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Actividad comercial.

La actividad comercial en los términos expresados por la ley, se corresponde con


la comercialización, entendida ésta como el proceso cuyo objetivo es hacer llegar
los bienes desde el productor al consumidor. La comercialización involucra
actividades como compra-venta al por mayor y al por menor, publicidad, pruebas
de ventas, información de mercado, transporte, almacenaje y financiamiento, entre
otras.

En Venezuela, la actividad comercial está regulada por el Derecho Mercantil y,


fundamentalmente, por el Código de Comercio –CDC-, en especial cuanto se
refiere a los actos de comercio y al comerciante. A este respecto, el CDC define
comerciantes como aquellos sujetos “…que teniendo capacidad para contratar
hacen del comercio su profesión habitual, y las sociedades mercantiles…”.
La actividad comercial también es regulada por otras ramas del Derecho, como el
Derecho Administrativo. Así, en el caso de las telecomunicaciones, se requiere
obtener previamente la concesión de uso correspondiente, para que una empresa
pueda operar legalmente. Lo mismo sucede con la explotación comercial del
servicio de electricidad, para lo cual se requiere de autorización legal.

Actos de comercio.
Definir actos de comercio es una tarea difícil, máxime cuando nuestro CDC no los
define, pero sí los rige aunque sean ejecutados por no comerciantes . En efecto, el
Código presenta, en el artículo 2°, una amplia lista de actos que se consideran, de
manera enunciativa, actos de comercio, como son a título de ejemplo, las
empresas de fabricación o de construcción; las empresas editoras, tipográficas, de
librería, litográficas y fotográficas y el transporte de personas o cosas por tierra,
ríos o canales navegables. Adicionalmente, el CDC, considera actos de comercio,
en el artículo 3°, a cualesquiera otros contratos y cualesquiera otras obligaciones
de los comerciantes, si no resulta lo contrario del acto mismo, o si tales contratos y
obligaciones no son de naturaleza esencialmente civil. Por el contrario, no
constituyen actos de comercio –artículo 4° del CDC-, los simples trabajos
manuales de los artesanos y obreros, ejecutados individualmente, ya sea por
cuenta propia o en servicio de algunas empresas o establecimientos enumerados
en el artículo 2°, ni la compra de frutos, de mercancías u otros efectos para el uso
o consumo del adquirente o de su familia, ni la reventa que se haga de ellos, ni la
venta que el propietario o el criador, hagan de los productos del fundo que
explotan.

En este contexto, podría decirse entonces, que el acto de comercio es el acto de


interposición en el cambio realizado con ánimo de lucro, que propende a la
circulación de la riqueza. De esto se desprende que el acto de comercio tiene tres
elementos: el material, compuesto por el cambio, es decir, la sustitución de una
cosa por otra que hacen las partes, gravándose una en favor de la otra o de
manera onerosa; el subjetivo, compuesto por el ánimo de lucro o ganancia que
corresponde al mayor valor que adquiere el bien o servicio en manos de quien lo
adquiere; y el económico, compuesto por la intermediación, que da origen a la
circulación de la riqueza. Por otra parte, no es necesario que el acto sea jurídico,
puesto que hay actos realizados por empresas que no tienen este carácter y sin
embargo, son actos de comercio.

Los actos de comercio pueden ser también subjetivos y objetivos. Los primeros
consisten en la actividad realizada habitualmente en el ejercicio de su profesión,
por un comerciante, y los segundos, se consideran actividades mercantiles
consagradas en los 23 ordinales del articulo 2° del CDC, realizados tanto por
comerciantes como por no comerciantes, radicando justamente aquí la calificación
de objetivo.

