento.
I
OH

 Agravación: se entiende por agravación homeopática


la exacerbación de los síntomas clínicos, luego de la
PR

administración de un remedio homeopático. Se pue-


de apreciar la agravación del enfermo y/o la enfer-
Fig. 6.1. Dosis en homeopatía. medad; en estos casos hay que cambiar el remedio
y/o el método. Nunca se debe olvidar que la homeo-
patía presenta sus límites y ante todo se debe pensar
Un médico homeópata debe saber que al prescri-
en el enfermo. Cuando la agravación es muy inten-
bir un medicamento dinamizado, no interesa tanto la
sa, es preferible antidotar la acción del remedio.
cantidad de glóbulos, gotas o bebida que se ingiera,
sino la potencia y su frecuencia.
El tema de las dosis y su repetición ha sido muy Al referirse a la evolución del caso clínico, el doc-
discutido por eminentes homeópatas, así, en las dife- tor Eizayaga señala brillantemente, como regla, que
rentes escuelas aún existe disparidad de criterios al las prescripciones que seguirán a la segunda, serán
respecto. regidas por los mismos principios que estas; siempre
En los casos agudos, la primera consulta se inicia se debe recordar que cada individuo es una unidad úni-
con la confección de la historia clínica y concluye con ca e irrepetible, y nuestro deber no es otro que curarlo,
la prescripción de un remedio; la segunda se realiza poniendo a su servicio nuestros conocimientos y es-
luego de un tiempo prudencial , establecido por el pro- fuerzos.
186 Urología

Próstata casi clara. También debería asumir una dieta compuesta


básicamente por alimentos crudos.
El tubo urinario desde la vejiga pasa por encima Alimentos que irritan la próstata. Las bebidas
del lóbulo central; cualquier evento que suceda y le alcohólicas, la cafeína y los condimentos, son produc-
cause inflamación a la próstata, infección, hinchazón, tos irritantes, entre estos últimos se incluyen el ají, el
cáncer, etc., aumenta el tamaño de los lóbulos y, como jengibre, la canela, la nuez moscada, etc. Así mismo,
consecuencia, se obstruye el flujo urinario. algunos alimentos de origen animal se deben eliminar
La próstata es el depósito principal del fluido de la dieta, por ejemplo, la carne, debido al contenido
seminal. En cada acto sexual los testículos segregan de purina, así como otros productos que tienden a au-
más de 200 millones de células espermatozoides. La mentar la irritabilidad de la vejiga, lo que indirectamen-
función de la próstata es producir un fluido lubricante y te puede afectar la próstata.
un fluido sexual activante durante el coito, que diluirá La cafeína que se encuentra en el café, té, colas
las células espermatozoides. Este fluido seminal tiene y chocolate, es un irritante del tracto urinario. Se ha
un elevado contenido de zinc, proteínas, enzimas, gra- demostrado que una taza de café al día puede cau-
sas y azúcares para nutrir el espermatozoide; es alcalino sar 2 ½ veces más desarrollo del cáncer de vejiga.
para poder sobrevivir en la acidez del tracto femenino Tratamientos nutricionales contra tratamien-
y un medio bastante acuoso en el que el espermatozoi- tos convencionales. El tratamiento convencional bá-
de puede nadar hacia el óvulo. sico aplicado a la próstata engrandecida es un drenaje
por catéter o sonda, hormonas estrogénicas, masaje

ÓN
En esta glándula se encuentra más zinc que en
cualquier otro órgano del cuerpo. El zinc es un prostático, y por supuesto, resección transuretral o

CI
oligoelemento que se requiere en muy poca cantidad, alternante, la extracción de la próstata. Desafortuna-

UC
pero su deficiencia puede acarrear grandes problemas damente, los médicos y pacientes han descubierto que
de salud; se encuentra en concentraciones elevadas OD la cirugía es un tratamiento radical para este problema
en el esperma y el fluido seminal. común, que con frecuencia resulta en complicaciones,
PR

El cerebro también debe tener un nivel apropiado de esta manera, cada vez una mayor cantidad de pa-
RE

de zinc para mantener los pensamientos organizados. cientes opta por una cura más segura y menos riesgosa.
Una actividad sexual excesiva puede conllevar la re- Considerando que es un método natural y no
SU

ducción en su almacenamiento, lo que a su vez causa- traumático, el método nutricional es preferible a los
rá tanto enfermedad de la próstata como desórdenes métodos más ortodoxos.
DA

neuróticos y mentales. Bayas del palmito. La próstata agrandada res-


BI

Diariamente la próstata produce de 1/10 a 2/5 ponde positivamente a las bayas del palmito. El Saw
I

palmetto es una pequeña palma nativa de la India Orien-


OH

cucharaditas de fluido seminal. Durante la excitación


sexual, dicha cifra es de 4 a 10 veces mayor que la tal y la costa atlántica de Norteamérica, se extiende
PR

anterior. La próstata también se congestiona con san- desde California del Norte hasta la Florida. Los árbo-
gre durante la excitación sexual. Una vida sexual les están coronados con grandes hojas de 2 a 4 pies
hiperactiva puede causar la congestión crónica de este de largo y espinas en la punta, que forman una figura
órgano. Con el paso del tiempo cede a la presión cons- circular.
tante y se agranda, para almacenar la sangre extra y el Las bayas son de color marrón a negro, arruga-
fluido seminal. das y ovaladas; su longitud es de 0,5 a 1 pulgada y su
Dieta. Usualmente la dieta no se menciona como diámetro, de 0,5 pulgadas. Contienen cerca de 1,5 %
causa de cáncer de próstata, sin embargo, se cita como de aceite con olor a fruta, cargada con esteroles,
un elemento muy importante en un estudio realizado betasitosterol y su glucosidad, además de los ácidos
durante 20 años por el doctor Phillips, en Loma Linda, saturados e insaturados de caprílica, caprosia, taurica,
California, donde se comprobó que el cáncer de prós- palmítica y oleica. Estos ácidos grasos forman 63 %
tata era más común en dependencia de la frecuencia del aceite; la porción restante consiste en éster etil y
con que la carne, el queso, los huevos y la leche eran los esteroles ya mencionados. También están presen-
empleados en la dieta. tes los carotenos, lipasas, taninos y azúcares.
Una persona con cualquier tipo de problema De acuerdo con un estudio realizado por el
prostático debe tomar bastante agua destilada o trata- doctor Champault, las bayas de Serenoa repens son
da con osmosis revertida, de manera que su orina e sté muy efectivas para el tratamient o del agrandamiento
Medicina natural y tradicional en urología 187
de la próstata. La serenoa combate el efecto de la Así, existen cantidades significativas de zinc en
falta de testosterona en el organismo, lo que permite la levadura de cerveza, las habas, las pacanas, las se-
que otras hormonas, incluyendo la DHT, aumenten el millas de ahuyama, y las semillas de girasol y soya.
tamaño de la próstata. Sultán, en un estudio publicado Cantidades menores se encuentran en las legumbres y
en el Journal of Steriod Biochemistry , descubrió que los granos integrales.
la serenoa posee compuestos del tipo esterol, que Hidroterapia y masaje. La hidroterapia y el ma-
inhiben la formación de DHT. saje ayudan a reducir la próstata agrandada.
Este nutriente proviene de una baya producida Los baños de asiento, alternando en caliente
por una especie de palma común en el sudoeste de (3 min) y frío (1 min), son muy provechosos para la
EE.UU. Los indios americanos creían que era una próstata aumentada. Se empezará siempre con el ca-
buena cura para los problemas de próstata. Algunos liente y se terminará con el frío. Esta combinación se
científicos europeos han confirmado estos efectos en puede hacer de 3 a 5 veces, y se debería realizar 1 o
12 investigaciones científicas, realizadas en los últimos 2 veces al día. El masaje de la próstata (a través del
20 años. recto) puede ayudar a reducir la inflamación y contri-
Zinc. La próstata necesita 10 veces más zinc que buir a su recuperación.
cualquier otro órgano. Sus desórdenes son mucho más Con muy poca frecuencia ocurre un problema de
comunes en países desarrollados, como EE.UU., que próstata antes de los 30 años de edad. A los 50 se
en los países del Tercer Mundo. Existen algunas razo- presenta 25 % de probabilidades de padecer próstata
nes que explican el por qué: básicamente, los alimen- aumentada. A los 60, casi la mitad de todos los hom-

ÓN
tos de la mayoría de los estadounidenses se cocinan de bres habrá desarrollado algún crecimiento. A los 80, lo

CI
más, o sea, se procesan demasiado. El procesamiento presentará la mayoría.
de los alimentos destruye una buena porción, si no toda,

UC
de uno de los nutrientes más importantes empleados
OD
por la próstata. Enuresis
La mayor parte del zinc de los alimentos se pier-
PR

de durante el procesamiento o nunca existieron en can- La enuresis es la emisión involuntaria de orina,


RE

tidad considerable, debido a un suelo bajo en nutrientes que ocurre generalmente en el niño mientras duerme
(donde se cultivaron los productos). Normalmente el en la noche, aunque también se puede presentar du-
SU

zinc se reemplaza en el suelo cuando se usan fertili- rante el sueño diurno. Este trastorno se observa en
DA

zantes químicos. El famoso doctor Harman, padre de uno y otro sexos, y se considera patológico por encima
BI

la teoría de envejecimiento radical, profesor emérito de los 5 años de edad, aunque en ocasiones puede per-
I

de la Escuela de Medicina en la Universidad de manecer hasta los 15 o 16.


OH

Nebraska, expresó: “Cerca del 90 % de la población Aparece como síntoma único o forma parte de
consume dietas deficientes en zinc”. La próstata em- varios síndromes. Puede ser de fijación, si el niño no
PR

plea este nutriente 10 veces más que cualquier otro ha logrado el control nocturno del esfínter vesical, lo
órgano del cuerpo. cual lo diferencia de la enuresis regresiva, en la que se
A medida que se reduce la producción de testos- pierde el control ya establecido.
terona, una enzima estimula la producción de DHT y Para explicar sus causas se han invocado nume-
otras hormonas que causan el crecimiento desordena- rosos factores, pero aún no existe una concepción
do de la próstata. Muchos científicos han confirmado etiológica precisa. Se invocan factores culturales, so-
que cuando existe suficiente zinc, este ayuda a preve- bre la base del hallazgo de una mayor prevalencia ru-
nir que esa enzima haga daño. ral, y de bajo nivel cultural del grupo familiar, aunque
Fahin y Essa publicaron un estudio clínico en una también se ha planteado que constituye, en realidad,
revista médica y demostraron que el tratamiento con un fenómeno ligado a la fisiología del sueño, más que
zinc reduce el crecimiento anormal de la próstata. Los originado en la esfera psíquica.
doctores Crisholm y Leake informaron que el zinc im- Este planteamiento explica la enuresis en función
pide la acción hormonal que causa el agrandamiento de la profundidad del sueño, que es tal que no funcio-
de la próstata. En total, 15 distinguidos investigadores nan los centros inhibitorios condicionados; otras con-
científicos publicaron informes en los que se confirma cepciones psicológicas invocan, en cambio, fijaciones
que para tener una próstata saludable, suficiente zinc del desarrollo de la libido a etapas tempranas y el de la
es de vital importancia. sexualidad fálica.
188 Urología

En el policlínico “Nguyen Van Troi”, perteneciente Tabla 6.3. Número de sesiones por pacientes
al municipio Centro Habana, se realizó un estudio
investigativo, prospectivo y longitudinal, con 50 pacien- Cantidad de sesiones No. de pacientes %
tes de la consulta de psiquiatría infantojuvenil que pre-
15 20 40
sentaban diagnóstico de enuresis. 10 30 60
A cada paciente se le confeccionó una tarjeta con
sus datos particulares, para poder controlar la asisten- Total 25 50 100
cia y el número de sesiones, asimismo, en el pabellón
Fuente: Tarjetas de consulta.
auricular, previo aseo, se les aplicó una semilla de
cardosanto en los puntos vejiga, riñón y uretra, y se les
explicó la importancia de la estimulación de estos pun- El grupo etario sobresaliente fue el de 5 a 7 años,
tos 3 veces al día. Se citaron semanalmente para cam- y no existieron diferencias entre uno y otro sexos; la
biar las semillas, lo cual se realizó de manera alterna; raza negra fue la predominante. En la totalidad de la
se aplicó moxibustión en los puntos vejiga y riñón, una muestra se presentó enuresis de fijación; 60 % evolu-
vez por semana. cionó satisfactoriamente con 10 sesiones y en 100 %
Como se puede apreciar, la mayor incidencia de se aplicaron la auriculoterapia y la moxibustión.
niños enuréticos se encuentra entre los 5 y 7 años, lo
que representa 60 % de la muestra y se corresponde
con los estudios realizados por otros autores (Tabla 6.1). Síndrome de dolor urogenitoperineal

ÓN
De los casos estudiados, 100 % fue diagnosticado como
enuresis de fijación, por lo que queda excluida cual-

CI
El síndrome de dolor urogenitoperineal es el más
quier otra causa (Tabla 6.2). frecuente de todas las variedades o síndromes de

UC
Tabla 6.1. Edad de mayor incidencia de niños enu- prostatitis. Se sabe que aproximadamente de 5 a 10 %
réticos
OD de las prostatitis son de causa bacteriana; en cambio,
de 90 a 95 % pertenecen a las variedades no bacte-
PR

Edad (en años) No. % rianas, lo que también se conoce como prostatitis
RE

crónica.
De 5 a 7 30 60
Se define como un síndrome clínico bastante
SU

De 8 a 10 15 30
Más de 10 5 10 común, que se caracteriza por síntomas irritativos (o
de llenado vesical), obstructivos (o de vaciamiento
DA

Total 50 100 vesical), con molestias o dolores en el piso pélvico


BI

muscular (periné), genitales, áreas de proyección uri-


I

Fuente: Tarjetas de consulta.


OH

naria (lumbar, inguinoescrotal, hipogástrica, uretral), y


disfunción sexual-fecundativa, en ausencia de pató-
PR

Tabla 6.2. Tipo de diagnóstico genos urinarios en la orina, o en las secreciones pros-
táticas posteriores a masaje.
Síntomas No. %
El síndrome de prostatitis crónica no bacteriana
Enuresis de fijación 50 100 sintomática presenta, a su vez, 2 variedades clínicas:
Enuresis de regresión 0 0 inflamatoria y no inflamatoria. Básicamente, ambas
podrían tener la misma sintomatología clínica, pero se
Total 50 100 diferencian en relación con los hallazgos de laborato-
Fuente: Tarjetas de consulta.
rio, en cuanto a conseguir leucocitos en la secreción
prostática posmasaje, o en la muestra de orina, poste-
En todos los niños se aplicaron los puntos vejiga, rior al masaje prostático (VB3) del test de Meares-
riñón y uretra, mediante el esquema de auriculoterapia, Stamey.
y en el esquema de puntos para la moxibustión, tam- El resultado se considera positivo cuando se ob-
bién se correspondió con 100 %. tienen más de 10 glóbulos blancos/campo de alto po-
Se puede apreciar que 60 % de la muestra solo der de resolución (HPF), lo cual indica un diagnóstico
necesitó 10 sesiones de tratamiento para resolver su de variedad inflamatoria, y si no están presentes o se
sintomatología. Con respecto a la evolución, esta fue encuentran por debajo de 10 glóbulos blancos, enton-
satisfactoria en 100 % (Tabla 6.3). ces se presenta la variedad no inflamatoria.
Medicina natural y tradicional en urología 189
Etiología. En relación con la causa del síndrome  Relacionadas con las prostaglandinas.
de prostatitis crónica no bacteriana, se creía que no  Relacionadas con procesos de autoinmunidad (iden-
existía una causa infecciosa conocida; sin embargo, tificación de la proteína de Tamm-Horsfall y eleva-
los avances en la detección y el pesquisaje de microor- ción de las citoquinas TNF alfa e IL-1).
ganismos, han hecho posible identificar infecciones  Relacionadas con microorganismos no identificados.
bacterianas no usuales, de afecciones o enfermedades  Relacionadas con anomalías psicológicas, estados
que antes no se asociaban a estados inflamatorios pros- depresivos, estados de ansiedad crónica o aguda, o
táticos. con casos de somatización.
Al no poder precisarse la causa de la inflamación  Relacionadas con posibles agentes virales descono-
prostática, los tratamientos, por supuesto, eran empíri- cidos.
cos, y los niveles de éxito, mínimos, por lo cual era  Relacionadas con disfunción neuromuscular del cue-
frecuente que las manifestaciones clínicas de prostatitis llo vesical.
crónica no bacteriana persistieran durante años, con  Relacionadas con disfunción del piso pélvico muscu-
un efecto devastador sobre el aspecto emocional lar, por estados de hipertonía (contractilidad aumen-
del paciente, lo que influía negativamente en su cali- tada) que originan mialgia tensional del piso pélvico.
dad de vida.  Relacionadas con una elevada presión máxima de
Se ha querido explicar que la posible causa infec- cierre uretral por causas uroneurológicas, o por tras-
ciosa no puede ser demostrada, porque los probables tornos conductuales de posible causa psicosomática.
organismos causantes no se encuentran dentro del fluido  Relacionadas con procesos alérgicos por diversos

ÓN
prostático o la orina, o porque no crecerán en los culti- agentes del medio ambiente.

CI
vos convencionales de laboratorio.  Relacionadas con trastornos hormonales.
Autores de todas las latitudes han encontrado una

UC
asociación entre las prostatitis y la presencia de espe- Recomendaciones generales en el nivel pri-
OD
cies de Ureaplasma urealyticum en 12 % de los ca- mario de atención. El tratamiento de las prostatitis
sos en algunas series, y Chlamydia trachomatis se ha ha sido denominado “el gran reto o el gran dilema”,
PR

confirmado en 13 % de los casos con aparente prostatitis debido a la frustración experimentada por los médicos
RE

crónica no bacteriana. que las atienden, así como por los que sufren esta en-
Al respecto, Chlamydia trachomatis ha sido ais- fermedad, atribuible a los fracasos terapéuticos con
SU

lada en citologías prostáticas aspirativas de pacientes los tratamientos convencionales.


DA

con prostatitis crónica, mientras que otros investi gado- Han aparecido esquemas de tratamiento, como
res han demostrado un elevado porcentaje de c ulti- los que utilizan la medicina alternativa, y es así como la
BI

fitoterapia y la homeopatía, entre otros, han tenido gran


I

vos positivos con Ureaplasma urealyticum, en la ure-


OH

tra de pacientes con síndrome de dolor urogenito-peri- aceptación en un determinado grupo poblacional, debi-
neal, denominado por ellos prostatitis crónica do a la frustración que invade a médicos y pacientes
PR

abacteriana o síndrome de dolor pelviano crónico mas- por igual, ante la recurrencia de los cuadros clínicos.
culino. En muchos pacientes, los tratamientos convencionales
En otras bibliografías revisadas también se en- no brindan una respuesta satisfactoria.
contró la asociación de Chlamydia trachomatis con Las recomendaciones están dirigidas a lograr una
la prostatitis crónica abacteriana. En un estudio de 50 mejoría sintomática importante y, si fuera posible, a la
pacientes (entre 20 y 35 años de edad), con síntomas curación de la prostatitis. En relación con este último
de prostatitis, Potenziani demostró que 80 % presenta- aspecto, la curación de la prostatitis es bastante
ba antecedentes recientes de ETS y, sobre todo, que controversial, por cuanto desde los puntos de vista
había sido tratado parcialmente e incluso no había sido histopatológico, bacteriológico, clínico y anatómico, es
tratado de manera adecuada, ya que por falta de posi- muy difícil de lograr.
bilidades diagnósticas se indicaron tratamientos para El tratamiento de los síndromes de prostatitis no
la uretritis gonocócica, cuando en más de 60 % se evi- se deberá limitar solamente a tratamientos farmaco-
denció que presentaba uretritis no gonocócica. lógicos, sino que debería extenderse a las esferas
Patogenia. Existen hipótesis de causas no in- nutricional, sexual y psicoemocional, solo de esta ma-
fecciosas que podrían relacionarse con las prostatitis nera se obtendrá un mejor resultado y es precisamente
crónicas, en particular con el síndrome de prostatitis en este punto donde los médicos de la comunidad
crónica no bacteriana sintomática: desempeñan una función privilegiada.
190 Urología

Así, por ejemplo, se deberá reforzar la ingesta estriada del piso pelviano, y ayudarán a desobstruir los
líquida a 2 o 3 L diarios de agua y prohibirse alimentos conductos prostáticos congestionados por la prostatitis,
como los lácteos y cítricos, debido a que alcalinizan la además de mejorar la salida vesical, abrir los conduc-
orina y favorecen la persistencia de la inflamación e tos eyaculadores y prostáticos, y relajar el piso pélvico
infección urinarias, así como la formación de cristales muscular, donde descansa el ápex prostático, lo cual,
en la orina, que podrían agravar el cuadro clínico. al final, mejorará el drenaje de las secreciones
En general, se deben eliminar de la dieta diaria inflamatorias contenidas en la glándula prostática. Se
todo tipo de irritantes urinarios, como se hace en los deberán realizar 2 o 3 veces por día, con una duración
casos de cistitis intersticial. En la práctica diaria se de 30 min en cada ocasión, y se podrá comprobar la
recomienda eliminar el café, el té, las bebidas alcohóli- reducción de las molestias urinarias y las dificultades
cas y gaseosas, las bebidas con colorantes, los picantes miccionales.
de cualquier naturaleza, las comidas muy sazonadas, De manera general se aconseja intensificar el
las frituras excesivas, la mantequilla, los lácteos (le- contacto con la naturaleza, es decir, baños de mar, aire
che, quesos y yogur), las frutas y los cítricos (limón, puro y sol. Es muy importante tratar la ansiedad y la
naranja, toronja, mandarina y piña), los jugos ácidos, tensión emocional; se recomendarán actividades que
los alimentos ahumados, los encurtidos, los embutidos, lo ayuden a disminuir la presión o el estrés diario, o
el chocolate en exceso, las proteínas animales, l os también tomar productos naturales (fitoterapia) y
alimentos con aditivos químicos, los alimentos fermen- ansiolíticos reconocidos, en dosis adecuadas para tal fin.
tados, la mayonesa, la cebolla, etc. También es impor- Es fundamental dormir entre 6 y 8 h diarias, pues

ÓN
tante reducir el consumo de carnes rojas a 1 o 2 veces no se debe olvidar que la pérdida de sueño contribuye

CI
por semana, lo cual tendrá, incluso, repercusión en la significativamente al aumento de la ansiedad y tensión
emocional, lo que a su vez podría conducir a enferme-

UC
quimioprevención del cáncer prostático.
Se evitará estar sentado sobre superficies duras
OD dades crónicas. Cualquier actividad que el paciente
y, si fuera necesario, utilizar soportes al estilo de las considere relajante, ayudará a disipar el estrés. Se re-
comiendan ejercicios diarios, pero n o la práctica de bici-
PR
almohadas. Es importante la regularidad intestinal
(defecatoria), para no sumar un factor molesto y con- cleta en ninguna de sus modalidades.
RE

gestivo al cuadro clínico prostático, ya que se han des- Otro aspecto que ha cobrado fuerza en la actua-
lidad, es la hipertonía de la musculatura del piso pélvico
SU

crito mejorías sintomáticas urinarias en pacientes con


la ampolla rectal vacía. muscular, entidad de características psicosomáticas,
DA

Es importante consumir frutas, verduras, hortali- que cada día ocupa un lugar más importante en los
BI

zas y vegetales, que aseguren aportes vitamínicos sa- síndromes de prostatitis. Se tomará en cuenta, sobre
I

tisfactorios, unido al concepto de la quimioprevención todo, cuando se presente dolor de larga evolución en el
OH

del cáncer prostático. Se aconseja también consumir área prostatovesicular, y a la palpación de la próstata y
las vesículas seminales no exista dolor, acompañado
PR

vitaminas A, B, C y E, magnesio, zinc y selenio.


Asimismo, es preciso no descuidar la regulariza- de un paciente con determinadas características psi-
ción de la actividad sexual: el tracto seminal (próstata, cológicas que lo hagan un posible candidato a presen-
vesículas seminales y epidídimo) podría ser drenado tar esta entidad nosológica. Existen varios esquemas
efectivamente a través de la eyaculación. Muchos pa- de tratamiento, entre los que se destacan:
cientes con molestias en el área genital tenderán a evi-  Sesiones de psicoterapia y meditación.
tar las relaciones sexuales de maner a instintiva, lo que  Relajantes musculares.
empeora la condición inflamatorio-congestiva. Es im-  Electroestimulación del piso pélvico muscular.
portante advertirles que deben tener relaciones sexua-  Ansiolíticos.
les 2 o 3 veces por semana, y si fuera posible, de una  Sesiones de acupuntura.
sola eyaculación por ocasión, para disminuir la posibili-  Homeopatía.
dad de inflamación del tracto seminal, por coitos repe-  Tratamiento del dolor.
tidos. Igualmente deben mantener el tracto seminal lo  Terapias termales (prostatotermia).
más descongestionado posible, se les aconsejará que
no deben aguantar la eyaculación por ningún motivo. Tratamiento médico. En los casos clínicos de
Los baños calientes de asiento relajarán, de ma- síndrome de prostatitis crónica no bacteriana sintomática
nera refleja, la musculatura lisa de la pró stata y en el y de prostatitis asintomática, se tendrá tolerancia, com-
tracto seminal en general, así como la musculatura prensión y espíritu de ayuda hacia los pacientes, ya
Medicina natural y tradicional en urología 191
que el sentimiento de frustración personal es muy fre- no o del esfínter externo. En estos pacientes se está
cuente, tanto en médicos como en enfermos, debido a utilizando, además, la fisioterapia del piso pélvico y la
las recidivas sintomáticas, que obligarán a que seamos reeducación vesical, que mejora, de manera sostenida
lo más explicativos y claros que se pueda, no solo con en el tiempo, el dolor y la frecuencia y urgencia uri-
el paciente, sino también con su esposa, para evitar narias.
que la angustia y la preocupación de este, al creer que La opción quirúrgica también es posible, siempre
está presentando otros tipos de afecciones, en ocasio- y cuando se valore integralmente al paciente y los sín-
nes incurables, como el cáncer prostático, alteren una tomas que lo aquejan, estableciendo un balance ries-
vida de pareja adecuada. go-beneficio, con la finalidad de tomar la decisión idó-
El éxito en el tratamiento del síndrome de pros- nea para mejorar su estado de salud.
tatitis crónica no bacteriana sintomática se basa en su La prostatitis crónica no bacteriana sintomática o
causa, es decir, si se logra individualizar el o los facto- síndrome de dolor urogenitoperineal es un grave pro-
res etiopatogénicos productores de la prostatitis, se blema de salud que todo médico general debe saber
habrá adelantado mucho en las posibilidades de éxito atender, por su elevada frecuencia en las consultas
terapéutico, conociendo, además, que se cuenta con médicas y, además, porque es capaz de afectar la ca-
numerosos factores que podrían incidir en la solución lidad de vida de quienes lo padecen. Los avances en la
del problema inflamatorio. No existe un tratamiento fisiopatología y las nuevas tendencias terapéuticas ubi-
ideal para este síndrome, debido a lo variado e incierto can al profesional de la APS como un pilar indispe nsable
de su causa.
en el tratamiento adecuado de este tipo de paciente,

ÓN
Sobre la base de que la causa del proceso infla-
que generalmente cursa hacia la cronicidad, y donde

CI
matorio-infeccioso prostático sea una ETS, muchos
los cambios positivos en el estilo de vida y el apoyo
esquemas terapéuticos de diferentes escuelas reco-

UC
psicoemocional constituyen elementos de gran impor-
miendan 2 semanas de tratamiento con doxicilina,
azitromicina, eritromicina o roxitromicina, para cubrir
OD tancia a tener en cuenta en su seguimiento.
la posible infección por Chlamydia trachomatis,
PR

Mycoplasma hominis o Ureaplasma urealyticum. Cólico nefrítico


RE

Si no se presenta mejoría, se indicará un antimicro-


biano del grupo de las fluorquinolonas (ciprofloxacina, El cólico nefrítico puede estar asociado o no a
SU

ofloxacina, norfloxacina, fleroxacina, iomefloxacina o sepsis del tracto genitourinario.


peflacina), inicialmente en dosis terapéuticas por
DA

Cuando se trata de procesos sépticos, las entida-


7 o 14 días, y luego en bajas dosis supresivas por 1 o 2
BI

des tradicionales chinas que con mayor frecuencia se


meses más; o también medicamentos bloqueantes alfa-1
I

asocian están relacionadas con la acumulación de hu-


adrenérgicos, unido a medidas de carácter general, por
OH

medad y calor en el jiao inferior (donde generalmente


ejemplo, indicaciones dietéticas que eviten irritantes
está involucrado el bazo).
PR

urinarios, ingesta acentuada de líquidos, baños de asien-


to, antiinflamatorios no esteroideos, masajes prostáticos Esta puede ser consecuencia de desórdenes del
(si la próstata está congestionada), así como fitoterapia, intestino delgado, el riñón y la vejiga, y puede estar
todo lo cual proveerá una mejoría sintomática signifi- involucrado, además, san jia. Cuando no se asocia a
cativa, tanto de los síntomas de vaciamiento vesical procesos sépticos, se comporta como un síndrome
(obstructivos), como de llenado vesical (irritativos). birrenal.
Además, se podría prescribir zinc oral y vitami- El primer paso en el tratamiento del cólico nefrí-
nas A, C y E; recomendar regularidad sexual, dismi- tico consiste en dar un golpe de agua por vía oral o
nuir el consumo de café, bebidas alcohólicas y gaseo sas, parenteral. Se prefiere la vía parenteral, pues no es
así como de cítricos, lácteos y picantes, además de raro que este se acompañe de náuseas y vómitos, pero
reducir las carnes rojas grasosas. la frecuencia del goteo deberá estar precedida de una
Si los síntomas persisten, la conducta deberá es- adecuada valoración del paciente. Salvo que esté con-
tar orientada a la profundización de los estudios traindicado, se prefiere la alternancia de las soluciones
urológicos, para descartar enfermedades diferentes, salina y glucofisiológica.
como el cáncer de vejiga o de próstata, cistitis intersti- Después de iniciada la hidratación forzada, se
cial, procesos obstructivos infravesicales y litiásicos, o colocarán las agujas. A los efectos del dolor, el punto
también enfermedades neurourológicas, como la más importante es AH-SHI, el que se deberá sedar
hiperactividad vesical, o la disinergia del esfín ter inter- intensa e iteradamente por giros, tiempo y apoyados
192 Urología

en la respiración. Deben preferirse agujas de determi- Homeopatía en el tratamiento


nado grosor (calibre 26) a las más finas. Es importante
explorar periódicamente si el punto se ha movido. El
del cáncer
objetivo que se cumple con los movimientos de la agu-
Evidentemente, existen muchos tipos de cáncer
ja es romper el espasmo del uréter, así, el peristaltismo,
y cada uno tiene sus características propias y exige
indemne por la naturaleza del método, encontrará las
cuidados adecuados, por consiguiente, no se puede re-
condiciones favorables para su expulsión.
ferir un tratamiento específico.
Luego se debe explorar el punto R-2. De resultar
No se puede renunciar a la cirugía cuando se tra-
doloroso o sensible, se deberá punzar y realizar una
ta de la eliminación de un tumor, ni a la quimioterapia o
maniobra ambigua. Si no lo fuera, se dispersará un punto
la radioterapia. La medicación homeopática puede ali-
del canal de vesícula biliar; se debe preferir el que re-
viar muchos síntomas y, por tanto, actuar de manera
sulte más sensible. En ambas orejas se explorará la
beneficiosa.
zona del trayecto del uréter y se colocará una aguja
Cualquier tratamiento tiene sus limitaciones, por
filiforme (calibre 32 o 34) subcutánea, en el punto más
tanto, la homeopatía también, pero siempre se puede
doloroso de cada una; también en el punto simpático,
prestar alguna ayuda.
punto cero y shen men.
Según la investigación realizada a través de las
Si luego de haber logrado un alivio significativo
bases de datos bibliográficas que recopilan la informa-
reaparece el dolor, es un signo de buen pronóstico: la
ción publicada en el ámbito internacional, se ha podido
litiasis se ha movido. La hidratación no se suspenderá

ÓN
detectar que la homeopatía se utiliza como terapia al-
durante el tratamiento. Si al cabo de 2 h el dolor se ha

CI
ternativa para el tratamiento de síntomas como:
aliviado totalmente, se pueden retirar las agujas. Si no
 Fatiga y ansiedad producidas durante las diferentes

UC
se expulsa la litiasis, se puede repetir el tratamiento en
fases de la enfermedad.
un lapso aproximado de 8 a 12 h.
 Espasmo muscular doloroso.
OD
Si se sospecha sepsis urinaria asociada, se adi-
 Células inmunocompetentes.
PR
cionará el punto V-39 en dispersión. Si no se alivian los
 Dermatitis provocada como efecto adverso en la
síntomas disúricos, se pueden emplear los puntos V -23,
RE

quimioterapia con paclitaxel.


V-40, ID-3, B-6, Ren-3 y V-32, todos en dispersión.
 Condiciones precancerosas, prevención de tumores
SU

Entre estos, los más recomendados son REN-3, ID-3


posoperatorios, tumores operables inoperables.
y V-32.
DA

También se emplea en otras afecciones que no


BI

Priapismo tienen relación con la urología.


I
OH

Para el tratamiento de esta afección, se recomien-


PR

da introducir en V-35 una aguja larga de 5 a 8 cm,


Agentes anticancerígenos derivados
hasta que se perciba la sensación acupuntural. Una de fuentes naturales
vez que se obtenga el de qi, dirigirlo hacia el pene, los
testículos, el pubis o la región infraumbilical. Las plantas tienen una larga historia en el trata-
miento del cáncer, aunque muchas veces han sido
observadas con determinado escepticismo por las ca-
Íleo paralítico posquirúrgico racterísticas propias de la enfermedad, sin embargo,
hoy día, muchas personas que la padecen desean so-
Como profilaxis, el mismo día de la operación, meterse a terapias alternativas con productos tradicio-
1 mL de neostigmina o 0,5 mL de aire en E-36, E-37 y nales, por ejemplo, acupuntura, Reishi, homeopatía y
E-39. En caso de inyectar aire, es preciso, previamen- dietas, entre otras, muy utilizadas en la medicina orien-
te, halar el émbolo de la jeringuilla para cerciorarse de tal y de la cual existen informes en la literatura que
que la aguja no ha penetrado en un vaso. avalan sus usos clínicos.
Se debe emplear una jeringa de insulina; la aguja La homeopatía, por solo citar un ejemplo, se en-
se introduce en el punto y se busca el de qi, como si se cuentra entre los métodos terapéuticos que, al parecer,
tratara de una aguja de acupuntura; luego se inyecta la controlan las defensas del organismo. Ahora bien,
sustancia seleccionada. el interés en las investigaciones sobre las planta s
Medicina natural y tradicional en urología 193
medicinales, como posibles fuentes de obtención de atribuido indirectamente a la observación de un uso no
principios activos, ha tenido su historia relacionado.
Desde 1955, el Instituto de Investigaciones del Otros 2 agentes, el etopósido y el tenipósido, son
Cáncer de EE.UU. ha realizado estudios en ese cam- derivados semisintéticos del producto natural epipodo-
po, de esta manera, coordinó un programa voluntario phylotoxina.
de cooperación para la terapia del cáncer, que ha per- Las investigaciones realizadas desde el producto
mitido evaluar más de 400 000 sustancias sintéticas y natural hasta la obtención de los agentes, se pueden
naturales, las cuales poseen alguna actividad anti- considerar el ciclo más completo de una planta origi-
tumoral. nalmente utilizada para el tratamiento del cáncer.
Entre los productos de origen natural con activi- Probablemente el descubrimiento y desarrollo más
dad anticancerígena, los más conocidos son los alca- importante del programa de investigaciones de produc-
loides de la vinca (vinblastina y vincristina), aislados de tos naturales para el tratamiento del cáncer sea el
Madagascar periwinkle y Catharantas roseus, que paclitaxel (taxol), obtenido de Taxus brevifolia L. Otros
fueron utilizados en varias culturas para el trata miento tantos son los derivados de plantas que se encuentran
de la diabetes; estas fueron descubiertas du rante una en fase de investigación, ensayos clínicos, etc., todos
investigación de la planta, con fuerte potencial de agen- en la búsqueda de nuevos agentes terapéuticamente
tes hipoglucémicos; sin embargo, su descubrimiento fue activos para el tratamiento de esta afección.

ÓN
CI
UC
OD
PR

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194 Urología

Capítulo 7

Ariel Laurencio Mena

ÓN
CI
UC
OD
El cáncer de células renales (CCR), conocido también como adenocarcinoma
renal, puede curarse, a menudo, si se diagnostica y se trata cuando todavía se localiza
PR

en el riñón y el tejido circundante inmediato. La probabilidad de curación está directa-


RE

mente relacionada con la etapa o el grado de diseminación del tumor.


Aun cuando los ganglios linfáticos regionales o los vasos sanguíneos estén afecta-
SU

dos, muchos pacientes pueden lograr una supervivencia prolongada y probable curación.
Cuando se presentan metástasis distantes la supervivencia (libre de enfermedad) es pre-
DA

caria, aunque algunos pacientes seleccionados sobrevivirán después de la resección qui-


BI

rúrgica del tumor.


I

El CCR es uno de los pocos tumores en los cuales existen casos bien documenta-
OH

dos de regresión espontánea sin terapia, pero esto ocurre con muy poca frecuencia, y
PR

quizás no produzca supervivencia a largo plazo. La resección quirúrgica es el trata-


miento fundamental para esta enfermedad, en pacientes con tumor diseminado; las
terapias locorregionales pueden desempeñar una función importante en el alivio de los
síntomas del tumor primario o de la producción ectópica de hormonas. La terapia
sistémica ha mostrado una eficacia limitada.
Epidemiología. Constituyen 3 % de las enfermedades malignas en los adultos.
La proporción hombre-mujer es de 1,5:1. Es más común en la población urbana.
Aunque la mayoría de los casos se presenta entre los 50 y 70 años, se ha observa-
do en niños tan pequeños como de 6 meses. Puede ocurrir de forma esporádica o
hereditaria, esta última representa más de 4 % y se describen 4 tipos:
1. Síndrome de Von-Hippel-Lindau (VHL): es el más estudiado.
2. Carcinoma renal papilar hereditario (CRPH).
3. Oncocitoma renal familiar (ORF), asociado al síndrome cutáneo Birt-Hogg-Dube.
4. Carcinoma de células claras hereditario (CRH): es un trastorno poco común, que
se hereda con patrón autosómico dominante.

Recientemente se ha observado un incremento del carcinoma renal en pacientes


con enfermedad poliquística renal autosómica dominante y esclerosis tuberosa.
Tumores genitourinarios 195
En los síndromes hereditarios el cáncer renal es Anatomía patológica. Inicialmente se conside-
frecuentemente bilateral y tiende a presentarse en eda- raba que la causa del tumor eran restos adrenales en
des más tempranas. el riñón, por lo que se denominó hipernefroma, término
Etiología. En el desarrollo del carcinoma renal que en la actualidad se considera incorrecto. Estudios
se atribuyen varias causas, entre las que se incluyen inmunohistoquímicos y estructurales han demostrado
factores ambientales, hormonales, celulares y genéticos. que el CCR tiene su origen en las células epiteliales del
Se ha demostrado que el cigarro es un factor de túbulo contorneado proximal (entre 85 y 98 %); el res-
riesgo definitivo. Se estima que 30 % de CCR en hom- to son carcinomas de células de transición de la pel-
bres y 24 % en mujeres están directamente relaciona- vis renal.
dos con el hábito de fumar. La obesidad se ha asocia- Generalmente el tumor se inicia en la cortical,
do con un riesgo incrementado, particularmente en mu- aunque también se puede originar en el interior del ri-
jeres con una dieta rica en grasa y colesterol. ñón; su crecimiento es expansivo. En sus inicios pre-
El abuso de analgésicos, asociado al cáncer de senta una seudocápsula fibrosa por compresión del te-
pelvis renal, también se ha relacionado con el CCR, jido renal circundante; luego invade la cápsula renal, la
principalmente con medicamentos que contienen grasa perirrenal y metastiza en los ganglios linfáticos
fenacetina y desarrollan nefropatía analgésica. Otros locorregionales; puede formar trombos neoplásicos en
factores ambientales son la exposición prolongada al las venas renal o cava y provocar metástasis a distan-
disolvente industrial tricloroacetileno; existe un incre- cia, con mayor frecuencia al pulmón, y más tarde al
mento de la incidencia en los que trabajan con cuero, hígado, huesos y cerebro.

ÓN
zapateros y obreros expuestos al asbesto; la exposi- El tumor tiende a ser esférico; el tamaño puede va-

CI
ción al cadmio, particularmente en mujeres que fuman riar ampliamente. Su diámetro promedio es de 7 cm, pero

UC
y, aunque no definitivamente, también se plantea la en ocasiones es capaz de invadir por completo el
exposición por periodos prolongados a la gasolina.
OD retroperitoneo. Antiguamente las lesiones menores de
Se ha notado un aumento de la incidencia en pa- 2 cm se consideraban adenomas y las mayores,
cientes con insuficiencia renal en estadio terminal, que carcinomas; actualmente esa distinción no se basa en el
PR

desarrollan enfermedad quística adquirida renal. Este tamaño, sino en criterios histológicos; se han repor tado
RE

fenómeno se ha descrito recientemente en los que re- metástasis de lesiones tan pequeñas como de 0,5 cm.
ciben diálisis prolongada. El carcinoma renal se asocia Se pueden presentar hemorragias y necrosis; es
SU

también a la hiperplasia papilar que se observa en es- común la aparición de áreas extensas de esclerosis y
DA

tos pacientes. fibrosis en el interior del tumor, así como calcificacio-


BI

Se estima que el riesgo es 30 veces mayor en los nes aisladas o múltiples cisternas llenas de líquido. El
I

que presentan enfermedad quística, con respecto a la CCR esporádico puede aparecer indistintamente en
OH

población general. De 35 a 47 % de los que se enfren- cualquier riñón; con frecuencia es solitario y unilateral.
tan a una diálisis prolongada, desarrollan la enferme- Existen diferentes tipos histológicos: células cla-
PR

dad quística, y de ellos 58 %, CCR. Puede ocurrir igual- ras, células granulosas y sarcomatoide.
mente en pacientes con insuficiencia renal o en los Células claras. Células ligeramente teñidas con
recién trasplantados, así como en los que reciben diálisis citoplasma vacuolado, que contienen sustancias simi-
e incluso en los no dializados; aunque estos cánceres lares al colesterol, como lípidos neutros, fosfolípidos y
no son clínicamente significativos, pueden tener una glucógeno.
evolución muy rápida, por lo que deben ser seguidos Células granulosas. Aspecto de vidrio molido;
con ultrasonido (US) y tomografía axial computa- citoplasma eosinofílico con abundantes mitocondrias.
dorizada (TAC). Su extenso núcleo se tiñe más intensamente que el de
Factores genéticos. Existe una deleción cro- las células claras.
mosómica en el brazo corto del cromosoma 3, y nor- Sarcomatoide. Algunas células pueden simular
malmente un gen supresor en cada alelo. fibroblastos, rabdomioblastos, lipoblastos y células
La ausencia congénita de uno de los genes su- mesenquimatosas pleomórficas.
presores daría lugar a que los agentes carcinogénicos En pocos tumores son puramente claras o granu-
modifiquen el único gen supresor existente y facilitaría losas; la mayoría es mixta. Los sarcomatoides repre-
la aparición del CCR. La introducción del cromosoma sentan entre 1 y 6 %.
3 normal disminuye la tumorogenicidad de las líneas Cuadro clínico. El CCR puede permanecer
celulares tumorales. oculto durante la mayor parte de su evolución; la
196 Urología

presentación clásica con dolor, hematuria y masa ab- Sin embargo, lo más común es la disminución de
dominal aparece solo en 19 %; generalmente indica en- conteo de glóbulos rojos.
fermedad avanzada, lo cual se comprueba mediante el  Conteo de células en la orina: se incrementa.
US y la TAC; típicamente se presenta como una masa  Examen de citología urinaria: puede mostrar células
que involucra el riñón, la cual se visualiza en estos es- de carcinoma.
tudios imagenológicos.  Niveles de calcio sérico: se pueden incrementar,
El diagnóstico incidental que antes era de 10 %, debido a los cambios hormonales que resultan por el
ahora alcanza 45 %. El síntoma más frecuente es la tumor.
hematuria, la cual es total, espontánea, “caprichosa” e  TGP y fosfatina alcalina: se pueden incrementar.
indolora, excepto si aparecen coágulos; en ocasiones  Creatinina sérica: evalúa la función renal.
la orina puede adoptar un color anormal (oscura, café  Perfil de coagulación: niveles de fibrinógeno plasmá-
o herrumbrosa). El paciente puede quejarse de dolor tico elevado se pueden relacionar con el estado del
abdominal en la espalda o los flancos. tumor, actividad de la enfermedad y respuesta tera-
En el abdomen puede aparecer una masa, funda- péutica (marcador importante).
mentalmente en los flancos, que puede alcanzar un gran
tamaño en el retroperitoneo; también pueden palparse Estudios radiográficos. Una radiografía de los
el hígado o el riñón agrandados. Alrededor de 30 % riñones puede mostrar un tumor o una calcificación.
comienza con síntomas de enfermedad metastásica,  Pielografía intravenosa: puede mostrar una obstruc-
por orden de frecuencia: pulmón, tejidos blandos, hue-
ción del contraste por el tumor; brinda información

ÓN
so, hígado, piel y sistema nervioso central; en 25 % se
de su localización y función del riñón contralateral;

CI
presenta con enfermedad localmente avanzada. El
no es sensible para tumores pequeños o medianos.

UC
paciente puede presentar pérdida de peso de 5 %, con
 Arteriografía renal: muestra neovascularización,
aspecto delgado y desnutrido. Asimismo puede ocurrirOD fístulas AV, lagunas vasculares y acentuación de los
el agrandamiento de un testículo (varicocele) o edema
vasos de la cápsula.
en miembros inferiores.
PR

 Cavografía inferior: es útil para precisar la toma de


En muchos pacientes se evidencia la producción
RE

de sustancias por el tumor, pirexia, caquexia, fatiga; la vena por el tumor.


disfunción hepática (síndrome paraneoplásico) con
SU

íctero, hepatoesplenomegalia, aumento de la fosfatasa Estos estudios contrastados convencionales han


ido quedando en desuso, por su riesgo de embolismo,
DA

alcalina y la alfa-2 globulina es reversible si se extirpa


hemorragia y disminución de la función renal, secun-
BI

el tumor. Se puede presentar hipercalcemia por la pro-


daria al contraste.
I

ducción de sustancias similares a la hormona paratiroi-


OH

dea y por fractura ósea; otros trastornos endocrinos En la actualidad, el estudio de una masa renal
son el síndrome de Cushing, galactorrea y ginecomastia, incluye:
PR

relacionados con la producción ectópica de ACTH,  USG: puede brindar detalles anatómicos certeros,
prolactina y gonadotropina respectivamente. extensión extrarrenal del tumor y si involucra su-
Se pueden presentar anomalías de la visión, cons- prarrenales, ganglios o vísceras adyacentes.
tipación, intolerancia al frío, neuromiopatías, así como  USG Doppler o USG Doppler a color: es útil para
amiloidosis; aparecen adenopatías supraclaviculares y comprobar si existe invasión de la vena cava infe-
nódulos subcutáneos; puede evolucionar con policite- rior renal o ambas por el tumor.
mia, por el aumento de la producción de eritropoyetina,  Cardiografía transesofágica: puede detectar la ex-
sin embargo, lo más común es la anemia, como conse- tensión de la afectación de la cava inferior.
cuencia de la hematuria y/o la hemólisis.  TAC: cualquier duda acerca de la naturaleza benig-
La hipertensión arterial se produce por la isquemia na de una masa renal o la presencia de una lesión
segmentaria o la compresión del pedículo, aunque hay compleja demandan su evaluación posterior por esta
elevación de la renina, que se revierte al ser extirpado vía, para excluir el CCR (Fig. 7.1).
el tumor o los tejidos adyacentes comprimidos. En los pacientes con cáncer, una de las funciones
Exámenes complementarios: principales de la TAC es la detección, la clasifica-
 Conteo sanguíneo completo (CSC): puede mostrar ción y el estadiamiento de los tumores renales; per-
un incremento de los glóbulos rojos, causado por el mite confirmar el diagnóstico, la extensión perirrenal,
tumor que estimula la producción de dichas células. los ganglios linfáticos y la vena cava.
Tumores genitourinarios 197
 Nefrectomía radical: actualmente es el procedimien-
to estándar. Consiste en la extirpación completa de
la fascia de Gerota y su contenido, incluyendo el
riñón y la glándula suprarrenal, lo cual provee un
mejor margen quirúrgico que la simple exéresis del
riñón, debido a la baja frecuencia de la metástasis
adrenal ipsilateral y la morbilidad asociada a la
adrenalectomía. Muchos cirujanos creen que se
debe conservar la suprarrenal macroscópicamente
normal. Se han descrito varios abordajes quirúrgi-
cos para la extracción del riñón, el más común es la
transperitoneal anterior, a través del flanco y tora-
coabdominal; la elección depende de la localización
y del tamaño del tumor, así como del hábito del
Fig. 7.1. TAC: tumor renal derecho. paciente.
 Incisión del flanco, con o sin extirpación de una por-
Se puede obtener una información específica du- ción de la décima y oncena costillas: se emplea, con
rante las fases arterial, nefrogénica o tardía. frecuencia, en pequeños tumores que no involucran
la vena.

ÓN
La resonancia magnética se prefiere a la TAC
 Incisión subcostal transabdominal: se puede realizar

CI
cuando el contraste con yodo está contraindicado (aler-
gia o insuficiencia renal), o la TAC no es concluyente cuando un tumor de gran tamaño ocupa la región

UC
o se necesita determinar la extensión de la invasión de inferior o media del riñón o cuando se conoce que la
OD
la vena por el tumor para una aproximación de los lími- toma vascular o el acceso a los grandes vasos es
tes quirúrgicos para la trombectomía. esencial.
PR

Debido a que la metástasis es común, se pueden  Incisión toracoabdominal: es necesaria ante una gran
RE

realizar los exámenes siguientes: tumoración en la región media o superior del riñón.
 TAC abdominal: para buscar metástasis hepática. Los vasos renales se ligan precozmente para redu-
SU

 Rayos X de tórax: puede revelar una masa pulmonar cir la vascularización y disminuir el sangrado. Pos-
teriormente la fascia de Gerota se incinde, alejada
DA

o mediastinal.
 Gammagrafía ósea: si se presenta dolor o fosfatasa de la pared abdominal posterior, diafragma e hígado
BI

(páncreas y bazo en riñón izquierdo). Una vez que


I

alcalina elevada.
OH

 Resonancia magnética de cerebro: ante la sospe- la fascia de Gerota y su contenido (Fig. 7.3) se han
cha de metástasis. separado de las estructuras circundantes y ligado a
PR

la vasculatura, con sutura no absorbible, se extrae


Pronóstico. Varía en dependencia del estadio de el espécimen del retroperitoneo. Si el tumor abarca
la enfermedad. La supervivencia a los 5 años, en rela- la vena renal, esta se liga distal al mismo; si interesa
ción con el estadio, se comporta como se describe a la vena cava, se realiza la resección parcial de la
continuación: pared o la resección de una porción; si es izquierda,
 Tumor localizado: de 60 a 75 %. es necesaria una reconstrucción vascular; si se ex-
 Tumor que infiltra el tejido adyacente: de 5 a 15 %. tiende hasta el atrium, se realiza bypass cardio-
 Tumor con metástasis a distancia: menos de 5 %. vascular.
 Nefrectomía laparoscópica: se tiene en cuenta para
Ocasionalmente la supervivencia se ha relacio- la nefrectomía de tumores de pequeño volumen y la
nado con la histología, sobte todo en pacientes con en- nefrectomía citorreductora; no se ha demostrado su
fermedad no metastásica, así, algunos estadios sugie- función en el aumento de la supervivencia.
ren un mejor pronóstico para el carcinoma de células
claras y peor para el tumor de células sarcomatoides. Carcinoma bilateral. Su tratamiento constituye
La toma de biopsia con aguja fina es útil. un verdadero reto. En riñones solitarios se pueden rea-
Tratamiento. La cirugía es la única terapia efec- lizar tanto la nefrectomía parcial como total. En pa-
tiva para el carcinoma renal localizado (Fig. 7.2): cientes seleccionados se recomienda la nefrectomía
198 Urología

Radioterapia como adyuvante de la nefrecto-


mía. El valor de la radioterapia externa aún permane-
ce sin esclarecer. Existen reportes que demuestran un
aumento de la tasa de complicaciones con la aplica-
ción de las técnicas convencionales, a lo cual se añade
que durante los últimos 20 a 30 años no se han obteni-
do resultados beneficiosos. Sin embargo, investigacio-
nes recientes sugieren que la aplicación de las técni-
cas de radiación más sofisticadas tiene menos proba-
bilidad de ocasionar complicaciones.
Se han realizado estudios de la recidiva local y
el aumento de la supervivencia, con dosis entre 4 140
Fig. 7.2. Tumor renal del polo superior. y 6 300 Gy, fraccionadas convencionalmente. A pesar
de las dosis tan elevadas, no se han reportado compli-
caciones; varios reportes sugieren que las dosis eleva-
das se necesitan por la radiorresistencia relativa de las
células renales.
Con la introducción de la radioterapia tridimen-
sional y el sistema de emisión de intensidad modulada

ÓN
es posible aplicar dosis elevadas de radiaciones, con

CI
menos toxicidad potencial. La aplicación de radiacio-

UC
nes intraoperatorias en pacientes de alto riesgo puede
OD ser un método efectivo para la emisión de dosis eleva das
de radiación, con la ventaja de que el tejido gastro-
Fig. 7.3. Nefrectomía radical. Obsérvese la grasa perirrenal y intestinal normal adyacente puede ser protegido.
PR

de Gerota. Se han reportado casos con enfermedad local-


RE

mente avanzada o recurrencia local, en los que se han


parcial para el CCR, particularmente en aquellos con combinado la radioterapia intraoperatoria con dosis ele-
SU

tumores pequeños ( 4 cm) o en riñones solitarios. vadas de radioterapia externa, lo que ha permitido la
DA

La nefrectomía parcial extracorpórea más el auto- disminución de la recurrencia local y el aumento de la


trasplante es una técnica empleada infrecuentemente, supervivencia; también se ha reportado la factibilidad
BI

que permite extirpar con seguridad grandes tumores de dosis elevadas de braquiterapia (posoperatoria),
I
OH

del centro de un riñón solitario. hiperfraccionadas, con el empleo de iridium 192.


PR

Miguel de la Cruz Sánchez †

Los tumores de la pelvis y del uréter no son co- Etiología. Como en el cáncer vesical, los fumado-
munes y constituyen alrededor de 5 % de los tumores res y los obreros de algunas industrias (pintura, goma y
uroteliales y 10 % de los renales. Los tumores del uréter petróleo) corren el riesgo de adquirir dicha enfermedad;
son aún menos frecuentes y constituyen 1/3 de los tu- así mismo, el consumo de analgésicos durante un largo
mores de la pelvis renal. periodo, entre estos el aretomenofen, aspirina, cafeína y
Ante un carcinoma de las vías excretoras altas fenocetina, se ha asociado con el cáncer de las vías
(Fig. 7.4) se presenta el riesgo de un cáncer vesical excretoras altas. Igualmente, la nefropatía de los Balcanes,
(de 30 a 50 %). enfermedad inflamatoria intersticial de los riñones, se
Tumores genitourinarios 199
relaciona con esta afección y es, por lo general, superfi- “caprichosa”. Se manifiesta con dolor en la región lum-
cial y con frecuencia bilateral. bar por la obstrucción del uréter, debido a coágulos,
fragmentos del tumor o por el tumor en sí. Se puede
palpar una masa tumoral en el flanco, debido a la
hidronefrosis o un gran tumor. La anorexia, pérdida de
peso y toma del estado general, se asocian a la enfer-
medad metastásica.
Diagnóstico. Con el cuadro clínico anteriormente
descrito se sospechará el tumor de la pelvis o del uréter
y se corroborará con estudios citológicos e imageno-
lógicos. El estudio de las células exfoliadas en el sedi-
mento urinario permite confirmarlo. Con frecuencia,
en los tumores de bajo grado la citología de orina es
negativa y en los de alto grado, por lo general, positiva.
El urograma descendente es la investigación por exce-
lencia. Las anomalías que se observan con mayor fre-
cuencia son defectos de llenado intraluminales, no vi-
sualización del sistema colector e hidronefrosis. Estos
Fig. 7.4. Tumor de la pelvis. hallazgos se deben diferenciar de los cálculos radiopa-
cos, coágulos, necrosis papilar y lesiones inflamatorias.

ÓN
En muchos casos el urograma no define, de ma-

CI
Histopatología. La mayoría de los tumores de nera concreta, la lesión y es necesario realizar una
la pelvis y del uréter son transicionales (90 %) y sus pielografía retrógada o percutánea que, por lo general,

UC
grados, similares a los de la vejiga. El carcinoma in sí precisa el proceso tumoral. En ocasiones, para con-
OD
situ se asocia, en general, a alto grado. El carcinoma firmar el diagnóstico se realiza la ureteropieloscopia,
epidermoide es aproximadamente de 10 % en la pelvis que permite la visualización y la posible toma de biop-
PR

y mucho menos frecuente en el uréter. Por lo general, sia de la lesión. Este instrumento se pasa a través de la
RE

cuando se diagnostican son infiltrantes y sésiles, y se uretra o por vía percutánea, directa mente a la pelvis
asocian a infección y cálculos. Los adenocarcinomas y/o cálices.
SU

son aún menos comunes. Los tumores benignos inclu- Tratamiento. Se realiza sobre la base del grado,
estadio, posición y multiplicidad de los tumores:
DA

yen los pólipos fibroepiteliales, leiomiomas y angiomas.


 Nefrourecterectomía: constituye el tratamiento clá-
BI

Estadiamiento. El estadio y el grado se relacio-


sico y consiste en la nefrectomía, ureterectomía y
I

nan con la supervivencia. Bajo grado y estadio del cán-


exéresis de una pequeña porción de la vejiga, alre-
OH

cer de pelvis y del uréter muestran una supervivencia


dedor del meato ureteral. La cirugía conservadora
entre 60 y 90 %, así como de 0 a 33 % en los tumores
PR

se indica en riñones o lesiones bilaterales. En la pel-


de alto grado y estadio. El sistema TNM se emplea vis se realiza su resección parcial (como en la veji-
para estudiar estos tipos de cánceres: ga) y en el tercio inferior del uréter se reseca la
 Confinado a la mucosa: Ta-Tis. porción terminal y se reimplanta el uréter a la veji-
 Invasión a la lámina propia: T1. ga. Se puede realizar también por vía endoscópica y
 Invasión a la capa muscular: T2. en casos muy seleccionados (tumores únicos, de bajo
 Extendido a la grasa o el parénquima: T3. grado y estadio).
 Extendido a los órganos adyacentes: T4.  Quimioterapia sistémica: se emplea como método
 Nódulos linfáticos: N+. adyuvante (posquirúrgico) cuando el tumor de la
 Metastásicos: M+. pelvis o del uréter es infiltrante, con o sin ganglios
metastásicos. Los esquemas terapéuticos con qui-
Cuadro clínico. La hematuria es el síntoma más mioterapia son similares a los aplicados en el cán-
frecuente; se observa en 90 % de los casos, es total y cer vesical metastático.
200 Urología

Jorge Sagué Larrea

Anatomía quirúrgica las cuales surgen de los centros sacros (S2 a S4), y las
fibras simpáticas provenientes de los centros toraco-
Fascia endopélvica. La próstata está cubierta lumbares (T11 a L2).
por 2 capas fasciales diferentes y separadas: la fascia En los hombres, el plexo pelviano se localiza
de Denonvilliers y la fascia pelviana lateral; esta reci- retroperitonealmente (detrás del recto) y determina la
be a los músculos elevadores del ano y en su interior formación de una placa rectangular fenestrada, que se
transcurren las principales tributarias de la vena dorsal sitúa en el plano sagital. Este plexo envía ramos que
del pene y el plexo de Santorini. inervan los cuerpos cavernosos y se relacionan con la
Irrigación. Su irrigación arterial (Fig. 7.5) pro- próstata, la uretra y otras estructuras pélvicas. Con la
cede de la arteria vesical inferior (prostatovesicular), próstata se relacionan a las 5 y 7 h del reloj, al nivel del
que envía pequeñas ramas hacia la extensión inferior y ápex, porción media y base, separados de la cápsula
posterior de las vesículas seminales y la base de la

ÓN
prostática entre 1,5 y 3 mm. Con respecto a la uretra
vejiga y la próstata, y finaliza en 2 grandes grupos de

CI
membranosa se relacionan con las 3 y 9 h del reloj.
vasos prostáticos: uretral y capsular.
A partir de la próstata adulta, McNeal distingue

UC
Los vasos uretrales ingresan a la próstata, al ni-
zonas estructurales distintas, cada una de las cuales
vel de la unión vesicoprostática posterolateral; estos
OD presenta su propia morfología y significado funcional
vasos proporcionan la irrigación arterial al cuello vesical
y a la porción periuretral de la glándula. (Tabla 7.1).
PR

Las ramas capsulares transcurren a lo largo de la


RE

pared pelviana lateral en la fascia pelviana postero-


Tabla 7.1. Zonas de McNeal y relación con el cáncer
lateral, con respecto a la próstata, y proporcionan ra-
SU

de próstata
mas que transcurren ventral y dorsalmente para irrigar
DA

la porción externa de este órgano. % de tejido Relación con el cáncer


Las venas prostáticas drenan en el interior del
BI

glandular de próstata
plexo de Santorini (Fig. 7.6 ). La vena dorsal profunda
I
OH

abandona el pene, bajo la fascia de Buck, entre los Zona anterior o de


cuerpos cavernosos, y penetra en el diafragma uroge- estroma fibromuscular 33 -
PR

Zona periférica 70 70
nital, donde se divide en 3 ramas principales: la rama Zona central 25 De 5 a 10
superficial y los plexos venosos laterales derecho e Zona transicional 5 De 10 a 20
izquierdo.
La rama superficial, que transcurre entre los li-
gamentos puboprostáticos, es la vena localizada cen-
tralmente por encima del cuello vesical y la próstata; Estas zonas tienen una configuración acinar, es-
esta rama se encuentra por fuera de la fascia endo- tromal y celular diferentes. La similitud histológica en-
pélvica, que cubre el tronco común y los plexos venosos tre las zonas periférica, transicional y periuretral se
laterales. debe al origen embriológico del seno urogenital. Asi-
Los plexos venosos laterales se comunican con mismo, la igualdad histológica entre la zona central, los
los plexos pudendos, obturador y vesical. Estos plexos
conductos eyaculadores y las vesículas seminales, tra-
se interconectan con otros sistemas venosos para for-
duce su origen común embriológico a partir del con-
mar la vena vesical inferior, que desemboca en la vena
iliaca interna. ducto de Wolff.
Inervación. La inervación autónoma de los ór- Los conductos de las glándulas de la zona perifé-
ganos pelvianos y los genitales externos se origina en rica desembocan en la uretra distal entre el ápex y el
el plexo pelviano, que está formado por las fibras veromontanum, casi perpendiculares a la uretra, por
preganglionares eferentes viscerales parasimpáticas, ello la tendencia al reflujo urinario.
Tumores genitourinarios 201

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE

Fig. 7.5. Irrigación arterial de la próstata.


SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 7.6. Drenaje venoso de la próstata.


202 Urología

Epidemiología. Descriptiva: Analítica:


 Incidencia: algunos registros incluyen solo el cáncer  Calorías de la dieta y grasa: los estudios no son con-
prostático, diagnosticado clínicamente. Otros consi- cluyentes. A partir de investigaciones realizadas en
deran el que se descubre incidentalmente, por ello animales, se aconseja para los seres humanos una
es difícil interpretar la epidemiología descriptiva. El dieta que no contenga más de 20 % del total de calo-
empleo del PSA en su detección precoz se asocia rías en forma de grasa. Es posible que además de la
con el incremento de su incidencia. Existe un incre- cantidad influya el tipo de grasa, principalmente los
mento del cáncer localizado durante la RTU de HPB. polisaturados (ácidos grasos omega-6 y omega-3).
Antes de los 50 años de edad, esta enfermedad no  Proteína de soya: contiene isoflavonoides (fitoes-
es frecuente. En la Comunidad Europea, la inciden- trógenos), que en los animales provocan la inhibición
cia estimada en el año 2000 fue de 92 000 hombres del cáncer prostático.
mayores de 65 años, lo que representa 12 % de to-  Vitamina A y carotenoides: la vitamina A preformada
dos los casos nuevos de cáncer diagnosticados. En se encuentra en productos animales como el hígado,
EE.UU. serán diagnosticados 179 300, lo que re- el huevo y la leche. Otra manera de ingerirla es en
forma de provitamina carotenoide, que se encuentra
presenta 29 % de todos los cánceres diagnostica-
en frutas y vegetales; 50 % de los carotenoides
dos en hombres. El cáncer de próstata ocupa el quinto
muestran una actividad biológica significante; los más
lugar de las causas por esta afección en el hombre,
estudiados son el betacaroteno y bycofene (este se
con un estimado de 330 000 casos nuevos por año.
encuentra principalmente en el tomate).

ÓN
 Mortalidad: su incremento es más lento que la inci-
Los estudios relacionados con estos productos no son

CI
dencia, con un promedio de 2 a 8 % cada 5 años. Se consistentes, algunos señalan la inhibición de la pro -
estima que anualmente fallecen 239 000 hombres

UC
liferación del tejido prostático en elevadas concen-
por cáncer de próstata. traciones y otros estímulos en bajas concentracio nes.
 Supervivencia: en los países europeos, 59 % de su-
OD
En otros estudios no se ha encontrado correlación.
pervivencia a los 5 años del diagnóstico; en EE.UU.,  Vitamina E: en pacientes que han recibido tratamiento
PR

92 % en igual periodo y en su forma localizada igual con alfa-tocoferol, se ha obtenido 32 % de reduc-


RE

o mayor a 97 %. Pequeñas mejorías se observan en ción del cáncer prostático. Otros estudios no mues-
la enfermedad metastásica distante (EE.UU.), que
SU

tran correlación.
a los 5 años es de 33 %, por supuesto, que para  Selenio: la mayoría de los estudios no encuentra co-
DA

establecer una comparación a nivel mundial se ne- rrelación.


BI

cesitaría estandarizar los métodos de diagnóstico (in-  Calcio y vitamina D: se sugiere que el incremento en
I

cidental o no). el suero de la forma activa de vitamina D se asocia


OH

 Historia natural: hechos clínicos que acaecen desde con la reducción del riesgo de cáncer prostático, sin
PR

su diagnóstico hasta su desenlace, sin que se pro- embargo, los niveles del suero no se correlacionan
duzcan actuaciones ajenas a la propia naturaleza del con el consumo de la dieta.
individuo y su afección. El carcinoma oculto (laten- El incremento de ingestión de vitamina D se ha
te, microfocal, incidental) guarda correlación entre correlacionado con el incremento del cáncer prostá-
la edad y su aparición. tico. El cuerpo regula los niveles del suero de 1,25-vi-
 Prevalencia: se incrementa exponencialmente a tamina D, relacionada con el calcio del suero y los
10 % entre los 40 y 50 años de edad; 20 % a los 65, fosfatos, que con el rango normal del consumo de
y 40 % a los 75. vitamina en la dieta.
 Té verde: su consumo mundial no reduce el riesgo
En un estudio realizado a hombres, con edades de padecer cáncer, excepto en Japón. Se estudia la
entre 30 y 39 años, sin historia de enfermedad pros- presencia de flavonoles en el té, los cuales pudieran
tática, que murieron por trauma, en 27 % se demostró inhibir el crecimiento de las células cancerosas.
cáncer prostático microscópico y en 20 %, neoplasia  Talla corporal y actividad física: los obesos presen-
intraepitelial prostática, la que se considera una pre- tan niveles de estrógenos circulantes elevados, bajo
cursora del cáncer prostático. El cáncer microfocal nivel de testosterona y sexohormona, pero la asocia-
parece ser, al menos, entre 3 y 4 veces más común ción entre hormonas, talla corporal y cáncer de prós-
que el cáncer clínico. tata es compleja.
Tumores genitourinarios 203
En algunos estudios se sugiere una mayor propen-  Factores genéticos y familiares: un varón con 2 o
sión del cáncer de próstata en los obesos, pero en más parientes directos. En primer grado tiene entre
otros no se encuentra tal correlación, sino todo lo 5 y 10 veces más riesgo que la población general.
contrario. Existe la opinión de que el exceso de peso
puede promover el crecimiento de tumores existen- Diagnóstico y estadio. El hombre con cáncer
tes en la próstata. de próstata puede presentar una amplia variedad de
La actividad física fuerte durante la pubertad se ha síntomas y en ocasiones ser asintomático:
asociado con bajo riesgo, así como baja incidencia  Síntomas por obstrucción del cuello vesical: la ma-
de metástasis. En las categorías ocupacionales, don- yoría de los hombres con cáncer de próstata pre-
de se desarrolla una amplia actividad energética, se senta hiperplasia prostática benigna concomitante.
ha encontrado baja incidencia. La actividad física se En algunos se puede atribuir al cáncer, pero en otros
asocia con cambios en la función inmune y el nivel se debe a la compresión de la zona transicional.
de andrógenos. Debido a que el cáncer se desarrolla generalmente
 Vasectomía: no se considera un factor de riesgo. en la zona periférica, es menos probable que cause
 Actividad sexual: en determinados estudios se ha compresión, excepto cuando ha alcanzado un volu-
comprobado que algunos factores relacionados con men considerable. Se presentan:
la actividad sexual (inicio temprano, primera rela-  Chorro miccional pobre.

ción, incremento de pareja e historia de transmisión  Polaquiuria.

de enfermedades sexuales) son más frecuentes en  Sensación de vaciamiento incompleta.

ÓN
pacientes con cáncer de próstata que en el grupo  Retención de orina.

CI
control. Esta hipótesis ha centrado la atención en el Los síntomas irritativos como urgencia y aumento

UC
posible papel de agentes infecciosos en la etiología en la frecuencia pueden ser causados por inestabili-
del cáncer de próstata, sin embargo, no se ha en-
OD dad secundaria al detrusor, como respuesta a la obs-
contrado asociación. trucción, debido generalmente a HPB, sin embargo,
PR
 Hábito de fumar y alcohol: el hábito de fumar se puede ocurrir en el cáncer de próstata, debido a la
RE

asocia con el incremento de los niveles de andróge- invasión del trígono y los nervios pélvicos.
nos y la disminución de estrógenos y cadmio. Pocos  Extensión local:
SU

estudios han demostrado un riesgo significativo en  Hematuria.

los fumadores. Con respecto al alcohol, no existen  Disuria.


DA

evidencias para asociarlo.  Impotencia sexual.


BI

 Ocupación: no existe asociación, aunque se señalan  Dolor lumbar.


I

algunos tipos de trabajo (exposición al cadmio, pilo-  Hemospermia.


OH

tos, trabajadores del ferrocarril, etc.).  Disconfort vesical.


PR

 Hormonas esteroideas:  Incontinencia.

 Andrógenos: la eficacia del bloqueo androgénico  Síntomas rectales.


en el tratamiento del cáncer prostático y la ausen-  Síntomas de metástasis:
cia de esta enfermedad en el varón castrado an-  Locales: dolores óseos, paraplejía, agrandamiento

tes de la pubertad y en hombres con deficiencia nodular-inguinal, axilar, cervical, linfedema y do-
de la enzima 5 alfa reductasa, son hechos que sus- lor bajo vientre.
tentan su relación con el cáncer de próstata.  Sistémicos: pérdida de peso, caquexia, hemorra-

 Estrógenos: previo al desarrollo de los antian- gias (cutáneas o intestinales) y letargia, debido a
drógenos, los estrógenos sintéticos se emplearon anemia o uremia.
para tratar el cáncer de próstata metastásico, con
una respuesta de 70 a 80 %. Los receptores Examen físico. El examen físico rutinario exter-
estrogénicos se encuentran en el tejido prostático no puede no revelar anormalidades sugestivas de car-
normal y canceroso. En varios estudios no se ha cinoma prostático. Deben incluirse la inspección del
encontrado riesgo alguno con el incremento de hipogastrio (distensión vesical), examen abdominal y
estradiol, no obstante, también se ha encontrado de extremidades (edema), y búsqueda de adenopatías.
un bajo riesgo significativo en hombres con eleva- Tacto rectal. Un porcentaje considerable de tu-
dos niveles circulantes de estradiol. mores (entre 10 y 20 %) se detecta exclusivamente
204 Urología

sobre la base de una anormalidad de la próstata. Me- de manera que su elevación, tras un tiempo de tra-
diante este examen se evalúa el tamaño, consistencia, tamiento, se correlaciona con la progresión de la en-
movilidad, integridad del surco medio lobular y paredes fermedad. El descenso del PAP con el tratamiento
laterales. El signo clásico es un área irregular, indurada predice una buena respuesta a la terapia.
o nodular.  PSA: miembro de la familia calicreína, muy empleado
Un tercio de los pacientes con esos signos palpa- en la detección precoz, estadiamiento y seguimiento
bles tendrá cáncer de próstata confirmado en la biop- de pacientes con cáncer de próstata. Normalmente
sia. El cáncer se debe considerar en presencia de cual- existen tejidos (paredes capilares, membrana basal,
quier cambio en la consistencia o la configuración de capas de células basales y células luminales) que se
la glándula. interponen entre las luces capilar y glandular. Cuan-
En algunos estudios donde se realizó biopsia de do esta barrera se compromete, por ejemplo en el
próstata por anormalidad del tacto rectal, en 39 % se cáncer de próstata, neoplasia intraepitelial prostática
obtuvo la confirmación histológica. La detección histo- o prostatitis, se produce la comunicación entre am-
lógica fue más elevada en presencia de áreas marca- bas luces y se libera el antígeno.
damente induradas y nodulares (54 %), comparada con Detección precoz: su empleo es limitado, debido a
la induración (25 %) o la asimetría (12 %). la elevada prevalencia en edades avanzadas, sin em-
Limitaciones: bargo, asociado al tacto rectal y el USG transrectal
 Casos nuevos detectados (50 %) no presentan anor- se incrementa esta posibilidad.
malidades (se sospecha por PSA). Se han seguido varias estrategias para mejorar su

ÓN
 Si existen induraciones palpabes, el cáncer puede especificidad, por ejemplo, densidad, velocidad y

CI
aparecer en otras áreas no sospechosas, particular- ajuste por edad. Debido a que el volumen de la glán-

UC
mente si el PSA se encuentra elevado. dula prostática puede conducir a una elevación sig-
 Influencia de la experiencia del examinador. OD nificativa de este, algunos autores han utilizado un
factor de corrección para ajustar su valor anormal.
PR
Clínicamente, con el tacto rectal se puede eva- Densidad: PSA/volumen prostático. En otros estu-
dios la densidad se ha relacionado específicamente
RE

luar la extensión local de la enfermedad, pero le falta


sensibilidad y especificidad para determinar el volu- con la zona de transición.
SU

men tumoral y la extensión periprostática. Generalmente PSA velocidad: el incremento de 0,75 a 1,0 ng/mL
infravalora la extensión intracapsular y la invasión focal por año se considera sugestivo de cáncer prostático.
DA

extracapsular. Para distinguir entre T2a y T2b no es La medición se debe hacer, al menos, en un periodo
BI

muy confiable, pero sí entre T2 y T3. La extensión de 2 años. El concepto de edad es más controversial.
I

extraprostática y la toma de vesículas seminales pue- Se ha estimado que hombres menores de 50 años
OH

den ser sugeridas de acuerdo con la experiencia del deben tener un PSA por debajo de 2,5 ng/mL; a los
PR

examinador. 70 años se considera normal entre 0 y 6,5 ng/mL.


Complementarios. El médico determinará los El problema fundamental del PSA es su falta de es-
complementarios de acuerdo con sus posibilidades rea- pecificidad. Este hecho comporta un bajo valor
les, de manera que se pueda obtener el máximo de predictivo positivo (probabilidad de diagnóstico ante
utilidad en estos. Se indicarán los habituales (hemo- una positividad), que puede oscilar entre 33 y 47 %,
grama, eritro, estudios de la función hepática, rayos X a pesar de que su valor predictivo negativo (proba-
de tórax, etc.) y además los siguientes: bilidad de diagnóstico negativo ante un valor negati-
 Fosfatasa alcalina: aumenta en caso de metástasis vo) sea elevado, al oscilar entre 90 y 98 %.
ósea. Es un marcador poco específico; se eleva en Este hecho conlleva que la eficacia de la biopsia
enfermedades de otros órganos: colestasis hepática prostática sea baja en individuos con tacto rectal
y metástasis ósea por otros tumores. Hoy día no es normal, de manera que la cifra de cáncer diagnosti-
útil en el cáncer de próstata. cado por cada 100 pacientes biopsiados puede osci-
 Fosfatasa ácida y fracción prostática (PAP): utili- lar entre 5 y 35 %, en función de que el PSA se
dad limitada. Tiene baja sensibilidad y especificidad, sitúe en 4 ng/mL o por encima de este nivel.
con elevados falsonegativos y falsopositivos. Qui- Otro aspecto importante es que, a pesar de que clíni-
zás hoy en día su única utilidad sea en el seguimien- camente cerca de 95 % de estos carcinomas se
to de la enfermedad y la respu esta al tratamiento, encuentra localizado, después de la prostatectomía
Tumores genitourinarios 205
radical solo en 65 % de los pacientes con PSA entre  Biopsia guiada por ultrasonido: se puede tomar biop-
4 y 10 ng/mL y en 45 % cuyo PSA fue superior a sia de zonas palpables o no. La vía transperitoneal
10 ng/mL, son realmente órganos confinados. es menos expuesta a la infección, pero requiere anes-
El PSA se encuentra en el suero, unido principal- tesia y es más difícil de guiar. La vía transrectal no
mente a una alfa-antichimotripsina (ACT), pero tam- requiere anestesia, se guía con mayor exactitud y
bién se ha detectado un pequeño porcentaje de PSA facilita la toma de biopsia por sextantes. En varios
libre y PSA unido a alfa-2-macroglobulina. La ob- servicios se usan antibióticos de amplio espectro,
servación de que el PSA en pacientes con cáncer previo a la biopsia, y de forma oral lo continúan en-
está presente mayormente en forma de PSA-ACT tre 2 y 3 días después de la toma.
y que la mayoría del PSA libre proviene de la El urólogo que no posea estos medios deberá conti-
hiperplasia prostática benigna, ha conducido a en- nuar utilizando las formas tradicionales, aunque se
sayos destinados a estudiar la relación PSA libre/ aconseja el uso del trup-cut. Las agujas actuales
/PSA total, para mejorar los resultados del PSA en son número 18, a diferencia de las anteriores (nú-
el cáncer de próstata; de esta manera, estudios clí- mero 14); no se reportan riesgos de implantación
nicos han establecido un valor para esta relación tumoral a través del trayecto.
entre 4,0 y 10,0 ng/mL.  Biopsia por aspiración: a veces la aspiración celular
Los que presentan PSA mayor que 10 ng/mL, co- es difícil de interpretar por el citólogo, lo que resulta
rren el riesgo de padecer carcinoma prostático en un diagnóstico falsonegativo. En un estudio com-
extracapsular (77 %), por lo que parece correcto parativo entre biopsia y citología por aspiración en

ÓN
que en valores superiores a 10 ng/mL, la indicación 30 pacientes, se demostró que el diagnóstico fue

CI
de biopsia prostática es indudable, pero si se quiere correcto en todos los casos biopsiados y se obtu-

UC
tratar a pacientes con carcinoma localizado, que son vo 30 % de falsopositivo durante la citología aspirativa.
los que más se van a poder beneficiar de un trata-
OD  TAC: presenta un escaso valor en la determinación
miento radical, se debe realizar biopsia cuando se de la enfermedad local. No destaca la arquitectura
PR
presentan niveles de PSA menores de 10 ng/mL. interna de la glándula ni distingue entre el cáncer de
Cuando el tacto rectal sea sospechoso, se impondrá próstata y otras afecciones benignas, además, no
RE

claramente la indicación de biopsia, pero el mayor identifica, de manera confiable, la penetración


SU

problema se plantea cuando el resultado de este exa- extracapsular o invasión de vesículas seminales.
men es normal y el PSA se encuentra entre 4 y Los científicos han concentrado su interés en la iden-
DA

10 ng/mL, debido a la conocida influencia de la tificación de adenopatías en la pelvis, pero en reali-


BI

hiperplasia prostática benigna en la elevación de sus dad se presenta una baja incidencia de adenopatías
I

niveles. positivas, ya que la mayoría de las metástasis son


OH

Como principio, en un intervalo de PSA entre 4 y microscópicas y no distorsionan los nódulos linfáticos.
PR

10 ng/mL, la biopsia está formalmente indicada, ya Existe un grupo de pacientes que presenta un ma-
que se han descrito entre 14 y 29 % de biopsias yor riesgo de nódulos positivos (PSA de 20 a 30 ng/mL
positivas. o con Gleason mayor de 7); en estos se podría justi-
 Antígeno de membrana específico de la próstata ficar el empleo de la TAC.
(PSMA): parece ser un marcador efectivo del epi-  Resonancia magnética: se espera una mejoría en el
telio prostático, que se expresa en los cánceres más futuro, incluso de nuevos aspectos técnicos para in-
agresivos (fase de estudio). crementar su sensibilidad y especificidad. Típica-
 Ultrasonido transrectal: la mayoría de los cánceres mente, la zona periférica de la próstata presenta una
de próstata son hipoecogénicos (zona de transición), señal de elevada intensidad, mientras que en el res-
pero pueden ser isoecogénicos y algunas veces to es baja.
hiperecogénicos. En la zona periférica existen mu- La mayoría de las anormalidades dentro de la prósta-
chas causas de hipoecogenicidad, por lo que la es- ta (adenoma, cálculo, prostatitis) también tienen baja
pecificidad es solo de 20 a 25 %. El ultrasonido intensidad, de manera que no es segura para identifi-
incluye otras características del cáncer prostático: car el cáncer de próstata localizado. Puede estadiar
asimetría de la glándula, disrupción de la cápsula, localmente, con seguridad de 61 a 83 %.
indefinición entre las zonas central y periférica, y  Examen óseo con radionúclidos: el método más sen si-
puede sugerir la invasión de vesículas seminales. tivo es con tecnetium 99; falsonegativos, 1 % (debido
206 Urología

a grandes metástasis simétricas); falsopositivos, de-  T1: tumor clínicamente inaparente, no palpable o
bido a que el estudio no solo detecta metástasis, sino visible por imagen.
también enfermedades degenerativas, traumas pre-  T1a: hallazgo incidental histológico menos 5 % del
vios, fracturas, enfermedades metabólicas (Paget) y tejido resecado.
lesiones inflamatorias.  T1b: hallazgo incidental histológico mayor 5 % del
Se indica en circunstancias restringidas. Casi nin- tejido resecado.
gún paciente con PSA menor de 15 ng/mL presenta  T1c: tumor identificado por biopsia con aguja fina
positividad. En T3 se reporta 19 % de positividad; (por ejemplo, PSA elevado).
en T2, 4 %, y en T1, 1 %; pobremente diferenciado,  T2: tumor confinado a la próstata.
18 %; moderadamente diferenciado, 4 %, y bien di-  T2a: menos de la mitad de 1/2 lóbulo.
ferenciado, 1,5 %. Se recomienda su empleo en  T2b: menos de la mitad o igual a un lóbulo.
pacientes en estadio T1-T2, solo si el PSA es mayor  T2c: toma de ambos lóbulos.
de 10 ng/mL o Gleason mayor de 7 y en todo pa-  T3: tumor extendido a través de la cápsula prostática.
ciente T3-T4 con síntomas en los huesos.  T3a: extensión extracapsular (unilateral o bilateral).
 Radioinmunicintografía: este estudio necesita un  T3b: invasión de vesículas seminales.
mayor desarrollo para su inclusión rutinaria en la  T4: tumor que invade otras estructuras (cuello vesical,
evolución de los pacientes. Tiene el poder de brin- esfínter externo, recto y pared pélvica).
dar información acerca del sitio de recurrencia en  T4b: invasión de músculo elevador y/o pared pelviana.
pacientes con fallos bioquímicos, después de un tra-

ÓN
tamiento definitivo. Nódulos linfáticos regionales (N):

CI
 Factores de crecimiento: sustancias de naturaleza  Nx: no puede ser asegurado.
peptídica, producidas generalmente por los fibro-  N0: no metástasis en nódulos linfáticos regionales.

UC
blastos, cuya función es potenciar los reguladores  N1: metástasis en nódulos regionales.
OD
de la proliferación celular. Ejercen su acción local-
mente, diferente a las hormonas. Su interés radica
PR
Metástasis distante (M):
en la posibilidad de emplearlos en el tratamiento del  Mx: presencia de metástasis distante no puede ser
RE

cáncer prostático: asegurada.


 Epiteliales: factor de crecimiento epidérmico

SU

M0: no metástasis distante.


(EGF) y factor de transformación alfa (TGF alfa).
 M1: metástasis distante.
 Fibroblásticos: factor de crecimiento fibroblástico
DA

 M1a: metástasis en nódulos linfáticos no regionales.


(FGF).
BI

 M1b: metástasis óseas.


 Factor de transformación beta (FGF beta).
I

 M1c: metástasis en otros sitios.


OH

 Factor de crecimiento insulínico (IGF) tipos I y II.