En relación con lo antes expuesto, resulta interesante la opinión de FRAGA


PITTALUGA, VILORIA MÉNDEZ y SÁNCHEZ GONZÁLEZ, en el sentido de que
aun cuando la clasificación de actos de comercio en subjetivos y objetivos ha sido
aceptada por la doctrina y el Derecho mercantil, e incorporada por el Legislador,
en la redacción del artículo 208 de la LOPPM, en concordancia con el artículo 2°
del CDC, la misma no es suficiente para calificar a una determinada actividad
como susceptible de gravamen municipal, debiéndose, por tanto, interpretar
conjuntamente con los demás elementos que conforman el hecho generador del
ISAE. Para defender su posición, los autores utilizan el siguiente ejemplo de un
acto objetivo de comercio que no necesariamente involucra una actividad
comercial:

[…] Una persona adquiere un apartamento, con el ánimo de revenderlo o de


alquilarlo; este hecho de acuerdo con el ordinal 1° del artículo 2° del Código de
Comercio, constituye un “acto de comercio”. Sin embargo, esa circunstancia por sí
sola resultará insuficiente para calificar a dicho sujeto como “comerciante” y
mucho menos como “contribuyente” del impuesto a las actividades económicas.
Ahora bien, si resulta que este sujeto se dedica habitualmente a la compra de
bienes inmuebles para su arrendamiento o reventa, es decir, que ejerce la
actividad profesionalmente y con evidente ánimo de lucro, entonces, podrá
calificarse como “contribuyente” del gravamen municipal. De hecho, aun cuando
dicha actividad comercial no se ejerza bajo la figura de una sociedad mercantil o
comercial, ello en nada modificará su gravabilidad con el ISAE.
Por su parte, los actos subjetivos de comercio presuponen la cualidad de
comerciante en quien los realiza, pero dicha presunción admite prueba en
contrario. En consecuencia, si una sociedad anónima dedicada a la venta al detal
de alimentos o comestibles, decide desincorporar activos por obsolescencia (Por
ejemplo, computadoras, impresoras, faxes, etc.) y enajenarlos, dicho ingreso no
deberá formar parte de la base de cálculo del ISAE, puesto que el mismo no tiene
su origen en la actividad habitual del contribuyente […].
Finalmente, y en relación con este punto, el CDC establece la siguiente norma en
el artículo 7:

[…] La Nación, los Estados, el Distrito Federal, los Distritos y los Municipios no
pueden sumir la cualidad de comerciantes, pero pueden ejecutar actos de
comercio; y en cuanto a estos actos, quedan sujetos a las leyes mercantiles. […].
Comercio.
Los actos de comercio están estrechamente vinculados con el comercio,
entendido éste como actividad económica de intercambio de bienes, valores,
servicios y conocimientos entre dos o más personas, en una sociedad donde se
compra, se vende o se cambian mercaderías que han sido producidas para el
consumo, con propósito de lucro. Desde este punto de vista, el comercio tiene
entonces, las siguientes finalidades:

o Satisfacer las necesidades del consumidor.

o Alcanzar utilidades económicas para el comerciante.

o Relacionar dos sectores fundamentales dentro de la actividad económica, los


sectores de producción y consumo, que son de vital importancia para el desarrollo
de las actividades socio económicas de un país. El sector de la producción es
aquel que obtiene un bien transformando la materia prima en un producto final
para su consumo. El sector del consumo está formado por el núcleo familiar que
adquiere el producto final para satisfacer sus necesidades.
En este escenario, el comercio puede ser objeto de diferentes clasificaciones; no
obstante, las ordenanzas del ISAE, de la mayoría de nuestros Municipios,
clasifican al comercio en dos grupos, tomando en cuenta la cantidad de productos
que se comercia o Comercio al por mayor: actividad comercial que tiene por
finalidad la distribución de productos o bienes entre productores o fabricantes y
detallistas o la distribución de productos entre distribuidores y detallistas.

Comercio
Se denomina comercio a la actividad socioeconómica consistente en el
intercambio de algunos materiales que sean libres en el mercado de compra y
venta de bienes y servicios, sea para su uso, para su venta o su transformación.
Es el cambio o transacción de algo a cambio de otra cosa de igual valor. Por
actividades comerciales o industriales entendemos tanto intercambio de bienes o
de servicios que se efectúan a través de un comerciante o un mercader.

El comerciante es la persona física o jurídica que se dedica al comercio en forma


habitual, como las sociedades mercantiles. También se utiliza la palabra comercio
para referirse a un establecimiento comercial o tienda.