PR

En la tabla 7.2 se muestra la agrupación por esta-


Otros marcadores:
dios y grados.
 Séricos: antígeno asociado al adenocarcinoma
(ACAA), enolasa neuroespecífica, antígeno PR 92, Tabla 7.2. Agrupación por estadios y grados
activadores del plasminógeno tipo uroquinasa,
antígeno polipéptico tisular (TPA), cromogranina A. Estadio Grado
 Anticuerpos monoclonales: TURP 27 (podría ser útil
Estadio I
en el diagnóstico y el control terapéutico); anticuer- T1a No Mo Grado 1
po monoclonal K 167 (predictor de mala evolución Estadio II
de la enfermedad). T1a No Mo Grados 2 y 3
 Oncogenes (genes relacionados con la transforma- T1b No Mo Cualquier grado
T1c No Mo Cualquier grado
ción tumoral de células no neoplásicas): Her-2/neu, T1 No Mo Cualquier grado
Ras p21, c-fms, c-sis, c-ras, c-abl, c-raf. T2 No Mo Cualquier grado
Estadio III
Estadio clínico. Según el sistema TNM: T3 No Mo Cualquier grado
Estadio IV
Tumor primario (T): T4 No Mo Cualquier grado
 TX: no se puede asegurar la existencia del tumor. Cualquier T N1 Mo Cualquier grado
 T0: no evidencia de tumor. Cualquier N M1 Cualquier grado
Tumores genitourinarios 207
La clasificación anterior es de mucha utilidad. En Volumen del tumor y Gleason. Se ha reportado
la práctica, entre los urólogos se presenta cierta re- una correlación entre estos aspectos. La penetración
nuencia para llevar la clasificación clínica al estadio capsular comienza cuando el volumen tumoral es ma-
(etapas), sin embargo, se aconseja una mayor interrela- yor que 0,5 cm 3, aunque la mayor frecuencia es a par-
ción con los oncólogos, lo que facilitará expresarse en tir de 1,4 cm3. También el Gleason se relaciona con la
un mismo lenguaje para valorar las conductas a seguir. invasión de vesículas seminales y la toma ganglionar.
Histopatología. El diagnóstico definitivo de cual- Los hallazgos patológicos, morfológicos e histoló-
quier tipo de cáncer implica la confirmación histológica gicos se combinan con criterios adicionales moleculares,
y/o citológica de criterios de malignidad bien estableci- bioquímicos e inmunológicos.
dos. Muchos factores en la próstata contribuyen a la Marcadores de proliferación:
difícil interpretación patológica de las muestras (gran  Índice mitótico.
 Evaluación de la duplicación del ADN por incorpo-
variación en su histología normal, cambios asociados
ración de timidina tritiado o bromodeoxiuridina (Brd
con la inflamación por infarto y efecto de cambios hor-
Urd).
monales).
 Citometría de flujo: valoración de las fases del ciclo
Avances en la biopsia (método común de diag-
celular.
nóstico) han permitido la toma de varios cuadrantes de
 Técnicas inmunohistoquímicas: Ki-67, PCNA,
la próstata y la aplicación de técnicas inmunohistoquí- ciclinas.
micas, de manera que en la actualidad se estu dian mu-  Regiones organizadoras nucleolares (NOR): estos

ÓN
chos marcadores tumorales. En algunos países (escan- marcadores cuantifican el porcentaje de células

CI
dinavos) se ha desarrollado la aspiración citológica, con tumorales que se encuentran en fase de síntesis o
muy buenos resultados, pero para ello es necesaria una fase activa de proliferación en el ciclo celular. El

UC
elevada especialización. índice de proliferación se correlaciona con el de
Lesiones premalignas. La identificación de le-
OD Gleason.
siones precursoras del carcinoma de próstata es difícil,
PR

debido a la situación anatómica de este órgano, lo que Análisis de la ploidía celular. Al parecer, el ín-
RE

implica dificultades técnicas para realizar repetidas to- dice de aneuploidía se incrementa conforme aumenta
mas de biopsia, aun con el ultrasonido transrectal el estadio clínico.
SU

invasivo; tiene tendencia a la progresión, anormalida- Factores de predicción de invasión o metástasis:


DA

des de la ploidía, pérdida de la continuidad en la capa  Grado de angiogénesis tumoral: el índice de angio-
BI

basal y su severidad aumenta con el cáncer. Recibe génesis tumoral en el carcinoma invasivo de prósta-
I

numerosas denominaciones: hiperplasia epitelial atípica, ta podría ayudar a la selección de aquellos pacientes
OH

displasia intraductal, neoplasia intraepitelial, atipia con carcinoma temprano, que se beneficiarían con la
terapia adyuvante agresiva.
PR

citológica, etcétera.
Otra lesión que se incluye en este grupo es la  Presencia de enzimas: el estudio de determinadas
hiperplasia adenomatosa atípica. proteasas ha permitido disponer de parámetros mís-
Grado histológico. El grado de Gleason es el ticos, indicadores de mayor agresividad tumoral. Es-
sistema más difundido: se utiliza un patrón primario y tas intervienen en el proceso de degradación de la
otro secundario (5 grados cada uno), y se toman los matriz extracelular y, por tanto, en el proceso de
invasión tumoral.
2 más prominentes, lo que brinda un rango de 2 a 10
(Tabla 7.3).
La importancia de la introducción de estos as-
pectos biológicos en la clínica médica radica en que
pueden facilitar el diagnóstico de estas neoformaciones,
Tabla 7.3. Grado de Gleason y frecuencia de metás-
el establecimiento de subgrupos con diferentes riesgos
tasis
y sentar las bases para la aplicación de un tratamiento
Frecuencia de metástasis (%) más racional y posiblemente más eficaz.
Tratamiento del cáncer localizado:
De 2 a 4 (bien diferenciado) 1  Diferido: este concepto significa no realizar un tra-
De 5 a 7 (moderadamente diferenciado) 5,4 tamiento inicial, con seguimiento estricto del paciente,
De 8 a 10 (indiferenciado) 13,5
y si progresa la enfermedad o el paciente lo solicita,
208 Urología

cambiar hacia un tratamiento activo. S e reporta una


supervivencia de 80 a 90 % en 10 años de segui-
miento, sobre todo en los países escandinavos.
Los tumores bien o moderadamente diferenciados
permiten una mejor supervivencia que los indiferen-
ciados. En algunas series que comprenden 15 años
de seguimiento, la mortalidad ha sido de 51 % para
los indiferenciados, 29 % en los moderadamente di-
ferenciados y 9 % para los bien diferenciados.
Es una opción para los que presentan un bajo grado
de malignidad, con una expectativa de vida de 10 a
15 años o menos. Este grupo, comparado con los
que han recibido varios tipos de tratamiento, ha pre-
sentado menos síntomas en relación con la función
sexual, micciones y defecación. Sí puede desarro-
llarse la ansiedad de vivir con un tumor no tratado. Fig. 7.7. Abordaje suprapúbico.
 Radical quirúrgico: su mayor ventaja es el excelente
control local del tumor y la baja mortalidad específi-
ca por cáncer. Varios centros han reportado una su-

ÓN
pervivencia mayor de 80 %, luego de 25 años de
seguimiento.

CI
 Radical irradiante externo: la dosis corriente es de

UC
65 a 70 Gy, en 6,5 a 7 semanas (5 días semanales).
La zona a irradiar incluye la próstata y, en algunos
OD
casos, nódulos pélvicos y vesículas seminales.
PR

 Prostatectomía radical retropúbica: tiene la ventaja


RE

de practicarse la linfadenectomía, la anatomía es más


familiar al urólogo, se conservan mejor los haces
SU

neurovasculares y se minimiza la incidencia de már-


genes positivos (Figs. 7.7 y 7.8). El principal objetivo
DA

de la operación es remover completamente el cán-


BI

cer, por tanto, no se puede comprometer este aspec- Fig. 7.8. Fascículo neurovascular.
I

to, con tal de mantener los haces neurovasculares.


OH

La incidencia de nódulos linfáticos metastásicos es


PR

menor de 3 %. Con la introducción por Walsh en Complicaciones:


1982 de la conservación de bandeletas neurovas-  Precoces: mortalidad (de 0,16 a 0,66 %), hemorra-
culares, disminución de la morbilidad y mortalidad, gia transoperatoria y lesión en la arteria epigástrica
se incrementa este tipo de operación. (laparoscópica).
La edad límite, generalmente aceptada, ha sido de  Tardías: incontinencia urinaria (de 5 a 8 %), impo-
70 a 75 años, rango que define tener 10 años de ex- tencia sexual (de 40 a 60 %), estrechez en la zona
pectativa de vida, pero este criterio puede variar de anastomótica (de 0,5 a 9 %), dehiscencia en la zona
acuerdo con cada paciente en particular. anastomótica, daño rectal, linfocele, etcétera.
 Perineal: la preservación neurovascular fue incorpo-
rada a esta técnica y ha experimentado cierto resur- Las complicaciones posoperatorias se reducen
gimiento; a pesar de ello, es muy difícil conservar significativamente cuando el procedimiento se realiza
estos ases neurovasculares. Dicha operación remue- en instituciones dedicadas a este tipo de cirugía o en
ve significativamente menos tejido periprostático que manos de cirujanos con mucha experiencia.
la retropúbica. El cirujano debe tener paciencia durante la valo-
 Laparoscópica y robótica: son técnicas en sus ini- ración de la impotencia sexual y conocer que entre los
cios. Se debe esperar por un número significativo de 3 y 6 meses posteriores al acto quirúrgico es cuando,
casos para su evolución. de forma general, la erección comienza a retornar y
Tumores genitourinarios 209
puede mejorar entre 18 a 24 meses después. Se opina Complicaciones:
que este tiempo es debido a la recuperación de las  Disuria.
bandas neurovasculares del trauma quirúrgico (sutura,  Frecuencia miccional.
tracción, etc.). Por otro lado, debe estar seguro de la  Urgencia.
potencia sexual preoperatoria, ya que no es raro el deseo  Chorro débil.
de algunos pacientes de convertirse en un niño de  Incontinencia (en pacientes con RTU previa).
15 años.  Proctitis.
Con respecto a la incontinencia también se debe  Impotencia sexual.
tener paciencia; la mayoría presenta algún grado de
incontinencia inicialmente, por ello se debe esperar de Terapia hormonal. Entre sus posibles indicacio-
1 a 1½ años para declarar una incontinencia como tal. nes (monoterapia) se encuentran:
Este aspecto despierta ansiedad en el paciente y en la  Pacientes que rechazan el tratamiento activo.
consulta posoperatoria el cirujano se dará cuenta con  Fracaso de terapias previas (prostatectomía radical,
echar una rápida mirada a los pantalones del enfermo.
radiación y criocirugía).
Morbilidad:
 Pacientes muy ancianos, con corta expectativa de
 Toxicidad aguda: diarreas, tenesmo y polaquiuria.
vida (menos de 5 años), que rechazan el tratamiento
Todos los síntomas desaparecen 1 mes después del
diferido.
tratamiento.
 Después de la prostatectomía radical, cuando exis-
 Tardías: estrechez uretral, cistitis, sangrado, proctitis
ten valores elevados de PSA.

ÓN
e impotencia sexual.
 Margen positivo quirúrgico, aunque no esté elevado

CI
 Se realizan experimentos con la aplicación de pro-
el PSA.
tón y fotón, así como la combinación de supresión

UC
androgénica con radiaciones (efecto sinérgico y
citorreductor).
OD La mayoría de los estudios sobre androgenotera-
pia neoadyuvante, previa a la prostatectomía, conclu-
PR

Irradiación intersticial (braquiterapia). Esta yen que esta puede provocar disminución de tamaño y
RE

técnica ha mejorado con la adición del ultrasonido bajo estadio del cáncer prostático. También se ha de-
transrectal. Los 2 isótopos que se emplean para la im- mostrado la reducción del margen positivo, sin embar-
SU

plantación permanente son iodine-125 y paladio-103 go, no se evidencia mejoría en la supervivencia.


Otros tratamientos (necesitan mayor estadística
DA

(Pd-103). El iodine-125 se implanta en pacientes con


Gleason 2-6 y tiene 60 días de vida media. El Pd-103 para su validación):
BI

tiene una vida media de 17 días y se aplica general-  Crioterapia.


I

 Hipertermia.
OH

mente en tumores con Gleason igual o mayor que 7; se


puede combinar con la irradiación externa. Este pro-  Láser.
PR

cedimiento implica una mayor dosificación a la glándu-  Ultrasonido focalizado de alta intensidad.
la prostática.
Los pacientes con riesgo de mayor extensión de Tratamiento del cáncer de próstata localmen-
su enfermedad, por ejemplo, penetración capsular y te avanzado. Se consideran bajo esta denominación
toma de vesículas seminales, no son buenos candida- los cánceres T3-T4 N0 M0 o T1-2 N1 M0 y T1-T2 con
tos; se puede asociar la terapéutica hormonal (citorre- pronóstico desfavorable (Gleason > 7 y PSA > 20 ng/mL).
ducción y sinergismo apoptósico). Se ha reportado una supervivencia entre 10 y 15 años
Los volúmenes prostáticos mayores de 50 mL son (de 30 a 40 %).
más difíciles de implantar, debido a la interferencia del En la determinación de este grupo, cuando el tac-
arco púbico y a la disminución de la calidad de la ima- to rectal revela extensión extraprostática del tumor,
gen, al alejar la cara anterior de la próstata de la cabe za tiene alta especificidad. La combinación del PSA, ca-
del transductor, por ello, algunos recomiendan regíme- tegoría T y Gleason es muy útil en la predicción de
nes de 3 meses de tratamiento, previo al implante con extensión local. Entre 30 y 50 % de los tumores T3
agonistas LHRH y flutamida; se ha obtenido una re- tienen toma linfática.
ducción hasta de 40 % del volumen prostático. Tam- Prostatectomía radical (con o sin terapia hor-
bién se puede combinar con irradia ción externa en pa- monal). Los escasos resultados de prostatectomía ra-
cientes con alto riesgo de fallo. dical en pacientes T3 han conducido al abandono de la
210 Urología

cirugía, a favor de la radiación y la terapia hormonal. inducir apoptosis en diferentes clones del tumor. Di-
En los pacientes con Gleason 8-10, PSA > 20 ng/mL o versos estudios evidencian una mejoría en la supervi-
aquellos con metástasis en ganglios linfáticos, esta téc- vencia, cuando se adiciona la hormonoterapia al trata-
nica se asocia a 90 % de fracaso. miento radiante.
No obstante, en un grupo de pacientes más jóve- Hormonoterapia como forma única de trata-
nes con Gleason < 7, PSA < 20 ng/mL, la prostatectomía miento. A partir de 1944 la terapéutica contra los
radical es una opción que brinda la oportunidad de con- andrógenos ha demostrado su eficacia en el tratamiento
trolar por largo tiempo la enfermedad, sobre todo en del cáncer de próstata avanzado. Diferentes estudios
lugares donde no es fácil el acceso a los servicios de en tumores andrógenos dependientes indican que la
radiación. En algunas series, la aplicación de la terapia reducción o eliminación de los andrógenos disminuye
hormonal neoadyuvante ha mostrado la disminución del la proporción de células de Stem tumorogénicas e in-
tamaño de la próstata. En otras se cita la reducción del duce apoptosis en las células tumorales diferenciadas.
PSA y del margen quirúrgico, sin embargo, otros estu- Clínicamente ocurre una reducción del tumor primario
dios muestran resultados opuestos.
y prolonga el desarrollo de la enfermedad metastásica.
El empleo de medios quirúrgicos menos cruen-
Utilizando flutamida y agonistas de LHRH en tu-
tos, como la vía laparoscópica, arroja resultados fa-
mores T3 se reporta una supervivencia específica de
vorables, que se irán perfeccionando a medida que
68 % a los 10 años. En otras series, en pacientes con
muchos centros adopten esta técnica. Otros realizan
T3-T4 se encontró 70 % de supervivencia específica a
la prostatectomía robótica, pese a que hoy día son muy
los 5 años; el 40 % desarrolló metástasis distantes.

ÓN
caros los equipos (aproximadamente un millón de dó-
Existen discrepancias en cuanto al momento de

CI
lares y 100 000 dólares de mantenimiento anuales); al
iniciar la terapéutica, duración y tipo de medicamento.
parecer es más fácil su realización que la laparoscópica;

UC
No obstante, debido a la mejoría experimentada en
de esta manera se requiere un entrenamiento básico OD pacientes con toma linfática que iniciaron rápidamente
laparoscópico para su ejecución, desde luego, teniendo
la terapéutica hormonal, es aconsejable el comienzo
una experiencia anterior en prostatectomía.
PR

precoz del tratamiento.


Radiación sola o con tratamiento hormonal.
RE

Nódulos regionales linfáticos metastásicos.


La radiación se considera el tratamiento de elección:
Aproximadamente de 30 a 50 % de los pacientes con
se reporta entre 31 y 46 % de supervivencia general a
SU

tumor T3-T4 tienen toma metastásica de los nódulos


los 10 años, en tumores T3 tratados con radiación ex-
linfáticos y presentan un alto riesgo de metástasis dis-
DA

terna (de 60 a 70 Gy). El control local clínico (con TR)


tante. El tratamiento con radioterapia o prostatectomía
BI

se ha obtenido en 26 a 73 %. Solo 1,5 % en los T4


radical no ha mostrado mejores resultados que el hor-
I

sobrevivió 10 años.
monal solo. La aplicación de radiación y hormonoterapia
OH

Se han realizado múltiples intentos para mejorar


ha demostrado 55 % de supervivencia libre de progre-
la eficacia de las radiaciones: dosis escalada, braqui-
PR

sión con PSA < 1,5 y 73 % de supervivencia libre de


terapia (para permitir mayor lesión al tumor y menor
metástasis a los 5 años de seguimiento. Otros autores
daño al tejido vecino), radiaciones con neutrones, no recomiendan la prostatectomía radical.
fotones, adición de terapia hormonal (para reducir el Tratamiento del cáncer de próstata metas-
fallo local y las metástasis distantes), ampliación de los tásico. Tomando como base la aplicación de la endo-
campos de irradiación (se incluyen los ganglios crinoterapia (monoterapia).
pélvicos). Orquiectomía bilateral. En 24 h baja el nivel de
Radiación y hormonoterapia. La recurrencia testosterona en el suero (95 %), ya que 5 % restante
después del tratamiento local en tumores T3 puede se origina por las adrenales. Es un procedimiento efec-
deberse a 2 factores: fracaso del control del tumor lo- tivo. Los otros medicamentos no han mostrado venta-
cal, con la consiguiente diseminación de la enferme- jas sobre esta técnica.
dad, o por metástasis oculta, presente en el momento Síntomas resultantes:
del diagnóstico.  Flushing: ocurre en 76 % de los pacientes, debido a
La hormonoterapia es un medio para mejorar el la inestabilidad vasomotora. Se combate con me-
resultado de la radioterapia sola, al eliminar las posi- droxyprogesterona, 5 mg cada 12 h.
bles metástasis ocultas. Además, esta combinación  Anemia: los andrógenos desempeñan una función
parece tener un efecto aditivo sobre el control local, al importante en la hematopoyesis. Esta caída de la
Tumores genitourinarios 211
hemoglobina (de 1 a 2 g/dL) puede ocurrir entre 90 y este órgano, lipoproteínas y triglicéridos, de esta ma-
180 días después del acto quirúrgico. nera, causa la producción alterada de los factores de
 Osteoporosis: su desarrollo se asocia con hipogona- la coagulación: incrementa los factores VII y X, y dis-
dismo y ocurre en 13 % de los pacientes. minuye la antitrombina III.
 Disfunción sexual: aproximadamente 20 % de los Es posible que muchos urólogos jóvenes, al leer
hombres mantiene una erección satisfactoria. los aspectos anteriores, deseen eliminar este producto,
sin embargo, en dosis de mantenimiento (1 mg/24 h) se
Agonistas LHRH. El rango de castración en el suero han obtenido buenos resultados, además, es un pro-
se alcanza generalmente a los 15 días y se mantiene ducto de fácil adquisición y barato.
durante el tratamiento. Representan una alternativa a Antiandrógenos. Compiten con la testosterona
la castración quirúrgica. No se pueden administrar oral- y la dihidrosterona en el receptor androgénico, y dismi-
mente; se inyectan por las vías subcutánea o intra- nuyen la acción de los andrógenos. Su acción antigona-
muscular. Debido al riesgo de inflamación, no se de ben dotrófica disminuye la secreción de LH y FSH, con la
emplear solos en el tratamiento inicial de los que pre- consiguiente disminución en la producción de testos-
sentan metástasis vertebral, enfermedad sintomática terona.
u obstrucción ureteral. La depresión ha sido asociada Esteroides: acetato de ciproterona.
con esta terapéutica. No esteroides: flutamida, nilutamida, bicalutamida.
Antagonistas LHRH. Causan la inhibición inme- Bloqueo androgénico combinado. La combi-
diata de la liberación de LH, FSH y sexosteroides. nación del bloqueo androgénico por la castración y el

ÓN
Estrógenos. Su modo de acción más importante bloqueo farmacológico de andrógenos adrenales, se

CI
es la depresión de la testosterona; así mismo, se men- basa en la hipótesis de que el cáncer prostático está

UC
cionan otros mecanismos: compuesto por células androgénicas dependientes, con
 Inhibición de la alfa-5-reductasa. OD requerimientos diferentes para el mantenimiento de su
 Acción directa sobre la función celular de Leydig. función y crecimiento.
 Posible efecto citotóxico.
PR
Después de la eliminación del andrógeno testicular,
 Disminución del nivel de andrógen os adrenales, et-
RE

las células con moderada o elevada dependencia de


cétera. andrógenos se destruyen o suprimen; las células con
SU

bajo requerimiento todavía pueden ser estimuladas por


El producto más utilizado ha sido el dietiletilbestrol. andrógenos intraprostáticos de origen adrenal. Estos
DA

Una dosis diaria oral (de 3 a 5 mg) reduce los niveles clones celulares pueden continuar su crecimiento y,
BI

de testosterona, similar a la castración; el efecto de 1 mg luego de un periodo variable, mutar hacia células
I

es menos cierto, sin embargo, en estudios clínicos no androgenoindependientes. El bloqueo combinado en los
OH

ha mostrado ser inferior a otras formas de terapia hor- estudios realizados no muestra evidencia de mejoría
PR

monal en términos de eficacia. Se le asocian: en la supervivencia.


 Ginecomastia. Supresión intermitente de andrógenos. Algu-
 Disminución de la libido. nos pacientes se someten a un régimen de supresión
 Retención de líquidos con edemas periféricos (20 %). del tratamiento, con el objetivo de mejorar su calidad
 Trombosis venosa profunda (de 2 a 8 %). de vida. Usualmente se impone un tratamiento durante
 Complicaciones cardiovasculares (16 %) en dosis de 6 a 9 meses; este se reinicia cuando las cifras del PSA
5 mg/24 h: infarto cardiaco. alcanzan entre 10 a 20 ng/mL, permaneciendo aproxi-
 Embolismo pulmonar. madamente 6 meses sin terapia. Durante este tiempo
 Fallo congestivo. la libido y la función eréctil retornan.
 Accidente vasculocerebral. Se han realizado ensayos clínicos para comparar
 Dolor en las tetillas. la supervivencia entre este tratamiento y el conven-
 Disfunción sexual. cional. El riesgo puede ser la metástasis. Algunos pa-
cientes bien informados pueden demandar este tipo de
Su toxicidad cardiovascular se explica por las ele- tratamiento para recobrar su función sexual y otros,
vadas concentraciones en el sistema portal (principal- debido a efectos colaterales inaceptables. En todo caso,
mente por vía oral), que a su paso por el hígado ejerce el médico debe aconsejar con respe cto a los riesgos
un efecto sobre las proteínas plas máticas derivadas de potenciales.
212 Urología

Nuevas modalidades de tratamiento. Se trata Tratamiento de los dolores óseos. Las metásta-
de investigaciones en curso, no validadas por la clínica: sis y el dolor óseo no se correlacionan directamente.
 Agentes diferenciantes (Suramín). En el periostio los nocirreceptores son estimulados pro-
 Terapia vacuna/gene. bablemente por halisteresis o edema inflamatorio, lo
que conduce al incremento de la presión ósea.
 Manipulación dietética (reducción de la grasa e in-
 Dolor leve: ácido acetilsalicílico, paracetamol, anti-
cremento de las fibras). inflamatorios no esteroideos, opioides orales.
 Terapias alternativas (acupuntura).  Dolor severo: administración de opioides por técni-
 Combinación de terapias, por ejemplo, fosfato estra- cas invasivas, radiación (dolores óseos localizados),
mustina + vinblastina: radiosensibilizador, junto con corticosteroides y tratamiento endocrino (calcitonina
estroncio 89: radiación selectiva. y biofosfatos).

Miguel de la Cruz Sánchez †

ÓN
CI
El cáncer vesical es tratado con mucha frecuen- Los pacientes tratados con ciclofosfamida pre-
cia por los urólogos. En el hombre, su incidencia ocupa sentan un gran riesgo de desarrollar cáncer vesical.

UC
el cuarto lugar después de la próstata, pulmón y cán- Asimismo, en los que lo padecen se ha reportado un
cer colorrectal. Es más común en el hombre que en laOD aumento urinario de los metabolitos del triptófano, re-
mujer, en una proporción de 3 a 1. Se puede presentar lacionado con la recurrencia tumoral. La administra-
PR

a cualquier edad, pero en la sexta década de la vida su ción de piridoxina normaliza el nivel urinario de estos
RE

incidencia es mayor. En la práctica, se presenta en 2 for- metabolitos.


mas principales: bajo grado (superficiales) y alto grado Histopatología. En los cánceres de vejiga, 98 %
SU

(profundo). son de origen epitelial y de estos, la mayoría son


Etiología. Todo cáncer es una enfermedad gené-
DA

carcinomas de células transicionales:


tica, en la cual los mecanismos normales que regulan
BI

 Papiloma: es un tumor de aspecto papilar, con un


la diferenciación celular y la proliferación son deficien-
I

fino tallo recubierto por células transicionales nor-


OH

tes o están alterados. Se han reportado alteraciones en


males; se observa aproximadamente en 2 % de los
el cromosoma 9, asociado al cáncer vesical.
PR

casos; su pronóstico es favorable, solo 16 % progre-


La carcinogénesis envuelve la inducción por
sa a carcinoma transicional.
oncogenes, que son genes que transfieren el fenotipo
 Carcinoma de células transicionales: alrededor de
maligno. Otro mecanismo referido es la supresión o
inactivación de los genes supresores, cuya función es 90 % de los tumores vesicales son de células tran-
regular el crecimiento y la diferenciación celular, así sicionales, la mayoría con aspecto papilar; pueden
como los genes que transfieren la información sobre ser sésiles o ulcerados y se distinguen 3 grados, de
los factores o receptores de crecimiento. acuerdo con su arquitectura, tamaño de las células,
En el cáncer vesical se han identificado iniciado- pleomorfismo y número de mitosis.
res o promotores, por ejemplo, en los fumadores de  Carcinoma in situ: se caracteriza por células transi-
tabaco, el agente causal es la alfa y betanapthylamine cionales pobremente diferenciadas, confinadas al
y 4 aminobiphenyl; luego de una exposición prolonga- urotelio. Se presenta en forma focal o difusa; puede
da, el tumor puede desarrollarse. La cistitis crónica, estar solo o asociado a tumores transicionales exofíti-
por la presencia de catéteres y cálculos, así como la cos. Su presencia indica un mal pronóstico.
cistitis por Schistosoma haematobium, se relacionan  Carcinoma epidermoide: su incidencia es de 5 a 10 %;
con el desarrollo del carcinoma epidermoide. En Egip- se asocia a infecciones crónicas, cálculos, catéteres
to, donde la esquistosomiasis es endémica, el carcino- y esquistosomiasis; por lo general son nodulares e
ma epidermoide de la vejiga es el más común. invasivos.
Tumores genitourinarios 213
 Adenocarcinoma: se presenta en menos de 2 % y
está precedido de cistitis y metaplasia; son produc-
tores de mucosa; su pronóstico es sombrío.
 Carcinoma de células indiferenciadas: se observa
en menos de 2 %. Su pronóstico es desfavorable.

En ocasiones, entre 4 y 6 % de los tumores vesi-


cales se presentan combinados; el más común es el de
células transicionales y elementos epidermoides.
Cuadro clínico. El síntoma más frecuente es la
hematuria: se presenta en 90 % de los casos y puede
ser intermitente, “caprichosa”, total o con reforzamiento
terminal. Los síntomas de irritabilidad son menos fre-
cuentes: polaquiuria, urgencia miccional y disuria; por
lo general, estos se observan cuando está presente el
carcinoma in situ difuso o tumor infiltrante.
La mayoría de los pacientes con neoplasia vesical
no presenta signos al examen físico. Los síntomas y
signos aparecen de acuerdo con la localización del tu-

ÓN
mor; provocan obstrucción ureteral u obstrucción baja,
y en los casos avanzados, toma del estado general,

CI
pérdida de peso, etcétera.

UC
Diagnóstico. El cuadro clínico descrito anterior-
mente demuestra la presencia de cáncer vesical, so-OD
bre todo si el paciente tiene más de 50 años (antes es
PR

menos frecuente) y se confirma por estudios endos-


RE

cópicos, imagenológicos, de laboratorio y anatomía


patológica. Estos no solo confirman el diagnóstico, sino
SU

Fig. 7.9. Urograma descendente.


también el estadiamiento del tumor.
Estudios imagenológicos:
DA

 Urograma descendente: es el más común de los es-


BI

tudios para evaluar la hematuria. La neoplasia vesical En el tumor invasivo, el estudio imagenológico se
I
OH

se detecta por la falta de llenado en la fase cistográ- completa con rayos X de tórax y gammagrafía ósea.
fica; los tumores infiltrantes, por la fijeza e inextensibi- Estudios endoscópicos. La cistografía es fun-
PR

lidad de la pared vesical y la ureterohidronefrosis, en damental para detectar el tumor, su tamaño, aspecto
los tumores que infiltran el meato ureteral. El uro- (papilar, sésil, papiloinfiltrante), localización, número,
grama (Fig. 7.9) permite descartar cualquier otra al- así como otras zonas sospechosas donde se tomará
teración del tracto urinario superior. biopsia. Con el resectoscopio se resecará la lesión tu-
 Ultrasonido: se puede valorar el estado del tracto moral, que servirá para la biopsia y el estadiamiento,
urinario superior; detecta los tumores vesicales que así como para aplicar el tratamiento (Fig. 7.12).
aparecen como focos ecogénicos en la luz vesical. Estudios de laboratorio. La citología urinaria
La invasión de la pared vesical se sospecha cuando es de gran valor. Su sensibilidad y especificidad son
la pared normal de la vejiga, que es intensamente elevadas en tumores de alto grado y en el carcinoma
ecogénica, se interrumpe por ecos menos ecogénicos in situ, no así en los tumores de bajo grado, por tanto
provocados por el tumor (Fig. 7.10). su negatividad no excluye el diagnóstico. La experien-
 TAC (Fig. 7.11) y RM: son útiles en los tumores pro- cia del citólogo también es importante.
fundos e invasivos, pues permiten conocer su exten- La citometría de flujo detecta el incremento del
sión en la pared vesical y si la enfermedad está con- ADN en las células exfoliadas de la orina, así como la
finada o no a la vejiga, además, detectan la presen- presencia de aneuploidía y el grado de hiperdiploidía.
cia de ganglios linfáticos pelvianos, aumentados de Con esta prueba se detecta alrededor del 80 % de las
volumen. neoplasias vesicales.
214 Urología

Fig. 7.12. Resección transuretral: biopsia.

El BTA Trak (Bard Diagnostic Sciences , inc)

ÓN
tiene buena sensibilidad y especificidad. Se realiza en

CI
pocos minutos y es una prueba sencilla: basta una gota
de reactivo de 5 mL de orina para que se produzca un

UC
OD cambio de color. Pueden existir falsopositivos cuando
se presentan cálculos vesicales, infecciones y sonda
permanente.
PR

Estadiamiento. Para determinar el tratamiento


RE

del cáncer vesical, es fundamental valorar el estadio


en que se encuentra. La Unión Internacional contra el
SU

Cáncer recomienda el sistema TNM, donde T se re-


fiere al tumor; N, a los ganglios, y M, a las metástasis.
DA

Fig. 7.10. Ultrasonido suprapúbico.


Sistema TNM para el cáncer vesical:
BI

 Carcinoma in situ: Tis.


I

 Tumores papilares no invasivos: Ta.


OH

 Invasión a la submucosa: T1.


PR

 Invasión a la capa muscular superficial: T2.


 Invasión a la capa muscular profunda: T3a.
 Invasión a la grasa perivesical: T3b.
 Invasión a órganos vecinos: T4.
 Metástasis a ganglios regionales: N1-3.
 Metástasis a distancia: M1.

Historia natural de la enfermedad. Existe una


fuerte correlación en la evolución y el pronóstico del
tumor vesical con el estadio y el grado. Los tumores
superficiales Ta y T1 tienen una evolución favorable;
Fig. 7.11. Tomografía axial computadorizada.
su recurrencia es elevada cuando se asocian a carci-
noma in situ, alto grado y número. En estos tumores
las metástasis a ganglios linfáticos son bajas (alrede-
El antígeno de Lewis x está ausente en las célu- dor de 5 %). En los tumores profundos T2, T3 y T4, su
las uroteliales adultas, pero se expresa en más de 90 % pronóstico es sombrío; se presentan ganglios linfáticos
en las neoplasias vesicales, independientemente de su metastásicos entre 30 y 70 %. Mientras más profun-
grado y estadio. dos sean, peores serán su pronóstico y grado.
Tumores genitourinarios 215
Marcadores tumorales. El grado y el estadio del En los tumores pequeños, de bajo grado y únicos,
tumor, si bien son 2 elementos muy importantes para donde el riesgo de recurrencia es bajo, se pueden tra-
determinar el pronóstico y la conducta terapéutica, en tar solamente mediante la resección endoscópica, en
muchas ocasiones no determinan el comportamiento cambio, cuando son múltiples, grandes (mayor de 2 cm),
de los tumores. Los antígenos del grupo sanguíneo ABH acompañados de carcinoma in situ o displasias vesi-
y Lewis se identifican en la superficie de los eritrocitos, cales, donde el riesgo de recurrencia es elevado, se
con aumento de la recurrencia y a la progresión o in- impone siempre el tratamiento coadyuvante con qui-
vasión muscular. mioterapia o inmunoterapia locales.
Las alteraciones del gen p53 son el defecto En nuestro medio, los agentes quimioterápicos
genético más común en los tumores de seres huma- más empleados son el thiotepa y la adriamicina; como
nos. Tiene una función vital en el ciclo celular, repara- inmunoterapia local, BCG e interferón alfa. El BCG ha
ción del ADN dañado e induce la apoptosis (muerte demostrado su eficacia sobre el carcinoma in situ y
celular programada). El p53 mutado en los tumores disminución de la recurrencia de los tumores vesicales
invasivos significa progresión y en los tumores T1, superficiales. El esquema empleado es el siguiente: ins-
recurrencia y progresión. Los tumores que conservan tilación de 120 mg de BCG (cepa Moreau), disueltos
el p53 normal, presentan mayores probabilidades de en 50 mL de agua, con el paciente en posición supina,
responder a los tratamientos quimioterápicos o radia- a retener durante 1 h; cambiará de posición cada 15 min
ciones. (supino, lateral izquierdo, lateral derecho y prono); pos-
El gen supresor retinoblastoma, su producto pRb, teriormente el paciente se levanta y retiene los deseos

ÓN
es una fosfoproteína nuclear. En su estado activo el de orinar durante 1 h más.

CI
pRb actúa como freno al progreso del ciclo celular; su Este tratamiento se aplica semanalmente (duran-

UC
alteración conduce a la pérdida del control normal de te 6 semanas) y luego cada 3 meses, durante 2 años.
dicho ciclo. Con la pérdida de la función de Rb se ob-
OD En este tiempo se realizará la cistoscopia para detec-
serva un comportamiento más agresivo del tumor. tar una posible recurrencia. Si la evolución es favora-
PR

Angiogénesis tumoral. El crecimiento tumoral y ble, el estudio endoscópico se realizará anualmente


RE

las metástasis requieren una respuesta neovascular. (hasta 5 años o más).


Existen estimuladores, así como inhibidores. La densi- Durante el tratamiento con BCG pueden surgir
SU

dad de los microvasos (MVD) mide la angiogénesis complicaciones: irritabilidad vesical, hematuria, fiebre
tumoral. El aumento de la MVD se asocia con la pro- y/o malestar general. Estos se tratarán de manera
DA

gresión del tumor y es independiente del estadio, grado sintomática. De persistir por varios días, se indicarán
BI

y ganglios linfáticos. Ello determina que en un tumor isonid y rifampicina durante 6 semanas o 6 meses,
I
OH

con angiogénesis elevada, la conducta terapéutica sea según la intensidad y la respuesta del paciente. Si se
más agresiva. presenta recurrencia, se extirpará esta y si continúa sien-
PR

Existen varios tipos de inhibidores de la angio- do superficial, se comenzará un nuevo ciclo de BCG.
génesis tumoral, entre estos el trombosfondín-2; así En el carcinoma in situ, el tratamiento, inicial-
mismo, en pacientes con trombosfondín-1 bajo se mente, es endovesical, sobre la base de quimioterapia
presenta una elevada recurrencia y decrece la super- o inmunoterapia. El BCG es el tratamiento de elec ción.
vivencia, independientemente del grado, estadio y gan- Si persisten los síntomas de irritabilidad vesical, así como
glios linfáticos. el carcinoma in situ, se indica la cistectomía total.
Tratamiento. Depende fundamentalmente del Estadios profundos (T2-T3). Existen varias op-
grado y el estadio. En la práctica diaria no se toman en ciones:
cuenta los marcadores tumorales, por su costo y difi-  Si la neoplasia profunda está situada en el cuello,
cultades técnicas. trígono o parte fija de la vejiga, se indica la cistec-
Estadios superficiales. En Ta y T1 la resección tomía total: en el hombre implica la exéresis de la
endoscópica es la operación de elección (se puede vejiga, próstata y vesículas seminales.
aplicar láser). Cuando la posición del tumor hace difícil  Si la neoplasia profunda está situada en partes móvi-
su resección total, o su gran tamaño (mayor de 3 cm) o les de la vejiga y su exéresis con un margen de 1,5 cm
su ubicación en un divertículo vesical, la resección se de la zona sana y dejando una capacidad vesical ade-
realiza por medio de la cistectomía parcial o de mane- cuada, la cistectomía parcial es la indicada. En oca-
ra excepcional se practica la c istectomía total. siones hay que realizar implantaciones ureterales.
216 Urología

En ambos casos se indica la linfadenectomía por Métodos paliativos: la cobaltoterapia en 10 frac-


debajo de la bifurcación aórtica, que tiene como objeti- ciones es útil para los dolores por metástasis óseas; en
vo fundamental el estadiamiento. Muchos autores, so- dosis de 4 000 a 4 500 Gy puede ser efectiva para
bre todo europeos, prefieren iniciar el tratamiento con controlar los síntomas locales (urgencias, frecuencias,
cobaltoterapia, en dosis de 6 000 a 7 000 Gy dura n- hematurias y disurias), pero en ocasiones los agrava.
te 4 semanas; se ha obtenido alrededor de 30 % de La solución de formol se instila en la vejiga para
remisión total. A los pacientes que responden parcial- controlar la hemorragia en el cáncer avanzado o en las
mente e incluso a los que no responden, se les indica cistitis hemorrágicas. La instilación se comienza al 1 % y
cistectomía total de rescate. puede repetirse con una solución al 4 %. Previamente
Otros autores, basados en el hecho de que en los hay que asegurarse de que no existe reflujo vesicoure-
tumores invasivos existen micrometástasis (de 30 a 40 % teral. Esta instilación, por ser tan irritante, requiere
no detectadas en el acto quirúrgico, ni previamente por anestesia regional o general. La solución se mantiene
métodos imagenológicos), prefieren aplicar quimioterá- en contacto con el urotelio durante 30 min; después se
picos como método coadyuvante. El más empleado es lava la vejiga con suero fisiológico.
el M-VAC (metotrexato, vinblastina, adriamicina y Carcinoma de células escamosas. Se requiere
cisplatino), en 2 o 3 ciclos; se han obtenido remisiones una terapia quirúrgica agresiva. Los mejores resulta-
entre 30 y 40 %. Así mismo, la cistectomía total de dos se obtienen con cistectomía radical. La resección
rescate se practica en los que no responden totalmen- uretral, cistectomía parcial, radioterapia y quimiotera-
te. La combinación de quimioterapia y radiación, co- pia son de poca utilidad. Muchos reportes informan

ÓN
menzando por la quimioterapia, ha brindado mejores que en igualdad de estadio, el pronóstico es compara-

CI
resultados (entre 60 y 70 % de remisiones totales). ble con el carcinoma transicional. Se recomienda la

UC
Estadios metastásicos (N1-3 y M1). Se emplean radiación preoperatoria en caso de carcinoma epider-
quimioterápicos, en general, y la combinación de algu-
OD moide por Bilharzia.
nos de estos, más que la monoterapia. Con frecuencia Adenocarcinoma. El tratamiento de elección es
PR
se emplea el M-VAC, en 2 o 3 ciclos; se han obtenido la cistectomía total con linfadenectomía pélvica. El
remisiones totales en el rango de 30 a 50 %. adenocarcinoma responde mal a la cobaltoterapia y
RE

Otra combinación es el CISCA (cisplatino, ciclo- los quimioterápicos.


SU

fosfamida y adriamicina), que brinda muy buenos re- Con respecto a las diferentes técnicas quirúrgi-
sultados. Muchos autores recomiendan administrar los cas que se emplean en el tratamiento de esta enferme-
DA

quimioterápicos (M-VAC, CISCA, etc.) como método dad, la vía laparoscópica ha ganado preferencia, prin-
BI

coadyuvante (posoperatorio), ya que mejora la super- cipalmente por sus bondades de mínimo acceso, inclu-
I

vivencia y retarda las recurrencias. yendo la robótica.


OH
PR

Pedro Molina Boronat

El cáncer de testículo es poco frecuente, repre- nóstico inicial; 95 % de los tumores de testículo es
senta aproximadamente 1 % de todos los cánceres en maligno, la mayoría proviene de las células germinativas
el hombre; es más común entre los 20 y 40 años, aun- (97 %); los no germinativos se originan de las células
que se ha reportado en niños (la mayoría antes del de Leydig o de las células de Sertoli.
primer año de vida). Entre 2 y 3 % de los enfermos se Etiología. Se desconocen sus causas, aunque es
puede presentar un tumor bilateral, ya sea de manera importante señalar que aparecen en la etapa de mayor
simultánea o sucesivamente. actividad sexual. Muchos autores plantean como fac tor
Se plantea que los pacientes con tumores en un predisponente los testículos criptorquídeos, ya que se ha
testículo, presentan 5 % de riesgo de ocurrencia de tu- demostrado su elevada incidencia, con un riesgo ma yor
mores del otro lado, en los 25 años siguientes al diag - de hasta 14 veces más que en el resto de los hom bres.
Tumores genitourinarios 217
Entre otras causas se señalan el seudohermafro-  Carcinoma embrionario: no son frecuentes en la
ditismo, la administración de estrógenos durante el pubertad; su mayor incidencia ocurre entre los 20
embarazo (provoca degeneración y criptorquidia) y la y 30 años; tienden a ser más pequeños y provo-
incidencia familiar (se plantea el factor hereditario). can deformaciones nodulares asimétricas del tes-
Casi todos los autores están de acuerdo en que los tículo; al corte son gris-blanquecinos, de aspecto
traumas no son causas de tumor, sino el factor que abigarrado, bordes mal definidos y salpicados con
atrae la atención del enfermo sobre la presencia de focos de hemorragias y necrosis. Son mucho más
una tumoración del testículo. agresivos que los seminomas, incluso, nódulos pe-
Clasificación histológica. Se realiza sobre la queños tienden a invadir ganglios linfáticos y vís-
base de las neoplasias germinales y no germinales. ceras; son menos sensibles a la radioterapia.
Neoplasias germinales. Son las más frecuen-  Coriocarcinomas: los coriocarcinomas puros son
tes; su mayor incidencia se presenta entre los 25 y frecuentes entre los 30 y 40 años, y se descono-
35 años de edad: cen en la infancia; representan 2 % de todos los
 Seminomas: representan casi 50 % de los tumores tumores del testículo; son muy malignos, provo-
del testículo. Son más frecuentes en la cuarta déca- can metástasis tempranas. Con frecuencia son muy
da de la vida y casi nunca se presentan en lactantes; pequeños en el sitio primario, de manera que en
2 % pueden ser bilaterales. Se derivan de las células algunos casos pueden pasar inadvertidos al exa-
madre germinales; son tumores blandos, carnosos o men físico, a no ser por la metástasis.
encefaloides y lobulados; su crecimiento es simétri- En otros casos pueden ocupar toda la estructura

ÓN
co; la superficie de corte es blanco-grisácea y son testicular y originar una gran tumefacción nodular;

CI
muy sensibles a la radioterapia. su aspecto es abigarrado, con pequeños cortes;
Durante mucho tiempo permanecen circunscritos

UC
son de color gris pálido, blandos y necrosados. Las
dentro de la túnica albugínea y solo en casos avan-
OD áreas mejor conservadas se encuentran hacia los
zados invaden las estructuras adyacentes; luego se bordes; son frecuentes los focos de coriocar-
extienden al epidídimo y el cordón espermático,
PR
cinomas en variedades mixtas.
provocan metástasis a ganglios linfáticos inguina-  Teratomas: son tumores complejos, formados por
RE

les, parailiacos, yuxtaaórticos e incluso mediastínicos varios componentes celulares; se observan con
y cervicales; la supervivencia es de 90 % en 5 años
SU

mayor frecuencia en sus formas puras (en lactan-


(sin metástasis ganglionar) y de 90 % con metásta- tes y niños), aunque pueden aparecer a cualquier
DA

sis ganglionar, pero no visceral. Se incluyen 3 va-


edad. En el adulto representan entre 2 y 3 % de
riantes:
BI

los tumores de células germinales, aunque cuando


 Típico: abarca 90 % de los tumores seminoma-
I

se combinan con otra variedad histológica pueden


OH

tosos y provoca elevados niveles de gonadotropina


alcanzar hasta 45 %. Se forman de generaciones
coriónica; su superficie es homogénea, color blan-
PR

más jóvenes de células germinales; contienen nu-


co-grisáceo, lobulado al corte, sin hemorragia ni
merosas estructuras epiteliales y mesenquimatosas
necrosis. Generalmente no invade la túnica albu-
maduras e inmaduras, que incluyen músculo, car-
gínea.
tílagos, nervios y mucosa.
 Anaplásico: su incidencia puede alcanzar 9 %; es
Su malignidad aumenta cuando se encuentran en
más voluminoso y blando que el típico o clásico;
adultos jóvenes; provocan un aumento moderado
pueden ser con sincitotrofoblastos o sin ellos y el
pronóstico es más grave. del testículo, pero suelen ser circunscritos dentro
 Espermático: es muy poco frecuente; se presenta
de la túnica albugínea. Al corte su aspecto es he-
generalmente en los hombres mayores de 60 años; terogéneo, con áreas sólidas y numerosos espa-
su crecimiento es lento y las metástasis son poco cios quísticos intratumorales, que pueden dar el
frecuentes, por ello presentan un mejor pronósti- aspecto de panal de abeja.
co; la superficie de corte es gris pálida, blanda y Las calcificaciones pueden ser identificadas como
friable. hueso. Cuando se presentan hemorragias y
 No seminomas: los tumores que presentan elemen- necrosis suelen estar mezclados con un carcino-
tos de seminomas y de no seminomas se consideran ma embrionario, coriocarcinomas o ambos. Los
como no seminomas. Los no seminomas se clasifi- teratomas puros no producen gonadotropina
can en: coriónica; su supervivencia es de 70 % en 5 años
218 Urología

y se clasifican por el grado de diferenciación; los El resto de los tumores solo se observa de mane-
indiferenciados responden mal al tratamiento. ra ocasional: linfomas, sarcomas, etcétera.
 Tumor del seno endodérmico o carcinoma embrio- Cuadro clínico. Los tumores testiculares se ca-
nario de tipo infantil: conocido también como tu- racterizan por la ausencia de síntomas precoces, por lo
mor del saco vitelino, es casi exclusivo de la in- que toda tumoración indolora en el testículo debe ser
fancia, con mayor incidencia en los lactantes y considerada como tumor, mientras no se demuestre lo
niños de hasta 3 años de edad. Cuando se presen- contrario. El síntoma más frecuente es el agrandamiento
ta en estas edades su pronóstico es mejor; del testículo, que puede ser descubierto de manera
microscópicamente son tumores no encapsulados; accidental o por las molestias ligeras que puede produ-
la superficie de corte muestra un aspecto no ho- cir por su peso y el tironamiento del cordón; el dolor
mogéneo, mucinoso, de color blanco-amarillento. puede irradiarse a las regiones inguinal y lumbar; solo
 Formas mixtas: pueden estar constituidos por semi- se describe dolor intenso si ocurre sangrado dentro del
nomas y no seminomas, pero como se explicó an- parénquima tumoral.
teriormente, se deben tratar como no seminomas; A menudo el tumor se acompaña de exudado de
constituyen 60 % de los tumores del testículo. La la túnica albugínea y se presenta hidrocele secundario;
asociación de carcinoma embrionario y teratoma si el testículo es ectópico, se manifiesta por una tume-
se define como teratocarcinoma y es la forma más facción y endurecimiento en la región inguinal (criptor-
frecuente de presentación. Existen otras combi- quidia inguinal) o aparición de un tumor abdominal
naciones: carcinoma embrionario con seminoma (criptorquidia abdominal).

ÓN
y carcinoma embrionario con teratoma. Cuando el tumor elabora grandes cantidades de

CI
gonadotropina coriónica se observa ginecomastia, pre-

UC
Neoplasias no germinales. Constituyen 5 % sente también en los tumores de las células de Sertoli,
de las neoplasias primarias del testículo; se clasifican
OD que producen secreción de estrógenos. Los tumores
en tumores de células intersticiales o de Leydig, tu- de las células de Leydig provocan pubertad precoz,
PR
mores de las células de Sertoli, androblastomas y tu- debido a la producción de andrógenos.
mores del estroma (fibromas, sarcomas, mesoteliomas, Los síntomas relacionados con metástasis inclu-
RE

linfomas, etc.): yen una masa abdominal o supraclavicular (ganglios


 Tumores de células intersticiales: provienen de las
SU

linfáticos); se puede presentar dolor abdominal por la


células de Leydig, son pocos frecuentes (2 % de los obstrucción intestinal o ureteral, producida por la
DA

tumores del testículo); generalmente se presentan compresión de las adenopatías voluminosas; tos, por
BI

después de los 30 años; 90 % son benignos. A me- la metástasis pulmonar, así como síntomas generales:
I

nudo son sintomáticos; otras veces, entre los sínto- astenia, anorexia y pérdida de peso.
OH

mas iniciales se presentan tumefacción del testículo El examen físico se debe realizar con el paciente
PR

o sensación de peso; producen cantidades elevadas en decúbito supino y bipedestación; se encuentra un


de estrógeno y los 17 cetosteroides están normales aumento de volumen y endurecimiento del testículo,
o disminuidos. generalmente liso; la mayoría conserva la forma ovoi-
La mayoría de los pacientes presenta ginecomastia, de, no adherido a la piel del escroto; la transiluminación
impotencia y esterilidad; también se ha demostrado es negativa. En las primeras etapas se puede distinguir
la precocidad de los caracteres sexuales; son tumo- el epidídimo, pero más tarde se pierde en la masa; en
res grandes, redondeados, de color castaño dorado; ocasiones se encuentra un nódulo duro, no doloroso,
la superficie de corte es homogénea; cuando son incluido en el testículo. Generalmente el cordón esper-
malignos producen metástasis a hueso. mático es normal a la palpación y en algunos casos se
 Tumores de células de Sertoli: habitualmente son puede encontrar hidrocele.
benignos, aunque en ocasiones son más anaplásicos La presencia de metástasis, sin que exista un tu-
y evolucionan a la malignidad; ocurren con poca fre- mor primario, en un joven con criptorquidia, debe ha-
cuencia y se caracterizan por ser feminizantes; una cer sospechar un tumor de testículo. Asimismo, una
manifestación cardinal es la ginecomastia. Se ha masa dura en la región supraclavicular izquierda, en un
reportado la tendencia familiar y su bilateralidad; tie- hombre joven, debe ser considerada como metástasis
nen aspecto de nódulo firme, la superficie de corte de tumor de testículo, hasta que se demuestre lo con-
es homogénea, de color blanco-grisáceo. trario. Como las neoplasias del testículo son los tumo res
Tumores genitourinarios 219
malignos más frecuentes a esta edad, la presencia de Estudios radiográficos. Incluyen los siguientes:
ginecomastia y pigmentación del pezón sugieren dicho  Rayos X de tórax: muestran metástasis pulmonar o
diagnóstico; también se puede encontrar signo de mediastínica.
virilización en la edad prepuberal, cuando este se origi-  Ultrasonidos de testículo y abdominal: precisan la
na en las células de Leydig; en la etapa tardía se pre- naturaleza quística, sólida o mixta del tumor y evi-
senta caquexia. dencian la metástasis a órganos intraabdominales,
Estudios de laboratorio. Se puede presentar así como adenopatías, además, pueden mostrar si
anemia, sobre todo en los pacientes con metástasis. existe dilatación de las cavidades renales debido a
La función renal por lo regular es normal, aunque en un cuadro obstructivo. Es importante señalar que la
ocasiones existe obstrucción unilateral ureteral. En los presencia de calcificaciones del testículo siempre
tumores de las células de Leydig, los 17 cetosteroides hace sospechar un tumor, incluso, en su diagnóstico
pueden ser normales o bajos; los estrógenos urinarios es importante el estudio del contralateral, y si en
pueden estar aumentados en los tumores de células de este se encuentran imágenes calcificadas, se debe
pensar en la posibilidad de un tumor bilateral. La
Leydig y de Sertoli.
forma más precisa de estudiar el drenaje linfático
Marcadores tumorales. En los últimos años han
de los tumores del testículo es la linfografía del cor-
adquirido gran importancia los marcadores biológicos
dón espermático, que evidencia la presencia de
como la alfafetoproteína (AFP) y la fracción  de la ganglios retroperitoneales, lo que es útil en el
gonadotropina coriónica (HCG). Aproximadamente planeamiento de los campos de radiación terapéuti-
75 % de los pacientes con neoplasias no seminomatosas

ÓN
ca y para comprobar si la disección ganglionar retro-
presentan valores elevados de AFP y 60 % de HCG; si peritoneal ha sido completa, no obstante, en los últimos

CI
se miden simultáneamente estos marcadores, son po- años ha perdido valor por el empleo de la TAC.

UC
sitivos casi en 90 % de los casos.  Urograma excretor: muestra la presencia de reper-
La positividad de estos marcadores se considera
OD cusión sobre el tracto urinario.
como un signo importante de actividad tumoral, aun en  Tomografía (TAC): aporta datos importantes acer-
PR
ausencia clínica o biópsica del tumor, además, su ca de las metástasis; se realiza a los niveles supra e
positividad durante el seguimiento debe hacer sospe- infradiafragmáticos, ya que permite detectar metás-
RE

char una recidiva de la enfermedad. tasis hasta de 5 mm, al igual que la resonancia mag-
SU

Los marcadores se deben determinar en el pri- nética (RM).


mer examen clínico, inmediatamente antes y 2 sema-  Centellografía: muestra las metástasis a ganglios o
DA

nas después de la intervención terapéutica (cirugía, pulmón.


BI

radioterapia o quimioterapia). Durante el seguimiento


I

del enfermo, este estudio se realizará cada 2 meses en Cuando un proceso inflamatorio del testículo no
OH

el primer año; cada 4 meses en el segundo y tercer años, mejora en un término de 2 a 4 semanas, a pesar de ser
tratado de manera correcta, se debe realizar un ultra-
PR

y cada 6 meses en el cuarto y quinto años, además,


siempre que exista sospecha clínica y radiológica de sonido, ya que muchas veces es posible el diagnóstico
recidiva. de un pequeño tumor oculto.
Valor de los marcadores tumorales: Biopsia. Algunos autores contraindican la biop-
 Evaluar la masa testicular.
sia incisional del testículo porque favorece la dise-
 Estadiar tumores de células germinales, por ejem-
minación, por ello se practica la biopsia excisional.
En algunos casos, cuando existen ganglios a otros
plo, después de la orquiectomía, un aumento de HCG
niveles, se prefiere realizar la biopsia, sobre todo si
y AFP indica el estadio II del proceso, aunque los
son supraclaviculares. Actualmente en centros es-
ganglios sean negativos hasta en la TAC.
pecializados se realizan biopsias por aspiración so-
 Evaluar el volumen de la masa tumoral: los niveles
bre el testículo.
de LDH se relacionan con la masa tumoral y son, Clasificación de TNM. Tumor primario (T).
además, un marcador pronóstico. El grado del tumor primario se clasifica después de
 Medir la respuesta al tratamiento: después de la ci ru- una orquiectomía radical.
gía, los marcadores tumorales deben disminuir  TX: no se puede evaluar el tumor primario (si no se
rápidamente; en determinaciones seriadas se pro- ha realizado la orquiectomía radical, se usa TX).
nostican recidivas antes de que el paciente presente  T0: no existe evidencia de tumor primario, por ejem-
síntomas o aparezcan signos de recaídas. plo, cicatriz histológica en el testículo.
220 Urología

 Tis: neoplasia celular intratubular (carcinoma in situ). AFP (UI/mL) < 1 000.
 T1: tumor limitado al testículo y el epidídimo, sin in- S2: LDH 1,5-10 X N.
vasión linfático/vascular; invade la túnica albugínea, HCG (UI/mL) 5 000-50 000.
pero no la vaginal. AFP (UI/mL) 1 000-10 000.
 T2: tumor limitado al testículo y el epidídimo, con S3: LDH > 10 X N.
invasión linfático/vascular, o tumor que se extiende HCG (UI/mL) > 50 000.
a través de la túnica albugínea e involucra la túnica AFP (UI/mL) > 10 000.
vaginalis. N: indica los límites superiores de los normales
 T3: tumor que invade el cordón espermático, con o para el ensayo LDH.
sin invasión linfático/vascular. Las etapas según TNM y marcadores tumo -
 T4: Tumor que invade el escroto, con o sin invasión rales (S) son las siguientes:
linfático/vascular. Etapa 0:
Tis, N0, M0, S0.
Ganglios linfáticos regionales (N): Etapa I:
Clínica: T1-4, N0, M0, SX.
 NX: no se pueden evaluar los ganglios linfáticos Etapa IA:
regionales. T1, N0, M0, S0.
 N0: no existe metástasis regional de ganglios lin- Etapa IB:
fáticos. T2, N0, M0, S0.

ÓN
N1: metástasis en un solo ganglio linfático, 2 cm o T3, N0, M0, S0.
menos en la dimensión mayor.

CI
T4, N0, M0, S0.
 N2: metástasis en un solo ganglio linfático, mayor Etapa IS:

UC
que 2 cm, pero no más de 5 cm en la dimensión Cualquier T, N0, M0, cualquier S.
mayor; o ganglios linfáticos múltiples, ninguno OD Etapa II:
mayor que 5 cm en la dimensión mayor. Cualquier T, N1-3, M0, SX.
PR

 N3: metástasis en un ganglio linfático, más de 5 cm Etapa IIA:


RE

en la dimensión mayor. Cualquier T, N1, M0, S0.


Cualquier T, N1, M0, S1.
SU

Patológica: Etapa IIB:


 N0: no evidencia de ganglios metastásicos.
DA

Cualquier T, N2, M0, S0.


 N1: nódulo igual o menor que 2 cm de diámetro o
Cualquier T, N2, M0, S1.
BI

hasta 5 nódulos no mayores que 2 cm.


Etapa IIC:
I

 N2: nódulos de más de 2 cm, pero menores que 5 cm


OH

Cualquier T, N3, M0, S0.


o más de 5 nódulos mayores que 2 cm.
Cualquier T, N3, M0, S1.

PR

N3: nódulos mayores que 5 cm.


Etapa III:
Cualquier T, cualquier N, M1, SX.
Metástasis distante (M):
Etapa IIIA:
 MX: no se puede evaluar la presencia de metástasis
Cualquier T, cualquier N, M1a, S0.
distante.
 M0: no existe metástasis distante. Cualquier T, cualquier N, M1a, S1.
 M1: metástasis distante. Etapa IIIB:
 M1a: metástasis pulmonar nodal o no regional. Cualquier T, N1-3, M0, S2.
 M1b: metástasis distante, además de las linfáticas y Cualquier T, cualquier N, M1a, S2.
pulmonares no regionales. Etapa IIIC:
Cualquier T, cualquier N, M0, S3.
Marcadores tumorales séricos (S): Cualquier T, cualquier N, M1a, S3.
SX: estudios sobre marcadores no realizados o Cualquier T, cualquier N, M1b, cualquier S.
disponibles.
S0: los niveles de estudio de los marcadores, den- Además de las definiciones de etapas clínicas, la
tro de los límites de normalidad. etapa quirúrgica se puede designar sobre la base de
S1: LDH < 1,5 X N. los resultados de la extirpación quirúrgica y el examen
HCG (UI/mL) < 5 000. microscópico del tejido.
Tumores genitourinarios 221
Etapa I: el cáncer testicular en etapa I está limi- obtenido progreso terapéutico con la radioterapia en
tado al testículo. La invasión de la pared escrotal por el los seminomas puros y la poliquimioterapia en los no
tumor o su interrupción por cirugía previa no cambian seminomas.
la etapa, pero sí aumentan el riesgo de propagación a Cirugía. La orquiectomía por tumor se debe rea-
los ganglios linfáticos inguinales, lo cual se deberá con- lizar siempre al nivel del canal inguinal (anillo interno).
siderar en el tratamiento y el seguimiento. Los pacientes operados incorrectamente (orquiectomía
La invasión de la túnica albugínea del epidídimo escrotal) se exponen a un elevado riesgo de recidiva
y/o el cordón espermático no camb ia la etapa, pero sí en el escroto y metástasis inguinales, ya que permite el
aumentan los riesgos de compromiso ganglionar retro- desarrollo del drenaje linfático de los nódulos de la pel-
peritoneal y de recurrencia. Se corresponde con las vis y la región inguinal.
etapas I y II del sistema de clasificación TNMS. La cirugía puede comprender también la hemies-
Etapa II: el cáncer de testículo en la etapa II abar- crotectomía y/o linfadenectomía inguinal homolateral.
ca todos los casos con nódulos metastásicos retroperi- La linfadenectomía retroperitoneal se puede conside-
toneales, tanto sobre la base clínica como secundario a rar en los tumores germinales que no sean seminomas
la linfadenectomía; incluye el testículo y los ganglios puros o coriocarcinomas puros; también puede ser opor-
linfáticos retroperitoneales o paraaórticos, generalmente tuna en los seminomas anaplásicos, además, se indica
en la región del riñón. El compromiso retroperitoneal en los primeros estadios de los no seminomas.
debe ser caracterizado aún más por el número y tama- En caso de infiltración al pedículo es obligatorio
ño de los ganglios complicados. el vaciamiento iliaco externo. Algunos autores realizan

ÓN
El riesgo de recurrencia aumenta si existen más la cirugía de las masas residuales encontradas des-

CI
de 5 ganglios complicados o si el tamaño de uno o más pués de la quimioterapia. En los últimos años se ha

UC
de estos supera los 2 cm, además de la complicación practicado la cirugía laparoscópica retroperitoneal de
extraganglionar adiposa. Con respecto a la enferme-
OD ganglios metastásicos. Si por alguna razón no fuera
dad voluminosa en esta etapa, se describen ganglios posible resecar todo el tumor, la reducción drástica de
PR
retroperitoneales extensos (> 5 cm), que requieren la masa tumoral (cirugía citorreductora) facilita la ac-
quimioterapia primaria; su pronóstico es menos favo- ción terapéutica de la poliquimioterapia.
RE

rable. Se corresponde con las etapas III y IV del siste- Radioterapia. Es el tratamiento de elección en
SU

ma de clasificación TNMS (no se presenta metástasis los tumores tipo seminoma. En los no seminomas se
distante). puede realizar posoperatoria, en las cadenas linfáticas
DA

Etapa III: implica la propagación más allá de los infradiafragmáticas, aunque se plantea que cuando se
BI

ganglios retroperitoneales, sobre la base del examen aplica inicialmente, puede disminuir hasta 30 % de los
I

físico, radiografías y/o análisis de sangre. La etapa III nódulos retroperitoneales.


OH

se subdivide en etapa III no voluminosa versus etapa En los seminomas en estadio I se han realizado
PR

III voluminosa. En la etapa III no voluminosa, las me- ciclos cortos, con dosis bajas de radioterapia. Se con-
tástasis se limitan a los ganglios linfáticos y el pulmón, traindica en los pacientes que presentan riñón “en
sin una masa mayor de 2 cm de diámetro. herradura”, tumor testicular metacrónico e inflama-
La etapa III voluminosa incluye la complicación ción intestinal.
ganglionar retroperitoneal extensa, más ganglios pul- Quimioterapia. En los últimos años, la introduc-
monares o propagación a otros órganos como el híga- ción de nuevos esquemas de tratamiento ha mejorado
do o el cerebro. Se corresponde con la etapa IV del las posibilidades del control, sobre todo de los no
sistema de clasificación TNMS (metástasis distante). seminomas en fase avanzada, lo que ha permitido una
Tratamiento. Se incluyen, entre otros, la cirugía, mayor supervivencia en un porcentaje considerable de
radioterapia, quimioterapia y el tratamiento por etapas. pacientes. Los fármacos más empleados en los semi-
Principios generales. Se ha demostrado que nomas son cisplatino, bleomicina, etopósido, vinblastina,
todos los tipos histológicos y tumores germinales son actinomicín D, ciclofosfamida, ifosfamida, etcétera.
potencialmente curables. En los pacientes operables Algunos casos reportados en la literatura han sido
radicalmente se adopta una estrategia multidisciplinaria, tratados solo con carboplatino, como única modalidad
sobre la base de factores pronósticos; si el paciente se de tratamiento en el estadio I, aunque los resultados
encuentra en la fase avanzada o hace recidiva des- con cisplatino han sido superiores. El metotrexato es
pués de la cirugía, se realiza poliquimioterapia. Se ha activo en los coriocarcinomas; en los seminomas se
222 Urología

emplean los alquilantes (melfalán, clorambucil, ciclo- nosos) tienen una curación de hasta 70 % con radia-
fosfamida e isofosfamida); también se ha utilizado la ciones, como única modalidad de tratamiento. Estos
adriamicina. últimos también se han tratado con quimioterapia, en
En algunos trabajos se señala que 80 % de las combinación con cisplatino, con muy buenos resulta dos.
metástasis de los tumores de células germinales son Opciones de tratamiento: en los tumores no volu-
curables con quimioterapia. Hoy día el tratamiento de minosos, orquiectomía inguinal radical seguida de ra-
elección es la poliquimioterapia. dioterapia a ganglios linfáticos retroperitoneales y
Tratamiento por etapas. Se describen los semi- pélvicos ipsilaterales.
nomas y no seminomas en las etapas I, II y III. En los tumores voluminosos, orquiectomía inguinal
Seminoma en etapa I. Realizar la orquiectomía radical, seguida de quimioterapia de combinación a base
inguinal radical por vía inguinal, seguida de radioterapia. de cisplatino, o radiación a los ganglios linfáticos abdo-
Algunos autores plantean la aplicación de radio- minales y pélvicos. La recurrencia es mayor después
terapia profiláctica en los ganglios retroperitoneales, de la radioterapia, por ello se recomienda la quimiote-
aunque sean negativos los resultados de la linfografía rapia. También se plantea la aplicación de radiaciones
y la TAC, debido a que puede existir toma ganglionar a las masas residuales de más de 3 cm e, incluso, rese-
oculta, que puede curar con radiación. Los pacientes carlas.
con invasión vascular parecen tener mayor riesgo de No seminoma en etapa II. Este tumor es cura-
metástasis ganglionar. ble en casi 95 %; se realiza la orquiectomía seguida de
El seguimiento se realiza con la determinación la quimioterapia. En ocasiones se diagnostica por una

ÓN
frecuente de marcadores tumorales séricos, rayos X
metástasis que ya fue tratada con quimioterapia, por

CI
de tórax y TAC: durante el primer año cada 6 semanas
ello se debe realizar posteriormente la orquiectomía,

UC
y en el segundo cada 4 meses; luego se disminuye la
para erradicar el tumor primario.
frecuencia. OD Opciones de tratamiento: orquiectomía inguinal
No seminoma en etapa I. Más de 95 % de estos
radical, con resección de los ganglios linfáticos retro-
tumores es curable en dicha etapa. Se realiza la
PR

peritoneales: se lleva a cabo cuando existen menos de


orquiectomía por vía inguinal, con disección de los
RE

6 ganglios positivos (menores de 2 cm de diámetro).


ganglios linfáticos retroperitoneales en los adultos, no
así en los niños. Se sigue mensualmente con marcado- La quimioterapia se reserva para las recaídas. En los
SU

res tumorales y rayos X de tórax en el primer año; en niños no se realiza resección de los ganglios linfáticos
retroperitoneales (Fig. 7.13).
DA

el segundo, cada 2 meses.


Otra opción es la orquiectomía con linfadenec-
BI

La quimioterapia se realiza ante cualquier eviden-


tomía retroperitoneal, seguida de quimioterapia con
I

cia de recurrencia; el mayor porcentaje se presenta en


OH

aquellos con invasión vascular o linfática. Este proce- cisplatino + vinblastina + bleomicina o vinblastina + dac-
dimiento se aplica en 2 ciclos de cisplatino + bleomicina tinomicina + bleomicina + ciclofosfamida + cisplatino;
PR

+ etopósido. Los índices de recidiva son menores de 5 %. puede evitar las recaídas en más de 95 % de los casos.
Aunque estos tumores no son sensibles a la ra- Una tercera modalidad de tratamiento se aplica
dioterapia, algunos autores plantean su valor como tra- cuando el examen físico, linfografía o TAC muestran
tamiento inicial. masas retroperitoneales que, por su tamaño, ofrecen
El seguimiento es de gran importancia, debido a duda de si son resecables o no, de esta manera se
que se han reportado recaídas después de 5 años, en puede realizar la orquiectomía inguinal radical, seguida
pacientes a los que no se les realizó la disección retro- de la quimioterapia, la cual puede ser bleomicina +
peritoneal, seguida de orquiectomía. No es común que etopósido + cisplatino en 3 ciclos o etopósido + cisplatino
después de la orquiectomía los valores de HCG y AFP en 4 ciclos.
se mantengan elevados; si estos aumentan, se debe Existen otras combinaciones para la poliquimio-
sospechar metástasis. terapia: cisplatino + vinblastina + bleomicina (PVB),
Seminoma en etapa II. En esta etapa se dividen vinblastina + dactinomicina + bleomicina + ciclofosfa-
en tumores mayores y menores de 5 cm, según la TAC, mida + cisplatino (VAB VI) y vinblastina + cisplatino +
lo que permite facilitar el tratamiento. En los menores etopósido (VPV).
de 5 cm se logra una curación de hasta 90 %, con Si después de 3 o 4 ciclos de quimioterapia no se
tratamiento único de radioterapia, aunque en algunos obtiene respuesta, se debe realizar la resección quirúr-
estudios se plantea que los mayores de 5 cm (volumi- gica de las masas residuales.
Tumores genitourinarios 223

ÓN
Fig. 7.13. Disección y ligadura alta del cordón espermático.

CI
UC
El seguimiento se realiza mensualmente median-
OD Otras combinaciones de quimioterapia:
te el examen físico, rayos X de tórax y marcadores  Bleomicina + etopósido + cisplatino (BEP): se em-
tumorales. Si estos últimos no regresan a los valores plea en los niños.
PR

normales después de la linfadenectomía, se tratarán  Etopósido + cisplatino (EP): 4 ciclos en pacientes con
RE

con quimioterapia. En ocasiones se pueden predecir pronósticos favorables.


las recaídas, si existe invasión linfática o vascular, aun-  Cisplatino + vinblastina + bleomicina.
SU

que estas sean microscópicas.  Etopósido + ifosfamida + cisplatino (VIP): este ré-
DA

Cuando el teratoma se manifiesta como tumor gimen puede mostrar mayor toxicidad hematológica.
BI

primario, el paciente tiene mayor probabilidad de pre-


I

sentar un tumor residual o carcinoma de los ganglios Es frecuente la presencia de masas residuales
OH

retroperitoneales, comparado con aquel en el que el después de la quimioterapia; algunos recomiendan la


tumor primario es un carcinoma embrionario. La pre- radioterapia o resección en las mayores que 3 cm; sin
PR

sencia de elementos malignos persistentes de células embargo, no se ha demostrado una mejoría significati-
germinales no seminomatosas en el tumor resecado va en la supervivencia después de la quimioterapia en
es una indicación adicional de la necesidad de quimio- combinación a base de cisplatino.
terapia. Bajo evaluación clínica: los pacientes, por lo ge-
Seminoma en etapa III. Generalmente, en esta neral, califican para los mismos ensayos clínicos de
etapa el seminoma es curable. quimioterapia que los que presentan tumores de célu-
Opciones de tratamiento: orquiectomía inguinal las germinales no seminomatosos.
radical, seguida de la poliquimioterapia. Las masas No seminoma en etapa III. Por lo general es
residuales después de la quimioterapia son fibróticas; curable con quimioterapia (70 %); 30 % de los que no
cuando son mayores de 3 cm pueden contener semi noma curan con quimioterapia presentan metástasis viscerales
residual que requieran terapia adicional, sin embargo, y los marcadores tumorales son elevados. La orquiecto-
algunos opinan que las masas residuales no presentan mía se realiza antes de comenzar la quimioterapia; si el
crecimiento. La quimioterapia se realiza con bleomicina diagnóstico se hace mediante la biopsia de las metás-
+ etopósido + cisplatino; también se emplea etopósido tasis y ya se ha comenzado la quimioterapia, se debe
+ cisplatino en 4 ciclos con la misma eficacia y menos realizar la orquiectomía subsecuente, debido a que la
toxicidad que vinblastina + dactinomicina + bleomicina quimioterapia podría no haber erradicado el cáncer
+ ciclofosfamida + cisplatino. primario.
224 Urología

En los pacientes con riesgo desfavorable de tu- el tumor se haga al comienzo o al final de la quimio-
mores de células germinales, el régimen de la dosis de terapia, pues, al parecer, existe una barrera fisiológica
cisplatino a dosis estándar ha demostrado ser el equi- testículo-sanguínea y se ha demostrado una elevada
valente de cisplatino en dosis elevadas, en términos de incidencia (aproximadamente 50 %) de cáncer resi-
la respuesta completa, tasas de curación y superviven- dual en el testículo en retroperitoneo, detectable por
cia, además, pacientes sometidos a reg ímenes de dosis radiografía después de la quimioterapia con cisplatino.
elevadas de cisplatino han experimentado significati- Algunos investigadores sugieren que los niños
vamente más efectos tóxicos. (90 % presenta tumores de saco vitelino), deberán re-
Otros con tumores testiculares de células germi- cibir radiación en las masas residuales después de la
nales no seminomatosos, que presentan un nivel séri co quimioterapia, en lugar de la cirugía.
de la gonadotropina coriónica humana mayor de Los pacientes con metástasis al cerebro, que
presentan recaída después de una respuesta inicial
50 000 UI/mL, al iniciar la terapia con cisplatino (BEP
completa a la quimioterapia, requieren de más qui-
o PVB) presentan HCG elevado al finalizar esta, con
mioterapia, con irradiación simultánea a todo el ce-
un descenso rápido inicial en el HCG, seguido de una
rebro y consideración de extirpaciones quirúrgicas
nivelación.
de lesiones solitarias.
Ante la ausencia de otros signos de progreso se Tratamiento de los tumores no germinales. En
llevan a cabo evaluaciones mensuales. Muchos pacien- los tumores de células intersticiales se indica la orquiec-
tes permanecen libres de enfermedad, sin necesidad tomía radical por vía inguinal, lo que se considera
de terapia adicional. Los que presentan metástasis al

ÓN
suficiente para las formas benignas (representan la
cerebro deberán ser tratados con quimioterapia e irra-

CI
mayoría); el único signo evidente de malignidad son
diación simultánea a todo el órgano. las metástasis, las más frecuentes a linfonódulos re-

UC
Opciones de tratamiento de quimioterapia: gionales, pulmón e hígado.
 Bleomicina + etopósido + cisplatino: en los niños se
OD Los tumores de células de Sertoli representan 1 %
ha empleado un régimen modificado. de los tumores del testículo y casi siempre son benig-
PR
 Etopósido + cisplatino: 4 ciclos en pacientes con pro- nos; la única modalidad de tratamiento es la orquiec-
nóstico favorable.
RE

tomía. Se ha reportado su asociación con el adenoma


 Cisplatino + vinblastina + bleomicina. pituitario, hiperplasia adrenocortical, mixoma cardiaco
SU

 Cisplatino + vincristina + metotrexato + bleomicina y lesiones de la mucosa. En caso de metástasis, estas


+ dactinomicina + ciclofosfamida + etopósido (POMB/ constituyen un signo de malignidad, además de ser
DA

/ACE). resistentes a la radio y quimioterapia; se observan ge-


BI

 Etopósido + ifosfamida + cisplatino. neralmente en los ganglios retroperitoneales y medias-


I

tinales, pulmón, hígado y hueso.


OH

En casos seleccionados, después de la quimiote- En los linfomas y sarcomas de células reticulares


PR

rapia se deberá emplear la cirugía para extraer las se consideran valiosas la radioterapia y la quimiotera pia.
masas residuales, con la finalidad de determinar si to- Cáncer testicular recurrente. La decisión de
davía quedan células tumorales, ya que dicho resulta- tratamiento adicional depende de muchos factores, in-
do indica la necesidad de quimioterapia adicional. La cluyendo el cáncer específico, tratamiento previo, sitio
remoción quirúrgica de masas residuales también es de recurrencia, así como las consideraciones indivi-
necesaria en la prevención del resurgimiento de tera- duales de cada paciente. Los regímenes de rescate,
que constan de ifosfamida, cisplatino y/o etopósido o
tomas y el crecimiento de elementos de células no
vinblastina, pueden inducir a una respuesta completa
germinales, presentes en algunas de estas masas.
en cerca de una cuarta parte de los pacientes.
La presencia de masas iniciales de 3 cm o más
Los que no presentan enfermedad extensa logran
en la TAC (antes y después de la quimioterapia) y de resultados más favorables. Actualmente, este es el ré-
marcadores séricos normales responden al teratoma o gimen estándar de rescate inicial, sin embargo, pocos,
carcinoma residual. Los elementos malignos persisten- si es que algún paciente con tumor de célula germinal
tes en la muestra resecada indican la necesidad de no seminomatoso recurrente de origen extragonadal,
quimioterapia adicional. logre una enfermedad de larga duración, libre de even-
En algunos casos, la quimioterapia se inicia antes tualidades mediante el uso de vinblastina, ifosfamida, y
de la orquiectomía, debido a la gravedad de las metás- cisplatino, si su enfermedad presentó recidiva después
tasis; se recomienda que la orquiectomía para eliminar de recibir un régimen inicial de etopósido y cisplatino.
Tumores genitourinarios 225
También se ha utilizado la quimioterapia en dosis En los últimos años, la supervivencia relacionada
elevadas con trasplantes de médula ósea autólogo, que con los no seminomas ha mejorado, debido a la quimio-
ha mostrado algún éxito en caso de enfermedad re- terapia con base de cisplatino; esta depende también
fractaria. del estadio, tratamiento adecuado, volumen de las me-
Se pueden alcanzar remisiones completas en 10 a tástasis y de su localización, además de la existencia
20 % de los pacientes con enfermedad resistente a los de marcadores biológicos, que influyen en la inciden-
tratamientos a base de cisplatino, que son tratados con cia de la remisión completa y, por consiguiente, sobre
dosis elevadas de carboplatino y etopósido, y con tras- la supervivencia.
plante autólogo de médula ósea. En general, los pacien- Si los valores de AFP y HCG son normales, la
tes con tumores progresivos durante el tratamiento de remisión completa es de 90 %; si se encuentran eleva-
vanguardia o de rescate y aquellos con tumores de dos, es de 40 %. Estos tumores se pueden clasificar en
células germinales refractarios mediastínicos, no pa- alto y bajo riesgo, según la invasión vascular diagnosti-
recen beneficiarse lo mismo con quimioterapia de dosis cada durante la cirugía; en los de alto riesgo el pronós-
elevadas o con trasplante de médula, o sea, autólogo, tico se ensombrece en relación con los de bajo riesgo,
como los que recaen después de u na respuesta. aunque se acepta que el cáncer de testículo puede ser
En algunos pacientes bien seleccionados, con curado aun en presencia de metástasis.
enfermedad resistente a la quimioterapia confinada a El número y el tamaño de los nódulos retroperi-
un solo sitio, la resección quirúrgica puede proveer su- toneales encontrados en la linfadenectomía es importan-
pervivencia libre de enfermedad a largo plazo. La elec- te. Estudios realizados muestran que la presencia de
más de 6 nódulos tiene 35 % de posibilidades de en-

ÓN
ción de cirugía de rescate versus trasplante de médula
ósea autólogo para enfermedad refractaria se basa en fermedad recurrente con nódulo s menores que 2 cm y

CI
la resecabilidad del número de sitios de enfermedad sin evidencia de extensión extranodal, lo que puede au-

UC
metastásica y el grado en que el tumor es refractario a mentar a 50 % si la extensión retroperitoneal es mayor.
cisplatino. Se plantea que el etopósido oral de manteni-
OD La metástasis a pulmón durante el diagnóstico es
miento diario (de 21 a 28 días) puede beneficiar a los un factor adverso, pero, sobre todo, el pronóstico em-
peora cuando inicialmente se observa metástasis a hí-
PR
pacientes que logran una remisión completa después
de la terapia de rescate. gado y sistema nervioso.
RE

Un caso especial de recaída tardía puede ocurrir La supervivencia de los pacientes con tumores
de testículo depende del momento en que se realiza el
SU

2 años después de lograr una remisión completa; esta


diagnóstico inicial (estadio inicial) y la conducta tera-
población representa menos de 5 % de los pacientes
DA

péutica; la toxicidad de la quimioterapia se considera


que están en remisión completa después de 2 años.
secundaria, si se tienen en cuenta los beneficios que
BI

Los resultados con quimioterapia son pobres en este


esta aporta.
I

subconjunto y el tratamiento quirúrgico parece ser su-


OH

Factores pronósticos generales para los tumores


perior, si es factible técnicamente. Lo anterior se fun-
de células germinales:
PR

damenta en que el teratoma puede ser susceptible a la


 Presencia de trofoblastos en el tumor primario (buen
cirugía durante la recaída y también tiene un mejor
pronóstico).
pronóstico después de una recaída tardía que el carci-  Invasión vascular en el tumor primario (mal pronós-
noma. El teratoma es un subtipo histológico relativa- tico).
mente resistente, por lo que la quimioterapia puede no  Niveles de AFP mayor de 1 000 UI/L (mal pronósti-
ser apropiada. co).
Las pruebas clínicas son apropiadas y deberán  Niveles de HCG mayor de 10 000 UI/L (mal pro-
considerarse siempre que sea posible; se incluyen los nóstico).
estudios en las fases I y II para los pacientes que no  Número y tamaño de las metástasis pulmonares.
logran una remisión completa con la terapia de induc-  Vida media prolongada de los marcadores tumorales
ción o después del tratamiento con etopósido y cispla- (mal pronóstico).
tino en su recaída inicial o para los que tienen una
segunda recaída. En los estadios avanzados de los tumores de cé-
Pronóstico. En los seminomas la supervivencia lulas germinales se consideran como mal pronóstico:
se relaciona directamente con el estadio y el tratamien-  Masa tumoral retroperitoneal mayor de 10 cm.
to impuesto y no con la diseminación de la neoplasia Masa tumoral mediastinal mayor de 5 cm.
primitiva. La radioterapia en los primeros estadios per-  Metástasis ósea, hepática o cerebral.
mite una supervivencia de más de 95 % en 5 años.  Más de 15 metástasis pulmonares.
226 Urología

Pedro Molina Boronat

Los tumores de epidídimo son muy raros, aunque las veces solo se encuentra una formación densa en el
la mayoría (más de 80 %) son benignos; entre los más epidídimo.
frecuentes se encuentran los adenomatoideos. Pue- Diagnóstico. Se basa en el cuadro clínico y el
den originarse a partir de estructuras epiteliales o del examen físico, y se apoya en algunos estudios comple-
tejido conjuntivo. Las metástasis de otros tumores al mentarios como el ultrasonido y el ultrasonido Doppler;
epidídimo son muy raras, aunque en la literatura se han en algunos casos se realiza TAC y RMN, pero en
reportado varios casos, sobre todo provenientes del muchas ocasiones el diagnóstico solo se establece con
aparato digestivo (estómago, páncreas, etc.); también el resultado de la histología.
existen reportes de metástasis de próstata. Tratamiento. Consiste en la epididimectomía
Cuadro clínico. Se caracterizan por el aumento en los tumores benignos, incluso, en algunos centros
de tamaño del epidídimo, no doloroso, aunque el pa- se ha realizado la exéresis de la tumoración; si no se

ÓN
ciente, en ocasiones, puede referir molestias o ligero está seguro de que es benigno, se debe realizar biop-

CI
dolor; otras veces se presenta un pequeño hidrocele sia por congelación; si esta refiere que su naturaleza
que puede acompañar la enfermedad, al igual que en es maligna, se procede a la orquiectomía y luego se

UC
los tumores de testículo; en ocasiones son pequeños y
OD complementa con la radioterapia a los ganglios
asintomáticos. linfáticos regionales y quimioterapia, según la natura-
Examen físico. Es difícil diferenciar el tumor del leza del tumor. El pronóstico no es bueno en los tu-
PR

epidídimo, como también es difícil hacer el diagnóstico mores malignos; su propagación ocurre por las vías
RE

diferencial con epididimitis inespecífica, epididimitis linfática y venosa, lo cual, en caso de aparecer, em-
tuberculosa, quistes de epidídimo, etc.; la mayoría de peora el cuadro de la enfermedad.
SU
DA
BI
I
OH

Pedro Molina Boronat


PR

Los tumores del pene se presentan con muy poca raros; en la práctica, algunos autores los consideran
frecuencia; las neoplasias son las más comunes; se como curiosidades médicas.
desarrollan generalmente en el epitelio de revestimien- Los tumores benignos más frecuentes son los
to. Los tumores benignos son muy raros; así mismo, papilomas epiteliales, que se clasifican en condiloma
también existen varias entidades nosológicas que se acuminado y papiloma simple.
encuentran en una zona intermedia y se denominan
lesiones precancerosas.
Lesiones premalignas
Lesiones benignas En el pene pueden ocurrir cambios epiteliales
displásicos, relacionados con la génesis del cáncer;
En el pene se pueden encontrar lipomas, neuro- entre estas entidades se encuentran la leucoplaquia,
mas, fibromas y angiomas, pero son extremadamente eritroplasia de Queyrat, enfermedad de Bowen y papu-
Tumores genitourinarios 227
losis bowenoide. No se han aclarado sus causas, sin esmegma, llegando a considerar la circuncisión como
embargo, en varios estudios estas lesiones se han ident i- una acción profiláctica, ya que evita la acumulación de
ficado meses o años antes de presentarse el carc inoma esta sustancia en el surco balanoprepucial, sin embar-
invasor evidente. En 80 % de los casos se encuentra el go, varios autores coinciden en que la circuncisión es
ADN del VPH, sobre todo los tipos 16 y 18. preventiva cuando se realiza en la etapa neonatal, no
Leucoplaquia. Se considera que depende de la así en la adultez o la pubertad.
irritación persistente y crónica; se caracteriza por un En estudios realizados, el prepucio se clasifica en:
engrosamiento blanco perlado de la mucosa, que al  Largo: cuando cubre el glande completamente.
microscopio se observa como una hiperqueratosis, en-  Medio: el orificio prepucial se encuentra entre el
grosamiento epitelial, acantosis displásica epitelial e meato uretral y la corona del glande.
inflamación crónica del tejido, sin invasión al tejido ce-  Corto: el prepucio se encuentra entre la c orona y
lular subcutáneo. el surco coronal.
Eritroplasia de Queyrat. Aparece en el glande
y el prepucio, en forma de placas únicas o múltiples, Se ha demostrado que 77 % de la población mas-
rojas y brillantes, en ocasiones aterciopeladas ; bien culina tiene un prepucio largo y solo 7 % presenta
limitado y endurecido, aunque se puede ulcerar y aso- fimosis. Otros plantean que 78 % de los pacientes con
ciar con dolor y secreciones, hasta convertirse en car- cáncer tiene el prepucio largo y 52 % presenta fimosis;
cinoma infiltrante. En ocasiones existe n antecedentes se concluye que el prepucio largo puede ser un requisi-
de dermatitis del pene. to, pero no una condición para el cáncer.

ÓN
Enfermedad de Bowen. Es más frecuente en- Existe una gran relación entre la mala higiene

CI
tre los 30 y 35 años de edad; puede afectar la piel del personal y la aparición del cáncer de pene, porque fa-
vorece los procesos inflamatorios crónicos como las

UC
pene y el escroto, y se caracteriza por una placa solita-
ria, opaca y engrosada, de color blanco-grisáceo, que
OD balanitis, balanopostitis, etcétera.
aparece superficialmente ulcerada y c ostrosa. Con el Se ha reportado la asociación entre cáncer de
paso de los años puede adquirir carácter invasor y pene y carcinoma cervical en las parejas sexuales, al
PR

transformarse en un carcinoma epidermoide típico (en parecer relacionada con la infección por VPH, ya que
RE

10 % de los casos). provoca alteraciones en la diferenciación de las célu-


Papulosis bowenoide. Se presenta en el adulto las epiteliales, aunque no está totalmente demostrada
SU

sexualmente activo. Con frecuencia se registra inmuno- la transmisión sexual.


DA

supresión y otras veces, evidencia de infecciones por Muchos autores plantean que la infección por
VPH no es suficiente para la transformación maligna,
BI

VPH. A diferencia de la enfermedad de Bowen, se


de modo que este elemento, unido a otros factores can-
I

presenta en pacientes más jóvenes y las lesiones


OH

(papulosas y pigmentadas) son numerosas, de color cerígenos, como el hábito de fumar, puede aumentar el
pardorrojizas; en ocasiones son lesiones verrugosas que riesgo de cáncer de pene.
PR

se pueden confundir con el condiloma acuminado; prác- Cuadro clínico. Se caracteriza por su afecta-
ticamente no se convierten en carcinoma infiltrante. ción al prepucio y el glande, donde se nota un creci-
La mayoría de los autores emplea el término miento verrugoso, vegetante, como fungosidades sésiles
enfermedad de Bowen para el carcinoma in situ y o incluso pediculadas, o una lesión ulcerada con base
eritroplasia de Queyrat para las lesiones benignas, que elevada, de manera irregular, generalmente indolora,
afectan la mucosa y el glande. excepto cuando existe infección secundaria. Su locali-
zación en el cuerpo del pene es muy rara; en muchos
casos el prepucio no se retrae (fimosis adquirida), por
Cáncer de pene lo que las lesiones primitivas pueden pasar inadverti-
das; si se acompañan de infección, puede haber
Al parecer, su causa más común es la inflama- secreciones.
ción crónica del prepucio y del glande por infección; En muchos casos las primeras manifestaciones
también se señalan los efectos irritativos del esmegma, son dolor durante las relaciones sexuales o en la erec -
lo que ha sido demostrado por su frecuente asociación ción; el escozor y los dolores en la micción son menos
con la fimosis congénita (de 60 a 80 % de los pacien- frecuentes y aparecen cuando la uretra o el meato son
tes diagnosticados con cáncer de pene), además, se invadidos por el tumor. Muchas veces su crecimiento es
han confirmado las propiedades cancerígenas del lento y con frecuencia tiene más de 1 año de evolución.
228 Urología

Algunos estudios señalan que 30 % de los casos se  Urograma descendente: solo es útil en caso de que
diagnostican tardíamente, debido a la escasez de sínto- se acompañe de repercusión del tracto urinario su-
mas iniciales. perior.
Cuando el tumor comprime el canal urinario se  Uretrografía: muestra la toma de la uretra por el tu-
originan alteraciones de la micción, la cual se carac- mor, con la consecuente obstrucción o fístula.
teriza por un chorro fino y débil, llegando, incluso, a  Linfografía: es importante para determinar los gan-
provocar fístulas urinarias. A pesar de la destrucción glios linfáticos con metástasis, aunque no es capaz
de tejido, las hemorragias se presentan con poca fre- de discriminar entre ganglios inflamatorios o metas-
cuencia y cuando aparecen son insignificantes; se han tásicos.
reportado casos de autoamputación del pene y de pria- TAC y RMN: muestran la presencia de metástasis a
pismo. ganglios linfáticos o a otros órganos distantes.
Aproximadamente entre 30 y 50 % de los casos
presentan adenopatías inguinales, que desaparecen Diagnóstico. El diagnóstico definitivo solo es
después de 4 o 6 semanas de tratamiento con antibió- posible mediante la biopsia, la cual será realizada a
tico; si estas persisten se debe realizar biopsia. Las todo caso sospechoso; esta se puede hacer con anes-
adenopatías metastásicas pueden ser móviles o fijas tesia local. Cuando no sea posible retraer el prepucio
en el momento del diagnóstico, sin embargo, en la ma- (fimosis), se debe realizar la circuncisión y biopsia del
yoría de las adenopatías sospechosas de metástasis la tejido resecado; en los nódulos encontrados se realiza-
histología muestra un cuadro inflamatorio. rá BAAF.

ÓN
Clasificación TNM:
En etapas avanzadas, estas adenopatías pueden

CI
 Tis: carcinoma preinvasivo ( in situ).
ser muy grandes, ulcerarse a través de la piel y san-
 T0: no evidencia de tumor primitivo.

UC
grar. Generalmente afectan los linfonódulos inguino-
 T1: tumor menor que 2 cm, absolutamente superfi-
femoral y los situados al nivel de los vasos iliacos; en
OD cial o exofítico.
otras ocasiones se localizan en la región suprapúbica.
 T2: tumor mayor que 2 cm, pero menor que 5 cm, o
PR

En 20 % de los pacientes que no presentan


tumor con grado mínimo de infiltración; invade teji-
RE

adenopatías palpables, en el momento del diagnóstico do conectivo subepitelial.


se encuentran ocultas, por lo que se ha utilizado la  T3: tumor mayor que 5 cm o con infiltración profun-
SU

escintigrafía para su diagnóstico. Las metástasis a ór- da que compromete la uretra, cuerpo cavernoso o
ganos distantes no son frecuentes.
DA

esponjoso.
Estudios de laboratorio. Se puede presentar  T4: tumor que infiltra estructuras adyacentes.
BI

anemia, sobre todo en las etapas tardías; los leucocitos  N0: no evidencia de afectación a ganglios linfáticos
I
OH

pueden estar aumentados, si se asocia a una infección; regionales.


la eritrosedimentación puede estar acelerada en casos  N1: afectación a ganglios linfáticos regionales, unila-
PR

avanzados, también puede estar alterada la función terales y móviles.


renal, cuando hay compromiso uretral con repercusión  N2: afectación a ganglios linfáticos regionales, bila-
en los riñones. terales y móviles.
La fosfatasa alcalina se eleva si existe metásta-  N3: afectación a ganglios linfáticos regionales fijos.
sis ósea. Cuando se acompaña de fimosis la orina mues-  NX: ausencia de requisitos mínimos para definir el
tra bacterias, pus o hematíes. Es posible realizar otros estado de los linfáticos regionales.
estudios de laboratorio en dependencia del cuadro clí-  M0: no evidencia de metástasis.
nico y los criterios del médico.  M1: metástasis a distancia.
Estudios imagenológicos:  M2: ausencia de requisitos mínimos para definir la
 Ultrasonido: muestra si existen alteraciones renales, presencia de metástasis a distancia.
vesicales, hepáticas o en ganglios paraaórticos. Es-
tos estudios se realizan al nivel del pene para deter- Otros autores los clasifican por etapas:
minar la profundidad de los tumores en los cuerpos  Etapa A: lesión limitada al glande o el prepucio.
cavernosos.  Etapa B: tumor que invade la diáfisis del pene y los
 Rayos X de tórax: son de gran importancia preopera- cuerpos cavernosos. No afecta los ganglios linfáticos.
toria porque ponen en evidencia la metástasis pul-  Etapa C: tumor que invade la diáfisis del pene y afecta
monar. los ganglios linfáticos, operables.
Tumores genitourinarios 229
 Etapa D: ganglios linfáticos inguinales, con metásta- En algunas instituciones se utiliza el diagnóstico con
sis inoperables y metástasis a distancia. imagen fluorescente para seleccionar el sitio de toma
de biopsia.
Diagnóstico diferencial. Se realiza con el chan- Se basa también en procedimientos quirúrgicos,
cro sifilítico, ya que este puede simular un epitelioma radioterapia, quimioterapia y sus combinaciones; este
pequeño ulcerado. El estudio de campo oscuro muestra depende de la extensión primaria y del estado de los
la presencia de Treponema pallidum. Si aún persiste nódulos regionales.
la duda, se indica la biopsia; también hay que diferen- Existen estudios en los cuales se ha utilizado el
ciarlo con el chancro blando. Las pruebas de fijación tratamiento local con cremas de imiquimod 5 % o 5 fluo-
del complemento o el hallazgo de Haemophilus ducrayi racilo en los tumores pequeños (en estadios iniciales)
en el frotis de la lesión establecen el diagnóstico. durante 8 a 10 semanas; otra modalidad en estos ca-
Otras afecciones con las que se diferencian son sos es la crioterapia.
el condiloma acuminado, eritroplasia de Queyrat, bala- Cirugía. La amputación parcial del pene se rea-
nopostitis erosiva, acantoma, quistes sebáceos del liza cuando la lesión se encuentra al nivel del surco
prepucio en fase inflamatoria supurativa, lesiones tu- balanoprepucial. Este procedimiento se considera correcto
berculosas, etcétera. cuando se practica por lo menos a 2 cm por encima del
Complicaciones. La forma ulceroinfiltrante tien- tumor (margen quirúrgico). La amputación total del pene,
de a extenderse muy rápidamente, destruye el glande realizada al nivel de su base, se reserva para los casos
y el prepucio, y se acompaña de infección y necrosis; en que el tumor afecta los cuerpos cavernosos o gran

ÓN
también invade los cuerpos cavernosos del pene y la parte de los tejidos de recubrimiento.

CI
uretra. La forma vegetante puede recubrir más o me- Muchas veces la tumoración es pequeña, limita-
nos rápidamente todo el órgano y acompañarse tam- da al prepucio, y la circuncisión es suficiente. Si se

UC
bién de infecciones secundarias, pero la invasión a
OD presenta invasión a la piel escrotal, se realiza la
cuerpos cavernosos es mucho menos frecuente. emasculación, en la cual, además de proceder a la am-
Generalmente las metástasis ocurren por vía putación total del pene, se extirpan en bloque las bol-
PR

linfática hacia los ganglios regionales (inguinales) y solo sas escrotales. Existen estudios que plantean que las
RE

algunas veces infiltran los ganglios iliacos; la invasión recaídas locales se pueden salvar con la amputación
a estos ganglios es más frecuente en la forma ulcero- parcial o total del pene, sin afectar el pronóstico.
SU

infiltrante. Linfadenectomía femoroinguinal. Se debe rea-


DA

Según progresa la enfermedad, se puede presen- lizar de forma bilateral, siempre que sea posible, ya
BI

tar la deformidad del pene, hasta quedar destruido en que se ha demostrado la presencia de anastomosis
I

muchos casos, lo que hace difícil de reconocer los cruzada. Varios autores la realizan algunas semanas
OH

diferentes elementos de este órgano. Se presentan com- después del tratamiento quirúrgico del tumor primitivo,
plicaciones sépticas y hemorrágicas; si invade la ure- además del tratamiento con antibióticos, sobre todo en
PR

tra, dificulta la micción. pacientes que tienen infección de la lesión, sin embar-
Las metástasis a distancia son raras, pero se pue- go, la mayoría de los autores coincide en que el pro-
den encontrar en el pulmón y el hígado. Los carcinomas nóstico mejora cuando se realiza de forma primaria y
indiferenciados presentan una evolución más rápida y no cuando aparecen nódulos positivos. Cuando se pre-
la forma vegetante, una evolución clínica más lenta. senta metástasis avanzada, no tiene valor la extirpa-
Tratamiento. El tratamiento profiláctico es de ción de los ganglios linfáticos.
gran importancia. La circuncisión se debe practicar en Radioterapia. Se indica fundamentalmente en los
todos aquellos casos en los que la retracción total del carcinomas de pene, de pequeñas dimensiones, no
prepucio sea difícil de realizar. Se debe tener presente invasivos, sobre todo en pacientes jóvenes; también se
que mientras más joven es el paciente al realizar la lleva a cabo en pacientes con recidiva posquirúrgica o
circuncisión, mayor será la prevención del cáncer; así en las adenopatías regionales inoperables, como medi-
mismo, mantener una higiene adecuada es importante das paliativas. En ocasiones esta puede producir necrosis
para evitar este tipo de tumor; también es necesario o estenosis de la uretra.
prevenir y tratar correctamente las balanopostitis. Es importante realizar previamente la circunci-
Es importante señalar que antes de indicar el tra- sión, para minimizar la morbilidad de la radiación aso cia-
tamiento se deberá tomar una muestra para biopsia, en da con la celulitis del prepucio. En lesiones superfi ciales
la cual se establezca el diagnóstico positivo del cáncer. se ha empleado la radioterapia superficial (en dosis de
230 Urología

40 a 60 Gy), con buenos resultados. Existen técnicas  Radioterapia: superficial o profunda sobre la lesión
de braquiterapia, con implantación de agujas de radio, primaria; existen trabajos de tratamiento conserva-
en tumores pequeños. dor con braquiterapia.
Láser. Es otra modalidad del tratamiento empleado  Quimioterapia: se utiliza con mayor frecuencia la
bleomicina (10 mg/m 2 i.v.), 2 veces por semana; do-
en los tumores superficiales. Algunos autores plantean
sis máxima 300 mg.
que en el estadio I es comparable con la cirugía par cial.
Quimioterapia. El fármaco más utilizado es la Se puede utilizar una de estas opciones o sus com-
bleomicina, aunque es bastante tóxico y en ocasiones binaciones.
causa fibrosis pulmonar; se han observado regres iones Etapa II: T 1N1M0 T2N0M0:
de hasta 40 %; también se han utilizado otros medica-  Cirugía: amputación parcial del pene.
mentos como el cisplatino, metotrexato, ciclofosfamida,  Radioterapia: sobre las regiones inguinales, al igual
vincristina, ifosfamida, 5 fluoracilo, etc. Lo más acep- que en la etapa I, se realiza tratamiento con braqui-
tado actualmente es la poliquimioterapia. terapia de forma conservadora.
Estudios recientes han incluido el tratamiento con  Quimioterapia: monoterapia con bleomicina, cisplatino
paclitaxel, docetaxel, gencitabina y vinorelbine, debido o metotrexato, o poliquimioterapia asociando la
bleomicina con otros fármacos, por ejemplo, bleomi-
a que estos últimos han tenido buen resultado en el
cina + cisplatino; ciclofosfamida + bleomicina + cispla-
tratamiento de los tumores del cérvix y el cuello uter ino. tino; cisplatino + 5 fluoracilo.
En algunas instituciones se realiza el tratamiento

ÓN
conservador con infusión intraaorta abdominal con Dosis:

CI
metotrexato (en dosis de 50 mg diarios) durante 10 días.  Cisplatino: 100 mg/m 2 cada 21 días, 5 ciclos.
Metotrexato: 250 mg/m 2 cada 15 días, 7 ciclos.

UC
Se plantea como ventaja de esta modalidad que eleva
la concentración del medicamento en el área pelviana OD  5 fluoracilo: 960 mg/m 2/día, durante 4 días.
y el pene, además de evitar la falectomía.  Ciclofosfamida.
PR
Algunos pacientes con criterio de inoperables o
metástasis recurrentes han sido tratados con interferón Etapa III: T 1N2M0 T2N2M0 T3N1-2M0:
RE

 Cirugía: amputación parcial del pene, vaciamiento


alfa-2 (en dosis de 3 mu/día hipodérmico) durante 8 se-
ganglionar inguinal (linfadenectomía iliofemoroingui-
SU

manas, pero su eficacia es baja.


nal), de acuerdo con el estado general del paciente y
Tratamiento por etapas:
DA

las características de las adenopatías (Figs. 7.14, 7.15


Etapa I: T 1N0M0: y 7.16).
BI

 Cirugía: exéresis de la lesión con margen oncológico;  Radioterapia: sobre la región inguinal o el tumor pri-
I
OH

si la lesión se localiza en el glande, se recomienda la mitivo y en la región inguinal, si el tumor primitivo no


amputación parcial del pene. puede ser operado.
PR

Fig. 7.14. Técnica de falectomía parcial.


Tumores genitourinarios 231

Fig. 7.15. Técnica de falectomía total.

ÓN
CI
3. Cuando se realiza la amputación parcial del pene,

UC
queda la opción de aplicar la quimioterapia como
OD único tratamiento.
4. Vaciamiento ganglionar inguinal: debe incluir los
PR

ganglios iliopélvicos y femorales, de ser posible


RE

(Fig. 7.17).
SU
DA
BI
I
OH

Fig. 7.16. Emasculación.


PR

Etapa IV: T 4 Cualquier N M 1:


 Radioterapia: sobre el tumor primario, las regiones
inguinales o regiones con metástasis a distancia, en
dependencia del estado del paciente, tipo de metás-
tasis, localización y número de estas.
 Quimioterapia: con 5 fluoracilo, cisplatino o meto-
trexato mono o poliquimioterapia, en dependencia del
estado general del paciente y del estado hematológico.

Recomendaciones para el tratamiento del cáncer


de pene:
1. Estadio II: radioterapia como tratamiento profilác-
tico de las metástasis.
2. Se debe combinar la quimioterapia con el trata-
miento quirúrgico; si existen ganglios inguinales
positivos, se debe realizar, siempre que sea posi-
ble, el vaciamiento inguinal. Fig. 7.17. Drenaje linfático.
232 Urología

Con respecto a las metástasis, las más frecuen- Si se encuentran metástasis a distancia, el pro-
tes son a los ganglios regionales y retroperitoneales, nóstico es muy malo y las recidivas locales lo ensom-
aunque en raras ocasiones se pueden encontrar en brecen mucho más. El inicio precoz del tratamiento
pulmón, próstata, etcétera. con radioterapia, asociado a la quimioterapia en los
Pronóstico. Depende del estado clínico, grado y estadios iniciales, puede mejorar el futuro de estos pa-
clasificación TNM en el momento del diagnóstico.
cientes. La calidad de vida y la supervivencia requie-
Cuando el tumor es pequeño, localizado en el pene y
ren de la incorporación de modalidades múltiples en el
no hay metástasis (estadio I), la supervivencia en 5 años
es de 80 a 90 %; si el tumor invade la diáfisis del pene tratamiento.
y los cuerpos cavernosos (sin afectar los ganglios), la Se han descrito otros tipos de tumores en el pene,
supervivencia es de 70 % y si hay metástasis ganglionar entre los que se encuentran los linfomas, melanomas,
es solo de 25 %. mesoteliomas, etc. Estos son extremadamente raros.

Antonio Rivero Alvisa

ÓN
CI
UC
Hiperplasia prostática benigna conectivo y las fibras musculares lisas rodean y con tie-
OD nen las glándulas, sin que exista una cápsula verdadera.
Como su nombre lo indica, la hiperplasia prostática La glándula ocupa la porción más profunda de la
PR

benigna (HPB) es un crecimiento benigno de la glán- pelvis, por detrás del pubis y por delante del recto, se-
parada de este por la fascia de Denonvilliers y en con-
RE

dula prostática que, dada su ubicación anatómica, oca-


siona síndrome urinario obstructivo bajo, conocido como tacto lateral con los elevadores del ano, al nivel de su
SU

prostatismo. Esta afección tiene una elevada inciden cia vértice. Rodea al cuello vesical y la uretra posterior
de consulta médica en los hombres mayores de 50 años. que, en este segmento, recibe el nombre de uretra
DA

prostática; a este nivel recibe en el veromontanum los


Se denomina HPB a una tumoración benigna,
BI

2 conductos eyaculadores que atraviesan la glándula.


originada en el tejido prostático. Histológicamente está
I

El vértice de la próstata se encuentra en íntima rela-


compuesta por tejido epitelial glandular, tejido muscu-
OH

ción con el esfínter estriado de la uretra, en el suelo


lar y conectivo de la propia glándula. Su forma más
pelviano (Figs. 7.18 y 7.19).
PR

común, de acuerdo con su histología, es la fibromio-


La uretra posterior, por tanto, atraviesa la glán-
adenomatosa, pero puede haber predominio de cual- dula desde la base hasta el vértice, pero no hacia el
quiera de sus 3 componentes: recuento embriológico, centro, sino muy anteriormente, de forma tal que la
histológico y anatómico. mayor parte de la glándula queda situada a los lados y
La próstata se deriva del seno urogenital, específi- por detrás de la uretra. Clásicamente se han defini-
camente de la uretra posterior, tanto por arriba como do 2 lóbulos laterales: un lóbulo posterior, un lóbulo
por debajo de la desembocadura de los conduc tos anterior y uno subcervical o medio.
de Wolff en el futuro veromontanum, de donde se pro- De acuerdo con McNeal se señalan diferentes
ducen racimos de glándulas agrupadas en lóbulos y r o- zonas: periférica, transicional, central y anterior. La
deadas de estroma fibromuscular, sin cápsula definida. zona anterior, de constitución fibromuscular, preferen-
En la glándula prostática del adulto se pueden dis- temente; la periférica, de glándulas multiacinares, con
tinguir glándulas periféricas multiacinares, con conduc- conductos largos y comunes; la zona central, con glán-
tos largos y comunes que drenan en la uretra prostática, dulas pequeñas que drenan directamente en la uretra,
y glándulas periuretrales que drenan directamente en y la zona de transición, entre esta y la periférica, donde
la uretra al modo de las glándulas uretrales. El estroma presumiblemente se origina la HPB (Fig. 7.20).
Tumores genitourinarios 233

Fig. 7.18. Relación de la próstata con estructuras vecinas.

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 7.19. Vista sagital de la próstata.


234 Urología

Fig. 7.20. Zonas de la próstata de acuerdo con Mc Neal.


Leyenda: zona central: C; zona de transición: T y zona periférica: P.

ÓN
CI
UC
La próstata alcanza su tamaño definitivo al finalOD genos/andrógenos, alterada en el hombre a medida que
de la pubertad, entre los 18 y 20 años aproximadamen- envejece, pueda ser el factor causal de la HPB.
te, y llega a tener de 14 a 26 g. Este disbalance parece estar más relacionado con
PR

Etiopatogenia. El origen de la HPB parece es- el aumento de los estrógenos, por aromatización de los
RE

tar bien definido en la porción craneal de la glándula, andrógenos en el tejido graso y una escasa cantidad
por delante del veromontanum y de los conductos suprarrenal y del propio testículo, que por la caída de la
SU

producción de andrógenos en el hombre después de


eyaculadores, a expensas de las zonas de transición y
los 50 años.
DA

central, donde originalmente se forman los nódulos que


El aumento relativo de los estrógenos eleva la
BI

crecerán y rechazarán al resto de la glándula hacia la producción de prolactina y esta, a su vez, permeabiliza
I

periferia, para constituir la cápsula quirúrgica. la entrada de los andrógenos a las células prostáticas,
OH

Según McNeal se producen glándulas nuevas a lo que serviría para la activación del sistema testosterona
PR

partir de conductos preexistentes, no desarrollados en (T)-dihidrotestosterona (DHT).


las zonas de transición y central, en el caso del lóbulo Por otra parte, existen estudios que plantean la
medio, lo que provoca la formación de nódulos de teji- existencia de mayores concentraciones de DHT en el
do conectivo y muscular, con el rechazamiento ya se- tejido prostático hiperplásico, en comparación con el
ñalado del resto de la glándula. Todavía se discute si el normal, pero esta afirmación ha sido negada por otras
crecimiento es originalmente epitelial (glandular) o i n v e s in vivo. Sin embargo, en un estudio
t i g a c i o n e s

conectivo (estroma), aunque existen evidencias de que realizado a pacientes con seudohermafroditismo mas-
el factor inicial es el estroma. culino, caracterizado por genitales ambiguos, hipos-
A continuación se describen las teorías que tra- padias y testis no descendidos en algunos, se encontró
un déficit de 5 alfa reductasa, lo que impide el paso de
tan de explicar el por qué de esta hiperplasia.
la T a la DHT.
Teorías hormonales. Se conoce, de antaño, que
En estos enfermos, además, no se desarrolla la
para que aparezca la HPB ha de haber testículos próstata. Es de suponer que la DHT es necesaria para
funcionantes, además de una edad determinada. Tam- el crecimiento de este órgano y, por tanto, para el de-
bién es conocido que los eunucos prepuberales no de- sarrollo de la HPB. La relación T/DHT, que puede
sarrollan la próstata y por tanto no padecen de HPB. alterarse con el envejecimiento, a expensas de la pro-
Más aún, la castración quirúrgica disminuye el volu- ducción menor de T, se debe tener en cuenta como
men de la HPB. Se ha invocado que la relación estró- factor causal de la HPB.
Tumores genitourinarios 235
Teoría de células madre o de reserva. Se basa Entre los asiáticos (raza amarilla) existe una inci-
en células que tienen la capacidad de reproducirse en dencia menor de HPB, comparada con los europeos y
momentos determinados, sin necesidad del influjo americanos. En África, aunque los estudios son con-
androgénico, y son capaces de dar lugar a células de tradictorios y muchos de estos no presentan una ver-
amplificación, las cuales, por estímulo androgénico, dadera base estadística, se afirma que existe una ele-
pasan a ser las células de transición, que son la mayo- vada incidencia entre los negros; sin embargo, en Sudán
ría en la próstata. Este mecanismo, sin embargo, no se señala una elevada incidencia al norte, donde existe
parece explicar todo el desarrollo de la HPB, pues solo el mestizaje con árabes, y escasa presencia en el sur,
produciría una verdadera hiperplasia global. donde predominan los nativos. En América, los estu-
Teoría de la interacción estroma-epitelio. De dios entre blancos y negros no demuestran diferencias
acuerdo con McNeal, pequeños daños sufridos duran- significativas; el mestizaje conspira contra este tipo de
te la micción, la eyaculación o por infecciones, son estudio.
capaces de provocar el redespertar de células peri - Factores de riesgo. Entre los factores de ries-
uretrales que se reproducen y dan lugar a la formación go, el primer lugar lo ocupa el envejecimiento. La
de nódulos de tejido conectivo, que serían el origen de vasectomía ha sido motivo de estudios y comparacio-
la HPB. nes con grupos no vasectomizados, y al parecer, existe
En esta teoría se agrupan las acciones de diver- un riesgo de 1,2 a 1,5, que es mayor en los vasectomi-
sos factores: el factor básico de crecimiento fibroblás- zados, aunque otros estudios lo niegan. Al parecer, en-
tre los cirróticos existe una incidencia menor de HPB,
tico, que se ha encontrado en elevadas concentrac iones

ÓN
cuando se comparan con la población sin afección he-
en la próstata; déficit del factor inhibidor de la prolife-

CI
pática.
ración fibromuscular; déficit del factor de crecimiento
La hipertensión arterial y los medicamentos em-

UC
de transformación, que se encarga de la inhibición de
pleados para su tratamiento han sido invocados como
la remodelación de la membrana basal y, por tanto,
OD factores de riesgo para la HPB, pero estos estudios
impide la proliferación de los elementos epiteliales y
necesitan mayor rigor estadístico-epidemiológico. En
PR

del estroma.
los fumadores de cigarrillos parece ser menor el ries-
RE

Como se comprenderá, estos estudios se han rea- go, aunque no es igual en los fumadores de tabaco en
lizado en modelos animales de experimentación y con otras formas. No se ha encontrado diferencia signifi-
SU

piezas quirúrgicas o post mortem humanas, con dife- cativa entre los solteros y casados.
rentes artificios técnicos, de manera tal que a veces se
DA

Patogenia. La HPB, por su relación con el cuello


contradicen sus resultados y son basados preferente-
BI

vesical y la uretra prostática, provoca una verdadera


mente en la mayor o menor concentración de sustan-
I

obstrucción a la salida de la orina durante la micción.


OH

cias químicas en los tejidos estudiados. No obstante, el El cuello vesical se deforma, de acuerdo con el creci-
conocimiento actual, aunque no ha definido la etiopa- miento de los diferentes lóbulos prostáticos: la forma
PR

togenia de la HPB, permite tener un mayor conoci- más común es el levantamiento del borde posterior (ló-
miento de este fenómeno y quizás favorezca la acción bulo subcervical o medio) y el aspecto de V invertida
terapéutica sobre él. por el crecimiento de los lóbulos laterales.
Epidemiología. La HPB presenta su mayor in- Cuando el lóbulo medio se proyecta dentro de la
cidencia a medida que avanza la edad. Por debajo de vejiga, hace de válvula y provoca una obstrucción gra-
los 40 años no se ha encontrado HPB en los estudios ve. El cuello vesical deformado no se puede abrir a
por necropsia. A partir de la quinta década de la vida, manera de embudo, como cuando es normal. La ure-
la HPB aparece en un tanto por ciento mayor, a medi- tra prostática es ocupada, por lo general de forma si-
da que se envejece, y en los hombres que llegan a los métrica, por los lóbulos laterales, aunque puede haber
80 años o más, alcanza una incidencia de 75 a 80 % en un crecimiento mayor de uno de estos; así, la uretra se
estudios realizados por autopsias. muestra estrecha en su luz y alargada, alcanza varios
Por supuesto, que estos índices no se corresponden centímetros más en su dimensión longitudinal, de acuer-
con porcentajes similares de hombres que presentan do con el tamaño de la tumoración. Por supuesto, ello
una sintomatología o examen rectal que denote la pre- dificulta la apertura de la uretra prostática, necesaria
sencia de HPB. En la clínica estos datos son inferiores durante la micción.
y no existen referencias de estudios practicados por Es bueno señalar que el tamaño de la tumoración
un mismo urólogo sobre toda una población de ries go. no se corresponde con el grado de obstrucción y sus
236 Urología

consecuencias; parece ser más importante la confor- produce sangrados profusos (hemorragia ex vacuo).
mación de la tumoración y la respuesta del detrusor al La retención completa de orina y la IRC son complica-
obstáculo. Ante estos fenómenos, el músculo detrusor ciones que forman parte de la historia natural de la
tiene como respuesta su hipertrofia. Estudios en ani- enfermedad, como se explicó en la patogenia.
males parecen demostrar que la obstrucción provoca Cuadro clínico. Debido a la situación anatómi-
un aumento de la masa vesical, no solo por la muscula- ca de la próstata y a las consecuencias que produce la
tura, sino también por las fibras colágenas. HPB sobre el cuello vesical y la uretra prostática, se
El resultado final, en dependencia del grado de presentan alteraciones en el acto de la micción, que
obstrucción y el tiempo de permanencia de esta, será dan lugar a un síndrome urinario obstructivo bajo ,
primero la trabeculación vesical, la aparición de celdas conocido como prostatismo. El tamaño de la tumoración
y columnas, y por último los divertículos vesicales. Des- no siempre se corresponde con la intensidad de los
de el punto de vista funcional la vejiga perderá s u síntomas ni con el grado de respuesta del detrusor
capacidad de llenado (acomodación), de forma pro- vesical.
gresiva, y la hipertrofia, que de inicio sobrepasaba la En realidad, la micción no depende solo de una
obstrucción, cada vez será menos eficiente hasta caer vía cervicouretral expedita, sino también de un detrusor
en la atonía, lo que da lugar, primero, a la retención capaz, con un sistema neurovegetativo normal y sin
parcial (orina residual) y finalmente a la retención com- factores irritativos en el interior de la vejiga.
pleta de orina. Los síntomas dependientes de la obstrucción cau-
Al nivel del trígono vesical, la hipertrofia de su sada por la HPB son: micción demorada, chorro de

ÓN
musculatura deforma la unión ureterovesical, de esta orina débil y de menor calibre, necesidad de esfuerzo

CI
manera hace de obstáculo al vaciamiento ureteral o para iniciar la micción, micción prolongada, goteo

UC
provoca reflujo vesicoureteral. Como consecuencia, se posmiccional y sensación de no haber vaciado la veji-
dilatan los uréteres y aumenta la presión de los siste-
OD ga al terminar de orinar. Estos se conocen como sínto-
mas excretores superiores, lo que da lugar a la mas obstructivos del prostatismo.
ureterohidronefrosis bilateral, casi siempre simétrica, Como consecuencia de las alteraciones sufridas
PR

que compromete la función renal y puede llegar a la por la vejiga aparecen los síntomas irritativos, que de-
RE

insuficiencia renal crónica (IRC) obstructiva avanzada. muestran la disminución de la acomodación vesical y
Complicaciones. La más frecuente es la infec- los daños que provoca la obstrucción al nivel de los
SU

ción urinaria, favorecida por el estasis urinario y la ne- receptores neurógenos y del músculo. Así, aparece la
DA

cesidad de cateterismo, en caso de retención completa polaquiuria, generalmente de inicio nocturno, para des-
BI

de orina. Por supuesto, que esta infección puede as- pués ser tanto nocturna como diurna; la urgencia
I

cender y dar lugar a la pielonefritis, lo que p uede ser miccional, la molestia o dolor en bajo vientre y el ardor
OH

fatal en un paciente con obstrucción crónica. miccional.


Con determinada frecuencia la epididimitis se ori- La retención de orina, cuando es aguda y com-
PR

gina por el paso de los gérmenes desde la uretra pleta, se debe generalmente a un fallo agudo del
prostática hasta el tracto genital, favorecido en mu- músculo detrusor frente a una obstrucción y con un
chas ocasiones por el cateterismo. La infección de la volumen urinario exagerado. Sin embargo, la reten-
propia glándula prostática se sobreañade a la HPB, ción incompleta, demostrada por la presencia de resi-
agrava su efecto obstructivo y ensombrece su pronós- duo posmiccional, representa el fallo crónico y pro-
tico, dado por la dificultad de hacer llegar los agentes gresivo del detrusor frente a la obstrucción, que lo
antimicrobianos al tejido prostático. llevará en definitiva a la retención completa de orina.
Con frecuencia, la litiasis vesical, tanto libre en Por último, la seudoincontinencia con goteo cons-
su luz como en un divertículo, puede presentarse unida tante por rebosamiento y un gran globo vesical indolo-
a la infección e independientemente de que existan ro, es el exponente de un fallo total (atonía) del múscu-
gérmenes. lo detrusor frente a la obstrucción mantenida durante
El sangrado en forma de hematuria total, a veces un largo tiempo, aunque no definido.
intensa, con coágulos, se ha explicado por la ruptura El examen físico de un paciente mayor de 40 años,
de vasos cervicales y muchas veces está ligada a la con síntomas como los descritos, puede brindar resul-
presencia de un lóbulo medio y a traumas en el cuello tados disímiles.
vesical, provocados por el cateterismo. La descompre- La orina emitida antes del examen será motivo
sión brusca de grandes dilataciones vesicales también de la observación macroscópica. Son importantes el
Tumores genitourinarios 237
volumen y su aspecto. El volumen será comparado con se trata de una tumoración benigna, confinada a la glán-
el posible residuo vesical y el aspecto puede hacer pen- dula prostática, mediante el tacto bimanual se puede
sar en complicación infecciosa o sangrado. comprobar que la HPB no está fija y puede movilizar-
El examen del abdomen puede ser totalmente se entre ambas manos: la presión sobre el bajo vientre
negativo, aunque también se puede encontrar dolor o con la mano izquierda provoca un ligero movimiento
molestia a la palpación del bajo vientre, donde quizás sobre el dedo que palpa a través del recto.
haya matidez a la percusión, representando una vejiga En general, la maniobra del TR, aunque es mo-
ocupada, a pesar de haber orinado antes del examen, o lesta, no provoca dolor. La presencia de dolor a la pal-
bien, desde la inspección se detecta un aumento de pación de la tumoración es señal de inflamación
volumen central en el bajo vientre, que se comprueba
sobreañadida a la HPB.
a la palpación como una tumoración renitente, más o
La exploración de la permeabilidad de la uretra
menos dolorosa, no móvil y mate a la percusión, que
debe evitarse, para impedir la contaminación del tracto
denota la presencia de una vejiga repleta de orina, co-
nocida como globo vesical. urinario inferior por la sonda exploradora. No obstan-
Las fosas lumbares y la palpación de ambos riño- te, en caso de existir una vejiga palpable o ante un
nes son negativas, a menos que se esté en presencia paciente con retención completa de orina, se hace im-
de complicaciones infecciosas sobre riñones hidrone- prescindible el paso de una sonda. En las grandes HPB
fróticos, en cuyo caso se presentará dolor al examen, será necesario el uso de sondas acodadas. Si se deci-
además de temperatura elevada y toma del estado ge- de pasar una sonda, se puede apreciar si existe residuo
vesical y en qué volumen, lo que se puede comparar

ÓN
neral.
El examen prostático por el tacto rectal (TR) es con el volumen de orina emitido antes del examen.

CI
definitorio. Si se tratara solamente de un crecimiento El aspecto de la orina residual es importante para

UC
exclusivo del lóbulo medio, dicho examen será negati- descartar la infección. Hoy día se prefiere medir el
vo, aunque en pacientes delgados, con buena relaja-
OD residuo vesical por estudio ecográfico y así se evita el
ción, el TR bimanual puede dar la sensación de vejiga cateterismo. Se han descrito fases clínicas de la enfer-
PR
ocupada, cuando el lóbulo medio es grande. Al TR la medad, siguiendo la fisiopatología de la obstrucción
HPB da la sensación de un aumento de volumen y de
RE

urinaria baja y la aparición de síntomas, en un esfuerzo


consistencia de la glándula, de forma generalmente simé- por ordenar, de alguna manera, el desarrollo de un cua-
SU

trica. Quizás el primer signo sea la pérdida del surco medio dro clínico que abarca muchos años de evolución y
entre los 2 lóbulos laterales. Se acostumbra a señalar factores asociados:
DA

el tamaño en grados del I al IV, algun os urólogos lo  Fase de compensación: la musculatura vesical ven-
BI

expresan en centímetros (en su diámetro transversal). ce el obstáculo de la HPB y se distingue por poder
I

En realidad, muchos factores conspiran contra la


OH

vaciar todo el contenido de la vejiga durante la mic-


exactitud del tamaño apreciado por el TR: obesidad
ción. A su vez, esta fase se puede dividir en una
PR

del paciente, no relajación de la musculatura abdomi-


etapa de irritabilidad, que se caracteriza por pola-
nal, crecimiento intravesical de la tumoración, posible
quiuria y micción de urgencia, debidas a la no aco-
dolor por la inflamación asociada o intervenciones qui-
modación del músculo detrusor, y una etapa de
rúrgicas anteriores sobre el ano, así como afecciones
propias de este. compensación total, donde la hipertrofia muscular
La consistencia de la HPB se ha descrito como permite seguir vaciando la vejiga con me nos urgen-
firme y elástica, comparada con la de un músculo con- cia, pero con evidencias de obstrucción, dadas por
traído, y dependerá esencialmente del predominio de micción demorada, esfuerzo y chorro débil.
los elementos glandulares o fibromusculares en su cons-  Fase de descompensación: demuestra la evidencia
titución. Es bueno señalar que en ningún caso será dura, de la incapacidad del detrusor para vaciar la vejiga.
leñosa o pétrea, estas calificaciones se reservan para Puede ser aguda, frente a un volumen urinario exa-
el carcinoma de próstata. Por otra parte, la consisten- gerado, y provocar la retención completa de orina
cia deberá ser homogénea, igual en ambos lóbulos la- de forma inesperada, o crónica, manteniendo un re-
terales. La superficie de la tumoración palpada al TR siduo vesical en cada micción, que cada vez es ma-
es lisa: no se presentan nódulos ni irregularidades. yor, hasta llegar a la retención completa de orina.
Casi siempre los límites de la HPB están bien Esta fase llega al máximo cuando la vejiga cae en
definidos, sobre todo los laterales; en las HPB grandes atonía y se convierte en un reservorio dilatado, con
se hace más difícil limitar su borde más profundo. Como pérdida de orina por rebosamiento.
238 Urología

Diagnóstico. El diagnóstico positivo se basa en El ultrasonido transabdominal permite conocer el


el cuadro clínico descrito y de manera fundamental en estado de la pared vesical, la posible existencia de
el TR (Tabla 7.4). No obstante, ya se ha señalado que divertículos o litiasis y el estado del trato urinario supe-
el TR negativo no excluye la posibilidad de una HPB rior en cuanto a dilatación de los sistemas excretores o
con crecimiento del lóbulo medio, pero el diagnóstico no, así como el aspecto anatómico de los riñones.
integral, que no solo incluye la HPB, sino también su El residuo vesical posmiccional también puede ser
tamaño, el daño anatómico y funcional que puede ha- calculado por este método con bastante precisión, de
ber causado, la presencia de complicaciones, y que acuerdo con programas computadorizados. Este estu-
oriente a la necesidad de un determinado tratamiento, dio ha desplazado al urograma intravenoso, que era
con la valoración de la posible recuperación y el mejo- indicación obligada para un enfermo con HPB y ahora
ramiento de la calidad de vida del enfermo, conlleva solo se realiza cuando el ultrasonido no es capaz de
otros exámenes. responder alguna duda diagnóstica.
Sin lugar a dudas, el urograma intravenoso brinda
Tabla 7.4. Relación peso-grado una visión anatomofisiológica del tracto urinario y es
útil, sobre todo, para explicar una asimetría renal o me-
Peso (en g) Grado
jor del grado de dilatación de sus cavidades; la función
De 20 a 30 I renal por separado, de forma global; la existencia de
De 30 a 50 II tumoraciones del sistema excretor o parenquimatosos,
De 50 a 85 III que pueden explicar una hematuria; las litiasis ureterales

ÓN
Más de 85 IV
con dilatación por encima, que puede escapar al estu-

CI
dio ultrasonográfico; la mejor comprensión de una ano-

UC
malía congénita renal o del sistema excretor.
OD
Con respecto a las características de la próstata, Por su costo y el riesgo que siempre representan
cuando ocurre un aumento apreciable solo 50 % pre- la sustancia yodada de contraste y las radiaciones, ha-
PR

senta manifestaciones clínicas, lo que se evidencia por cen que no se practique en un enfermo con HPB sin
RE

nódulos prostáticos de gran volumen, contornos bien complicaciones y un estudio ultrasonográfico que no
definidos y cápsula. Se localizan preferentemente ha- señale duda alguna. La imagen típica de la HPB es el
SU

cia la zona central y de transición. Esta glándula puede levantamiento del borde inferior de la vejiga, con
llegar a pesar hasta 200 g; su textura es homogénea y rechazamiento de la porción terminal de los uréteres.
DA

en 50 % de los casos se pueden presentar calcifica- Entre los estudios urodinámicos, la uroflujometría
BI

ciones. y la cistometría son los más empleados. La uroflujo-


I
OH

El estudio ecográfico por ultrasonido ha pasado a metría, en especial el flujo máximo, se ha utilizado como
ser el primer elemento diagnóstico después del exa- marcador para definir la conducta quirúrgica, aunque
PR

men físico. Por ultrasonido transabdominal, con la ve- en realidad este parámetro, por sí solo, no garantiza
jiga llena, se pueden obtener imágenes de la HPB. El que la obstrucción sea el único responsable de su défi cit.
lóbulo medio no palpable por TR se hace evidente. Las En el anciano, el flujo máximo llega a caer hasta
dimensiones de la tumoración se pueden medir en 3 ejes: por debajo de 10 mL/s, aun sin existir obstrucción defi-
transversal, axial y coronal, y con estas medidas apli- nida. No obstante, se han marcado cifras de 15 mL/s o
car alguna de las fórmulas existentes para el cálculo más como normales o aceptables en un hombre de
del volumen. Los programas de los ecógrafos brindan 50 años o más y las menores de 10 mL/s, como cifras
el volumen automáticamente, al dar los valores de los que se suponen por obstrucción severa. El margen entre
3 ejes. 10 y 15 mL/s será la zona gris. Ahora bien, la uroflujo-
El utrasonido, además, brinda detalles de la ho- metría sí tiene gran valor evolutivo y el resultado de los
mogeneidad o no de la tumoración y pondrá en alerta distintos procedimientos terapéuticos aplicados a la
acerca de la posibilidad de nódulos de carcinoma HPB se miden por la mejoría del flujo máximo después
(nódulos ecolúcidos), no palpables al TR. En este sen- de recibido el tratamiento en cuestión, así como la per-
tido, el estudio ultrasonográfico transrectal brinda una manencia de esta mejoría en el tiempo.
mejor imagen, además del volumen total sobre la base La cistometría puede poner en evidencia contrac-
de cortes a diferentes niveles y cálculos computa- ciones involuntarias del detrusor, que hacen el diag-
dorizados por la máquina. nóstico de vejiga inestable. Esta condición, si bien pone
Tumores genitourinarios 239
en duda el restablecimiento a la normalidad después El despistaje de la infección urinaria exige el es-
de la desobstrucción, no constituye una contraindica- tudio del sedimento urinario y el urocultivo, si hubiera
ción para su realización. Dicho estudio debe ser indi cado leucocituria o piuria evidentes. La decisión de un trata-
cuando existen síntomas irritativos muy predominan- miento quirúrgico endoscópico o abierto obliga al estu-
tes y, por supuesto, cuando se implican elementos dio de otros parámetros como la glicemia, la función
neurológicos en el cuadro clínico (accidentes vasculares hepática y la coagulación.
encefálicos, enfermedad de Parkinson, traumas u ope- La dosificación del antígeno prostático específi-
raciones sobre el raquis, diabetes, etc.), de modo que co (APE) en sangre es obligada en el estudio de un
se pueda prevenir la persistencia de síntomas después enfermo con HPB. Si bien el APE se eleva tanto en la
de la desobstrucción. HPB como en el carcinoma prostático, no es menos
El estudio de las presiones uretrales (perfilo- cierto que se han establecido algunos límites de acuer-
metría), de forma estática, no parece brindar valores do con la edad del enfermo y el volumen de la HPB,
útiles, pues el mecanismo obstructivo se presenta du- que no deben ser rebasados si no existe carcinoma. Se
rante la micción. Algunos autores realizan la perfilo- trata, por tanto, de un examen que ayuda a descartar
metría miccional con un catéter de 3 luces, que se va la posible coincidencia del carcinoma de próstata.
extrayendo durante la micción, después de haber loca- Se acepta como cifra normal de APE la de 0,4 ng/mL
lizado por perfilometría estática la situación exacta del o menos. Esta cifra se puede alterar por manipulacio-
cuello y el esfínter externo. La prueba es compleja y nes sobre la glándula (TR, biopsia, resección endos-
no se ha generalizado. cópica) durante un tiempo variable. Dado que el volu-

ÓN
La electromiografía se reserva para los pacien- men de la HPB influye en la cifra total de APE, se ha

CI
tes con trastornos neurológicos, cuando se sospecha establecido la densidad de este, que se logra dividiendo
su valor entre el volumen de la tumoración prostática,

UC
que la obstrucción se debe más a la contracción del
esfínter externo durante la micción (disinergia detrusor expresado en gramos; de la misma forma, la variación
esfínter), que a la existencia de la HPB.
OD de estos valores en el tiempo se conoce como veloci-
En otros tiempos, la uretrocistoscopia era impres- dad del APE. En el acápite de carcinoma prostático se
PR

cindible para conocer con exactitud el estado de la vejiga puede ampliar al respecto.
RE

y sus posibles alteraciones relacionadas o no con la En todos los grupos de enfermos estudiados, el
HPB, el tamaño y conformación de la tumoración APE total muestra fallos, tanto por falsopositivos en
SU

enfermos con HPB como por falsonegativos en otros


prostática y la existencia o no de un lóbulo medio, de
con carcinoma de próstata. Hoy día no solo es impor-
DA

forma tal que este examen permitía definir el trata-


tante la dosificación del APE total, sino también la del
BI

miento a imponer.
APE libre; la relación entre ambos parece tener más
I

Hoy día, con el advenimiento del ultrasonido diag-


valor en el diagnóstico del carcinoma.
OH

nóstico, además de la radiología, el estudio endoscópico


Diagnóstico diferencial. Se realiza principal-
se realiza inmediatamente antes del tratamiento, cuan-
PR

mente con el carcinoma prostático, por la importancia


do se ha decidido utilizar la vía transuretral. Si la HPB
de este último, la frecuencia de su coincidencia y la
es mayor de 60 g aproximadamente y después de to-
necesidad de analizar la estrategia terapéutica. El
dos los estudios se ha llegado a la conclusión de reali-
carcinoma prostático avanzado brinda poca dificultad para
zar un tratamiento por cirugía abierta, no se realiza el su diferenciación, pero los pequeños nódulos detecta-
estudio endoscópico. Queda solo una eventualidad en dos por TR o US, así como la existencia de APE eleva-
la que se impone la uretrocistoscopia, la hematuria re- do, hacen imprescindible el estudio histológico (biopsia).
petida y la positividad de un examen citológico de ori- El estudio citológico del material obtenido por
na, en busca de neoplasia vesical, que no pocas veces punción y aspiración con aguja fina (PAAF), en la HPB
coincide con la HPB. no sospechosa de carcinoma, ha demostrado muchas
El estudio de un paciente con HPB conlleva el veces su presencia. La prostatitis crónica pocas veces
conocimiento, lo más exacto posible, de su estado ge- provoca un síndrome obstructivo, aunque sí molestias
neral, teniendo en cuenta, sobre todo, la posible reper- y síntomas que pueden hacer pensar en la HPB en un
cusión de la obstrucción sobre la función renal. El nivel hombre mayor de 50 años. La inflamación prostática
de creatinina y urea en sangre puede servir de inicio y, asociada a la HPB sí es frecuente y puede agravar los
si fuera necesario, se estudiará el filtrado glomerular. síntomas.
Los niveles de hemoglobina y hematócrito pueden es- El síndrome obstructivo bajo puede ser causado
tar alterados por la IRC. por afecciones uretrales, en especial la estrechez. Esta,
240 Urología

por lo general, tiene antecedentes traumáticos o infec-  Hematuria a repetición.


ciosos y se descarta fácilmente por la exploración uretral  Residuo vesical superior a 100 mL.
y los estudios endoscópicos y radiológicos de la uretra.
La neoplasia vesical se puede presentar con sín- De existir alguna de estas condiciones, solo se
tomas irritativos vesicales que semejan la obstruc- justifica el tratamiento médico en pacientes que no
ción e incluso pueden ser obstructivos cuando el tu- acepten la solución quirúrgica o que por su estado
mor se localiza cerca del cuello o en el propio cuello general no sean capaces de sobrepasar el riesgo qui-
vesical. La hematuria, que puede presentarse tam- rúrgico-anestésico.
bién en la HPB, obliga al estudio endoscópico, que Médico. Sobre la base de medidas generales.
permitirá el diagnóstico definitivo. El US ha resultado Teniendo en cuenta que los síntomas bajos, tanto
útil en este diagnóstico cuando la lesión tumoral es obstructivos como irritativos, se pueden intensificar con
mayor que 1 cm. la congestión pelviana, se recomienda:
La litiasis vesical, de hecho, puede brindar un  No estar sentado mucho rato.
cuadro obstructivo cuando el cálculo se impacta en el  Evitar la ingestión exagerada de líquidos en corto
cuello vesical. La interrupción brusca del chorro de tiempo, que producirá un volumen urinario por enci-
orina y el dolor irradiado al glande son prácticamente ma de los límites permisibles para un músculo
patognomónicos. El US y los rayos X son suficientes detrusor dañado.
para el diagnóstico.  Evitar el juego sexual sin eyaculación.
Por lo general, la esclerosis del cuello vesical se  Evitar la ingestión de sustancias irritantes como el

ÓN
observa en pacientes que tienen antecedentes de ciru- alcohol y los picantes.

CI
gía prostática. No obstante, la ausencia de tumoración  Favorecer el ejercicio físico, en especial la marcha.
 Evacuar la vejiga con frecuencia, sin exponerla a

UC
al TR y los estudios endoscópicos la ponen en evid encia.
Los trastornos neurógenos, capaces de provocarOD grandes volúmenes de orina por no responder a los
una obstrucción urinaria, se pueden presentar por sí deseos de orinar.
solos o en concomitancia con la HPB. Es importante
PR

su detección antes de asumir cualquier conducta con Medidas terapéuticas:


RE

la HPB. Los antecedentes de traumas externos y qui-  Detener o disminuir el crecimiento de la tumora-
rúrgicos sobre el raquis, la existencia de síntomas y ción prostática: los estrógenos y los antiandrógenos,
SU

signos de neuropatías y las secuelas de accidentes así como los agonistas de la LHRH, utilizados en el
DA

vasculoencefálicos, pueden agravar la sintomatología tratamiento del cáncer prostático avanzado, sin lu-
BI

de una obstrucción ligera causada por la HPB y pro- gar a dudas detienen el crecimiento prostático e in-
I

vocar, por sí solos, verdaderos síndromes obstructivos. cluso disminuyen el volumen de la tumoración, al
OH

Tratamiento. El diagnóstico de HPB no implica igual que la castración quirúrgica.


la necesidad de un tratamiento, si se tiene en cuenta Los efectos secundarios de estos medicamentos, en
PR

que se trata de una tumoración benigna. Solo los sínto- especial la impotencia, no justifican su uso. Los
mas y los hallazgos de signos que confirmen daño o progestágenos han sido utilizados con algún benefi-
repercusión sobre el tracto urinario lo justifican. cio: la medroxiprogesterona y otros derivados pro-
Tratamiento médico o quirúrgico. De acuerdo ducen alivio de los síntomas obstructivos, aunque no
con la situación específica de cada enfermo. En todos se ha demostrado una disminución significativa de
los casos se encamina a resolver o mejorar la obstruc- la tumoración.
ción urinaria y sus consecuencias; mayor calidad de El finasteride (Proscar MR), al bloquear la acción
vida, con la disminución de los síntomas, y a prevenir de la 5 alfa reductasa e impedir el paso de la
las complicaciones. testosterona a DHT, provoca una detención en el
Quirúrgico: crecimiento de la HPB y la disminución de su volu-
 Síntomas obstructivos y/o irritativos intensos: puede men (demostrado por US), con escasos efectos se-
sustentarse por la uroflujometría y/o el Score Inter- cundarios al mantener los niveles normales de
nacional de Sintomatología Prostática. testosterona en sangre. Su efecto sobre los sínto-
 Existencia de episodios de retención completa de mas obstructivos se hace más evidente en los que
orina. presentan una HPB de gran volumen, siempre que
 Repercusión sobre el tracto urinario y/o complica- no haya un lóbulo medio culpable de la obstruc-
ciones (infección, litiasis, etc.) ción. Se aconseja su administración (5 mg/día)
Tumores genitourinarios 241
durante 6 meses para definir si se continúa con Cada vez son menores el sangrado y el peligro de
este medicamento o si se toma la decisión de ac- perforaciones, a medida que se van produciendo el
tuar quirúrgicamente. entrenamiento y la técnica ordenada. El síndrome post-
Se ha explorado la acción de los inhibidores de la RTU, tan frecuente cuando se utiliza agua como ele-
aromatasa tratando de disminuir la producción de mento irrigador, prácticamente desaparece al utilizar
estrógenos y por tanto mejorar la relación estróge- soluciones isotónicas no electrolíticas.
nos/andrógenos. La testolactona ha demostrado ser En la mayoría de las instituciones urológicas la
una potente inhibidora de la aromatasa y con su apli- RTU se practica en un porcentaje mayor que la cirugía
cación se ha logrado una reducción importante del abierta. Sin embargo, tenemos la impresión de que, por
volumen tumoral prostático y la mejoría de los sínto- razones diferentes, se indica la RTU con demasiada
mas. Se necesita más tiempo para dar el valor justo frecuencia y premura. En EE.UU. se acepta que 7 5 %
de su utilización. de los tratamientos realizados no tienen indicación pre-
 Aliviar los síntomas irritativos del cuadro clínico: los cisa. En Cuba, por criterios de indicación, entrenamiento
medicamentos bloqueadores adrenérgicos alfa 1, al deficiente y escasez de equipamiento, la RTU es mi-
actuar sobre los receptores presentes en el cuello noría frente a la cirugía abierta de la próstata.
vesical y la próstata, disminuyen la hipertonía del Una variante de tratamiento transuretral es la
complejo vesicocervicouretral y facilitan la micción, vesicocervicoprostatotomía. Esta técnica consiste en
además de evitar la sintomatología irritativa. Estos realizar 1 o 2 incisiones por electrocirugía, desde el
bloqueadores, aunque cada vez se producen con trígono hasta el veromontanum, lo suficientemente pro-
mayor selectividad, provocan síntomas secundarios

ÓN
fundas como para garantizar la sección de las fibras
no deseados al actuar sobre otros receptores adre- del cuello vesical. Se señala como ventaja la rapidez

CI
nérgicos. del procedimiento, que permite una agresión anestésica

UC
Estos efectos secundarios incluyen desde la hipo- mínima y su escaso sangrado. Se indica en las
tensión ortostática hasta la hipotensión severa, por
OD tumoraciones pequeñas y sin lóbulo medio.
lo que su dosificación ha de hacerse cuidadosamen- La cirugía abierta de la HPB se indica en todo
te y no deben indicarse en pacientes que utilicen
PR
paciente que presente alguna de las condiciones cita-
hipotensores antagonistas del calcio. En la actuali- das para el tratamiento quirúrgico y cuya tumoración
RE

dad los bloqueadores adrenérgicos alfa 1 más utili- sea mayor que 60 g aproximadamente, en dependen-
zados son el prazosín, terazosín y alfuzosín.
SU

cia de las posibilidades de cada urólogo. La imposibili-


 Medicamentos de origen vegetal: los extractos de
dad de utilizar la vía transuretral (estrechez de la ure-
DA

Serenoa rapens se utilizan como tratamiento médi-


tra, deformaciones óseas de la pelvis, entre otras) pue-
co y se les atribuyen efectos de bloqueadores
BI

de obligar a la cirugía abierta, aun con tumoraciones


adrenérgicos. El pygeum africano está presente en
I

pequeñas. Otras posibilidades como la presencia de


OH

muchas fórmulas comerciales y se le atribuyen efec-


divertículos vesicales grandes, litiasis vesical grande o
tos beneficiosos en el cuadro obstructivo y la activi-
PR

múltiple o un tumor de vejiga tributario de cirugía par-


dad sexual. La semilla de calabaza también se está
cial, pueden llevar a la cirugía abierta, a pesar de tra-
utilizando con efectos similares.
tarse de una HPB menor que 60 g.
Tratamiento quirúrgico: constituye el tratamiento La prostatectomía se realiza preferiblemente por
definitivo y completo de la HPB. Sus indicaciones ya vía retropúbica (técnica de Millin); la vía transvesical
fueron citadas. se reserva para los casos en que alguna afección vesical
El tratamiento quirúrgico por excelencia es la obligue al abordaje de la vejiga.
resección transuretral (RTU). Sin lugar a dudas, la exis- La cirugía prostática tiene como complicaciones
tencia de un lóbulo medio puede ser totalmente resuel- inmediatas el sangrado y los peligros del tromboem-
ta por esta vía y de manera similar las tumoraciones bolismo pulmonar. La mortalidad posoperatoria está
que no sobrepasen los 60 g, que también pueden ser alrededor de 1 % en los mejores servicios. Sin embar-
resecadas con toda seguridad. go, las complicaciones posoperatorias que obligan al
La RTU tiene en su contra, en primer lugar, la reingreso y se deben principalmente a sangrado, infec-
necesidad de un entrenamiento adecuado, que en la ción asociada y fenómenos obstructivos, se presentan
actualidad, con los sistemas de TV, se ha hecho más entre 15 y 20 % de los operados.
fácil. Entre sus complicaciones se encuentran el san- Las secuelas o complicaciones tardías más temi -
grado, perforaciones y síndrome post-RTU, debido al das son la esclerosis del cuello vesical, que provoca
paso del líquido irrigador al torrente sanguíneo. un síndrome obstructivo peor que el de la HPB, la
242 Urología

impotencia, la eyaculación retrógrada y la infección lugar a la necrosis tisular en el interior de la HPB y


crónica baja. reducir así el volumen de la tumoración y por tanto la
Otros tratamientos. El esfuerzo por encontrar obstrucción.
otros procedimientos menos invasivos que ayuden al Por último, se está utilizando la volatización o va-
enfermo con HPB, ha dado lugar a diversas modalida- porización de la HPB usando los equipos de RTU con
des de tratamiento, conocidas como no quirúrgicas. electrodos de distinto diseño (vapotrodos: cilindros
Calor como agente terapéutico: baño de asiento estriados, con puntas, asas gruesas, etc.), de manera
caliente que, por efectos descongestionantes, favore- tal que con equipos de electrocirugía de alta frecuen-
ce a los enfermos y facilita la micción. cia, que garanticen una salida superior de 250 W, se
La hipertermia por vía transrectal logra tempera- logran temperaturas muy altas a nivel del electrodo
turas de hasta 44 ºC al nivel de la HPB, con lo cual se que producen verdaderas vaporizaciones del tejido
produce la mejoría de los síntomas. Más recientemen- prostático. La técnica es más fácil de realizar que la
te se ha desarrollado la termoterapia que, con equipos RTU clásica, provoca menos sangrado en el transopera-
de microondas y sondas apropiadas, logra alcanzar tem- torio y tiene menos riesgo de perforación. Deberá dar-
peraturas de 49 ºC y más en el interior de la HPB, se más tiempo a este procedimiento para valorar su
provocando muerte celular y reducción de la masa utilidad en definitiva, aunque la práctica indica que,
tumoral. Este procedimiento, si bien no elimina de for- combinándola con la RTU clásica también brinda be-
ma total la HPB, mejora la obstrucción, sobre todo en neficios.
enfermos que no tienen lóbulo medio y cuya HPB es Dilatación y prótesis: la dilatación de la uretra

ÓN
pequeña. prostática con balones diseñados al efecto que logran
Otra forma de actuar con calor es la radiofrecuen- alcanzar presiones superiores a 4 atm, es un procedi-

CI
cia. Se ha diseñado un equipo endoscópico a través del miento que logra la desobstrucción y que, por lo poco

UC
cual, bajo visión, se introducen agujas en la HPB, a agresivo que resulta, puede realizarse con analgesia y
través de las cuales se logran temperaturas por OD sedación del enfermo y repetirse si fuera necesario.
radiofrecuencia que provocan necrosis tisular y por Se señalan como indicaciones la presencia de una
PR

tanto la reducción de la masa tumoral. Los promotores tumoración pequeña, sin lóbulo medio, en pacientes de
gran riesgo quirúrgico y en especial con retención com-
RE

del procedimiento (trans urethral needle ablation :


TUNA) aseguran que prácticamente se logra un efec- pleta de orina, logrando en un alto por ciento de ellos,
SU

to similar a la RTU. la desobstrucción.


La aplicación de láser, utilizando fibras ópticas El uso de sonda uretral permanente en aquellos
DA

conductoras del rayo, con puntas de diferente diseño, enfermos que por su estado no pueden ser interveni-
BI

ha logrado la fotocoagulación del tejido (puntas de pro- dos, conlleva posibles complicaciones, como son: el
I

yección en ángulo recto) o verdaderas vaporizaciones peligro de infección que obliga al uso de medicamen-
OH

e incisiones (puntas de contacto). El Nd-Yag láser y el tos constantes, el peligro de traumas ocasionados por
PR

Holmium-Yag láser con puntas de contacto permiten la propia sonda y los cambios necesarios, la limitación
realizar verdaderas resecciones transuretrales, con la social al depender de un colector urinario.
ventaja de lo exiguo del sangrado y la mayor facilidad Con vistas a sustituir la sonda uretral permanente
técnica. se ideó la prótesis endouretral que, de inicio, consistió
El posoperatorio de estos procedimientos es más en una espiral metálica que permite mantener la uretra
molesto y prolongado que en la RTU, por la disuria prostática abierta con libertad de acción del esfínter
marcada y la necesidad de sonda o cistostomía duran- externo, de manera tal que el paciente puede ejercer
te varias semanas, en algunos enfermos. La técnica control voluntario de la micción.
intersticial, donde el rayo láser es llevado al interior de Existen diseños en material plástico, de f ácil
la masa tumoral por fibras con punta en forma de agu- colocación; últimamente se están utilizando stents en
jas, que emiten el rayo en forma esférica, logra una forma de malla, que una vez colocadas quedan em-
reducción importante del tejido hiperplásico, sin san- potradas en la uretra prostática y se recubren por la
grado ni las molestias del posoperatorio de los otros mucosa, de esta manera, quedan como una prótesis
procedimientos con láser. permanente.
Se han ensayado, en animales, procedimientos Laparoscopia: se trata de una modalidad de tra-
extracorpóreos utilizando ondas similares a las de la tamiento que se encuentra en su fase inicial y deberá
litotricia extracorpórea y ondas ultrasónicas focalizadas, esperarse un tiempo prudencial para demostrar su uti-
con el objetivo de provocar altas temperaturas que den lidad.
Tumores genitourinarios 243

José Antonio Espinosa Mayo

La ptosis renal se puede definir como la cauda-


lización de un riñón desde su topografía normal, con
carácter adquirido. Este desplazamiento tiene lugar en
bipedestación y durante la marcha. Otros términos que
aluden a esta circunstancia son nefroptosis, riñón caí-
do, riñón errante, riñón móvil y riñón flotante.
Embriológicamente, el riñón en su desarrollo ex-
perimenta un ascenso y rotación, así pues, antes del
año, en 75 % de los niños los riñones están en contacto
con la cresta iliaca y solo a los 2 años de edad adoptan
una posición lumbar, ascendiendo posteriormente, aún
más con el crecimiento.

ÓN
No se puede hablar de límites anatómicos defini-

CI
dos, ya que la posición del riñón normal está sujeta a
variaciones considerables; el riñón derecho tiene un

UC
emplazamiento más bajo que el izquierdo, con una di-
OD
ferencia entre ambos de 1 a 2 cm. En la mujer, ambos
riñones tienen un emplazamiento más bajo que en el
PR

hombre.
RE

De la Peña, al referirse a la relación entre nefrop-


tosis y la fuerza de la gravedad, expresa que la horizon-
SU

talidad del cuadrúpedo explica la inexistencia de Fig. 7.21. Elongación del pedículo renal derecho.
nefroptosis a este nivel en la escala zoológica.
DA

Epidemiología. El riñón ptósico es un hallazgo


BI

clínico frecuente. Algunos autores sostienen que cer-


I

ca de 80 % de los riñones ptósicos se descubre de


OH

manera fortuita, lo que constituye un trastorno sin im-


PR

portancia. Según algunas estadísticas ocurre entre


18 y 20 % de las mujeres y 1 a 2 % de los hombres. Su
mayor frecuencia (de 40 a 50 %) tiene lugar entre los
30 y 40 años. En los niños no es común.
La ptosis renal tiene una mayor incidencia en el
lado derecho (70 % de los casos); en 10 % es izquier-
da y en 20 %, bilateral. Algunos autores refieren que
en el hombre es más frecuente en el lado izquierdo.
Fisiopatología. El descenso renal es dependiente
de su pedículo vascular y no es seguido por la glándula
suprarrenal. En el descenso se produce el estiramiento
del pedículo vascular. La arteria renal se estira y adel-
gaza, disminuyendo su aporte vascular.
En decúbito, el riñón ptósico tiene la capacidad
de retornar a su celda, circunstancia de gran importan-
cia diagnóstica. Solo en muy raras ocasiones el riñón
podría fijarse en posición descendida por procesos
perinefríticos (Figs. 7.21 y 7.22). Fig. 7.22. Nefroptosis fijada por procesos perinefríticos.
244 Urología

Etiopatogenia. La ptosis renal es provocada Cuadro clínico. La ptosis renal, en general, es


fundamentalmente por el fracaso de los elementos de bien tolerada y asintomática; se descubre incidental-
sostén, entre estos se consideran fundamentales: mente ante la palpación de una masa abdominal o
 Aquellos que unen el órgano a su emplazamiento pelviana que corresponde al riñón descendido; puede
normal y actúan como sostén (de forma directa). generar dolor lumbar por estasis de orina o venoso,
 De forma indirecta actúa la presión abdominal, ac- debido a la tracción del pedículo vascular.
ción a la que se suma el almohadillamiento neumáti- Síntomas:
co del intestino.  Dolor: el dolor agudo casi siempre es provocado por
retención pieloureteral. Puede presentar todas las
Para los elementos del primer grupo, la fijación características del cólico nefrítico de variable inten-
del riñón no es dependiente del tejido adiposo perirrenal,
sidad. La hipermotilidad renal origina dolor por
sino de los tractos fibrosos y conectivos que relacio-
acodadura del uréter, estrangulamiento vascular o
nan la cápsula del riñón a las fascias perirrenales.
estiramiento de los nervios del pedículo renal, y se
La grasa, que sirve de acolchamiento y no de
sostén, puede estar presente o ausente, según el grado conoce como crisis de Dietle, sin embargo, el dolor
de nutrición. De estos tractos fibrosos, los más impor- crónico es el más común. Aparece tras bipedestación
tantes son los que unen al riñón con la pared que sepa- prolongada y se calma en decúbito. En otras ocasio-
ra la cápsula renal de la suprarrenal; estas glándulas nes el dolor es difuso, de difícil localización y rela-
no acompañan al riñón en su descenso. ción topográfica en el abdomen.
 Trastornos circulatorios: las alteraciones al nivel del

ÓN
La función de la pared abdominal en la patogenia
de la ptosis renal es evidente, y los factores que dismi- pedículo renal son responsables de albuminurias

CI
nuyen la presión abdominal, como adelgazamientos ortostáticas y microhematurias por congestión

UC
rápidos, embarazos, etc., son factores importantes para venosa. La hipertensión paroxística durante la crisis
provocar la nefroptosis y visceroptosis. OD de angor renal, por torsión-estiramiento, se relaciona
Conceptualmente, la causa del riñón ptósico se con la isquemia renal transitoria. La hematuria po-
PR

atribuye a una debilidad congénita o adquirida del dría ser provocada por la hipertensión venosa
RE

conectivo o de los músculos, y esto es válido si la ptosis intrarrenal y la consecuente ruptura de pequeñas ve-
se considera solo como una parte del proceso más ge- nas de un fórnix.
SU

neral y amplio de la visceroptosis, que hizo afirmar a  Síntomas digestivos: acompañan al dolor, predomi nan
Glenardt: “Nunca nefroptosis sin visceroptosis”. sobre este o bien son síntomas únicos. Aparecen tras-
DA

Además de los factores principales antedichos, tornos dispépsicos, anorexia, náuseas, pesadez
BI

se ha insistido en las causas predisponentes y desenca- posprandial, constipación, etcétera.


I

denantes de la ptosis renal. Entre las predisponentes a


 Síntomas nerviosos y generales: clínica neurovege-
OH

que el descenso sea más frecuente en el lado derecho,


tativa, como trastornos de carácter, neurastenia, neu-
PR

se mencionan las fascias de acolamiento, que resultan


rosis, etcétera.
de la fijación del peritoneo parietal del primitivo
mesointestinal, siendo mucho más débil en el lado de-
recho (Fig. 7.23). El síndrome de ptosis renal está compuesto por:
 Un signo: riñón hipermóvil.
 Un síntoma: dolor abdominal en la posición de pie,
que desaparece en la posición de acostado.
 Una condición: dolor lumboabdominal asociado a
uroestasia.

Exploración física. Es fundamental la palpación


abdominal. Ante un riñón ptósico, se deben tener en
cuenta su forma, volumen, consistencia, situación, sen-
sibilidad y reductibilidad. La forma, volumen y consis-
tencia pueden poner de manifiesto si el riñón ptósico
se ha complicado, o bien si se puede apreciar otra afec-
ción. La movilidad, situación y reductibilidad, en con-
Fig. 7.23. Fascia de acolamiento en el lado izquierdo. junto, permitirán diferenciarlo del riñón ectópico.
Tumores genitourinarios 245
Se califica de primer grado cuando el riñón no riñón atrófico descendido. En la ptosis simple estas per-
llega a la cresta iliaca; de segundo grado, si el riñón la turbaciones desaparecen con el cambio de posición.
alcanza en su polo inferior, y de tercer grado, si se La arteriografía le asigna un valor especial al es-
aloja en la fosa iliaca interna. Esta clasificación no tie- tudio radioscópico en pacientes hipertensos con riñón
ne más que un interés teórico, ya que su repercusión descendido. En las figuras 7.26 y 7.27 se demuestra
patológica no es paralela al grado de descenso renal. claramente la estenosis de la arteria renal en el riñón
El riñón ptósico puede ser doloroso a la palpa- descendido.
ción, pero a menudo no lo es. Otras complicaciones
son la infección y la pielonefritis, con sus particularida-
des clínicas.
La uropatía obstructiva y la infección son etapas
previas de otras complicaciones. La litiasis es una com-
plicación rara. Clínicamente, el riñón ptósico doloroso
y febril orienta siempre hacia una pielonefritis aguda o
reagudizada.
Diagnóstico diferencial. Clínicamente se ha de
realizar con otras causas de dolor renal o de otras vís-
ceras, osteoarticular y neuromuscular. Ante síntomas
digestivos, los datos clínicos, de laboratorio y los méto-

ÓN
dos de diagnóstico por imagen permitirán ubicar el pro-
blema, pero se han de tener presentes:

CI
Afecciones abdominales o pelvianas, con riñón ptósico

UC
inocente.
 Nefroptosis manifiesta, con síntomas de otras vísce-
OD
ras abdominales.
PR
 Riñón ptósico, con afección de otras vísceras de la
misma etiología: visceroptopsis.
RE

Fig. 7.24. Urograma descendente. Ptosis renal derecha.


SU

Estudios imagenológicos:
 Urografía intravenosa: permite estudiar esta situa-
DA

ción, frecuentemente detectada como hallazgo


BI

radiográfico. Se debe realizar sin compresión abdo-


I

minal, con el paciente en decúbito/espiración y


OH

bipedestación/inspiración forzada, de esta manera


PR

se determinará el grado de descenso, movilidad, ro-


tación y morfología ureteral, sinuosidades, angula-
ciones por vasos o adherencias, deformación en sifón,
signos de pielonefritis, litiasis de la unión pieloureteral,
etc., serán valorados minuciosamente. Interesa con-
cretar, además, la fijeza del uréter en su tercio su-
perior, que brinda una imagen de “riñón colgado”;
en bidepestación, los sistemas excretores superio-
res toman el aspecto de una “flor marchita” (Figs. 7.24
y 7.25).

Estudios radioisotópicos. Los estudios radioiso-


tópicos permiten descubrir con gran especificidad cuán-
do el descenso renal produce disminución del flujo
arterial o perturbación de la excreción urinaria.
En pacientes con ptosis renal y alteraciones fun-
cionales demostradas, el diagnóstico diferencial se plan-
tea con el riñón móvil pielonefrítico descendido y el Fig. 7.25. Ptosis renal derecha sin maniobra de Valsalva.
246 Urología

 Antecedentes de que la sintomatología apareció du-


rante el embarazo y permaneció después del parto.
 Síntomas que se acentúan en el periodo premenstrual.

El diagnóstico presuntivo se basa en:


 Ecografía abdominal (acostado y de pie), teniendo
especial interés en determinar la posición y forma de
los riñones, la forma de los cálices, el volumen de la
pelvis renal, la forma y el volumen del uréter y de las
vísceras y vasos de la cavidad pelviana.
 Rayos X simple y urograma (acostado y de pie) en
los mismos tiempos.

El diagnóstico de certeza está destinado a com-


probar la obstrucción urinaria en la posición de pie. Se
hace sobre la base de:
 Urografía excretora sin compresión (en posición de
acostado y de pie).
Fig. 7.26. Estenosis de la arteria renal.  Radiorrenograma isotópico (acostado y de pie), sin y

ÓN
con prueba de furosemida en ambas circunstancias.

CI
 TAC helicoidal angiográfica abdominopelviana con

UC
contraste urográfico.
OD
Tratamiento. Couvelaire expresó: “El enfermo
PR
cura de su nefroptosis, pero se queja de su nefropexia.
La mayor complicación de la nefroptosis es la nefro-
RE

pexia”.
SU

Las indicaciones quirúrgicas erróneas y las téc-


nicas inadecuadas generalizaron el descrédito de las
DA

múltiples intervenciones realizadas. La existencia de


BI

una ptosis renal per se no justifica una intervención


I

quirúrgica.
OH

Como condiciones previas elementales se exige


PR

un descenso del riñón de al menos 3 cuerpos vertebra-


les, signos claros de trastorno de irrigación con la
bipedestación, demostrados por arteriografía, urografía
e isótopos, y trastorno claro y bien identificado de obs-
trucción urinaria.
Las indicaciones quirúrgicas en la ptosis renal no
son frecuentes y suponen entre 5 y 8 % de los casos:
 Hidronefrosis progresiva con obstrucción de la vía
Fig. 7.27. Fases arterial y nefrográfica (derecha). urinaria, bien caracterizada.
 Crisis dolorosas iterativas o crisis anginosas (Dietle).
El diagnóstico de orientación se basa en:  Infecciones urinarias de repetición y estasis pieloca-
 Interrogatorio prolijo. licial irreductible.
 Examen físico completo.  Pielonefritis crónica evolutiva e hipertensión nefró-
 Persistencia de la sintomatología dolorosa caracte- gena.
rística, más allá de 6 meses.
 Su aparición, luego de descartar otras afecciones Otras indicaciones se establecen como tratamien-
capaces de simularlas (intestinales, ginecológicas y to complementario de otros procesos, como ocurre en
ortopédicas). el tratamiento quirúrgico de la estenosis de la arteria
Tumores genitourinarios 247
renal, estenosis de la unión pieloureteral o en el trata-  Fijación suficientemente sólida al nivel del riñón,
miento quirúrgico de cálculos renales. Ante la hematuria, empleando colgajos capsulares en algunos procedi-
se ha ensayado el uso de la espironolactona. mientos o recurriendo a veces a la transfixión del
Como contraindicaciones quirúrgicas se estable- riñón.
cen aquellas ptosis renales latentes, con síndrome do-  Fijación suficiente a la pared, necesaria, al menos,
loroso manejable con otras modalidades de tratamiento. en 2 lados.
También en las visceroptosis generalizadas, donde el
descenso renal es solo un dato clínico más y no el más La fijación se realizará fundamentalmente por la
importante del síndrome. formación de adherencias favorecidas por la decap-
Técnica quirúrgica: desde el punto de vista prác- sulación renal.
tico existen detalles a tener en cuenta para un trata- El reposo absoluto postoperatorio obligado (al
miento más correcto: menos durante 15 días) favorece los procesos trom-
 Eliminación de todas las adherencias que puedan boembólicos.
provocar estenosis o angulaciones. Es particularmente dolorosa la transfixión de
 Exploración completa del riñón y de la unión pieloure- diafragma y pleura por la sutura de suspensión.
teral, facilitando su movilidad. Incisión lumbar, lo Los resultados del tratamiento, si la indicación
menos traumática posible y económica. quirúrgica se estableció con precisión rigurosa, son
 Fijación razonablemente alta del riñón, sin tracción buenos: 80 % de curaciones y de 10 a 15 % de mejo-
del uréter o del hilio renal, con precaución, para evi- rías notables. Con el desarrollo de la videoendoscopia

ÓN
tar acodaduras. han resurgido técnicas quirúrgicas modernas, empleán-

CI
 Fijación del riñón en buena posición, sin rotación de dose la vía laparoscópica, cuyos resultados habrá que

UC
su eje. esperar por mayor tiempo de empleo, para tomarlos
 Evitar el empleo de suturas no reabsorbibles.OD como resultados superiores a los anteriores.
PR
RE
SU

Pedro Molina Boronat


DA
BI
I
OH

El hidrocele se caracteriza por el cúmulo de líqui- como linfa, que luego se introducirá en los linfáticos de
PR

do seroso entre las láminas parietal y visceral de la la capa parietal de la túnica vaginal. Si estos se obstru-
túnica vaginal del testículo, aunque puede ocurrir den- yen, se producirá cúmulo de linfa en la cavidad del
tro del cordón espermático; se observa con más fre- hidrocele. Esta explicación no aclara por qué se blo-
cuencia rodeando el testículo. quean los linfáticos, a menos que haya afectación con-
Clasificación. Puede ser congénito o primario y comitante de los linfáticos retroperitoneales por filariasis
secundario o adquirido, este último agudo o crónico. o cicatrización posirradiación.
Congénito. Se observa en recién nacidos por Cuadro clínico. En el niño con hidrocele comu-
persistencia del conducto peritoneo-vaginal; en oca- nicante (es el más frecuente), se caracteriza por una
siones estos desaparecen alrededor de los 2 años de masa quística, pequeña y blanda en la mañana, pero
vida y solo se deben explorar en caso de persistir. más grande y tensa en la noche; en ocasiones, en el
Adquirido. Es secundario a infecciones, traumas niño pequeño es difícil establecer la diferencia entre
y tumores; también se plantea que puede surgir con hidrocele y hernia, sin embargo, toda masa ovoidea, no
posterioridad a la radioterapia. Se puede desarrollar en dolorosa, irreducible, que transilumine, puede ser iden-
forma crónica y es el más común; suele afectar a los tificada como hidrocele, aunque es bueno señalar que
hombres mayores de 40 años; su causa se desconoce. ambos procesos pueden coexistir.
Algunos autores plantean que el testículo no po- En el adulto se encuentra una masa intraescrotal
see linfáticos propios y el líquido del hidrocele actúa de aspecto ovoideo, no dolorosa, a menos que exista
248 Urología

un proceso inflamatorio subyacente; en ocasiones, por tesia local, espinal o general. Entre las técnicas más
su gran volumen puede provocar molestias al caminar, utilizadas se encuentran la de Bergmann, que consiste
por el tironamiento del cordón espermático; la superfi- en resecar el saco; la de Jaboulay y Wilkelman, que
cie es lisa, ya que distiende uniformemente la piel, y los consiste en evertir la vagina del testículo, y la técnica
pliegues aparecen borrados, de acuerdo con el tamaño de Lord, en la que se realiza la plicatura de los bordes
de la tumoración. del saco (Figs. 7.28, 7.29 y 7.30).
La consistencia es denso-elástica o renitente, se- En muchos lugares se realiza como tratamiento
gún el grado de tensión del líquido, que generalmente definitivo y de forma ambulatoria la punción y evacua-
impide palpar el testículo, aunque si el hidrocele es pe- ción del hidrocele, usando varios agentes esclerosantes,
queño, desplaza al testículo hacia atrás y abajo, siendo siendo la tetraciclina la más frecuentemente utilizada
posible palparlo, si es voluminoso el pene puede que- por sus propiedades irritativas y antibacterianas de
dar incluido en la piel escrotal lo que dificulta el acto amplio espectro. Este método es un procedimiento efi-
sexual. El cordón espermático está libre y normal (por caz en la consulta externa, que no conlleva riesgo, aun-
encima del hidrocele). que no está exento de complicaciones.
El hidrocele secundario se puede acompañar del
cuadro sintomático de la afección que le dio origen,
por ejemplo, traumas, tumor, infección, etc. En este
tumor la transiluminación positiva es característica y si
se trata de un hidrocele a tensión, tiene gran valor para

ÓN
diferenciarlo del tumor testicular.

CI
Diagnóstico. Los antecedentes, así como los sín-

UC
tomas y signos ya descritos, facilitan el diagnóstico, el
cual se confirmará mediante la transiluminación positi-
OD
va; también se realiza ultrasonido escrotal o el cente-
PR
lleo testicular.
Diagnóstico diferencial. Se debe realizar con
RE

la hernia inguinoescrotal, cáncer de testículo, quiste del Fig. 7.28. Técnica de Bergmann (resección del saco y liga-
SU

cordón, epididimorquitis, hematocele, etc. dura o electrocoagulación de los vasos sangrantes).


Tratamiento. En el niño muchas veces no es
DA

necesario, ya que puede desaparecer antes de los 2 años


BI

de edad, de manera espontánea; en caso de persistir


I

puede ser sometido a tratamiento quirúrgico, por vía


OH

inguinal. En el adulto, a menos que no existan compli-


PR

caciones, no es necesaria una terapéutica activa.


De este modo, el tratamiento se indica cuando
existe un hidrocele a tensión, ya que puede dificultar la
circulación sanguínea del testículo, así como en una
masa grande, que estéticamente sea desagradable para
el paciente, y en caso de que provoque molestias o
ligero dolor por el tironamiento del cordón.
Hidrocele adquirido crónico. Su tratamiento
radical es la operación, para lo cual existen diferentes Fig. 7.29. Técnica de Jaboulay y Wilkelman (eversión de la
técnicas quirúrgicas que se pueden realizar con anes- vagina del testículo).
Tumores genitourinarios 249

Fig. 7.30. Técnica de Lord (plicatura con suturas del borde del saco).

ÓN
CI
UC
OD Pedro Molina Boronat
PR
RE

Es un proceso crónico, que se caracteriza por la  Sexual: congestión sexual repetida por excesos
SU

dilatación varicosa del cordón espermático, debido a sexuales, masturbación o excitaciones prolongadas,
DA

un compromiso del drenaje venoso del testículo; es más favorecen la enfermedad.


BI

frecuente en el lado izquierdo, aunque puede afectar el


I

derecho o ser bilateral. Cuadro clínico. Las manifestaciones clínicas


OH

Etiopatogenia. Se señalan diversos factores: dependen de que el varicocele sea idiopático o secun-
 Anatómico: la vena espermática izquierda desem-
PR

dario. Generalmente, el primero se presenta entre los


boca en ángulo recto en la vena renal y la derecha 15 y 30 años de edad; tiene un desarrollo lento, lo que
en forma oblicua en la vena cava inferior, lo que impide que el enfermo no se percate de este.
impide el drenaje libre del vaso; junto a la fuerza de Muchas veces se diagnostica por un examen físi-
gravedad conduce a un drenaje pobre del plexo co de rutina; otras, el paciente refiere aumento de vo-
pampiniforme, cuyas venas, debido al estasis, se lumen del escroto o molestias a ese nivel, las cuales
elongan y dilatan gradualmente. pueden aumentar en la posición de pie y con los es-
 Vascular: está dado por lesiones congénitas de las fuerzos físicos.
venas espermáticas, como la presencia de paredes El secundario se presenta a cualquier edad y se
hipoplásicas con válvulas insuficientes o no; la trom- caracteriza por su rápido desarrollo; se debe a una
bosis venosa renal en el lado izquierdo o la trombo- obstrucción que impide el paso normal de la sangre por
sis de la vena cava pueden conducir a un varicocele. el plexo espermático, como los tumores renales que
 Constitucional: se plantea que esta afección se pre- invaden la renal izquierda o derechos que comprimen
senta en individuos asténicos, con bolsas escrotales la vena cava; también pueden ser causados por
alargadas. adenopatías compresivas.
 Obstructivo: compresión o infiltración tumoral de la El examen físico se debe realizar con el paciente
vena espermática. de pie; por lo general se encuentran unas bolsas escrotales
250 Urología

alargadas, con una masa de venas dilatadas, tor tuosas, sugiere evitar las congestiones sexuales. El tratamien-
situadas por detrás y por encima del testículo, que en to definitivo es quirúrgico y solo se indica ante el
ocasiones se extiende hasta el anillo inguinal externo. varicocele doloroso, en los casos en que por su tamaño
Otras veces las dilataciones son pequeñas y se le indi- produzca molestias al paciente.
ca al paciente realizar la maniobra de Valsalva para También se practicará la cirugía cuando se en-
aumentar el grado de la dilatación venosa; esta manio- cuentren alteraciones en la espermatogénesis, en pa-
bra no se realiza en los niños. En la posición de acosta- cientes en los cuales se estudia una infertilidad y pade-
do la dilatación venosa puede desaparecer. cen la enfermedad. En Cuba se les realiza tratamiento
En el varicocele se distinguen 3 estadios clíni- quirúrgico a los jóvenes que van a cumplir el servicio
cos: en el primero no se presentan síntomas y en la militar y que son enviados a la consulta de urología
posición horizontal la dilatación venosa desaparece; porque se diagnostican durante el chequeo médico pre-
el segundo se caracteriza por el comienzo del dolor y vio a su incorporación.
las venas dilatadas se encuentran más abajo del ex- Se han descrito muchas técnicas quirúrgicas, que
tremo superior del testículo; en el tercero las venas consisten en la ligadura y resección de las venas esper-
dilatadas se pueden palpar más abajo del extremo in- máticas; entre las más utilizadas se encuentra la técni-
ferior del testículo, el paciente refiere dolor y pueden ca de Palomo (Fig. 7.31): la ligadura y sección de las
aparecer trastornos de la espermatogénesis . venas espermáticas se realiza a unos 3 cm por encima
Diagnóstico. Muchas veces se realiza por el del orificio inguinal interno. La técnica de Amelar y
examen físico de rutina en los genitales, ya que en oca- Dubin se lleva a cabo al nivel del anillo inguinal interno;

ÓN
siones es sintomático; otras se diagnostica por el cua- la de Ivanissevich, al nivel del canal inguinal, etc.; tam-
dro clínico y el examen físico; también se indican estu- bién se han realizado varias anastomosis entre la vena

CI
dios de ultrasonido Doppler escrotal, el cual es muy útil espermática y otras, como, por ejemplo, la epigástrica

UC
en el varicocele subclínico; termografía escrotal, veno- inferior, iliaca, safena, etcétera.
grafía y arteriografía renal, así como venografia escrotal.
OD En los últimos años se ha practicado la emboliza-
Tratamiento. Se puede indicar el suspensorio ción percutánea del varicocele y más actualmente la
PR

escrotal, que puede aliviar las molestias; también se varicocelectomía laparoscópica trans o extraperitoneal.
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 7.31. Técnica de Palomo (ligadura alta de las venas espermáticas).


Tumores genitourinarios 251

Joel Irons Pérez

En los últimos años ha ocurrido un incremento


importante en el diagnóstico incidental de masas rena-
les mediante ecografía y TAC. La mayoría de estas
lesiones son quistes simples (hallazgo incidental entre
25 y 33 % de los pacientes mayores de 50 años que se
realizan TAC), pero el número de pacientes con ma-
sas renales complejas es considerable.
El riñón es uno de los sitios más comunes donde
asientan quistes, de esta manera, la presencia de quis-
tes simples (menos de 3) en riñones de adultos, a partir
de los 20 o 30 años, es muy frecuente y se considera

ÓN
un hallazgo, casi como variante de la normalidad.