Los orígenes del comercio se remontan a finales del Neolítico, cuando se


descubrió la agricultura. Al principio, la agricultura que se practicaba era
una agricultura de subsistencia, donde las justas eran para la población dedicada
a los asuntos agrícolas. Sin embargo, a medida que fueron incorporándose
nuevos desarrollos tecnológicos al día a día de los agricultores, como por ejemplo
la fuerza animal, o el uso de diferentes herramientas, las cosechas obtenidas eran
cada vez mayores. Así llegó el momento propicio para el nacimiento del comercio,
favorecido por dos factores:
 Las cosechas obtenidas eran mayores que la necesaria para la subsistencia
de la comunidad.
 Ya no era necesario que toda la comunidad se dedicara a la agricultura, por lo
tanto parte de la población empezó a especializarse en otros asuntos, como
la alfarería o la siderurgia.

Por lo tanto, los excedentes de las cosechas empezaron a intercambiarse con
otros objetos en los que otras comunidades estaban especializadas. Normalmente
estos objetos eran elementos para la defensa de la comunidad (armas), depósitos
para poder transportar o almacenar los excedentes alimentarios (ánforas, etc.),
nuevos utensilios agrícolas (azadas de metal...), o incluso más adelante objetos
de lujo (espejos, pendientes, etc).

Importancia del comercio en el desarrollo de los pueblos


Entendido como una de las actividades económicas más importantes del ser
humano, el comercio es aquel que le permite no sólo conseguir productos que no
se producen localmente (así como también vender los que sí se producen en el
ámbito propio) si no que además es la actividad económica que le permite al ser
humano entrar en contacto con otras sociedades, conociendo elementos de su
cultura y de sus tradiciones que luego pueden ser asimiladas de diferentes
maneras. El comercio es al mismo tiempo una actividad dinámica que evita el
cierre geográfico y político de las comunidades y que requiere, para funcionar
correctamente, el contacto e intercambio permanente entre diversas comunidades
y pueblos.

El comercio es una actividad que el ser humano realizó desde tiempos muy
tempranos, siempre que comprendió que no todo lo que una comunidad
necesitaba podía ser producido localmente y que, entonces, era necesario
intercambiar productos propios por aquellos que interesaban. Así, una comunidad
que se especializa en la cosecha de determinados cereales, puede obtener otro
tipo de cereales o alimentos típicos de otras regiones a partir del intercambio en
partes o valores iguales de un producto propio. Si bien es más conocido el
comercio monetario que se impulsó en Europa desde la Edad Moderna, por
muchos siglos las comunidades antiguas llevaron adelante formas de comercio
basadas en el trueque.
La importancia del comercio para el ser humano es muy profunda ya que no tiene
que ver solamente con lo económico sino también con lo social y lo cultural. Así,
tal como se dijo, es a partir del comercio que una sociedad puede entrar en
contacto con otra, en el momento en que se reconoce como no autosuficiente y
comienza a buscar espacios o comunidades que puedan proveerle aquello que le
falte. El conocimiento de otras comunidades y el interactuar con ellas a través del
comercio es, además, lo que enriquece de mejor manera a una sociedad.
DIFERENCIA ENTRE PERSONA COMUN Y COMERCIANTE:
La persona común o persona individual es a la que se refiere el código de
comercio en su artículo 9º. Y esta directamente representada al consumidor final.
La persona comerciante es la que está registrada legalmente para ejercer como
tal.
Artículo 9. NO SON COMERCIANTES. No son comerciantes:
1º. Los que ejercen una profesión liberal. 2º. Los que desarrollen actividades
agrícolas, pecuarias o similares en cuanto se refiere al cultivo y transformación de
los productos de su propia empresa. 3º. Los artesanos que sólo trabajen por
encargo o que no tengan almacén o tienda para el expendio de sus productos.
REQUISITOS LEGALES PARA SER UN COMERCIANTE

El Código de Comercio de Guatemala, estipula que para ser comerciante se


requiere de ciertos elementos fundamentales o requisitos: 1) Capacidad legal
(artículo 6 del Código de Comercio) 2) Realizar en nombre propio los actos de
comercio (artículo 2 del Código de Comercio). 3) Realizar los actos de comercio
con fines de lucro (artículo 2 del Código de Comercio). 4) La realización de ciertas
actividades determinadas (artículo 2 del Código de Comercio).

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