CI
Los quistes renales simples son bolsas llenas de
fluido, que se forman en los pequeños tubos de los ri-

UC
ñones. No se conoce con seguridad la causa de los
OD
quistes renales; en realidad, los quistes simples no
dañan los riñones y, por lo tanto, no necesitan trata- Fig. 7.32. Quiste renal cortical simple.
PR

miento, pero si estos crecen demasiado pueden ejer cer


RE

presión sobre los órganos vecinos, infectarse, sangrar Poliquistosis autosómica recesiva (infantil). Se
o causar hipertensión arterial.
SU

manifiesta, por lo general, durante la infancia (hasta


Estos, por lo general, son sacos pequeños, ovala- los 13 años); se incluye en muy pocos casos hasta los
DA

dos o redondos, de paredes delgadas, que contienen 20 años; es bilateral.


BI

agua por dentro; casi siempre son benignos. Usual- Poliquistosis autosómica dominante (adulto).
I

mente no causan problemas, de hecho, muchas veces Si bien todos los casos se descubren entre los 30 y
OH

se desconoce su presencia. 50 años de edad, esta afección ha sido reconocida en


PR

Por otra parte, se sabe que la enfermedad quística los neonatos; rara vez la insuficiencia renal se observa
renal se asocia a la formación de quistes, al nivel de ante de los 40 años de edad.
otros órganos, y que en el mundo muchos autores con- El riñón multiquístico del recién nacido es unilate-
sideran este conjunto de entidades quísticas en 2 gran- ral, no se hereda y se caracteriza por una masa de
des grupos: hereditarios y no hereditarios. quistes, irregularmente lobulada; puede o no haber
Epidemiología. El quiste simple, que también se uréter.
conoce como seroso, aparece según Heptinstall en 1 de Etiopatogenia. En la clasificación de las enfer-
medades quísticas renales se describen 3 grupos:
cada 2 hombres mayores de 50 años. Son unilaterales
1. Quistes displásicos.
en 94 % de los casos y bilaterales en 6 %. Topográ-
2. Enfermedades quísticas hereditarias.
ficamente asientan en el polo superior (28 % de los
3. Otros quistes renales.
casos), polo inferior (35 %), mesorrenales (14 %) y en
el resto del riñón (22 % aproximadamente). En la figu- Con respecto a la causa exacta de los quistes
ra 7.32 se muestra un quiste renal cortical simple. simples, aún no se ha aclarado si son congénitos o ad-
Entre otras entidades pertenecientes a las afec- quiridos; su origen puede ser semejante al de los riño-
ciones quísticas renales se encuentran la poliquistosis nes poliquísticos, es decir, la diferencia entre estos puede
autosómica recesiva (infantil) y la poliquistosis autosó- ser solo por el grado. En cuanto a los riñones poliquís-
mica dominante (adulto). ticos o la poliquistosis renal se conoce que el trastorno
252 Urología

ocurre desde el punto de vista embriológico, por un Anatomía patológica. Desde el punto de vista
defecto en el desarrollo de los túbulos colectores y uri- macroscópico, ya fue descrita anteriormente.
narios y en el mecanismo de su unión. Los túbulos Microscópicamente presenta 3 capas (de dentro
secretores y ciegos que se hallan conectados a glomé- afuera):
rulos funcionantes se vuelven quísticos. Conforme 1. Un revestimiento epitelial.
estos quistes se agrandan, comprimen el parénquima 2. Una lámina conjuntiva.
adyacente, lo destruyen por la isquemia y ocluyen los 3. El parénquima renal.
túbulos normales.
El resultado es el daño funcional progresivo. Se Cuatro nociones son necesarias:
ha comprobado la relación entre los quistes renales y 1. Es excepcional que estén revestidos de epitelio
otras afecciones como los quistes hepáticos y pancre- paramalphigiano.
áticos, aneurismas cerebrales, trastornos en las válvu- 2. Algunos parecen de localización en médula renal.
las cardiacas, hasta 10 % de prolapso de la válvula 3. Presentan fibras musculares lisas en su pared.
mitral o la aparición de hernias inguinales, divertículos 4. No existen lesiones displásicas verdaderas aso-
intestinales y cólicos renales.
ciadas al quiste.

Quistes renales simples, El líquido quístico se parece al intersticial; se ha


estudiado el paso de antibióticos y marcadores radiacti-
solitarios o múltiples

ÓN
vos al líquido quístico y se ha observado que no pasan.

CI
Diagnóstico. Además de los antecedentes, el
Son sacos pequeños, ovalados o redondos, de
cuadro clínico y el examen físico solo revelan algunos

UC
paredes delgadas, que contienen agua por dentro; casi
datos, en caso de observar algunas de sus complica-
siempre son benignos, usualmente no causan proble- OD ciones, ya que la evolución de esta afección es gene-
mas, incluso, el paciente puede pasar la vida sin siquie-
ralmente silente. Se centrará la atención en la explora-
PR
ra saber que los tiene.
Cuadro clínico. Pueden evolucionar de manera ción urinaria, desde el punto de vista radiográfico:
RE

 Ecografía: se comienza con este estudio por ser el


asintomática y ser el hallazgo ultrasonográfico durante
más simple y menos invasivo; brinda una gran orien-
SU

el estudio de otra enfermedad:


 Dolores sordos en los costados.
tación en los casos de masa renal (Fig. 7.33): se
DA

 Crisis de cólicos nefríticos. pueden observar imágenes sonolucentes con refuer-


BI

 Hematuria. zo posterior; permite medir el tamaño y el diámetro,


I

así como la localización de los quistes, además de


OH

Complicaciones más frecuentes: brindar la cantidad y característica del líquido y si


PR

 Hemorragias. presentan o no tabiques en su interior.


 Roturas: pueden ser espontáneas (vía excretora o  Urografía excretora: en la vista simple se pueden
región perirrenal) y provocadas. observar calcificaciones, si existen, y aumento de la
 La presión del líquido intraquístico puede alcanzar sombra renal del lado afecto; en las vistas contras-
entre 15 y 32 cm de agua. tadas se puede apreciar cuando asienta hacia uno
 Infecciones: por vía ascendente, como consecuen- de sus polos el aumento de tamaño de la sombra
cia de un foco de pielonefritis contiguo, o sanguí- renal por la imagen por adición que se observa y si
nea. no es periférico provoca deformaciones pieloca-
 Degeneración maligna. liciales, similar a las provocadas por los tumores re-
nales. El quiste simple es móvil en las placas tomadas
Existen, además, otras afecciones asociadas al por compresión, puede movilizarse más de 1 cm y
quiste, que en ocasiones constituyen su forma de pre- se conoce como signo de Paul Cornet (Fig. 7.34).
sentación, y se conocen como formas asociadas:  Arteriografía renal: aparece una zona avascular. Se-
 Quiste renal y litiasis renal, sobre todo úrica. gún Michel y Boulet, en los quistes parapiélicos se
 Quiste renal e hipertensión arterial. presentan 3 signos:
 Separación de las ramas arteriales pre y retro-
 Quiste de riñón y poliglobulia, por producción de
eritropoyetina. piélicas.
Tumores genitourinarios 253
 Seno renal amplio y muy abierto.
 En placas de perfil se observan mejor los 2 signos
descritos. Becker y otros autores insisten en el
aspecto quístico que pueden ofrecer los adenocar-
cinomas papilares y tubulares, ciertos procesos
pielonefríticos crónicos y la hipertrofia de las co-
lumnas de Bertini.
 Punción percutánea translumbar y posterior quisto-
grafía: se estudia el líquido quístico, en este caso los
lípidos, que en el cáncer estarían por encima de 1 g,
y la LDH, lacticodeshidrogenasa, que superaría las
17 mu/L Esta serviría para el posterior tratamiento
esclerosante del quiste; el contraste inyectado des-
aparece entre 1 y 6 días.
 TAC: se distinguen perfectamente por su hipoden-
sidad, tanto en las vistas simples como contrasta-
das. Además, presentan paredes finas, márgenes
internos lisos sin reptaciones y calcificaciones, au-

ÓN
sencia de refuerzo tras la administración de con-

CI
traste; asimismo se puede realizar la TAC helicoidal Fig. 7.34. Quiste simple en riñón derecho (urografía excretora).

UC
que tiene como ventaja, con respecto a la conven-
cional, menos artefactos y presenta la posibilidad de
OD
reconstruir imágenes de forma retrospectiva y a
PR
cualquier nivel (Figs. 7.35 y 7.36).
 RMN: no aporta mayor información que la TAC y
RE

por ello se indica en pacientes alérgicos al con-


SU

traste yodado, aumento de las cifras de creatinina


sérica o para conocer la naturaleza de los quistes
DA

hiperdensos.
BI
I
OH
PR

Fig. 7.35. Quiste simple en riñón derecho (TAC).

Fig. 7.33. Múltiples quistes simples. Riñón izquierdo


(ecografía). Fig. 7.36. Quiste cortical gigante en riñón izquierdo (TAC).
254 Urología

Tratamiento. El tratamiento consiste solamente Enfermedad renal poliquística


en la observación del quiste cada 3 a 6 meses, según
criterio del médico de cabecera, a través de la ultraso- La enfermedad renal poliquística es una anoma-
nografía. lía grave, en la cual todo el riñón está formado por una
Si existen síntomas asociados, se tratarán los que masa de quistes de origen congénito. La enfermedad
se encuentren en el momento del diagnóstico. El trata- es bilateral desde el comienzo y resulta posible que en
miento según las características de la lesión puede re- un lado esté más avanzada que en el otro. Se recono-
querir una intervención quirúrgica, ya sea por vía abierta cen 2 tipos de poliquistosis renal: poliquistosis renal
o métodos menos invasivos como el ultrasonido autosómica recesiva (infantil) y poliquistosis renal
intervensionista, a través del cual se inyectan sustan- autosómica dominante (adulto).
cias esclerosantes al mismo, con su posterior resolu-
ción, y por vía abierta se realiza lumbotomía por las Poliquistosis renal autosómica
técnicas ya conocidas por todos los urólogos, realizan-
do posterior al abordaje del riñón el desteche del quis-
recesiva (infantil)
te; con el advenimiento de la cirugía laparoscópica se En el pasado, el tipo autosómico recesivo de
han logrado la exéresis de los mismos a través de la poliquistosis renal a menudo se designaba como la for-
quistectomía renal laparoscópica retroperitoneal con ma infantil. Esta descripción relacionada con la edad
excelentes resultados, el mínimo de complicaciones y es confusa, imprecisa y debe ser abandonada. La

ÓN
una evolución satisfactoria de los pacientes interveni- poliquistosis renal autosómica recesiva (PRR) tiene un

CI
dos por esta vía (Fig. 7.37). espectro de severidad, y las formas más severas aparecen

UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 7.37. Quistectomía renal laparoscópica retroperitoneal.


Tumores genitourinarios 255
en las fases más tempranas de la vida. La enfermedad
quística generalmente se manifiesta durante la infan-
cia (hasta los 13 años de edad; en raros casos hasta
los 20 años) y es bilateral. Los casos de PRR involucran
hasta cierto punto el hígado en la forma de estasis bi-
liar o fibrosis periportal.
Cuadro clínico. Cuanto menor es la edad del
paciente en el momento del diagnóstico, mayor será la
severidad del cuadro. El neonato afecto presenta, por
lo general, masas lumbares reniformes de gran tama-
ño, consistencia dura y son negativas a la transilumi-
nación. En algunos casos los riñones alcanzan gran
tamaño como para interferir el parto. El oligohidramnios
es frecuente, debido a la ausencia de producción nor-
mal de orina por el feto. El neonato muestra, a menudo,
una facies de Potter y puede padecer distrés respira-
torio como consecuencia de la hipoplasia pulmonar.
Los niños en quienes la enfermedad se manifies-
ta más tardíamente desarrollan insuficiencia renal e

ÓN
hipertensión más lentamente que aquellos en los cua-

CI
les la PRR se manifiesta en el momento del nacimien- Fig. 7.38. Riñón poliquístico infantil.
to. En general, los problemas clínicos de estos niños

UC
son consecuencia de la enfermedad hepática, más que
OD sido reconocida en los neonatos. Pocas veces la insu-
del trastorno renal. ficiencia renal se observa antes de los 40 años de edad.
Anatomía patológica. Los riñones conservan la
PR
La forma autosómica dominante de enfermedad renal
lobulación fetal. Al remover la cápsula se pueden apre-
poliquística es una causa importante de insuficiencia
RE

ciar, a simple vista, pequeños quistes subcapsulares que


renal, responsable de un número no despreciable de
representan dilataciones fusiformes generalizadas de
SU

los tubos colectores. La superficie de corte permite todos los cuadros tratados por hemodiálisis. El rasgo
observar los túbulos dilatados con una disposición ra- de enfermedad renal poliquística posee una penetrancia
DA

diada desde el cáliz hasta la c ápsula. de 100 % y dado que se transmite como un rasgo
BI

La corteza se encuentra poblada de quistes dimi- autosómico, dará en promedio al 50 % de la progenie


I

del paciente que sufra la enfermedad.


OH

nutos. La configuración de la nefrona es normal, salvo


por la presencia de dilataciones de los tubos colectores Cuadro clínico. El signo de presentación princi-
PR

y las neuronas, debido a la hiperplasia (Fig. 7.38). pal en los neonatos es la renomegalia. En los casos
Tratamiento. No existe un tratamiento curativo más severos se puede observar un distrés respiratorio
para la PRR. Los cuidados respiratorios pueden redu- significativo o el niño nace muerto. Cuando la enfer-
cir las molestias y prolongar la vida del niño. Los pa- medad se manifiesta después del primer año de edad,
cientes que sobreviven a menudo deben ser tratados los signos y síntomas principales se relacionan con la
por hipertensión, insuficiencia cardiaca congestiva e hipertensión y el aumento de tamaño de los riñones
insuficiencia renal o hepática. La hemodiálisis y el tras- disfuncionantes.
plante renal deben ser considerados en algún momen- En los casos típicos, cuando esta afección se
to de la evolución de estos pacientes. manifiesta en una fase más tardía de la vida, adopta
2 formas. En una de ellas, los pacientes se presentan
en la cuarta década de la vida con dolor lumbar,
Poliquistosis renal autosómica hematuria, infección del tracto urinario, síntomas
dominante del adulto gastrointestinales y cólicos renales. Se supone que los
trastornos gastrointestinales se deben a la compresión
El término enfermedad poliquística del adulto es mecánica producida por los riñones y que el cólico re-
inadecuado. Si bien la mayoría de los casos se descu- nal sería secundario al pasaje de coágulos sanguíneos o
bre entre los 30 y 50 años de edad, esta afección ha cálculos.
256 Urología

En el segundo tipo, los pacientes, por lo común, nal, determinaron que el pronóstico de los pacientes
se presentan en la cuarta década de la vida con insu- con enfermedad renal poliquística mejorara notable-
ficiencia renal e hipertensión. La condición poliquística mente, además de la hemodiálisis, la diálisis peritoneal,
de la enfermedad renal poliquística no se limita a los el trasplante renal, así como otros medios quirúrgicos
riñones. La presencia de quistes hepáticos, en general laparoscópicos que disminuyen la morbilidad.
identificados de forma accidental en una ecografía,
contribuye a su diagnóstico. Los quistes son más fre-
cuentes en los adultos que en los niños (Fig. 7.39). Riñón multiquístico unilateral
El riñón multiquístico del recién nacido es unilate-
ral; no se hereda y se caracteriza por una masa de
quistes, irregularmente lobulada; puede o no haber
uréter.
El único dato clínico es una masa irregular en los
flancos. Esta anomalía metanefrogénica no posee fun-
ción renal. Se diferencia del riñón poliquístico su unila-
teralidad. La función, en conjunto, es normal.
El examen microscópico revela únicamente unos
cuantos glomérulos y túbulos embrionarios. Se encuen-

ÓN
tran otras evidencias de displasia. En estos casos se

CI
indica la nefrectomía.

UC
OD
Enfermedad quística renal
PR

adquirida
RE

La enfermedad quística renal adquirida se desa-


SU

rrolla en riñones con daño crónico y mala cicatriza-


ción, de esta manera, se observa por lo general junto a
DA

Fig. 7.39. Riñón poliquístico del adulto. la diálisis y las enfermedades renales en fase terminal;
BI

aproximadamente 90 % de los enfermos sometidos a


I
OH

Anatomía patológica. Los quistes renales pue- diálisis durante 5 años presenta esta afección.
den medir entre algunos milímetros y centímetros de Los pacientes buscan ayuda médica cuando ob-
PR

diámetro; aparecen de forma difusa en toda la corteza servan la presencia de sangre en la orina (hematuria),
y la médula, con comunicaciones a diversos niveles de aunque es frecuente la asociación de tumor renal con
la nefrona. esta afección. En estos casos ya existe un régimen de
Tratamiento y pronóstico. Los avances en el tratamiento, por los trastornos renales, y en muy pocas
diagnóstico y tratamiento de la infección urinaria, la ocasiones se utiliza la cirugía para remover los quistes
hipertensión arterial, los cálculos y la insuficiencia re- por el sangrado o para extirpar el tumor.

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BI
I
OH
PR
Uroandrología 265

Capítulo 8

ÓN
Ramiro Fragas Valdés

CI
UC
OD
La disfunción eréctil (DE) es la incapacidad permanente para lograr y/o mante-
ner una erección suficiente para alcanzar una actividad sexual satisfactoria, según
PR

referencias del paciente y/o su pareja, o bien sobre la base de pruebas objetivas, en un
RE

tiempo de 3 meses, como mínimo, y después de la pubertad; sus causas se atribuyen a


factores biogénicos, psicogénicos o mixtos. Puede ser:
SU

 Primaria: cuando nunca se recuerda haber tenido una erección rígida.


 Secundaria: cuando existen antecedentes de buena erección.
DA

 Asociada con otro trastorno sexual (eyaculación precoz, disminución del deseo, etc.).
BI
I
OH

El término DE define con mayor precisión la naturaleza de dicha disfunción sexual,


que el de impotencia.
PR

Los elementos fisiopatológicos de la erección están muy asociados con la DE. De


esta manera, la erección se produce cuando existe una integridad vásculo-nerviosa-
endocrino-psicológica-bioquímica e histológica, que ha de funcionar adecuadamente
para que ocurra una erección satisfactoria; cualqu ier afectación de uno o varios de
estos sistemas puede llevar a DE, de ahí la importancia de profundizar en dichos estu-
dios cuando se trata de investigar este complejo síndrome multifactorial.
Clasificación. Etiológica:
 Orgánica o biogénica: por anomalías o lesiones vasculares, neurológicas, hormonales
o cavernosas.
 Psicogénica: por la inhibición central del mecanismo eréctil, en ausencia de daño
físico.
 Mixta: por la combinación de factores biogénicos y psicogénicos.

De acuerdo con el Estudio de envejecimiento masculino de Massachusetts


(EEMM), la DE se puede clasificar en diferentes grados:
 DE mínima o ligera: usualmente se logra y mantiene la erección: 17 %.
266 Urología

 DE moderada: ocasionalmente se logra y mantiene Se ha logrado que algunos medicamentos puedan


la erección: 25 %. actuar en este importante paso, al permitir una con-
 DE completa o severa: nunca se logra la erección centración mayor de los niveles de GMPc en el mús culo
(10 %). cavernoso, amplificándose la respuesta eréctil fisioló-
gica. De esta manera, han surgido los inhibidores de la
Factores de riesgo: fosfodiesterasa tipo 5 (I-FDE-5): citrato de sildenafil
 Consumo de alcohol, drogas y tabaco. (Viagra), vardenafil (Levitra) y tadalafil (Cialis), con
 Fármacos: antihipertensivos, antidepresivos, antago- probada eficacia en la DE (aproximadamente de 70 a
nistas H2, hormonas, sedantes, etcétera. 80 %). En los próximos 10 años se esperan 5 o 6 nue-
 Enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial vos I-FDE-5.
y diabetes mellitus: según el EEMM son 3 condicio- Fisiopatología de la DE venooclusiva. Estu-
nes médicas básicas muy asociadas a la DE. dios de la dinámica vascular demuestran claramente
 Diabetes mellitus: la DE se presenta en 50 % de los que la restricción del flujo de salida es esencial para
hombres diabéticos (en un rango de 28 a 59 %), en iniciar y mantener la erección peneana, y en su ausen-
dependencia del tiempo de evolución y control de la cia se presenta DE por enfermedad venooclusiva o
enfermedad, edad y otros factores asociados. insuficiencia venocavernosa, cuyas causas, teóricamen-
 Ateroesclerosis: afecta a 40 % de los hombres ma- te, se pueden dividir en 5 tipos, según la clasificación
yores de 50 años, debido a un factor común: dismi- de Tom Lue, lo cual es fundamental para entender el
nución del flujo de sangre que llega al pene y, por fracaso de la cirugía venosa en general:

ÓN
tanto, al corazón, cerebro, riñón, miembros inferio-  Tipo I: grandes venas insuficientes o ectópicas, ge-

CI
res, etc., lo que repercute en órganos vitales y afec- neralmente congénitas; se puede manifestar en hom-
ta la salud general de los que la padecen. Muchas bres jóvenes. En nuestro criterio, hoy día este sería

UC
veces, la DE descubre a un individuo en riesgo. el único tipo que, bajo una rigurosa selección de ca-
OD
 Insuficiencia renal crónica (IRC): 40 % de todos los sos bien protocolizados y con un equipo médico ex-
que padecen esta afección, presentan DE. perimentado, tiene indicación de cirugía venosa.
PR

 Insuficiencia hepática: de 25 a 70 % presentan DE.  Tipo II: disfunción o anomalías en la túnica albugínea:
RE

 Esclerosis múltiple: 71 %. se relaciona con causas congénitas, enfermedad de


 Enfermedad de Alzheimer: 53 %. Peyronie y envejecimiento.
SU

 Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC):  Tipo III: incapacidad para la relajación por fibrosis o
degeneración del músculo cavernoso (diabetes
DA

30 %.
 Enfermedad de Peyronie. mellitus, arterioesclerosis), por disfunción de los ca-
BI

 Desórdenes endocrinos. nales de unión.


I

 Tipo IV: liberación inadecuada de neurotransmisores


OH

 Trastornos psiquiátricos, como la depresión severa,


provocan DE (90 %). (DE neuropática y psicológica, disfunción endotelial,
PR

 Traumas, radiaciones y grandes cirugías pélvicas.


tabaquismo).
 Tipo V: comunicaciones anormales entre los cuer-
 Lesiones raquimedulares: traumáticas, quirúrgicas o
pos cavernoso y esponjoso (congénitas, traumáticas
por otras enfermedades.
o poscirugía de priapismo).
 Factores psicogénicos: conflictos de pareja, familia-
res, laborales, económicos, miedo al desempeño
Epidemiología:
sexual, enfermedades, etcétera.
 Según el Panel de Desarrollo de Consenso, del Insti-
Mecanismo bioquímico de la erección. Se tuto de Salud (INS), de EE.UU., la DE afecta a trein-
conoce que la relajación del músculo liso del cuerpo ta millones de hombres en ese país.
cavernoso es necesaria para la erección del pene, in-  EEMM: de acuerdo con un cuestionario realizado,
cluye un mecanismo no adrenérgico y no colinérgico, 52 % de los hombres entre 40 y 70 años presentó
mediado por el óxido nítrico (ON), el cual, a su vez, DE en diferentes grados (n = 1 290). El índice de
estimula la enzima guanilatociclasa para producir el respuestas fue de 75 % (1 290/1 709); 35 % presen-
guanosilmonofosfato cíclico (GMPc), responsable di- tó DE entre moderada y completa, cuya tasa global
recto de la relajación del músculo cavernoso, converti- varió con la edad: a los 40 años, 39 %; 50 años, 48 %;
do en GMP (metabolito no activo), por acción de la 60 años, 57 %, y 70 años, 67 %; a los 80 años pudo
fosfodiesterasa tipo 5 (FDE-5). llegar a 75 %.
Uroandrología 267
El Consenso Latinoamericano de DE considera Las causas de DE en el diabético son multifac-
que cerca de 50 % de los hombres con 40 años o más toriales:
sufre algún grado de DE y que por lo menos 35 %  Neuromiovasculopatía:
padece DE completa o severa, lo que indica que esta  Trastornos endocrinos, nutricionales y degenera-

condición es común en la población masculina perte- tivos.


neciente a esta región, razón por la cual se debe consi-  Mal control de la diabetes.

derar un problema de salud pública importante, no solo  Factores psicogénicos: la información puede ori-

por la frecuencia, sino también por el impacto negativo ginar miedo a padecerla.
 Medicamentos para el tratamiento de la enferme-
en la calidad de vida.
Más recientemente, el primer estudio prospectivo dad y/o sus complicaciones.
sobre la incidencia de DE en Latinoamérica, sugiere
Pruebas diagnósticas específicas. Se deben
que cerca de un millón de casos nuevos de DE tienen
discutir con el paciente las pruebas y opciones tera-
lugar todos los años en Brasil, en hombres entre 40 a
péuticas con que se cuenta, grado de invasividad, posi-
70 años.
bles complicaciones y resultados esperados, los cuales
Se estima que a nivel mundial más de 150 millo- deben responder a sus expectativas.
nes de hombres sufren DE en grados diferentes; solo Premisas del diagnóstico de DE:
10 % consulta por dicha afección y cuando lo hace,  Se deben tener en cuenta el costo, riesgo y beneficio
muchas veces es tarde, por presentar daños irreversi- de dichos estudios.
bles, tanto físicos como psíquicos, lo que repercute  Multidisciplinario y escalonado, desde el nivel prima-

ÓN
considerablemente en la esfera biopsicosocial y, por rio hasta el secundario y/o terciario, de investigacio-

CI
consiguiente, en sus relaciones interpersonales. Se es- nes menos a más complejas.

UC
tima que para el 2025 habrá 322 millones de hombres  Realizar una buena historia clínica general y
con DE. OD psicosexual.
 Tener en cuenta que muchos pacientes con DE re-
suelven o mejoran su afección cuando se controla la
PR

Disfunción eréctil enfermedad de base y se les brinda educación sexual.


RE

y envejecimiento  En casos con larga evolución y varias complicacio-


nes asociadas a su enfermedad, se deben evitar las
SU

Es muy importante reconocer que, debido a fac- pruebas invasivas y costosas, lo que se puede lograr
DA

tores vasculares o degenerativos, o por la conocida mediante la mejoría de su condición médica y tal vez
BI

andropausia, el hombre mayor o maduro (por encima tratando el síntoma (DE).


 Para complementar la historia clínica son muy útiles
I

de 60 años) pierde sus erecciones; las causas son múl-


OH

instrumentos como el Índice internacional de función


tiples:
eréctil (IIFE) o su cuestionario abreviado (IIEF-5),
 Se pierde la capacidad de erecciones espontáneas
PR

los cuales pueden brindar el grado de DE.


por fantasías sexuales.
 Es necesaria la estimulación genital más directa. Índice internacional de función eréctil (IIFE).
 La sensibilidad del pene disminuye con la edad. Es un valioso complemento de la historia clínica, que
 Los niveles de testosterona pueden bajar con la edad. consiste en un cuestionario breve, autoadministrado,
confiable y multidimensional, para medir objetivamente
el grado de DE y los resultados de cualquier trata-
Sexualidad y diabetes mellitus miento. Consta de 15 preguntas y ha sido validado des-
de los puntos de vista cultural, lingüístico y psicométrico,
La asociación de impotencia y diabetes mellitus en 31 idiomas y dialectos.
(DM) fue propuesta por primera vez en 1798, pero no  Multidimensional: evalúa la función eréctil (6 pregun-
se pudo comprobar hasta hace 2 décadas. El compro- tas) y orgásmica, deseo sexual, y satisfacción en el
miso genitourinario de la DM origina diversos sínto- coito y en términos generales.
mas:  Clasificación de la DE:
 Eyaculación retrógrada.  De 6 a 10 puntos: DE severa.

 Vejiga atónica.  De 11 a 16: DE moderada.

 Dificultades miccionales.  De 17 a 25: DE leve.

 Disfunción eréctil o impotencia sexual.  De 26 a 30 puntos: sin DE.


268 Urología

Cuestionario abreviado (IIFE-5): ción del pene (descartar fibrosis) y los testículos (des-
 Instrumento diagnóstico abreviado para evaluar el cartar hipogonadismo), examen digitorrectal de la
grado de DE (consta de 5 preguntas; se incluyeron próstata (EDR) o tacto rectal (TR); se debe tener
las preguntas 5 , 15, 4, 2 y 7 del IIFE). en cuenta evaluar el tono del esfínter anal y las ca-
 Con elevado grado de sensibilidad (0,98), tasa eleva- racterísticas de la próstata.
da de verdadero positivo, y especificidad (0,88), tasa  Evaluación psicosocial: preguntar si existen trastor-
baja de falsonegativo. nos de la eyaculación (precoz, retardada o retrógra-
 Interpretación: da), ansiedad de desempeño, relación con la pareja,
 Más de 21 puntos: no existe DE. técnicas sexuales utilizadas, motivaciones y expec-
 De 20 a 16 puntos: DE ligera. tativas sobre la sexualidad.
 De 15 a 10 puntos: DE moderada.  Pruebas de laboratorio, recomendadas de forma ge-
 Menos de 10 puntos: DE severa. neral: hemograma, glicemia, lípidos y hemoglobina
glicosilada (si fuera un diabético conocido). Si tiene
Estos cuestionarios se han generalizado en los 50 años o más, realizar antígeno prostático específi-
ensayos clínicos y han sido útiles, pero en la práctica co (PSA). Ante la sospecha de hipogonadismo, rea-
clínica tienen mucha sensibilidad y para algunas perso- lizar testosterona sérica (niveles bajos requieren su
nas son difíciles de interpretar, por lo que se podrían repetición y/o realizar testosterona libre, prolactina y
emplear otros. LH). Si se sospechan trastornos de la función tiroidea,
Elementos clínicos del tratamiento de la DE en el realizar pruebas de función tiroidea.

ÓN
diabético:

CI
 La DE puede ser anterior al reconocimiento de anor- Estas son las pruebas estandarizadas, nacional e
internacionalmente, pero muchas veces su realización

UC
malidades en la tolerancia a la glucosa.
 La DE puede preceder las demás complicaciones; depende del caso en particular y de los recursos dispo-
su instalación es gradual e insidiosa (en meses o
OD nibles. Otras se harán según el criterio del médico
años). sexólogo tratante o del grupo multidisciplinario:
PR

 Farmacoerección inducida con drogas vasoactivas,


 La DE puede ser la precursora del desarrollo de una
RE

enfermedad vascular generalizada y un paso previo intracavernosas (prostaglandina E-1, papaverina,


fentolamina o clorpromacina): puede ser útil en ca-
a la enfermedad de las arterias coronarias y muerte
SU

sos con diagnóstico difícil.


prematura por infarto agudo del miocardio.
Se inyecta una de estas drogas (con aguja fina) o se
DA

 La balanitis moniliásica puede indicar DM descom-


mezclan varias de ellas, dentro del cuerpo caverno-
BI

pensada.
so del pene, y se espera la respuesta eréctil.
I

Se interpreta como buena respuesta cuando se apre cia


OH

Evaluación diagnóstica estándar. De acuerdo


erección a los 10 o 15 min de la inyección; regu lar,
con el Panel de Consenso del INS de EE.UU., en el
PR

cuando solo se logra tumescencia, y mala, cuando


diagnóstico de la DE es importante una buena historia
solo se logra la elongación del pene o ninguna res-
clínica: puesta.
 Historia clínica completa: identifica los factores de Los pacientes con buena respuesta son predomi nan-
riesgo específicos: vasculares, endocrinos, neu- temente psicogénicos, neuropáticos y arteriales
rológicos, psicológicos, traumas, cirugías pélvicas, al- ligeros. Las malas respuestas se observan en los arte-
cohol, tabaquismo, ingestión de fármacos, etcétera. riales severos, enfermedad venooclusiva y fibrosis o
 Complicaciones de la DM, como las retinoneuro- hipoplasia de los cuerpos cavernosos.
nefropatías, etc., pueden indicar DE severa. La dosis de los medicamentos a utilizar está en co-
 Historia sexual (realizada al paciente y su pareja): rrespondencia con la edad del paciente y la posible
 Entrevista personal: erecciones matinales y noc- causa, y dependerá de la experiencia y la pericia
turnas (la falta de erecciones nocturnas puede médica para evitar complicaciones. Puede ser com-
apuntar a un hipogonadismo); comienzo de la DE, binada con el eco-Doppler.
frecuencia y duración de la erección, grado de  Eco-Doppler a color, dinámico, con drogas vasoac-
satisfacción, hábitos sexuales de ambos, etcétera. tivas: es de mucha utilidad, pues permite evaluar la
 Examen físico: general, neurológico, caracteres se- ecogenicidad de las estructuras del pene y valo-
xuales secundarios, pulsos de miembros inferiores y rar la integridad vascular (arterial y mecanismo ve-
toma de la tensión arterial, balanitis, medición y pal pa- nooclusivo).
Uroandrología 269
 Otras: cavernosografía/cavernosometría, arteriogra- De acción central:
fía peneana, tumescencia nocturna peneana (TNP),  Agonistas dopaminérgicos: apomorfina (se conoce
regidometría de inflección digital (DIR), estudios hace más de 1 siglo):
neurofisiológicos: reflejo bulbocavernoso (RBC),  Acción farmacológica: sobre los receptores D1 y

potenciales evocados somatosensoriales del pene D2, mesencéfalo e hipotálamo (núcleos paraven-
(PEESP), incluida la electromiografía de los cuerpos triculares).
cavernosos (EMGcc), biopsia de cuerpos caverno-  Activación de receptores D2 dopamina: estimula

sos, etcétera. las vías del óxido nítrico y de la oxitocina, y origina


Estas investigaciones se realizarán en casos espe- señales excitatorias que, transmitidas a los núcleos
ciales protocolizados, con equipos médicos de mu- parasimpáticos sacros, estimulan los nervios
cha experiencia (de referencia nacional o provincial). erectogénicos del pene y provocan relajación de
la musculatura lisa sinusoidal y dilatación arterial.
Muchas presentan cierto grado de invasividad.
 Se absorbe rápidamente por vía sublingual; alcan-

za concentraciones plasmáticas máximas entre 40 y


Tratamiento:
60 min, y se elimina en 3 h, lo que permite admi-
Primera línea: medidas generales + drogas
nistrarla cada 8 h; en dosis de 2 a 3 mg es segura
orales:
y bien tolerada.
 Educación, orientación (consejería o asesoramiento)
 Síntomas adversos: náuseas (6,8 %), cefalea
y psicoterapia. (6,7 %) y mareo (4,4 %).

ÓN
 Mantener un buen control de las enfermedades cró-  No interacciona con alimentos, ni medicamentos

CI
nicas no transmisibles (ECNT) y los factores de ries- por evitar el metabolismo hepático.
go modificables (FRM).

UC
 Su utilización, limitada a DE psicógena y biogénica
 Drogas orales: apomorfinas (uprima), IFDE-5 leve.
(sildenafil, vardenafil, tadalafil).
OD  Inhibidores de la IFDE-5: citrato de sildenafil:
 Tratamiento hormonal sustitutivo, cuando se demues-  Se absorbe por vía oral; su acción se inicia en
PR

tre un déficit de testosterona. 25 min (60 min como promedio), activo entre 4 y
RE

5 h, 1 vez/día.
Un tratamiento ideal para la DE debe cumplir  Actúa solamente como respuesta a la estimulación
SU

las características siguientes: sexual. Es bien tolerado en hombres con DE de


DA

 Simple (administración oral). diversas causas (entre 68 y 71 %).


BI

 No invasivo (indoloro).  Síntomas adversos: cefalea (de 7 a 25 %), rubor


I

 Elevada tasa de éxito. facial (de 7 a 34 %), congestión nasal (de 4 a 19 %),
OH

 Pocos efectos colaterales. dispepsia (de 1 a 11 %) y alteraciones visuales


 Barato (accesible para todos los necesitados). (de 1 a 16 %).
PR

 Abandono del tratamiento por efectos adversos

Medicamentos orales (Primer Consenso sobre (2,5 %).


 Se metaboliza en el hígado (interfiere con alimen-
DE, de la Sociedad Latinoamericana para el Estudio
de la Impotencia y la Sexualidad [SLAIS], Bahía, Bra- tos y drogas).
 Seguridad cardiovascular demostrada (HTA, in-
sil, 2002):
suficiencia cardiaca congestiva y cardiopatía
De acción central y periférica:
isquémica grave).
 Antagonistas adrenérgicos (fentolamina, yohimbina)
 Contraindicación absoluta: nitratos u otras drogas
y agonista serotoninérgico (trazodona):
que liberan óxido nítrico.
 Modestos resultados en cuanto a eficacia.

 No se realizaron estudios bien conducidos.


Primer Consenso sobre disfunción eréctil de la
 No se recomiendan en la DE.
Sociedad Latinoamericana para el estudio de la Impo-
tencia y la Sexualidad (SLAIS), Salvador de Bahía,
De acción periférica: Brasil, 2002, hoy Sociedad Latinoamericana de Medi-
 Inhibidores de la IFDE-5 (sildenafil, vardenafil, cina Sexual (SLAMS).
tadalafil). Experiencia cubana con 3 formulaciones de
 Donadores de óxido nítrico (L-arginina). citrato de sildenafil. Durante el año 2002 se evaluó
270 Urología

la respuesta a este medicamento en pacientes con DE conocer si los pacientes tienen criterio para tomar
predominantemente biogénica, en lo fundamental mo- sildenafil y si responden o no al medicamento, de ex-
derada y severa, con dosis progresiva entre 50 y traordinaria ayuda en la terapia sexual, además de con-
100 mg, según la respuesta eréctil: Lumix (Gautier siderarse la droga ideal, cuando sea accesible a los
Bagó), 43 pacientes; sildenafil MK, 60 pacientes, y más de 100 millones de hombres que presentan DE en
sildenafil (synthesis), 80 pacientes, para un total de 183 el mundo, por lo tanto, debe ser barato.
tratados. Segunda línea de tratamiento de la DE:
En el primer estudio se demostraron las causas  Inyección intracavernosa de drogas vasoactivas
siguientes: DE psicogénica (6), DE vascular (19), DE (IDV): prostaglandina E 1 /PGE 1 , papaverina,
neuromiogénica (4), DE por diabetes (12), DE por fentolamina o clorpromacina.
prostatectomía radical (2); en general respondieron 33  PGE1 intrauretral (MUSE).
(77 %). Con el sildenafil MK, en dosis de 50 mg,  Vacuum (equipo de vacío).
respondieron 40 pacientes (67 %); de 20 que no res-
pondieron con esta dosis, al aumentarla a 100 mg res- Tercera línea (tratamiento quirúrgico en
pondieron 11, para una buena respuesta, en general de sexología): muchas de estas técnicas se aplican de
51 pacientes (85 %). manera estandarizada, con buenos resultados, en ca-
Al realizar un análisis de la respuesta en este gru- sos bien seleccionados y bajo consentimiento informa-
po, según el grado de DE, se pudo apreciar que de los do; otras se han aplicado como ensayos clínicos
25 pacientes con DE moderada (42 % del total), res- protocolizados (protocolos), por tener indicaciones muy

ÓN
pondieron 21 (84 %) y de los 4 que no habían respon- precisas y no estar generalizadas, como hace algunos

CI
dido, 3 lo hicieron con 100 mg, para una respuesta de años, lo cual explica sus fracasos.
 Circuncisión: si fuera necesaria en diabéticos o como

UC
96 % en este grupo.
Cuando se analizó la respuesta de los 35 pacien-
OD abordaje de otras cirugías, incluidas las de la enfer-
tes con DE severa (54 %), 19 respondieron con 50 mg medad de Peyronie y protésica.
(54 %); de los 16 que no habían respondido, 8 tuvieron Cirugía de la enfermedad de Peyronie (estandariza-
PR

una buena respuesta, con 100 mg, para un total de do).


RE

77 % en este grupo.  Cirugía venosa (bajo algún protocolo).


La causa de DE en este estudio fue multifac -  Cirugía arterial (bajo algún protocolo).
SU

torial: 26 eran hipertensos, de ellos, 14 tomaban  Cirugía de alargamiento y/o engrosamiento peneano
DA

betabloqueadores y/o diuréticos tiacídicos; 13 eran (protocolo).


 Cirugía protésica: maleables e inflables (estandari-
BI

diabéticos. En el estudio de los 80 pacientes que to-


I

maron el sildenafil (synthesis), la respuesta según la zado).


OH

dosis y la severidad de la DE fue la siguiente: en 35


(44 %) con DE moderada, todos respondieron, y de Cirugía protésica:
PR

los 45 (56 %) con DE severa, respondieron 30 (67 %).  Prótesis flexibles o semirrígidas.
Con dosis de 50 mg respondieron 56 (70 %); al au-  Prótesis maleables.
mentarla a 100 mg, respondieron 10 más, para una  Prótesis hidráulicas de 1 componente.
respuesta total de 66 (82 %).  Prótesis hidráulicas de 2 componentes.
Las causas en esta serie fueron similares: enfer-  Prótesis hidráulicas de 3 componentes.
medad vascular y neuromiogénica, poscirugía radical
de próstata, hipertensión arterial (20), con uso de Prótesis maleables:
atenolol, diuréticos, consumo de cimetidina, hábito de  Fácil de usar.
fumar (37), y diabetes mellitus (16). En general, la res-  Procedimiento quirúrgico sencillo.
puesta fue favorable en 150 (82 %) de los 183 que  Más económica.
tomaron el sildenafil, pero al realizar un análisis de los
41 pacientes diabéticos, se pudo apreciar que respon- Desventajas:
dieron 29 (71 %), lo cual permitió concluir que la res-  El pene está permanentemente rígido.
puesta al sildenafil depende de la dosis y del grado de
la DE de cualquier causa y que el algoritmo de estudio Prótesis inflables o hidráulicas:
puede comenzar por controlar los factores de riesgo, Ventajas:
evaluar y atender los aspectos psicológicos de la D E y  Bomba pequeña, cómoda y fácil de usar.
Uroandrología 271
 Más fisiológica, ya que el paso al estado flácido se  Flexibles (semirrígidas): son prótesis de silicona, que
realiza fácil y rápidamente (en 4 o 5 bombeos). regresan a su posición inicial.
 Maleables (semirrígidas): son prótesis de silicona,
Desventajas: que permiten recuperar su posición inicial cuando
 Más cara. se flexionan, lo que se logra gracias a su “alma de
 Técnicamente algo más compleja. plata o acero”.
 Requiere de instrumental y entrenamiento especial  Hidráulicas de 1, 2 o 3 componentes (cuerpo inter-
para su colocación. no, dentro del pene, sistema de bombeo, situadas en
el escroto y reservorio, habitualmente en el espacio
Algunas consideraciones prácticas de la ci- de Retzius, paravesical): son mucho más caras que
rugía protésica peneana. Entre 30 y 40 % de los las flexibles y maleables.
pacientes con DE severa, que no responden a los me-
dicamentos más empleados y serán los candidatos más Seguidamente se debe plantear ¿dónde y cómo
fuertes a inyección intracavernosa de drogas vasoac- se va a operar?
tivas o cirugía protésica. Dónde es importante porque no se pueden vio-
¿Cuándo se indica un implante protésico peneano? lar las normas técnicas. Se debe hacer absolutamen-
 Cuando los pacientes no responden o no aceptan la te en un quirófano que esté aseptizado y se tratará de
terapia médica oral o intracavernosa disponible, por que sea la primera cirugía que se haga en el día, luego
resultarles incómodas o dolorosas. de una cuidadosa y especial desinfección. El riesgo

ÓN
 Cuando estos medicamentos se contraindican por más importante de un paciente sometido a un acto qui-

CI
enfermedades sistémicas paralelas u otras condi- rúrgico es la infección, por tanto, se tomarán todas las

UC
ciones locales. medidas posibles para evitarla.
OD Cómo es muy importante antes de iniciar el acto
Entre el 28 y 31 de agosto de 2002, el I Consenso quirúrgico de un implante protésico peneano:
Latinoamericano de Disfunción Eréctil de la SLAIS 1. Se dispondrá de varios números repetidos del
PR

reconoció las indicaciones siguientes: modelo a implantar, ya que puede estar defectuo-
RE

1. Individuos con DE de causa orgánica, en los que so o bien porque en la maniobra quirúrgica se pue-
otras modalidades de tratamiento no son satisfac- de perforar o deteriorar el implante, de manera
SU

torias, bien por sus contraindicaciones o porque que se pueda hacer la elección de una nueva pró-
DA

son rechazadas por el paciente. tesis.


BI

2. Individuos con DE psicogénica refractaria a la 2. Para contribuir a evitar la infección, se debe lo-
I

terapia convencional, incluso a la psicoterapia bien grar que haya muy poco tráfico en el quirófano.
OH

conducida, después de un periodo de 6 a 12 me- 3. Preparar previamente el instrumental quirúrgico


ses, en ausencia de psicopatía y por orientación necesario, para lograr que el acto quirúrgico sea
PR

del profesional en salud mental. lo más corto posible (el riesgo de infección tam-
bién depende del tiempo de la cirugía).
La evaluación psicológica del paciente debe ser
cuidadosa. Se evitarán falsas ilusiones (falsas expec- Orientaciones prácticas para la cirugía protésica:
tativas o altas expectativas) en lo que respecta al re- 1. El uso profiláctico de antibióticos está bien esta-
sultado, por ello se recomienda evitar la indicación de blecido; se deben administrar, por lo menos, 2 h
implante de prótesis en pacientes muy ansiosos, depri- antes de la intervención (quinolonas, cefalospo-
midos o con baja autoestima, no tratados. rinas, aminoglucósidos, vancomicina, etc.). Lavar
Siempre hay que trabajar en estos aspectos: el instrumental e irrigar los tejidos con soluciones
consejería, acompañamiento psicológico, bajarles las de estos antibióticos.
expectativas y hablarles del consentimiento informa- 2. La tricotomía o rasurado debe ser realizada
do, teniendo en cuenta las posibles complicaciones. Este preoperatoria inmediata y la antisepsia del campo
aspecto es tratado con el paciente y su pareja y es de operatorio debe ser rigurosa.
gran valor la intervención de los especialistas en salud 3. El implante puede ser realizado con anestesia lo-
mental. cal, bloqueo medular (regional) o general.
Clasificación de las prótesis peneanas por sus 4. La vía de acceso para las prótesis semirrígidas o
características físicas: maleables puede ser: penoescrotal, subcoronal o
272 Urología

perineal, mientras que la prótesis inflable puede tivación fibroplástica, insuficiente fibrinólisis y forma-
ser colocada por vía penoescrotal o infrapúbica. ción de queloide subfacial.
5. Se puede usar el catéter Foley para evitar una ¿Por qué se afecta la sexualidad? Puede provo-
lesión uretral, protegiéndola con el dedo índice al car disfunción sexual por:
abrir el cuerpo cavernoso.  Trastornos psicológicos, debido a la deformidad del
6. Apertura lateral de la albugínea y dilatación del pene y no saber qué está pasando.
cuerpo cavernoso, conservando en lo posible el  Biogénicos:
tejido eréctil, para evitar un daño innecesario de  La angulación afecta, en algunos casos, la pene-
este, lo cual previene la infección y permite lograr tración vaginal.
una erección periprotésica, que le da un aspecto  Puede llegar a la DE por infiltración de las venas
más fisiológico.
emisarias, que afecta el mecanismo venooclusivo.
7. Se debe evitar la abertura del embalaje de la pró-
tesis y su exposición al aire, hasta el momento
efectivo de su utilización. Variantes terapéuticas:
8. El procedimiento quirúrgico debe ser cuidadoso  Medicamentos orales: vitamina E, potaba, esteroides,
para evitar hematomas en el posoperatorio. colchicina y propóleo.
9. Realizar las mediciones del cuerpo cavernoso y  Medicamentos intralesionales: interferón y vera-
colocar la prótesis de 0,5 a 1 cm menor. pamilo.
10. Cierre con sutura reabsorbible a mediano plazo  Terapia física: láser blando, iontoforesis y ultrasoni-
do.

ÓN
(vicril, assulfil, monocril o PDS 2-0).
 Cirugía paliativa y/o protésica.

CI
Complicaciones principales de la cirugía protésica

UC
peneana: La eficacia de la cirugía paliativa es de 90 a 95 %,
 Hematomas.
OD en casos muy bien seleccionados, con uno o más años
 Lesión uretral. de evolución, y enfermedad estable de más de 6 me-
PR

 Retención urinaria. ses, sin progresión de la placa y deformidad importan-


RE

 Edema y balanopostititis. te, que afecte la penetración vaginal, así como rigidez
 Perforación de la albugínea del cuerpo cavernoso. suficiente para lograrla, es decir, que no presente DE,
SU

 Infección. porque en ese caso se indicará la cirugía protésica


 Fibrosis. peneana.
DA

 Defectos mecánicos en las prótesis. Tratamiento. Debe estar relacionado con la cau-
BI

 Insatisfacción con el tamaño (espesor y/o extensión). sa, pero como esta permanece oscura, se tendrán en
I
OH

 Error en la definición del tamaño de los cilindros. cuenta:


 Perforación de la prótesis por la uretra o por el glan de.  Prevención y diagnóstico precoz: evitar el trauma
PR

 Insatisfacción de la pareja. del pene y consulta temprana.


 Atención multidisciplinaria especializada, donde tie-
ne un peso fundamental el apoyo psicológico.
 Etapa clínico-patológica de la enfermedad.
Enfermedad de Peyronie
y sexualidad Principios para lograr una actividad sexual pro-
longada en el hombre (profilaxis de la disfunción sexual):
La enfermedad de Peyronie se caracteriza por el  Vida sana: control de enfermedades crónicas, ejer-
desarrollo progresivo de una placa fibrosa en la sub- cicios, no fumar, no ingerir alcohol, etcétera.
albugínea del pene, que trae como consecuencia su  Evitar el trauma perineal: caída a ahorcajadas, bici-
angulación o deformidad, así como dolor en la erec- cleta, caballos, etcétera.
ción. Afecta a los hombres entre 40 y 60 años. En la  Evitar el trauma del pene: previene la fibrosis y la
etapa tardía se puede presentar acortamiento del pene. enfermedad de Peyronie.
Etiopatogenia. Es imprecisa y multifactorial. Lo  Si tiene una DE, consultar precozmente, antes de
más aceptado es que ante un trauma local, relacionado que se establezca un daño irreversible.
con el coito, se produce una reacción inmunológica,  Actividad sexual frecuente, para que el músculo
vasculitis subalbugínea con exudación plasmática, ac- cavernoso se relaje.
Uroandrología 273

Ramiro Fragas Valdés, Julio César Morales Concepción y Francisco


Javier Alonso Domínguez †

La infertilidad masculina se caracteriza por la  Edad avanzada.


incapacidad para conseguir descendencia tras 1 año  Tratamientos oncológicos: radio y quimioterapia.
de relaciones sexuales estables, sin protección anticon-  Criptorquidia y ectopia testicular.
ceptiva; 15 % de las parejas en edad reproductiva pre-  Agentes químicos (organoclorados-DDT, pesticidas,
senta infertilidad primaria (50 % de origen masculino, gases anestésicos: halotane y óxido nitroso).
entre 25 a 30 % de carácter idiopático).  Alteraciones hormonales (alteraciones del eje hipo-
Es muy importante el manejo multidisciplinario de tálamo-hipófosis-testicular-tiroides), por ejemplo,
la pareja, de esta manera, el ginecólogo, endocrinólogo hipo/hipertiroidismo, alteraciones del hipotálamo,
y urólogo llevarán a cabo el estudio de infertilidad, para hipogonadismo, hiperprolactinemia, hipercortisolismo.
descartar los factores femeninos, masculinos y de pa-  Desnutrición.

ÓN
reja, aunque muchas veces no se pueda afirmar cate-  Neoplasias: testículos, próstata, vejiga, hígado, hipó-

CI
góricamente la causa del problema. El especialista en fisis.
Salud Mental también puede ser muy útil en el acom-  Factores inmunológicos: se pueden detectar anti-

UC
pañamiento psicológico de las parejas infértiles. cuerpos antiespermatozoides en la sangre y el se-
OD
Aspectos éticos. Cuando una pareja acude a la men, sobre todo asociados a biopsia testicular,
consulta de infertilidad, es obligación del médico reali zar trauma, infecciones, vasectomía y varicocele.
PR

una evaluación exhaustiva y realista de su problema.  Alteraciones genéticas conocidas, sobre todo aso-
RE

No mentirles e informarles acerca de las limitaciones ciadas a oligozoospermia severa, azoospermia y


reales de la ciencia en la actualidad y las posibilidades abortos inexplicados. Se pueden detectar alteracio-
SU

inciertas de mejorar su situación con los tratamientos nes cromosómicas numéricas, mediante la realiza-
disponibles. Deben participar de la decisión terapéutica. ción de cariotipo en sangre periférica, por ejemplo,
DA

Factores de riesgo. En la mayoría de los casos síndrome de Klinefelter o alteraciones cromosómicas


BI

son multifactoriales. A continuación se mencionan los estructurales, pudiendo detectarse translocación, in-
I

más importantes:
OH

versión, mediante estudios meióticos en semen o el


 Medicamentos: ketoconazol, cimetidina, antibióticos, tejido testicular.
PR

inmunosupresores, quimioterápicos, antiandrógenos,


esteroides anabolizantes, psicofármacos, etcétera. El varicocele es la causa aislada más frecuente
 Drogas: marihuana, cocaína, alcohol y heroína. de infertilidad en los hombres.
 Tabaquismo: afecta fundamentalmente la morfolo- Diagnóstico:
gía y la movilidad.  Anamnesis: es muy importante investigar el inicio de
 Enfermedades infecciosas: infecciones de transmi- la pubertad, duración de la infertilidad, anteceden-
sión sexual, parotiditis viral, tuberculosis, lepra. tes de paternidad, hábitos e historia sexual, por la
 Estrógenos: endógenos (hepatopatías, obesidad); posibilidad de que exista una disfunción sexual o baja
exógenos (pesticidas, medicamentos). frecuencia del coito. Si existen antecedentes de trau-
 Enfermedades crónicas o sus tratamientos: diabe- ma raquimedular, anomalías congénitas genitales, en-
tes mellitus, hipertensión arterial, insuficiencia renal fermedad febril prolongada, por lo menos 3 meses
crónica, lupus eritematoso sistémico, sarcoidosis, antes, investigar por los factores de riesgo antes
arteriosclerosis. mencionados.
 Factores ocupacionales: calor, frío, radiaciones ioni-  Examen físico general: donde se puedan apreciar
zantes, vibraciones, ruidos, metales pesados, elec- los caracteres sexuales secundarios y una buena eva-
tricidad, ultrafrecuencia de determinados radares. luación urogenital, para descartar testículos peque-
 Estrés: puede ser, por sí solo, un factor de riesgo. ños, que hagan sospechar un hipogonadismo; examen
274 Urología

cuidadoso del contenido escrotal, acostado y de pie, fructuosa, fosfotasa ácida, glicoril fosforilcolina (GPC)
para descartar, en primer lugar, epididimitis aguda o y carnitina, entre otros. Cuando existe fructuosa baja,
crónica, varicocele de mayor o menor grado (visi- con volumen seminal bajo, pH ácido, GPC y carnitina
ble, palpable, Valsalva positivo o sin varicocele clíni- bajos, indica posible agenesia, hipoplasia de vesículas
co); si existe alguna tumoración testicular o inguinal seminales u obstrucción de vías seminales.
(hernias); presencia o no de los conductos deferen- Estudio hormonal. Se debe realizar cuando se
tes; observar la salida del meato uretral, para des- sospecha hipogonadismo y existe azoospermia u
cartar hipo o epispadias y la realización del tacto oligozoospermia severa.
rectal, para evaluar las características de la prósta ta. La FSH es la hormona hipofisaria que estimula al
 Análisis de semen (seminograma o espermograma): testículo para producir espermatozoides (función
es el estudio de laboratorio más importante en la exocrina). Su elevación es un signo predictor de daño
infertilidad. Dicha evaluación se hará teniendo en testicular, presumiblemente irreversible, aunque esto
cuenta las recomendaciones de la Organización no siempre se cumple, pero indica un pronóstico reser-
Mundial de la Salud (OMS), cuyos parámetros más vado.
importantes son los siguientes: La LH es la hormona hipofisaria que estimula al
 Volumen: de 1,5 a 5 mL. testículo para producir la testosterona (función endo-
 pH: entre 7 y 8. crina).
Cuando se presenta un daño pantesticular, como
Clasificación. Según el conteo: ocurre en algunos casos de hipogonadismo, se afectan

ÓN
 Mayor o igual a 20 millones de espermatozoides/mL: tanto la función exocrina como endocrina, y se elevan
ambas hormonas. Casi siempre la función endocrina

CI
normozoospérmicos.
 Menos de 20 millones y mayor o igual a 10 millones/mL: se conserva en los casos con daño severo de la fertili dad.

UC
oligozoospermia ligera. Es muy poco frecuente que ocurra una disminu-
 Entre 10 y 5 millones/mL o más: oligozoospermia ción de las hormonas hipofisarias (FSH y LH princi-
OD
moderada palmente).
PR

 Menos de 5 millones/mL: oligozoospermia severa. La prolactina (PRL) es otra hormona hipofisaria,


RE

 Cuando no existen espermatozoides en el eyaculado: que se eleva en los casos de micro o macroadenomas
azoospermia. Esta, a su vez, puede ser secretora de hipófisis; se deben realizar determinaciones de esta,
SU

(pretesticulares y testiculares) y excretora (postes- sobre todo en los hombres infértiles con ginecomastia
ticulares), por ausencia u obstrucción congénita o y galactorrea.
DA

adquirida de las vías seminales. La testosterona es responsable de los caracteres


BI

sexuales secundarios y de la actividad sexual del


I

Según la movilidad: hombre.


OH

 Progresión lineal rápida, mayor o igual a 25 %. Estudios imagenológicos. En la infertilidad mas-


PR

 Progresión lineal lenta, mayor o igual a 25 %, de culina, entre los más importantes se mencionan: ultra-
manera que la suma de a + b sea mayor o igual a sonido Doppler, ecografía transrectal y testicular,
50 %. La alteración de la movilidad solamente, con vasografía o deferentografía y flebografía espermática
un conteo normal de espermatozoides, se denomina fundamentalmente, cada uno con indicaciones muy
astenozoospermia. precisas.
 Doppler testicular: permite confirmar la presencia
La morfología normal debe ser mayor o igual a de varicocele clínico o subclínico.
50 %, al igual que la vitalidad y la prueba de hincha-  Ecografía transrectal: se debe indicar cuando se
miento hiposmótico (PHH). La alteración de la morfo- sospecha agenesia, hipoplasia de las vesículas
logía se conoce como teratozoospermia y la de la vita- seminales u obstrucción de conductos eyaculadores.
lidad, necrozoospermia.  Ecografía testicular: se indica en tumores de tes-
Leucocitos peroxidasa positiva: deben ser meno- tículos.
res al millón/mL; la leucospermia es un signo indirecto  Deferentografía: se indica para estudiar las vías
de infección seminal e indica la necesidad de cultivo seminales, cuando se sospecha su obstrucción, so-
de semen y tratamiento a la pareja. bre todo distales.
La bioquímica del semen merece ser estudiada.  Flebografía: es un estudio invasivo, que se indica
Cuando se presenta azoospermia y disminución del fundamentalmente en las recidivas de varicocele,
volumen seminal; los elementos más importantes son: para conocer la circulación colateral insuficiente.
Uroandrología 275
 Termografía escrotal (varicoscreen): es un estudio  Tratamiento de las disfunciones eyaculatorias y
que se realiza en casos de varicoceles subclínicos; sexuales en general.
detecta el aumento de la temperatura en el plexo  Cirugía del varicocele (es muy efectiva) u otras

espermático. afecciones quirúrgicas (reconstrucción de vías


 Biopsia testicular: es un estudio bastante polémico; seminales: epidídimos, deferentes; desobstrucción
se realiza cuando existen factores severos, con la de vías seminales: eyaculadores), ambas con poca
finalidad de poder brindar un mejor pronóstico de la efectividad.
fertilidad. Actualmente se emplea para obtener  Recuperación de espermatozoides en epidídimos,
espermatozoides y realizar reproducción asistida de deferentes y testículos.
alta tecnología.  Tratamiento empírico o inespecífico: se realiza sin
poder conocer la causa específica de trastorno
Estudios genéticos: reproductivo. Los medicamentos más empleados
 Cromatina. son: antiestrogénicos, gonadotropinas, andrógenos,
 Cariotipo. hormona liberadora de gonadotropinas (Gn RH),
 Estudios estructurales meióticos en sangre y semen. pentoxifilinas, calicreína, antioxidantes, antiinflama-
 Determinación del SRY, sobre todo en la criptorquidia torios no esteroideos (AINES).
bilateral, azoospermia u oligozoospermia severa.
En general, estos tratamientos no se justifican
Estudios inmunolólgicos. Entre las investiga- desde el punto de vista costo/beneficio. En nuestra

ÓN
ciones más importantes se encuentran:
experiencia solo se han obtenido buenos resultados con

CI
 Determinación de anticuerpos antiespermatozoides
el empleo de los AINES y/o dexametasona, sobre todo
(AAA) en sangre y suero.

UC
cuando existe inflamación de los epidídimos.
 Prueba poscoital y de penetración mucosemen.
OD Reproducción asistida. La reproducción se rea-
liza en ausencia de coito y se asocia a intervención
Tratamiento. Preventivo:
PR
médica o de laboratorio; puede ser in vivo o in vitro.
 Cirugía del varicocele en el adolescente con tes-
Programas principales:
RE

tículos asimétricos y/o hipotróficos.


 Inseminación intrauterina con semen de la pareja.
 Orquidopexia antes del primer año de vida o, al
SU

 Inseminación intrauterina con semen de un donante.


menos, antes de los 2 años.
 Detención y tratamiento precoz de las infecciones  Fertilización in vitro y transferencia intrauterina de
DA

genitales. preembriones.
BI

 Reducción del estrés.  Inyección intracitoplasmática de espermatozoides.


I

 Evitar el tabaquismo, drogas gonadotóxicas, alco-  Transferencia intratubárica de cigoto.


OH

hol, etcétera.  Transferencia intratubárica de preembriones.


PR

 Identificar y reducir los factores ambientales y


ocupacionales, causantes de infertilidad. La mayoría de estos procedimientos requiere
 Congelación de semen previo a tratamientos oncoló- hiperestimulación ovulatoria y técnicas de procesamien-
gicos, para garantizar que los espermatozoides no to seminal, no excepto de riesgo para la mujer, con
sufran daño. efectividad reducida (de 25 a 30 %) y un costo eleva do.
 Control de las enfermedades crónicas.
Varicocele
Variantes terapéuticas:
 Tratamiento específico: se realiza cuando se cono- Los factores que afectan la espermatogénesis en
ce la causa de la infertilidad y se lleva a cabo un el varicocele son multifactoriales:
tratamiento sobre esta base, con fines curativos, por  Trastornos de la regulación térmica testicular: se
ejemplo: puede apreciar un aumento de la temperatura
 Infección de las vías seminales (tratamiento de escrotal, en más de 1 oC en los pacientes con varico-
pareja con antibióticos específicos: azitromicina, cele e infertilidad, lo cual afecta la espermatogénesis.
doxiciclina, tetraciclina, quinolonas, etc.).  Hipoxia testicular: por estasis venosa que afecta
 Tratamiento de las endocrinopatías (hipogonadismo considerablemente la producción de espermato-
e hiperprolactinemia). zoides.
276 Urología

 Provoca disfunción epidimaria, que afecta funda- Las técnicas más empleadas en los últimos años
mentalmente la movilidad de los espermatozoides; son las inguinales e infrainguinales, por brindar un ma-
este es el parámetro más deteriorado en esta enti- yor acceso a las afluentes venosas del canal inguinal,
dad. de manera que se puedan ligar todas en el acto quirúr-
 Actividad hormonal anormal: habitualmente no existe gico y se eviten las recidivas, además, se recomienda
alteración hormonal en el varicocele, pero en oca- el empleo de técnicas con magnificación (microqui-
siones ocurre un daño pantesticular y se puede rúrgicas), para identificar las afluentes, separar los
corroborar la FSH elevada principalmente, con una vasos linfáticos y la arteria testicular, lo que evitaría
LH alta y testosterona baja. complicaciones (hidrocele, epididimitis, atrofia testicular,
 Importancia de las sustancias tóxicas: que exista un recidivas, etc.). Las técnicas laparoscópicas y las
reflujo de catabolitos renal y suprarrenal, capaz de embolizaciones percutáneas no se han podido genera-
afectar la espermatogénesis, es un factor poco pro- lizar en la cirugía del varicocele, ya que no justifican el
bable, ya que la velocidad del flujo renal no permiti- costo-beneficio. Nosotros hemos reservado las venta-
ría el reflujo de catabolitos que afecten el testículo. jas de la magnificación de la laparoscopia para
Sin embargo, la presencia de factores ambientales varicoceles bilateral, que hayan tenido algún episodio
locales, como los sexoesteroides, parece ser un factor de epididimitis, que mejoró y persiste el varicocele y el
de mayor probabilidad, lo cual fue alertado por De daño en la espermatogénesis.
La Torre en 1978, cuando en un estudio llevado a Tratamiento. En el tratamiento escalonado del
cabo en 13 pacientes con varicocele izquierdo, en- varicocele causante de infertilidad se tendrán en cuen-

ÓN
contró un aumento significativo de las hormonas
ta los pasos siguientes:

CI
sexuales en la vena espermática (VE), en relación
1. Se debe descartar que tenga una epididimitis
con la vena cubital o periférica (VP).

UC
asociada y/o infección seminal, debiendo tra-
OD tarse enérgicamente en el preoperatorio. Debe
Este aumento (VE/VP) se comportó de la mane-
ser descartada la bilateralidad, mediante un buen
ra siguiente: testosterona (68,1), hidroxiprogesterona
PR

examen físico, de pie y un ultrasonido Doppler


(61,2) y androstenediona (14,7). Dicho estudio fue
RE

reproducido por nuestro equipo de trabajo en 1989, testicular. Además, es necesario tener, al menos,
en 16 pacientes con varicocele; se encontraron nive- 2 espermiogramas alterados, antes de tomar la de-
SU

les significativamente elevados (p < 0,05) de sexoes- cisión quirúrgica, que es la primera elección de
tratamiento en estos casos.
DA

teroides, en la vena espermática con relación a la vena


2. Seguimiento posoperatorio: se debe recomendar
BI

cubital, que fueron mayores en el grupo con más alte-


reposo, hielo local y AINES, sobre todo en los pri-
I

ración de la espermatogénesis.
OH

Criterios quirúrgicos: meros 15 días de la cirugía. Evitar fumar, alcohol,


 Niño puberal con varicocele grande y/o con dismi- drogas, estrés y otros factores de riesgo. Se de-
PR

nución del volumen testicular. ben realizar espermiogramas de seguimientos cada


 Dolor gravativo en varicoceles clínicos, donde se 3 o 4 meses, durante 12 meses, y una evaluación
haya descartado la epididimitis. multidisciplinaria de la pareja.
 Adulto con varicoceles grandes, molestos estética-
mente, o con atrofia testicular. ¿Qué se debe hacer cuando no se logra el em ba-
 Cuando se diagnostica en un varón infértil y se de- razo o no mejoran los espermiogramas en este tiem po?
muestra alteración, por lo menos, de 2 espermio- ¿Se debe pensar en un tratamiento empírico o realizar
gramas, en los últimos 6 meses. la reproducción asistida?
La mayoría de los autores recomienda lo segun-
Las vías de acceso pueden ser suprainguinales, do, sobre todo por considerarse un tratamiento caro,
inguinales, infrainguinales, escrotales, embolizaciones pero bastante exitoso, ya que el tratamiento empírico
percutáneas, microquirúrgicas y laparoscópicas. Su es menos caro, pero tiene muy poca efectividad. Des-
empleo dependerá del lado afecto y de la preferencia de luego, en ese momento se trata al paciente con lo
y habilidad del cirujano para una u otra técnica, ade- que esté a su alcance y según la situación económica
más de las características del paciente: obesidad, de la pareja o del sistema de salud del país. Nuestra
cirugías previas y tipo de anestesia, así como de los recomendación es que sea tratado y orientado por un
recursos tecnológicos. grupo multidisciplinario de infertilidad de parejas.
Uroandrología 277

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ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR
Capítulo 9

ÓN
Mauro Cuba de la Cruz

CI
UC
Durante milenios, la enfermedad litiásica del tracto urinario ha sido parte de la
OD
condición humana; de esta manera, se han encontrado piedras en la vejiga y los riñones
de momias egipcias, y algunos de los primeros textos médicos mostraban los diferentes
PR

tratamientos para esta. Es una enfermedad común y se estima que en EE.UU. provoca
RE

gastos anuales de alrededor de 183 000 millones de dólar es: afecta de 3 a 4 % de la


población, con predominio del sexo masculino, en una relación 3:1.
SU

Las litiasis del tracto urinario superior son más comunes en países desarrollados, a
DA

diferencia de la litiasis vesical que se observa con mayor frecuencia en los países
BI

pobres, debido a factores dietéticos; es más común en regiones donde predominan los
I

climas cálidos y secos, y la probabilidad de formar piedras difiere en las diversas partes
OH

del mundo: en Asia, de 1 a 5 %; Europa, de 5 a 9 %; Norteamérica, 13 %, y Arabia


PR

Saudita, 20 %. En Cuba su prevalencia es de 4,64 % y su incidencia, 0,1 %.


Historia clínica. En la valoración de un paciente con enfermedad litiásica urina-
ria (ELU) es indispensable realizar una anamnesis y un examen físico minucioso. Entre
los antecedentes se deben investigar el inicio del padecimiento, recidivas, frecuencia,
infecciones anteriores del tracto urinario, intervenciones quirúrgicas previas del aparato
urinario, y estudios endoscópicos y de litotricia extracorpórea .
Es necesario conocer los antecedentes patológicos personales: hiperparatiroidismo
primario, ulcus péptico, empleo mantenido de antiácidos, inmovilización prolongada,
enfermedad diarreica crónica, gota, empleo de suplementos nutricionales a base de
vitaminas y minerales, vitamina C, acetazolamida, etcétera.
Igualmente es importante indagar sobre los factores que reducen el volumen uri-
nario: exposición a temperaturas altas, sudación excesiva, ejercicios físicos intensos,
ingestión escasa de agua, etc. Puede ser útil conocer los antecedentes familiares de
litiasis, pues se ha reportado que en 40 % de los casos es positivo. Los hábitos
nutricionales son muy importantes y se deben conocer aquellos que favorecen la for-
mación de piedras, por ejemplo, la ingestión excesiva de té y el consumo de carnes,
vísceras, leche o sus derivados, así como de alimentos salados.
280 Urología

Cuadro clínico. Los enfermos pueden manifes- exactitud la secuencia de eventos. Se pueden asociar
tar dolor, infección del tracto urinario y hematuria, o con anomalías anatómicas y las infecciones por gér-
por el contrario estar asintomáticos. El paso de piedras menes que desdoblan la urea favorecen las etapas
a través del uréter, con la subsiguiente obstrucción agu- litogénica, de nucleación, agregación, crecimiento y fi-
da, su dilatación proximal y espasmo, se asocian con el jación del cálculo.
clásico cólico nefrítico. Por otra parte, la producción excesiva y agrega-
Frecuentemente, al examen físico se comprueba ción de cristales de sales que se encuentran en la orina
dolor “dramático” al nivel del ángulo costovertebral, dependen también del balance entre inhibidores (citrato,
que se puede irradiar hacia los cuadrantes abdomina- magnesio, nefrocalcina, pirofosfato y glicosamino-
les superior o inferior, si la litiasis migra distalmente. glicanos) y promotores de su cristalización. Muchas
Por lo general no se presentan signos de irritación orinas están sobresaturadas con respecto a determi-
peritoneal, lo que lo diferencia de otras causas de dolor nadas sales, sin que se formen cálculos, lo que se ex-
en el abdomen o los flancos. Con frecuencia, la locali- plica por la existencia de dichos inhibidores, que pue-
zación del dolor no indica el lugar exacto donde se en- den unirse a otros componentes de la orina para ha-
cuentra la piedra. cerlos más solubles, o bien adherirse a la superficie de
La litiasis coraliforme, que se refiere a la presen- los cristales o del urotelio, evitando así el crecimiento y
cia de piedras que ocupan la pelvis renal y al menos un la agregación de estos.
sistema calicial, a menudo es relativamente asinto- Recientemente, en la formación de las litiasis se
mática. Por lo general evoluciona con infección y han implicado unos microorganismos, conocidos como

ÓN
hematuria, más que con dolor agudo. En casos poco nanobacterias, que son 100 veces más pequeños que

CI
comunes se presenta con síntomas de insuficiencia las bacterias comunes. Al parecer, estas son las ini-
ciadoras de litiasis renal, daño tubular y formación de

UC
renal, si ha ocurrido obstrucción bilateral asintomática.
Fisiopatología. La mayoría de las litiasis contie- quistes renales, de esta manera, su presencia en el or-
OD
nen calcio y los cálculos de ácido úrico (con o sin otros ganismo y la disminución de las defensas contra las
iones contaminantes) conforman el resto. Otras litiasis litiasis, pudieran provocar un alto riesgo.
PR

menos frecuentes son las de cistina, xantina, dihidroade- Diagnóstico. Para el diagnóstico confirmatorio
RE

nina, fosfato-amonio-magnesio, y un grupo de piedras de las litiasis son indispensables los medios imagenoló-
raras, relacionadas con la precipitación de medicamen- gicos:
SU

 Tracto urinario simple (TUS): puede ser suficiente


tos en el tracto urinario (sulfas, triampterene e indinavir).
para determinar las características de la piedra, como
DA

La formación de piedras renales es el resultado


el tamaño, la forma y la localización de los cálculos
BI

de una o varias anormalidades en la composición de la


en algunos enfermos. Las litiasis cálcicas (alrede-
I

orina, flujo urinario o funcionamiento y morfología de


dor de 85 % de todas las litiasis) son radiopacas,
OH

las células en el sistema tubular.


pero las puras de ácido úrico, indinavir y cistina, son
Etiología. Probablemente esta enfermedad es
PR

relativamente radiotransparentes.
causada por 2 fenómenos básicos: el primero es la so-
El TUS (Fig. 9.1) es más útil cuando se combina
bresaturación de orina por los constituyentes formado-
con otros estudios como el ultrasonido (US) o parti-
res de cálculos, se incluyen el calcio, oxalato y ácido
cularmente la tomografía computadorizada, para
úrico. Los cristales o cuerpos extraños pueden actuar
ofrecer una mejor idea del tamaño, forma, localiza-
como nidos, sobre los cuales los iones de orina sobre- ción, orientación y composición de los cálculos uri-
saturada forman estructuras cristalinas microscópicas. narios, lo que puede ser de gran ayuda para planificar
En segundo lugar, teorías actuales conceden una el tratamiento quirúrgico.
función importante al daño o disfunción tubular renal,  Ultrasonido diagnóstico: frecuentemente adecuado
como componente fundamental en el inicio de la for- para determinar la litiasis renal. Su empleo principal
mación del cálculo. La aglomeración del cristal inicial se asocia en combinación con el TUS para determi-
ocurre, probablemente, en los túbulos colectores nar la ureterohidronefrosis. La piedra, fácilmente ob-
distales que drenan hacia la papila renal. Gradualmen- servada en el US, que no es visible en la radiografía,
te estas masas crecen y pueden ser empujadas hacia puede ser de ácido úrico o cistina.
el sistema colector, a través de la papila, y constituirse Los cálculos ureterales, especialmente de uréter
posteriormente en cálculos urinarios libres. distal y las piedras menores de 5 mm no se obser-
Aunque los mecanismos del desarrollo de la litia- van con facilidad en el US. El estudio Doppler tam-
sis renal están bien delimitados, es difícil definir con bién es útil para el diagnóstico.
Litiasis urinaria 281

ÓN
CI
UC
Fig. 9.1. Litiasis R.I. Fig. 9.2. Litiasis en pelvis R.I
OD
PR

aparecer blanco el sistema excretor urinario, enmas-


 Urograma descendente (UD): es la prueba tradi-
RE

cara las piedras.


cional estándar para determinar la localización de En muchas instituciones ha desplazado o está des-
SU

los cálculos urinarios; brinda información anatómi- plazando al UD en la valoración de la litiasis del
ca y funcional. Debido a que es un estudio comple- tracto urinario, especialmente en el cólico nefrítico.
DA

jo, pues requiere hasta 6 h o más para completarse


Añadiendo el TUS a la TAC no contrastada se
BI

(en presencia de obstrucción severa), necesita de


incrementa el valor del estudio, porque visualiza el
I

preparación intestinal para lograr resultados óptimos


tamaño, la forma y la posición relativa de la piedra.
OH

e involucra la inyección intravenosa de material de


contraste ligeramente nefrotóxico y potencialmente La visualización es muy útil si se piensa en el trata-
PR

alérgico, ha existido gran interés en encontrar otro miento quirúrgico y extremadamente necesaria para
examen imagenológico que lo sustituya. el seguimiento del paciente, pues solo el TUS puede
Aunque se ha invocado la sustitución del TUS y del ser empleado más tarde para determinar si la piedra
se ha movido o expulsado.
US renal por el UD, se considera que la tomografía
Por otra parte, una piedra transparente a los rayos
axial computadorizada (TAC) helicoidal, sin contras-
X, que sea claramente visible en la TAC, puede in-
te, es el mejor estudio radiográfico en el cólico ne-
dicar un cálculo de ácido úrico, lo que sugiere un
frítico. El UD es particularmente útil si existe
diagnóstico y tratamiento diferentes (alopurinol y/o
hidronefrosis ligera y la TAC no es concluyente. No
alcalinización urinaria) a los de la litiasis cálcica.
se debe realizar en pacientes con alergia al yodo, En muchas instituciones se practica rutinariamente
creatinina sérica superior a 200 mmol/L, tratamien- el TUS, siempre que se ha realizado por una de es-
to con fenformina o mieloma múltiple (Fig. 9.2). tas razones la TAC contrastada. La TAC puede iden-
 TAC helicoidal: cuando se realiza con cortes finos y tificar otras enfermedades como aneurismas
sin contraste intravenoso, constituye la modalidad abdominales, apendicitis o colecistitis. Otras venta-
imagenológica más sensible, clínicamente, para las jas incluyen su rapidez y la no utilización de contras-
calcificaciones. Aun los cálculos radiotransparentes tes radiográficos. Presenta como desventajas que
(excepto los de indinavir) se distinguen claramente no permite determinar la función renal, imposibili-
en la TAC. No se emplea el contraste porque al dad de identificar piedras radiotransparentes de
282 Urología

indinavir y su elevado costo. En estos casos se debe  Determinar la existencia o no de infección del tracto
emplear el UD. urinario.
 Tomografía lineal renal: aunque ha sido ampliamen-  Valoración del cálculo: tipo y tratamiento urológico.
te sustituida por la TAC helicoidal (cuando está dis-  Diagnóstico etiológico.
ponible), la tomografía lineal es frecuentemente útil  Tratamiento profiláctico.
para buscar litiasis pequeñas en los riñones, sobre  Tratamiento específico.
todo en los pacientes obesos; no requiere prepara-
ción previa y se puede hacer rápidamente. Medición de la función renal y determinación
 Resonancia magnética nuclear (RMN): es un méto- de la morfología del sistema excretor. Es muy im-
do promisorio, particularmente en embarazadas. portante la medición de la función renal global y por
separado, ya que facilita el posible tratamiento, sobre
Causas más comunes de nefrolitiasis: todo cuando se requiere tratamiento quirúrgico con
 Síndromes tubulares: litotricia y/o métodos endourológicos. Resulta igualmen-
 Acidosis tubular renal. te necesario el UD y en ocasiones la cistografía
 Empleo de inhibidores de la anhidrasa carbónica.
miccional para evaluar posibles alteraciones
 Cistinuria.
morfológicas, lo que permite indicar el procedimiento
 Litiasis de ácido úrico: más adecuado.
 Gota.
Determinación de la existencia o no de infec-
 Hiperuricemia.
ción del tracto urinario. La presencia de cálculos en

ÓN
 pH urinario inferior a 5,5.
las vías excretoras renales constituye un importante
 Disminución del volumen urinario.

CI
factor de riesgo para la aparición de infección del tracto
 Hipercalciuria secundaria:

UC
urinario y resulta indispensable el diagnóstico oportuno
 Hiperparatiroidismo primario.
de esta última, con vistas a emplear una terapéutica
 Síndrome de la leche y alcalinos.
OD encaminada a solucionar ambos problemas.
 Hipervitaminosis D.
Las bacteriurias asintomáticas no necesitan ruti-
PR

 Inmovilización prolongada.
nariamente tratamiento antimicrobiano, excepto en ni-
RE

 Sarcoidosis.

 Hipertiroidismo.
ños, embarazadas, diabéticos e inmunosuprimidos. Por
otra parte, la mayoría de los gérmenes que ocasionan
SU

 Otras.

 Asociada a afecciones gastrointestinales: infección del tracto urinario, excluyendo Escherichia


DA

 Hiperoxaluria de origen entérico.


coli, son capaces de producir ureasa, con la consi-
BI

 Hipocitraturia.
guiente formación de litiasis de estruvita (fosfato-
I

 Litiasis cálcica idiopática: amonio-magnesio); las especies de Proteus son res-


OH

 Hipercalciuria absortiva (tipos I y II).


ponsables de su mayor frecuencia.
Resulta también de utilidad, con fines diagnósti-
PR

 Hiperfosfaturia.

 Hipercalciuria renal. cos, el estudio físico-químico de la composición de la


 Exceso primario de 1,25 vitamina D. piedra.
 Hiperuricosuria. Entre los hallazgos más comunes en la orina de
 Hipomagnesiuria. 24 h se encuentran: hipercalciuria, hiperoxaluria,
 Urolitiasis secundaria: hiperuricosuria, hipocitraturia y volumen urinario esca-
 Secundaria a infección. so. Otros factores como la hipernatriuria y la hipomag-
 En la evolución de uropatías obstructivas. nesiuria también pueden ser importantes. Para identi-
 Riñón “en esponja”. ficar estos factores de riesgo se necesita un perfil
 Enfermedad poliquística. metabólico de la orina de 24 h, junto con estudios séricos
 Enfermedades hereditarias: de la función renal, ácido úrico y calcio. De igual ma-
 Enfermedad de Dent. nera es indispensable el cultivo de orina.
Habitualmente el estudio requiere de 3 visitas
Tratamiento. Se considerarán los aspectos si- médicas ambulatorias y es preferible efectuarlo des-
guientes: pués de un tiempo prudencial del último episodio dolo-
 Tratamiento del cólico nefrítico (consultar capítulo 2). roso. Se le indica al paciente que no tome fármacos
 Medición de la función renal y determinación de la que alteren el metabolismo de la creatinina, ácido úrico
morfología del sistema excretor. u oxalato, por ejemplo, vitamina D, alopurinol y diuréti-
Litiasis urinaria 283
cos. En la primera consulta se realizará la historia clí- acidosis tubular renal distal, litiasis úrica y litiasis
nica completa y se indicarán los estudios complemen- cistínica.
tarios, donde se incluyen el TUS y US abdominal. La elevación de la uricosuria puede provocar cris-
El estudio metabólico (Tabla 9.1) comprende la tales de ácido úrico sobre los que se añaden otros de
recogida de 3 muestras de orina de 24 h: 2 con régi- oxalato cálcico. Lo más común es que la hiperuricosuria
men dietético libre (M1) y 1 con dieta restringida de se deba al incremento de la ingesta de purinas.
calcio y sodio: 400 mg/día y 100 mg/día respectiva- La hiperoxaluria puede ser de causa metabólica
mente (M2); también se efectuará la extracción de (primaria), intestinal o dietética.
sangre. En los pacientes que presentan un cuadro clí- Primaria. Es un trastorno hereditario poco fre-
nico compatible con el cólico nefrítico, pero sin eviden- cuente, que se debe sospechar en sujetos que presen-
cia de cálculo (pruebas de imagen negativas o falta de tan litiasis desde la primera o segunda décadas de
expulsión), solo se recomienda la determinación del la vida.
perfil M3. Entérica. Se presenta en pacientes con enfer-
Con este protocolo se pueden identificar los pro- medad intestinal (inflamatoria, resección y malabsorción
cesos siguientes: hipercalciuria absortiva tipos I y II, de grasas).
hipercalciuria renal, hiperparatiroidismo primario, pér- Dietética. Se debe al abuso de alimentos con ele-
dida renal de fosfato, exceso primario de 1,25 vitamina vado contenido de oxalato o vitamina C.
D, hiperoxaluria entérica, nefrolitiasis cálcica hiperurico- En la tabla 9.2 se presentan los criterios diag-
súrica, hipocitraturia idiopática, hipomagnesiuria, nósticos.

ÓN
CI
Tabla 9.1. Estudio metabólico de las litiasis. Perfiles de laboratorio

UC
Perfil M1* OD M2** M***

Sangre BUN Calcio y fósforo BUN


PR

Creatinina Aclaramiento de Creatinina


RE

creatinina
Aclaramiento de creatinina PTH/vitamina D Aclaramiento de creatinina
SU

Ácido úrico Ácido úrico


Na y K Na y K
DA

Calcio y fósforo Calcio y fósforo


Cloro Fosfatasas alcalinas
BI

Magnesio Hemograma completo


I

Fosfatasas alcalinas Glucemia


OH

Hemograma completo Proteínas totales


Glucemia
PR

Proteínas totales
PTH/vitamina D
Equilibrio ácido-base
Orina Sedimento pH Sedimento
Proteinuria de 24 h Calciuria y fosfaturia Proteinuria de 24 h
pH Sodio pH
Calciuria y fosfaturia Test de ayuno: calciuria y
creatinina en orina de 24 h
Calciuria y fosfaturia
Ácido úrico Ácido úrico
Sodio Sodio
Urinocultivo Urinocultivo
Oxaluria
Cistinuria
Citraturia
Magnesuria

* Dieta libre.
** Dieta con 400 mg de calcio y 100 mEq de Na.
*** Test del ayuno. Se mide el cociente Ca/creatinina en orina de 2 h, tras ayuno nocturno de 12 h. Se
desecha la primera micción, realizada al levantarse por la mañana.
284 Urología

Tabla 9.2. Criterios diagnósticos

HCI HCII HR HPI PP 1,25 HE NCHU HI ATR LU LC HM


Suero
Ca* N N N  N N N N N N N N N
P N N N  N N N N N N N N N
PTH N N   N   N N N N N N
Orina
Ca/creat. (2 h) N N      N N  N N N
Ca (24 h)  N      N N  N N N
Oxalato N N N N N N  N N N N N N
Ácido úrico N N N N N N   N N N/ N N
Citrato N N N N N N  N   N N N
pH N N N N N N  N N  N N
Cistina N N N N N N N N N N N N
Magnesio N N N N N N  N N N N N 
Tipo de litiasis Ca** Ca Ca Ca Ca Ca Ca Ca Ca Ca Úrica Cis*** Ca

* Ca/creatinina N < 0,11.


** Ca: litiasis cálcica.
*** Litiasis cistínica.
HCI: hipercalciuria absortiva tipo I; HCII: hipercalciuria absortiva tipo II; HR: hipercalciuria renal; HPI: hiperparatiroidismo primario; PP:

ÓN
pérdida renal de fosfato; 1,25: exceso primario de 1,25 (OH) 2 vitamina D; HE: hiperoxaluria entérica; NCHU: nefrolitiasis cálcica

CI
hiperuricosúrica; HI: hipocitraturia idiopática; ATR: acidosis tubular renal; LU: litiasis úrica; LC: litiasis cistínica; HM: litiasis cálcica
hipomagnesúrica.

UC
OD
Tratamiento profiláctico. El primer objetivo del Sin embargo, al mismo tiempo se debe restringir la
PR

tratamiento de los pacientes con litiasis urinaria es la ingesta de oxalato para prevenir la hiperoxaluria,
RE

prevención de nuevos cálculos, que resulta muy efec- puesto que el calcio y el oxalato también se ligan en
tiva y conveniente desde el punto de vista económico. el intestino.
SU

El tratamiento conservador, con medidas dietéticas, se  Calcio: la ingestión de calcio está inversamente rela-
cionada con el riesgo de formar cálculos; su inges-
DA

debe iniciar en todos los casos:


 Dieta: debe ser balanceada; se evitarán excesos. tión baja conlleva un incremento en la absorción del
BI

 Proteínas: estudios epidemiológicos han demostrado oxalato e hiperoxaluria. Por otra parte, la dieta baja
I
OH

que poblaciones con elevada ingesta de proteínas ocasiona pérdida ósea, como consecuencia de su ba-
presentan mayor incidencia de litiasis. Las proteínas lance negativo.
PR

contienen aminoácidos ricos en sulfatos, los cuales  Sodio: el sodio y el calcio se reabsorben en sitios
inducen un estado de acidosis que provoca disminu- comunes a lo largo de la neurona, de este modo pue-
ción del pH urinario, favorable para la precipitación den ser beneficiosas las dietas pobres en sodio, ya
que se traducen en una mayor reabsorción renal e
del ácido úrico.
indirectamente en una mayor reabsorción renal de
La acidosis también aumenta la reabsorción de citrato
calcio. La ingesta elevada en sodio aumenta la ex-
en el túbulo proximal, así como la reabsorción ósea
creción urinaria de calcio, disminuye la concentra-
de calcio. Los sulfatos forman complejos con el cal- ción de inhibidores de la cristalización, como el citrato
cio en la neurona y limitan la reabsorción de este y empeora la respuesta hipocalciúrica a las tiacidas.
catión. Adicionalmente se induce el aumento de la Se recomienda una dosis inferior a 100 mEq/día.
excreción de oxalato debido a la producción de  Oxalato: en la actualidad, los estudios dietéticos pa-
glicolato, un precursor del oxalato. La proteína ani- recen demostrar una mayor excreción renal de oxa-
mal se debe restringir a no más de 150 g/día. lato, si se ingieren alimentos con elevado contenido
 Fibra: se debe estimular la ingestión de frutas y ve- de este (espinacas, salvado de trigo, cacahuetes, apio,
getales por su contenido en fibra dietética, pues esta chocolate, cocos, té). Sin embargo, no existen inves-
liga el calcio en la luz intestinal y puede desempeñar tigaciones que correlacionen directamente la inciden-
su función para prevenir la recurrencia de litiasis. cia de litiasis con su ingesta, debido, en parte, a la
Litiasis urinaria 285
dificultad para medir el contenido exacto de oxalato Específicamente, se ha demostrado que el jugo de
de los diferentes alimentos. Con todo, una dieta po- limón tiene concentraciones óptimas de citrato que
bre en oxalato es razonable para los pacientes con pueden beneficiar a este grupo de pacientes. El jugo
tendencia a la formación de litiasis. La vitamina C se de naranja no se recomienda, debido a su elevado
ha asociado con la hiperoxaluria, debido a que el áci- contenido de vitamina C.
do ascórbico sirve como sustrato para la formación  Líquidos: el consejo de ingerir abundantes líquidos
de oxalato, por tanto, en pacientes con urolitiasis es parece lógico y atractivo, y se recomienda que en un
conveniente restringir el consumo de esta vitamina a adulto normal la hidratación asegure un volumen uri-
nario superior a los 2 L, distribuidos en 24 h; se pres-
menos de 4 g/día.
tará especial atención a las situaciones de pérdida
 Citrato: el estado del equilibrio ácido-base es el prin-
inusual de líquidos.
cipal condicionante de la citraturia; la hipocitraturia
puede ser secundaria a acidosis sistémica, como en Tratamiento específico. El tratamiento específi-
la acidosis tubular renal o a fármacos como la aceta- co es necesario para corregir la anomalía metabólica
zolamida, por lo que se debe recomendar el empleo detectada en todos los casos de litiasis recidivante o si
de citrato en pacientes con urolitiasis. fracasa la profilaxis con medidas dietéticas (Tabla 9.3).

Tabla 9.3. Tratamiento específico de la litiasis

ÓN
Enfermedad Tratamiento Comentarios

CI
UC
Hipercalciuria absortiva tipo I Tiacidas:
Hidroclorotiacida: 50 mg/12 h*
OD
Clortalidona: 50 mg/24 h*
Suplementos de K con: citrato
PR
potásico: de 15 a 20 mEq/12 h**
Ortofosfato Solo en casos de hipercalciuria grave o si
RE

las tiacidas no son efectivas


No se administra si el aclaramiento de
SU

creatinina es inferior a 30 mL/min


Hipercalciuria absortiva tipo II Dieta baja en calcio. Hidratación abundante
DA

Hipercalciuria renal Tiacidas* y citrato potásico**Amiloride


(5 mg) e hidrocloriazida (50 mg)
BI

Hiperparatiroidismo primario Paratiroidectomía


I

Pérdida renal de fosfato Ortofosfato Malos resultados


OH

Hiperoxaluria entérica primaria Hidratación abundante


Pirodoxina (300 mg)
PR

Hiperoxaluria secundaria (malabsorción) Disminuir entrada de oxalato


Suplementos de calcio, citrato y magnesio
Colestiramina: 4 g/8 h
Nefrolitiasis cálcica hiperuricosúrica Alopurinol: 100 mg/24 h
Citrato potásico**
Hipocitraturia idiopática Citrato potásico** Mantener pH urinario 6,5-7
Litiasis úrica Citrato potásico** Mantener pH urinario 6,5-7
Bicarbonato sódico Mantener pH urinario 6,5-7
Alopurinol: de 100 a 300 mg Recomendado si existe hiperuricemia o
marcada hiperuricosuria
Litiasis cistínica
Cistinuria moderada: de 250 a 500 mg/24 h Hidratación abundante Mantener pH urinario 6,5-7
Citrato potásico Añadir, si no es eficaz, el tratamiento
Penicilamina conservador
Efectos secundarios importantes (derma-
titis, síndrome nefrótico, pancitopenia)
Cistinuria grave: > 500 mg/24 h Penicilamina
Mercaptopropionilglicina

* Dosis habitual de hidrocloritiacida (50 mg/12 h) y clortalidona (50 mg/24 h).


** Dosis habitual de citrato potásico (20 mEq/12 h).
286 Urología

En la litiasis de ácido úrico se debe restringir la inges- Si la formación de piedras es el resultado de una
tión de alimentos, como vísceras, piel de aves, aren- infección por nanobacterias, se puede esperar una es-
que, sardinas y evitar el exceso de carnes rojas. trategia terapéutica muy diferente en el futuro.
En la litiasis de estruvita es necesario el trata- Pronóstico. Usualmente la tasa de recurrencia
miento antimicrobiano, de acuerdo con el patrón de es de 50 % en 5 años y 70 % en 10 años. Es importan-
resistencia; se recomiendan cursos largos de tratamien- te que se identifiquen los pacientes con mayor riesgo
to para erradicar la infección. Puede ser útil acidificar de recurrencia, se incluyen los que presentan litiasis
la orina con cloruro de amonio o metionina. En casos múltiples, historia previa de cálculos y los que comien-
muy seleccionados con infecciones severas se puede zan a edades tempranas de la vida. Por lo general, el
utilizar el ácido acetohidroxámico. tratamiento médico es efectivo para retrasar, no para
Futuro de la prevención. En la búsqueda de detener completamente la tendencia a la formación de
alternativas médicas eficaces, se ha centrado la aten- piedras.
ción en la función del oxalato y se han realizado estu- El aspecto más importante del tratamiento médi-
dios experimentales con sustancias inhibidoras de su co es mantener una ingesta elevada de líquidos, con un
secreción tubular; otra terapéutica interesante es la alto volumen urinario, pues sin ello es poco probable el
administración de Oxalobacter formigenes, que está éxito de cualquier medida dietética o médica para pre-
ausente en la mayoría de los formadores de piedras. venir la formación de futuras piedras.

ÓN
CI
UC
OD Luis H. Candebat Montero
PR

La litiasis urinaria (Fig. 9.3) es una afección muy En general, la incidencia de litiasis urinaria es muy
RE

antigua, tanto como la propia humanidad. La “enfer- variable (según la zona y el país analizado).
SU

medad de la piedra”, como se le conoce desde h ace Básicamente, existen 6 formas clínicas de litiasis
5 000 años a.n.e., lo prueba el hallazgo, en una momia renal (por su composición): oxalato cálcico, fosfato
DA

del alto Egipto, de un cálculo de fosfato cálcico y ácido cálcico, ácido úrico, litiasis infectiva y litiasis mixtas.
BI

úrico, de origen vesical, en un joven entre 15 y 16 años. Entre los posibles factores causales se citan el clima
I

cálido y húmedo, las áreas geográficas litogénicas y


OH

los hábitos alimentarios.


PR

Otros procedimientos
de sostén
Las primeras experiencias para desintegrar
cálculos renales con ondas de choque se desarrollaron
en Munich, entre 1971 y 1978. Tras este largo periodo
de experimentación in vitro e in vivo sobre cálculos,
tejidos y animales de experimentación, para compro-
bar la fragmentación de los cálculos y descartar la apa-
rición de lesiones graves en tejidos vecinos, el 7 de
febrero de 1980, en el Departamento de Urología de la
Universidad de Munich, Chaussy y colaboradores apli-
caron por primera vez las ondas de choque a un pa-
ciente que presentaba un cálculo renal, y en 1982 se
inauguró en este centro la primera unidad de litotricia
Fig. 9.3. Litiasis coraliforme. renal extracorpórea.
Litiasis urinaria 287
En 1983 se desarrolló el equipo Dornier HM3,
que se distribuyó por diferentes hospitales del mundo
(Stuttgar, Wuppertal, Berlín, Mainz, Barcelona). E l
8 de noviembre de 1984, Ruiz Marcellán realizó con
éxito el primer tratamiento de litotricia renal extracor-
pórea en España, en el Centro Sanitario de Litiasis
Renal (Instituto Dexeus, Barcelona).
Entre 1985 y 1987 se instalaron otros equipos en
Sevilla, Madrid, Valencia, Zaragoza, etc., y el método
terapéutico fue aprobado y financiado parcialmente por
las instituciones sanitarias (SAS, INSALUD); de esta
manera se generó una gran demanda: “en la calle, el
pueblo habla de la bañera y la litotricia”; los enfermos
difícilmente aceptan la cirugía abierta.
El empleo de la litotricia extracorpórea por ondas
de choque (LEOC) para el tratamiento de la litiasis
urinaria, representa un extraordinario logro de la medi- Fig. 9.4. Localización del cálculo.
cina contemporánea. El grado de éxito de esta avan-
zada terapéutica no solo depende de las posibilidades

ÓN
técnicas de los litotritores o de la calificación del per-

CI
sonal especializado, sino también de las características

UC
del enfermo, como tamaño, composición y localización
de la litiasis, edad, índice de masa corporal, anteceden-
OD
tes patológicos personales, etcétera.
Dado que cada población suele tener su propia
PR

singularidad, es difícil establecer normas de tratamien-


RE

to de LEOC que sean aplicables, de manera general, a


SU

cualquier enfermo en distintos países. En Cuba (1984),


un estudio relacionado con esta enfermedad demostró
DA

que la cifra de personas en riesgo ascendía a 3 %.


BI
I
OH

Litotricia extracorpórea por ondas Fig. 9.5. Posición de los cálculos.


de choque
PR

Esta técnica consiste en la fragmentación de En general existen 3 principios de obtención de


cálculos urinarios mediante ondas de choque (energía ondas de choque ultrasónico del tipo intermitente:
generada en el litotriptor); los fragmentos del cálculo electrohidráulico, piezoeléctrico y electromagnético. Los
se eliminan espontáneamente con la orina. Hoy día efectos de agrietamiento y cavitación son los respon-
constituye el método ideal para el tratamiento de sables del mecanismo de fragmentación de los cálculos.
la mayoría de los cálculos, debido a su facilidad de Agrietamiento. Es un fenómeno propio del efecto
aplicación, menor invasividad y número de complica- del paso de la onda de choque, que viaja en un medio
ciones, con respecto a la cirugía clásic a (Figs. 9.4, friable como el cálculo que viene reflejado internamente
9.5 y 9.6). a él, tendiendo a fragmentarse.
Se puede realizar de manera ambulatoria, sin ne- Cavitación. Implica la nucleación, agrandamiento
cesidad de anestesia (excepto en los niños) por su bue- y colapso de burbujas en un líquido, que pueden ser
na tolerancia, aunque en la mayoría de los casos es inducidas por las ondas de choque en el líquido que
preciso el ingreso y la sedoanalgesia para mitigar el circunda el cálculo. El colapso de las burbujas es un
dolor. Algunos pacientes pueden requerir más de una proceso violento que produce ondas de choque ulterio-
sesión de tratamiento, lo que depende, fundamental- res y chorros de líquido a alta velocidad para erosionar
mente, del tamaño y la dureza del cálculo. el cálculo en su superficie.
288 Urología

Fig. 9.6. Destrucción y salida de los cálculos.

ÓN
CI
Indicación: Su composición puede variar, pero con frecuen-

UC
 En los cálculos que se ubican en las cavidades rena- cia son de fosfato amónico magnésico (estruvita).
OD
les, incluida la pelvis renal, con una dimensión infe- Complicaciones. Se pueden presentar tempra-
rior a 25 mm. nas y tardías:
PR
 Hematoma subcapsular renal.
 Hematoma subcapsular hepático.
RE

Cuando el cálculo no se encuentra enclavado en  Hematoma perirrenal (más extenso).


las cavidades, casi siempre se logra una buena frag-  Rotura renal.
SU

mentación. En cambio si está enclavado, con poca  Cólico nefrítico.


DA

cámara de expansión, se observa siempre una deter-  Sepsis urinaria.


BI

minada pérdida de la eficacia del procedimiento.  Columna o calle litiásica.


I

En la mayoría de los casos, los resultados se pue-  Anuria obstructiva.


OH

den considerar definitivos al cabo de 1 mes, pero aproxi-  Fístula renocutánea.


 Pionefrosis.
PR

madamente en 5 % se han observado eliminaciones


más tardías, por lo que el control definitivo se realiza a
los 2 meses. Cuando los cálculos son más volumino- Nefrolitotomía percutánea
sos, por ejemplo, un gran cálculo piélico o coraliforme,
el índice de resultados positivos disminuye entre 40 y Se lleva a cabo mediante la punción del riñón y su
50 %. dilatación sucesiva con catéteres rígidos. Dependien-
Los cálculos coraliformes son semejantes a las do del tamaño de la litiasis, se realiza su extracción
ramificaciones del coral y adoptan esa morfología por- simple o en combinación con la litotricia extracorpórea,
que su crecimiento les hace ocupar el espacio de la vía a través de un nefroscopio, con extracción posterior
excretora intrarrenal. Son litiasis complejas y se clasi- de sus fragmentos.
Hoy día sus indicaciones se han reducido a favor
fican en:
de la litotricia extracorpórea, ya que en los casos en
 Litiasis parcial: cuando ocupan menos de 30 % del
que la nefrolitotomía percutánea suele estar indicada,
sistema colector renal. corresponden a las buenas indicaciones de la extracor-
 Litiasis borderline o limítrofe: cuando ocupan de 30 a pórea y se reserva casi exclusivamente para aquellas
80 % del sistema colector renal. litiasis que, por sus características y dimensiones o
 Litiasis total (más de 80 % del sistema colector condiciones anatómicas renales de un paciente en par-
renal). ticular, contraindican el empleo de la extracorpórea.
Litiasis urinaria 289
Indicaciones:  Terapéuticas:
 Cálculos grandes (mayores de 25 mm), múltiples y  Dilatación y/o sección de estenosis ureterales.
coraliformes.  Colocación de catéteres ureterales en obstruccio-
 Cálculos en divertículos caliciales, riñones mal rotados nes o fístulas.
y cáliz inferior.  Resección de tumores uroteliales seleccionados.
 Fallo de la litotricia extracorpórea (cálculo de cistina  Extracción de litos: ureterales, renales y restos
y de oxalato de calcio monohidratado). litiásicos post-ESWL.
 Pinzas.
Contraindicaciones:  Canastillas.
 Deseo de certeza de estado libre de litiasis.  Extracción de cuerpos extraños.
 Obstrucción distal concomitante.
Contraindicaciones: son relativas:
 Obesidad mórbida.
 Cirugía pélvica previa.
 Coagulopatía no corregida.
 Radiación.
 Trauma.
Complicaciones:  Estrechez uretral.
 Sangrado, aunque menos de 5 % requiere transfu-  Hiperplasia prostática.
sión.  Coagulopatía no corregida.
 Hemorragias tardías (< 0,5 %), que se pueden deber
a fístulas arteriovenosas y requieren embolización Complicaciones agudas:

ÓN
selectiva.  Perforaciones menores y laceraciones durante la di-

CI
 Fallos en el acceso. latación, acceso, inserción y avance de la urete-
 Perforación de órganos vecinos (< 1 %).

UC
roscopia.
 Sepsis (< 1 %): es importante tratar cualquier infec-
OD  Lesiones mayores durante el avance o la extracción
ción urinaria previa y ante cualquier proceso infec- del cálculo, que pueden llevar a una avulsión que
PR
cioso agudo no sospechado, hacer el procedimiento necesita ser reparada con cirugía abierta.
en 2 tiempos.
RE

 Litiasis residual. Complicaciones tardías:


 Estenosis (de 1 a 2 %).
SU

Ureteroscopia
DA

Nefrostomía
BI
I

Consiste en la exploración instrumental del uréter


Indicaciones:
OH

y de la pelvis renal bajo visión directa. Esta técnica ha


 Diagnósticas:
sido posible gracias a la introducción de los ureterorre-
PR

Pielografía anterógrada.

noscopios rígido y flexible en la práctica clínica. La
Prueba de Whitaker.

ureterolitotricia intracorpórea es la técnica más em-  Terapéuticas:
pleada en el tratamiento de los cálculos ureterales. La  Drenaje nefrostómico de uronefrosis y uropione-
mayoría de los cálculos situados en el uréter superior frosis.
se trata preferiblemente con litotricia extracorpórea,  Colocación de catéter uretral anterógrado.

mientras que los situados al nivel de los uréteres iliaco  Dilatación de estenosis ureterales.

y pelviano pueden ser atacados por la vía ureteros-  Endopielotomía percutánea.

cópica.  Nefrolitectomía-nefrolitotricia percutánea.

Indicaciones:  Resección de tumores uroteliales.

 Fístulas ureterales.
 Diagnósticas:
 Quimiolisis de litiasis renales.
 Evaluación de defectos de relleno u obstrucción
 Extracción de cuerpos extraños.
radiográfica.
 Hematuria macroscópica unilateral.
Contraindicaciones:
 Evaluación de citología positiva unilateral.
 Absolutas:
 Seguimiento posterior a cirugía conservadora de
 Coagulopatías.
tumores uroteliales.  Medicación anticoagulante.
290 Urología

 Relativas:  Perforación.
 Anomalías de posición.  Avulsión.
 Sangrado.
Complicaciones:  Injuria térmica.
 Tempranas:  Extravasación de líquidos:
 Hemorragias.  Sangre.

 Orina.
 Sepsis.
 Líquido de irrigación.
 Acceso fallido.

 Pérdida del trayecto.


 Infecciones: sepsis.
 Lesiones de órganos vecinos.
 Lesión de órganos vecinos.
 Lesiones vasculares.
 Alergia al contraste.

 Íleo paralítico.
Esquema de tratamiento de la litiasis:
 Perforación de la pelvis renal.
 Litiasis renales menores de 2 cm:
 Obstrucción del catéter.
 Litotricia extracorpórea por ondas de choque.
 Urinoma.
 Cirugía abierta.
 Dislocación del catéter.
 Litiasis mayores de 2 cm:
 Tardías:  Litotricia percutánea.
 Infección urinaria.
 Litotricia extracorpórea con o sin catéter doble
 Infección cutánea.

ÓN
“J”.
 Ruptura del catéter al cambiarlo.

CI
 Litotricia percutánea + litotricia extracorpórea.
 Incrustaciones en el catéter.  Litiasis coraliformes y seudocoraliformes:

UC
 Fístula arteriovenosa.  Litotricia percutánea.
 Obstrucción del catéter.
OD
 Litotricia percutánea + litotricia extracorpórea.

 Litotrica extracorpórea + litotricia percutánea.


PR

 Cirugía convencional.
Litotricia ureteral endoscópica
RE

 Litiasis de uréter superior:


 Litotricia extracorpórea.
SU

Abordaje:  Litotricia extracorpórea con catéter uretral.


 Retrógrado (ureteroscopia).  Cirugía abierta convencional.
DA

 Anterógrado (percutáneo).  Cirugía videolaparoscópica.


BI

 Ureterolitotricia anterógrada.
I

Método:  Litiasis de uréter medio:


OH

 Fragmentación:  Litotricia extracorpórea.


PR

 Ultrasonido.  Cirugía videolaparoscópica.


 Neumática.  Catéter doble “J” y litotricia extracorpórea.
 Electrohidráulica.  Ureteroscopia y litolapalaxia.
 Láser.  Cirugía abierta convencional.

 Litiasis de uréter inferior:


Contraindicaciones:  Ureteroscopia y litolapalaxia.
 Las de la vía utilizada:  Litotricia extracorpórea.

 Percutánea.  Litotricia intracorpórea.

 Ureteroscópica.  Litiasis vesicales:


 Litotricia neumática.

 Litotricia electrohidráulica.
Complicaciones:  Litotricia mecánica.
 Lesiones mucosas.  Litotricia extracorpórea.
Litiasis urinaria 291

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I
OH
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Laparoscopia en urología 293

Capítulo 10

ÓN
CI
René Salas Cabrera

UC
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Han pasado muchos años desde que Kelling, en 1901, reportara el primer caso
RE

de inspección de la cavidad abdominal (en un perro), con la ayuda de un cistoscopio


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introducido a través de un pequeño orificio cutáneo.


En 1910, Jacobeus, en Estocolmo, reportó el empleo de un cistoscopio para el
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examen de las cavidades peritoneal y pleural. Este instrumento se insertaba a través


BI

de un trocar y se utilizaba indistintamente aire o agua para distender la cavidad.


I

Kalk introdujo importantes modificaciones de di seño. En 1951 publicó sus ex-


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periencias en más de 2 000 casos y dio lugar a la laparoscopia moderna.


PR

En 1932 se introdujo la utilización de dióxido de carbono, en vez de aire, para la


insuflación abdominal, con lo que la irritación peritoneal y los riesgos de embolia ga-
seosa disminuyeron notablemente. En 1938 Verres diseñó la aguja traumática.
En tan solo poco tiempo, la lista de indicaciones de la laparoscopia se ha engro-
sado sorprendentemente. En urología, las únicas aplicaciones de esta técnica se ce-
ñían a la posible localización intraabdominal de los testículos no palpables (diagnóstico
diferencial entre criptorquidia, ectopia, atrofia o agenesia testicular); investigación de
estados intersexuales mediante visualización y biopsia ocasional de las gónadas;
monitorización transperitoneal de la cirugía percutánea de los riñones en ectopia pelviana
y corrección laparoscópica del varicocele.
En Cuba, el Centro de Cirugía Endoscópica abrió sus puertas en la capital del
país, en 1994. Desde entonces se ha mantenido el interés por el desarrollo y la gene-
ralización de los procedimientos laparoscópicos. Este vertiginoso avance permitió, por
primera vez, la aplicación de la cirugía laparoscópica en urología.
A partir de 1999 se comenzó a aplicar la laparoscopia en algunos procedimientos
urológicos, bajo la concepción de un trabajo multidisciplinario, en el que participaron
cirujanos generales de probada experiencia laparoscópica, urólogos, anestesiólogos y
radiólogos, lo que permitió su aplicación mediante técnicas complejas.
294 Urología

Con el auge experimentado en los últimos años permitir su esterilización por inmersión. No obs-
por la cirugía mínimamente invasiva, la laparoscopia, tante, se prefiere utilizarlas recubiertas por una
técnica que hasta entonces había sido practicada con funda de plástico estéril.
fines casi exclusivamente diagnósticos por algunos  Procesador de imágenes y cabezales. Unidad de
ginecólogos y gastroenterólogos, ha recobrado un es- control de cámara: en ella se conecta el cuerpo de
pecial interés y se encuentra entre las técnicas quirúr- cámara y de ahí parte la señal hacia el grabador
gicas de más actualidad, no solo en ginecología, sino de video (o directamente al monitor, si se carece
también en cirugía general y urología. de este último). En esta unidad se puede regular
el color de la señal, según la temperatura de color
de la luz que se emplee.
Instrumental general  Unidad de control de cámara. Grabador-repro-
laparoscópico ductor de video: puede servir cualquier equipo
doméstico, si bien son aconsejables los sistemas
Para su mejor comprensión, el instrumental ge- U-Matic Super VHS.
neral laparoscópico se divide en 3 grupos:  Monitor de video: es aconsejable disponer de 2 ele-
1. Equipo óptico. mentos (de 19 pulgadas), con el fin de situarlos a
2. Instrumental quirúrgico. uno y otro lado de la mesa quirúrgica. De lo con-
trario, el cirujano o sus ayudantes se verán obliga-
3. Instrumental accesorio.
dos a trabajar en una postura muy forzada duran te

ÓN
toda la intervención. Por otra parte, de esta ma-
Equipo óptico. Está constituido por la óptica, la
nera se facilita la coordinación de movimientos de

CI
fuente de luz, el cable de luz fría y el equipo de video
todos los que integran el equipo quirúrgico.

UC
(Fig. 10.1).
 Mueble de transporte: su uso es imprescindible.
 Óptica: habitualmente es de 10 mm de diámetro y 0 o
OD Debe ser alto, con varias estanterías (fáciles de
de dirección visual. No obstante, existen ópticas de
limpiar), ruedas muy sólidas y sistemas de con-
trabajo que permiten el paso de un fino instrumento
PR

tención de cables y enchufes múltiples. En sus


por un canal incluido en su cuerpo; ópticas con dis-
RE

distintos niveles se sitúan la fuente de luz fría, la


tinto ángulo visual (anterógradas y laterales), ópticas unidad de control de la cámara, el grabador-repro-
infantiles, etcétera.
SU

ductor de video y uno de los monitores de video;


 Fuente de luz: debe ser de más de 250 W, con capa- es necesario, además, disponer de otro mueble,
DA

cidad de regulación automática de la intensidad de la más simple, para colocar el otro monitor. De estos
BI

luz. En caso de requerirse una mayor potencia, esta muebles debe partir un único cable a la toma de la
I

deberá ser de lámpara de xenón, que alcanza los red eléctrica del quirófano.
OH

300 W y una temperatura de color de 60002 K.


 Cable de luz fría: está constituido por numerosos haces
PR

Instrumental quirúrgico. A continuación se des-


incoherentes de fibra de cristal óptico, recubiertos criben los más empleados (Fig. 10.2):
cada uno por una finísima capa de cristal de distinta  Aguja de Verres: consiste en una cánula provista de
refringencia, de manera tal que por reflexión interna un mecanismo automático que hace sobrepasar a su
transmiten la luz desde la fuente externa hasta el extremo punzante un fiador romo, en cuanto su pun-
pilar de la óptica del laparoscopio. Es aconsejable ta sobrepasa la resistencia de la pared abdominal.
que su longitud sea de 230 cm, para no obstaculizar Con ello se evita la punción involuntaria de las vísce-
los movimientos de la óptica. ras. A través de esta, que permite un flujo máximo
 Equipo de video: consta de diferentes partes: de 2,3 L de CO 2 aproximadamente, se realiza la dis-
 Cabeza de cámara de televisión: cada día se fa- tensión inicial de la cavidad peritoneal, previa a la
brican de tamaño más reducido, de tal manera que colocación de los trocares. Generalmente se utiliza
pueden adaptarse directamente al pabellón de la en su formato desechable (de 12 cm de largo). No
óptica del laparoscopio, sin que su peso o volumen obstante, existen las de 8 cm (para uso pediátrico) y
dificulte en lo más mínimo la intervención. Debe 15 cm (para obesos).
estar debidamente blindada contra las posibles  Trocares: se utilizan para introducir, en la cavidad
interferencias que pudieran producir, en la imagen abdominal, la óptica y los distintos instrumentos qui-
del monitor, las corrientes de alta frecuencia del rúrgicos. Habitualmente se prefiere el uso de trocares
bisturí eléctrico, e impermeabilizada como para desechables, por razones de esterilidad y seguridad;
Laparoscopia en urología 295

ÓN
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Fig. 10.1. Equipo óptico. A. Fuente de luz. B. Cable de luz. C. Cabeza cámara de televisión. D. Lentes. E. Control de cámara.
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A B

Fig. 10.2. A y B. Instrumental quirúrgico.

al igual que la aguja de Verres, están provistos de como pinzas de extracción, de agarre atraumático
una cápsula que sobrepasa y protege la punta tipo Babcock, algunos portaagujas, fragmentadores
piramidal del trocar, en cuanto esta penetra en la cavi- tisulares, etc.) y 12 mm (útiles para algunos instru-
dad peritoneal (Fig. 10.3). mentos muy específicos, como los aplicadores auto-
Existen trocares de 3 mm (pediátricos); 5 mm (aptos máticos de grapas, etc.).
para casi todo tipo de pinzas, tijeras, portaagujas, Los fabricantes de trocares desechables brindan
aspiradores, etc.), de 10 a 11 mm (para la óptica, unos diafragmas reductores que, aplicados en troca-
aplicadores de clips u otros instrumentos fuertes, res de mayor calibre, permiten el paso por estos, de
296 Urología

ÓN
B

CI
Fig. 10.3. A. Agujas de Verres. B. Trocares.

UC
OD
instrumentos mucho más finos, sin que se produzca ma de fijación externo que permite un cómodo
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escape de CO 2 intraabdominal. agarre prolongado (Fig. 10.4).
RE

Además de los trocares de punta aguda piramidal Se fabrican también en material desechable y algu-
(pocas veces se usa la punta cónica), también exis- nas disponen de un sistema de giro distal muy útil,
SU

ten trocares de punta roma, por ejemplo, los de manipulable con un solo dedo. Existen pinzas que
permiten hacer una fuerte presa sobre los tejidos,
DA

Hasson o de Koenig. Estos se introducen a través


de una minilaparotomía, cuando se sospecha que por ejemplo, las pinzas de biopsia (cucharillas cor-
BI

tantes) y las pinzas de extracción (dientes de coco-


I

puedan existir múltiples adherencias posoperatorias,


OH

con posible fijación de asas intestinales a la zona ele- drilo).


gida para el acceso del primer trocar.  Pinzas de disección: resulta útil todo lo expresado
PR

 Cánulas de introducción-extracción: son tubos hue- acerca de las pinzas de agarre. No obstante, la dife-
cos, de diámetro ligeramente inferior al de los trocares rencia radica en que la punta de estas suele ser más
gruesos, que disponen de un tapón de goma perfora- fina y precisa, con distintos tipos de incurvación, y
do y extraíble en su extremo proximal. Una vez in- carecen de sistema de fijación externo. Por el con-
troducidos por los trocares gruesos, desbloquean sus trario, suelen poseer conexión al bisturí eléctrico
sistemas valvulares, lo que facilita la extracción de monopolar.
tejidos, sin que queden atrapados por estas.  Pinzas de coagulación bipolar: permiten el paso de
También son útiles como convertidores de calibre para corriente entre sus 2 pequeñas ramas distales. Para
introducir instrumentos de 5 mm por trocares de 10 a su empleo no hace falta que el paciente lleve placa
11, o 12 mm, o para facilitar el paso de agujas de (electrodo indiferente); tienen las ventajas de que el
sutura, especialmente aquellas que tienen cierta cur- campo de coagulación está limitado al área de con-
vatura. tacto de los electrodos y requieren de una corriente
 Pinzas de agarre: suelen utilizarse las de 5 mm de de bajo voltaje.
diámetro, aunque también existen las de 10 mm. Se  Electrodo de gancho: conectado al bisturí monopolar,
caracterizan por poseer puntas amplias, con diver- sus mejores aplicaciones tienen lugar en la apertura
sos tipos de estrías o denticiones, además de un sis te- del peritoneo posterior, en determinados tiempos de
Laparoscopia en urología 297

ÓN
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A

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C
B

D E

Fig. 10. 4. A. Pinzas de agarre. B. Aspirador-irrigador. C. Pinzas de coagulación. D. Portaagujas. E. Grapadoras.


298 Urología

disección, y debidamente afilado, en el primer tiem- resultan de extrema utilidad para fijar una malla en
po de las ureterotomías. un orificio herniario (previamente preparado), o para
 Aspirador-irrigador: las varillas, de 5 mm de diáme- mantener aisladas del campo algunas estructuras
tro, poseen una conexión para la entrada de suero a que impidan su visión, o para reperitonizar el cam-
presión y otra para conectar la succión. Asimismo po quirúrgico. Otras, más complejas, realizan una
disponen de llaves de paso para cada una de estas verdadera sutura de los tejidos mediante la aplica-
vías; son mejores las de botones (siempre y cuando ción de 2 hileras de pequeñas grapas a cada lado de
respondan a una suave presión) que las que poseen una línea de corte, que también la ejecuta el mismo
grifos, ya que estos últimos suelen abrirse casual- aparato. Este sistema, fabricado en material des-
mente y son más incómodos de manejar con una sola echable, dispone de un calibrador del espesor de los
mano. tejidos a tratar, lo que permite elegir el tipo de gra-
Algunas de estas varillas disponen de otra vía cen- pas más adecuado en cada caso.
tral, independiente, que sirve para dar paso a la fi-  Portalazos: son varillas de material plástico, enhe-
bra de láser. bradas por un hilo de material de sutura (reabsorbible
 Tijeras: se emplean de diversos tipos, formas y o no), en cuyo extremo distal lleva montado un lazo
curvaduras. Como mínimo, es recomendable dispo- con nudo corredizo, de manera tal que desde el ex-
ner de unas tijeras largas y rectas; otras, curvas; de terior, tirando del hilo y manteniendo fija la varilla,
gancho (para cortar hilos) y microquirúrgicas, de punta se puede cerrar el lazo sobre cualquier tejido, vaso
afilada. Tanto si se trata de material desechable o no, o estructura en la que se haya montado. Una vez

ÓN
es muy aconsejable, al igual que el resto del material cerrado el lazo, resulta imposible que el nudo se suel te.
 Portasuturas: mediante el mismo sistema de varillas

CI
quirúrgico laparoscópico, que toda la varilla, excepto
su punta, esté perfectamente aislada. se puede facilitar el acceso a distintos materiales de

UC
Casi todas las tijeras de disección poseen conexión sutura, montado en diferentes tipos de agujas. En la
para el bisturí eléctrico monopolar. Es de suma utili-
OD laparoscopia se utiliza mucho la aguja corta y recta,
dad el empleo de las tijeras eléctricas en cualquier o la aguja tipo sky.
PR

maniobra de disección. En la laparoscopia, la No obstante, mediante una cánula de introducción-


RE

hemostasia profiláctica es siempre preferible a la extracción, en el abdomen se pueden introducir agu-


poshemorrágica, ya que en la primera se trabaja jas curvas, siempre y cuando el radio de su curva
SU

siempre en un campo limpio y exangüe. sea inferior al diámetro interno de la cánula. Otra
 Portaagujas: existen los de 5 y 10 mm, con muy di- forma de introducir agujas montadas es pasándolas
DA

versas formas en su punta, así como en el tipo de directamente a través del orificio cutáneo, creado
BI

muescas de sus ramas. También es muy variable la por un trocar, asiéndolas por el hilo próximo a la
I

forma de su extremo exterior. Lo más importante aguja, con un portaagujas fino. Tras ello se reintrodu-
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es que hagan una presa muy fuerte de la aguja, de ce el trocar, deslizándolo sobre el portaagujas.

PR

tal manera que si esta es curva, no rote sobre su eje Empujanudos: cuando se ejecutan los nudos en el
en el momento de pasar por los tejidos. En nuestra exterior, estos pueden ser impulsados dentro del ab-
experiencia, los portaagujas con sistema de agarre domen mediante dichas varillas, provistas de una ra-
telescópico (tipo punch) son los que a menor diá- nura o muesca en su extremo distal, al tiempo que
metro, tienen una mayor fuerza de agarre. Este últi- se tensan uniformemente los 2 cabos del hilo. La
mo tipo de portaagujas se fabrica en material ventaja de los nudos extracorpóreos es que permi-
desechable. ten soportar una mayor tensión. Por consiguiente,
 Aplicadores de clips: al igual que en cirugía abierta, se utilizan siempre y cuando no se trate de estructu-
se pueden utilizar clips de acero inoxidable, titanio y, ras finas, que pudieran rasgarse. En estos casos es
recientemente, reabsorbibles. Se presentan en dife- preferible ejecutar los nudos intracorpóreamente, con
rentes longitudes y sus aplicadores, cuando son de los mismos procedimientos que se utilizan en
material desechable, poseen un sistema de recarga microcirugía.
automática que no precisa exteriorizar cada vez el  Saco para la fragmentación de órganos: se trata de
instrumento. una bolsa de material plástico impermeable, refor-
 Aplicadores de grapas: existen 2 tipos de grapadoras: zada con polipropileno. Se introduce en el abdomen
unas más simples, que se limitan a colocar cada vez arrollada (sobre una pinza de 3 mm), en sentido de
una grapa montada en su extremo distal (los su eje longitudinal, a través de un trocar de 10 a
desechables tienen también recarga automática) y 11 mm.
Laparoscopia en urología 299
Una vez desplegada dentro del abdomen, unas pe- No obstante, el diseño y los materiales empleados en
queñas solapas situadas en su cuello facilitan la aper- la fabricación del lapsac, diseñado por Clayman, son
tura de este. Introducido el órgano (previamente inmejorables, hasta el punto de ser casi innecesario
extirpado) en su interior, se cierra el cuello de la tener que recurrir al empleo de sistemas de trituración
bolsa al tirar de un hilo de nailon que lo rodea, lo automática de tejidos. Por el cuello de este saco, una
cual facilita su extracción fuera de la cavidad abdo- vez extraído del abdomen, se pueden pasar pinzas
minal, a través del orificio parietal creado por el tro- portatorundas o pinzas de cistolitotomía, que al tiempo
car de 10 a 11 mm, que había sido colocado al nivel que fragmentan el órgano, lo extraen.
periumbilical (Fig. 10.5).  Otros: existen muchos instrumentos cuya descrip-
 Triturador-aspirador de tejidos: uno de los mayores
ción rebaza los límites de este capítulo, por ello sim-
plemente se mencionan algunos: aguja recta para
inconvenientes para poder extirpar órganos o tejidos
transfixión parietal, separadores intraabdominales,
(de determinado volumen), a través de los trocares
palpadores, cánulas de punción, dilatadores, soporte
laparoscópicos, sin esparcir su contenido por la cavi-
para la óptica, etc. (Fig. 10.6).
dad abdominal y sin tener que abrir la pared abdomi-
nal para extraerlos, era conseguir fragmentarlos ade- Instrumental accesorio. Son 4 los elementales:
cuadamente. 1. Equipo de insuflación de gas carbónico.
Este problema se ha resuelto gracias al diseño de los 2. Equipo de irrigación-succión.
sacos para la fragmentación de órganos y de varillas 3. Bisturí eléctrico.

ÓN
trituradoras-aspiradoras de tejidos, que introducidas 4. Equipo de láser.

CI
por el cuello de estos sacos y accionadas eléctrica-
mente, consiguen pulpificar el material orgánico, al Equipo de insuflación de gas carbónico. Aun-

UC
tiempo que es aspirado. que figure dentro del grupo de instrumental accesorio,
OD
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SU
DA
BI
I
OH
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A
B

C
D

Fig.10.5. A. Sutura intracorpórea. B. Endobolsa. C. Extracción con endobolsa. D. Morcelador electromagnético.


300 Urología

A B

Fig. 10.6. A. Separadores intraabdominales. B. Endosuflador.

es una pieza clave, por ello se le debe conceder mayor uso obligado en algunas intervenciones laparoscópicas

ÓN
importancia, puesto que de su correcto funcionamien- donde se requiera la hemostasia de múltiples vasos, lo

CI
to dependerá el éxito de la intervención y la seguridad suficientemente gruesos como para no poder confiar

UC
del propio paciente. Debe reunir las características si- en una simple electrocoagulación monopolar. Téngase
guientes: OD en cuenta que esta última implica mucho mayor riesgo
 Sistemas de alarma visual y acústica ante cualquier
de iatrogenia, además de resultar menos precisa.
anormalidad.
PR

Equipo de láser. En urología se dispone gene-


 Indicador de estado de carga de la bala de CO 2.
RE

ralmente del láser de Neodi-Yag. Su fibra puede ser


 Indicadores del volumen administrado, del flujo de
introducida por la varilla de algunos aspiradores-
SU

entrada y de la presión intraabdominal. irrigadores específicamente diseñados al efecto. No


obstante, su uso es limitado si se dispone de un buen
DA

Su capacidad de flujo se debe acercar a los 10 L/min, bisturí eléctrico.


BI

con el fin de asegurar la distensión abdominal cuando


I

se emplea el aspirador. Asimismo debe poseer una re-


OH

gulación automática de la insuflación, según la presión Preparativos para la cirugía


PR

intraabdominal que se preestablezca para trabajar


(como norma, no es aconsejable que esta sea superior En las cirugías complejas, una vez que el pacien-
a 15 mmHg). Finalmente debe disponer de los mandos te ha ingresado, se revisa el estudio preoperatorio, se
necesarios para regular sus prestaciones y tener un le administran enemas de limpieza, y en su caso, se
soporte para la bala. comprueba la reserva de algunas unidades de sangre.
Equipo de irrigación-succión. Permite la insti- Asimismo, se le informa adecuadamente al paciente
lación, a presión, de suero fisiológico, de tal manera acerca de la técnica que se le va a realizar, sus posi-
que con la varilla intraabdominal se puedan fragmen- bles riesgos y la probabilidad, aunque remota, de que
tar y remover coágulos o efectuar una disección acuá- haya que realizarle una laparotomía. Se le entrega el
tica. La bomba de presión eléctrica puede alcanzar consentimiento informado, que debe firmar si está de
valores de hasta 165 mm Hg, en tanto que las neumá- acuerdo.
ticas llegan a 300 mm Hg. El día de la intervención se le administra una
Este mismo equipo lleva incluido el sistema de dosis única de antibiótico bactericida de amplio es-
succión (alrededor de 0,7 bares), con su correspon- pectro, se le somete a preanestesia y seguidamente a
diente frasco para el control del líquido aspirado. anestesia general orotraqueal; es necesaria la monito -
Bisturí eléctrico. Debe disponer de sistema de rización transoperatoria de la presion abdominal y el
corte y coagulación monopolar y bipolar, esta última de registro de CO 2.
Laparoscopia en urología 301
Postura del paciente. Es conveniente que la y fuertes tiras de esparadrapo, y se imprime un giro
mesa quirúrgica disponga de hombreras y sopor tes contralateral a la mesa, que permite situarlo nueva-
laterales acolchados, con el fin de asegurar bien al pa- mente en decúbito supino.
ciente ante la posibilidad de tener que forzar las postu- Se punciona e insufla entonces el abdomen y se
ras de Trendelemburg o la inclinación lateral de la mesa colocan los primero trocares. Si durante la interven-
(Fig. 10.7). ción es preciso lateralizar al paciente, solamente hay
que devolver el giro lateral que se le imprimió anterior-
mente a la mesa y sobrepasarlo en la medida de las
necesidades.
No obstante, cuando se intenta llevar a cabo una
nefrectomía, se prefiere interrumpir la intervención (tras
la colocación inicial de los primeros trocares) y girar al
paciente hasta conseguir un decúbito lateral total. En
ocasiones, es preciso colocar previamente al paciente
algo más desplazado hacia el lado a intervenir, con el
fin de que la maniobra de cambio postural se limite a
un simple giro y no a un giro más desplazamiento, lo
que podría acarrear, cuando menos, la salida acciden-

ÓN
tal de los trocares.

CI
El resto de la intervención se realiza con mayor
Fig.10. 7. Postura del paciente para la cirugía. comodidad si se coloca al paciente en ligero anti-Tren-

UC
delemburg, con lo que las asas intestinales se despla-
El brazo que se haya utilizado para el acceso
OD zan hacia la zona pelviana y se apartan del campo qui-
venoso deberá estar extendido lateralmente, pero en rúrgico.
PR

situación de pronación, con el fin de aminorar las posi- Técnica de la exploración laparoscópica. Si-
RE

bilidades de lesión del plexo braquial. tuada la mesa en posición de ligero Trendelemburg y
La posición inicial de la mesa, antes de colocar la una vez aseptizado el campo y colocados los paños
SU

aguja de Verres y el primer trocar, es de ligero que lo limitan, se realiza una incisión cutánea semilunar
DA

Trendelemburg; el paciente estará en decúbito supino. de 10 mm en el reborde superior o inferior del ombligo
BI

Esta misma postura se utiliza para la colocación de los (véase más adelante, en situación de los trocares) y
I

trocares emplazados en la mitad inferior del abdomen. se procede a elevar “en tienda de campaña” el área
OH

Cuando se trata de colocar trocares paramediales o periumbilical, mediante pinzamiento digital a ambos la-
PR

laterales altos, la mesa debe estar en posición horizon- dos. En dicha situación, se punciona el abdomen con la
tal o en ligero anti-Trendelemburg. aguja de Verres: la punta se dirige hacia el promontorio
Según el tipo de intervención, son necesarios dis- sacro.
tintos grados de lateralización o giro al paciente, por Tracción adecuada de la pared abdominal
ejemplo, para acceder con comodidad a los vasos durante la colocación de Verres. Existen varias ma-
espermáticos o a las cadenas linfáticas iliacas u ob- niobras para asegurarse de que el extremo de esta se
turatrices, se precisa, además de Trendelemburg, de encuentra en el peritoneo libre:
una inclinación lateral de la mesa de unos 20 º, con el  La aguja se puede mover libremente en cualquier
fin de que las asas intestinales se aparten del campo dirección.
quirúrgico. Sin embargo, para acceder al uréter lum-  La inyección de suero a través de la aguja no debe
bar o a la cara anteroexterna del riñón se precisa una oponer resistencia alguna, pero por aspiración no se
inclinación lateral de unos 45 º. debe obtener ningún líquido ni gas.
Una vez anestesiado el paciente y antes de  Tras haber inyectado el suero y estando la aguja ver-
aseptizar el campo, se coloca una bolsa de 3 L debajo tical, al retirar la jeringuilla se debe observar cómo el
de la cadera y otra debajo de la escápula correspon- resto del suero que quedaba en el pabellón de la agu-
diente al flanco a intervenir. Posteriormente se sujeta ja es aspirado rápidamente por la presión negativa
bien al paciente con soportes acolchados contralaterales intraabdominal. Este dato no es muy fiable, ya que
302 Urología

algunas veces, a pesar de resultar positiva esta prue ba, ello en dependencia de posibles cicatrices antiguas de
se demuestra cómo la presión inicial de insuflación, laparotomía, hernia umbilical y especialmente de la zona
que nunca debe acercarse a 10 mm Hg, alcanza esta del abdomen que se vaya a intervenir.
cifra. No obstante, en algunas ocasiones, por ejemplo,
durante una nefrectomía, en un momento dado puede
Conectado el tubo de silicona, que lleva el gas ser necesario cambiar de sitio la óptica, introduciéndo-
desde el insuflador hasta la aguja de Verres, se inicia la la por otro de los trocares de 10 a 11 mm, con el fin de
insuflación de CO 2, esta se detiene de inmediato y se extraer la pieza por el orificio creado por el trocar
reposiciona la aguja. En caso de que al inicio de la periumbilical.
insuflación la presión intraabdominal se aproxime a Cuando se trata de un paciente con una cicatriz
10 mmHg, esto significa que la aguja está pinchando el de laparotomía anterior, es muy útil la realización de la
epiplón, un asa, o se encuentra situada preperitoneal prueba de Palmer.
(esto último es lo más frecuente). El lugar de colocación de los trocares accesorios
La insuflación se realiza a un ritmo de 2,5 L/min dependerá, además, de lo que aconsejen las caracte-
aproximadamente, que es el tope máximo que permite rísticas anatomotopográficas específicas de cada pa-
la luz de la aguja, hasta alcanzar dentro del abdomen ciente y del tipo de cirugía que se va a realizar.
una presión de 15 mmHg, la que se logra cuando se A mayor cantidad de trocares, puede tener ma-
han introducido entre 4 y 6 L de CO 2. yor comodidad el cirujano, pero en ocasiones no es así,
Se retira entonces la aguja y, siguiendo la misma siempre que estos puedan colocarse a suficiente dis-

ÓN
dirección que se le imprimió, se coloca el trocar de 10 a tancia unos de otros (esta distancia siempre debe ser

CI
11 mm por el ojal cutáneo antes realizado. La coloca- superior a 6 cm); se aplicará el principio de la triangula-

UC
ción del trocar debe ser lenta, pero siguiendo un movi- ción para ser manipulados por ayudantes lo suficiente-
miento continuo y evitando cualquier retroceso, puesto
OD mente bien entrenados (Fig. 10.8).
que ello descargaría el sistema automático que prote-
ge la punta del trocar.
PR

Una vez atravesado el peritoneo (se advierte con Procedimientos específicos


RE

facilidad), se retira el fiador del trocar, se conecta a su


grifo el tubo de silicona que transporta el CO 2, y se Corrección quirúrgica del varicocele
SU

introduce la óptica bajo control directo de la imagen


DA

del monitor de video. La presión intraabdominal d e La reparación del varicocele mediante la lapa-
BI

15 mm Hg o algo menor si se prefiere, es la que debe- roscopia fue descrita por primera vez en 1986 y desde
I

rá mantener automáticamente el insuflador durante toda el mismo comienzo ha sido una práctica quirúrgica muy
OH

la intervención. debatida. Previo vaciado vesical espontáneo, con el


El empañamiento de la óptica, debido a la con-
PR

paciente bajo anestesia general y en posición de decú-


densación de vapor, por estar más fría que la tempera- bito supino, con discreto Trendelemburg, se punciona
tura corporal, se corrige frotando su extremo distal la cavidad peritoneal con la aguja de Verres (neumope-
contra el peritoneo parietal, o extrayendo nuevamente ritoneo), al nivel del contorno inferior umbilical, donde
la óptica y humedeciendo este extremo con una gasa luego de alcanzar una presión de CO 2 de 15 mm Hg,
empapada en suero caliente.
se introduce el trocar óptico.
Se realiza una inspección completa del abdomen
Posterior a la inspección visual de la cavidad, se
y se procede a la colocación del resto de los trocares
colocan los trocares accesorios: a la derecha, 10 mm,
complementarios, maniobra que se realiza bajo control
y a la izquierda, 5 mm, al nivel pararrectal, a la altura
visual laparoscópico.
Situación de los trocares abdominales. Como del ombligo. El cirujano debe colocarse detrás de la
se ha señalado, para casi toda la cirugía laparoscópica cabeza del paciente para permitir el acceso bilateral
urológica se suele utilizar el acceso periumbilical para con mayor comodidad.
la colocación del primer trocar, que será el que dará Tras identificar los vasos espermáticos, se efec-
entrada a la óptica. La incisión cutánea (semilunar) túa una incisión corta del peritoneo parietal, para reali-
suele hacerse en el contorno superior o inferior de la zar posteriormente la disección del paquete (arteria y
cicatriz umbilical, o si se prefiere, se traza una incisión vena) y colocar un solo clip. En algunos casos, cuando
vertical corta, a 2 o 3 cm por encima del ombligo, todo se presenta cierto grado de dilatación, es necesario
Laparoscopia en urología 303

ÓN
Fig. 10.9. Prostatectomía radical (obsérvese la vena esper-

CI
mática).

UC
OD En los primeros pacientes se respetaba la arteria
espermática cuando se encontraba bien definida. Hoy
día se realiza la ligadura en bloque, teniendo en cuenta
PR

una menor recidiva y la ausencia de atrofia testicular.


RE

Se propone como método de elección del varico-


cele bilateral, así como en pacientes obesos; necesi-
SU

dad de tratamientos laparoscópicos simultáneos de otras


DA

afecciones, antecedentes de cirugía inguinal, entrena-


BI

miento (curva de aprendizaje) y en el fracaso de las


I

técnicas convencionales.
OH
PR

Riñón
Quiste renal. El abordaje laparoscópico transpe-
ritoneal o lumboscópico se indica para grandes quistes
serosos renales, sintomáticos. La decisión depende del
nivel de entrenamiento del equipo.
La inspección directa del interior del quiste per-
mite detectar una posible tumoración incipiente e inad-
vertida en el fondo de su pared, y proceder a la biopsia
selectiva.
La exéresis de las paredes del quiste, denomina-
Fig.10.8. Colocación de los trocares.
da decortificación, una vez evacuado su contenido, re-
sulta fácil, si previamente al vaciarlo, se disecaron en
usar más de un clip para garantizar la ligadura de todos su mayor extensión posible.
los vasos; se revisa la hemostasia y se termina la ope- Nefrectomía. Realizada por primera vez en 1990,
ración con el cierre músculo-aponeurótico y piel. En la ha conquistado muchos seguidores por sus resultados
figura 10.9 se observa la vena espermática interna. estéticos incomparables, así como mínima pérdida de
304 Urología

sangre, escaso índice de infección y rápida incorpora- una reintervención quirúrgica a cielo abierto, con el
ción a las actividades sociolaborales. consiguiente riesgo en inmunodeprimidos. También se
Se debe comenzar por técnicas menos complejas optó más recientemente por el tratamiento esclerosante
e ir incrementando el nivel de complejidad, en relación percutáneo, pero este implica una larga permanencia
con la curva de aprendizaje y la afección renal. Se del catéter dentro del saco del linfocele, además del
proponen 3 grupos: riesgo de infección.
 Grupo I: Lumboscopia. Con el diseño del balón disector
 Displasia renal.
de Gaur (Fig. 10.10) comenzó una nueva etapa en la
 Nefropatía de reflujo.
exploración del espacio retroperitoneal, creando un
 Grupo II: campo de trabajo muy reducido, pero sin dudas con
 Hidronefrosis.
múltiples ventajas. Con frecuencia se utiliza un balón
 Enfermedad litiásica.
disector criollo, con un drenaje Penrouse o dedo de
 Nefrectomía radical.
guante, y se introduce una sonda Nelaton en su inte-
 Grupo III: rior, fuertemente amarrada a este, lo que permite ad-
 TB renal.
ministrar entre 200 a 500 mL de solución, para crear
 Atrofia renal postrauma.
esta cavidad virtual con fines hemostáticos.
 Infarto renal.

 Pielonefritis xantogranulomatosa.

ÓN
Algunas escuelas realizan el acceso por vía

CI
transperitoneal y otras por vía lumboscópica; ambas

UC
presentan sus ventajas y desventajas.
Cirugía de la glándula suprarrenal. Constitu- OD
ye la regla de oro en la mayor parte de las lesiones de
PR
esta glándula, como es el caso del feocromocitoma,
tanto el lado derecho como el izquierdo. Existen algu-
RE

nas controversias en la realización de la cirugía tumoral.


SU

Pieloplastia laparoscópica. Se efectuó por pri-


mera vez en 1993 y se ha convertido en un acceso
DA

preferido por muchos especialistas. Existen grupos de


BI

trabajo que muestran una experiencia muy alentadora


I

en estos casos e incluso por vías transperitoneal,


OH

lumboscópica y a mano asistida. Fig.10.10. Balón de Gaur.


PR

Tumorrectomía renal. Es una posibilidad más


para casos muy seleccionados, con pequeños tumores Vejiga
prominentes y situados en el área cortical anteroexterna
o en el polo inferior del riñón, como el angiomiolipoma. Reflujo vesicoureteral. Se realiza con mayor
Biopsia y exploración renal directas o del frecuencia en los niños y se han obtenido muy buenos
espacio retroperitoneal. Se ha propuesto la explo- resultados.
ración del córtex renal y su biopsia laparoscópica cuan- Se pueden reparar las lesiones traumáticas intra-
do existe contraindicación para llevar a cabo la biopsia peritoneales o realizar la diverticulectomía vesical
por procedimientos percutáneos, de esta manera se le (Fig. 10.11). Los grandes divertículos, situados en el
ahorra al paciente la realización de una lumbotomía. fondo vesical, pueden ser tratados mediante la exéresis
Nefrectomía en donante vivo. Se realizó por laparoscópica y el cierre de la pared vesical.
primera vez en 1995. Cervicouretropexia. El acceso laparoscópico
Nefroureterectomía. Añade los beneficios del permite llevar a cabo, sin mayores dificultades y con
control del cáncer, con menos dolor posoperatorio y una menor morbilidad, la técnica de Marshall para la
resultados estéticos incomparables. cura de la incontinencia urinaria de esfuerzo en la mujer.
Drenaje de linfocele postrasplante renal. Litiasis urinaria (pielolitotomía y uretero-
Hasta hace poco, este tipo de complicación requería litotomía). En casos de cálculos duros, muy enclava-
Laparoscopia en urología 305
generación maligna, se pueden extirpar con facilidad
mediante los procedimientos laparoscópicos.
Orquidopexia. En 1991, Bloom apuntó la posi-
bilidad de realizar por vía laparoscópica el primer tiem-
po de una intervención de Fowler Stephens. Con ello,
las posibilidades de garantizar un riego de suplencia al
testículo (sobre la base de las arterias deferencial y
cremasteriana) son máximas. Primeramente, la sec-
ción de estos vasos permite, en un segundo tiempo,
bajar el testículo hasta la misma bolsa escrotal.
También se ha descrito la orquidopexia laparos-
cópica, realizada en un solo tiempo por Jordan y cola-
boradores.

Aplicaciones futuras
Fig.10. 11. Exéresis de divertículo vesical. de la cirugía laparoscópica
Hoy día, la laparoscopia urológica está muy bien

ÓN
dos, no tributarios de ondas de choque extracorpóreas, establecida y existen aún muchas técnicas abiertas que

CI
o en los que han fracasado estas y no son aptos para no se han podido generalizar por esta modalidad tera-
una cirugía endourológica. péutica. En centros de investigación de diversos paí-

UC
Ureterorrafia término-terminal o reimplanta- ses se está desarrollando a nivel experimental y en
OD
ciones ureterales. En casos de lesiones iatrogénicas distintas técnicas quirúrgicas laparoscópicas, que sin
del uréter e incluso de cirugías laparoscópicas, cabe la duda alguna encontrarán muy pronto indicaciones pre-
PR

posibilidad de restaurar la continuidad de este median- cisas. Donde los avances científico-técnicos, como la
RE

te la anastomosis de los extremos ureterales o reimplan- robótica y la creatividad del hombre, se combinan para
tación a la vejiga; también se puede resolver cualquier lo que hoy no se puede realizar, quizás mañana sí.
SU

complicación de una cirugía laparoscópica anterior, sin


necesidad de cirugía abierta.
DA

Ureteroileostomía laparoscópica. Se han lle- Complicaciones de la cirugía


BI

vado a cabo ureteroileostomías cutáneas por vía laparoscópica urológica


I

laparoscópica y en algunos casos se ha realizado la


OH

totalidad del tiempo intestinal mediante la sutura me- Las complicaciones de la cirugía laparoscópica
PR

cánica intracorpórea (grapadoras Endo-Gia). urológica abarcan cualquier evento que modifique el
Prostatectomía laparoscópica. Los primeros curso normal de la evolución posoperatoria; se consi-
casos se describieron en 1992 y requerían de un tiem po deran mayores todas aquellas que requieren un proce-
quirúrgico promedio muy largo, pero hoy día los tiem- dimiento quirúrgico para su solución, se acompañan de
pos son similares a los de la cirugía abierta; tiene ac- cierto grado de invalidez temporal o definitiva, o signi-
cesos por las vías transperitoneal y extraperiton eal. fican un peligro para la vida del paciente. Existen si-
Adenomectomía. Se ha practicado en algunos tuaciones que las facilitan:
centros, pero hasta la fecha no presenta ventajas sig-  Pérdida de la sensación táctil.
nificativas con respecto a la cirugía abierta o la resec-  Limitaciones en la maniobrabilidad.
ción transuretral.  Imagen bidimensional.
Linfadenectomía. Se aplica en el cáncer de prós-  Particularidades del instrumental.
tata y en determinados casos de carcinoma de pene.  Curva de aprendizaje.
También se ha realizado la linfadenectomía retrope-  Complejidad de los procedimientos.
ritoneal para el estadiamiento de los tumores de célu-  Necesidad de neumoperitoneo.
las germinales en el testículo.
Orquidectomía de testículos intraabdomi- Las complicaciones dependen del nivel de com-
nales. Los testículos con criptorquidia intraabdominal, plejidad de los procedimientos, estos se clasifican en:
descubiertos tardíamente, con predisposición a la de-  Procedimientos de bajo grado de complejidad.
306 Urología

 Procedimientos de mediano grado de complejidad.  Barotrauma.


 Procedimientos de alto grado de complejidad. c) Otras:
 Regurgitación de contenido gástrico.
Complicaciones principales:  Hipotermia.
1. Introducción de aguja, trocares e insuflación:  Neuropatías.
a) Lesiones vasculares (pared y retroperitoneo).  Enfisema faríngeo.
b) Lesiones viscerales (intestino, estómago y ve-  Dolor escapular.
jiga).  Presión intracraneal.
c) Enfisema subcutáneo.  Isquemia intestinal.
d) Infección de la herida.  Hemorragia retiniana.
e) Hernia posoperatoria. 3. Introducción y manipulación del instrumental:
2. Realización del neumoperitoneo. a) Lesiones vasculares y viscerales:
a) Cardiovasculares:  Disección.
 Alteraciones en el retorno venoso central.  Aplicación de clips.
 Trombosis venosas profundas. b) Quemaduras viscerales:
 Embolismo pulmonar.  Electrocoagulación:
 Hipertensión arterial.  Lesiones térmicas directas.

 Hipotensión arterial.  Lesiones por acople directo.

 Colapso cardiovascular.  Lesiones por acople capacitivo: láser, fuen-

ÓN
b) Respiratorias: te de luz.

CI
 Hipercapnia. c) Posoperatorias.
 Acidosis respiratoria.

UC
d) Dolor.
 Insuficiencia respiratoria. OD e) Hernia incisional.
 Neumotórax. f) Trombosis venosa profunda.
 Neumomediastino.
PR
g) Infección.
RE
SU
DA
BI
I

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Urología urodinámica y neurológica 307

Capítulo 11

ÓN
CI
Isabel Caravia Pubillones e Itsel Vela Caravia

UC
OD
PR

Pruebas urodinámicas de las vías urinarias inferiores


RE

El objetivo de este capítulo no es brindar un conocimiento acabado acerca de las


SU

pruebas urodinámicas, sino lograr que el residente en urología se motive o inicie en la


necesidad de buscar más referencias acerca de esta temática.
DA

La vejiga es un órgano capacitado para el almacenamiento y la expulsión de


BI

volúmenes urinarios. Clásicamente se han hecho estudios morfológicos o morfofun-


I
OH

cionales (cistografía, bien en placas o con control televisivo), con el objetivo de identi-
ficar diversos trastornos miccionales.
PR

Actualmente se acepta que el verdadero conoci miento de la dinámica vesicoure-


tral se obtiene del estudio integrado de los aspectos morfológicos y del estudio
urodinámico. Gracias a las pruebas urodinámicas se pueden evidenciar los fenómenos
funcionales en las vías urinarias inferiores, tanto en las fases de llenado como de vacia-
do vesical.
Estas pruebas también comprenden el estudio dinámico de las vías urinarias su-
periores mediante los métodos radiográficos e isotópicos, o por mediciones directas de
las presiones intracavitarias. Con respecto a las pruebas urodinámicas de las vías uri-
narias inferiores, se realizarán una anamnesis correcta, el examen físico correspon-
diente y dentro de este, el examen neurológico mínimo, donde se determinarán:
 Tono y fuerza del esfínter anal.
 Reflejo anal.
 Reflejo bulbocavernoso, que traduce la integridad del arco reflejo.
 Exploración sensitiva perineal y del escroto con una aguja fina.

Antes de hacer este estudio, en muchas ocasiones se necesita realizar


panendoscopias y cistografía miccional. Los estudios que comprenden estas pruebas son:
 Uroflujometría.
308 Urología

 Residuo vesical.
 Registro sincrónico de las presiones intraabdominal
e intravesical, combinado o no con la electromio-
grafía esfinteriana.
 Perfilometría de la uretra.
 Pruebas farmacológicas.

En la práctica diaria no se realizan estas pruebas,


sino que con una hipótesis diagnóstica se indica única-
mente la necesaria para corroborarlo. La uroflujometría,
cistometría, perfilometría uretral y electromiografía
esfinteriana o del suelo perineal son estudios menos
Fig. 11.2. Componentes de la flujometría.
invasivos y se pueden realizar en pacientes ambula-
torios.
 Flujo máximo: valor del pico más elevado de la cur-
va del flujo; se expresa en mL/s.
Uroflujometría  Flujo promedio: volumen de orina emitido, dividido
entre el tiempo de la micción; se expresa en mL/s.
La necesidad de saber cómo es el chorro de ori-
 Tiempo del vaciamiento: total del tiempo que dura la

ÓN
na de los pacientes urológicos, determinó que Balenguer
micción, incluyendo las interrupciones.

CI
(en 1932) sugiriera medir la distancia en que un hom-
bre lo proyectaba. En 1940, Sigmaticnen describió un

UC
Las gráficas obtenidas de la uroflujometría pue-
aparato algo complejo, y en 1948, gracias a Drake apa-
OD den ser diversas y mostrar un flujo continuo, intermi-
reció un equipo para la medición del flujo urinario; des-
tente o continuo con goteo terminal.
de entonces hasta la fecha son múltiples los equipos Valor de la uroflujometría. En primer lugar se
PR

diseñados. debe señalar que la integridad de este estudio indica la


RE

La uroflujometría (Fig. 11.1) es el estudio más integridad funcional de la unidad vejiga-uretra. Estas
sencillo dentro de las pruebas urodinámicas; se define mediciones tienen valor:
SU

como el volumen de orina expelido a través de la ure-  Como procedimiento de despistaje, es decir, en los
tra por unidad de tiempo y se expresa en mililitros por
DA

enfermos que refieren “orinar mal” permite preci-


segundo (mL/s).
BI

sar si es o no es así.
I

 En las evaluaciones de los resultados de los trata-


OH

mientos médicos o quirúrgicos, realizados en pacien-


tes con obstrucciones prostáticas, estenosis uretrales,
PR

etcétera.
 Para precisar la progresión o no de una enfermedad
obstructiva de las vías urinarias inferiores.

La interpretación del flujo urinario alterado, como


elemento aislado, presenta sus limitaciones, aunque
unido a los cuadros clínico y radiológico adquiere un
gran valor; igualmente sucede cuando se combina con
otras pruebas urodinámicas.
Fig. 11.1. Gráfico de una flujometría. La normalidad de los valores de la uroflujometría
depende de varios factores: edad, sexo y volumen
emitido, por ello en la literatura médica se recogen
Las variables (Fig. 11.2) obtenidas dependerán muchos trabajos al respecto y aparecieron los normo-
de lo que le programen a la máquina, pero de manera gramas para determinar la normalidad o no del flujo
práctica se utilizan los valores siguientes: urinario.
 Volumen: total de orina expulsada a través de la De acuerdo con la literatura revisada, algunos
uretra. autores le dan más valor a las alteraciones del flujo
Urología urodinámica y neurológica 309
máximo y otros prefieren el flujo promedio para de- 1. Fase de llenado vesical:
mostrar las alteraciones. a) Sensación.
b) Capacidad vesical.
c) Adaptabilidad vesical o compliance.
Residuo vesical 2. Fase de vaciado vesical:
a) Control voluntario sobre el detrusor.
Se define como el volumen de orina que queda
b) Sensación: es un dato brindado por el paciente
en la vejiga después de terminada la micción.
y permite determinar:
La medición de la orina residual forma parte inte-
 Primer deseo de orinar (normalmente entre
gral del estudio de la micción y se puede determinar
150 y 200 mL).
por diferentes métodos: cateterismo vesical, estudios
 Capacidad cistométrica máxima: es un fuerte
ecográficos, radiográficos e isotópicos.
deseo de orinar, generalmente entre 350 y
La ausencia de residuo vesical constituye una
500 mL.
observación clínica favorable y, por tanto, su hallazgo
requiere una investigación ulterior para determinar su
causa. Cistométricamente, se obtienen los resultados si-
La orina residual se puede deber a: detrusor insu- guientes:
ficiente o hipoactivo, obstrucciones infravesicales e  Vejiga con sensación normal o normosensitiva.
inhibición psicógena.  Vejiga hipersensitiva: se observa en infecciones uri-
narias, cistitis intersticiales o procesos inflamatorios

ÓN
Se debe recordar que cuando en un paciente con
vecinos.

CI
reflujo vesicoureteral se encuentra residuo vesical, este
pierde valor como elemento de alteración de disfunción  Vejiga hiposensitiva: se describe en la diabetes

UC
de las vías urinarias inferiores. mellitus, afecciones medulares del sacro, etcétera.
OD
La capacidad vesical muestra el poder de alma-
PR

Cistometría cenamiento de la orina en la vejiga y se expresa con un


RE

fuerte deseo de orinar (entre 350 y 500 mL). En los


La cistometría es la exploración urodinámica más estudios urodinámicos se define la capacidad cisto-
SU

antigua que se conoce: en 1927 Rose inició este méto- métrica máxima a este resultado, obtenido por la intro-
do y en 1939 Lewis lo simplificó y popularizó; desde ducción de líquido para la prueba, pero si a la cifra se
DA

entonces hasta la fecha son múltiples las variantes de le añade lo alcanzado en el residuo vesical, se obten-
BI

métodos cistométricos (Fig. 11.3). drá la capacidad cistométrica efectiva.


I
OH

Según los valores obtenidos se puede clasificar


en:
PR

 Vejiga de capacidad normal.


 Vejiga de poca capacidad.
 Vejiga de gran capacidad.

Entre las afecciones que determinan vejigas pe-


queñas se encuentran:
 Enuresis o incontinencia urinaria.
 Vejigas fibróticas (tuberculosis, cistitis intersticial,
radioterapias).
 Lesiones medulares por encima de la primera vér-
Fig.11.3. Componentes de la cistometría. tebra lumbar.
 Vejigas con resecciones parciales.
La cistometría se emplea para medir la actividad
vesical mediante la relación presión-flujo; se puede Causas que provocan el aumento de la capaci-
emplear agua, solución salina o gases (anhídrido car- dad vesical:
bónico). Así mismo, permite medir los elementos que  Diabetes mellitus, por trastornos sensoriales neuro-
se describen a continuación: páticos.
310 Urología

 Lesiones medulares por debajo de la primera vérte- Vejiga hipoactiva. Se presenta como una vejiga
bra lumbar o del sacro. de gran capacidad, sin contracciones no inhibidas y
 Megacisto congénito. gran adaptabilidad. En la fase de vaciado vesical pue-
 Diabetes insípida. de estar ausente la contracción del detrusor. Es común
 Obstrucción crónica del aparato urinario. que este tipo de paciente orine mediante la contrac-
ción de la musculatura abdominal y al ser esta insufi-
La adaptabilidad vesical es la propiedad que tie- ciente, generalmente presenta volúmenes elevados de
ne el músculo detrusor de elongar sus fibras a los in- residuo vesical.
crementos de volúmenes en el interior de la vejiga, sin Este alteración puede ser causada por una au-
que se eleve la presión intravesical. Se puede clasifi- sencia de coordinación del sistema nervioso central
car en: (descentralizada), al mantenerse intactas las neuronas
 Vejiga con adaptabilidad normal. periféricas, en cambio, si la alteración es provocada
 Vejiga con gran adaptabilidad. por un daño al nivel de la placa neurotransmisora, se
 Vejiga con poca adaptabilidad. considera un detrusor hipoactivo miopático.
Para diferenciar estos 2 tipos de alteraciones se
El control sobre el músculo detrusor es la capaci- utilizan las pruebas de agua fría y betanecol. En la ve-
dad de producir o inhibir sus contracciones y expresa jiga descentralizada existe una respuesta positiva de
la integridad del sistema nervioso desde la corteza ce- contracción del detrusor, mientras que en el daño
rebral hasta este. Cuando en la fase de llenado vesical miopático no se hallarán las elevaciones de la presión

ÓN
se observa una elevación de la presión vesical mayor intravesical.

CI
de 15 cm H 2O y el paciente no es capaz de evitarla,
indica la presencia de contracciones no inhibidas o con-

UC
tracciones involuntarias. Normalmente, el paciente es Perfilometría uretral
capaz de vaciar su vejiga, al ordenársele orinar por
OD
La función de la uretra consiste en conducir la
parte del investigador.
PR

orina desde la vejiga hasta el exterior. La energía pro-


Después de obtener todos los elementos de la
RE

ducida por la contracción del detrusor se transforma


cistometría, evaluados previamente, se realiza la clasi-
en energía mecánica (al crear un gradiente de pre-
ficación cistométrica:
SU

sión), que impulsa la orina a través de la uretra y la


 Vejiga normal.
elimina al exterior en forma de flujo urinario.
DA

 Vejiga hiperactiva.
La perfilometría uretral o perfil uretral se define
 Vejiga inestable.
BI

como el registro gráfico que se realiza al retirarse una


 Vejiga hipoactiva.
I

sonda desde la vejiga hasta el meato uretral, donde se


OH

determinarán las diferentes presiones intrauretrales. Se


Vejiga normal. Durante la fase de llenado au -
PR

puede realizar con la vejiga llena, vacía o en un punto


menta paulatinamente su contenido, sin elevación determinado de la uretra durante la micción.
significativa de la presión en su interior; no existen con- En este estudio se determinarán:
tracciones no inhibidas y la fase de vaciamiento se ini-  Presión intrauretral: es la máxima presión registra-
cia voluntariamente, con una contracción del detrusor da en el perfil.
sostenida, que puede ser suprimida a voluntad del pa-  Presión máxima de cierre uretral: es la diferencia
ciente. También se denomina detrusor estable. entre la presión máxima intrauretral y la presión
Vejiga hiperactiva. En la fase de llenado vesical intravesical.
se producen contracciones no inhibidas, bien espontá-  Longitud funcional de la uretra: es la longitud donde
neas o provocadas (toser, reír, etc.) y el paciente no es la presión intrauretral excede a la presión intra-
capaz de inhibirlas. Se han empleado diferentes térmi- vesical. La longitud total del perfil, que corresponde
nos para nombrarla, entre estos vejiga hiperreflexia, a la longitud anatómica de la uretra, no se emplea
vejiga de bajo compliance, etcétera. en las pruebas urodinámicas.
Vejiga inestable. Se producen contracciones no
inhibidas del detrusor, sin que el paciente tenga trastor- Después de determinar estos valores, se puede
nos neurológicos; se tiene en cuenta para diferenciarla definir si los mecanismos del cierre uretral son norma-
de la vejiga hiperrefléxica, donde sí existen estos tras tor- les, uretra hiperactiva o uretra incompetente o hipo-
nos neurológicos. activa.
Urología urodinámica y neurológica 311
Las cifras normales varían de un autor a otro,  Otras situaciones:
generalmente el informe del estudio se acompaña de  Valorar los resultados de la implantación de
la conclusión urodinámica. esfínteres artificiales para la incontinencia urinaria.
La configuración de la gráfica de la perfilometría  Evaluación de los tratamientos quirúrgicos en ca-
variará según el sexo. En los hombres, la uretra se sos de estenosis uretral.
encuentra rodeada por la próstata y en la gráfica se  Evaluación de la espasticidad del esfínter externo
representa el área o platea pros tática; se observa una en los que presentan lesiones medulares, con po-
mayor longitud de la uretra funcional, así como presio- sibles disinergias detrusor-esfínter externo.
nes más elevadas es esta zona, al compararla con la
pefilometría uretral femenina.
La utilidad del perfil uretral permite: Electromiografía perineal
 Investigar las obstrucciones prostáticas: cuando se
presenta retención completa de orina o el volumen La electromiografía perineal es el estudio median-
emitido en la uroflujometría es inferior a 150 mL y te el cual se evalúa la función del esfínter externo. Se
se observan los aumentos de la longitud funcional y puede realizar por diferentes técnicas: con aguja fina,
de las presiones de la platea o altura prostática en plug anal o con electrodos de superficie.
forma de pico o meseta. Fisiológicamente, la actividad eléctrica esfinte-
 Incontinencia urinaria femenina: se podrá encontrar riana es pobre durante la fase de llenado vesical y va
una disminución de la presión intrauretral máxima y aumentando paulatinamente mientras la vejiga alcanza

ÓN
la presión de cierre uretral, sobre todo en la posición su capacidad máxima.
Cuando el sujeto orina, aumenta la presión intrave-

CI
supina, o la paciente realizando un esfuerzo abdo-
sical y cesa la actividad eléctrica esfinteriana. En caso
minal durante la prueba, sin embargo, algunos auto-

UC
de no aumentar su actividad en la fase de llenado
res consideran de mucho valor la disminución de la
OD vesical, se puede producir la salida de orina o inconti-
longitud de la uretra funcional, es decir, su acorta-
nencia, por el contrario, si no cesa esta actividad
miento, y otros, como Karol, Meirner y Mollard,
PR

esfinteriana, en la fase de vaciamiento se puede com-


consideran que el perfil uretral no tiene valor en el
RE

portar como un elemento obstructivo, lo que constituye


estudio de la incontinencia urinaria. la disinergia detrusor-esfinteriana (esfínter externo).
 Investigar el efecto de las drogas sobre la uretra,
SU

Este estudio es de gran utilidad, pero no de forma


con el empleo de diferentes medicamentos: se ha aislada, sino cuando se combina con la cistometría o la
DA

comprobado el efecto positivo de los medicamentos uroflujometría.


BI

simpaticomiméticos para aumentar las presiones , Existe otro tipo de disinergia, detrusor-esfínter
I

mientras que los simpaticolíticos las disminuyen. interno (cuello vesical); esta se determina mediante la
OH

 Evaluar los resultados de los tratamientos quirúrgi- videourodinamia, donde se observa la demora de la
cos de las técnicas utilizadas para la corrección de
PR

apertura del cuello vesical durante la fase de vacia-


la incontinencia urinaria femenina: se comprobará miento vesical, además de un flujo urinario obstructivo.
si se ha logrado aumentar la longitud funcional o se Los estudios mencionados se indicarán según lo
han elevado las presiones intrauretrales. que el urólogo desee explorar. Actualmente se han
 Incontinencias urinarias posoperatorias de las desarrollado y llegan a utilizarse los estudios videourodi-
adenomectomías prostáticas: se pueden precisar las námicos computadorizados para hacer mediciones con-
lesiones del esfínter uretral externo. juntas de las diferentes pruebas urodinámicas.
312 Urología

Jorge Sagué Larrea

Disfunción neuropática parasimpático, y cierran el arco reflejo sacro. Este, a


través de los cordones posteriores, se comunica con el
de la vejiga urinaria centro primitivo de la micción, cuya función principal
es la coordinación de la función vesicouretral con
El almacenamiento y la expulsión de la orina son
interconexiones cerebelosas, integrando y reenviando
las funciones principales de la vejiga urinaria y sus
las órdenes voluntarias de la corteza cerebral, que son
esfínteres. Las disfunciones neurógenas de la vejiga
moduladas, en general de manera inhibitoria, por los
pueden afectar los tractos urinario inferior (retención
ganglios basales, teniendo una función aún por definir
de orina, incontinencia de orina, etc.) y superior
el tálamo y el hipotálamo, quizás a través del sistema
(hidronefrosis, cálculos, sepsis, etc.).
autónomo.

ÓN
CI
Centros y vías de inervación Fisiología de la micción

UC
vesicouretral
OD Existen 2 teorías clásicas de la coordinación de la
En el control miccional se implican tanto los sis- micción:
PR

temas nervioso central como periférico. Los sistemas 1. De Grout propone el reflejo miccional supraespinal
RE

periférico somático y vegetativo interactúan y se com- como iniciador de este proceso: las fibras mieli-
plementan con el parasimpático y el simpático en la nizadas recogen la aferencia del llenado hacia el
SU

función de llenado y vaciado vesicouretral. centro pontino, el cual inicia la micción de manera
Las eferencias parasimpáticas provienen de las coordinada a través de las eferencias parasimpá-
DA

neuronas del asta intermediolateral del centro parasim- tica, somática y simpática, esta última especial-
BI

pático sacro S2-S4 y forman el nervio pélvico que, tras mente en la fase de llenado.
I

sinapsis en los ganglios intermedios viscerales, inerva


OH

Cuando el sistema nervioso está intacto, el reflejo


el detrusor, lo contrae en la fase de vaciado y r elaja las sacro (mediado por aferencias no mielínicas de
PR

fibras lisas del cuello vesical o esfínter interno. las fibras C y medido por latencias electromio-
De manera compensatoria, inhibiendo el detrusor gráficas) desempeña una función secundari a, si
y excitando las fibras del esfínter interno, actúa el sim- bien pasa a ser preponderante en caso de lesión
pático, proveniente del asta correspondiente D10-L1; medular, lo que explica la hiperactividad de la des-
realiza sinapsis paravertebral o incluso en los ganglios conexión suprasacra.
parasimpáticos, modulándolos, y forma el plexo y los 2. Teoría del loop de Bradley, según la cual se nece-
nervios hipogástricos. sitan 4 circuitos neuronales para lograr una mic-
La eferencia somática proviene del núcleo de ción coordinada:
Onuf medular S2-S4, al mismo nivel del parasimpático, a) Loop 1: lo formarían el lóbulo frontal con el cen-
con el que comparte vías para formar el nervio puden- tro pontino y las interconexiones con el cerebe-
do, de esta manera entra en la pelvis a inervar funda- lo y los ganglios basales; representa la micción
mentalmente el esfínter externo de fibras musculares voluntaria.
estriadas y por tanto voluntarias. b) Loop 2: está constituido por las vías aferentes
Las eferencias vesicouretrales más implicadas en espinales del detrusor, su conexión con el cen-
la transmisión de los cambios de tensión se desplazan tro del puente y su aferencia hasta las motoneu-
por el nervio pélvico al asta intermediolateral medular, ronas de contracción detrusoriana del asta
allí realizan interconexiones con el núcleo de Onuf y el anterior.
Urología urodinámica y neurológica 313
c) Loop 3: lo forman la aferencia periférica del Para determinar el nivel de las lesiones, en el exa-
detrusor y sus conexiones intramedulares con men físico se aplica: reflejo bulbocavernoso, reflejo
las neuronas somáticas, encargadas de la con- tendón profundo miembro inferior y Babinsky.
tracción del músculo estriado uretral; produce Clasificación de la Sociedad Internacional de
la relajación periuretral al estímulo del detrusor. Continencia:
d) Loop 4: se compone por la aferencia y la  Constrictor: normal (N), hiperrefléxico (+) e hiporre-
eferencia suprasacra de la musculatura estriada fléxico (-).
periuretral, y de la aferencia periuretral y su  Esfínter estriado: normal (N), hiperactivo (+) e incom-
conexión con las motoneuronas pudendas, que petente (-).
permiten la contracción del esfínter estriado  Sensación: normal (N), hipersensible (+) e hiposen-
durante el llenado, compensando el loop 3. sible (-).

La desconexión suprasacra impide la correcta Otra clasificación es la siguiente:


integración del loop 3 y el 4, y como consecuencia se  Vejiga neuropática por lesión sobre el centro de la
produce la disinergia vesicoesfinteriana del vaciado micción.
vesical. Todo ello, por la compensación de la excita-  Vejiga neuropática por lesión en el centro de la mic-
ción-inhibición, brinda como resultado un llenado vesical ción o debajo de este.
con mínima elevación de su presión a volúmenes de
hasta 500 mL, preparada para compensar, por méto- Diagnóstico y tratamiento. Choque espinal y

ÓN
dos reflejos, la hiperpresión súbita; contraerse para va- recuperación de la función vesical, posterior a le-

CI
ciarse completamente durante la micción, gracias a la siones de la médula espinal. Independientemente del

UC
relajación esfinteriana sinérgica, y así repetir el ciclo. nivel en que ocurra una lesión que afecte la médula
OD espinal o el cono medular, se producirá un periodo de
flacidez y se afectarán la musculatura lisa del detrusor
Vejiga neurogénica y el recto, de esta manera, ocurrirá un gran llenado de
PR

la vejiga, con el consecuente rebosamiento urinario e


RE

Clasificación. De acuerdo con el nivel de lesión impactación fecal. Por lo general, la duración de este
(encefálico, medular suprasacral, medular infrasacral periodo es de 2 a 3 meses.
SU

o periférico): Posteriormente se instala el estado espástico. La


DA

 Lesiones de la neurona motora superior. respuesta espontánea del músculo liso se pierde de una
BI

 Lesiones de la neurona motora inferior. manera diferente a la del estriado, por ello ocurre la
I

 Lesiones de la neurona motora mixta. retención urinaria. La vejiga se comportará en depen-


OH

dencia del sitio y de la extensión de la lesión. Si las


lesiones se presentan sobre el centro de la micción, la
PR

Esta clasificación es muy orientadora, principal-


mente para el urólogo general, no obstante, presenta espasticidad será la regla (pérdidas involuntarias de
sus limitaciones, ya que el nivel del daño no permite orina, movimientos espasmódicos en las extremidades,
determinar si el tipo de lesión corresponde a la neuro- en ocasiones recuperación sensorial limitada, etc.).
na motora superior o inferior. Terapéutica:
En la tabla 11.1 se presentan los resultados obte-  Anticolinérgicos (suprimir la hiperreflexia).
 Cateterismo intermitente.
nidos por Doherty et al., en un estudio de lesiones com-
 Ingestión de líquidos (de 100 a 200 mL/h) para re-
pletas torácicas y espinales lumbares.
ducir el estasis.
Tabla 11.1. Estudio de lesiones completas torácicas y En caso de no responder:
espinales lumbares  Esfinterotomía.
Lesión T7-T9 T10-T12 L1-L3  Rizotomía.
% % %  Derivación.
 Empleo de marcapasos.
Neurona motora inferior 7,3 5 95
Neurona motora superior 85,5 17 0
Lesiones situadas debajo del centro de la mic-
Mixta 7 27 4,5
ción: se producirá incontinencia urinaria.
314 Urología

Terapéutica:  Reflejo bulbocavernoso: intacto o exaltado (pellizco


 Intentar el vaciamiento con la maniobra de Credé. sobre el glande e introducción de un dedo en el ano
 Cateterismo intermitente. para verificar la contracción).
 Estimulación de la piel abdominal, muslos o genitales:
Choque espinal: entre los objetivos del tratamien- puede desencadenar el inicio de la micción.
to se destacan:  Prueba del agua helada: positiva.
 Revertir los procesos patológico y etiológico hasta
donde sea posible. Estudios urodinámicos:
 Combatir la infección urinaria.  Flujometría (de 20 a 25 mL/s): los flujos elevados
 Mantener la capacidad funcional aceptable. sugieren espasticidad del detrusor.
 Control de la incontinencia.  Perfil de presión uretral: presión de reposo elevada
 Conservar la función renal. en el esfínter externo y conducta espástica lábil du-
rante el llenado y la micción. Muchos no la conside-
ran de gran utilidad.
Vejiga neuropática por lesión  Cistometría (presión de micción: 30 cm H 2O): mide
sobre el centro de la micción la capacidad vesical, acomodación y presión vesical
durante la micción. Si las presiones de mic ción ex-
Se pierde la inhibición de los centros superiores y ceden de 40 cm H2O, puede estar presente el reflujo
consecuentemente se presentan espasticidad vesical y o la obstrucción ureteral. Las contracciones que ocu-

ÓN
esfinteriana en el nivel segmentario; los reflejos sacros rren antes de los 350 a 450 mL reflejan hiperreflexia.
funcionan intactos. La espasticidad se presenta de di- 

CI
Prueba de latencia sacra (35 msec): mide el tiempo
versas formas entre un paciente y otro, así como el que transcurre desde el estímulo de la piel del pene

UC
comportamiento entre la vejiga y los esfínteres, ya que hasta la respuesta medida por electromiografía en
existen lesiones similares. OD el músculo perineal. Se prolonga en la diabetes melli-
Causas: tus, neuropatía alcohólica y hernia discal.
PR

 Traumatismos.  Electromiografía: el incremento total de la actividad


 Tumores.
RE

indica hiperreflexia.
 Esclerosis múltiple.  Prueba de presión detrusor/flujo: elevadas presio-
SU

 Poscirugía iatrogénica: hernia discal, cirugía de frac- nes de vaciamiento (75 cm H 2O), asociadas con flujo
tura vertebral, al rectificar la escoliosis, radiomielitis. bajo, pueden indicar obstrucción.
DA

 Demencia.  Videourodinamia: permite una mayor seguridad en


BI

 Accidentes vasculares. la localización del sitio de obstrucción.


I

 Encefalitis.
OH

Estudios radiográficos:
PR

Características de la vejiga:  Urograma descendente: hidronefrosis, cálculos, sig-


 Capacidad reducida. nos de pielonefritis.
 Contracciones involuntarias del detrusor.  Cistografía: vejiga trabeculada de pequeña capaci-
 Presiones intravesicales elevadas durante la mic- dad.
ción.  USG: puede detectar las manifestaciones anterio res.
 Hipertrofia de la pared vesical.  Resonancia magnética: brinda una vista sagital del
 Espasticidad del músculo estriado pélvico. cuello de la vejiga y las zonas uretrales posteriores.
 Disreflexia autónoma en lesiones de la médula cer-
vical. Instrumentales:
 Cistoscopia: muestra la trabeculación vesical y en
Cuadro clínico: ocasiones, divertículos. En la biopsia vesical se han
 Micción involuntaria (frecuente y escasa). observado cambios intrínsecos en los nervios del
 Espasmos involuntarios de las extremidades. detrusor, independientemente de la duración de la
 Parálisis espástica. vejiga neurogénica. Se observa degeneración axonal
 Cambios sensoriales objetivos. y regeneración, lo que permite distinguir si la causa
es supra e infraespinal.
Signos:  Panendoscopia: valora el esfínter externo e integral
 Tono del esfínter anal: normal o aumentado. del cuello vesical.
Urología urodinámica y neurológica 315
Espasticidad leve  Toxina A butolínica intrauretral.
 Óxido nitroso (inhibidor fisiológico neurotransmisor
Cuando se producen lesiones incompletas, no del esfínter uretral).
quedan anuladas las restricciones cerebrales, aunque
se debilitan (mal de Parkinson, demencia, accidentes Si se mantiene el deterioro progresivo de la fun-
cerebrovasculares, lesión parcial de la médula, escle- ción renal:
rosis múltiple).  Conversión de vejiga espástica a flácida: se realiza-
Cuadro clínico: rá una sección quirúrgica completa o fulguración con
 Polaquiuria. calor transcutáneo de las raíces sacras S3-S4. Pro-
 Nicturia. voca la pérdida de las erecciones.
 Urgencia miccional.  Neuroestimulación de las raíces nerviosas sacras
 Micción doble. para favorecer la evacuación vesical: se implantan
 Orina residual. electrodos en las raíces motoras (vertebrales) de
los nervios sacros S3-S4.
Signos:  Deterioro irreversible y progresivo de las vías uri-
 Se buscará hiperreflexia en las extremidades infe- narias altas: derivación urinaria (ileal, ureterostomía
riores y reflejos perineales. cutánea, Koch, etc.).
 Parasimpaticolíticos:
Estudios urodinámicos. Similar al grupo ante-  Cloruro de oxibutina (Ditropan): 5 mg cada 8 h.

ÓN
rior, pero en menor medida.  Clorhidrato de diciclomina (Bentyl): 80 mg cada

CI
Estudios radiográficos: 24 h, dividido en 4 dosis.
 Volumen vesical bajo.

UC
 Bromuro de metantelina (Banthine): de 5 a 10 mg
 Trabeculación ligera vesical. OD cada 6 h.
 Bromuro de propantelina (Pro-Banthine): 15 mg
PR
Instrumentales:
antes de las comidas y 30 mg al acostarse.
 Irritabilidad leve del detrusor y el esfínter.
RE

 Tolterodina: 4 mg cada 24 h (es bien tolerado).


 Disminución de la capacidad.
SU

Tratamiento. En enfermos con capacidad vesical Vejiga neuropática por lesión en el centro
DA

aceptable:
de la micción o debajo de este
BI

 Entrenamiento vesical: consiste en esperar 2 o 3 h


I

entre cada micción involuntaria. La micción se ini- Ocurre una parálisis flácida, debido a la lesión
OH

ciará por estímulo manual, presionando el abdomen, localizada en S2-S4 o en los nervios periféricos de este
los genitales o los músculos abdominales.
PR

órgano.
 Anticolinérgicos.
Causas:
 Estimulación neuronal.
 Traumatismos.
 Tumores.
En enfermos con capacidad vesical disminuida
 Hernia de discos intervertebrales.
(menor de 100 mL):
 Tabes dorsal.
 Cateterismo permanente (colección de orina por ins-
 Poliomielitis.
trumentos especiales).
 Anticolinérgicos.  Alteraciones congénitas (mielomeningocele, espina
 Esfinterotomía: si existe dilatación de las vías urina- bífida).
rias altas, infecciones recurrentes y disreflexia au-  Poscirugía iatrogénica: amputación abdominoperi-
tónoma significativa. A pesar de este tratamiento, neal del recto, prostatectomía radical, neovejiga con
muchos pacientes presentan una elevada presión segmento intestinal, histerectomía radical y postra-
intravesical, infección recurrente y disreflexia, por quianestesia.
tanto, existe riesgo de daño renal.
 Otros: Características de la vejiga:
 Stent uretral (las incrustaciones son frecuentes).  Gran capacidad.
 Dilatación con balón (riesgo de estenosis).  Pérdida de la percepción de llenado.
316 Urología

 Ausencia de contr acciones involuntarias del asintomática no necesita ser tratada con antibióticos.
músculo vesical. La prevalencia de estrechez uretral y falsas vías se
 Presión intravesical baja. incrementa con su uso prolongado. Para evitar la
 Trabeculación leve, aunque a veces muy acentuada estrechez se recomienda el uso del catéter hidrófilo.
(hipertrofia) de la pared vesical.  Quirúrgico:
 Disminución del tono del esfínter exterior.  RTU (hipertrofia del cuello vesical o próstata

obstructiva).
Cuadro clínico:  Implantación de esfínter artificial: se valorará ante

 Incontinencia por rebosamiento. la incontinencia total por incompetencia del esfín-


 Retención urinaria. ter.
 Parálisis muscular.  Estimulación eléctrica: la estimulación eléctrica de
 Pérdida de la sensibilidad periférica. nervios periféricos se puede aplicar para causar la
 Pérdida de la erección. contracción de los músculos, activar los reflejos y
en la neuromodulación.
Signos:
 Tono del esfínter anal: pérdida. Variedades:
 Reflejo bulbocavernoso: ausente.  Implante sacro (anterior y posterior).
 Prueba del agua helada: negativa.  Estimulación selectiva de fibras nerviosas para ac-
 Globo vesical. tivar el detrusor por estimulación ventral sacra.

ÓN
 Reflejo de las extremidades: no existe o ligera reac-  Microestimulación del cordón espinal.

CI
ción.  Parasimpaticomiméticos (aumentan el tono vesical):

UC
 Cloruro de betanecol: de 2,5 a 5,0 mg cada 6 a 8 h,
Urodinamia. Los esfínteres lisos y estriados tie- v.o., o de 5 a 10 mg, s.c., cada 6 a 8 h.
nen perfil de presión con tono bajo e igualmente se
OD
comporta la presión de llenado vesical; las contraccio-
PR
Diagnóstico diferencial:
nes del detrusor son débiles o no existen; orina residual
 Cistitis.
RE

y micción con esfuerzo o bien ayudada por la manio-


 Uretritis crónica.
bra de Credé.

SU

Cistitis intersticial.
Instrumentales. Mediante la cistoscopia y la ure-
 Cistocele.
troscopia, un piso pélvico laxo y arrefléxico, con cuello
DA

 Obstrucción infravesical.
vesical normal (por conservación de inervación simpá-
BI

tica), vejiga grande y de pared lisa.


I

Estudios radiográficos: Complicaciones:


OH

 Cistografía: vejiga grande, reflujo vesicouretral.  Infecciones.


 ITU: la vía principal para prevenirla es la restaura-
PR

 USG: para comprobar la integralidad de las vías uri-


narias. ción de la presión baja del reservorio vesical. El cul-
 Urograma descendente: permite valorar la hidrone- tivo y la sensibilidad de la orina deben prevenir a la
frosis, cálculos, obstrucción uretral, cicatrización iniciación de la terapéutica antibiótica. Se tendrán
pielonefrítica. en cuenta los síntomas clínicos y la leucocituria.
 Epididimitis.
Tratamiento:  Cistitis.
 Cuidado y entrenamiento vesical: la micción cad a  Periuretritis.
2 h protege la vejiga de la sobredistensión.  Hidronefrosis.
 Cateterismo intermitente: la infección urinaria es la  Cálculos.
complicación más frecuente. Con este método se  Amiloidosis renal.
trata de evitar la sobredistensión. La bacteriuria  Disfunción sexual.
Urología urodinámica y neurológica 317

Bárbara Mora Casacó

La continencia urinaria es una de las múltiples observan, con frecuencia, alteraciones orgánicas y
funciones que adquiere el niño durante su desarrollo. micciones anormales.
La expulsión de la orina, sin necesidad de que la vejiga  Enuresis primaria: se relaciona con los que nunca
esté llena, es un acto consciente y voluntario. han sido continentes.
La enuresis se define como un síntoma, que con-  Enuresis secundaria: se presenta recaída tras un
siste en la presencia de micciones activas, involuntarias periodo prolongado de continencia (el más acepta-
e inconscientes, persistentes o repetidas, que ocurren do es 6 meses seco).
a una edad en la que se considera que debía haberse
alcanzado el control esfinteriano. Para algunos autores, el término enuresis solo se
Constituye un problema médico y motivo frecuente debe emplear para la nocturna.
de consulta; es tan antigua, que se menciona por pri- Etiología. Se invocan múltiples factores:

ÓN
mera vez en el Papiro de Ebers (1550 a.n.e.), de  Genéticos.

CI
manera que ha estado presente en todas las civiliza-  Psicológicos y conductuales.

UC
ciones. Se conoce su resistencia a los tratamientos  Trastornos del sueño.
tradicionales y provoca frustración en los niños y los
OD  Hormona antidiurética.
padres e incluso en los médicos que la tratan. General-  Retraso en la maduración de la función vesical.
PR
mente evoluciona hacia su mejoría o curación espon-  Hallazgos urodinámicos.
tánea.
RE

En Cuba, en un estudio realizado por Tena Existen otros factores y se debe hacer hincapié
SU

Rodríguez y colaboradores, en Ciudad de La Habana, en futuras investigaciones, ya que la causa de enuresis


30 % de esta afección correspondió a niños de 4 años; nocturna es desconocida.
DA

10 %, 6 años; 3 %, 12 años y 1 %, a adolescentes. Se le ha dado valor a los trastornos perinatales,


BI

Estas cifras no difieren de lo reportado a nivel interna- los más frecuentes son:
I

cional: entre 15 y 20 % de los niños de 5 años son


 Bajo APGAR al nacer.
OH

enuréticos y de estos, cada año 15 % se convierte en


 Retardo en el crecimiento intrauterino.
PR

continente.
 Toxemia.
En la mayoría de los niños, el control urinario diur-
no se logra primero que el nocturno. Muchos autores
Se ha considerado también la ausencia de la va-
señalan el hecho de que los varones son más enuréticos
que las hembras, con una prevalencia de 1,5 a 2 veces riación normal diurna de la secreción de la hormona
mayor. Es frecuente que exista una historia familiar de pituitaria vasopresina arginina, la cual, usualmente, du-
uno o ambos padres enuréticos. rante el día se mantiene estable y en la noche se ob-
Clasificación. Se tendrán en cuenta las caracte- serva una marcada elevación en sus niveles, los cuales
rísticas de la enuresis: son responsables de la elevada producción de orina de
 Enuresis nocturna aislada o monosintomática: situa- baja osmolaridad durante la noche. Desde 1995, me-
ción benigna que tiende a la remisión espontánea; el diante la genética molecular se ha resaltado la impor-
niño presenta micciones involuntarias durante el sue- tancia de los factores hereditarios en la causa de la
ño (solo en la noche); no se acompaña de alteracio- enuresis nocturna: se presenta un modo de transmisión
nes miccionales durante el día y representa 80 % de autosomal dominante en 90 %.
los trastornos de incontinencia urinaria. Evaluación de los pacientes. Una historia com-
 Enuresis diurna: algunos autores prefieren denomi- pleta, detallada, es el aspecto más importante en la
narla incontinencia. Abarca el vaciamiento involun- evaluación de estos pacientes, para su mejor manejo.
tario vesical tanto de día como de noche, donde se Se debe obtener información acerca del número y las
318 Urología

características de las micciones diarias, presencia de ces en el día. Se considera anormal un periodo mayor
polaquiuria, urgencia miccional, disuria y el número de de 4 h entre micciones y la evacuación intestinal por
micciones durante la noche (en una semana); historia más de 2 días. La constipación es frecuente en los
de constipación, antecedentes familiares de enuresis, niños enuréticos.
infección del tracto urinario (ITU), aunque en la enuresis Tratamiento. Existe una actitud frente a la enu-
nocturna se observa con poca incidencia, y si ha tenido resis nocturna, relacionada con la no necesidad de im-
trastornos previos, etcétera. poner terapéutica alguna.
En el examen físico se debe valorar fundamen- La variedad de opciones terapéuticas indica que
talmente el sistema urogenital; en el del abdomen se no existe un tratamiento ideal para estos casos. Los
prestará atención a la presencia o no de masas abdo- diferentes tratamientos señalados son, de por sí, un in-
minales y globo vesical; en la esfera neurológica se teresante recorrido por la historia de la medicina.
chequearán la marcha y los reflejos periféricos; se in- Se han mencionado desde oraciones, por ejem-
vestigarán las malformaciones lumbosacras, tales como plo, la plegaria de San Vito; rituales: espolvorean la
asimetría de la hendidura glútea, lesiones cutáneas con cama con polvo de cresta de gallo; terapias primitivas:
presencia de pelos en la zona mencionada o pigmenta- atar batracios a la cintura o el pene; costumbres: cenar
ción, signos que pueden sugerir una disrrafia espinal temprano, recomendado por Desault desde 1805; pun-
oculta. ciones e inyecciones: en la vejiga, el esfínter uretral,
Entre estas investigaciones es importante el cul- etc.; manipulación y cirugía general: ligadura prepucial,
tivo de orina, ya que la presencia de ITU puede provo- meatotomía, etc.; dispositivos e inventos: torniquetes

ÓN
car incontinencia; de esta manera, la evaluación debe peneanos, alarmas por enemas, etc.; electricidad:

CI
ser más profunda, por la posibilidad de que el paciente en 1881 Nye ideó un dispositivo que fue el primer

UC
pueda presentar anomalías urogenitales; se debe reali- paso para crear, más tarde, los sistemas modernos de
zar uretrocistografía miccional y ultrasonidos renal y
OD alarma.
vesical. Los niños con enuresis diurna también deben Es beneficioso recomendar que el niño vacíe su
ser evaluados con las mismas investigaciones.
PR
vejiga cada noche, inmediatamente antes de irse a
Los estudios urodinámicos solo se aconsejan cuan-
RE

dormir.
do se presentan anomalías en la columna vertebral, la
Los castigos son inútiles y perjudiciales. A pesar
vejiga muestra signos de lesión neurológica, como
SU

de que aún no existe un tratamiento único que asegure


trabeculación, o en los casos con historia positiva neu-
el éxito en cualquier tipo de enuresis, los tratamientos
DA

rológica.
actuales son menos agresivos y se clasifican de la ma-
BI

Las alteraciones urodinámicas que se señalan ha-


nera siguiente:
I

bitualmente en los enuréticos son: disminución de la


 Tratamientos conductuales:
OH

capacidad funcional de la vejiga, contracciones vesi-


cales no inhibidas y micción incoordinada, las cuales  Tratamiento básico: para responsabilizar al enuré-
PR

se observan con mayor frecuencia en los que, además tico y modificar conductas negativas; se basa en
de presentar enuresis nocturna, se asocian a síntomas una detallada información del problema, ejercicios
urinarios diurnos o en los casos que se acompañan de miccionales, restricción de la ingestión de líquidos
ITU y anomalías del tracto urinario. Algunos autores nocturnos, etcétera.
señalan que las contracciones no inhibidas son la alte-  Alarma: inicialmente fue descrita por Nye, pero
ración más frecuente. adquirió popularidad en la década del 30, gracias
Generalmente, en los niños con espina bífida oculta a Mowener y Mowener. Hoy día se cuenta con
se muestran alteraciones en los estudios urodinámicos, minisistemas muy cómodos; su principio consiste
aunque no presenten claramente anomalías espinales en crear un reflejo condicionado que, con el tiem-
o neurológicas. En estos casos la resonancia magnéti- po, logre despertar al niño antes de que se inicie la
ca espinal puede revelar la lesi ón oculta. micción enurética. Probablemente es el tratamien to
En estos pacientes también se han observado más eficaz cuando se usa de manera correcta y el
malos hábitos de evacuación intestinal y vesical, de- tiempo suficiente, además, no presenta efectos se-
mora para efectuar la micción (la realizan solamente 2 o cundarios. Se reportan excelentes resultados con
3 tres veces al día), y sufren de constipación extrema. su utilización.
En estudios realizados sobre el tema se ha comproba-  Diferentes entrenamientos: entrenamiento en re-
do que es usual una frecuencia miccional de 10 a 12 ve- tención voluntaria, popularizado por Kimmel y
Urología urodinámica y neurológica 319
Kimmel desde 1970. Consiste en dilatar cada vez farmacológicos más empleado. Su uso se basa en
más el espacio de tiempo entre el deseo miccional que los enuréticos monosintomáticos no tienen el
y el inicio de la micción; se complementa con el aumento fisiológico y circadiano de la desmopre-
incremento de la ingestión de líquidos durante el sina nocturna; actúa en la reducción de la
día, con ello se logra el aumento de la capacidad producción nocturna de orina, por debajo de la
vesical. capacidad funcional vesical. Se usa en spray na-
 Reforzamiento positivo: este debe formar parte de s a l , c o n u n a g cada noche;
d o s i s i n i c i a l d e 2 0

todo el tratamiento elegido; se basa en estimular esta puede aumentarse hasta 40 a 80 g, según la
al enurético a despertar seco mediante el estímulo respuesta clínica. Puede provocar recaídas du-
y la autorresponsabilidad. Más importante que los rante los cuadros catarrales o de rinitis alérgicas.
premios son las palabras de elogio y el reconoci- Sus efectos secundarios son escasos; se reporta
miento de los padres. 70 % de efectividad. Cuando se asocia a los siste-
 Tratamiento farmacológico: es la modalidad de pre- mas de alarma, se eleva su efectividad y disminuyen
ferencia de los médicos, familiares y pacientes, aun- las recaídas.
que sus resultados son contradictorios. Entre los más  Los que aumentan la capacidad vesical y disminu-
empleados se encuentran: yen las contracciones vesicales inestables (anticoli-
 Los que actúan mediante un mecanismo desco- nérgicos). En 1956 Legn publicó el uso de la pro-
nocido (antidepresivos tricíclicos), el más utilizado pantelina para tratar la enuresis. La oxibutinina
es la imipramina. En 1959, Sigg observó que algu- tiene un efecto asociado antiespasmódico y anes-

ÓN
nos niños psiquiátricos, tratados con este medica- tésico local sobre la vejiga; se utiliza con éxito en

CI
mento, mejoraron su enuresis. En 1960, McLean la inestabilidad vesical y, además, cuando el pa-
ciente presenta enuresis diurna, con síntomas de

UC
publicó su uso para el tratamiento de esta afec-
ción. Su mecanismo aún no es bien conocido, se
OD incontinencia urinaria; en la enuresis monosinto-
le atribuyen efectos antidepresivos, anticolinér- mática se presentan pocos beneficios. En los ni-
ños se indican 0,3 mg/kg/día, en 2 o 3 dosis. Se
PR
gicos y antiespasmódicos vesicales periféricos,
reportan efectos secundarios como visión borro-
además de aumentar la capacidad funcional vesical
RE

sa, enrojecimiento facial, náuseas, sequedad bu-


en los enuréticos. Se recomienda una dosis inicial
cal, estreñimiento, etcétera.
SU

de 1 mg/kg/día, 1 o 2 h antes de ir a la cama; de


 Acupuntura: técnica procedente de la medicina chi-
ser necesario, esta puede incrementarse hasta un
DA

na, que constituye una opción de valor, sobre la base


máximo de 2,5 mg/kg/día, durante 3 a 6 meses,
del balance correcto entre el Ying y el Yang, ener-
BI

con una retirada paulatina en 3 a 4 meses. En caso


gías bioeléctricas positivas y negativas del cuerpo
I

de recaída, se puede iniciar un segundo ciclo, pa-


OH

humano, cuyo mecanismo de control es análogo al


sados 2 meses del anterior. El éxito de este medi- sistema inmune. En Cuba se ha reportado 70 % de
PR

camento es variable; se reportan efectos secun- efectividad. Asimismo, en una investigación se de-
darios, aunque mínimos, entre estos las náuseas, mostró que, asociada con psicofármacos, se logró
anorexia, boca seca, ansiedad, insomnio, etc., y 12 % de curados y 53 % de mejorados.
no se presentan complicaciones. Una sobredosis
es potencialmente fatal. Otros antidepresivos úti- No todos los pacientes con enuresis monosin-
les son la amitriptilina, timipramina, clorimipramina, tomática nocturna requieren tratamiento médico. Al-
etcétera. gunos padres y pacientes, después de una detallada
 Los que reducen el volumen de orina (acetato de evaluación del caso y amplia información del proble-
desmopresina, DDAVP). Es un fármaco sinteti- ma, pueden decidir por la no utilización de medida te-
zado, que modifica la fórmula de la arginina - rapéutica alguna. Así mismo, es necesario educar al
-vasopresina y logra un máximo efecto antidiurético, paciente y sus familiares, procurando evitar preocupa-
con un efecto vasopresor mínimo. En 1977 y 1978 ciones infundadas y sentimientos de culpa, además de
Dimson y Tunemo publicaron su us o para tratar brindarles esperanza y confianza en la resolución es-
la enuresis. Hoy día es uno de los tratamientos pontánea del padecimiento.
320 Urología

Urodinamia
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322 Urología

Capítulo 12

ÓN
Jorge Sagué Larrea

CI
UC
OD
Existen 2 tipos fundamentales de enterocistoplastias continentes: la urostomía con-
PR

tinente mediante reservorios intestinales (derivación) y la sustitución ve sical.


RE
SU

Urostomía continente mediante reservorios


intestinales (derivación)
DA
BI
I

Las condiciones ideales de una derivación urinaria se deben aproximar a las ca-
OH

racterísticas normales, anatómicas y funcionales del aparato urinario inferior, es decir,


que sea capaz de acumular la orina y eva cuarla a intervalos regulares, bajo el con-
PR

trol de la voluntad y el mantenimiento de bajas presiones intral uminales, a medida que


aumenta el volumen de llenado.
La composición y la cantidad de orina no se de ben modificar durante su alma-
cenamiento; debe existir un mecanismo adecuado que evite el reflujo y la infección
urinaria ascendente hacia el aparato urinario superior. A ello se debe añadir, en caso de
cistectomía radical, no alterar sus principios.
A continuación se describen los componentes básicos de la derivación urinaria
continente.
Segmento intestinal reservorio. Cualquier segmento intestinal ha demostrado
su utilidad: estómago, íleon, ciego, segmento ileocecal, colon, etc. Un segmento intestinal
interpuesto en la vía urinaria sigue conservando sus características fisiológicas, es de-
cir, durante su llenado se producen contracciones intestinales que pueden generar on-
das de presión que sobrepasan los 100 cm H 2O.
El reservorio intestinal ideal debe cumplir 2 funciones principales:
1. Tanto vacío como lleno, apenas debe desarrollar ondas de presión intraluminales.
La presión excesivamente ejercida puede desestabilizar los sistemas de continen-
cia, provocar reflujo ureteral y alterar la función renal.
Derivaciones e intestino en urología 323
2. La capacidad del reservorio debe oscilar e ntre de una técnica más difícil en su ejecución, que requie-
500 y 600 mL para reducir la frecuencia de los re mayor tiempo operatorio.
vaciamientos: de 4 a 6 veces durante el día y de
1 a 2 veces durante la noche. El concepto de con-
tinencia, señalado por Kock, se define como el Modelos de reservorios intestinales
control absoluto (por parte del individuo) sobre el
Existen más de 40 variantes de derivaciones uri-
tiempo de expulsión de la orina.
narias continentes. La multiplicidad técnica indica que
no existe un acuerdo unánime sobre el procedimiento
El reservorio debe mantener presiones intralu-
ideal. Las variaciones se deben a la elección del seg-
minales no superiores a los 20 mL H 2O para no dañar
mento intestinal, la forma de configurarlo y los siste-
la función renal, mejorar la continencia y mantener la
mas de continencia y antirreflujo.
estabilidad valvular. Como reservorios intestinale s, ade-
más del íleon abierto y reconfigurado tipo Kock, se El éxito de cualquier reservorio urinario continente
pueden utilizar el ciego, colon descendente, segmentos se debe juzgar por su grado de similitud con las carac-
ileocecales y parte del transverso. terísticas funcionales de la vejiga urinaria: capacidad
La desventaja de los reservorios intestinales abier- alrededor de 300 a 500 mL; buena adaptación a la dis-
tos es su mayor complejidad técnica y la posibilidad de tensión durante el llenado, sin que aparezcan ondas de
fistulizaciones, pero aportan la ventaja de un compor- presión elevadas y no superen los 40 cm H 2O, en au-
tamiento funcional mejor, con menores presiones sencia de reflujo o de incontinencia y con respeto máxi-

ÓN
intraluminales y mejor acomodación al llenado. mo a la función renal.

CI
La distensión del reservorio se acompaña de sen- La derivación urinaria continente es un procedi-
saciones de plenitud abdominal. A partir de los 6 me- miento quirúrgico más complejo, con mayor posibilidad

UC
ses de la intervención, el reservorio se puede vaciar de complicaciones que en otras operaciones más con-
OD
mediante autocateterismo (cada 4 u 8 h durante el día vencionales. La bacteriuria, por ejemplo, se presenta
y ningún cateterismo por la noche). con mucha frecuencia, pero apenas tiene traducción
PR

Mecanismo de continencia. El procedimiento clínica, por lo que no es absolutamente obligatorio su


RE

más utilizado ha sido la intususcepción ileal entre el tratamiento.


reservorio y el estoma cutáneo. La litiasis urinaria, las alteraciones hidroelec-
SU

Mecanismo antirreflujo. Cuando se utiliza el trolíticas o las secuelas metabólicas, por la pérdida de
colon como reservorio urinario, se puede realizar la
DA

longitud intestinal, habitualmente no tienen gran inci-


clásica reimplantación ureteral antirreflujo, a través de dencia y su tratamiento es sencillo. Las limitaciones
BI

un túnel submucoso o en “puño de camisa”. Pero cuan- del procedimiento se basan en sus inconvenientes: el
I

do se dispone del íleon, las diversas técnicas del túnel


OH

estoma urinario sigue estando presente; necesidad de


submucoso antirreflujo no han dado buenos resultados, autosondajes; mayor complejidad técnica; mayor nú-
PR

debido a la friabilidad de la mucosa ileal y la ausencia


mero de complicaciones y necesidad de mayor tiempo
de una capa muscular espesa.
de seguimiento.
Leduc y Camey pusieron a punto la técnica del
Reservorio ileal de Kock. Alrededor de 40 a
reimplante ureteroileal antirreflujo, a través del surco
50 cm de íleon son suficientes para construir el
mucoso, con una eficacia de 83,6 % y buena protec-
ción del aparato urinario superior en 84,8 % de los reservorio en forma de “U” (Fig. 12.1) o de “S”, una
casos estudiados a los 2 años de seguimiento. Otra vez abierto por su borde antimesentérico y suturado
solución antirreflujo pasa por la utilización de la válvula posteriormente alrededor de su eje transversal, lo cual
ileocecal, bien íntegra, según Gil-Vernet, o reforzada. se puede hacer manualmente o mediante máquinas de
Finalmente, el mismo principio de Kock de autosutura con material reabsorbible.
intususcepción valvular ileal se puede utilizar como Se obtiene un reservorio de gran capacidad, con
mecanismo antirreflujo entre el reservorio y los uréteres, presiones basales medias no superiores a los 25 cm H2O,
con un elevado grado de eficacia y falta de compli- sin ondas de presión que sobrepasen los 40 cm H2O a
caciones obstructivas. En su resultado final se demues - máxima distensión, lo que permite el autocateterismo
tra que el reservorio ileal está dotado de sendas válvu las cada 4 a 6 h por el día y cada 7 u 8 h durante la noche.
por intususcepción: una que asegura la continencia y Al contacto con la orina se produce la atrofia
otra que protege el aparato urinario superior del reflujo progresiva de la mucosa ileal, con lo que la disminu-
urinario infectado, de una forma segura, pero a costa ción de la superficie reabsortiva evita las alteraciones
324 Urología

metabólicas e hidroelectrolíticas significativas. La base En las complicaciones tardías: mal funcionamiento


del éxito del reservorio ileal continente depende de la de las válvulas (de 8 a 50 %), erosión Marlex (de 1 a
construcción exitosa de una válvula por intususcepción. 26 %), litiasis (de 5 a 24 %), prolapso (de 2 a 10 %),
hernia paraestomal (de 3 a 9 %), cateterismo difícil
(de 2 a 5 %), mal funcionamiento de las válvulas
eferentes (de 3 a 5 %), pielonefritis (de 2 a 5 %),
obstrucción ureterointestinal (de 1 a 4 %); también
se incluyen la cirugía de revisión, estenosis del estoma,
insuficiente capacidad del reservorio, etcétera.
Reservorios cecales e ileocecales. En caso
de utilizarse el colon para la construcción del reservorio
urinario, es necesario el conocimiento y respeto máxi-
mo de la vascularización, ya que no existe la
microcirculación submucosa, característica del íleon.
El empleo del ciego tiene sus ventajas: posibilidad de
anastomosis ureterocólica antirreflujo, mediante la téc-
nica del túnel submucoso, con un elevado índice de
éxito. Aporta un reservorio de fácil construcción y
amplia capacidad para el almacenamiento de la orina.

ÓN
Presenta como inconveniente que el ciego tubular de-

CI
Fig. 12.1. Reservorio ileal en “U” (Kock). sarrolla elevadas presiones intraluminales, que pueden
conducir a la incompetencia esfinteriana, así como a la

UC
Indicaciones: obstrucción del flujo libre del aparato urinario superior.
 Neoplasia vesical que precise cistectomía total. OD Algunos de estos reservorios son los siguientes:
 Mal funcionamiento de otra derivación urinaria.  Modelos tubulares.
PR

 Disfunciones vesicales neurogénicas.  Reservorio cecal de Mansson.



RE

Extrofia vesical.  Reservorio ileocecal de Gilchrist y Merricks.


 Traumatismo pélvico grave, con destrucción impor-  Reservorio ileocecal con intususcepción de la vál-
SU

tante del aparato urinario. vula ileocecal.


 Modelos abiertos.
DA

Para una correcta indicación, es necesario tener


BI

en cuenta:
Modelo abierto de Mainz. El reservorio ileocecal
I

 Incontinencia urinaria no solucionable por otros pro-


OH

no parece provocar alteraciones metabólicas ni electrolí-


cedimientos.
ticas, siempre que la función renal sea normal. Aunque
 Deseos de no llevar el colector externo.
PR

se desarrollen ondas de presión intermitentes en el


 Deterioro progresivo de la función renal.
reservorio cecal, la disminución de su amplitud indica
 Pielonefritis recurrente con otras derivaciones uri-
narias. el desarrollo del incremento funcional.
Características de la orina de un reservorio cecal:
Contraindicaciones:  Diuresis elevada en las 24 h, debido al flujo de agua
 Déficit importante de la función renal, con creatinina a través de la mucosa cecal.
superior a 2 mg.  pH elevado y con menor variabilidad que en los su-
 Radioterapia extensa de la pelvis (relativo). jetos normales, por los intercambios a través de la
 Pacientes en edad avanzada, por ser más propen sos mucosa intestinal. Debido a la estabilidad del pH
a complicaciones letales posoperatorias (relati vo). urinario en límites elevados, las posibilidades de cre-
cimiento bacteriano son mayores que en la orina
Complicaciones. Tomando como base las 2 pri- normal.
meras series con reservorio ileal de Dock (Kock-  Menor osmolaridad, por mera concentración de urea
-Skinner) (1975-1989), las complicaciones precoces y creatinina en relación con las diuresis elevadas.
fluctuaron de 14,5 a 16 %; se mencionan fístulas uri- La urea sanguínea inhibe el crecimiento bacteriano,
narias, necrosis del segmento aferente, absceso pélvico, pero la orina del reservorio presenta concentracio-
fístula intestinal y mortalidad (entre 1,4 y 2 %). nes elevadas de proteínas séricas (inmunoglobulinas)
Derivaciones e intestino en urología 325
y carbohidratos (micción), de manera que esta últi- almacenamiento de orina, sin alteración de la función
ma puede favorecer el crecimiento bacteriano. renal y evacuación de forma voluntaria y controlada.
Hasta el momento, la vejiga artificial protésica no
A pesar de que la orina en los reservorios cecales ha brindado los resultados esperados. Solo el intestino
favorece la infección, habitualmente no tiene significa- ha sido capaz de sustituir funcionalmente a la vejiga.
ción clínica, más bien la infección urinaria sintomática Antes de acometer esta intervención se debe valorar
se relaciona con el vaciamiento incompleto del el estado de la uretra. La única indicación absoluta
reservorio y su mal funcionamiento, además de la in- para la uretrectomía es la presencia de un tumor uretral,
fluencia que pueden ejercer los autocateterismos. que condicionaría la cistoprostatovesiculouretrectomía
Reservorios gástricos. Tienen la ventaja de en bloque e imposibilitaría la sustitución vesical.
contar con una mucosa casi impermeable a la
reabsorción, sobre todo al cloro; así mismo, no pierde
potasio en los intercambios iónicos y el pH ácido de las
Anastomosis enterouretral
secreciones ayuda a evitar la infección urinaria. La
Técnicas:
bolsa gástrica se puede situar en el abdomen superior,
 Directas:
lejos de las posibles zonas pélvicas irradiadas por tera-
 Anastomosis directas ureteroentéricas (término-
pia oncológica previa (Fig. 12.2). terminal y término-lateral).
 Anastomosis en “puño de camisa” (Puigvert y

Tunner Warwick).

ÓN
 Reimplante anclado directo (Villavicencio).

CI
 Oblicuas:

UC
 Tunelización submucosa.

OD  Le Duc-Camey.
PR
Entre los factores de deterioro de la función re-
nal, después de la sustitución vesical con intestino, se
RE

encuentran:
 Estenosis.
SU

 Infección.
DA

 Reflujo.
Fig. 12.2. Segmento ileocecal (A) y colon sigmoideo (B y C).
BI
I

La eficacia de la intususcepción, como mecanis-


OH

La capacidad inicial aumenta hasta alcanzar en- mo antirreflujo, se ha demostrado en 87,3 % de los
casos y funciona de acuerdo con determinados princi-
PR

tre 1 000 y 2 000 mL a las 2 semanas de la construc-


ción, con presiones bajas de 10 a 20 cm H 2O. El pH en pios físicos. La presión en la luz de una estructura
el reservorio se mantiene entre 5 y 6,5, pero desciende tubular aumenta de acuerdo con la ley de Laplace
de 1 a 2 después de la ingesta. (P = T/r); cuanto más disminuye el radio mediante la
intususcepción, se produce un mecanismo de compre-
sión esfinteriana.
Sustitución vesical La pared más externa y la media comprimen a la
más interna, y se estrecha la luz dentro de la intususcep-
Después de la urostomía continente, el siguiente ción. En la figura 12.3 se muestran modelos tubulizados
paso lógico fue conseguir la anastomosis del reservorio y en la 12.4, la técnica de Hautman en el íleon. Se
intestinal de bajas presiones a la uretra membranosa, incluyen, entre otras, la del sigma (Reddy) y la ileocecal
por encima del diafragma urogenital. Este procedimiento (Gil-Vernet).
ha alcanzado su máxima expresión en la mejora de la Todas las plastias tubulares presentan como ca-
calidad de vida. racterística funcional una capacidad vesical media de
El término sustitución vesical implica la exéresis aproximadamente 300 mL, lo que permite orinar con
previa de todo el bloque vesicoprostatoseminal y su frecuencia (entre 2 a 4 h) con un volumen medio de
reemplazamiento posterior por otro órgano o prótesis 200 mL. Las características urodinámicas, con un lle-
que pretenda cumplir con las funciones vesicales de nado de 100 mL/min, han demostrado una presión
326 Urología

inferior a 40 mL H 2O, sin embargo, se aprecian con- Después de la sustitución vesical, el mecanismo
tracciones no inhibidas de la cistoplastia, que alcanzan de la continencia es confiado al sistema activo, es de-
valores superiores a 100 mL H 2O. Generalmente es- cir, al esfínter externo y la musculatura uretral y
tas contracciones se producen a volúmenes de llenado periuretral del suelo pelviano. Dicho sistema supone
superiores a 200 mL. una presión de cierre de aproximadamente 49 mL H 2O.
Durante el sueño, la presión de cierre solo alcan-
za 42 mL H 2O, sin poder aumentar voluntariamente
por la relajación del suelo pelviano. En estas condicio-
nes, cuando se producen contracciones no inhibidas,
habituales en la estructura tubular a determinado volu-
men de llenado, se asiste al aumento de la presión en la
neovejiga, muy superior a la presión de cierre uretral.
Este aumento de la presión vesical puede ser con-
trarrestado en la uretra, por una contracción voluntaria
del suelo pelviano, ante el aviso de micción inminente,
lo que evita la incontinencia, sin embargo, durante el
sueño no existe esta posibilidad y, por ende, la inconti-
nencia es la regla.

ÓN
Modelos destubulizados. Se basan en algunos

CI
aspectos:
 Sección del segmento intestinal por su borde antime-

UC
Fig.12.3. Modelo tubulizado. sentérico: uniendo segmentos adyacentes o girando
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 12.4. Técnica de Hautman. A, B y C. Incisión en borde antimesent érico intesti-


no. D. Reimplantación de uréteres.
Derivaciones e intestino en urología 327
el segmento sobre este, permite obtener configura-  Le Bag.
ciones más o menos próximas a la forma esferoidal  Bolsa de Mayo.
(V = p. r2).
 Aplicación de la ley de Laplace (P = T/r): explicaría Modelos que emplean el sigma:
la acomodación, es decir, la presión sería tanto me-  Técnica de Reddy.
 Khalaf.
nor cuanto mayor fuera el radio (siendo T constante).
 Distensibilidad: es la relación entre incremento de
Modelos que emplean el estómago:
volumen e incremento de presión. Un reservorio
 Gastrocistoplastia de Mitchell.
tendrá más distensibilidad cuando admita mayores
volúmenes, sin aumentar la presión. Existen múltiples posibilidades para sustituir la
 Intención de seccionar las fibras circulares del seg- vejiga. Cuándo emplear una u otra depende de la pre-
mento intestinal por su borde antimesentérico: es la ferencia del cirujano, su experiencia en cirugía abdo-
disrupción de estas (la interrupción de la continui- minal, y las condiciones generales y locales del pacien-
dad) para evitar el ritmo de contracciones. te. El empleo de suturas mecánicas conlleva reduc-
ción del tiempo operatorio y disminuye la morbilidad.
Modelos que emplean el íleon.
 Camey II.
 Hautman. Sustitución ureteral

ÓN
Bolsas en “U”.
 Técnica de Melchior.
y cistoplastia de aumento

CI
 Plastia de Tscholl.

UC
Existen 3 grandes grupos de procedimientos, por
OD tanto, las opciones técnicas se establecerán en virtud
Modelos que emplean el segmento ileocecal de la extensión y el segmento ureteral dañado:
 Bolsa de Mainz. (Fig. 12.5): 1. Restablecimiento de la continuidad:
PR

 Marschall. a) Ureteroureterostomía.
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig.12.5. Bolsa de Mainz.


328 Urología

b) Ureterostomía intubada de Davis.  Vejiga funcionalmente anormal, en la que la produc-


c) Transureteroureterostomía. ción de moco y el reflujo tienen como resultado la in-
d) Vejiga psoica y técnica de Boari. fección, dilatación y estasis de las unidades renales.
e) Desplazamiento de la inserción vascular (Gil-
-Vernet).
f) Autotrasplante renal. Cistoplastia de aumento
2. Sustitución por segmentos intestinales: en lo fun-
El objetivo que persigue este procedimiento es
damental el íleon, fisiológicamente más cercano
tratar de restaurar el funcionamiento normal del tracto
al uréter que otras partes del tubo digestivo.
urinario inferior, es decir, crear un reservorio de baja
3. Sustitución por injertos libres y distintos materia-
presión para recolectar y almacenar la orina, así como
les sintéticos: la mayor parte ha sido empleada en
permitir su continencia y evacuación voluntaria.
estudios experimentales, con resultados desalen-
Indicaciones:
tadores.
 Causas funcionales:
 Vejiga neurógena.
La finalidad del empleo de un segmento intestinal
 Vejigas inestables idiopáticas.
es tratar de restaurar la fisiología normal del uréter. Se
 Causas estructurales:
pretende, por lo tanto, crear un conducto capaz de per-  Congénitas: válvulas de uretra posterior, extrofia-
mitir el tránsito libre de la orina desde la pelvis renal epispadia.
hasta la vejiga, manteniendo un gradiente de presión

ÓN
 Traumáticas: traumatismos vesicales extensos.
adecuado que impida su estasis, por lo que se requiere

CI
 Inflamatoria: cistitis intersticial, cistopatía TBC,
una actividad contráctil que sea la base de esta diná- esquistosomiasis, cistitis química y cistitis rádica.

UC
mica.
Indicaciones: OD Contraindicaciones:
 Lesiones congénitas (hipoplasias segmentarias).  Neoplasias vesicales.
PR

 Carcinoma urotelial multicéntrico (riñón único prin-  Cistitis rádica (cuando la afectación vesical es muy
RE

cipalmente). grave).
 Desderivaciones.  Insuficiencia renal (relativa).
SU

 Extensas áreas estenóticas o fistulosas del uréter  Incapacidad del paciente para la cateterización in-
(lesiones traumáticas de vías urinarias superiores). termitente).
DA
BI

Consideraciones. Las estenosis de la porción Segmentos a utilizar: ileal, cecal, ileocecal, colon
I

sigmoide y estómago.
OH

media del uréter (menor de 6 cm de longitud), se pue-


den solucionar mediante la resección hasta el tejido Complicaciones:
PR

sano y anastomosis término-terminal tras la moviliza-  Trastornos hidroelectrolíticos: la tendencia a la


ción renal. De no ser posible, se empleará la ureteroto- acidosis metabólica hiperclorémica en las plastias
mía intubada (se puede aplicar a estrecheces de hasta con segmento intestinal es bien conocida. La gastro-
10 a 12 cm). cistoplastia evita estos problemas, al no poseer ca-
pacidad absortiva y, además, secreta cloruros e
Una combinación de transureteroureterostomía
hidrogeniones.
asociada a vejiga psoica y adecuada reimplantación,
 Fístula urinaria: se debe a la fuga de orina al nivel de
puede compensar segmentos cortos del uréter distal.
la anastomosis vesical o de la reimplantación urete-
Si el defecto es mayor, se puede utilizar un colga- ral. Ocurre en los primeros días o semanas del
jo vesical vascularizado (Boari), que permite sustituir posoperatorio.
segmentos de uréter pélvico de hasta 12 cm de longi-  Estenosis de la reimplantación ureterointestinal: una
tud. Los defectos más extensos requieren la sustitu- vez establecida, los mejores resultados terapéuticos
ción ileal. se obtienen resecando el segmento estenótico y
Contraindicaciones: reimplantándolo de nuevo. También se emplean otros
 Alteración de la función renal (creatinina > 2 mg%), métodos endourológicos (dilatación con balón,
que impide un buen manejo de líquidos e iones ureterotomía, meatotomía).
reabsorbidos, y condiciona el desarrollo de acidosis  Ruptura espontánea de la vejiga.
metabólica hiperclorémica.  Dificultad para la micción espontánea.
Derivaciones e intestino en urología 329
 Reflujo vesicoureteral. Vejiga rectal
 Litiasis.
 Infección urinaria. Consiste en excluir el recto de la continuidad có-
 Neoplasias. lica, mediante la anastomosis de los uréteres, y formar
una neovejiga, cuya continencia la aporta el esfínter
Otros sustitutos del tramo urinario: anal. Una de sus pretensiones es separar la orina del
 Injerto libre de tejidos autólogos (fascia lata). contacto con las heces, en un intento de disminuir la
 Injertos vasculares. infección. Esta técnica presenta el riesgo de producir
 Peritoneo. en el transcurso del a transesfinteriano incontinencia
 Injertos cutáneos.
de orina y heces, es por ello que ha sido prácticamente
 Duramadre liofilizada.
abandonada.
 Membranas placentarias.

Ureterosigmoidostomía Otras derivaciones urinarias


y vejiga rectal Nefrostomía simple percutánea
La anastomosis de los uréteres a la continuidad
intestinal tiene como objetivo preservar la continencia Indicaciones:
 Hidronefrosis.

ÓN
urinaria por medio del esfínter anal y la micción volun-
 Anuria obstructiva.

CI
taria e intermitente, proporcionada por la distensibilidad
de la ampolla rectal.  Sepsis por pionefrosis.

UC
Requisitos preoperatorios:  Medición de presiones intrapiélicas.
 Existencia de buena continencia anal.
OD
 Tolerancia a la distensión de la ampolla rectal. La posición en la que suele ser más fácil la pun-
PR

 Ausencia de enfermedad orgánica o funcional y/o ción es en decúbito prono, con un rodillo en la zona
abdominal para evitar que el riñón se desplace. Como
RE

antecedentes de cirugía previa sobre rectosigma.


método de localización se utiliza la ecografía y/o ra-
SU

Tipos de anastomosis: dioscopia. La localización del punto de punción depen-


 Exocólica: sin montaje antirreflujo. derá de los aparatos disponibles, la dilatación pieloca-
DA

 Transcólica: con montaje antirreflujo. licial y la experiencia en punciones.


BI

Complicaciones:
I

Otras variedades técnicas:  Intento fallido de llegar a la vía.


OH

 Ureterosigmoidostomía.  Sangrado importante.


 Posicionamiento incorrecto del tubo de punción en
PR

 Trigonosigmoidostomía.
 Transureteroureterosigmoidostomía. el espacio perirrenal.
 Reservorio de Kock.

La elección del tipo de técnica a realizar depen- Nefrostomía “en raqueta” por técnica
derá, fundamentalmente, de la experiencia y los percutánea
resultados de cada cirujano, ya que todas presentan
ventajas e inconvenientes. Es fundamental un cono- Su ventaja sobre la técnica clásica es la facilidad
cimiento anatómico perfecto y rigurosa minuciosi- del cambio de la sonda, además de permitir un buen
dad técnica. drenaje de todas las cavidades renales.
Complicaciones: La mayoría de las derivaciones son temporales,
 Precoces (primeros 60 días): anuria y oligoanuria, por ello tiene mayor utilidad la nefrostomía percutánea
íleo paralítico, fístulas urinarias y digestivas, y abs- (procedimiento más simple, rápido y menos agresivo).
ceso pelviano. La nefrostomía “en raqueta” se indicará en drenajes
 Tardías: pielonefritis, litiasis renal, estenosis unión urinarios permanentes, por ejemplo, en neoplasias de
ureterosigmoidea, reflujo, incontinencia anal, tras- origen pelviano que provocan obstrucción urinaria por
tornos electrolíticos, encefalopatía hiperamoniémica invasión directa o metástasis. Este procedimiento tam-
y neoplasia de colon. bién se ha realizado mediante punción percutánea.
330 Urología

Ureterostomía cutánea Indicaciones:


 Daño en aparato urinario superior y/o presencia de
Esta técnica ha perdido muchas de sus indicacio- síntomas por mal funcionamiento de la derivación.
nes, por el extenso uso de intestino que se realiza para  Inaceptación social y personal del estoma.
derivaciones definitivas y la aparición de la endourología  Pacientes que precisan trasplante renal.
y la endoprótesis en las derivaciones temporales o en  Derivados por afecciones que hoy tienen solución.
las que, por ser de causa tumoral, se prevea un fin a
medio plazo, no obstante, algunos aún la utilizan. Evaluación preoperatoria:
 Estado de la función renal (creatinina).
 Situación morfológica y funcional de los tractos uri-
Transureteroureterostomía nario superior e inferior (urograma descendente,
prueba de Whitaker, uretrocistografía miccional,
Consiste en anastomosar un uréter al contralateral cistomanometría y electromiografía del esfínter
y este a la piel o a la vejiga. Se emplea con mayor externo).
frecuencia en las derivaciones definitivas de los uréteres  Motivación tanto del paciente como de sus familia-
a la piel, tras cistectomía o desfuncionalización vesical res.
por tumor, cuando se prevé una supervivencia corta y
se pretende evitar la morbilidad de derivaciones con el La desderivación consta de varias fases:
uso de intestino. También se emplea en lesiones 1. Restaurar la continuidad del aparato urinario.

ÓN
ureterales uni o bilaterales, donde no es factible la 2. Alcanzar la continencia.
3. Reparar la enfermedad asociada (cuando exista).

CI
reanastomosis ureterovesical bilateral (fístulas y este-
4. Resolver las complicaciones (si se presentan).
nosis).

UC
Se contraindica en todas las afecciones ureterales
OD Restaurar la continuidad:
previas que afecten su vascularización: cirugía previa
 Con vejiga propia (ureterorrafia término-terminal),
del uréter con disección y movilización, tuberculosis
PR
vejiga psoica, Boari, transurétero-ureterostomía, re-
renal y ureteral, exposición previa a dosis terapéutica
emplazamiento ureteral por intestino y autotrasplante.
RE

de radiaciones ionizantes, cirugía anterior de injertos  Con vejiga ausente o extirpada (enteroplastia).
iliacos o aórticos, reflujo en la unidad receptora y litia-
SU

sis a repetición. Alcanzar la continencia:


DA

 Reservorio (buena capacidad, baja presión).


BI

 Reconstrucción cervical (colposuspensión, esfínter


Vesicostomía
I

artificial).
OH

 Si vejiga hipoactiva: autosondaje.


Sus indicaciones han disminuido debido a la

PR

En caso de hiperactividad esfinteriana: autosondaje.


implantación de técnicas actuales de cistostomía por
punción con tubos de silicona, nuevas técnicas de tra-
Reparar la enfermedad asociada. Comprende
tamiento no quirúrgico para el control de la vejiga la exéresis del riñón afuncionante, corrección de este-
neurógena mediante fármacos y/o cateterismo inter- nosis uretral, cierre de fístulas urogenitales, etc. Siem-
mitente y las diversas técnicas de derivación urinaria pre que sea técnicamente factible, se llevarán a cabo
existentes, que provocan mayor comodidad al pacien- en el momento de la desderivación, para evitar la repe-
te y menor grado de complicacione s. tición de cirugías.
Resolver las complicaciones:
 Intraoperatorias:
Desderivaciones  Angulación o cortedad ureteral.

 Compromiso del pedículo vascular.


La desderivación es el medio de rectificar una  Posoperatorias:
indicación quirúrgica que, a la luz de los conocimientos  Excesiva rigidez de la pared vesical.
actuales, fue tomada erróneamente. Con esta técnica  Fístula suprapúbica.
se restaura la continuidad del aparato urinario y se  Secreción de moco.
corrigen, al mismo tiempo, los problemas que motiva-  Precoces:
ron la derivación.  Infección de la herida.
Derivaciones e intestino en urología 331
Síntomas irritativos.  Diarrea.
Fístula intestinal u obstrucción.  Perforación intestinal.
 Tardías:
 Disminución de la función renal.
Por lo general, los resultados obtenidos con las
 Incontinencia.
desderivaciones son buenos. Es útil y brinda una mejor
calidad de vida; facilita la reinserción de enfermos jó-
 Obstrucción.
venes en los que el estoma, además de fuente de com-
 Carcinoma.
plicaciones a largo plazo, se convierte en un estigma
 Anomalías electrolíticas.
que limita su personalidad y rentabilidad social.
 Reflujo.
Indudablemente, la utilidad de la laparoscopia en
 Litiasis.
estas intervenciones abre una vía para disminuir la
 Problemas derivados del esfínter artificial. morbilidad que suele acompañar estos procedimien-
 Dificultad de cateterismo. tos. El tiempo y la práctica irán delimitando las indica-
 Obstrucción o intususcepción intestinal. ciones precisas de estas técnicas.

ÓN
CI
UC
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332 Urología

Capítulo 13

ÓN
CI
Jorge Luis Díaz Gómez y Alibeth Ramírez Fernández

UC
OD
PR

La insuficiencia renal aguda (IRA) es un síndrome clínico, caracterizado por el


RE

deterioro brusco de la función renal, que se acompaña de la elevación de los productos


de azoados en sangre, retención hidrosalina y trastornos del equilibrio ácido-base, como
SU

consecuencia de la caída del filtrado glomerular, todo lo cual pro voca una amplia
DA

sintomatología en el paciente, por tanto, es la consecuencia de un grupo de enferme-


BI

dades que se ubican entre las principales causas de ingreso y de muerte en las unidades
I

de cuidados intensivos; puede evolucionar con oliguria, anuria, y en ocasiones, diuresis


OH

normal.
Incidencia. Es variable en esta enfermedad y se relaciona con las condiciones de
PR

cada país. Se plantea que afecta cada año a unas 209 personas por millón de habitan-
tes. La mortalidad representa más de 50 % de los pacientes ingresados, sobre todo
cuando se asocia a distrés respiratorio agudo, shock, ventilados, operados con compli-
caciones severas, trastornos cardiovasculares importantes y fallo múltiple de órganos.
Cuando se asocia a shock séptico, su prevalencia varía entre 9 y 40 %. Llano y
colaboradores presentaron datos del Grupo de Estudios de la IRA, en Madrid, e indica-
ron que la sepsis fue causa de necrosis tubular aguda (NTA) en 35 % de los pacientes
que se encontraban en unidades de cuidados intensivos y en 27 % en unidades no
críticas.
En un estudio realizado por Díaz y colaboradores en Las Tunas, Cuba, en las
unidades de atención a pacientes graves, el daño parenquimatoso representó 84,3 % de
las causas y la sepsis fue responsable de 12,5 % de los fallecidos. El estadio de los
pacientes en régimen dialítico fue menor de 14 días y se pudo apreciar una rápida
actuación del personal médico y paramédico con estos.
Clasificación:
 Prerrenal o isquémica: se produce por alteraciones en el flujo sanguíneo renal, lo que
implica un compromiso en la filtración glomerular, pues la disminuye.
Uronefrología 333
 Intrarrenal o parenquimatosa: se presenta como con- hipofosfatemia, hipotiroidismo severo y actividad
secuencia de lesiones al nivel renal y de sus vasos, muscular excesiva.
donde se instalan los daños glomerular, tubular e  Enfermedades hereditarias, como distrofia muscu-
intersticial. lar, enfermedad de McArdle y déficit de carnitina.
 Posrenal u obstructiva: se relaciona con un obstá culo  Hemoglobinuria por malaria, destrucción mecánica
en el flujo urinario libre, cuya causa puede ser in- de hematíes, circulación extracorpórea, prótesis
trínseca o extrínseca. Generalmente es bilateral o mecánicas, reacciones transfusionales, quemaduras,
se presenta en pacientes monorrenos, o con la fun- golpes de calor, déficit de glucosa 6 fosfato deshidro-
ción del riñón contralateral comprometida. genasa y hemoglobinuria paroxística nocturna.
 Agentes químicos: anilina, quinina, glicerol, benceno,
A continuación se describen las causas específi- fenol, etanol, etilenglicol, monóxido de carbono y
cas de cada uno de los tipos descritos anteriormente. venenos de insectos.
Insuficiencia renal aguda (prerrenal):
 Reducción del volumen circulante por hemorragias, Oclusiones vasculares:
pérdidas digestivas, renales o cutáneas y diuréticos.  De gran vaso: por trombosis o embolia arterial renal
 Redistribución del líquido extracelular por hipoalbu- bilateral o en riñón único funcionante, trombosis de
minemia, traumatismos, quemaduras, pancreatitis, la vena renal bilateral.
peritonitis, malnutrición, obstrucción intestinal.  De pequeño vaso: enfermedad ateroembólica, ane-
 Gasto cardiaco bajo por insuficiencia cardiaca con- mia hemolítica microangiopática, IRA posparto, sín-

ÓN
gestiva, arritmias, infarto del miocardio, embolismo drome antifosfolipídico, coagulación intravascular

CI
pulmonar, taponamiento cardiaco, miocarditis, diseminada, esclerodermia, HTA maligna, nefritis por
valvulopatías y shock cardiogénico. radiación y vasculitis.

UC
 Vasodilatación periférica por sepsis, fístulas arterio-
OD
venosas, anafilaxia, hipotensores, tratamiento con Su manifestación como necrosis cortical obe-
interleuquina 2 (IL-2) o interferón, síndrome de dece a:
PR

hiperestimulación ovárica.  Abrupto placentario por aborto séptico.


RE

 Vasoconstricción renal por norepinefrina, hipercalce-  Coagulación intravascular diseminada.


mia, toxemia gravídica, sepsis, síndrome hepatorrenal
SU

e inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Su manifestación como glomerulonefritis obe-


 Interferencia con autorregulación renal por inhibi-
DA

dece a:
 Procesos posinfecciosos (posestreptocócica) por
BI

ción de las prostaglandinas y de la enzima con-


I

vertidora en angiotensina (IECA). shunt o endocarditis.


OH

 Vasodilatación de la arteriola eferente por IECA.  Púrpura de Schönlein-Henoch.


 Lupus eritematoso sistémico.
PR

Insuficiencia renal aguda parenquimatosa. Su  Nefropatía por IgA.


manifestación obedece a:  Anticuerpo antimembrana basal.
 Prolongación de las lesiones prerrenales en el tiempo  Crioglobulinemia mixta esencial.
(más de 10 min), por deshidratación y hemorragia.  Glomerulopatía extracapilar y membranoproli-
 Intoxicación por fármacos: antimicrobianos, hidra- ferativa.
lazina, contrastes yodados, opiáceos, inmunosupre-
sores o radiaciones, metales (cisplatino), anfotericina Su manifestación como nefritis tubulointersticial
B, ciclosporina, fibratos, inhibidores de la HMG-CoA aguda obedece a:
y anfetaminas.  Procesos isquémicos, tóxicos y por pigmentos, des-
 Depósitos intratubulares por nefropatía úrica agu- critos en el tipo anterior.
da, mieloma, hipercalcemia severa, sulfamidas, anes-
tésicos fluorados y aciclovir. Insuficiencia renal aguda obstructiva:
 Pigmentos orgánicos por nefrotóxicos endógenos.  Anomalías congénitas por ureteloceles, válvulas de
 Mioglobulina-rabdiomiolisis por traumatismos mus- la uretra posterior, divertículos vesicales, vejigas
culares, infecciones, dermatopoliomiositis, alteracio- neurogénicas.
nes metabólicas, coma hiperosmolar, cetoacidosis  Uropatías adquiridas por hiperplasia prostática be-
diabética, hipocaliemia severa, hiper o hiponatremia, nigna, necrosis papilar, nefrolitiasis.
334 Urología

 Enfermedades malignas por alteraciones prostáticas, constrictores locales, relacionados con las endote-
uterinas, vesicales, digestivas. linas, tromboxanos y leucotrienos.
 Fibrosis retroperitoneal por daños idiopáticos,  Aumento de la síntesis intracelular de vasodilatadores
traumáticos y asociados a aneurisma aórtico; con- como prostaglandinas y óxido nítrico (Fig. 13.1).
sumo de drogas.
 Anomalías ginecológicas no neoplásicas por emba- IRA parenquimatosa: cuando el insulto referido
razo, endometriosis, prolapso uterino. anteriormente se mantiene por más de 10 min y no se
 Nefropatía úrica aguda por hiperuricemia. logra corregir, se produce la lesión parenquimatosa y
 Intoxicación por drogas como epsilón aminocaproico, la obstrucción tubular; la NTA se instala como la for-
sulfamidas. ma más frecuente de lesión intrarrenal.
 Enfermedades infecciosas: como cistitis bacterianas, Es evidente que las lesiones renales pueden des-
tuberculosis, aspergilosis, esquistosomiasis, candidia- encadenar una IRA, ya sea afectando los vasos,
sis y actinomicosis. glomérulos o túbulo-intersticios; la NTA es la expre-
 Alteraciones intrínsecas por litiasis, coágulos y sión más frecuente de daño intrarrenal. Por su impor-
necrosis papilar. tancia clínica y frecuencia se tratarán los daños
 Alteraciones extrínsecas por tumores proximales, isquémico y tóxico.
ligaduras y fibrosis retroperitoneal. En el daño isquémico se produce una reducción
del flujo sanguíneo renal, por las causas antes mencio-
Formas clínicas de presentación de la IRA: nadas, lo cual provoca una hipoxia mantenida, que trae

ÓN
 Necrosis tubular aguda. aparejado daño celular y disminución de los niveles de

CI
 Prerrenal. ATP, que es más marcada en la corteza, sin embargo,

UC
IRC aguda. los segmentos tubulares de la médula son más depen-
 Obstructiva. OD dientes de oxígeno y, por tanto, se produce mayor
 Parenquimatosa.
isquemia. Esta situación provoca una lesión en las cé-
 Nefritis túbulointersticial aguda.
PR

lulas endoteliales o epiteliales y trae aparejada la dis-


 Vascular renal.
RE

minución del filtrado glomerular.


 Otras.
Por otra parte, el daño de las células endoteliales
SU

se manifiesta por trastornos intravasculares que se pro-


Fisiopatología. Se explica por 3 procesos:
ducen por el desequilibrio entre el aumento de la pro-
DA

1. Vasoconstricción intrarrenal, como resultado de


ducción de un potente péptido vasoconstrictor, la
BI

una marcada reducción del flujo sanguíneo cortical


endotelina-1, y la reducción del óxido nítrico (sustancia
I

renal; vasoconstricción mediada por endotelina,


vasodilatadora); como resultado del desbalance se pre-
OH

tromboxanos y leucotrienos. Todos estos resulta-


senta una disminución del coeficiente de ultrafiltración
dos se asocian a tubulorrexis.
PR

2. Obstrucción tubular, secundaria a oclusión y necro- y del flujo sanguíneo renal, a causa de la vasoconstric-
sis tubular. ción, lo que provoca la caída de las fuerzas de filtra-
3. Escape o salida de orina filtrada a través d el epi- ción y del filtrado glomerular.
telio tubular dañado, lo que contribuye a la reduc- El daño provocado por la hipoxia en las células
ción del filtrado glomerular, oliguria y anuria. epiteliales al nivel tubular ocasiona alteraciones en el
citoesqueleto celular (red de filamentos proteicos, com-
Para una mejor comprensión, a continuación se ponente estructural de la célula, que participa en las
explican las causas asociadas a cada uno de sus tipos, funciones de las células tubulares).
aunque en la práctica estos fenómenos ocurren en Mecanismos básicos de producción de la NTA:
cadena.  Isquémico: se caracteriza por zonas focales de
IRA prerrenal: cuando se produce una disminu- tubulorrexis, que ocupan los túbulos al nivel distal
ción del aporte sanguíneo renal, ocurre un descenso en por cilindros (células necrosadas, proteínas de Tamn-
la perfusión a ese nivel y, por consiguiente, la caída del -Horsfall y pigmentos), y ocasionan dilatación tubular.
filtrado glomerular, lo que trae aparejada la estimulación Los túbulos se separan como consecuencia del ede-
de mecanismos compensatorios, como: ma intersticial; las células tubulares descamadas se
 Relajación de la arteriola aferente y constricción de observan en el sedimento, mientras que las restan-
la eferente, mediada por la angiotensina II y otros tes pierden el borde en cepillo y se pueden apreciar
Uronefrología 335

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Fig. 13.1. Mecanismos de producción de la necrosis tubular aguda.


I
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hinchadas. Ocasionalmente se observan células  Por pigmentos: comparte características de las 2 for-
PR

apoptoicas o fenómenos regenerativos, por lo que mas anteriores.


aparece la lesión en parche que lo caracteriza.
La isquemia genera un desequilibrio entre la endo- En las figuras 13.2 y 13.3 se muestra claramente
telina y el óxido nítrico; este último disminuye du- cómo ocurre el daño al nivel renal, así como las altera-
rante la isquemia-reperfusión, por el aumento de su ciones bioquímicas que se presentan.
catabolismo y la disminución de su producción ante Nefropatía obstructiva. En este proceso se
la generación de superóxidos. El referido desequili- identifican 2 fases: la primera es transitoria y está me-
brio empeora la vasoconstricción y el flujo medular, diada por las prostaglandinas; estas provocan va-
fundamentalmente en la médula externa, donde los sodilatación y aumento del flujo sanguíneo renal, que
túbulos tienen mayor requerimiento de oxígeno, lo intenta vencer la presión hidrostática aumentada en el
que provoca edema de las células tubulares y espacio urinario; de no lograrse dicho fenómeno, se
endoteliales. pasaría a una segunda fase, en la cual se produce un
 Tóxico: las zonas de necrosis en los túbulos proxima- descenso del flujo sanguíneo renal y del filtrado, debi-
les son más extensas y confluentes, y la obstrucción do al efecto vasoconstrictor del tromboxano A2 y de
tubular más intensa. Los fenómenos de tubulorrexis la angiotensina II.
son excepcionales, pero se evidencian numerosas La nefropatía obstructiva (insuficiencia renal o
microgrietas con la microscopia electrónica. lesión tubulointersticial) puede deberse a un incremento
336 Urología

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Fig. 13.2. Alteraciones endoteliales y bioquímicas de la necrosis tubular aguda.


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de la presión intratubular, a la isquemia local. Asimis-  Elimina sustancias de desecho (urea, creatinina y
mo, la infiltración por células T y macrófagos, la res pues- ácido úrico).
ta autoinmune frente a las proteínas de Tamm-Horsfall
y las hormonas vasoactivas, pueden estar implica- Cuando se alteran algunas de estas funciones, se
das en la lesión renal. En la figura 13.4 se muestra, de presentan síntomas en todos los sistemas:
 Respiratorios: neumonitis, sinusitis, derrame pleural,
manera esquemática, el diagnóstico de IRA obstructiva.
neumonías.
Cuadro clínico. A continuación se tratarán de
 Cardiovasculares: edema pulmonar, arritmias, peri-
manera general los síntomas, para analizar posterior-
carditis, derrame pericárdico, hipertensión arterial,
mente las particularidades de cada entidad. insuficiencia coronaria, embolismo pulmonar.
Es importante conocer que el riñón tiene funcio-  Gastrointestinales: náuseas, vómitos, malnutrición,
nes básicas que cumplir: gastritis, úlceras, sangrados digestivos, estomatitis,
 Regulación de los equilibrios hidroelectrolítico y áci- parotiditis, pancreatitis.
do-base.  Hematológicos: anemia y trastornos de la coagulación.
 Hormonal (produce calcitriol y eritropoyetina).  Neurológicos: irritabilidad neuromuscular, somnolen-
 Control de la presión arterial (mediante la produc- cia, cambios mentales, convulsiones, coma, edema
ción de renina). cerebral.
Uronefrología 337

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Fig. 13.3. Lesión estructural de las células tubulares.

 Metabólicos: hiperpotasemia, acidosis metabólica, 1. Inicial o de insulto: desde que aparece el insulto
hiponatremia, hipocalcemia, hiperfosfatemia, hiper- hasta la instauración de la oliguria (diuresis menor
magnesemia, hiperuricemia. de 400 mL en 24 h).
 Infecciosos: flebitis, bacteriemia, neumonías, infec- 2. Diuresis o mantenimiento: desde que se restable-
ciones del tracto urinario. ce la diuresis (es mayor de 500 mL), pasa por la
fase poliúrica y se produce el inicio de la recupe-
Asimismo, es importante señalar que se pueden ración de la función renal. En esta fase hay que
manifestar síntomas de la enfermedad de base. tener mucho cuidado, debido a que la poliuria
El fracaso renal agudo (FRA) se puede presen- puede provocar deshidratación, hipopotasemia y
tar de forma anúrica, oligúrica y en ocasiones con diu- muerte en muchos pacientes.
resis (en muy pocos casos). La NTA oligúrica es la 3. Resolución: cuando se recuperan totalmente la fun-
forma más frecuente y presenta 3 fases: ción y los mecanismos renales.
338 Urología

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Fig. 13.4. Diagnóstico de IRA obstructiva.


BI
I

La fase no oligúrica está marcada por elevación, mayor incidencia de hiperplasia benigna y carcinoma
OH

meseta y descenso de los productos nitrogenados. de próstata. En EE.UU., aproximadamente 2 de cada


La duración del FRA es de 14 a 21 días, aunque 1 000 personas son hospitalizadas por esta afección.
PR

se han reportado casos en los que se ha prolongado La uropatía obstructiva puede ser aguda o cróni-
hasta 90 días y más, de manera que en esta situación ca, completa o parcial y unilateral o bilateral; suele lo-
es importante realizar la biopsia renal para descartar calizarse en cualquier nivel, desde los túbulos renales
otras enfermedades asociadas. hasta el meato uretral externo, donde puede ocurrir un
incremento en la presión intraluminal, estasis urinaria,
infección urinaria y formación de cálculos.
Uropatía obstructiva En los hombres, la obstrucción de la uretra puede
deberse a la hiperplasia benigna de la próstata, carci-
Es frecuente el dolor lumbar, que se puede acom- noma prostático, prostatitis crónica con fibrosis, cuer-
pañar de cólico nefrítico, hematuria y, en ocasiones, po extraño, contracturas del cuello vesical o presencia
expulsión de cálculos y otros síntomas; este varía de válvulas uretrales congénitas. Las estenosis uretra-
según la localización del cálculo; también puede evolu- les y meatales pueden ser adquiridas o congénitas. En
cionar con anuria y poliuria, en las formas más cróni- la mujer, la obstrucción uretral sucede con poca fre-
cas. Es común la sepsis urinaria, relacionada con el cuencia, pero puede ser secundaria a tumores, radio-
cuadro antes descrito. terapia, cirugía o instrumentación urológica.
Se presenta en todos los grupos de edades, pero El dolor es frecuente y se produce por distensión
predomina en los hombres mayores de 60 años, por la de la vejiga, del sistema colector o de la cápsula rena l.
Uronefrología 339
Las lesiones de la porción proximal del uréter o de la Exámenes de laboratorio:
pelvis renal ocasionan dolor y molestias en el flanco,  En sangre: hemograma completo, coagulograma
mientras que las lesiones distales provocan dolor, que completo, proteínas totales y albúmina, calcio, fós-
se irradia al testículo o los labios mayores del mismo foro, osmolaridad, urea, creatinina y ácido úrico.
lado. Este síntoma se agrava en la obstrucción ureteral  En orina: sedimento urinario, sodio, potasio, urea,
aguda completa (cálculo ureteral). creatinina, osmolaridad.
La dilatación aguda por un riñón descendido o  Otros estudios para algunas enfermedades especí-
tras una carga de líquido (al beber cerveza, diuresis ficas: complemento, crioglobulinas, marcadores
osmótica por contraste radiológico) provoca un dolor virales, tinción para eosinófilos en orina, espectro
intermitente, porque la producción de orina aumenta electroforético, inmunoelectroforesis (ANCA, anti-
hasta un nivel superior a la velocidad de flujo por la cuerpos antinucleares, anti ADN).
zona de obstrucción.
La uropatía obstructiva parcial o de desarrollo Estudios radiográficos. Entre estos se encuen-
lento (obstrucción de la unión pieloureteral, tumor tran el ultrasonido, eco-Doppler, radiografía simple de
pelviano) se caracteriza por asociarse con poco dolor abdomen, pielografía, urografía, arteriografía, cavo-
o por ausencia de este. Una obstrucción no sospecha- grafía y venografía renal, y tomografía.
da de la unión pieloureteral en un adulto puede provo-  Radiografía simple de abdomen: permite distinguir
car hidronefrosis. Se puede palpar una masa en el flanco, la presencia de cálculos radiopacos, situados a lo
sobre todo en la hidronefrosis masiva de la infancia y largo del conducto ureteral. No obstante, no es in-

ÓN
la lactancia. frecuente encontrar calcificaciones abdominales,

CI
La anuria es un síntoma muy sugestivo de uropatía retroperitoneales o pélvicas, que pueden conducir a

UC
obstructiva, si no se asocia con shock, síndrome error al ser confundidas con cálculos ureterales o
urémico-hemolítico o glomerulonefritis rápidamente
OD renales.
progresiva. Aunque se puede reducir el volumen uri-  Urografía excretora: se emplea principalmente para
PR
nario en cualquier tipo de enfermedad renal, la anuria descartar la uropatía obstructiva cuando existen
se suele asociar con la uropatía obstructiva bilateral cálculos coraliformes o múltiples quistes renales o
RE

completa, aunque la conservación del volumen urina- parapiélicos, por lo que va a existir un retardo en la
SU

rio normal e incluso la poliuria, no permiten descartar eliminación del contraste en el lado afecto; las ra-
la uropatía obstructiva parcial . diografías tardías ayudan a establecer el sitio exac-
DA

A pesar de la reducción en el IFG, se puede pre- to de la obstrucción. Los cálculos radiopacos se


BI

sentar nicturia o poliuria por alteraciones en la capaci- pueden observar como defectos de llenado.
I

dad de concentración del riñón y en la reabsorción de  Gammagrafía renal con radioisótopos o técnicas
OH

sodio. Cuando se produce una uropatía obstructiva retrógradas: se somete al paciente a una diuresis
PR

unilateral en presencia de un riñón contralateral, la con- forzada con un diurético adecuado, por ejemplo,
centración de creatinina plasmática suele ser normal y 0,5 mg/kg-1 de furosemida intravenosa, para valorar
son poco frecuentes la anuria y la insuficiencia renal el grado de hidronefrosis y el retraso en el tiempo
aguda. Es probable que se produzca una pérdida de la de vaciamiento.
función renal por espasmos vasculares o ureterales,  Ecografía abdominal: es el examen más utilizado en
mediados por la activación del sistema autónomo. la actualidad, pues permite confirmar o descartar la
Pronóstico. El pronóstico continúa siendo bas- obstrucción al nivel renal y diferenciarla de otras
tante sombrío, a pesar de los adelantos científicos. La causas, como defectos de llenado o tumores.
tasa de mortalidad se mantiene alrededor de 50 %,  Ecografía con Doppler: puede diagnosticar, en ge-
algo más elevada en pacientes traumatizados, sepsis, neral, una uropatía obstructiva unilateral, al detectar
oliguria, insuficiencia cardiaca, arritmias, IMA y fallo un aumento en el índice de resistencia (reflejo de un
circulatorio. En sentido general, la función renal es mejor aumento en la resistencia vascular renal) en el riñón
cuanto más rápido se inicie el tratamiento adecuado. afecto.
Diagnóstico. La uropatía obstructiva se debe  Pielografía anterógrada o retrógrada: se suele em-
sospechar cuando se produce la caída brusca del volu- plear para aliviar los síntomas, más que para diag-
men urinario y la elevación de las cifras de azoados, nosticar la uropatía obstructiva. Sin embargo, un
con las manifestaciones clínicas antes descritas. retraso en el vaciamiento permite confirmar una
340 Urología

alteración funcional o anatómica en presencia de sobre la función cardiaca, facilitar su entrada al


una historia muy sugerente, incluso en ausencia de interior de la célula y eliminar el potasio del orga-
hidronefrosis. nismo.
 Tomografía axial computadorizada: es útil para la Es importante conocer que cuando el potasio se
identificación de cálculos levemente radiopacos. encuentra por debajo de 6,5 mEq/L -1 el tratamien-
 Biopsia renal: se debe realizar ante un fracaso renal to debe ser médico y se utilizan fármacos como:
agudo de más de 21 días de evolución y cuando se gluconato de calcio, bicarbonato de sodio, insulina,
sospecha que la IRA depende de otra causa. resinas cálcicas, ya sea por vía oral o como ene-
mas; los diuréticos se reservan para aquellos pa-
La utilización de técnicas combinadas en la cientes con función renal adecuada. En esta eta-
nefropatía obstructiva ayudará al diagnóstico de las pa también se pueden utilizar los métodos dialíticos;
enfermedades. estos se reservan para cuando el potasio sobrepa-
Tratamiento. Se basa en 2 aspectos fundamen- se la cifra antes expuesta.
tales: preventivo y específico. En el tratamiento del edema agudo pulmonar, cuan-
Preventivo. Se basa en la eliminación de la obs- do se pretende su rápida solución, se debe em-
trucción mediante un tratamiento médico (tratamiento plear la ultrafiltración a través del procedimiento
hormonal del carcinoma de próstata), instrumentación dialítico, aunque se ha utilizado el tratamiento
(endoscopia, litotricia) o quirúrgico: está encaminado medicamentoso con morfina, furosemida y la
al control y tratamiento de todas aquellas enfermeda- oxigenoterapia, con resultados alentadores.

ÓN
des o situaciones que producen IRA. También se pue-
2. Tratamiento sindrómico: desempeña una función

CI
de prevenir cuando se mantiene un equilibrio hídrico y
importante el manejo del agua total para mante-

UC
volumen sanguíneo adecuado, así como la TA estable
ner al paciente adecuadamente hidratado. Si la IRA
durante una cirugía importante y después de esta; ade-
OD es causada por pérdida del volumen extracelular,
más, al realizar infusión de NaCl isotónico en los pa-
el defecto se debe corregir con soluciones cristaloi-
cientes con quemaduras graves y una transfusión
PR

des, por ejemplo, soluciones salina, bicarbonatadas


rápida en caso de hipotensión por hemorragia; empleo
RE

y ringer lactato, además de plasma y sangre. Di-


de aminas vasopresoras cuando sea necesario, al igual
que diuréticos y manitol. chas sustancias se administrarán según las nece-
SU

Es importante no utilizar fármacos nefrotóxicos sidades del paciente; así mismo, los diuréticos se
suministrarán una vez que este se encuentre esta-
DA

en aquellos pacientes con la función renal muy com-


bilizado.
BI

prometida, pues se puede empeorar el cuadro y elevar


Cuando existe un aumento del líquido corporal to-
I

más los productos de azoados; igual situación meritan


OH

los ancianos que presentan riñones medio prájicos, por tal, con disminución del volumen circulante, des-
lo que la dosis de los fármacos debe ser bien valorada empeña una función fundamental el tratamiento
PR

y justificada. Es importante lograr un tratamiento es- de la enfermedad de base, mediante la restricción


pecífico para cada tipo de litiasis; especial atención de agua y sal, asociado a la utilización de expan-
requieren aquellos pacientes que están sometidos a tra- sores plasmáticos, cuidadosamente, así como el
tamiento antineoplásico. empleo de diuréticos que no sean ahorradores de
Específico. Una vez que se haya encontrado la potasio.
causa, el objetivo del tratamiento es restaurar la fun- Ante la disminución del volumen circulante se debe
ción del riñón y evitar que el líquido y los residuos se precisar la causa para realizar un tratamiento enér-
acumulen en el cuerpo, mientras los riñones sanan; el gico; si fuera por shock, se debe garantizar una
paciente tiene que permanecer hospitalizado para rea- adecuada expansión de volumen para luego co-
lizar el tratamiento. menzar con las drogas vasopresoras; en este caso
Es importante cumplir algunos pilares básicos: la dopamina desempeña una función importante,
1. Tratamiento de las urgencias vitales: son 2 las en- en dosis de 0,3 a 3 µg/kg -1/min para garantizar una
tidades más frecuentes: hiperpotasemia y edema adecuada vasodilatación renal y efecto diurético.
agudo del pulmón; ambas son causas principales Otra alternativa sería la dobutamina o noradre-
de muerte. nalina.
El tratamiento de la hiperpotasemia persigue los No se deben olvidar los trastornos hidroelec-
objetivos siguientes: eliminar el efecto del potasio trolíticos y ácido-base, los cuales se tratarán tan
Uronefrología 341
pronto aparezcan. Hay que pensar siempre en que arriba (vía percutánea). Si el cálculo es lo bastan-
se debe corregir la elevación de los productos te pequeño como para ser extraído de manera in-
nitrogenados con el apoyo dialítico y nutricional. tacta, se puede emplear la extracción por vía
3. Tratamiento de la enfermedad de base: es impor- ureteroscópica con control visual directo.
tante que todo médico sea capaz de identificar cuál Cuando los cálculos ureterales son más grandes,
fue el evento que desarrolló el FRA y actuar con- una forma de litotricia intracorpórea, con fragmen-
secuentemente al respecto. tación del cálculo (litotricia electrohidráulica,
En caso de que la causa de la enfermedad obe- litotricia con láser, litotricia neumática), puede di-
dezca a litiasis, su objetivo primordial será el alivio vidir el cálculo en trozos más pequeños y extraíbles.
del dolor e inhibir la formación de nuevos cálculos. En ocasiones, los cálculos de ácido úrico de la parte
El alivio del dolor se puede lograr con anti- alta o baja de las vías urinarias se pueden disolver
espasmódicos, el más empleado es el bromuro de mediante la alcalinización de la orina, pero la diso-
lidocaína, por vía intramuscular; su alternativa se- lución de otros cálculos resulta imposible.
rán los opiáceos, por ejemplo, meperidina o morfi- 4. Tratamiento de las complicaciones: se debe ac-
na, por su excelente acción analgésica. tuar de forma rápida y efectiva ante las posibles
El clorhidrato de meperidina se suele formular en complicaciones, debido, en gran parte, a que son
dosis de 50 a 100 mg cada 4 h, i.m. causas de muerte, por ello, la sepsis se tratará
Las náuseas y el vómito se alivian con metoclo- enérgicamente y se buscará el antibiótico adecuado
pramida (10 mg i.v. o i.m. cada 8 h). Se canaliza para cada situación; las hemorragias digestivas se
tratarán con los antagonistas de los receptores H2,

ÓN
la vena periférica y se ordena lactato ringer (de
120 a 150 mL/h). teniendo en cuenta siempre la función renal para

CI
Si el paciente mejora, se indica dieta blanda más su reajuste. Especial atención merece la nutrición

UC
líquidos y se inicia la medicación por vía oral. Se de los pacientes, por lo que deben emplearse su-
deben dar indicaciones para filtrar la orina y reco-
OD plementos enterales y parenterales.
ger el cálculo expulsado. 5. Tratamiento dialítico: teniendo en cuenta que un
grupo importante de pacientes requiere diálisis,
PR
El tratamiento quirúrgico se indica cuando la
nefrolitiasis se complica con obstrucción o infec- debido a la NTA como causa principal, hay que
RE

ción severa. Si el cálculo es muy grande, la apoyarse en los métodos de depuración, entre es-
tos la hemodiális, la diálisis peritoneal y los méto-
SU

ureterolitotomía puede ser requerida; si es peque-


dos continuos.
ño, la alternativa es la exploración retrógrada del
DA

uréter.
Indicaciones del procedimiento hemodialítico:
BI

La nefrolitotomía percutánea y la litotricia extracor-


 Sobrecarga de volumen (edema agudo pulmonar,
I

pórea son métodos bastante empleados en la ac-


OH

insuficiencia cardiaca, hipertensión arterial) refrac-


tualidad. Mediante la litotricia con ondas de cho-
taria al tratamiento médico.
PR

que (LOC) se desintegran los cálculos menores


 Acidosis metabólica e hiperpotasemia refractaria al
de 2 cm de diámetro, lo que permite el paso de los
tratamiento médico.
fragmentos por el uréter. Sin embargo, el trata-
 Hipercatabolia.
miento médico se debe instaurar para prevenir la  Sepsis severa que se comporta como hipercata-
recurrencia, fundamentado en la actividad bólica.
metabólica.  Síndromes disnatrémicos.
La LOC puede sustituir a la cirugía abierta en la  Polifarmacia.
mayor parte de los cálculos sintomáticos en la pelvis  Anuria y oligoanuria.
renal o el uréter. Así mismo, se puede realizar una  Coma de causa no precisada.
nefrolitotomía percutánea o ureteroscopia para eli-
minar los cálculos renales o ureterales grandes, Pronóstico. Varía en función de la enfermedad
respectivamente. Los cálculos impactados en la asociada que causa la uropatía obstructiva. En gene-
pelvis renal o el uréter pueden necesitar una LOC ral, la IRA por un cálculo ureteral suele ser reversible,
o la extracción endoscópica, sobre todo cuando con recuperación de una función renal adecuada. En
se asocian a infección. los casos de uropatía obstructiva crónica progresiva se
Los cálculos que se localizan a lo largo del trayec- produce una disfunción renal parcial o irreversible. El
to ureteral pueden ser aproximados por vía endos- pronóstico de la función renal es mejor cuando se ini-
cópica desde abajo (vía uretero scópica) o desde cia pronto el tratamiento adecuad o.
342 Urología

Jorge Luis Díaz Gómez

La insuficiencia renal crónica (IRC) se conside- Entre los fármacos que son capaces de producir
ra como la pérdida lenta y progresiva de la función nefrotoxicidad se encuentran:
renal; responde a múltiples causas y, de no controlarse  Antibióticos (más frecuentes los aminoglucósidos).
los factores de progresión, llevaría obligatoriamente al  IECAs.
estadio terminal de la enfermedad y se manifestará  AINEs.
por una amplia sintomatología.  Contrastes yodados.
Epidemiología. El predominio de la insuficien-  Anfotericina B.
cia renal varía de una región a otra, en dependencia de  Ciclosporina.
las particularidades de la población. A nivel mundial,  Citostáticos.

ÓN
alrededor de 600 000 000 de personas presentan la  Aciclovir.

CI
enfermedad, con un incremento considerable cada año,  Inhibidores de la ciclooxigenasa 2.
y un total de 2 000 000 en diálisis.

UC
En Cuba, a pesar de tener un sistema de salud OD Cuadro clínico. Cuando el filtrado glomerular
bien establecido, la prevalencia en diálisis es de 195 pa- (FG) representa de 70 a 100 % del normal, que es de
cientes por cada millón de habitantes. Como causas 80 a 120 mL/min -1, existe una adecuada adaptación y
PR

principales de la enfermedad se destacan la HTA y la no se presentan síntomas. Cuando progresa el daño


RE

diabetes mellitus. renal y disminuye la función de concentración y excre-


En un estudio realizado en Las Tunas, entre 2000 y ción, se presentan la poliuria y nicturia, como regla
SU

2005, en pacientes con IRC-T, HTA y diabetes mellitus, general.


DA

estas representaron 73 % de las causas, en correspon- Con el FG entre 15 y 20 % de lo normal, se pre-


BI

dencia con lo planteado por otros autores, cuyas inves- sentan anorexia, náuseas, astenia y déficit de concen-
I

tigaciones demuestran más de 60 %. tración, retención hidrosalina, HTA, acidosis, parestesias


OH

Causas: e insomnio: se produce el síndrome urémico e n el pa-


 Nefropatía primaria: ciente. Si el FG desciende por debajo de 15 mL/min -1, se
PR

 Glomerulopatía crónica. presenta dicho síndrome, sobre todo en los diabéticos.


 Nefritis intersticial crónica. Paradójicamente, en la práctica médica se pue-
 Nefropatía obstructiva. den encontrar pacientes con FG de 10 mL/min -1 y es-
 Riñones poliquísticos. casa o nula sintomatología urémica, y en ocasiones con
 Nefritis hereditaria. un FG superior a 15 mL/min- 1, muy sintomáticos.
 Nefronoptisis. Cómo estimar el FG de forma rápida y segura:
 Hipoplasia renal.

 Tubulopatía crónica congénita. (140 - edad [años]) (peso corporal [kg])


 Nefropatía secundaria: FG = 
 Hipertensión arterial. (72) (creatinina sérica [mg/dL])
 Diabetes mellitus.

 Lupus eritematoso sistémico. Si el paciente es diabético, mujer o anciano, el


 Angeítis. resultado del FG se multiplica por 0,85.
 Amiloidosis primaria y secundaria. Si la creatinina se expresa en mmol/L -1, se divide
 Nefropatías provocadas por drogas. entre 88,4 y se obtiene la creatinina en mg/dL- 1. Se
 Púrpura trombocitopénica trombótica. debe recordar que después de los 50 años las personas
 Hiperparatiroidismo primario. pierden 1 mL de FG por año de edad.
Uronefrología 343
Tratamiento. Una forma práctica de tratar esta Estadio 4. Pacientes con FG de 26 a 15 mL/min -1.
enfermedad es según sus estadios. Realizar seguimiento mensualmente:
Estadio 1. Pacientes con daño renal y FG nor-  Control intensivo de las acciones (estadios del 1 al 3).
mal o elevado ( 90 mL/min -1).  Valorar individualmente el tratamiento dietético:
Tratamiento específico de la enfermedad de base: -1
 Calorías totales: de 35 a 45 kcal/kg /día .
-1

 Control de factores de riesgo para la progresión del  Carbohidratos: entre 30 y 60 %.

daño renal.  Lípidos: entre 30 y 40 %.

 Control de factores de riesgo cardiovasculares.  Proteínas de alto valor biológico: entre 0,6 y

 Control de la PA dH 130 y 85 mm Hg en hipertensos. 0,8 g/kg-1/día-1.


 Reducción del consumo de sal.  No usar como antihipertensivos los IECAs, ARAs
 Utilización de los inhibidores de los receptores de II y diuréticos ahorradores de potasio, por los tras-
angiotensina. tornos del potasio en el paciente.
 Empleo de diuréticos de ASA y tiacídicos.  Control de la glicemia mediante la insulina.
 Utilización de alfabloquedores, antagonistas del cal-  Mejorar la calidad de vida.
cio y betabloqueadores.  Atención multidisciplinaria en conjunto con los nefró-
 Control de la glicemia alrededor de 6,1 mmol/L -1 en logos, médicos de la familia, nutriólogos, rehabi-
diabéticos. litadores físicos y trabajadores sociales.
 Reducción de la proteinuria.  Evaluar la actitud física, el estado nutricional, la psi-
 IECAs y ARAs II en dosis bajas para controlar la quis y la esfera sociolaboral.

ÓN
hiperfiltración glomerular, cuyo efecto es indepen-  Realizar FAV para la hemodiálisis precozmente.

CI
diente de su acción hipotensora.  Realizar la creatinina y estimar el FG (mensualmente
y siempre que sea necesario).

UC
 Control de la hipercolesterolemia: mantener el
colesterol  5,2 mmol/L -1 y LDL  2,6 mmol/L -1.
OD  Trabajar en el trasplante precoz a través de los es-
 Analizar la creatinina y estimar el FG anualmente. tudios que se le deben realizar a los pacientes.
PR

Estadio 2. Pacientes con FG de 89 a 60 mL/min -1. Estadio 5. Pacientes con FG  15 mL/min -1:
RE

 Control intensivo de las acciones (se incluyen los


Tratamiento intensivo de la enfermedad de base:
estadios del 1 al 4).
SU

 Control de las acciones del estadio 1.


 Valorar el inicio de los programas de diálisis y tras-
 Analizar la creatinina y estimar FG cada 6 meses.
DA

plante.
 Vacunación contra la hepatitis B (esquema: 0, 1, 5 y
BI

Estadio 3. Pacientes con FG de 59 a 30 mL/min -1:


I

6 meses del inicio de la hemodiálisis), en dosis de


 Control de las acciones (estadios 1 y 2).
OH

40 mg, i.m., y reactivaciones cada 12 meses, en do-


 Control de la glicemia en la diabetes mellitus, me-
sis de 40 mg, i.m.
PR

diante el empleo de insulina.


 Control del metabolismo calcio-fósforo: utilización El seguimiento por consulta se realiza según el
de calcitriol, a razón de 0,25 mg/día -1. estadio de la IRC; en este sentido se han obtenido bue-
 Control de factores asociados, que profundicen en nos resultados en lo que respecta a la disminución de
la anemia por déficit de hierro y ácido fólico. la progresión de la enfermedad; los pacientes del esta-
 Control de procesos inflamatorios, sangrado diges- dio 1, con seguimiento anual; estadio 2, cada 6 meses;
tivo, polimenorrea en la mujer y parasitismo in- estadio 3, cada 3 meses; estadio 4, de 15 a 30 días,
testinal. según el estado del enfermo; estadio 5, cada vez que
 Control de los factores que hacen progresar a la se requiera, además de ser observado en días alternos
IRC, como insuficiencia cardiaca, vómitos o diarreas, durante el proceso de hemodiálisis.
exceso de diuréticos, aminoglucósidos, contrastes yo- Este tratamiento requiere atención integral, con
dados, AINEs y sepsis. un enfoque preventivo en toda la población, así como
 Vacunación contra la hepatitis B (esquema: 0 y 1 mes en todos los niveles de salud establecidos.
de detección de la enfermedad, con dosis de 20 mg, En el nivel primario de salud, el médico de la fa-
i.m.). milia constituye “el caballo de batalla” en la preven-
 Realizar análisis de creatinina y estimar el FG cada ción, detección y dispensarización de las personas con
3 meses. riesgo de enfermedad renal.
344 Urología

Solo una buena prevención podrá detener esta  Hiponatremia dilucional.


enfermedad, que cada año cuesta un número impor-  Pericarditis urémica.
tante de vidas y cuantiosos recursos económicos a los  HTA refractaria al tratamiento médico.
países que la enfrentan.  Encefalopatía urémica.
Una vez que se establece el daño renal, su pro-
gresión es difícil de detener y el paciente llega al esta- Criterios de diálisis en niños y adolescentes: la
dio final de la enfermedad. Es evidente que si se con- indicación de diálisis en niños y adolescentes es similar
trolan la HTA y la diabetes mellitus, se tiene el control a la de los adultos:
de más de 60 % de las causas.  Anemia acompañada de fallo renal.
Una vez que se diagnostica la IRC, los pacientes  Anasarca.
son valorados y seguidos por el nefrólogo, con el obje-  Hiperpotasemia con trastornos electrocardiográficos.
tivo de tratar la enfermedad de base, enlentecer su  Acidosis metabólica no corregible con bicarbonato.
progresión y prepararlos física y psicológicamente para  Síntomas de encefalopatía urémica.
el futuro procedimiento dialítico. Debe destacarse que  Pericarditis urémica.
estas consultas se realizan en la totalidad de las poli-  Síndrome de lisis tumoral severa.
clínicas, como parte de la política de salud que lleva el  Aumento progresivo del nitrógeno ureico.
país, tratando de acercar cada vez más los servicios
especializados a la población. Estos criterios no se deben valorar de forma ais-
El nivel secundario de atención a la salud se efec- lada, sino integralmente.

ÓN
túa en policlínicas y hospitales. En estos últimos se

CI
comienza a realizar el procedimiento dialítico y mu-
chos pacientes se preparan para un futuro trasplante Métodos depuradores

UC
renal, a partir de un donante vivo o cadáver. Se les OD Constituyen un conjunto de procedimientos que
garantiza una adecuada nutrición y un esmerado trata-
se aplica a los pacientes, con la finalidad de eliminar
miento médico.
PR
las sustancias tóxicas que les ocasionan daño. Permi-
Factores de progresión de la IRC:
ten la extracción de proteínas anómalas, corregir los
RE

 Hiperglicemia.
trastornos electrolíticos y del equilibrio ácido-base, de-
 HTA.
SU

purar aguas y drogas.


 Obesidad.
Clasificación:
 Hipercolesterolemia.
DA

1. Intracorpóreos:
 Alcoholismo.
BI

a) Diálisis peritoneal.
 Tabaquismo.
I

b) Diálisis peritoneal continua ambulatoria.


OH

 Proteinuria mayor que 1 g/día -1 c) Diálisis peritoneal automatizada:


 Sepsis.  Intermitentes:
PR

 Contrastes yodados.  Diálisis peritoneal intermitente.


 AINEs.  Diálisis peritoneal nocturna.
 Enfermedad tubulointersticial.  Continuas:
 Diálisis peritoneal continua cíclica.
Criterios de diálisis del paciente con IRC-T, se-  Diálisis peritoneal con marea o tidial.
gún las normas DOQI:  Diálisis peritoneal ampliada o plus.
 Kt/v < 2. 2. Extracorpóreos:
 FG < 10 mL/min-1 en el no diabético y < 15 mL/min-1 a) Hemodiálisis convencional con acetato y bicar-
en el diabético. bonato.
 Nitrógeno ureico > 100 mg/dL -1 (36 mmol/L -1). b) Hemodiafiltración lenta continua veno-venosa.
 Hiperpotasemia > 6,5 mEq/L -1. c) Hemofiltración lenta continua veno-venosa y
 Creatinina: 12 mg/dL -1 (1 060 mmol/L -1). arteriovenosa.
 Anuria de 24 h. d) Hemoperfusión.
 Síntomas incipientes: inapetencia, astenia, náuseas e) Plasmaférisis e inmunoabsorción.
y vómitos.
 Anemia. Diálisis peritoneal. Es un procedimiento de de-
 Acidosis metabólica severa. puración intracorpórea, en el cual se utiliza el perito-
Uronefrología 345
neo como membrana; en el interior de la cavidad ab- Hemoperfusión. Procedimiento que se realiza ha-
dominal se suministran líquidos de diálisis, con un ele- ciendo pasar sangre a través de un cartucho de carbón
vado poder osmótico, que permiten extraer sustancias activado, que contiene sustancias de gran poder ab-
de desecho, apoyándose en los principios activos de sorbente, con el objetivo de extraer de la sangre tóxi-
ósmosis, transporte activo y difusión. Se indica en la cos y drogas. Se indica a pacientes con intoxicación
IRC-T, diabéticos, cardiópatas, ancianos, mujeres con
grave por fármacos o sustancias que normalmente no
poca masa muscular, sida, IRA, intoxicaciones exóge-
son aclaradas por hemodiálisis.
nas, ICC refractaria al tratamiento y pancreatitis.
Hemodiálisis. Es un procedimiento de depura- Inmunoabsorción y plasmaférisis. Son proce-
ción extracorpórea: a través de una membrana semi- dimientos extracorpóreos de depuración, que se reali-
permeable, se extraen sustancias tóxicas, se elimina zan removiendo del plasma total, proteínas anómalas,
agua, se equilibran electrólitos y se corrige la acidosis con la consiguiente devolución de hematíes y leucocitos,
metabólica mediante el proceso de difusión y ósmosis. a través de plasma fresco congelado. Se indica a pa-
Se indica a pacientes con IRA, IRC-T, acidosis meta- cientes con alteraciones inmunológicas y de otro tipo.
bólica severa, hiperpotasemia, anasarca, ICC refrac- Estos procedimientos desempeñan una función
taria al tratamiento, anuria, intoxicaciones exógenas importante en la remoción de autoanticuerpos (LES,
(barbitúricos, alcohol metílico, salicilatos) y diabéticos. anticuerpo antimembrana basal glomerular, miastenia
Hemofiltración. Se hace circular la sangre del gravis, vasculitis sistémica y esclerosis múltiple); tam-
paciente a través de un hemofiltro con una membrana
bién, en la extracción de inmunoglobulinas (síndrome

ÓN
altamente porosa y semipermeable, mediante la cual
se obtienen elevados volúmenes de ultrafiltrado, pro- de hiperviscosidad, mieloma múltiple y macroglobulinemia

CI
cedimiento que se puede realizar solo o con hemo- de Waldenstron) y eliminación de inmunocomplejos cir-

UC
diálisis. Es el método de elección en el fracaso renal culantes (glomerulonefritis por inmunocomplejos y tor-
agudo (FRA), intoxicación hídrica, IRC-T e ICC re-
OD menta tiroidea), además, ayudan a eliminar lipoproteínas
fractaria al tratamiento. (hipercolesterolemia) y plaquetas (trombositosis severa).
PR
RE
SU
DA
BI

Jorge Sagué Larrea


I
OH
PR

La producción normal de orina en el adulto oscila cio de Bowman, hasta que falla la filtración glomerular
entre 1,5 y 2 L diarios. Con frecuencia, el fallo renal cuando se mantiene más de 24 h.
evoluciona con obstrucción urinaria; existen factores La presión intrapélvica es de 6,5 mm Hg; cuando
extrínsecos e intrínsecos causantes de esta entidad. se produce obstrucción alcanza entre 20 y 25 mm Hg,
Se considera curable potencialmente, por tanto, es ne- por ejemplo, en caso de litiasis obstructiva y cólico ne-
cesario el diagnóstico y tratamiento precoz que eviten frítico alcanza entre 50 a 90 mm Hg. Cuando el proce-
la pérdida renal. so obstructivo es mayor de 48 h, los mecanismos de
Fisiopatología. El flujo urinario se relaciona con compensación se inician: dilatación de las vías urina-
el gradiente de presión de la cápsula de Bowman, la rias, que implica la disminución de la presión
peristalsis de pelvis renal y uréter, así como el efecto intracavitaria; aparecen mecanismos de flujo alternati-
de la gravedad. Al producirse una obstrucción del tracto vos (reflujo intersticio linfático, reflujo pielovenoso) e
urinario, aumentará la presión intraluminal del uréter. incremento de la reabsorción tubular al aumentar la
Si dicha obstrucción es prolongada, trae como conse- presión intratubular.
cuencia el aumento de la peristalsis ureteral, así como Si no se alivia la obstrucción, se mantiene la dis-
de la presión hidrostática que se transmite a la pelvis y minución de la presión de filtración renal y, por tanto,
los cálices, tomando los túbulos proximales y el espa- disminuye el flujo sanguíneo mediante el tromboxano
346 Urología

A2 y la angiotensina II. Progresivamente el flujo san- Los riñones palpables o vejiga evidencian dilata-
guíneo renal falla, lo que implica isquemia y pérdida de ción del sistema urinario. Los exámenes rectal y pélvico
las neuronas, de manera que una uropatía obstructiva pueden mostrar agrandamiento de la próstata o el úte-
puede conducir a nefropatía obstructiva. ro, como posible causa de obstrucción urinaria. En el
La recuperación de la filtración glomerular de- examen del meato uretral se buscará fimosis u esteno-
penderá de la duración y el nivel de obstrucción, el sis meatal.
flujo sanguíneo preobstrucción y la concomitancia de Causas de obstrucción:
enfermedades médicas o infecciosas. En los niños:
Cuadro clínico. La mayoría de las uropatías  Obstrucción uretral y vesical:
obstructivas agudas se relaciona con la disminución  Atresia uretral.
brusca del flujo urinario o principalmente con el dolor  Fimosis.
tipo cólico nefrítico. En caso de obstrucción crónica se  Estenosis meatal.
necesita mayor profundización en la historia clínica del  Valvas de uretra (Fig. 13.5).
paciente. En el cuadro 13.1 se presentan las caracte-  Cálculos.
rísticas de ambas obstrucciones.  Coágulos sanguíneos.

 Vejiga neurogénica.

 Ureterocele.
Cuadro 13.1. Características de las obstrucciones
aguda y crónica  Obstrucción:
 Reflujo vesicouretral.

ÓN
Obstrucción aguda Obstrucción crónica  Obstrucción de la unión ureteropiélica (Fig. 13.6).

CI
 Ureterocele.
Dolor tipo cólico nefrítico Puede cursar sin dolor (tumor

UC
 Uréter retrocavo.
(irradiado a flanco, abdomen retroperitoneal, HPB)
inferior, testículos o labios OD
La nefropatía obstructiva puede  Tumor retroperitoneal.

mayores) ser considerada especialmente en  Megauréter.


PR
urémicos sin historia previa de  Coágulos sanguíneos.
enfermedad, hipertensión o diabe-
RE

tes
Hematuria intensa que se asocia ITU recurrentes En los adultos:
SU

frecuentemente con litiasis renal, Hipertensión secundaria de difícil  Obstrucción uretral y vesical:
necrosis papilar, tumores control y con incremento de la  Fimosis.
DA

renina-angiotensina. Policitemia  Estrechez uretral.


BI

secundaria a incremento de la
 Coágulos sanguíneos.
I

eritropoyetina en riñón hidro-


 Cálculos.
OH

nefrótico
Disfunción vesical producida Drogas que provocan fibrosis  Hiperplasia prostática benigna.
PR

por drogas con actividad retroperitoneal (metisergida u  Cáncer de próstata o vejiga.


anticolinérgica antimuscarínica, otras ergotaminas)
 Carcinoma de cérvix o colon.
antihistamínicos, antipsicóticos
y antidepresivos  Vejiga neurogénica.

Otras drogas inducen sedimen-  Obstrucción ureteral:


tación de cristales en el inters-  Carcinoma de uréter, útero, próstata, vejiga, colon
ticio tubular (glicol etilénico,
o recto.
methotrexate, fenilbutazona,
 Reflujo vesicoureteral.
sulfamida)
 Cálculo.

 Cristales de ácido úrico.

Por otra parte, las intervenciones ginecológicas o  Trauma.

la cirugía abdominal pueden ser la causa de obstruc-  Necrosis papilar.

ción urinaria.  Enfermedad inflamatoria intestinal.

Examen físico. Pueden existir signos de deshi-  Aneurisma aórtico.

dratación y de pérdida del volumen, debido a defectos  Útero agrandado.

de concentración urinaria asociada a obstrucción par-  Fibrosis retroperitoneal.

cial, edema periférico, hipertensión y signos de fallos  Tuberculosis.

congestivos cardiacos.  Sarcoidosis.


Uronefrología 347
Infección crónica del tracto urinario. Estudios de laboratorio:
Linfoma retroperitoneal.  Orina: la hematuria microscópica puede indicar li-
 Ligaduras quirúrgicas. tiasis o tumor. La piuria se relaciona con ITU; la
 Obstrucción intrarrenal: cristaluria con nefrolitiasis o formación intratubular
 Cristales (ácido úrico, sulfonamida, aciclovir). de cristales. La proteinuria no es común en la obs-
 Proteínas (mieloma múltiple, amiloidosis). trucción aguda.
En la fase inicial de la obstrucción (sin daño renal)
se detectan:
 Sodio en orina disminuido.

 Osmolalidad elevada.

 Excreción fraccional de sodio menor de 1 %.

En la obstrucción progresiva y fallo renal:


 Sodio en orina elevado.

 Osmolalidad elevada.

 Excreción funcional de sodio mayor de 1 %.

Con frecuencia, en la fase de obstrucción se hace


difícil la interpretación del sodio urinario, osmola-
lidad y creatinina.
 Electrólitos del suero (sodio, potasio, cloro, bicarbo-

ÓN
nato, BUN, creatinina, calcio, fosfato, magnesio,

CI
ácido úrico y albúmina): se puede desarrollar acidosis

UC
metabólica hipercalémica, creatinina y BUN eleva-
OD dos, a causa del fallo renal secundario a la obstruc-
ción.
 Hemograma completo: la elevación del conteo de
PR

glóbulos blancos se puede relacionar con ITU o con


RE

enfermedad maligna hematológica. En caso de en-


SU

fermedad renal crónica la anemia es frecuente; la


Fig. 13.5. Valva de uretra posterior. policitemia puede ser una complicación de obstruc-
DA

ción.
BI
I

Estudios imagenológicos. El objetivo de estos es-


OH

tudios es distinguir la causa anatómica de las formas


PR

funcionales del sistema colector, así como discernir el


sitio bloqueado (Cuadro 13.2).
 TAC: permite la visualización del sistema colector
urinario, sin el uso de contraste. Puede identificar
cálculos radiopacos y radiotransparentes. Su des-
ventaja es que la radiación ionizante y la nefrotoxici-
dad del contraste es importante en pacientes con
insuficiencia renal crónica, diabetes mellitus o
mieloma múltiple. La TAC helicoidal es útil al deli-
mitar la anatomía de la obstrucción, cuando la
ultrasonografìa falla al identificar la causa.
 RM: tiene la ventaja de ser sensible 100 % y especifi-
Fig. 13.6. Obstrucción de la unión pieloureteral derecha. cidad de 96 % en la obstrucción urinaria, radiacio-
nes ionizantes, agentes de contraste paramagnéticos;
puede identificar cálculos radiopacos y radiotrans-
En oncología se prestará atención especial a: carci- parentes, así como diferenciar la obstrucción aguda
noma prostático, carcinoma de cérvix y los efectos de de la crónica, al demostrar la acumulación de líqui-
la radiación. dos perinefríticos, frecuente en la obstrucción agu da.
348 Urología

Su desventaja es que solo puede demostrar la obs- Cuadro 13.2. Diferencias entre las obstrucciones fun-
trucción con dilatación y no distingue la dilatación cional e intermitente
funcional de la anatómica.
 Urograma descendente: brinda detalles morfológicos Dilatación sin obstrucción Dilatación con obstrucción
de la obstrucción; es un buen proceder para definir (funcional) (intermitente)
la extensión de la obstrucción anatómica. Se debe Reflujo vesicoureteral Obstrucción parcial
valorar su nefrotoxicidad (por el contraste) en pa- Diuresis masiva crónica Cristales intrarrenales
cientes diabéticos, insuficiencia renal crónica o Pelvis extrarrenal Nefrocalcinosis
mieloma múltiple (Fig. 13. 7). Divertículo calicial Obstrucción retroperitoneal
 Pielografía invasiva: expone al paciente a la Megacálices congénito
Conducto ileal
nefrotoxicidad; brinda una información parecida al
urograma descendente. Su desventaja es que no
puede diferenciar la dilatación funcional de la ana- Tratamiento. El objetivo es tratar la causa espe-
tómica, además, se corre riesgo de infección. cífica de la obstrucción al flujo urinario y en segundo
 Ultrasonografía: sensibilidad para detectar hidrone- lugar el tratamiento de la uropatía obstructiva (edema
frosis de 90 %. Es útil cuando los pacientes tienen pulmonar, urosepsis, hipovolemia, hiperpotasemia, etc.).
flujo glomerular disminuido, costo bajo y no expone Obstrucción del TUI. La enfermedad prostática
a los pacientes a radiaciones ionizantes. El uréter benigna es la causa más frecuente de retención urina-
no se visualiza adecuadamente. ria, además, pueden existir coágulos, cuerpos extra-
 ños, estrechez uretral, cáncer de próstata y prostatitis.

ÓN
Radionúclidos: 90 % de sensibilidad para detectar
hidronefrosis. Otras retenciones suelen acompañar la administración

CI
anestésica, debido a un retraso en la recuperación de
la función de nervios somáticos y autonómicos, rela-

UC
Otras pruebas: cionados con la micción. Se colocará un catéter Foley
 ECG: permite identificar los efectos de la hipercale-
OD que puede brindar un diagnóstico inmediato, al obtener
mia, complicación usual de la nefropatía obstructiva. orina; dicho catéter se deberá dejar hasta que se de-
PR

 Orina residual: es útil cuando se sospecha obs- termine la causa. Cuando sea imposible el acceso
RE

trucción. uretrovesical, se practicará la cistotomía.


Obstrucción del TUS:
SU

 Unilateral: el cálculo es lo más común. Puede ser


tratado conservadoramente y en otros casos se re-
DA

quieren métodos invasivos (cateterismo, nefrostomía


BI

percutánea (Fig.13.8), LEC, etcétera.


I

 Bilateral: en estos casos suelen presentarse sínto-


OH

mas de fallo renal, hiperpotasemia o ascitis. Se to-


PR

marán medidas desosbtructivas sobre la base de las


condiciones anatómicas del sistema urinario y el es-
tado general del paciente (nefrostomía percutánea,
colocación de catéter doble J, etc.). Uno de los ca-
sos dramáticos es la ligadura bilateral de los uréteres
durante la histerectomía; en casos especiales se con-
tará con la hemodiálisis emergente.

La recuperación funcional de la unidad renal des-


pués de la desobstrucción está en dependencia de un
conjunto de elementos: duración de la obstrucción, ca-
pacidad anatómica de las vías urinarias para dilatarse
compensadoramente, establecimiento de la filtración
de reemplazo así como la función renal previa o com-
plicación con sobreinfección. Puede observarse resti-
tución funcional total tras obstrucción completa de más
de 2 meses de evolución y en caso de obstrucción par-
Fig. 13.7. Litiasis ureteral izquierda. cial puede ser menor.
Uronefrología 349

ÓN
CI
Fig. 13.8. Nefrostomía percutánea.

UC
OD
PR
RE
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DA

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UC
OD
PR
RE
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DA
BI
I
OH
PR
Uroginecología 351

Capítulo 14

ÓN

CI
Ángel Manuel Tundidor Bermúdez

UC
OD
PR
RE

La incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE) se define como la pérdida involuntaria


de orina por la uretra, debido a un incremento brusco de la presión intraabdominal, que
SU

da lugar a una diferencia de presiones entre la vejiga y la uretra, en ausencia de una


contracción involuntaria del detrusor o de una relajación completa del esfínter uretral.
DA

Prevalencia. La verdadera prevalencia de la incontinencia, en general, y de la


BI

IUE en particular, es difícil de determinar, ya que en los estudios acerca de este tema
I

se han empleado diversos métodos de pesquisaje, así como diferentes definiciones y


OH

poblaciones.
PR

En una revisión de 13 estudios sobre prevalencia de la IUE, Thorn encontró que


el trastorno estuvo presente aproximadamente en 50 % de las pacientes me nores
de 60 años y 25 % de las mayores, que consultaron por algún tipo de incontinencia.
Fisiopatología. La IUE se produce por el fallo de, al menos, 1 de los 2 mecanis-
mos de continencia en la mujer: el apoyo normal de las vías urinarias inferiores y la
función normal del mecanismo esfinteriano. Este fallo ocasiona, respectivamente,
hipermovilidad vesical o déficit de coaptació n uretral. En cualquiera de las 2 situacio-
nes la incontinencia ocurre por la imposibilidad de lograr una presión intrauretral supe-
rior a la presión intravesical durante el esfuerzo.
La hipermovilidad vesical trae como consecuencia la incontinencia de estrés
genuina, determinada por el descenso rotacional del cuello vesical y la uretra proximal,
con acortamiento de esta. Al realizar un esfuerzo, el incremento de la presión
intraabdominal no comprime la uretra contra la vagina; no se incrementa proporcional-
mente la presión intrauretral y tiene lugar el escape de orina. El déficit de coaptación
supone una disfunción permanente del mecanismo esfinteriano, incapaz de contra-
rrestar aumentos mínimos de la presión intravesical, lo que se conoce como deficien-
cia esfinteriana intrínseca.
352 Urología

Factores de riesgo:  Actividad física: determinadas actividades físicas


 Edad: la frecuencia de IUE en la mujer se incrementa pueden incrementar la presión intraabdominal que
con la edad. La relajación de la musculatura pélvica se trasmite a la vejiga, desplazándola en sentido cau-
se acelera después de la menopausia y trae consigo dal. Se estima que por lo menos 50 % de las muje-
un fallo en el apoyo de las vías urinarias inferiores, y res que realizan con regularidad ejercicios físicos,
a menudo prolapso de los órganos pelvianos. Tiene presentan o presentarán algún grado de IUE.
lugar, además, la depleción de los receptores estrogé-  Cirugía de uretra, cuello vesical u órganos pelvianos
nicos presentes en las vías urinarias inferiores. So- extraurinarios: es un factor predisponente a la IUE
breviene la atrofia de la mucosa uretral y vaginal, cuando ocurre lesión parcial del esfínter o se provo-
con disminución de la producción de moco, lo que ca fibrosis, con déficit de coaptación.
disminuye la coaptación de la uretra y predispone a  Medicamentos: los bloqueadores alfa-adrenérgicos
la IUE. ocasionan, en mayor o menor medida, la relajación
 Raza: se estima que la prevalencia de IUE es del esfínter interno.
significativamente mayor en mujeres blancas. Se ha
sugerido que estas presentan una uretra más corta, Diagnóstico. Se hará sobre la base del cuadro
músculos pelvianos más débiles y cuello vesical más clínico. El interrogatorio permite preci sar que la salida
bajo que las mujeres de raza negra. de orina es sincrónica con la realización de un esfuerzo
 Embarazos y partos: ningún otro evento en la vida físico; de aquí se deriva la clasificación en grados de la
de la mujer suele precipitar tan a menudo la IUE IUE: el grado I se presenta con los grandes esfuerzos

ÓN
como los embarazos y los partos. La mitad de las (toser, cargar pesos); el grado II, con los esfuerzos

CI
primigestas experimenta IUE, especialmente durante medianos (reír, subir escaleras) y el grado III, con los
el último trimestre. Se ha encontrado una incidencia pequeños esfuerzos (caminar, estar de pie, relaciones

UC
sexuales); este último (el más grave de todos) corres-
de IUE 9 semanas posparto: 21 % en partos OD ponde a la deficiencia esfinteriana intrínseca.
eutócicos y 36 % luego del empleo de fórceps. Las
Se debe tener en cuenta que en algunas pacien-
mujeres que desarrollan IUE en el periodo inmedia-
PR

tes la IUE puede concomitar con la incontinencia de


to posterior al parto suelen recuperar la continencia
RE

urgencia, lo que plantea un segundo problema clínico y


en los siguientes 3 a 6 meses.
terapéutico que debe ser abordado simultáneamente.
En un estudio reciente se comprobó que 5 años des-
SU

Por otra parte, es obvia la repercusión social y conyu-


pués de un primer y único parto, la prevalencia de gal de la IUE, de ahí la presencia frecuente de sínto-
DA

IUE fue de 30 %. La disfunción vesical puede ser mas depresivos en estas pacientes.
BI

más severa con cada nuevo embarazo y se ha su- Al examen físico de los genitales, en los casos
I

gerido que la continencia recuperada luego del pri- severos se puede percibir el hedor urinoso y se obser-
OH

mer parto, declina anualmente debido al trauma van lesiones cutáneas por la exposición crónica a la
adicional (sucesivos partos), el efecto del envejeci-
PR

acción irritante de la orina; en la inspección se puede


miento y la pérdida de estrógenos que sigue a la comprobar la presencia frecuente de algún tipo de pro-
menopausia. lapso genital (uretrocele, cistocele y rectocele).
Se estima que el mecanismo de IUE posparto es la Se debe evaluar la fuerza de los músculos del
presión con estiramiento de los músculos y nervios suelo pelviano, que proporcionan soporte al cuello
del piso pélvico, causado por el paso del feto en el vesical y a la uretra. Para ello, el examinador introdu-
periodo expulsivo. Estos efectos son más marcados ce los dedos índice y medio en la vagina de la paciente,
en caso de macrofeto o de periodo expulsivo pro- y le pide a esta que contraiga dichos músculos con
longado, no obstante, la IUE se puede presentar en tanta fuerza y por tanto tiempo como le sea posible.
nulíparas e incluso en mujeres no activas sexualmente. Mediante la observación el examinador debe con-
 Enfermedades respiratorias crónicas: la tos frecuen- firmar que la paciente no está contrayendo músculos
te, con sus reiterados incrementos de la presión accesorios como los glúteos, abdominales y de los
intraabdominal, puede aumentar la frecuencia y la muslos. Cuando la paciente contrae los músculos
cantidad del escape de orina, porque contribuye al pelvianos, se deben tener en cuenta 3 criterios de fuer-
debilitamiento gradual de la musculatura pélvica y za muscular: intensidad de la contracción, duración de
perineal. la contracción y alteración de la posición.
 Obesidad: puede ser la causa de una presión intrave- La intensidad de la contracción puede variar des-
sical elevada y de mayor movilidad uretral. de una presión imperceptible hasta una opresión firme.
Uroginecología 353
La duración está dada por el número de segundos en  Conservación del ángulo de inclinación de la uretra
que el examinador siente la contracción muscular. La (30º), tipo I de Green, o apertura de este (de 45 a
alteración de la posición se refiere al hecho de que en 120º), tipo II de Green, también en vista lateral.
las mujeres con buen soporte y funcionamiento de la  Deformación de la uretra proximal en embudo, en
musculatura pelviana, la contracción eleva la base de vista anteroposterior.
los dedos examinadores.  Permanencia del cuello vesical abierto durante el
La clásica prueba de Marshall permite corrobo- reposo.
rar el diagnóstico de IUE. Con la paciente en posición  Desplazamiento caudal de la base de la vejiga, ya
ginecológica y la vejiga llena, se le ordena toser enér- sea en reposo o durante el esfuerzo.
gicamente, verificándose el escape de orina coincidente
con los golpes de tos. De ser negativa la prueba, se Otros:
debe repetir en posición de pie y aun en cuclillas; solo  Urodinamia: la uroflujometría revela flujo normal o
se considerará definitivamente negativa si no existe aumentado, excepto en casos de obstrucción como
salida de orina en ninguna de las 3 posiciones. lesiones cicatrizales posquirúrgicas o cistocele gran-
En caso de positividad, se realizará a continua- de. La perfilometría muestra presiones uretrales muy
ción la prueba de Bonney, similar a la de Marshall, bajas (de 40 a 45 mm Hg).
 Videourodinamia: combina simultáneamente los ha-
pero elevando el cuello vesical con los dedos índice y
llazgos radiográficos y urodinámicos.
medio introducidos en la vagina, teniendo cuidado de
 Uretrocistoscopia: su empleo carece de especial in-
no comprimir la uretra; con esta maniobra se restituye

ÓN
terés en el diagnóstico de la IUE.
la anatomía a la normalidad y no se produce escape

CI
urinario al toser, lo que indica que el trastorno puede
Tratamiento. Medidas no quirúrgicas:

UC
ser corregido por una operación de suspensión. Si la
 IUE grados I y II.
elevación digital no impide el escape, probablemente
OD  Planes de embarazos futuros.
existe una deficiencia esfinteriana intrínseca, tributaria  Embarazo actual (indicación limitada).
de otro tipo de tratamiento.
PR

 Mal riesgo quirúrgico.


La introducción en la uretra de un aplicador con 
RE

Rechazo a la cirugía.
algodón permite observar cómo este se dirige hacia  En espera del tratamiento quirúrgico.
arriba, lo que evidencia la inclinación anormal de dicho
SU

órgano, debido al descenso del cuello vesical. La ure- Tratamiento no quirúrgico:


DA

tra, además, suele acortarse en los casos de IUE, des-  Rehabilitación de la musculatura pélvica y perineal:
BI

de su longitud normal de 4 cm hasta menos de 3 cm, lo  Ejercicios de Kegel.


I

que contribuye a disminuir su resistencia a los incre-  Conos vaginales.


OH

mentos de la presión intraabdominal, de ahí la utilidad  Estimulación eléctrica del piso pelviano.
de la medición de la longitud uretral con una sonda
PR

 Magnetoterapia.
Foley graduada en centímetros.  Dispositivos mecánicos:
Estudios imagenológicos. Tienen como objeti-  Pesarios.
vo la demostración de los cambios anatómicos propios  Tapones vaginales.
de este trastorno, como el descenso de la vejiga y las  Dispositivos intrauretrales.

modificaciones del ángulo uretrovesical posterior y del  Medicamentos:


ángulo de inclinación de la uretra.  Agentes alfa-adrenérgicos.

Durante décadas se empleó con estos fines la  Estrógenos.

cistografía con cadena metálica, pero actualmente, con  Doluxetina.

el advenimiento de nuevos agentes de contraste, se


prefiere la uretrocistografía miccional convencional. Rehabilitación de la musculatura pélvica y
Igualmente útil resulta el ultrasonido transvaginal o perineal. A continuación se describen sus variantes.
transrectal; este último posee como ventaja una mejor Ejercicios de Kegel. Consisten en contraccio-
resolución de las estructuras periuretrales. nes de los músculos del suelo pelviano. Cada sesión se
Con cualquiera de estos medios es posible obte- inicia con contracciones rápidas (2 s de duración); se
ner la información siguiente: prosigue con otras sostenidas (5 s o más). Se reco-
 Pérdida completa del ángulo uretrovesical posterior, miendan, al menos, 10 s de relajación después de cada
en vista lateral. contracción y una frecuencia de 80 o más repeticiones
354 Urología

por día. Para que estos ejercicios sean efectivos, las Contraindicaciones:
contracciones de los músculos pélvicos se deben reali-  Embarazo.
zar sin maniobra de Valsalva o contracción de otros  Marcapaso cardiaco o desfibrilador implantable.
músculos.  Antecedentes de arritmia cardiaca.
Conos vaginales. Se ha recomendado el empleo  Implantes metálicos, por ejemplo, dispositivos
de conos vaginales como complemento de los ejerci- intrauterinos.
cios de Kegel; estos se insertan en la vagina y se sos-  Sensopercepción disminuida.
tienen mediante la contracción de la musculatura
pélvica. Sin embargo, un estudio comparativo no en- Dispositivos mecánicos. Pesarios. En la IUE
contró diferencias en los resultados de los ejercicios el pesario actúa elevando el cuello vesical, corrigiendo
complementados o no con los conos vaginales. el ángulo uretrovesical y aumentando la resistencia a
Estimulación eléctrica del piso pelviano. Se la salida de la orina, al comprimir la uretra contra la
ha empleado principalmente en pacientes incapaces
cara posterosuperior de la sínfisis del pubis (Fig. 14.1).
de realizar los ejercicios de Kegel; provoca contrac-
Contraindicaciones:
ción e incrementa el tono de los músculos. Se ha
 Infección vaginal o urinaria.
observado mejoría entre 30 y 80 %, y curación en-
 Constipación.
tre 0 y 10 %.
Contraindicaciones:  Diabetes descontrolada.
 Denervación completa del suelo pelviano.  Falta de cooperación de la paciente.

ÓN
 Demencia.
 Epilepsia. Complicaciones:

CI
 Marcapaso cardiaco.  Infección vaginal o urinaria.

UC
 Arritmias cardiacas severas.  Úlceras vaginales.
 Embarazo actual o en perspectiva.
OD  Fístulas uretrovaginales y vesicovaginales.
 Infección urinaria o vaginal.
PR

 Hemorroides. Tapones vaginales. Se pueden emplear tanto los


RE

 Prolapso de la cúpula vaginal. tapones menstruales de uso corriente, como los de


 Cirugía pélvica en los últimos 6 meses. poliuretano, confeccionados para el tratamiento de la IUE.
SU

Dispositivos intrauretrales. En los últimos años


Magnetoterapia. Se ha informado mejoría en se han diseñado diversos dispositivos que se introdu-
DA

70 % de las pacientes y control absoluto en alrededor cen en la uretra para bloquear el escape de orina.
BI

de 25 %, 6 meses después de concluido el tratamiento. Contraindicaciones:


I

Las mejores candidatas son aquellas con IUE grado I,  Infección urinaria.
OH

que nunca hayan sido tratadas quirúrgicamente.  Estenosis uretral.


PR

A B

Fig. 14.1. Pesario para la IUE: A: pesario en forma de plato; B: Pesario colocado en la vagina.
Uroginecología 355
Medicamentos.Agonistas alfa-adrenérgicos. empleo se debe limitar a ancianas con incontinencia
Estimulan los receptores alfa-adrenérgicos del cuello tipo I de Green y alto riesgo quirúrgico.
vesical y la uretra proximal, con lo que mejora la Complicaciones:
coaptación de la mucosa uretral. El agente más em-  Hemorragia del plexo periuretral y otras venas
pleado es la seudoefedrina, en dosis de 30 a 60 mg, sinfisiarias.
v.o., entre 1 y 4 veces/día. Su principal efecto colateral  Laceración de la base de la vejiga, cuello y uretra.
es la elevación de la presión sanguínea.  Fibrosis periuretral con estrechez.
Estrógenos. En un metaanálisis de 23 estudios  Cicatrices vaginales, condicionantes de dispareunia
publicados sobre estrogenoterapia, como tratamiento o estenosis del introito.
único de la IUE, Fantl et al. no encontraron mejoría  Retención de orina (completa o incompleta).
objetiva de la incontinencia, sin embargo, se ha demos-  Infecciones urinarias.
trado que la estrogenoterapia incrementa la sensibili-
dad de la uretra y el cuello vesical a la acción de los Técnica operatoria: con la paciente en posición
agonistas alfa-adrenérgicos, por lo que se recomienda ginecológica, se efectúa una incisión en la línea media,
la asociación de estos 2 grupos de medicamentos. a través de la mucosa vaginal, que se extiende desde
Doluxetina. Es un inhibidor de la reabsorción de el ápice de la vagina hasta el meato uretral. Los colgajos
serotonina y norepinefrina. Al aumentar los niveles de de mucosa se disecan lateralmente con bisturí. Habrá
estos mediadores en la médula sacra, se incrementa la que despegar ampliamente la fascia aponeurótica
actividad de los nervios pudendos y, por consiguiente, parauretral y paravesical mediante una disección roma,

ÓN
la contracción de los esfínteres uretrales. En un estu- practicada con el dedo envuelto en una compresa.

CI
dio se comprobó que más de la mitad de las mujeres En las superficies más laterales de la uretra y de

UC
tratadas experimentó una reducción de sus episodios la base vesical se procurará la separación más amplia
de IUE, superior a 50 %. OD de la fascia pubovesical. Comenzando a menos de 1 cm
Tratamiento quirúrgico. La cirugía es el trata- del meato uretral, se colocan suturas sucesivas verti-
PR

miento de elección para corregir la IUE. Se han des- cales “de colchonero”, de Dexon, Vicryl o catgut cro-
mado No. 0 en la fascia parauretral movilizada (Fig. 14.2).
RE

crito más de 100 procedimientos quirúrgicos con este


fin, agrupados en 3 grandes categorías:
SU

1. Procedimientos para elevar el cuello vesical y la


uretra:
DA

a) Por vía vaginal:


BI

 Colporrafia anterior con plicatura de Kelly.


I

b) Por vía retropúbica:


OH

 Uretrocistopexia de Marshall-Marchetti-
PR

-Krantz.
 Colposuspensión de Burch.
 Suspensión colpouretral laparoscópica.
 Operaciones de vesicosuspensión con aguja.
 Técnica de Pereyra.
 Modificaciones ulteriores (Stamey, Raz).
2. Procedimientos para provocar compresión uretral:
a) Operaciones con cabestrillo.
b) Inyección periuretral.
c) Esfínter artificial.
3. Derivaciones urinarias.

Procedimientos para elevar el cuello vesical y


la uretra. Colporrafia anterior con plicatura de
Kelly. Es el procedimiento más antiguo (1914). Su por-
centaje de efectividad (a los 6 meses) no supera 50 %
y la curación solo se alcanza en 20 % de los casos. Su Fig. 14.2. Plicatura de Kelly.
356 Urología

De estos puntos, debe quedar uno enfrente de la coloca un drenaje en el espacio de Retzius y se proce-
unión uretrovesical, otro al nivel de la unión y otro más de al cierre de la herida. La sonda se mantiene entre 3
allá de esta área. Una pinza de Kelly deprime el piso y 5 días.
de la uretra, a medida que se anudan las suturas, para Colposuspensión de Burch. En 1961, Burch in-
evitar la necrosis de su pared. A continuación se pro- formó su experiencia con la colposuspensión, emplean-
cede a la reparación del uretrocistocele y al cierre de do el ligamento de Cooper, operación técnicamente más
la herida. Se deja un tapón vaginal. sencilla, que evita la infrecuente, pero muy molesta
Uretrocistopexia de Marshall-Marchetti- Krantz. osteítis del pubis, corrige el cistocele y reduce la inci-
Esta técnica fue descrita en 1949. Su efectividad (cu- dencia de obstrucción urinaria posoperatoria. Sin em-
ración completa) alcanza 90 %. bargo, no está exenta de complicaciones, se señala, en
Complicaciones más frecuentes: particular, el enterocele (entre 3 y 17 % de los casos),
 Obstrucción (con o sin retención urinaria). debido al agravamiento de la debilidad de la pared
 Osteítis del pubis. vaginal posterior. Como procedimiento primario alcan-
 Infección urinaria. za 90 % de éxito.
Técnica operatoria: la posición y el abordaje qui-
Técnica operatoria: con la paciente en decúbito rúrgico son similares a la operación de Marshall-
supino y las piernas en abducción, se coloca una sonda -Marchetti-Krantz. Se colocan a cada lado de 2 a 4 puntos
Foley Ch18 y se procede a abordar el espacio de que incluyen la fascia parauretral y la pared vaginal
Retzius, a través de una incisión media, paramedia iz- (Fig. 14.4). El punto más distal corresponde a la altura

ÓN
quierda o de Pfannenstiel. Se rechaza la grasa retropú- de la porción media de la uretra; el segundo punto, al

CI
bica y se realiza hemostasia del plexo de Santorini. nivel del cuello vesical. Se pueden colocar puntos adi-

UC
El cuello vesical es fácil de identificar mediante cionales por encima del cuello.
tracción gentil de la sonda; la introducción en la vagina
OD
de un dedo de uno de los ayudantes permite identificar
PR

la pared vaginal anterior. Se colocan 3 puntos de suturas


RE

a cada lado de la uretra y el cuello vesical (Fig. 14.3).


SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 14.4. Operación de Burch.

Todos los puntos se anclan, a cada lado, en el


ligamento iliopectíneo (Cooper). La operación se pue-
de complementar con el cierre del fondo de saco de
Fig. 14.3. Operación de Marshall-Marchetti-Krantz. Douglas para prevenir el enterocele posoperatorio. El
manejo ulterior es similar al de la técnica de Marshall-
Cada punto atraviesa la fascia parauretral y la -Marchetti-Krantz.
pared vaginal, y queda finalmente anclado al periostio Suspensión colpouretral laparoscópica. Posee
de la cara posterior de la sínfisis del pubis. Se debe las ventajas e inconvenientes de toda cirugía de míni-
emplear un material de sutura resistente; se recomien- mo acceso. Su efectividad a los 32 meses se encuen tra
dan los hilos de absorción lenta. Mientras el ayudante alrededor de 80 %. Se recomienda complementarla
eleva la pared vaginal anterior, el cirujano anuda cada con el cierre del fondo de saco de Douglas (culdoplastia
sutura por separado, comenzando por la más distal. Se posterior).
Uroginecología 357
Vesicosuspensión con aguja. La primera ope- endopélvica y tocar las ramas isquiopubianas. Se colo-
ración de suspensión con aguja fue descrita por Pereyra can suturas helicoidales (de prolene o nailon monofila-
en la década de 1950, como una modificación del pro- mento No. 1), a cada lado de la vejiga, a la altura del
cedimiento de Marshall-Marchetti-Krantz. Asimismo, cuello vesical, tomando como referencia el globo de la
esta técnica ha sufrido numerosas modificaciones a lo sonda.
largo del tiempo. Su efectividad alcanza 94 %. Los puntos deben incluir el tejido periuretral, el
Una de las complicaciones inmediatas principa- ligamento pubocervical y algo de fascia de la pared
les es el sangrado del plexo periuretral, el cual es bien vaginal. Se realiza una pequeña incisión abdominal (de
controlado con el taponamiento vaginal. La retención 2 a 3 cm) para disecar la grasa suprapúbica y exponer
urinaria posoperatoria en pacientes con función vesical la fascia del músculo recto anterior. Usando el dedo
normal es rara y, cuando se presenta, se puede resol- índice como guía (Fig. 14.6), en el espacio retropúbico
ver a corto plazo con cateterismo intermitente. se introduce, desde la incisión suprapúbica, la aguja de
El dolor posoperatorio inguinal o suprapúbico es Pereyra para transferir la sutura a la posición de fija-
infrecuente y se origina por tensión excesiva de la su- ción abdominal (Fig. 14.7).
tura o por atrapamiento de filetes del nervio ilioinguinal. La uretra y el cuello se elevan mediante tracción
Las lesiones transoperatorias de uretra, cuello y vejiga y fijación de las suturas, anudando ambos lados bajo
deben ser advertidas y corregidas durante la cirugía. visión uretrocistoscópica del cierre del cuello vesical.
Técnica operatoria (según Raz): se coloca a la La pared vaginal anterior se cierra con Dexon 2/0; se
paciente en posición ginecológica y se le inserta una deja un taponamiento vaginal lubricado. La sonda se

ÓN
sonda Foley Ch18. Se realiza una incisión arciforme o retira al quinto día del posoperatorio (Fig. 14.8).

CI
longitudinal media desde 1 cm por debajo del meato Procedimientos para provocar compresión

UC
uretral para disecar colgajos laterales de mucosa uretral. Se indican en el déficit de coaptación uretral
vaginal, exponiendo así el tejido periuretral hasta la al-
OD (deficiencia esfinteriana intrínseca).
tura del cuello vesical (Fig. 14.5). Operaciones con cabestrillo. Estos procedi-
PR
Se penetra en el espacio retropúbico mediante mientos implican la colocación quirúrgica de un cabes-
disección roma o cortante, hasta perforar la fascia trillo de material natural o sintético debajo de la uretra
RE
SU
DA
BI
I
OH
PR

Fig. 14.5. Vesicouretrosuspensión con aguja.


358 Urología

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU

Fig. 14.6. Vesicouretrosuspensión con aguja. Vista endoscópica del paso de la aguja.
DA

o del cuello vesical. Los materiales empleados para Generalmente se realizan mediante la combina-
BI

dichas operaciones son los siguientes: ción de los abordajes abdominal y vaginal. El cabestri-
I

1. Materiales orgánicos: llo requiere la exposición de la uretra y del cuello vesical


OH

a) Tejido autólogo: a través de la colpotomía anterior, así como por el abor-


PR

 Fascia lata. daje abdominal para exponer el cuello de la vejiga y


 Fascia del músculo recto anterior. disecar un túnel debajo de la uretra. Como en los pro-
 Colgajos vaginales. cedimientos con aguja, el cabestrillo es transferido a la
 Fascia del músculo gracilis. porción retropúbica y abdominal para su fijación defi-
 Ligamento redondo. nitiva (Fig. 14.9).
 Músculo piramidal. El error más importante en la realización de la
b) Tejido heterólogo: técnica es la tensión inadecuada del cabestrillo. Las
 Duramadre bovina liofilizada. complicaciones principales incluyen la lesión de vejiga
 Dermis porcina. o uretra, y la infección del cabestrillo (más frecuente
2. Materiales sintéticos: en los de material sintético).
a) Nailon. Los resultados posoperatorios suelen ser buenos,
b) Prolene. con una efectividad a los 5 años superior a 80 %; se ha
c) Marlex. reportado hasta 99 % de curaciones.
d) Silicona. Inyección periuretral. Los agentes más emplea-
e) Mersikne. dos son colágeno, silicona, teflón, grasa autóloga y car-
f) Gore-Tex. bón pirolítico. Mediante un procedimiento mínimamente
g) Dacrón. invasivo, ambulatorio y bajo anestesia local, la sustan-
h) Otros. cia se inyecta en la submucosa, al nivel del cuello de la
Uroginecología 359

ÓN
CI
UC
OD Fig. 14.8. Vista final de la vesicouretrosuspensión.
PR
RE
SU

Esfínter artificial. El esfínter artificial represen-


DA

ta la solución de alta tecnología para la incompetencia


BI

total del esfínter uretral. Las candidatas son aquellas


I

mujeres en quienes el mecanismo esfinteriano ha sido


OH

totalmente destruido por múltiples tratamientos quirúr-


gicos fallidos, traumas, defectos congénitos, radiación
PR

o enfermedades neuropáticas.
Consiste en 3 componentes: un manguito, que es
aplicado periuretralmente al nivel del cuello de la veji-
Fig. 14.7. Vesicouretrosuspensión con aguja. Paso de los ga; un reservorio para permitir, mediante bombeo, el
hilos al espacio suprapúbico. llenado del manguito, y un mecanismo de bomba para
cerrar el manguito y provocar la continencia, o abrirlo
y permitir la micción.
Uno de los principales problemas con el esfínter
vejiga y a lo largo de la uretra (Fig. 14.10). Aproxima- artificial es la erosión del manguito sobre el cuello vesical
damente se inyectan 17 mL; este procedimiento se o la uretra proximal (Fig. 14.11).
puede repetir según el grado de continencia. Derivaciones urinarias. Estas operaciones se
La inyección se puede realizar transvaginalmente reservan para aquellos casos en que otros procedimien-
con aguja y jeringuilla, bajo visión cistoscópica, o tos han fracasado o son inaplicables. Se trata de inter-
transuretralmente con aguja larga y pistola de inyec- venciones riesgosas y técnicamente difíciles. Hoy día
ción. Su eficacia es limitada. Los mejores resultados las más recomendadas son la apendicocistostomía y la
se han obtenido con el colágeno y no superan 50 % al iliocistostomía cateterizables, complementadas con el
cabo de los años. cierre del cuello vesical.
360 Urología

ÓN
CI
UC
OD
PR
RE
SU
DA
BI
I
OH

B
PR

Fig. 14.9. Procedimiento de cabestrillo. Fig. 14.10. Inyección periuretral: A: antes; B: después.
Uroginecología 361

ÓN
CI
UC
OD
Fig. 14.11. Esfínter urinario artificial.
PR
RE
SU
DA
BI

Ángel Manuel Tundidor Bermúdez


I
OH
PR

Estenosis uretrales presencia de corriente urinaria lenta. Debido a uretritis


o cistitis consecutivas, se puede presentar sensación
Excluye la enfermedad infecciosa, traumática y de ardor al orinar, polaquiuria, nicturia y dolor uretral.
neoplásica, así como las anomalías congénitas. Signos. La inspección puede revelar disminución
No es frecuente una estenosis orgánica genuina del calibre del meato uretral.
de la uretra en la mujer adulta. La obstrucción uretral Datos de laboratorio. Si se presenta infección
funcional es más común. El traumatismo por relacio- secundaria de la vejiga, se encontrarán pus y bacterias
nes sexuales y en especial el que se asocia al parto, en la orina.
pueden conducir a fibrosis periuretral con contractura, Exploración con instrumentos. Solo con difi-
o bien la estrechez puede ser provocada por el ciruja- cultad se puede pasar un catéter relativamente grande
no durante la reparación de la vagina. También puede (22 F). La uretroscopia puede permitir la observación
ser consecutiva a una uretritis crónica o aguda. del sitio de la estenosis y revelar la evidencia de uretri-
Diagnóstico. Se tendrán en cuenta los aspectos tis. Con frecuencia la cistoscopia revela la trabeculación
que se describen a continuación. (hipertrofia) de la pared vesical.
Síntomas. Los síntomas principales son la vaci- Tratamiento. El tratamiento consiste en la dilata-
lación persistente para iniciar la corriente de orina y la ción uretral gradual (hasta 36 Fr), practicada a intervalos
362 Urología

semanales. Es necesario efectuar una ligera Exploración con instrumentos. Con frecuencia
sobredistensión de la uretra, ya que después de sus pendi- la uretroscopia evidencia una mucosa uretral enroj ecida
do el tratamiento ocurrirá cierto grado de contractura. y granulosa; se puede notar cierto grado de estenosis
Se deberán aplicar las medidas necesarias para com- uretral.
batir la cistitis y la uretritis. Tratamiento. Son eficaces las cremas de estró-
La uretrotomía interna también tiene sus oponen- genos de aplicación local.
tes, así como otras técnicas quirúrgicas. El pronóstico
es bueno con la apropiada sobredilatación de la uretra
y la terapéutica específica de la uretritis, que suele es- Carúncula uretral
tar presente.
La carúncula uretral es un tumor benigno,
vascular, friable, de color rojo, con aspecto de fram-
Uretritis senil buesa; rara vez se observa antes de la menopausia.
Puede ocurrir como resultado de la pérdida del tejido
Con posterioridad a la menopausia fisiológica o elástico en la submucosa de la uretra próxima al mea-
quirúrgica se presenta hipoestrogenismo y ocurre n to, debido a cambios seniles. Esta lesión se puede con-
alteraciones regresivas (seniles) en el epitelio de la va- siderar como una forma en miniatura del prolapso
gina, el cual se vuelve seco y pálido. Puesto que la uretral, en la que la mucosa exteriorizada se irrita e
uretra se origina embriológicamente de los mismos te- infecta secundariamente y suele desarrollar pólipos, con

ÓN
jidos que los órganos reproductores femeninos, se ob- un pedículo bien vascularizado.
servan alteraciones degenerativas semejantes en las

CI
Histología. Se clasifica en 3 tipos, dependiendo
porciones inferiores del sistema urinario. del grado de infección y del componente vascular:

UC
Por lo general, se observa cierto grado de eversión papilomatosa, angiomatosa y granulomatosa. La va-
de la mucosa alrededor del orificio uretral, debido al
OD riedad papilomatosa es, en gran medida, la más co-
acortamiento del canal vaginal. Con frecuencia se co- mún. Las carúnculas se encuentran recubiertas de
PR

mete el error de diagnosticarla como carúncula. epitelio escamoso estratificado o de transición y mues-
RE

Diagnóstico. Se hace sobre la base de los as- tran escasa cantidad de tejido conectivo y un estroma
pectos que se describen a continuación. muy vascularizado. Con frecuencia se ha debatido si
SU

Síntomas. Después de la menopausia muchas algunas carúnculas de naturaleza realmente benigna


mujeres presentan síntomas de inestabilidad vesical
DA

pueden ser asiento de una transformación maligna. En


(sensación de ardor al orinar, polaquiuria, urgencia) y
BI

la literatura se registran varios casos de carcinomas


de incontinencia de esfuerzo. También se pueden que-
I

del meato que se supone fueron precedidos por una


OH

jar de prurito vulvar y cierto grado de escurrimiento. carúncula uretral. La dificultad para juzgar estas afir-
Signos. El epitelio de la vagina es seco y pálido. maciones consiste en que no se dispone de biopsias de
PR

La mucosa del orificio uretral a menudo está enrojeci- las supuestas carúnculas precancerosas. Es muy posi-
da y es hipersensible; comúnmente se observa la ble que las lesiones fueran malignas desde un princi-
eversión de su labio posterior, debido a la reducción de pio, con apariencia seudocaruncular.
la pared uretrovaginal. Diagnóstico. Se hace sobre la base de los sínto-
Exámenes de laboratorio. Habitualmente la orina mas y signos.
no contiene gérmenes. El diagnóstico se puede hacer Síntomas. Incluyen tanto dolor al orinar como en
por el procedimiento siguiente: un frotis seco de exu- las relaciones sexuales; sangrado en forma de man-
dado vaginal, con células epiteliales, se tiñe con solu- chas, aun con los traumatismos más leves, y la presen-
ción de Lugol; el portaobjetos se lava con agua y se cia de una masa en el orificio del meato. Otras veces
examina al microscopio inmediatamente, mientras está son completamente asintomáticas.
húmedo. Signos. En la exploración se observa una masa
En el hipoestrogenismo, las células captan mal el roja, sésil o pedunculada, dolorosa, friable, en el labio
yodo y, por tanto, quedan teñidas de color amarillo. posterior del meato. La masa verrugosa es blanda al
Cuando la mucosa es normal, estas células se tiñen de tacto, en tanto que en el carcinoma del meato este se
color pardo oscuro, debido a su contenido de glucógeno. halla infiltrado y es duro cuando se le palpa.
El diagnóstico también se puede confirmar por la téc- Tratamiento. Las carúnculas pequeñas pueden
nica de Papanicolaou. ser eliminadas totalmente por fulguración. Si la ca-
Uroginecología 363
rúncula es mayor, el pedículo podrá seccionarse con Síntomas. Los síntomas son muy variables. El
un electrobisturí y destruirse la base cuidadosamente prolapso puede no ocasionar la menor molestia y úni-
con la corriente de desecación. camente se advierte cuando sobreviene una pérdida
A menudo, las carúnculas uretrales muestran cier- sanguinolenta, como resultado de la ruptura de los teji-
ta tendencia a recidivar, pero esta e s menor cuando se dos congestionados. Otras enfermas se quejan de un
extirpan del modo apuntado, que si se eliminan simple- dolor continuo e intenso que se acompaña de tenesmo
mente con el bisturí o la tijera. En ocasiones, en las y necesidad frecuente de orinar.
formas recurrentes hay que resecar el margen del suelo Signos. La mucosa uretral protruida se observa
de la uretra. como una masa de color rojo intenso, otras veces
A causa de la gran inervación de esta zona, es cianótica, y generalmente edematosa, que se puede
necesaria la infiltración de la base de la carúncula con infartar y conducir a una gangrena, si no se reduce con
gran cantidad de un anestésico local, antes de extir- prontitud.
parla. Tratamiento. La aplicación de compresas hú-
medas calientes puede procurar un confort transitorio.
A menudo se logra reducir mecánicamente la masa del
Trombosis de la vena uretral tejido edematizado. Después de la reducción se deberá
practicar la cistoscopia para descartar el ureterocele.
La trombosis espontánea de la vena uretral en el Una vez que se ha hecho la reducción, las
piso de la uretra distal se presenta en mujeres de edad recurrencias son raras, pues el proceso inflamatorio

ÓN
avanzada. El inicio súbito tiende a descartar la carún cula probablemente fija los tejidos en su sitio, conforme la
curación progresa. Si la uretra prolapsada no se puede

CI
o el cáncer. Cuando existan dudas acerca de la verdade-
ra naturaleza de la lesión, se deberá realizar la biopsia. reducir, se deberá insertar una sonda de Foley; hacien-

UC
Diagnóstico. Se hace sobre la base de los sínto- do tracción sobre esta, se amarra fuertemente un ma-
mas y signos.
OD terial de sutura grueso sobre el tejido y la sonda, en un
Síntomas. La paciente se queja de dolor local, de sitio inmediatamente proximal a la masa; más tarde el
PR
tejido se esfacela. Usando esta misma técnica, el teji-
inicio súbito, seguido poco después por la aparición de
do puede ser resecado, de preferencia con un electro-
RE

una masa en el orificio de la uretra.


cauterio, o mediante incisión circular con bisturí.
Signos. La exploración revela una masa de color
SU

púrpura que protruye desde el labio posterior de la ure-


Divertículo de la uretra
DA

tra; al inicio es bastante hipersensible.


BI

Tratamiento. Por lo general no requiere trata-


I

miento, puesto que el proceso se resuelve de forma Los divertículos de la pared uretral son infrecuen-
OH

gradual. En ocasiones se recomienda la evacuación tes. Se observan principalmente en la tercera y cuarta


del coágulo. Los baños de asiento (tibios) pueden pro- décadas de la vida; son 6 veces más frecuentes en la
PR

porcionar mejoría sintomática. raza negra. En ocasiones son múltiples y pequeños,


pero su diámetro puede variar entre 3 mm y 3 cm.
Algunos de mayor tamaño se insinúan a todo lo largo
Prolapso de la uretra de la uretra.
Las causas de los divertículos uretrales son nu-
El prolapso de la uretra en la mujer adulta es raro. merosas, pero ninguna ha sido probada. En 1941,
Por lo general solo se presenta en la tercera edad o en Parmenter propuso distintas causas de carácter adqui-
enfermas parapléjicas que sufren lesión de la neurona rido, como traumatismos debidos al parto, infección de
motora inferior. Se piensa que es debido a la atrofia del alguna glándula periuretral, lesiones instrumentales,
colágeno y tejidos elásticos de la submucosa; parece- cálculos uretrales y, por último, estenosis del conducto
ría razonable suponer que la pérdida del tono y de la uretral. Además, consideró la posibilidad de otras cau-
elasticidad de los tejidos, propia de los años, constituye sas congénitas, como su origen a partir del conducto
un factor favorecedor. Esta lesión se caracteriza por de Gartner y la soldadura defectuosa o incompleta de
un deslizamiento hacia afuera de la mucosa uretral, repliegues, nidos celulares y conducto wolffiano, o quis-
alrededor del meato. tes vaginales que se hubieren abierto hacia la uretra.
Diagnóstico. Se hace sobre la base de los sínto- En la causa adquirida, el elemento fundamental
mas y signos. es la infección de las glándulas periuretrales; esta
364 Urología

provoca una obstrucción de los conductos, con forma- grafía excretora es muy útil para el diagnóstico dife-
ción de abscesos glandulares y comunicación de la glán- rencial con el ureterocele ectópico. El método radio-
dula con la uretra. Se describen afecciones asociadas, gráfico más utilizado para evidenciar el divertículo es
fundamentalmente la litiasis y los tumores. la cistouretrografía miccional (con vistas anteropos-
La litiasis aparece en 7 % de los casos; los cálcu- teriores y oblicuas), que permite apreciar su tamaño y
los, por lo general, son de fosfato amónico. La presen- localización.
cia de un tumor intradiverticular es rara y puede ser Si este método fallara, como puede ocurrir en los
favorecida por la irritación crónica; el tipo más fre- casos con un cuello diverticular muy estrecho, que no
cuente es el adenocarcinoma, seguido del carcinoma permitiese el llenado del divertículo, se indicará la apli-
de urotelio y el epidermoide. cación de un catéter de Davis-TeLinde; este semeja
Diagnóstico. Se tendrán en cuenta los aspectos una sonda de Foley, pero posee un segundo balón mó-
que se describen a continuación. vil que lo rodea. Se pasa el catéter a la vejiga y se
Síntomas. La sintomatología es variable y no de- insufla el balón proximal.
pende tanto del tamaño, como de la infección. Es im- Manteniendo tenso el catéter, se desliza el se-
portante recordar que algunas cistitis rebeldes, apa- gundo balón hasta quedar frente al meato uretral, y se
rentemente intratables, se pueden deber a la presencia insufla. En la porción del catéter, localizada entre
de un divertículo uretral. Los síntomas principales son los 2 balones, existe un orificio a través del cual esca-
goteo posmiccional, incontinencia urinaria de esfuerzo, pará el material radiopaco que se inyecte, llenando de
polaquiuria, disuria, dispareunia, y emisión de pus y
este modo la uretra y el divertículo.

ÓN
sangre por el meato uretral.
La ecografía transvaginal es una técnica indolora

CI
Con frecuencia se presenta piuria macroscópica,
y muy útil en los casos en los que la cistouretrografía
lo que depende, al parecer, de la posición del orificio

UC
sea poco eficaz. Chancellor ha obtenido muy buenos
diverticular; de hallarse este suficientemente cerrado
OD resultados con la ecografía endouretral.
y orientado hacia el extremo exterior de la uretra, no
Exploración con instrumentos. Al examinar el
se produciría ningún rebosamiento de pus hacia la ve-
PR

piso de la uretra con el uretroscopio, a menudo es po-


jiga. Hasta 6 % de los casos pueden ser asintomáticos.
RE

Signos. Para el diagnóstico es esencial la ins- sible apreciar una abertura, pero en algunos casos el
pección y la palpación de la vagina. Generalmente los orificio es muy pequeño y puede no ser visto. Por lo
SU

divertículos adquiridos están situados en la pared pos- general se presenta un edema alrededor del orificio,
debido a la inflamación, por lo tanto la visualización
DA

terior. Es frecuente que con esta maniobra se aprecie


puede hacerse difícil o imposible.
BI

la salida de contenido purulento o hemático por el meato


Procedimientos combinados. Cuando el diag-
I

uretral.
OH

Se debe diferenciar del uretrocele, quiste de la nóstico resulta difícil, se puede cateterizar e instilar
glándula de Skene (situada lateralmente al meato dentro de la vejiga, 5 mL de azul de metileno y 60 mL
PR

uretral), quiste de los conductos de Gartner (situados de medio de contraste. Se retira la sonda y se hace
en la pared anterior de la vagina), ureterocele ectópico, que la enferma inicie la micción. Se ocluye entonces el
carcinoma uretral, fibromas periuretral y vaginal, mioma meato con un dedo.
y várices uretrales, endometriosis de la uretra, así como Generalmente esta maniobra provoca el llenado
del sarcoma botrioide y las metástasis en la pared del divertículo con la solución de prueba. A continua-
vaginal. ción se toman las radiografías apropiadas y se realiza
La palpación vaginal permite añadir al diagnósti- la uretroscopia buscando la salida del colorante a tra-
co la existencia de litiasis o tumores intradiverticulares; vés de la boca del divertículo. Con esta misma finali-
en estos casos, la palpación de una masa suburetral dad se puede llevar a cabo la punción ecodirigida del
resulta muy sugestiva. divertículo.
Datos de laboratorio. El sedimento urinario Tratamiento. Spence y Duckett describieron la
muestra habitualmente signos de infección y hematuria. marsupialización. Se trata en realidad de una meatoto mía
Los microbios cultivados son los pertenecientes al gru- ampliada, que se puede utilizar en casos de localiza-
po de Escherichia coli, algunos difteroides y cocos ción en la uretra distal. No se indica en los casos de ure-
grampositivos. tra proximal, por el número elevado de incontinen cias.
Estudios imagenológicos. La radiografía sim- Lapides introdujo el tratamiento endoscópico en
ple puede mostrar un cálculo intradiverticular. La uro- casos de localización distal, mediante el cuchillete de
Uroginecología 365
Collins. En la actualidad este método apenas se utiliza. catgut cromado fino. En casos de estructuras muy
La vía transvaginal es la que proporciona mejores re- fibróticas se ha empleado la interposición de tejido adi-
sultados y permite, además, realizar otras técnicas en poso entre la pared uretral y la vagina.
casos de enfermedad asociada, como la IUE. El drenado de la vejiga se puede realizar por son-
Arcali recomienda la vía retropúbica en los diver- da uretral o mediante cistostomía; los defensores de la
tículos proximales. La vía lateral uretral se ha utilizado primera alegan su utilidad para el cierre de la uretra,
en mujeres vírgenes, para no lesionar el himen. El pro- mientras que los que prefieren la derivación suprapúbica
nóstico suele ser bueno, a menos que el divertículo se temen la acción traumática e irritativa que la sonda
encuentre situado de tal modo que su extirpación lesio- puede ejercer sobre la línea de sutura uretral.
ne el mecanismo del esfínter externo. Los resultados
obtenidos no se alteran al realizar otras técnicas para
el tratamiento de la IUE. En algunas pacientes puede
Quistes de los conductos
aparecer una fístula uretrovaginal o estenosis de la de Skene
uretra.
Técnica quirúrgica para la extirpación del En pocas ocasiones, la luz de uno de los conduc-
divertículo uretral. Se practica una incisión media a tos de las glándulas de Skene, que se hallan a cada
través de la mucosa vaginal, la que es separada de la lado del meato uretral, en la posición de las horas 4 y
pared diverticular. La pared del divertículo se diseca 8 del reloj, puede verse ocluida, con el resultado de un
de la fascia parauretral y de la mucosa vaginal en for- quiste de retención. La causa de esta oclusión puede

ÓN
ma de circunferencia, hasta revelar un plano anatómi- ser de naturaleza inflamatoria, pero se ha observado

CI
co, mediante el cual se abre el divertículo y se inspec- también en mujeres sin el menor indicio de haber pa-

UC
ciona el interior de la cavidad. decido blenorragia.
Es mejor diferir la apertura de la pared del
OD Diagnóstico. Se hace sobre la base de los sínto-
divertículo hasta que la disección haya alcanzado la mas y signos.
Síntomas. La paciente suele consultar por disu-
PR

base del saco, donde es importante eliminar el cuello


ria o dispareunia, aunque no es raro que haya descu-
RE

bajo visión directa. Si el orificio diverticular es grande,


bierto la masa quística durante un autoexamen vaginal.
el orificio de la uretra, por lo general, se observa fácil-
Signos. El examen genital permite observar y pal-
SU

mente, en especial si se coloca un catéter uretral en la


par la tumoración, redondeada o piriforme, renitente,
vejiga. Lo que queda de la mucosa delgada y friable
DA

generalmente lateralizada, que se debe diferenciar del


del divertículo se separa de la mucosa vaginal y de la
BI

divertículo uretral (de localización habitualmente central).


fascia, y se recorta el cuello del divertículo cerca del
I

Estudios imagenológicos y exploración con


orificio uretral.
OH

instrumentos. Permiten evidenciar la naturaleza quística


Se debe recordar que la mucosa que tapiza el
del proceso, su tamaño, localización y falta de comuni-
PR

divertículo representa una fina capa de mucosa uretral, cación con la luz uretral, que se puede encontrar com-
con cambios inflamatorios secundarios en la pared. Por primida y rechazada.
lo tanto, el tapizado del saco es muy frágil y se frag- Tratamiento. Estos quistes se deberán extirpar
menta fácilmente durante la disección. Se requiere una cuando sean lo suficientemente grandes como para
disección meticulosa, con el fin de separarlo completa- provocar síntomas. Sin embargo, cuanto más volumi-
mente de la vagina y del piso de la uretra. Se reseca el nosos se hagan, tanto mayor será la dificultad para
cuello del divertículo con cuidado especial, para evitar disecarlos y separarlos de la uretra desplazada, con
la extirpación de la mucosa del piso uretral. Si se falla mayor peligro de lesionarla. Como primera medida, en
en extraer todo el saco uretral, se producirá la recidiva el conducto uretral se introducirá una sonda y enton-
del divertículo. ces se practicará una incisión circular que circunde la
El defecto uretral se cierra sin tensión, mediante base del quiste que hace relieve. Mediante una disec-
puntos separados de material absorbible No. 000, que ción cuidadosa se libera el quiste de su lecho, sin olvi-
invierten los bordes. Tras comprobar la resistencia de dar jamás el riesgo de lesionar la delicada uretra.
esta sutura, se la encierra en el pliegue formado por Las superficies cruentas se aproximan y suturan
otra serie de “puntos de colchonero” que aproximan la con material absorbible No. 00, y los sobrantes de muco-
fascia parauretral. Por último se recorta y se cierra la sa se eliminan procediendo luego a suturar los bordes
incisión de la mucosa vaginal, con puntos separados de con puntos separados del mismo material. Posteriormente
366 Urología

los bordes del corte se suturan con catgut cromado uretral. Según la preferencia del cirujano, se dejará al
No. 000, evitando un excesivo número de puntos de final de la intervención la sonda uretral o una
sutura que pueden provocar la estrechez del meato cistostomía.

Arnaldo Jerez Santiesteban

La fístula vesicovaginal (Fig. 14.12) es la comu-


nicación entre la vejiga y la vagina, con salida de orina
de forma incontinente, que abarca desde una vagina
húmeda hasta vaciarse toda la vejiga, por la salida de
orina sin deseo miccional; se presenta después de ope-

ÓN
raciones ginecológicas y en pacientes que han recibido

CI
radiaciones o con antecedentes oncológicos.

UC
La Organización Mundial de la Salud ha informa-
do que anualmente 5 millones de mujeres sufren de OD
morbilidad ginecoobstétrica severa; así mismo, la ma-
PR
yoría presenta una lesión en las vías urinarias, origina-
da por operaciones ginecológicas o trabajos de parto, y
RE

el mayor por ciento lo constituye la fístula vesicovaginal;


SU

es más común en el mundo subdesarrollado, con un


índice mayor en el continente africano, donde se observan
DA

de diversos tamaños y en diferentes situaciones


BI

topográficas, lo que constituye una verdadera calami dad.


I

En Cuba su incidencia ha disminuido; es mani- Fig. 14.12. Fístula vesicovaginal.


OH

fiesta la salida de orina por la vagina, con la consi-


PR

guiente alteración psíquica, sexual y social. Por todo de la vagina y la necesidad del cateterismo vesical, así
ello es necesario que urólogos y ginecólogos se es- como la utilización de colgajos de tejidos e interposi-
fuercen, en primer lugar, por que estas no se produz- ción de estos.
can y después por la búsqueda de un procedimiento Etiopatogenia. Las causas más frecuentes de
terapéutico adecuado; esa debe ser la concepción ante la fístula vesicovaginal son:
esta desagradable enfermedad.  Obstétrica: son menos frecuentes por la mejoría del
Se describen 3 etapas: primitiva, intermedia y seguimiento en el trabajo de parto.
moderna.  Secundaria a operaciones ginecológicas (histerecto-
Era primitiva. Se caracterizó por el trabajo obs- mías): se pueden originar por heridas directas en la
tétrico en manos de las comadronas, ya que a los mé- vejiga y por necrosis. Por afectación del riego san-
dicos no se les permitía la atención a las mujeres. Durey guíneo (lesión vascular).
describió el hallazgo de una gran fístula en la momia de  Otras:
una de las esposas de un rey.  Poscoitales (poco frecuentes).
Era intermedia. Se inició con la participación de  Grandes abscesos pelvianos.
los médicos; es conocida como la era del pesimismo,  Operaciones por rectocistoceles (raras).
por el fracaso frecuente en la reparación de las fístulas.  Neoplásicas (estas generalmente son combinadas
Era moderna. Se desarrollaron las técnicas qui- vésico-recto-vaginales).
rúrgicas y se planteó el principio de separar la vejiga  Posradiaciones.
Uroginecología 367
Los síntomas pueden aparecer entre 3 y 21 días
e incluso fluctuar entre 7 y 21; se presentan disuria,
hematuria, vagina húmeda, incontinencia urinaria, le-
siones irritativas en vagina, vulva y muslos.
Diagnóstico:
 Antecedentes: operación ginecológica, partos,
neoplasias, radiaciones previas.
 Factores predisponentes: infecciones (entre estas las
pélvicas), arterioesclerosis, diabetes y algunos de los
factores mencionados como antecedentes.
 Examen físico: observación de salida de orina por la
vagina y exploración de la continencia del esfínter,
así como observación del orificio fistuloso.
 Tacto vaginal: explorar el estado de la vagina, si existe
o no presencia de proceso tumoral ginecológico, le-
siones en vagina o vulva.
 Tacto rectal: determinar la continencia del esfínter
y si existe su participación en la fístula.
 Cistoscopia: se podrá observar el orificio fistuloso,

ÓN
tamaño y relación con los meatos ureterales; tam-
bién se buscará el estado del cuello y la uretra.

CI
 Prueba del colorante (azul de metileno): demuestra

UC
la salida de orina teñida por la vagina.
 Ultrasonido: es útil para determinar el estado del
OD Fig. 14.13. Urograma descendente. Obsérvese la comunica-
tracto urinario superior. ción vesicovaginal.
PR
 Urograma descendente: se indicará si el ultrasonido
lo sugiere o la prueba del colorante resultara nega-
RE

tiva (se sospechará la participación del uréter)  Cistoscopia y prueba de colorantes.


SU

(Fig. 14.13).  Apoyo emocional y médico a la paciente.


 Uretrocistoscopia: se indica ante la sospecha de  Seguimiento por urólogos y ginecólogos.
DA

participación uterina.
BI

Tratamiento: médico y quirúrgico.


I

Topografía. De acuerdo con su relación con el Médico. Lo más importante es evitar la fístula;
OH

trígono se clasifican en: una vez producida, se tratará la sepsis, si existe, y las
 Pretrigonales.
PR

lesiones que pudieran estar presentes.


 Trigonales. Los antibióticos solo se indicarán en caso de
 Retrotrigonales. sepsis. Se recomiendan soluciones como hibitane y
embrocaciones vaginales; también se emplearán me-
Es muy importante saber evitar la formación de dicamentos ansiolíticos, por las afectaciones psíquicas
una fístula vesicovaginal, para ello se recomienda: que sufren las pacientes. Se realizará cateterismo
 Mantener un adecuado seguimiento del trabajo de vesical. Algunos autores señalan el uso de esteroides
parto. para evitar la fibrosis; en nuestra práctica no los em-
 Poseer buen conocimiento anatómico. pleamos.
 Tratar de detectar las lesiones vesicales en el acto Quirúrgico. El tratamiento de la fístula vesicova-
operatorio. ginal (Figs. 14.14 y 14.15) ha sido una de las tareas
 Indicar cateterismo vesical previo, durante y pos- más difíciles para el urólogo, para ello es bueno cum-
operatorio de las intervenciones pélvicas. plir algunos pasos:
 Necesidad de utilizar un método eficiente, breve y
Ante la incontinencia urinaria posquirúrgica en la barato, dirigido a:
mujer, se recomiendan los pasos siguientes:  Resección total del trayecto fistuloso.
 Sondaje uretral permanente.  Lograr la adecuada separación de la vejiga y la
 Valoración urológica. vagina.
368 Urología

 Suturar de forma invertida: la vagina hacia abajo y


la vejiga hacia arriba; se pueden interponer seg-
mentos de tejidos entre ambas.
 Mantener catéteres vesicales permeables.

Técnica que se ha de utilizar: en este sentido han


aparecido formas diferentes y variadas para la solu-
ción de este problema. Si se diagnostica precozmente,
es útil el tratamiento endoscópico de electrofulguración
de los bordes (70 % de curación) Si falla, se pueden
utilizar cualquiera de los métodos conocidos. Algunos
autores señalan la conveniencia de operar a los 6 me-
Fig. 14.14. Resección del trayecto fistuloso.
ses, otros esperan menos tiempo (30 días) y hoy en
algunos centros se preconiza la intervención
precozmente.
Muchas vías se han utilizado recomendándose la
transvesical para aquellas que están situadas en el
trígono o retrotrigonales. Se utiliza la vía transperitoneal-

ÓN
transvesical como vía que da acceso a las situadas en

CI
posición trigonal y retrotrigonal.
La vía vaginal la utilizan con mayor frecuencia

UC
los ginecólogos y son de utilidad en aquellas fístulas
OD pretrigonales y o uretrales. La vía vagino-transvesical
es de utilidad y en ocasiones es necesario realizarlas
PR

en las fístulas trigonales y pretrigonales.


RE

Generalmente los urólogos utilizamos la vía trans-


vesical y algunos señalan que todas las fístulas de cual-
SU

quier posición topográfica se pueden realizar por dicha


DA

vía. Hoy en día con la incorporación de los ginecólogos


BI

a la terapéutica de las FVV se ha hecho frecuente la


I

utilización vaginal. Por último señalaremos las compli-


OH

caciones de las fistulectomías:


 Sepsis.
PR

 Caída y u obstrucción de la sonda.


 Fallo de la técnica y lesión neurovesical.
 Ligadura de uréteres.
Fig. 14.15. Cierre del trayecto fistuloso.  Formación de cálculos.

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Otras afecciones urológicas 371

Capítulo 15

ÓN
CI
Fernando Díaz García

UC
OD
PR

Muchos autores han descrito las alteraciones que se originan en la vejiga, pero
RE

ninguno tan detalladamente como el profesor Luis Cifuentes Delatte en sus libros
SU

Cistitis y Cistopatía.
Algunos urólogos y anatomopatólogos han aceptado el término cistopatías, otros
DA

lo niegan y el resto no lo menciona en sus libros y publicaciones. En Cuba, los trabajos


BI

relacionados con esta entidad, llena de criterios tan diferentes y de múltiples posibilida-
I

des etiológicas, son escasos.


OH

La sepsis urinaria, diferentes alteraciones de la mucosa vesical y múltiples cua-


PR

dros endoscópicos e histológicos, hacen de esta entidad una afección difícil de clasifi-
car y diagnosticar y, por lo tanto, de diferentes criterios y líneas de tratamiento.
En ocasiones, la mucosa vesical, perfecta barrera protectora, puede dar la impre-
sión de encontrarse en una situación inestable. Con frecuencia no parece normal, sin
embargo, no es posible hacer un diagnóstico firme, ni por cistoscopia ni por examen
microscópico.
Las alteraciones pueden permanecer estacionarias, desaparecer o progresar. La
mucosa puede presentar algunas anomalías, diversos tipos de cistitis, formación de
nidos de Von Brunn, metaplasias y otras.
Se trata de procesos benignos, pero también se encuentran en las primeras fases
de la carcinogénesis experimental o industrial y, por consiguiente, merecen y exigen un
estudio y vigilancia prolongada de los pacientes.
Embriogénesis del epitelio vesical. En los mamíferos, el desarrollo embrio-
nario de la vejiga es complejo. En su estudio temprano forma parte de una cloaca y
deriva del intestino primitivo. En los embriones de simios aparece la membrana vesical
urorrectal, que separa el recto de la vejiga. Se completa en los fetos de 16 mm.
La porción proximal forma la vejiga y parte de la uretra, y la porción distal parti-
cipa en la formación de los genitales (senos urogenitales). La obliteración del conducto
372 Urología

onfaloalantoideo se transfo rma en el uraco; los con- La superficie de revestimiento está compuesta
ductos de Wolff, en conductos espermáticos en el hom- por células superficiales que forman las membranas
bre, y los conductos de Gartner, en la mujer. asimétricas de 120 Å de espesor y 3 capas: una cen-
En los casos de extrofia vesical se pueden obser- tral, radiotransparente, y otras 2 capas por fuera, de
var varios tipos de epitelio: epitelial, glandular produc- mayor densidad. El aparato de Golgi está bien repre-
tor, epitelial escamoso y pequeñas líneas de endotelio. sentado en estas células.
El epitelio vesical retiene la capacidad totipotencial de La función de la membrana asimétrica en las ra-
producir estos tipos de epitelio en la vejiga de un adulto tas es la de separar, o sea, una barrera entre la orina y
normal, lo que puede ser el reflejo de sus variantes la sangre, lo que ha sido demostrado por Hicks en es-
histológicas benignas del cáncer vesical. tudios químicos realizados en carcinogénesis experi-
mental.
Las células del urotelio están unidas: las superfi-
Urotelio ciales, unas a otras por fuertes uniones, y a las capas
profundas por desmiosomas. El resto epitelial descan-
El forro epitelial de los mamíferos muestra una sa sobre la lámina propia, la cual es recta cuando el
estructura única funcional. La documentación ha que- epitelio es normal y ondulante; en los epitelios que no
dado deficiente y su urotelio no difiere, en esencia, del son normales, conforme a la base celular de las capas.
de los seres humanos. Variantes proliferativas benignas. La frecuen-
Microscopio de luz. Está compuesto por dife- cia y el significado biológico de los quistes de Brunn,

ÓN
rentes capas, de espesor variable, que aumentan o dis- cistitis quística y glandular, y el epitelio vaginal del epi te-

CI
minuyen según la distensión vesical: en experimenta- lio escamoso, fueron investigados por Wiemer en
100 autopsias de fallecidos (de 30 años o más). Nor-

UC
ción con ratas, 3 capas en máxima distensión, y de 5 a
6 en vejigas vacías; en el perro, en la vejiga vacía se-
OD malmente, se encontraron nidos de Von Brunn y cistitis
rán de 6 a 7; en los seres humanos, de 5 a 7 capas en quística en ubicación anterior de la vejiga y porciones
biopsias endoscópicas, con moderada distensión; más bajas del uréter. Los nidos de Von Brunn se hallaron
PR

de 7 capas se considera anormal. con mayor frecuencia. La metaplasia escamosa se


RE

El urotelio se caracteriza por su capa superficial, detectó en 40 % de las mujeres y fue poco común en
compuesta por largas células superficiales, en forma el hombre. Este epitelio puede apare cer debido a los
SU

de sombrilla; estas cubren varias células pequeñas, in- cambios cíclicos ovulatorios en la mujer y se puede
DA

mediatamente debajo de ellas; son binucleadas o observar en la citología urinaria mediante el urocis-
BI

multinucleadas, varían de tamaño y configuración de tograma.


I

acuerdo con el estado de llenado o vaciamiento vesical Epitelio mucus productor de tipo colónico en
OH

y el ángulo de la sección del tejido. En las vejigas la vejiga. La diversidad de diferenciación del epitelio
distendidas son planas y finas, y en las vacías, gruesas vesical y la producción de epitelio colónico se trataron
PR

o cuboideas. en la extrofia vesical. Tales cambios se han observado


La presencia de células superficiales se puede repetidamente.
considerar como evidencia de una relativa normalidad Gordon describió 2 casos en los que tanto el
del epitelio. Desafortunadamente, estas pueden ser urotelio de la pelvis renal como de la vejiga fue reem-
desprendidas y no observarse, por separarse durante plazado totalmente. Las células de Paneth se observa-
la biopsia. ron en uno y las argentófilas, en ambos; estas se pue-
En estudios por histogénesis, Munis y Dortman den asociar a carcinomas de tipo entérico. Dichos
demostraron la presencia de glucógeno en todas las epitelios pueden dar lugar a lesiones típicas del intestino.
capas del urotelio humano y una de moco superficial. Lesiones o variantes proliferativas del epitelio
Métodos histoquímicos han demostrado la presencia vesical:
de una membrana basal que separa el epitelio de la  Nidos de Von Brunn.
lámina propia.  Cistitis quística.
Sistema de membrana asimétrica. Ultraes-  Cistitis glandular.
tructura. El microscopio electrónico ha demostrado  Metaplasia escamosa.
que todos los mamíferos presentan un sistema de mem-
brana única, cuya estructura, origen y función se han Estas lesiones se consideran como anomalías y
estudiado recientemente. se atribuyen a inflamaciones y estímulos proliferativos.
Otras afecciones urológicas 373
Pending sugiere que son el reflejo del espectro de las de la piel; el contenido de glucógeno es variable: pobre
variantes normales del epitelio vesical. en el tipo epitelial y elevado en la variante trigonal .
En ocasiones la teoría inflamatoria no puede ser Tratamiento. Se debe interpretar como una po-
sostenida porque los cambios ocurren incidentalmente. sible degeneración en un carcinoma epidermoide
La asociación de estas lesiones con carcinomas debe vesical, por lo tanto, se indicará el tratamiento de los
ser observada. factores sépticos e irritatativos, así como su control
Lesiones precancerosas. Es de gran importan- periódico.
cia la observación micro y macroscópica de las capas
superficiales del urotelio, como factor diagnóstico y
pronóstico, fundamentalmente en los pacientes con
Nidos de Von Brunn
neoplasias papilares de vejiga, de aquí la importancia
Sinonimia. Folicular de Von Brunn.
de la biopsia múltiple y la citología urinaria.
Concepto. Descritos por Von Brunn en 1893, en
 Hiperplasia simple sin anormalidades nucleares: las
Rostock, Alemania, son cúmulos redondeados de célu-
capas epiteliales se incrementan por encima de las que penetran profundamente en la submucosa
7 células. El epitelio tiende a formar excrecencias vesical. Se trata de verdaderas inclusiones epiteliales
papilares microscópicas o áreas de Thiekening. Tiene dentro de la submucosa vesical, rodeadas de una deli-
valor significativo cuando existe o existió un carci- cada capa, pero se desconoce su presencia en la vejiga.
noma papilar. Muchos autores la describen en vejigas norma-
 Hiperplasia atípica: se origina un incremento de ca-

ÓN
les, sin antecedentes previos; otros la encuentran en

CI
pas epiteliales, con anormalidades nucleares. La su- vejigas sometidas a procesos irritativos crónicos. Su
perficie celular puede estar preservada o ausente, hallazgo puede ser ocasional en la mucosa sana; no

UC
de acuerdo con la severidad de la lesión. constituye, por sí misma, una enfermedad. En resu-
 Carcinoma in situ: el epitelio está compuesto por
OD men, se puede interpretar como una lesión proliferativa
anormalidades nucleares obvias y patrones desor- del epitelio y un reflejo del espectro normal de las va-
PR

denados del desarrollo. Las capas superficiales no riantes del epitelio vesical.
RE

se identifican bien y están constituidas entre 4 y 20 ca- Endoscopia. Se observan lesiones nodulares
pas. El tamaño de las células es variable. La pequeñas al nivel del cuello, retrotrigonal, así como en
SU

hiperplasia atípica y el carcinoma in situ deben ser bajo fondo y paredes laterales. En ocasiones se puede
DA

admitidos como precursores del cáncer vesical. confundir con la cistitis folicular. Ambas se señalan
como representantes de la cistitis nodular. Solo la biop-
BI

Los síntomas y eventos clínicos del carcinoma sia brindará su verdadera causa.
I
OH

total de vejiga no son más que la parte visible de un Tratamiento. No tiene tratamiento específico;
iceberg y reflejan clínicamente el “silencio” de las anor- se debe actuar sobre los factores sépticos e irritativos.
PR

malidades epiteliales de larga duración.


Cistitis
Metaplasia escamosa vesical
La cistitis es un proceso inflamatorio, que se lo-
Sinonimia. Leucoplasia vesical. caliza exclusivamente en la mucosa vesical; obedece
Definición. Se define como metaplasia escamosa a diferentes causas, sin un patrón histológico específico.
el reemplazo total o parcial del urotelio por un epitelio Se debe tener en cuenta que este concepto se relacio-
escamoso maduro, en ocasiones queratinizado. na con las cistitis no específicas, pues las específicas
Localización. Se puede encontrar en cualquier (TB, bilharziosis, etc.) presentan elementos histológicos
parte de la mucosa vesical, debido a irritaciones cróni- que las definen.
cas o inflamatorias como la litiasis, esquistosomiasis y
otras. Cistopatías
Su color blanquecino, en forma de capa, indica la
transformación del epitelio. El término cistopatía fue empleado por Cifuentes
Histología. Epitelio escamoso, con o sin capas (1948) para definir múltiples afecciones vesicales que no
de queratina. A veces recuerda el epitelio escamoso obedecen a causas inflamatorias, de origen desconoci do,
374 Urología

las cuales presentan lesiones histopatológicas que las De todas, la más aceptada es la degeneración
individualizan y caracterizan. quística de los nidos de Von Brunn, pues existen evi-
dencias entre la cistopatía quística, la cistopatía glan-
dular y la degeneración de los nidos de Von Brunn.
Histogénesis y embriogénesis Entre las hipótesis planteadas se señala que la
de la mucosa vesical oclusión de un conducto de la cistopatía glandular ori-
gina un quiste con contenido mucoso o mucina. Se pre-
Para poder iniciar el estudio de las cistopatías es senta, por lo general, en las mujeres que se encuentran
necesario conocer la embriogénesis e histogénesis del entre la quinta y sexta décadas de la vida.
epitelio de la mucosa vesical. La potenciabilidad de Endoscopia. Se observan pequeñas formacio-
sus células y sus diferentes variantes histológicas, tan- nes quísticas prominentes, con fino cuello y color que
to benignas como malignas, hacen de este tema una abarca desde el transparente y claro hasta el verdoso
parte fundamental de su estudio. o marrón. Aparecen en el cuello vesical, trígono, peri-
Clasificación. Muchos autores han tratado de meatal y retrotrigonal preferentemente.
clasificarlas. Guyon, Hinman, Rousing y Cifuentes crea- Histología. Quistes revestidos de células epitelia-
ron las suyas, pero ninguna tiene un basamento les aplanadas y de una sola capa.
etiológico o clínico, aunque sí un verdadero valor histó- Tratamiento. No existe un tratamiento específi-
rico. Hoy día no existe una clasificación que abarque co, por tanto, es eminentemente sintomático.
todas las cistopatías, por ello, para poder tener una base

ÓN
de inicio en su estudio, se emplea la de afecciones
Cistopatía folicular

CI
vesicales, sugerida por la OMS (Mostofi), que, aunque

UC
incompleta, agrupa las principales (Cuadro 15.1).
Sinonimia. Cistitis folicular.
Cuadro 15.1. Clasificación histológica internacional
OD La cistopatía folicular se caracteriza por la pre-
sencia de folículos linfáticos en la submucosa vesical,
PR

Grupo VI Grupo VII generalmente como expresión de una respuesta inmu-


RE

nológica; puede aparecer en toda la extensión de la


Anomalías epiteliales Lesiones seudotumorales
mucosa del tracto urinario. Estos folículos deben tener
SU

Cistitis papilar Cistitis folicular


Nidos de Von Brunn Malacoplasia un centro germinativo para poderse catalogar como
DA

Cistitis quística Amiloidosis cistopatía folicular. Es más frecuente en las mujeres


Metaplasia glandular Pólipo fibroso
BI

que presentan síndrome disúrico recidivante, el cual no


Adenoma nefrogénico Endometriosis
I

Metaplasia escamosa Hamartomas. Quistes


siempre se asocia a sepsis urinaria.
OH

Greene y Feldman aislaron el colibacilo en 11 de


20 pacientes. Díaz y colaboradores lo reportaron en
PR

Cistopatía quística 75 % de sus pacientes.


No todas las casuísticas, ni todos los autores le
Sinonimia. Cistitis quística. dan importancia etiológica al factor bacteriano y sí como
Se pueden observar 3 tipos de quistes. una respuesta inmunológica de la mucosa vesical a otro
1. Pequeños, de contenido claro. factor desconocido, de ahí la necesidad de insistir en el
2. Pequeños, de color verde o marrón. estudio de esta afección. Evoluciona generalmente en
3. Quistes al nivel del uréter y los conductos excre- mujeres entre los 40 y 50 años.
tores (ureteritis y relitis quística), cuyo diagnósti- La presencia de folículos linfáticos, con centros
co se debe sospechar cuando se encuentran en germinativos, es patognomónica de esta entidad. Estos
los meatos uretrales. presentan gran cantidad de linfocitos B.
Tratamiento. No tiene tratamiento específico. Se
Existen 4 teorías que tratan de explicar su pato- indicarán antibióticos, si existe infección concomitante.
genia:
1. Parasitarias (protozoarios).
2. Inflamatoria. Cistopatía glandular
3. Degeneración quística de los nidos de Von Brunn.
4. Glandular. Sinonimia. Cistitis glandular; metaplasia glandular.
Otras afecciones urológicas 375
Se caracteriza por la presencia de glándulas en la Endoscopia. Se caracteriza por una membrana
mucosa vesical, sobre la base de la degeneración es- tenue y fina, con un color que abarca desde el gris
tructural del epitelio vesical en el sentido de producir blanquecino hasta el rosado lechoso. Cifuentes descri-
glándulas. be 4 tipos, desde pequeños islotes en el trígono hasta
El término cistopatía es más aceptado, pues se aquel que lo cubre débilmente.
puede hallar sin la menor presencia de inflamación o Histología. Se caracteriza por un epitelio tipo
sepsis, o mantenerse después de haber desaparecido vaginal con células aplanadas, estratificadas, grandes
esta. Se origina como un proceso degenerativo o una y claras, sin papilas, con un elevado contenido de
aberración de causa embrionaria. glucógeno.
Los síntomas son los comunes a un síndrome Tratamiento. Se llevará a cabo en dependencia
disúrico. Puede o no concomitar con sepsis y su diag- de los síntomas. No se indicarán antibióticos, pues no
existen indicios de sepsis urinaria. Se deben realizar
nóstico positivo solo es posible mediante la biopsia
estudios ginecológicos, debido a que el influjo hormo-
endoscópica.
nal estrogénico debe ser de interés en el seguimiento
Endoscopia. Aparecen formaciones de aspecto
de estas pacientes.
quístico, en racimo de uvas de color verdoso y algunos
oscuros. Su localización dependerá del tipo, cuello
vesical, trígono, bajo fondo vesical o calota. Pueden Malacoplasia
encontrarse dispersas, pero no es frecuente. Solo la
biopsia endoscópica definirá el tipo de cistopatía glan- La malacoplasia es una lesión granulomatosa, con

ÓN
dular, así como su diferencia con la quística. reactividad alterada de unos macrófagos e histiocitos

CI
Evolución. Se debe vigilar estrechamente por (células de von Hansemann); su causa se desconoce.

UC
su elevada degeneración hacia el adenocarcinoma Endoscopia. Placas redondeadas (con relieve),
vesical. OD de color amarillento, grisáceo o rosado, en ocasiones
Tratamiento. Se deben eliminar todos los facto- con un aspecto que recuerda un proceso tumoral.
Existen reportes de su presencia en el riñón, ure-
PR
res irritativos o sépticos.
Se indicará la resección transuretral, así como la tra, próstata y otros lugares de la economía.
RE

electrofulguración en los casos que lo requieran. El Se manifiesta por disuria recidivante y hematuria
frecuente. La sepsis urinaria asociada es parte del cua-
SU

chequeo endoscópico (2 o 3 veces al año) es indispen-


sable para la buena evolución de los pacientes. dro. El diagnóstico positivo depende de los resultados
DA

Cuando la lesión invade la muscular, la cistectomía de la biopsia endoscópica.


BI

parcial o total (en dependencia de la extensión) está Tratamiento Resección transuretral, anticoli-
I

plenamente justificada. nérgicos y antibióticos. No tiene un tratamiento espe-


OH

cífico.
PR

Epitelio vaginal del trígono


Amiloidosis vesical
Sinonimia. Trigonitis, metaplasia vaginal, uretro-
trigonitis, metaplasia escamosa del trígono. Lesión vesical muy poco frecuente, que consiste
Término para reconocer una entidad en la cual el en el depósito extracelular de amiloide, prote ína de
epitelio de la mucosas trigonal se encuentra reempla- estructura fibrilar con una pequeña fracción de muco-
zado por un epitelio tipo vaginal. Se ha detectado en polisacárido (glicosaminoglicanos).
edades reproductivas; no se conoce bien su frecuen- Tratamiento. Se puede encaminar a la resec-
ción de la masa tumoral y la instalación de DMS al 50 %.
cia y responde al influjo hormonal estrogénico. Su etio-
La afección vesical secundaria obedece a proce-
logía aún no está clara y es exclusiva del sexo femenino.
sos sistémicos, artritis reumatoide, neoplasias, proce-
Cuadro clínico. Se caracteriza por un síndrome
sos infecciosos crónicos, etcétera.
disúrico, con polaquiuria y urgencia miccional. Los sín-
tomas no se deben a la presencia del epitelio vaginal;
responde al influjo estrogénico, de la misma manera Trigonitis
que el epitelio vaginal. Dicha condición se debe dife-
renciar de la verdadera metaplasia escamosa, la cual, Sinonimia Cistopatía crónica trigonal, leucoplasia
muy pocas veces, está confinada al trígono. del trígono, trigonitis seudomembranosa.
376 Urología

El término trigonitis fue utilizado por Cifuentes En la biopsia endoscópica se muestra el típico
para definir “una inflamación localizada estrictamente tejido endometrial, con sus glándulas características.
a la región del trígono, de aspecto seudomembranoso, Tratamiento. Depende de la edad de la pacien-
evolución crónica, con o sin infección urinaria, que res- te (en mujeres jóvenes). Se prefiere la exéresis del
ponde satisfactoriamente a la eliminación de un foco tejido ectópico, bien por resección transuretral o a cie-
séptico”. Dicha entidad no ha sido reconocida como lo abierto. En las mujeres próximas a la menopausia, la
tal por todos los urólogos y como seudomembranosa observación puede ser una conducta. También se indi-
por la escuela americana. can la castración quirúrgica o por rayos X, o los análo-
Cuadro clínico. Se observa exclusivamente en gos de LHRH o damazol.
la mujer y muy pocas veces en el hombre. Su inicio es
brusco; comienza como un síndrome disúrico agudo
por polaquiuria, ardor y tenesmo vesical. Cistitis eosinofílica
Cistoscopia: puede adoptar 3 formas clásicas: y granuloma eosinófilo
1. Trigonitis hiperémica: enrojecimiento y vasculari-
zación por encima del trígono normal. Se considera una entidad local o una manifesta-
2. Asimétrica o parcial: inicios de seudomembranas ción local de una enfermedad generalizada. A pesar de
que toman parcialmente el trígono. su semejanza, algunos autores las consideran diferen tes.
3. Trigonitis seudomembranosa: las membranas Su causa es desconocida y se induce como una
asientan, sobre todo el trígono, adheridas a este, respuesta alérgica a un estímulo dado. El granuloma

ÓN
cubriéndolas totalmente y respetando los meatos eosinófilo se observa preferentemente en personas jó-

CI
ureterales. Está constituida por fibrinas y leu- venes y se puede confundir con un tumor de vejiga. La
biopsia, con presencia de un gran infiltrado eosinofílico

UC
cocitos.
OD e histiocitos y los cristales de Charcot-Leydem (pue-
Se debe diferenciar de la uretritis granulosa y el den ser observados), permitirá el diagnóstico positivo.
Tratamiento. Se indicarán:
PR
epitelio de tipo vaginal. Los gérmenes no son específi-
 Antihistamínicos.
cos, entre estos se encuentran coli, proteus, enterobac-
RE

 Corticoides.
terias, grampositivos y otros.
 Antibióticos.
SU

Tratamiento. Se debe aislar un foco séptico a


distancia, entre estos el genital, e indicar antibiótico o
DA

La resección transuretral o la cirugía abierta se


quimioterapia, según el germen aislado. Algunos auto-
indicarán en el granuloma.
BI

res sugieren el tratamiento intravesical con soluciones


I

antibióticas o antisépticas para tratar de eliminar las


OH

seudomembranas. Los parasimpaticolíticos, bolsa de Cistitis papilomatosa


PR

agua helada y abundantes líquidos, aliviarán los sínto-


mas. Sinonimia. Cistitis polipoidea.
Es una entidad sumamente rara, de la cual exis-
ten muy pocos reportes en la literatura mundial.
Endometriosis vesical Se desconoce su causa y no degenera a la malig-
nidad. Son características las vellosidades epiteliales
Sinonimia. Endometrioma. en zonas parcelarias o totales de la vejiga, que respe-
Cistopatía provocada por la existencia de tejido tan el trígono y los meatos ureterales. Se reporta tanto
endometrial normal y funcionante, con una localiza- en los hombres como en las mujeres y se acompaña de
ción ectópica fuera del útero, en este caso la vejiga. un pH fuertemente alcalino y sepsis urinaria.
Aparece en la mujer fértil (entre los 20 y 45 años Endoscopia. Se observan las vellosidades
de edad) y se caracteriza por hematurias cíclicas que epiteliales que sustituyen la mucosa vesical y respetan
acompañan la menstruación (menuria). Fuera de esta el trígono; su epitelio corresponde a un epitelio plano
etapa la paciente está asintomática. estratificado.
Endoscopia. Se observa una masa tumoral en la Tratamiento. Es inespecífico y está dirigido a la
cúpula, base, trígono o cerca de los meatos ureterales, acidificación de la orina y la antibioticoterapia. Se ha
sangrante, con pequeños quistes en su superficie, de reportado el empleo de ácido acético al 2 %, así como
acuerdo con la etapa menstrual. la electrofulguración endoscópica.
Otras afecciones urológicas 377
Cistitis intersticial 2 min, donde se pueden observar hemorragias y
granulaciones, así como áreas de fisuras.
Síndrome idiopático que se caracteriza por un La úlcera de Hunner se puede presentar hasta
proceso inflamatorio crónico de la vejiga, donde se en 10 % de los pacientes; se localiza en la mucosa y
encuentra una marcada desproporción de la intensidad está rodeada de tejido de granulación.
de los síntomas, con una marcada disminución de la Biopsia. Se observa una pancistitis transmural
capacidad vesical. crónica, con inflamación y fibrosis, que puede afectar
Con frecuencia, las lesiones se presentan en la las capas más profundas.
submucosa; pocos signos endoscópicos, donde la Urodinamia. Es importante para el diagnóstico.
sobredistensión puede provocar fisuras sangrantes. Los Presencia de urgencia miccional con llenado de 150 mL
estudios citológicos y bacteriológicos son negativos. de agua, y flujo de llenado de 30 a 100 mL/min. Capa-
Etiología. De causa desconocida, se evocan pro- cidad vesical disminuida globalmente y presencia de
cesos infecciosos, obstructivos, vasculares y linfáticos; contracciones involuntarias.
neuropáticos y endocrinos (raro en el hombre y fuera Tratamiento. No existe un tratamiento específi-
del periodo hormonal). co que pueda satisfacer a cada uno de los pacientes.
Se plantean otras causas, entre estas las psíqui- El beneficio se logra con los diferentes esquemas de
cas y autoinmune, así como la pérdida de glicosami- tratamiento e incluso con una combinación de estos;
noglicano, capa protectora de la mucosa vesical, producto 10 % puede llegar a remisiones espontáneas.
de sustancias tóxicas en la orina. Intravesical:

ÓN
Cuadro clínico. Entre los síntomas más frecuen-  Distensión hidráulica de la vejiga.

CI
tes se describen polaquiuria, ardor miccional y dolor en  Resección transuretral de la úlcera de Hunner.
el hipogastrio, cuando la vejiga se distiende disminu-  Laserterapia.

UC
yendo a la micción. Se pueden presentrar desde mic-  Instilación de dimetil sulfóxido.
ción imperiosa hasta incontinencia urinaria.
OD
 Nitrato de plata.
Las crisis de cistitis en la mujer, con orinas esté-
 Heparina-corticoide-clorpactin.
PR

riles, hacen sospechar el diagnóstico. Los estados de


RE

estrés, así como las relaciones sexuales, agravan los


Sistémico:
síntomas.

SU

Pentosano polisulfato: mejora la capa de glicosa-


Endoscopia. Esta prueba se debe realizar siem-
pre bajo anestesia. minoglicano.
DA

 Antidepresivos tricíclicos.
Cifuentes refiere 3 tipos, no descritas por otros
BI

autores.  Opiáceos.
I

1. Fibrosis submucosa difusa.  Estimulación nerviosa transcutánea.


OH

2. Cistitis submucosa de Hunner.


PR

3. Úlcera simple. Quirúrgico:


 Cistoplastia de aumento.
La capacidad vesical deberá estar disminuida. Se  Cistectomía subtrigonal.
inicia la endoscopia distendiendo la vejiga durante 1 o  Cistectomía total y derivaciones urinarias.
378 Urología

René Gómez Areces

En el adulto, se considera hipertensión arterial con mayor frecuencia en el tercio proximal de la arte-
(HTA) el aumento de la presión arterial por encima de ria renal principal, generalmente a partir de la sexta
valores normales de 140 mm Hg para la presión sistólica década de la vida; es más común en el hombre, segui-
y de 90 mm Hg para la diastólica. En Cuba su preva- da en orden de frecuencia por la hiperplasia o displasia
lencia es de 38,2 a 25,6 % en los mayores de 15 años, fibromuscular, descrita en 1938 por Leadbetter y
con una incidencia anual de 0,4 a 2,5 %, y una tasa de Burkland, que representa 33 %. Esta enfermedad se
mortalidad de 7,3 a 8,1 por 100 000 habitantes. presenta en personas jóvenes (menores de 25 años),
Se clasifica en 2 grandes grupos: principalmente en las mujeres, con una frecuencia de
1. Primaria o esencial: representa más de 90 % del 3 a 1, y pueden estar afectadas cualquiera de las túni-

ÓN
total de hipertensos, por ejemplo, en Suecia, 94,2 %; cas de la arteria.

CI
Escocia, 92,1 % y Cuba, 91,3 %. Brookstein las clasifica en:
2. Secundaria: no es muy frecuente (menos de 10 %).  Fibrodisplasia de la íntima: 1 %.

UC
En Suecia se reporta 5,8 %; Escocia, 7,9 % y  Fibrodisplasia de la media: de 60 a 70 %.
Cuba, 8,7 %; se puede determinar por afecciones
OD  Hiperplasia de la media: 5 %.
neurológicas, endocrinas, tóxicas y vasculorrenales.  Fibroplasia perimedial: de 15 a 25 %.
PR

 Disección de la media: 5 %.
 Fibroplasia periarterial (adventicia): de 1 a 2 %.
RE

El riñón interviene en la patogenia de la HTA por


la alteración de 3 mecanismos fundamentales:
SU

Otras causas infrecuentes representan el 1 %


1. Regulación de la volemia a través del control del
restante:
DA

agua y el sodio.
 Poliarteritis nodosa.
BI

2. Sistema renina-angiotensina-aldosterona.
 Arteritis de Takayasu.
I

3. Liberación de sustancias vasodilatadoras, como las


 Fístulas arteriovenosas.
OH

prostaglandinas.
 Aneurismas aórticos saculares o disecantes.
PR

 Aneurismas de la arteria renal principal.


En todas las afecciones renales se involucran, a  Coartación aórtica.
la vez, uno o varios de estos 3 mecanismos; así mismo,  Arteritis por irradiación o luética.
el desarrollo de HTA primaria o esencial de larga du-  Compresiones extrínsecas por bridas o bandas
ración puede afectar el funcionamiento renal y perpe- fibróticas cicatrizales o por tumores retroperito-
tuar sus factores generadores, además de determinar neales.
un daño vascular secundario que la agrava.
La HTA vasculorrenal se puede presentar por una Causas de lesión parenquimatosa primaria, con
lesión vascular primaria de la aorta, de la arteria renal afectación vascular productora de HTA secundaria:
principal o de sus ramas, de causas congénita, degene-  Pielonefritis crónica, asociada o no a reflujo vesi-
ra-tiva, inflamatoria, traumática o tumoral; afecta la coureteral.
luz del vaso y su pared; también puede ser de naturale-  Atrofia renal afuncional.
za extrínseca, desde el ostium aórtico renal hasta sus  Hipernefroma, reninoma y tumor de Wilms.
ramas finas intraparenquimatosas; por afección paren-  Enfermedad poliquística renal.
quimatosa o la combinación de ambos procesos.  Quiste seroso de localización parahilial.
Entre las causas más comunes de lesión vascular  Hidronefrosis.
primaria se encuentran la ateromatosis, que represen-  Tuberculosis renal.
ta 66 % de las estenosis de la arteria renal y se localiza  Hipoplasia renal segmentaria de Ask-Upmark.
Otras afecciones urológicas 379
 Nefritis rádicas.  HTA severa a cualquier edad.
 Cicatrización perinefrítica, conocida como riñón de  HTA de difícil control o su agravamiento.
Page.  HTA que se controla con inhibidores ECA.
 Lesiones ateroescleróticas a otro nivel.
Fisiopatología. Menéndez y colaboradores  Empeoramiento reciente de la función renal (de
(1939) y Page y colaboradores (1940) demostraron que causa no precisada).
el riñón isquémico liberaba renina a la circulación, pero
esta no ejercía una acción presora directa, sino que En relación con los antecedentes familiares de
actuaba como una enzima sobre el sustrato del plas- HTA, estos son más frecuentes en las esenciales (so-
ma: una alfa-2 globulina de origen hepático, denomina- brepasa 50 %); en la HTA vasculorrenal es muy dis-
da hipertensinógeno por Braum Menéndez, y sustrato cutida su presencia, aunque Page y Dustan señalan
renina, por Page. que se puede referir hasta 30 %. Son de interés los
La sustancia vasoactiva así formada fue denomi- antecedentes personales de glomerulonefritis, pielone-
nada hipertensina por el primero y angiotensina I por el fritis crónica, reflujo vesicoureteral, litiasis uri naria,
segundo, la cual, en presencia de un activador sérico, traumas renales, radioterapia abdominal y hábi tos
se transformaba en angiotensina II y provocaba la res- tóxicos como el tabaquismo, que alcanza una inciden-
puesta hipertonógena; esta, a su vez, estimulaba la se- cia de 74 % en las estenosis fibromusculares y llega a
creción de aldosterona, la cual, al actuar sobre el riñón 88 % en la enfermedad ateroesclerótica.
provoca un aumento de la reabsorción de sodio, deter- En el examen físico se deben realizar tomas

ÓN
minante de una expansión del líquido extracelular que seriadas de la tensión arterial en cada brazo, con el
inhibe la liberación de la renina, por lo que el sistema paciente acostado, sentado y de pie, de esta manera se

CI
renina-angiotensina-aldosterona es una cascada hor- han podido comprobar cambios: en la posición de pie

UC
monal integrada, que controla de manera simultánea la se reducen tanto la sistólica como la diastólica (40 %),
tensión arterial, el equilibrio del sodio y potasio e influ-
OD lo que solo alcanza 26 % en la HTA esencial, con total
ye en el flujo sanguíneo regional. ausencia de lesiones renales o suprarrenales.
PR
Desde los trabajos experimentales de Goldblatt, Los pulsos periféricos se deben explorar en bus-
en 1934, se demostró que la constricción parcial de la
RE

ca de su disminución o ausencia, que traducirían lesio-


arteria renal, causante de isquemia parenquimatosa, nes inflamatorias o degenerativas y reflejarían la con-
SU

provoca el aumento de liberación de renina por las cé- comitancia con lesión vascular renal, como sucede en
lulas del aparato yuxtaglomerular y determina la HTA la arterioesclerosis, enfermedad de Takayasu y otras.
DA

vasculorrenal. En la auscultación abdominal y lumbar se pueden


BI

También se han demostrado alteraciones de la encontrar soplos de localización epigástrica, a la derecha


I

hemodinamia renal, determinantes de isquemia paren- o a la izquierda de la línea media, que traducirían una
OH

quimatosa, con la consiguiente liberación de renina en lesión de la arteria renal o a todo lo largo de la a orta,
PR

la perinefritis constrictiva. Otros factores son capaces cuando la lesión afecte dicho vaso; así mismo se deben
de aumentar la liberación de renina: prostaglandinas auscultar las regiones lumbares en busca de soplos.
producidas por las células del endotelio vascular, la Durante la palpación abdominal se pueden de-
prostaciclina o prostaglandina I 2 (PGI 2), así como las tectar tumores abdominales pulsátiles, que evidencian
producidas al nivel del propio riñón: la prostaglandina un aneurisma aórtico abdominal.
PGA 2 (Medullin) o la prostaglandina E 2 (PGE 2). Se Es necesario un examen urogenital exhaustivo en
incluyen otras sustancias vasodilatadoras que aumen- busca de posibles masas renales palpables uni o bilate-
tan la liberación de renina, como las aminas presoras: rales, como riñones poliquísticos, tumores sólidos o
serotoninas, triptaminas, dopamina y noradrenalina. quísticos del riñón, hidro o pionefrosis, que puedan ser
Diagnóstico. La HTA vasculorrenal constituye la causa de la HTA; puntos pielorrenoureterales positi-
la respuesta del riñón a una gran variedad de lesiones vos orientarían hacia una pielonefritis crónica, que en
determinantes de un trastorno circulatorio parenqui- forma subclínica, con gran frecuencia, evolucionan con
matoso renal, por lo que se deben considerar múltiples una HTA de origen vasculorrenal.
factores y asegurar un criterio de selección, teniendo El estudio de la retina mediante el examen del
en cuenta: fondo de ojo es importante para estimar la gravedad
 Factores de sospecha clínica: de la HTA, ya que las lesiones de las arteriolas son
 Edad de inicio de la HTA (menores de 30 años o equivalentes a las que existen en el resto del organis-
mayores de 50). mo, particularmente en el riñón.
380 Urología

Estudios de laboratorio clínico: cuando existe estenosis de la arteria renal, después


 Hemograma: en la mayoría de los pacientes es nor- de la administración de captopril.
mal, aunque puede revelar anemia normocítica y  Urograma descendente: actualmente es un estudio
normocrómica, traductora del grado de insuficien- muy discutido por muchos autores; se debe realizar
cia renal relacionada con la nefropatía hipertonógena en secuencias rápidas de 1 min hasta los primeros
de base o secuela de la nefroangioesclerosis avan- 5 min (urograma minutado) y obtener vistas a los
zada, evolutiva de la HTA. 10, 15 y 30 min. En general se acepta un valor de
 Creatinina sérica: las cifras pueden ser normales o 70 % de positividad, con 10 % de falsopositivos y
elevadas, si existe insuficiencia renal evolutiva; en 20 % de falsonegativos.
la glicemia, las cifras elevadas indican una diabetes En la placa simple inicial se pueden encontrar imá-
mellitus de base. genes relacionadas con la posible causa de HTA,
 Ionograma: es importante demostrar la existencia como litiasis radiopacas, anillos calcificados parcial
de hipokalemia, como consecuencia de la excreción o totalmente en la zona del hilio renal, sugestivos de
elevada de potasio en la orina, determinada por el aneurismas renales calcificados; calcificaciones
aldosteronismo secundario presente en la HTA vas- vasculares por arterioesclerosis y disminución o au-
mento del tamaño de la sombra renal.
culorrenal (sistema renina-angiotensina-aldosterona).
En el estudio contrastado se detectan alteraciones
 Sedimento urinario: es frecuente el hallazgo de
morfológicas sugestivas de suboclusión arterial re-
proteinuria, que constituye un signo precoz de isque-
nal unilateral, como: disminución del tamaño del ri-
mia renal; cilindruria, en casos de glomerulonefritis,

ÓN
ñón (> 1 cm) o bien la disminución de la cortical
arterioesclerosis renal y HTA maligna, con arteriolitis

CI
renal (> 0,5 cm) en relación con el contralateral;
necrotizante e infección bacteriana, además, leucoci- presencia de retracciones o atrofia parcial del

UC
turia marcada y posible hematuria asociada. parénquima renal; presencia de cálices, pelvis y
 Urocultivo: es obligatorio en todo paciente hipertenso.
OD uréter afinados (gráciles), debido a la disminución
Si se sospecha tuberculosis genitourinaria, este se del volumen urinario; aspecto normal de los cálices,
PR

realizará en medios especiales como el de Lowens- aunque más pequeños que en el lado opuesto, dado
RE

tein-Jensen. por una hipoplasia renal; aspecto festoneado o


muescas en el tercio superior del uréter, debido a la
SU

Estudios imagenológicos: presencia de circulación colateral en el uréter supe-


 Ultrasonografía renal: es un método no invasivo, que
DA

rior o pueden encontrarse imágenes sugestivas de


en esta etapa de pesquisaje per mite determinar las afecciones del parénquima renal, como irregulari-
BI

características morfológicas de la masa renal y la dad del contorno renal, con retracciones cicatrizales
I
OH

asimetría renal sospechosa de estenosis de la arte- que distorsionan la arquitectura calicial, por ejem-
ria renal o de atrofia pielonefrítica; en otros casos, plo, en la pielonefritis crónica atrófica o las nefro-
PR

la presencia de una masa renal ecolúcida única, que patías de reflujo; imágenes de dilatación calicial y
sugiere un quiste solitario o múltiples, como en la piélica en la hidronefrosis; presencia de cavernas
enfermedad poliquística, o puede ser de ecogenicidad tuberculosas; distorsión calicial única o múltiples en
aumentada, sugestiva de tumor maligno; la presen- los casos de quiste renal solitario o enfermedad
cia de dilataciones de las cavidades pielocaliciales poliquística; distorsión y amputación calicial en los
en la hidronefrosis o la presencia de imágenes su- tumores malignos.
gestivas de litiasis, además, se pueden precisar las El urograma descendente muestra alteraciones fun-
características del contorno renal, como las irregu- cionales que sugieren la suboclusión arterial renal
laridades dadas por las cicatrices pielonefríticas, así unilateral, dadas por ausencia de eliminación del con-
como la relación corticomedular. traste, retardo de su eliminación por reducción del
 Doppler: se pueden evaluar las arterias renales y flujo sanguíneo renal e hiperconcentración del con-
las características del flujo sanguíneo renal en pa- traste en las vistas tardías del estudio, debido a la
cientes con estenosis de la arteria renal principal, lentitud del flujo urinario que condiciona una mayor
que determinan los cambios de impedancia vascular reabsorción acuosa.
renal mediante el parámetro Doppler de índice de En las lesiones parenquimatosas se pueden obser-
resistencia (RI), antes y después de la prueba de var diferentes grados de alteración funcional, desde
captopril oral. Este índice decrece significativamente el retardo de la eliminación del contraste hasta su
Otras afecciones urológicas 381
total ausencia de eliminación; para demostrar aún ba presenta una sensibilidad de 85 %, con una espe-
más las diferencias en el flujo urinario y la hipercon- cificidad de 61 %.
centración del medio de contraste de forma tardía  Determinación de la actividad de renina plasmática
entre el riñón normal y el isquémico se utiliza el periférica: para llevar a cabo esta investigación, el
urograma diurético con urea liofilizada, ya que el paciente debe mantener una dieta normal de sodio y
riñón isquémico no responde al efecto diurético, que permanecer sin tratamiento hipotensor durante 2 se-
permite la hiperconcentración del medio de contraste, manas antes de la extracción de la muestra sangu í-
mientras que el riñón normal sí responde al efecto nea; se considera hiperreninemia cuando se presentan
diurético, diluyendo el contraste hasta el punto de valores superiores a 2,7 ng/mL.
borrarlo totalmente de la vía excretora. En los pacientes con HTA vasculorrenal la dosifica-
ción es elevada (entre 75 y 80 %), y normal o baja
Estudios radioisotópicos: (entre 67 y 70 %) en la HTA no vasculorrenal. La
 Renograma: el empleo del yodo hipurato, marcado excreción urinaria de sodio se dosifica en 24 h y
con I 131, resulta un método práctico, rápido, eco- estará disminuida en la HTA vasculorrenal.
nómico e inocuo, aunque su valor en el diagnóstico Cuando se presentan criterios de positividad en la
positivo es controversial, pero permite su utilización prueba de captopril, con actividad de renina plasmá-
masiva para el pesquisaje de esta causa de HTA. tica periférica elevada, gammagrafía que demues-
En las estenosis de la arteria renal unilateral, la cur- tre asimetría funcional renal y signos sugestivos de
va renográfica evidencia un descenso del índice isquemia renal en el urograma descendente, los pa-

ÓN
vascular, con aplanamiento de la fase secretora, dis- cientes deben pasar al segundo nivel de diagnóstico

CI
minución del índice parenquimatoso y prolongación (anatómico y funcional).
 Angiografía por sustracción digitálica. Es necesaria

UC
en meseta de la fase excretora, curva que pudiera
confundirse con la provocada por una hidronefrosis
OD como prueba de diagnóstico anatómico, para demos-
con alguna alteración vascular y tubular. trar la presencia o ausencia de estenosis de la arte-
 Gammagrafía renal: con el empleo de tecnesio 99
PR
ria renal, lesiones aorticorrenales o de las ramas de
ácido dimercapto succínico (DMSA) se determina división. Aunque las lesiones estenosantes arteriales
RE

una asimetría funcional del riñón isquémico, en rela- son muy comunes, no siempre tienen significación
ción con el contralateral, y se precisan zonas de
SU

funcional, por ello es necesaria la disminución del


hipofijación segmentarias o globales, focales o difu- calibre en el tronco de la arteria renal principal de
DA

sas, la alteración del contorno renal y las modifica- más de 50 %, como posible causa de alteración fun-
BI

ciones del tamaño del riñón. cional.


I

En la actualidad estos estudios se realizan en com- El método de sustracción digitálica permite el em-
OH

binación con la prueba farmacológica de captopril pleo de pequeñas cantidades del contraste por vía
oral, con lo cual se amplifican los hallazgos image- intravenosa periférica o a través del mismo aborda-
PR

nológicos y mejora el nivel de selección de los pa- je venoso, utilizado para la dosificación de renina en
cientes para someterlos a estudios invasivos. las venas renales y cava inferior.
 Prueba de captopril: el captopril es una droga inhibi- En la fase arterial se obtendrán las imágenes de es-
dora de la enzima convertidora de angiotensina I en tenosis única o múltiples, uni o bilaterales que afec-
angiotensina II (ECA), que permite detectar la HTA tan la aorta; ostium aórtico renal, principal o de sus
reninodependiente. Para realizar esta prueba se debe ramas o imágenes de adición, exponentes de aneuris-
suspender todo tratamiento hipotensor y diurético mas aórticos o renales, estos últimos más frecuen-
(por no menos de 72 h) y mantener una dieta nor- tes en la bifurcación de la renal principal; posibles
mal de sodio. Se realiza con el paciente en decúbito imágenes de circulación colateral, lesiones del árbol
supino durante 3 h, tomando la tensión arterial (TA) vascular intrarrenal, como compresiones por quis-
cada 30 min; después de la tercera medición se ad- tes únicos o múltiples, vasos de neoformación y
ministran 50 mg de captopril, v.o., y se continúa to- fístulas arteriovenosas en los tumores malignos o
mando la TA cada 30 min, hasta los 120 min. afinamiento progresivo del árbol vascular en las le-
Los criterios de positividad se establecen por la di- siones avanzadas de atrofia pielonefrítica.
ferencia entre la tensión arterial pre y poscaptopril, En la fase nefrográfica son muy ostensibles los cam-
y sería un descenso superior o igual a 15 mm Hg en bios en el diámetro renal, el cual es muy reducido en
la diastólica y de 10 mm Hg en la media; esta prue- los casos de isquemia renal; se precisa bien el contorno
382 Urología

renal y se evidencian las posibles retracciones arteriografía selectiva, se debe determinar la exis-
cicatrizales del parénquima renal por pielonefritis tencia de un gradiente de presión pre y posestenosis.
crónica o infartos segmentarios, consecutivos a El valor del gradiente de tensión es directamente
oclusiones de pequeños vasos. proporcional al pronóstico de revascularización. La
En esta fase, la pobre densidad inicial se va intensi- mayoría de los autores acepta que un gradiente
ficando más tardíamente, con un periodo de mante- mayor de 40 mm Hg siempre se debe revascularizar;
nimiento mucho más largo en el riñón isquémico, si oscila entre 10 y 39 mm Hg, se debe intentar por
exponente del flujo urinario tubular disminuido, con posible éxito, pero si es menor de 10 mm Hg, la oclu-
mayor reabsorción acuosa; aparece un moteado di- sión no es determinante de HTA.
fuso irregular, con pobre densidad en las pielonefritis
crónicas, imágenes de faltas de lleno regular o irre gu- Tratamiento. Su propósito es eliminar la isquemia
lar, únicas o múltiples, en los casos de quiste único o parenquimatosa y sus consecuencias sistémicas, para
enfermedad poliquística, hidronefrosis, tuberculosis ello se proponen 3 objetivos:
o también la mayor densidad en el área ocupada por 1. Corregir la isquemia del parénquima renal.
tumores malignos hipervascularizados. 2. Eliminar la lesión parenquimatosa causante de la
 Dosificación de renina en vasos renales y cava in- HTA.
ferior. Para la demostración funcional de la lesión 3. Paliativo: cuando no es posible cumplir con los
vascular causante de HTA es necesaria la dosifica- anteriores.
ción de la actividad de renina plasmática, por sepa-

ÓN
rado, al nivel de ambas venas renales y de la cava El primer objetivo se logra mediante la revascu-
inferior, a través del abordaje venoso de la femoral. larización renal, con la aplicación de varias técnicas de

CI
Se considera hiperreninemia cuando se presentan angioplastia: transluminal, cirugía reconstructiva arterial

UC
concentraciones mayores que 2,7 ng/mL. o autotrasplante renal.
Se obtendrá el índice que demuestre lateralización OD Angioplastia transluminal. Se realiza con el
funcional (índice I) de la relación: lado afecto/lado catéter balón de Gruntzig, por el método de Katzen-
PR
contralateral, que sería mayor que 1,5. Estos hallaz- -Chung: se dilata la zona arterial estenótica y se insufla
gos son más ostensibles cuando la dosificación se
RE

el balón a una presión de 5 a 8 atm. Pocas veces se


realiza antes y después de la administración de logra una curación definitiva, pero sí una mejoría en el
SU

50 mg de captopril oral, así las cifras obtenidas son control de la tensión arterial y disminuyen los requeri-
mayores o iguales a 300 % del valor precaptopril. mientos de medicamentos en pacientes seleccionados.
DA

Si se demuestra la lateralización, se debe pasar al Los mejores resultados se obtienen en las displa-
BI

tercer nivel de diagnóstico, para lo cual se realiza la sias fibromusculares y los peores, en las ateroscleró-
I

arteriografía renal selectiva en ambas arterias re- ticas. En la actualidad este procedimiento constituye el
OH

nales y se dosifica la actividad de renina en estas primer intento del tratamiento corrector de la isquemia,
PR

(por separado) para determinar el índice pronóstico realizado en el momento de la angiografía renal selectiva.
de renina, sobre la base del fundamento fisiopato- Cirugía reconstructiva arterial. Entre sus téc-
lógico de una elevada producción y liberación de nicas se realizan:
renina por el riñón isquémico y su supresión por el  Resección de la estenosis y anastomosis término-
riñón contralateral, libre de estenosis: terminal: se indica en las lesiones estenóticas de la
porción media de la arteria renal principal.
Índice II: lado afecto (vena - arteria) > 0,48  Endarterectomía (con o sin parche): se indica en
placas de ateroma que se localizan en el ostium
Arteria aórtico renal o tercio proximal de la renal principal,
o en casos de agregación trombótica sobre una pe-
Índice III: lado contralateral (vena - arteria) < 0,13 queña placa de ateroma.
 Reimplantación aorticorrenal: se indica en las
Arteria oclusiones por placa de ateroma en el ostium aórtico
renal y tercio proximal de la renal principal; tiene
Tiene como valor pronóstico una sensibilidad de 60 a como inconveniente la manipulación y sutura de la
75 %, con una especificidad mayor que 80 %. aorta.
 Determinación del gradiente de tensión arterial.  Bypass aórtico renal: se interpone un nuevo con-
Cuando se ha demostrado la estenosis mediante la ducto entre la aorta y la renal principal posestenosis
Otras afecciones urológicas 383
utilizando arteria esplénica, injertos sintéticos u cas de angioplastia, por ejemplo, en aneurismas, lesiones
homoinjertos. Se indica en obstáculos de la renal arteriales muy extensas de ateromatosis, hiperplasia
principal no circunscritos, ostiales o yuxtaostiales; fibromuscular, arteritis o periarteritis, o bien cuando la
se puede realizar la anastomosis término-terminal o lesión se encuentra al nivel del árbol vascular intrarrenal
término-lateral, que resulta más ventajosa, ya que y en, última instancia, cuando ha fracasado la cirugía
conserva el flujo sanguíneo por la arteria renal, aun- revascularizadora.
que sea escaso, lo que permite un riñón viable en La conducta quirúrgica varía en relación con la
caso de trombosis del bypass. extensión del parénquima isquémico; la nefrectomía
parcial se puede realizar cuando es parcelaria y la
Autotrasplante renal. Se indica en las lesiones nefrectomía total, cuando se ha afectado todo el parén-
ostiales o del tercio proximal de la arteria renal princi- quima.
pal, con ausencia de lesiones de ateromatosis en las El tercer objetivo se logra con el empleo de dro-
gas hipotensoras, específicamente las inhibidoras de la
iliacas o las hipogástricas.
enzima convertidora de angiotensina I en angiotensina
El éxito terapéutico de la angioplastia transluminal
II, en aquellos pacientes que no sea factible la realiza-
o de la cirugía revascularizadora se evalúa por el
ción de angioplastias transluminales o por cirugía,
descenso de la tensión arterial diastólica: por debajo autotrasplante renal o exéresis del parénquima isquémico.
de 90 mm Hg, sin medicamento hipotensor asociado Entre las drogas inhibidoras de ECA se utiliza el
como criterio de curación; si el descenso es, por lo captopril, en dosis de 25 mg, de 1 a 3 veces al día, o el
menos, de 15 % de la TA original con medicamentos,

ÓN
enalapril, en dosis de 5 a 10 mg, 3 veces al día. Tam-
se cataloga como mejoría.

CI
bién se utilizan las drogas inhibidoras de ECA, en
El segundo objetivo se logra mediante la exéresis combinación con el procedimiento quirúrgico que no

UC
parcial o total del parénquima renal, cuando la lesión logró la curación de la HTA, con la finalidad de obte-
vascular no se puede tratar con cualquiera de las téc ni-
OD ner mejoría.
PR
RE
SU

Alfredo Gómez Sampera †


DA
BI
I
OH
PR

La estrechez uretral ocurre por la disminución del un esfínter muscular estriado en su tercio medio y por
diámetro del canal uretral, y se caracteriza por ser per- fuera de la submucosa, una capa de músculo liso que
manente y progresiva. es continuación del de la vagina. Como consecuencia
Anatómicamente, la uretra del hombre se divide de la estrechez uretral pueden ocurrir alteraciones en
en posterior y anterior. todo el tracto urinario, las cuales se deben investigar.
Posterior. Es la porción inicial desde la vejiga hasta Etiopatogenia. La estrechez uretral puede ser
la entrada en el bulbo uretral; comprende la prostática, congénita o adquirida.
que es la parte proximal al verumontanum, y la Congénita. Se debe a un defecto en el desarro-
membranosa, rodeada por el esfínter externo. llo del canal uretral; se presenta en los niños y se sitúa
Anterior. Es la porción distal desde el bulbo has- en la uretra membranosa y en la fosa navicular con
ta el meato uretral; comprende la bulbar, situada den- más frecuencia.
tro del músculo bulboesponjoso que la rodea; la Adquirida. Se produce por una cicatriz fibrosa,
peneana, en la uretra péndulo, rodeada por el cuerpo compuesta de colágenos y fibroblastos, que puede ocu-
esponjoso, y la navicular, que se sitúa dentro del tejido rrir solamente en la mucosa o extenderse a la submuco-
del glande (Fig. 15.1). sa y el cuerpo esponjoso. Tiene 2 causas principales:
La uretra femenina es de poca longitud, ligera- 1. Infección: por uretritis gonocócica, menos frecuen-
mente curva, y se sitúa delante de la vagina. Presenta te con el tratamiento actual de esta infección; el
384 Urología

Síntomas y signos. Los síntomas se caracteri-


zan por dificultad miccional, que aumenta progresiva-
mente. Al inicio el chorro urinario es fino, bifurcado,
con goteo posmiccional.
En la etapa avanzada, el chorro urinario es pro-
longado, con esfuerzo y en regadera; se dificulta la
eyaculación y el enfermo necesita pujar para lograr la
micción; puede provocar retención urinaria.
En el examen se palpa induración de la uretra en
el área de estrechez; en casos avanzados y sépticos se
pueden palpar abscesos periuretrales como pequeñas
masas blandas y sensibles. Si existe retención urinaria
se puede palpar la vejiga.
Diagnóstico. En todo paciente que presente sín-
tomas obstructivos y los antecedentes etiológicos ya
descritos, se debe sospechar estrechez uretral. En este
caso se intenta pasar un explorador de bola o una son-
da uretral; si no pasa, se confirma la obstrucción y es
necesario precisar su naturaleza anatómica y localiza-

ÓN
ción por estudios radiográficos:

CI
Fig. 15.1. Estenosis uretral.
 Ultrasonido: la uretra se examina preferentemente

UC
mediante estudios dinámicos durante la micción, que
uso prolongado de una sonda permanente provo- OD hacen más evidentes las zonas de estenosis; se apli-
ca infección e isquemia. Al principio, el germen ca un transductor de alta resolución y frecuencia,
PR

patógeno afecta la mucosa y, si no es controlado, externamente en la porción dorsal del pene, para la
RE

pasa al cuerpo esponjoso y se hace crónico; como uretra peneana; por vía transescrotal para la bulbar
consecuencia, genera un tejido fibroso que dismi- y transrectal en la uretra posterior.
SU

nuye la luz de la uretra. De esta manera se pueden precisar la longitud y


2. Traumatismo: puede ser interno, por iatrogenia de severidad de la estrechez, además de comprobar el
DA

instrumentación por sonda, cistoscopia, resectos- diámetro y el tejido fibrótico periuretral. Por otra
BI

copia, o externo, mucho más complejo, por frac tu- parte se deben explorar la vejiga y el tracto urinario
I

ras de los huesos pélvicos que cortan o desgarran


OH

superior para precisar si existen alteraciones con-


la uretra membranosa; caída a horcajadas que secutivas a la obstrucción uretral e indicar los estu-
PR

afectan la uretra bulbar y menos frecuente por un dios que la determinen mejor.
golpe que lesione la uretra peneana.  Uretrografía: es un examen indispensable para de-
mostrar las características de la estrechez y otras
Durante la ruptura de las capas uretrales cuando alteraciones (divertículos, falsas vías, fístulas, litia-
cicatrizan, se producen fibroblastos y vasos de nueva sis uretral, etc.). Se puede realizar por vía retrógada
formación que originan estenosis del conducto, más o mediante la inyección de una solución yodada, di-
menos marcada, de acuerdo con la lesión que le dio rectamente por el meato uretral. Esta imagen per-
origen. Como consecuencia de la estenosis se produ- mite demostrar la estrechez de la uretra anterior o
cen alteracioneos típicas de la obstrucción: bulbar hasta el esfínter externo.
 Dilatación de la uretra proximal al sitio de la estre- La uretrografía miccional muestra la uretra poste-
chez. rior y la estrechez de la uretra membranosa, pero
 Alteraciones compensadoras con hipertrofia de la requiere situar el contraste dentro de la vejiga para
musculatura vesical. que el paciente lo expulse con un esfuerzo miccional.
 Dilataciones del tracto urinario superior, uréteres y  Urograma descendente: es útil en los pacientes con
pelvis. síntomas de repercusión del tracto urinario superior
 Reflujo vesicoureteral, debido a la hipertrofia de la y antecedentes de litiasis, hidronefrosis, pielonefritis
musculatura ureterotrigonal. y cuando el ultrasonido presenta alteraciones.
Otras afecciones urológicas 385
 Uretroscopia: se realiza previa al tratamiento a em- de 22 a 24 Fr, y después mensualmente (durante 6
plear, para determinar exactamente la localización, meses).
diámetro, elasticidad de la estrechez y condiciones Cuando se logra un amplio calibre, la bujía Phillips
de la uretra proximal a ella. puede ser sustituida por una bujía metálica de
 Uroflujometría: la medida del flujo urinario es útil Beniqué, que no requiere pasar una filiforme. El
para evaluar el grado de obstrucción: con menos de Beniqué es un instrumento acodado en su extremo
10 mL/s es evidente; entre 10 a 15 mL/s es dudosa distal y se introduce con este extremo hacia abajo;
o ligera, y con más de 15 mL/s no existe obstruc- luego se gira, siguiendo la curvatura de la uretra, y
ción. Este examen se puede emplear para eviden- al dirigirlo hacia arriba es necesario elevarlo ligera-
ciar el éxito de un tratamiento en su seguimiento. mente, hasta atravesar el esfínter externo. No se
debe forzar para evitar lesiones; se empleará un
Exámenes de laboratorio. Cuando se presen- calibre menor que se aumenta de manera progresi-
tan síntomas de sepsis y secreción uretral, son necesa- va, primero semanal y después mensualmente.
rios análisis generales, de orina, exudado uretral y Esta modalidad de tratamiento es aceptable y solo
urocultivo, con la finalidad de llevar a cabo un trata- se debe mantener un calibre adecuado, con algunas
miento antes de la terapéutica curativa. dilataciones, 1 vez al año, pero presenta algunas des-
Diagnóstico diferencial. Los síntomas de la ventajas: el paciente tiene que tratarse a intervalos
estrechez uretral pueden ser semejantes a los de obs- regulares durante muchos años; como es un trata-
trucción prostática o estenosis del cuello vesical, pero miento a ciegas, se puede producir un traumatismo

ÓN
en estos casos se puede pasar con facilidad un catéter uretral y originar falsas vías, además de bacteriemia

CI
por la uretra y al tacto rectal se palpa el aumento de la y subsecuentemente infección del tracto urinario.

UC
próstata. El cáncer uretral puede provocar una obs- Siempre se deben indicar antisépticos o antibióticos,
trucción similar a la estrechez y es necesario el exa-
OD antes y después de cada dilatación.
men panendoscópico, además de una posible toma de  Uretrotomía interna: su objetivo es cortar y ampliar
PR

biopsia, para establecer el diagnóstico correcto. la zona cicatricial de la uretra. La uretrotomía a cie-
gas está prácticamente en desuso. Se realiza con el
RE

Complicaciones. La más frecuente es la infec-


ción crónica bacteriana, que provoca uretritis, cistitis, uretrótomo de Maisonneuve o el de Otis; si se logra
SU

prostatitis y pielonefritis. El aumento de la presión vencer con el instrumento la zona estenótica, unido
retrógada, a causa de la infección, puede provocar la a una bujía filiforme, que pasa previamente, se intro-
DA

formacion de divertículos, extravasación de orina, abs- duce el conductor acanalado hasta la vejiga y por
BI

ceso periuretral y formación de fístulas uretrocutáneas. este se desliza la cuchilla hasta el fondo para hacer
I

cortes a las 12, 10 y 2 h del reloj, girando el conductor


OH

La hipertrofia del detrusor conduce tardíamente


a la dilatación y descompensación del tracto urinario por su eje. Se deja una sonda permanente durante 3 o
PR

superior. Como consecuencia del estasis urinario y la 4 días y después se deben hacer dilataciones.
infección, se pueden producir cálculos. Con menor fre- La uretrotomía interna bajo visión es la técnica más
cuencia, la inflamación crónica conduce a la metaplasia empleada actualmente. Se pasa el uretrótomo
escamosa del epitelio y eventualmente al carcinoma endoscópico (Fig. 15.2) hasta la zona estenosada y
de células escamosas de la uretra. por su orificio se hace progresar un catéter ureteral
Tratamiento. El tratamiento debe ser progresi- 4 Fr, que viene adosado al instrumento y sirve de
vo, desde el más sencillo hasta el más complejo; se guía para efectuar los cortes.
tendrán en cuenta las características de la lesión por Se introduce la cuchilla y se da el corte a las 12 h y
su causa, calibre, extensión y localización. moviendo todo el instrumento en forma de arco; se
 Dilatación: se instila un lubricante anestésico en la efectúan cortes progresivos y lateralizados hasta lle-
uretra y se introduce una bujía 10 o 12 Fr; si esta no gar a la zona sana en el extremo opuesto. Se deja
pasa, se intentará con una bujía filiforme (latiguillo), una sonda permanente durante 7 a 21 días, en de-
para lo cual es preferible colocar 2 o 3 en la uretra y pendencia de las características de la fibrosis de la
probar alternativamente hasta que uno de estos venza uretra. La intervención puede ser curativa, pero en
el obstáculo. A este se le une una bujía Phillips y se ocasiones se debe repetir, debido a sus característi-
pasan 2 o 3 de calibre progresivo; dicha maniobra cas, o realizar dilataciones periódicas para mante-
se repite semanalmente, hasta alcanzar un calibre ner el calibre uretral.
386 Urología

 Cirugía reconstructiva: cuando las dilataciones o la pene y se coloca sobre la uretra; sus bordes se suturan
uretrotomía interna no se pueden emplear o no brin- al epitelio uretral para cubrir el defecto y por encima
dan los resultados esperados, es necesario acudir a se sutura la piel. También se puede hacer un tubo con
la cirugía reconstructiva, bien por uretrorrafia, que el segmento de piel y se anastomosa a los extremos
consiste en la resección de la zona estenótica y uretrales después de extirpar toda la zona estenótica,
reanastomosis de los extremos sanos, o por uretro- pero esta técnica no ha tenido mucha aceptación por-
plastia (se extirpa la zona fibrosa y se sustituye por que no son iguales los resultados.
otro tejido); para ello existen diferentes técnicas. Así Otra modalidad, también en un tiempo, es la de
mismo, se considerarán varios factores: cubrir el defecto uretral con un segmento de tejido
 Lugar de la estrechez: este aspecto es importan- vascularizado (Fig. 15.3), que se puede obtener de la
te. La uretrorrafia no es recomendable en la ure- piel en la incisión inicial, en su parte lateral, sin sepa-
tra péndula porque la acorta y puede provocar, rarlo de su origen o con piel del prepucio o del escroto.
como secuela, la incurvación del pene, no así en la
uretra bulbar y en la membranosa, para las cuales
existen varias técnicas.
 Longitud: incluye las cicatrices proximal y distal

de la uretra. Las de 1 o 2 cm se pueden corre-


gir por resección y anastomosis. Las más lar-
gas (en cualquier parte de la uretra) se deben

ÓN
tratar por uretroplastia, con procedimientos en

CI
1 o 2 tiempos.
Una vez extirpada la zona cicatricial, es necesario

UC
movilizar la uretra con el cuerpo esponjoso y liberarla
OD
de los cuerpos cavernosos para lograr una buena
elasticidad y reanastomosar los extremos, previa-
PR

mente espatulados; se dejará una sonda uretral du-


RE

rante 10 a 14 días, hasta que cicatrice el periné. Fig. 15.2. Uretrótomo.


La estrechez de la uretra membranosa, principal-
SU

mente las consecutivas a rupturas traumáticas, puede


DA

demandar la utilización de la vía transpúbica: se prac-


BI

tica una incisión media hasta la base del pene y se


I

disecan las distintas capas para llegar al pubis, que


OH

se corta en ambos lados de la sínfisis y se extrae.


Se elimina el tejido fibroso de la zona, hasta dejar
PR

los extremos prostático y uretral con tejido sano.


Por la vía perineal se moviliza la uretra bulbar, que
se eleva y anastomosa a la uretra prostática. Se deja
una sonda Foley durante 10 a 15 días; el paciente se
mantendrá en cama durante una semana.
 Uretroplastia: son numerosas las técnicas que se han
publicado para la reconstrucción en 1 o 2 tiempos
de las uretras peneana, bulbar y membranosa. Para
la reparación en 1 tiempo se incinde la piel sobre la
zona estenosada, liberándola, y se abre la estrechez
hasta sus extremos en la parte central o ligeramen-
te lateralizada; la zona abierta se deja como pared
dorsal para la reconstrucción, de esta manera se
evita la contractura posoperatoria.

La reparación se puede hacer con un segmento


de piel, que se toma preferiblemente del prepucio o del Fig. 15.3. Uretroplastia.
Otras afecciones urológicas 387
La técnica en 2 tiempos requiere hacer primero cos meses. El pronóstico es bueno, pero es necesario
la marsupialización de la uretra: se incinde la piel y el mantener un estudio evolutivo periódico y realizar dila-
cuerpo esponjoso de la zona estenótica hasta 1 o 2 cm taciones o repetir el tratamiento quirúrgico.
de la uretra normal. La piel se libera en todo el borde y
se sutura a la mucosa uretral; la uretra queda abierta.
Se deriva la orina por vía suprapúbica hasta que la Estrechez uretral en la mujer
herida cicatrice varias semanas después.
Una vez que se encuentra en óptimas condicio- Puede ser congénita; se observa en las niñas, en
nes y luego de comprobar que los orificios uretrales la porción distal y el meato. Las adquiridas se originan
son permeables, se procede al segundo tiempo: la piel en la parte proximal, media o distal. En la mujer su
se incinde ovalmente alrededor de la uretra abierta (esta
causa es traumática por lesiones en el acto sexual, parto
se libera) y sus bordes se suturan formando un tubo.
o cirugía de reparación vaginal.
Por encima, en un segundo plano, se cierra el tejido
periuretral o el músculo, según su localización, y des- Síntomas:
pués la piel externa.  Corriente urinaria lenta y vacilación (al iniciar la
Evolución y pronóstico. La estrechez posinfec- micción).
ciosa evoluciona lenta y progresivamente. Por lo ge neral  Ardor y dolor uretral, por la frecuencia de uretritis o
aparece años después de una uretritis blenorrágica. cistitis.
La traumática es de evolución rápida y se nota e n po-  Polaquiuria.

ÓN
CI
UC
OD
PR

Roberto Cruz Mayo


RE
SU
DA
BI

El trasplante renal es la terapéutica de elección Para el diagnóstico de muerte encefálica se exi ge


I

para las personas que sufren insuficiencia renal cróni- que el coma sea de causa conocida y carácter irrever-
OH

ca terminal, al posibilitar una mayor restauración de la sible; la exploración neurológica confirma esta situa-
PR

salud y la vida productiva. El desarrollo alcanzado en ción clínica. La característica principal que define a
la cirugía, inmunología, farmacología y métodos este tipo de donante es que estando el individuo muer-
dialíticos, permite garantizar la vida de estos, además, to, gracias a la respiración asistida y a que el corazón
las terapéuticas inmunosupresoras más recientes han está latiendo, se mantiene la perfusión de los órganos
hecho posible que esta modalidad se haya generaliza- hasta el momento del acto quirúrgico de la extracción
do y sea una opción real para muchos pa cientes con y se evita la isquemia caliente, permitiendo la realiza-
disfunción terminal e irreversible del órgano. ción de trasplantes de órganos vitales.
En el trasplante renal, la fuente de órganos puede En el caso del donante vivo, solo se aceptan do-
ser de una persona fallecida, bien en situación de muerte nantes emparentados con el receptor, es decir, padres,
cerebral o de parada cardiaca irreversible, o de una hermanos o hijos, a los que les realizan estudios de
persona viva. En Cuba se realizan trasplantes renales compatibilidad con el donante, así como el estudio de
desde hace 34 años y es uno de los primeros países del la anatomía vascular de los riñones.
continente latinoamericano con esta experiencia; se ha Se elige preferentemente el riñón izquierdo, por
logrado incrementar la tasa de realización por encima contar con una mayor longitud de la vena. La caracte-
de 17/1 000 000 de habitantes en los últimos 3 años, rística principal de este donante es que se hace de for-
cifra principal en Latinoamérica. ma planificada, electiva y prácticamente no existe tiem po
388 Urología

de isquemia fría, ya que el implante se realiza en el


mismo momento en que se ex trae el órgano.

Trabajo de cirugía de banco


Consiste en preparar los riñones para su implante;
estos se colocan en una mesa preparada al efecto, en
una bandeja con hielo estéril, y se procede, si fueron ex-
traídos en bloque, a su separación cuidadosa; se incinde
longitudinalmente la vena cava, de forma tal que la vena
renal derecha cuente con un parche venoso suficiente
para su posterior elongación, si fuera necesario. La aorta
se incinde por sus caras anterior y posterior, respetando
el ostium de las arterias renales. Puede reperfundirse en
este momento, si se considera necesario.
Se procede a disecar los vasos del pedículo
vascular, con ligadura de ramas y afluentes colaterales
y la creación de un manguito aórtico en la arteria renal Fig. 15.4. Incisión.

ÓN
(parche de Carrel), así como la elongación de la vena

CI
renal derecha, si fuera necesario. Se diseca la grasa

UC
Técnica quirúrgica de implantación vascular
perirrenal y se ligan los linfáticos. El tejido periureteral
y ureteral. Es importante que el cirujano que va a
se debe respetar para no lesionar la vascularización OD efectuar el trasplante sea el mismo que realizó el tra-
del uréter En caso de lesiones vasculares durante la
bajo de banco, de esta manera conoce con antelación
PR

extracción o malformaciones, se debe realizar, de ser


la longitud y las características de los vasos, lo que le
RE

posible, su reparación, para evitar desechar el órgano. permite escoger el riñón a implantar de acuerdo con
Si el riñón no se va a utilizar inmediatamente o se las condiciones anatómicas del receptor.
SU

tiene que trasladar en busca de un receptor compati- Se realizan la asepsia y la antisepsia del área qui-
DA

ble, se introduce en una bolsa de nailon y se cubre rúrgica, previa anestesia peridural o general, y se pro-
BI

completamente con solución de perfusión; se cierra cede a colocar la sonda de Foley 16 o 18, a través de la
I

herméticamente y se introduce en una segunda bolsa, cual se realiza el lavado vesical con solución salina;
OH

la cual es sellada. Se deben identificar claramente el finalizado este, en la vejiga se instilan alrededor de 25 0 a
riñón izquierdo y el derecho. Ambos se introducen en
PR

300 mL para provocar su dilatación, ya que en muchas


un termo con hielo, prepara do al efecto. ocasiones los pacientes no presentan diuresis y tienen
vejigas desfuncionalizadas. Conjuntamente se le instila
1 ámpula de gentamicina o kanamicina. La sonda se
Trasplante mantiene cerrada hasta el implante ureteral.
Se realiza una incisión de Gibsson ampliada en la
Desde el punto de vista topográfico existen 2 for- fosa iliaca escogida y se diseca por planos, hasta ex-
mas fundamentales de realizar el trasplante: poner los vasos iliacos; se practica una disección míni-
1. Ortotópico: el riñón se coloca en su posición natural. ma en estos para evitar riesgos de trombosis y lesionar
Implica la realización de la nefrectomía del riñón lo menos posible los conductos linfáticos. Aquellos que
propio en el mismo acto quirúrgico. Es un método interfieran en el campo quirúrgico deben ser ligados
poco empleado. para evitar linfoceles.
2. Heterotópico: consiste en colocar el riñón fuera de Se coloca una pinza vascular (Satinsky) en la vena
su celda normal, generalmente en una de las fosas iliaca externa, ya disecada, y se realiza una flebotomía
iliacas o intraabdominal (Fig. 15.4). En este caso no que coincida con la longitud del ostium de la vena re-
es necesaria la nefrectomía del riñón propio. Es el nal, pudiendo ser elipsoidal, para facilitar el drenaje
método más utilizado. venoso y evitar la trombosis. Se realiza la anastomosis
Otras afecciones urológicas 389
venosa término-lateral con sutura prolene 5-0, de for- Complicaciones quirúrgicas:
m a c o n t i n u a . S ebulldog)
c o l o c a u n c l a m p v a s c u l a r (  Vasculares: hemorragias, trombosis arterial y venosa,
en la vena renal y se libera la pinza vascular de la vena y estenosis de la arteria renal.
iliaca externa para facilitar el paso de la sangre por la  Urológicas: obstructivas, fístulas urinarias, reflujo
anastomosis. Se realiza la hemostasia con algodón o vesicoureteral e infección urinaria.
punto adicional, si fuera necesario. Luego se realiza el  Otras: linfoceles, sangrado, herida e infección de la
mismo procedimiento en la arteria renal y una vez con- herida.
cluida la hemostasia, se procede al desclampaje, pre-
vio calentamiento del riñón con solución salina tibia. Complicaciones urológicas:
Se comprueba la irrigación renal y se hace una  Fístula urinaria: se define como el escape de orina
hemostasia cuidadosa de los vasos sangrantes. Es im- de la vía excretora, que puede exteriorizarse a tra-
portante observar la vascularización del uréter y ligar vés de la herida quirúrgica, coleccionarse en forma
los vasos que sangren, sin utilizar el electrocauterio, ya de urinoma o infiltrar los tejidos vecinos. Es una com-
que se pudieran producir lesiones de la pared ureteral plicación temprana del trasplante, de gravedad ex-
y necrosis. trema, con elevados porcentajes de pérdidas de
Se introduce el riñón en su nueva posición, de injertos y tasa de mortalidad, por lo que su preven-
forma tal que los vasos no queden angulados, sobre ción, diagnóstico precoz y tratamiento temprano son
todo la vena. Se realiza el implante ureteral según la definitivos.
técnica de Woodruff o Politano-Leadbetter, utilizando

ÓN
assupril 5-0 o 6-0, vigilando la torsión sobre sí mis- Las fístulas urinarias pueden ser altas o bajas. La

CI
mo y teniendo en cuenta su longitud, ya que no debe dehiscencia de la anastomosis ureterovesical (parcial
quedar ni muy largo ni a tensión, además, no se debe o total) es la causa fundamental de las bajas, general-

UC
ubicar por encima del cordón espermático, en el OD mente secundaria a fallos técnicos, necrosis ureteral
hombre, o el ligamento redondo, en la mujer. El uso distal o sobredistensión de la vejiga por obstrucción de
de tutor ureteral y drenaje de la cavidad quirúrgica la sonda.
PR

es controversial (Fig. 15.5). Las altas obedecen a la necrosis isquémica, ge-


RE

neralmente secundarias a la desvascularización del


uréter durante la extracción del órgano, ligaduras de
SU

arterias polares e infartos renales segmentarios.


DA

Diagnóstico. El diagnóstico definitivo se alcan-


BI

za mediante la aplicación de distintos medios, teniendo


I

en cuenta la función renal y la situación clínica del pa-


OH

ciente:
 Medición de electrólitos o creatinina en el líquido
PR

excretado: proporciona el origen del líquido, diferen-


ciando la orina de la linfa o del suero.
 Ecografía: permite valorar el estado de las vías uri-
narias y el diagnóstico de colecciones perirrenales.
 Urograma intravenoso: se puede realizar si la fun-
ción renal es adecuada; permite diferenciar la orina
de otros fluidos perirrenales.
 Pielografía: la pielografía retrógrada es una prueba
que define el lugar de la fístula, pero presenta el
inconveniente de que no siempre se consigue cateteri-
zar el orificio ureteral del injerto. La pielografía
anterógrada, realizada a través de un tubo de nefros-
tomía percutánea, es la prueba que permite la deli-
mitación precisa del nivel de extravasación del
contraste.
 Cistografía: es útil en presencia de fístulas vesicales
Fig. 15.5. Injerto y reimplante ureterovesical. o al nivel de la ureteroneocistostomía. Si el paciente
390 Urología

presenta reflujo vesicoureteral puede evidenciar la  Pielografía: la pielografia retrógrada presenta la des-
extravasación del contraste en casos de fístulas al tas. ventaja de que no siempre se consigue cateterizar
 Gammagrafia: permite identificar el nivel de la fís- el neomeato, pero es capaz de definir el sitio obs-
tula y la presencia de colección perirrenal. tructivo.
 Pielografía anterógrada: realizada a través de un tubo
Tratamiento. Actualmente, en la mayoría de los de nefrostomía percutánea, es la prueba que permi-
casos, los procedimientos endourológicos han despla- te objetivizar mejor el lugar de la obstrucción; es
zado las actuaciones abiertas sobre las fístulas. La útil, además, como actuación terapéutica en el tra-
nefrostomía percutánea, con la colocación de un caté- tamiento de la infección urinaria, ya que permite
mejorar la función renal y evacuar la orina retenida
ter doble J, durante 3 o 4 semanas, es el tratamiento de
(si esta existe). Si no se recupera la función renal,
elección, sobre todo en las fístulas bajas que afectan la
se debe realizar una biopsia renal para descartar la
porción distal del uréter y la anastomosis ureterovesical. presencia de rechazo.
Cuando se evidencia extravasación más proximal,
lo cual sugiere la presencia de necrosis ureteral más Tratamiento. Confirmada la presencia de este-
extensa y mayor longitud de la fístula, el manejo nosis, es necesario hacer un diagnóstico correcto de
percútaneo no suele evitar la reconstrucción abierta, su gravedad, con la finalidad de elegir, entre las distin-
por ello es necesario utilizar la vía excretora del recep- tas modalidades terapéuticas, el tratamiento adecuado.
tor para restablecer la continuidad de la vía urinaria Clásicamente, la solución de la estenosis ureteral
(urétero-ureterostomía, pieloureterostomía, pielo- ha sido quirúrgica, realizándose una nueva ureteroneo-

ÓN
pielostomía, etc.). cistostomía en los casos que la obstrucción se limitaba

CI
Las fístulas caliciales no son comunes y suelen al uréter más distal y una ureteroureterostomía con el

UC
ser secundarias al infarto renal segmentario, por la empleo del uréter nativo en las afecciones ureterales
pérdida de arterias polares, y con menor frecuencia OD más extensas y/o proximales. Otras técnicas descritas
por obstrucción, que provoca la rotura del fórnix, así son la vesicopielostomía y la pielopielostomía.
Teniendo en cuenta la eficacia del manejo percu-
PR
como por la biopsia renal.
El tratamiento consiste en colocar un catéter táneo anterógrado, este debe intentarse primariamente,
RE

percutáneo en el sitio de la extravasación o bien un con la intención de la resolución definitiva del proble-
ma. En las estenosis cortas y distales se debe realizar
SU

catéter doble J. Si existe obstrucción, se debe reali-


zar la nefrostomía percutánea y colocar un catéter la dilatación de la estenosis y la colocación de un caté-
DA

doble J. ter doble J, durante 4 a 6 semanas. En ocasiones, es


posible realizar el procedimiento de forma retrógrada.
BI

Las estenosis largas y proximales se deben tratar con


I

Estenosis ureteral
OH

cirugía abierta, por los métodos clásicos ya menciona-


dos. La estenosis de la unión ureteropiélica debe ser
PR

Es una complicación tardía que se detecta tratada, en lo posible, por la endopielotomía.


clínicamente como uremia progresiva, por lo que debe
diferenciarse de la disfunción crónica del injerto, ya
que ambas causan elevación de la creatinina y dilata-
Litiasis
ción de los sistemas colectores. Pueden ser provoca- La urolitiasis es una complicación inusual después
das por fibrosis retroperitoneal que estrangula el uréter,
del trasplante. El origen de la litiasis se puede encon-
por compresión o por fibrosis secundaria a rechazo.
trar en la transferencia de la misma en el riñón del
La obstrucción ureteral puede producirse temprana-
donante al momento del trasplante, o de un modo más
mente por torsión del uréter, anastomosis apretadas y
frecuente, ser formada una vez que comienza a fun-
necrosis ureteral.
cionar el injerto.
Diagnóstico. Se indican, entre otros:
El cálculo transferido se detecta habitualmente
 Ecografía renal: muchas veces permite hacer un
diagnóstico temprano e identificar el lugar de la obs- de forma inmediata al realizarle las primeras explora-
trucción. ciones de imagen en el receptor. El factor predispo-
 Urograma intravenoso: se puede realizar si la fun- nente más frecuente, implicado en la formación de
ción renal es adecuada; permite señalar la zona de litiasis de novo en el riñón trasplantado, ha sido la
obstrucción. historia de complicaciones urológicas que hayan re-
Otras afecciones urológicas 391
querido la colocación de un tubo de nefrostomía o un mayoría de los casos se pueden tratar con la aplica-
catéter ureteral durante algún tiempo, aunque la ción de las técnicas endourológicas, por ejemplo,
mayoría de los autores pla ntea que su causa es nefrolitotomía percutánea (NLP) o litotricia
multifactorial. extracorpórea sola o combinada con NLP.
Existen factores metabólicos, locales e infecciosos
que influyen en la formación de los cálculos. Dentro
de los metabólicos: hiperparatiroidismo, acidosis tubular Reflujo vesicoureteral
renal, hipercalciuria, hiperoxaluria, hipocitraturia y
hiperuricosuria. Los factores locales están relaciona- Entre las numerosas formas de mantener la con-
dos con la obstrucción, cuerpos extraños y plastias de tinuidad de las vías urinarias en el trasplante renal, la
intestino. La infección por gérmenes ureolíticos cons- ureterovesical sigue siendo la preferida.
tituye el factor fundamental dentro de las infecciones. Existen 2 tendencias fundamentales para el
Cuadro clínico. Lo más habitual es que sean reimplante de uréter a vejiga, que a su vez derivan
sintomáticas, hasta que se convierten en obstructivas de 2 métodos clásicos: ureteroneocistostomía transve-
y provocan hematuria macroscópica; si el cálculo es sical y extravesical. En el método transvesical se em-
plea mayormente la técnica de Politano-Leadbetter y
completamente obstructivo, se produce anuria con
en la extravesical, la de Lich. El reflujo vesicoureteral
elevación de la creatinina; es necesario hacer el diag-
es posiblemente la complicación más frecuente del tras-
nóstico diferencial con el rechazo.
plante renal; se relaciona con un fallo en la construc-
Diagnóstico. Suele hacerse a través de la eco-

ÓN
ción del túnel submucoso antirreflujo, tanto en la técni ca
grafía, que muestra la presencia del cálculo y/o la

CI
de Lich como en la de Politano.
existencia de dilatación de las vías excretoras. Se rea- Cuando se presenta dilatación de las cavidades

UC
lizarán estudios complementarios para establecer su renales, esta se debe corregir con la reimplantación
diagnóstico etiológico (tracto urinario simple, urograma
OD ureteral. Debido a que la estenosis al nivel de la anasto-
descendente y pielografía anterógrada o retrógrada). mosis ureterovesical es más frecuente cuando se uti-
PR

Tratamiento. El tratamiento de la litiasis en los liza una técnica antirreflujo y sus efectos son más
RE

pacientes trasplantados es semejante al de la litiasis devastadores sobre la función renal, muchos grupos
del riñón nativo, pero siempre se tendrá en cuenta que de trasplante prefieren realizar un reimplante mucoso-
SU

se presenta un mayor riesgo de complicaciones, debi- mucoso, aunque se produzca reflujo, ya que sus efec-
do, fundamentalmente, a la inmunosupresión. En la tos son menores.
DA
BI
I
OH
PR

Luis de Armas Martínez

La radioterapia es un método de tratamiento para colos, orientados a garantizar no solo la eficacia del
las lesiones malignas; se utilizan principalmente las ra- tratamiento antitumoral, sino también la adecuada pro-
diaciones ionizantes y constituye una de las armas te- tección de los tejidos y órganos adyacentes contra los
rapéuticas básicas en la atención de estas: entre 50 y efectos nocivos de la radiación.
El nacimiento de la terapia con radiaciones ionizan-
60 % son susceptibles de ser irradiadas durante su
tes se relaciona directamente con 3 descubrimientos
evolución, ya sea con intención curativa o paliativa.
que ocurrieron hace más de un siglo y tuvieron una
El método exige una infraestructura tecnológica gran repercusión en el desarrollo de la ciencia:
compleja, personal especializado (médicos y otros pro- 1. 1958: Henschke fue el primero en aplicar fuentes
fesionales), y la aplicación de procedimientos y pro to- de iridio-192 para la terapia del cáncer.
392 Urología

2. 1914 y 1919: se describieron los métodos de Esto- Adenocarcinoma de próstata


colmo y Paris para la braquiterapia intracavitaria.
3. 1930: se publicaron las reglas del Sistema de La braquiterapia prostática es uno de los trata-
Manchester para la braquiterapia intersticial. mientos de elección para el cáncer localizado. El ad-
venimiento de la ecografía transrectal y los programas
Clasificación. De acuerdo con la posición de de planificación han hecho de la braquiterapia un tra-
las fuentes: tamiento seguro y efectivo. El objetivo es irradiar la
 Intersticial: las fuentes se insertan dentro del seno próstata con una dosis elevada y escasos efectos so-
del tumor. bre la vejiga, el recto y los cuerpos cavernosos; para
 De contacto: las fuentes se colocan cerca del tu- ello se implantan semillas de yodo 125, directamente
mor. Esta, a su vez, se divide en 4 tipos diferentes dentro de la glándula prostática.
de tratamiento: ¿Quiénes son los candidatos ideales? Exis-
 Intracavitario.
ten candidatos ideales para esta modalidad terapéuti-
 Intraluminal.
ca, por ejemplo, jóvenes sexualmente activos y perso-
 Endovascular.
nas muy ocupadas que no pueden interrumpir sus acti-
 Superficial.
vidades por mucho tiempo. También es aconsejable
para quienes la cirugía es de alto riesgo, por ejemplo,
De acuerdo con el tiempo de duración del tra- diabéticos o personas que sufren enfermedades
cardiacas, con una esperanza de vida mayor de 10 años.

ÓN
tamiento:
Entre los factores relacionados con el tumor se men-
 Temporal: la fuente se implanta por un tiempo de-

CI
cionan: PSA menor de 10 ng/mL, score de Gleason de
terminado, que puede abarcar desde minutos hasta

UC
6 o menor (bien diferenciados), y un tumor no palpable
algunos días, al cabo de los cuales puede ser retira-
OD (estadio T1c) o mínimamente palpable (estadio T2a).
da del paciente. Esta variante se utiliza principal-
También se deben tener en cuenta los factores
mente en el tratamiento de neoplasias de cérvix,
PR
relacionados con la próstata, como tener un peso de
vagina, recto, cavidad oral y regiones de la faringe. 50 g o menor y la ausencia o escasos síntomas prostá-
RE

 Permanente: la fuente se deja permanentemente en ticos. Existen factores intermedios como PSA entre
el paciente, considerando su desintegración en el
SU

10 y 20 ng/mL, score de Gleason de 7 o un tumor


tiempo como vía para su inactivación. Esta se em- palpable más importante (estadio T2b).
DA

plea fundamentalmente en el tratamiento de neopla- ¿Cuáles son los beneficios de la braquitera-


BI

sias de próstata, pulmón, vejiga y nodos linfáticos, pia? La idea de este innovador procedimiento es tra-
I

así como en algunas lesiones cerebrales. tar de no interrumpir la vida normal de la persona y
OH

causarle la menor incomodidad posible. La alternativa


PR

De acuerdo con la intensidad de la tasa de a este tratamiento es la cirugía radical o la radioterapia


dosis de la fuente: externa, que en eficacia son comparables, pero la dife-
 Tasa de dosis baja (low dose rate) (LDR): de 0,4 a rencia radica en que al día siguiente de la braquiterapia,
2 Gy/h. el paciente puede retomar su vida normal, además de
 Tasa de dosis media (medium dose rate) (MDR): tener menos riesgos y complicaciones.
de 2 a 12 Gy/h. En las otras 2 modalidades el paciente tiene que
 Tasa de dosis elevada ( high dose rate) (HDR): permanecer algunas semanas alejado de sus acti vida-
>12 Gy/h. des; la recuperación es lenta y se presentan determi-
nados grados de dificultad. En el caso de la radiotera pia,
además del largo periodo que toma el tratamiento, el
Localizaciones de aplicación paciente tiene que ir prácticamente todos los días a ha-
principal en urología cerse la radiación y durante ese tiempo se siente mal,
decaído y por lo general debe permanecer en reposo.
La justificación de la aplicación de esta terapia También es importante señalar que esta técnica
se fundamenta en disminuir los efectos secundarios tiene un bajo impacto en la vida sexual, comparado
que la cirugía radical supone en los tumores malignos con las otras modalidades, y son menos las probabili-
de próstata, vejiga y pene. dades de desarrollar otro tipo de complicaciones, por
Otras afecciones urológicas 393
ejemplo, incontinencia urinaria. Sin embargo, pueden jora las tasas de supervivencia de la cirugía conserva-
surgir algunas dificultades, como molestias transitorias dora (RTU o cistectomía parcial). El control local es
para orinar o sentirse desanimado. mejor que el que se logra por cirugía sola: el porcentaje
¿Cuáles son los resultados de la braquitera- de recurrencias intravesicales es de 15 a 17 %; se
pia? En los pacientes con tumores de bajo riesgo (PSA presenta 85 % antes de los 5 años.
menor que 10, Gleason menor que 7 y estadio menor Con respecto a las recurrencias locales, 71,4 %
de T2c) la supervivencia libre de enfermedad a los 10 aparece exclusivamente en la vejiga, por lo que pue-
años oscila entre 85 y 94 %. En tumores de riesgo den ser resecadas; 10 % presenta metástasis a distan-
intermedio (Gleason de 7 o PSA entre 10 y 20) la su- cia y 4 %, recurrencias pélvicas. La supervivencia para
pervivencia libre de enfermedad a 10 años oscila entre T1 es de 81 %; en T2, 75 %, y en T3a, 47 %.
75 y 85 %. Se considera como fracaso del tratamiento Entre las complicaciones se incluyen la migra-
si se producen 3 elevaciones consecutivas del PSA. ción de los implantes, hematuria, cistitis crónicas,
¿Cuáles son los efectos adversos? Se deben fistulas, estenosis del cuello y necrosis.
tener en cuenta los afectos adversos del tratamiento,
que pueden alterar la calidad de vida de los pacientes
tratados. Prácticamente 50 % presenta síntomas uri- Tumores de pene
narios, como aumento de la frecuencia miccional, ar-
dor y disminución de la fuerza del chorro urinario. Los mejores candidatos son aquellos que presen-
En general, estos síntomas mejoran dentro de los tan buen estado general, cuando corresponda histológi-

ÓN
3 a 6 meses del procedimiento. La disfunción eréctil camente a un carcinoma epidermoide, tumores bien

CI
varía entre 10 y 20 %. Esta disminución de la frecuen- diferenciados, T1, T2, y los tumores menores de 4 cm
de diámetro y nula invasión de los cuerpos cavernosos

UC
cia, con respecto a otros tratamientos radiantes, se debe
a la falta de irradiación de los cuerpos cavernosos. La o mínima invasión, siempre inferior a 1cm. Los mayo res
OD de 4 cm que invaden los cuerpos cavernosos, podrían
rectitis actínica es baja, aproximadamente menos
ser tratados, pero a costa de más complicaciones.
PR
de 2 %. La retención urinaria aguda es poco frecuen-
te, así también se incluyen la hematuria, migración de La mayor experiencia procede del Instituto
RE

las espinas radioactivas, etcétera. Gustave-Roussy. La tasa de supervivencia es de 74 %


a los 5 años y 52 % a los 10. La evaluación de los
SU

linfáticos regionales es esencial para establecer el


Tumores de vejiga
DA

pronóstico: la tasa de supervivencia a los 5 años es


BI

de 82 % en los pacientes con ganglios negativos, y


I

El concepto de tratamiento del cáncer de vejiga decrece a 36 % en los positivos.


OH

con cirugía conservadora combinada con implantación En cuanto a los resultados funcionales se puede
de fuentes radiactivas de radio, data de 1920, pero la lograr una preservación de hasta 88 %, con una con-
PR

técnica fue popularizada por B. Van Der Werf Messing servación del órgano y control local de 74 %.
desde 1951. Tras la curieterapia del pene todos los pacientes
Para realizarla, el paciente debe presentar un buen presentan reacciones cutáneas agudas tipo mucositis
estado general, que permita la inducción de anestesia; y edema, que desaparecen en las semanas siguientes.
buena función vesical (capacidad de 300 mL), tumor La mayoría experimenta cambios cutáneos crónicos,
solitario (como máximo 5 cm de diámetro), tumores como telangiectasias y discromía. Entre las posibles
bien diferenciados, T1, T2, T3a. Previo al implante se complicaciones crónicas se encuentran la estenosis
lleva a cabo una resección transuretral máxima. uretral, que se resuelve con dilatación instrumental,
El periodo posradioterapia está marcado por una estenosis prepucial (en los que no han sido previamen-
reacción mucosa aguda durante 3 meses y puede per- te circuncidados), y necrosis, favorecida por una mala
sistir una apariencia necrótica asintomática. El segui- higiene.
miento es clínico y endoscópico a los 3, 6 y 12 meses, Se puede concluir, por tanto, que la radioterapia
y después anual. Los cambios radioterápicos tardíos intersticial es el tratamiento de elección en el cáncer
se caracterizan por despigmentación y telangiectasias de pene T2 N0, lo que ha sido demostrado por su ele-
en la zona del implante. vado índice de control local y preservación de la ana-
Resultados. Se ha comprobado que la radiote- tomía y función, con mínimas secuelas y bajo costo
rapia intersticial reduce las recurrencias tardías y me- económico.
394 Urología

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